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Universidad de Los Lagos Departamento de Educación Educación Diferencial
Relación entre los apoyos socioemocionalfamiliar y los niveles de autoestima de adolescentes con Necesidades Educativas Especiales Transitorias
Autores: José Muñoz Javier Cañulef Felipe Mancilla
Profesor Guía, Magaly Quintana
Osorno, Agosto 2015
RESUMEN
La presente investigación está fundamentaba en conocer la manera en que se relaciona los apoyo socioemocional-familiar en los niveles de autoestima de alumnos/as con necesidades educativas especiales de carácter transitorias, lo que conllevó a expresar el siguiente objetivo general; Determinar los tipos de apoyo socioemocional-familiar que reciben los alumnos con Necesidades Educativas Especiales Transitorias del Programa de Integración Escolar del Liceo Eleuterio Ramírez de la comuna de Osorno y la relación con sus niveles de autoestima. La presente investigación se puede clasificar como no experimental, de tipo descriptivo y de procedimiento metodológico cualitativo y cuantitativo, dicha investigación se centra esencialmente en poder fomentar y reforzar las habilidades socio-emocionales y conductuales que se pudieran presentar en el núcleo familiar, de tal manera lograr un avance en las necesidades educativas que pudieran presentar los alumnos del Liceo Eleuterio Ramírez de la comuna de Osorno.
1
I
Antecedentes……………………………………………………………
3
II
Introducción……………………………………………………………..
4
III
Diseño teórico………………………………………………………...…
7
III.1
Planteamiento y presentación del problema………………………..
7
III.2
Objetivos del estudio………………………………………….………..
8
III.2.1
General…………………………………………………………………..
8
III.2.2
Específicos………………………………………………………………
8
III.3
Delimitación problema……………………………………………...
del
9
III.4
Justificación del problema…………………………………………….
9
IV
Marco Teórico……………………………………………………………..
10
IV.1
Conceptualización de autoestima………………………………………..
11
IV.2
Etapas de la adolescencia………………………………………………..
12
IV.3
Autoestima en la adolescencia…………………………………………..
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IV.4
Autoestima en la educación………………………………………………
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IV.5
Familia………………………………………………………………………
21
V
Diseño metodológico.....………………………………………………….
31
VI
Análisis de los datos.....…………………………………………………..
38
ÍNDICE DE CONTENIDOS
IV.- Marco Teórico 2
IV.1. Conceptualización de autoestima Existen varios conceptos de autoestima, sin embargo, todos coinciden en una idea central: es conocerse así mismo, es la función de velar por uno mismo, es auto-defenderse, valorarse, autoestimarse y auto-observarse. La autoestima es aprender a querernos, respetarnos y cuidarnos. Depende esencialmente de la educación en la familia, la escuela y el entorno. Constituye una actitud hacia sí mismo. C. Rogers (1967) define la autoestima como “un conjunto organizado y cambiante de percepciones que se refiere al sujeto”, y señala que es “lo que el sujeto reconoce como descriptivo de sí y que él percibe como datos de identidad”. Desde el punto de vista psicológico Yagosesky, R. (1998) define la autoestima como el resultado del proceso de valoración profunda, externa y personal que cada quien hace de sí mismo en todo momento, esté o no consciente de ello. Este resultado es observable, se relaciona con nuestros sentidos de valía, capacidad y merecimiento, y es a la vez causa de todos nuestros comportamientos. M. A. Álvarez identifica en su libro, que la imagen de sí mismo, se refiere a nuestra
globalidad
como
personas, incluyéndose
en
ella
tres
áreas
fundamentales; Área física; La opinión que tenemos de nuestra apariencia física y a nuestras habilidades y destrezas en este plano. Área intelectual; El grado de competencias que nos asignamos en este sentido. La idea realista acerca de cuáles son nuestras mayores habilidades y en qué ámbitos presentamos más dificultades. Área afectivo-social; La manera en que nos visualizamos dentro de nuestra interacción con otras personas y en los distintos roles que cumplimos, ya sea como padres, hijos, hermanos, parejas, etc. El grado de satisfacción que tenemos con nuestros lazos afectivos que hemos establecido.
