Los presocraticos

May 3, 2018 | Author: Danni Guizao | Category: Socrates, Science, Knowledge, Aristotle, Plato
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Descripción: Trabajo de filosofía sobre los postulados filosóficos de los presocraticos...

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TALLER DE NIVELACIÓN

1. Consulta los postulados filosóficos de las siguientes escuelas y el

nombre de sus representantes: r epresentantes: 

Escuela de Mileto



Escuela Pitagórica



Escuela Eleata



Escuela Atomista



Escuela Sofista

2. Consulte para la filosofía Griega que significa el termino Physis. (Mínimo

dos páginas) 3. Según la filosofía Antigua ¿Qué es el ser de las cosas? 4. Consulta y realiza un paralelo entre la teoría del ser de Parménides y el

devenir de Heráclito. biografía y explica los postulados filosóficos filosóficos de: 5. Realiza una biografía   Sócrates   Platón   Aristóteles Escriba por lo menos cinco conclusiones que esta reflexión filosófica le haya dejado.

   

6. En un ensayo de mínimo una página explica que es la Epistemología.

escribe tu interpretación de la siguiente 7. Reflexiona y en una página escribe frase de Pascal: “El corazón tiene sus razones”

8. Consulta ¿Quién es Max Scheler? y explica su pensamiento filosófico.

(mínimo dos páginas) 9. ¿Qué es el Hedonismo? 10.En un ensayo de mínimo una página escribe tu propio concepto de la palabra “Felicidad”

1. 

Escuela de Mileto

Sus miembros fueron Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. En sus postulados se hablaba más que todo sobre la naturaleza, los milesios trataban de determinar el principio último de todo, de determinar la unidad original de la material y de la vida. Los pensadores milesios buscaron un principio primordial para las cosas y consiguieron explicar la diversidad del mundo a través de transformaciones Para Tales, el principio de la vida era el agua. Él pensaba que el agua es el origen de todos los otros elementos. Explicaba que su condensación produce los cuerpos sólidos, por evaporación se transforma en aire, y el aire a su vez, engendra al fuego y que el agua también es el soporte del universo.  Anaximandro también reconoció un sólo principio material para el origen de las cosas. Afirmó que esa sustancia inicial y generadora era indefinida e infinita, era el apeiron. El apeiron contiene todos los elementos, todos los cuerpos se encuentran mezclados y confundidos en él, es pues la fuente de todo ya que los mundos nacen cuando estos se separan.  Anaxímenes volvió a postular un solo elemento para explicar el principio original de la materia. Para él, la unidad de la vida era el aire. Una sustancia cualitativamente definida, aunque infinita en el espacio.  Anaxímenes defendía su teoría diciendo que el aire es capaz de dilatarse y condensarse , el aire aparece en diferentes formas… Cuando se dilata bastante, produce fuego… Cuando se cond ensa, produce el agua; a un grado más, produce la tierra, y en el mayor grado de condensación, genera las piedras. 

Escuela Pitagórica

Su fundador fue Pitágoras y junto a sus seguidores (pitagóricos) que eran astrónomos, músicos, matemáticos y filósofos, formaron la escuela Pitagórica. Esta escuela fue la primera que trató de describir matemáticamente el mundo. Los pitagóricos sostenían que los números eran la esencia de todas las cosas. Decían que el número es el elemento primordial, el principio a partir del cual todas las cosas llegan a ser.

 Además de ser la esencia de las cosas, los números poseían, para los pitagóricos, una realidad concreta. Ellos eran identificados con el espacio y estaban relacionados con figuras específicas: el número uno es un punto, el dos una línea, el tres un plano y el cuatro un volumen. Las palabras de Aristóteles: " Aquellos que se llamaron pitagóricos fueron los primeros en tener un interés en las matemáticas, las cuales son  perfectas. Puesto que ellos fueron sobresalientes en esta ciencia, creyeron que sus principios eran los principios de todas las cosas… Ellos creyeron mucho más en los números que en el fuego, la tierra y el agua"

De esta manera los pitagóricos abandonaron el esquema milesio de una sustancia originaria y ofrecen el primer ejemplo de una teoría dualista explícita. 

Escuela Eleata

Sus principales representantes son Jenófanes, Parménides y Zenón. Jenófanes de Colofón es a menudo considerado como el fundador de la escuela eleática. Los eleatas presentaron la teoría acerca de la esencia invariable del ser verdadero y acerca del carácter ilusorio de todas las transformaciones y diferencias visibles. Jenófanes vio una gran unidad en el cosmos, lo cual lo llevó a la concepción del Uno abstracto y absoluto, del Uno que colma el universo y se confunde con él. Según Jenófanes, el Uno contiene la multiplicidad y trasciende las oposiciones de ésta. Así se explican a la vez la inmutabilidad del ser y la sucesión de las apariencias, la eternidad del mundo y su devenir. Todos estos postulados son el punto de partida de lo que llegó a ser uno de los principios de las escuela eleática, la negación del cambio. Parménides, es quien llevó hasta sus últimas consecuencias la filosofía del Uno de Jenófanes. En el origen ya no se encuentra un elemento considerado como primordial y susceptible de engendrar todos los cuerpos por transformación o separación, sino que algo subsiste detrás de las apariencias y es la única realidad: el ser, opuesto al no-ser. Parménides se convierte así en el primero en formular el concepto del ser, necesario, eterno, perfectamente homogéneo, indivisible e indestructible, El ser se confunde con el Uno. Las otras cosas son ilusorias. El concepto del ser de Parménides es importante para el

propósito del trabajo pues implica el rechazo de la divisibilidad y la discontinuidad de la materia, así como de la negación del vacío. Zenón, es conocido principalmente por sus famosas paradojas que tendían a rechazar la pluralidad, el cambio y el movimiento. Número, espacio, tiempo y materia no pueden ser pensados lógicamente ni como indivisibles ni como divisibles hasta el infinito pues en los dos casos se llega a una aporía. Movimiento, cambio, pluralidad son cosas que están bajo nuestros sentidos y cuyas nociones son familiares pero la razón no las puede concebir ni admitir; son pues apariencias engañosas. 

