magia egipcia
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EL ORIGEN DE LO MÁGICO: “Lo que es arriba es como lo que es abajo”. Desde el primer instante que el primer ser humano piso esta tierra, algo en su mente comenzó a funcionar. Justo en ese instante, un momento inherente a la vida, nació eso que conocemos como la magia. La magia es un intento por logizar la existencia, la propia vida. Desde las primeras pinturas rupestres en las que los seres humanos trataban, a través de actos mágicos de capturar sus presas, algo comenzó a ocurrir en este planeta nuestro. Para muchos la magia, es el conjunto de reglas que dejaron los Dioses a los seres humanos como ayuda en su existencia. La historia de las relaciones humanas fue dando como resultado el origen de las consecutivas civilizaciones. Una de las mas importantes, una de las mas influyentes en nuestro mundo actual, fue la civilización Egipcia, el mundo donde nos encontramos. Y una de las primeras reglas de lo mágico, de la magia es : que no existen las casualidades... No existen, no es casual que estemos, justo ahora, en este momento, en este lugar. Todos y cada uno de nosotros, hemos llegado aquí atraídos por una llamada secreta, invisible, inaudible, mágica. Todos, hemos llegado al pais donde todo comenzó. Donde comenzó la magia, la religión, la cultura y la civilización. Y la magia es el principio de la ciencia, de la religión, de las matemáticas, de la alquimia, de las artes Y DE LA CIVILIZACIÓN.
LO MÁGICO EN EGIPTO: Aunque la palabra «magia» forma parte del vocabulario corriente, su definición es difícil. Hacia los años veinte un erudito de la Universidad de Columbia llamado Lynn Thorndike emprendió la publicación de su monumental History of Magic and Experimental Science en ocho volúmenes; pese a la plétora de información, ningún lugar de los ocho tomos contiene una definición clara de la «magia». Tal dificultad deriva de dos razones. La primera, que «magia» ha revestido muchos significados a lo largo de los últimos cuatro milenios. La segunda, que la religión, disciplina hermana de la magia, en muchos sentidos no puede distinguirse de ella. La palabra deriva de magí, que era como llamaban los griegos de la Antigüedad a los sabios de Persia y Babilonia. Estos magos eran tenidos por hombres poderosos pues sus poderes eran extraños para los griegos, El concepto de la magia como algo exótico, por tanto, al principio fue esencial para la definición y ese matiz se ha perpetuado hasta nuestros días. Heka (HkA) es la palabra usada por los antiguos egipcios para designar a la magia. Este término engloba las fórmulas verbales y amuletos que eran usados para atraer situaciones favorables o protegerse de energías negativas. En un principio la magia fue creada por el dios Ra, quien le dio a la raza humana el conocimiento de heka para que se protegieran de Isfet (isƒt), el mal de dentro y
de fuera, la fuerza opuesta al Maat (la regla de verdad-justicia). En un texto antiguo leemos de boca del dios Ra: "Yo cedí el heka a la humanidad en orden para que puedan protegerse contra lo que podría pasar". Algo parecido encontramos en las instrucciones del faraón Menikara de la VIII dinastía. "Un dios dio la magia a los hombres para ayudarlos a defenderse". La magia es el arma que nos dieron los dioses para defendernos en este mundo... algo que hoy hemos olvidado. En Egipto los que practicaban heka eran llamados hekau (HkAw). No existía lo que hoy denominamos "magia negra" o "magia blanca"; heka podía servir tanto para castigar a una persona o para curar a un enfermo. Para la mente de un antiguo egipcio la magia no era nada sobrenatural, imposible o extraña. Heka es magia religiosa, está integrada a la religión y, como ésta, se encontraba presente a diario en la vida cotidiana de los egipcios. En su fundamento más simple heka es una especializada y ritualizada forma de oración. Al igual que ocurre con Maat, con las reglas formuladas, heka es tanto una deidad como una idea abstracta. Como deidad, o manifestación del Creador, Heka escrito con mayúscula- es representado como un hombre que viaja en la Barca Solar, porta dos varas cruzadas con forma de serpiente y sobre su cabeza lleva un estandarte con una rana. Este dios personifica el poder mágico del Sol, o sea, de la magia; era considerado el "Gran Ka de Ra". Como concepto heka es la fuerza energética de origen mágico del dios Ra; es uno de sus "poderes" personales. La diosa Isis obtuvo este poder de Ra tendiéndole una trampa al dios obligándolo a revelar su verdadero ren (rn) o "nombre secreto". Así ella consiguió convertirse en la Gran Maga y se le dio en nombre de Weret-Heka (wrt HkA), "la Grande de la Magia". Isis le traspasó este poder a su hijo Horus por lo que se los conoce a los tres como "Amos del heka". En la práctica heka no era algo que los egipcios usaran a la ligera o decidieran ignorar; por ser un transporte