IV.2 Etapas de la adolescencia 3
La adolescencia es una de las etapas del desarrollo más críticas y determinantes de nuestro crecimiento
no solo en lo que corresponde a
aspectos físicos sino también psicológicos, cognitivos, sociales, familiares y un aspecto muy crítico en lo moral, estos cambios determinan las características del ser humano y la formación de sus estructuras psicológicas y de personalidad las cuales se moldearán a través de la interacción social, aprendizajes y reforzadas mediante la experiencia. Las etapas de la adolescencia han originado diversos estudios a través de la historia, en estos estudios se señalan y detallan los procesos sociales y psicológicos que en esta etapa se desarrollan o se deberían desarrollar, algunos autores y en base a la trascendencia que estos han tenido a lo largo de los años y la historia, se pueden mencionar algunos los cuales han tenido mayor importancia dentro de la psicología del desarrollo o han generado estudios a partir de estos comentarios respecto a la adolescencia. IV.2.1 Perspectiva histórica En la Antigua Grecia, tanto Platón como Aristóteles hicieron comentarios sobre la naturaleza de la juventud.” Según Platón (siglo IV a. C), el razonamiento no es una característica propia de los niños, si no que aparece durante la adolescencia. Platón pensaba que los niños deberían invertir su tiempo en el deporte y la música, mientras que los adolescentes deberían estudiar ciencias y matemáticas. Aristóteles (siglo IV a. C.) argumentó que el aspecto más importante de la adolescencia es la capacidad de elección y que esta autodeterminación se convierte en un Sello distintivo de la madurez. El énfasis de Aristóteles en el desarrollo de la autodeterminación no difiere demasiado de algunos enfoques contemporáneos que consideran la independencia, la identidad y la elección de una profesión como los temas clave de la adolescencia. Aristóteles también señaló el egocentrismo de los adolescentes. En la Edad Media los niños y los adolescentes se consideraban adultos en miniatura y eran tratados con una disciplina férrea. En el siglo XVIII,” el filósofo francés Jean-Jacques Rousseau ofreció una visión más esperanzadora de la adolescencia, restableciendo la creencia de que ser un niño o un adolescente no es lo mismo que ser un adulto. Al igual que Platón, Rousseau creía que el 4
razonamiento se desarrolla durante la adolescencia. Afirmó que en la educación de los niños de 12 a 15 años se debe fomentar sobre todo la curiosidad. Rousseau creía que entre los 15 y los 20 años se madura emocionalmente y el egoísmo es substituido por el interés por los demás”. Por lo tanto, Rousseau contribuyó a restablecer la creencia de que el desarrollo tiene fases claramente delimitadas. Pero las ideas de Rousseau eran especulativas. Hasta principios del siglo XX no se empezó a estudiar científicamente la adolescencia. George Stanley hall (1844-1924), considerado el padre del estudio científico en la adolescencia inspirado en la teoría evolucionista de Darwin, tomando como inicio el punto de vista filosófico y el científico en base a estos métodos científicos, Hall creía que el desarrollo está controlado por factores fisiológicos genéticamente determinados y que el ambiente desempeña un papel mínimo en el desarrollo, sobre todo durante los primeros años de vida. Sin embargo, admitió que el ambiente permite explicar más cambios en el desarrollo durante la adolescencia que en períodos evolutivos previos. Así que, por lo menos en lo que se refiere a la adolescencia, Hall creía —como pensamos en la actualidad — que la herencia interactúa con las influencias ambientales para determinar el desarrollo del individuo. Según Hall, las ideas, sentimientos y acciones de los adolescentes oscilan entre la vanidad y la humildad, el bien y la tentación, la alegría y la tristeza. Un adolescente puede ser desagradable con un compañero de clase en un momento dado y amable inmediatamente después. En un momento dado, un adolescente puede querer estar solo y, al cabo de pocos segundos, buscar compañía. Todos estos aspectos en lo que se refiere a los estudios realizados a través de la historia han generado diversas teorías y perspectivas respecto al desarrollo de la adolescencia y las características e que esta etapa conlleva, algunos de estos investigadores que han influenciado con mayor importancia en el ámbito educacional tenemos a los psicoanalistas que ligan a esta etapa al desarrollo biológico y sexual de los cambios emocionales y sociales que los adolescentes van experimentando a lo largo de este proceso. Para los psicoanalistas la adolescencia es un momento de “sturm und drang”; es decir “ ímpetu y borrasca” cuya causa primordial es el conflicto sexual, de esta causa se derivan características tales como : sentimientos de aislamiento, 5
ansiedad y confusión, unidas a una intensa exploración personal, que conduce paulatinamente a la definición del mismo y al logro de la identidad: también la inconsistencia en la actuación, pues unas veces luchan contra sus instintos otras los aceptan, aman y aborrecen en la misma medida a sus padres, se revelan y someten pero tratan de imitar a la vez, quieren ser independientes. “Según Freud el adolecente es más idealista, generoso, amante del arte y altruista que lo que será jamás en adelante, pero a la vez es egocéntrico y calculador. Mientras tanto que Eriksson fue el primero en captar la importancia que tienen estas preguntas para entender en desarrollo del adolescente, el hecho de que ahora se consideren que la identidad es un aspecto fundamental del desarrollo del adolescente. Sus ideas revelaron conocimientos importantes sobre los pensamientos y sentimientos de los adolescentes. Durante esta época los adolescentes tienen que decidir quiénes son, cuáles son sus características y hacia donde dirigen su vida. Estas preguntas sobre la identidad surgen durante toda la vida, pero son especialmente importantes para los adolescentes. Eriksson considera que los adolescentes enfrentas un numero abrumador de opciones. Conforme empiezan a darse cuenta de manera gradual de que serán responsables de sí mismos y de su vida, buscan el camino que seguirán. La búsqueda de una identidad durante la adolescencia es auxiliada por una moratoria psicosocial, que es el término que utiliza Erikson para referirse a la brecha entre la seguridad de la niñez y la autonomía de la adultez. Durante este periodo, la sociedad deja a los adolescentes relativamente libres de responsabilidades y les permite probar distintas identidades. En efecto, los adolescentes revisan los archivos de identidad de su cultura, experimentando diferentes papeles y responsabilidades. Es probable que en un mes quieran seguir una carrera de abogado por ejemplo; y a la otra siguiente médico, actor, maestro, trabajador social, o astronauta, por ejemplo. También es probable que un dia se vistan con pulcritud y con todo descuido el siguiente, esta experimentación es un esfuerzo deliberado por parte de los adolescentes por descubrir su lugar en el mundo. Muchos padres y adultos acostumbrados a que los niños obedezcan lo que dicen, se sienten desconcertados o indignados por los comentarios sarcásticos, la rebeldía y los rápidos cambios de humor que acompañan a la adolescencia. 6
