Manual Del Relojero
March 11, 2017 | Author: Casilisto | Category: N/A
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Manual práctico del relojero...
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DÓNALO DE CARLE Condecorado por el «British Horological Institule» Miembro de Honor de la Asociación de Relojeros de Londres
MANUAL PRÁCTICO DEL
RELOJERO Traducción directa del original inglés por
PEDRO DANÉS Ingeniero Industrial
555 ILUSTRACIONES ORIGINALES QUINTA EDICIÓN
EDITORIAL J. MONTESÓ Vía Augusta, 251 - BARCELONA 1980
Traducción de la cuarta edición inglesa publicada con el titulo: «PRACTICAL WATCH REPAIRING> por DONALD DE CARIE, F. B. H. I. Edición española autorizada por N. A. G. Press, Ltd., de Londres
ÍNDICE DE MATEK1AS
Edición italiana: «L'OROLOGIAIO RIPARATORE» Traducción del Dott. Ing, ALBERTO ZANETTI Potzi Editor: Hoepli.
Milán
PREFACIO ......................... PRÓLOGO DEL TRADUCTOR.
XI XV
CAP. I — El taller y el banco de trabajo.................................. Elementos esenciales - Necesidad de la práctica - Equipo indispensable para el éxito - Trabajo cómodo - Banco de trabajo y asiento - Iluminación natural y artificial.
ES PROPIEDAD Derechos reservados © José Montesó. Barcelona, 1973
CAP. II — Herramientas esenciales............................................. Destornilladores grandes y pequeños - Cómo usaremos los destornilladores - Pinzas para trabajos generales y especiales - Cómo deben emplearse las pinzas - Puntas de engrasar, recipientes para aceite y equipo de engrase - Lupas, tenazas, alicates, martillos, palancas para quitar agujas, calentador para revenir al azul, palillos y medula - Elección y cuidados de las herramientas. CAP. III — Caja, esfera y agujas ................................................ La caja y partes que la componen - Cómo debe abrirse la caja - Cómo se sacan las agujas y la esfera - Manera de quitar la máquina - Forma correcta de manejar la máquina.
I.S.B.N. 84-7186-231-X Dep. Legal: B. 29680-1980
Printed in Spain Editado e impreso en España
Artes Gráficas Ampurias, S. A. - Pza. Fragua, s/n. Barcelona-4
CAP. IV — La máquina, sus piezas y desmontaje . . . . Todas las piezas de la máquina representadas gráficamente - Nombre de cada una de ellas - Su examen detallado Ajuste de las piezas del movimiento de las agujas - Ajuste de la esfera - Verificación de los juegos axial y lateral del tren y del volante. CAP. V — El escape de áncora, su examen y corrección . Disposición y funcionamiento - Examen y ajuste - Examen de la retención - Ajuste de las levas - Corrección del camino a punto muerto - Corrección del impulso - Ángulo de las levas - Juegos exterior e interior - Ángulo de la palanca del áncora - Manera de quitar el muelle espiral del volante - Ajustes de la palanca del áncora - Montaje de un nuevo dardo - Manera de montar una nueva elipse - El platillo doble y el volante.
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ÍNDICE DE MATERIAS
ÍNDICE DE MATERIAS
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Págs.
CAP. VI — Escape de paletas con espiga................................
rilio - Tabla de muelles espirales de volante - Montaje de un muelle espiral nuevo - Comprobación de las oscilaciones - Fijación en la viróla - Posición de la fijación central.
74 Corrección de la retención - Ajustes de la palanca del áncora - Reparación del dardo - Corrección del impulso Montaje de espigas nuevas - Corrección del punto muerto Representación de varias máquinas que describimos y que tienen este tipo de áncora.
CAP. XIII — La espira Bréguet ...............................................
CAP. VII — El tren: engranajes y formas de dientes
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Arboles, ejes y pivotes - Enderezar y encasquillar - Rozamientos de embrague y de desembrague - Formas de los dientes de ruedas y piñones; epicicloidal, cicloidal, arco circular y evolvente - Ruedas y piñones - Empleo del sector, del micrómetro y del pie de rey - Verificación y corrección de engranes - Uso de los aparatos de comprobar engranes, de ensanchar ruedas y de redondear - Tallado de dientes.
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Cómo se mide el arco de oscilación - Necesidad de una fijación correcta del espiral del volante - Empleo del bastidor para relojes en posiciones verticales - Tabla del punto de la fijación central - Modificación de la curva de la espira superior - Modificación del extremo del pivote del eje - Ajuste de las espigas de la raqueta - Equilibrado para el ajuste posicional - Fuerza centrífuga - Ajuste posicional - Verificación del isocronismo - Tabla del error diario acumulado Regulación en varias posiciones y diversas temperaturas Tabla de corrección para marcha adelantada - Tabla de corrección para marcha con retraso.
Reparación y ajustes del barrilete - Montaje correcto del árbol - Proporciones del muelle real - Arrolladores de muelles - Limpieza, manejo y arrollado del muelle real - Montaje de nuevos ganchos en el muelle - Montaje de un gancho nuevo en el barrilete - Disposiciones de muelle real deslizante - Disposición patentada por el autor - Cliquets de seguridad - Causas de la rotura de los muelles.
CAP. XV — Ejecución de piezas nuevas ................................. 231 Materiales pata pulir - El pulido - El limado - Cómo se hace un puente de volante - Cómo se hace un muelle o resorte de "cliquet" - Herramientas y fresas de achaflanar Pulido a mano - Herramental nivelador para pulir a mano - El pulido y el finisaje del acero.
CAP. IX — Limpieza manual y engrase ................................. 130 Limpieza de la esfera, del áncora, de las piezas pequeñas, del muelle espiral del volante y de las ruedas del tren - Engrase correcto de los rubíes - Engrase del escape - Tabla original del engrase del reloj - Soportes para máquinas.
CAP. XVI — Torneado ............................................................... 254
CAP. X — La limpieza a máquina...........................................
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Preparación de las piezas - Empleo de la máquina Cuidados que deben observarse con las soluciones que se usan para la limpieza. 154
Principales defectos y sus remedios.
CAP. XII — El muelle espiral y la regulación ....................... 164 Signos convencionales - Cómo poner a tiempo exacto El volante compensado - La función de los tornillos reguladores - Verificación a diferentes temperaturas - Tornillos para corrección en temperatura - Aligerado de los tornillos del volante - Tabla de ajuste por temperaturas - Equilibrado - Volante sencillo - Ventajas del Elinvar y del be-
Dibujo de la curva de Lossier - Dibujo de la curva para adaptarse a un muelle espiral plano - Cómo se da forma a la espira superior - Herramientas especiales para ello - Fijación del espiral en la sujeción fija.
CAP. XIV — Regulación a diferentes posiciones .
CAP. VIII — El barrilete y el muelle real.............................tía
CAP. XI — El "remontoir" y la puesta en hora
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Afilado del buril - Preparación y empleo del pulidor Cómo se perfilan los pivotes - Cómo hacer las varas para trabajar los pivotes - Montaje del volante - Bruñido de pivotes.
CAP. XVII — El torno universal y cómo se emplea .
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Conservación del torno - Accionamiento a mano, a pedal o por motor - Pinzas o mandriles elásticos y su uso Manera de pulir en el torno - Torneado de un eje de volante en el torno - Repartición del torneado - El torno Jacot de pivotar - Cómo se hacen las herramientas - Empleo y conservación de los bruñidores - Empleo del mandril de pegamiento - Cilindrado entre puntos - Empleo de la polea de seguridad - Centrado de un volante - El mandril a escalones - Calibre y guía - Calibre estilo americano - Montaje
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ÍNDICE DE MATERIAS
ÍNDICE DE MATERIAS
d« un nuevo piñón de centro - Torneado de un espaldón Montado a la rueda - Montaje de un nuevo piñón de cañón. - Empleo de una herramienta especial - Pulido del socavado - Torneado de una tija o árbol "remontoir" nuevo - Limado de las caras del paralelepípedo - El roscado en el torno - Montaje de un pivote nuevo - Cómo se hace una broca - Construcción, temple y revenido de brocas Herramental de pivotar - Enderezado de pivotes del eje del volante - Enderezado de un pivote - Trabajos de torno en el barrilete - Herramientas especiales - Empleo del carro portaherramientas - Empleo del herramental de pulir cabezas de tornillo - Plato universal - Mandril de latón Mandril de linterna - Taladrado autocentrante - Taladrado del latón - Aparato de redondear - Aparato de tallar engranajes - Alisado - Limado de un agujero cuadrado Procedimiento para quitar el óxido de las piezas de acero.
magnetismo - Aparato de desimantar con la corriente eléctrica general - Aparato con acumuladores - Aparato con acumuladores y vibrador - Desimantado sin ninguna clase de corriente.
