Masonería Egipcia Rite Ancien et Primitif de Memphis – Misraïm Jurisdicción de Habla Hispana
Fabio Sebastián Cruz
© Fabio Sebastián Cruz - 2012 ™ Fabio Cruz – William Cox. El nombre “Antiguo y Primitivo Rito de Memphis Mizraïm” y sus variaciones fonéticas, así como su símbolo fundamental, el Kneph, son MARCA REGISTRADA en la República Oriental del Uruguay. Está prohibido su uso sin el permiso escrito de sus propietarios. S.B. Ediciones del Sur –
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“Egipto es la imagen de los cielos, y todo el cosmos reside aquí,
en este lugar que es su santuario; mas los dioses se marcharán de la Tierra y regresarán al cielo […] Así pues yo, Hermes Trimegisto, el primero de los hombres que ha adquirido el conocimiento completo,he inscrito los secretos de los dioses en símbolos y jeroglíficos sagrados, sobre estas lápidas, que he escondido para un mundo futuro que tal vez busque nuestra sabiduría” Hermes Trimegisto.
A mis Consagradores.
1
“Salve Isis, Señora de las Palabras de la Magia. Mi corazón pertenece a mi Madre Isis; Isis, despierta en nuestros corazones. Abre las Puertas de la Cámara de las Estrellas para que dentro de ella, podamos transformarnos en Horus.” 1
PRÓLOGO: RÓLOGO La Fraternidad del Huevo Alado
K
neph o Knef es el símbolo que representa al Rito Antiguo y Primitivo de Memphis – Misraïm, y es básicamente el primer emblema que el sincero buscador encuentra
relacionado a la Masonería Egipcia. Kneph es una divinidad del
Antiguo Egipto, Es la primera de tres Khaméfis, o dioses supremos. Representa a la primera emanación del Ser Supremo Incomprensible, el principio de la fertilización, el creador y benefactor. Era usual que se representase por medio de una figura antropomórfica de tez azul, sosteniendo un cetro y su cabeza cubierta con un tocado de plumaje, de su boca emanaba el huevo primitivo que dio a luz a todos los seres. Knef sería una forma de Amón Re ofídico.
El Knef tal y como aparece en los Sellos y emblemas del Rito Antiguo y Primitivo de Memphis - Misraïm no es realmente un símbolo egipcio (de hecho, no existe ninguna representación similar en el Antiguo Egipto), pero su confección fue inspirada en gran parte por las cosmogonía y cosmología egipcias. Cuando Napoleón Bonaparte regresó de la campaña de Egipto, con numerosos documentos señaló el punto de partida de la egiptomanía a la que haremos alusión en estas páginas. Es probable entonces que el término llamado "Kneph" fuera una síntesis simbólica que fue introducida en los Ritos masónicos egipcios. Kepi (Knephos en griego significa oscuridad, llega la oscuridad,
en la oscuridad y Knephas, el crepúsculo de la mañana y por la noche, son los nombres griegos de una deidad egipcia es en
realidad llamando Kematef. Este nombre parece significar el espíritu o el aliento.
Knef representado como divinidad
La forma masónica del Knef es la de un huevo alado, que nos recuerda al Sol alado egipcio, pero obviamente no es lo mismo, hay una sutileza en ello de gran importancia. El huevo tiene un significado alquímico muy importante. El Knef, en su versión completa completa (difícil de ver en medios profanos, o ajenos a los Altos Grados del Rito) consiste en un huevo con alas, con dos serpientes en cada lado y una cruz ansata (Ankh) en el centro. Las alas son de color azul y las serpientes son de color negro (o una roja y la otra negra respectivamente), el huevo es de color oro y el Ankh es de color rojo.
