Los Secretos de Maria Magdalena

April 25, 2017 | Author: jcastro_177 | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Descripción: Por Elaine Pagels...

Description

Los Secretos de María Magdalena Por Elaine H. Pagels

uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopa 11/19/2011

Traducción al español por Juan Manuel Castro

Los Secretos de María Magdalena Quien era ella, esa elusiva – y fascinante – mujer en el circulo cercano a Jesús de Nazaret? Por casi dos mil años, María Magdalena a vivido en la imaginación de los Cristianos como una prostituta seductiva; en estos tiempos, la ficción contemporánea hace una imagen de ella como la amante y esposa de Cristo, y madre de sus hijos. Sin embargo las fuentes mas antiguas que hablan de María Magdalena—tanto del Nuevo Testamento como fuera de el—no describen ninguno de estos papeles de sexualidad, sugiriendo que la misma mujer, y como es que llegamos a verla así, es mas compleja de lo que muchos de nosotros nos imaginábamos. Entonces, era ella, una de las seguidoras de Jesucristo, y su riqueza ayudo a a financiar el movimiento, como el Evangelio mas antiguo del Nuevo Testamento—el Evangelio de Marcos —nos dice? Una desquiciada mujer que estaba poseída por siete demonios, como Lucas dice? O la discípula mas cercana a Jesucristo, a la que el mas amaba que a los otros, como el Evangelio de María Magdalena nos dice? O, en las palabras del dialogo del Salvador, “La mujer que entendía todas las cosas?” Cuando investigamos los archivos disponibles más antiguos, nos encontramos con todas estas imágenes conflictivas, y más. Lo que descubrimos, también, es que, la contestación que encontramos depende en donde buscamos. Lo que es probable el relato más antiguo viene del Nuevo Testamento, el Evangelio de Marcos, escrito cuarenta años después de la muerte de Jesucristo. El Evangelio de Marcos nos dice que

