Los Signos de Puntuación, Vicios Del Lenguaje y vicios gramaticales.

November 29, 2018 | Author: Nathaly Madero | Category: Punctuation, Comma, Quotation Mark, Symbols, Human Communication
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Los signos de puntuación son herramientas específicamente creadas para ayudar a los lectores a comprender el significado...

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Los signos de puntuación

Los signos de puntuación son herramientas específicamente creadas para ayudar a los lectores a comprender el significado de los textos. En los inicios de la escritura alfabética los textos eran muy diferentes de los actuales; estaban compuestos por letras que formaban una aglomeración consecutiva y compacta, en la cual no había ninguna puntuación. Esto hacía tan difícil su lectura que era indispensable leerlos en voz alta, para ir demarcando con el tono de la voz las palabras y las frases. En un texto, es fundamental transmitir una idea con claridad. Para ello, debemos utilizar los signos de puntuación, que nos ayudarán a organizar las oraciones, párrafos, y el texto en general, además de, por ejemplo, descartar ambigüedades. Nos indican pausas, jerarquías y énfasis”. Julián (2007) Los signos de puntuación es un elemento esencial y brinda sentido a la comunicación escrita: las pausas, entonación y otros factores de la comunicación verbal se expresan los signos de puntuación Muy a menudo, cuando nos olvidamos de lo importante que es y descuidamos nuestra escritura, es critura, la primera prim era en salir perjudicada per judicada es la puntuación. ¡Qué complicado es entender un texto mal puntuado, y qué trabajoso leerlo!  Amén de las indicaciones de la Real Academia Española al respecto, respecto, es muy mu y útil el libro de José Antonio Millán, Perdón, imposible. Guía para una puntuación más rica y consciente (RBA Libros, 2005). En el prólogo al práctico manual, Millán recuerda una anécdota que ha proliferado en los ambientes escolares de boca en boca con el fin de demostrar lo importante que es puntuar bien. Merece la pena reproducirla.  Atribuida a Carlos V, aunque a veces figura referida a otros reyes, la anécdota anécdota cuenta que al emperador se le dio para ser firmada una sentencia que decía lo siguiente: Perdón imposible, que cumpla su condena.

Sin embargo, al monarca le pudo su bondad y antes de devolver la sentencia firmada, cambió la coma de lugar, dejando la frase así: Perdón, imposible que cumpla su condena. Una coma —o ni siquiera: ¡la posición de una coma! —  salvó a un hombre nada más y nada menos que de la muerte . Millán recoge atinadamente la historieta, que figura en el prólogo de su libro, para recordarnos lo fundamental que es puntuar bien.

Coma Del griego comma, „trozo, corte‟: la coma es la paus a más breve que podemos marcar en un enunciado. Hay muchas ocasiones en que, sin embargo, no debemos usarla. Por lo general (aunque hay excepciones) no debemos poner una coma antes de la conjunción y . Desde luego, cuando ésta liga el último término de una enumeración, la coma sobra: Trajo muchísimas cosas a la fiesta: vino, patatas, galletas, pistachos, y postre.

 Además, tampoco debemos incurrir en un error frecuentísimo: el de instalar una coma entre el sujeto y el verbo de una oración . Es habitual verlo escrito, pero es incorrecto y revela una puntuación deficiente. Todos los hombres, merecen un trato social no discriminatorio.

Hay quien ha reivindicado su uso cuando el sujeto de la oración es muy largo y el cuerpo nos pide una pausa, pero no debemos olvidar que la puntuación escrita no es una transcripción literal de las pausas que hacemos al hablar. Como escribió María Moliner, “ni todas las pausas con que se modula el lenguaje hablado se transcriben en el escrito, ni todas las pausa s que se representan con comas (…) se hacen siempre en el lenguaje hablado”. Punto y coma El punto y coma es el gran olvidado de la puntuación, pues su empleo es muy preciso y a veces resulta complicado saber cuándo debe usarse exactamente. Sin embargo, tampoco hay que forzar: a veces intentamos escribir un punto y coma, precisamente por su originalidad o porque nos parece signo de una escritura elevada, y el resultado no es sino un fracaso estrepitoso.

Un buen ejemplo para ilustrar su uso nos lo ofrece la siguiente frase de Baroja: Tengo que hablar de mí mismo; en unas memorias es inevitable. Una coma habría sido demasiado leve, pero la estrecha relación entre las dos oraciones también dificulta el uso del punto. Dos puntos

Los dos puntos sirven de entrada a las enumeraciones, a las explicaciones y a las ampliaciones. Así la utiliza Cortázar: Nuestro reino era así: una gran curva de las vías acababa su comba justo frente a los fondos de nuestra casa.

