Los visires de la dinastía XVIII

December 31, 2017 | Author: allenskaya | Category: Monarchy, Egypt, Ancient Egypt, Translations, Monarch
Share Embed Donate


Short Description

Download Los visires de la dinastía XVIII...

Description

Los visires de la dinastía XVIII ESTUDIO DEL VISIRATO EGIPCIO PARTIENDO DE LOS TEXTOS (ESPECIALMENTE DEL REINO NUEVO)

Jose María de Diego Muñiz

Máster en Historia y Ciencias de la Antigüedad CURSO 2009 - 2010

ESQUEMA DEL TRABAJO

1. El título de Visir: TAjty sAb TAty. Significado. Orígenes. Traducción. 2. Evolución histórica del cargo de visir 3. La figura del visir dentro de la administración del estado: -Máxima autoridad de la justicia pública (no privada: esta se resuelve mediante consejos) -Máxima autoridad en la capital del Reino (con momentos de dualidad) -Representante del rey y su sustituto en su ausencia. 4. La imagen del visir: -En la conciencia social: sacerdote de Maat, justo y sabio. -Veneración de los visires tras su muerte. -La figura literaria del visir: los cuentos. los textos sapienciales. -Documentos que mencionan al visir: cartas documentos oficiales 5. Los llamados textos del visir del Reino Nuevo: -El nombramiento del visir (User, Rejmire y Hapu) -Los deberes del visir (User, Rejmire, Amenemepet, Paser) -Las autobiografías (Rejmire, User) 6. Evolución de la figura del visir a lo largo de la historia: -Reino Antiguo: acumulación de cargos. Culminación de una larga carrera administrativa. -Periodos Intermedios: figuras de estabilidad de la administración. -Reino Nuevo: división administrativa; aparición de nuevas figuras, especialmente militares. 7. Luces y sombras de la figura del visir: las conspiraciones: el caso de la inscripción de Weni el Mayor Amenemhat I y las inscripciones de prodigios

INTRODUCCIÓN El visir era en el Egipto faraónico la máxima autoridad por debajo del rey. Y visires eran personajes tan conocidos como Kaguemni, Ptahhotep, Mereruka o Rejmiré. Y aunque hay continuas referencias al visirato en los textos egipcios y en los libros de egiptología, no hay muchos estudios centrados en su figura. En el presente trabajo nos proponemos estudiar la figura del visir desde distintos puntos de vista. Por un lado hablaremos de la importancia de su cargo y de las funciones que acometía. Pero también nos aproximaremos a la imagen que del visir nos ofrecen los textos literarios. Para finalizar con algunos aspectos, que aún hoy resultan polémicos, en torno a dicha figura. Nuestras fuentes han sido especialmente las fuentes directas, que traduciremos y comentaremos conforme avance la exposición. Y nos centraremos muy especialmente en los llamados “textos del visir” que pueden leerse en las tumbas de algunos portadores del cargo de la dinastía XVIII (sin duda nuestra principal fuente de documentación)

1. El título de Visir: tAjty sAb TAty. Orígenes. Traducción. Aunque no hay nada en el término egipcio que pueda relacionarlo con el visir de los otomanos, ya desde el siglo XIX1 es esa la traducción que ha escogido la egiptología para lo que en egipcio se refería2 mediante tres palabras consecutivas:

tAjty sAb TAty. El significado de

cada uno de los elementos que componen este título siguen sin estar del todo claros.

El primero de los elementos, tAjty, se escribe de manera no abreviada como

y es

un adjetivo de relación derivado de un sustantivo. Acerca de qué sustantivo está en la base del término se han propuesto dos hipótesis. Para Strudwick (1985, p. 304) se trataría de

tAyt, que

según el Wörterbuch (V 231, 6) designa la puerta de un templo.3 Spencer (1984, p. 211), después de constatar que tAyt sólo aparece en los textos rara vez y no antes de la dinastía XIX, hace la interesante afirmación de que “dado que otras palabras con el tema tA están conectadas con tejer y con tejidos, el tAy(t) de un templo sería probablemente en su origen algún tipo de cortina o pantalla de cañas tejidas. De hecho, basándose en el determinativo de la palabra, ella interpreta el tAyt de los templos como un muro-pantalla coronado por frisos de ureos. El visir habría sido, entonces “el de la cortina” quizá en referencia a sesiones realizadas en el marco de ese tAyt o cortina-pantalla.4 Pero no puede olvidarse de ningún modo que, como documenta Faulkner en su diccionario (p. 293 19), existe en los Textos de los Sarcófagos la palabra derivaría

tAyt “velo, mortaja” de donde

tAjty “el velado, el amortajado” como epíteto de Osiris.5 Sea lo que sea a

lo que haga referencia el término, parece que la traducción como “el del velo” sería entonces la más exacta. El segundo de los elementos nos resulta mucho más conocido, si bien no por ello resulta más fácil rastrear su etimología. La palabra sAb (zAb en egipcio antiguo) precede a diversos títulos de funcionarios relacionados con la administración de justicia, entre ellos el

1

2 3 4

5

sAb jry-nxn (el

Según Strudwick (1985) p. 300, n.2, el primero en usar el término “visir” para referirse al alto funcionario faraónico habría sido Meyer, en su Geschichte des alten Ägyptens (1887), 62. Al menos durante el Reino Antiguo. Ese mismo significado en Spencer (1984), pp. 211-212. Hay que decir aquí que en el texto conocido como Los deberes del Visir y del que hablaremos después, donde se describe todo el aparato de una sesión del visir, no se hace mención alguna a dicha cortina. Por ejemplo: Libro de los Muertos, 322, 2.

sAb jmy-rA sXAw

guardián de Nején que actuaba como secretario del visir), 6 o el

(supervisor de los escritos)7. Resulta evidente que el visir incluye en su título el rango de sAb por ser la máxima autoridad en materia de justicia. Una buena traducción, por tanto, sería la de “magistrado”. El escribir la palabra con el jeroglífico de un chacal se debe exclusivamente a la homofonía de ambas voces en egipcio.8

El tercero de los elementos que componen la designación egipcia del cargo de visir es

TAty.