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Págs.
CAP. XVIII — El reloj inglés ....................................................341 Examen de una máquina con platina de % y barrilete dentado - Escape de áncora inglesa - Escape con diente de trinquete - Escape con diente de talón - Marcado de los rubíes - Profundidad de la retención - Limpieza d*l tren Máquina inglesa con caracol - Construcción de un nuevo trinquete para el caracol - Montaje de una nueva rueda de trinquete del caracol - Montaje del nuevo trinquete - Verificación de la transmisión de la fuerza. - Construcción de un gancho cuadrado para el muelle real - Limpieza y ajuste de la cadena de caracol - Máquina inglesa con platina entera - Empleo de la varilla de ajuste.
CAP. XIX — Fijación de rubíes................................................ 366 Equipo para la fijación de rubíes por presión - Herramientas especiales y accesorios - Substitución de un rubí remachado por otro a presión - Montaje de un rubí a presión - Montaje de un rubí del volante - Montaje de un rubí contrapivote - Montaje de un rubí remachado Montaje manual de un rubí.
CAP. XX.— Rubíes parachoque ................................................381 Teoría de la disposición - Métodos de construcción Sistemas "Incabloc", "Parechoc" y "Shockresist" - Limpieza y engrase.
CAP. XXI — Magnetismo y desimantación............................. 387 Magnetismo - Cómo el magnetismo afecta al reloj Piezas afectadas - Desimantación - Descubrimiento del
CAP. XXII — Cajas resistentes al agua................................. 398 El porqué no puede llamárseles "impermeables" - Pruebas a la inmersión - Prueba a presión - Prueba al vacío Por dónde puede introducirse el agua - Manera de evitar que el agua penetre por el "pendan" y por el bisel - Abridores especiales de cajas y su empleo - Herramientas abridoras universales - La garantía de "impermeabilidad".
CAP. XXIII — Aparatos para verificar la marcha .
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El aparato Furzehill - Regulación de la frecuencia por cristales de cuarzo - Amplificador del tic-tac del reloj Instrucciones para su uso - Aparatos reguladores registradores - Instrucciones para su .uso.
APÉNDICE I — Algunas de las causas que pueden provocar el paro del reloj................................................................421 APÉNDICE II — Decálogo del relojero.............................. ÍNDICE ALFABÉTICO
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PRÓLOGO DEL TRADUCTOR
Lector, que esta obra te sea útil y provechosa, pues para ello han laborado los conocimientos y entusiasmo del autor, la clara visión del editor del original inglés y la de la Editorial J. Montesó, que al darla a conocer en nuestro idioma merece el aplauso de todos. Finalmente, perdóneseme la inmodestia de hablar de mi colaboración sólo para decir que el trabajo que se me ha confiado ha sido una continua lucha para dar con la terminología española más apropiada, aparte de un esfuerzo encaminado a recoger el pensamiento y la idiosincrasia ingleses para transmitirlos ai lector latino. EL TRADUCTOR
CAPÍTULO I
TALLER Y BANCO DE TRABAJO Este libro está escrito especialmente para el principiante, tanto para aquel que intenta hallar un medio de estudio o una distracción reparando y ajustando relojes, como para aquel que espera, con ello, ganarse honradamente la vida. Se describirán los primeros pasos en la senda de este trabajo de un modo que puede parecer demasiado simple; pero, aun al lector que ya ha dado estos primeros pasos, se le suplica en aras de su perfeccionamiento, que no pase por alto estos detalles elementales, ya que sobre ellos se cimienta la mejor práctica. Lo que se describe, se basa en mi propia experiencia, en los conocimientos adquiridos con el estudio de toda la literatura que he conocido sobre la materia, verdaderamente abundante y aprovechable, y en la práctica adquirida como encargado de un importante taller de relojería en el que se reparan anualmente millares de relojes. Las nociones teóricas y prácticas que se van a exponer, han sido experimentadas y aprobadas ya por muchos de los lectores de mi primer libro With the Watchmaker at the Bench (Al banco con el relojero) y su correspondencia me ha sido de gran utilidad. La reparación de relojes es un trabajo que requiere una gran cantidad de inteligencia y concentrada atención. Debe comprenderse desde el principio que no ha de tomarse a la ligera, pues exige el más cuidadoso estudio, Aunque es esencial para el reparador adelantado el conocimiento perfecto de la teoría del áncora, no lo es para el principiante antes de iniciar los trabajos prácticos. No se pueden
MANUAL PRÁCTICO DEL RELOJERO
TALLER Y BANCO DE TRABAJO
aprender los ajustes de los mecanismos de un reloj, sin antes estar familiarizado con la forma y función de cada componente. La máquina de un reloj moderno está, aún, distante de la unificación, y suponiendo que no tiene complicaciones, como las del cronógrafo, el calendario o el repetidor, su disposición sigue el mismo plan a pesar de ser variados los detalles de fabricación; por tanto, puede asegurarse que, con la aplicación práctica, se llegará a alcanzar la capacidad técnica suficiente para el éxito. Los conocimientos teóricos, sin los cuales nunca puede progresarse, se obtendrán tan pronto como el aprendiz sea capaz de comprenderlos. Dejémosle, pues, poner todo su entusiasmo en el trabajo práctico, y los necesarios conocimientos teóricos serán rápida y fácilmente asimilados después.
Puede alegarse que todos los trabajos mecánicos exigen lo mismo, así como características personales similares. Es cierto, pero si se compara lo que requiere un trabajo en mecanismos pesados, con herramientas pesadas, y de ajustes de fácil medida, tal como el que se hace en un motor de automóvil, con el trabajo en una máquina de reloj, donde las tolerancias y los ajustes no pueden medirse, si no es por un ojo adiestrado o por un tacto sensible, y en el que los ajustes se hacen sobre piezas que, cuando están sueltas, pueden dispersarse con un simple soplo o aplastarse con la uña, no se negará que éste es un trabajo altamente especializado. Por esto prevengo al aspirante a relojero que debe prepararse a estudiar atentamente, a sentarse junto al banco y a trabajar con precisión y escrupulosidad.
Los primeros puntos a tener en cuenta son el ambiente que rodea al relojero, su taller, su banco, su asiento y la iluminación tanto natural como artificial. Luego las herramientas con que trabaja. Éstas se describirán a medida que su uso vaya apareciendo, cuando se expliquen los diferentes trabajos. En este oficio, como en muchos otros, ningún obrero tiene a mano todas las herramientas requeridas para todos los trabajos posibles, y el buen relojero deberá discurrir para idearse útiles de su propia iniciativa, y disfrutará haciéndolos. Es esencial para el éxito un banco limpio, una escrupulosa limpieza en todo y buena luz. Quizá un banco limpio sea contrario al modo de ser de la mayoría de los relojeros, quienes parece como si encontraran gusto acumulando sobre el banco, tanto las herramientas que necesitan como las que no piensan usar, en una confusa aglomeración con material viejo, trabajos corrientes, cacharros con aceite y un cúmulo de otras cosas. Con ello se logra que las herramientas se pierdan o se estropeen, y que se inviertan muchas horas al año buscando lo que se necesita y en arreglar lo que se ha deteriorado. Referente a esto, el principiante está en buenas condiciones para adquirir mejores costumbres, y es de esperar que procurará conservar limpio su banco, guardando las varias herramientas en sus cubetas, cajas o cajones, cada una siempre al mismo sitio, de fácil alcance, y sin que el trabajo en curso sufra entorpecimientos. Cuando uno está metido en un trabajo que reclama estrecha aplicación mental y física, tiene capital importancia todo lo que nos rodea. Se ven relojeros que trabajan en talleres con grandes deficiencias, acomodados en la trastienda entre obstáculos, o metidos entre polvo, en rincones pobremente iluminados, en espacios insuficientes, a merced de corrientes de aire o de pequeñas distracciones; en fin, trabajan en un ambiente que conspira contra la concentración necesaria para un trabajo de tanta exactitud. En tales condiciones no es de extrañar que las reparaciones salgan deficientes y caras.
La palabfa que nos da la clave es: PRÁCTICA. El estudio e¡ necesario, pero la práctica esencial.
La moda del reloj de maquinaria pequeña, ciertamente, tiende a persistir. Relojes mucho más pequeños que antes se
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Todo relojero debe aspirar a tener vista fija y tacto delicado. Procurará el máximo control de los músculos de su muñeca y de sus dedos, y ser capaz de escudriñar muy de cerca su trabajo, a través de una lente, fijamente sin fatigarse por largos intervalos. Estos atributos del relojero, para ser usados con éxito, exigen comodidad para el cuerpo, una cabeza clara, un cerebro tranquilo y voluntad de triunfar.