Escuela Atomista

Los miembros de la Escuela atomista fueron Leucipo y Demócrito. Según el atomismo, el universo está constituido por combinaciones de pequeñas partículas indivisibles denominadas átomos que significa no divisible. Leucipo no veía en el mundo más que el vacío y el movimiento, átomos indivisibles e invisibles, sin perjuicio de poseer diferentes formas o figuras, y, por último, substancias materiales producidas por la composición y descomposición, unión y separación de esos átomos. El alma humana, lo mismo que los demás seres, no es más que una substancia compuesta de átomos brillantes, esféricos y sutiles, de donde resulta en el hombre el calor, la vida y el pensamiento, fenómenos que son manifestaciones diferentes del movimiento, el cual es inherente y como esencial a los átomos de figura esférica. Según Demócrito, cada átomo posee las mismas características que Parménides atribuía al ser: el átomo es único, sólido, completo, perfecto e inmutable, y difieren entre sí por su forma y magnitud, determinando la generación y corrupción de todas las cosas por medio de la unión y disgregación. Cada átomo se mueve por un movimiento espontáneo que provoca el choque entre ellos y permite la unión entre varios átomos o la disgregación, pero el movimiento general está determinado por leyes inmutables: "Nada acontece sin razón, antes bien, todo acontece por una razón y por una necesidad" 

Escuela Sofista

Los miembros de esta escuela fueron Protágoras, Antifonte, Gorgias, Hipias, Pródico y Critias.

Protágoras fue el primero en llamarse a sí mismo sofista, o maestro de sabiduría. Su doctrina se basaba en el principio del relativismo que lo refiere todo a la medida humana. Las cosas las concibe sólo como fenómenos percibidos por el hombre; de esta manera obligó a reconocer el carácter abstracto de los primeros elementos de la geometría ya que sólo se aplica a figuras ideales. Otro sofista fue Gorgias. Gorgias sentía desprecio por la ciencia y por todo conocimiento que llega a su máxima expresión. Para Gorgias no existía nada y si existiera alguna cosa, no se podría conocer y si se llegara a conocer, el lenguaje humano no permitiría comunicar ese conocimiento a nadie más. Los sofistas utilizaron magistralmente el método dialéctico. Su método consistía en largos discursos encaminados no a buscar la verdad, sino a mostrar las incoherencias del adversario. En principio nada es verdad ni es mentira, depende de la habilidad que se tenga en convertir el argumento más débil en el más fuerte, y el aparentemente más fuerte en el más débil. El buen sofista es capaz de convencer de una cosa y a renglón seguido de lo contrario. Pero también podemos considerar a los sofistas los primeros “positivistas jurídicos” pues opinan que ni la moral ni las leyes proceden de la naturaleza, sino que son puras normas, es decir, meras convenciones humanas. Los hombres podríamos haber pactado un orden social y moral totalmente distinto, podríamos haber prohibido cosas que nos parecen buenas, y haber permitido cosas que juzgamos malas, porque la naturaleza nada obliga, es decir, no hay nada que sea bueno o malo “por naturaleza”.

2. Para los filósofos presocráticos el término Physis, significaba naturaleza.

Se tomó la physis o naturaleza como objeto principal de sus investigaciones a la que concibieron como el principio u origen de la realidad, origen que atribuyeron a distintos elementos materiales, como el agua, el aire o lo indeterminado, a los que consideraron el principio o "arjé" del que procede la realidad que conocemos. Por ese motivo fueron conocidos también como "los físicos", los que estudian la naturaleza. Physis, hablando etimológicamente, significa brotar, crecer, hacer salir. Para los griegos, el término physis tiene un sentido dinámico y hace referencia a aquella fuerza o fuente de donde nacen los entes. A partir de los sofistas (que oponen la physis a nomos) y sobre todo de  Aristóteles (que entiende la naturaleza como esencia de las cosas y