No cabe duda de que es esta palabra el núcleo del título pues, especialmente a partir del Reino Medio, se usa por sí sola con el valor de “visir”. Se desconoce igualmente el origen y etimología del término TAty. En los dos manuscritos de la Autobiografía de Sinúhe que han conservado el pasaje 9 aparece ciertamente la palabra

TAt (sustantivo colectivo) que, por el contexto, debe

traducirse como “progenie” (y que a su vez derivaría de

TA “polluelo”10) por lo que el TAty

sería entonces “el de la progenie”, término que habría que interpretar metafóricamente. 11 No obstante, incluso el mismo término TAt en la historia de Sinúhe no es sino un hapax legomenon, de manera que en todo caso la etimología descansaría sobre una base mjuy débil. Sea cual haya sido la etimología de la palabra, ya en el Reino Antiguo se le suele añadir el determinativo del pene en erección:

sin duda por una falsa etimología a partir de

TAy “varón”.12

No sabemos cuándo se creó el cargo de visir. Sethe y Gardiner sugirieron que la palabra

Tt, que

puede leerse junto al segundo del rey en el anverso de la paleta de Narmer, sería una grafía arcaica por T(A)t(y) y, por consiguiente la primera mención de un visir en los textos egipcios, 13 pero W. Helck considera que este personaje es en realidad un precursor del sacerdote sem, a juzgar, entre 6 7 8 9 10 11

12 13

Strudwick (1985) p. 189. Strudwick (1985) p. 185. Wörterbuch III 420, 4. Pap. Berlín 3022 y el óstraco del Museo Ashmolean 1945.40. Vide Koch (1990) p. 68. Wörterbuch V 339 14. Estos términos metafóricos no son raros en las lenguas. En el mismo egipcio tenemos igualmente el término jtj, que suele traducirse como “soberano” y que, en última instancia no sería más que un derivado de jt “padre” (algo así como el “padrecito”, sin que podamos evitar relacionarlo con el tratamiento que los súbditos rusos solían dar a sus zares.) Wörterbuch V 344 12. Cf. también Strudwick (1985) p. 305. Gardiner (1947) 19*

otras cosas, por sus vestiduras.14

Fig. 1. Anverso de la paleta de Narmer15 La primera mención segura del cargo de visir en toda la historia egipcia aparece escrita en las vasijas de piedra encontradas en las galerías bajo la pirámide escalonada del rey Dyeser, de la III dinastía, y podría ser por ello anterior a dicho reinado.16 El cargo pertenecía entonces a un tal mn-kA, del que no sabemos nada más.17 Aunque no hay ninguna otra mención posterior a esta hasta comienzos de la IV dinastía, el relieve sobre la tumba de Saqqara con las figuras de los hombres famosos del pasado18 adjudica dicho título igualmente a Imhotep: 14

15 16 17 18

,

Todos ellos citados en Strudwick (1985) p. 335. Quizá la referencia al sacerdote sem no contradice la identificación del personaje de la paleta con un visir, pues el mismo Rejmiré en su autobiografía (l. 1) se define como “sacerdote sem en la Casa de la Llama (el templo nacional del Bajo Egipto) y gran vidente en la Gran Casa (el templo nacional del Alto Egipto). De I.J.Gelb (1976) Historia de la Escritura, Madrid, Alianza Editorial, fig. 33 Strudwick (1985) p. 335 lo data a finales de la segunda o comienzos de la tercera dinastía. Strudwick (1985) p. 300. Se trata del llamado “Fragmento Daressy”. Puede verse una fotografía del monumento en Simpson, W.K. ed. (1972), foto n. 6. La mención de Imhotep aparece en el registro superior, primera columna de la derecha. La inscripción fue grabada en la dinastía XIX y nombra a los autores ficticios de diversas obras sapienciales. Sabemos que existieron unas Enseñanzas de Imhotep, aunque no ha llegado ningún manuscrito hasta nosotros, porque tal personaje es citado en el conocido papiro Chester Beatty IV junto a Ptahhotep, Hardedef y otros, cuyas obras sí hemos conservado.

lo que indica que, al menos en el Reino Nuevo, Imhotep era recordado como visir. A partir del visir Nefer-maat, durante el reinado de Seneferu, la lista de visires presenta cierta continuidad y podemos dar ya como bien establecido el cargo.

2. Evolución histórica del cargo de visir A pesar de su aparente inmutabilidad, la sociedad egipcia no dejó de evolucionar. Y de esa evolución no escapó, ni mucho menos, la administración. Desde hace décadas, una serie de estudios y trabajos se han venido centrando en dicha evolución social e institucional. Vamos a ver ahora, en resumen, sus hitos más significativos. 2.1. El proceso de descentralización durante el Reino Antiguo. Desde finales de la V dinastía, Egipto, que había seguido el modelo de estado centralizado al máximo, comienza un profundo proceso de descentralización, 19 sin duda para poder manejar y distribuir mejor los recursos. Los primeros pasos se dan en el reinado de Dyedkaré. Hasta ese momento podemos señalar a determinados oficiales que estaban a cargo de la administración de distintas provincias o dominios, a veces muy alejados entre sí. En realidad poco importaba porque estos funcionarios “locales” vivían permanentemente en la Residencia, donde fueron finalmente enterrados, y sólo se acercarían a los nomos que administraban por períodos breves, con motivo de alguna inspección. Pero a partir de fines de la V dinastía tenemos funcionarios residiendo permanentemente en el Sur. Con el traslado de la administración al Sur, los reyes recurren al doble visirato, un visir en el Norte,20 residiendo en la Residencia y otro en el Sur. La sede del gobierno en el Sur no es aún estable y más bien cambia según las necesidades del momento. El primer visir del Sur se establece en Ajmi, donde es enterrado. Ajmim se elige, sin duda, debido a su situación central dentro del Alto Egipto. Aunque la división del visirato es ya un hecho, durante el reinado de Unas no hay ningún funcionario que sea enterrado en las provincias, y el visir del Sur opera desde la misma capital. Pero con el reinado de Teti se vuelve, de manera ya definitiva, a la administración provincial in situ. La sede del visir del Sur pasa primero a a Edfu (en época de Teti), luego a Abidos (con Nebet, la única mujer visir documentada hasta la dinastía XXVI, que habría sido sucedida por Weni y luego por 19

20

Kanawati (1980) ha estudiado detenidamente la cuestión. Lo que sigue es, más bien, un resumen de las cuestiones planteadas en su libro. Kanawati propone dos visires viviendo en la capital (además del visisr del Sur) distribuyéndose entre sí las distintas funciones, al menos para algunos períodos.

