Manual Etologia Canina

July 30, 2017 | Author: Roberto Estevez | Category: Anxiety, Attachment Theory, Anxiety Disorder, Phobia, Behavior
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Descripción: Completo manual de etología canina que seguro te será de gran ayuda como consulta....

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La editorial de los veterinarios animales de  compañía

El autor describe con detalle en qué consiste cada trastorno, qué causas se le atribuyen y qué tratamiento se puede aplicar: educación del propietario, cambios de conducta o del entorno, administración de fármacos, feromonoterapia... En todos los casos, se incluye información interesante para el veterinario, con consejos y trucos relacionados con el manejo de la patología en cuestión que le ayudarán a entenderlo mejor y a enfrentarse a su resolución con mayor seguridad. En la sección Apéndices, disponible en www.grupoasis.com/ libro/etologia, el lector encontrará material adicional para su consulta o para descargar y emplear en su práctica diaria. Modelos de cuestionarios y documentos de utilidad en la práctica clínica, protocolos y consejos para manejar al perro y bibliografía de apoyo para el propietario contribuirán a que esta obra sea más práctica y útil para el profesional veterinario.

Apéndices disponibles en

www.grupoasis.com/libro/etologia

Manual de etología canina

Este manual de etología canina da a conocer de forma muy amena los diferentes trastornos de la conducta en la especie canina: desde la ansiedad por separación a las conductas agresivas, pasando por los miedos y las fobias o los problemas de eliminación o destructividad.

Pablo Hernández Garzón

Manual de etología canina Manual de

etología canina Pablo Hernández Garzón

Características Técnicas Autor: Pablo Hernández Garzón. Formato: 17 x 24 cm. Número de páginas: 212. Número de imágenes: 64 (más 48 tablas y cuadros). Encuadernación: Tapa rústica. ISBN: 978-84-92569-94-6 Año: 2012. PVP: 50 e

Este manual de etología canina da a conocer de forma muy amena los diferentes trastornos de la conducta en la especie canina: desde la ansiedad por separación a las conductas agresivas, pasando por los miedos y las fobias o los problemas de eliminación o destructividad. El autor describe con detalle en qué consiste cada trastorno, qué causas se le atribuyen y qué tratamiento se puede aplicar: educación del propietario, cambios de conducta o del entorno, administración de fármacos, feromonoterapia... En todos los casos, se incluye información interesante para el veterinario, con consejos y trucos relacionados con el manejo de la patología en cuestión que le ayudarán a entenderlo mejor y a enfrentarse a su resolución con mayor seguridad. En la sección Apéndices, disponible en www.grupoasis.com/ libro/etologia, el lector encontrará material adicional para su consulta o para descargar y emplear en su práctica diaria. Modelos de cuestionarios y documentos de utilidad en la práctica clínica, protocolos y consejos para manejar al perro y bibliografía de apoyo para el propietario contribuirán a que esta obra sea más práctica y útil para el profesional veterinario.

Dirigido a veterinarios, alumnos y veterinarios recién licenciados y propietarios.

Centro Empresarial El Trovador, planta 8, oficina I - Plaza Antonio Beltrán Martínez, 1 • 50002 Zaragoza - España Tel.: 976 461 480  •  Fax: 976 423 000  •  [email protected]  •  www.grupoasis.com • Grupo Asís Biomedia, S.L.

La editorial de los veterinarios

Pablo Hernández Garzón Curriculum vitae Licenciado en Veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid en el año 1991. Después de dedicar varios años a la clínica general de pequeños animales, en 1998 y después de haber realizado varias estancias en el Hospital Clínic Veterinari de la UAB (Universidad Autónoma de Barcelona), en la consulta de etología clínica, empieza a combinar la consulta general con la de especialidad en etología. En el año 2000, viaja a Inglaterra, donde se forma en el Animal Welfare & Human-Animal Interactions Group de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). En el año 2003, es nombrado Profesor Honorífico del Departamento de Medicina y Cirugía Animal de la UCM, cargo que ostenta hasta la actualidad. Miembro del grupo de trabajo de Etología de AVEPA (Asociación de Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales). Ponente habitual en el Máster de Etología Clínica de la UAB de Barcelona, en los Seminarios de Formación Continuada de AVEPA y en congresos nacionales e internacionales. Colaborador en la sección Etología y educación del programa de radio “Como el perro y el gato” en Onda Cero, y autor del libro “Un perro en el diván” (Ed. La esfera de los libros, 2008). Actualmente, es el director veterinario de la página Web etologiaveterinaria.com, dedicando la mayor parte de su tiempo a las consultas de comportamiento de perros y gatos, realizando la entrevista inicial para el diagnóstico del problema, así como el seguimiento de cada caso.

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Manual de etología canina índice de contenidos 1. Comportamiento normal del perro Orígenes y domesticación Comportamiento social canino

3. Principios de tratamiento en problemas de la conducta Modificación de la conducta y aprendizaje

Comportamientos agonísticos. Teoría de la dominancia

Principios del aprendizaje

Conductas afiliativas. El juego

Limitaciones para el aprendizaje

La comunicación en los perros

Técnicas de modificación de la conducta

Comunicación olfativa

Modificación del entorno. Enriquecimiento ambiental

Comunicación auditiva

Enriquecimiento ambiental en perros

Comunicación visual Fallos en la comunicación Desarrollo conductual del perro. Implicaciones en el perro adulto

Farmacología de la conducta Psicofarmacología clínica Nutracéuticos y feromonas Castración y esterilización

Desarrollo temprano de la conducta

Efectos sobre la conducta en el perro

Consecuencias de las experiencias tempranas en el perro adulto

Efectos sobre la conducta de la perra

Conducta en la etapa adulta Conducta en el perro geriátrico

2. La consulta de etología clínica ¿Dónde realizar la consulta de comportamiento?

Castración química

4. Problemas de agresividad ¿Por qué es agresivo un perro? El conflicto social y la competitividad El miedo

La consulta en la clínica veterinaria

La territorialidad y la defensa del grupo social

La consulta a domicilio

Las hormonas sexuales

¿Cómo realizar la consulta de etología? La historia clínica y la entrevista con el propietario Diagnóstico de los problemas de comportamiento Pronóstico en etología clínica y expectativas realistas Tratamiento de las alteraciones de la conducta

Diagnóstico en los problemas de agresividad Complicaciones en el diagnóstico. Diagnóstico diferencial ¿Cómo se manifiesta la agresividad? La serotonina y la agresividad El papel del aprendizaje Análisis de riesgo y pronóstico. ¿Cuándo remitir?

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Tratamiento de los problemas de agresividad en el perro Modificación del ambiente y del manejo del animal Agresividad por causa orgánica Los perros agresivos y los niños Caso clínico

5. Ansiedad por separación ¿Qué es la ansiedad por separación? Definición Concepto de ansiedad ¿Por qué aparece la ansiedad por separación? Consideraciones generales Factores predisponentes Situaciones o factores desencadenantes Diagnóstico Signos clínicos Papel del hiperapego en el diagnóstico de la ansiedad por separación Diagnóstico diferencial en ansiedad por separación Tratamiento

Causas y factores predisponentes Diagnóstico Diagnóstico diferencial Tratamiento Problemas relacionados con el estado emocional Causas y factores predisponentes Diagnóstico Tratamiento Marcaje con orina Causas y factores predisponentes Diagnóstico Diagnóstico diferencial Tratamiento Pronóstico de los problemas de eliminación Problemas de vocalización ¿Por qué ladran los perros? Diagnóstico Tratamiento Pronóstico Conducta destructiva ¿Por qué rompen cosas los perros?