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usarán en el futuro, con la perspectiva de que serán más planos cada vez. Si no son más pequeños, vendrán complicados, indudablemente, por mecanismos diferentes a los de regular el tiempo. Se ha de tener en cuenta que la relojería está pasando del reino de la mecánica al de la ciencia mecánica, y esto no debe olvidarse al planear y surtir el taller y el banco. Es un punto vital para el principiante y de primera importancia para el oficial. Resumiendo: ahuyentar la humedad, el polvo, las distracciones y las corrientes de aire. Fomentar la quietud, el orden, la comodidad y una buena temperatura. Proveer buena luz, buena ventilación, buenas herramientas bien distribuidas en el banco y materiales abundantes. El resultado de todo esto será un trabajo agradable y provechoso. Aunque se van a describir las condiciones ideales, ello no priva al principiante de empezar de un modo más sencillo. Pero no se espere nada bueno, si se intenta hacer el trabajo en un rincón, con una mesa accidental. Tómese en serio el trabajo y, por lo menos, adáptese un estante para substituir al banco. Fijarlo al través de una ventana, a una altura, por lo menos, de 93 a 95 cm del suelo, y de un ancho de 40 - 45 centímetros. La longitud no tiene tanta importancia, mientras sea suficiente para que ambos codos puedan descansar en él Fig. 1. - Un banco ideal de trabajo durante el trabajo. Un banco ideal puede verse en la figura i. Es espacioso, protegido contra las corrientes de aire por un bordillo alrededor del tablero, con un descanso para los pies, un estante para las herramientas gran-
TALLER Y BANCO DE TRABAJO
des, las cuales se guardan en cajas de madera, cajones para las demás herramientas y un armario para el torno. Sitúese el banco de cara a la luz, la cual debe ser cenital y, preferentemente, orientado al norte. Esta orientación proporciona una luz suave, y, prácticamente sin sombras, muy conveniente para el relojero. Si no es posible obtener la luz de orientación norte, deben proveerse medios para atenuar la deslumbrante luz del sol. Es aconsejable usar una visera. Una lámpara articulada, para la luz artificial, permite acercar a voluntad la luz al trabajo, y esta articulación debe permitir cualquier ángulo y mantenerse en la posición deseada. Es una ventaja poder acercar la luz al trabajo, pues así puede emplearse una lámpara de menos Fig. 2. — Lámpara Te- potencia, que además de ser más econórry, que se fija a cualmica, no da tanto calor a los ojos y a la quier ángulo. cabeza. Un buen tipo de lámpara, que ha merecido no sólo el favor de los relojeros, sino también el de otros oficios, es la Terry Anglepoise, que se muestra en la figura 2. De las pantallas suspendidas, yo prefiero las de metal esmaltadas en verde por el exterior y en blanco por el interior. Pueden adquirirse pantallas de cartón forradas en verde y- en blanco, pero no son de aconsejar, pues la superficie blanca en poco tiempo se vuelve de un blanco sucio, y aun marrón, y la luz en estas condiciones se refleja mal. La altura del asiento es muy importante. No puede fijarse regla alguna, pero debe ser tal que facilite el trabajo, sentado cómoda- Fig. 3. —Silla Tanmente, no obligando a agacharse demasiado Sad, con respaldo y asiento graduables.
en esto; por tanto es conveniente, aunque parezca que se pierde el tiempo, probar hasta alcanzar las condiciones deseadas. El sobre el banco. No hay dos personas iguales
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MANUAL PRACTICO DEL RELOJERO
modelo de silla de la figura 3 proporciona un asiento muy útil, ajustable en altura y con un buen respaldo. Si hay más de un operario en el taller, se recomienda que cada uno tenga su banco independiente, pues a uno le convendrá, en determinado momento, dar golpes, o limar, y a otro, al mismo tiempo, que su banco esté bien quieto, por hallarse trabajando sobre un muelle espiral de volante, por ejemplo. En las fábricas suizas donde hay varios operarios en el mismo taller, se suele utilizar un largo banco común, fijado junto a las ventanas; pero allí los obreros hacen todos el mismo trabajo, de modo que si uno golpea el banco, los demás hacen lo mismo, y nadie se siente molesto. En un taller corriente, donde pasan a reparación toda clase de relojes y como sobre cada reloj se realizan varias operaciones, lo mejor es que cada operario tenga su banco propio. No puede descuidarse el pavimento. Debe unirse con las paredes sin formar ángulo. El mejor es el de linoleum, de color marrón liso, orillado con listones de madera clavados al suelo. La mayoría de las piezas de un reloj son de color claro, las ruedas doradas y los piñones plateados, con la sola excepción de algunos tornillos azules. Por lo tanto, destacan sobre fondo obscuro y así podrán hallarse fácilmente si se caen al suelo.
Deben hacerse algunas recomendaciones sobre el uso de las herramientas más empleadas, para obtener los mejores resultados con los destornilladores, tenazas, alicates, pinzas y con el restante equipo universal sencillo, pero inCAPÍTULO II
HERRAMIENTAS ESENCIALES dispensable. En la práctica cuatro destornilladores bastan para todas las necesidades ordinarias, y los tamaños más adecuados son los de 2,5, 2, 1,75 y 0,75 mm de diámetro. Creo que es mejor clasificarlos por el diámetro y no Fig. 4. — Forma como hacen algunos fabricantes, que les dan correcta de hoja un número que no tiene relación con el diáde destornillador. metro, sin representar ninguna clasificación universal que indique su verdadero tamaño. Las hojas de los destornilladores merecen una atención constante. Los extremos de las mismas no deben ser como un cuchillo de filo basto, sino como indica la figura 4; el rebajado de la hoja debe tener la longitud suficiente y la finura precisa para que al meterla en la ranura de la cabeza del tornillo llegue al fondo de la misma, sin tendencia a resbalar saliéndose Fig. 5.—Punta inde ella, desbocándola, cuando se atornilla o correcta de desque desatornilla con una cierta presión. La figu- tornillador, deteriora las cabera 5 muestra un rebajado erróneo. zas de los tornillos Las hojas deben ser templadas y reveni- al no poder prodas; así se venden en las tiendas, pero cuando fundizar su ranura. han de rehacerse, después del desgaste, han de templarse y revenirse nuevamente. El tiempo que se dedica a esto no es tiempo perdido.
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MANUAL PRÁCTICO DEL RELOJERO
El modo de manipular el destornillador ha de ser franco, y, sin duda, unas palabras de advertencia no sobrarán, si se tiene en cuenta que bastantes relojeros utilizan muy torpemente sus herramientas. El destornillador grande sirve, como es natural, para los tornillos de cabeza mayor, y como se ha de ejercer cierta presión, es más fácil de dominar. El mejor modo de hacerlo es sujetarlo como indica la figura 6. Los otros tres se usan para trabajos ligeros, y entonces se dominan bien si se ejerce sobre ellos, con buen tacto, Fie. 6. — Como usar el destornillador grande.
una
presión suave, conforme
indica la figura 7. Todos tenemos nuestras preferencias tratándose de pinzas. Yo prefiero las Dumont, de fabricación suiza, pues son robustas. Tres pinzas planas cubren la mayoría de necesidades, dos robustas y unas finas para trabajar con los espirales de volante (Fig. 8). Para formar la espira superior de estos espirales, propongo empezar con dos pinzas. Como puede apreciarse en la figura 9, sólo se diferencian por las curvas. Hay docenas de Fig. 1. — Cómo se usan los destornilladores pequeños.