como principio interno de movimiento), esta idea adquirió un sentido metafísico en el mundo griego. La physis representa todo el fenómeno o lo fenoménico que es perceptible o captado, si y solo si, por los sentidos (visión, olfato, tacto, etc.) El conocimiento que no es captado por los sentidos y que se deriva de la mera especulación es META, ósea, más allá de la physis (metafísico o metanatura), como la divinidad, el alma, etc. El uso filosófico comienza muy temprano en los escritos presocráticos, donde los significados se ajustan bien con los sentidos actuales de la palabra naturaleza. En la tradición sofista, el término se oponía a nomos, "ley" o "costumbre", en el debate sobre qué partes de la existencia humana son naturales, y que se deben a la convención. Esta es la base del debate biológico clásico de hoy de la "naturaleza versus crianza". Nomos se referiría a la "crianza", y physis se correlaciona a la "naturaleza". Los griegos creían que "physis" y "nomos" estaban correlacionado con muchos aspectos de la ciencia y la filosofía, como el debate de género. Los griegos se refieren a la ley, el orden y el racionalismo como "nomos". "Las mujeres en general tienden a ser (en la visión del hombre griego) en el lado de la physis, mientras que los hombres son generalmente en el lado de nomos: los hombres pueden controlarse a sí mismos, mientras que las mujeres se ponen histéricas; los hombres hacen y obedecen las leyes, pero las mujeres hacen lo que es natural. La naturaleza o physis posee para los griegos dos grandes usos o acepciones. Habitualmente, se habla de la naturaleza como el conjunto de seres que, en sí, pueblan el universo, exceptuando, claro está, a ese conjunto tanto de cosas como elementos propios producidos exclusivamente por el hombre; por lo que, actualmente, se habla de la degradación de la naturaleza a causa de la actividad industrial humana (conocido es, lamentablemente y a día de hoy, el más que citado cambio climático), y de la necesidad de protegerla. En esta acepción, la naturaleza vendría a coincidir con la totalidad del universo, en donde a menudo dicho término adquiere un segundo significado cuando lo usamos para referirnos a clases de cosas. En este caso particular, el término “naturaleza” vendría a significar lo que las

cosas son. Distinguido ya este doble uso de dicho término, se deberá señalar que, en primer término, el concepto de naturaleza está tremendamente vinculado a ese concepto de necesidad al que ya nos hemos referido; no

en vano, en cuanto al universo como totalidad, esa necesidad se traduciría en que aquél es un todo ordenado, nunca un caos. Ahora bien, el universo no podría ser un todo ordenado a no ser que los distintos seres que lo integran estén en su sitio, y se comporten del modo exacto y preciso que únicamente les corresponde, y es precisamente la naturaleza de los distintos seres la que determina su l ugar en el universo y su posterior forma de comportarse. Esa misma naturaleza no es inerte, estática, pues, el universo como totalidad conjunta muestra un orden dinámico en que los movimientos de las estaciones, los astros, las generaciones de humanos, etc., se suceden ordenadamente: por ello se dice que es dinámica. Y es que, por todo lo dicho hasta ahora, ésta implicaría el movimiento y la actividad, aunque siempre intrínsecos y propios del ser natural. Algo que marca la separación radical e intrínseca entre los seres artificiales (o artefactos) y aquellos seres naturales. Por todo, y en virtud de esta citada actividad intrínseca y propia que caracteriza en sí a la naturaleza, el universo no puede ser concebido por los griegos según el modelo de una máquina, habiendo de concebirse únicamente según el modo de un organismo viviente. 3. Esta es una pregunta ontológica, para ser más precisos de la metafísica

donde se pregunta qué o quién es el ser. Para ello muchos filósofos respondieron según su experiencia, punto de vista y pensamiento. ¿Qué es el Ser? Esta pregunta no se puede contestar porque no tiene definición. El solo hecho de definir al Ser implica reducirlo a un concepto más amplio y no existe un elemento más extenso que el Ser. Lo único que podemos hacer es señalar quién es el Ser. La palabra Ser no podemos saber qué es pero para nosotros significa existir y consistir. No podemos saber qué es existir, sólo tenemos la experiencia de existir, de estar ahí. Podemos intentar saber quién existe. Yo existo, las cosas existen, Dios existe, y yo y las cosas existimos en Él, o bien, yo existo y las cosas no son más que mis representaciones y no verdaderas realidades, no son en sí mismas sino que son en mí. En cuanto al consistir, hay varias formas de consistir. No podemos saber quién consiste hasta que no sepamos quien existe. Cuando sepamos quién existe podremos decir que todo lo demás existe en ese ser primero y por lo tanto todo lo demás consiste.

La Metafísica trata de contestar quien existe en sí y la Teoría general de la objetividad en general, es decir, de los objetos, trata de contestar qué es consistir. Hegel identifica el Ser con la Nada porque no se puede decir ni predicar nada de él. Supone una distinción entre el Ser que es y el Ser que no es, el Ser auténtico y el Ser inauténtico. Si el Ser está compuesto de otros seres que no son él es inauténtico (ser en otro) y si no podemos reducirlo a otros seres es el Ser auténtico (ser en sí). La Metafísica trata de contestar quién existe, quién es el Ser en sí. La contestación natural de cualquier persona es que yo existo, los árboles existen, mi lapicera existe, etc. Esta respuesta se denomina realismo en filosofía. Realismo metafísico. Pero ningún filósofo afirma que todas las cosas existen porque es evidente que algunas tienen una existencia aparente. Los filósofos griegos descubrieron que con la razón se puede hallar lo que las cosas son y antes de ellos trataban de hacer lo mismo pero con elementos irracionales o de fe. Los griegos buscaron lo que tiene existencia en sí, el principio como comienzo y como fundamento. Para Tales el principio de todas las cosas era el agua, que existe como principio esencial, fundamental. Para Heráclito nada existe, no hay un Ser estático de las cosas, lo que hay es un Ser dinámico, las cosas no son sino que devienen. El existir es un perpetuo cambiar. En la práctica, por ejemplo, si creo en Dios, para mi Dios tiene existencia, Dios Es y yo existo en Él. La esencia de Dios es la perfección y la virtud, de las cuales tengo la intuición. Dios es pensamiento, razón y propósito, de los cuales participo como ser humano. Y en esta realidad que es pura ilusión de los sentidos, puedo elegir Ser quien Soy o no Ser, obnubilado por las tentaciones del existir. Mi filosofía es realista porque le doy existencia a Dios y a mí mismo en él. Si no creo en Dios, entonces podría creer por ejemplo que lo que existe es sólo mi pensamiento porque de lo demás no estoy seguro, porque cambia y todos percibimos cosas diferentes. Por lo tanto todo es un sueño. Mi filosofía es idealista porque creo que sólo existe el pensamiento y todo lo demás es ilusorio.

