Luz, Ulrich - El Evangelio Segun San Mateo 03

April 22, 2017 | Author: Aldo Gil | Category: N/A
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EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO Mt 18-25

(Vol. 111)

Ulrich Luz

EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO Mt 18-25

111

ULRICHLUZ

EDICIONES SÍGUEME SALAMANCA 2003

Cubierta diseñada por Chnstlan Hugo Martm Tradujo Manuel ülasagastl Gaztelumendl sobre el ongmal aleman Das Evangeüum nach Matthaus (Mt 18-25) © Benzlger Verlag GmbH, Zunch und Braunschwetg 1997 © Neuklrchener Verlag des Erztehungsverems GmbH, Neuklrchen Vluyn 1997 iD Ediciones Slgueme S A V , 2003 CI Garcla Tejado, 23 27 - E 37007 Salamanca I España Tlf (34) 923218203 Fax (34) 923 270 563 E mall edlclones@slgueme es www slgueme es

ISBN 84-301-1497-1 (vol IlI) ISBN 84-301 12146 (obra completa) DepÓSito legal S 1 672 2003 Impreso en España I VE Impnme Graficas Varona S A Pohgono El Montalvo, Salamanca 2003

A la antigua Escuela superior de la Iglesia en Leipzig ya la Facultad de teología de la Universidad Károly Gáspár de Budapest, que me honraron por el comentario a «Mateo» con el título de doctor «honoris causa» antes de haberlo concluido

CONTENIDO

Prologo ObservaclOn preltmmar sIglas BlbllOgrafla

B) El du;curso sobre1a cOffiumón (18, 1-35) Huml1dad y solidandad con los pequeños (18, 1-20) a) El fundamento cambIar hacIa 10 pequeño (18, 1-5) b) AdvertencIa sobre las «trampas» (18, 69) c) La busqueda de los descarnados (18, 10-14) d) De la correcclOn fraterna y de la oraclOn (18, 15-20) 2 El perdón (18, 21-35) a) Perdon sm limItes (18, 21s) b) El deudor Implacable (18, 23-35) Resumen Pnnclplos baslcos del dIscurso sobre la comUlllon El sentido actual del dIscurso sobre la comUlllon C) Cammo de Jerusalen (19, 1-20,34)

l 2 3 4 5 6 7

DIvorcIo y renuncIa al matnmolllO (19, 1-12) Jesus y los lllños (19,13-15) Jesus y el Joven nco (19 16-30) Los Jornaleros de la vIña (20, 1-16) Jesus anunCIa de nuevo su paslOn (20 17-19) SufnmIento y serVICIO (20, 20-28) Los dos CIegos (20, 29 34)

V Jesus en Jerusalen (21,1-25,46)

11 15 17

21 25 26 36 45 61 90 90 94 111 114 123 124 156 162 187 211 213 224 231

A) Ajuste de cuentas de Jesus con sus adversarIos (21, 1-24,2) 233 l El pnmerdIa de Jesus en Jerusalen (21, 117) 236 2 El segundo dIa de Jesus en Jerusalen las parabolas polemIcas (21, 18-22, 14) 264

a) La hIguera seca (21, 18 22) b) El «no» a Juan BautIsta (21, 23 32) c) Un nuevo relato de la VIña Los vlñadores perversos (21,33-46) d) El banquete nupcial del hIJO del rey (22, 1-14)

265 272 286 304

3 Las controverSIas de Jerusalen (22, 15-46) a) El tnbuto al Cesar (22, 15-22) b) La resurreCClOn de los muertos (22, 23 33) c) Los grandes preceptos (22, 34-40) d) La cuestlOn del HIJo de DaVId (22, 41 46)

331 332 343 353 374

4 El discurso de las denuncias contra letrados y fanseos (23, 1-24,2) a) Contra la hIpocresla y la tItulomama (23, I 12) b) Las siete denuncIas (23, 13 33) 1 La pnmera denuncIa (23, 13) 2 La segunda denuncia (23, 15) 3 La tercera denuncIa (23, 16-22) 4 La cuarta denuncia (23, 23s) 5 La qumta denuncia (23, 25s) 6 La sexta denuncIa (23, 27s) 7 La septIma denuncIa (23,29-33) Excursus Los letrados y los fanseos c) El JUICIO sobre Israel (23, 34-39) I El JUICIO sobre esta generaclOn (23,3436) 2 El dIcho sobre Jerusalen (23, 37-39) d) Jesus abandona el templo (24, 1s) Resumen Ideas fundamentales del dI~curso de las denuncIas El sentIdo del dIscurso de las denuncias hoy

380 385 412 417 421 423 429 435 442 444 458 475 475 487 499 501 512

B) El dISCurSO del JUICIO (24, 3-25,46) 1 El tiempo fmal y el fm (24, 3-31) 2 Las ultImas exhortaCIOnes a la comumdad (24, 32-25, 30) a) La hora se aproXIma (24, 32-35) b) NadIe conoce el momento del fm (24, 36-41) c) Pnmera parabala de la VIgIlanCIa elladron (24, 4244) d) Segunda parabola de la VigIlanCIa el mayordomo (24, 45 51) e) Tercera parábola de la VigIlanCIa las muchachas (25, 1 13) f) La parabola de los talentos (25, 14-30) 3 El JUICIO universal (25, 31-46) Resumen y excursus La Idea del JUICIO en el evange]¡o de Mateo Sobre el sentIdo del discurso del JUICIO hoy