Es importante que esos adultos les den a los adolescentes el tiempo y la oportunidad de explorar distintos papeles y personalidades. A la larga, la mayoría de los adolescentes descartan papeles indeseables. Los jóvenes que afrontan con éxitos estas identidades conflictivas desarrollan un nuevo sentido del yo, refrescante y aceptable. Los adolescentes que no resuelven con éxito estas crisis de identidad sufren lo que Erikson denomina (confusión de identidad. La confusión toma una de las dos formas: los individuos se aíslan de los pares y la familia, o se involucran en el mundo de los pares y pierden su identidad en la multitud. Existen cientos de papeles que los adolescentes pueden probar, y tal vez la misma cantidad de maneras de desempeñar cada papel, hacia la adolescencia tardía, los papeles vocacionales son centrales para el desarrollo de la identidad especialmente en las sociedades actuales. IV.2.2 Perspectivas actuales. Durante mucho tiempo la adolescencia ha sido descrita como una época de turbulencia emocional. Los adolescentes no están constantemente en un estado de “tormenta y estrés”, aunque los altibajos si aumentan en la adolescencia (Rosemblum y Lewis). Los adolescentes jóvenes pueden estar en la cima del mundo en un momento, y por los suelos al siguiente. En muchos casos, la intensidad de sus emociones parece desproporcionada con respecto a los eventos. Los adolescentes pueden enfadarse mucho, sin saber cómo expresar sus sentimientos. A la menos provocación explotan con sus padres o hermanos, tal vez debido a que emplean el mecanismo de defensa de desplazamiento de sus sentimientos hacia otra persona. Reed Larson y Maryse Richards descubrieron que los adolescentes reportaban más emociones extremas y más sentimientos fugaces que sus padres, por ejemplo, los adolescentes eran 5 veces más propensos que sus padres a reportar sentirse “muy felices” y 3 veces más propensos que sus padres a reportar sentirse “muy tristes”. Estos hallazgos sustentan la percepción de que los adolescentes son temperamentales y volubles. Es importante que los adultos reconozcan que la irritabilidad es un aspecto normal de la adolescencia temprana y que la mayoría de los adolescentes estas épocas temperamentales para convertirse en adultos competentes. Sin 7
embargo, en algunos adolescentes este tipo de emociones puede reflejar graves problemas. Las niñas son especialmente vulnerables a la depresión en la adolescencia. Las fluctuaciones emocionales en la adolescencia temprana pueden estar relacionadas con la variabilidad de las hormonas durante este periodo, la pubertad se caracteriza por cambios hormonales importantes y están asociados con un incremento de las emociones negativas (Archibald, Graber y Brooks-Gunn; Dorn, Williamson y Ryan) y el temperamento se vuelve menos extremoso conforme los adolescentes pasan a la adultez, y esto puede deberse a la adaptación de los niveles hormonales con el tiempo (Rosemblum y Lewis). Con respecto a los estudios que se han logrado a través del tiempo los cuales han generado y entregado información valiosa para el entendimiento de todos los aspectos psicológicos, sociales, biológicos de la adolescencia, y que estos influyen de sobre manera en los procesos educativos no tan solo a nivel académico sino también social. Estos procesos que sufre en adolescente nos da cuenta de lo complejo que es poder realizar cambios significativos en las conductas de manera significativa para un mejor desarrollo en ellos. Además debemos tomar en cuenta que no tan solo estos son un impacto significativo en su crecimiento sino también en ambiente sociocultural en los cuales ellos crecen y se desenvuelven lo cual afecta de forma importante en su desarrollo personal, social y en su autoestima. Estos no llama a que en el aspecto educativo se debe abordar de forma integral todo el desarrollo del adolescente, ya que no solo como un aspecto crítico del adolescente sino que también lo importante que influye los aspectos sociales en la búsqueda de oportunidades y de su identidad la cual de forja de forma significativa en esta etapa y perdura en la adultez.
IV. 3 Autoestima y adolescencia El desarrollo de la personalidad es una constante que se inicia en la primera infancia y continúa a lo largo de todo el ciclo vital. Durante la primera y segunda infancia surgen los rasgos individuales que poco a poco van conformando la forma de ser y de actuar del individuo adulto. La adolescencia, no obstante, es 8
un periodo evolutivo en el que el sujeto deberá confirmar y afianzar aquellas características que fueron mostrándose a lo largo de las etapas anteriores. El adolescente tendrá que conformar la imagen que tiene de sí mismo y definir su identidad. Para ello tendrá que abordar, una serie de tareas que, en ocasiones, resultan bastante complejas, como adoptar un compromiso social de carácter ideológico y religioso, elegir una profesión, definir su orientación sexual y adoptar un estilo propio de vida y de relaciones de acuerdo a una convicción moral propia. En este recorrido hacia la configuración de una forma personal de ser, serán determinantes las influencias mutuas establecidas con progenitores, maestros, cuidadores, iguales, etc. En definitiva, se trata de un periodo de reformulación y diferenciación (L’Ecuyer, 1985). Como se ha señalado anteriormente, este constructo se puede definir como el resultado de las percepciones que uno tiene de sí mismo, basadas en la experiencia con los demás y en las atribuciones que el individuo hace sobre su propia conducta. Esta adquisición va a ser muy importante para el ajuste psicológico y social del adolescente. En este sentido, son muchos los estudios que concluyen que los adolescentes con alto autoconcepto manifiestan pocas conductas agresivas, de burlas o de abuso de los demás. Al mismo tiempo que presentan un mayor número de conductas socialmente aceptadas (Garaigordobil y Durá), tienen mejor sentimiento social y mayor satisfacción con la vida, están más integrados en el aula y son mejor valorados tanto por sus profesores como por sus compañeros (Moreno, Esteve, Murgui y Musitu). En cualquier caso, para entender mejor este periodo desde su inicio a los 11 años aproximadamente hasta el final, en torno a los 20 años, es preciso observar la evolución y la transformación de los contenidos del autoconcepto y los cambios organizativos que se van produciendo a lo largo de lo que podríamos denominar adolescencia temprana, media y tardía. En la adolescencia temprana, que transcurre entre los 11 y los 14 años, los contenidos del autoconcepto son fundamentalmente los que se refieren a las características resultantes de sus cambios físicos, es decir, a todo aquello que tiene que ver con sus nuevos rasgos corporales. En esta imagen que genera el adolescente sobre sí mismo tendrá una enorme importancia la forma en la que 9