4.

 Similitudes

-Para ambos, el Ser es algo intangible. No tiene lugar en el mundo material. -El Ser está representado por la lengua misma. -El Ser reúne todas las cosas en sí mismo, reúne todo lo que cada ente tiene. -El ser ilumina a todos los entes -Para ambos, la verdad se da como develamiento del Ser. Comparación con la luz: la oscuridad es la ignorancia, la sordera ante la llamada del Ser; la luz es la verdad. -El Ser representa una verdad única a la que todos los hombres pueden acceder, pero pocos se percatan de ello.

Diferencias Heráclito Parménides

-El Ser, se manifiesta como devenir perpetuo, como algo que nunca cambia ni se detiene.

-El ser como figura estática, que nunca cambia, que no tiene ni principio ni fin, es eterno e inmutable.

-Eterno.

-Solo el Ser puede Ser pensado y -Comparación con el comprendido no fuego: Fluye existe tal cosa que eternamente, es “no sea” imposible de detener, todo lo cambia y a la -El ser es único, ya vez representa el que de haber más de cambio perpetuo y uno; sería imposible continúo. diferenciarlos. -Verdad como un constante proceso de apertura hacia el Ser. Éste, al Ser cambiante al devenir constantemente, implica el cambio en la cuestión de la verdad.

-El ser es la vía de la verdad. -Verdad también constituida por los principios de no contradicciones y del terceo excluido. -La vía única es la de la verdad. El Ser, al Ser siempre estático, permanece, por lo que la verdad es única.

-El Logos es la razón de Ser de todas las cosas; representa una ley universal verdadera de la cual se derivan todas las -Ambos coinciden en demás leyes. -A diferencia de que no se puede Heráclito, Parménides escuchar o entender -Heráclito cree que en cree que la única al Ser a través de los vez de por medio de forma de escuchar y sentidos, los cuales los sentidos, el ser entender al Ser es por pudieran resultar puede únicamente medio de la razón, sensibles o Ser escuchando y basándose incluso en engañosos. entendido por medio un principio lógico

del alma.

5.  Sócrates

Nació el 470 a.C. en Atenas. Se cree que era poco agraciado y corto de estatura. Su padre fue un cantero llamado Sofronisco, con el que Sócrates trabajó, y su madre fue Fainarate, comadrona. Formado en literatura, música y gimnasia. Diógenes Laercio, en sus Vidas de los filósofos, cuenta que Sócrates tuvo como maestros a  Anaxágoras, Damón y Arquelao y también se dice que fue amante de este último. Familiarizado con la dialéctica y la retórica de los sofistas, en la guerra del Peloponeso contra Esparta, fue soldado de infantería en las batallas de Potidaea en el 432-430 a.C., Delio en el 424a.C., y  Anfípolis en el 422a.C. Con una gran agudeza de razonamiento y facilidad de palabra, pasó la mayor parte de su vida en los mercados y plazas públicas de Atenas manteniendo discusiones y respondiendo mediante preguntas, un método denominado mayéutica. No escribió ningún libro ni tampoco fundó una escuela regular de filosofía. Todo lo que se sabe con certeza sobre él se debe a dos de sus discípulos más notables: Platón y el historiador Jenofonte. Su contribución a la filosofía ha sido de un marcado tono ético. La base de sus enseñanzas y lo que inculcó, fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud y el conocimiento de uno mismo. Creía que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona desea el mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien, actuarán de manera justa. La diferencia del pensamiento de Sócrates con otros sabios de la época, como fueron los sofistas, radica en que este rechazó la retórica (arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover), considerando que el conocimiento conducía siempre a una verdad necesaria. Para ello, creó un método llamado mayéutica, con el cual se puede encontrar la verdad que existe en la mente de cada interlocutor. Esto lo hizo mediante diálogos, en los que examinó las contradicciones de sus discípulos. La mayéutica es un método o una técnica que consiste en realizar preguntas a una persona hasta que ésta descubra conceptos que

estaban latentes u ocultos en su mente. El cuestionario es desarrollado por un maestro que debe encargarse, con sus preguntas, de guiar a su discípulo hacia el conocimiento no conceptualizado. La técnica de la mayéutica presupone que la verdad se encuentra oculta en la mente de cada persona. A través de la dialéctica, el propio individuo va desarrollando nuevos conceptos a partir de sus respuestas. Platón

Este filósofo griego nació en el año 427 a.C., aproximadamente. En aquellos años, Atenas era la democracia más poderosa, con una fuerza naval y marítima de carácter imperial (la Liga de Delos) y el centro intelectual y artístico del mundo griego. Su nombre original era Aristocles, pero en sus años de estudiante recibió el seudónimo de Platón (que significa ancho), a causa de su ancha espalda. Fue un devoto seguidor de Sócrates y su muerte fue un duro golpe para él. Luego visitó diversas ciudades de África e Italia durante varios años, absorbiendo las ideas del filósofo y matemático griego Pitágoras. Volvió a Atenas en el año 387. Allí se dedicó a la filosofía durante la segunda mitad de su larga vida. A las afueras de la ciudad fundó la primera escuela filosófica, llamada Academia.  Al igual que Sócrates, Platón estaba principalmente interesado por la filosofía moral, dejando a un lado la filosofía naturalista. Por otra parte, a Platón se le vincula con la doctrina fundamental que se conoce como teoría de las ideas. Este llamó ideas a las realidades individuales estables y permanentes que existen en forma independiente de las cosas sensibles. En definitiva, las ideas constituyen “lo que es una cosa” o, lo que es igual, la