cuando los soldados Romanos estaban crucificando a Jesús María Magdalena estaba cerca junto a un grupo de mujeres mirando la ejecución, llorando, porque los discípulos masculinos habían huido en temor por sus vidas. Parada con Salome y otra mujer llamada María (la madre de Jaime y José), María Magdalena continuo su vigilia hasta que Jesucristo murió; después junto con sus compañeras, ella miro como su cuerpo fue envuelto cuidadosamente con telas, y puesto en una tumba sellada con una roca. Marcos nos explica que María Magdalena, Salome y “la otra María” estaban entre esas que “seguían a Jesús y proveían por el”---probablemente con comida y un lugar en donde quedarse, tal vez con dinero para sus necesidades básicas—cuando el estaba en Galilea. En la mañana después del Sabbat, las mujeres vinieron a ofrecerle los finales rituales a su maestro, trayendo especias aromáticas para complementar en su funeral, pero el relato de Marcos termina en notable confusión y shock: encontrando la tumba abierta, y el cuerpo desaparecido, las mujeres, oyendo que Jesús “no está aquí; él ha resucitado,” salieron corriendo, temblando de miedo,” pues la tembladera y asombro cayo sobre ellos, y no le dijeron a nadie, pues estaban aterrorizadas.” Mateo, quien escribió su versión después de Marcos, repite la misma historia pero cambia el perturbador final. María Magdalena y sus compañeras se fueron de la tumba rápidamente, mas lo hicieron “con temor y alegría.” Y en ves de tratar de no decir nada, ellas inmediatamente fueron corriendo “a decirles a los discípulos. Entonces, mientas caminaba, el mismo Cristo resucitado se les apareció, y hablo con ellas. Lucas, al igual que Mateo, escribió su historia después de Marcos, pero tenia en mente algo diferente cuando el reviso el Evangelio de Marcos. Para aclararle al lector que la mujer- cualquier mujer, mucho menos María Magdalena—pudo haber estado entre los discípulos de Jesucristo, Lucas inicialmente deja fuera el comentario de Marcos que María Magdalena, y la otra María “seguían a Jesús.” (puesto que decir esto se entendería que ellas estaban entre los discípulos) Entonces Lucas deliberadamente contrasta a “los doce”—los hombres a los cuales el dice Jesús nombro sus discípulos—con esas que el llama “las mujeres” a las cuales el clasifica entre los necesitados, enfermos, y miembros lunáticos de entre las multitudes que se arrejuntan entre si empujando a Jesús y sus discípulos. De este modo, Lucas, a diferencia de Marcos, dice que María Magdalena vino a Jesús para ser liberada de siete espíritus demoniacos, y solamente una de entre “algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y enfermedades.” Lucas identifica a estas mujeres como “María, llamada la magdalena, de quien siete espíritus malignos habían salido de ella, y a Joanna…y Susana y muchas otras,” las cuales, el concede “Le ayudaban económicamente (a Jesús y sus discípulos) de sus propios medios.” Cuando Lucas cuenta la historia de la crucifixión y muerte de Jesús, el cambia tres pasajes en los cuales Marcos nombra a María Magdalena, el la deja sin nombre en estos tres pasajes, solamente parada entre un grupo anónimo que el llama “las mujeres.” Solo después de que las mujeres anónimas testifican acerca de lo que miraron a “los once” (el circulo cercano al que Lucas llamaba “los doce” hasta que Judas Iscariote, el que traiciono a Cristo, los abandono) Lucas nombra a tres mujeres. Porque a estas alturas, aparentemente, las testigos son necesarias para validar el testimonio y ahora el nombra a las tres que el ve como las mas prominentes: María Magdalena, María la madre de Jaime y José, y Joanna. Aunque Lucas, al Igual que Juan, algunas veces hablan positivamente de “las mujeres,” nos preguntamos porque, en otras veces, el denigra a María Magdalena y menosprecia su papel. Ahora, gracias a los descubrimientos de otros evangelios ancestrales---evangelios no incluidos en el Nuevo Testamento, los cuales se mantuvieron virtualmente desconocidos por casi dos mil años hasta su reciente descubrimiento--- podemos entender lo que Lucas tenia en mente. Porque estos otros evangelios, que se encontraron traducidos al Copto Egipcio, originalmente habían sido escritos tiempo más atrás, en Griego, al igual que los evangelios del Nuevo Testamento. Los académicos debaten cuando fueron escritos, pero generalmente están de acuerdo que fueron escritos en los primeros dos siglos del movimiento Cristiano. Lo que encontramos en estos descubrimientos es sorprendente: cada una de las fuentes recientemente descubiertas que mencionan a María Magdalena—fuentes que incluyen el Evangelio de María Magdalena, el Evangelio de Tomas, el Evangelio de Felipe, la Sabiduría de la Fe, y el Dialogo del Salvador—unánimemente muestra a María Magdalena como una de las discípulas en la que Cristo mas confiaba. Algunos hasta la reverán como su principal discípula, la

