Manual para Escribir PoesÍa

“MANUAL PARA ESCRIBIR POESÍA” Por Miguel Mondragón

INTRODUCCIÓN

Este sencillo manual tiene como propósito servir de guía en la creación de escritura poética a un nivel básico, puesto que, desde mi manera de ver las cosas, no es necesario ser un experto con un amplio conocimiento literario para comenzar a visualizarnos como escritores y poetas. Aquí encontraremos cuatro aspectos muy simples para considerarlos en el inicio del arte de las letras y los poemas: 1) la idea como elemento creativo, 2) la capacidad de la observación, 3) el tiempo y la disciplina de la escritura, y 4) la sencillez en las palabras. De estos elementos se resume que la idea es algo que está siempre ahí, esperando ser descubierta por alguien más. Entonces el poeta aparece y, por medio de la reflexión y la observación, encuentra lo que se consideraba olvidado; lo revive, lo escribe y lo cuenta de manera sencilla y entendible para sí mismo o para otros. Llevando a la práctica de estos sencillos pasos, estoy seguro que la poesía habrá descubierto a un nuevo escritor: ¡tú!



P á g i n a | 2 PRIMERA PARTE “LA IDEA COMO ELEMENTO DE CREATIVIDAD”

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La idea es un aspecto básico para el desarrollo de poesía, ya que representa la parte creativa en el ser humano. Por ejemplo: si un empresario desea diversificar sus fuentes de ingresos, debe hallar la forma de encontrar aquellas ideas que le ayuden a llevar a cabo su propósito, es decir, necesita apoyarse en su creatividad. Así como el empresario, el poeta requiere de las ideas para construir sus coplas. Pero, ¿de dónde surgen las ideas? ¡Las ideas están en todas partes!, sólo hay que descubrirlas al poner atención en todo aquello que nos rodea y que a los ojos de los demás podría pasar

desapercibido: un sentimiento de alegría o nostalgia en nosotros o en alguien más, un paisaje poco común que nos despierta un mundo diferente, un hecho o circunstancia que sucedió en la calle y que nos dejó alguna reflexión, un pequeño animalito que se cruzó en nuestro camino, una cosa que está olvidada… P á g i n a | 3 Como señala Jorge Luis Borges citando a Bradley: “uno de los efectos de la poesía debe ser el darnos la sensación no de encontrar algo nuevo, sino de recordar algo olvidado”. Entonces, vayamos en busca de eso que se ha olvidado. A quien no le encantaría decir: ¡Eureka, descubrí una idea!; es como un reto que adquiere relevancia cuando se busca algo afanosamente hasta encontrarlo. Y cuando eso sucede, si lo intentamos con todo nuestro deseo (recalcar que los pensamientos son cosas que pueden transmutar hacia lo tangible cuando ese deseo en su realización se intensifica), seremos capaces de transmitir belleza por medio de las letras. Recuerda algo muy valioso e importante: no hay que ser un erudito en la materia (poseer un conocimiento vasto en literatura) para crear poesía, y sólo aquél que descubre ese maravilloso mundo llega a convertirse en un verdadero poeta y escritor.

P á g i n a | 4 SEGUNDA PARTE “LA CAPACIDAD DE LA OBSERVACIÓN”

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¿Por qué debemos ser muy observadores si deseamos crear poesía? No es cosa del otro mundo. Mira: el poeta es como un deportista que necesita ejercitar su mente para estimular su pensamiento y creatividad a través de la observación, ya que este trabajo le permite meditar y reflexionar, al mismo tiempo que aumenta su nivel de comprensión sobre las cosas de este mundo. La observación, en su definición más básica, nos dice que es la “adquisición activa de información a partir del sentido de la vista. Se trata de una actividad realizada por un ser vivo (humanos, animales, etc), que detecta y asimila los rasgos de un elemento utilizando los sentidos como instrumentos principales”. Por tanto, este ejercicio de observar el mundo cosificado nos trae información necesaria para el propósito de escribir.

P á g i n a | 5 Para la gente común, por ejemplo, observar a una hormiga (si es que todavía las miran) es algo insignificante, pero si nos detenemos en su camino podremos darnos cuenta que hay más detalles allí: veremos a un ser tan pequeño en dimensiones físicas pero tan inmensamente inteligente en sus formas de organización que, genéticamente, ya tiene establecidas, además de su fascinante comunicación química y táctil.

¿Qué significa esto? Aquello que se ha olvidado por los demás es, desde mi punto de vista, lo más valioso para expresar.

P á g i n a | 6 TERCERA PARTE “EL TIEMPO EN LA DISCIPLINA DE LA ESCRITURA”



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Contar con un poco de tiempo es indispensable para crear nuestra poesía. ¿Por qué necesitamos de los segundos, los minutos, las horas…? Imaginemos que vamos de paseo por un lugar que nos gusta visitar frecuentemente. Ya de regreso en la tranquilidad del hogar, después de esa caminata muy estimulante, sería padrísimo escribir nuestras impresiones y reconstruir aquellas escenas por las que anduvimos para ponerlas a los ojos de alguien más o simplemente para nuestro placer. ¡Es algo fantástico!, ¿no crees? ¡Pues manos a la obra!, porque emplear un par de horas diarias nos conducirá, sin duda alguna, a desarrollar la disciplina de la escritura y la convertirá en algo que sólo nosotros podremos crear: poesía.

P á g i n a | 7 Como anécdota, se dice que Dostoievski se encerraba durante horas para realizar su trabajo literario, y que le debían pasar la comida por debajo de la puerta. El ejemplo anterior nos habla de la disciplina tan férrea que tenía este tremendo escritor, mas lo que ahora me interesa es que ustedes tengan la idea no del aislamiento sino de la determinación, la perseverancia y el esfuerzo para conseguir lo que queremos. Pero, ¿qué sucederá si no puedo escribir de inmediato o, por más que pienso, no se me ocurre nada? ¡No hay que temer! Los escritores, en algún momento, pasamos por algo similar, y lo resolvemos no forzando la escritura, es decir, dejamos que todo germine con el tiempo para que cuando esté listo, como si tuviera vida propia, tranquilamente vea la luz lo que queremos escribir. También es muy importante que seamos pacientes con nosotros para no desesperarnos, y siempre pensar que el tiempo es el mejor aliado que tenemos.



P á g i n a | 8 CUARTA PARTE “LA SENCILLEZ EN LAS PALABRAS”

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La rima es lo más bello de un poema porque le dota de un sentido de poder y de belleza pura, por eso es necesario elegir las palabras a emplear sin la mayor complicación posible. ¿Por qué? ¡No pretendamos volar sin antes dar el primer paso! Con el paso del tiempo, cuando hayamos leído poesía más elaborada o de autores más reconocidos, podremos cambiar (si así lo decidimos) de un lenguaje simple, aunque no menos importante, a otro de poco uso o de significado menos conocido, pues depende del estilo propio de cada escritor. Y esto, de alguna manera, nos favorecerá porque poco a poco irá construyendo nuestra identidad como escritores.



P á g i n a | 9 Por tanto, es necesario revisar varias veces (o cuantas sean necesarias) nuestros poemas escritos para darles la mayor fuerza y claridad posible; que sean capaces de transmitir lo que nosotros pretendemos con ellos, y que el mensaje le llegue al lector, si es posible, de una manera inmejorable (amena e interesante). Hay veces, cabe señalarlo como algo muy importante, que los poemas no están en rima, y eso no quiere decir que no sean buenos poemas sino que tienen una estructura diferente. Me despido de ustedes con un abrazo cordial, queridos amigos, y mi deseo es que todos escriban, en algún punto de sus vidas, las coplas más bellas que salgan de su puño y letra (o de las teclas en su ordenador). ¡Que el mundo sepa que ustedes existen a través de sus versos!

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