Educación del propietario

Diagnóstico

Modificación del entorno

Tratamiento

Terapia de modificación de la conducta

Pronóstico

Tratamiento farmacológico

Caso clínico

Feromonoterapia Pronóstico en casos de ansiedad por separación Caso clínico

6. Eliminación, vocalización y destructividad Eliminaciones inapropiadas Diagnóstico general de los problemas de eliminación Problemas relacionados con el aprendizaje de la conducta

7. Problemas de miedos y fobias ¿Qué es el miedo? Diferencias entre miedo y fobia Causas del miedo y las fobias Manifestaciones y respuestas ante el miedo El miedo y las fobias en la práctica clínica Miedos y fobias más frecuentes Fobia a los ruidos fuertes Miedo hacia las personas, los perros y los entornos urbanos Caso clínico

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8. Otros problemas de conducta Conductas compulsivas en perros ¿Por qué aparecen las conductas compulsivas? ¿Cómo se desarrollan? Diagnóstico Tratamiento Cambios en el ambiente y manejo del animal Problemas de comportamiento en perros geriátricos Síndrome de disfunción cognitiva Etiopatogenia Presentación clínica Diagnóstico

Diagnóstico diferencial Tratamiento Miscelánea Tirar de la correa Tratamiento Mordeduras durante el juego Tratamiento Pica. Coprofagia Tratamiento Caso clínico

Referencias Índice alfabético

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Ansiedad por separación

Ansiedad por separación Los problemas de conducta que se manifiestan cuando el dueño se separa del perro siguen siendo uno de los principales motivos por los que el propietario busca consejo profesional. En muchas ocasiones, las quejas (incluyendo anónimos y denuncias) de los vecinos por las molestias que provoca el animal y los daños causados a la vivienda son los que motivan la consulta; pero, cada vez con más frecuencia, los propietarios buscan ayuda, además, porque perciben que el perro sufre cuando se queda solo. Sin embargo, todavía, la visión más generalizada por parte de los propietarios es que el animal se comporta de manera inapropiada como “castigo” o en represalia por haberle abandonado.

Aunque no se sabe con seguridad, el número de perros regalados, abandonados o sacrificados por estos problemas probablemente sea muy elevado. Es fundamental que los dueños comprendan que la ansiedad por separación es un problema: a Potencialmente muy serio, ya que al deteriorarse de manera importante la relación entre el perro y el propietario, éste puede decidir dar el animal a otra persona, en adopción, abandonarlo o incluso sacrificarlo. b Que tiene tratamiento. Los perros con este problema pueden mejorar sustancialmente, siempre y cuando se sigan unas recomendaciones de tratamiento adecuadas y se tenga un poco de paciencia.

¿Qué es la ansiedad por separación? Definición La ansiedad por separación es un problema de comportamiento que aparece únicamente en los momentos en los que el perro es separado físicamente de su propietario (o propietarios) y que se manifiesta por reacciones de ansiedad en dichas situaciones. Los tres signos que clásicamente se relacionan con la ansiedad por separación son: destructividad, eliminaciones y vocalizaciones, siempre en ausencia del dueño. 89

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Sin embargo, como veremos después, el animal puede presentar también otros síntomas menos habituales o más difíciles de detectar. Todos ellos son derivados del estado de ansiedad en que se encuentra el perro cuando se queda solo.

Cuadro 1. Estímulos y situaciones que pueden resultar amenazantes para un perro y provocar reacciones de ansiedad o miedo.

Estímulos naturales La destructividad, las eliminaciones y las vocalizaciones inapropiadas pueden aparecer de forma aislada o en cualquiera de las combinaciones posibles.

Concepto de ansiedad Pero, ¿a qué nos referimos cuando decimos que un perro tiene ansiedad? En muchas ocasiones se confunde ansiedad con excitación, exceso de actividad, desobediencia, etc. En algunos textos se utiliza el concepto de estrés como sinónimo de ansiedad. Aunque no son exactamente lo mismo, en general se tiende a usar ambos términos indistintamente. La ansiedad se refiere a un estado emocional negativo caracterizado por la anticipación de una amenaza, peligro o daño para el animal. Los conceptos clave para entender por qué un perro que sufre un estado de ansiedad se comporta de una manera diferente son: a Estado emocional negativo: tener ansiedad es tan sumamente desagradable para el animal que buscará por todos los medios reducir o eliminar ese estado emocional, en algunas ocasiones incluso a costa de su propia integridad. b Amenaza: a veces puede ser difícil entender por qué para el perro determinadas situaciones pueden suponer una amenaza. A este respecto, es importante saber que para los perros (ocurre lo mismo en otros animales y en las personas) existen dos tipos de situaciones o estímulos generales que pueden resultar amenazantes. Por un lado, hay situaciones o estímulos ante los cuales el animal, evolutivamente hablando, ha aprendido que debe reaccionar para aumentar su supervivencia (estímulos naturales) y, por otro, situaciones en las que el perro previamente ha sufrido experiencias o emociones negativas (estímulos aprendidos) (cuadro 1). c Anticipación: los signos asociados a la reacción de ansiedad (cuadro 2) tienen la función de preparar al perro ante lo que pudiera sucederle (por ejemplo, en una situación nueva o no familiar) por si no fuera beneficioso para él, o ante lo negativo que ya sabe que va a ocurrir (situación previamente negativa). Por tanto, la ansiedad es, en principio, una respuesta adaptativa (aquélla que incrementa la supervivencia del individuo) ante algo que el animal considera nocivo para él. El problema que presentan algunos perros, por diferentes motivos, es que 90

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Ansiedad por separación

• Situaciones, ambientes, objetos e individuos nuevos o desconocidos. • Falta de control y predictibilidad del entorno y los recursos.

• Presencia de otro animal de la misma o diferente especie con la que el animal esté socializado y que se comporte de forma agresiva o desafiante.

• Separación del grupo.

Estímulos aprendidos

• Peligros o riesgos físicos o ambientales.

• Estímulos neutrales que han sido asociados con:

• Ruidos fuertes y secos (por ejemplo, petardos, truenos, tiros, etc.).

• Dolor (por ejemplo, el veterinario). • Castigo (por ejemplo, el dueño).

• Presencia o cercanía de un posible predador.

Cuadro 2. Signos asociados a un estado de ansiedad.

• Actitud intensa de alerta o hipervigilancia.

• Hipersalivación.

• Hiperreactividad a los estímulos.

• Conductas estereotipadas y de desplazamiento, incluyendo la dermatitis acral.

• Aumento de la actividad motora con inquietud y desasosiego. • Aumento de la actividad parasimpática (micción y defecación). • Vocalizaciones. • Digestivos: vómitos, diarrea, anorexia o falta de apetito.

• Jadeos.

• Cambios en las relaciones sociales y en las conductas de búsqueda de atención. • Agresividad.

esta reacción adaptativa deja de ser normal para convertirse en excesiva y desproporcionada. En muchos de estos casos existe una alteración de los mecanismos neuroquímicos que regulan las reacciones del animal, por lo que puede ser necesario utilizar fármacos que restablezcan la función química cerebral.

Es fundamental reconocer una reacción de ansiedad, ya que estos estados lejos de mejorar o reducirse con la repetición de la situación, lo que hacen es empeorar y cronificarse.

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¿Por qué aparece la ansiedad por separación? Consideraciones generales Las causas de la ansiedad por separación siguen sin estar claramente establecidas. Pero para hacerse una idea de por qué puede aparecer, en primer lugar es necesario conocer algunos aspectos importantes de la conducta canina. a A través de la domesticación se ha inducido en el perro un proceso de neotenia, es decir, de retención de caracteres juveniles en la edad adulta. Los resultados de este proceso se manifiestan tanto en el aspecto físico como conductual. Por ejemplo, respecto a su antecesor (el lobo) los perros juegan más y vocalizan más que ellos. Así mismo, la persistencia de caracteres inmaduros puede dar lugar a una mayor necesidad de atenciones y a una mayor dependencia del cuidado humano durante toda la vida. b Los animales altamente sociales, como los perros, muestran conductas de apego hacia los otros miembros del grupo que ayudan a mantener la cohesión social y los vínculos entre los individuos, así como entre la madre y su descendencia. El vínculo que se establece entre la madre y el hijo en las especies sociales es un ejemplo de un apego extremadamente fuerte. c Aunque hay diferencias entre especies y entre individuos, en general, en las especies sociales los animales jóvenes tienden a reaccionar a la separación de su madre con un aumento de la actividad y de las vocalizaciones. Esta parece ser una respuesta de estrés ante la separación que tendría la función de reunir al animal con su madre. Una vez reunidos la respuesta desaparece. d La pertenencia al grupo proporciona seguridad al animal y defensa frente a agresiones o amenazas del entorno y de otros individuos o depredadores. Además, la separación del grupo se puede convertir en una situación “peligrosa” o amenazante, ya que reduce las posibilidades del animal de defenderse ante los peligros de su entorno. Por tanto, aquellas reacciones que incrementen la posibilidad de reunirse con el resto del grupo tendrán una ventaja en términos de probabilidades de supervivencia para el animal. e Al pertenecer a una especie altamente social, los perros son capaces de formar muy rápidamente apegos y vínculos sociales con individuos de su propia especie o de otras especies, incluyendo la humana. Por tanto, al incluir a los miembros de la familia humana dentro de su grupo social, también se apegan a ellos y establecen vínculos muy similares a los recientemente comentados.