poderoso de fuerza y energía, la magia era utilizada con responsabilidad, manteniendo el respeto a todos los seres del Universo carnal y divino. La magia era utilizada como medicina, de esta magia medicinal se hacían cargo los sacerdotes de Sekhmet, entrenados para curar tanto el cuerpo visible como el invisible de sus pacientes. Cuando se trabaja con heka se utilizan palabras habladas o escritas acompañadas de objetos y acciones particulares. Para los egipcios la palabra hablada o pensada tenía un impacto en el Universo, el verbo se tenía como un instrumento para crear la realidad. En las cosmogonías egipcias (génesis), el Creador se despierta tomando conciencia de sí mismo luego de pronunciar las palabras "Ven a mí". El verbo de Ra crea a las divinidades, y la lengua de Ptah crea lo que le dicta su corazón. El corazón para los egipcios era la base de los sentimientos, un órgano que podía estar en contacto con la divinidad. Las energías de Netcher ("nTr" "Dios") inspiran al corazón del hombre, y al menos que éste sea "sordo a la verdad" el corazón se convierte en fuente de sabiduría. Todos los deseos del ser humano tenían nacimiento en su corazón y al ser proferidos por la lengua se manifestaba en la existencia del
orador. De esta manera el dios Ptah-Tenen creó el mundo según la Teología Menfita (inscripta en la Piedra de Shabaka). Todo lo que deseó su corazón se materializó gracias al verbo mágico que fuera emitido por su lengua. Es sobre la base de esta creencia que los sabios aconsejaban "no separar el corazón de la lengua", lo que vendría a ser algo así como "piensa antes de hablar, las palabras son poderosas". Algo que en nuestros días hemos olvidado. Una de las traducciones de la palabra heka es "hablando con autoridad", ya que las palabras eran sagradas para la mente egipcia y portaban un poder mágico; pero las palabras no precisaban de la voz para que fueran mágicas, también se las podía escribir sin que por esto perdieran su eficacia. Por ejemplo para curar a un enfermo se solía escribir una oración de heka en la comida que luego se le daría a consumir al paciente, sanando de esta manera su cuerpo espiritual y físico. La magia era complementada con gestos físicos y señales, creado así un ritual diferente en cada caso para una necesidad específica. Hoy en día se acepta que las palabras tienen la fuerza para construir o destruir las relaciones humanas; de igual manera, según la mentalidad egipcia, hay que tener cuidado con lo que se quiere transmitir, hay que estar atento a que nuestros pensamientos-deseos no sean contrarios a la Regla de Maat. En egipcio "palabra" se dice "medet" término ligado a "medou" o "bastón"; lo que nos da la noción de que las palabras son bastones en los que nos apoyamos a fin de progresar en el camino de la vida. La palabra no sólo transmite "lo que el corazón ha pensado" sino que también construye la realidad deseada; contiene akh (Ax), término que significa "útil" y "luminoso", puesto que el verbo consiste en vibración luminosa que les da a los hombres un poder útil y maravilloso y los guía al conocimiento si ese poder es usado adecuadamente. Para aprender a usar beneficiosamente esta energía heka y "volver dichoso al corazón", el primer paso era conocer los deseos-pensamientos tomando conciencia de lo que verdaderamente fluye del corazón-conciencia y se manifestaría en el devenir. Había que erradicar el mal antes de poder acceder a estas enseñanzas. El sabio Ptahhotep nos aconseja en su máxima 43: "ten cuidado de romper las trabas que hay en ti", permitiendo así la circulación de la energía del Ka o espíritu, y devolviendo al corazón el poder de percibir lo divino. En estas trabas se reconocían diversos pensamientos nacidos de viles sentimientos humanos como la culpa, desconfianza, orgullo, envidia, desesperación, ignorancia, indiferencia, etc. Estos obstáculos de energía imposibilitaban el aprendizaje de heka y, eran vistos como los enemigos de Heka. Los egipcios no dejaron ningún manual que nos permita conocer cómo llevaban a cabo esa búsqueda interior y qué palabras eran las más apropiadas par conjurar a los enemigos internos de la magia. Quizá era por medio de afirmaciones positivas (tan comunes en muchas filosofías modernas) que se procedía a limpiar el corazón -la conciencia- de energías negativas, puesto que los pensamientos eran entendidos como energías. El mago también se ayudaba con objetos o dibujos de objetos llamados "votivos". Estas imágenes votivas eran en la antigüedad estatuillas diminutas y otras figuras y símbolos que se utilizaban para hacer pedidos. Para dar un ejemplo, las mujeres
