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Descripción: Cuestionario de Análisis Clínico para adultos...

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CAQ Cuestionario de análisis clínico MANUAL (3ª edición revisada y ampliada)

INDICE PROLOGO A LA ADAPTACIÓN ESPAÑOLA 1. DESCRIPCIÓN GENERAL 1.1 Ficha técnica 1.2 Fundamentación y descripción del CAQ original 1.3 Versión española 1.4 Material para la aplicación 2. NORMAS PARA SU UTILIZACIÓN 2.1 Normas de aplicación 2.2 Normas de corrección y puntuación 3. JUSTIFICACIÓN ESTADÍSTICA 3.1 Estudio experimental para su adaptación 3.2 Fiabilidad 3.3 Validez 3.4 Validez criterial: grupos clínicos 3.5 Correlaciones con otras pruebas 3.6 Análisis factoriales 3.7 Escala de validación (V) y distorsión motivacional 3.8 Influencia de la edad y el sexo 3.9 Índices de atracción 4. NORMAS DE INTERPRETACIÓN 4.1 Muestra de tipificación 4.2 Datos normativos y tablas de conversación 4.3 Descripción de las escalas 4.4 Factores de segundo orden 4.5 Elaboración de un perfil BAREMOS APÉNDICE: casos prácticos

DESCRIPCIÓN GERERAL Nombre original: Clinical Analysis Questionnaire Autor: Samuel E. Krug Adaptación española: TEA EDICINES Administración: individual y colectiva Duración: variable entre 30 y 45, minutos Significación: Evaluación de doce variables clínicas de la personalidad Tipificación: Baremos en decatipos para adolescentes y adultos de cada sexo.

1.2 Fundamentación y descripción del CAQ original En los años 60, R.B.Cattell y sus colaboradores emprendieron una serie programada de investigaciones para fusionar dos importantes vías en el desarrollo de la investigación de la personalidad: 1. Evaluación de síndromes patológicamente importantes y modelos de conducta desviada determinados por la observación clínica. 2. Medida de rasgos identificados y consistentemente replicados mediante procedimientos y técnicas factoriales en adultos normales. El primer tipo de estudio se remonta al siglo XIX y tiene sus raíces en las técnicas asociativas de Wundt y Yung, en las técnicas proyectivas desarrolladas a partir de los conceptos psicoanalíticos y de la Gestalt, y en las técnicas terapéuticas que demostraron algún grado de valor diagnostico. El segundo enfoque tiene sus orígenes en la teoría de la personalidad basada en los análisis factoriales y se apoya principalmente en la medida y evaluación objetiva de un amplio espectro de rasgos. Aunque algunos instrumentos, construidos cuidadosamente para abarcar la dinámica normal de la personalidad, como el 16PF, han aportado importantes contribuciones a la comprensión de su patología (véase Karson y O´dell 1980), hay ciertas áreas de la conducta desviada donde el 16 PF no diferencia suficientemente entre distintos grupos clínicos. Esto es particularmente cierto con respecto a la identificación y comprensión de trastornos en los que la depresión y la psicosis son los rasgos centrales. Otros instrumentos ya arraigados, como el MMPI, han sido orientados principalmente hacia el área patológica. Por ejemplo, aunque el MMPI puede ofrecer suficiente información con respecto a un determinado síndrome, no ogra diferenciar características no patológicas de la estructura de la personalidad, y con ello se pierde una parte importante de la dinámica del sujeto. Como resultado de numerosas investigaciones (véase la obra y bibliografía de Krug, 1980), el “Cuestionario de Análisis clínico (CAQ)” fue construido para cubrir esa necesidad de un único instrumento que pudiese medir simultáneamente rasgos normales y patológicos y permitir un perfil completo y multidimensional del sujeto. Originalmente consta de dos partes (la versión española del CAQ recoge únicamente la parte I, la específicamente cínica) y 28 escalas; la primera (CAQ-1) recoge los 16 rasgos de

personalidad previamente medidos por el 16PF y la segunda incluye 12 rasgos, siete de los cuáles miden manifestaciones primarias de la depresión y las cinco restantes han sido desarrolladas para evaluar rasgos factorialmente identificados en el conjunto de los elementos del MMPI. De esta forma, el CAQ combina datos de tipo patológico con información sobre la estructura misma de la personalidad; así pues, sirve tanto para el diagnóstico como para la planificación de un tratamiento. Los 16 rasgos del 16PF fueron identificados por Cattell y colaboradores después de una extensa serie de investigaciones, comenzados a partir de los años 30 y destinados a definir dimensiones primarias de la personalidad normal. Estos rasgos han sido replicados en una amplia variedad de culturas, muestran cambios consistentes y previsibles en grupos de diferentes edades medias y permiten hacer predicciones de la conducta o actividad humana. Aunque, en principio, el 16F no tuvo la intención de ser una prueba clínica, ha contribuido significativamente a las investigaciones clínicas con las cinco escalas primarias de ansiedad, rasgos que posteriormente se ha comprobado que son componentes de una estructura más amplia, de segundo orden, denominado Ansiedad. Normalmente, estos componentes primarios y, en cierto modo independientes, se presentan bastante conexionados; no obstante, se observan algunas desviaciones del modelo general. En investigaciones psicofarmacológicas, por ejemplo, se ha visto que el fármaco meprobamateactúa reduciendo el nivel de ansiedad mediante un aumento de la tolerancia a la tensión (escala C), y no tanto mediante una reducción directa del nivel de tensión (escala Q4). Muchos estudios en el campo médico señalan la escala C, como un índice causal de riesgo, pero esto no puede aplicarse de igual forma a todas las ansiedades primarias, ni al modelo como tal conjunto. Por otra parte, en las formas obsesivas de los trastornos neuróticos no es raro encontrar elevadas todas las escalas de ansiedad, excepto Q3 (normalmente contribuye a la ansiedad en sujetos incontrolados y de baja autoestima), que puntúa en sentido inverso. Cuando se mejoraron estas escalas primarias de ansiedad y su fiabilidad se logó un importante avance en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos neuróticos en los que la ansiedad es la característica principal. Durante bastantes años la depresión fue tratada solamente como un fenómeno clínico unidimensional y se le dedicó poca atención a un examen científico de la misma. En uno de los primeros intentos para definir sus componentes, se encontraron cinco factores entre los elementos diseñados para describir la actitud y evaluación de los sujetos deprimidos. Basándose en esto, el equipo de Cattell identificó y replicó 7 componentes diferentes, aunque interrelacionados, de la depresión primaria; cada uno de los cuáles reflejaba aspectos distintos de la depresión clínica; uno de ellos, por ejemplo, recogía dolencias somáticas tales como problemas gastrointestinales, dolores de cabeza y trastornos del sueño; otro se centraba en la autoculpabilidad, minusvalía personal y excesiva autocrítica; y todos ellos resultaban distintos de las escalas de personalidad incluidas en el 16PF. Las restantes escalas del CAQ fueron construidas a partir de análisis factoriales de los elementos del MMPI. Reuniendo análisis de esta prueba y de las 16 escalas del 16PF, se llegó a la conclusión de que en el MMPI había 5 dimensiones que cubrían aspectos no incluidos en las 16 escalas del 16PF. Posteriormente se confirmó que estas cinco dimensiones eran factorialmente independientes de los siete rasgos de depresión previamente identificados. El CAQ original tiene 272 elementos, 128 en la parte I (que cubre la estructura de personalidad normal) y 144 en la parte II (para apreciar la depresión y los rasgos patológicos). Como se ha indicado anteriormente, la adaptación española de CAQ centró sus esfuerzos en la parte II, y el resultado se denominará CAQ, sin especificación de la parte a que pertenece originalmente. Se consideró que cualquiera de las Formas del 16PF podría sustituir a esos 28 elementos de la parte I del CAQ original para apreciar las 16 escalas primarias.

Sin embargo, antes de pasar a describir el CAQ (parte II) conviene que el usuario español conozca la composición de esa parte I. Su validez se ha apoyado en las numerosas investigaciones factoriales que previamente se habían realizado con muy diferentes muestras, y también en seis nuevas investigaciones con respecto a la depresión y rasgos patológicos (con sujetos estudiantes y adultos así como con casos hospitalizados y ambulatorios). Se partió de un conjunto de más de 4.000 elementos procedentes de investigaciones anteriores con las Formas del 16PF. Las 128 cuestiones finalmente incluidas en la parte I tienen la siguiente procedencia:  La mitad se tomó, sin ningún cambio, de la Forma A  Un 10% procede también de la Forma A, pero incluyen pequeños cambios; así, por ejemplo, el 177. “Me gusta un trabajo que presente cambios, variedad y viajes, aunque implique algún peligro”, aparece en el CAQ-I como 177. “Me gusta un trabajo con variedad, aunque tenga un poco de riesgo”. Cambios como éste fueron introducidos generalmente para acortar la redacción y simplificar e nivel de lectura exigido.  Un 20% fue sacado de otras Formas (B, c o D) del 17PF.  El 20% restante reúne elementos no publicados (o muy cambiados frente a los ya existentes en el 16PF). Las cuestiones de la parte II no fueron tomadas de ningún instrumento previo; el conjunto inicial fue elaborado basándose en la sintomatología clínica, y durante el curso de seis estudios de validación factorial se fueron depurando en su redacción y seleccionando en su número hasta llegar a los 144 finalmente elegidos. Cada elementos tiene tres alternativas de respuesta (A, B y C); generalmente la alternativa B es “Termino medio” o “No estoy seguro”, para posibilitar un punto medio entre las alternativas A y C; sin embargo, en las instrucciones de aplicación se pide al sujeto que utilice la respuesta B lo menos posible. Se examinó cuidadosamente cada elemento y se utilizaron varios criterios de selección, aunque el primordial fue su validez (operativamente considerada como la correlación entre el elemento y el factor subyacente); también fueron depurados en cuanto a la claridad y contenido potencial ofensivo (relación con actitudes políticas o religiosas). En la versión final, las cuestiones se distribuyeron de forma cíclica, para presentar un contenido variado, mantener el interés y evitar efectos de sensibilización. En el Manual original, el autor” reconoce que “como la parte I define rasgos del 16PF, es posible que otra versión de éste pueda substituir la información contenida en la parte I. De hecho, bastantes clínicos han procedido de esta manera, aplicando el 16PF como una rutina más de primera aproximación al caso e introduciendo la parte II del CAQ cuando el perfil del 16PF sugiera la presencia de una desviación psicológica seria”

1.3 Versión española En los párrafos anteriores se ha indicado que la versión española del CAQ se refiere únicamente a lo que originalmente se conoce con CAQ-II, puesto que el usuario español tiene ya adaptadas y tipificadas varias Formas del 16PF para ser utilizadas como parte I. Contando con la experiencia acumulada con trabajos similares con el MMPI, los 16PF y los cuestionarios de Eysenck (EPI y EPQ), en el proceso de la adaptación española del CAQ se han seguido las siguientes fases: a) Estudio de publicaciones originales (esencialmente de Krug y de Cattell)

b) Versión castellana de las cuestiones originales, teniendo en cuenta las diferentes escalas implicadas; se pidió a varios profesionales que hicieran “su” versión, se limaron las diferencias y el resultado se presentó a otros profesionales para que enjuiciaran la prueba. c) También se pidió a estos profesionales que elaboraran unos pocos elementos nuevos para medir alguna de las escalas del CAQ. Al final, en la versión experimental se pudo incluir un elemento más por cada escala, es decir, está versión estaba formada por 156elementos en vez de los 144 originales. d) Aplicación experimental del primer borrador a una muestra pequeña e) Análisis de resultados e introducción de pequeños retoques f) Aplicación a muestras grandes (casi un millar de adolescentes y otro millar de adultos) g) Análisis de resultados (a nivel de elemento de escala) para definir los 14 elementos finales y la dirección de respuestas (alternativa A o C) puntuable. El criterio principalmente empleado fue la correlación de cada elemento con su escala (corregido el efecto espúreo de que el mismo es un componente de la escala) y la pequeña o nula relación con las demás. h) Nueva corrección y puntuación de las aplicaciones experimentales con la plantilla definitiva, para realizar análisis de distribuciones, obtener estadísticos básicos, estudiar la matriz de intercorrelaciones, comparar y relacionar sus resultados con los de otros instrumentos de Cattell (16PF y HSPQ), analizar diferencias intersexos, etc. i) Elaboración de baremos separados por edad (adolescentes y adultos) y sexo (varones y mujeres). j) Obtención de muestras de casos clínicos y análisis diferenciales de resultados k) Redacción del presente Manual.

1.4 Material para la aplicación Aparte de este Manual (con las bases teóricas, descripción, normas de aplicación, corrección, de fundamentación estadística e interpretación de los resultados), es necesario el material siguiente:   

Cuadernillo del CAQ Hoja de respuestas (de diseño especial si posteriormente se utilizan procesos de mecanización y lectura óptica) Plantilla de corrección, única para las 12 escalas clínicas.

2. NORMAS PARA SU UTILIZACIÓN 2.1

Normas de aplicación

Las instrucciones para la aplicación están impresas en la portada interior del Cuadernillo, con cuatro ejemplos de práctica para explicar la forma de dar las respuestas y lograr la cooperación de los sujetos. Estas instrucciones pueden ser leídas en voz alta por el examinador, cuando se trate de exámenes colectivos, mientras los sujetos las siguen mentalmente. En el caso de un examen individual, el sujeto puede leerlas en silencio, estando presente el examinador para aclarar cualquier duda. Es muy conveniente que los sujetos hayan comprendido perfectamente la tarea de comenzar a prueba, y el examinador pondrá especial cuidado en la comprensión y aceptación de los cuatro puntos últimos de las instrucciones. Por estas razones, es aconsejable que, una vez comenzada

la prueba y durante los primeros momentos, se compruebe el seguimiento de dichas instrucciones, evitando que esto signifique que una “fiscalización” de las respuestas concretas que se van dando. Como el CAQ es un test objetivo, puede ser aplicado por personal auxiliar. Sin embargo, queda bajo la responsabilidad del psicólogo, psiquiatra u otro profesional cualificado para esta tarea, la comprobación de que el personal auxiliar tenga la competencia necesaria para la aplicación de este tipo de pruebas, de modo que se logre un buen clima y se conteste adecuadamente a las dudas o preguntas del examinando. En el caso de un sujeto analfabeto, invidente o con cualquier otro impedimento, el examinador puede leer cada cuestión el voz alta y anotar la contestación dada por el sujeto; en ningún caso se puede cambiar la redacción de las cuestiones, ampliarlas o interpretarlas, ni aconsejar una de las respuestas. Con algún tipo de sujetos (casos especiales de pacientes físicos o psíquicos), tal vez sean necesarias instrucciones adicionales para indicarles que contesten tal como se sienten “ahora” o como se sentían “antes” de su dolencia actual; la elección de una de estas alternativas dependerá de la naturaleza y finalidad del examen, pero se recomienda que una u otra sea seguida en todo el examen y se tenga en cuenta esta peculiaridad a la hora de interpretar los resultados. Una vez finalizada la prueba, y antes de que se retire el sujeto, convendría revisar su Hoja de respuestas, para comprobar que se han seguido las instrucciones dadas (una sola respuesta a todos los elementos y sólo un pequeño número de contestaciones B o de tipo “intermedio”); en caso contrario, tal vez sea posible pedirle que reconsidere esas deficiencias, puesto que una Hoja mal cumplimentada puede invalidar el esfuerzo de toda la aplicación.