una buen catálogo de herramientas, en su sección de pinzas, por su variedad. Las hay para todos los trabajos concebibles. Puede pinzas y fascina hojear
HERRAMIENTAS ESENCIALES
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persuadírsenos de que son indispensables para el trabajo que indican, pero, como se verá en la práctica, esto dista bastante de la verdad; así pues, empiécese con pinzas comunes, y más adelante se decidirá si se necesitan pinzas especiales. Las pinzas requieren, de vez en cuando, un repaso. Una buena prueba, para cerciorarnos del estado de unas pinzas, con-
Fig. 8. — Formas recomendables de pinzas con puntas finas
,
siste en dejar un pelo humano sobre un vidrio. Si están en buenas condiciones, se podrá levantar sin dificultad con ellas. Otra prueba, e importante además, consiste en agarrar una pieza delgada de metal, tal como un muelle real, por ejemplo, ejerciendo una presión bastante fuerte; si las pinzas están en buen
Fig. 9. — Pinzas con punta de curvatura grande y pequeña
estado, no deben doblarse las puntas (Fig. i o c). Si no soportan estas pruebas deben ajustarse, y, el mejor modo de conseguirlo es frotando las puntas sobre una piedra Arkansas. Puede ser necesario, antes de hacer esto, torcer las puntas un poco para adentro; si son paralelas hay el peligro de que, al agarrar algo con fuerza, se tuerzan para afuera, despidiendo la pieza, con riesgo de perderla o estropearla (Fig. 10 6). Hagámonos nosotros mismos dos puntas de engrasar, una para los agujeros de rubí y otra mayor para engrasar el muelle
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real y otras piezas de mayor tamaño. Una aguja de coser corriente sirve para una punta pequeña de engrasar. Caliéntese hasta que tome el color azul y límese la punta, como se ve
mi opinión, son los de hueso. También es excelente y muy cómodo un mango portaplumas. Un aro exagonal ayuda a mantener la punta segura y a que no gire entre los dedos. Los relojeros americanos y 1 .... i .....i i mjglos suizos prefieren, como equipo de engrase, Fig. 11 a. — Punta grande de engrasar para una bandeja con dos o aceite denso. tres recipientes para aceite y un bastidor para las puntas de engrasar. Es un sistema excelente, Fig. 11 b. — Punta pequeña de engrasar para aceite ligero, con detalle ampliado de pues, así Jas puntas están siempre al alcance de la punta. la mano. En la figura 12 se ve también un pote para medula vegetal, fijado en el equipo y que sirve para, limpiar las puntas de engrasar, así como de
Fig. 10 a. — Las
puntas de unas buenas pinzas deben permanecer paralelas cuando agarran pequeñas piezas.
en la figura 11 b; luego se aplasta el extremo y con una barreta Arkansas se le da la forma de broca del tipo de punta redondeada como las que sirven para taladrar acero. Las puntas granFig. 10 b. — Si las puntas se doblan, como indica (exageradamente) el dibujo, deben arreglarse.
des se preparan de la misma manera. Cuando ya tienen esta forma, se les pone un mango de 8 a 10 cm de longitud. Los mangos largos responden mejor a las necesidades que los cortos. Los mangos de madera son buenos, pero los ideales, según
Fig. 12. — Equipo para engrase, con recipientes para aceite denso y ligero, medula de saúco, con ranura para las puntas de engrasar.
repuesto para tener siempre medula Son necesarias dos o tres lupas; foco de 6 a 7 mm, sable para examinar y los pivotes. Es un que el empleo de lupas debilita la vista. Obsérvese a los relojeros y compruébese si predominan los que necesitan gafas para
a mano, cuando se necesita. una, con doble lente, con es indispenlos rubíes error creer
la vida corriente. No creo que el Fig. 13. — Lupa Fig. 14. — Lupa porcentaje entre los relojeros sea con foco de con foco de 75 mm. 6 mm. mayor que en el resto de los hombres, y la razón está en que los relojeros no esfuerzan su vista, ya que cuando han de examinar algo pequeño, no lo hacen sin proveerse de lupa. No re-
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comiendo las lupas de demasiado aumento, porque la vista se acostumbra, y cuando realmente se necesitan, entonces son ineficaces; pero de todos modos, estoy convencido de que el uso corriente de la lupa no es perjudicial. La lupa de 5 cm es útil para examinar la profundidad del engrane de los piñones con las ruedas, para ajustar el muelle espiral del volante, etc., y la de 7,5 cm de foco, para uso general. La lupa de doble lente ya se distingue de las demás por su forTenazas finas ma, y es de aconsejar que por monturas de colores distintos, o por otros medios, las lupas puedan diferenciarse fácilmente unas de otras. Como toda herramienta, requiere cuidaTeaizssgrjnc/es dos para cumplir su comeFig. 15. — Tenazas para agarrar y para tido. La montura sólida cortar. de la lupa tiene la forma adecuada para amoldarse al ojo, y como el tipo de montura compacta tiende a empañarse por la transpiración cuando la temperatura exterior es inferior a la del ojo, para evitar esto, lleva tres o cua'tro agujeros, de aproximadamente 1,5 mm de diámetro. Si a pesar de esto la lente se empaña, sacúdase la lupa en el aire para enfriar el interior; esto es más efectivo y rápido que secarla con una tela. También son necesarias un par de tenazas. Una fina y otra algo mayor. Se venden las tenazas con el corte de sus mandíbulas, como representa la figura 15. Esto está bien para las tenazas grandes, pero el de las pequeñas debe ser limado como se ve en el detalle superior; así se logra apurar el corte y se facilita sacar un pasador que apenas sobresalga. El poco tiempo gastado en mantenerlas en buen servicio, ahorra el mucho que se pierde, a veces, por no estar estas herramientas en buenas condiciones. Asimismo, se requieren cuatro alicates, que deben ser como
se representa en la figura 16. Unos con garras cuadradas para uso general; los de garras alargadas, para trabajos delicados; los redondos, para trabajar con alambre, etc., y los de garras forra-
Fig. 16. — Alicates. Garras cuadradas, garras alargadas, garras cónicas y garras forradas de latón.
das con latón, para sujetar las piezas terminadas y para quitar un piñón forzado. Los alicates, cuando son nuevos, tienen rugosas las caras interiores de las garras. En relojería esta rugosidad no es con-
Fig. 17. — Palancas para desmontar a mano, con un detalle ampliado
veniente, por lo que debe quitarse con una lima o con una piedra de amolar. Son necesarios también, tres martillos diferentes; uno con la cara plana, que es el tipo ordinario; otro con cara redondeada para remachar, y el tercero todo él de latón, o bien con un forro de este metal, que sirve para golpear sobre piezas ter-
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minadas, ya que no produce rebabas. Si no se dispone de este tercer tipo de martillo, se coloca, sobre un martillo corriente, por medio de tornillos, una almohadilla de latón. Las palancas para desmontar a mano se las hace uno mismo, bastando, por ser lo suficiente explícita, la ilustración (figura 17). Se hacen de latón con un ancho aproximado de 2 mm, un grueso de i mm y Fig. 18. - Calentador para revenir al azul una longitud de unos 10 centímetros. La figura 18 muestra un calentador para dar el color azul. Este es un útil indispensable, no sólo para revenir al color azul los tornillos, etc., sino que también para calentar las paletas del áncora cuando se le ajustan las levas, o piedras. Todo banco de relojero debe estar provisto de un pote, como, por ejemplo, un barrilete viejo de un reloj de pared francés (Fig. 19), cortado por la mitad de su altura, completamente lleno con piezas de medula de saúco, colocadas verticalmente. Se comprenderá que el
pinzas, etc., y es buena costumbre el pinchar la medula con tales herramientas antes de usarlas. Esto es preferible al hábito de restregar las hojas de los destornilladores y las puntas de engrasar en la yema del dedo meñique (Fig. 20). Y aun hay relojeros que limpian las puntas de engrasar en la solapa de la cha-
Fig. 19. — Usando el porta-medula
Fig. 20. — Cómo NO debe limpiarse una herramienta.
pote debe ser algo pesado, ya que la medula, de por sí, es muy ligera, y si no estuviera fuertemente apretada dentro del pote, sería cazada por las puntas de engrasar, al limpiar en ella, y esto anularía su utilidad. La medula sirve para limpiar las hojas de los destornilladores, las puntas de engrasar, las puntas de las
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Fig. 21. — Fuelle
queta, y lo que hacen, muchas veces, es añadir más materias extrañas a las que pretenden quitar ¡y luego las emplean, satisfechos, para engrasar! Debe estar siempre al alcance de la mano un fuelle como el representado por la figura 21, y también uno o dos guardapolvos de cristal, para lo cual sirven perfectamente copas enteras o sin pie, colocadas invertidas. Me referiré frecuentemente a estas cosas y aun a otras muchas herramientas, cuando se describan las operaciones en que intervengan. El camino del éxito está en conocer qué herramienta hay que emplear, y cómo debe Fig. 22. — Colocación de un papelusarse. tapete. Finalmente, se pone sobre el tablero del banco una hoja de papel blanco de unos 20 por 30 cm. Un buen modo de retenerlo consiste en meter dos trocitos de muelle real debajo del listón frontal del banco, de manera que por su elasticidad actúen como sujetadores, según se ve en la figura 22. No es necesario fijarlo por otros lados, pues
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el peso del equipo de engrase y el de las copas guardapolvo, lo mantienen tenso (i). Deben tenerse siempre dispuestas varias hojas cuadradas de papel de seda de unos 10 X 10 cm, y también palillos de madera de boj y recortes de medula de saúco. Y ahora, antes de empezar, debo hacer una recomendación personal. Los relojes son mecanismos extremadamente delicados, y una de nuestras preocupaciones, ha de ser dejarlos tan limpios y tan libres de polvo como nos sea posible; mire, pues, el relojero si sus manos están limpias. He visto relojeros manejando una máquina de reloj con porquería bastante en las uñas como para hacer parar una docena de relojes. Con uñas cortas y manos escrupulosamente limpias (nuestras mejores herramientas) tendremos mayores probabilidades de éxito.
