Manual de Fachadas en Arcilla
Su Lavado y Conservación
Versión Julio 2003
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RECOMENDACIONES GENERALES PARA LIMPIEZA Y LAVADO DE FACHADAS EN LADRILLO Buscando optimizar nuestro servicio al cliente y como una contribución para lograr buenos resultados en el lavado de las fachadas de ladrillo a la vista, resumimos a continuación nuestra experiencia y recomendaciones generales para tener en cuenta, tanto por parte del lavador como del constructor, actualizando conceptos con la experiencia de los colaboradores de este manual. Cualquier tipo de fachada necesita mantenimiento. Podemos afirmar que, con pocas excepciones como el vidrio y el granito, el ladrillo es uno de los acabados que menos cuidados requiere. Como se verá, lograr fachadas en ladrillo de eterna duración sólo es cuestión de elegir el material apropiado, que cumpla normas, y de educar a los pegadores en los procedimientos mínimos de limpieza. PARA EL CONSTRUCTOR -Responsabilizar directa y contractualmente al pegador de la limpieza INMEDIATA de salpiques de mortero. Un muro debe limpiarse con agua y estopa LIMPIAS antes de finalizar la jornada de pega, para evitar el fraguado del cemento en los poros del ladrillo. Así el lavado posterior será menos agresivo al esmalte por abrasión y corrosión por ácidos de limpieza sin diluir. Nunca podrá insistirse demasiado en este importantísimo punto. Igualmente dañinos son los salpiques de cemento con aditivos, que producen pigmentaciones casi irreversibles en la superficie del ladrillo y deben retirarse de inmediato. -Exigir a los pegadores la saturación completa con agua limpia de la pieza antes de pegarla. Básicamente se pretende: Que el agua del mortero no sea absorbida por el ladrillo seco, empapándose de sales que luego serán transportadas como manchas a la superficie. Esta única medida acabaría con el 90% de las manchas blancas de los muros; Que el mortero no pierda el agua necesaria para su correcto fraguado y que resulta en un muro de muy pobre resistencia y fuera de norma. Esto es especialmente importante hoy en día, según lo recalcan permanentemente los redactores del nuevo código de sismoresistencia: Los muros fallan por la pega y no por el ladrillo. El riego por aspersión es muy deficiente. Toda obra debe tener prevista una poceta de saturación, dimensionada para permanecer al menos 6 de las 24 horas que se recomiendan de inmersión. -No lavar la fachada hasta que esté completamente seca, luego de las labores húmedas que tienen lugar durante la construcción y con las debidas protecciones constructivas contra la lluvia. Los remates de muros y columnas expuestas a entradas de agua se deben cubrir durante su construcción en las noches y festivos, para evitar la percolación de agua. -No lavar la fachada hasta estar seguro de que no se producirán nuevas humedades internas durante la construcción. En caso de que se produzcan, controlarlas rápidamente. -Vigilar que el lavador haga correctamente el procedimiento de lavado de la fachada y no que sólo la deje limpia. Se ha comprobado que los lavadores tienden a aumentar secretamente la concentración del ácido, o incluso llegan a utilizarlo puro, para facilitar su labor con el consecuente deterioro del esmalte. El lavador recibe sus honorarios y desaparece; el constructor permanece para correr con las garantías. Recomendamos preparar técnicamente en el almacén de la obra las soluciones de lavado bajo supervisión de la interventoría e insistir en una correcta neutralización de los residuos de ácido mediante un enjuagado con abundante agua.
-Revisar antes y después del lavado de la fachada los posibles accesos de humedad a ella como oquedades en el revitado, fisuras en los muros por asentamientos, desprendimientos de la pega de adobe por deficiente prehumedecimiento de la pieza en el proceso de la pega o por pandeo de las losas, perforaciones en los ladrillos por golpes en la obra, etc. Estos accesos puntuales de agua deben ser corregidos en lo posible antes del lavado, y por supuesto antes de hidrofugación, pues este no logra sellar estos accesos de agua al interior de la fachada. Es una buena práctica mezclarle cal al mortero de revitar, pues con el tiempo sella fuertemente los poros y mejora la adherencia. Cuidado, pues la cal en exceso produce manchas blancas en presencia de agua o limpieza deficiente. El exceso de cal anulará el efecto del aditivo controlador de sales costoso como Hidrosolve. En este punto debemos mencionar que el revitado (llenar a ras la ranura entre dos ladrillos) bien hecho es más recomendable para una fachada que el ranurado profundo. En ambos casos hay que aplicar fuerte presión con la espátula sobre el mortero para garantizar que selle perfectamente y no permita entradas de agua. Si se quiere ranurar, para dificultar que el agua se deposite en la arista interior de las ranuras en forma de corchete "[", se recomienda perfilarlas como un paréntesis "(" o mejor como una "