sea visto por los demás, y el modo de interpretar él esa visión de los otros. En estos momentos posteriores a la pubertad, el autoconcepto se estructura alrededor de nociones independientes, sin mucha relación entre ellas debido al insuficiente control cognitivo que es necesario para hacer una integración más completa. En la adolescencia media, entre los 15 y 17 años, los rasgos físicos irán disminuyendo su importancia en la concepción de la nueva imagen personal y serán poco a poco sustituidos por aquellos que tienen que ver con sus expectativas de futuro en relación con una concepción particular del estilo de vida. Por esta razón, a partir de ahora, el referente de las autodefiniciones ya no será tanto la descripción de los componentes físicos como el interior psicológico referido a sentimientos y deseos propios. En cuanto a la estructura del autoconcepto se observa como aquellas primeras abstracciones, propias de los años anteriores, van a ir paulatinamente transformándose e integrándose, por lo que es de esperar diferencias conceptuales entre los diferentes contextos en los que el joven vive sus experiencias, es decir, el familiar, el escolar y el de las relaciones con los iguales, pero con una cierta conexión entre los rasgos, aunque estos en algunos casos sean opuestos. Finalmente, en la adolescencia tardía, entre los 18 y 21 años, las relaciones sociales y concretamente los rasgos de los roles que desempeña, así como los valores y creencias personales constituirán los contenidos del autoconcepto. Será en este momento cuando, gracias al desarrollo del pensamiento formal, el individuo adquirirá la capacidad para coordinar abstracciones de orden superior y constituir un autoconcepto coherente e integrador de las diferentes concepciones que en los años anteriores se presentaban aisladas. El adolescente encuentra sus principales fuentes de autoestima en sus padres y en sus iguales. Parece que la influencia ejercida por los padres durante la infancia mantiene un importante influjo en este periodo. Los iguales son un referente en el que se mira el adolescente y constituyen, junto a los profesores y a otras personas significativas del contexto, otras fuentes influyentes en la organización y consolidación del autoconcepto. Son muchos los autores que como Cardenal (1999) señalan que el autoconcepto es el resultado de la interacción con el ambiente y, particularmente, con el resultado de la interacción valorativa con los demás. 10
Una de las primeras y más importantes experiencias del individuo es la de ser querido por los padres. Este sentimiento estará presente cuando tome conciencia de sí mismo durante la adolescencia. La familia aporta reproducción de los modelos sociales, socialización y apoyo emocional y se irá paulatinamente adaptando a los diferentes miembros de la familia a medida que estos van cambiando. De esta manera, la amplia red de interacciones personales desarrollada en el seno familiar y la calidad de las mismas aportarán un referente muy importante para la consolidación del autoconcepto personal durante la adolescencia. Otras personas significativas, entre las que se encuentran los compañeros de estudios y los profesores, también ejercerán una notable influencia en el aprendizaje, reconocimiento, valoración y ejecución de los diferentes papeles sociales a lo largo del proceso de construcción de una imagen de sí mismo, de manera que, primero la influencia familiar contribuirá a la formación de las primeras valoraciones sobre sí mismo y más tarde la de los iguales y la de otras personas relevantes constituirán el referente social necesario para el ajuste y la concepción del autoconcepto.
IV.4 Autoestima en la educación La autoestima es un sentimiento valorativo de nuestro ser, de quiénes somos nosotros, del conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad. Esta se aprende, cambia y se puede mejorar. Está relacionada con el desarrollo integral de la personalidad en los niveles: ideológico, psicológico, social y económico. La autoestima es inherente a todos los seres humanos, es un producto social que se desarrolla en la interacción hombre-mundo, en el proceso de la actividad y la experiencia social y canaliza la actividad del cuerpo y la mente de todas las personas. Su carácter social y desarrollador, la proveen de una extraordinaria significación para la educación de niños, adolescentes, jóvenes y adultos. La autoestima es de naturaleza dinámica, multidimensional y multicausal, es decir, diversidad de influencias que la forman en interacción continua. 11
Desde la década de 1990, con el desarrollo de las corrientes pedagógicas cognitiva y humanista a finales del siglo XX, y por consiguiente el énfasis en la personalidad, el aprendiz y su proceso de aprendizaje, la autoestima ha pasado a engrosar las filas de los conceptos esenciales de la educación en el mundo de la pedagogía científica. Esto se debe a que en la época actual han aumentado las tensiones que intervienen en el dominio de las relaciones humanas debido al terrible progreso realizado por el hombre en el dominio del espacio, el átomo, la molécula y en el desarrollo de la ciencia y la técnica. Para la pedagogía cubana, seguidora de las ideas humanistas de José Martí y otros pedagogos cubanos, del enfoque histórico-cultural de Vigotsky, y resultado de una rica experiencia pedagógica en la etapa revolucionaria desde 1959, la autoestima se convierte en objeto de estudio e investigación debido a su papel en la educación de las nuevas generaciones, en la formación de una cultura general e integral de la población y en la formación de una cultura general e integral de la población y en la instrumentación de principios pedagógicos como son el desarrollo de estrategias de aprendizaje, la unidad de lo cognitivo y lo afectivo, y la formación de un estudiante participante activo en la transformación de la sociedad. Su importancia no se reduce a la escuela sino que es esencial en la educación familiar y en la educación comunitaria. Por otra parte no se limita a una etapa en la vida sino que constituye un detonador e impulsor de la actividad del individuo durante toda su vida: niño, adolescente, joven y adulto. La autoestima influye directamente en la identidad del maestro y del alumno, como expresión de las influencias históricas, sociológicas, psicológicas y culturales que le dan forma a la identidad de ambos. La autoestima alta es importante para todas las personas, específicamente para los docentes, pues le posibilita mayor seguridad, confianza a la hora de conducir el proceso de enseñanza aprendizaje, le permite tener una valoración propia de sus posibilidades de actuar en un momento dado a partir de sus conocimientos y de poder determinar hasta dónde puede llegar en una actividad determinada, le otorga más valor a lo que sabe y a lo que puede ofrecer, se propone nuevas metas, es más creativo y le inspira confianza y seguridad a los alumnos, lo cual le permite desarrollar con éxito su labor. De
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cómo el maestro percibe sus funciones y sus alumnos, es crítico para el éxito de la educación. La práctica pedagógica demuestra que el proceso permanente de diagnóstico identifica los conocimientos y habilidades que posee el alumno así como sus características personales y factores sociales de su entorno, sin embargo, muy pocos diagnósticos conciben el estudio de la autoestima de los alumnos, debido fundamentalmente a la falta de conocimiento teórico al respecto y a falta de instrumentos que permitan medir el nivel de desarrollo de un proceso interno como es la autoestima.