2.2

Normas de corrección y puntuación

Las contestaciones anotadas en la Hoja de respuestas pueden sEr puntuadas y corregidas mediante un proceso de mecanización o manualmente con la ayuda de la Plantilla de corrección. Cada respuesta puede recibir 2, 1 ó 0 puntos, y la puntuación de cada elemento contribuye a una sola escala. Si el proceso es mecanizado, y se han seguido las exigencias del mismo (utilización de Hoja especial de identificación, etc.), la máquina realizará el proceso hasta obtener las puntuaciones directas, las derivadas o cualquiera de las “salidas” existentes en dicho proceso. Cuando el proceso se haga manualmente, antes de utilizar la Plantilla de corrección conviene examinar la Hoja para comprobar que no se han hecho anotaciones inapropiadas, como por ejemplo marcar dos de las tres alternativas de un elemento u omitir por completo una de las cuestiones. Si se presenta alguno de estos casos, el examinador puede hacer las correcciones oportunas (2). En la adaptación española se ha modificado el diseño original de la Hoja y ordenación de los elementos para que todo este proceso de corrección pueda realizarse con una sola Plantilla. Está formada por bandas horizontales; cada una se refiere a una escala y su posición se corresponde con las casillas existentes en el margen derecho de la Hoja de respuestas para anotar las puntuaciones directas (PD). Una vez colocada la Plantilla sobre la Hoja, de modo que por las señales de referencia (situadas en la parte izquierda y fuera del recuadro dedicado a las contestaciones) aparezcan las estrellas impresas en el margen izquierdo, se procederá a calcular la puntuación directa de cada escala o banda horizontal de la Plantilla. Dicha puntuación puede hallarse comenzando por la izquierda y sumando los puntos obtenidos por las contestaciones del sujeto que aparezcan a través de círculos transparentes de la Plantilla (al lado de os cuáles se indican lospuntos,2 ó 1,

que recibe la contestación). Al terminar la puntuación de cada banda de la Plantilla, se anota el resultado en la casilla existente en el margen derecho de la Hoja. La puntuación máxima en cualquiera de las escalas D1 a PS es de 24 puntos. Si se utiliza la escala V (de validación), la puntuación máxima es 9 (puesto que los elementos son dicotómicos y sólo reciben 1 ó 0 puntos). (2) Si esto no es posible y se desea hacer una estimación en la escala correspondiente, podrían seguirse los siguientes pasos: a) Obtener la puntuación con los elementos correctamente contestados b) Multiplicar este valor por 12,número total de elementos existentes c) Dividir el resultado por el número de elementos contestados d) Redondear el cociente al entero más próximo.

3.JUSTIFICACIÓN ESTADÍSTICA Los apartados de este capítulo pretenden aportar información sobre análisis y resultados obtenidos en muestras originales y españolas, e incluyen estadísticos que fundamentan las características psicométricas de este instrumento.

3.1

Estudio experimental para su adaptación

Las fases de este proceso han quedado someramente señaladas en el punto 1.3 de este Manual. Aunque en este proceso se ha intentado, primordialmente, conservar los valores discriminativos del CAQ para las aplicaciones prácticas, se ha seguido una metodología que pudiera reproducir y comprobar también en nuestro país el esquema y modelo de personalidad propuesto por el autor original. La estrategia utilizada ha consistido, fundamentalmente, en la versión fiel (no literal) de las cuestiones originales, la inclusión de elementos suplementarios (uno por cada escala del CAQ) para posibles sustituciones por originales no satisfactorios, los análisis de los resultados en una amplia muestra de sujetos españoles (normales y clínicos) y la depuración de la versión fianl del cuestionario. La técnica principal para definir la pertinencia de un elemento dentro de una escala ha sido el índice de homogeneidad corregido, es decir la correlación del elemento con su escala antes de que éste se incluyera en la misma para obtener la puntuación directa. Para mejorar la independencia de las escalas, se ha seleccionado el elemento que, además de tener una buena homogeneidad con su escala, tuviera pequeñas o nulas relaciones con los demás. Sin embargo, no se ha pretendido elaborar escalas ortogonales o independientes, puesto que estas variables son componentes de dimensiones superiores que comprenden a todas las escalas o a un grupo sustancial de ellas (tales como el factor de Depresión general). En primer lugar, se llegó a la readaptación final de la versión experimental (con 156 elementos y fruto de varias versiones depuradas) con la colaboración de diferentes con experiencia en tests y en teoría de la personalidad. Esta versión experimental ha sido aplicada, junto a otras pruebas psicológicas, a varias muestras y en diferentes situaciones (selección de personal, procesos de investigación en otras áreas y diagnóstico de casos clínicos). Los resultados han sido sometidos a análisis de elementos (atracción, fiabilidad, homogeneidad y variabilidad) y de puntuaciones directas (distribuciones,

correlaciones y factoriales), en un intento de aproximar sus características psicométricas a las que originalmente presenta el CAQ en muestras americanas. Dentro de este estudio se han podido comparar sus resultados con los originales, y las diferencias encontradas pueden ser achacables a sesgos muéstrales o a características peculiares de la población española. Es difícil decidirse por una de estas alternativas o asignar un peso relativo a cada una de ellas, puesto que el cuestionario, una vez adaptado ua no es exactamente el mismo como para definir diferencias transculturales.

3.2

Fiabilidad

Los tests psicológicos deben poseer una razonable fiabilidad si se pretende que sean útiles, tanto cuando se emplean con fines de investigación como cuando se aplican con un propósito práctico. Existen varios tipos de fiabilidad y diferentes métodos para su obtención (testrestest, consistencia interna o coeficiente “alfa”, etc.) En nuestro país no se han realizado aún estudios de fiabilidad test-restest. En los estudios originales (100 varones y mujeres, estudiantes universitarios), y con un día de intervalo entre ambas aplicaciones, se obtienen en las escalas clínicas los índices que presenta la primera columna de la tabla 1, mejores (con una mediana de 0,80) que los de las escalas normales (CAQ parte I, tipo 16PF), por lo que se aconseja (cuando se desee mayor fiabilidad) aplicar el 16PF Forma A en lugar de ese AQ Parte I. En ese mismo estudio original se analizan las puntuaciones en dimensiones secundarias y se observa una elevada fiabilidad (mediana de 0,92). En las muestras experimentales españolas se han obtenido los coeficientes “alfa” de as 12 escalas, así como los índices de atracción promedio de los 12 elementos de cada escala. Los resultados se encuentran en la misma tabla 1. Estos índices “alfa” son sensiblemente inferiores a los índices de precisión obtenidos en las muestras americanas; esto puede ser debido, por una lado, a la técnica empleada (según la formulación KR-20 de Kuder-Richardson) y, por otro, a los bajos índices de atracción que han tenido estos constructos entre los sujetos españoles (lo cual normalmente viene unido a una variabilidad restringida en las alternativas de respuesta). Así pues, dado ese grado de fiabilidad en el CAQ, y teniendo en cuenta el error típico de medida (que hace que, a nivel de decatipo, se espere tener un error aproximado de más de una unidad decatipo), los decatipos extremos pueden ser más fiables e indicativos de alejamiento de la normalidad, mientras que los de tipo medio exigen una mayor cautela para su interpretación. Por otra parte, como los datos en dimensiones secundarias son más fiables, es aconsejable su cálculo y utilización con un decimal, mientras que en los de las escalas primarias se emplea su valor entero.

Tabla 1. Fiabilidad y Validez del CAQ FIABILIDAD Originales Esc Test-restest D1 0,85 D2 0,74 D3 0,85 D4 0,73 D5 0,75 D6 0,71 D7 0,67 Pa 0,86 Pp 0,84 Sc 0,90 As 0,75 Ps 0,84 Depr. 0,95 PSic. 0,95 Neur. 0,85

3.3

Españoles Coef. alfa 0,49 0,50 0,16 0,54 0,64 0,72 0,45 0,60 0,42 0,51 0,44 0,67

Atracción 0,10 0,06 0,63 0,20 0,14 0,26 0,12 0,18 0,66 0,13 0,44 0,15

VALIDEZ Originales validez 0,86 0,59 0,71 0,75 0,67 0,65 0,60 0,80 0,45 0,84 0,78 0,73 0,95 0,83 0,71

Españoles Homogeneidad 0,30 0,31 0,21 0,34 0,40 0,40 0,30 0,34 0,29 0,31 0,28 0,38

Comunalidad 0,60 0,73 0,21 0,48 0,64 0,50 0,47 0,36 0,36 0,61 0,30 0,64

Validez 0,68 0,64 0,09 0,53 0,72 0,54 0,48 0,54 0,32 0,62 0,40 0,72

Validez

La definición básica de un índice de validez es el grado en que el instrumento mide lo que dice medir; en el caso de un test de conocimientos o aptitudinal esa apreciación es fácil y se puede hacer directamente definiendo con claridad un criterio objetivo. Pero no ocurre así cuando se trata de la medida de una característica de la personalidad. ¿Qué es lo que pretende medir el CAQ?. De acuerdo con las investigaciones previas y fundamentos señalados en el apartado 1., el instrumento fue concebido para medir 12 dimensiones o rasgos independientes que resultaron de la rotación a estructura simple de un conjunto de cuestiones con contenidos normales y patológicos. En los estudios factoriales originales se dividió cada escala en dos submedidas del factor subyacente y se analizaron factorialmente los resultados de una muestra total de 810 sujetos (normales y casos clínicos); tomando como saturación crítica mínima la de 0,30. Este sistema de análisis factorial por “paquetes” arrojó una estructura muy satisfactoria y concordante en las cuatro submuestras tomadas del grupo total de análisis. Su resumen, en términos de “Coeficiente de validez”, se encuentra también en la tabla 1 y en la base de la misma se han incluido los coeficientes de validez de las tres dimensiones secundarias que los autores obtienen de las escalas primarias del CAQ: Depresión, Psicosis y Neurosis. En los estudios españoles, como se verá en otro apartado, la estructura factorial del CAQ está modulada por la muestra empleada (de uno u otro sexo, o de uno u otro grupo de edad). En la tabla 1 se incluyen las comunalidades promedios de los cuatro principales análisis factoriales realizados con sujetos normales, como un índice de participación de cada escala para estimar constructos superiores; estos índices tienen mayor cuantía en los grupos clínicos de ambos sexos. La columna final de la tabla 1 presenta otro índice de validez, la correlación de cada escala con el

factor general de Desajuste que se define en el análisis conjunto de CAQ con el 16PF; el índice de D3 es bajo porque entrega su variabilidad a otras dimensiones de la personalidad normal.

3.4

Validez criterial: Grupos clínicos

La determinación de la validez de un instrumento puede significar la acumulación de muy diferente tipo de información (resultados en aplicaciones prácticas, correlaciones con criterios externos, relaciones con otros instrumentos, etc.). En los párrafos anteriores se ha determinado la relación entre el CAQ y los factores subyacentes, y en este apartado se analizan diversas entidades de diagnóstico para las que el CAQ puede tener capacidad discriminativa. En la tabla 2 se incluyen los perfiles en decatipos de diferentes grupos clínicos analizados en los estudios originales (comparados sus resultados con los baremos normativos en USA), así como los de dos grupos heterogéneos de casos españoles (comparados con los baremos que presenta este Manual). En los párrafos siguientes se específica la entidad nosológica de los grupos estudiados. Tabla 2 Perfiles numéricos de grupos clínicos Grupo N Esquizofrenicos 116 58 Esquiz. 59 Paranoicos 11 Esquiz. 33 indiferenciados 19 Neuróticos en 26 general 76 Neu. Ansiedad 31 Neu. Depresión 31 Probl. Conduct 76 Pers. Antisocial 34 Agres. Pasiva 42 Alcoholicos 230 31 Drogadictos 64 11 Padres 78 violentos Homosexuales 25 Casos clínicos 40 españoles 65

Sexo V M V M V M V M V+M V+M V+M V+M V+M V M V M V+M

D1 6,7 7,4 6,1 7,5 7,5 6,9 7,3 7,1 6,5 7,6 6,1 6,3 6,0 7,0 6,7 5,7 6,9 6,3

D2 6,9 7,5 6,5 7,0 7,5 7,1 7,2 6,2 5,8 7,5 6,7 6,8 6,6 6,7 5,9 6,4 7,2 6,0

D3 4,8 5,0 4,2 5,2 5,0 4,0 4,7 4,7 4,8 4,7 5,5 6,1 5,0 6,7 5,3 5,8 5,4 5,4

D4 6,8 7,4 6,5 7,1 7,2 7,7 7,3 6,5 6,3 7,0 6,0 5,8 6,2 7,1 6,2 6,1 6,9 5,9

D5 6,6 7,4 6,2 6,3 6,8 7,1 7,0 6,6 6,4 7,3 6,5 6,6 6,5 6,8 6,4 6,4 7,4 5,9

D6 6,7 7,1 6,1 6,2 7,1 6,9 6,8 6,6 5,9 7,2 6,6 6,5 6,7 7,7 6,9 6,7 7,0 6,6

D7 7,0 7,2 6,6 6,8 7,5 7,4 7,1 6,5 6,1 7,7 6,5 6,5 6,5 6,1 5,8 6,3 7,7 5,9

Pa 7,1 6,9 7,1 7,5 7,2 6,5 6,1 5,6 5,6 6,4 6,2 6,2 6,2 6,3 5,8 6,5 6,4 7,4

Pp 4,3 4,3 4,4 4,5 3,7 4,0 4,3 4,4 5,0 4,3 5,1 5,1 5,0 4,4 5,4 6,2 3,6 5,4

Sc 7,2 7,3 6,9 7,1 7,6 7,2 6,7 5,8 5,6 6,9 6,4 6,6 6,2 6,4 6,4 6,8 6,6 6,4

As 6,1 7,2 5,6 6,7 6,7 7,1 5,6 6,0 5,5 6,7 6,1 5,7 6,3 6,7 6,5 6,9 6,6 6,6

Ps 7,1 7,5 6,6 7,0 7,6 7,6 7,3 6,4 6,1 7,6 6,5 6,5 6,4 6,8 6,4 6,7 7,7 5,9

V V M

5,1 9,8 9,9

4,8 9,7 9,9

5,8 4,7 4,9

5,2 8,3 8,6

5,4 9,2 9,9

5,2 7,6 9,6

5,5 9,7 9,9

5,4 8,9 9,0

6,6 4,6 3,4

4,9 9,1 8,8

5,0 6,5 7,4

5,0 9,1 9,9

ESQUIZOFRENIA El término se utiliza para describir aquellas desviaciones de la conducta en las que es destacable un desajuste grave del nivel cognitivo y del estado de humor del sujeto, así como la pérdida de contacto con la realidad. El perfil (véase tabla 2) es elevado en todas las escalas excepto en D3 y Pp; en el 16PF se manifiesta por una desviación en las escalas que miden ansiedad (C-, H-, L+, O+ y Q3), y se observan puntos bajos en inteligencia (B-), dominancia (E-), impulsividad (F-) y radicalismo (Q1-). Sin embargo, las desviaciones de los esquizofrénicos paranoicos son, en general, menos altas, y los esquizofrénicos indiferenciados crónicos bajan en D3 y Pp y se elevan en D7.

NEUROSIS Su principal característica es la ansiedad ( y por eso en el pasado ha resultado útil el 16PF). En los perfiles que presenta la tabla 2, los varones elevan D1, D4 y Ps, mientras que las mujeres se destacan por su D1; en ambos sexos, D3 y Pp están por debajo del promedio.

PROBLEMAS DE CONDUCTA Se utiliza este término para describir aquellas personas cuya conducta es inusual y claramente inadaptada, pero que no presentan los elevados niveles de ansiedad característicos de los problemas psicóticos. En contraste con éstos, sus desviaciones no son extremas, aunque sus puntuaciones en D3 y Pp son más altas que las de los esquizofrénicos. Los casos diagnósticos como “Personalidades antisociales”, a diferencia de los clasificados como “Personalidades agresivo-pasivas”, presentan en el 16Pf menor conformidad con el grupo (G) y menor tendencia a la autoculpabilidad e inseguridad (O). Estos tres grupos tienen en el 16PF ciertos componentes de tipo neurótico, tales como puntuaciones bajas en estabilidad emocional (C-), dominancia (E-), impulsividad (F-) y autodisciplina (Q3-), y elevadas en inseguridad (O+) y tensión (Q4+).

DROGAS En la tabla 2 se recogen los perfiles de adictos al alcohol y los narcóticos (principalmente heroinómanos). Presentan niveles elevados de ansiedad (en el 16PF) y algunas desviaciones en las escalas clínicas del CAQ, aunque no tan fuertes como las de los psicóticos. Los varones narcoadictos (comparados con los varones alcohólicos), además de una superior elevación en el 16PF en autosuficiencia (Q2), sensibilidad (I) y radicalismo (Q1), en el CAQ elevan la Desviación psicopática (Pp) y bajan en Depresión ansiosa (D4) y Depresión bajaenergía (D6). Esto parece mostrar que los narcoadictos son más independientes y propensos a la manifestación de conductas desviadas. En las mujeres, el patrón es parecido en I y Q2, pero se invierte el sentido en D4, D5 y Pp, lo cual parece mostrar que la mujer narcoadicta, a diferencia del varón es más introvertida y presenta Apatía-retirada (D7+). En estudios originales se han elaborado unos análisis discriminantes (comparados con las muestras normales) separados de 718 alcohólicos y 544 narcoadictos, y se obtuvieron unas ecuaciones de regresión 8con una validez discriminativa de 0.63 y 0.48, respectivamente) para estimar la propensión a estas drogas a partir de los decatipos en el 16PF y CAQ; son las siguientes: Alcohólicos = -0,30 (B) -0,33 (C) -0,24 (F) – 0,16 (Q1) + 0,27 (D1) + 0,46 (D6) – 0,24 (D7) – 0,27 (Sc) + 9,96 Narcoadictos = 0,21 (A) – 0,25 (B) + 0,34 (F) – 0,44 (G) – 0,24 (H) + 0,27 (O) + 0,32 (Q2) – 0,23 (D3) + 0,43 (Pp) + 0,93

PADRES VIOLENTOS Uno de os patrones recogidos en los estudios originales hace referencia al perfil promedio de 78 padres que han maltratado a sus hijos. En contraste con la población general americana, estos sujetos presentan en el 16PF una personalidad poco estable(C-) y elevan los rasgos de suspicacia (L+), inseguridad (O+=, autosuficiencia (Q2+) y tensión (Q4+), es decir poseen un grado elevado de ansiedad; entre las escalas clínicas del CAQ, se observa una desviación de un decatipo o más en Pa (Paranoia), D6 (Culpabilidad-resentimiento) y As (Psicastemia), y en grado menor en D (Hipocondriasis) y Sc (Esquizofrenia). HOMOSEXUALES En trabajos precios con el 16PF se indicaba para estos sujetos una elevación de los rasgos de ansiedad, inteligencia baja y poco control de la conducta. Cuando recientemente se ha enfocado este tema con el 16PF+ CAQ, el perfil es bastante diferente, y podría calificarse de normal; no obstante sigue elevada la sensibilidad (I+) y algo bajo los controles de la conducta, es decir, la conformidad al grupo (G-) y la autodisciplina (Q3-). En el CAQ tienen rasgos Pp+ (Desviación psicopática). Tal vez las razones de la diferencia entre ambos estudios este en que la primera muestra fue de sujetos en prisión por conductas homosexuales, mientras que los de la segunda no habían sido juzgados por estos actos.

CASOS CLÍNICOS ESPAÑOLES Durante el proceso de tipificación española se ha tenido la colaboración y cesión de 105 casos clínicos (procedentes de un hospital psiquiátrico y de un centro privado), y se han podido estudiar los resultados del CAQ comparándolos con los de la población normativa (Baremos de este manual). Analizados individualmente, los perfiles son elevados, con muchos apuntamientos extremos (decatipo 10). Las cinco escalas más frecuentemente apuntadas han sido D7, D1, D2, D5, Y Ps, en las que más del 50% de ls sujetos alcanzan el decatipo 10; es decir, se trata de Desajustes (Ps) debido a agentes depresivos (Apatía-reiterada, Hipocondriasis, depresión suicida y depresión baja-energía). También se observa que estos casos clínicos tienden a presentar “valles” extremos en las escalas D3 (Agitación) y Pp (Desviación psicopática). Los perfiles numéricos de esta muestra, clasificada por el sexo (aunque no parece haber diferencias entre ellos), se encuentran en las últimas filas de la tabla 2, junto a los encontrados en muestras americanas. El perfil de los casos clínicos españoles resulta muy elevado con respecto a los obtenidos en las muestras americanas; probablemente ello es debido a que los baremos españoles han sido elaborados a partir de las puntuaciones de sujetos en procesos de selección (que, como veremos en otro apartado, introducen la “distorsión” para “ocultar” parte de su problemática de personalidad), y los promedios de los grupos clínicos resultan muy alejados de esa muestra normativa.

3.5

Correlaciones con otras pruebas

Aunque la información más importante de una prueba viene indicada por su posibilidad de predicción en algún campo importante de actividad, el grado en que se correlaciona con otras pruebas arroja una luz adicional sobre su naturaleza y características. Este tipo de datos indica, por ejemplo, si dos pruebas miden idénticos o distintos rasgos, esto es, si el uso de ellas en una batería aumentará su valor predictivo o si representa una innecesaria duplicidad en la evaluación del mismo rasgo. Por otra parte, con ello se tiene información complementaria sobre la validez del instrumento cuando esa característica es sobradamente reconocida en la prueba con la cual se correlaciona. La tabla 3presenta (en centésimas) un estudio correlacional con 257 norteamericanos adultos normales que habían contestado al MMPI. La escala 1.Hs (Hipocondriasis) tiene su mayor relación con D1 y los índices más significativos de 2D son con dos de las escalas primarias de depresión (D1 y D5). Las relaciones entre 8.Sc del MMPI y Sc del CAQ y entre el 6.Pa y Pa del CAQ son significativas y razonablemente elevadas, pero no as mayores de cada una de estas dimensiones. Tabla 3. Correlaciones entre el MMPI y el CAQ (N = 257, muestra norteamericana) Esc. 1.Hs 2.D 3.Hy 4.Pd 5.Mf 6.Pa 7.Pt 8.Sc 9.Ma 0.Si

D1 48 41 23 14 20 23 38 34 11 34

D2 36 5 01 10 13 15 3 35 15 35

D3 -36 -19 -06 03 -04 01 -07 0 25 24

D4 18 26 02 -00 05 03 31 19 -05 48

D5 33 37 12 12 20 22 39 33 18 37

D6 21 21 05 07 15 13 34 21 15 29

D7 24 34 -05 04 09 16 20 26 -07 60

Pa 21 23 -00 08 02 14 07 17 13 36

Pp -15 -31 -05 -06 -12 -02 -24 -10 25 -42

Sc 29 23 09 16 16 25 27 32 23 33

As 11 16 -05 03 10 11 24 17 25 21

Ps 27 32 -00 21 10 17 32 39 07 44

En realidad, no hay que esperar correspondencia entre ambos instrumentos, puesto que si el MMPI fue diseñado para diferenciar entre diversos tipos o síndromes de personalidad patológica, el CAQ lo ha sido para medir rasgos que teóricamente están presentes en algún grado en todos esos tipos. Por otra parte, dado que el CAQ ha sido construido como un complemento de tipo clínico a las medidas que se obtienen con el 16PF, más importante que la información anterior puede ser la incluida en la tabla 4, con todas las correlaciones significativas (N.c. del 1%) entre la Forma C del 16PF y las escalas del CAQ, en una muestra de 783 sujetos españoles normales. Es de esperar que cuando se utilice una Forma con mayor validez (como la A o la B o incuso se apliquen ambas si el caso lo requiere), se obtengan índices de conexión más elevados que los que presenta la tabla 4.

Tabla 4 Correlaciones significativas (N.c. 1%) del CAQ con el 16PF-C en adultos (N = 783) Esc. D1 D2 D3 D4 D5 D6 D7 Pa Pp Sc As Ps

A -27 -27 13 -46 -32 -24 -42 -25 16 -28 -24 -40

B

C -56 -32 -47 -53 -49 -40 -33 32 -50 -39 -49

E -12 12 -24 -19 -20 -11

F -13 -14 24 -31 -17 -25 -36

24 -16 -13 -21

16 -16 -19 -29

G -17 -11 -22 -23 -13

10 -23

H -34 -25 19 -42 -41 -38 -38 -22 33 -35 -33 -49

I

L 28 27

-12

-14

23 32 31 29 44 -12 40 31 36

M -14 -10 -10 -15 -19 -20 -15 -17 -10

N 13 12 -10 21 22 20 17 16 -30 12 22 22

O 42 31

Q1

39 45 55 28 25 -33 36 40 44

-11

Q2 26 30 -12 36 28 28 46 23

11 10

29 21 35

Q3 -38 -21 -44 -37 -27 -36 -22 23 -35 -20 -38

Q4 41 25 -13 43 44 42 32 27 -38 40 36 43

DM -41 -25 -44 -47 -30 -38 -26 25 -45 -22 -51

Tabla 5 Correlaciones significativas (N.c. 1%) del CAQ con el HSPQ en adolescentes (469 varones fila 1ª, 463 mujeres fila 2ª) Esc. A D1 -17 -20 D2 -14 -26 D3 17 D4 -17 -20 D5 -15 -30 D6 -14 -12 D7 -35 -41 Pa -19 -28 Pp 14 Sc -22 -25 As

B -18

Ps

-15

-23 -26

-23

-18 -13 -15 -22

C -48 -48 -42 -45 -37 -45 -49 -56 -38 -47 -38 -34 -31 -28 28 28 -43 -43 -25 -28 -52 -54

D 30 31 21 29 17 25 25 28 28 28 13 13 26 37 -15 -13 30 39 26 26 26 33

E

F

21

35 53 -28

-23 -19 -22

28

-20 -22 -19 -29 -30

-15 -14 -12

14

G -27 -31 -36 -39

14 33 39

-22 -22 -20 -29 -29 -35

-23 -24 -33

H -38 -35 -35 -28 26 36 -58 -53 -44 -46 -38 -43 -43 -42 -21 -20 42 47 -31 -37 -24 -28 -54 -50

I

J 21 21 23 27

-15 -29 13 14 18

22 27 17 22 29 35 31 42

-24 25 32 17 25 25

O 44 42 44 43 -16 40 45 47 52 39 47 39 42 28 26 -29 -28 42 43 20 24 54 57

Q2

16 -16 -21 17 21 17 39 40 13 18 -14

Q3 -31 -34 -30 -38 -16 -27 -34 -34 -37 -18 -31 -28 -27 -28 12

16 19

-33 -38 -13

22 22

-38 -47

Q4 35 37 26 31 29 33 34 40 39 40 15 22 22 25 -24 -30 30 36 40 31 27 36

Entre los polos altos de un perfil 16PF que favorecen un desviación hacia lo patológico están las escalas O+ y Q4 ya señaladas, y se añaden los rasgos de suspicacia (L+), astucia (N+) y autosuficiencia (Q2+). Entre los polos bajos, además de la oca estabilidad emocional (C-) indicada

en e párrafo anterior, se incluyen los propios de una persona reservada (A-), taciturna (F-), de baja integración (Q3-) y sumisa (E-). El esquema de relaciones es muy similar al encontrado en dos muestras de adolescentes que contestaron en dos muestras de adolescentes que contestaron al HSPQ (hermano menor del 16PF) y al CAQ; las correlaciones significativas (N.c. del 1%) se presentan en centésimas en la tabla 5, en dos filas de índices (uno para cada sexo). Las cuatro variables más significativas son también C-, H-, O+ y Q4+, además de los indicados sobre el 16PF, los sujetos excitables (D+, escala inexistente en el 16PF) parecen también propensos a presentar problemas clínicos en su personalidad. Con pequeñas variaciones o especificaciones, la estructura de relaciones es muy similar en ambos sexos. Así pues, si en un perfil de personalidad se observan estas crestas (O+, Q 4+, L+, N+, etc.) y estos valles (C-, H-, F-, A-, etc.), se podría estimar la existencia de problemas clínicos en la personalidad del sujeto. Visto desde otro ángulo, cuando un sujeto presente en el CAQ un perfil elevado (índice de desajustes en su personalidad), es probable que el tratamiento exija “mejorar” su perfil en el 6PF “reduciendo las crestas o rellenando los valles”. ¿Y en qué proporción ayudarían esos tratamientos de cada rasgo del 16PF a mejorar el perfil en el CAQ?. A partir de las puntuaciones de una muestra de 783 adultos normales, la tabla 6 muestra los resultados de los doce análisis de regresión de todo el perfil del 16PF sobre cada una de las escalas del CAQ; cada columna de la tabla 6 expresa el porcentaje relativo que significa, independientemente de las demás cada escala del 16PF. En la base se encuentran también las “R múltiple” del 16PF sobre cada escala del CAQ y las correspondientes varianzas comunes totales (% VT). A partir de los resultados obtenidos en esta muestra, el psicólogo que se encuentra, por ejemplo, con un caso de elevación extrema de D1 (Hipcondriasis), puede decidir el apoyo o tratamiento prioritario que debe darse para “mejorar” la estabilidad emocional (C), antes que “reducir” la aprensividad (O), porque en la primera columna de la tabla 6 se observa que el peso de C es de 37,2% mientras que el de O es de 15,4%. Si en ese supuesto caso de D1+ se atiende también a reducir F(8,3% de impulsividad o surgencia) y Q4 (8,1% de tensión o frustración) y a elevar Q3 (8,1% de control de la autoimagen), la situación clínica del sujeto mejoraría más rápidamente. En el caso de una Depresión ansiosa (D4+), la atención prioritaria debería dirigirse a elevar la Afectotimia o empatía emocional (21,7% de A), luego a mejorar el control de la autoimagen (15,7% de Q3), y en tercer lugar a procurar el aumento de la estabilidad emocional /12,6% de C).