(i) Algunos relojeros prefieren tener sobre este papel blanco una pieza de vidrio de cierto grosor, de iguales medidas que el papel indicado, pero no es de recomendar, por sus inconvenientes en la práctica.
CAJA, ESFERA Y AGUJAS Es conveniente que examinemos una máquina de reloj. El 1
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mejor para nuestro objeto es un tipo popular; el que más se CAPÍTULO III presenta en el trabajo de reparación es el reloj de pulsera de 13 líneas (30 mm de diámetro) con máquina suiza y áncora en cruz. En primer lugar, nos daremos cuenta de que reina una gran confusión, por falta de unificación, en la nomenclatura de las piezas de un reloj, po r cuyo motivo se dan dibu jos a gran escala en las páginas siguientes. De esta manera se ve una máquina completa por detrás sin la tapa y por delante sin la esfera, y asimismo se incluirán ilustraciones de cada pieza por separado (excepto de los tornillos y rubíes). Todas las piezas vienen dibujadas, con su nombre y con toda claridad. El conjunto de piezas de un reloj que no pertenecen a la caja, forman la máquina. Pertenecen a la caja, la esfera, las agujas y también la corona y la tija o árbol "remontoir". Cuando se recibe un reloj para ser reparado, es aconsejable hacer, ante todo, un examen general concienzudo de la caja y máquina, examinándolas bien, con objeto de diagnosticar la causa de la falla del reloj. Si se trata de la limpieza indispensable para reengrasarlo de nuevo, porque el reloj ha sobrepasado el tiempo prudencial, entonces la causa es clara, pero si se nota una perturbación más profunda, debemos empezar la revisión, primero, por la caja. Si el reloj viene abollado, fijémonos en los pivotes de los árboles del escape y del volante. Asegúrese de que el cristal deja en libertad a las agujas. El entorpecimiento del movimiento de las agujas por el cristal, o por rozar entre sí, es la causa de un elevado tanto por ciento de perturbaciones
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en la buena marcha de un reloj, y entonces el remedio es claro. Si cuando abrimos la caja hallarnos que la máquina tiene una cantidad anormal de polvo, examinemos el caso para encontrar la solución, y es corriente limpiar, primero, la máquina y después colocarla debajo de un guardapolvo. Hace tiempo se hizo una prueba que demostró que el polvo se introducía en la máquina a pesar de que la caja aparentaba tener un buen ajuste. La prueba se hizo así; se puso el reloj a la temperatura de 30 grados (temperatura media dentro de un bolsillo), y, estando aún caliente, se introdujo en una caja llena de harina, y se dejó enfriar hasta la temperatura de la harina, que Fig. 22 a. — Caja de un reloj de bolsillo e r a aproximadamente de 18 grados. Con el calor el aire interior del reloj se expansionó y salió al exterior. Durante el enfriamiento el aire interior se contrajo, y, para reponerse del perdido, se aspiró nuevo aire por la caja, y con él, el polvo que lleva en suspensión. Así pues, tómese especial empeño en examinar todas las cajas, y si aun aparentando tener un buen ajuste, el reloj aparece lleno de polvo, tómense providencias para convertir la caja en estanca al polvo, antes de devolver el reloj al cliente. Estas observaciones servirán también para hacer más estanca al agua una caja. Muchas resisten la entrada del agua durante cortos intervalos de tiempo. Esto es, si se echa el reloj dentro del agua y se recupera inmediatamente, la máquina apenas saldrá perjudicada, pero el remojo prolongado, o su uso en una atmósfera húmeda, como la del trópico, o en ciertas industrias, es perjudicial para la máquina. Con un sencillo tratamiento aplicado a la caja, se perfeccionará su resistencia a las
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CAJA, ESFERA Y AGUJAS
condiciones climatológicas: mézclese un poco de cera de abejas con vaselina, en la proporción de una parte de cera por cuatro de vaselina, y se calienta la mezcla hasta tener una pasta consistente, con la cual se untan, una vez terminada la reparación del reloj, todas las superficies de unión de la caja con la tapa y con el bisel, a fin de que una vez cerrados la tapa y el bisel, quede una película de pasta interpuesta, que actuará como un cierre perfecto. Lo mismo debe hacerse con la corona y con Oreja P3r3 correa
\Cajs. "0/se/ Fig. 22 b. — Caja de dos piezas
el cristal, a fin de cerrar los intersticios que puedan haber con el "pendan" y con el bisel, respectivamente. Antes de adelantarnos demasiado, debemos concretar algo sobre nomenclatura: a la armadura de metal, en la que se ajusta el cristal, la denominaremos bisel; a la parte media de la caja, sobre la que se cierran la tapa y el bisel, y en la que se aloja la máquina, le llamaremos centro de caja o carrura, y respecto a la tapa, está claro su nombre. Ésta y «1 bisel pueden fijarse al centro de caja de tres maneras distintas: por presión, por roscas o por charnelas. Hay cajas que llevan una combinación de los tres sistemas. Aunque era corriente en los relojes antiguos, hoy es raro encontrar un bisel que se fije al centro de caja por charnela; actualmente van sujetos a presión o por rosca. Algunas veces hay dos tapas en una caja, una dentro de la otra, y, en este caso, a la interior se le llama guardapolvo. Algunos relojes se hacen con el centro de caja y la tapa formando una sola pieza, ajustando la máquina a la caja por delante, y siendo el bisel la única pieza suelta. A estas cajas se las llama de dos piezas, y por suprimir hendiduras por donde el polvo y la humedad puedan introducirse, son preferidas, cada día más, por los proyectistas de relojes de pulsera.
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Son variadísimas las formas de las cajas de reloj. Sin duda, la caja redonda es la mejor desde el punto de vista estético y también es la que más se usa y la más fácil de hacer, pero la moda manda y las formas continuarán variando. La aplicación del reloj a la muñeca es la principal causa de la diversidad de formas de las cajas, así como la aplicación del reloj en los brazaletes. Al pequeño tubo a través del cual la tija o árbol "remontoír" se introduce en la caja se le llama "pendan" (de la palabra francesa pendent), y tiene su origen en los relojes de bolsillo, porque de él, y por medio de una anilla, pendía de la cadena el reloj. Dejando las modas por el momento, y la cuestión muy importante de las cajas estancas, a las cuales dedicaremos luego un capítulo, vamos, ahora, a tratar del mejor modo de abrir la caja de un reloj. Lo primero a hacer es determinar cómo abrirla, pues si no se sabe cómo va fijada la caja, no se debe intentar hacerlo con la hoja de un cuchillo o con un destornillador, a no ser que no sea roscada ni fijada por tornillos. Puede ser roscada o, para que sea estanca, tener una fijación particular. Examínese el canto de la tapa y del bisel para ver si hay señales de haberse abierto anteriormente. Si es del tipo de presión, es muy probable que en el canto se note una pequeña muesca, la cual indica dónde meter la hoja del cuchillo, del abrecajas, o la uña del dedo pulgar. Para el mismo fin. algunas cajas llevan un pequeño labio en la tapa. Si se sospecha que es del tipo roscado, coloqúese el reloj, bien plano, sobre la palma de la mano izquierda, con el cristal boca abajo, apóyese la palma de la mano derecha sobre la tapa con fuerza, y dése a ambas manos el movimiento propio para desenroscar. Esto generalmente logra mover la rosca más apretada. Si fuera necesario ejercer mayor presión, apliqúese inteligentemente. Si se está seguro de que la tapa no va roscada, precédase a su apertura con el cuchillo. Manténgase firmemente el reloj con la mano izquierda y el abridor con la mano derecha, como indica la 'figura 23. Introdúzcase la hoja del cuchillo en el lugar adecuado, esto es, en la muesca o por debajo del labio. Si el reloj no tiene ni muesca ni labio, insértese el abridor en el lado
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opuesto de la charnela, o si no la hay, cerca de la corona, pero evitando su deterioro. Cuando ya tenemos la hoja del abridor entre la tapa, o el bisel, y el centro de caja, désele un movimiento de volteo, como la acción de una palanca, que, apoyándose en el borde del centro de la caja, actúe sobre el canto de la tapa, o del bisel, según lo que ha de quitarse. No se dará nunca a la hoja del abridor un movimiento tangencial, pues solamente se lograría rayar el centro de la caja y la tapa y perder el tiempo sin conseguir abrirla. La apertura de una caja es una cosa sencilla, a pesar de Fig. 23.—Modo correcto de abrir una caja as reloj que no lo parece cuando se ve a personas que intentan abrirla con un destornillador, dando a éste un movimiento como para hacer un agujero. Con gran frecuencia se encuentran relojes que tienen su caja estropeada, debido a los chapuceros intentos para abrirla. Se ven tapas roscadas que han sido forzadas con el abridor y, por supuesto, luego aparece su rosca estropeada. A veces uno encuentra charnelas retorcidas, particularmente en cajas de forma especial, porque no se ha tenido la precaución, ya recomendada, de abrir por el lado contrario. Para abrir una caja, domínese completamente el abridor, pues si éste se escapara podría rayar la tapa o hacer saltar su chapeado. Tal deterioro debe evitarse, lo que se consigue con sólo un poco de precaución y cuidado. Si se agarra el abridor como indica la figura 23, presionándolo cerca de la punta, se tendrá una buena guía, sin peligro de que se escape, y así obtenemos una presión considerable, con toda seguridad y en el sitio apropiado. Una vez abierta la caja, la máquina requiere nuestra atención. Y separado el bisel, procedamos ahora a retirar las agujas, no sólo por su seguridad, sino también porque es más conveniente hacerlo antes de sacar la máquina del centro de caja.
