Martyn Hammersley y Paul Atkinson análisis

Martyn Hammersley y Paul Atkinson: L a etn et n ogr og r af ía, m é t odos od os de  (Resumen del capítulo I: ¿Qué es la etnografía?) Daniel Alberto investigación . (Resumen Mujica Matos.

La etnografía puede ser definida como un método o conjunto de métodos destinados al estudio exhaustivo y sistemático de determinados grupos sociales. Su rasgo principal es la observación participante, participante, (que puede ser abierta o encubierta) la cual se entiende como el período de tiempo de convivencia empleado por el investigador con las personas estudiadas (trabajo de campo). Durante este lapso temporal, el etnógrafo a través de la observación y la escucha atenta de las informaciones de las personas, apunta los aspectos más primordiales (datos) para su futura interpretación y codificación teórica.

Históricamente, la etnografía como método de investigación ha experimentado las tensiones y los conflictos epistemológicos generados por los diversos paradigmas científicos que se han hecho sentir en la práctica de las ciencias sociales. Estos  paradigmas, cada uno con su propia consideración sobre lo que es o debe ser el conocimiento científico, han orientado los métodos y técnicas utilizados por los investigadores. Dentro de este panorama de modelos teórico-analíticos, encontramos el  paradigma realista o realismo. realismo.

Se denomina realismo porque considera que los fenómenos sociales existen de manera independiente al mundo del investigador y por ello pueden ser reflejados con total transparencia. Los realistas pecan de un excesivo anhelo de objetividad y de confianza en la aprehensión neutral de la realidad. Tratan de aislar la influencia del investigador de sus referentes empíricos porque sostienen que dicha influencia socava

las posibilidades de producir conocimiento puro. El realismo en la etnografía y la antropología se ha alimentado de dos concepciones teóricas particulares: el  positivismo y el naturalismo.

El positivismo argumenta que en el estudio de la sociedad, los investigadores deben inspirarse en los métodos de las ciencias naturales. Esto los lleva a defender por  encima de cualesquiera otros procedimientos de estudio, aquellos donde la experimentación, manipulación y medición de variables sean el sostén de la investigación. Los positivistas se inclinan por todo lo cuantificable y susceptible de interpretación numérica. Desdeñan lo que no puede ser observado de manera directa y se abstienen de generalizar sobre lo que no puede asirse experiencialmente (fenómenos metaempíricos). Son defensores de los métodos estadísticos por excelencia.

Por otro lado, el naturalismo se apoya en la idea según la cual el mundo social debe ser abordado en su estado natural  y sin apelar a procedimientos de naturaleza subjetiva como la experimentación. A diferencia del positivismo, apunta que los  procesos sociales no pueden explicitarse mediante relaciones de causalidad porque las dinámicas sociales son sumamente complejas y contradictorias; no obedecen a leyes ni a determinaciones de ningún tipo y por ello los modelos mecanicistas de los positivistas no son los más adecuados en los análisis culturales. En este sentido, la complejidad intrínseca que los naturalistas adjudican a los sistemas culturales, los hacen desconfiar  de las interpretaciones estadísticas, porque desde sus perspectivas tales datos estadísticos no pueden considerarse como representativos o evidencias fidedignas de un

sistema. Todo esto los aproxima entonces a los métodos cualitativos (como los del interaccionismo simbólico, la fenomenología y la hermenéutica).

El positivismo y el naturalismo han sido objeto de fuertes críticas. Los cuestionamientos endilgados a estas dos tendencias se han apoyado en una serie de  planteamientos provenientes de diversos frentes. De manera resumida, se pueden señalar las conclusiones esbozadas por Thomas Khun, quien con su concepto de  paradigma científico, hizo tambalear todo intento de concebir la ciencia como una forma de conocimiento sustentada en patrones universales e inmutables a través de los tiempos: la ciencia es también producto cultural. Otra fuente de inspiración para las  posturas antirrealistas, se encuentra en el pensamiento postestructuralista de Jacques Derrida y Michel Foucault.

Bajo la influencia de la deconstrucción derrideana,

el acto de la escritura

etnográfica mediante el cual el antropólogo aspira transmitir y comunicar el universo cultural producto de su estudio, más que reflejar dicho universo lo que logra es reflejar  el mundo subjetivo del investigador: la escritura etnográfica se reviste de las estrategias retóricas del investigador más que de hechos externos al mismo texto.

Por el lado de Foucault, la idea de los “regímenes de verdad” según la cual toda concepción

epistemológica

esta

constreñida

por

las

concepciones

sociales

 predominantes en diversas épocas, tuvo como consecuencia la aceptación de los condicionamientos sociohistóricos presentes en la investigación social, y por ello, la

idea de una neutralidad absoluta clamada por el positivismo exacerbado fue cediendo terreno a posturas menos realistas.

Frente al paradigma realista, Martyn Hammersley y Paul Atkinson sugieren el concepto de reflexividad . Desde la perspectiva de la reflexividad, el análisis cultural se concibe como un proceso en el cual se reivindica el  papel activo del investigador. No importa que éste tenga sus propias convicciones políticas y no debe renunciar por fuerza a ellas. Lo importante es ser conscientes de que el norte de la investigación social es la  producción de conocimiento. Todo lo demás debe estar subordinado a este aspecto. En síntesis, reflexividad implica saber conciliar los paradigmas positivistas con los naturalistas, así como también los enfoques cuantitativos y cualitativos.