Manual de Ergonomía Forestal
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“MANUAL
DE ERGONOMIA FORESTAL”
por E.Apud, M.Gutiérrez, S.Lagos, F.Maureira, F.Meyer, y J.Espinoza
Editores Científicos: E.Apud y S.Valdés
1999
Este Manual es parte del material de transferencia preparado por personal académico de la Universidad de Concepción, como actividad del Proyecto FONDEF D96I1108 titulado “Desarrollo y Transferencia de Tecnologías Ergonómicamente Adaptadas para el Aumento de la Productividad del Trabajo Forestal”. Las investigaciones y las actividades de transferencia de este proyecto fueron realizadas por personal del Laboratorio de Ergonomía de la Universidad de Concepción, mientras que la organización de estas últimas actividades estuvieron a cargo de Fundación Chile. En este proyecto participaron además las siguientes empresas: Asociación Chilena de Seguridad Forestal Bio-Bio S.A. Forestal Cholguan S.A. Forestal Copihue S.A. Forestal Mininco, S.A., Temuco, Forestal Mininco S.A. Los Angeles Forestal Mininco S.A. Concepción Forestal Simpson Ltda. Forestal Tornagaleones S.A. Forestal Monte Aguila S.A. Sociedad Forestal Millalemu S.A.
PROLOGO
Este Manual de Ergonomía Forestal, es uno de los productos finales del proyecto FONDEF D96I1108, titulado “Desarrollo y transferencia de tecnologías ergonómicamente adaptadas para el aumento de la productividad del trabajo forestal”. Los objetivos específicos del proyecto fueron: Transferir conocimientos ya existentes, generados en Chile, para incrementar la productividad a través de la mejoría de las condiciones de vida, seguridad, alimentación, recreación, selección de trabajadores y organización de faenas físicas pesadas en el trabajo forestal. Seleccionar y adaptar ergonómicamente las herramientas manuales y maquinarias a las características anatómicas, fisiológicas y psicológicas de los trabajadores forestales chilenos, con el fin de aumentar el rendimiento, incrementar la calidad de los productos y mejorar las condiciones de seguridad y salud. Definidas las herramientas y maquinarias, diseñar ergonómicamente los sistemas de trabajo y generar funciones de rendimientos de referencia para el cálculo de tarifas, salarios y tiempos requeridos para ejecutar las faenas, en base a las dificultades impuestas por el objeto de trabajo, el terreno, el clima y la carga fisiológica y psicológica que los trabajadores pueden tolerar rutinariamente sin fatiga. Difundir y contribuir a la transferencia de las tecnologías y formas de organización del trabajo que se demuestren más apropiadas para ejecutar las faenas con alta productividad y seguridad. Este proyecto no habría sido posible sin el financiamiento proporcionado por FONDEF y sin el apoyo de la Asociación Chilena de Seguridad, Forestal Bio-Bio S.A., Forestal Cholguan S.A., Forestal Copihue S.A., Forestal Mininco, S.A., con sus regionales Temuco, Los Angeles y Concepción, Forestal Simpson Ltda., Forestal Tornagaleones S.A., Forestal Monte Aguila S.A. y Sociedad Forestal Millalemu S.A. Es pertinente hacer un reconocimiento a ejecutivos, profesionales, técnicos y trabajadores de estas empresas ya que nos ofrecieron todas las facilidades para llevar a cabo los estudios.
Quisieramos también agradecer a la Asociación Chilena de Seguridad por autorizarnos el uso de algunas figuras extractadas de textos publicados por dicha Institución. El proyecto que termina generará publicaciones que esperamos sean un aporte a la comunidad científica. Sin embargo, nuestra principal meta es que el conocimiento que por más de 25 años se ha acumulado en el país, sea aplicado para beneficio de los trabajadores y las empresas. Por esta razón, en los objetivos específicos del proyecto, se planteó recopilar información ya existente en Chile, la cual integrada a los conocimientos que el proyecto generó, da origen a este Manual. Por esta razón, parece muy justo mencionar que durante los casi 30 años que con mucho esfuerzo se viene impulsando la Ergonomía Forestal en Chile, son numerosas las personas que han aportado conocimientos y trabajo. En primer lugar, hay que mencionar a quien ha sido el padre de la Fisiología del Trabajo en el país. Me refiero al Dr. Hugo Donoso Puelma cuya contribución fue fundamental para avanzar en el tema de los trabajos pesados y cuya huella está reflejada en varios capítulos de este libro. En la decada del 70, la Ergonomía Forestal se desarrollaba a partir de conceptos fisiológicos y anatómicos. Sin embargo, se necesitaba la visión forestal para traducir en acciones nuestras intenciones de mejorar el ambiente laboral en equilibrio con la productividad. El que aportó ideas e impulso estudios, que apuntaban a una visión integral de la adaptación del trabajo al hombre, fue Sergio Valdés Valenzuela. Con el nació la idea de integrar conceptos de Biología Humana e Ingeniería Forestal para generar modelos en que el rendimiento se expresara no sólo en función de las variables del rodal, del terreno y el clima sino que también incorporando aspectos relativos a la carga física y psicológica que los trabajadores pueden tolerar sin fatiga. Por esta razón ha sido muy importante su opinión durante todo el desarrollo de este proyecto y su participación como Editor Científico de este Manual. En los ochenta, los recursos con que trabajabamos demandaban una gran dosis de sacrificio. De esa época destaca Eduardo Guzmán Nova, cuyo esfuerzo y apoyo fue fundamental para recabar información en temas tan importantes como aptitud física, composición corporal, carga fisiológica de trabajo y alimentación de los trabajadores forestales. Avanzando los años, ha habido muchos profesionales y técnicos que han colaborado para impulsar el desarrollo de la Ergonomía Forestal. Aún a riesgo que algunos nombres se enreden en el tiempo, no se puede dejar de mencionar a Enrique Arrue, Jaime Espinoza, Alberto Guerrero, Julio Vega y Nelson Vergara, como personas que han estado permanentemente aportando al desarrollo de la disciplina. También es necesario consignar el trabajo de los estudiantes de Ingeniería Forestal que hicieron sus proyectos de titulo con nosotros, algunos de los cuáles con posterioridad se integraron a nuestro equipo de trabajo. Ellos son:
Gerardo Albornoz, Mario Cáceres, Eduardo González, Erwin Feest, Luis Llanos, Felipe Meyer, Juan Pablo Vargas y Boris Valdes. De todas las personas que de una forma u otra han colaborado en el proyecto, dos jóvenes han destacado por su entrega y espíritu de cooperación, particularmente en el último tiempo en que hubo que dedicar muchas horas al análisis de información, diagramación y redacción de este Manual. Me refiero a Jorge Espinoza, Tecnico Forestal y Felipe Meyer, primero estudiante y ahora Ingeniero Forestal, quienes han abordado con seriedad, compromiso y, cuando ha sido necesario también con una dosis de humor, las tareas que les encomendamos. En más de una ocasión he parafraseado al Profesor T.M.Fraser quien en su libro “The worker at work” señala “es cuando uno termina un libro cuando recién se siente competente para comenzarlo” . Haciendo una analogía podríamos señalar que al entregar este Manual, percibimos algo similar. Aunque hemos aumentado el conocimiento para mejorar el ambiente laboral, esto no es suficiente para asegurar mejores condiciones de trabajo. Las aplicaciones recién comienzan. Por ello, el desafío para el próximo milenio es comprometerse a generar sistemas productivos equilibrados, que llevando al éxito a las empresas permitan el desarrollo de la población de trabajadores forestales y sus familias.
Elias Apud Simon Director del Proyecto
Indice Primera Parte Capitulo 1 1 2 Capitulo 2 1. 1.1. 1.2. 1.3. 2. 2.1. 2.2. 2.3. 2.4. 2.5. 3. 3.1. 3.2. 3.3. 4. 4.1 4.2 4.3
4.4 4.5 4.6 5 5.1 5.2 5.3
Conceptos de Ergonomía Forestal Introducción a la ergonomía forestal Aspectos generales de ergonomía Origen y orientación de este manual Carga física y aptitudes para el trabajo forestal Sobrecarga postural Conceptos generales Efectos en el ser humano Criterios de evaluación Trabajo repetitivo Conceptos generales Efectos en el ser humano Evaluación de la repetitividad del trabajo Criterios para definir trabajo repetitivo Criterios para definir riesgos asociados a trabajo repetitivo Manejo manual de carga Efectos en el ser humano Evaluación de riesgo de lumbago por manejo manual de carga Modelos biomecánicos Trabajo dinámico Introducción Gasto energético de actividades Procesos generadores de energía y métodos para la evaluación del gasto de energía y de la carga física de trabajo. Capacidad física para trabajos dinámicos Concepto de trabajo pesado Pausas durante trabajos dinámicos Selección basada en mediciones antropométricas y en aspectos fisiológicos Capacidad aeróbica Otros criterios de aptitud física Procedimientos e interpretaciones de las evaluaciones de aptitud física
Capitulo 3 Carga mental, stress laboral y criterios de selección 1 Introducción 2 Carga mental y estrés 2.1 Conceptos generales sobre la carga mental 2.2 Procesos mentales que determinan el desempeño 2.3 Estrés y fatiga mental 2.4 Métodos y criterios para la evaluación de carga mental 2.5 Tipificación de los riesgos de carga mental asociado a actividades forestales 2.6 Análisis del estado psicológico de los trabajadores forestales 3. Criterios psicológicos para la selección de personal 3.1 Antecedentes generales. 3.2 Análisis de las tareas de cosecha forestal como precondición para definir un perfil psicológico 3.3 Factores a considerar para definir el perfil del trabajador forestal
3.4 Perfil del trabajador forestal 3.5 Recomendación del tipo de instrumentos de selección en base a pruebas psicológicas Capitulo 4 Agentes físicos: Calor, frío, ruido y vibraciones 1 Calor 1.1 Respuesta humana al calor 1.2 Efectos del calor en la eficiencia laboral 1.3 Evaluación de carga de trabajo en ambientes calurosos 2. Exposición al frío 2.1 Conceptos generales 2.2 Evaluación de sensación térmica en ambientes fríos 3 Ruido 3.1 Conceptos generales 3.2 Efectos en el ser humano
3.3 Métodos de evaluación 3.4 4 4.1 4.2 4.3 4.4 Capitulo 5 1. 2 2.1
Medidas de prevención y control Vibraciones Conceptos generales Efectos de las vibraciones en el ser humano Métodos de evaluación Medidas de prevención y control Diagnóstico ergonómico y estudios del trabajo Introducción Lista de comprobación Listas de verificación para máquinas de uso forestal 2.2 Lista de comprobación para lugares de trabajo 3. Estudios del trabajo 3.1 Estudio de Métodos
3.2 Medición del trabajo Segunda Parte Requerimientos básicos para el trabajo forestal Capitulo 6 Campamentos: hogares temporales en el bosque 1 Introducción 2 Infraestructura de los campamentos: recomendaciones 2.1 Dormitorios 2.2 Cocina 2.3 Comedor 2.4 Saneamiento básico 3 Evaluación de campamentos forestales 3.1 Campamento de condiciones aceptables 3.2 Campamento de condiciones deficientes 4 Comentarios finales Capitulo 7 1 2 2.1 2.2 2.3
Alimentación Requerimientos de energía Nutrientes en la dieta Hidratos de carbono Grasas y lípidos Proteínas
2.4 2.5 2.6 3. 3.1 Capitulo 8 1 1.1 2 2.1 2.2 2.3 2.4 3.
Minerales Vitaminas Agua Conocimiento actual de la alimentación de trabajadores forestales chilenos Propuesta de una dieta semanal básica. Vestuario y elementos de protección personal de trabajadores forestales Introducción Antecedentes generales Recomendaciones de vestuario y elementos de protección personal de trabajadores forestales Calor y frío Cortes Protección de la cabeza Protección de las manos y los pies Comentarios finales
4. Lista de verificación para vestuario y equipo de protección personal 4.1 Antecedentes previos. Tercera Parte Aspectos ergonómicos y rendimiento de referencia en actividades silvícolas y en cosecha Capitulo 9 Actividades silvícolas 1 Plantación 1.1 Descripción de la faena de plantación 1.2 Exigencias físicas y psicológicas en la faena de plantación 1.3 Recomendaciones de diseño de herramienta. 1.4 Técnica de trabajo para las plantaciones realizadas con pala neozelandesa. 1.5 Recomendaciones de vestuario y equipos de protección personal 1.6 Descripción en faenas de Podas 2 Podas 2.1 Descripción en faenas de Podas 2.2 Exigencias psicológicas 2.3 Herramientas 2.4 Consideraciones en torno a la poda. 2.5 Vestuario para podadores
2.6 3. 3.1 3.2 3.3 3.4 3.5 3.6
Rendimientos de referencia Roce Descripción de la faena de roce con rozón Exigencias psicológicas Herramientas División del trabajo Vestuario Rendimientos de referencia CAPITULO 10 Aspectos ergonómicos de la cosecha forestal 1 1.1 1.2 1.3 1.4 2 2.1 2.2 2.3 2.4 2.5 2.6
Introducción Torres Trineumático Skidder Síntesis de conclusiones del estudio de máquinas: Trabajos con motosierra Introducción Exigencias psicológicas de los motosierristas Características de las motosierras TÉCNICA VESTUARIO RENDIMIENTOS DE REFERENCIA
3 Trabajo con Hachas. 3.1 Introducción 3.2 Resultados del análisis ergonómico de hachas de desrame. 3.3 Vestuario para hacheros. 3.4 Exigencias psicológicas del trabajo con hacha 3.5 Rendimientos de referencia 4 Descripción de la tarea de estrobado 4.1 Introducción 4.2 Exigencias psicológicas del estrobado. 4.3 Elementos de trabajo. 4.4 Elementos de trabajo 4.5 Vestuario e implementos de seguridad 4.6 Rendimientos de referencia 5 Descripción de la tarea de arrumado. 5.1 Introducción
5.2 5.3 5.4 5.5 5.6 6.0
Capitulo 11
1 2 3 4 5 6 6.1 6.2 7
Carga psicológica de trabajo Herramientas. Técnica de arrumado Vestuario Rendimientos de referencia Estudio de caso. Uso de las tablas de rendimientos de referencia para la configuración de cuadrillas en una faena de raleo comercial. Organización del trabajo: Aspectos ergonómicos, económicos y proyecciones futuras Introducción Número de trabajadores por función Dosificación de pausas Rotación de funciones Secuencia de trabajo Rentabilidad de las inversiones en organización ergonómica de faenas Estudio de caso1. Diseño del trabajo en una faena de cosecha Ejemplo 2. Organización del trabajado en una faena de segunda poda Proyecciones futuras
CAPITULO 1 INTRODUCCION
1. Aspectos Generales de Ergonomía Chile es un país con una larga tradición de productor y exportador de madera. Debido al crecimiento sostenido que ha experimentado el sector forestal en las dos últimas décadas, se ha producido un incremento del empleo, una creciente mecanización de las faenas y también mayor interés por organizar el trabajo aplicando conceptos ergonómicos. El término Ergonomía, que deriva del griego (ergo=trabajo, nomos=leyes), se emplea en la actualidad para identificar una multidisciplina preocupada de la adaptación del trabajo al hombre. Su propósito es mejorar el rendimiento y la calidad del trabajo, pero protegiendo a los trabajadores de accidentes y enfermedades ocupacionales y fomentando el bienestar laboral. En otras palabras, la Ergonomía es una disciplina que actúa como un puente entre la Biología Humana y la Ingeniería, poniendo a disposición de esta última, conocimientos de las capacidades y limitaciones humanas que deben ser utilizados para un buen diseño del trabajo. Uno de los aportes principales de la Ergonomía es su carácter anticipativo e innovador, ya que tiende a crear utensilios, herramientas, máquinas, accesorios, puestos de trabajo y sistemas, sean estos de uso industrial o doméstico, que se adapten a las aptitudes de los seres humanos. En este sentido, cuando se diseña cualquier elemento que será usado por personas, es cuando debemos preguntarnos el efecto que podría tener sobre quien los acciona. No hay que olvidar que, desde una simple herramienta manual, hasta los más complejos sistemas industriales, son creados por personas para ayudarse en sus tareas; resulta una paradoja que no se preste atención a los implementos de uso humano, hasta que estos empiezan a demostrar su ineficiencia o a provocar daños en la población. Consecuente con estos principios, la Ergonomía se orienta, principalmente, a la adaptación del trabajo al hombre. Por ello, es una necesidad básica utilizar criterios ergonómicos cuando se planifica y diseña una actividad. Lamentablemente, esto no es lo habitual. Por ejemplo, es común que, en cualquier empresa en construcción o en expansión, se describa con buenos fundamentos, las características técnicas y origen de cada equipo, la producción que se espera lograr y los costos involucrados. Sin embargo, cuando se consulta sobre los problemas a que pueden verse enfrentados los trabajadores, salvo que estos sean muy evidentes, habitualmente hay poca información. Por esta razón, uno de los grandes esfuerzos de la Ergonomía es proporcionar conocimientos de las capacidades y limitaciones humanas para que puedan ser utilizados en el diseño del trabajo. La innovación tecnológica apropiada pasa necesariamente, por el conocimiento de lo que podemos esperar de un ser
humano. Solamente en esta forma se puede avanzar hacia un desarrollo tecnológico "sano", que, evitando riesgos de accidentes y enfermedades, permita innovaciones exitosas para el aumento de la cantidad y calidad de la producción, objetivo tan importante para los países en desarrollo. La Ergonomía Forestal comienza a desarrollarse en Europa, especialmente en Suecia, en la década del 50. En Chile, los primeros pasos se dieron en 1968, con la visita a nuestro país del consultor de la Organización Mundial de la Salud, Profesor Nils Lundgren, destacado médico y ergonomista sueco. Durante una estadía de tres meses en nuestro país, él difundió la importancia de la Ergonomía, disciplina que, en esa época, era casi desconocida en Chile. El Profesor Lundgren, había realizado interesantes estudios sobre la respuesta fisiológica de trabajadores forestales involucrados en tareas que requerían mano de obra intensiva. Tras su paso por nuestro país, incentivó a Apud, Elgstrand y Teljstedt (1972) para redactar un plan de trabajo que permitiera difundir la Ergonomía en el sector forestal e iniciar estudios para mejorar las condiciones de trabajo. Dicho programa sentó las bases de las investigaciones que se iniciaron con posterioridad, cuando la Universidad de Concepción tuvo la visión pionera de crear en 1972, el primer Laboratorio de Ergonomía del país, dedicado exclusivamente al desarrollo de esta disciplina. Este Laboratorio, nacido para ayudar a optimizar el trabajo en diversas industrias de la Octava Región, desde sus inicios, ha dedicado una importante parte de su quehacer al sector forestal. ¿Por qué se priorizó el sector forestal?. Desde un punto de vista ergonómico, ofrecía dos importantes desafíos. Por una parte, se requería mejorar los métodos tradicionales de trabajo manual y, por otra, siendo tecnológicamente dependientes, crear conciencia para introducir tecnologías apropiadas, vale decir, aquellas que, conduciendo a un aumento de la productividad, presentaran el menor riesgo para la seguridad, salud y bienestar de los trabajadores. En tal sentido, la Ergonomía considera que para optimizar la productividad y el bienestar social, desde los sistemas de trabajo más simples, hasta aquellos que utilizan tecnologías complejas, deben planificarse, incorporando conocimientos de las necesidades, capacidades y limitaciones humanas en su diseño y organización. Si bien, lo destacado en el párrafo precedente es de una lógica irrefutable, llevar a la práctica estos principios presentaba una serie de dificultades derivadas del desconocimiento en la mayoría de las empresas que, por lo general, temían un incremento en los costos. Por otra parte, los trabajadores desconfiaban de los estudios, ya que les atemorizaba que sus resultados pudieran utilizarse para ponerles exigencias aún mayores. Por esta razón, el programa de Ergonomía, emprendido desde la Universidad de Concepción se inició con una seria labor de difusión, para que todas las personas involucradas, desde trabajadores a ejecutivos, comprendieran cuáles eran los objetivos de los estudios ergonómicos y los beneficios que se podían lograr con su aplicación. Por ello, desde su creación, el Laboratorio de Ergonomía viene desarrollando actividades de extensión en la forma de charlas, demostraciones prácticas y cursos, orientados a diferentes estamentos de la industria forestal. De igual importancia han sido los cursos
curriculares de Ergonomía que se dictan a estudiantes de Ingeniería Forestal y de Ingeniería Industrial, que han permitido que las nuevas generaciones de ingenieros egresados de la Universidad de Concepción, inicien su vida profesional con ideas claras sobre los problemas de adaptación del hombre al trabajo. Con respecto a investigación, aunque la mecanización forestal aumenta progresivamente, también es cierto que numerosas actividades se realizan haciendo uso de energía humana. Por esta razón, el Laboratorio de Ergonomía, ha orientado una parte importante de sus actividades al tema de los trabajos manuales pesados. La investigación desarrollada en el sector forestal ha permitido establecer las bases para mejorar las condiciones de sanidad, alimentación y comodidad en los campamentos forestales que son los hogares temporales de estos trabajadores. Además, con apoyo de algunas empresas del sector, se ha intentado buscar tecnologías apropiadas para evitar la fatiga fisiológica, buscando también aumentar la calidad del trabajo y el rendimiento. En cuanto a la mecanización, es bueno tener presente que muchos de los avances logrados en países industrializados son de interés para los países en desarrollo. Sin embargo, debido a las diferencias en el ambiente físico y tecnológico, a las características antropométricas y aptitud física de los usuarios, condiciones socioculturales, educacionales y nutricionales, entre otras, la experiencia lograda en los países industrializados, no siempre es aplicable en otras realidades con idénticos resultados. Como el costo de la mecanización es alto, cuando las maquinarias se adquieren sin pensar en los operadores, si su diseño es inadecuado, los trabajadores deben continuar expuestos a los riesgos hasta que la máquina termine por destruirse. Modificar estos elementos para reducir problemas derivados, por ejemplo, de la postura de trabajo, visibilidad de los equipos, diseño de controles e indicadores, ruido, vibraciones, etc., rara vez se realizan, con consecuencias directas para la población laboral, que se manifiestan en niveles críticos de accidentabilidad, deterioro de la salud y subutilización de las maquinarias, por la inadecuada adaptación de ellas a los usuarios. 2. Origen y orientación de este manual Desde un punto de vista ergonómico el equilibrio entre producción y protección de las personas sólo puede conseguirse en la medida que las empresas asuman el compromiso de innovar con tecnologías apropiadas. Es necesario ir abriendo espacios para el análisis de estos temas de manera que trabajadores y empresarios participen más activamente en la mejoría del ambiente laboral. En este sentido, el sector forestal chileno, ha tenido importantes avances. Una muestra de ello, es que el proyecto FONDEF titulado ”Desarrollo y transferencia de tecnologías ergonómicamente adaptadas para el aumento de la productividad del trabajo forestal”, que da origen a este texto, fue desarrollado por la Universidad de Concepción y Fundación Chile con aportes de 10 grandes empresas forestales y de la Asociación Chilena de Seguridad. Este proyecto ha generado recursos para investigación, pero tan importante como eso, para hacer una transferencia sistemática de conocimientos a trabajadores, contratistas y empresarios. Su
objetivo general fue desarrollar y transferir tecnologías apropiadas que permitan incrementar la productividad y la seguridad, mejorando también las condiciones de vida y trabajo de las personas que realizan actividades silvícolas y de producción forestal, particularmente roce, plantación, podas a diferentes alturas, raleos y cosecha. Durante la ejecución de los estudios, se evaluó ergonómicamente herramientas manuales y maquinarias de uso forestal. El propósito fue seleccionar las que mejor se adaptaran al trabajo y a los trabajadores. En los casos en que se demostró que las herramientas manuales o maquinarias tenían diseños inadecuados para las características anatómicas y capacidad de respuesta fisiológica de los trabajadores chilenos, se propusieron modificaciones o nuevas alternativas adaptadas a la población usuaria. No obstante, el objetivo más importante del proyecto fue analizar aspectos de organización del trabajo en faenas de baja productividad, particularmente en aquellas que, teniendo algún nivel de mecanización, siguen requiriendo mano de obra intensiva. La calidad y la productividad en el sector forestal, particularmente con el empleo de tecnologías básicas e intermedias, sólo puede lograrse en la medida que la respuesta de los seres humanos involucrados en los sistemas de trabajo sea compatible con sus capacidades y limitaciones. Es muy difícil desarrollar trabajos seguros y eficientes en trabajadores fatigados física y mentalmente, por exceso de trabajo, por mala organización o porque sus requerimientos no se satisfacen plenamente. Por esta razón es fundamental contar con rendimientos de referencia para cada tarea que se efectúa en el bosque. Como se ilustra en la figura 1.1, para lograr tales referencias se debe considerar, ademas de los aspectos tecnológicos, la carga que un ser humano puede tolerar sin fatiga y las dificultades que le impone el rodal, el terreno y el clima.
Figura 1.1. Factores que condicionan los niveles de rendimiento en el trabajo forestal RENDIMIENTO FORESTAL
TRABAJADORES APTITUDES FISICAS Y PSICOLOGICAS
TECNOLOGIA HERRAMIENTAS MAQUINAS ORGANIZACION
TRABAJO RODAL, CLIMA Y TERRENO CARGA FISICA Y PSICOLOGICA
El esquema presentado en la figura 1.1, es válido para cualquier actividad y se sustenta en criterios ampliamente discutidos por Apud y Valdés (1995). Sin embargo, no es fácil obtener rendimientos de referencia en el trabajo forestal. Una forma de abordarlo es considerando el potencial de la tecnología disponible para ejecutar las distintas faenas. Por ejemplo, si en una faena de cosecha, se dispone de una máquina que, bajo las condiciones en que se efectúa el trabajo, puede maderear 20 metros cúbicos por hora, los trabajadores de bosque deben ser capaces de proveerle esta cantidad de trabajo. Sin embargo, la única forma que los seres humanos puedan realizar actividades físicas por períodos prolongados en forma sustentable, es que lo hagan dentro de límites de carga fisiológica que no los conduzcan a la fatiga. Desde este punto de vista, estimamos que la cantidad de trabajo que puede efectuar un trabajador forestal depende del límite fisiológico señalado, que como se analizará más adelante, está claramente definido, de las condiciones del rodal, del terreno y del clima. Para orientar a los lectores sobre el orden de presentación, el Manual está dividido en tres partes. En la primera parte, se presenta una síntesis de los métodos y conceptos que sustentan los criterios de aptitud física frente a problemas de trabajos dinámicos, repetitivos y manejo manual de materiales. Se discute también los conceptos de carga mental y stress y se proponen criterios de selección para trabajadores forestales, temas muy presentes en un trabajo con tantas dificultades operacionales, como es la actividad forestal. En cuanto a agentes ambientales, se incluyen los que mayor influencia tienen sobre este trabajo, vale decir, calor y frío ambiental, producto de que las actividades se efectúan al aire libre, y el ruido y las vibraciones, provenientes de motosierras y otras maquinarias. Se discute también las técnicas empleadas en terreno para cuantificar la distribución de tiempos, las variables de rodal y las características del terreno, incluyendo una síntesis de los criterios estadísticos para el cálculo de los rendimientos de referencia. En la segunda parte, se plantean los requerimientos de higiene y calidad que deberían tener los campamentos y la alimentación, junto con un análisis detallado del vestuario y elementos de protección personal. En la tercera parte, se analiza actividades silvícolas, principalmente plantación, podas y roce. En cosecha, se presenta, en primera instancia, las maquinarias evaluadas que fueron principalmente skidder, trineumáticos y torres de madereo. Luego, se analiza en detalle las diferentes actividades realizadas por los motosierristas, por ser una tarea de gran importancia en el desarrollo en estas actividades. Aunque resulte sorprendente estudiar trabajos manuales de alta intensidad, como los que realizan hacheros, estroberos y arrumadores, estas técnicas de trabajo no están obsoletas y se utilizan y se seguirán empleando en un número importante de empresas forestales, especialmente en las más pequeñas. Por ello, se analiza la necesidad de erradicar o limitar al máximo algunas de ellas, como el arrumado manual, y de mejorar las otras, como por ejemplo, el desrame con hacha. Para cada una de las tareas silvícolas y de cosecha antes mencionadas se proponen funciones y se derivan tablas para el cálculo de rendimientos de referencia. Sin embargo, en cosecha, las referencias a tareas
individuales carecen de valor si no se integran todos los trabajadores del equipo. Por esta razón, se hace un análisis de cómo organizar a los trabajadores en torno a la tecnología disponible, para hacer buen uso de ella, sin someter a riesgos a ningún miembro de las cuadrillas de trabajo. Más aún, se incluyen resultados que demuestran la importancia de otros aspectos vinculados a la organización del trabajo, tales como la introducción de pausas programadas, rotación de funciones y planificación de tareas. En esta parte también se demuestra, en base a ejemplos prácticos y reales, la rentabilidad que el trabajo ergonómicamente organizado puede tener para las empresas y para mejorar el salario de los trabajadores.
CAPITULO 2 CARGA FISICA DE TRABAJO 1. Sobrecarga postural 1.1. Conceptos generales La sobrecarga postural derivada del trabajo forestal puede frenar el rendimiento por las molestias que genera y, a largo plazo, producir enfermedades del sistema músculo-esquelético. Por eso es un tema de especial interés en el análisis ergonómico. La postura se define como la ubicación espacial que adoptan los diferentes segmentos corporales o la posición del cuerpo como conjunto. En este sentido, las posturas que usamos con mayor frecuencia durante nuestra vida son la posición de pie, sentado y acostado. El término sobrecarga postural, se refiere al riesgo para el sistema músculo-esquelético, que genera la posición que mantienen los diferentes segmentos durante el desarrollo de las actividades laborales o en nuestra vida cotidiana. En términos generales, la unidad funcional que permite al ser humano efectuar movimientos o mantener una postura de trabajo, es aquella en que interactúan los sistemas muscular, articular y óseo. En la figura 2.1 se ilustran estos tres sistemas anatómicos. Respecto de la función de los componentes, el sistema óseo sirve de soporte a los diferentes órganos corporales, específicamente a la musculatura que se inserta mediante tendones en las piezas óseas. Las articulaciones tienen por función mantener unidos los huesos y sirven como punto de apoyo o giro para las estructuras óseas. Por su parte, el tejido muscular tiene la capacidad de generar tensión. La fuerza desarrollada es empleada en este sistema mecánico para mantener la postura o para desplazar los segmentos corporales y las cargas que se presentan en cada tipo de trabajo.
Figura 2.1. Sistemas muscular, articular y óseo del segmento brazo
Tendón Bíceps braquial Flexiona el antebrazo
Tríceps braquial Huesos del antebrazo
Extiende el antebrazo
Hueso del brazo Articulación del codo
Respecto del trabajo muscular, este puede ser clasificado como estático y dinámico. En el trabajo dinámico, las tareas generan ciclos alternados de contracción y relajación de la musculatura. El ejemplo más frecuente de trabajo muscular dinámico, se aprecia al caminar. En cada paso, las personas contraen y relajan diferentes grupos musculares, particularmente, de los segmentos: pies, piernas, muslos y caderas. Por otra parte, existen tareas en las cuales la musculatura, sin modificar su longitud, genera tensión para mantener en equilibrio las fuerzas resultantes del peso del cuerpo y de los objetos con los que se trabaja. En dicho caso, estamos en presencia de contracciones musculares de tipo estáticas o de trabajo muscular estático. Un ejemplo que ilustra esta situación, corresponde a tareas en las cuales los trabajadores deben sostener una herramienta, por períodos prolongados de tiempo, manteniendo los brazos sobre la altura de los hombros. En estas labores, las contracciones musculares estáticas permiten mantener la posición de los brazos, mientras el operario realiza la manipulación de la herramienta. De este modo, si se considera el tipo de trabajo muscular que demandan las tareas, es posible deducir que, uno de los aspectos que se debe considerar en el análisis de sobrecarga postural, es la capacidad y limitantes que el ser humano tiene para efectuar trabajo estático. Otro aspecto que también es importante considerar es la mecánica articular. En general, el rango de movimientos de las articulaciones está determinado por la forma de estas y la elasticidad de los tejidos, particularmente de ligamentos y tendones. Para ilustrar esta característica, en la figura 2.2, se presentan las
articulaciones de hombro y rodilla. En el caso del hombro, es una semiesfera que articula con una cavidad. Esta forma le otorga una gran movilidad a la articulación. Es así como, el brazo puede ser flectado, extendido, abducido (separado de la línea media del cuerpo), aducido (acercado a la línea media del cuerpo) y girado a izquierda y derecha. En cambio, la articulación de rodilla, tiene forma de polea y, por lo tanto, sólo es posible efectuar movimientos en dos direcciones, específicamente de flexión y extensión. En este sentido, es necesario tener presente que los diferentes segmentos corporales tienen rangos de movimientos y libertades de movimiento, que si se llevan a condiciones extremas, pueden causar trastornos al aparato músculo-esquelético. Figura 2.2. Forma de las articulaciones y libertad de movimiento
Articulación cabeza-cavidad permite gran amplitud de movimientos
Clavícula
Húmero Omóplato (o escápula)
Hueso del muslo Articulación de rodilla Tiene forma de polea permitiendo movimientos de flexión y extensión
Huesos de la pierna
1.2. Efectos en el ser humano Como se ha señalado uno de los factores importantes de considerar en el tema de sobrecarga postural, es el tipo de trabajo muscular que se requiere para efectuar
las tareas. En este sentido, desde el punto de vista de la fisiología del trabajo, una de las diferencias más relevantes entre contracciones musculares dinámicas y estáticas, se genera porque las de tipo estáticas reducen el flujo sanguíneo durante el desarrollo de tensión muscular. Por el contrario, en el trabajo dinámico, la contracción y relajación de la musculatura actúa como una verdadera bomba impulsora, facilitando el flujo. Durante el trabajo estático, la musculatura genera tensión y aumenta su volumen en sentido transversal. Ello produce un aumento de la presión al interior del tejido muscular, lo cual reduce el diámetro de arterias y venas. El resultado es una disminución del flujo sanguíneo, imponiendo una limitación a la entrada de oxígeno y nutrientes a los tejidos y a la salida de desechos metabólicos. Al disminuir el aporte de oxígeno a la musculatura, la energía es producida por el sistema anaeróbico. Este sistema energético se caracteriza por generar ácido láctico, metabolito que al aumentar su concentración a nivel muscular, inhibe la capacidad de desarrollar tensión y genera fatiga muscular localizada. Más aún, en la medida que aumenta la tensión muscular estática, menor es el flujo sanguíneo y, por lo tanto, mayor la probabilidad de fatiga local. Esta relación se ilustra en la figura 2.3, donde se puede observar que, al aumentar el porcentaje de fuerza muscular estática, disminuye el tiempo en el cual se puede mantener dicha tensión. En general, se plantea que valores de fuerza inferiores a un 15 % de la fuerza estática máxima, permiten un suministro adecuado de sangre a la musculatura, (Grandjean, 1982). También se ha establecido que en trabajos mantenidos por períodos prolongados de tiempo, donde el factor comodidad es el relevante, se considera que el porcentaje de fuerza no debería exceder el 8 % de un esfuerzo estático máximo.
Figura 2.3. Relación entre porcentaje de una contracción muscular estática máxima y tiempo que se puede mantener la contracción
Por otra parte, dependiendo de la intensidad y el tiempo de exposición a trabajo estático, las personas pueden experimentar trastornos músculo-esqueléticos reversibles o crónicos. Cuando los trastornos son reversibles, el dolor se localiza a nivel de músculos y tendones, desapareciendo tan pronto el trabajador deja de efectuar la actividad. Por su parte, los trastornos crónicos, se localizan a nivel de la musculatura y de los tendones, pero también afectan las estructuras anatómicas de las articulaciones. En tal caso, el dolor no desaparece cuando el operario cesa la labor, debido a que es causado por procesos inflamatorios y degenerativos de los tejidos. Respecto de lesiones músculo-esqueléticas específicas, diferentes estudios asocian el trabajo estático a los siguientes trastornos: 1.- Dolor muscular localizado y temporal 2.- Dolor muscular localizado permanente 3.- Inflamación de cápsula tendinosa 4.- Inflamación de la inserción del tendón 5.- Inflamación de las articulaciones 6.- Procesos degenerativos de las articulaciones.
Por lo señalado en los párrafos anteriores, se concluye que, para establecer criterios de evaluación de sobrecarga postural, es necesario identificar aquellas posiciones del cuerpo que imponen una carga estática o que requieren rangos de movimientos peligrosos para el sistema músculo-esquelético, o ambos. Del mismo
modo, es necesario asociar estas posiciones de trabajo con el tiempo de exposición durante la jornada. 1.3. Criterios de evaluación Para evaluar la postura de trabajo es necesario establecer la ubicación espacial de los segmentos corporales. Para ello, se puede recopilar la información por observación directa, fotografías y grabaciones de vídeo o por medio de la medición del desplazamiento relativo de los segmentos. En el último caso, es necesario utilizar técnicas goniométricas, las cuales permiten registrar en grados, el desplazamiento de los segmentos. En las figuras 2.4.a. y 2.4.b, se puede observar un goniómetro y un flexómetro, con los cuales se está midiendo la postura del tronco respecto de la vertical. Figura 2.4.a. Goniómetro Goniómetro
Figura 2.4.b. Flexómetro
Flexómetro
Cualquiera sea la metodología que se utilice, lo importante es que las posturas de trabajo representen las exigencias que las actividades imponen en la jornada. Por lo tanto, es necesario efectuar un muestreo, para establecer las tareas efectuadas durante la jornada y las posturas requeridas en estas actividades. Una vez definidas las posturas de trabajo, hay que compararlas con referencias que permitan establecer el grado de desviación que existe entre las condiciones de trabajo y lo que se considera como “aceptable”. En este sentido, los estudios han estado orientados a definir posturas de menor riesgo para el sistema músculoesquelético, que sean funcionales y cómodas. El denominador común ha sido establecer posturas en las cuales el sistema músculo-esquelético esté sometido a una mínima tensión estática. A estas posiciones de los segmentos se les denomina “ángulos de comodidad”. Al respecto en la figura 2.5, se presentan algunos de los ángulos de comodidad comúnmente referidos en la literatura (Pheasant, 1988). Como se puede observar, las posturas cómodas no son únicas, presentándose rangos de desplazamiento que las personas pueden adoptar para alcanzar una condición de confort.
Figura 2.5. Angulos de comodidad
El conocimiento de los ángulos de comodidad ha derivado en la generación de diferentes técnicas para evaluar sobrecarga postural. Entre ellas, se puede mencionar el estudio de maniquíes, el cual fue empleado en los estudios ergonómicos de maquinaria forestal. En esta técnica se relaciona el concepto de ángulos de comodidad con el tamaño corporal. De este modo, conocida la posición que deben adoptar los segmentos corporales para determinadas tareas y definido el rango de tamaño corporal de la población usuaria, se dibuja a escala la silueta del cuerpo o maniquíes. Estas figuras son diseñadas a escala. Para realizar la evaluación, los maniquíes son ubicados sobre el puesto de trabajo estudiado, el cual se dibuja a la misma escala de los maniquíes, generalmente en escala de 1:10. Los problemas posturales y el diseño inadecuado del puesto de trabajo, se identifican por la simple observación de las discrepancias que existen entre el tamaño corporal de los maniquíes que representan a la población y las
dimensiones y disposición de los puestos de trabajo. En la figura 2.6, se aprecia el diseño de una cabina de torre de madereo y la ubicación que presentan los controles respecto de las dimensiones y las zonas que se consideran óptimas para la operación de estos dispositivos (Gutiérrez y Apud, 1995). Como se puede deducir, el diseño del puesto de trabajo presenta condiciones deficientes y, por lo tanto, existe un riesgo evidente de trastornos músculo-esqueléticos. La ventaja de este tipo de técnicas es que permite diagnosticar problemas de sobrecarga postural y es una herramienta útil para orientar el rediseño. Estas técnicas también han sido adaptadas para programas computacionales. Sin embargo, las limitantes que se presentan para aplicarlos en nuestro país, radican en que las bases de datos empleadas para diseñar las figuras humanas, son de estudios antropométricos de poblaciones extranjeras. Figura 2.6. Técnica de maniquíes aplicada a la evaluación de cabinas
Por lo expuesto, un área de trabajo que se ha impulsado en el Laboratorio de Ergonomía de la Universidad Concepción, ha sido la generación de bases de datos de características antropométricas de población nacional. En este sentido, la tabla 2.1 y la figura 2.7, presentan las referencias antropométricas de 2030
hombres chilenos de 17 a 60 años de edad (Apud y Gutiérrez, 1997), que incluye una muestra de 369 trabajadores forestales. La información resume algunas de la dimensiones más importantes para orientar el diseño de puestos de trabajos, en los cuales las personas trabajan en posición de pie o sentada. Tabla 2.1. Características antropométricas de hombres chilenos de 17 a 60 años de edad DIMENSIONES ANTROPOMETRICAS (cm)
NUMERO EN LA FIGURA 2.7
PERCENTILES MEDIA
D.E
5
95
POSICION DE PIE ESTATURA ALTURA OJO SUELO ALTURA HOMBRO SUELO ALTURA CODO SUELO ALTURA NUDILLO SUELO ENVERGADURA
1 2 3 4 5 6
168,8 158,4 139,2 104,5 74,2 154,2
6,7 6,7 6,0 4,9 4,5 6,5
157,8 147,3 129,3 96,4 66,7 143,5
179,8 169,4 149,0 112,5 81,6 165,0
POSICIÓN SENTADO ESTATURA SENTADO ALTURA OJO ASIENTO ALTURA HOMBRO ASIENTO ALTURA CODO ASIENTO ALTURA MUSLO ASIENTO PROFUNDIDAD ABDOMEN ALTURA POPLITEA DIST. GLUTEO-POPLITEA DIST. GLUTEO-ROTULAR ALCANCE VERTICAL ALCANCE FRONTAL ALCANCE ANTEBRAZO ANCHO DE HOMBROS ANCHO ENTRE CODOS ANCHO DE CADERAS
7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
89,7 79,4 60,2 25,4 14,0 25,6 40,1 46,0 57,5 160,8 75,0 42,2 41,4 51,9 34,4
3,5 4,2 3,8 4,0 1,8 4,0 2,8 3,1 3,6 7,0 4,5 2,4 3,2 4,9 2,9
83,9 72,5 54,0 18,9 11,2 19,1 35,5 41,0 51,6 149,4 67,7 38,3 36,2 43,9 29,7
95,5 86,3 66,4 31,9 16,9 32,2 44,8 51,0 63,4 172,2 82,4 46,1 46,6 59,9 39,2
Figura 2.7. Esquema de las características antropométricas de hombres chilenos presentadas en la tabla 2.1
B
A
6
2 1 34
C
18
9 10
11 13 12 14 15
8 7
D
E
19 16
17 20
21
5
Respecto a las medidas antropométricas, en general las referencias se presentan como frecuencias acumuladas expresadas en percentiles. Sin embargo, en términos prácticos, estos valores representan el “porcentaje de la población que está bajo una determinada medida antopométrica”. Por ejemplo, el 95 percentil de la estatura descalzo es 179,8 cm. Ello significa que un 95 por ciento de la población tiene una estatura inferior a 179,8 cm y, al mismo tiempo se puede interpretar que, sobre esta medida existe un 5 por ciento de la población. La razón de presentar la información en percentiles, se debe a que para los diseñadores es prácticamente imposible acomodar a toda la población, puesto que en cualquier grupo humano hay grandes variaciones de tamaño, desde enanos a gigantes. Por este motivo, para diseño ergonómico, los estándares antropométricos se restringen al 95 % de la población. Esto significa excluir al 5 por ciento de los individuos más grandes o el 5 por ciento de los más pequeños, según las dimensiones requeridas para un determinado aspecto del diseño. Respecto al uso de las bases de datos para el diseño de puestos de trabajo, una consideración importante es que normalmente no es conveniente tomar como referencia al usuario promedio. Ello se puede ejemplificar con la altura mínima de una puerta de acceso a la cabina de una torre de madereo. En este sentido, para
que gran parte de los usuarios que cruzan la puerta, no se golpeen la cabeza en el umbral, es necesario considerar la estatura de los más altos. De caso contrario, si empleamos el valor promedio de estatura, todos las personas que están sobre la media se tendrían que inclinar para no golpearse la cabeza. En otras situaciones, se recomienda usar las dimensiones de los sujetos más pequeños. Al respecto, existen oportunidades en las cuales se requiere definir cuál es la “máxima dimensión que debe tener alguna medida del puesto de trabajo”. En tales casos, se utiliza las dimensiones de los sujetos más pequeños o el 5 percentil. Por ejemplo, para que todos los trabajadores puedan alcanzar desde su asiento la palanca de cambio de la torre que se ilustró en la figura 2.6, es necesario seleccionar el 5 percentil del alcance funcional de la población usuaria. De este modo, si los de menor alcance de brazos pueden controlar el dispositivo, el resto de los trabajadores podrá utilizar el sistema. Estas bases de datos también permiten establecer cuáles son los rangos de ajuste de los equipos. Por ejemplo, la altura poplítea es la dimensión antropométrica utilizada para definir la altura de butacas o asientos. Si se elige una butaca con ajuste vertical, debería regularse entre 35,5 y 48,8 cm, que es el rango de altura poplítea de varones chilenos (ver tabla 2.1). A esta dimensión es necesario agregar algunos centímetros que permitan corregir la altura del calzado. Como se puede deducir, para efectuar un análisis de sobrecarga postural y proponer soluciones, es indispensable disponer de referencias antropométricas de los usuarios. Otro tipo de procedimiento para efectuar diagnósticos de sobrecarga postural, es el uso de listas de verificación. Generalmente, estas se basan en identificar posiciones riesgosas para el aparato músculo-esquelético, debido al alto componente de trabajo estático que requieren. En este sentido, se han identificado las siguientes posturas: Permanecer de pie por períodos prolongados de tiempo Permanecer con el tronco flectado (inclinación anterior) o en rotación (giro hacia la derecha o izquierda del cuerpo) Mantener los brazos elevados por sobre la altura de los hombros Mantener los brazos alejados del cuerpo, sosteniendo el propio peso de la extremidad, cargas o herramientas Mantener la cabeza flectada (inclinación anterior), extendida (inclinación posterior) o en rotación (giro a derecha o izquierda). De este modo, una primera aproximación a la evaluación de sobrecarga postural, consiste en identificar si en los puestos de trabajo, las personas deben adoptar alguna de las condiciones descritas anteriormente. Junto con la detección de las sobrecargas, también se debe establecer el tiempo de exposición. En este sentido, una metodología que reúne tales consideraciones es aquella propuesta por la fundación MAPFRE (Farrer et al,1995). Para ello, se requiere establecer las posturas de trabajo y el tiempo de duración a través de la jornada. Para identificar las posturas, se adjunta un conjunto de ilustraciones que
facilitan el procedimiento. Entre las posiciones de trabajo, destacan permanecer en posición sentado, de pie, arrodillado, acostado y en cuclillas. Para cada posición se consideran factores que incrementan la sobrecarga. Entre ellas, se identifican el grado de inclinación del tronco y la elevación de brazos sobre la altura de hombros. Un resumen de estas posturas de trabajo se observa en la figura 2.8. Como se puede ver, frente a cada postura existe una escala de tiempo. De este modo, es posible calificar el nivel de riesgo del aparato músculoesquelético, al relacionar el tiempo y el tipo de postura empleado durante el trabajo. Es así como, se considera que existe sobrecarga postural que requiere cambio en el diseño de puestos o métodos de trabajo, cuando la ponderación en la escala es igual al índice 4. En el caso que exista más de una postura de trabajo, se considera que el riesgo es acumulativo, debiéndose sumar los índices parciales. Por ejemplo, si una persona durante la jornada, como promedio por hora de trabajo, permanece 30 minutos de pie, sin inclinación de tronco y 30 minutos sentado con inclinación de tronco, el índice de sobrecarga postural total será igual a 2. Esto indica que la actividad laboral no genera sobrecarga postural. En cambio, si la persona permanece 10 minutos de pie con el tronco ligeramente inclinado, 15 minutos arrodillado con inclinación de tronco y 35 minutos de pie sin inclinación de tronco, el resultado de la evaluación será la sumatoria de los índices parciales 1, 3 y 1. De este modo, el índice total será 5, concluyéndose que existe sobrecarga postural.
Figura 2.8. Método adaptado de la MAPFRE para la evaluación de sobrecarga postural, Farrer et al (1995) Postura principal de la tarea Duración de la postura (min) < 10
10 a 40°)
Arrodillado Normal Tronco inclinado De espaldas Brazos sobre . hombros
Agachado Normal Brazos sobre hombros
2. Trabajo repetitivo 2.1. Conceptos generales El trabajo repetitivo se caracteriza básicamente porque los ciclos de actividad efectuados por los operarios duran breves períodos de tiempo pero, como su
nombre lo indica, las tareas y movimientos efectuados en los ciclos, se repiten con cierta frecuencia a través de la jornada laboral. En el sector forestal, esta forma de trabajo se aprecia con mucha claridad en labores tales como plantación y poda, en faenas de volteo y desrame, así como también, en la operación de maquinaria, particularmente aquellas que tienen ciclos breves como el trineumático. Al respecto, es importante destacar que, generalmente, en este tipo de labores, el incremento de la productividad se logra por medio de una reducción del tiempo requerido para efectuar los ciclos de trabajo, lo cual está asociado a una mayor velocidad de ejecución de las tareas y a mayores exigencias para los segmentos corporales que participan en ellas. Esto genera una concentración de los esfuerzos en determinadas estructuras anatómicas, particularmente en manos y muñecas o en general, en la extremidad superior. 2.2. Efectos en el ser humano Las exigencias que imponen algunos sistemas de trabajo a la extremidad superior, han generado un conjunto de trastornos a nivel de los tejidos blandos, particularmente de tendones, cápsula tendinosa, nervios y músculos. A este conjunto de trastornos se le ha denominado síndrome de uso excesivo de extremidad superior (SUEDES). Algunas lesiones músculo-esqueléticas características de este síndrome son: mioalgias, tendinitis, tendosinovitis y síndrome del túnel carpiano. Respecto de los factores de riesgo, el incremento de la frecuencia o la reducción del tiempo de los ciclos de trabajo, son condiciones que generan síntomas de fatiga, dolor y tensión muscular. Más aún, el trabajo repetitivo puede causar daño directo a los tendones, al someterlos a constantes contracciones y elongaciones, así como también, incrementar la probabilidad de fatiga de los tejidos, al reducir las posibilidades de recuperación. En la medida que se generen episodios repetidos de este tipo de trastornos, se produce inflamación de los tejidos blandos y una reducción de la movilidad articular, lo cual es normalmente precursor de trastornos músculo-esqueléticos crónicos. También, si la sobrecarga del trabajo afecta a nervios, los síntomas pueden estar acompañados de pérdida de sensibilidad táctil y sensación de adormecimiento de las extremidades. Más aún, si se presentan exposiciones prolongadas a trabajo repetitivo, las personas pueden desarrollar trastornos músculo-esqueléticos incapacitantes e irreversibles. Aún cuando se reconoce que el trabajo repetitivo es uno de los principales factores de riesgo de SUEDES, es importante considerar y evaluar otros factores que son promotores del síndrome, entre ellos destacan: fuerzas excesivas, sobrecarga postural y ausencia de pausas. 2.3. Evaluación de la repetitividad del trabajo Para establecer lo repetitivas que son las actividades laborales, se requiere efectuar un análisis del trabajo, de modo de definir:
Las tareas realizadas. En este sentido, cada trabajo está constituido de una o varias tareas La duración de los ciclos. Estos corresponden a la secuencia de tareas y operaciones requeridas para efectuar la actividad. Por su parte, el tiempo o duración de los ciclos, se define como el tiempo total requerido para efectuar la secuencia de operaciones El número de operaciones que componen las tareas. Las operaciones corresponden a los elementos básicos de la tarea, tales como: sostener, alcanzar, mover, tomar, posicionar, seleccionar, accionar, pulsar, impactar, ensamblar, desarmar, depositar, inspeccionar, vigilar, planificar, buscar, desplazarse, demoras y pausas. Esta información puede ser obtenida por medio de la observación directa o la grabación de videos de las faenas. Con el objetivo de registrar información representativa de las actividades laborales, se debe efectuar un muestreo de la jornada (ver capítulo 5). Posteriormente, se debe establecer el tiempo promedio del ciclo de trabajo, el porcentaje promedio del tiempo dedicado a las operaciones más frecuentes y el número promedio de operaciones que conforman el ciclo. Por ejemplo, si se analiza tareas de plantación con pala neozelandesa, el ciclo de plantación es aquel que va desde el momento en que el operario toma la caja con plantas para desplazarse al lugar donde cavará la casilla, hasta el instante previo a la operación de tomar nuevamente la caja para desplazarse a la casilla siguiente. El ciclo estaría constituido por las siguientes tareas principales y las operaciones respectivas:
Tareas principales
Operaciones del ciclo
Desplazamiento
1. Tomar la caja con plantas 2. Desplazarse por el terreno 3. Depositar la caja en el terreno
Plantación
4. Posicionar la pala 5. Impactar el terreno 6. Mover la pala para abrir la cavidad
7. 8. 9. 10.
Tomar una planta de la caja Depositar la planta en la hendidura Desplazar tierra con el pie hacia la hendidura Apisonar la tierra para estabilizar la planta
Las operaciones 4, 5 y 6, se efectúan tantas veces como sea necesario para alcanzar la profundidad requerida, según criterios de calidad. Es importante destacar que, aún cuando este es el esquema básico de operaciones, el ciclo puede modificarse a través de la jornada. En el ejemplo analizado, el ciclo puede cambiar si existen demoras en la alimentación de cajas con plantas, el terreno es pedregoso o hay desechos forestales que es necesario retirar del área en la cual se cavará la casilla. Lo relevante es que, el muestreo represente las variaciones que experimenta el ciclo durante la jornada. De este modo, de existir demoras, pausas o la incorporación de otras operaciones, ello generará un aumento del número promedio de operaciones por ciclo y se incrementará el tiempo promedio de los ciclos en la tarea de plantación. Con el propósito de ilustrar los resultados que podrían obtenerse al efectuar un análisis de tareas en una faena de plantación con pala neozelandesa, en el cuadro 2.1, se resume las variables más relevantes para calificar cuán repetitiva es esta actividad. Las variables consideradas son, el tiempo promedio del ciclo de trabajo, el número promedio de operaciones y el porcentaje de tiempo dedicado a la operación realizada en forma más frecuente.
Cuadro 2.1. Ejemplo del análisis de tareas en una faena de plantación con pala neozelandesa. Las variables consideradas son el tiempo promedio del ciclo (TPC), número promedio de operaciones (NPO) y porcentaje promedio del tiempo dedicado a la operación más frecuente (PPTOF) Tareas principales
TPC
NPO
Plantación
56 seg
7
Desplazamiento
4 seg
3
Operación más frecuente y PPTOF Posicionar, impactar y mover la pala en la hendidura 70 % Desplazarse
5% Totales del ciclo
60 seg
10
2.4. Criterios para definir trabajo repetitivo Respecto a los criterios que se deben emplear para calificar el trabajo repetitivo, se considera que una labor es altamente repetitiva y, por lo tanto, promotora de síndrome de uso excesivo de extremidad superior (SUEDES), si la duración media del ciclo de trabajo es inferior a 30 segundos (Anderson, 1992). Complementario a este criterio, se debe analizar la relación entre la duración media del ciclo y el número promedio de operaciones efectuadas durante el ciclo. Es así como se considera que existe riesgo de trastornos músculo-esqueléticos asociados al SUEDES, si el ciclo tiene una duración inferior a 3 minutos y se realizan menos de 10 operaciones durante el ciclo (Farrer et al., 1995). También, se ha demostrado que existe una mayor probabilidad de SUEDES, si las operaciones exigen efectuar el mismo patrón de movimiento, más del 50 % del tiempo del ciclo de trabajo. Por lo tanto, en el ejemplo de plantación con pala neozelandesa, el estudio de tareas permite concluir que el trabajo es de tipo repetitivo, debido a que las operaciones más frecuentes, ocupan el 70 % del tiempo del ciclo de trabajo. 2.5. Criterios para definir riesgos asociados a trabajo repetitivo Los trastornos que se asocian al síndrome de uso excesivo de extremidad superior, no sólo dependen de si el trabajo es o no repetitivo, sino de la presencia de factores de riesgo como fuerzas excesivas, ausencia de esquemas de pausas y sobrecarga postural de extremidad superior (Anderson, 1992). Fuerzas excesivas Para efectuar una adecuada evaluación del problema ergonómico, es importante verificar si los operarios requieren sostener, mantener o vencer resistencias, mediante trabajo muscular estático de extremidad superior. Como se señaló en el tema de sobrecarga postural, el trabajo estático puede generar fatiga muscular localizada. Esta respuesta fisiológica se presenta con mayor probabilidad cuando los operarios requieren efectuar tareas en las que el componente de fuerza excede aproximadamente el 15 a 20 % de una contracción voluntaria máxima. De este modo, para establecer si un trabajo impone sobrecarga por trabajo estático, se requiere conocer la capacidad de desarrollo de fuerza de la población trabajadora. Al respecto, en el presente proyecto, se procedió a evaluar la capacidad de desarrollo de fuerza de la extremidad superior de los trabajadores forestales, en acciones de sujeción y elevación de carga. Para ello, se utilizó pruebas dinamométricas descritas por Jackson (1990), las cuales miden la fuerza estática máxima en acciones de prensión o agarre con la mano, flexión de antebrazo y elevación de brazos. Las evaluaciones efectuadas a 90 trabajadores
permitieron establecer que la fuerza máxima en las pruebas señaladas, alcanzaron valores promedios de 46,2, 31,4 y 35,5 kg fuerza, respectivamente. Considerando los valores de fuerza máxima, se estableció niveles aceptables de manipulación de pesos y resistencias para la extremidad superior. En este sentido, con el propósito de proteger o evitar fatiga física a la mayor parte de los usuarios, se recomienda utilizar como valores de referencia, el 5 percentil de la fuerza máxima de la muestra evaluada. En otras palabras, si los operarios que tienen menores niveles de fuerza, pueden realizar un trabajo en ausencia de fatiga física, todos los trabajadores que están sobre el 5 percentil, presentarán bajas probabilidades de fatiga por trabajo estático. Por otra parte, en el manejo de carga también es importante la distancia a la cual se realiza el desplazamiento de objetos, controles y herramientas. En la medida que la carga se aleja del cuerpo, la capacidad de trabajo se reduce. De este modo, para tener una aproximación a la distancia de trabajo, se han calculado niveles aceptables de manejo de carga, cuando el trabajador desplaza o sostiene herramientas u objetos dentro del alcance de antebrazos y al alcance de brazos (ver figura 2.7). Teniendo presente los criterios anteriormente expuestos, se estableció que los niveles de fuerza requeridos en trabajos repetitivos, al emplear una mano y al realizar movimientos dentro del alcance de antebrazos de los operarios, no deberían ser superiores a 1,4 kg. En caso de manipular con una mano, cargas que están al alcance del brazo, la resistencia de las herramientas o controles no debería sobrepasar los 0,9 kg. De este modo, si el trabajo es repetitivo y el peso de las herramientas o controles exceden los valores descritos, existe una alta probabilidad de que los trabajadores presenten trastornos músculo-esqueléticos de extremidad superior.
Sobrecarga postural de extremidad superior En cuanto a la sobrecarga postural de extremidad superior, es necesario evaluar la posición de trabajo de los segmentos mano-muñeca, antebrazos y brazohombro. Respecto de la posición del segmento mano-muñeca, la condición óptima de trabajo se presenta cuando la muñeca trabaja en posición neutra (figura 2.9). Un incremento de la desviación de la muñeca respecto de la posición neutra, implica una pérdida progresiva de la capacidad de desarrollo de fuerza, junto con un aumento del riesgo de lesiones de los tejidos blandos. Esto último se produce por la presión que generan los tendones en las estructuras adyacentes. Esta presión incrementa el roce, lo cual, sumado al trabajo repetitivo, es el factor biomecánico causante de la inflamación de tejidos blandos de la muñeca, entre ellos vainas tendinosas, tendones e incluso la compresión del nervio mediano. Respecto del antebrazo, la sobrecarga postural se genera al sostener o realizar movimientos que requieren pronosupinación o rotación del segmento (figura
2.10). En cuanto a la postura del segmento brazo - hombro, se considera que existe sobrecarga postural, cuando se realizan tareas que requieren la manipulación o el accionamiento de dispositivos sobre la altura de hombros o el brazo es separado más de 45° respecto del eje vertical del hombro (figura 2.11). Figura 2.9. Posición mano-muñeca
Figura 2.10. Posición antebrazo
Figura 2.11. Posición brazo
Administración de pausas durante el trabajo repetitivo La adecuada administración de pausas, es un criterio ergonómico que aún no tiene repuesta para todas las condiciones de trabajo donde se esté en presencia de uso excesivo de extremidad superior. Ello se debe a que cada actividad tiene exigencias de frecuencia y duración de ciclos de trabajo, de fuerza muscular, postura y uso de herramientas o dispositivos, que hacen difícil generalizar recomendaciones de la duración y frecuencia con la que se debería incorporar pausas. No obstante, es posible señalar que en labores repetitivas, que requieran fuerzas bajo 1,4 kilogramos y el trabajo se efectúe dentro del alcance del antebrazo, se debería incorporar pausas sistemáticas no inferiores a 5 minutos por cada hora de trabajo. Por su parte, en trabajos que requieran realizar fuerzas sobre 1,4 kilogramos o que exijan movimientos más distantes del alcance de antebrazo, se debería incorporar cada hora, pausas que duren aproximadamente 8 a 10 minutos. Lo relevante es sistematizar las pausas, es decir que el trabajador sepa que cada cierto lapso, dispone de algunos minutos para recuperarse del trabajo. También es fundamental verificar si los esquemas que se implementen tienden a disminuir los problemas músculo-esqueléticos asociados al síndrome de uso excesivo de extremidad superior. 3. Manejo manual de carga El manejo manual de carga (MMC), es un problema ergonómico común en el sector forestal en labores tales como arrumado manual, transporte y operación de motosierras, transporte de cajas o fertilizantes en plantación, transporte de escaleras en poda, etc. Estas últimas décadas, se han realizado estudios orientados a establecer límites aceptables de carga, incorporar criterios ergonómicos al diseño del trabajo y de selección y capacitación de personal (Ayoub et al., 1989). Las razones de este
esfuerzo, se deben a que el manejo manual de carga representa uno de los principales factores de riesgo de lesiones para la población trabajadora, así como también, por los costos que involucra el tratamiento y rehabilitación. 3.1. Efectos en el ser humano Las lesiones que puede producir el manejo manual de carga son diversas. Entre ellas destacan trastornos derivados de sobreesfuerzos, caídas y atrapamientos. Estas lesiones se producen generalmente por accidentes, es decir, por causas que se presentan en un momento determinado en el trabajo. Sin embargo, los riesgos de MMC también están vinculados a la exposición permanente de las personas a sobrecarga física por manejo de carga. Estos riesgos están asociados a un mal diseño del trabajo y causan lesiones a nivel de espalda, particularmente en la región lumbar. Respecto de los trastornos lumbares, el síndrome de dolor lumbar ha sido descrito como un problema de salud relacionado con el trabajo. Este síndrome es multifactorial y puede derivar de desórdenes traumáticos, inflamatorios, degenerativos, neoplásicos y metabólicos (Ladou, 1993). Sin embargo, el dolor lumbar más común es aquel que se asocia con el levantamiento de carga y la sobrecarga postural. Este dolor se presenta en la porción baja de la espalda. También, puede irradiarse a la región de los glúteos o a veces a los muslos. Con relación al manejo manual de carga como riesgo de lumbago, se ha establecido una incidencia significativa de patologías de columna en trabajadores que requieren manipular pesos. Estos trastornos se pueden presentar como problemas degenerativos e irreversibles de columna vertebral o simplemente en forma de sensaciones subjetivas de dolor. Para comprender la relación entre manejo manual de carga y trastornos lumbares, es importante destacar que la función de la columna vertebral es sostener la parte superior del tronco en varias posiciones, proporcionando suficiente flexibilidad para los movimientos del tronco y, al mismo tiempo, proteger la médula espinal de lesiones. En esta función que tiene la columna, el manejo de pesos incrementa las tensiones y compresiones de las estructuras esqueléticas y tejidos blandos de la columna (Radin et al.,1991). En este sentido, la determinación de las fuerzas a las que se someten las estructuras anatómicas y su relación con las patologías de columna, así como también, los factores que incrementan la magnitud de los esfuerzos a nivel de columna vertebral, son los criterios que es necesario establecer para definir límites de carga que protejan de dolor y daño. 3.2. Evaluación de riesgo de lumbago por manejo manual de carga La columna vertebral se compone de una serie de segmentos óseos, conectados entre sí por discos y ligamentos. Al respecto, en la figura 2.12, se aprecia las diferentes partes en que se divide la columna vertebral, específicamente las zonas móviles de región cervical, dorsal y lumbar, así como también, las zonas
inmóviles de región sacra y coxis. La flexibilidad de esta barra de sostén se logra mediante desplazamientos pequeños de sus múltiples eslabones. Esta configuración tiene la ventaja de que sólo es necesario una pequeña variación en la forma de cada disco y ligamentos, para producir un movimiento extenso con un amplio recorrido. No obstante, esta potencialidad del sistema anatómico, existen riesgos mecánicos y fisiológicos que es necesario considerar en la evaluación y diseño del trabajo. El principal punto de sustentación de la columna y, donde se concentran las fuerzas derivadas del peso del cuerpo y de las cargas sostenidas o desplazadas, es el disco intervertebral ubicado entre la vértebra lumbar 5 (L5) y la vértebra sacra 1 (S1). Al respecto, se considera que este disco es uno de los tejidos más vulnerables a las lesiones derivadas de las fuerzas generadas en el levantamiento de carga. En cuanto a las fuerzas presentes en estas tareas, existen tres tipos de vectores que se trasmiten a través de la columna vertebral hacia L5/S1, estas son fuerzas de compresión, tensión y de corte. La fuerza de compresión sobre el disco, es considerada la responsable de las fracturas de vértebras, hernias discales y compresión de las raíces nerviosas (Waters et al., 1993). Por esta razón, se acepta que la fuerza de compresión es un buen indicador del riesgo de trastornos de espalda baja y de lesiones por sobre-esfuerzo. En este sentido, estudios epidemiológicos efectuados en trabajadores, en los cuales se ha relacionado la compresión de la articulación lumbosacra y la prevalencia de lumbagos, han permitido establecer que, cuando la compresión del disco ubicado entre las vértebras L5 y S1 es superior a 350 kg fuerza, existe un incremento en la tasa de lumbagos y, por lo tanto, de riesgo de lesiones de espalda baja (Ayoub et al., 1989). Estos resultados han permitido generar criterios y modelos de evaluación biomecánicos, los cuales han sido adoptados por diferentes organismos internacionales. Entre ellos destaca, los estudios y métodos de evaluación propuestos por la NIOSH (1981). Figura 2.12. Columna vertebral
Atlas Axis
Vértebras cervicales
Vértebras torácicas
Discos
Vértebras lumbares
Sacro y coccix
En cuanto a los modelos que permiten establecer el riesgo de lumbago, uno de los criterios simples de aplicar en terreno, corresponde a modelos biomecánicos de estimación de compresiones a nivel de discos intervertebrales. Por esta razón, a continuación se describirá la metodología de uno de estos modelos.
3.3. Modelos biomecánicos Los modelos biomecánicos tienen por función estimar las tensiones a las que es sometido el sistema músculo-esquelético, por fuerzas aplicadas al cuerpo o por el peso del propio cuerpo y sus segmentos. Para el caso del manejo manual de carga, las variables que se consideran determinantes en la generación de sobrecarga o compresión a la columna lumbosacra son: El peso y forma de la carga La posición de la carga respecto del disco lumbosacro Postura que adopta el cuerpo durante la operación de carguío Número de veces que se efectúan las tareas de levantamiento de carga Velocidad con que se realiza el movimiento de carga. Uno de los modelos que mayor difusión ha tenido, corresponde al desarrollado por Chaffin y Andersson (1984). En éste se relaciona el peso del objeto manipulado y la distancia desde el centro de masa de la carga al disco L5/S1. Por medio de esta relación, se calcula la fuerza de compresión del disco lumbosacro. El valor obtenido de las condiciones de manejo de carga manual, es comparado directamente con los límites de compresión considerados aceptables, es decir bajo 350 kg fuerza (Ayoub et al., 1989). Basándose en el modelo propuesto por Chaffin, la NIOSH publicó en 1981 un método de evaluación para manejo manual de carga. Revisiones posteriores del método NIOSH (Waters et al.,1991), señalan que, aún cuando el modelo es bidimensional y no incorpora variables que
modifican la compresión a nivel del disco lumbosacro, debido a aceleraciones que se generan en el manejo de carga, hasta el momento no existe suficiente evidencia que permita asociar el efecto de las variables de aceleración de las cargas con una mayor incidencia de patologías lumbares.
3.3.1. Ecuación para el cálculo de la compresión intradiscal L5/S1 En la figura 2.13 se presenta el modelo bidimensional para estimar la compresión a nivel de L5/S1. Como se puede apreciar, el modelo requiere establecer los centros de masa y el peso de antebrazos, brazos y tronco. También, es necesario establecer la posición de estos segmentos respecto de la vertical. Conocido el peso de la carga, se procede a calcular el torque que generan las masas respecto del disco lumbar L5/S1. Para ello se emplea las ecuaciones descritas en la tabla 2.2.
Figura 2.13. Modelo bidimensional para estimar compresión a nivel del disco ubicado entre las vértebras L5/S1
2
3
2 1
P*0,363 P*0,06 2 P*0,05
FM E
X1
X2
X3
X4
F C La fuerza de compresión (FC) sobre el disco corresponde a la acción de la fuerza ejercida por la musculatura extensora (FME) de columna vertebral, a un determinado ángulo ( ), el cual depende de la inclinación de la columna. De este modo, para calcular la fuerza de la musculatura extensora (FME), se emplea la ecuación Nº1. Como se puede apreciar, la FME se obtiene al sumar el torque que generan la carga desplazada y los torques de antebrazo, brazo y tronco. Todo ello dividido por 0,05 metros, valor del brazo de potencia de la palanca, que corresponde a la distancia que se ha estimado entre la inserción de la musculatura extensora de columna vertebral y el disco intervertebral L5/S1. Para el cálculo de torque, se multiplica la masa (m) de cada segmento por la distancia (X) del centro de masa al disco L5/S1. El modelo estima la masa que tiene el tronco, brazo y antebrazo. Para ello, se emplean referencias que permiten calcular estas masas a partir del peso del cuerpo. De este modo, como se puede observar en la ecuación Nº1, la masa del tronco es el producto del peso del cuerpo por 0,363, en el caso del brazo y antebrazo, se multiplica el peso por
0,062 y 0,05, respectivamente. En cuanto a la distancia horizontal (X) del torque, éste depende de la posición del segmento. Para estimar la posición, se utiliza un goniómetro o instrumento alternativo que permita medir el ángulo que el tronco tiene respecto de la vertical ( 1), el brazo respecto de la vertical ( 2) y el antebrazo también respecto de la vertical ( 3). Para calcular la distancia horizontal de los centros de masa se utiliza la función trigonométrica seno de los ángulos. Estas ecuaciones se describen en la tabla 2.2. Estimada la fuerza de la musculatura extensora, se requiere calcular el ángulo ( ) en que actúa la fuerza de compresión, la cual está influenciada por el ángulo del tronco respecto de la vertical y las acciones de las fuerzas del tronco y el peso desplazado. Para ello, se procede a calcular la tangente de , la cual se obtiene de acuerdo a la formula Nº 2. Obtenido el ángulo de aplicación de la fuerza de compresión, se procede a obtener su magnitud, la cual se calcula con la ecuación Nº 3. Como se señaló antes, la NIOSH (1981) plantea que, si la compresión del disco L5/S1 es inferior a 350 Kg fuerza, no existe riesgo de lumbago para gran parte de los trabajadores. En cambio, si se supera los 350 Kg fuerza, existe un riesgo creciente de daño a estas estructuras anatómicas y se requiere una reducción de los tiempos de exposición y de los niveles de carga desplazada. Del mismo modo, si se supera los 750 Kg fuerza, la labor es de alto riesgo y se requiere incorporar mecanización.
Tabla 2.2. Nomenclatura y ecuaciones para calcular la fuerza de la musculatura extensora, el ángulo de acción de la fuerza de compresión y la magnitud de la fuerza de compresión. También se incluye las ecuaciones para calcular los brazos de resistencia y las masa de cada segmento corporal Ecuación
Variable
Formula y nomenclatura
1 2
3
Fuerza muscular extensora Tangente del ángulo de la fuerza de compresión Fuerza de compresión Donde
FME = (1/ 0,05) * (0,363* P* X1 + 0,062* P*X2 + 0,05* P* X3 + C* X4) Tan
= FME * sen
FC = FME * sen
1
1/
( FME*cos
1
+ 0,475 P + C)
/ sen
P: peso del cuerpo del trabajador E: estatura del trabajador C: peso de la carga 1 = ángulo del tronco respecto de la vertical 2 = ángulo del brazo respecto de la vertical 3 = ángulo del antebrazo respecto de la vertical X1= 0,1010 * E * sen 1 X2 = 0,2337 * E * sen 1 + 0,0827 * E * sen 2 X3 = 0,2337 * E * sen 1 + 0,1896 * E * sen 0,082 * E * sen 3 X4 = 0,2337 * E * sen 1 + 0,1896 * E * sen 0,1907 * E * sen 3
2
+
2
+
En la actualidad se dispone de modelos más completos que incluyen una serie de variables biomecánicas, fisiológicas y psicofísicas. Estas alternativas permiten estimar limites aceptables de carga, dependiendo de la frecuencia de levantamiento, la existencia de mangos, rotación de columna, entre otras variables. No obstante como una primera aproximación el modelo descrito anteriormente es una herramienta que permite establecer el nivel de riesgo que se presenta en faenas forestales que requieren manejo manual de materiales. Para los interesados en modelos más complejos se sugiere revisar a Waters et al.,(1991) y MAPFRE (1995). Ejemplo de análisis de manejo manual de carga: Con el objetivo de ilustrar los procedimientos que se deberían emplear en el cálculo de compresión intradiscal y los criterios para interpretar dicha información, a continuación se ejemplifica un análisis de manejo manual de carga. Para tal efecto, se empleará como referencia el manejo manual de trozas presentado en la figura 2.14. Figura 2.14. Elevación manual de trozas
En cuanto a las variables que se requiere registrar, en primera instancia se mide el peso del operario, la estatura y el peso de la carga desplazada. Posteriormente, en la postura de trabajo evaluada, se requiere medir los ángulos que adoptan el tronco, brazo y antebrazo. En la figura 2.15, se ilustra la medición del ángulo de inclinación que el tronco tiene respecto de la vertical. El instrumento empleado es un goniómetro. Como se puede observar, uno de los brazos del goniómetro se mantiene en la vertical y el otro se ubica en la posición longitudinal del segmento. Por su parte, en las figuras 2.16, y 2.17, se ilustra la medición de los ángulos que adoptan el brazo y el antebrazo. En este caso, se ejemplifica la medición con un flexómetro, que es otra alternativa para medir ángulos corporales. En el ejemplo analizado los ángulos son los siguientes: Figura 2.15. Medición del ángulo dedel tronco con goniómetro Angulo tronco ( 1 ) = 45 º
Angulo de brazo ( Angulo de antebrazo (
2) 3)
= 2º = 130 º
Figura 2.16. Medición del ángulo de brazo con flexómetro
Figura 2.17. Medición del ángulo del antebrazo con flexómetro.
Posteriormente, es necesario calcular los brazos de resistencia de los diferentes segmentos corporales y de la carga desplazada. Para ello se utilizan las ecuaciones X1, X2, X3 y X4, descritas en la tabla 2.2. Si el trabajador tiene una estatura de 1,7 metros y el peso es de 79 kg, los brazos de resistencia serían los siguientes:
Brazo de resistencia tronco (X1) = 0,12 metros Brazo de resistencia brazo (X2) = 0,28 metros Brazo de resistencia antebrazo (X3) = 0,39 metros Brazo de resistencia carga (X4) = 0,54 metros
Una vez establecidas las distancias de los momentos de torque, se calcula la fuerza que debe realizar la musculatura extensora (FME). Para procesar la ecuación, se ingresa el peso del trabajador, el peso de la carga y los valores de X1 a X4. Si se considera una carga de 30 Kg, se obtiene el siguiente resultado:
Fuerza musculatura extensora (FME) = 455 Kg
Como se ha descrito, la fuerza de la musculatura extensora y la acción del peso y la carga, generan fuerzas de compresión a nivel del disco ubicado entre las vértebras lumbar 5 y sacra 1. Con la finalidad de establecer el ángulo de aplicación de las fuerzas y posteriormente la fuerza de compresión, es necesario establecer el ángulo , descrito en el modelo bidemensional de la figura 2.13. Para ello se procede a calcular la tangente de . De acuerdo a los datos del ejemplo, la tangente de alfa sería:
Tangente de
= 0,71
Debido a que el ángulo corresponde a la función trigonométrica, inverso de la tangente , en el ejemplo analizado, alfa correspondería a:
Angulo de fuerza de compresión ( ) = 39 º
Finalmente, la fuerza resultante de compresión a nivel del disco ubicado entre las vértebras lumbar 5 y sacra 1, se obtiene de la ecuación descrita en la tabla 2.2. Remplazando los valores, se calcula para el ejemplo:
Fuerza de compresión = 505 Kg
De acuerdo a los criterios descritos por la NIOSH, el nivel de compresión intradiscal de 505 Kg, sitúa a la labor sobre el límite de peso aceptable. Por lo tanto, para prevenir lesiones a nivel de la columna vertebral, es necesario administrar medidas tendientes a reducir el riesgo, entre las cuales se debería considerar: Capacitar a los trabajadores en técnicas seguras de trabajo, donde el énfasis esté en evitar que las personas empleen la comuna vertebral para realizar labores de carga. En general, esta debe permanecer lo más recta posible y el desplazamiento del cuerpo y carga deben efectuarse mediante la flexoextensión de piernas Fortalecer la musculatura, realizando para ello ejercicios abdominales y dorsales, que mejoren la capacidad de desarrollo de fuerza de estos grupos musculares, cuya función es estabilizar la columna vertebral Realizar cambios en la organización de modo de reducir los tiempos de exposición o intensidades de trabajo, ya sea mediante la incorporación de pausas o trabajo en equipo. Esta última medida tiende a que las cargas sean desplazadas por dos o más trabajadores y con ello se comparte el peso desplazado. También se debería promover la realización de rotación de funciones, de modo que a través de la jornada las personas cambien de actividades y combinen labores con y sin manejo de carga En aquellos casos en los cuales la compresión intradiscal sobrepasa el límite máximo permitido, es decir sobre 750 kg; existe alta probabilidad que el trabajador presente un lumbago, por lo cual se recomienda que estas labores se mecanicen. El ejemplo más claro, se observa en el arrumado manual. Por ejemplo si se considera un trozo de 2,44 metros con un diámetro medio de 0,2
metros, el peso de la troza asciende a 70 kg aproximadamente. La compresión intradiscal generada por esta labor, al tomar el trozo desde el suelo, es de 1070 kg. No cabe duda que, por el peligro que significa para el sistema músculo-esquelético, la tendencia debería ser eliminar estas labores manuales del bosque.
4. Trabajo dinámico 4.1. Introducción Para la adaptación ergonómica de trabajos manuales dinámicos es necesario primero definir qué se entiende por trabajo dinámico pesado. Este concepto requiere comprender las interrelaciones entre la carga física que impone una actividad y la aptitud que los trabajadores tienen para enfrentarla. Por ello, se describirá los procesos generadores de energía y los criterios que permiten estimar la capacidad para desarrollar trabajos físicos de alta intensidad. Con estos antecedentes, se procederá a discutir el concepto de trabajo pesado, que es precisamente lo que se debe evitar, mediante la búsqueda de tecnologías apropiadas. 4.2. Gasto energético de actividades El hombre, por el simple hecho de estar vivo, requiere energía. Sus necesidades en reposo varían con el sexo, el tamaño corporal y otros factores. Sin embargo, lo que condiciona las mayores diferencias en el gasto energético diario de distintas personas sanas, es su actividad física laboral. El gasto de energía humano habitualmente se expresa en kilocalorías (Kcal) y en Kilojoule (KJ). Una Kcal equivale a 4.186 KJ. Un hombre en reposo gasta del orden de 0.8 a 1.2 Kcal/min, lo que es equivalente a un rango aproximado entre 1200 y 1700 Kcal por 24 horas. Esta cifra puede triplicarse durante trabajos pesados.
Para dar una idea aproximada del costo energético diario que demandan algunos trabajos, en la tabla 2.3, se presentan cifras muy generales, ya que, en cada una de las ocupaciones anotadas, pueden haber importantes variaciones. Tabla 2.3. Rangos de gasto energético diario en algunas actividades ACTIVIDAD
GASTO DE ENERGIA (kcal/día) Reposo en cama 1.200-1.700 Trabajos de oficina 2.000-3.000 Trabajos en la industria 3.000-4.000 Trabajos en la construcción, agricultura 4.000-5.000 y forestales Para el cálculo del gasto de energía diario se requiere conocer el tiempo que dedicamos a cada actividad durante el día y el gasto de energía de cada una de ellas. Existen diversas formas de estimar el gasto de energía de una actividad, pero como concepto previo, es necesario referirse a la forma en que el hombre genera energía para el trabajo muscular. 4.3. Procesos generadores de energía y métodos para la evaluación del gasto de energía y de la carga física de trabajo 4.3.1. Procesos generadores de energía La generación de energía en el ser humano es muy compleja y sus detalles escapan al propósito de este texto. En términos generales, se puede señalar que, durante el trabajo muscular, la energía puede obtenerse por dos vías: aeróbica y anaeróbica. Los procesos que conducen a la obtención de energía aeróbica se pueden esquematizar como sigue:
PROCESOS AEROBICOS
C6 H12 O6 + O2 (Glucosa + Oxígeno
H20 + CO2 + Energía
Agua + Anhídrido Carbónico + Movimiento y Calor)
Este es un esquema simplificado de las numerosas reacciones que ocurren en el organismo para liberar energía durante el trabajo muscular. Sin embargo, destacan dos aspectos que son fundamentales cuando un trabajador está realizando trabajos físicos pesados. Primero, el "combustible" para el trabajo muscular son los alimentos y estos deben ingerirse en cantidad suficiente y con una distribución adecuada. Segundo, se necesita oxígeno para transformar la
energía química contenida en los alimentos en energía mecánica y calórica. El aporte de oxígeno depende de la capacidad de los sistemas respiratorio y cardiovascular, para tomar este elemento desde el aire ambiente y transportarlo hasta los músculos en trabajo. En ejercicios suaves o moderados, el oxígeno aportado a los músculos es suficiente para obtener toda la energía en forma aeróbica. Cuando el trabajo se hace más intenso, puede llegar un punto en que el oxígeno disponible sea insuficiente y parte de la energía se libere en forma anaeróbica. Estos procesos son tan complejos como los anteriores y se pueden sintetizar de la siguiente manera:
PROCESOS ANAEROBICOS
C6 H12 O6 (Glucosa
2 C3 H6 O3 + Energía Acido láctico + Movimiento y Calor)
Como se observa, el trabajo anaeróbico lleva a la producción de ácido láctico y su acumulación en sangre y tejidos se asocia a fatiga muscular. Por este motivo, la mayoría de los fisiólogos actuales acepta que el trabajo se debería considerar pesado cuando el metabolismo anaeróbico comienza a contribuir significativamente en la liberación de energía. Mientras más alta es la participación de los procesos anaeróbicos, más extenuante es la actividad y más corto el período en que el trabajo se puede efectuar sin una pausa. Durante la recuperación, el metabolismo aeróbico se mantiene elevado, básicamente porque la mayor parte del ácido láctico es oxidado. Esta es la razón por la cual, cuando se realiza trabajo anaeróbico, se contrae una deuda de oxígeno, que debe ser pagada durante la recuperación. Esta es una breve síntesis de como se libera energía durante el trabajo muscular. Para mayor información, se hace referencia a Astrand y Rodahl (1985), quienes publicaron un excelente libro relacionado con el tema. Lo que destaca la descripción anterior es que el metabolismo energético depende de la utilización de oxígeno. Así, midiendo el consumo de oxígeno que demanda una actividad, se puede obtener una estimación indirecta del gasto de energía. Esto se debe a que un litro de oxígeno consumido se aproxima a un gasto de energía cercano a las 5 Kcal. 4.3.2. Medición del consumo de oxígeno
Existen varios métodos para medir consumo de oxígeno, los cuales pueden clasificarse como procedimientos de circuito abierto y cerrado. En estudios de terreno, sólo pueden utilizarse técnicas de circuito abierto. Cuando se mide el consumo de oxígeno es necesario determinar cuanto de este elemento ha sido removido del aire inspirado. La composición del aire que respiramos es relativamente constante y contiene alrededor de 20.93% de oxígeno. Es obvio que, midiendo la composición del aire espirado, se puede estimar la cantidad de oxígeno que se ha utilizado. También se requiere medir el volumen de aire respirado por unidad de tiempo, denominado ventilación pulmonar o volumen respiratorio minuto. Para dar un ejemplo simple, tomemos un trabajador forestal desramando un árbol con hacha. El volumen de aire respirado medido durante 5 minutos, con uno de los métodos que se describirá posteriormente, fue de 150 litros. Entonces la ventilación pulmonar es igual a 150/5, equivalente a 30 litros por minuto. En una muestra de aire espirado se encontró una concentración de oxígeno de 16.93%. Por lo tanto, el oxígeno extraído del aire inspirado equivale a 4% (20.93-16.93). Al multiplicar la ventilación pulmonar por esta diferencia, se obtiene un consumo de oxígeno de 1.2 litros por minuto (30x4/100), lo que equivale aproximadamente a 6.0 Kcal. Estos son los principios básicos para la medición del consumo de oxígeno. Mayores detalles se pueden encontrar en un libro publicado por Apud, Bostrand, Mobbs y Strehlke (1989). Lo concreto es que, para medir el consumo de oxígeno durante el trabajo, se requiere registrar el volumen de aire respirado en un determinado tiempo (habitualmente se mide el aire espirado) y tomar alícuotas de este aire para el análisis de la concentración de oxígeno. En el pasado, en estudios del trabajo, la recolección del aire espirado se hacía en sacos de Douglas, como el que se ilustra en la figura 2.18. En esta se puede ver un trabajador con este implemento que acumula el volumen de aire y permite, al mismo tiempo, tomar una muestra para determinar la concentración de oxígeno. Este método, es todavía usado en algunos laboratorios en la realización de pruebas de esfuerzo. Tiene la limitante de que incomoda al sujeto que se evalúa y altera el movimiento a medida que se va llenando. El problema se solucionó, en parte, con el respirómetro de Kofranyi-Michaelis (KM), que es un medidor de volumen, de bajo peso, que se pone en la espalda del sujeto. En su diseño, tiene una pequeña salida que desvía a una bolsa de goma, una alícuota del aire espirado, desde donde se analiza la concentración de oxígeno. En la figura 2.19, se puede ver el detalle del respirómetro de Kofranyi-Michaelis. Los instrumentos de última generación, como el OXYLOG que se usó en los estudios realizados en este proyecto, traen incorporado un medidor de oxígeno, de manera tal que se obtiene directamente el consumo de oxígeno minuto a minuto durante todo el período en que se evalúa un trabajo. La figura 2.20, muestra este último instrumento. Existe una dificultad que no ha podido ser superada por los métodos de calorimetría indirecta y es la necesidad que los trabajadores evaluados respiren
por medio de máscaras o a través de válvulas respiratorias, con la nariz pinzada, en la forma que se ve en la figura 2.21, Ninguna de las dos alternativas es muy bien aceptada por los trabajadores y esto constituye una limitante para evaluaciones de rutina.
Figura 2.18. Determinación de consumo de oxígeno usando un saco de Douglas para la recolección del aire espirado. Se destaca el tubo de salida del saco desde donde se extrae una muestra después de recolectado el aire para medir el porcentaje de oxígeno y el volumen
Figura 2.19. Respirómetro de Kofranyi-Michaelis (KM). Mide el volumen de aire espirado y, en la bolsa de goma, se entrega una alícuota para el posterior análisis de oxígeno
Figura 2.20. Medición de consumo de oxígeno con el OXYLOG que entrega minuto a minuto los litros de oxígeno consumido
Figura 2.21. El uso de piezas bucales y máscaras respiratorias para medir consumo, requiere buena preparación del trabajador porque el sistema es incómodo
4.3.3. Frecuencia cardíaca Como resultado de las dificultades para medir el consumo de oxígeno, se han propuesto diferentes métodos para estimarlo a partir de otras variables simples, como el pulso arterial. De hecho, Berggren y Christensen ya en 1950 comunicaron que el aumento del consumo de oxígeno en el trabajo, está estrechamente relacionado con el incremento de pulso y que "el número de pulsaciones durante el trabajo debería dar información bastante confiable acerca del costo energético". Aún cuando esta información está basada en estudios de laboratorio, existen serias limitaciones en la práctica para estimar el gasto de energía con este método. Un aspecto importante es que la relación entre ambas variables no es igual para todas las personas, de manera que cada sujeto debe ser calibrado para establecer su propia relación entre consumo de oxígeno y frecuencia cardíaca. Por otra parte, en dicha asociación, influye también el tipo de ejercicio, los músculos involucrados, la temperatura ambiente y otros factores. En síntesis, bajo circunstancias muy controladas, el aumento en el número de latidos cardíacos puede ser empleado como indicador de gasto de energía, pero existen factores que alteran esta relación que, al no ser considerados, pueden conducir a error. A pesar de lo aseverado, el pulso arterial, que es un reflejo de la frecuencia de latidos cardíacos, es un buen indicador de la carga física de trabajo y, como se verá más adelante, para muchos propósitos ergonómicos permite obtener valiosa información. Actualmente la frecuencia cardíaca en terreno se puede medir utilizando contadores electrónicos. Estas unidades telemétricas constan de dos o tres electrodos torácicos conectados a un transmisor. Este envía la señal a un amplificador, desde donde se registra o cuenta directamente la frecuencia
cardíaca. Uno de estos sistemas se ilustra en la figura 2.22. Esta unidad simple y de bajo costo, fabricada en la Universidad de Concepción, envía los latidos cardíacos en ondas FM. El sonido de los latidos se cuenta desde un receptor de radio F.M. portátil del tipo "personal stereo". Este sistema, que es útil en zonas aisladas, hoy en día es muy difícil de usar en áreas urbanas por las interferencias producidas por las numerosas emisoras que transmiten en esta longitud de onda. Por esta razón, se debe recurrir a otras alternativas. Por ejemplo, una de las más prácticas que existe hoy en día, son los denominados “monitores del ritmo cardíaco”. Al trabajador se le coloca alrededor del pecho una especie de cinturón que tiene incorporado un transmisor, que envía la señal de los latidos cardíacos a un receptor que se usa como reloj de pulsera. Este receptor almacena la información, la cual, posteriormente, se puede visualizar directamente o transferir a un computador, a través de una interfase, para ser analizada con mayor detalle. En la figura 2.23, se puede ver uno de estos sistemas. La gran ventaja que tienen es que son de un costo razonable, fáciles de usar, no interfieren el trabajo y, al disponer de varias unidades, se puede hacer seguimientos simultáneos a cuadrillas completas. Figura 2.22. Unidad telemétrica para medir frecuencia cardíaca. La señal se transmite en frecuencia modulada y se puede contar desde un “personal estereo”
Figura 2.23. Sistema de registro de frecuencia cardíaca Polar Vantage. La señal de frecuencia cardíaca se almacena en el receptor colocado como reloj pulsera. Luego, a través de una interfase la información se traspasa a un computador para análisis
4.4. Capacidad física para trabajos dinámicos La capacidad física de trabajo no puede ser definida en forma precisa con un criterio único. Según Astrand y Rodahl (1985) los factores que condicionan la aptitud física se pueden resumir de la siguiente forma: PROCESOS GENERADORES DE ENERGIA - Aeróbicos - Anaeróbicos FUNCION NEUROMUSCULAR - Fuerza - Técnica FACTORES PSICOLOGICOS - Motivación - Tácticas De todos estos factores, se ha demostrado en reiteradas ocasiones que la capacidad máxima de los procesos aeróbicos es un indicador confiable de la aptitud del ser humano para realizar trabajos físicos dinámicos. Actualmente, la capacidad aeróbica se acepta como un estándar internacional de referencia para estudiar la aptitud física de diversas poblaciones. La capacidad aeróbica es sinónimo de consumo máximo de oxígeno (VO2 max), el cual refleja la capacidad combinada de los sistemas cardiovascular y respiratorio para obtener, transportar y entregar oxígeno a los músculos durante el trabajo, como también la eficiencia de este tejido para metabolizar oxígeno. Esta variable se presenta habitualmente en litros de oxígeno por minuto o en mililitros
de oxígeno por kilogramo de peso corporal. La segunda forma de expresión se utiliza porque mientras mayor es el peso corporal mayor es el gasto de energía en actividades que requieren desplazarlo. La capacidad aeróbica no es una variable estática ya que está influenciada por la herencia, el sexo, la edad, y por el tamaño y la composición corporal. Tiende a ser menor en la mujer y a alcanzar su punto más alto entre los 20 y los 25 años, para luego decrecer gradual y progresivamente. Esto es lo que se detecta cuando se observan promedios grupales. Sin embargo, la capacidad aeróbica se modifica substancialmente con la actividad física y el sedentarismo, de manera tal que estas tendencias no necesariamente se cumplen cuando se compara individuos. En la figura 2.24, se presentan algunos resultados de estudios de capacidad aeróbica de trabajadores chilenos.
