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Quinta Edición
Luis E.
G arcía R estrepo
E d i t o r i a l U n iv e rs id a d d e C a ld a s C o l e c c ió n A r t e s y H u m a n id a d e s
© Universidad de Caldas, 2007 -Comité Editorial-
T ítulo :
L ó g ic a y P e n s a m ie n t o C r ít ic o
Autor:
Luis E.
G a r c ía R e s t r e p o
Filósofo (U. San Buenaventura, Bogotá). Máster en Historia y Filosofía de la Ciencia (Indiana University, USA).
[email protected] Quinta Edición Enero de 2007 Derechos Reservados por la Universidad de Caldas para la primera edición ISBN: 958-8041-68-6 Editor: Corrección gramatical: Diseño y Diagramación:
Luis Femando Escobar Velásquez Maritza Isaza Osorio Matilde Santander Mejía
Diseño de Portada: Ilustración Portada:
Carlos Adolfo Escobar H. Pirograbado del maestro Eduardo Henao Ceballos
Artes Finales, Fotomecánica, Impresión y Terminado: Editorial Universidad de Caldas E-mail:
[email protected] Apartado Aéreo: 275 Manizales - Colombia Miembro de la Asociación de Editoriales Universitarias de Colombia, ASEUC.
Catalogación en la fuente, Biblioteca Universidad de Caldas
160 G 2 16 García R., Luis E 5a ed. Lógica y pensamiento critico / Luis E. García Restrepo . —5. ed. —Manizales : Editorial Universidad de Caldas, 2007. 330 p. : il.~ (Colección Artes y Humanidades) ISBN: 958-8041-68-6 1. Lógica. 2. Pensamiento critico. I. tít.
prólogo
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in t r o d u c c ió n
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1.
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tem as y co n c epto s fundam entales
1.1 1.2 1.3 1.4 1.5 1.6 1.7 1.8 l .9
Información y conocimientos De qué se ocupa la lógica Cómo se infringe la lógica Un poco de historia Pensamiento, lenguaje y lógica Punto de partida: los hechos De la percepción a la inferencia Los desacuerdos entre las personas El concepto y el problema de la verdad 1.9.1 El problema 1.9.2 Cómo se establece la verdad 1.9.3 Verdad como probabilidad 1.9.4 Verdad o sabiduría 1.10 Adquisición y justificación del conocimiento 1.11 Razonamientos y argumentos 1.12 Forma y contenido de los argumentos 1.13 Validez e invalidez de los argumentos 1.14 Deducción e inducción 1.15 Argumentos sólidos 1.16 Inferencias por intuición 1.17 Formación de conceptos 1.17.1 Conceptos y conocimiento 1.17.2 Contenido y extensión de un concepto 1.17.3 Incremento conceptual
23 25 31 35 40 47 50 58 63 63 64 66 72 76 78 86 90 95 101 106 108 110 113 114
1.18
La definición 1.18.1 Tipos de definiciones 1.18.2 Criterios para definir
2. INDUCCIÓN 2.1 Concepción tradicional de la inducción 2.2 Naturaleza de la inducción 2.3 Tipos de argumentos inductivos 2.3.1 Generalización inductiva 2.3.2 Inferencia estadística 2.3.3 Inferencias por analogía 2.3.4 Inferencias por reconstrucción 2.3.5 Inferencias de inobservables 2.3.6 Inferencia causal 2.3.7 Inducción matemática 3. LÓGICA DEDUCTIVA 3.1 Lógica deductiva tradicional 3.1.1 Inferencia inmediata 3.1.2 Silogismos 3.1.3 Silogismos cotidianos 3.1.4 Algunas variedades de silogismos 3.2 Lógica simbólica moderna 3.2.1 Lógica de proposiciones 3.2.1.1 Tipos de enunciados 3.2.1.2 Símbolos proposicionales 3.2.1.3 Conectores lógicos 3.2.1.4 Funciones de verdad 3.2.1.5 Conectores y valores de verdad 3.2.1.6 Tautologías, contradicciones y contingencias. Principios lógicos fundamentales 3.2.1.7 Formas proposicionales 3.2.1.8 Demostración de validez 3.2.1.9 Demostración de invalidez '3.2.1.10 Las premisas de un argumento 3.2.2 Elementos de lógica de predicados 3.2.2.1 Individuos, propiedades y relaciones 3.2.2.2 Cuantificadores 3.2.2.3 Proposiciones equivalentes 3.2.2.4 Prueba de validez en lógica de predicados
116 118 119 123 125 128 132 132 134 137 142 146 152 163 165 169 172 179 190 192 196 197 197 198 198 199 202 206 213 215 236 238 241 242 244 249 249
3.3 Sistemas axiomáticos 3.3.1 Elementos de un sistema axiomático 3.3.2 Requisitos 3.4 Limitaciones de la deducción 3.4.1 Recurso a una fuente o autoridad 3.4.2 Recurso a la experiencia propia 3.4.3 Recurso a la evidencia 4. SOBRE LA ARGUMENTACIÓN 4.1 4.2 4.3 4.4 4.5
Demostración y argumentación Antecedentes La presentación de un argumento La impugnación de los argumentos Falacias en la argumentación 4.5.1 Falacias formales 4.5.2 Falacias folclóricas
5. PENSAMIENTO CRÍTICO 5.1 5.2 5.3 5.4
Consideraciones teóricas Indicadores del pensamiento crítico Práctica del pensamiento crítico Pensamiento crítico y solución de problemas
255 257 258 260 262 263 264 267 269 272 275 277 280 285 285 293 299 303 307 309
EPÍLOGO
313
CUESTIONARIO DE COMPRENSIÓN DE LECTURA
315
BIBLIOGRAFÍA
325
La lógica es la ciencia más difícil, porque no opera sobre intuiciones ni con representaciones sensibles, sino con abstracciones puras, y requiere la fuerza del hábito de retirarse al puro pensamiento, cerrarlo y moverse dentro de él. HEGEL
Esta obra ha sido preparada para estudiosos de todas las disciplinas y para estudiantes que culminan bachillerato o inician universidad. Presenta los conceptos, nociones y operaciones básicas que les permitan desarrollar su capacidad analítica, inferencial y crítica. El lector atento descubrirá en este texto que la lógica es una disciplina más formativa que informativa. No se trata en modo alguno de un tratado completo ni de una posición netamente original. Su novedad radica en la presentación informal de la lógica, en la estructuración de la disciplina (ver sección 1.13, 1.14), en la definición de algunos conceptos importantes, como “validez”, “verdad”, “inducción” y en el énfasis dado a la argumentación y al pensamiento crítico. Reconozco el influjo del pensamiento aristotélico, de la filosofía naturalista, la tradición analítica, de lógicos contemporáneos (Wittgenstein, Camap, Russell, Strawson) y de tratadistas como Kahane y Copi, de quienes he adoptado algunos insuperables ejercicios. El texto excluye las llamadas lógicas no clásicas-unas prometedoras y otras menos- puesto que su complejidad desborda los propósitos de este trabajo. También omito los profundos debates actuales sobre problemas de la lógica como disciplina, y limito los tecnicismos propios de la estricta lógica formal
(indispensable para las matemáticas y las ciencias de la computación) a su empleo en la vida diaria; el sacrificio en rigor se compensa con su aplicación para entender la vida, los textos y el mundo, emplear mejor el lenguaje y decidir con más probabilidades de éxito. Quien en lugar de reflexionar con lógica deja su destino en manos del azar, se apega a sueños, esperanzas o ilusiones, simplemente apuesta su existencia, como si fiiera un billete de lotería, y podrá tener suerte, pero lo más probable es que no acierte. Esperamos que los lectores ejerciten su espíritu analítico, crítico, racional y lógico; que manejen un enfoque más amplio y claro de la naturaleza y en esa medida, desarrollen su tolerancia y libertad de pensamiento. Algunas secciones, especialmente las técnicas, pueden omitirse sin pérdida de continuidad conceptual. Al final he presentado algunos cuestionarios de comprensión que „ le permitirán al lector constatar las unidades de información que captó en la lectura de los capítulos. En la bibliografía encontrarán las fuentes de los temas tratados y la orientación para profundizarlos. Algunos conceptos e ideas fundamentales irán en negritas, los ejemplos en cursivas o entre paréntesis, los ejercicios y esquemas conceptuales en tipo más pequeño, y no se extrañen al encontrar que reitero la explicación de algunos temas fundamentales. Estudiantes y estudiosos han suscitado discusiones, aportes y observaciones con las cuales se ha nutrido este libro. Quiero destacar y agradecer a los profesores Carlos Emilio García y Adolfo León Gómez, y al finado Dr. Helí Alzate, quien además me concedió el privilegio de brindarme una dosis de amistad.
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I n t r o d u c c ió n
La prodigiosa mente humana no es un mero archivo que retiene datos. Posee una cualidad notable y singular en el contexto de la evolución biológica, cual es su capacidad de articular, combinar, jerarquizar ideas y hacer inferencias, es decir, extraer conclusiones a partir de premisas o evidencias, conocimientos, datos previamente aprendidos o aceptados, o pasar de una o varias proposiciones a otras conectadas con ella; tal es el objeto de la lógica. Gracias a esta modalidad de pensamiento discursivo, el hombre comprende el mundo, orienta racionalmente su vida y fundamenta sus decisiones. Todo ser humano se enfrenta a una porción del universo, lucha por sobrevivir, vive en función de resolver problemas, quiere entender el mundo de manera coherente, procura tomar decisiones correctas. Y el mejor instrumento para esta continua tarea es su razón, concretamente su razón guiada por la lógica^Cuando admitimos conclusiones erróneas o tomamos decisiones equivocadas por no haber reflexionado acertadamente, caemos en cuenta de la necesidad de ser más lógicos. Pero la reflexión no opera en el vacío; requiere de conocimientos, datos, valores, propósitos, supuestos, y la lógica nos ayuda a combinarlos para aceptar la mejor idea, concluir la mejor fundamentada, o tomar la decisión más acertada. Los grandes estrategas, financistas e ingenieros, no suelen fallar por lógica sino por admitir datos falsos, incompletos, o supuestos equivocados; Napoleón, por ejemplo, diseñó impecablemente su plan de invadir a Rusia bajo el supuesto -ético en ese entonces- que los rusos entrarían a batirse en batalla; los rusos jugaron a la retirada, el supuesto no se verificó, y sobrevino la bien conocida debacle napoleónica. Las Torres Gemelas de New York fueron diseños lógicos geniales (a partir de datos técnicos verdaderos, completos y
lógicamente estructurados) incluso para soportar impactos de grandes aviones, pero no consideraron -ni se les podía ocurrir- los efectos del combustible de un jet ardiendo dentro del edifìcio. La lógica, así sea importante, no nos inmuniza contra el error o la equivocación; sólo los minimiza. Existe cierta universalidad del pensamiento lógico, que ha orientado al hombre para relacionar informaciones, comunicarlas, obtener conclusiones y tomar decisiones, en aras de lograr sus objetivos. Por ejemplo, los bosquimanos del Kalahari combinan todos los aspectos de la lógica (deducción, inducción, manejo de hipótesis e inventiva, implicaciones, pensamiento crítico) para conocer su mundo y sobrevivir en él -algo nada fácil, por cierto-. En la cacería observan y extraen conclusiones según las informaciones disponibles, como: a) ver las potenciales presas (si tiene tal tamaño, vale la pena el perseguirla); b) cómo se mueven (si anda retrasada del grupo, entonces está enferma o vieja, y por tanto, será la más fácil de cazar); c) ver las huellas pero no los animales (según la humedad y forma infieren qué animal las produjo, cuánto hace que las dejaron, si el animal está herido o sano, qué tan lejos irá, en qué dirección); d) escuchar hablar a otros sobre los animales (si varios concuerdan en lo mismo, entonces lo que dicen es probablemente cierto), etc. Durante el proceso de caza manejan estos patrones de inferencia, prueban sus hipótesis con nuevos datos y las integran a los ya conocidos sobre la conducta del animal, rechazando hipótesis que carecen de base, evitando inconsistencias y logrando así ampliar el conocimiento. Sin tener plena conciencia de ellas, aplican leyes lógicas fundamentales, como las tres siguientes: \
1. Modus Ponens: ( 1) Si A se da entonces ocurre B; (2) ocurre A, (3) por lo tanto ocurre B. Observen que si fueran verdaderas las premisas 1 y 2, tendría que darse necesariamente la tercera (conclusión). Por ejemplo: Si hay huellas frescas, un animal pasó recientemente (Si A entonces B); y hay huellas frescas (ocurre A), se puede afirmar entonces que un animal pasó recientemente (B).
2. Modus Tollens: si A es verdad, lo es también B, pero no es verdad que B, por tanto no es verdad que A. 3. Silogismo Disyuntivo: es verdad que A o B; pero no es verdad que A, por tanto es verdad que B. Cuando se encontraron el conquistador Hernán Cortés y Montezuma, éste razonaba: “Si el visitante me da regalos, no pretenderá agredirme; me ofrece regalos, entonces no me agredirá”. Mientras que el conquistador pensaba: “Si le doy regalos lo debilito; le doy regalos, entonces lo debilito”. Dos sistemas culturales diferentes empleando el mismo patrón lógico. También -como demostró Piaget- en los niños surgen de manera espontánea estos principios lógicos, y se revelan, por ejemplo, cuando el hijo le reclama al papá un dulce porque se manejó bien durante su ausencia ( ‘‘dijiste que si me manejaba bien me traerías un dulce, y me manejé bien, por lo tanto ¡dónde está el dulce!). ¡Y qué decir de la lógica en los vuelos espaciales, donde todos los controladores, pilotos, ingenieros, componentes y sistemas tienen que entenderse y funcionar de manera coherente! Un error de lógica en su comunicación tendría efectos catastróficos. "i Cada persona crece con cierto talento lógico; o sea, con la capacidad de inferir o extraer conclusiones correctas a partir de sus supuestos e informaciones. Este talento, como tantas otras habilidades y disposiciones que nos otorga la naturaleza, puede desarrollarse o no durante la vida, como sucede con las demás facultades. A medida que avanza la maduración personal, el individuo puede forjar pautas lógicas o ilógicas para discurrir, inferir y actuar, y algunos incluso creen que “su” lógica es “la” lógica (especialmente cuando adquieren algún poder económico, político, militar). Sin embargo, en la vida cotidiana, en la actividad científica y profesional, cometemos errores -a veces irreversibles- simplemente por proceder al margen del pensamiento lógico, por intuir o adivinar cuando debíamos reflexionar, lo cual nos invita a replantear nuestros prejuicios y maneras de resolver problemas. ^E s un hecho que no todos los estudiantes sienten igual inclinación, simpatía o interés por la lógica, lo cual puede explicarse fácilmente desde la tipología del psiquiatra suizo C. G. Jung. Este erudito autor expone en su obra Tipos
Psicológicos (Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1965) que los seres humanos poseemos cuatro funciones psíquicas (pensar, sentir, percibir, intuir) que guían nuestros juicios y decisiones, y una de ellas suele predominar en cada uno de nosotros; si predomina la función pensar el individuo se guía habitualmente por la lógica y la reflexión; si el sentir destaca en sus juicios la manera cómo le afectan las cosas, más que como ellas son en sí (“una conclusión, por lógica que sea, de la que pueda resultar una perturbación del sentimiento, es rechazada ya de primera intención” p. 123); si el percibir, prevalecen más las percepciones sobre las inferencias, y si predomina el intuir, el individuo va más allá de las inferencias racionales, prefiere abrirse a espacios posibles especialmente “cuando ninguna otra función acierta a dar con la salida” Esta es una clasificación de psicología diferencial, no una valoración moral, así que ninguna función es superior a otra, y mal haríamos si guiáramos un momento sentimental por el pensamiento lógico; lo cierto es que quienes por temperamento están guiados por la función pensar se sentirán más a gusto estudiando lógica, mientras que los muy intuitivos y “sentimentales” a menudo se resistirán a ella (y precisamente por eso la necesitan más). El mutuo entendimiento y nuestra comprensión del universo nos exige emplear y compartir principios lógicos correctos y comunes. Estos principios vienen precisándose desde la época de Aristóteles, y no creemos que estén estructurados definitivamente; además, los nuevos descubrimientos que resultan de la exploración del universo (en especial de la física cuántica, que se ocupa de los átomos y de sus partes) nos obligan a revisarlos y completarlos; incluso la moderna parapsicología nos invita a revisar los principios de la lógica de la confirmación científica. Pero el mundo de nuestra experiencia cotidiana que compartimos tiene una lógica, que expondremos en estas páginas orientadas por una concepción naturalista, por cuanto los hechos verificables de la naturaleza determinarán la validez de los principios, leyes y suposiciones que hemos" ideado o descubierto para hacer el mundo inteligible, entendemos con él y con nuestros semejantes. No podemos imponerle una lógica a la naturaleza y a la sociedad (como pretendió el marxismo-leninismo con resultados conocidos); más bien, la descubrimos en ella. Afirmaba Heisenberg (uno de los creadores de la moderna física) “que la naturaleza nos revele sus formas
lógicas y matemáticas, demuestra de manera clara que deben ser parte de la propia realidad, no sólo de nuestros pensamientos acerca de la realidad”. Como sostiene Nietzsche, entre otros, nuestra fe en la razón y en el valor de la lógica está justificada sólo en términos de su utilidad demostrada en el conocimiento, h vida corriente y nuestra supervivencia biológica. Pero, en definitiva, el criterio último de aceptación de una lógica o de una verdad, mediante el cual creemos que nuestra cosmovisión es la correcta (y no la de los esquizofrénicos, por ejemplo) es simple: somos mayoría. Lo opuesto a la lógica es la inconsistencia, la incoherencia, la contradicción (ninguna persona racional podrá entender una afirmación como “fulano es ladrón que nunca roba ”). Hasta ahora nadie ha ideado una estrategia eficiente de actuar o de pensar que admita contradicciones. La relación exitosa con el mundo nos exige evitarlas y ajustamos a la coherencia y objetividad. Un individuo puede creer en lo que quiera, y eso es personal y subjetivo; pero cuando intenta explicar o justificar una idea o una acción no puede prescindir de la lógica, y si además sus planteamientos se refieren a la naturaleza, debe dejar a un lado su subjetividad y atenerse a la objetividad, pues de lo contrario, nadie podrá entenderlo. La prueba de la objetividad es la consistencia entre lo que dice o piensa y la realidad compartida. Los individuos se vuelven malos pensadores porque no reflexionan el tiempo suficiente, no buscan pruebas y, menos aún, contrapruebas, o dependen de alguna autoridad dogmática-incluida la propia- para sustentar sus juicios. Una de las tareas de la lógica es la de mostrar los principios operativos racionales que la gente pone en práctica cuando quiere pensar correctamente, sin engañar ni engañarse. Una explicación es lógica cuando todos sus elementos conceptuales encajan entre ellos, y si además se ajusta a los hechos, a lo objetivo, es sólida. Corregir nuestros datos equivocados es sencillo; basta observar la realidad. Más difícil es cambiar los valores que aceptamos y reemplazar los supuestos básicos que admitimos sin prueba y que moldean nuestras opiniones; solemos ignorar a quienes no los comparten, cuestionamos sus fuentes, rechazamos posiciones contrarias. Todos estamos condicionados por la cultura y las experiencias individuales (y hasta por nuestra soberbia) de tal manera que la primera reacción frente a nuevas ideas discordantes con nuestras opiniones,
es tacharlas de erróneas. La mejor manera de superar este dogmatismo inicial -que es la base de todo fanatismo- consiste en reconocer la estructura lógica del conocimiento: los hechos que admitimos, los supuestos, los valores y la calidad de las inferencias^La lógica nos hace humildes, porque nos ensefia que, en última instancia, no podemos demostrar la verdad de nuestros supuestos fundamentales, y que podemos discutir fructíferamente sólo con quienes los comparten. Dos personas pueden ser igualmente lógicas e inteligentes, pero jamás llegarán a acuerdo alguno si no comparten hechos y principios comunes. “Incluso la más anodina charla de café -escribe U. Moulines- en la medida en que no consista meramente en actividad de producir ruido por el placer de hacerlo, tiene sentido sólo si se presupone en los participantes un mínimo acervo común de conceptos y principios, aunado al objetivo de informar, convencer, refutar, en definitiva, argumentar uno con (o contra) otros”. Por tanto, además de errores lógicos, lo que nos opone en la comunicación suelen ser las premisas que usamos, en particular las implicaciones. Alguien afirma: “si tal cosa, entonces tal otra”; mientras que el interlocutor replica: “si esa cosa, entonces otra muy diferente”. Esta situación aparece con frecuencia cuando presentamos métodos o modelos (económicos, políticos) para intentar resolver problemas. Por ejemplo, dos políticos debaten sobre la conveniencia o no de aumentar los salarios; uno dirá que si aumentan los salarios, los pobres dispondrán de más dinero para suplir sus necesidades; mientras que el otro replicará: si se incrementan, aumentará la inflación y.por ende la pobreza. Así, el asunto -y la argumentación- salta del terreno político al económico. Una proposición (se debe legalizar el consumo de las drogas) y su contradictoria (no se debe legalizar el consumo de las drogas) pueden hacer parte de un argumento como puntos de partida (supuestos o premisas) o como conclusiones (tesis o punto de llegada). La lógica nos dirá si el proceso que va de las premisas a la conclusión fue correcto o no; en otras palabras, si la conclusión a la que se llega o la tesis que se defiende se fundamenta total o parcialmente en las premisas aducidas para su defensa. Vale añadir que la ciencia moderna ha crecido desde los griegos por introducir supuestos que resultaron fructíferos, a saber: la generalidad (lo que vale para un grupo, sin excepciones conocidas, vale para todo el conjunto)
que permitió introducir leyes; el empirismo (el valor de la experiencia); la objetividad (atenerse a los hechos); el determinismo (nada ocurre por azar); la causalidad (es posible hallar las causas naturales de los fenómenos); mientras que la ciencia china, por el contrario, al estar orientada por el supuesto de la “inescrutabilidad del universo” no podía hacer avances significativos en la comprensión del mundo. La lógica es la herramienta básica de la ciencia. Un precioso ejemplo de unión de conocimientos (observaciones, hechos), supuestos correctos e inferencias lógicas es la teoría de la evolución por selección natural de Darwin, la cual podemos presentar de forma escueta así: /" Hecho (de observación): los miembros de cualquier especie se multiplican en proporción geométrica; es decir, una pareja de individuos reproduce un número mayor de vástagos (de dos en adelante). 2" Hecho: no obstante el hecho anterior, el número de individuos de cada especie permanece relativamente constante (por ejemplo, vemos ahora tantas moscas como cuando éramos niños, y estos insectos se reproducen por millares). IoInferencia (aplicación del proceso lógico): luego, no todos los que nacen sobreviven. IoSupuesto (algo que no puede demostrar): existe en todos los organismos un instinto que los impulsa a sobrevivir. 2o Inferencia: debe darse entonces una lucha por la supervivencia en los miembros de las especies. 3° Hecho: los individuos de una misma especie y de una misma camada, exhiben diferencias en cuanto a constitución, apariencia, capacidades, etc. 3o Inferencia: la naturaleza (entendida como el conjunto de todos sus elementos: clima, alimentación, otras especies, geografía, etc.) selecciona o permite sobrevivir a los más aptos, a quienes poseen características diferenciales ventajosas. 4° Hecho: se observa que los machos luchan entre ellos por lograr aparearse y así reproducirse.
2o Supuesto: las características diferenciales de los individuos son heredables. 4o Inferencia: la reproducción de los mejor dotados y adaptados, y la heredabilidad de los carácteres, conducen al perfeccionamiento de las especies y eventualmente a la formación de otras nuevas en nichos ecológicos diferentes. Hacer una mera afirmación es muy diferente de presentar un argumento, el cual consiste en una serie de afirmaciones para extraer conclusiones a partir de lo que se sabe, se supone o se valora. Combinando datos (conocimientos presumiblemente verdaderos), supuestos (lo que no estamos en condición o capacidad de probar o demostrar como, por ejemplo, que el placer es preferible al dolor, la paz a la guerra, etc.) y valores (cualidades que poseen algunas realidades y que las hacen más estimables) formulamos conclusiones; y si además tenemos un propósito de acción, tomamos decisiones. El siguiente cuadro ilustra este proceso: HECHOS VALORES
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LÓGICA________
CONCLUSIÓN_______ PROPÓSITO
SUPUESTOS / DECISIÓN
En síntesis, la lógica no pretende descubrir la Verdad (eso corresponde a cada disciplina particular) sino, más bien, nos da pautas para buscarla y para fundamentar las que creemos haber alcanzado; es entonces indiferente al contenido de cualquier sistema filosófico, político, religioso o moral. Sólo es la expresión de reglas y principios que permiten inferir correctamente; o sea relacionar datos, conocimientos, propósitos y supuestos para derivar de ellos nuevas ideas o decisiones. Como ciencia, es un conjunto organizado de conocimientos sobre estas reglas, que son de tipo deductivo e inductivo; como arte, nos enseña la habilidad para manejarlas correctamente, con el fin de pensar con precisión, sentido analítico y espíritu crítico. Mas antes de llegar' a los temas propios de la lógica -la deducción y la inducción- es preciso clarificar a continuación algunos conceptos y distinciones relacionados con ella.
Ejercicio de comprensión de lectura Preguntas para responder, explicar, comentar o, preferiblemente, discutir: ¿Cuál es la característica especial de la mente humana? ¿En qué consiste una inferencia? ¿Cuando empleamos la lógica, ¿qué elementos combinamos? ¿Es el talento lógico innato y fijo? ¿Qué tipo de personas suelen presumir de ser más lógicas que otras? ¿Cuándo nos percatamos de la necesidad de usar la lógica? ¿En qué sentido este texto se fundamenta en la naturaleza? ¿Por qué creemos que la razón es la mejor guía en la vida? ¿Cuándo nos damos cuenta que un individuo peca de ilógico? Explique el esquema conceptual de la lógica. ¿Está la ciencia de la lógica comprometida con algún sistema racional, filosófico o religioso? ¿En qué sentido la lógica es ciencia y es arte? ¿Puede alguien sostener con razón que posee la verdad última e indiscutible? Características de esta presentación de la lógica ¿Qué espera el autor de sus lectores o estudiosos? ¿Para qué le sirve al hombre la lógica? ¿Qué sucede cuando descuidamos la lógica? ¿Con qué elementos trabaja la lógica? ¿Cuál es el papel de los supuestos en las inferencias? Ejemplos. Enuncie algunos aspectos de la lógica, empleados también por los bosquimanos. Dé ejemplos originales de aplicación del modus ponens, modus tollens y silogismo disyuntivo. ¿Poseemos todos igual talento lógico. Quiénes suelen ostentar alguna superioridad? ¿Cuáles son las cuatro funciones psíquicas descritas por Jung? ¿En qué consiste cada una? ¿Cómo se relacionan con la lógica? ¿Cuál de ellas predominaren usted? ¿Cómo evolucionan los principios lógicos? ¿Qué relación existe entre la naturaleza y la lógica? ¿Cuáles son los criterios comentes para entendemos con una misma lógica? ¿Qué es lo opuesto a la lógica? ¿Podemos demostrar la verdad de nuestros supuestos fundamentales? ¿Qué relación existe entre la ciencia y la lógica?
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¿Qué supuestos maneja la ciencia? ¿Qué elementos suelen participar en el proceso lógico? ¿En qué sentido la lógica es ciencia y es arte?
PARA UNA MEJOR COMPRENSIÓN DE ESTE LIBRO, RECOMENDAMOS PLANTEARSE PREGUNTAS CUYAS RESPUESTAS SE ENCUENTREN EN LOS PÁRRAFOS DEL TEXTO. UNA VEZ SE COMPRENDAN LAS IDEA DE UNA UTOR, PUEDEN DISCUTIRSE.
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o ncepto s fundam entales
1.1
I n fo r m a c ió n y c o n o c im ie n to s
Los organismos vivos -incluido el hombre- viven, sobreviven, se adaptan al medio ambiente y resuelven los continuos problemas que su existencia les plantea, haciendo uso de informaciones, unas procedentes de su código genético, y otras que han sido adquiridas durante su desarrollo y crecimiento. Genéticas Informaciones
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Adquiridas: conocimientos
La información genética, heredada, rige básicamente los procesos vitales y los instintos que conducen a la preservación de la especie: nadie le enseña a un pajarito a levantar vuelo cuando un extraño se le acerca. Estas informaciones genéticas son tan vastas y complejas que se requerirían miles de volúmenes para compendiarlas, si ello fuere posible. Un órgano corporal tan pequeño como la glándula hipófisis procesa innumerables mensajes que le llegan de todo el cuerpo, y cómo maneja tanta información es uno de tantos interrogantes que la ciencia trata de resolver con ayuda de la observación, la experimentación y la lógica. Si bien resulta difícil establecer una gradación de los seres vivos respecto a la cantidad de información genética que poseen, parece evidente que el ser humano es quien logra acumular, procesar y transformar una mayor cantidad
de información adquirida. Las abejas de hoy fabrican sus panales y su miel con los mismos procedimientos descritos por el escritor romano Ovidio; en contraste, desde tiempo inmemorial la humanidad ha aprendido y cambiado de manera ostensible. Por una extraña y misteriosa capacidad de asombrarse ante los fenómenos que percibe o las ideas que se le ocurren (capacidad que se manifiesta hermosamente en la temprana infancia y que, lastimosamente -como se quejaba Einstein- desaparece demasiado pronto en los jóvenes y adultos de hoy), los hombres desean comprender el universo y explicar los fenómenos percibidos por sus sentidos o la conciencia. Cuando aún existe la capacidad de asombro, surgen distintos interrogantes: ¿Cómo se llama ese nuevo objeto extraño? ¿Cómo funciona un televisor? ¿Por qué una bomba atómica hace tanto daño? ¿Por qué al atardecer el sol se vuelve de color rojo? ¿Los objetos conservan su color en la oscuridad?... La información obtenida paulatinamente con las respuestas a todo tipo de interrogantes conforman el conocimiento humano: el conjunto de conceptos y de experiencias que constituyen nuestra concepción de la realidad. Una persona debe creer en sus conocimientos; pero que las creencias (algunas de ellas equivocadas, como lo fue el geocentrismo) o la creencia en dioses, así sea lo más importante en la vida de tantos pueblos, constituyan conocimiento, es un problema que aún entretiene a los epistemólogos (filósofos que estudian la formación, alcance, límites, clases, etc. del conocmiento humano). Estos conocimientos los expresamos mediante afirmaciones que consideramos verdaderas, aun cuando pueden también resultar falsas. Entonces cabe preguntarse ¿cómo se respaldan esas afirmaciones? ¿por qué las aceptamos como verdaderas? Esta pregunta es realmente lo importante, ya se trate de una creencia muy personal, de un hecho cualquiera presente o pasado futuro, o de un descubrimiento científico; y su respuesta nos introduce en el concepto de lógica.
C' 1 .2 D
e q u é s e oc upa l a
L ó g ic a
Las personas poseen conocimientos que expresan mediante aserciones (en oraciones, afirmaciones, enunciados) que pretenden ser tanto correctas como verdaderas. Sin embargo, lo más importante no es la aserción o el conocimiento que se cree tener, sino el respaldo o el fundamento que nos motive a aceptarlo. Unos los fundamentamos en la experiencia directa de los sentidos, como cuando decimos que los perros muerden; otros se basan en la fe, la intuición, en el testimonio de autoridades o fuentes, y la inmensa mayoría, los aceptamos porque se basan o se desprenden de algo previamente admitido, como saber que los átomos tienen electrones o que existe un punto geográfico llamado Polo Norte (pocos han estado allí). Así, podemos distinguir cuatro maneras muy distintas mediante las cuales admitimos o defendemos la verdad de una afirmación: 1. La experiencia directa de los sentidos, y para confirmar su verdad o falsedad los confrontamos con la experiencia. Ejemplos: El río está contaminado Los pinos despiden cierto aroma. ...construya ejemplos originales 2. Otros conocimientos se aceptan apelando a procesos psicológicos y subjetivos, importantes en la vida del hombre pero no demostrables, como la evidencia interna {el todo es mayor que la parte), la intuición (este negocio será todo un éxito) o la fe (Dios vela continuamente por cada ser humano). Hay situaciones donde no tenemos otra salida que emplearlos, como en decisiones
inmediatas, o cuando el asunto es tan arduo que no se vislumbra racionalmente la mejor conclusión o decisión; así procedemos al decidir sobre negocios y otras situaciones cuya complejidad nos apabulla. “La intuición actúa cuando la razón se encuentra en apuros”. La fe religiosa, por su parte, le proporciona a millones de seres sentido a la existencia, refugio al dolor, respuesta a grandes interrogantes; pero la teología se sumerge en paradojas cuando intenta dar razón de las creencias religiosas. 3. Dado que nuestra vida es breve y el contacto con la realidad muy limitado, no podemos acceder directamente a todos los conocimientos y nos vemos forzados a aceptar la verdad de afirmaciones y conocimientos apelando a fuentes o autoridades de donde provienen, como libros de texto y profesores, que en la medida en que hayan obtenido algún reconocimiento y no encontremos incoherencias entre sus afirmaciones y la realidad u otras fuentes reconocidas, los aceptamos como fundamento de verdad. Actualmente los noticieros de prensa, radio y televisión, son “las autoridades” que respaldan nuestro conocimiento de sucesos recientes, así como un historiador representa la garantía del conocimiento del pasado humano. Lo grave es que habitualmente en lugar de presentar los hechos escuetos, nos muestran su versión, a menudo sesgada, de los mismos. Más adelante veremos criterios para valorar estas fuentes, las cuales a menudo se presentan como premisas de argumentos y así forman parte del siguiente proceso. 4. La mayoría de los conocimientos que un ser humano incorpora en su saber no son evidentes ni provienen de la experiencia sensorial (pues la región de universo que llega a nuestra conciencia es extremadamente reducida). Se aceptan porque se fundamentan, se desprenden, se derivan o se infieren de otros datos, conocimientos -o autoridades- reconocidos como verdaderos, como cuando decimos que “algún día moriré”. ¿Por qué estamos tan seguros de ello? La respuesta es sencilla y ejemplifica muy bien el tema de la lógica: Puesto que todgs los hombres son mortales y yo soy hombre, entonces algún día tendré que morir. Es decir, aceptamos esta última afirmación porque se desprende de las otras dos primeras, cuya verdad admitimos. Igualmente, cuando escuchamos un noticiero, creemos los informes al admitir (como premisa) que el periodista está bien informado, no tiene intenciones de
engañamos, y por eso repetimos su historia como si fuera un hecho cumplido. En síntesis, la evidencia inmediata -a los sentidos o a la conciencia- y las inferencias correctas a partir de premisas verdaderas, incluidas las fuentes reconocidas, parecen ser los únicos caminos para fundamentar cualquier afirmación aceptada como verdadera.
Ejercicio Trate de fundamentar las siguientes afirmaciones: 1.
Mañana volverá a salir el sol.
2.
Pocos hombres conocen a sus tataranietos.
3. En Manizales (ciudad de trescientos mil habitantes) hay personas con el mismo número de pelos en la cabeza (y suponemos que el número máximo de pelos que le caben a alguien es de cien mil). 4.
La tierra tiene forma esférica.
5.
Beijing es la capital de China.
6.
Los astros guían mi destino.
El estudio de estos procesos, que nos llevan de conocimientos o datos aceptados a nuevos conocimientos, constituye el objeto de la ciencia y del arte de la lógica. La lógica como disciplina nos enseña a inferir o extraer las implicaciones de una o varias premisas (supuestos, datos, etc.) y a construir argumentos coherentes, libres de contradicción. Durante siglos los estudiosos han organizado estructuras formales de esta disciplina, algunas aplicables, útiles, y otras menos, que constituyen la llamada Lógica Formal, fundamental para la matemática y las ciencias de la computación. Pero la coherencia no lo es todo; el lenguaje natural cotidiano con el que entendemos el mundo y nos comunicamos con nuestros semejantes, está abierto a las ambigüedades, imprecisiones y falacias, y de estos aspectos se ocupa la Lógica Informal, que orienta esta obra. En otras palabras, la lógica se ocupa de la relación que existe, o puede existir, entre enunciados; no le concierne la verdad o falsedad de cada uno sino la coherencia entre ellos. Por ejemplo, de los enunciados los políticos
dicen mentiras y Carlos es político, se infiere que Carlos dice mentiras; pero no implica que Carlos es orador, así, de hecho, lo sea. Una inferencia lógica es, básicamente, una expresión de la forma: “si tal cosa, entonces tal otra; es verdad que tal cosa, por consiguiente, tal otra ” Se trata de una implicación cuyo antecedente se afirma o acepta, siguiéndose, por tanto, el consecuente. El ejemplo anterior podría entonces transcribirse así: “Si todos los que dicen mentiras son mentirosos, y todos los políticos dicen mentiras, y Carlos es político, se sigue entonces que Carlos es mentiroso ”. Estos nexos, relaciones e implicaciones deben existir-suponemos- entre la realidad, el pensamiento y el lenguaje (isomorfismo), pues de lo contrario el conocimiento y la comunicación serían imposibles. Recordemos las leyes indicadas en la introducción: sean p, q, r, diferentes afirmaciones, de cualquier tipo. Si p implica q, y se demuestra que q es falsa, entonces la lógica nos enseña que p seráfalsa; si tenemos sólo dos alternativas, y por cualquier motivo excluimos una, por lógica debemos aceptar la otra. Veamos otras dos: si sabemos que la unión de p y q es verdadera, podemos inferir que p es verdadera, y también q; pero si sólo sabemos que p es verdad, la conjunción de p y q será indeterminada; si p implica q, y q implica r, la lógica nos dirá entonces quep implica r, y esto vale en todos los pensamientos, sistemas de proposiciones y mundos imaginables. Anteriormente se creía que la lógica era el instrumento para alcanzar la verdad; es un instrumento, útil en la medida en que los puntos de partida -datos, supuestos- sean correctos. Como veremos, la verdad es un temaproblema más complejo de lo que aparenta, y al parecer el hombre jamás podrá atraparla del todo; es como la zanahoria atada al burrito para que avance, sin nunca alcanzarla; de igual manera, la búsqueda de la verdad impulsa al pensante género humano a seguir adelante en el conocimiento y en la comprensión del mundo, y para ello la lógica es indispensable, pero no suficiente. Resumiendo, la lógica es, pues, una ciencia que se ocupa del conocimiento humano en cuanto es argumental, es decir en su función inferencial,
mediante la cual discurrimos, combinamos conocimientos, extraemos conclusiones. Nuestro cerebro no se limita a captar y registrar datos; también -y es su característica más notable- los relaciona derivando unas informaciones de otras, para fundamentar o concluir. La lógica estudia concretamente la estructura de estos procesos inferenciales, especialmente los válidos, es decir, aquellos que, por su forma o estructura, hacen que un razonamiento sea correcto, que la conclusión se derive de los datos, valores o supuestos que la fundamentan. Existen diversas versiones de la lógica, pero de manera suscinta aclaramos que mientras: a) la lógica hegeliana trabaja problemas importantes, pero incomprensibles, b) la estricta lógica formal se ocupa también de formalismos triviales inteligibles, c) la lógica dialéctica se equivocó al subordinarla a una ideología, d) nuestra lógica informal estudiará lo que significativamente podemos entender, inferir, resolver u orientar en el lenguaje, el pensamiento y la realidad.
Ejercicio Resuelva, con ayuda del pensamiento lógico, los siguientes acertijos: 1. Papá Noel entregará cinco mascotas solicitadas por cinco niños que viven en casas contiguas, identificadas con los números 11, 13, 15, 17, 19. Determine el nombre de cada niño, la mascota que recibe y la casa donde vive, según los siguientes datos... y algo de lógica: a) Juan, quien no vive junto a Carlos, recibirá un gato, mientras que Carlos tendrá un hámster. b) Papá Noel entregará el perrito al dejar la casa de William -quien no pidió un conejo- y antes de visitar la casa de Diana. c) Juan no vive en la casa # 19. d) El otro niño es Luis y la otra mascota un pollito. Pista: una cuadrícula con cinco espacios horizontales (para los nombres de los niños) divididas en diez verticales (para los números de las casas y las mascotas) ayudará a resolverlo. 2. En la siguiente “suma de letras”, a cada letra le corresponde un número de 0 a 9; determine el valor numérico de cada letra. La única pista es que la letra “d” corresponde al número 5. Lo demás es pura lógica aplicada a la aritmética elemental. +
DONALD GERALD ROBERT
Recuerde que el primer paso para resolver un problema complejo es dar una visión panorámica, que le permita captar los elementos, sus relaciones, los aspectos más relevantes, etc. En este caso, por ejemplo, usted observará que la letra “O” aparece repetida en el quinto paso de la suma, por tanto, la letra no puede ser el cero -descubierto en el primer paso- sino otro número la “/?” debe ser mayor que cinco y menor que diez... etc. La estrategia usual de las personas, y generalmente ineficiente, es tratar de resolver los problemas de manera lineal, olvidando contemplar con una visión panorámica los elementos constitutivos del problema, alternativas, consecuencias de las decisiones, etcétera. 3. Tres inteligentes prisioneros pagaban una condena; uno de ellos tenía la vista normal, el otro era tuerto, y el tercero padecía ceguera total. El carcelero les propuso un acertijo prometiendo liberar a quien lo resolviera, o duplicarle la pena si fallaba. Llevó entonces una bolsa con 5 sombreros, de los cuales 3 tenían la copa blanca y 2 la tenían roja. Colocó a los prisioneros de cara a la pared y a cada uno le puso un sombrero. El acertijo consistía en que cada uno descubriera el color del propio sombrero. Los prisioneros se miraron -incluso el ciego, aunque nada vio-, y el carcelero le preguntó al de vista normal, quien respondió: “paso”. El tuerto también dijo: “paso”. El carcelero no quiso molestarse preguntándole al ciego, pero éste se apresuró a decirle: “Por mi razón lógica sé con certeza que mi sombrero es de color 4. ¿Qué pretende justificar el autor del siguiente texto? “Un hombre que se retira de la vida no hace daño alguno a la sociedad; lo único que hace es dejar de producirle bien. Y si esto es una ofensa, es, ciertamente, de la modesta especie. Todas nuestras obligaciones de hacer bien a la sociedad parecen implicar un bien recíproco; y no estoy obligado a hacer un pequeño bien a la sociedad si ello supone un gran mal para mí”. (Hume)
-personal: fe, intuición, creencia -autoridades reconocidas -razón lógica: a partir de - principios, axiomas, fuentes aceptadas
1 .3 C
ó m o se in f r in g e l a
L ó g ic a
En la vida diaria hacemos constantemente inferencias “a la loca”, y poco nos preocupamos por analizarlas críticamente. Por ejemplo, observamos a un profesor hablándole en voz alta a un alumno y no demoramos en afirmar que "elprofe está enojado” (pues ignoramos que el alumno padece de hipoacusia); alguien llega vestida de negro y pensamos que “está de luto” Lo grave del caso es que dada la humana inclinación chismoso-comunicativa no tardamos en comentar nuestro pensamiento como si tratara de un hecho cumplido; en vez de decir “fulana vestía de negro”, diremos que ‘'fulana está de luto"...Y ahí comienzan los dimes y diretes sobre sus familiares, la edad de sus padres, etc. No dudamos que un poco más de lógica en la vida cotidiana le proporcionaría mayor seriedad a la comunicación humana. El ser humano no siempre piensa o actúa con lógica; a menudo defiende ideas que contradicen sus mismos principios o se comporta de manera opuesta a las normas que profesa. Curiosamente, cada individuo tiene la íntima convicción de que procede de manera coherente y que sus argumentos son más lógicos que los ajenos, y seguramente reconocerá tener fallas, excepto que peca de ilógico. Cuando alguien se expresa verbalmente o por escrito, se puede juzgar su discurso desde diversos aspectos: estilístico, gramatical, moral... o lógico, lina calificación favorable desde el punto de vista lógico significa que el discurso en cuestión es consistente (ninguna de las afirmaciones debilita
al conjunto), coherente (todos los elementos cuadran entre ellos), válido (lo que defiende se desprende de sus puntos de partida), consecuente (hay una secuencia entre todo lo que dice). En caso contrario, lo tacharíamos de contradictorio, contrario, inconsistente, incoherente, inválido, ilógico. Pero ¿qué hay de malo en ello? Tales características malogran o interfieren la intención normal del discurso, pues por medio de la comunicación pretendemos entender y ser entendidos, aparte de que nos impiden comprender la realidad e imposibilitan el manejo racional de los asuntos de este mundo donde vivimos, equivalen a dar un paso adelante y otro atrás queriendo llegar a un punto más avanzado. Aunque empleamos estos calificativos como sinónimos, presentan un leve matiz diferencial que intentaremos precisar, aunque fronteras definidas no existen. Ser contradictorio consiste en afirmar algo y negarlo al tiempo, sostener una tesis y su negación (que estaba en la casa y fuera de ella, o Carlos sabe que p, pero es el caso que no-p, que la mancha era roja y no era roja)\ dos afirmaciones contradictorias no pueden ser a un mismo tiempo verdaderas ni al mismo tiempo falsas, si una es verdadera, la otra tiene que ser falsa y viceversa; así, un niño estará en la casa o fuera de ella, por eso un padre que le ordene salir de casa y permanecer en ella, cae en contradicción; o si un estudio concluye que la tesis verdadera es A y el otro que es no-A; o en un juicio negar el cargo o la acusación (fulano cometió el delito X y fulano no cometió el delito X); afirmar un arqueólogo que tales ruinas son incaicas y otro afirmar que no son incaicas, son posiciones contradictorias pues ambas no pueden ser verdaderas ni falsas, sino que una es verdadera y la otra falsa, porque o son incaicas o no son incaicas (pero por mera lógica no podemos resolver el problema arqueológico). Las afirmaciones contrarias son opuestas; significa que ambas no pueden suceder al mismo tiempo, aunque pueden no darse las dos (afirmar que la mancha era roja y azul; ordenar que arregle la casa y el prado al tiempo; en los resultados de dos estudios sobre el mismo tema, uno concluye la tesis A y el otro la tesis B -que las ruinas son incaicas, dice uno, y que son chibchas, dice otro: no pueden ser las dos, aunque pudiera ser un tercero, C).
La inconsistencia aparece cuando una afirmación se cae por su propio peso o es incompatible con otras aceptadas, o entra en conflicto con los hechos, como los candidatos presidenciales que prometen incrementar el gasto público y la inversión social sin aumentar impuestos. También hay inconsistencia de una teoría cuando no concuerda con los resultados de un experimento predicho por ella (por ejemplo, el flujo de neutrinos del sol resultó tres veces superior al calculado por la teoría aceptada sobre el sol, lo que da lugar a revisar el modelo teórico o a cuestionar la validez del experimento). La incoherencia aparece en afirmaciones confusas, que “no cuadran” entre ellas, que nada tienen que ver con el caso analizado. Los supersticiosos suelen fallar por inconsistencia; los políticos por incoherencia, y los mentirosos por todas (para sostener una mentira, tienen que inventar otras veinte, como decía Nietzsche). Veamos un caso desde las diversas calificaciones: si una misma conducta en circunstancias iguales unas veces es sancionada y otras no, se comete inconsistencia; sancionada de maneras diferentes, es incoherencia; afirmar que constituye y no constituye falta, es contradicción, y decir que es unafalta y es una equivocación son posiciones contrarias. El análisis lógico de un texto o de un discurso cualquiera puede revelar una iálla de éstas entre las afirmaciones planteadas, en cuyo caso queda claro -por lógica-que hay algo extraño o equivocado; pero la lógica no puede señalamos d error. Algo diferente pero relacionado es la disonancia, que se aplica a la falta de relación entre creencias y conductas. Alguien es disonante al aceptar una creencia o un principio y actuar de manera contraria (el fumador empedernido que ama la vida, la salud, y sabe cuán dañino es el tabaco). Dos opiniones, dos creencias, una creencia y una opinión, una creencia y un sentimiento o un acto... son disonantes si no encajan entre sí, o si al considerar sólo a ellos dos, uno no se sigue del otro. Es común entre quienes se aferran tozudamente a una idea contra toda evidencia desfavorable. Las disonancias son frecuentes en quienes profesan ideologías y religiones, cuyas normas morales a menudo riñen contra la humana naturaleza. El Islam enseña que la mujer es igual al hombre... pero ella no puede salir de casa sin
permiso masculino. Los credos cristianos -mejor conocidos en nuestra culturason también una fuente de disonancias (anticoncepción y pecado mortal) y contradicciones (el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios y sin embargo no hay tres dioses sino uno solo); envolver la contradicción en el concepto de “misterio” aporta cierta tranquilidad racional al conjunto teológico por cuanto lo convierte en creencia (sí: Dios es uno y trino, y yo lo creo) mas no en conocimiento (3 x 3 = 9, lo sé y lo puedo demostrar). Así sea imposible entendernos con alguien que habitualmente maneja inconsistencias, incoherencias, disonancias y contradicciones en sus afirmaciones sobre el mundo real y compartido, ellas se incorporan en nuestra vida, sea para conservar intereses, por falta de raciocinio, por estilos prelógicos de pensar o incluso por problemas psicológicos (la personalidad mitómana y la histriónica vive en medio de contradicciones y disonancias). La palabrería, la agresión y los discursos altisonantes son a menudo un recurso desesperado para defenderlas, pero sin duda afectan la acción comunicativa y las relaciones humanas. En ocasiones apelamos a dichos de la llamada “sabiduría popular” como si se tratara de principios lógicos, lo cual suele ser un recurso débil, pues prácticamente para cada máxima popular existe otra contraria (dos cabezas piensan mejor que una - dos capitanes hunden un barco; mejor estar quietos y seguros - si no se arriesga, no se gana; al que madruga Dios le ayuda - no por más madrugar amanece más temprano).
consecuencia Criterios del pensamiento lógico:
coherencia consistencia
Pensamiento ilógico:
contrario, contradictorio, inconsistente, inconsecuente, inválido
La lógica apareció en escena cuando los primeros pensadores griegos distinguieron la doxa, o simple opinión sobre las cosas, de la episteme, o conocimiento fundamentado o verdadero por sus pruebas. Los filósofos presocráticos introdujeron un estilo de pensamiento que marcó el rumbo intelectual de Occidente: el análisis crítico y el debate racional de las afirmaciones. Así, plantearon y defendieron sus tesis sobre la naturaleza, d ser, la sociedad, el hombre, la religión. Ninguno de ellos desarrolló una leona lógica -como sí lo hizo después Aristóteles- pero todos practicaron, de manera brillante, el arte de la argumentación racional. Las discusiones filosóficas y los pleitos jurídicos promovidos por la apertura democrática del gran estadista Pericles, obligaron a oradores y pensadores a buscar razones y esgrimir argumentos para demostrar sus tesis o defender a sus clientes. De esta manera surgió el interés por la prueba, la demostración, la no-contradicción, la primacía de la razón sobre la arbitrariedad y la intuición, que han caracterizado al pensamiento occidental. La controversia entre Parménides (quien concebía la realidad como algo fijo, inmutable, y daba primacía a la razón) y Heráclito (que defendía la movilidad dialéctica del ser y el valor de los sentidos) estimuló el arte de la argumentación filosófica hasta nuestros días. Desde entonces -dos mil quinientos años atrás- filósofos y matemáticos se han ocupado de precisar las leyes o las estructuras de las inferencias correctas. Estas leyes se han establecido primordialmente con base en: 1. La recolección de ejemplos de inferencias correctas, analizadas y validadas por estudiosos.
2. La descripción verbal de la estructura de los argumentos (filosofía aristotélica y medieval). 3. El estudio de las inferencias que la experiencia ha demostrado como exitosas (Locke). 4. La exposición de las leyes subyacentes del discurso inferencial, utilizando un lenguaje simbólico capaz de representarlas con precisión (Leibniz, Russell). Se pueden distinguir en la historia de la lógica tres grandes períodos: el antiguo -desde Aristóteles hasta finales de la Edad Media-; el moderno, que coincide con la época de la filosofía moderna, cuando predominan cuestiones de psicología y teoría del conocimiento y se entiende como el arte de conducir bien la razón; el contemporáneo surge hacia 1850 e intenta descubrir los principios que rigen las inferencias válidas, aplicables tanto a las matemáticas y las ciencias de la computación como al lenguaje. Aristóteles -quizás el genio más grande que jamás haya existido- es el padre de la lógica. Su obra “Organon” (en griego, instrumento) es el primer tratado sobre la materia, donde con una sabiduría asombrosa para su tiempo, descubre las relaciones lógicas de las proposiciones que constan de sujeto y predicado (llamadas categóricas porque relacionan clases) y analiza las distintas estructuras de argumentos válidos e inválidos, deductivos e inductivos. Dos milenios después, afirmó Kant, “ningún progreso notable ha dado la lógica desde Aristóteles” Sin embargo, los filósofos megáricos y estoicos lograron nuevos aportes, al analizar y descubrir las relaciones lógicas de los conectores que unen enunciados, tales como “si p entonces q”, “p o q y no p por tanto q”, tema que adquirirá importancia hacia 1900 con la búsqueda de la fundamentación de la matemática. Durante la Edad Media, y con la creación de las universidades, se cultivó intensamente la lógica, entendida como el arte de conducir bien la razón. Los problemas filosóficos y teológicos que ocuparon las mentes de los sabios de entonces, promovieron discusiones sumamente sofisticadas que llegaban
a los detalles más sutiles, puesto que a punta de argumentos a partir de la Biblia, el poder de la Iglesia, el limitado saber de la época, los textos de Aristóteles, Platón y otras autoridades, procuraron resolver racionalmente problemas de toda índole, tales como la Trinidad (Dios uno en tres personas), la Transubstanciación (cambio de la substancia del pan en cuerpo de Cristo), los universales (existencia de la “humanidad”, la “blancura”), el movimiento, etc. Bien merece consultarse cualquier página de Santo Tomás para constatar su poderosa lógica (si se admiten sus premisas, no tenemos otra alternativa que aceptar sus conclusiones, con algunas excepciones). Aunque Aristóteles había estudiado los argumentos no demostrativos (inductivos) que permiten llegar a conclusiones probables (si la mayoría de los P son Q, y R es un caso de P, por lo tanto R debe ser un caso de Q) éstos fueron desestimados por el pensamiento medieval. Sólo con el renovado interés por la naturaleza durante el renacimiento y el surgimiento de la ciencia moderna, observacional y experimental, destacados pensadores, desde Bacon hasta Camap, pasando por Hume y Mili, se ocuparon de la lógica inductiva y de sus fundamentos, problema éste no resuelto aún. Hasta mediados del siglo antepasado, la lógica era parte de la filosofía. La concepción de la lógica como ciencia formal independiente evolucionó progresivamente a partir de George Boole, quien en 1847 logró separarla de la psicología y la epistemología. La lógica, según Boole, ha de estudiar no las leyes del pensamiento (inaccesible al estudio directo) sino los sistemas formales, es decir, cálculos o lenguajes formales estructurados de acuerdo con términos precisos, definiciones, axiomas y teoremas, susceptibles de recibir distintas interpretaciones, de manera semejante a la geometría. Estos cálculos arrojarán luces sobre el proceso del correcto razonamiento y sobre la estructura lógica del mundo y del lenguaje. La idea de explicar la teoría matemática a partir de la lógica surgió de Gottlob Frege (1848-1925); persuadido de que las deducciones matemáticas son el paradigma de la demostración correcta, estudió los procedimientos que permiten probar una proposición de manera rigurosa, los principios para hacer inferencias válidas e introdujo la lógica de predicados. Esta fundamentación lógica de la matemática tuvo su culminación
en la monumental obra de Bertrand Russell y Alfred N. Whitehead titulada Principia Mathematica (1910-1913). Emile Post, en 1920, propuso el método de las tablas de verdad -el cálculo proposicional- que después adoptaría Ludwig Wittgenstein para representar la estructura lógica del mundo y de la deducción. En cuanto al lenguaje, no existe, desde luego, una correspondencia exacta entre la lógica y el lenguaje corriente. Empleando una comparación que los matemáticos sabrán apreciar, la lógica es al lenguaje lo que la geometría es a la topografía. Sólo una región del universo lingüístico es susceptible del análisis lógico, como veremos más adelante. La ciencia de la lógica (en particular la deductiva) presenta diversas denominaciones: lógica formal, porque se interesa no por los contenidos concretos del conocimiento, sino por las formas, moldes, estructuras o esqueletos de los argumentos, especialmente de los válidos, en los cuales la conclusión sí se desprende efectivamente de las afirmaciones en que pretende fundamentarse; de ahí que sea una ciencia versátil y aplicable a cualquier otra, en la medida en que todas las disciplinas intelectuales -científicas o no- trabajan con razonamientos o inferencias a partir de principios. Se le llama también lógica simbólica porque se vale de símbolos para representar sus elementos y operaciones. Modernamente ha sido denominada lógica matemática por su estrecha relación con los fundamentos de las matemáticas y porque el lenguaje lógicamente correcto puede representarse de manera análoga a las operaciones matemáticas. Como escribe Ferrater Mora, “el número de adjetivos o de especificaciones que siguen a 'lógica'es casi abrumador”. En general cada uno enfatiza un campo de aplicación. La lógica actual es el resultado de la convergencia del pensamiento aristotélico y la aspiración leibniziana de crear un lenguaje universal, de los progresos de la matemática moderna, del desarrollo de los sistemas deductivos inspirados en la filosofía y en la geometría, y de la evidente importancia de la lógica inductiva aplicada exitosamente a las ciencias naturales y sociales. Los desarrollos actuales más prometedores se ocupan de la lógica de lo gradual, de sectores de la realidad donde el principio del tercero excluido parece no aplicar; como las lógicas polivalentes (impulsadas por lógicos polacos), de conjuntos difusos (desarrolladas por americanos y japoneses) y la lógica paraconsistente creada por el eminente lógico brasileño Newton Da Costa.
Ea este libro aceptamos que las proposiciones informativas tienen el carácter de verdadero o falso, o indeterminado por limitaciones de nuestro CMiocimiento (por ejemplo, que “alrededor de la estrella Sirio hay planetas habitados por seres inteligentes” será una afirmación verdadera o falsa aunque, por lo pronto, es indeterminada). Entre las lógicas llamadas “divergentes” mencionamos las lógicas modales (que trabajan sobre los conceptos de necesidad y posibilidad), las lógicas epistémicas (que atañen al sujeto, como la diferencia entre saber y creer), las lógicas temporales (del aquí, ahora, ayer, mañana), deóntica (normas, valores, reglas), polivalentes (que además de verdad y falsedad, manejan valores intermedios, como la duda, posibilidad indeterminación), de conjuntos difusos (que conciben la realidad como gradual), cuántica (aplicable a los dominios de la microfísica), etcétera. La lógica informal es un vigoroso movimiento reciente dentro de nuestra disciplina; intenta desarrollar herramientas para analizar y valorar los argumentos que ocurren en el lenguaje cotidiano, por ejemplo, en el debate político, legal, social, publicitario y medios masivos de comunicación. Se sirve de los hallazgos de la lógica formal y enfatiza el estudio de las falacias, la argumentación con fines persuasivos, las reglas del diálogo constructivo, el pensamiento crítico y la solución de problemas. Es, en pocas palabras, la aplicación de la lógica a la vida y la relación humana, y de ella nos ocuparemos prioritariamente en este texto.
Ejercicio 1. Escuche atentamente un discurso político, un anuncio publicitario o un sermón televisado, e intente captar las fallas lógicas (cuando usted considere que “algo anda mal”, así sea incapaz de denominar la falla). 2. Construya, recordando sus discusiones diarias, varios ejemplos de inferencias correctas y de inferencias erróneas. Ejemplo de inferencia correcta: “Si nos cae el techo nos lesionaremos; se nos vino encima, por lo tanto, nos lesionamos” Ejemplo de inferencia incorrecta: “Si nos cae el techo nos lesionamos; estamos lesionados, por lo tanto se nos vino encima el techo”. Piensen que podemos lesionamos por cualquier otro accidente, y no necesariamente por la caída del lecho.
1 .5 P e n s a m ie n t o ,
l e n g u a j e y l ó g ic a
El pensam iento hum ano es sin duda el producto más complejo creado por la naturaleza. En sentido amplio puede entenderse como el darse cuenta, el saber que se sabe algo; en sentido estricto, es la elaboración consciente de u n a idea. En esta actividad intervienen cuatro elementos (sujeto pensante, proceso psíquico, lo pensado, expresión del pensamiento) de cuyo estudio se ocupan muy diferentes disciplinas. El p en sam ien to se m an ifiesta m ed ian te el lenguaje, y especialmente el lenguaje verbal. De hecho, la única m anera de constatar qué sabe alguien sobre algo es pidiéndole que se exprese de m anera clara, precisa y completa. El lenguaje hum ano interviene en muchas actividades y para muy diferentes propósitos; lo interesante es que cada propósito o función del lenguaje tiene reglas, contextos o ám bitos legítimos de aplicación donde tiene sentido utilizarlo. Entre los usos m ás com unes mencionemos:
informar, opinar, pedir, rezar, preguntar, expresar, saludar, valorar, ordenar, maldecir, dictar normas, legislar, implorar, convencer, expresar em ociones, sentim ientos afectivos o vivencias, socializar, narrar los productos de nuestra imaginación, crear consecuencias prácticas (sentencio que, prometo que, los declaro marido y mujer, enunciados llamados performativosj etc. La mayoría de estas actividades se agrupan en cuatro tipos principales de comunicación, a saber:
Informativa: proporciona información que podrá ser verdadera o falsa. Emotiva: sirve para expresar sentimientos propios o para despertarlos en otros, sentimientos o actitudes que se pueden com partir o no. Sus enunciados podrán ser verdaderos “sólo para mí”; lo que usualm ente llamamos “mi verdad” Directiva: in te n ta mover a la acción m ediante m andatos, órdenes, peticiones, sugerencias, persuasiones, que podrán ser obedecidas, acatadas, o no. Social: incluye las fórmulas de saludo, despedida, pésame, que no han de tom arse literalmente, al igual que el llamado lenguaje fáctico (el hablar por hablar, “botar corriente”). En los libros de ciencia se destaca la función informativa; los poem as y las letras de las canciones son básicam ente emotivas; los códigos, leyes, recetas de salud, norm as morales, son directivas. Sin embargo, en el lenguaje cotidiano lo com ún es que u n a oración cu alq u iera cum pla diversas funciones en distinto orden de im portancia. Las revistas y periódicos comprometidos políticamente suelen incorporar en sus titulares y noticias tanto u n a información como actitudes políticas y la intención de influir sobre el pensam iento y la conducta de sus lectores. En boca de u n político de oposición, la oración: “el desempleo apenas bajó u n dos por ciento” cumple tanto u n a función informativa (bajó dos por ciento) como emotiva (apenas) pero predom ina la segunda. En la oración interrogativa: “¿por qué llevas tanto tiempo sin hablarm e?” doy a entender, primero, un estado emocional de dolor o molestia sentim ental; segundo, informo que la otra persona ha estado silenciosa más tiempo del esperado; tercero, intento motivarle a que hable; vemos pues que en esta frase encontram os tres funciones en distinto grado de importancia. Cuando el jefe le dice a su secretaria: “el trabajo estará listo para m añana”, así la frase sea u n a afirmación, no intenta m ostrar las facultades psíquicas del jefe para predecir
el futuro, sino dar u n a orden: “hágalo ahora y me lo m uestra m añana” (función directiva). Las fórmulas de cortesía no son para entenderlas al pie de la letra; cuando a uno le preguntan en la calle “¿cómo estás?”, mal haríam os en dar u n a lista de nuestros achaques, porque en este contexto la interrogación cumple u n a función social, diferente si la formula nuestro médico en u n a consulta. En la vida cotidiana las expresiones informativas a m enudo se combinan con las emotivas, aunque u n ligero análisis perm itirá distinguir los elementos emocionales incorporados en la descripción de los hechos (“en una valerosa acción el ejército liberó a un s e c u e s tr a d o es claro que el componente emocional de la información es el adjetivo “valeroso”! Una obra literaria, en general, trata en primer lugar de ficciones bien elaboradas, coherentes, elegantes, expresivas, así incluya, en segundo lugar, informaciones Distinguir qué funciones o propósitos cumple alguna oración es fundam ental p ara la lógica y el pensam iento crítico, porque no es la forma de la oración (sea declarativa, interrogativa, imperativa, etc.) la que determ ina su función, sino el contexto y las circunstancias donde se emite. Lo incorrecto es confundirlas al escu ch arla o, peor, m ezclarlas, como cuando nos piden inform ar sobre u n hecho y en lugar de atenernos a las reglas de la objetividad, le damos rienda suelta a n u estra interpretación subjetiva del mismo. Ahora bien, la función informativa o cognitiva es la única
donde cabe aplicar los calificativo de verdad o de falsedad, y por ello es el objeto de los principios y leyes lógicas. Seria absurdo exigirle n u estra lógica racional a u n a orden -¡venga inmediatamente/-, a u n verso déjame recordarte como eras entonces, cuando no ex istía s” N eruda-, a u n a declaración am orosa, etc. Por el contrario, los enunciados informativos en cualquiera de sus propósitos (transm itir conocimientos,
explicarlos para aum entar el saber, modificarlo o fundamentarlo) pretenden darnos u n tipo de inform ación presum iblem ente verdadera, como u n zoólogo al describir el comportamiento de las hormigas, un periodista al narrar u n suceso, o incluso cuando u n teólogo diserta sobre la voluntad de Dios. La diferencia entre ellos es que el primero la fundam enta en sus percepciones, el segundo en interpretaciones de los hechos y el tercero en inferencias a partir de textos supuestam ente revelados a u n profeta. Veamos u so s del lenguaje donde no se aplica la verdad o falsedad: -El día que m e quieras las rosas se engalanan (emotivaexpresiva) -Un beso no es contrato; un regalo no es promesa (Borges) (poéticaexpresiva) -"Soldado, vuelva a trapear el patio". -¿Para qué, si está limpio? -“Pues lo trapea dos veces” (imperativa-directiva) -Es dañino consumir drogas (persuasiva-directiva) -Quien hace un daño, debe repararlo (legislativa-directivaimperativa). -No se deben usar drogas (normativa-directiva) -¿A qué hora vienes? (interrogativa-social) -Juro que... Lego mis propiedades a Perdono tus ofensas (performativa) -El concierto estuvo maravilloso. E se escritor es un latoso (evaluativa) Ahora veamos ejemplos de enunciados informativos: -Carlos se encuentra trabajando (describe) -El uranio es m ás pesado que el plomo (informa) -El carro se detuvo por falta de gasolina (explica) -Las p la n ta s se d iv id en en fa n e ró g a m a s y criptógam as (clasifica) -Las drogas producen delirios (señala causas) -En Marte ha existido wda bacteriana (interpreta)
ENUNCIADOS Y PROPOSICIONES Una cosa es la frase como algo físico escrito o pronunciado-el enunciado- y otra lo que ella significa -la proposición-. Alguien puede leer u n a frase en alemán y a menos que conozca bien esta lengua, estará captando sólo el enunciado, m as no la proposición; y eso tam bién nos ocurre cuando leemos español a la carrera: nos quedam os sólo con los enunciados sin saber qué pretendían informar. Las oraciones “Carlos es asesor” y “no es verdad que Carlos no es asesor” son enunciados diferentes (tienen distintas palabras, diferente organización) pero significan exactamente lo mismo; ese significado igual es lo que entendemos por proposición. Veamos algunos pares de enunciados diferentes que contienen la mism a proposición: 1. a) No todos los invitados asistieron, b) Algunos invitados no asistieron. 2. a) Ningún atleta profesional está anémico, b) Ningún anémico es atleta profesional. 3. a) La nieve es blanca, b) Snow is white. 4. a) Varios expedicionarios se encuentran perdidos. b) Algunos expedicionarios no han sido encontrados. Al captar el contenido proposicional de u n enunciado entendemos el mensaje de u n a canción, la sabiduría de un verso, respondemos u n saludo u obedecemos u n a orden. Lo im portante es que a cada hecho o suceso de la naturaleza, sea simple o sea complejo, corresponde sólo u n a proposición simple o compleja, que puede verterse en diferentes enunciados los cuales, anotábam os, pueden contener sugerencias emotivas o matices sem ánticos. Ahora bien, u n hecho aparentem ente simple -como estar escribiendo- resulta complejo al contemplarse
desde diferentes perspectivas y, en esa medida, será descrito por varias proposiciones complementarias. En síntesis, el carácter proposicional del lenguaje es precisam ente lo im portante en el proceso de la comunicación, y no el aspecto físico (letras, sonidos, etc.) del lenguaje. Ejercicios: Cuáles de las siguientes oraciones pueden calificarse como verdaderas o falsas. 1. Vete de mi casa 2. Qué me dejó tu amor que no fueran pesares 3. ¿Cuánto dinero ganaste? 4. El barbero del pueblo sí se afeita, porque afeita únicamente a los que no se afeitan a sí mismos (¡atención!: se trata de una trampa lingüística) 5. La temperatura es agradable 6. Á Qué terrible catástrofe la de Armero 7. El terremoto de México ocasionó un millar de víctimas 8. Te prometo que vendré 9. 5x - 3 = 10. Luz es una mujer puntual 11. Pelé fue un buen jugador de fútbol 12. Gagarin fue el primer hombre en el espacio 13. La puerta está cerrada 14. La mentira destruye la amistad 15. Fulano es un buen jugador 16. El nuevo gobierno se desempeña eficazmente 17. Los sumerios fueron los inventores de la escritura 18. Los mentirosos deben ser castigados 19. María es mentirosa 20. Me fastidian los mentirosos 21. Juro que estoy mintiendo 22. Mentir es malo para las relaciones humanas
MANEJO DE LA FUNCIÓN INFORMATIVA Conviene anotar que al emplear el lenguaje informativo deben considerarse los siguientes aspectos:
1. Reglas sintácticas: ordenar las palabras de acuerdo a su estru ctu ra y función gramatical. 2. Construcción armoniosa: estilo y estética adecuados al tema. 3. Sentido lógico: expresar lo que se quiere decir, sin dar lugar a equívocos, ambigüedades o contradicciones.
USO Y MENCIÓN Una palabra o expresión se u sa para inform ar algo (Sócrates es un filósofo) o se menciona cuando se habla sobre ella, en cuyo caso la encerram os en comillas simples para evitar confusiones ('Sócrates' tiene ocho letras; el término 'hombre' designa en los adultos a todos los seres humanos).
funciones del lenguaje
— ■informativa, cognitiva (lógica) expresiva, emotiva directiva, imperativa social, ceremonial
1 .6 P u n t o
d e p a r t id a : l o s h e c h o s
La siguiente exposición relaciona la lógica con la ontología (qué existe) y la epistemología (cómo lo conocemos). Se fundamenta en el naturalismo, el racionalismo crítico y la filosofía analítica. El punto de partida fundamental del conocimiento y de la reflexión es el mundo diverso de la experiencia ordinaria. Es un mundo complejo, multiforme, que el hombre procura comprender captando sus componentes (impresiones de hechos) y deshilvanando su estructura y sus relaciones (mediante ideas o reflexiones). Los hechos del mundo son individuales, discretos, como son las notas de una sinfonía; el hombre los interpreta y organiza creando lenguajes y esquemas conceptuales que satisfacen sus inquietudes intelectuales. Como escribió Wittgenstein, el mundo es la totalidad de los hechos, conformados por cosas sustantivas que son o desaparecen, y que no pueden estar sometidas a restricciones teóricas, filosóficas o científicas. ¿Por qué el mundo es así? Es una pregunta que ningún filósofo sensato se atrevería a responder. Los hechos son acontecimientos que suceden en el espacio y en el tiempo, y cuando algunos de ellos aparecen ante nuestra conciencia pensante, se constituyen en fenómenos (del griego ‘faino’: manifestarse) y los describimos mediante conceptos y proposiciones. Dado el ilimitado universo y el limitado curso de la existencia humana, muy pocos hechos son captados directamente como fenómenos; la información ajena y la reflexión nutren nuestra conciencia,
que es la realidad fundamental para cada uno de nosotros como seres vivos. La garantía del conocimiento objetivo (intersubjetivo) depende entonces de la precisión de las expresiones lingüísticas mediante las cuales describimos los acontecimientos extemos o las experiencias de la conciencia. De ahí que debe existir alguna relación entre los hechos del mundo, el lenguaje que los describe, y el pensamiento que los comprende (este problema ha desvelado a muchos filósofos en los últimos 2.500 años). Los hechos del mundo son indiferentes a su verdad o falsedad: simplemente son o están. Sólo los enunciados que expresen su contenido proposicional serán calificados como verdaderos o falsos, según describan correctamente o no lo que sucede. Claro está que un hecho puede dar lugar a varias proposiciones verdaderas que lo representen con mayor o menor precisión, como en las tres frases siguientes: “Carlos está cantando”, “Carlos está cantando música clásica” y “Carlos está cantando arias de ópera” Ante un suceso cualquiera (un hecho complejo) pueden darse diferentes proposiciones que intenten describirlo, pues se observan desde diversas perspectivas, a veces de manera complementaria o incluso de manera opuesta. Observamos, por ejemplo, que dos personas, A y B, se acercan la una a la otra (el hecho escueto), pero alguien dirá que A se acerca a B y otro insistirá que B es quien se acerca a A. Prácticamente ambos quieren decir lo mismo, pero las implicaciones semánticas y pragmáticas de ambas frases son diferentes. O como cuando una relación afectiva se debilita y cada uno culpa al otro de “alejarse”. Un análisis objetivo del hecho y del lenguaje empleado permitirá que se llegue a un acuerdo sobre lo que realmente ocurrió. El estudio y las experiencias individuales van conformando la visión del mundo en los seres humanos, la cual necesariamente difiere, en calidad y cantidad, de una persona a otra. En cuanto a la cantidad del conocimiento, puede afirmarse que el conocimiento del mundo -o de un sector del mundo- de cada persona es proporcional al número de proposiciones verdaderas que es capaz de enunciar y relacionar en marcos conceptuales (tanto sé sobre la bomba atómica o sobre la cirugía de cataratas cuantas proposiciones verdaderas pueda enunciar y relacionar sobre la materia, y este criterio distingue a un buen profesional o maestro, de otro menos bueno).
Para comprender mejor la relación entre hechos y proposiciones, imaginemos que el universo se reduce a lo que aparece cuando se levanta la tapa de un automóvil; un lego en mecánica solamente verá cables y cosas; todos esos complejos aparatos los reducirá a una de las dos categorías y dirá: esto es un cable, eso es una cosa... El mecánico, por el contrario, podrá enunciar centenares o quizás miles de proposiciones al mirar lo mismo; los cables del lego, serán para el mecánico alambres, cables, mangueras de agua fría, de agua caliente, de aire, etc. Y si el carro se vara, la única hipótesis que el lego podrá formular será tal vez: “se quedó sin gasolina”. En fin, enriqueceremos nuestra imagen del universo en la medida en que incorporemos nuevas proposiciones verdaderas a nuestro saber (las cuales implican el conocimiento de los objetos y sus relaciones con otros). Recapitulando, la proposición no es simplemente el sonido o el texto escrito; es su significado, es decir, la naturaleza de los hechos o las relaciones captadas en el pensamiento y expresadas en los enunciados. El significado es, sin embargo, algo más complejo; para determinarlo es preciso conocer no sólo las palabras que componen la proposición, sino también el sentido, el tono, la fuerza, el universo del discurso o contexto en que se emite la frase, y finalmente, las presuposiciones implícitas propias y ajenas. Algo carente de significado -como los textos de algunos autodenominados “postmodernistas”- es sencillamente un absurdo que no permite saber, comunicar, ni inferir nada.
mundo —hechos " conceptos ~ proposiciones marcos conceptuales
1.7 D e l a
p e r c e p c ió n a l a in f e r e n c ia
Mediante nuestros sentidos externos e internos captamos las diversas dimensiones de la realidad y para describirla enunciamos proposiciones. Pero normalmente nuestras proposiciones no describen las simples percepciones (veo un objeto amarillo alargado con un extremo ajilado negro), sino su reconocimiento (veo un lápiz) o las interpretaciones inmediatas (¡qué mocho de lápiz!) y en ocasiones, las inferencias o conclusiones que formulamos de lo percibido (algún descuidado dejó este lápiz). A medida que el juicio emitido se aleja de la mera percepción -y expresa un reconocimiento, una interpretación o una inferencia- incorpora nuevos elementos personales y en esa misma medida se hace más susceptible de crítica, debate o desacuerdo. Desde luego que estas cuatro maneras de describir la realidad no tienen fronteras definidas, ni tampoco se emplean de manera unívoca estos términos por los hablantes de nuestra lengua (algunos dicen “mi percepción del asunto es tal...” cuando de hecho se están refiriendo a su reconocimiento o interpretación). Pero es necesario intentar precisarlas para otorgarle más lógica al lenguaje y a la comunicación. Por ejemplo, alguien ve una forma humana frente a una estructura rectangular y transparente (percepción); afirma que “Adriana está frente a una venta de boletos del teatro” (reconocimiento); le preguntan por Adriana y dice: “Está en cine”, o “Adriana quiere ver la película de terror anunciada” (interpretación), y podrá añadir que “ése es su género favorito, porque nadie va a sufrir en una película de terror a menos que le entusiasme demasiado el género” (inferencia)... cuando lo cierto pudo ser que se trataba de
la hermana de Adriana comprando el boleto para otra persona. Así, una cosa son los hechos simples (espacio-temporales) tal como afectan nuestros sentidos, y otras: a) su reconocimiento o identificación, b) las interpretaciones y c) las inferencias que hacemos a partir de ellos. El problema es que vivimos convencidos de que nuestros reconocimientos, interpretaciones e inferencias son las correctas, y las ajenas lo son menos (si no, escuchen un debate entre políticos gobiernistas y anti gobiernistas). Cuando nuestro equipo de fútbol juega un partido se presentan choques entre dos jugadores y usualmente “vemos” (reconocemos) la falta en el jugador del equipo contrario. Otro tanto le ocurrirá al hincha del otro equipo, mientras que el buen árbitro, con una mejor capacidad sensoperceptiva, reconocerá al autor de la falta, incluso interpretará el hecho atribuyendo buena o mala intención al jugador y, en última instancia, determinará cuándo un acto es una falta o cuando una pelota cruzó la portería. Es decir, se pueden allegar las mismas percepciones, pero los juicios suelen ser diferentes, y más diferentes aún cuando involucran interpretaciones de los hechos o inferencias de los mismos (esta conducta es mejor estudiada por la psicología de la percepción). Pero lo grave es que transmitimos nuestras interpretaciones como si fueran hechos cumplidos: observamos a fulana y sutano de la mano y no tardamos en afirmar: “son novios”. O como les sucede a los borrachínes, cuando uno le dice al otro: “¡Deja de beber, compañero, que te estás volviendo borroso!” Para llegar a una comunicación más efectiva, a consensos o acuerdos, es preciso aprender a distinguir cuándo un juicio es de percepción, de reconocimiento, de interpretación y de inferencia; aunque -insisto- no existen fronteras precisas entre ellos, ni en un caso dado se aplica toda la secuencia. Como el tema es un tanto complejo, analicémoslo con algún detalle. Percepción: los juicios de percepción describen lo que captan nuestros órganos sensoriales (veo una luz roja); o sea, cuando determinamos con mayor o menor claridad los objetos o situaciones que vemos, oímos o palpamos, y sobre ellos podemos ponemos de acuerdo fácilmente (observar una luz extraña moviéndose en el cielo o constatar que el profesor alargó su clase 10 minutos más de lo acordado o afirmar que alguien camina con la cabeza inclinada).
Reconocimiento: Es el resultado de organizar, identificar y describir las percepciones con los recursos de nuestros marcos conceptuales, como cuando decimos allí hay tapete, o una alfombra o un tapiz (¿conoce las diferencias?). El reconocimiento deriva de nuestros conocimientos previos y de los hábitos lingüísticos para describir la realidad con las palabras apropiadas, desde asignar nombres genéricos (animal, perro) hasta nombres propios (¡Tony!). Darle nombre genérico o propio a las percepciones es todo un proceso; como escribe el filósofo E. Tugendhat: “Un nombre propio no está unido a una mera descripción sino a todo un haz de descripciones, y el nombre identifica claramente a un objeto cuando una cantidad suficientemente grande de descripciones de este haz es aplicable precisamente a un objeto."(p. 128). La falla en el reconocimiento -o sea, en tomar una cosa por otra- es la equivocación, que trae consecuencias cognoscitivas o humanas, como cuando se encarcela a un inocente por su parecido con un delincuente. El contenido fáctico de una proposición es su reconocimiento correcto. Interpretación: Esta actividad caracteriza la mayoría de los juicios cotidianos pues generalmente enmarcamos el suceso percibido y reconocido en marcos ideológicos y emocionales, de tal manera que nuestros juicios añadirán valoraciones u opiniones a los hechos percibidos y reconocidos (allí hay un árbol hermoso. El calificativo «hermoso» no es propio del árbol sino mi aporte subjetivo. Decimos de un hombre cabizbajo -reconocimiento- que está aburrido -interpretación-). Habitualmente el hombre no sólo ve sino que interpreta y toma decisiones inmediatas; observa vehículos a toda prisa y se detiene, pues interpreta inmediatamente su percepción como una amenaza. La interpretación de los hechos también comprende la «lectura», el significado o la importancia que otorgamos a los mismos, como observamos en todos los juicios de los políticos y periódicos partidistas. Un leve contacto físico de una persona hacia otra será interpretado como un toque, una caricia o un atropello, según las circunstancias. En última instancia, es la propia conciencia la forjadora del mundo, no sólo por el material que le entregan los sentidos o por las elaboraciones de su razón sino, principalmente, por la interpretación ideológica o emotiva que le imprime, interpretación que será aceptadada fácilmente por quienes compartan nuestros valores, actitudes y sentimientos.
Las interpretaciones de los hechos reflejan entonces los valores, las intenciones, o las emociones de quien emite una afirmación. Una cosa es, pues, el estado de cosas existente -señalado en el reconocimiento por la proposición escueta- y otra la actitud o el estado mental del sujeto que la emite y que será reflejado en su enunciado; en otras palabras, una cosa es afirmar p, y otras son los giros con respecto a p, como afirmar que: me gusta p, me disgusta p. lamento que p, temo que p, espero que p, etc. Cuando se trata de discutir racional y objetivamente es preciso distinguir los componentes subjetivos de la interpretación, pues de lo contrario no se logrará acuerdo alguno. Inferencia: Aquí entran en juego no sólo conocimientos previos, sino prejuicios, expectativas, deseos, temores y valores; con ayuda de la lógica extraemos conclusiones a partir de los estadios anteriores, e incluso manifestamos estas conclusiones como si hubieran sido percepciones o reconocimientos (los extraterrestres nos están visitando; ese profesor no es consciente del tiempo; fulano se disgustó con la novia). Como veremos al hablar de la inducción, numerosos aspectos de la realidad no son directamente perceptibles sino sólo inferibles (como la buena o mala intención ajena, la amabilidad, la agresividad, la ductilidad, el paso de una corriente por un cable, el átomo, Dios, etcétera). En la vida diaria y profesional se combinan estos tipos de juicios formando argumentos, como hace el financista al relacionar todos los datos sobre mercados, productos, transporte, necesidades del consumidor, etc., y concluye dónde conviene invertir, o el médico al diagnosticar y pronosticar a partir de observaciones. Según el tipo de relación existente entre las premisas y la conclusión, la inferencia será deductiva, inductiva, o inválida, como veremos luego. Por ejemplo, el diagnóstico médico es una interpretación que se inicia con la evidencia (percepción y reconocimiento) y mediante inducciones y deducciones, determina la enfermedad (interpretación) e infiere sobre causas, pronósticos, etc. 1. Percepción: el médico observa, ausculta y escucha al paciente (encuentra manchas en la piel).
2. Reconocimiento: con su formación y vocabulario le da nombre a los síntomas, a la evidencia (el paciente tiene sarampión). 3. Interpretación: el médico genera una lista de hipótesis diagnósticas relevantes. Entre “más conozca”, más hipótesis relevantes podrá generar, aunque generalmente pone a prueba de 3 a 5; con evidencia adicional (elpaciente no tuvo antes sarampión y estuvo en contacto con un enfermo) y así descarta algunas hipótesis (por falsación) y fortalece otra (por confirmación). 4. Inferencia: realiza una prognosis y tratamiento esperando resultados {con este tratamiento en una semana habrán desaparecido los síntomas). Esta sencilla distinción entraña uno de los problemas perennes de la filosofía: ¿cómo se realiza el paso de la experiencia directa del mundo (la información proveniente de los sentidos) al conocimiento acerca de él (que es mental y lingüístico)? En otras palabras, el problema epistemológico fundamental es establecer la relación correcta entre los hechos que constituyen la realidad y las proposiciones que los expresan. Pero en algo estamos de acuerdo: el conocimiento del mundo es una cuestión primordialmente lingüística, de tal manera que la imagen dei mundo evoluciona mediante la creación de aparatos lingüísticos conceptualmente más adecuados, completos, complejos y flexibles que los anteriores. La historia de la ciencia (la física y la astronomía en particular) ejemplifica claramente la relación entre la realidad y los esquemas conceptuales creados para entenderla. Las creencias populares o ciertos mitos de la “new age” (astrología computacional, reencarnación, regresión a vidas pasadas, sanación pránica, etc.) que algunos consideramos extrañas o, al menos mal fundamentadas, se caracterizan por grandes saltos interpretativos a partir de percepciones y reconocimientos de sucesos que admitirían explicaciones más sencillas y comprobables. Por ejemplo, en el juego de la ouija se mueve el dedo entre las letras (percepción y reconocimiento) y los ingenuos dicen que el dedo es movido por acción de los espíritus (inferencia); si quisieran poner a prueba la corrección de su inferencia -que predican como un hecho cumplido- deberían entonces cubrirse los ojos (suponemos que los espíritus no los necesitan)... y se encontrarían, no con respuestas inteligibles sino con “sopas de letras” Si
alguien siente temor en los lugares cerrados, eso obedece más bien a un trauma infantil que a un encarcelamiento durante la Revolución Francesa en una vida pasada. En una sesión espiritista la médium habla y los asistentes creen que un espíritu invocado es quien se comunica... Las personas construyen su visión del mundo con base en sus percepciones, reconocimientos, interpretaciones e inferencias, y según el temperamento de un individuo bien pueden predominar unas sobre otras, como describe C. Jung en su obra Tipos Psicológicos. Incluso, la valoración de la vida misma estriba en cómo interpretamos la realidad. Y, más aún, la psicología ha demostrado que numerosos “problemas” que agotan la existencia del hombre, y casi todas las crisis de ajuste, son fruto más de la interpretación de los hechos, que de los hechos mismos (una madre es notificada que su hijo hará un viaje largo, o irá al ejército, y sufre angustia infiriendo posibles tragedias).
EXCURSUS Inspirados por David Hume, los positivistas estrictos (desde Comte hasta R udolf Carnap) sostenían que la experiencia sensorial era la misma para cada persona y que a ella podrían remitirse todas las afirmaciones que tuvieran algún valor cognoscitivo, pues sólo así podría determinarse su verdad o falsedad. Mientras Carnap privilegiaba los enunciados de percepciones ( “estoy frente a una sensación azul’') su colega Otto Neurath partía de los reconocimientos que reportaban hechos (no hay nubes en el cielo diurno). De todas maneras, la tesis importante es que la percepción era lafuente de datos neutrales sobre los cuales debían corroborarse las hipótesis y las teorías, especialmente cuando fueran opuestas. Los enunciados que contuvieran términos no observables (electrón, campo magnético, etc.) deberían entonces injerirse de los enunciados observacionales, pues, de lo contrario, carecerían de significado. Como estafilosofia creció asociada a los arrolladores avances de la ciencia moderna, obtuvo gran prestigio e influencia, y también fue blanco de críticas desde todos los demás flancos filosoficos (fenomenólogos, marxistas, humanistas, etc.) quienes llegaron al otro extremo -representado ahora por los llamados posmodernistas- de sostener que la ciencia no ofrece conocimiento objetivo sino que es una manera de darle sentido al mundo, y no necesariamente el mejor Pues bien, considero que este debate centenario no habría tenido lugar de haber distinguido los varios niveles de acercamiento a la realidady de formulación de juicios. En efecto, todos -positivistas y contra positivistas- estarán de acuerdo en que “hay un línea recta de color amarillo trazada a un metro de una caja de pagos ” (que fue lo que le interesó al pintor
encargado de trazarla); es un juicio de percepción objetivo y da razón a los primeros; pero los segundos objetarán que ese juicio poco o nada informa, pues, dirán: “esa linea amarilla delimita el área donde deben esperar los clientes para pagar” (reconocimiento) lo cual, sin duda, es el juicio que tiene sentido cognitivo en tal contexto. Podría alguien añadir que “en este almacén quieren organizar el movimiento de los clientes ” (interpretación) y alguien más afirmará que “los administradores del almacén no son desordenados latinos ” (inferencia). Como observan, en la base encontramos percepciones, pero ellas no proporcionan, por sí mismas, el conocimiento que necesitamos; es preciso reconocerlas e interpretarlas para darles sentido y significado; así, al tiempo que les imprimimos riqueza, les añadimos subjetividad (lo que molesta a los cientifistas y emociona a contrarios). Un científico puede encontrar una piedra con una hendidura de tal o cual form a (percepción); dirá que es una huella humanafosilizada sobre la piedra (reconocimiento) afirmación que sin duda será debatida, y más debatida aún si sostiene que la dejó un ser inteligente, bípedo y erguido como nosotros que vivió cuando se formó la piedra (interpretación), y si un análisis muestra que la piedra fue formada hace 60 millones de años inferirá, para sorpresa de todos sus colegas, que la teoría actual de la evolución -que data nuestra aparición tres millones de atrás- debe ser abandonada. Queda claro entonces que en la medida que pasamos de la mera percepción a la inferencia, los juicios se hacen más discutibles. A diferencia de los positivistas, otros filósofos -como N.R. Hanson y T. Kuhn- defendieron que tanto la percepción como el reconocimiento y la interpretación tienen cierta “carga teórica ”, que lo que vemos, lo vemos ya interpretado por nuestros patrones teóricos o culturales.
El contenido, o las implicaciones o las interpretaciones correctas de un enunciado, puede establecerse explicitando otros enunciados relacionados lógicamente con él. Por ejemplo, sea el enunciado Germán es un trabajador responsable; de él se infiere que Germán cumple sus deberes laborales; si está tomando brandy es porque no tiene que ir a trabajar, Germán no posterga sus deberes inmediatos. O también, la frase esta hoja es verde, implica que no es roja ni de otro color. El enunciado el rector está en la universidad adquiere credibilidad si su carro está en los predios, si vemos salir otras personas de su oficina, si espera una visita importante en esos momentos, al tiempo que le restaría fuerza si nos contaran que tiene una cita en otra ciudad, que el día anterior estaba hospitalizado, etcétera.
Ejercicio Fulano ha sido capturado en un almacén porque introducía en su bolsillo algunos objetos
baratos tomados de los estantes. El administrador lo acusa de hurto premeditado. Diga usted si las siguientes proposiciones fortalecen (f), debilitan (d) o no afectan (n) la acusación del administrador: a) Fulano estuvo cerca de una hora andando por el almacén. b) Fulano es un tipo de buenos recursos económicos. c)
Fulano es un drogadicto callejero.
d) Fulano es huérfano. e)
Fulano tiene el vicio de estar manipulando objetos.
f)
Estando en verano, fulano llevaba una chaqueta con varios bolsillos.
g) Fulano tiene antecedentes como ratero.
Ejercicio Considérese el enunciado: “Si algo es un cisne, entonces es blanco o es negro”. ¿Cuáles de las frases siguientes expresan o confirman el significado de esta frase? 1) No existen cisnes colorados. 2) Si Carlos no es blanco, entonces es un cisne. 3) Si este animal no es rosado no puede ser un cisne. 4) Algún animal negro escondido allí puede ser un cisne. 5) Si Carlos es un cisne y no es blanco, entonces tiene que ser negro. 6) El color blanco es más bello que el negro. 7) Las cosas no negras son cisnes. 8) Las cosas no negras pueden ser cisnes. 9) El cisne es un animal hermoso.
1.8 Los DESACUERDOS ENTRE LAS PERSONAS
Las personas poseen distintas fuentes de información de tal manera que llegan a conocimientos diferentes respecto a un sector de la realidad (¿cuántas muertes produjo la II Guerra Mundial?). Además, como explicamos, las acciones humanas se prestan a valoraciones negativas o positivas, según el agrado o repulsión, admiración o enfado, prejuicios favorables o desfavorables que nos susciten, lo cual se refleja en las palabras, adjetivos calificativos o giros lingüísticos que empleamos para describirlas. Nuestro lenguaje, al igual que los prejuicios nos hacen ver y juzgar la realidad de manera diferente. Estas situaciones son la fuente primera de nuestros desacuerdos. Por eso, al describir un suceso real (la casa fue pintada de verde) incorporamos a menudo elementos emocionales o juicios de valor, que pertenecen más al ámbito subjetivo que a la realidad objetiva (... pintada de verde paleta). Debemos distinguir en primer lugar el contenido fáctico de una proposición -el hecho que realmente expresa- del contenido emotivo a la valoración personal del suceso descrito. De igual manera, los propios valores se incorporan, explícita o implícitamente, en los argumentos que aceptamos. Así, por ejemplo, un gnóstico, creyente en la trasmigración de las almas, no le vería reparo alguno al siguiente argumento: Las cosas que no son materiales no se pueden corromper y son eternas; como las almas son espirituales, entonces no mueren, y continúan pasando de cuerpo en cuerpo. La frase final es un agregado que no se desprende de las premisas, pero que el interesado encontrará aceptable, porque encaja perfectamente con sus creencias. Cuando alguien afirma: Los estudiantes de mi colegio perdieron el partido lastimosamente, está comunicando un hecho (perder el partido) y una actitud
(lastimosamente). Otro hubiera podido exclamar; los estudiantes de mi colegio perdieron el partido corajudamente; cuentan el suceso pero, a su vez, k> valoran diferente. De igual manera, alguien puede afirmar que fulano de tai estuvo sano y vigoroso hasta finales del 90, y otro dirá que fulano de tal estuvo sano y vigoroso hasta cuando se casó (habida cuenta de que el fulano se casó en diciembre del 90). Ambos hablantes están comunicando una misma situación, pero el segundo añade veladamente una interpretación subjetiva al acontecimiento. Los desacuerdos debidos a la interpretación emocional -actitudes- son los más frecuentes en las discusiones, pero no los únicos. Para discutir con lógica es preciso determinar el tipo de desacuerdo. Veamos algunos en orden de facilidad para resolverlos, pues si no se precisa el tipo de desacuerdo, dócilmente podremos solucionar los conflictos que engendran. 1. En cuanto a los hechos. Alguien sostiene que el enunciado x es verdadero y otro sostiene que no lo es. O cuando las personas difieren en sus reconocimientos, datos, creencias, experiencias o conocimientos respecto a si sucedió tal o cual cosa, o cómo sucedió (la inflación subió el 10% dice uno, y el otro afirma que el 15%). 2. En las palabras. Cuando le otorgan significados diferentes a las expresiones empleadas en la discusión (frecuente en discusiones políticas sobre democracia, libertad, derechos humanos). Ámenudo los pensadores que sienten débil su punto de vista, o sólo quieren “botar corriente” evitan el análisis de las palabras empleadas y de esa manera pueden perpetuar su discurso. 3. En las actitudes o sentimientos. Según valoren positiva o negativamente los hechos, los aprueben o desaprueben (elprofesor nos ilustró con numerosos ejemplos - el profesor nos saturó de ejemplos). Frecuente en discusiones sobre arte y conductas ajenas. 4. En la importancia que le otorguen al problema, a la situación planteada, o a las palabras empleadas. Esto deriva de los valores, experiencias o intereses individuales (la formación matemática es indispensable - la formación matemática sólo le sirve a los ingenieros). Las propuestas políticas y decisiones empresariales suelen generar discusiones de esta índole.
5. En los presupuestos fundamentales. Cada interlocutor se fundamenta en presupuestos que, en principio, no está dispuesto a modificarlos (un creyente religioso aceptará hechos inexplicables como milagros; para un creyente en extraterrestres cualquier objeto volante no identificado es prueba de que nos visitan, para unfervoroso izquierdista ninguna propuesta gubernamental de derecha será conveniente, y viceversa). Estos desacuerdos se revelan en discusiones ético-filosóficas como el aborto, la eutanasia, la pena de muerte, etcétera. En la comunicación es mucho más sencillo lograr coincidir sobre situaciones de hecho que precisar cuál de las apreciaciones subjetivas es la correcta -excepto en los “clubes de admiradores solidarios”-. Los desacuerdos en cuanto a hechos se resuelven comparando las proposiciones con la realidad, pero los desacuerdos en actitudes, presupuestos y valores son más difíciles de resolver por cuanto pertenecen al ámbito personal, axiológico, formado en la experiencia y el aprendizaje individual, que se pueden o no compartir con otras personas. Sin duda saben los lectores que cuando las discrepancias en actitudes, valores o presupuestos es intensa, el diálogo llega a un punto muerto, y, también, que nos entendemos a largo plazo y conversamos mejor con quienes comparten nuestras actitudes y valores. De todas maneras, si no se clarifica la raíz del desacuerdo, la discusión suele tomarse meramente verbal, emocional e interminable y, en definitiva, una pérdida de tiempo y de energías. Si se quiere discutir lógica y críticamente es preciso “neutralizar” el lenguaje, eliminando la vaguedad y emotividad de las palabras que oscurecen el contenido racional de la comunicación y que conducen fácilmente a defender o aceptar datos o conclusiones sin evidencias suficientes. Al menos se debe distinguir el contenido fáctico, objetivo (sucedió, no sucedió, o cómo sucedió el hecho) del contenido emotivo y subjetivo (apreciación personal que refleja la actitud positiva o negativa de la persona frente al hecho). De ahí que para entender de forma neutra el significado de una frase con características emocionales ( “ese profesor es muy malo ”), es preciso preguntar qué hechos concretos se dieron para aceptar esa afirmación.
Ejercicio (tomado de la obra de Copi, /.; ver bibliografía) En los siguientes pares de enunciados señale si ambas partes (a y b) están de acuerdo o en desacuerdo en cuanto al hecho que describen, y si la valoración personal del hecho es igual o diferente. Recuerde que debe tomar las frases en su integridad; si alguien dice que “fulano anda solo”, y otro afirma que “fulano anda acompañado”, hay desacuerdo en cuanto al hecho, así ambos acepten que el fulano “anda”.
Ejemplo: a) El profesor Alzate explica los temas pausadamente. b) El profesor Alzate se demora mucho explicando los temas. Los dos enunciados expresan un acuerdo en cuanto al hecho (ambos reconocen el ritmo lento del profesor al explicar), pero manifiestan una actitud diferente (a) lo valora positivamente y (b) lo interpreta negativamente). Ejemplo: Si alguien cuenta que “Chela tuvo una preciosa niña” y otro afirma que “tuvo un precioso niño”, hay acuerdo en cuanto a la actitud, pero desacuerdo en cuanto al hecho -que una discreta inspección logrará resolver-. 1.
a) El señor González habló demasiado en la reunión.
^
b) El señor González mantuvo un estúpido silencio durante la reunión. 2.
a) Susana tiene una imaginación maravillosa. b) Susana no tiene ningún respeto por los hechos.
3.
a) La señora Gutiérrez contribuyó generosamente con 1.000 pesos
4.
a) El señor Gutiérrez completó la cuota en un 80 por ciento,
b) La señora Gutiérrez sólo dio 1.000 pesos. b) El señor Gutiérrez no logró completar la cuota. 5.
a) La señora González sirvió una deliciosa merienda, b) La señora González sirvió un magnífico banquete.
6.
a) La señora Pérez es una fluida conversadora, b) La señora Pérez habla incesantemente.
7. a) La señora Rodríguez sirvió una comida absolutamente
mezquina.
b) La señora Rodríguez realmente exageró al servir en su almuerzo porciones de una abundancia casi ordinaria. 8.
a) Los comunistas barrieron con todo en un avance de cinco kilómetros. b) Los rojos fueron detenidos totalmente después de un avance de cinco kilómetros.
9.
a) La pequeña María -mi hija- a menudo trata de ganar por métodos no ortodoxos, b) La pequeña María hace trampas en los juegos.
10. a) “No se de ninguna actividad en la cual se brindan servicios más reales e importantes a un país que mejorando su agricultura, su crianza de animales útiles y otras ramas de las tareas del granjero” (Washington).
b)
“Con la introducción de la agricultura, la humanidad entró en un largo período de vileza, desgracia y locura, de las cuales sólo ahora se está librando mediante la benéfica acción de la máquina”. (Russell).
Este ejercicio nos recuerda que la comunicación humana está inevitablemente teñida de emocionalidad, cuando no de irracionalidad. Para ser lógicos, analíticos o críticos se requiere realizar un esfuerzo mental adicional con el fin de captar todos los detalles en forma lo suficientemente precisa y completa para describir acertadamente una situación, o para redactar un texto comprometedor -como los jurídicos, comerciales o diplomáticos- Por ejemplo, cuando alguien quiere excusar a otro podrá emplear expresiones que, a primera vista son idénticas: “por error”, “erróneo”, “a causa de un error”, “debido a un error"; un ligero examen muestra que las dos primeras enfatizan la responsabilidad del sujeto, mientras que las dos últimas tratan de escatimarla, trasladándola a un ente lejano llamado “error”
Ejercicio 1. Enuncie los tres tipos de desacuerdo que pueden darse en una discusión sobre si conviene o no implantar la pena de muerte en Colombia. 2. Enuncie los tipos de desacuerdo sobre si en Colombia existe o no la pena de muerte.
desacuerdos:
hechos palabras \
actitudes importancia otorgada presupuestos fundamentales
1.9 E l c o n c e p t o
y e l p r o b le m a d e l a “ v e r d a d ”
La verdad de los entes es en su puridad inalcanzable, y ha sido investigada por todos los filósofos, pero no ha sido hallada, en cuanto tal, por ninguno. Y cuanto más profundamente doctos seamos en esta ignorancia, tanto más nos acercaremos a la misma verdad. Nicolás de Cusa (1440)
1.9.1 EL PROBLEMA
¿Qué es la “verdad”? Es éste otro interrogante no resuelto satisfactoriamente por los filósofos, y es tan complejo que la gente prefiere ignorarlo. Resulta más cómodo -incluso para algunos filósofos- presumir que las propias creencias y presupuestos son usualmente verdaderos, excepcionalmente falsos, y aceptar lo que concuerde con las convicciones previamente admitidas. Aunque a la lógica como ciencia no le concierne la verdad o falsedad de las afirmaciones, su aplicación a las proposiciones la encamina a encontrar la verdad; de ahí la necesidad de presentar un breve análisis del sentido de la palabra “verdad” El tema de la verdad ha sido tratado por importantes filósofos y con resultados muy disímiles. Aunque algunas filosofías insisten en “la verdad del ser”, la mayoría de los filósofos están de acuerdo con la posición aristotélica respecto al ámbito de la palabra: la verdad se aplica no a las cosas, a los hechos, sino a las proposiciones o enunciados que pretenden describir la realidad (y, a menudo, construirla, como anotamos al hablar de los juicios de interpretación y de inferencia). En palabras de Hobbes “verdad y falsedad son atributos del lenguaje, no de las cosas, y donde no hay lenguaje no existe
ni verdad ni falsedad” (Leviathán). Por otra parte, la palabra verdad se aplica a casos bien diferentes: enunciados verdaderos, creencias verdaderas, verdad en el arte, religión verdadera, filosofía verdadera, etc. Algún embrujo debe poseer esta palabra para que con ella se valore todo lo que consideramos importante en el conocimiento y en la vida; sin embargo, tampoco se puede aplicar en dominios donde no cabe aplicarse, como explicaré más adelante. Para Kant, la verdad posee una característica propia que la hace común, compartible, comunicable y de una validez universal reconocible por otros sujetos.
1.9.2 CÓMO SE ESTABLECE LA VERDAD La verdad de una afirmación puede establecerse de tres maneras. La primera, llamada verdad materia o trascendente, consiste en confrontar lo que se dice con lo que sucede, con los hechos (percibidos, reconocidos o interpretados); la segunda (llamada verdad formal o inmanente) es cuando podemos aceptar la verdad de una afirmación sin tener que recurrir a los hechos, y la tercera es la verdad lógica, la que se desprende de otros juicios aceptados previamente. Estos conceptos tienen sus raíces en la distinción entre verdades de hechos y verdades de razón (Leibniz), conocimientos a posteriori-a priori, juicios sintéticos y analíticos (Kant).
Verdad material Se entiende la verdad en sentido material como la correspondencia entre los hechos y sus descripciones, es decir, la frase es verdadera cuando lo que afirma, sucede y se puede comprobar de forma directa (vi a Juan tomar los libros de la mesa) o indirecta (fulano tomó los libros de la mesa/Este es el manejo más corriente del concepto de verdad, pero no es tan sencillo de aplicar pues, como vimos, los hechos están mediados por el reconocimiento y la interpretación y, además, el lenguaje presenta una triple fragilidad, a saber: la vaguedad de las palabras, la imposibilidad de realizar descripciones completas de la realidad, y el problema epistemológico de la relación palabra-objeto-significado. Por lo tanto, las proposiciones que describen los hechos, en lugar de ser verdades (o falsedades) petrificadas, marcadas con los valores extremos de 1 ó 0, sólo
pueden ser verdaderas en su situación histórica, por el respaldo empírico directo indirecto. En la historia de la ciencia, como bien sabemos, el alud de nuevas observaciones reclama continuamente la invención y revisión de conceptos, proposiciones y esquemas teóricos, lo cual reafirma la historicidad de la verdad y la índole probable de toda afirmación científica aceptada por una comunidad. Verdad inmanente Hay afirmaciones cuya verdad no requiere ir a los hechos ni confrontar lo que se dice con lo que sucede; la verdad, por decirlo de algún modo, se encuentra al interior de la misma oración, como en los siguientes casos: a) La verdad radica en el significado de las palabras empleadas. Si me cae agua me mojo. Todas las enfermeras son mujeres. Los calvos tienen poco pelo. b) Son necesariamente verdaderas (expresan leyes lógicas) “Liliana está en la casa o no está en la casa ” Tres por tres nueve. c) Son verdaderas en un determinado contexto, ideología o doctrina. Sancho es el escudero de Don Quijote. “El hijo de María es el hijo de Dios” (verdadero en el cristianismo, falso en el islamismo). “Neptuno controla los mares” (verdadero en mitología griega, falso en mitología chibcha). Verdad lógica Como la porción del universo disponible a nuestros sentidos es en extremo limitada, la verdad de casi todas nuestras afirmaciones no se establece comparando el enunciado con la realidad, sino en tanto muestre coherencia con ella misma o con otros enunciados aceptados como verdaderos, es decir, son verdaderas -o falsas- en virtud de la validez de su estructura lógica, y de ellas nos ocuparemos a lo largo de este libro. (Carlos es responsable porque es adulto y todo adulto debe ser responsable. Como el mejor candidato debe ganar, y yo soy el mejor candidato, entonces yo debo ganar). La verdad lógica es más débil que la empírica, por cuanto que depende no sólo del proceso lógico, sino de los fundamentos que ofrece, los cuales pueden ser muy discutibles: principios supuestamente correctos, legislaciones, libros
revelados, postulados arbitrariamente elegidos, la creencia de que determinado autor no puede equivocarse. De ahí que en un debate protagonizado por adeptos a la misma ideología y que comparten los mismos presupuestos (sean marxistas, hegelianos, teólogos, cristianos, ufólogos, constitucionalistas, etc.), sus desacuerdos se referirán no a los hechos sino a la exégesis de textos o a las implicaciones lógicas de los principios; y si los contendientes profesan ideologías contrarias, tratarán de eludir cualquier referencia a hechos concretos que refuten, debiliten o cuestionen el fundamento o las consecuencias de sus creencias (recordemos la respuesta de Hegel cuando le cuestionaron su interpretación de la historia: “Si la realidad está en desacuerdo con mi teoría ¡tanto peor para la realidad!”). Las discusiones se tornan estériles cuando los contendientes, sin darse cuenta, manejan la palabra verdad en sentidos distintos. Alguien puede sostener que “A” es honrado puesto que nada se ha robado hasta el momento (verdad material, por correspondencia). Otro podrá argüir que “A es ladrón, sólo que no ha tenido adecuada oportunidad para demostrarlo”; en este caso parte inadvertidamente del supuesto de que “A es ladrón”, y así esté razonando de manera dogmática, la persona cree decir la verdad, porque en su caso la entiende de manera formal, sin importarle la contrastación empírica. Igual ocurre con discusiones relativas a la política, la libertad, la religión y otros temas que atañen a los valores personales. Una discusión sobre si “la pena de muerte disminuye el delito” puede adelantarse apelando a hechos (concretos, históricos) o a supuestos sobre la conducta humana; en el primer caso, estaríamos buscando la verdad en sentido material, y en el segundo, formal.
1.9.3 VERDAD COMO PROBABILIDAD La verdad es una “búsqueda sin término” (expresión de Karl Popper), de ahí que el conocimiento que aceptamos como verdadero sea radicalmente incierto; así lo ha demostrado incluso el método por excelencia para llegar a ella: el método científico. Por tanto, las afirmaciones que estimamos verdaderas lo serán no de modo absoluto sino en algún grado, según
sus supuestos, las evidencias pasadas y presentes que las respalden, y por tanto tendrán algún valor -objetivo o subjetivo- de probabilidad de verdad (Pv). Sin entrar en detalles, exponemos algunas ideas relevantes para el pensamiento crítico. La probabilidad se aplica tanto a la realidad como al lenguaje y a nuestras creencias. Por ejemplo, que el siguiente vuelo llegue a feliz término podrá tener una probabilidad objetiva de verdad de 0,999 (de acuerdo con los antecedentes y la situación actual) y lo abordaré con total tranquilidad, aunque un individuo temeroso le otorgará una probabilidad subjetiva de -digamos- 0,3 y preferirá el viaje terrestre. Con base en la experiencia universitaria, la proposición “Natalia terminará la carrera de Contaduría que inicia” tiene una probabilidad de verdad (Pv) de 0,70 dado que, de acuerdo con la experiencia, el 70 por ciento de los que ingresan con un talento, medios e interés semejante se gradúan; el conocimiento de este suceso probable influirá en ¿us decisiones y en sus esfuerzos (por ejemplo, no claudicará si pierde el primer examen). Que “fulano es digno de confianza” será tanto más verdad en la medida en que los hechos de su conducta -uno o muchos- respalden tal afirmación (ese “tanto más verdad” lo estudiaremos en el capítulo sobre la inducción). Por lo tanto, el grado de creencia en la verdad de una afirmación es relativo al estado del conocimiento personal y colectivo en un tiempo dado, al “horizonte de la situación” (frase de Gadamer), al “conocimiento de las circunstancias bajo las cuales alguien considera que ciertas oraciones son verdaderas” (Davidson). Subjetivamente podemos estar en un estado de ignorancia (que puede ser vencible o invencible), duda (que nos limita la adhesión a la verdad) o certidumbre, cuando los aceptamos como verdaderos, en cuyo caso su grado de verdad será cuestión de probabilidad. Y como no existe método probabilístico alguno para ponderar y cuantificar objetivamente tal estado del conocimiento -excepto en los trillados ejemplos de dados y monedas- sólo podemos, por lo pronto, insinuar algunos grados de la verdad como probabilidad, equivalente a la credibilidad racional en una afirmación, en un sistema o en una explicación científica. La probabilidad no es una propiedad inherente a los eventos mismos, sino que es función del respaldo
lógico, empírico o teórico de una afirmación o conocimiento aceptado por un individuo o por un grupo lingüísticamente compatible. Desde el punto de vista de la lógica formal, distinguimos tres tipos de frases según su probabilidad de verdad: contradicciones
= lógicamente imposibles. Pv = 0
contingencias
= lógicamente posibles.
tautologías
= lógicamente necesarias. Pv = 1
1 > Pv > 0
Se puede estimar la frecuencia relativa, o el valor esperado de un evento, o el grado de creencia racional en algo, de tal manera que los eventos reales o las frases que los describen tendrán cierto valor de probabilidad (de ser o de verdad) el cual oscilará entre 0 -cuando el evento no puede darse de ninguna manera o la frase es necesariamente falsa- y 1 cuando el evento tiene que darse o la frase que lo describe es necesariamente verdadera; los valores intermedios indicarían los grados en que la evidencia se inclina hacia uno u otro extremo. Las contradicciones son necesariamente falsas, carecen de referente en cualquier parte del universo, real o imaginable, como afirmar que “las piedras caen hacia arriba” (en el mismo contexto terrestre, desde luego). Estas contradicciones son evidentemente falsas, contrasentidos; y si llegaran a darse, el mundo se tomaría caótico e incognoscible. Las tautologías son oraciones tan verdaderas que no enseñan nada, como afirmar que “los cisnes son cisnes” (principio de identidad), o que en este instante estoy leyendo, o que me encuentre vivo (afirmaciones triviales); son frases necesariamente verdaderas, con una Pv igual a 1 (pero el valor disminuirá gradualmente en la medida en que pretenda aplicar esa frase a los instantes venideros). Por tanto, en nuestra vida diaria sólo nos interesa lo contingente, o lógicamente posible. Entran en el campo de lo contingente las afirmaciones concebibles sin contradicción lógica -incluidas las tesis filosóficas- con una probabilidad de verdad mayor de cero y menor de uno, como: “me caerá un rayo”, “nos están visitando extraterrestres”, “la realidad es una ilusión”; pero es evidente -al menos si se quiere vivir mentalmente sano- que el ser humano no puede dar cabida en su entendimiento y en su conducta a todo lo que sea
meramente posible: se enloquecería y, siendo consecuente, andaría por la calle portando no sólo una sombrilla sino también un pararrayos. Cualquier situación que concebiblemente pueda ocurrir es algo posible, que adquiere importancia real o vital a partir de cierto límite objetivo o subjetivo: 0,5, y de ahí pasa a ser probable, es decir, que tiene objetiva o subjetivamente más chance de ser que de no ser, y a partir de ellas construimos nuestro conocimiento y tomamos decisiones, teniendo en cuenta la imporancia o el significado del asunto y los riesgos que queramos afrontar. Si estimara una probabilidad superior a 0,5 de ser atropellado por un auto -como durante una carrera de automóviles- no cruzaría la calle en ese momento. Los sistemas intelectuales (religiosos, políticos, ideológicos, etc.) serán más o menos verdaderos según la probabilidad de verdad de los supuestos o axiomas que los fundamenten. Lo probable es lo posible que tiene mayor chance, esperanza (^probabilidad de ser, que de no ser, de creerse que de no creerse: aquellas proposiciones cuya afirmación, y no su negación, un ser racional está dispuesto a admitir como verdaderas. Lo probable es, en consecuencia, el subconjunto de lo posible cuya probabilidad estimada de verdad es mayor de 0,5 y menor de 1, y admite diversos grados. Increíble Posible Creíble
Contingente Verosímil “robable
Probabilísimo Cierto
Hemos de distinguir entre las llamadas probabilidades epistémicas (el valor esperado de una proposición según el sujeto que conoce) y la probabilidad epistemológicas (la relación de la proposición con el cuerpo de información). La escala se inicia con lo posible lógico, o sea lo que puede darse o concebirse sin contradicción, por extraño que parezca (que al interior de la
tierra existan otras civilizaciones). Ahora bien, algo posible lógicamente puede ser un imposible empírico (lo impiden las leyes naturales conocidas), técnico (se puede diseñar pero no existen los materiales apropiados, como un viaje tripulado a Júpiter), financiero (falta platica, como el viaje tripulado a Marte), moral (mandar a un periodista a transmitir la erupción de un volcán desde el cráter). Lo posible increíble es aquello que ni siquiera consideramos, como pensar que la luna puede caer sobre nosotros; es posible creíble lo que no entra en contradicción con la experiencia, los conocimientos previos, las leyes de naturaleza, como cuando nos dicen que un profesor habitualmente cumplido no vendrá a clase, aunque no nos den ninguna razón o evidencia para ello. Cuando hay más razones o motivos para creer en algo en lugar de su negación (nos demuestran que el profesorfue hospitalizado el día anterior) le otorgamos probabilidad a la afirmación, la cual, según las razones o evidencias que nos ofrezcan será aceptada como verosímil, probabilísima, o cierta. En esta escala cabría ubicar la probabilidad de verdad (objetiva o subjetiva) de todo tipo de eventos^ de conocimientos y de teorías científicas rivales. Afirmar la existencia de brujas, de agujeros negros, de complots, de formas vitales extraterrestres que nos estén visitando o secuestrando... tienen cada una distinto grado de probabilidad de verdad; no podemos admitir con la misma fuerza de adhesión todas esas afirmaciones. Por último, consideremos que los valores de probabilidad disminuyen sobre la afirmación de permanecer vivos en los próximos minutos, días o años. Los fenómenos que hoy día consideramos “inexplicables” derivan parte de su atractivo porque alimentan nuestra imaginación y son, al menos, lógicamente posibles (vidas pasadas, vida futura, apariciones religiosas, secuestros por extraterrestres, fantasmas, desdoblamiento, percepción extrasensorial, curación por la fe de problemas anatómicos, milagros, círculos en los sembradíos, etc.). Los conocimientos admitidos como verdaderos, al igual que nuestras decisiones cotidianas, se basan de alguna manera en estimaciones de probabilidad racionales, generalmente inmediatas o incluso inconscientes, que conjugan datos, propósitos y valores, manejados con un sentido más psicológico
que matemático, pues pocas veces nos dedicamos a realizar estadísticas, ni a descubrir la relación lógica entre enunciados (si se da “a”, ¿con qué probabilidad se sigue “b”?), ni tampoco nos detenemos a establecer la relación cuantitativa entre los casos favorables y los posibles; pero si nos solicitaran comparar la fuerza de verdad de dos afirmaciones, sabríamos aventurar una diferencia numérica entre ambas. Nuestro saber tiene el carácter de probable así, subjetivamente, experimente mis conocimientos como certezas. Tengo la certeza de que “fulana es mi madre”, y para ello me baso en apellidos, documentos, pero sobre todo en la dedicación y sacrificio que he observado en ella desde que me conozco; sin embargo, este conocimiento no es sino objetivamente probable (con una probabilidad de verdad cercana a 0,9999999, espero), pero no de 1, pues bien pude haber sido adoptado o recogido; con respecto al padre, debe admitirse que la probabilidad puede ser un tanto menor... Que el sol salga mañana, es probable, y que me muera sólo probable también (y a fortiori ahora, más que en tiempos de Hume, pues los genetistas han logrado identificar el gen responsable de la muerte celular); sin embargo, la probabilidad de estos dos eventos es tan alta que las aceptamos como certezas. Y creemos en las explicaciones científicas -ya estén basadas en leyes deterministas o estadísticas- porque su probabilidad de verdad es muy superior a 0,5 respaldada por tantos hechos que las confirman. Nuestras decisiones cotidianas también se fundamentan en cálculos inadvertidos de probabilidad: nos sentamos en una silla universitaria porque la práctica nos enseña que lo más probable es que resista nuestro propio peso; pero si vamos a un jardín infantil, la probabilidad de que la sillita que nos ofrecen aguante con nosotros disminuye y tal vez, con disimulo, le haremos una pequeña prueba de resistencia antes de sentamos. Desde luego que a la hora de tomar decisiones pesan más las probabilidades subjetivas que las objetivas: el aerofóbico no se monta en un avión así le demuestren que es 1000 veces más seguro realizar su trayecto por aire que por tierra. Que el historiador Flavio Josefa hubiera escrito que los últimos habitantes de Masada se habían suicidado y que mediante tablillas con el nombre escrito eligieron a quienes debían hacer las ejecuciones de sus compañeros, era una historia difícil de creer (posible increíble); pero en 1986 descubrieron en el
lugar tablillas de la época, con nombres inscritos (y la historia pasó a ser posible creíble); y luego, al encontrar una tablilla con el nombre del líder del grupo, la afirmación de Josefo se tornó en verosímil. Así los jueces digan fallar o decidir en certeza, su conocimiento sobre la culpabilidad de alguien o la sapiencia de su decisión, no puede ser sino probable. La evidencia, coherencia, credibilidad racional, utilidad, sistematicidad, simplicidad, etc. son algunos de los criterios que contribuyen a aumentar el valor de probabilidad de verdad de una frase o de una teoría o de un sistema formal, jurídico o filosófico. Por ello, siempre tendremos razones o motivos para preferir un enunciado o un sistema filosófico o científico, a otro. Y no se trata de evaluar mejor una verdad, sino de otorgar un valor de verdad diferente, fruto de hechos o evidencias que marcan la diferencia o la plausibilidad de las hipótesis o de las afirmaciones. Considero que esta visión probabilista de la verdad resuelve muchos problemas: conjuga la distinción de significado y fuerza de las expresiones; despoja al concepto de “verdad” del lastre absolutista, fanático e intolerante que ha recogido en la historia, cuyas trágicas consecuencias conocemos; integra, en cierta manera, los aspectos subjetivos y objetivos, materiales y formales, de la verdad anteriormente señalados. La verdad es, por lo tanto, un valor aplicable con sentido de probabilidad al estado del conocimiento en un momento histórico dado; y la verdad objetiva se identifica entonces con la probabilidad intersubjetivamente compartida (por consenso, como sostienen Kuhn y Gadamer).
1.9.4 VERDAD O SABIDURÍA Decíamos al comienzo que con la palabra «verdad» calificamos todo lo que consideramos importante o valioso, como el arte, la religión, la filosofía, el amor; mas parece que éste no es el adjetivo apropiado. Aplicamos correctamente el concepto de verdad (como probabilidad) a los asuntos cotidianos y científicos por cuanto ellos, por una parte, se ocupan de lo directa o indirectamente verificable y, por otra, su coherencia se valida con el
respaldo empírico, sea por los hechos o por la utilidad práctica.Pero no es tan claro al aplicarlo a otras dimensiones (religión, arte, filosofía...) donde no hay criterios ni materiales ni formales para decidir sobre su pretendida verdad y contraponerla a la supuesta y contraria falsedad. Es decir, no disponen de ningún medio para distinguir la verdad de la falsedad fuera de sí mismas, de su lenguaje y de sus símbolos (no existe una autoridad capaz de decidir sobre la verdad o la falsedad de una teoría filosófica, una religión, una obra de arte). ¿Dónde radica entonces la pretendida verdad de la filosofía, de la religión, del arte o de otros saberes no empíricos aceptados por la humanidad? Considero que la magia de la palabra “verdad” o su prestigio ontològico (“si el ser es verdadero, lo verdadero es ser”) ha llevado a adjetivar con este concepto todo lo que estimamos importante. Y si no se trata de verdades, ¿entonces qué son? Y ¿en qué radica su impacto vital e histórico? Muy sencillo: porque tienen sentido, importancia, valor para alguien o para un grupo humano. En esta perspectiva, el arte, la filosofía, el mito, el poema, el cuadro, la religión, trascienden el calificativo de verdad, y no cabe entonces hablar de verdad, sino más bien de sabiduría (en su sentido etimológico de 'tener sabor') que se obtiene cuando se vive la experiencia del significado. Incluso el concepto hegeliano de “verdad”, entendido como ese inacabable proceso de compenetración y de penetración intelectual con la substancia, el mundo, la naturaleza, la humanidad, refleja exactamente el sentido de la palabra “sabiduría” Mas la sabiduría no puede transmitirse de manera inequívoca, como pretendemos hacerlo con el lenguaje veritativo. Un sabio, un poeta o un filósofo, con su poder de reflexión, la fuerza de su intelecto, su experiencia de vida, va más allá de los datos, descubre sus profundos significados, y eventualmente los expresa con elegancia. De ahí que ciertas frases y productos humanos, conocidos en un momento oportuno, se presenten a nuestra conciencia como saberes más impactantes, más determinantes y sustanciales que cualquier descripción objetiva de los hechos convirtiéndose incluso en guías supremas de la existencia, en concepciones del mundo, y toman el lugar de las “verdades absolutas” que, como seres “metafísicos”, no dejamos de buscar; como por
ejemplo, los textos de grandes pensadores de la humanidad, los sistemas filosóficos que en un momento organizan el caos del conocimiento o de la vida, las expresiones literarias, poéticas, estéticas o místicas. Como la expresión de la totalidad escapa a nuestros medios empíricos, el hombre no tiene otro camino que su conciencia para acercarse a ella, y las respuestas -filosóficas, religiosas, estéticas y demás- diferirán no en grado de verdad sino en su fuerza y claridad para presentar la totalidad a la conciencia pensante. Saberes de esta naturaleza no encajan en teoría alguna de la verdad y resisten cualquier intento de verificación y de análisis lógico, excepto en su coherencia con patrones o supuestos previamente admitidos ("Jesús es hijo de Dios ” es verdad en el cristianismo y falso en el islamismo)', son inefables, íntimos, indemostrables e incluso in-compartibles en cuanto experiencia personal. No pueden existir como verdades objetivas y, además, descubrimos su importancia sólo cuando estamos psicológicamente preparados. Para un hombre perdido en medio de la selva, el verso de Neruda “Cuánta noche cabe en una noche ” se toma más intensamente “verdadero” que la misma descripción de su extravío. La vivencia de un místico, cuando siente su unión con Dios - o con el universo, para darle razón a Spinoza- contiene quizás una dimensión vital incomprensible e incognoscible para un agnóstico. La vivencia de la música nos lanza al infinito y en palabras de Schopenhauer, “expresa en una lengua inmediatamente inteligible, pero no traducible en la lengua de la razón, la esencia más íntima de toda la vida”. Los creadores de obras de arte no estudiaron metodología de la invención artística; expresaron sus contenidos de conciencia sin pretensiones de verdad, pero con tal fuerza los dejaron resonando en el tiempo. La filosofía, el arte, la religión, la ciencia, la lógica... son creaciones del hombre, símbolos e interpretaciones... resultado de esa ininterrumpida búsqueda de sentido. Insensato sería ubicarlas en línea de competencia o privilegiar una sobre las otras, la verdad sobre la sabiduría... la probabilidad objetiva sobre la certeza intuitiva. Lo importante es no confundirlas ni mezclarlas arbitrariamente: cada una en su lugar, su oficio, su función.
Ejercicio Consideremos las seis caras de un dado y un lanzamiento; determine si la frase es posible,
probable, contradictoria o tautológica: 1. Saldrá el 6, 2. El dado mostrará un número entre 1 y 6. 3. El dado mostrará el 7. 4. Saldrá un número entre 1 y 4. 5. El dado caerá par. 6. Caerá el 5 o el 6. 7. Como hace 100 tiradas que no sale el 6, en la próxima sí saldrá el 6. 8. No saldrá el 6 9. Con los dos dados, sale cena Intente calcular la probabilidad numérica en cada uno de los casos anteriores.
Ejercicio ¿Cuáles de las siguientes afirmaciones son tautologías, contradicciones, posibles o probables? Sustente la respuesta. 1. Carlos ganará la carrera, pues le faltan tres metros y el segundo está 50 metros atrás. 2. Mañana saldrá el sol como todos los días. 3. El ex presidente Pastrana recibirá el premio Nobel de paz. 4. La persona que dice ser mi madre, es realmente mi madre. 5. Hitler está vivo o muerto. 6. Germán es obediente pero hace sólo lo que le da la gana. 7. Como Carlos es ingeniero y arquitecto, entonces es arquitecto. 8. Natalia ganará el campeonato ahora, como los dos años pasados. 9. Liliana está cantando, pero está en silencio. 10. El candidato líder en las encuestas ganará las elecciones. 12. El presidente de Rusia nos felicitará en el cumpleaños. enunciados t verdad
trascendente inmanente lógica
probabilidad mayor de 0,5
verosímil \
probabilísimo \
cierto
1 .1 0 A
d q u is ic ió n y j u s t if ic a c ió n d e l c o n o c im ie n t o
Admitida una afirmación -o conocimiento- como verdadera o al menos como creíble, cabe preguntarse cómo se adquirió (una lectura, un chisme, una clase, un momento de inspiración...) y cómo se justifica racionalmente. Esta distinción fue formulada, entre otros, por Karl Popper (1935) y Hans Reichenbach (1938) y se ha denominado contexto de descubrimiento-contexto de justificación. Incluso al estudiar la ciencia o exponer una tesis o afirmación caben estos dos tipos de enfoques: uno, averiguar la producción de las ideas, las circunstancias que dieron origen a ellas, cómo la persona llegó a tal conocimiento; el otro enfoque analiza las razones y argumentos que sustentan la afirmación, su consistencia, su verdad o falsedad. El primer enfoque interesa a la psicología, a la historia o a la cotidianeidad; el segundo, a la lógica de la ciencia, que se ocupa de los argumentos y las razones que se ofrecen para sustentar una hipótesis o una afirmación y no de las situaciones personales o históricas que le dieron origen. El innegable progreso de la ciencia se explica porque los científicos exigen la justificación de sus afirmaciones, ya sea mostrando hechos que las sustenten o diseñando teorías capaces de organizar, explicar y predecir nuevas realidades. Por el contrario, las personas que carecen de actitud crítica y racional formulan afirmaciones a la ligera, o de manera dogmática, sin presentar argumentaciones que las justifiquen racionalmente.
El contexto de descubrimiento -la habilidad para descubrir una idea promisoria y luego aprovechar sus implicaciones (pensemos en Einstein o en Pavlov, por ejemplo) sigue siendo un misterio; puede ser cualquier situación accidental, un sueño, un momento de inspiración, un chispazo intuitivo (extra-lógico) que no comprenden ni los mismos protagonistas. Descartes y Camap, ambos grandes filósofos, concibieron importantes tesis mientras sufrían de calenturas en la cama. El químico Kekulé trabajó largo tiempo infructuosamente tratando de establecer la fórmula estructural del benceno, y una tarde de 1865 encontró la solución mientras contemplaba las llamas de la chimenea, que danzando como serpientes, se enroscaban formando anillos cuando la cabeza de una llama alcanzaba su propia cola. Entonces se le ocurrió la ya familiar idea de representar la estructura molecular del benceno como un anillo hexagonal. Hasta aquí el proceso de descubrimiento. Pero mal habría hecho Kekulé si hubiera empleado esta historia para convencer a los demás colegas del descubrimiento. Que Newton hubiese concebido la ley de la gravitación cuando una manzana le cayó sobre la cabeza, puede ser una anécdota cierta, pero sería ridículo invocarla para justificar racionalmente esa ley (al parecer, Newton inventó ese cuento para despistar a las encopetadas damas londinenses, que a todas horas lo interrumpían para preguntarle cómo había logrado tan importante hallazgo). Una hazaña fue el descubrimiento experimental de la inducción electromagnética por Faraday, y otra la explicación física y matemática que dio Maxwell de ese fenómeno. Los grandes teóricos han tenido que elaborar todo un andamiaje lógico en sus disciplinas para justificar racionalmente las explicaciones científicas de la realidad. La lógica nos invita a ir más allá de las circunstancias accidentales que nos proporcionan conocimientos, para descubrir su razón de ser o su fundamento racional. Y el mejor método para mostrar la fundamentación racional de un conocimiento es mediante la elaboración de argumentos correctos; con argumentos es como exponemos o defendemos los conocimientos que consideramos verdaderos (excepto aquellos que se demuestran de manera ostensible, directa; como afirmar que “el cielo se ve azul”). Al lógico no le interesa el éxito de un argumento para convencer o cambiar criterios ajenos (eso le interesa a la psicología y a la retórica), sino la corrección del proceso, es decir, la validez de la inferencia.
1 .1 1 R
a z o n a m ie n t o s y a r g u m e n t o s
Aunque ambos términos se emplean como sinónimos conviene precisar que el argumento es la expresión lingüística, explícita y analizable de una operación mental llamada razonamiento, que ocurre en el entendimiento individual. Cuando razonamos, enlazamos varios juicios con el fin de llegar a una conclusión; este proceso se realiza generalmente de manera automática, inadvertida, dada la maravillosa potencia del cerebro humano, aunque algunos temas y problemas exigen alta concentración para llevarlos a la conciencia y relacionar los datos necesarios que se requieran para elaborar la mejor demostración o tomar la decisión acertada. Pero la lógica sólo podemos analizarla en el argumento. El argumento -expresión verbal o escrita del razonamiento- es entonces una serie de proposiciones de las cuales unas sirven de base para sustentar otra; a las primeras se les llama premisas y a la segunda conclusión. Las premisas se ofrecen para sostener, justificar, fundamentar, dar razones o evidencias en favor de una tesis o conclusión. El lenguaje posee infinidad de recursos para organizar un argumento; de tal manera que sólo la lectura cuidadosa y el análisis del texto permiten distinguir la conclusión de las premisas; así, un buen lector debe ser capaz de distinguir en un discurso la conclusión que se defiende, de las afirmaciones en que se apoya, y de otras frases irrelevantes o emotivas que se introducen en los discursos. Se argumenta para demostrar una afirmación, tipificar una conducta, hacer cumplir un acuerdo, refutar una demanda, justificar, demostrar o persuadir. La conclusión de un argumento se acepta cuando está bien fundamentada, se niega en caso contrario, o se piden aclaraciones cuando la encontramos incompleta o imprecisa.
Existen en nuestra lengua palabras indicadoras de las premisas y la conclusión. Veamos algunas: De la conclusión: Luego, por lo tanto, por consiguiente, entonces, se sigue, así, como resultado, en conclusión, por esta razón, en consecuencia, etc. De las premisas: Puesto que, con base en, en tanto que, dado que, asumiendo que, porque, como, considerando, pues, etc.
Ejercicio Construya argumentos empleando estas palabras indicadoras.
La estructura básica de un argumento es: premisa 1, y premisa 2 , y premisa 3... y premisa n. Por lo tanto: conclusión. Es decir, dadas tales o cuales premisas (hechos, supuestos, principios, etc.) se sigue o se infiere tal conclusión. Se observa que el argumento tiene la forma de una implicación (si se da A, B, C, se sigue D), donde las premisas (A, B, C) se afirman como verdaderas, por lo cual se espera que la conclusión (D) también lo sea. La afirmación “si deterioramos el ambiente destruimos especies ” es una mera implicación. Sería argumento si además afirmara que, de hecho, “deterioramos el ambiente", por lo tanto “estamos destruyendo especies ” “Si aumentamos la producción disminuirá el desempleo ” es una mera implicación; sería argumento -y tendría algún valor político- si se afirmara o estableciera cómo “aumentar la producción”, lo cual nos conduciría realmente a concluir que “disminuirá el desempleo ” (observen los lectores cómo casi todos los políticos en sus discursos preelectorales no hacen otra cosa que presentarle al pueblo bellas implicaciones y las personas, ingenuamente, admiten el consecuente de la implicación como si se tratara de un hecho comprobado). Para que una discusión sea fructífera los participantes como mínimo deben compartir premisas (datos, valores, supuestos, etc.). “Con Gódel y Pauli -se quejó Russell- nunca conseguimos alcanzar unas premisas
sobre las que debatir”, de modo que tales genios no pudieron hablar sino sobre el clima y frivolidades. No toda actividad intelectual exige premisas y conclusiones; las narraciones, descripciones o novelas no suelen contener argumentos para fundamentar (pero sí deben conservar unas relaciones lógicas correctas para ser comprendidas). El lenguaje es rico y variado para expresar argumentos. En algunos casos la conclusión no se enuncia explícitamente, sino que se espera que el lector la infiera de las premisas dadas (alguno de los dos pagará la cuenta, y hoy no seré yo), o se omite una premisa (Carlos es ateo, lo cual demuestra que no se requiere creer en Dios para ser una buena persona). Frecuentemente se introducen en los argumentos frases extrañas a la conclusión, o también expresiones emocionales encaminadas a lograr la adhesión del interlocutor, más que a convencerlo racionalmente. Aristóteles analizó muy bien este tema -como tantos otros- y distinguió entonces los razonamientos analíticos de los dialécticos. Los analíticos son aquellos que transfieren el contenido de las premisas a la conclusión; son demostrativos. Los dialécticos tienen por objeto persuadir por medio del discurso; intentan convencer o callar al adversario, más que demostrar la verdad. El paso de las premisas a la conclusión en un argumento puede tener diversos fines: explicar, verificar, ilustrar y, el que más nos interesa, demostrar cómo una afirmación se sustenta en otras. El primer paso es saber si se trata de un argumento o si son meras afirmaciones independientes; luego distinguir en el argumento las premisas de la conclusión, y éstas de las afirmaciones emocionales o irrelevantes; no existen métodos mecánicos para ello, es preciso no sólo poder leer, sino saber leer.
Ejercicio a. En los siguientes párrafos subraye con línea continua (___) la(s) conclusión(es), y con línea punteada (— ) las premisas. Donde encuentre meras afirmaciones, no subraye. Observe que la conclusión no tiene que estar colocada al final del argumento; puede encontrarse en el comienzo, o en la mitad, de acuerdo al estilo retórico de cada uno. 1) Los cuerpos celestes deben moverse en círculos, pues ésta es la figura geométrica perfecta, y en los cielos ha de prevalecer la perfección. 2) No asistiré al partido. Me encuentro cansado.
3) Como el nuestro es por excelencia un país contradictorio, resulta natural que sus gobiernos también lo sean. Y que ofrezcan, en consecuencia, muchas facetas encontradas al juicio de la opinión, con lo cual cada persona escoge para criticar las muchas que inevitablemente le desagradan y difícilmente se acuerda de las que le gustan o le conciernen. Un análisis desapasionado de la situación nos dirá realmente en qué estamos. 4) Primero fue la muerte accidental pero sospechosa del economista Diego Domínguez, quien descubrió ia defraudación de los trece y medio millones de dólares. Ahora, la muerte violenta del congresista José A. Vargas quien investigaba lo relacionado con ese robo y se disponía a hacer el debate correspondiente. Si las circunstancias que rodearon la muerte del primero de los personajes no facilitaron la certeza de que en ella intervinieron manos criminales, la del segundo no deja ninguna duda de esa intervención criminal. 5) “Procurar la propia felicidad es un deber, pues el descontento con la propia condición, junto a la presión de las preocupaciones y necesidades insatisfechas, pueden fácilmente convertirse en una gran tentación a transgredir los deberes” (Kant). 6) Ni el gobierno, ni el conservatismo, ni el liberalismo van bien en sus pasos. Al primero no le va bien porque a la triste situación económica se aúna el intenso invierno con su devastadora presencia; al liberalismo, porque sordo y ciego no acaba de entender que su vigencia política depende mucho más de un examen histórico retrospectivo que de las vacuas fórmulas mecánicas en las que está enredado; al conservatismo, porque descontento en su intimidad con la política del presidente Betancurt sigue silencioso bajo su alero, con la única justificación de aprovechar las herramientas del poder para ganar las próximas elecciones. Una comedia de equivocaciones viene presidiendo de tiempo atrás la política colombiana, y la enturbia y espesa con grave detrimento para el país y evidente daño para la conciencia pública. 7) En el país proliferan y medran los expertos manipuladores de la política que se mueven según sopla el viento del oportunismo, limitándose a fabricar programas que se apoyan en encuestas previas de opinión pública, gracias a las cuales creen saber lo que resulta más rentable de las elecciones. Conciertan uniones filosóficamente imposibles con las cuales hacen más patente aún su falta de personalidad política e identidad ideológica. 8) “Cualquier tipo de violencia termina por restringirse a sí misma, puesto que origina una contra violencia que, antes o después, la igualará o incluso la superará. La bondad, en cambio, obra de manera sencilla y permanente” (Schweitzer). 9) “La ciencia siempre ha sido polémica. Ha sido bienvenida por algunos por su dedicación a la solución racional de problemas y por el progreso del conocimiento que puede probarse. Otros la han rechazado por su oposición al pensamiento tradicional y sus ataques al misticismo. En la actualidad la defienden aquellos que valoran el alto nivel de vida que proporciona, mientras que otros la critican pues creen que está mal dirigida o porque es una fuerza que marcha indiferente a las preocupaciones humanas” (Kneller, G. La Ciencia en cuanto Esfuerzo Humanó). 10) Darwin argumentó su doctrina a partir de hechos bien conocidos en su tiempo: la tendencia de los organismos a reproducirse en exceso, la tendencia de las poblaciones de organismos a permanecer constantes en número, y la variación que existe entre los retoños de una misma camada; como los individuos tienden a reproducirse en exceso y se observa un instinto de conservación, debe darse una lucha por la existencia, y las variaciones de los retoños que ayuden a sobrevivir tienden a perpetuarse.
11) “Si se refiere nuestro razonamiento a asuntos públicos o a algún otro tema, debemos conocer, si no todos, algunos de los hechos acerca del tema sobre el cual vamos a argumentar. De lo contrario, no tendremos elementos con los cuales construir razonamientos” (Aristóteles). 12) Las nubes en el cielo se agrupaban presagiando una tormenta y la angustia se apoderaba de los caminantes, quienes ya creían que no llegarían a su destino. 13) En las grandes tormentas suelen caer rayos, así que preparémonos, porque ya se aproxima una. 14) El ciudadano que valora tanto su independencia que no se afilia a ningún partido político, en realidad está enajenando su independencia, pues renuncia a compartir la adopción de decisiones en el nivel primario: el de la elección de candidato. b. Lea cuidadosamente y piense qué conclusión, de las señaladas al final, se desprende del siguiente pasaje: “La sexualidad, como cualquiera de las funciones o actividades del ser humano, es el resultado de la interacción de la evolución biológica y del medio ambiente sociocultural; ella tiene varias finalidades, pero las dos principales son la reproductora y la placentera. La primera es la más antigua en la filogenia y por ello es común a seres humanos y animales inferiores; esta función reproductora no singulariza al Homo Sapiens y puede ser considerada como una función esencialmente animal, como lo son la nutrición y la locomoción. La segunda, por el contrario, es de muy tardía aparición filogénica; concretamente, sólo existe en su plenitud desde el momento en que la evolución de la corteza cerebral permitió a nuestros antepasados primates franquear el umbral de la hominización y adquirir la función intelectiva propia del hombre. Efectivamente, la función erótica, entendida como “el ejercicio consciente del placer sexual”, es la culminación evolutiva de la sexualidad, y se le puede llamar humana con toda propiedad. En los animales inferiores, la sexualidad es un simple mecanismo de perpetuación, pero el hombre está capacitado para trascender el mero aspecto reproductor de la sexualidad” (Alzate, Helí. Sexualidad Humana). - El erotismo depende de la procreación. - Es más importante el erotismo que la procreación. - En el hombre se puede dar independencia entre erotismo y procreación. - En el hombre siempre se dan juntos el erotismo y la procreación. - La función reproductora no singulariza al Homo Sapiens.
Veamos ahora cómo pueden diagramarse argumentos señalando la relación entre premisas y conclusión. Se invita al lector a realizar ejercicios semejantes analizando editorialistas serios. 1. Los cambios en el poder político son violentos o pacíficos (1). El cambio que llevó al comunista Salvador Allende a la presidencia de Chile no fue violento (2), por tanto fue pacífico (3). Los cambios pacíficos dejan activa la oposición (4) que hará todo lo posible por retomar el poder (5), así que ella hizo todo lo posible por destruir a Allende (6), y como sabían que los cambios pacíficos dejan activa a la oposición (4) entonces decidieron realizar una revolución
violenta (7). En la violencia se derrama sangre inocente (8), por tanto en ese cambio que tumbó a Allende murieron inocentes (9). 1+2
3+ 4 + 5 6+4
^+8 i 9 2. El cheque será inválido a menos que se consigne en los próximos 30 días (1). El cheque fue firmado el 2 de septiembre (2) y estamos a octubre 8 (3), por tanto el cheque es ahora inválido (4) y como no puedo cobrar un cheque inválido (5), no podré disponer de ese dinero (6). Tengo una deuda con usted (7), así que tendrá que llenarse de paciencia mientras dispongo de otros fondos (8). 1+2 + 3
I 4+5
I 6+7 8
3. El gerente no podía saber que faltaba dinero en la caja (1) porque no tenía acceso a las claves (2). Y de enterarse que faltaba dinero (3), dada su responsabilidad bien conocida (4), no hay motivo para creer que no lo hubiera reportado (5). Por esto creemos que no puede culparse (6), y como el dinero se perdió de hecho (7) tendremos que buscar otro culpable (8). 2
3 + 4
i
+
1
5
>1 *
6+7
I
8
4. Alguien debía estar en la casa (1); quizás estaba filmando (2) porque salía humo de cigarrillo de la ventana (3), y además había un carro estacionado frente al garaje (4).
3 2+4
1 1 5. Adriana es una persona interesada en el tema (1) porque se encuentra en el salón (2) a una hora tan incómoda que sólo los muy interesados harían el sacrificio de asistir (3). Sin duda estará muy atenta (4). Yo, por mi parte, la pasaré muy aburrido (5) 2+3
i 4
5
6. Carlos perderá el pleito (1) porque no se preparó bien (2), los hechos están en su contra (3) y el abogado de la contraparte es un reconocido experto en el caso (4), que además, se viste a la moda (5). Así las cosas, es probable que no le renuevan el contrato (6), y tendrá entonces que empezar a buscar otros compromisos laborales (7). 2 + 3+4
i
1+6 i
1
7. Con seguridad que ninguno de los asesores filtró la información confidencial (1) y la prensa divulgó el secreto (2). Debe realizarse una investigación que cobije a los otros allegados al presidente (3).
1+2
+ I
(conclusión implícita: alguien diferente debió filtrar la información)
3 8. C es ateo (1) lo cual demuestra que no se requiere creer en Dios para ser una buena persona (2).
1 + 3 Premisa supuesta: Carlos es una buena persona (3)
i
2
9. Si usted fuera mi amigo no habría recibido dinero de narcos a mis espaldas (1). Sugiere una premisa: usted recibió dinero a mis espaldas (2), y una conclusión: usted no es mi amigo (3).
1+2 i 3
10. Estoy seguro que el líquido que sale debajo del carro es agua (1). En el motor hay solamente tres líquidos, a saber, agua, gasolina y aceite (2). El líquido que sale no es aceite (3) porque carece de viscosidad (4) y tampoco es gasolina (5) porque no desprende olor (6). (En este caso se dan varios supuestos: que el aceite es viscoso (7), que la gasolina desprende olor (8) y que un líquido sale del motor (9). Proponemos dos diagramaciones: 4+7
2+9
6+8
i 3
5 + 2+9
£L±4)
+
q±6)
razonamientos argumentos ^ —— (val. o inv.)
premisas (punto de partida, V o F.) conclusión (punto de llegada)
1 .1 2 F o r m a
y c o n t e n id o d e l o s a r g u m e n t o s
Toda ciencia trata de reducir la diversidad de los temas que estudia a esquemas simples; la física y la química, por ejemplo, emplean fórmulas, símbolos y gráficos para representar las propiedades y relaciones de los objetos, átomos y moléculas que describen. A la lógica formal deductiva no le interesa ni el tema ni el contenido de los argumentos (si así fuese, abarcaría todo el saber) sino la forma o la estructura de los mismos, pues de ella depende la relación entre las premisas y la conclusión. El contenido del argumento, la verdad o falsedad de sus elementos, interesa a quien hace uso de la lógica. El uso de formas, símbolos, números, como hace la matemática, por ejemplo, es cuestión de economía lingüística. Una expresión formal contiene variables -letras o signos- que no designan nada en concreto pero que pueden reemplazarse por nombres. Así, en la expresión X es Y, Xpuede ser Liliana, Albeiro, Luis, Carlos, etc. mientras que Y puede ser cantante, policía, etc. Veamos algunos argumentos y su forma correspondiente:
(p) señala las premisas ./. indica la conclusión
a)
Guillermo es poeta o pianista Guillermo no es poeta ./. Guillermo es pianista.
(P) (P)
b) Juan fue a la biblioteca o a la cafetería Juan no fue a la biblioteca ./. Juan fue a la cafetería.
(p) (p)
c) Esta obra es romántica o es clásica (p) No es clásica porque no obedece a los patrones clásicos (p) ./. Es romántica. d) Las esculturas son gordas o no son de Botero (p) Esta escultura no es gorda (p) ./. Entonces no es de Botero. e)
Es una de estas dos llaves, la blanca o la negra (p) Ensayo la llave blanca y no funciona (p) /. Entonces debe servir la llave negra.
Estos argumentos poseen contenidos muy diferentes. Uno se refiere a Guillermo, a sus aficiones, otro a Juan, al lugar adonde fue, otros a las artes, y el último a una situación cotidiana. La forma, sin embargo, es la misma y puede representarse de dos maneras empleando símbolos, así: Po Q PvQ No es el caso que P ~P Por consiguiente, Q ./. Q Y como pueden observar, se trata de una forma válida; es decir, en cualquier argumento que tenga esta forma, las premisas sustentan perfectamente la conclusión, de tal manera que si las dos premisas fuesen verdaderas, la conclusión tendría que serlo. En síntesis: la forma o estructura lógica y gramatical de un argumento es lo que le confiere su fuerza. Analicen los siguientes casos: a) Todos los X son Y; w es X; por lo tanto w es Y b) La mayoría de los X son Y; w es X; por lo tanto w es Y c) Algunos X son Y; w es X; por lo tanto w es Y
Si reemplazamos X sonY por «funcionarios son sobomables», y w es X por «Sinforoso es funcionario», la conclusión en los tres casos será: Sinforoso es sobomable, pero en a) se desprende totalmente de las premisas, en b) se desprende parcialmente, y en c) no se deriva en absoluto de las premisas. Así que si las dos premisas fueran verdaderas, en a) la conclusión sería necesariamente verdadera, en b) probablemente verdadera y en c) nada podríamos decir sobre su verdad. Como veremos más adelante, al analizar la forma de un argumento deductivo debe prestarse especial atención a los cuantificadores {todos, ninguno, etc.) y a los llamados conectores lógicos (no, o, si, entonces, etc.), y en los inductivos a las expresiones casi siempre, aproximadamente, la mayoría, probablemente, etc.
Ejercicio Llene con ejemplos las siguientes formas arguméntales; cambie un tipo de línea por una palabra. 1)
Todo_______e s _______ ............no e s ________ ./.................. no es
(p) (p)
2)
S i ............ entonces__________
(p) (P)
3)
Si p, entonces q Si q, entonces r ./. Si p, entonces r.
(p) (p)
La relación de consecuencia que existe entre las premisas y la conclusión es de naturaleza formal, porque se mantiene con independencia del significado de los términos que constituyen el contenido del argumento. Por ejemplo, la forma argumental “todo A es B, todo B es C, por tanto todo A es C” es perfectamente válida en cualquier situación: si fuera verdad que “todos los marihuaneros viven en la onda” y que “todos los ángeles son marihuaneros”, tendríamos que aceptar que “todos los ángeles viven en la onda”; igualmente,
si acepto que “todo Bugalú es Mapalú, y todo Mapalú es Pululú”, se sigue necesariamente que “todo Bugalú es Pululú”, así no entendamos el significado de esas palabras. Dos observaciones finales: la lógica informal acude a menudo a los formalismos, pero también se ocupa de otros aspectos (lingüísticos, psicológicos, sociales, etc.) de los argumentos y, segundo, el estudio de las formas de argumentos es propio de la lógica formal deductiva, pues aún no se han establecido las formas válidas de los argumentos inductivos; en este campo todavía nos entendemos con aproximaciones razonables.
1.13
V a l id e z
e in v a l id e z d e l o s a r g u m e n t o s
La lógica podríamos definirla como la ciencia de los argumentos y los argumentos pueden ser válidos o inválidos. Cuando la conclusión se deriva o desprende de las premisas se trata de un argumento válido, de tal manera que si hemos aceptado la verdad de las premisas tendremos que aceptar la verdad de la conclusión; será inválido en el caso contrario, o sea, cuando las premisas no apoyan o fundamentan la conclusión. Por ejemplo: “Cuando llueve me quedo en casa y como está lloviendo me voy al cine ”, es obviamente un argumento inválido, pero si concluyo con las mismas premisas que "me quedaré en casa ”tendré un argumento válido. La validez o invalidez es una propiedad de los argumentos, así como la verdad o falsedad es una propiedad de las proposiciones. El valor de un argumento o la calidad de una demostración no dependen del gusto, ni del sentimiento, ni la evidencia interna (al estilo de Descartes o de quienes se dejan llevar por su intuición) sino de que el argumento correspondiente tenga la propiedad de ser válido, es decir, que sus premisas apoyen o fundamenten la conclusión.
Un argumento válido puede presentar premisas falsas pero, aun así, su conclusión se respaldará en las premisas. Por ejemplo, si “todos los equilibristas viven borrachos” (falso, suponemos), y “todos los borrachos carecen de equilibrio ” se sigue, válidamente, que “todos los equilibristas carecen de equilibrio ” De ahí la importancia de examinar cuidadosamente las premisas -ya sean hechos o principios- antes de comprometerse con un juicio o una
decisión. Análogamente, que un argumento conste de premisas verdaderas y su conclusión sea verdadera, no significa que sea válido. Por ejemplo, del hecho de que “todos los políticos son elocuentes” (verdadero) y “todos los elocuentes son seductores” (verdadero) no se puede inferir válidamente que “todos los políticos son mentirosos ” (lo cual parece ser verdadero aunque el argumento sea inválido). Veamos la siguientes formas arguméntales (cada una con dos premisas y una conclusión) y distinga el lector las válidas de las inválidas: 1) A v B -A ./. B
Se da A o se da B No se da A Se da B
2) A v B 3) A v B 4 )-A v B A -B -B . /. B . /. A ./. -A
5 )A v -B A ./. B
(premisa) (premisa) (conclusión) 6 )-A v -B —A ./. -B
7)A vB A ./. -B
Como ven, son argumentos disyuntivos: la primera premisa expresa un enunciado disyuntivo con oraciones afirmativas (A, B), mixtas o negativas (-A, -B) y significa que puede darse una de las dos o ambas, lo cual implica únicamente que si se niega una, necesariamente debe afirmarse la otra. Así que las formas válidas serán la 1) y otras tres más.
Ejercicio Construya argumentos de los siguientes tipos: 1) Válidos con premisas verdaderas (usuales en ciencias naturales) 2) Válidos con premisas falsas (comunes en sistemas filosóficos) 3) Inválidos con premisas y conclusión verdaderas (de la vida cotidiana) 4) Inválidos con premisas verdaderas y conclusión falsa (propios en política)
Ejercicio 1. ¿Qué opina sobre la validez o invalidez de las siguientes formas arguméntales? a) X es diferente de Y
X tiene la propiedad Z ./. b)
Y no tiene la propiedad Z.
Todo A es B X tiene la propiedad A ./.
c)
X tiene la propiedad B.
Si A entonces B Si B entonces C No es verdad que C ./.
No es verdad que A
2. ¿De (a) se sigue (b)? (a) Todos los viajeros disfrutaron. (b) algunos viajeros disfrutaron. (b) algunos viajeros no disfrutaron. (a) Algunos discípulos superan a sus maestros. (b) Algunos maestros no superan a sus discípulos. (a) Todos los laureados con el premio Nobel son famosos. (b) Algunos laureados con el premio Nobel no son famosos. (b) Algunos famosos son laureados con el premio Nobel. (a) Ningún colombiano es astronauta. (b) Ningún astronauta es colombiano. 3. Analice las siguientes formas arguméntales y señale en el espacio previsto (____ ) si la tercera línea, la conclusión, se deriva o no de las dos premisas. Más adelante aprenderá las técnicas para determinar dónde acertó. Veamos el primer caso: primero nos dicen que los M se hallan todos incluidos dentro de los P (lo cual no implica que M sea igual a P, sino que P puede ser mayor que M) y luego añaden que los S se hallan completamente excluidos de los M; de esta manera, estando los S fuera de los M, es posible que se hallen también dentro del grupo mayor P, por tanto no puedo afirmar que Ningún S es P Por ejemplo, si es verdad que todo Mamífero es Peludo y que ningún Sofá es Mamífero, no se sigue que Ningún Sofá es Peludo, pues de hecho, hay sofás que son peludos. En el caso siguiente (b) sí se sigue la conclusión.
a)
Todo M es P
(p)
b)
Ningún P es M
Ningún S es M (p)
Algún S es M
./. Ningún S es P _
./. Algún S no es P
c)
e)
g)
Algún M no es P
d)
Todo P es M
Todo S es M
Algún M no es S
./. Algún S no es P
./. Algún S no es P
Ningún P es M
f)
Algún P no es M
Algún M es S
Todo S es M
./. Algún S no es P
./. Algún S no es P
Todo M es P
h)
Algún S no es M
Todo M es S
./. Algún S no es P
./. Ningún S es P ______
Ningún M es P
j)
Ningún M es P
Algún P es M
Algún M es S
Todo M es S
./. Algún S no es P
./. Algún S es P
La validez ha sido el criterio para evaluar la calidad de los sistemas matemáticos, filosóficos, jurídicos, ideológicos. Podríamos afirmar que el pecado capital de un matemático, de un filósofo o de quien se precie de serlo, es cometer inconsistencias o caer en contradicciones, ¡y no pocos estarían condenados por ello! incluso el insigne Santo Tomás, quien al tratar de demostrar racionalmente la existencia de Dios aduciendo que “todo lo que existe tiene una causa”, termina proponiendo la existencia de un ser incausado; o argumentando a partir del hecho innegable del movimiento en el universo, llega a la postular la existencia de un “motor inmóvil llamado Dios” que imparte el movimiento, o sea, al final del argumento niega el principio que lo condujo a la conclusión. Descartes, es sin duda un gran matemático, pero un mal filósofo por las continuas salidas en falso que encontramos en sus textos (geniecillos malignos, glándula pineal como sede del alma, dice confiar sólo en su razón pero termina invocando la garantía divina, etcétera.) Marx es otro ejemplo no menos elocuente de inconsistencia: su interpretación de la historia, tan recia y atractiva, termina autodestruyéndose, pues cuando llega a la etapa de la revolución del proletariado, Marx pierde su sentido histórico,
se olvida de las premisas que lo condujeron a su conclusión (la dialéctica continua en la sociedad) y hace lo mismo que les reprocha a los liberales: elimina la historia, los conflictos de clase cesan de existir, el antagonismo social desaparece, se esfuma la dialéctica y, por ende, la dinámica de la historia... (y como la realidad no se deja imponer teorías, los sistemas sociopolíticos inspirados en el marxismo tenían que derrumbarse, y quedamos en espera de otra solución para el problema de la desigualdad social).
válida contenido
1 .1 4 D e d u c c ió n
e in d u c c ió n
Decíamos que los argumentos pueden ser válidos o inválidos; dejemos a los inválidos por fuera -son incontables, pues hay infinitas maneras de equivocarse- y nos ocupamos desde ahora de los válidos, que pueden ser de dos tipos: deductivos o inductivos. En los deductivos las premisas apoyan totalmente la conclusión, así que una vez aceptadas las premisas tendremos necesariamente que aceptar la conclusión; en los inductivos las premisas ofrecen un alto apoyo, pero no total, a la conclusión (más del 50%) de tal manera que aceptadas las premisas diremos que su conclusión es probable. La fiierte tradición filosófica escolástica y sistemática -interesada sobre todo en el proceso de justificación racional- privilegió la inferencia deductiva, de tal manera que la mayoría de los tratadistas de lógica reservan el calificativo de “válido” sólo para los argumentos deductivos, desdeñando los inductivos. Pero la ciencia moderna demostró la importancia de aceptar conclusiones probables, y así entró en la lógica el estudio de los argumentos inductivos. Por éstas y otras razones que expondré luego (2.1), considero que la lógica actual, en particular la lógica informal, debe ocuparse tanto de la deducción y de la inducción como procesos inferenciales válidos, dado su papel en la ciencia y la vida diaria. Dijimos que los argumentos deductivos están construidos de manera que sus premisas ofrecen apoyo total a la conclusión, y cumplen este requisito: si las premisas son verdaderas, la conclusión tiene que ser verdadera. ¿Por qué?
Porque la información de la conclusión se halla contenida en la premisas; contenida lógicamente, mas no psicológicamente. Esto significa que cuando pensamos en alguna proposición o grupo de proposiciones no captamos mentalmente todas sus consecuencias lógicas. Como sucede con la geometría: por el hecho de entender sus axiomas y postulados, no logramos captar los posibles teoremas que se derivan de ellos. La deducción requiere esfuerzo mental, habilidad, o ambas cosas, para relacionar creativamente las informaciones, las reglas, los supuestos, y derivar de ellos sus implicaciones. De manera semejante, todas las partidas y jugadas de ajedrez se encuentran lógicamente contenidas en las reglas del juego, y se derivan lógicamente de ellas; los grandes maestros son capaces de inferir (lógica y psicológicamente) más posibilidades de combinación de las fichas y seleccionar la jugada más conveniente a largo plazo. Es la forma del argumento deductivo lo que le otorga su validez. Por ejemplo, la forma del siguiente argumento siempre nos ofrecerá deducciones válidas. Todos los S son M, y Todos los M son P, Luego, todos los S son P. La forma del argumento está dada por las variables S, M, P y el cuantificador “todos”; si hacemos las dos premisas verdaderas, la conclusión será necesariamente verdadera. En otras palabras, la lógica deductiva busca, analiza y sistematiza aquellos modos de razonar que, con premisas verdaderas, conducen necesariamente a conclusiones verdaderas. Resumiendo, en un argumento deductivo válido: -si las premisas son verdaderas, la conclusión también lo será. -es imposible que las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa. -las premisas implican la conclusión. -las premisas proporcionan apoyo total a la conclusión.
-La información contenida en la conclusión está completamente contenida en las premisas. En los argumentos inductivos la conclusión no se halla completamente contenida en las premisas, pero sí parcialmente. De ahí que en un argumento inductivo, cuando las premisas son verdaderas, la conclusión será probablemente verdadera (las premisas le confieren una probabilidad mayor de 0,5 a la conclusión); es decir, dadas las premisas esperamos que ocurra la conclusión y no lo contrario de lo que ella afirma. Por ejemplo, si 9 de los 10 diagnósticos del doctor Gonzalo han sido acertados, creemos que el próximo será acertado. Es preciso captar bien la forma de un argumento para determinar si se trata de una deducción, una inducción o un argumento inválido. Consideremos por ejemplo la conclusión “Mañana saldrá el sol”, y como posibles premisas una de las siguientes: 1) Todos los días sale el sol. 2) En todo el tiempo pasado ha salido el sol. 3) Ayer salió el sol. La primera premisa hace al argumento deductivo, pues si se afirma que “todos los días sale el sol” y “mañana será otro día”, se sigue necesariamente que el sol saldrá. La segunda le otorgará una alta probabilidad a la conclusión, pues se refiere sólo a una regularidad observada. Y en el tercer caso, el argumento quedaría inválido, pues la alusión a un sólo caso anterior permite apenas inferir la posibilidad de que el mismo se repita, pero no da garantías sobre probabilidad, y menos aún sobre necesidad de que reaparezca.
DEDUCCIÓN
INDUCCIÓN
Tradicionalmente se ha entendido la inducción como el razonamiento que partiendo de hechos o fenómenos particulares, llega a generalizaciones o leyes universales. Hoy se considera insuficiente esta definición, repetida en textos populares. Por otra parte, el filósofo Hume expuso con impecable argumentación la debilidad intrínseca de la inducción y su inevitable presencia en el conocimiento; en efecto, una generalización obtenida por inducción (todos los diamantes son duros), introduce un factor ajeno a la experiencia directa (incluirlos a “todos”), la cual sólo nos permite captar la coincidencia o secuencia de eventos, pero no una relación necesaria entre ellos. Ese “algo más” que proporciona la inducción, ese ir más allá de las premisas, constituye precisamente su riesgo y su ventaja sobre la deducción, y se conoce en la filosofía como “el problema de la inducción”. Recapitulando, en un argumento deductivo con premisas verdaderas, la conclusión es necesaria, y su falsedad imposible, y en un argumento inductivo fuerte con premisas verdaderas, la conclusión es probable y su falsedad improbable, es decir, se le apostaría más a la conclusión que a su contraria.
Ejercicio (algunos extractados de Copi) a) Distinga los razonamientos inductivos de los deductivos en los siguientes pasajes. Recuerde que debe identificar las premisas y la conclusión, y si ésta se desprende totalmente de las premisas, es deductivo; si es apoyada sólo parcialmente, inductivo. 1. Puesto que las pruebas demuestran que se necesitan al menos 2.3 segundos para accionar el cerrojo del rifle de Oswald, obviamente éste no pudo haber disparado tres veces, hiriendo a Kennedy dos veces y una a Connally en 5.6 segundos o menos. 2. Puesto que el hombre es esencialmente racional, la constante reaparición de la metafísica en la historia del conocimiento humano debe tener su explicación en la estructura misma de la razón. 3. Puesto que el profesor de lógica ha llegado cumplido a las últimas clases, hoy también empezaremos la clase a tiempo. 4. Al tratar de comprender los elementos de que se componen los fenómenos mentales, es de gran importancia recordar que, desde los protozoarios hasta el hombre, en ningún punto se abre un abismo muy grande de estructura o de conducta. A partir de este hecho es una inferencia altamente probable la de que tampoco existe en ningún punto un abismo mental muy amplio.
5. Señor: Su ensayo incluye la siguiente declaración: “puesto que las pruebas demuestran que se necesitan al menos 2.3 segundos para accionar el cerrojo del rifle de Oswald, obviamente éste no puede haber disparado tres veces hiriendo a Kennedy dos veces y una a Connally en 5.6 segundos o menos”. Este razonamiento que ha aparecido en muchas publicaciones desde el asesinato es defectuoso y me sorprende que no lo hayan refutado antes. Suponiendo que el cerrojo del rifle de Oswald pudiera ser accionado en efecto en 2.3 segundos entonces Oswald pudo disparar tres tiros en menos de 5.6 segundos, pues el cronómetro comenzaría a funcionar al disparar el primer tiro, el segundo tiro sería disparado cuando el cronómetro indicara 2.3 segundos y el tercer tiro se dispararía al indicar el cronómetro 4.6 segundos. Al parecer, usted ha pasado por alto el hecho de que durante el tiempo necesario para disparar 3 tiros sólo es necesario accionar el cerrojo dos veces. 6. He tomado los cinco taxis de esta ciudad y los choferes han querido estafarme. Todos los choferes de taxis aquí son estafadores. 7. La ciencia natural, como forma de pensamiento, existe y siempre ha existido en un contexto histórico y depende para su existencia del pensamiento histórico. De esto me aventuro a inferir que nadie puede comprender la ciencia natural si no comprende la historia; y nadie puede responder la pregunta acerca de qué es la naturaleza si no sabe qué es la historia. 8.
Sólo puede haber un universo puesto que todo lo que esté fuera de él por estarlo se hallaría relacionado con él y subordinado a él de modo que en definitiva formaría parte de él.
b) En los siguientes textos, trate de inferir una conclusión correcta de las premisas dadas. Si no es posible, explique el por qué 1) Las plantas son fanerógamas o criptógamas. Esta planta no es fanerógama. Por tanto... (Observe que no necesita saber el significado de las palabras o la verdad de las frases para realizar el proceso lógico). 2) Los tigres tienen alas, y todos los seres alados cantan. Por tanto ... 3) Leonardo se encuentra leyendo el Quijote, y nadie menor de tres años sabe leer... 4) Todos los elementos radiactivos emiten partículas alfa, y el uranio es un elemento radiactivo. Por tanto... 5) Los estudiantes jugaron muy bien y no perdieron el partido. Por tanto... 6) Todo cetáceo es pez. Ningún pez es animal acuático. Luego, ningún ... 7) Algunos animales acuáticos no tienen cerebro. Todo vertebrado tiene cerebro. Luego, algunos animales acuáticos... 8) Todo insecto es animal articulado. Algunos insectos no tienen alas. Luego, 9) Todo movimiento mecánico se convierte en calor. Algunos movimientos mecánicos se convierten en reacciones químicas. Luego,
10) Todo acontecimiento social está condicionado por el desarrollo económico. Todo progreso científico es un acontecimiento social. Por tanto... 11) Los terremotos provocan grandes daños; se han dado grandes daños en mi ciudad. Por tanto... 12) Si algo tuvo una causa, comenzó a existir en algún momento. El universo es eterno. Luego... 13) Todos los perros son vertebrados y algunos de aquéllos no son domesticables. Luego, algunos ... 14) Lo que es contrario a la razón, lo es a las verdades absolutamente ciertas, y lo que es superior a la razón, sólo a lo que acostumbramos experimentar y comprobar. Los milagros son superiores a la razón. Luego... 15) Si el papá lo reprende con severidad el niño llorará; el papá no lo reprendió de manera severa. Luego... 16) Ningún mortal puede detener las señales de envejecimiento, por más operaciones o cremas a que acuda. Por lo tanto...
argumentos válidos
\— deductivos: la conclusión se deriva \
necesariamente de las premisas inductivos: la conclusión se apoya parcialmente; es probable; es más razonable aceptar la conclusión que su negación
1 .1 5 A
r g u m e n t o s s ó l id o s
Como hemos visto, la mera validez no satisface el afán de justificación racional, excepto en aquellos sistemas, ideologías o filosofías que no precisan confrontarse con los hechos. Pero cuando se trata de entender la realidad tal como es, tal como funciona, es preciso estructurar argumentos válidos cuyas premisas, además, sean verdaderas: este tipo de argumentos se denominan sólidos; así, la conclusión del argumento será verdadera (cuando es deductivo), o habrá una alta probabilidad de que lo sea (si es inductivo). Los argumentos inválidos y los válidos que contienen alguna premisa falsa son argumentos no-sólidos, y de la verdad de sus conclusiones nada puede asegurarse. Sin embargo, a la ciencia de la lógica no le concierne la verdad material de las premisas, sino la corrección formal del razonamiento, la relación entre premisas y conclusión, la validez o invalidez del argumento. La verdad, que es lo más importante, corresponderá exponerla u objetarla a quienes defienden una tesis o una conclusión. Por eso decimos que la validez es una propiedad de los argumentos, mientras su verdad o su falsedad es de las proposiciones que lo componen (premisas y conclusión). La lógica nada nos dice acerca de la verdad o falsedad de las premisas. Estas se suelen apoyar en los hechos de la naturaleza, en informaciones o en principios que aceptamos provisionalmente como verdaderos, en espera de que la realidad los confirme o infirme según las consecuencias que de ellos se desprendan. El método hipotético-deductivo propuesto por Galileo, e incorporado a la metodología de la ciencia, ha sido exitoso en el
conocimiento del mundo porque acepta principios y leyes sólo cuando de ellos se derivan consecuencias verificables empíricamente; y también lo aplicamos en vida diaria, como cuando presumimos que “ningún compañero de oficina es ladrón”, y por lo tanto dejamos allí las cosas de valor; si desaparecen sin tener otro motivo de sospecha, tendremos que aceptar -desconsolados- que estábamos equivocados con respecto a la supuesta premisa: nuestro argumento resultó no-sólido. El progreso de la ciencia moderna tiene su explicación en que -a diferencia de otros sistemas como los religiosos y filosóficos- se exige solidez: sus teorías deben estar de acuerdo con los hechos y no pueden implicar contradicción alguna. Las teorías científicas fundamentadas en observaciones comprobadas y estructuradas lógica y matemáticamente, pueden incluso anticiparse a la experiencia, y permitir la inferencia de hechos, objetos o eventos desconocidos; de esta manera, los físicos descubrieron el neutrino y otras partículas; los astrónomos, los planetas Neptuno y Plutón; Mendeleiev describió las propiedades de elementos desconocidos, descubiertos posteriormente, como lo fueron el galio, el germanio y el escandio; los astrofísicos sabían de la existencia de los invisibles agujeros negros 30 años antes de detectarlos, además de decenas de otras predicciones confirmadas de la teoría general de la relatividad. En la medida en que la ciencia descubre nuevos hechos -nuevas realidades y nuevas verdades- los modelos con que describe el universo son reemplazados por otros de mayor alcance explicativo y poder predictivo. Sin embargo, la solidez tampoco es siempre suficiente para que un argumento sea aceptado sin discusión o para que una decisión, producto de un razonamiento práctico, sea acertada o exitosa. Hemos explicado que cuando las premisas son verdaderas, la conclusión será verdadera o probablemente verdadera, según se trate de una deducción o una inducción. Además, las premisas deben ser suficientes y relevantes (el color de un carro es irrelevante para argumentar sobre sufuncionamiento interno, pero relevante para su función social). También suele darse el caso que quien propone el argumento teórico o práctico omita -por ignorancia, descuido o intereses creados- informaciones que afecten la conclusión.
Por ejemplo, un financista puede armar toda una atractiva argumentación donde concluya que “es rentable sembrar trigo en Colombia”, aduciendo como premisas el hecho de la creciente demanda del cereal, de las tierras baratas y óptimas para su cultivo, de la disponibilidad de mano de obra y maquinaria, de los altos costos agregados de importar trigo, etc. Aparentemente, la argumentación es sensata y la decisión de invertir, atractiva... la que finalmente resultaría catastrófica al desconocer, por ejemplo, que otros países producen enormes excedentes de trigo y que sus técnicas comerciales les permiten, sin reatos de conciencia, reducir los costos el tiempo necesario para sacar del mercado a los incipientes competidores. Los hechos son la última palabra para determinar la verdad de nuestras hipótesis y afirmaciones. Por ejemplo, la primera teoría genética asumía que ambos progenitores eran responsables, por igual, de los rasgos de sus vástagos; pero esta hipótesis la desmentía el hecho de que de padres ojiazules nacían niños con ojos negros. Mendel propuso una solución confirmable por la experiencia al postular que unos genes paternos eran dominantes en el niño y otros quedaban recesivos -o sea, en espera- durante generaciones y podrían manifestarse mucho más tarde. Como decía Francis Bacon “la información es poder”, sólo que ella no es suficiente; es preciso manejar supuestos correctos, premisas ciertas y argumentos válidos para tomar decisiones acertadas. Veamos esquemáticamente los conceptos estudiados premisas + conclusión Inválidos Argumentos
Deductivos
/
\
Inductivos
+ Premisas verdaderas = Sólidos
De acuerdo con lo anterior, para evaluar la fuerza o la calidad de un argumento, es preciso examinar los siguientes aspectos: 1. Validez: si la conclusión se desprende de manera total de las premisas (deductivo) o de manera probable (inductivo). 2. Solidez: si las premisas son verdaderas o probablemente verdaderas. 3. Neutralidad el argumento: si existen aspectos irrelevantes o emotivos en una argumentación. 4. Completitud: si las premisas son suficientes para respaldar la conclusión. 5. Fortaleza del argumento: si la conclusión es vulnerable ante otros datos, evidencias u objeciones. 6. Impacto: además de lo anterior, para que un argumento sea convicente y logre sus propósitos el oyente o auditorio debe aceptar o compartir los valores, principios, hechos, y fuentes de información del exponente.
Ejercicio Responda SI, NO, NO SE SABE, y justifique su respuesta Un argumento con premisas verdaderas es sólido. Algunos argumentos válidos tienen conclusión verdadera. Algunos argumentos válidos tienen conclusión falsa. Ningún argumento válido tiene conclusión falsa. Todos los argumentos válidos tienen exactamente dos premisas. Todo argumento con premisas verdaderas es válido. Ningún argumento no sólido tiene conclusión falsa. Si un argumento tiene conclusión falsa es inválido. Cualquier argumento inválido tiene por lo menos una premisa falsa Todo argumento válido tiene conclusión verdadera. Todo argumento sólido tiene conclusión verdadera o probablemente verdadera. Si un argumento tiene premisas verdaderas y conclusión verdadera, es válido. Algunos argumentos válidos son sólidos. Todo argumento inválido tiene conclusión falsa. Un argumento sólido puede tener conclusión falsa. Si la conclusión de un argumento deductivo válido es falsa, al menos una de sus premisas es falsa.
2. Con las palabras perros, gatos, mamíferos, aves, tigres, construya diversos tipos de argumentos: deductivos e inductivos, válidos e inválidos, sólidos, no-sólidos, combinando premisas verdaderas, premisas falsas, conclusión verdadera y conclusión falsa.
Ejemplo a) Deductivo, premisas falsas, conclusión falsa: Todos los perros son aves (p), algunas aves son tigres( p ),./. algunos perros son tigres. b) Deductivo sólido, premisas verdaderas y conclusión falsa: imposible
1 .1 6 I n f e r e n c ia s
p o r in t u ic ió n
Frecuentemente expresamos profundas convicciones, pero carecemos de pruebas o de manera alguna para demostrarlas; en tales casos no operamos con la estricta racionalidad de los procesos deductivos o inductivos, sino más bien con otra facultad mental que se conoce con el ambiguo término de intuición. Las intuiciones son “corazonadas”, conocimientos o conclusiones que se presentan directamente al pensamiento y que deben tener alguna explicación -en experiencias pagadas, deseos o temores- aunque seamos incapaces de establecerlas con precisión. Bien decía Pascal que “el corazón tiene razones que la razón no comprende” El conocimiento intuitivo se refiere no sólo a temas ordinarios (estoy seguro de que fulano me engañó) sino también a cuestiones trascendentales (la existencia de Dios, la conciencia de la identidad personal). En algunos momentos de la vida confiamos más en la intuición que en el razonamiento, unas veces por la complejidad del asunto (problema personal, decisión financiera, opción política, etc.), desespero, ignorancia o por la pereza de analizar todas las facetas de una situación. No pocas personas confían en demasía en sus intuiciones, porque recuerdan sólo los eventuales aciertos obtenidos con ellas. El proceso intuitivo pertenece más al campo de la psicología que al de la lógica. El pensamiento greco-occidental, a diferencia de las tradiciones orientales, ha valorado la intuición pero sólo como recurso para acceder a conocimientos meta-empíricos o de creación, mas no como medio para justificarlos racionalmente.
Ejercicio 1. Determine qué tipo de inferencia (deductiva, inductiva, intuitiva, inválida) se aplica en los siguientes casos: a)
Una mujer mira detenidamente a su compañero y le dice: “andabas con tus amigotes”
b)
Un estudiante lee varias de las notas de una materia y encuentra qe los 20 primeros de un total de 30 tienen más de 3.0; concluye que todos ganaron la materia.
c)
Como en todas las navidades pasadas fuimos al campo, en las próximas también iremos.
d)
En un equipo de baloncesto, las tallas de los cinco jugadores son 2.70, 2.82, 2.83, 2.89 y 2.72. Se concluye que todos los integrantes del equipo son mayores de 2.68. Y si son 6 jugadores, ¿cómo queda el argumento?
e)
Si 6x + 4 = 8 entonces 6x = 4.
f) g) h)
Si A es mayor que B* B es igual a C y C es menor que D entonces A es mayor que D. Estoy seguro de que hoy es mi día de suerte. Como en todas las navidades vamos a la costa, en las próximas también iremos.
2. Reflexione sobre si las conclusiones en los siguientes argumentos pueden inferirse correctamente. Exprese lo más claramente posible las razones de su decisión. a)
Si un hombre tiene un caballo, compra avena. Pero yo no tengo un caballo. Por consiguiente, no compro avena.
b)
Todos los virginianos son mexicanos y todos los mexicanos hablan inglés. Entonces todos los virginianos hablan inglés.
c)
Si cae nieve y granizo, se suspende la excursión para esquiar. Si se suspende la excursión para esquiar, se dará una fiesta en la casa. Por lo tanto, si cae nieve, haremos la fiesta en la casa.
d)
Durante los 20 últimos años he comprado el mismo número de la lotería cada semana. Por lo tanto, en la rifa que se efectuará mañana tendré más probabilidades de ganar, que en la primera que compré veinte años atrás.
1.17
F o r m a c ió n d e c o n c e p t o s
La materia prima de nuestro pensamiento lógico -y de nuestros argumentosson los conceptos, y su claridad, precisión, exactitud determinarán la calidad de los argumentos de que hagan parte. Los conceptos se entienden como actos del entendimiento que captan precisamente una idea referente a un sector de la realidad concreta o abstracta, sin afirmar ni negar nada sobre ella (como sí lo hacen los juicios). Así tenemos los conceptos de tablero, hombre, pared, etc., aunque nuestro aprendizaje suele partir no de conceptos simples (blanco, pared) sino de proposiciones (eso es una pared, es un tablero, el tablero está sobre la pared) y en la medida en que podamos construir frases con sentido o verdaderas empleando un concepto determinado (átomo, inflación, etc.) tendremos mejor conocimiento de lo que el concepto representa. ¿Cómo se construyen los conceptos de la vida cotidiana, de las ciencias, las disciplinas, etc.? Los primeros se derivan primordialmente de la práctica social, condicionada por las variables ambientales (los esquimales, por ejemplo, utilizan más de 20 términos para designar lo que nosotros llamamos “nieve”). Las ciencias emplean diversos métodos para introducir los nuevos conceptos, según sea la índole de su objeto de estudio; los paleontólogos, por ejemplo, se ven precisados a introducir un concepto cuando descubren un fósil desconocido; en las ciencias biológicas priman las definiciones de clase (pez, célula, anfibio, león). Otras disciplinas, como el derecho, la filosofía, la teología, la literatura, introducen conceptos mediante la reflexión o imaginación, más que por observación. En la medida en que surgen nuevos hechos, se revisan
los conceptos y los marcos conceptuales de la realidad, los cuales pueden cambiar drásticamente tanto en un individuo como en la historia (recordemos la evolución de los modelos del universo: estacionario, geocéntrico, heliocéntrico, newtoniano, relativista). Todo concepto inteligible, por más abstracto, teórico o metafísico que sea, se relaciona, así sea de manera indirecta, con el mundo de la experiencia externa o de la interna. Tan pronto nuestra conciencia nos puso en contacto con objetos físicos, con situaciones nuevas, comenzamos a pensar y a emplear el lenguaje para entender el mundo de nuestra experiencia y para comunicamos. Desde entonces el pensamiento evoluciona con la formación de conceptos y el desarrollo de esquemas conceptuales sistemáticos que combinan unos conceptos con otros. Una vez articulados, puede darse un paso adelante, como analizar las estructuras y relaciones tanto de la realidad como del lenguaje. En algún momento de nuestra vida comprendimos el significado de “niño”, “adulto”, “alto”, pequeño”, logramos combinarlos y formar frases relaciónales como “el adulto es más alto que el niño”. Inicialmente llamamos “cosa” a cualquier objeto (y aún hoy, cuando desconocemos el nombre preciso del objeto), pero luego aprendimos a diferenciar las “cosas” y a darle el nombre apropiado a los objetos singulares, movidos quizás por ese afán natural de aprehender la estructura de la realidad. En suma, los conceptos son abstracciones de datos y con ellos determinamos objetos, manejamos propiedades, procesos y relaciones, relativamente invariables, que organizamos en diferentes sistemas conceptuales. Un concepto hace un corte en la realidad (concreta o abstracta) y capta un sector de la misma desde un punto de vista. De ahí que para introducir un concepto no basta con descubrir un hecho, sino que se requiere la capacidad de abstraer con acierto, para destacar lo que tiene de específico y representativo. Los conceptos se expresan mediante signos, o sistemas de signos; en el lenguaje se emplean palabras (filósofo) o combinaciones de palabras (elfilósofo es un pensador). Ahora bien, los niveles de comprensión de una palabra varían: el más elemental es entender el significado de la palabra correspondiente y distinguirla de otras; un poco más difícil es emplear el término en escritos y
descripciones; el nivel más avanzado consiste en saber definir el significado de la palabra (todos ustedes tienen idea de la palabra “inflación”, pero ¿la saben aplicar, la saben definir?). A nada conduce plantear un tema o problema empleando conceptos inadecuados o imprecisos, como ocurre frecuentemente en discusiones de política y en ciencias sociales. No es aventurado afirmar que tanto sabe una persona sobre un tema concreto o un concepto específico cuantos juicios verdaderos sea capaz de emitir sobre el mismo. Ejercicio Escriba todos los juicios verdaderos que pueda armar a partir de un concepto cualquiera (circuncisión, electromagnetismo, inflación, por ejemplo).
1.17.1
c o n c e p t o s y c o n o c im ie n t o s
En textos de B. Russell y Mario Bunge encontramos una interesante distinción que nos permite aclarar los tres componentes básicos del conocimiento humano, distinción que se remonta a los estoicos, quienes distinguieron objeto, significante y significado. a) objetos - hechos. b) palabras - términos. c) ideas - conceptos. El conocimiento consiste en la relación constructiva de estos elementos. Estar frente a los hechos o percibir objetos, repetir palabras o enfrascamos en nuestra conciencia, no produce por sí mismo conocimiento. Por ejemplo, un turista ignorante en geometría, geografía e historia que sea llevado y despertado frente a las pirámides de Egipto, sólo conocerá un montón de piedras organizadas, no “las pirámides de Egipto”; quien memorice la frase en Egipto existen tres grandes pirámides desconociendo el significado de Egipto, tres y pirámides, sólo aprendió sonidos. El hecho, ya sea un objeto, una situación o una experiencia, se aprehende inicialmente como idea, que nos indica la
existencia de algo nuevo y diferente (alguien tiene la idea de “sodio ”cuando sólo sabe que se trata de un elemento químico). La idea se hace concepto al precisarla (el sodio es un metal plateado y suave que se combina fácilmente con otros elementos). Es decir, la idea constituye un concepto sólo cuando podemos distinguir con el concepto el hecho, el significado o el referente correspondiente, diferenciándolo y relacionándolo con otros semejantes (quien sólo sabe que pirámide es una figura geométrica, tiene la idea; si conoce las características que la diferencian de las demás figuras, posee el concepto). Tanto las ideas como los conceptos se expresan mediante signos sensibles, como las palabras, que admiten matices semánticos y dependen del contexto, o los términos, que poseen un grado de precisión más elevado y suelen pertenecer a un sistema conceptual determinado, como las teorías científicas. Nuestro conocimiento sigue diferentes secuencias en su proceso; a veces captamos primero los hechos, otras veces las palabras y de ellas vamos a los hechos. O tenemos la idea vaga y al precisarla la convertimos en concepto. O tenemos ideas, a veces conceptos, pero somos incapaces de comunicarlos porque olvidamos las palabras; es agradable descubrir la palabra apropiada para representar un hecho o un concepto conocido; por ejemplo, dos personas pactan para hacerle daño a otro. ¿Cómo se llama esa acción? “Coludir” La palabra “seducir” significa cautivar el ánimo del otro persuadiéndolo a una acción generalmente mala, así resulte agradable; ahora bien, si la seducción se realiza mediante engaños y adulaciones, la palabra adecuada es “camelar” Todos, supongo, tenemos la idea correspondiente a palabras tales como “patria”, “nación”, “república, “estado”, “país”, pero ¿sabemos distinguir bien una de otras? Tenemos toda una vida para convertir las ideas en conceptos. Las palabras precisan su significado en la medida en que son definidas explícitamente, o según su empleo en enunciados; sin embargo, el lenguaje humano es necesariamente limitado para describir de manera total y exacta la realidad; el universo lo desborda y jamás podremos inventar una palabra para cada vivencia, cosa, experiencia, situación; como decía Voltaire, “nos vemos precisados a emplear las palabras ‘amor’ y ‘odio’ para expresar mil amores y mil odios completamente diferentes”
Ejercicio Piense en hechos o situaciones de la vida cotidiana para los cuales cree usted que no existe una palabra apropiada y que convendría acuñar (por ejemplo, ¿acaso existe una palabra que exprese el sentimiento -vivido por muchos y descrito por poetas- de amar y odiar simultáneamente a otra persona? La palabra “abucheo” significa “vocería de censura”, ¿existe una palabra para expresar “vocería de alabanza o reconocimiento”?)
De acuerdo con lo anterior, distinguimos tres componentes en el proceso cognoscitivo: fáctico, conceptual y lingüístico, que se relacionan estrechamente a manera de un triángulo. Fáctico
Conceptual
Lingüístico
1.
Fáctico o experiencial: hechos, procesos, objetos, situaciones, experiencias.
2.
Conceptual: las ideas, los conceptos, la proposición, el significado.
3.
Lingüístico: el término, la palabra, el enunciado.
El conocimiento personal crece en cantidad y profundidad en la medida en que aprendemos palabras, comprendemos los conceptos correspondientes y sus relaciones y, en lo posible, percibimos hechos o vivimos experiencias. Si estamos frente a un herbario, por ejemplo, el profano sólo “verá” hojas; es decir, reducirá esa compleja realidad a un concepto y a una palabra, mientras que el botánico sabrá distinguir unas hojas de otras con las palabras apropiadas. Admiramos a los grandes novelistas por su talento para describir sucesos aparentemente simples, con todos los vocablos precisos, que nos remontarán a la situación ficticia que describen, en tanto comprendamos sus significados. Para el turista ignaro, la llanura de Waterloo será simplemente una explanada más... al desconocer la palabra y todo lo que significó ese lugar para la historia.
Los sistemas de conceptos son necesarios en todas las disciplinas; por qemplo, el derecho aduanero debe clasificar todos los tipos de vehículos; en fisica, las clases de movimientos, en derecho los tipos de delitos, etc.
1.17.2 CONTENIDO Y EXTENSIÓN DE UN CONCEPTO Para comprender bien el alcance de un concepto debemos distinguir dos aspectos: el número de propiedades o notas que lo caracterizan y los objetos a los cuales se aplica. Al primer aspecto lo han llamado contenido, comprensión, intensión (con V ) o connotación, y al segundo extensión, volumen, o denotación. Ei contenido de un concepto y su extensión son inversamente proporcionales; es decir, a mayor número de características del concepto, menor el número de individuos a los que se aplica, y viceversa; así, “vivientesensitivo” cobija a todos los animales, mientras que “viviente-sensitivoracional-colombiano” aplica a un grupo más reducido de individuos.
Por ejemplo, el concepto “mamífero” tiene mayor contenido que “animal”, pero menor extensión, pues: a) Los mamíferos son animales, pero poseen además otras características distintivas (mamas, sangre caliente, vivíparos). b) En cuanto al número, existen menos mamíferos que animales. c) Todo mamífero es animal, pero no todo animal es mamífero. Veamos la extensión e intensión de los conceptos automóvil, camión y carro tanque. Los tres son vehículos de motor y mecanismo de dirección; pero el segundo tiene una propiedad adicional (diseñado para transportar carga) y el tercero, otra (la carga ha de ser líquida). Entre dos conceptos cualesquiera -A y B - podemos descubrir alguna de las siguientes relaciones: 1. A completamente en B 2. B completamente en C
Mamífero en animal Animal en ser orgánico
3. Idénticos 4. Parcialmente incluidos 5. Contradictorios 6. Contrarios 7. Completamente excluidos
Equilátero y equiángulo Político e inteligente Fantasma y objeto tangible Color azul y color rojo Naranjas y honradez
8. Relación todo-parte
Universidad y facultad
Como bien sabemos, un buen maestro sabe mostrar las relaciones de los conceptos que enseña, y de esta manera demuestra su dominio sobre el tema. Ejercicio 1. Determinar las relaciones entre los conceptos es fundamental para adquirir comprensión teórica. Escoja cualquier tema, encuentre los conceptos básicos y descubra sus relaciones (por ejemplo, las formas de delito, en derecho; las especies vivas, en biología; los cuerpos celestes, en astronomía; las enfermedades, en medicina; las artes, etc.). 2. Disponga cada uno de los siguientes grupos de conceptos en orden decreciente de acuerdo con su extensión: a) Tigre, mamífero, organismo vivo, animal vertebrado. b) Cebolla, angiosperma, espermafita, vegetal, liliácea. c) Metagalaxia, sistema planetario, galaxia, satélite, estrella, planeta. 3. Divida cada lista de conceptos en tres grupos de cuatro cada uno y disponga los conceptos de cada grupo en orden decreciente de extensión. a) Morfología, biología, vertebrado, partícula elemental, molécula, teleóstomo, histología, pez, núcleo atómico, caballo marino, zoología, átomo. b) Hexágono, vertebrado, número par, múltiplo de cuatro, cetáceo, número entero, hexágono equilátero, mamífero, hexágono regular, ballena, polígono, dos. 4. Determine las características de: mueble, asiento, sillón, poltrona, taburete, silla.
1.17.3 INCREMENTO CONCEPTUAL Cada individuo posee su propio depósito conceptual, que crece con los años
y le permite comprender el mundo y entenderse con sus semejantes. Ahora bien, el mutuo entendimiento exige que los comunicantes manejen instrumentos cognitivos equivalentes, pues, de lo contrario, la comunicación sería imposible. ¿Qué tal si los astronautas, en sus misiones espaciales, no compartieran el mismo universo conceptual-lingfiístico-fáctico de las computadoras y de los técnicos en tierra durante la comunicación? Compartir ese universo garantiza la comunicación entre personas, así se trate de futbolistas, soldados, médicos, físicos... La mejor manera que tenemos para incrementar y precisar el bagaje conceptual personal para comprender el mundo, es mediante definiciones apropiadas de las palabras empleadas o escuchadas, lo cual nos invita a establecer una permanente amistad con buenos diccionarios y enciclopedias. Sin embargo, definir un término no equivale siempre a comprenderlo completamente. A veces hace falta “convivir” una temporada con el término en cuestión, observar en qué contextos se usa, qué implica su negación, cuál es su alcance, para finalmente sentimos seguros de haber captado su correcto significado. Y la comprensión del término estará mejor garantizada cuando seamos capaces, no solo de definirlo, sino de usarlo apropiadamente. La falta de una adecuada comprensión terminológica se evidencia fácilmente cuando leemos un párrafo, lo entendemos, pero luego nos sentimos incapaces de exponer su contenido. Y bien saben los estudiantes que ciertas palabras tales como “límite”, “función”, “valencia”, “tensor”, etc., se manejan tiempo después de haber vivido y padecido con ellas.
1.18
La
d e fin ic ió n
Para argumentar correctamente es preciso emplear las palabras apropiadas y, desde luego, saber definirlas. Definir es explicar el significado de una palabra o frase, generalmente mediante palabras más familiares; no se definen las cosas, sino las palabras o frases que se usan para significar algo. Cuando defino “átomo”, no pretendo ahondar en la estructura, composición y características del elemento -como lo hacen las enciclopedias- sino que intento explicar lo que quiero decir cuando la empleo. De igual manera, si defino la palabra “política”, espero que el oyente comprenda mi mensaje cuando la use en el transcurso de la exposición. Las palabras abstractas (“democracia”, “libertad”, “bondad”, etc.) suelen producir mayor confusión y controversia, razón por la cual es imperativo saber definirlas en el contexto apropiado. La ciencia natural, por su parte, ha construido un lenguaje universal en la medida que sus conceptos están claramente definidos y se entienden de igual manera en todo el mundo. Una definición consta de dos elementos: 1. El definiendum, la palabra o símbolo que se ha de definir. 2. El definiens, o conjunto de símbolos o de operaciones usados para explicar el significado del definiendum. La comunicación humana racional y crítica exige a menudo que las personas definan las palabras empleadas; de lo contrario, la información, la discusión,
el diálogo, o el documento, en lugar de ser fructífero e intelectualmente provechoso, se convierte en un caos, en una pérdida de tiempo y de energías. Más aún, una definición puede tener implicaciones filosóficas y sociales importantes. Por ejemplo, las discusiones sobre moralidad o inmoralidad del aborto, la pena de muerte, están ancladas en la definición de “ser humano” ¿Será cualquier mamífero racional? O, si comete ciertas atrocidades -violación y asesinato de menores- ¿debe considerarse y tratarse como ser humano? Como señala Copi, definir correctamente permite, entre otras cosas: 1. Aumentar el vocabulario, porque generalmente usamos sólo las palabras que somos capaces de definir. 2. Eliminar la ambigüedad, puesto que una palabra puede tener varios significados. 3. Reducir la vaguedad, para darle precisión a las palabras. 4. Explicar teóricamente, pues las teorías científicas se construyen a partir de términos bien definidos. 5. Influir en los demás, porque al saber definir demostramos conocer el tema del que hablamos. Ejercicio Analice la vaguedad o ambigüedad en las siguientes frases: 1. El hombre es un animal político. 2. Usted debe seguir los procedimientos correctos. 3. Fidel Castro es un auténtico demócrata. 4. Los militares no acatan los derechos humanos. 5. Los guerrilleros no respetan los derechos humanos. 6. Carlos Emilio es un buen maestro. 7. Debemos apoyar los procesos democráticos. 8. Luchemos por la paz. 9. Nada es bueno para usted. 10. El hombre es libre.
1.18.1 TIPOS DE DEFINICIONES Existen diversas maneras para definir un término; la manera apropiada depende de las circunstancias o del contexto en que se emplee o se introduzca. Veamos las más usuales. Léxicas: destacan el uso de la palabra que hacen los hablantes de una lengua particular o de una región determinada. Son las que aparecen en los diccionarios. En general, el uso de los términos sobrepasa los significados que aparecen en ellos. El Diccionario de la Real Academia Española es la obra maestra que todos debiéramos consultar. Lenidad: falta de severidad ante quienes cometen delitos. Estipulativas: cuando se introducen nuevas palabras para expresar un nuevo concepto, o se proponen nuevos significados para palabras ya conocidas. Son definiciones muy frecuentes en documentos jurídicos. Edificio alto: aquél que supera la altura de la mayor escalera que posea el cuerpo de bomberos de la ciudad. Aclaratorias: las empleamos en discusiones o en documentos serios para precisar el significado de una palabra ya conocida, con el fin de evitar equivocadas interpretaciones o discusiones interminables. Democracia: entenderemos por esta palabra laforma de estado en la cual los poderes políticos centrales dependen de un cuerpo de ciudadanos elegidos por el pueblo libre para organizarse políticamente (si se quiere más aclaración, habrá que definir las palabras “poder político central”y “pueblo ”). Sinónimas: es el recurso más socorrido para definir. Cuando preguntamos por el significado de una palabra desconocida, nos presentan otra u otras más familiares de un significado semejante, de mayor amplitud, generalidad o extensión. Lo grave es que no proporcionan el concepto sino la idea. Obsecuente: Sumiso, obediente. Ostensivas: consisten en señalar un objeto al cual se refiere el término. Se emplea particularmente con niños. Pico de loro: (muestro el surtidor de agua de la bañera).
Persuasivas: son definiciones diseñadas para influir en la actitud o disposición del auditorio (de uso corriente por políticos y propagandistas). Un “liberal ” es la persona que busca corregir los errores del pasado para así planificar un futuro mejor para todos. Intensionales o connotativas: consiste en enunciar propiedades de las cosas a las cuales el término hace referencia. Una definición intensional menciona una propiedad general (género) y una propiedad característica (diferencia específica), siempre y cuando las propiedades mencionadas sean suficientes para distinguir el concepto de cualquier otro. Aristóteles recomienda este tipo de definición porque, según él, permite mostrar la esencia de la cosa definida y proporciona adecuada información cuando nos enfrentamos a una nueva palabra. El ejemplo más clásico ha sido “hombre”: animal racional (es decir, que pertenece a un amplio conjunto, el de los animales y se distinguen de ellos por un rasgo característico, la racionalidad). Puesto que este tipo de definición es muy frecuente, enunciaremos luego los requisitos para juzgar su corrección o incorrección. Existen otros recursos para definir palabras; aunque menos rigurosos que los anteriores, permiten una caracterización más brillante, emocional o figurada. Ellos son la comparación (la conciencia fluye como un río); la distinción (ser profesor no es sólo un trabajo: es una entrega al estudio y a los demás); la ejemplificación (animales feroces, como el tigre, el tiburón, etc.) y la descripción de características externas e internas (como hacen los novelistas cuando introducen sus personajes).
1.18.2 CRITERIOS PARA DEFINIR 1. Las definiciones léxicas deben reflejar claramente el uso de la palabra. La mejor fuente para estas definiciones es el diccionario de la Real Academia, que registra en la actualidad más de 85.000 vocablos. 2. Las definiciones deben indicar el sentido correcto de la palabra y no algo parecido a ella, aunque diferente. Por ejemplo, no es correcto definir “computador” diciendo que “ es una máquina de escribir más completa”
3. Las definiciones intensionales deben ser conmensurables (es decir, conservar la extensión entre lo definido y la definición) e indicar los atributos o propiedades esenciales. Por tanto, no deben ser muy amplias (incluir más de lo que la palabra significa, como decir “automóvil”: vehículo provisto de motor -pues hay otros vehículos de motor que no son automóviles-), ni muy estrechas (excluir algo cobijado por la palabra, como “gastrología ”: tratado sobre el arte de cocinar vegetales). Tampoco pueden ser circulares ( "sordo ”: persona que es sorda). 4. Las definiciones deben atenerse al significado cognitivo de las palabras o sea, lo que ellas realmente quieren decir, y no al significado emotivo (la apreciación emocional sobre la palabra). Por ejemplo, la palabra “burócrata” ha adquirido el sentido emotivo “empleado perezoso o ineficiente”, pero significa “empleado oficial” Vale añadir que no sólo las personas suelen definir de manera diferente la misma palabra, sino también la misma persona cambia frecuentemente el sentido de los términos que emplea. Así pues que, no obstante la necesidad imperiosa de definir las palabras para que la comunicación tenga sentido, estamos muy distantes de hacer una ciencia exacta del lenguaje humano. Ejercicio 1. Construya definiciones de cada una de las clases explicadas. 2. Defina las siguientes palabras en varias formas (léxica, intensional, etc.): colaborador, garaje, horrendo, proletario, inconsciente, político. 3. Defina las siguientes palabras dándoles: a) significado emotivo y b) significado cognoscitivo correcto. - Policía - Revolucionario - Político - Profesor - Estudiar
4. Distinga el sentido preciso de las siguientes palabras: - Maestro, profesor, docente, educador, preceptor. -Altivez, vanidad, ostentación, soberbia, presunción, suficiencia, arrogancia, fanfarronería, insolencia. - Beso, pico, ósculo. - Ley, norma, mandato, disposición. - Ley, hipótesis, teoría, conjetura.
2
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I n d u c c ió n
2 .1
C
o n c e p c ió n t r a d ic io n a l d e l a in d u c c ió n
Desde Aristóteles, numerosos filósofos han entendido la deducción como el paso de lo general a lo particular, y la inducción de lo particular a lo general. Esta definición, repetida en los textos corrientes de lógica, resulta estrecha e incorrecta, pues deja por fuera otros tipos de inferencias comunes en la vida diaria, como las siguientes: a) Todos los estudiantes inteligentes ganan el afio. (p) ./. Si Francisco es estudiante inteligente gana el año. b) En las elecciones realizadas hasta ahora, los progresistas han triunfado, (p) ./. En todas las elecciones locales ganan los progresistas. c) Ningún homicida solvente paga su delito, (p) ./. Todos los homicidas solventes no pagan el delito. d) Francisco es karateca. (p) Francisco es educador, (p) ./. Francisco es karateca educador. e) El temblor de diciembre pasado nos llenó de pánico, (p) ./. El próximo temblor nos causará pánico.
Argumentos como los mencionados no se ajustan a la clasificación tradicional citada. Veamos: a) Es un argumento condicional. b) Va de lo menos general a lo más general. c) De lo general, a lo general. d) De lo particular a lo particular, y es deductivo. e) De lo particular a lo particular, y parece inductivo. Debido a estas razones expusimos una distinción diferente de la clásica en la sección 1.14 de este trabajo. Explicamos que los argumentos inductivos no son válidos o inválidos por necesidad lógica (como los deductivos) sino por el grado de confirmación, de fuerza, de probabilidad, o de creencia racional que las premisas le otorguen a la conclusión, siempre y cuando el peso de la conclusión sea más fuerte que su negación. La inducción se fundamenta, básicamente, en el supuesto -enseñado por los filósofos presocráticos- de que la naturaleza no es caótica, caprichosa, ni desorganizada, sino que en ella impera la regularidad y el determinismo, o sea que las mismas causas, en iguales circunstancias, producen los mismos efectos. Esta creencia filosófica requiere que los dominios sobre los que se formula una inducción se “comporten bien”, es decir, que se pueda esperar de ellos una regularidad, un ordenamiento, como suele suceder con la naturaleza inanimada, mas no tanto con la naturaleza humana, razón por la cual las inferencias inductivas sobre ella tienen más chance de errar.
EXCURSUS Francis Bacon (1561-1626) y Galileo (1564-1642) promovieron en su época una polémica contra la manera oficial de entender el universo y argüyeron que la deducción no sirve para encontrar la verdad, aunque si para justificar racionalmente nuestras tesis dado que con ella sólo se logra explicitar verdades ya descubiertas, o, en el mejor de los casos, implícitas o encubiertas en otras proposiciones. Defienden entonces la necesidad de introducir nuevos métodos para inferir y descubrir hechos, causas, leyes naturales y avanzar efectivamente en el conocimiento. Asi, el reconocimiento del valor de los procesos inductivos fu e punto de partida para la exitosa carrera de la ciencia moderna, que hoy día
nos presenta una visión de la realidad que, en buena medida, satisface nuestra necesidad intelectual y espiritual de comprender el mundo. Y esto a pesar de las debilidades y problemas de la inducción señalados por Hume, Poppery Russell quienes, a mi entender, aspiran exigirle igual rigor de validez deductiva a la inducción, cuando quizás ambos procesos constituyen otro de tantos dualismos complementarios de la filosofía y de nuestra concepción de la realidad. Posteriormente, alegatos a favor de la inducción llegaron desde las matemáticas, en particular de la teoría de la probabilidad. Con su ley de los grandes números, Bernoulli (1654-1705) demostró que cuando el número de observaciones aleatorias de un fenómeno tiende a infinito, resulta prácticamente cierto que su frecuencia relativa observable no se desviará del valor conocido de su probabilidad de ocurrencia, y Thomas Bayes (1702-1761) mostró cómo, con base en los resultados observados, se trasforman en probabilidades los grados iniciales de creencia de las hipótesis. Nosotros creemos que el éxito explicativo y predictivo de la ciencia natural moderna parece legitimar en la práctica la validez de la inferencia inductiva, al menos en lo que se refiere a la naturaleza pues, cuando se trata del hombre, interviene su libre albedrío, que lo hace, en buena medida, impredecible; el hombre “no se comporta bien ”, inductivamente hablando, pues en ocasiones obra de manera inexplicable, contraria a lo usual, a lo predecible, e incluso contra su propia conveniencia (mientras podemos predecir que un animal privado más del tiempo habitual de su de alimento se dirigirá al plato una vez se lo sirvan, no podemos predecir lo mismo de un prisionero político).
I naturaleza induccción - tipos _ generalización inductiva - inferencia estadística - analogía _ reconstrucción — inobservables — inferencia causal — inducción matemática
2 .2 N a t u r a l e z a d e l a i n d u c c i ó n
Como explicamos antes, los argumentos inductivos proporcionan conclusiones cuyo contenido excede la información suministrada por las premisas, de suerte que si las premisas son verdaderas, sólo podemos garantizar que la conclusión es probablemente verdadera o, en otras palabras, dadas tales premisas esperamos que ocurra lo que afirma la conclusión, y no lo contrario. Por ejemplo, si un profesor cuyas clases deben iniciarse a las 7:00 a.m. ha comenzado las diez primeras pasados 20 minutos, podemos concluir inductivamente que la próxima clase no se iniciará antes de las 7:15 a.m., y con mayor posibilidad de acierto afirmaremos que dicha clase no comenzará a las 7:00 a.m.; basados en esta inferencia, sus estudiantes no se esforzarán demasiado para llegar cumplidamente a la hora citada. Por otra parte, unas premisas pueden afectar más que otras la conclusión; por ejemplo, si se concluye que un electrodoméstico está bien construido porquefunciona normalmente, la conclusión será másfuerte, más creíble, si el aparato se somete a condiciones extremas de trabajo y continúa funcionando. Sin embargo, la verdad de las premisas no implica necesariamente la verdad de la conclusión. Por haber tenido que realizar una diligencia muy temprano, el profesor del ejemplo puede llegar antes de la hora usual de clase. O también, quien hace la inferencia puede ignorar informaciones relevantes que afecten la conclusión. Un científico encontró que todos los materiales hechos de asbesto
examinados por él resultaron dieléctricos, y concluyó que “todos los asbestos son dieléctricos”. Esta conclusión resultó falsa, cuando otro científico sometió los asbestos a temperaturas cercanas al cero absoluto y descubrió que en ese estado sí conducen la electricidad. Algo semejante ocurrió con la afirmación “todos los cisnes son blancos”, cuando algún explorador descubrió cisnes negros en Australia. Estas limitaciones de la inducción han generado uno de los problemas filosóficos más estudiados últimamente: la paradoja de la inducción: pueden añadirse incontables premisas que apoyen la conclusión obtenida por inducción, pero un solo contra ejemplo la destruye. En la inducción se da un salto, una brecha, entre la premisas y la conclusión, el cual no ha sido explicado ni justificado plenamente hasta ahora, a pesar de los esfuerzos de pensadores como Bacon, Hume, Stuart Mili, Russell, Reichenbach, Popper y Camap. Como escribió Poincaré “Es tan difícil justificar el principio de la inducción como prescindir de él” Por lo pronto, debemos conformamos con justificaciones parciales de la inducción, como: a) La apelación a la “regularidad de la naturaleza” (Stuart Mili). b) La “utilidad práctica comprobada de la inducción” (Reichenbach). c) Suponer que las características de los objetos de nuestras generalizaciones se estructuran en grupos y son finitos (Keynes). d) La esperanza de que el dominio sobre el que se hace la inducción “se comporte bien” e) Resignamos a aceptar que la inducción está marcada por el signo de debilidad demostrativa (Camap), subsanable, en parte, mediante la asignación de un valor de probabilidad a la conclusión (< 1 y >de 0,5). Pero no obstante esta limitación intrínseca, el proceso inductivo ha tenido un efecto benéfico sobre el conocimiento científico. En efecto, cuando un científico investiga la naturaleza va más allá de la mera observación y se aventura a conjeturar inductivamente teniendo presente la posibilidad de estar equivocado. Esta disposición favorece el proceso de autocrítica y autorrectificación y ha conducido al inobjetable progreso de la ciencia; por el contrario, el dogmatismo,
que defiende la verdad de unas premisas contra toda evidencia contraria, le cierra las puertas al avance del conocimiento. En síntesis:
En la brecha, interrupción o salto existente entre las premisas y la conclusión de un argumento inductivo, radica tanto su debilidad como su importancia.
Durante los siglos medievales la lógica inductiva fue subestimada por dos motivos. Primero, por la incertidumbre de sus conclusiones y, segundo, porque los problemas metafísicos y teológicos -tan caros a los pensadores de ese entonces que trataban de imponer cierta concepción religiosa del mundoempleaban la especulación deductiva. Pero el advenimiento de la ciencia moderna (F. Bacon, Kepler, Galileo, Harvey, etc.) hizo patente la esterilidad y la inmovilidad de la deducción a partir de principios supuestamente verdaderos, y la necesidad de afrontar la incertidumbre con el fin de dar respuestas verdaderas a los nuevos temas de investigación. Desde entonces, los lógicos y filósofos se han ocupado de analizar la estructura y los fundamentos de los procesos inductivos, aunque, como decíamos anteriormente, la solución final al problema lógico de la inducción no se ha encontrado. Volviendo a nuestra comparación entre deducción e inducción, recordemos que un argumento deductivo no modifica su validez cuando se le añaden nuevas premisas. Los inductivos, por el contrario, se fortalecen con nuevas premisas relevantes verdaderas. En el ejemplo citado, si el profesor ha llegado tarde, no 10 sino 20 veces, podremos concluir con mayor seguridad que en la próxima clase también se retrasará. Igualmente, cada viaje sin novedad que hacemos en avión proporciona un incremento de seguridad racional y emocional para el siguiente, así se trate de dos eventos independientes. Dos tesis se han propuesto para justificar la probabilidad de verdad. La primera es la fuerza de la conclusión de un argumento inductivo respecto a
sus premisas: según la tesis confirmacionista, de Camap, la fuerza aumenta con los nuevos casos favorables que se adicionen a las premisas (aunque resulta obvio que cuando se tiene una serie muy extensa de premisas, la adición de una nueva tiene un efecto imperceptible; si, con base en la estadística, la probabilidad de que un avión de la empresa CONTINENTAL llegue a su destino es de 0,978, al enteramos que otro avión llegó sin novedades, la probabilidad matemática puede haber aumentado una milésima (0,979), lo cual no modifica sensiblemente nuestra sensación de seguridad al abordarlo (aunque el aerofóbico jamás estará tranquilo con estas cifras; para él, la sensación subjetiva de miedo irracional -respetable, desde luego- es lo único que cuenta, así sea de hecho más peligroso viajar en carro desde su casa al aeropuerto). La segunda, la tesis falsificacionista de Karl Popper afirma que si aparece un caso crucial capaz de poner a prueba la conclusión, y ésta sale bien librada, su valor o aceptación se incrementará notablemente; por ejemplo, si los aviones del ejemplo siguen llegando a tiempo en período de huelga aeroportuaria, la credibilidad en la conclusión se incrementará. Claro está que en las probabilidades a priori no se aplica este principio: si al arrojar una moneda 100 veces cae sello, la probabilidad de que en la próxima tirada caiga sello será la misma de la primera lanzada: 0,5. Sobre este tema escribe Aristóteles lo siguiente: “Si el mejor timonel es el que está versado en su oficio, y el mejor auriga lo mismo, entonces el mejor, en absoluto, es el que está versado en su materia, sea cualfuere. La inducción es más convincente, más manifiesta, más perceptible sensorialmente y familiar al vulgo; el silogismo, más constructivo y eficaz para la refutación”
2 .3 T i p o s d e a r g u m e n t o s i n d u c t i v o s
Podemos agrupar la mayoría de los argumentos inductivos en las siguientes categorías, que no se excluyen completamente unas de otras.
2.3.1 GENERALIZACIÓN INDUCTIVA Es el tipo de argumento inductivo clásico. Consiste en concluir que todos los miembros de una clase poseen cierta propiedad, basados en que los miembros de dicha clase observados hasta el presente manifiestan tal propiedad. Ejemplos de conclusiones obtenidas por generalización inductiva, son las siguientes (cfr. Bunge, 1980): - Todos los hombres son mortales. - Todos los días sale el sol. - Si se suspende una tiza en el aire, se va al suelo. - Los metales conducen la electricidad. - Todos los cisnes son blancos. - Todos los cafetos del sector tienen roya. - Toda molécula de agua consta de 2 hidrógenos y 1 oxígeno. - A falta de plegamientos, los estratos geológicos más profundos son los más antiguos (geología). - Los hábitos se fortalecen cuando son reforzados (psicología). - Las culturas ganaderas son nómadas (sociología).
- La horda precede a la tribu (historia). - El calor dilata los cuerpos (física). Para generalizar inductivamente es preciso acatar, al menos, las siguientes reglas: 1. Proceder desde los casos particulares, o menos generales, a las leyes generales. 2. Intentar hallar contraejemplos. 3. Los casos observados deben darse en número suficiente para apoyar la conclusión (otro problema no bien resuelto es cuantificar la “suficiencia” de casos cuando se ignora el tamaño del universo o de los casos posibles); lo importante es evitar cometer la falacia de generalización apresurada (generalizar a partir de uno o pocos casos relevantes). El esquema de la generalización inductiva puede representarse con símbolos lógicos así: Fa . Ga (el individuo “a” tiene las propiedades F y G) Fb Gb Fe Ge Todos los casos examinados de F tienen G ./. (x) (Fxz> Gx)
(P) (P) (P) (P)
(que se lee así: dado cualquier ‘x’ en el universo, si la ‘x’ tiene la propiedad F, entonces también tiene la propiedad G). En la generalización inductiva se puede proceder de casos simples a generalizaciones o, también, desde generalizaciones de un nivel más bajo, a generalizaciones mayores, como al descubrir que la ley L vale para un sector del conjunto S (premisa), y concluir que (es probable que) la ley valga para todo el conjunto S. Por ejemplo, si demostramos que ciertas leyes del aprendizaje se dan en algunas especies de mamíferos, podemos inferir que valen para todas las especies de mamíferos existentes.
Es preciso distinguir las generalizaciones inductivas legítimas (el calor dilata los cuerpos) de las generalizaciones ordinarias, como las monedas de mi bolsillo son de 100 pesos, o el piso siempre se encuentra limpio. Las primeras tienen estas características: a) Rebasan en alguna medida los acontecimientos de la vida cotidiana. b) Se establecen con ayuda del conocimiento metódico. c) Se someten a pruebas empíricas para ser comprobadas o rechazadas. d) Están sometidas a nuevas observaciones. e) Y lo más importante, se fundamentan en teorías científicas comprobadas. Las generalizaciones ordinarias por su parte: a) Se refieren a situaciones cotidianas. b) No presuponen ningún conocimiento especializado. c) No se someten a pruebas metódicas. d) Son aisladas, superficiales, no sistemáticas. 2.3.2 INFERENCIA ESTADÍSTICA El hombre necesita sentirse seguro de sus conocimientos, de tal suerte que cuando logra establecer leyes generales experimenta la satisfacción de un conquistador, como quiera que con ellas no sólo comprende una parte del mundo, sino también empieza a controlarlo y en cierta medida, a dominarlo. Mas no todas las observaciones sobre un fenómeno conducen al establecimiento de leyes generales. Algunos sectores de la realidad se resisten al esquema “Todo F es G”, y más bien encajan en formas más débiles, como “tanto por ciento de los F son G” Con un ejemplo veamos cómo opera el modelo más simple de inferencia estadística: sea un grupo N de estudiantes de una universidad y M el número de mujeres observadas en ese grupo N. Podemos entonces establecer la frecuencia relativa (M/N) de mujeres dentro de la población estudiantil, y en caso de que la relación sea mayor de 0,5 podremos concluir inductivamente
que un estudiante al azar de la universidad pertenecerá al sexo femenino; o sea, habrá mayores probabilidades de que el estudiante seleccionado al azar sea mujer, que varón. Hay dos tipos principales de inferencia estadística: 1. Generalización estadística: cuando se va de la muestra a la población. Su esquema es el siguiente: M es una muestra al azar de la población N.
(p)
La proporción observada de los P en la muestra M es Q.
(p)
Por lo tanto, la proporción esperada de P en la población total N es aproximadamente Q. Ejemplo: tomamos 20 estudiantes (M) de los 100 que integran la Facultad de Filosofía (N). Observamos 15 hombres, o sea la proporción de hombres en la muestra M es de 75% (P). Por tanto, la proporción de hombres en la Facultad de Filosofía es probablemente del 75%. 2. Especificación estadística: cuando se va de la población a la muestra, o sea, el proceso inverso del anterior. La proporción observada de P en N es Q. (p) (el 75% de estudiantes en la universidad son hombres). M es una muestra al azar de N filosofía).
(p) (llamamos al azar 20 estudiantes de
Por lo tanto, la proporción esperada de P en M es aproximadamente Q (de esos 20, 15 deben ser hombres). Su esquema es: La proporción observada de P en N es Q
(p)
M es una muestra al azar de N
(p)
Por lo tanto, la proporción esperada de P en M es aproximadamente Q. El llamado “salto inductivo” es patente en este procedimiento, pues en el ejemplo citado bien hubieran podido estar ausentes numerosos estudiantes del sexo masculino por encontrarse asistiendo a un partido de fútbol de la universidad; o que el investigador hubiera visitado pabellones donde,
casualmente, se localizan facultades tradicionalmente femeninas, etc. Estas dificultades pueden obviarse empleando rigurosamente las técnicas de la matemática estadística,como ampliar y diversificar la muestra, Pero el riesgo de equivocamos no podemos eliminarlo por completo, a menos que consideremos toda la población, en cuyo caso el razonamiento se tomaría deductivo. Las inducciones estadísticas deben entenderse en términos de probabilidad, esto es, como una previsión o estimación acerca del grado en que se confirma cierta hipótesis, y de esta probabilidad dependerá nuestra creencia racional en la hipótesis y las decisiones que tomemos con base en ellas. Además, un resultado estadístico puede- y suele- ser interpretado de muy distintas maneras por los interesados o afectados con el resultado (como sucede con las encuestas preelectorales). Las inducciones estadísticas juegan un papel importantísimo en la ciencia. Prácticamente todas las leyes de las ciencias sociales (sociología, economía, psicología), al igual que algunas de la física, se expresan en lenguaje estadístico (como la ley de los gases, la segunda ley de la termodinámica, etcétera).
EXCURSUS En la base de esta distinción -entre leyes generales y leyes estadísticasencontramos una controversia filosófica que resumiremos a continuación. Una corrientefilosófica representada principalmente por Diltheyy sus seguidores sostiene que las acciones humanas no son susceptibles de explicarse con leyes generales, por cuanto que el hombre posee una característica que lo distingue radicalmente de los demás seres de la naturaleza: la libertad o posibilidad de elegir entre varias opciones. Una piedra suspendida en el aire, no tiene otra alternativa que la de irse hacia abajo; un perrito enjaulado privado de alimento varios días, sin duda que se dirigirá a un plato servido con su comida favorita cuando le abran la puerta -bueno, si es que le quedan alientos para caminar-. Pero un hombre -digamos un prisionero político- encarcelado y hambriento, bien puede aceptar o rechazar el alimento... Otrosfilósofos no menos respetables plantean que el empleo de leyes estadísticas en ciencias humanas (economía, psicología, sociología, etc.) obedece, no a la singularidad humana, sino a
nuestra ignorancia momentánea de todas las variables que intervienen en los asuntos humanos, pero que, en última instancia, si se conocieran todas las variables de la conducta, podríamos hacer predicciones tan exactas como las de las ciencias físicas. ¿Cuál tesis es la correcta? No lo sabemos aún.
2.3.3 INFERENCIAS POR ANALOGÍA Las analogías constituyen la forma más usual de argumentar y de inferir, sobre todo en asuntos concernientes a la vida diaria. Mediante analogías se pretende: a) Prever lo que presumiblemente ocurrirá en el futuro, con base en experiencias o en conocimientos anteriores. b) Comparar una situación con otra semejante, e inferir que lo sucedido en la primera ha de darse también en la segunda. En otras palabras, en el argumento analógico se parte de la similaridad de dos o más objetos o situaciones, para concluir que tienen otras propiedades en común, como puede observarse en el siguiente caso: Las aduanas de Bogotá, Cartagena y Barranquilla
Conclusión La tautología (del griego tautos = lo mismo) es una expresión cuya verdad depende de su forma, de su estructura, y por eso es verdadera formalmente, sin importar el contenido de los enunciados que la componen. Por ejemplo, la expresión “p v ~p” es una tautología, como puede demostrarse fácilmente al hacerle la tabla de verdad. Si preguntamos ¿dónde está Clemencia? y nos responden que “se encuentra en su casa o fuera de ella” (C v ~C), nos dejan en
las mismas, pues esta afirmación es tan simple y tan verdadera que realmente nada informa; la lógica natural nos dice que la chica solamente puede estar en su casa o fuera de ella. Veamos el siguiente argumento: Si Pablo va al cine lleva una amiga, y si la amiga va, entonces lleva al hermanito. Puesto que Pablo va al cine, se concluye que el hermanito de la amiga también va. En símbolos tenemos:
[(P d A ) . ( A d H ) . P ] d H El argumento consta de tres premisas unidas mediante conjunciones y encerradas por un corchete, y de ellas se desprende, por implicación, la conclusión. Si reflexionamos un poco aceptamos que se trata de un argumento válido; o sea, que si fueran verdaderas las premisas, Pablo estaría condenado a dejarse acompañar por el hermanito de la amiga. La validez de este argumento se puede demostrar mediante la tabla de verdad. ¿Cómo? Asignados los valores de verdad en las ocho líneas, primero se resuelven la premisas entre paréntesis (pasos 1), luego los dos paréntesis (2), el corchete (3); y finalmente relacionamos el resultado del corchete con la conclusión (4) para así determinar los valores de verdad del argumento, que deben situarse debajo del signo de implicación que une las premisas con la conclusión. Como resultan todas las líneas verdaderas, es una tautología: [ ( p
=> A )
•
( A
Z) H )
•
p ] => H
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V
f
V
V
f
V
f
V
f
V
f
f
f
V
f
(1)
(2)
(1)
(3)
(4)
Las contradicciones son proposiciones lógicamente imposibles, al contrario de las tautologías que son lógicamente necesarias. Las contradicciones no son sensatamente concebibles o imaginables, no pueden darse en ningún mundo, como por ejemplo estar sentado y no estar sentado, caer hacia arriba, dibujar un círculo cuadrado, trazar una línea recta que sea curva (en el mismo contexto geométrico), trazar una línea que mida 10 y 15 centímetros. Las contingencias son proposiciones lógicamente posibles. Que Carlos trabaja 100 días sin descanso, o su auto recorre 100 kilómetros en un minuto son eventos que puede concebir la razón, aunque en el momento presente es imposible. Ahora bien, algo lógicamente posible es empírica o técnicamente posible o imposible: construir una ciudad en el fondo del mar es posible lógicamente (se puede concebir) e incluso es posible empíricamente (se puede diseñar con todas las leyes físicas conocidas) pero es -por ahora-un imposible técnico. Imposible empíricamente significa que la afirmación contradice las leyes de la naturaleza (al menos como las conocemos hoy), e imposible técnicamente implica que, dado el estado actual de la técnica, lo afirmado en la proposición es irrealizable, aunque concebible. Claro está que si algo es lógicamente posible, no significa que debamos aceptar la posibilidad empírica, técnica, económica, política de que ocurra: que poseamos un alma reencarnada, es lógicamente posible, pero tan desprovisto de evidencias que no dudamos en calificar hoy esta afirmación como empíricamente imposible. Corresponde, pues, a las ciencias empíricas (química, biología, física, astrofísica, etc.) decirnos qué es posible o imposible empíricamente, y a las ciencias aplicadas (ingeniería, medicina, etc.) determinar el ámbito de lo técnicamente posible. Lo empíricamente imposible de ayer fue posible más tarde, probable después y una realidad hoy, como aconteció con la transmisión inalámbrica, el viaje a la luna, la fisión nuclear, y ocurrirá -esperamos- con la fusión atómica controlada que, en la actualidad, es técnicamente imposible. Las nociones anteriores se resumen en el siguiente cuadro:
TAUTOLOGÍAS
CONTINGENCIAS
CONTRADICCIONES
Lógicamente necesarias Posibles o imposibles empíricamente lógicamente posibles Posibles o imposibles Técnicamente lógicamente imposibles
Ejercicio Caracterice de acuerdo con el cuadro anterior cada una de las siguientes expresiones. Sustente su respuesta. 1. Un cuadrado sin lados. 2. Cuando llueve hace frío. 3. Cuando llueve cae agua. 4. Cuando llueve no cae agua. 5. Cuando llueve se moja la calle del frente. 6. Francisco hace 10000 flexiones sin descansar. 7. Los edificios de papel duran más de 100 años. 8. La luz de una linterna ilumina completamente el estadio. 9. Las personas se gustan por emanaciones químicas invisibles que son mutuamente compatibles. 10. La tierra es un ser vivo que se alimenta de vegetales y animales en descomposición. 11. La vecina tuvo 20 criaturas en un solo parto. 12. Se implantan riñones artificiales del tamaño de un dado. 13. En Plutón hay seres vivos. 14. Los habitantes de Plutón se oxigenan con mercurio. 15. Mi tía es una mujer. 16. Mi tía es mi hermana menor. 17. Mi tía me detesta. 18. Tendremos relación con otras civilizaciones extraterrestres
Las llamadas tres leyes del pensamiento, leyes del ser o principios lógicos fundamentales que gobiernan tanto el ámbito del ser (ontología) como del pensar (lógica) son tautologías, y fueron expuestas magistralmente por Aristóteles. Según Hume, son meras generalizaciones de relaciones empíricas. Veámoslas:
Principio de identidad: Una cosa es lo que es
P^P una proposición es lo que es
Esta es una ley básica de la vida y del pensamiento correcto; es términos populares, enseña que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, principio fundamental del pensamiento claro y distinto. En el argumento El movimiento es eterno (p) El paseo es movimiento (p) ./. El paseo es eterno, se viola este principio, por cuanto que el concepto movimiento es interpretado de manera diferente: filosóficamente en la primera premisa, y cotidianamente en la segunda. Por lo tanto, la precisión y el buen sentido exigen que todo concepto y todo juicio debe ser idéntico a si mismo, y que en el proceso de raciocinio no se cambie una idea por otra, un concepto por otro, so pena de cometer errores lógicos; una misma persona puede, por ejemplo, darle sentidos distintos a las palabras democracia, libertad de prensa, libertad de palabra, ciencia, idealista, etc., quedando imposibilitada para formular tesis claras y comprensibles por los demás.
Principio de no contradicción: Una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto ~ (p . ~p) una proposición no puede ser verdadera y falsa al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto
En los seres del mundo real son imposibles la presencia y la ausencia simultáneas de una propiedad o relación, por ejemplo, que Ud., amigo lector esté leyendo y no leyendo este libro en este momento. No surge contradicción
si se trata de diferentes objetos o de un mismo objeto tomado en diferentes relaciones o en tiempos distintos, como afirmar que Dorita es mi secretaria, y mañana afirmar que no lo es. Principio de tercero excluido: Una cosa es o no es p v ~p una proposición es verdadera o es falsa
En los objetos del mundo objetivo está presente o ausente cualquier característica, y por eso deben poseerla o no poseerla; no puede ocurrir que la posea o no la posea. Sin embargo, aunque el pensamiento y la realidad exigen una opción precisa por una de las dos alternativas (p v ~p), la aplicación de este principio está limitada por la indeterminación de nuestro conocimiento, pues en la naturaleza y en el hombre se presentan estados transitorios, graduales, conjuntos de barreras difusas, donde no rige la aplicación del tercero excluido (¿cuándo se da el tránsito de peludo a calvo?, ¿o de un carro nuevo a viejo?), así que este principio sólo tiene aplicación cuando se emplean símbolos o definiciones precisas. En estos tres principios filosóficos se fundamenta la lógica que normalmente regula las matemáticas, las ciencias y la vida diaria. Es una lógica bivalente por cuanto que no acepta sino dos valores de verdad -verdadero y falso- para calificar afirmaciones y, por ignorancia o desconocimiento del tema, admite la indeterminación. Sin embargo, últimamente se han desarrollado otras lógicas no bivalentes (trivalentes, polivalentes, de conjuntos infinitos, etc.) que incluyen valores intermedios entre verdad y falsedad. Estas nuevas lógicas no se han impuesto efectivamente, excepto en sectores restringidos, como en el diseño de equipos autorreguladores, en problemas de tráfico aéreo; más aún, se han dado serios intentos de aplicar una lógica trivalente (verdadero - 1/2 - falso) en la mecánica cuántica, pues en el reino de lo subatómico impera un principio de
incertidumbre, que parece generar realidades extrañas, como que un electrón esté y no esté en cierto punto, o que la descripción de una partícula sólo admita valores probabilísticos. Ejercicio Mediante tablas de verdad completas, determine si las siguientes formas proposicionales son contradictorias, tautológicas o contingentes. l.p q
2. (p . q) zj p
3- (p=>q)=>(q=>p)
4- t(p => q) 3 (p => r) ] =» (p . r)
5. t(p 3 q) • p => q
6. [(p => q ). q ] => p
7. t(p=>q)z>(q=)r)]r>(pz)r)
8. (p v q) . (p . q)
9. [(p v q ) . p] 3 q
10. [(p v q ) . ~p] => q
3.2.1.7 Formas proposicionales Al estudiar y trabajar una ciencia -física o química, por ejemplo- se manejan símbolos, leyes, ecuaciones, gráficos, diagramas, modelos, etc. que representan los objetos y las relaciones conceptuales y teóricas de que se ocupan tales ciencias. Al manipular lógicamente estas formas, no sólo se representa la estructura de las realidades, sino que, incluso, pueden anticiparlas, como hacen ahora, y de manera tan asombrosa, los químicos, entre otros científicos. Similarmente, la ciencia de la lógica maneja no los contenidos concretos de los argumentos o los discursos, sino sus formas, sus estructuras, sus relaciones. Las formas proposicionales son expresiones que contienen solamente variables proposicionales, y que muestran la estructura lógica de una expresión cualquiera. Las formas proposicionales son moldes o esqueletos de numerosas proposiciones reales, de manera análoga a la maqueta de un edificio, que puede ser un esquema simple, o tener detalles adicionales que la asemejen cada vez más al edificio terminado; igualmente, la forma proposicional de una expresión puede contener su esquema básico, o representarla en todos sus aspectos. Por
ejemplo, (p . q) es la forma proposicional de expresiones tales como: A . B, C . D, (A v B ). (C . D), A . (C . A), etc., pues, se trata de expresiones cuyo conector principal es una conjunción. Es indispensable comprender esta distinción entre proposiciones y sus formas proposicionales para manejar las leyes lógicas y aplicarlas en la demostración de argumentos y solución de teoremas. Ejemplo A la expresión: ~ [(A v B) (C 3 D)] le corresponden las siguientes formas proposicionales (entre otras): ~[(pvq).(r=3s)] ~ [p • (r s)] ~ (p • q) ~p p Obsérvese que una expresión negada (~A) puede representarse perfectamente por una forma proposicional negada (~p); pero luego, al resolver la negación, queda representada por una afirmativa (p); por el contrario, una expresión afirmativa (A) sólo admite formas proposicionales afirmativas: ~ A: ~ p
A:p
P
P
Ejercicio Para cada frase a la izquierda, determine que forma o formas proposicionales les corresponden en la columna de la derecha. Recuerde que una expresión con constantes (A, B, C...) puede tener varias formas que reflejen su estructura. 1. A a-b 2. ~B a-b-c 3. B d C a-b-d 4. ~B d C a-b-d-e... 5 .A d (B v ~C) 6 .A d (B .~ C ) 7. (A v B) 3 (C v A)
a) P b) q c)~p d )p 3 q e) ~p 3 q f) ~(P 3 q) g) p (q • r)
8. ~(A v B) 3 C 9. (~A vB )=>C 10. ~[(A v B) 3 C] 1 1. ~ [ ~( ~A v B ) 3 C ]
12. ~[~(A v B) 3 C] 13. ~[~(A v B) 3 ~C] 14. (A . B) 3 (C v F)
h) (p v q) 3 (r v p) i) ~(p v q) r> r j) (~P v q) => r k) ~(~p 3 q) 1) ~(p 3 ~q) U) ~(~P 3 ~q)
m) ~[~(~p v q) 3 r] n) (p . q) 3 (r v s) ñ) (p . q) 3 r o) p . (q v r)
3.2.1.8 Demostración de validez ¿Cómo puede demostrarse la validez de un argumento deductivo? Hemos explicado que la validez de los argumentos radica en su forma, en su estructura; que hay formas válidas (tautologías) e inválidas. El problema se concreta entonces en demostrar si el argumento dado corresponde a una tautología, y esto se establece mediante varios métodos, de los cuales analizaremos tres: tablas de verdad, reglas de inferencia y reducción al absurdo. 1. Tablas de verdad Una forma argumenta! deductiva válida no debe contener ni una sola línea horizontal en su tabla de verdad con antecedente verdadero y consecuente falso, pues al resolverse la implicación, daría falso, y así la expresión dejaría de ser una tautología. El análisis de la tabla de verdad permite entonces determinar de manera mecánica y simple la validez de cualquier combinación de proposiciones en un argumento. Ejemplo: Si Carlos está inscrito en el equipo, hubiera venido el sábado; como no apareció, no está inscrito en el equipo. Proposiciones:
En símbolos:
C: Carlos está inscrito en el equipo. S: Carlos vino el sábado [(C 3 S ). ~S] => ~C
La forma de este argumento, empleando variables, es: C(p => q) • ~q)] =5 ~p
Una vez se coloquen los valores de verdad a las proposiciones en las cuatro líneas (22= 4) y se resuelvan las funciones de verdad, se obtiene una tautología; por lo tanto el argumento es válido:
p
Q
V
V
V
V
f
f
f f
V
V
f
V
[( p
3
Q )
• ~Q ] => V f f V V f V V
~p
f f V V
Ejercicio Determine, mediante tablas de verdad, cuáles de las siguientes formas arguméntales son válidas.
l p=»(q P) ~p ./. ~q
2. p p=>q ./. ~r => ~(p v q)
3. p 3 q q=> r ./. p 3 r
4. pz>q
5.p=>q
6. p=>q
~P ./. ~q
q ./. p
P ./. q
El inconveniente de este procedimiento -sencillo por lo mecánico- estriba en que resulta supremamente tedioso demostrar la validez de un argumento que contenga un elevado número de proposiciones. Si consta de cinco proposiciones distintas (p, q, r, s, t,), por ejemplo, requeriría treinta y dos líneas para combinar todos los posibles valores de verdad y falsedad. Por ello es preferible emplear la
técnica de las reglas de inferencia, o leyes lógicas, que además posee la ventaja de ejercitar y estimular el arte de la demostración lógico-matemática.
2. Reglas de inferencia lógica Un argumento válido es una tautología. Ahora bien: si se logra extraer o derivar la conclusión de las premisas mediante la aplicación de otras tautologías, el argumento conservará este carácter. Las reglas de inferencia son leyes lógicas, tautologías o expresiones verdaderas sea cual fuere el valor de verdad de sus componentes. Una ley lógica sencilla es la Doble Negación: si una frase es verdadera y la niego dos veces, queda de nuevo verdadera. Más adelante estudiaremos 19 leyes, que son suficientes para demostrar cuándo una conclusión está conectada lógicamente con sus premisas. El procedimiento de la inferencia consiste en aplicar esas leyes a las premisas fundamentales y demás proposiciones derivadas de ellas hasta llegar a la conclusión. La conclusión así obtenida se dice que es una consecuencia lógica de las premisas, siempre y cuando cada paso dado esté permitido por las leyes lógicas. Veamos, por ejemplo, el uso cotidiano de una ley lógica, el llamado Silogismo Disyuntivo, según el cual, dada una disyunción (p v q) y la negación de un miembro (~p), se sigue la afirmación del otro (q). Así, cuando preguntamos: ¿Dónde está Fulano?, nos pueden responder: está en el cuarto o en e¡ garaje (C v G); y si no lo vemos en su cuarto (~C), inferimos inmediatamente que debe estar en el garaje (G). Estas leyes son las más útiles operaciones del entendimiento humano. Son numerosas, pero 19 son suficientes para demostrar la validez de los argumentos. Las 9 primeras son reglas de implicación pues su conector principal es la implicación, son unidireccionales y se aplican sólo a premisas enteras; las 10 restantes son de equivalencia (bidireccionales y aplicables a líneas o a sus partes).
unidireccionales implicación a líneas o premisas enteras Leyes lógicas bidireccionales equivalencia a líneas o partes de ellas
A) Reglas de implicación: en estas reglas el conector principal es la implicación; son unidireccionales, pues de un antecedente se sigue un consecuente, pero no a la inversa; y como en la implicación ambos elementos -antecedente y consecuente- están lógicamente unidos, sólo puede aplicarse la ley a líneas enteras o a premisas completas, no a una de sus partes. Por ejemplo, de (A . B) puedo afirmar A; pero si una premisa es (A . B) 3 C, no puedo inferir, o afirmar A aplicando la regla de la simplificación -que veremos a continuación-. Nombre - Explicación- Fórmula 1. Modus Ponens (MP) Dada una implicación y su antecedente, se sigue su consecuente. pz>q P ./. q 2. Modus Tollens (MT) Dada una implicación y la negación del consecuente, se sigue la negación del antecedente. p=>q ~q
3. Silogismo Disyuntivo (SD) Dada una disyunción y la negación de uno de sus disyuntos, se sigue la afirmación del otro disyunto. pvq ~q ./. p
pvq ~P ./. q
4. Simplificación (S) Dada una conjunción, puedo afirmar cualquiera de sus componentes. p .q ./. p
p .q ./. q
5. Conjunción (C) Dadas dos proposiciones, puedo unirlas mediante una conjunción. P q ./.p .q
6. Silogismo Hipotético (SH) Dadas dos implicaciones, en las cuales el consecuente de la primera es el mismo antecedente de la segunda, se sigue que el antecedente de la primera implica el consecuente de la segunda. p=>q q=>r ./. p =>r
7. Adición (AD) Dada una proposición verdadera, puedo adicionarle cualquier otra mediante la disyunción. P ./. p v q
8. Dilema constructivo (DC)
Dadas dos implicaciones y la disyunción de sus antecedentes, se sigue la disyunción de sus consecuentes. P3 q r3 s pvr ./. q v s
9. Absorción (AB) Dada una implicación, si se da el antecedente se sigue la conjunción de los componentes de la implicación. p=>q ./. p 3 (p . q)
Ejercicio Demuestre mediante tablas de verdad que estas leyes lógicas son tautologías. Para ello, una las premisas mediante conjunciones, reemplace el símbolo de conclusión (./.) por el de implicación (z>), y resuelva la tabla de verdad. Las dos primeras leyes, por ejemplo, se organizarían así: [ (p 3 q ) . p ] 3 q
(Modus Ponens)
[ (p d q ) . -q ] d -q
(Modus Tollens)
Ejercicio: En los siguientes teoremas señale qué reglas se aplicaron y sobre qué líneas, para obtener cada uno de los pasos que siguen a las premisas. En primer lugar, analice detenidamente el siguiente ejemplo: 1 .A d -B
(p)
(premisa)
2. A (p) (premisa) Derivación por la aplicación de reglas de implicación: 3.
~B MP. 1,2 (se obtiene por la aplicación de la regla del Modus Ponens a las líneas 1 y 2)
4.
~B v D
AD. 3 (aplicación de la regla de la Adición a la línea 3)
5.
(~B v D ) . A
C. 4,2 (aplicación de la Conjunción a las líneas 4 y 2)
1) 1.A.B
(p)
2)
1. (A . B ) . (C=D)
2.A.B
2. A 3. A v C 3) l.(A=>B)=>(C.~D) 2 .A d B 3. C . ~D 4.-D 5)
7)
9)
11)
1.(B d C ) v D (P) 2.-D C 3.-D 4. B 3 C
(p) (P)
B
4)
l .A o ( B v C ) 2. ~(B v C) 3. ~A 4. ~A v D
6)
1 .(E v B ) d (B .~ D ) (p) 2- (B ~ D )3 ~ (D = A) (p) 3. (E v B) 3 ~(D s A) 4. [( E v B )d ~(D = A)] v ~B
(P)
(P) (P)
l.A=>C 2. A . ~D 3.A=»B 4. A 5. C 6. B 7 .C .B 8. (C . B) v D I .( A d B ) v B 2. C ~B 3. ~B 4 .A d B 5.~A
(P) (P) (P)
1. D 3 E
(p) (p) (p)
12)1. A 3 B 2. ~ (A . C) 3. (A . B) _ C 4. A 3 (A . B) 5. A d C 6. A 3 (A . C) 7. ~A
(p) (p) (p)
(p) (p)
14) l.(A v B ) 3 C 2.(C v B) 3 [A 3 (D s E)] 3. A . D 4. A 5. A v B
(p) (p) (p)
2 .A 3 B 3 .C .D 4. D 5. D v A 6. E v B 7. (E v B) D 13)
3.
(P)
1. (A v M) 3 R 2. (L v R ). ~R 3.~(C .D )v (A v M ) 4. ~R 5. ~(A v M)
(P) (P)
(p)
8)
I .A d B (p) 2 .A .- D (p) 3. B3 C (p) 4. ~D 5 .A d C 6. A 7.C 8. C . ~D 10) 1. ~(A v B) 3 E (p) 2 .E 3 F (p) 3. ~(A v B) 3 [~(A v B ) . E]
6. C 7. C v B 8 .A d (D = E) 9. D=E
6. ~ (C . D) 7. ~(C . D) v R
15)
l.~A 2. (C v A ) d L 3. A v D(p) 4 .( D v U ) d C 5. D 6. D v U 7.C 8. C v A 9. L
(p) (p) (p)
16) I.A d B 2. C v (~B ~~D) 3. C =)D 4.~(C . D) 5 .C d (C .D ) 6. ~C 7. ~B . ~~D 8. ~B 9. ~A
(P) (P) (P) (P)
Las personas, de manera automática, emplean estas leyes en sus argumentaciones cotidianas; incluso los niños paulatinamente van aprendiendo a usar estos principios, a medida que se desarrolla su lenguaje y su relación con el mundo, como cuando el hijo le reclama a su padre un regalo prometido si se portaba bien (se dio una implicación, el niño cumple el antecedente, y por tanto exige el consecuente). Veamos un argumento corriente, su simbolización y demostración con ayuda de leyes lógicas (tomado de P. Suppes. Ver bibliografía). Si continúan los operativos militares aumentará la tensión en el área; si ambas cosas ocurren se creará un conflicto social. Si los operativos militares crean el conflicto social, no podrá evitarse la confrontación bélica. O bien se evita esta confrontación o queda claro que los políticos son incapaces de manejar el país. Por lo tanto, los políticos son incapaces de manejar el país. Proposiciones atómicas de este argumento: M continúan los operativos militares. T : la tensión aumenta. S : se crea un conflicto social. G : la guerra se puede evitar. P : los políticos son incapaces de manejar el país.
Simbolización y prueba de validez aplicando las leyes lógicas: 1 .M d T 2. (M . T) o S
(p) (p)
3 . ( M d S ) d ~G
Prueba:
(p)
4. GvP (p) ./. P 5. M o (M . T) ABS. 1 6. M 3 S SH. 5,2 7. ~G MP. 3,6 8. -conclusión-./. P SD. 4,7
Ejercicio Demuestre la validez de los siguientes argumentos empleando las 9 reglas de implicación:
1)
l.A.B
2)
1 .C d A 2 .A 3 B 3. C ./. B
4)
1. (F 3 G) v H 2. ~G 3. ~H ./. ~F v D
6)
1. (A v ~C) 3 S 2. A 3. (A v ~D) 3 E ./. (E . S) v B
2. B 3 C 3. D ./. C . D 3) I .A d B
2.C.A J .B v D
5)
l.(A .D )3 ~ C 2. (R v S) 3 (A . D) 3. ~C 3 ~ (A . D) ./. (R v S) 3 ~(A. D)
7)
1. (R . A) v E 2. (R . A) 3 D 3. ~D /. E. ~D
8)
1. ~A 2. (C v A) 3 L 3. A v D 4. (D v U) 3 C ./. L
9)
l.R 3 ( ~ P v ~ M ) 2. ~R 3 (~M . ~N) 3. ~(~P v ~M) 4. Z v R ./. (~M ~ N ). Z
10)
1. [~ A . ~ (D . E)] 3 ( B : -E) 2. ~(D E ). ~R 3 .E 3 F 4. ~A v (D E) 5. ~(D. E) 3 (B v E) ./. F v ~E
11)
1. (K v L) 3 (M v N) 2. (M v N ) d (O . P) 3. K
12)
l.A =>B 2. (A . B) C 3 .(A .C )r > D ./. A 3 D
14)
1. (L . ~J) (M. ~J) 2. (K v L ). (J => K )
./.O 13)
1 .[(C v B ) d F] ~A 2. [( C v D )n E ] . ( C ./. E . F
vA)
/.M
Este ejercicio puede complementarse y entenderse mejor, interpretando lingüísticamente las proposiciones y analizando luego el desarrollo de la prueba hasta llegar a la conclusión (línea final). Por ejemplo, interpretemos el número 2 . Si Carlos hace el negocio (C) lo celebrará con sus amigos (A), y si lo celebra, terminará bebiendo (B). Como Carlos hizo el negocio (C), concluimos que terminará bebiendo (B).
Ejercicio Construya una prueba formal de validez para los siguientes argumentos. Utilice las abreviaciones sugeridas para representar las proposiciones atómicas que los componen. 1. Si admiten las demandas laborales (D) e incrementan los salarios (S) la empresa entrará en crisis (C). Si admiten esas demandas y despiden trabajadores (T) entonces podrán incrementar salarios, pero de todas maneras, si admiten las demandas despiden trabajadores. Por tanto, si admiten las demandas, la empresa entrará en crisis. 2. Carlos y Alberto son influyentes. Y si Alberto es influyente, Beatriz obtendrá el empleo. Por lo tanto, Beatriz o Elisa obtendrán el empleo (A, B, C, E).
B) Reglas de Equivalencia: las 10 leyes lógicas que vamos a examinar a continuación constan de dos partes equivalentes; es decir, una parte significa lógicamente lo mismo que la otra. Por eso se unen con el signo de la equivalencia, son bidireccionales (una implica la otra y viceversa) y pueden aplicarse a líneas completas o a sectores de líneas (dejando intacto el resto de la línea) en el desarrollo de las demostraciones.
1. Doble Negación (DN) P= — P 2. Teoremas de De Morgan (TM) ~ (P • q) = (~ P v ~ q) ~ ( p v q ) s (~p ~q) 3. Conmutación (CONM) (p v q) 5 (q v p) (p - q) = (q p) 4. Asociación (AS) [p v (q Vr)] S [(p Vq) v r] [p . (q . r)] = [(p . q) . r] 5. Distribución (DIS) [p v (q . r)] = [(p v q) (p v r)] [P (qvr)] = [(p .q )v(p r)] 6. Contraposición (CP) (p = q )s (~ q ^ ~ p) 7. Implicación (IMP)
(P=>q)s (~ Pv q) 8. Exportación (EXP) [(p . q) 3 r ] = [p =>(q 3 r)] 9. Tautología (TAUT) P = (P • P) P = (P v p) 10. Equivalencia (EQ) (p = q) = [(p =>q) (q =>p)] (P s q) = [(p • q) v (~ p . ~ q)]
Mediante tablas de verdad se puede demostrar que las leyes de equivalencia son tautologías. Comprobemos la primera: P
^ ~ ~
p
v f
V v f v V f v f
Veamos, a manera de ejemplo, la demostración de un argumento cuya validez no es evidente de manera inmediata: Si Natalia ingresa al torneo, Luis también. Sucede que si ella no ingresa queda por fuera, pero entonces Gerardo ocupa su lugar Por lo tanto, Luis y Natalia ingresan si, y sólo si, ingresa Natalia.
En símbolos: I .N d L 2. ~N 3 (~N G)
(P) (P) ./. (L.. N) = N
demostración: 3. N 3 (N . L)
ABS. 1
4. N 3 (L . N)
CONM. 3
5. N v (~N G)
IMP. 2
6. (N v ~N) (N vG )
DIS. 5
7. N v ~N
SIM. 6
8. (N v ~N) v ~L
AD. 7
9. N v (~N v ~L)
ASC. 8
lO .N v -(N .L )
TM.9
l l.N v - ( L .N )
CONM. 10
12. ~N 3 ~(L . N)
IMP. 11
13. ( L .N ) d N
CONTRA. 12
14. [(L. N) =>N] [N d (L.N)J
C. 13,4
15../. ( L .N ) s N
EQ. 14
Ejercicio Encuentre las leyes que se aplicaron en la derivación de cada una de las líneas que siguen las premisas. 1) 1-~A (p) 2) l.( A v B ) (p) 2. ~A v B 2. C (p) 3. Az> B 3. C .(A v B ) 4. (C . A) v (C . B) 3)
1 .(A v B ) d C 2. A 3. A v B 4. C
(p) (p)
4)
I .A d ( B d C) 2 .A .B 3. A 4 .B d C 5. B
(p) (p) (p)
6. C
Ejercicio En la siguiente demostración señale la ley lógica que se aplica en cada paso. 1. T z> C (premisa) 2. (T . C) => E (premisa) 3. (C . E) z> (P V L) (premisa) ./. T z> L (conclusión: última línea de la prueba) 4. (C . T) o E 5. C D (T d E) 6. T d (T d E) 7. (T T) z> E 8 .T d E 9. (E.C )=>(P V L) 10. E z>[C r>(P V .L )] 11 .T = [C = > (P V .L )] 12.T = > [~C v(P V L)] 13. Tz> [ ~C v (P V ) . L] 14. T z> {[ ~C v (P V ) ] .[ ~ C v L ] ) 15. ~T v { [~ C v (P V) ] . t ~C v L ]} 16. {~T v [ ~C v (P V ) ] } [~T v (~C v L)] 17. ~T v (~C v L) 18. (~C v L) v ~T
19. ~C v (L v ~T) 20. ~C v (~T v L) 21. C => (~T v L) 22. T z> (~T v L) 23. ~T v (~T v L) 24. (~T v ~T) v L 25. ~T v L 26. T => L
Ejercicio Emplee la regla de inferencia adecuada para obtener una conclusión de las premisas dadas. Ejemplo: “Si Irak no se retira de Kuwait, Estados Unidos ataca; pero si este país ataca quedará más perjudicado que Irak. Irak no se retira. Por lo tanto... ” Tenemos aquí un argumento con tres premisas; la primera es una implicación; la segunda también, y tiene como antecedente el consecuente de la primera, lo cual sugiere un silogismo hipotético, del cual se puede inferir válidamente que “Si Irak no se retira, Estados unidos quedará más perjudicado ”; combinada esta proposición con la tercera premisa ( “Irak no se retira”) puede aplicarse el Modus Ponens a las dos, deduciéndose entonces que*“Estados Unidos quedará más perjudicado que Irak ” 1. Si esta planta no crece, entonces necesita más agua o más abono. Esta planta no crece. Por lo tanto... 2. Los extraterrestres son reales o son fruto de la imaginación, pero si lo primero habrían dejado evidencias convincentes, y no existen tales evidencias. Por lo tantoÉ 3. Si usted está en Bogotá, entonces su reloj señala la misma hora que en Manizales. Usted está en Bogotá. Por lo tanto... 4. Si llovió la noche anterior, entonces la calle estará mojada. La calle no está mojada... 5. Esta inferencia es válida. La suya no es válida... 6. Ese hombre es un comerciante o es un charlatán. No es un comerciante... 4. Si un ángulo de un triángulo es mayor de 90 grados, entonces la suma de los otros dos ángulos es menor de 90 grados. La suma de los otros dos ángulos no es menor de 90 grados. 8. Algunos presos son inocentes... 9. Si el agua se hiela, entonces sus moléculas forman cristales. Si las moléculas forman cristales, entonces el agua aumenta de volumen... 10. Este número es positivo o negativo. Si lo primero, es mayor que cero; si lo segundo, es menor que cero...
11. Si esta figura tiene tres lados, es un triángulo; y si tiene tres ángulos, también es un triángulo. Esta figura cerrada tiene tres lados o tres ángulos... 12. Es falso que en la ciudad se han instalado personas poseedoras de grandes capitales, pues si eso fuera cierto, se habría notado un incremento en el movimiento financiero y en el consumo, o en las industrias, y nada de eso ha sucedido. (Qué ley se aplica) 13. La eutanasia es un delito o un favor a quien sufre horriblemente y sin esperanza. Los médicos no pueden cometer delitos pero tienen obligación de ayudar a quienes sufren horriblemente y sin esperanza. Por tanto... 14. Si en el semen hay algún principio del alma sensitiva, éste o permanece o no permanece una vez engendrado ya el animal. Mas no puede permanecer, porque se identificaría con el alma sensitiva del animal engendrado, lo cual es imposible, porque así sería una mismo el que engendró y el engendrado (Sto. Tomás). Por tanto... 15. El universo fue creado en el tiempo o con el tiempo: no puede ser lo primero porque ya habría existido una creación. (San Agustín). Luego... 16. Si me despiden demandaré a la empresa; por tanto, no esperen que me despidan y no la demande.
Ejercicio Justifique los pasos que siguen a las premisas y deduzca los que faltan. 1. (Az> B ) . C 2. (~A v B) => D 3. (A z> B) => D 4. 5. 6. C 7. D C 1. ~A 2. C 3 (A . B) 3. ~A v ~B 4. 5. ~C
(P) (P)
2)
1. (B . D) v M 2. ~B 3. ~B v ~D 4. 5. M
(P) (P)
4)
l.~ C 3 ~ ( A v B ) ( p ) 2. A 3. (A v B) 3 C 4. 5. C
1. M =>~D 2. (M C )v (M .D ) 3. M .(C v D ) 4. M 5. 6. 7. 8. C v E
(P) (P)
6)
1. (A v B) 3 (R v S) 2. ~R 3. A 4. 5. 6. 7. A .S 8. ~(~A v ~S)
(P) (P)
(P)
(P) (P) (P)
Ejercicio Demuestre la validez de los siguientes argumentos, deduciendo la conclusión (./.) a partir de las premisas, mediante la aplicación de las 19 reglas de inferencia.
1)
3)
1 .B d D 2. E 3 (A . B) 3. E ./. D 1. A 2. (A . B) 3 C ./. ~C => ~B
2)
4)
1 .A d B 2.C 3. ~(C B) ./. ~A 1 .A 3 (B C) 2. ~B v ~C ./. ~A
1. ~M v N 2. ~0=> ~N ./. M 3 0 1 .(~ A v B ) d D 2 .A d B ./. D
6)
1 .B v ( A .C ) 2. ~A ./. B
10)
1 .~ C 3 ~ (B vA) 2 .A .D ./. C v E
1 .- A d (B d C) 2. ~B ./.A
12)
1. ~D 2. B 3 (C 3 D) ./. ~B v ~C
1 .~ A d (B C) ./. (A v B ) . (A v C)
14)
1. ~A ./. ~ (A . ~B)
1 .L d E 2.~(E v ~R) ./. L 3 G
16)
1 .( C .D ) 3 ( B .A ) 2. ~A ./. C
17)
l.A s B ./. A v ~B
18)
l .~ C 3 ( B . A ) ./. ~A v (~C 3 B)
19)
1 .- C .A 2. (A . B) ./. ~B
20)
1 .R 3 S 2. (T . ~R) v ~S ./. ~R
22)
1. ~A 2. (B v A) = C 3. ~B ./. ~ (C . E)
5)
7)
9)
13)
21)
8)
3C
1 .~A v B 2. ~(~D . A) 3 ~C 3. ~B ,/.~C
1. ~(B . ~C) 2 .A d B ./. A 3 C 1.~C 2. ~A = (C.B) ./.A
A ~7
O~ (~C vD )] 2. C 2. ~ (~B v D) ./. D ./. C 3 ~A 3) 1 ,(B v C ) d (~ D d F) 4) 1 .[ A d (B v C )] d (D .A ) 2. ~F 2. ~A ./. ~D 3 ~B
./. ~D
Otra manera de emplear la reducción al absurdo es la siguiente: Si queremos demostrar que la tesis “p” es verdadera, suponemos que es falsa (~p) y de esta derivamos una conclusión evidentemente falsa; así, al deducir una conclusión falsa de ~p, habremos demostrado indirectamente que su opuesta “p” debe ser verdadera.
En la historia de la ciencia y de la filosofía se encuentran importantes discusiones argumentadas por reducción al absurdo. El lector interesado puede consultar las siguientes: 1. La prueba de que no existe un número racional cuyo cuadrado sea igual a dos (problema planteado por los pitagóricos). 2. La definición de “justicia” en el libro I de La República de Platón. 3. Las antinomias que expone Kant en la Crítica de la Razón Pura. 4. La tercera prueba de la existencia de Dios que plantea Santo Tomás en la Summa Theologica.
3.2.1.9 Demostración de invalidez Existen argumentos válidos y argumentos inválidos, y hemos visto tres métodos para demostrar el carácter tautológico de un argumento o su validez. Ahora bien, si tratamos infructuosamente de obtener una conclusión a partir de unas premisas, no podemos suponer que se trate de un argumento inválido; quizás hemos enrutado la solución por el camino incorrecto. Se requiere, por lo tanto, un procedimiento que permita demostrar, sin asomo de duda, que una conclusión no es consecuencia lógica de las premisas dadas. Sabemos que un argumento inválido no es una tautología, y por lo tanto su tabla de verdad debe contener al menos una línea falsa. Para que se dé una línea falsa se requiere que en dicha línea las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa, y esto puede averiguarse por dos métodos: el primero, y más largo, consiste en hacer la tabla de verdad completa del argumento y observar si alguna línea tiene una F en su conector principal (o sea, en la implicación que une las premisas con la conclusión). El segundo procedimiento, más sencillo, consiste en buscar directamente una línea falsa sin desarrollar toda la tabla de verdad. ¿Cómo? Asignándoles valores a las proposiciones de la conclusión de tal manera que ésta quede falsa; luego, conservando esos mismos valores en la proposiciones de las premisas, tratamos de hacerlas verdaderas. De lograrlo, habremos encontrado una línea horizontal con premisas verdaderas
que implican una conclusión falsa, lo cual da falso, demostrándose así que la tabla de verdad tiene al menos una línea falsa y por consiguiente el argumento no es tautológico, por tanto, inválido. Por ejemplo, un argumento inválido que corrientemente se aduce en las discusiones cotidianas es el de presentar una implicación, negar el antecedente e inferir la negación del consecuente. Veamos la demostración de invalidez de este argumento:
[ ( A z> B ) f V V
~A ] f V
^
~B V f
V F Ejercicio Resuelva la tabla de verdad completa del argumento anterior y señale la línea falsa descubierta en el ejemplo. Si aplicamos este procedimiento a una forma válida, no podremos en modo alguno hacer las premisas verdaderas y la conclusión falsa. Intentemos con el Modus Ponens: [(p o q ) p ] 3 q f
f v
1) Hacemos la conclusión falsa (la q de la premisa queda falsa). 2) Hacemos la premisa p verdadera. 3) La p de la implicación debe hacerse verdadera, y al resolverse el paréntesis la implicación queda falsa. 4) La conjunción de una premisa verdadera y otra falsa da falso,
\
5) Cuando falso implica falso da verd imposible descubrir una línea que tuviera premisas verdaderas y conclusión falsa.
Ejercicio Demuestre la invalidez de los siguientes argumentos: 1)
1. (A. B )v (~ B .C) 2. C = B ./. C=>~A
2)
I .A d ( B v C) 2.C = ~A ./. C d ~B
3)
1. (A . B) 3 C ./. ~C r>~A
4)
l .C .( A v B ) ./. D E
Simbolice los siguientes argumentos y demuestre su invalidez. 1. Si invitan a Angélica al teatro, se pondrá elegante. Como no la invitaron, entonces no se pondrá elegante (es un argumento inválido porque Angélica puede ponerse elegante por otros motivos). 2. Si Germán estudia entonces gana la materia, o al menos le queda la conciencia tranquila. Ahora bien, a Germán le queda la conciencia tranquila si y sólo si no pierde la materia. Por lo tanto, si le queda la conciencia tranquila entonces no ganó la materia.
3.2.1.10 Las premisas de un argumento Un conjunto de premisas puede ser consistente o inconsistente; es inconsistente cuando no son todas ciertas, o hay por lo menos una falsa (así, la conjunción de todas dará valor de falso). A veces se capta inmediatamente la inconsistencia, como cuando alguien afirma: “Nadie puede amar a dos personas al mismo tiempo” y luego añade: “Estoy enamorada de Juan y Humberto” Unas premisas inconsistentes generan, entonces, una expresión contradictoria de la forma p . ~p. Ahora bien, mediante las reglas lógicas puede demostrarse la inconsistencia de un grupo de premisas al deducir una contradicción de ellas, como en el siguiente caso. Si el contrato es válido, entonces Horacio está jurídicamente obligado. Si Horacio está jurídicamente obligado, quebrará. Si el banco le presta dinero, no quebrará. De hecho, el contrato es válido y el banco le prestará dinero. 1. V 3 L
(premisa)
2. L 3 K
(premisa)
3 . D 3 -K
(premisa)
4.
V .D
(premisa)
Deducción de la contradicción: 5. V
S. 4
6. V 3 K
SH. 1,2
7.
MP. 5,6
K
8. d
s.
9. ~K
MP. 3,8
10. K
~K
4
C. 7,9
La contradicción significa que una premisa niega lo que otra afirma y, por tanto, el autor del argumento es inconsistente en sus premisas, o sea en los datos o supuestos en que se apoya. En las construcciones teóricas de los científicos -y de quien actúe racionalmente- es sumamente importante cuidar que las premisas o postulados básicos sean consistentes, pues cualquier debilidad que haya en tales supuestos o premisas aparecerá tarde o temprano en las conclusiones. Señalar premisas inconsistentes es a menudo la meta de un abogado cuando interroga a un testigo de la parte contraria; si logra demostrar que el testimonio es inconsistente, habrá avanzado en el propósito de desvirtuar la prueba de dicho testigo. Por ejemplo, si el testigo afirma que presenció el crimen ocurrido en el bar, y el abogado demuestra que a tales horas el testigo no podía haber estado en tal sitio, se desvirtúa completamente el testimonio del supuesto testigo. Ejercicio Interprete lingüísticamente los siguientes grupos de premisas y demuestre su inconsistencia: 1)
1. ( B v C ).A
2)
2. A s (~B . ~C) 3)
1. ~C v (A z> B)
1.( D d F ) 3 G 2. ~G . F
4)
1. A = B
2. C => ~B
2. B => C
3 .A .C
3. ~ (C v ~A)
Las premisas son consistentes cuando no implican contradicción, es decir, al hacerles la tabla de verdad no darán todas las líneas falsas y por lo menos una de ellas será verdadera. Para probar que un conjunto de premisas es consistente basta entonces resolver la tabla de verdad y descubrir una linea verdadera. Un procedimiento más directo consiste simplemente en asignar valores de verdad a las proposiciones atómicas tratando de encontrar directamente una línea horizontal verdadera
Demuestre mediante asignación de valores (V o F) que los siguientes grupos de premisas son consistentes: 1)
l.A.(BvC) 2. A
2)
1,(Dd F)d G 2 ~G F
Ejercicio Simbolice y determine la validez o invalidez de los siguientes argumentos filosóficos. Analice la consistencia y la verdad o falsedad de las premisas. 1. Sócrates no cometería una mala acción (M), pero si devuelve mal por mal (D) la estaría cometiendo. Ahora bien, si rompe el acuerdo con el Estado porque ha sido injustamente condenado (R) estaría devolviendo mal por mal. Como huir de la prisión (H) significa romper este acuerdo, Sócrates no huirá de la prisión. 2. Si Sócrates no aprobaba las leyes de Atenas (A) podía haber emigrado de la ciudad (E) o haber intentado cambiar esas leyes (C). Si no emigró ni intentó cambiarlas, debía obedecerlas (O). No es cierto que Sócrates emigrara, y si no intentó cambiar esas leyes entonces las aprobaba, motivos por los cuales inferimos que accedió a obedecerlas. 3. O los libros de la Biblioteca de Alejandría contienen todas las enseñanzas del Corán (C) o no las contienen. Si lo primero, son superfluos (S) y deben ser quemados (Q) para que no estorben. Y si son nocivos (N) también deben ser quemados, para que no corrompan las mentes. Por lo tanto, debemos quemarlos. 4. El gerente es culpable por robo (R) o por evasión de impuestos (E). Si lo primero, debe ir a la cárcel (C), y si lo segundo, tendrá que pagar una multa (M). Así que tendrá que ir a la cárcel o pagar una multa. 5. Si la substancia pudiera ser dividida en partes (D) entonces o bien las partes retendrían la naturaleza de la sustancia (R) o bien perderían esa naturaleza (P). Las partes no retienen la naturaleza de la substancia ni pierden esa naturaleza. Por tanto, la substancia no puede ser dividida en partes (Spinoza). 6. Si las personas son interrogadas adecuadamente (A) entonces exhiben un conocimiento que no pueden haber adquirido durante su vida (E). Pero no podrían hacer tal cosa si no hubieran adquirido ese conocimiento en una vida anterior (V). Si adquirieron ese conocimiento en una vida anterior, ello demuestra que el alma puede existir con independencia del cuerpo (I). Por tanto, si las personas son adecuadamente interrogadas, puede demostrarse que el alma puede existir con independencia del cuerpo (Platón). 7. O debemos filosofar o no debemos hacerlo. Si debemos hacerlo, entonces debemos filosofar, y si no debemos, también debemos hacerlo (para explicar porqué no debemos hacerlo). Por lo tanto, en cualquier caso, debemos filosofar (Aristóteles). 8. Si lo Uno está en movimiento (M), éste movimiento será o de movimiento sin cambio de estado (S) o de alteración de estado (A). Mas no puede tratarse de un movimiento
con alteración de estado (porque en este caso lo Uno dejaría de ser Uno). Pero si se trata de lo primero, tendría que ser o bien de rotación de lo Uno sobre sí mismo con el propio lugar donde se encuentra (R), o bien cambio de un lugar a otro (L). Ninguna de las dos cosas ocurre. Por tanto, el Uno está sujeto a ningún tipo de movimiento («Parménides», Platón). 9. Si de la inexistencia del mundo no se siguiera la inexistencia de la lógica, entonces la inexistencia de ésta se seguiría de la existencia de aquél (Wittgenstein) (M: existe un mundo; L: hay una lógica). 10. Los matrimonios podrían ser buenos (B) -al menos durante cierto tiempo- si hubiera armonía emocional y satisfacción sexual (A.S). Pero para que esto ocurriera haría falta -de manera necesaria y suficiente- una educación que favoreciera la sexualidad (E), además de experiencias sexuales prematrimoniales (P) y una emancipación con respecto a la moral convencional (M). Ahora bien, estos mismos factores, que son los que permitirían buenos matrimonios, implican al mismo tiempo la condena de esta institución/E.P.M) (B.-B)/ Por tanto, en los matrimonios no puede darse armonía ni satisfacción sexual (W. Reich). 11. Si continúa la investigación (C) surgirán nuevas evidencias (E). Si surgen nuevas evidencias, entonces varios dirigentes se verán implicados (D). si varios dirigentes se ven implicados, los periódicos dejarán de hablar del caso (P). Si la continuación de la investigación conduce a que los periódicos ignoren el caso, entonces el surgimiento de nuevas evidencias implica que la investigación continúa. Pero la investigación no continúa. Por tanto no surgirán nuevas evidencias. 12. Según la relatividad, el cambio en el espacio (E) equivale al cambio en el tiempo (T); ahora bien: o se da lo segundo, o existiría la quietud absoluta (Q), pero si se da cambio en el espacio, entonces no se crearían nuevos espacios (C), sin embargo, éstos parecen crearse por el hecho de la expansión del mismo universo. Por lo tanto, existe la quietud absoluta (Luis E.).
3.2.2
ELEMENTOS DE LÓGICA DE PREDICADOS
Hemos estudiado en las páginas anteriores cómo opera la lógica en algunos aspectos del lenguaje: proposiciones categóricas, silogismos, proposiciones compuestas o moleculares. Sin embargo, estos tipos de expresión lingüística no agotan en modo alguno las posibilidades del uso inferencial del lenguaje. Podemos adentramos aún más en el lenguaje y descubrir nuevas estructuras lógicas subyacentes, y esto es precisamente lo que intentaremos a continuación: analizar lógicamente la estructura interna de las proposiciones. La lógica proposicional suministra los elementos (reglas, símbolos.
leyes, etc.) para analizar formalmente algunos argumentos cuya validez o invalidez depende exclusivamente del tipo de conectores, pero no contempla la estructura interna de las proposiciones que los componen. No obstante, ocurre que muchos otros argumentos derivan su validez o invalidez tanto de los conectores como de las conexiones lógicas que existen al interior de las proposiciones. Por ejemplo, la expresión todos los ingenieros saben matemáticas se representa en lógica proposicional con una simple constante de individuo: “p”. En lógica de predicados se precisan las relaciones entre las palabras “todos”, “ingenieros”, “matemáticas”, y su simbolización resulta un tanto más compleja: (x) (Ix 3 Mx), cuya lectura es: dado cualquier “x” en el universo, si ese “x” es ingeniero, entonces sabe matemáticas. El célebre argumento todos los humanos son mortales y todos los griegos son humanos, por tanto todos los griegos son mortales, que por intuición, razonamiento y diagramas de Venn sabemos que es válido, resultaría inválido simbolizado en términos de lógica proposicional: (A . B) =>C pues mediante las leyes lógicas resulta imposible derivar C de A y de B. Su validez depende no sólo de los conectores sino también de la estructura lógica de las proposiciones, A, B y C, como se verá más adelante. Como el tema prolijamente explicado se haría supremamente extenso, nos limitaremos a exponer y ejemplificar las nociones básicas, de tal manera que el estudioso quede preparado para comprender sin mayor dificultad los textos de lingüistas y filósofos de la ciencia que emplean esta simbología, al igual que las obras especializadas en las cuales se plantean interesantes problemas cuya solución exige una juiciosa aplicación de la lógica de predicados. 3.2.2.1 Individuos, propiedades y relaciones Al analizar una proposición cualquiera encontramos uno o varios individuos de quien (es) se predica una propiedad o una relación, como: 1. Helí es sexólogo. 2. 5 es mayor que 3.
3. Manizales se encuentra entre Villamaría y Neira. 4. Manizales es una ciudad agradable. “Helí”, “5”, “Manizales”, “Villamaría”, “Neira”, son los individuos; “sexólogo” y “agradable” son propiedades; “mayor que” y “entre” son relaciones. De ahora en adelante simbolizaremos los individuos con letras minúsculas (hasta la “t”), colocadas a continuación de las propiedades o relaciones, que serán representadas con letras mayúsculas. Los ejemplos citados quedarían así: 1. Sh
2. Mab
3. Emvn
4. Am
Los predicados seguidos de un solo término se denominan monádicos (casos 1 y 4), y los que preceden a dos o más términos son llamados poliádicos, los cuales pueden ser diádicos (caso 2 ), triádicos (caso 3), tetrádicos, pentádicos, etc. Los verbos “morir”, “amar”, y “preferir” funcionan como predicados monádicos, diádicos y triádicos, respectivamente, pues: se muere uno', fulano ama a sutana; entre sutano y perencejo, prefiere a sutano. Conservando la consistencia en la simbolización de los ejemplos mencionados, Mba quiere decir “3 es mayor que 5”; (Sh Am) equivale a “Helí es sexólogo” y “Manizales es una ciudad agradable” Si Dab significa “Alberto está a la derecha de Betty”, Dba equivale a “Betty está a la derecha de Alberto” o “Alberto está a la izquierda de Betty” Emplearemos las minúsculas x, y, z para representar las variables de individuo. En Bx, donde B representa la característica de ser “bebedor”, “x” es la variable que puede ser sustituida por un nombre de individuo. Bx no es una proposición; nos dice simplemente que cierto “x” tiene la propiedad de ser bebedor, pero al no saber de quien se trata, no podemos afirmar que la expresión sea verdadera o falsa. Al reemplazar la variable “x” por un nombre propio, habremos convertido la expresión en una proposición, susceptible de ser verdadera o falsa. Una expresión abierta como “Bx” puede también transformarse en una proposición cuantificándola, es decir, especificando si algunos “x”
(cuantificador existencial), o todos los “x” (cuantificador universal) poseen la propiedad “B” 3.2.2.2 Cuantiftcadores Con el cuantificador existencial afirmamos que algunos seres, o por lo menos uno, poseen la propiedad dada. El símbolo usual es la letra “E” invertida (3) seguida de la variable de individuo (3x). Así, las expresiones lógicamente equivalentes: “alguien es alto”, “algunas personas son altas”, “existe por lo menos un ser que es alto” se simbolizan así: (3x) Ax, y la lectura literal del símbolo sería: existe por lo menos un x tal que x es alto. Ejemplos: 1. Existen gatos, por lo menos una cosa es gato, algunas cosas son gatos: (3x) (Gx), o (3y) (Gy) 2. Algunos gatos son salvajes:
(3x) (Gx . Sx)
3. No existen gatos:
~ (3x) (Gx)
4. Algunos gatos no son salvajes:
(3x) (Gx ~Sx)
5. No todos los gatos son salvajes:
(3x) (Gx . ~Sx)
6. Algunos salvajes no son gatos:
(3x) (Sx . ~Gx)
El cuantificador universal representa expresiones tales como: “para todos los valores de x”, “dado cualquier x en el universo”, “para todo x”, y otras más, pues el lenguaje ordinario cuenta con variados recursos para expresar el carácter general o universal de un enunciado. Por eso la lógica simbólica esquematiza la multiplicidad retórica del lenguaje ordinario, precisando el correcto sentido de las proposiciones. La expresión “todo es material” equivale lógicamente a “dada cualquier cosa en el universo, ésta es material”, o “dado cualquier x, x es material”. El cuantificador universal se representa colocando entre paréntesis la variable y luego el predicado seguido de la variable. En el caso mencionado, tendríamos: (x) Mx, o, (y) My, o, (z) Mz.
1. Todo es materia
(x) (Mx)
2. Nada es materia
(x) ~(Mx)
3. Los gatos son traicioneros
(x) (Gx 3 Tx)
4. Cualquier gato es traicionero
(x) (Gx 3 Tx)
5. Todo gato es traicionero
(x) (Gx 3 Tx)
6. Un gato cualquiera es traicionero
(x) (Gx 3 Tx)
7. No existen gatos
(x) ~(Gx)
8. Existen gatos
~(x) ~(Gx)
Los ejemplos 3 a 6 muestran cómo varias proposiciones gramaticalmente diferentes pueden ser lógicamente equivalentes. Los cuantificadores existencial y universal pueden definirse unos en términos de otros, como se observa al comparar los casos 7 y 8 del último ejemplo, con los 3 y 1 del ejemplo anterior. El enunciado “todo es materia” (x) Mx, implica lógicamente que “no existe un x tal que no sea material”, en símbolos ~(3x)~(Mx). Con base en esta equivalencia y mediante negaciones a ambos lados de la expresión, podemos derivar las siguientes relaciones entre los cuantificadores: (x) (Mx) ~(x) (Mx)
~ (3x) ~(Mx) — (3x) ~(Mx) s (3x) ~(Mx)
(x) ~(Mx)
~ (3x) (Mx)
~(x) ~(Mx)
(3x) (Mx)
Esta nueva notación permite expresar con exactitud el sentido de las formas proposicionales clásicas (A, E, I, O). Las proposiciones universales no se diferencian de las particulares simplemente por la cantidad -como se enseña en la lógica tradicional- sino también por la naturaleza del conector que une al sujeto y al predicado. De acuerdo con la concepción clásica, las proposiciones universales tienen contenido existencial (es decir, implican la existencia del sujeto), mientras que en la concepción moderna se aclara por qué estas proposiciones no requieren necesariamente de la existencia de un
sujeto. La afirmación todos los cuerpos caen no significa necesariamente que existan cuerpos, sino que, si existen, caen. Igualmente, la expresión ninguna bruja asusta al mediodía no implica que existan brujas, sino que no hay nada que sea a la vez bruja y que asuste al mediodía, o, si algo es “bruja” no asusta al mediodía. Las proposiciones particulares, por su parte, conllevan contenido existencial. Afirmar que algunos mamíferos vuelan implica semánticamente que existen mamíferos y que por lo menos uno de ellos vuela. Esquemáticamente, la interpretación moderna de las formas proposicionales aristotélicas es la siguiente: A, Todo S es P
(x) (Sx =>Px)
~(3x) (S x . ~Px)
E,
Ningún S es P:
(x) (Sx 3 ~Px)
~(3x) (S x . Px)
I,
Algún S es P
(3x) (S x . Px)
~(x) (Sxo~Px)
O, Algún S no es P:
(3x) (S x . ~Px)
~(x) (Sx 3 Px)
Veamos algunos ejemplos de simbolización en lógica de predicados: /. Hay elefantes (3x)(Ex) 2. Algunos elefantes son africanos (3x) (Ex . Ax) 3. Los elefantes africanos tienen grandes colmillos (3x) [(Ex . Ax) 3 Cx ] entendida como un hecho de existencia (x) [(Ex . Ax) 3 Cx ]: si se entiende como la necesidad de que todos elefante africano tiene que poseer grandes colmillos, para ser tal. 4. Algunos gatos son traicioneros o amigables (3x) [Gx. (Tx vAx)] 5. Algunos estudiantes son inteligentes pero todos los patanes son estúpidos.
(3x) (Ex. lx) (y)(Dy r. ty) 6. Ningún materialista es religioso (x)
(Mx 3 ~Rx)
7. Si 3 es un número primo, entonces por lo menos hay un número primo Paz>(3br) (Px) 8. Nadie es revolucionario a menos que sea antigubernamental (x) (Ax =>Rx), o (x) (Rx 3 Ax) (¿Cuál es la simbolización correcta?) 9. Nadie entraba a la Academia de Platón a menos que supiera geometría. (x) (Gx z>Ex), (x) (~Gx 3 ~Ex), (x) (Ex 3 Gx) (¿Cuál es la correcta?) 10. Los jóvenes sólo piensan en divertirse (x) (Jx 3 Dx), (x) (Dx 3 Jx) (¿Cuál es la correcta?)
Ejercicio Simbolice cada una de las proposiciones siguientes con la notación lógica apropiada: 1. Si nada se arriesga entonces nada se gana. 2. Los presos de Gorgona no pueden escapar fácilmente. 3. No todos los tigres son rayados. 4. Todo dictador es despiadado. 5. Los centauros no existen. 6. Si uno puede equivocarse, se equívoca. 7. Si algo puede salir mal, sale mal. 8. Sólo los vacunados están inmunizados. 9. Si a alguien no le interesa el buen gobierno, no debería aceptar cargos públicos. 10. O bien todo es perfecto o bien no todo es perfecto. 11. Hay algo que es o bien vegetal o bien mineral. 12. Todo lo material es no-espiritual. 13. Si todos los hombres son mortales, entonces Sócrates es mortal. 14. Los astronautas son personas muy inteligentes. 15. Hay espías en la reunión. 16. Sólo los médicos diplomados pueden recetar psicofármacos. 17. Los conocidos no son siempre dignos de confianza. 18. El resfrío común nunca es fatal.
19. No todos los asistentes atendieron la conferencia. 20. Los colombianos sólo votan en elecciones de Colombia. 21. Sólo los colombianos votan en elecciones de Colombia. 22. Hay profesores incomprensivos. 23. No todo solicitante fue contratado. 24. No se dijo nada de importancia. 25. Hay un gato negro o café. 26. Algunos gatos son pequeños y amigables. 27. Todos los gatos son amarillos o cafés. 28. Todos los gatos negros son maliciosos o desconfiados. 29. Todos los gatos son avispados y algunos perros son imbéciles. 30. Algunos locuaces son imprudentes. 31. Tres es un número impar. 32. El elefante es paquidermo. 33. Cervantes es el autor de “El Quijote”
Los cuantificadores, al igual que las negaciones, tienen un ámbito de influencia restringido; en las expresiones: [(x)(Cx). Bx] y [(x) (C x. By)], el cuantificador (x) afecta sólo a Cx. Por ello, al simbolizar correctamente una expresión debe tenerse muy en cuenta el alcance del cuantificador. Por ejemplo, la frase todo lo que existe es materia o espíritu, se simboliza correctamente así: (x) (Mx v Ex); (y) (My v Ey); (z) (Mz v Ez) o se simboliza incorrectamente de la siguiente manera: (x) (My v Ey); (x) (Mx v Ey); (x) Mx v Ex Cuando una variable no se encuentra afectada por el cuantificador -como la “y” del caso anterior- se denomina variable libre; cuando se haya afectada por el conector -como en los ejemplos correctos mencionados- se denomina variable ligada. Una expresión que tenga una o más variables libres no es una proposición, pues deja su sentido abierto a varias posibles interpretaciones. Ejemplos: 1. En (x) (F x. Gx), ambas "x" están ligadas. 2. En (x) (Fx). Gx, sólo la primera “x ” está ligada. 3. En Fy Gy, ambas variables están libres. 4. En (x) (Bx Cy), “x ” está ligada y “y ” libre.
3.2.2.3 Proposiciones equivalentes Mediante el uso de las ya conocidas reglas de inferencia resulta fácil descubrir expresiones equivalentes unas de otras. Por ejemplo, la expresión ningún político es completamente sincero (x)(Px r>~ Sx), donde el universo del discurso lo conforman las personas, significa lo mismo que: 1. (x) (Px D ~Sx)
Simbolización de la frase original
2. (x) (Sx 3 ~Px)
Ninguna persona completamente sincera es político (por contraposición de 1 ).
3. (x) (~Px v ~Sx)
Dado cualquier individuo, no es político o no es completamente sincero (por implicación de 2 ).
4. (x) ~(Px . Sx)
Dada cualquier persona, no es verdad que sea político y completamente sincero (TM 3).
5. ~(3x) (Px . Sx)
No hay una persona que sea político y completamente sincero (equivalencia de cuantificadores, de 4).
Ejercicio Derive expresiones equivalentes, de las presentadas en los ejercicios anteriores.
3.2.2.4 Prueba de validez en lógica de predicados Para demostrar la validez o invalidez de un argumento en lógica de predicados se utilizan las reglas de inferencia anteriormente estudiadas y cuatro reglas adicionales. Estas cuatro reglas exigen tantos requisitos formales que una exposición completa de su empleo correcto excede los propósitos de este trabajo. Nos limitaremos entonces a presentar y ejemplificar la información fundamental, sugiriéndole al lector estudioso que profundice el tema en las obras de Suppes, Kahane, Copi, Deaño o Lazerowitz reseñadas en la bibliografía. Un argumento -o forma argumental- es válido en un sistema “S” de lógica de predicados si su conclusión se deriva de las premisas, es decir, si hay una secuencia de fórmulas en S tal que la conclusión sea la última fórmula, y que
cada una de las restantes sea una premisa o haya sido obtenida de las precedentes por medio de las reglas de inferencia. Estas reglas son las 19 de Inferencia estudiadas en la sección anterior, y las cuatro siguientes: 1. Ejemplifícación universal (GU): de una generalización universal podemos inferir cualquier caso particular que la ejemplifique. Ejemplo: (x) [(Fx 3 Gx) 3 (Fz 3 Gz)] Fx 3 Gx,
o sea, “si para todo x se cumple que
entonces si el individuo z tiene F, también tiene G”
2. Generalización universal (GU): dada una función proposicional de un nombre arbitrariamente elegido, se puede inferir la cuantificación universal de esa función (como cuando en geometría se dice tómese un triángulo cualquiera... y luego la demostración de una propiedad del triángulo tomado al azar se generaliza para todos los triángulos). Ejemplos: 1. (x) (Fx 3 Gx) 2. (x) (Gx 3 Hx) 3. Fa 3 Ga 4. Ga 3 Ha 5. Fa 3 Ha 6. (x) (Fx 3 Hx)
(P) (P) EU. 1 EU.2 SH. 3, 4 GU. 5
3. Ejemplifícación Existencial (EE): dada la generalización existencial de una función proposicional, podemos inferir un ejemplo de sustitución con respecto a un individuo que no haya aparecido antes en la demostración. Ejemplos: 1. (x) (Cx 3 Vx) 2. (3x) (Hx . Cx) ./. (3x)(Hx Vx)
3. H a . Ca 4. Ca 3 Va 5. Ca 6. Va 7. Ha 8. H a . Va
EE.2 EU. 1 SIMP. 3 MP. 4, 5 S1MP. 3 CONJ. 7, 6
4. Generalización existencia! (GE): dada una proposición verdadera, podemos cuantificarla existencialmente (si Carlos es poeta y músico, se sigue que existe al menos un “x” que es poeta y músico). Ejemplos: 9. (3x)(Hx. Vx)
GE. 8 (conclusión del aigumento anterior)
A continuación, y a manera de ilustración y de ejercicio, presentaremos dos argumentos opuestos referentes a la existencia de Dios. Le sugiero al estudioso que traduzca los símbolos de las premisas al lenguaje ordinario, justifique cada paso de la deducción, y dé un concepto sobre la solidez de uno u otro argumento, señalando las premisas que está dispuesto a admitir o a rechazar.
1. Argumento que defiende la existencia de Dios, basado en el orden del universo. Presentación del argumento Premisas: a) El universo manifiesta un orden notable. b) Un orden notable no se produce por casualidad. c) Cualquier cosa que manifieste un orden notable y que no sea producido por casualidad, ha sido creada por un ser inteligente. Conclusión: Por lo tanto, existe un ser inteligente que creó el universo (al que llamamos Dios).
Abreviaturas: u
el universo.
Mxy
x manifiesta y.
Ox
: x es ordenado.
Nx
: x es notable.
Cx
: x es producido por casualidad.
Kxy
: x creó a y.
Ix
: x es una inteligencia.
Simbolización y demostración del argumento: 1. (3x) (Ox . Nx . Mxy)
(p)
2. (x) [ (Ox . Nx) z> ~Cx) ]
(p)
3. (z) [ (3x) (Ox . ~Cx . Mzx) z> (3y) (Kyz . Iy) ]
(p)
•/• (3y) (Kyu.Iy) 4. Ow . Nw Mxw 5. (Ow . Nw) o ~Cw 6. (3x) (Ox . ~Cx Mxy) o (3y) (Kyu . Iy) 7. O w . Nw 8. ~Cw 9. Ow 10. O w . ~Cw 11. Muw 12. Ow . ~Cw . Mxy 13. (3x) (Ox . ~Cx . Mxy) 14../. (3y) (Kyu . Iy) 2. Argumento que niega la existencia de Dios, basado en la presencia del mal en el mundo (por el método de reducción al absurdo) Abreviaturas: Dx Px Ox
: x es Dios. : x es todopoderoso. : x es omnisciente.
Bx Sx Ix Nx Exy Cxy Txy
: x es benevolente. : x es un ser que siente. x es inocente (no merece sufrir). : x sufre (sin merecerlo). : x puede evitar que y sufra. : x sabe (conoce) que y sufre. : x evita que y sufra.
Simbolización y demostración: 1 . (3x) (Dx) z> (3x) (Px . Ox . Bx) (p) 2 -(x) (y) [(Bx . Sy . Iy Exy Cxy) 3 Txy] (p) 3. (x) (Px z> (y) Exy) (p) 4- (x) (Ox 3 (y) Cxy) (p) 5- (x) (y) (Txy => ~Ny) (p) 6 . (3x) (Sx . Ix Nx) (p) ./. ~(3x) Dx 7. (3x) (Dx) (negación de la conclusión) 8. (3x) (Px . Ox . Bx) 9. Pw Ow . Bw 10. Sz.Iz. Nz 11. (y) [(Bw Sy . Iy . Ewy . Cwy) z> Twy] 12. (B w . Sz . Iz . Ewz . Cwz) :o Twz 13. Pw d (y) (Cwy) 14. (y) (Ewy) 15. Ewz 16. Ow 3 (y) Cwy 17. (y) (Cwy) 18. Cwz 19. Bw . Sz . Iz . Ewz . Cwz 20. Twz 21. (y) (Twy 3 ~Ny) 22. Twz 3 ~Ny 23. ~Nz 24. Nz
25. ~ N z. Nz
(deducción de la contradicción)
26../. ~ (3x) (Dx) Para concluir esta somera exposición de la lógica de predicados, veamos otro ejemplo de simbolización y demostración de una tesis filosófica. El argumento de Hume y de los positivistas lógicos contra la metafísica se apoya en dos enunciados: uno de ellos expresa una distinción lógica, y el otro una definición. La distinción consiste en decir que las proposiciones metafísicas no son ni proposiciones empíricas ni analíticas... La definición proporciona el significado del término "proposición con sentido ”: proposición con sentido es aquella que es empírica o analítica. Si estamos de acuerdo en la distinción y aceptamos la définición hemos de concluir que las proposiciones metafísicas carecen de sentido. M: proposición metafísica. E: proposición empírica A: proposición analítica S: proposición con sentido Demostración: 1. (x) Mx =>~(Ex v Ax) 2. (x) Sx 3 (Ex v Ax) 3. Ma=>~(Ea vAa) 4. Sa 3 (Ea v Aa)
(P) (P) EU. 1 EU. 2
5. ~(Ea v Aa) z>~Sa 6. Ma 3 ~Sa 7. ./. (x) (Mx 3 ~Sx)
CONTRA. 4 SH. 3, 5 GU.6
3.3
S is t e m a s
a x io m á t ic o s
Se entienden como tales a los sistemas deductivos estructurados jerárquicamente donde cada afirmación es claramente justificada apelando a las premisas aceptadas, a las leyes lógicas, o a otras afirmaciones previamente demostradas. En la base de un sistema axiomático se encuentran las premisas fundamentales, o axiomas, que son enunciados aceptados como verdaderos; a partir de estos axiomas y mediante el empleo de leyes lógicas, se demuestran los teoremas del sistema, es decir, las proposiciones que se derivan de las premisas. En otras palabras, la característica del sistema es la de disponer de un conjunto de enunciados, principios o fórmulas que se admiten sin demostración y, mediante un proceso lógico en el que intervienen reglas de formación y de transformación de enunciados, se derivan o fundamentan los teoremas del sistema. Estos axiomas, y las reglas que permiten hacer inferencias a partir de ellos, son explícitos en algunas disciplinas (como en aritmética, geometría y física), pero en otros sistemas que aspiran ser rigurosos, como los jurídicos, los principios y las reglas a menudo son vagos, mal planteados, expuestos a subjetivismos, y a contradicciones que tarde o temprano aparecen en las normas o disposiciones. No pocos científicos y filósofos sostienen que la mejor manera de sistematizar una rama del conocimiento es axiomatizándola, y citan como ejemplos elocuentes la geometría de Euclides, la mecánica de Arquímedes, la física de Newton, la mecánica analítica de Lagrange, etc. El caso paradigmático es el de Euclides, quien recogió todo el disperso saber geométrico de su
época, todo lo que se sabía sobre puntos, líneas, figuras, y mostró cómo estos conocimientos, en forma de teoremas, se desprendían lógicamente de unas pocas nociones fundamentales (axiomas, postulados, definiciones). Incluso el filósofo holandés B.B. Spinoza intentó construir su sistema filosófico de manera axiomática. Los sistemas axiomáticos son, en esencia, sistemas conceptuales que muestran las estructuras lógicas de algún sector de la realidad. Se facilita crearlos en áreas bien observadas o muy estudiadas, donde es posible abstraer los axiomas que las rigen, de tal manera que se liberen los teoremas de la necesidad de comprobación experimental. Nada resulta más exacto, económico y persuasivo que partir de unas nociones básicas -supuestamente verdaderas- y derivar de ellas nuevos hechos aún no observados, que, una vez establecidos, ratifiquen la verdad de los axiomas, como sucedió, de manera admirable con la teoría de la relatividad. Una teoría axiomatizada tiene la enorme ventaja de poner en claro los conceptos elementales, los supuestos básicos y la validez de los enunciados de la teoría. La importancia de axiomatizar se fundamenta en que toda ciencia demostrativa arranca de principios indemostrables, pues de lo contrario la demostración nos llevaría de una razón o justificación, a otra más básica y así ad infinitum -como bien lo expuso Aristóteles-, o nos sumergiría en un círculo vicioso donde los puntos de llegada de la demostración serían los mismos puntos de partida; y ambas alternativas son absurdas. Tales principios indemostrables son de varias clases: unos, comunes a todas las ciencias (por ejemplo “la parte es menor que el todo”); otros, específicos de cada disciplina (como “entre dos puntos sólo puede trazarse una recta”). En geometría se les llama a los primeros axiomas y a los segundos, postulados. También operan como principios indemostrables los valores personales y las presuposiciones fundamentales de las personas, es decir, a aquellas creencias que se admiten, desde luego con algún fundamento, pero que no estamos dispuestos a apoyarlas en otras más fuertes que ellas mismas.
Una prueba o demostración de una afirmación o teorema es, pues, una secuencia o cadena finita de enunciados bien formados (E/, E2..., En) tal que cada enunciado, o bien es un axioma o postulado, o bien se deriva por reglas lógicas de inferencia de enunciados correctamente obtenidos previamente. El teorema, propiamente es el último enunciado de la secuencia.
3.3.1 ELEMENTOS DE UN SISTEMA AXIOMÁTICO Los elementos constitutivos de un sistema axiomático son los siguientes: a) Símbolos (términos o palabras): pueden ser primitivos o definidos. Los primitivos son símbolos no-definidos explícitamente, y su significado se desprende de los axiomas que los contienen. La famosa obra de Hilbert “Fundamentos de la Geometría” comienza simplemente diciendo “Sean tres tipos de objetos: puntos, líneas y planos...”; y luego siguen los enunciados iniciales (axiomas) en los que figuran las palabras “punto”, “línea”, “plano” Los otros son los términos definidos explícitamente (como “ángulo agudo”, “líneas paralelas”, “segmento”, etc.). b) Fórmulas: Son principalmente los axiomas, los postulados, y las reglas que indican cómo formar los teoremas correctamente; estos últimos son enunciados que se derivan de los primeros por medio de reglas de inferencia. En geometría, por ejemplo, la proposición “los ángulos opuestos por el vértice son iguales” es un teorema que se demuestra aplicando lógicamente algunos postulados y axiomas. c) Reglas de inferencia: Son las reglas, razones, o leyes lógicas que determinan y limitan las operaciones con las fórmulas. Veamos, a manera de ejemplo, la demostración de un sencillo teorema de geometría plana: Teorema: ángulos opuestos por el vértice son iguales, o sea, ang. 2 = ang. 4.
Afirmación
Justificación
1. ang. 4 es suplem ento del ang. 1
1. P o r d e fin ic ió n , d o s á n g u lo s so n su p le m e n ta rio s s i fo r m a n un án g u lo llano, o de 180°.
2. ang. 2 es suplem ento del ang. 1
2. P or la m ism a razón anterior
3. ang. 2 = ang. 4
3. P o r e l p o stu la d o según el cu a l los s u p le m e n to s d e l m is m o á n g u lo so n iguales.
3.3.2. REQUISITOS Un sistema axiomático debe llenar, en principio, los siguientes requisitos: a) C onsistencia: no pueden derivarse de los axiomas, teoremas contradictorios o expresiones de la forma p . ~p. Por ejemplo: un sistema axiomático cuyos axiomas sean: (Al)p=>~p (A2) p y sus reglas de inferencia el Modus Ponens y la Conjunción, es inconsistente, puesto que de esos axiomas y las dos reglas podemos derivar la expresión: (P ~P). b) Completitud: un sistema axiomático debe ser suficientemente rico como para demostrar todos los teoremas pertinentes a su objeto. Si con base en la
geometría no pudieran demostrarse teoremas acerca de elipses, por ejemplo, el sistema sería incompleto. c) Independencia de axiomas: ningún axioma debe derivarse, como teorema, de los restantes. Por último, las teorías axiomatizadas deben llenar el requisito de verdad formal, y de verdad material cuando sus teoremas se refieren a situaciones fácticas. Vale advertir que estos requisitos son más bien “aspiraciones” pues, estrictamente hablando, no pueden cumplirse con todo el rigor deseado, debido a una limitación insalvable de los sistemas formales que pretenden ser coherentes y completos. Como lo demostró Kurt Godei en un famoso artículo, un sistema formal nunca puede justificarse a sí mismo, y una teoría axiomatizada, si intenta ser totalmente completa -es decir, que abarque todos los casos posibles dentro de su ámbito- tendrá inconsistencias o contradicciones; y si pretende carecer de toda contradicción será incompleta, o sea, dejará por fuera algunos casos pertinentes. Esta limitación intrínseca de los sistemas formales, tiene su efecto en todo tipo de estructura conceptual que pretenda parecerse a la axiomática. Los sistemas constitucionales, los reglamentos y las normas jurídicas, por ejemplo, no pueden cubrir toda la casuística posible y, al mismo tiempo, estar libres de contradicción; mientras más se esfuercen por abarcar todos los casos, más fácilmente incluirán situaciones contradictorias amparadas en la misma normatividad.
3 .4 L im it a c io n e s
d e l a d e d u c c ió n
El psicólogo suizo Jean Piaget constató experimentalmente que en los primeros años de vida el ser humano comienza a derivar conclusiones mediante el uso inadvertido de leyes lógicas (modus ponens, modus tollens, simplificación, etc.). Es hermoso observar cómo un niño, cuando apenas empieza a formar frases, maneja conjunciones, silogismos disyuntivos, hipotéticos, etc, y, como decíamos, le exige a su padre el cumplimiento del consecuente de una promesa puesto que se ha dado el antecedente; y, en adelante, continuará el resto de su vida pensante aceptando premisas y explicitando deductivamente las conclusiones que se desprenden de ellas. Suponiendo la corrección formal de una deducción, surge este interrogante: ¿Cómo se establecen, se fundamentan y se aceptan las premisas? ¿Qué razones pueden esgrimirse para considerarlas punto de partida del argumento o la decisión? Cuando examinamos argumentos de filósofos serios, los encontramos perfectamente válidos e impecablemente construidos, así estén defendiendo tesis contrarias. Por ello, nuestras simpatías se orientarán hacia el pensador cuyas premisas básicas aceptemos. A partir de las premisas o de las creencias básicas se derivan afirmaciones de gran valor cognoscitivo y práctico (sobre el sentido de la vida, el orden social, la conducta política, etc.). Por esta razón, un católico ferviente y un marxista convencido aceptan fácilmente los textos de sus respectivos filósofos y de sus catecismos, porque de entrada comparten con ellos los mismos hechos, los mismos valores y supuestos. Lo demás es simple deducción, más o menos lógica.
Pero una cadena deductiva que intente justificar conocimientos o conductas se remonta, necesariamente, a primeros principios, a creencias básicas, que no son susceptibles de prueba ni de ulterior demostración. El problema se plantea entonces en tomo a la racionalidad de tales creencias últimas, las cuales no encuentran su fundamento en otras deducciones sino más bien en motivos psicológicos o en procesos lógicos más débiles que la deducción, como es la intuición. En otras palabras, la limitación fundamental del proceso deductivo es que permite justificar racionalmente una afirmación siempre y cuando se admitan otras lógicamente menos fundamentadas. Las razones que justifican una afirmación son aquellas proposiciones que se ofrecen honestamente en su defensa; o sea, la creencia P se acepta porque se desprende de Q, y Q se acepta porque se deriva de R. Pero como esta cadena no puede extenderse indefinidamente, debe encontrar un punto de partida: la creencia básica que se acepta como verdadera o que, a lo sumo, podrá apoyarse débilmente en intuiciones, inducciones o deseos (pensamiento optativo); o, como en el caso de las ciencias demostrativas -como la física- se fundamentan en la verdad material de sus consecuencias lógicas, o sea en el principio filosófico del realismo empírico. En otros temas, no es aplicable el requisito de la consecuencia lógica verificable; por ejemplo, toda prueba sobre la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, o de la obligación moral de decir la verdad en todas las ocasiones, requiere, como premisa fundamental de un supuesto no empírico. Estas creencias básicas -llamadas también presuposiciones fundamentalesno tienen igual peso específico en la argumentación, o igual impacto en la conducta. Algunas se aceptan con indiferencia, otras con simpatía y no pocas con un fanatismo tal, que nos sentimos heridos emocionalmente cuando alguien las cuestiona, como se observa en discusiones sobre política, religión o ética. También se debe distinguir las ideas que se aducen para justificar una creencia personal, de las circunstancias, causas, o situaciones particulares cuando el individuo la aceptó (que pudo haber sido una inspiración personal, una frase célebre, una conversación, etcétera). Una creencia básica puede ser la siguiente: “toda situación humana está fatalmente determinada”; de ahí puede derivarse que “no merece romperse
la cabeza buscando la mejor decisión” Con esta afirmación como premisa, y ante la perspectiva de un viaje, el individuo podrá concluir que “es lo mismo viajar por aire o por tierra para efectos de la seguridad personal” Hemos visto que por medio de deducciones no logramos establecer creencias básicas. Pero un hombre razonable suele someter a discusión crítica la posible justificación de su creencia. Por ejemplo, alguien puede estar completamente seguro que su número favorito de lotería caerá en el próximo sorteo, concluyendo entonces que debe adquirir dicho boleto. Interrogado al respecto podría decir que soñé anoche que ese número caería; para luego entrar a debatir la posible relación existente entre los sueños y la anticipación del futuro. O bien afirmaría que ya han caído todo los números excepto mi boleto, lo cual nos conduciría a una discusión sobre el cálculo de probabilidades. Examinemos ahora la naturaleza de las creencias básicas o presuposiciones, que suelen apoyarse apelando a fuentes o autoridades, confiando en la propia intuición y experiencia personal, o creyendo en la verdad evidente de ciertos conocimientos o principios.
3.4.1 RECURSO A UNA FUENTE O AUTORIDAD Recurrimos a fuentes humanas de información, a autoridades, a través en libros, enciclopedias, clases, conferencias, revistas, tablas estadísticas, citas textuales de personajes célebres, mass-media, etc. (para bien, o generalmente para mal, el común de las personas recogen información a través de periódicos y programas de opinión, orientados a veces por charlatanes o por periodistas irresponsables). Esta situación es ineludible en la existencia humana, pues ninguna persona está en condiciones de descubrir por sí misma todo el conocimiento necesario para sobrevivir y para entender el mundo que lo rodea. El problema estriba entonces en saber cuándo una autoridad o testimonio es realmente confiable, para lo cual, el pensador crítico debe analizar aspectos tales como: - El reconocimiento público (regional, o mejor universal) de la autoridad citada,
- su experiencia o competencia demostrada en el tema, - su creatividad o productividad en el área, - previos aciertos confirmados sobre el tipo de información que proporciona, - ausencia de intereses personales, - acuerdo con otras autoridades sobre el tema, - no haber perdido la reputación por faltar a la veracidad, - manejo de métodos o procesos apropiados, - razones o argumentos que apoyan su punto de vista, - seriedad del medio que imprime o divulga el testimonio, etcétera. Aceptar una supuesta autoridad sin análisis crítico es abrirle la puerta a la ingenuidad o al dogmatismo que, al menos desde el punto de vista histórico, han sido los principales obstáculos para el progreso del conocimiento. Cultivar el dogmatismo ingenuo -que es una frecuente actitud facilista- contribuye solamente a la repetición torpe de errores.
3.4.2 RECURSO A LA EXPERIENCIA PROPIA En última instancia, es la conciencia personal la garantía de nuestro conocimiento; con ella captamos el mundo, reflexionamos sobre él y llegamos a aceptar ciertos principios como guias correctas del pensamiento y de la acción. Sin embargo, una cosa es captar la realidad y otra aprender de ella. El aprendizaje, y la fundamentación de la experiencia, es un proceso activo de percepción, análisis, síntesis, comparación, reflexión y memoria. De la sensación pasiva no se nutre el conocimiento, nada se aprende, y el resultado se refleja en la pobreza y superficialidad de las opiniones y los argumentos de las personas mentalmente pasivas, así los presenten con toda seguridad emocional. Quienes saben aprender de la experiencia suelen fundamentar mejor sus creencias básicas, pues constantemente las someten a la crítica externa, a la
autocrítica, a la confirmación o refutación de la vida misma, de tal manera que pueden apoyar con pruebas su experiencia personal.
3.4.3 RECURSO A LA EVIDENCIA Todos aceptamos algunas proposiciones que creemos evidentes por sí mismas, es decir, que se tienen por verdaderas tan pronto se comprenden (como sugería Descartes). Algunas frecuentemente escuchadas son estas: “Todos los hombres son intrínsecamente iguales”, “quienes obtienen buenas notas no son necesariamente los más inteligentes”, “el talento matemático es un buen indicio de capacidad de abstracción”, “el matrimonio trae nuevos e insospechados problemas”, “Dos paralelas prolongadas al infinito nunca se encontrarán”, etcétera. La deficiencia de este recurso consiste en que lo evidente para unos, puede no serlo para otros; y lo evidente en una época resulta una equivocación en otra, como cuando se creía en la “evidencia” del movimiento de los cielos alrededor de la tierra, en la inmovilidad de nuestro planeta, en la inmutabilidad de las especies. Estos recursos sobre los que apoyamos las creencias básicas, han suscitado, y siguen estimulando, discusiones filosóficas acerca del valor, alcance y fundamento del conocimiento humano. Cuando el conocimiento que expresa una persona se apoya exclusivamente en sus intuiciones, no queda lugar para el debate racional y simplemente se respeta la opinión ajena. Otra forma más racional de establecer creencias o premisas básicas consiste en apoyarlas en sus consecuencias empíricas -como en las ciencias demostrativas-, o en principios establecidos mediante generalizaciones inductivas.
Ejercicio 1. Explique el significado de los siguientes términos; luego consulte buenos diccionarios para confrontar sus respuestas: axioma, evidente, prejuicio, intuición, postulado,ingenuidad, dogmatismo, revelación, fe. 2. Qué sentido tienen las palabras en negrilla de las siguientes frases: a) Es obvio que dos y dos son cuatro. b) La maestra no es una autoridad en dentífricos.
c) De acuerdo a la experiencia, en vano se odia lo querido. d) Es evidente que no podemos creerle a los borrachos. e) ¿Por qué razón dejó de obedecer la orden? 3. Exponga las razones que sustenten su aceptación o rechazo de las siguientes tesis: a) Existe vida en otros planetas. b) La tierra es redonda. c) El hombre es dueño de su destino. d) Ha existido un día que ha sido el más feliz de mi vida. e) La humanidad en general marcha hacia el progreso. f) Los periódicos desfiguran la realidad. g) El aborto es un homicidio. h) El aborto es un crimen. i) El aborto es un infanticidio. j) El aborto es un derecho de la mujer embarazada, k) Los secuestradores merecen la pena de muerte.
S obre
l a a r g u m e n t a c ió n
4.1 D e m o s t r a c i ó n
y a r g u m e n ta c ió n
Una cosa es afirmar algo, otra muy diferente es justificar la afirmación, es decir, exponer las razones, motivos, pruebas, fundamentos que conduzcan a aceptar la tesis afirmada, que exponga una idea, un hecho o motive una decisión. Esta justificación racional puede realizarse mediante demostración o argumentación; ambas suponen que las premisas (supuestos, valores, hechos) sean admitidas por las partes además de los procedimientos lógicos y las tesis o juicios que se pretende justificar. Aristóteles -quien dio a luz imperecederas distinciones- se anticipó a esta moderna clasificación cuando contrapuso los argumentos analíticos (demostrativos) a los dialécticos (argumentativos). Su distinción es aún válida, pero hemos de matizarla. Los argumentos dialécticos fueron objeto de estudio de la retórica antigua que por las circunstancias históricas, era una actividad verbal y restringida a espacios limitados; ahora la argumentación es es de mayor alcance y difusión universal, de tal manera que a menudo quien argumenta una tesis ni se imagina qué personas constituirán su auditorio. La demostración es una justificación rigurosa, generalmente mediante procesos formales deductivos apoyada en axiomas, postulados (como en matemáticas) o en hechos comprobados y verificados por la experiencia (como en las ciencias naturales). La forma simple de una demostración sería: Si X (premisas), entonces necesariamente Y (tesis o conclusión); la demostración muestra entonces las conexiones necesarias entre conocimientos o principios y ellas en conjunto constituyen las condiciones suficientes, de tal manera que la conclusión entra a formar parte de la disciplina pertinente.
La argumentación, por su parte, es un tipo de justificación destinada más a persuadir a un auditorio (persona o grupo) para que acepte una tesis que para demostrar una verdad; persuadir es llevar una mente ajena de un estado a otro con respecto a una tesis, y esto es preciso hacerlo cuando la conclusión o tesis “no salta a la vista”, cuando no es posible la demostración rigurosa o la prueba exhaustiva; contrario a las demostraciones, donde queda patente cómo una conclusión se deriva lógicamente de sus premisas. El auditorio es aquél o aquello a quien el orador intenta persuadir mediante la argumentación; de ahí la importancia de conocer el auditorio, como bien saben los políticos populistas (si elfilósofo Dionisio de Sicilia se arrodilló ante su monarca para que lo escuchara, -bajo la mofa de sus discípulos- lo hizo porque era la única manera de llegar a su oyente, así luego hubiese comentado que “el monarca tenía las orejas en los pies ”). El objetivo de la persuasión podrá ser teórico, o práctico cuando se requiere inducir a una acción. Es preciso entonces disipar dudas sobre las premisas (hechos, testimonios, legislación vigente, etc.) y no puede aspirar sino a hacer verosímil lo que se asevera (una idea, una acción o un a decisión, una disposición jurídica). La forma de una argumentación sería entonces: si X, entonces probablemente Y, e Y es aceptable. Aquí las premisas son condiciones necesarias pero no suficientes en favor de la conclusión. La argumentación cumple la función de sostener nuestras opiniones, lograr su aceptación por otros y de inducirlos a obrar en consecuencia, Hay que partir, sin embargo, de principios de aceptación general y de principios de aceptación particular por el auditorio respectivo. Y la fuerza persuasiva dei argumento derivará de su: a) Intensidad posible. b) c)
que el argumento produzca tanta adhesión cuanta sea
Duración: que al adhesión dure tanto como sea posible. Inmunización: que resista todos los embates en contrario cuanto sea posible.
Generalmente una suele intentar persuadir o polemizar. Una argumentación persuasiva puede lograr los siguientes efectos en orden creciente: -Impresionar.
-Influir. -Lograr cambiar de actitud. -Obtener el apoyo buscado. -Lograr una decisión. -Mover a la acción. Un político activo, por ejemplo, no se conformará con impresionar a sus oyentes sino que intentará lograr el último estadio: que madruguen a votar por él. En el discurso polémico hay que contestar los argumentos opuestos (refutar premisas, debilitarlas, observar si el proceso lógico del oponente es equivocado) y hacer triunfar las tesis propias con argumentos propios y favorables. Generalmente, no hay argumento tan malo que se caiga solo, pero sí a cualquiera puede descubrírsele alguna debilidad; basta con estar mejor informado y documentado que el oponente. Además, en la mayoría de las discusiones polémicas los participantes dicen más de lo que quisieran o debieran, y dejan escapar detalles que el interlocutor hará crecer en contra de ellos.
4 .2 A
ntecedentes
El arte de argumentar ha sido cultivado desde la antigua Grecia, donde recibió el nombre de retórica. Las reformas democráticas del gran estadista Pericles (490-429) crearon un nuevo tipo de profesional: los abogados litigantes de entonces -mal llamados “sofistas”- quienes se ocuparon de defender ante los jueces las causas y reclamos del pueblo, frente a los aristócratas. Cultivaron con celo el manejo de la palabra, de la argumentación, no tanto para buscar la verdad o para enseñar la virtud -sean cuales fueren- cuanto por defender al cliente. De ahí la acérrima crítica que les dedica Sócrates en el dialogo platónico (que lleva por título El Sofista) y los juicios peyorativos de Aristóteles. Adolfo León Gómez menciona al filósofo Corax (del siglo V aC) como el iniciador del doble discurso, propio de la argumentación con el siguiente ejemplo: X es acusado de matar a Y .S ix es de complexión débil, podrá alegar que culparlo de asesinato es contra evidente, y si es de complexión fuerte, que tampoco lo habría cometido porque sobre él habrían cabido todas las sospechas. Cicerón (1 0 6 -4 6 a.C.) criticó a Sócrates por separar la filosofía de la retórica. En su obra De Oratore sostiene que el conocimiento proporcionado por la filosofía adquiere realmente importancia sólo cuando se usa eficientemente para orientar el sentido de la vida del hombre y resolver los asuntos importantes de la sociedad; y es precisamente la retórica la disciplina que debe enseñarse para hacer efectivo este conocimiento. La una sin la otra es estéril, de nada sirve.
“Ellos -Platóny los demásfilósofos, escribe Cicerón- dejaron las causas forenses para musas más agrestes y menos cultas, como ellos mismos solían decir. Así, la elocuencia forense, despreciada y repudiada por los filósofos, careció de muchos y grandes auxilios... a los doctos les faltó la elocuencia y a los disertos la elegante doctrina”
En el terreno político, continua Cicerón, la persuasión que se puede lograr con la retórica es preferible a la violencia, que surge fácilmente cuando los individuos huyen del dialogo racional y se atrincheran tozudamente en sus posiciones ideológicas. El mismo -Cicerón- fue un vivo ejemplo de unir creativamente la sabiduría filosófica con la elocuencia, al servicio del pueblo romano. Durante la Edad Media y el Renacimiento la retórica adquirió gran importancia y sofisticación: se enseñaba como materia fundamental en las universidades, se practicaba en todo tipo de argumentos (desde matemáticos hasta poéticos) y se inventaban técnicas (orales, gesticulativas, corporales) con el fin de aprender a mover y conmover a los oyentes. Con la invención de altoparlantes y de medios masivos de comunicación, el arte de la retórica sofisticada y expresiva y los “argumentos de pulmón” han caído en desuso (excepto en uno que otro parlamentario) y hoy no se encuentran ni para satisfacer la curiosidad, textos como los de antaño, que sugerían hasta el más mínimo movimiento para acompañar determinada palabra o frase (en una columna se leía: "al ronco y lejano son de la trompeta ”y en otra se indicaba que la mano derecha, con el dedo índice extendido, debería levantarse y extenderse lentamente hasta señalar a lo alto...). Sin embargo, recientemente ha reaparecido en el campo jurídico una nueva retórica a partir de los trabajos de Ch. Perelman (1912-1984), que “tiene por objeto el estudio de técnicas discursivas que tratan de provocar y de acrecentar la adhesión de los espíritus a tesis que se presentan para su asentimiento” Y es que, como lo sostenía Cicerón, el mero conocimiento no basta; es preciso saber transmitirlo con propiedad y eficiencia. Las personas cultas, los profesionales, los juristas y quienes requieren de electores o jurados para el éxito de sus causas, deben leer y asimilar cuantiosa
información, al tiempo que necesitan saber expresarla con claridad y fuerza persuasiva. Desde el punto de vista psicobiológico la actividad argumentativa parece tener un valor de supervivencia para la especie humana, por cuanto que mediante ella se logra a menudo dirimir pacíficamente los conflictos personales y sociales. Cuando se agota la opción argumentativa, persuasiva, racional, surgen alternativas menos sanas psicológicamente o destructivas grupalmente, como son la tensión psíquica, la mutua hostilidad, la fuerza, o incluso la violencia en cualquiera de sus incontables manifestaciones. Aunque la lógica -al igual que la matemática- es una disciplina neutra, pues su única pretensión es señalar si la conclusión se deriva deductiva o inductivamente de las premisas, la práctica de la argumentación le está íntimamente vinculada, pues en el ejercicio analítico de los argumentos se consideran los modos para presentarlos, refutarlos u objetarlos, y los recursos, (jurídicos, psicológicos, etc.) que pueden utilizarse para articular estratégicamente las ideas propias o desbaratar las del adversario. A diferencia de la lógica, la argumentación no es necesariamente demostrativa: pretende obtener la adhesión a una tesis, adhesión que puede ser de una intensidad variable , porque no se trata tanto de verdades cuanto de valores donde cada nuevo elemento modifica la fuerza del argumento, su aceptación o rechazo por parte del auditorio. Si la validez de un argumento puede establecerse a priori, la argumentación no, pues su fuerza se detecta a posteriori, según hayan sido sus efectos persuasivos sobre los oyentes.
4.3 L a
p r e s e n ta c ió n d e un a r g u m e n to
En un discurso argumentativo exitoso entran enjuego numerosos aspectos sociológicos, psicológicos, contextúales, etc. que el autor del argumento debe tener en cuenta con ayuda de la información disponible y de su intuición psicológica. Para persuadir a un auditorio lo primero es, pues, conocer el ambiente, la “atmósfera” ideológica y axiológica imperante, las tesis que el auditorio admite de antemano (lo que los políticos resuelven fácilmente con sus apresuradas encuestas de opinión). Ligar una argumentación con unas premisas a las que sólo se concede una adhesión de pasada -escribe Perelman- es tan desastroso como colgar un pesado cuadro en un clavo mal clavado en la pared. Por eso, un mismo discurso político, religioso o ideológico será atractivo o ridículo según los oyentes admitan o no los presupuestos básicos del orador. Dejando por sentado este principio fundamental, veamos algunas sugerencias relevantes para la eficacia del discurso argumentativo: 1. Quien argumenta debe tener muy en claro su propósito, objetivo, táctica y algunas alternativas para presentar en caso de que se le objete o complique la defensa del objetivo principal. 2. Es preciso sopesar la relación personal (jerárquica, económica, familiar) con el interlocutor o auditorio para evitar despertar en él actitudes defensivas u ofensivas. 3. Determinar las proposiciones verosímiles a partir de las cuales se construirá el argumento (principios, observaciones, testimonios, aseveraciones calificadas) y estar preparado para definir los términos utilizados y distinguir y defender los juicios de percepción, reconocimiento, interpretación e inferencia que se empleen.
4. Es indispensable reconocer fríamente la fuerza de los hechos y de las premisas en que se fundamentará. Todo individuo tiende espontáneamente a sobrevalorar los propios argumentos y a subestimar los ajenos, llevándose por ello ingratas sorpresas. Aunque la confianza en sí mismo es un factor primordial, no lo es menos la apreciación objetiva que le permita subsanar oportunamente las debilidades de su exposición. 5. Para que una argumentación ejerza influencia es preciso que se escuche preferentemente con interés e incluso con cierta dosis de buena voluntad. Para lo cual el oyente debe sentir las premisas pertinentes, cercanas, emocionalmente resonantes y que no despierten fácilmente refutaciones o alternativas. De ahí la importancia de “leerse uno mismo el discurso con anterioridad a su presentación, como si fuera un oyente crítico” 6. Generalmente un argumento aislado no basta para persuadir. Se requiere moldear la actitud emocional o cognitiva del auditorio para que acepte la tesis principal, mediante la confluencia de varios argumentos. No hay límite para acumulación de argumentos útiles, pero la introducción de argumentos indebidos es riesgosa: puede debilitar los fuertes y dar lugar a cuestionamientos incómodos. 7. Cuando el número de argumentos relevantes del debate es extenso, conviene organizarlos previamente según su fuerza y, colocándonos en el lugar del oyente, exponerlos en una de las tres secuencias siguientes: a) Fuerza creciente (los débiles al comienzo y los fuertes al final). b) Fuerza decreciente. c) Fuertes al comienzo y al final (esta es la forma más recomendable). 8. El orador debe estar atento a las reacciones físicas de sus oyentes para captar qué frases, anécdotas, etc. suscitan simpatía, atención o antipatía en el auditorio, y así modificar sobre la marcha la exposición. El orador que se dedica a “mirar al zarzo” termina en la nubes, alejado de su auditorio e ignorante del impacto de su discurso. 9. Para enriquecer del argumento conviene recurrir a ejemplos, semejanzas metáforas, historia, que hagan más atractiva su presentación.
4.4 La im p u g n a c i ó n
de lo s a rg u m en to s
Un argumento ajeno se puede refutar cuando se demuestra que la conclusión es errónea, falsa, inconveniente o jurídicamente insostenible. O se puede objetar cuestionando la evidencia, los valores, las doctrinas presentadas en favor de la conclusión, o confutar al impugnarlo de modo convincente. A este fin, mencionemos algunas estrategias: 1. Prolongar los argumentos o analogías del oponente en favor de nuestros argumentos. 2. Elogiar su talento, su prestigio, etc. antes de “soltar” nuestros más poderosos argumentos. 3. Reclamarle pruebas o razones adicionales que sustenten sus premisas y conclusiones. 4. Descubrir falacias formales (afirmación del consecuente, negación del antecedente, por ejemplo) que invaliden formalmente su discurso. O señalar las falacias informales que comete (generalización apresurada, conclusión inatinente, causa falsa, círculo vicioso, etc.). 5. Demostrar que los hechos argüidos como evidencia no están suficientemente bien establecidos. 6. Objetar las presuposiciones o creencias básicas en que se fundamentan las premisas presentadas. 7. Demostrar, cuando sea posible, que las premisas son contradictorias (como
las que se escuchan en los discursos preelectorales cuando prometen extender y mejorar los servicios públicos sin elevar los impuestos ni la inflación). 8. Señalar posiciones anteriores del oponente que contradigan las actuales. Aunque toda persona puede cambiar sus criterios con el tiempo, este recurso es retóricamente importante por cuanto que obliga al oponente a presentar aclaraciones que terminan debilitando su posición actual. 9. Destacar la irrelevancia o escasa importancia de los hechos o afirmaciones que propone. 10. Hacerle o exigirle distinciones, aclaraciones o precisiones a sus conceptos o a sus tesis claves. 11. Encontrar absurdos, es decir, demostrar que si se aceptan los puntos de vista del oponente se entra en franca contradicción con hechos, creencias o valores bien establecidos o aceptado por la mayoría. 12. Mostrar iguales consecuencias, es decir, hacer que el oponente tenga que admitir las mismas conclusiones que rechaza (como cuando los defensores de la guerrilla cuestionaban el paramilitarismo y se les demostraba que ella es otra forma de paramilitarismo). 13. Contraargumentar, o sea, usando las mismas premisas del adversario, llegar a una conclusión diferente. 14. Demostrar que sus fuentes de información son poco dignas de crédito. 15. Emplear, con la mayor discreción, el recurso al chiste o a la ironía en el momento apropiado. 16. Ponerlo a la defensiva: X ataca a Y porque sus fuentes de información respecto al presidente Z son los periódicos. Entones Y le pregunta: ¿De dónde obtiene usted su información? ¿Acaso del palacio presidencial? 17. Si no puede impugnarse una tesis ajena al menos puede debilitarse o matizarse: ante un crimen, el defensor puede aceptar que el autor fue su cliente, pero argumentará que la acción resultó accidental por tales o cuales circunstancias.
18. Vale insistir que no todas las argumentaciones se ganan o se pierden con razón lógica. A veces pesa más el discurso emocional que el racional. Todo depende de las predisposiciones del auditorio, el contexto psicosocial, de las circunstancias, de los objetivos propuestos y si son a corto, largo o mediano plazo. Finalmente, anotemos que la argumentación persuasiva requiere táctica, estrategia y, ante todo, serenidad, pues la emocionalidad altera el pensamiento y hace la argumentación defectuosa (el argumentador cae más tarde en cuenta de que debió decir tal cosa o callar tal otra), y recordemos lo que escribió Pascal: “Una regla excelente que debe observarse en todas las disputas es que los hombres usen palabras suaves y argumentos duros, que no se esfuercen tanto en vejar como en convencer al contrincante” (Pensamientos, 822).
4 .5
F a l a c ia s
e n l a a r g u m e n t a c ió n
Un argumento aceptable por cualquier persona racional debe llenar por lo menos tres requisitos: 1.
Validez.
2.
Premisas verdaderas.
3. La información contenida en las premisas debe ser relevante y completa. Numerosos argumentos empleados en el lenguaje ordinario, e incluso en la práctica profesional, a menudo fallan en alguno de estos aspectos y sin embargo son argumentos psicológicamente persuasivos, superficialmente seductores. Se trata de falacias: argumentos, planteamientos o discursos atractivos pero inaceptables desde el punto de vista racional. A menudo el interesado en lograr la adhesión de otro presenta al comienzo unas cuantas verdades aceptadas por todos, y luego introduce falacias, afirmaciones dudosas o falsas para que se contagien de esa “atmósfera” de verdad inicial (el “efecto atmósfera”). Es la táctica empleada por quienes promocionan artículos “comprobados científicamente” o por quienes promueven teorías fantasiosas o sin fundamento. Quien emplea falacias suele estar interesado en persuadir, más que en demostrar racionalmente o descubrir la verdad. Quien las acepta, lo hace generalmente por ignorarlas, y así “sienta” que algo anda mal en el argumento del interlocutor, no sabe dónde radica la falla y, menos aún, cómo refutarla.
A continuación enunciaremos de manera resumida las falacias más comunes (que abundan en propagandas, artículos periodísticos, alegatos jurídicos, discusiones cotidianas, en el parlamento colombiano, etcétera). Apelación a la fuerza: cuando se apela a la fuerza o la amenaza para presionar la aceptación de una conclusión. En una cárcel se le dice a los reclusos:... El reglamento, en consecuencia, debe obedecerse, pues de lo contrario la pasarán muy mal. Nosotros somos muy superiores al enemigo -dice un teniente a su tropa- y añade; “el cobarde que opine lo contrario, dé un paso al frente. Apelación a la autoridad: suponer que los argumentos de quien posee alguna autoridad (política, legal, económica) son necesariamente los mejores. De niños debíamos confiar en autoridades (padres, maestros, líderes) para aprender, sobrevivir y crecer, pero como adultos debemos exigir razones y no citar autoridades, a menos que sean aceptadas por el interlocutor. Alexpresidente Saddam Hussein deben condenarlo a muerte, como sostiene G. W. Bush. Apelación a la ignorancia: quien emite una afirmación tiene el deber de probarla. La falacia consiste en sostener la verdad de una afirmación arguyendo que no se ha demostrado su falsedad. “Los extraterrestres están entre nosotros, o ¿demuéstreme que no es así? ” “Nadie me ha demostrado que no puedo ser un buen alcalde ” En los procesos judiciales no se comete esta falacia, por cuanto afortunadamente- en las actuales democracias prima el principio “m dubio pro reo”, o nadie es culpable a menos que se demuestre su culpa, o sea que la inocencia se presupone o establece en ausencia de pruebas definitivas en contra de la persona. Apelación a la misericordia: se argumenta aduciendo motivos piadosos o sentimentales. Dice un alumno a su profesor: “Usted debe subirme unas cuantas décimas, pues si supiera todos los esfuerzos y trasnochos que soporté para preparar su examen ...”
Apelación a la gente: sostener que una proposición o idea es verdadera o aceptable porque la mayoría así lo cree. Propagandas de televisión, cuando las personas “desprevenidamente” entrevistadas conceptúan sobre la ‘“excelente ” calidad de un producto. Apelación a la celebridad: cuando se sustenta una proposición sobre la base de que una persona “importante” aunque lega en la cuestión, la sostiene. Comerciales de radio y televisión con personajes populares. Argumento ad hominem: cuando en lugar de refutar las ideas, se ataca a la persona que las expone. Las ideas socialistas de Pérez no pueden ser verdaderas; no es sino ver la vida cómoda y sibarita que lleva...El candidato opositor es deshonesto, ladrón... Claro que al destacar las inconsistencias, incoherencias o contradicciones del oponente no se comete la falacia. Supresión de la evidencia: consiste en ocultar evidencias o pruebas desfavorables al punto de vista que se defiende. Julio visitó mi casa la noche del robo, y como estuvo un tanto extraño algo tuvo que ver en el delito (se omite incluir que la puerta estuvo abierta varias horas, que llegaron otras personas, etcétera). Afirmaciones dudosas: presentar afirmaciones no sustentadas ni en datos fidedignos, ni en la autoridad intelectual o moral de quien las emite. El Presidente de la República obtuvo millones en negocios realizados secretamente con una compañía extranjera, le dice un peluquero a otro. Accidente: consiste en aplicar una regla general a un caso particular, cuando las circunstancias “accidentales” hacen inaplicable la regla. Puesto que todo el que gasta más de lo que gana se convierte en un delincuente potencial, hay que tener cuidado con José, quien no hace otra cosa ahora que pagar deudas. Generalización apresurada: cuando superficialmente se infieren principios generales de hechos muy particulares o mal analizados. Es muy frecuente. La leche es muy dañina, pues Juan se tomó tres botellasy casi se muere ” “Todo
lo que cause daño a la salud debe evitarse; comer daña los dientes, luego... Causa falsa: consiste en tomar como causa de un fenómeno alguna coincidencia o circunstancia accidental que lo precedió. Los latinos llamaban a esta frecuente y equivocada manera de argumentar “Post hoc, ergo propter hoc", o sea, “ocurrió después de ello, por lo tanto ello fue la causa”. Esta falacia explica porqué se ofrecen tantos consejos contra la gripe, dolencia que como suele curarse espontáneamente al cabo de varios dias, la gente concluye que el último remedio administrado fue el efectivo. El dolor de cabeza se me quitó mientras escuchaba boleros: recomendaré esta música como remedio. Algo malo tenía que pasarme, pues ayer se me quebró un espejo. Conclusión inatinente: emplear premisas verdaderas con el fin de probar algo que carece de relación con ellas. Obedece generalmente a la mala información o la necesidad imperante de convencer al otro. Puesto que quien hace buenos fraudes en los exámenes obtiene altas notas y el fraude es motivo de anulación, los mejores exámenes deben anularse. Los egipcios fueron arqueólogos porque hemos descubierto que ellos hicieron grandes excavaciones. De esa mirada huidiza del presidente Clinton, se puede inferir que estaba mintiendo (afirmó un senador republicano durante el juicio a Clinton). Como en el país hay pobreza e injusticia, entonces el gobierno es malo. Petición de principio: llamada también razonamiento circular. Consiste en adoptar como premisa la conclusión que se pretende probar. Muy propia en la religión y la política. Dios existe porque la Biblia lo dice y la Biblia es la palabra de Dios. Los estudiantes no asisten porque no vienen a clase. La desnudez pública es inmoral porque es contraria a las sanas costumbres. Presuposición de respuesta: cuando se formula una pregunta que implica la previa aceptación de algo que no ha sido demostrado. Preguntarle desprevenidamente a la novia: ¿Por qué recibes llamadas de otro? si es ingenua -léase “boba”- dirá asustada: ¿Cómo te enteraste?
Ambigüedad: cuando se trata de convencer empleando términos ambiguos. El fin de una cosa es su perfección; la muerte es el fin de vida; luego la muerte es la perfección de la vida ” Otros ejemplos los encontrarán en las pólizas de seguros. Vaguedad: consiste en tratar de convencer mediante enunciados ligeros, superficiales, de amplísima generalidad, en cuyo caso conviene exigir precisiones o distinciones. Las radiaciones son dañinas, y los televisores, como ustedes bien saben, reciben y emiten gran cantidad de radiaciones; por lo tanto, no deben tenerlos en sus alcobas (y de paso añaden que si adquieren la esferita de cuarzo que les ofrecen, se ¡librarán de esos efectos!). Composición: atribuirle a un conjunto una propiedades de una de sus partes. Como todos los componentes del carro son perfectos, el carro es perfecto. División: opuesto de lanterior, es decir, atribuirle al individuo la propiedad del conjunto. Como el Senado de la República es una institución honorable, todos sus miembros son, por ese sólo hecho, honorables. Apelación a la moda: sostener que algo es correcto porque está de moda. Ignorancia del tema: cuando se argumenta ignorando el asunto, o se pone en boca del adversario lo que éste no ha dicho, o se le mal interpreta para refutarlo, o cuando se cambia con mayor o menor habilidad el tema pertinente. Falsa analogía: dos casos similares en un aspecto, no tienen que ser similares en otro. Estos dos automóviles son del mismo modelo; como uno tiene problemas eléctrico, el otro también. El Islam se basa en lafe y el cristianismo también, así que el Islam es una forma de cristianismo.
Falso dilema: consiste en proponer solamente dos alternativas cuando, razonablemente, existen otras. Quien no está conmigo, está contra mí.
4.5.1 FALACIAS FORMALES (presentan fallas lógicas) 1. Afirmación del consecuente: si p implica q, y se da q, por lo tanto se da p. Si alguien es presidente de una empresa exitosa, tiene oficina muy elegante; como invertí en una oficina elegante, mi empresa será importante. Si hereda una fortuna será rico; es rico, entonces heredó una fortuna. 2. Negación del antecedente: si p implica q, y no se da p, por tanto no se da q. Si realizo estos negocios tendré dinero para todo el mes; no los realicé, por tanto no tendré dinero para el mes.
4.5.2 FALACIAS FOLKLÓRICAS A manera de curiosidad, vamos a mencionar otro tipo de falacias de uso frecuente en situaciones cotidianas, que podemos llamar folklóricas. Mitos urbanos: son esos cuentos, historias, teorías sin fundamento que se inventan y trasmiten en grupos sociales y que nos conmueven, seducen o sugestionan generalmente por sus toques de humor, horror o asombro; las creemos ingenuamente merced “al niño que llevamos adentro”, a la amistad o al grado de alcohol. Recurso al cansancio: la emplean los niños con sus padres, los orientales en sus negocios con los occidentales, y consiste en esperar el cansancio del oponente para presionar su aceptación de las tesis o demandas. Recurso al asentimiento concertado: acordar con algunas personas del auditorio o de la junta que muevan sus cabezas en sentido aprobatorio cuando escuchen determinado planteamiento.
Apelación a la certeza personal: "¡Estoyfirme y completamente convencido que lo que digo, así no lo pueda demostrar, es cierto! ” Recurso al desparpajo: ante una situación confusa y sin salida se termina diciendo que “de todo lo anterior se concluye exactamente lo que les quería demostrar” Apelación al futuro: “¡Más tarde sabrán que mi propuesta para arreglar la empresa es la mejor, así no los pueda convencer ahora! ”! Recurso a la tarea: cuando un profesor no sabe responder una pregunta pertinente o se le complica la demostración de un problema o de una tesis, la deja como tarea. Apelación al juramento: “¡Les juro por lo más sagrado que lo que digo es cierto! ” (así sea incapaz de probarlo). Falacia perfeccionista: se comete al argüir que cierta solución o alternativa no debe implementarse -así sea la única presentada o superior a las demásaduciendo que no es una solución o alternativa perfecta. Recurrir al extremo: justificar una mala acción aduciendo que no se ha cometido otra peor. Recurrir a adjetivos descalificativos: cuando en lugar de presentar argumentos en contra, se califica de manera peyorativa la propuesta del adversario. Muy propia entre quienes se ocupan de asuntos artísticos. Su propuesta de dividir un aula en dos sólo conduce a tugurizar la universidad. Falacia del énfasis: me pagaron cien mil pesitos. Apelación al éxito financiero: creer que, bien o mal, el rico sabe más (como dice una canción hebrea). Otras maneras de engañar o despistar al oponente, para desvirtuar sus tesis, refutarlas o allanarle el camino a las propias, son: a) suplantar, cambiar, malinterpretar o modifica la tesis del oponente, b) citar datos falsos, c) usar palabras “descrestadoras”,
d) confundir el problema principal con otro diferente, e) emplear lenguaje deliberadamente enredado. Ejercicio: Qué falacias se cometen en los siguientes pasajes: 1. Como debemos elevar la calidad académica de la educación universitaria, es necesario aumentar el sueldo de los profesores. 2. Según un periódico local, el presidente está enamorado de una colombiana. 3. En los países donde predomina el ateísmo han aumentado los suicidios, por tanto la falta de creencia en Dios promueve estas decisiones. 4. Los artistas de la televisión coinciden en que el mejor jabón es el Jabón X... 5. Como se cometió un crimen desde una moto, debemos recogerlas todas, dicen las inteligentes autoridades.
6. Carlos es un hombre de prestigio y fuma Derby, así que esta marca identifica a los hombres de prestigio. 7. Aumentar los gastos gubernamentales es bueno para la economía, pues nadie ha demostrado lo contrario.
8. A Carlos le conviene beber antes de los exámenes; ayer se emborrachó y hoy le fue muy bien. 10. O están con USA o están con el terrorismo.
Lectura y ejercicio: Lea cuidadosamente la siguiente discusión entre un creyente en los milagros y un escéptico, y reflexione sobre los interrogantes planteados al final (traducida y adaptada de la obra de Paul Davis, God and the New Physics). CREYENTE (C): En mi opinión, la existencia de milagros comprobados y verificados, como los de Lourdes, constituye la mejor prueba de la existencia de Dios. ESCEPTICO (E): Bueno, pero no sé realmente qué es un milagro. C: Es un acontecimiento extraordinario e impredecible. E: La caída de un meteorito o la erupción de un volcán o un terremoto son sucesos extraordinarios o impredecibles. Entonces, según su criterio, se trata de milagros. C: Por supuesto que no. Tales fenómenos son eventos naturales, mientras que los milagros son sucesos sobrenaturales. E: ¿Qué entiende usted por sobrenatural? No es acaso otra palabra que quiere decir “milagroso ” Un diccionario corriente dice: “Sobrenatural que excede los términos de la naturaleza, o sea, las relaciones conocidas de causa-efecto. C: Yo diría que “relaciones conocidas ” equivale a “ordinarias ” o “bien entendidas ”
E: Un radio o un televisor podría haber sido considerado como milagroso por cualquiera de nuestros antecesores. C: De acuerdo, pero ellos estarían equivocados, pues bien sabemos que esos aparatos trabajan siguiendo leyes naturales. Un evento sobrenatural es aquel cuya causa no puede explicarse con base en ley natural alguna, conocida o desconocida. E: Pero ¿cómo puede saber usted qué leyes naturales podrían ser desconocidas? Podrían existir algunas muy extrañas con las cuales todavía no nos hemos tropezado. Supongamos que usted viera una piedra flotando en el aire. ¿Diría que se trata de un milagro?. C: Eso depende. Primero me cercioraría de que no se trata de una ilusión o de un truco. E: Una vez seguro de que no se trata de un engaño, ¿no pensaría más bien que el fenómeno estaría causado por una fuerza magnética o gravitacional desconocida? C: Sería más fácil creer en la acción de Dios que en supuestas leyes extrañas. Es cuestión de credibilidad. E: ¡Ah! Entonces usted acepta que “milagro ” es algo producido por Dios. C: Desde luego. Aunque El puede emplear intermediarios. E: Por lo tanto, usted no puede presentar los milagros como evidencia de la existencia de Dios, o su argumento flaquea: usted tiene que aceptar la existencia de Dios para que el “milagro ” tenga sentido. Aparentemente, los eventos de apariencia milagrosa no pueden probar, por si mismos, la existencia de Dios; pueden ser más bien eventos naturales inusitados. C: Acepto que la eventual levitación de las piedras no podría catalogarse como algo milagroso. Pero considere, por ejemplo, el milagro de Jesús, cuando alimentó con unos pocos panes a una multitud. ¿Podría usted mencionar alguna ley natural que explicara la duplicación de panes y peces? E: Más bien yo le pregunto ¿qué razones tiene usted, para creer en una historia escrita hace cientos de años y por fanáticos seguidores de Jesús, interesados únicamente en hacerle propaganda a su religión ? C: Usted es bastante cínico. Tomada aisladamente la historia de los panes y de los peces es sencilla y poco convincente. Entiéndala en el contexto de la Biblia, donde se relatan muchos otros milagros. E: Mencione otro, entonces. C: Jesús caminando sobre las aguas. E: Es un caso de levitación. Y yo pensé que usted no consideraba esos eventos como milagrosos C: Tratándose de piedras, sí. Pero tratándose de Jesús, no. E: ¿Por qué razón? C: Porque Jesús era el Hijo de Dios, y como tal poseía poderes sobrenaturales.
E: Pero usted continúa con argumentos circulares. Yo no creo que Jesús poseyera poderes sobrenaturales. Si caminó sobre las aguas, supondría que fue un extraño evento natural. Por lo tanto, no entiendo esa historia como la entiende usted. O, ¿por qué habría de hacerlo ? C: La Biblia ha sido una fuente de inspiración para gran parte de la humanidad. No la trate tan a la ligera. E: Lo mismo puede afirmarse de las obras de Karl Marx; y eso no me lleva a aceptar como verdadero todo lo que escribió. Mucha gente narra encuentros con extraterrestres, clarividencias, viajes astrales. Sólo un tonto podría aceptar como verídicos tales relatos. C: Le concedo que existen muchas historias fantásticas, pero ¡as pruebas de curaciones milagrosas son abrumadoras. Piense en Lourdes. E: A mi entender, en Lourdes las curaciones tienen que ver con problemas psicosomáticos. Como usted dijo antes, es cuestión de credibilidad. Y yo creo más en situaciones médicas extrañas que en la intervención de divinidades. C: No es cierto que todas las curaciones relatadas y registradas sean de problemas psicosomáticos; pero, al fin de cuentas, la palabra 4,psicosomático " es más bien un eufemismo que emplean los médicos cuando no logran explicar una enfermedad o una curación. ¿Por qué entonces hay tanta gente que cree en el carácter milagroso de esas curaciones? E: Es parte de nuestra herencia de la época precientifica; los primitivos creían que todo lo que sucedía obedecía a la acción de dioses o demonios. A medida que la ciencia ha progresado, las explicaciones mágicas han perdido fuerza... pero aún quedan vestigios. C: ¿Está sugiriendo usted que los peregrinos de Lourdes son p rim itivo s supersticiosos? E: No tanto, pero sus creencias en las curaciones por la fe poco o nada difieren de quienes acuden a los hechiceros en algunas tribus de áfrica. C: Existen poderes del Bien y del Mal que se manifiestan de muchas formas. E: ¿ Y es Dios responsable de los poderes ocultos y mágicos de los hechiceros ? C: No necesariamente. E: Según su punto de vista hay eventos sobrenaturales causados por Dios, otros que son producto de las fuerzas del mal o de la magia negra. y yo añadiría otros neutrales, como la psicokinesia o la precognición. Para mi son meros sucesos naturales extraños, y no me dejo influir de los vestigios de las magias y fantasías con las cuales los hombres acostumbramos a huir de la realidad. Además, ¿no considera usted indigno de la majestad de Dios el que esté interviniendo en asuntos tan triviales? C: A mí no me parece irracional creer en la existencia de poderes sobrenaturales, y que la curación por la fe sea la expresión bondadosa de ese poder. E: ¿ Y usted considera eso como prueba de la existencia de Dios? C: Así lo creo.
E: Y qué me dice de las frustraciones de quienes no obtienen su curación por la fe. ¿Acaso Dios no tiene compasión de ellos, o su poder disminuye ocasionalmente? C: Los designios de Dios son inescrutables, pero su poder es absoluto. E: Me parece que es simplemente una forma afectada de decir que no sabe. ¿ Y si el poder de Dios es absoluto, por qué necesita mostrar milagros? C: Eso no lo comprendo. E: Un Dios omnipotente que gobierna todo el universo no necesita de milagros. Si quiere evitar que alguien muera de cáncer, sencillamente evita que el individuo contraiga la enfermedad. De hecho, yo consideraría los milagros como una prueba de que Dios perdió el control del mundo y que trata de reorganizarlo haciendo remiendos. ¿Cuál sería el objetivo de Dios al hacer milagros? C: A través de los milagros, Dios demuestra su divino poder E: Por qué entonces no realiza algo más claro y evidente, como escribir una proclama en los cielos o teñir la luna de color verde. O mejor, por qué no previene los grandes desastres naturales, las epidemias. Así ocurran unas cuantas curaciones maravillosas en Lourdes, la cantidad de miseria humana es inconmensurable. Desde esta perspectiva, los milagros no parecen dignos de la omnipotencia de Dios, y más bien son producto de la pueril imaginación humana. C: Quizá Dios está previniendo desastres a toda hora. E: Ahí no dijo nada. Cualquiera podría afirmar necedades semejantes, como decir que gracias a mis oraciones diarias estoy evitando una guerra mundial, y cito como prueba el hecho de que tal guerra no se ha iniciado. C: Los cristianos creemos que Dios cuida continuamente el universo, de tal manera que todo lo que sucede, es, en cierto sentido, un milagro. E: Ahora está usted cambiando de terreno, y parece afirmar que Dios es la naturaleza. C: Estoy diciendo que Dios es la causa de todo en el mundo, aunque esta fuera de él y sobre las leyes de la naturaleza. E: Pienso que nos estamos enredando con palabras. Yo digo simplemente que el universo continúa existiendo guiado por un precioso conjunto de leyes que cada vez comprendemos mejor, y usted describe lo mismo en términos deístas. “Dios ” es sencillamente un modo de hablar, no una realidad. C: Usted no puede contentarse con el simple hecho de que el universo existe; debe haber una explicación de por qué existe, y yo creo que Dios es esa explicación. El mantiene el milagro de la existencia y lo hace regularmente de manera ordenada -lo que usted llama leyes físicas- pero algunas veces produce sucesos dramáticos para fortalecer la fe, como cuando dividió el Mar Rojo ante los ojos de los hebreos. E: Lo que no puedo entender es por qué usted piensa que este poderoso autor de milagros es el mismo ser que creó el universo, el que atiende las oraciones, el que inventó las leyes físicas, el que nos juzgará el último día, etc. ¿Por qué no podrían ser diferentes seres sobrenaturales? Incluso si consideramos los milagros que presentan
religiones diferentes y hasta muy opuestas, tendríamos que admitir Ja existencia de un buen número de dioses en franca competencia. C: Es más sencillo y lógico admitir un solo Dios que muchos. E: Aún así, no veo cómo los llamados milagros evidencien la existencia de Dios. C: Yo encuentro muy natural y sencillo aceptar la existencia y la acción de Dios. El milagro del universo es aún más diciente que el paso del Mar Rojo. C: Pero usted continúa basando su argumento en la suposición de que Dios existe. Yo admito que si existe un Dios como el que usted describe -omnipotente, infinito, benevolente, omnisciente- la tarea de partir en dos el Mar Rojo habría sido una tarea trivial para El. ¿Pero cómo sabemos que realmente existe? C: Es cuestión de fe. E: Precisamente. Reflexione sobre estas preguntas: a) ¿Este diálogo condujo a un acuerdo entre las partes? b) ¿Cuál de los dos participantes logró convencer al otro? c) ¿Quién argumentó más lógicamente? d) ¿Qué supuestos manejaron los participantes? e) ¿Qué hechos mostraron como prueba para respaldar sus argumentos? f) ¿Aceptaron los mismos hechos pero los interpretaron de manera diferente? g) ¿Qué falacias utilizaron? h) ¿Qué posición resultó mejor librada en la discusión? i) ¿Considera usted los milagros como “obra de Dios”, como “equivocaciones de la naturaleza” o qué otro concepto defendería? j) ¿Puede usted prescindir fácilmente de la idea de Dios? ¿Por qué? k) ¿Cree usted que el Escéptico admitiría que Dios podría ser la misma naturaleza o universo? 1) Organice sintéticamente los argumentos de ambos, mostrando claramente las premisas (suposiciones y hechos) y la conclusión.
5. P e n s a m ie n t o
c r ít ic o
Todos los anteriores capítulos de este trabajo -conceptos fundamentales, distinciones, formación de conceptos y definiciones, inducción, deducción, argumentación- han gravitado, de manera explícita o implícita, sobre la importancia y el ejercicio del espíritu crítico, analítico e inferencial en los lectores, con el fin de aprender a razonar y tomar las mejores decisiones para, de esta manera, desarrollar la tolerancia y la libertad de pensamiento. ¡Tantos años escolares! y, ¿qué nos queda? Conocimientos fragmentarios de las materias -que a fuerza de no recordar se disuelven en la memoria- y una mínima habilidad para las tres actividades intelectuales básicas que nos exige el mundo de hoy: leer, escribir y pensar. Por el hecho de que podemos leer, escribir y pensar, creemos que realmente sabemos leer, escribir y pensar, y esta falsa creencia es precisamente la fuente de mayores dificultades en estudiantes de secundaria y universidad. Una cosa es poder leer -sin entender- y otra, muy distinta, saber leer comprendiendo la lectura. También aprendimos a escribir desde niños, pero no siempre logramos que el lector capte nuestros pensamientos. Finalmente, pensamos a toda hora, pero sin el sentido crítico, analítico y lógico que constituyen la garantía del pensamiento claro, distinto, creativo y exitoso, tema que trataremos en el presente capítulo Pensar críticamente no significa estar buscando fallas o errores, sino mirar con un ojo mental escéptico las afirmaciones, aseveraciones y argumentos propios y ajenos hasta que sean examinados y evaluados con objetividad. Esta actitud nos exige precisar los conocimientos, fundamentar nuestras creencias y opiniones, estructurar una visión del mundo coherente, examinar el fundamento de las afirmaciones y decisiones a la luz de las evidencias y los razones que las sustentan, a cuestionar, conjeturar y analizar los puntos de vista que caen
a nuestra consideración. El pensamiento crítico es la actitud que más debemos educar y desarrollar, por cuanto está presente en las demás: leer, escribir, hablar y escuchar. Hemos visto a lo largo del texto que la lógica nos enseña e invita a precisar los conocimientos, a fundamentar nuestras creencias, a estructurar una visión del mundo coherente, a examinar la razón de las afirmaciones y decisiones a la luz de las evidencias y fundamentos que las sustentan, a cuestionar, conjeturar y analizar criticamente los puntos de vista propios y ajenos. Por esto, la lógica se constituye en la impulsora del pensamiento crítico. Una cosa es, entonces, afirmar algo (como “ovnis de otros planetas han llegado a la tierra”) y otra evaluar el fundamento de esa afirmación, en qué se basa. Y para evaluarla construimos razonamientos o argumentos, cuya validez o fuerza nos la proporciona su análisis lógico. Los argumentos se caracterizan, entre otros, por los siguientes aspectos: - Tienen un propósito u objetivo que debe trazarse con claridad. *
- Se construyen con conceptos (palabras que deben ser precisas) y de proposiciones(enunciados que pretenden ser verdaderos, aunque pudieran ser falsos). - Intentan resolver una disputa, contestar una pregunta, resolver un problema planteado claramente. - Se fundamentan en supuestos (más o menos justificables), datos, informaciones o evidencias (más o menos probadas, relevantes y suficientes, según el caso. - Defienden un punto de vista. - Constan de premisas (los puntos de partida) y conclusión (la tesis o afirmación que se pretende defender). Sin embargo, un hecho repetido en la historia y en la vida intelectual que a menudo causa perplejidad, es encontrar personas muy inteligentes, bien formadas e informadas, que sostienen posiciones diametralmente opuestas, donde el mutuo acuerdo parece imposible. ¿Cuál es la explicación de este
hecho? Como explicamos anteriormente, en la raíz de toda concepción de la vida y del mundo hay un sistema de valores y de presupuestos básicos, modelados más por emociones o chispazos intuitivos que por fundamentos racionales; y esta situación parece tener que ser así y no de otra manera, porque resulta absurdo esperar que alguien pueda remontarse hasta el infinito justificando racionalmente sus creencias; en algún momento debe detener su raciocinio y ahí es cuando intervienen los valores y presuposiciones básicas (a menudo intocables) de las personas. Claro está que durante su evolución intelectual un individuo puede modificar sus presupuestos, e incluso algunos cambian radicalmente de bando (como en el caso de los convertidos en religión y en los apóstatas), fenómeno éste explicado por la psicología. Es posible armar una argumentación atractiva en favor de cualquier tesis o posición por absurda o nefasta que sea (existencia de fantasmas o de extraterrestres entre nosotros, promover la compra de productos médicos inanes, justificar del terrorismo) mediante la combinación de algunos supuestos inverificables por el auditorio, con algunos hechos científicos bien reconocidos pero irrelevantes al caso y capitalizando las necesidades de la gente; al lograr así una atmósfera de aceptación, las falacias y las conclusiones inválidamente obtenidas pueden penetrar fácilmente en el ánimo del oyente (quien vive obsesionado con su obesidad, o padece una enfermedad terminal, claudicará fácilmente ante cualquier propaganda mal fundamentada). El pensador crítico analiza las posiciones intelectuales tanto en su forma como en su contenido, es decir, se ocupa de su validez y de la solidez, del proceso racional y de la veracidad empírica de los hechos propuestos para sostener un juicio o una decisión; respeta las ideas ajenas pero no se deja presionar por modas, grupos, autoridades o tradiciones. En contraste, la actitud ingenua cree en todo, admite ideas sin ocuparse de su fundamento racional, la escéptica duda de todo, la dogmática defiende su posición frente a evidencias contrarias, no admite sino preguntas cuya respuesta encaje en los principios o dogmas admitidos; cualquier alusión a tesis o evidencias contrarias serán tachadas de irrelevantes, y con la actitud presumida se pretende saber cosas para no aparecer ignorante.
distinción fundamental poder
y
saber
leer escribir pensar
actitud mental
ingenua escéptica dogmática presumida crítica-analítica-reflexiva-lógica
5.1
C o n s id e r a c io n e s t e ó r ic a s
A partir de los años sesenta resurge, en los EE.UU. y luego en otros países, el interés de los pedagogos por superar el estilo dogmático, repetitivo y magistral de la educación. La facilidad de acceso a las fuentes de información, las nuevas teorías sobre el conocimiento y los estudios de lógica e historia de la ciencia, demostraban que la ciencia oficial, los “paradigmas”, no constituían verdades definitivas, y que el conocimiento humano debía entenderse y presentarse en su dimensión temporal, provisional y constructiva por parte del sujeto. Se promueven entonces nuevos estilos pedagógicos encaminados a motivar la participación activa, creativa y crítica del individuo frente al saber, y a tomar conciencia de que el objetivo de los años académicos no radica en obtener buenas notas para recibir un título, sino en promover la capacidad de estudio continuado, la actitud analítica y crítica frente a los conocimientos para, de esta manera, formar una concepción del mundo más realista en los estudiantes y esperar de ellos mejores aportes a la sociedad y al conocimiento. Empero, la información es fundamental, necesaria mas no suficiente; sin ella, la mente carecería de materia prima para discurrir efectivamente (por ejemplo, no se puede adelantar un debate inteligente sobre el aborto, si no se manejan conceptos tales como vida, ser humano, embrión, feto, conciencia, autonomía moral, etc.). Y, por otra parte, mediante las estructuras educativas las sociedades intentan preservar sus valores, modos de vida económicos, sociales, morales, de acuerdo con las fuerzas políticas imperantes. Por fortuna,
y no obstante lo anterior, las instituciones educativas en el país -empezando por Colciencias- han reconocido la importancia de la formación racional, analítica, crítica, reflexiva y dialogante, en lugar de la transmisión pasiva y dogmática de conocimiento y valores. Por tanto, la educación, el arte, la política... deben ser críticos en el sentido analítico de la palabra. Un presupuesto básico del pensamiento crítico es el que podríamos llamar realismo naturalista: la realidad está constituida por infinitas situaciones en el espacio-tiempo, independientes pero formando parte de una compleja red de cualidades y de relaciones, que el hombre, gracias a sus sentidos propios y extendidos (instrumentos), a su razón y a los aparatos lingüísticos apropiados, puede hacer inteligible. El pensador crítico, a diferencia del ingenuo, aprende a reconocer más detalles, nexos y relaciones en esa maraña de datos e impresiones que lo invaden por doquier. El pensamiento crítico asume que nada ni nadie es intocable e infalible per se; que el individuo adulto debe superar la actitud infantil de aceptar o rechazar algo porque “le gusta o le disgusta”, e impregnar de racionalidad libre sus ideas y decisiones, y las consecuencias que de ellas se deriven. El pensamiento crítico no trata de enseñar qué creer y cómo obrar en concreto, sino' en creer y obrar con fundamento. La actitud crítica es factor de supervivencia tanto individual como social, pues aporta creatividad, nuevas alternativas, selección de problemas de acuerdo a su importancia, clarificación de valores y administración más eficiente de la propia existencia; permite afrontar y resolver la tensión generada por las presiones de la sociedad, la educación, el temperamento, la naturaleza y los propios valores. Tres disciplinas contribuyen a conceptualizar el pensamiento crítico: la lógica, como teoría de las inferencias válidas y como arte que nos adiestra en la comprensión clara de las cosas, del conocimiento y de sus posibilidades; la psicología, que nos enseña cómo los seres humanos somos proclives al error, al autoengaño, a pretender juzgar y no ser juzgados; y la historia, cuya eterna lección ha sido la relatividad de ideas y valores.
Ahora bien: que el pensamiento crítico sea un saber, un arte, una asignatura generalizable (es decir, aplicable a todas los disciplinas) o específico para cada área de la actividad humana (científica, artística, política, etc.) es un debate que no ha concluido todavía. Como en todo debate protagonizado por expertos y estudiosos, algo de acertado debe tener cada posición y, por tanto, mientras no se resuelva definitivamente, considero que el pensamiento crítico es una disciplina que expone principios generales, aplicables a toda ciencia, arte o actividad humana racional y, por otra parte, cada área específica del saber genera criterios, procedimientos, fundamentos, para hacer efectivo el pensamiento crítico sobre ella misma. En matemáticas, por ejemplo, priman los procesos abstractos, axiomáticos, deductivos; en las ciencias humanas, los valores y las estadísticas; en las naturales, la observación, la medición, la experimentación; en las artes, el inevitable aporte subjetivo de quien, de alguna manera, ha demostrado ser un experto. Tampoco existe acuerdo sobre en qué consiste el pensamiento crítico. Veamos algunas definiciones: "Son las actividades requeridas para reconocer y evaluar argumentos ” (Schlecht, 1989 - ver bibliografía). “Pensamiento reflexivo y razonable orientado a saber qué decidir, qué creer, qué hacer” (Ennis, 1987). “Pensamiento responsable y efectivo que facilita el buen juicio, porque: a) se basa en criterios, b) es auto-corregible, y c) es sensible a los contextos ” (Lipmann, 1988). “Un pensador crítico es quien se orienta, cree y actúa por razones, y sabe evaluar la fuerza de los argumentos en los contextos donde la racionalidad lo exige ” (Siegel, 1990). “Es el proceso mental y las estrategias que la gente usa para resolver problemas, tomar decisiones y aprender nuevos conceptos ” (Sternberg, 1990). En estas propuestas encontramos factores lógicos, cognoscitivos, lingüísticos, personales, argumentativos, entre otros que constituyen los indicadores del
pensamiento crítico, que enunciaremos a continuación. Léalos detenidamente y descubra el lector sus fortalezas o debilidades en cada uno. En aras a la concisión me limito a enunciarlos, pues algunos ya han sido explicados a lo largo del texto, y el análisis de los restantes exigirá otro libro (que se encuentra en preparación).
5 .2 I n d i c a d o r e s d e l p e n s a m i e n t o c r í t i c o
La habilidad para leer bien es fundamental para desarrollar el pensamiento crítico; comprender un texto exige conocer el significado preciso de cada una de las palabras encontradas (y no andar adivinando significados), la estructura sintáctica de cada oración, la idea principal y las secundarias del párrafo, los elementos contextúales, y la tesis, tema, problema o planteamiento general del texto. En segundo lugar, es importante aprender -y enseñar- a distinguir los hechos comprobados de las opiniones sin fundamento, los datos precisos de los ambiguos, los sucesos de sus interpretaciones, las fuentes fiables de las dudosas, las afirmaciones dogmáticas de las respaldadas por una autoridad intelectual genuina. En cuanto a las habilidades lógicas que requiere el pensador crítico, debe saber distinguir las premisas de las conclusiones en los argumentos, y no dejarse enredar por premisas irrelevantes o argumentos falaces. Igualmente, aunque esto requiere un poco más de práctica, debe aprender a determinar el grado en que la conclusión está respaldada o no por las premisas, de tal manera que pueda detectar inconsistencias o contradicciones propias o ajenas, y justificar racionalmente sus posiciones e ideas. Ya en un nivel más personal, el pensador crítico ha de ser consciente de sus propios prejuicios y presunciones; debe estar dispuesto a presentar alternativas y a exigirlas a los críticos vacíos o criticones. Ha de reconocer socráticamente
que la fronteras de la ignorancia se extienden con el saber, de tal manera que así se proponga manejar la mayor información, aceptará la posibilidad de estar equivocado, que los puntos de vista contrarios también merecen atención y análisis, que sabiendo preguntar se aprende más que enseñando. Podemos sintetizar los indicadores del pensamiento crítico en las siguientes variables:
LINGÜÍSTICOS *
Saber leer (en contraposición a “poder” leer).
*
Conocer el significado de los términos leídos o empleados.
*
Establecer si hay vaguedad o ambigüedad en los términos.
*
Identificar los temas o problemas principales en una lectura.
*
Expresar con palabras propias el contenido de los textos.
*
Captar los elementos contextúales.
COGNOSCITIVOS *
Diferenciar los hechos comprobados de las opiniones.
*
Verificar la precisión de los datos.
*
Reconocer las afirmaciones dogmáticas.
*
Juzgar la pertinencia o no de los juicios y las definiciones.
*
Distinguir los hechos verificables de los juicios de valor.
*
Evaluar la fiabilidad de los autores y de las fuentes.
*
Tratar los resultados como tentativos, nunca absolutos.
*
Respetar las evidencias.
*
Manejar suficiente información en los temas de su competencia.
*
Reconocer la raíz de los presupuestos personales.
LÓGICOS * Distinguir las premisas relevantes de las irrelevantes.
* Distinguir afirmaciones de argumentos. * Reconocer las premisas y la conclusión del argumento. * Determinar el grado en que los hechos sustentan las conclusiones. * Precisar qué tan fundamentada o no es una generalización. * Reconocer las suposiciones subyacentes o implícitas en una argumentación. * Evaluar la “completitud” o la suficiencia de la información suministrada por las premisas. * Determinar la dificultad de verificar los elementos probatorios. * Identificar las falacias y saber refutarlas. * Detectar inconsistencias y contradicciones. * Determinar si el proceso inferencial es deductivo, inductivo, intuitivo, inválido. O sea, qué respaldo tiene la conclusión en las premisas. * Inferir nuevas conclusiones o corolarios de las argumentaciones. * Justificar racionalmente las ideas, los argumentos, los planteamientos y las teorías presentadas o aceptadas. * Descubrir las premisas ocultas. * Determinar las conclusiones implícitas. * Ser cauteloso para extraer conclusiones cuando las premisas son insuficientes.
ARGUMENTATIVOS *
Sopesar la fuerza (o capacidad de convicción) de un argumento.
*
Considerar los puntos de vista ajenos y opuestos.
*
Construir argumentos racionalmente convincentes.
PERSONALES-ACTITUDINALES * Ser consciente de los propios prejuicios y presunciones.
* Confiar más en los apuntes que en la memoria. * Buscar alternativas y estar abierto a ellas. * Aceptar la posibilidad de estar equivocado. * Saber preguntar. * Estar siempre dispuesto a enfrentar y resolver problemas. * Aceptar toda conclusión, asi esté bien fundamentada, como un logro tentativo. * Ceder ante los hechos comprobados o las evidencias. * Examinar -no rechazar de plano- los puntos de vista contrarios. * Respetar las opiniones ajenas.
EXPRESIVOS * Ser tan claro y preciso como lo exige el problema o la situación. * Escribir ensayos y documentos, atendiendo a la sintaxis, la puntuación correcta, la coherencia lógica, etcétera. * Realizar investigaciones.
5.3
P r á c t i c a d e l p e n s a m ie n to c r í t i c o
En cualquier nivel de enseñanza el pensamiento crítico puede estimularse mediante actividades personales y grupales, como realizar lecturas sobre temas o problemas concretos para resumir la idea del autor, refutarlo o, al menos, formularle preguntas cruciales al texto; luego conviene escribir ensayos y documentos defendiendo un punto de vista y cuidando la sintaxis, la puntuación correcta, la coherencia lógica, etcétera. Las actividades grupales suelen ser más productivas por la emulación y el desafío que generan; por ejemplo, uniendo personas que aceptan y rechazan posiciones sobre temas candentes como el derecho al aborto, a la dosis personal, a la eutanasia, la pena de muerte por ciertos delitos, castrar a violadores de menores, etc. Sobra imaginación u observación para detectar temas de discusión crítica, pues éste es un pasatiempo de los colombianos. Lo grave es que cuando se afrontan problemas de gran trascendencia nacional e histórica, se siguen tomando como pasatiempos parlamentarios y no como objetos del pensamiento crítico.
Ejercicios: Elabore los mejores argumentos en favor o en contra de los siguientes temas, que involucran tanto informaciones y datos como valores personales. Luego confronte su posición con la de otro compañero que apoye una tesis diferente.
1. 2. 3. 4. 5. 6.
13. 14. 15. 16.
El derecho al voto de los militares. Legalización del aborto. Elitización intelectual de la universidad. Legalización de la pena de muerte. Importancia de la religión en la vida de los pueblos. El derecho al suicidio. La eutanasia. Matrimonio legal entre homosexuales. Llegar a ser muy famoso. Limitar la variedad de modas y de vehículos. Prohibir el uso de cosméticos. Exigir exámenes de idoneidad intelectual y profesional a todo graduado universitario. Exigir exámenes de actualización académica a todo profesor universitario. Existencia de seres extraterrestres. Visita a la tierra de seres extraterrestres. Permanencia de la conciencia personal después de la muerte.
17.
Legalización de la droga.
7.
8. 9. 10. 11. 12.
18. Prohibición de producción y consumo de bebidas embriagantes.
5 .4 P e n s a m i e n t o c r í t i c o y s o l u c i ó n d e p r o b l e m a s
Decíamos en el prólogo que el hombre se enfrenta necesariamente a situaciones nuevas e inesperadas tanto por las exigencias de su desarrollo personal como por las condiciones cambiantes de su entorno biológico y social. Para solucionarlas intervienen entonces su grado de información, familiaridad con el asunto, sus propósitos y su talento lógico para disefiar la mejor solución en aras a lograr bienestar, o felicidad que -sea cual fuere, es según los filósofos el objetivo fundamental de la vida personal. Y los problemas no se solucionan simplemente preocupándose por ellos, como suelen hacer muchos, sino ocupándose activa y efectivamente de ellos con todos los recursos mentales y materiales a su alcance. Aparte del talento lógico, que esperamos se haya desarrollado estudiando este texto, algunas características psicológicas, contribuyen a la solución de problemas, como son la confianza en sí mismo, el espíritu analítico, la imaginación creadora, la persistencia y el hábito de formular hipótesis. Desde luego que no existen procedimientos mecánicos o algoritmos establecidos que produzcan automáticamente la solución de los asuntos humanos. Sin embargo, además de los factores mencionados, las siguientes pautas debidamente asimiladas y aplicadas, facilitan el mejor uso de la información y la lógica:
1. Disponerse mental y emocionalmente a resolver el problema, confiando en sí mismos y decididos a encontrar la solución. 2. Percibir claramente la situación y delimitar sus componentes antes de apresurarse a tomar decisiones; así pueden distinguirse las variables relevantes de las irrelevantes, lo accidental de lo fundamental, y orientar el pensamiento hacia soluciones factibles. 3. Cuando no se discierne o intuye rápidamente una solución hay que recurrir al tanteo, al ensayo, o incluso al error calculado. 4. Evitar aferrarse a una solución que ha probado ser infructuosa; cuando la mente regresa repetidamente a las mismas soluciones insatisfactorias es señal inequívoca de que el individuo debe arriesgarse a pensar distinto, a cambiar de perspectiva o a transformar sus patrones de conducta. 5. Cuando las soluciones razonables no funcionan debe cuestionarse la confiabilidad de los datos o los supuestos que se manejan. 6. La información proveniente de las hipótesis descartadas puede ser importante para encontrar, por vía de exclusión, el camino correcto. 7. No desalentarse por la complejidad del asunto. 8. Considerar estrategias que, incluso, parezcan conducir a soluciones lógicas, ya sea para aceptarlas o para descartarlas, de tal manera que el pensamiento creador se mantenga activo. 9. Personas emocionalmente desprevenidas, mejor informadas, activamente experimentadas o más inteligentes pueden, mediante el dialogo sincero, señalar alternativas viables que al interesado jamás se le ocurrirían. Quizás el estudioso de la lógica que ha llegado a este punto puede haber experimentado cierto sentimiento de inseguridad respecto a la capacidad de la mente humana para alcanzar la ansiada Verdad (con mayúscula). Es una lección tanto de la historia como de la lógica, que el edificio del conocimiento es frágil, pues fundamentamos nuestros saberes en la limitada experiencia sensorial, en fe o intuiciones que no resistirían un riguroso análisis racional, en inducciones -que por definición sólo proporcionan conclusiones
probables- y en deducciones que en última instancia se apoyan en la experiencia personal, autoridades, o principios que no pueden justificarse racionalmente más allá de ellos mismos. No existe un árbitro supremo para juzgar la verdad de los supuestos fundamentales, y si existiera, cabría preguntar “en virtud de qué se constituye en árbitro definitivo”, y así indefinidamente. Y esta debilidad no es exclusiva del conocimiento de lo real -sea empírico o humano- sino que también afecta a las mismas ciencias formales, que venían esforzándose -con Hilbert a principios de siglo- en representar las teorías matemáticas mediante sistemas formales: cuerpos de fórmulas demostrables a partir de ciertos principios, en un marco estrictamente finitista, y con el fin de alcanzar una especie de verdad matemática casi absoluta. Destacados matemáticos, con K. Gódel a la cabeza, descubrieron que no es posible formalizar completamente una teoría matemática cuando ésta ha llegado a un cierto nivel de complejidad; es decir, desde el momento en que una teoría adquiere cierta capacidad (como la aritmética ordinaria), su no- contradicción sólo puede ser establecida fuera de ella, en una metateoría donde intervienen procedimientos de demostración más capaces que los de la teoría misma; y por otra parte, existen proposiciones indecidibles, que no se puede demostrar sino a costa de aceptar contradicciones; en otras palabras, si el sistema quiere ser completo, presenta contradicciones; si elimina las contradicciones, queda incompleto. Incluso los sistemas conceptuales que el hombre ha inventado para entender o manejar el mundo -como los filosóficos y los jurídicos- parecen sufrir igualmente de esta limitación: si una constitución o un reglamento, por ejemplo, quiere ser completo, incluirá contradicciones, y si quiere evitarlas, dejará lagunas o vacíos. Está pues en la naturaleza de nuestra existencia finita, la insuficiencia del razonamiento natural y la imposibilidad de alcanzar el conocimiento absoluto. Sólo en actos parciales y relativos de descubrimiento, nos acercamos a la manifestaciones de las supuestas realidades fundamentales, que se revelan a nuestra existencia finita a través de modelos siempre perfectibles. De ahí la necesidad de introducir en nuestras mentes la actitud analítica-crítica, que nos dará seguridad sobre la fortaleza o debilidad reales de nuestros conocimientos.
E
p íl o g o
Es sin duda más cómodo, aunque más arriesgado, seguir acriticamente las propias pautas “lógicas” que estudiar la ciencia y cultivar el arte de la lógica. Nos apartamos de la lógica, e incluso llegamos a detestarla porque ella puede desbaratar o generar dudas sobre nuestros más caros principios, o demostrar la debilidad de pensamientos optativos revestidos de racionalidad. Fácil es calificar de imparciales, sólidas y objetivas nuestras posiciones ideológicas, pero esta actitud no pasa de ser a menudo una presunción superficial. Pero otra actitud, no menos necesaria, de honradez intelectual, unida a los golpes que nos propina la realidad debido a decisiones equivocadas, nos invita a aplicar la lógica racional a los asuntos del mundo y del pensamiento. Los sentidos, la razón, la inducción, la deducción, la intuición añaden continuamente nuevos elementos a nuestra visión del mundo, y el pensamiento lógico, análítico y crítico nos conduce a seleccionar del inmenso caudal de información, sólo lo razonable. La lógica nos enseña a llamar las cosas y los hechos por sus nombres precisos, a rechazar lo superfluo o, al menos, a entenderlo como tal. Sin embargo, al tiempo que nos proporciona cierta seguridad en el conocimiento, la misma lógica nos muestra la falibilidad del mismo. “No hay nada seguro” -enseñaba Pirrón- y por eso sus discípulos no lloraron ante su cadáver, pues no tenían certeza de que estuviese muerto... El ser humano, mientras vive, requiere conocer, deliberar, decidir... Y un poco de lógica permite que estos procesos sean más sólidos y eficientes de acuerdo con los fines que cada ser humano persiga en su existencia.
C
u e s t io n a r io s d e c o m p r e n s ió n d e l e c t u r a
Comprender una lectura exige entender el significado, relaciones e implicaciones de sus elementos constitutivos, a saber: palabras, frases, párrafos, y distinguir las ideas principales de las secundarlas, las implícitas de las explícitas. Para ello es necesario leer pensando y reflexionar posteriormente sobre el contenido de la lectura. Un texto como éste contiene numerosas unidades de información que bien pudieran plantearse en términos de preguntas. El propósito del breve cuestinario es que usted mismo determine unidades de información que comprendió de la lectura, en especial de la primera parte. Hay preguntas de dos tipos, a saber: (-) Pregunta abierta, que exige una explicación con palabras propias y no de memoria. (— ) Pregunta que debe responderse según el contenido de la lectura, con SI, NO, IND (no se sabe), y dar la razón de su respuesta: si, porque...; no, porque... En algunas preguntas, señaladas con asterisco, se dan pautas de solución. Una vez respondidas, pueden criticarse, ampliarse o manifestar discrepancias con la posición del autor.
CONCEPTOS FUNDAMENTALES Información y conocimientos. -Explique los tipos de información que manejamos los seres humanos -¿Cuál es el mejor estímulo para aumentar el conocimiento? -¿Cómo puede definirse él conocimiento humano? -¿Qué es una proposición? -¿Por qué aceptamos la verdad de nuestros conocimientos?
De qué se ocupa la lógica -Distinga entre saber algo y fundamentar ese algo. — Según el texto, existen cuatro recursos para fundamentar nuestros conocimientos. -Qué significa “relación de implicación”. — El hombre piensa siempre con lógica. Dé ejemplos originales. -¿Cuándo valoramos un discurso como “lógico”? -¿Por qué no aceptamos contradicciones en la vida y en el discurso humano? -En síntesis, ¿de qué se ocupa la lógica? Un poco de historia -¿Cuáles son los procedimientos que han permitido a los lógicos construir su ciencia? -Aportes de los presocráticos, Aristóteles, estoicos, medievales, Boole, Frege, Russell, a la ciencia de la lógica. Pensamiento, lenguaje y lógica -¿Cómo se relacionan estas tres actividades? —¿La función performativa se refiere a normas y deberes? -¿Cuál es la función relevante para la actividad lógica? -¿Qué otros aspectos, además del lógico, deben tenerse en cuenta para entender el sentido de una proposición? -Distinga enunciado, de proposición. -A l redactar un texto informativo de calidad ¿qué aspectos deben tenerse en cuenta? Descripción de los hechos -Elementos básicos del conocimiento y de la reflexión. -¿De qué está constituido el universo conocido? ¿Por qué es así? —¿Todo hecho es un fenómeno? —¿Todo fenómeno es un hecho? -Distinga subjetivo de objetivo e intersubjetivo. —¿Es lo mismo un hecho que su interpretación? —¿Pueden calificarse los hechos como verdaderos o falsos? —¿Pueden darse dos enunciados para describir el mismo hecho? —¿Pueden darse dos proposiciones para describir el mismo hecho?
-Si quisiéramos medir o cuantificar la cantidad de conocimientos que posee una persona, ¿sobre qué parámetro lo haríamos? —Al observar algo, ¿realmente lo estamos conociendo? Percepción e interpretación de la realidad -Explique el lenguaje de la percepción y el de la interpretación. -Distinga y dé ejemplos de juicios de percepción, interpretación e inferencia. — “Puesto que Carlos está caminando lento, está cansado” ¿es un juicio de percepción? -¿En qué consiste el problema epistemológico fundamental? -¿Qué tiene que ver la interpretación de los hechos con la psicología? Dé ejemplos originales Desacuerdos entre las personas -Distinga el contenido emotivo del contenido fáctico de una proposición, y construya ejemplos originales, de su vida cotidiana -Explique los cinco tipos de desacuerdos que pueden darse entre dos personas. ¿Cómo resolvería cada uno de ellos -¿En qué consiste “neutralizar el discurso”? -¿En qué sentido las implicaciones comprobadas de una proposición permiten confirmarla o rechazarla? Dé un ejemplo original. El concepto y el problema de la verdad -¿Cómo ha entendido usted hasta ahora el concepto de verdad? -¿Qué relación existe entre verdad y lenguaje? -Enuncie tres conceptualizaciones teóricas sobre la verdad -¿En qué consiste la verdad como correspondencia? -¿En qué consiste la verdad como coherencia? ¿En qué contextos se maneja? -¿Cómo la discrepancia entre coherencia y correspondencia puede afectar una discusión? —“Los hombres calvos tienen poco pelo” ¿es una verdad por correspondencia con la realidad? -¿A qué puede llamarse verdad objetiva? -¿En qué estados puede estar la mente respecto a un conocimiento? -Distinga lo probable de lo posible. Dé ejemplos de la vida cotidiana
-¿Lo probable es aquello que puede o no ocurrir? -¿En qué principios se apoya la concepción probabilista de la verdad? -Distinga, desde el punto de vista probabilista, los conceptos de contradicción, contingencia y tautología. Dé ejemplos originales. -¿Por qué el autor enfatiza la concepción probabilista? Qué ventajas aduce. -Explique con ejemplos propios el carácter probabilista de la verdad -Relacione la verdad con la sabiduría Descubrimiento y justiñcación del conocimiento -A la lógica le interesa el modo como se llega al conocimiento de algo. -¿Cuál es el mejor método para demostrar una tesis o la verdad de un conocimiento? -¿Qué procesos son de interés de la psicología y de la retórica? Razonamientos y argumentos -¿Cómo se distinguen estos dos términos? -¿Qué es un argumento? -¿De qué elementos consta un argumento y cuáles son sus funciones? —¿Puede un argumento calificarse como verdadero o falso? -¿Qué palabras sugieren la presencia de premisas y de conclusión en un texto? —Los valores de una persona ¿pueden presentarse como premisas? -Distinga los argumentos analíticos de los dialécticos, según Aristóteles. -¿Cóm o se llama la excelente obra de Copi, de donde el autor extrajo algunos ejercicios? Forma y contenido -En qué consiste la forma o la estructura, en física, química y lógica. — ¿A la lógica le interesa el contenido de los argumentos? Validez e invalidez ¿Recuerde: los científicos empíricos, los detectives, los investigadores y quienes buscan la verdad en la realidad, nos dirán si una afirmación es verdadera, mientras que los lógicos nos dirán si su argumento es válido o no? -¿Cuándo un argumento es válido y cuándo inválido? — ¿Algunos argumentos válidos tienen conclusión verdadera?
—¿Algunos argumentos válidos tienen conclusión falsa? —¿Ningún argumento válido tiene conclusión falsa? —¿Todo argumento con premisas verdaderas es válido? —¿Todo argumento válido tiene conclusión verdadera? —Un argumento con premisas y conclusión verdaderas ¿tiene que ser válido? —¿Un argumento inválido tiene que tener conclusión falsa? -¿Un argumento deductivo puede ser inválido? —¿Un argumento cualquiera puede ser verdadero? —¿Todos los argumentos válidos tienen exactamente dos premisas? — ¿Si un argumento tiene conclusión falsa es inválido? —¿Todo argumento inválido tiene conclusión falsa? -¿Por qué ciertos tipos de sistemas (filosóficos, jurídicos, religiosos, por ejemplo) se construyen con base en el concepto de validez? -¿Por qué cree el autor que Santo Tomás y Marx pecaron de inconsistentes? Deducción e inducción -¿Por qué cree el autor que la inducción merece en lógica tanta importancia como la deducción? -¿Qué ventajas y desventajas tienen tanto la deducción como la inducción? -Características fundamentales de la deducción -Características fundamentales de la inducción — ¿Ningún argumento deductivo válido tiene conclusión falsa? — ¿Todo argumento con premisas verdaderas es válido? — ¿Un argumento inductivo válido puede tener conclusión falsa? —¿Cualquier argumento inválido tiene por lo menos una premisa falsa? —¿Todo argumento válido tiene conclusión verdadera? (*piense si se trata deductivo o inductivo) Solidez de los argumentos —¿Un argumento con premisas verdaderas es sólido? —¿Todo argumento deductivo sólido tiene conclusión falsa? —¿Ningún argumento deductivo sólido tiene conclusión falsa? —¿Algún argumento deductivo sólido tiene conclusión falsa?
—¿Algún argumento deductivo sólido no tiene conclusión falsa? — ¿Ningún argumento deductivo no sólido tiene conclusión falsa? (*si es no sólido, entonces o es inválido o tiene premisas falsas, o ambas; si lo primero, entonces la conclusión puede ser...; si lo segundo...; por lo tanto la respuesta es...). — ¿Todo argumento sólido tiene conclusión verdadera o probablemente verdadera? — ¿Algunos argumentos válidos pueden ser sólidos? —¿Un argumento sólido puede tener conclusión falsa? -¿En qué tipos de conocimiento basta aceptar la validez de los argumentos? -¿En qué casos es necesaria la solidez? -¿Qué característica presenta la conclusión en un argumento sólido deductivo y en otro inductivo? -¿Le interesa a la lógica la verdad fáctica de las premisas y de la conclusión? -¿Cómo puede explicarse el progreso de la ciencia a partir de Galileo? —¿Es siempre suficiente la solidez para aceptar la verdad de una conclusión? Inferencias por intuición -¿En qué consisten? -¿Son válidas? -¿Cuándo hacemos uso de ellas?
FORMACIÓN DE CONCEPTOS Y DEFINICIONES -¿Qué tan adecuado es el lenguaje humano para representar la realidad? -¿En qué consiste el triángulo cognoscitivo? -¿Cuál es su mayor fortaleza y su mayor deficiencia en este triángulo? — ¿La palabra “piano” tiene mayor extensión que la palabra “mueble”? — ¿La extensión y la comprensión de un concepto son directamente proporcionales? — Si alguien le dice “mañana llegaré por la tarde”, “o llegaré mas tarde que ayer”, ¿está empleando conceptos cuantitativos? -Según su relación con la realidad, ¿dónde ubicaría el concepto “Dios”? -¿Qué significa equivalencia conceptual? -¿Cómo puede incrementarse el bagaje conceptual de una persona?
-¿Cuál es el primer objeto del entendimiento humano? -¿Cuál es la tesis de Wittgenstein al respecto? -¿A qué se refiere la expresión “esquemas conceptuales sistemáticos"? -Explique los tres niveles de comprensión de un concepto y su término correspondiente. -¿Qué relación existe entre conceptos y juicios, entre éstos y el conocimiento? —Según el autor, ¿idea y concepto es lo mismo? — Si un turista ignorante de geometría y de historia fue llevado en silencio ante las Pirámides de Egipto, ¿cree usted que el turista realmente conoció las Pirámides de Egipto? -En un concepto se distingue su intensión y su extensión, ¿en qué consisten? -¿Cuál es la mejor manera de incrementar nuestro conocimiento? —¿La definición se aplica a las ideas? -Explique cinco maneras para definir una palabra —¿Qué tipo de definición le parece más importante? —¿Ha empleado usted definiciones emotivas? —¿Se pueden definir los objetos, las cosas, las experiencias? -¿Cuáles son los elementos de una definición? -¿Para qué sirve definir? -¿Cuándo debe acudir a una definición léxica, a una estipulativa, a una aclaratoria, a una persuasiva? -D é varios ejemplos de definiciones intensionales. — ¿Las definiciones amplias suelen emplear más palabras que las definiciones estrechas? —“Las botellas son recipientes” ¿es una definición amplia de “botella”? — Definir la palabra “planeta” como “cuerpo celeste”, ¿es una definición estrecha? -¿Es suficiente definir un término para captar todo su sentido? INDUCCIÓN -¿Qué supuesto filosófico respalda la inducción? -¿Qué significa la frase “el argumento inductivo será correcto cuando la conclusión obtenida sea más fuerte que su negación”? — Cuál es la definición de inducción que usted aprendió en el bachillerato? ¿Es correcta? -Recuerde la diferencia fundamental entre inducción y deducción.
—En la inducción, ¿la verdad de las premisas garantiza la verdad de la conclusión? -Enuncie cuatro justificaciones filosóficas del procedimiento inductivo. -¿Cuál es el factor característico del hombre que le impide ser conocido de manera determinista? -¿Qué ventaja ofrece la inducción para la ciencia? -¿En qué radica la debilidad y la fuerza de la inducción? -¿Qué ventaja tiene la inducción sobre la deducción, y qué desventaja? -¿Como diferencias una generalización inductiva de una generalización apresurada? — ¿Es imprescindible la estadística en las ciencias del hombre? -¿Había pensado antes en que los inobservables eran inferencias? -¿Qué inobservables le llaman la atención? -¿Porqué la ciencia acepta unos procesos o entidades inobservables y rechaza otros? -¿Qué es una propiedad disposicional? -¿A partir de qué se infieren los eventos físicos y mentales? -Explique y justifique la existencia de algunos entes teóricos. -¿Cuándo una inferencia por analogía es más fuerte que otra? -¿Cuál es la diferencia entre condición necesaria y condición suficiente? -Destaque en un evento cualquiera las causas próximas y la causas remotas. 'D é ejemplos originales de los métodos de Mili: concordancia, diferencia, variación concomitante y residuos.
DEDUCCIÓN —¿Ha evolucionado la lógica deductiva? -Explique los cuatro tipos de proposiciones categóricas -¿Por qué es importante saber traducir proposiciones a su forma categórica? -¿Cuándo debe aceptarse una inferencia inmediata? -¿Cuál es la diferencia entre proposiciones contrarias, subcontrarias y contradictorias? —¿Necesario es lo contradictorio de imposible? -¿De qué elementos consta un silogismo? -¿En qué radica la importancia de la forma de un silogismo? -D é ejemplos propios de entimemas, sorites y dilemas.
-¿Qué ventaja tiene la lógica simbólica moderna sobre la tradicional? —¿La verdad o falsedad de un enunciado compuesto depende únicamente de la verdad de sus enunciados atómicos? —¿Algo lógicamente imposible puede ser empíricamente posible? —¿Algo empíricamente imposible puede ser técnicamente posible? —¿Según el principio de no-contradicción, una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo? -¿En qué sentido los tres principios lógicos rigen la realidad, el pensamiento y el lenguaje? —¿La negación de la frase “si no resuelve el problema pierde el curso” es: “resolvió el problema y no perdió el curso” ? -¿Qué limitaciones presenta la deducción? -¿Qué demostró Gódel? -¿Hasta dónde pueden remontarse las premisas de un argumento deductivo? -Señale algunos criterios que avalan una fuente o autoridad
ARGUMENTACIÓN -¿De qué se ocupa la retórica y por qué es importante? -Recuerde algunas estrategias para presentar argumentos y para impugnarlos. Falacias en la argumentación -Si deseo convencer a una persona racional, ¿cómo debo construir mis argumentos? -¿Por qué es importante conocer las falacias y saber identificarlas? -Organice por escrito 10 falacias en orden, según su frecuencia en la vida diaria, desde las más usadas a las menos empleadas. —¿La falacia llamada Causa Falsa consiste en emplear premisas verdaderas para sustentar algo que carece de relación con ellas? -Recuerde algunas estrategias para presentar argumentos y para impugnarlos. Falacias en la argumentación -S i deseo convencer a una persona racional, ¿cómo debo construir mis argumentos? -¿Por qué es importante conocer las falacias y saber identificarlas? -Organice por escrito 10 falacias en orden, según su frecuencia en la vida diaria, desde las más usadas a las menos empleadas. —¿La falacia llamada Causa Falsa consiste en emplear premisas verdaderas para sustentar algo que carece de relación con ellas?
-¿Qué falacias ha cometido usted? -¿De qué falacias ha sido víctima? -¿Qué reflexiones le despertó este tema?
PENSAMIENTO CRÍTICO -Escriba los indicadores del pensamiento crítico donde usted se considera más débil, y las estrategias que seguirá para superarlos.
B
ib l io g r a f ía
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