Tabla 6. Análisis de regresión de la personalidad normal sobre cada escala del CAQ (porcentajes de varianza común con cada escala del 16PF-C) Esc. A B C E F G H I L M N O Q1 Q2 Q3 Q4 R %VC

D1 -4,2 -4,2 -37,2 -2,4 8,3 -6,0 -7,6 -3,1 1,1 -2,0 -6,8 15,4 2,8 5,6 -8,1 8,1

D2 -9,1 -7,1 -13,0 1,0 3,2 -4,4 -4,6 -2,1 10,4 -2,2 -3,8 12,8 -2,2 15,2 2,4

0,62 38,8

0,45 19,9

D3 3,6 -8,4 -10,6 2,5 17,0

D4 -21,7

D5 -6,5 -23,7 -9,7 6,6 -14,1 -13,0

-12,2

-12,6 -1,1 -6,2 -9,2 -8,1 1,1 -4,0 -6,6 1,2 9,6 -5,9 6,2 -15,7 10,5

0,34 11,7

0,67 44,5

0,65 42,1

10,0 -8,3 6,3 -8,8 -7,4 2,4 6,1 -2,6

5,4 -7,6 2,3 16,0 3,7 3,4 -4,1 11,0

D6 3,2 -1,7 -20,8 -5,6 -4,4 2,6 -9,0 -1,0 52

Pp

10,5

-13,7 -2,2 -8,9 -5,9 7,1 1,6 -1,1 -2,0 1,8 24,7 -10,8 3,0

Pa -8,6 -1,5 -12,4 7,2 6,0 7,6 -4,3 -3,8 30,8 -9,5 -1,3 3,0 -,15 7,5 -3,3 4,7

0,64 40,1

0,61 37,6

0,52 26,6

32,7 7,1 5,6

D7 -12,7 2,1 -15,3

As -6,4 -1,4 -13,9

20,5 -13,2 6,5 11,6 4,7 -21,7

Sc -2,6 5,9 -26,7 -6,8 5,8 3,2 -8,1 -6,9 19,6 -2,7 -8,8 6,3 2,2 10,8 -8,2 10,8

2,1 14,9

7,5 5,6 8,0

0,55 29,7

0,61 37,1

0,55 30,1

0,67 44,9

-7,9 2,7 10,8 -5,3 16,4 -10,5 7,1

16,8 -11,3 2,7 8,4 -10,2 4,2 16,9 9,9

Ps -8,4 4,8 -12,6 -6,9 -3,8 -14,8 -21,5 -4,0 10,6 1,6 15,0

Si el sujeto presentase un perfil con varias crestas, el psicólogo podría atender ponderadamente a los distintos pesos que presenta la tabla 6 para las escalas implicadas en el CAQ y en el 6PF. Finalmente, en este apartado destinado a las relaciones del CAQ con otras pruebas, puede ser interesante conocer sus correlatos motivacionales. En un estudio con sujetos norteamericanos se obtuvieron sus intercorrelaciones con el MAT (Motivation Analysis Test”) en 106 mujeres estudiantes universitarias. Este test incluye medidas de cinco básicos (temor, sexo, autoafirmación, agresividad y autoindulgencia) y cinco intereses influidos por el aprendizaje (carrera, sentimientos, dependencia, responsabilidad y autorrealización). La mayoría de los índices de relación entre el NAT y el CAQ son moderados, tal como es esperado de instrumentos diseñados para medir áreas relativamente independientes de la conducta humana, y las conexiones más fuertes vienen a indicar la posibilidad de conflictos o problemas clínicos en el campo de la autorrealización del sujeto.

3.6

ANÁLISIS FACTORIALES

Una información importante para conocer algo más la estructura de un instrumento es el grado de relación entre las distintas escalas que componen el instrumento, para determinar si, a nivel práctico de escala (o factor ya medido en una muestra), los constructos son interindependientes o mantienen entre sí alguna relación significativa; este dato puede ayudar a interpretar los resultados de un sujeto o de un grupo (y mejor en éste que en un individuo concreto, porque hay más probabilidades de que en el grupo se cumplan las relaciones encontradas en una investigación).

Para obtener estos datos se calcularon las matrices R de intercorrelaciones de ambos sexos en una muestra de adultos (699 V y 123 M), otra e adolescentes /469 V y 463 M) y una última de casos clínicos (45 v y 69 M). La tabla 7 condensa esa información. Por encima de la diagonal (es decir en la mitad superior derecha) se encuentran los resultados de los varones y por debajo de la misma los de las mujeres, y en las filas de cada casilla se encuentran, respectivamente, los de adultos, adolescentes y casos clínicos. El primer hecho a destacar es que las escalas (factores medidos) no son independientes, lo cual explicaría la existencia de unas dimensiones superiores de patología que agrupase las escalas. En segundo lugar, se observa que hay dos escalas (D3 y Pp) que, sistemáticamente, se relacionan negativamente (o, al menos, no presentan una relación significativa) con las demás escalas, como si fuesen índices favorables, contrarios a una problemática de desviación clínica. Por otra parte, es de destacar la mayor interconexión de las escalas en los grupos clínicos. Esto podría ser debido a la heterogeneidad de la muestra en cuanto a su nosología (probablemente se han incluido muy diferentes grupos de diagnóstico, aunque la información recibida es que son principalmente “depresivos”), o a que en los casos clínicos los rasgos están verdaderamente más interrelacionados; tal vez en grupos clínicos más específicos (pertenecientes a una sola entidad nosológica) estas relaciones disminuyan y se parezcan más a las de los grupos normales. Finalmente, parece que la escala Ps (desviación psicológica) es la que más relaciones tiene con todas las demás, como si en este constructo tuviesen cabida parte de las características de las demás escalas. Dada la existencia de estas relaciones, y para probar las hipótesis de los autores (sobre la posibilidad de dimensiones generales de patología), se han sometido las seis matrices R a análisis factoriales. Se decidió una solución MLFA (“máxima verosimilitud”) con rotación oblicua, en vez de una de componentes principales más fácil, porque en la realidad las dimensiones secundarias no son independientes y presentan relaciones positivas o negativas.

Tabla 7 Intercorrelaciones del CAQ en varones/mujeres (sobre/debajo de la diagonal) en adultos (fila 1º) adolescentes (2º) y casos clínicos (3º) Esc. D1

D1

D2

45 65 65 -04 -02 -09 51 38 58 68 67 70 45 53 61 52 45 58 46 37 42 -26 -26 -58 69 53 49 40 32 49 56 53 56

D3 D4 D5 D6 D7 Pa Pp Sc As Ps

D2 59 61 68

10 06 -06 25 31 36 54 70 73 34 48 73 48 59 57 22 47 55 -10 -13 -49 35 58 56 12 20 56 35 65 73

D3 05 02 -05 10 02 09

-20 -29 -22 -12 -09 -13 -15 -10 -03 -12 -10 -11 03 09 16 17 41 34 14 -01 17 -08 01 -26 -10 -11 -15

D4 42 40 61 36 35 49 -10 -23 -19

54 43 45 46 36 39 52 32 42 33 10 22 -37 -43 -50 58 32 21 32 22 36 59 49 47

D5 65 62 83 55 61 73 -01 03 -09 53 42 64

49 56 65 53 52 58 49 36 39 -25 -30 -35 65 57 44 41 31 53 65 63 71

D6 49 49 68 38 36 74 -03 -12 -10 43 29 64 55 43 78

37 31 50 36 29 45 -32 -34 -39 48 47 55 46 45 71 58 54 59

D7 43 41 53 48 49 73 -07 -09 -11 43 41 37 47 43 50 29 23 61

38 37 33 -25 -14 -29 55 50 41 14 15 36 56 56 60

Pa 42 45 46 40 49 66 06 12 -07 32 25 20 41 40 50 34 28 53 34 39 54

-31 -03 -34 49 57 71 25 13 33 47 38 45

Pp -37 -24 -62 -26 -22 -40 18 24 45 -39 -41 -66 -41 -33 -73 -42 -34 -61 -21 -15 -35 -16 -11 -31

-23 -17 -34 -23 -19 -43 -35 -28 -43

Sc 57 56 48 54 59 67 01 07 06 46 38 38 58 53 53 45 37 61 49 48 52 53 58 60 -31 -17 -33

42 25 45 65 63 58

As 34 35 21 29 26 41 -03 -01 21 34 17 30 39 30 44 48 41 46 26 08 12 27 23 16 -26 -18 -30 36 30 26

41 27 39

Ps 57 55 57 54 65 72 -11 -06 -06 55 49 61 65 56 72 47 44 78 55 53 62 42 46 42 -37 -29 -59 58 62 53 32 24 52

Tabla 8. Saturación factorial del CAQ en las muestras normativas. Adolescentes Varones Esc D1

I 52

D2

73

D3

Mujeres

II

III 39

I

44

D5

53

II

58

III 29

87 52

D4

Adultos

D6

Varones

Mujeres

I

I

28 31

67

58

27

II

77 75

67

-47

Casos clínicos II

76 22

39

Varones I

II

65 90

57

-25

79 58

56

-31

III -36

94

I 80

59 71

32

79

56

63

62

45

-49

59

25

-40

85

25

-25

78

D7

76

76

64

63

84

68

Pa

62

58

60

58

74

46

Pp Sc

51

-29

74

62 69

As 75

%V

28,2

60 70

7,4

9,1

29,9

-37

44

77

57

Ps

-22

43

-22

76 10,1

8,0

39,2

-39

79

82

71

52 81

5,1

39,8

8,3

II

84

31

-51

Mujeres

-57 55

99

66

55

35

79

35,1

12,5

13,7

45,4

62

8,6

Adolescentes La primera dimensión en estos sujetos parece ser un factor general de Desajuste, fundamentalmente depresivo. Se asemeja al factor general de Depresión que indican los autores originales. La segunda incluye esos aspectos positivos de la personalidad (mientras no sean excesivamente altos) que puedan ayudar a contrarrestar los tipos depresivos. En ambos sexos esta dimensión tiene una relación negativa con la anterior (-0.18 entre varones y 0.19 entre mujeres). La tercera es fundamentalmente de tipo neurótico (sentimientos de culpabilidadresentimiento, conductas obsesivo-compulsivas y psicasténicas y quejas hipocondríacas).Está bastante relacionada con el Desajuste o factor general depresivo (0,48 en ambos sexos). Adultos En ambos sexos, el factor más amplio es un Desajuste general que incluye en casi todas las escalas clínicas. En los varones, el segundo tiene un sentido bipolar y correlaciona negativamente con el anterior (-0,19=; en su polo positivo apunta a esos aspectos favorecedores de una buena estructura de personalidad, y en el negativo a algunos aspectos psicóticos (Pa) y otros neuróticos (D6 y D4). Cuando el sujeto exagere estas características pueden haber alguna probabilidad de que surjan conductas autodestructivas (de tipo suicida). Esta última característica (D2) es la que define como única saturación significativa el segundo factor entre las mujeres. A pesar de esta clara interpretación de la dimensión, hay que tomarla con cautela si se recuerda que la muestra de sujetos era poco numerosa (N = 123) Grupos clínicos Ambos sexos presentan una estructura diferente y de difícil interpretación conjunta. Dada la pequeña cuantía de las muestras (45 V y 69 M) y la heterogeneidad de las entidades nosológicas incluidas, únicamente se puede apuntar que el primer factor en ambos sexos alude a una dimensión general de Desajustes. Habrá que esperar a disponer de muestras mayores (y más específicas) para poder analizar la estructura factorial del CAQ en distintos grupos clínicos. El autor ha estudiado esta estructura en muestras normales mediante el análisis factorial conjunto de las 16 escalas del 16PF y las 12 del CAQ. Independientemente de los factores propios del 16PF (en los que tienen pesos algunas de las escalas del CAQ), se han encontrado tres dimensiones de tipo más clínico: Depresión, Psicoticismo y Neuroticismo; las ecuaciones de regresión en decatipos que se proponen son: Dimensión Depresión Psicoticismo Psicoticismo Neuroticismo Neuroticismo

Sexo V+M V M V M

Ecuación 0,27(D1+D2+D5) + 0,18 (D7 +Ps) – 0,09 (Q4)-0,44 0,25 (D7+Ps) + 0,50 (Pa + Sc) – 0,12 (O) – 0,37 (D5) – 0,06 0,18 (C+F+D7) + 0,35 (Sc + Ps) – 0.53 (D6) + 0,70 (Pa) – 2,26 0,11(B + G) + 0,43 (O – E) + 0,21 (M – H – D1 – Pa) + 0,32 (Q4) + 4,84 0,16 (L – Q2 – Q3 – D1) + 0,32 (M – E – N + O – D3 – Pa) + 0,48 (D6) + 8,14

La dimensión de Depresión es casi exclusivamente propia del CAQ, la de Psicoticismo incluye rasgos de ambos cuestionarios, y la de Neuroticismo se nutre fundamentalmente de rasgos del 16 PF (y alguna escala del CAQ, sobre todo en mujeres) Con sujetos españoles (N = 698 de ambos sexos) y la Forma C del 16PF, Se ha realizado un análisis similar con solución MLFA y rotación oblicua; se definen cinco factores, pero no se ha llegado a la estructura observada en el autor. El primero recoge saturaciones de casi todas las escalas del CAQ y los cuatro restantes son claramente dimensiones encontradas en otras ocasiones con distintas Formas del 16PF. a) La primera dimensión podría ser un DESAJUSTE GENERAL, de la personalidad; incluye un 25% de la varianza por el análisis y se podría estimar con la siguiente ecuación de regresión en decatipos: Desajuste = 0,25 (Ps) + o,23 (D5) + 0,19 (D1 + D2) + 0,13 (Pa + Sc) + 0,09 (F + Q3) + 0,08 (D6 – Q4) + 0,07 (D3) + 0,06(D7) – 2,63 b) En la EXTRAVERSIÓN aparecen rasgos negativos del CAQ (D7- y D4-) c) La INDEPENDENCIA recoge saturaciones de tipo psicótico (Pa, Pp y D3) d) La SOCIALIZACIÓN tiene que ver con la falta de Depresión ansiosa (D4-) e) La ANSIEDAD se define como un Neuroticismo de tipo obsesivo-compulsivo (As+ D6+) y alta inhibición (Pp).

3.7

Escala de validación (V) y distorsión motivacional

De todos es conocido que los cuestionarios, como instrumentos de medida, tienen sus limitaciones (entre ellas las de una fiabilidad-validez inferior a la de los clásicos tests de inteligencia). Entre las críticas relacionadas con el tema de este apartado se ha señalado que:   

Muchos sujetos pueden fácilmente falsificar sus respuestas, y a menudo lo hacen Las motivaciones de las personas pueden variar según las diferentes condiciones o situaciones en las que se aplican los cuestionarios Si se utilizan con una finalidad ocupacional ofrecen al sujeto incentivos para sobrevalorarse, y si la finalidad es clínico-terapéutica la persona puede exagerar sus desviaciones.

Cuando el CAQ se ha aplicado junto a otros instrumentos, una de las primeras comprobaciones a realizar será determinar si entre las distintas medidas hay una cierta congruencia. Si no fuera así, es plausible la existencia de una distorsión por parte del examinando. Algunas de las Formas del 16PF permiten obtener una medida de la distorsión motivacional (la variable DM existe en las Formas A, C y D), y esta puntuación puede ser aplicable a contenido del CAQ cuando ambos instrumentos se han aplicado en la misma sesión.

En cualquier caso, el usuario del CAQ puede disponer de la escala V (Validación), construida sobre muestras españolas de la misma forma que se hizo originalmente con la escala F del MMPI. Esta escala V contiene 9 elementos puntuados dicotómicamente (con 1 ó 0). Durante las fases de la adaptación se analizaron las respuestas de una muestra total de 1715 sujetos normales y se seleccionaron las alternativas más infrecuentes, de modo que en ninguna de las tres submuestras empleadas /783 adultos, 469 adolescentes varones y 463 adolescentes mujeres) se sobrepasa el 5% de respuestas sobre el total de las analizadas. La selección natural total viene especificada en la tabla 9. Aplicada esta escala V a todos los sujetos de la muestra se obtuvieron los estadísticos básicos que recogen también la tabla 9. A partir de la distribución de frecuencias se decidieron los siguientes criterios de clasificación.

