Los Valores Desde La Familia

1. LOS VALORES ¿Qué son los valores? Los valores son las cualidades y características que hacen bueno y digno al ser humano. Los valores son las cualidades y actitudes dignas de ser apreciadas, son lo deseable y lo que se identifica con lo bueno o positivo y se orienta al buen ser y al buen hacer de la persona. Este concepto de los valores está muy relacionado con el concepto de las virtudes, y…

¿Qué serán las virtudes?... las virtudes son hábitos operativos buenos. Se dicen HÁBITOS porque son costumbres, rutinas frecuentes y habituales, significa que están presentes y se dan de manera espontánea. Son parte de nuestro actuar. son OPERATIVOS, porque las llevamos a cabo, las realizamos, las concretizamos en nuestras acciones prácticas y son BUENOS porque nos conducen a hacer el bien, al desarrollo personal, familiar y social, nos perfeccionan; quiere decir que nos hacen virtuosos. Por lo tanto, los valores y las virtudes están orientados a lo bueno, ambas sirven para la perfección del ser humano, porque ambas se sustentan en la voluntad de Dios… ¿Y Cuál es la voluntad de Dios…? La voluntad de Dios está en el mandamiento más importante: Escuchemos el evangelio de: Mateo 22, 36 – 40 “Maestro ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?” Jesús le dijo: “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu mente. Este es el gran mandamiento el primero. Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la ley y los profetas se fundamentan en estos dos mandamientos” Como nos dice el evangelio el elemento principal de la voluntad de Dios es el amor, porque Dios es amor y en el amor se fundamentan todas las actitudes, acciones, y experiencias positivas, y virtuosas, que hacen del ser humano verdadera imagen y semejanza de DIOS SU CREADOR. Por lo tanto practicar los valores, equivale a realizar la voluntad de Dios, teniendo como modelo de obediencia a Cristo.

2.-LA FAMILIA CRISTIANA Siempre se ha dicho que los valores se forman desde el seno de la familia, debido a que la familia es en sí misma un gran valor gracias a la bendición que recibe de Dios quien la ha instituido y al mismo tiempo es la fuente de muchos otros valores, ya que la familia permite que, en la conciencia y en la vida de sus miembros, nazcan la mayoría de valores por la convivencia diaria y concreta entre sus integrantes. Sin embargo, hoy en día, debido a que muchos factores influyen negativamente, no todas las familias cumplen realmente con ser formadoras de valores, y por el contrario se han vuelto formadoras de anti valores, esto se refleja en familias divididas, en padres irresponsables, en hijos abandonados expuestos a la delincuencia, drogas, prostitución, etc, Y la causa de todo esto es que: estas familias han hecho de lado la presencia de Dios, ignoran presencia de alguien que entregó su vida para que vivamos mejor y sobre todo libres de pecado. ¿Quien hizo la voluntad de Dios al punto de entregar su vida por el mundo…?

Cristo… precisamente El es el modelo de obediencia a la voluntad de Dios, El señor nos dice en el evangelio de Mateo 7, 24 Si uno escucha mis palabras y las pone en práctica, dirán de él: Aquí tienen al hombre sabio que edificó su casa sobre la roca. Entonces si nosotros los padres como hijos de Dios y como seguidores de Cristo, obedecemos la voluntad de Dios, estaremos formando una familia cristiana, es decir una familia en valores. Esto nos compromete a nosotros los padres como imagen y semejanza de Dios e hijos de Dios por el bautismo, a proyectar la imagen de Dios a nuestros hijos a través de nuestra propia vida, enseñándoles a partir de nuestro testimonio de vida, conduciéndolos a un desarrollo no solo de conocimientos, no solo en lo físico o fisiológico, no solo en lo material, no solo en lo económico, sino sobre todo un desarrollo en el amor, obedientes a la voluntad de Dios padre, así como en su hijo CRISTO nuestro señor y salvador. Esto significa realmente edificar nuestra casa sobre la roca, edificar nuestra familia sobre la roca que es el amor de Dios. En Mateo 7, 21, Cristo nos advierte: No bastará con decirme ¡Señor! ¡Señor!, para entrar en el reino de los cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi padre del cielo.

Por lo tanto los padres somos los primeros llamados a conocer, a creer y amar a Dios, pero no solo con palabras sino con hechos y por eso Dios nos ha dado una familia, para que desde nuestra familia practiquemos el valor primordial que es la obediencia a Dios:  En la medida que nos amamos como esposos, obedecemos a Dios y formamos en valores a nuestros hijos.  En la medida que amamos a nuestros hijos y nos esforzamos por mantener la armonía, la comunicación, el respeto, la ayuda en nuestra familia, obedecemos a Dios e inculcamos valores a nuestros hijos.  En la medida que orientamos a nuestros hijos en la práctica de valores con nuestro testimonio de vida. Estamos siendo obedientes a Dios. Y nuestros hijos fortalecen sus valores en base a nuestro ejemplo de vida. Podemos afirmar que una familia formadora de valores, es aquella en la cual los padres son los primeros en practicar los valores que se predican a los hijos, donde los padres son los primeros en creer en Dios y seguir a Cristo.

3.-¿PORQUE ES NECESARIO FORMAR FAMILIAS CRISTIANAS? Gálatas 5, 19 – 23. Es fácil reconocer lo que viene de la carne: El Libertinaje sexual, impurezas y desvergüenzas; culto a los ídolos y magia; odios, ira y violencias, celos, furores, ambiciones, divisiones, sectarismo y envidias; borracheras, orgías y cosas semejantes……En cambio, el fruto del espíritu es caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo. Estas son cosas que no condena ninguna ley. El texto de gálatas es muy claro, todo lo que viene de la carne está expuesta a ser presa fácil del enemigo y por consiguiente de caer en la práctica de acciones negativas, que no perfeccionan a la persona sino que por el contrario la denigran hasta el punto de su perdición, Eso mismo hace el enemigo con las familias, por que al no ser familias cristianas, no están fortalecidas en el amor de Dios, y son como la casa edificada sobre la arena, la cual es fácil de arrasar hasta dejarla solo en escombros. Por estas razones es que se hace necesario que nuestras familias sean familias cristianas que amen a Dios y sean seguidoras de Cristo, y que nuestras familias trabajen no solo por su propio fortalecimiento en valores, sino también por fortalecer en valores a otras familias.

Cuando como familia cristiana, buscamos el desarrollo cristiano de otras familias que no conocen a Cristo. Estamos cumpliendo con la misión que Cristo nos encargó: Mateo 28, 19 – 20. “Vayan pues y hagan que todos sean mis discípulos…..y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he enseñado a ustedes….”.

Que nos amemos todos como el nos amó

CONCLUSIONES:  Los valores y las virtudes están orientados a lo bueno, ambas sirven para la perfección del ser humano, porque ambas se sustentan en la voluntad de Dios…  La voluntad de Dios es el amor, porque Dios es amor y en el amor se fundamentan todas las actitudes, acciones, y experiencias positivas, y virtuosas  Una familia formadora de valores, es aquella en la cual los padres son los primeros en practicar los valores que se predican a los hijos, donde los padres son los primeros en creer, obedecer a Dios y seguir a Cristo.  Es necesario que nuestras familias sean familias cristianas que amen a Dios y sean seguidoras de Cristo.  Nuestras familias tienen que trabajar no solo por su propio fortalecimiento en valores, sino también por fortalecer en valores a otras familias.

Corintios 6, Marcos .3, 34 – 35. Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: “estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de Dios es hermano mío, y hermana y madre”