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CAJA, ESFERA Y AGUJAS
Háganse un par de pequeñas palancas, como las indicadas en la figura 17; éstas sacarán las agujas más aferradas, sin riesgo alguno de perjudicar a la esfera, aunque ésta sea de delicado esmalte. Si la esfera es de metal, póngase debajo de las palancas un poco de papel, para evitar que quede señalada. Las agujas segunderas podrán también sacarse con las palancas, si hay suficiente espacio entre ellas y la esfera. Generalmente estas agujas están tan juntas a la esfera, que resulta imposible introducir las palancas debajo de ellas, y es peligroso forzarlas con unas tenazas o un destornillador para arrancarlas. Es mejor quitar, en este caso, la esfera Fig. 24. — Descargando el muelle real y, conjuntamente con ella, la aguja segundera. Cuando se ha aflojado la esfera para poderla quitar, apalanqúese, con la hoja de un cuchillo, cerca de la aguja segundera, y ésta saldrá fácil y seguramente, tanto si la esfera es metálica, como esmaltada. Si no se ha podido retirar la aguja segundera con las palancas, déjese para hacerlo después que se haya sacado la máquina de la caja. Para separar la máquina de la caja, primeramente se afloja de una a una vuelta y media el tornillo de la tireta, y entonces se saca la tija. El montaje de este árbol puede hacerse de dos maneras. El positivo, con tija larga, que es el invariablemente empleado por los suizos y el de más uso en Inglaterra. Los fabricantes americanos optan por el negativo, en el cual la tija es corta y se ajusta en un pequeño agujero cuadrado de la parte superior de la máquina. En las cajas americanas la tija no puede quitarse, pero la corona puede desplazarse para correr las aguias a fin de ponerlas a la hora. Después de haber retirado
la, tija, o en el sistema negativo haber desplazado la corona, tómese el reloj con la mano izquierda, como se indica en la figura 25, con la primera articulación del dedo índice contra la esfera, y sosteniendo la caja con el pulgar y el dedo medio. Suéltese la máquina, quitando los tornillos que la fijan a la caja, o dándoles la parte de giro indispensable si son de cabeza incompleta. A los tornillos de la caja con medía cabeza se les llama tornillos de garra. Si ahora ejercemos una pequeña presión con el índice de la mano izquierda, la máquina puede quedar libre; y digo "puede", porque la mayoría d'e las veces la máquina está agarrotada. Si es así, inviértase el reloj, póngase un pedazo de papel de seda sobre la máquina, y apliqúese una ligera presión sobre la platina posterior y en su parte opuesta a la corona. Algunas veces hay Fig. 25. — Modo correcto de sujetar el reloj cuando se quita la máquina. un pasador fijo cerca cié la tija. Mientras se ejerce la presión apóyese el reloj por un canto sobre el tablero del banco, y así al desprenderse la máquina lo hará por la parte de la esfera con un giro de ángulo pequeño. Véase la figura 26. En las cajas de dos piezas, la máquina está alojada simplemente en el interior, y el bisel va fijado por presión o por rosca. El procedimiento a seguir con estos relojes consiste en quitar primeramente el bisel, luego desplazar la corona a la posición
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de poner a la hora, y luego con cuidado se quita la máquina por medio de la tija. Si en algún punto ésta se resiste, se puede facilitar la extracción, apalancando con un destornillador pequeño, sirviéndose de la caja como punto de apoyo, y forzando la esfera. Con la máquina ya fuera, proc eda mos a quitar la esfera. En muchos relojes modernos, ésta viene fijada por tornillos la-
Fig. 26. — Cómo se quita una máquina agarrotada en la caja
terales. No deben quitarse, sino sólo aflojarlos lo suficiente para permitir que la esfera se suelte sin esfuerzo. Es importante recordar que sobre la esfera nunca debe ejercerse fuerza alguna. Si es esmaltada se soltaría el esmalte, y si es metálica se podrían producir abolladuras y dejar señales, precisamente en donde lleva las espigas. Después de retirar la esfera, atorníllense nuevamente los tornillos para evitar que salten y se pierdan. El manejo correcto de una máquina es una técnica especial que debe practicarse desde los comienzos, para que, aun en los momentos de prisas o nerviosismos — y de éstos surgen muchos en la vida de un relojero — pueda mantenerse la máquina sin peligro. Es una mala costumbre tocar con los dedos las platinas o la esfera (Fig. 27), no sólo porque pueden producirse oxidaciones y marcarse huellas, sino que también porque en una máquina lista, si se mantiene así, el aceite puede escurrirse de los pivotes. Conviértase en hábito el manejar siempre correctamente la máquina y cuando el trabajo está terminado, tómese,
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además, la precaución de cogerla siempre con un papel de seda. Puede haber humedad o polvo en los dedos, tan poco que no se note, pero como los dientes del barrilete sobresalen, por éstos se arrastra la humedad, la transpiración o el polvo y son captados por el piñón de centro. El óxido que se nota algunas veces en este piñón se debe probablemente a lo que acabamos de indicar. Una vez separadas la esfera y las agujas, deben ponerse siempre en lugar seguro, pues se estropean con gran facilidad. Guárdense en una caja o cajón, y para esto. y para otros muchos objetos, son excelentes estas pequeñas subdivisiones de los cajones del banco. La esfera y las agujas no se necesitarán hasta el montaje final, después de efectuada la reparación. Cuando se habla de las piezas principales de la máquina de un reloj, las platinas y los puentes forman un conjunto que se llama armazón. Cuando se mira la máquina, en la caja, por el lado de la tapa, a la platina visible se le conoce por platina superior. La platina a la cual va fijada la esfera y que es la bancada en la máquina del reloj, se llama platina de fondo o platina inferior.
Fig. 27. — Cómo NO debe manejarse una máquina. .
LA MÁQUINA, SUS PIEZAS Y DESMONTAJE
CAPÍTULO IV
LA MÁQUINA, SUS PIEZAS Y DESMONTAJE Una vez retiradas las agujas y la esfera, queda visible la cara de la platina inferior, o de fondo, la cual actúa de bancada del mecanismo de las agujas. Éste viene representado por las ruedas de reducción pequeña entre las agujas horaria y minutera. Quítense estas ruedas y pónganse sobre el papel blanco de cubierta, debajo de una campana de vidrio, y ya no se retirarán hasta que vuelvan a necesitarse. Las copas, como hemos dicho, sirven perfectamente de campanas protectoras contra el polvo, y el relojero hará muy bien en obtener las que pueda en varios tamaños. Todas las piezas desmontadas deben guardarse bajo estas campanas. Éstas protegen las piezas contra su pérdida, la oxidación, la suciedad y un deterioro fortuito, y aunque las piezas hayan de limpiarse luego, se guardarán bajo campana. Es una buena costumbre. Volvamos ahora a la máquina, invirtiéndola para quitar el volante. Séase cuidadoso, pues cuando la máquina está sobre el banco con la placa de fondo hacia abajo, hay dos piezas importantes que sobresalen: el árbol de centro, que soporta el piñón de cañón, y, si el reloj lleva aguja segundera, el pivote de la rueda segunda. Recuérdese esto cuando se trabaja sobre la platina superior. Sosténgase, pues, la máquina por el canto con el pulgar y los demás dedos, de modo que la parte carnosa de los mismos actúe de almohadilla, apoyándola solamente sobre el banco por el punto en que debe efectuarse la presión (i). Con un destornillador del tamaño adecuado, esto es, cuya hoja se (i) Más adelante el autor da instrucciones para el empleo de unos soportes de boj para apoyar la máquina sin temor a deterioros en las piezas .salientes mencionadas. — (Nota del T.)