definición esencial de las cosas: aquello que hace que sean como son. Por lo mismo, se le llama el padre de la corriente filosófica llamada idealismo. La noción de idealismo posee dos grandes acepciones. Por un lado, se emplea para describir la posibilidad de la inteligencia para idealizar. Por otra parte, el idealismo se presenta como un sistema de carácter filosófico que concibe las ideas como el principio del ser y del conocer. Idealismo El idealismo de perfil filosófico, por lo tanto, sostiene que la realidad que se halla fuera de la propia mente no es comprensible en sí misma, ya

que el objeto del conocimiento del hombre siempre es construido a partir de la acción cognoscitiva.  A su vez, consideró que la relación entre las ideas y el mundo sensible podía pensarse de dos maneras. Una, que las cosas existen en tanto participan de la idea, de modo que, por ejemplo, una cosa bella es bella porque participa de lo bello en sí, y la otra, pensando que lo sensible imita a lo comprensible.  Aristóteles

Nació alrededor del 384 a.C. en la ciudad jónica de Estagira, situada al norte de Grecia, en la península de Calcidia, muy cerca de Macedonia. Su padre, Nicómaco, era amigo y médico del rey macedónico Amintas III, cuyo nieto Amintas IV fue desplazado por su tío Filipo II, padre de  Alejandro Magno. Como perdió a sus padres a temprana edad, su infancia y parte de su  juventud transcurrieron en la corte macedónica, donde fue compañero de estudios y amigo de Filipo II (382-226 a.C).  A la edad de 17 años, Aristóteles viajó a Atenas para realizar sus estudios superiores en la Academia de Platón, donde trabajó asiduamente durante 20 años. Con el tiempo se convertiría en el más célebre de todos los alumnos de Platón (él le llamó “el lector”)  Pero cuando su maestro murió, Aristóteles dejó la escuela y emprendió un viaje que le llevó a distintas partes del mundo griego, particularmente a  Assos, en Asia Menor. Estando allí se casó con Pitias, sobrina del rey Hermias, y se dedicó al estudio de la biología y de la historia natural. Este filósofo es uno de los pensadores decisivos de la historia, ya que fundó la lógica como disciplina del razonamiento y aplicó las bases del método científico a todas las ciencias de su tiempo.  Aristóteles propuso un conjunto fijo de especies, que se reproducen de forma fiel a su clase, pero pensó que la excepción a esta regla la constituía la aparición, “por generación espontánea”, de algunas moscas y gusanos “muy inferiores” a partir de fruta en descomposición o

estiércol. Los ciclos vitales típicos son epiciclos: se repite el mismo patrón, aunque a través de una sucesión lineal de individuos. Dichos procesos son, por lo tanto, un paso intermedio entre los círculos inmutables de los cielos y los simples movimientos lineales de los elementos terrestres.  Aristóteles creó una nueva teoría del conocimiento que rompe con los conceptos platónicos del mundo de las ideas.

 Además, creía que la libertad de elección del individuo hacía imposible un análisis preciso y completo de las cuestiones humanas, con lo que las “ciencias prácticas”, como la política o la ética, se llamaban ciencias solo por cortesía y analogía. Las limitaciones inherentes a las ciencias prácticas quedan aclaradas en los conceptos aristotélicos de naturaleza humana y autorrealización. La naturaleza humana implica, para todos, una capacidad para formar hábitos, pero los hábitos formados por un individuo en concreto dependen de la cultura y opciones personales repetidas de ese individuo. Todos los seres humanos anhelan la “felicidad”, es decir, una

realización activa y comprometida de sus capacidades innatas, aunque este objetivo puede ser alcanzado por muchos caminos.

Conclusiones 









Sócrates, Platón y Aristóteles son los tres filósofos griegos más conocidos de la antigüedad, y representan la época "clásica" de la filosofía griega. Cada uno de ellos, formuló su propio estilo de argumento retórico e hipótesis acerca de la naturaleza del conocimiento para influir en la próxima generación de pensadores. Estos filósofos fueron muy importantes, ya que formaron la columna vertebral de la educación superior impartida por cientos de años, la que continúa aplicándose hasta nuestros días en el campo de la filosofía. La filosofía se relaciona con la ciencia en que ambas parten de una pregunta o duda, ambas tratan de explicar con hechos la respuesta a esas dudas, la filosofía escucha los diferentes puntos de vista, ya que para ella todos tienen razón y al final comparten si no la misma respuesta, la misma idea con diferentes palabras, en cambio la ciencia escucha los diferentes puntos de vista pero no toma todas las respuestas en cuenta si no las más razonables y comprobables. La filosofía problematiza todo. Sus preguntas son más esenciales que sus respuestas y toda respuesta se convierte en nueva pregunta. La filosofía no tiene resultados universalmente válidos, no hay unanimidad en cuanto a la explicación de los problemas f ilosóficos

  El objeto de investigación de la Filosofía es infinito. Ninguna investigación humana es tan universal como la reflexión filosófica.