PD 0-3 4 5-9

Categoría Normal Algo infrecuente Infrecuente

Tabla 9. Elementos y alternativas de la escala de validación V con el % de respuesta (N = 1.715) Elementos Núm. 1 Alt. C % 2,6

2 C 2,2

32 C 1,8

40 A 2,4

42 B 4,4

42 C 5,6

56 A 4,3

98 A 2,4

134 A 2,9

Escalas Media D.t. ---------2,94 1,04

Este sistema de clasificación tiene, aproximadamente, una capacidad discriminativa del 94%, es decir, existe un 6% de posibilidades de clasificar incorrectamente como inválidos los resultados de un sujeto que obtenga más de 4 puntos en la escala V. No se han encontrado diferencias intersexos ni interedades en las puntuaciones V de las muestras estudiadas. Considerándolo como un estudio de validación cruzada, se aplicó esta escala V a una muestra, obtenida posteriormente, de 101 estudiantes universitarios de ambos sexos, y solo un sujeto (1%) superó la puntuación crítica (obtuvo 5 puntos), lo cual supuso mejorar significativamente el nivel del 6% anteriormente indicado. Por otra parte, la última columna de la tabla 4 (incluida anteriormente) presenta los índices de correlación de la escala DM (Distorsión motivacional) del 16PF-C con las 12 escalas de CAQ en una muestra grande de adultos normales. A partir de esos datos se observa que casi todas las variables se ven afectadas significativamente por este fenómeno. No es de extrañar que ocurra esto, dado que el instrumento aprecia dimensiones que social o motivacionalmente pueden ser negadas por una persona normal cuando las posee en un grado no muy elevado. De acuerdo con los índices más elevados de ese estudio, los sujetos “distorsionadores” tienden a disminuir, por orden de importancia, las escalas Ps (Desajuste psicológico), D5 (Depresión baja-energía). Sc (Esquizofrenia), D4 (Depresión ansiosa) y D1 (Hipocondriasis)

Para conservar este fenómeno desde otro enfoque, se eliminaron los casos intermedios de la distribución de DM y en la tabla 10 se incluyen los perfiles en decatipos de 81 casos con DM baja y de 180 casos con DM alta. En ellos puede observarse lo indicado en el párrafo anterior, incluso el hecho de que la escala Pp (y en alguna medida D3) es una dimensión que los sujetos normales suelen poseer en grado superior al promedio (y que los “distorsionadores” aumentan, comparados con los casos de DM baja). Tabla 10. Decatipos en sujetos con DM Baja y DM Alta (según el 16PF-C) Grupo N Baja 81 Alta 180

3.8

D1 6,2 4,5

D2 5,8 4,8

D3 5,8 6,1

D4 7,0 4,4

D5 7,0 4,7

D6 6,2 4,5

D7 6,7 4,6

PA 6,0 4,8

PP 5,9 7,3

SC 8,1 5,8

AS 6,1 4,8

PS 6,9 4,3

Influencia de la edad y el sexo

En varios estudios (tanto con los tests de Cattell y Krug, como con los de otros autores) se ha observado que, al aumentar los años, los sujetos disminuyen su patología y aumentan sus controles de la conducta. En general, el promedio de varianza común entre la variable edad y los rasgos de personalidad está alrededor del 2%, y en algún caso puede alcanzar cotas más elevadas (hasta un 10%). Su estimación podría hacerse mejor con estudios longitudinales y control de la influencia de otras variables. En la tipificación española se han separado los adolescentes de los adultos en la mayoría de los análisis y baremos. Se consideraron adolescentes todos los sujetos comprendidos entre los 15 y los 19 años, examinados en situaciones de orientación y dentro de los centros escolares, mientras que la mayoría de los adultos lo fueron principalmente en situación de selección de personal, y su edad promedio se situaba entre los 25 y los 35 años. Estas situaciones de examen con el CAQ (orientación y selección) han provocado diferencias sustanciales (principalmente debidas a la distorsión motivacional que introduce el sujeto en una situación de selección), y es probable que con igual grado de sinceridad o distorsión, las diferencias habrían sido menores o nulas. En cuanto al sexo como criterio diferencial en la manifestación de las variables clínicas, en el examen de las muestras españolas se puede corroborar la observación del autor: las mujeres obtienen puntuaciones mayores en la mayoría de las escalas clínicas, excepto en Agitación (D3) y desviación psicopática (Pp). Para observar este hecho a nivel de frecuencia en las distintas alternativas de respuesta de los elementos del CAQ, en una muestra de adolescentes (469 varones y 463 mujeres) se lograron encontrar hasta 48 elementos bastante discriminativos intersexos (al menos al N.c. del 1%) y su puntuación estaba en la dirección indicada en este párrafo. En consecuencia, en la tipificación española se han tenido en cuenta estas diferencias y los baremos se han elaborado separando ambos sexos. Dado que en la mayoría de los análisis presentados en este capítulo de justificación estadística se han mantenido también separados los sexos, el usuario dispone de datos suficientes para juzgar diferencialmente los que se obtengan en la labor psicológica práctica o en un proceso de investigación.

3.9

Índices de atracción

Parece conveniente que el usuario de un instrumento clínico como el CAQ conzca la “deseabilidad social” o índice de atracción que tienen los elementos que componen el instrumento. Una cuestión resulta mucho más discriminativa cuando la población a la que va destinada distribuye sus frecuencias con igual proporción en los dos extremos del continuo de medida. Normalmente esto no ha ocurrido así en la muestra experimental del CAQ (formada por casi dos millares de casos); hay muy pocos elementos con una distribución simétrica en los dos polos (A y C) de las alternativas de respuesta. Esta asimetría es una de las razones de que los índices de fiabilidad y precisión sean inferiores a los usuales en los tests de aptitudes o inteligencia, o incluso en los tests que aprecian rasgos normales de la personalidad en la población normal. Sin embargo, este menor grado de discriminación del CAQ no es tanto un defecto del instrumento como una peculiaridad de las variables que mide: aspectos clínico-patológicos de la personalidad normal. Su frecuencia en la población (o muestra de tipificación utilizadas) es menor que su ausencia, y no son anómalas las siguientes observaciones encontradas en los análisis de elementos y distribuciones de las variables: a) En un elemento, el polo alto de la variable (alternativa A ó C) tiene normalmente un índice de atracción menor que el polo bajo (la ausencia de desviación en la conducta) b) Las distribuciones suelen ser asimétricas positivas, el promedio (media aritmética) se sitúa por debajo de la mitad del continuo posible y un gran porcentaje de sujetos se acumula en la parte baja de la variabilidad del rasgo medido. c) La situación de examen (investigación, orientación, selección o estudios de casos patológicos) pueden modificar, en una u otra dirección, las dos observaciones anteriores. Además de las dos muestras de adolescentes citadas en el apartado anterior (469 varones y 463 mujeres), se realizó un estudio sobre estos aspectos de la medida en una muestra de 783 adultos jóvenes en procesos de selección. Como resumen de estos análisis, se observo que muy pocos elementos tenían una distribución normal o simétrica negativa, y pertenecían principalmente al rasgo Pp (Desviación psicopática). Teniendo en cuenta que las puntuaciones pueden variar desde 0 a 24, las dos únicas escalas cuyo promedio superaba, en alguna submuestra, el punto central de la variabilidad han sido la citada Pp y As (Psicastenia). Estas características del CAQ aconsejaron la tipificación en unos decatipos normalizados que atendieran a la forma empírica de las distribuciones (como se explica en el capítulo siguiente). Las afirmaciones anteriores no son válidas para las muestras de casos clínicos, pues en estos sujetos tanto las cuestiones como las escalas del CAQ resultan mucho más discriminativas que en los casos normales.

relativas a la población específica sobre la cual se realizó la tipificación. Lo normal en escalas clínicas que apuntan hacia patrones de conducta desviada es la obtención de distribuciones asimétricas positivas; la mayoría de los sujetos se acumula en la parte inferior de la distribución, puesto que sólo se reconocen en sí mismos unos pocos “átomos” de conducta desviada, y en la parte suprior de la distribución se encuentran aquellos cuyas conductas comienzan a ser desviadas. Atendiendo a esta forma de presentación de las variables, en la tipificación se ha utilizado una normalización “empírica” y no “teórica”; dada la inexistencia de una “curva normal” la normalización ha atendido a la forma específica que tomaba cada escala del CAQ. Para conocer con más detalle este procedimiento de construcción de los baremos, puede consultarse el capítulo 4 de la “Monografía Técnica del 16PF”. Las tablas de conversación de las puntuaciones directas de las 12 escalas del CAQ en decatipos están incluidas el final de este capítulo. La 1ª página se destina a baremos de adolescentes, la 2ª a adultos y la 3ª a casos clínicos (adultos). En cada página, el cuadro superior se refiere a varones y el inferior a mujeres. En el cuerpo de la tabla, y en cada línea, se encuentran las puntuaciones directas de cada escala, tal como fueron obtenidas en el proceso de corrección y puntuación; en las cabeceras de columnas están los decatipos correspondientes, y las dos últimas columnas recogen los estadísticos básicos de las escalas en la muestra normativa. Por tanto, para obtener el decatipo en una escala, basta entrar horizontalmente por la línea encabezada con las siglas de la misma hasta encontrar la puntuación directa concreta del sujeto, y en la cabecera de columna se encuentra el decatipo correspondiente. Si se utiliza un proceso mecanizado de corrección, es posible que las puntuaciones típicas se obtengan mediante una normalización “teórica” (basada únicamente en los estadísticos básicos media y desviación típica); entonces, no es de extrañar que sus resultados difieran de los que ofrecen los baremos de algunas escalas. Los párrafos anteriores ayudaran al psicólogo a comprender esas diferencias y a interpretar los resultados de una mecanización de ese tipo.

4.3 Descripción de las escalas La predicción de las valoraciones en diferentes criterios y la asignación a los sujetos de unas características de diagnóstico clínico, puede realizarse mediante ciertos métodos y cáculos estadísticos especificados en las obras originales de Krug (1980) y Cattell (1970), y, en algunos aspectos, la “Monografía Técnica del 16PF” Cuando no se conocen las correlaciones con los criterios, y hasta el momento en que se disponga de estudios empíricos realizados en situaciones particulares, las predicciones pueden realizarse a partir del conocimiento de la naturaleza psicológica de los factores y as escalas. En los siguientes párrafos se ofrece una descripción interpretativa de todas las escalas del CAQ, y en e cuadro 1 (página posterior a los baremos) se resumen las características específicas y más representativas de los sujetos que obtienen los decatipos bajos (1-3) y altos (8-10). Dado que en la validación cruzada e interpretación de las escalas del CAQ se utilizaron las del MMPI, conviene que el lector recuerde el significado de estas últimas; L, F y K son escalas de validación, y las siglas de las 10 escalas clínicas son 1. Hs (Hipocondriasis), 2. D (Depresión), 3.

Hy (Histeria), 4. Pd (Desviación psicopática), 5. Mf (Masculinidad-feminidad), 6. Pa (Paranoia), 7. Pt (Psicastenia), 8. Sc (Esquizofrenia), 9. Ma (Hipomanía) y 0. Si (Introversión).

DI-HIPOCONDRIASIS La persona que puntúa alto es depresiva en el sentido de que le preocupa la alteración de las funciones de su cuerpo. De acuerdo con el contenido de los elementos que comprende esta escala, muchas de las quejas no son específicas y así, por ejemplo, cree que “sus nervios están a punto de estallar”, que está “peor de salud que los demás”, que se siente “floja y tan cansada” que apenas puede moverse, o que al oír “hablar de una enfermedad” empieza a pensar que ella tiene algo parecido. Esta escala es una de las principales contribuciones al factor secundario de Depresión y existe algún indicio de que su importancia es ligeramente mayor entre las mujeres; las mujeres neuróticas y esquizofrénicas suelen puntuar más alto que los varones en esta dimensión secundaria. Es la primera de las escalas D (de depresión) porque apareció en primer lugar en los análisis factoriales de los agentes primarios de la depresión, y también en los análisis independientes de los elementos del MMPI. Tiene una correlación elevada con la escala 1. Hs del MMPI, pero también la tiene muy significativa con las escalas 2. D, 7. Pt y 0. Si de este cuestionario.

D2. DEPRESIÓN SUICIDA El contenido de los elementos de esta escala se centra en los pensamientos de autodestrucción. Los sujetos que puntúan alto afirman estar “hartos y a disgusto con la vida”, que esta “les parece ya vacía, sin sentido ni propósito”; les ronda el pensamiento de que “la muerte es el final de todos nuestros problemas” y que “han llegado al final de su camino y prefieren detenerse”. Junto con D1 (Hipocondriasis) y D5 (baja energía) forman la triada de mayor peso en el factor secundario de Depresión. Las puntuaciones D2 son muy altas en personas diagnosticadas como depresivas o esquizofrénicas, pero no en las neurosis de ansiedad. También son altas, en relación con otras depresiones primarias, en los tipos de personalidad agresivo-pasiva y antisocial En los análisis de correlación con el MMPI, el índice entre D2 y la escala de validez F es más alto que el existente con cualquiera de las escalas clínicas del MMPI. Esto no es sorprendente si se recuerda que la investigación con el MMPI ha mostrado que una elevación de la T en F hasta 80 no invalida necesariamente el perfil MMPI y que estos valores T altos tienen importancia psicológica. La escala D2 presenta también relaciones importantes con tras escalas del MMPI, tales como 7.Pt, 1.Hs, 8. Sc y 0.Si En un análisis de los resultados del CAQ en una muestra grande de recursos de Atlanta se concluye que una puntuación elevada (un decatipo de 8 o mayor) en D2 no es en sí misma un predictor del intento de suicidio; si en el perfil es baja la escala D3 (Agitación), son poco probables tales intentos. Sin embargo, cuando el perfil sugiera la presencia de la depresión, independientemente de la forma que tome, no hay que descartar la posibilidad de tal peligro. Este

riesgo aumenta sustancialmente (y debería considerarse un síntoma clínico significativo) cuando se observa una elevación simultánea en D2 y D3.

D3 AGITACIÓN La matriz de correlaciones MMPI-CAQ sugiere una conexión entre las puntuaciones de esta escala y lo que originalmente se concibió como “síndrome hipomaníaco” (9.Ma). Los sujetos que puntúan alto afirman que les “gustaría hacer cosas arriesgadas” e “intentar cosas nuevas”, o que están a disgusto hasta que encuentran “algo arriesgado que hacer”; buscan la agitación. Debajo de estos deseos puede haber un “anhelo de muerte” asociado a esta dimensión y que explicaría esta busqueda inquieta de aventura y riesgo. Esta asociación estaría relacionada con los resultados de las investigaciones con reclusos aludidas en los párrafos anteriores. A pesar de que esta escala aparecía entre los primeros lugares en los análisis factoriales de la depresión, y fue etiquetado como D3, los intentos posteriores de situarla en el factor secundario de Depresión han resultado fallidos, y cuando aparece su conexión es negativa. En el caso de D3, más que en cualquiera otra de las escalas clínicas del CAQ, ambos extremos de la variable presentan considerables, connotaciones clínicas y alejamientos de la normalidad, dado que se encuentran puntuaciones extremas bajas entre los neuróticos. Alcohólicos y esquizofrénicos, y significativamente altas en cierto tipo de abusos de narcóticos y en personalidades antisociales.

D4 DEPRESIÓN ANSIOSA Aunque puede llegar a confundirse esta dimensión con la Ansiedad, el análisis factorial ha mostrado que es diferente del patrón de esa dimensión secundaria y, por otra parte, es una de las contribuciones menoes importantes en la estructura de la Depresión. La Ansiedad y D4 co¡varían juntas, aunque no necesariamente. La persona que puntúa alto se define a sí misma como “torpe y desmanada al manejar objetos”, “sueña mucho sobre cosas que le dan miedo”, no se “siente segura de sí y tranquila” y pocas veces dice “lo que piensa sobre lo que hacen los demás, sea biuena o malo”. Están desorientadas, incapaces de enfrentarse a la exigencias inmediatas y sometidas a pesadillas. La escala representa un aspecto de la depresión que puede ser profundamente perturbardoe y molesto. Aparecen puntuaciones altas en neuróticos, alcohólicos y esquizofrénicos no paranóicos. Con respecto al MMPI, su asociación más fuerte es con la escala 0. Si y en un nivel menor, pero significativo, con 7. Pt.

D5 DEPRESIÓN BAJA ENERGÍA Alguna de las escalas primarias de la depresión incluyen la fatiga como un síntoma secundario, pero en esta escala la “baja energía” es el núcleo del modelo. Es una de las tres contribuciones más importantes de la dimensión secundaria de Depresión.

El individuo que puntúa alto se siente “triste y de mal humor”. Se despierta “sin energías para comenzar el día”, casi nunca “duerme profundamente”, a menudo la vida le “parece vacía y solitaria”, le entusiasma muy poco la vida y se siente “agotado y bajo”. En el mundo literario, Edgar Allan Poe estuvo muy acertado al describir estos síntomas. Los decatipos son especialmente elevados en varones alcohólicos y en mujeres narcoadictas, pero también en mujeres esquizofrenias, y en individuos depresivos, especialmente los de tipo neurótico. Con respecto al MMPI, su correlación más elevada es con la escala de validación F, entre las clínicas, por orden decreciente de su relación, con 0. Si, 7.Pt, 2.D, 1. Hs y 8. Sc. Cuando D5 y D1 son ambas bastante elevadas (decatipo 9 ó 10), y especialmente cuando no hay otra desviación extrema, la experiencia sugiere enviar al sujeto para una evaluación médica completa. En estos casos, la sintomatología psicológica y médica presenta muchos acuerdos, y es particularmente importante en los tratamientos de consulta externa.

D6 CULPABILIDAD-RESENTIMIENTO Este es el aspecto de la depresión asociado al sentimiento de haber cometido lo imperdonable y la consecuente sensación de inutilidad o impotencia. El sujeto que puntúa alto declara que le perturban “los sentimientos de culpabilidad”, que a veces no puede dormir “pensando en las cosas que debiera haber hecho” o en lo que le “va a pasar por los errores que ha cometido o “tiene pesadillas en las que está solo y abandonado” Las puntuaciones más altas se encuentran en caos de alcohólicos, abuso de narcóticos o problemas de conducta. D6 presenta una elevada relación con otros factores patológicos en sujetos diagnosticados como agresivo-pasivos /y de ahí la sugerencia de “resentimiento” en el titulo de la escala) y en alcohólicos. Con respecto a las escalas del 16PF, su mayor correlación es con la escala O (inseguridad). En ambas, culpabilidad y auto.depreciación son características importantes, pero el resentimiento es más prominente en D6 que en O

D7 APATIA-RETIRADA Esta dimensión se caracteriza por dos rasgos principales: la sensación de que la vida es “bastante absurda y sin sentido” como para preocuparse, y la tendencia a evitar el trato con los demás. El sujeto que puntúa alto se encuentra “a gusto cuando está solo, sin los demás” y se siente “demasiado decaído e inútil como para querer hablar con la gente”. El grupo que suele puntuar más alto es el de los esquizofrénicos, y también obtiene D7 alto el de los narcoadictos. Además de ser una de las escalas que menos contribuyen al factor secundario de Depresión, aporta un peso negativo al factor secundario de Extraversión. Con respecto al MMPI, la relación más alta es con la escala 0. Si y en menor medida con 2. D (pero no es tan alta como la que aparece con la escala de validación F)

Pa- PARANOIA Al llegar a este punto, se dejan las escalas primarias de la depresión y se entra en las cinco últimas del CAQ, inicialmente identificadas en análisis factoriales del MMPI. El contenido de los elementos Pa generalmente se acopla a la clásica definición de síndrome paranoico; hay declaraciones de recelo, sensación de injusticia y persecución, celos con respecto a otros, cierto cinismo sobre la naturaleza humana y miedo a ser envenenado. Observada superficialmente, suele confundirse con la escala L del 16PF (protensión o suspicacia). Sin embargo, L es un rasgo humano normal, mientras que Pa es esencialmente su derivación hacia lo patológico. Las dos suben o bajan conjuntamente dentro del perfil aunque no necesariamente. La puntuación es esencialmente de tipo medio entre los neuróticos y los alcohólicos, y sólo un poco mayor entre los que usan narcóticos. Pero es alta en los esquizofrénicos (especialmente en los de tipo paranoico) y muy alta en las alteraciones de conducta. En los estudios con el MMPI aparecen relaciones significativas con F, y en menor medida, aunque significativa, con 0.Si. En estos análisis su relación con 6.Pa fue más baja de lo que cabría esperar. Sin embargo, en una muestra independiente de 57 reclusos varones sus relaciones con las escalas 6.Pa y 8.Sc fueron más elevadas

Pp DESVIACIÓN PSICOPÁTCA Los sujetos que puntúan alto son, generalmente menos inhibidos que el promedio de las personas, tanto por lo que respecta al peligro o dolor físico como a las críticas de la sociedad. Hay también un cierto grado de búsqueda de sensaciones o excitación, características que comparte con D3 (Agitación) y con la que tiene una elevada correlación. Sin embargo, las características D3 parecen esencialmente limitadas a la de ese tipo de conducta impulsiva e hipomaníaca, mientras que Pp arece tener más implicaciones patológicas. Estas personas tienen “fuerza y energía ara estar dos o tres días sin dormir”; a ellas no les importa ser el centro de atención o “la cabeza de turco”, y les encantan las discusiones de emergencia. Hay, naturalmente, otros elementos con un contenido antisocial más considerable y que podrían presentar un cariz más problemático; no obstante, como el CAQ emplea el método de autoevaluación, esos elementos resultan en la práctica poco útiles, porque las alternativas puntuables tienen una atracción muy baja. Las puntuaciones resultan bajas o por debajo de a media en neuróticos, esquizofrénicos y alcohólicos, pero altas entre las personalidades antisociales o casos de abusos de narcóticos. Aparecen bastantes correlaciones negativas con las escalas clínicas del MMPI, incluyendo 0.Si y 7.Pt, pero con 9.Ma es positiva y significativa. En el trabajo de Kurg y Laughlin (1977), la escala se incluye dentro del factor secundario de Socialización, con un peso negativo. En este estudio hay también algunos indicios de que el sujeto Pp alto suele ser, en cierto modo, menos inteligente, o al menos tenr falta de concentración para contestar bien a los elementos de inteligencia de la escala B de 16PF. Por otra parte, Pp

aparece frecuentemente elevada en muestras de sujetos con alto nivel cultural o profesional, lo cual podría considerarse como un cierto tipo de “anestesia emocional”. Dado que a insensibilidad a la inhibición parece ser una característica esencial de esta escala, se podría esperar (aunque esto necesita una comprobación empírica) que Pp sea un buen índice diferencial entre las conductas desviadas en las que es esencial la “actuación” (“acting-out”) y aquellas otras de tipo neurótico y psicótico en las que predomina la “retirada”.

Sc-ESQUIZOFRENIA Según sus propias autoevaluaciones, el sujeto que puntúa alto encuentra dificultades para expresar sus ideas, tiene impulsos extraños, cree que la gente no le comprende y le “evita por motivos que desconoce” y no le da importancia que merece, y tiene pérdidas de memoria, sentimientos de irrealidad y alucinaciones. En resumen, el contenido de los elementos de Sc es el más raro de todas las escalas del CAQ. Está muy relacionada con la escala 8.Sc del MMPI, pero también tiene asociaciones mu considerables con 0. Si y F. Las puntuaciones más altas se encuentran en grupos de esquizofrénicos y moderadamente altas en neuróticos narcoadictos. Por tanto, el resultado es que los comportamientos incluidos en esta escala no son privativos del diagnóstico esquizofrénico. Por estas razones, los casos diagnosticados como esquizofrénicos no sólo puntúan alto en la escala. Tanto D7 como Sc incluyen “retirada”, pero la diferencia entre ellas está en que D7 el sujeto se aleja de la gente o de la relación interpersonal, mientras que Sc implica un alejamiento más extremo de la realidad.

As-PICASTENIA Esta variable alude a un constructo cuyos antecedentes hay que buscarlos en Janet. Se caracteriza por el tipo obsesivo de conducta sobre la que el sujeto declara tener poco autocontrol. Estas conductas incluyen el “contar cosas”, tener “ideas o palabras sin importancia que pasan por la cabeza y están rondando una y otra vez durante días” o preocuparse “una y otra vez por cosas sin importancia”. También se recoge alguna sugerencia de comportamientos fóbicos. Las puntuaciones son frecuentemente elevadas en los casos diagnósticos como neuróticos del tipo obsesivo-compulsivo y en narcoadictos, y están relacionadas con la escala 7.Pt del MMPI. A nivel de dimensión secundaria, contribuye de manera importante en el factor de Ansiedad, pero también al de Psicosis General, y su participación en el de Neuroticismo sólo es significativa en e grupo de mujeres.

Ps – DESAJUSTE PSICOLÓGICO En las primeras publicaciones del CAQ se aludía a esta escala como “psicosis general”. La posterior acumulación de nuevas investigaciones y datos sugiere que esas “psicosis” es más bien una dimensión secundaria a lo que contribuye esta escala Ps, junto con Pa, Sc y As, y por ello parece más apropiado el titulo de Desajuste psicológico.

El sujeto con puntuación alta piensa de sí mismo que “no vale para nada”. La desviación se da en el área de la autoevaluación de la realidad, cuando el sujeto se considera “una persona sin existp, un desastre”. Esto sugiere el patrón de “desesperanza adquirida” a que alude A.T. Beck al tratar la depresión y, por tanto, no es sorprendente la importancia de esa escala enla dimensión secundaria de Depresión. Presenta correlaciones altas con F, 8.Sc, 0.Si y 7.Pt del MMPI y se encuentran puntuaciones elevadas en grupos de psicóticos y neuróticos.

4.4 FACTORES DE SEGUNDO ORDEN Además de las escalas primarias obtenidas directamente a partir de la Hoja de respuestas, es posible hallar puntuaciones secundarias o de segundo orden ponderando de manera adecuada los resultados de las escalas primarias. Los factores de segundo orden no proporcionan ninguna información nueva sobre el sujeto que no estuviera ya contenida en las escalas primarias. Sirven, no obstante, para organizar la información primaria de una manera útil para la interpretación. Antes de examinar minuciosamente todos los puntos del perfil, algunos usuarios prefieren comenzar con los componentes de una dimensión secundaria. A menudo, la discrepancia dentro de uno de los conjuntos tiene significado especial; así, por ejemplo, cuando el sujeto puntúa alto en Ansiedad y también en la escala C del 16PF (Estabilidad emocional), su tratamiento es más favorable que cuando esta escala C es típicamente baja dentro del patrón de Ansiedad. Cuando en los estudios originales del CAQ (partes I y II) se sometieron a análisis factoriales las 28 escalas, y sobre todo en los trabajos de Krug y Laughlin (1977) sobre .915 adultos, normales y casos clínicos, que habían contestado al CAQ, se replicaron los factores referidos al 16PF y surgieron algunos propios del CAQ-II. Se observó que seis de los factores encontrados se correspondían mucho con los anterioremente descritos por Cattell y colaboradores (1970): Ansiedad, Extraversión, Dureza, Independencia, Inteligencia y Superego (tanto Dureza como Inteligencia y Superego no han resultado relevantes en los estudios españoles del 16PF). Un séptimo factor, denominado ahora Socialización por estos autores se asemejaba al que Cattell había identificado como Discreción. Los otros tres no identificados anteriormente eran Depresión, Psicoticismo y Neuroticismo. Si el usuario español del CAQ ha aplicado también el 16PF, sabe que dispone ya de unas dimensiones secundarias (hasta cuatro o cinco bastante bien replicadas y establecidas) que le pueden ayudar a interpretar el perfil de las escalas primarias. En la adaptación española de este instrumento dichas dimensiones han sido etiquetadas como Ansiedad, Extraversión, Socialización, Independencia y Subjetivismo. Su composición y descripción puede encontrarse en las publicaciones sobre el 16PF. Por estos motivos, en los párrafos siguientes se tratarán todas las dimensiones secundarias por su relación con la versión española del CAQ (parte II en los estudios originales), y con más detalle las propias de este CAQ.

ANSIEDAD Además de las saturaciones propias de las escalas del 16PF, dimensiones incluye pesos de D6 y As; en menor medida aparece un peso negativo de Pp (es decir, que esta escala favorece el Ajuste) y otro positivo de Sc.

EXTRAVERSIÓN Este factor incorpora también con peso negativo dos escalas del CAQ, D7 y D4. Por tanto, existe alguna conexión entre la Extraversión y algunas conductas desviadas, como es usual en ciertas formas de depresión.

INDEPENDENCIA Es una dimensión más propia del 16PF, definida por las escalas de Dominancia, Realismo, Radicalismo, Autosuficiencia y Suspicacia. Sin embargo, en las muestras españolas estudiadas esta dimensión ha incorporado algunas notas de tipo psicótico (las escalas (Pp, Pa y D3)

SOCIALIZACIÓN CONTROLADA O SUPEREGO Es la dimensión que Karson y O´Dell (1980) interpretan en el polo bajo como Sociopatía, y probablemente en esta dirección tiene mayores implicaciones clínicas. Sin embargo, su influencia está casi limitada a las escalas primarias del 16PF; sólo tiene una saturación significativa, y con signo negativo, en D4 o depresión ansiosa.

DEPRESIÓN Sus saturaciones principales están en seis de las siete escalas primarias de depresión (se exceptúa D3), y la estructura es muy similar en ambos sexos. Tiene una correlación sustancial con la Ansiedad (de 0,48, lo cual concuerda con la experiencia clínica cuando encuentra presentes y mezcladas ambas dimensiones en sus casos prácticos), y en menor medida con Extraversión (0,34) y Socialización (-0,24). En otras palabras, el tipo de depresión estimado con el CAQ tiende a aparecer en personas ansiosas, introvertidas y faltas de autocontrol social. En términos de varianza común, explica la cuarta parte de toda la batería (16PF + CAQ) y se equipara a Ansiedad (que explica otra cuarta parte). En las muestras de adultos, y sobre todo en las de grupos clínicos, esta dimensión abarca más aspectos (y podría definirse como DESAJUSTE GENERAL), e incluye notas psicóticas (de Pa y Sc) y desviadas (de As y Ps).