Dyau). Con la dinastía VIII la sede del visir del Sur se establece en Coptos, sin duda con la finalidad de controlar mejor esta zona, que empezaba a ser problemática. Dos conclusiones, ambas importantes, se deducen del trabajo de Kanawati: en primer lugar, la hipótesis de que los nomarcas del Sur se hubieran arrogado el título de visir, 21 con independencia de la autoridad del rey, o que dicho título llegara a ser título meramente honorífico queda rechazada por los propios hechos: “Una cuidadosa datación de los portadores del título tAjtj sAb TAtj que están enterrados en las provincias del Alto Egipto revela que estos individuos se sucedieron unos a otros en su posición - nunca hubo dos a la vez. El hecho de que residieran en diferentes provincias era el resultado de un deseo de situar al visir justo donde fuera más útil, dependiendo de la situación económica o política del país entonces.” 22 Por otro lado, que este proceso de descentralización no es, en absoluto, el resultado de una paulatina obtención de privilegios por parte de familias locales frente a un gobierno central débil sino justamente lo contrario: es el resultado del deseo de un gobierno fuerte de mejorar el aprovechamiento de los recursos, aun a costa de enviar a sus mejores funcionarios a provincias alejadas de la corte.23 En consecuencia, el cambio no fue gradual: toda una serie de familias de origen cortesano son destinadas, viven y se entierran en las provincias del Sura partir de un momento dado. La revindicación de raigambre del visir Dyau, al afirmar explícitamente en su tumba que él ha nacido en Abidos no debe entenderse entonces como indicación de que pertenecía a una importante familia local sino justamente de lo contrario: es la señal de que a pesar de proceder de una familia cortesana, él ha nacido ya en la provincia.24 Junto con el visir, se institucionaliza también el cargo de supervisor del Alto Egipto, que sobre todo asumía las funciones de recaudación. El número de estos fue variando según los períodos (uno o dos) y finalmente, bajo Pepi II, será asumido por el propio visir del Sur junto con el de supervisor de todos los trabajos del rey, un paso más en el proceso de descentralización. 2.2. El Primer Período Intermedio Durante el Primer Período Intermedio los reyes de Heracleópolis continúan la política iniciada en el Reino Antiguo. La figura del visir del Sur adquiere toda su importancia pues, como representante del rey, era una forma de controlar la zona en conflicto, una vez que Tebas rompe con la dinastía heracleopolitana. Ahora el visir del Sur asume el cargo de comandante del ejército,25 aunque su sede 21

22 23 24

25

Según Kanawati, enunciada por primera vez por Martin-Pardey, Eva (1976): Untersuchungen zur ägyptischen Provinzialverwaltung bis zum Ende des Alten Reiches, Hildesheim. Igualmente GESTERMANN, L. (1987) pp.147-8. Kanawati (1980) p. 24. Traducción del autor de este trabajo. Kanawati (1980) p. 55. Urk.I 118: 14 - 119: 2. Kanawati (1980) p. 62-3. Dyau era hijo de Jui y de Nebet, padres de las dos esposas de Pepi I. Llegó a visir del Sur como sucesor de Weni el Mayor, que a su vez sustituyó a Nebet tras su muerte. Kanawati (1980) p. 120.

va retrotrayéndose hacia el Norte conforme avanzan los tebanos: primero Deir el Gebrawi, finalmente Ajmim. 2.3. Los visires del Reino Medio Podemos definir el Reino Medio como una época de unidad nacional; comienza con la reunificación de Egipto bajo Nebhepetré Montuhotep II, en la dinastía XI, y alcanza su confuso final durante las postrimerías de la dinastía XIII, cuando el Delta Oriental surge como región cultural y políticamente distinta.26 Tanto la XI como la XII dinastía tuvieron en su programa detener y echar abajo todo el proceso descentralizador iniciado en la dinastía V. El Reino Medio es un período de centralización con un eje en el reinado de Senuseret III. Tradicionalmente se ha considerado que la política de este rey buscaba someter a las familias provincianas pero es posible que no todo sea tan simple.27 La nueva política supone, desde el principio, una nueva estructura del estado: nuevos cargos y funciones señalados por nuevos títulos. El visirato vuelve a ser único 28 y ni siquiera la existencia de una oficina del visir en Tebas puede contradecir un hecho tan claro: no está documentada en ninguna fuente la existencia de dos visires contemporáneos 29 y el hecho de haber un edificio administrativo en el Sur no presupone la existencia de un visir del Sur. La única subsección territorial de la administración nacional es la wart tp-rs (sector de la cabeza del sur) que comprendía en territorio desde la primera catarata hasta Ajmim, y que era administrada desde Tebas, 30 pero obsérvese que no existe ningún supervisor de ninguna de las dos mitades como gobernador del territorio. Cuando la dinastía XIII pierde el control del Delta, la administración de la wart tp-rs no parece haberse visto afectada y se mantienen los mismos títulos y cargos que en el período anterior. Tan sólo con la guerra contra los hicsos iniciada a finales de la dinastía XII observamos cambios importantes en la administración, de manera que será el comienzo del Reino Nuevo el que marque el inicio de un nuevo cambio en la administración de Egipto.

26 27

28

29

30

Quirke (1990) p. 2. Quirke (1990) p. 5: “The developments in the reign of Senusret III have traditionally been regarded by Egyptologists as evidence for a royal policy of centralisation designed to curb provincial power. However, the main argument in this theory, the disppearance of major provincial decorated tombs, is weakened by the late date of the largest, those at Qau, where the strength of royal power in the early 12th dynasty is noted.” Aparte, toda una serie de elementos culturales como cambio en la tipología de los escarabeos, o en la producción cerámica, o en las estelas o en las plegarias sobre estelas no pueden estar motivados por la política. Obsomer (1995) pp. 163 y ss. Gestermann (1987) pp. 147-53. Quirke (1990) 3-4. Hay documentados visires en Tebas desde el reinado de Mentuhotep II (el primero tiene por nombre dAgj) Queda por explicar el caso de los pseudo visires Neheri I, Kay y Amenemhat del nomo de la liebre, si bien la cronología no está todavía bien establecida aquí. Para Obsomer (1995) pp. 200-05, se trataría de falsos visires, que habrían ursupado el título. Recordemos que también sus inscripciones están datadas según los años del nomarca. Quirke (1990) p. 4.

