Marins, Jose - Diaconado y Comunidad de Base

March 18, 2017 | Author: gabriellahendersong | Category: N/A
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COLECCIÓN

Renovación Parroqu

servir o ayudar en la predicación, servir o ayudar en las obras de caridad y de administración; ese es el papel propio del diácono". "La reimplantación permanente del diácono facilitará a cada uno ocupar su lugar en el pueblo de Dios, impidiendo que el sacerdote deje su tarea de «presbítero», el religioso su papel de iconsagrado», el laico su papel de «fermento en el mundo», para desempeñar ministerios, para los cuales existe la consagración por el sacramento del diaconado". Quien así escribe es Don Ivo Lorscheiter.

Ahora se pronuncia un Pastor de la Iglesia Luterana del Brasil. El Pastor Droste es director de la obra diaconal de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana del Brasil. Enseña también en la Casa Matriz para formación de diaconisas en San Leopoldo. Así se pronunció sobre la restauración del diaconado permanente en la Iglesia Católica (rito latino): "Cuando una Iglesia Cristiana restaura el diaconado en su medio, un cristiano sólo puede verlo con buenos ojos. Restaurar significa, en este caso, renovar y recuperar. Pues ya la Iglesia primitiva realizaba la diaconía. ¿Cuáles, entonces, han sido las razones que llevaron a la Iglesia a suprimir durante siglos el diaconado? Ciertamente la historia podría dar muchas respuestas. Pero ¿qué especie de diaconado fue restablecido ahora y en qué forma? Sabemos que en la Iglesia primitiva la diaconía era ejercida por miembros laicos, los cuales, conforme a sus dones, su fe y su tiempo disponible vestían el delantal de la Iglesia. Con delantal no quiero sugerir el servicio práctico y material prestado al prójimo necesitado, pues es sabido que luego en la Iglesia antigua el diácono también desempeñaba funciones litúrgicas. Pero el diaconado no era una institución. No era una categoría en la jerarquía eclesiástica. De ahí la pregunta: ¿por qué fue restaurado y con qué objetivos? Y continúa: ¿si la Iglesia entrase en la situación feliz de poseer un clero suficientemente numeroso, restauraría y mantendría el diaconado? Sea como fuere, en el caso presente sólo hay razones para la alegría y gratitud pues, de cualquier forma los diáconos serán servidores del Señor y contribuirán a lanzar las redes, para aument?* la gloria de su nombre".

M. y M. A. son padres de 7 hijos. Viven en Porto Alegre. Interrogados sobre la familia del diácono y en concreto si el diácono casado traería algo de positivo para la vida matrimonial y podría abrir nuevas perspectivas para una pastoral familiar, se expresaron así: 8

"Restablecido por el Vaticano II el diaconado permanente, sorprendió un poco a los católicos de hoy que desconocen su historia. La tradición de muchos siglos en que la jerarquía mantiene el celibato, llamó la atención del público en general por el hecho de que los diáconos, orden-jerarquía, puedan ser hombres casados". "¿Qué perspectivas podría abrir para una pastoral familiar el hecho de ser impuestas las manos a jefes de familia, no para el sacerdocio, sino para el ministerio? La falta de una experiencia concreta en este sentido, dentro de la Iglesia Católica Romana actual, nos lleva a volver los ojos hacia nuestros hermanos separados, donde no existiendo el celibato obligatorio, sus pastores asocian la vida familiar a todas las obligaciones impuestas por el ministerio. Naturalmente esto impone restricciones y sacrificios para ambas partes, lo que exige de los candidatos vocación y obligación, a través de los cuales él podrá abrir nuevas perspectivas para una pastoral familiar". "Teniendo indiscutiblemente mucho de positivo para el hombre, difícil es decir y asimismo entender el tipo de acrecentamiento en la vida matrimonial y en la espiritualidad conyugal, que pueda acarrear, proveniente de un oficio tan diferente de las atribuciones actuales del laico". Ahora una estudiante. Alumna de 2? año secundario. Militante cristiana. "A mi modo de ver el diaconado laico tuvo poca repercusión en los medios estudiantiles. Pocos tomaron conocimiento de la importancia que el acontecimiento significaba también para los estudiantes, debido a su simple divulgación. El estudiante no comprendió el significado de un diácono en el mundo de hoy, lo que lo hace tornarse un tanto ajeno a un acontecimiento de tan gran importancia". En la apertura del primer curso para formación de diácono» permanentes realizado en América Latina, el responsable de la iniciativa, D. Eugenio de Araújo Sales, administrador Apostólico de Salvador, se dirigía así a los presentes: "Lo que interesa a los Obispos no es solamente que algunoscaminen sino que toda la Comunidad de la Iglesia camine. Y es bueno que la calle sea abierta. El hecho de que el primer grupo de candidatos al diaconado se encuentre aquí, en el comienzo de un nuevo camino, ya es una señal. Pues son voces que se aprontan a iniciar esta nueva forma de ministerio en la Iglesia, que recuerda los tiempos apostólicos. Confiamos en el futuro. Si vencemos, como espero, abriremos caminos a muchos otros. La reorganización del «>

diaconado nos pone delante de una responsabilidad muy grande. Pero con la gracia y la presencia de Dios en medio de nosotros, con nuestros esfuerzos y nuestra dedicación, realizaremos esta primer experiencia; y el Diaconado, proyectado y aceptado por el Concilio Vaticano II, no quedará como sueño o deseo, sino que se tornará una realidad en el Brasil".

2.