IV.5. Familia
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La familia es un bien esencial para el ser humano, lo que significa que el hombre y la mujer necesitan de la familia para nacer, para educarse y para desarrollarse como personas. Buttiglione (1944) afirma que la familia está en la encrucijada de las cuatro dimensiones fundamentales del hombre y de la mujer: el nacimiento, el amor, el trabajo y la muerte. Ella constituye el espacio humano esencial dentro del cual se verifican los acontecimientos que influyen en forma decisiva en la constitución de la persona y en su crecimiento hasta su madurez y libertad; “Por ello, la familia es considerada, ante todo, no como una institución que se relaciona con otras instituciones sociales, sino como una dimensión fundamental de la existencia, una dimensión de la persona, su modo de ser: el modo más inmediato en el que se manifiesta que la persona existe para la comunión, y que se realiza a sí misma sólo en comunión con otras personas”. En este aspecto consideramos que el valor presente en la familia sigue de una cuantía elevada, siendo esta cuna la principal fuente de aprendizaje del individuo, razón por la cual el autor la designa como preponderante en la encrucijada fundamental del hombre y la mujer. Morandé (1994) caracteriza a la familia como una comunidad destacando tres aspectos relevantes que caracterizan a esta agrupación de personas. a) En que las personas no escogen pertenecer a ella, sino que han nacido en su interior, o se integran libremente pero estableciendo un vínculo que es definitivo y que no está sujeto a revisión; b) en que las responsabilidades no son limitadas ni por monto ni por tipologías, como son las obligaciones contraídas en las distintas sociedades reconocidas por el derecho; y c) en que las funciones y roles sociales son inseparables de la individualidad y subsistencia de las personas que las sirven. En virtud de estas tres características, puede decirse que el vínculo que une a los miembros de una comunidad es de pertenencia y no de carácter funcional” Según este autor, la familia combina tres tipos de relaciones: la filiación, la consanguinidad y la alianza conyugal. Al analizar estas relaciones de acuerdo a la definición anterior, se observa que ellas cumplen las características 14
señaladas porque ninguno de estos tres tipos de relaciones es de carácter funcional, sino que involucra a las personas mismas en su integridad. La familia es, pues, básicamente una comunidad de personas que conforma la célula social más pequeña y como tal, y en cuanto tal, es una institución fundamental para la vida de la sociedad. Precisamente por ser una comunidad de personas, la familia cumple en la sociedad una función básica humanizadora. Vidal (1986) afirma que esta función se concreta de diversos modos según las épocas históricas y las variaciones culturales, y que en la actualidad, la función humanizadora de la familia se pone de manifiesto en una doble vertiente: su dinamismo personalizador y su fuerza socializadora. Según Vidal (1986), reafirma el dinamismo que presenta la familia, la cual va cambiando y adaptándose a los distintos cambios culturales de la época en la cual se desenvuelve y siendo esas funciones en la actualidad su adaptabilidad a los paradigmas de la época y su fortaleza en la creación de seres aptos para vivir en sociedad. En cuanto a la formación de la identidad personal, la familia contribuye a ella ante todo porque es el lugar de la pertenencia, simbolizada por el apellido –que alude a esa realidad mayor a la que pertenecemos, pero que nos trasciende individualmente– y el nombre, que nos aporta una especificidad individual no intercambiable. “Esta experiencia de nombrar a otros y de ser nombrados por ellos constituye el núcleo de la cultura oral y está vinculada, por lo dicho, de manera estrecha a la familia, no existe, hasta la fecha, un sustituto funcional de la familia a este respecto. Ella sigue siendo el lugar donde se nombra a cada persona y donde se le enseña a nombrar todas las cosas, dando forma así, a aquellas dimensiones de la identidad personal que no son elegibles por el arbitrio o deseo individual” (Morandé, 2004). Este vínculo de pertenencia que une a los miembros de la familia, hace que ella sea una de las instituciones sociales que más contribuyen a la formación de la libertad y de la conciencia moral. En palabras de Juan Pablo II, la familia es un camino para el ser humano, el primero y el más importante de los caminos. “Es un camino común aunque 15
particular, único e irrepetible, como irrepetible es todo hombre. Un camino del cual no puede alejarse el ser humano. En efecto, él viene al mundo en el seno de una familia, por lo cual puede decirse que debe a ella el hecho mismo de existir como hombre. Cuando falta la familia, se crea en la persona que viene al mundo una carencia preocupante y dolorosa que pesará posteriormente durante toda su vida. Normalmente el hombre sale de la familia a realizar, a su vez, la propia vocación de vida en un nuevo núcleo familiar. Incluso cuando decide permanecer solo, la familia continua siendo, por así decirlo, su horizonte existencial como comunidad fundamental, sobre la que se apoya toda la gama de sus relaciones sociales, desde las más inmediatas y cercanas hasta las más lejanas” (Juan Pablo II, 1994). Variedad de familia. Virtualmente casi todo los individups tienen dos tipos de familia en su vida. La primera corresponde a la familia Originaria, es decir, aquella en la cual nacemos, la cual nos entrega cuidado y protección como a la vez nos inserta de a poco a la sociedad por medio de la socislización. El segundo tipo de familia corresponde a la Familia Procreativa, la cual se inicia por medio del matrimonio procrear o adoptar nuevos integrantes. La relación entre estos dos tipos de familia puede ser complicado y de este modo, la sociedades necesitan normas que regulen las relaciones, como a su vez que asignen roles funcionales a las distintas familias. Las sociedades de todo el mundo buscan dar respuestas a preguntas tan repetidas y necesarias de solucionar; ¿Qué es una familia? ¿Quiénes componen una familia? ¿Cómo se eligen los esposos? ¿Quiénes toman las decisiones? Entre otras más. En base a la necesidad de respuestas de estas y otras interrogantes, los sociólogos se han centrado en el estudio y la comprensión de la composición de la familia, las normas que la regulan, los deberes y obligaciones que deben cumplir en su dinámica interior. Por esta razón dar una respuesta definitiva a la definición de familia dependerá de su contexto socio-cultural que les rodea. No obstante a ello podemos determinar que; “Familia es un grupo de dos o más personas relacionadas por lazos sanguíneos, matrimoniales o de adopción quienes viven juntos por un 16