6.  Al hablar de epistemología nos referimos al estudio del conocimiento

dedicado a la reflexión sobre las ciencias. Según Piaget, la epistemología se divide en tres ramas: La lógica, que se dedica al estudio de las condiciones formales sobre las ciencias; la metodología, es la teoría empleada en los métodos de investigación científicas y las técnicas conexas con estos métodos, y la teoría del conocimiento o epistemología, según Byron Browne y Porter, consideran que es la teorías filosóficas que trata de explicar la naturaleza, las variedades, los orígenes, los objetos y los límites del conocimiento científico. Lenk afirma que es una disciplina filosófica básica que investiga los métodos y conceptos científicos y Cerda, nos explica que es aquella filosofía que estudia críticamente las hipótesis y los resultados de diversas ciencias. La epistemología se suele clasificar en Matacientifica, que es una reflexión de las ciencias; la Paracientifica que se basa en una crítica de las ciencias y la Cientifica que se basa en el interior de una reflexión sobre las ciencias. Sin embargo para cada ciencia del conocimiento se debe adoptar diferentes clases de epistemología como: Epistemología de la lógica, física, sociología, economía, etc. El propósito de la epistemología es distinguir la ciencia auténtica de la seudociencia, la investigación profunda de la superficial, la búsqueda de la verdad de sólo un modus vivendi. También debe ser capaz de criticar programas y aun resultados erróneos, así como de sugerir nuevos enfoques promisorios. También estudia qué es el conocimiento, sus límites y posibilidades, qué podemos saber, cuál es el alcance de nuestro saber y si es posible alcanzar la certeza. El objeto del conocimiento; qué es un objeto, qué o quién lo define. El sujeto del conocimiento; qué conocemos y quién conoce. La relación entre el conocimiento y la circunstancia vital del investigador, la historia, la cultura, el individuo y sus presupuestos metafísicos. En síntesis, la epistemología nos da un llamado a la reflexión del conocimiento científico de investigación, estudiando cada campo en particular, lo que se recomienda a los académicos, profesionales y

universitarios estar aptos en cada una de las ciencias para poder analizar y dar una crítica de las situaciones de la vida diaria; siendo un requisito fundamental para aquella persona que se está preparando profesionalmente. 7. El corazón tiene razones que la razón no entiende.

Muchas veces pensamos que el corazón siempre tiene la razón pero no es así, hay cosas que el corazón no entiende y que queremos que entienda así sea a las malas, sabiendo que eso así no se puede, porque por más que nosotros queramos si el corazón no entiende no hay nada que hacer. Por una parte, el corazón y la razón tienen diferentes objetivos y diferentes formas de percibir las cosas. La razón, actúa con la lógica. Nos hace pensar que está bien y que está mal, si nuestras decisiones a largo plazo serán buenas o malas para nuestra vida. Nuestra razón nos limita a decidir. Por otra parte, nuestro corazón actúa como quiere, se deja llevar de los sentimientos; sentimientos que la mayoría de las veces no decidimos, solo fluye, porque el corazón no entiende razones. No entiende que es bueno o que es malo, solo siente. En mi opinión, el corazón es un poco egoísta. Por más que nuestra razón le quiera hacer saber que el sentimiento nos hará daño, que la persona nos es buena para nosotros; el no entiende. El no hace lo que nos conviene, el hace lo que en el fondo de nuestro alma, realmente queremos.  A veces, hacemos cosas locas, no tan buenas, porque nuestro corazón no los dicta, y en el fondo sabemos que está mal, sabemos que si lo pensáramos mejor, que si actuáramos racionalmente, probablemente no haríamos tales actos. El corazón tiene razones que la razón no entiende, pero también tiene pasiones a las cuales la razón no se debe sujetar. El corazón es un órgano que trasmite sentimientos y emociones, y que actúa de forma espontánea. Por ejemplo, muchas veces cuando alguien te lastima la razón dice que no debes perdonarlo pero el corazón o nuestra parte emocional te dice que si debes hacerlo. Es una especie de discusión entre la razón y las emociones y/o sentimientos. Cuando ambos se ponen de acuerdo o uno termina por aceptar al otro podría decirse que uno está bien, feliz, en equilibrio.

 A diferencia del corazón, la mente es racional, es decir, puede identificar conceptos, cuestionarlos, hallar coherencia o contradicción entre ellos y así inducir o deducir otros distintos de los que ya conoce. Por esto se induce que el corazón no se pone de acuerdo con la razón, ya que actúa de forma espontánea y se deja llevar por las emociones. Y es que tratar de colocar de acuerdo a la razón y el corazón, es prácticamente imposible, porque la razón nos dice lo que deberíamos hacer y nuestro corazón nos dice lo que queremos hacer y lo que nos lleva más cerca de la felicidad. 8. Max Ferdinand Scheler; nació en Munich, 1874 y murió en Frankfurt, 1928. Fue un Filósofo alemán. Profesor en Colonia (1919) y en Frankfurt (1928), se adscribió a la corriente fenomenológica de Husserl. En una primera etapa criticó la ética formalista kantiana desde la tesis de que todo juicio moral se basa en una asunción intuitiva de valores materiales que no se puede traducir a una regla racional. Su obra más representativa de este período es El formalismo en la ética y la ética de los valores materiales (1916). Justificó su posterior conversión al catolicismo en De lo eterno en el hombre (1921). Más adelante, sin embargo, derivó hacia planteamientos de mayor alcance ontológico, desde una perspectiva romántica cercana al panteísmo y bajo la influencia, también, del pragmatismo estadounidense. Así, en El puesto del hombre en el cosmos (1928), concibió el universo como resultado del enfrentamiento de dos principios, el espíritu (Geist) y el impulso vital (Drang) Max Scheler fue sin duda uno de los pensadores más sobresalientes de la Europa del primer tercio del siglo XX. A su muerte dijo Heidegger de él que era «la potencia filosófica más fuerte en la Alemania de hoy; no, en la Europa actual e incluso en la filosofía del presente en general…». Es

muy difícil pensar en gran parte de la Ética, de la Psicología o de la  Antropología del siglo XX sin el influjo de Scheler; también en Sociología, en Filosofía de la religión, y hasta en Teología moral las aportaciones de este autor fueron decisivas. Sin embargo, hay rasgos de la persona y obra de Scheler que suscitan a veces cierta incomodidad. Quizá los más relevantes sean su falta de sistematicidad y lo que podría llamarse su rebeldía. Quien se acerca a sus escritos enseguida advierte que su desbordante genialidad le lleva a saltar de un tema a otro, dejando sin desarrollar algunas tesis o enzarzándose en la discusión de otras. En segundo lugar, resalta su carácter polémico: sea en lo referente a las ideas, lo que le lleva a extremar las posiciones en liza; sea con respecto a la tradición religiosa,

sobre todo hacia el final de su vida. Con todo, es innegable que estamos ante uno de los más grandes y decisivos filósofos del siglo XX. Su modo de pensar gira en torno a los dos campos donde su influjo ha sido mayor: la ética de los valores y la antropología. Gracias al método fenomenológico, este autor descubre los objetos que dan sentido al vivir, especialmente al vivir moral: los valores. Describe nuestra relación con ellos en las diversas esferas psicológicas: la perceptiva, la tendencial y el amor. Todo ello configura el entramado de la vida ética, que se articula en forma personal: la persona trata de formarse según un modelo personal valioso. Y la cuestión de qué sea y cómo se transforma la persona abre el campo de la antropología, donde Scheler muestra muy diversa postura en distintas etapas de su vida. Con todo, hay que decir que Scheler aplicó el método fenomenológico a su pensamiento de un modo muy libre. No aparecen en sus escritos los pormenorizados análisis que vemos en Husserl, pero no carece de análisis originales también en la esfera del conocimiento, como los que lleva a cabo sobre la percepción interna, las formas del saber, la “funcionalización” de lo a priori o la más ancha idea que se hace de la famosa “reducción eidética”. Sin embargo, es muy fiel a la actitud

esencial de la fenomenología: su objetivo no es otro que explicar las cosas mismas fundándose en los hechos. Esto es, mantiene la convicción de que todo hecho puede vivirse, y que la descripción de esa vivencia constituye el mejor acceso a lo dado en ella. Descripción que permite descubrir leyes necesarias entre los actos y sus objetos, entre elementos de los actos y entre las notas de los objetos. Los objetos que pueblan el mundo en que vivimos poseen cualidades de lo más variadas: formas, tamaños, colores, sonidos, pesos, etc. Pues bien, Scheler sostiene que algunos objetos, la mayoría, poseen también otro tipo peculiar de cualidades: las cualidades de valor. Se trata de unas cualidades que no son naturales, como las enumeradas antes, pero tampoco son propiedades ideales que nos dejen indiferentes, como la inteligibilidad de una ley matemática o la complejidad de una teoría. Lo característico de esas propiedades reside en que nos hacen atractivos o repulsivos, en el sentido más general, los objetos que las ostentan. Son, pues, cualidades no naturales —en expresión de G.E. Moore—, pues lo mismo se presentan en un sabroso alimento como en una acción ejemplar. Y sobre todo, lo distintivo de ellas es teñir los objetos como agradables o desagradables, buenos o malos, amables u odiables; por ellos las cosas provocan y reclaman una respuesta afectiva por parte del sujeto. No, por tanto, una mera respuesta teórica (como un  juicio), ni siempre una respuesta práctica o volitiva (porque no siempre lo

considerado exige su realización); ante lo que posee esas cualidades vivimos una respuesta sentimental, emotiva, afectiva, un íntimo pronunciarse a favor o en contra. Además, por lo dicho, ese reclamo lo experimentamos como proviniendo de las cosas; son ellas las que portan preferibilidad. Con otras palabras, las cualidades de valor son propiedades intrínsecas. Scheler llega a mantener incluso no sólo que hay que fundarse en hechos, sino atenerse estrictamente a ellos, en el sentido de que todo  juicio ha de tener un hecho como criterio, y nada puede decirse, por tanto, de algo que no venga avalado por algún hecho vivido. «El que quiera llamar a esto “empirismo” puede hacerlo. La filosofía que se basa en la Fenomenología es en este sentido “empirismo”. Hechos y solamente hechos, no construcciones de un “entendimiento” arbitrario,

son su fundamento. Por hechos debe regirse todo juzgar, y los “métodos” son adecuados en tanto que conducen a principios y teorías conformes a los hechos.» Este extremo del llamado método fenomenológico fue y es, no obstante, discutido entre los seguidores de esa corriente. Pues aunque esta posición ancla a la filosofía en la realidad (y por ello Scheler, junto con casi todo el grupo de Gotinga, abandonó a Husserl en su transición al idealismo a partir de 1913), prohíbe toda consideración estrictamente metafísica. En cambio, según algunos fenomenólogos (como Hildebrand, Stein o Ingarden) con la aplicación de dicho método no está cerrado el paso a ulteriores desarrollos en el ámbito de lo trascendente a la experiencia humana. Por de pronto, el nuevo modo de intuición permite a este pensador adentrarse en dos regiones apenas exploradas, y descubrir en ellas novedosos contenidos: del lado de los objetos, saldrán a la luz los valores; del de los actos, los sentimientos intencionales y las tendencias con dirección de valor. 9. El hedonismo es aquella corriente filosófica que propone la consecución

del placer como objetivo supremo de lograr por identificarlo con el bien. Es decir, para los hedonistas, tal como se denomina a quienes sostienen esta filosofía de vida, el placer resulta ser el fin supremo de la vida y por tanto orientarán toda su existencia a la búsqueda del placer y la supresión de una cuestión que ciertamente se contrapone al placer: el dolor. De acuerdo al hedonismo todo aquello que hace el hombre resulta ser un medio para conseguir alguna otra cosa, únicamente al placer el hombre lo buscará por sí mismo.

Llevar a cabo una vida hedonista supone entre otras cuestiones y preceptos: tomarse un tiempo para el disfrute, darse gustos cuando los necesite, intentar no racionalizar tanto las emociones cuando son agradables, más bien disfrutarlas y listo, e incentivar la curiosidad. En tanto, la ambigüedad que per se presenta el concepto de placer genera que en muchas ocasiones pensadores y pensamientos que hablan de alguna manera sobre la primacía del placer sean colocados bajo el manto del hedonismo, aunque a veces los mismos no coincidan con esta corriente ética. Existen dos categorías de Hedonismo, el Hedonismo ético y el Hedonismo psicológico. La Escuela Cirenaica fundada por Aristipo de Cirene, entre los siglos IV y III A. C. es una de las escuelas clásicas de Hedonismo. Según Cirene el placer es el bien superior al que todo ser humano debe aspirar a conseguir y por tanto fue un notable promotor de las gratificaciones corporales en detrimento de las mentales y espirituales. Otra escuela clásica que sostiene el Hedonismo es el Epicureísmo, sin embargo, esta asocia al placer con la tranquilidad y sostiene que en la adquisición inmediata del placer se consigue reducir el deseo. Buena parte de las religiones condenan al Hedonismo por considerarlo preeminentemente inmoral. El Cristianismo, por ejemplo, lo condena porque se contrapone a su dogma principal: por sobre todas las cosas y ante todo amar a Dios y al prójimo. 10. En mi opinión, la felicidad es tan relativa como las cosas buenas y

malas. Puede que mi felicidad sea la infelicidad de alguien más. Para la mayoría de las personas la felicidad no tiene una definición universal, pero la perciben estrechamente vinculada a la riqueza, la belleza, la salud, la fama o el poder. Y al parecer todo mundo tiene una concepción errada, ya que percibimos de diferente forma la realidad, y lo qué para unos es felicidad, para otros, puede no serlo. Para mí la felicidad es amor, aunque el amor también es el principio de la infelicidad. Porque amar es sufrir y algunas personas para evitar el sufrimiento evitan enamorarse, pero entonces se sufre por no amar. Lo que nos lleva a la conclusión de que amar es sufrir y no amar también es sufrir, por lo que ser feliz, es por tanto sufrir; pero sufrir hace que uno no sea feliz. Así que uno nunca está feliz del todo En ese sentido, estoy de acuerdo con los hedonistas, debemos buscar el placer, porque el placer resulta ser el fin supremo de la vida y por tanto

orientarán toda nuestra existencia a la búsqueda del placer y la supresión del dolor, que ciertamente es el opuesto del placer y por tanto de la felicidad. Podemos decir que la felicidad es un estado avanzado del ser humano, el cual crea condiciones, complementa y combina unidades: entre espirituales, sensaciones físicas agradables del cuerpo y realización material. Esta combinación representa la calidad de vida más fructuosa y reconfortante que un ser humano puede experimentar. También se cree que la felicidad no es ni tiene porque ser permanente, sino que se constituye de momentos felices; por lo cual será más feliz quien acumule mayor número de momentos felices. Pero hay que aclarar que no todos os eventos agradables tienen por qué ser felices. Por tanto, resulta conveniente saber diferenciar entre un acto agradable y un acto feliz. Lo cual determina espacios en los cuales la persona no es feliz, por ende se puede deducir que nadie puede asegurar con propiedad que siempre ha sido feliz o infeliz. Y podemos decir que quienes decidimos, cual evento nos hace felices y cual no, somos nosotros mismos, porque nosotros somos quienes le asignamos la cualidad de positivo o negativo a cada acto a cada momento que vivimos.  Ahora bien entonces, por qué preguntamos: ¿qué es la felicidad?; si somos felices o no lo somos, si sería completamente diferente nuestro mundo si lo fuéramos. O si solo somos seres humanos infelices, insignificantes, carentes de valor, peleadores vanos, si tan solo nos rodeamos de cosas inútiles, nos satisfacemos con falsas ambiciones, con el dinero y la posición social. Si nos sentimos seres infelices, aunque podamos poseer conocimientos, dinero, propiedades, muchos hijos, automóviles, experiencia. Si somos seres humanos tristes, sufrientes, y debido a que sufrimos, deseamos la felicidad; y así nos dejamos arrastrar por aquellos que nos prometen esa felicidad tan codiciada, ya sea social, física, económica o espiritual. Yo creo que deberíamos dejar de pensar y de cuestionarlo todo y simplemente sentirlo, hacer lo que pensamos que nos hace feliz y si lo que nos hace feliz al mismo tiempo nos hace sufrir, entonces simplemente deberíamos hacer lo que nos hace sentir bien con nosotros, lo que nos hace sentir a gusto; después de todo, eso es felicidad.

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