4.6 Elaboración de un perfil Puesto que en pruebas como CAQ sus escalas son más interpretables por sus polos altos o desviaciones por encima de lo normal en las muestras normalizadas, es aconsejable que, independientemente o en conexión con el del 16PF, se construya un perfil gráfico o numérico que destaque las principales elevaciones o desviaciones de la estructura de la personalidad del sujeto. Además, dado el grado de fiabilidad y estructura de las puntuaciones que se obtienen con el CAQ, normalmente es también aconsejable hacerlo en puntuaciones decatipo redondeadas al entero más próximo. En este caso, 4ª 6 se considerarán decatipos medios, 7-8 serán desviaciones medias y 9-10 se tratarán como desviaciones extremas. La casuística de los tipos de perfiles en la práctica será muy diversa y se supone la existencia de perfiles extremadamente altos en todas o la mayoría de las escalas, perfiles algo

desviados y perfiles normales. También esa misma casuística ofrecerá perfiles con escalas algo o muy desviadas junto a escalas normales. En cualquiera de los casos, y para su interpretación, normalmente es preferible atender primero al perfil en su conjunto y descender luego en el análisis a todas y cada una de las escalas que estén implicadas en la interpretación del conjunto.

Tabla 11. ADOLESCENTES – VARONES (N =469)

Decatipos Esc. D1 D2 D3 D4 D5 D6 D7 Pa Pp Sc As Ps Esc

1

2

0-5 0-1 0 0-1 0 0-1 0-6 0 0-5 0 1

6-7 2 1 2-3 1 2 7-8 1 6-7 1 2

3 0 0 8 3-4 2-3 4-5 2 3 9-10 2 8 2-3 3

4 1 1 9 5-6 4-5 6-7 3 4-5 11 3 9-10 4 4

5 2-3 2-3 10-11 7 6-7 8-9 4-5 6-7 12-13 4-5 11 5-7 5

6 4-5 4-6 12 8-9 8-9 10-11 6-7 8 14-15 6-8 12-13 8-9 6

7 6-7 7-8 13-14 10-11 10-11 12-14 8-9 9-11 16 9-10 14-15 10-11 7

8 8-9 9-11 15-16 12-13 12-13 15 10-11 12-13 17-18 11-12 16 12-14 8

9 10-13 12-15 17 14-15 14-16 16-17 12-14 14-15 19-20 13-15 17 15-17 9

10 14-24 16-24 18-24 16-24 17-24 18-24 15-24 16-24 21-24 16-24 18-24 18-24 10

Media 4,72 5,31 11,74 8,58 8,39 10,21 6,58 8,05 14,07 6,99 12,34 8,07 Media

D.t. 3,53 4,26 3,09 3,54 4,05 4,21 3,53 3,70 3,48 3,99 3,16 4,34 D.t.

8 9-11 10-13 14-15 15 14-16 16-17 10-11 12-14 16 11-13 16 14-16 8

9 12-15 14-18 16 16-17 17-18 18-20 12-13 15-16 17-19 14-15 17-18 17-18 9

10 16-24 19-24 17-24 18-24 19-24 21-24 14-24 17-24 20-24 16-24 19-24 19-24 10

Media 5,85 5,77 11,44 11,01 9,68 11,36 3,38 8,63 12,13 7,41 12,79 9,46 Media

D.t. 3,73 4,75 3,13 3,78 4,53 4,42 3,51 3,85 3,63 3,99 3,02 4,80 D.t.

Tabla 12 ADOLESCENTES – MUJERES

Decatipos Esc. D1 D2 D3 D4 D5 D6 D7 Pa Pp Sc As Ps Esc

1

2 0

0-4 0-3 0 0-2 0 0-1 0-4 0 0-6 0 1

5-6 4 1-2 3-4 1 2 5-6 1 7 1-2 2

3 1 0 7 5-6 3-4 5-6 2 3-4 7-8 2 8-9 3 3

4 2-3 1-2 8-9 7-8 5-6 7-8 3 5 9 3-4 10 4-6 4

5 4 3-4 10 9-10 7-8 9-10 4-5 6-7 10-11 5-6 11-12 7-8 5

6 5-6 5-6 11-12 11-12 9-10 11-13 6-7 8-9 12-13 7-8 13 9-10 6

7 7-8 7-9 13 13-14 11-13 14-15 8-9 10-11 14-15 9-10 14-15 11-13 7

Tabla 13. ADULTOS – VARONES (N = 2.646)

Decatipos Esc. D1 D2 D3 D4 D5 D6 D7 Pa Pp Sc As Ps Esc

1

2

3

0-4 0 0

5 1 0 1

0-7

0 8-9

6-7 2 1 2-3 0 1 10 0 7-8 1 3

0-5 1

6 0 2

4 0 0 8-9 3-4 2-3 4-6 1-2 2-3 11-13 1-2 9-10 2-3 4

5 1 10 5 7 4 14 3 11 5

6 2 1-2 11 6-7 4-5 8-9 3-4 5-6 15-16 4 12 4-5 6

7 3 3 12-13 8-9 6-7 10-11 5-6 7-8 17 5-6 13-14 6-7 7

8 4-5 4-6 14-15 10-11 8-9 12-13 7 9-10 18-19 7-8 15 8-9 8

9 6-7 7-9 16 12 10-13 14-15 8-10 11-12 20-21 9-11 16-17 10-12 9

10 8-24 10-24 17-24 13-24 14-24 16-24 11-24 13-24 22-24 12-24 18-24 13-24 10

Media 1,74 1,85 10,47 5,94 4,35 7,84 3,33 4,92 14,38 3,66 11,10 4,29 Media

D.t. 2,16 2,66 3,11 3,22 3,33 3,87 2,75 3,40 3,46 2,95 2,92 3,28 D.t.

8 5-8 5-7 14-15 11-13 10-14 13-15 6-7 9-11 18-19 7-8 15 9-10 8

9 9-10 8-11 16-18 14-16 15-17 16-18 8-13 12-14 20 9-12 16-17 11-15 9

10 11-24 12-24 19-24 17-24 18-24 19-24 14-24 15-24 21-24 13-24 18-24 16-24 10

Media 2.39 2.13 10.55 7.34 5.06 8.06 3.39 5.19 13.77 3.52 11.22 4.68 Media

D.t. 2.95 3.05 3.31 3.91 4.54 4.41 3.09 3.74 3.72 3.22 3.04 4.05 D.t.

Tabla 14. ADULTOS – MUJERES (N =325)

Decatipos Esc. D1 D2 D3 D4 D5 D6 D7 Pa Pp Sc As Ps Esc

1

2

3

0-3 0

6-7 2-3

0

4-5 1 0 1-2

0-6

0 7-8

0-4

5-6

1

2

3 0 1 9 0 7-8 0 3

4 0 0 8-9 4-6 1-2 4-6 1-2 2-3 10-12 1-2 9-10 1-3 4

5 1 10 7 3 7 4 13 11 5

6 2 1-2 11 8-9 4-6 8-10 3-4 5-6 14-15 3-4 12 4-5 6

7 3-4 3-4 12-13 10 7-9 11-12 5 7-8 16-17 5-6 13-14 6-8 7

Tabla 15. Casos clínicos – Varones (N = 259) Decatipos Esc. D1 D2 D3 D4 D5 D6 D7 Pa Pp Sc As Ps Esc

1 0 1-2 0-1 0-1 1 0-1 0-2 2-3 0 3-4 0-1 1

2 1 0 3-4 2 2-3 2-3 2-3 3 4-5 1 5-6 2-3 2

3 2 1 5-6 3-4 4-6 4-6 4 4-5 6-7 2 7-8 4 3

4 3-6 2-6 7-9 5-8 7-11 7-10 5-7 6-8 8-11 3-6 9-11 5-9 4

5 7 7 10 9 13-13 11 8 9 12 12 10 5

6 8-10 8-12 11 10-12 14-17 12-15 9-11 10-11 13-14 7-9 13 11-14 6

7 11-14 13-15 12-13 13 18-20 16-17 12-14 12-14 15-16 10-11 14-15 15-17 7

8 15-17 16-18 14-15 14-16 21 18-19 15-16 15-16 17-18 12-13 16-17 18-19 8

9 18 19-21 16-17 17-19 22-23 20-21 17-18 17-18 19-20 14-16 18-19 20-21 9

10 1-22 22-24 18-20 20-21 24 22-23 19-21 19-21 21-22 17-20 20-21 22-23 10

Media 8,41 8,68 10,07 9,45 13,33 11,75 9,36 9,76 12,19 7,31 12,11 11,16 Media

D.t. 5,27 6,21 3,48 4,49 6,21 5,28 4,39 4,17 4,25 4,14 3,61 5,59 D.t.

Tabla 16. Casos Clínicos – Mujeres (N = 451) Decatipos Esc. D1 D2 D3 D4 D5 D6 D7 Pa Pp Sc As Ps Esc

1 0 0-3 1-3 0-2 0-2 0-1 0-1 0-2 0 3-4 0-1 1

2 1-2 0-1 4 4 3 3-4 2 2-3 3-4 1 5-6 2-3 2

3 3 2 5 5-6 4-7 5-6 3-4 4 5-6 2 7-8 4-5 3

4 4-8 3-7 6-8 7-9 8-13 7-11 5-8 5-7 7-9 3-5 9-11 6-9 4

5 9-10 8-9 9 10-11 14-15 12-13 9 8 10 6 12 10-11 5

6 11-13 10-12 10-11 12-13 16-18 14-16 10-17 9-11 11-12 7-10 13 12-14 6

7 14-16 13-16 12 14-16 19-20 17-18 12-13 12-14 13-14 11-12 14-15 15-17 7

8 17-18 17-1 13-14 17-18 21-22 19-20 14-16 15-16 15-16 13-15 16-17 18-20 8

9 19-20 20-21 15-16 19-20 23 21-22 17 17-18 17-18 16 18 21-22 9

10 21-2 22-24 17-20 21-24 24 23-24 18-22 19-22 19-22 17-19 19-22 23-24 10

Media 10,36 9,45 9,36 11,47 14,36 12,90 9,13 9,46 10,37 7,51 12,08 11,59 Media

Cuadro 1. Descripción resumida de las escalas del CAQ Con la relación de las variables se incluye la descripción de los dos polos de las escalas para una mejor comprensión de los rasgos con el CAQ

D.t. 5,54 5,91 3,35 4,50 6,02 5,36 4,39 4,46 4,06 4,59 3,49 5,65 D.t.

Puntaciones bajas (1-3) Contento, su mente trabaja bien, no tiene Satisfecho de la vida y sus aspectos, goa de la vida

Esc Puntuaciones altas (8-10) HIPOCONDRIASIS Preocupado por la salud, desarreglos y D1 funciones corporales DEPRESIÓN SUICIDA Insatisfecho de la vida D2 AGITACIÓN

Evita peligros y aventura, poca excitación

situaciones necesidad

de de

D3

Busca excitación, acepta riesgos, intenta nuevas cosas, incansable

DEPRESIÓN ANSIOSA Sueños perturbadores, desmañado D4 manejando cosas, tenso, fácilmente perturbable DEPRESIÓN BAJA – ENERGÍA Energético, muestra entusiasmo por Sentimientos de intranquilidad y el trabajo, duerme profundamente D5 preocupaciones, falta de energía para afrontar o que se llega CULPABILIDAD – RESENTIMIENTO No perturbable por sentimientos de Consentimientos de culpabilidad, se culpabilidad, puede dormir si deja sin D6 acusa por todo lo que no le sale bien, hacer cosas importantes se autocrítica APATIA – RETIRADA Relajado, considerado y animoso con Evita contactos interpersonales, no se D7 las personas halla confortable con otros PARANOIA Confiado, no le afectan los celos o la Cree que le persigue, controla, espía, Pa envidia maltrata DESVIACIÓN PSICOPÁTICA Sensato, evita implicarse en actos Complaciente ante la conducta ilegales o trasgredir las normas Pp antisocial propia o ajena, no le ofenden las criticas ESQUIZOFRENIA Evalúa con realidad a otros o a sí Se aleja de la realidad, tiene impulsos Sc mismo, sin conducta regresiva repentinos o incontrolados. PSICASTENIA No le molestan ideas o pensamientos Tiene ideas repetitivas o insistentes y As inoportunos o hábitos compulsivos hábitos compulsivos DESAJUSTE PSICOLÓGICO Se considera tan capaz, confiable y Tiene pensamientos de inferioridad o agradable como la mayoría Ps inutilidad, es tímido y pierde la cabeza fácilmente. Tiene calma en emergencias, confía en los que le rodea, sosegado

APÉNDICE CASOS PRACTICOS 1. CASO CON VERTIGOS Paciente de 28 años casada, con un hijo, de profesión educadora (puericultora). Inició sintomatología psiquiátrica a los 2 años, en la que predominaban mareos, vértigos subjetivos y lipotimias. MOTIVO DE LA CONSULTA La paciente presenta (1982) vértigos y miedo a desmayarse; cuenta que estando de vacaciones en Mallorca se desmayó y a llevaron a un hospital donde le dijeron que probablemente fuese una lipotimia. ANTECEDENTES PERSONALES PATOLOGICOS   

Antecedentes propios de la infancia A los 12 años varios episodios de terrores nocturnos Salpingitis inespecífica durante el embarazo.

ANTCEDENTES PSICOPATOLOGICOS FAMILIARES 

No hay antecedentes conocidos

EXPLORACIÓN PSICOPATOLOGICA (24-12-81) La paciente presenta unbuen estado de vigiancia, orientación y percepción, y no se observan trastornos del lenguaje, del pensamiento o de la sensopercepción. Se queja de tener a menudo ganas de llorar, cansancio y que le parece que su carácter va cambiando. Presenta anorexia, pero no dificultades del sueño. COSNTELACIÓN FAMILIAR El marido, de 25 años, no tiene empleo fijo y realiza trabajos eventuales. Hijo de año y medio. El clima familiar no es relajado; más bien reina una cierta tensión. Las discusiones frecuentes con e esposo son por motivos económicos. Ella cuenta que cuando discuten tiene muchas ganas de irse de casa; piensa que se ha equivocado en su matrimonio. Luego, cuando está más tranquila, piensa que no hay motivo para tener estos pensamientos. SEGUIMIENTO DEL CASO A los dos años y medio de haber consultado, empieza tratamiento farmacológico, siendo diagnosticada de síndrome depresivo ansioso. La paciente presenta sensaciones de ahogo, algias, ganas de llorar, bajo rendimiento laboral, poco apetito y angustia. Las relaciones con el marido son cada día más frías no obteniendo satisfacción sexual. El 15-11-83 se le realiza una exploración psicológica con el Wais abreviado y el cuestionario de personalidad MMPI. Las puntuaciones típicas en el Wais son Información = 10, Semejanzas = 11, Dígitos = 11 y Cubos = 13, y en el MMPI obtiene los valores T siguientes:

Esc. T

L 66

F 46

K 53

Hs 66

D 72

Hy 72

Pd 53

Mf 60

Pa 62

Pt 59

Sc 54

Ma 57

Si 56

A partir de los resultados se informó lo siguiente. El nivel intelectual de la explorada se sitúa en la zona media de la normalidad, si se comparan sus rendimientos con una población normativa de similares características. En cuanto a su personalidad obtiene un perfil normal, ligeramente patológico con un apuntamiento de tipo neurótico. Las escalas de validez del perfil revelan una actitud defensiva, en una persona que intenta dar “buena imagen”. Las escalas propiamente psicopatológicas definen una persona insegura, con rasgos de inmadurez en épocas de tensión y a presentar sintomatología depresiva por alta resonancia afectiva. Hasta el presente (mayo 1986), la paciente sigue tratamiento farmacológico (Amitriptilina y Alprazolam), sin casi efectos secundarios o presentando estados más o menos eurítmicos. Actualmente dice encontrarse bastante compensada, no presenta sintomatología depresiva ni realiza conductas de evitación, aunque, si se le recuerda, sigue encontrándose una cierta angustia al pensar en la posibilidad de tener otra vez vértigos, náuseas y desmayos (angustia de anticipación). Sus relaciones con el marido son más positivas, al igual que con sus familiares 8sus suegros les están ayudando económicamente). A pesar de que su marido tiene actualmente un contrato laboral, se preocupa por si se le termina. En estas fechas se le han aplicado los cuestionarios 16PF Forma A y CAQ, y ha obtenido los siguientes resultados: 16PF-A A Decatipo 3

B 1

C 4

E 7

F 6

G 7

H 7

I 5

L 5

M 1

N 7

O Q1 10 2

Q2 Q3 Q4 Ans Ext Soc Ind 5 6 8 9 7 5 0,5

CAQ D1 D2 D3 D4 D5 D6 D6 Pa Pp Sc As Ps Decatipo 9 5 5 4 7 5 5 6 3 5 8 6 De estos datos puede inferirse: 

A nivel de estructura básica de personalidad, la paciente se presenta como una persona extremadamente dependiente y pasiva, con una gran necesidad de apoyo y un elevado grado de ansiedad (fuente de alguna insatisfacción), pero con posibilidades de responder de forma favorable a las demandas del entorno



Se preocupa en exceso por los detalles, es fácilmente perturbable y aprensiva y muestra una importante tendencia a la culpabilidad y depresión.



En el momento actual, y a nivel de los aspectos climáticos del CAQ, si bien no se observa sintomatología depresiva, sí aparece una intensa preocupación por la salud e ideas repetitivas, difíciles de controlar acerca del funcionamiento corporal

2. Caso de AGRESIVIDAD Paciente de 20 años, soltera, vive con sus padres. Realizó estudios hasta segundo curso de A.T.S., que no pudo terminar por el inicio del cuadro patológico (1979) MOTIVO DE A CONSULTA  

Dificultades escolares: expulsión del colegio Agresividad verbal: insultos.

ANTECEDENTES PERSONALES PATOLOGICOS 

Parto distócico

ANTECEDENTES PSICOLOGICOS FAMILARES 

Padre enólico

EXPLORACIÓN PSICOPATOLOGICA (12-7-79) Buena vigilancia y adecuada orientación en tiempo y espacio. Presenta trastornos del contenido del pensamiento, no del curso, con ideas megalomaníacas. Lenguaje verborreico. Presenta labilidad emotiva y manifiesta agresividad verbal si es interrumpida por el examinador. No hay constancia de alucinaciones visuales, pero sí de carácter auditivo. No presenta trastornos del sueño. Formas amaneradas. CONSTELACIÓN FAMILIAR El padre tiene 57 años y la madre 46. Tiene dos hermanos, uno mayor que ella (24 años) y otro menor (2 años). El nivel ocio-económico familiar es medio-bajo, y lamadre empleada de hogar. El clima familiar no parece alterado. SEGUIMIENTO DEL CASO Desde la primera consulta, la paciente sigue tratamiento farmacológico de forma continuada, presentando en los dos primeros años alteraciones continuadas de su conducta, con provocaciones constantes a diferentes organismos e instituciones que ella cree que no le hacen caso en sus demandas para luchar contra la injusticia. Hace “fugas” breves del hogar, amenaza con colocar bombas en centros hospitalarios y provoca continuamente a la policía para demostrar que es más “lista” que ella. Durante este periodo precisa tratamiento con Butirofenonas. El seguimiento del caso debe realizarse de forma ambulatoria, pues los padres se niegan al internamiento. A partir del segundo año y coincidiendo con la jubilación del padre, se traslada a vivir por largas temporadas de menes al pueblo natal del padre, donde se han atenuado, pero no extinguido, las manifestaciones psicopatológicas. El 24-2-86 se hace una exploración psicométrica con el cuestionario 16PF Forma A y el CAQ y los resultados son: 16PF-A Decatipo

A 6

B 2

C 6

E 5

F 1

G 8

H 5

I 6

L 6

M 2

N 8

O 5

Q1 5

Q2 Q3 Q4 Ans Ext Soc Ind 6 6 4 6 10 8 2

CAQ D1 D2 D3 D4 D5 D6 D6 Pa Pp Sc As Decatipo 4 6 5 4 4 4 6 8 5 6 7

Ps 5

De estos datos pueden inferirse:  

  

A nivel de estructura básica su personalidad se presenta como muy extravertida y bastante tendente a la dependencia Ha intentado dar una imagen de sí misma excesivamente adaptativa, conservadora y prudente, pero se detecta, a la vez, un grado valorable de astucia y perspicacia, tanto respecto a sí misma como hacia los demás, lo cual, junto a la baja puntuación en la escala B (Inteligencia), indica que le será bastante difícil presentar una buena imagen social para moverse de forma favorable en el entorno. A nivel clínico, se presenta desconfiada, resentida, que puede con facilidad malinterpretar la realidad y cree que se le espía y controla. Tiene poco autocontrol de su comportamiento, y este muchas veces es dominado por la impulsividad. Sus relaciones son superficiales y difícil la convivencia con ella.

En los últimos seis meses se cambia el tratamiento farmacológico a 16 mg. De Perfenazina, y se logra una remisión parcial de los trastornos conductuales. Sin embargo, se pone de manifiesto su ideación paranoide durante las entrevistas clínicas.

3. Caso Joven PARRICIDA Estudiante de 3 BUP, 17 años, ingresa el 2-2-86 en la Sala de Confinados por orden del Inspector de Guardia de la Comisaria de Policia por intento de parricidio sin desencadenante previo aparente. MOTIVO DE LA CONSULTA 

Intento de parricidio; apuñala a su padre por la espalda sin mediar palabra

ANTECEDENTES PERSONALES PATOLOGICOS   

Enfermedades propias de la infancia A los tres años, caída accidental desde un cuarto piso; ingresa para observación durante 5 días en el hospital; sólo aparecen fracturas en un metatarsiano. En esa época y durante meses, presenta miedos e inseguridad

ANTECEDENTES PSICOLOGICOS FAMILIARES  

Prima materna: está siendo atendida por un síndrome depresivo (en 1985 ingresa por intento de autolisis) Abuelo paterno: definido por la familia como muy agresivo y con trastornos de carácter (dicen que llegó a perseguir a sus hijos con un cuchillo)

EXPLORAcIÓN PSICOPATOLOGICA (12-7-79) Paciente con buena vigilancia, bien orientado en tiempo y espacio, sin trastornos del lenguaje, del pensamiento, o de la senso-percepción. Se detecta un cierto embotamiento afectivo; demuestra poca sensibilidad hacia los hechos pasados y no le preocupa su situación actual. COSTELACIÓN FAMILIAR   

Padre de 47 años, vendedor y con estudios primarios; madre de 57 años, supervisora en un ambulatorio de la Seguridad Social; hermano menor, 15 años Los padres prácticamente “no se hablan” no queda claro cuándo empezó el problema (parece que hace bastantes años). La madre dice que nunca ha sido aceptado por sus suegros, por la diferencia de edad con el cónyuge (10 años) y por la independencia económica de la pareja tras el matrimonio; antes de casarse el padre trabajaba sin sueldo fijo en un pequeño negocio familiar y al casarse se independizaron haciéndose cargo de la venta en el mercado de huevos y pollos.

DATOS BIOGRAFICOS Durante los estudios de EGB, el sujeto obtiene buenos rendimientos (promedio de Notable). Actualmente cursa 3ª de BUP, sin problemas y 5 curso de piano, donde también obtiene buenos rendimientos. La madre lo define como una persona muy voluntariosa, aunque no demasiado

inteligente. Su vida social es limitada; suele quedarse en casa o salir con su hermano menor. Su apariencia y aspecto personal es cuidado. SEGUIMIENTO DEL CASO En la entrevista con el sujeto dice que quiere estudiar la carrera militar y llegar a ser Caudillo (en broma). Afirma ser un gran admirador de Franco. Colecciona fascículos sobre armas de fuego y sus lecturas preferidas son fascistas. No está afiliado a ningún partido político porque es incompatible con la vida militar, pero dice ser afín a un grupo ultraderechista. Lleva navaja desde que un día le intentaron robar al salir del Colegio. En la entrevista con la familia (12-2-86), esta trae a la consulta una especie de carta-testamento que han encontrado en la biblioteca del chico, con fecha de Diciembre de 1983; en ella se habla de la muerte y de su entierro, al cual no ha de ir ningún familiar, amigo ni nadie que le quiera, y tampoco se debe llorar por él. La familia también trae una composición que tiene en la cabecera de su lecho; un soldado nazi y superpuesta la cara del chico. En la primera exploración psicológica (5-2-86) los datos del MMPI son: Esc. L F K Hs D Hy Pd Mf Pa Pt Sc Ma Si T 88 40 64 39 55 50 34 39 40 31 35 43 27 De ellos se infiere que, dada la extrema elevación de L y la configuración global de las escalas de valide, el perfil es totalmente inválido y el sujeto ha inbtentado dar una imagen muy distorsionada de sí mismo. En la siguiente exploración (20-2-86) se le aplican las pruebas WAIS forma abreviada, 16PF-A y CAQ, con los siguientes resultados WAIS puntuaciones típicas: Información: Vocabulario Cubos: Comprensión: Clave de números: Semejanzas: Figuras incompletas: C.I.Total aproximado: 16PF-A A Decatipo 8

B 6

C 9

E 7

F 8

12 12 13 11 13 13 10 117 G H 10 7

I 2

L M 10 6

N O 10 1

Q1 6

Q2 Q3 Q4 Ans Ext Soc Ind 6 10 4 3 9 10 8

CAQ D1 D2 D3 D4 D5 D6 D6 Pa Pp Sc As Decatipo 1 1 3 3 1 4 3 6 9 5 8

Ps 3

De estos datos puede inferirse: 

El nivel educacional (comparado con un ¡a población de características similares) se sitúa en la zona alta de la normalidad. Es de destacar que los rendimientos son homogéneos y no se observan diferencias significativas entre los resultados de las distintas pruebas.



En el área de la personalidad el sujeto se muestra colaborador, pero hay un intento de distorsionar sus respuestas a los cuestionarios



A través del 16PF se muestra muy extravertido, sociable, independiente y con un nivel bajo de ansiedad y motivación. EL perfil muestra una persona extremadamente exigente, suspicaz y desconfiada, de sensibilidad dura (no tiende a expresar sus sentimientos), que pueden actuar de forma calculadora y suspicaz, sin mostrar sentimientos de culpa o preocupación por las repercusiones de su conducta. Por el análisis clínico (CAQ) se puede clasificar al sujeto en la categoría de conducta o personalidad antisocial, con tendencias compulsivas importantes y con un autocontrol muy precario.

4. Caso TERAPIA DE PAREJA Las dos personas (X e Y) acuden conjuntamente a la clínica privada. Ella es Deliniante de 29 años, el tiene 37.

MOTIVO DE LA CONSULTA Ambos señalan la disminución de las relaciones sexuales. EL desea también ser feliz. Ella nota tristeza e incomunicación (con su madre y su marido). ANTECEDENTES PERSONALES Y FAMILIARES X: Al nacer, con los fórceps, le estropean la nariz y queda con una forma llamativa y artificial; según su tía Montserrat, otros niños se burlaban de él, aunque él no lo recuerda. Hay varios intentos de operación. A los 12 años, por enfermedad no bien descrita por él, ingresa en un centro y se le da por muerto, junto a la cama de uno que muere; oía y no podía hablar, pero no se sentía mal. Su vida familiar fue de total incomunicación; en todos mandaba y controlaba el abuelo, y se le temía, incluso su padre. Madre depresiva por la muerte de su padre (cuando ella tenía 14 años), vive encerrada en su casa le cuesta aceptar regalos, no se cree digna e intenta perpetuar su papel de en Ana, hermana de X, soltera, infantil y dependiente. Actualmente, parece olvidar la familia (padres y esposa) a través del trabajo; no se mete en la vida de sus familiares y espera que estos le dejen en paz. Y: Hija única, tuvo un padre infantil y dictador. A los 12 años, al venir a la ciudad desde una pequeña localidad, estaba siempre llorando. Ha tenido frecuentes depresiones. Actualmente, sus padres viven en constante desavenencia, pero parece gustarles la situación. Cuando ahora llega a casa nota la falta de diálogo con X.

EXPLORACIÓN CLÍNICA Al comienzo del tratamiento, X e Y cumplimentan el CAQ, y, comparadas sus puntuaciones con los baremos actuales, obtienen los siguientes decatipos: CAQ Decatipo de X Decatipo Y

D1 D2 D3 D4 D5 D6 D6 Pa Pp Sc As 6 8 5 7 7 6 10 7 6 9 7 10 10 7 10 10 6 8 9 5 10 2

Ps 8 10

En el perfil de X quedan destacadas sus características de apatís-retirada (D7) y de alejamiento de la realidad (Sc); se aprecia también que los aspectos positivos (D3 y Pp) no son bajos, y estos pueden favorecer la terapia. El de ella tiene casi todas las elevaciones que presenta el perfil de los “Casos clínicos españoles (mujeres)” de la tabla 2, excepto D6 (culpabilidad-resentimiento) y As (Psicastemnia). Tiene seis decatipos extremos (10) y dos altos (8-9), lo cual se refleja en su Desajuste psicológico (10) Después de tres meses de terapia, la pareja vuelve a contestar al CAQ y sus resultados, comparados con igual normativa (baremos independientes por sexo) que la vez anterior, ofrecen perfiles en decatipos: CAQ Decatipo de X Decatipo Y

D1 D2 D3 D4 D5 D6 D6 Pa Pp Sc As 6 5 6 7 6 2 9 7 6 8 6 9 10 5 9 9 3 8 8 5 9 2

Ps 6 8

Ambas personas han mejorado, al menos en un decatipo, en casi todas las escalas, excepto que el varón pasa de 5 a 6 (ambas dentro de la normalidad) en D3. La variable más afectada ha sido D6 (Culpabilidad-resentimiento), con un descenso de hasta 4 decatipos en el varón Con fecha 5-2-87 el varón termina la terapia y por escrito comenta aspectos de su mejoría: “Me he dado cuenta de que había cosas en las que no pensaba; ahora dialogo más fácilmente y no sólo conmigo. Todavía mantengo distanciamiento con mis padres. Me ilusionaría adoptar niños pero no me siento preparado. Noto que la gente en general responde a mi apertura y que me aceptan. La señora Y continua la terapia, aunque con sesiones más espaciadas. El proceso ha sido largo debido a sus episodios depresivos. Su actual perfil de personalidad (CAQ) tiene todavía bastantes crestas. Sin embargo, cuando se le pide que, como su marido exprese su estado por escrito, afirma: “Acepto mejor lo de mis padres, aunque no lo entiendo. Procuro centrarme en mi matrimonio porque es para mí un remanso de paz u amor en mi vida. Tengo fe en que las cosas nuestras se irán arreglando (no con mis padres, ni mis suegros, ni Ana), que llegaremos a adoptar niños y que conseguiré un trabajo que me permita a la vez mi vida familiar.

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