2.4. El visirato durante el Reino Nuevo Como consecuencia de las reformas administrativas llevadas a cabo por Senuseret III había surgido un sistema burocrático fuertemente centralizado de oficinas o departamentos de gobierno centralizados. Todo ello era dirigido y coordinado por el visir ante el que todos eran responsables y con el que todos estaban en continua vinculación. La posición del visir era suprema y el oficio, con el tiempo, acabó volviéndose hereditario, como queda ejemplificado en la famosa familia Anju de la dinastía XIII.31 Al parecer, las condiciones existentes a finales de la dinastía XII continuaron existiendo durante la dinastía XVII. Aunque reducida en tamaño por las circunstancias del momento, la administración parece haber seguido los principios establecidos en el reinado de Senuseret III. Pero sobre este fondo, Ahmose y sus sucesores inmediatos introdujeron cambios e innovaciones tendentes a fortalecer el papel de la monarquía: buscando en unas pocas familias leales hombres para ocupar los cargos relevantes; creando nuevos cargos, como el de gobernador de Buhen, el de virrey de Kush y el de la esposa del dios, todos ellos tendentes a garantizar un control verdadero de la dinastía sobre la administración. Se eliminó el sistema de las warwt o distritos. De nuevo, con la expansión hubo de volverse a un modelo más descentralizado y también el visirato volvió a ser doble, con un visir del Norte y un visir del Sur 32 y cada vez más en competencia con otras cabezas del gobierno, especialmente procedentes del ejército permanente, establecido por primera vez. En definitiva, Ahmose restableció la administración unificada en primer lugar extendiendo hacia el Norte la estructura del estado del Reino Medio que Tebas había conservado durante el Segundo Período Intermedio. Pero por otro lado supo introducir las reformas necesarias para fortalecer la posición de la realeza, apoyándose en una pocas familias leales y abandonando aspectos que habían sido importantes hasta entonces como son la burocratización y la centralización excesivas. En líneas generales, esta organización se mantendrá hasta finales del periodo ramésida.

3. La figura del visir dentro de la administración del estado En el famoso Glosario de Amenemope,33 una lista léxica donde aparecen clasificados con cierto orden un número importante de palabras, el visir aparece mencionado sólo después de los dioses, los espíritus y los distintos miembros de la familia real, aunque en la misma lista aparece repetido 31 32

33

Van den Boorn (1988) p. 346. El límite de ambas jurisdicciones quedaría establecido en Cusae, límite del dominio tebano durante el 2º período intermedio. Vide Lexikon der Ägyptologie III col.920. Gardiner (1947)

dos veces (nº 73 y nº 86). En esta segunda ocasión la figura del visir aparece mencionada (sólo) en TAty jmy-rA

su papel de supervisor de las ciudades de Egipto:

njwwt nw(t) tA-mry y, como tal, figura después de otras personalidades importantes de la administración, como es, sin ir más lejos, el generalísimo del ejército:

jmy-rA mSa

wr. Y es que bajo el mismo título y persona se esconden distintas funciones no todas ellas iguales en importancia. La misma dualidad que muestra el glosario egipcio aparece en el propio título tal y como se escribe de manera regular desde el Reino Medio: )

(en el Reino Nuevo escrito:

jmy-rA njwt TAty “supervisor de la ciudad y visir”, si bien las dos funciones

aparecen en el orden inverso de importancia. En su magnífico estudio sobre las funciones y tareas del visir, 34 G.P.F. van den Boorn resume en tres grandes ámbitos la actuación de los visires (al menos para la dinastía XVIII). Seguiremos a partir de ahora su esquema en nuestra exposición: -el visir como director del pr-nswt -el visir como cabeza de la administración civil -el visir como representante del rey

3.1 El visir como director del pr-nswt Aún en la actualidad sigue habiendo dudas acerca del significado exacto de términos (repetidos hasta la saciedad en los textos, por lo demás) como hacienda);

aH “palacio”;

pr aA “palacio” (lit. gran casa, o gran

pr nswt “hacienda real” o

Xnw “residencia

real” o “capital” y parece claro que el significado de estas palabras pudo variar a través del tiempo.35 La vinculación del visir con alguno de ellos empieza a ser perteptible ya en el Reino Antiguo, donde le vemos como

jmy-rA njwt mr “supervisor de la ciudad de la

pirámide”, ciudad que ejercía de centro administrativo durante la vida del rey. Para van den Boorn 36 34

35

36

Boorn (1988) p. 310 y ss. Las conclusiones de Van den Boorn han sido en parte corregidas y completadas por Lorton (1991) Dicha variación es evidente en el caso de pr-aA que pasó de significar ciertamente un lugar (en el Reino Medio) a designar al mismo rey a finales del Reino Nuevo. Boorn (1988) pp. 310 y ss.

el visir es el responsable del funcionamiento del pr-nswt entendido este como complejo arquitectónico dentro de la Xnw “ciudad residencial” o capital adminisrtrativa del país. Estas ideas fueron criticadas por Lorton (1991) quien ve la vinculación del visir con el palacio sólo referida a la seguridad y que prefiere vincular al visir más bien con la administración de la capital. En cualquier caso, y al menos durante el Reino Nuevo, la figura del visir sufriría aquí la interferencia del Haty-a n niwt rst “alcalde de la ciudad del sur”.

La importancia del visir como administrador de la residencia (siguiendo a Lorton) tendría mucho jmy-rA kAt nbt nt nswt “supervisor de

que ver con el antiguo título de

todos los trabajos del rey”, que llevaban los visires durante el Reino Antiguo, y que ponían al visir en la cabeza de las grandes obras de edificación del monarca. 3.2 El visir como cabeza de la administración civil El visir Rejmiré, que ejerció su cargo durante el reinado de Thutmose III, se presenta en su jmy-rA jmw-rA pr “supervisor de supervisores de la

autobiografía como

hacienda” (es decir: administrador de administradores) y como sSm xA nb n nswt “director de todas las oficinas del rey” 37 lo que implicaría que sobre sus hombros recaía el peso de toda la administración del estado. Es evidente que esto habría que interpretarlo de manera literal al menos durante el Reino Antiguo, si bien a lo largo de la historia de Egipto vemos cómo de la administración surgen nuevas cabezas, especialmente del ejército. En el Reino Antiguo, el peso de los visires dentro de la administración queda reflejado en los jmy-rA Hwwt wrwt 6 “supervisor

distintos títulos que ostentan en sus tumbas:

jmy-rA sX a

de las 6 grandes cortes” (cabeza de la administración de justicia); nswt

“supervisor

de

los

escritos

del

rey”

(cabeza

de

la

burocracia

del

estado);

jmy-rA kAt nbt nt nswt “supervisor de todos los trabajos del rey” (cabeza de las obras públicas, especialmente las relacionadas con el enterramiento del rey); jmy-rA Snwty “supervisor de los dos graneros” (cabeza de la hacienda pública); 37

Gardiner (1925) ll. 1-2.