periodo, comparten recursos materiales y económicos y son responsables de la primera etapa
de
socialización de los niños/as.” (introducción a la
sociología/Jorge Gilbert Ceballos/Pag.260.) Al Observar esta definición podemos apreciar dos tipos principales de familias. La primera de ellas es la familia Nuclear la cual está conformada por un matrimonio y sus hijos, quienes viven lejos de sus respectivas familias originarias. En esta familia la relación entre los esposos es la relación principal que conlleva a que este grupo se mantenga unido, denominado comúnmente como la unidad conyugal. El segundo tipo de Familia es la que predomina en gran parte de lo que llamamos tercer mundo y es la que se denomina como Familia Extensa la cual incluye a los tíos, abuelos, primos, y otros parientes relacionados y actuando de una forma muy cercana en la mayoría de las situaciones. En este tipo de familia los lazos sanguíneos son considerados como más importantes que los vínculos
conyugales
y
normalmente
se
les
consigna
como
familias
consanguíneas. Teorías Sociológicas de las familias Los estudios sistemáticos de las familias se iniciaron en Europa, con los escritos de los primeros sociólogos, antropólogos y economistas. Los nombres de los más influyentes pensadores durante la última parte del siglo XIX y las primeras décadas de siglo XX, donde se incluye a Auguste Comte, Karl Marx, Friedrich Engels, Max Weber y Emile Durkheim entre los más conocidos. Sus interpretaciones científicas se enfocaron más que nada en el macrocosmos de las sociedades, visualizando a las familias como un importante elemento de la organización social, donde sus contribuciones siguen siendo relevantes en los actuales estudios y ensayos sobre el análisis de las sociedades actuales y sus componentes y del funcionamiento de las familias en nuestra sociedad actual. (Introducción a la sociología/Jorge Gilbert Ceballos/Pag.264.) Análisis estructural-funcionalista de la familia.
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Este paradigma teórico se concentra en el estudio de varias importantes funciones sociales realizadas por la familia, las que consideradas dentro del contexto familiar, conforman la columna vertebral de la sociedad. Sin embargo a pesar de las diversas variaciones en las formas es posible encontrar la casi misma consistencia en el funcionamiento social de la institución familiar. Básicamente el presente paradigma aborda el funcionamiento interno de las familias y sus distintas funciones que deben cumplir con el objeto de proveer a las necesidades internas del grupo familiar, funciones que se presentan en las distintas sociedades a la cuales pertenecen. En donde se creará una visión general de cada una de las funciones que se llevan a cabo en las familias. -
Regulación Sexual: Como primera medida es necesario denotar que no existen sociedades que promuevan la libertad sexual amplia y total. Aunque las sociedades poseen distintas normas sexuales todas ellas imponen un cierto control acerca de quién y con quien se puede establecer una relación sexual. Esta situación incluye a aquellas sociedades que aceptan las relaciones pre y extramaritales como una medida de orientar y reforzar el control social. Estimular a las personas a contraer nupcias y desarrollar actividades sexuales dentro del matrimonio, tiende a asegurar que los hijos tendrán la protección y el
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cuidado requerido Reproducción: Para sobrevivir una sociedad necesita reproducir niños/as que reemplacen a los adultos y a los ancianos que fallecen, una tarea históricamente asignada a las familias. En ciertas sociedades como por ejemplo Uganda los matrimonios pueden ser disueltos si la esposa es estéril. En las sociedades industriales y modernas las familias con niños son compensadas con deducciones de impuestos, subsidios y otros tipos de
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beneficios sociales. Socialización: Para reemplazar a los individuos que regularmente fallecen una sociedad necesita no solo la reproducción bilógica de sus miembros, sino que también la transmisión de los valores, pautas y normas culturales requeridos para su estabilidad y preservación. En este sentido el proceso de socialización es un proceso continuo y que solo se modifica para adecuarse a la dinámica evolutiva de la sociedad. Es decir la socialización es constante, pero su contenido se modifica de acuerdo a los cambios tecnológicos y culturales que la sociedad experimenta en sus diferentes niveles y funciones. La familia 18
entonces es el agente socializador más importante de una sociedad debido a que los padres son los más interesados en que sus propios hijos alcancen los -
niveles más altos de sus respectivas sociedades. Cooperación Económica: Junto a la socialización los integrantes de las familias también necesitan cuidado y protección física tales como alimentos vestuario, vivienda y medicinas. Esta tarea es una función económica fundamental de las familias, la cual facilita enormemente la tarea de la socialización. Los miembros de una familia cooperan y operan entre sí como una verdadera unidad económica-social en donde cada miembro es afectado en igual forma por los problemas o mejoramientos financieros y materiales del
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núcleo familiar. Seguridad Emocional: Finalmente la familia es el centro de la vida emocional, otro componente básico de la personalidad de los individuos. La relación que se generan entre la familia dura toda la vida y contienen fuertes reacciones emocionales tanto positivas como traumáticas en las actuaciones y relaciones futuras con otros individuos. Bajo esta mirada podemos determinar que la familia es la principal reguladora de un ambiente adecuado para el desarrollo de los niveles de autoestima y autocuidado del individuo, siendo las anteriores funciones una muestra importante del valor protector de los integrantes de este núcleo social.