Capacidad aeróbica (l/min)
Figura 2.24. Promedio de capacidad aeróbica, expresada en litros por minuto, de trabajadores chilenos
4,0 3,5 3,0 2,5 forestales industriales
2,0 1,5 1,0 0,5 0,0 20-29
30-39
40-49
>50
Rangos de edad
En el ejemplo ilustrado en el gráfico, los trabajadores forestales representan un grupo con mayor actividad física que los trabajadores industriales y, para todas las edades, tienen capacidades aeróbicas promedio superiores. Como se puede ver, en ambos casos se produce una disminución en el promedio de la capacidad aeróbica con la edad. Sin embargo, como se verá más adelante, hay una gran dispersión, ya que hay individuos de edad avanzada que tienen mejor capacidad que otros más jóvenes. Incluso se detectan algunos sujetos del grupo menos activo con capacidad aeróbica más alta que la de trabajadores forestales. Esto es lo común en cualquier grupo humano. En todo caso, desde un punto de vista
práctico, un trabajador con una capacidad aeróbica de 4.0 lt/min, puede liberar, durante un trabajo máximo, el doble de energía aeróbica que un trabajador con una capacidad de 2.0 lt/min. En otras palabras, el primer trabajador tiene una "máquina" más potente que el segundo. Como ejemplo para ilustrar el efecto de la capacidad aeróbica sobre el rendimiento, señalaremos sólo dos de los varios estudios realizados durante la ejecución de este proyecto, que demostraron que existe una relación directamente proporcional entre ambas variables. Se trata de una segunda poda y de una plantación con tubo plantador (“pottiputki”). Las correlaciones entre capacidad aeróbica y rendimiento alcanzaron a r = 0.74 r = 0.82, respectivamente. En la figura 2.25, se muestran gráficamente estas asociaciones Figura 2.25. Relación entre capacidad aeróbica y rendimiento para el trabajo de poda y para plantación con tubo (“pottiputki”) SEGUNDA PODA (r = 0.82)
TUBO PLANTADOR (r = 0.74) 250
árboles podados/hora
45
plantas/hora
220
190
160
130
100 2
3
4
5
Capacidad aerób ica (l/min)
6
40 35 30 25 20 2,0
3,0
4,0
5,0
Capacidad aeróbica(l/min)
Como el conocimiento de la capacidad aeróbica es importante para definir niveles de rendimiento sin que los trabajadores se fatiguen, su medición o estimación ha sido una preocupación permanente de los especialistas en el tema. La única forma de medir la capacidad aeróbica en forma directa es sometiendo al sujeto en estudio a pruebas de esfuerzo máximo. La técnica es compleja y puede involucrar problemas para personas con afecciones cardiovasculares o respiratorias. Por esta razón, la medición directa del consumo máximo de oxígeno, debe practicarse sólo en laboratorios bien equipados que cuenten con asistencia médica, por si se presenta alguna emergencia. Por las dificultades señaladas, se han realizado intentos para desarrollar técnicas indirectas que permitan predecir el consumo máximo de oxígeno, a partir de la respuesta de los sujetos a esfuerzos submáximos. Algunas de estas técnicas se analizarán mas adelante.
4.5. Concepto de trabajo pesado Se ha señalado que durante el trabajo aeróbico, el aporte de oxígeno a los músculos es suficiente para obtener la energía por procesos oxidativos. En tales casos, el ácido láctico no excede los valores de reposo. Si el trabajo se hace más intenso y los procesos aeróbicos se tornan insuficientes, el organismo obtiene parte de la energía por vía anaeróbica con acumulación de ácido láctico y fatiga. El punto de esfuerzo, en el cual se produce este fenómeno, se denomina umbral anaeróbico. Por lo tanto, desde un punto de vista fisiológico, se considera trabajo pesado todo aquel que supere el umbral anaeróbico. El surgimiento de la anaeróbiosis ocurre entre el 50 y el 60 % de la capacidad aeróbica. Algunos investigadores señalan que esto depende también del entrenamiento, habiéndose observado en algunos corredores de larga distancia umbrales del orden del 85 %. Sin embargo, para trabajos de 8 horas, nuestra experiencia nos indica, que cuando los trabajadores pueden regular su ritmo y cuentan con todos los elementos que les permiten realizar en buena forma sus tareas, no superan en promedio durante la jornada el 40 % de su capacidad aeróbica. Esto coincide con lo observado en otros países, de manera tal, que se considera trabajo pesado todo aquel que, en promedio de una jornada, demanda una sobrecarga mayor que el 40 % de la capacidad aeróbica de la persona. Esto asegura que el trabajo se lleve a cabo bajo condiciones aeróbicas o, más correcto, que el conjunto de operaciones pesadas, livianas y descansos, no hagan que el trabajador exceda este límite. Hasta algunos años atrás la evaluación de umbral anaeróbico en trabajadores era prácticamente imposible, ya que se requería extraer muestras de sangre para la determinación de los niveles de ácido láctico durante esfuerzos crecientes. Actualmente, hay nuevas técnicas que, aunque en forma más indirecta, permiten una aproximación a este indicador, para ello, se miden los cambios que se producen en la relación entre consumo de oxígeno y ventilación pulmonar, que se presenta lineal en esfuerzos aeróbicos de intensidad creciente. Cuando la vía anaeróbica comienza a aportar energía se produce un quiebre en el cual la ventilación aumenta en mayor proporción que el consumo de oxígeno. En nuestro interés por entender mejor los límites de fatiga de los trabajadores forestales, se montó la técnica de umbral ventilatorio y se evaluó una muestra de 33 trabajadores que realizaban actividades silvícolas y de cosecha. Los resultados se pueden ver en la tabla 2.4. Como se observa, el promedio para esta variable se sitúa en 53.8% de la capacidad aeróbica, equivalente a 1.71 litros de oxígeno por minuto y a un gasto energético de 8.4 Kilocalorías por minuto. Estas cifras corroboran que el valor de 40% de la capacidad aeróbica aceptado como límite promedio para esfuerzos sostenidos es razonable, si el propósito es que, en lo posible, los trabajadores trabajen dentro de márgenes aceptables de carga fisiológica de trabajo.
Tabla 2.4. Umbral anaeróbico expresado en litros de oxígeno por minuto, Kilocalorías por minuto, porcentaje de la capacidad aeróbica y frecuencia cardíaca equivalente al nivel de umbral anaeróbico UMBRAL ANAERÓBICO
PROMEDIO
Litros de O2 /minuto Kilocalorías/minuto % Capacidad Aeróbica Frecuencia cardíaca (latidos/min)
1.71 8.4 53.8 123
DESVIACION ESTANDAR 0.21 1.03 3.9 10.8
Recordemos que estas cifras se refieren a valores promedio de la jornada, por lo que es importante tener en mente que, en algunos momentos del día, el trabajo puede exceder estos límites, siempre y cuando, posteriormente, se hagan pausas para una buena recuperación. Desde este punto de vista, es interesante señalar que el gasto de energía equivalente al 40% de la capacidad aeróbica de los trabajadores forestales se aproxima a 6.0 Kilocalorías por minuto. Para ilustrar al lector sobre niveles medios de costo energético de actividades forestales, en la figura 2.26, se presentan los resultados de 238 determinaciones de consumo de oxígeno, medidos durante el desarrollo del proyecto, en distintas actividades forestales. Como se puede ver la mayoría de ellas excede el límite de referencia y esto es muy importante de considerar cuando, más adelante se analice, la dosificación de pausas.
Figura 2.26. Costo energético de distintas actividades forestales expresado en kilocalorías por minuto. (n=238)
recostado en el bosque
1,6
sentado
1,7 2,0
de pie
5,6
poda con serrucho
5,7
caminando
6,0
poda con escala trozado con motosierra
6,1
volteo con motosierra
6,2 6,8
arrumado manual
6,8
volteo y trozado
7,0
promedio general
7,3
desrame con hacha
7,3
destrobando estrobando
8,6
plantación con pala N.
8,6
plantación con azahacha
8,9
roce con rozón
8,9
plantación con azadón
9,2
engavillando
9,3 0,0
2,0
4,0
6,0
8,0
10,0
Kcal/minuto
Como se ha discutido, el costo energético del trabajo puede ser estimado a partir de mediciones de consumo de oxígeno en la forma ya descrita. Sin embargo, para determinar la carga fisiológica media de la jornada, se requiere, además, estudios del trabajo para especificar el tiempo y la distribución de las tareas. Si bien, este aparece como el enfoque más preciso y estas evaluaciones se realizan rutinariamente en nuestro Laboratorio de Ergonomía, en la práctica es una técnica complicada, ya que, mientras más variada es la tarea, mayor el número de mediciones de consumo de oxígeno que deben realizarse, con la consiguiente incomodidad para los trabajadores. Por ello se requiere de técnicas más simples. Como se señaló antes, para la mayor parte de los estudios aplicados, la frecuencia cardíaca es un excelente indicador. Aunque la frecuencia cardíaca tiene limitaciones para estimar el gasto de energía, representa muy bien la carga sobre el sistema cardiovascular resultante de la combinación del trabajo muscular, del calor y otros factores. Por esta razón, hoy en día también se considera trabajo pesado todo aquel que, en promedio de una jornada, supere el 40% del costo cardíaco relativo, que en Chile denominamos corrientemente carga cardiovascular. Se define como la expresión porcentual del aumento de la frecuencia cardíaca entre el reposo y el máximo estimado. Se calcula como sigue:
fC trabajo - fC reposo % C.C. =
x 100 fC máxima - fC reposo
donde: % C.C. = porcentaje de carga cardiovascular fC = frecuencia cardíaca
Los valores aproximados de frecuencia cardíaca, equivalentes al 40 % de carga cardiovascular para distintas edades son los siguientes: EDAD (años)
20-25 26-29 30-35 36-40 41-45 46-50
FRECUENCIA CARDIACA EQUIVALENTE AL 40 % DE CARGA CARDIOVASCULAR (latidos por minuto) 115 112 110 108 106 104
En situaciones prácticas de trabajo, la frecuencia cardíaca se puede medir fácilmente, sin interferir el trabajo, durante toda la jornada. A manera de ejemplo, en la figura 2.27, se puede ver un seguimiento de esta naturaleza. Este tipo de evaluación, cuando va asociada a estudios del trabajo, permite detectar exactamente las operaciones que representan la mayor carga de trabajo y la distribución, adecuada o no, de las pausas. También permite visualizar cuando un sujeto está excesivamente sobrecargado en su trabajo.
Figura 2.27. Variaciones de la frecuencia cardíaca durante una jornada de trabajo
4.6. Pausas durante trabajos dinámicos Como se ha señalado, el que la carga física promedio de la jornada esté dentro de límites aceptables, no significa que todo el trabajo sea liviano. Ciertamente hay algunas labores dinámicas de alta demanda energética que requieren de pausas, las que deben ser debidamente programadas. Como regla general, se debe considerar que las pausas cortas y frecuentes son más efectivas que las pausas largas y espaciadas. El problema entonces es determinar el tiempo de pausas y el momento de introducirlas. El tiempo total de recuperación que se requiere después de un trabajo pesado se puede calcular a partir de la siguiente fórmula:
W ( b - s) Tiempo de recuperación (minutos) = b - 1.5 donde: W b s
= tiempo de trabajo en minutos = gasto de energía promedio (Kcal/min) = gasto energético de referencia (Kcal/min)
Ya se han destacado las dificultades prácticas para hacer evaluaciones de consumo de oxígeno. Por esta razón, en nuestro laboratorio de Ergonomía
adaptamos la fórmula anterior, reemplazando el consumo de oxígeno por el porcentaje de carga cardiovascular. La fórmula es la siguiente:
W ( %CCT - %CCR) Tiempo de recuperación (minutos) = %CCT donde:
W %CCT %CCR
= tiempo de trabajo en minutos =% carga cardiovascular trabajo = % carga cardiovascular de referencia (40%)
Esta fórmula es mucho más fácil de aplicar porque, como se explicó, no existen mayores dificultades para evaluar la frecuencia cardíaca en el trabajo. Ejemplos prácticos de dosificación de pausas Para ilustrar la importancia de las pausas, se describirán dos estudios de tercera poda efectuada con sierra Lotus. En el primero de ellos, que denominaremos estudio 1, la calidad del trabajo se encontró francamente deficiente. En la tabla 2.5, se presentan los resultados de rendimiento, expresado en árboles podados por hora y el promedio de frecuencia cardíaca, expresada en latidos por minuto y como porcentaje de carga cardiovascular. Estos valores fueron obtenidos de las medias de 14 jornadas de evaluación. Tabla 2.5. Rendimiento (árboles podados por hora), frecuencia cardíaca (latidos por minuto) y porcentaje de carga cardiovascular en una faena de tercera poda con sierra Lotus (n=14) VARIABLES Arboles podados/hora Frecuencia cardíaca Carga Cardiovascular
Promedio 23.1 121 49.1
Desviación Estándar 3.3 10.9 9.1
Los datos presentados en la tabla 2.5 revelan que la frecuencia cardíaca y la carga cardiovascular estuvieron por sobre los umbrales de fatiga. Como se señaló, estos rendimientos no pueden ser sostenidos en el largo plazo, sin riesgos para los trabajadores y sin deteriorar la calidad, que en la poda es tan importante. El ser humano, gracias a su flexibilidad puede, durante determinados períodos, poner sobreexigencias físicas, pero al terminar el estímulo que las produce, sea este positivo (por ejemplo salario) o negativo (por ejemplo, prerrequisitos de rendimiento por sobre su capacidad de trabajo sostenido), vuelve a tomar un ritmo normal que no lo conduzca a la fatiga. Al respecto, este es un caso típico en que es necesario otorgar mayores pausas o simplemente disminuir el ritmo de trabajo para reducir la carga cardiovascular.
Para analizar el tiempo de recuperación requerido se usó la formula precedente. La jornada, excluyendo la hora de almuerzo, se prolongó por 426 minutos (7.10 horas). Reemplazando cada término, se puede calcular el tiempo de pausas adicionales que se requerirían: 426 ( 49.1 – 40.0 ) Tiempo de Recuperación = 49.1
TR = 78.9 minutos
Como se puede observar, por 426 minutos trabajados se requerían 78.9 minutos de pausas adicionales distribuidas a lo largo de la jornada total, lo que equivale a 11.1 minutos por cada una de las 7.1 horas trabajadas. Al efectuar las correcciones pertinentes, reduciendo el tiempo efectivo de trabajo por hora, se alcanzaría un rendimiento estimado de 18.9 árboles por hora. En consecuencia, el rendimiento alcanzado en este estudio, que fue de 23.1 árboles podados por hora, es excesivo por la alta carga física que demandó a los trabajadores que lo ejecutaron. Desde este punto de vista, el valor de 18.9 árboles por hora, deducido después de introducir pausas adicionales, resulta posible de reproducir en condiciones similares de rodal y de terreno. Con este concepto en mente, se evaluaron 13 jornadas completas de trabajo, que llamaremos estudio 2, en un predio similar en que a los trabajadores se les cambió la tarifa y se les instruyó para privilegiar la calidad de los cortes por sobre la cantidad. Los resultados del nuevo estudio son los que se ilustran en la tabla 2.6. Tabla 2.6. Rendimiento (árboles podados por hora, frecuencia cardíaca en latidos por minuto y porcentaje de carga cardiovascular en una faena de tercera poda con sierra Lotus (n=14) VARIABLES Arboles podados/hora Frecuencia cardíaca Carga Cardiovascular
Promedio 17.8 107.2 38.9
Como se ve en la tabla 2.7, en el estudio 2, el rendimiento fue más bajo. Sin embargo, la calidad del trabajo fue claramente superior. Por otra parte, es interesante destacar que, el rendimiento promedio de 17.8 árboles podados por hora se obtuvo con una carga física perfectamente sostenible de 38.9 %, lo que indica que este último rendimiento es el que debería tomarse como referencia.
Otros antecedentes de interés para analizar el por qué de la mala calidad del trabajo en el estudio 1, es la comparación de la distribución de tiempos, que se resume en la siguiente tabla. Tabla 2.7.Promedios de tiempo en trabajos principales y secundarios registrados en los dos estudios de tercera poda TIEMPOS PRINCIPALES * TIEMPOS SECUNDARIOS** % de jornada Minutos % de jornada minutos ESTUDIO 1 92.7 445 7.3 35 ESTUDIO 2 81.3 390 18.7 90 * Incluye podar, sacar aciculas y conos, colocar escalera, sacar escalera, subiendo escalera, bajar escalera y acumular desechos ** Incluye tiempos personales, materiales y pausas. Como se ilustra en la tabla, en el estudio 1, la actividad principal ocupó el 92.7% del tiempo, lo que equivale en una jornada normal a 445 minutos. En dicho caso, sólo restaron alrededor de 35 minutos para todas las otras actividades que no sólo incluyen pausas y tiempos personales, sino que también mantención y reparación de herramientas. Todos los resultados indican, entonces, que la distribución de tiempos en el estudio 2 es bastante más apropiada. Es pertinente considerar que un trabajador que sólo dispone de 35 minutos para pausas y necesidades personales y que además, en ese tiempo, debe reparar y mantener sus herramientas, no sólo terminará fatigado al final de la jornada, sino que también se deteriorará la calidad de su trabajo, particularmente por el poco tiempo que dedica a mantener sus herramientas en óptimas condiciones. Esto se constató en el estudio 1, por lo que es válido recomendar un trabajo con pausas más orientado a la calidad que a la cantidad. Hasta ahora se ha discutido la necesidad de efectuar pausas para dosificar la carga fisiológica de trabajo y la calidad. Cuando se detectan excesos de carga física, que demandan obligatoriamente la incorporación de descansos adicionales, se debería tener como norma programar pausas breves y frecuentes en vez de efectuar detenciones muy largas y espaciadas. Sin embargo, la fórmula propuesta para estimar la duración de las pausas no indica cuál es el momento más oportuno para efectuarlas ni tampoco como distribuirlas. A este respecto, los seguimientos telemétricos de frecuencia cardíaca son muy útiles ya que, al graficar la frecuencia cardíaca versus actividades, se puede ver las denominadas cargas "cúspide" en que la actividad cardíaca aumenta notoriamente. En esos casos, la pausa se debe introducir tan pronto el trabajo lo permita. La recuperación de la frecuencia cardíaca a niveles de reposo es también un buen indicador de la efectividad de la pausa. 5. Selección basada en mediciones antropométricas y en aspectos fisiológicos
La selección de los trabajadores, basada en mediciones objetivas de sus aptitudes físicas y psicológicas, es una necesidad básica para enfrentar el trabajo forestal a gran escala. Antes de analizar los criterios para seleccionar a los trabajadores según su aptitud física, es condición obligada que ellos sean sometidos a un examen médico preocupacional que determine si están clínicamente aptos para el trabajo. Sólo después de contar con este antecedente, tendrá valor efectuar pruebas que determinen la aptitud para el trabajo forestal. El objetivo de establecer criterios de selección para faenas manuales de alta intensidad, es encontrar trabajadores, que sin fatigarse, puedan cumplir las metas de producción para distintas tareas forestales. Desde este punto de vista, es necesario recordar lo destacado anteriormente, vale decir, que todos los seres humanos, incluso atletas olímpicos del más alto nivel internacional, tienen un límite de tolerancia a la fatiga, por sobre el cual disminuye su eficiencia, dejándolos propensos a sufrir accidentes y a deteriorar la calidad de su trabajo. Las actividades forestales son, en su mayoría, físicamente dinámicas. Los trabajadores están expuestos a las inclemencias del clima y el terreno y muchas veces a demandas físicas excesivas por los métodos que utilizan o por las presiones de producción. Ante estas circunstancias, existen dos posibilidades de selección. La primera de ellas, es usar un criterio de "elite física" seleccionando, con pruebas objetivas, trabajadores de alta capacidad. Sin duda que esto es posible, pero surge la pregunta: ¿cómo encontrar estas personas en el contexto de las poblaciones que habitualmente postulan a estos trabajos?. La segunda, más realista, pasa por conocer la capacidad de estos grupos, definir los límites de fatiga para ellos y, sobre esa base, diseñar métodos de trabajo que permitan encontrar trabajadores capaces de cumplir con las metas de cantidad y calidad requeridas por el trabajo, sin fatigarse. 5.1. Capacidad aeróbica La evaluación del consumo máximo de oxígeno, denominado también capacidad aeróbica, es la prueba más adecuada para evaluar la aptitud para realizar trabajos dinámicos de larga duración. En base a lo analizado, sería fácil señalar que, como criterio de selección para trabajadores forestales, debería elegirse personas con la más alta capacidad aeróbica. Como se vio, existe suficiente fundamentación que confirma que mientras más alta es la capacidad aeróbica de un trabajador mayor es el rendimiento que se puede esperar de él. Esto permitiría concluir que el criterio básico para la selección de trabajadores que ejecutarán faenas pesadas es elegir a aquellos que tengan capacidades aeróbicas compatibles con las exigencias del trabajo. Esto, aparentemente simple, es bastante complejo y requiere conocer la población que habitualmente postula a estos trabajos. En la tabla 2.8, se resume el promedio, la desviación estándar y el rango para la capacidad aeróbica de trabajadores forestales chilenos expresada en litros de oxígeno por minuto, mientras que en la tabla 2.9, se presentan los mismos
indicadores para la capacidad aeróbica expresada en mililitros de oxígeno por minuto y por kilogramo de peso corporal. Tabla 2.8. Capacidad aeróbica expresada en litros de oxígeno por minuto en una muestra de 454 trabajadores forestales de distintas edades (Promedios, desviación estándar, máximo y mínimo) Rango Edad 50 Total
N 39 202 120 55 38 454
% Del total 9 44 26 12 8 Promedio
Promedio (l/min) 3,30 3,50 3,10 2,80 2,40 3,20
DE (l/min) 0,6 0,6 0,5 0,5 0,6 0,6
Máx (l/min) 5,00 5,20 4,70 3,90 4,30 5,20
Mín (l/min) 2,30 2,00 2,20 1,70 1,50 1,50
Tabla 2.9. Capacidad aeróbica expresada en mililitros de oxígeno por minuto y por kilogramo de peso corporal en una muestra de 454 trabajadores forestales de distintas edades Rango Edad 50 Total
N 39 202 120 55 38 454
% Promedio Del total (l/ml/kg) 9 53,80 44 53,50 26 47,60 12 41,50 8 35,50 Promedio 49,01
DE (l(ml/kg) 9,2 8,8 8,9 10,9 10 9,56
Máx (l/ml/kg) 83,1 80,3 73,7 59 56,6 83,1
Mín (l/ml/kg) 36,8 32,5 28,1 25,8 24,1 24,1
Un aspecto importante de volver a destacar es que la capacidad aeróbica de los trabajadores forestales es alta como promedio, superior a la de trabajadores industriales e incluso a la de sus colegas de varios países industrializados, que son de mayor tamaño corporal. Esto se debe en gran parte, a que los métodos de trabajo manual empleados en Chile, tienen un marcado efecto de entrenamiento aeróbico. Otro hecho es que la capacidad aeróbica alcanza los valores promedios más altos en el rango de 20 a 29 años. Luego decrece gradual y progresivamente, notándose una marcada disminución por sobre los 50 años. Este es un hecho importante, que puede explicar el bajo porcentaje de trabajadores en este rango de edad. Con respecto a este último aspecto, hay que señalar que los trabajadores que han realizado trabajo físico toda su vida adulta tienden a mantenerse en ellos y compensan su baja capacidad física con una buena técnica que les permite ahorrar energía, reduciendo así la sobrecarga física y alcanzando buenos rendimientos. Por ello, la edad no debe ser un factor excluyente. No obstante, personas de más de 30 años que nunca han realizado con anterioridad trabajos físicos intensos, no resultan recomendables para iniciar el aprendizaje de actividades forestales manuales, a menos que sus trabajos anteriores en otros
rubros, les hubiesen demandado esfuerzos sostenidos, que su condición física sea objetivamente evaluada y se sitúe dentro de las recomendaciones que se analizarán más adelante. Antes de decidir límites para la selección, se requiere conocer la distribución de la capacidad aeróbica de esta población. Esto se ilustra en la Figura 2.28. Como se puede verificar, el 50 percentil se ubica en un valor cercano a 3.2 litros de oxígeno por minuto, lo que es similar a la media (tabla 2.8). Si consideráramos este valor como el límite más bajo de referencia, el 50% de los trabajadores forestales actualmente en funciones, así como un porcentaje equivalente o mayor de los futuros postulantes, quedaría excluido del trabajo, lo que podría generar serias dificultades en las empresas para encontrar trabajadores aptos. Más aún, el promedio observado a nivel nacional, es más bajo que el de los trabajadores forestales, de manera que tampoco sería fácil encontrarlos en otros sectores de nuestra población.
Porcentaje (%)
Figura.2.28. Porcentaje de frecuencias acumuladas (%) de la capacidad aeróbica (VO2 máx) de 454 trabajadores forestales chilenos
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 1,5 1,8 2,1 2,4 2,7
3
3,3 3,6 3,9 4,1 4,4 4,7
5
5,2
VO 2 máx. (l/min)
Otra forma de encarar el problema, es tomar la media menos una desviación estándar, lo que reduce el límite a 2.6 litros de oxígeno por minuto. Si se observa la figura 2.28, se puede ver que este valor corresponde al 15 percentil de la población. De manera tal, que con este criterio el 85% de los postulantes a este tipo de trabajo estaría apto. Si además se considera que la mayor parte de las personas, que se interesan por ingresar por primera vez al sector forestal, son menores de 30 años, es casi seguro que el porcentaje de rechazos por baja capacidad aeróbica será incluso menor. Indudablemente que la pregunta fundamental es si un trabajador con 2.6 litros de capacidad aeróbica puede realizar cualquier trabajo forestal manual. La respuesta es que todo depende de las exigencias de producción que se le pongan. Existe una marcada tendencia a tipificar algunas actividades como más pesadas que
otras. Esto es válido para trabajos puntuales. Por ejemplo, el arrumado manual es más pesado que el destrobado y el volteo con motosierra que el trozado con la misma herramienta. Sin embargo, el trabajo debe ser juzgado en el contexto de una jornada normal en que se efectúan actividades principales, secundarias y pausas. Hemos podido observar, después de muchos años de investigación, que los trabajadores, cuando pueden, se regulan ellos mismos. En otras palabras, trátese de volteo, desrame, arrumado o cualquier otro trabajo manual, los trabajadores no superan los umbrales de fatiga, salvo en casos que se les obligue a cumplir con determinados requisitos de producción. Hay otros indicadores que se analizarán más en detalle, que pueden permitir una discriminación mayor, particularmente para trabajos que además de esfuerzo dinámico, requieren transportar o trasladar pesos. Como recomendación, es importante que los ejecutivos, empresarios de servicios y en general todas las personas vinculadas a la producción, mantengan siempre en mente que los seres humanos son diferentes entre sí y que nunca se podrá homologar el rendimiento físico en todos ellos. 5.2. Otros criterios de aptitud física Se ha analizado la importancia de la capacidad aeróbica, fundamentando las razones para establecer un límite inferior como criterio de selección. Sin embargo, no es el único indicador y requiere ser complementado con algunos otros aspectos asociados a la composición corporal y al tamaño de los trabajadores. El cuerpo humano tiene una gran variedad de componentes pero, en términos prácticos, hoy en día se acepta que éste puede dividirse en dos compartimentos: masa grasa y masa libre de grasa. ¿Qué importancia tienen estos compartimentos para la selección de trabajadores forestales?. En primer lugar, la masa grasa constituye la principal reserva de energía humana y su cuantificación permite la tipificación del físico de un sujeto. De acuerdo a las recomendaciones del American College of Sports Medicine, las personas se pueden clasificar de acuerdo a su contenido de grasa corporal, de la siguiente manera: % GRASA CORPORAL 6-10 11-17 18-20 > 25
CLASIFICACION Delgado Corriente Moderado Obeso
La mantención del peso de los depósitos de grasa en el hombre adulto sano, revela que este se encuentra en balance de energía. Esto ocurre cuando la ingesta diaria de energía en la alimentación se equilibra con el gasto energético que demandan las actividades ejecutadas en el día. Esto no se mantiene invariable en el tiempo. En otras palabras, no siempre comemos exactamente la
cantidad de energía que gastamos, pero la mantención de las reservas de masa grasa en el largo plazo es un problema de equilibrio entre ingesta y gasto de energía. Con relación al otro componente, la masa libre de grasa, este es un buen indicador de desarrollo músculo-esquelético. En efecto, en el hombre adulto, el componente más variable es la masa muscular. De manera tal, que la cantidad de masa libre de grasa es, en cierta medida, proporcional al tamaño de la masa muscular. Estos dos indicadores que, como se analizará más adelante, son relativamente fáciles de cuantificar, entregan mucho más información que el peso del cuerpo, ya que este último no permite discriminar las proporciones de la masa corporal que corresponden a masa grasa y a masa libre de grasa. Para explicar mejor estos factores se analizará el peso y la composición corporal de trabajadores forestales chilenos. En la tabla 2.10, se puede ver el promedio y la desviación estándar para estas variables. Si bien el contenido de masa grasa está indicado porcentualmente, revelando que el promedio se encuentra en niveles que permiten clasificar a la mayoría de los sujetos que integran este grupo como corriente, el peso del cuerpo y el contenido de masa libre de grasa deben juzgarse con relación al tamaño corporal. Por eso, antes de analizar estos aspectos en detalle, conviene revisar la información contenida en la tabla 2.11, que incluye la talla de este grupo, la masa libre de grasa expresada por metro de estatura y el índice de masa corporal que es igual al peso dividido por la estatura al cuadrado.
Tabla 2.10. Promedio y desviación estándar (DE) para el peso, el porcentaje de masa grasa (MG) y los Kilogramos de masa libre de grasa (MLG) de 591 trabajadores forestales chilenos clasificados por rango de edad Rango Edad
Peso (Kg) Promedio 50 65,5 50 65,12
DE 6,5 7,5 7,8 7,8 12,8 8,48
Masa Grasa (%) Promedio DE 12,2 3,8 13,0 4,1 17,3 3,8 19,4 4,3 18,4 5,7 15,4 4,2
Masa Libre Grasa (kg) Promedio DE 53,7 4,9 55,8 5,4 54,2 5,5 54,3 5,1 53,0 5,1 54,9 5,3
Tabla 2.11. Estatura, Kilogramos de masa libre de grasa divididos por metro de estatura (MLG/h) e índice de masa corporal (peso real /estatura al cuadrado
(IMC)), en una muestra de 591 trabajadores forestales chilenos, clasificados por rango de edad Rango Edad 50 Promedio
Talla (cm) Promedio 167,5 166,1 165,2 164,7 163,3 165,36
MLG/h DE 4,9 5,9 5,9 5,6 5,7 5,6
Promedio 32,1 33,5 32,8 33,0 32,5 33,1
IMC DE 2,8 2,6 2,9 2,7 2,5 2,7
Promedio 22,2 23,2 24,2 25,0 24,6 23,7
DE 2,0 2,6 2,5 2,8 3,1 2,6
Los antecedentes aportados en las tablas 2.10 y 2.11, revelan que nos encontramos con un grupo de estatura más baja comparado con otros sectores de la población chilena. También se observa que el peso es adecuado para la estatura, lo que se refleja en el índice de masa corporal. Además, esta cifra está de acuerdo con el porcentaje promedio de masa grasa, lo que permite calificar al grupo como corriente. Por su parte, la masa libre de grasa refleja un desarrollo músculo-esquelético adecuado al tamaño corporal. Al igual como se señaló cuando se presentó la información de capacidad aeróbica, es necesario analizar las curvas de distribución para descartar extremos, cuyas características no aparezcan compatibles con el trabajo forestal. En la figura 2.29, se puede observar la distribución del porcentaje de grasa corporal en estos trabajadores. Como el trabajo forestal requiere de frecuentes desplazamientos en terrenos irregulares, movimientos coordinados, flexibilidad y transporte de pesos, los riesgos son mayores para las personas obesas. Por ello, como criterio de selección, debería considerarse sujetos con menos de 20% de grasa corporal. Si se observa la figura 2.29 se puede ver que el 80% de los trabajadores forestales están bajo este límite. Por lo tanto, poner como exigencia que los trabajadores tengan una cantidad inferior al 20% de grasa corporal no sería una limitante ya que el porcentaje de trabajadores forestales obesos es muy bajo, excepto en los operadores de máquinas, en los que existe una tendencia al sobrepeso por exceso de grasa.
Porcentaje (%)
Figura 2.29. Porcentaje de frecuencias acumuladas (%) del contenido de masa grasa (%MG) de 591 trabajadores forestales chilenos
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 5
10
15
20
25
30
35
40
Porcentaje Masa Grasa (%)
Con respecto al límite inferior de grasa corporal, se señaló antes que una persona se puede calificar como delgada cuando tiene entre 5 y 10 % de grasa. Es posible que un sujeto bien nutrido tenga valores aún inferiores, por ejemplo, atletas bien entrenados, pero es más frecuente que personas de nivel socioeconómico bajo, con menos de 5% de grasa sean sujetos con problemas de desnutrición. Si además, por la misma razón, hay una reducción de su masa libre de grasa, la persona enfrentada a trabajos físicos pesados se fatigará rápidamente. En tales casos, lo más recomendable es que dichas personas sean sometidas a un examen médico que determine la gravedad de la malnutrición y los efectos clínicos de ésta. Si la persona está clínicamente apta y no ha sufrido un marcado deterioro de su respuesta al esfuerzo, sometida a una recuperación nutricional, podrá perfectamente incorporarse al trabajo. Con respecto al segundo componente de importancia, la masa libre de grasa, en la figura 2.30, se puede ver la curva de distribución de esta variable expresada en Kilogramos por metro de estatura. Como se señaló en la tabla 2.11, la media alcanza a 33,1 Kg/m con una desviación estándar de 2,7 Kg/m. Al restar una desviación estándar, nos encontramos con una cifra de 30,4 Kg/m. Si se observa la curva de distribución en la figura 2.30, se puede ver que este valor corresponde aproximadamente al 15 percentil. Para efectos de selección, esta cifra debería marcar el límite inferior. Sin embargo, esto sería válido sólo para tareas dinámicas como trabajos de plantación, roce, poda y desrame, ya que, por ejemplo, estroberos, arrumadores y motosierristas deben cargar o transportar grandes pesos y sería recomendable que ellos tuvieran un desarrollo músculo-esquelético de mayor envergadura. Por ejemplo, los motosierristas, entre herramientas, combustible y equipos de seguridad, transportan hacia el lugar de trabajo hasta 15 Kilogramos de peso y más. Por otra parte, el arrumado manual demanda desplazar, arrastrar y en algunos casos, cargar trozos de gran volumen. Un
desarrollo músculo-esquelético insuficiente puede, en tales casos, producir accidentes musculares y articulares con serias consecuencias. Por ello, si las condiciones lo permiten, para todas las actividades que demanden cargar pesos, se debe elegir trabajadores con contenidos corporales de masa libre de grasa más altos, por ejemplo, sobre el 50 percentil de esta población. Esto equivale a decir alrededor de 33 kilogramos de masa libre de grasa dividida por estatura. Como una cifra de esta magnitud excluye al 50% de la población forestal, resulta difícil fijar esta exigencia. De manera tal que, para subsanar esta situación, la forma de obviarlo sería mejorar las técnicas de trabajo y evitar mediante la mecanización de las tareas más pesadas, el carguío excesivo de peso. No obstante, en el caso particular de los motosierristas, el criterio debe ser más estricto. De acuerdo a nuestros estudios, se ha podido determinar que la sobrecarga física de los motosierristas es inversamente proporcional al tamaño de su masa libre de grasa, lo que también se relaciona con el rendimiento. En otras palabras, si la masa libre de grasa no refleja un buen desarrollo músculo-esquelético, el trabajador estará expuesto a sufrir fatiga prematura, lo que traerá como consecuencia bajos rendimientos y mayores riesgos de accidentes.
Porcentaje (%)
Figura 2.30. Porcentaje de frecuencias acumuladas (%) de la relación kilos de masa libre de grasa dividido por la estatura (MLG/h) de 591 trabajadores forestales 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 21
25
27
29
31
33
35
37
39
41
43
MLG/h (kg/m)
5.3. Procedimientos e interpretación de las evaluaciones de aptitud física Lo analizado hasta ahora revela que los índices básicos para una buena selección son: edad, peso, estatura, porcentaje de masa grasa, kilogramos de masa libre de grasa y capacidad aeróbica. Frente a estos indicadores, hay varias consideraciones que deben tenerse en cuenta, en relación con los métodos de evaluación y a la interpretación de los resultados. En primer lugar, es necesario señalar que existen otros criterios de aptitud física. Por ello, lo propuesto es el reflejo de la experiencia de quienes elaboraron este estudio, que han demostrado la efectividad de los indicadores recomendados en diversas investigaciones de carga física y rendimiento en faenas de cosecha y
manejo forestal. Las variables recomendadas no son invasivas como para implicar el rechazo de los trabajadores, se pueden obtener con una precisión razonable, en un tiempo prudencial y a un costo compatible con un proceso de selección. Otro aspecto de primordial importancia es que los seis indicadores sugeridos no pueden considerarse en forma aislada y rígida. Todos aportan información y deben ser analizados en conjunto. Por ello, las evaluaciones deben ser hechas por especialistas, que estén capacitados para analizar los resultados y que comprendan la flexibilidad que se requiere cuando se interpreta información referente a parámetros fisiológicos y anatómicos. Esta afirmación se debe a que hemos podido observar en algunos casos, como por ejemplo, en brigadas forestales, que la aptitud física se estima mediante "tests físicos", de los cuales existe un gran numero. Estas pruebas, a menudo muy indirectas, tienen un alto porcentaje de error. Por ello, cuando además no se aplican bajo condiciones debidamente controladas, su error de estimación puede superar el 50 %. Aunque este texto no está dirigido a especialistas en el área de la fisiología del trabajo, no se puede dejar de hacer algunas recomendaciones metodológicas que, eventualmente, si lo sugerido se usa para evaluar personal, oriente a los profesionales del sector acerca de la validez de las técnicas que se emplean para este propósito. 5.3.1. Peso y Estatura El peso y la estatura entregan información válida por sí mismos y permiten estimar además, la adecuidad de la relación entre ambas variables. La estatura se mide con un instrumento denominado estadiómetro y para cuantificar el peso se emplean balanzas. Ambas son variables fáciles de medir y por ello se tiende a usar instrumentos de dudosa precisión. Al respecto, se recomienda que el peso sea medido en una balanza clínica con una sensibilidad de ± 100 gramos y la estatura cuantificada con un instrumento con una precisión no inferior a ± 0.5 cm. Independiente de los instrumentos utilizados, estos deben estar debidamente calibrados. Por lo mismo, debe descartarse el uso de balanzas de baño por ser altamente imprecisas; es frecuente encontrar instrumentos de este tipo con errores de ± 5 kg, ya que se descomponen con mucha facilidad y una vez que esto ocurre es casi imposible calibrarlas. 5.3.2. Composición corporal Con relación a la estimación de la composición corporal, vale decir, masa grasa y masa libre de grasa, no existen métodos directos que puedan emplearse en seres vivos. Por ello, hasta las técnicas más sofisticadas tienen un porcentaje de error. A este respecto, existen métodos de laboratorio, complejos de aplicar a trabajadores, y métodos de terreno, simples, basados en la medición de distintas características externas, tales como los pliegues de grasa subcutánea, diámetros óseos y circunferencias.
El Laboratorio de Ergonomía de la Universidad de Concepción ha evaluado distintos métodos para el estudio de la composición corporal. De las técnicas de terreno, Apud y Jones (1980) demostraron que la técnica de Durnin y Womersley (1974) es la más recomendable para población chilena. Se basa en la medición de cuatro pliegues de grasa subcutánea, ubicados en la región bicipital, tricipital, subescapular y suprailíaca. Estos antecedentes, más el peso del cuerpo, permiten calcular la masa grasa y la masa libre de grasa. Es una técnica aparentemente simple, pero su precisión depende de varios factores, entre ellos la experiencia del evaluador, la localización correcta de los sitios de medición y el tipo de instrumento utilizado. Este último aspecto es fundamental, ya que debe emplearse un instrumento Holtain, o equivalente, que al ser aplicado sobre el pliegue de grasa ejerza una presión de 0.098 Newton/mm² y que tenga una precisión de ± 0.2 mm. Existen en nuestro medio algunos instrumentos de bajo costo, fabricados de plástico, altamente imprecisos, que deben ser desechados como alternativa. También existen otros instrumentos, igualmente precisos, pero que por diseño, ejercen una presión diferente y que, por lo tanto, no pueden ser usados con la técnica recomendada. En consecuencia, si se acoge el método propuesto, debe verificarse las características del instrumento a utilizar. 5.3.3. Capacidad aeróbica La única forma de medir directamente la capacidad aeróbica es sometiendo al trabajador a una prueba de esfuerzo que comprometa al máximo sus sistemas cardiovascular, respiratorio y metabólico. Es una prueba difícil de aplicar a grupos grandes de sujetos, que conlleva riesgos para personas de edad o con algún tipo de contraindicación al esfuerzo intenso y que, por lo tanto, sólo puede ser efectuada en centros médicos especializados. Por ello, existen alternativas más simples, que no implican grandes riesgos y que permiten estimar indirectamente esta variable. Las alternativas son numerosas pero, dependiendo del método empleado, la precisión puede ser fuertemente cuestionada. De las alternativas indirectas, el método de Maritz et al (1961), denominado también de extrapolación, es el más preciso. Esta técnica, bien aplicada, tiene un error cercano a ± 10%. Es laboriosa, ya que requiere someter al individuo a tres esfuerzos controlados de intensidad creciente, en cada uno de los cuales, es necesario medir consumo de oxígeno y frecuencia cardíaca, para lo cual se necesita equipos especializados. Sin embargo, siempre que sea posible, ésta será la mejor alternativa de estimación indirecta de capacidad aeróbica. Consecuentemente, se recomienda como método de elección. Hay dos técnicas de estimación de capacidad aeróbica que se requiere analizar, porque se ha hecho "uso y abuso" de ellas en la evaluación de trabajadores. El nomograma de Astrand y Rhyming (1954) es una alternativa más simple que el método de Maritz et al (1961), ya que requiere someter al trabajador a un solo esfuerzo en que también debe medirse consumo de oxígeno y frecuencia
cardíaca. Efectuado de esta forma y bajo condiciones controladas, es útil para evaluar grandes grupos, ya que tiene un porcentaje de error ligeramente superior al método de Maritz. No obstante, la técnica ofrece varias alternativas más simples que aumentan considerablemente el error. Lamentablemente, la tendencia en evaluaciones de terreno a trabajadores forestales, es hacer uso de las formas más elementales de evaluación, bajo condiciones muy poco controladas, que habitualmente implican una subestimación de la capacidad aeróbica. En tales casos, se puede tener errores de estimación hasta de un 30%. Esto puede ser muy perjudicial para los trabajadores ya que, por ejemplo, si un trabajador con una capacidad aeróbica real de 3.0 litros de oxígeno por minuto, por error del método, aparece con 2.2 litros de oxígeno por minuto, éste debería ser rechazado en circunstancias que está apto para el trabajo. La otra técnica, aún más crítica, es el denominado test de Cooper (10). Consiste en someter al individuo a una carrera de 12 minutos de duración, midiendo la distancia recorrida en ese tiempo. Luego, utilizando tablas de conversión, se obtiene la capacidad aeróbica a partir de la distancia cubierta en el tiempo estándar. Incluso en la actualidad, muchas veces se toma sólo la distancia recorrida para definir si el individuo es apto o no. Los factores que pueden influir en la velocidad de carrera son numerosos. Entre ellos: el calzado y el vestuario utilizado, la hora del día, la temperatura ambiente, la ansiedad, el aprendizaje, las características del terreno, etc. Todos estos factores tienden a disminuir la distancia recorrida en los 12 minutos y a subestimar la capacidad aeróbica. Aunque estos detalles pueden parecer innecesarios de comentar, circulan informes con antecedentes de aptitud física de brigadas forestales en que se señala que se ha medido la capacidad aeróbica, sin específicar método, pero habiendo usado el test de Cooper. Luego se sacan conclusiones que, por los errores descritos, pueden ser altamente negativas para el trabajo y los trabajadores forestales. En el análisis crítico precedente no se ha pretendido hacer una revisión metodológica exhaustiva, sino más bien, alertar a quienes tienen la responsabilidad de seleccionar personal. Reiteramos que, muchas de estas pruebas, aparentemente simples, pueden ser hechas por cualquier persona después de un breve entrenamiento, pero la interpretación de la información y la estandarización de los métodos, particularmente frente a todas las posibles fuentes de error, no pueden improvisarse.
CAPITULO 3 CARGA MENTAL, ESTRES LABORAL Y CRITERIOS DE SELECCION 1. Introducción Este capítulo está estructurado de tal manera, que primero se presentan conceptos básicos sobre carga mental y estrés, que sirve de base, para seguidamente tipificar los riesgos de carga mental a que se ven enfrentados los trabajadores forestales. En la última parte se discuten criterios psicológicos para la selección. Todo trabajo implica demandas y exigencias, frente a las cuales el sujeto debe dedicar un cierto esfuerzo para alcanzar un nivel óptimo de desempeño. Como ya se destacó, las actividades que desarrolla un trabajador forestal involucran trabajo físico, pero además demandan trabajo mental. La carga mental, derivada del desarrollo de actividades que requieren el tratamiento de la información y la toma de decisiones, no sólo es propia de los trabajos calificados, donde se debe manejar una alta cantidad de información, sino que también de los trabajos no calificados, donde predomina la utilización de mecanismos sensorio-motores, como ocurre en las distintas actividades forestales. Cuando se habla de las actividades mentales se está haciendo mención a cualquier actividad donde el ingreso de información requiere ser procesado y tratado de alguna manera por el cerebro. Cada actividad puede ser dividida en dos categorías: a)Trabajo cerebral b) Procesamiento de la información como parte del sistema hombre-máquina. El trabajo cerebral, se refiere a todos aquellos procesos de pensamiento que requieren en mayor o menor medida de creatividad. En general, la información recibida debe ser combinada con conocimientos previamente almacenados en el cerebro y registrados en la memoria en una nueva forma. De modo que participan los siguientes factores: conocimientos, experiencia, agilidad mental y la habilidad para cuestionarse y formularse nuevas ideas. Por otro lado, para elaborar la información que captan los órganos de los sentidos se requieren los siguientes procesos: a) Percepción b) Interpretación c) Procesamiento mental Toda esta actividad implica la combinación de nueva información con la ya conocida, como base para el proceso de toma de decisiones.
2. Carga mental y estrés 2.1. Conceptos generales sobre la carga mental Todo ser humano necesita de una cierta dosis de tensión para funcionar en forma óptima. Si una actividad no demanda ningún compromiso mental, el trabajador se siente incómodo, molesto e insatisfecho en su trabajo, por lo que debe realizar un sobreesfuerzo para mantener el estado de alerta, concentración e interés; mientras que si lo absorbe mentalmente, excediendo límites tolerables, se traducirá en un deterioro de sus funciones cognitivas. El concepto de carga mental se refiere a la relación entre el esfuerzo que debe realizar un trabajador frente a las exigencias que le plantea la tarea. Por lo tanto, para su estimación, se debe analizar en forma integrada las características de la tarea, el contexto en que se encuentra el trabajador y sus características individuales. Los principales tipos de exigencias mentales son: Organización de procedimientos de operación Codificación, tratamiento y transmisión de información Precisión sensorial, cognitiva o motriz Rapidez Simultaneidad Oportunidad de respuesta Plasticidad Resistencia Diagnóstico del estado del sistema Identificación e interpretación de señales Utilización de información memorizada Síntesis de información proveniente de varias fuentes Anticipación de señales Representaciones mentales Además, la carga mental puede estar condicionada por factores, tales como: La obligación de mantener un alto nivel de alerta por largos períodos La necesidad de tomar decisiones que involucran fuertes responsabilidades para la calidad del producto y para la seguridad de la faena y de las personas que trabajan en ella El descenso ocasional de la concentración derivado de la monotonía La falta de contactos interpersonales, como por ejemplo, la permanencia en campamentos lo aísla de su familia, comunidad y amigos Condiciones ambientales tales como ruido, iluminación, temperatura, entre otros
En relación a la carga de trabajo, es necesario identificar dos tipos de carga mental: Carga cognitiva, propia de aquellas labores que demandan una estricta organización y rapidez en los resultados y requieren de la interacción de diversas tareas Carga psíquica, referida a aquellos aspectos inherentes al trabajo, como labores de alto riesgo, labores que implican un constante nivel de tensión, conflicto e incertidumbre en la toma de decisiones importantes El análisis de la situación de trabajo, permitirá identificar el grado de equilibrio entre las exigencias impuestas externamente y el esfuerzo que le demanda al trabajador responder a ellas. Si este equilibrio se rompe, el trabajador comenzará a experimentar una serie de reacciones de fatiga o de desgaste psicológico, por la sobreutilización o subutilización de sus capacidades de trabajo. La fatiga corresponde a un estado anímico de cansancio o agotamiento debido a un esfuerzo físico y mental extremo, derivados de las condiciones ambientales, el clima social del trabajo, las características propias de la actividad desarrollada y elementos asociados a su vida personal y familiar. La norma ISO 10075 describe tres estados de fatiga derivados de los efectos de una activación mental anómala producida por exceso o por defecto. Estos son la monotonía, la hipovigilancia y la saturación mental. La monotonía es descrita por esta norma como un estado de activación reducido, que puede aparecer en el curso de tareas o actividades largas, uniformes y repetitivas. Las reacciones experimentadas por el organismo son somnolencia, desgano, disminución y fluctuación del rendimiento, reducción de la adaptabilidad y reactividad y alto nivel de variabilidad de la frecuencia cardíaca. La hipovigilancia se describe como un estado de evolución lenta, acompañado de una reducción del rendimiento en la detección, en tareas de vigilancia poco variadas. Por su parte, la saturación mental se identifica como un estado de trastorno nervioso y rechazo fuertemente emocional a una tarea o a una situación repetitiva. Los síntomas son irritabilidad, disminución del rendimiento, impresión de fatiga física y una tendencia a recogerse en sí mismo. Dependiendo del tiempo que pasa el trabajador expuesto a estas condiciones de sobreesfuerzo y de la intensidad de las exigencias impuestas, la fatiga puede tornarse patológica y ocasionar modificaciones fisiológicas o desgaste psicológico, e influir en la productividad, ocasionando una disminución en el rendimiento y provocando accidentes laborales. Todo esto acarrea, como resultado, pérdida de tiempo, disminución de la producción y costos adicionales por material destruido y gastos médicos. 2.2. Procesos mentales que determinan el desempeño
2.2.1. Limitaciones para la recepción de información El ser humano recibe continuamente estímulos de su medio ambiente, a través de los órganos de los sentidos, los cuales son interpretados mediante procesos perceptivos y asociaciones mentales, produciéndose una respuesta en función de ello y de las exigencias de la tarea. Diariamente, la información que llega a la persona es mucho mayor que la capacidad de los canales sensoriales del sistema nervioso central. El cerebro, a través de un proceso de filtración, reduce y selecciona la información que será procesada. En consecuencia, existen limitaciones respecto de la capacidad del ser humano para captar, elaborar y enviar información que proviene del exterior, ya que se reciben sólo unos pocos estímulos en cada momento. Por otra parte, el tiempo promedio de reacción frente a una señal simple es de 0,15 a 0,20 segundos, ya sea visual, auditiva o táctil. Se involucran además, funciones cognitivas, afectivas y motivacionales, que determinan la interpretación de la información sensorial y además influyen en la filtración de información, a través del proceso de la atención. La capacidad de atención está determinada por factores externos, dependiendo de las características del estímulo que activa fisiológicamente al organismo, y por factores internos, como los intereses, expectativas, motivaciones y emociones. La estimulación nueva cumple un importante rol en el refuerzo de la conducta, pero además, existe una necesidad fisiológica de estimulación constante del propio sistema nervioso; de modo tal que, la falta de estímulos o la monotonía, provoca alteraciones perceptivas y atencionales, entre otras. La capacidad de anticipar señales o estímulos, es otro factor que incide en la fatiga mental; mientras menos predecible o mientras menor sea la certeza de la aparición de un estímulo, mayor será la fatiga mental, ya que el sujeto deberá aumentar el número de exploraciones a las diferentes fuentes de información. La ambigüedad de la información recibida y ante la cual se deben tomar decisiones, es un fenómeno muy frecuente en el trabajo, lo que también puede ocasionar alteraciones psicosomáticas.
2.2.2. Limitaciones en el tratamiento de la información En toda ejecución operacional se da siempre una combinación de cuatro funciones básicas: a) Recepción de información mediante los sentidos b) Almacenamiento de la información c) Procesamiento de información y toma de decisiones
d) Acciones resultantes Estos procesos sirven para establecer una relación dinámica con los sistemas de trabajo en que participan personas que interactúan con máquinas y herramientas. Lo que varía es el grado de control que el trabajador tiene sobre estos implementos. Para el caso de operaciones manuales, el trabajador tiene un mayor control en el intercambio de información y en la velocidad de la ejecución. Si el trabajo implica manejar máquinas, asume la función de control recibiendo la información de la máquina y llevando a cabo sus decisiones con la ayuda de aparatos de control. Cuando el sistema es automático, éste realiza todas las funciones operacionales. En este caso, el rol de los trabajadores consiste en reaccionar a tiempo cuando ocurren imprevistos o cambios, por lo que las tareas de vigilancia cobran mayor valor. Respecto de la función de vigilancia o de concentración sostenida, diversos autores han señalado que: La mantención del estado de alerta disminuye mientras más prolongada se hace la labor de supervisión. El descenso se hace evidente, al cabo de 30 minutos en estas condiciones El desempeño puede mejorar si las señales cambian de frecuencia, incrementan su intensidad, se retroalimenta al trabajador y si las señales varían entre sí, en cuanto a forma y contraste El desempeño se puede deteriorar si los intervalos entre las señales varían en gran cantidad, si se ha estado sometido previamente a estrés físico y/o bajo condiciones ambientales desfavorables Toda persona necesita hacer un descanso luego de estar concentrada en una tarea mental, aún cuando esté motivada por la actividad que está realizando. Diversos estudios han establecido que deben existir pausas durante la mitad del turno, con una duración de entre 5 a 15 minutos. Para trabajos mentalmente exigentes, se recomiendan pausas de 5 minutos después de cada hora de trabajo. Más aún, de acuerdo a lo establecido por The National Institute for Occupational Safety and Health, de Estados Unidos, (NIOSH), se recomiendan pausas de 15 minutos por cada hora, para trabajos con una alta demanda de funciones de vigilancia. En general, es posible aseverar que, esfuerzos mentales de larga duración o la presencia de distractores, provocan detenciones más largas y frecuentes, lo cual puede ser un síntoma de fatiga. 2.2.3. Limitaciones en el manejo de la información La memoria se encarga del almacenamiento de parte de la información que ingresa. Este proceso está sujeto a la evaluación que el trabajador hace sobre qué información tiene más relevancia. Además, debido a que existen limitaciones en la capacidad del ser humano para atender al mismo tiempo la gran cantidad de información que llega hacia él, Farrer (1995) destaca que el ser humano es capaz de captar entre 5 y 9 unidades de información o estímulos diferentes, dependiendo
del tipo y dimensión que posea, de las características del individuo, su formación, la familiaridad con los elementos, su voluntad para realizar el esfuerzo, etc. En tareas que exigen toma de decisiones, existe un límite en la capacidad del sujeto, correspondiente a 76 decisiones por minuto para tareas binarias, mucho mayor a la capacidad que se obtiene en condiciones normales de trabajo prolongado, que alcanza a 25 decisiones por minuto. Esta capacidad disminuye con el tiempo, en función de la fatiga y de la desmotivación. Estas limitaciones para manejar información, plantean problemas, tanto en tareas simples como complejas. Si el trabajador desarrolla tareas simples, es necesario considerar que: El aumento de fuentes o de cantidad de información tiene un efecto negativo en el desempeño. Los errores son proporcionales al producto de la cantidad de información por el número de fuentes presentadas Frente a la aparición de dos señales o presentaciones de información a un ritmo impuesto, si éstas son presentadas con una diferencia menor a 0,5 segundos, se incrementa el número de errores o se retarda la respuesta del trabajador Se debe evitar la presentación de información, antes de que el sujeto termine de resolver el problema anterior El ruido, producido por la aparición de una fuente secundaria, no relevante para la tarea, puede inducir a errores u omisiones en la toma de información Si la señal no cumple con los criterios perceptuales que faciliten su detección y atención, se incrementará el número de errores o habrá un retardo en la respuesta Por otra parte, si el trabajador desarrolla tareas complejas, como los operadores de cosechadoras y otras máquinas forestales, es necesario considerar que: Las interrupciones frecuentes, en trabajos donde se exige el uso de la memoria inmediata, favorecen la pronta aparición de fatiga mental, ya que después de cada interrupción, el trabajador debe organizarse para restablecer su actividad Si la información se presenta en grandes cantidades y en períodos cortos de tiempo, se entorpece la capacidad de memorización, con la consiguiente pérdida de información Una mayor densidad de información y la utilización de códigos, incrementará el número y la duración de las fijaciones visuales, lo cual incidirá en la aparición temprana de fatiga mental, a menos que el trabajador esté familiarizado con los códigos En tareas no verbales, tales como operaciones de evaluación de una situación, partiendo de un gran número de datos, las operaciones terminan con una pérdida importante de información En tareas de localización de señales visuales, el aumento de la velocidad de la ejecución y la duración de la experiencia, aumentará la intensidad de las
molestias derivadas de la postura y producirá fatiga visual a causa del número de parpadeos, por fijación visual prolongada Cuando existe una alta densidad de trabajo, a causa de un aumento en la cantidad de labores que se van a realizar al mismo tiempo, o un aumento del número de operaciones que se ejecutan simultáneamente, se deteriora el desempeño, como consecuencia de la carga cognitiva asociada. Este aumento de la densidad del trabajo puede deberse a las siguientes situaciones: falta de personal, concentración de muchas tareas en una sola persona, aplicación de primas que imponen altos ritmos de producción, entre otras. 2.3. Estrés y fatiga mental Cada organismo, entendido como un sistema abierto, está en un constante intercambio de energía, para lo cual depende de la estimulación externa que le permita permanecer activo y tonificado. Cualquier estimulación provoca cambios en su armonía interna y un gasto de energía necesario para movilizar sus mecanismos de defensa, que le permiten adaptarse y sobrevivir. A menudo, el estrés se define como una consecuencia de la mala adaptación al ambiente, o un problema de desajuste en el funcionamiento y en la salud del individuo. En términos generales, el concepto de estrés alude a una respuesta adaptativa del organismo, como consecuencia de situaciones presentes en el entorno que le plantean exigencias a la persona. Selye ha sido uno de los pioneros en el estudio del tema, se refirió al estrés como una respuesta necesaria y propia del organismo, para sobreponerse a las exigencias del entorno. Esto quiere, decir que, no todas las manifestaciones del estrés son negativas, sólo aquellas que son el resultado de un nivel de presiones y exigencias sostenidas en el tiempo, que le impiden al sujeto recuperarse de ellas. Selye describió las tres fases de la reacción de defensa: La fase de alarma, donde el organismo experimenta cambios fisiológicos, tales como incremento en la tensión muscular, la frecuencia cardíaca, la respiración, y la sudoración La fase de resistencia, donde la persona comienza a evidenciar fatiga, ansiedad y tensión, pero continua gastando la energía necesaria para responder a las exigencias impuestas. La persona comienza a debilitarse y a aumentar su vulnerabilidad para resistir mayores presiones, disminuyendo su capacidad para mantener la concentración, atención y destreza para resistir estresores La fase de agotamiento, acaba con la energía adaptativa disponible, llevando al organismo a un estado general de agotamiento, por la exposición prolongada y continua al estresor El debilitamiento físico y mental que se va produciendo en la persona, para tratar de combatir las presiones impuestas, se denomina fatiga laboral, situación en que
los trabajadores manifiestan una respuesta subjetiva de agotamiento emocional, apatía ante su trabajo, se sienten incapaces de alcanzar sus metas y experimentan una sensación de incomodidad en general. En el trabajo forestal, existen múltiples factores que provocan este estado anímico de cansancio o agotamiento, debido al esfuerzo físico y mental que despliegan, todos ellos derivados de las condiciones físicas del lugar de trabajo, las características individuales de los sujetos, las características del grupo con quienes se desenvuelven, el clima social del trabajo, las características propias de la actividad forestal, las variables organizacionales y elementos asociados a su vida personal y familiar. Los síntomas que experimenta el trabajador fatigado, pueden ser pesquisados mediante la aplicación de instrumentos de evaluación psicométricos o análisis subjetivos. Estos serán analizados más adelante en este capítulo. 2.3.1. Factores que influyen en la respuesta del sujeto a las exigencias del trabajo Entre los factores que producen estrés se pueden mencionar los siguientes: Condiciones físicas del lugar de trabajo. Respecto de los estresantes físicos, las radiaciones, la sobrecarga térmica, los productos químicos, tales como los pesticidas y otros materiales tóxicos, constituyen condiciones de trabajo que pueden afectar la salud del trabajador, llegando en casos extremos a producir la muerte. Por otro lado, existen trabajadores, como por ejemplo, los motosierristas, que por la naturaleza de su trabajo, pueden llegar a padecer trastornos nerviosos y estrés por la alta peligrosidad o tensión constante que le demanda su actividad Características individuales del sujeto. Las personas poseen diversos niveles de tolerancia ante las situaciones causantes de estrés, lo cual explica las variaciones que se observan en el desempeño y salud de los trabajadores en actividades similares. En relación a las características individuales, la edad, el sexo, el nivel de autoestima, rasgos de personalidad, tales como resistencia, compromiso y control, estado de ánimo negativo, y la motivación, entre otros, influirá en su reacción a las exigencias impuestas por el trabajo. Al respecto, es importante destacar que, un trabajador que posee un cierto patrón de comportamientos, como es el Tipo A, está en estrecha relación con una alta incidencia de enfermedades coronarias. Estas personas Tipo A son agresivas, competitivas, ambiciosas, orientadas al trabajo y se imponen altas exigencias y presiones de tiempo, incluso en actividades recreativas Características del grupo con quienes se desenvuelve. Las buenas relaciones entre los miembros de un grupo de trabajo, favorecen el bienestar individual. Mientras que la desconfianza entre colaboradores, está relacionada positivamente con la ambigüedad de roles, lo que incide en el establecimiento de comunicaciones inadecuadas entre ellos y una baja satisfacción laboral. El grupo social puede ser un importante apoyo para reducir los impactos
psicológicos adversos derivados de la exposición a situaciones estresantes Variables organizacionales. Algunos elementos propios de la organización que inciden en la respuesta del trabajador son: -
-
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La posición jerárquica que ocupa un individuo en la organización, que define diferentes exigencias, presiones y limitaciones Los turnos de trabajo El ritmo impuesto por la máquina El desarrollo de actividades en ambientes peligrosos, entre otros El conflicto de roles, el cual se presenta cuando el trabajador recibe mensajes incompatibles sobre la conducta apropiada a su rol. Al respecto, investigaciones han evidenciado un alto porcentaje de conflicto de roles, asociado con baja satisfacción y tensión en el empleo La ambigüedad de roles, que se manifiesta cuando un trabajador carece de nociones sobre sus derechos, privilegios y obligaciones laborales, presenta una estrecha relación con un bajo nivel de satisfacción laboral, junto con sentimientos de amenaza de la salud física y mental La participación en la toma de decisiones El grado de control que tiene un trabajador sobre el ritmo de trabajo El flujo y sincronización de las tareas La determinación de sus propios estándares de calidad El cumplimiento de compromisos, el cual tiene un efecto en el nivel de estrés que experimenta Los niveles de responsabilidad del cargo, que tiende a estar asociado a la aparición de una serie de reacciones de estrés, tales como incremento en el consumo de cigarrillos y de la presión arterial.
Estresores derivados de sucesos vitales. Demasiados cambios en la vida en un período corto, podrían predisponer a enfermedades asociadas al estrés. Tal es el caso de enfermedades catastróficas de familiares cercanos al trabajador, accidentes recientes, pérdidas afectivas o crisis familiares, que inciden en la respuesta del sujeto a sus exigencias de trabajo y en el mayor esfuerzo que debe hacer para mantener la concentración y nivel de rendimiento previo a la aparición de estos sucesos inesperados 2.3.2. Consecuencias del estrés Los efectos del estrés son múltiples y variados. Algunos son positivos, como por ejemplo: la automotivación, la estimulación a trabajar más duro y la constante orientación a mejorar cada día más. Sin embargo, muchas otras respuestas tienen un efecto nocivo y potencialmente peligroso. Al respecto, se identifican cinco categorías de efectos potenciales del estrés: Subjetivas: ansiedad, agresividad, apatía, aburrimiento, depresión, fatiga, frustración, mal genio, escasa autoestima, nerviosismo, soledad Conductuales: propensión a accidentes, alcoholismo, abuso de drogas,
exceso de comida o de tabaco, comportamiento impulsivo, risas nerviosas Cognoscitivas: incapacidad de tomar decisiones correctas, escasa concentración, limitación del campo perceptual, bajo alcance de atención, hipersensibilidad a las críticas, bloqueos mentales Fisiológicas: glicemia alta, ritmo cardíaco y presión sanguínea elevada, sequedad en la boca, sudor, dilatación de las pupilas, escalofríos, aumento de la motilidad intestinal, gastritis, úlceras, dolores de cabeza, irritaciones en la piel, caída de cabello, descensos en la función inmunitaria Organizacionales: ausentismo, incumplimiento de tareas, escasa productividad, alejamiento de los colegas, insatisfacción laboral, menores niveles de compromiso y lealtad hacia la empresa Cabe señalar que existe una serie de condiciones de trabajo que provocan una reacción negativa en el funcionamiento de la persona. No obstante, elementos tales, como la ambigüedad o el conflicto de roles, la monotonía y la falta de retroalimentación entre otros, pueden ser modificables, lo que reduciría la carga mental, evitando así que el trabajo sea pesado. 2.4. Métodos y criterios para la evaluación de carga mental Existen dos modalidades de evaluación. Una se realiza a partir de la utilización de instrumentos que permiten obtener registros fisiológicos, que si bien, son más objetivos para detectar cambios en el organismo frente a situaciones de exigencias laborales, no son tan precisos para vincular directamente estas respuestas fisiológicas con la multiplicidad de variables que coexisten y afectan al trabajador. La otra modalidad de medición se realiza a través de la observación en terreno de las actividades que desarrolla la persona para determinar si está trabajando al límite de sus capacidades. Paralelamente, se complementa la observación con una serie de preguntas para pesquisar en forma indirecta si está experimentando reacciones derivadas de fatiga o estrés. Cabe señalar que, tanto la sobrecarga como la subcarga laboral generan respuestas desadaptativas en la salud, bienestar y desempeño del sujeto. Las preguntas deben orientarse a detectar aquellas condiciones, principalmente de sobreexigencias, ya que las situaciones de subcarga laboral, son más fáciles de corregir o modificar, mediante el enriquecimiento de tareas, la capacitación, etc. 2.4.1. Métodos fisiológicos para la evaluación de carga mental Frecuencia cardíaca. Una disminución progresiva de la frecuencia cardíaca en tareas mentales de larga duración, se interpreta como un descenso en el nivel de activación, que corresponde a un signo de fatiga. Pero como técnica de medición carece de objetividad, ya que las variaciones en la frecuencia cardíaca pueden obedecer a otros factores, tales como la temperatura ambiental, el trabajo físico, la postura, la digestión, etc. Variabilidad de la frecuencia cardíaca. El ritmo cardíaco no presenta un comportamiento regular entre un latido y otro, variando constantemente. Esta
variación está vinculada al acto de respirar, ya que en cada inspiración el ritmo cardíaco se eleva, mientras que en la espiración, vuelve a bajar. Al respecto, diversas investigaciones han destacado que la variabilidad del ritmo cardíaco se reduce, durante situaciones de estrés, tanto físico como mental. De modo tal que, un descenso en la variabilidad del ritmo cardíaco, es signo de un incremento en la concentración del sujeto, mientras que un aumento en la variabilidad se acompaña de una caída en la concentración. No obstante, la variabilidad de la frecuencia cardíaca depende de su valor medio, por lo que esta técnica tiene las mismas desventajas que la medición de frecuencia cardíaca Otras técnicas son: el electroencéfalograma y el registro de los potenciales evocados. Sin embargo, son poco prácticas para ser aplicadas en situaciones de trabajo ya que incomodan al trabajador. Además, por lo general, requieren de sistemas de análisis sofisticados, limitando su utilización para condiciones de laboratorio, alejadas del lugar de trabajo 2.4.2. Métodos subjetivos para la evaluación de carga mental Utilización de cuestionarios. Se basa en el registro de las respuestas subjetivas de los trabajadores a una serie de preguntas relacionadas con determinadas condiciones de trabajo, que inciden en la carga mental y que manifiestan determinados estados del sujeto que son el resultado de una sobrecarga en tareas cognitivas Observación de campo, a través de la aplicación de una pauta de evaluación estructurada, donde se van registrando las exigencias mentales que enfrentan trabajadores durante su jornada diaria 2.5. Tipificación de los riesgos de carga mental asociado a actividades forestales Durante la ejecución del Proyecto FONDEF, se realizaron estudios de campo de las diversas actividades efectuadas por los trabajadores forestales, para determinar riesgos de sobrecarga mental. Para tales efectos, se empleó una pauta de evaluación estructurada, la cual analiza diversos factores que pueden tener incidencia en la generación de carga mental de las tareas forestales evaluadas. Estos factores son: Comunicación y contactos Toma de decisiones Duración del ciclo de trabajo Nivel de atención exigido Procesamiento de la información Uso de la memoria inmediata para la retención temporal de información Presentación de señales Percepción del trabajo
A continuación se presenta la pauta de observación en terreno, que contiene una calificación de acuerdo a una escala de 1 a 4, de manera tal, que la calificación 1 indica que el riesgo es mínimo, mientras que 4 indica un factor de sobrecarga importante. Además, se mostrará una síntesis de los factores de carga mental que son de mayor riesgo para la salud y bienestar de los trabajadores, de acuerdo a las exigencias propias de sus labores. 2.5.1. Pauta de observación en terreno Observe la actividad que realiza el sujeto y califique las condiciones descritas del puesto de trabajo asociadas a la carga mental. Cada descripción tiene asociado un valor, de modo tal, que la calificación 4 identifica un trabajo altamente exigente, desde el punto de vista de la carga mental.
1. Comunicación y contactos El trabajador se encuentra en una fluida relación de comunicación con sus 1 colegas y superiores El contacto y la comunicación con otras personas es posible durante el día 3 de trabajo, pero está claramente limitado y es un poco difícil, debido a la localización del lugar de trabajo y la presencia de ruido o la necesidad de mantener la concentración La comunicación y el contacto con otras personas están limitados durante la 4 totalidad de la jornada de trabajo; el trabajador se encuentra aislado o alejado del resto de sus colegas 2. Toma de decisiones
1 2 3
4
Las tareas son claras y existen guías de procedimientos sobre la manera correcta de proceder El trabajo se compone de tareas que incluyen la comparación de información, entre alternativas posibles y la elección de ésta es sencilla El trabajo se compone de tareas complicadas con diversas alternativas de solución y menores posibilidades de comparación. El trabajador requiere monitorear sus propias acciones El trabajador debe realizar diversas elecciones, con escasa información de base. Un error en la decisión exige de la rápida corrección o podría producir un potencial riesgo personal
El trabajo involucra diversos conjuntos de información, unidades operativas o 4 máquinas y la información podría contener errores. Una decisión errónea, podría llevar a cometer un accidente, a detener la producción o a dañar la máquina involucrada 3. Duración del ciclo de trabajo 1 2 3 4 4
Sobre 30 minutos 10 - 30 minutos 5 - 10 minutos 1/2 - 5 minutos Bajo 1/2 - 1 minuto
4. Nivel de atención exigido durante el ciclo de la actividad evaluada (promedie ambas tablas para obtener la puntuación total del nivel de atención requerida para el ciclo de trabajo)
% de la duración del ciclo 1 Bajo el 30 2 30 - 60
3
60 - 80
4
Sobre 80
Demanda atención
Ejemplos de Industria metalúrgica Trabajo de oficina
1 Superficial 2 Promedio
Manejo de materiales Ubicar en una parte el patrón o plantilla para fabricar piezas idénticas. 3 Relativamente Trabajo de pesada ensamblaje Muy pesada. Ajustar o medir instrumentos
Timbrar papeles Escribir a máquina
Realizar correcciones Dibujar mapas planos
Calificación Promedio 5. Procesamiento de la información 2 3
Debe realizar un trabajo prolongado con manejo de información por debajo de 25 decisiones por minuto en tareas de elección binaria Debe realizar un trabajo prolongado con manejo de información de
o
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25 decisiones por minuto en tareas de elección binaria Debe realizar un trabajo prolongado con manejo de información por encima de 25 decisiones por minuto en tareas de elección binaria
6. Uso de la memoria inmediata para la retención temporal de información, (promedie ambas tablas para obtener la puntuación total del nivel de atención requerida para el ciclo de trabajo) 3 Se presentan algunos ruidos o interrupciones menores durante la actividad 4 Existen ruidos o interrupciones frecuentes durante la actividad
2 Debe retener temporalmente un número igual o inferior a 4 estímulos o unidades de información 3 Debe retener temporalmente un número igual a 5 a 7 estímulos o unidades de información 4 Debe retener temporalmente un número igual o superior a 8 estímulos o unidades de información
Calificación Promedio 7. Presentación de señales, (promedie ambas tablas para obtener la puntuación total del nivel de atención requerida para el ciclo de trabajo) Las señales son claras y Las señales son parecidas entre sí 1 existe un adecuado contraste 4 en cuanto a su tamaño, forma y tipo; y diferenciación entre ellas, en existe un menor contraste entre ellas cuanto a tamaño, forma y tipo (ambiguas) La intensidad de la señal es La intensidad de la señal es débil 1 clara, fuerte y visible 4 para su detección, diferenciación e identificación El ritmo impuesto para la Las señales son largas en su 4 presentación de dos señales 3 duración, uniformes y repetitivas es inferior a 0,5 segundos (monótonas) El trabajador desconoce Se presenta una nueva información 4 cuándo aparecerá la nueva 4 antes de terminar de resolver la información situación anterior El trabajador no tiene El trabajador no tiene posibilidades 4 posibilidades de desviar la 4 de hablar o conversar durante el vista de la actividad que desarrollo de la actividad realiza Existe un alto riesgo de Existe un alto riesgo de accidentes 4 deterioro del producto 4 durante la ejecución de la actividad Calificación Promedio Entrevista al trabajador A continuación, se presenta una serie de preguntas para ser formuladas al
trabajador, asociadas a la percepción que tiene de su trabajo y a la presencia de un estado de fatiga o estrés, derivadas de la sobrecarga mental a la que está sometido durante el desarrollo de sus actividades cotidianas. Cada descripción tiene asociado un valor, de modo tal, que la calificación 4 como promedio, identifica un trabajo pesado, desde el punto de vista de la carga mental.
1. Respecto de sus actividades: Desarrollo de actividades
Rara A Con vez veces frecuencia Sabe claramente en qué consisten las 4 3 2 labores que se le asignan Las tareas que se le asignan se 4 3 2 contraponen o le exigen dedicarse a una, teniendo que dejar de lado la realización de otra, igualmente importante Siente que tiene una alta y excesiva 1 2 3 responsabilidad sobre sus hombros Siente que tiene pleno control sobre el 4 3 2 ritmo de su trabajo Siente que debe velar por el control de 1 2 3 su ritmo de trabajo, de la sincronización de las actividades con sus colegas y del cumplimiento de los compromisos y de la calidad del trabajo entregado La actividad que desarrolla es incierta 1 2 3 y debe actuar sin la completa información que le permita guiar sus decisiones Se siente sobrepasado por la cantidad 1 2 3 de fuentes que le envían información en forma simultánea Siente que las exigencias de su trabajo 1 2 3 sobrepasan su capacidad para
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manejarlas La actividad que desarrolla le significa estar lidiando permanentemente con clientes agresivos o molestos El trabajo que realiza es de alto riesgo o peligro Vital El trabajo que desarrolla le exige un alto nivel de exactitud, calidad y perfección en los resultados de su labor
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2. Signos de fatiga: MANIFESTACIONES DE FATIGA Y Rara A Con ESTRÉS vez veces frecuencia Siente que sus ganas de comer han 4 3 2 cambiado este último mes Siente ardor en el estómago varias 4 3 2 veces por semana Tiene dolor de cabeza 1 2 3 Le cuesta quedarse dormido y/o le 1 2 3 cuesta despertar al otro día Siente que su estado de ánimo se ha 1 2 3 decaído Siente que su genio ha empeorado y 1 2 3 astá más enojado e irritable Se ha sentido intranquilo, inquieto, 1 2 3 tenso o nervioso Ha sentido pesadez en la cabeza 1 2 3 Ha tenido momentos de agitación, al 1 2 3 punto de no poder permanecer quieto en un momento Han pasado días, semanas o meses 1 2 3 sin poder ocuparse de nada porque no podía llegar a empezarlo En el último mes, ¿se ha sentido muy 1 2 3 fatigado o agotado? En el último mes, ¿ha sentido 1 2 3 palpitaciones? En el último mes, ¿ha sentido un sudor 1 2 3 frío? En estos últimos tiempos ¿ha sufrido 1 2 3
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de temblor en las manos hasta el punto de preocuparle? En el último mes, ¿ha estado tan intranquilo que se ha sentido enfermo? Se ha sentido molesto, sofocado y con una sensación de ahogo, sin haber realizado esfuerzos físicos ¿Se siente algo aislado, algo solo, incluso entre amigos? ¿Tiene la sensación de que ahora las cosas le salen mal? ¿Tiene la sensación de que parece que nada vale la pena? ¿Siente sus ojos fatigados, irritados o cansados? ¿Le cuesta concentrase en las cosas que debe hacer? ¿Se le olvidan algunas cosas? En este último tiempo, ¿se ha desvanecido o a sufrido de mareos? ¿Siente que al llegar al trabajo en la mañana, le invade el sueño? Durante este último período, ¿fuma más de lo acostumbrado? Durante este último período, ¿ingiere más bebidas alcohólicas? Durante este último período, ¿se ha quedado en algún momento con la mente en blanco? Durante este último período, ¿sufre de irritaciones o alteraciones en su piel? Durante este último período, ¿se le ha caído el cabello?
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Calificación Promedio 2.5.2. Tipificación de los riesgos de carga mental más significativos en los trabajos forestales Motosierrista Los factores de sobrecarga mental más significativos de esta labor son los siguientes: - Toma de decisiones. El trabajo se compone de procedimientos establecidos,
pero para decidir la forma mas indicada de operación, debe comparar la información que recibe del entorno físico de trabajo y analizar diversas alternativas que guíen su decisión. Al mismo tiempo, debe monitorear sus propias acciones. La elección del procedimiento adecuado requiere de experiencia y conocimiento de las técnicas. Un error en la decisión le exige una rápida corrección, ya que, de lo contrario, podría producir un potencial riesgo personal o a terceros y deteriorar los árboles, disminuyendo la calidad del trabajo. - Duración del ciclo de trabajo. Dependiendo de la actividad que desarrolla un motosierrista, el ciclo de trabajo puede tener una duración superior o inferior a 5 min. Tal es el caso de la actividad que desarrolla cuando voltea y desrama, en que el tiempo puede superar los 5 minutos. En cambio, un motosierrista de volteo tiene un ciclo promedio de trabajo de 1 a 2 min. Cabe señalar que, entre cada ciclo de trabajo, existe un tiempo de desplazamiento que le permite al trabajador cambiar la atención y concentración dedicada a la labor anterior y detenciones derivadas de la mantención de su herramienta de trabajo. - Nivel de atención exigido, calificado como relativamente pesado. Su actividad requiere una alta demanda de atención y concentración para garantizar la calidad del trabajo y la seguridad personal y la de sus compañeros. Por lo tanto, esta labor es considerada como relativamente pesada en cuanto a la carga mental asociada a este factor. - En cuanto a la percepción de su actividad, el trabajador siente que debe velar por el control de su ritmo de trabajo, de la sincronización de las actividades con sus colegas y del cumplimiento de los compromisos y de la calidad del trabajo entregado. Por otra parte, percibe que su actividad es de alto riesgo o peligro vital y que debe realizar su trabajo con un alto nivel de exactitud, calidad y perfección en los resultados de su labor. Estrobero Las exigencias mentales de mayor relevancia en las labores de los estroberos son: - Toma de decisiones. Las tareas son claras y existen guías de procedimientos sobre la manera correcta de proceder. Sin embargo, en ocasiones, necesita información del medio para decidir el orden o prioridad de salida de la madera. Para ello, compara la información disponible y escoge entre alternativas posibles. Un error en la decisión exige la rápida corrección, porque de lo contrario, se podría producir un potencial riesgo personal y de los equipos. - Duración del ciclo de trabajo. Pese a que cada ciclo de trabajo dura por lo general menos de 5 min., entre ciclo y ciclo, el estrobero cuenta con un tiempo de descanso mientras la máquina realiza el madereo. Este tiempo depende de la rapidez de la máquina y la distancia de madereo.
- En cuanto a la percepción sobre su trabajo, el control sobre el ritmo del trabajo está condicionada por el rendimiento de las máquinas de madereo y condiciones del terreno. Pero a la vez, debe mantener un alto ritmo de trabajo y sincronizar adecuadamente las actividades con sus colegas. Además, percibe altos niveles de exigencia en cuanto a exactitud, calidad y perfección en los resultados de su labor. Hachero Los principales factores de sobrecarga mental asociados a su función son: - Duración del ciclo de trabajo. Dependiendo de la cantidad de ramas y del tamaño del árbol, la duración del ciclo puede tomarle más de 10 min., o menos de 5 min. Sin embargo, este trabajador cuenta con un período de recuperación derivado de los desplazamientos entre cada árbol, como así también en los momentos en que opera el motosierrista, donde usualmente, detiene su actividad por razones de seguridad. - Existe una alta responsabilidad percibida en cuanto a su seguridad personal y a la correcta ejecución de su trabajo. Por otra parte, el control sobre el ritmo que impone a su trabajo está fuertemente condicionada a la labor del motosierrista y de las máquinas, por lo que le impone una importante carga mental, ya que, al mismo tiempo, debe mantener un alto ritmo de trabajo para sincronizar adecuadamente las actividades con los demás y desarrollar un trabajo de calidad. Arrumador El trabajo de los arrumadores involucra una serie de exigencias mentales, entre las cuales, las más relevantes son: - Duración del ciclo de trabajo. El ciclo de trabajo depende de la distancia que tenga que desplazarse con los trozos, y de las dimensiones y el peso de éstos. Sin embargo, este ciclo no es continuo, ya que depende de cuán expedito sea el acceso de la madera a la cancha y el tiempo empleado en el trozado. - Uso de la memoria inmediata para la retención temporal de información. Debe retener temporalmente un número igual o superior a 8 estímulos o unidades de información. Esto depende del tipo de producto que se esté obteniendo y de las dimensiones para su selección. - Existe una presión significativa en cuanto al control en el ritmo de su trabajo, ya que depende principalmente de la facilidad de acceso de la madera a la cancha. Sin embargo, debe mantener un alto ritmo de actividad para sincronizar su trabajo con los demás y desarrollar un trabajo de calidad.
Operador de máquinas Los factores de sobrecarga mental más significativos de esta labor son los siguientes: - Comunicación y contactos. El contacto y la comunicación son necesarios en su labor para dar y recibir instrucciones durante la operación, cuando trabaja con otras personas, por lo que la carga mental se incrementará si existen ruidos que obstruyan la recepción y envío de instrucciones. Por otra parte, el aislamiento derivado del trabajo individual durante gran parte de la jornada y las limitadas oportunidades que tienen para comunicarse con los demás, constituyen un factor importante de carga mental. - Toma de decisiones. El trabajo se compone de tareas complicadas con diversas alternativas de solución y menores posibilidades de comparación por la existencia de situaciones inesperadas. Aún, cuando las tareas son claras y existen guías de procedimientos sobre la manera correcta de proceder, el trabajador debe monitorear sus propias acciones. - Deben mantener un alto nivel de atención y concentración durante el ciclo de la actividad para resguardar su seguridad personal, la de sus compañeros de trabajo, el cuidado de la máquina y la calidad del producto procesado. - En cuanto a la presentación de señales, si el trabajador opera con máquinas que presentan deficiencias en sus indicadores, la actividad se tornará altamente exigente por el desgaste mental derivado de la presenta de señales poco claras o similares entre sí. - El operador percibe que tiene una alta responsabilidad sobre sus hombros. Esto se debe a que la máquina que opera es un elemento central del proceso de producción, por lo tanto, debe velar por el cuidado y mantención de ésta. Además, la responsabilidad está asociada con su seguridad personal y la de sus compañeros de trabajo, ya que la actividad que desarrolla involucra riesgo o peligro vital. Por otra parte, siente que debe velar por el control de su ritmo de trabajo, de la sincronización de las actividades con sus colegas y de la calidad del trabajo entregado. Podador El trabajo que realiza un podador impone ciertas exigencias mentales, entre las cuales, las más relevantes son: - La duración de los ciclos de trabajo, que depende del tipo de poda que se esté realizando, variando entre 1 y 4 minutos por árbol. Esto impone una carga mental derivada de la utilización de los mecanismos sensorio-motores al efectuar una labor repetitiva. Sin embargo, al desplazarse pueden tener un tiempo de
recuperación entre ciclos. - Debe mantener niveles de atención significativos para adoptar una posición segura, para ubicar el ángulo correcto de corte, así como también, al momento de desplazarse, tiene que localizar el próximo árbol a podar y vigilar que su desplazamiento sea seguro. - El podador percibe una importante responsabilidad sobre sus hombros, ya que la calidad de su trabajo y su criterio de selección de los árboles está en directa relación con la calidad del producto obtenido al final del ciclo productivo. Además, otro factor de carga mental significativa se deriva de la presión por mantener un adecuado control en el ritmo de su trabajo y en el cumplimiento de los compromisos y de la calidad del trabajo entregado. Plantador Las principales exigencias mentales asociadas al desarrollo de las labores de un plantador son: - La duración del ciclo de trabajo, que le impone una importante carga mental, ya que describen ciclos continuos de trabajo con intervalo de 0,5 a 1 minuto, limitando su recuperación a los momentos en que tienen que reabastecerse de plantas para continuar con su labor. - El plantador debe mantener un alto y exigente nivel de atención y concentración para aplicar correctamente las técnicas de plantación. Además, en las ocasiones en que el terreno presenta una alta pendiente, deben permanecer atentos para no sufrir caídas que le provoquen accidentes o destrucción de las plantas. - Debe realizar un trabajo prolongado con manejo de información por debajo de 25 decisiones por minuto en tareas de elección múltiple. Al respecto, los principales datos que debe procesar son: dirección de plantación, distancia entre plantas, preparación del terreno, técnicas de manipulación de la planta y técnicas de plantación, entre otras. - El trabajador siente que tiene una alta responsabilidad, ya que la calidad de su trabajo está en directa relación con la calidad del bosque que se obtendrá. Además, otro factor de carga mental es el que se deriva de la presión por mantener control en el ritmo de su trabajo, en el cumplimiento de los compromisos y en la calidad exigida por el trabajo entregado. Rozonero Los factores de sobrecarga mental más significativos de esta labor son los siguientes: - La duración del ciclo de trabajo le impone una importante carga mental, ya que
describen ciclos continuos de intervalos entre 0,5 y 1 minuto, limitando su recuperación a los momentos en que remueven desechos y se desplazan. Para alivianar el trabajo, deben realizar detenciones breves durante la jornada. - Debe mantener un alto nivel de concentración para evitar accidentes al accionar su herramienta. - El trabajador percibe la presión por mantener el control en el ritmo de su trabajo, en la sincronización de las actividades con sus compañeros y en la calidad exigida por el trabajo entregado. Además, la actividad le impone una carga psíquica derivada de la peligrosidad y el riesgo al operar con sus implementos de trabajo y desplazarse en terreno. 2.6. Análisis del estado psicológico de los trabajadores forestales Con el fin de contrastar la información de las exigencias mentales de cada actividad, con los efectos psicológicos que provocan en los trabajadores que realizan dichas labores, se efectuó un análisis mediante la aplicación de un test proyectivo simple (Test de los Colores). Este instrumento complementa la observación en terreno y permite detectar el estado psicológico en que se encuentra cada trabajador evaluado. Para efectos de facilitar el análisis e interpretación de los resultados, se identificaron diversos aspectos psicológicos, pero se destacarán en especial, los relacionados con fatiga mental, tensión y alteraciones del sistema nervioso. Cada uno de los cuales fue clasificado en tres niveles: bajo, medio y alto. La tensión, está asociada a las frustraciones, decepciones o limitaciones que lo mantienen en un estado de intranquilidad. La fatiga identifica a los trabajadores que se encuentran en un estado de agotamiento psicológico, en el que existe un descenso en su vitalidad y que afecta la tolerancia a nuevas demandas y exigencias. Mientras, que el factor riesgo cardíaco alude a un estado de agotamiento nervioso tal, que puede comprometer el sistema nervioso autónomo, existiendo la posibilidad de que se le presenten trastornos cardíacos. Al respecto, de acuerdo a los resultados presentados en la tabla 3.1, en general, se aprecia que casi la totalidad de los trabajadores, experimenta niveles significativos de tensión en su actividad. Los que presentan los índices más elevados son los rozoneros, los podadores y los operadores de máquinas, quienes además, presentan altos índices de tensión psicológica y fatiga mental, que incluso, en el caso de los rozoneros, podrían comprometer el sistema nervioso autónomo (riesgo cardíaco). En contraste, los abastecedores presentaron los menores niveles de fatiga mental y tensión. Otro factor que revelaba el estado psicológico de los trabajdores forestales fue el de satisfacción, el cual alude al nivel de conformidad con su trabajo y las condiciones que lo rodean. Al respecto, de acuerdo a la tabla 3.2, en general, es posible apreciar que los trabajadores analizados presentan un nivel de satisfacción
bajo, e incluso, los menos conformes, resultan ser los operadores de máquinas, los plantadores y los rozoneros.
Tabla 3.1. Estado psicológico de los trabajadores forestales
ALTO
MEDIO
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Tabla 3.2. Nivel de satisfacción de los trabajadores forestales PODADORES ABASTECEDOR ARRUMADOR PLANTADORES OPERADOR MOTOSIERRISTA ESTROBEROS ROZONEROS HACHEROS
BAJO
MEDIO
ALTO
En general, casi la totalidad de los trabajadores forestales presentan un bajo nivel de satisfacción en su trabajo, junto con significativos niveles de tensión y fatiga. Estos factores, sumados a los niveles de eficiencia por debajo del óptimo de sus capacidades, hablan de una actividad que los mantiene con altos estándares de exigencias, que les resta tiempo para recuperar energías y descansar y que afectan por consiguiente su satisfacción, salud y bienestar. Finalmente, al comparar los resultados de los trabajadores de cosecha con los silvícolas, se aprecia que la mayor tensión, fatiga y menor satisfacción se encuentra en los que trabajan en labores de cosecha, lo cual permite confirmar que estas labores son más exigentes y pueden afectar en una mayor proporción la salud y bienestar psicológico de los trabajadores. 3. Criterios psicológicos para la selección de personal 3.1. Antecedentes generales
Los psicólogos industriales, han desarrollado una serie de procedimientos para formalizar y controlar, de una manera científica, el reclutamiento, selección y contratación de personal. Para lograr estos propósitos se requiere un minucioso análisis y evaluación psicométrica de los futuros trabajadores, en función del rubro al cual se dedicarían. El objetivo es predecir, en términos generales, el comportamiento y desempeño posterior de quienes sean contratados por la empresa. El fin último es seleccionar aquellos sujetos, cuyas aptitudes respondan a los requerimientos exigidos por el cargo. Para definir el perfil de un trabajador forestal, es necesario previamente formular algunas preguntas: ¿Para qué empresa en particular? ¿Qué tarea debe hacer? ¿Cómo, cuándo, dónde y para qué la realiza? Estas interrogantes resumen la necesidad de definir formalmente las actividades inherentes al cargo y a la empresa de que se trate. Para este propósito, es importante diseñar una herramienta como, por ejemplo, una guía o manual de descripción de cargos, que oriente la identificación de las características y condiciones del trabajo. A partir de estos elementos, es posible determinar los requerimientos individuales o el perfil psicológico deseable para desempeñar eficazmente el trabajo. 3.2. Análisis de las tareas de cosecha forestal como precondición para definir un perfil psicológico Las actividades que se desarrollan en el bosque son predominantemente rutinarias y mecánicas, en cuanto a procedimientos y resultados, de modo tal que, los trabajadores que las desempeñan requieren capacidad de coordinación, sincronización e integración para desempeñar con eficiencia el trabajo. Además de lo señalado, el trabajo forestal se efectúa bajo condiciones climáticas variables y demanda la permanencia en campamentos o traslados frecuentes desde sus hogares a las faenas. Estos aspectos definen ciertas condiciones a las que se someterá el trabajador, de tal forma que existirán personas que se adaptarán fácilmente, mientras que otras no lograrán someterse a estos requerimientos. Los trabajadores inadaptados al sistema, no se sentirán identificados con su empresa y no tendrán motivación para un desempeño compatible con los requerimientos de productividad. En síntesis, para definir el perfil psicológico de un trabajador, se requiere un análisis que permita predecir el desempeño que se espera de él. Este debe basarse en los factores más importantes que influyen en la ejecución de sus tareas. Estos son: 3.2.1. Factores individuales
Se consideran factores demográficos, tales como edad, estado civil, escolaridad, experiencia laboral, antigüedad en la empresa, etc. Se incluye también, rasgos de personalidad, ya que éstos determinan un modo particular de concebir el entorno y de actuar en función de esta concepción. Otro aspecto fundamental es la capacidad general, que considera habilidades intelectuales, que permiten estimar la respuesta frente a trabajos con requerimientos de comprensión, coordinación visomotora, habilidad mecánica, numérica y de resolución de problemas. 3.2.2. Características del lugar de trabajo Se incluyen las demandas derivadas de los procedimientos de trabajo, el tipo de maquinaria y herramientas utilizadas, en función de su tecnología y diseño en general. Estos requerimientos plantean exigencias al trabajador, relacionadas con su habilidad perceptual y coordinación visomotora, velocidad de reacción, precisión y habilidades mecánicas. Además, se considera el contenido de sus funciones, en cuanto a organización del trabajo y supervisión ejercida. Esto orienta al trabajador respecto a lo que se espera de él. 3.2.3. Características situacionales Se identifican los factores del medio ambiente, propios del sitio de trabajo, tales como, las condiciones climáticas, la temperatura, el ruido, la escabrosidad del terreno, el período de trabajo, el traslado y permanencia en campamentos, los períodos de alejamiento de su núcleo social y familiar, el hacinamiento existente, etc.