jmy-rA

prwy HD “supervisor de las dos casas de la plata” o (i.e. del tesoro). Como se ve, el visir era la cabeza de la organización interna del estado (no tenía competencias dentro del ejército). Strudwick ha demostrado que, en cada caso, existía un título equivalente que era llevado por individuos que nunca fueron visires y que siguieron una carrera ascendente dentro de determinado departamento del estado.38 Es decir, mientras que el visir supervisaba, por ejemplo, el funcionamiento de la administración de justicia como jmy-rA Hwwt wrwt 6, el correspondiente jmyrA Hwt wrt “supervisor de la gran corte” (así, en singular), generalmente un funcionario que había hecho carrera dentro de dicho ámbito de la administración de justicia, era quien efectivamente llevaba el peso del día a día. Dentro de los títulos propios del visir, los numerales (las 6 grandes cortes; los 2 graneros; las 2 casas de la plata) harían referencia al carácter global de su mandato sobre todo el país. 3.3 El visir como representante del rey Este último aspecto del cargo del visir es fundamental para entender bien sus funciones. Rejmiré en su autobiografía hace mucho hincapié en este aspecto, a pesar de que en su época existían dos visires, uno en el norte y otro en el sur, y que por lo tanto la importancia y las funciones del cargo estarían entonces repartidas. Dice Rejmiré: ...

waw pw mnx n smnx sw ... sDty nswt Smsw bity jmy-xt Hrw “Soy el único útil para aquel que le hizo útil, el hijo adoptivo del rey del Alto Egipto, el seguidor del rey del Bajo Egipto, el ayudante de Horus” No puede negarse la importancia de dicha función. Del mismo modo que el mismo visir tenía un subordinado que era quien controlaba efectivamente el día a día de cada departamento, así él, a su vez, era sustituto del rey cuando era necesario. Como tal, le vemos por ejemplo dirigiendo expediciones.39 Pero sin duda esta función de representante del rey cobraba toda su importancia en caso de fallecimiento del monarca, pues es a él a quien le correspondería asumir el mando durante la transición entre reinados y traspasar el poder al nuevo rey.

38 39

Strudwick (1985) pp. 176-299. Por ejemplo, la famosa expedición a Wadi Hammamat llevada a cabo para el rey Mentuhotep IV por su visir Amenemhat (¿el futuro Amenemhat I?) si bien es cierto que en las inscripciones Amenemhat aparece actuando como “supervisor de los trabajos del rey”. Vide De Buck (1982) pp. 74-78.

3.4 La administración de justicia: campo exclusivo de la actividad del visir De todas sus funciones, es la administración de justicia la que parece más característica e intrínseca al cargo de visir. Disponemos de una enorme cantidad de textos que nos permiten vislumbrar el funcionamiento de la administración de justicia en el antiguo Egipto. En principio, la administración de justicia entre particulares (la justicia ordinaria) parece haber estado a cargo de tribunales locales, que en los textos aparecen referidos como

onbt. El visir

sólo intervendría desde el comienzo cuando el pleito implicaba a un funcionario en el ejercicio de su función. También es significativo que un determinado delito empezara a tramitarse a nivel local, pero que cuando alcanzaba una determinada gravedad la qenbet local se desentendiera del mismo trasladándolo a la oficina del visir. Poseemos por ejemplo el acta de un juicio llevado a cabo por la qenbet de Deir el Medina, acta copiada íntegramente en el llamado óstraco Nash 1 (BM 65930), donde el tribunal local acaba pasando el asunto al visir, dada la gravedad que va adquiriendo el delito juzgado. Los documentos más significativos los hemos reunido en un apéndice al final del trabajo. No nos ha interesado tanto interpretar cada uno de los casos desde un punto de vista legal, como la comprensión global del procedimiento. Al parecer, al menos desde finales del Reino Medio, la administración de justicia se centraba a nivel local en la oficina del heraldo (

wHmw)

que sería entonces más bien una especie de delegado del visir en las distintas capitales de provincia. Los textos mencionan, cada uno:

xA n wHmw n wart mHtt “oficina del heraldo del distrito norte” (El Kab)

xA n wHmw n Abw “oficina del heraldo de Elefanitina” (Elefantina)

xA n wHmw n njwt rst “oficina del heraldo de la ciudad meridional” (Tebas) No hay que olvidar que en ese momento (dinastía XIII, al menos para el último ejemplo) la capital

(y por tanto la “oficina del visir” estaría localizada en Itchi-tawi. Es significativo que este actuaba como intermediario en ambas direcciones: a él le llegaban las órdenes del visir, que transmitía a los interesados locales. Y también actuaba de intermediario en sentido contrario, comunicando al visir los pleitos surgidos a nivel local. El heraldo es quien se supone que hubiera debido comunicar a Sinúhe que era perseguido por la justicia, tal y como nos relata en su autobiografía literaria:

nj wfA.t(w).j nj psg.tw r Hr.j nj sDm Ts Hwrw nj sDm.tw rn.j m r wHmw “yo no fui implicado, no se me acusó (lit. se me escupió en la cara), no se oyó una frase de reproche, no se oyó mi nombre en la boca del heraldo”40

4. La figura del visir en la sociedad egipcia: una imagen idealizada del visir Un aspecto importante de la figura del visir es la imagen que de él se refleja en la sociedad, no tanto individualmente sino por el carácter del propio cargo en sí. Sobre la dureza del visirato se nos habla ya en los Textos del Visir41 y, a decir verdad, la palabra visir procede del árabe wazîr que significa “el que lleva la carga”:

m.k jr TAty m.k nn bnrj js pw m.k dHr pw mi wdd (l. 3) 'Mira, en cuanto al cargo de visir, mira, no es dulce, mira, es amargo como la hiel' El texto pretende ser parte del discurso del rey a su visir recién nombrado. El visir representa la cabeza de la estructura social inmediatamente por debajo del rey, pero 40 41

Koch (1990) pp. 28-9. Faulkner (1955) p. 18.

mientras este tiene, para su pueblo, un carácter divino, la figura del visir aparece más bien como la de un hombre excelso: imagen de sabiduría y experiencia, que defiende al pueblo de los abusos de los funcionarios corruptos, sacerdote de Maat que es, por supuesto, la diosa de la verdad y de la justicia, y la garantía del adecuado funcionamiento del sistema. Dice de sí Rejmiré en su autobiografía:42

tpy a m jp rxyt Soy el primero en la estimación del pueblo llano No es por ello extraño que las tumbas de ciertos visires muestren efectivamente señales de culto personal y veneración: la del visir Kaguemni, por ejemplo. La veneración a la figura del visir como persona sabia y justa debó influir para escogerlo como autor ficticio de ciertos textos sapienciales: Las enseñanzas de Ptahhotep y las de Kairés (el supuesto autor de la Enseñanza para Kaguemni que, según se nos narra en ellas, llegaría a visir bajo el reinado de Seneferu después de haber hecho suya la sabiduría de las máximas).43 El marco narrativo es simple: el viejo visir (no podemos olvidar que la vejez es símbolo de experiencia y de sabiduría) urge al rey para que le permita nombrar un sucesor al que pueda transmitir todo el conocimiento acumulado tras largos años ejerciendo su cargo. Hay que recordar aquí que el cargo de visir, por lo que sabemos, era vitalicio y que en vida del viejo visir, el joven ayudante tan sólo puede irse ejercitando en el cargo pero no ejercerlo plenamente. Sea como sea, la descripción acaba casi en caricatura: 44 el viejo visir ha llegado a los 110 años de vida, con lo que su hijo rondaría los 90 y, a fin de cuentas, tampoco el contenido constituye una verdadera enseñanza acerca del cargo administrativo del visir45 sino una preparación para una vida de moderación y contención, ideal de vida de la élite egipcia. El honor que el cargo llevaba parejo se trasluce en las palabras de Rejmiré en su autobiografía. Una vez nombrado: 42 43 44