 Además, las citas literales se anteceden también con dos puntos . Tras ciertas expresiones que recapitulan o introducen un nuevo tema ( por cierto, ahora bien…) podemos, asimismo, usarlos. En el encabezamiento de cartas o correos electrónicos nuestra tradición utiliza el uso de los dos puntos aunque, por influencia del inglés, cada vez es más frecuente hallar en ese lugar una coma. Podemos ilustrar la diferencia entre el punto y coma y los dos puntos (cuya pausa es más o menos equivalente en cuanto a la duración) con una corrección que realizó Borges sobre una frase de su texto «El Aleph», y que Millán reseña muy atinadamente. La oración inicial decía así: — [ …]  Es mío, es mío; yo lo descubrí en la niñez, antes de la edad escolar.  A partir de 1974: — [ …]  Es mío, es mío: yo lo descubrí en la niñez, antes de la edad escolar. Como se dice en Perdón, imposible: “El matiz es importante: en la primera versión la propiedad y la historia del descubrimiento son hechos independientes, aunque relacionados. En la segunda hay un enlace causal entre ambos: el Aleph pertenece al personaje  porque se lo encontró hace mucho”. Es incorrecto, finalmente, el empleo de los dos puntos entre una preposición y los sustantivos que la siguen, como en el siguiente ejemplo:  Acudieron a la presentación actores de: la industria del cine, el mundo del teatro y la televisión.

Puntos suspensivos Su utilización apenas ofrece dudas, pero sí es importante recordar una cosa: los puntos suspensivos son tres y sólo tres. Utilizar más (salvo que vayan acompañados del punto de una abreviatura) es incorrecto y revela una escasa cultura. Punto En un principio el punto se utilizó para separar las palabras, pero los gramáticos de los siglos IV a VIII empezaron a emplearlo para señalar las pausas. Es curioso que la altura a la que se escribía el punto era variable: cuanto más alto se marcaba el punto, más larga sería la pausa .  Tal vez sea uno de los signos de puntuación que menos dudas suscita, aunque nunca están de más algunas apreciaciones.

 Al final de los títulos o después de los signos de cierre de admiración y exclamación no debemos poner punto alguno. En el caso de las comillas de cierre,

el punto sí debe incluirse, siguiéndolas a ellas; lo mismo sucede con los paréntesis o las rayas. Lo más frecuente en la actualidad es que las siglas no lleven punto (escribimos IVA y no I.V.A). Como se indica en el Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE, se escribe punto detrás de las abreviaturas, “salvo en el caso de aquellas en las que el punto se sustituye por una barra”, como es el caso de calle, cuya abreviatura es c/ . Cuando una abreviatura coincide con el final de una oración, su punto se fusiona con el de ésta . No obstante, “los otros signos de puntuación (…) sí deben escribirse tras el punto de la abreviatura; por lo tanto, si tras una abreviatura hay puntos suspensivos, se escriben cuatro puntos”. Las abreviaciones de las unidades de medida (m, km, l) y los nombres de los libros de la Biblia (Gn, Ex) no son abreviaturas, sino símbolos, por lo que debemos escribirlas sin punto. Los Vicios del Lenguaje

Los vicios del lenguaje son usos o formas incorrectas de hablar o escribir. A continuación mostramos una lista detallada de dichos vicios del lenguaje: Anfibología: Consiste en el doble sentido, vicio de la palabra, manera de hablar en la que se puede dar más de una interpretación. Oscuridad en la expresión. Ejemplos: Calcetines para caballeros de lana - Calcetines de lana para caballeros (correcto) Medias para señoras de cristal - Medias de cristal para señoras (correcto)

Ventilador de bolsillo eléctrico - Ventilador eléctrico de bolsillo (correcto) Arcaísmo: Consiste en una frase o manera de decir anticuada. Ejemplos: Desfacer entuertos - Deshacer agravios (correcto) Currículum - Currículo-s (correcto) Barbarismo: Consiste en pronunciar o escribir mal las palabras o emplear vocablos impropios. Ejemplos: Poner los puntos sobre las is - Poner los puntos sobre las íes. (Correcto) Mil nuevecientos noventa y dos - Mil novecientos noventa y dos. (Correcto)

Partís leña con la hacha -Partís leña con el hacha. (Correcto)  Aprobastes el examen - Aprobaste el examen. (Correcto) Está prohibido a nivel estatal - Está prohibido en todo el Estado. (Correcto)

Cacofonía: Consiste en el encuentro o repetición de las mismas sílabas o letras. Ejemplos: Juana nadaba sola.

 Atroz zozobra. Extranjerismo: Consiste en la Voz, frase o giro de un idioma extranjero usado en castellano. Ejemplos: Barman - Camarero. (Correcto)

El number one - El número uno. (Correcto) Neologismo: Consiste en el abuso de vocablos, acepciones o giros nuevos. Ejemplos:  Acrocriptografía. (Representación de las figuras de vuelo acrobático.) Necesito tu "página web" o por lo menos dame tu "e-mail". Pleonasmo: Consiste en el empleo de palabras innecesarias. Ejemplos: Miel de abeja - Miel. (Correcto)

Tubo hueco por dentro - Tubo. (Correcto) Persona humana - Persona. (Correcto) Redundancia: Consiste en la repetición innecesaria de palabras o conceptos. Ejemplos: Sube arriba y... - Sube y... (Correcto) Salió de dentro de la casa - Salió de la casa. (Correcto)  A mí, personalmente, me parece que - Me parece que... (Correcto)

Lo vi con mis propios ojos - Lo vi. (Correcto) Dequeísmo: Consiste en añadir elementos innecesarios de enlace. ("DE QUE") Dijo de que se iba - Dijo que se iba. (Correcto) Contestó de que estaba enfermo - Contestó que estaba enfermo. (Correcto) Creo de que no está bien - Creo que no está bien. (Correcto) Pienso de que es tarde - Pienso que es tarde. (Correcto) Adequeísmo: Consiste en eliminar elementos de enlace necesarios. ("DE") Estoy seguro que vendrá - Estoy seguro de que vendrá. (Correcto) Le informó que vendría - Le informó de que vendría. (Correcto)  Acuérdate que llega hoy - Acuérdate de que llega hoy.(correcto) No te olvides sacar el perro - No te olvides de sacar el perro.(correcto) Los Vicios Gramaticales: consisten en la mala ubicación de los signos de puntuación.

Los Modismos Son modos de hablar propios de una lengua que suelen apartarse en algo de las reglas generales de la gramática. Las Muletillas o Bastoncillos Son palabras que algunas personas utilizan para apoyarse, cuando están hablando. En muchos casos hasta son incoherentes; sin embargo, emplean para no dejar vacíos en los diálogos cotidianos. Las muletillas o bastoncillos más usados en nuestro medio son: osea que Claro te lo dije Bueno Oye si o no Che Esteeee Ajá Sips no es cierto que sé yo Hábito de repetir sistemática e inconscientemente una palabra, frase u oración. Ejemplo: "Te fijas" que cuando salí de la piscina "te fijas", él estaba ahí "te fijas" mirándome con esos enormes ojos Folclorismo: Abusar con las expresiones típicas de un país. Ejemplo:  Aquella niña hace mucho que ya "no arrastra la bolsa del pan". Laconismo: Brevedad exagerada en las respuestas o en las expresiones en general. Mensaje incompleto. Ejemplo: ¿No te parece que la guerra es un asunto bastante importante como para ignorar su crueldad y el efecto que produce sobre tantos inocentes? ¿Qué opinas al respecto? ... Nada Queísmo: empleo inadecuado del "que". Ejemplos: son estas flores que se ven. fue entonces que yo corrí.  

Vicios de Dicción: Los “vicios de dicción” consisten en el mal empleo de un vocablo considerado en sí mismo, sin tenerse en cuenta sus relaciones con las palabras del contexto. Vicios de Construcción Con el nombre tradicional de “vicios de construcción” se designan todos aquellos usos incorrectos de las palabras consideradas en su relación con otras palabras de la misma frase u oración. Dicho de otro modo, los “vicios de construcción” son los errores en la composición o construcción de los enunciados (compuestos de al menos dos unidades léxicas), o sea, en la formación de los sintagmas.

Bibliografía



José Antonio Millán, Perdón, imposible. Guía para una puntuación más rica y consciente (RBA Libros, 2005).

  Redacción. Ana María Maqueo. Editorial Limusa, 1985 - 298 páginas.





Talleres de escritura: La estética del lenguaje escrito en Secundaria.



Salustiano Casaseca Hernández.  Narcea Ediciones, 2001 - 128 páginas.



Estamos asesinando al castellano: barbarismos y vicios del lenguaje. Tomás Doreste. Panorama, 1991 - 98 páginas

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