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adapte a toda la ranura del tornillo, saqúese el del puente del volante, y, con las pinzas robustas, levantarlo por su extremo de sujeción. Hay en este extremo una pequeña ranura, que sirve para poner las puntas de las pinzas. Manténgase el puente con las pinzas, mientras se saca, y cuando se ha libarado de los pasadores de situación, levántese con el volante, que aun le está ligado. No se haga ningún esfuerzo indebido. Cuando el puente ya está libre, puede permanecer agarrado por el platillo de seguridad detenido por la entalladura del áncora, de modo que no debe tirarse del volante para evitar el riesgo de retorcer el muelle espiral. Si el volante no quiere soltarse, continúese sosteniendo el puente del volante, conservando fija la mano derecha, dando con la izquierda un pequeño giro a la máquina, con lo que se desenganchará el áncora. A veces es preciso para obtenerlo dar giro a la derecha y a la izquierda, es decir, hay que hacer una pequeña oscilación. Cuando el volante ya está libre de la máquina, evítese que quede colgando del espiral, bajando hasta que e] pivote inferior descanse sobre el banco, y con cuidado se le da vuelta al puente para que quede con la raqueta para abajo, o sea, colocado plano. El volante tenderá a voltearse con el puente, y le ayudaremos, tirando suavemente de sus costados, mientras toca al papel de cubierta del banco. Si con todo esto el volante no se voltea, levántese con cuidado .con las pinzas y hágase que el pivote superior, ahora hacia abajo, permanezca en el agujero de su rubí. Este procedimiento de voltear es perfectamente seguro en la mayoría de relojes, pero no en todos; algunos relojes llevan un muelle espiral flojo. Estos espirales flojos son generalmente blancos, y si hay alguna duda respecto a la dureza del espiral, déjese por el momento la máquina sobre el banco. Bájese el volante hasta que su pivote de fondo descanse sobre el banco, y entonces, manteniendo fijamente el puente con la mano izquierda, quítese el tornillo de la sujeción fija del muelle espiral y el volante podrá desprenderse. Algunas veces las espigas de la pata de la raqueta continuarán sujetando el muelle espiral, y esto puede provocar que al tirar el volante hacia abajo, produzca la flexión, y hasta la deformación del espi-
ral. Para soltar éste, con las pinzas f inas se tue rce suave28 MANUAL PRÁCTICO DEL RELOJERO mente lo más cerca posible de las espigas. Existe también un sistema de sujeción fija del espiral en el cual ésta está en la cara superior del puente. Algunos relojes suizos y la mayoría de los ingleses lo llevan, y entonces la sujeción fija del espiral se suelta cuando el puente del volante aun está fijo en la máquina, y así al retirar el puente, el volante y su espiral se quedan con la máquina. La mayoría de los relojes que llevan este sistema son de bolsillo, siendo raro encontrarlo en los relojes de pulsera. Suponiendo que el volante con su puente ya están sueltos y sobre el banco en posición invertida, tómese el puente entre el dedo pulgar y el índice de la mano izquierda; estando aún Fig. 28. — Modo correcto de ha- sobre el banco, se destornilla la cerlo. sujeción fija del espiral y se separa el volante del puente. No es acosejable levantar el puente durante esta operación. Cuando se quita el volante del rubí, tanto si el volante está con la máquina como con el puente invertido, siempre debe levantarse verticalmente para no estropear el pivote del eje del volante. Después de haber quitado el tornillo de sujeción fija del espiral, y retirada ésta, vuélvase a atornillar para que no se pierda. Inviértase nuevamente la máquina y saqúese el piñón de cañón. Para esta operación, sosténgase firmemente la máquina con la mano izquierda por el canto de la platina de fondo y agárrese ligeramente el piñón con los alicates con forro de latón, dándoles un giro contrario al de las agujas del reloj y, al mismo tiempo, tírese con fuerza. Vuélvase, otra vez, la máquina (¡cuidado con el pivote de la segunda rueda!) para empezar a desmontar el tren de ruedas, pero, antes de ir más lejos, asegurémonos de que el muelle real está descargado, y, si no lo estuviera, reténgase el tren con un palillo de madera. Es importante siempre probar la tensión del
MÁQUINA (Platina superior) Torni//o de /a tireta Torni/lo de I puente, Tormfío de fiiac/én Je fo caja — Torniffa del'puente^ Rueda primera Rubí superior de Ja primera rueda ftubr superior de fe Segunda rueda Pe/ente del escape y efe fas primera y segunda ruedes
fueda de centro fuóisuperior de la ri/ed3 de escape
Tornillo'dei'puente. Rueda de escape. Ruéisuperior de/áncora Áncora — ilue//e espiral de/róbate fuente deíancora Torni//o de/puente de/áncora f ff d / t d /i t
Arbol"remontoir"'o tija da de transmisión Plato de la ruedf detrsnsmis/ón Tornillo de /a rqeda dff transmisión foedadetrint/veteo 'K/igvet " •rn/'/A 'de la 'rueda t/e trine/veteo "c/iyuft" Platina inferior Piróte superior ds la raedaoecentro Cojínetesuperior i c/e centro ' Puente de/ barrilete Trinquete o "c/f'ot/et " Torf7Í//0 de/ . ,. 'Cr/wjvete o Tornil/e dePiía defecara
Coiinete inferior J cfe/ártiof de/terr/'/ete
Torni/lo del puente de/ w/afrte r?af/i/eta Ruó/cqntr&pirote, superior oe/ifo/ante
"/a espié/a de Disco contrapizote superior dff/ífo/ante 'Siyecio'n de/ettre/node/espirat //o de sujeción de/ extremo de/ espiral Espacio libre para la inspección del'escape
Volante,
Fig. 29. — Piezas de la máquina desde la platina superior Ptetina inferior ÁroO/"remor>toir"otija Torn/tfo de /a tiréis Tf'reta /a
£¡et/fbruet/a intermedia P/át/na ci/ér'frta ' contra-pirote'inferr'or de/ rolante
Ku6/' inferior de/escape a /a inspección de/ eses pe i inferior de/a'ncorc unte.
Torni//o de/ disop contra-piírote
Fig. 30. — Piezas de la máquina desde la platina inferior
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LA MÁQUINA, SUS PIEZAS Y DESMONTAJE
muelle real antes de tocar el puente del áncora. Esto se hace sencillamente por una ligera presión sobre un radio de la rueda de centro o tocando suavemente el áncora.
muelle real, frenando con un dedo sobre el borde de una rueda,
fspacio /(¿repara /a
Jgt/jeroi/elaespiga Je/¿
sj&fif /a
/o/j o'e/ escape Topes de /imitación e/? oc/ni r?t/o/' inferior o'e/ votante 'inspección efe/escape
Fig. 31. —
Platina inferior (vista desde el interior de la AsienCo de la rueda
máquina) "ue/itc del barrilete r?(/b/superior ¿e/escape fcóisuperior o'e/a 2'
.
^Fig. 32. — Puentes del barrilete, del áncora y de las ruedas primera y segunda y escape.
Un operario experimentado es capaz de retirar el puente del áncora y quitar ésta, permitiendo descargarse lentamente al
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pero el modo más seguro de hacerlo consiste en sostener la máquina como en la figura 24 con la corona frenada suavemente entre los dedos pulgar e índice, y entonces por medio de un punzón se separa el cliquet y se permite a la corona girar entre füCNTC fff¿ VOLANTE
Tt>rni//o o'e Sujeción de/ espír&l —
WLJHTE COMPLETO
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Cara de retenci¿i /w/w ei'eje Cara de /mpi/fso Fig. 45. — Definición de las piezas del áncora Gara deímpt//so •:ÍÚ
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íiiíisísbs ••rrstj'n ,93
un papel de, seda. La ligera elasticidad del papel actuará como un freno para fijar el áncora y retenerla en la posición deseada. Dejemos que el muelle real se descargue del modo correcto. Con un palillo puntiagudo de madera movamos el áncora hasta que un diente de la rueda de escape toque en la cara de impulso de la leva de la paleta de entrada. Las levas (piedras, que pueden ser metálicas, de acero, y modernamente son rubíes) se llaman de entrada y de salida (Fig. 45). Cuando la rueda de escape gira, la leva de entrada es tocada en su cara exterior por el talón del diente de la rueda de escape, mientras la de salida lo es en su cara interior, llamándose a estas dos caras, caras de retención. A los extremos de las levas amolados a un cierto ángulo se les llama planos o caras de impulso. La acción del diente
de escape sobre las caras de las levas, es primero de choque con ellas, lo cual motiva el paro de la rueda que giraba; pero la fuerza que actúa sobre la rueda continúa ejerciendo presión sobre la cara de retención, y esta cara debe estar a un ángulo tal
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MANUAL PRÁCTICO DEL RELOJERO
ESCAPE DE ÁNCORA, SU EXAMEN Y CORRECCIÓN
con el diente, que esta presión tienda a empujar el áncora en engrane con él. A esto se le llama impulso. El ligero movimiento que empujando las levas se da al áncora, toma el nombre de camino al punto muerto. La acción siguiente es la oscilación del volante liberando la leva y permitiendo a la rueda que continúe su giro. De esta manera el diente pasa a lo largo de la cara de impulso de la leva y se escapa enteramente del dominio del áncora. Entretanto la leva opuesta ha entrado en contacto con otro diente de la rueda de escape para retenerse en su cara interior, y se repiten las operaciones de empuje, camino a punto muerto e imFig. 46. — La retención correcta no debe sobrepasar 2 grados. pulso. Esta somera descripción del funcionamiento del escape de áncora se ha hecho aquí a fin de definir las diferentes palabras que se usarán en los párrafos siguientes. Estudíese la figura 48. Volviendo a nuestro examen de la retención de la leva de entrada, muévase suavemente la rueda de escape hacia adelante con el palillo de madera para obligar al áncora a moverse, mientras el diente se desliza a lo largo de la cara de impulso. Cuando el diente se libera de la leva, obsérvese atentamente con la lupa de doble lente la posición exacta donde el diente correspondiente toca en la leva de salida. Hay dos agujeros para inspeccionar, inmediata mente debajo de las levas, y si la máquina se mantiene a 6 ó 7 cm de distancia del papel blanc o de sobre el banco, de modo que el escape se ilumine por reflexión, puede verificarse la cantidad de retención. Para ser correcta, debe ser aproximadamente d os grados del arco de una circ unferencia cuyo centro es el eje del áncora (mejor menos que más), como se indica en la figura 46. Sin un aparato exprofeso no es posible medir 2", pero estudiando la figura 46 puede grabarse en la mente el engrane correcto de la retención. Muévase ahora el áncora un poco en sentido contrario para que el diente esté sobre la cara de impulso de la leva de salida y apliqúese presión hacia adelante a la rueda de escape para impeler el áncora, observando al mismo
tiempo la retención de la leva de entrada. Repítase esta verificación en cada leva quince veces, esto es, con cada uno de los dientes de la rueda de escape, para convencerse de que todos los dientes retienen con seguridad; hay el peligro de que la rueda de escape esté un poco descentrada. Si se adopta este método de inspección se obtiene más exactitud que dando cuerda a la máquina y moviendo el áncora hacia adelante y hacia atrás para examinar la retención con la fuerza del muelle real. Por otro lado, si el reloj ha pasado por sus manos antes, se ha hecho un meticuloso examen de la retención y vuelve el reloj con buena regulación, entonces la verificación bajo la acción del muelle real será suficiente. Si en algún diente la leva de entrada no se retiene, esto es, el diente de escape cae directamente sobre la cara de retención, la reacción inmediata del reparador puede ser tirar hacia afuera la leva para que engrane. Pero antes de hacer tan considerable modificación en el ajuste del escape, es preciso ver si la posición de la leva de salida es buena. Aumentando el engrane de la leva de entrada, automáticamente se amplía la retención en la leva de salida, por cuyo motivo es necesario, cuando se saca para afuera la leva de entrada, compensarlo metiendo para adentro la leva de salida en proporción equivalente. Considérese el caso en que la leva de entrada tiene demasiado engrane y también la de salida en el lado de engrane, pero éste no en grado excesivo. Esta falta puede enmendarse sencillamente, entrando un poco la leva de entrada, lo que corregirá la leva de salida sin tocarla. Así, antes de mover cualquier leva, deben estudiarse siempre como un par, y hacerse cargo de lo que pasará antes de efectuar ningún desplazamiento. Las levas van sujetas en sus alojamientos por goma laca. Deben amoldarse exactamente en su encaje, dejando espacio a una película de goma laca para el pegado. Llegado el caso de tener que desplazar las levas, han de calentarse para que la laca se ablande. Debe tenerse presente que, excepto en relojes muy finos en los que las levas están cuidadosamente ajustadas, hay una ligera capa de goma laca detrás o debajo de las paletas. Póngase el
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MANUAL PRÁCTICO DEL RELOJERO
áncora sobre el calentador de azular (Fig. 18) con la parte de la laca hacia arriba, y cerca del áncora, por el lado de las paletas, déjese un pequeño pedazo suelto de goma laca que servirá de indicación del calor requerido (i) . Manténgase el calentador sobre una llama de alcohol hasta que el pedazo suelto de laca se ablande. Es importante no sobrepasar este punto, pues la laca se estropearía. La placa se dilata cuando está caliente, y si lo estuviera
demasiado, las levas serían desplazadas de su posición. Cuando el calentaFig. 47. — Moviendo una leva dor
está lo suficientemente caliente, se coloca sobre una madera u otro material aislante para que no esté en contacto con el banco, y con unas pinzas fuertes en la mano izquierda se sujeta el áncora firme sobre el calentador, como se ve en la figura 47, y con otro par de pinzas se ponen cuidadosamente las levas a la posición que se desee. Se aconseja aplicar el mínimo de calor necesario para facilitar el corrimiento de las levas, y así asegurarse de que las propiedades adhesivas de la laca no se han destruido. El pedazo de laca de testigo puede examinarse y tocarlo para saber cuándo las levas podrán moverse, con preferencia tentando la laca de las paletas. Puede ser necesario tener que hacer una o dos modificaciones antes que la retención sea correcta, y es esencial colocar nuevamente el áncora en la máquina cada vez, a fin de comprobar cada corrección. Finalmente mírese si han quedado trazas de goma laca en las caras de retención y de impulso de las levas; si las hubiera, pueden quitarse fácilmente rascando con un buril. También, antes de hacer cualquier modificación, examínense las caras de retención y de impulso y el canto de retención, con una lupa potente, para descubrir si tienen pica-
ESCAPE DE ÁNCORA, SU EXAMEN Y CORRECCIÓN
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( i ) En caso de no tener a mano un calentador de azular, puede hacerse con cuidado directamente sobre la llama de alcohol, procurando que la pieza esté el mínimo de tiempo en la llama, moviéndola con un rápido movimiento de vaivén, si bien es preferible no recurrir a este procedimiento.
dos y rayados de desgaste. Si la cara de impulso está picada, se debe a mala retención, a una rueda de escape dura, o posiblemente, a un tren de ruedas duro. De estar las caras defectuosas, las levas deben cambiarse sin dudar o la regulación saldrá .perjudicada. Levas de paleta nuevas pueden encontrarse en las tiendas de suministros, dispuestas para ser colocadas en seguida. Es necesario llevar el áncora para que las levas sean las adecuadas para los encajes. Montar nuevas levas es una operación muy similar a la de ajustarías, ya explicada. Se coloca el áncora sobre el calentador de azular; introdúzcanse las levas en los encajes de asiento, asegurándose de que ajusten bien, y se pone un pequeño trozo de goma laca sobre y detrás de ellas. Se mantiene el calentador sobre una llama de alcohol hasta que la laca se derrita y fluya sobre la superficie superior de la leva. Retírese el calentador de la llama y póngase sobre una madera en el banco. Sujétese el áncora con unas pinzas, y con otras pinzas en la otra mano, tírese la leva para adentro y para afuera de modo que la laca se escurra entre las levas y los costados del encaje. Cuando se tiene, finalmente, en posición, mírese si la laca ha formado una película sobre la leva. Si el movimiento de la leva ha impedido la formación de la película, se recalienta para fluidificar nuevamente la laca. Móntese el áncora en la máquina y verifiqúese su posición. Si han de hacerse ajustes, cosa más que probable, precédase como se ha explicado anteriormente. Por último, se quita toda traza de laca de la leva y de la parte metálica de las paletas, menos la película de laca de sobre la parte inferior. Naturalmente, tratándose de máquinas más finas, en las que no se ve laca en las levas originales, porque ajustan particularmente bien, toda laca visible debe quitarse. Habiéndose logrado una retención satisfactoria, esto es, una vez situadas las levas de las paletas exactamente al engrane necesario, debe comprobarse el camino a punto muerto. Como se ha explicado anteriormente, éste es el movimiento de la palanca del áncora hacia el tope de limitación, o punto muerto inmediatamente después de la retención. Esto implica dar fuerza al tren de ruedas. Para esta verificación se carga el muelle real con dos o tres vueltas y el áncora se acuña, como antes, con unos
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ESCAPE DE ÁNCORA, SU EXAMEN Y CORRECCIÓN
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