IV.5.2 La Familia como contexto de aprendizaje.
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Los contextos de aprendizaje de los niños están conformados por todas aquellas actividades organizadas que tienen lugar rutinariamente y en las que el niño participa; actividades donde tanto él como los demás individuos tienen roles asignados y donde las relaciones interpersonales son sumamente importantes. Serían contextos de aprendizaje, por ejemplo, la familia, la escuela, o el grupo de amigos. El contexto que rodea al niño son sus principales fuentes de aprendizaje en donde las tareas cotidianas del día a día generan una enseñanza que tras la repetición de ellas se convierten en un aprendizaje. Entendidas como contextos de aprendizaje, las actividades que se dan en todas estas situaciones hacen posible que el niño observe, participe e incorpore modelos de acción cada vez más complejos. La familia puede abordarse como un contexto educativo, entendiendo como tal: el conjunto de actividades que se realizan dentro de su ámbito, la construcción del conocimiento como producto de las relaciones entre padres e hijos y los procesos de influencia educativa relacionados con la especificidad de este contexto institucional. Al analizar este contexto se trata de los dispositivos a través de los cuales los padres, al actuar como educadores, consiguen ajustar su ayuda a las necesidades de construcción del conocimiento de los niños sobre distintos significados culturales alrededor de los cuales se organiza la actividad conjunta. La familia, además de ser la transmisora de la herencia genética, representa el primer contexto social donde el niño o la niña se desenvuelven. Por lo tanto, es el pilar básico de la educación y la socialización porque la personalidad infantil se forma en la relación con los demás y de la calidad de las experiencias familiares va a depender la madurez y el equilibrio emocional del niño o la niña. En la familia ocurren implícita y sutilmente aprendizajes a través de actividades y relaciones que si bien, no tienen una evidente intención de enseñar, producen
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aprendizaje Desde una perspectiva cognitiva, hay un aprendizaje intuitivo que ocurren durante los primeros años: Según Gardner; “Durante los primeros años de vida, los niños de todo el mundo dominan una asombrosa serie de competencias con poca tutela formal. Llegan a ser competentes para cantar canciones, montar en bicicleta, bailar, estar al tanto de docenas de objetos en casa, en la carretera, o por el campo. Además, aunque de un modo menos visible, desarrollan sólidas teorías acerca de cómo funciona el mundo y sus propias mentes. Son capaces de anticipar qué manipulaciones harán que una máquina no funcione adecuadamente; pueden propulsar y coger pelotas en condiciones diversas; son capaces de engañar a alguien en un juego, del mismo modo que pueden reconocer si alguien intenta hacerles una mala pasada jugando. Desarrollan un sentido penetrante acerca de lo que es verdad y falsedad, bueno y malo, bello y feo — sentidos que no siempre concuerdan con los criterios comunes, pero en los que demuestran ser notablemente prácticos y vigorosos”. Estos primeros aprendizajes que ocurren en el seno familiar, alrededor de los 5 y 6 años, se adquieren a través de “la combinación de modalidades sensoriomotrices de conocer, con las capacidades de utilización de símbolos de primer orden. De forma metafórica, son denominados “tejido hecho en casa” y tienen una fuerte influencia en el modo de enfrentar nuevas materias a aprender.