45

Urk.IV, 1071 16. Otra señal de que la obra es ficticia, pues el Kaguemni histórico fue en realidad visir en la VI dinastía. Esta situación caricaturesca es retomada como tal en la autobiografía del visir User, de la dinastía XVIII (uno de los visires que copia los textos del visir en su tumba), donde se representa a su antecesor como efectivamente viejo e incapaz. Pero en este caso son los consejeros de palacio los que señalan al rey la necesidad de sustituir al viejo visir. Vide el texto autobiográfico del visir Useramón en Urk. IV 1380-1384. Como sí es, por el contrario, el texto de los deberes del visir.

pH.n.j sbA n aryt smrw xA.n sA.sn gm.n rf smsw hyt Hr sDsr wAt (ll. 5-6) 'Alcancé la puerta de salida, los cortesanos inclinaron sus espaldas, encontré entonces a los mayores del portal limpiando el camino (para mí)' Por otro lado, en los cuentos y narraciones, la figura del visir aparece más desdibujada, como segundo del rey y su consejero pero normalmente sin que se le distinga del resto de cortesanos. Esto tiene su sentido si se comprende que la forma más clara de destacar la figura del rey es proyectarla sobre un grupo de consejeros anónimos, sin especificar. En la profecía de Neferti, por ejemplo, se hace mención a la qenbet que, cada día, se reúne con el rey para comunicarle que todo está bien en el reino. Y sabemos por los textos del visir que este era parte importante en dichas reuniones de cada día, pero en el cuento se prescinde de este tipo de detalles:

wa m nn (n) hrww xpr ao pw ir:n onbt nt Xnw r pr aA a.w.D. r nD xrt prt pw jr.n.sn nD.(n).sn xrt mi nt-a.sn nt ra nb “Cuando llegó uno de esos días, entró el consejo de la Residencia en el palacio para presentar sus respetos, y salió después de haber presentado sus respetos, según su costumbre de cada día”

5. Los llamados Textos del visir del Reino Nuevo Se conocen como textos del visir un grupo de textos relacionados con el visirato que escribieron en sus tumbas ciertos visires de las dinastías XVIII y XIX, precisamente en un momento en el que el poder efectivo del visir se había visto reducido con la división del visirato con un visir en el Norte y otro en el Sur y la aparición de figuras cuya autoridad podría entrar en colisión con la suya propia, como el

jmy-rA mSa wr 'generalísimo del ejército' y el

HAty-a njwt

rst 'alcalde de la ciudad del Sur (Tebas)', este último al menos en el caso del visir del Sur. Los textos del visir son dos: El nombramiento del visir,46 que reproduce el discurso del rey al visir recién nombrado, y Los deberes del visir,47 que partiendo de una detallada descripción de cómo deben realizarse las sesiones del visir (es decir, el protocolo que deben seguir) pasa a enumerar los distintos aspectos de sus tareas administrativas. A estos pueden añadirse determinados textos autobiográficos, especialmente los del visir User48 y Rejmiré,49 que se centran de manera específica en cómo llegaron ambos al visirato: el consejo de los consejeros al rey para que nombre ayudante del viejo visir a User, en su caso, y los acontecimientos del día del nombramiento, en el caso de Rejmiré. Se han encontrado copias del texto de los deberes en cuatro tumbas de visires en Tebas, a saber TT no. 131 (User), TT nº 100 (Rejmiré), TT nº 29 (Amenemopet), que datan de la dinastía XVIII y TT nº 106 (Paser) de la XIX. Evidentemente, el texto era muy apreciado por estos visires del Sur. 50 En cuanto al texto del nombramiento del visir, se han encontrado tres copias en tumbas tebanas de visires, a saber TT nº 131 (User), TT nº 100 (Rejmiré) y TT nº 66 (Hapu), esta última del reinado de Thutmose IV. Para Van den Boorn (1988), tras un minucioso examen de sus características textuales, filológicas e históricas, ambos textos habrían sido compuestos en la época de Ahmose, a comienzo mismo del Reino Nuevo, y constitutirían algo así como el programa que para el visirato traía la dinastía tras la reunificación del Reino.51 Aunque conservados como textos sepulcrales, ninguno de los dos textos lo es en esencia, sino que hemos de considerarlos como el reflejo literario de un discurso 46 47 48 49 50 51

Urk IV 1086-1093. Revisión del texto y traducción en Faulkner (1955) Urk IV 1103-1117. Revisión del texto, traducción y comentarios en Van den Boorn (1988) Urk IV 1380-1384. Urk IV 1071-1085. Revisión del texto y traducción en Gardiner (1925) Boorn (1988) p. 365. Boorn (1988) p. 351-63.

efectivamente pronunciado y como parte de un programa político efectivamente comunicado a cada uno de los visires el día de su nombramiento. Y por lo menos ciertos visires valoraron tan positivamente los textos que los hicieron inscribir en su tumba.

6. Evolución de la figura del visir a lo largo de la historia Si reflexionamos sobre los cambios que pueden apreciarse a lo largo de la historia de Egipto en la figura del visir, tal y como la hemos descrito en las páginas anteriores, puede observarse que esta va sufriendo las transformaciones que sufre todo el resto de la administración egipcia, sin que en ningún momento se cuestionara la propia validez del cargo. De visir único a momentos en los que (aparentemente al menos) hay hasta tres visires simultáneos, repartiéndose las distintas tareas y áreas administrativas. De nuevo visirato único, que tras la reforma de Sesostris III acumula más poder que nunca, para finalmente volverse a dividir, compartiendo cada vez más sus obligaciones. Los visires del Reino Antiguo gustaban de añadir largas series de títulos al propio y ya complejo de por sí. Especialmente en el período de división administrativa, era importante que cada uno señalara sus propias áreas de actuación. Algunos eran jmy-rA kAt nbt nt nswt, otros eran jmy-rA Smaw mientras que otros reunían todas estas funciones en su persona. Las series de títulos se han demostrado útiles e interesantes a la hora de estudiar diversos aspectos de la administración durante el Reino Antiguo.52 Por contra, los visires del Reino Medio y Nuevo suelen reducir sus títulos a los de jmy-rA niwt (supervisor de la ciudad-capital) y TAty (visir propiamente dicho), que completan con toda una serie de titulaciones más de carácter simbólico que real (por ejemplo, Rejmiré menciona en su autobiografía: supervisor de supervisores, sacerdote sem en la Casa de la Llama, gran vidente en la Casa Grande (l. 1). Esto puede entenderse pues, como hemos dicho, durante el Reino Medio y muy especialmente en su segunda mitad, el visir tenía a su cargo toda la supervisión de la administración, con lo que no hacía falta especificar una a una sus funciones. Surge aquí el tema del inmenso poder acumulado en manos del visir durante el segundo período intermedio mientras que la realeza se volvía cada vez más débil. Se ha llegado a afirmar que durante la dinastía XIII quien verdaderamente gobernó Egipto fueron los visires, mientras una serie de 52

Vide especialmente Strudwick (1985) y Kanawati (1980)

efímeros y débiles monarcas se iban sucediendo unos a otros.53 Contra este punto de vista bastante simplista se levanta Quirke (1990) 214-6: “El 'estado' asume la forma externa de una monarquía. El sistema gira en torno a la figura de la monarquía, cristalizada en la persona del rey reinante. El tema del dominio real produce un efecto visible sobre la composición de los textos, tanto del rey como de sus oficiales. Las fuentes del Reino Medio tardío no revelan ninguna desviación de los patrones y modelos característicos de la monarquía del antiguo Egipto... En el presente, yo trataría la teoría del visir como gobernante con la máxima precaución, en ausencia de pruebas documentales seguras o estudios prosopográficos del visir en su contexto junto con el rey y otras figuras de la corte coetáneas.”54

Conclusiones Lejos de dar por terminado nuestro trabajo, creemos que este nos ha abierto importantes y muy interesantes líneas de investigación. El estudio de los títulos, especialmente para el Reino Antiguo, de la administración egipcia en general, la recopilación de todas las fuentes documentales en los que aparezca la figura del visir. El estudio prosopográfico, de determinados personajes de la antigüedad, de su vida y de sus familias. El estudio, desde la crítica literaria, de los textos literarios en los que aparece, se cita o se presiente la figura del visir. Todo esto no es sino la puerta que nos lleva a profundizar en una de las figuras más interesantes de la administración egipcia y que sufrió de forma característica la inevitable evolución de una sociedad siempre cambiante, en busca de un difícil equilibrio.

53 54

Así por ejemplo Hayes (1972) 144-8. Traducción del autor del presente trabajo.

documentos anexos

DOCUMENTO 1: Estela Cairo 52453 también conocida como “Estela Jurídica de Karnak” = Miosi (1981), pp. 20-29. Contenido: Se trata de la copia en piedra de un documento de litigio por un contrato no cumplido. Las partes aportan distintos documentos que se copian y registran. El origen del litigio está en un jmt-pr fechado el primer año de reinado, 4 mes de la estación de la inundación, último día del mes, bajo el reinado de Mentuhotep VII (swAD-n-ra) de la dinastía XVII.

Por el documento, el

“comandante del ejército del gobernante”55 Kebsi, cede el

cargo de alcalde de Nejeb,56 que le correspondía por herencia, al hijo del rey y portador del sello del Bajo Egipto Sobeknajt, a cambio de 60 deben de oro57 en oro, cobre, grano y tejidos. El cargo se cede a perpetuidad o, como dice el texto: “de hijo a hijo, de heredero en heredero” y se especifica repetidamente que nadie, ni siquiera miembro alguno de la familia de Kebsi, podrá nunca volver a reclamarlo como propio. Junto con el cargo se cede “su correspondiente renta o “raciones”, su cerveza, su servicio sacerdotal, sus provisiones, sus servicios funerarios, su contingente de trabajadores y su hacienda.” Pero por lo que se cuenta en el texto, y aunque Sobeknajt pagó el precio convenido, Kebsi mantuvo el cargo en sus manos. Al tratarse de un litigio con respecto a un cargo público, el visir aparece como figura implicada en el proceso y su oficina es el registro a donde se dirige toda la documentación, desde la “oficina del heraldo” que actuaría en la jurisdicción provincial:

55 56 57

Así Quirke (1990), p. 85 citando a Berlev y remarcando el carácter militar del título. El cargo de HAty-a de una ciudad es el de alcalde, y no “nomarca”, como se ha afirmado a veces. Los 60 deben de oro son el valor de trueque. Por eso se especifica que dicha cantidad se pagará con productos de distinta clase.

gm.n.tw jn snn m xA n wHm n wart mHtt m xA n TAty “Se ha encontrado que ha sido llevada copia de la oficina del heraldo del distrito norte a la oficina del visir.” (l. 15) Para dar valor a lo reflejado en el documento copia del cual es la estela, se da fe de quién debe actuar, en la línea 27 (al final del texto y antes del juramento de las partes):

jn xA n TAty ir.f r.s m ntt r hp “Es la oficina del visir quien actuará sobre ello tal y como está en la ley”58

DOCUMENTO 2: Pergamino P Berlin 10470 = Helck (1983) nº 69 Contenido: Se trata de un documento del segundo período intermedio, aunque es difícil determinar la fecha con mayor precisión. Es el registro de un acuerdo entre la administración y un grupo de personas de Elefantina sobre un trabajo temporal que será desarrollado por la sirviente Senbet. 59 Aunque propiamente no se trata de un documento de cesión, al tratarse de un acto jurídico en el que está implicada la administración, es necesaria la intervención del visir. El documento es, en sí, una copia realizada sobre pergamino, material escriptorio raro en Egipto:

mjty n snn jny m xA n wHmw n Abw HoA-jb “Copia (privada)60 de la copia (oficial) traída a la oficina del heraldo de Elefantina Heqa-ib” Como en el caso anterior, el documento que nos ocupa es en sí un conjunto de documentos copiados que muestran el procedimiento seguido. Los particulares se dirigen al heraldo de Elefantina, que tendría aquí el mismo papel de delegado provincial de la administración como lo tenía el heraldo 58

59 60

Las menciones a hpw “leyes” en los documentos que hemos estudiado es constante, si bien no sabemos a ciencia cierta a qué se refieren, pues no ha aparecido aún nada parecido a un código. Así finalmente Quirke (1990) pp. 203-7. mjty “facsímil” aparece referido a una copia de un documento para uso personal, como la estela jurídica o este mismo. Mientras que cuando de una oficina administrativa a otra se enviaban documentos copiados, se refería a estas copias con el nombre de snn.

del distrito del norte en la localidad de El Kab. 61 Este pasa la documentación a la oficina del visir quien responde al heraldo dándole instrucciones:

...

mjty n Xnt jnyt m xA n TAty jmy-rA njwt TAty jmy-rA Hwwt wrwt 6 jmn-m-HAt wD n wHmw n Abw HoA-jb Dd.f “copia del pergamino traído desde la oficina del visir: es el supervisor de la ciudad y visir, el supervisor de las 6 grandes cortes Amenemhat quien ordena al heraldo de Elefantina Heqaib, diciendo: ...” El heraldo de Elefantina sigue al pie de la letra las instrucciones del visir y envía a este el resultado de las instrucciones:

jw.j Hr sDm nA hAb.n.k Hr s m xA n TAty “Estoy obedeciendo aquello sobre lo que me has enviado un mensaje de la oficina del visir...” Es significativo que más tarde todos los documentos se copiaran en uno solo, con lo que tendríamos el procedimiento completo de no ser por su mal estado de conservación. La copia, descrita como mjty, lleva el término con el que los textos mencionan copias privadas de los documentos.

DOCUMENTO 3 Decreto real del Papiro Brooklyn 35.1446 = Helck (1983) nº 16 Contenido: Este interesante documento, también del segundo período intermedio, 62 viene indicado como mjty n wD nswt jnyt r 61 62

Vide documento nº 1. Helck lo data, citando a von Beckerath en el reinado de Jendyer, pues sabemos que Anju, el visir citado en el texto, ejerció el visirato bajo dicho rey. Pero igualmente podría ser anterior o posterior en algunos años. Quirke (1990) p. 141 prefiere datar el texto en el reinado de Sobekhotep II.

xA n wHmw n niwt rst “copia del decreto del rey traído a la oficina del heraldo de la ciudad del sur” El término “decreto del rey” merece cierto comentario pues el término usado en egipcio wD “orden, decreto (del rey)” tiene unas connotaciones que no corresponden siempre exactamente a lo que nosotros entenderíamos como tal. En realidad, todos los documentos firmados por el rey son, por ese mismo motivo, “decretos reales” aunque algunos sean en realidad cartas enviadas a personas queridas. Por ejemplo, la carta que el rey Senuseret I envía a su siervo Sinúhe 63 lleva igualmente el encabezamiento de “decreto real” aunque ni el tono ni el contenido tengan nada que ver con la legalidad o con una orden stricto sensu. La oficina que en este caso hace de intermediaria es la del heraldo de la ciudad del sur (Tebas), teniendo en cuenta que, en esa época, la corte estaba aún en Itchi-tawi. El documento está motivado por la denuncia ante el rey de un oficial del palacio hacia otro individuo. El mal estado del papiro impide tener claros los hechos, pero lo que resulta significativo es cómo el mismo rey envía la denuncia a la oficina del heraldo correspondiente (en este caso la de la ciudad del sur) para que se inicie el procedimiento rutinario:

wD nswt n jmy-rA niwt TAty jmy-rA Hwwt wrwt 6 anxw “Decreto rel al supervisor de la ciudad y visir, supervisor de las 6 grandes cortes Anju: 'Mira, se te ha traído esta orden del rey para informarte de que el mayor del portal Ibia el hijo de remenyanj ha apelado diciendo: ...”

63

Koch (1990) p. 59.

bibliografía

BLUMENTHAL, E. (1987): “Ptahhotep und der 'Stab des Alters',” en Form und Mass, Beiträge zur Literatur, Sprache und Kunst des alten Ägypten, Festschrift Gerhard Fecht, pp. 84-97. Wiesbaden: Otto Harrassowitz. BOORN, G,P.F.

VAN DEN

(1988): The Duties of the Vizier. Civil Administration in the Early New

Kingdom, Londres & Nueva York: Kegan Paul International. BURKARD, G (1988): “Ptahhotep und das Alter,” ZÄS 115, pp. 19-30. DE BUCK, A. (1984): Egyptian Readingbook. Exercises and Middle Egyptian Texts, Chicago: Ares Publishers. FAULKNER, R.O. (1955): “The Installation of the Vizier”, JEA 41, pp. 18-29. GARDINER, A.H. (1925): “The Autobiography of Rekhmire,” ZÄS 60, 62-76. GARDINER, A.H. (1947): Ancient Egyptian Onomastica, Londres: Oxford University Press GESTERMANN, L. (1987): Kontinuität und Wandel in Politik und Verwaltung des frühen mittleren Reiches in Ägypten, Wiesbaden: Otto Harrassowitz. HAYES, W.G. (1972): A Papyrus of the Late Middle Kingdom in the Brooklyn Museum [Papyrus Brooklyn 35.1446], Brooklyn: The Brooklyn Museum. HELCK, W. (1983): Historisch-biographische Texte der 2. Zwischenzeit und neue Texte der 18. Dynastie, Kleine Ägyptische Texte, Wiesbaden: Otto Harrassowitz. KANAWATI, N. (1980): Governmental Reforms in Old Kingdom Egypt, Warminster: Aris & Philips Ltd.

KOCH, R. (1990): Die Erzählung des Sinuhe, Bibliotheca Aegyptiaca XVII, Bruselas: Éditions de la Fondation Reine Elisabeth. LORTON, D. (1991): “What was the pr-nsw and who managed it?. Aspects of Royal Administration in 'The Duties of the Vizier'” SAK 18, pp. 291-316. MIOSI, F.T. (1981): A Reading Book of Second Intermediate Period Texts, Toronto: Benben Publications. OBSOMER, C. (1995): Sésostris Ier. Étude Chronologique et Historique du Règne. Bruselas: Connaisance de l'Égypte Ancienne. QUIRKE, S. (1990): The Administration of Egypt in the Late Middle Kingdom, Whitstable: Sia Publishing. SETHE, K. (1927-1930): Historisch-biographische Urkunden der 18. Dynastie (Urkunden IV), Berlín: J.C.Hinrichs. SIMPSON, W.K. (1973): The Literature of Ancient Egypt, New Haven y Londres: Yale University Press. SPENCER, P. (1984): The Egyptian Temple, Londres, Boston, Melbourne y Henley: Kegan Paul International. STRUDWICK, N. (1985): The Administration of Egypt in the Old Kingdom, Londres, Boston, henley y Melbourne: Kegan Paul International. WENTE, E. (1990): Letters from Ancient Egypt, Atlanta: Scholars Press.

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF