Los Sintomas Contemporaneos y El Psicoanalisis

LOS SINTOMAS CONTEMPORANEOS Y EL PSICOANALISIS. Sigmund Freud en “El malestar en la cultura” aborda los aspectos trágicos de la vida y los diferentes recursos que el ser humano pone en acción para alcanzar la felicidad, que es imposible de lograr totalmente, porque la misma naturaleza del hombre conlleva, junto con las pulsiones de vida, el efecto socavarte de la pulsión de muerte. La cultura exige constantemente mayores sacrificios y por lo tanto, genera una insatisfacción, un malestar, sufrimientos objetivos derivados de la imposibilidad del psiquismo para manejar esas tenciones impuestas por la sociedad. En los síntomas contemporáneos se renueva su modo presentación, porque responden al ambiente social que cambia. Jacques Lacan decía que un psicoanalista debe de estar a la altura de poder responder al malestar en la cultura de su época. Su política, su deseo de ocupar o de cubrir una función es una respuesta al malestar de la época en que le toca vivir. Según Freud, “es preciso que el sujeto atraviese en un complicado proceso, la renuncia pulsional que ha de trasformar al infante en sujeto de la cultura” El sufrimiento del ser humano implica un punto de insoportable pero también un punto de indecible. El sufrimiento es pérdida de sentido, perdida de cierta pacificación operada hasta el momento. La premisa “No se prive, la plenitud es posible”, parece que se trata de una política del “todo vale”, de una incitación al “goce todo es posible”. La política del goce apunta a suturar toda posibilidad de apertura a la reflexión y a los interrogantes que un sujeto pueda formularse acerca de su padecer. La cultura espera prevenir los excesos, la ley no alcanza a las exteriorizaciones más cautelosas y refinadas de la agresión humana. Para el psicoanálisis, no existe una concepción universal de los dominados síntomas contemporáneos. En la clínica psicoanalítica de nuestra época se trata de sostener la singularidad del sujeto, frente a los afectos del discurso

de la ciencia y la tecnología utilizada por esta, que apuntan a dar cuenta, de manera universal, del funcionamiento de la actividad mental a partir del sistema nervioso, se trata de rescatar los detalles particulares del caso, ya que son éstos los que orientan no solo el diagnostico, sino también la construcción clínica y la dirección de la cura. Lo que la experiencia analítica demuestra es que los lapsus no resultan de una disminución cuantitativa de la atención, sino de su perturbación por un pensamiento ajeno que la atrae. La atención no es por sí misma un fenómeno cuantitativo, sino que es una perturbación de la atención por otras exigencias de satisfacción. En el contexto de la sesión analítica, cada palabra entrañe múltiples significaciones; que el análisis tenga como disciplina saber que no sabe lo que el paciente dice, que tiene que aprender su lengua el uso único que este hace de ella.