El huevo, en su primera acepción sería el contenedor del germen potencial de lo que posiblemente acaecerá. “Según Mircea Eliade,
el simbolismo del huevo se sustenta menos en el nacimiento que en el renacer, el cual se manifiesta en la repetida y cíclica creación del mundo. En nuestra propia época, esto encuentra su expresión en algunos pueblos europeos, en los que se hace un uso ritual de huevos durante el Año Nuevo y la Pascua (está es una cristianización de los más antiguos ritos de regeneración que se celebraban en primavera). En los países bálticos y eslavos era habitual que en dicha celebración, durante la Pascua, se llevasen huevos pintados con torbellinos, espirales, serpientes, crecientes y motivos vegetales rojos y negros, los cuales se regalaban a las distintas familias que, para asegurar la renovación de la vegetación, los colocaban en la tierra arada. Además, el huevo juega su papel en las fiestas mortuorias y, como ofrenda, se colocan en las tumbas para propiciar la regeneración. Ésta es una asociación que viene ya de antiguo: desde comienzos del neolítico, los pithoi utilizados para
enterramientos (tinajas) tienen forma de huevo, simbolizando el útero de la Diosa, del que resurgirá la vida.”2 El huevo confirma y promueve la resurrección, no es un nacimiento sino un RENACIMIENTO, un retorno, una repetición o resurgir en otro plano o nivel. Nos retrotrae también al inicio del universo, donde la materia existente se reorganizó. El calor de la incubación se mantuvo en el atanor alquímico dando como resultante
el
niño
de
la
filosofía
y
la
sabiduría.
En la antigüedad sostenían que en el huevo era la recreación del
Imago mundis. El atanor tradicionalmente se ha comparado con el huevo cósmico. Explica Juan Eduardo Cirlot en su brillante “Diccionario de Símbolos”3 que “En gran número de sepulcros prehistóricos de
Rusia y Suecia, se han hallado huevos de arcilla, depositados como emblemas de la inmortalidad.” En la cultura egipcia, el jeroglífico que representa al huevo simboliza potencial, misterio de la vida, génesis y generación. Lo escondido y oculto se familiariza por medio del proceso invisible para el ser humano de la gestación de seres vivos dentro del huevo; de hecho comparaban al universo con un huevo inmenso. La forma del huevo es la ideal para simbolizar el proceso de la operación alquímica, todo el esoterismo acerca de este símbolo nos lleva a la Gran Obra, compuesta por mercurio, 2
Marija Gimbutas, “The language of the Goddess”, Harper, 1991. Traducción libre.
3
Editorial Siruela, Barcelona:252.
azufre y sal. El huevo está compuesto de su cáscara blanca, el amarillo de su núcleo y el blanco.
Obviamente hay un
paralelismo con el niño concebido y en desarrollo dentro de útero; el huevo místicamente posee un fuego interior que estimulado por la luz externa va dando vida a ese niño. El ser que surgirá de ese huevo es alado, lo que nos induce a la mística de la elevación del Alma (en algunos papiros egipcios, sobre la momia del difunto se dibujaba un huevo como esperanza de resurrección). Si nos referimos al universo esotérico, el huevo nos lleva a la reflexión del renacimiento del iniciado en un nuevo ser, viviendo en otro estado de consciencia. Esto se ve reforzado porque el Knef es un huevo alado, símbolo asociado al hermetismo (el Caduceo de Hermes), y las diferentes aves en la Gran Obra aluden a los diferentes estados del Mercurio alquímico:
“Serás el Cuervo que sobrevuela los camposantos, negro como la noche oscura; si cumples tu misión, la Luz te hará Blanca Paloma mensajera, y, finalmente, si llegas al Fin de la Magna Opera, serás Ave Fénix y te llamarán Princeps, Filii Dei, Rex et Sacerdos…”4 Ese Fuego Interior, que es la vida misma en su génesis era mágicamente absorbido o activado por los alquimistas al tocarlo con su espada o daga, asociando a Vulcano y el fuego de la forja con el fuego cósmico o arquetipo ideal y mágico. Estos conceptos los vemos en la Logia Masónica por ejemplo en el uso de la 4
“Confesiones de un Demonio.”, S.B. Ediciones del Sur.
espada flamígera en manos del Venerable Maestro o el Cetro – Caduceo utilizado en ciertas Oficinas de Altos Grados del Rito Antiguo y Primitivo de Memphis – Misraïm.
Osiris resucitado.
Las serpientes, que en la mayoría de los relatos míticos son nacidas del barro de la tierra representan también una suerte de “medidor” del mercurio alquímico, en el caso de nuestro símbolo, las serpientes se enfrentan. Se puede describir el mercurio en sus dos formas, el conflicto fijo y lo volátil hasta que se logra una armonía y que estas dos serpientes se encuentran estrechamente unidos entre lo que podemos ver en el símbolo del caduceo donde se nos muestra la superación de la dualidad y el establecimiento de consciencia no binario. Esta concepción mística estuvo sumamente clara cuando el 2 de marzo del año 2000, el autor de este libro, Fabio Sebastián Cruz, fundó el primer Taller del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en el Gran Oriente de la Franc-Masonería del Uruguay (GOFMU), y decidió
denominarlo REBIS (hoy
Respetable Logia Rebis N°6 de esa
Obediencia). La Cruz Ansata, o Ankh es tal vez el símbolo que resulta de la
summa del trabajo místico-teúrgico del Rito. Es la inmortalidad, la trascendencia, la clave que abre las puertas al mundo de la eternidad, así como también cierra el universo de los Misterios a los no iniciados. Es posible leer todos los Rituales masónicos, pero nada, absolutamente nada equiparará la experiencia, la praxis masónica. En el Knef, la Cruz Ansata es de color rojo, la sangre, la vida, el summun bonum de la Gran Obra (Rubedo).
Correspondencia Kabbalística del Ankh con los Sephirot5
El Knef, más que un simple símbolo identificatorio de los Ritos Egipcios, señala en su esoterismo más puro el camino iniciático del Adepto, la lenta y progresiva separación de lo sutil de lo 5
Sharron Rose, http://www.sharronrose.com/IsisTreeLife.htm
grosero. Esto conlleva, como nos enseña la Alquimia en su Solve et Coagula, primero deconstruir lo que somos previamente, para constituir un resultado cualitativamente diferente. De allí la necesidad de la purificación en varias instancias del desarrollo iniciático, no solamente en la masonería, sino en la mayoría de las órdenes místicas serias. En el Cuarto de Reflexiones, se presentan al candidato a la Iniciación masónica los elementos que deberá trabajar en su obra: el fuego divino representado en la bujía, el azufre, la sal, el mercurio, y claros emblemas de los cuatro elementos. No es difícil inferir que, el iniciado deberá trabajar sobre los elementos, por medio del uso de las herramientas alquímicas, y el fuego será el agente fundamental; y que allí, en medio de la descomposición (calavera)
hay
tanto
un
proceso
de
muerte,
pero
fundamentalmente de reconstrucción… alcanzar el “huevo” arquetípico que el Knef nos señala. Ese huevo será la resultante de
un
largo
proceso
de
purificación,
destilación
y
reconstrucción. Ya en el Templo, un objeto punzante será puesto hacia su corazón, insuflando esotéricamente el Fuego transformador en el cuerpo y psique del nuevo Masón. Cuando logre acceder a las enseñanzas de los Arcana Arcanorum, los “secretos de los secretos” tendrá las herramientas que le harán falta para culminar un proceso que comenzó el día de su Iniciación en la Orden.
Milka Inés Cruz XXXIII XXXIII° III° (33°(33°-66°66°-90° 90° 95”) 95”) 22 de julio de 2012
Figura tomada de la “Philosophia Reformata” (1622) de Johannes Mylius donde se nos presenta los cuatro estadios de la Obra Alquímica de acuerdo a la entrada del Sol en los puntos cardinales. La primera estación comienza en Aries, la segunda en Cáncer y la tercera en Libra, mientras que la cuarta lo hace en Capricornio, simbolizando la putrefacción (Nigredo) y la fermentación.