3.3. Factores a considerar para definir el perfil del trabajador forestal Para determinar algunos criterios en cuanto a los requisitos mentales que exige el desempeño de cada cargo, es necesario, previamente, establecer áreas generales de análisis. Estas se detallarán a continuación, según el siguiente esquema:
APTITUDES INHERENTES Inteligencia general y específica Personalidad
TRABAJADOR FORESTAL
APTITUDES ADQUIRIDAS Escolaridad Experiencia previa Capacitación
Cada uno de estos criterios de aptitud deben ser considerados al seleccionar a un nuevo candidato, ya que ellos, en su conjunto, permitirán predecir el rendimiento futuro del postulante. Por otro lado, cada una de las aptitudes antes mencionadas tiene un grado de importancia relativa, dependiendo del cargo de que se trate. De modo que, las exigencias en cuanto al nivel de dominio o habilidad que demuestre el sujeto en las situaciones de evaluación, deberán considerar si el nivel de desempeño alcanzado en cada instrumento de evaluación es relevante para el cargo al cual postula. 3.3.1. Requisitos mentales inherentes 3.3.1.1. Capacidad general Nivel de inteligencia o habilidad necesaria para adaptarse a situaciones nuevas y para resolver desde tareas simples, concretas, hasta aquellas complejas y abstractas. Rapidez para comprender y aprender de la experiencia. Esta aptitud general, al ser medida, permite obtener la siguiente clasificación diagnóstica general: Superior Brillante Superior al término medio Normal promedio Normal lento Normal inferior Inferior al término medio Deficiente 3.3.1.2. Habilidades específicas Existen ciertas destrezas que predominan en algunos sujetos, las que pueden distinguirse en: a) Razonamiento mecánico (RM): habilidad para comprender los principios mecánicos y físicos en situaciones conocidas, para utilizarlos en ocupaciones relacionadas con mecánica, mantenimiento de maquinarias, etc. b) Velocidad perceptual (VP): capacidad para identificar visualmente las semejanzas y diferencias con rapidez y precisión. c) Coordinación sensorio-motora (CS): rapidez y habilidad para coordinar la recepción sensorial y la respuesta inmediata frente a las actividades. d) Comprensión verbal (CV): capacidad para comprender ideas que lee o escucha,
así como para interpretar la relación existente entre palabras. e) Fluidez verbal (FV): capacidad para hablar y escribir con facilidad. f) Aptitud numérica (AN): capacidad para realizar operaciones aritméticas con rapidez y precisión. Resolución de problemas cuantitativos. g) Razonamiento (R): capacidad para resolver problemas lógicos, prever y planear. h) Concepción espacial (CE): capacidad para imaginar y concebir objetos en dos o tres dimensiones. i) Atención y concentración (AC): capacidad para discriminar diferencias y similitudes con precisión y rapidez. 3.3.1.3. Criterios de personalidad La personalidad se refiere a aquellos aspectos que distinguen a un individuo de cualquier otro, y que le otorgan una identidad que los define. Este sello personal determina sus acciones, pensamientos y sentimientos en diversas situaciones y momentos a través del tiempo. La personalidad se puede clasificar de acuerdo a rasgos distintivos y todas las personas poseen cada una de estas características en mayor o menor grado. Cada rasgo se expresa en forma continua, desde una polaridad a otra. Entre las polaridades de rasgos de personalidad más comunes, desarrolladas por Cattell, es posible distinguir que las personas pueden ubicarse en las siguientes polaridades: Reservadas o abiertas hacia los demás De inteligencia concreta, hasta inteligencia abstracta Emocionalmente estables, hasta emocionalmente inestables Autoritarias o sumisas Cautas o impulsivas De pocos compromisos o muy responsables Tímidas y cohibidas, hasta socialmente atrevidas y desenvueltas Racionales y, frías hasta impresionables y sensibles Adaptables y confiables, hasta desconfiadas y suspicaces Prácticas o imaginativas Sencillas y naturales, o astutas y calculadoras Apacibles y serenas, o aprensivas y preocupadas Conservadoras o liberales Dependientes de grupos o autosuficientes Descuidada con las reglas sociales o preocupadas por su autoimagen Relajadas o tensas y sobreexigidas Para efectos de la elección de quienes serán más compatibles con las
características del trabajo forestal y del ambiente que lo rodea, se definen algunos criterios de personalidad importantes de ser considerados, de los que se espera que los trabajadores presenten altos, medio o bajos índices, según corresponda. a) Equilibrio emocional (EE): capacidad para enfrentar en forma madura y realista los acontecimientos. Firmeza interior, congruencia y seguridad en sus propios pensamientos, opiniones y acciones. Animo invariable. Aceptación de sus características personales; contacto no ansioso en la interacción con su entorno y consigo mismo. b) Subordinación (S): capacidad para someterse y acatar las normas impuestas por figuras reconocidas como autoridad. Respeto por las normas y tradiciones establecidas. Acomodaticio, conformista; puede mostrar incluso falta de decisiones personales. Deseo o tendencia a agradar, en expresar conformidad, cooperar, obedecer. Deferente, complaciente. Humildad para servir y permanencia o lealtad hacia la autoridad. c) Desenvolvimiento o apertura social (DS): tendencia a estrechar lazos con otras personas y a buscar constante estimulación. Necesidad de relacionarse en un ambiente variado y cambiante, de constante desenvolvimiento. Capaz de soportar el trato con personas y resolver problemas. Espontaneidad en el trato interpersonal. d) Conciencia grupal (CG): interesado en los demás, buen colaborador; dependiente del apoyo y aprobación de los demás. Buen compañero, de fácil unión al grupo. Conservador y respetuoso de las directrices establecidas por su equipo de trabajo. d) Responsabilidad (R): exigente, dominado por el sentido del deber; perseverante, responsable y organizado. Adecuación y cuidado en cuanto a su imagen personal, convencionalismo y formalidad. e) Flexibilidad (F): confiable, adaptable, de trato fácil. Sencillo, capaz de adecuarse a variadas circunstancias. Relajado, tranquilo. Capacidad para modificar métodos, hábitos y preferencias. Disposición a hacer nuevas y diferentes actividades. Capacidad para estar en constante movimiento. f) Potencial de liderazgo (PL): capacidad para ejercer influencia sobre la conducta, sentimientos e ideas de los demás. Capacidad para tomar decisiones, manejar situaciones y resolver problemas en forma autónoma e independiente. Persuasivo, locuaz, dominante, disciplinado; tendencia a planificar y organizar su entorno. g) Agresión (A): autoritario, tendencia a vencer la oposición mediante la fuerza, a atacar, censurar y ridiculizar. Incitar a la agresión mediante la crítica pública. Manejo deficiente de su energía o impulsos agresivos. h) Aceptación de riesgos (AR): Tendencia a incurrir en acciones inseguras, a
actuar confiando en su propia pericia y dominio, despreocupándose de participar en acciones de prevención. Inconstante para seguir instrucciones. Tendencia a atribuir al destino o a la suerte las circunstancias externas y sentimientos de incomodidad. Sentimientos de insatisfacción frente a las acciones que intenten evitar accidentes. 3.3.2. Requisitos mentales adquiridos 3.3.2.1. Escolaridad Se identifican las siguientes categorías: (0) Sin escolaridad (1) Enseñanza básica incompleta (2) Enseñanza básica completa (3) Enseñanza media incompleta (4) Enseñanza media completa (5) Enseñanza técnica incompleta (6) Enseñanza técnica completa (7) Enseñanza universitaria incompleta (8) Enseñanza universitaria completa. 3.3.2.2. Experiencia o capacitación previa Duración del período de entrenamiento o capacitación previa, para adquirir la destreza necesaria que le permita desempeñarse en el cargo. Se puede establecer las siguientes categorías: (0) Experiencia no necesaria (1) 1 - 3 meses (2) 3 - 5 meses (3) 6 - 12 meses (4) 1 - 2 años (5) 2 - 3 años (6) 3 - 4 años 3.4. Perfil del trabajador forestal Establecidos los marcos de referencia, a continuación se presenta un análisis de los factores psicológicos específicos requeridos por los trabajadores forestales. 3.4.1. Capacidad Intelectual 3.4.1.1. Capacidad general Las tareas que deben realizar hacheros y estroberos, plantadores, podadores y trozadores exigen predominantemente el empleo de su habilidad física; no
obstante, para la correcta y segura ejecución de sus funciones, necesitan comprender instrucciones verbales. Estudios realizados en el contexto del proyecto FONDEF, revelan que el sector de la población, dedicado a actividades silvícolas y de cosecha forestal, posee una baja escolaridad. Esto se asocia al nivel intelectual de la mayoría de ellos, que corresponde al rango de inferior al término medio, lo que no los inhabilita para cumplir sus funciones; muy por el contrario, sujetos con estas características, son recomendables para este tipo de trabajos simples, concretos y rutinarios. En el caso de motosierristas y, en especial, de operadores de máquinas, se espera que posean una capacidad general del rango de normal promedio, normal lento o, en último caso, normal inferior (si se trata del manejo de máquinas de menor complejidad). Las exigencias intelectuales se amplían, debido a que requieren dominio oral y escrito para aprender con rapidez nuevas instrucciones, que les permitan operar eficientemente sus máquinas. Tampoco es deseable contar con sujetos de una capacidad intelectual superior, ya que está demostrado que, niveles intelectuales por sobre el término medio, no logran permanecer en estos trabajos. Estos sujetos tienden a desmotivarse al realizar labores rutinarias y monótonas, debido a que su capacidad intelectual los impulsa a plantearse constantes y variados desafíos. A manera de síntesis, en la tabla 3.3 se presenta un resumen de los rangos de capacidad intelectual requeridos en las distintas tareas estudiadas. Tabla 3.3 Capacidad intelectual requerida por distintas tareas forestales Cargo Estrobero Hachero Podador Plantador Rozonero Arrumador Motosierrista Operadores de máquinas
Capacidad intelectual requerida
Inferior al término medio
Normal inferior Normal lento Normal promedio
3.4.1.2. Habilidades específicas La mayoría de las ocupaciones analizadas requieren el empleo de habilidades generales; no obstante, algunos cargos demandan ciertas destrezas específicas, que en, mayor o menor grado, deben estar presentes como condición necesaria para garantizar un adecuado desempeño. Por lo tanto, en aquellas ocupaciones donde sea de alta relevancia el dominio de alguna habilidad específica, se
esperaría del sujeto un rendimiento del nivel de normal promedio o normal superior, en comparación con la población de referencia. Una explicación más detallada, por cargo, se presenta en la tabla 3.4, donde las habilidades abreviadas corresponden a: AC VP CS CV FV R AN RM CE
= atención y concentración = velocidad perceptual = coordinación sensorio-motora = comprensión verbal = fluidez verbal = razonamiento = aptitud numérica = razonamiento mecánico = comprensión espacial
Además, la clasificación numérica para cada habilidad se interpreta de la siguiente manera: (1) Habilidad no relevante (2) Habilidad poco relevante (3) Habilidad medianamente relevante (4) Habilidad relevante (5) Habilidad altamente relevante Tabla 3.4 Habilidades específicas requeridas en las diferentes actividades forestales
Actividad AC Estroberos 5 Hacheros 5 Motosierristas 5 Operadores de máquinas (torre, 5 trineumático, skidder) Arrumadores 4 Podadores 5 Rozoneros 4 Plantadores 5
VP 4 4 5
Habilidades específicas CS CV FV R AN 4 3 2 2 2 4 3 2 3 2 5 4 3 3 2
RM 3 2 5
CE 3 3 5
5
5
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3 4 3 5
3 3 2 4
3 2 1 2
3 4 2 4
2 3 1 3
2 3 2 3
3 3 3 3
3.4.2. Criterios de personalidad Se identificaron nueve factores de personalidad, teniendo en consideración que se trata de cargos que implican subordinación, alta responsabilidad personal y hacia terceros, en términos de rendimiento y seguridad laboral. Los trabajadores deben
enfrentarse a situaciones cambiantes y muchas veces, tienen que permanecer alejados de sus familias y compartir, laboral y socialmente, durante largos períodos de tiempo, con el mismo grupo humano, sin alternativa de alternar con otras personas de su elección. Se debe tener en cuenta además, la capacidad de liderazgo, toma de decisiones y conducción de grupos que debe exhibir todo supervisor, jefe de línea o capataz. A continuación, se describirán algunos rasgos generales que permiten definir el perfil de un trabajador. a) Equilibrio emocional (EE): es un rasgo considerado muy necesario para adecuarse a un trabajo que demanda mucho esfuerzo, sacrificio y riesgo potencial constante. b) Subordinación (S): estos trabajadores están en la base de la organización, por lo tanto, su actitud debe ser predominantemente respetuosa de lo establecido. c) Desenvolvimiento o apertura social (DS): este rasgo debería presentarse con moderación. Altos índices relacionados con este factor, como por ejemplo extroversión, revelan a un sujeto que no será capaz de permanecer en un ambiente monótono, que no le ofrezca constante y variada estimulación sensorial y lo mantenga alejado de su entorno social. d) Conciencia grupal (CG): factor importante que facilita la labor de equipo y la cooperación mutua. Se espera que el sujeto destaque en este factor. e) Responsabilidad (R): debe tener índices promedio o elevados, en especial para aquellos cargos que impliquen supervisión. Este aspecto es muy importante, si se tiene en cuenta la responsabilidad social por la seguridad de sus compañeros de trabajo. f) Flexibilidad (F): importante indicador de la capacidad para adecuarse a cambios constantes. Se consideran índices promedio o altos. g) Potencial de liderazgo (PL): se esperan valores promedio o bajo en este factor para los niveles operativos y niveles promedio alto en aquellos cargos que impliquen algún grado de supervisión. h) Agresión (A): se esperan bajos índices, en especial en aquellos sujetos que manejan máquinas, herramientas o equipos en general. i) Aceptación de riesgos (AR): se esperan índices bajos para todos los cargos por igual. En la tabla 3.5 se sintetiza el perfil de personalidad ideal para los distintos cargos analizados.
Tabla 3.5 Perfil ideal de personalidad para cada actividad forestal Actividad Estroberos
Hacheros
Motosierristas
Operadores de alto medio máquinas (torre, trineumático, skidder) Arrumadores medio alto Podadores medio medio Rozoneros medio alto Plantadores
Rasgos de Personalidad CG R F PL alto medio alto bajo o alto
A bajo
AR bajo
alto
medio o alto
alto
bajo
bajo
bajo
alto
alto
alto
bajo
bajo
medio alto o o bajo medio
alto
alto
medio o alto medio o alto
bajo
bajo
medio alto medio medio bajo medio
alto alto medio
alto alto alto
bajo bajo bajo
bajo bajo bajo
alto
alto
medio
bajo bajo bajo o medio bajo
EE S DS medio alto medio o alto medio alto medio o alto alto medio medio
medio medio medio medio
bajo
EE= equilibrio emocional; S= subordinación; DS= desenvolvimiento o apertura social; CG= conciencia grupal; R= responsabilidad; F= flexibilidad; PL= potencial de liderazgo; A= agresión; AR= aceptación de riesgos. 3.4.3. Escolaridad Por lo general, los trabajadores forestales tienen una escolaridad que corresponde al nivel 1 y 2, lo que, como se explicó, equivale al nivel de enseñanza básica incompleta y completa respectivamente. En forma más explícita y, dependiendo de las funciones y tareas que deben realizar, se esperaría, en términos generales, que su escolaridad alcanzara, como condición mínima, a las siguientes categorías que se presentan en la tabla 3.6.
Tabla 3.6 Nivel mínimo de escolaridad esperado para cada actividad forestal Actividad
Nivel mínimo de escolaridad Sin escolaridad Escolaridad básica incompleta
Estroberos Hacheros Arrumadores Rozoneros Podadores Enseñanza básica completa Plantadores Enseñanza media incompleta Motosierristas Operadores de torre, trineumático Enseñanza media incompleta y skidder 3.4.4. Experiencia o capacitación previa
Es importante señalar que en la mayoría de las actividades forestales, los trabajadores suplen la falta de escolaridad, con la experiencia que adquieren al desempeñarse en estas tareas. Esto es particularmente válido, cuando han sido capacitados en forma organizada y sistemática, en las destrezas específicas que se requieren para el efectivo desempeño del cargo. Es necesario destacar que la experiencia previa en una actividad, no garantiza un desempeño eficiente. Trabajadores que han desarrollado por años labores específicas con mala técnica, pueden resultar menos idóneos que otros con menos años de experiencia, pero que han sido correctamente capacitados. 3.5. Recomendación del tipo de instrumentos de selección en base a pruebas psicológicas Existe un amplio espectro de modalidades de entrevistas y de instrumentos de evaluación; cada uno de los cuales mide e identifica las aptitudes y rasgos particulares de cada sujeto, con el fin de comparar sus características personales con las demandas que le exige el cargo y el perfil psicológico ideal que se espera para cada ocupación. Cada una de las aptitudes antes mencionadas tiene un grado de importancia relativa, dependiendo del cargo de que se trate. De modo que, las exigencias impuestas sobre el nivel de desempeño esperado durante el proceso de evaluación, variará dependiendo de la actividad que realiza. Consecuentemente, de acuerdo a lo discutido en este texto, se recomienda que la selección de los trabajadores se efectúe considerando criterios metodológicos que
orienten a los profesionales especializados en la certificación psicológica de trabajadores forestales. A continuación, se presentan las siguientes recomendaciones: 3.5.1. Aptitudes inherentes 3.5.1.1. Aptitudes generales y específicas Los instrumentos de evaluación sobre habilidades generales y específicas, miden la respuesta del sujeto al ser sometido a situaciones nuevas y la expresan en un cuociente intelectual o C.I. En ellas, se evalúa la rapidez y exactitud para dar solución a lo que se le indica. Existen pruebas que evalúan exclusivamente la capacidad general, mientras que otras estiman, en forma simultánea, varias habilidades específicas. En el segundo caso, la capacidad general resulta del conjunto de las habilidades específicas evaluadas. La mayoría de estos instrumentos son estructurados, de aplicación masiva, con tiempos limitados para su ejecución y varían, dependiendo del nivel de escolaridad de las personas que serán evaluadas. Por lo general, se aplican en un tiempo controlado, ya que el tiempo de respuesta es una variable importante a considerar en la evaluación del sujeto y la tabulación de los resultados. Se recomienda aplicar estos instrumentos al inicio de la evaluación para evitar que el agotamiento físico o mental pueda afectar el rendimiento del sujeto en las pruebas. Además, es necesario cautelar al inicio de la aplicación que todos los participantes comprendan los ejemplos, previo a dar inicio a la evaluación y reducir la ansiedad que pudiera ocasionarles el verse sometidos a esta experiencia, mediante un diálogo inicial introductorio e informativo sobre el procedimiento de evaluación del personal. 3.5.1.2. Rasgos de personalidad Los instrumentos diseñados para medir rasgos de personalidad o actitudes hacia el trabajo, ambiente, compañeros de labores, seguridad, etc., son en su mayoría inventarios estandarizados, los cuales proporcionan sus resultados en decatipos (puntajes que van de 1 a 10). Los puntajes brutos transformados, se clasifican de acuerdo a tres categorías: bajo (1 a 3), promedio (4 a 7) y alto (8 a 10). Como los rasgos definidos en estas categorías son continuos, los extremos representan el predominio de una característica personal del sujeto. Por ejemplo, la clasificación “alto“, describe a una persona sociable, abierta y participativa, en oposición a la clasificación “bajo“, que describe a un individuo reservado, más bien alejado de actividades sociales. Por lo general, su aplicación es masiva, de carácter escrito, con alternativas de elección y sin límites de tiempo.
Por otro lado, en atención a las diferencias de los trabajadores en cuanto a su nivel de escolaridad, que podría incluso incluir analfabetos o semi-analfabetos, la forma de aplicación de algunos de los inventarios tiene que ser oral, por parte de los evaluadores, con el fin de ir controlando que los evaluados comprendan las preguntas o frases formuladas en el instrumento de medición. Otra alternativa para superar las limitaciones relacionadas con los materiales escritos de evaluación, es utilizar métodos proyectivos, los cuales requieren de la interpretación y análisis sistemático del especialista de acuerdo a pautas estandarizadas. 3.5.2. Comentarios recomendados
respecto a las formas de aplicación de los instrumentos
Los instrumentos mencionados en cada uno de los cuadros anteriores, constituyen sólo algunos ejemplos de la múltiple variedad de baterías de medición disponibles. Los especialistas que hagan la evaluación deberán elegir los instrumentos más apropiados entre los propuestos, teniendo en consideración los siguientes criterios: Tipo de instrumento: inventario o cuestionario, prueba proyectiva, entrevista, etc La ventaja de aplicar inventarios o cuestionarios es el ahorro de tiempo, porque son de respuestas rápidas, ya que se debe escoger entre alternativas o responder sí o no. Esto permite su aplicación a grandes grupos en forma simultánea. Estos instrumentos constituyen tests objetivos, ya que las preguntas y su modalidad de aplicación, corrección e interpretación, están estandarizadas. Además, pueden ser aplicados oralmente, para facilitar la comprensión y cautelar que sean respondidos en su totalidad. Sin embargo, una de sus desventajas es que la persona puede tratar de manipular intencionadamente sus respuestas, para favorecer su imagen, invalidando los resultados. Además, su desempeño puede ser afectado por la tensión emocional de ser sometido a evaluación. Las pruebas proyectivas presentan al evaluado, un material ambiguo o inestructurado en base al cual debe dar respuesta. Una de las ventajas de su aplicación es que se puede profundizar en aspectos internos de la personalidad, reduciendo la posibilidad del sujeto de manejar sus respuestas y falsear información. Las respuestas que dan los sujetos están estandarizadas, pero la calificación y clasificación de ellas debe realizarla alguien con experiencia y formación especializada en dichos instrumentos, para reducir la subjetividad de los resultados. Algunas pueden ser aplicadas en forma masiva, a través de diapositivas, pero los postulantes deben responder en forma escrita, por lo que su corrección e interpretación toma más tiempo. La entrevista permite que el evaluador maneje activamente diversas estrategias para obtener la información que busca, y observe cómo se desenvuelve el postulante al ser sometido a esta modalidad de evaluación. Sin embargo,
prejuicios o sesgo por parte del evaluador, pueden afectar la interpretación de las respuestas del sujeto. Tiempo estimado necesario para responder a cada una de las pruebas Existen instrumentos de evaluación, principalmente los que miden aptitudes generales o específicas, que requieren de un tiempo limitado y preestablecido. Por otro lado, aquellos que miden rasgos de personalidad, no tienen límite de tiempo para responderlos. De este modo, una batería completa de instrumentos de evaluación debe considerar el grupo de sujetos que se trate, con el fin de no agotarlos excesivamente. Orden de aplicación de los diversos instrumentos de evaluación Se recomienda aplicar, en primer lugar, las pruebas que miden aptitudes generales o específicas y a continuación, aquellas que miden rasgos de personalidad. Las primeras, son de tiempo limitado, más breves en cuanto a la duración de su aplicación y pueden verse alteradas por el cansancio o agotamiento mental del sujeto. Nivel educacional de los evaluados Si el grupo de evaluados posee un nivel de educación básico, carece de escolaridad, o si se sospecha que su procedencia cultural podría afectar su desempeño en la evaluación, será conveniente aplicar pruebas no verbales o manuales. Podrían incluirse pruebas escritas, pero deben tener un lenguaje sencillo y ser aplicadas en forma oral, controlando la comprensión de las preguntas o situaciones planteadas y la respuesta de los sujetos. Modalidad de aplicación: individual o colectiva Una aplicación colectiva ahorra tiempo, sometiendo a todos los postulantes a las mismas condiciones de evaluación. Pero, no todos los instrumentos de evaluación pueden ser aplicados en forma colectiva (entrevista o algunas pruebas proyectivas), pues se pierde información importante que es necesario controlar en forma directa con el sujeto. Procedencia de los instrumentos de evaluación escogidos: nacionales o extranjeros, validados científicamente, etc Este criterio permite constatar la validez de los resultados; si las preguntas miden lo que dicen que miden, si los resultados predicen realmente el desempeño futuro del sujeto, si las situaciones que se plantean en las preguntas de los instrumentos se aplican a la realidad cultural, etc.
Existencia de normas que puedan ser comparables con la población a la cual se aplicarán las pruebas para cautelar la adaptación del instrumento a la realidad o características de la población a evaluar Forma de aplicación de la prueba: oral o escrita La mayoría de las pruebas plantea un trabajo individual de lectura y respuesta escrita, por parte de cada postulante. Pero, si existen limitaciones educacionales o culturales, es recomendable aplicar pruebas en forma oral, para obtener resultados más exactos y controlados de las respuestas del sujeto. Es necesario destacar especialmente que, ningún indicador, por sí solo, predice con certeza el desempeño futuro de un trabajador. De tal manera que, el profesional especializado que efectúa el análisis de los resultados del proceso de evaluación tendrá que considerar los siguientes aspectos: Comparación de los resultados de las pruebas con nivel de escolaridad Comparación de los resultados de las pruebas con experiencia o trayectoria de trabajo en el área Relación entre los diferentes rasgos individuales Estimación de los niveles de ansiedad y su influencia en el desempeño en las pruebas, al ser enfrentados a una situación desconocida Estimación de su interés, vocación o motivación hacia el trabajo al cual está postulando Valor diferencial que se le otorga a las diferentes pruebas y a los rasgos y aptitudes contenidas en cada una de ellas, en función del grado de importancia que dichas aptitudes tienen para el cargo al cual postula Consideración de otros indicadores disponibles, tales como: nivel de ausentismo, rotación, evaluación del desempeño, número de licencias o enfermedades en sus trabajos, accidentes en los que ha estado involucrado, etc.
CAPITULO 4 AGENTES FISICOS: CALOR, FRIO, RUIDO Y VIBRACIONES 1. Calor 1.1. Respuesta humana al calor Es indudable que uno de los problemas para obtener estándares de rendimiento forestal es el clima. En época de invierno, por efecto de las lluvias, las jornadas suelen interrumpirse por lo que el rendimiento global tendería a ser inferior. No obstante, el calor del verano, tiene efectos fisiológicos sobre los trabajadores, ya que su sistema cardiovascular no sólo se ve sobrecargado por efecto del trabajo físico, sino que también, por las altas temperaturas que ellos deben soportar. En otras palabras, idéntico trabajo efectuado en un ambiente frío resulta más liviano que en un ambiente de alta temperatura, por lo que fisiológicamente hablando, el rendimiento debería ser inferior cuando se está expuesto al calor. Durante el trabajo muscular liviano la producción de calor puede ser 2 a 4 veces más alta que en reposo, mientras que durante el trabajo muscular pesado, puede alcanzar 8 a 20 veces el nivel de reposo. Como la temperatura óptima del cuerpo debe mantenerse en un rango entre 36.5ºC y 37ºC, los seres humanos tienen mecanismos de regulación que les permiten disipar el calor excesivo. Es importante mencionar que la eficiencia mecánica humana no es muy alta, lo que quiere decir que en muchas actividades, de la energía generada por el trabajador, un porcentaje superior al 70% es energía calórica. Para mantener la temperatura estable, el calor debe ser transportado desde los órganos que lo producen, básicamente los músculos en trabajo, hacia la superficie que emite calor, representada por la piel. Este transporte de calor es ayudado por los siguientes ajustes del sistema cardiovascular: Aumento del flujo sanguíneo Aumento de la frecuencia cardíaca Vasodilatación de los vasos sanguíneos de la piel. El calor, al llegar a la superficie del cuerpo se disipa al ambiente por convección y radiación. La cantidad de calor perdido por convección depende de la gradiente entre la temperatura de la piel y del aire y de la velocidad del viento. El intercambio por radiación se produce por las diferencias de temperatura entre la piel y las superficies circundantes. Cuando la transferencia de calor al ambiente no es suficiente, debido a altas temperaturas del aire o radiantes, la evaporación del sudor se transforma en la forma principal de eliminar calor. El grado de pérdida de calor por evaporación del
sudor depende de la diferencia de presión de vapor de agua entre la piel y la atmósfera circundante. También está influenciada por el movimiento del aire. Es conveniente mencionar que una alta humedad puede imponer severas limitaciones a la disipación del calor metabólico, especialmente en actividades que requieren un alto gasto de energía. Esto es particularmente verdadero si la humedad está combinada con altas temperaturas del aire o radiantes. En tales casos, puede incluso ser imposible realizar cualquier trabajo físico. La tensión y el riesgo originado por el calor debido a las condiciones térmicas, dependen del efecto combinado de la temperatura ambiente, la humedad, la velocidad del aire y la radiación, así como también del esfuerzo físico, del vestuario y de las características propias del trabajador. Los efectos psicológicos que el calor produce en las personas se relacionan con su eficiencia para desarrollar funciones mentales y para rendir en trabajos físicos, aumentando la percepción de incomodidad e insatisfacción, la irritabilidad, disminución del estado de alerta y de concentración, aumento de las decisiones erróneas, sueño y fatiga. Los signos y síntomas que más se destacan son: Calambres por calor. Pueden ocurrir cuando hay déficit de agua y de sal y son a menudo una etapa temprana del agotamiento por calor. Los síntomas son espasmos dolorosos en los músculos esqueléticos, siendo generalmente las piernas y abdomen los primeros en verse afectados Agotamiento por calor. Es una forma de desorden térmico, que puede ocurrir después de varios días de trabajar en el calor y por pérdidas de agua, pérdidas de sal o ambas. Los síntomas son una brusca elevación de la temperatura, lo que produce una vasodilatación periférica, con aumento de la frecuencia cardiaca y posible fallo de la presión arterial. De seguir trabajando, la persona puede sufrir náuseas o desmayo, la piel se pone pálida y fría y la sudoración es profusa Golpe calórico. Ocurre cuando fallan los mecanismos de control de la temperatura en el organismo. Se presenta en personas aparentemente normales que se desmayan repentinamente, sin presentar sudoración. Por el contrario, la piel se seca, está caliente y roja, la temperatura es de alrededor de 40ºC con tendencia a subir, el pulso es rápido y fuerte y pueden haber signos de alteraciones cerebrales, como confusión mental, delirio, convulsiones o inconsciencia. El golpe por calor es una de las alteraciones más serias, pudiendo ser fatal. Aunque los cuadros descritos no son comunes en nuestro medio forestal, es importante tomar consciencia que, en algunas tareas, como por ejemplo en el combate de incendios forestales, podrían llegar a presentarse síntomas bastante severos.
1.2. Efectos del calor en la eficiencia laboral Se ha demostrado en diversas ocasiones que el rendimiento es menor cuando el trabajo se realiza en ambientes de alta temperatura. A manera de ejemplo, presentaremos antecedentes recopilados durante la ejecución de este proyecto, en motosierristas que realizaban labores de raleo en época de primavera-verano. Su labor consistía en voltear, trozar y desramar árboles que luego eran engavillados en el bosque. Al hacer un análisis de los factores que influían en el rendimiento laboral, mediante un proceso de regresión múltiple, se encontró que el 85% de la variación en el rendimiento podía ser explicado por cuatro variables. El volumen promedio de los árboles y la dedicación a las actividades principales demostró una influencia positiva, mientras que el número promedio de ramas por verticilo y la temperatura de bulbo seco tendieron a disminuir el rendimiento. El coeficiente de correlación simple, entre metros cúbicos promedio por hora de trabajo y la media de la jornada de la temperatura de bulbo seco alcanzó a - 0.69. Esta relación se ilustra en la figura 4.1, donde la tendencia es clara en demostrar que a mayor temperatura menor es el rendimiento.
Metros cúbicos por hora
Figura 4.1. Relación entre rendimiento expresado en metros cúbicos por hora y temperatura de bulbo seco (ºC) en motosierristas que voltean, desraman y trozan en raleo (n= 39 jornadas; r = 0.69) 4 3 2 1 0 10
15
20
25
Temperatura de bulbo seco ºC
Otro ejemplo que demuestra el efecto negativo de trabajar en ambientes de alta temperatura, se constató en un grupo de hacheros que desramaban en verano en algunos días de intenso calor. En la figura 4.2 se observa la carga cardiovascular, el rendimiento, el porcentaje de tiempo dedicado a pausas y la temperatura ambiente para la jornada de la mañana y de la tarde. Como se puede verificar, tanto en la mañana como en la tarde la temperatura fue alta, aún cuando en la tarde es extremadamente alta para las condiciones habituales en Chile. Al comparar los resultados del trabajo efectuado en la mañana y en la tarde se puede ver que, en la tarde, a pesar que aumentan las pausas y disminuye el rendimiento,
revelando que el trabajo efectuado es inferior al de la mañana, la carga cardiovascular aumenta significativamente de 39 a 45%, lo que es un fenómeno común durante la exposición a calor. Figura 4.2. Promedio de carga cardiovascular, tiempo de pausas, temperatura ambiente y rendimiento expresado en metros cúbicos por hora, durante trabajos de desrame con hacha. Resultados verificados en la mañana y en la tarde en días de verano de intenso calor 50
0 %C.C.
m3/hr
% tiempo pausas
T°
Mañana
39,2
3,5
21,4
28,35
Tarde
45,0
3,2
32,4
36,14
1.3. Evaluación de carga de trabajo en ambientes calurosos Tres índices valiosos para la evaluación de la carga de trabajo en ambientes calurosos son la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y la sudoración. 1.3.1. Temperatura Corporal De acuerdo a Apud et al (1989), si la temperatura se usa para evaluar la carga de trabajo, se puede aplicar el criterio resumido en la tabla 4.1, derivado de la Escala de Christensen (1953).
Tabla 4.1. Relación entre la temperatura corporal y la carga de trabajo Temperatura corporal (ºC) 37.5 37.5 – 38.0 38.0 – 38.5 38.5 – 39.0 39.0
Carga de trabajo Baja Moderada Alta muy alta Extremadamente alta
Aunque en teoría la medición de la temperatura corporal parece fácil, en la práctica la situación es diferente. El problema es que la temperatura del cuerpo no es uniforme. Las mayores gradientes se encuentran entre la piel y las áreas centrales profundas. Con el propósito de estudiar la carga de trabajo se requiere conocer esta última temperatura, la cual no es fácil de registrar. En su reemplazo, se ha intentado medir temperatura sublingual o axilar. Sin embargo, en la práctica, es fácil obtener valores más bajos que los reales, lo que lleva a subestimar la carga de trabajo. En la actualidad, existen sensores que se han usado experimentalmente para evaluar la temperatura interna, pero son de alto costo y, por lo tanto, difíciles de recomendar para evaluaciones de rutina. 1.3.2. Frecuencia cardíaca Un buen método para evaluar la intensidad de un trabajo realizado en un ambiente caluroso es la frecuencia cardíaca. Ya se ha explicado que el gasto energético y la frecuencia cardíaca tienen una relación lineal. Sin embargo, como se discutió en el capítulo 2, la frecuencia cardíaca también aumenta por efecto del calor ambiental. Astrand y Rodahl (1986) en su libro sobre Fisiología del Trabajo, muestran un buen ejemplo del efecto de la temperatura ambiental en la respuesta humana al trabajo. Ellos sometieron a ejercicio a un sujeto en una bicicleta ergométrica durante 45 minutos en un ambiente frío y en una fundición, donde la temperatura oscilaba entre 40 y 45ºC. A pesar de que en ambos lugares el consumo de oxígeno fue 1.5 lt/min, la frecuencia cardíaca en la pieza fría alcanzó a 104 latidos por minuto, mientras que en el ambiente caluroso fue de 166 latidos por minuto. Este experimento sólo confirma que la frecuencia cardíaca es uno de los mejores indicadores para demostrar la intensidad de esfuerzos en que se combina trabajo muscular y exposición al calor. En otras palabras, la frecuencia cardíaca revela no sólo la carga en el sistema cardiovascular para transportar oxígeno, sino que también, el esfuerzo extra para llevar calor desde el interior del cuerpo hacia la piel. Como se explicó en el capítulo 2, el límite aceptable para trabajo manual realizado en un ambiente caluroso, es el 40% de carga cardiovascular, lo que para sujetos jóvenes equivale a 115 latidos cardíacos por minuto.
1.3.3. Sudoración Se ha señalado que la sudoración se puede transformar en la forma más importante de eliminar el calor en un ambiente de alta temperatura. Consecuentemente, la medición de la cantidad de sudor, es otro índice útil de la sobrecarga fisiológica. Información del Laboratorio de Ergonomía de la Universidad de Concepción, derivada de una recopilación de estudios de diversos autores, revela que una sudoración de 350 gramos por hora indica que la carga calórica ha llegado a un nivel crítico. Es importante destacar que se ha observado que trabajadores expuestos a altas temperaturas pueden llegar a producir, en promedio, 1000 gramos de sudor por hora.
La sudoración puede estar asociada, algunas veces, con disminución del contenido de agua en el cuerpo, lo que ocurre en aquellos casos en que los líquidos perdidos no son repuestos, pudiendo según la magnitud, producir deshidratación. Desde este punto de vista, la medición de la sudoración, además de permitir la estimación de la carga de trabajo, puede ayudar a establecer la necesidad de reponer los líquidos perdidos. Para dar un ejemplo, en un estudio realizado por el laboratorio de Ergonomía de la Universidad de Concepción (no publicado) en las minas de carbón de Lota, se encontró que los trabajadores tenían una sudoración cercana a 500 gramos por hora, lo que significa que en 8 horas de trabajo, producían alrededor de 4000 gramos de sudor. Al mismo tiempo se vio que los trabajadores llevaban una cantimplora estándar con 2 litros de agua. Como en la mina era imposible obtener más agua, al final del turno, estos trabajadores tenían un déficit de alrededor de 2 litros. En la mina, no se pudo hacer ningún cambio ergonómico para reducir la carga calórica, pero al menos se hicieron arreglos para entregar suficiente agua a este grupo de trabajadores. Esto mismo puede ocurrir en trabajadores forestales en verano, ya que, estando expuestos a una combinación de trabajo físico y calor, es común que ellos no lleven más de dos litros de agua para la jornada. En muchos casos es difícil obtener agua adicional en zonas aisladas. Una forma laboriosa pero simple, que ha sido probada en nuestro país, para estimar la sudoración, es a partir de mediciones de peso corporal antes y después del trabajo, de acuerdo con la siguiente fórmula. Así, la cantidad de sudor, incluyendo la pérdida de agua por respiración se puede calcular como sigue: W 1 – W 2 + Wco + Wbe – W or – W dep Sudor (WH2O+ Wsudor ) = -------------------------------------------------t2 - t 1
Donde: W2 W1 Wco Wbe Wor Wdep WH2O Wsudor t2 t1
= peso corporal al final del turno = peso corporal al comienzo del turno = peso de los alimentos ingeridos entre t1 y t2 = peso de las bebidas ingeridas entre t1 y t2 = peso de la orina entre t1 y t2 = peso de las deposiciones entre t1 y t2 = peso del agua perdida a través de la respiración entre t1 y t2 = peso del sudor producido entre t1 y t2 = tiempo final cuando se mide W 2 = tiempo inicial cuando se mide W 1.
Como se puede observar en la perdida de sudor se incluye el vapor de agua perdido por la respiración, lo que es importante para evaluar los riesgos de deshidratación. 1.3.4. Carga calórica ambiental Habiendo analizado los métodos fisiológicos más comunes para evaluar la carga calórica, es necesario señalar que las mediciones de calor ambiental y humedad son útiles para establecer como contribuyen estas variables a la carga de trabajo. Los factores ambientales que se evalúan generalmente son: Temperatura del aire. Si la temperatura de la piel es más alta que la del aire, entonces el enfriamiento se producirá por convección Velocidad del aire. La velocidad del aire también afecta la convección y evaporación del sudor Humedad relativa. El aire saturado de humedad reduce la evaporación del sudor Temperatura radiante. Es la temperatura media de todos de los objetos adyacentes, incluida la radiación solar, e influye en el intercambio directo de calor entre el ser humano y dichos objetos. Ha habido numerosos intentos por combinar las diferentes variables mencionadas, buscando un índice que las integre para determinar la sobrecarga térmica. Entre ellos, han tenido amplia difusión los índices de temperatura efectiva, la sudoración previsible en 4 horas (SP4 H) y el índice de Belding y Hatch. Todos tienen algunas limitaciones, principalmente en la estimación del calor producido por el metabolismo durante el trabajo, el que generalmente es estimado de tablas de referencia que tienen bastante error. En este texto, sólo se analizará el índice de temperatura de globo y bulbo húmedo (TGBH) que es el descrito en el Reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo (Decreto 745, del Ministerio de Salud). Es importante que los empresarios de servicio y profesionales forestales en general, tengan información sobre este índice, porque puede ser uno de los factores considerados en casos de evaluación de trabajos forestales para su calificación legal como trabajo pesado. El TGBH también es recomendado en la norma ISO 7243, para la evaluación de sobrecarga térmica en ambientes calurosos. Las mediciones requeridas para el cálculo del TGBH son fáciles de realizar, ya que sólo se necesita la temperatura de globo (TG) y la de bulbo húmedo (BH). Una de las críticas mayores que se hace a este índice, es que no incluye la velocidad del aire. Sin embargo, se debe considerar que el movimiento del aire afecta a la temperatura de globo, luego este factor está indirectamente incluido en el índice. Independiente de ello, debido a la influencia que puede tener la velocidad del aire, particularmente en ambientes fríos es una variable ambiental importante de tener siempre en consideración.
Según la normativa chilena, el índice TGBH es aplicable a trabajadores aclimatados, que ejecutan sus actividades completamente vestidos y que disponen de una provisión adecuada de agua y sal. En cuanto al procedimiento para el cálculo del índice se proponen las siguientes fórmulas: Trabajo al aire libre con carga solar:
TGBH = 0,7 TBH + 0,2 TG + 0,1 TBS
Trabajo al aire libre sin carga solar, o bajo techo:
TGBH = 0,7 TBH + 0,3 TG
Donde: TBH = Temperatura de bulbo húmedo natural, en ºC TG = Temperatura de globo, en ºC TBS = Temperatura de bulbo seco, en ºC. Es conveniente explicar que las temperaturas deben alcanzar una lectura estable en el termómetro de globo, lo que demora entre 20 y 30 minutos.
Para el cálculo del TGBH promedio se usa la fórmula:
(TGBH)1 x t1 + (TGBH)2 x t2 + ..............+ (TGBH)n x tn TGBH promedio = -------------------------------------------------------------------------------t1 + t2 + ....................+ tn
Donde: (TGBH)1, (TGBH)2,........., (TGBH)n, son los TGBH encontrados en las diferentes áreas de trabajo y descanso en las que el trabajador permaneció durante la jornada laboral. t1, t2,......, tn, son los tiempos en horas de permanencia en las respectivas áreas.
Para la estimación del costo energético promedio (CE prom), se debe calcular el costo ponderado en el tiempo de cada actividad que el trabajador realiza, considerando la tabla de costo energético de actividades forestales presentada en el capítulo 2. El promedio ponderado se calcula con la siguiente fórmula:
CE1 x t1 + CE2 x t2 +..................+ CEn x tn CEprom = -----------------------------------------------------------------t1 + t2 +………………+ tn
Donde: CE1, CE2,........., CEn, son los costos energéticos estimados para las diferentes actividades que el trabajador realizó durante la jornada laboral. t1, t2,......, tn, son los tiempos en horas en que el trabajador realizó dichas actividades. La tabla 4.2, resume la calificación de un trabajo según el TGBH. Como se puede observar, establece tres niveles de carga de trabajo, vale decir liviana, moderada y pesada para trabajos continuos y con pausas.
Tabla 4.2. Valores límites permisibles del índice TGBHpromedio en ºC CARGA DE TRABAJO SEGUN COSTO ENERGETICO (CEprom ) TIPO DE LIVIANA MODERADA PESADA TRABAJO inferior a 375 Kcal/h 375 a 450 Kcal/h Superior a 450 Kcal/h Trabajo continuo 75% trabajo 25% descanso cada hora 50% trabajo 50% descanso cada hora 25% trabajo 75% descanso cada hora
30,0
26,7
25,0
30,6
28,0
25,9
31,4
29,4
27,9
32,2
31,1
30,0
En resumen, aparte de las categorías de calificación del TGBH resumidas en la tabla 4.2, todo trabajo que, por exposición a calor en promedio de la jornada, supere una frecuencia cardíaca de 115 latidos por minuto para personas jóvenes, y/o lleve a una sudoración equivalente o superior a 350 gramos hora o 2800 gramos jornada, debe considerarse fisiológicamente trabajo pesado. En casos que se demuestre sobrecarga térmica, lo más conveniente para reducirla, en trabajadores forestales, es asegurándoles una buena provisión de agua, otorgándoles pausas frecuentes, entregándoles vestuario adecuado y dejando algunos árboles para que descansen a la sombra. Si es posible deben instalar toldos o ramadas que cumplen la misma función. 1.3.5. Instrumentos para las mediciones de carga calórica ambiental Temperaturas de bulbo seco (TBS) y húmedo (TBH). Se mide con un instrumento denominado psicrómetro, el cual está constituido por dos termómetros de mercurio y una pieza que asegura la ventilación de ambos termómetros a una velocidad mínima del aire. Uno de los termómetros mide la temperatura de bulbo seco y el otro, rodeado por una mecha mojada, mide la temperatura de bulbo húmedo. También hay disponibles termómetros digitales y electrónicos Temperatura de globo (TG). Se puede medir con un termómetro común, puesto en el centro de un globo de cobre pintado de color negro Velocidad del aire. Para medir esta variable se requiere de un anemómetro. En la actualidad también existen instrumentos que calculan directamente el índice TGBH, y cada una de las temperaturas anteriormente mencionadas. Un ejemplo de estos instrumentos, es el monitor de estrés térmico Quest, empleado en nuestros estudios e ilustrado en la figura 4.3. Figura 4.3. Medidor de stress térmico. Incluye mediciones de temperatura de bulbo seco, de bulbo húmedo y de globo
2. Exposición al frío 2.1. Conceptos generales El otro extremo, que causa problemas al trabajador, es el ambiente frío. Como es sabido, el intercambio de calor ocurre desde un área más caliente a una más fría. Luego, cuando la temperatura del aire y la de las superficies adyacentes son más bajas que la de la piel, el cuerpo pierde calor por convección y radiación hacia el ambiente. Para disminuir esta pérdida, los capilares periféricos se contraen para reducir el flujo sanguíneo. De este modo, el efecto aislante de la piel puede aumentar hasta 6 veces. Otro efecto es un aumento del metabolismo, causado por el temblor involuntario de los músculos esqueléticos. Uno de los factores ambientales que más influye en el enfriamiento del cuerpo humano, es el viento. Por ejemplo, el efecto de enfriamiento a 0ºC y una velocidad del aire de 5 metros por segundo es el mismo que a -8ºC sin viento. 2.2. Evaluación de sensación térmica en ambientes fríos La pérdida de calor por convección es incrementada por el movimiento del aire, conforme el aire caliente que rodea al cuerpo es arrastrado más rápidamente. Luego la velocidad del aire es un factor importante en ambientes calurosos, pero lo es aún más en el frío riguroso. Por esta razón, resulta natural que la escala más conocida para evaluar sensación térmica en ambientes fríos sea la Escala de Viento Frío (Windchill), que es bastante apropiada en los lugares donde el frío es intenso y que se basa en mediciones de temperatura ambiental y velocidad del aire, las cuales en combinación determinan una cierta sensación térmica. La tabla 4.3, resume tres niveles de riesgo para un trabajador que se encuentre expuesto a frío, para distintas temperaturas y velocidades de viento. Los instrumentos que se pueden utilizar para las mediciones de temperatura fueron discutidos anteriormente (ver 1.3.5). La Escala de Viento Frío es recomendada por el Reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo (Decreto 745, del Ministerio de Salud), donde también se considera como temperatura ambiental crítica, para trabajos al aire libre, aquella igual o menor a 10ºC. Tabla 4.3. Sensación térmica: Valores equivalentes de enfriamiento por efectos del viento Velocidad del viento en Km/h calmo 8 16
Temperatura real leída en el termómetro en ºC 10 10 9 4
4 4 3 -2
-1 -1 -3 -9
-7 -7 -9 -16
-12 -12 -14 -23
-18 -18 -21 -31
-23 -23 -26 -36
-29 -29 -32 -43
-34 -34 -38 -50
-40 -40 -44 -57
24 32 40 48 56 64 Superior a 64 Km/h, poco efecto adicional
2 0 -1 -2 -3 -3
-6 -13 -21 -8 -16 -23 -9 -18 -26 -11 -19 -28 -12 -20 -29 -12 -21 -29 RIESGO ESCASO En una persona adecuadamente vestida para menos de 1 hora de exposición
-28 -36 -43 -32 -39 -47 -34 -42 -51 -36 -44 -53 -37 -46 -55 -38 -47 -56 AUMENTO DEL RIESGO Peligro de que el cuerpo expuesto se congele en 1 minuto
-50 -58 -65 -55 -63 -71 -59 -67 -76 -62 -70 -78 -63 -72 -81 -65 -73 -82 GRAN RIESGO El cuerpo se puede congelar en 30 segundos
Finalmente resulta necesario destacar que lo más efectivo para proteger a los trabajadores del frío ambiental es el vestuario apropiado, lo que será discutido en el capítulo 8.
3. Ruido 3.1. Conceptos generales Desde un punto de vista físico, el sonido es una forma de energía producida por la vibración de los cuerpos, la cual se transmite por el aire, el agua o cuerpos sólidos. Esta energía mecánica, como se ilustra en la figura 4.4, genera cambios en la presión del aire y se propaga en formas de ondas. Figura 4.4. Ondas de propagación del sonido
Las oscilaciones de la presión del aire, dentro de cierto rango de frecuencias e intensidades, son percibidas por el oído humano como sonidos. La frecuencia del sonido corresponde al número de fluctuaciones o vibraciones por segundo y se expresa habitualmente en Hertz (Hz). La gama audible de frecuencias del ser humano va desde los 20 Hz, hasta aproximadamente 20.000 Hz. En cuanto a la intensidad, la unidad de medida es el micropascal (μPa). La mínima presión sonora que el oído humano puede escuchar a una frecuencia de 1.000 Hz es de 20 micropascales (20 μPa) y la máxima es de 20 Pascales (20 Pa). Debido a que el rango de presiones sonoras que percibe el ser humano es extenso, para la medición de la intensidad se utiliza el concepto de niveles de presión sonora (NPS), el cual se expresa en decibeles (dB). Esta es una escala logarítmica, correspondiendo el cero decibel a aproximadamente el umbral de audición para una persona que no presenta daño auditivo y 120 dB corresponde al umbral del dolor auditivo. Debido a que la escala de intensidad en decibeles aumenta logarítmicamente, el nivel de sonido percibido dobla su magnitud cada 10 dB. Para ilustrar la relación que existe entre presión sonora y niveles de presión sonora, en la figura 4.5, se presentan algunos ejemplos de fuentes de sonido y su intensidad. En cuanto al concepto de ruido, la OMS (1980) lo define como ”todo sonido indeseable”. En general, el ruido se caracteriza por ser psicológicamente molesto y comunicacionalmente de bajo o nulo contenido informativo. Kryter (1985), definió el ruido como “una energía acústica audible que afecta adversamente el bienestar fisiológico y psicológico”.
Figura 4.5. Relación entre presión sonora (uPa) y niveles de presión sonora (dB)
Umbral de dolor
Umbral de audición
3.2. Efectos en el ser humano Para comprender el efecto del ruido en el ser humano, se describirá a grandes rasgos el proceso de audición. Al respecto, en las figuras 4.6. y 4.7, se ilustran esquemas de la anatomía del oído humano, que permiten orientar la descripción de este proceso. En este sentido, es importante destacar que las ondas sonoras son captadas por el oído externo y conducidas por el canal auditivo hacia el tímpano. Esta membrana que forma parte del oído medio, vibra por la acción de las fluctuaciones de las presiones sonoras. Desde el tímpano, las ondas son transmitidas por la cadena osicular, formada por el martillo, yunque y estribo, hacia la ventana oval. Las oscilaciones del estribo en la ventana oval, generan cambios en la presión hidrostática del oído interno, las cuales estimulan la membrana basilar y las células ciliadas del Organo de Corti. Estas células son verdaderos
transductores, que transforman los estímulos mecánicos en impulsos electroquímicos que viajan por el nervio auditivo hacia la corteza cerebral. En cuanto a los efectos del ruido, este ocasiona diversas reacciones en el organismo humano. Entre éstas destacan: Pérdida de audición Efectos fisiológicos Efectos en la salud mental Efectos en la comunicación verbal Alteración del desempeño. Figura 4.6. Anatomía del oído
Oido externo
Ventana oval
Células ciliadas Oído interno
Nervio auditivo Cóclea
Fibras del nervio auditivo
Tímpano
Oído medio
Figura 4.7. Cóclea a ) Pérdida de audición En general, la pérdida de audición inducida por ruido se va produciendo en forma gradual y sin dolor. La exposición a niveles excesivos de ruido daña la cóclea, específicamente las células ciliadas del órgano de Corti. Después de una exposición a un ruido intenso, los trabajadores pueden experimentar un zumbido en los oídos o dificultades para escuchar. Esta reacción produce una elevación temporal del umbral auditivo, que va desapareciendo en la medida que el trabajador se aleja espacial y temporalmente de la fuente de ruido. Sin embargo, la exposición continuada o repetida a estas condiciones puede producir un daño permanente en el oído interno, conocido como “pérdida auditiva inducida por ruido” o hipoacusia neurosensorial, la cual es irreversible.
El Decreto Nº 745 del Ministerio de Salud, que reglamenta las condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo, en su Artículo 66 establece que, la exposición ocupacional a ruido continuo deberá ser controlada de modo tal que, para una jornada de 8 horas, ningún trabajador podrá estar expuesto a un nivel de presión sonora mayor de 85 dB(A), medidos a la altura del oído del trabajador. Paralelamente, el artículo 67 especifica límites respecto del tiempo de exposición permitido, si los trabajadores se exponen, sin protección auditiva, a niveles de presión sonora por sobre 85 dB(A). Además, según el artículo 69, en ningún caso se permitirá que trabajadores sin protección auditiva estén expuestos a niveles de presión sonora superiores a 115 dB(A), para cualquier tipo de trabajo. Todas estas disposiciones legales apuntan a la prevención de la hipoacusia. Sin embargo, a pesar que exposiciones a niveles de ruido bajo 80 dB(A) no provocarían daño auditivo, se presenta otro tipo de deterioro tanto en el desempeño como en la salud y bienestar general del trabajador. Respecto de riesgo de daño auditivo, este depende de las siguientes variables: Intensidad del sonido Distribución de la frecuencia del sonido. Ello debido a que los sonidos de tonos altos son más dañinos que los de tonos más bajos Si la exposición al ruido es continua, intermitente o de impacto. Al respecto, los ruidos inesperados alteran más que los constantes, mientras que los ruidos de impacto desencadenan respuestas autónomas en el trabajador La duración diaria de la exposición Susceptibilidad individual. Los ruidos propios molestan menos que los ajenos. Además, mientras más difícil sea la tarea, habrá una mayor susceptibilidad a ser interrumpido por el ruido. b) Efectos fisiológicos En general diversos estudios señalan que el ruido genera alteraciones en las funciones orgánicas normales. Entre estas destacan (LaDou, 1993): Aumentos de la frecuencia cardíaca Presión arterial inestable Cansancio o fatiga Dolores de cabeza Dificultades para dormir, lo cual afecta los procesos de recuperación del organismo Decaimiento general. c) Efectos en la salud mental
Aún cuando los niveles de ruido no dañen la audición, lo cierto es que generan tensión e irritan al trabajador. Diversos estudios han encontrado evidencias de la relación entre ruido e incremento de la agresividad y reacciones propias del comportamiento de personas sometidas a estrés. d) Efectos en la comunicación verbal Durante las conversaciones o intercambio de información verbal, el nivel sonoro de la voz del trabajador debería mantenerse 10 dB(A) sobre el ruido de fondo ( 1).
Si la señal o nivel sonoro de la voz resulta inferior en 10 dB(A) al ruido de fondo, su comprensión se reduce al 70%. En general, se espera que el ruido de fondo no sobrepase 60 a 65 dB(A). Si el proceso de intercambio de información verbal plantea mayores exigencias y dificultades de comprensión, el ruido de fondo no debe exceder de 45 a 50 dB o debería estar en una relación de 20 dB(A) por debajo de la voz humana (Farrer et. al 1995). e) Efectos en el desempeño Aún cuando no está totalmente definido cómo afecta el ruido la eficiencia laboral, Ramírez (1987) destaca que este agente ambiental provoca deterioro en: Tareas de vigilancia Tareas mentales complejas Tareas que requieren habilidad y destreza Tareas que requieren altos niveles de percepción Tareas psicomotrices complejas. 3.3 Métodos de evaluación Para la evaluación del ruido en los ambientes de trabajo, es necesario registrar al menos las variables de intensidad o el nivel de presión sonora y los tiempos de exposición de los trabajadores. Respecto de la evaluación del nivel de presión sonora, los instrumentos que se utilicen dependen de las características que el ruido tenga y el tipo de exposición. Es así como, si el ruido es de tipo continuo, estable y el trabajador permanece en el mismo lugar durante la jornada, el instrumento que se podría emplear es un sonómetro. Este dispositivo, similar al que se observa en la figura 4.8, permite registrar el nivel de ruido expresado en decibeles. Estos sistemas disponen de filtros o atenuadores que miden el ruido bajo diferentes condiciones. La denominación de estos filtros está expresada en letras que van de la “A” a la “D”. El significado de estas denominaciones es el siguiente:
1
Ruido de fondo: NPS registrado un 50 % del tiempo de muestreo.
A = La atenuación del filtro es similar a la que tiene el oído humano B = Atenuación de niveles de presión sonora de intensidad intermedia C = Atenuación de niveles de presión sonora de intensidad alta D = Para el registro de presiones sonoras sobre los 120 decibeles (ruido en un reactor de avión). Como se puede deducir, para el registro del nivel de presión sonora que puede afectar la audición humana, se requiere emplear un filtro tipo A. De este modo, para especificar que la lectura se realizó con un filtro tipo A, se anota de la siguiente forma: dB(A), dejando entre paréntesis la letra del filtro.
Figura 4.8. Sonómetro
Senso r Escala de decibeles
En cuanto a las características del ruido en ambientes de trabajo en el sector forestal, es importante destacar que los niveles de presión sonora son fluctuantes en el tiempo. De este modo, es necesario emplear dispositivos que permitan ponderar la intensidad del ruido. Para ello la mayoría de los instrumentos de medición de ruido registran el nivel de ruido equivalente (NPSeq o, en inglés, Leq). Esta expresión entrega un valor del nivel de ruido que representa la intensidad a que estaría expuesto el trabajador, si el ruido fuese continuo. La expresión matemática que permite calcular este valor es la siguiente:
NPSeq = 10 log ( Ti * 10 NPS/10 / Ti) Donde: Ti = Tiempo de exposición a una determinado NPS NPSi = Nivel de presión sonora evaluado en el tiempo i.
Otra de las características de la exposición al ruido, es que los trabajadores forestales se desplazan constantemente, alejándose o aproximándose a las fuentes de ruido. Por esta razón, el instrumento más adecuado para efectuar una evaluación de exposición es el dosímetro. Estos instrumentos, como el ilustrado en la figura 4.9, disponen de un micrófono que se sitúa próximo al oído del trabajador. El micrófono está conectado al dosímetro mediante un cable flexible. Por su parte, el dosímetro puede ser ubicado en un bolsillo o en forma más frecuente, mediante un clip, que se fija al cinturón del trabajador. De este modo, la persona efectúa sus actividades, trasladando un instrumento que no pesa más de 200 a 300 gramos, el cual permite registrar los niveles de ruido al que están expuestos los trabajadores durante la jornada o en períodos de tiempo representativos de sus actividades laborales. Figura 4.9. Dosímetro
Micrófon o
Dosímet ro
La información que proveen los dosímetros depende de la marca y modelo, pero, en general, los datos más relevantes para establecer el riesgo de sordera
profesional, son el tiempo de exposición, el nivel de presión sonora equivalente (NPSeq) y la dosis de ruido. En cuanto al significado de la “dosis de ruido”, expresa la razón entre el tiempo real que está expuesto una persona y el tiempo permitido según la intensidad del ruido. Estos valores están resumidos en la tabla 4.4. y corresponden a los establecidos en el Decreto 745, Artículo 67. De este modo, si la dosis supera el valor 1 y el trabajador no tiene equipos de protección personal, se concluye que presenta riesgo de desarrollar una sordera profesional. Tabla 4.4. Nivel de presión sonora y tiempos máximos de exposición. Artículo 67, Decreto 745. El NPS se extiende hasta los 115 dB(A) Nivel de Presión Sonora dB(A) 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 . 114 115
Tiempo Máximo de Exposición por Jornada ( horas) 8,00 6,97 6,06 5,28 4,60 4,00 3,48 3,03 2,64 2,30 2,00 1,74 1,52 1,32 1,14 1,00 0,87 . 0,14 0,12
3.4. Medidas de prevención y control El principio más efectivo de control del ruido, es el que incorpora medidas preventivas en la etapa de diseño de máquinas, herramientas y equipos. En general, efectuar correcciones a los sistemas ya construidos tiene un alto costo, baja efectividad y en algunos casos es imposible. En cuanto a la implementación de programas de control de ruido en las empresas forestales, en primera instancia es necesario determinar si los niveles de presión sonora en los ambientes de trabajo exceden los límites de exposición permitidos. En este análisis, no sólo se debe considerar el riesgo de perdida de audición, sino otros efectos como deterioro de la comunicación verbal, aislación del trabajador o efectos en la salud mental.
Respecto de medidas específicas de control de ruido, éstas se pueden implementar a nivel de la fuente, el medio a través del cual se propaga y en los trabajadores expuestos. Medidas de control en la fuente Las medidas en la fuente generadora del ruido están orientadas a elegir métodos, herramientas y máquinas que generen el menor nivel de presión sonora. En este aspecto, el empresario forestal al momento de adquirir un equipo, debe solicitar información a los fabricantes y proveedores del nivel de ruido generado por herramientas y máquinas. Al respecto, algunos fabricantes de equipos forestales, están incorporando antecedentes de esta naturaleza en sus catálogos. Más aún, en el capítulo 10 se presenta información del nivel de ruido registrado en máquinas estudiadas en el presente proyecto, específicamente trineumáticos, torres y skidder. También, en el capítulo 10, se resume información del ruido producido por motosierras de diferente cilindrada y potencia. En forma complementaria a la selección de máquinas y herramientas que generen bajos niveles de ruido, es fundamental realizar una mantención preventiva, que evite el sobreuso de piezas y elimine el juego y el desbalance entre los componentes mecánicos. Medidas de control en la transmisión Para atenuar el ruido transmitido a través del aire y las estructuras de los equipos, se pueden implementar medidas tendientes a: a) Incrementar la distancia entre los trabajadores y la fuente. Un ejemplo que ilustra este tipo de medida de prevención, se presenta en faenas de cosecha mecanizada, en las que se utilizan dos canchas para trozar y clasificar. En este tipo de organización, el trozador y el marcador trabajan en áreas separadas del trineumático. De este modo, entre otros beneficios, se logra mantener distante a los operarios de cancha del trineumático, el cual es uno de los más importantes emisores de ruido en estos ambientes de trabajo. b) Incorporar barreras entre el trabajador y la fuente. Este tipo de medida se aprecia en máquinas, en las cuales las caras internas de las placas metálicas que separan el motor del resto del equipo, están revestidas de materiales absorbentes del ruido. Entre los materiales que se utilizan con frecuencia están las espumas de caucho y plástico. c) Incorporar uniones flexibles que impidan la transmisión de oscilaciones mecánicas a través de las estructuras de los equipos. En forma complementaria a la medida anteriormente señalada, y con el propósito de evitar la transmisión del ruido, particularmente de las oscilaciones generadas
por el motor hacia el resto de las estructuras de la máquina, se incorporan materiales flexibles en los puntos de unión entre el motor y el chasis. d) Aislar al trabajador en cabinas. Otra de las medidas a las cuales se recurre para evitar la exposición del trabajador a ambientes ruidosos, es el diseño de cabinas. Al respecto, en su construcción, se debe considerar la aislación estructural con el chasis. Para ello, la cabina debe estar montada sobre uniones de materiales flexibles. También, para evitar la transmisión aérea del ruido hacia el interior de la cabina, se deben instalar materiales absorbentes en sus paredes. En algunos casos se puede justificar el uso de vidrios dobles. Además, las ventanas, puertas y los conductos o mangueras que ingresan a la cabina, deben estar herméticamente instalados. En forma complementaria, en el capítulo 10, se plantean algunas exigencias de construcción en las que se relaciona el ruido y agentes del ambiente como el calor y el polvo. Medias de control en los trabajadores Las medidas preventivas que se pueden implementar con los trabajadores, consisten básicamente en el uso de protectores auditivos y la reducción de los tiempos de exposición. En cuanto al uso de protectores auditivos, el tema se tratará en el capítulo 8, referido a “Vestuario y equipos de protección personal de trabajadores forestales”. Con respecto a los tiempos de exposición, este puede reducirse modificando la organización del trabajo, incorporando pausas y rotación de funciones. También es un factor importante, el mantener ambientes silenciosos durante los descansos y las horas de colación. 4. Vibraciones 4.1. Conceptos generales La mayor parte de las actividades forestales mecanizadas producen vibraciones. Entre ellas, la conducción de vehículos, la operación de máquinas como trineumáticos o skidders o la utilización de herramientas de potencia como motosierras y desbrozadoras. Dependiendo de las características de las vibraciones, éstas pueden provocar efectos en el individuo, desde una ligera molestia, hasta un deterioro de su desempeño y salud. En cuanto a la definición de vibraciones mecánicas, se señala que un cuerpo vibra cuando realiza un movimiento oscilante respecto de su posición de reposo o de referencia. El número de veces por segundo, que se realiza el ciclo completo se llama “frecuencia” y se mide, al igual que el ruido, en Hertz (Hz). Por su parte, al desplazamiento del cuerpo de su posición de reposo, se le denomina amplitud. El movimiento puede estar constituido por una frecuencia, como es el caso ilustrado en la figura 4.10, en el cual se representa la vibración de un diapasón. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las oscilaciones están constituidas por varias frecuencias simultáneas, como el movimiento de un pistón de un motor de
combustión interna, el cual se ilustra en la figura 4.11. Complementario a la frecuencia y amplitud, dos mediciones que son importantes en la definición de las vibraciones, corresponden a la velocidad y aceleración a la cual son sometidos los cuerpos. La velocidad se expresa en metros o milímetros por segundo (m/s o mm/s) y la aceleración generalmente en metros por segundo al cuadrado (m/s2). Respecto de la aceleración, esta medida representa la intensidad de las oscilaciones y está asociada con la transferencia de energía mecánica hacia el cuerpo humano. Por esta razón, es uno de los parámetros más utilizados para caracterizar los efectos de las vibraciones en las personas. Figura 4.10. Diapasón: Fuente de vibración que presenta una sola frecuencia
Figura 4.11. Pistón en motor a combustión: Fuente de vibración con distintas frecuencias
Respecto de la caracterización de las vibraciones, también es importante señalar que existen dos tipos de fuentes. Aquellas que transmiten las vibraciones hacia todo el cuerpo y las que lo hacen al sistema mano-brazo. En términos generales, las primeras son producidas por vehículos de transporte de pasajeros y maquinaria de trabajo. En cambio las trasmitidas al sistema mano-brazo, son generadas por herramientas de potencia. En las figuras 4.12.a y 4.12.b, se aprecian dos ejemplos en los cuales se ilustran las oscilaciones trasmitidas al todo el cuerpo, a través de los pies, muslos, glúteos y espalda. En cambio en las
herramientas éstas son transmitidas a través de los mangos hacia la palma y dedos de las manos. Figura 4.12.a. Vibraciones transmitidas hacia todo el cuerpo: operador de trineumático
4.11.b. Vibraciones trasmitidas hacia el sistema mano-brazo: motosierrista
Por otra parte, es importante destacar que las vibraciones tienen dirección, ya que son el resultado de la aplicación de fuerzas que se representan como vectores. De este modo, en las figuras 4.13. y 4.14, se ilustran los ejes X, Y y Z para vibraciones trasmitidas a todo el cuerpo y al sistema mano-brazo, respectivamente.
Figura 4.13. Vibraciones trasmitidas a todo el cuerpo: Ejes X, Y y Z
Figura 4.14. Vibraciones transmitidas al sistema mano-brazo: Ejes X, Y y Z
4.2. Efectos de las vibraciones en el ser humano El ser humano es capaz de percibir vibraciones desde 0,5 Hz hasta 100 Hz e incluso 10.000 Hz, a ciertas intensidades. Las personas perciben las vibraciones transmitidas a todo el cuerpo a través del órgano del equilibrio, ubicado en el oído interno. También, las vibraciones transmitidas a todo el cuerpo y al sistema manobrazo, son percibidas por el sistema propioseptivo y como sensaciones táctiles. En cuanto a los efectos de las vibraciones en los trabajadores, estos pueden ser fisiológicos, psicológicos, músculo-esqueléticos y de percepción. También, pueden producir deterioro del desempeño. Entre las variables que determinan el efecto en los trabajadores destacan:
La frecuencia y aceleración El tiempo de exposición El tipo de fuente y la transmisión, ya sea a todo el cuerpo o al sistema manobrazo La dirección de las vibraciones, en relación con los ejes ortogonales. Debido a que la transmisión de las vibraciones juega un rol importante en los efectos que se producen en las personas expuestas, a continuación se describirán las alteraciones más relevantes generadas por oscilaciones transmitidas a todo el cuerpo y al sistema mano brazo. 4.2.1. Efectos de las vibraciones transmitidas a todo el cuerpo Estas vibraciones son generadas por máquinas de trabajo o vehículos de transporte. Las oscilaciones pueden ser percibidas por los trabajadores como incomodidad o molestia. Sin embargo, dependiendo del tiempo de exposición, de la frecuencia y de la intensidad de las oscilaciones, estos síntomas pueden ser insoportables e incluso generar trastornos incapacitantes. Respecto de las características de las vibraciones, se ha establecido que a determinadas frecuencias de oscilación, el ser humano es más sensible y vulnerable. Ello se debe a un fenómeno denominado resonancia. Al respecto, todos lo órganos corporales, según su elasticidad, tienen la capacidad de deformarse al aplicarles una fuerza externa. Lo interesante es que la deformación de los órganos ocurre a determinadas frecuencias, denominadas propias o naturales. En este sentido, en la figura 4.15. se describen las frecuencias a las cuales vibran los órganos corporales en el eje z, al ser estimulados por una fuerza externa. En cuanto a la resonancia, el fenómeno se presenta cuando la frecuencia de la vibración es similar a la frecuencia propia o natural de los órganos corporales. Bajo estas condiciones de trabajo, las oscilaciones se amplifican y las personas sienten con mayor intensidad los síntomas. A modo de ejemplo, si, en la cabina de un operador de trineumático las frecuencias de las vibraciones verticales se encuentran entre los 8 a 10 Hz, la columna vertebral, que tiene frecuencias propias entre 10 a 12 Hz, entra en resonancia y las vibraciones se amplifican en esta región del cuerpo. En cuanto al fenómeno de resonancia, diferentes autores han descrito (Grandjean, 1982) las molestias producidas por diferentes rangos de frecuencia de vibraciones transmitidas a todo el cuerpo. Con el propósito de ilustrar los trastornos que pueden experimentar los trabajadores expuestos a oscilaciones verticales, a continuación se describen los síntomas y las frecuencias a las cuales el ser humano es más vulnerable. Interferencia con la respiración, entre 1 a 4 Hz Dolor en el pecho y en el abdomen, entre 4 a 10 Hz
Dolor de espalda, entre 8 a 12 Hz Tensión muscular, dolores de cabeza, tensión ocular, dificultades en el lenguaje hablado, entre 10 a 20 Hz Malestar en general y respuestas de ansiedad, entre 1 a 3 Hz En general, el incremento de la intensidad de las vibraciones aumenta la sensación de molestias, acompañado de un sentimiento de inseguridad. En el eje Z o vertical, el ser humano es más sensible en el rango de 4 a 8 Hz y en los ejes X e Y, en el rango de 1 a 2 Hz. Figura 4.15. Frecuencia propia de diferentes órganos corporales en el eje Z
La exposición a vibraciones en un lugar de trabajo, también puede provocar daño al sistema músculo-esquelético, particularmente trastornos al nivel de la columna vertebral. Si la exposición se mantiene por períodos prolongados de tiempo, se han registrado procesos degenerativos en los discos intervertebrales. Respecto de los efectos en el desempeño, las vibraciones afectan la percepción visual, deterioran la agudeza visual, las imágenes son inestables y borrosas, afectando el procesamiento de la información. 4.2.2. Efectos de vibraciones transmitidas al sistema mano-brazo Respecto de los efectos de las vibraciones transmitidas al sistema mano-brazo, se describen los siguientes: Alteraciones vasculares periféricas de la mano Alteraciones del sistema nervioso periférico de la mano
Pérdida de la capacidad de desarrollo de fuerza de la extremidad superior Trastornos degenerativos de huesos de muñeca y dedos Inflamación de articulaciones del sistema mano-brazo, en particular de muñeca y dedos. Con relación a las alteraciones de los nervios periféricos de la mano, en las etapas tempranas, los trabajadores presentan episodios intermitentes de “hormigueo” y “entumecimiento” de los dedos. Estos síntomas se pueden o no acompañar de dolor. En etapas más avanzadas, los episodios son más frecuentes y severos, con una disminución de la sensibilidad táctil y térmica, con pérdida de destreza manual y de fuerza muscular. Por su parte, en las alteraciones vasculares periféricas, los primeros signos corresponden a episodios de blanqueo del pulpejo de los dedos, lo cual puede desencadenarse a bajas temperaturas ambientales. A este efecto de las vibraciones se le ha denominado “fenómeno de los dedos blancos” y corresponde a un espasmo de las arterias, lo cual reduce el flujo sanguíneo en áreas periféricas de los dedos. En la medida que la exposición se extiende en el tiempo, el fenómeno de “dedos blancos” puede cubrir hasta la base de los dedos. En cuanto a trastornos del sistema músculo-esquelético, las vibraciones generadas por herramientas de potencia, afectan principalmente las manos y brazos. Entre estas alteraciones se destaca la fatiga muscular localizada, las inflamaciones en tendones y síntomas degenerativos en articulaciones, particularmente artritis de muñeca y codo. También, en exposiciones severas, se ha documentado daño degenerativo en huesos. Por otra parte, al igual que en las vibraciones transmitidas a todo el cuerpo, el ser humano es más sensible y vulnerable a ciertas frecuencias. Ello debido a que los segmentos corporales u órganos entran en resonancia. Para el caso del sistema mano-brazo, se ha establecido que el rango de sensibilidad se ubica entre 12 y 16 Hz.
4.3. Métodos de evaluación Para la evaluación de las vibraciones mecánicas, es necesario registrar la intensidad o aceleración en los ejes ortogonales y los tiempos de exposición de los trabajadores. Respecto de la evaluación de la aceleración (m/seg2), los instrumentos que se utilizan dependen del tipo de fuentes que se analiza. Es así como, para maquinaria y vehículos de transporte, se requiere un transductor o acelerómetro, similar al ilustrado en la figura 4.16. Este dispositivo es un disco flexible que se ubica entre la región de glúteos o la zona de contacto con el cuerpo y la superficie del asiento. Si la persona opera el equipo de pie el acelerómetro
debe situarse a nivel del piso. En cambio, para herramientas de potencia, se utiliza el acelerómetro ilustrado en la figura 4.17. Estos dispositivos, cuya función es trasformar la energía mecánica en impulsos eléctricos, se conectan mediante un cable al medidor de vibraciones. Los instrumentos, registran la aceleración en los tres ejes ortogonales en forma simultánea o efectúan registros por eje. El valor puede corresponder a un nivel de vibraciones expresado en términos equivalentes, el cual integra una amplia gama de frecuencias, en un determinado tiempo de medición. Esta medida es, generalmente, rotulada como L eq (Equivalent Level). Estos equipos disponen también de filtros, que permiten seleccionar la banda o rango de frecuencia que se desea analizar. Con este último procedimiento, se obtiene un análisis de frecuencia, el que expresa la intensidad de las vibraciones en los rangos de frecuencia registrados. En la figura 4.17, se ilustra un vibrómetro integrador con acelerómetro que permite la medición de vibraciones trasmitidas al sistema mano-brazo. Figura 4.16. Acelerómetro para el registro de vibraciones trasmitidas desde el asiento a todo el cuerpo del trabajador
Figura 4.17. Vibrómetro y acelerómetro para el registro de vibraciones trasmitidas al sistema mano-brazo
Acelerómetro
Para el caso de las evaluaciones efectuadas en herramientas y máquinas forestales, si el propósito es establecer el riesgo al cual están expuestos los trabajadores, se requieren determinar los tiempos de exposición y la intensidad de las vibraciones. Para ello se deben efectuar registros de vibraciones en períodos representativos de la jornada. En cambio, si se quiere efectuar una intervención, como la selección de una suspensión para el asiento o aislar la cabina del chasis de la máquina, los estudios de vibración deben considerar un análisis de frecuencia. Respecto de límites de exposición a vibraciones, la normativa vigente en nuestro país está contenida en el Decreto 745 “Sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo”. En esta reglamentación se incluyen disposiciones que regulan el nivel y tiempo de exposición a vibraciones transmitidas a todo el cuerpo y al sistema mano-brazo. La base conceptual y metodológica contenida en estas disposiciones deriva de las normas ISO 2631 “Guía para la evaluación de vibraciones transmitidas a todo el cuerpo” e ISO 5349 “Guía para la evaluación de vibraciones transmitidas al sistema mano-brazo”. El artículo 76 del citado Decreto indica que la aceleración vibratoria permitida para cuerpo entero en una jornada de 8 horas, según la dirección de la vibración, es la que se resume en la tabla 4.5.
Tabla 4.5. Aceleración vibratoria máxima permitida para una jornada de 8 horas Aceleración Vibratoria Máxima (m/s2) 0,63 0,45 0,45
Dirección o Eje Z X Y
En el caso que las aceleraciones vibratorias sean mayores, el artículo 77 establece los tiempos límites de exposición, de acuerdo a la tabla 4.6. Tabla 4.6. Tiempos máximos de exposición a vibraciones transmitidas a todo el cuerpo Tiempo de Exposición (horas) 8 7
Aceleración Vibratoria Máxima(m/s2) Z 0,63 0,72
X 0,45 0,50
Y 0,45 0,50
6 5 4 3 2 1 0,5
0,82 0,95 1,10 1,30 1,57 2,04 2,51
0,56 0,63 0,71 0,82 0,97 1,23 1,49
0,56 0,63 0,71 0,82 0,97 1,23 1,49
Para el componente mano-brazo, el artículo 80 establece que la aceleración vibratoria no deberá sobrepasar para ninguno de los ejes Z, X e Y, los valores ilustrados en la tabla 4.7. Tabla 4.7. Tiempos máximos de exposición para el componente mano - brazo Tiempo de Exposición (hrs.) Menor que 1,0 De 1 a 1,99 De 2 a 3,99 de 4 a 8
Aceleración Vibratoria Máxima (m/s2) 12,0 8,0 6,0 4,0
En el caso que no se disponga de instrumentos de evaluación o que se desee complementar el registro de las características físicas de las vibraciones con la percepción de los trabajadores, es recomendable efectuarles una entrevista sobre las molestias o síntomas, que se asocien con las oscilaciones generadas por las máquinas o herramientas. 4.4. Medidas de prevención y control El principio más efectivo de control de las vibraciones, es similar al planteado para el ruido, en el sentido de que es más factible reducir la generación de vibraciones en la etapa de diseño de los equipos. Respecto de la implementación de programas de control de vibraciones, en primera instancia, es necesario establecer si la intensidad o la aceleración de las oscilaciones excede los límites de exposición permitidos en los tres ejes ortogonales. Respecto de medidas de control de las vibraciones, se puede intervenir al nivel de la fuente, el medio a través del que se propagan las vibraciones y en los trabajadores expuestos. Medidas de control en la fuente Las medidas para atenuar el nivel de vibraciones en la fuente, están orientadas a reducir la aceleración de las oscilaciones, mediante la disminución de las fuerzas excitatorias. De este modo, es fundamental que en la etapa de adquisición de
máquinas y herramientas, se elijan equipos cuya potencia no esté sobredimensionada para las labores que se requieren efectuar. En este aspecto, el empresario forestal o los trabajadores, según sea el equipo que se adquiera, deben solicitar antecedentes a los fabricantes y proveedores, respecto de la intensidad de las vibraciones generada por los equipos. Hoy en día, en el mercado nacional, este tipo de información se especifica en algunos catálogos de motosierras. A modo de orientación, en el capítulo 10 se resume información de la intensidad de las vibraciones producidas por motosierras de diferente cilindrada y potencia. En forma complementaria a la selección de máquinas y herramientas, es fundamental realizar una mantención preventiva, que evite el sobreuso de piezas y elimine el juego y el desbalance entre los componentes mecánicos. Medidas de control en la transmisión En este aspecto, las alternativas de control de vibraciones dependen del tipo de fuente. En el sector forestal, éstas son básicamente máquinas y herramientas de potencia. a) Máquinas forestales. Se deben incorporar y mantener adecuados sistemas de suspensión en las butacas y en las uniones entre el chasis de la máquina y la cabina. Una de las medidas que se ha generalizado en el mercado, es incorporar, como opcional, butacas con suspensión hidráulica. No cabe duda que, esta característica de los equipos, debería pasar de ser un elemento opcional a un componente estándar. Por otra parte, con menor frecuencia, se han empleado uniones flexibles para aislar la cabina del chasis. Este tipo de medidas de control está siendo empleada en las últimas versiones de skidder. b) Herramientas de potencia. Las alternativas tecnológicas han estado dirigidas a incorporar y mantener sistemas de suspensión entre el mango y el cuerpo de las herramientas. Respecto de las motosierras, las marcas y modelos que se ofrecen en el mercado disponen de sistemas antivibratorios. Sin embargo, como se podrá apreciar en el capítulo 10, varios de los modelos de motosierras estudiados en este proyecto, presentaron niveles de vibración sobre lo permitido, para una jornada de 4 a 8 horas. De este modo, es necesario reducir los tiempos de exposición incorporando cambios en la organización del trabajo o seleccionar motosierras de menor potencia. Por otra parte, como se destacó en el punto 4.2.2, las vibraciones generan fatiga de la musculatura que opera los equipos y disminuye la capacidad de desarrollo de fuerzas de agarre o prensión. En este sentido, la elección de herramientas de menor peso, es un aspecto que también se debe considerar al momento de adquirir herramientas de potencia. Medidas de control en los trabajadores:
Las medidas preventivas que se pueden implementar con los trabajadores, consisten básicamente en la reducción de los tiempos de exposición. Para ello, se puede incorporar pausas a través de la jornada o rotar tareas con y sin exposición a vibraciones. Otro de los temas relevantes en la prevención de los efectos de las vibraciones, es la capacitación de los trabajadores. Esta debería estar orientada a que los operarios sean capaces de identificar los riesgos asociados a la exposición de vibraciones y que en el proceso de toma de decisiones, incorporen criterios preventivos. Por ejemplo, deben ser capaces de emplear la motosierra en posturas de trabajo que generen menor sobrecarga al sistema músculoesquelético. Este aspecto es particularmente importante, porque las vibraciones generan fatiga muscular localizada. De este modo, si se consideran tareas de volteo y trozado, los motosierristas deben emplear técnicas de trabajo en las que se utilicen los muslos como puntos de apoyo para el antebrazo. De este modo, se reduce el esfuerzo de sujeción que realizan los brazos y se mitiga la generación de fatiga localizada. Para mayores detalles, en el capítulo 10 se describen las técnicas de trabajo en tareas de volteo, trozado y desrame.
CAPITULO 5 DIAGNOSTICO ERGONOMICO Y ESTUDIOS DEL TRABAJO
Introducción
En Ergonomía, los estudios del trabajo constituyen técnicas de apoyo útiles al objetivo final de mejorar las condiciones de trabajo, resguardar la salud física y psicológica de los trabajadores, evitar accidentes e incrementar la productividad. En este contexto, los estudios del trabajo comprenden la medición del trabajo y los estudios de método. Este capítulo resume la metodología empleada para realizar un diagnóstico ergonómico cualitativo y para llevar a cabo estudios del trabajo que permitan evaluar, cuantitativamente, los factores que mayor influencia tienen sobre la respuesta de los trabajadores y el rendimiento laboral. Los diagnósticos ergonómicos, normalmente se efectúan con una lista de verificación. Como su nombre lo indica, estas listas contienen un conjunto de aspectos que es necesario observar cuando se evalúa un trabajo. En la literatura se describen numerosas listas de comprobación, desarrolladas para distintos propósitos. Algunas son simples y breves, mientras que otras tienden a incluir un gran número de detalles. Se debe tener presente que las listas de comprobación no substituyen el conocimiento, pero pueden representar una ayuda, que será más efectiva, mientras mayor sea la formación de quien las emplea. Las experiencias desarrolladas en Chile en el sector forestal, revelan que es de mucha utilidad disponer de listas de verificación para evaluar maquinarias y puestos de trabajo. Por esta razón, en el texto que sigue, se incluye una lista de comprobación para maquinarias, preparada por Apud et al.(1993) y otra lista publicada por FAO, a partir de un texto desarrollado por Bostrand (1993). Finalmente, antes de presentar las listas de comprobación, es necesario advertir que estas, por detalladas que sean, siempre se pueden perfeccionar. Incluso, como la evolución de la tecnología es tan rápida, es lógico que vayan surgiendo otras preguntas que irán enriqueciendo los instrumentos propuestos.
2. Lista de comprobación
2.1. Listas de verificación para máquinas de uso forestal I. Antecedentes generales a) Tipo de máquina
b) Marca
c) Especificaciones técnicas y accesorios
d) Otros antecedentes (fotografías, catálogos, etc.)
II. Areas de acceso y salida SI
NO
1. El tipo de escala, ¿es adecuado a las necesidades de desplazamiento de los operarios? 2. ¿Los peldaños son fáciles de alcanzar y suficientemente largos y profundos? 3. ¿La superficie de los peldaños es antideslizante? 4. Los peldaños ¿están diseñados para resistir el daño generado por los obstáculos del terreno? 5. ¿Existen suficientes manillas para ingresar y salir fácilmente de la máquina? 6. ¿Están ellas adecuadamente dispuestas? 7. ¿El espacio de ingreso y salida es lo suficientemente ancho y alto para efectuar una maniobra simple y segura? 8. ¿El espacio de ingreso y salida está libre de bordes y salientes? III. Recomendaciones ergonómicas para áreas de acceso y salida Estas áreas están constituidas por todas aquellas estructuras de la máquina que permiten al operador ingresar y salir del puesto de trabajo. Entre ellas, se cuentan escalas, manillas, barandas, plataformas y puertas. Las deficiencias en el diseño de estas estructuras, pueden generar problemas de seguridad en el tránsito de los operarios, específicamente, riesgos de accidentes por caídas en o entre niveles, así como también, en caso de emergencia, pueden entorpecer las maniobras de escape. Lo expedito de la vía de escape y la estabilidad de los operarios al transitar por estas áreas, depende en gran medida de las características y dimensiones de las escalas, la ubicación de barandas y manillas, las propiedades antideslizantes de las superficies por la que se transita y el tamaño de puertas y espacios de tránsito. a) Escalas Para el desplazamiento de operarios entre niveles, específicamente entre el terreno y el puesto de trabajo (ubicado generalmente en el interior de una cabina) se requiere utilizar escalas o escalas de peldaño. Las diferencias generales entre ambas se pueden ver en la figura 5.1.
Figura 5.1. Dimensiones y ángulos óptimos de escalas (A) y escalas de peldaño (B). Las medidas están expresadas en centímetros. También se incluye la ubicación de barandas y manillas
La elección de uno u otro tipo de escala depende de varios factores. Uno de ellos, es la factibilidad de instalar estos implementos en la estructura de la máquina. Como ambas tienen diferentes ángulos óptimos respecto a la horizontal, esto genera mayores o menores requerimientos de espacio para su instalación. Es así como, el ángulo óptimo de escalas se encuentra entre los 75 y 90 grados respecto a la horizontal y la escala de peldaños, entre los 50 y 75 grados. Un segundo aspecto a evaluar es el tipo de desplazamiento que tiene el operario. En escalas de peldaños, mientras menor sea su ángulo de inclinación con respecto a la horizontal, el desplazamiento del operario será más estable y, eventualmente, podrá incluso ocupar una mano para transportar algún objeto. En la figura 5.1, se resumen algunas de las recomendaciones para evaluar escalas (A) y escalas de peldaños (B). Especialmente, verifique la profundidad, ancho y altura de peldaños. Las barandas o manillas deben ser continuas y estar ubicadas en el ingreso inferior, a una altura no mayor a 150 cm medidos desde el piso o terreno y en el ingreso superior a 100 cm del piso (generalmente el piso es el de la cabina). b) Propiedades antideslizantes de pisos y escaleras La propiedad antideslizante de pisos y escaleras depende del coeficiente de roce de las superficies. Este coeficiente representa la razón entre la fuerza horizontal
necesaria para desplazar el cuerpo y su peso. Al respecto, se debe tener presente que pisos de metal liso, mojado por lluvia o derrame de líquidos, reducen marcadamente las propiedades antideslizantes, lo cual es altamente peligroso para los trabajadores y debe ser evitado. Para reducir los riesgos de caída en plataformas y escaleras, se recomiendan pisos de metal con relieves y con sistemas efectivos de drenaje (generalmente, perforaciones en el piso para que escurra el agua lluvia). Además, para asegurar la estabilidad de los operarios, conviene reiterar que, en las zonas de tránsito deben existir barandas, ubicadas a una altura de 100 cm medidos desde el piso. c) Espacios de puertas y áreas de transito El requerimiento de espacio es uno de los aspectos más críticos en la evaluación de las áreas de ingreso y salida, debido a que, los espacios reducidos, comprometen seriamente la estabilidad del operario, retardan o dificultan el escape en caso de emergencia y exponen a los operadores a golpes y cortes. En cuanto a las medidas mínimas que deberían tener puertas y pasillos, éstas dependen de la postura que adopta el operario al momento de ingresar o salir del puesto de trabajo. Es así como existen máquinas, en las que el sujeto se pone de pie en la cabina y atraviesa la puerta. En cambio, en otras máquinas, el trabajador sale de la cabina, partiendo de una posición sentado, se agacha y generalmente, después atraviesa la puerta de la cabina. Bajo estas condiciones de trabajo, si el operario se desplaza de pie, la altura mínima de puertas y pasillos no debe ser inferior a 190 cm y el ancho no inferior a 56 cm (se asume el uso de vestuario y casco). Para el caso en que el sujeto, por trabajar sentado, acceda a la máquina agachado, las puertas no deberían tener una altura inferior a 160 cm y un ancho inferior a 56 cm. El problema de las puertas de maquinarias forestales es bastante crítico. Hay países en que ha existido una seria preocupación al respecto, como por ejemplo en Suecia, donde ya en la década del 60, se evaluaron maquinarias forestales y agrícolas para cuantificar este problema. La figura 5.2 ilustra los resultados de tal estudio, que pueden servir de orientación para los encargados de la adquisición de maquinarias. En ella se puede ver, el mal diseño de la mayoría de los accesos de los vehículos evaluados, en relación al trabajador sueco de estatura media. Desde entonces a la fecha, en dicho país se han acogido las recomendaciones ergonómicas hechas por instituciones especializadas y se han mejorado los diseños. No obstante, a juzgar por los resultados de este estudio, ésta no es la generalidad en maquinarias fabricadas en otros países. Por ello, se recomienda observar cuidadosamente este detalle, por las consecuencias que los accesos insuficientes pueden tener para la seguridad de los trabajadores.