Ansiedad por separación

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Así pues, se puede decir que por las características conductuales y sociales del perro existe una “tendencia” natural a considerar la separación del grupo como una situación altamente negativa.

Parece que el olor tiene un papel fundamental en el desarrollo del apego, lo que podría explicar por qué en algunos casos dejar al perro una prenda con el olor del propietario reduce la ansiedad.

Factores predisponentes Existen circunstancias que incrementan significativamente esa tendencia a padecer ansiedad por separación. A través de diferentes estudios se ha tratado de averiguar cuáles son esos factores predisponentes. Desgraciadamente, muchos de esos estudios han arrojado resultados contradictorios. Por ejemplo, en cuanto al sexo de los animales afectados, unos reflejan una mayor incidencia en machos, pero en otros esa diferencia no se ha observado. En cuanto a la procedencia del perro, aunque la mayoría de los autores están de acuerdo en que los animales procedentes de protectoras o albergues tienen más probabilidad de padecer el problema, un estudio realizado por Bradshaw et al. en 2002 no puso de manifiesto tal extremo. Curiosamente, y en contra de lo que pudiera parecer, en un trabajo realizado hace ya algunos años no se encontró ninguna relación entre las conductas relacionadas con “mimar” al perro por parte del dueño y la aparición de ansiedad por separación (Flannigan et al., 2001). Últimamente han surgido voces que achacan la aparición de ansiedad por separación al ritmo de vida actual de la sociedad occidental: hogares con uno o dos individuos, largas jornadas laborales, interacciones sociales restringidas y ejercicio limitado para el perro (Sherman et al., 2008). Otros factores que se han relacionado con un mayor riesgo de padecer ansiedad por separación son el destete muy temprano y las experiencias traumáticas sufridas por el cachorro durante sus primeras semanas de vida (cuadro 3). De hecho, la separación de la madre a una edad muy temprana ya supondría per sé una experiencia traumática importante para el animal. Este podría ser el motivo por el que, en algunos estudios, se ha visto que los perros procedentes de tiendas de animales muestran una mayor tendencia a sufrir ansiedad por separación que los procedentes de particulares.

Situaciones o factores desencadenantes Por último, existen una serie de situaciones o factores que actuarían como desencadenantes de la ansiedad por separación. Es decir, serían el detonante para la aparición de los síntomas.

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Ansiedad por separación

Los cambios en el entorno físico y familiar son peor tolerados por los animales a medida que avanza su edad. Por eso pueden desarrollar ansiedad por separación al producirse cambios que toleraron cuando eran jóvenes.

Estas situaciones se pueden dividir en: 1 Cambios en la calidad o la cantidad de relación con el propietario. No es infrecuente que los dueños acudan a consulta porque el perro ha empezado a manifestar una conducta inapropiada cuando se queda solo después de producirse una variación en los hábitos del dueño, durante o después de una baja laboral o un periodo vacacional, si se han producido previamente cambios de rutina o si el animal ha pasado un periodo largo en una residencia. También se pueden incluir aquellos casos en los que el perro siempre ha estado acompañado y no se ha habituado a quedarse solo y por diferentes circunstancias (personales, laborales o familiares) tiene que empezar a hacerlo. 2 Cambios en el entorno del animal. Por ejemplo, un cambio de vivienda, ya sea temporal o permanente, un periodo en residencia o simplemente una reforma en la casa. 3 Modificaciones de la estructura familiar. La llegada de un nuevo miembro o la desaparición de alguno por cambio de domicilio o por fallecimiento (humano, canino o felino) también puede desencadenar el problema. 4 Experiencias negativas para el perro. Hay casos en los que el perro empieza a no tolerar la separación del dueño si se ha producido una tormenta o el lanzamiento de petardos o fuegos artificiales cuando el animal estaba solo en casa; si la casa ha sido asaltada por ladrones o se ha incendiado cuando los propietarios no estaban; o si por un problema médico importante de los dueños, han tenido que acudir a la vivienda los servicios sanitarios y llevarse a uno de ellos, dejando al perro solo.

Desgraciadamente, en algunas ocasiones no se puede determinar cuál ha sido el factor desencadenante y, ciertamente, existe la posibilidad de que no haya un factor evidente o directamente relacionado que haya provocado el inicio del problema. Esta última situación puede deberse a aspectos neuroquímicos relacionados con los trastornos de ansiedad en general.

Diagnóstico El diagnóstico de la ansiedad por separación es un diagnóstico exclusivamente clínico, es decir, basado en los síntomas que muestra el animal. Como en la práctica totalidad de los problemas de conducta en los animales de compañía, no existen hasta el momento pruebas laboratoriales o complementarias (radiografías, escáner, resonancia magnética, ecografía, etc.) que confirmen las sospechas del profesional en los casos de ansiedad por separación.

Signos clínicos A efectos prácticos se pueden clasificar los signos clínicos que presentan los perros con ansiedad por separación en tres grupos:

1. Motivos principales de consulta

Cuadro 3. Experiencias traumáticas tempranas asociadas

Como ya se ha comentado anteriormente los tres signos más habituales que el propietario detecta y que motivan la consulta al veterinario son la destructividad, las eliminaciones y las vocalizaciones. Con menor frecuencia, la queja es que el animal babea excesivamente cuando se queda solo y, únicamente en algunas ocasiones, el motivo principal es que el perro no permite a los dueños salir de casa, se produce lesiones por automutilación, vomita, etc. (cuadro 4).

a la aparición de ansiedad por separación. • Separación de la madre antes de las 7 semanas de edad.

• Transporte y manipulación traumáticos. • Castigo no contingente o inconsistente (indefensión aprendida). • Abuso de encierro en el transportín.

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Sergey Lavrentev/shutterstock.com

• Enfermedades pediátricas que requieran hospitalización. • Largos periodos solos de cachorros tras  la adopción.

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Si las vocalizaciones incluyen gruñidos, puede que no se trate de ansiedad por separación, sino de la reacción del animal ante algún estímulo externo. Cada uno de los signos principales suele presentar unas características que, aunque no son de ninguna manera patognomónicas, pueden ayudar en el diagnóstico de esta patología (cuadro 5) (figs. 1 y 2). 95

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Cuadro 4. Motivos de consulta respecto a la conducta del perro cuando se queda solo en casa. Por orden de frecuencia.

Vocalizaciones

Destructividad

2 Conducta destructiva.

• Continuadas, al menos durante las primeras horas en que el animal se queda solo.

• Realizada tanto con la boca como con las patas.

4 Salivación excesiva. 5 Otros: agresividad ante la salida del propietario, automutilación, vómitos, etc.

2. Otros signos en ausencia del propietario Además de los signos anteriores, hay otros que también son muy importantes para llegar a un diagnóstico correcto de ansiedad por separación. Aparecen en ausencia del propietario y reflejan el estado de ansiedad que presenta el animal (cuadro 2). Los más frecuentes incluyen: • Aumento de la actividad motora con inquietud y desasosiego. • Deambulación continuada, denominada por algunos autores como conducta exploratoria en estrella (fig. 3). • Jadeos persistentes. • Anorexia completa o falta importante de apetito. • Conductas estereotipadas y de desplazamiento, incluyendo la dermatitis acral. • Vómitos.

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Cuadro 5. Características habituales de los principales signos de ansiedad por separación en perros.

1 Vocalizaciones excesivas. 3 Eliminaciones inapropiadas.

Figuras 1 y 2. Es muy significativo que el animal destroce objetos metálicos macizos (picaportes, cierres, marcos de ventanas, etc.), ya que este tipo de objetos no satisface las necesidades del perro relativas a la exploración oral y suele indicar una búsqueda de salidas de la vivienda.

Ansiedad por separación

• Pueden consistir en ladridos (de tono agudo), aullidos o lloros emitidos de forma única o en combinación. • Patrón repetitivo o cíclico en su manifestación. • Los lloros por sí solos no suelen motivar las quejas de los vecinos ni la consulta por parte del dueño. Eliminaciones • Micciones o defecaciones, más habituales las primeras. • Múltiples localizaciones distribuidas aleatoriamente por la vivienda.

• Sobre partes de la vivienda u objetos del propietario. • Partes de la casa: puertas, incluso molduras y paredes adyacentes (figs. 1 y 2), principalmente la de entrada y las de acceso a los dormitorios, las ventanas y otros lugares por donde el perro pueda ver marcharse al dueño o por donde pudiera escapar. • Objetos del propietario: ropa (ropa interior y otras prendas, aunque no estén al alcance del animal) y objetos usados recientemente (libros, gafas, etc.).

• Cerca de la puerta de entrada, pero también en camas y sofás o sobre objetos del propietario.

• El animal puede no llegar a destrozar los objetos que coge, sino que los “almacena” en algún lugar concreto (su cama) o los mueve de sitio.

• Micciones: una o varias, de pequeño a mediano tamaño (indican que el perro no necesita evacuar la vejiga).

Hipersalivación

• Heces: una o varias, de consistencia más blanda de lo normal llegando incluso a ser diarreicas (resultado de la reacción de ansiedad). • El animal puede esparcir las deposiciones o aparecer manchado por ellas debido a la deambulación continuada. • El principal factor que suele afectar al número de eliminaciones es la duración de la salida del propietario. • Pueden aparecer independientemente de que el perro haya hecho sus necesidades durante el paseo previo a dejarle solo.

• Provoca quejas si el volumen de saliva producido ocasiona desperfectos en suelos de madera (parqués, tarimas, etc.). • Algunos dueños llegan a confundir los “charcos” de saliva con micciones (el olor de los mismos debería suponer una diferencia suficiente para no llevar a equivocaciones). • Los “charcos” suelen aparecer junto a la puerta de entrada. • Las gotas de saliva pueden dejar un rastro en el suelo de la casa relacionado con la deambulación continuada. 97

Manual de etología canina

Para grabar correctamente en vídeo al perro cuando se queda solo en casa se debe tener en cuenta los siguientes puntos: • Dejar al perro en casa de la forma habitual, intentando modificar lo menos posible la rutina general. • Situar la cámara en un lugar donde el perro no pueda alcanzarla (especialmente en casos de destructividad), y a poder ser con la batería para no dejar cables que el animal pueda morder. • Dirigir la cámara hacia la puerta de salida, ya que en esa zona suelen desarrollarse muchas de las conductas que muestra el perro. • Un tiempo de grabación de una hora suele ser suficiente para observar claramente los comportamientos problemáticos. Grabar más tiempo puede incluso ser contraproducente para conseguir la colaboración del propietario. • Realizar varias grabaciones en distintos días (diario y fin de semana, por ejemplo) y situaciones (salidas de uno o varios miembros de la familia) para confirmar que las conductas aparecen de forma habitual o si existen diferentes factores que afectan a su presentación.

Eric Isselée/shutterstock.com

3. Comportamientos del perro en presencia del dueño

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En estos casos, cuando se realice la consulta de comportamiento es muy importante investigar la relación que mantiene el animal con su dueño: puede mostrar una serie de conductas indicativas de un estado de ansiedad, anticipación y exceso de apego (denominado comúnmente como hiperapego) que se manifiestan en algunas situaciones concretas: a En el momento de la salida del propietario los perros pueden mostrar signos de anticipación y ansiedad ante las señales que predicen su marcha: • Seguirle de forma incesante, jadeando y lloriqueando. • Intentar escapar de casa cuando el dueño abre la puerta. • Impedir su salida mediante reacciones agresivas. • Adoptar una actitud de resignación, tristeza o de alejamiento y evitar el contacto.

b Al regreso del dueño a casa es habitual que muchos animales les reciban de manera excesivamente efusiva (algunos incluso describen al perro como “histérico”), independientemente del tiempo que haya estado fuera, y tardan bastante tiempo en calmarse completamente. Estas conductas frecuentemente tienden a ser reforzadas por el propietario en un intento de reconfortar al animal y compensarle por el tiempo que le ha privado de su presencia. c Durante el tiempo que el dueño permanece en casa con el perro, el animal puede organizar todas sus actividades alrededor de aquél. Esta situación se manifiesta en los siguientes aspectos relacionados con el exceso de apego: • Seguir al dueño continuamente por la casa. • Querer entrar al baño con él y de no conseguirlo vocalizar y rascar la puerta de acceso. • Dormir o descansar “pegado” a él (en contacto físico directo, fig. 4). • Solicitar caricias continuamente o con mucha frecuencia.

Papel del hiperapego en el diagnóstico de la ansiedad por separación Como se acaba de comentar, es frecuente que los perros con ansiedad por separación muestren señales excesivas de apego (hiperapego) hacia sus propietarios. Por tanto, sería lógico considerar la presencia de signos de hiperapego como un criterio fundamental para el diagnóstico de ansiedad por separación.

La experiencia clínica y algunos trabajos científicos indican que hay animales que presentan claros signos de hiperapego hacía el dueño y, sin embargo, no manifiestan signos de ansiedad por separación y viceversa.

Konstanttin/shutterstock.com

Como se ve, muchos de estos síntomas pueden pasar completamente desapercibidos para el dueño y, en consecuencia, no ser mencionados durante la consulta. Por eso, la grabación en video del perro cuando se queda solo en casa es una herramienta enormemente útil para detectarlos y así ayudar a mejorar su bienestar y a concienciar al dueño del problema que realmente presenta su mascota.

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Ansiedad por separación

Figura 3. Patrón de la conducta exploratoria “en estrella”, caracterizado por la deambulación continuada y organizada alrededor de un punto (puerta de entrada). Los trazos rojos indican los movimientos realizados por el animal.

Figura 4. El exceso de apego puede manifestarse por un contacto físico continuo.

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Sin embargo, diversos autores no lo consideran de esta manera y existen argumentos encontrados respecto al papel que juega el hiperapego en la ansiedad por separación. Según algunos autores la existencia de una o varias figuras de apego para el perro es absolutamente necesaria para diagnosticar un problema de ansiedad por separación y sería el factor principal que desencadenaría la reacción de ansiedad ante su falta o ausencia. Sin embargo, la experiencia clínica y las observaciones de otros autores parecen indicar que éste no es un factor imprescindible. Otro hecho importante a tener en cuenta es que hay algunos animales que manifiestan los signos típicos de la ansiedad por separación cuando son separados de uno o más miembros de la familia, aunque permanezca con ellos alguna otra persona, mientras que otros perros no presentan ningún síntoma de ansiedad siempre y cuando haya alguna persona con ellos y sólo manifiestan los signos cuando se quedan solos. Una explicación posible para los casos en los que no se observa la concurrencia de hiperapego y ansiedad por la separación del dueño, es que el término ansiedad por separación describa más de una forma o categoría de motivación en el animal. En este caso, sería necesario un término más genérico, dentro del cual la ansiedad por separación sería sólo un subgrupo. En los países anglosajones se ha propuesto la denominación “trastornos relacionados con la separación” para englobar otras motivaciones, además de la ansiedad, que pueden dar lugar a la aparición de conductas problemáticas cuando el perro es separado del propietario. Así, los signos observados cuando el dueño no está presente podrían no obedecer únicamente a una reacción de ansiedad, sino deberse también a un problema de miedo o fobia asociado o a la frustración generada por el encierro (síndrome de frustración por barrera), o incluso por el aburrimiento o la falta de estimulación ambiental (fig. 5). Otra posibilidad para algunos animales podría ser que simplemente estén mostrando una conducta normal en términos de una respuesta adaptativa, como se comentó anteriormente, considerando la tendencia natural y general de los perros a percibir la separación del dueño como una experiencia negativa.

Diagnóstico diferencial en ansiedad por separación Teniendo en cuenta lo que se acaba de comentar respecto al hiperapego y aplicando un criterio eminentemente práctico, se puede considerar que los criterios fundamentales que permiten llegar a un diagnóstico apropiado de ansiedad por separación son: a Aparición de los síntomas descritos anteriormente únicamente en ausencia del dueño o cuando no tienen acceso a él y en todas o la mayoría de las ocasiones en que eso ocurre. 100

Ansiedad por separación

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Estímulo

Motivaciones

Ansiedad Miedo Frustración

Falta de estimulación Aprendizaje

Síntomas

Figura 5. Esquema de las posibles motivaciones en los trastornos relacionados con la separación del dueño.



DESTRUCTIVIDAD

VOCALIZACIONES

Eliminaciones

Hipersalivación

Otros signos

b Inicio de los síntomas poco tiempo después de la salida del propietario, habitualmente entre los cinco y los treinta minutos después de la salida. Además de estos dos criterios fundamentales, serían también elementos muy sugestivos, pero quizás no determinantes de la ansiedad por separación: c La presencia de conductas indicativas de un exceso de apego al propietario en presencia de éste. d La manifestación de signos de ansiedad y anticipación ante la salida inminente del dueño. e La existencia de un ritual de bienvenida anormalmente exagerado y prolongado en el reencuentro con el propietario.

No se ha podido demostrar de forma concluyente que la raza, el sexo, el estado reproductivo o la edad influyan en la prevalencia de la ansiedad por separación.

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Dicho así, parece una labor sencilla, sin embargo, uno de los principales retos a los que se enfrenta el veterinario generalista en el campo de la etología es diferenciar los casos de ansiedad por separación de los que no lo son. Para conseguirlo es imprescindible: 1 Realizar una historia conductual detallada. A este respecto, dos de los aspectos que más pueden ayudar en el diagnóstico diferencial son la evolución del problema y los tratamientos utilizados por el dueño para corregirlo o controlarlo. Con bastante frecuencia el propietario ha recurrido al castigo como manera de corregir, por ejemplo, un problema de eliminaciones o de destructividad inapropiada. Al utilizar el castigo, el animal aprende a no eliminar o destrozar en presencia del propietario; pero esto no previene que se muestre la conducta en ausencia del mismo. Así, en la historia conductual se registra que el animal en un primer momento muestra las conductas problemáticas tanto en presencia como en ausencia del dueño, para posteriormente realizalas únicamente cuando se queda solo.

El castigo aplicado para corregir problemas de destructividad, eliminación o vocalización inapropiados no asociados a la ausencia del propietario puede enmascarar el problema y complicar el diagnóstico de ansiedad por separación. 2 Descartar cualquier patología orgánica que produzca alguno de los signos observados en los casos de ansiedad por separación (tabla 1). Esto es especialmente importante en los casos que implican un problema de eliminación o de automutilación, principalmente; cuando el inicio del problema ha sido brusco y sin factores ambientales o sociales asociados; o en el caso de animales de edad avanzada. 3 Conocer otros problemas de comportamiento que pueden dar lugar a una sintomatología parecida a la ansiedad por separación (tabla 1). En el siguiente capítulo se comentarán detenidamente cada uno de ellos y los aspectos fundamentales que los diferencian con la ansiedad por separación. 4 Confirmar los síntomas en ausencia del dueño. Para ello se puede recurrir a la grabación en vídeo, como se ha señalado anteriormente, o en audio, utilizando una grabadora, en los casos de vocalizaciones excesivas. Las más interesantes son las grabadoras que se activan por la voz, las cuales van a permitir sin dedicarle demasiado tiempo determinar si, por ejemplo, las vocalizaciones son continuadas o no o si responden a algún estímulo externo.

Ansiedad por separación

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Tabla 1. Diagnóstico diferencial de los trastornos relacionados con la separación. Se muestran en negrita los signos diferenciales más frecuentes. (Datos procedentes de McCrave, 1991; Manteca, 2003 y Sherman et al., 2008).

Problemas médicos

Problemas de conducta

Eliminaciones

• Enfermedades que cursan con poliuria/polidipsia. • Enfermedades que cursan con polaquiuria. • Alteraciones gastrointestinales. • Alteraciones locomotoras. • Convulsiones.

• Falta de aprendizaje. • Falta de acceso al lugar de eliminación. • Por sumisión/excitación. • Marcaje con orina. • Fobias (a ruidos fuertes). • Disfunción cognitiva.

Destructividad

Encefalopatía hepática.

• Conducta de juego (individual o social). • Exceso de actividad. • Exploración oral (cachorros). • Agresividad territorial. • Fobias (a ruidos fuertes). • Disfunción cognitiva.

Vocalizaciones

Encefalopatía hepática.

• Conducta de juego (individual o social). • Reactiva a estímulos externos. • Agresividad territorial. • Comunicación social. • Fobias (a ruidos fuertes). • Conductas obsesivocompulsivas.

Automutilación

• Encefalopatía hepática. • Alergias. • Parásitos. • Otros problemas dermatológicos. • Alteraciones neurológicas.

• Conducta de juego (individual o social). • Conductas obsesivocompulsivas.

Hipersalivación

Intoxicaciones.

Fobias (a ruidos fuertes).

Si se siguen estos cuatro pasos, las posibilidades de confundir un problema de ansiedad por separación con otro problema de conducta se reducen enormemente. 102

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Tratamiento En primer lugar hay que decir que el tratamiento de esta patología puede ser complicado. Además de ser un tratamiento largo y que requiere constancia y paciencia por parte de los dueños, es importante conseguir que éstos lo entiendan perfectamente y superen las reticencias iniciales que suelen manifestar en muchas ocasiones. Actualmente, el tratamiento para corregir la ansiedad por separación combina varios aspectos: • Educación del propietario. • Modificación del entorno. • Terapia de modificación de conducta. • Terapia farmacológica. • Feromonoterapia.

Educación del propietario La educación del propietario es fundamental, ya que muchos dueños piensan que cuando su animal muestra alguno de los síntomas típicos de la ansiedad por separación, principalmente la eliminación o destrucción inapropiadas, se está comportando de un modo rencoroso o desobediente. Si el propietario castiga habitualmente al perro cuando regresa a casa, éste puede adoptar posturas corporales de sumisión en un intento de apaciguar al propietario y evitar el castigo. El dueño normalmente interpreta estas actitudes como culpabilidad y afirma que el perro “sabe” que ha hecho algo mal. En un estudio muy reciente, casi un 74% de los dueños participantes en el mismo afirmaban que sus perros mostraban actitudes de culpabilidad (Morris et al., 2008). Sin embargo, no existe ni una sola evidencia científica que indique que los perros son capaces de sentirse culpables.

Es esencial explicar al propietario el problema que padece su perro y por qué se comporta de esa manera, ya que el castigo está absolutamente contraindicado en el tratamiento de la ansiedad por separación.

Modificación del entorno La modificación del entorno puede ayudar a mejorar la convivencia con un perro que padece ansiedad por separación hasta que el tratamiento propuesto consiga los resultados esperados. Se pueden considerar varias medidas:

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Ansiedad por separación

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Por un lado, las orientadas a entretener al animal y estimularle mentalmente: • Proporcionarle la oportunidad de jugar y realizar ejercicio físico suficiente y adecuado a sus necesidades o preferencias, especialmente con el propietario. • Dejar juguetes rellenables con comida (Kong, etc.) cuando se quede solo en casa. Hay que tener cuidado para que el perro no asocie el juguete con la salida del propietario, ya que entonces se convertiría en otra señal predictiva más y perdería su valor. Para evitar esto, lo mejor es preparar el juguete la noche anterior y no dejárselo justo en el momento de la salida. • Permitir el acceso a lugares desde donde pueda ver la calle, personas u otros animales, manteniendo siempre su seguridad. Esta estimulación sensorial puede reducir la manifestación de ansiedad en ausencia del propietario. Por otro lado, y mucho más importante si cabe, las medidas orientadas a evitar la exposición del animal a la separación, principalmente en los casos muy graves o cuando ya haya denuncias de los vecinos: • Dejar al perro en el coche durante el horario de trabajo, si esta situación es bien tolerada y no muestra signos de ansiedad en el vehículo. • Dejar al perro con algún familiar cuando se tiene que salir de casa. • Contratar a alguien que se quede con el animal en la vivienda. Estas medidas pueden ser interpretadas por el dueño como un “parche” para su problema. Efectivamente, no van a corregirlo, pero ayudan enormemente a detener la “espiral” en la que se ven envueltos los perros con ansiedad por separación. Como se comentó al hablar de la ansiedad en general, la exposición repetida a la situación no consigue habituar al perro a la misma, sino que por el contrario le sensibiliza y hace más difícil una respuesta adecuada al tratamiento. Por tanto, y en contra de lo que la inmensa mayoría de los dueños suele pensar, no dejar al perro solo en casa puede ser muy beneficioso para todas las partes implicadas en el problema. Desgraciadamente, en muchos casos no es posible dejarlo acompañado al inicio del tratamiento (por motivos familiares, económicos, etc.). En esos casos, la medicación juega un papel fundamental para reducir la ansiedad y poder poner en práctica adecuadamente las medidas de tratamiento que se comentan a continuación.

Terapia de modificación de la conducta La terapia conductual es la base del tratamiento. En la inmensa mayoría de los casos resulta imprescindible y se puede combinar con el resto de las opciones terapéuticas. Este tipo de terapia pretende conseguir los siguientes objetivos: a Eliminar la ansiedad y la anticipación ante la salida del propietario.

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b Cambiar la relación con el propietario para reducir la dependencia que muchos de los animales muestran hacia él (hiperapego). c Enseñar al perro a quedarse solo en casa de una manera relajada. Las pautas y ejercicios que el dueño debe realizar para lograr esos objetivos se reúnen en dos protocolos principales que son utilizados por la inmensa mayoría de los autores:

Protocolo general Las normas que conforman este protocolo se concretan en tres momentos o situaciones diferentes: • Antes de abandonar el domicilio. • Al regresar a la vivienda. • Mientras se está en casa con el perro.

Antes de abandonar el domicilio La marcha del propietario suele ser el momento en que el perro empieza a manifestar los primeros signos de ansiedad. Con las siguientes medidas se pretende que el animal no perciba con claridad que el dueño se marcha de casa (con lo que la anticipación deberá reducirse) y que el contraste entre la presencia y la ausencia del dueño sea el menor posible. Se recomienda: • Ignorar al perro durante los 15-30 minutos previos a la salida. Ignorar significa no interaccionar con él de ninguna manera. Esto incluye no acariciarle o tocarle, no hablarle, no mirarle con cara de pena, no jugar con él, no darle comida o incluso no regañarle. Es necesario hacer entender al dueño que debe hacerse de manera estricta y constante, porque muchos dueños entienden por ignorar simplemente reducir el contacto con el perro y esto puede resultar contraproducente. • Alterar, ocultar o camuflar las señales que indican al perro que el propietario se va y que le permiten anticipar la salida.

Es muy útil pedir a los dueños que escriban una lista (por orden de importancia) de todas las cosas que hacen antes de salir de casa y que pueden alterar al perro, para evitar que se olvide alguna importante.

Al regresar a la vivienda En este caso las normas están orientadas a reducir la ansiedad del animal ante el regreso del propietario y evitar el empeoramiento del problema mediante el uso del castigo diferido.

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• Ignorar completamente al perro durante el tiempo necesario hasta que se calme y se tranquilice. Hay que ser completamente indiferente a sus muestras de alegría. Cuando se haya calmado y no pida atenciones, el dueño podrá saludarle. • No castigar nunca al perro por lo que ha hecho durante la ausencia. Esto sólo aumentará su ansiedad. Tampoco se le debe premiar si no ha hecho nada, ya que se puede reforzar el apego. Se recomienda también no regresar a la vivienda si se oye al perro ladrar o aullar para hacerle callar (tanto si es castigándole como calmándole). Con esta actitud sólo se conseguirá que el animal aprenda que realizando esa conducta su dueño vuelve a casa.

Mientras se está en casa con el perro Es fundamental en la gran mayoría de casos, especialmente si los signos de hiperapego son evidentes, modificar la relación que mantienen perro y dueño. Para poder lograrlo, el propietario debe comportarse de una manera diferente con el animal durante el tiempo que pasa en casa con él. Así mismo, es muy importante aprovechar esos momentos en que no va a salir de casa para habituar al perro a las señales que predicen la salida (aquéllas escritas en una lista) y que no las relacione exactamente con ese momento. Las pautas principales a seguir en estos momentos son: • Ignorar completamente al perro si demanda atención de forma activa, por ejemplo, apoyando la cabeza o las patas en el dueño, empujándole con la cabeza, saltando, ladrando o llorando, tumbándose encima, etc., o si le sigue por la vivienda como si fuera su sombra. • Proporcionar atención al perro siempre por iniciativa del propietario. El dueño puede jugar con el perro, acariciarle, tocarle, hablarle o premiarle siempre y cuando el animal no haya solicitado previamente el contacto, esté tranquilo y no vaya detrás de él por la casa. • Identificar las señales que anticipan la salida y presentárselas (cuando está relajado) varias veces al día sin salir realmente. El dueño debe hacer evidentes esas señales mientras hace su vida normal en casa, ignorando al perro si se pone nervioso o ansioso, dejándolas después de un rato como si no hubiera pasado nada.

Si al perro le cuesta mucho habituarse a las señales que predicen la salida y, a pesar de repetirlas, no disminuye su ansiedad al verlas, en vez de presentárselas todas juntas se pueden dividir en partes o grupos y empezar mostrándole las que menos le alteran, siguiendo después con las más complicadas cuando ya no responda a las primeras.

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Otras recomendaciones que se suelen proponer en este apartado son: • Impedir que el perro descanse encima del propietario o en el sofá. • No dejar que el animal duerma en el dormitorio con los dueños. • Cerrar las puertas cuando el dueño va de una habitación a otra, de manera que el perro se quede separado de él sólo por unos breves instantes. El problema al que nos enfrentamos con frecuencia es que, por ejemplo, impedir que el perro duerma con los dueños puede dar lugar a vocalizaciones que complican más la situación con los vecinos. Una opción alternativa es recomendar el seguimiento de esta norma una vez que el resto de pautas van modificando la relación con el animal o usar una valla de separación (de las que se usan con los niños) en lugar de cerrar la puerta, ya que muchos animales sí que toleran este tipo de separación.

Protocolo de salidas programadas o graduales con señal segura Con mucha frecuencia, es necesario acostumbrar al perro a quedarse solo en casa. Esto se puede poner en práctica especialmente en aquellos casos en los que no se observan signos claros de un apego excesivo al dueño por parte del animal (y viceversa) o en los que se sabe a ciencia cierta, por la historia clínica, que el perro nunca ha sido habituado a quedarse solo.

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Salidas graduales con señal segura Preparativos Salidas reales

Señal

Tiempo

NO 8h

Salidas graduales

SÍ 0h

Figura 6. Diferencias entre las salidas reales y graduales en el protocolo de salidas graduales con señal segura.

Para ello, se recurre al protocolo conocido como salidas programadas o graduales con señal segura. Este protocolo consiste en realizar salidas repetidas para desensibilizar al perro a la partida y ausencia del propietario. En estos ejercicios las salidas son muy similares a las reales que hace el dueño en su rutina diaria, pero hay tres excepciones (fig. 6): 1 Al contrario de lo que se recomendaba anteriormente en las salidas reales, en cuanto a ocultar las señales que anticipan la marcha del dueño, en las salidas programadas (o “falsas” como también se les ha dado en llamar) el propietario debe prepararse para salir mostrándole al animal todas aquellas señales a las que se le ha habituado previamente. 2 Estas salidas deben ser inicialmente muy, muy cortas (o incluso sin llegar realmente a salir, en un primer momento), aumentando gradualmente su duración con el paso del tiempo. La progresión de las mismas no debe ser lineal, sino que conviene intercalar salidas de menor duración con las de mayor duración para que el perro se acostumbre más fácilmente. 3 Durante su realización el dueño debe dejar una señal nueva y consistente para el perro, que le permita diferenciarlas de las salidas reales para no desencadenar la reacción de ansiedad. Las señales que con más frecuencia se utilizan son 108

las visuales, por ejemplo, una prenda de ropa del dueño colgada del picaporte de la puerta de salida, pero también se podrían usar señales auditivas (radio con una emisora concreta o una grabación con la voz del dueño) u olfativas. En general, la recomendación, si se tienen que seguir ambos protocolos con un animal, es hacerlos de forma sucesiva. Es decir, primero se deberá modificar la relación entre el perro y el dueño y habituarle a las señales de partida con el protocolo general; y segundo una vez que se ha conseguido el primer punto, si es necesario, porque no hay una mejoría en los síntomas de ansiedad, empezar con el protocolo de salidas graduales con señal segura.

Si durante las salidas reales el dueño deja al perro en una parte concreta de la casa (una habitación, por ejemplo), es muy recomendable que durante las salidas graduales deje al animal en otra zona. Esta otra zona se convertirá en una señal segura adicional y ayudará a que el perro diferencie mejor las salidas y el proceso resulte más sencillo.

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Un inconveniente muy importante para llevar a cabo este último protocolo es la paciencia y la constancia necesaria por parte del dueño. Es un protocolo muy largo (no es raro que requiera entre 3 y 6 meses para completarlo) y esto hace que no sea rara la interrupción del tratamiento antes de haberlo terminado.

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Algunos autores proponen combinar varias benzodiacepinas en función del tiempo que el perro tiene que quedarse solo, ya que su vida media es diferente (fig. 7). La información sobre dosificación, efectos secundarios e indeseables, interacciones, etc. se discute en el capítulo 3.

Tratamiento farmacológico La utilización de fármacos en la ansiedad por separación puede ayudar a conseguir varios efectos: a Reducir el estado de ansiedad, logrando un alivio más rápido de los síntomas, principalmente en casos graves o crónicos. b Mejorar el aprendizaje, ya que cuando un perro muestra un estado de ansiedad su capacidad de aprender se reduce significativamente. Si se reduce la ansiedad, aumenta la efectividad de los tratamientos de modificación de conducta. c Mejorar el bienestar del animal. Como ya se ha comentado, los perros que padecen ansiedad por separación sufren reacciones emocionales muy negativas y, como resultado, ven muy comprometido su bienestar.

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Diacepam 4-5 horas Figura 7. Vida media de las principales benzodiacepinas empleadas en ansiedad por separación.

Alprazolam 5-6 horas Cloracepato 7-8 horas

Si el alprazolam no funciona adecuadamente, se puede sustituir por diacepam o cloracepato.

Trazodona En función del momento en que aparecen los efectos de los fármacos y por lo tanto, cuándo deben administrarse, se clasifican en productos para uso a corto plazo o a largo plazo.

Fármacos para uso a corto plazo Se utilizan principalmente cuando el perro tiene que quedarse solo al inicio del tratamiento (no existe posibilidad de que se quede acompañado) y es necesaria una respuesta inmediata en el animal bien por la posibilidad de lesionarse o por las quejas de los vecinos. El grupo de fármacos más usado es el de las benzodiacepinas (alprazolam, cloracepato, diacepam). Últimamente también está dando muy buen resultado el tratamiento con un antidepresivo atípico: la trazodona.

Benzodiacepinas Se ha observado que las benzodiazepinas tienen un efecto reducido sobre la ansiedad por separación cuando son usadas solas, pero pueden ser muy útiles usadas en combinación (con antidepresivos tricíclicos o con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), fundamentalmente en las primeras fases del tratamiento. Probablemente, el fármaco de este grupo más usado en la ansiedad por separación es el alprazolam. Normalmente se recomienda su administración únicamente en los momentos en que se produce la separación del propietario, aproximadamente una hora antes de la salida del mismo. Los efectos suelen mantenerse durante unas 6 u 8 horas, por lo que suele ser suficiente para cubrir el horario habitual de trabajo de los dueños. 110

Recientemente, un estudio valoró la experiencia de los autores con un fármaco diferente, un antidepresivo atípico, la trazodona (Gruen et al., 2008). Dicho estudio concluía que la trazodona en combinación con otros fármacos empleados habitualmente en problemas de ansiedad en perros (benzodiacepinas, antidepresivos tricíclicos, inhibidores de la recaptación de serotonina y azapironas), era bien tolerada en un rango amplio de dosis, administrada diariamente o según necesidad, y que podía suponer una alternativa terapéutica en aquellos casos que no respondían a los tratamientos convencionales. Según la experiencia del autor, el uso de trazodona en un rango de dosis entre 2 y 10 mg/kg/día ha ayudado a conseguir mejorías, de moderadas a importantes, en los síntomas asociados a la ansiedad por separación. Fundamentalmente se ha utilizado en combinación con clomipramina, sin efectos secundarios negativos salvo sedación de ligera a moderada y diarrea en un caso.

No se recomienda la utilización de fenotiacinas, como el maleato de acepromacina, para la ansiedad por separación, ya que produce sedación sin modificar la percepción del animal, por lo que su bienestar se ve muy comprometido. Aunque todavía es limitada, la experiencia del autor es que en aquellos casos en que las benzodiacepinas producen reacciones paradójicas y no controlan, o incluso empeoran, los signos de ansiedad del animal, la trazodona puede ser una alternativa a tener en cuenta. 111

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Fármacos para uso a largo plazo

Otros fármacos y nutracéuticos

Los dos fármacos más utilizados, aprobados en EE. UU. para su administración en casos de ansiedad por separación, son la clomipramina y la fluoxetina. Estos fármacos requieren de cuatro a seis semanas para lograr el efecto terapéutico y deben ser retirados gradualmente. Hay autores que recomiendan mantener estas medicaciones hasta pasados dos meses sin síntomas.

Además de clomipramina, también se han usado otros antidepresivos tricíclicos en el tratamiento de la ansiedad por separación. Por ejemplo, la amitriptilina o la imipramina. Sin embargo, actualmente están en desuso por la mayoría de los autores. Otro fármaco que se utiliza en algunas ocasiones es la selegilina. La selegilina es el fármaco de elección para el tratamiento de la disfunción cognitiva en perros. Pero desde hace unos años, en algunos países de Europa, se está empleando también para el tratamiento de los trastornos emocionales del perro, incluyendo entre ellos los relacionados con la separación. La selegilina también parece actuar como un modulador o regulador de las emociones y de las patologías relacionadas con ellas. Algunos autores recomiendan la selegilina para tratar la ansiedad por separación cuando hay estados importantes de anticipación o existen signos digestivos. Así mismo, en animales geriátricos en los que se sospeche que esta patología está relacionada con un síndrome de disfunción cognitiva puede ser una buena alternativa.

Clomipramina Probablemente, ésta es la droga empleada para tratar problemas de conducta en animales de compañía más extensamente documentada. Los estudios demuestran una resolución del problema entre 1,5 y 3 veces más rápida cuando el tratamiento de modificación de conducta se administra conjuntamente con la clomipramina (King et al., 2000). Una pauta apropiada de tratamiento es la que recomienda Overall, que consiste en empezar a una dosis de 1 mg/kg cada doce horas durante dos semanas, aumentar a 2 mg/kg durante las dos semanas siguientes y alcanzar la dosis definitiva de 3 mg/kg cada doce horas después de un mes de tratamiento, manteniéndola al menos durante cuatro semanas más (Overall, 1997).

Si el animal tolera bien la medicación, es decir, no aparecen signos de alteración gastrointestinal, urinaria o de cualquier otra índole, después de una semana a la dosis aproximada de 1 mg/kg cada doce horas se puede pasar a una dosis de entre 2 y 3 mg/kg dos veces al día. Generalmente, es bien tolerada, aunque en algunos casos las alteraciones gastrointestinales o la sedación excesiva obligan a reducir la dosis utilizada o a retirar la medicación y recurrir a otra alternativa.

Fluoxetina Es el fármaco más reciente aprobado para administrar en casos de ansiedad por separación en perros. Los resultados de estudios realizados demuestran la eficacia de su uso a dosis de 1-2 mg/kg cada 24 horas en asociación con pautas de modificación de conducta, incluso desde la primera semana de tratamiento (Sherman et al., 2007). En cuanto a su seguridad, no suele provocar efectos secundarios importantes, siendo los más habituales la sedación transitoria y la falta de apetito. La reciente disponibilidad de fluoxetina, específicamente formulada para perros y administrada una vez al día puede suponer una ventaja respecto a la clomipramina en algunos casos o, cuando menos, una alternativa a ésta.

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Un inconveniente muy importante que presenta la selegilina es que resulta incompatible con los antidepresivos tríciclicos e inhibidores de la recaptación de serotonina, por lo que si se se administra la selegilina y no se consiguen los efectos deseados conviene esperar entre 2 y 4 semanas para poder utilizarlos. En cuanto a los nutracéuticos (productos naturales con acción terapéutica), actualmente se comercializan la α-casozepina por un lado y otros productos que contienen L-teanina, piper methysicum o L-triptófano entre sus componentes, por otro. La experiencia del autor con dichos productos es limitada y no se puede valorar, ya que con frecuencia el veterinario generalista ha recurrido a ellos como primera opción, antes de utilizar los fármacos tradicionales, remitiendo únicamente aquellos casos en los que no ha habido una mejoría. La información sobre dosificación, efectos secundarios e indeseables, interacciones, etc. de los fármacos administrados se detalla en el capítulo 3.

Feromonoterapia El análogo sintético de la feromona apaciguadora canina (DAP) en forma de difusor se lleva utilizando desde hace un tiempo en el tratamiento y prevención de la ansiedad por separación. Su uso en combinación con un tratamiento estándar de modificación de conducta consiguió, en opinión de los propietarios, una tasa de mejoría o resolución

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del problema a los 28 días de tratamiento del 77%. La eficacia de este producto es bastante similar a la obtenida con la clomipramina a una dosis de 1-2 mg/kg cada doce horas (Gaultier et al., 2002). De los signos habituales que aparecen en la ansiedad por separación, los que más mejora con el tratamiento fueron las destrucciones de la propiedad y las vocalizaciones, y en menor medida las micciones inapropiadas. El uso de DAP puede suponer una alternativa al uso de medicación en: • Animales geriátricos o enfermos, donde puede haber complicaciones con tratamientos farmacológicos. • Casos en los que el propietario rechaza los fármacos por distintos motivos. • Situaciones en las que se vaya a producir un cambio en el entorno del animal, de manera preventiva, para minimizar los efectos contraproducentes en el tratamiento o evitar una recidiva en casos ya corregidos.

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Caso clínico

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Datos del paciente Nombre: Darwin

Motivo principal de la consulta Los vecinos se quejan de los ladridos del perro.

Raza: mestizo Sexo: macho castrado Edad: 5 años Peso: 35 kg

Historia clínica Datos principales del problema Inicio Hace un mes.

También permite la utilización simultánea con medicación psicotrópica, en pacientes en los que se considere necesario. Siempre se debe tener presente, en cualquier caso y como ocurre con la terapia farmacológica, que no debe usarse en sustitución del tratamiento de modificación de conducta.

Pronóstico en casos de ansiedad por separación En general, el éxito del tratamiento en los casos de ansiedad por separación se considera bastante elevado. Las tasas de resolución o mejoría se sitúan entre un 70 y un 80% aproximadamente, aunque hay diversos factores que pueden modificar estos porcentajes (cuadro 6).

Cuadro 6. Factores que influyen en el pronóstico de la ansiedad por separación.

• Tiempo que lleva desarrollándose el problema. • Disposición de los propietarios. • Procedencia del animal. • Edad a la que empezó a manifestarse el problema. • Presencia de más de un signo principal (destructividad, eliminaciones, vocalizaciones). 114

Evolución Un año antes de la consulta Darwin tiene un episodio similar, que mejora inmediatamente después de castrarle. Hasta este último mes no ha vuelto a aparecer, pero a partir de un cambio de trabajo de los dueños y tras unos días de vacaciones ha empezado de nuevo a mostrar síntomas que han ido aumentando de intensidad.

Frecuencia de presentación En el 90-100% de las ausencias de los dueños, en distintos horarios y con salidas de diferente duración.

Signos clínicos Ladridos, aullidos y lloros continuados que comienzan nada más irse de casa los dueños. Destrozos en la puerta del salón y de la calle. Salivación importante. Ha llegado a intentar escapar por una ventana. No come cuando se queda solo. Se altera mucho con los preparativos de salida (especialmente zapatos, llaves y bolsa de basura) y cuando vuelven los propietarios. En cuanto a la relación con los dueños, busca atenciones continuamente y trata de descansar pegado a ellos. Si entran en el baño y no le dejan pasar, llora ligeramente. Cuando uno de los dueños se va de casa, llora también durante unos minutos. En la grabación de vídeo, realizada durante la consulta, se observan signos muy evidentes de ansiedad, con un nivel de deambulación importante, jadeos y vocalizaciones muy insistentes. No se observan los destrozos, aunque esto puede deberse a la brevedad de la grabación (30 minutos).

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Tratamientos empleados Ignorar o castigar al perro a la vuelta a casa. Volver para regañarle y hacerle que se calle. Dejar la televisión encendida al marchar y decirle que vuelven pronto. Dejarle juguetes o comida, pero nunca les presta atención.

Otros aspectos conductuales Con otros perros reacciona agresivamente (sólo con machos enteros). La castración no ha mejorado este problema. No muestra conductas compulsivas, ni agresivas hacia las personas, ni monta habitualmente. Los dueños no refieren miedos a los ruidos fuertes.

Otros datos generales Convive con dos adultos y un gato (macho, castrado, de 4 años de edad) en un piso de 90 m2. A diario suele pasar unas 5-6 horas solo.

Estado sanitario Bueno, la exploración física es normal. No toma medicación (salvo antiparasitarios).

Diagnóstico A partir de los datos referidos los diagnósticos que se plantean son ansiedad por separación y agresividad intrasexual. La ansiedad por separación debe diferenciarse, en este caso, de una fobia a los ruidos fuertes por los signos importantes de ansiedad que presenta el perro cuando se queda solo y los intentos de escape. Sin embargo, los dueños nunca han apreciado signos de miedo en su presencia ante este tipo de sonidos. La agresividad hacia otros perros puede deberse a un problema de miedo o territorial, pero el hecho de dirigirla sólo hacia otros machos, aunque la castración no haya resultado efectiva, descarta con bastante probabilidad estos problemas.

Tratamiento Se proponen las siguientes medidas iniciales de tratamiento: a Medicación: • Fluoxetina a dosis de 1 mg/kg cada 24 horas durante 10-15 días, aumentando posteriormente a 2 mg/kg si fuese necesario. • Alprazolam a dosis de 0,1 mg/kg 30-60 minutos antes de salir de la vivienda. Probar la dosis con los dueños en casa, previamente. 116

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b Protocolo general para la ansiedad por separación, haciendo hincapié en no despedirse del perro, no dejarle juguetes justo antes de salir y evitar completamente el castigo (tanto si ladra cuando salen como a la vuelta). c Ofrecerle un juguete interactivo cuando están en casa y todo está tranquilo, para utilizarlo posteriormente en el protocolo de salidas graduales.

Seguimiento Aunque la dosis de prueba de alprazolam no muestra una reacción paradójica en presencia de los dueños, varias dosis diferentes en su ausencia no logran controlar el problema. Por tanto, se decide cambiar a trazodona a dosis de 3 mg/kg una hora antes de las salidas, incrementada después de una semana a 6 mg/kg; y aumentar la fluoxetina a 2 mg/kg cada 24 horas. Con estas dosis la conducta del perro cuando se queda solo mejora sustancialmente. Un mes después del inicio del tratamiento, la conducta del perro en presencia de los dueños es mucho más independiente y está muy motivado con el juguete interactivo, por lo que se decide iniciar el protocolo de salidas graduales con señal segura, usando el juguete, la cama del perro (modificando su posición) y una prenda de ropa en la puerta de la calle. Tres meses después, el perro es capaz de quedarse solo en casa en las salidas rutinarias sin usar trazodona. Por este motivo se inicia la reducción progresiva de fluoxetina durante un periodo de un mes, sin que se produzcan recidivas en la conducta. Sin embargo, en salidas poco habituales el animal muestra algunos signos de ansiedad, por lo que se mantiene una dosis de 6 mg/kg de trazodona en esas salidas.

Comentarios Se trata de un caso bastante típico de ansiedad por separación, relacionado con un cambio en el entorno y las rutinas del animal. Se decide combinar fluoxetina con alprazolam por las quejas de los vecinos, que suponen un problema importante para los dueños. La agresividad hacia los otros perros puede contraindicar el uso de alprazolam, pero los propietarios pueden controlar las situaciones conflictivas con bastante seguridad, por lo que se considera apropiado utilizarla. El fracaso del tratamiento motiva el cambio a trazodona. Ninguna de las medicaciones mejora el problema de agresividad y los dueños desechan la posibilidad de tratarla específicamente. Así mismo, descartan el uso de feromona apaciguadora, por cuestiones económicas.

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