estériles presentaban ante las divinidades de la fertilidad, imágenes de mujeres sosteniendo bebés. También los difuntos se hacían acompañar por figuras shawabty o consultantes, quienes harían los trabajos más duros en el Más Allá gracias a las fórmulas de heka que se inscribían sobre cada uno de ellos. En el año 1896 J. E. Quinbell realizó un descubrimiento mientras excavaba en el Ramesseum en la zona de Tebas: una tumba correspondiente a la XII dinastía. Debido al material hallado en la tumba se supuso que pertenecía a un mago, que probablemente también sería sacerdote. Entre los escombros Quinbell descubrió una caja de madera perteneciente al mago que contenía varios papiros (entre los que se encontraban un tratado médico y una copia de los "Discursos de Sisobek"). Este descubrimiento sirvió para conocer qué medios eran empleados por los magos egipcios para llevar a cabo sus actividades. Dentro de los objetos había restos de cuatro varas mágicas de marfil. Las varas mágicas eran utilizadas para invocar la protección de diferentes divinidades o seres míticos que se hacían tallar en la superficie de las varas (que en su mayoría solían fabricarse con colmillos de hipopótamo por ser éste el animal en el que se transformó Set en su intento de destruir a su rival Horus). Con este instrumento el mago trazaba un círculo, y todo lo que quedara encerrado en su interior estaría protegido por la divinidad. Según el egiptólogo B. Brier el método de trabajo de este mago sería el siguiente: "Cuando acudiese a consultarle un cliente, si no veía cierta la solución quizá consultaría sus papiros, que seguramente no serían de creación propia, sino copias de obras más antiguas. A Juzgar por la temática médica predominante en ellos, la gran mayoría de los consultantes eran enfermos. Según los casos, el mago moldearía una figura de cera, escribiría un conjuro, le entregaría al cliente un amuleto para que lo llevase o procedería a un ritual en el domicilio del consultante". Muchos magos no eran reconocidos como tales por la sociedad egipcia, puesto que cualquier persona podía practicar magia a una escala ínfima. Estas personas eran simples ciudadanos que acudían al poder de las palabras para solucionar pequeños problemas cotidianos. El pescador que vivía temeroso de la presencia del cocodrilo seguro no olvidaba recitar un encantamiento sobre este animal para sentirse protegido mientras se encontrara trabajando en el río. Las madres solían decir las palabras que evitarían enfermedades a sus hijos, además los protegían mediante el uso de amuletos que podían colocar en el extremo del único mechón de cabello que solían usar los niños. La magia se usaba también para evitar la picadura del escorpión, a la serpiente, y otros peligros a los que el egipcio estaba expuesto a diario. Así, en Egipto la magia se completa como ciencia universal. LA FUERZA DE LOS TEMPLOS: Cuando uno tiene el privilegio de recorrer los templos de este pais como hemos hecho nosotros, puede sentir que La magia se respira en cualquier rincón de Egipto. Los templos eran los catalizadores de toda esta magia sagrada y el faraón era el único capacitado para dirigir los ritos necesarios para mantener la presencia de los dioses en
la tierra. La magia era considerada en el antiguo Egipto como una actividad primordial. Formaba parte de sus costumbres y de sus ritos. No había acto religioso o cultural que no tuviera carácter mágico y esto es por una razón fundamental: sus dioses les eran tan cercanos que su invocación era moneda corriente para cualquier actividad. Era frecuente en las civilizaciones antiguas confundir magia con religión. La antigua magia era el verdadero fundamento de la religión. El creyente que deseaba obtener algún favor de un dios no tenía probabilidades de éxito a menos de sujetar a la divinidad y este acto solamente podía efectuarse por medio de cierto número de ritos, sacrificios, oraciones y encantamientos que el mismo dios había revelado y que le obligaban a hacer lo que le demandasen”. Se llegaba incluso a amenazar a los dioses dejando de rendirles culto y de realizar ofrendas. Dada la concepción mágica de la vida que tenían los antiguos egipcios, el símbolo era su lenguaje favorito. Cada escritura, cada pintura, cada objeto artístico contenía una enseñanza simbólica referida a los misterios divinos y funerarios. Los vivos y los muertos gozaban de la protección de determinados amuletos. A menudo representaban a grandes divinidades: Ra, Horus, Osiris, que garantizaban la salud y toda la suerte de felicidades. La vida social y religiosa del antiguo Egipto estaba influida por los símbolos mágicos representados en los jeroglíficos de las paredes de los templos sagrados y de las tumbas de los valles de los Reyes y de las Reinas. Su finalidad era poner en contacto con realidades invisibles de orden superior. Lo primero que detectamos al visitar sus templos son los jeroglíficos de sus columnas y paredes. No está de más recordar que la palabra jeroglífico-según el egiptólogo R.A. Schwaller de Lubicz- es un traducción helénica del vocablo egipcio Medú Neter que a su vez significa “palabras divinas” o “palabras de los dioses”.
TEMPLOS DE INICIACIÓN Además de la importancia de las Pirámides, como lugares donde se enseñaba la ciencia sagrada del alma... probablemente el centro mágico más grande de Egipto era la ciudad santa de Heliópolis, que significa la "ciudad del Sol", el lugar donde nos encontramos hoy. Heliópolis era la ciudad sagrada del antiguo imperio y allí fue donde se elaboró la teología más antigua que se conserva en gran parte de los llamados textos de las pirámides. Sus templos albergaron numerosos papiros mágicos en el amplio sentido de la palabra, aunque versan sobre escritos médicos, botánicos, zoológicos o matemáticos. Era difícil desligar la vida científica de la divina, pues el antiguo Egipto estaba inmerso en un ambiente de magia. Una elite, los sacerdotes, tuvieron el privilegio de levantar parte del velo que ocultaban los misterios del destino humano. La mayoría de los conocimientos que atesoraban eran atribuidos directamente a la influencia de los dioses en la época que gobernaron la Tierra. El escritor Eduard Schuré nos recuerda que los sacerdotes de Menfis afirmaban: "la
ciencia de los números y el arte de la voluntad son las dos claves de la magia; ellas abren todas las puertas del Universo".
EL PODER DEL NOMBRE Los hombres intentaban imitar a los dioses. Por eso si cualquier acto en la vida de los egipcios era mágico ¿cómo no lo iba a ser el de poner el nombre de una persona? Pronunciar el nombre auténtico de un Dios, un faraón o un simple ciudadano, era revelar la esencia de su ser. El mero hecho de nombrar las cosas significaba crearlas. Porque nada existe antes de haber recibido su nombre en voz alta. Las letras que componían el nombre de una persona eran sonidos portadores de energía. Conocer el nombre auténtico de un faraón era tener dominio sobre él. Una de las mayores ignominias que se podía hacer con la memoria de un Faraón era borrar su nombre de las tumbas o de los palacios. Al borrarlo, su memoria mágica desaparecía y desaparecía su poder....
EL ORIGEN DE LA GLOBALIZACIÓN : El popular y actual concepto de la globalización no es un invento moderno. Ya los egipcios lo practicaron al alumbrar al mundo una de las culturas mas intensas, y poderosas de la historia. Eso motivo que la mayoría de los sabios y estudiosos de otros pueblos viajaran hasta al pais del Nilo a aprender su magia y sus secretos. Ese fue el principio de la globalización de la cultura Egipcia que extendió sus rayos por todo el planeta en disciplinas como la magia, la religión, la matemática, la filosofía y un sin fin mas de cuerpos de conocimiento. Especialmente los griegos, atraídos por la famosa magia de Egipto, se dirigieron a este país y en concreto a Heliópolis para recibir allí ritos de iniciación mística o sencillamente una serie de conocimientos científicos que los sacerdotes egipcios tenían archivados en sus cámaras secretas desde hacía siglos. Algunos ejemplos: Pitágoras (Siglo VI A.C.) provisto de una recomendación del faraón Amasis se presentó a los sacerdotes de Heliópolis quienes según Porfirio hicieron todo lo posible para desanimarlo. Le enviaron a los dos sacerdotes encargados de Menfis, los cuales le dirigieron a su vez, a los de Tebas, en donde fue sometido a penosas pruebas iniciáticas, suscitando la admiración de sus instructores por la forma en que las superó. Según afirma Jámblico, su iniciación duró veintidós años en los templos de Egipto, bajo el pontificado del sumo sacerdote Sonchis, y allí aprendió la ciencia de los números que luego enseñó a sus discípulos. Tales de Mileto estudió en los santuarios de Menfis y Anaximandro, su sucesor, trajo de Egipto la división del día en doce horas. Demócrito, por su parte, vivió cinco años en la sociedad de los sacerdotes egipcios y allí perfeccionó sus estudios de
astronomía y geometría. Fue en Heliópolis donde a Platón le informaron de la leyenda de la Atlántida que luego plasmó en dos de sus diálogos -Timeo y Critias-. Allí estuvo unos trece años y en sus escritos asegura que hacia el 560 A.C. había en el templo de Neith, en Sais, cámaras secretas que contenían archivos históricos guardados durante nueve mil años. Fue en Sais donde se encontró la célebre estatua de Isis con la inscripción: "Soy todo lo que fue, todo lo que Es y todo lo que Será y mi velo jamás fue descorrido aún por ningún mortal". Son tan solo unos ejemplos. Sabios y estudiosos de todo el mundo viajaron hasta Egipto impregnándose de su saber mágico y esparciéndolo después por todas las civilizaciones conocidas. Comenzaba así la globalización de la cultura. Y no solo ocurría en el ámbito de la magia, también la religión Egipcia tuvo su influencia en el resto de religiones del planeta. Un ejemplo: Bes, deidad adorada principalmente en el antiguo Egipto, emigro a otras partes del mundo encontrándose huellas de el en toda la cuenca del Mediterráneo y, en España, se encuentra especialmente en la Isla de Ibiza, la antigua Ebussus de los romanos, cuyo nombre se dice procede precisamente de Bes, Ibes, Ibis, Ibiza, Eivissa, Ibiza Sus restos se encontraron en la necrópolis de PUIG DE MOLINS en el año 1929. La voz «Bes» pertenece al antiguo egipcio y significa "iniciar". Hay otros ejemplos, el culto a Isis, precursor del culto a la Virgen madre. A la Virgen Maria en la religión católica.
CONCLUSIONES: Egipto fue la cuna de la magia. Los antiguos sacerdotes conservaron las normas “DICTADAS POR LOS DIOSES” PARA AYUDARNOS EN NUESTRA VIDA EN ESTE MUNDO. Desde el pais del Nilo su influencia, sus enseñanzas se esparcieron por toda la cuenca del mediterránea alcanzando al resto del mundo conocido. Y de esta magia nació el principio vital que genero la religión y las diversas ciencias. En un momento del proceso cultural se separaron; ciencia, religión y magia caminaron separados. Y han continuado separadas hasta nuestros días siendo uno de los motivos de la confusión en el ser humano que no es capaz de religarse con sus orígenes. La magia, los magos en la antigüedad eran sabios, seres de poder que conocían las claves de la existencia del hombre y las formulas para entrar en contacto con los dioses. Hoy los conocidos como magos, en nuestra civilización han cambiado. Son seres que nos engañan con trucos, con ilusiones de la percepción, con maniobras que nos alejan de la realidad. Así ha cambiado la civilización.
Egipto que fue la cuna de la humanidad sigue teniendo guardados en sus templos, en sus pirámides, en sus inscripciones suficiente magia como para poder encontrar las respuestas a los problemas que acucian a los hombres del siglo XXI. La historia es un proceso cíclico que se repite constantemente. Y quien no aprende de la historia esta condenado a repetirla. Este tiempo nuestro de futuro tiene una característica común: LA SÍNTESIS. Ojala sepamos reunir conceptos que en el pasado estuvieron unidos como Religión, ciencia y magia, eso religara al hombre con los dioses y alumbrara un tiempo nuevo para los seres de este planeta. Y un ejemplo de que la magia esta regresando al planeta es el éxito en todo el mundo de obras como Harry Potter y películas como la trilogía del SEÑOR DE LOS ANILLOS. Ojala sepamos convertirnos en los magos y transformar nuestra propia alma... No es casualidad que estemos aquí, en esta hora, en este momento. LA CASUALIDAD ES LA FORMA EN LA QUE DIOS ESCRIBE CUANDO NO QUIERE DEJAR SU FIRMA....
MIGUEL BLANCO. Diciembre 2003.
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