Figura 5.2. Trabajador sueco de tamaño medio y tamaño de puertas de maquinarias forestales y agrícolas
Reproducido de: Hansson, J.E. and Kylin, B. Gustavsson. "THE LOGGING TRACTOR AS A WORKPLACE". Department of Operational Efficienncy, Royal College of Forestry, Research Note N. 32, 1967. IV. Cabina SI 1. Las dimensiones internas de la cabina ¿permiten al operario una
NO
postura cómoda y funcional? 2. ¿El operario está expuesto al contacto con bordes y salientes agudas? ¿El piso es de material antideslizante? ¿Está el piso y el espacio de trabajo libre de obstáculos?
V. Recomendaciones ergonómicas para el diseño de cabinas a) Espacio Los requerimientos de espacio en la parte interna de la cabina dependen del tamaño corporal de los usuarios, los movimientos y posturas necesarios para efectuar el trabajo y de la forma en que se ha organizado la operación de la máquina. Al respecto, se debe tener presente que el espacio interno de las cabinas no debe ser inferior al que requieren los trabajadores forestales de mayor tamaño corporal. De este modo, si se considera trabajo en postura de pie, la cabina no debería tener una altura interna inferior a 190 cm. Para el trabajo en posición sentado, la altura mínima de la cabina no debería ser inferior a 160 cm. En cuanto al ancho interno, los requerimientos de espacio dependen principalmente de los movimientos de las extremidades superiores para operar volantes, palancas, etc. Si los controles están ubicados en zonas óptimas, vale decir, áreas de trabajo en las cuales éstos se operan en forma cómoda y eficiente (ver figura 5.3), se requiere un espacio transversal no inferior a 100 cm. En el sentido anteroposterior de la cabina, las necesidades de espacio dependen, en gran medida, de los movimientos de piernas para controlar el desplazamiento de los pedales. Si el operario está en posición sentado, que es la postura recomendada para accionar pedales, y estos dispositivos están ubicados en zonas óptimas (ver figura 5.4), se requiere un espacio anteroposterior no inferior a 120 cm.
Figura 5.3. Zonas óptimas para la ubicación de controles en el sentido transversal.
Figura 5.4. Zonas óptimas para la ubicación de controles en el sentido anteroposterior
VI. Butaca SI NO ASIENTO 1. ¿Tiene mecanismos de ajuste antero posterior? 2. De ser necesario ¿puede ser girado y bloqueado en las posiciones de trabajo que se requiera? 2. ¿La altura es la adecuada? 4. ¿Es de buena construcción en lo que se refiere a forma y dimensiones (ancho, profundidad e inclinación)? 3. ¿El tapiz, es de un material adecuado? APOYO PARA BRAZOS 1. ¿Se requiere apoyo para los brazos? 2. De ser necesario ¿los apoyos para los brazos están ubicados en un lugar correcto? APOYO PARA ESPALDA 1. ¿El apoyo para la espalda tiene un ángulo adecuado respecto del asiento? 2. ¿Es de buena construcción en lo que se refiere a la forma y dimensiones (ancho y alto)? 3.¿El tapiz es de un material adecuado? APOYO PARA LOS PIES 1. ¿La superficie es estable y antideslizante?
VII. Recomendaciones ergonómicas para las butacas La función que cumple la butaca en la cabina de las máquinas, es la de favorecer posturas estables, cómodas y funcionales. Esto permite ejecutar las tareas de
percepción de información, provenientes del panel de instrumentos y del ambiente externo a la máquina y accionar controles, tales como pedales, palancas, volantes, etc., desde una buena posición. Para satisfacer estos requerimientos, la butaca debe cumplir con las siguientes características: Debe tener sistemas de ajuste de modo que su ubicación permita, a trabajadores de diferente tamaño corporal, la operación de controles y percepción de información en posturas cómodas y funcionales El tamaño de las superficies de la butaca, tales como asiento y respaldo, debe permitir un apoyo adecuado a trabajadores de diferente tamaño corporal Los materiales de la butaca, que quedan en contacto con el cuerpo del operario, deben favorecer la disipación de calor y la evaporación del sudor. Por esta razón, los recubrimientos plásticos no son los más adecuados Respecto a la ubicación de la butaca, el ser humano tiene mayores potencialidades para accionar controles y percibir información visual en las zonas que se indica en las figuras 5.3, 5.4 y 5.5, respectivamente. Sin embargo, se debe tener presente que en cualquier población, en este caso trabajadores forestales, existen sujetos con distinto tamaño corporal. Por ello, es imprescindible que las butacas dispongan de mecanismos de ajuste para acomodar a sujetos de diferentes dimensiones, permitiéndoles desarrollar su trabajo en forma más eficiente y segura. En este sentido, toda butaca de maquinaria debe tener al menos un mecanismo de ajuste antero posterior. El rango de ajuste antero posterior y las dimensiones de la butaca para acomodar a trabajadores forestales chilenos, están resumidas en la tabla 5.1. El respaldo de la butaca cumple la función de apoyar y dar estabilidad al tronco y extremidades superiores del cuerpo. Para ello, se debe preferir un respaldo continuo que permita al usuario un apoyo completo de su espalda. Sin embargo, esta recomendación no es aplicable a todo tipo de máquinas, debido a que, en algunas de ellas, el trabajo exige a los operadores girar, con cierta frecuencia, el tronco y cuello en la dirección opuesta a la que se conduce la máquina. Aunque la rotación frecuente de la columna es altamente inconveniente, en el caso que sea estrictamente necesario, la altura del respaldo no debería obstaculizar la rotación de ella. Consecuentemente, su altura no debería ser mayor que 37 cm. En caso contrario, si la operación de la máquina se realiza única o preferentemente en la misma dirección en que está sentado el usuario, el respaldo puede ser continuo y de una altura de 52 cm.
Figura 5.5. Zonas óptimas para ubicar la información visual
Tabla 5.1. Dimensiones y características recomendadas para butacas Dimensiones y características ASIENTO Forma
Rectangular de bordes y vértices redondeados
Largo(profundidad máxima)
38 cm
Ancho(mínimo)
40 cm
Altura
39 cm
Ajuste antero posterior
± 7 cm respecto a posición intermedia
Inclinación: Dirección
Hacia la parte posterior
Inclinación: Angulo
3 a 5 grados respecto de la horizontal
Material
Resistente, que favorezca la disipación de calor y la ventilación
RESPALDO Altura máxima (con rotación de tronco) Altura máxima (sin rotación de tronco) Ancho
Recomendaciones
37 cm 52 cm 40 cm
VIII. Visibilidad SI 1. ¿Puede el operador ver el trayecto y el objeto de trabajo sin adoptar posturas incómodas? 2. Si se necesita y dispone de luces para el trabajo ¿son adecuadas en número, ajuste e intensidad? 4. ¿Las luces están protegidas con rejillas de alambre? 5. ¿La cabina tiene iluminación interna? 4.1 ¿Es regulable? 5.Se dispone de limpia parabrisas? 6. 1¿Son adecuados? IX. Recomendaciones para una buena visibilidad
NO
En los aspectos tratados anteriormente, se ha descrito las zonas óptimas para ubicar la información visual en la cabina de máquinas, específicamente, en el panel de instrumentos. No obstante, en el trabajo con máquinas forestales, también se recibe información visual desde fuera de la cabina, en cuyo caso la distancia entre el operario y el objeto observado aumenta y el área de visión se incrementa. En oposición a ello, la agudeza visual o capacidad para detectar detalles disminuye. Los cálculos para determinar el área de visión son complejos y pueden requerir de un especialista. No obstante, una manera simple de tener una aproximación, es basarse en la altura ojo-asiento de los trabajadores forestales chilenos, que está en un rango entre 71 y 81 cm. Con este antecedente, se puede verificar si la ubicación y el tamaño de la cabina, asi como la posición de las protecciones y ventanas, favorecen la percepción de aquellas tareas consideradas como relevantes para la operación de la máquina. En otras palabras, se recomienda al evaluador de una determinada maquinaria sentarse y verificar por sí mismo estos aspectos, teniendo en cuenta la diferencia entre su tamaño y el posible rango de los operadores. Es necesario tener presente que la visibilidad también se reduce por una iluminación deficiente, por la presencia de brillos en el campo visual del operador y por la carencia de mecanismos para eliminar de los vidrios el agua de lluvia y el vapor de agua. Respecto de la iluminación para el trabajo forestal, ésta es crítica si el trabajo se extiende a horario nocturno. Esta condición hasta el momento no es usual. No obstante, se han ido incorporando equipos y esquemas de trabajo que hacen necesario considerar en la evaluación de la maquinaria, la presencia y calidad de la iluminación destinada al área de trabajo y para la parte interna de la cabina. Es necesario en estos casos, requerir información del fabricante, para verificar la adecuidad de los mecanismos de iluminación. En cuanto a la prevención del deslumbramiento generado por el reflejo de las fuentes de luz (sol, focos, etc.) en superficies o partes de la máquina, se recomienda emplear pinturas opacas, cuya reflexión (cantidad de luz, expresada en porcentaje, que es devuelto al ambiente por objetos, pinturas, etc., cuando un rayo del luz cae sobre su superficie) no sea superior a un 35 %. Por ejemplo, las áreas circundantes al operador, entre ellas, panel de instrumentos, marcos de ventanas, controles etc., deben estar pintados con pinturas opacas, prefiriendo colores obscuros, en tonos grises y evitando el uso de cromados, cuya reflexión de 75 %, excede largamente lo recomendado.
X. Interfase hombre-maquina Indicadores
SI
NO
1. ¿Es relevante la información que presentan? 2. ¿El tipo de indicador es el adecuado a la información transmitida? 3. ¿El diseño del indicador permite entregar información clara y comprensible? 4. ¿Se puede distinguir fácilmente cada indicador respecto de los otros? Controles SI
NO
SI
NO
1. ¿Es adecuado el tipo de control respecto de la función que cumple? 2. ¿Se pueden operar en posturas cómodas y funcionales? 3. De ser necesario ¿el operador puede identificar el control? 4. Cuando en un corto período de tiempo se efectúan diferentes operaciones, ¿las acciones de control están divididas de manera que no se sobrecargue alguna de las extremidades, tanto superiores como inferiores? 5. Están ajustados en forma uniforme los controles en relación a la dirección, resistencia y distancia de movimiento? Asociación entre indicadores y controles
1. ¿Existe relación entre la dirección del movimiento de los controles e indicadores (estereotipos)? 2. ¿Los controles e indicadores están ubicados en forma lógica? 3. La cantidad de indicadores y controles ¿es suficiente como para operar la máquina en forma fácil y segura?
XI. Recomendaciones ergonómicas para la interfase hombre- maquina La interfase hombre-máquina es un plano, a través del cual, el operador recibe información (indicadores), del funcionamiento de la máquina y mediante acciones mecánicas (controles), modifica el estado del equipo que opera.
a) Tipos de indicadores Un indicador es un dispositivo, mecanismo o canal por el cual se transmite información al operador. La información le puede llegar por cualesquiera de los canales sensoriales. Sin embargo, los canales visuales y auditivos son los más empleados en el trabajo con maquinaria. Ambos tipos de señales tienen ventajas y limitantes. Por ello, el primer aspecto que se debe observar, cuando se evalúan indicadores, es verificar si es más apropiado emplear una señal visual o auditiva. En la tabla 5.2, se resumen algunas situaciones en las que se deberían preferir señales visuales o auditivas. Tabla 5.2. Tipo de información, versus ventajas de los indicadores visuales y auditivos VISUALES El mensaje es complejo El mensaje es largo El mensaje requiere referencias posteriores No existe urgencia en la transmisión El canal auditivo está saturado El medio no es adecuado para transmitir señales auditivas El trabajador tiene que permanecer en un lugar fijo
AUDITIVOS El mensaje es sencillo El mensaje es corto El mensaje sólo tiene valor en el momento La velocidad de transmisión es importante El canal visual está saturado El medio no es adecuado para transmitir señales visuales El trabajo del operador le obliga a desplazarse
a.1) Consideraciones respecto al diseño de los indicadores Indicadores auditivos: Entre estos dispositivos se cuentan chicharras, bocinas, sirenas, timbres, etc. Los sonidos emitidos deben ser fáciles de discriminar y, por lo tanto, debidamente codificados. Además, tienen que ser discontinuos, de una intensidad superior y de una frecuencia diferente al ruido ambiental.
Indicadores visuales Lo primero a evaluar en los indicadores visuales, es la correspondencia entre el tipo de indicador y la información transmitida. Por ello, se debe considerar si es más apropiado emplear un indicador visual de tipo cuantitativo, cualitativo o representacional. Para facilitar la identificación y la verificación de correspondencia entre función y tipo de indicadores, en la tabla 5.3 se resumen estos conceptos y se dan algunos ejemplos.
Tabla 5.3. Tipo de información provista por indicadores cuantitativos, cualitativos y representacionales Indicador
Tipo de información
Ejemplos
Cuantitativo
Cifras exactas o Digital tendencias de variables Contador = Horómetro Análogo Indicador de escala y puntero = Velocímetro Cualitativo Presentar estados Indicador de encendido y apagado de luces Activación y desactivación Alarma Representacional Presentar en modelos o Poco común en máquinas forestales en gráficos el Panel con flujo de proceso funcionamiento de sistemas
Debido a que los indicadores visuales cuantitativos son los dispositivos más usados en el diseño de paneles de instrumentos, es importante señalar que estos indicadores están subdivididos en análogos y digitales y, que ellos, presentan diferentes ventajas en cuanto al tipo de información cuantitativa transmitida. Los sistemas digitales son adecuados para transmitir cifras exactas. Por el contrario, los análogos, como indicadores de escala fija y puntero móvil, o escala móvil y puntero fijo, son más apropiados para transmitir tendencias de una variable. Los dispositivos visuales que más se emplean en el diseño de paneles de maquinaria forestal son los indicadores digitales y los de escala fija y puntero móvil. Como el diseño de estos últimos es importante, se harán algunas recomendaciones simples para su evaluación. Al respecto deben ser preferentemente de forma circular, porque esto le otorga mayor extensión a la escala. Esta no debe formar un círculo completo, ya que existen riesgos de confundir mínimo y máximo. Lo mejor es que forme un semicírculo. Cuando se trabaja con muchos indicadores, debe considerarse que el punto de lectura, que indica que el proceso sigue su curso normal, sea coincidente en todos ellos. A manera de ejemplo, en la figura 5.6, se reproduce una ilustración de Edholm (1967, donde se puede ver que es mucho más rápido detectar una lectura anormal en un conjunto de 16 indicadores normalizados que en 4 indicadores que no lo están. Las divisiones de las escalas dependen de la exactitud de lectura. Las escalas muy sobrecargadas deben evitarse y, en muchos casos, escalas cuantitativas pueden remplazarse por cualitativas. El ejemplo más típico lo constituye el indicador de temperatura de los vehículos. Años atrás, muchos de ellos utilizaban
escalas graduadas, en circunstancias que lo que el operador necesita saber son rangos cualitativos que le indiquen si el motor está frío, si la temperatura está dentro de niveles adecuados o si se produce un sobrecalentamiento. En cuanto al color de los signos, números y marcas, éstos deben ser preferentemente de color negro sobre fondo blanco, que es lo que produce mayor contraste y favorece la percepción. Respecto a las subdivisiones de las escalas, éstas deben ser fáciles de interpretar. Se recomienda que la progresión de los valores de la escala sea en tramos de 0,1,2,3, ó múltiplos 0,10,20,30. Además, no debería existir más de 9 marcas en cada tramo y se debe evitar la interpolación de información. A manera de ejemplo, observe en la figura 5.7, una escala correcta, de fácil lectura, comparada con otra que tiene una progresión compleja y de difícil lectura. El puntero debe tener sólo un extremo indicador. La punta de flecha es lo más recomendable. Es muy importante que las esferas tengan claramente especificado función y unidades. Por ejemplo, si sólo vemos escrito temperatura, el operador no tiene por qué saber si está en grados Celcius o Farenheit. Tan importante como esto, es que toda indicación esté escrita en el idioma de la persona que lo utiliza. No existe lógica alguna en ponerle indicaciones en otro idioma a un trabajador chileno.
Figura 5.6. Ilustración de un grupo de 16 indicadores normalizados y de otro grupo, de sólo 4, que no lo están. Nótese cuánto más fácil es detectar una desviación en el grupo más numeroso.
Figura 5.7. Ejemplo de progresión numérica de escalas.
a.2) Consideraciones respecto al diseño de controles Para controlar el funcionamiento de las máquinas, se dispone de una amplia variedad de dispositivos. Por lo general, los comandos se clasifican, de acuerdo a su función, en dos grupos. El primero incluye aquellos utilizados para modificar en
forma discreta el estado de las máquinas y, el segundo, corresponde a los utilizados para realizar ajustes continuos. Dada la variedad de funciones que pueden cumplir los controles, uno de los primeros aspectos a verificar, es si las características de ellos son compatibles con las funciones que cumplen. A manera de orientación, la tabla 5.4 resume los tipos de controles más empleados en máquinas forestales y las tareas para las cuales tienen mayor ventaja.
Tabla 5.4. Funciones para las cuales son más apropiados diferentes controles
En la práctica, para evaluar si los controles pueden ser operados en forma segura y en posturas adecuadas, es necesario considerar el rango de ajuste anteroposterior de la butaca (ver figura 5.3 y 5.4 y tabla 5.1), el alcance de brazos y piernas que tienen los sujetos de diferente tamaño corporal y el recorrido que
efectúan los controles, especialmente en los puntos en que más se alejan del usuario. Sin lugar a dudas que este procedimiento, para evaluar la ubicación de controles, excede los propósitos de esta lista de comprobación. No obstante, es necesario disponer de algunos criterios que permitan detectar las situaciones más críticas. Durante las observaciones efectuadas a diferentes maquinarias, se pudo detectar que los problemas de diseño, por lo general, se presentan con aquellos sujetos de menor tamaño corporal de una población. Estas personas, incluso con el asiento en la posición más próxima, no alcanzan a operar en todo su recorrido dispositivos tan importantes como volante, freno, acelerador, etc. Teniendo en consideración los problemas de alcance de los trabajadores de menor tamaño corporal, se debería verificar si, al ajustar el asiento en su posición más cercana a los controles, entre el respaldo y la parte posterior del pedal de freno, la distancia horizontal al piso no exceda los 68 cm. Del mismo modo, la distancia entre el respaldo y el acelerador no debe superar los 65 cm. Con respecto a volante y palancas, la distancia entre el respaldo y el borde más alejado del volante, o la posición más extrema de una palanca, no debería exceder los 66 cm. En cuanto a la altura de palancas, volantes y otros controles usados con frecuencia, deberían estar ubicados entre 26 y 51 cm medidos desde la superficie del asiento. En otras palabras, deben quedar a una altura cómoda de maniobrar, dejando espacio suficiente para las piernas. Con respecto a la máxima separación de pedales, el borde lateral interno no debería estar ubicado más allá de 15 cm de la línea media del asiento. a.3) Asociación entre indicadores y controles Así, como es importante analizar el diseño de controles e indicadores por separado, la evaluación de la asociación entre éstos, es fundamental para detectar problemas relacionados con la complementación entre la señal que emite la máquina y la pronta y adecuada acción de control. En este aspecto, se debe verificar la organización del panel y la correspondencia entre los estereotipos de indicadores y controles. a.3.1) Organización del panel En cuanto a la organización del panel, éste debe regirse por alguno de los siguientes principios: Función: Cuando se trabaja con grupos de dispositivos que cumplen funciones relacionadas, éstos deben ubicarse en una misma área del panel. Por su parte,si el diseño lo permite, los controles e indicadores asociados, deben estar lo más cerca posible, sin que la operación del control obstruya la percepción del indicador
Secuencia: Los dispositivos que deben ser operados en secuencia deben estar agrupados y ubicados de modo de favorecer la ejecución progresiva de las acciones Importancia: Los dispositivos más importantes, tanto por seguridad como por facilidad de operación, deben estar ubicados en el espacio más apropiado del panel, el cual se ubica frente al operador, dentro de las zonas óptimas de control y percepción (ver figuras 5.4 y 5.5) a.3.2). Relaciones de estereotipo Los estereotipos son formas de respuesta que la mayor parte de la población espera del comportamiento de indicadores, controles, o de la relación entre ambos. A modo de ejemplo, si se gira el volante de una máquina hacia la derecha, se espera que ésta vire en esa dirección. Para verificar este aspecto del diseño del panel de instrumentos, en la tabla 5.5 se resumen los estereotipos más ampliamente aceptados cuando se requiere producir aumento y activación.
Tabla 5.5. Estereotipos de aumento y activación más ampliamente aceptados
Es necesario señalar, que los estereotipos enumerados son los más comunes en la población chilena. Sin embargo, éstos son adquiridos y pueden variar de acuerdo a convenciones establecidas en diferentes países, a los que la población se habitúa en el transcurso de su vida. Por ejemplo, el interruptor de báscula, cuando es empleado para activación, en Chile la tendencia general es a desplazar la pluma hacia arriba. En otros países ocurre exactamente lo opuesto. Habitualmente, en la adquisición de maquinarias, se le presta muy poca atención a estos aspectos, que pueden ser causal de graves accidentes. Por ello, se recomienda verificar cuidadosamente las relaciones de estereotipo y, cuando sea necesario, solicitar a los fabricantes su modificación. En caso de no ser posible, este antecedente debe tenerse en cuenta, para que durante la capacitación, el trabajador adquiera el estereotipo adecuado al diseño de la máquina. XII. Ambiente físico SI 1. ¿Existen mecanismos de control de mecánicas? 3. ¿ Existen mecanismos de control del ruido?
las
NO
vibraciones
3. Los gases de la combustión, ¿son eliminados lo más lejos posible del operador? 4. La cabina, ¿protege adecuadamente de condiciones climáticas adversas, tales como: calor, frío y lluvia? XIII. Aspectos ergonómicos del ambiente físico
a) Vibraciones mecánicas En las máquinas forestales las vibraciones son principalmente generadas por el motor, la transmisión, el desplazamiento del vehículo por terrenos irregulares, el manejo de carga y la forma en que se conduce la máquina. Las fuerzas generadas, ya sea, por las fuentes o acciones enumeradas, son transmitidas al cuerpo del operario. El trabajador, según la intensidad y la frecuencia de las vibraciones, y el tiempo de exposición, puede experimentar trastornos en la columna vertebral y órganos del abdomen, así como también, fatiga muscular y disminución de la capacidad para operar la maquinaria. Algunas de estas afecciones pueden llegar a convertirse en enfermedades incapacitantes, razón por la cual se han implementado técnicas de evaluación de la exposición a las vibraciones y normas que definen los límites permisibles de exposición. Lamentablemente, las técnicas de evaluación son complejas, requieren personal calificado e instrumental sofisticado y de alto costo. Más aún, debido a que las
condiciones de trabajo son variables, es poco frecuente que los fabricantes especifiquen el nivel de vibración generado por la máquina o si la vibración está dentro de límites permisibles para una jornada de 8 horas de trabajo. Por los motivos señalados anteriormente, al utilizar la lista de comprobación, sólo es posible verificar si la máquina tiene mecanismos de control de las vibraciones. Al respecto, observe si entre el motor, u otras fuentes de vibración, y la estructura de la máquina, existen medios de atenuación de las vibraciones mecánicas. También, verifique si en los puntos de contacto de la cabina con el resto de la estructura del vehículo, existen medios de atenuación de las vibraciones, específicamente dispositivos construidos a base de caucho denso que evitan el contacto directo entre partes metálicas. En cuanto al diseño del asiento, éste debe estar aislado del piso de la cabina mediante suspensiones hidráulicas o neumáticas, cuya resistencia a la deformación pueda ser fácilmente regulada por el operario, de acuerdo al peso corporal. b) Ruido Los trastornos que el ruido puede producir en los trabajadores se pueden resumir en: a) pérdida de la capacidad de audición, por daños irreversibles en el mecanismo de audición, b) alteraciones psicológicas y c) trastornos fisiológicos. Estos efectos dependen principalmente de la intensidad y de la frecuencia del ruido, así como también, del tiempo de exposición de los trabajadores a este agente. Los daños en el mecanismo de la audición, son considerados como enfermedad ocupacional. En Chile, al igual que para las vibraciones mecánicas, existen normas que fijan límites permisibles para los trabajadores expuestos a ruido. Cuando una máquina genera altos niveles de ruido, solicite al fabricante antecedentes específicos, o requiera un especialista para efectuar las mediciones del nivel sonoro. Para una verificación simple compruebe lo siguiente: Que no se produzca ruido por impacto entre piezas metálicas Que los dispositivos que se mueven en dos direcciones, reduzcan suavemente su velocidad en los cambios de dirección Si la transmisión de la máquina es hidráulica o mecánica (prefiera la primera) Que las fuentes de ruido estén aisladas Que los motores eléctricos tengan silenciadores Que las salidas de aire de las válvulas neumáticas y las tomas de aire de los compresores tengan silenciadores Que las puertas o tapas cierren en forma hermética Que las estructuras que encierran las fuentes de ruido estén cubiertas en su parte interna con material absorbente de ruido (material espumoso de caucho, fibra de vidrio) Que la cabina esté suspendida en material absorbente a las vibraciones (caucho denso)
Que las aberturas en la cabina, para el paso de cables y tuberías, estén selladas c) Clima Los agentes climáticos, a los que están expuestos los operadores de maquinaria forestal, son el calor, el frío, la lluvia, la humedad y el viento. Estos agentes pueden producir, entre otros efectos, incomodidad, alteraciones en la concentración y motricidad e incremento en los errores de operación. Sin embargo, cuando llegan a límites extremos, pueden producir alteraciones bastante más serias. Para dar una solución integral a los problemas derivados del clima, se debería preferir máquinas que aíslen al operario del medio externo y le proporcionen un ambiente cómodo. Para temporadas de frío y lluvia, esto se logra básicamente, con cabinas de cierre hermético y con sistemas de calefacción regulable. Para épocas calurosas, con altos niveles de radiación solar, las cabinas deberían tener sistemas adecuados de aireación. Entre estos sistemas, es efectiva una escotilla ubicada de preferencia en el techo de la cabina, de modo que favorezca la circulación de aire. Anteriormente, se recomendó que las cabinas aíslen a los operarios del medio externo cuando estén expuestos a ruido y vibraciones. Esto también evita el polvo y las partículas de desecho. Estas medidas de protección requieren cerrar lo más herméticamente posible la cabina. Sin embargo, cuando la radiación solar es alta, el ambiente interno se convierte en un verdadero "invernadero", obligando a los operadores a trabajar con las puertas abiertas. Por lo tanto, se recomienda que las ventanas se puedan cubrir con pantallas de un material que refleje la luz solar, pero que a su vez, permita una visibilidad adecuada desde dentro de la cabina. La temperatura interna de una cabina también puede aumentar a niveles insoportables, cuando el motor está ubicado muy cerca del operador. Esto se debe a que la radiación no se alcanza a disipar, o a que las barreras de material absorbente de radiación son insuficientes o inexistentes. Para detectar este tipo de problemas, es necesario verificar el ambiente interno de la cabina, después que la máquina haya funcionado un ciclo de trabajo, que sea representativo de las condiciones a las que normalmente estará expuesto el operador. El problema es tan complejo que, en algunos casos, la única forma de permitir la disipación del calor y mantener hermetismo para evitar el ingreso de polvo, es utilizando cabinas presurizadas y con aire acondicionado.
XIV. Seguridad SI 1. ¿Se ha detectado situaciones inseguras en este tipo de
NO
máquinas? 1.1 En el modelo evaluado ¿Se han corregido los problemas de seguridad? 2. ¿El operador está protegido contra caídas o penetración de objetos? 3. ¿Se dispone de cinturones de seguridad en maquinaria móvil o en aquella en la que la cabina es giratoria? 4. ¿Para casos de emergencia, la máquina tiene un sistema de comunicación y señal de peligro? 5. ¿Existe el riesgo de inflamación? 6. ¿El estanque y la tapa de combustible están ubicados en un lugar seguro? 7. ¿Se dispone de extintores? ¿Están ubicados en lugares de fácil acceso? 8. ¿Las señales de advertencia están ubicadas en lugares visibles? 8.1¿El mensaje es claro y comprensible? 8.2¿Han sido reforzados los mensajes con figuras ilustrativas? 9. ¿El operario está expuesto a golpes eléctricos por mala ubicación e insuficiente aislación de fuentes y conductores eléctricos? XV. Consideraciones sobre riesgos para la seguridad Los riesgos de accidentes de operadores de maquinarias son variados y están muy bien documentados en la literatura especializada. Por ello, sólo se aportará información para verificar aspectos comunes, relacionados con el diseño de máquinas. a) Caída de objetos en la cabina y volcamiento Para proteger a los operadores de máquinas de las lesiones generadas por la caída de trozos de madera, partes de equipos, así como también, de los efectos del volcamiento de vehículos móviles, la cabina debe estar diseñada de modo tal, que resista la acción de las fuerzas presentes en ese tipo de accidentes. La Organización Internacional para la Estandarización (ISO), al igual que otras agencias especializadas, han publicado normas que establecen las características que deben tener las cabinas para proteger a los operadores del tipo de accidentes enumerados. Por lo tanto, cuando se verifique este aspecto del diseño, se recomienda solicitar al vendedor o fabricante que certifique si la cabina cumple con las normas para la protección que debe brindar la estructura de la cabina a la caída de objetos (por ejemplo, norma ISO 3449: Falling Object Protective Structure). También, se debe solicitar certificación en que se especifique la protección que otorga la estructura de la cabina en caso de volcamiento (por ejemplo, norma ISO 3471: Rollover Protective Structure).
Se pudo detectar en terreno que, algunos tipos de máquinas presentan cabinas con severas deficiencias en sus sistemas de protección. A modo de ejemplo, algunas eran construidas de fibra de vidrio. No cabe duda que, en caso de accidentes, piezas del equipo, cables y trozos de madera, atravesarán fácilmente la cabina, pudiendo lesionar gravemente al operador. b) Penetración de objetos en la cabina En las visitas a terreno se pudo detectar que, una de las principales fuentes de riesgos de accidentes lo constituye la penetración de varas de madera. Para evitarlo, verifique que las ventanas estén cubiertas con una malla metálica resistente, que permita ver con claridad el proceso de trabajo y, además, detrás de esta malla, debe existir un vidrio de seguridad inastillable o de un material transparente, de alta resistencia al impacto. c) Riesgos de inflamación Los riesgos de inflamación de combustible, se producen por derrames o por averías de depósitos y conductos de combustible, en presencia de fuentes de ignición. Para evitar estos riesgos, se debe verificar que, la tapa del estanque, el depósito y los conductos de combustible estén protegidos por la estructura de la máquina, de la acción mecánica del entorno de trabajo. Además, las fuentes de ignición, tales como, motor, batería y las piezas que están sometidas a una alta fricción mecánica, deben estar ubicadas en compartimentos aislados de los depósitos de combustible.
2.2. Lista de comprobación para lugares de trabajo. FECHA: EMPRESA: LUGAR DE TRABAJO:
NOMBRE TRABAJADOR: EDAD: ACTIVIDAD:
DIBUJO DEL LUGAR DE TRABAJO (Haga una descripción simple del lugar de trabajo en estudio. Marque la posición del trabajador y posición de máquinas/equipos/materiales).
DESCRIPCION DEL TRABAJADOR (Lista de actividades que realiza el trabajador bajo estudio y tiempo estimado en % durante el cual realiza dichas actividades).
NOTA: (CE): Se recomienda entrevista para completar las observaciones (EN): Entrevista necesaria
1 1.1 1.1.1 1.1.2 1.1.3 1.1.4 1.1.5 1.1.6 1.1.7
1.7 (EN)
POSTURA DE TRABAJO El trabajo implica ¿Una elección libre de la posición de trabajo? ¿Una posición fija? ¿Trabajo muscular estático? ¿Movimientos asimétricos o hacia un solo lado? ¿Movimientos frecuentemente repetidos sin variedad? ¿Esquemas complicados de trabajo? ¿Movimientos incómodos o cansadores? (Ej: trabajar con los brazos por sobre los hombros, cabeza, girando, doblándose, inclinándose) Sugerencias para mejorar las condiciones
SI
NO
2 HERRAMIENTAS Y EQUIPO SI NO 2.1 ¿El trabajador, usa alguna herramienta o equipo? 2.1.1 Si la respuesta 2.1 es NO, continúe en 3; si la respuesta es SI responda a las preguntas 2.2 a 2.8
2.2
¿Qué herramienta(s)/ equipos se usan y en qué trabajo?
2.3 ¿Con que frecuencia se utilizan la(s) herramientas/ equipo? (CE) Escoja una de las siguientes respuestas: continuamente, a menudo, en ocasiones, rara vez. 2.4 ¿Las herramientas/equipo son las más adecuadas para (CE) realizar el trabajo? 2.4.1 Si la respuesta 2.4 es NO explique por qué? (ej: muy pesada, diseño inapropiado, etc.)
2.5 (CE) 2.6 2.7 (CE)
¿Las herramientas tienen mangos adecuados?
¿Las herramientas, tienen buena mantención? ¿Es posible realizar el trabajo en mejor forma o más eficientemente si se utiliza alguna herramienta o equipo adicional? 2.7.1 Si la respuesta 2.7 es SI, señale qué herramienta/equipo y para qué tarea.
2.8 Sugerencias para mejorar las condiciones (relacionadas (EN) a items 2.1-2.7)
3
3.1
CARGA FISICA (de preferencia debería estar apoyada con mediciones) ¿Es el trabajo realizado muy pesado durante la mayor parte del tiempo?
SI
NO
3.2
¿Es el trabajo moderado durante la mayor parte del tiempo, pero con algunos momentos muy pesados? ¿Mencione las actividades más pesadas?
3.3
3.4 ¿Es el trabajo liviano la mayor parte del tiempo? 3.5 Opinión de los trabajadores acerca de la carga de trabajo (EN) (Items 3.1 - 3.4)
3.6 Sugerencias para mejorar las condiciones (Items 3.1 - 3.5) (EN)
4 4.1 4.1.1 4.1.2. 4.1.3 4.1.4
TRANSPORTE MANUAL DE CARGA (levantar, transportar, empujar y tirar) El trabajo implica: ¿Levantar manualmente? ¿Transportar manualmente? ¿Empujar manualmente? ¿Tirar manualmente?
SI
NO
4.2 (CE)
Si la(s) respuesta(s) es (son) NO pase a 5 Si la(s) respuesta(s) es (son) SI conteste 4.2 y 4.3 Haga una descripción breve de las cargas Peso:............................................................................ Forma:.......................................................................... Frecuencia de traslado (por hora).................................
4.3 (EN)
5 5.1
5.2 (CE)
Distancia de traslado:.................................................... Sugerencias para mejorar condiciones (en relación a los items 4.1 y 4.2)
RUIDO (de preferencia con mediciones de apoyo) ¿El trabajador, está expuesto a ruido? Si la respuesta es NO continue en 6; Si la respuesta es SI conteste 5.2 - 5.11 ¿Cuál es (son) la (s) fuente (s) de ruido?
SI
NO
5.3 (CE) 5.4
¿Durante cuánto tiempo por día el trabajador está expuesto al ruido? ..................................................................Horas / día ¿El ruido es continuo o intermitente?
5.5
¿Hay ruidos impulsivos?
5.6 (CE) 5.6.1
Según el trabajador ¿El ruido es molesto?
5.7
¿Puede eliminarse la (s) fuente (s) de ruido?
5.7.1
Si la respuesta 5.7 es SI, ¿de qué manera?
5.8
¿Puede aislarse la fuente de ruido?
5.8.1
Si la respuesta 5.8 es SI, ¿de qué manera?
Si la respuesta 5.6 es SI, ¿de qué manera?
5.9
¿El trabajador usa protectores?
5.9.1 (EN)
Si la respuesta 5.9 es SI, ¿de qué tipo? Si la respuesta es NO, ¿ por qué no los usa ?
5.10 (CE)
¿Existe alguna señal de advertencia u otra comunicación auditiva necesaria para realizar el trabajo? Si la respuesta es SI, ¿puede oirlas el trabajador?
5.10.1 (EN) 5.11 (EN)
6
Sugerencias para mejoramiento (en relación a los Items 5.2-5.3
6.2 6.2.1
VIBRACIONES ¿El trabajador está expuesto a vibración? Si la respuesta es NO, continue a 7; Si la respuesta es SI, responda de 6.2 a 6.9 ¿Qué tipo de vibración? ¿Vibración mano-brazo?
6.2.2
¿Vibración en todo el cuerpo?
6.3
¿Cuál es (son) la (s) fuente (s) de vibración?
6.4 (EN)
¿Durante cuánto tiempo del día debe estar el trabajador expuesto a vibración? ......................Horas / día ¿Según el trabajador, la vibración le molesta?
6.1
6.5 (EN) 6.6
¿Puede eliminarse la fuente de vibración?
6.6.1
Si la respuesta 6.6 es SI, ¿de qué manera?
6.7
¿Puede aislarse la(s) fuente(s)?
SI
NO
6.7.1
Si la respuesta 6.7 es SI, ¿de qué manera?
6.8 (EN)
Sugerencias para mejoramiento (en relación a los items 6.2 - 6.7)
7 7.1 (CE) 7.1.1
POLVO, HUMO, GAS, AGENTES QUIMICOS, ETC. El trabajador está expuesto a ¿Polvo? Fuente....................................................................
7.1.2
¿Humo? Fuente....................................................................
7.1.3
¿Gas? Fuente....................................................................
7.1.4
¿Sustancias químicas? Por ejemplo.............................................................
7.1.5
¿Otras sustancias de riesgo? Por ejemplo.............................................................
7.2 (CE) 7.3 (CE) 7.4 (CE) 7.5 (CE)
¿La ventilación es adecuada?
7.6 (CE)
7.7 (EN)
SI
Si el trabajador está expuesto a aserrín ¿se extrae éste adecuadamente del lugar de trabajo? Si el trabajador está expuesto a gas, ¿usa máscara? ¿Si el trabajador está expuesto a agentes químicos, usa ropa protectora?(guantes, zapatos, delantal) o máscara antigás? ¿El trabajador, sufre algún problema médico relacionado con aserrín, humo de sierra, gas, productos químicos (irritación de ojos, piel, ronquera, eczema, asma)? Sugerencias para mejoramiento (relacionadas a items 7.2 - 7.6)
NO
8 8.1 (EN) 8.1.1 8.1.2 8.1.3 8.1.4 8.2 (EN)
9 9.1 (EN) 9.1.1 9.1.2
FACTORES CLIMÁTICOS El trabajo esta expuesto a:
SI
NO
SI
NO
Frío Calor Humedad Corrientes de aire Sugerencias para mejorar condiciones:
ESTRES, CARGA MENTAL ¿El ritmo de trabajo está controlado por el trabajador? Si es SI, continue a 9.2 Si es NO, el ritmo está controlado por: ¿La máquina que el trabajador está operando?
9.1.3
¿Otra máquina(s) o trabajador(es) antes o después de él en el proceso de producción ¿Otros factores?
9.1.3.1
Si la respuesta 9.1.3 es SI, descríbalos.
9.2 (EN)
El trabajador ¿puede determinar cuándo hacer una pausa corta?
9.3 9.3.1
¿El trabajo es muy repetitivo? ¿Con qué frecuencia se repiten las tareas dentro de un período de 10 minutos? ¿El trabajador puede elegir los métodos, herramientas y técnicas? ¿Tiene supervisión directa?
9.4 (CE) 9.5 9.6 (CE) 9.7 9.8 (EN)
¿El trabajo, implica interacción social o cooperación de otras personas? ¿El trabajador trabaja aislado la mayor parte del tiempo (excepto durante pausas largas) ¿El trabajador rota entre diferentes tareas?
9.9 (EN)
¿Sugerencias para mejorar condiciones de trabajo? ( Items 9.1 - 9.8)
10 10.1 10.1.1 10.1.4 10.2
TIEMPO (JORNADA DE TRABAJO) SI NO La persona trabaja: ¿Sólo de día? ¿Otro esquema de horas de trabajo? ¿A qué horas trabaja? Comienzo................….........hrs Término..........…..................hrs. El trabajo se extiende por: Días por semanas............................días Meses por año..........................…meses ¿Hay pausas para colación?
10.3 10.4 (EN) 10.4.1
Si la respuesta 10.4 es SI Desde las:....................a las..................hrs. Desde las:...................a las..................hrs.
10.5 (EN) .10.5.1
Lugar de colación:.................................. ¿Existen otras pausas? Si la respuesta 10.5 es SI: Frecuencia:............................................................ Duración de ellas:...........................................min.
10.6 (EN)
11 11.1 (EN) 11.1.1
Lugar:.................................................................... Sugerencias para mejoramiento
ASPECTOS GENERALES DE SEGURIDAD Y SALUD ¿Se ha accidentado alguna vez en su trabajo? Si la respuesta 11.1 es SI, proporcione detalles
SI
NO
11.2 (EN) 11.2.1
¿Recuerda algún accidente fatal o que lleve a la pérdida de trabajo de alguno de sus compañeros? Si la respuesta 11.2 es SI proporcione detalles
11.3 (EN)
¿Está el trabajador expuesto a riesgos obvios de accidente?
11.3.1
Si la respuesta 11.3 es SI ¿Cuáles?
11.4
¿El trabajador expone a otras personas a riesgo de accidentes? Si la respuesta 11.4 es SI ¿A quiénes?
11.4.1
11.5 (EN) 11.5.1 11.6 (EN) 11.7 (EN) 11.8 (EN) 11.8.1
¿Hay normas de seguridad en el trabajo?
11.9 (EN)
¿El trabajador sabe de algún compañero de trabajo que haya abandonado el empleo por problemas de salud? Si la respuesta 11.9 es SI, detalle.
11.9.1
Si la respuesta 11.5 es SI ¿son adecuadas? ¿Es adecuado el equipo de primeros auxilios disponible? ¿En el lugar de trabajo, hay alguien entrenado en dar primeros auxilios? ¿El trabajador sufre algún problema de salud? Si la respuesta es SI, detalle.
11.10
¿El trabajador está expuesto a algún riesgo de salud evidente? 11.10.1 Si la respuesta 11.10 es SI, ¿cuál?
11.11 (EN) 11.12 (EN)
¿El trabajador tiene acceso a un cuidado médico adecuado? Comentario y sugerencia
12 12.1 12.2 12.5 12.7 12.8 12.13
12.14 (EN)
FACILIDADES DE ACCESO Y SALIDA DEL LUGAR DE TRABAJO ¿El trabajador puede ingresar y abandonar el lugar de trabajo en forma fácil y segura? ¿Existen vías marcadas en forma clara, con signos de advertencia? ¿El suelo está libre de obstrucciones o riesgo de deslizamiento? ¿Los componentes móviles, peligrosos de las máquinas, están protegidos en forma adecuada? ¿El equipo contra incendio está ubicado en forma adecuada y listo para ser utilizado? Otras observaciones.
SI
NO
Sugerencias para mejoramiento (Items 12.1-12.13)
13
EQUIPO DE PROTECCIÓN PERSONAL Equipo
Necesario
SI
NO
Usado
SI
NO
Entregado
SI
NO
13.1 Casco de seguridad 13.2 Protector de oídos 13.3 Protector de ojos 13.4 Guantes 13.5 Pantalón de seguridad 13.6 Botas de seguridad 13.7 Máscara antigás / polvo 13.8 Ropa protectora 13.9 Otros equipos. (Especifique)
13.1 ¿Se mantiene el equipo de protección personal limpio y (EN) en forma apropiada?
Frecuencia de reemplazo
13.1 Si la respuesta es SI ¿Quién lo hace? 0 . ¿Con que frecuencia? 1
13.1 Sugerencias para el mejoramiento del equipo de protección personal 1 (EN)
14
HERRAMIENTAS DE AYUDA PARA VOLTEO, DESRAME Y TROZADO SEGURO DE ARBOLES Herramientas de ayuda
Necesario
SI 14.1
Palanca de volteo
14.2
Tipo..................................... Cuñas
14.3
Tipos.................................. Ganchos, tenazas, etc.
14.4
14.5
14.6 (EN)
15 (ER)
NO
Usado
SI
NO
Entregado
SI
NO
Tipos.................................. Herramientas para sacar árboles suspendidos. Tipos................................. Otras herramientas de ayuda. Tipo................................... Sugerencias para el mejoramiento de las herramientas de ayuda
ELEMENTOS DE SEGURIDAD EN MOTOSIERRAS Elementos de seguridad
Disponible
SI 15.1
Protección de mango anterior
15.2
Protección de mango posterior
NO
Funciona
SI
NO
15.3
Freno automático de cadena
15.4
Atrapador de cadena
15.5
Control regulador de aceleración
15.6
Sistema
antivibración
(elementos
absorbentes)
15.7
Parachoques metálicos
15.8
Protector de la barra guía
15.9 (EN)
¿Cómo está organizada responsabilidades, lugar)
15.10 (EN)
Sugerencias para mejoramiento de seguridad con la motosierra.
16
la
mantención?
INFORMACION ACERCA DE LA ORGANIZACIÓN
(horarios,
SÍ
NO
16.1 ¿Se provee transporte hacia y desde el trabajo? (EN) 16.1.1 Si la respuesta 16.1 es SÍ, ¿cómo está organizado?
16.2 (EN)
¿Qué tan lejos y por cuánto tiempo camina el trabajador diariamente hacia y desde el lugar de trabajo? Distancia:............................................................................. Tiempo:.............................................................................
16.3 (EN) 16.4 16.4.1
¿Se da al trabajador el refugio necesario en el lugar de trabajo? (de la lluvia, el calor y el viento) ¿Existen campamentos? Si la respuesta 16.4 es SI, ¿son apropiados?
16.5 (EN)
¿Cuáles son las principales actividades del trabajador fuera de su trabajo?
16.6 (EN)
¿Cuándo y dónde ingiere el trabajador sus comidas principales?: Desayuno: Almuerzo: Cena:
16.7 (EN)
¿Quién prepara las comidas?
16.8
¿Hay entrega o subsidio de alimentos por parte del empleador? 16.8.1 Si la respuesta 16.8 es SI, ¿qué tipo de alimentos? ¿cuánto?
16.9 (EN) 16.10 (EN) 16.11 (EN)
17
¿con qué frecuencia? ¿Existe una minuta semanal? ¿Cómo es la disponibilidad y cantidad de agua potable?
Sugerencias para mejoramiento (en relación a los ítemes 18.118.17)
ANTECEDENTES DEL TRABAJADOR
SI
17.1
Tiempo que el trabajador se desempeña en la empresa
17.2
Tiempo en el trabajo actual
17.3
Tipo de empleo (pemanente, estacional, casual)
17.4 (EN) 17.4.1
Educación:
17.4.2
¿Sabe leer y escribir?
17.5.
Capacitación:
Años de escolaridad
NO
17.5.1 17.5.1.1
¿Se le dieron instrucciones iniciales al trabajador al comenzar su trabajo? Si la respuesta 17.5.1 es SI, describa
17.5.2
¿Son necesarios los manuales de instrucción?
17.5.2.1 17.5.3 (EN) 17.5.3.1
Si la respuesta 17.5.2 es SI, ¿están disponibles y los entienden los trabajadores? ¿Se les ha dado capacitación básica para su trabajo? Si la respuesta 17.5.3 es SI, describa.
17.5.4 (EN) 17.5.4.1
El trabajador, ¿tiene experiencia o capacitación práctica en otros trabajos? Si la respuesta es SI, ¿en cuáles?
17.6
¿Cómo se pagan los sueldos?
17.6.1
¿Por tiempo?
17.6.2
¿Por trabajo?
17.6.3
¿A trato?
17.6.4
¿Por tiempo, más bono de producción?
17.7 (EN) 17.7.1
Sindicatos:
17.7.1.1
17.7.2 17.8 (EN)
17.9 (EN)
¿Es miembro de un sindicato o una asociación de trabajadores? Si la respuesta 17.7.1 es SÍ, ¿cuál?
¿Tiene el sindicato un contrato colectivo con el empleador del trabajador? Sugerencias hechas por el trabajador para cualquier tipo de mejoramiento
¿Qué es lo que más le gusta al trabajador de su trabajo?
17.10 (EN)
¿Qué es lo que menos le gusta al trabajador de su trabajo?
17.11
Comentarios y sugerencias para mejorar
3. Estudios del trabajo 3.1 Estudio de Métodos Es el registro, análisis y evaluación crítica sistemática de los métodos existentes para llevar a cabo un trabajo, en busca de las técnicas más eficaces y posibles de aplicar (OIT, 1987). Esto se puede lograr en base a lo siguiente: Mejorar los procesos y los procedimientos Mejorar la disposición del lugar de trabajo, así como también el diseño del equipos y maquinarias Optimizar el esfuerzo que realizan los trabajadores y eliminar la fatiga Mejorar la utilización de insumos, herramientas y máquinas Crear mejores condiciones físicas de trabajo 3.2 Medición del trabajo Por su parte, la medición del trabajo es la aplicación de técnicas que permiten determinar el tiempo requerido por un trabajador calificado para realizar una tarea definida, entendiéndose por trabajador calificado, aquel que posee la aptitud física requerida, que tiene la inteligencia y educación necesaria y que ha adquirido las
habilidades y el conocimiento para realizar el trabajo de acuerdo a estándares satisfactorios de seguridad, cantidad y calidad, OIT. La información básica que proporciona esta técnica, es útil para la organización del trabajo. Por ejemplo para: Comparar la eficacia de varios métodos; en igualdad de condiciones (incluyendo la carga física y psicológica), el método mejor será el que requiera menos tiempo Determinar el número de máquinas que puede atender un operario o el número de trabajadores que requiere una máquina Determinar las necesidades de equipo y personal necesario para llevar a cabo el programa de producción Facilitar información para realizar estimaciones de ofertas, precios de venta y posibilidades de entrega del producto Disponer de rendimientos de referencia que hagan posible establecer sistemas de salarios y primas de producción
3.2.1. Técnicas para realizar medidas del trabajo Las principales técnicas empleadas para estos efectos son: Estudio de tiempo (incluye estudio de la producción) Método de las observaciones instantáneas o muestreo del trabajo Normas predeterminadas de tiempos-movimientos Evaluación analítica En este Manual, solamente se tratará el estudio de tiempo, por ser una técnica fundamental de la medición del trabajo y por ser además, la utilizada en los estudios realizados en el contexto del proyecto FONDEF. 3.2.1.1. Estudio de tiempo para fines ergonómicos Los estudios de tiempo tradicionales, generalmente utilizan criterios subjetivos relacionados con esfuerzo físico y, prácticamente, ninguna consideración concreta respecto a la aptitud física de quienes son evaluados. En los tiempos actuales, con el advenimiento de la Ergonomía, es posible objetivar estos aspectos de manera tal, de estudiar el problema de rendimientos, en poblaciones físicamente representativas de los trabajadores del sector, cuando estos efectúan el trabajo sin sobre o sub-esfuerzo. Por mucha experiencia que un analista de tiempos y rendimiento tenga, es imposible que, si no evalúa la aptitud física del trabajador y
el esfuerzo desplegado durante las jornadas de estudio, pueda asegurar que los rendimientos obtenidos serán reproducibles. El comportamiento de un trabajador o un grupo de ellos, cuando están siendo observados, puede variar sustancialmente, del que habitualmente tienen en jornadas de rutina. Por ello es necesario analizar los criterios hoy en día vigentes, que fueron utilizados en este estudio, para cuantificar la carga física de trabajo, como asimismo las normas que se siguieron para seleccionar cuadrillas, cuyos atributos de aptitud física fueran representativos del sector forestal chileno. a) Definición El estudio de tiempos es una técnica para determinar con la mayor exactitud posible, partiendo de un número limitado de observaciones, el tiempo necesario para llevar a cabo una tarea determinada. Para fines ergonómicos, se necesita considerar además, las variables del terreno, del clima, de los árboles y la respuesta fisiológica y psicológica de los trabajadores cuando procede.
b) Procedimiento b.1.) Selección del trabajo objeto de estudio Es pertinente señalar que la selección del trabajo a estudiar, en general se efectúa por los siguientes motivos: Innovación de tareas. Obtención de un nuevo producto o una nueva operación o serie de actividades. Por ejemplo, la incorporación de un nuevo tamaño de troza como producto Cambio de herramientas y método de trabajo que requieren de un nuevo tiempo tipo. Por ejemplo, el estudio de un tijerón de poda modificado Quejas de los trabajadores sobre el tiempo que se le asigna a una determinada función. Por ejemplo, esto se observó en faenas de plantación, donde los plantadores se quejaron de los rendimientos mínimos exigidos por el contratista Retrasos en una operación, éste es el caso de una actividad que retarda las operaciones siguientes o las anteriores. Por ejemplo, se observó en una faena de cosecha con torre, que en el madereo realizado con bueyes había un mal aprovechamiento, reflejado en los bajos tiempos dedicados a la actividad principal de la maquina Cambio de criterio de la organización. Por ejemplo, la aplicación de un nuevo sistema de primas por rendimiento
En este caso, por ser un proyecto de investigación a nivel de sector productivo, se evaluaron las tareas, con el fin de: Establecer los tiempos y rendimientos de cada una de las tareas Comprobar la eficiencia de los métodos de trabajo Investigar el esfuerzo físico y psicológico de los trabajadores Investigar la adecuada utilización de los recursos materiales comprometidos b.2.) Obtención y registro de la información Las variables a cuantificar dependen, en gran medida, de la tarea que se esté evaluando. A continuación, se da la lista de variables presentes en las diferentes faenas de bosque. El usuario de este Manual deberá seleccionar las que corresponden a la tarea específica que necesite evaluar. b.2.1.) Características de los árboles Altura de tocón: es la altura desde el suelo hasta donde fue realizado el corte de caída. Instrumento de medición: huincha de distancia Altura nominal de poda (ANP): corresponde a la altura desde el suelo al último verticilo podado. Instrumento de medición: vara telescópica. (Ver figura 5.8) Altura real de poda (ARP): corresponde a la altura libre de ramas que tiene el árbol después de la poda. Se mide desde el suelo hasta el primer verticilo con ramas. Instrumento de medición: vara telescópica. (Ver figura 5.8) DAP: diámetro del árbol medido a la altura del pecho (1.3 m.), en caso que el árbol se encuentre en pendiente, el DAP debe ser medido por sobre la pendiente. Instrumento de medición: forcípula. (Ver figura 5.8) Diámetro de tocón (DAT): es la medición del diámetro a la altura del tocón de los árboles volteados. Instrumento de medición: forcípula Diámetro máximo y mínimo de ramas: se refiere al diámetro de las ramas medido a la altura del corte, seleccionando como diámetro máximo, el de la rama más gruesa y como mínimo, el diámetro de la rama más delgada del árbol podado/desramado. Instrumento de medición: pie de metro Diámetro sobre muñón: diámetro medido sobre el abultamiento producido en el verticilo. Instrumento de medición: forcípula Número de ramas por verticilo (NRV): sumatoria de todas las ramas del árbol podado/desramado, dividido por el número de verticilos trabajados del mismo árbol
Número de trozos: número total de trozos obtenidos del árbol Número de verticilos (NV): número efectivo de verticilos podados/desramados. (Ver figura 5.8) Volumen por árbol : se estima con diferentes fórmulas, pero una de las más utilizadas es la fórmula de Smalian, que se presenta a continuación: Volumen (m3) =
/4* [( d12+ d22)/2]*L
Donde: D1: diámetro de un extremo de la troza(m) D2: diámetro del otro extremo de la troza(m) L : Largo de la troza(m) Figura 5.8. Ilustración de algunas de las variables antes descritas
b.2.2.) Características de las maquinarias Cada máquina tiene su propia definición de los tiempos involucrados en el proceso productivo. Sin embargo, para las máquinas evaluadas, que fueron skidder, trineumático y torre, se distinguen los siguientes tiempos tipo: Viaje vacío: considera el tiempo en que la máquina inicia su recorrido en busca de árboles o trozos, hasta el momento en que se detiene para iniciar el proceso de carga Carga: considera el tiempo desde el momento en que la máquina se detiene, en el sitio donde están los árboles o trozos, hasta que tiene la carga agarrada y acomodada para iniciar el viaje cargado Viaje cargado: es el tiempo desde el momento en que la máquina tiene la carga tomada hasta el momento en que se detiene en la cancha o lugar de acopio Descarga: considera el tiempo desde que la máquina se detiene y procede a soltar la carga de árboles o trozos en la cancha o lugar de acopio Además de estos tiempos, se debe medir la distancia de madereo, definida como la distancia entre la cancha de acopio y el límite de la zona de carga. Esta variable se mide utilizando jalones, los cuales se ubican cada 20 m. sobre las huellas por la que se desplaza la máquina en la zona de trabajo. b.2.3) Características del trabajador Se debe tipificar las características de los trabajadores que se someterán a estudio, a fin de ver si estos corresponden al perfil del trabajador forestal chileno. En nuestros estudios consideramos las siguientes variables: estatura, edad, peso, composición corporal y capacidad aeróbica. Con respecto a las técnicas para evaluar la respuesta de los trabajadores y los instrumentos utilizados para tal propósito, ver capítulo 2. b.2.4) Condiciones del terreno Indice de movilidad: es el cuociente que se obtiene entre el tiempo de desplazamiento en un terreno plano sin obstáculos, partido por el tiempo de desplazamiento en un terreno con diversos grados de dificultad, (ej: zanjas, sotobosque, ramas entre otros). Para obtener este índice, el controlador recorre una distancia conocida en un terreno sin obstáculos y determina el tiempo ocupado en dicho desplazamiento. Posteriormente, realiza el mismo recorrido en el sector trabajado por el operario sujeto a seguimiento, y determina el valor respectivo para esa condición. Los instrumentos requeridos
son huincha de distancia y cronómetro. A continuación se dividen ambos valores y se obtiene el índice de movilidad. Para efectos de interpretación, se fijan los siguientes rangos (Vega, et al, 1991. Rango 0.01-0.33 0.34-0.66 0.67-1.00
Índice de movilidad Alto Medio Bajo
Pendiente: corresponde al grado de inclinación del terreno expresado en porcentaje. Se mide cada vez que el terreno sufre una variación importante durante el desplazamiento del operario. Instrumento de medición: hipsómetro Suunto b.2.5.) Clima Las variables climáticas que se registran en este tipo de estudios son la temperatura radiante, la temperatura de bulbo seco, la temperatura de bulbo húmedo y la velocidad del viento. Es suficiente medirlas y registrarlas cada 30 minutos durante la jornada de trabajo, o cuando se produzcan cambios bruscos. Estas variables climáticas están definidas en el capítulo 4, junto a los instrumentos de medición necesarios para su evaluación. b.3.) Descripción del método de trabajo y división de la tarea en actividades principales y secundarias Las actividades principales son las directamente relacionadas con la operación o la transformación del producto. Por ejemplo, las actividades principales del volteo son: Limpieza de la zona de trabajo Limpieza del fuste Volteo Desplazamiento Las actividades secundarias son aquellas propias de la operación, pero que no están directamente relacionadas con la transformación del producto o con el proceso, y son atribuibles a los materiales, las personas, detenciones e imprevistos generales y otros. Por ejemplo, las siguientes actividades son secundarias en la tarea de volteo: Mantención y reparación de equipos y herramientas Funciones fisiológicas del trabajador Esperas, pausas y descansos realizados durante la normal ejecución de la faena
Imprevistos que interrumpen temporalmente el ciclo normal de trabajo, estando todos los recursos aptos. Estos son tiempos cortos inferiores a 10 minutos de duración. (Ej: al controlador se le caen los formularios, al operario se le cae el casco o zapato) Imprevistos que interrumpen temporal o permanentemente las mediciones durante la jornada. Estos tiempos, en general, son largos y superan los 10 minutos como mínimo. (Ej: lluvias, fallas de cronómetro, accidentes, etc.) b.4.) Medición y registro del tiempo invertido por el trabajador al realizar su actividad. Existen varios procedimientos para cronometrar el tiempo. Al respecto, los más utilizados son: cronometraje continuo, cronometraje de repetición o con vuelta a cero y cronometraje de multimomento. b.4.1.) Cronometraje continuo En este procedimiento el cronómetro funciona de modo ininterrumpido durante toda la medición. Se pone en marcha al principio de la primera actividad del primer ciclo que se registra y no se detiene hasta la conclusión del estudio. Al terminar con una actividad, se registra el tiempo que marca el cronómetro, y se continua midiendo la segunda actividad y así sucesivamente, sin detener el cronómetro. Finalmente, los tiempos de cada actividad se obtienen por restas sucesivas de los tiempos registrados. Este procedimiento asegura el registro de todo el tiempo en que el trabajo está sometido a observación. b.4.2.) Cronometraje de repetición, o con vuelta a cero En este procedimiento, al igual que en el anterior, el cronómetro se pone en marcha al comienzo de la primera actividad del primer ciclo, pero la diferencia está en que, al realizar la primera lectura (fin de la primera actividad), el cronómetro se vuelve a cero, lo cual se repite para cada actividad evaluada, durante todo el estudio. b.4.3) Cronometraje de multimomento En este caso se determinan, a priori, los intervalos de tiempo en que se realizarán los registros. Estos pueden ser determinados al azar, o fijados para toda la duración del estudio. Por ejemplo, cada 30 segundos o cada dos minutos, dependiendo de la tarea en observación. Una vez elegidos los tiempos de registro, se pone en marcha el cronómetro al principio de la primera actividad del primer ciclo. Al cumplirse el tiempo preestablecido, se anota la actividad que realiza el trabajador. Se sigue este procedimiento cada vez que el cronómetro indica el tiempo fijado. No se detiene el cronómetro hasta la conclusión del estudio. Con esta información es posible determinar la distribución de tiempo y la importancia que cada actividad tiene durante la jornada laboral. b.5.) Métodos estadísticos para la determinación del tamaño de la muestra
A continuación, se señalan dos métodos estadísticos para la determinación del tamaño muestral.
b.5.1.) Método 1 Para utilizar este método es necesario determinar: El porcentaje de tiempo principal (p) El porcentaje de tiempo secundario (q) El nivel de confianza deseado para el estudio y el margen de error Para determinar estos valores se debe hacer un estudio preliminar, en el cual se realiza un número previo de observaciones que permitan obtener el porcentaje de trabajo (p) y de inactividad (q) respectivamente. Determinación del nivel de confianza deseado para el estudio y el margen de error Si elegimos un nivel de confianza del 95%, con un margen de error del 10%, en tal caso, se espera que el 95% de los casos correspondan a el 10% del valor real. Con el nivel de confianza determinado ,se ingresa a la tabla de distribución t de Student. Al entrar, con un nivel de confianza del 95%, se obtiene un valor de 1.96. Luego el error estándar de la proporción es 5:
1.96
p
= 10 (margen de error)
p
=5
Si suponemos que los valores de p y q obtenidos fueron 75% y 25% respectivamente. Entonces podemos determinar el número de ciclos de estudio mediante la siguiente fórmula:
p=
p q n
Donde: = error estándar de la proporción p = porcentaje de tiempo en marcha q = porcentaje de tiempo inactivo p
Entonces
p*q n = ------------------- = 75 2 p
Luego, para esta tarea y un nivel de confianza del 95% con error del 10%, es necesario estudiar 75 ciclos de trabajo. También es posible determinar el número de ciclos a estudiar, utilizando el siguiente nomograma:
Figura 5.9. Nomograma para determinar el número de ciclos a observar Porcentaje de ocurrencia (p)
Error (%)
Número de observaciones (n)
99-98% 95% Nivel de Confianza b.5.2.) Método 2
Al igual que el anterior, para utilizar este método es necesario establecer el nivel de confianza y el margen de error deseado para el estudio. Además, se debe hacer un estudio preliminar en terreno, en el que se realiza un número de observaciones que permitan obtener el tiempo promedio del ciclo de trabajo y su desviación. Con estos antecedentes, se puede determinar el número de ciclos de estudio mediante la siguiente fórmula: t2 * (Sx / X) n = ------------------------E2
Donde n = número de ciclos a observar t = t de student para el nivel de confianza determinado sx = desviación estándar de la muestra x = promedio de la muestra E = error expresado en valores entre 0 y 1 b.6.) Funciones para la estimación de rendimientos de referencia. Uno de los principales objetivos de nuestro trabajo ha sido establecer rendimientos de referencia para labores silvícolas y de cosecha. El modelo, parte del supuesto, que el rendimiento es función de variables del trabajador, por ejemplo, carga física que puede tolerar sin fatiga, y de las dificultades que le imponga el rodal, el terreno y el clima. Se ha analizado ya la forma en que se registraron las variables. Sin embargo, es importante señalar que, es imposible evaluar todas las combinaciones que se pueden presentar en el grado de dificultad de cualquier actividad. Por esta razón, en términos generales, tratamos en lo posible, de trabajar en una condición simple y otra compleja y en distintas estaciones del año, de manera de generar datos que se acercaran al rango en que habitualmente se realizan estas faenas. En cuanto al número de jornadas por actividad, por experiencias anteriores, se prefirió evaluar menos trabajadores, pero medirlos durante jornadas completas. El riesgo de evaluar períodos cortos puede llevar a los trabajadores a comportamientos atípicos, en el sentido que pueden trabajar más rápido o más lento que lo habitual. Esto normalmente no ocurre cuando se evalúa toda la jornada, particularmente si a los trabajadores se les explica con claridad los objetivos de los estudios. Con las bases de datos así recolectadas, se procedió a calcular estadísticamente las funciones para la estimación de los rendimientos de referencia, considerando la carga física recomendable, la complejidad del bosque y del clima. Las funciones generadas demuestran la importancia de incorporar la sobrecarga fisiológica
como criterio, ya que se espera que la información que se presenta en la tercera parte de este Manual sea de utilidad para organizar cuadrillas, para el cálculo de tiempos de ejecución de las faenas, tarifas y salarios. Aparte, las tablas para el cálculo de rendimientos de referencia incluyen dos niveles de carga cardiovascular. La idea de fondo es que, el rendimiento posible de alcanzar, trabajando al 30% de carga cardiovascular, como promedio grupal, debería orientar el salario base, mientras que la cantidad de trabajo entre este nivel y el 40% de carga cardiovascular debería ser el rango en que se pagaran incentivos motivantes. Llegar a este nivel de esfuerzo, sea 30 ó 40% de carga cardiovascular, ciertamente requiere trabajadores altamente motivados. Por esta razón, cualquier incentivo que pase este límite es de alto riesgo, porque llevará a los trabajadores a la fatiga, lo que trae consigo un deterioro en la calidad del trabajo y, más cierto aún, un evidente riesgo de que aumenten los accidentes. Es importante puntualizar que estas referencias son orientadoras de los resultados posibles de obtener como promedio de grupos representativos del trabajador forestal chileno. Es necesario recordar lo que se planteó en el capítulo 2, acerca del amplio rango de variación de la capacidad física de esta población, al referirse a selección de trabajadores para distintas tareas forestales. En términos simples, esto significa que dos trabajadores, realizando un esfuerzo equivalente, pueden tener producciones muy diferentes. Aunque esto es cierto, normalmente cuando se analiza la aptitud física de trabajadores que realizan las mismas tareas como, por ejemplo, plantadores o podadores, se observa que su capacidad física es bastante homogénea. Por otra parte, los trabajadores de mayor edad, que tienen una tendencia a tener una menor capacidad física, la compensan con la buena técnica derivada de la experiencia. Finalmente, pese a estar conscientes de que es prácticamente imposible predecir el rendimiento sin error, estamos convencidos que la incorporación de criterios que cuantifiquen el esfuerzo humano es una clara necesidad para la optimización del trabajo. Es indudable que las faenas de cosecha son complejas por las interacciones que se producen entre hombres que ejecutan distintas tareas, con diversas herramientas, con la ayuda de diferentes máquinas y en bosques y terrenos de variadas características. Por ello, estudios como los que se describirán, proveen orientaciones para encontrar mejores alternativas de organización del trabajo. En otras palabras, se ha iniciado un camino en que se está tratando de objetivar las capacidades y límites de los trabajadores en la ejecución de distintas tareas forestales, en el convencimiento de que este es un camino válido para la búsqueda de tecnologías apropiadas que, protegiendo a las personas, permitan una óptima organización del trabajo.
CAPITULO 6 CAMPAMENTOS: HOGARES TEMPORALES EN EL BOSQUE 1. Introducción Las operaciones forestales, particularmente en países en vías de desarrollo, suelen ser temporales y estacionales. En general, estas tareas se desarrollan lejos de centros urbanos, razón por la cual los trabajadores deben viajar diariamente largas distancias o permanecer durante días o semanas en campamentos ubicados cerca de las áreas de trabajo. Debido a esta característica del trabajo forestal, uno de los factores que influye en forma importante en las condiciones de vida de los trabajadores, es la calidad de los campamentos. En cuanto a estudios orientados al diagnóstico de las condiciones de vida de los trabajadores forestales, en los inicios de la década del 80, había ya bastante preocupación por las condiciones de los campamentos. Sin embargo, a pesar de existir documentos descriptivos de la situación, había poca información basada en observaciones concretas. El estudio más detallado corresponde a Otero (1981), quién comunicó que dos tercios de los trabajadores de la época residían en campamentos permanentes o temporales, destacando que sólo el 20 % de ellos estaban bien establecidos, mientras que el resto ofrecía condiciones muy precarias. 2. Infraestructura de los campamentos: recomendaciones Los campamentos se pueden definir como hogares temporales para los trabajadores forestales. Para cumplir con su propósito, deben asegurar por lo menos, niveles mínimos de higiene y comodidad. Por ello es importante preguntarse: ¿cómo interpretan distintas personas lo que son estos niveles mínimos?, el concepto es subjetivo, pero es posible sostener que, en el caso de un campamento, la condición mínima es que su infraestructura provea facilidades y servicios básicos acordes con la dignidad de un ser humano, que les permita convivir con sus compañeros de trabajo y que no altere significativamente sus hábitos y creencias. Uno de los problemas que se presenta al planificar un campamento forestal, es el tiempo que se empleará en un determinado lugar. Como normalmente las faenas deben trasladarse de un lugar a otro, los campamentos fijos, siendo más fáciles de implementar y mantener, no son la solución que habitualmente se requiere. Por lo general, lo más práctico son las estructuras móviles, que deberían poder desmontarse y transportarse con facilidad. Este es un problema complejo, ya que módulos bien construidos se deterioran fácilmente con los traslados. En cuanto a las facilidades que debe ofrecer un campamento, éste debe contar con dormitorios suficientes, disponer de cocina, comedor, sala de recreación, servicios higiénicos y bodegas. El tamaño de cada dependencia dependerá del
número de ocupantes que hará uso de ellas. También, debe proveer condiciones sanitarias básicas que permita proteger la salud y la calidad de vida de los trabajadores. 2.1. Dormitorios Estas dependencias deberían ser un lugar donde los trabajadores puedan mantener su privacidad. Como esto no es generalmente posible en un campamento, el número de personas no debería ser superior a seis por habitación. Esta cifra ha sido tomada de la experiencia, ya que se ha observado que una estructura desmontable, como el módulo que se ilustra en la figura 6.1a, permite acomodar bien a seis trabajadores, dejando espacio suficiente para que puedan disponer de casilleros donde guardar sus pertenencias personales. También, es posible apreciar que las habitaciones son higiénicas, el piso está limpio, cuentan con buena ventilación y se ha hecho un mínimo esfuerzo para hacer el ambiente grato al colocar cubrecamas y cortinas. A manera de contraste, en la figura 6.1b y 6.1c se pueden ver dormitorios absolutamente inadecuados para uso humano, pues se ven desordenados y sucios. Respecto de las características de construcción de los dormitorios, éstos deben tener paredes con revestimiento interno y externo. El techo debe ser de material resistente, preferentemente de zinc, con caída de agua y aleros. Estas habitaciones deben poseer como mínimo, una puerta y dos ventanas. Respecto de las ventanas, deben abrirse y estar ubicadas en paredes opuestas, de modo de facilitar la ventilación. En los dormitorios debe existir armarios o casilleros, con separaciones individuales para que los trabajadores puedan guardar sus pertenencias. Cada casillero debería tener una puerta con candado para que los trabajadores puedan cerrarlos. La implementación de cada cama debería considerar: un colchón de buena calidad, una almohada, sábanas, fundas y al menos dos frazadas en verano y tres en invierno. Los módulos de dormitorios, al igual que el resto de las unidades que componen los campamentos, deberían mantenerse limpios y pintados. Las paredes de las habitaciones deben ser de colores claros como crema, beige, etc. Debido a que las puertas y ventanas se ensucian con mayor facilidad, estas deberían ser pintadas de colores más oscuros, tales como: verde o café.
Figura 6.1a. Módulo dormitorio bien equipado y en óptimas condiciones de aseo
Figura 6.1b. Dormitorio en pésimas condiciones. Nótese que las murallas no proveen protección
Figura 6.1c. Otro modulo en mal estado. Falta de aseo, comen en el mismo lugar, que duermen e incluso como se observa en la figura mantienen un bidón con combustible en el lugar
2.2. Cocina En cuanto a la cocina, esta constituye uno de los lugares más críticos en un campamento. En primer lugar, el encargado de la cocina debe ser una persona capacitada en higiene y manipulación de alimentos. Requiere ser acreditado por algún organismo autorizado y supervisado regularmente. La cocina debe ser fácil de limpiar y disponer de un espacio para el almacenaje de víveres. Si el aprovisionamiento se hace semanal o quincenalmente, debe haber una heladera disponible para conservar los productos perecibles. En las ilustraciones presentadas en la serie de figuras 6.2a, se pueden observar cocinas que ofrecen buena implementación y limpieza, en comparación a la que se muestra en la figura 6.2b, que es muy precaria y antihigiénica. En el equipamiento ilustrado en las figuras 6.2a se destaca el horno, la cocina, agua corriente, refrigerador y muebles de superficies de trabajo amplias y de materiales fáciles de limpiar. Obsérvese también la presencia de los cocineros que usan un gorro para evitar la caída de cabello a los alimentos y visten delantales blancos y limpios, como corresponde a un manipulador de alimentos. Desde el punto de vista de higiene, un aspecto importante a considerar en el diseño de la cocina, dice relación con el acceso del personal a esta dependencia. En este sentido, se debe evitar que los trabajadores ingresen directamente desde
el comedor a la cocina. Para ello, debe implementarse una conexión amplia (vano) entre la cocina y el comedor, que permita servir los alimentos a los trabajadores. También, se deben instalar rejillas en ventanas y puertas, para evitar que ingresen insectos, especialmente moscas, que puedan contaminar los alimentos. Figuras 6.2a. Cocina bien equipada
Figura 6.2b. Forma muy precaria de preparación de pan
2.3. Comedor Esta dependencia debe tener mesas con cubierta de material fácil de limpiar (formalita) y asientos en cantidad suficiente para atender, en lo posible, en forma simultánea a todos los trabajadores. Con la finalidad de generar un ambiente más grato y estimular la convivencia, las mesas no deben ser para un número superior a seis personas. El comedor debe tener ventanas que se abran hacia afuera, con la finalidad de mantener el ambiente bien ventilado. Las ventanas deben tener rejillas que eviten el ingreso de insectos. Por otra parte, cuando el clima y la temporada lo requieran, estas dependencias deben disponer de calefacción. Considerando la disponibilidad de leña, las salamandras son una buena alternativa. Habitualmente, los comedores de los campamentos son utilizados como áreas de recreación. Por ello, si se considera que los trabajadores están todo el día en faena y el único lugar de recreación es el comedor, este debe tener una infraestructura donde puedan sentirse a gusto y recuperarse física y mentalmente
de la jornada diaria. En este sentido, cuando sea posible, el comedor debería disponer de un televisor o aparato de radio, que permita a los trabajadores mantenerse informados del acontecer diario. También, es recomendable otorgar facilidades para algunos juegos de salón como: dominó, damas, naipes, etc. Con la finalidad de ilustrar lo descrito, en la figura 6.3a, se presentan comedores adaptados también como salas de recreación, los que cuentan con facilidades como las descritas. En contraste, la figura 6.3b, muestra un lugar que no es adecuado para comedor ni para área de recreación. Figuras 6.3a. Comedor bien equipado
Figura 6.3b. Comedor de un campamento mal equipado
2.4. Saneamiento básico Las medidas de saneamiento básico están dirigidas a prevenir la contaminación del agua, alimentos, suelo y aire y, a través de ellas, proteger la salud de los trabajadores. Entre los aspectos que se deberían controlar están: provisión de agua potable, tratamientos de aguas servidas, eliminación de residuos sólidos (basura) y protección de alimentos. 2.4.1. Provisión de agua potable Agua potable: es aquella que cumple con los requisitos físicos, químicos, radioactivos y bacteriológicos, establecidos en las normas chilenas y asegura inocuidad y aptitud para el consumo humano (Nch 409-85). En áreas rurales, donde mayoritariamente se localizan los campamentos forestales, el agua debe considerarse contaminada, cualquiera sea su fuente (corriente superficial, corriente subterránea; noria o pozo). Por lo tanto, el agua para consumo humano debe ser filtrada y desinfectada. La filtración consiste en hacer pasar el líquido a través de una capa filtrante compacta, que retiene las materias en suspensión e incluso microorganismos. Por su parte, la desinfección tiene como objetivo destruir los gérmenes que eventualmente atraviesen los filtros, así como también, proteger el agua de posibles contaminaciones en su distribución. Entre las alternativas más simples de desinfección, se puede señalar
la incorporación de hipoclorito comercial al 8% ó 2 a 3 gotas de tintura de yodo común por cada litro de agua que se destine a consumo humano. También, se puede desinfectar hirviendo el agua durante 5 minutos. Respecto de la cantidad de agua potable que se debe disponer en los campamentos, el Decreto 745 señala que “se debe mantener una dotación mínima de 100 litros de agua por persona por día”, tanto para consumo humano como para necesidades básicas de higiene y aseo personal. Respecto de la extracción del agua, es más recomendable obtenerla de pozo o noria que de superficie. Si se pueden instalar equipos electrógenos, el agua puede ser elevada a estanques, donde se le somete a proceso de filtración y cloración. Posteriormente, el agua potable puede ser distribuida al interior del campamento. En cuanto a la implementación de pozos y norias, es fundamental que estos cumplan con criterios sanitarios. Para que el agua pueda considerarse de buena calidad, las norias o pozos deben reunir los requisitos ilustrados en las figuras 6.4a y 6.4b, los cuales se resumen como sigue: a) Evitar la contaminación de la napa del abasto, por la cercanía de pozos negros, pozos absorbentes u otros sistemas de eliminación de aguas servidas al subsuelo. Para ello se recomienda que las norias o pozos estén ubicados a más de 20 metros de estos servicios. b) Evitar la entrada de agua superficial al pozo. Para ello, se debe instalar una cubierta hermética e impermeable y construir un brocal que sobresalga 20 cm del terreno. c) Evitar la entrada de agua por infiltración. Con este objetivo, se debe construir un brocal de al menos 3 metros de profundidad, que quede herméticamente unido a la cubierta del pozo o noria. d) Respecto de la extracción de agua, los baldes y cordeles no son recomendables, ya que están expuestos a contaminación. El agua debe extraerse por medio de una bomba conectada a una cañería que la succione de la napa subterránea.
Figura 6.4.a. Noria sanitaria
Figura 6.4.b. Pozo sanitario. Dimensiones en cm
2.4.2. Servicios higiénicos Los servicios higiénicos deben estar implementados con excusados, lavatorios y duchas. Las disposiciones vinculadas al tema señalan que debe implementarse
aproximadamente una ducha por cada 10 trabajadores y un excusado y un lavatorio por cada 10 a 15 trabajadores (Decreto Supremo 745). Respecto de los excusados, debido a que en los campamentos no se dispone de alcantarillado, se pueden implementar sistemas sanitarios SIN arrastre de agua (letrina sanitaria y estanque químico) y sistemas CON arrastre de agua (fosa séptica con pozo absorbente y fosa séptica con sistema de drenaje). Considerando que la letrina sanitaria es una de las alternativas a la cual se recurre con frecuencia, en la figura 6.5, se presenta las características más relevantes para su diseño. Al respecto, es importante destacar que, la letrina sanitaria es una caseta, bajo la cual existe un pozo negro cubierto por una losa, sobre la cual se instala una taza. El pozo negro es un hoyo o excavación, el cual para ser sanitario debe cumplir con los siguientes requisitos de construcción: a) Ajuste perfecto entre el pozo y la losa o cubierta b) Unión perfecta entre la losa y la taza c) Tapa de la taza hermética d) Ubicación del pozo a más de 20 metros de las fuentes de abastecimiento de agua e) La profundidad del pozo negro no debe ser mayor a 2 metros f) El diámetro debe ser 1,10 metros en su parte superior y 0,8 metros en el inferior. Además, en la implementación de la letrina sanitaria se debe considerar la instalación de puertas con picaporte. La taza debe tener una tapa de equilibrio inestable, de modo que, una vez ocupado el baño, este dispositivo caiga sobre la taza y la mantenga tapada. Con ello, se evita, particularmente en sistemas sin arrastre de agua, que los insectos ingresen a los fosos y posteriormente contaminen alimentos, agua, etc. En este mismo sentido, el aseo de la letrina debe ser diario. Para eliminar los malos olores y las moscas, característicos de la letrina tradicional (figura 6.5), se recomienda instalar un tubo de ventilación que conecte el pozo negro con el exterior de la caseta. La ventilación es proporcionada por un tubo de 100 a 200 mm de diámetro, el cual en su extremo superior, tiene una rejilla para las moscas y en climas lluviosos, un “cono” que evita la inundación del pozo. En la figura 6.6 se ilustra una “letrina sobre pozo ventilado”. Figura 6.5. Letrina sanitaria. Dimensiones en centímetros
Ventilaci ón
Figura 6.6. Letrina ventilada. Dimensiones en centímetros
En cuanto al resto de las aguas servidas de procedencia doméstica (higiene personal, preparación de alimentos, lavado de ropa, etc.), éstas también deben
eliminarse de forma sanitaria. Para ello, es necesario implementar pozos absorbentes. Otra alternativa que es recomendable, especialmente en campamentos más estables, es la “fosa séptica con pozo absorbente o con sistema de drenes”. La fosa séptica consta de un estanque con cubierta hermética impermeable (obra de albañilería), donde son vertidas las aguas servidas y sedimentan los sólidos. El líquido sobrenadante pasa por un tubo que lo transporta a un pozo absorbente o hacia drenes. Para ilustrar los sistemas, en la figura 6.7, se presenta una fosa con descarga a pozo absorbente o a drenes. Respecto de las dimensiones de la fosa séptica, éstas dependen principalmente del número de usuarios. En el caso del pozo absorbente y drenes, además de la cantidad de aguas negras generadas diariamente por persona, se debe considerar las propiedades absorbentes del terreno. El pozo absorbente consiste en una excavación en el terreno, al cual escurren las aguas negras provenientes de la fosa séptica. Es de forma cónica, relleno hasta 3/4 de su altura con piedras tipo bolón de 0,2 metros de diámetro como mínimo, que sirven de entubación y permiten distribuir el líquido en el subsuelo. Debe tener una cubierta o losa de hormigón armado, con una tapa de inspección y una cañería de ventilación. El pozo absorbente puede reemplazarse por un sistema de cañerías o drenes, que consisten en tuberías de cemento u otro material, colocadas en zanjas rellenas con piedras cubiertas con tierra. Su función es distribuir las aguas negras que salen de la fosa séptica, e incorporarlas al subsuelo a través de un proceso de filtración. En cuanto a la selección de los sistemas anteriormente descritos, se prefieren los drenes al pozo absorbente cuando hay napas relativamente superficiales y estratos impermeables a poca profundidad.
Figura 6.7. Fosa séptica, pozo absorbente y sistema de drenes
2.4.3. Tratamiento de la basura La recolección y disposición final de los desperdicios debe estar orientada a eliminar malos olores e insectos, especialmente las moscas, reducir la probabilidad de incendios y controlar los roedores. Para la recolección de la basura, se debe utilizar recipientes metálicos o plásticos con tapa. Estos deben estar ubicados en lugares contiguos a los diferentes módulos del campamento. Además, en la cocina se debe disponer de un recipiente con tapa que sea fácil de operar. La recolección debe ser al menos diaria, para lo cual es útil disponer de un doble juego de recipientes. Una vez vaciados los recipientes estos deben ser lavados. Respecto de la disposición final de la basura, las condiciones locales determinan el sistema más económico y apropiado. Entre éstos, se puede mencionar el “enterramiento”, el relleno sanitario, la evacuación de la basura por camiones y la incineración o quema. Debido a las características que presentan los campamentos forestales, principalmente por su lejanía de los centros urbanos y por el riesgo de incendios, es más practico el uso de sistemas de “enterramiento”.
Para implementar el “enterramiento” de basura, se requiere realizar una excavación, que se va llenando paulatinamente con la basura del campamento. Las precauciones que se deben tomar en su implementación dicen relación con la ubicación respecto de las fuentes de agua. Ello, debido a que los líquidos que resultan de la estabilización de la basura pueden contaminar las napas subterráneas que sirven de abasto para el campamento. Por este motivo, el “enterramiento” debe hacerse a más de 100 metros de las fuentes de agua. Con el propósito de evitar la exposición de las basuras al ambiente y con ello la contaminación del entorno con malos olores y la presencia de moscas y roedores, cada vez que se deposite basura en la cavidad, esta debe ser cubierta con una capa de tierra de un espesor no inferior a 20 cm. Respecto del tamaño de la excavación, esta no debe tener una profundidad superior a 2 metros y su tamaño en sentido horizontal dependerá de la cantidad de personas en el campamento. Para ello, se debe considerar que cada persona elimina diariamente unos 350 gramos de basura doméstica. En cuanto al uso de este sistema de disposición de basura, es importante recalcar que, sólo se debe depositar la basura doméstica, sólida y degradable. Por lo tanto, productos plásticos u otros materiales no degradables deben ser almacenados en recipientes, para posteriormente ser trasladados a vertederos autorizados. 2.4.4. Protección de alimentos La protección de alimentos es una medida de control sanitario que tiene como objetivo evitar el daño y la contaminación que éstos puedan experimentar por la acción principalmente de roedores e insectos. En cuanto a las acciones que se deben adoptar en los campamentos para proteger los alimentos de los roedores, las medidas sanitarias están dirigidas a un perfecto control de basuras y una adecuada implementación y control de bodegas. En lo que a implementación de bodegas se refiere, el piso en lo posible debe ser de concreto, se debe instalar vallas o barreras de pizarreño o zinc en los orificios, a través de los cuales ingresan cañerías o cables a las bodegas o módulos y los alimentos deben mantenerse en unidades perfectamente tapadas y revestidas de un material que la rata no pueda destruir. Los sacos o bolsas con mercadería NO deben estar ubicados a nivel del piso, sino en estructuras (mesones, tarimas, etc.) que impidan el acceso de las ratas. También, estas estructuras deben estar separadas de las murallas y los espacios deben estar limpios para evitar rincones oscuros y apropiados para nidos de roedores. Para ilustrar lo señalado, en la figura 6.8, se presentan las principales consideraciones en el diseño de las estructuras para depositar la mercadería. Las acciones anteriormente mencionadas, en conjunto con un envenenamiento masivo o intensivo, conducen a buenos resultados en el control de roedores. Para ello, se debería contratar empresas autorizadas por los Servicios de Salud.
Por otra parte, debido a que se han confirmado casos de infección por virus hanta en la zona sur del país y, dado que, los agentes transmisores (vectores) del virus son principalmente roedores silvestres, se presentan medidas específicas para el control de roedores. Respecto del control de insectos, en particular de las moscas, las medidas de protección de los alimentos están orientadas a instalar rejillas en ventanas y puertas, especialmente en aquellos lugares donde se guardan o manipulan alimentos. Las acciones mencionadas deben ser complementadas con la aplicación de insecticidas de baja toxicidad. Figura 6.8. Bodega para almacenamiento de alimentos. Las medidas están expresadas en centímetros
Muro
40
Placa metálica
Mueble para almacenaje
Placa metálic a
100
Cono invertido
80
Cañerí a Piso 3. Evaluación de campamentos forestales Durante la ejecución del proyecto FONDEF se visitaron campamentos de diferentes empresas forestales. Las condiciones observadas eran diversas, desde campamentos que cumplían con todas o gran parte de las recomendaciones descritas en este documento, hasta aquellos que tenían claras deficiencias. En este contexto, con el propósito de ilustrar el rango de variación que se pudo identificar en la calidad de los campamentos visitados, a continuación se describirá una instalación que se califica como aceptable desde el punto de vista de diseño, implementación e higiene y otra que presenta condiciones deficientes.
3.1. Campamento de condiciones aceptables El campamento ilustrado en la figura 6.9, estaba constituido por un módulo principal, un fogón y una bodega para herramientas y combustibles. En el módulo principal estaban ubicados la cocina, el comedor, los dormitorios, una oficina y el baño. Respecto de la construcción del campamento, el módulo principal era de madera y zinc y estaba montado sobre bases de madera impregnada. El interior de las habitaciones también estaba construido en madera, con excepción del baño que tenía piso de Flexit. Figura 6.9. Imagen general del campamento: módulo principal y bodega de combustibles
Dormitorios Los dormitorios estaban habilitados para albergar cómodamente a seis trabajadores. En la figura 6.10, se pueden observar algunas de las características de estas dependencias. La implementación consistía en tres literas por pieza y dos lockers de tres casilleros cada uno. Además, cada dormitorio tenía una puerta y una ventana de tamaño y ubicación que permitía una adecuada ventilación. Al momento de la visita, todos los dormitorios estaban aseados y ordenados. Figura 6.10. Vista interior de un dormitorio
Cocina El manipulador de alimentos del campamento tenía una presentación personal e indumentaria adecuada para la labor que desempeñaba, así como también disponía de la acreditación entregada por el Servicio Nacional de Salud. El cocinero era apoyado por un ayudante, el cual también cumplía labores de panadero. El agua y la luz con la que se abastecía el campamento, provenían de la red de agua potable y eléctrica de los poblados cercanos. La cocina ilustrada en la figura 6.11, estaba en orden y limpia. Constaba con espacios amplios y dos puertas que la comunicaban con el patio y el interior del campamento. Disponía de ventanas para la ventilación y una ventanilla que comunicaba la cocina con el comedor. De esta manera, los trabajadores no ingresaban al interior de la cocina, para retirar los alimentos. Es importante considerar, que una de las deficiencias identificadas en este campamento, fue la ausencia de mallas en ventanas y puertas de la cocina, que evitasen el ingreso de insectos. Respecto de la implementación de la cocina, disponía de cocina industrial a gas, refrigerador, horno industrial a gas, mueble para lavar platos, despensa para alimentos, campana extractora y calefont. Figura 6.11.Vista de la cocina
Comedor Como se aprecia en la figura 6.12, el comedor se mantenía ordenado y aseado. Disponía de una estufa para mantener el lugar temperado y de un televisor para la entretención de los trabajadores. Respecto del mobiliario, tenía mesas equipadas para ser ocupadas cómodamente por seis personas. Figura 6.12. Comedor
Servicios higiénicos Esta dependencia del campamento también estaba aseada. La estructura y los artefactos estaban en buen estado. Además, el baño tenía ventanas para su ventilación y puertas para aislar esta área del resto del módulo. En las figuras 6.13 y 6.14, se muestran algunas imágenes que ilustran el estado de urinarios y lavamanos.
Figura 6.13. Urinarios
Figura 6.14. Excusados y lavamanos
3.2 Campamento de condiciones deficientes Entre los campamentos que presentaron condiciones deficientes, destacan las instalaciones que a continuación se describen. La infraestructura básica estaba constituida por módulos de dormitorio, uno construido de madera y dos metálicos, un módulo cocina-comedor, un baño, un fogón y una bodega. Dormitorios
Como se ha señalado, en el campamento existían módulos de dormitorio metálicos y de madera. Los metálicos, como el ilustrado en la figura 6.15 eran ocupados por cuatro literas, tenían una puerta de entrada frontal, otra en la parte opuesta y una ventana lateral. Observaciones realizadas a estas habitaciones indicaron que el frío, la humedad y la falta de aseo eran los principales problemas. Un aspecto que ilustra las deficiencias, es el hecho que el agua se filtraba por las paredes del módulo, por lo cual los trabajadores colocaban cartones alrededor de sus camas para evitar el frío y la humedad. Esta última situación se observa en la figura 6.16. Figura 6.15. Módulos de dormitorios metálicos
Figura 6.16. Detalle del módulo metálico. Obsérvese el cartón puesto en la paredes para evitar el escurrimiento del agua
El módulo de madera, que se ilustra en la figura 6.17, tenía cinco dormitorios. En la figura 6.18, se aprecia la falta de aseo y orden en las habitaciones, así como también, la ausencia de espacios donde guardar el vestuario y los elementos personales. Destaca la diferencia en la calidad y el estado de estos implementos, al compararlo con los dormitorios del campamento descrito en el punto 3.1. Figura 6.17. Módulos de madera
Figura 6.18. Dormitorio en módulo de madera
Cocina y comedor La cocina y el comedor constituían un solo módulo. En cuanto a la calidad de su construcción, las paredes no tenían forro y se filtraba el viento y el frío. La cocina estaba comunicada con el comedor por medio de una ventanilla que permite la entrega de la comida a los trabajadores. Para mantener calefaccionado el comedor, se disponía de una estufa a leña. Debido a que el sistema no tenía un cierre hermético, el humo se filtraba hacia el interior de la habitación, situación que se ilustra en la figura 6.19. Además, el comedor disponía de 2 mesones, en el cual se acomodaban las 17 personas que constituían la cuadrilla.
Figura 6.19. Comedor del campamento (lo borroso de la fotografía se debe al humo en el ambiente)
En cuanto a la cocina, el aspecto más critico lo constituye las deficiencias en el almacenamiento de los alimentos. Como ilustra la figura 6.20, los muebles no disponían de puertas u otros dispositivo que resguardasen los alimentos. Además, algunos víveres perecibles como papas y verduras, estaban ubicados a nivel del piso. La misma forma de disposición se utilizaba para los alimentos almacenados en cajas de cartón.
Figura 6.20. Disposición de los víveres en la cocina. Obsérvese las verduras en el rincón inferior derecho
Servicio higiénico Los servicios higiénicos se encontraban dispuestos en una caseta metálica. Estos no contaban con agua al momento de la visita, por lo cual los dos excusados que había, se utilizaban en pésimas condiciones sanitarias. Se pudo observar que no contaban con ningún tipo de aseo sistemático ni sanitización. Para la eliminación de las aguas servidas, se utilizaba un pozo absorbente sin fosa séptica. Este pozo está ubicado a 4 metros de los servicios higiénicos y a 8 metros de un estero. La napa freática estaba relativamente alta, por lo cual existía una alta probabilidad de contaminar el curso de agua con desechos fecales. 4. Comentarios finales Los dos últimos ejemplos revelan el contraste que habitualmente se observa en distintos campamentos. Si la idea es que los trabajadores estén motivados para alcanzar una alta productividad y sentirse identificados con sus empresas, éstas deben, al menos, ofrecerles una buena condición de vida en estos hogares temporales, la que no sólo depende de la infraestructura, sino también de la preocupación por crear una condición de vida acorde a las necesidades básicas de un ser humano.
CAPITULO 7 ALIMENTACION
1. Requerimientos de energía El "combustible" para la liberación de energía durante el trabajo muscular lo constituyen los alimentos. Por lo tanto, en trabajos físicos pesados, que demandan un alto gasto de energía, la ingesta de alimentos es de importancia fundamental. El balance de energía se logra cuando la ingesta y el gasto de energía están en equilibrio. Aunque esto no se cumple estrictamente día a día, en el largo plazo, la mantención del peso corporal es un problema de balance de energía. Si el gasto es mayor que la ingesta, el balance de energía es negativo; en tal caso, la energía extra se toma de la reserva del organismo constituida por la grasa corporal. El balance de energía negativo sólo puede mantenerse por períodos limitados de tiempo; lo habitual es que los trabajadores reduzcan su ritmo de trabajo para mantenerlo dentro de los límites provistos por la alimentación. Como ya se ha señalado, los trabajadores envueltos en trabajos físicos pueden requerir, para una buena utilización de su capacidad de trabajo, altas cantidades de energía. Por lo general, cuando las empresas no aportan alimentos, una parte importante de estos trabajadores, no puede cubrir sus requerimientos. Por ejemplo, Apud (1983) y Apud y Valdés (1986),(1988) estudiaron la dieta de trabajadores forestales de empresas de contratistas. Se observó una alimentación variable, con un promedio diario que oscilaba en un rango entre las 2.800 y las 3.500 kcal diarias. Al estudiar aquellos que se movilizan a las faenas con alimentos traídos de sus casas, se detectó que los motosierristas y operadores de máquinas tienen ingestas de energía más altas que los trabajadores menos calificados. En cuanto a la composición de la dieta, al igual que en la mayoría de los países en vías de desarrollo, ésta tiene un predominio de hidratos de carbono. En el caso chileno, esto se debe a que el pan constituye uno de sus principales alimentos. Los mismos estudios revelaron un bajo consumo de frutas, de verduras y de proteínas de origen animal, notándose también un marcado déficit de Vitamina A. A pesar de lo señalado, estudios realizados en Chile, revelan que los trabajadores forestales tienden a mantener su peso y sus depósitos de grasa en niveles aceptables (capítulo 2). Sin embargo, se ha podido constatar que, si ellos tienen una alimentación insuficiente en energía, más que ocupar sus reservas, disminuyen el tiempo dedicado al trabajo en desmedro de la producción y de sus ingresos. Por ejemplo, en el estudio referido se observó que, en una faena de raleo comercial, el tiempo efectivo de trabajo era cercano a 5 horas, en circunstancia que la jornada duraba 9 horas. Ese grupo de trabajadores mantenía su balance de energía, pero su aptitud física les habría permitido mejorar su rendimiento e ingresos, si hubiesen dispuesto de una cantidad mayor de energía en su alimentación.
En ese mismo estudio se analizó con el empresario de servicios, en base a los registros de pago y rendimiento individual de un período promedio de 6 meses, cuáles trabajadores eran de alto rendimiento y cuáles de rendimiento medio. Estos trabajadores llevaban comida desde sus casas. A todos ellos se les midió sus características físicas y se hizo un estudio, con una técnica de pesaje de alimentos, de su ingesta de energía diaria. Los resultados se incluyen en la tabla 7.1. Tabla 7.1. Promedio y desviación estándar (D. E.) para la edad, peso, estatura, capacidad aeróbica y rendimiento, de dos grupos de trabajadores forestales Trabajadores de Rendimiento Variables Unidad Alto Medio n=15 N=37 Promedio D.E. Promedio D.E Edad años 33.10 10.10 30.80 10.40 Peso Kg 67.40 8.20 62.80 8.80 Estatura metros 1.69 0.05 1.66 0.06 Masa grasa % 15.20 5.00 12.40 5.20 Ingesta energía** Kcal/día 3859.00 524.00 3287.00 415.00 Capacidad aeróbica L /min 3.10 0.59 2.91 0.53 Rendimiento ** m3/hora 6.20 0.17 4.50 0.35 **Promedios significativamente diferentes; p < 0.001
En la tabla 7.1, se puede verificar que el grupo considerado de alto rendimiento, alcanzaba un promedio de 6.2 m3 por hora para esa faena, mientras que los de rendimiento medio sólo llegaban a 4.5 m 3 por hora. Llama la atención que todos los indicadores de aptitud física tendieron a ser más bajos en el grupo de rendimiento medio. Sin embargo, aparte del rendimiento, la única diferencia estadísticamente significativa entre los dos grupos fue su ingesta de energía. Los de alto rendimiento comían diariamente 572 kilocalorías promedio más que los de rendimiento medio. Esto explica la diferencia, ya que si a los trabajadores de menor rendimiento, se les hubiese presionado para alcanzar el nivel de sus colegas, ellos habrían bajado un promedio de alrededor de 2 Kg de peso mensuales. Esto se debe a que habrían tenido que tomar la diferencia de energía de su tejido adiposo que almacena una reserva cercana a 7.000 kilocalorías por kilogramo. Cuando los trabajadores pueden autorregularse por lo general no caen en balances de energía negativos, sino que disminuyen su ritmo de trabajo. Esto se confirma en una investigación solicitada por una de las empresas que participó en este proyecto, para analizar la alimentación de un grupo de podadores de alto rendimiento, en quienes se habían constatado pérdidas manifiestas de peso. Antes de iniciar el estudio, se le planteó a la empresa que los trabajadores, al no contar con la alimentación suficiente, no siguen bajando indefinidamente de
peso; después de un tiempo disminuyen el ritmo de trabajo, manteniendo su masa corporal. Efectuado un seguimiento, se constató que no habían cambios significativos ni en el peso ni en la grasa corporal. Sin embargo, en el período de dos meses de control, posterior a las observaciones de pérdida de peso, se pudo verificar una reducción en el rendimiento, lo que se muestra en la tabla 7.2. Tabla.7.2. Promedio y desviación estándar (DE) para las variaciones de peso y de la masa grasa y diferencias de rendimiento en podadores evaluados en dos períodos VARIABLES
EVALUACION MARZO EVALUACION MAYO PROMEDIO DE PROMEDIO DE Peso (kg) 65.0 6.3 65.5 6.2 Masa Grasa (%) 10.8 3.2 10.9 3.2 RENDIMIENTO ARBOLES PODADOS POR JORNADA ACTIVIDAD FEBRERO-MARZO ABRIL-MAYO DIFERENCIA PROMEDIO DE PROMEDIO DE n % PODA 2 (2-4 m) 303 38 257 37 46 - 15.2 PODA 3 (4-6 m) 219 37 175 31 44 - 20.1 Como se destaca en la tabla 7.2, el rendimiento en el período de evaluación disminuyó en un 15.1 % para segunda poda y en un 20.2 % para tercera poda. Esta reducción podría tener diversas causas. Una de ellas podría ser diferentes condiciones de trabajo. Sin embargo, este no fue el caso; la causa parece estar en un ajuste del ritmo de los trabajadores a su disponibilidad de alimentos. Por ejemplo, una estimación, basada en medidas del gasto de energía que demanda podar árboles en altura, indica que éste alcanza una cifra cercana a 15 kcal por árbol. Teniendo una diferencia de 46 árboles en poda 2, el déficit de energía para superar la diferencia sería de aproximadamente 690 kcal diarias. Como se explicó, si se considera que un kilogramo de tejido adiposo tiene una reserva de energía cercana a las 7.000 kcal,, un trabajador obligado a sostener el rendimiento más alto podría bajar aproximadamente 2.5 Kg de peso al mes considerando 24 jornadas para el período. Por lo expuesto, lo más recomendable es suplementar la alimentación de estos podadores, lo que en esa empresa fue acogido, con buenos resultados posteriores. Investigaciones como las señaladas, han servido de base para que algunas empresas forestales financiaran estudios tendientes a mejorar la cantidad y la calidad de la alimentación de los trabajadores forestales. La tarea ha sido compleja, ya que se trata de dietas de costo razonable, del gusto de los trabajadores y fáciles de preparar en condiciones de campamento, donde muchas veces no se cuenta con agua potable ni electricidad. Antes de analizar alternativas de dieta, es necesario responder la siguiente pregunta: ¿ qué cantidad de energía requiere un trabajador forestal ? La respuesta no es fácil, porque para ello se requiere establecer cuanta energía pueden gastar
sin llegar a la fatiga. Los estudios efectuados revelaron que, para la mayoría de las faenas forestales, un trabajador requiere no menos de 4.000 kcal. por día. Esta es una cifra muy general, ya que las condiciones ambientales y especialmente las características individuales determinan requerimientos muy variados. Sin embargo, es imposible pensar que en campamentos o casinos, se pueda preparar una alimentación diferenciada de acuerdo a las necesidades de cada trabajador. Con respecto a este último punto es necesario destacar que, el límite más alto de gasto de energía de un trabajador, está dado por actividades cuyos requerimientos energéticos no lleven al trabajador a la fatiga. Como se ha señalado antes, se estima que un límite razonable, es una intensidad de esfuerzo no superior al 40 % de la capacidad aeróbica. Sin embargo, como se puede ver en el capítulo 2, la capacidad aeróbica varía dentro de rangos muy amplios, lo que, en la práctica, significa que trabajadores diferentes, trabajando a una misma intensidad relativa del 40 % de la capacidad aeróbica, tendrán requerimientos de energía muy distintos. Por ejemplo, tomemos, dos personas de un tamaño corporal similar, una de ellas con una capacidad aeróbica de 3.0 litros de oxígeno por minuto, que es una cifra cercana al promedio; la otra, con un consumo máximo de oxígeno de 4.0 litros por minuto. Para ilustrar las necesidades energéticas de ambos sujetos, el cuadro 7.1 resume un análisis teórico de los requerimientos de cada uno de ellos: Cuadro 7.1 Requerimientos de energía de trabajadores con distinta aptitud física
Trabajador 1
Trabajador 2
Capacidad aeróbica
3.0 l O2/min
4.0 l O2/min
40% Capacidad aeróbica
1.2 l O2/min 6.0 kcal/min
1.6 l O2/min 8.0 kcal/min
Energía para 8 horas
2.880 kcal
3.840 kcal
Como se puede observar, si ambos trabajadores realizaran un mismo nivel de esfuerzo relativo, equivalente al 40 % de su capacidad aeróbica, habría cerca de 1.000 kcal de diferencia en sus necesidades energéticas. Por ello, los esfuerzos a futuro, deben orientarse a la educación de los trabajadores. En otras palabras, si las empresas aportan alimentos para satisfacer las necesidades de las personas con mayores requerimientos de energía, el resto deberá regular su ingesta de acuerdo a sus propias necesidades. Sin embargo, la experiencia en Chile indica que esto no es lo habitual y, en otros sectores de la industria chilena, se observa, en un número importante de trabajadores, una marcada tendencia a la obesidad. 2. Nutrientes en la dieta
Hasta el momento sólo se ha hecho mención a las necesidades energéticas de los trabajadores. Sin embargo, una buena alimentación debe considerar otros elementos denominados nutrientes, que son fundamentales para la mantención de una buena salud. La nutrición es una ciencia que se preocupa de estudiar los nutrientes aportados por los alimentos y la forma en que el organismo los asimila. Estos procesos son complejos pero en términos generales, se puede señalar que hay seis categorías principales de nutrientes: 2.1. Hidratos de carbono Son la mayor fuente de energía. Su valor energético es cercano a las 4 kilocalorías por gramo. Los hidratos de carbono se necesitan en una mayor cantidad que otros nutrientes. Generalmente, se encuentran en los alimentos de más bajo costo. Ejemplos de alimentos ricos en hidratos de carbono son arroz, maíz, cereales, papas y pan. El azúcar es otra fuente de hidratos de carbono. El azúcar pura, aporta sólo energía, sin proveer ningún otro nutriente, pero como el cuerpo convierte el azúcar muy rápidamente en energía lista para ser usada, su aporte puede ser importante para trabajadores involucrados en trabajo físico muy pesado. 2.2. Grasas y lípidos Las grasas son una fuente importante de energía. Son los alimentos que tienen el valor energético más alto, alrededor de 9 kcal/gr. Por esta razón, existe la tendencia a incorporarlas en cantidades grandes en las dietas para trabajos físicos pesados, porque concentran energía en poco volumen. Fuentes de grasas comunes son aceites, mantequilla, margarina y manteca. 2.3. Proteínas El rol de las proteínas es formar y mantener el tejido muscular. Además de ello, las proteínas son necesarias para la formación de compuestos esenciales para el organismo, tales como enzimas, hormonas y anticuerpos y para la regulación del balance hídrico. Las proteínas pueden, eventualmente, aportar energía, si los hidratos de carbono y las grasas son insuficientes. Fuentes de proteína animal son leche, queso, huevos, carnes de pescado y aves. La proteína vegetal es aportada por diversos alimentos, como por ejemplo porotos y otras leguminosas que, por su precio y disponibilidad, constituyen la principal fuente de proteína de una gran parte de la fuerza trabajadora en nuevos países en desarrollo. El cuerpo humano requiere un aporte diario de proteínas que, para un adulto, es cercano a 0.8 gramos por kilogramo de peso corporal. Los adolescentes requieren más proteínas que los adultos. Las proteínas tienen el mismo valor energético que los hidratos de carbono, alrededor de 4 kcal/gr.
2.4. Minerales Los minerales no aportan energía. Sin embargo, son necesarios para el crecimiento y funcionamiento normal del cuerpo. En el cuadro 7.2, se presenta una síntesis de algunos minerales importantes para el organismo y los alimentos en que se encuentran más frecuentemente.
Cuadro 7.2. Algunos minerales necesarios para el organismo y alimentos que los aportan CALCIO FUENTE: Leche, yogur, quesos, helados, legumbres y vegetales verde oscuro FÓSFORO FUENTE: Carnes rojas, pescado, aves, leche, yogur, quesos, cereales, legumbres, bebidas cola
FIERRO FUENTE: Hígado de ternera, carnes magras, aves, pan, papas, cereales, legumbres, yema de huevo, vegetales de hoja verde, frutos secos YODO FUENTE: Pescados, mariscos, sal yodada, productos lácteos, vegetales SODIO FUENTE: Sal, productos de origen animal POTASIO FUENTE: Carnes, leche, cereales, legumbres, verduras, papas, plátanos, café, té
2.5. Vitaminas Las vitaminas son compuestos orgánicos que actúan como catalizadores en los procesos intermediarios del metabolismo. Al igual que los minerales, no aportan energía. Se clasifican en liposolubles e hidrosolubles. Las liposolubles son las vitaminas A, D, E y K, mientras que las hidrosolubles incluyen la vitamina C y el complejo B. En el cuadro 7.3 se resumen los alimentos que aportan vitaminas hidrosolubles, mientras que el cuadro 7.4 incluye los mismos antecedentes para las vitaminas liposolubles.
Cuadro 7.3. Alimentos que aportan vitaminas hidrosolubles VITAMINA A FUENTE: Hígado de ternera, yema de huevo, mantequilla, leche, nata, margarina, verduras de hoja verde y amarilla, papas, melón VITAMINA D FUENTE: Hígado, salmón, sardinas, atún, mantequilla, yema de huevo VITAMINA E FUENTE: Germen de trigo, verduras, aceites vegetales, yema de huevo,
legumbres, palta, margarina VITAMINA K FUENTE: Repollo, coliflor, vegetales de hoja verde, hígado de cerdo, carne, aceite de soja y otros aceites vegetales
Cuadro 7.4. Función que cumplen y alimentos que aportan vitaminas liposolubles VITAMINA B1: TIAMINA FUENTE: Cerdo, hígado de ternera, vísceras animales, nueces, papas, cereales de salvado, avena, pan, arroz, arvejas VITAMINA B2: RIBOFLAVINA FUENTE: Carnes, hígado de ternera, leche, quesos, huevos, cereales de salvado, verduras VITAMINA B3: NIACINA FUENTE: Hígado de ternera, carnes magras, pescados, aves, legumbres, hongos VITAMINA C FUENTE: Cítricos, fresas, melón, repollo, pimientos, tomates, papas, perejil
2.6. Agua Es el mayor constituyente del cuerpo. El hombre adulto contiene aproximadamente un 60% de agua, lo que para una persona de 70 Kg, es equivalente a 42 litros. Esta cantidad disminuye en los ancianos y es mayor en los niños. Se estima que una persona siente sed cuando ha perdido alrededor de 5 % del agua corporal, mientras que pérdidas superiores al 20 % pueden causar la muerte. El agua es indispensable por un gran número de razones: es un solvente, un lubricante y un transportador de otros nutrientes y de productos de desecho metabólico. También ayuda a regular la temperatura corporal. Las necesidades de agua son individuales y son, en parte, cubiertas por el contenido de los alimentos. El trabajo físico pesado y las altas temperaturas aumentan considerablemente la necesidad de agua. Las pérdidas de agua deben
ser recuperadas bebiéndola (hervida si es necesario). Reemplazar pérdidas moderadas de agua ingiriendo té o café, puede ser recomendable en casos en que el agua no sea apta para la bebida. Los líquidos, no sólo deben ser ingeridos a la hora de las comidas o cuando se siente sed, sino más frecuentemente, ya que la sed generalmente subestima las necesidades de agua en el cuerpo. Por ello, es conveniente que exista siempre disponibilidad de agua fresca y limpia en las proximidades de los lugares de trabajo. 3. Conocimiento actual de la alimentación de trabajadores forestales chilenos En los primeros estudios efectuados en la década del 80, para diseñar dietas para trabajadores forestales, participó un grupo de trabajadores y un cocinero. Se partió de una dieta base, equilibrada, la cual se fue modificando de acuerdo a las sugerencias del grupo. La minuta final tenía un promedio cercano a las 4.000 kcal, se distribuía en tres comidas, e incorporaba los nutrientes habitualmente carenciales en la dieta de esta población. Aunque las comidas seguían siendo ricas en hidratos de carbono, se incorporaron frutas, verduras y proteínas de origen animal, en cantidades adecuadas que superaban los mínimos recomendados por expertos de FAO (1974). Un aspecto que debe quedar establecido, es lo complejo que resulta encontrar una dieta ideal; las minutas generalmente se repiten semana a semana y los trabajadores se oponen a modificaciones que permitan una mejor distribución horaria de las raciones. En todo caso, evaluaciones en forestales chilenos a los que se les aumentó la ingesta de energía a 4.000 kcal, revelaron que ellos en promedio, mantenían su peso corporal y, en varias tareas de manejo y producción, obtenían rendimientos entre un 18 y un 25 por ciento superiores, a los de cuadrillas de trabajo que no ingerían esta dieta. Lo que resulta estimulante, es que estas experiencias realizadas en la década del 80, se han difundido, notándose una mejoría en la alimentación de los trabajadores forestales. En efecto, un estudio efectuado en 50 empresas de contratistas forestales, reveló una franca mejoría en la alimentación, ya que el 86% había adoptado, con algunas modificaciones, dietas similares a la propuesta originalmente, Apud e Ilabaca (1990). Más aún, hoy en día existen en Chile organizaciones especializadas que otorgan alimentación a los contratistas forestales, las cuales cuentan con equipos de nutricionistas que supervigilan el aporte de una dieta balanceada y las condiciones higiénicas en que éstas son preparadas. En el estudio referido se pudo ver que, el 34 % de las 50 empresas evaluadas, contrataba servicios de este tipo. Con respecto a las dietas en campamentos, la experiencia de estos últimos años nos indica que muchos esfuerzos se pierden porque no cumplen con las expectativas de los trabajadores. Las quejas más frecuentes son: Mala calidad de algunos productos Rechazo a determinados alimentos
Poca cantidad Deseos de ingerir leche o sopa al desayuno, jugo al almuerzo y sopa en la noche Aunque no hay dieta que sea del agrado de todas las personas, las quejas de los trabajadores muchas veces son atendibles. Al respecto, cabe señalar que, las comidas deben ser preparadas con productos de buena calidad, elaborados por cocineros capacitados en técnicas culinarias y manipulación de alimentos y servidos en un ambiente higiénico. Todo esto tiende a aumentar la aceptación de las comidas por parte de los trabajadores. Además, es razonable el deseo que manifiestan la mayoría de ingerir leche al desayuno, jugo al almuerzo y una sopa caliente en la noche. Por otra parte, frente al problema de volumen, es necesario consignar que las dietas para campamentos se han calculado considerando porciones justas y basadas en la parte comestible de los alimentos. Si la conservación no es la óptima, como ocurre en muchos campamentos, el porcentaje de pérdidas es mayor al previsto y esto justifica que los trabajadores se quejen que el volumen es poco.
3.1. Propuesta de una dieta semanal básica En base a estos antecedentes, la minuta que se propone como referencia en este documento pretende superar los problemas enumerados. La dieta que se analizará aporta un promedio diario de energía cercano a las 4.600 kcal, distribuidas en 3 comidas (desayuno, almuerzo y cena). Sin embargo, dadas las condiciones de conservación de alimentos en zonas aisladas y la inclusión de algunas personas adicionales que, ocasionalmente, en forma no programada comen en las faenas, hacen pensar en una pérdida adicional que puede oscilar en un 10%. Esto significa que el trabajador recibiría un promedio diario de energía del orden de 4.100 kcal diarias. Se recomienda también, incluir pequeñas colaciones para media mañana y media tarde, como por ejemplo, harina tostada con azúcar y agua, que es parte del hábito alimentario de estos trabajadores. La minuta se repite semanalmente y se basa en una preparada anteriormente. Sólo fue modificada en algunas comidas no bien aceptadas por la mayoría de los trabajadores. Por otra parte, otorga mayor flexibilidad para la compra de frutas y verduras de acuerdo a los precios más convenientes en cada estación del año. A este respecto, es conveniente destacar que ensaladas y frutas deben proveerse diariamente en cantidades razonables. Si esto se cumple a conciencia, no deberían haber variaciones muy notorias en el aporte de energía y,
particularmente, en algunos nutrientes habitualmente carenciales en estas poblaciones. Estas cifras ciertamente son promedio. No todos los trabajadores requieren la misma cantidad de energía e, incluso en iguales faenas, la complejidad del objeto de trabajo (árboles o ramas), las características del terreno y el clima pueden variar los requerimientos. Sin embargo, es absolutamente imposible pensar en dietas diferenciadas de acuerdo a cada individuo o a las características particulares de cada faena que se ejecuta. La dieta está pensada para una jornada de ocho horas de trabajo efectivo, con una pausa de una hora para el almuerzo. Si la jornada se prolonga por requerimientos de producción, las cantidades pueden resultar insuficientes. Los ingredientes deben ser de buena calidad. Se destaca que está todo calculado para diez personas. Si las porciones se reducen por compartirse entre un mayor número de personas, los trabajadores las encontrarán pequeñas. Lo mismo ocurre cuando las pérdidas naturales de alimentos aumentan por la mala calidad de los productos. Finalmente, es necesario señalar que los cocineros deben ser capacitados en técnicas culinarias y en manipulación de alimentos. Las variaciones en la preparación son un factor determinante en la aceptación de la dieta por parte de los trabajadores. Por ello, quienes ejecuten esta actividad, deben tener criterio, entre otras cosas, para dosificar los aliños, al igual que la sal y el agua, que se recomienda agregar a algunos alimentos. Las cifras que se adjuntan, representan una referencia media que puede variar si eso contribuye a satisfacer mejor el gusto de las personas que ingieren la dieta. Por ejemplo, en el caso de los guisos, es mejor que las comidas queden con poca sal, a que resulten excesivamente sazonadas. En el caso de las ensaladas, los propios trabajadores pueden agregarle el aliño a gusto. 3.1.1. Minuta semanal DIA 1. TOTAL: 4.478 kilocalorías - 10 % = 4.030 Kcal. Desayuno: té o café con leche, 1 pan con margarina Almuerzo: arvejas partidas con vienesa, 1 pan, 1 fruta, jugo Cena: arroz graneado con choritos, 1 pan, ensalada, té o café
1.248 Kcal 1.603 Kcal 1.627 Kcal
DIA 2. TOTAL: 4.445 kilocalorías - 10 % = 4001 Kcal. Desayuno: te o café con leche, 1 pan con huevos revueltos Almuerzo: pollo estofado con arroz, 1 pan, fruta, jugo Cena: charquicán de carne, 1 pan, ensalada, té o café DIA 3. TOTAL: 4.409 kilocalorías - 10 % = 3968 Kcal.
1.213 Kcal 1.780 Kcal 1.452 Kcal
Desayuno: té o café con leche, 1 pan con margarina Almuerzo: porotos con tallarines y longaniza, 1 pan, 1 fruta, jugo Cena: caldillo de choritos, 1 pan, ensalada, té o café
1.248 Kcal 1.765 Kcal 1.396 Kcal
DIA 4. TOTAL: 4.464 kilocalorías - 10 % = 4.018 Kcal. Desayuno: té o café con leche, 1 pan con huevos revueltos Almuerzo: lentejas con longaniza, 1 pan, 1 fruta, jugo Cena: cazuela de vacuno, 1 pan, ensalada, té o café
1.213 Kcal 1.735 Kcal 1.516 Kcal
DIA 5. TOTAL: 4.505 kilocalorías - 10 % = 4.054 Kcal. Desayuno: café o té con leche, pan con margarina Almuerzo: chuletas de cerdo con puré, 1pan, 1 fruta, jugo Cena: estofado de vacuno, 1pan, ensalada, té o café
1.248 Kcal 1.893 Kcal 1.364 Kcal
DIA 6. TOTAL: 4.417 kilocalorías - 10 % = 3.975 Kcal. Desayuno: té o café con leche, 1 pan con huevos revueltos Almuerzo: garbanzos con tocino, 1 pan, 1 fruta, jugo Cena: carbonada de carne, 1 pan, ensalada, té o café
1.213 Kcal 1.614 Kcal 1.590 Kcal
DIA 7. TOTAL: 4.405 kilocalorías - 10 % = 3.964 Kcal. Desayuno: café o té con leche, 1 pan con mermelada Almuerzo: espirales con salsa de carne 1 pan, 1 fruta, jugo Cena: ajiaco, salpicón de pescado 1 pan, ensalada, té o café
1.160 Kcal 1.660 Kcal 1.585 Kcal
Ingesta media semanal: 4.446 kcal/día Ingesta media semanal - 10 % de perdidas: 4.002 kcal/día Suplemento harina tostada: 552 kcal/día Ingesta media semanal - 10 % perdidas + harina tostada = 4.554 kcal/día. NOTAS: Como fruta y ensalada de referencia para el cálculo de calorías, se tomó durazno y tomate respectivamente. Estas pueden variarse de acuerdo a la época del año y precio. Cuando no se trabaja, la ingesta debería ser menor, esto se puede lograr reduciendo la cantidad de pan a la mitad, lo que reduciría el aporte en 1.134 kcal, llegando a un total diario de 2.868 Kcal. Esta medida, si bien es correcta, es difícil de implementar, ya que el mayor rechazo de estos trabajadores es reducir su ingesta de pan.
3.1.2. Recetas, ingredientes y composición química de las comidas Almuerzo día 1: arvejas con mote y vienesas INGREDIENTES Arvejas secas partidas Trigo mote Cebolla Manteca Pimentón seco Ajo Orégano Sal fina Agua Vienesas PREPARACION
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
6 tazas 1½ tazas 1 unidad 2 cuch. grandes 8 gr 3 dientes 4 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox. 10 unidades
1.250 gr 300 gr 200 gr 60 gr 8 gr 10 gr 4 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox. 500 gr
1) Remojar las arvejas y el trigo la noche anterior. 2) Cocer juntos las arvejas y el mote remojado hasta que estén blandos (una hora y media habitualmente). Durante el cocimiento incorporar la sal, colar y conservar al caldo. 3) Saltar en manteca hirviendo la cebolla picada y estrujada, junto con el ajo, el pimentón seco y los otros aliños.
4) Incorporar a las arvejas la preparación anterior. 5) Moler una parte de las arvejas con un mazo de madera y darle la consistencia adecuada agregando el caldo en que se cocieron. 6) Calentar las vienesas en agua hirviendo al momento de servir.
Cena día 1: arroz graneado con choritos INGREDIENTES Choritos Arroz Salsa de tomates Cebollas Zanahorias Ajo Aceite Laurel Pimienta negra Sal fina Agua PREPARACION
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
2 latas 7 tazas 2 latas 1 grande 350 gr 3 dientes 100 cc 1 hoja 4 gr 25 a 30 gr aprox. 2 lt aprox.
400 gr 1.400 gr 260 gr 250 gr 300 gr 10 gr 100 cc 2 gr 4 gr 25 a 30 gr aprox. 2 lt aprox.
Arroz graneado: 1) Saltar ligeramente el arroz en el aceite caliente, revolviendo constantemente. Incorporar el agua (fría o caliente) y la sal. 2) Hervir a fuego lento, en olla destapada, hasta que el arroz este seco y perfectamente cocido (25 a 30 minutos). Salsa de tomates con choritos: 1) Picar o rallar la cebolla y la zanahoria. Saltar ambos materiales en aceite
con sal, el ajo machacado, laurel y demás condimentos, durante 20 a 25 minutos. 2) Agregar la salsa de tomates y los choritos. Hervir a fuego lento durante 15 minutos adicionales. NOTA: Al servir el arroz, se le coloca encima una porción de salsa.
Almuerzo día 2: pollo estofado con arroz graneado Pollo estofado: INGREDIENTES Pollo Cebolla Zanahorias Aceite Ajo Laurel Perejil Pimienta negra molida Sal fina Agua
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
10 unidades 1 unidad 500 gr 100 cc 3 dientes 1 hoja 10 gr 4 gr 35 gr aprox. 500 cc aprox.
1.500 gr 200 gr 450 gr 100 cc 10 gr 2 gr 10 gr 4 gr 35 gr aprox. 500 cc aprox.
PREPARACION 1) Freír ligeramente las porciones en el aceite. Añadir la cebolla cortada en cascos y las papas y zanahorias trozadas en cubitos. Agregar las verduras picadas finas y los aliños. 2) Cocer entre 30 y 40 minutos, añadiendo agua de vez en cuando si es necesario.
Arroz graneado: INGREDIENTES
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
Arroz Aceite Ajo Sal fina Agua
6 tazas 80 cc 3 dientes 30 gr aprox. 2 lt aprox.
1.200 gr 80 cc 10 gr 30 gr aprox. 2 lt aprox.
PREPARACION 1) Saltar ligeramente el arroz en el aceite caliente, revolviendo constantemente. Incorporar el agua fría o caliente, es lo mismo. Añadir la sal y el ajo picado. Hervir a fuego lento, en olla destapada, hasta que el arroz esté seco y perfectamente cocido (25 a 30 minutos). Cena día 2: caldillo de choritos INGREDIENTES Choritos Zanahorias Aceite Arroz Papas Cebollas Ajo Perejil picado Salsa tomate Orégano Sal fina
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
2 latas 450 gr 100 cc 400 gr 2.500 gr 1 grande 3 dientes 10 gr 1 tarro 4 gr 40 gr aprox.
400 gr 400 gr 100 cc 400 gr 2.000 gr 250 gr 10 gr 10 gr 130 gr 4 gr 40 gr aprox.
PREPARACION 1) Pelar las papas y cortarlas en rodelas. También las zanahorias. 2) Saltar en el aceite la cebolla picada y estrujada, junto con el ajo y los condimentos. Incorporar la salsa de tomates disuelta en un poco de agua. 3) Agregar los choritos y armar el guiso con el resto de los ingredientes. 4) Cocer aproximadamente por 20 minutos después de agregar tres litros de agua.
Almuerzo día 3: porotos con tallarines y longaniza INGREDIENTES Porotos crudos Tallarines Cebollas Zapallo Manteca Ajo Pimiento morrón Pimentón seco Orégano Longaniza Sal fina Agua
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
1.250 gr 500 gr 1½ unidad 500 gr 80 gr 3 dientes 1 unidad 10 gr 4 gr 350 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox.
1.250 gr 500 gr 300 gr 450 gr 80 gr 10 gr 40 gr 10 gr 4 gr 350 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox.
PREPARACION 1) Limpiar los porotos y remojar la noche anterior en bastante agua templada sin sal. Colar para botar el exceso de agua. 2) Cocer los porotos por aproximadamente 1 hora. 3) Saltar en manteca la cebolla picada, junto con los otros aliños y la longaniza. 4) Armar el guiso mezclando los ingredientes y añadiendo también los tallarines, revolver y dejar cocer entre 15 a 20 minutos adicionales.
Cena día 3: charquicán de carne INGREDIENTES
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
Carne ( plateada o molida ) Papas Zapallo Zanahorias Cebollas Repollo Pimiento morrón Perejil Manteca Ajo Pimentón seco Orégano Sal Agua
1.000 gr 3.500 gr 900 gr 550 gr 2 unidades 200 gr 1 pequeño 10 gr 100 gr 3 dientes 10 gr 4 gr 40 gr aprox. 2 lt aprox.
1.000 gr 3.000 gr 800 gr 500 gr 400 gr 200 gr 30 gr 10 gr 100 gr 10 gr 10 gr 4 gr 40 gr aprox. 2 lt aprox.
PREPARACION 1) Saltar en manteca la carne picada, junto con el ajo picado y el pimentón seco. Añadir la cebolla y el perejil y continuar el saltado por 30 a 35 minutos en total. 2) Cocer aparte las papas, zapallo, zanahorias y pimiento, pelados y trozados durante unos 35 minutos. Drenar el exceso de agua y machacar con el mazo de madera. Mezclar todo y calentar alrededor de 10 minutos adicionales.
Almuerzo día 4: lentejas con longaniza INGREDIENTES Lentejas Longanizas Arroz Cebolla Manteca Ajo Pimentón seco Pan duro Sal Agua
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
1.200 gr 350 gr 250 gr 1 grande 60 gr 2 dientes 10 gr 200 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox.
1.200 gr 350 gr 250 gr 250 gr 60 gr 5 gr 10 gr 200 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox.
PREPARACION 1) Remojar las lentejas la noche anterior en el agua sin sal. 2) Saltar en la manteca la cebolla picada y estrujada, junto con el ajo picado, pimentón seco, longanizas y sal. 3) Remojar el pan duro en agua tibia hasta formar una pasta homogénea. 4) Mezclar las lentejas remojadas con el saltado de cebollas y cocer en la olla cerrada aproximadamente 50 minutos, incorporar el pan remojado. Revolver bien y cocer 10 minutos adicionales.
Cena día 4: cazuela de vacuno INGREDIENTES
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
Carne de cazuela con huesos (hueso redondo, costillar, estomaguillo, etc.), 10 presas o carne sin huesos Papas Zanahoria Cebolla Arroz Caldo concentrado Zapallo Ajo Perejil picado Aceite Orégano Sal fina Agua
1.600 gr 1.000 gr 3.000 gr 500 gr 1 unidad 1½ tazas 1 caluga 550 gr 3 dientes 10 gr 100 cc 4 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox.
1.000 gr 1.000 gr 2.500 gr 450 gr 200 gr 300 gr 20 gr 500 gr 10 gr 10 gr 100 cc 4 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox.
PREPARACION 1) Lave y corte la carne en 10 trozos. 2) Fría en el aceite la cebolla, la zanahoria, el ajo y los aliños. Agregue la carne. 3) Añada la mitad del agua hirviendo y ponga a hervir alrededor de 45 minutos (hasta que la carne esté blanda). 4) Agregue las papas y el arroz y deje cocer por 15 a 20 minutos más. Al apagar, incorpore el perejil picado.
Almuerzo día 5: chuletas de cerdo estofadas con puré chuletas de cerdo estofadas: INGREDIENTES Chuletas de cerdo Cebollas Zanahorias Perejil Aceite Ajo Salsa de tomates Pan rallado Laurel Pimienta negra molida Sal fina
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
10 unidades 3 unidades 500 gr 10 gr 100 cc 3 dientes 1 tarrito 60 gr 2 hojas 4 gr 35 a 40 gr
1.500 gr 600 gr 450 gr 10 gr 100 cc 10 gr 130 gr 60 gr 4 gr 4 gr 35 a 40 gr
PREPARACION 1) Pelar cebollas y cortarlas pluma. Pelar o raspar las zanahorias y cortarlas en rodelas delgadas. 2) Saltar en aceite las chuletas. Junto con el ajo picado y los otros aliños, la cebolla y zanahoria picada. Incorporar la salsa de tomates diluida con un poco de agua y cocer a fuego moderado. Al término de la preparación, se le agrega el pan rallado para espesar el jugo.
Puré: INGREDIENTES
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
Papas Leche en polvo, 26 % materia grasa Aceite PREPARACION
4.000 gr 150 gr 80 gr
3.500 gr 150 gr 80 gr
1) Pelar, trozar y lavar las papas. Cocerlas durante unos 30 minutos. Colar y moler. 2) Incorporar la leche caliente, previamente disuelta en 400 cc de agua,
junto con el aceite, revolviendo vigorosamente. Cena día 5: estofado de vacuno INGREDIENTES Carne de vacuno sin hueso Papas Zanahoria Cebolla Caldo concentrado Salsa de tomates Arvejitas tiernas o de tarro Pimiento morrón Harina Ajo Perejil picado Aceite Orégano molido Pimentón molido Laurel Pimienta negra molida Sal fina Agua
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
1.000 gr 2.000 gr 300 gr 3 unidades 1 caluga 1 tarro 150 gr 1 unidad 60 gr 3 dientes 10 gr 100 cc 3 gr Aprox. 10 gr 2 hojas 4 gr 40 gr 600 cc aprox.
1.000 gr 1.600 gr 270 gr 600 gr 20 gr 130 gr 150 gr 40 gr 60 gr 10 gr 10 gr 100 cc 3 gr aprox. 10 gr 4 gr 4 gr 40 gr 600 cc aprox.
PREPARACION 1) Limpiar y trozar la carne. Saltarla ligeramente en una parte del aceite, junto con el ajo, pimentón seco, laurel y demás condimentos menos la pimienta negra molida, durante unos 20 min. aprox. 2) Limpiar las cebollas y cortarlas “en juliana” (pluma); raspar o pelar las zanahorias, lavar y cortarlas en rodelas delgadas; pelar las papas, cortar “en cascos” y lavar. 3) Armar el conjunto. Añadir el resto del aceite, la sal, pimienta, perejil picado y arvejas. Cocer en olla cerrada durante unos 30 min. 4) Incorporar la harina, previamente disuelta en el agua y la salsa de tomates, y continuar la cocción durante unos 15 min. adicionales. Nota: La adición de arvejas es opcional.
Almuerzo día 6: garbanzos con tocino INGREDIENTES Garbanzos pelados Tocino ahumado Arroz o mote de trigo Cebollas Ajos Pimentón seco Orégano Manteca Sal fina Agua
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
1.250 gr 150 gr 300 gr 1 unidad grande 3 unidades 10 gr 4 gr 80 gr 40 gr aprox. 2 lt aprox.
1.250 gr 150 gr 300 gr 250 gr 10 gr 10 gr 4 gr 80 gr 40 gr aprox. 2 lt aprox.
PREPARACION 1) Remojar los garbanzos la noche anterior en 2,5 veces su volumen de agua sin sal. Colar. Remojar el trigo mote pulido y cocer. 2) Freír en manteca la cebolla picada y exprimir, junto con el tocino picado, o ”en panceta”, el ajo, pimentón y condimentos. 3) Incorporar el garbanzo remojado, el mote de trigo pelado, la sal y el agua necesaria. Cocer en olla cerrada durante unos 65 a 70 minutos. En caso de emplearse arroz en lugar de trigo mote, debe primero cocinarse el garbanzo durante unos 30 min y luego introducir el arroz, cociendo en olla cerrada durante 35 o más minutos adicionales. 4) Moler parcialmente el garbanzo con el mazo y revolver con la paleta.
Cena día 6: carbonada de carne
INGREDIENTES Carne ( plateada o carne molida) Papas Fideos Zanahoria Cebolla Acelga Repollo Caldo concentrado Zapallo Ajo Perejil picado Aceite Pimentón seco Pimienta negra Sal fina Agua
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
600 gr 3.000 gr 500 gr 450 gr 2 a 3 unidades 200 gr 150 gr 2 calugas 550 gr 3 dientes 10 gr 150 cc 10 gr 2 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox.
600 gr 2.500 gr 500 gr 400 gr 500 gr 200 gr 150 gr 40 gr 500 gr 10 gr 10 gr 150 cc 10 gr 2 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox.
PREPARACION 1) Picar la carne en trocitos pequeños y saltarla ligeramente en aceite, junto con el ajo y el pimentón seco. 2) Pelar las papas, las zanahorias, las cebollas y el zapallo y picar en daditos; lavar. Picar la acelga y el repollo. Mezclar todos los ingredientes. 3) Cocer el conjunto en agua con sal y demás condimentos, hasta su completo cocimiento. Decorar con perejil picado.
Almuerzo día 7: espirales con salsa de carne INGREDIENTES
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
Fideos de huevo Carne molida Salsa de tomates con carne Cebolla Zanahorias Aceite Pimentón seco Laurel Orégano Sal Agua
1.400 gr 500 gr 7 tarros 2 unidades 250 gr 80 gr 10 gr 2 hojas 4 gr 40 gr 3 lt aprox.
1.400 gr 500 gr 910 gr 400 gr 220 gr 80 gr 10 gr 4 gr 4 gr 40 gr aprox. 3 lt aprox.
PREPARACION 1) Poner agua a hervir con sal y 30 gramos de aceite, cuando el agua esté en ebullición, incorporar los tallarines, revolviendo el contenido para evitar que se peguen. 2) Dejar cocer en olla semidestapada, durante unos 25 a 30 min., sin remover. (debe cuidarse de no sobrecocer los fideos). Colar y estilar perfectamente. Preparación salsa: 3) Saltar en el aceite (50 gr) los trocitos de carne molida, y luego la cebolla picada y exprimida y la zanahoria rallada, el ajo, pimentón, laurel, sal y orégano. Dejar cociendo durante unos 15 min. Incorporar la salsa de tomates, revolver y continuar la cocción por unos 7 minutos más. 4) Mezclar la salsa con los tallarines y servir.
Cena día 7: ajiaco y salpicón de pescado Ajiaco: INGREDIENTES
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
Carne (plateada) Papas Cebollas Pimiento morrón Ajo Salsa de tomates Orégano Pimienta negra Manteca Sal Agua
600 gr 3.000 gr 4 unidades 1 unidad 3 dientes 1 tarro 4 gr 2 gr 70 gr 40 gr aprox. 2½ lt aprox.
600 gr 2.500 gr 800 gr 40 gr 10 gr 130 gr 4 gr 2 gr 70 gr 40 gr aprox. 2½ lt aprox.
PREPARACION 1) Saltar la carne picada en manteca, junto con la cebolla picada y estrujada, el ajo y demás condimentos. 2) Mezclar los ingredientes. Añadir las papas peladas y cortadas en torrejas y las zanahorias peladas cortadas en tiras. Hervir el conjunto durante 30 minutos adicionales.
Salpicón de pescado: INGREDIENTES Jurel Papas Cebollas Lechuga
CANTIDAD
PESO COMESTIBLE
3 tarros 1.200 gr 1 unidad 2 costinas
960 gr 1.000 gr 250 gr 1.000 gr
Zanahoria Aceite Vinagre Sal fina
500 gr 60 gr 50 c. 30 gr aprox.
400 gr 60 gr 50 cc 30 gr aprox.
PREPARACION 1) Cocer las papas y zanahorias sin pelar. Una vez cocidas pelar y cortar en trocitos. 2) Abrir los tarros de pescado y drenar el agua. 3) Limpiar y lavar saparadamente las hojas de lechugas con bastante agua. Picar más o menos fina. 4) Picar la cebolla "pluma". Mezclar todos los ingredientes y aliñar con el aceite, vinagre y sal.
Ingredientes para el pan: INGREDIENTES Harina Levadura Manteca Sal Agua
CANTIDAD 6 kg 45 gr 240 gr 150 Gr 2½ lt aprox.
Las mediciones realizadas indican que estos ingredientes alcanzan para 30 panes, los cuales contienen cerca de 30 % de humedad.
Agregados para el pan Días 2, 4 y 6: Huevos revueltos: ......................................... 145 Kcal huevos aceite sal
: 10 unidades : 80 gr : 20 gr aprox.
Días 1, 3 y 5: Margarina: .................................................... 180 kcal (25 gr/pers.) Día 7: Mermelada: .................................................. 92 Kcal (50 gr/pers.) Nota: Para el cálculo de calorías se usó mermelada de durazno, pero ésta puede variarse. Té, café y leche Café con leche: ............................................. 312 Kcal café azúcar leche en polvo, 26% materia grasa
: 70 gr : 300 gr : 400 gr
Té con leche: ................................................. 312 Kcal té azúcar leche en polvo, 26% materia grasa
: 10 bolsitas : 300 gr : 400 gr
Té: ..................................................................116 Kcal té en bolsa azúcar
: 10 unidades : 300 gr
Café: ...............................................................116 Kcal café instantáneo azúcar Suplemento de harina tostada
: 70 gr : 300 gr
Suplemento de harina tostada:........................ 552 Kcal harina tostada azúcar
Ingredientes para ensaladas (ejemplos) Día 1: Ensalada de repollo
: 100 gr/pers. : 50 gr/pers.
Repollo Aceite Limón Sal
: 1.000 gramos (app. medio repollo) : 100 gramos : 200 gramos (30 cc jugo); 1 grande : 30 gramos aprox.
Días 2 Y 6: Ensalada de lechugas Lechuga Aceite Limón Sal
: 1.000 gramos (app. 2 cortinas o 3 francesas) : 100 gramos : 200 gramos ( 30 cc jugo ) ;1 grande : 30 gramos aprox.
Día 3: Ensalada de zanahorias ralladas Zanahorias Aceite Limón Sal
: 1.500 gramos; peladas y ralladas (1.350 gramos) : 100 gramos : 200 gramos (30 cc jugo); 1 grande : 30 gramos aprox.
Día 4: Ensalada de betarragas Betarragas Cebollas Aceite Limón Sal fina
: 2.000 gramos; cocidas y peladas (1.500 gramos) : 5 medianas; 1.000 gramos comestible : 100 gramos : 200 gramos ( 30 cc. jugo ); 1 grande : 30 gramos
Día 5 y 7: Ensalada de tomates Tomates Aceite Sal fina
: 2.000 gramos; (10 unidades aprox.) : 50 gramos : 30 gramos
Frutas ( ejemplos ) Días 1, 3 y 5: 1 manzana por persona, 125 gr. aprox. (100 gr. comestibles) Días 2 y 4:
1 naranja por persona, 150 gr. aprox. (100 gr. comestible). Día 6: 1 pera por persona, 125 gr. aprox. (100 gr. comestible).
3.1.3. Compras por semana para 10 personas a) Compras de almacén Detalle
Aceite Arroz Arvejas secas Arvejitas en conserva Azúcar Café Caldo concentrado Choritos Fideos
Cantidad a ocupar
Total a comprar
1.700 cc 3.550 gr 1.250 gr 150 gr 4.200 gr 2.400 gr 80 gr 800 gr 1.900 gr
2 lt 4 kg 1¼ Kg 1 tarro 5 kg 15 tarros ( 170 gr. c/u ) 4 tabletas 4 tarros 5 paquetes ( 400 gr. c/u)
Garbanzos Harina Huevos Jurel Leche 26% materia grasa Lentejas Levadura Manteca Margarina Mermelada Porotos Sal Salsa de tomates Tallarines Té Trigo mote Vienesas Vinagre Especias: Laurel Orégano Pimentón seco Pimienta
1.250 gr 42.060 gr 1.500 gr 960 gr 2.950 gr 1.200 gr 315 gr 2.130 gr 750 gr 1.000 gr 1.250 gr 1865 gr 1.690 gr 500 gr 60 bolsitas 600 gr 500 gr 50 cc
1¼ Kg 1 quintal ( 50 Kg ) 30 unidades 3 tarros 3 Kg 2 Kg, 130 gr 3 panes ( 250 gr ) 1 Kg 1¼ Kg 2 Kg 13 tarros ( 130 gr c/u ) 1 paquete ( 500 gr ) 3 cajas ( 20 bolsitas c/u) 600 gr 10 unidades 1 botella
16 gr 35 gr 78 gr 18 gr
8 hojas ( 1 paquete ) 1 bolsita 1 bolsita 1 bolsita
b) Compra de carnicería Detalle
Carne de vacuno s/hueso ( posta ) Carne de vacuno s/hueso (plateada) Carne molida Cazuela de vacuno Chuletas de cerdo Longaniza Pollo Tocino ahumado
Cantidad a ocupar
Total a comprar
1.000 gr 600 gr 2.100 gr 1.600 gr 1.500 gr 700 gr 1.500 gr 150 gr
1 kg 600 gr 2 Kg, 100 gr 10 porciones 10 unidades 700 gr 10 presas 150 gr
c) Compras de verdulería Detalle
Cantidad a
Total a comprar
ocupar Acelga Ajo Cebollas Lechuga Papas Perejil Pimiento morrón Repollo Zanahorias Zapallo
200 gr 135 gr 5.450 gr 1.000 gr 22.200 gr 70 gr 150 gr 350 gr 4.350 gr 2.500 gr
1 paquete 6 cabezas 28 unidades 2 costinas ó 3 francesas 22½ Kg 1 atados 4 unidades 1 unidad chica 4½ Kg 2½ Kg
Ensaladas (verduras) y frutas Se deja flexibilidad para la adquisición de estos productos de acuerdo a las variaciones estacionales. En todo caso la dieta debe contener una fruta y una ensalada diariamente. Las porciones deben ser de tamaño razonable y de buena calidad. En el caso particular de las ensaladas, estas deben ser aliñadas en forma apropiada, con aceites de buena calidad. Es necesario tener especial cuidado con las verduras crudas, mientras persista el riesgo de cólera. Si no existe seguridad del agua con que se han regado las hortalizas, es recomendable seleccionar verduras que se puedan comer cocidas. La lista de frutas y verduras que se adjunta, representa un ejemplo de las cantidades de compras de verdulería, también se refieren a los productos tomados como ejemplo que deberían entregarse cada semana. Si se compran productos de la estación, no deberían haber diferencias marcadas en el costo de la fuente diaria de ensaladas y frutas. c1) Verduras y frutas Detalle
Cantidad a ocupar
Total a comprar
2.000 gr 1.000 gr 2.000 gr 1.000 gr 1.000 gr 4.000 gr 1.500 gr
2 Kg 5 unidades 4 costinas ó 6 francesas 1 Kg 1 unidad 4 kg 1½ Kg
Verduras: Betarragas Cebollas Lechuga Limones Repollo Tomates Zanahorias
Frutas: Manzanas Naranjas Peras
3.750 gr 3.000 gr 1250 gr
30 unidades (125 gr c/u) 20 unidades (150 gr c/u) 10 unidades (125 gr c/u)
CAPITULO 8 VESTUARIO Y ELEMENTOS DE PROTECCION PERSONAL DE TRABAJADORES FORESTALES
1. Introducción 1.1. Antecedentes generales Antes de analizar el tema específico de este capítulo, es necesario referirse a algunos aspectos generales de prevención de riesgos. Desde este punto de vista, lo más importante es advertir que los elementos de protección personal son necesarios, pero constituyen un elemento más dentro del conjunto de medidas que deben tomarse, para una efectiva protección contra los accidentes. En otras palabras, si se requiere usar elementos de protección personal, estamos aceptando que los accidentes pueden suceder. Lo ideal entonces es tratar, en la medida que esto sea posible, de evitar que los accidentes ocurran y para ello hay un conjunto de actividades que deben efectuarse y que destacan como un eslabón más de la cadena del uso de elementos de protección personal. Desde un punto de vista ergonómico, se establece, como orden lógico, para prevenir accidentes, la siguiente secuencia: A. Planificación Técnica Diseño del trabajo para prevenir los accidentes en forma anticipativa, con la ayuda del análisis ergonómico de sistemas Establecimiento de normas claras de seguridad Evitar la fatiga, diseñando esquemas de pausas de acuerdo a la capacidad física de la población laboral B. Seguimiento Supervisión de seguridad en los lugares de trabajo, incluyendo el uso obligatorio de elementos de protección personal Análisis de las sugerencias de seguridad que puedan hacer los mismos trabajadores Análisis de los accidentes Análisis de incidentes críticos o casi accidentes
C. Selección de los trabajadores
Selección de personal, utilizando criterios de salud, psicológicos y de aptitud vocacional Exámenes médicos y entrevistas periódicas para reevaluar las aptitudes del trabajador para la actividad que se le ha asignado D. Entrenamiento y difusión Educación en seguridad y salud, como parte de los programas de entrenamiento vocacional Instrucción en seguridad, cada vez que un trabajador tiene que realizar actividades que no corresponden a su trabajo habitual Discusiones periódicas de seguridad e información acerca de nuevos riesgos en el lugar de trabajo Información continua con métodos audiovisuales atractivos Incentivos a los trabajadores que muestren un comportamiento seguro E. Tratamiento de las personas accidentadas Sistemas de alarma rápidos y ergonómicamente diseñados Organización eficiente de los primeros auxilios en el lugar de trabajo, asegurando el transporte de los accidentados, su tratamiento y rehabilitación Reubicación temporal de las personas accidentadas en trabajos apropiados a su condición Como es posible observar, la organización de la prevención de riesgos es compleja y el tema que analizaremos, es sólo una parte de un problema que debe ser abordado en forma integral. De este modo, el propósito de este capítulo, es analizar y recomendar los elementos de protección requeridos en distintas tareas forestales, discutir criterios de calidad que se puedan utilizar para su fabricación, así como también, proporcionar algunos antecedentes para que los responsables de adquirir los elementos de protección personal puedan exigir requisitos de calidad a los proveedores. 2. Recomendaciones de vestuario y elementos de protección personal de trabajadores forestales Antes de analizar las recomendaciones sobre elementos específicos, es conveniente ilustrar algunas tendencias que se observan en la accidentabilidad de los trabajadores forestales. Al respecto, en la tabla 8.1, se resume información de la distribución que presentan normalmente las lesiones que afectan las diferentes partes del cuerpo (Apud, 1989). Tabla 8.1. Partes del cuerpo lesionadas en trabajadores forestales PARTE DEL CUERPO LESIONADA Cabeza y cara
% DEL TOTAL DE ACCIDENTES 15.0
Tronco 3.7 Extremidad superior 6.6 Mano y muñeca 17.9 Extremidad inferior 22.1 Pie y tobillo 13.1 Columna vertebral 15.4 Lesiones múltiples 1.9 Otros 1.0 Fuente: Apud, E. "Some aspects of Chilean forest work with special reference to occupational accidents". Informe preparado para la OIT, 1989. Observando los antecedentes resumidos en la tabla 8.1, se puede apreciar que la cabeza y la cara son afectadas por un 15 % de los accidentes. Parte importante de los accidentes que comprometen la cabeza son producidos por golpes de ramas o conos que caen y que podrían evitarse con el uso de cascos. Por su parte, al referirse a la cara, son los ojos la parte más afectada por partículas de polvo y aserrín, lo que justifica plenamente el que, al menos, los motosierristas utilicen protección facial. En la misma tabla se puede ver que un 17.9 % de los accidentes afectan manos y dedos, parte importante de los cuales podrían prevenirse con el uso de guantes apropiados. Lo mismo en el caso de los pies, ya que resbalones, caídas y atrapadas pueden evitarse, en parte, mediante el uso de un calzado de seguridad adecuado. Entre las lesiones más comunes que se producen en la extremidad inferior, que como se ve en la tabla 8.1, es el área del cuerpo más afectada, están los cortes producidos por la motosierra y otras herramientas cortantes, como el hacha y rozón. Por ello, el uso de pantalón o perneras anticorte, es una clara necesidad para los motosierristas. Sin duda que, aunque generalmente no se usa en nuestro medio, los hacheros y rozadores también requerirían protección especial para sus piernas, como por ejemplo, canilleras anticorte. Aunque los antecedentes disponibles no permiten precisar cuántos de los accidentes forestales están influenciados por el frío o el calor ambiental, estos agentes físicos no pueden desestimarse y por ello es importante que el vestuario de verano y de invierno provea confort térmico adecuado. Por otra parte, el ruido también puede ser una causa indirecta de accidentes, aunque es difícil de precisar. Más aún, los operadores de herramientas de potencia y maquinaria, están expuestos directamente al ruido, lo que en el largo plazo les puede producir sordera profesional. Por esta razón, es fundamental que ellos cuenten con protección auditiva. En la discusión que continua, se analizará separadamente los fundamentos que deberían orientar la fabricación y selección de cascos, protectores faciales,
protectores auditivos, guantes, calzado, pantalones anticorte y vestuario de protección para el frío y el calor. En cada elemento analizado se especificará en qué tareas éste debe usarse. Al final del texto, se agregará una lista de comprobación, cuyo objetivo es proporcionar a los encargados de adquirir estos implementos, orientación simple sobre las exigencias de calidad que deben hacer a los proveedores. 2.1. Calor y frío El calor y el frío son causas de accidentes. Existen estudios que demuestran que los trabajadores expuestos a calor, cuando la temperatura excede niveles confortables, están más propensos a sufrir accidentes. La información proviene de industrias que desarrollan sus actividades en ambientes cerrados y, en las cuales, cuentan con estadísticas que demuestran una disminución de los accidentes, cuando se han realizado modificaciones que permiten reducir la carga térmica ambiental. Por su parte, se ha demostrado que la destreza manual disminuye notoriamente en ambientes fríos, a temperaturas inferiores a 10 grados Celcius. De manera tal, que el frío también puede contribuir al aumento de los accidentes. Una de las primeras cosas que se debe tener en claro es que no existe ningún vestuario único capaz de proteger contra el frío y el calor. Por esta razón, la primera condición básica es que, al menos, los trabajadores deben contar con dos trajes diferentes al año, uno de verano y otro de invierno. El segundo aspecto importante a considerar es que el trabajo forestal se realiza al aire libre y, por lo tanto, es imposible modificar el ambiente físico en que se ejecuta la actividad. Debido a ello, es fundamental encontrar vestuario de protección adecuado y adaptar los métodos de trabajo de acuerdo a las dificultades que imponga el clima. 2.1.1. Protección contra el calor Antes de discutir el vestuario que se requiere para ambientes calurosos, es necesario preguntarse ¿ por qué las personas sienten calor?. Al realizar un trabajo físico, el hombre actúa como un convertidor de energía, transformando la energía química contenida en los alimentos en energía mecánica y calórica. Al igual que en cualquier motor de combustión interna, la cantidad de calor producido es considerable. Por esta razón, el hombre posee finos mecanismos de regulación de la temperatura que le permiten eliminar el calor producido durante el metabolismo, al ambiente que nos rodea. El hombre siente calor cuando la temperatura del aire, la radiación proveniente de objetos que la emiten (por ejemplo, el sol), la velocidad del aire y la humedad se combinan de tal manera, que constituyen un impedimento para la eliminación del calor que producimos. En casos extremos, el calor puede llegar a provocar la muerte. Para expresarlo en forma simple cuando se dice “hace calor”, deberíamos decir " tengo dificultades para eliminar al
ambiente el calor que estoy produciendo durante mis procesos metabólicos". Para mayores detalles sobre efectos del calor ver capitulo 4. Proteger a los trabajadores del calor en trabajos al aire libre es una tarea difícil, ya que depende de las condiciones en que se efectúa la actividad. Por ejemplo, si los trabajadores desarrollan sus actividades en el bosque, a la sombra, el problema es completamente diferente al trabajo realizado en una cancha con exposición directa a la radiación solar. Si el riesgo proviene de trabajos efectuados bajo los efectos de la radiación solar, el trabajador está expuesto a ganar calor por exposición directa al sol, el vestuario debe impedir que los rayos solares lleguen directamente al trabajador. En tal caso, la protección debe comenzar considerando la cabeza del sujeto. Por lo tanto, el casco, además de proteger la cabeza de los impactos, debe constituir una barrera que impida que los rayos del sol lleguen directamente al sujeto. Sin embargo, para que el sudor producido se pueda eliminar por evaporación al ambiente, el vestuario debe tener buenas salidas de ventilación que faciliten este fenómeno, asegurando así el poder de enfriamiento que significa el sudor evaporado. Para una efectiva protección contra el calor, los trajes deben ser: No muy ajustados para permitir la libre circulación de aire De colores claros Confeccionados con materiales livianos y delgados, en lo posible de algodón El "slack" tradicional, que consta de una casaca y un pantalón de mezclilla, tiene la ventaja de que es durable y es de algodón, pero la desventaja de que las telas son, por lo general, muy obscuras (azul o negra). En este sentido, es necesario tener presente que los colores obscuros absorben mayor cantidad de radiación solar que los colores claros. El problema más serio se presenta cuando la radiación solar se combina con una alta temperatura del aire. En tal caso, además de que el individuo puede ganar calor por radiación, está expuesto a no poder eliminar calor por convección, que es el pasaje directo del calor corporal al aire que nos rodea. En tal caso, la evaporación de sudor se transforma en la única vía de eliminación de calor. El enfriamiento no depende de la cantidad de sudor que se produce sino de la cantidad de sudor que se "evapora". Por ello, si el vestuario impone una barrera muy grande entre la superficie de la piel y el ambiente, las dificultades de evaporación son mayores. Consecuentemente, mientras más delgada y permeable es la tela, mayores serán las posibilidades de evaporar sudor y más fácil será la disipación del calor por esta vía. Por lo tanto, en estas condiciones, lo recomendable es una camisa o polera de algodón con un pantalón de mezclilla de colores claros, para que los trabajadores realicen sus actividades con estos elementos en las horas de mayor calor. Como
aún en períodos de verano, en la mayoría de las zonas del país en que se realizan trabajos forestales, las mañanas son frescas, los trabajadores deberían disponer de un cortaviento liviano, un sweater de lana o una casaca de mezclilla, para protegerse del frío en las primeras horas del día, o cuando las condiciones climáticas así lo requieran. Con relación al vestuario de verano, todos los trabajadores deberían disponer de estos elementos para protegerse del calor, o más bien, para facilitar la eliminación del calor que producen. La única excepción la constituyen los motosierristas que deben usar pantalón anticorte, tema que se discutirá más adelante. En cuanto a una recomendación específica, existen numerosas empresas que fabrican este tipo de vestuario, ya que se trata de poleras o camisas de algodón liviano y pantalones de mezclilla. En todo caso, frente al riesgo que significa el calor, no es mucho más lo que se puede hacer con el vestuario, ya que la protección a la radiación y a las altas temperaturas del aire debe manejarse con otros criterios más efectivos como es, por ejemplo, limitar el trabajo en las horas de mayor calor, otorgando pausas frecuentes y proporcionando refugios, como ramadas, construidas para este fin. 2.1.2. Protección contra el frío La única forma de protegerse contra el frío en trabajos al aire libre es usando un vestuario adecuado. El poder aislante de una vestimenta depende de la cantidad de aire atrapado entre las fibras de la tela utilizada y entre las distintas capas de ropa. El aislamiento provisto por el vestuario se mide habitualmente en una unidad denominada "clo". Esta se define como el vestuario necesario para mantener cómodo a un sujeto sentado y en descanso, en una habitación normalmente ventilada, a 21 grados Celcius de temperatura y con un 50 % de humedad relativa. Como un individuo normal, desnudo, se siente cómodo a una temperatura cercana a 30 grados Celcius, una unidad clo sería la necesaria para producir una sensación similar a 21 grados Celcius. Por lo tanto, en términos generales, una unidad clo es el aislamiento requerido para compensar un descenso de alrededor de 8 grados Celcius y equivale al aislamiento de las ropas que usualmente llevan las personas. El aire inmóvil es un aislante efectivo para las corrientes naturales de convexión que tienden a alejar el calor de la superficie corporal. Un buen vestuario debe evitar, en la medida que sea posible, que esto ocurra. Las corrientes de convexión se reducen en forma importante o se eliminan cuando el aire es confinado a espacios cerrados, comúnmente denominado "aire muerto". Por ello, se considera que el aislamiento térmico del vestuario es proporcional a la capa de aire muerto que encierra. Consecuentemente, el material del cual el vestuario está fabricado no es crítico, en relación al aislamiento que provee. En otras palabras, el algodón puede ser tan efectivo como el lino, la seda o las fibras sintéticas. La principal
diferencia, está en la compresión; ya que es el grosor del aire muerto lo que importa. Por ejemplo, al no ser comprimido, el algodón es tan buen aislante como la pluma. Sin embargo, bajo la misma carga, el algodón se comprime más y al descomprimirse las plumas recuperan rápidamente su grosor total. De allí que estás provean mejor aislación que el algodón. Al protegerse contra el frío se debe tener en cuenta que el movimiento del aire entre las capas del vestuario aumenta notoriamente las pérdidas de calor por convección. De allí, que independiente del vestuario interior, para lograr una efectiva protección contra el frío, se requiere ropa externa que proteja del viento. Esto se logra con una cubierta plástica (cortaviento). Sin embargo, el problema no es tan simple, porque los plásticos tienden a ser muy poco permeables al vapor de agua. Esto hace que el sudor evaporado se condense en la superficie interior de la capa de vestuario plástico, hecho que los trabajadores usualmente describen como "ropa mojada". Es necesario considerar que, cuando el aire atrapado en la trama del vestuario es desplazado por sudor, la protección es nula, porque la conductividad térmica del agua es bastante mayor que la del aire. En otras palabras, para proteger a los trabajadores del frío, se debe considerar un vestuario interior, que mantenga una capa de aire muerto, suficiente para aislarlos del ambiente, y un vestuario exterior que permita que el aire atrapado en la trama se mantenga en su lugar. Habitualmente, el vestuario interior es manejado por los propios trabajadores y, lo que se provee, es el vestuario exterior, que es el que representa el mayor problema. En términos generales, el vestuario exterior ( pantalón y chaqueta ) debe estar hecho de una mezcla de material sintético y de algodón. Al mismo tiempo, es fundamental que tenga buenas salidas de ventilación para evitar la condensación del sudor. Estas se logran con salidas especialmente diseñadas y con cierres que puedan cerrarse en los períodos de descanso y abrirse en los períodos de mayor producción de calor, que son aquellos en que se realiza trabajo pesado. De las evaluaciones hechas con respecto a este tipo de vestuario, se puede señalar, que los elementos de fabricación nacional presentan una serie de problemas que analizaremos en detalle. Cabe señalar, que no se hizo una evaluación de todos los elementos disponibles en el mercado nacional, sino sólo de aquellos ofrecidos por proveedores de Concepción. En la figura 8.1a, se puede ver un elemento tipo de fabricación nacional. Como se observa, es un cortaviento, cerrado, con un cierre corto en la parte delantera superior. Es de color azul obscuro, con un canesú color naranja, lo que ayuda a evidenciar la presencia del trabajador en el bosque. Figura 8.1a) Chaqueta de fabricación nacional
8.1b) Detalle de las salidas de ventilación
Las mangas son largas con elástico en los puños para evitar que entre agua. El material del cual está confeccionado, no está especificado en ninguna etiqueta, pero es impermeable, 100 % plástico. La textura es rígida. Indudablemente, que un traje de estas características requiere buena ventilación para la eliminación del sudor. Sin embargo, como se observa en la figura 8.1b, las salidas de ventilación son inadecuadas. Consisten en dos cortes en la parte posterior que son completamente insuficientes. Esto no constituyó una excepción, ya que otras chaquetas nacionales presentaban el mismo problema. Más aún, hubo fabricantes que demostraron absoluto desconocimiento de las razones por las que incluían estos cortes en el vestuario. De lo observado durante el estudio, las mejores chaquetas disponibles en el mercado eran importadas, como la que se ilustra en la figura 8.2a. Al igual que el cortaviento nacional, es de colores azul y naranja. Tiene doble puño, uno exterior
elasticado y uno interior, que nace aproximadamente a mitad del antebrazo y que termina en una banda elástica. Esto otorga doble protección. Tiene un cierre a lo largo de toda la parte delantera y broches que pueden también cerrarse. Está fabricada con una tela que contiene 80% de poliester y 20% de algodón. Es perceptiblemente más flexible que la mayoría de los modelos nacionales. El detalle más importante son las salidas de ventilación Figura 8.2a) Chaqueta importada
8.2b) Detalle salidas de ventilación
que se destacan en la figura 8.2b. Como se puede observar, la parte de color naranja está completamente superpuesta, de manera tal, que tiene salidas de ventilación en las mangas y en todo el contorno del torso. La superposición de las telas en las salidas de ventilación es de 7 cm, a diferencia de la chaqueta nacional en que es de sólo 2 cm. En el caso de la chaqueta de la ilustración, se asegura la ventilación, pero la diferencia de 5 cm, previene que entre agua por estas salidas en caso de lluvia. De lo analizado anteriormente se desprende que la chaqueta de la figura 8.2 a y b, es superior para una efectiva protección contra el frío que las mayorías de las fabricadas en el medio nacional que fueron evaluadas en este estudio. Como las chaquetas o cortavientos son prendas de uso tan general, el modelo específico dependerá del diseño de cada fabricante. Sin embargo, debe asegurarse que estos elementos sean lo suficientemente flexibles, con colores contrastantes, con facilidad para abrirse en los períodos de trabajo pesado, con alta producción de calor, y para cerrarse en los períodos de pausa en que ésta se reduce. Finalmente, las salidas de ventilación deben ser lo suficientemente amplias para permitir una efectiva evaporación del sudor hacia el ambiente. Con respecto a actividades específicas reiteramos que todos los trabajadores deberían disponer de una protección de este tipo en labores efectuadas en invierno.
2.2. Cortes Un caso especial, dentro de los trabajadores forestales lo constituyen los motosierristas que están expuestos a cortes accidentales con la motosierra. Por esta razón, ellos deben usar pantalones o perneras anti-corte. Las zonas más expuestas son la cara anterior de muslos, piernas y bajo vientre. Los materiales anticorte están hechos, por lo general, de telas que al entrar en contacto con la cadena en movimiento, la traban y bloquean, causando una detención efectiva. Como lo señala Bostrand (1992), estas protecciones no son 100 % seguras, pero ayudan a reducir la gravedad de los cortes causados por la motosierra. De acuerdo al Consejo Interamericano de Seguridad, la protección anticorte debe estar confeccionada con cuatro capas de nylon balístico, separadas de a dos por una capa de nylon resistente acolchado y forrado con dos capas externas de lona gruesa de algodón, de acuerdo al esquema que se ilustra en la figura 8.3. Estas especificaciones son coincidentes con las del "Forest Service" de Estados Unidos ( Especificación # 6170-4C, 1981), para motosierristas profesionales, con la única diferencia que reemplazan las cuatro capas de nylon por Kevlar. Este material, tiene la ventaja de ser más liviano que el nylon, pero el inconveniente de ser de más alto costo.
Figura 8.3 Características del material anticorte
Reproducido de: Practiguía 3.079, Consejo Interamericano de Seguridad. La experiencia en el medio chileno se basa más en los pantalones anticorte desarrollados en Europa, particularmente en los países escandinavos. De allí, que se recomiende el uso de un número mayor de capas de nylon, sin que exista un criterio definido sobre diseño y materiales y, más importante aún, que esté basado en pruebas objetivas que aseguren el efecto protector. Frente a la disparidad de criterios y a la falta de información científica al respecto, se estableció contacto con algunos centros europeos especializados, habiéndose obtenido antecedentes aclaratorios que revelan que el empirismo imperante en Chile, debe ser corregido si se pretende llegar al diseño de pantalones anticorte que efectivamente cumplan su misión. Al respecto Carlsson (1992), especialista sueco, del College of Forestry de Garpenberg, señala que lo más importante no es el tipo de tela, ni el número de capas de material anticorte. Él destaca que lo fundamental es que "los pantalones pasen las pruebas de evaluación", especialmente diseñadas, en ese país, para certificar la calidad de estos elementos. Según este experto, es lo mismo usar goma, metal, plástico, fibras sintéticas o combinaciones de ellas. Por lo tanto, en Suecia, es el fabricante el que debe decidir, en el entendido que, para vender estas prendas, debe contar con la aprobación de una agencia autorizada y ser cómodas para el tipo de trabajo.
La información provista por Carlsson (1992) incluye una serie de pruebas específicas, de las cuales una de ellas es la resistencia al corte, pero además, se incluyen otras evaluaciones respecto al diseño, la fijación de las capas anticortes al interior del pantalón, y la resistencia a frecuentes lavados. Como él lo señala, la falta de aseo reduce la protección, ya que la suciedad hace que la fibra se ponga rígida y se corte con más facilidad. Este es un aspecto importante a considerar, ya que lo habitual en los trabajadores chilenos es que ellos no laven con frecuencia los pantalones y estos se impregnen con resina, aserrín y otros materiales. De los pantalones evaluados, uno de origen sueco trae un sello de calidad certificada de su país. Pesa 1.4 kg y no tiene ninguna salida de ventilación. El revestimiento anticorte es tubular y rodea toda la pierna lo que, en nuestro medio en verano, puede resultar inconveniente. Los pantalones nacionales han seguido la tendencia de aquellos fabricados para climas fríos. No descartamos la posibilidad que su diseño sea el mejor en época de invierno, pero no nos cabe duda que en verano no son lo más recomendables. Esta afirmación se debe a que, aparte del grosor y del aislamiento que producen las capas anticorte, los pantalones nacionales, al igual que el de origen sueco, no tienen salidas de ventilación. A este respecto, un pantalón de origen alemán, contempla en su parte posterior, tres cortes de ventilación que lo hacen más recomendable para las condiciones locales en verano. En las figuras 8.4a y 8.4b, se puede ver el detalle de las salidas de ventilación del pantalón. A diferencia de los otros pantalones evaluados, este es de tipo jardinera, lo que puede tener ventajas para la sujeción, por el alto peso de esta prenda. Cabe señalar que, los pantalones nacionales, que se adquirieron para análisis pesan alrededor de 800 gramos. Figura 8.4. Detalles del pantalón anticorte. a) pantalón anticorte Stihl
b) detalle salidas de ventilación
Uno de los problemas principales de detectar, en los pantalones nacionales evaluados, es si la capa anticorte corresponde a su objetivo. No fue posible obtener información certificada respecto a si el material era nylon balístico o algún otro elemento equivalente. Esta es una exigencia que las empresas forestales deberían hacer a los fabricantes, ya que, los antecedentes recopilados, no permitieron mayor discernimiento. Para el verano, una alternativa usada en distintos países son las "perneras". Estas protecciones no están incorporadas al pantalón, sino que se superponen sobre el vestuario habitual. Más aún, en algunos países, como Nueva Zelandia, las perneras son colocadas sobre muslos y piernas desnudos, ya que los trabajadores usan solamente un pantalón corto, como se ilustra en la figura 8.5. Esto tiene un fundamento fisiológico, ya que lo más recomendable en la exposición a ambientes calurosos es dejar descubiertas aquellas zonas del cuerpo que no están expuestas a la radiación solar. Por ejemplo, en industrias en que hay fuentes importantes de calor radiante, los trabajadores que trabajan frente a hornos, cubren la parte delantera de su cuerpo con una pechera aluminizada, pero, como usan sólo un short, la espalda y las piernas quedan descubiertas, facilitando la transferencia de calor por evaporación de sudor al ambiente. Este mismo principio puede ser aplicado a los motosierristas. La principal duda recae en, si en los países en que se emplea tal indumentaria los trabajadores sufren muchos rasguños. En todo caso, el uso de perneras sobre un pantalón delgado de algodón, podría ser una buena alternativa para la época de verano. Figura 8.5. Un motosierrista en Nueva Zelandia trabajando con shorts y perneras.
Uno de los principales inconvenientes de la pernera es su fijación a las áreas que deben proteger. Si el diseño no es el adecuado, tienden a caerse o a desplazarse de su lugar, pudiendo también facilitar los enganches con ramas, lo que puede ser peligroso. Sin embargo, esto se puede obviar mediante un diseño adecuado. Lo más recomendable es lo que se ilustra en la figura 8.6. Como se puede observar las dos partes que cubren la pierna están unidas en el tiro (a), desde donde se ajustan por detrás, mediante una correa regulable, inmediatamente debajo de los glúteos. Desde allí siguen separadas, hasta que se fijan a un cinturón completo, que rodea la cintura permitiendo otra área de fijación. Nótese que, entre el cinturón y la unión en el tiro, las dos perneras dejan una separación para facilitar la micción. En la parte posterior se puede ver que existen, en cada lado, dos correas regulables para completar la fijación. Una se ubica por sobre la articulación de la rodilla, en el área de menor circunferencia y, la otra sobre la articulación del tobillo, también en el área de menor circunferencia de la pierna. A pesar de lo señalado, frente a la protección anticorte, persisten dudas por la falta de información objetiva y por el hecho de que los proveedores nacionales no certifican la calidad de los elementos fabricados en Chile. La principal conclusión entonces, es que se requiere con urgencia establecer pruebas específicas de evaluación que garanticen el efecto protector de estos elementos.
Figura 8.6. Detalles para un modelo de pernera
2.3. Protección de la cabeza 2.3.1. Cascos El casco es el implemento de seguridad más aceptado y constituye uno de los elementos básicos para cualquier tipo de trabajo que involucre riesgos de golpes en la cabeza. Tiene también utilidad para proteger al trabajador de las variaciones climáticas. En el trabajo forestal existen inminentes riesgos de golpes en la cabeza, debido a ramas y conos que pueden desprenderse y caer desde la altura impactando al trabajador. Por otra parte, el casco cumple una doble función ya que, además de proteger contra los golpes, protege también contra la radiación solar en verano y la lluvia y el frío en invierno. Hoy en día nadie duda que, todas las personas que entren a un bosque, en que se ejecuten faenas de producción forestal, deben usar casco. Existe una gran variedad de cascos protectores, cuyas características varían de acuerdo a los riesgos que involucran los distintos trabajos. Se dispone de varias normativas generales, estando entre las más referidas, las de la Occupational Safety and Health Administration (OSHA), las del American National Standard Institute (ANSI) y, en Chile, las del Instituto Nacional de Normalización (INN). De acuerdo a estas normas, un casco debe cumplir ciertos requisitos mínimos de
construcción en cuanto al tipo de material de la coraza, el sistema de suspensión, la resistencia al impacto, la penetración y sus propiedades dieléctricas. Para el trabajo forestal, el casco más adecuado es aquel con visera, sin ala, con resistencia limitada al voltaje, y que corresponde a lo que distintas normas definen como casco para servicios generales. Sin embargo, es necesario hacer un análisis detallado de las características que deben tener los protectores de cabeza. Para facilitar la discusión, en la figura 8.7 se puede ver las partes constituyentes de un casco de seguridad. En primer lugar, la coraza debe ser liviana, resistente al impacto, a la penetración y al agua. No debe ser irritante, ni inflamable. En la actualidad, existe una amplia variedad de materiales que reúnen estas características, disponiéndose de cascos de aluminio, polietileno de alta densidad, resinas fenólicas con malla de alambre, fibra de vidrio reforzada con resinas de poliester y otros materiales.
Figura 8.7. Partes de un casco de seguridad
Referente a la clasificación dada por el INN, el casco que requiere un trabajador forestal corresponde a Clase C, Tipo II, los que proporcionan protección contra impactos, lluvias, llamas, salpicaduras de sustancias ígneas, pero a los cuales no se les imponen exigencias en lo referente a condiciones dieléctricas.
Si estos cascos se ajustan a las normas citadas anteriormente, deberán cumplir con el requisito de impacto, que corresponde a resistir una fuerza de 5.0 KN, y la resistencia a la penetración de un punzón de acero de características definidas y dejado caer desde un metro de distancia. La eficiencia de la protección para la cabeza no sólo depende de la resistencia al impacto y a la penetración del casco, sino que también de su sistema de suspensión. Este debe permitir una buena sujeción y dejar un espacio adecuado entre la parte superior de la cabeza del usuario y la coraza del casco, lo que se conoce con el nombre de "espacio para la coronilla". En la figura 8.8, se pueden observar los detalles de dos sistemas de suspensión.
Figura 8.8 Detalles de la suspensión de dos cascos a) Suspensión de cintas
b) Suspensión de plástico
De acuerdo a las normas, los cascos deben tener una banda de sujeción, que sirva de soporte y que mantenga el casco en una posición tal, que deje alrededor de 38 milímetros de espacio para la coronilla. Esta sujeción debe ser ajustable para que el trabajador la pueda regular de acuerdo al tamaño de su cabeza, lo que permite comodidad y asegura la mantención del espacio para la coronilla. El rango habitual de ajuste se da en tallas convencionales, que oscilan entre 6.5 y 8, lo que asegura que se ajuste a la circunferencia de cabeza de la mayoría de los usuarios. En caso de personas que estén fuera de este rango, se deberá disponer de cascos más pequeños o más grandes, según corresponda, lo que también es posible encontrar en el mercado. La capacidad protectora del implemento se verá afectada si el ajuste no es el adecuado. Otro aspecto que se debe destacar es que los usuarios no deben colocar nada en el espacio para la coronilla. Es habitual que guarden billeteras, cajetillas de cigarrillos y otros elementos que pueden disminuir o anular la capacidad de amortiguación del casco. Por otra parte, el área de la banda de sujeción que rodea el cráneo debe estar recubierta por una banda de exudación, que por lo menos cubra la zona frontal de la cabeza, para permitir la absorción y evaporación del sudor. Esta puede ser fija o desmontable. Es más recomendable la segunda alternativa, porque permite un buen aseo, o recambio, cuando sea necesario. Un aspecto que no debe menospreciarse es el hecho que un casco no dura toda la vida. Por lo tanto, la inspección y la mantención de ellos debe hacerse regularmente. En las inspecciones, debe observarse la fecha de vencimiento y el que no tenga fisuras ni señales de impacto. También es importante que estos implementos no hayan estado sometidos a exposiciones ni usos que reduzcan su capacidad protectora. Como norma, los cascos dañados o vencidos deben descartarse.
En relación a la mantención, debe dársele especial importancia al sistema de suspensión para la absorción de golpes. Es primordial asegurarse que no tenga bandas sueltas, líneas de costura descosidas ni agarraderas defectuosas. El casco debe lavarse frecuentemente, por lo menos una vez al mes, principalmente para mantener la banda de exudación libre de elementos, tales como resinas o grasa, que le impidan cumplir su función. Con respecto a recomendaciones específicas, se puede señalar que, tanto en el medio nacional como regional, existe una gran variedad de cascos disponibles. La mayoría de ellos cumple especificaciones técnicas las cuales, a diferencia de muchos otros elementos de seguridad, vienen debidamente certificadas por agencias acreditadas. Se debe preferir cascos mas livianos. Los mejores cascos tienen una suspensión en base a plástico y cinta (ver figura 8.8a). Esto permite, por una parte, un soporte mediante una banda plástica circular que le otorga una buena sujeción a la cabeza, pero al mismo tiempo, el contacto con la coronilla, se hace mediante una cinta suave cruzada, que además favorece la absorción de sudor. En cambio, en otros cascos, la parte en contacto con la coronilla esta hecha de un plástico notoriamente menos suave y más pesado, que además puede, en casos de no estar bien ajustada, constituir un impedimento para que el casco quede bien sujeto a la cabeza. Otra característica importante de los cascos, es que tengan orificios para la ventilación (ver figura 8.8a). Estas comunicaciones al exterior ubicadas en la coraza, son fundamentales para favorecer el intercambio calórico. Con respecto a este mismo aspecto, los importados, en la región frontal de la banda de sujeción tienen una cubierta plástica, pero lo suficientemente porosa, que además de suavizar el contacto con la frente, favorezca la absorción del sudor. Algunos cascos, cuentan con un elemento similar, pero hecho de un plástico impermeable que no ayuda a captar el sudor sino que más bien hace que se acumule, haciéndolo incómodo y obligando por ello al usuario expuesto a calor, a sacárselo frecuentemente para secar el sudor. Independiente del origen y la marca, lo importante es que los encargados de compra verifiquen la certificación que viene impresa en la coraza y que debe incluir la marca de fábrica o el nombre del fabricante, fecha de fabricación y de vencimiento, clase, tipo y sello de control de calidad. En forma adicional, se debe solicitar información para el uso, mantenimiento, y limpieza. Hay que recordar que la certificación se refiere a la resistencia al impacto y a la penetración, y que los otros aspectos analizados son igualmente importantes. La lista de verificación, incluida al final, puede ser usada para una evaluación simple y sistemática. Como los motosierristas, además de usar casco, deben protegerse contra el ruido y el polvo de aserrín, hoy en día existen cascos combinados que incluyen fonos, protección facial y protección para la lluvia. La ventaja de estos accesorios es que mantienen juntos todos los implementos de protección de cabeza, lo que facilita su colocación en forma rápida y efectiva. Esto quiere decir que, por ejemplo, un fono
o protección facial, separados del casco, pueden no tener buenos puntos de fijación y, por lo tanto, salirse con facilidad. Esto, aparte de ser incómodo, hace que a la larga el trabajador termine por no usarlos. De manera que, aunque a continuación analizaremos separadamente los protectores auditivos y faciales, es necesario que cuando los trabajadores requieran protección combinada, los encargados de compra seleccionen cascos que permitan buena fijación de los elementos adicionales. 2.3.2. Protectores auditivos Al igual que en cualquier otra actividad en expansión, en el área forestal, el desarrollo de nuevas tecnologías ha sido acompañado de un aumento de las fuentes emisoras de ruido y de la intensidad del mismo. Hasta hace algunos años, la presencia de ruido en el trabajo era aceptada como un hecho normal, tanto por los empleadores como por los trabajadores. Sin embargo, está completamente demostrado que el mecanismo de audición del oído humano puede dañarse en forma irreversible por una exposición prolongada al ruido. Por otra parte, también está comprobado que produce aumento de los accidentes del trabajo y alteraciones tanto fisiológicas como psicológicas, en la persona expuesta. La gravedad del daño dependerá del nivel de ruido, de la duración de la exposición y de la sensibilidad de la persona al ruido. (Ver capítulo 4.) En el área forestal, los trabajadores más expuestos a sufrir problemas por ruido son los motosierrista y los operadores de máquinas, particularmente de trineumático. Los niveles de ruido en sus ambientes de trabajo se sitúan en el rango de 90 a 110 dB(A) como promedio ponderado de la jornada. Esto puede, provocar daño en la audición, si el usuario realiza su trabajo sin utilizar protección auditiva. Sin embargo, la efectividad de los implementos para la protección del oído es variable, ya que depende de la naturaleza del ruido, así como de la duración de la exposición al mismo. Los protectores auditivos son barreras acústicas que reducen la cantidad de energía sonora transmitida a través del canal auditivo hasta los receptores del oído interno. La capacidad de estos dispositivos protectores para atenuar el ruido, está determinada por la diferencia entre el nivel del umbral de audición medido a un observador con protectores auditivos, y el umbral de audición, del mismo observador, sin ellos. En relación con sus características, pueden ir desde un simple tapón, hasta un casco a prueba de ruidos El mercado ofrece múltiples tipos de protectores auditivos. Por esta razón, es necesario analizar algunas pautas que orienten la adquisición de ellos. Como regla general, se debe considerar que, aún el protector auditivo "perfecto", no podrá proporcionar una atenuación efectiva de sonido mayor a 50 dB(A). Esto debido a que, independiente de la conducción del sonido por la vía aérea, que
corresponde a la que se realiza a través de las estructuras propias del oído externo, medio e interno, está la conducción ósea, que lo hace a través de los huesos de la cabeza, y que es imposible de atenuar con los protectores auditivos. Por lo tanto, cuando el ruido producido en el lugar de trabajo es muy alto, además del uso de protectores auditivos, es necesario tomar medidas de ingeniería o control específico del ruido. En la selección del protector auditivo deben considerarse las características de atenuación del mismo, antes de utilizarlo para una aplicación específica. Esto significa que, si los niveles de ruido en los ambientes de trabajo de motosierristas y operadores de máquinas se sitúan en el rango de 90 a 110 dB(A) como promedio, el protector auditivo deberá atenuar como mínimo en 25 dB(A). Esta situación lleva a concluir que, en el momento de efectuar la compra de los protectores auditivos, se debe exigir una información detallada del grado de atenuación de los dispositivos ofrecidos. Los protectores auditivos tipo orejeras o fonos, consisten en dos dispositivos con forma de copa o de cúpula que cubren totalmente la oreja, y se adhieren a cada lado de la cabeza mediante una almohadilla. Un esquema de estos protectores se puede ver en la figura 8.9a. En la figura 8.9b, se ilustra un fono, acoplado a un casco. Figura 8.9. Protectores auditivos a) Esquema de un protector auditivo tipo fono
b) fonos acoplados a un casco
Como se observa en la figura 8.9b, las copas se mantienen en posición mediante un ensamble que se conecta directamente al casco. Esto es lo óptimo, porque facilita una buena posición y presión de los fonos cuando se colocan sobre las orejas. En el mercado también existen protectores auditivos similares a los ilustrados en la figura 8.9b, pero para ser usados con cascos que no tienen el sistema de acoplamiento. En tal caso, las copas se mantienen en posición, mediante una banda semicircular que rodea la cabeza. Si se elige este tipo de protector, es pertinente advertir que el grado de atenuación está en relación con la presión con que los fonos se adhieren al contorno de las orejas. Consecuentemente, para lograr eficiencia y comodidad, debe considerarse las facilidades de acomodación las cuales dependen del diseño de la banda de ajuste y de las almohadillas. Para obtener un buen sello acústico, es importante el ancho del contorno de toda la superficie de contacto. No obstante, el aislamiento también depende del material empleado en la construcción de la almohadilla. Debe elegirse la copa con la menor circunferencia posible pero, al mismo tiempo, de tamaño suficiente para acomodar las orejas más grandes. En otras palabras, si el protector es muy pequeño y presiona parte de la oreja, después de un corto tiempo de uso produce dolores. Esto puede hacer que las personas se lo saquen y, por ello, es importante seleccionar protectores que tengan un tamaño adecuado para no presionar las orejas.
Por otra parte, los fonos que se encuentran actualmente en el mercado están provistos de almohadillas recubiertas con un sello de vinilo suave u otros materiales termoplásticos. El sudor tiende a extraer el plastificante del material del sello, lo que lleva a un eventual endurecimiento del mismo. Este también es un factor de incomodidad que además, en el largo plazo, atenúa el efecto protector del fono. Por esta razón, es necesario revisar y reemplazar periódicamente esta cubierta. Las observaciones realizadas en diferentes faenas en las que participaba a lo menos un motosierrista, revelaron que todos ellos utilizaban cascos de protección combinada que, como se explicó antes, protegen cabeza, oídos y cara. Esta es la mejor alternativa, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos que permitan utilizar este equipamiento en forma correcta. Esto es equivalente a decir que el motosierrista sepa cómo ajustar el casco completo a su cabeza. La razón de ello es que los soportes de los protectores auditivos, acoplados al casco, no tienen regulación de altura. De modo que si no hay un ajuste del casco completo, el efecto atenuador del dispositivo protector puede perder su eficacia. En términos generales, siempre que se habla de protección auditiva en los trabajadores forestales, se piensa en los motosierristas. Hoy en día, no cabe ninguna duda que ellos son los trabajadores más expuestos a ruido y, por lo tanto, el uso de protección auditiva en este trabajo debe ser obligatorio. Sin embargo, hasta ahora, se le ha prestado muy poca atención a aquellos trabajadores que desempeñan sus funciones en las inmediaciones como, por ejemplo, hacheros y estroberos en el bosque y destroberos, arrumadores y operadores de máquinas en la cancha. En nuestra opinión, este es un problema que requiere ser estudiado, para establecer la dosis media de ruido a la que están expuestos estos otros trabajadores, ya que es la única forma de discernir objetivamente si ellos requieren de protección auditiva y de qué tipo. 2.3.3. Protectores faciales La protección de los ojos y la cara para prevenir lesiones producidas por agentes físicos es vital para cualquier programa de prevención de accidentes. Al igual que para los protectores auditivos, la norma ANSI Z87.1-1968 establece una serie de requisitos con los que deben cumplir, tanto los protectores visuales como los faciales. En general, se deben elegir los equipos de protección visual adecuados a la actividad desarrollada, así como también persuadir a las personas para que los utilicen. Entre los factores que deben considerarse en la selección del protector adecuado contra impactos, se incluye la protección específica que ofrecen y la comodidad con que pueden usarse. En el caso del trabajo forestal, las personas más expuestas a sufrir lesiones por el impacto o el ingreso de cuerpos extraños a los ojos, tales como astillas y aserrín son los motosierristas, podadores y
hacheros. Estos trabajadores requieren usar protectores faciales o visuales, los cuales deben cumplir con requisitos tales como: Tener buena resistencia mecánica Ser livianos Resistir lavados frecuentes No distorsionar la visibilidad Para el caso de los hacheros, los cuales están expuesto al impacto de astillas o desechos forestales, también deberían utilizar protectores faciales. Como medida de protección visual para los podadores, es recomendable el uso de antiparras, las cuales deben ajustarse al contorno de la cara, para evitar el ingreso de partículas y gotas de resina.
2.4. Protección de las manos y los pies 2.4.1. Guantes El análisis estadístico de los accidentes forestales, revela que las manos y los dedos, están más expuestos a sufrir lesiones. Esto se debe a que prácticamente, la totalidad del control del trabajo, se efectúa mediante manos y dedos. Consecuentemente, es imprescindible seleccionar las alternativas de diseño y materiales más adecuados para proteger las manos y, en algunos trabajos específicos, también el antebrazo. Para estos efectos, es necesario disponer de criterios de funcionalidad y comodidad que orienten la selección de los implementos más adecuados para un trabajo eficiente y seguro. En relación a los requisitos fundamentales para los protectores de la extremidad superior, específicamente dedos, manos y parte del antebrazo, destacan los siguientes: Dar protección contra cortes, atrapadas y golpes Dar protección contra el roce o abrasión Favorecer una adecuada disipación de presiones entre las manos y los mangos de las herramientas o las cargas manipuladas Ajustar bien al tamaño de la mano del usuario Favorecer el "agarre" o prensión en tareas de fuerza y precisión Proteger contra los agentes físicos del medio ambiente y de las máquinas Como se puede deducir de los requerimientos enumerados, estos son variados y en algunos casos contrapuestos. Por ejemplo, hay circunstancias en que se
necesita protección contra golpes y cortes mientras, simultáneamente, se exige que el guante facilite el desarrollo de prensión y precisión Considerando estas exigencias, los guantes otorgan una protección efectiva frente a agresiones mecánicas menores, tales como el roce generado por la manipulación y carga de trozos. Sin embargo, la protección contra fuerzas de gran magnitud es sólo parcial. En otras palabras, no existe el guante perfecto en el sentido de proteger frente a agresiones mayores y, que al mismo tiempo, permita motricidad fina. Un factor importante, es el tamaño de los guantes. La seguridad en la manipulación de objetos depende de la destreza de los dedos y manos y de la capacidad de prensión. Estos tres aspectos se pueden ver afectados si el tamaño del guante no tiene una relación armónica con el tamaño del segmento que protege. Los guantes muy grandes, forman pliegues que distorsionan las zonas de contacto y disipación de presiones entre la mano y el objeto con que se trabaja. En oposición, los guantes muy pequeños imponen resistencias, que impiden la prensión completa del objeto. A este respecto, es necesario señalar que el mercado no ofrece muchas alternativas de tamaño de guantes, en circunstancias que existen antecedentes antropométricos del tamaño de la mano de los trabajadores forestales chilenos, que permiten sugerir la necesidad de que, al igual que en otro tipo de vestuario, haya al menos cuatro alternativas de tamaño: pequeño, medio, grande y extra grande. Otro aspecto fundamental para facilitar la disipación de presiones, es el diseño del guante y, en particular, el número y la posición de las costuras. Como se ilustra en la figura 8.10a, en la mayoría de los diseños disponibles en el mercado local, las costuras están ubicadas en las caras laterales y en la base y punta de los dedos. Al efectuar una prensión para tomar un objeto, las protuberancias de las costuras concentran presiones en las manos y en los dedos, produciendo molestias y dolores en las áreas afectadas. Esto puede resultar ser una seria limitante para desarrollar fuerzas de gran magnitud o prensiones sostenidas por períodos prolongados de tiempo. Los inconvenientes de ajuste y disipación de presiones antes descritos, son aún más críticos en trabajadores expuestos a actividades en que se emplean herramientas vibrantes, como es el caso de la motosierra y de los operadores de maquinaria. Diversos investigadores, entre ellos Carlsoon (1992), han demostrado que uno de los efectos de las vibraciones que afectan la extremidad superior es la fatiga muscular, lo que se asocia con una disminución en la capacidad para generar prensión. Este problema se puede obviar en parte, seleccionando guantes como los que se ilustran en la figura 8.10b. Como se puede ver, las costuras están ubicadas en los bordes dorsales de manos y dedos, zonas que están menos expuestas a compresión. Además, el diseño ilustrado tiene un número considerablemente inferior de costuras, debido a que estos guantes están hechos con una menor cantidad de piezas de cuero, que los ilustrados en la figura 8.10a.
Figura 8.10. Guantes de protección a) guantes mal diseñados
b) guantes con costuras que disipan mejor las presiones
Con relación al clima, afortunadamente las condiciones en las zonas forestales no son tan extremas como para recomendar diseños que protejan contra el congelamiento de dedos. En tales casos, habitualmente se recomienda el uso de mitones, pero éstos, por lo general dificultan la manipulación de objetos. En síntesis, para las faenas forestales analizadas, se puede recomendar el uso de guantes que cubran la mano, la muñeca y separadamente cada dedo. Esto es válido para motosierristas, estroberos, destroberos, hacheros, podadores, plantadores y operadores de maquinaria. Cuando en el trabajo se utiliza el antebrazo como medio de apoyo, se debería seleccionar un guante tipo "mosquetero", el cual proyecta la protección hasta la mitad del antebrazo. En tareas de producción, esta recomendación es válida para los arrumadores. Con respecto a las vibraciones generadas por la motosierra, éstas pueden causar alteraciones en la circulación sanguínea y pérdida de la sensibilidad en dedos y manos, lo que se conoce como "dedos blancos inducidos por vibraciones", con síntomas similares al fenómeno de Raynaud. Estas alteraciones son progresivas, producen dolor, pérdida de la capacidad de prensión y, en general, alteran todas las actividades manuales. Los guantes constituyen la última barrera para amortiguar las vibraciones. Por esta razón, deberían estar hechos de materiales que las atenúen. Aunque es pertinente destacar, que el efecto que los guantes tienen en la absorción de las vibraciones
es marginal, en general se recomienda, que para estos efectos, se usen guantes de cuero flexible. Los antecedentes hasta ahora analizados constituyen la base para decidir el tipo de guantes que se requiere en determinados trabajos. A continuación, se hará una síntesis de las especificaciones para guantes de motosierristas y, posteriormente, se describirán las características que deben tener los guantes para las otras tareas que forman parte de la cosecha y también para actividades silvícolas. Guantes para motosierristas El guante debe cubrir mano, muñeca y separadamente los dedos. Su capa externa debe estar hecha de cuero bovino o equino, flexible y curtido al cromo. Las características de este material, de acuerdo a recomendaciones del Instituto Nacional de Normalización (1977), se resumen en la tabla 8.2. Un detalle importante que debe tener el guante para motosierristas, no especificado en las normas chilenas, es la protección contra los cortes. Esta debe proteger el dorso de la mano y los dedos y debe estar confeccionada de tela anticorte, ya sea nylon balístico, Kevlar u otra fibra equivalente, la que debería ser debidamente certificada por los proveedores. Para asegurar la comodidad, el guante debe estar hecho de no más de cuatro piezas. Las costuras deben ubicarse en los bordes dorsales de los dedos y mano. Esto fue ilustrado en la figura 8.10b. Un detalle importante es el ajuste al nivel de la muñeca, que, por lo general, no viene incorporado en los guantes comerciales. Su objetivo es evitar la penetración de materiales abrasivos. Este ajuste se puede hacer con una franja elasticada o con una correa. En general, la primera alternativa es más recomendable, ya que facilita el ponérselos o sacárselos. Tabla 8.2. Requisitos del cuero para guantes Requisitos Valor Método de ensayo Resistencia al desgarramiento N, mín. 100 NCh622.Of70 Encogimiento, %, máx. 10 NCh773.Of71 Espesor, mm 1,3 - 1,9 NCh139.Of66 pH, mín 4,0 NCh1115.Of77 Contenido de humedad, % máx. 14 NCh1204.Of76 Materias grasas, %, en base seca 10 - 20 NCh1203.Of76 Oxido de cromo ( Cr O ), 2 3 3 NCh1115.Of77 en base seca, mín (Estos requisitos también se aplican al material denominado descarne) Finalmente, debe evitarse comprar guantes de un tamaño único. Como se destacó antes, deben existir a lo menos cuatro tallas e, idealmente, los trabajadores deben seleccionar el guante más apropiado al tamaño de su mano. No sólo se debe evaluar que la mano ingrese con facilidad sino que se debe también considerar la
comodidad para empuñarla. El diseño debe permitir un buen ajuste de los dedos y la mano. Además, no se deben producir dobleces o pliegues que generen tensiones. Los fundamentos básicos para los guantes requeridos en las otras tareas forestales, no varían en lo substancial de lo descrito para los motosierristas, excepto en los aspectos que se detallan a continuación: Guantes para estroberos, destroberos, hacheros, rozadores, plantadores y podadores Los guantes para estos trabajadores pueden ser de cuero o descarne. No requieren protección anticorte. En el caso de estroberos, para la manipulación de cables o, en hacheros y rozadores, por el contacto con el mango de esta herramienta, es necesario reforzar la región palmar y el área comprendida entre el índice y el pulgar. Estas recomendaciones se ilustran en la figura 8.11a. Para plantadores y podadores, se debería implementar un refuerzo palmar.
Guantes para arrumadores Deben usar guante tipo "mosquetero". Estos deben ser de cuero o descarne, sin protección anticorte y reforzados en la cara externa de la zona palmar y en la base de los dedos, como se ilustra en la figura 8.11b. Guantes para operadores de máquinas Los operadores de maquinarias pesadas necesitan guantes de cuero o descarne, sin protección anticorte. Figura 8.11 a) detalle de refuerzos en guantes para estroberos, hacheros y rozadores
destroberos,
b) Detalle de refuerzos en guantes para arrumadores
2.4.2. Calzado de seguridad Las condiciones del terreno, en particular la pendiente, el tipo de suelo y la escabrosidad, son tres factores que influyen en forma importante en los requerimientos de calzado de los trabajadores forestales. No menos importantes son las condiciones clímaticas, la actividad que se realiza y, en algunos casos, la organización del trabajo. Se debe destacar que uno de los accidentes más frecuentes es la caída en o entre niveles y que los accidentes más graves que afectan a los pies, son los cortes en el empeine producidos por la motosierra. No cabe duda que este tipo de accidentes se puede prevenir, o al menos aminorar, si se cuenta con calzado apropiado. Los requisitos más importantes que debe cumplir el calzado para trabajadores forestales son los siguientes: Proteger el pie de impactos y cortes mecánicos El material y el diseño de la suela deben tener propiedades antideslizantes Ajustarse bien al tamaño del pie Favorecer una adecuada disipación de presiones Ser flexible y estable. Proteger el pie del calor, el frío y la humedad Ser liviano Por lo general, el calzado empleado en faenas forestales es de tipo general, con puntera metálica o de otro material, para proteger los dedos de impactos o compresiones mecánicas. Si bien, este tipo de calzado brinda adecuada protección, en algunas tareas como el trabajo con hacha, rozón o motosierra, los
trabajadores pueden sufrir cortes en la zona del empeine. En caso de accidente, la cadena de la motosierra o el filo del hacha o rozón, pueden atravesar el calzado y alcanzar esta zona del pie. Esto ocurre porque dichas zonas del cuerpo no están debidamente protegidas. En el caso del motosierrista, la puntera protege sólo los dedos. Además, el pantalón anticorte llega hasta el tobillo, quedando sin resguardo toda la zona del empeine en su cara superior y en sus flancos. En el caso de los hacheros y rozadores, el problema puede ser aún más crítico porque no usan protección anticorte en dicha zona. Por lo expuesto, el calzado para los motosierristas debería contemplar también algún tipo de protección anticorte para la zona comprendida entre la puntera y el borde inferior de la protección anticorte del pantalón. Esto se puede lograr con un botín con caña que llegue hasta el tobillo y que tenga protección anticorte en la zona que no cubre ni el pantalon ni la puntera metálica. En el caso de los hacheros y rozadores, el calzado debería contemplarse con una canillera de material de alto impacto, que cubra las caras laterales y anterior de piernas y rodillas. Cuando las faenas se realizan en terrenos con pendiente, las propiedades antideslizantes del calzado son un factor determinante para la estabilidad de los operarios y, por lo tanto, para la prevención de deslizamientos y caídas. Los riesgos aumentan en la medida que se trabaje en terrenos con pendientes cada vez mayores, lo que se ve agravado si las superficies por la que se transita son lisas o están cubiertas de líquidos, grasas, resinas, etc. Una alternativa para solucionar este problema es proveer a los trabajadores con botines de caña alta, con una suela que en su superficie esté provista de clavos recambiables, como se ilustra en la figura 8.12. En el caso de podadores y plantadores, los cuales no están expuestos a cortes por el uso de sus herramientas de trabajo, sólo se requiere de zapatos de seguridad con suela antideslizante. En el caso de los plantadores, se debería emplear un calzado de seguridad con caña alta. Ello da mayor estabilidad y protección a la articulación del tobillo, en el desplazamiento por terrenos accidentados y, al realizar labores, en las que se requiere mantener el equilibrio, y efectuar fuerzas con la extremidad inferior para penetrar la pala en el terreno.
Figura 8.12. Calzado de seguridad con clavos recambiables en la suela
Otro aspecto general que debe tenerse en consideración, es que el trabajo forestal se efectúa a la intemperie durante todo el año. Las variaciones climáticas hacen necesario que los trabajadores dispongan de alternativas de calzado, que les permitan mantener sus pies en un medio seguro y en un microclima confortable. En verano, el calzado debe facilitar la evaporación de sudor, mientras que en invierno, debe impedir la penetración de agua, humedad o barro. Por lo tanto, bajo las condiciones en que se efectúa el trabajo forestal, el personal debe disponer de dos tipos de calzado, un botín de cuero con caña sobre tobillo para época seca y bota de goma, u otro material impermeable, para la temporada de lluvias invernales. Lo discutido hasta ahora constituye la base para decidir el tipo de calzado de seguridad que se requiere en determinados trabajos. A continuación, se hará una síntesis de las especificaciones del calzado de seguridad para las distintas tareas forestales. Calzado para motosierristas La protección que debe brindar el calzado de seguridad está determinada por la puntera, el cambrillón y el material anticorte que cubre empeine y tobillo. En cuanto a la puntera, los requisitos mínimos para botines de cuero y botas de goma están establecidos en las normas chilenas NCh 772OF89 respectivamente. En cuanto a su forma, éstas pueden ser redondas o cuadradas y sus dimensiones, de acuerdo a las normas ya citadas, se resumen en la tabla 8.3, e ilustran en la figura 8.13.
Tabla 8.3.Tamaño y dimensión de las punteras Nº calzado Tamaño de Puntera (a) Ancho mín., 1) (mm) (l1) Largo 1 mín, 1) (mm) (l2) Largo 2 mín, 1) (mm) (e) Ancho pestaña (mm)
38 6 75
39-40 7 77,5
41-42 8 80
43-44 9 82,5
45-46 10 85
46 11 87,5
38
40
41
42
44
45
41
43
44
45
47
48
Entre 2 y 10
El material del cual se fabrican las punteras puede ser acero, plástico endurecido o cualquier otro material que cumpla con los requisitos de resistencia al impacto. Según la NCh772, la puntera debe ser sometida a pruebas de ensayo montada y desmontada en el calzado. En las tablas 8.4 y 8.5 se presentan las recomendaciones de resistencia al impacto para ambos casos, de acuerdo al INN. En ambas tablas, se especifica la altura libre que debe quedar bajo punteras de distintos tamaños, en el momento de la deformación máxima. Figura 8.13. Ilustración de una puntera de seguridad
Tabla 8.4. Altura libre mínima en puntera desmontada Número Calzado Tamaño Puntera Altura libre mínima
38 6 20
39-40 7 20.5
41-42 8 21
43-44 9 21.5
45-46 10 22
46 11 22.5
(mm) Tabla 8.5. Altura libre mínima en puntera montada Número Calzado Tamaño Puntera Altura libre mínima (mm)
38 6 13
39-40 7 13.5
41-42 8 14
43-44 9 14.5
45-46 10 15
46 11 15.5
Con respecto al material del cual están confeccionadas las punteras, no sólo se debe considerar la resistencia al impacto, sino también su dureza. En el caso de las punteras de acero, debe verificarse que tengan una dureza mínima de 34 Rockwell C y que hayan sido también sometidas a pruebas de ensayo contra la corrosión, de acuerdo a la NCh773/3. El cambrillón (protección para el talón) debe tener también una dureza mínima equivalente a 34 Rockwell C y un espesor mínimo de 1.0 mm. Como se señaló anteriormente, el calzado para motosierristas, debería tener protección anticorte desde la puntera hasta el tobillo. En nuestro medio no hay normas establecidas. En algunos países, la protección anticorte del calzado está hecha con una capa intermedia de Kevlar, entre el cuero y el forro. La comodidad del calzado está determinada por su peso, tamaño y diseño. Debe, por supuesto, elegirse la alternativa más liviana que cumpla con las especificaciones anteriores. En cuanto al tamaño, el propio trabajador debe seleccionar el calzado que mejor acomode a sus pies. Desde este punto de vista, no basta que el pie entre libremente en el zapato, sino que se deben considerar aspectos funcionales, tales como: Altura y ancho de la parte anterior del calzado para que permita la extensión dorsal y la flexión plantar de los dedos (mover los dedos hacia arriba y abajo) Que el ajuste de los cordones permita el movimiento de la articulación del tobillo Que el ajuste interno reduzca al máximo el juego entre talón y contrafuerte Al evaluar el diseño del calzado es importante tener en mente las siguientes consideraciones prácticas: los bordes y las caras internas deben ser suaves, para favorecer la disipación de presiones. En el caso particular del botín de cuero, éste no debe tener cortes defectuosos, protuberancias en los traslapos de piezas, ni picaduras en el cuero. La lengueta del botín de cuero debe estar diseñada como un fuelle unido a la cubierta del zapato, en la forma que se ilustra en la figura 8.14. Este diseño impide la penetración de barro, tierra u otros elementos. Además, debe observarse que la zona que rodea el tobillo tenga acolchado para favorecer el ajuste y disipar presiones
Las irregularidades de la suela (dibujo) no deben estar paralelas al eje de torsión del zapato. El perfil de la suela debe ser irregular o discontinuo, pero de contacto uniforme con el piso. Los materiales para la capellada (capa externa), la caña y los refuerzos deben ser de cuero de vacuno. Los requisitos que debe cumplir el cuero se resumen en la tabla 8.6. Tabla8.6. Requisitos para cuero de capellada, caña y refuerzos. Requisitos Resistencia a la tracción, mínimo (Kgf/mm) Alargamiento a la tracción, promedio mínimo (%) pH, mínimo Oxido de cromo, mínimo(%)
Valor 2,5
Método de Ensayo NCh773/1
50
NCh773/1
3,5 2,5
NCh1791 NCh2134
Figura 8.14. Lengüeta del botín de cuero
Acolchado para tobillo
Forro Lengüet a Punter a
Cambrill ón
Planta
Capella Capellad a da El forro debe está fabricado con cuero o descarne curtido al cromo. Este tratamiento le otorga permeabilidad, lo que favorece la absorción de humedad. Los requisitos que debe cumplir el cuero para el forro se resumen en la tabla 8.7. Tabla 8.7. Requisitos del cuero o descarne para forro Requisitos Espesor, mínimo( mm) Resistencia al desgarramiento, mínimo (N/mm) ph, mínimo
Valor 1 18
Método de ensayo NCh773/1 NCh773/1
3,5
NCh1791
La planta (suela) debe ser de goma o material sintético cuyas propiedades de resistencia a la tracción, abrasión y su espesor, cumplan con NCh1350. El resumen de estos requisitos se puede observar en la tabla 8.8. La parte en contacto con el pie, denominada plantilla interna, debe cumplir los requisitos especificados en la tabla 8.9. Tabla 8.8.Requisitos para plantas de seguridad
Requisitos Muestra sin envejecer Resistencia a la tracción, mínima Muestra envejecida (1) Resistencia a la tracción
Abrasión, máxima Espesor, mínimo Altura de los relieves, mínima(adicional al espesor)
Valor
Método de ensayo
10 Mpa (1,0 kgf/mm²)
NCh1834
20 % (máximo) de pérdida de propiedades con respecto a muestras sin envejecimiento.
NCh1834
500 mg/1000 ciclos 4,0 mm 2,5 mm
NCh773/2
Tabla 8.9.Requisitos para plantilla interior Requisitos Absorción de agua, mínimo
Valor 35 % del peso
Método de ensayo NCh773/1
Expulsión de agua absorbida, mínimo
40 %
NCh773/1
Calzado para hacheros y rozadores El calzado que deben usar los hacheros y rozadores es similar al descrito para los motosierristas. No obstante, estos trabajadores requieren protección adicional, debido a que las piernas y tobillos están expuesta a cortes por rebotes del hacha o rozón. De este modo, se recomienda canilleras como las ilustrada en la figura 8.15. Como se puede observar, la canillera cubre la cara anterior y lateral de la pierna, desde la rodilla al calzado. Estas pueden estar hechas de cuero o polietileno de alto impacto. En su extremo inferior este implemento debe tener una visera que se extienda hacia el calzado, favoreciendo la protección de tobillo y empeine. Su cara interna debe estar recubierta con un material acolchado, resistente a la putrefacción. La fijación debe hacerse mediante correas de cuero o de elástico, situadas al nivel de la menor circunferencia bajo la rodilla y sobre el tobillo. Figura 8.15. Detalle canilleras
Calzado para otras actividades Los estroberos, destroberos, arrumadores, operadores de máquinas, plantadores y podadores, requieren calzado de tipo general, vale decir, con puntera metálica, suela antideslizante y talón reforzado. En otras palabras, las características del calzado son las mismas que las descritas para los motosierristas, pero, la única diferencia, es que no requieren protección anticorte. 2.4.3. Calzado para la lluvia La protección que debe brindar el calzado para la lluvia es similar a la del botín de cuero. Para los motosierristas, éstas protecciones deben estar constituídas por puntera, refuerzo de contrafuerte y material anticorte que cubra el empeine y el tobillo. Los hacheros y rozadores, que también están expuestos a sufrir cortes, deben utilizar calzado de goma y, sobre éste, canilleras de alto impacto, ya descrita (ver figura 8.15). El resto de los trabajadores deben utilizar botas de agua con puntera, según NCh772, y refuerzo para el contrafuerte. Con respecto a esto último, las normas chilenas sólo recomiendan un contrafuerte de un espesor no inferior a 3.5 mm. Sin embargo, tal espesor es bastante menor que el de las botas de agua de procedencia foránea, destinadas al trabajo forestal. Por ejemplo, la bota
Husqvarna tiene un contrafuerte de 12 mm a nivel del talón y de 10 mm en la zona que lo rodea. Como los riesgos de golpes y atrapadas tienden a ser similares en invierno y en verano, el cambrillón de la bota de agua, que incluye la protección para el talón, debería tener propiedades equivalentes a las del botín de cuero, ya específicadas anteriormente. En todo caso, parece conveniente que se establezca una norma nacional específica para las botas de agua que se requieren en el sector forestal. En el intertanto, para la lluvia, debe preferirse calzado de goma, con puntera y con contrafuerte reforzado, este último de mayor espesor que el recomendado en la norma actualmente existente. Al respecto, el espesor de 12 mm de la bota Husqvarna da suficiente firmeza y existen en el comercio botas nacionales (BATA) con contrafuertes de espesor similar. Con respecto a las dimensiones del calzado para la lluvia, la altura mínima de la caña, según NCh1796.OF90, medida en la parte posterior interna de la bota, desde la plantilla al borde superior, debe ser no inferior a 300 mm para varones. El espesor de planta y taco se especifica en la tabla 10. Finalmente, con respecto al espesor de la caña, éste no debe ser inferior a 1.5 mm. Tabla 8.10. Planta y talón, espesores mínimos Espesor total (mm) 9,0 25
Planta Taco
Espesor relieves(mm) 3,0
De acuerdo a la NCh1796, del INN, el material del aparato (parte de la bota de goma ubicado sobre la planta y que cubre el pie y la pierna), debe estar confeccionado de una capa externa de material impermeable y una capa interna o forro de material textil. Los materiales de los cuales están confeccionadas estas capas, deben cumplir con el requisito de resistencia a la tracción señalado en la tabla 8.11. Tabla 8.11. Aparato: Resistencia mínima a la tracción Tipo de tejido del forro Plano De punto
Largo (N) 250 180
Ancho (N) 250 180
El material de la planta y el taco debe cumplir con los requisitos de resistencia a la tracción señalados en la tabla 8.12. La pérdida de esta propiedad, producto del envejecimiento, puede ser igual o menor a lo señalado en la tabla 8.13. Tabla 8.12. Planta y taco, resistencia a la tracción Espesor total (mm) Planta
Resistencia a la tracción, mínima (MPa)
Espesor < 9 9 < e > 10 10 < e > 11 11 < e Taco Todo tipo
8.5 8.0 7.5 7.0 7.0
Tabla 8.13. Resistencia a la tracción después del envejecimiento Condiciones del envejecimiento 168 horas a 70 ± 1 °C
Máxima pérdida de resistencia a la tracción ± 20 % del valor sin envejecimiento
Otros requisitos que el calzado de goma debe cumplir, son la impermeabilidad y la resistencia al envejecimiento con calor seco. En relación al primer aspecto, las botas no deben presentar filtraciones cuando son sometidas a pruebas de ensayo descritas en NCh1797. Con respecto al envejecimiento, los componentes de la goma deben soportar la exposición al aire, y a una temperatura de 100 ± 1 °C, durante un período de 24 horas, sin presentar signos de agrietamiento, fisuras ni pegajosidad. 3. Comentarios finales Este capítulo ha intentado fundamentar las características más relevantes que deben tener los implementos de seguridad para trabajadores forestales. La intención ha sido incorporar información sobre distintos tópicos que muchas veces, para los planificadores, encargados de adquisiciones, administradores, etc, es difícil de obtener. Esperamos que sirva como guía para seleccionar los mejores elementos existentes en el mercado. Más importante aún, que se utilice para iniciar un debate multidisciplinario, en el cual los expertos en prevención de riesgos de las empresas forestales, pueden hacer una importante contribución para reducir las alarmantes cifras de accidentes que se registran en el sector forestal. Se señaló al comienzo y lo destacamos también al finalizar el capítulo, la prevención de accidentes requiere mucho más que proveer elementos de protección personal. Una conclusión importante con relación a la información recopilada es que se requiere con urgencia implementar laboratorios de control que, en base a pruebas objetivas, certifiquen la calidad de los distintos elementos de protección personal. Esto crearía una sana competencia entre proveedores para mejorar sus diseños, que beneficiaría a los trabajadores forestales. Finalmente, aún cuando los implementos de protección personal sean bien diseñados, es fundamental educar a los trabajadores forestales sobre la importancia de su uso. Hay que aceptar que, por lo general, los elementos de
protección personal, no son cómodos de usar, ya que habitualmente agregan un peso adicional a una actividad que en si es pesada, pueden dificultar el movimiento y, en algunos casos, como cuando se usan protectores auditivos, aíslan. Por ello, debe siempre considerarse la opinión de los trabajadores al seleccionar prototipos y tamaños. Si esto se logra, la etapa siguiente es emplear métodos persuasivos para el correcto uso por parte de los trabajadores. Más que obligarlos a su uso, hay que hacerlos comprender el riesgo de no usarlos. No hay que olvidar que quienes tienen un verdadero rol protagónico en la seguridad, son los propios trabajadores. Ni el vestuario, ni las estadísticas detalladas, ni el contar con gran número de expertos en distintas áreas relacionadas con el tema, permitirá reducir los accidentes, si los trabajadores no aportan con un cambio en sus conductas. Estos cambios no se conseguirán si no se hace una capacitación adecuada desde el punto de vista técnico, pero también incorporando criterios de seguridad. 4. Lista de verificación para vestuario y equipo de protección personal 4.1. Antecedentes previos La lista de verificación, que se incluye en este capítulo, es una guía para aquellas personas que adquieren los elementos de protección para trabajadores forestales. Contiene un listado de aspectos de seguridad y comodidad que el encargado de adquisiciones debe verificar para evaluar el producto que se le ofrece y para tener elementos de juicio que le permitan seleccionar la mejor alternativa. Es conveniente explicar que muchas de las preguntas no podrán ser respondidas en primera instancia por el proveedor. Sin embargo, en la medida que se hagan estas exigencias, se podrá llegar a crear conciencia y a obtener información cada vez más objetiva para asegurar la calidad del producto que se adquiere. Un aspecto que es común a todos los implementos que se han analizado, es que éstos deben ser cómodos para el usuario. Por lo tanto, siempre debe verificarse que existan suficientes alternativas de tamaño y solicitar un muestrario para que los trabajadores puedan seleccionar el que mejor les acomode. Esto es válido para vestuario de verano y de invierno, para pantalones anticorte, guantes, cascos, calzado, etc.
1. Vestuario de verano El vestuario de verano debe incluir polera o camisa de algodón y pantalón de mezclilla. Además es recomendable que los trabajadores dispongan de una casaca de mezclilla o un sweater de lana para las mañanas.
1.1. Exija certificación respecto al material del que están confeccionados los implementos. En lo posible, deben preferirse materiales que contengan 100 % de algodón. 1.2. Solicite colores claros. 1.3. Seleccione colores que puedan diferenciarse del entorno forestal. 2. Vestuario de invierno Para proteger a los trabajadores contra el frío ellos deben usar un cortavientos o parca por sobre su vestuario habitual para dicha época. 2.1. Exija certificación respecto al material del cual está confeccionada la chaqueta. Prefiera una mezcla de 80 % de poliester y 20 % de algodón. Tenga presente que esta chaqueta protege contra el frío y no contra la lluvia. 2.2. Prefiera colores obscuros con detalles de colores fuertes que se distingan del entorno forestal. 2.3. Verifique: Que la textura sea flexible y suave Que los puños sean elasticados Si tiene salidas de ventilación en mangas y canesú Si la superposición de las salidas para ventilación es adecuada para impedir que entre agua Si la chaqueta puede abrirse y cerrarse fácilmente mediante cierres, broches o ambos 3. Pantalón anticorte 3.1. Observe las áreas corporales que cubre el material anticorte. 3.2. Compruebe si tiene salidas de ventilación adecuadas. 3.3. Verifique si la sujeción del pantalón es adecuada, mediante cinturón o suspensores 3.4. Exija al fabricante: Especificar el número de capas de material anticorte Certificar la calidad del material Documentar si se ajusta a alguna recomendación nacional o internacional y si efectúa algún ensayo para verificar la efectividad de la protección. 4. Perneras
Si selecciona esta alternativa debe solicitar que su diseño siga las siguientes pautas: 4.1. Que cubra las zonas más expuestas (bajo vientre, muslos y piernas) 4.2. Que las fijaciones sean regulables y estén bien ubicadas ( ver figura 6) 4.3. Asegurarse que el diseño sea cómodo y que no interfiera con la micción. 4.4. En cuanto al material anticorte, debe verificarse los mismos aspectos que para el pantalón (ver 3.4. de esta lista) 5. Casco 5.1. Solicite al proveedor certificación en cuanto a: Resistencia a la penetración Fecha de fabricación Fecha de vencimiento Clase, tipo y control de calidad 5.2. Verificados estos aspectos, solicite información sobre qué organismo otorga la certificación y a qué normas se atienen. 5.3. Si cumple los requisitos de protección, prefiera la alternativa más liviana. 5.4. Observe si la coraza tiene salidas para la ventilación. 5.5. Verifique si el sistema de sujeción deja suficiente espacio para la coronilla. 5.6. Asegúrese que la banda de sujeción sea regulable. 5.7. Seleccione preferentemente bandas de suspensión flexibles que, asegurando el espacio para la coronilla, permitan un buen acomodo de la banda de sujeción. 5.8. Verifique que la banda de exudación sea de material poroso, de preferencia desmontable y que cubra toda la banda de sujeción. 5.9. Cuando sea necesario, verifique si el casco tiene adaptadores para protectores auditivos, visuales y para la lluvia. 5.10. Solicite información acerca del mantenimiento, formas correctas de uso y de limpieza. 6. Protectores auditivos
6.1. Solicite al proveedor certificación de la atenuación producida por el uso del fono. 6.2. Verifique que el fono se adhiera bien al contorno de la oreja. 6.3. Observe si el tamaño del fono es suficiente para no presionar la oreja. 6.4. Verifique que el material que recubre la almohadilla sea suave, de vinilo, fácil de limpiar y reemplazar. 6.5. Si el fono va adherido al casco, asegúrese que el ajuste del casco permita que los fonos queden en una posición correcta. 7. Protectores faciales 7.1. Verificar que sea liviano y que cubra la cara completa. 7.2. Consultar si el material de que está fabricado es resistente a los lavados. 7.3. Asegurarse que la rejilla que cubre la cara esté pintada con pintura opaca para evitar deslumbramientos. 8. Guantes Previa a su adquisición, seleccione los guantes adecuados para cada faena: Tipo mosquetero para arrumadores Puño corto para las otras tareas de cosecha y para plantadores, rozadores y podadores. 8.1. Para una adecuada disipación de presiones, verifique que las costuras estén ubicadas en el dorso de dedos y mano y que los guantes estén confeccionados con un mínimo de piezas (no más de 4). 8.2. Para evitar la penetración de material, prefiera puños elasticados. 8.3. Verifique que el proveedor pueda certificar si el cuero empleado en la fabricación del guante cumple con las normas chilenas para guantes de seguridad. 8.4. Si los guantes son para motosierristas, verifique si el guante tiene protección anticorte para el dorso de los dedos y la mano. 8.5. Verificar si los guantes para estroberos, destroberos, rozadores y hacheros tienen refuerzos externos que cubran la palma y el área comprendida entre el índice y el pulgar.
8.6.Verificar si los guantes tipo mosquetero para arrumadores tienen refuerzos externos para la palma de la mano y la base de los dedos. 9. Calzado 9.1. Verifique que el proveedor pueda certificar que la puntera y el cambrillón cumplen con las normas chilenas de seguridad. 9.2. Si el calzado es para motosierrista verifique que tenga protección anticorte desde la puntera al tobillo. 9.3. Obtenido el calzado con este tipo de protección, solicite al proveedor certificar la efectividad del material. 9.4 .Si el calzado cumple con los requisitos de protección, elija el más liviano. 9.5. Verifique que las costuras y la unión de las piezas en la parte interna no tengan protuberancias. 9.6. Compruebe que la lengüeta esté bien unida al calzado 9.7. Verifique que la superficie del calzado en contacto con el tobillo esté recubierta de material acolchado. 9.8. Observe que los surcos de la suela no sean paralelos al eje de torsión del calzado, que sean de continuidad irregular, pero de contacto uniforme con el piso. 9.9. Verifique que los materiales de la capellada, caña, refuerzos, forro y planta cumplan con las normas chilenas para calzado de seguridad (ver tablas 8.7, 8.8, 8.9, 8.10, 8.11, 8.12, 8.13). 9.10. Obtenga un muestrario del calzado y que los usuarios verifiquen los siguientes aspectos de comodidad: Que su parte anterior tenga un ancho y altura que permita el movimiento de dedos hacia arriba y abajo Que el ajuste de los cordones permita el movimiento de tobillo durante la marcha Que no exista juego entre el talón y el contrafuerte durante la marcha
CAPITULO 9 ACTIVIDADES SILVICOLAS
1. Plantación 1. 1. Descripción de la faena de plantación La actividad de plantación es la tarea donde se establecen en terreno las plántulas producidas en los viveros, para formar a futuro una masa boscosa. En el desarrollo del sector forestal chileno, las plantaciones son quizás una de las labores que menos ha evolucionado en el tiempo, ya que se ha incorporado escasa mecanización a esta actividad. Esto se debe principalmente a las condiciones topográficas de nuestro país que dificultan el uso de máquinas. Por esta razón, las plantaciones demandan el uso intensivo de mano de obra. Aumentar la calidad y el rendimiento de los plantadores, requiere mejorar la preparación del sitio, las herramientas, los sistemas para el transporte de plantas, así como también, la selección y capacitación de los plantadores. Dentro de la evolución que ha tenido esta faena, se destaca el desarrollo de nuevas herramientas y métodos de transporte de plantas, lo que ha redundado en técnicas que permiten lograr un mejor aprovechamiento. Entre las herramientas que se han utilizado para realizar esta faena están el azahacha, el azadón, el azapico, la pala neozelandesa y el tubo plantador. La elección de la herramienta adecuada para cada situación va a estar determinada por factores tales como tipo de suelo y tipo de planta, sean estas producidas a raíz desnuda o raíz cubierta. En relación a la elección de la herramienta más adecuada, se han realizado estudios ergonómicos para decidir cuales son las mejores alternativas. Apud y Valdés (1986), comunicaron los resultados de un estudio realizado para evaluar el rendimiento comparativo de dos herramientas: azapico y una pala neozelandesa modificada. Concluyeron que esta última herramienta era la más recomendable para las condiciones en que se había efectuado el estudio. En general, la pala neozelandesa es la herramienta más utilizada en la actividad de plantación debido a su versatilidad, rendimiento y postura de trabajo. Además permite un adecuado mullido del terreno, lo cual favorece el desarrollo radicular, el prendimiento y el crecimiento de las plantas. También puede ser utilizada en diferentes condiciones topográficas, es una herramienta de bajo costo e implica una técnica de trabajo relativamente simple, lo que facilita la disponibilidad de trabajadores para este tipo de actividad.
Los métodos de transporte también han sido motivo de estudio. En el año 1986, se evaluó el efecto del transporte de plantas a raíz desnuda en una caja de madera tradicional y en una caja de cartón modificada. Se encontró que esta última alternativa, alrededor de cinco kilogramos más liviana, permitía aumentar el rendimiento promedio de 425 a 579 plantas por jornada. Como consecuencia lógica se recomendó alivianar las cajas para el transporte de plantas. 1.2 .Exigencias físicas y psicológicas en la faena de plantación Las actividades de plantación se caracterizan por la demanda física que imponen. Como se puede observar en la figura 2.26. (capítulo 2) plantar con distintas herramientas a un ritmo normal del trabajo demanda un alto gasto de energía, entre 8,6 y 9,2 kilocalorías por minuto. Esto se debe a que el trabajo requiere el desplazamiento del operario por terrenos irregulares, el traslado de herramientas y de plantas. La actividad es repetitiva, realizándose en ciclos que pueden durar entre 30 y 45 seg. En la ejecución de las tareas, particularmente en la excavación de las casillas u hoyos, existe una importante demanda de fuerza muscular de brazos, piernas y tronco. También, se produce sobrecarga postural al depositar las plantas en las casillas, al mullir el terreno y al tomar o depositar la caja con plantas a nivel del suelo. Generalmente, estas acciones se efectúan con inclinación de columna. En este sentido, estadísticas recopiladas en el Laboratorio de Ergonomía de la Universidad de Concepción, señalan que más de un 50 % de los trabajadores forestales presentan molestias o trastornos en la parte baja de la espalda. En cuanto a las posibles causas de estos trastornos, es importante destacar deficiencias del método y de la técnica de trabajo y del diseño de las herramientas. Con relación a las demandas psicológicas del trabajo de plantación, observaciones realizadas en terreno, han permitido establecer que este trabajo impone una carga mental importante, derivada de una alta y sostenida carga sensorial y motora, para realizar un trabajo que requiere seguir un método ordenado, preciso y de gran rapidez de ejecución, que exige un nivel de atención promedio, para ubicar las plantas ordenadamente, a una misma distancia. Más aún, la mayor parte del tiempo trabajan en forma aislada, sus contactos con otras personas se producen sólo en el momento en que vuelven a abastecerse de plantas, cuando se encuentran próximos en el terreno de trabajo o cuando hacen detenciones para la colación. En síntesis, se ha podido demostrar que, pese a lo simple de la tarea en cuanto a exigencias de pensamiento y razonamiento, este trabajo impone presión para alcanzar metas de rendimiento, genera ciertos niveles de tensión, estrés y agotamiento.
1.3. Recomendaciones de diseño de herramientas Pala neozelandesa Se seleccionó esta herramienta para estudio debido a que, como se mencionó antes en este capítulo, la pala neozelandesa es la herramienta más utilizada para plantar ya que favorece un adecuado mullido del terreno, la herramienta es de bajo costo, la técnica no es compleja, puede ser empleada en suelos de diferentes características y en terrenos de variada topografía. Respecto de las condiciones de trabajo, estas pueden ser bastante variadas. En la figura 9.1 se ilustra un ejemplo de los terrenos por los cuales se deben desplazar los trabajadores. Como se puede observar, además de la pala neozelandesa, los operarios transportan la bandeja que contiene las plantas. En otros casos, las plantas se transportan en cajas de plástico o madera. Figura 9.1. Faena de plantación
1.3.1. Resultados del análisis ergonómico de pala neozelandesa En cuanto al diseño de la pala neozelandesa, en la figura 9.2 se ilustra el modelo que se usa habitualmente en este tipo de faenas. Como se puede observar, en este implemento se distingue al menos tres componentes: el astil, el mango y la cuña. A continuación se analizan los diferentes componentes de la pala neozelandesa: Largo de la pala
Las dimensiones de la herramienta han experimentado modificaciones a través del tiempo, en particular el largo del astil. Este ha sido acortado respecto de los modelos originales, básicamente para adecuarlo al tamaño corporal de la población usuaria. En este sentido, el análisis de movimientos que los operarios realizan en la plantación, permitió establecer que el largo de la pala debe ser tal que, al momento de impactar el terreno, los mangos estén aproximadamente 5 cm bajo la altura codo-suelo del trabajador. También, es importante considerar que el largo de la pala debe permita que, al momento de impactar la cuña en la parte más profunda de la cavidad, se reduzca la inclinación de columna vertebral. De este modo, considerando información de características antropométricas de trabajadores chilenos, la altura de la pala en posición vertical debe ser de 99 cm. No obstante, es importante destacar que las personas de mayor estatura, en particular sobre 175 cm, presentan mayores exigencias de flexión de piernas y de espalda al momento de cavar la parte más profunda de la casilla. Esta condición de trabajo se ilustra en la figura 9.3, en la cual una persona de 175 cm de estatura emplea una pala de 99 cm. Como se puede observar, la inclinación de columna alcanza a 56º, lo cual es aún más crítico para personas de mayor estatura. Para evitar esta condición de trabajo se propone diseñar un tamaño alternativo de pala de 105 cm de altura. En la figura 9.4, se puede observar una pala de mayor altura, la cual reduce la inclinación de columna vertebral a 35º. En términos generales un incremento de 6 cm en la altura de la pala, reduce aproximadamente en 20 a 22 grados la inclinación de columna vertebral. Esta modificación del diseño genera una menor sobrecarga en la región lumbar y favorece la ventaja mecánica del trabajo de brazos. Sin embargo, es importante destacar que no es conveniente recomendar alturas de pala superiores a 105 cm, debido a que los mangos quedan muy elevados, deteriorando la ventaja mecánica de la acción de brazos al comenzar la excavación de la casilla. En cuanto al número o a la proporción de palas que se debe confeccionar, de acuerdo a la distribución del tamaño corporal de la población usuaria, se requiere un 80% de palas de 99 cm. y un 20% de palas de 105 cm.
Figura 9.2. Diseño de pala neozelandesa empleada habitualmente en faenas de plantación
Mango en forma de “T”
Astil
Altura
Cuña
Figura 9.3. Inclinación de columna vertebral de un operario de 175 cm de estatura, al emplear pala de 99 cm de largo
56º
Figura 9.4. Reducción de la inclinación de columna vertebral de un operario de 175 cm de estatura, al emplear pala de 105 cm de largo
35º
Mango Debe tener forma de “T” (ver figura 9.2). Ello permite una tomada de fuerza en las acciones efectuadas por las extremidades superiores, específicamente para hundir
la cuña en el terreno. El mango en forma de “T” y el astil deben ser cilíndricos de 3,5 cm de diámetro. Estas características permiten una adecuada disipación de presiones entre la superficie de la mano y la herramienta. Cuña Debe ser de forma triangular, con un borde inferior en punta que permita la penetración en el suelo. La parte superior de la cuña debe tener bordes horizontales para apoyar el calzado y ayudar a la extremidad superior en la generación de fuerzas de penetración y de mullido del terreno. Otra característica importante, es el ángulo formado entre la cuña y el mango. Debido a que esta herramienta penetra el terreno por impacto, el ángulo formado entre el astil y la cuña debe ser mínimo, ya que de caso contrario, parte de la fuerza generada por los brazos se pierde al no tener la dirección del movimiento. 1.3.2. Tamaños de pala neozelandesa propuestos Respecto a las características de los dos tamaños de pala propuestos, en la tabla 9.1 y en las figuras 9.5 y 9.6, se resumen las principales dimensiones y formas de este implemento. Tabla 9.1. Recomendaciones para el diseño de palas neozelandesas adaptadas a las características antropométricas de los trabajadores forestales chilenos Características 1 2 3 4 5 6 7 8
Altura vertical herramienta (cm) Largo astil (cm) Diámetro mangos (cm) Largo cuña (cm) Ancho cuña (cm) Angulo cuña-astil (grados) Forma astil Forma mango
Valores y formas Tamaño 1 Tamaño 2 99 105 69 75 3,5 3,5 30 30 15 15 5 5 Recto cilíndrico Recto cilíndrico “T” cilíndrico “T” cilíndrico
Figura 9.5 Esquema de pala neozelandesa.
3 8 7 2 1
Nota: Los números corresponden a las características detalladas en la tabla 9.1
Figura 9.6. Tamaños de pala propuestos
4
6 5
1.4. Técnica de trabajo y distribución de tiempos para las plantaciones realizadas con pala neozelandesa 1.4.1. Técnica de trabajo Antes de iniciar el trabajo, se deben realizar las siguientes acciones para facilitar el mejor desempeño de los plantadores. Se deben marcar las líneas de plantación para mantener las distancias entre hileras. Uno de los procedimientos más recomendados es el uso de jaloneros (que pueden ser los mismos plantadores antes de comenzar esta actividad). Estos, deben instalar varas con distintivos de colores. Los jalones deben ser ubicados a una distancia tal que le permita al plantador verlos claramente y sin confundir las hileras. Después de realizar la actividad de marcación se procede al cultivo del suelo, preparación y manipulación de las plantas.
1.4.1.1.Cultivo del suelo Hundir la pala fuerte en el suelo. Al hundir la herramienta en el suelo, el plantador debe hacerla penetrar con ambas manos, tratando de aprovechar al
máximo el peso de la herramienta, la cuña debe quedar completamente enterrada o se debe alcanzar una profundidad de al menos 20 cm , para que el sistema radicular de la plántula quede totalmente extendido al momento de plantar. En terrenos compactados, el trabajador debe aprovechar el peso de su cuerpo. Para ello debe coordinar la penetración de la pala con el empuje del pie sobre el borde superior de la cuña ( figura 9.7) Figura 9.7. Plantador empujando la pala con su pies para lograr una mejor penetración
Hundida la cuña en el terreno, el operario efectúa movimientos acercando y alejando la pala del cuerpo, hasta abrir la hendidura donde se colocará la planta (figura.9.8). En terrenos compactados o pedregosos, es necesario introducir la pala en varias oportunidades, con el propósito de abrir la cavidad y favorecer el mullido del suelo
Figura 9.8. Plantador realizando movimientos para abrir la hendidura
Otra alternativa, es que hundida la pala en el terreno por primera vez, se vuelva a clavar 15-20 cm más atrás, empujar hasta el fondo con el pie y luego hacia atrás y repetir lo indicado en la primera parte de este punto. Luego de haber realizado las dos hendiduras, se procede a hundir la pala en la parte central del suelo cultivado, a repetir el movimiento oscilante de la pala hacia el cuerpo, para realizar un mullido de buena calidad. 1.4.1.2. Manipulación de las plantas La manipulación de las plantas por parte de los operarios va a depender de si tiene raíz cubierta o raíz desnuda. Aunque los principios son los mismos, hay detalles que hacen la diferencia entre una y otra. Manipulación de plantas a raíz desnuda. La manipulación de la planta a raíz desnuda se diferencia de la manipulación de las plantas a raíz cubierta, principalmente por el cuidado que se debe tener con el manejo de las raíces al momento de plantar. La planta se debe tomar de la caja y proteger hasta los extremos de las raíces con la mano y colocarla en el fondo de la hendidura, retirando suavemente la mano, y sujetándola por su extremo superior. En la acción de poner la planta, se debe evitar la inclinación excesiva de la columna vertebral. Para ello, la caja con plantas debe depositarse al alcance del operario y el movimiento debe realizarse con flexión de rodillas. Mantener sostenida la planta con la mano, acercar la tierra con el pie y presionar suavemente, para que la planta quede firme pero no tanto como para compactar las raíces. Esta acción tiene como objetivo, eliminar bolsas de aire, que dañan las raíces y estabilizar la planta en el terreno
La manipulación de plantas a raíz cubierta, a diferencia de la raíz desnuda, no requiere de tanto cuidado con las raíces ya que estas vienen protegidas por el sustrato que traen desde el vivero. La planta se debe tomar del cuello y colocar en el fondo de la cavidad. Al igual que en el caso anterior, en la acción de poner la planta, se debe evitar la inclinación excesiva de la columna vertebral. Para ello, la caja con plantas debe depositarse al alcance del operario y el movimiento debe realizarse con flexión de rodillas Desplazamiento entre plantas e hileras. Una vez depositada la planta en su cavidad, el operario debe desplazarse para volver a realizar la actividad de plantación. La distancia de estos desplazamientos depende de la densidad de plantación, la cual puede oscilar entre 800 y 2000 plantas por hectárea, lo que determina que el desplazamiento fluctúe entre los 2 a 3 m entre planta y planta. Para que el operario pueda desplazarse entre los puntos de plantación, se recomienda que utilice varas, lo cual permite una ubicación más exacta del lugar correcto donde plantar. El desplazamiento entre hileras, es la acción de desplazarse a la próxima línea de plantación una vez finalizada la linea anterior. La distancia de estos desplazamientos también depende de la densidad de plantación, fluctuando entre los 3 a 5 m. 1.4.2. Distribución de los tiempos en la faena de plantación Para efectos de estudios de tiempo, esta faena se divide en actividades principales y secundarias. Las actividades principales son: Cultivo de la tierra Manipulación de las plantas Desplazamiento entre plantas Abastecimiento de plantas Colocación de jalones (cuando sea necesario) Cambio de hilera En cuanto a los tiempos dedicados a actividades secundarias, siguientes:
éstos son los
Materiales Personales Detenciones Generales 1.5. Recomendaciones de vestuario y equipos de protección personal Considerando que las faenas de plantación se efectúan en invierno, durante el período lluvioso, el vestuario y equipo de protección personal de los plantadores debe estar constituido por:
Vestuario para la lluvia. Este debe incluir botas, pantalón y chaqueta para el agua Pantalón de mezclilla y camisa de algodón. Para las mañanas los trabajadores deberían disponer de un “polerón” y una casaca de mezclilla. Otra alternativa de vestuario es el uso de un “overol” del mismo material Calzado de seguridad con caña alta. Ello da mayor estabilidad y protección a la articulación del tobillo, en el desplazamiento por terrenos accidentados y al realizar labores en las que se requiere mantener el equilibrio y efectuar fuerzas con la extremidad inferior para penetrar la pala en el terreno. También se pueden agregar canilleras que permitan un desplazamiento más seguro entre los cambios de hileras cuando estas están separadas por restos de material de cosechas anteriores (ramas y fustes principalmente) Guantes de cuero que presenten un mínimo de costuras Respecto de la protección de la cabeza, aún cuando no se presentan con frecuencia riesgos de caída de objetos; en determinadas condiciones, particularmente en terrenos con pendiente, el uso de cascos puede ser fundamental para prevenir golpes de piedras o desechos forestales que caen por las laderas Para detalles de los implementos de seguridad y recomendaciones específicas ver capítulo 8. 1.6 . Rendimientos de referencia Los resultados que se analizarán a continuación se basan en seguimientos efectuados durante 20 jornadas de plantación, en que el trabajo se efectuó según las siguientes especificaciones: Tipo de planta: Raíz desnuda Densidad de plantación: 1250 plantas/hectárea (2.0 * 4 m) Terreno: Arcilloso En la tabla 9.2, se puede observar el promedio, la desviación estándar y el rango para el rendimiento expresado en árboles plantados por hora y en árboles plantados por jornada, la frecuencia cardíaca y la carga cardiovascular media de la jornada, la pendiente media del terreno, la temperatura ambiente media de la jornada, las horas de duración del trabajo efectivo y el porcentaje de tiempo dedicado a las actividades principales. Tabla 9.2. Promedio, desviación estándar (D.E.) y rango para el rendimiento, la carga física, las variables del terreno y la temperatura ambiente obtenidos durante 20 jornadas de medición de plantaciones Variables Duración de la jornada (horas) Rendimiento (plantas por jornada)
Promedio 6.2 590.0
Desviación estándar 1.2 83.0
Coeficiente de variación 0.19 0.14
Rendimiento (plantas por hora) Tiempos principales (% de la jornada) Pendiente (%) Frecuencia cardíaca promedio de la jornada (latidos/min) Carga cardiovascular (%)
95.0 83.0 24.0 107.0
15.0 5.0 21.0 13.0
0.16 0.06 0.9 0.12
36.0
12.0
0.33
Como se destaca en la tabla, el rendimiento alcanzado por jornada fue de 590 plantas, con una duración promedio de 6.2 horas por jornada. El rendimiento horario fue de 95 plantas por hora, lo que da un promedio de 1.6 plantas por minuto, o el equivalente a 0.6 minutos por planta. Esto ilustra lo breve que es el ciclo promedio para colocar una planta. En la tabla 9.2, se puede ver que el trabajo se efectuó con una carga física sustentable en el tiempo, ya que la frecuencia cardíaca media fue de 107 latidos por minuto y la carga cardiovascular se elevó a una cifra promedio de 36%, cercana al límite que califica un trabajo como pesado. Estos valores están dentro de rangos habituales en plantaciones. Como se ha señalado antes no existe en el trabajo forestal una variable única que permita explicar el 100% de las variaciones de rendimiento de un grupo humano. Por esta razón se efectuó una regresión paso a paso entre el rendimiento y las variables incluidas en la tabla 9.2. El resultado fue la siguiente ecuación: RH (plantas por hora) = 90.3 – 13.7 LP + 0.55 CC Indicadores estadísticos: R: 0.87 ; R2 : 0.76; error estándar: 7.7; p
0.0001
Donde: RH = Rendimiento (plantas por hora) LP = Logaritmo de la pendiente CC = Carga cardiovascular (%) Como se puede apreciar, de acuerdo a la regresión paso a paso, el logaritmo de la pendiente y la carga cardiovascular son las dos variables que combinadas, explican un 76% de la variación en el rendimiento. Se observa también que el error estándar de la estimación alcanza a 7.7 plantas por hora (p < 0.001), lo que para un promedio de 95 plantas por hora, equivale a 8.1%. Estos antecedentes revelan que nos encontramos frente a una función significativa que podría ser de utilidad práctica, ya que las variables involucradas pueden ser fácilmente estimadas, además de ser de una lógica irrefutable. Sobre la base de estos antecedentes, es posible proponer la siguiente tabla para el cálculo de rendimientos de referencia en plantaciones con pala neozelandesa. Tabla 9.3, Rendimientos de referencia según la pendiente del terreno y la intensidad del esfuerzo en términos de carga cardiovascular para el trabajo de plantación forestal con pala neozelandesa
Rendimientos de referencia en plantación con pala neozelandesa CC 30 % CC 40 % PEND % LOG(10)PEND PLANTAS/HORA PLANTAS/HORA 0 106,8 112,3 5 0,699 97,2 102,7 10 1,000 93,1 98,6 15 1,176 90,7 96,2 20 1,301 89,0 94,5 25 1,398 87,6 93,1 30 1,477 86,6 92,1 35 1,544 85,6 91,1 40 1,602 84,9 90,4 45 1,653 84,2 89,7 50 1,699 83,5 89,0 55 1,740 83,0 88,5 60 1,778 82,4 87,9 65 1,813 82,0 87,5 Es necesario volver a destacar que estos rendimientos son para promedios grupales y no para individuos, ya que las personas varían en su capacidad física. En cualquier grupo humano realizando esta tarea algunos serán capaces de superar estas cifras, mientras que a otros les será imposible alcanzarlas. La validez de cualquier función de estimación de rendimiento, debe ser verificada antes de proponer su uso generalizado. Por esta razón, dentro del marco de este proyecto, se efectuó un estudio para establecer si la ecuación predictiva permitía estimar el rendimiento bajo otras circunstancias. Para este efecto se realizó un seguimiento en 9 trabajadores durante 13 jornadas, en que se evaluaron las mismas variables que en el estudio de referencia. Las especificaciones de la plantación fueron las siguientes: Tipo de planta: Raíz desnuda Densidad de plantación: 800 plantas/hectárea ( 2.5 x 5 m) Terreno: Arcilloso y alta pedregosidad En la tabla 9.4 se presenta una síntesis de los resultados del estudio de validación: Tabla 9.4. Promedio, desviación estándar (D.E.) y rango para el rendimiento, la carga física, las variables del terreno y la temperatura ambiente obtenidos en 13 jornadas de plantaciones con pala neozelandesa Variables
Promedio
Desviación estándar
Coeficiente de variación
Rendimiento (plantas por hora) Tiempos principales (% de la jornada) Pendiente (%) Frecuencia cardíaca promedio jornada (latidos/min) Carga cardiovascular (%)
91.9 88.0 38.0 115.0
14.0 4.6 21.0 11.3
0.16 0.05 0.17 0.10
40.0
5.8
0.15
Como se puede ver, al ingresar en la tabla 9.3 con una pendiente media estimada de 40% (valor más cercano al 38% real) la estimación indica que un trabajador promedio plantando con una carga cardiovascular de 30% alcanzaría una cantidad cercana a las 85 plantas, mientras que al hacerlo al 40 % de carga cardiovascular llegaría a 90,4 plantas por hora. Como se puede observar en la tabla 9.4, la cifra promedio alcanzada por este grupo fue 91,9 plantas por hora. La diferencia de 1,5 plantas no es estadísticamente significativa. Es importante observar que la carga cardiovascular media alcanzó justo el 40%, que es el límite más alto recomendable como valor promedio para una jornada de 8 horas, lo que indica que es un grupo bien motivado, ya que mantener ese nivel de esfuerzo promedio así lo requiere. La tabla 9.4, revela que el rendimiento en discusión se alcanzó trabajando el 88% del tiempo en las actividades principales, que incluyen cultivo del suelo, manipulación y sujeción de las plantas y desplazamiento entre plantas. El resto del tiempo lo dedican los trabajadores a actividades secundarias entre las que se incluyen la mantención de herramientas y pausas espontaneas o programadas. El 12% de una jornada efectiva de 8 horas corresponde aproximadamente a una hora, lo que equivale a media hora en la mañana y media hora en la tarde, con una hora adicional para colación a mediodía. Al proyectar el valor promedio de este último estudio a una jornada completa, se obtiene una cifra promedio de 735 plantas por jornada. 2. Podas 2.1. Descripción en faenas de Podas La poda consiste en la remoción selectiva de ramas del fuste. El propósito de esta actividad es obtener madera aserrable libre de nudos y favorecer el crecimiento del árbol, al concentrar la actividad fotosintética en las ramas que tengan una mayor eficiencia. Considerando que para los próximos años se espera una producción forestal creciente, las inquietudes que surgen respecto al destino final de la madera son variadas, especialmente en lo que se refiere a la madera aserrada. Dichas interrogantes se orientan a la aceptación de los productos en el mercado nacional e internacional, a las expectativas de precios, a su competitividad con productos similares y a la evaluación de la demanda futura. Para ofrecer al mercado un producto de buena calidad, es necesario que las instancias técnicas propongan las medidas que permitan obtener los mejores
beneficios del recurso bosque. De esta manera, la silvicultura aporta elementos de manejo, que aplicados correctamente y en forma planificada, durante un período importante del desarrollo de la masa boscosa, mejoran la calidad satisfaciendo las expectativas comerciales de los productores forestales. La poda, es una técnica de manejo que permite la eliminación de ramas, conos y epicornios del fuste del árbol y cuyo propósito final es la obtención de madera libre de nudos. Esto posibilita alcanzar un producto de óptima presentación y cualidades mecánicas superiores, que deberían asegurar mercados internacionales a precios ventajosamente más altos, además de otros beneficios asociados tales como un mayor nivel de empleo, sanidad del bosque y un efectivo ahorro en los costos de cosecha. Para lograr estos resultados, no sólo basta con ejecutar esta actividad cuando corresponda y de acuerdo a las características del bosque en que se efectúa. También es imprescindible adoptar técnicas eficientes en términos de calidad, rendimientos y costos. Por esta razón, la adecuada capacitación de los trabajadores corresponde a uno de los aspectos más importantes ya que de la calidad de la poda depende el producto final que se obtenga. En otras palabras, la capacitación debe ser debidamente programada para obtener habilidades precisas y medibles que conlleven a una productividad más alta. Desde este punto de vista, en el establecimiento de estándares de poda es necesario preocuparse no sólo del número de árboles que un sujeto puede podar por jornada, sino que también de la calidad con que el trabajo se efectúa. 2.1.1. Tipos de poda Respecto de los tipos de poda, se distinguen las siguientes: Primera poda (de 0 a 2 metros) Segunda poda (de 2 a 4 metros) Tercera poda (de 4 a 6 metros) Cuarta poda (de 6 metros y más) Otra clasificación también es la que considera sólo tres tipos de poda: Poda baja (de 0 a 3 metros) Poda media (de 3 a 6 metros) Poda alta (de 6 a 8 metros) a) Primera Poda o Poda Baja La primera poda es un actividad de manejo, cuyo objetivo básico es el de iniciar el proceso de obtención de madera libre de nudos de los mejores árboles que permanecen por unidad de superficie. Esta consiste en la eliminación de ramas secas y verdes hasta una altura de 2 a 3 metros, lo que equivale a que se eliminen las ramas hasta un 40% de la altura total del árbol. La edad de los árboles que son sometidos a este proceso varía
entre los 4 a 6 años. La cantidad de árboles a podar por hectárea varía según los esquemas de cada empresa, pero se puede hablar de un rango de entre los 700 a 1000 árboles/ha. Las herramientas más utilizadas para realizar esta actividad son el tijerón y la sierra lotus. b) Poda Media, Segunda y Tercera poda Cuando se opta por un esquema de poda en tres etapas, se puede decir que la segunda poda o poda media se realiza a edades que fluctúan entre los 7 y 12 años. La altura en que se realiza esta actividad varía entre los 2.5 y 4.5 m o entre 3.5 y 6 m, dependiendo de los esquemas de manejo de cada empresa. Esta intervención también recibe el nombre de primer levante. La cantidad de árboles a podar por hectárea varia entre los 500 a 700 árboles/ha. Las herramientas más utilizadas para realizar esta actividad son el tijerón y la sierra lotus más una escala o el sistema king-grip. Aunque cada vez menos, el serrucho “cola de zorro”, también es utilizado. c) Poda Alta y Cuarta poda En esta intervención denominada también segundo levante, se procede a podar las ramas ubicadas sobre los 6 metros de altura. El porcentaje de altura al que se trabaja equivale al 60% de la altura total del árbol. La cantidad de árboles a podar por hectárea varia entre los 350-500 arboles/ha. Las herramientas más utilizadas para realizar esta actividad son el tijerón y la sierra Lotus más un escalera o el sistema king-grip. El serrucho “cola de zorro”, también es utilizado.
2.2. Exigencias psicológicas Esta actividad impone exigencias mentales en relación con la carga cognitiva, sensorio-motora y emocional. En cuanto a la carga cognitiva, un elemento importante es el nivel de atención que debe mantener durante el ciclo de su actividad. El podador debe estar atento a adoptar una posición correcta y segura, a ubicar el ángulo correcto de corte, así como también, al momento de desplazarse, tiene que ubicar el próximo árbol a podar, vigilando que su desplazamiento sea seguro. En cuanto a la carga mental sensorio-motora, se identifica la duración de los ciclos de trabajo, ya que dependiendo del tipo de poda que se esté realizando, puede variar entre 1 y 4 minutos por árbol. Los descansos derivados del desplazamiento que realizan les permite tener un tiempo de recuperación entre ciclos, para reducir el nivel exigencia. La carga psíquica o emocional se deriva en su responsabilidad por la calidad del trabajo, ya que su criterio de selección de los árboles está en directa relación con la calidad del producto obtenido al final del ciclo productivo.
2.3. Herramientas A través del tiempo se han utilizado diferentes herramientas para efectuar las labores de poda, destacando el serrucho “cola de zorro”, la sierra y el tijerón. 2.3.1. Serrucho cola de zorro El serrucho "cola de zorro" ha sido una herramienta tradicionalmente empleada para realizar podas. Por sus características, presenta serios inconvenientes tanto para el trabajador, como se observa en la figura 9.9, como para obtener un trabajo de buena calidad. Considerando primero a los podadores, al emplear esta herramienta se deben asumir posiciones muy inadecuadas que, en el corto plazo, producen dolores de cuello, de espalda baja y de brazos y, en el largo plazo, pueden conducir a enfermedades incapacitantes. Por otra parte, mirado desde el punto de vista de calidad del trabajo, el largo del mango del serrucho hace que el objeto del trabajo, vale decir, las ramas a podar, queden a gran distancia. En términos simples se puede señalar que, mientras mayor es la distancia de trabajo, menor es la precisión con que este se efectúa, pudiendo producir cortes defectuosos En el caso del serrucho “cola de zorro”, desde el punto de vista de calidad, el corte con esta herramienta deja aristas o segmentos adheridos al tronco y al podar ramas gruesas se producen desgarros en la corteza del fuste. Además, en cuanto a la sobrecarga para el operario, esta herramienta tiene una pértiga para efectuar el trabajo desde el suelo. Esta condición provoca molestias en la región posterior del cuello, debido a la posición incomoda que adopta el trabajador para vigilar la poda. Del mismo modo, para realizar el corte de ramas es necesario desplazar la herramienta en forma ascendente y descendente, elevando los brazos sobre la altura de hombros, lo cual es altamente fatigante. Figura 9.9. Podador utilizando serrucho "cola de zorro", donde se aprecia lo incómodo de la posición de trabajo
2.3.2. Sierra Lotus La poda con sierra (figura 9.10) tiene ventajas aparentes ya que el trabajo es más dinámico, evitando las posiciones fijas inadecuadas. Los cortes se efectúan, desde más cerca, lo que aumenta la calidad y también la visión del objeto de trabajo. En cuanto a las podas en altura efectuadas con sierras, existen bastantes antecedentes de estudios realizados en Chile, habiéndose establecido que el rendimiento y la calidad del trabajo es superior al alcanzado con el serrucho cola de zorro, mientras que el gasto de energía y la carga cardiovascular son similares. Uno de los cuidados que se debe tener con la sierra Lotus es que al comenzar a podar se debe observar que la mano no esté en la trayectoria del corte, ya que al caer la rama, la sierra puede alcanzar la mano y provocar un accidente.
Figura 9.10. Dos tipos de sierra Lotus, que se diferencian por el diseño del mango
2.3.3. Tijerón de poda En los últimos años, de acuerdo a la encuesta realizada en las empresas que participaron en este proyecto, las sierras están siendo reemplazadas por un tijerón
(figura 9.11)desarrollado originalmente en Nueva Zelandia. Ello se debe a que el corte logrado con esta herramienta es más liso y evita los desgarros de ramas. Estas condiciones favorecen una adecuada oclusión de la zona podada. Figura 9.11. Tijeron neozelandes de diferentes tamaños
2.4. Consideraciones en torno a la poda Al momento de podar un árbol se debe buscar la parte más accesible para comenzar a podar. Se debe realizar el corte lo más cercano al fuste, sin provocar daños en el área circundante a la rama. (figura 9.12) Figura 9.12. Podador efectuando un corte con sierra Lotus
En primera poda, al trepar por las ramas, se remecerá el árbol producto del movimiento del cuerpo de los podadores. Este hecho provoca normalmente caída de conos. Para evitarlo se deben eliminar los conos que se encuentren adheridos al fuste. Además, al trepar por las ramas, estas pueden desgarrarse con facilidad, por lo tanto los pies deben colocarse en ramas separadas Independiente de la herramienta que se utilice, terminada la poda hay que limpiar el fuste de acículas vivas o muertas como también de brotes epicórmicos. Esta acción se puede realizar con la mano, con guantes o con una cuerda especialmente destinada a este propósito. (figura 9.13) Figura 9.13. Podador limpiando las acículas y los brotes epicormicos que quedan adheridos al fuste después de la poda
2.4.1. Sistemas para escalar Los sistemas más utilizados para escalar los árboles son el king-grip ilustrado en la figura 9.16., y las escalas de poda, como las que se muestra en las figura 9.14.
2.4.1.1 Uso de escalas El empleo de escalas requiere, como mínimo, los siguientes conocimientos básicos de seguridad: Apoyar la escala firmemente sobre el árbol y verificar que sus dos patas se fijen adecuadamente sobre la superficie. El ángulo de inclinación que forma la escala con el suelo debe ser de 75º Durante el ascenso se debe mantener la herramienta en la cartuchera, ya que el trabajador debe utilizar ambas manos para ascender Para podas altas se puede utilizar la escala metálica de garra, como la que se muestra en la figura 9.14, ya que permite un trabajo seguro y eficiente en altura si se toman las medidas de seguridad necesarias. Estas son: Proceder a enganchar la escala sobre el árbol. El primer peldaño de la escala debe quedar a una altura que permita subir con facilidad King-Grip Antes de subir trabar la base de la escala al árbol Si constantemente durante la poda está en la necesidad de utilizar el último peldaño, lo que no es lo más recomendable, debe cambiar la escala por una más larga que le permita realizar los cortes sin necesidad de utilizar dicho peldaño En podas altas es importante utilizar cinturón de seguridad u otro elemento de sujeción como el que emplea el trabajador de la figura 9.15. Además, el cinturón ayuda a ejecutar la poda con mayor facilidad Figura 9.14. Escala metálica de garra utilizada para podas en altura
Figura 9.15. Podador utilizando una escalera de garra, con un sistema de sujeción al árbol
Amarre de la escala.. 2.4.1.2 Uso de King-grip Este elemento permite llegar a las ramas que el podador no alcanza usando su propia altura cuando trabaja desde el suelo o trepado en una escalera en podas altas. Cuando se usa este implemento se debe: Enganchar alrededor del árbol (figura 9.16a) Una vez asegurado, primero se debe pisar la cuerda que cuelga de este y con el otro pie apoyarse en el king-grip. (figura 9.16b)
Figuras 9.16a y 9.16b. Modo de utilización del King-grip
1er pie se apoya en la cuerda 2do El otro pie se apoya en el kinggrip 2.4.3. Distribución de los tiempos en la faena de poda Para efectos de los estudios de tiempo, las tareas se dividen en actividades principales y secundarias. Se consideró principales las que se describen a continuación: Preparación: El operario reúne los implementos para podar. Cuando es pertinente se incluye en esta etapa el acomodo de la escalera para operar con seguridad. Escalamiento: Todo desplazamiento ascendente que realice el podador. Se suman las fracciones si existieren dos o más tiempos de escalamiento por árbol. Poda: Tiempo neto de ejecución de la poda. Se suman las fracciones cuando existen para un mismo árbol podado. Bajada: Todo desplazamiento descendente que realice el operario. Desplazamiento: Desde que termina la fase anterior e inicia el desplazamiento hacia el siguiente árbol a podar, hasta que comienza la fase de preparación.
Cabe consignar que en poda baja no se cumplen todas las etapas descritas, como por ejemplo escalamiento y bajada, ya que el trabajo se realiza con el sujeto apoyado en el suelo. Como tiempos secundarios se definieron los siguientes: Materiales: Mantención y reparación de equipos y herramientas. Personales: Tiempo dedicado exclusivamente a necesidades trabajador.
fisiológicas del
Detenciones: Pausas programadas o por cansancio durante la operación. Esperas: Pausas a causa de la operación, no atribuibles a cansancio. Otros: Actividades productivas no incluidas en el ciclo normal de trabajo, por ejemplo: despeje de caminos y huellas, repase, traslado de frente de trabajo. 2.5. Vestuario para podadores El vestuario apropiado para esta faena le debe permitir al trabajador desplazarse en forma rápida y cómoda. La vestimenta del trabajador debe consistir en overol de mangas largas o en su defecto se puede reemplazar por pantalones de mezclilla cubiertos con una piernera de lona y camisas de algodón más una casaca de mezclilla Calzado de seguridad con caña alta Guantes de cuero de puño largo y que presenten un mínimo de costuras Para la protección de la cabeza se debe utilizar un casco con barbiquejo para evitar que este se caiga cuando se podan ramas por encima de la cabeza. Además los ojos deben ir protegidos por protectores visuales para evitar que entre el aserrín en los ojos del podador (si trabajan con Sierra Lotus) En el caso que los podadores utilicen escala para subir a los arboles, se recomienda que empleen un cinturón de seguridad. Para detalles del vestuario y elementos de protección personal ver capítulo 8. 2.6. Rendimientos de referencia 2.6.1. Rendimientos en primera poda con tijerón Se evaluó un total de 59 jornadas de primera poda en dos predios, algunas de cuyas características se resumen en la tabla 9.5.
Tabla 9.5. Características de los rodales intervenidos Predio 1 49.9 1370 600 5.6 50
Superficie intervenida (Ha) Densidad inicial(árboles/Ha) Arboles podados por Ha Altura promedio árboles (m) Altura de poda (%)
Predio 2 113.5 1138 700 6.5 50
En la Tabla 9.6 se pueden ver detalles adicionales de los rodales, del terreno, la temperatura y humedad ambiental, durante las jornadas en que se efectuaron las evaluaciones en ambos predios. Tabla 9.6. Variables del rodal, características del terreno y temperatura ambiente en los predios en que se efectuaron las evaluaciones de primera poda. Los valores son promedios de 59 jornadas completas de observación Variable
Unidad
Predio1 (n=21) Predio 2 (n=38) Promedio D.E. Promedio D.E. DAP* cm 7.3 0.54 9.0 1.05 DME* cm 1.0 0.07 1.0 0.07 DMA* cm 2.7 0.21 3.2 0.31 DPR* cm 1.9 0.14 2.1 0.17 Verticilos podados n 4.7 0.47 5.3 0.43 Ramas podadas n 27.5 3.03 30.7 5.99 Altura real m 2.7 0.33 3.0 0.26 Altura nominal m 2.1 0.27 2.3 0.22 Pendiente % 50.3 15.8 6.6 3.11 Indice escabrosidad % 64.0 8.9 68.1 14.6 Temperatura media % 10.1 3.1 13.8 3.1 Humedad relativa % 85.4 4.4 69.0 8.2 * DAP=diámetro a la altura del pecho; DME= diámetro menor de ramas; DMA= diámetro mayor de ramas; DPR= diámetro promedio de ramas. Como se puede observar en la tabla 9.6, los árboles podados en el predio 1 eran de menor tamaño que los procesados en el predio 2. También se puede ver que hubo importantes diferencias en la pendiente de los rodales podados en ambos estudios, siendo significativamente más alta en el predio 1 (50.3%) que en el 2 (6.6%). La tabla 9.7, resume la distribución de tiempos, incluyendo también una síntesis del total de jornadas evaluadas.
Tabla 9.7. Tiempos principales y secundarios expresados en porcentaje del total de la jornada durante trabajos de primera poda con tijeron. Tiempos Poda Desplazamiento Total principales Total secundarios
Predio 1 (n=21) Promedio D.E. 73.0 5.1 9.2 4.6 82.2 % 17.8 %
Predio 2 (n=38) Promedio D.E. 74.9 5.2 8.7 4.6 83.6 % 16.4 %
Como se destaca, no hubo grandes diferencias en la distribución de tiempos durante las podas efectuadas en los dos predios estudiados. Los trabajadores dedicaron un promedio cercano a 83% de la jornada a las actividades principales, lo que revela una adecuada utilización del tiempo. Cabe destacar que los tiempos secundarios incluyen las pausas programadas de 10 minutos por cada hora de trabajo, lo que revela que prácticamente todas las actividades secundarias, incluyendo la mantención de herramientas, se hicieron durante este período. En la tabla 9.8, se incluye el promedio de rendimiento, la carga física resultante y la duración promedio de las jornadas de primera poda Tabla 9.7. Rendimiento, carga física de trabajo y duración de las jornadas en las faenas de primera poda estudiadas Variable Rendimiento: Árboles podados jornada Árboles podados hora Carga física: Frecuencia cardíaca Carga cardiovascular Duración de la jornada
Unidad
Predio1 (n=21) Promedio D.E.
Predio 2 (n=38) Promedio D.E.
N N
211 28.4
65.0 6.7
167 21.7
45.1 5.5
Latidos/min % Horas
108 35.1 7.4
8.0 5.6 1.2
104 32.1 7.7
9.6 7.0 0.7
Con el criterio antes descrito para la búsqueda de rendimientos de referencia, se realizó una regresión paso a paso para evaluar la posibilidad de estimar el rendimiento a partir de variables simples del terreno, del rodal y del clima, incluyendo también como criterio la carga física alcanzada durante las jornadas de evaluación. Se obtuvo la siguiente ecuación:
RH= 45.374 - 3.518*NV - 8.107*AR + 0.137*E + 0.322 CC DONDE: RH = Rendimiento expresado en árboles podados por hora
NV = Número de verticilos E = Indice de escabrosidad expresado en porcentaje CC = Porcentaje de carga cardiovascular AR = Altura real de poda expresada en metros INDICADORES ESTADISTICOS: R = 0.84; R2= 0.71; Error estándar= 3.8 árboles/hora; p < 0.0001
La ecuación obtenida es significativa y las variables seleccionadas en la función explican un 71% de la variación en el rendimiento alcanzado en esta tarea. Las variables son simples de medir y el número de verticilos, la escabrosidad del terreno y la altura real pueden ser estimadas con anterioridad al inicio de la faena. Por su parte, la carga cardiovascular debe ser utilizada como variable de referencia. En la tabla 9.9 se presenta una tabla de cálculo simple, derivada de la ecuación en discusión, que destaca algunos elementos importantes en la estimación de la duración de una faena y en la orientación de los salarios a trato o sobre la base de un sueldo fijo y primas por producción. Tabla 9.9. Rendimientos de referencia por hora de trabajo en una faena de primera poda efectuada con tijerón bajo distintas condiciones de complejidad del trabajo CC 30% CC 40% ESCABROSIDAD (%) ESCABROSIDAD (%) ALTURA VERTICILOS 50 60 70 80 90 100 50 60 70 80 90 100 REAL(m) n 1.5 4 36 37 38 40 41 42 39 40 42 43 44 46 1.5 5 32 34 35 36 38 39 35 37 38 39 41 42 1.5 6 29 30 31 33 34 35 32 33 35 36 37 39 2.0 4 32 33 34 36 37 38 35 36 38 39 40 42 2.0 5 28 29 31 32 34 35 31 33 34 35 37 38 2.0 6 25 26 27 29 30 31 28 29 31 32 33 35 2.5 4 28 29 30 32 33 34 31 32 34 35 36 38 2.5 5 24 25 27 28 29 31 27 29 30 31 33 34 2.5 6 21 22 23 25 26 27 24 25 26 28 29 31 3.0 4 23 25 26 28 29 30 27 28 29 31 32 34 3.0 5 20 21 23 24 25 27 23 25 26 27 29 30 3.0 6 16 18 19 21 22 23 20 21 22 24 25 26 Lo más revelador de la tabla 9.9, es que el rango de rendimientos de referencia para rodales de distinta complejidad varía dentro de un amplio intervalo, que va desde 16 árboles por hora hasta 46 árboles por hora, valor este último que se obtendría con los podadores trabajando al 40% de carga cardiovascular en un rodal de baja complejidad.
2.6.1.1. Validación de la función de rendimiento para primera poda con tijerón En una empresa diferente, se efectuó un estudio para ver la reproducibilidad de la función de primera poda. Este se llevó a cabo en un grupo de 9 podadores que fueron evaluados trabajando bajo las condiciones que se reproducen en la tabla 9.10. Tabla 9.10. Promedio, desviación estándar (D.E.), máximos y mínimos de las características del rodal, del terreno, temperatura ambiente, carga física de trabajo y dedicación a la actividad principal. Estos valores fueron obtenidos de los promedios de cada uno de los 9 podadores evaluados en terreno Variable DAP Verticilos por árbol Ramas por verticilo Ramas podadas por árbol Diámetro mayor de ramas Diámetro menor de ramas Diámetro medio de ramas Altura nominal de poda Altura real de poda Indice de escabrosidad Pendiente Temperatura bulbo seco Temperatura bulbo húmedo Frecuencia cardíaca Carga cardiovascular Actividad Principal
Unidad Promedio Cm 9.2 n 5.0 n 6.3 n 30.3 Cm 3.4 Cm 0.9 Cm 2.2 Metros 1.6 Metros 2.0 % 100.0 % 0.0 o c 18.6 o c 14.6 Lat/min 102 % 33 % Jornada 88.7
D.E 1.4 0.6 0.6 3.1 0.4 0.1 0.4 0.2 0.3 0.0 4.9 3.1 10.9 6.9 8.7
Mínimo Máximo 7.0 13.0 4.0 6.0 5.0 8.0 25.0 36.0 2.8 4.4 0.6 1.1 1.6 3.8 1.2 2.1 1.5 2.5 100.0 100.0 10.0 9.0 87 23 50
26.0 20.0 135 54 95
Con los datos reales obtenidos en terreno se procedió a comparar los rendimientos obtenidos por el grupo de trabajadores evaluados y aquellos calculados de la función propuesta. Los resultados se resumen en la tabla 9.11.
Tabla 9.11. Promedio, desviación estándar (D.E.), máximos y mínimos para el rendimiento medido en terreno durante evaluaciones a una cuadrilla de 9 trabajadores y el rendimiento estimado de la función propuesta para primera poda con tijerón. Las diferencias entre medias no son estadísticamente significativas p < 0.001
Variable Rendimiento medido Rendimiento estimado
Unidad Promedio árboles/hora 35.7 árboles/hora 35.8
D.E 7.6 3.8
Mínimo Máximo 20 49 26 41
Como se puede observar, existe una diferencia de 0.1 árboles por hora entre el rendimiento estimado y el rendimiento medido, lo que equivale a una diferencia de 0.5%. Esta diferencia no es significativa y revela que la tabla 9.9 puede ser empleada por los empresarios para planificar el trabajo. Desde este punto de vista, si se entra en la tabla con la escabrosidad media de un predio, el número de verticilos y la altura real de poda, que son variables que se pueden estimar en un bosque antes de comenzar la faena, se puede llegar a una estimación del rendimiento que se podría alcanzar. En cuanto a la carga cardiovascular se pueden tomar dos valores como referencia, 30% que es un nivel promedio habitual y 40% que es el límite más alto recomendable. El rendimiento posible de obtener debería situarse entre estos límites. Conviene ser enfático en señalar que la cuadrilla en que se realizaron los estudios para desarrollar la función, estaba dotada de elementos motivantes para los trabajadores, tales como buena alimentación, campamentos higiénicos y capacitación. No cabe duda que estos elementos, junto con un salario bien establecido, son factores que incentivan a las personas a exigirse en su rendimiento personal. Por esta razón, para lograr rendimientos equivalentes a los propuestos, es requisito fundamental otorgar condiciones al menos similares a las que se han recomendado en la segunda parte de este Manual, en términos de condiciones generales de vida y alimentación en los campamentos y organización del trabajo. En este estudio en particular, es muy importante destacar que los rendimientos alcanzados se lograron con una pausa de 10 minutos por hora de trabajo y que esto se estableció para solucionar problemas de ausentismo por dolores intensos de la extremidad superior. 2.6.2. Rendimientos de referencia en segunda poda con tijerón Se realizó un estudio en una faena de segunda poda con tijerón que para mayor claridad denominaremos estudio 1. Los resultados de las evaluaciones realizadas en terreno se presentan en la tabla 9.12.
Tabla 9.12. Promedio, desviación estándar (D.E.), máximos y mínimos de las características del rodal, del terreno, temperatura ambiente, carga física de trabajo y dedicación a la actividad principal. Estos valores fueron obtenidos de los promedios de cada uno de los 10 podadores evaluados en terreno Variable DAP Verticilos por árbol
Unidad cm n
Promedio 14.6 2.5
D.E Mínimo Máximo 0.69 13.5 15.6 0.27 2.1 2.9
Ramas por verticilo Ramas podadas por árbol Diámetro mayor de ramas Diámetro menor de ramas Diámetro medio de ramas Altura nominal de poda Altura real de poda Indice de escabrosidad Temperatura bulbo seco Temperatura bulbo húmedo Frecuencia cardíaca Carga cardiovascular Actividad principal Rendimiento
n n cm cm cm m M % ºC ºC lat/min % % jornada arboles/hora
7 16.8 4.4 1.5 2.9 2.9 3.6 90 19.8 15.6 113.9 41.5 93.7 26.0
0.69 2.6 0.3 0.13 0.15 1.7 1.2 0 3.3 1.7 17.8 12.7 5.8
5.7 12 3.9 1.3 2.7 2.7 3.4 0.9 16 13.3 89 22.9 80.7
8.0 20.4 4.9 1.7 3.2 3.3 3.8 0.9 24.4 18 142.8 60 100
Un aspecto que se detectó durante la ejecución de este estudio fue la alta dedicación de los trabajadores a las actividades principales que alcanzaron el 93.7% del tiempo trabajando con una alta carga cardiovascular promedio de 41.5%. Considerando esta dedicación y esfuerzo, el rendimiento de los trabajadores fue bajo. Esto indicó que si bien las evaluaciones fueron metodológicamente correctas, la organización de la faena presentaba problemas. Los trabajadores se quejaron de sufrir fuertes dolores en su extremidad superior, acusando ausentismo al trabajo por estos síntomas. Esto no es de extrañar por las características del trabajo efectuado con tijerón. Por está razón, pareció recomendable repetir el estudio ya que, bajo las circunstancias descritas, tratar de desarrollar una función para el cálculo de rendimientos de referencia era cuestionable. Frente a esta situación y analizado el problema con una de las empresas participantes en el proyecto, se decidió realizar un nuevo estudio basado en los principios que orientan la investigación ergonómica. En este caso en particular se incorporó una pausa de 10 minutos por hora de trabajo, para reducir la sobrecarga de la extremidad superior. Para estos efectos se realizó una investigación, que denominaremos estudio 2, en la cual se evaluaron un total de 20 jornadas de segunda poda, realizadas con la misma herramienta. Las características del rodal intervenido se resumen en la tabla 9.13. Tabla 9.13. Características del rodal intervenido Superficie intervenida (ha) Densidad inicial(árboles/ha) Arboles podados por ha. Altura promedio árboles (m) Altura de poda (%)
69.5 796 500 8.0 50
En la tabla 9.14 se ilustran las variables de los árboles en los que se efectuó esta segunda poda. Se pueden visualizar también las variables del terreno, en términos de escabrosidad y pendiente, y la temperatura y humedad relativa. Por otra parte, la tabla 9.15 contiene los resultados del estudio de tiempo. Se destaca que el tiempo dedicado a la actividad principal alcanzó un 84% de la jornada y que las detenciones fueron 16% promedio, cifra inferior, pero más ajustada a lo recomendable para que el trabajo sea sustentable en el tiempo, a la registrada en la anterior evaluación de segunda poda (estudio 1, tabla 9.12). Como se puede ver en la tabla 9.16, trabajando con pausas se alcanzó un excelente rendimiento de 333 árboles, para una jornada promedio de 7.8 horas, con los podadores exigiéndose justo al máximo recomendable de 40% de carga cardiovascular, límite para terminar la jornada sin fatiga acumulada, siendo esta cifra el mejor indicador de la motivación y aplicación de los podadores en la ejecución de su tarea.
Tabla 9.14 Variables del rodal, características del terreno y temperatura ambiente en que se efectuaron las evaluaciones de segunda poda (n=20 jornadas) Variable DAP* DME* DMA* DPR* Verticilos podados Ramas podadas Altura real
Unidad
Promedio
D.E.
cm. cm. cm. cm. n. n. m.
9.5 1.6 3.3 2.5 1.8 9.5 3.8
0.76 0.16 0.20 0.17 0.27 1.44 0.36
Altura nominal m. 3.0 0.33 Pendiente % 39.6 10.5 Indice escabrosidad % 59.3 7.4 Temperatura media % 10.9 1.9 Humedad relativa % 87.4 2.9 * DAP = diámetro a la altura del pecho; DME= diámetro menor de ramas; DMA= diámetro mayor de ramas; DPR= diámetro promedio de ramas. Tabla 9.15. Resultados de los estudios de tiempo durante trabajos de segunda poda con tijerón, expresados en porcentaje de la jornada Tiempos
Promedio
Preparación Escalamiento Poda Bajada Desplazamiento entre árboles Total principales Total secundarios
D.E.
2.0 5.0 55.6 6.1 15.2 84.0 % 16.0 %
2.7 2.9 10.3 3.0 5.6
Tabla 9.16. Rendimiento, carga física de trabajo y duración de la jornada en la faena de segunda poda estudiada Variable Rendimiento: Árboles podados jornada Árboles podados hora Carga física: Frecuencia cardíaca Carga cardiovascular Duración de la jornada
Unidad
Promedio
n n
333 43 114 40
Latidos/min % Horas
7.8
D.E. 67.2 n8.5
11.6 8.2 0.4
Con la información recopilada durante el estudio 2 se efectuó un procedimiento estadístico de regresión paso a paso. Se obtuvo la siguiente ecuación:
RH= 45.99 - 16.23*NV - 4.23*AR +0.31* TPO + 0.62* CC DONDE: RH = Rendimiento expresado en árboles podados por hora NV = Número de verticilos AR = Altura real de poda expresada en metros TPO = % de tiempo dedicado a la poda CC = Porcentaje de carga cardiovascular INDICADORES ESTADISTICOS: R = 0.84; R2 = 0.70; Error Estándar = 5.2 árboles/hora; p < 0.001 Basados en esta ecuación, obtenida en el estudio 2, se procedió a estimar el rendimiento con la información del estudio 1, vale decir, cuando se trabajó sin pausas. Como se observa en la tabla 9.17, el rendimiento estimado con la ecuación es 50 % superior al rendimiento real. Esto puede explicarse porque, fisiológicamente, es bastante menos productivo trabajar sin pausas. Para ilustrarlo, en la tabla 9.17, también se incluye el tiempo dedicado a la poda en ambos estudios. Como se observa, cuando los descansos de 10 minutos por hora se programaron, el tiempo de poda fue menor, pero el rendimiento significativamente mayor. El impacto de estas diferencias en el costo de la faena se analizará en el capítulo 11 pero sin duda que la incorporación de pausas, en cualquier trabajo, especialmente en la poda con tijerón, resulta muy ventajosa. En la tabla 9.17, se puede observar que existe una tendencia a sobreestimar los rendimientos, principalmente porque no ha sido posible que los empresarios de servicio y los propios podadores que se han evaluado trabajen bajo el sistema de pausas que se utilizo para desarrollar las funciones, vale decir otorgando 10 minutos de descanso cada hora. La meta es organizar la faena para que los trabajadores, sin fatigarse, puedan alcanzar este límite que, como lo demuestra el estudio 2, se puede lograr sin mayores dificultades. Tabla 9.17. Rendimientos de podadores, trabajando con y sin pausa Rendimiento Poda sin pausas Medido Estimado Poda con pausas Medido
Arboles/hora
% tiempo de poda
26 39
79
43
56
En general, los rendimientos observados en otros grupos evaluados, son más bajos, lo que no invalida los rendimientos de referencia incluidos en las tablas 9.18. Por el contrario, refuerza la idea que para alcanzar tales niveles es necesario planificar las faenas adecuadamente. Las pausas en este trabajo repetitivo y de gran sobrecarga para la extremidad superior, son fundamentales, ya que un trabajador que se dedica 50 minutos de cada hora a cortar ramas, puede
recuperarse con los descansos de 10 minutos que se intercalan. Por el contrario, los podadores a los que no se les dan tiempos de recuperación, se van fatigando progresivamente por la sobrecarga en su extremidad superior que no alcanza a recuperarse, requiriendo pausas cada vez mayores. Si no se les otorga estos descansos, ellos van disminuyendo el ritmo de trabajo y el rendimiento.
Tabla 9.18. Rendimientos de referencia por hora de trabajo en una faena de segunda poda efectuada con tijerón bajo distintas condiciones de complejidad del trabajo 30 % Carga Cardiovascular Altura real Numero de verticilos 3,00 2 3 3,50 2 3 4,00 2 3 Altura real 3,00 3,50 4,00
Numero de verticilos 2 3 2 3 2
TP 40%
TP 55% TP 70%
31,5 36,1 40,7 15,3 19,9 24,4 29,4 34,0 38,6 13,2 17,8 22,3 27,3 31,9 36,4 11,1 15,6 20,2 40 % Carga Cardiovascular TP 40% TP 55% TP 70% 37,7 21,5 35,6 19,3 33,5
42,3 26,0 40,2 23,9 38,0
46,9 30,6 44,7 28,5 42,6
3
17,2
21,8
26,4
2.6.3. Podas con sierra Lotus Hoy en día la herramienta más aceptada para realizar las podas es el tijerón. No obstante, la sierra Lotus, e incluso el serrucho "cola de zorro", se usan con bastante frecuencia. Esta última herramienta debería ser erradicada del bosque. En cambio, la sierra Lotus genera menos problemas ergonómicos que las otras dos herramientas. Además de estas ventajas hay estudios que indican que la sierra bien mantenida da un corte limpio y sin aristas, posee hoja recambiable, tiene un peso adecuado, no tiene límite para grosor de ramas, no ocasiona desgarros en la corteza al podar ramas gruesas y es de mantención sencilla. Por esta razón, y considerando que el uso de la sierra Lotus aún está vigente, se incluyen los resultados de un estudio de primera poda. El estudio se efectuó en una cuadrilla de 9 trabajadores, obteniéndose información completa en 17 jornadas. En la tabla 9.19 se incluyen las variables del rodal, del terreno, del ambiente y la carga física de los sujetos, mientras que en la tabla 9.20 se puede ver el rendimiento y la duración de la jornada.
Tabla 9.19. Promedio, desviación estándar (D.E.), máximos y mínimos de las características del rodal, del terreno, temperatura ambiente, carga física de trabajo y dedicación a la actividad principal. Estos valores fueron obtenidos de los promedios de cada uno de los 9 podadores evaluados en terreno durante 17 jornadas. Variable Verticilos por árbol Ramas por verticilo Ramas podadas por árbol Diámetro mayor de ramas Diámetro menor de ramas Diámetro medio de ramas Altura nominal de poda Altura real de poda Indice de escabrosidad Pendiente Temperatura bulbo seco Frecuencia cardíaca Carga Cardiovascular Actividad Principal
Unidad Promedio n 5.6 n 6.1 n 34.3 cm. 3.0 cm 0.9 cm 1.9 m 2.4 m 3.2 % 0.8 % 32.1 o c 14.5 latidos/min 106.9 % 36 % jornada 92.5
D.E 0.6 0.4 4.5 0.3 0.1 0.2 0.3 0.5 0.1 8.8 3.9 14.4 9.9 5.5
Tabla 9.20. Rendimiento, duración de la jornada en la faena de segunda poda estudiada Variable Rendimiento Árboles podados jornada Árboles podados hora Duración de la jornada
Unidad
n n horas
Promedio
D.E.
130.2 17.3 7.5
45.4 0.6 0.6
Como se observa en la tabla 9.19, los trabajadores tuvieron una alta dedicación, de 92.5% de la jornada, a las actividades principales. Nuevamente este es un factor importante de destacar, ya que para una jornada de 7.5 horas de duración, el tiempo dedicado a actividades secundarias, pausas y otros, sólo alcanza a 34 minutos. Aunque el ritmo de trabajo asumido por los podadores es sostenible por el nivel de carga cardiovascular alcanzado como promedio, es pertinente preguntarse lo que se ha formulado anteriormente. ¿No se resiente la calidad del trabajo con tan escaso tiempo para actividades secundarias, entre las que se incluye la mantención de herramientas?. No hay que olvidar que al podar 17.3 árboles por hora que tienen un promedio de 34.3 ramas, los trabajadores están podando 593 ramas por hora y, para 7 horas de trabajo efectivo, 4151 ramas. Este es un importante punto ya que debe establecerse la cantidad de trabajo que una sierra Lotus puede efectuar antes de empezar a dificultar la calidad de los cortes. Esto permite planificar la mantención de herramientas de acuerdo a las necesidades reales para la obtención de un trabajo de buena calidad, que se plantea como la principal desventaja de la sierra Lotus frente al tijeron. Con la información recopilada se efectuó un procedimiento estadístico de regresión paso a paso. Se obtuvo la siguiente ecuación: RH= 34.5 -0.33*NRP - 5.36*AR + 5.3*E + 0.19 CC DONDE: RH = Rendimiento expresado en árboles podados por hora NRP = Número de ramas podadas E = Indice de escabrosidad expresado en porcentaje CC = Porcentaje de carga cardiovascular AR = Altura real expresada en metros INDICADORES ESTADISTICOS: R = 0.87; R2 = 0.75; Error Estándar = 2.9 árboles/hora; p < 0.0001 Como se puede observar la ecuación se estructura con 4 variables y explica un 75% de la variación en el rendimiento obtenido. 2.6.2.2. Validación de la función de primera poda con sierra Lotus
Como una forma de verificar la validez de la función, se utilizó información de cuatro estudios de poda efectuados en rodales de características diferentes. En la tabla 9.21 se resume el rendimiento medido y el rendimiento estimado con la ecuación. Tabla 9.21. Rendimiento medido(APH) y estimado(AEH) con la ecuación en estudio basada en la evaluación de las ramas podadas por árbol (rpo), la carga cardiovascular (cc), el índice de escabrosidad (e) y la altura real (ar) Estudio 1 2 3 4
RPO 20.4 22.8 25.7 34.3
CC 22.7 29.3 35.3 36
E 0.8 0.7 0.6 0.8
AR 1.8 2.1 2.7 3.1
APH 26.6 24.6 21.4 17.2
AEH 27.1 25 22 17.1
Delta 0.5 0.4 0.6 0.1
Como se observa, la función se demostró válida en cuatro rodales de distinto grado de dificultad, lo que permite concluir que nos encontramos frente a una alternativa confiable que, en forma simple, permite estimar el rendimiento en primera poda con sierra Lotus.
3. Roce. 3.1 Descripción de la faena de roce con rozón. Dentro de las actividades destinadas a la preparación del sitio para el establecimiento de una plantación se encuentra el roce, actividad que se desarrolla con el fin de reducir o eliminar la competencia de la vegetación natural que podría impedir el establecimiento adecuado de una plantación o afectarla negativamente. Desde un punto de vista ergonómico, el roce es una de las faenas de manejo más difícil de estudiar. Esta tarea manual requiere, como todas las actividades de este tipo, un aporte importante de trabajo humano para accionar las herramientas que cortan la vegetación existente. A este respecto, cabe señalar que el rendimiento en roce depende también de las características del terreno y del objeto de trabajo que es la vegetación que se elimina. En 1984 se publicó en Forestal CELCO S.A. la Nota Técnica 22/P/84, la cual aporta valiosos antecedentes relacionados con el roce. En dicho estudio se establecen categorías para evaluar la intensidad de esta faena. Los autores concluyen que al comparar las jornadas utilizadas para completar un área, con aquellas estimadas por el supervisor o el capataz, hay una clara tendencia a la subestimación por parte de estos últimos, en particular, en los roces más intensos. En base a estos resultados hacen un interesante análisis de los efectos que esto tiene sobre los tratos.
En las conclusiones de la citada publicación, los autores señalan que de los factores que determinan el rendimiento, destacan la densidad de la vegetación, luego el diámetro y composición de las especies y también que la transitabilidad, topografía y exposición tienen poca influencia como factores determinantes de roce, salvo en casos extremos de tránsito muy difícil y topografía muy quebrada. Postulan la posibilidad de desarrollar algunos modelos simples para predecir rendimiento. Sin embargo, ellos también señalan la necesidad de estudiar más a fondo el problema para determinar los mejores parámetros de estimación. 3.2. Exigencias psicológicas Las exigencias mentales que impone el roce son de tipo sensorio-motoras, ya que realizan ciclos continuos, limitando su recuperación a los momentos en que remueven desechos y se desplazan. Sin embargo, para alivianar la carga de trabajo realizan breves detenciones durante la jornada. Las exigencias mentales cognitivas se derivan del nivel de atención exigido durante el ciclo de su actividad, ya que deben mantener un alto nivel de concentración para evitar accidentes al accionar el rozón. Las exigencias mentales emocionales o psíquicas están relacionadas con la presión externa derivada de las exigencias de rendimiento y calidad. 3.3. Herramientas Esta actividad se realiza en la mayoría de los casos en forma manual, con una herramienta denominada rozón. En la actualidad, aunque en menor escala, se ha incorporado la mecanización con la utilización de desbrozadoras y motosierras). 3.4. División del trabajo Para efectos de poder realizar un seguimiento confiable del ciclo normal de trabajo, este ha sido dividido en las siguientes actividades principales y secundarias: Actividades Principales: Roce que es el corte de la vegetación Apilado o acumulación de desechos Desplazamiento que es el tiempo ocupado en desplazarse a otro frente de trabajo Como tiempos secundarios se definieron los siguientes: Materiales
Personales Detenciones. Esperas Otros 3.5. Vestuario El vestuario que debe utilizar el rozonero, debe permitir que el trabajador se desplace y realice su actividad lo mas cómodo posible considerando que es una actividad que requiere de una gran movilidad e implica un gran desplazamiento a lo largo del día por parte de los trabajadores. El vestuario del rozonero se compone principalmente de: Pantalón de mezclilla y camisa de algodón o poleras. Para las mañanas los trabajadores deberían disponer de un “polerón” y una casaca de mezclilla. Otra alternativa de vestuario es el uso de un “overol” del mismo material Calzado de seguridad con caña alta Guantes de cuero Respecto de la protección para la cabeza, aún cuando no se presentan con frecuencia riesgos de caída de objetos; en determinadas condiciones, particularmente en terrenos con pendiente, el uso de cascos puede ser útil para prevenir golpes de piedras o desechos forestales que caen por las laderas. Detalles del vestuario se pueden ver en el capítulo 9. 3.6. Rendimientos de referencia Teniendo en consideración las dificultades para establecer rendimientos de referencia en roce, Apud y Valdés (1995), comunicaron los resultados de un estudio realizado en una condición de trabajo difícil en que la especie predominante era la quila. En la tabla 9.22, se resumen los promedios, desviación estandar y coeficiente de variación para el rendimiento, expresado en metros cuadrados rozados por hora, el perímetro rozado por jornada, la frecuencia cardíaca durante el roce, la frecuencia cardíaca y el porcentaje de carga cardiovascular promedio de la jornada y el porcentaje de tiempo dedicado al roce propiamente tal comunicados en el citado estudio. Como indicadores de la dificultad del trabajo, en la misma tabla se incluye el diámetro a la altura del corte, la escabrosidad y pendiente del terreno y la especie predominante que, en ese estudio, fue la quila. Tabla 9.22. Promedio, desviación estándar (D.E.) y coeficiente de variación (C.V.) para las variables más destacadas medidas durante el estudio de roce Variables Rendimiento
UNIDADES m2 / hora
PROMEDIO 84.1
D.E. C.V. 33.0 39.3
Perimetro m 114.4 31.9 Fc* roce latidos/min 109.1 2.2 Fc jornada latidos/min 107.5 1.7 Cc**jornada % 37 2.2 Actividad principal % de la jornada 91.6 1.5 Dac *** cm 2.5 0.2 Pendiente % 22.1 5.7 Escabrosidad Indice 0.2 0.4 Especie dominante QUILA % 81.8 11.0 * FRECUENCIA CARDIACA; ** CARGA CARDIOVASCULAR (CC) ; *** DIAMETRO A LA ALTURA DEL CORTE
27.9 2.0 1.6 5.9 1.7 7.0 25.7 32.0 13.5
En la tabla 9.22. se puede ver que el rendimiento promedio alcanzó a 84.1 m2/hora. Llama la atención la alta desviación estándar, ya que el coeficiente de variación fue de 39.3%. En relación al perímetro rozado la tendencia fue similar. Como se observa en la tabla 9.22, la frecuencia cardíaca promedio de la jornada alcanzó a 107.5 latidos por minuto y expresada como carga cardiovascular a 37 %. En otras palabras, el roce se realizó con un nivel de carga física exigente pero los trabajadores no sobrepasaron límites que pudieran producir fatiga excesiva. Lo que llama también la atención fue lo parejo de la intensidad del esfuerzo desplegado. Observese en la tabla 9.22 que la desviación estándar para la frecuencia cardíaca del roce alcanzó a 2.2 latidos por minuto. La aplicación del grupo a su actividad se puede ver también en el porcentaje de tiempo dedicado al roce, el cual alcanzó a 91.6% de la jornada, con un coeficiente de variación de 1.7%. Del análisis de la información llama también la atención que, aunque los trabajadores rozaron con esfuerzos y tiempos muy parejos, los rendimientos individuales hayan sido tan variables. Desde el punto de vista del establecimiento de tratos es perfectamente posible señalar que estos podrían basarse en un rendimiento medio de 84 m2/hora. No obstante el rango osciló entre 40.2 y 135 m2/hora lo que es muy amplio y, sin duda, por los antecedentes de tiempo y carga física, lo que influyó fueron las diferencias en el grado de dificultad que encontraron los rozadores en las jornadas de evaluación. Como parte del análisis se realizó una regresión paso a paso para determinar la posibilidad de predecir el rendimiento. Se encontró la siguiente función:
RENDIMIENTO (M2/HORA) = 84.6 + 4.59 CC - 2.06 ED DONDE: CC = % carga cardiovascular ED = % especie dominante (quila)
El error estandar de la estimación alcanzó a 13.7 m2/hora, lo que equivale a un error de estimación de 16.3%. Este resultado refleja algo habitual: el rendimiento es función del esfuerzo físico desplegado por los trabajadores y de la dificultad que les impone el trabajo. La mayor o menor presencia de quila tuvo una importancia fundamental en el rendimiento. Esto destaca un problema que es básico en cualquier estimación de rendimiento en roce: la especie dominante gravita en forma importante en el rendimiento final. Por ejemplo, el rendimiento individual más alto alcanzó a 135 m2/hora. En ese caso, la quila ocupaba sólo el 66% de la superficie rozada. Lo opuesto, el rendimiento individual más bajo fue de 40.2 m2/hora con una superficie cubierta por 87% de quila. En ambos casos la carga física y el tiempo dedicado a la actividad principal fueron muy similares. Sin duda que la pregunta que surge es: ¿será válida esta ecuación cuando se trabaja con otras especies?. Para verificarlo se realizaron dos estudios como parte del proyecto FONDEF. El primero de ellos se llevo a cabo en un roce fuerte en que las especies dominantes eran litre, maqui y zarzamora, siendo las dos primeras arbustivas. El segundo fue un roce suave en que predominaba el pichi que es una especie herbácea. Una síntesis de los resultados de ambos estudios se presenta en la tabla 9.23. Tabla.9.23. Carga cardiovascular, porcentaje de cobertura con especies dominantes, porcentaje de tiempos principales, rendimiento medido y rendimiento estimado de la función Variables
Unidades
Carga cardiovascular Frecuencia cardiaca % Especies dominantes Rendimiento medido Rendimiento estimado
% latidos/min % m2 /hora m2 /hora
Roce fuerte 38.7 109.6 64.8 118 128
Roce suave 39.0 109.7 49.4 483 162
Como se puede ver los dos estudios sólo confirman que no se pueden predecir rendimientos en roce en base a una función única. En el caso del roce fuerte, la ecuación estimó el rendimiento con una diferencia de 8.5%, lo que es bastante aceptable ya que está dentro del error estándar, mientras que en el roce liviano la función subestima el rendimiento en una cifra cercana al 300%. En consecuencia, el criterio para el cálculo de rendimientos de referencia, que tan buenos resultados da en las otras tareas silvicolas y de cosecha, no es aplicable en roce ya que el riesgo de error es grande. En todo caso, aunque sería recomendable continuar con estudios para mejorar el conocimiento de esta actividad, esto tomaría largo tiempo y se verificó que, si bien el rozón se sigue usando con frecuencia, la tendencia es a reemplazarlo por motosierras y desbrozadoras. En todo caso, desde el punto de vista de los trabajadores, es importante señalar que el roce es una faena que demanda un alto gasto de energía y que, independiente de las
especies y de la clasificación de los tres estudios realizados, los rozoneros tuvieron una frecuencia cardíaca cercano a los niveles más altos recomendables, lo que debe hacer cautelosos a los encargados de estas faenas en cuanto a poner exigencias demasiado altas, debido a que esta actividad se encuentra casi justo al límite de la calificación legal de trabajo pesado.
CAPITULO 10 ASPECTOS ERGONOMICOS DE LA COSECHA FORESTAL
Introducción.
La eficiencia de un trabajador bien adaptado, no sólo depende de sus aptitudes, sino que también de los implementos que utiliza. Labores que en el pasado se realizaban con gran esfuerzo muscular, van siendo paulatinamente reemplazadas por máquinas que liberan al hombre de la carga física, pero que le imponen mayores demandas intelectuales. La cosecha forestal es un típico trabajo en equipo, en que cada trabajador es parte de una cadena que se inicia con el volteo de los árboles y termina cuando los trozos son transportados a las plantas elaboradoras. Las etapas intermedias requieren el desrame, estrobado, trozado y arrumado de los fustes. En Chile, la cosecha se efectúa con distintos niveles de mecanización pero, excepto con el uso de cosechadoras, normalmente los equipos de trabajo incluyen máquinas en combinación con actividades que requieren mano de obra intensiva. En el trabajo forestal mecanizado, los trabajadores están insertos en sistemas hombre-máquina, los que se definen como un conjunto de componentes de los cuales, al menos uno, es un ser humano, que interviene en la operación de los componentes mecánicos del sistema. Por ello, cuando se planifica un sistema de trabajo, es en ese momento cuando deberíamos preguntarnos, qué funciones cumplen mejor las máquinas y cuáles los hombres. Indudablemente que esto conlleva un análisis operacional y consideraciones de orden económico y social. Sin embargo, una vez que se ha decidido el nivel de mecanización, nos enfrentamos a la necesidad de hacer del conjunto hombre-máquina, una unidad eficiente. El problema de intercambio de información hombre-máquina no se puede dejar sólo al sentido común. Ambos son diferentes en sus propiedades básicas. Por ejemplo, comparativamente, el hombre es más lento, sujeto a error, relativamente débil, pero muy versátil y capaz de adaptarse a situaciones diversas. En cambio, la máquina es rápida, precisa, puede desarrollar grandes fuerzas, pero es pobre en detectar y corregir errores y sólo es útil para funciones específicas. Por ello, la combinación hombre-máquina es eficiente, sólo cuando estas dos unidades tan dispares, pueden unirse, aprovechando sus capacidades y respetando sus limitaciones. En la primera parte de este capítulo se presentan los resultados de estudios que se llevaron a cabo para evaluar ergonómicamente maquinarias de uso forestal, en particular torres de madereo, skidder y trineumáticos. Para efectuar las evaluaciones, se usó la lista de comprobación que se detalló en el capítulo 5.
Además, para un mejor análisis, se realizaron medidas funcionales empleando secuencias fotográficas y videos. También se evaluaron las dimensiones de los trabajadores y se aplicó una encuesta para detectar síntomas relacionados con el diseño de las maquinarias. Cuando fue pertinente, se midió ruido, vibraciones mecánicas y ambiente térmico. Después de analizadas las maquinarias, se hace un detallado análisis de los trabajos con motosierra, para terminar con las actividades manuales más tradicionales que se utilizan en el bosque, como son el estrobado, desrame con hacha y arrumado. Antes de analizar los criterios de evaluación para maquinarias forestales, es necesario proveer algunos conceptos básicos que orienten al lector sobre los principales problemas de la relación hombre-máquina. En primer lugar, la interfase hombre-máquina es un plano a través del cual ambos intercambian información. El hombre debe percibir las señales que la máquina le envía por medio de sus indicadores. En el empleo de máquinas forestales, es también importante la información que el operador recibe del entorno y de otras personas. Las señales recibidas debe interpretarlas en base a conocimientos previamente adquiridos durante la capacitación, y como consecuencia, lo más común, es que ejecute sus decisiones mediante acciones mecánicas, operando los controles de las maquinarias. En otras palabras el hombre percibe, decide y actúa y, en cualquier etapa de este circuito, pueden presentarse problemas, si el diseño del trabajo no es el correcto. Por otra parte, las máquinas forestales se usan al aire libre, donde el hombre está expuesto a las variaciones del clima y el terreno . Más aún, estas máquinas producen ruido y vibraciones mecánicas. Como se ha comentado antes, estos agentes, cuando exceden ciertos límites, pueden alterar el bienestar, producir problemas de salud física y mental y generar serios accidentes. Todo esto tiene también como resultado una baja eficiencia operacional. Los problemas mencionados son cuantificables, pero mientras ergonómicamente se pueden generar adaptaciones correctas hombre-entorno, en el caso de la adaptación a las máquinas, cuando éstas tienen deficiencias de diseño, la experiencia indica que su modificación, o es imposible, o de muy alto costo. Por ello entonces, los ingenieros forestales, y en general, los ejecutivos que planifican el desarrollo tecnológico, a los criterios de costo y rendimiento, deben sumarle consideraciones respecto a la adaptación de los operadores a las máquinas que se adquirirán. En otras palabras, lo más recomendable es detectar virtudes y defectos antes que sea demasiado tarde.
1.1. Torres
La organización de las faenas en las que se evaluó torres de madereo, consideraba el uso de trineumáticos para el traslado de fustes y clasificación de trozas en cancha, así como también, en algunos casos, se empleaban bueyes para el traslado de fustes desde la línea de madereo a la zona de clasificación. Según la encuesta aplicada previamente a las empresas forestales, estas formas de trabajo son las más frecuentes, particularmente la combinación de torres con trineumático. El uso de bueyes, se asocia a menores niveles de productividad; criterio que también estaba considerado en la selección de faenas para estudio. En todos los casos estudiados, el madereo fue pendiente arriba. Respecto a las torres estudiadas, estas correspondieron a URUS I UP, III UP y UNI IV y KOLLER modelos 300 y 501. 1.1.1. Madereo con torre Las faenas con torres se caracterizan por tener una organización relativamente compleja, donde el funcionamiento y operación de la máquina está condicionada por diferentes factores. En este sentido, las observaciones de terreno y de acuerdo a la opinión de capataces y operadores de torres entrevistados, la operación de esta máquina está determinada, por al menos, las siguientes variables: El bosque, manejo que se haya hecho de este y el tamaño de los fustes El terreno, pendiente y microrelieves El equipo de trabajo, en particular la destreza y experiencia de los estroberos Las características técnicas de la torre, potencia del motor, distancia máxima de madereo, capacidad de arrastre, estabilidad, autonomía y facilidad para efectuar el cambio de línea El diseño de la máquina, específicamente las facilidades y seguridad que presenta para su operación La seguridad que presentan las instalaciones de cables aéreos, arrastre, vientos y estrobos El espacio que se dispone en la cancha para depositar los fustes madereados, en particular la existencia de terraplenes, que permiten la llegada de fustes a un nivel inferior de la torre La capacidad de madereo y características técnicas del carro La mantención que se efectúa a la máquina y a los equipos de soporte y arrastre Como se puede deducir, las exigencias para el operador de torre son diversas. Algunas derivan de las características de los predios en los cuales se realiza la faena, otras en cambio, dependen de las características del equipo mecánico que se opera, de las capacidades de sus compañeros de trabajo, la organización de las faenas y del diseño de canchas. 1.1.2. Características de las torres estudiadas
Con respecto a las características de los equipos estudiados, en términos generales, son sistemas que disponen de un motor diesel que aporta la fuerza motriz, una estructura vertical denominada “pluma”, que permite el tendido de cables entre la cancha y la zona desde donde se sacan los fustes, un carro que se desplaza por un cable “aéreo”, un huinche que arrastra el carro y una interfase, que permite la operación de la máquina. Respecto de la capacidad de arrastre de las torres, los motores presentaban capacidades de madereo de 2 a 6 toneladas, los carros eran de freno por tope y de freno por mordaza, con capacidades de arrastre de 1,5 a 3,5 toneladas. 1.1.3 Exigencias de operación En cuanto a las exigencias de operación, el madereo con torre requiere controlar el desplazamiento que el carro efectúa, en ambas direcciones, entre el bosque y la cancha. En el caso de las torres estudiadas, se requiere operar el huinche, que arrastra el carro con los fustes madereados. El desplazamiento del carro se efectúa por un cable aéreo, que se extiende entre la pluma de la torre y el punto final de la línea de madereo. Los controles que utiliza el operador para accionar el huinche son embrague, acelerador, freno y palanca de cambio. Respecto de la información que se utiliza durante el madereo, el trabajador percibe información visual del recorrido del carro y la carga. Cuando las condiciones del terreno lo permiten, se vigila el recorrido entre el bosque y la cancha. En la gran mayoría de los casos, sólo se percibe la llegada de la carga a la cancha, dependiendo de la información del jefe de línea para controlar la operación del carro en su trayecto desde y hacia el bosque. Durante el desplazamiento del carro y la carga, el operador vigila que el cable de arrastre, se enrolle y distribuya ordenadamente en el tambor del huinche ubicado, en la base de la pluma y contiguo a la cabina. En cuanto a la toma de decisiones, el operador dirige el flujo de madera hacia la cancha. También, tiene responsabilidades relacionadas con la mantención de los equipos y la operación de la torre en los cambios de línea. En esta última tarea, debe orientar la torre hacia la línea de madereo, estabilizar la torre, mediante la ubicación de vientos y soportes hidráulicos o mecánicos, ubicados estos últimos bajo la estructura de la torre. También, durante la instalación de la torre, en los cambios de línea y durante la operación, el torrero debe verificar y vigilar la tensión del cable aéreo, para lo cual opera controles que accionan el huinche ubicado en la base de la pluma, en el cual se enrolla el cable aéreo.
1.1.4 Resultados de la evaluación ergonómica del puesto de trabajo del operador de la torre 1.1.4.1 Areas de acceso y salida de la cabina
En la mayoría de los modelos que disponían de cabina, las puertas tienen dimensiones que permiten un desplazamiento sin restricciones. Sin embargo, en algunos modelos, la altura de la puerta está pensada para que el operador mantenga una posición sentado en la cabina, e ingrese y salga en una condición semiagachado. Desde el punto de vista de seguridad y comodidad, considerando que no existen limitantes estructurales que impidan aumentar la altura de la cabina, es preferible que esta característica del equipo, permita al operario ingresar y salir sin restricciones de espacio. Para ello, de acuerdo a la información antropométrica que se dispone de población nacional, las puertas deberían tener un ancho y altura no inferior a 57 y 190 cm, respectivamente. Del mismo modo, la ubicación de la puerta de la cabina, debe ser tal, que favorezca el acceso al resto de la plataforma de la torre. En los modelos de torres que están situados sobre plataformas, el diseño de escalas, barandas y apoyos para el desplazamiento, presentan deficiencias. Estas condiciones de trabajo, no sólo son inseguras, por el riesgo de caída, toda vez que la plataforma está situada aproximadamente a 130 cm del suelo, sino que limitan el desplazamiento del operario fuera de la cabina, en momentos en que se requiere respuestas rápidas. Como se puede apreciar en la figura 10.1, la necesidad es cierta, lo que se requiere es la construcción de escalas con barandas, como la ilustrada en la figura 5.1. (capítulo 5), con un ángulo respecto del piso de 75º, una profundidad de peldaño no inferior a 20 cm y una altura de peldaño de 25 cm. Estas estructuras deben tener la posibilidad de ser retiradas para el desplazamiento de la torre. Lo más importante, es que tengan soportes resistentes, que se enganchen a la plataforma y, en su extremo inferior, dispongan de soportes que se ajusten a las irregularidades del terreno. De no existir un soporte al piso, en general las escalas ceden, y el tiempo de vida útil se reduce.
Figura 10.1. Ejemplo de diseño inadecuado de escalas de torres
1.1.4.2. Espacio interno de la cabina Las cabinas estudiadas no presentaron problemas de ancho y largo. En las marcas analizadas, las medidas se situaron entre 100 y 120 cm, lo cual permite una adecuada movilidad en la operación de la torre. Sin embargo, se detectó alturas de cabina inferiores a 150 cm. Como se mencionó anteriormente, este factor de diseño afecta la seguridad del desplazamiento y la comodidad del operario. En general esta dimensión no debería ser inferior a 190 cm. 1.1.4.3. Visibilidad La visibilidad que el operario tiene de la cancha, del desplazamiento del carro y la carga depende, en gran medida, de la ubicación que presenta la cabina respecto de la pluma, así como también, del tamaño y localización de las ventanas. Condiciones de visibilidad favorables se presentan cuando el puesto de trabajo del operario se ubica a la misma distancia del borde anterior de la pluma (ver figura 10.2), la altura de la cabina es de 190 cm, con ventanas que comienzan próximas al techo y se extienden hasta 80 cm del piso en la ventana anterior y de 60 cm en la ventana contigua a la pluma. Del mismo modo, la ubicación de la cabina respecto del piso de la plataforma juega un rol importante en la visibilidad de las áreas inmediatas a la torre. En este sentido, se estimó que la altura del piso de la cabina debe estar a 40 cm de la superficie de la plataforma.
Figura 10.2. Esquema de la ubicación de la cabina en la plataforma de la torre de madereo. Medidas expresadas en cm.
1.1.4.4. Butaca Los asientos no presentan condiciones favorables para mantener una postura adecuada por períodos prolongados de tiempo. Una de las deficiencias más comunes, es que no permiten apoyar la región lumbar en el respaldo, cuando se operan los controles, y no se dispone de ajuste anterior. Esta característica es
fundamental para acomodar a personas de diferente tamaño corporal, particularmente para adecuar los alcances de brazos y piernas a los controles. Recomendaciones respecto del diseño de butacas se pueden observar en la tabla 5.1.(capitulo 5) 1.1.4.5. Interfase hombre-máquina La ubicación y selección de indicadores y controles es una de las principales deficiencias del diseño que se aprecia en los equipos estudiados. Respecto de los indicadores, su ubicación en algunos modelos, impide una adecuada vigilancia del sistema. A modo de ejemplo, en la figura 10.3, se puede ver que, los indicadores que proporcionan información de las revoluciones del motor, temperatura del motor y presión de aceite, están fuera de la cabina, lo que dificulta la verificación del estado y funcionamiento del motor. Por otra parte, en la figura 10.4, se ilustra que, aún cuando los sistemas analizados están dentro de la cabina, su ubicación se aleja del campo visual del operador y de las principales tareas de vigilancia y control. Estas se sitúan hacia el centro de la cabina, donde están ubicados los controles para verificar el transporte y llegada de carga a la cancha, así como también, hacia la izquierda de la cabina, área donde se vigila el enrollado del cable de arrastre en el huinche, ubicado en la base de la pluma. Figura 10.3. Indicadores y controles ubicados fuera de la cabina
Panel
Figura 10.4. Indicadores dentro de la cabina
Panel
Para un trabajo en posición sentado, se recomienda ubicar los indicadores en la parte central del tablero, en un plano posterior a los controles. En la Tabla 10.1, se presentan referencias que definen el espacio en el cual deberían situarse estos sistemas. Como orientación, se utiliza la superficie del asiento y el punto central del respaldo, para definir las dimensiones de alturas, distancias y separación de los indicadores en el panel. En cuanto al diseño de estos componentes de la interfase, se debería preferir indicadores que faciliten la interpretación de información. Este es el caso de indicadores de temperatura, presión y revoluciones, los cuales deberían tener cuadrantes o áreas de colores que identifiquen los estados de normalidad y peligro de las variables registradas. En este punto, es importante destacar que, la información del funcionamiento de los sistemas o mensajes de precaución deben estar en castellano.
Tabla 10.1. Ubicación de indicadores y controles. Las referencias que se entregan son rectas perpendiculares a la cara anterior del respaldo, la superficie del asiento y la línea media que separa el asiento en una mitad derecha e izquierda Dimensiones
Valores recomendados
(cm) Indicadores del panel de instrumentos Distancia desde el respaldo Máxima Mínima Altura desde el asiento Máxima Mínima Distancia de la línea media del asiento Máxima Controles manuales Distancia desde el respaldo Máxima Altura desde el asiento Máxima Mínima Distancia desde línea media del asiento Máxima Pedales Distancia desde el respaldo al borde posterior del pedal Máxima Mínima Separación de la línea media al borde interior del pedal Máxima
85 65 72 41 25
55 56 14 35
90 59
22
Respecto de los controles, en la figura 10.5, se ilustra un diseño de interfase que reduce la velocidad de respuesta de parte de los operarios. En este caso, los controles que accionan el huinche que regula la tensión del cable aéreo, se encuentran situados fuera de la cabina. Como se ve en la figura, en cada oportunidad que el operario corrige la tensión del cable aéreo, debe salir de la cabina para accionarlos. En cambio, un diseño que mejora la respuesta es el que se observa en la figura 10.6, En esta situación, los controles que accionan el huinche se encuentran al costado izquierdo de la cabina, específicamente la palanca ubicada a nivel del piso y las palancas situadas en el panel de instrumentos, en el extremo izquierdo. Figura 10.5. Controles situados fuera de la cabina
Controles Figura 10.6. Controles situados dentro de la cabina
Respecto de la selección de los controles, en algunas torres se sobrecarga la extremidad superior, al operar sistemas de freno, que exigen un gran compromiso de fuerza para el brazo. Lo correcto es incorporar pedales, los cuales permiten generar mayor fuerza, y reducir problemas de fatiga física. Sin embargo, al seleccionar pedales, su ubicación debe ser tal, que permita un accionamiento ventajoso para la extremidad inferior. En este sentido, la figura 10.7, ilustra el diseño de un pedal, el cual está muy próximo al asiento. En general, esta ubicación es poco funcional. Por lo tanto, para lograr una mayor ventaja mecánica, los operarios tienden a ponerse de pie cada vez que accionan el pedal. Figura 10.7 Ubicación de pedal muy próximo al asiento
Pedal
Para un trabajo en posición sentado, los controles accionados por la extremidad superior deberían situarse al alcance del trabajador, y los pedales deberían estar ubicados de modo que permitan al operario apoyarse en el respaldo al accionar el dispositivo. En la tabla 10.1, se presentaron referencias que definen el espacio en el cual deberían situarse estos sistemas. Las referencias que se entregan son rectas, perpendiculares a la cara anterior del respaldo, la superficie del asiento y la línea media que separa el asiento en una mitad, derecha e izquierda. Es necesario también, considerar el recorrido o desplazamiento que tienen los controles e indicadores, y su relación con los estereotipos de población. Por ejemplo, se pudo detectar que, la palanca de cambio automático, en algunos modelos, tiene la reversa situada de modo tal, que para accionarla, el operario aleja la palanca hacia la parte anterior del cuerpo. Este movimiento es contrario a lo que espera la gran mayoría de la población, respecto del funcionamiento y respuesta de los sistemas. Más aún, al comparar diferentes modelos, se estableció que no existe una estandarización. Específicamente, el incremento de la aceleración en algunas torres, funciona alejando la palanca del cuerpo y en otro, acercándola. No cabe duda que, deficiencias como ésta, incorporan riesgos y sobrecarga al operador, especialmente cuando, en casos de emergencia, el ser humano tiende a emplear las formas de respuesta que le son más familiares, entre estos patrones, los estereotipos de accionamiento de controles. 1.1.4.6. Ambiente físico • Ruido
La mediciones de ruido en el puesto de trabajo del operador de torre, en ciclos representativos de la actividad, indican niveles de presión equivalente (Leq) en un rango de 78 a 87 dB (A). Las diferencias que se presentan en el nivel de ruido en los puestos de trabajo estudiados, se relacionan con la capacidad de madereo y potencia del motor de la torre, así como también, con el nivel de mecanización de las faenas. Es así como, el valor inferior del rango se obtuvo en una faena de raleo, con un motor con capacidad de madereo de 2 toneladas, en que el traslado de trozos en la cancha se efectuaba con bueyes y el arrumado era manual. Por el contrario, el valor superior del rango se alcanzó en faenas de cosecha, donde el motor de la torre tenía capacidades de madereo de 6 ton y el traslado de fustes y clasificación en cancha se realizaba con trineumático. En general, las torres que tenían cabina, no presentaban en su diseño sistemas efectivos de atenuación del ruido. La prevención del daño auditivo, sólo se hace con elementos de protección personal. En este sentido, para implementar sistemas para la atenuación del ruido de la cabina, es necesario efectuar una intervención integral en su diseño. Para ejemplificar lo señalado, es importante tener presente que la transmisión del ruido es aérea y estructural. Por tal motivo, se debería incorporar una aislación o unión flexible entre la cabina y la plataforma, de modo que las vibraciones no se trasmitan a la estructura. También el diseño de paredes o la cubierta de la cabina, debería incorporar materiales aislantes. Del mismo modo, el diseño de puertas y ventanas debería ser hermético. Soluciones como las planteadas, hacen necesario controlar el problema de carga térmica, ya que se reducen las posibilidades de perder calor por convección, al mantenerse las puertas y ventanas cerradas. Por esta razón, se requeriría incorporar sistemas para acondicionar la temperatura del aire de la cabina. • Calor, frío y polvo Como se señaló anteriormente, uno de los problemas que se presenta en las cabinas, es la carga térmica derivada de la radiación solar que ingresa por las ventanas. De acuerdo a la percepción de los operarios entrevistados, éste es el factor del medio ambiente físico, que les genera mayores molestias, siendo calificado por algunos de los operarios como molestias “algo intensas”. Según una escala de percepción de 1 a 9 aplicada a los torreros, las molestias “algo intensas” tiene una valoración de 6. En cuanto a la frecuencia y efecto que genera, se plantea que, dependiendo de las condiciones climáticas, existen ocasiones en que el nivel de exposición al calor les impide “mantenerse concentrados y atentos en el trabajo”. Por su parte, el frío, también se señaló como un factor de incomodidad, calificándose su intensidad en segunda ubicación después del calor. Respecto del polvo, no lo destacan como un factor relevante. 1.1.4.7. Seguridad
Uno de los riesgos en este tipo de máquinas, es la caída de objetos y el rompimiento de cables. Respecto de la caída de objetos, éstos pueden ser ramas, el carro, los estrobos y fustes. No cabe duda que, el riesgo es mayor para operarios que trabajan en torres que no tienen cabina, como se ilustra en la figura 10.8. Sin embargo, la existencia de una cabina puede generar una falsa seguridad, si ésta no ha sido construida para soportar un impacto como la caída de fustes. Es importante destacar que, los modelos estudiados, no tienen certificación del cumplimiento de ninguna norma de construcción de cabinas y que, en las observaciones efectuadas, se detectaron graves deficiencias de diseño. En este sentido, un avance en medidas de seguridad, sería considerar en el diseño de las cabinas, los estándares internacionales de construcción para maquinaria forestal. Como normativas de referencia para máquinas forestales, existe la norma ISO 3449. Figura 10.8.Torres de madereo sin cabina
Los riesgos de golpes por cables que se rompen o se sueltan de sus instalaciones, así como también, la probabilidad de golpes o atrapamientos por fustes, están asociados a la mantención y recambio de estos implementos, así como también, al conocimiento que el personal tiene de las capacidades de los equipos que opera, las áreas de seguridad en estrobado y destrobado, las técnicas de estrobado y destrobado y de instalación de vientos y soportes. Por lo tanto, para prevenir estos riesgos es necesario, por una parte, mantener un riguroso cumplimiento de los períodos de recambio establecido para cables, particularmente del aéreo y de arrastre. También, mantener una vigilancia preventiva de todo el sistema de cables y los medios por los cuales se deslizan o sirven de anclaje o soporte. En cuanto a la capacitación del personal, se han
publicado monografías, textos y artículos que analizan la seguridad en faenas de torre. Por ejemplo, a solicitud del Grupo de Producción Forestal y Fundación Chile, el Laboratorio de Ergonomía de la Universidad de Concepción, realizó un estudio titulado “Bases para la certificación de aptitudes físicas, psicológicas y técnicas de trabajadores forestales” (1996). Sin embargo, estos estudios deben ser complementados con un proceso sistemático de transferencia de información a los trabajadores. 1.1.4.8. Nuevas tendencias en faenas de madereo con torre o cable En cuanto a innovaciones en los sistemas de trabajo en faenas de madereo con torre, quizás el más significativo corresponde al uso de carro de arrastre con un sistema “dador de cable”. Este tipo de carros, como el Koller MSK-3, el cual se presenta en la figura 10.9, dispone de un motor que puede ser accionado a través de un control remoto. La función del motor y del control remoto, es permitir al estrobero detener el carro en el lugar más adecuado para estrobar y, como su nombre lo indica, mediante el control remoto, operar el motor para que “de cable”. El propósito del sistema es reducir los tiempos de descenso del cable de arrastre y el traslado de éste a los fustes. También, reducir la sobrecarga física de los estroberos, debido a que el motor facilita el traslado del cable de arrastre. Figura 10.9. Carro para “dar cable”
Para ilustrar las tendencias que se observan en el rendimiento y la sobrecarga física que generan estos sistemas de madereo con cable, en la tabla 10.2, se presentan resultados obtenidos de dos faenas. Una de ellas se realizó con torres Koller 501 empleando un carro tradicional y la otra con torre Koller 501, utilizando el carro MSK-3. Las variables que se analizan son diámetro a la altura del pecho (DAP) de los árboles madereados, pendiente del terreno, distancia media de madereo, porcentaje de tiempos dedicado a labores de estrobado, porcentaje de carga cardiovascular y el rendimiento expresado en metros cúbicos por hora. En cuanto a la organización de las faenas es importante destacar que, en las labores de estrobado con el carro MSK-3, se empleaban dos trabajadores y con el carro tradicional, tres.
Como se puede ver en la tabla 10.2, con el carro MSK-3 se lograron rendimientos levemente superiores. En cuanto a las condiciones de rodal y terreno, no variaron significativamente. La distancia media de madereo fue similar para ambas condiciones. Sin embargo, se debe destacar, que la diferencia en el tiempo dedicado a estrobado, fue un 21,1 % mayor con el carro tradicional. También, el nivel de carga física de los estroberos fue levemente superior en el sistema de carro tradicional. Al respecto, es necesario destacar que, aún cuando el trabajo de estrobado con el carro tradicional se distribuye entre tres operarios, la carga física en este ensayo fue mayor que la registrada en el sistema del carro MSK-3. Tabla 10.2. Comparación entre carro MSK3 y carro con mordaza tradicional Sistema de madereo
DAP (cm)
Pendiente (%)
Distancia media de madereo (m)
44
170
Torre Koller 501 y carro MSK3
Promedio
34.0
D.E.
4.32
Torre Koller 501 y carro tradicional
Promedio
30.5
D.E.
3.12
36
150
Porcentaje de tiempo de estrobado (%)
Carga cardiovascular estroberos (%)
Rendimiento de la torre (m3/hora)
53.8
25.1
18.8
12.1
5.0
2.8
74.9
29.2
17.2
10.8
16.6
4.4
(D.E.: Desviación estándar)
Por otra parte, estudios de tiempo y rendimiento efectuados por las empresas que participaron en el proyecto, muestran tendencias similares, que también favorecen al carro MSK-3. Para condiciones similares de rodal, pendiente y distancias de madereo, con el carro MSK-3 se ha obtenido rendimientos entre 19 a 26 % superiores al alcanzado con carros tradicionales. En cuanto a los tiempos de madereo, con el carro MSK-3 se ha estimado una disminución promedio de 28,4 %.
1.1.4.9. Rendimientos obtenidos con torres de madereo Otro de los temas importantes de analizar en el trabajo con torres es establecer el nivel de rendimiento que se alcanza con estos equipos. La importancia radica en que, para organizar ergonómicamente las faenas, es necesario generar un equilibrio entre la capacidad que tienen las máquinas para desplazar madera y el número y la capacidad física y psicológica que deben tener los operarios que abastecen el sistema. Con este objetivo, se recopiló información de los rendimientos alcanzados por diferentes marcas y modelos de torres. En la tabla 10.3, se resume la información obtenida de faenas estudiadas en el presente proyecto y de bases de datos que disponían algunas empresas forestales. Además del rendimiento, se incluye el DAP, la pendiente del terreno y la distancia de madereo. Como se puede observar en la tabla, el rango de rendimiento oscila
entre 23,5 y 14,3 metros cúbicos/hora. Uno de los factores que influye en los rendimientos es la capacidad de arrastre que tienen las torres. En este sentido, si se compara torres de menor capacidad de arrastre como las Koller 300 y la URUS I UP, con aquellas de mayor arrastre, como la Koller 500 o la URUS III y IV, en promedio se puede establecer diferencias de aproximadamente 3 metros cubicos/hora, en favor de las de mayor capacidad. Tabla 10.3. Rendimientos de torres de madereo DAP Pendiente (cm) (%)
Sistema de madereo
Torre Koller 501 y carro MSK-3 Torre Koller 501 y carro MSK-3 Torre Koller 501 y carro tradicional(freno mordaza) Torre Koller 501 y Carro K2,5 Torre Koller 501 y carro K2,5
Promedio ( D.E.) Promedio ( D.E.) Promedio ( D.E.) Promedio ( D.E.) Promedio ( D.E.) Promedio ( D.E.) Promedio ( D.E.) Promedio ( D.E.) Promedio ( D.E.)
34.0 (4.3)
44
Distancia de madereo (m) 170
100 – 310
18.8 (2.8) 23.5 (2.5) 17.2 (4.4) 19.1
50 – 300
15.0
100 – 310 30.5 (3.1)
34
36
25
Rendimiento de la torre (m3/hora)
150
Torre Koller 300 carro 24.6 31 50 – 200 15.3 tradicional (freno mordaza) Torre URUS I UP carro 27.1 35 10 - 150 14.3 tradicional(freno mordaza) Torre URUS III , carro 29.1 70 150 18.1 tradicional (freno mordaza) (2.6) (5.2) Torre URUS IV, carro 31.1 61 150 19.1 tradicional (freno mordaza) (3.3) (9.7) (D.E.: Desviación estándar) Rendimientos de referencia reportados por las empresas. No comparables debido a que no se especifica condiciones de evaluación y otros detalles.
1.2. Trineumático Respecto de las marcas y modelos estudiados, estos fueron TECFOR 2.2, Bell Super y Bell Ultra Logger. En las faenas en que se evaluó este tipo de máquinas, el trabajo consideraba el madereo con torres o skidder. De este modo, las actividades que realizaban los trineumáticos estaban asociadas al traslado de fustes desramados, desde la línea de madereo de la torre a la zona de trozado y, posteriormente, a su clasificación. En cuanto a las faenas con skidder, las labores se circunscribían básicamente a la clasificación de trozos. 1.2.1. Traslado y clasificación de trozas en cancha El traslado y clasificación en cancha son actividades relativamente estructuradas, en las cuales existen pocas variantes de operación. En los casos analizados, las
observaciones efectuadas en terreno permitieron establecer que los factores que influyen en la operación de la máquina están relacionados con: Diseño de la cancha, específicamente el espacio que se dispone Condiciones del terreno, particularmente la presencia de lodo en invierno y polvo en la temporada cálida Variedad de productos que se requiere clasificar El volumen de madereo y el tamaño de los trozos Las características de diseño de la máquina, particularmente la velocidad, potencia y facilidades de operación de la garra y pluma 1.2.2. Exigencias de operación Para operar el trineumático se requiere controlar el desplazamiento del vehículo, el ascenso de la pluma y la abertura y giro de la garra. En el caso del desplazamiento del vehículo, los equipos pueden disponer de una o dos velocidades, aunque en la mayoría de los modelos, disponen de una marcha. El control de la transmisión de la fuerza motriz a las ruedas se realiza por el accionamiento de pedales, los cuales también controlan la dirección del desplazamiento. Para ello, el pedal derecho controla el giro de la rueda derecha y el izquierdo hace lo propio con la rueda izquierda. Para avanzar en forma recta, el operario acciona los dos pedales en sentido anterior. Para retroceder en forma recta, acciona los dos pedales en sentido posterior. Para efectuar giros, el operario sólo acciona el pedal de la rueda del lado hacia el cual se quiere virar. El freno puede ser de tipo dinámico, al mantener ambos pedales en una posición neutra. En forma complementaria, se dispone de un freno de estacionamiento, el cual es accionado por un botón o “switch” ubicado en el panel de instrumentos. Como se puede deducir, para el desplazamiento del vehículo, existe un compromiso permanente de la extremidad inferior. Para operar la pluma y la garra, existen modelos controlados por palancas así como también, se han incorporado “joystick”. En general, existen tres palancas en el lado izquierdo del puesto de trabajo del operador, las cuales permiten el control de la extensión de la garra, la abertura y el giro. En el lado izquierdo del puesto, existe una palanca que controla el ascenso de la pluma. La operación de la pluma y la garra requieren de un importante compromiso motriz de las extremidades superiores. Además, se requiere de coordinación y concentración para manejar carga sin perder la estabilidad del equipo, evitar los obstáculos que existen en el entorno de trabajo y clasificar los trozos en las rumas que les corresponden a sus dimensiones. Respecto de la percepción de información ésta corresponde básicamente a la estimación visual del tamaño y peso de los fustes y trozas que se trasladan y arruman, a la evaluación visual y propioseptiva de la estabilidad del equipo al trasladar y elevar carga, a la detección visual de operarios que requieren ingresar al área de trabajo y a los obstáculos e irregularidades del terreno.
1.2.3. Resultados de la evaluación ergonómica del puesto de trabajo del operador de trineumático 1.2.3.1. Areas de acceso y salida Este tipo de máquina presentan cabinas de espacios muy reducidos, lo cual influye en la comodidad y seguridad del acceso y salida. En los equipos estudiados, la altura de la puerta no superó los 127 a 130 cm. Respecto del ancho del espacio de acceso, el desplazamiento de los pies se ve restringido, tanto por el ancho que tiene la puerta a este nivel, que es de aproximadamente 44 cm, y la distancia que existe entre el asiento, el marco de la puerta y los controles que están contiguos al asiento. En este sentido, en la figura 10.10, se ilustra las dificultades que tiene el operador por las puertas y espacios restringidos. El cambio más relevante en este aspecto del diseño sería aumentar la altura y el largo de la cabina, de modo que genere un incremento en el tamaño de la puerta. Los valores normalmente recomendados para una puerta por la cual salen personas que trabajan sentadas, es de 155 cm de alto y al menos 57 cm de ancho. Bajo determinadas condiciones de diseño del puesto de trabajo, particularmente en cabinas de espacios restringidos, y cuando los asientos tienen valores inferiores a 40 cm de altura, es aceptable que la altura de las puertas sea de 145 cm. Además, el espacio para piernas entre el borde del asiento y los obstáculos que se presentan como controles o el marco de la puerta, debería ser de al menos 28 cm.
Figura 10.10. Espacios restringidos en áreas de acceso y salida de trineumáticos
1.2.3.2. Espacio interno de la cabina En este aspecto del diseño del puesto de trabajo, es necesario destacar que todos los modelos estudiados presentan deficiencias importantes. Las consecuencias, no sólo se expresan en términos de alteración de la comodidad de los operarios, sino que se generan riesgos de golpes contra las estructuras internas de la cabina. Para ilustrar esas deficiencias, en la figura 10.11, se destaca cómo una flexión moderada del tronco, puede significar un golpe en el parabrisas. También, una oscilación lateral del cuerpo puede implicar golpes de la cabeza en las vigas laterales de la cabina. En este sentido, el problema es tal, que en algunas empresas, han tenido que suplir las deficiencias del diseño de la cabina, con protección para la cabeza. En la figura 10.12, se presenta esta condición de trabajo.
Figura 10.11. Riesgo de impactar el parabrisas del trineumático
Figura 10.12. Operador de trineumático usando una protección para la cabeza
No cabe duda que en este aspecto del diseño, se deben efectuar modificaciones en los futuros modelos de trineumático. Con el propósito de orientar estos cambios, para acomodar a trabajadores forestales chilenos cuyo tamaño corporal se encuentre entre el 5 y 95 percentil, se estableció el espacio mínimo requerido para efectuar las tareas de operación del trineumático. En la figura 10.13, se ilustran estas dimensiones. Como se puede observar la altura de la cabina no
puede ser inferior a 145 cm. Esta dimensión debe ser medida en el área en la cual está sentado el operario. El ancho de la cabina debe ser mayor a 100 cm. Respecto del largo o distancia anteroposterior, no debería ser inferior a 95 cm. En este sentido, es importante definir el sitio donde se realiza la medición del largo de la cabina. Ello debido a que el parabrisas es inclinado, lo cual genera cambios en el largo de la cabina dependiendo de la altura a la cual se efectúa la medición. De este modo, considerando el riesgo de impactar la cabeza en el parabrisas, la altura del tronco de los trabajadores forestales y la flexión que puede experimentar el tronco, se estimó como valor de referencia aquel medido a 80 cm del asiento. Del mismo modo, para evitar el golpe de la cabeza en la pared posterior de la cabina, el espacio disponible entre el respaldo y la pared posterior, no debería ser inferior a 33 cm.
Figura 10.13. Dimensiones mínimas recomendadas para espacio interno de cabina de trineumáticos. Las medidas están expresadas en cm VISTA LATERAL
PLANTA
1.2.3.3. Visibilidad La visibilidad que el operario tiene de la cancha, la garra y la carga desplazada, depende del tamaño de las ventanas y puertas, del grosor de las estructuras de la cabina, del diseño de las protecciones y la efectividad de los retrovisores. Es así como, la visibilidad hacia la parte anterior de la cabina se ve limitada, en la medida en que se abre el ángulo de visión hacia los costados. Ello se debe al grosor y diseño de las protecciones de las ventanas y a la obstrucción que generan los
pilares que soportan el eje de la pluma. Por su parte, la visibilidad lateral se reduce en función del tamaño y diseño de la puerta, y el tamaño y ubicación de los retrovisores laterales. Respecto de la visibilidad hacia la parte posterior del vehículo, en algunos modelos, ésto depende exclusivamente de espejos retrovisores ubicados en las aletas situadas en los pilares de soporte de la pluma. El tamaño de estos espejos y su ubicación, limitan la utilidad de estos elementos de referencia. En modelos recientes, como el Ultra Logger de Bell y el EURO 2000 de Tecfor, han modificado el techo de la parte posterior de la cabina, generando un espacio a través del cual, se puede observar un área que antes quedaba ciega. En la figura 10.14, se esquematizan las áreas de visibilidad y espacios ciegos que se generan en este tipo de máquinas. Figura 10.14 Areas de visibilidad y espacios ciegos de trineumáticos
Espacio ciego
Visibilidad ventana lateral
Espacio ciego
Visibilidad espejo Visibilidad
Visibilidad
retrovisor ventana
ventana
lateral posterior de la
anterior
cabina Como se puede deducir de la figura, uno de los problemas importantes que presentan este tipo demáquinas, es la visibilidad hacia los costados posteriores y anteriores, y hacia la parte posterior del vehículo. Por lo tanto, cualquier modificación resultará en directo beneficio de la seguridad en la cancha. En este sentido, el rediseño, o las nuevas máquinas que sean adquiridas por las empresas, deberían considerar las siguientes recomendaciones: Mejorar el diseño de la protección del parabrisas. Al respecto, los barrotes de protección deben estar orientados en la dirección de la visibilidad del operador. Ello se puede apreciar en la figura 10.15. En la fotografía, se observa, que los barrotes no están paralelos y presentan una ligera angulación
desde la línea media de la cabina hacia los costados. Ello permite que los perfiles de los barrotes reduzcan los espacios ciegos. Figura 10.15. Diseño de protecciones del parabrisas
Para mejorar la visibilidad hacia la parte posterior del vehículo, es fundamental instalar una ventana posterior. Una buena aproximación a este requerimiento es la ventana observada en el modelo ilustrado en la Figura 10.16
Figura 10.16. Ventana posterior de cabinas de modelos Bell y Tecfor
1.2.3.4. Butaca En cuanto a las dimensiones de las butacas, las principales deficiencias se relacionan con asientos muy profundos. Para que todos los usuarios tengan acceso al sistema, sin presentar molestias de adormecimiento de las extremidades inferiores por compresión de la pierna, la profundidad no debería ser superior a 43 cm. En cuanto al material de construcción, en todos los modelos estudiados, era sintético. En este sentido, se debería preferir tapices de lanilla, debido a que permiten una mejor conducción del calor, favoreciendo la evaporación de sudor. Entre los aspectos positivos que se aprecian, están los apoya brazos regulables en altura e inclinación, lo cual reduce la tensión de la musculatura de la extremidad superior, para fijar los segmentos en la operación de los controles. En la figura 10.17, se puede ver la postura de trabajo y el uso del apoyo para los brazos. Un aspecto que se aprecia en la mayoría de las máquinas estudiadas, es el grado de deterioro que presentan las butacas, particularmente de los mecanismos de ajuste antero posterior del asiento y de los sistemas que permiten la modificación del ángulo del respaldo. Una de las características que deberían tener todas las butacas de trineumático, es el mecanismo de atenuación de vibraciones. Este sistema es fundamental para reducir los riesgos de trastornos músculo-esqueléticos que se presentan, principalmente a nivel de región lumbar. Los dispositivos deberían permitir controlar la deformación del asiento o elasticidad de la suspensión de acuerdo al peso del operario. Figura 10.17. Apoya brazos y postura de trabajo
1.2.3.5. Interfase hombre-máquina Como se planteó en el tema de exigencias de operación del trineumático, la conducción del vehículo y el control de la pluma y garra demandan una gran coordinación para las extremidades inferiores y superiores. Los modelos que utilizan palancas, para el control de la pluma y garra, exigen una gran destreza. Además, estas tareas están asociadas a trabajo repetitivo y sobrecarga postural, particularmente para la mano y brazo derecho. Este segmento, con movimientos de dedos y muñeca, acciona las tres palancas que se ilustran en la figura 10.18. Los movimientos del equipo que se controlan con estos dispositivos son la abertura, giro y extensión de la garra.
Figura 10.18. Palancas utilizadas en trineumáticos
Desde el punto de vista de reducción de la sobrecarga para el operario, un cambio positivo en estos equipos ha sido la instalación de joystick. Estos controles permiten, una mejor distribución de tareas para la extremidad superior, reducción del número de controles, de la sobrecarga postural y del trabajo repetitivo, particularmente para el brazo derecho. Como se aprecia en la figura 10.19, estos controles se sitúan en soportes ajustables, que permiten al operario, descansar sus brazos en los apoya brazos de la butaca. Respecto de la distribución de tareas, uno de los joystick controla los movimientos de ascenso de la pluma y extensión de la garra, mientras el otro, el giro y abertura de la garra. Figura 10.19 Joystick utilizado en trineumáticos
1.2.3.6. Agentes Ambientales • Ruido
El nivel de ruido equivalente registrado en ciclos representativos del trabajo, osciló entre 97 y 101 dB(A). Las cabinas no presentan sistemas efectivos de atenuación del ruido. Bajo estas circunstancias, la selección y uso de protectores auditivos es fundamental. En todos los casos estudiados, los operarios empleaban protectores tipo fono. No obstante, de ocho operadores entrevistados, siete describieron algún tipo de molestias asociada con el ruido, tales como agotamiento general, o zumbido de oídos durante o al término de la jornada. En la escala de intensidad de 1 a 9, las molestias percibidas oscilaron entre 3 y 4, es decir de leves a moderadas. • Vibraciones Las oscilaciones, a las cuales es sometido el operador, dependen de las irregularidades del terreno, las maniobras de conducción y de la limpieza de la cancha. Como mecanismo de atenuación de las vibraciones transmitidas al cuerpo del operador, estos sistemas disponen sólo de la suspensión incorporada a la butaca. En todos los modelos estudiados, existía mecanismo de suspensión. Sin embargo, la mantención y calidad de estos dispositivos no son efectivos para atenuar las vibraciones. Ello en gran medida, se confirma con la percepción de molestias de parte de los trabajadores. En este sentido, todos los operarios señalaron percibir molestias, cansancio o fatiga a nivel de espalda, derivado de las “sacudidas al operar el vehículo”. Las molestias oscilaron entre leves a algo intensas, con una frecuencia que dependía según los operarios, de las irregularidades que se presentan en las canchas. Por lo expuesto, un aspecto fundamental que se debe tener presente al momento de adquirir equipos de esta naturaleza, es que tengan butacas de suspensión hidráulica, las cuales permitan adecuar la tensión de la suspensión al peso del operario. • Calor, frío, lluvia y polvo De las condiciones ambientales consultadas a los operarios, los agentes más críticos son el polvo y el calor. La intensidad y frecuencia con que se presentan estos problemas, dependen de la temporada y las características de las canchas en las que se labora. Respecto del polvo, todos los operarios señalan que les produce irritación de ojos, además de molestias en fosas nasales y vías respiratorias superiores. Es importante destacar que, la intensidad de estas molestias, osciló entre moderadas y extremadamente intensas, siendo el factor que mayor incomodidad genera. Algunos de los operarios señalaron que las molestias en los ojos les impedían mantener el ritmo de trabajo. Respecto del calor, todos los operarios entrevistados señalan percibir molestias de agotamiento y fatiga general de moderadas a intensas. Además, algunos de ellos, plantean que la intensidad del calor altera su nivel de concentración y les impide mantener el ritmo de trabajo. Respecto de las causas de la carga térmica, las fuentes son diversas. Por una parte, está la convección del aire caliente que circula en las canchas de madereo. Por otra, la radiación solar que ingresa por las
ventanas y/o puertas. También está el calor radiante emitido por el motor y, en algunos modelos, una importante fuente de calor radiante la constituye el calor emanado del fluido hidráulico que pasa por la estructura metálica que rodea la cabina. En general, los operarios consideran que, desde el punto de vista del diseño de la máquina y su efecto en las condiciones de trabajo, uno de los aspectos más negativos, corresponde a la ubicación del sistema hidráulico en los pilares que rodean el espacio inmediato de la cabina. Como se puede concluir, estos problemas se solucionan con aire acondicionado. En aquellos modelos, que presentan problemas de generación de calor por la ubicación del depósito del sistema hidráulico, estos deben ser modificados, dejando libre el espacio que rodea la cabina. 1.2.3.7. Seguridad Los problemas de seguridad en la operación del trineumático están relacionados con la probabilidad de golpear, atrapar o atropellar a los operarios que laboran y transitan en cancha y a su volcamiento. El riesgo que tienen los trabajadores de ser golpeados o atrapados por el trineumático, particularmente los motosierristas de cancha, los despicadores y los destroberos, depende, entre otros factores, de la capacitación que tengan en procedimientos de trabajo seguro, de la implementación de tales procedimientos, del diseño de la cancha, de la visibilidad del operador de la máquina y de la organización de las actividades en cancha. En lo que a procedimientos de trabajo se refiere, se debe destacar que los operarios no deben ingresar al espacio de trabajo del trineumático cuando se trasladan fustes y clasifican trozas. En general, se deben mantener en áreas de seguridad. Estas áreas corresponden a las de menor tráfico del trineumático y del skidder o, en el madereo con torre, a las zonas en la que hay menor riesgo de ser golpeado por fustes y cables. Las figuras 10.20 y 10.21, ilustran estas áreas. No obstante lo señalado, una práctica común es que el trineumático reduzca tiempos de espera, al retirar la madera en el instante en que los motosierristas van trozando. Este es un aspecto de la organización del trabajo que requiere cambios. La capacitación debe estar orientada a mantener espacios de seguridad entre máquina y trabajadores de cancha. Es así como, el trineumático debería respetar la zona de trabajo del motosierrista y de los ayudantes de cancha. En el caso óptimo, el trineumático no debería sacar madera hasta que el motosierrista haya terminado de trozar el grupo de fustes depositados en la cancha.
Figura 10.20. Areas de seguridad en cancha: faenas de torres
Area de seguridad
Area de seguridad
Figura 10.21. Areas de seguridad en cancha: faenas de skidder
Area de
seguridad
Acceso camiones
Ingreso skidder Arrumado
En cuanto al diseño de cancha y otros factores relacionados con la organización, en el madereo con torres, un sistema de trabajo que debería favorecerse, cuando sea posible, es la generación de dos canchas de clasificación y trozado. En este esquema, el trineumático traslada fustes desde la línea de madereo a una de las canchas, mientras el trozado se realiza en la otra. Posteriormente, máquina y trozadores rotan entre áreas de trabajo, dedicándose el trineumático a la clasificación, y el motosierrista continua con las labores de trozado. Esta práctica es ilustrada en la figura 10.22. Como se puede apreciar, el trineumático está trasladando fustes a un área de trozado ubicada en el costado izquierdo de la cancha, mientras el trozador está ubicado al costado derecho trozando los fustes. Ello impide que trozadores y trineumático trabajen simultáneamente en el mismo espacio, reduce los riesgos de accidentes para los operarios de cancha por
atrapamiento, atropello, golpes del trineumático o de la carga desplazada, así como también, reduce los tiempos de espera del trineumático. Figura 10.22 Diseño de canchas con dos áreas de clasificación y arrumado
Motosierrista
Trineumático
Respecto de los riesgos de volcamiento, estos se relacionan con la capacidad del operador del trineumático para ponderar la estabilidad de la máquina en relación al peso de la carga desplazada, las irregularidades y pendiente de la cancha, el movimiento que se efectúa de la carga, particularmente de la altura de ascenso y del desplazamiento lateral de los trozos y fustes, respecto del centro de gravedad o eje longitudinal de la pluma. La situación de peligro más frecuente se presenta cuando el operador eleva o arrastra la carga, con pendientes negativas, y una de la ruedas delanteras, o la trasera, se eleva al pasar por una irregularidad del terreno o por desechos que no han sido retirados oportunamente. Estas condiciones se ven agravadas, si la carga va suspendida en una distribución que genera mayores torques hacia el costado opuesto al que se eleva la rueda delantera. Como se puede deducir, la limpieza y la eliminación de irregularidades de la cancha, así como también, el traslado de cargas balanceadas respecto de la pluma, son factores relevantes en la prevención de volcamientos. Una de las situaciones que puede tener consecuencias muy graves, se presenta en madereo con torres en bordes de camino, en los cuales no hay un adecuado establecimiento de canchas. En estos casos, el trineumático tiene poco espacio para efectuar las maniobras y debe ser conducido muy próximo a la pendiente. 1.3. Skidder
El tractor articulado fue evaluado en faenas que contemplaban trineumático en cancha. Las marcas estudiadas fueron Caterpillar, John Deere y TimberJack. Las actividades realizadas con el skidder incluyen la conducción del vehículo al bosque, la carga o estrobado en bosque, el traslado de trozas hacia la cancha y la descarga, o destrobado en cancha. De acuerdo a las observaciones efectuadas en terreno, las principales dificultades del proceso y de la conducción de la máquina se derivan de: Las características del terreno, particularmente la pendiente y la presencia de obstáculos, como tocones y desechos forestales Características técnicas del skidder, como potencia del motor, uso de huinche o garra, capacidad de arrastre del huinche, espacio que requiere para el viraje, velocidad de desplazamiento y estabilidad del vehículo Ubicación y espacio de la cancha, en especial la distancia a la cual está, respecto de los diferentes frentes de madereo y del espacio que se dispone para las maniobras Características del volteo, en particular la realización de volteo dirigido La seguridad y facilidades de operación que presenta el diseño de la máquina 1.3.1. Características de los equipos y exigencias de operación El tractor articulado está constituido por dos mitades de chasis unidas por un pasador central. Este mecanismo, reduce los radios de giro del vehículo y permite que las ruedas posteriores sigan las huellas de las anteriores. Ello facilita el desplazamiento por espacios restringidos en el bosque, en los caminos y en las canchas de madereo. También, presenta ventajas para salvar obstáculos, tales como piedras, tocones y ramas, entre otros. 1.3.1.1. Skidder con huinche El skidder más utilizado es el que dispone, en el semichasis posterior, de un huinche en el que se enrolla un cable de acero. Este huinche se acciona a través de palancas o, en algunos modelos recientes, con joysticks ubicados en la cabina. Para operar el skidder se requiere conducir el vehículo y controlar el funcionamiento del huinche y de la pala. En este sentido, debido a las dificultades que impone el terreno por el cual se desplaza, y debido a los riesgos de volcamiento, es necesario que el operario esté capacitado para efectuar procedimientos seguros de trabajo. Para ilustrar las exigencias que impone el trabajo con skidder en faenas de cosecha, a continuación se describirán los principales procedimientos y requerimientos que imponen estas tareas al operador. En términos generales, para efectuar el madereo, el operario debe conducir el skidder desde la cancha hacia el bosque y situarlo lo más próximo al lugar donde se encuentran los fustes a maderear. Para realizar esta labor de conducción, la
mayoría de los equipos estudiados disponían de volante para controlar la dirección, palanca de cambios de velocidades, pedal de aceleración y pedal de freno. En el tramo final del recorrido hacia el bosque, el operario debe conducir el skidder en retroceso. Si la pendiente es muy pronunciada, el operador emplea el huinche para acercarse a los fustes. Para ello, el estrobero traslada el cable hacia los fustes. Durante esta etapa del proceso, el operador está atento a las señales del estrobero para “dar o recoger cable” y facilitar las técnicas de “amarre de trozas”. También, debe verificar si el estrobero ha conectado una cantidad de trozas que pueda ser arrastrada por el skidder, en las condiciones de terreno que se presentan. Una vez unidas las trozas al cable del huinche, el operador espera la señal del estrobero para comenzar a desplazar los fustes hacia el arco del skidder. Recibida la señal del estrobero, el operador tiene que decidir si avanza con el skidder o recoge de inmediato el cable del huinche. Si la pendiente y la carga exceden la capacidad de la máquina y existe el riesgo que la máquina pierda la estabilidad, el operador debe dejar la carga y avanzar con el skidder para, metros más arriba, tirar la carga. Una vez que los fustes están en el arco del skidder y puesto el huinche en posición que permita “sujetar la carga”, el operario coordina una secuencia de movimientos que le permiten avanzar con la máquina y la carga suspendida en el arco. Los movimientos que realizan, en la mayoría de los modelos de skidder estudiados, corresponden a sacar el freno de mano, poner la palanca de cambios en primera, soltar lentamente el freno de pedal y embrague e incrementar la aceleración. Durante esta acción vigila constantemente la carga desplazada y el camino o vía por la cual se sacará la madera del bosque. En este proceso de vigilancia existe una importante sobrecarga postural de la región cervical y lumbar, debido al giro que debe efectuar hacia la parte posterior del vehículo. En su recorrido hacia la cancha debe desplazarse a una velocidad que no sobrecargue ni ponga en peligro la estabilidad de la máquina. Al acercarse a la cancha, debe vigilar que, en su recorrido, no exista riesgo de colisionar con el trineumático u otros equipos que estén en las áreas de tránsito del skidder o de atropellar al personal que labora en esta área. Respecto de las exigencias de operación en cancha, éstas consisten en depositar los fustes en áreas específicas, donde los motosierristas los trozan y, posteriormente, el trineumático los clasifica y los arruma. 1.3.1.2. Skidder con garra o grapple Este tipo de skidder se caracteriza por disponer en el semichasis trasero, de una garra hidráulica, ubicada sobre un soporte que le permite movimientos verticales y anteroposteriores. El sistema es apropiado cuando los fustes están volteados de
modo que su base quede en dirección a las vías por las cuales se saca la madera del bosque. En este caso, los tiempos de carga son menores que con huinche. Sin embargo, este tipo de tractores articulados presenta limitantes. Por una parte, el skidder debe acercarse hasta donde están los fustes a maderear, por lo que, el terreno en el que se desplaza, debe ser preferentemente plano, para no comprometer su estabilidad al transportar carga por terrenos accidentados o con pendiente. Para operar este tipo de equipos, el trabajador conduce el vehículo desde la cancha hacia el frente de madereo. En la zona de madereo retrocede, y se ubica de modo que la garra alcance el fuste a maderear. Con controles de palanca o joystick, ubicados en la cabina, el operador, abre y desciende la garra, la cierra y recoge desde el suelo los fustes. Con los fustes semisuspendidos, se traslada a otras trozas, ubicando el skidder de forma tal que, la carga transportada queda sobre las nuevas trozas. Abre la garra y recoge toda la carga. Vuelve a ponerse en movimiento hacia otro fuste, repitiendo las operaciones, hasta completar la capacidad de carga de la garra. Posteriormente, se desplaza hacia la cancha, seleccionando velocidades de desplazamiento que no sobrecarguen o pongan en riesgo la estabilidad del equipo. 1.3.2. Resultados de las evaluaciones ergonómicas del puesto de trabajo del operador de skidder 1.3.2.1. Areas de acceso y salida Para acceder a la cabina se requiere emplear peldaños y manillas. En general, la disposición y tamaño de estas estructuras en las máquinas evaluadas facilitan el ingreso y salida de los operarios. Respecto del tamaño de las puertas, están diseñadas para que una persona pase en posición semiagachado. Los valores de altura oscilaron entre 140 y 147 cm y de ancho entre 55 y 63 cm. En cuanto al ancho, de acuerdo a información antropométrica de población chilena, se recomienda un espacio no inferior a 57 cm. Respecto de la altura, para puestos de trabajo en los cuales los operarios salen de una posición sentado y pasan el umbral semiagachados, los valores deberían ser superiores a 155 cm. Como se puede deducir el problema, aún cuando no es extremo, se relaciona con espacios restringidos derivados de la altura de la puerta. 1.3.2.2. Espacio interno de la cabina El espacio de la cabina en los skidder está determinado por el tamaño corporal de los usuarios, la postura de trabajo y el tamaño y ubicación de los equipos que se operan. En este sentido, los trabajadores realizan sus actividades en posición sentado, accionan controles para la conducción del vehículo y para operar la pala, el huinche o la garra. Además, requieren espacio para efectuar los desplazamientos de ingreso y salida de la cabina, así como también, para evitar golpes, en particular, en la región del tronco y cabeza, con las estructuras internas
de la cabina. Este último riesgo, se genera por las oscilaciones desplazamiento del vehículo.
durante el
De este modo, según el tamaño corporal de trabajadores forestales, la altura de la cabina no puede ser inferior a 155 cm. Respecto del ancho, específicamente el espacio inmediato a la región del tronco y cabeza, no debe ser inferior a 100 cm. Respecto del largo, entre el respaldo del asiento y la pared anterior de la cabina debería existir una distancia de 100 cm. Ello permite que las piernas adopten una postura funcional para operar los pedales, y dan un rango de ajuste anteroposterior al asiento, para acomodar a trabajadores de diferente tamaño corporal. Entre el respaldo y la ventana posterior de la cabina, debería haber una distancia no inferior a 25 cm, de modo de evitar golpes de la cabeza con estas estructuras. De este modo, el largo total de la cabina no debería ser inferior a 120 cm. En las máquinas estudiadas, no se verificó dificultades importantes en la altura y el ancho de la cabina. En modelos antiguos, que están en pleno uso, algunos presentaban largos de cabina inferior a 114 cm, valor que está bajo el mínimo recomendado. Sin embargo, fue positivo establecer que todos los modelos estudiados, que se están incorporando al mercado, han mejorado este aspecto del diseño. Por ejemplo, en la figura 10.23, se ilustra un cabina que tiene una altura de 156 cm, un ancho de 113 cm y un largo de 139 cm.
Figura 10.23. Diseño de cabina de skidder
1.3.2.3. Visibilidad La visibilidad de las áreas por las cuales se transita, la vigilancia del trabajo con el huinche o garra y del desplazamiento de la pala, depende del tamaño de las ventanas y de la presencia de obstáculos que imponen las propias estructuras de las máquinas. Respecto del tamaño de las ventanas, las áreas de visibilidad permiten percibir información visual desde todos los puntos de trabajo. Sin embargo, tareas específicas, como la vigilancia de las operaciones realizadas con el huinche o del trabajo efectuado con la garra, se ve limitado por el diseño del arco que mantiene los fustes suspendidos en la parte posterior del skidder. En particular, por la ubicación de los pilares del arco, y del escudo de protección que cubre la parte posterior del vehículo. Diseños que dificultan la vigilancia del proceso se pueden ver en la figura 10.24. Por el contrario, condiciones favorables de diseño son las que se ilustran en la figura 10.25. Esta disposición de las estructuras permite mejor vigilancia de la operación del huinche o garra, y reducción de la sobrecarga postural del trabajador. Con respecto a este último punto, es importante señalar, que el operador, para vigilar estas tareas, que se efectúan en la parte posterior del vehículo, requiere girar su cuerpo. Por lo tanto, deficiencias en la visibilidad incrementan la sobrecarga postural.
Figura 10.24. Diseño de arcos que dificultan la percepción visual de tareas realizadas con huinche, en una máquina antigua
Figura 10.25. Diseño de arco que favorece la percepción de tareas realizada con huinche y garra
1.3.2.4. Butaca El diseño de la butaca, en este tipo de máquina, es muy importante. Ello se debe a que el vehículo se desplaza por terrenos irregulares, condición de trabajo que expone al operario a oscilaciones durante la conducción. Para aminorar este efecto, se requiere que la butaca disponga de un sistema de atenuación de las vibraciones. También, la ubicación y dimensiones de este sistema, debe permitir que operarios de diferente tamaño corporal, alcancen en posturas funcionales, los diferentes controles. Por su parte, durante la operación del huinche o garra, es necesario vigilar el proceso que se desarrolla en la parte posterior del skidder. Por esta razón, la butaca debería favorecer el cambio de postura que implican estas tareas. Respecto de la atenuación de las vibraciones, la mayoría de los equipos han incorporado asientos con suspensión hidráulica, en los cuales se puede controlar
la deformación de la suspensión, según el peso del usuario. No obstante, la efectividad en la atenuación de las vibraciones requiere complementar estas medidas, con otras modificaciones de la máquina. Entre éstas, se debe señalar, la incorporación de uniones elásticas, entre el chasis de la máquina y la cabina. Algunos modelos estudiados, están incorporando este tipo de soluciones. En cuanto a las dimensiones de la butaca, el principal problema se aprecia en la altura del asiento. En uno de los modelos recientemente incorporados al mercado, la altura del asiento es de 50 cm. Esta dimension no es adecuada para la población chilena. En general, se recomienda una altura de 39 cm, lo cual permite a los operarios acceder adecuadamente a los pedales y mantener una postura estable durante la conducción. En los modelos recientes, el ancho y profundidad del asiento y la altura y ancho del respaldo, están dentro de valores aceptables. Por ejemplo, el ancho de los asientos está en el rango de 44 a 48 cm. Respecto del respaldo, se aprecia una preocupación en el diseño, por acomodar adecuadamente la región lumbar, existiendo un cojinete lumbar, que permite dar apoyo y estabilidad a esta región del cuerpo. El resumen de las dimensiones recomendadas para butacas, se presentó previamente en la tabla 10.1 Por otra parte, también se observan avances en las características del material de las butacas. Es así, como se puede observar en la figura 10.26, que el material de la superficie del asiento y el respaldo, que tienen contacto con la región del muslo y la espalda, es de género. Ello favorece el intercambio calórico y la disipación de sudor.
Figura 10.26. Diseño de butaca de skidder
1.3.2.5. Interfase hombre-máquina El skidder es una máquina sometida a grandes exigencias mecánicas, las cuales derivan de la carga que se transporta, del terreno, de las condiciones climáticas y de las extensas jornadas de trabajo. Del mismo modo, es una maquinaria de alto costo, cuyas detenciones, no planificadas, deberían ser mínimas, más aún, si son el resultado de desperfectos que se pueden evitar con una adecuada vigilancia de sus sistemas. En este sentido, es fundamental que la interfase, en particular los indicadores, entreguen información oportuna del estado y funcionamiento de los sistemas vitales. Entre estas variables destacan el voltaje, temperatura del refrigerante del motor, temperatura del líquido hidráulico, nivel de combustible, presión de aceite del motor, presión del sistema de transmisión, baja en la presión del freno, estado del filtro de aire, estado del filtro de aceite, entre otros. La información debería presentarse de modo tal, que el operario pueda detectar los posible desperfectos. El análisis de los equipos estudiados, reveló que se están efectuando importantes innovaciones en este sentido. La última generación de skidder está incorporando procesadores que monitorean los sistemas más sensibles; mediante indicadores luminosos, asociados a señales auditivas, entregan información sobre posibles desperfectos. Un ejemplo de estos cambios se aprecia en el panel de instrumentos, que se presenta en la figura 10.27. Como se puede apreciar, también se ha mejorado la presentación de la información en indicadores visuales con sistemas cualitativos. En ellos, se utilizan colores para definir los rangos de normalidad y las desviaciones de este estado. Ello contrasta con sistemas precedentes, en los cuales, la información que se entregaba, era limitada y su presentación era a través de indicadores de tipo cuantitativo o de relojes
análogos, que dificultan o retardan información.
la identificación e interpretación de la
Figura 10.27. Panel de instrumentos de un skidder moderno
Respecto del diseño y selección de controles, la dirección del vehículo es de tipo hidráulica y es accionada mediante un volante. Es interesante destacar que, modelos antiguos, empleaban palancas para conducir el vehículo, condición de trabajo que exigía una gran coordinación de la extremidad superior. En la mayoría de los skidder,, el freno y el acelerador están situados desde la línea media de la cabina hacia el costado derecho. Esta disposición facilita la conducción del vehículo cuando el trabajador tiene que girar su tronco hacia la parte posterior del vehículo, para vigilar el proceso de madereo con huinche o garra. En cuanto a modificaciones que se están incorporando, en el modelo observado en la figura 10.28, se puede apreciar en el volante, botones que permiten controlar el cambio de velocidades en ambas direcciones. Este tipo de modificaciones tiene una gran ventaja, debido a que reducen las tareas de la extremidad inferior y permite mayor estabilidad al operario para realizar sus labores. Respecto del control de la garra, se ha incorporado joystick, lo cual facilita la operación, al compararlo con el sistema de palancas que normalmente tiene este tipo de equipos.
Figura 10.28. Cambio de velocidades incorporado al volante
1.3.2.6. Agentes ambientales • Ruido Para evaluar la intensidad del ruido en estos equipos, se registró el nivel equivalente, en períodos no inferiores a una hora. En cuanto a los resultados, las diferencias entre los equipos evaluados dependen básicamente del diseño de las cabinas. El nivel de ruido registrado en las máquinas con cabina hermética, osciló entre 85,7 y 87,9 dB(A), en cambio en las de cabina abierta, o sin vidrios, presentó un rango de 87,1 a 92,3 dB(A). Como se puede apreciar, los valores están sobre los 85 dB(A), incluso en máquinas con cabinas herméticas. Por lo tanto, para reducir el riesgo de desarrollar una sordera profesional, todos los operarios deben usar protectores auditivos. Es importante destacar, que el nivel de ruido que percibe el operario, está determinado, no sólo por la barrera que genera la cabina, sino por variables asociadas a las exigencias a que es sometido el motor. En este sentido, el trabajo en pendiente y la carga transportada, junto con la selección de las velocidades de desplazamiento, son factores que incrementan el ruido. De este modo, si se considera los sistemas de transmisión de los skidder, son más adecuados aquellos que permiten un mejor aprovechamiento de la potencia del motor, según los requerimientos del trabajo. En otras palabras, la transmisión debe disponer de un mayor número de velocidades. Pero al mismo tiempo, debe tener mecanismos, como un convertidor de torque o powershift, que reduzca las combinaciones necesarias para efectuar los sucesivos cambios de velocidad. Otro factor del diseño que influye en el nivel de ruido en el puesto de trabajo del operario, está relacionado con el tipo de unión que existe entre la cabina y el chasis del skidder. En la medida que los modelos utilicen uniones elásticas, se reduce la transmisión del ruido estructural hacia la cabina.
• Vibraciones Una de las características del puesto de trabajo analizado, son las vibraciones verticales, laterales y frontales a las que está expuesto el operador en la cabina del skidder. Entre los trastornos asociados a las vibraciones transmitidas al cuerpo del operario, está la fatiga de la musculatura extensora y estabilizadora del tronco y los procesos degenerativos de la comuna vertebral. Con el propósito de identificar posibles problemas músculo-esquelético de los trabajadores, se les consultó por molestias percibidas y sus posibles causas. Todos los operadores entrevistados señalaron que presentaban molestias en su espalda, incluso aquéllos que están trabajando con skidder de última generación. Sin embargo, las intensidades de las molestias fueron mayores en trabajadores que operaban equipos de versiones previas a las que hoy ofrece el mercado. En la escala de percepción de molestias de 1 a 9, estos últimos trabajadores señalan presentar molestias en un rango de 6 a 7, es decir, molestias intensas y muy intensas. En cambio, los operario que utilizan versiones recientes, presentan molestias de intensidad 3, es decir leves. Para atenuar las vibraciones, los fabricantes han incorporado diferentes sistemas de atenuación. Entre ellos, se han mencionado butacas de suspensión hidráulica y uniones elásticas entre la cabina y el chasis. Además, se han diseñado equipos con una mayor distancia entre ejes. Esta medida tiene como finalidad otorgarle mayor estabilidad al skidder en sentido longitudinal y atenuar las vibraciones o “cabeceos” de la máquina. También, se verificó la incorporación de ejes oscilantes como lo ilustra la figura 10.29. Se observa el tren delantero y la elevación que experimenta la rueda al pasar por un tocón. La oscilación del eje es de 15º respecto de la horizontal y ayuda a aislar la cabina de los desplazamientos verticales a los cuales está sometido el tren delantero. Esta modificación en el diseño, está asociada a mejoras en la estabilidad en sentido transversal, de modo de evitar el volcamiento al pasar obstáculos, especialmente si la maniobra es un viraje en pendiente.
Figura 10.29. Oscilación del eje del tren delantero
• Calor, frío, lluvia y polvo Según opinión de los trabajadores, los agentes ambientales más críticos son el polvo y el calor. La intensidad y la frecuencia con que se presentan estos problemas depende de la temporada, de las características de las vías de tránsito y de las canchas en las que se trabaja. Respecto del polvo, todos lo operarios que trabajaban en cabinas sin ventanas señalaron que les irritaba los ojos. Es importante destacar que la intensidad de estas molestias, en la escala de 1 a 9, osciló entre 4 y 7, es decir de moderadas a muy intensas. Algunos operarios señalaron que la irritación de ojos y la nube de polvo les impedía percibir lo que está ocurriendo en su entorno de trabajo. Respecto del calor, todos los entrevistados señalaron percibir agotamiento y fatiga general con intensidades que oscilan entre 4 y 6, lo que corresponde a molestias moderadas e intensas, respectivamente. Es importante destacar que los operarios que empleaban cabinas herméticas, pero que no disponían de acondicionamiento de aire o disponían sólo de un ventilador, presentaban molestias de intensidad 5, es decir algo intensas. Como se puede deducir las medidas de control del polvo y el calor deben estar asociadas. Si el objetivo es controlar el ingreso de polvo, para evitar las molestias generadas por la irritación de ojos y de las vías respiratorias y facilitarle al trabajador la percepción del entorno, la construcción de cabinas herméticas debe estar acompañada de sistemas de acondicionamiento del aire y vidrios opacos que reduzcan el ingreso de calor radiante. En caso contrario, los operarios tienden a abrir las ventanas o las puertas para reducir la carga térmica a la que están sometidos. 1.3.3 Rendimientos esperados en trabajo con skidder El rendimiento con skidder está determinado por la relación entre la carga transportada y el tiempo que tarda en realizar un ciclo completo de trabajo. El ciclo
de trabajo, es la suma del tiempo de traslado hacia el bosque sin carga, de estrobado o carga en el bosque, de transporte con carga y de destrobado o descarga en cancha. En cuanto al tiempo de transporte, éste depende de las distancias de madereo y de la velocidad a la cual se desplaza el vehículo. En este sentido, la velocidad es una variable que está asociada a las características del equipo y a las condiciones del terreno, en particular a la pendiente y a la escabrosidad. Respecto del tiempo de carga y descarga, éste depende del número de trozas, el que a su vez, está relacionado con el volumen de los fustes. A mayor volumen por troza, menor es el tiempo de carga y descarga. Finalmente, la carga que puede transportar en un ciclo de trabajo depende de la potencia de la máquina, su estabilidad y a la resistencia del suelo a la tracción de la máquina. En síntesis, el rendimiento del skidder está relacionado principalmente con las variables del rodal, el equipo y el terreno. En este sentido, con la finalidad de disponer de información para proponer formas de organización de faenas que aprovechen al máximo la capacidad de los equipos, se ha recabado información de las empresas y se han realizando estudios para determinar los rendimientos que se pueden alcanzar con estas maquinarias. En la Tabla 10.4 se incluye una síntesis de resultados. En ella se puede observar que el rango de rendimientos es bastante amplio y que, en general, si se maderea en distancias cortas, fustes de mayor diámetro, por terrenos de baja pendiente, se pueden alcanzar los mayores rendimientos.
Tabla 10.4. Rendimientos de skidder
Tipo de máquina
John Deere 640 Huinche Caterpillar 518 Huinche John Deere 640 Huinche Caterpillar 525 Grapple Caterpillar 525 Grapple Timberjack 450-C Grapple Timberjack 450-C Grapple
Rendimiento
Distancia media de madereo
Pendiente del terreno
(m3/hora)
Diámetro a la altura del pecho de fustes madereados (cm)
(metros)
(%)
18,3
20
130
5
19,0
24
160
36
43,1
42,0
120
12
50
35
300
Plano
40
35
300
58
35
150
Plano
30
150
58
Rendimientos de referencia reportados por las empresas. No comparables debido a que no se especifica condiciones de evaluación y otros detalles.
1.4 Síntesis de conclusiones del estudio de máquinas Al comparar la evolución que han experimentado las máquinas forestales estudiadas en este proyecto, es posible apreciar que las torres de madereo son los equipos que han tenido menos innovaciones en seguridad y funcionalidad. En este sentido, debido a que las deficiencias son de mucho riesgo para las personas que las operan, no es posible recomendar una marca o modelo en particular. Por lo tanto, lo que se plantea en estas conclusiones, está referido a los criterios que deberían orientar el rediseño de estos equipos, o los aspectos que deberían observar los empresarios al renovarlos. Es así como, debería tenerse en consideración los siguientes principios ergonómicos básicos: La cabina debe tener un diseño que asegure la protección de los operarios frente a la caída o penetración de objetos. Como referencia está la norma ISO 3449 Seleccionar equipos que dispongan de controles e indicadores que permitan operar la torre desde el interior de la cabina. Las dimensiones que deben orientar el prototipo están resumidas en la tabla 10.1 La ubicación y altura de la cabina, y el tamaño de las ventanas deben favorecer la visibilidad de las diferentes tareas, en particular, de la vigilancia del recorrido del carro, la carga y el funcionamiento de los huinches
Respecto de la sobrecarga generada por los agentes ambientales, los equipos deben disponer de pantallas o vidrios opacos que reduzcan el calor radiante que ingresa por ventanas, y favorecer la convección En cuanto a la selección de carros, aquellos que funcionan con freno de mordaza, ofrecen mayor seguridad que los de freno de tope. Estos últimos, producen un mayor desgaste de cables e incrementan el riesgo de cortes. También, se debería seleccionar carros que incorporen dispositivos de seguridad, que eviten su caída desde el cable aéreo En cuanto a la incorporación de nuevos sistemas de madereo con cables, se pudo establecer que el carro dador de cable, permite mayores rendimientos, reduce los tiempos de estrobado y el trabajo se puede efectuar con un estrobero menos. En cuanto al trineumático, su diseño presenta para los operadores las condiciones de trabajo más desfavorables. Esta situación requiere modificar en forma urgente los criterios de selección y diseño de estos equipos. En este sentido, los cambios que se implementen o los criterios de selección deben tender a: Incrementar el espacio interno de la cabina Elegir equipos que tengan una ventana en la parte posterior de la cabina, “joystick” para la operación de la pluma y la garra, butacas con suspensión hidráulica y aire acondicionado. Para evitar el ingreso de polvo, seleccionar diseños herméticos con sistemas que generen presiones positivas en el interior de la cabina Respecto de la organización del trabajo, implementar sistemas de pausa durante la jornada. De acuerdo a la sobrecarga que perciben los operadores de trineumático, es fundamental incorporar al menos una pausa de 15 minutos a media mañana y a media tarde. En cuanto a las canchas, deberían incorporar dos áreas de trozado y clasificación, para reducir los riesgos de atropello y atrapamiento. Un paso importante en los cambios de organización es lograr la polifuncionalidad o la rotación de funciones. Se ha señalado que el operario tiene condiciones muy desfavorables de trabajo, por lo tanto, una forma de reducir la exposición, es mediante la rotación de funciones. De los tres tipos de máquinas evaluadas, se puede concluir que el skidder es el que ha tenido una mayor evolución. Como se plantea en el texto, las últimas versiones incorporan cambios significativos en la comodidad y funcionalidad, en particular en el diseño de indicadores y controles, espacio de la cabina y diseño de butacas. También, se aprecia mejoras en el control de agentes ambientales, al incorporar cabinas herméticas con aire acondicionado Trabajos con motosierra 2.1. Introducción
De las diferentes tareas forestales, aquellas que requieren el uso de motosierras están consideradas entre las más peligrosas. En este sentido, los operarios se desplazan en canchas o en el bosque y deben operar una herramienta de potencia, que ha sido diseñada para cortar eficientemente la madera. De modo tal que, si ésta no se opera adecuadamente, si no tiene dispositivos de seguridad o si el motosierrista no usa equipos de protección personal efectivos, se pueden producir graves lesiones de corte. Además, el trabajo impone una gran demanda física. Por ejemplo, si se considera el trabajo en el bosque, estas labores pueden requerir el desplazamiento por terrenos irregulares, en laderas con pendiente y en sotobosques densos. Más aún, las condiciones climáticas, pueden humedecer las superficies por las cuales se transita, favoreciendo el deslizamiento y caída de los motosierristas. Por otra parte, el calor ambiental puede incrementar la carga física y acelerar el proceso de fatiga. En cuanto al peso que se carga durante el trabajo, este corresponde básicamente a la motosierra y al equipo de protección personal. También, si se considera los desplazamientos hacia y en el bosque, se requiere incluir el bidón con combustible y aceite, las herramientas para la mantención de la cadena y, en volteo, la cuña e implementos para golpearla. Mediciones del peso que transporta el trabajador, incluyendo motosierra, bidón y equipo de protección personal como guantes, slack, pantalón anticorte y calzado de seguridad, indican que éste oscila en un rango de 12 a 17 kg. Uno de los factores que influye en la sobrecarga, lo constituye las diferencias de peso que existen entre las marcas y modelos de motosierras, lo que se analizará más adelante en este capítulo. A diferencia del trabajo con herramientas manuales, las de potencia incorporan nuevos agentes ambientales o incrementan su intensidad. De este modo, si no se controla la exposición de los trabajadores, estos agentes pueden deteriorar la salud. Entre los agentes físicos destacan, el ruido y las vibraciones. En menor medida, se presenta la contaminación química con gases de combustión y el manejo de combustible y aceites de tipo natural o mineral. Respecto de las actividades de volteo, estas se caracterizan porque el operario tiene cierto grado de libertad para administrar los períodos de trabajo. En cuanto a las tareas que desempeña, debe estar capacitado para decidir cuál es la dirección, forma y el momento más adecuado para voltear los árboles. Para ello debe verificar si hay trabajadores en el área de caída del fuste, la existencia de obstáculos sobre los cuales podría caer el árbol y la pendiente del terreno, así como también, debe estar capacitado para decidir la técnica de volteo más adecuada según el diámetro del fuste, la inclinación del árbol y la dirección que favorece el madereo. Debido a los riesgos a los que está expuesto el operario, como cortes con la motosierra, caída de ramas y el rompimiento y retroceso del fuste, el operario debe estar capacitado para realizar procedimientos seguros y emplear convenientemente el equipo de protección personal. Además, debe trabajar concentrado y disponer del conocimiento para detectar señales de peligro y proceder en caso de emergencia.
En cuanto a las actividades de desrame, al igual que en volteo, el trabajador tiene cierto grado de libertad para administrar los tiempos de trabajo. Respecto de las tareas, éstas demandan un gran esfuerzo físico, debido a que el operario se desplaza por terrenos irregulares, deslizando la motosierra alrededor y a lo largo del fuste, para que, al pasar la espada próxima al fuste, la cadena corte las ramas. Dependiendo de las condiciones del terreno y la altura que queda el árbol respecto del suelo, el operario, para cortar las ramas, debe modificar la postura de trabajo. En la medida que el fuste esté a una menor altura, existirá una mayor inclinación y sobrecarga a nivel de la columna vertebral. Del mismo modo, el operario transita por superficies inestables y con obstáculos. Ello exige una gran destreza para operar la motosierra, evitar caídas y cortes. Respecto de riesgos específicos, el operario debe ponderar en el desrame la estabilidad del fuste, toda vez que, al cortar una rama que sirve de soporte, éste puede deslizar o rodar, generando accidentes por golpes o atrapamiento del propio operario o compañeros. En las faenas estudiadas, las actividades de trozado se realizaban preferentemente en cancha. En este sentido, es importante destacar que existen ciclos bastante estructurados de trabajo y esperas. Estos ciclos están condicionados por los flujos de madera que llegan a la cancha. En la medida que existan mayores niveles de mecanización, los trabajadores estarán expuestos a los riesgos que implica el efectuar actividades con máquinas en el área de trabajo. Al respecto, podemos señalar, el ruido y los accidentes por atropello y atrapamiento. Respecto de carga física, el desplazamiento del trabajador es más estable, por lo tanto, existen menos riesgos de caídas. La mayor sobrecarga, se genera por las adaptaciones posturales que el motosierrista realiza para acercar la espada a los fustes. También, requiere ponderar constantemente la estabilidad de los fustes y trozas, debido a que al ser trozados, éstos pueden perder puntos de apoyo y desplazarse o rodar en dirección de ellos mismos o de los ayudantes.
2.2. Exigencias psicológicas de los motosierristas Las principales exigencias mentales que impone esta actividad están en relación con la alta carga emocional que enfrentan, debido a que: El trabajo que realiza es de alto riesgo o peligro vital Se les exigen altos niveles de exactitud, calidad y perfección en los resultados de su labor Deben velar por el control de su ritmo de trabajo, de la sincronización de las actividades con sus colegas, del cumplimiento de los compromisos y de la calidad del trabajo entregado
Por otra parte, se identifica una carga cognitiva, relacionada con la toma de decisiones, ya que, pese a operar de acuerdo a procedimientos establecidos, debe decidir la forma mas indicada de operación, comparar la información del entorno físico de trabajo y analizar las alternativas que guíen su decisión. Al mismo tiempo, requiere monitorear sus propias acciones. Otra exigencia mental relativamente pesada en estos trabajadores, es la derivada de la utilización de mecanismos sensorio-motores. Al respecto, realizan ciclos de trabajo que pueden tener una duración superior o inferior a 5 min., dependiendo de si voltean y desraman, o sólo voltean y, además, deben mantener una alta demanda de atención y concentración para garantizar la calidad del trabajo y la seguridad personal, como así también la de sus compañeros de trabajo. Por lo tanto, esta actividad es considerada como relativamente pesada en cuanto a la carga mental asociada a este factor. 2.3. Características de las motosierras La motosierra es una herramienta que ha presentado una constante evolución en el tiempo. Los productos actuales son más seguros y eficientes. Esto se refleja, por ejemplo, en los sistemas de seguridad, ya que todos los modelos evaluados tenían freno de cadena accionado en forma automática o por inercia, captor de cadena, seguro contra aceleraciones involuntarias y protección del mango posterior contra el golpe de la cadena, en caso que ésta se corte. Respecto de los mangos de las motosierras, su diseño juega un rol fundamental debido a que son la interfase entre el equipo y el operador. El tamaño y ubicación de los mangos puede condicionar en forma importante la capacidad de desarrollo de fuerza, el alcance, la presión y la resistencia al esfuerzo del operario. En las motosierras estudiadas, los mangos anteriores eran cilíndricos y los posteriores de caras planas y bordes redondeados. Estas formas favorecen la disipación de presiones, particularmente el cilíndrico; el de caras planas, le otorga estabilidad para mantener la herramienta en una línea de trabajo o para contrarrestar torques, que se generen a nivel del mango posterior. Respecto del diámetro de los mangos anteriores y posteriores, este osciló entre 2,5 y 3 cm, lo cual permite efectuar una tomada de fuerza y favorecer la disipación de presiones. En cuanto a la disposición de los mangos, el anterior presenta una ligera angulación en el plano antero posterior. Ello, con el objetivo de reducir la desviación cubital de muñeca, que debe efectuar la mano izquierda para sostener la motosierra. En cuanto al mango posterior, en todos los modelos estudiados, éste tiene un largo y espacio para los nudillos de los dedos, que permite una tomada sin restricciones para los usuarios. Debido a que esta es una herramienta de potencia, es fundamental incorporar en el análisis, variables relacionadas con la potencia que es capaz de desarrollar, el peso, el ruido y las vibraciones que genera. Respecto del ruido, se registró el nivel de ruido equivalente (Leq), mediante un dosímetro marca Quest Q-500, a nivel del oído de los trabajadores, en instantes que la motosierra funcionaba y se efectuaba
desrame o trozado. Debido al riesgo que implica efectuar estas mediciones en volteo, por la necesidad de mantener el micrófono cerca del oído del operario, mientras efectúa los cortes de dirección y caída, no se registró esta información para motosierras durante el volteo. En forma complementaria, se efectuó un segundo tipo de evaluación de ruido. Este consistió en registrar el nivel de ruido en períodos de tiempo que consideran el ritmo de trabajo en términos de actividad y detenciones. Para ello, se registro el nivel de ruido equivalente en períodos no inferiores a una hora, y se le solicitó al trabajador que mantuviese un ritmo de trabajo similar al que seguía, cuando trabajaba rutinariamente. En cuanto a las mediciones de vibraciones, se utilizó un instrumento marca Brüel & Kjaer modelo 2513. Para efectuar las mediciones, se sitúa un sensor o transductor en uno de los mangos de la motosierra. Para registrar la información, el medidor de vibraciones se conecta con un cable al transductor. Por esta limitante de proximidad, que es necesario mantener con el operador, se desistió de efectuar mediciones en motosierristas de volteo. Por lo tanto, la información que se analiza en vibraciones, también se circunscribe básicamente a labores de trozado y desrame. Los resultados de las mediciones y la información sobre el peso y potencia de las motosierras se resume en las tablas 10.5, 10.6 y 10.7. En cuanto al peso, con la finalidad de presentar un valor estándar, la información que se resume en las tablas, corresponde a la obtenida de catálogos y representa el peso del motor sin espada, cadena, combustible ni aceite. Respecto de los resultados, se puede observar que, en faenas de desrame y trozado, se utilizan motosierras de diferente cilindrada, potencia y peso. En cuanto a esta última variable es importante destacar que, en los modelos estudiados, si se suma la carga que impone la cadena y la espada y se considera el estanque lleno de combustible, el peso de la herramienta puede incrementarse entre 2 a 3,5 kilogramos. Por lo tanto, un trabajador que utiliza una motosierra con un motor de 5,7 kg, con equipo completo, puede perfectamente aumentar a 7,5 u 8 kg de peso, y para un motor de 7,5 kg, incrementar el peso por sobre los 10 kg. Este, como se señaló antes, es un factor relevante en el nivel de sobrecarga a la cual está expuesto el trabajador. En este sentido, si se considera el tipo de motosierra más liviana, se estimó que el nivel de sobrecarga, para la región lumbar es riesgosa. Por ejemplo, en una acción de trozado, como la ilustrada en la figura 10.30, la inclinación de columna y el desplazamiento del peso de la motosierra respecto del operario, genera un importante incremento del torque a nivel de columna vertebral y compresión de los discos intervertebrales. Estudios en los que se asocia trastornos músculo-esqueléticos de columna lumbar en relación a las cargas desplazadas, revelan que, cuando la compresión a nivel de los discos intervertebrales ubicados entre la vértebra lumbar 5 y vértebra sacra 1, supera los 350 kilogramos fuerza, aumenta en forma progresiva la probabilidad de daño para la columna lumbar. Del mismo modo, si la compresión supera los 750 kilogramos fuerza, la labor es de alto riesgo.
Tabla 10.5. Motosierras estudiadas en faenas de volteo Características
Unidades
Cilindrada Potencia peso del motor, sin espada y cadena nivel de ruido equivalente de ciclos representativos
Cc KW Kg
A1 61,5 3,4 5,7
dB(A)
97,4
Motosierras A2 70,7 3,8 5,9 102,1
B1 67,0 3,2 6,2 92,0
Tabla 10.6. Motosierras estudiadas en faenas de desrame Características Cilindrada Potencia Peso sin espada y cadena Nivel de ruido equivalente de ciclos representativos Nivel de ruido equivalente de desrame Nivel de vibraciones equivalente del ciclo de trozado
Unidades A1 61.5 3.4 5.7
Motosierras A2 B1 70.7 67 3.8 3.2 5.9 6.2
C1 61.5 3.2 6.3
93.6
102.4
93.2
101.3
dB(A)
100.4
110.6
100.1
107.2
M/seg2
3.7
5.5
3.5
3.5
Cc KW Kg dB(A)
Tabla 10.7. Motosierras estudiadas en actividades de trozado Características
Unidades Cc KW Kg
Motosierras A1 A3 61.5 91.6 3.4 5.0 5.7 7.3
Cilindrada Potencia Peso sin espada ni cadena Nivel de ruido Equivalente de ciclos representativos Nivel de ruido equivalente de trozado Nivel de vibraciones equivalente de trozado
B1 67 3.2 6.2
B3 87 4.5 7.5
dB(A)
96.5
95.8
96.3
98.6
dB(A)
105.1
103.1
103.9
106.2
m/seg2
4.4
8.5
3.9
10
Figura 10.30. Postura de trabajo adoptada por un motosierrista durante el trozado
Al respecto, si se toma como referencia una persona que mide 170 cm y pesa 70 kilogramos, operando una motosierra en trozado de 7 kg, con una inclinación de columna de 45º respecto de la vertical y alejada 50 cm del centro de masa del cuerpo, la presión intradiscal a nivel de la vértebra lumbar 5 y la vértebra sacra 1, sería superior a 350 kg fuerza. Una condición de trabajo de esta naturaleza, que es frecuente en las labores del motosierrista, indica que estos trabajadores están expuestos a trastornos de columna, o que exista una alta probabilidad que, con el transcurso del tiempo, presenten cuadros incapacitantes temporales o permanentes. En cuanto a los resultados obtenidos de las emisiones de ruido, en las tablas 10.5, 10.6 y 10.7 se presentan los resultados de las evaluaciones realizadas durante períodos de tiempo que representan los ciclos de trabajo efectuado durante el volteo, desrame y trozado. Como se puede apreciar, el promedio del nivel de ruido equivalente fue superior a 92 dB (A), en todos los modelos estudiados. En este sentido, es importante destacar, que el riesgo de sordera profesional se presenta cuando el nivel equivalente de ruido de una jornada de 8 horas, es igual o superior a 85 dB (A). Por lo tanto, se puede señalar que, independiente de las marcas o modelos de motosierra, los trabajadores están expuestos a niveles elevados de
ruidos, y para prevenir el riesgo de desarrollar una sordera profesional, es fundamental que utilicen protectores auditivos que atenúen el ruido en al menos 20 a 25 dB (A). Respecto de las vibraciones, se observa una tendencia muy clara, en la cual, una mayor cilindrada y potencia de las motosierras, se asocia con vibraciones más intensas. En cuanto al efecto de las vibraciones en el ser humano, las consecuencias son fatiga de la extremidad superior y el “síndrome de dedos blancos”. En este último tipo de trastorno, las vibraciones generan una alteración del control vascular periférico, reduciendo el flujo de sangre, lo cual modifica la tonalidad de los dedos y manos. La alteración se acompaña de trastornos de sensibilidad de los dedos, los motosierristas sienten hormigueo o pinchazos en las zonas afectadas, con sensaciones de adormecimiento y dolor. Al respecto, es importante señalar, que las alteraciones son producto de un proceso acumulativo. En cuanto al límite de exposición para una jornada de 8 horas, la variable que se considera es la intensidad de las vibraciones, la cual no debe exceder los 4 m/seg2. Como se puede observar en las tablas 10.6 y 10.7, algunas motosierras evaluadas sobrepasan ampliamente este valor. En este sentido, como medida preventiva, el incremento en el nivel de vibraciones debe estar acompañado de una reducción del tiempo de exposición. Por ejemplo, para un nivel de vibraciones de 10 m/seg2, el tiempo de exposición no debería ser superior a 3 horas diarias. Como se puede deducir, la recomendación principal para reducir el riesgo a que están expuestos los trabajadores, sin disminuir los tiempos dedicados al trabajo con motosierra, es seleccionar herramientas cuya cilindrada, potencia y peso, se ubiquen dentro de los valores inferiores del rango estudiado. En este sentido, la pregunta que surge, es bastante obvia, ¿qué ocurre con el rendimiento, si se selecciona una motosierra que tiene menor potencia y cilindrada? Para tratar de contestar esta pregunta, se analizarán las tendencias observadas en dos de los estudios efectuados como parte de este proyecto, uno de volteo y otro de trozado. Para poder comparar el trabajo efectuado con diferentes motosierras, se tuvo que seleccionar actividades realizadas en el mismo predio, de modo que las condiciones del terreno, el rodal y el clima fuesen lo más semejantes posible. Al respecto, las tablas 10.7 y 10.8, resumen los resultados obtenidos en estas actividades. Con respecto al volteo, en la tabla 10.8 se puede observar que, si se compara una motosierra de 3,8 KW de potencia con otra de 5 KW, para un DAP similar, los rendimientos son semejantes. Respecto al trozado, en la tabla 10.9 se aprecia que, al igual que en el volteo, prácticamente no existen diferencias en el rendimiento. Tabla 10.8. Comparación de motosierras en volteo Características Peso motor, sin espada y cadena
Unidades Kg
B2 5.9
B3 7.3
Potencia DAP Volumen Pendiente
Kw Cm m3/hora %
3.8 38.7 35.0 16.0
5.0 39.0 35.1 7.7
Tabla 10.9 Comparación de motosierras empleadas en trozado Características Peso del motor sin espada y cadena Potencia DAP Volumen
Unidad kg kw cm m3/hora
A1 6.2 3.2 29.1 15.84
B1 5.7 3.4 30.0 15.85
En forma complementaria a lo descrito anteriormente, es importante destacar la opinión de los trabajadores, en relación a los criterios que emplean para elegir la marca y modelo de motosierra que adquieren. En este sentido, los tres factores que citan con mayor frecuencia son el precio, la facilidad para disponer de repuestos y el peso de las motosierras. En cuanto al peso, señalan que es una característica que influye notoriamente en la fatiga que sienten en sus brazos. Es interesante que, con respecto al peso, y su relación con la potencia, el comentario más frecuente fue que una herramienta de mayor potencia y peso permitía efectuar cortes más rápidos, pero como la acción se efectuaba en reiteradas oportunidades durante la jornada, en la medida que avanzaba el día, percibían mayor cansancio en los brazos. 2.4. Técnica La técnica en el trabajo con motosierra depende de la actividad que se quiera realizar con esta herramienta. Como se mencionó anteriormente, entre las labores que se pueden ejecutar con una motosierra está el volteo, trozado y desrame y sus posibles combinaciones. 2.4.1. Técnica de volteo con motosierra Por las condiciones topográficas que presenta nuestro país, el volteo con motosierra es y seguirá siendo una de las actividades más comunes y peligrosas del sector forestal. Esta actividad presenta una serie de complicaciones y peligros en su ejecución, por lo que se requiere que el personal que la realiza esté capacitado en aspectos de seguridad y técnicas de trabajo. 2.4.1.1. Recomendaciones generales Antes de que un trabajador proceda al volteo, debe tener presente lo siguiente:
Evitar que el árbol volteado caiga sobre otros árboles No voltear en condiciones de lluvia y/o escasa visibilidad En terrenos sin pendiente, por lo general la caída de los árboles debe hacerse en dirección contraria al sentido de madereo. Esto permite que el carguío sea más fácil por que se realiza por la base del árbol. En lo posible, los árboles deben quedar paralelos entre si, para facilitar el desrame y carguío En terrenos con pendiente nunca se debe voltear a favor de la ladera o en dirección de las curvas de nivel, ni tampoco voltear contra la pendiente, en lo posible se debe voltear en sentido diagonal al de la pendiente Evitar que los árboles caigan sobre depresiones, montículos u otros obstáculos 2.4.1.2. Limpieza del área de trabajo En cuanto a la limpieza del fuste y área de trabajo: Limpiar la base del árbol de manera de permitir, posteriormente, realizar los cortes de dirección y caída lo más abajo posible Utilizar el tronco del árbol como protección, ubicándose al lado opuesto de las ramas a cortar Desramar hasta la altura del pecho Al eliminar el matorral, mover la motosierra de izquierda a derecha, para evitar el golpe de retroceso Seleccione dos vías de escape, las cuales deben estar en dirección opuesta a la dirección de caída del árbol Al iniciar el volteo se debe considerar lo siguiente: Antes de comenzar el corte verificar que no haya personas en el área de caída del árbol Elegidos los árboles a voltear determinar la dirección de caída, considerando la distribución de los caminos de madereo, la inclinación natural del árbol, la dirección del viento, la pendiente, la forma de los árboles y la densidad del bosque Es fundamental que la dirección de caída favorezca el madereo. Para ello se debe considerar la dirección y distancia de la probable vía de transporte de trozas a la cancha. También se debe tomar en cuenta la irregularidad y pendiente del terreno, de modo de facilitar las labores de estrobado La técnica de volteo va a depender de: La pendiente en que se encuentre el árbol a voltear. La relación entre el diámetro del tocón y la longitud de la espada. 2.4.1.3. Cortes de dirección . Mirar hacia la dirección elegida de volteo .
Adoptar una postura adecuada de trabajo, separando los pies, manteniendo las rodillas dobladas, con la espalda recta y apoyando los codos en los muslos. Como se puede apreciar en la figura 10.31, el corte de dirección se compone de un corte superior que es oblicuo y de uno inferior que es horizontal.
Figura 10.31. Motosierrista realizando los cortes oblicuos y horizontal, en el inicio de la etapa de volteo
Corte oblicuo
Corte horizontal
El motosierrista debe comenzar por el corte oblicuo, realizándolo con un ángulo igual o superior a 45º. Se recomienda que el corte se haga lo más abajo posible, efectuando el corte oblicuo y el corte horizontal con la parte inferior de la cadena. Si el volteo se ejecuta en pendiente, es recomendable que el corte oblicuo sea cercano a 60º . Ello con el propósito de retardar el quiebre del árbol y lograr una caída más controlada por la pendiente.
La profundidad del corte debe ser alrededor de un 1/4 a 1/5 del diámetro del árbol Se debe hacer coincidir exactamente el corte horizontal con el oblicuo a) Cortes de dirección para diámetros superiores a la longitud de la espada. a1) Realizar la mitad del corte oblicuo de 45º desde un lado del árbol, luego se debe cambiar la posición y terminarlo desde el otro lado . a2) El corte horizontal se debe realizar comenzando desde la posición en que se encuentra, girando luego la motosierra alrededor del árbol, hasta liberar la muesca.
2.4.1.4 Corte de Caída. La técnica de ejecución del corte de caída (figura 10.32) depende de varios factores, tales como el diámetro de los árboles, la inclinación natural, la forma del fuste y la longitud de la barra El corte de caída es opuesto al de dirección. Este se debe realizar 2.5 a 5.0 cm, sobre el corte de dirección horizontal El corte de caída no debe llegar al corte de dirección, se debe dejar bisagra de aproximadamente 1/10 del diámetro del árbol. Esta bisagra evita que el tronco retroceda violentamente y permite controlar la dirección de caída del árbol El corte de caída debe ser recto dejando la bisagra de espesor uniforme Se debe dejar de cortar cuando el árbol comienza a caer Figura 10.32. Motosierrista iniciando el corte de caída
a) Cortes de caída para diferentes condiciones. En cuanto a los cortes de caída se producen situaciones que se relacionan con el diámetro de los árboles y la longitud de la espada de la motosierra.
a1) Arboles cuyo diámetro es inferior a la longitud de la espada. Apoyar la motosierra detrás de la bisagra y comenzar a realizar el corte girándola hasta que el árbol inicie su caída, en la forma en que se ilustra en la figura 10.33. Este corte se puede realizar de dos maneras. La primera de ellas es con la cadena empujando, la cual tiene la ventaja que el corte direccional y de caída se realizan desde la misma posición. La otra alternativa es con la cadena tirando, lo que permite un corte más preciso, pero el motosierrista tiene que cambiar de posición. Figura 10.33. Motosierrista finalizando el corte de caída, cuando la espada es mayor al diámetro del árbol
a2) Arboles cuyo diámetro es superior hasta dos veces la longitud de la espada. En el corte de caída se debe entrar con el acelerador a fondo para efectuar una incisión detrás del corte de dirección. Este corte se realiza con la parte inferior de la punta de la barra, luego se introduce la barra de punta, completando el corte hasta la bisagra de 5 cm de espesor. Posteriormente se gira la motosierra en torno al árbol, hasta el otro extremo de la bisagra. (figura 10.34)
Figura 10.34. Diagrama de corte de caída en árboles cuyo diámetro es superior a la longitud de la espada Segundo paso
Primer paso Dirección de caída
Dirección de caída
Tercer paso Dirección de caída
a3) Arboles cuyo diámetro es superior a dos veces la longitud de la espada. Realizar un corte de dirección grande y profundo. Posteriormente introducir la punta de la barra haciendo un corte de defensa contra el rebote. Una vez introducida la barra, esta se mueve en forma de abanico realizando una entrada en el centro del corte de dirección.(figura. 10.35 y 10.36.), denominado corte de corazón, para finalmente ejecutar el corte de caída con la misma técnica anteriormente descrita. Figura 10.35. motosierrista realizando un corte de pinchazo con la punta de la herramienta
Figura 10.36 esquema del movimiento de abanico que se realiza con la motosierra en el interior del árbol
Corte de dirección
2.4.1.5 Casos especiales en el volteo
a) Volteo de árboles inclinados La dirección de caída de estos árboles debe orientarse hacia un lugar determinado aún cuando él árbol presente una inclinación natural. La técnica de corte consiste en dejar una bisagra más delgada al mismo lado de su inclinación. Si la inclinación natural del árbol coincide con la dirección de caída deseada, se debe realizar orejas de volteo antes de iniciar el corte de caída El volteo con “orejas” debe practicarse en arboles rectos y en aquellos cuya inclinación natural coincida con la dirección de caída elegida. En aquellos árboles torcidos o inclinados que no cumplan la condición anterior, solo se podrá hacer oreja a un solo lado. Este corte tiene por finalidad prevenir rajaduras de la madera.
Figura 10.37. Motosierrista realizando el corte de "orejas" para prevenir la rajadura de la madera
b) Volteo de árboles enganchados. En esta instancia lo principal es actuar con precaución ya que es una situación muy peligrosa Observar la bisagra, y si todavía permanece unida al tocón, pararse fuera de la posible trayectoria del árbol por si este retrocede y cortar con extremo cuidado el resto de la bisagra Si aún el árbol permanece enganchado se recomienda realizar las siguientes actividades. a) Girar el fuste. Establecer la dirección en la que debe girarse el fuste para soltarlo o liberarlo de las ramas u obstáculos en los cuales se encuentra enganchado. Como implemento se puede emplear diferentes herramientas entre las que se destacan palancas de volteo, ganchos o cuerdas que se ilustran en la figura 10.38.
Figura 10.38. a) ganchos; b) palanca de volteo; c) cuerda de rotación; d) palancas de gancho
A
C
B
D
Tirar el fuste hacia atrás. Para esto el operario debe emplear una vara de madera como palanca. Para empujar el fuste, la vara se apoya en el piso, se fija con los antebrazos y mediante la acción de elevación de piernas se realiza la palanca. La espalda debe permanecer recta como se ilustra en la figura 10.39. En caso de ser necesario, el árbol enganchado puede ser tirado por dos o más trabajadores, empleando dos varas como lo muestra la figura 10.40
Figura 10.39 Trabajador empujando el fuste enganchado con una adecuada técnica
Figura 10.40 Dos trabajadores desenganchando un fuste con varas
En casos difíciles, si las condiciones del terreno lo permiten, tirar el árbol con la ayuda de máquinas Lo que nunca se debe hacer y que es común en nuestros bosques, es lo que se destaca en la figura 10.41, vale decir colocarse debajo del árbol montado y cortar el árbol sostén. Al mismo tiempo es muy riesgoso dejar árboles colgados en el bosque. Figura 10.41 Motosierrista cortando el árbol sostén, para liberar el árbol enganchado
2.4.2 Técnica segura de desrame con motosierra Antes de proceder a desramar, se deben tener algunas consideraciones previas, las cuales van a permitir efectuar un trabajo seguro y de buena calidad. Estas son: Identificar ramas que sirven de soporte al fuste, las cuales, si se cortan, lo deslizan o lo hacen rodar No efectuar desrame, si se observa que el fuste esta en una posición inestable, en pendiente, con probabilidades de rodar o deslizarse al cortar sus ramas Si el fuste está diagonal o paralelo a las curvas de nivel, no ubicarse pendiente abajo respecto del fuste para desramarlo, ni cortar las ramas que sirven de soporte Después de considerar estas precauciones se procede a desramar con alguna de las siguientes alternativas metodológicas: Método de palanca: La motosierra se emplea como una palanca; esta técnica se usa en árboles que tienen ramas regulares. La motosierra se hace correr en proceso de seis pasos, en los cuales el operador no cambia de lugar, y en todo momento el peso de la motosierra descansa sobre el fuste, y la barra queda fuera del alcance de las piernas Método de palanca modificado: Cuando la distancia entre verticilos, es superior a 70 cm., se debe modificar el esquema de movimiento. Por lo tanto, el desplazamiento tiene lugar en la posición que se ilustra en la figura 10.42 Figura 10.42. Método de Palanca modificado
3 Posición de los pies
3 Sentido de avance Método del Péndulo: El motosierrista realiza un movimiento pendular. Este método es adecuado para árboles con ramas delgadas, en gran cantidad y disposición irregular Independiente del método utilizado, el desrame seguro requiere las siguientes fases: 2.4.2.1. Desramado de ramas ubicadas en la parte lateral y superior del fuste Situarse de pie en una posición estable, al lado izquierdo del fuste derribado, mirando en dirección de la copa del árbol (figura 10.43)
Figura 10.43. Motosierrista desramando en el lado izquierdo del fuste y en dirección a la copa del árbol
Realizar los cortes con la parte superior e inferior de la espada, dependiendo de la posición de las ramas Como se aprecia en la figura 10.44, para avanzar hacia la copa del árbol, esto sólo se debe hacer cuando la motosierra se encuentra al lado derecho, opuesto al de desplazamiento
Figura 10.44. Motosierrista desramando al lado opuesto, es solo en este caso que este puede avanzar
2.4.2.2. Corte de ramas ubicadas en la cara inferior del fuste La aplicación de esta técnica va depender de la altura en que se encuentre el fuste. Si el fuste está a una altura entre cadera y rodilla, se puede emplear la técnica de barrido. Para ello, una vez que se haya desramado las caras laterales y superiores del fuste, se desliza la motosierra por la cara inferior de éste, cortando las ramas con la parte superior de la cadena. Este procedimiento se puede efectuar cada vez que se haya avanzado aproximadamente 1.5 m a lo largo del tronco Si el fuste está a nivel del suelo y las condiciones del terreno permiten girarlo, una vez que se haya desramado las caras laterales y superior, el operario lo mueve, de modo de dejar expuestas las ramas que aún no han sido cortadas. Se debe ubicar al lado izquierdo y, con la parte superior de la cadena cortar las ramas, desplazándose a lo largo del fuste Si las condiciones del terreno y/o altura del fuste no permiten aplicar alguno de los métodos descritos, el desrame lo finalizará el motosierrista de cancha 2.4.2.3. Consideraciones generales en el desrame No cambiar la postura de los pies mientras la sierra esté en el lado izquierdo del fuste
Trabajar cerca de la motosierra, para sobrecargar menos la espalda Tener cuidado con otras ramas, troncos de apoyo y extremos de troza Emplear una longitud de barra guía que corresponda a la dimensión del árbol Tener siempre cuidado con los movimientos del árbol y de las ramas Eliminar primero las ramas que dificultan el trabajo Bajo el árbol volteado, generalmente, quedan ramas tensionadas que al cortarlas pueden producir fuertes golpes. Antes de desramar observar la situación y proceder evitando quedar en la trayectoria de la rama tensionada Para ejecutar el desrame evitar desplazarse sobre el tronco. Es una superficie muy inestable y en ocasiones resbalosa al desprenderse la corteza del árbol 2.4.2. Técnica de trozado con motosierra Para desarrollar esta actividad en forma correcta, que se realiza, tanto en bosque como en cancha, en la figura 10.45. se puede apreciar la técnica para realizar esta operación: Separar los pies, situando el derecho en la línea de corte Doblar ligeramente las rodillas, con la pierna derecha detrás del mango delantero y pierna izquierda hacia afuera Mantener rectas las muñecas Apoyar el equipo sobre el árbol, a medida que se avanza en el desrame Si el tronco tiene una curvatura hacia abajo, primero comenzar el corte en la parte más alta y luego seguir hacia abajo y, si la curvatura es hacia arriba, viceversa Cuando se troza en pendiente, situarse en la parte superior y colocar una cuña en el fuste para evitar que éste se deslice por la pendiente y provoque accidentes a las personas que están realizando sus labores más abajo
Figura 10.45. Motosierrista empleando una correcta técnica de trozado en el bosque
2.4.3. Distribución de los tiempos Para efectos de estudios de tiempo, esta faena se divide en actividades principales y secundarias. Actividades principales: Limpieza del área de trabajo Trabajo con la motosierra: volteo, desrame y trozado Desplazamiento Actividades secundarias: Materiales Personales Esperas Generales Detenciones 2.5. Vestuario El vestuario del motosierrista debe ser considerado en detalle y tener claras especificaciones ya que están expuestos a ruido, vibraciones, caída de ramas y
fustes y principalmente a cortes en las zonas más expuestas como muslos, piernas y bajo vientre. Ellos necesitan algunos implementos para todo el año y otros que varían según la estación. Deben usar: Casco con protector auditivo y visual incorporado Guantes antideslizantes Pantalón anticorte en invierno Perneras anticorte para los meses estivales Chaqueta con canesú de color Traje de agua Botas de goma con clavos y punta de acero para invierno Chaleco reflectante Zapatos de seguridad Las especificaciones de cada uno de estos implementos de vestuario y seguridad están detallados en el capitulo 8 Independiente de la época de año, el motosierrista debe contar con el siguiente equipo adicional para resolver en forma adecuada problemas y situaciones que se puedan presentar durante su trabajo Herramientas de reparación, ajustes menores y mantención Repuestos de cadena y bujías Bidón plástico hermético combinado para aceite y mezcla Hacha de 2 lbs de lomo liso Cinta métrica retráctil Cuña de volteo 5" x1"x 2.5" Ganchos, tenazas y palancas de volteo Cinturón portaherramientas Botiquín de seguridad 2.6. Rendimientos de referencia Como se señaló antes, la motosierra se usa para realizar distintas actividades, o combinaciones de ellas, dependiendo de la mecanización que se disponga y de la técnica que se emplea. Dentro de estas alternativas se encuentra el volteo, volteo combinado con desrame, desrame, trozado y volteo con desrame y trozado. En el texto que continúa se presentará los estudios realizados para obtener rendimientos de referencia con el uso de la motosierra. Para cada actividad se presentará los valores promedio, desviación estándar, mínimo y máximo y el número de jornadas de observación. Luego se presentará la ecuación de regresión para la estimación del rendimiento y una tabla para el cálculo de este a partir de variables fáciles de medir antes de iniciar la faena. 2.6.1. Motosierristas que voltean en cosecha
En la tabla 10.10 se resumen las variables medidas a motosierristas que voltean en trabajos de cosecha. Tabla 10.10. Variables medidas a motosierristas que voltean en cosecha (n=68) Variables Carga física de trabajo Frecuencia cardíaca (latidos/min) Carga Cardiovascular Rodal DAP (cm) Volumen por árbol (m3 árbol) Clima y Terreno Temperatura (ºC) Pendiente (%) Distribución de tiempos Tiempos principales (%) Tiempos secundarios (%) Rendimiento Arboles por hora (n) Volumen por hora (m3/hora)
Promedio
Desviación estándar
Mínimo Máximo
100.8 34.0
8.0 6.6
82.7 17.5
119.7 51.3
30.7 0.9
7.7 0.4
19.2 0.3
44.4 1.7
17.7 21.3
6.9 14.3
7.5 5.0
37.0 62.0
65.3 34.7
25.8 25.8
19.7 0
100 80.3
26 21.3
10.4 10.0
11.0 7.4
56 43.0
La regresión paso a paso efectuada en estos trabajadores dio los siguientes resultados: RH(m3) =-7.427+0.258*CC+0.187*TP+9.999*VA-0.066*P Indicadores estadísticos: R: 0.93; R2: 0.87; error estándar: 3.8; p>0.001 Donde: RH = rendimiento expresado en metros cúbicos por hora CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje TP = Porcentaje de la jornada dedicado a la actividad principal VA = Volumen por árbol expresado en metros cúbicos P = Pendiente del lugar de trabajo En base a los antecedentes anteriores se preparó la tabla 10.11, para la estimación de rendimientos de referencia para motosierristas que voltean en cosecha. Tabla.10.11. Tabla para la estimación de rendimientos de referencia (m 3/hr) de motosierristas que sólo voltean en cosecha T.PRINCIPALES 55 % 15%pend 30%pend 50%pend VOL/ARB CC CC CC CC CC CC
T. PRINCIPALES 65 % 15%pend 30%pend 50%pend CC CC CC CC CC CC
30% 40% 30% 40% 30% 40% 30% 40% 30% 0,40 13,6 16,2 12,6 15,2 11,3 13,9 15,5 18,1 14,5 0,48 14,4 17,0 13,5 16,0 12,1 14,7 16,3 18,9 15,3 0,58 15,4 17,9 14,4 17,0 13,1 15,6 17,2 19,8 16,2 0,68 16,4 18,9 15,4 18,0 14,1 16,6 18,2 20,8 17,2 0,78 17,4 20,0 16,5 19,0 15,1 17,7 19,3 21,9 18,3 0,90 18,6 21,2 17,6 20,2 16,3 18,9 20,5 23,1 19,5 1,02 19,8 22,4 18,9 21,4 17,5 20,1 21,7 24,3 20,7 1,16 21,2 23,7 20,2 22,8 18,9 21,4 23,0 25,6 22,0 1,30 22,6 25,1 21,6 24,2 20,3 22,8 24,4 27,0 23,4 1,44 24,0 26,6 23,1 25,6 21,7 24,3 25,9 28,5 24,9 1,60 25,6 28,2 24,6 27,2 23,3 25,9 27,5 30,1 26,5 1,76 27,2 29,8 26,3 28,8 24,9 27,5 29,1 31,7 28,1 1,94 29,0 31,5 28,0 30,6 26,7 29,2 30,8 33,4 29,8 2,12 30,8 33,3 29,8 32,4 28,5 31,0 32,6 35,2 31,6 2,30 32,6 35,2 31,7 34,2 30,3 32,9 34,5 37,1 33,5 2,50 34,6 37,2 33,6 36,2 32,3 34,9 36,5 39,1 35,5 T. PRINCIPALES 75 % 15 % pendiente 30 % pendiente 50 % pendiente VOL/ARB CC CC CC CC CC CC 30% 40% 30% 40% 30% 40% 0,40 17,3 19,9 16,4 18,9 15,0 17,6 0,48 18,2 20,8 17,2 19,8 15,9 18,5 0,58 19,1 21,7 18,1 20,7 16,8 19,4 0,68 20,1 22,7 19,1 21,7 17,8 20,4 0,78 21,2 23,8 20,2 22,8 18,9 21,5 0,90 22,3 24,9 21,4 23,9 20,0 22,6 1,02 23,6 26,2 22,6 25,2 21,3 23,9 1,16 24,9 27,5 23,9 26,5 22,6 25,2 1,30 26,3 28,9 25,3 27,9 24,0 26,6 1,44 27,8 30,4 26,8 29,4 25,5 28,1 1,60 29,3 31,9 28,4 30,9 27,0 29,6 1,76 31,0 33,6 30,0 32,6 28,7 31,3 1,94 32,7 35,3 31,7 34,3 30,4 33,0 2,12 34,5 37,1 33,5 36,1 32,2 34,8 2,30 36,4 39,0 35,4 38,0 34,1 36,7 2,50 38,3 40,9 37,4 39,9 36,0 38,6 2.6.2. Motosierristas que sólo desraman en cosecha
40% 17,1 17,9 18,8 19,8 20,9 22,1 23,3 24,6 26,0 27,5 29,1 30,7 32,4 34,2 36,1 38,1
30% 13,2 14,0 14,9 15,9 17,0 18,2 19,4 20,7 22,1 23,6 25,2 26,8 28,5 30,3 32,2 34,2
40% 15,7 16,6 17,5 18,5 19,6 20,7 22,0 23,3 24,7 26,2 27,7 29,4 31,1 32,9 34,8 36,7
La tabla 10.12. incluye algunas variables medidas en trabajadores que desramaban con motosierra durante la cosecha Tabla.10.12. Variables medidas a motosierristas que desramaban en cosecha (n=22)
Variables Carga física de trabajo Frecuencia cardíaca (latidos/min) Carga Cardiovascular (%) Rodal Dap (cm) Volumen por árbol (m3 árbol) Número de verticilos por árbol (n) Número de ramas por verticilo (n) Diámetro de ramas promedio (cm) Terreno Pendiente (%) Indice de escabrosidad (%) Distribución de tiempos Tiempos principales (%) Tiempos secundarios (%) Rendimiento Arboles por hora (n) Volumen por hora (m3/hora)
Promedio
Desviación estándar
Mínimo
Máximo
97.2 33.3
6.7 6.7
86 21.5
112 47.9
38.2 1.26 20.5 5.4 5.1
5.3 0.3 3.5 0.6 0.2
25 0.5 13.0 4.0 2.3
46.2 1.7 26.7 6.3 10.4
24.5 0.6
21.3 0.2
3.5 0.2
65 0.8
63.4 36.6
22.9 22.9
12.3 5.0
95.0 87.7
7.1 9.1
2.8 4.2
2.0 1.1
12.0 16.1
El análisis de regresión paso a paso dio como resultado la siguiente ecuación para el cálculo de rendimientos de referencia para motosierristas desramadores. RH(m3) =-6.22+0.159*CC+2.71*V.A+0.12*TP-0.192*NRV Indicadores estadísticos: R: 0.91; R2: 0.84; error estándar:1.89 ; p>0.001 Donde: RH CC V.A TP NRV
= Rendimiento expresado en metros cúbicos por hora = Carga cardiovascular expresada en porcentaje = Volumen por árbol expresado en metros cúbicos por árbol = Porcentaje de la jornada dedicado a la actividad principal = Número de ramas por verticilo
Tabla 10.13. Rendimientos de referencia (m3/hr) en motosierristas que sólo desraman en cosecha TIEMPOS PRINCIPALES 55 % 3NRV* 4 NRV 5 NRV VOL/ARB CC CC CC CC CC CC 30% 40% 30% 40% 30% 40% 0,40 5,71 7,30 5,52 7,11 5,33 6,92 0,48 5,94 7,53 5,75 7,34 5,56 7,15
TIEMPOS PRINCIPALES 65 % 3 NRV 4 NRV 5 NRV CC CC CC CC CC CC 30% 40% 30% 40% 30% 40% 6,92 8,51 6,73 8,32 6,54 8,13 7,15 8,74 6,96 8,55 6,77 8,36
0,58 0,68 0,78 0,90 1,02 1,16 1,30 1,44 1,60 1,76 1,94 2,12 2,30 2,50
6,19 7,78 6,00 7,59 5,81 7,40 7,40 8,99 7,21 8,80 7,02 8,61 6,46 8,05 6,27 7,86 6,08 7,67 7,67 9,26 7,48 9,07 7,29 8,88 6,75 8,34 6,56 8,15 6,37 7,96 7,96 9,55 7,77 9,36 7,58 9,17 7,07 8,66 6,88 8,47 6,68 8,27 8,28 9,87 8,09 9,68 7,89 9,48 7,41 9,00 7,21 8,80 7,02 8,61 8,62 10,21 8,42 10,01 8,23 9,82 7,76 9,35 7,57 9,16 7,38 8,97 8,97 10,56 8,78 10,37 8,59 10,18 8,14 9,73 7,95 9,54 7,76 9,35 9,35 10,94 9,16 10,75 8,97 10,56 8,54 10,13 8,35 9,94 8,16 9,75 9,75 11,34 9,56 11,15 9,37 10,96 8,97 10,56 8,77 10,36 8,58 10,17 10,18 11,77 9,98 11,57 9,79 11,38 9,41 11,00 9,22 10,81 9,03 10,62 10,62 12,21 10,43 12,02 10,24 11,83 9,88 11,47 9,69 11,28 9,49 11,08 11,09 12,68 10,90 12,49 10,70 12,29 10,37 11,96 10,17 11,76 9,98 11,57 11,58 13,17 11,38 12,97 11,19 12,78 10,88 12,47 10,68 12,27 10,49 12,08 12,09 13,68 11,89 13,48 11,70 13,29 11,41 13,00 11,21 12,80 11,02 12,61 12,62 14,21 12,42 14,01 12,23 13,82 TIEMPOS PRINCIPALES 75 % 3 NRV 4 NRV 5 NRV VOL/ARB CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% 0,40 8,36 9,95 8,17 9,76 7,98 9,57 0,48 8,61 10,20 8,42 10,01 8,23 9,82 0,58 8,88 10,47 8,69 10,28 8,50 10,09 0,68 9,17 10,76 8,98 10,57 8,79 10,38 0,78 9,49 11,08 9,30 10,89 9,10 10,69 0,90 9,83 11,42 9,63 11,22 9,44 11,03 1,02 10,18 11,77 9,99 11,58 9,80 11,39 1,16 10,56 12,15 10,37 11,96 10,18 11,77 1,30 10,96 12,55 10,77 12,36 10,58 12,17 1,44 11,39 12,98 11,19 12,78 11,00 12,59 1,60 11,83 13,42 11,64 13,23 11,45 13,04 1,76 12,30 13,89 12,11 13,70 11,91 13,50 1,94 12,79 14,38 12,59 14,18 12,40 13,99 2,12 13,30 14,89 13,10 14,69 12,91 14,50 2,30 13,83 15,42 13,63 15,22 13,44 15,03 2,50 7,05 8,64 6,86 8,45 6,67 8,26 * NRV= Numero de ramas por verticilo 2.6.3. Estimación del rendimiento de motosierristas que voltean y desraman en cosecha La tabla 10.14. resume algunas de las variables más importantes evaluadas en motosierristas que efectúan labores de volteo seguidas de desrame con motosierra. .Tabla 10.14. Variables medidas a motosierristas que voltean y desraman en cosecha (n=16) Variables
Promedio
Desviación
Mínimo
Máximo
estándar Carga física de trabajo Frecuencia cardíaca (latidos/min) Carga Cardiovascular Rodal Dap (cm) Volumen por árbol (m3 árbol) Clima Temperatura (ºC) Distribución de tiempos Tiempos principales (%) Rendimiento Arboles por hora (n) Volumen por hora (m3/hora)
105.8 35.9
7.3 5.2
88.9 28.2
119.2 46.3
22.8 0.5
5.8 0.4
16.4 0.2
22.82 1.8
11.9
3.2
7.6
19
58.2
6.3
41.9
66.2
6.4 2.8
1.8 0.9
3.0 1.1
8.9 5.4
La función obtenida después de realizar una regresión paso a paso fue la siguiente: RH(m3) =-1.398+0.031*CC+2.66*VA+0.042*TP-0.136*NRV Indicadores estadísticos: R: 0.93; R2: 0.87; error estándar:0.39 ; p>0.001 Donde: RH = rendimiento expresado en metros cúbicos por hora CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje VA = Volumen por árbol expresado en metros cúbicos TP = Porcentaje de la jornada dedicado a la actividad principal NRV = Número de ramas por vertcilos
Tabla 10.15. Rendimiento de referencia (m3/hr) en motosierristas que voltean y desraman en cosecha
Volarb 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9
3 ramas por verticilo 30 %CC 40%CC 2,2 2,5 2,5 2,8 2,8 3,1 3,0 3,3 3,3 3,6 3,6 3,9 3,8 4,1
Tiempos principales 55% 5 ramas por verticilo 7 ramas por verticilo 30%CC 40%CC 30%CC 40%CC 2,0 2,3 1,7 2,0 2,2 2,5 2,0 2,3 2,5 2,8 2,2 2,5 2,8 3,1 2,5 2,8 3,0 3,3 2,8 3,1 3,3 3,6 3,0 3,3 3,6 3,9 3,3 3,6
1,0 1,1 1,2 1,3
4,1 4,4 4,6 4,9
Volarb 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0 1,1 1,2 1,3
3 ramas por verticilo 30 %CC 40%CC 2,7 3,0 2,9 3,2 3,2 3,5 3,5 3,8 3,7 4,0 4,0 4,3 4,3 4,6 4,5 4,8 4,8 5,1 5,0 5,4 5,3 5,6
3,8 4,1 3,6 3,9 4,1 4,4 3,8 4,1 4,4 4,7 4,1 4,4 4,6 4,9 4,4 4,7 Tiempos principales 65% 5 ramas por verticilo 7 ramas por verticilo 30%CC 40%CC 30%CC 40%CC 2,4 2,7 2,1 2,4 2,6 3,0 2,4 2,7 2,9 3,2 2,6 3,0 3,2 3,5 2,9 3,2 3,4 3,8 3,2 3,5 3,7 4,0 3,4 3,8 4,0 4,3 3,7 4,0 4,2 4,6 4,0 4,3 4,5 4,8 4,2 4,5 4,8 5,1 4,5 4,8 5,0 5,4 4,8 5,1
3 ramas por verticilo 30 %CC 40%CC 3,1 3,4 3,3 3,6 3,6 3,9 3,9 4,2 4,1 4,4 4,4 4,7 4,7 5,0 4,9 5,2 5,2 5,5 5,5 5,8 5,7 6,0
Tiempos principales 75% 5 ramas por verticilo 7 ramas por verticilo 30%CC 40%CC 30%CC 40%CC 2,8 3,1 2,5 2,8 3,1 3,4 2,8 3,1 3,3 3,6 3,1 3,4 3,6 3,9 3,3 3,6 3,9 4,2 3,6 3,9 4,1 4,4 3,9 4,2 4,4 4,7 4,1 4,4 4,7 5,0 4,4 4,7 4,9 5,2 4,7 5,0 5,2 5,5 4,9 5,2 5,5 5,8 5,2 5,5
Volarb 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0 1,1 1,2 1,3
4,4 4,7 4,9 5,2
2.6.4. Motosierristas que trozan en cancha, en una cosecha La tabla 10.16. resume algunas de las variables más importantes evaluadas en motosierristas que efectúan labores de trozado en cancha. Tabla 10.16. Algunas variables medidas a motosierristas que trozan en cancha (n=51) Variables Promedio Desviación Mínimo Máximo estándar Carga física de trabajo Frecuencia cardíaca (latidos/min) 89.0 11.0 64.0 113.0 Carga Cardiovascular 27.0 9.0 11.0 47.0 Árboles Volumen por árbol (m3 árbol) 0.9 0.3 0.1 1.5 Distribución de tiempos Tiempos principales (%) 53.0 22.0 10.0 97.0 Rendimiento Arboles por hora (n) 18 8.2 2.0 36.0 Volumen por hora (m3/hora) 115.6 8.6 0.9 40.5
La función obtenida después de realizar una regresión paso a paso fue la siguiente: RH(m3) =-7.577+0.158*CC+0.227*TP+8.098*VA Indicadores estadísticos: R: 0.85; R2: 0.67; error estándar:5.09 ; p>0.001 Donde: RH = rendimiento expresado en metros cúbicos por hora. CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje. TP = Porcentaje de la jornada dedicado a la actividad principal. VA = Volumen por árbol expresado en metros cúbicos. Tabla 10.17. Rendimientos de referencia ( m3/hr) en motosierristas que sólo trozan en cancha Carga cardiovascular 30% Carga cardiovascular 40% Tiempos principales tiempos principales
V.A 0,10 0,30 0,50 0,70 0,90 1,10 1,30 1,50
70 13,86 15,48 17,10 18,72 20,34 21,96 23,58 25,20
80 16,13 17,75 19,37 20,99 22,61 24,23 25,85 27,47
90 18,40 20,02 21,64 23,26 24,88 26,50 28,12 29,74
70 15,44 17,06 18,68 20,30 21,92 23,54 25,16 26,78
80 17,71 19,33 20,95 22,57 24,19 25,81 27,43 29,05
90 19,98 21,60 23,22 24,84 26,46 28,08 29,70 31,32
2.6.5. Motosierristas Nordfor en un raleo comercial En la tabla 10.18 se resumen las variables medidas a un grupo de motosierristas que efectuaban labores en raleo empleando el sistema Nordfor.
Tabla 10.18. Resumen de algunas variables medidas en los estudios realizados en motosierristas que volteaban, desramaban y trozaban en raleo comercial (n = 35) Variables
Promedio
Desviación estándar Carga física de trabajo Frecuencia cardíaca (latidos/min) 107.2 10.4 Carga cardiovascular (%) 36.1 8.4 Rodal y clima Diámetro a la altura del pecho (cm) 20 3 Volumen por árbol (m3 por árbol) 0.38 0.2 Temperatura (ºC) 26.9 9.1 Terreno Pendiente (%) 4.8 3.6 Distribución de tiempos Tiempos principales(%) 73.1 9.1 Rendimiento Arboles por hora (n) 5 1.3
Mínimo
Máximo
91.5 23.3
133.9 53.5
16 0.2 12.9
26 0.8 45.8
1.0
16.1
54.2
87.1
3.2
8.6
Volumen por hora (m3 por hora)
1.8
0.7
0.7
6
El análisis de regresión paso a paso dio como resultado la siguiente ecuación para el cálculo de rendimientos de referencia en raleo comercial, a partir de la cual se elaboró la tabla 10.19 RH (m3) = 0.618+3.138*V.A+0.016*CC+0.015*TP-0.258NRV Indicadores estadísticos: R: 0.89; R2: 0.79; error estándar: 0.33; p>0.001 Donde : RH = rendimiento expresado en metros cúbicos por hora V.A = Volumen por árbol expresado en metros cúbicos CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje T.P = Tiempos principales en porcentaje NRV = Número de ramas por verticilos
Tabla 10.19 Rendimientos de referencia (m3/hora) para motosierristas que voltean, desraman y trozan en raleo comercial. CC 30% NRV VOL/ARB TP TP 55% 65% 0,2 1,5 1,7 0,3 1,8 2,0 4 0,4 2,1 2,3 0,5 2,4 2,6 0,6 2,8 2,9 0,7 3,1 3,2 0,2 1,2 1,4 0,3 1,6 1,7 5 0,4 1,9 2,0 0,5 2,2 2,3 0,6 2,5 2,7 0,7 2,8 3,0 0,2 1,0 1,1 0,3 1,3 1,5
TP 75% 1,8 2,1 2,4 2,7 3,1 3,4 1,5 1,9 2,2 2,5 2,8 3,1 1,3 1,6
CC 40% TP TP 55% 65% 1,7 1,8 2,0 2,1 2,3 2,4 2,6 2,8 2,9 3,1 3,2 3,4 1,4 1,6 1,7 1,9 2,0 2,2 2,4 2,5 2,7 2,8 3,0 3,1 1,2 1,3 1,5 1,6
TP 75% 2,0 2,3 2,6 2,9 3,2 3,5 1,7 2,0 2,3 2,7 3,0 3,3 1,5 1,8
6
0,4 0,5 0,6 0,7
1,6 1,9 2,2 2,6
1,8 2,1 2,4 2,7
1,9 2,2 2,5 2,9
1,8 2,1 2,4 2,7
1,9 2,2 2,6 2,9
2,1 2,4 2,7 3,0
Trabajo con Hachas 3.1 Introducción A través del tiempo esta herramienta se ha utilizado para diferentes labores en el bosque, destacando tareas de volteo, desrame, trozado y despicado. Sin embargo, en la actualidad, en el sector forestal las hachas se emplean preferentemente en tareas de desrame y despicado. Por esta razón, el análisis y recomendaciones que se plantearán en el texto que sigue estarán orientadas a este tipo de labores. Respecto al desrame, la tarea consiste en la remoción de las ramas de los árboles volteados. Para ello, el operario debe desplazarse a lo largo del fuste y con movimiento de oscilación del hacha impactar con el filo, en un ángulo coincidente con la superficie del fuste. Con el propósito de ilustrar los requerimientos del trabajo, en las figuras 10.46, 10.47 y 10.48, se presenta el desplazamiento de un trabajador a lo largo del fuste, cortando ramas que se ubican al costado opuesto del desplazamiento, al mismo costado del desplazamiento y sobre el fuste, respectivamente. Figura 10.46. Desplazamiento a lo largo del fuste y corte de ramas ubicadas al costado opuesto
Figura 10.47. Desplazamiento a lo largo del fuste y corte de ramas ubicadas al mismo costado
Figura 10.48. Corte de ramas ubicadas en la cara superior del fuste
3.2. Resultados del análisis ergonómico de hachas de desrame En cuanto a las características del diseño de este tipo de herramientas, en la figura 10.49 se presenta un hacha y sus componentes, destacando el mango, la cabeza y el filo.
Figura 10.49 Componentes de un hacha
Cabeza
Mango
Filo Respecto de la cabeza del hacha, su masa debe estar apropiadamente balanceada, de modo que al impactar con el filo las ramas, no se generen vibraciones o “zapateos” que se transmitan hacia las manos de los operarios. En cuanto al peso de la cabeza, los estudios de terreno permitieron establecer que los trabajadores emplean normalmente cabezas de hacha de 2 kilogramos de peso. Ello en gran medida se debe a que en el mercado regional y nacional, prácticamente es la única alternativa que existe para este tipo de labores forestales. Al respecto se debe destacar que las tareas de desrame combinan requerimientos de fuerza, precisión y resistencia. De este modo, el peso debe estar en el justo equilibrio, lo suficientemente liviana para cortar con precisión las ramas del fuste y no generar fatiga de brazos, así como también, lo suficientemente pesada para que el impacto con el filo corte las ramas. En este sentido, debido a que el peso de la cabeza de las hachas empleadas actualmente en desrame están limitadas por lo que ofrece el mercado y se están empleando modelos que tienen características que las hacen más adecuadas para labores de mayor requerimiento de fuerza, como es el volteo; se propone construir para desrame cabezas de hacha de menor peso. En cuanto a la curvatura que presenta la hoja, el objetivo es evitar que la herramienta quede clavada en la madera. La curvatura debe corresponder con el arco descrito por el hacha, considerando el centro del círculo aquel ubicado en el punto medio del ojo, como se indica en la figura 10.50. Figura 10.50. Curvatura de la hoja
Ojo
El ojo del hacha debe ser ovalado. Ello permite introducir un mango de forma oval, lo cual le otorga mayor fuerza a la tomada y estabilidad a la herramienta, evitando que gire en las manos del trabajador durante su operación El mango del hacha debe cumplir con los requerimientos de facilitar el alcance de brazos para impactar con el filo las ramas de los fustes volteados. De este modo, su largo debe ser tal que permita alcanzar las ramas con un mínimo de inclinación de columna vertebral. Pero, al mismo tiempo, el largo del mango debe evitar el golpe en las regiones costales de tórax y abdomen y no debe entorpecer los cambios de tomada que efectúa el operario para cortar ramas ubicadas a ambos costados del fuste. De acuerdo al largo de brazos de la población usuaria, se estimó que los mangos no deberían superar los 68 cm. En forma complementaria, para aminorar la inclinación de la columna vertebral al momento de impactar con el filo las ramas, se requiere incorporar en el diseño de mangos una angulación que baje la ubicación de la cabeza y el filo del hacha respecto de la tomada. También el mango debe favorecer la aplicación de fuerzas que generan la oscilación del hacha y, al mismo tiempo, el diseño debe permitir un control sobre la dirección del desplazamiento de la herramienta. Considerando estos requerimientos, el mango del hacha debe ser ovalado. En este sentido, de acuerdo a las mediciones antropométricas de la mano de los trabajadores forestales, el mango ovalado debería tener una altura de 3,8 cm y un espesor de 3,2 cm. Para evitar que la herramienta salga despedida por la acción de la fuerza centrífuga, es fundamental que el mango termine en su parte posterior en forma cónica. 3.1.2. Proposición de diseño de hachas de desrame. De acuerdo al análisis ergonómico de las hachas, en la figura 10.51, y la tabla 10.20 se resumen las principales recomendaciones para este implemento. Respecto de la forma del mango, como se puede observar en la figura 10.51, en el tramo más próximo a la tomada tiene un ángulo hacia la parte posterior, de 10 grados respecto de la horizontal. Esta inclinación tiene como propósito reducir el
torque que se genera sobre la muñeca en la acción final del movimiento de desrame. En la segunda porción, la inclinación es de 12 y 25 grados en dirección de la cabeza del hacha. Esta inclinación anterior que corresponde a los ángulos y tienen como objetivo bajar la altura de impacto del filo del hacha en aproximadamente 15 cm y, con ello, reducir las exigencias de inclinación de columna vertebral durante el desrame. Figura 10.51. Mango de hacha de desrame
1 2
3
4
En cuanto a la forma de su sección transversal, se puede observar que el mango es de forma ovalada de 3,8 por 3,2 cm. La porción posterior (tramo 4), tiene forma cónica de 4,2 cm de largo y 3,6 cm de espesor. El material del cual está hecha es eucalipto, debido a que esta madera tiene un bajo costo y presenta una favorable resistencia al rompimiento. Sin embargo, se debe reforzar las partes más vulnerables del mango, específicamente se debe enrollar con alambre la parte posterior a la unión cabeza-mango. Tabla10.20 Características del mango de hacha propuesto
1 2 3 4 5 6
Característica Largo mango (cm) Largo porción anterior (cm) Largo porción media (cm) Largo porción posterior (cm) Angulo (grados) Angulo (grados)
Medida o forma 68 41 19 8 10 12
7 8 9 10 11 12 13
Angulo (grados) Forma de mango a la altura de tomada Largo (cm) Espesor (cm) Forma de mango porción posterior Altura (cm) Espesor (cm) Forma de mango porción anterior Largo (cm) Espesor (cm) Material
25 Ovalado 3,8 3,2 Ovalado y Cónico 4,2 3,6 Ovalado 7,2 4,2 Eucalipto
En cuanto a la cabeza del hacha su peso debería oscilar entre 1,6 y 1,8 kilogramos. Debe ser de acero con una proporción de 0,6 % de carbono, de 0,1 a 0,2 % de vanadio y 0,7 a 1 % de cromo. 3.3. Vestuario para hacheros Los hacheros deben utilizar: Casco. Al trabajar en cercanía de otros árboles en pie, se debe utilizar casco frente a la posibilidad de caída de conos o ramas sueltas Guantes. Con la finalidad de dar protección contra golpes, roces y favorecer el agarre del hacha. Para el contacto con el mango del hacha, necesitan refuerzo palmar en el área comprendida entre el índice y el pulgar Calzado de seguridad Pantalón de mezclilla y camisa de algodón o poleras (depende de las temperaturas ambientales). Para las mañanas, los trabajadores deberían disponer de polerón y una casaca de mezclilla Para detalles del vestuario e implementos de seguridad, consultar el capítulo 8. 3.4. Exigencias psicológicas del trabajo con hacha Las principales exigencias mentales que impone esta actividad están en relación con la carga emocional que enfrentan, debido a que: Se les exige altos niveles de exactitud, calidad y perfección en los resultados de su labor Deben velar por el control de su ritmo de trabajo, de la sincronización de las actividades con sus colegas, del cumplimiento de los compromisos y de la calidad del trabajo entregado Pese a lo anterior, tienen un bajo control sobre su ritmo de trabajo, ya que su actividad está condicionada a la labor del motosierrista y de las máquinas En general, la actividad del hachero no reviste mayores exigencias cognitivas,
pero sí se reconoce la existencia de una importante carga sensorio-motora, derivada del ciclo de trabajo que describe, la cual puede reducirse, dependiendo de la cantidad de ramas y del tamaño del árbol, junto con los momentos de desplazamiento y de trabajo del motosierrista, cuando deben detenerse por razones de seguridad. 3.5. Rendimientos de referencia En la tabla 10.21, se resumen los resultados de 34 jornadas de evaluación de desrame con hacha en raleo
Tabla 10.21. Estudios de desrame con hacha en raleo (n = 34) Variables Carga física de trabajo Frecuencia cardíaca (latidos/min) Carga Cardiovascular (%) Rodal Diámetro altura del pecho (cm) Volumen por árbol (m3/árbol) Distribución de tiempos Tiempos principales (%) Tiempos secundarios (%) Rendimiento Arboles por hora (árboles/hora) Volumen por hora (m3/hora)
Promedio
Desviación estándar
Mínimo
Máximo
109.1 39.4
12.9 10.0
94 26.1
143 63.1
24.5 0.4
2.8 0.1
18 0.1
30 0.8
77.1 22.9
19.1 19.1
36.7 0
100 63.3
7 3.0
2.8 1.1
4 0.6
15 6.0
Mediante una regresión paso a paso se obtuvo la siguiente función para el desrame con hacha en raleo: RH(m3) =-3.103+0.051*CC+3.227*M3/HORA+0.035*TPRIN Indicadores estadísticos: R: 0.85; R2: 0.73; error estándar: 0.5; p>0.001
Donde: RH CC M3/HORA TPRIN
= Rendimiento expresado en metros cúbicos por hora = Carga cardiovascular expresada en porcentaje = metros cúbicos por hora = Tiempo principal
En la tabla 10.22, se presentan antecedentes para la estimación del rendimiento en raleo en función de la dedicación a la actividad principal, la carga cardiovascular de referencia y el volumen por árbol.
Tabla 10.22. Rendimientos de referencia (m3/hora) para la labor de desrame con hacha en raleo
VOL/ARB 0,40 0,48 0,58 0,68 0,78 0,90 1,02
55 CC 30% 1,64 1,91 2,21 2,53 2,88 3,26 3,66
65 CC 40% CC 30% 2,15 1,99 2,42 2,26 2,72 2,56 3,04 2,88 3,39 3,23 3,77 3,61 4,17 4,01
VOL/ARB 0,40 0,48 0,58 0,68 0,78 0,90 1,02
75 CC 30% 2,34 2,61 2,91 3,23 3,58 3,96 4,36
CC 40% 2,85 3,12 3,42 3,74 4,09 4,47 4,87
CC 40% 2,50 2,77 3,07 3,39 3,74 4,12 4,52
En cuanto a los estudios de desrame con hacha en cosecha, en la tabla 10.23, se presentan los resultados de las evaluaciones realizadas en esta tarea Tabla 10.23. Estudios de desrame con hacha en cosecha (n = 79) Variables Carga física de trabajo Frecuencia cardíaca (latidos/min) Carga Cardiovascular (%) RODAL Diámetro altura del pecho (cm) Volumen por árbol (m3/árbol) Distribución de tiempos Tiempos principales (%) Tiempos secundarios (%) Rendimiento Arboles por hora (árboles/hora) Volumen por hora (m3/hora)
Promedio
Desviación estándar
Míni Mo
Máximo
105.4 35.1
13.0 9.8
74 8.5
146 63.2
29 0.7
6.7 0.4
15 0.1
46 1.7
59.3 41.2
18.3 18.4
20.1 0
100 83.0
7 3.0
2.8 1.1
4 0.6
15 6.0
La regresión paso a paso efectuada permitió obtener la siguiente función para el desrame con hacha en cosecha, mientras que el cálculo de los rendimientos de referencia para esta tarea se resumen en la tabla 10.24 RH(m3/HR) = 0.161+0.029*CC+3.217*M3/ARB+0.037*TPRIN-0.041*PEND Indicadores estadísticos: R: 0.85; R2: 0.73; error estándar: 0.5; p>0.001 Donde: RH CC M3/ARB TPRIN PEND
= Rendimiento expresado en metros cúbicos por hora = Carga cardiovascular expresada en porcentaje = Volumen por árbol = Tiempo principal = Pendiente en porcentaje
Tabla 10.24. Rendimientos de referencia (m3/hora) para labores de desrame con hacha en cosecha TIEMPO PRINCIPAL 55% 15 % pendiente 30 % pendiente 50 % pendiente VOL/ARB CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% 0,40 3,74 4,03 3,12 3,41 2,30 2,59 0,48 4,01 4,30 3,39 3,68 2,57 2,86 0,58 4,30 4,59 3,69 3,98 2,87 3,16 0,68 4,63 4,92 4,01 4,30 3,19 3,48 0,78 4,97 5,26 4,36 4,65 3,54 3,83 0,90 5,35 5,64 4,73 5,02 3,91 4,20 1,02 5,75 6,04 5,13 5,42 4,31 4,60 1,16 6,17 6,46 5,55 5,84 4,73 5,02 1,30 6,62 6,91 6,01 6,30 5,19 5,48 1,44 7,10 7,39 6,48 6,77 5,66 5,95 1,60 7,60 7,89 6,98 7,27 6,16 6,45 1,76 8,13 8,42 7,51 7,80 6,69 6,98 1,94 8,68 8,97 8,06 8,35 7,24 7,53 2,12 9,26 9,55 8,64 8,93 7,82 8,11 2,30 9,86 10,15 9,25 9,54 8,43 8,72 2,50 10,49 10,78 9,88 10,17 9,06 9,35
VOL/ARB 0,40 0,48
TIEMPOS PRINCIPALES 65% 15 % pendiente 30 % pendiente 50 % pendiente CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% 4,11 4,40 3,49 3,78 2,67 2,96 4,38 4,67 3,76 4,05 2,94 3,23
0,58 0,68 0,78 0,90 1,02 1,16 1,30 1,44 1,60 1,76 1,94 2,12 2,30 2,50
4,67 5,00 5,34 5,72 6,12 6,54 6,99 7,47 7,97 8,50 9,05 9,63 10,23 10,86
4,96 5,29 5,63 6,01 6,41 6,83 7,28 7,76 8,26 8,79 9,34 9,92 10,52 11,15
4,06 4,38 4,73 5,10 5,50 5,92 6,38 6,85 7,35 7,88 8,43 9,01 9,62 10,25
4,35 4,67 5,02 5,39 5,79 6,21 6,67 7,14 7,64 8,17 8,72 9,30 9,91 10,54
3,24 3,56 3,91 4,28 4,68 5,10 5,56 6,03 6,53 7,06 7,61 8,19 8,80 9,43
3,53 3,85 4,20 4,57 4,97 5,39 5,85 6,32 6,82 7,35 7,90 8,48 9,09 9,72
VOL/ARB 0,40 0,48 0,58 0,68 0,78 0,90 1,02 1,16 1,30 1,44 1,60 1,76 1,94 2,12 2,30 2,50
TIEMPO PRINCIPAL 75% 15 % pendiente 30 % pendiente 50 % pendiente CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% 4,48 4,77 3,86 4,15 3,04 3,33 4,75 5,04 4,13 4,42 3,31 3,60 5,04 5,33 4,43 4,72 3,61 3,90 5,37 5,66 4,75 5,04 3,93 4,22 5,71 6,00 5,10 5,39 4,28 4,57 6,09 6,38 5,47 5,76 4,65 4,94 6,49 6,78 5,87 6,16 5,05 5,34 6,91 7,20 6,29 6,58 5,47 5,76 7,36 7,65 6,75 7,04 5,93 6,22 7,84 8,13 7,22 7,51 6,40 6,69 8,34 8,63 7,72 8,01 6,90 7,19 8,87 9,16 8,25 8,54 7,43 7,72 9,42 9,71 8,80 9,09 7,98 8,27 10,00 10,29 9,38 9,67 8,56 8,85 10,60 10,89 9,99 10,28 9,17 9,46 11,23 11,52 10,62 10,91 9,80 10,09
Descripción de la tarea de estrobado 4.1 Introducción La etapa final del trabajo que se realiza en el bosque es el estrobado, operación que consiste en manipular estrobos para colocarlos alrededor de los trozos. Esta actividad permite que la torre o skidder lleve los trozos desde el bosque a la cancha de madereo.
Como lo señalan APUD y VALDES (1995), el rendimiento y carga de trabajo de la faena de estrobado, dependen de lo que anteriormente ha sido alcanzado por el resto de la cuadrilla y de las condiciones del terreno y la temperatura. 4.2 Exigencias psicológicas del estrobado Este trabajo no reviste mayores exigencias cognitivas, ni sensorio-motoras, ya que las actividades varían en intensidad, dependiendo del volumen de trabajo y condiciones del terreno, por lo cual no están sometidos a un exigencia o presión constante. Pese a lo anterior, la exigencia mental más importante está en relación con la carga emocional vinculada a la presión por mantener un adecuado ritmo de trabajo, para la sincronización de las actividades con sus colegas.
4.3. Elementos de trabajo En la figura 10.52 se ilustra el elemento utilizado por los estroberos para realizar su labor. Figura 10.52. Partes constituyentes de un estrobo
Campana
Tope Top e
Cable
4.4. Técnica de estrobado Para realizar el madereo de las trozas deben utilizarse una serie de técnicas básicas, las cuales permiten un adecuado estrobado frente a situaciones normales o con obstáculos. Dentro de las técnicas se cuentan: Estrobado normal. El estrobo se aprieta fuertemente; el gancho debe estar apegado a la troza y puesto en el extremo de ella (figura 10.53) Figura 10.53. Estrobado normal de una troza
Estrobado en rodillo. Se hace rodar el tronco con la finalidad de salvar el obstáculo y tener una salida más fácil (figura 10.54) Figura 10.54. Técnica de rodillo
Estrobado con golpe/salto. Se utiliza un cable entre trozo y obstáculo para golpearlo en el costado o saltarlo (figura 10.55) Figura 10.55. Técnica de golpe/salto
Estrobado con técnica de roce. Se debe colocar el cable alrededor del árbol o trozo a rozar para mover levemente la troza. Después se debe estrobar nuevamente o se puede pasar el cable sobre el tocón (figura 10.56) Figura 10.56. Técnica de roce
Estrobado con llapa. Se denomina de esta forma cuando se llevan a dos o más trozos en un solo estrobo (figura 10.57) Figura 10.57. Técnica de Llapa
Estrobado cruzado. Se utiliza cuando se debe estrobar firmemente dos trozas cruzadas (figura 10.58) Figura 10.58. Técnica del cruzado
En conjunto a las técnicas básicas de estrobado, pueden utilizarse una serie de técnicas auxiliares y señales, las cuales consideran procedimientos que permiten un estrobado más eficiente y fácil, pero que no están libres de riesgos. Para realizarlas debe encontrarse el estrobero siempre en un lugar seguro. Estas técnicas auxiliares y el conjunto de señales han sido descritas en detalle por Apud et al (1996) y también en documentos de difusión de la Asociación Chilena de Seguridad. Respecto a la posición adecuada de transporte de los estrobos, este debe ser realizado tratando de no sobrecargar la articulación del hombro y la espalda. Se debe descargar el esfuerzo de la columna transportando los estrobos sobre el hombro, sin rotar el tronco, siendo este el procedimiento más recomendable cuando el madereo con skidder es ayudado por un solo trabajador (figura10.59) Figura 10.59. Transporte correcto de estrobos
4.5. Vestuario e implementos de seguridad Los estroberos deben utilizar: -
Casco Guantes Calzado de seguridad Pantalón de mezclilla y camisa de algodón o poleras
4.6. Rendimientos de referencia En la tabla 10.25 se resumen algunas variables medidas durante el trabajo de estrobado.
Tabla 10.25. Resultados de estudios realizados durante labores de estrobado (n=13) Variables
Promedio Desviación Estándar Carga física de trabajo Frecuencia cardíaca (latidos/min) 102 10.4 Carga cardiovascular (%) 30 7.5 Rodal Diámetro a la altura del pecho (cm) 35 7.8 3 Volumen por árbol (m por árbol) 1.21 0.7 Terreno Pendiente (%) 32 12.2 Indice de escabrosidad (%) 0.5 0.1 Distribución de tiempos Tiempos principales (%) 56 19.9 Rendimiento Arboles por hora (n) 15 9.7 Volumen por hora (m3 por hora) 14.7 9.6
Mínimo
Máximo
85 21
130 47
48 0.4
23 2.48
12 0.4
57 0.7
34
100
6 4.6
37 43
La siguiente fue la ecuación obtenida después del proceso estadístico de regresión paso a paso. En la tabla 10.26 se sintetizan los rendimientos de referencia para estroberos RH (m3/Hr) = - 1.984+ 0.0180 CC - 16.364 LogP + 0.158 TP Indicadores estadísticos: R: 0.85; R2: 0.72; error estándar: 5.8; p>0.001 Donde : RH = Rendimiento expresado en metros cúbicos por hora CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje Log P = Logaritmo de la pendiente TP = Tiempos principales La ecuación permite estimar el rendimiento en función de la carga cardiovascular promedio, el logaritmo de la pendiente y los tiempos principales. Mediante la
ecuación se generó la tabla 10.26 con la que se pueden calcular los rendimientos de referencia para esta actividad.
Tabla 10.26. Rendimientos de referencia (m3/hora) para tareas de estrobado carga cardiovascular 30% tiempos principales pendiente log. pend. 70 80 90 15 2,7 28,52 30,10 31,68 20 3,0 23,61 25,19 26,77 25 3,2 20,34 21,92 23,50 30 3,4 17,06 18,64 20,22 35 3,6 13,79 15,37 16,95 40 3,7 12,15 13,73 15,31 45 3,8 10,52 12,10 13,68 50 3,9 8,88 10,46 12,04 55 4,0 7,24 8,82 10,40
carga cardiovascular 40% tiempos principales 70 80 90 30,32 31,90 33,48 25,41 26,99 28,57 22,14 23,72 25,30 18,86 20,44 22,02 15,59 17,17 18,75 13,95 15,53 17,11 12,32 13,90 15,48 10,68 12,26 13,84 9,04 10,62 12,20
5. Descripción de la tarea de arrumado. 5.1. Introducción El arrumado consiste en movilizar los trozos dimensionados en la cancha de trozado hacia un lugar en el cual se apilan de acuerdo a diámetros y largos determinados. El arrumado es la última tarea realizada en una faena de raleo o cosecha tradicional, antes de despachar la madera hacia los centros de elaboración. Cuando se realiza en forma manual, se debe considerar el riesgo de daño músculo esquelético, unido a la fatiga fisiológica que puede provocar esta labor. En este sentido, en los estudios realizados en Chile se ha observado que aunque la frecuencia cardíaca promedio de la jornada no siempre permite definir el arrumado como pesado, los trabajadores deben cargar trozos en peso como se observa en la figura 10.60, poniendo en riesgo sus estructuras musculares y esqueléticas (ver detalles en capítulo 2). En términos generales, el esqueleto es definido como el marco de soporte del organismo. Los huesos de las extremidades, unidos por articulaciones móviles, pueden efectuar distintos movimientos ayudados por los músculos. Por su parte, la columna vertebral constituye el soporte desde donde salen las extremidades. Al levantar pesos, la sobrecarga en todo el sistema muscular y articular puede ser muy pesada, que es
exactamente lo que ocurre en el arrumado (APUD, 1989). Movimientos mal realizados y pesos exagerados pueden llevar a producir serias incapacidades y, por ello, el arrumado manual es una actividad que debería en lo posible ser mecanizada. De no ser así, este trabajo tendría que limitarse al máximo y buscar formas auxiliares de ayuda, como por ejemplo el uso de ganchos de arrastre. Sin duda que la capacitación también es importante en esta actividad, principalmente en lo que se refiere a educar a los trabajadores en la ejecución de esfuerzos, individuales o colectivos, asumiendo posturas correctas. El riesgo de no considerar estos factores es enorme, ya que puede resultar en un alto porcentaje de trabajadores incapacitados por problemas de columna, a una edad productiva. Figura 10.60. Labor de arrumado manual durante la cual se desplazan pesos considerables de un lugar a otro
Las consecuencias del arrumado para los trabajadores pueden ser alteraciones como la que se presenta en la figura 10.61. En ella se observa la espalda de un trabajador después de haber sido arrumador durante 10 años.
Figura 10.61. Espalda de un arrumador después de 10 años realizando el trabajo. Observe, que el hombro izquierdo en que carga los trozos, está alrededor de 10 cm. más bajo que el hombro derecho
5.2. Carga psicológica de trabajo Esta actividad impone exigencias mentales en relación con la carga cognitiva, sensorio-motora y emocional. En cuanto a la carga cognitiva, se identifica el uso de la memoria inmediata para la retención temporal de un número igual o superior a 8 estímulos o unidades de información, dependiendo del tipo de producto que se esté obteniendo y de las dimensiones para su selección. Respecto de la carga sensorio-motora, el ciclo de trabajo que desarrolla un arrumador tiene una duración inferior a 5 minutos, dependiendo de la distancia que tenga que desplazarse con los trozos, y de las dimensiones y el peso de éstos. Sin embargo, este ciclo no es continuo ya que depende de cuán expedito sea el acceso de la madera a la cancha y el tiempo empleado en el trozado, lo cual podría reducir la carga mental asociada a este factor. En cuanto a la carga psíquica o emocional, ésta se debe a que: Deben velar por el control de su ritmo de trabajo, de la sincronización de las actividades con sus colegas y del cumplimiento de los compromisos y de la calidad del trabajo entregado Sin embargo, el ritmo de su trabajo depende principalmente de la facilidad de acceso de la madera a la cancha, lo cual les resta control al ritmo de sus labores
5.3. Herramientas Como lo señala un documento de FAO(1993), cuando esta labor no se puede mecanizar, los arrumadores deben usar elementos auxiliares como, por ejemplo, ganchos de arrastre o pinzas similares a las que se ilustran en la figura 10.62 Figura 10.62. Trozas levantadas desde el suelo con pinzas y ganchos
5.4 . Técnica de arrumado Para realizar el arrumado, se deben seguir los siguientes pasos: Como las trozas no tienen asideros, se recomienda tomarlas manteniendo siempre la espalda recta. Cuando se levanten las trozas desde el suelo, los brazos pueden extenderse usando ganchos o pinzas Considerando lo anterior, muchos problemas pueden evitarse usando técnicas apropiadas para levantar la carga. Cuando se levanta con la espalda doblada hacia adelante y las piernas estiradas como se muestra en la figura 10.63, la presión en las vértebras inferiores se concentrara sólo en una pequeña parte de los discos. Como los discos son muy sensibles a presiones desiguales, el riesgo de lesión será muy grande
Figura 10.63. Levantamiento incorrecto de trozas
Por lo tanto, lo más recomendable es levantar las trozas como se muestra en la figura 10.64, vale decir con: la espalda derecha las rodillas dobladas los pies ligeramente separados y bien apoyados Además: la carga debe ser mantenida cerca del centro del cuerpo. el cuerpo se debe usar lo más simétricamente posible. Figura 10.64 Posición correcta para levantar trozas.
De la forma descrita la presión en los discos va a estar distribuida uniformemente y el riesgo de dolor de espalda disminuirá. 5.5. Vestuario A continuación se presentan los implementos de seguridad que deben ser utilizados por los arrumadores, considerando los riesgos a los cuales se exponen de acuerdo a la tarea que realizan y al terreno por el cual se desplazan. No se detallarán mayormente ya que ello se encuentra en el capítulo 8 dedicado al vestuario y elementos de protección personal. De acuerdo a su labor deben utilizar: -
Casco Guantes Calzado de seguridad Pantalón de mezclilla y camisa de algodón o poleras. Para las mañanas, los trabajadores deberían disponer de polerón y una casaca de mezclilla
5.6. Rendimientos de referencia 5.6.1. Estimación del rendimiento de arrumadores en raleo Los resultados de los estudios realizados para obtener referencias de rendimiento de arrumado en raleo se presentan en la tabla 10.27. No se incluye información de cosecha por las contraindicaciones que tiene esta tarea. Tabla 10.27. Resultados de estudios realizados durante tareas de arrumado manual (n = 28) Variables Promedio Carga física de trabajo Frecuencia cardíaca (latidos/min) 101.5
Desv.Estánd Mínimo Máximo 12.3
73
122
Carga Cardiovascular Rodal Diámetro medio (cm) Volumen por trozo (m3 por trozo) Distribución de tiempos Tiempos principales (%) Rendimiento Trozos por hora (n) Volumen por hora (m3/hora)
9.5
12.7
53
33.1 16.8 0.06
1.2 0.009
15 0.04
19 0.07
33.7
15
5
57.2
36 2.0
18 1.0
4 0.2
67 3.2
La siguiente fue la ecuación obtenida después del proceso estadístico de regresión paso a paso.
RH(m3/hr) =-2.976+0.018*CC+0.049*TPRIN+0.165*DIAMED Indicadores estadísticos: R: 0.85; R2: 0.73; error estándar: 0.5; p>0.001 Donde: RH = rendimiento expresado en metros cúbicos por hora CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje TPRIN = Tiempos principales DIAMED = Diámetro medio La ecuación precedente, que permite estimar el rendimiento en función de la carga cardiovascular promedio, la dedicación a los tiempos principales y el diámetro medio de trozos, generó la tabla 10.28 mediante la cual se pueden calcular los rendimientos de referencia para esta actividad. Tabla 10.28. Rendimientos de referencia (m3/hr) para tareas de arrumado en raleo
DIA/MED 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25
CC 30% 1,17 1,34 1,50 1,67 1,83 2,00 2,16 2,33 2,49 2,66 2,82 2,99 3,15 3,32 3,48 3,65
40% CC 35% 1,26 1,43 1,59 1,76 1,92 2,09 2,25 2,42 2,58 2,75 2,91 3,08 3,24 3,41 3,57 3,74
TIEMPOS PRINCIPALES 50% CC 40% CC 30% CC 35% 1,35 1,66 1,75 1,52 1,83 1,92 1,68 1,99 2,08 1,85 2,16 2,25 2,01 2,32 2,41 2,18 2,49 2,58 2,34 2,65 2,74 2,51 2,82 2,91 2,67 2,98 3,07 2,84 3,15 3,24 3,00 3,31 3,40 3,17 3,48 3,57 3,33 3,64 3,73 3,50 3,81 3,90 3,66 3,97 4,06 3,83 4,14 4,23
TIEMPOS PRINCIPALES 60% DIA.MED CC 30% CC 35% CC 40% 10 2,15 2,24 2,33 11 2,32 2,41 2,50
CC 40% 1,84 2,01 2,17 2,34 2,50 2,67 2,83 3,00 3,16 3,33 3,49 3,66 3,82 3,99 4,15 4,32
12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25
2,48 2,65 2,81 2,98 3,14 3,31 3,47 3,64 3,80 3,97 4,13 4,30 4,46 4,63
2,57 2,74 2,90 3,07 3,23 3,40 3,56 3,73 3,89 4,06 4,22 4,39 4,55 4,72
2,66 2,83 2,99 3,16 3,32 3,49 3,65 3,82 3,98 4,15 4,31 4,48 4,64 4,81
6. Estudio de caso. Uso de las tablas de rendimientos de referencia para la configuración de cuadrillas en una faena de raleo comercial Al cierre de este capítulo, es importante señalar que las tablas de rendimiento de referencia ayudan a configurar los equipos de trabajo. Esto no quiere decir que se pueda llegar a un equilibrio exacto, en cuanto a rendimiento y carga física, de todos los integrantes de una cuadrilla, pero al estimar los rendimientos con las tablas propuestas se puede determinar si, en determinada configuración, existen “cuellos de botella” que frenen todo el proceso productivo. Por otra parte, en los casos en que los trabajadores estén sometidos a exceso de carga o, al revés, a una subutilización del tiempo, las tablas nos indicarán si es necesario enriquecer tareas, realizar rotación de funciones, efectuar una pausa o modificar la técnica de trabajo, entre otras. El ejemplo a continuación es una tarea de raleo comercial en que la cuadrilla estaba organizada como sigue: 8 motosierristas, utilizando la técnica Nordfor, volteaban, desramaban y trozaban los árboles 4 operarios engavillaban el producto La madera apilada en el bosque era madereada por un trineumático que la sacaba a orilla de camino, en donde era arrumada En el trayecto, un trabajador apoyaba a la máquina en el ordenamiento de la madera en rumas En total se evaluaron 17 jornadas de trabajo con motosierra. En la tabla 10.29, se puede observar los promedios, la desviación estándar y el rango para algunas de las variables más importantes medidas en esta parte del estudio. Tabla 10.29. Rendimiento, carga física y algunas variables del rodal, del terreno y del ambiente en motosierristas efectuando una faena de raleo comercial (n=17)
VARIABLES
UNIDADES
PROMEDIO
D.E.
RANGO
Duración de la jornada Carga cardiovascular Tiempos principales DAP Volumen medio árboles Pendiente Escabrosidad Temperatura bulbo seco Rendimiento Rendimiento
Horas % % jornada cm m3 % Indice ºC m3/hora m3/jornada
7,95 30 79 18,7 0,26 5,9 0,6 21,9 1,29 9,7
0,6 2,5 4,7 2,7 0,09 3,6 0,2 1,6 0,3 2,3
6,2-8,6 26-35 71-87 15,5-24,8 0,18-0,50 2,0-16,1 0,0-0,7 18-24 0,7-1,9 5,4-15,1
La pregunta es: ¿ cuánto podría llegar a rendir un motosierrista en esta tarea?. De acuerdo a la ecuación propuesta antes en este capítulo se llega a la siguiente estimación: VOLUMEN POR ARBOL 0,2 0,3 0,4
CARGA CARDIOVASCULAR 30 % 40 % 1.5 2.0 1,8 2,3 2,1 2,6
Indudablemente que lo óptimo sería que los trabajadores se exigieran físicamente para trabajar en promedio al 40 % de carga cardiovascular. Sin embargo, para que esto ocurra debe haber estímulos que los motiven a alcanzar tal intensidad de esfuerzo. Cabe mencionar que actividades realizadas al 30 o 35 % de carga cardiovascular no son precisamente livianas, de manera tal que para que la persona sienta interés por realizar un esfuerzo mayor debe contar con elementos básicos como dieta, buena técnica de trabajo, equipos de seguridad, etc. Sin embargo, el mayor aliciente lo constituye el salario. Hemos venido sosteniendo que una forma de motivar a los trabajadores sería calculando el salario base, considerando el rendimiento posible de obtener trabajando en promedio al 30 % de carga cardiovascular, y establecer primas para el rendimiento que se obtenga por sobre este nivel, considerando que no es conveniente que las personas se exijan más allá del 40 % de su capacidad para evitar accidentes y trabajos de mala calidad. Otro hecho que resulta de interés para la planificación del trabajo es definir el número de motosierristas para máquinas de diferente rendimiento. Por ejemplo, si la cuadrilla la integran 8 motosierristas y ellos procesan árboles con un volumen promedio de 0.2 m3 por árbol, trabajando al 30 % de carga cardiovascular, podrán alcanzar un rendimiento global de 12.0 metros cúbicos por hora. Si el requerimiento del trineumático puede llegar a 15 metros cúbicos por hora, existen dos posibilidades:
Mantener la intensidad del esfuerzo y aumentar la dotación a 10 trabajadores que producirían los 15 metros cúbicos necesarios para alimentar el trineumático Mantener el número de trabajadores y estimularlos para trabajar al 40 % de carga cardiovascular. Si esto ocurre, los 8 trabajadores podrían alcanzar una producción global de 16 metros cúbicos por hora Sin duda que la segunda alternativa aparece como bastante más lógica, siempre y cuando se logre la motivación de los motosierristas para realizar el trabajo que harían las dos personas adicionales. En cuanto a los engavilladores, se evaluaron 10 jornadas trabajando en la forma antes señalada, vale decir 1 engavillador por cada dos motosierristas. En la tabla 10.30, se resumen las variables más importantes medidas durante esta tarea. Tabla 10.30. Rendimiento y algunas otras variables medidas durante 10 jornadas de engavillado manual VARIABLES
UNIDADES
PROMEDIO
D.E.
RANGO
Duración de la jornada Carga cardiovascular Tiempos principales Diámetro medio trozos Pendiente Escabrosidad Temperatura bulbo seco Rendimiento Rendimiento
Horas % % jornada cm % Indice ºC m3/hora m3/jornada
7,8 27,4 76,2 13,3 9,7 0,8 21 16,6 2,2
0,28 8,1 8,0 0,9 2,4 0,03 2,0 2,6 0,3
7,3-8,1 18-44 67-90 12-15 5-13 0,7-0,8 18-24 13-21 1,8-2,8
En base a los estudios realizados, el rendimiento de los engavilladores, según el nivel de carga cardiovascular, se puede proyectar de la siguiente manera: %CARGA CARDIOVASCULAR 25 30 40 50
METROS CUBICOS POR HORA 2.3 2.6 3.2 3.8
Como se señaló, 8 motosierristas podrían completar 16 metros cúbicos por hora. Desde este punto de vista, no parece recomendable que una persona engaville
para dos motosierristas; para alcanzar a completar el trabajo tendrían que esforzarse hasta alcanzar una carga cardiovascular superior al 50%, ya que deberían producir cerca de 4 metros cúbicos por hora. Esto transformaría este trabajo en extremadamente pesado. Lo más probable es que los engavilladores resistirían este ritmo al comienzo de la jornada, disminuyéndolo progresivamente a medida que avanzara el día. Esto es un freno para los motosierristas, que contribuye a la subutilización de la máquina. De manera tal que debería pensarse en una forma de organización del trabajo en que 5 engavilladores se integraran con ocho motosierristas, para obtener un volumen cercano a los 16 metros cúbicos por hora. Una alternativa que podría también intentarse es, verificar si la carga física del trabajador que apoya a la máquina es más baja, y establecer rotación de actividades de manera que el engavillado se compartiera entre los cinco trabajadores, pudiendo ellos establecer una especie de pausa dinámica al rotar a una actividad diferente durante el 20% de la jornada. En todo caso, lo importante es que los rendimientos de referencia, al indicarnos lo que se puede esperar de un trabajador, permiten proyectar las actividades ofreciendo una alternativa válida para una organización equilibrada de faenas que, evitando la fatiga, redunde en buenos rendimientos en torno a la tecnología disponible.
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