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El clima social familiar. Hablar de clima familiar no es fácil, pero todos alguna vez hemos tenido la oportunidad de captar cómo es el clima de una familia. Hemos vivido la propia y hemos compartido algunos ratos con otras familias. Moos (1994) “considera que el clima social familiar es la apreciación de las características socioambientales de la familia, la misma que es descrita en función de las relaciones interpersonales de los miembros de la familia, los aspectos de desarrollo que tienen mayor importancia en ella y su estructura básica.” El ser humanos es un sujeto integral donde la biología, la Psiquis y la sociedad generan un todo y este todo se desarrolla en diferentes contextos: plano laboral, académico, familiar, social, etc. Moviéndose los estudiantes en tres grandes medios: familiar, escolar y social. En este último, el ambiente es el barrio, la comunidad local, la ciudad o la comunidad nacional. Los dos primeros tienen mucha importancia durante los primeros años de vida: desde la infancia a la juventud. Aquí reciben la influencia de los adultos, padres y maestros, favoreciendo los factores protectores y controlando los factores de riesgo. En función a lo expuesto es que Zimmer, Gembeck y Locke (2007) definen que: “el clima familiar está constituido por el ambiente percibido e interpretado por los miembros que integran la familia, y ha mostrado ejercer una influencia significativa tanto como en la conducta, como en el desarrollo social, físico, afectivo e intelectual de los integrantes” Apreciando lo que argumenta Lila y Buelga (2003) en donde afirma que: Un clima familiar positivo hace referencia a un ambiente fundamentando en la cohesión afectiva entre padres e hijos, el apoyo, la confianza e intimidad y la comunicación abierta y empática; se ha constatado que estas dimensiones potencian el ajuste conductual y psicológico de los hijos. Un clima familiar negativo, por el contrario, carente de los elementos mencionados, se ha asociado con el desarrollo de problemas de comportamientos en niños y adolescentes caracterizado por los problemas de comunicación entre padres e hijos adolescentes, así como la carencia de afecto y apoyo, dificulta el desarrollo de determinadas habilidades sociales en los hijos que resultan fundamentales para la interacción social. 22
Según Rodrigo y Palacios (1998) Entorno familiar es: “el conjunto de escenarios donde tiene lugar la interacción cotidiana y desde donde los padres vertebran el desarrollo infantil y lo llenan de contenido” Problemas e inconsistencia Familiares perjudiciales al ámbito socioemocional familiar. Ningún sistema familiar es enteramente lógico y coherente. A pesar que las tendencias de la sociedad expresadas a través de sus diferentes pautas de regulación de conductas sociales lo admitan así. Siendo muchas de las conductas ocurridas en las distintas familias como distintas a lo que presenta la sociedad idealista. Una de la muchos motivos por los cuales suceden estas situaciones que salen de la norma adyacente son las características de los seres humanos, los cuales no son seres completamente racionales y consistentes en sus creencias y acciones. Más aún en el ámbito denominado orden moral el cual sufre continuas modificaciones colectivas como resultado del cambio social generando una mayor o menor disposición por parte de los miembros de las familias para adaptar o resistir nuevos valores sociales. Por otra parte las familias de mayores recursos económicos y de poder se encuentran en mejores posiciones para promover modificaciones sociales que incluyen; normas, valores e ideas consistentes con su interés de clase e imponerlos al resto de la sociedad adaptados a su propio estilo de vida. El resto de la sociedad, especialmente los de menores recursos económicos se les hace complejo vivir bajo estos estándares familiares por factores inherentes a las necesidades económicas que presentan. Lo anterior produce incongruencia en el sistema familiar y se hace visible a través de la desigualdad observada entre los componentes femeninos y masculinos de la familia , cuidado inapropiado o abandono de los hijos, interminables polémicas respecto al divorcio, aborto y violencias domésticas. Violencia en la familia. las relaciones entre los miembros de las familias no siempre son ideales, agradables, amorosas y respetuosas entre sí. Las sociedades modernas presentan, cada vez más la triste realidad de un creciente aumento de la 23
violencia familiar, entendida también como un abuso psicológico, emocional, físico o sexual de uno de sus miembros por otro o por otros. Resulta inconsistente entonces hablar de amor, cariño y niveles de autoestima optimo en el hogar mientras se presentan crecientes manifestaciones de violencia y abuso en contra de alguno de sus miembros. Violencia en contra de la esposa Un artículo de un periódico sensaciona-lista de Ecuador publicaba una noticia la cual decía: "La primera vez que me golpeó fue después de ocho años de matrimonio. Yo me encontraba en mi hogar, cocinando como de costumbre, cuando llegó, abrió la puerta y comenzó a gritarme que la casa olía a grasa. Al responderle que nuestro hogar tenía el mismo olor de siempre procedió a golpearme en frente de nuestros hijos... más tarde me dijo que había perdido su empleo después de quince años de trabajar en el mismo lugar como obrero electricista". El estereotipo más común de violencia familiar sugiere, tal como lo pareciera Indicar la noticia del periódico ecuatoriano, que ésta ocurre en las familias de clase baja, especialmente entre individuos hombres de escasa educación, que beben mucho, y que como resultado golpean a sus esposas. En realidad el uso de la violencia en contra de las esposas existe en todas las clases sociales, grupos raciales y étnicos, independientemente del nivel de educación, posición social o recursos económicos de la familia. Indudablemente que el uso de alcohol, problemas financieros, psicológicos o desempleo pueden hacer peor las cosas, pero sin lugar a dudas la violencia familiar afecta todos los estratos sociales. Violencia en contra de los niños. Este tipo de violencia no es fácil de explicar ya que presenta una gran diversidad de facetas y variaciones, cuyo nivel, depende fundamentalmente de la definición utilizada. En ese sentido este tipo de violencia también ocurre en distintos tipos de sociedades y culturas sociedades e incluye una variedad de formas tales como el abuso psicológico, físico, sexual o una combinación de ellos. El uso de formas de la violencia psicológica en contra de los niños se 24
expresa generalmente por medio de acciones y situaciones que ocurre entre los adultos tales como divorcios, separaciones, peleas, riñas, violencia física entre los cónyuges, padres alcohólicos y drogadictos, entre otras. La violencia física se expresa a través de golpizas y castigos corporales, a veces excesivos y frecuentes, especialmente con los hijos pequeños. Como resultado los niños desarrollan fuertes traumas y completos que afectan sus conductas y personalidades por el resto de sus vidas y bajos niveles de autoestima. Las razones porque este tipo de situaciones ocurren son difíciles de precisar a pesar que el abuso físico de los niños no es un fenómeno reciente. Algunos de los factores más comunes incluyen: la actitud de considerar a los niños como una pertenencia de los padres, quienes creen que poseen derechos extensivos sobre sus hijos; la creencia generaliza-da de que el uso de la violencia es un mecanismo legítimo para alcanzar los objetivos propuestos por la sociedad a través de los padres; la gran cantidad de frustraciones y tensiones que afectan a los padres debido a propios traumas, problemas relacionados con sus empleos, necesidades económicas y problemas financieros. El abuso sexual dentro de la familia constituye otra forma de violencia bastante común a través de la historia de las sociedades. A pesar de todo, muy poco se conoce al respecto debido a que la mayoría de las veces no es posible detectarlo a tiempo o simplemente se mantienen en secreto para no exponerse a situaciones de reprobación y repudio social. (introducción a la sociología/Jorge Gilbert Ceballos/ Pag 273).
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