519 522 568 568 574 582 590 599 631 659 696 705

PRÓLOGO

Ha tardado algo más de lo que había previsto y ha salido más grueso de lo que quería, pero aquí está el tercer volumen. Sus lectores observarán que sólo llega hasta el capítulo 25. Así que habrá un cuarto volumen. No es ningún inconveniente: el tercer volumen tiene ya su peso teológico propio en el debate con Israel y en la idea del juicio. El cuarto volumen que seguirá, mucho más breve, tendrá a su vez su peso especifico: tratará de tender un puente entre exégesis e historia del arte, que es quizá la parte más importante en la historia de la influencia de la pasión de Jesús. Al escribir este volumen he tenido que afrontar la experiencia, no siempre grata, de identificarme con «mis» textos. En el sermón de la montaña, el texto y el exegeta podían ser sin dificultad un solo corazón y una sola alma. En el discurso de las denuncias del capítulo 23 me siento desolado como exegeta ante el texto y desearía a veces que ese capítulo no figurase en la Biblia. Muchos textos que abordan el juicio «según las obras» me producen un sentimiento de horror y una profunda resistencia a asociar el llanto y rechinar de dientes con el Dios en quien creo; pero tengo a la vez el presentimiento de que esta idea dolorosa y atroz del juicio puede ser necesaria para que los hombres nos enteremos de que no somos los amos del mundo. La historia de la influencia cobra especial importancia en esos textos, y a mí me ha ayudado a afrontar el problema que plantean y no evadirme en lafilología o la historia. He sentido también constantemente el peligro de hacer más fáciles y manejables unos textos «antipáticos» recurriendo a cómodas soluciones exegéticas, y el deseo íntimo de hacer con ellos una faena de aliño y salir por la tangente. Esto ocurre en la celebración litúrgica y ocurre en las clases de religión; pero la historia de la influencia enseña que esos textos nos acompañan y nos marcan aunque los silenciemos, eludamos o disculpemos. Debe-

mas afrontarlos y no esquivarlos. Es lo que he intentado. Los atajos y las soluciones simples nunca dan resultado al final. Digan lo que digan ustedes, lectores míos, sobre mis propuestas exegéticas y hermenéuticas, espero que se percaten de que mi esfuerzo y el suyo son necesarios en este punto. El que se adentre en este tercer volumen verá que la palabra «lectores» aparece más a menudo que en el segundo y, sobre todo, que en el primer volumen. Esto tiene sus razones: he aprendido con más claridad que antes que son los lectores los que van formando el sentido de un texto, y que pueden hacerlo de diferentes modos. La historia de la influencia de un texto no es sino la sucesión de nuevas y distintas lecturas, convertidas en historia. El texto que desencadenó tales lecturas es una realidad que está ahí y se puede describir, y su autor, «Mateo», intentó perfilar claramente su texto antes de entregarlo a los lectores. No obstante, la capacidad de influencia de su texto consiste muchas veces en que no está del todo perfilado, y sus lectores pueden añadirle algo suyo. Por eso es también importante lo que en el texto queda abierto. En el prólogo al segundo volumen invité a aquellos de mis lectores que estudiaran a fondo todo el volumen, de la A a la Z, a escribirme una carta o una tarjeta postal; yo les enviaría gratis el tercer volumen. Esa invitación tenía un objetivo didáctico. Yo quería dejar claro que un libro narrativo como es un evangelio debe leerse de cabo a rabo, y que eso había que hacerlo también, al menos como intento, con un libro tan grueso y pesado como es un comentario. El éxito de la propuesta fue sorprendente para mí, y me desbordó; ¡he recibido ya más de setenta cartas de personas que han estudiado a fondo el segundo volumen! No contenían sólo oportunas listas de erratas, sino también preguntas, impresiones, críticas y experiencias en torno al comentario. ¡Muchas gracias! ¡Ahora sé, alfin, para quién escribo (y que escribo para alguien)! Que ustedes me hayan escrito, y lo que me han escrito, ha sido muy importante para mí, y le ha venido muy bien a mi trabajo (aunque por razones de tiempo no he podido contestar a la mayoría de las cartas). Me alegro de poder cumplir mi promesa. Para este tercer volumen vale lo mismo: si lo han estudiado a fondo de la A a la Z, me escriben, por favor (U. Luz, Marktgasse 21, CH3177 Laupen), y recibirán gratis el volumen final, espero que en tres años.

Resta el capítulo de reconocimientos. El primero es, de nuevo, para los colegas del grupo de trabajo sobre Mateo, aquí en Berna. Hemos debatido a conciencia en nuestras sesiones todos los textos del comentario, y los miembros del grupo los han desmenuzado en los aspectos estilísticos, exegéticos, hermenéuticos y teológicofundamentales. Muchas ideas, materiales, rectificaciones y hasta borradores de texto proceden de ellos. Yo soy de las personas que apenas son capaces de escribir de un tirón textos coherentes y de calidad. Sin Marianne Kappeler, Manuela Liechti-Genge, Moisés Mayo rdomo-Marín, Pascal Mosli, Lukas Mühlethaler, Christian Münch, Christian Riniker, Cicco Rossi y Olaf Wassmuth, el comentario no sería lo que es. Debo agradecer de corazón, una vez más, a los editores y colegas del «Evangelisch-katholischer Kommentar zum Neuen Testament» (EKK) por su lectura crítica del manuscrito: Pau! Hoffmann, Joachim Gnilka y RudolfSchnackenburgo Isabelle Noth y Clemens Thoma leyeron algunas partes del manuscrito y las enriquecieron con observaciones críticas. Volker Hampel, de Neukirchener Verlag, repasó el texto con increíble rigor y lo dejó casi perfecto. Moisés Mayordomo-Marín se ocupó de la corrección de pruebas. Isabelle Noth y Mischa Lurje reprodujeron montones de inaccesibles artículos de revista. Nuestros bibliotecarios han sido incansables en el acopio de bibliografía. El Schweizerischer Nationalfonds puso a mi disposición la ayuda de dos estudiantes, chico y chica. La editorial y la Breklumer Druckerei Manfred Siegel cuidaron el libro ejemplarmente. Por último, un triple reconocimiento especial, el mismo, en sus dos terceras partes, que en el segundo volumen, lo que indica que no se trata aquí de contingencias, sino de fundamentos de vida. El primero es, de nuevo, a mi esposa y mis hijos ya adultos. ¿ Qué sería de mí, qué sería de mi trabajo sin ellos? El segundo, a mis estudiantes de Berna, que tuvieron que aguantar tanto mi presencia como mi ausencia en un año largo de investigación. Sin sus estímulos y preguntas, pero también sin su presencia puntual, mi vida y mi trabajo quedarían sin contenido. El tercer reconocimiento figura en la dedicatoria. El hecho de que esos honores por un comentario a Mateo aún inacabado llegasen de la ex República Democrática Alemana y de Hungría, me alegró especialmente en mi condición de viejo trabajador fronterizo. Laupen, septiembre de 1995