confidente más cercana de Jesucristo, desde que el se dio cuenta de que ella era capaz de entender sus mas profundos secretos. Podemos ver que Lucas aparentemente no quería reconocer que algunas de esas a las que previamente el había llamado simplemente “las mujeres” eran en realidad reconocidas como discípulas. Aunque en esta introducción no podemos discutir estos remarcables textos en detalle, vamos a revisar rápidamente cada uno de estos mencionados evangelios. Primero, el Evangelio de María Magdalena muestra a María tomando el papel de liderazgo entre los discípulos. Encontrando a los discípulos masculinos aterrorizados de predicar el evangelio después de la muerte de Jesucristo puesto que ellos temían, que también, serian arrestados y asesinados. María Magdalena se para y los anima, “volviendo sus corazones a lo bueno,” cuando Pedro, reconociendo que “el Maestro te amaba mas que a las otras mujeres,” le pregunta a María Magdalena “dinos lo que te dijo,” secretamente, María M está de acuerdo. Cuando ella termina, Pedro, furioso, pregunta, “Realmente el hablo privadamente con una mujer, y no abiertamente con nosotros? Ahora todos suponemos volvernos a ella y escucharla? La amaba el a ella más que a nosotros? Sorprendida por su rabia, María M le contesta, “Mi hermano Pedro, que piensas? Crees que yo invente rodo esto en mi corazón, o que estoy mintiendo acerca del Salvador?” en este punto Levy interfiere a mediar en la disputa: “Pedro, siempre te dejas llevar por tu coraje. Y ahora te veo discutiendo con ella como si fuera nuestra enemiga. Si el Salvador la considero digna, quien eres tú para rechazarla? Seguramente el Señor la conocía muy bien; eso es porque el la amaba mas a ella que a nosotros.” El Evangelio de María Magdalena termina cuando los otros están de acuerdo en aceptar las enseñanzas de ella, y los discípulos, incluyendo María, continúan proclamando el evangelio! Al igual que el Evangelio de María Magdalena, el Evangelio de Tomas muestra a María M como una de las discípulas de Jesús, sorprendentemente, ese evangelio solo nombra a seis discípulos, no doce, y de esos seis dos son mujeres—María Magdalena y Salome,. Sin embargo como la disputa entre María Magdalena y Pedro en el Evangelio de María Magdalena, algunos pasajes en el Evangelio de Tomas indican que en el tiempo que fue escrito, probablemente entre el año 90 o 100 de la EC,. La pregunta de que si la mujer podía ser discípula ya había desatado una explosiva controversia. Por ejemplo, en el dicho 61, Salome le pregunta a Jesucristo que le diga quien es el: “Quien eres tu, hombre, te has sentado en mi sillón, y comido de mi mesa?” Cristo le contesta, “ Yo vengo de lo que no esta dividido;” que es, de lo divino, lo cual trasciende el genero sexual, el de este modo rechaza lo que ella da a entender—que su identidad envuelve primariamente que el es hombre, como el de ella ser mujer. Salome inmediatamente entiende lo que el quiere decir, reconociendo que esa verdad es también para ella, de esta manera ella inmediatamente contesta, “Yo soy tu discípula. Sin embargo, aquí, también como en el evangelio de María Magdalena, Pedro la pone en entre dicho y se opone a la presencia de mujeres entre los discípulo. De acuerdo al dicho 114 del Evangelio de Tomas, Pedro le dice a Jesús, “Dile a María que se valla, pues las mujeres no son dignas de vida (espiritual).” Pero en lugar de correr a María, como Pedro insiste que el haga, Jesús reprende a Pedro, y declara, “Yo haré de María un espíritu viviente.” Para que ella—o cualquier mujer--- se vuelva capas de vida espiritual como cualquier hombre era en el primer siglo de la tradición Judía. Hemos podido encontrar otro relato de un argumento en el cual Pedro pone en entre dicho el derecho de María M de hablar entre los discípulos en el dialogo llamado la Sabiduría de la Fe, después de que María le pregunta a Jesús bastantes preguntas, Pedro interfiere, y se queja con Jesús de que María habla mucho y de esa manera desplazando la prioridad que se le debería de dar a Pedro y sus hermanos discípulos. Sin embargo, aquí también, como en el Evangelio de María Magdalena y el Evangelio de Tomas, el intento de asilenciar a María le gana el rápido reproche, esta ves del mismo Jesús. De todas maneras, mas tarde María le admite a Jesús que ella muy apenas se atreve a hablar delante de el libremente, porque, ella dice, “Pedro me hace titubear; le tengo miedo, pues el odia la raza femenina.” Jesús le dice que a quien sea que el Espíritu inspira es ordenada divinamente a hablar, ya sea hombre o mujer. Este repetitivo tema de conflicto entre María M y Pedro que encontramos de muchas fuentes—conflicto que envuelve el rechazo de Pedro a reconocer a María M como discípula y mucho menos como líder