LA RESTAURACIÓN EN EL BRASIL

El Concilio Vaticano II permitió la restauración del Diaconado como grado propio y permanente de la jerarquía. Esta cuestión ha sido estudiada por especialistas, teólogos y algunos candidatos del diaconado (más en el continente europeo). Todo indica que muchos padres conciliares fueron atraídos y motivados por la posibilidad de que la restauración del diaconado viniese a suplir la deficiencia numérica del clero. El hecho es que, de un modo o de otro, el Espíritu Santo "abrió las puertas". El episcopado brasileño, por gran mayoría, aprobó la restauración diaconal para el Brasil, y en principio optó por la preparación de hombres casados, maduros, según los requisitos exigidos por el documento conciliar. El problema fue puesto en los siguientes términos: — en la Iglesia, todos los ministerios deben reflejar la acción de Cristo como cabeza, que vivifica el conjunto del Cuerpo; — Cristo en cuanto diácono supremo de la Iglesia, encarna el amor de Dios, que viene en auxilio de la miseria humana; — para poder continuar en la Iglesia esta función diaconal de Cristo y unir a ella toda la ofrenda del Pueblo de Dios, la Iglesia apostólica instituyó el diaconado; — la renovación diaconal debe ser fiel a su especialidad (percepción que la Iglesia apostólica tuvo de las necesidades materiales y espirituales del mundo) y tener toda su actuación en el mundo de hoy. Entonces lo que va a motivar la restauración de los diáconos, no será, en el Brasil la preocupación de suplir la deficiencia numérica de los presbíteros, sino más bien, tener en cuenta la gracia de la diaconía que existe en la Iglesia, gracia propia del orden del diaconado, y no utilizada, desde siglos, en la Iglesia latina. Tampoco motivó a nuestro episcopado, el deseo de reconstruir pura y simplemente una antigüedad arqueológica, sino la obligación de redescubrir, en las necesidades actuales, la gracia apostólica del dia(onado (evidentemente, fundamentándose en los datos bíblicos y cu la tradición). 10

La experiencia pionera fue de Salvador (Bahía), bajo la responsabilidad de D. Eugenio de Araújo Sales. En enero de 1966, se reunían en Bahía un grupo de reflexión y de concretización inmediata de todo lo que se refiriese a la restauración del orden diaconal. En marzo del mismo año ya funcionaba en Itaparica, el primer curso para los candidatos. Tres meses después se inició el curso organizado y preparado por la Región Centro-Oeste, en Goiania, fundamentado en un plan que vino de la base y fue estudiado y elaborado minuciosamente por D. Fernando Gomes dos Santos, en mutua colaboración con su presbiterio en un curso de actualización pastoral a la luz del Concilio, en mayo del mismo año. En los días 7 y 8 de junio de 1966, en Caxias del Sur, se reunirían Obispos y Coordinadores Diocesanos de la Región Sur 3, para elaborar directivas concretas en orden a la introducción del diaconado permanente en la Región. De allí salió el primer curso para candidatos al diaconado, en la Región Sur. En un documento mimeografiado, la Región Sur 3, coloca en cuatro títulos los pormenores sobre el asunto: Título primero: Tareas de los diáconos. Título segundo: Formación de los diáconos. Título tercero: Selección de candidatos. Título cuarto: Preparación de los sacerdotes y de la comunidad. Precisamente en este cuarto título, hay mucha originalidad en las decisiones de la Región Sur 3 codificada en 11 ítems. El primer curso de esa Región, se realizó en Porto Alegre, a comienzos de 1967. Tanto en Bahía, como en Goiás, cada semestre se sucederán nuevos cursos para candidatos al diaconado. El P. Antonino Witschge, C, SS. R. ha asistido directamente a los candidatos del Nordeste 3 y del Centro-Oeste. Luego se desarrollaron los cursos preparatorios en las diócesis de Volta Redonda, Taubaté, Lins, Joao Pessoa, Campiña G r a n d e . . . Los primeros candidatos están ahora en su tercer año de formación. Dentro de poco tiempo estarán preparados para la ordenación diaconal. Cada año, surgen nuevos candidatos y más diócesis quieren iniciar el ciclo de preparación. Al lado de los cursos preparatorios, nuestro esfuerzo pastoral fue organizar varios encuentros de reflexión sobre el tema. El primero fue realizado, aprovechando el seminario latinoamericano sobre pastoral en las grandes ciudades, realizado en Barueri (SP), del 16 al 24 de febrero de 1965. El asunto debatido en esa ocasión fue publicado en un documento especial, bajo la responsabilidad del secretariado nacional del ministerio jerárquico de la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil (CNBB). El referido texto contenía 7 capítulos: 1. Fundamentación teológica. 2. Conveniencia de la restauración. 3. Funciones de los diáconos. 11

I Elección de los candidatos. 5. Formación. 6. Coordinación de los trabajos diaconales. 7. Etapas en la preparación de los diáconos. Ese texto fue remitido a todos los obispos del Brasil y a todos los presbíteros encargados de la coordinación diocesana de la pastoral. Durante la tercera y cuarta sesiones del Concilio, en Roma, muchos obispos de otras partes del mundo, solicitaron la síntesis ( |c nuestra experiencia, allí codificada. En Campiñas (SP), del 1 al 4 de agosto de 1966, se reunieron obispos, peritos, presbíteros, pastores, religiosas y laicos, para reflexionar sobre la restauración diaconal en el Brasil. Los resultados de esos días de estudio fueron reunidos en algunas páginas mimeografiadas y distribuidas a los obispos y responsables de pastoral. Contenían: IV) Funciones I. Introducción 1. Aspecto bíblico teológico 2. Aspecto eclesio-pastoral 3. Aspecto individual carismático II. Campo de actividad 2?) Formación 3
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