OBSERVACIÓN PRELIMINAR SIGLAS

1. Observación

En referencias a bibliografía y elencos bibliográficos al comienzo del segundo volumen y del presente, se añade el número de volumen. Ejemplos: Strecker, Weg: monografía mencionada en el elenco bibliográfico de vol.l; Levine, Dirnensions (vol. I1): monografía mencionada en el elenco bibliográfico del vol. I1; Davies-Allison II (vol. III): segundo volumen del comentario a Mateo de Davies-Allison, mencionado en el elenco bibliográfico del vol. III.

2. Siglas D. L. Jeffrey (ed.), A Dictionary of Biblical Tradition in English Literature, Grands Rapids 1992 Evangelisches Gesangbuch, Gütersloh-BielefeldEG Neukirchen-Vluyn 1996 FN Filología Neotestamentaria, Córdoba 1988ss Garda M. F. Garda Martínez, Textos de Qumrán, Madrid 1993 Readings Readings. A New Biblical Commentary, Sbeffield 1993ss Gesangbuch des evangelisch-reformierten KirRKG (Suiza) chen der deutsch-sprachigen Schweiz, ed. 1952 Schneemelcher, P, IP W. Schneemelcher, Neutestamentliche Apokryphen 1. Evangelien, Tübingen 51987; II. Apostolisches, Apokalypsen und Verwandtes, Tübingen 51989 Sokoloff, Dictionary M. Sokoloff, A Dictionary of Jewish Palestinian Ararnaic of the Byzantine Period, Ramat Gan 1990 (Dictionaries of Talmud, Midrash and Targum I1) DBTEL

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d) Otros estudIOs

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no que creen, como él, que la vida resucitada es algo más que una mera contmuaclón de la vida terrena l9 NadIe dIscute lo pnmero La fe en la futura resurrecclOn de los muertos aparece atestIguada desde el sIglo II a C y no fue sólo una creenCIa básIca que profesaron los fanseos como seña de IdentIdad, según Josefo, smo ya parte de la fe general del puebl0 20 Lo segundo, en cambIo, es dIscutIdo se aducen pasajes dIfícIles o fuera de lugar para demostrar que en la smagoga «qUIzá se conSIderaba algo obvIO que la VIda conyugal se practIcase entre los resucItados exactamente Igual que en el presente eón»21 Pero hay textos Judíos en sentIdo claramente opuesto «En el mundo futuro m se come m se bebe, no hay generacIón m procreaclOn, m comercIO m negocIo, m envIdIa, m enemIstad m pelea, SIllO que los Justos están sentados con sus coronas en la cabeza y gozan al resplandor de la shekma» (Ber 17a)22 La tendencIa que aflora detrás de la antítesIs es clara Jesús debIÓ ser el defensor y autor de una Idea de la resurreccIón más profunda, más espmtual, contrana a las VISIOnes Judías nacIOnales, Idea que luego encontrará su contllluaClón lógIca en los conceptos paullllos de la resurreccIón como nueva creacIón y del (JQl¡.,tu JtVE'U¡.,tUtL'XOV, de 1 Cor 15,35-44 La Idea de resurreccIón en Mt 22,23-33 par y la de 1 Cor 15 son realmente muy afmes, pero ambas hunden sus raíces en una creencIa Judía dIfundIda Sólo qUIen la compartIera podía salIr convencIdo de la respuesta que Je~us dIO a esta controversIa23 19 Tampoco dIce el texto, naturalmente, que los re~ucItados, aunque no se casen en el cIelo, segUlran llevando su VIda conyugal como seres sexuados (según sostIene B Wlthenngton III, Wamen In the Mlmstry afJesus, 1984 [MSSNTS 51], 34s, ¡sm duda para garantIzar, tamblen en el cIelo, la mdlsolubllIdad del matnmomol De ~er aSI, la pregunta de los saduceos -a cual de los hennanos pertenecerá la vlUda- ¡sena realmente un problema' 20 Sobre la genesls de la creencIa IsraelIta en la resurreCCión, cf Volz, Es chatalagle, 229255, P Hoffmann, DIe Taten In Chnstus, '1969 (NTA NF 2), 26174 Los textos precnstIanos sobre re~urreCClOn ma~ Importantes son Is 26, 19, Dan 12,3,2 Mac 7, Sab 2, 1 9 (polemIca con los «epICureos»), cf Hen et 22 21 BIll 1, 888 Pero los documentos, o son muy antIguos (Hen et 10, J 7 = ~I­ glo III a C [los Justo~ persegUIdos antaño tendrán 1000 hIJOS en el tIempo fmal]), o se refIeren al tIempo meslamco no al nuevo eon (Bar sIr 73,7 [SIn dolor de parto] y los documentos de BIl1 III, 889 [baJO cl) o al tIempo (transfIgurado) de la vuelta del destIerro (BIl III, 888 baJO b) 22 CItado en BIl1 1 890 Mas documentos afmes Hen et 15, 6s (los ange1es del cIelo son espmtuales y no tIenen esposas), P'sIqR 43 (l79b) = BIll 1,891 (los ángeles no comen, no beben, no se reproducen m mueren), Chag J6a (los demomos se parecen a los ammale~, y no a los ángeles, en que se reproducen), Jalqut 1 § 111 = BIll 1,890 (en el mundo futuro no habra casamIentos m generaclOn de hIJOS) 23 J Klausner, Jesus van Nazareth, Jeru~a1em '1952,438 «Jesus da a los saduceos una respue~ta que cualqUIer fanseo hubIera podIdo dar»

Después de despejar con talante soberano la pregunta capciosa 31 s que le plantearon los saduceos con su casuística, Jesús vuelve a la tesis saducea fundamental que niega la resurrección. Ahora es él quien remite a sus adversarios a la Escritura; pero, a diferencia de ellos, Jesús no utiliza la Biblia como mero punto de partida para su propia y sutil argumentación, sino que es la palabra bíblica misma la que atestigua la resurrección de los muertos. Y a diferencia de los rabinos posteriores, que aducen también pruebas escriturarias en favor de la resurrección de los muertos, Jesús se apoya en el texto bíblico central Ex 3, 6 (cf. 3, 15), relacionado directamente con la autorrevelación del nombre de Dios (Ex 3, 14)24. La afinidad con las expresiones introductorias de las citas mateanas de cumplimiento y la solemne estilización del dicho bíblico siguiente como palabra pronunciada por Dios mism0 25 , dan un gran peso a la cita. Que Dios sea el Dios de los antepasados, Abrahán, Isaac y Jacob, es una creencia fundamental de Israel. En esta base descansa la alianza de Dios con el pueblo; por eso invocan tantas veces a Dios con ese calificativo en las oraciones 26 . Especialmente expresiva fue a este respecto la «Oración de las dieciocho bendiciones», cuya primera beraká va dirigida a «Yahvé, Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob», y la segunda alaba a Yahvé, «que da vida a los muertos»27. El Dios de los antepasados es para Israel el Dios de la alianza que acompaña a Israel y lo rescatará 28 • La idea de la vitalidad del Dios aliado de Israel forma la línea continua entre el sentido original de Ex 3, 6 Y su aplicación en el nuevo testamento. Que Dios resucitará a los muertos, es para el judío Jesús, como para la «Oración de las dieciocho bendiciones», una creencia central que emana directamente de la fe en el Dios viviente de los antepasados. Por eso, el texto primordial de Ex 3, 6 es su base en la Biblia29 . 24. Los rabillOS no citaban Ex 3, 6 como prueba escnturana en favor de la resurrección. Sanh 90b-91b recoge báslcamente sus pruebas. Algunas de ellas (como las tomadas de Ex 15,1; Núm 18,28; Dt 31,16; Sal 84, 5; Is 52, 8) argumentan con formas futuras de Imperfecto del TM. Formalmente son similares a las de Mt 22, 32, lógIcamente más claras, pero menos centrales en el contenido. 25. Cf. 1,22; 2, 15. 26. Eclo 51, 12k-m; Oración de Manasés, 1; Jub 45, 3; más documentos sobre el DIOs de los padre~ en Mudlso Mbit Mund1a x *, 98. 27. Texto según Bil], IV, 211. 28. A eso otorga un peso espeCial Dreyfus*, y después de él Mudl~o Mbit Mundla**, 96-102 y Schwank1*, 393-396. 29 Los comentanos suelen hacer notar que los saduceos ~ólo se apoyan en la

La estructura lógIca de la prueba escnturana del v 32 es dIfícIl de entender Se puede consIderar la frase fmal (v 32b «no es DIOs de muertos, smo de VIVOS») como segunda premIsa (posIbIlIdad 1) o como conclUSIón (posIbIlIdad 2) En la pnmera posIbIlIdad hay una demostraCIón lógIcamente mobJetable DIOS es a), como dIce Ex 3, 6, el DIOS de Abrahán, Isaac y Jacob (v 32a), pero b) dado que no es un DIOS de muertos, smo de Vlvm (v 32b)30, los patnarcas tIenen que VIVIr, es decIr, ser resucItados 31 En la segunda posIbIlIdad, la prueba escnturana obtIene su peso demostratIvo excluSIvamente de Ex 3, 6 Entonces hay que mclUlr la creenCIa -obvIa en el Judaísmo de la época- de que los patnarcas de Israel VIven ahora con DIOS e mterceden en favor de IsraeP2 En suma el DIOS de los padres es un DIOS de VIVOS que resucIta muertos (V 32b) No queda claro en el plano conceptual el nexo entre la VIda de los antepasados, que gozan ya de DIOS según creenCIa Judía, y la futura resurreCCIón de los muertos en ambas posIbIlIdades 31 El V 32b no permIte nmguna opcIOn en el aspecto ImgmstIco, porque no contIene nI XaL o CE (que correspondería a la POSIbIlIdad 1) nI uQu o oi'ív (que favorecería la posIbIlIdad 2) Ambas posIbIlIdades están formuladas, además, de modo mcompleto En la pnmera, los propIOS lectores tIenen que extraer la conclusIón, en la segunda no aparece explícIta la creenCIa de que los padres VIven con DIOS La pnmera posIbIlIdad es lógIcamente mejor, pero resulta dIfíCIl, porque la prueba escnturana a base de Ex 3, 6 no demuestra nada por sí sola, smo que es parte del argumento TambIen es mcomodo que la alusIón al «poder de DIOS» (v 29) quede sm objeto La segunda posIbIlIdad es retóncament.e mejor, porque la conclusIOn a la que todo converge se expresa realmente en el V 32b, pero presupone que los lectores aportan a la CIta de Ex 3, 6 mucho de sus propla~ conVICCIOnes de fe Judía, como la confIanza en que el DIOS de los padres, al que InVOcan, es un DIOS poderoso14, Yla creenCIa de que los patora y que, por eso, hubIeran SIdo maproplados alguno, de los textos «claslcos» en

favor de la resurreccIOn, como Ez 37, Is 25, 8, 26, 19 o Dan 12, 3, o de los textos empleados mas tarde por los rabillOS (cf supra, n 24) Esto e, superfIcIalmente correcto, pero no mvalIda el verdadero fundamento poszt¡vo del recurso al texto cen tral Ex 3, 6 30 Tampoco esto es un buen pnnClplO bíblIco, ef , por ejemplo, Sal 6, 6, 30, 10, 88, 6 11 13, Is 38, l8s El antIguo testamento, en todo caso, aphca esta creenCIa baSIca en sentIdo mverso DIOS no tiene nada que ver con el remo de los muertos 31 ASI por ejemplo Schwankl**, 404, 32 4 Mac 7,19,13,17,16,25, LIbAnt 4,11, TestBen 10,6 rresurreccIOn), Slb 2, 246s, Mt 8, lIs, Lc 16, 23 Cf tamblen las expreslOne, «Ir a donde los padres», «en el seno de Abrahan» (BIll II, 225s) y el topos de la mterceslón de los patnarcas por Israel 33 Esto condUjO muchas veces, en la mterpretaclOn ecleSIal, a relaCIOnar la re,urrecclOn de los muertos y la mmortahdad del alma 34 Cf el v 29 y las mvocaClones supra, n 26s

tnarcas Viven con DlOs 35 Yo prefiero la segunda posibihdad El pasaje bi bhco Ex 3, 6 hay que aphcarlo, pues, a la luz de la fe, al DlOS ViViente de la ahanza36 Trata del «poder de DIOS», del que nada entIenden los saduceoS (cf V 29b)

En el versículo fmal no se habla ya de los saduceos Son tan 33 Irrelevantes para el evangelIsta que éste m siqUIera menCIOna su desapancIón, y sólo después hace constar que Jesús los reduJo a SIlencIO con su respuesta (v 34) Más importante es para él la reacCIón del pueblo oyente, que descnbe con palabras de Mc 11, 18 La multItud «se asombra de su enseñanza», como después del sermón de la montaña (7,28) Yde su predicacIón en la smagoga de Nazaret (13, 54) Esto sigmfica para Mateo que la enseñanza de Jesús es algo totalmente especIal, totalmente distInto de la de los letrados Sm embargo, la multItud no se ha pronuncIado aún defImtIvamente sobre ella37 Historia de la influencia y resumen La controverSIa con los saduceos no ha temdo mucha resonanCIa en la hIstona de la mterpretación Esto obedece sobre todo a que esa controversia no CImentó la esperanza de la futura resurrecCIón de los muertos en la resurrección de Jesús, como fue costumbre de'>de Pablo en la teología cnstiana Sobre todo en la época de la Reforma, el mterés por dicha controversia fue muy escaso El texto SirVIó, cuando más, para denostar a los adversanos confesIOnales 38 En la Igle~Ia antIgua fue, sobre todo, el v 30 el que des pertó el mterés de los comentanstas ¿En que conSiste la esenCIa de los ángeles, a los que son eqmparados los resucitados? En el pnmer plano del lllterés estaba caSi Siempre un as35 Solo en la segunda pOSibilIdad tiene sentido la referencia especlflw a lo~ patnarcas 36 La Idea del {}EO~ ~wv, expreslOn comente de los LXX es familiar a los lectores de Mt (documentos en Mell*, 309, n 300) 37 Frente a Walker Hellsgeschlchte,44 Para Walker el pueblo esta del lado de los saduceos que representan a Israel ¡No' Solo cabe afirmar eso, mutatIs mu tandls despues de 27 24s 38 Calvmo 11, 206 como los fanseos con los saduceos, aSI se asocian tamblen hoy los papistas con todos los eplcureos y lIbertmos Maldonado 450 los cal Vimstas son como los saduceos que no creen nada que transcienda la naturaleza

pecto los ángeles han dejado atras los «mama corporum gaudia»39 «El que se aparta totalmente del uso de la hbido, trasciende la naturaleza humana y pasa al modo de Vida de un angel ('condItlO angehca'»>40 Y a la mversa «Las paslOnes que más embrutecen al ~er humano son las paslOnes eróticas, que se ejercitan en el matnmomo»41 Apenas hay comentarlO que no haga una referenCia a la castidad al hablar de la esenCia de los ángeles El texto denva con ello en el tema de la hostihdad ecleSial haCla el cuerpo Esa hostlhdad alcanzó su Cima cuando se negó el sexo a los ángeles o -a la luz de Ef 4, 13, por eJemplo- se les atnbuyo la condiCión masculma «Para los que han alcanzado la mmortahdad, el sexo fememno es totalmente superfluo», además, los ángeles no tlenen cuerp042 Pero la mayoría de los padres de la IgleSia impugnó deCididamente tales opmlOnes y afIrmó la eXistencia corporal de los angeles como varones y mUJeres los resucitados, de los que se dice que m se casaran m serán dados en matnmomo, son mUjeres y varones, porque no se hace tal afIrmaClOn de «una piedra o un árbol y de las cosas que no tienen órganos sexuales» «Lo úmco que nego el Señor es que haya casamientos en la resurreCCión, pero no que haya mUJeres»43 Según la concepclOn ecleSial, los angeles tienen un cuerpo y son mUJere~ o varones, pero no tlenen mstmto m Vida sexual

Estas reflexlOnes prodUCidas en la histona de la mterpretaClón suponen un desvío de las mtenclOnes del texto Éste habla de la futura resurrecc1ón exclus1vamente, no se pronunc1a en absoluto sobre matnmomo, ángeles y sexualtdad44 Tales cuestlOnes henen que ver sólo con el caso presentado por los saduceos, que Jesús qmere slmplemente reduc1r al absurdo D1Cho con más prec1s1ón, el texto trata del «poder de DlOS» él es el V1v1ente. Sl DlOS se en39 Hllano, 23, 4 = se 258, 156 40 Opus lmperfectum, 42 = 870 41 Toma~ de Aqumo (Lectura), n° 1800 42 Teodoreto, Graecarum affectLOnum curatLO 3, 89 = se 57, 196s, cf LapIde, 416 43 Jerommo, 206, cf Agustm, elV Del 22, 17 = BKV 1/28, 477 44 La mtencIOn del texto tampoco es, por tanto, atacar el matnmomo de leVIrato como mstItucIOn Es, al menos en algunos rasgos, una mstItucIOn tIpICa del patnarcado (se trata de mantener la descendenCIa del hermano dIfunto), pero ese matnmomo aparece aqUI Simplemente en un ejemplo argumental que qUiere llevar al absurdo la Idea de la resurreccIOn, y no es tema en SI La mtencIOn de Jesus no es, pues, aqUI la de superar una mstItucIOn patnarcal Opman lo contrano, por ejemplo, E Schussler FIOrenza, In Memory ofHer, New York 1984, 143-145 (trad cast En memoria de ella, BIlbao 1989), y e Myers, Btndtng the Strong Man, Maryknoll 1988, 314 317 en el mundo de DIOS, «patnarchal marnage IS no more» (Schussler FIOrenza, In Memory of Her, 144)

trega a los hombres, éstos quedan acogIdos a su vIda y no pueden permanecer en la muerte. El hombre al que DIOS se entrega pasa a ser el «sIgnum promIssIOllls», no sólo como alma SIlla tambIén como cuerp045

c) Los grandes preceptos (22, 34-40) BiblIOgrafía Abrahams, 1 , The Greatest Commandment, en Id , Studles 1, 18-29, Allison, De, Mk 12,2831 and the Decalogue, en e A Evans-W R Stegner (eds ), The Gospels and the Scnptures ofIsrael, 1994 (JSNT S 104),270-278, Berger, K, Gesetzesauslegung 1, 56-257, Bornkamm, G, El doble mandamiento del amor, en Id , EstudIOs sobre el nuevo testamento, Salamanca 1983, 171-180, Burchard, e , Das doppelte Llebesge bot m der fruhen chnstllchen Uberlzeferung, en E Lohse y otros (eds ), Der Ruf Jesu und die Antwort der Gememde FS J Jeremzas, Gottmgen 1970, 39-62, Ebersohn, M , Das Nachstenslzebegebot m der synoptischen TradltlOn, 1993 (MThSt 37), Fuller, R H, Das Doppelgebot der Llebe, en G Strecker (ed ), Jesus Chnstus m HIstone und Theologle FS H Conzelmann, Tubmgen 1975,317-329, Gerhardsson, B , The Hermeneutic Program m Mt 20, 37-40, en R Hamerton Kelly-R Scroggs (eds ), Jews, Greeks and Chnstzans FS W D Davles, LeIden 1976, 129-150, KIlunen, J , Das Doppelgebot der Llebe m synoptlscher Slcht, 1989 (STAT B 250), Lambrecht, J , The Great Commandment Pencope and Q, en R PIper (ed), The Gospel behmd the Gospels, 1995 (NT S 75), 73-96, Légasse, S , «Et qUI est mon procham ?», 1989 (LeDlv 136), Mathys, H P, Llebe demen Nachsten wle dlch selbst, 1986 (OBO 71), Neudecker, R, «And you shalllove your Nelghbor as Yourself 1 am the Lord» (Lev 19, 18) m JewIsh InterpretatlOn Blb 73 (1992) 496-517, NIssen, A, Gott und der Nachste 1m antlken Judentum, 1974 (WUNT 15), Schnelder, G , Die Neuhezt der chnstlzchen Nachstenlzebe, en Id, Jesusuberlleferung und Chnstologle, 1992 (NTS S 67),168-186, Schrage, W, Ética del nuevo testamento, Salamanca 1987, 88-109 Más bibliografía sobre Mt 22, 15-46, supra, 331

34 Los fariseos, al enterarse de que Jesús había tapado la boca a los saduceos, se juntaron en el mismo lugar, 35 y uno de ellos, que era letrado I , le preguntó para ponerle a prueba: 45 Bengel, 133 1 Muy pocos textIgos textuales (fl, e, sy" arm, geo, Or) omiten VO/lLXO'; Es lllcomprenslble, por eso, que los editores de GNT y de Nestle 26 pongan vOfuxo,; en tre [ J, y comprensible solo por las dIfIcultades de la separaclOn de fuentes

36 «Maestro, ¿qué mandamiento es grande en la Ley?». 37 Él le contestó: «' Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente'. 38 Este es el mandamiento principal y el pIimero. 39 Pero el segundo2 es igual de importante: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'. 40 ¡De estos dos mandamientos penden la LfJ:t y los profetas!». ' Análisis 1 Estructura El texto comIenza con un versículo de transIclón (v 34) que recuerda la conversaClOn con los saduceos y menClOna a la vez la reumón de los farIseos, que será el escenano del próxImo epIsodIO (cf v 41) El dIálogo propIamente dICho consta de la exposICIón (v 35), la pregunta (v 36) y una respuesta muy larga de Jesús (v 37-40) Aparte la anotacIón de que el letrado «tIenta» a Jesús, el dIálogo no contiene mnguna nota polemlca dlfecta, m subraya el éxito de Jesús frente a sus adversarIOS Es, en la termmologla cláSIca de hlstona de las formas, un dIálogo escolar que sólo tIene aIre de controverSIa en la caractenzaclón negativa del mterrogador3 La palabra clave vOflo'.; (v 3640, cf VOflLXO'.; en el v 35) engloba todo el dIálogo Así queda mclmdo tambIén el versículo fmal 40, que dIce algo que el letrado no preguntó, y que por eso no encap bIen en el texto

2 Fuentes La mtroducClón (v 34)4 y la concluslOn (v 40)5 wn redaccIOnales La cuestión de las fuentes es muy debatida en 10 que respecta a los v 35-39, porque son muy numerosos los mmar agreements con la mtroducclón lucana al relato del buen samantano, Lc 10, 25-28 Estas comcldenClas son 1) El mterrogador es un VO[Uxo'.;, no un YQUf!f!UtEU'.;, como en Mc (v 35, Lc 10,25),2) el VOflLXO'.; pregunta para poner a prueba a Jesus (JtELQU~WV UUtov [v 35], EXJtfLQU~WV UUtOV [Lc 10,25]),3) bLbuo2 Falta Oc en los mejores testigos aleJdndnno~, y es antes un añadido que una omlSlOn 3 Algo pareCido Hummel, Auseznandersetzung, 52 4 El v 34 enlaza con los v 23 33 Ycon el v 41 Son redacclOnales ademas, segun vol 1, 57ss, OE, axouoae;, ouvayúJ (5 veces ouvr¡xfhjoav, de ellas 4 en referencia a los adversanos de Jesus) 'Em 1:0 aireo es un giro LXX (56 veces), su presencia en Sal 2, 2 LXX en conexlOn con ouvr¡xitr¡oav puede ser casual 5 Son redacclOnales, segun vol 1, 57ss, OUtoe;, ouo, oAoe;, vo~oe;/JtQO>> (Lohmeyer 329, n 1) No eXiste una dogmatlcaJudla, pero SI, por lo VIS to, una dogmatIca cnstIana que prescnbe lo que tIene que ser el Judarsmo 71 Mt hace hablar alletrado «mas en JudlO» que Mc Solo Jesus pronunciara el JtQWl:!] de Mc (v 38) Pero JtQWl:!] tampoco es simplemente nO-JudlO, SI repasamos ciertos pasajes helelllstlco JudlOs Pseudo Focí!Jdes 8 (JtQiinu = honrar a DIOS despues a los padres), EpAr 132 (JtQiinov JtUVl:WV = el monoteIsmo) Josefo, Ap 2 190 (JtQWl:!] es el precepto JtfQL 1tfOU), FIlon, Decal 65 (algo parecido), otros documentos en Bornkamm, El doble mandamIento del amor, 174, n 14 Tales textos Ilustran el ambIente helelllstlCo-JudlO de la tradIclOn Mc 12,28-34 Al trasfondo es ta el orden del decalogo cuya pnmera tabla trata de la relacIon con DIOS cf Fllon, Decal 50s, 106 Segun Decal 19,154, los preceptos del decalogo son la xfcpuAmu de los restantes preceptos partIculares

verbo hebreo ~~~ tiene un espectro semántico muy amplIo, que alcanza desde el amor sexual, pasando por el amor a los mIembros de la famIlIa, amIgos, relaClOnes de lealtad política, hasta la relacIón con DlOS 72 La mterpretaclón judía de Dt 6, 5 ve mamfestado el «amor a DlOS», ante todo, en los actos de obedIenCIa, pIedad y fldehdad a la torá Amar a DlOS slgmflca dedIcar la vIda a sus mandamlentos 73 «Con todo tu corazón» desIgna, en sentido judío, la mdlvlSlblhdad de la obedlencla74 «Con toda tu vIda» evocaría a los lectores judeocnstIanos el martm0 75 'Ev OAtl 'tñ OLUVOLQ. (Jou (con toda tu capaCldad mental) es una vanante de traducClón para Ev OAtl 'tñ XUgOLQ. (JOU, aparece en la franja de tradlclónjudeocnstlana de Dt 6, 5, asumIda por Mt en lugar de «con todas tus fuerzas»76 De ese modo asoma tambIén en el amor a DlOS un momento mtelectual, como en la tradICIón del judaísmo helenístIco, que está detrás de Mc 12,28-3477 «Amar a DlOS» no evoca, por tanto, a los lectores un sentimIento, m oraClOnes, o una místIca que huye del mundo, smo el conocImIento del úmco DlOS y la obedIenCIa a él dentro del mundo Para ellos, el amor a DlOS y el amor al prójimo se mterrelaClOnan a prlOrz 78 En este sentIdo, el amor a DlOS es un precepto fundamental y, como dIce ya ahora el texto, sIgUIendo Mc 12, 29, el pnmer79 precepto 39 Jesús menClOna como segundo mandamIento báSICO el del amor al próJImo, Lev 19, 18 Lo hace sm ser preguntado -por consIgUIente, el precepto tIene peso- Frente a Mc 12, 31, este peso aparece destacado con el adjetivo ÓflOLU el segundo precepto es de Igual rango que el pnmero El verbo «amar» debe llenarse nuevamente de contemdo a partH del texto bíblIco y de la mterpretaclón judía de la época Es Importante el contexto de Lev 19, 11-18 tra-

72 Mathys* 1228, Ebersohn*, 4346 73 Documentos en NIssen*, 203 211 Mudlso Mbil Mundla**, 182-186 74 Tg J 1 sobre Dt 6, 5 en BJ11 1, 905 cf SDt 6 5 § 32 (73a) en BJ11 1,906 75 En hteratura Judla Ber 61 b = BJ11 1, 605s, SDt 6, 5 § 32 (73a) = lbId ,606, cf Mt 6,25 10,2839, 16, 25s 76 Cf Filan, Decal 64 77 Cf Bornkamm, El doble mandamiento del amor 173ss 78 Incluso pueden aparecer IdentifIcados excepcIOnalmente Te~tBenJ 3 5 ha bla de la persona piadosa que e~ ayudada uno 'tfíc; 'tOU xUQwu aYUJtT1C; ~c; EXEL nQoc; 'tOV nATJOWv Cf tamblen EpAr 229 y n 94s 79 IIQw'tTJ es hngUlstlcamente necesano para que Mt pueda anexIOnar en el v 39 OEU'tEQU, y no debella ser sobrevalorado en el contemdo

ta de los preceptos éticos fundamentales que DIOS Impone en relaCIón con el próJImo, mclmdo el socIalmente débIl o un adversano en el JmclO Paralelamente a «amar» están no hurtar, no mentir, no engañar, no Jurar en falso, no opnmlr, no tobar, no maldeclr, no tratar mJustamente en los tnbunales, no calumlllar, no odiar Lev 19,34 añade respetar los derechos del extranjero La hIstona de la mterpretaclónJudía apunta en la mIsma dIreCCIón «El amor Slglllflca un comportamIento práctico sohdano, acorde con los preceptos dados por DlOS a la comUllldad de Israel»80 En el texto fundamental Lev 19, 18, Yen casI toda la mterpretaclón palestmo-Judía de Lev 19, 18, «próJImos» son úmcamente los Israehtas, para los que DlOS dIctó sus cláusulas Jurídlcas 81 Sólo quedan mclmdos por excepcIón los extranjeros que reSIdan en terntono Israehta, para los que vale tambIén este derecho (Lev 19,34), Yen la mterpretaclón postenor, úmcamente los proséhtos 82 En textos helenístIcoJudíos no fIgura Lev 19, 1083 DeclaraclOnes sobre un amor umversal a los hombres se dan tanto en el Judaísmo palestm084 como, mucho más frecuentes aun, en el Judaísmo grecohablante, donde ubrayan, pue,>, aquí el sacerdocIo común' 3 Los talentos fueron lllterpretados en múltlples sentIdos La mterpretaClón más antIgua los refmó a la palabra de DlOS99 Orígenes sobreen96 Ongenes, Ser 65 = GCS Ong XI, 152~ CIta 153 97 Jerommo, 239 y la mterpretaclOn dependIente de el evocan a los apóstoles Juan Cnsostomo, 78, 3 = PG 58, 714, EutImlO ZIgabeno, 633 y otros pIensan en los re~pomables de la palabra y la enseñanza, TeofJlacto, 425, en ObISpO', sacerdotes, dIaconos, DlODlSlO Cartujano, 273, en los prelados como sucesore, de los apostoles, Bullmger, 219B y Melanchthon, 205, en los predIcadores Los banqueros del v 27 son, o bIen los mae~tros o todos los cnstIanos, cf la hIstona de la mterpretaclón en Bogaert* 98 «Non est sme necessams argumentls Scnpturae sententIa restnngenda» (Maldonado, 494, cf LapIde, 458) 99 Clemente de AleJandna, Strom 1,2, 1-4, 2 = BKV II117, 12s, Pseudo-Clemente, Hom 3, 61, Ongenes, Ser 66 = GCS Ong XI, 154s (Blbha), Tertuhano, Praescr Haer 26, 1 = BKV 1/24, 333 etc

tendIó en el dIverso número de talentos los dIversos grados de compren~Ión los de cmco talento~ reCIbIeron una comprensIón espmtual de la Escntura, los de do~ talentos alcanzaron un poqUIto del sentido de la palabra de DIOS, pero los de un talento se quedan en la mera letra que reCIbIeron al pnnClplOlOO Ya la IglesIa antIgua VIO en los talentos, a la luz de 1 COI 12, 12ss, los cansmas o, en termmología escolástIca, la «gratla gratis data»lOl Jerómmo y los autores mflUldos por él aphcaron los dos talento~ a la comprensIón de los mlstenos y a las obras; el talento del tercer esclavo, a la razón l02 El número qumano de los talentos mduJo a aphcarlos a los cmco sentIdos corporales 103 Así queda abIerta la puerta para contar entre 1m talento~ las dotes naturales que posee una persona lO4 Fmalmente se sumaron a los talentos los bIenes externos, como la posIcIón sOCIal, la mfluenCla, etc. lOS. Una hermosa Idea que aparece en Bengel es la de consIderar el tIempo dlspomble como un talento reClbldo 106 • En la mterpretaClón posmedIeval domma la tendenCIa a ver en los talentos, sImplemente, todo lo que el ser humano es y posee, pues nada hay, al fm, que no haya recIbIdo de DIOS lO7 Resultó dlfícl1, entonces, la dehmItaClón de los talentos frente a los Lc>La Cí1Jva~uc; o, en tradUCCIón de la Vulgata, frente a la «propna vlrtus» del ser humano Esta vlrtus fue aphcada, o bIen a las cuahdade~ naturales o a la fe El catóhco Maldonado rechaza, por pehgrosa, la aphcaclón tradICIOnal de «propna vlftus» a la fe, porque Justamente la fe «no la tenemos por nosotros mlsmos»108 4 Los talentos se multlpltcaron más o menos al hl10 de su mterpretaclón: se llegó a entender por talento una comprensIón profunda de la Escntura, una mayor erudICIón teológIca, la asceSlS, la práctIca de la pala-

100 Orígenes, Ser 66 = GCS Ong XI, 154, Id, fr 506 = GCS Ong XII, 208s 101 Por ejemplo, Cmlo de Alejandría, tr 283 = 253 (xuQLOfW nvcuf.LaUXOV), Jerommo, 239 «
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