entre los discípulos--- muy bien puede reflejar lo que mucha gente sabia y dijeron del real conflicto que existía entre los dos. Sabemos, también, que desde que la mujer se identifica con María Magdalena, cierta gente en el movimiento decía tales historias acerca de ella---o en contra de ella---como un modo de discutir acerca de si---o como---la mujer podía participar en sus círculos. Una nota, por ejemplo, que los mismos escritores que muestran a Pedro como el discípulo a quien Jesús reconoce como ser el principal líder---hablamos de, los autores de los evangelios de Marcos, Mateo, y Lucas--- son los mismos que muestran a María Magdalena como alguien que no es discípula del todo, si no simplemente como una de “las mujeres,” o, peor, en el caso de Lucas, ella es alguien que estaba poseída por demonios. Claramente, lo que hace sus relatos históricamente importantes, es que estos tres son los evangelios que vinieron a ser incluidos en el canon del Nuevo Testamento---que todos invocan, hasta ahora, para “probar” que la mujer no puede tener posiciones de autoridad dentro de las iglesias Cristianas. Debemos notar, también, como esto trabaja en reversa: cada una de las fuentes que reverá a María Magdalena como una líder entre los apóstoles fueron excluidos del canon del Nuevo Testamento, cuando estos textos fueron excluidos---entre ellos el Evangelio de María Magdalena, el Evangelio de Tomas, el Evangelio de Felipe, la Sabiduría de la Fe, y el Dialogo del Salvador.---muchos Cristianos excluyeron también la convicción que la mujer podía--- y debería---participar en el liderazgo de la Iglesia. El Dialogo del Salvador, otro texto ancestral descubierto junto con los otros alternativos evangelios, asegura recontar un dialogo entre el Cristo resucitado y tres discípulos que el escogió para que reciban revelaciones especiales—Mateo, María Magdalena, y Tomas. Sin embargo aquí, después de que cada uno de los tres se enfrascan en un dialogo con Jesús, el dialogo se enfoca en María Magdalena para que reciba la mas alta alabanza: “Esto ella hablo como la mujer que entendió todas las cosas.” Finalmente, antes de enfocarnos en los fascinantes estudios que encontramos en este libro, deberíamos de mirar una de las fuentes mas fascinantes de todas—el Evangelio de Felipe: este evangelio muestra como muchos de los Cristianos primitivos miraban a María Magdalena: como la constante compañera de Jesús. Ciertamente los lectores contemporáneos entendieron que literalmente esto significaba que ella era la esposa y amante de Jesús. Es verdad que el Evangelio de Felipe la muestra a ella como la compañera mas intima de Jesús, y que el termino Griego (syzygos, acompañante) puede sugerir una relación intima. Además, al igual que las otras fuentes que hemos visto, el Evangelio de Felipe testifica acerca de la rivalidad entre María Magdalena y los otros discípulos masculinos. La compañera del Salvador es María Magdalena. (Pero Cristo la amaba) a ella mas que a (todos) los otros discípulos, y seguido la besaba en su (boca). El resto de los discípulos se ofendían por esto. Ellos le decían a el, “Porque la amas más que a todos nosotros?” el Salvador les contesto diciéndoles, “Porque no los amo tanto como la amo a ella?” Esta declaración, en la que el Evangelio de Felipe muestra a María Magdalena como la acompañante de Jesús, y tal vez hasta su compañera, ayudo a inspirar uno de los mas controversiales tramas en el libro de Dan Brown “El Código Da Vinci.” Para el propósito de su ficción Brown tiende a tomar esta sugestión literalmente. Pero si el hubiera continuado leyendo el resto del Evangelio de Felipe, el hubiera visto que el autor ve a María Magdalena como una poderosa presencia espiritual; como a alguien que manifiesta lo divino cuando aparece en forma femenina—pero sobre todo como la Sabiduría divina, y el Espíritu Santo. Cuando los poetas y profetas de Israel hablaron del espíritu de la sabiduría y divino, ellos reconocieron el género femenino en términos Hebreos. El libro de Proverbios en el Antiguo Testamento habla de la Sabiduría como una presencia espiritual femenina. Que compartió con Dios el trabajo de la creación: El señor me creo en el comienzo de su trabajo…antes del comienzo de la tierra; cuando no habían aguas profundas, Yo fui creada…antes de que las montañas tuvieran forma, Yo estaba ahí, cuando el delineo la fundación de la tierra, entonces Yo estuve a su lado, como la principal trabajadora; y diariamente yo era

su delicia, siempre regocijándome ante el, regocijándome en su inhabitado mundo, y complaciéndome en la raza humana. Así es de que el Evangelio de Felipe mira a María Magdalena como una divina sabiduría—hokhmah, en Hebreo, Sofía en Griego, los dos términos femeninos—manifestada en el mundo. La tradición mística Judía seguido habla de la presencia de Dios en el mundo no solamente como sabiduría, sino también como shehkina, como su presencia. Por más de mil años después de que el Evangelio de Felipe, la tradición kabbalística, usando el lenguaje de los místicos alrededor del mundo, celebraría el aspecto femenino de Dios como su divina novia. Simultáneamente, el Evangelio de Felipe celebra a María Magdalena como la manifestación del Espíritu Divino, el cual este evangelio llama la “virgen que bajo” del cielo. Cuando los Cristianos hablaban de Jesús “nacido de una virgen” este autor está de acuerdo—pero se reúsa a tomarlo literalmente. Y alguna gente, el dice, cree esto literalmente y que significa que la madre de Jesús se embarazo no de hombre ni de copulación sexual. Pero esto, el dice, es la “fe de los tontos” que no pueden entender las cuestiones espirituales (aunque, como hemos notado, eso es visto en la narrativa del nacimiento ofrecida en el Nuevo Testamento en los evangelios de Lucas y Mateo). En vez de eso, el Evangelio de Felipe continua, Jesús nació en forma física, al igual que todo humano, como un hijo con padres biológicos. La diferencia, dice el autor de este evangelio, es que el también “nació otra vez” en el bautismo—nacimiento espiritual para convertirse en el hijo del Padre en las alturas, y la Madre Celestial, el Espíritu Santo. Muchos otros textos descubiertos con ese evangelio hacen eco del mismo lenguaje. El Evangelio de la Verdad, también, declara que la gracia nos restaura a nuestro origen espiritual, trayéndonos a “el Padre, la Madre, y a Jesús de la dulzura infinita.” El Libro Secreto de Juan nos dice como el discípulo Juan, entristecido después de la crucifixión de Jesús, fue al desierto, lleno de dudas y temor hasta que de repente “La creación completa tembló, y yo mire… una luz no terrenal, y en la luz, tres formas.” Y mientras Juan miraba, asombrado, el escucho la voz de Jesús que salía de la luz, hablándole a el: “Juan, Juan, porque dudas, y porque tienes miedo?” yo estoy contigo siempre; Yo soy el Padre; Yo soy la Madre; Yo soy el hijo.” Tan desconcertante como esto pueda parecer a simple vista, a quien más deberíamos esperar con el Padre y el Hijo si no es la Divina Madre, el Espíritu Santo? Pero esta fórmula primitiva de la trinidad aparentemente refleja el termino Hebreo para espíritu, Ruah, como un ser femenino—una connotación perdida cuando el espíritu fue traducido al lenguaje del Nuevo Testamento, Griego, en el cual la palabra se vuelve neutral. Hasta esta rápida introducción sugiere el amplio alcance de caracterizaciones y la riqueza de significados que los Cristianos primitivos asociaban con María Magdalena, muchos de los que el ensayo de este libro explora y amplifica. Desde el primer siglo y hasta nuestros tiempos a, poetas, artistas, y místicos les a encantado celebrar a esta remarcable mujer “quien entendía todas las cosas.” Ahora bien, atraves de la investigación presentada aquí, y atraves de la discusión en la que nos hemos enfrascado, podemos descubrir nuevos aspectos de María Magdalena---y, en el proceso, de nosotros mismos. Princeton, NJ Mayo del 2006

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF