Los Dones Del Espíritu - Derek Prince

January 16, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Tabla de contenido OTROS TÍTULOS DE Derek Prince Pagina del titulo La página de derechos de autor PARTE 1 - LA NATURALEZA DE LOS DONES CAPÍTULO 1 - LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO LOS NUEVE DONES DEL ESPÍRITU DONES DEL MINISTERIO Y DONES ESPIRITUALES TODOS LOS CREYENTES TIENEN DONES ESPIRITUALES ¿SE HAN RETIRADO LOS DONES DE LA IGLESIA? EL ÚLTIMO PROPÓSITO DE LOS DONES ESPIRITUALES CAPÍTULO DOS - CARISMA: Regalos de GRACIA LA NATURALEZA Y LA OBRA DE LA GRACIA DE DIOS La gracia es gratuita CARISMA EN TODO EL NUEVO TESTAMENTO LA VARIEDAD Y ABUNDANCIA DE LA GRACIA DE DIOS CAPÍTULO 3 - LA MANIFESTACIÓN DEL ESPÍRITU PARTE 2 - Dones DE REVELACIÓN CAPÍTULO 4 - UNA PALABRA DE SABIDURÍA COMPARANDO SABIDURÍA Y CONOCIMIENTO LA SABIDURÍA DE DIOS VERSUS LA SABIDURÍA DEL MUNDO UNA PALABRA DE SABIDURÍA VERSUS SABIDURÍA DIARIA UNA PALABRA DE SABIDURÍA DEFINIDA MANIFESTACIONES DE UNA PALABRA DE SABIDURÍA EN LAS ESCRITURAS EL TIEMPO ES ESENCIAL CAPÍTULO 5 - UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO DEFINIDA MANIFESTACIONES DE PALABRAS DE CONOCIMIENTO EN LAS ESCRITURAS PALABRAS DE CONOCIMIENTO SOBRE PERSONAJE Y UBICACIÓN UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO PARA LA PREPARACIÓN RESULTADOS DE UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO CAPÍTULO 6 - Discernimientos DE LOS ESPÍRITUS DISCERNIMIENTO DEFINIDO CULTIVAR EL DISCERNIMIENTO EL SIGNIFICADO DEL DISCERNIMIENTO DE LOS ESPÍRITUS MANIFESTACIONES DE DISCERNIMIENTOS DE ESPÍRITUS EN LAS ESCRITURAS RESULTADOS DEL DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS PARTE 3 - Dones DE PODER

CAPÍTULO 7 - Fe DIFERENTES TIPOS DE FE FE MILAGROSA LA NATURALEZA DE LA FE DE DIOS HABLAR LA PALABRA CON FE FE DIVINA DE MOSTAZA LA PALABRA EN EL CORAZÓN Y LA BOCA DOS FORMAS DE USAR LAS PALABRAS CON FE MANIFESTACIONES DE FE MILAGROSA EN EL NUEVO TESTAMENTO RESUCITANDO A LOS MUERTOS CON UNA PALABRA DE FE HABLAR JUICIO A TRAVÉS DE UNA PALABRA DE FE RESULTADOS DE UNA FE MILAGROSA CAPÍTULO 8 - DONES DE CURACIONES DISTINGUIR ENTRE CURACIONES Y MILAGROS LA NATURALEZA DE LOS DONES DE CURACIONES CURACIONES ESPECÍFICAS DE INDIVIDUOS RESULTADOS DE LOS DONES DE CURACIONES CAPÍTULO 9 - OBRAS DE MILAGROS LA NATURALEZA DE LAS OBRAS DE MILAGROS REFERENCIAS GENERALES A LOS MILAGROS EN LAS ESCRITURAS MILAGROS Y LIBERTAD MANIFESTACIONES DE MILAGROS ESPECÍFICOS MILAGROS Y ACTOS DE FE MILAGROS Y CURACIONES PARTE 4 - LOS DONES VOCALES CAPÍTULO 10 - CLASES DE LENGUA E INTERPRETACIÓN DE LENGUAS LOS DONES VOCALES TIPOS DE LENGUAS LENGUAS PÚBLICAS VERSUS PRIVADAS DIFERENTES TIPOS DE LENGUAS PARA LA ASAMBLEA PÚBLICA CUATRO CLASES DE LENGUAS LA INTERPRETACIÓN DE LENGUAS ORDEN Y VARIEDAD EN LA ASAMBLEA DE CREYENTES CAPÍTULO 11 - Profecía DESEAR Y BUSCAR PROFESÍA LA BASE ESCRITURAL DE LA PROFECÍA LA NATURALEZA DE LA PROFECÍA PROFECÍA Y OTROS DONES DEL ESPÍRITU EJERCER LA PROFECÍA EN UNA ASAMBLEA LOCAL CAPÍTULO 12 - CÓMO JUZGAR la profecía LOS PROFETAS NO DEBEN ACTUAR SOLOS LA NATURALEZA DE JUZGAR LA PROFECÍA PRINCIPIOS PRÁCTICOS PARA PROBAR LA PROFECÍA PARTE 5 - USO DE LOS DONES

CAPÍTULO 13 - CÓMO EJERCER LOS DONES ESPIRITUALES LA BASE PARA EJERCER CUALQUIER DON ES LA FE VERDADES QUE CONSTRUYEN FE PARA LOS DONES ESPIRITUALES INSTRUCCIÓN PRÁCTICA PARA EJERCER DONES ESPIRITUALES EQUIPADO PARA CADA BUEN TRABAJO SOBRE EL AUTOR,



Tabla de contenido OTROS TÍTULOS DE Derek Prince Pagina del titulo La página de derechos de autor

PARTE 1 - LA NATURALEZA DE LOS DONES CAPÍTULO 1 - LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO LOS NUEVE DONES DEL ESPÍRITU DONES DEL MINISTERIO Y DONES ESPIRITUALES TODOS LOS CREYENTES TIENEN DONES ESPIRITUALES ¿SE HAN RETIRADO LOS DONES DE LA IGLESIA? EL ÚLTIMO PROPÓSITO DE LOS DONES ESPIRITUALES CAPÍTULO DOS - CARISMA: Regalos de GRACIA LA NATURALEZA Y LA OBRA DE LA GRACIA DE DIOS La gracia es gratuita CARISMA EN TODO EL NUEVO TESTAMENTO LA VARIEDAD Y ABUNDANCIA DE LA GRACIA DE DIOS CAPÍTULO 3 - LA MANIFESTACIÓN DEL ESPÍRITU

PARTE 2 - Dones DE REVELACIÓN CAPÍTULO 4 - UNA PALABRA DE SABIDURÍA COMPARANDO SABIDURÍA Y CONOCIMIENTO LA SABIDURÍA DE DIOS VERSUS LA SABIDURÍA DEL MUNDO UNA PALABRA DE SABIDURÍA VERSUS SABIDURÍA DIARIA UNA PALABRA DE SABIDURÍA DEFINIDA MANIFESTACIONES DE UNA PALABRA DE SABIDURÍA EN LAS ESCRITURAS EL TIEMPO ES ESENCIAL CAPÍTULO 5 - UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO DEFINIDA MANIFESTACIONES DE PALABRAS DE CONOCIMIENTO EN LAS ESCRITURAS PALABRAS DE CONOCIMIENTO SOBRE PERSONAJE Y UBICACIÓN UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO PARA LA PREPARACIÓN RESULTADOS DE UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO CAPÍTULO 6 - Discernimientos DE LOS ESPÍRITUS DISCERNIMIENTO DEFINIDO CULTIVAR EL DISCERNIMIENTO EL SIGNIFICADO DEL DISCERNIMIENTO DE LOS ESPÍRITUS MANIFESTACIONES DE DISCERNIMIENTOS DE ESPÍRITUS EN LAS ESCRITURAS RESULTADOS DEL DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS

PARTE 3 - Dones DE PODER CAPÍTULO 7 - Fe DIFERENTES TIPOS DE FE FE MILAGROSA LA NATURALEZA DE LA FE DE DIOS HABLAR LA PALABRA CON FE FE DIVINA DE MOSTAZA LA PALABRA EN EL CORAZÓN Y LA BOCA DOS FORMAS DE USAR LAS PALABRAS CON FE MANIFESTACIONES DE FE MILAGROSA EN EL NUEVO TESTAMENTO RESUCITANDO A LOS MUERTOS CON UNA PALABRA DE FE HABLAR JUICIO A TRAVÉS DE UNA PALABRA DE FE RESULTADOS DE UNA FE MILAGROSA CAPÍTULO 8 - DONES DE CURACIONES DISTINGUIR ENTRE CURACIONES Y MILAGROS LA NATURALEZA DE LOS DONES DE CURACIONES CURACIONES ESPECÍFICAS DE INDIVIDUOS RESULTADOS DE LOS DONES DE CURACIONES CAPÍTULO 9 - OBRAS DE MILAGROS LA NATURALEZA DE LAS OBRAS DE MILAGROS REFERENCIAS GENERALES A LOS MILAGROS EN LAS ESCRITURAS MILAGROS Y LIBERTAD MANIFESTACIONES DE MILAGROS ESPECÍFICOS MILAGROS Y ACTOS DE FE MILAGROS Y CURACIONES

PARTE 4 - LOS DONES VOCALES CAPÍTULO 10 - CLASES DE LENGUA E INTERPRETACIÓN DE LENGUAS LOS DONES VOCALES TIPOS DE LENGUAS LENGUAS PÚBLICAS VERSUS PRIVADAS DIFERENTES TIPOS DE LENGUAS PARA LA ASAMBLEA PÚBLICA CUATRO CLASES DE LENGUAS LA INTERPRETACIÓN DE LENGUAS ORDEN Y VARIEDAD EN LA ASAMBLEA DE CREYENTES CAPÍTULO 11 - Profecía DESEAR Y BUSCAR PROFESÍA LA BASE ESCRITURAL DE LA PROFECÍA LA NATURALEZA DE LA PROFECÍA PROFECÍA Y OTROS DONES DEL ESPÍRITU EJERCER LA PROFECÍA EN UNA ASAMBLEA LOCAL CAPÍTULO 12 - CÓMO JUZGAR la profecía

LOS PROFETAS NO DEBEN ACTUAR SOLOS LA NATURALEZA DE JUZGAR LA PROFECÍA PRINCIPIOS PRÁCTICOS PARA PROBAR LA PROFECÍA

PARTE 5 - USO DE LOS DONES CAPÍTULO 13 - CÓMO EJERCER LOS DONES ESPIRITUALES LA BASE PARA EJERCER CUALQUIER DON ES LA FE VERDADES QUE CONSTRUYEN FE PARA LOS DONES ESPIRITUALES INSTRUCCIÓN PRÁCTICA PARA EJERCER DONES ESPIRITUALES EQUIPADO PARA CADA BUEN TRABAJO SOBRE EL AUTOR,



OTROS TÍTULOS DE Derek Prince Cita en Jerusalén (con Lydia Prince) Derek Prince sobre experimentar el poder de Dios ¿Necesita curarse su lengua? Entrar en la presencia de Dios Fe para vivir Rápido Botella de Medicina de Dios El plan de Dios para su dinero El remedio de Dios para el rechazo La voluntad de Dios para tu vida La gracia de ceder El Espíritu Santo en ti Cómo ayunar Juzgando con éxito: ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Cómo? Lucifer expuesto Pacto de matrimonio Recibir lo mejor de Dios Redescubriendo la Iglesia de Dios Curso bíblico de autoaprendizaje, edición básica Curso bíblico de autoaprendizaje, edición ampliada Dar forma a la historia mediante la oración y el ayuno Guerra espiritual Recibirás poder





A menos que se indique lo contrario, las citas de las Escrituras están tomadas de la Nueva Versión King James, © 1979, 1980, 1982, 1984 por Thomas Nelson, Inc. Usado con permiso. Todos los derechos reservados. Todas las citas bíblicas marcadas (KJV) están tomadas de la versión King James de la Santa Biblia. Las citas bíblicas marcadas (NASB) son de New American Standard Bible®, NASB®, © 1960, 1962, 1963, 1968, 1971, 1972, 1973, 1975, 1977 por The Lockman Foundation. Usado con permiso. (www.Lockman.org) Las citas bíblicas marcadas (NVI) son de la Santa Biblia, New International Version®, NIV®, © 1973, 1978, 1984 por la Sociedad Bíblica Internacional. Usado con permiso de Zondervan. Todos los derechos reservados. Todas las definiciones de palabras hebreas y griegas son del autor excepto dorea, capítulo 2, p. 28. Ver Concordancia Exhaustiva de la Biblia de Strong, # G1431, y New American Standard Exhaustive Concordance of the Bible (NASC), # G1431, © 1981 por The Lockman Foundation. Todos los derechos reservados. LOS DONES DEL ESPÍRITU: Entender y recibir el poder sobrenatural de Dios en su vida Ministerios Derek Prince PO Box 19501 Charlotte, Carolina del Norte 28219 www.derekprince.org ISBN-13: 978-0-88368-291-3 ISBN-10: 0-88368-291-5 Impreso en los Estados Unidos de América © 2007 por Derek Prince Ministries, International Whitaker House 1030 Hunt Valley Circle Nueva Kensington, PA 15068

www.whitakerhouse.com Datos de catalogación en publicación de la Biblioteca del Congreso Príncipe, Derek. Los dones del espíritu: comprender y recibir el poder sobrenatural de Dios en tu vida / Derek Prince. pags. cm. Resumen: “Explora la naturaleza y el funcionamiento de los nueve dones del Espíritu Santo enumerados por el apóstol Pablo en 1 Corintios 12” —Proporcionado por el editor. ISBN 978-0-88368-291-3 (trade pbk.: Alk. Paper) 1. Regalos, espirituales. I. Título. BT767.3.P75 2007 234'.13 — dc22 2007015559 Ninguna parte de este libro puede reproducirse o transmitirse de ninguna forma ni por ningún medio, electrónico o mecánico, incluidas fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de almacenamiento y recuperación de información, sin el permiso por escrito del editor. Dirija sus consultas a [email protected]. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 1214 13 12 11 10 09 08 07



PARTE 1

LA NATURALEZA DE LOS DONES



CAPÍTULO 1 LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO

Tl Nuevo Testamento describe al cristianismo como una forma de vida sobrenatural. Para ser miembros funcionales del cuerpo de Cristo, así como testigos más eficaces de Él en el mundo, necesitamos un entendimiento de los nueve dones sobrenaturales del Espíritu Santo y su operación en nuestras vidas. El apóstol Pablo enumeró estos dones en 1 Corintios 12: Hay diversidad de dones, pero el mismo Espíritu. Hay diferencias de ministerios, pero el mismo Señor. Y hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho de todos; porque a uno le es dada palabra de sabiduría por medio del Espíritu, a otro palabra de conocimiento por el mismo Espíritu, a otro fe por el mismo Espíritu, para a otro, dones de sanidad por el mismo Espíritu, a otro, la obra de milagros, a otro, profecía, a otro, discernimiento de espíritus, a otro, diferentes clases de lenguas, a otro, interpretación de lenguas. Pero un solo y mismo Espíritu obra todas estas cosas, distribuyéndolas a cada uno individualmente como Él quiere. (1 Corintios 12: 4-11)

Todos estos dones son sobrenaturales. Ninguno de ellos podría explicarse por el talento natural, la educación o la capacidad. Una palabra de sabiduría o conocimiento no es el tipo de sabiduría o conocimiento que proviene de pasar quince años en la universidad y tener tres títulos. Es sabiduría o conocimiento que nos da el Espíritu Santo. La curación no es el tipo de curación que administra el médico general o el cirujano, aunque respetamos la ciencia médica y estamos agradecidos por ella. Esta es una curación sobrenatural.

LOS NUEVE DONES DEL ESPÍRITU Veamos una traducción más literal de algunos de los dones del Espíritu del pasaje anterior para prepararnos para explorar cada uno de ellos con cierto detalle en los próximos capítulos. En el versículo ocho, donde la Nueva Versión King James dice: "Porque a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu, a otro palabra de conocimiento por el mismo Espíritu", en realidad no hay "el" en el griego. Por tanto, traduzco estos dones como "palabra de sabiduría" y "palabra de conocimiento". En el versículo diez, "para otro la obra de milagros" es literalmente "obra de milagros". Ambas palabras significativas están en plural. Asimismo, "discernimiento de espíritus" debe ser "discernimiento de espíritus".

El cristianismo es una forma de vida sobrenatural.

Por lo tanto, cuatro de los dones son de naturaleza plural: (1) dones de curaciones, (2) obras de milagros, (3) discernimiento de espíritus y (4) clases de lenguas. Reconocer la naturaleza plural de estos dones es importante para comprender cómo funcionan. Los nueve dones se dividen fácilmente en tres grupos de tres, bajo los títulos de Dones de revelación, Dones de poder y Dones vocales. Regalos de Revelación una palabra de sabiduría una palabra de conocimiento discernimientos de espíritus Regalos de poder fe dones de curaciones obra de milagros Dones vocales diferentes tipos de lenguas interpretación de lenguas profecía Durante muchos años, los maestros de la Biblia y los comentaristas han enumerado los dones espirituales en grupos de tres con el propósito de facilitar la referencia y clasificación: tres grupos, cada grupo contiene tres dones o manifestaciones. Esta agrupación en particular no es la única forma en que podemos ver los regalos, pero es una forma útil de organizarlos y nos ayuda a entenderlos con mayor claridad.

Una palabra de sabiduría, una palabra de conocimiento y el discernimiento de los espíritus son dones de revelación; transmiten una revelación que no podríamos recibir de otra manera. La fe, los dones de curaciones y las obras de milagros son dones de poder: hacen las cosas. También podrían llamarse dones dramáticos; son los regalos que realmente llaman la atención de la gente. Los diferentes tipos de lenguas, la interpretación de lenguas y la profecía son dones vocales porque necesariamente operan a través de las cuerdas vocales humanas.

DONES DEL MINISTERIO Y DONES ESPIRITUALES Para evitar confusión potencial, es importante considerar la relación y las diferencias entre los dones ministeriales, que se encuentran en Efesios 4:11, y estos nueve dones del Espíritu Santo. El contexto de los dones mencionados en Efesios 4:11 es el Cristo resucitado, porque leemos en los versículos ocho y diez: "'Subió a lo alto, llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres' ... El que descendió es también el que subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo". El versículo once especifica cinco dones principales que el Cristo resucitado le dio a la humanidad: "Él mismo dio a unos para que fueran apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros". Veamos los dones en dos columnas paralelas:

Estos dos grupos de dones se distinguen entre sí de tres formas.

La persona como regalo / El regalo dado a una persona Primero, con los dones ministeriales, el creyente mismo es el don que Cristo le dio a su iglesia. La redacción enfatiza esto: "Él mismo dio a algunos para que fueran apóstoles ..." Él no dio a algún “apostolado”, pero dio a algunos para que fueran apóstoles. Los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros son los dones ministeriales de Jesús a su iglesia porque la iglesia nunca puede ser lo que él pretende sin ellos. Por ejemplo, el apóstol Pablo fue el regalo de Jesús a los creyentes gentiles. En contraste, con los dones espirituales, el don se le da a la persona, quien luego puede ministrarlo a otros. Pablo escribió: “A uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu, a otro palabra de conocimiento por el mismo Espíritu…” (1 Corintios 12: 8). Por lo tanto, con los dones ministeriales, la persona es el don, y con los dones espirituales, la persona tiene el don.

Los dones sobrenaturales son manifestaciones breves, dramáticas y fascinantes.

El don como obra de vida / El don como manifestación breve En segundo lugar, con un don ministerial, cada aspecto del ministerio total constituye el don. Es como un atleta que corre la milla más rápido que cualquier otro. Toda su vida se centra en correr la milla. De manera similar, para la persona que es un don ministerial para la iglesia, toda su vida se centra en ser un apóstol, profeta, evangelista, pastor o maestro. Pablo a menudo comparó el ministerio cristiano con las actividades de los atletas porque hay mucho paralelo entre ellos en términos de la necesidad de entrenamiento, disciplina y dedicación. Un ministerio es una obra de por vida. Por otro lado, los nueve dones sobrenaturales son manifestaciones breves, dramáticas, brillantes y deslumbrantes que suceden y se acaban. Por ejemplo, una declaración profética puede durar segundos o minutos, y está completa. No es algo que ocurra todo el tiempo. Una palabra de sabiduría se produce en unos segundos. De repente, un hombre recibe una revelación que lo dirige a hacer algo que no podría haber sabido hacer mediante un entendimiento natural.

Cuando se da el don de discernimiento de espíritus, una persona puede ver de repente que hay un espíritu de orgullo o lujuria en alguien. El don espiritual es casi como un relámpago o un trueno. Está ahí, y luego se acaba.

Carácter esencial / Carácter no un requisito previo En tercer lugar, un don ministerial no se puede divorciar del carácter de una persona. Tiene que ser así debido a la naturaleza misma de los dones ministeriales; es esencial para su desarrollo. Por otro lado, con los dones espirituales, el carácter no está necesariamente involucrado. Parece que debería ser así, pero no siempre es así. Es importante que aprendamos esto o nos dirigiremos a una amarga decepción. A veces, la fe de las personas incluso se ve perjudicada cuando conocen a alguien cuyo carácter no parece coincidir con el don que está ejerciendo. Por ejemplo, si una persona es perezosa e irresponsable antes de recibir un don espiritual, puede ser igualmente perezoso e irresponsable después de recibir el don. Él puede ponerse de pie y profetizar como un ángel, pero lo mantendrá esperando cada cita que haga con usted. Mientras que Pablo escribió en Efesios 4:11, “[Cristo] mismo dio a algunos por ser… profetas”, también escribió en 1 Corintios 14:31, “Porque todos pueden profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean alentado." Todos los creyentes pueden ejercer el don espiritual de profecía. Sin embargo, Dios nunca dice que todos seremos profetas. Profetizar, en sí mismo, no le da el ministerio de un profeta, ni el carácter que necesariamente corresponde con un don ministerial. Sin embargo, si recibe un regalo sobrenatural, aumenta su responsabilidad. Y una persona responsable se comportará de tal manera que el regalo irá junto con el resto de lo que hace. Lo que encontramos es que no todos los que reciben un regalo asumen esa responsabilidad o son lo suficientemente maduros de esa manera. Para ayudarnos a comprender mejor este concepto, los dones del Espíritu Santo son como regalos debajo de un árbol de Navidad. No lleva mucho tiempo poner un regalo debajo de un árbol de Navidad o abrir un regalo. Estos son actos momentáneos. Una vez abrí un regalo de Navidad y descubrí que había recibido un limpiador de zapatos eléctrico, pero eso no me convirtió en una persona diferente de lo que era antes de recibir el limpiador de zapatos. No cambió ninguna parte de mi carácter.

Recibir un regalo sobrenatural aumenta tu responsabilidad.

Por favor no me malinterpretes. Ciertamente no es mi propósito menospreciar los regalos. Mi propósito es solo señalar las diferencias entre las diversas formas a través de las cuales operan la gracia de Dios (Su favor libre e inmerecido) y el Espíritu Santo, así como sus parámetros. Si pensamos que el mero ejercicio de un don espiritual hace espiritual a una persona, debemos recordar el burro de

Balaam. Esto nos traerá de nuevo a la tierra. Dios hizo que un burro hablara con el profeta porque el profeta no quiso escuchar a Dios. (Ver Números 22: 22-40.) La lección se puede resumir de esta manera: Si fueras un burro antes de profetizar, ¿sabes lo que serás después? Los dones espirituales por sí solos no cambian la naturaleza ni el carácter. Dios puede usar un burro como último recurso. Una vez más, esto no menosprecia los regalos, pero debemos darnos cuenta de que son regalos.

Los dones y el fruto del espíritu Otra forma de ver los dones y el carácter es darse cuenta de que los dones espirituales son una cosa y los frutos espirituales son otra. Hemos visto que hay nueve dones del Espíritu, y Gálatas 5: 22-23 revela que también hay nueve formas del fruto del Espíritu: “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad ["fe" KJV], mansedumbre, dominio propio. " Muchos cristianos pierden en cierta medida lo que Dios tiene para ellos al no hacer una distinción lógica muy básica entre los dones y el fruto del Espíritu. Dije antes que los regalos son como regalos debajo de un árbol de Navidad. También podemos decir que la diferencia entre los regalos y la fruta es como la diferencia entre los adornos de un árbol de Navidad y la fruta de un árbol de frutas. Poner un adorno en un árbol de Navidad solo toma un momento, y el adorno no es en realidad parte del árbol. Sin embargo, no se puede colocar una manzana en un manzano. Llega por un proceso de cultivo, crecimiento y maduración. Sabes que tomará un período considerable de tiempo para que ese manzano produzca manzanas que vale la pena comer. De manera similar, hay un proceso involucrado con el crecimiento del fruto espiritual. Tiene que cultivarse con trabajo, paciencia y habilidad. Sería absurdo esperar una manzana o una naranja ya preparada en un árbol. El apóstol Pablo escribió: “El labrador trabajador debe ser el primero en participar de la cosecha” (2 Timoteo 2: 6). El fruto no se produce sin trabajo. Creo que este es un hecho que a menudo pasamos por alto. Hablamos de fruto que crece de forma espontánea y sin esfuerzo. La fruta puede crecer por sí sola, pero en los mercados mundiales de hoy no es posible comercializar ningún tipo de fruta que simplemente se deja crecer sola. Toda fruta requiere un cultivo muy cuidadoso y, a menudo, intensivo que implica tiempo y cuidado. De manera similar, nadie llevará a la perfección el fruto espiritual si no lo cultiva. También debemos darnos cuenta de que un don del Espíritu no será tan eficaz como debería ser a menos que el fruto del Espíritu se cultive junto con él. Y el ejercicio del don puede producir un cambio de carácter, En 1 Corintios 13: 1-2, Pablo señaló que tener todos los dones del Espíritu sin amor no tiene ningún valor para la persona que los tiene. Sus declaraciones son muy interesantes porque los regalos aún pueden ser valiosos para alguien más. Si tengo el don de sanar y lo ejerzo sin amor, no me beneficia en nada, pero puede beneficiar a la persona que se sana. Oral Roberts relató un incidente sobre esto que nunca he olvidado. Una mujer lo estaba molestando después de una reunión. Ella estaba sobrepasando sus límites y corriendo tras él. Él le dijo: “La reunión está cerrada. No rezo por la gente en privado ". Ella se quedó pegada a él tanto tiempo que, finalmente, en un ataque de impaciencia, extendió la mano y la tocó, y ella se curó. A pesar de que ella fue sanada, él dijo: “No recibí ninguna bendición de eso; no me sirvió de nada. “El que ejerce el don no se beneficia de él si no se ejerce con amor. En ocasiones he tenido experiencias similares. ¡Me han sorprendido los resultados, considerando cómo me sentí! Pero Dios es más

grande que nosotros.

Una evidencia de que buscamos el amor es nuestro deseo por los dones espirituales.

Algunas personas dicen que no necesitan dones porque tienen fruto espiritual. La experiencia me ha enseñado a cuestionar cuánta fruta tiene la gente que habla así. Supongamos que alguien dice: “Tengo amor; No necesito regalos ". Esto es totalmente antibíblico porque la Biblia dice: “Persigue el amor y desea los dones espirituales” (1 Corintios 14: 1). Una de las evidencias de que buscamos el amor es que deseamos los dones espirituales. De hecho, los dones espirituales son las herramientas con las que actúa el amor. Los dones son el medio por el cual el amor se hace efectivo. El amor sin los dones queda en gran parte impotente y frustrado. Estoy seguro de que el amor nunca llevará al creyente a rechazar los dones de Dios. Mi respuesta a esa persona sería: “¿Qué vas a hacer con todo tu amor? ¿Cómo vas a ayudar a la humanidad con eso? Necesitas los dones para eso. ”Imagina a una madre sentada junto a su hijo enfermo y diciendo:“ Cariño, te amo, pero me voy a sentar aquí. No te voy a controlar la temperatura, no te voy a dar medicinas, no voy a llamar al médico, ni siquiera voy a rezar por ti. Pero te amo." ¿Cuánto amor tiene realmente esa madre? Ella tiene amor de palabra pero no de hecho. Una vez más, uno de los principales medios por los que el amor puede actuar son los dones del Espíritu Santo. Por ejemplo, si queremos edificar la iglesia porque amamos a la iglesia, entonces desearemos el don que más edifica a la iglesia, que es la profecía. O, si amamos a los enfermos, desearemos los dones que nos capacitarán para ministrar a los enfermos, que son dones de curaciones y obras de milagros. El amor bíblico siempre es muy práctico. No se sienta a usar frases bonitas; hace algo. No debemos ser unilaterales. Necesitamos tanto regalos como amor. Necesitamos tanto dones como frutos. Necesitamos tanto los dones espirituales como los dones ministeriales. Ninguno de estos sustituye a los demás. Los necesitamos a todos.

TODOS LOS CREYENTES TIENEN DONES ESPIRITUALES A medida que continuamos explorando la naturaleza de los dones espirituales, me gustaría abordar ciertas perspectivas que las personas tienen sobre los dones espirituales que son confusas y no bíblicas. La primera es que algunas personas creen que está mal hablar de que los creyentes “tienen” dones espirituales, como si esto indicara orgullo. Sin embargo, una persona no tiene nada de qué enorgullecerse cuando ha recibido un regalo. En primer lugar, como hemos visto, no lo hace diferente de lo que era antes de recibirlo. En segundo lugar, no tiene nada que lo haga diferente de los demás, excepto el regalo, y no es algo que venga de él o que haya salido y obtenido. Una persona puede tener un don y estar agradecido por él sin enorgullecerse de él. En segundo lugar, algunas personas no creen que los creyentes deban decir, por ejemplo, "Tengo el don de sanar". Piensan que si alguien se cura, la persona que fue curada recibió el regalo. O si se manifiesta la profecía, piensan que el destinatario obtuvo el regalo. Esta perspectiva puede tener un efecto muy confuso en la gente, y quiero señalar que en realidad no es bíblico. Si Dios te da a ti oa mí un regalo, tenemos la obligación de confesar que Él lo ha dado. Conozco hombres que obviamente tienen un don divino de curar pero que, para evitar controversias o críticas, no lo reconocen. Dicen: “Nunca he afirmado tener el don de curar. Dios sana." Es cierto que Dios sana, pero usa instrumentos humanos a través de los cuales curar. Veamos varios lugares del Nuevo Testamento que declaran específicamente que los creyentes tienen dones. Primera de Corintios 12: 7 dice: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho de todos” (énfasis agregado). Con el idioma griego, los tiempos verbales de los verbos son a menudo de vital importancia. En este versículo, el verbo es el tiempo presente continuo. “A uno se le da regularmente por el Espíritu una palabra de sabiduría”, y así sucesivamente. Una persona que tiene estos dones los manifiesta regularmente. "Teniendo, pues, dones distintos según la gracia que se nos ha dado, usémoslos" (Romanos 12: 6, énfasis agregado). “Cada uno tiene su don de Dios, uno en este modo y otro en aquel” (1 Corintios 7: 7, énfasis agregado).

“¿Todos tienen dones de curaciones? ¿Todos hablan con las lenguas? ¿Todos interpretan?(1 Corintios 12:30). Este es un versículo importante porque incluye uno de los dones que la gente duda en decir que tiene. Cuando Pablo escribió: "¿Todos tienen dones de sanidad?" claramente quiso decir que no todos lo hacen, pero algunos lo hacen. De lo contrario, habría sido una pregunta retórica sin sentido. Aquí hay una clara autoridad bíblica para que los creyentes digan: “Tengo dones de sanidad [o interpretación de lenguas, etc.]. Dios me los dio. No

me hace mejor de lo que era antes, pero debo decir que, por experiencia, se manifiesta regularmente a través de mí ".

Estás claramente en la voluntad de Dios de desear tener dones.

"Desee sinceramente los mejores regalos"(1 Corintios 12:31). Si no pudiéramos tener dones, no habría nada que desear. Está claro que estás en la voluntad de Dios de desear tener dones. "No descuides el don que hay en ti, que te fue dado por profecía con la imposición de las manos del anciano"(1 Timoteo 4:14, énfasis agregado), y “Te recuerdo que avives el don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos” (2 Timoteo 1: 6, énfasis agregado). Pablo le escribió a Timoteo de tal manera que está absolutamente claro que él consideraba que Timoteo tenía cierto don. Si el don está en ti, entonces lo tienes. “Según cada uno ha recibido un don, minístrelo unos a otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 Pedro 4:10, énfasis agregado). Pedro usó un lenguaje similar al de Pablo. No puedes ministrar lo que no tienes. Primero tienes que recibirlo. Pedro asumió que todos los cristianos tendrían dones, lo que nos permitió ministrarnos unos a otros. La pobreza real no tiene nada que aportar. Esa es la trágica condición de probablemente el 90 por ciento de los cristianos que asisten a la iglesia y profesan fe en Cristo. No han recibido lo que Dios les ha puesto a su disposición, por lo que no pueden darlo. Pero esta no es la voluntad de Dios. Ningún creyente en Jesucristo necesita estar sin su propia manifestación distintiva del Espíritu Santo. “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho de todos… pero un solo Espíritu hace todas estas cosas, Si bien todos los creyentes reciben dones distintos, esto no limita que el Espíritu Santo manifieste cualquier don a través de cualquier persona en el momento que Él quiera, porque todos los dones residen en Él. Por ejemplo, si se encuentra en una emergencia y alguien se está muriendo frente a usted, no tiene que pararse allí y decir: "No tengo el don de curar, así que no hay nada que pueda hacer". Si estás lleno del Espíritu Santo, potencialmente tienes todo en Él. No hay nada que impida que el Espíritu Santo manifieste el don de sanidad a través de usted en ese momento. Sin embargo, las Escrituras no justificarían que digas que tienes el don de sanar a menos que se manifieste regularmente en tu vida. Dios puede dar cualquier manifestación que sea necesaria a cualquier persona, pero esto no es lo mismo que tener el don. No diríamos que el burro de Balaam tenía el don de profecía. ¿Por qué? Porque sucedió en una sola ocasión. Por lo tanto, Pablo comenzó y terminó su lista de los dones del Espíritu recordándonos que, como creyentes, cada uno de nosotros tiene derecho a sus propias manifestaciones específicas del Espíritu Santo en su vida. Pablo no sugiere que Dios nos racione una sola manifestación. Pero si vivimos en nuestra

herencia espiritual, tenemos derecho a disfrutar de las manifestaciones del Espíritu Santo en nuestras vidas. Cualquier creyente que viva sin estas manifestaciones está viviendo por debajo del nivel de la provisión de Dios para su vida.

¿SE HAN RETIRADO LOS DONES DE LA IGLESIA? Algunas personas nos dicen que los dones fueron retirados de la iglesia después del primer siglo. Sin embargo, Pablo dijo que la iglesia debe ejercer los dones mientras espera el regreso del Señor Jesús. Doy gracias a mi Dios siempre por vosotros por la gracia de Dios que os fue dada por Cristo Jesús, que os enriqueció en todo por él, en toda expresión y en todo conocimiento, así como el testimonio de Cristo fue confirmado en vosotros, para que No falte en ningún don, esperando ansiosamente la revelación de nuestro Señor Jesucristo, quien también los confirmará hasta el fin, para que sean irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. (1 Corintios 1: 4-8, énfasis agregado)

Cuanto más se acerque el regreso del Señor, más necesitamos manifestar los dones. No hay una Escritura en la Biblia que sugiera que los dones sobrenaturales de la gracia de Dios serán retirados de la iglesia de Jesucristo. Cuando la iglesia, como la novia, vaya al encuentro de Jesús, el Novio, estará adornada con los regalos que Él le envió. La razón por la que algunos creyentes no tienen estas manifestaciones es que nunca han dado el paso vital de lo natural a lo sobrenatural. Creo que el primer paso esencial es el bautismo en el Espíritu Santo, acompañado por la manifestación milagrosa de hablar en otras lenguas. Una vez que haya entrado en el reino de lo sobrenatural, es la voluntad de Dios que continúe funcionando en ese reino. Los dones espirituales no son algo ajeno a una época pasada; tampoco están reservados para unos pocos gigantes espirituales o predicadores y misioneros en tierras extranjeras. El Nuevo Testamento revela los dones como parte del equipo espiritual para la vida cristiana normal de los creyentes de todas las edades hasta que Cristo regrese.

Los dones son un equipo para la vida cristiana normal.



EL ÚLTIMO PROPÓSITO DE LOS DONES ESPIRITUALES Cerremos este capítulo discutiendo el propósito de los dones desde el punto de vista de Dios. A menudo cometemos el error de ver Sus propósitos y provisión solo desde la perspectiva de lo que harán por nosotros. Por ejemplo, escucha a la gente decir sobre el bautismo en el Espíritu Santo: "Te sentirás maravilloso si recibes el bautismo". No te sentirás maravilloso todo el tiempo. A veces puede sentirse peor de lo que se había sentido antes porque puede darse cuenta de problemas, necesidades y fuerzas espirituales de las que no era consciente anteriormente. Otros pueden decir: “Te ayudará enormemente con tu estudio de la Biblia”, lo cual es cierto. O tal vez te digan: "Tendrás poder para presenciar". Este también es un resultado maravilloso del bautismo. Sin embargo, todas estas razones para recibir el bautismo en el Espíritu Santo están dirigidas a lo que hará por usted. "[En] un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo ”(1 Corintios 12:13). ¿Por qué? Hacernos miembros efectivos del cuerpo de Cristo. Esto glorificará a Dios. El Catecismo de Westminster incluye esta declaración: "¿Cuál es el fin principal del hombre?" Es "glorificar a Dios y disfrutarlo para siempre". Pocos de nosotros comprendemos el hecho de que el fin supremo de la vida es glorificar a Dios. Alguien me dijo una vez: "Si no existes para la gloria de Dios, no tienes derecho a existir". Esa es la verdad. Todo fue creado para el placer de Dios. ¿Por qué son importantes los dones espirituales? Es porque dan gloria a Dios. El libro de Efesios contiene algunas frases absolutamente impresionantes con respecto a esto. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo ... [nos ha] predestinado para adopción como hijos de Jesucristo para Él mismo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptado en el Amado… Que los que primero confiamos en Cristo seamos para alabanza de Su gloria. (Efesios 1: 3, 5-6, 12)

¿Cuál es el propósito final de Dios al adoptarnos como sus hijos? Para que seamos para "la alabanza de la gloria de su gracia". Me gusta la forma en que una versión traduce el final del versículo seis: "... que nos ha hecho bendecidos en el amado". La gracia se amontona sobre nosotros. La gracia se nos da cuando no la merecemos, haciéndonos objeto del favor especial de Dios. Somos el objeto de Su favor más que cualquier otra cosa en el universo debido a nuestra relación con Jesucristo. También me gusta la versión que leímos anteriormente, “Él nos ha hecho aceptados en el Amado”, porque aproximadamente una de cada cinco personas en Estados Unidos tiene un problema básico de sentirse rechazado. He ministrado a decenas de personas cuyo problema básico era que, debido a alguna

experiencia traumática en la vida, generalmente la falta de amor de los padres, han pasado por la vida sintiéndose no deseados. Sin embargo, los que somos los menos dignos, los que estábamos más lejos, somos los más cercanos. Todas las riquezas del favor de Dios han sido amontonadas sobre nosotros para que seamos para alabanza de la gloria de Su gracia por toda la eternidad. Aquí es donde los dones tienen un papel que jugar. Efesios 3:10 dice: "Con la intención de que ahora la iglesia dé a conocer la multiforme sabiduría de Dios a los principados y potestades en los lugares celestiales". La iglesia de Jesucristo debe ser la revelación para todo el universo de la sabiduría de Dios. Nuestra traducción al inglés dice "sabiduría múltiple", pero la palabra griega es aún más fuerte, y significa "sabiduría infinitamente variada". Nuestro ejercicio de los dones es una manera significativa en la que Dios cumple su propósito de dar a conocer su sabiduría infinitamente variada por la iglesia. En el próximo capítulo, veremos más de esta hermosa y vital conexión entre la gracia de Dios y los dones que nos concede.



CAPITULO DOS CHARISMA: GRACE Regalos

TLa palabra griega para "dones" y "dádiva" en 1 Corintios 12 es carisma. Los nueve dones enumerados allí no son los únicos dones de carisma mencionados en las Escrituras. Dondequiera que una determinada palabra se repita en las Escrituras, como lo hace el carisma, es como una cadena. Tiende a mostrarle pasajes que deben considerar juntos para obtener una imagen más completa de lo que Dios está tratando de revelar. Tener una comprensión de los otros tipos de dones de gracia nos permite poner los nueve dones en su perspectiva adecuada. Por ejemplo, en el último capítulo, vimos la relación entre los dones del Espíritu y los dones ministeriales. La palabra carisma se deriva del sustantivo griego básico charis. Charis normalmente se traduce como gracia. La gracia puede definirse como "el favor inmerecido de Dios hacia los que no lo merecen y lo que no lo merecen". Nada en nosotros presenta ninguna razón para la oferta de amor, misericordia y favor de Dios. Es Su gracia la que lo impulsa a hacerlo. Veamos varios hechos importantes sobre la naturaleza de la gracia de Dios que también se aplican a la naturaleza de Sus dones de gracia.

LA NATURALEZA Y LA OBRA DE LA GRACIA DE DIOS La gracia es gratuita Primero, la gracia es gratuita; no se puede ganar. El evangelio es una manifestación de la gracia de Dios; es Su favor hacia aquellos que no lo merecían, sino que merecían juicio y condenación por su pecado y rebelión. Aunque Dios recompensa fielmente a los que hacen el bien, esto no es gracia. La gracia está en un nivel completamente diferente al de la recompensa por el trabajo. Muchas personas religiosas piensan que tienen que hacer algo para ganarse la gracia de Dios y, lo que es peor, la mayoría piensa que han hecho algo para ganársela. Están equivocados en ambos aspectos. Nunca podemos hacer nada para ganarnos la gracia de Dios. Lo más difícil de comprender para una persona religiosa es que no tiene derecho alguno a la gracia de Dios. No podemos agradar a Dios más que estar dispuestos a aceptar Su gracia sin tratar de ganarla o ser lo suficientemente buenos.

La gracia se da mediante la soberanía de Dios En segundo lugar, la gracia de Dios es Su elección soberana. Tiene todo el derecho a hacer lo que quiera con él. Él no le debe a nadie una cuenta o explicación de las obras de Su gracia. El Señor dice: “Tendré misericordia de quien quiera misericordia, y tendré compasión de quien tenga compasión” (Romanos 9:15).

La gracia viene a través de Jesucristo En tercer lugar, la gracia tiene un solo canal; solo hay una forma en que llega a la raza humana, y es por Jesucristo. En Juan 1:17, leemos: “La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”. Dios no da gracia a nadie en ninguna situación o circunstancia aparte de Su Hijo.

Grace llega a los humildes Cuarto, la gracia se ofrece a un solo tipo de persona: la que es humilde. Tanto Santiago como Pedro citaron Proverbios 3:34 en sus epístolas: “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes” (Santiago 4: 6; 1 Pedro 5: 5). Nuevamente, si pensamos con orgullo que nos hemos ganado la gracia de Dios, no podemos recibirla. Debemos recibirlo sobre la base de reconocer humildemente que no lo hemos ganado.

La gracia viene a través de la fe Solo hay un medio por el cual se apropia la gracia, por el cual realmente puedes tenerla en tu vida y experiencia, y es la fe. Efesios 2: 8 dice: “Por gracia habéis sido salvos mediante la fe, y no de vosotros mismos; es el don de Dios ”. Incluso la fe la da Dios. No puedes jactarte de tener fe porque, hasta que Dios te la dio, no la tenías. Dios te ofrece Su gracia solo a través de Jesucristo; se ofrece solo a los humildes y se apropia solo por fe en él.

La gracia es administrada por el Espíritu Santo Solo hay un administrador o dispensador de la gracia de Dios: el Espíritu Santo. En Hebreos 10:29, se le llama el "Espíritu de gracia". El Espíritu administra la gracia de Dios así como administra todo lo que recibimos a través de Jesucristo.

CARISMA EN TODO EL NUEVO TESTAMENTO Con esta comprensión de la naturaleza de la gracia, o carisma, estamos en posición de ver cómo la gracia se aplica a los dones de gracia o carisma. Agregar "ma" a charis lo transforma de un sustantivo abstracto general en un sustantivo definido y específico. El carisma es la gracia hecha efectiva. Por lo tanto, un carisma es una forma, operación o manifestación específica de la gracia de Dios; es gracia puesta a disposición de una manera particular. Hay varios lugares en el Nuevo Testamento donde se usa la palabra carisma. Miremos esos casos para tener una mejor idea del significado de esta palabra y sus asociaciones para que podamos aplicarla a los nueve dones espirituales.

Carisma en romanos Cuando el apóstol Pablo estaba escribiendo a los cristianos en Roma, a quienes aún no había conocido en persona, dijo: "Anhelo verte para poder impartirles algún don espiritual [carisma]" (Romanos 1:11) . Paul no especificó qué obsequio o dones tenía en mente. Sin embargo, su uso de la palabra "espiritual" nos deja saber inmediatamente que se estaba refiriendo a los dones de los cuales el Espíritu Santo era el administrador a través de Jesucristo. En el quinto capítulo de Romanos, la palabra carisma aparece dos veces. En estos casos, se traduce como "don gratuito", lo que enfatiza especialmente su asociación con la gracia. Pablo estaba contrastando lo que le sucedió a la raza humana a través del pecado de Adán con lo que se le ofrece a la raza humana mediante la justicia de Jesucristo.

Un don espiritual es una manifestación específica de la gracia de Dios.

Pero el don gratuito [carisma] no es como la ofensa. Porque si por la transgresión de un solo hombre murieron muchos, mucho más abundó para muchos la gracia [charis] de Dios y el don [dorea] por la gracia [charis] del único Hombre, Jesucristo. (Romanos 5:15, énfasis agregado)

En este versículo, Pablo alineó directamente la gracia y el don: "la gracia de Dios" y "el don por la gracia de ... Jesucristo". La palabra griega para la segunda instancia de "regalo" en este versículo es dorea, que significa "gratificación". Tiene la connotación de algo dado libremente. Pablo enfatizó que el canal, que es solo a través de Jesucristo, "abundó para muchos". Y la dádiva [dorea] no es como la que recibió el que pecó. Porque el juicio que vino de una ofensa resultó en condenación, pero el don gratuito [carisma, el don gratuito de Jesucristo] que vino de muchas ofensas resultó en justificación. (Romanos 5:16, énfasis agregado)

Aunque la palabra carisma en realidad no se usa en el versículo 17, reconocemos el don específico del que hablaba Pablo. Porque si por la transgresión de uno reinó la muerte por uno, mucho más los que reciben abundancia de gracia y del don [dorea] de justicia reinarán en vida por medio del Uno, Jesucristo. (énfasis añadido)

El don gratuito sobre el que Pablo estaba escribiendo es la justicia. Es tremendamente significativo que el primer don de gracia especificado que se menciona en el Nuevo Testamento sea este don de justicia. Es la primera manifestación de la gracia de Dios en la vida de aquellos que vienen a Él a través de Jesucristo. Dios no puede hacer nada por nosotros hasta que nos haya hecho justos. La justicia es un don de gracia, un don gratuito inmerecido. O lo recibe

como regalo o no lo tiene. A continuación, llegamos a este conocido versículo: “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva [carisma] de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). Una vez más, Pablo estableció un contraste deliberado entre salario y dádivas de gracia, siendo el salario la recompensa debida por lo que hemos hecho. Si trabaja cinco días a la semana con un salario fijo determinado, al final de la semana se habrá ganado su salario. Esa es tu recompensa debida. Pablo dijo que la recompensa debida por los pecados que todos hemos cometido es la muerte. Si quieres justicia, puedes tenerla, porque Dios es justo. Pero la alternativa a la justicia es Su gracia, no lo que te has ganado, no lo que eres lo suficientemente bueno, no lo que has trabajado, sino la gracia gratuita e inmerecida de Dios, que es la vida eterna en Jesucristo nuestro Señor. En Romanos 8:10, Pablo dio la conexión entre la vida y la justicia. “Y si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto a causa del pecado [la vieja naturaleza adámica ha muerto], pero el Espíritu es vida a causa de la justicia”. Esta vida viene por el Espíritu Santo porque somos considerados justos. Dios no puede dar vida a los injustos. La vida eterna llega sobre la base de la justicia de Cristo que se nos imputa mediante la fe en él.

El carisma es un regalo incondicional de Dios para nosotros.

Pasando a Romanos 11:29, Pablo dijo: "Porque los dones [carisma] y el llamado de Dios son irrevocables". Cuando Dios ha dado un regalo, no cambia de opinión. Supongamos que le di un auto nuevo a una de mis hijas adultas. Si fuera realmente un regalo, no podría retirarlo posteriormente si ella hacía algo que desaprobaba. De lo contrario, solo sería un préstamo condicional. De la misma manera, cuando Dios nos da dones a usted y a mí, incluidos los dones del Espíritu, no se los quita, incluso si los hacemos mal. Somos responsables de lo que hacemos con ellos, pero como son regalos, no se revocan. Esto es cierto no solo para los dones de Dios, sino también para el llamado de Dios. He conocido a varias personas que tenían el llamado de evangelista. En muchos aspectos, sus vidas estaban completamente fuera de orden. Incluso podrían haber estado borrachos o haber actuado de manera inmoral. Sin embargo, cada vez que predicaran, los pecadores se salvarían. Puede preguntar: "¿Cómo puede Dios usar a personas así?" Es porque Dios les dio el regalo y nunca les quita lo que les ha dado. Si en algún momento recibir un regalo está condicionado a que sea lo suficientemente bueno para seguir teniendolo, entonces no es un regalo de gracia. No recibimos un regalo por ganarlo, merecerlo, o ser lo suficientemente bueno para ello. Y lo guardamos a menos que nosotros mismos lo dejemos ir deliberadamente, lo que puede suceder. Sin embargo, Dios nunca lo retira. Entender que el carisma es un don incondicional

es vital para recibir y ejercitar los dones espirituales. Note que Pablo alineó la palabra don con la palabra gracia. En Romanos 12: 6-8, escribió: Entonces, teniendo dones [carisma, dones de gracia] diferentes según la gracia [charis] que nos es dada, usémoslos: si profecía, profeticemos en proporción a nuestra fe; o ministerio, usémoslo en nuestro ministerio; el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en exhortación; el que da, con generosidad; el que dirige, con diligencia; el que muestra misericordia, con alegría. Paul enumeró siete tipos específicos de carisma. La primera es la profecía. El segundo es el ministerio. La palabra griega para ministerio significa “servir”, principalmente en el ámbito práctico. Está relacionado con la palabra de la que se deriva el término diácono. Esta es esencialmente una forma de servicio en el ámbito material de la vida. A continuación, enumeró la enseñanza, la exhortación, el dar y el liderazgo. La palabra griega para dar se refiere a compartir, pero significa compartir de nuestra sustancia material o nuestras finanzas. La palabra griega para liderar es proistemi, que significa "estar a la cabeza" o "a la cabeza de". (Véase también 1 Tesalonicenses 5:12; 1 Timoteo 3: 4-5, 12; 5:17.) En 1 Timoteo 3, hay un paralelo directo entre un hombre que gobierna a su familia y un hombre que gobierna la iglesia, porque Pablo dijo , “Un obispo [“ supervisor ”NASB] entonces debe ser ... uno que gobierne [proistemi] bien su propia casa, tener a sus hijos en sumisión con toda reverencia (porque si un hombre no sabe cómo gobernar [proistemi] su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?) ". La autoridad de un padre en su familia, por lo tanto, es un modelo para la autoridad de un líder en la iglesia. Por último, tenemos el don de mostrar misericordia. Me encanta enfatizar que mostrar misericordia es un carisma específico. No todos los dones de carisma son dramáticos. Mucha gente busca solo lo sensacional. Millones de personas en este mundo necesitan que alguien les muestre misericordia. Hay muchas personas solitarias que anhelan que alguien les extienda su bondad. Hemos recibido la misericordia de Dios y tenemos la obligación de mostrar Su misericordia. La iglesia primitiva asumió regularmente la responsabilidad de cuidar a los pobres. La mayoría de las iglesias modernas tienen un comité para todo menos para el cuidado de los pobres. Este es un ministerio de gracia que está muy descuidado. Pero estos son todos los tipos de carisma que deben ser ministrados por los creyentes en la iglesia.

No puede ganar regalos de gracia, solo puede recibirlos.

Carisma en 1 y 2 Corintios El libro de 1 Corintios probablemente tiene el mayor número de apariciones de la palabra carisma, aunque Romanos se acerca mucho. Primero, Pablo le dijo a la iglesia de Corinto: “No te faltan dones [carisma], esperando ansiosamente la revelación de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 1: 7). “Quedar corto” significa faltar. Pablo le dijo a esta iglesia, que tenía algunos problemas morales muy serios, en efecto, “Me alegra que no te falte ningún don. Todo carisma se manifiesta entre ustedes ". Piense en los muchos problemas de esta iglesia de Corinto. Por ejemplo, hubo una inmoralidad abierta: un hombre se había llevado a la esposa de su padre. Sin embargo, de las palabras de Pablo, podemos ver que los creyentes, sin embargo, todos tenían dones de gracia. ¿Por qué? Una vez más, no los tenían por merecerlos. He notado que las personas que no son religiosas a menudo tienen mucha más fe para apropiarse de los dones de gracia de Dios cuando escuchan sobre ellos porque nunca se preocupan por tratar de ganárselos; saben que no pueden hacer eso. En contraste, a las personas buenas y religiosas a menudo les resulta muy difícil recibir dones de gracia porque todavía piensan en el fondo de sus mentes en algún lugar, tengo que hacer algo para ganar esto. El ministerio de Pablo a los corintios nos recuerda que recibir un regalo no necesariamente cambia el carácter de una persona. Dios quiere cambiar nuestro carácter para que seamos como Su Hijo Jesucristo, pero esa no es la base sobre la cual recibimos los dones. No recibimos regalos porque somos buenos; los recibimos por fe. En 1 Corintios 7: 7-8, Pablo escribió: Porque desearía que todos los hombres fueran igual que yo. Pero cada uno tiene su propio don [carisma] de Dios, uno en esta forma y otro en aquella. Pero yo digo a los solteros y a las viudas: Bueno les es si permanecen como yo. ¿A qué don particular o manifestación de la gracia de Dios se estaba refiriendo Pablo en su propia vida? Fue el celibato, la capacidad de vivir soltero. Dijo, en efecto, "Ojalá todos tuvieran este don para poder servir al Señor a tiempo completo, pero me doy cuenta de que no todos lo tienen". Cada persona tiene su propia manifestación particular de la gracia de Dios que le permite hacer lo que Dios le ha llamado a hacer. No es bueno que una persona que no tiene este don trate de vivir como si lo tuviera. Pero quiero que noten que Pablo afirmó esto como un don de gracia. En 1 Corintios 12: 4, Pablo escribió: "Hay diversidad de dones [carisma], pero el mismo Espíritu". Como mencionamos anteriormente, hay muchos dones diferentes, pero es el Espíritu Santo quien los dispensa todos. Luego, Pablo enumeró nueve dones de gracia específicos, que son el enfoque de este libro. Porque a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu, a otro palabra de conocimiento por el mismo Espíritu, a otro fe por el mismo Espíritu, a otro dones de curaciones por el mismo Espíritu, a otro la obra de milagros, para otra profecía, a otra discernimiento de espíritus, a otra diferentes clases de lenguas, a otra interpretación de lenguas.

(vv. 8-10)

Un poco más tarde, Pablo dijo: “Pero anhela los mejores dones [carisma]” (v. 31). La gente no puede desear regalos si no sabe cuáles son los regalos. Pablo asumió que los cristianos se familiarizarían con los dones de Dios, con lo que está disponible para ellos. Tenga en cuenta que cuando dijo que deseara los mejores dones, no estaba fomentando el orgullo. Los dones de gracia se dan solo a los humildes. El deseo de recibir dones espirituales, en sí mismo, no está mal. Para entender lo que Pablo quiso decir con los "mejores dones", necesitamos ir al versículo veintiocho, donde dijo: "Y Dios ha designado a estos en la iglesia: primero apóstoles, segundo profetas, tercero maestros, después milagros, luego dones de curaciones, ayudas, administraciones ["gobiernos" KJV], variedades de lenguas ". Pablo especificó ocho funciones o ministerios específicos en la iglesia: apóstoles, profetas, maestros, milagros, dones de sanidad, ayudas, administraciones o gobiernos y variedades de lenguas. Al resumir su enseñanza, Pablo dijo que deseara lo mejor. Entonces, ¿qué regalos son los mejores? Dudo que Pablo dispusiera estos dones en orden de mérito. No creo que se pueda hacer una lista absoluta y decir que este es el orden de su importancia. Los mejores regalos son aquellos que mejor cumplen la función para la que fueron entregados. Por lo tanto, cualquier regalo que satisfaga su situación y circunstancias en ese momento es el mejor regalo.

Cualquier regalo que satisfaga su situación en ese momento es el mejor regalo.

En el siguiente pasaje se menciona un tipo de carisma completamente diferente. Pablo se refería a cierta experiencia en su propio ministerio misionero. Sí, teníamos la sentencia de muerte en nosotros mismos, para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos, que nos libró de tan gran muerte, y nos libra; en quien confiamos que aún nos librará, ustedes también ayudando juntos en la oración por nosotros, para que muchas personas den gracias en nuestro nombre por el don [carisma] que se nos ha concedido a través de muchos. (2 Corintios 1: 9-11)

Pablo se estaba refiriendo a la liberación milagrosa de un peligro extremo, y lo llamó un regalo; fue una manifestación de la gracia de Dios. Posiblemente, Paul estaba hablando de la situación en Listra cuando fue apedreado y arrastrado fuera de la ciudad por sus enemigos y dado por muerto, pero luego se levantó y se alejó como si nada hubiera pasado. (Ver Hechos 14: 8-20.) Esa intervención sobrenatural de Dios fue un regalo de gracia, y vino en respuesta a las oraciones de muchos. Es importante entender que una intervención repentina, dramática y sobrenatural de Dios, contrariamente a todo lo que normalmente podríamos esperar, es un regalo dado por la gracia de Dios para satisfacer las necesidades de una situación particular.

El contexto de los comentarios de Pablo parecería indicar que la intervención milagrosa normalmente viene en respuesta a las oraciones de un grupo más que como una manifestación en la vida de un individuo en particular. Como escribió Pablo: “También vosotros ayudáis juntos en oración por nosotros, para que muchas personas den gracias en nuestro nombre por el don que nos ha sido concedido por medio de muchos” (2 Corintios 1:11). Otro ejemplo obvio de intervención divina y milagrosa en respuesta a las oraciones de un grupo es cuando Pedro fue sacado de prisión la noche antes de ser ejecutado, lo cual se registra en Hechos 12. Claramente, esta intervención de Dios debe caer en el misma categoría que un regalo porque no se ganó. Fue la gracia soberana de Dios que se inclinó en un momento crítico para salvar la vida de Pedro. Si consideramos los dones de gracia bajo esta luz, muchos de nosotros podemos mirar hacia atrás en una intervención sobrenatural y milagrosa en respuesta a una oración que cumple con los requisitos de un carisma.

Carisma en 1 y 2 Timoteo En 1 Timoteo 4:14, Pablo le dio un consejo a Timoteo, a quien antes llamó su “hijo en la fe” (1 Timoteo 1: 2): “No descuides el don [carisma] que hay en ti, que fue dado a ustedes por profecía con la imposición de las manos del anciano ”. En 2 Timoteo 1: 6, se dio una exhortación muy similar: “Te recuerdo que avives el don [carisma] de Dios que está en ti por la imposición de mis manos”. Aparentemente, Timoteo era bastante propenso a permitir que la timidez le impidiera ejercer el don que Dios le había dado. Por lo tanto, Pablo encontró necesario en cada una de estas epístolas exhortarlo, en efecto, “No dejes que ese don permanezca dormido; no se contente con ministrar como si no tuviera este don en particular. Revuelva; úselo. Te fue dado por Dios para Su gloria y para cumplir Sus propósitos, y eres responsable de lo que haces con él ". Asimismo, somos responsables de lo que hacemos con los dones de gracia de Dios en nuestras vidas.

Carisma en 1 Pedro El ejemplo final del carisma en el Nuevo Testamento está en 1 Pedro 4:10: “Cada uno según el don [carisma] ha recibido, minístrelo a los demás, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”. Pedro no esperaba que ningún cristiano careciera de dones de gracia. Indicó que cada creyente recibiría dones y, sobre la base de lo que había recibido, podría ministrar a otros. Si los cristianos van a ministrar, por lo tanto, primero deben recibir. Grandes sectores de la iglesia contemporánea parecen no tener nada que ofrecer. El predicador puede predicarles y exhortarlos a hacer esto y aquello, pero si no tienen nada con qué hacerlo, ¿cómo pueden hacerlo? Uno de los problemas básicos de la iglesia cristiana hoy es que operamos en lo natural. Confiamos en la educación, los antecedentes, el entorno social, etc., más que en la gracia y el poder de Dios. Si permitiéramos que Dios nos diera dones de gracia, que no tenemos que ganar ni para los que calificamos con educación, capacitación o experiencia en seminario, estaríamos en posición de ministrar a otros.

LA VARIEDAD Y ABUNDANCIA DE LA GRACIA DE DIOS Hay un total de veintiséis tipos de carisma o dones de gracia mencionados en el Nuevo Testamento, sin contar los que se repiten. Hemos examinado varios de ellos. Muchas se mencionan directamente en las Escrituras, mientras que otras se infieren. 1. justicia (ver Romanos 5: 15-17) 2. vida eterna (Romanos 6:23) 3. profecía (Romanos 12: 6; 1 Corintios 12:10) 4. ministerio [servir] (Romanos 12: 7) 5. enseñanza (Romanos 12: 7) 6. exhortación (Romanos 12: 8) 7. dar (Romanos 12: 8) 8. liderar (Romanos 12: 8) 9. mostrar misericordia (Romanos 12: 8) 10. celibato (ver 1 Corintios 7: 7) 11. una palabra de sabiduría (1 Corintios 12: 8) 12. una palabra de conocimiento (1 Corintios 12: 8) 13. fe (1 Corintios 12: 9) 14. dones de curaciones (1 Corintios 12: 9) 15. Obra de milagros (1 Corintios 12:10) 16. discernimiento de espíritus (1 Corintios 12:10) 17. diferentes tipos de lenguas (1 Corintios 12:10) 18. la interpretación de lenguas (1 Corintios 12:10) 19. apóstol (1 Corintios 12:28) 20. profeta (1 Corintios 12:28) 21. maestro (1 Corintios 12:28) 22. ayudas (1 Corintios 12:28) 23. administraciones [gobiernos KJV] (1 Corintios 12:28) 24. evangelistas (Efesios 4:11) 25. pastores (Efesios 4:11) 26. intervención milagrosa (2 Corintios 1:11) A lo largo de este libro, mientras analizamos en profundidad los nueve dones espirituales, la palabra que quiero que siempre tenga en cuenta es gracia: las riquezas de la gracia de Dios, la abundancia de la gracia de Dios, la variedad de la gracia de Dios. En este capítulo, entré en algunos detalles sobre el uso frecuente del carisma en el Nuevo Testamento para incitarte a creer que Dios también tiene en abundancia para ti. Dios nunca hizo dos copos de nieve o conjuntos de huellas digitales iguales. De manera similar, no hay dos cristianos idénticos porque Dios tiene suficiente gracia, dones, variedad y abundancia para todos nosotros. Si vives con raciones limitadas de gracia, Dios no te está

racionando, ¡te estás racionando a ti mismo! Abre tu corazón y tu vida para recibir sus abundantes dones de gracia.



CAPÍTULO 3 LA MANIFESTACIÓN DEL ESPÍRITU

SDado que hay veintiséis casos distintos de la palabra carisma en las Escrituras, la pregunta natural es: "¿Por qué los nueve dones mencionados en 1 Corintios 12 se encuentran en una categoría especial propia?" Para usar términos científicos, podemos pensar en el carisma como un "género" (una clase o categoría) y estos nueve dones como una "especie" en ese género. Esto lleva a una segunda pregunta: "¿Cuál es la característica distintiva de estos dones?" La respuesta se puede encontrar en el versículo que introduce la lista: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho de todos” (1 Corintios 12: 7). Obviamente, estos regalos tienen un propósito útil, práctico y rentable. Alguien ha dicho: "Los dones del Espíritu Santo no son juguetes, son herramientas". Sin embargo, creo que la palabra clave que distingue a estos nueve de todos los demás dones de gracia es "manifestación". La manifestación se refiere a una revelación abierta a los sentidos, como el ojo o el oído. El cuerpo físico del creyente en Jesucristo es un templo en el que habita la persona del Espíritu Santo. El apóstol Pablo dijo: "¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en vosotros?" (1 Corintios 6:19). Sin embargo, el Espíritu Santo dentro de ese templo es invisible; Su presencia no puede ser percibida por ninguno de los cinco sentidos. Estas nueve manifestaciones distintivas del Espíritu son, por lo tanto, evidencia del Espíritu invisible que habita en un creyente. Son formas en las que el Espíritu Santo invisible se manifiesta en ese creyente. Cada uno de estos dones es perceptible por los sentidos de una forma u otra. Jesús le enseñó a Nicodemo sobre el Espíritu Santo en términos del viento: “El viento sopla donde quiere y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que es nacido del Espíritu ”(Juan 3: 8). Ninguno de nosotros ha visto jamás el viento; su naturaleza es ser invisible. Sin embargo, sabemos cuándo sopla el viento porque vemos las cosas que hace el viento: las hojas se desprenden de los árboles, todos los árboles se doblan en una dirección particular, las nubes se escabullen por el cielo, el polvo se arremolina en las calles, etc. Estas son manifestaciones del viento. De manera similar, nadie ve al Espíritu Santo morando en un creyente, pero las cosas que el Espíritu Santo hace desde dentro de ese creyente son manifestaciones de Su presencia. Son una revelación distintiva de que Él está allí y opera de maneras específicas.

Los dones espirituales tienen fines útiles, prácticos y rentables.

Algunos cristianos tienen la idea de que el Espíritu Santo es tan sagrado, invisible y espiritual que nunca puedes acercarte a Él, sentirlo o experimentarlo. Esto no es correcto. Es importante entender que es bíblico hablar sobre las manifestaciones del Espíritu Santo. El Espíritu Santo ha hecho mucho que era perceptible para la gente. Me gustaría ilustrar este hecho a partir de dos pasajes del Nuevo Testamento. Hechos 2 describe los eventos del día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió del cielo para establecer su morada entre los miembros de la iglesia recién formada de Jesucristo en la tierra. Claramente hubo manifestaciones del Espíritu Santo en ese día. Cuando llegó el día de Pentecostés, todos estaban unánimes en un mismo lugar. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. Entonces se les aparecieron lenguas divididas, como de fuego, y uno se sentó sobre cada uno de ellos. Y todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba expresión. (Hechos 2: 1-4)

Los creyentes fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas, nuevos idiomas que no habían aprendido. Fueron estas manifestaciones del Espíritu las que atrajeron a la gran multitud de personas a escuchar el sermón que Pedro predicó posteriormente (véanse los versículos 14-40), que llevó a tres mil personas al punto de la fe en Jesucristo (véase el versículo 41). Si no hubiera habido ninguna manifestación, nadie más allá de los discípulos habría reconocido que el Espíritu Santo había venido. El Espíritu Santo se conoce a través de sus manifestaciones. Cuando Pedro estaba llegando al punto culminante de su mensaje, después de haber predicado acerca de Jesús, el curso de Su ministerio, Su muerte, Su resurrección y Su ascensión al cielo, dijo: A este Jesús que Dios ha resucitado, del que todos somos testigos. Por tanto, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, derramó esto que vosotros veis y oís. (Hechos 2: 32-33, énfasis agregado)

La gente no vio ni escuchó al Espíritu Santo mismo, pero vieron y oyeron lo que hizo en y a través de los creyentes en quienes había venido a morar. Es interesante notar la palabra "esto" en el versículo treinta y tres: "esto que ahora ves y oyes". La palabra en realidad se usa varias veces en Hechos 2. Primero, leemos, Cuando ocurrió este sonido, la multitud se reunió y se confundió, porque todos los escuchaban hablar en su propio idioma. Entonces estaban todos asombrados y maravillados, y se decían unos a otros: “Miren, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Y cómo es que escuchamos, cada uno en su propio idioma en el que nacimos? " (vv. 6-8, énfasis agregado)

Fue el sonido lo que atrajo a la multitud. El sonido es una manifestación; se

puede reconocer a través del sentido del oído. El versículo es específico en cuanto a lo que asombró a la multitud. Escucharon a estos pescadores galileos hablar idiomas que reconocían, pero sabían que los galileos no conocían, idiomas que nunca habían aprendido por medio del entendimiento o la educación natural. Este es el punto en cuestión. Continuando, leemos: “Entonces estaban todos asombrados y perplejos, y se decían unos a otros: '¿Qué significa esto?'” (V. 12, énfasis agregado). ¿A qué se refiere esto? Se refiere a los discípulos hablando en idiomas que no conocían. Algunas de las personas respondieron diciendo, en efecto: “Estos hombres están borrachos. ¿Para qué los estás escuchando? " (Vea el versículo 13.) Peter se puso de pie y los enderezó: Varones de Judea y todos los habitantes de Jerusalén, que sepan esto y escuchen mis palabras. Porque éstos no se emborrachan, como suponéis, ya que sólo es la tercera hora del día [Nadie se emborracha a las nueve de la mañana]. Pero esto es lo que dijo el profeta Joel…. (Hechos 2: 14-16, énfasis agregado)

"Esta"se refiere a lo mismo, el hablar en otros idiomas. ¿Qué dijo Pedro sobre este hablar en otros idiomas? “Esto es lo que dijo el profeta Joel: 'Y sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne'” (vv. 16-17). Él estaba hablando del derramamiento prometido del Espíritu Santo, predicho por medio del profeta. Pedro volvió a usar la palabra "esto" al final de su declaración: "[Jesús] siendo exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, derramó esto que ahora ves y escucha ”(v. 33, énfasis agregado). Este incidente del primer derramamiento del Espíritu Santo muestra que cuando el Espíritu Santo viene a morar en el creyente, producirá manifestaciones de ese creyente que se pueden ver y oír, que son perceptibles por los sentidos. Esta es en realidad la evidencia de que Él ha venido. Note lo que Pablo dijo acerca de su propia predicación y ministerio en 1 Corintios: Y yo, hermanos, cuando vine a ustedes, no vine con excelencia de habla ni de sabiduría para declararles el testimonio de Dios. Porque decidí no saber nada entre ustedes, excepto a Jesucristo y al crucificado. Estuve contigo en la debilidad, en el miedo y en mucho temblor. Y mi discurso y mi predicación no fueron con palabras persuasivas de sabiduría humana, sino en demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. (1 Corintios 2: 1-5)

Mucha gente imagina que Pablo fue un gran predicador, pero la Escritura contradice esta idea. Él dijo: "Mi discurso y mi predicación no fueron con palabras persuasivas de sabiduría humana". En 2 Corintios 10:10, citó a sus enemigos diciendo que su presencia corporal era débil y su habla despreciable. Creo que Peter fue un predicador tremendo, pero Paul no fue una "personalidad de púlpito" en absoluto. No era un gran orador. ¿Cómo produjo sus resultados? No fue por la educación que recibió a los pies del reconocido maestro judío Gamaliel. (Vea Hechos 5:34; 22: 3.) Pablo dijo:“Yo ... no vine con excelencia de habla ni de sabiduría para declararles el testimonio de Dios. Porque decidí no saber nada entre vosotros sino a Jesucristo y al crucificado ”(1 Corintios 2: 12). No era una audacia poco común. Les dijo a los corintios: "Yo estaba con ustedes en debilidad, con miedo y con mucho temblor" (v. 3). En Hechos 18: 1-

11, leemos que la vida de Pablo estaba en peligro cuando estaba en Corinto y tenía miedo. Pero el Señor le habló en una visión y le dijo: “No temas, habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y nadie te atacará para lastimarte; porque tengo mucha gente en esta ciudad ”(vv. 9-10).

Todo creyente debe tener una experiencia personal del poder de Dios.

Entonces, ¿cómo produjo Pablo sus resultados? Su predicación fue “en demostración del Espíritu y de poder” (1 Corintios 2: 4). La palabra "demostración" se corresponde exactamente con la palabra manifestación que hemos estado viendo. El secreto del ministerio de Pablo no era la oratoria, la educación o incluso el coraje, sino la manifestación del poder sobrenatural de Dios: la demostración de la obra del Espíritu Santo en su vida. Asimismo, los creyentes deben demostrar el poder del Espíritu Santo a través de los dones sobrenaturales que Pablo enumeró en el capítulo doce de 1 Corintios. Pablo dijo que el propósito de esta demostración o manifestación es “que vuestra fe no esté en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Corintios 2: 5). La fe de todo cristiano verdadero no debe basarse en argumentos intelectuales o filosóficos, ni en la formación y los títulos de seminario, aunque pueden tener su lugar, sino en la experiencia personal del poder de Dios. Cuando era misionero en África Oriental, llegué a una especie de crisis al ministrar a los estudiantes africanos a quienes estaba capacitando para ser maestros. Dijeron que sí a todo lo que dije, pero nunca supe cuánto creían realmente; el problema era demasiada aquiescencia. Un día me paré frente a los estudiantes en una asamblea y les dije: “Quiero agradecerles que sean tan cooperativos y obedientes y estén dispuestos a hacer lo que les pedimos. Sé la razón por la que. Tu educación depende de nosotros y quieres educación; es tu dios ". Luego dije: "En la mente de la mayoría de ustedes, todavía queda un gran signo de interrogación". Cuando dije eso, comenzaron a mirarme. “La pregunta en sus mentes es la siguiente: ¿Es la Biblia un libro para africanos que pueden leer y en el que pueden confiar, o es simplemente un libro de hombres blancos que alguien ha traído de otro país? que no se relaciona realmente con los africanos? Muchos de sus propios ancianos africanos le están diciendo que es solo un libro de hombres blancos que es mejor que no pierda su tiempo tratando de obedecer o seguir ". Cuando dije eso, hubo un gran silencio porque había dicho exactamente lo que estaban pensando. Agregué: “Quiero decirte una cosa más. No puedo responder esa pregunta por ti ". Esa declaración los sorprendió porque pensaron que los misioneros podían responder todas las preguntas. “Solo hay una manera de encontrar la respuesta a esa pregunta, y es si tiene una experiencia personal con el poder sobrenatural de Dios en su vida. Cuando tengas esa experiencia, sabrás

que no vino de Gran Bretaña ni de Estados Unidos; vino de Dios ”. No discutí con ellos. Despidí la asamblea, me fui y oré sobre esta base: “Señor, Tú dijiste que todo lo que el hombre siembra, eso también segará. He estado sembrando la Palabra de Dios para estos jóvenes, y Tú dijiste que si sembramos para el Espíritu, del Espíritu segaremos vida eterna. Te estoy sujetando a Tu Palabra ". (Vea 2 Corintios 9: 6; Gálatas 6: 7-8.) Conforme pasó el tiempo, continué predicando la Palabra a los estudiantes y oré. No hice nada para obligarlos a aceptar ningún tipo de aquiescencia a la fe cristiana. Aproximadamente seis meses después, hubo una intervención soberana de Dios en ese colegio. Fue bastante notable. Durante el receso de medio trimestre, la mayoría de los estudiantes se fueron a casa durante un fin de semana largo. Pero había alrededor de seis u ocho estudiantes cuyas casas estaban tan lejos que no podían llegar y regresar en el tiempo, así que se quedaron en la universidad. Mi esposa y yo pensamos que deberíamos hacer algo por estos jóvenes solitarios, así que los invitamos a nuestra casa para tomar una taza de té, lo cual era un poco poco convencional en ese entorno de África.

Cuando comenzamos a orar, el mover del Espíritu comenzó como un trueno.

No estaban acostumbrados a un estilo de vida y socialización europeo o estadounidense: sentarse en sillas y conversar; nunca habían experimentado eso. Entonces, todos nos sentamos allí bastante rígidos y les servimos té, y todos tomaron alrededor de cinco cucharadas de azúcar en cada taza porque no lo tomaban a menudo. Entonces pensé: ¿Qué vamos a hacer con ellos ahora? Dije que tal vez deberíamos tener una palabra de oración. Se arrodillaron obedientemente para orar, y cuando comenzamos a orar sucedió algo. Fue como un trueno. Algo entró en esa habitación y nos golpeó. Cada uno de esos estudiantes comenzó a orar en voz alta simultáneamente. Rezaban en un idioma que no conocía, pero no creo que fueran otros idiomas; Creo que era su propio idioma tribal. Aunque estábamos en una misión pentecostal, los otros misioneros más tarde se quejaron de que hicimos demasiado ruido. Pero fue un acto divino. Yo no tuve nada que ver con eso. No podría haberlo hecho si me hubiera puesto de cabeza. Dios había intervenido. Ese evento inició algo que se prolongó durante aproximadamente cuatro años. Tuvimos un mover soberano y sobrenatural del Espíritu Santo en esa universidad. Aproximadamente tres meses después, estaba hablando con el mismo grupo de estudiantes nuevamente, y les leí Hechos 2:17, parte del cual leímos previamente: “Y sucederá en los últimos días, dice Dios, que derrama de mi Espíritu sobre toda carne; tus hijos y tus hijas profetizarán, tus jóvenes verán visiones, tus ancianos soñarán sueños ”. Leí este versículo lenta y cuidadosamente y me aseguré de que entendieran su

significado. Luego les dije: “Los llamo a todos para que registren que cada una de las declaraciones que se hacen en ese versículo les ha sucedido. No le ha pasado a nadie en otro país o en otra universidad u otra iglesia. Te ha pasado; lo has experimentado. Tus ojos lo han visto y tus oídos lo han oído. Este es el testimonio de Dios para ti de que estás viviendo en los últimos días. Ahora, no les estoy pidiendo que crean algo que dijo un hombre blanco o algo que está en el libro de un hombre blanco. Tienes evidencia de experiencia de primera mano de que esto es cierto ". Eso hizo para ellos lo que ninguna serie de sermones, argumentos, evidencias teológicas o capacitación en seminarios podría haber hecho. Cambió por completo su actitud y comportamiento, e hizo de la universidad un lugar en el que valía la pena vivir. No fue un esfuerzo hacer que oraran. De hecho, tuvimos que evitar que rezaran porque no querían irse a la cama. Rezarían toda la noche en sus dormitorios. Esta fue una intervención soberana de Dios, y vino a través de la manifestación del Espíritu Santo. Cuando realmente descubrieron que esto era cierto en su propia experiencia, no tuvimos que seguir preparándolos y empujándolos y empujándolos. Esto es lo que decía el apóstol Pablo. No es suficiente tener sana doctrina, teología, educación, argumentos y razonamiento. La verdadera fe no debe basarse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. En estos últimos días, con el poder de la maldad aumentando en cada mano y todo tipo de asalto contra la fe de Dios y Jesucristo y contra Su verdadera iglesia, nadie lo logrará si no tiene una experiencia personal de Dios. poder sobrenatural en su propia vida. Esto no es un lujo, es una necesidad. El apóstol Pablo lo trató de esa manera: “Mi discurso y mi predicación no fueron con palabras persuasivas de sabiduría humana, sino en demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. ”(1 Corintios 2: 4-5).



PARTE 2

Dones DE REVELACIÓN



CAPÍTULO 4 UNA PALABRA DE SABIDURIA

LComencemos ahora nuestra mirada profunda a los dones individuales del Espíritu con los dones de revelación, comenzando con una palabra de sabiduría.

COMPARANDO SABIDURÍA Y CONOCIMIENTO Vale la pena señalar las similitudes y diferencias entre una palabra de sabiduría y una palabra de conocimiento. Primero, la sabiduría y el conocimiento no se pueden separar en categorías completamente distintas porque están estrechamente relacionadas. De hecho, en nuestro examen de los nueve dones del Espíritu, no buscamos trazar líneas rígidas entre ellos. Son como los colores del arco iris: violeta, índigo, azul, verde, amarillo, naranja, rojo. Es fácil discernir los diferentes colores en un arco iris, pero no hay un solo punto donde puedas decir, por ejemplo, el violeta termina y comienza el índigo o el índigo termina y comienza el azul. Se mezclan entre sí. Lo mismo ocurre con los dones espirituales y otros asuntos espirituales que estamos discutiendo. Es perfectamente legítimo hablar separadamente de sabiduría y conocimiento, pero también hay puntos en los que se encuentran; no siempre se puede decir dónde termina la sabiduría y dónde comienza el conocimiento. Hay ocasiones en las que podría preguntarse: "¿Fue una palabra de sabiduría o una palabra de conocimiento?" Con mucha frecuencia, donde hay uno, también entra en juego el otro. Sin embargo, en general, la diferencia entre sabiduría y conocimiento es la siguiente: el conocimiento nos da hechos y la sabiduría nos muestra qué hacer con esos hechos. Si tienes toda la sabiduría del mundo pero no tienes hechos, no podrás aplicarla de forma directa. Por otro lado, incluso si conoce todos los hechos, a menos que tenga sabiduría, es probable que haga lo incorrecto con ellos. Esta verdad está bellamente resumida en una declaración del rey Salomón: “La lengua de los sabios usa la sabiduría con rectitud, pero la boca de los necios derrama necedad” (Proverbios 15: 2). Una persona sabia usa el conocimiento correctamente. Mucha gente tiene conocimiento, pero no lo usa correctamente. Puedo pensar en una o dos personas que saben muchas cosas pero siempre parecen decirlas en el momento equivocado. Por lo general, intentan impresionar a las personas con lo mucho que saben, pero el momento y la forma de presentarlo están fuera de lugar. Tienen conocimiento, pero no tienen sabiduría sobre cómo usarlo.

LA SABIDURÍA DE DIOS VERSUS LA SABIDURÍA DEL MUNDO También debemos reconocer que una palabra espiritual de sabiduría no es lo mismo que la sabiduría del mundo. Cuando era un filósofo profesional, pensaba que estaba tratando con sabiduría, pero esta "sabiduría" era muy confusa. Cuanto más confundía a la gente, más inteligente pensaban que era, y probablemente más inteligente que yo también pensaba que era. Si desea una confusión concentrada, simplemente vaya a la filosofía porque es allí donde la encontrará. Sin embargo, cuando recibí al Señor Jesucristo y dediqué mi vida a enseñar y predicar la Palabra de Dios, descubrí que la sabiduría de Dios es muy diferente a la que estaba acostumbrado. Su sabiduría es muy práctica y al grano. No es remoto; tiene los pies en la tierra y se expresa en términos simples. De hecho, es fascinante estudiar las enseñanzas de Jesús al respecto. En la versión King James, en todas las enseñanzas registradas de Jesús, solo una vez encuentra una palabra que tiene más de cuatro sílabas. Esa palabra es regeneración. Gran parte de su enseñanza está en palabras de una sílaba, en las que habla de lámparas, aceite, luz, ovejas, peces, vida, muerte, amor, odio. Es bastante notable, y casi todos los historiadores estarían de acuerdo en que nadie habló nunca como este Hombre Jesús. La suya era una clase de sabiduría totalmente diferente. La Biblia llama a Salomón el hombre más sabio que jamás haya vivido, y resumió la naturaleza de la sabiduría en Eclesiastés 10:10: “Si el hacha no tiene filo, y uno no afila el filo, entonces debe usar más fuerza; pero la sabiduría trae éxito ["es provechoso dirigir" KJV]. " La sabiduría es provechosa o útil para dirigir y trae éxito. Por tanto, la sabiduría es directiva, mientras que el conocimiento informa.

La sabiduría de Dios no es remota sino muy práctica y al grano.

Este versículo siempre me recuerda cuando traté de cortar un árbol cuando era un niño que vivía en el suroeste de la India con mis padres. De vez en cuando, me entusiasmaba y le preguntaba a mi padre si podía hacer algo para limpiar el jardín. Un día dijo: "Hay un árbol allá abajo en la orilla del riachuelo que hay que talar". Me fui, tomé el hacha y comencé a cortar este árbol. Después de haber gastado unos treinta minutos de energía, el árbol seguía en pie desafiante. Todo lo que había hecho era sudar mucho y desarrollar ampollas en las manos. El

jardinero se acercó y me miró con una especie de sonrisa de lástima. Cogió el hacha y la afiló. Luego levantó la vista hacia el árbol, miró la punta, le dio unos cuatro golpes con el hacha y cayó. Siempre he recordado esa experiencia porque había cometido dos errores. Primero, había estado usando un hacha desafilada. En segundo lugar, no había golpeado el árbol en el lugar correcto. El jardinero, sin embargo, utilizó el conocimiento y la sabiduría que había adquirido para cortar el árbol. Cuando me convertí en predicador, me di cuenta de que, muchas veces, era culpable de lo mismo en mi predicación. A veces, los predicadores usan hachas desafiladas. En otras ocasiones, incluso cuando tienen un hacha afilada, no golpean el árbol en el lugar correcto. Recuerdo una ocasión en la que prediqué en una iglesia de las Asambleas de Dios en los Estados Unidos y tuve una semana de reuniones bastante exitosas. Me invitaron a predicar en una iglesia pentecostal en Canadá y me avergüenza admitir que pensé que la misma serie de mensajes serviría. Básicamente, revisé la serie, con algunos cambios, y lo hice. No hubo resultados. Nada. El último día descubrí que, algunos años antes, había habido una tremenda ruptura en esa iglesia. Habían tenido una disputa sobre algo y las personas que estaban sentadas en el lado derecho de la iglesia nunca hablaron con las personas que estaban sentadas en el lado izquierdo, ya fuera que estuvieran en la iglesia o no. No se hablarían ni siquiera si se encontraran en la calle. El profeta Elías podría haber venido del cielo y predicarles, y nada hubiera sucedido hasta que se reconciliaran el uno con el otro. Si hubiera esperado en Dios y hubiera sido guiado por la sabiduría del Espíritu Santo, estoy seguro de que Él me habría dado el mensaje correcto. Pero todo lo que hice fue quedarme allí y cortar durante una semana con un hacha desafilada, sin cortar nunca el árbol pero obteniendo muchas ampollas. Aprendí de la manera difícil. Debemos recordar afilar el hacha y dejar que el Señor nos muestre hacia dónde dirigir nuestros golpes. Muchas veces, cuando soy guiado por el Espíritu Santo, digo algo, y luego me pregunto: "¿Por qué dije eso?" Pero efectivamente, derribó el árbol. La gente a menudo se me acerca después casi indignada o perturbada y me pregunta: "¿Recuerdas haber dicho eso?" Respondo: “No, no recuerdo haberlo dicho. No tenía la intención de decirlo ". Ellos responden: "Bueno, eso es lo que me habló". El Espíritu Santo me lo había dado como palabra de sabiduría.

UNA PALABRA DE SABIDURÍA VERSUS SABIDURÍA DIARIA Además, también debemos darnos cuenta de que una palabra de sabiduría no es lo mismo que la sabiduría diaria que Dios nos proporciona. Hay una promesa muy preciosa en Santiago 1: 5: "Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, que da a todos abundantemente y sin reproche, y se le dará". Si carece de sabiduría en su vida diaria para las tareas y responsabilidades legítimas, puede pedir y estar seguro de que se le dará. La Biblia no tiene una palabra buena que decir sobre la necedad. Dios no quiere que seamos tontos, y tampoco quiere que seamos engañados.

Una palabra de sabiduría es una pequeña porción de la sabiduría total de Dios que se nos ha dado directamente.

Si tiene dificultades en su trabajo, o si se enfrenta a una situación particular de la vida en la que su propia sabiduría no es suficiente, entonces tiene derecho a acudir a Dios y pedirle sabiduría práctica y cotidiana. Le ayudará a hacer un mejor trabajo o manejar la situación mejor de lo que lo hubiera hecho sin él. Sin embargo, esta sabiduría no suele venir en forma de palabra de sabiduría. Llegará mediante una iluminación gradual de su mente en la que comprenderá lo que debe hacer.

UNA PALABRA DE SABIDURÍA DEFINIDA Entonces, ¿qué es el don de una palabra de sabiduría? Es una pequeña porción de la sabiduría total de Dios impartida directa y sobrenaturalmente por el Espíritu Santo. “Porque a uno le es dada palabra de sabiduría por medio del Espíritu” (1 Corintios 12: 8). Dios tiene toda la sabiduría. Pero, afortunadamente para ti y para mí, no nos lo da de una vez porque nos sumergiría por completo. Este don se da por medios sobrenaturales porque los resultados no estarían disponibles por medios naturales. Es impartido por el Espíritu Santo de una manera que no podríamos obtener por nosotros mismos.

MANIFESTACIONES DE UNA PALABRA DE SABIDURÍA EN LAS ESCRITURAS Repasemos algunos ejemplos específicos del Nuevo Testamento donde este don de sabiduría estaba en operación, comenzando con el ministerio de Jesús y luego pasando a ejemplos de la iglesia primitiva. Examinaremos la forma en que se utilizó el regalo y el tipo de resultados que produjo. En Jesús, encontramos los cinco dones ministeriales perfectamente demostrados. Fue el perfecto apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro. Mientras operaba en estos ministerios, los diversos dones sobrenaturales del Espíritu Santo también se demostraron a su perfección en Él.

Palabras de sabiduría sobre los peces y los hombres El primer ejemplo es de Luke: Cuando [Jesús] dejó de hablar, le dijo a Simón: "Lánzate a lo profundo y echa tus redes para pescar". Pero Simón respondió y le dijo: “Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; sin embargo, por tu palabra echaré la red ”. Y cuando hicieron esto, pescaron una gran cantidad de peces y su red se rompió. Así que hicieron señas a sus compañeros en el otro bote para que vinieran a ayudarlos. Y vinieron y llenaron las dos barcas, de modo que comenzaron a hundirse. Cuando Simón Pedro lo vio, se arrodilló ante Jesús y dijo: "¡Apártate de mí, porque soy un hombre pecador, oh Señor!" Porque él y todos los que estaban con él estaban asombrados por la pesca que habían capturado; y también lo fueron Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Y Jesús le dijo a Simón: “No temas. De ahora en adelante atraparás hombres ". (Lucas 5: 4-10)

Este incidente es obviamente sobrenatural. Primero, Jesús, quien fue entrenado como carpintero, pudo decirle a un pescador experimentado dónde dejar sus redes para pescar. Peter se ganaba la vida pescando, lo cual es prueba suficiente de que lo hacía bastante bien. Había pescado toda la noche en cierto lugar del lago de Gennesaret, pero no había pescado nada. Jesús había llegado temprano en la mañana y predicó a la multitud en la orilla. Al final de Su mensaje, dijo: "Simón, lanza y echa tus redes". Pedro respondió: “Señor, este no es el momento del día para pescar. Además, ya pescamos aquí y no había ningún pez que pescar ”. Sin embargo, fíjense en lo que agregó: "No obstante, por Tu palabra echaré la red". Jesús le dio una palabra de sabiduría divina y directiva sobre dónde pescar. Cuando siguió esa palabra, atrapó tantos peces que la red se rompió; incluso con la ayuda de sus socios, James y John, que también tenían un bote, no pudieron meter todos los peces en los botes y sus botes comenzaron a hundirse. El efecto que esta experiencia produjo en Pedro fue una tremenda convicción espiritual. Cayó de rodillas a Jesús y dijo: "¡Apártate de mí, porque soy un hombre pecador, oh Señor!" (Lucas 5: 8). La convicción es uno de los resultados del ejercicio de una verdadera palabra de sabiduría sobrenatural. He visto que los dones de una palabra de sabiduría y una palabra de conocimiento producen una convicción similar. La comprensión repentina de que Dios lo sabe todo, que no hay nada oculto para Él, puede quebrar el corazón terco y orgulloso de un pecador de una manera notable.

La convicción es un resultado de una verdadera palabra de sabiduría.

Esta palabra de sabiduría no solo tenía una aplicación natural, la pesca, sino

que también tenía una aplicación espiritual. Inmediatamente después de la declaración de Pedro, Jesús le dijo: “No tengas miedo. De ahora en adelante pescarás hombres ”(v. 10). Si necesitaban que Jesús les diera sabiduría directiva como pescadores para pescar, ¿cuánto más necesitarían sabiduría directiva de Él cuando comenzaran a predicar para “pescar” almas? En este incidente, por lo tanto, vemos una ilustración importante de una palabra de sabiduría. Pedro recibió instrucciones sobre cómo y dónde pescar, con una aplicación más amplia de cómo y dónde Pedro, Santiago y Juan predicarían el evangelio. Fue esta demostración de la sabiduría sobrenatural de Jesús lo que hizo que estos hombres estuvieran dispuestos a dejar todo y seguirlo. “Entonces, cuando trajeron las barcas a tierra, lo abandonaron todo y lo siguieron” (v. 11). Debieron haber sentido que si este Hombre tenía las respuestas en ese grado en el ámbito físico, era seguro seguirlo.

Una palabra de sabiduría sobre el transporte La siguiente ilustración es de Mateo 21: 1-7. La Escritura dice que cuando Jesús y sus discípulos llegaron a la cima del monte de los Olivos, cerca de Jerusalén, Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles: “Vayan a la aldea frente a ustedes, e inmediatamente encontrarán una burra atada y un pollino con ella. Suéltalas y tráemelas. Y si alguien te dice algo, dirás: 'El Señor los necesita', y luego te lo enviará. Todo esto se hizo para que se cumpliera lo dicho por el profeta, diciendo: “Dile a la hija de Sion: 'He aquí, tu Rey viene a ti, humilde, y sentado sobre un asno, un pollino, el potro de un burro. ”Entonces los discípulos fueron e hicieron como Jesús les había mandado. Trajeron el burro y el pollino, les pusieron la ropa y lo pusieron encima. Este fue el comienzo del viaje triunfal de Jesús a Jerusalén, que celebramos el Domingo de Ramos. Es importante ver que esto se hizo en cumplimiento de la profecía del Antiguo Testamento, que se cita en este pasaje. (Véase Zacarías 9: 9.) A través de las Escrituras y por el Espíritu de Dios, Jesús conocía el programa de Dios para ese día. Él sabía que iba a haber un burro y un pollino de burro para que Él los montara. Entonces, por la revelación del Espíritu Santo, supo dónde se podían encontrar, para poder dirigir a sus discípulos allí. La mayoría de la gente no te permitiría llevarse su burro y su pollino solo porque dijiste: "El Señor los necesita". Sin embargo, esto era sabiduría divina y directiva, y Dios había preparado los corazones de los propietarios para recibirla. Vemos que los resultados de esta palabra de sabiduría fueron abrir corazones y satisfacer una necesidad práctica. Quiero enfatizar que esta palabra de sabiduría surgió del conocimiento de Jesús de las Escrituras, y que el conocimiento de las Escrituras es básico en los dones de revelación.

Una palabra de sabiduría sobre el ministerio En nuestro siguiente ejemplo, un problema práctico muy urgente se resolvió con una palabra de sabiduría. Hechos 6 relata una disputa que amenazaba con dividir a la iglesia primitiva en cristianos judíos que hablaban arameo o hebreo (los "hebreos") y cristianos judíos que hablaban griego (los "helenistas"): En aquellos días, cuando se multiplicaba el número de discípulos, surgió una queja de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron: “No es deseable que dejemos la palabra de Dios y sirvamos las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y sabiduría, a quienes nombremos para este negocio; pero nos entregaremos continuamente a la oración y al ministerio de la palabra ”. (Hechos 6: 1-4)

La primera prioridad en materia espiritual es la oración y el ministerio de la Palabra de Dios, al que fueron llamados los doce apóstoles. Los asuntos prácticos son importantes, pero son secundarios, y no es la voluntad de Dios que aquellos que son llamados al ministerio de la Palabra y la oración se desvíen por tener que supervisar los ministerios prácticos. Por tanto, el Espíritu Santo les dio a los apóstoles una palabra de sabiduría. Debían permanecer en su ministerio principal, y los otros creyentes debían nombrar de entre la congregación a siete hombres a quienes los apóstoles podrían nombrar para supervisar la distribución de las ofrendas caritativas. Hechos 6: 5 nos da la respuesta del pueblo a esta palabra de sabiduría: "Y la palabra agradó a toda la multitud". Este es otro resultado de una palabra de sabiduría. El pueblo de Dios dice inmediatamente: “¡Eso es! Eso aborda el problema; esto es lo que tenemos que hacer ". Las palabras de sabiduría resuelven disputas, problemas y dilemas, y aportan unanimidad.

Las palabras de sabiduría traen unanimidad y resuelven problemas.

La iglesia eligió a siete hombres para supervisar la distribución a las viudas. “Entonces se difundió la palabra de Dios, y el número de los discípulos se multiplicó mucho en Jerusalén, y muchos de los sacerdotes obedecieron a la fe” (v. 7). Esto no habría sucedido si no hubieran resuelto el problema práctico, porque habría habido división, frustración y celos continuos, y se habría obstaculizado el mover del Espíritu de Dios. Podemos ver que, aunque se trataba de un problema práctico, también tenía importantes ramificaciones espirituales, que fueron respondidas por una palabra de sabiduría.

Palabras de sabiduría sobre un camino y un carro En Hechos 8, tenemos un ejemplo del ministerio del apóstol Felipe, quien más tarde fue llamado Felipe el evangelista. Este ejemplo en el ámbito espiritual es exactamente paralelo al incidente en el ámbito físico en el que Jesús les dijo a los discípulos dónde pescar. Un ángel del Señor habló a Felipe y le dijo: "Levántate y ve hacia el sur por el camino que baja de Jerusalén a Gaza". Esto es desierto. Así que se levantó y se fue. Y he aquí, un hombre de Etiopía, un eunuco de gran autoridad bajo Candace, la reina de los etíopes, que estaba a cargo de todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, estaba regresando. Y sentado en su carro, estaba leyendo al profeta Isaías. Entonces el Espíritu le dijo a Felipe: "Acércate y alcanza este carro". Felipe corrió hacia él, lo oyó leer al profeta Isaías y dijo: "¿Entiendes lo que estás leyendo?" (Hechos 8: 26-30)

El trasfondo de esta historia es que Felipe estaba en medio de un tremendo mover de Dios en la ciudad de Samaria. Multitud de personas se habían convertido y se habían producido muchos milagros, maravillas y señales. De repente, un ángel llegó con un mensaje: "Baja por el camino que va de Jerusalén a Gaza". Este tramo de camino estaba desierto. No había congregación y aparentemente nadie a quien predicar en el desierto. ¿Cuál fue el propósito de ir allí? Sin embargo, Felipe no lo cuestionó y fue obediente. Mientras viajaba por este camino, se encontró con un eunuco en un carro. Este eunuco era un alto funcionario del gobierno del país de Etiopía, y también era un devoto converso judío. Había viajado a Jerusalén para adorar y estaba leyendo el libro de Isaías en voz alta mientras viajaba de regreso a su país de origen. El Espíritu Santo le dijo a Felipe que subiera al carro. Felipe estaba recibiendo la dirección divina. Con esta guía, Dios puso a Felipe al alcance del oído de la persona a quien quería que llegara. Todo había sido preparado por Dios, y el hombre anhelaba saber la respuesta a lo que estaba leyendo en el capítulo cincuenta y tres de Isaías, la gran profecía acerca de la expiación de Jesucristo. Y Felipe pudo explicarle el camino de la salvación. Esta historia sobre Philip me recuerda un incidente que le sucedió a una mujer a la que conozco bien. Estaba sentada en el aeropuerto de Atlanta cuando vio a un joven al que quizás catalogaríamos como hippie. Llevaba ropa de color púrpura brillante. Sintió el impulso más fuerte de decirle lo que Felipe le dijo al eunuco: "¿Entiendes lo que estás leyendo?" Ella luchó contra este impulso durante bastante tiempo y pensó: Esto es una tontería. Finalmente, se rindió al Espíritu Santo y le dijo al joven: "¿Entiendes lo que estás leyendo?"

Una palabra de sabiduría puede abrir el corazón de una persona a Dios.

Él no estaba leyendo nada en ese momento, pero su pregunta los puso en conversación. Era de Nueva Inglaterra y sus padres eran personas adineradas y respetables, pero se había desesperado por encontrar el sentido de la vida, por encontrar algo que no fuera falso o superficial, y se había escapado de casa. Entró con un grupo de hippies y pasó por las diversas experiencias por las que pasan a menudo. Decidió que no llegaría a ninguna parte y se fue a vivir en algún lugar en el desierto por un tiempo con prácticamente nada más que lo esencial de la vida. No se llevó nada para leer excepto el Nuevo Testamento. Mientras estaba leyendo el Nuevo Testamento, aunque deseaba sinceramente encontrar la verdad, no podía entender de qué se trataba. Sin embargo, la lectura del Nuevo Testamento le había causado tal impacto que decidió que debía volver a casa y reconciliarse con sus padres. La única ropa limpia que tenía eran las moradas, así que allí estaba en el aeropuerto de Atlanta con su atuendo morado esperando tomar un avión de regreso a Nueva Inglaterra y todavía tratando de encontrar el significado de la vida. Debido a que la mujer le había preguntado si entendía lo que estaba leyendo, finalmente se abrió y comenzó a contarle todo sobre su lucha por comprender el Nuevo Testamento. Ella pudo explicarle brevemente el plan de salvación. Realmente fue como un incidente del libro de los Hechos. El resultado de la palabra de sabiduría fue el mismo: el joven tenía un corazón abierto. De todas las personas en el aeropuerto de Atlanta, había una persona a la que había que abordar en ese momento. Nadie, en lo natural, podría haber sabido quién era. Pero por esta sabia palabra directiva, la mujer se sintió guiada a hablar exactamente con la persona adecuada.

Una palabra de sabiduría sobre las personas que Dios quería salvar En Hechos 10, tenemos otro ejemplo que muestra cuánto se usa este don de sabiduría para dirigir a los siervos del Señor con respecto a cuándo y dónde ir en sus ministerios. Un centurión romano llamado Cornelio, que vivía en la ciudad de Cesarea y era un devoto creyente en Dios, había recibido la visitación de un ángel, quien le dijo que enviara hombres a Jope por Simón Pedro. Mientras los hombres estaban en camino, Pedro subió a la azotea a orar, alrededor de la hora sexta. Luego tuvo mucha hambre y quiso comer; pero mientras se preparaban, cayó en trance y vio el cielo abierto y un objeto como una gran sábana atada en las cuatro esquinas, que descendía hacia él y bajaba a la tierra. En él había toda clase de animales de la tierra de cuatro patas, bestias salvajes, reptiles y aves del cielo. Y le llegó una voz: “Levántate, Pedro; matar y comer. " Pero Pedro dijo: “¡No es así, Señor! Porque nada común ni inmundo he comido jamás ”. Y una voz le habló de nuevo por segunda vez: "Lo que Dios limpió, no lo llames común". Esto se hizo tres veces. Y el objeto fue llevado de nuevo al cielo. (Hechos 10: 9-16)

Pedro estaba siendo dirigido por Dios en contra de su propia voluntad natural, inclinación, trasfondo y entrenamiento para ir a la casa de un gentil y llevarle el mensaje del evangelio. Después de llegar a la casa de Cornelius, dijo: “Sabes lo ilegal que es para un judío estar en compañía o ir a otra nación. Pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debería llamar común o inmundo ”(v. 28). Esta percepción espiritual y el acuerdo de Pedro de ir con los mensajeros de Cornelio fueron el resultado de la dirección que recibió de Dios. Mientras Pedro hablaba con Cornelio, junto con su familia y amigos, el Espíritu Santo cayó sobre ellos, hablaron en lenguas y alabaron a Dios. El resultado fue una tremenda y nueva adición a la iglesia de Jesucristo. Pero la sabiduría que allanó el camino fue dada a través de una palabra sobrenatural de Dios en la forma de una visión que Pedro recibió durante la oración.

Una palabra de sabiduría sobre la ley versus la gracia En Hechos 15, toda la iglesia de Jerusalén se reunió para debatir un problema muy crítico: ¿qué se debería exigir a los gentiles convertidos que estaban comenzando a inundar la iglesia? Algunos hombres descendieron de Judea y les enseñaron a los hermanos: "A menos que se circuncidan según la costumbre de Moisés, no pueden ser salvos". Por lo tanto, cuando Pablo y Bernabé tuvieron no poca disensión y disputa con ellos, decidieron que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén, a los apóstoles y a los ancianos, acerca de esta cuestión… Y cuando llegaron a Jerusalén , fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos; e informaron de todas las cosas que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos que habían creído se levantaron y dijeron: "Es necesario que los circunciden y les ordenen que guarden la ley de Moisés". Ahora los apóstoles y los ancianos se reunieron para considerar este asunto. Y cuando hubo mucha disputa…. (Hechos 15: 1-2, 4-7)

Pablo y Bernabé habían salido en su primer viaje misionero y habían visto resultados maravillosos entre los gentiles. Dios había trabajado con ellos de manera sobrenatural y había habido muchos milagros, curaciones y conversiones. Sin embargo, cuando regresaron a Jerusalén con este informe, algunos de los judíos que eran creyentes en Jesucristo pero fariseos de origen dijeron, en efecto: “Si estos gentiles quieren convertirse en cristianos, tienen que someterse a la ley de Moisés y ser circunciso." La decisión de cómo tratarían a los gentiles convertidos que entraban a la iglesia involucró cuestiones fundamentales de la naturaleza de la salvación a través de Jesucristo.

Una palabra de sabiduría va de la mano de una palabra de conocimiento.

Primero escucharon a Pedro, quien les recordó lo que había sucedido cuando Dios lo dirigió sobrenaturalmente a la casa de Cornelio: Dios, que conoce el corazón, los reconoció dándoles el Espíritu Santo, tal como lo hizo con nosotros, y no hizo distinción entre nosotros y ellos, purificando sus corazones por la fe. (Hechos 15: 8-9)

A continuación, leemos: “Entonces toda la multitud guardó silencio y escuchó a Bernabé ya Pablo declarar cuántos milagros y prodigios había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles” (v. 12). En otras palabras, Pablo y Bernabé decían que Dios había dado un testimonio sobrenatural de su ministerio a los gentiles, y no puedes resistir lo que Dios está haciendo. Sin embargo, esto no resolvió la cuestión. Después que [Pablo y Bernabé] se callaron, Santiago respondió, diciendo: Varones hermanos, escúchenme: Simón [Pedro] ha declarado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles para sacar

de ellos un pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito: 'Después de esto volveré y reconstruiré el tabernáculo de David, que ha caído; Reconstruiré sus ruinas y la levantaré; para que el resto de la humanidad busque al SEÑOR, todos los gentiles que son llamados por mi nombre, dice el SEÑOR, que hace todas estas cosas. Conocidas por Dios desde la eternidad son todas sus obras ". (vv. 13-18)

Santiago siguió sus comentarios con una palabra directiva de sabiduría, pero notemos primero que él basó esa sabiduría en su conocimiento de las Escrituras del Antiguo Testamento. (Véase Amós 9: 11-12.) Nuevamente, una palabra de sabiduría siempre va de la mano con el conocimiento de la Palabra de Dios. Aquí está la palabra de sabiduría de James: Por tanto, juzgo que no molestemos a los gentiles que se vuelven a Dios, sino que les escribamos para que se abstengan de lo contaminado por los ídolos, de la inmoralidad sexual, de lo estrangulado y de la sangre. (Hechos 15: 19-20)

Esta palabra de sabiduría incluyó cuatro requisitos simples y trajo completa unanimidad a la iglesia reunida. Entonces agradó a los apóstoles y ancianos, con toda la iglesia, enviar hombres escogidos de su propia compañía a Antioquía con Pablo y Bernabé [con este mensaje]. (v.22)

El mensaje fue este: Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga mayor que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación. Si se mantienen alejados de estos, le irá bien. ) (vs. 28-29

Note lo notable que fue esto. Debe haber habido muchos miles de creyentes judíos reunidos, ya que esta reunión involucró a toda la iglesia en Jerusalén. Considere el número de personas presentes que se opusieron amargamente a este asunto. Ninguno de los lados iba a ceder. Y sin embargo, la divina palabra directiva de sabiduría entró y lo estableció. Estos lados opuestos llegaron a una completa unanimidad. Había paz, calma, unidad y progreso espiritual. El resto del capítulo dice que el evangelio avanzó victorioso. Este es un claro ejemplo de lo importante que es una palabra de sabiduría.

Una palabra de sabiduría sobre la ubicación Un ejemplo final de una palabra de sabiduría que dirige el ministerio es durante el segundo viaje misionero de Pablo. Él y Silas habían entrado en lo que hoy se conoce como Asia Menor. Habían terminado de recorrer el área que Pablo y Bernabé habían cubierto en el primer viaje misional, y se preguntaban adónde ir a partir de ahí. Cuando pasaron por Frigia y la región de Galacia, el Espíritu Santo les prohibió predicar la palabra en Asia. Después de llegar a Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. Pasando por Misia, bajaron a Troas. Y una visión se le apareció a Pablo en la noche. Un hombre de Macedonia se puso de pie y le suplicó, diciendo: "Ven a Macedonia y ayúdanos". Ahora, después de que él tuvo la visión, inmediatamente buscamos ir a Macedonia, concluyendo que el Señor nos había llamado a predicarles el evangelio. (Hechos 16: 6-10)

Las palabras de sabiduría pueden producir puertas abiertas y progreso espiritual.

Esto es extraordinario. La provincia de Asia, que está en la costa occidental de Asia Menor, estaba en la dirección en la que se dirigían, pero el Espíritu Santo les dijo que no fueran allí. Jesús les había dicho a sus seguidores: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Y aquí estaban, tratando de ir a la provincia de Asia, y el Espíritu Santo dijo que no. Luego pensaron que irían al norte hasta la costa sur del Mar Negro, Bitinia, pero el Espíritu Santo dijo que no. ¿Qué iban a hacer? Se mudaron al noroeste y Dios les mostró que debían ir a Macedonia, donde vieron un tremendo mover de Dios. Experimentaron este mover de Dios porque Él les indicó que fueran allí. La puerta estaba abierta, los corazones de la gente estaban abiertos y el camino estaba preparado para ellos. Tenga en cuenta que tenían que ser lo suficientemente obedientes para aceptar la respuesta de no dos veces, y les tomó bastante tiempo llegar a Troas. Todo ese tiempo, ellos estaban caminando en fe. Luego vino la visión con el hombre suplicándoles que fueran a Macedonia, que estaba en lo que hoy es la parte norte de Grecia. Esta es la primera vez que se trajo el evangelio de Asia Menor a Europa propiamente dicha. Esta fue una de las transiciones más críticas en la historia de la iglesia. Pablo y Silas nunca podrían haber tenido idea de cómo se desarrollaría la historia de la iglesia en los próximos diecinueve siglos. En resumen, una palabra de sabiduría está asociada con el conocimiento de las Escrituras, y cuando se manifiesta de acuerdo con la voluntad de Dios,

comúnmente produce estos resultados: convicción, corazones abiertos, unanimidad, puertas abiertas y progreso espiritual.

EL TIEMPO ES ESENCIAL Notemos un punto final sobre la sabiduría. Más adelante, en el segundo viaje misionero de Pablo, fue a la ciudad de Éfeso, que es la ciudad principal de la provincia de Asia. Allí, posiblemente tuvo los resultados más grandes y dramáticos de todo su ministerio. Sin embargo, anteriormente, el Espíritu Santo había dicho que no fuera allí. Debemos darnos cuenta de que el tiempo es esencial. Paul iba a ir a Asia, pero no en el momento en que originalmente quería. He visto miles de dólares desperdiciados y vidas preciosas frustradas en el campo misional por personas que están en el lugar correcto en el momento equivocado. Carecían de sabiduría directiva divina. Salomón comprendió la importancia del tiempo y escribió estas conocidas palabras: Para todo hay un tiempo, un tiempo para cada propósito bajo el cielo: un tiempo para nacer y un tiempo para morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de curar; un tiempo para romper y un tiempo para construir. (Eclesiastés 3: 1-3)

¿Cómo respondemos a la pregunta: ¿Descomponemos algo o construimos algo? Depende del tiempo. ¿Plantamos o cosechamos? Depende del tiempo. No siempre se puede decir absolutamente sí o absolutamente no a una pregunta relacionada con la sabiduría. El factor tiempo es decisivo. ¿Quién revela el momento adecuado? El espíritu santo. Y una de las principales formas en que lo hace es mediante la palabra directiva de sabiduría.



CAPÍTULO 5 UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO



UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO DEFINIDA yoEn el último capítulo, definí una palabra de sabiduría como una pequeña porción de la sabiduría total de Dios impartida por el Espíritu Santo. La palabra de conocimiento de IA tiene una definición paralela. Es una pequeña porción del conocimiento total de Dios impartido sobrenaturalmente por el Espíritu Santo. “A otro [una] palabra de conocimiento [es dada] por el mismo Espíritu” (1 Corintios 12: 8). Como una palabra de sabiduría, el conocimiento sobrenatural no proviene del razonamiento, la educación o el entrenamiento naturales, sino directamente del Espíritu Santo, y solo se opera bajo el control de Dios. No puedo tener una palabra de conocimiento simplemente por el ejercicio de mi voluntad. Puede que necesite conocimiento, y puede que esté dispuesto a recibirlo de Dios, pero si Él lo da, en última instancia, está en Sus manos.

MANIFESTACIONES DE PALABRAS DE CONOCIMIENTO EN LAS ESCRITURAS Veamos algunos ejemplos de palabras de conocimiento en el Nuevo Testamento. Comenzaremos de nuevo con el ministerio de Jesús mismo porque, una vez más, Jesús es el modelo perfecto.

PALABRAS DE CONOCIMIENTO SOBRE PERSONAJE Y UBICACIÓN El trasfondo de este primer ejemplo es que Felipe había invitado a Natanael a encontrarse con Jesús, a quien Felipe dijo que era el Mesías. Cuando Natanael supo que Jesús venía de Nazaret, apenas podía creer que algo tan bueno como el Mesías profetizado pudiera venir de esa ciudad. Por lo tanto, Natanael fue llevado a Jesús con una actitud mental muy dudosa, inquisitiva y bastante crítica. Jesús vio a Natanael que venía hacia él y dijo de él: "¡He aquí un verdadero israelita [" verdadero israelita "NVI], en quien no hay engaño!" (Juan 1:47)

Note que Jesús se refirió a él como un verdadero israelita. ¿Qué cualidad lo convirtió en un verdadero israelita? No había engaño ni astucia en él. La mayoría de nosotros estaría de acuerdo en que es algo muy inusual en una persona. Consideremos por qué Jesús pudo haber hecho esta declaración. El antepasado de los israelitas fue Israel, cuyo nombre originalmente era Jacob. Jacob significa "suplantador" o "engañador". Este era esencialmente el carácter de Jacob. Sin embargo, después de que Dios se había ocupado de él durante muchos años, tuvo un encuentro con el Señor en el que su nombre fue cambiado a Israel, que significa "será un príncipe con Dios". La base de ese cambio fue sacar la perversidad de Jacob. Por lo tanto, a cualquiera que sea llamado israelita se le debería haber quitado la perversidad. Y Jesús dijo de Natanael: “Aquí hay un verdadero israelita. No hay engaño en él ". La respuesta de Natanael fue, en esencia, “Nunca me conociste antes. ¿Cómo sabes qué tipo de persona soy? " “Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi” (Juan 1:48). Jesús no lo había visto por vista natural, sino por una visión o revelación del Espíritu Santo. Quizás Natanael había estado rezando bajo la higuera. Para su asombro, Jesús conocía lo que pensaba que era un momento privado. Note su reacción. “Natanael respondió y le dijo: 'Rabí, tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! '”(V. 49). Experimentó una convicción intensa e inmediata. Este resultado es similar al resultado que vimos con una palabra de sabiduría.

Una palabra de conocimiento revela una pequeña porción del conocimiento total de Dios.

He observado el don de una palabra de conocimiento en funcionamiento

muchas veces y he notado que normalmente produce este resultado. A menudo se manifiesta en servicios de curación. Cuando un predicador puede decirle a una persona la naturaleza exacta y la ubicación de su dolor o enfermedad sin ningún medio natural de conocimiento, inmediatamente produce convicción. También produce fe muy a menudo porque la gente se da cuenta de que si Dios sabe cuál es el problema, entonces puede curarlo. Muchas veces, por lo tanto, una palabra de conocimiento se usa como herramienta para poner en funcionamiento la fe para la curación.

Una palabra de conocimiento sobre la historia personal Una segunda ilustración de una palabra de conocimiento es la conocida historia del encuentro de Jesús con la mujer samaritana en el pozo. Comenzó pidiéndole un trago de agua. Ella se sorprendió, entablaron conversación y Él comenzó a hablarle sobre el agua viva que no tendría que ser extraída continuamente de un pozo. Continuemos su conversación desde ese punto. La mujer le dijo: Señor, dame de esta agua, para que no tenga sed ni venga acá a sacarla. Jesús le dijo: "Ve, llama a tu marido y ven aquí". La mujer respondió y dijo: "No tengo marido". Jesús le dijo: Bien has dicho: 'No tengo marido', porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en que hablaste con verdad ". La mujer le dijo: "Señor, veo que eres un profeta". (Juan 4: 15-19)

La mujer sabía perfectamente bien que no había ningún medio natural por el cual Jesús pudiera conocer estos detalles de su pasado. Cuando Él las habló, sus defensas se derrumbaron inmediatamente y ella dijo: "Eres un profeta". Tuve una experiencia relacionada con esto. Estaba predicando en una reunión callejera en Londres, Inglaterra, y estaba hablando sobre la mujer samaritana y el agua viva que da Jesús. Llegué a este punto de la historia y me cautivó el hecho de que si quieres el agua viva, tienes que arreglar tu vida. Hablé sobre cómo esta mujer quería el agua viva, pero no quería lidiar con el hecho de que estaba viviendo con un hombre que no era su esposo. Hice hincapié en este punto, y había una joven que se enfureció tanto conmigo que casi me agredió. ¿Por qué? Se había escapado de su marido y estaba viviendo con otro hombre. Por supuesto, no estaba hablando de su vida con la misma claridad con la que Jesús le habló a la mujer del pozo. Sin embargo, incluso llegar tan cerca produjo inmediatamente convicción en la mujer.

Una palabra de conocimiento sobre la deshonestidad Una persona que definitivamente manifestó el don de una palabra de conocimiento fue el apóstol Pedro. Fue muy evidente en su ministerio. En Hechos 5, encontramos un incidente muy sorprendente en la iglesia primitiva en el que se manifestó su don. El trasfondo de la situación era que, en este momento de la vida de la iglesia primitiva, los creyentes estaban vendiendo sus tierras y otras posesiones y llevando el dinero a los apóstoles para la obra de la iglesia y el ministerio. Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su esposa, vendió una posesión. Y él retuvo parte de las ganancias, sabiendo también su esposa, y trajo cierta parte y la puso a los pies de los apóstoles. (Hechos 5: 1-2)

Quiero señalar que su pecado fue no quedarse con parte del precio. Fingía que habían dado la cantidad total. Pero Pedro dijo: “Ananías, ¿por qué Satanás ha llenado tu corazón para mentir al Espíritu Santo y quedarte con parte del precio de la tierra para ti? Mientras permaneció, ¿no era el tuyo? Y después de que se vendió, ¿no estaba bajo su propio control? ¿Por qué has concebido esto en tu corazón? No le has mentido a los hombres sino a Dios ”. Entonces Ananías, al escuchar estas palabras, se postró y exhaló su último suspiro. Y vino un gran temor sobre todos los que oyeron estas cosas. Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, lo sacaron y lo sepultaron. Ahora habían pasado unas tres horas cuando entró su esposa, sin saber lo que había sucedido. Y Pedro le respondió: "Dime, ¿vendiste la tierra por tanto?". Ella dijo: "Sí, por mucho". Entonces Pedro le dijo: “¿Cómo es que os habéis puesto de acuerdo para probar el Espíritu del Señor? Mira, los pies de los que han sepultado a tu marido están a la puerta, y te sacarán ”. Entonces, inmediatamente, ella cayó a sus pies y exhaló por última vez. Y los jóvenes entraron y la encontraron muerta, la llevaron y la enterraron junto a su marido. Y vino un gran temor sobre toda la iglesia y sobre todos los que oyeron estas cosas. (vv. 3-11)

Si hubiera estado allí, se habría apoderado de mí un gran temor, se lo digo. ¡Piense en el poder! Estas dos personas simplemente no podían vivir en presencia del conocimiento sobrenatural del Espíritu Santo. ¿Cuántas personas están tratando de engañar a Dios hoy día fingiendo ser mejores y dar más de lo que realmente dan? Este fue un juicio de advertencia de Dios. No significa que Él trata con cada hipócrita de esta manera, pero muestra lo que Dios piensa de los hipócritas. Su opinión no cambia, aunque Su método para lidiar con la hipocresía no siempre es el mismo. Esta es realmente la única manera en que la iglesia puede mantenerse pura. Algunas iglesias tienen una declaración de los fundamentos de lo que creen y le piden a la gente que reconozca su aceptación. Ananías y Safira probablemente habrían dicho amén a todos los fundamentos. Sin embargo, aquí había algo que no podían evitar. Estaban mintiendo, pero el conocimiento sobrenatural del Dios todopoderoso lo reveló. El Espíritu Santo en Pedro sabía lo que Pedro no podía saber y, en esencia, dijo: “No me has estado mintiendo. Le has estado mintiendo al Espíritu Santo ".

Una palabra de conocimiento también puede incluir una palabra de sabiduría.

Estamos tratando con un Dios vivo. La Biblia dice: “Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de Aquel a quien debemos rendir cuentas” (Hebreos 4:13). El problema con la mayoría de los miembros de la iglesia es que no se dan cuenta de que están tratando con Dios mismo. Creen que están tratando con la junta de la iglesia, los diáconos o el pastor. Puede engañar a cualquier predicador algunas veces. Sin embargo, hay una Persona a la que ninguno de nosotros engaña, y es Dios.

Una palabra de conocimiento acerca de un siervo de Dios elegido En Hechos 9 encontramos otro ejemplo de palabra de conocimiento. Saulo de Tarso se dirigía a Damasco para encarcelar y condenar a los que creían en Jesús en esa ciudad. Cuando Saulo se acercaba a Damasco, el Señor Jesús lo detuvo en el camino con una luz brillante y luego se le reveló. Saúl quedó ciego y tuvo que ser conducido de la mano a la ciudad. Un creyente llamado Ananías vivía en Damasco. Él no era un apóstol y no era un evangelista. La Biblia simplemente lo llama "discípulo" (Hechos 9:10). Algunas personas no creen que Dios les dé dones y revelaciones a nadie excepto a los predicadores, misioneros y otros líderes cristianos. Pero aquí vemos que Dios le dio una palabra de conocimiento a este discípulo Ananías. Había cierto discípulo en Damasco llamado Ananías; y el Señor le dijo en visión: "Ananías". Y él dijo: "Aquí estoy, Señor". Entonces el Señor le dijo: “Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en casa de Judas por uno llamado Saulo de Tarso, porque he aquí, está orando. Y en una visión ha visto a un hombre llamado Ananías que entra y pone su mano sobre él para que recobre la vista ”. (vv. 10-12)

A Ananías se le dio el nombre exacto y la dirección de Saulo, y pudo saber lo que Saulo había visto en una visión. Tenga en cuenta que el conocimiento que recibió también incluyó una palabra directiva de sabiduría: si Ananías iba a ver a Saulo y le imponía las manos, recibiría la vista. Al principio, Ananías no quiso ir. Él protestó ante el Señor porque este hombre había venido a Damasco para perseguir a los cristianos. Pero el Señor lo persuadió. “Id, porque vaso escogido es mío para llevar mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel” (Hechos 9:15). Su obediencia resultó en que Saulo fuera llevado a la plenitud de la fe en Jesucristo. Fue un momento crucial en el trato de Dios con la iglesia primitiva. Como Ananías pudo ir a Saulo y decirle, con conocimiento y sabiduría: "Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino cuando venías, me envió" (v. 17), el corazón de Saulo se abrió a la verdad. . Saulo se convirtió en el apóstol Pablo, evangelizó gran parte del mundo gentil y escribió una gran parte del Nuevo Testamento.

Una palabra de conocimiento para la confirmación En el capítulo anterior, vimos un pasaje de Hechos 10 como ejemplo de una palabra de sabiduría. Pedro fue dirigido por una visión a predicar a los gentiles en Cesarea. Note que esta sabiduría fue seguida por una palabra de conocimiento. Como dije, estos dos dones a menudo funcionan juntos. Después de que Pedro tuvo la visión, los hombres de la casa de Cornelio en Cesarea llegaron a la puerta y tocaron. Peter todavía estaba en la azotea, donde había estado orando, meditando la visión. Leemos, Mientras Pedro pensaba en la visión, el Espíritu le dijo: “Mira, tres hombres te buscan. Levántate, pues, desciende y ve con ellos, sin dudar nada; porque yo los he enviado ”. Entonces Pedro se acercó a los hombres que le habían enviado de Cornelio. (Hechos 10: 19-21)

Antes de que Pedro supiera por medios naturales que los hombres estaban allí, o quién los había enviado, el Espíritu Santo se lo dijo. Esta palabra de conocimiento sirvió como confirmación de la visión que había recibido previamente. En este punto, Dios tuvo que presionar mucho a Pedro para que fuera a predicarle a Cornelio porque era contrario a toda su naturaleza, trasfondo y educación ir a la casa de un gentil, y mucho menos traerlo. el Evangelio. Por lo tanto, una palabra de sabiduría fue seguida por una palabra de conocimiento, y la palabra de conocimiento sirvió como confirmación de la palabra de sabiduría que se había dado previamente. Mi esposa Lydia me contó sobre un incidente que ocurrió en Jerusalén antes de conocerme. Hubo disturbios y guerras entre árabes y judíos, y Dios le reveló una situación de gran peligro. En una visión nocturna, vio sangre en el último escalón de las escaleras que conducían a la puerta principal. Llevaba de la mano a una de las niñas que cuidaba —que se convirtió en nuestra hija adoptiva, Anna — y la levantó sobre este charco de sangre, donde habían matado a un hombre. Cuando vio esto en la visión, oró: “Señor, no sé qué va a pasar. Pero si voy a estar en esa situación, quédate conmigo y protégenos ". Aproximadamente dos días después, sucedió exactamente lo que había visto en la visión, y estaban a salvo. Una confirmación como esta le permite al creyente saber que Dios ya sabía acerca de la situación, que estaba con ellos y los ayudó.

Las palabras de conocimiento pueden convencer, confirmar y preparar.



UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO PARA LA PREPARACIÓN En Hechos 20, mientras Pablo se dirigía a Jerusalén, se reunió con los ancianos de la iglesia de Éfeso. Les dijo que varios creyentes de las iglesias que había visitado durante su viaje habían recibido palabras de conocimiento acerca de él del Espíritu Santo. Pablo les dijo: Y mira, ahora voy preso en el espíritu a Jerusalén, sin saber lo que me sucederá allí, excepto que el Espíritu Santo testifica en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y tribulaciones. (Hechos 20: 22-23)

No conocemos los detalles, pero en cada ciudad donde Pablo se había reunido con creyentes, el Espíritu Santo le había advertido que “cadenas y tribulaciones” lo aguardaban en Jerusalén. Tuve una experiencia similar cuando estaba predicando en Dinamarca después de regresar de África Oriental. Tenía un mensaje que sentí que el Señor me había dado, que era que la hora de la cosecha estaba cerca y era la hora de la cosecha. Lo prediqué en tres o cuatro congregaciones diferentes durante un fin de semana. Lo notable fue que, en cada congregación, cuando terminé ese mensaje, fue seguido inmediatamente por una expresión en una lengua desconocida y la interpretación en el idioma danés dando testimonio del Espíritu Santo de la verdad de lo que dije. Las personas en esas congregaciones eran bastante diferentes y no tenían ningún contacto directo entre sí. Sin embargo, en cada congregación, el Espíritu Santo, mediante los dones del Espíritu, dio testimonio. Quiero que sepas que estas cosas todavía suceden hoy. Mientras Pablo continuaba su viaje a Jerusalén, llegó a la ciudad de Cesarea. Esta fue casi la última etapa del viaje. En Hechos 21 leemos que Pablo recibió otra revelación a través de un profeta llamado Agabo. Y como estuvimos allí muchos días, un profeta llamado Agabo bajó de Judea. Cuando llegó a nosotros, tomó el cinturón de Pablo, se ató las manos y los pies y dijo: “Así dice el Espíritu Santo: 'Así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinturón y lo entregarán en sus manos. de los gentiles '”. (Hechos 21: 10-11)

Aquí había otra palabra de conocimiento en la misma línea. “Tu propio pueblo te atará y te entregará en manos de los romanos, los gentiles”. Observe cuán misericordioso es el Espíritu Santo. Si somos prisioneros de Dios, somos prisioneros del amor. El Espíritu Santo no hizo que Agabo atara las manos y los pies de Pablo, sino que atara sus propias manos y pies. Paul tenía la opción de ocupar ese puesto o no. Depende de su libre albedrío. También quiero señalar algo de lo que quizás no se dé cuenta si no está familiarizado con la cultura judía. La máxima traición para un judío es entregar a un compañero judío en manos de los gentiles. Ese es absolutamente el último y más bajo acto que cometerían. Y la traición final fue cuando Jesús fue entregado

a manos de los romanos. Cuando Lydia y yo estuvimos en Jerusalén en 1947-48, había terroristas judíos trabajando y fueron brutales. Dispararían a la gente en las calles, se negarían a permitir que nadie los ayudara y los verían morir. No estoy tomando partido por esto, pero, en muchos casos, ciudadanos judíos respetables sabían quiénes eran estas personas pero no dijeron nada al respecto. Nunca los entregarían en manos de los británicos ni de ningún otro gentil. A menos que tenga este trasfondo, no podrá apreciar lo que significó para Pablo escuchar que su propio pueblo lo traicionaría a los romanos. ¿Cuál fue el resultado de que Pablo recibió esta palabra de conocimiento varias veces a lo largo de su ruta a Jerusalén? Fue la preparación de su propio corazón. Hay un proverbio que dice: "Prevenido es prevenido". Se le estaba dando preparación mental y espiritual para la tremenda prueba que le esperaba.

RESULTADOS DE UNA PALABRA DE CONOCIMIENTO A continuación, resumamos los resultados que con frecuencia produce una palabra de conocimiento. El resultado más notorio es que trae convicción de la verdad. En segundo lugar, confirma algo que Dios quizás nos ha estado mostrando por otros medios. En tercer lugar, en determinadas circunstancias, nos prepara para lo que está por venir.



CAPÍTULO 6 Discernimientos de los espíritus

reLa inquietud de los espíritus es la tercera en la categoría de los dones de revelación. “A otro [se le da] discernimiento [s] de espíritu” (1 Corintios 12:10). Consideremos brevemente el significado del discernimiento.

DISCERNIMIENTO DEFINIDO La palabra discernir puede definirse como "reconocer y distinguir entre". Mientras que el conocimiento es la impartición de un hecho, el discernimiento es una forma de percepción directa. El resultado puede ser el mismo, pero los medios son diferentes. El discernimiento puede venir de diferentes formas. A veces, puede venir como una visión en la que realmente ves algo que no está en lo natural. Veamos dos ejemplos muy obvios de esto en las Escrituras. Primero, Juan el Bautista vio al Espíritu Santo descender sobre Jesús como una paloma. Otras personas que estaban presentes aparentemente no vieron esto, pero a Juan se le dio discernimiento espiritual. (Véase Juan 1: 32-34.) Segundo, en el libro de Apocalipsis, al apóstol Juan se le concedió una visión de tres espíritus inmundos como ranas que salían de la boca del dragón, la bestia y el falso profeta. (Véase Apocalipsis 16: 13-14.) He conocido a muchas personas que han visto espíritus malignos en forma de animales, como zorros, ratones, murciélagos, serpientes y ranas. Esto no quiere decir que el animal en sí sea el espíritu maligno, pero así es como se revela. Estos son ejemplos de personas que tienen visiones claras de lo que no existe en lo natural. Sin embargo, creo que el discernimiento no se da comúnmente a los creyentes a través de tales visiones. Por lo general, se presenta en la forma de una persona que ve lo que hay en lo natural, pero lo ve con el entendimiento del Espíritu Santo.

El discernimiento es una forma de percepción directa, dada por el Espíritu.

Así es como experimento con más frecuencia el don del discernimiento. Veo a las personas tal como se ven exteriormente, pero de alguna manera también veo algo significativo en ellas. Por ejemplo, un buen amigo mío, un hombre maravilloso, vino a pedirme ayuda porque era un fumador compulsivo. Lo detestaba y quería librarse de él, pero no podía; fue esclavizado por ella. Había intentado todo en el libro para ayudarlo y lo había abordado desde todos los ángulos, pero mi ayuda nunca duró. Se liberaría durante un par de semanas y luego volvería a hacerlo. Un día llamó por teléfono y dijo: "Estoy volando". Iba a cruzar la mitad del país, así que pensé que sería mejor encontrar una respuesta. No sabía nada más que hacer, así que dije: "Salgamos y hablemos". Fuimos y nos sentamos en un restaurante, y empezó a contarme sobre su infancia y cosas que yo no sabía de él. Se había cansado de la religión de su madre y se había

escapado de casa. Mientras me decía esto, algo me miró desde dentro y dijo: "¿Me ves?" Y vi algo que nunca había visto antes, porque en lo natural, era un hombre educado, cortés y de buen comportamiento. Sin embargo, un pequeño demonio rebelde había estado allí desde su niñez. Esa noche, echamos fuera a ese demonio y se resolvió el problema del tabaquismo. El fumar era solo una rama en el tronco, pero el tronco era rebelión. Sin embargo, un pequeño demonio rebelde había estado allí desde su niñez. Esa noche, echamos fuera a ese demonio y se resolvió el problema del tabaquismo. El fumar era solo una rama en el tronco, pero el tronco era rebelión. Sin embargo, un pequeño demonio rebelde había estado allí desde su niñez. Esa noche, echamos fuera a ese demonio y se resolvió el problema del tabaquismo. El fumar era solo una rama en el tronco, pero el tronco era rebelión. Por lo tanto, existe una forma de ver a las personas que no es una visión y, sin embargo, le permite ver lo que es importante para un problema o situación. El discernimiento es muy útil. A veces, también es bastante aterrador y, a veces, casi vergonzoso saber lo que desearías no saber. Tenemos que estar preparados para esto.

CULTIVAR EL DISCERNIMIENTO Hebreos 5:14 contiene un hecho muy importante sobre el discernimiento que también es cierto, en varios aspectos, sobre todos los dones. El alimento sólido pertenece a los mayores de edad [maduros, adultos], es decir, a los que por el uso tienen ejercitados los sentidos para discernir tanto el bien como el mal. Muy pocos de nosotros comenzamos a operar perfectamente en los dones la primera vez. Sin embargo, podemos practicar y llegar a la perfección en nuestra comprensión y funcionamiento de ellos. Algunas personas son tan perfeccionistas que nunca harán nada a menos que sepan que pueden hacerlo bien la primera vez. Este es un problema con muchas personas con respecto al ejercicio de los dones del Espíritu. Piensan que si no pueden profetizar como Isaías, no profetizarán en absoluto. Eso es realmente absurdo. ¿Quién sabe cómo empezó Isaías? El discernimiento, en particular, se puede cultivar. Hebreos 5:14 habla de la necesidad de ejercitar los sentidos para discernir el bien y el mal. Continuar en su viaje cristiano siempre cayendo en cada tipo de trampa que Satanás pone en su camino no es para la gloria de Dios. Tampoco es incapaz de discernir entre la persona sincera y el hipócrita. Muchos de nosotros le fallamos a Dios al no ejercitar el discernimiento que Él nos ha puesto a nuestra disposición.

EL SIGNIFICADO DEL DISCERNIMIENTO DE LOS ESPÍRITUS Consideremos algunas definiciones con respecto al don de discernimiento de espíritus. Primero, este don no se refiere solo a discernir los malos espíritus. Hay varias clases de espíritus que encontramos en la vida cristiana: • el Espíritu Santo, que es el Espíritu de Dios Buenos ángeles • ángeles caídos y rebeldes (demonios o espíritus malignos) • espíritus humanos (cada ser humano tiene su propio espíritu) En segundo lugar, como mencioné anteriormente, la palabra discernimientos está en plural. Creo que esto significa que cada discernimiento es una operación del don. De manera similar, con los dones de curaciones y la obra de milagros, cada curación o milagro es una operación del don. En tercer lugar, el don de discernimiento de los espíritus se opera, nuevamente, bajo el control de Dios. No podemos hacerlo a voluntad. En una convención en Fort Lauderdale, una mujer con lentes muy oscuros se acercó a mí al final de una reunión. Se paró frente a mí y me pregunté qué iba a pasar a continuación. Se quitó las gafas y dijo: “Hermano Prince, tiene discernimiento. Mírame a los ojos y dime si tengo un demonio ". Le dije: “Hermana, no funciona de esa manera, no puedo encenderlo y apagarlo a voluntad. Pero si estoy ministrando y necesito el conocimiento, entonces Dios me lo dará ”. Ella pensó que era similar a una radiografía. No es así. No está bajo el control de la voluntad humana, aunque tenemos que estar abiertos a ello o no vendrá.

MANIFESTACIONES DE DISCERNIMIENTOS DE ESPÍRITUS EN LAS ESCRITURAS Consideremos ahora algunos ejemplos del don de discernimiento de espíritus en el Nuevo Testamento, de acuerdo con las diferentes categorías de espíritus que enumeré anteriormente.

Discernir al Espíritu Santo

EN FORMA DE PALOMA Anteriormente, discutimos cómo a Juan el Bautista se le dio discernimiento a través de una visión. Veamos más a fondo lo que dijo sobre esa visión. Al día siguiente, Juan vio a Jesús que venía hacia él y dijo: “¡He aquí! ¡El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo! ... Yo no lo conocía; pero para ser revelado a Israel, por eso vine bautizando con agua ”. Y Juan dio testimonio, diciendo: “Vi al Espíritu que descendía del cielo como una paloma, y permaneció sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: 'Sobre quien veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, éste es el que bautiza con el Espíritu Santo' ”. (Juan 1:29, 31-33)

Nuevamente, creo que está claro por las palabras de Juan el Bautista que solo él vio al Espíritu Santo descender como una paloma. El resto de la gente no vio la visión. Fue un discernimiento sobrenatural que se le dio específicamente a Juan porque lo necesitaba. Así sabría quién era el Mesías.

COMO LENGUAS DE FUEGO En Hechos 2, el Espíritu Santo se manifestó a los sentidos humanos en forma de lenguas de fuego. “Entonces se les aparecieron [los seguidores de Jesús] lenguas divididas, como de fuego, y uno se sentó sobre cada uno de ellos. Y todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba expresión ”(vv. 3-4). Este fue un discernimiento sobrenatural del Espíritu Santo. El Espíritu Santo mismo no es lenguas de fuego, pero Él se manifestó de esa manera. Es tremendamente importante que aprendamos a discernir el Espíritu Santo cuando los creyentes se reúnen, cuando Él se mueve, a través de quién se mueve y cómo se mueve. Debemos estar en condiciones de reconocerlo. De lo contrario, a menudo perderemos lo que Dios está haciendo en una reunión. Una cierta manifestación del Espíritu Santo puede entrar. Por ejemplo, recientemente he visto el espíritu de sanidad moverse a un lugar y simplemente tomar el control. Casi cualquier persona podría curarse en ese momento. Y cualquiera podía orar por alguien y sería sanado. He visto grupos de media docena de personas orando al mismo tiempo y personas sanando. En otra ocasión, el espíritu de los milagros entró y se estaban produciendo milagros. Estos fueron milagros manifiestos y evidentes.

Es muy importante aprender a discernir el mover del Espíritu.

A menos que disciernamos al Espíritu Santo de esta manera, perderemos mucho de lo que Dios quiere hacer. Nuestra agenda humana durante un servicio de la iglesia es cantar tres himnos y un coro, dar los anuncios y luego tener el sermón. Sin embargo, ¿qué pasaría si, en medio de todo esto, el Espíritu de Dios se moviera y fuera el momento de la curación? Si lo ignoramos, perderemos la sanidad que Él quiere dar. Recuerde que Bartimeo, el ciego, estaba mendigando al costado del camino cuando escuchó una multitud de personas y preguntó qué pasaba. Cuando le dijeron que venía Jesús de Nazaret, él supo: Esto es. Es ahora o nunca. No permitió que el programa de nadie le impidiera llegar al Señor. (Vea Marcos 10: 46-52.) Asimismo, hay momentos en nuestras reuniones en los que debemos reconocer que es el momento de recibir. Tenemos que discernir al Espíritu Santo y estar dispuestos a dejar que los planes, ideas y preconceptos humanos pasen a un segundo plano, o perderemos algo. Cuando Bartimeo quiso ser sanado, todas las personas que conocían el protocolo religioso dijeron: “Detente. No hagas ruido; no molestes a Jesús, está demasiado ocupado ". Y siempre habrá personas con su protocolo religioso que dicen que no debes comportarte de manera diferente a como siempre han sido las cosas. Sin embargo, si quieres lo que Dios tiene para ti, tienes que hacerlo cuando Dios te diga que lo hagas. Aparentemente, el Espíritu de Dios llevó al rey David, un hombre valiente y valiente, a bailar frente al arca del pacto con todas sus fuerzas. Su esposa, Michal, lo conoció después con su protocolo religioso, diciendo, en efecto, "Hiciste un espectáculo de ti mismo bailando frente a todas esas sirvientas". David respondió: “No estaba bailando frente a las sirvientas. Estaba bailando delante del Señor. Haré de mí mismo un espectáculo aún mayor que eso si el Señor me lo dice ". Leemos que Michal, la crítica, nunca tuvo un hijo porque despreciaba a David de esta manera. (Véase 2 Samuel 6: 14-16, 20-23.) De manera similar, un espíritu crítico que rechaza lo que está haciendo el Espíritu Santo hace que las personas sean espiritualmente estériles. Tenemos que estar abiertos al Espíritu Santo y su obra entre nosotros.

Ángeles discernidores

ASCENDIENDO Y DESCENDIENDO SOBRE EL HIJO DEL HOMBRE Jesús le dijo a Natanael: “Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', ¿crees? Verás cosas mayores que estas ... De cierto, de cierto os digo, de aquí en adelante veréis el cielo abierto, y los ángeles de Dios subiendo y descendiendo sobre el Hijo del Hombre ”(Juan 1: 50-51). Esta es una referencia al discernimiento de los ángeles.

EN EL JARDÍN DE GETSEMANE Jesús mismo discernió la presencia de los ángeles de Dios. Cerca del final de su ministerio, justo antes de ser arrestado y crucificado, Jesús estaba orando en el huerto de Getsemaní. Mientras oraba en agonía, “se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo” (Lucas 22:43). Parece claro de este relato que Jesús fue el único que vio a ese ángel a través del discernimiento espiritual. Otros estaban allí, pero no lo vieron.

EN LA RESURRECCION Después de que Jesús resucitó, María Magdalena vio un ángel que ni el apóstol Juan ni el apóstol Pedro pudieron ver. El primer día de la semana, María Magdalena fue temprano al sepulcro, cuando aún estaba oscuro, y vio que la piedra había sido quitada del sepulcro. Entonces corrió y se acercó a Simón Pedro y al otro discípulo [Juan], a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde lo han puesto. " Salieron, pues, Pedro y el otro discípulo, e iban al sepulcro. Ambos corrieron juntos, y el otro discípulo superó a Pedro y fue el primero en llegar al sepulcro. Y él, inclinándose y mirando hacia adentro, vio los lienzos tirados allí; pero no entró. Entonces vino Simón Pedro, siguiéndole, y entró en el sepulcro; y vio los lienzos allí tendidos, y el pañuelo que había estado alrededor de Su cabeza, no junto con los lienzos, sino doblado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había llegado primero al sepulcro; y vio y creyó. Porque todavía no conocían la Escritura, que debía resucitar de entre los muertos. Entonces los discípulos se fueron de nuevo a sus propios hogares. Pero María estaba afuera junto al sepulcro, llorando, y mientras lloraba

se inclinó y miró dentro del sepulcro. Y vio dos ángeles vestidos de blanco sentados, uno a la cabeza y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. (Juan 20: 1-12)

Todo lo que Pedro y Juan vieron fueron los lienzos y el pañuelo. Luego regresaron a casa. No vieron a los ángeles, pero María sí. Los vio a través del discernimiento espiritual.

Podemos discernir ángeles que nos ministran y llevan a cabo la voluntad de Dios.

En el hogar de niños que mi esposa Lydia operó en Israel durante muchos años, había momentos en que los niños pequeños eran conscientes de la presencia de un ángel que los demás no podían ver. Una vez, un niño estaba muy enfermo y mi esposa estaba tratando de cuidarlo para que recuperara la salud. Ella estaba sentada con los niños en la cocina un día, y una de las niñas levantó la cabeza y dijo: "Mamá, vi un ángel y vino y se llevó a José". Al día siguiente, José murió. Dios le había mostrado a esa niña que venía a llevarse al niño enfermo para que lo acompañara.

EN UN PELIGROSO VIAJE POR EL MAR En el libro de los Hechos, leemos acerca de que Pablo fue transportado como prisionero en un barco que fue “muy azotado por una tempestad” (Hechos 27:18) y estaba a punto de naufragar en la isla de Malta. Paul se puso de pie en medio de la tormenta y le dijo al resto de la gente a bordo: Los insto a que se animen, porque no habrá ninguna pérdida de vidas entre ustedes, sino sólo del barco. Porque esta noche estuvo a mi lado un ángel del Dios a quien pertenezco y a quien sirvo, diciendo: “No temas, Pablo; debes ser llevado ante César; y en verdad Dios te ha concedido a todos los que navegan contigo ”. Por tanto, hombres, anímense, porque creo en Dios que será tal como me fue dicho. Sin embargo, debemos encallar en una isla determinada. (vs. 22-26)

La única persona que conocía al ángel era Pablo, y se confirmó que las palabras del ángel eran 100 por ciento precisas.

Discernir los espíritus humanos

JESÚS Y NATHANAEL Luego está el discernimiento de los espíritus humanos. En relación con la palabra de conocimiento, ya hemos visto la revelación sobrenatural de Natanael por parte de Jesús. Sin embargo, volvamos también a ese incidente como un ejemplo del discernimiento de los espíritus humanos. En Juan 1:47, leemos: “Jesús vio a Natanael que venía hacia él, y dijo de él: '¡He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño!'” Jesús discernió un espíritu inocente. Esto no se refiere a un espíritu que no sea el de Natanael, sino a su propio espíritu humano.

JESÚS Y LOS CORAZONES DE LOS HOMBRES Note lo que dice la Escritura acerca de Jesús en el segundo capítulo de Juan: Cuando estaba en Jerusalén en la Pascua, durante la fiesta, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. Pero Jesús no se entregó a ellos, porque conocía a todos los hombres, y no tenía necesidad de que nadie testificara del hombre, porque él sabía lo que había en el hombre. (Juan 2: 23-25, énfasis agregado)

Jesús no fue engañado por la gente. Podía ver al hombre real e invisible dentro del hombre exterior. El resto de los discípulos aceptaron a Judas y no tenían idea de que él sería el que traicionaría a Jesús. Jesús vio esto desde el principio y sin embargo lo hizo apóstol porque estaba siguiendo los propósitos de su Padre. (Véase Juan 6:64.)

PEDRO Y SIMÓN EL HECHICERO En Hechos 8, Pedro ejerció el don de discernimiento al tratar con Simón el hechicero. Simón había dominado durante mucho tiempo la ciudad de Samaria con su brujería y hechicería. Cuando escuchó a Felipe predicar el evangelio y vio los milagros y las señales que realizó, se bautizó y se convirtió en discípulo, en cierto sentido. Entonces Juan y Pedro bajaron y oraron por los conversos, y recibieron el Espíritu Santo con evidencia manifiesta de poder, mediante la imposición de las manos de los apóstoles. Cuando Simón vio que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les

ofreció dinero y les dijo: “Dadme también a mí este poder, para que todo aquel sobre quien yo ponga las manos reciba el Espíritu Santo”. Pero Pedro le dijo: “Tu dinero perecerá contigo, porque pensaste que el regalo de Dios se podía comprar con dinero. No tienes ni parte ni parte en este asunto, porque tu corazón no es recto ante los ojos de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios si tal vez te sea perdonado el pensamiento de tu corazón. Porque veo que estás envenenado por la amargura y atado por la iniquidad ". (Hechos 8: 18-23)

Pedro vio a través de la conformidad exterior de Simón con la perversidad interior y los motivos equivocados de su corazón. Aparentemente, Philip no había visto antes a Simon mientras estaba allí. Pedro recibió una revelación de la naturaleza interior de Simón.

PABLO Y LA FE DEL HOMBRE TALIZADO En Hechos 14, tenemos un ejemplo de Pablo discerniendo la fe en un hombre que estaba lisiado. Y en Listra estaba sentado un hombre sin fuerza en los pies, lisiado del vientre de su madre, que nunca había caminado. Este hombre escuchó a Pablo hablar. Pablo, observándolo atentamente y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo en voz alta: "¡Ponte de pie!" Y saltó y caminó. (Hechos 14: 8-10, énfasis agregado)

Pablo estaba hablando a lo que probablemente era una gran congregación cuando miró a ese hombre y vio fe en él. Se detuvo a la mitad de su mensaje y dijo: "¡Ponte de pie!" El hombre respondió con fe y comenzó a caminar. Este no fue un ejemplo de Pablo discerniendo el Espíritu Santo o la obra de los espíritus malignos, sino más bien el espíritu de fe en un hombre. En 2 Corintios 4:13, Pablo habló sobre el espíritu de fe: “Y puesto que tenemos el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito, 'Creí y por eso hablé', también creemos y por tanto hablamos”.

Discernir los espíritus malignos Analicemos ahora el discernimiento de los espíritus malignos. En el ministerio de Jesús, este don se usó con frecuencia en relación con la curación. Es muy notable la frecuencia con que la enfermedad física en el evangelio se atribuye a los espíritus malignos.

Silencio y sordera provocados por espíritus malignos El primer ejemplo es la curación de Jesús de un hombre mudo. Al salir ellos, he aquí, le trajeron un hombre mudo y endemoniado. Y cuando el demonio fue expulsado, el mudo habló. Y la multitud se maravilló, diciendo: "¡Nunca se había visto así en Israel!" (Mateo 9: 32-33)

Jesús a menudo discernía espíritus malignos en relación con la enfermedad.

Jesús discernió que la incapacidad del hombre para hablar era causada por un espíritu maligno que le impedía usar sus cuerdas vocales. Cuando expulsó al espíritu maligno, el hombre habló de inmediato. Esto no es para sugerir que los espíritus malignos causan todo el silencio, pero en este caso, un espíritu maligno estaba detrás de él, y Jesús lo discernió. Mi esposa Lydia y yo fuimos testigos de casos en los que el silencio cesó inmediatamente cuando se expulsó a los malos espíritus. En Kenia, África Oriental, siempre que un evangelista estaba ministrando en cierta ciudad allí, los asiáticos que eran hindúes no se acercaban a una iglesia cristiana; no estaban interesados. Pero cuando un evangelista estadounidense venía con un ministerio de sanidad, se sentaban en la hierba o se sentaban en fila y esperaban horas antes de que comenzara la reunión porque lo que querían era sanar. El alcalde de esta ciudad, un asiático adinerado, tenía un hijo que tenía dieciocho años y nunca había hablado. Después de que un espíritu maligno fue expulsado de él, ese joven inmediatamente comenzó a imitar sonidos y a aprender a hablar. Ese incidente tuvo más impacto en esos asiáticos que diez años de actividad misionera normal. Estas cosas son reales, pero, nuevamente, no sugiero ni por un momento que toda la mudez o sordera sea causada por espíritus malignos. Sin embargo, debemos ser capaces de discernir cuándo lo son. Hay un ejemplo similar en el capítulo doce de Mateo:

Entonces le llevaron uno que estaba endemoniado, ciego y mudo; y lo sanó, de modo que el ciego y el mudo hablaban y veían. Y toda la multitud se asombró y dijo: "¿Será éste el Hijo de David?" (Mateo 12: 22-23)

Está claro por el contexto que Jesús sanó a este hombre echando fuera un espíritu maligno que estaba causando su ceguera y mudez. Una vez estábamos ministrando a una joven en Atlanta, Georgia, y muchos espíritus malignos salían de ella, nombrándose a sí mismos como lo hicieron. Uno se llamaba "Ceguera". Cuando su esposo escuchó esto, casi se sobresaltó. Él dijo: "El médico le ha dicho que estará ciega". Dije: "Ella no se va a quedar ciega ahora". Un espíritu ciego entrará para producir ceguera durante un período de tiempo, al igual que entrará un espíritu sordo. No produce inmediatamente sordera total, pero la sordera seguirá. Es producto de lo que hace el espíritu. Una mujer que conozco bien, que era sorda de un oído, estaba en una reunión en Londres. Un evangelista expulsó de ella un espíritu sordo, y la mujer escuchó todo con ese oído perfectamente, instantáneamente. Sin embargo, ella no tuvo la fe para mantener su curación. Aproximadamente dos semanas después, estaba más sorda que nunca. Ella permitió que el espíritu regresara. Por eso es tan importante que los cristianos se den cuenta de que tenemos que identificar los espíritus malignos que echamos. La Escritura dice que el diablo es un asesino, y un asesino es uno que mata físicamente. El diablo hará esto si lo dejamos. Es un enemigo despiadado, sin escrúpulos y cruel, y tenemos que entender a qué nos enfrentamos. Otro ejemplo puede verse en el libro de Marcos. Entonces uno de la multitud respondió y dijo: “Maestro, te traje a mi hijo, que tiene un espíritu mudo. Y dondequiera que lo agarre, lo derribará; echa espuma por la boca, rechina los dientes y se pone rígido. Así que les dije a tus discípulos que lo echaran fuera, pero no pudieron ”. Él le respondió y dijo: “Oh generación infiel, ¿hasta cuándo estaré contigo? ¿Hasta cuándo te soportaré? Traédmelo." Luego se lo llevaron. Y cuando lo vio, inmediatamente el espíritu lo convulsionó, y cayó al suelo y se revolcó, echando espuma por la boca. Entonces le preguntó a su padre: "¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?" Y dijo: “Desde la niñez. Y a menudo lo ha arrojado al fuego y al agua para matarlo. Pero si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos ". Jesús le dijo: "Si puedes creer, al que cree todo le es posible ”. Inmediatamente el padre del niño gritó y dijo con lágrimas: “Señor, yo creo; ayuda a mi incredulidad! " Cuando Jesús vio que la gente venía corriendo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: "¡Espíritu mudo y sordo, te mando, sal de él y no entres más en él!" Entonces el espíritu gritó, lo convulsionó mucho y salió de él. Y quedó como muerto, de modo que muchos dijeron: "Está muerto". Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y se levantó. Entonces el espíritu gritó, lo convulsionó mucho y salió de él. Y quedó como muerto, de modo que muchos dijeron: "Está muerto". Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y se levantó. Entonces el espíritu gritó, lo convulsionó mucho y salió de él. Y quedó como muerto, de modo que muchos dijeron: "Está muerto". Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y se levantó. (Marcos 9: 17-27)

Debemos notar varias verdades importantes reveladas en este pasaje. Primero, Jesús no le dijo al hombre: "Esto es demasiado difícil" o "Esta condición es la voluntad de Dios para tu hijo". En cambio, dijo: "Tráelo a mí". Esa fue la actitud de Jesús ante cada caso de enfermedad. Por ejemplo, cuando el centurión dijo: "Tengo un criado enfermo en casa", Jesús dijo: "Iré y lo sanaré". (Ver Mateo 8: 5-13; Lucas 7: 2-10.) Nunca hubo una duda acerca de la voluntad de Jesús de

sanar y liberar, y debemos entender Su disposición para sanar y liberar hoy. A continuación, el padre del niño le dijo a Jesús que el espíritu maligno “lo arroja; echa espuma por la boca, rechina los dientes y se pone rígido ". A partir de esta descripción, la mayoría de la gente diría que el niño tenía epilepsia, pero sucedía algo más que era necesario discernir. Jesús le preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?" Él respondió: "Desde la infancia". Las experiencias de la niñez son a menudo cruciales para rastrear el origen y la entrada de un demonio. El hombre le dijo a Jesús: "Si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos". La respuesta de Jesús fue: "Si puedes creer, al que cree todo le es posible". Devolvió la responsabilidad al padre. Muchos cristianos no reconocen las responsabilidades espirituales de la paternidad. Somos responsables de tener fe por nuestros hijos. Jesús no dijo: "Si tu hijo puede creer". En efecto, dijo: "Si puedes creer, tu hijo puede ser sanado". En Mateo 15, había una mujer sirofenicia que tenía una hija que estaba gravemente atormentada por un espíritu maligno, y tenía fe en la curación de su hija. Jesús le dijo: "¡Grande es tu fe!" (v. 28) y su hija fue curada. (Ver Mateo 15: 22-28.)

Cuando el discernimiento opera en la iglesia, sigue un ministerio notable.

En el caso de este hombre y su hijo, “[Jesús] reprendió el espíritu inmundo, diciéndole: "¡Espíritu sordo y mudo, te mando, sal de él y no entres más en él!" Entonces el espíritu gritó, lo convulsionó mucho y salió de él ”. Jesús llamó específicamente al espíritu maligno un "espíritu sordo y mudo". Y cuando salió el espíritu, cesó la epilepsia. Esta idea puede ser controvertida, pero la epilepsia puede ser causada por un espíritu maligno. Un demonio epiléptico me ha hablado de la gente. He tenido una charla conmigo con la voz de un hombre fuera del cuerpo de una mujer. Tenemos que discernir y aprender a tratar con los espíritus malignos que causan enfermedades.

Una condición paralizante causada por un espíritu maligno Otro ejemplo es un espíritu de enfermedad que atormentó a una mujer durante dieciocho años. Leemos en Lucas, Y he aquí, había una mujer que tenía un espíritu de enfermedad durante dieciocho años, y estaba encorvada y de ninguna manera podía levantarse. Pero cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: "Mujer, estás libre de tu enfermedad". Y él impuso sus manos sobre ella, e inmediatamente ella se enderezó y glorificó a Dios. Pero el jefe de la sinagoga respondió con indignación, porque Jesús había sanado en sábado; y dijo a la multitud: “Hay seis días en los que los hombres deben trabajar; por tanto, ven y queda curado en ellos, y no en el día de reposo ”. Entonces el Señor le respondió y dijo: “¡Hipócrita! ¿No suelta cada uno de ustedes en sábado su buey o su asno del establo, y lo lleva a dar de beber? Así no debería esta mujer, que es hija de Abraham, a quien Satanás ha atado; Piénsalo; durante dieciocho años, ser liberado de esta atadura en sábado? " Y cuando dijo estas cosas, todos sus adversarios quedaron avergonzados; y toda la multitud se regocijó por todas las cosas gloriosas que había hecho. (Lucas 13: 11-17)

¿Qué causó el problema físico de la mujer? Un "espíritu de enfermedad". Jesús dijo que Satanás había "atado" a la mujer. Note que ella fue sanada inmediatamente después de ser liberada del poder del espíritu maligno. En el momento en que el espíritu la dejó, pudo enderezar su espalda. Jesús tenía que saber discernir la causa de su enfermedad para saber cómo afrontarla.

Un espíritu de adivinación Nuestro último ejemplo es un incidente que ocurrió cuando Pablo y Silas estaban predicando el evangelio en Filipos. Sucedió que, mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una esclava poseída por un espíritu de adivinación, que traía a sus amos mucho provecho con la adivinación. Esta niña nos siguió a Pablo y a nosotros, y gritó diciendo: "Estos hombres son los siervos del Dios Altísimo, que nos anuncian el camino de la salvación". Y esto lo hizo durante muchos días. Pero Pablo, muy molesto, se volvió y dijo al espíritu: "Te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella". Y salió en esa misma hora. (Hechos 16: 16-18)

Cada palabra que dijo la chica era verdad; estaba anunciando a los predicadores del evangelio, pero un espíritu maligno lo estaba haciendo a través de ella. Pablo discernió esto y echó fuera de ella el espíritu. Debemos tener el mismo tipo de discernimiento hoy. Los demonios adivinos abundan en la iglesia. Dondequiera que voy, incluso en las agradables congregaciones eclesiásticas “respetables”, encuentro los demonios de la hechicería, la brujería y la adivinación entre personas que están jugando con los horóscopos, las tablas Ouija y la astrología. Se vuelven "enganchados" por este mismo demonio de la adivinación.

RESULTADOS DEL DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS El don de discernimiento de espíritus es muy importante para el funcionamiento del cuerpo de Cristo. Da como resultado que los creyentes reconozcan la presencia del Espíritu Santo y las formas en las que Dios está obrando, revela el carácter y las motivaciones de los corazones humanos e identifica cuándo los espíritus malignos son la causa de la enfermedad y la contienda. Cuando el discernimiento de espíritus está operando a gran escala en el cuerpo de Cristo, traerá un ministerio extraordinario a la iglesia y al mundo.



PARTE 3

Dones DE PODER



CAPÍTULO 7 Fe

WPasemos ahora a los dones de poder: fe, dones de curaciones y obras de milagros. Al comenzar con el don de la fe, aclaremos la naturaleza de este don notando las diferencias entre los tres tipos de fe a los que se hace referencia en el Nuevo Testamento.

DIFERENTES TIPOS DE FE

Fe para la salvación Primero, Romanos 10:17 dice: "La fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios". Esta es la fe que una persona recibe al escuchar la predicación del evangelio de Jesucristo. Cuando una persona abre su corazón y recibe esta palabra, produce fe en él. Este tipo de fe es necesaria para la salvación. En Efesios 2: 8-9, Pablo declaró con respecto al requisito de la salvación: “Porque por gracia habéis sido salvos mediante la fe, y no de vosotros mismos; es don de Dios, no de obras, para que nadie se gloríe ”. La gracia de Dios que trae la salvación nos llega a través de la fe. Sin embargo, no podemos jactarnos de esta fe porque Dios nos la dio cuando abrimos nuestro corazón para escuchar la predicación del evangelio. Fe El hecho de que la fe es absolutamente esencial para la salvación también se enfatiza en varios otros pasajes de las Escrituras. El primero es Romanos 4: 4-5: “Ahora bien, al que trabaja, el salario no se le cuenta como gracia, sino como deuda. Pero al que no obra, sino que cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia ”. Para recibir justicia, debemos tener fe. Nuestra fe en Jesucristo, que proviene de escuchar el evangelio, nos es imputada por Dios como justicia. Pablo escribió: “Porque digo, por la gracia que me ha sido dada, a todo el que está entre vosotros, que no se considere a sí mismo más alto de lo que debería pensar, sino que piense con sobriedad, como Dios ha repartido a cada uno una medida de fe ”(Romanos 12: 3). Pablo no dijo "la" medida de fe sino "una" medida de fe. Dios le ha dado a cada creyente una cierta proporción de fe. Esto es lo que a menudo se llama "fe salvadora" o fe para la salvación o fe que acompaña a la salvación. Esta verdad también está implícita en Hebreos 11: 6: “Sin fe es imposible agradar [a Dios], porque el que viene a Dios debe creer que Él existe, y que Él recompensa a los que lo buscan diligentemente”. Nadie puede agradar a Dios, nadie puede acercarse a Dios y nadie puede recibir la salvación sin la fe que viene al escuchar Su Palabra.

La fe como fruto del Espíritu Santo El segundo tipo de fe es parte del fruto del Espíritu Santo: "el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley" (Gálatas 5 : 22-23 KJV). Ya hemos notado que el fruto del Espíritu es nueve, así como los dones del Espíritu son nueve. Creo que una de las marcas de la hermosa inspiración del Espíritu Santo es que existe un equilibrio exacto entre los dones y el fruto. Personalmente creo que todo el fruto del Espíritu es amor, pero el amor se manifiesta en varios aspectos. El séptimo fruto del Espíritu es la "fe" (Gálatas 5:22 KJV). Este no es el tipo de fe que debemos tener para ser salvos. Cada una de las nueve formas del fruto del Espíritu es una marca de carácter. Esta fe significa "confianza silenciosa continua" o "confiabilidad" o "fidelidad". Si una persona tiene una confianza silenciosa y continua, no se pone nerviosa ni se vuelve demasiado emocional en ninguna circunstancia. Muy pocas personas tienen esta cualidad en el momento en que se salvan. Viene por experiencia y cultivo. Una persona confiable y fiel es confiable; cumple sus compromisos. Es alguien en quien puedes confiar. Si dice que tomará una clase de escuela dominical, estará allí todas las semanas para enseñar la clase de escuela dominical. Entonces, esta fe denota un aspecto de carácter.

El don de la fe que proviene del Espíritu Santo es una fe milagrosa.



FE MILAGROSA El tercer tipo de fe, que es uno de los dones del Espíritu Santo, es la fe milagrosa. “A otro [se le da] fe por el mismo Espíritu” (1 Corintios 12: 9). Anteriormente señalé que Dios tiene toda la sabiduría, pero no nos da toda esa sabiduría de una vez. En un momento de necesidad, nos imparte una palabra de su sabiduría por medio del Espíritu Santo. Este es solo un pequeño fragmento de Su sabiduría que satisface la necesidad de esa situación. De manera similar, aunque Dios tiene todo el conocimiento, no nos imparte todo ese conocimiento porque nos tambalearíamos bajo la carga. De nuevo, en el momento de necesidad, nos imparte una palabra de su conocimiento por el Espíritu Santo. Él imparte el don de la fe de una manera muy similar. Pablo no dijo que Dios da "una palabra" de fe, pero esto es esencialmente lo que es. Dios tiene toda la fe y, a través de este don, nos imparte una pequeña porción de ella. No es la fe humana o la fe lo que se cultiva. Es fe divina. Esta es la fe que viene instantáneamente, sobrenaturalmente, como un don directo de Dios por el Espíritu Santo, muy frecuentemente en forma de palabra. Este don, como los otros que hemos examinado hasta ahora, se opera únicamente bajo el control de Dios. Nadie tiene una palabra de conocimiento o una palabra de sabiduría a voluntad. Nadie discierne los espíritus a voluntad. Asimismo, nadie tiene el don de la fe a voluntad. Estos dones permanecen bajo el control de Dios, pero nos ponemos a su disposición para que Él pueda operarlos a través de nosotros como lo desee. Si todos los creyentes pudieran operar el don de la fe en cualquier momento, el mundo estaría sumido en el caos y la confusión porque lo usaríamos para satisfacer nuestros propios estados de ánimo y necesidades. Una persona movería la montaña hacia el este mientras que la otra movería la montaña hacia el oeste. Hay ciertos dones sobre los que Dios tiene que mantener un control muy estricto, y la fe es definitivamente uno de ellos.

LA NATURALEZA DE LA FE DE DIOS La fe milagrosa es, por tanto, la impartición de la fe divina a la humanidad. Miremos por un momento la naturaleza de la fe de Dios. La fe de Dios es un estudio fascinante. Su fe en Su propia palabra dio vida a todo el universo. El Salmo 33: 6 dice: "Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca". La imagen del "aliento" de Dios es importante. Hice un curso de fonética y descubrí algunas cosas notables. Es imposible que una persona hable sin respirar. Cuando una palabra sale de tu boca, tu respiración también sale con ella. Esencialmente, cada forma de habla, en todos los idiomas del mundo, es solo una variación de la forma en que el aire sale de nuestra boca. Cuando piensas en la innumerable cantidad de variaciones y lo que se logra con ellas, es realmente fascinante contemplar. En el Salmo 33: 6, la palabra hebrea traducida como "aliento" significa "espíritu". "Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y toda Toda la creación es anfitrión de ellos por el espíritu de Él, producto de la boca". En otras palabras, toda la creación es la Palabra de Dios, el producto de la Palabra de Dios y el Espíritu de la Palabra de Dios saliendo juntos. O, Dios y la palabra de Dios saliendo a través de Su Espíritu. Espíritu yendo Por lo tanto, cuando Dios habla, avanza juntos. el aliento, Su Espíritu, lo acompaña. La palabra de Dios exhalada produjo todo lo que alguna vez fue creado.

Toda la creación es el producto de la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios saliendo juntos.

Veamos algunos pasajes de las Escrituras que confirman esta verdad. En Génesis 1: 2, leemos: "El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas". ¿Qué fue lo siguiente que pasó? “Dios dijo: 'Sea la luz'; y fue la luz ”(v. 3). La palabra de Dios salió de Su boca, y cuando la palabra y el Espíritu de Dios se unieron, la palabra luz se convirtió en algo llamado luz. Tanto en hebreo como en griego, las mismas palabras para "palabra" se utilizan para "cosa". Esto no es un accidente, porque las cosas son las palabras de Dios habladas por Su Espíritu. Cuando Dios dijo "luz", hubo luz. Este es el origen y la naturaleza de toda la creación. En Hebreos 11: 3, la misma verdad se presenta nuevamente en relación con la palabra de Dios inspirada por Su Espíritu. "Por la fe entendemos que los mundos [las edades] fueron enmarcados [encajados] por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de lo visible". ¿Cuál es la fuerza básica detrás de todas

las cosas creadas? Es la palabra de Dios por el Espíritu de Dios. Una vez estudié filosofía de la física. Según tengo entendido, si le preguntaras a un físico de qué está hecho cierto escritorio, te daría una respuesta en términos de átomos. Si le preguntaras de qué están hechos los átomos, te daría una respuesta en términos de protones, neutrones y electrones. Si le preguntaras si alguien ha visto alguna de estas cosas, la respuesta sería no. Si le pidieras que expresara alguna de estas realidades, lo mejor que podría hacer sería darte algún tipo de fórmula o ecuación matemática. Básicamente estaría de acuerdo con el escritor de Hebreos que, hace diecinueve siglos, escribió: "Las cosas que se ven, no fueron hechas de cosas que son visibles". Lo que ahora es visible, tangible o perceptible no estaba hecho de cosas que podemos ver. Es imposible sobreestimar el inmenso poder de las palabras, aunque la mayoría de los cristianos las subestima con tristeza. Ezequiel 12:25 dice: “Porque yo soy el SEÑOR. Yo hablo, y la palabra que hable se cumplirá ". En otras palabras, "Yo soy Dios, y cuando digo algo, sucede". Esta es la naturaleza eterna e inmutable de Dios. Inmediatamente vemos la posibilidad de que, si el aliento del Espíritu de Dios está dentro de nosotros, ese mismo aliento puede hacer brotar una palabra de nosotros que es tan efectiva como si el Dios todopoderoso la hubiera dicho directamente. Esto es exactamente lo que es el don de la fe.

HABLAR LA PALABRA CON FE Veamos algunas de las enseñanzas de Jesús a este respecto. Comenzaremos comparando las dos versiones del evangelio del incidente de la higuera que Jesús maldijo. En Mateo 21: 18-22, leemos, Por la mañana, cuando regresaba a la ciudad, tenía hambre. Y al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella y no encontró nada en ella más que hojas, y le dijo: "Nunca más te dé fruto". Inmediatamente la higuera se secó. Y cuando los discípulos lo vieron, se maravillaron, diciendo: "¿Cómo se secó la higuera tan pronto?" Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo que si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo que se le hizo a la higuera, sino también si le decís a este monte: ¡Quítate! y ser arrojado al mar, 'se hará. Y todo lo que pidas en oración, creyendo, lo recibirás ". Hay dos formas de usar las palabras, que se destacan en este pasaje. Una forma es hacia algo o alguien en nombre de Dios, y la otra forma es hacia Dios en nombre de algo o alguien. Primero, Jesús no oró por la higuera y no oró a la higuera, lo cual habría sido idolatría. Él habló a la higuera en nombre de Dios, y la higuera hizo lo que Él le dijo que hiciera. Jesús les dijo a sus discípulos que podían hacer lo que se hizo con la higuera si tenían fe. Es más, si le hablaran a una montaña, tendría que obedecerles de todos modos. En segundo lugar, Jesús explicó a sus discípulos que si estás en oración a Dios por algo, todo lo que pidas en oración creyendo, lo recibirás. Discutiré estas dos formas de usar palabras con más detalle más adelante en este capítulo. Ahora veamos el mismo incidente registrado en Marcos, porque este relato incluye algo más que Jesús dijo que realmente es la clave para entenderlo todo. Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo desde lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez encontraba algo en ella. Cuando llegó, no encontró más que hojas, porque no era la temporada de los higos. En respuesta, Jesús le dijo: "Nadie vuelva a comer fruto de ti nunca más". Y sus discípulos lo oyeron ... Y por la mañana, al pasar, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Y Pedro, acordándose, le dijo: “Rabí, ¡mira! La higuera que maldijiste se ha secado ”. Entonces Jesús respondió y les dijo: "Tened fe en Dios". (Marcos 11: 12-14, 20-22)

La traducción literal de la declaración de Jesús es "Ten la fe de Dios". Una vez más, la fe de Dios expresada a través de las palabras de los seres humanos tiene tanta autoridad como si Dios mismo las hubiera dicho. En cierto sentido, dado que son inspirados por el Espíritu de Dios, son expresiones dadas por Dios. Jesús continuó diciendo: Porque de cierto os digo, que cualquiera que diga a este monte: "Muévete y échate al mar", y no duda en su corazón, sino que cree que se harán las cosas que dice, recibirá todo lo que diga. . Por eso les digo que todo lo que pidan cuando oran, crean que lo recibirán y lo tendrán. (vs. 23-24)

Si tomamos las palabras iniciales y finales del versículo veintitrés, tenemos la verdad más notable: "El que diga ... recibirá todo lo que diga". Esto no deja fuera

a nadie ni a nada. Es quien sea y lo que sea. La condición es tener fe divina, la fe de Dios. La sugerencia es que Dios está más dispuesto a darnos esta fe que muchos de nosotros a recibirla. Jesús estaba diciendo: “No te maravilles. Puedes hacerlo. Ten la fe de Dios ". En 1 Corintios 13, Pablo enumeró varios dones espirituales, incluida la fe, el don de mover montañas: Aunque hablo lenguas de hombres y de ángeles, pero no tengo amor, me he convertido en metal que resuena o en platillo que resuena. Y aunque tengo el don de profecía, y entiendo todos los misterios [palabra de sabiduría] y todo conocimiento [palabra de conocimiento], y aunque tengo toda la fe, para poder trasladar montañas…. (vv. 1-2)

No pones tus manos sobre una montaña y no realizas un milagro sobre ella; solo hablas con una montaña. Si hablas con fe divina, esa montaña tiene que hacer lo que le digas que haga.

Si hablas con fe divina, la montaña tiene que hacer lo que dices.

Note la declaración de Jesús sobre la oración: “Por eso les digo que todo lo que pidan cuando oren, crean que lo recibirán y lo tendrán” (Marcos 11:24). A menudo le pregunto a la gente: "¿Cuándo recibes?" La respuesta es: "Cuando rezas". En el momento en que rezas, recibes. El tener puede llegar más tarde, pero el recibir viene cuando oras. Este es el gran secreto para obtener cosas. El diablo siempre tiene un mañana, y si dejas que te mantenga a raya con sus mañanas, nunca recibirás lo que Dios tiene para ti. La Biblia dice que, en lo que respecta a Dios, “Ahora es el tiempo aceptado; he aquí ahora el día de salvación ”(2 Corintios 6: 2). Dios vive en un eterno ahora.

FE DIVINA DE MOSTAZA En Mateo, leemos acerca de la incapacidad de los discípulos para expulsar un demonio de un niño epiléptico. Cuando estuvieron a solas con Jesús, le preguntaron: "¿Por qué no pudimos echarlo fuera?" (Mateo 17:19). Jesús tuvo una respuesta simple: “Por tu incredulidad” (v. 20). Luego pasó a decir: De cierto te digo que si tienes fe como una semilla de mostaza, le dirás a esta montaña: "Muévete de aquí para allá", y se moverá; y nada te será imposible. Sin embargo, este tipo no sale excepto por oración y ayuno. (vv. 20-21)

Comparemos este pasaje con Lucas 17: 6. Si tienes una fe como una semilla de mostaza, puedes decirle a esta morera: “Arranca de raíz y planta en el mar”, y te obedecerá. Observe que el árbol no solo se arroja al mar, sino que se planta en el mar. En ambos pasajes, el Señor dice que todo lo que necesitas es una “semilla de mostaza” de este tipo de fe para que sea eficaz. Una pequeña semilla de mostaza es suficiente para mover una montaña. Si es la fe de Dios, no necesita una cucharada grande. Eso no es cierto para todo tipo de fe, pero es fe divina. No es la cantidad, sino la calidad de la fe de la que habla Jesús. Cuando estaba planeando casarme con mi esposa Lydia, estaba caminando por el Monte de los Olivos y contemplando lo que implicaría convertirme en un misionero de fe en la tierra de Israel. Lydia me había contado algunas historias sobre tener que levantarse en medio de la noche para orar para recibir el desayuno de los niños a la mañana siguiente. Le dije al Señor que nunca quería estar tan cerca del margen como eso, y resolví el asunto para siempre con Dios en fe. Sabía que las cosas nunca llegarían a ese punto. Cuando miro hacia atrás en ese momento de oración ahora, sé que fue cuando lo recibí. No fue una lucha; no fue un esfuerzo. Solo sabía que así iba a ser. Y así fue durante treinta años de vida matrimonial. No puedo atribuirme ningún mérito.

LA PALABRA EN EL CORAZÓN Y LA BOCA Un ejemplo muy dramático de la fe de Dios y su poder se ilustra en el llamamiento del profeta Jeremías. Dios le dijo: “Antes que te formara en el vientre te conocí; antes de que nacieras yo te santifiqué; Te di por profeta a las naciones ”(Jeremías 1: 5). Jeremías respondió, en efecto, “No puedo. Soy demasiado joven." Y Dios esencialmente dijo: "No me digas que eres demasiado joven porque lo vas a hacer". (Vea los versículos 6-8.) El pasaje continúa, Entonces el SEÑOR extendió su mano y tocó mi boca, y el SEÑOR me dijo: “He aquí, he puesto mis palabras en tu boca. Mira, en este día te he puesto sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y derribar, para destruir y derribar, para construir y para plantar ”. (vv. 9-10, énfasis agregado)

Jeremías pensó que era demasiado joven para ser profeta, pero Dios le dijo: "A partir de ahora, estarás sobre las naciones y los reinos para arrancar, derribar, destruir, derribar, construir y plantar". ¿Cómo se logró esto? “He puesto mis palabras en tu boca” (Jeremías 1: 9). Y cuando las palabras de Dios salieron de la boca de Jeremías por el Espíritu de Dios, fue tan eficaz como si Dios mismo las hubiera hablado. Si estudias las profecías de Jeremías, encontrarás que los destinos de muchas naciones durante los últimos 2.500 años fueron establecidos por sus profecías. Fueron cumplidos exactamente. Ese es el poder de la Palabra de Dios hablada por la boca humana a través del Espíritu de Dios. La condición para ser portavoz de Dios se da en Jeremías 15. El testimonio de Jeremías fue: “Fueron halladas tus palabras, y las comí, y tu palabra fue para mí el gozo y el regocijo de mi corazón; porque en tu nombre soy llamado, oh Jehová Dios de los ejércitos ”(v. 16). Si queremos traer la Palabra de Dios, primero debemos haber digerido la Palabra de Dios. Del mismo modo, cuando Dios llamó al profeta Ezequiel, extendió un rollo en Su mano y dijo: “Abre tu boca y come lo que te doy” (Ezequiel 2: 8). Luego le dijo a Ezequiel que profetizara.

Para traer la Palabra de Dios, primero debemos haber digerido la Palabra de Dios.

Debemos entender completamente que la profecía y los dones espirituales no provienen de la mente natural. No solo debemos introducir la Palabra de Dios en nuestra mente, sino que también debemos digerirla en nuestro espíritu. Cuando la Palabra sea digerida allí, y la hayamos escondido en nuestro corazón, como dijo David (ver Salmo 119: 11), entonces estará disponible para que el Espíritu

Santo la produzca como lo considere conveniente. Cuando Jeremías recibió las palabras de Dios, las comió y vivió de ellas. Asimismo, el testimonio de Job fue: “He atesorado las palabras de su boca más que mi comida” (Job 23:12). Cuando recién fui salvo y servía como soldado en el ejército británico en el norte de África, este también fue mi testimonio. Preferí la Palabra de Dios a mi comida. Si tuviera que elegir entre desayunar y leer la Biblia, me tomaría el tiempo para leer la Biblia. Durante unos tres años en el desierto, viví de la Palabra de Dios. Allí no había iglesias, capellanes ni predicadores, pero tenía dos cosas: la Palabra y el Espíritu de Dios. Esa experiencia hizo los cambios más profundos y permanentes en cada área de mi ser. Finalmente, Jeremías 15:19 dice: “Por tanto, así dice el SEÑOR: 'Si vuelves, yo te haré volver; estarás delante de mí; si quitas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Deja que vuelvan a ti, pero no debes volver a ellos ". Jeremías debía presentarse ante Dios, escuchar Su palabra y entregarla. Dios quiere un portavoz puro. Cuando Dios establece un estándar, no podemos bajarlo. Cuando Dios establece condiciones, no tenemos autoridad para cambiarlas. No podemos rebajarnos a los estándares del hombre. Tenemos que pararnos donde Dios nos pone y dejar que los hombres regresen a Sus normas; no podemos volver al suyo.

DOS FORMAS DE USAR LAS PALABRAS CON FE Anteriormente mencioné dos formas diferentes de usar las palabras mientras se ejerce la fe. La primera forma son las palabras que se le dicen a una persona, objeto o situación en nombre de Dios. Esta expresión de fe no tiene un nombre teológico que yo sepa, pero yo diría que es el poder del decreto del creyente. La segunda forma son las palabras que se le dicen a Dios en nombre de una persona, objeto o situación. Esta expresión de fe es lo que llamamos oración.

El ejemplo de Elías Uno de mis personajes bíblicos favoritos, Elías, ilustra ambas formas de usar palabras mientras se ejerce la fe. Surgió como profeta en Israel en un momento de total reincidencia, maldad y caos en el reino, que estaba siendo gobernado por el malvado rey Acab. Elías pronunció esta dramática declaración en nombre de Dios: Y Elías el tisbita, de los habitantes de Galaad, dijo a Acab: Vive el SEÑOR Dios de Israel, delante de quien estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, excepto por mi palabra. (1 Reyes 17: 1)

Esa es una declaración bastante poderosa, ¿no? Cuando controlas la lluvia y el rocío, eso es autoridad. La Biblia revela que durante tres años y medio no hubo lluvia ni rocío, tal como había dicho Elías. Acab envió a cada reino y nación en busca de Elías. (Véase 1 Reyes 18:10.) Aparentemente pensó que si podía apoderarse de Elías y de alguna manera torturarlo para que dijera lo correcto, la lluvia volvería a caer. Cuando finalmente se encontraron, Acab le dijo a Elías: "¿Eres tú, alborotador de Israel?" (1 Reyes 18:17). Decía: “Tú eres el que está causando todo este problema; eres la razón por la que no tenemos lluvia ni rocío; tú eres la razón por la que todas las cosechas están fallando y todas las bestias están muriendo ". Hablar una palabra como lo hizo Elías es una responsabilidad. El clima estaba bajo el control de la palabra de Elías, no de Dios, porque él era el representante visible de Dios en Israel. En 1 Reyes 18: 1, Dios le había dicho a Elías: "Ve, preséntate ante Acab y enviaré lluvia sobre la tierra". Elías no solo le llevó el mensaje a Acab, él fue el mensaje. "Preséntate ... y enviaré lluvia". Sin embargo, tenga en cuenta que cuando Elías quiso volver a llover, tuvo que perseverar en oración al respecto, a pesar de que él era el que la había retenido: Entonces Elías dijo a Acab: “Sube, come y bebe; porque se oye el sonido de la abundancia de lluvia ". Entonces Acab subió a comer y beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo; luego se postró en el suelo y puso el rostro entre las rodillas. (1 Reyes 18: 41-42)

Todo Elías fue una oración: espíritu, alma y cuerpo.

¿Has estado alguna vez en esa posición? Ha habido momentos en los que sentí que Dios me había inclinado a esa posición en oración. No solo diría que Elías estaba orando, sino que Elías era su oración. Todo Elías fue una oración: espíritu, alma y cuerpo. Estaba totalmente identificado con su oración. Oró hasta que apareció la nubecita y, con sus palabras dirigidas a Dios, liberó la lluvia.

(Vea los versículos 43-45). Esto es lo que Santiago llamó “la oración de fe” (Santiago 5:15). James usó a Elijah como ejemplo, diciendo que no era un tipo especial de persona, sino un ser humano que era como tú y yo. En otras palabras, podemos hacer lo mismo. La oración de fe salvará al enfermo y el Señor lo resucitará. Y si ha cometido pecados, será perdonado. ... La oración eficaz y ferviente del justo es de mucho provecho. Elías era un hombre con una naturaleza como la nuestra, y oró fervientemente para que no lloviera; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Y Faith oró de nuevo, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto. (Santiago 5: 15-18)

Este mismo poder está disponible para ti y para mí. En la Escritura anterior, se nos dice que Elías oró junto con las palabras que habló en nombre de Dios. Esto nos muestra que estas dos formas de usar las palabras mientras se ejerce la fe están estrechamente relacionadas. No solo hablamos palabras en nombre de Dios de manera arbitraria; más bien, hablamos palabras con fe basándonos en nuestra relación con Él y de acuerdo con nuestro conocimiento de Su voluntad y poder.

El ejemplo de Josué Otro ejemplo de una palabra hablada en nombre de Dios se puede encontrar en la vida de Josué, cuando él y los israelitas estaban en medio de una batalla contra sus enemigos. Entonces Josué habló al SEÑOR el día en que el SEÑOR entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo a los ojos de Israel: Sol, detente sobre Gabaón; y Moon, en el Valle de Aijalon ”. De modo que el sol se detuvo y la luna se detuvo, hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos… De modo que el sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse en todo un día. Y no hubo día como ese, antes ni después, en que el SEÑOR oyera la voz de un hombre. (Josué 10: 12-14)

Aunque el pasaje dice que Josué habló con el Señor, fue Josué quien le dijo al sol y a la luna que se detuvieran. Las palabras que dijo un hombre afectaron el curso de los cuerpos celestes. Esto fue extraordinario. Mi convicción personal es que hoy tenemos exactamente los mismos privilegios disponibles para ti y para mí.

MANIFESTACIONES DE FE MILAGROSA EN EL NUEVO TESTAMENTO Veamos ahora algunos ejemplos de fe milagrosa, o la palabra de fe, que se encuentran en el Nuevo Testamento.

Calmando una tormenta en autoridad divina En el primer ejemplo, Jesús y sus discípulos estaban en un bote pequeño cuando se desató una tremenda tormenta. Cuando llegó la noche, les dijo: "Pasemos al otro lado". Cuando dejaron a la multitud, lo llevaron en la barca como estaba. Y otros barquitos también estaban con él. Y se levantó una gran tormenta de viento, y las olas golpearon el bote, de modo que ya se estaba llenando. Pero estaba en la popa, dormido sobre una almohada. Y lo despertaron y le dijeron: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? Entonces se levantó, reprendió al viento y dijo al mar: "¡Paz, enmudece!" Y cesó el viento y hubo una gran calma. Pero Él les dijo: “¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Cómo es que no tienes fe? Y temieron sobremanera, y se decían unos a otros: "¿Quién será éste, que aun el viento y el mar le obedecen?" (Marcos 4: 35-41)

Jesús no puso sus manos sobre el mar, simplemente le habló. Este es un ejemplo de autoridad divina a través de la palabra de fe. En el griego, el significado literal de la palabra traducida como "estar quieto" es "estar amordazado". Me parece que Jesús vio algo satánico detrás de esa tormenta repentina, anormal y dramática. Estaba en camino a lo que considero Su caso más difícil de liberación, el endemoniado gadareno a quien conoció al otro lado. No puedo dejar de creer que todas las fuerzas de Satanás se unieron contra Faith Him para evitar que llegara a la escena de la liberación de ese hombre. A veces, cuando estamos en una asignación particular que significa mucho para el reino de Dios, Satanás tendrá sus agentes plantados en cada situación y circunstancia a lo largo del camino. Esta es una buena señal de que Dios va a hacer algo especial, Cuando Jesús habló con autoridad divina, la tormenta fue amordazada inmediatamente. No podía emitir otro sonido ni causar más daños. Cuando Israel salió de Egipto en la noche de la Pascua, la Escritura dice que ningún perro movió su lengua hacia ninguno de los israelitas. (Ver Éxodo 11: 7.) Dios puede silenciar cualquier cosa si tenemos fe.

RESUCITANDO A LOS MUERTOS CON UNA PALABRA DE FE Hay tres casos en las Escrituras de Jesús levantando a personas de entre los muertos por una palabra de fe. El primero es el hijo de la viuda de Naín. Y cuando se acercó a la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban a un muerto, el único hijo de su madre; y ella era viuda. Y una gran multitud de la ciudad estaba con ella. Cuando el Señor la vio, tuvo compasión de ella y le dijo: "No llores". Luego se acercó y tocó el ataúd abierto, y los que lo llevaban se detuvieron. Y Él dijo: “Joven, a ti te digo, levántate”. Entonces el que estaba muerto se incorporó y comenzó a hablar. Y lo presentó a su madre. (Lucas 7: 12-15)

Jesús se conmovió por la trágica situación de la mujer y le dijo que no llorara. Esta fue la compasión divina. Una prueba segura de que Dios quiere hacer algo es cuando te conmueve la compasión divina. Jesús habló una palabra de fe y le dijo al joven que se levantara. Cada vez que Jesús resucitaba a los muertos, era muy específico. Siempre llamaba a la persona que iba a ser criada. Algunas personas creen que si no hubiera designado a la persona, todos los muertos se habrían levantado porque tenía el poder de sacarlos a todos de la tumba. El segundo caso se refiere a la hija de Jairo. Ahora todos lloraban y se lamentaban por ella; pero Él dijo: “No llores; no está muerta, sino durmiendo ". Y lo ridiculizaron, sabiendo que ella estaba muerta. Pero Él los sacó a todos, la tomó de la mano y llamó, diciendo: "Niña, levántate". Entonces su espíritu regresó y se levantó de inmediato. Y mandó que le dieran de comer. (Lucas 8: 52-55)

La compasión divina es una evidencia segura de que Dios quiere hacer algo.

Una vez más, Jesús habló una palabra de fe y le dijo a la niña que se levantara. Algunas personas afirman que la resurrección de los muertos nunca ocurre hoy. Sin embargo, en África Oriental, donde mi esposa Lydia y yo trabajamos como misioneros, ha habido casos bien autenticados de personas que han sido criadas. Durante el tiempo que trabajamos allí, hubo dos ocasiones en las que alguien fue rescatado de la muerte. Uno involucró a una estudiante nuestra que había muerto. Toda su familia estaba en la clínica junto a su cuerpo, que estaba tendido en la cama. Estaban llorando, lamentándose y rezando. Les preguntamos si les gustaría que oráramos, y Faith dijo que sí. Les pedimos a todos que se fueran, y

aunque no habíamos planeado nada de antemano, simplemente nos arrodillamos a ambos lados de la cama y oramos. En cierto momento ambos recibimos la seguridad de la victoria y la niña se sentó derecha. Lo primero que dijo fue: "¿Alguien tiene una Biblia?" Le dije que sí, y ella me dijo que leyera el Salmo 41. Después de leer el Salmo 41, la llevamos a casa con nosotros y estaba perfectamente bien en uno o dos días. Más tarde, le pregunté: "¿Por qué quieres que leamos el Salmo 41?" Ella dijo: “En ese momento dos hombres vestidos de blanco se pararon a mi lado y caminé, con ellos a cada lado, por un camino recto muy, muy largo. Nos llevó a un lugar que estaba lleno de luces y gente vestida de blanco cantando. Había un hombre leyendo un libro muy grande. Estaba leyendo el Salmo 41 y yo quería saber qué contenía ". Por las palabras de este salmo, podemos ver un ejemplo de la conexión entre la Palabra de Dios y la fe milagrosa: El SEÑOR lo guardará y lo mantendrá con vida, y será bendito en la tierra; no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. El SEÑOR lo fortalecerá en su lecho de enfermedad; lo sostendrás en su lecho de enfermo. Dije: “Señor, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque he pecado contra ti. " Mis enemigos hablan mal de mí: “¿Cuándo morirá y perecerá su nombre?”… Todos los que me odian murmuran a una contra mí; contra mí traman mi dolor. “Una enfermedad maligna”, dicen, “se le pega. Y ahora que se acuesta, no se levantará más ”… Pero tú, oh SEÑOR, ten misericordia de mí y levántame. (Salmo 41: 2-5, 7-8, 10)

El tercer caso es cuando Jesús resucitó a Lázaro de entre los muertos. Luego quitaron la piedra del lugar donde yacía el muerto. Y Jesús alzó los ojos y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Y yo sé que siempre me escuchas, pero debido a la gente que está ahí, dije esto, para que crean que tú me enviaste ”. Ahora, cuando hubo dicho estas cosas, clamó a gran voz: "¡Lázaro, ven fuera!" Y el que había muerto salió atado de pies y manos con mantas, y su rostro estaba envuelto en un paño. Jesús les dijo: "Suéltenlo y déjenlo ir". (Juan 11: 41-44)

Qué momento tan dramático. Note que, en todos los casos, Jesús habló y le dijo a la persona que se levantara. Algo similar sucedió cuando Peter resucitó a Dorcas de entre los muertos después de que su cuerpo había sido lavado y colocado en preparación para el entierro: Todas las viudas estaban junto a [Pedro] llorando, mostrando las túnicas y vestidos que Dorcas había hecho mientras estaba con ellas. Pero Pedro los echó a todos, se arrodilló y oró. Y volviéndose hacia el cuerpo, dijo: "Tabitha, levántate". Y abrió los ojos y cuando vio a Peter se incorporó. Luego le dio la mano y la levantó; y cuando llamó a los santos ya las viudas, la presentó viva. (Hechos 9: 39-41)

Note que Pedro fue específico, como lo había sido Jesús, y la llamó por su nombre. Después de orar y recibir la palabra de fe, le dijo a Tabitha que se levantara, y ella lo hizo.

HABLAR JUICIO A TRAVÉS DE UNA PALABRA DE FE Nuestro ejemplo final es una situación muy notable del libro de los Hechos. El mago Elimas, un falso profeta o mago de la fe, se opuso a la predicación de Pablo y Bernabé en la isla de Chipre. Entonces Saulo, que también se llama Pablo, lleno del Espíritu Santo, lo miró fijamente y dijo: “Oh, lleno de todo engaño y de todo engaño, hijo del diablo, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de pervertir la justicia? caminos rectos del Señor? Y ahora, en verdad, la mano del Señor está sobre ti, y serás ciego, sin ver el sol por un tiempo ”. E inmediatamente cayó sobre él una niebla oscura, y anduvo buscando a alguien que lo llevara de la mano. (Hechos 13: 9-11)

Pablo pronunció el juicio de Dios sobre Elimas mediante el poder de la palabra hablada. Note que Pablo fue "lleno del Espíritu Santo", revelando que el juicio vino a través de una palabra divina de fe.

RESULTADOS DE UNA FE MILAGROSA Cuando Dios imparte fe divina a la humanidad, los seres humanos pueden expresar los mismos resultados que si Dios hubiera dicho las palabras directamente. Aquellos a quienes les llega la fe divina han permitido que la Palabra de Dios penetre más allá de sus mentes, en sus espíritus y corazones, de donde provienen palabras milagrosas de fe según la dirección del Espíritu Santo. Estas palabras tienen poder sobre la creación, la muerte y Satanás, demostrando autoridad en todos los aspectos de la existencia física y espiritual. Derriban el mal y edifican lo que es bueno y justo por la fe de Dios mismo.



CAPÍTULO 8 DONES DE CURACIONES

yoEn los dos capítulos siguientes, exploraremos los dones de curaciones y la obra de milagros. Para obtener una perspectiva general de estos dos dones, debemos notar la distinción entre una curación y un milagro.

DISTINGUIR ENTRE CURACIONES Y MILAGROS Esencialmente, una curación alivia el cuerpo de una enfermedad o lesión. A menudo es imperceptible para los sentidos. También puede ser gradual; no ocurre necesariamente de manera instantánea o incluso en un período de tiempo muy corto. Por otro lado, un milagro suele ser perceptible para los sentidos y casi instantáneo, y produce un cambio que va más allá de la curación. Por ejemplo, no puedes "curar" una pierna que es más corta que la otra, pero Dios puede alargarla. He visto miles de casos en los que las piernas han crecido de manera instantánea y visible después de la oración. También he sido testigo de la restauración de una oreja. Un hombre que pidió oración por la curación de su oído mencionó después que le habían extirpado quirúrgicamente el oído interno. Cuando volvió a ver a un médico y le examinaron el oído, el médico le dijo que tenía un oído completamente normal. Esto no fue solo una curación porque no puedes curar algo que no está allí. Este fue un milagro creativo o reparador. Por supuesto, la curación y los milagros pueden superponerse entre sí. Una curación instantánea que es visible podría describirse como un milagro. He sido testigo de muchas de estas curaciones. Una vez oré por una niña que tenía acné. Realmente no esperaba mucho, pero en los siguientes diez minutos, su rostro cambió a una especie de rosa brillante. Fue absolutamente sobrenatural. Todo lo que quedó fue una tenue sombra donde habían estado las manchas. Eso fue una curación, pero fue tan perceptible e instantáneo que podría llamarlo un milagro.

LA NATURALEZA DE LOS DONES DE CURACIONES Ahora veremos con más profundidad los dones de curaciones. “A otro [se le da] dones de curaciones por el mismo Espíritu” (1 Corintios 12: 9). Nuevamente, con este don, tanto los dones como las curaciones están en plural. Interpreto que esto significa que cada vez que viene una curación, es un regalo dado a través de la persona por quien se manifiesta el regalo.

Bajo el control de dios Al igual que con otros dones del Espíritu, los dones de sanidad se operan solo bajo el control de Dios. No creo que nadie pueda ir sanando a la gente a voluntad en ningún lugar y en cualquier momento. Si manifiestas dones de curaciones, alguna persona tonta puede decirte: "Entra al hospital y sana a todos". Eso es realmente antibíblico. Por ejemplo, mire el incidente en el que Jesús sanó al hombre inválido en el estanque de Betesda. En Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, hay un estanque, que en hebreo se llama Betesda, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una gran multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralizados. … Ahora estaba allí un hombre que tenía una enfermedad de treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio acostado allí, y supo que ya había estado en esa condición por mucho tiempo, le dijo: "¿Quieres ser sano?" El enfermo le respondió: “Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua; pero mientras yo vengo, otro baja antes que yo ". Jesús le dijo: "Levántate, toma tu cama y anda". E inmediatamente el hombre se curó, tomó su cama y caminó. (Juan 5: 2-3, 5-9)

"¿Quieres estar bien?"Podría parecer una pregunta extraña para un hombre que había estado allí durante treinta y ocho años buscando curación. Sin embargo, el ejercicio de la voluntad puede ser un factor importante para la curación.

Jesús mismo no podía operar independientemente de la voluntad del Padre.

Tenga en cuenta que había una gran multitud de personas enfermas en la piscina. Sin embargo, Jesús entró, sanó a un hombre y salió de nuevo. Cuando se le preguntó a Jesús acerca de la curación, dijo: “De cierto, de cierto os digo que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace, también el Hijo lo hace de la misma manera ”(v. 19). Jesús no afirmó tener la capacidad de hacer nada independientemente del Padre. En otro lugar dijo: “Las palabras que yo os he hablado, no las hablo por mi propia autoridad; pero el Padre que habita en mí hace las obras ”(Juan 14:10). En otras palabras, Jesús mismo no podría salir y hacer nada por Su propia voluntad o por Su propia decisión si no fuera por revelación de la voluntad del Padre. Jesús no actuó de esa manera y nosotros tampoco podemos. Debemos ser dirigidos por Dios en estos asuntos. Por ejemplo, cuando cincuenta personas se presentan en una reunión para la curación, generalmente es muy insatisfactorio alinearlas, darles un número y comenzar con el número uno. La primera persona en la fila puede ser alguien que no tiene fe, así que rezas por él y no pasa nada. El número dos también puede no tener fe. Para

cuando rezas por él y no pasa nada, nadie tiene fe. Estás luchando contra la incredulidad de todos. Hemos aprendido por experiencia a dejar que el Señor seleccione a la persona para empezar. Solo podemos hacer estas cosas en la medida en que Dios nos guíe y opere a través de nosotros, como lo hizo a través de Jesús y los apóstoles.

El poder del espíritu para el cuerpo del creyente El poder sanador es el poder del Espíritu Santo que se pone a disposición del cuerpo del creyente. En Romanos 8:11, Pablo escribió: "Pero si el Espíritu de Aquel que levantó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, el que levantó a Cristo de los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de Su Espíritu que mora en ustedes". Tienes disponible dentro de ti, a través del Espíritu Santo que mora en ti, el mismo poder que resucitó el cuerpo muerto de Jesús. Pablo sacó a relucir la misma idea cuando dio este testimonio: Llevando siempre en el cuerpo la muerte del Señor Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Entonces la muerte está obrando en nosotros, pero la vida en ti. (2 Corintios 4: 10-12)

Todavía no tenemos nuestros cuerpos de resurrección. Pero lo que sí tenemos, y lo que tenemos derecho a reclamar, es la vida de resurrección en un cuerpo mortal. La vida de resurrección de Jesucristo está disponible para el cuerpo del creyente por el Espíritu Santo a través de la fe. Pablo dijo: "Para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal". La vida no es solo para estar allí, sino también para manifestarse. Esto es lo que yo llamo sanidad divina y salud divina. Es la presencia del Espíritu de Dios que levantó el cuerpo de Jesús de la tumba manifestada, operando para que puedas ver que está presente y observar lo que está haciendo. Santiago escribió: “¿Está alguno enfermo entre ustedes? Que llame a los ancianos de la iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor ”(Santiago 5:14).

La voluntad de Dios para el creyente no es solo sanar, sino estar sano.

Creo que la vida de resurrección va más allá de la curación a la salud. La voluntad de Dios no es que el creyente en Cristo siga sanando, sino que esté sano. Su voluntad para el creyente se declara en 3 Juan 2: "Amado, oro para que puedas prosperar en todas las cosas y tener salud, así como tu alma prospera". He aprendido por experiencia que es mucho más fácil estar sano que seguir recuperándose. Es bueno estar curado, pero es mucho mejor estar saludable. También he aprendido que es mucho más fácil tener fe para no enfermarse que tener fe para sanar cuando ya estás enfermo. Hay un beneficio adicional del poder del Espíritu Santo en el cuerpo del creyente: “Para que tu juventud se renueve como la del águila” (Salmo 103: 5). La vida de resurrección es más que igual a los estragos de la enfermedad y la

dolencia, e incluso, en cierta medida, puede contrarrestar el funcionamiento de la vejez. La Escritura dice: “Moisés tenía ciento veinte años cuando murió. No se le nublaron los ojos ni disminuyó su vigor natural ”(Deuteronomio 34: 7). Moisés pasó tanto tiempo en la presencia de Dios que realmente estaba viviendo en una atmósfera diferente a la de los otros israelitas. El entorno en el que vivimos marca una diferencia significativa. Una mujer me dijo que ella y su esposo se fueron a casa durante las vacaciones y se reunieron con otros miembros de la familia que no eran creyentes bautizados en el Espíritu. Todos llegaron sanos pero empezaron a hablar de sus enfermedades. Después de unos tres días de hablar sobre sus enfermedades, la mayoría estaba enferma. Ella y su esposo dijeron: "Nos alegramos de salir de esa atmósfera". El entorno en el que vive tiene mucho que ver con lo que vive. Creo firmemente que el creyente lleno del Espíritu debe crear un ambiente a su alrededor de fe positiva, confianza y alabanza.

Una atmósfera de poder que sana El poder sanador del Espíritu Santo habitó en Jesús desde el momento de su bautismo en el río Jordán. Hubo casos en los que este poder fluyó a través de Él de una manera casi tangible. Un ejemplo de esto fue cuando la mujer con el flujo de sangre se le acercó por detrás entre la multitud y tocó el borde de su manto. Ahora, cierta mujer tuvo un flujo de sangre durante doce años y había sufrido muchas cosas por parte de muchos médicos. Había gastado todo lo que tenía y no estaba mejor, sino que empeoró. Cuando escuchó acerca de Jesús, se acercó detrás de Él entre la multitud y tocó Su manto. Porque ella dijo: "Si tan solo pudiera tocar Su ropa, seré sana". Inmediatamente la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que había sido sanada de la aflicción. Y Jesús, sabiendo de inmediato en sí mismo que había salido poder de él, se dio la vuelta entre la multitud y dijo: "¿Quién tocó mi ropa?" (Marcos 5: 25-30)

Jesús sintió que el poder sanador lo abandonaba cuando la mujer fue sanada. Veamos otro ejemplo: “Y sucedió que cierto día, mientras él enseñaba, estaban sentados fariseos y maestros de la ley, que habían venido de todos los pueblos de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba presente para sanarlos ”(Lucas 5:17). Aparentemente, toda la atmósfera estaba impregnada de este poder curativo. En Lucas 6:19, encontramos una situación similar a la de la mujer con flujo de sangre que fue sanada: “Y toda la multitud procuraba tocarlo, porque de él salía poder y los sanaba a todos”. Tendremos experiencias como esa en nuestras propias vidas y ministerios cuando el espíritu de curación o milagros se trasladará a una reunión y casi todos serán tocados sobrenaturalmente por Dios. El mismo poder sanador sobrenatural se asoció con el ministerio de Pedro, de modo que incluso su sombra trajo sanidad: Sacaron a los enfermos a la calle y los acostaron en camas y sofás, para que al menos la sombra de Peter que pasaba cayera sobre algunos de ellos. También se reunió una multitud de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos, y todos fueron sanados. (Hechos 5: 15-16)

Tales curaciones no se limitan al ministerio de Jesús y los apóstoles. Un hermano en el Señor a quien yo conocía fue utilizado de esta manera mientras ministraba en Argentina. Dijo que en el momento culminante de las reuniones que estaba llevando a cabo, caminó deliberadamente para que su sombra cayera sobre los enfermos y éstos fueran sanados. Las reuniones en Argentina conmovieron a todo el país de punta a punta de una manera que todos los esfuerzos misioneros anteriores habían sido absolutamente incapaces de lograr. Esto sucedió en el espacio de unas breves semanas. Cuando se libera el poder de Dios, no podemos medir cuáles serán los resultados.

CURACIONES ESPECÍFICAS DE INDIVIDUOS Los ejemplos de la última sección fueron generalmente sobre curaciones masivas que ocurren en una atmósfera de poder. Veamos ahora algunos relatos de las Escrituras sobre la curación de personas. Comenzamos con el ministerio de Jesús. Cuando se ponía el sol, todos los que tenían algún que estuviera enfermo de diversas enfermedades los llevaron a [Jesús]; e impuso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó. (Lucas 4:40, énfasis agregado)

Aquí vemos que Jesús ministró a las personas individualmente. Todo aquel sobre quien impuso las manos fue sanado. Vemos en este ejemplo que Dios no siempre obra la curación de la misma manera. A veces, la gente podía simplemente tocar a Jesús y ser sanada, y otras veces Él tenía que imponer sus manos sobre ellos individualmente. Vemos este enfoque individual en el relato de la curación del leproso. Cuando [Jesús] bajó del monte, lo siguió una gran multitud. Y he aquí, un leproso vino y lo adoró, diciendo: "Señor, si quieres, puedes limpiarme". Entonces Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Quiero; ser limpiado ". Inmediatamente su lepra fue limpiada. (Mateo 8: 1-3)

Esta curación visible de la lepra realmente podría considerarse un milagro. Jesús lo tocó y se curó de inmediato. Por supuesto, una razón por la que Jesús lo tocó fue que la gente no solía tocar a los leprosos. Él podría haberlo sanado con algún otro método, pero se desvió de Su camino para tocar al hombre y mostrarle compasión. A veces, los métodos que Jesús usó para sanar eran claramente poco convencionales. Esto muestra que debemos confiar totalmente en la dirección del Espíritu Santo en la curación. Veamos dos ejemplos de curaciones no convencionales en las que las personas fueron sanadas después de que Jesús las tocó. El primero involucra a un hombre que era sordo: Entonces le llevaron a uno que era sordo y deficiente en el habla, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y apartándolo de la multitud, le puso los dedos en los oídos, escupió y le tocó la lengua. Luego, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "Ephphatha", es decir, "Ábrete". Al instante se le abrieron los oídos, se le soltó la lengua y hablaba claramente. (Marcos 7: 32-35)

Luego tenemos otro relato notable que involucra la curación de un ciego. “Luego vino a Betsaida; y le llevaron un ciego y le rogaron que lo tocara. Así que tomó al ciego de la mano y lo sacó del pueblo ”(Marcos 8: 22-23). ¿Por qué Jesús sacó al hombre de la ciudad? Probablemente había tal atmósfera de incredulidad allí que el hombre nunca pudo haber tenido la fe para ser sanado. El pasaje continúa, “Y cuando [Jesús] le escupió en los ojos y le puso las manos encima, le preguntó si veía algo. Y él miró hacia arriba y dijo: 'Veo hombres como árboles, caminando' ”(vv. 23-24). El hombre podía ver, pero no con claridad. Algunas personas dicen que todas las curaciones de Jesús se

completaron instantáneamente. Sin embargo, Jesús dependía, en cierta medida, de la respuesta de fe en la persona con la que estaba tratando. Luego volvió a ponerse las manos en los ojos y le hizo mirar hacia arriba. Y fue restaurado y vio a todos claramente. Luego lo envió a su casa, diciendo: 'No vayas al pueblo, ni lo digas a nadie en el pueblo' ”(vv. 25-26).

Debemos confiar totalmente en la dirección del Espíritu Santo en la curación.

Aparentemente, Jesús simplemente no podía soportar la atmósfera de esa ciudad. Había tal ambiente de incredulidad allí. Quizás fueron los parientes del hombre quienes fueron el problema. A veces, las personas frente a las que es más difícil tener fe son tus familiares. Si todos sus parientes son incrédulos, es posible que deba tener fe en otro lugar. Este hombre no pudo ser sanado en ese pueblo en particular. E incluso cuando fue sanado, evidentemente no podría mantener su sanidad si regresaba allí. Las curaciones individuales también se realizaron a través del ministerio de la iglesia primitiva. En el libro de los Hechos, Pablo y otros naufragaron en la isla de Malta después de una terrible tormenta. Cuando llegaron a tierra, los isleños los recibieron y les abrieron sus casas. Y hubo una curación estratégica que Dios usó para llamar la atención de toda la isla. En esa región había una finca del principal ciudadano de la isla, que se llamaba Publio, quien nos recibió y agasajó cortésmente durante tres días. Y sucedió que el padre de Publio estaba enfermo de fiebre y disentería. Pablo se acercó a él y oró, le impuso las manos y lo sanó. Entonces, cuando se hizo esto, el resto de los que tenían enfermedades en la isla también vinieron y fueron sanados. (Hechos 28: 7-9)

Note que el pasaje dice que Pablo lo sanó. Por supuesto, no podemos sanar a nadie sin Jesús y el poder del Espíritu Santo, pero hay ocasiones en las que podemos estar tan identificados con Él que podemos sanar a las personas. Jesús dijo: “El que cree en mí, las obras que yo hago, él también las hará” (Juan 14:12). Cuando Jesús envió a los doce discípulos y luego a los setenta discípulos a ministrar en los pueblos y ciudades circundantes, les dijo: “Sanad a los enfermos”. (Véase, por ejemplo, Lucas 10: 9.) La Biblia pone mucha más responsabilidad en los creyentes de lo que la mayoría de nosotros estamos dispuestos a reconocer.

RESULTADOS DE LOS DONES DE CURACIONES Hemos visto que los dones de curaciones restauran de manera sobrenatural a las personas a la integridad física. Cuando llega tal restauración, es un regalo dado a través de la persona por quien se manifiesta el regalo. Los dones de sanidad se pueden efectuar mediante el poder de resurrección del Espíritu Santo. Pueden manifestarse en una atmósfera de curación en la que muchos se recuperan, así como en la curación de individuos específicos bajo la guía del Espíritu Santo. Los dones de curaciones también dan como resultado la creación de una atmósfera de fe para una curación adicional y una apertura al evangelio de Jesucristo.



CAPÍTULO 9 OBRAS DE MILAGROS



LA NATURALEZA DE LAS OBRAS DE MILAGROS yoEn 1 Corintios 12:10, leemos: "A otro [se le da] obra de milagros". Como ocurre con los dones de curaciones, este don sólo se opera bajo el control de Dios. Nadie puede obrar un milagro simplemente ejerciendo su propia voluntad. Como dije antes, este don se designa más apropiadamente como el doble plural "obra de milagros". Además, Pablo escribió tres veces acerca de la obra de milagros: en los versículos décimo y vigésimo octavo de 1 Corintios 12 y en el quinto versículo de Gálatas 3. La palabra griega traducida como “milagros” en estos versículos es la forma plural de dunamis. Dunamis significa "poder" y, por lo tanto, traducido literalmente, el regalo sería "funcionamiento de poderes". Estos trabajos se refieren a la habilidad dada por Dios para demostrar el poder sobrenatural del Espíritu Santo en acción. Cada milagro es un obrar, una manifestación específica y definida del don.

REFERENCIAS GENERALES A LOS MILAGROS EN LAS ESCRITURAS Un hilo corre a través de las Escrituras dondequiera que se use la palabra dunamis en plural. Comencemos por ver casos en el Nuevo Testamento donde dunamis se usa de manera general para lo milagroso, sin mencionar un acto milagroso en particular. En Mateo 13:54, la gente de Nazaret comentó acerca de Jesús cuando comenzó Su ministerio por primera vez: “Y cuando llegó a Su propio país, les enseñó en la sinagoga, de modo que se asombraron y dijeron: '¿De dónde hizo esto? ¿El hombre recibe esta sabiduría y estas maravillas? '”La palabra dunamis en este caso se traduce como“ obras poderosas ”. Otras versiones de la Biblia usan "poderes milagrosos". La gente estaba asombrada por la sabiduría y los milagros de Jesús y dijo, en efecto, “¿De dónde vienen? Lo conocemos. Es solo el hijo de un carpintero. ¿Cómo puede Él hacer estas cosas? " (Vea los versículos 55-56.) En Hechos 2:22, Pedro se refirió a Jesús de esta manera: “Varones de Israel, oíd estas palabras: Jesús de Nazaret, un hombre que Dios os testificó por medio de milagros [dunamis, poderes], prodigios y señales que Dios hizo Él en medio de vosotros, como también vosotros sabéis ... " Dios Todopoderoso dio testimonio sobrenatural de la vida y el ministerio de Jesús mediante tres cosas: milagros, prodigios y señales. Jesús fue "atestiguado por Dios". Este hecho era importante para que la audiencia judía de Pedro lo comprendiera. “Porque los judíos piden una señal”, escribió Pablo, “y los griegos buscan sabiduría” (1 Corintios 1:22). Los judíos nunca reconocerán a un profeta que no tenga una señal sobrenatural. Está arraigado en ellos. Todo su trasfondo religioso es de hombres que vinieron con un mensaje de Dios y pudieron probarlo. Realmente nunca llegaremos a las personas como deberíamos hasta que tengamos evidencia sobrenatural de que lo que les estamos diciendo está atestiguado por Dios. He sido misionero en dos países, y no saldría de mi país para predicar el evangelio si no estuviera convencido de que Dios daría un testimonio sobrenatural del mensaje que me da. De lo contrario, haríamos mejor en quedarnos en casa y enviar literatura. Hará el trabajo mucho mejor a menos que tengamos algo más que palabras para ofrecer a la gente. Ese es el poder de la obra de milagros.

La vida y el ministerio de Jesús fueron confirmados por milagros, señales y prodigios.

Al hablar de su propio apostolado, Pablo escribió: “Verdaderamente se cumplieron entre vosotros las señales de un apóstol con toda perseverancia, en señales, prodigios y maravillas [dunamis]” (2 Corintios 12:12). La palabra traducida como "hechos poderosos" se traduce como "milagros" en otras versiones de la Biblia. Una vez más, Pablo dejó en claro que un apóstol tiene que demostrar su apostolado. Tiene que tener una certificación sobrenatural. Acompañando las señales de un apóstol hay una cualidad de carácter, perseverancia, la capacidad de no desanimarse ni rendirse. Tenga en cuenta que aquí se usan las mismas tres palabras de testimonio que se usaron para Jesús en Hechos 2:22: señales, prodigios y proezas o milagros. Otro ejemplo de dunamis está en la epístola de Pablo a los Gálatas. En esta carta, él estaba tratando con el hecho de que los creyentes, habiendo conocido la salvación por la gracia y el poder de Dios, habiendo experimentado el bautismo en el Espíritu Santo, y habiendo visto lo milagroso, ahora estaban volviendo bajo la ley de Moisés y observar los requisitos legales a través de la influencia de los maestros judaizantes. Es muy interesante que Pablo estaba mucho más molesto con los Gálatas que con los Corintios. Los corintios tenían problemas con todo tipo de pecados carnales, pero Pablo se tomó un tiempo al comienzo de su primera carta para agradecer a Dios por la gracia que Dios les había revelado. En su carta a los Gálatas, no tuvo tiempo para agradecer a Dios por ellos. Él dijo: “Me maravilla que te alejes tan pronto de Aquel que te llamó en la gracia de Cristo, a un evangelio diferente ”(Gálatas 1: 6). Pablo parecía estar mucho más perturbado por el legalismo que por la inmoralidad, aunque corrigió cuidadosamente ambos errores. Pero el legalismo es un peligro mucho mayor para la mayoría de los cristianos. Note lo que Pablo escribió en su reprimenda a los Gálatas: Esto solo quiero aprender de ti: ¿Recibiste el Espíritu por las obras de la ley o por el oír con fe? ¿Eres tan tonto? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne? ¿Has sufrido tantas cosas en vano? si en verdad fue en vano? Por tanto, el que os suministra el Espíritu y obra milagros [dunamis] entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por el oír con fe? (Gálatas 3: 2-5)

El apóstol estaba diciendo: “¿Recibiste el Espíritu Santo como resultado de la circuncisión y de guardar la ley de Moisés? No. Recibiste el Espíritu Santo cuando creías en la predicación del evangelio, alguien oró y te impuso las manos y comenzaste a hablar en lenguas. ¿Volverás a las ordenanzas y reglas carnales después de haber conocido lo que es probar el poder y la libertad del Espíritu Santo?

Las obras de milagros se obtienen mediante "el oír con fe".

"Te suministra el Espíritu"(v. 5) se refiere a llevar a las personas al bautismo en el Espíritu Santo. Esto no sucede por ser circuncidado o estar bajo la ley de Moisés, sino por fe, así como la salvación viene por fe. Por tanto, Pablo puso las obras de milagros en la misma categoría que recibir el Espíritu Santo. Vienen por el oír con fe. Escuchas a alguien exponer la Palabra de Dios, y luego, con un simple acto, liberas tu fe y sucede. No requiere mucha agonía o gritos; no es emocionalismo. Es simplemente escuchar la Palabra de Dios con fe. Otro ejemplo de milagros mencionado de manera general en las Escrituras está en Hebreos: ¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande, que al principio comenzó a ser hablada por el Señor, y nos fue confirmada por los que le oyeron, dando también Dios testimonio con señales y prodigios, con diversos milagros [dunamis ], y dones del Espíritu Santo, según su propia voluntad? (Hebreos 2: 3-4)

Aquí se mencionan cuatro manifestaciones del poder de Dios: señales, prodigios, varios milagros y dones del Espíritu Santo. "Regalos" en este versículo se traduciría mejor como "distribuciones". El testimonio de Dios del mensaje del evangelio fue sobrenatural de principio a fin. Debería ser igual hoy.

MILAGROS Y LIBERTAD Antes de discutir milagros específicos, quiero señalar la relación entre los dones de milagros y la expulsión de los espíritus malignos. En casi todos los lugares donde se usa la palabra dunamis, hay una referencia a expulsar demonios. Por ejemplo, en Marcos leemos, Juan le respondió diciendo: "Maestro, vimos a alguien que no nos sigue [que no está en nuestro grupo] echando fuera demonios en tu nombre, y se lo prohibimos porque no nos sigue". Pero Jesús dijo: "No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro [dunamis] en Mi nombre podrá después hablar mal de Mí". (Marcos 9: 38-39)

Note que Jesús se refirió a la expulsión de los espíritus malignos en Su nombre como hacer un milagro. Encontramos una situación similar en la descripción del ministerio de Felipe en Samaria. Y las multitudes escuchaban unánimes las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo los milagros [una palabra griega diferente] que hacía. Porque de muchos endemoniados salían espíritus inmundos que clamaban a gran voz; y muchos paralíticos y cojos fueron sanados… Entonces el mismo Simón también creyó; y cuando fue bautizado, continuó con Felipe, y se asombró al ver los milagros [dunamis] y las señales que se hacían. (Hechos 8: 6-7, 13)

La traducción correcta del griego es "ver las señales y los grandes milagros que se hicieron". Los grandes milagros que vio Simón no fueron solo los paralizados y los cojos que fueron sanados visiblemente, sino también los espíritus malignos que salían de las personas de manera manifiesta. He encontrado resultados similares en mi ministerio. El Señor nos reveló que si seguíamos echando fuera a los espíritus malignos, vendrían sanaciones milagrosas. Y he visto sanar a los cojos y paralíticos. Es notable lo precisa que es la Escritura. Si seguimos adelante, hay más por delante. Lo mejor está por venir. Otro ejemplo de la conexión entre los milagros y la liberación se encuentra en Hechos 19. “Dios hizo milagros [dunamis] inusuales [“ especiales ”KJV] por las manos de Pablo, de modo que incluso pañuelos o delantales fueron llevados de su cuerpo a los enfermos, y las enfermedades los dejaron y los espíritus malignos salieron de ellos ”(vv. 11-12). La palabra "inusual" o "especial" nos dice que los milagros eran normales en la iglesia primitiva, pero que aquí había algo incluso fuera de la norma. En los pasajes de las Escrituras donde se especifica un milagro o milagros reales, por lo tanto, generalmente hay una referencia a la salida de espíritus malignos. Esta es una de las manifestaciones manifiestas del poder de Dios.

MANIFESTACIONES DE MILAGROS ESPECÍFICOS

Agua en vino Veamos ahora algunos ejemplos de milagros específicos registrados en el Nuevo Testamento. El primer milagro de Jesús fue convertir el agua en vino. Hubo una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Ahora tanto Jesús como sus discípulos fueron invitados a la boda. Y cuando se les acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". Jesús le dijo: “Mujer, ¿qué tiene que ver conmigo tu preocupación? Aún no ha llegado mi hora ”. Su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que les diga". Allí estaban colocadas seis tinajas de piedra, según la forma de purificación de los judíos, que contenían veinte o treinta galones cada una. Jesús les dijo: "Llenad de agua las tinajas". Y las llenaron hasta el borde. Y les dijo: "Sacad ahora un poco y llevadlo al maestro de la fiesta". Y se lo llevaron. (Juan 2: 1-8)

Jesús les dijo a los sirvientes que llenaran las seis tinajas con agua, eso es fe. Luego dijo que sacara un poco y se lo diera al maestro de la fiesta. En algún momento entre el momento en que lo sacaron y el momento en que llegó al maestro de la fiesta, se había convertido en vino. Eso fue un milagro. (Vea Juan 2: 9-11.) Puede llamarlo una señal o puede llamarlo una maravilla, pero encaja en esa categoría.

Alimentando a los cinco mil Otro milagro fue Jesús multiplicando los panes y los peces para alimentar a miles de personas. Jesús alzó los ojos y, al ver que se le acercaba una gran multitud, dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para que coman éstos?" Pero esto lo dijo para probarlo, porque Él mismo sabía lo que haría. Felipe le respondió: "Doscientos denarios de pan no les bastarán, para que cada uno tenga un poco". Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos, pero ¿qué son entre tantos?" Entonces Jesús dijo: "Haz que la gente se siente". Ahora había mucha hierba en el lugar. Entonces se sentaron los hombres, en número de unos cinco mil. Y Jesús tomó los panes, y habiendo dado gracias, los distribuyó a los discípulos, y los discípulos a los que estaban sentados; y también del pescado, cuanto quisieran. Así que cuando se llenaron, Dijo a sus discípulos: "Recojan los fragmentos que quedan, para que nada se pierda". Así que los recogieron y llenaron doce cestas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. Entonces esos hombres, cuando vieron la señal que hizo Jesús, dijeron: "Este es verdaderamente el Profeta que ha de venir al mundo". (Juan 6: 5-14)

Jesús quería alimentar a cinco mil hombres, sin incluir mujeres y niños, y tenía cinco panes y dos pescados. ¿Qué hizo él? Una cosa muy simple. Dio gracias al Señor y luego comenzó a repartir la comida. Alimentó a todos, con algo de sobra. ¿Sabes cuánta comida se recogió al final? El pasaje dice que llenó doce cestas. En otra ocasión, Jesús alimentó a cuatro mil personas con siete panes y unos pocos pescados. En este caso, sobraron siete canastas, pero la segunda vez se usa una palabra diferente para canasta porque eran canastas mucho más grandes. No solo se alimentaba a la gente, sino que también abundaban las sobras. (Ver, por ejemplo, Marcos 8: 1-9.)

Jesús requirió sumisión a su autoridad antes de alimentar a la gente.

Note que Jesús realizó este milagro de una manera muy ordenada y sistemática. En el relato de Marcos 6 sobre la alimentación de los cinco mil, leemos que Jesús les dijo a los discípulos que hicieran que la gente se sentara en grupos, y que se sentaran en la hierba en grupos de cincuenta y cien. Jesús requirió orden y sumisión a su autoridad antes de alimentar a la gente. Lo mismo es cierto para nosotros en un sentido espiritual. Algunas personas no quieren unirse a nadie o estar bajo la autoridad de nadie más. Debido a esto, no pueden ser alimentados espiritualmente.

Un milagro creativo para un hombre ciego de nacimiento Luego tenemos el caso notable de Jesús sanando a un hombre que había nacido ciego. Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este hombre o sus padres, para que haya nacido ciego? Jesús respondió: “Ni este hombre ni sus padres pecaron, sino para que las obras de Dios se revelaran en él…” Cuando hubo dicho estas cosas, escupió en el suelo e hizo barro con la saliva; y ungió los ojos del ciego con barro. Y le dijo: "Ve, lávate en el estanque de Siloé" (que se traduce como enviado). Así que fue, se lavó y volvió viendo. (Juan 9: 1-3, 6-7)

Jesús ungió los ojos de un ciego con arcilla y le dijo que se lavara en el estanque de Siloé. Fue, se lavó y pudo ver. No fue el barro en sí lo que curó al hombre; sin embargo, cuando obedeció las instrucciones de Jesús mediante un acto de fe y se lavó en el estanque, el Espíritu Santo respondió a su obediencia y logró lo que ningún ser humano podía hacer. El poder del Espíritu Santo convirtió esa arcilla en ojos. Creo que Jesús puso arcilla en los ojos del hombre solo para anunciar que Él era el Creador y que en cualquier momento, en la voluntad del Padre, Él podía convertir la arcilla en carne. Según Génesis 2: 7, el Señor Dios formó al hombre del barro de la tierra y luego sopló en su nariz el aliento de vida, el divino Espíritu de Dios, y el hombre se convirtió en un ser vivo con espíritu, alma y cuerpo. Este fue, por tanto, un milagro excepcional,

La curación de un cojo de nacimiento En el ministerio de los apóstoles, se produjo el milagro sanador del hombre que nació cojo y nunca había caminado. Y fue llevado un hombre cojo desde el vientre de su madre, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para pedir limosna a los que entraban en el templo; quien, viendo a Pedro y a Juan a punto de entrar en el templo, pidió limosna. Y clavando sus ojos en él, con Juan, Pedro dijo: "Míranos". Así que les prestó atención, esperando recibir algo de ellos. Entonces Pedro dijo: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda". Y lo tomó de la mano derecha y lo levantó, e inmediatamente sus pies y tobillos recibieron fuerza. Entonces él, levantándose de un salto, se puso de pie y caminó y entró en el templo con ellos; caminando, saltando y alabando a Dios. (Hechos 3: 2-8)

Este hombre estaba sentado a la Puerta Hermosa del templo cuando vio venir a Pedro y a Juan. Extendió la mano esperando recibir dinero, cuando Pedro dijo: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo, te doy". Obviamente, no puedes dar algo si no lo tienes. El problema con muchos de nosotros es que no tenemos mucho espiritualmente para dar a otras personas. Pero Pedro dijo, en efecto: "No tengo plata ni oro, pero en el nombre de Jesús, levántate y anda". Mientras el hombre todavía estaba sentado allí, Peter extendió la mano y lo levantó. Cuando el hombre comenzó a levantarse, fue sanado. Es muy importante ver que la gente rara vez recibe algo simplemente sentándose pasivamente. Tienes que hacer algo para ejercitar tu fe. La fe sin obras, sin los actos correspondientes, está muerta. (Véase Santiago 2:20, 26.) He aprendido que el punto crucial de un milagro es lograr que una persona haga un pequeño acto que inicie su fe. En muchos casos, no importa mucho lo que sea, pero en el momento en que la gente comienza a actuar, las cosas comienzan a suceder. Cuando Pedro comenzó a levantar al hombre y el hombre respondió, en ese momento de actuar, el poder sobrenatural de Dios enderezó sus tobillos y piernas. Personalmente he sido testigo de muchas piernas estiradas. He visto a personas con piernas arqueadas tener las piernas juntas visiblemente. Además, a un amigo mío se le pidió que orara por un maestro de secundaria que estaba lisiado de artritis y pies equino varos. Oró por él y le ordenó que se levantara y caminara, y así lo hizo. Al día siguiente, en lugar de aparecer en silla de ruedas, entró en su salón de clases. Mi amigo dijo que convenció a esos estudiantes de más de cien sermones que podían tener de que Dios está vivo. Tenemos la obligación para con nuestra generación de demostrar que Dios está verdaderamente vivo. He visto calcomanías en los parachoques que dicen: "Mi Dios no está muerto". Eso está bien, pero veamos una demostración. Esto es lo que busca el mundo. Cuando lo ven, es asombroso quién responderá. Los más duros y cínicos pueden convertirse en los más entusiastas.

Tenemos la obligación para con nuestra generación de demostrar que Dios está verdaderamente vivo.

La resurrección de Eutico de entre los muertos El apóstol Pablo participó en el milagro de resucitar de entre los muertos a un hombre llamado Eutico. El primer día de la semana, cuando los discípulos se reunieron para partir el pan, Pablo, listo para partir al día siguiente, les habló y continuó su mensaje hasta la medianoche. Había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos. Y en una ventana estaba sentado un joven llamado Eutico, que se estaba hundiendo en un sueño profundo. Estaba abrumado por el sueño; y mientras Pablo continuaba hablando, cayó del tercer piso y fue levantado muerto. Pero Pablo descendió, se echó sobre él y, abrazándolo, dijo: “No os preocupéis, que su vida está en él”… Y entraron vivo al joven, y se consolaron no poco. (Hechos 20: 7-10, 12)

Algunas personas habrían perdido el equilibrio si eso hubiera sucedido en medio de su sermón, pero Pablo casi se lo tomó con calma. A través de Pablo, el poder del Espíritu Santo obró el milagro de devolver la vida a Eutico.

MILAGROS Y ACTOS DE FE Si estudia los milagros en las Escrituras, encontrará que casi todas las veces, un acto de fe los desencadenó. A veces, fue un acto muy simple. Por ejemplo, cuando Moisés y los israelitas llegaron a Mara, las aguas estaban amargas y no podían beber de ellas. Moisés clamó al Señor y el Señor le mostró un árbol. Cuando arrojó el árbol al agua, las aguas se volvieron dulces. (Ver Éxodo 15: 2325). El árbol en sí no endulzó el agua; era el poder de Dios. Sin embargo, Moisés tuvo que tirar el árbol. No deslizó el árbol silenciosamente; lo arrojó con un chorrito. En otras palabras, se comprometió. La fe no es un experimento; es un compromiso. Jesús mismo hizo algunas cosas aparentemente extrañas mientras hacía milagros, como poner arcilla en los ojos de un ciego y escupir y tocar la lengua de un sordo. También les dijo a otras personas que hicieran cosas que eran absurdas en lo natural, como ir y lavarse en una piscina específica. Pero esos simples actos liberaron el poder sanador de Dios.

MILAGROS Y CURACIONES De alguna manera, las curaciones se fusionan con los milagros; una curación instantánea y visible es un milagro. De otra manera, los milagros se fusionan con la fe. Pero de los dones de poder, el ministerio de los milagros se antepone al ministerio de las curaciones, según 1 Corintios 12:28: “Y a éstos Dios ha puesto en la iglesia: primero apóstoles, segundo profetas, tercero maestros, después milagros, luego dones de curaciones ... " Anteriormente, leímos que cuando Jesús fue a su ciudad natal de Nazaret, la gente no lo aceptaría debido a su incredulidad. “No pudo hacer allí ninguna obra poderosa, si no fuera que puso las manos sobre unos pocos enfermos y los sanó” (Marcos 6: 5). Nuevamente, en griego, el término traducido como “obra poderosa” es dunamis, la misma palabra para milagro que hemos estado viendo. Jesús no pudo hacer un milagro en Nazaret, pero pudo curar un poco. Aparentemente, No hay ninguna necesidad más obvia en la iglesia de hoy que el ejercicio de los dones de milagros porque esto es lo que el mundo necesita ver como una demostración de la presencia y el poder de Dios. Deberíamos estar orando para que Dios restaure completamente este regalo a su pueblo.



PARTE 4

LOS DONES VOCAL



CAPÍTULO 10 TIPOS DE LENGUAS E INTERPRETACIÓN DE LENGUAS norteAhora llegamos al tercer grupo de dones espirituales: los dones vocales. Estos derivan su nombre del hecho de que necesariamente operan a través de las cuerdas vocales humanas. Bajo los dones vocales, tenemos diferentes tipos de lenguas, interpretación de lenguas y profecía.

LOS DONES VOCALES Comencemos con algunas definiciones básicas de estos dones. Estas definiciones no pretenden ser exhaustivas, sino más bien introducciones prácticas. Tenga en cuenta que las palabras para pronunciar son fundamentales para cada uno. Tipos de lenguas es la capacidad otorgada por el Espíritu Santo para hablar en un idioma que el hablante no comprende. Interpretación de lenguas es la capacidad otorgada por el Espíritu Santo para hablar, en un idioma entendido por el hablante, el significado de palabras habladas previamente en un idioma desconocido. Profecía es la capacidad de pronunciar las palabras dadas por el Espíritu Santo en un idioma entendido por el hablante. Hemos dicho que los dos grupos de dones anteriores, los dones de revelación y los dones de poder, permanecen bajo el control de Dios. Nadie por un acto de su voluntad puede operar un don de curación o una obra de milagros, o tener una palabra de sabiduría o una palabra de conocimiento. Esto no significa que la voluntad humana no juega ningún papel en el ejercicio de estos dones, porque si la voluntad humana no se rinde al Espíritu Santo, los dones no pueden operar. Sin embargo, la iniciativa en esos seis dones permanece en Dios. Sin embargo, cuando llegamos a los dones vocales, no hay duda de que, en cierta medida, varía según la gente, están bajo el control humano. Hablando por experiencia personal, puedo hablar en una lengua desconocida a voluntad en cualquier momento del día o de la noche, sin ninguna reserva que yo sepa. También puedo interpretar con mucha frecuencia. No sé con qué frecuencia profetizaría, pero sé que si quisiera, podría profetizar en cualquier reunión. Dios me dio esa habilidad hace muchos años y nunca la he perdido.

Si no se rinde al Espíritu Santo, los dones no pueden operar en su vida.

Por otro lado, no solo profetizo en cualquier reunión. Aprendí rápidamente que, si bien estos dones están bajo nuestro control, también somos responsables de lo que hacemos con ellos. Una de las primeras cosas que tenemos que hacer en el campo de los dones vocales es aprender de la Palabra de Dios los propósitos para los cuales se dan, la forma correcta de usarlos y las formas en que no debemos usarlos. En 1 Corintios 14, Pablo dio muchas instrucciones sobre cómo y cuándo ejercitar los dones y cómo y cuándo no hacerlo. Por ejemplo, Pablo dijo que,

normalmente, en una reunión, dos o tres personas deben hablar en lenguas, y nada más. Obviamente, más podrían tener la capacidad de hacerlo, pero deben restringirse por motivos de orden. De manera similar, solo dos o tres profetas pueden hablar en una reunión. Si alguien quiere hablar en voz alta en una lengua desconocida, debe haber un intérprete (ya sea la persona que dio la lengua u otra persona) o de lo contrario no se debe hablar la lengua. A partir de los ejemplos que Pablo dio, queda claro que las personas retienen el poder de ejercer o no estos dones. No hay forma de calcular el número de errores y desastres que han surgido porque las personas no comprenden que son responsables de aprender a controlar los dones vocales del Espíritu.

TIPOS DE LENGUAS Pablo escribió: “A otro [se le da] diferentes clases de lenguas” (1 Corintios 12:10). Este versículo no se refiere al don de hablar en una lengua desconocida que se les da a todos los creyentes en el bautismo en el Espíritu Santo. Con respecto a este don, Pablo escribió: “El que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios, porque nadie le entiende; sin embargo, en el espíritu habla misterios ”(1 Corintios 14: 2). Todo creyente puede ejercitar esta forma de lenguas en comunión privada con Dios. Habla "misterios", o cosas que la mente no comprende, con el propósito de edificar su vida espiritual personal. En contraste, el don de géneros de lenguas es plural en ambos aspectos, y se establece en la asamblea pública para ministrar a esa asamblea.

LENGUAS PÚBLICAS VERSUS PRIVADAS Para darnos una perspectiva más amplia de este don público de lenguas, veamos 1 Corintios 12:28, donde Pablo enumeró diferentes ministerios dados por Dios para la asamblea pública. “Y a éstos Dios ha designado en la iglesia: primero apóstoles, segundo profetas, tercero maestros, después milagros, luego dones de sanidades, ayudas, administraciones, variedades [clases] de lenguas”. Cuando Pablo habló de la iglesia en este versículo, no se refería a la iglesia universal, sino que se refería específicamente a una asamblea pública del pueblo de Dios que se ha reunido para ministrarse unos a otros mediante la operación de los dones. En el versículo anterior, los dones se enumeran, más o menos, en orden de antigüedad. Observamos este hecho en el capítulo sobre la obra de milagros, en el que vimos que los milagros se colocan en un nivel algo más alto que las curaciones. Sin embargo, este tipo de pedidos es inusual. En la mayoría de los lugares, Pablo no enumeró una jerarquía de dones. Por ejemplo, no hay nada que sugiera que estaba enumerando los dones más importantes primero en 1 Corintios 12: 8-10, cuando enumeró los dones espirituales que estamos examinando en este libro. De hecho, Pablo escribió varios pasajes que podrían sugerir que el don más preciado es la profecía, que aparece casi al final de esa lista. Sin embargo, aquí tenemos un orden definido. "Primero apóstoles, segundo profetas, tercero maestros, después milagros, luego dones de curaciones ..." Los primeros cinco, al menos, se enumeran aparentemente en orden de antigüedad. El ministerio de la Palabra tiene prioridad sobre todas las demás formas de ministerio porque tiene la autoridad final. Es por eso que los que tienen el ministerio de la Palabra se enumeran primero. Los ministerios de la Palabra son seguidos por los ministerios sobrenaturales que vienen por el ejercicio de los dones de milagros y curaciones. Luego tenemos ayudas y administraciones o “dirección”, lo que significa indicar el camino que debe tomar la reunión o un grupo. Finalmente, tenemos variedades de lenguas.

El don público de lenguas es para la edificación de una asamblea de creyentes.

En el griego, se usa exactamente la misma frase en 1 Corintios 12:28 para las variedades de lenguas que se usa en 1 Corintios 12:10 para diferentes tipos de lenguas. Por lo tanto, prefiero traducir el versículo veintiocho como diferentes tipos de lenguas también. Por cierto, la palabra griega que traducimos como

"tipos" es la misma palabra de la que se deriva la palabra inglesa género. Entonces, de lo que estamos hablando en este don son diferentes géneros de lenguas o diferentes géneros de lenguas. Está claro del contexto de 1 Corintios 12 que no estamos tratando con una lengua usada en comunión personal con Dios. Como escribí anteriormente, se trata de un regalo privado, mientras que este es un regalo público. Si no entendemos claramente la diferencia, no seremos capaces de comprender el contexto de lo que dijo Pablo con respecto a los diferentes aspectos de estas lenguas. El propósito de los diferentes tipos de lenguas es el ministerio público en la asamblea, así como apóstoles, profetas, maestros, milagros, dones de sanidad, ayudas y administraciones tienen ese propósito. Debemos distinguir completamente en nuestra mente los tipos de lenguas del uso privado de una lengua. Siguiendo su lista de dones en 1 Corintios 12:28, Pablo claramente dio a entender que no todos los creyentes tienen un ministerio de lenguas en la asamblea pública. Escribió: “¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Todos son profesores? ¿Son todos obradores de milagros? ¿Todos tienen dones de curaciones? ¿Todos hablan con las lenguas? ¿Todos interpretan? (vv. 29-30). Paul hizo estas preguntas retóricas, y creo que todos estarían de acuerdo en que la forma en que se hacen las preguntas implica que la respuesta en cada caso es no. Algunas personas deducen de estos versículos que, debido a que no todos tienen el don de lenguas, las lenguas no son necesariamente el resultado del bautismo en el Espíritu Santo. Sin embargo, la pregunta que Pablo estaba haciendo es: "En la asamblea pública, ¿todos operan las clases de lenguas?" La respuesta es no. Conozco a muchas personas que son bautizadas en el Espíritu y pueden comunicarse regularmente con Dios en privado en una lengua desconocida que no tienen un ministerio de lenguas en la asamblea pública. Entonces, Pablo no estaba hablando del resultado del bautismo en el Espíritu Santo. Estaba hablando de diferentes tipos de ministerios en una reunión pública de creyentes.

DIFERENTES TIPOS DE LENGUAS PARA LA ASAMBLEA PÚBLICA Ahora les ofrezco mi comprensión de lo que Pablo quiso decir con clases de lenguas. Llegué a esta conclusión tras años de estudio, meditación y oración, así como sobre la base de la observación y la experiencia en varios grupos diferentes en muchos países diferentes. Sin embargo, debo decir que sigue siendo mi opinión y que otros podrían sentir lo contrario.

Los diferentes tipos de lenguas pueden incluir alabanza, intercesión, reprensión y exhortación.

No creo que signifique diferentes idiomas como, por ejemplo, a veces ruso, a veces griego, a veces francés, a veces sánscrito, etc. Estaba en Nueva Zelanda enseñando sobre la obra del Espíritu Santo, y había llegado al lugar en mi serie de mensajes en el que estaba a punto de enseñar sobre los tipos de lenguas. Ya había visto el hecho de que ambas partes de este don son plurales y había llegado a la conclusión de que no se refería a diferentes idiomas. Una mañana me desperté con esta frase en mi mente, tan clara y distinta como cualquier otra cosa: "Tipos de lenguas: alabanza, intercesión, reprensión y exhortación". Siento que el Espíritu Santo me estaba mostrando al menos una parte del significado de los tipos de lenguas: diferentes tipos de oración que se dan en lenguas que se adaptan a los tipos de oración. También se refiere a la exhortación o instrucción. Mencioné que la palabra clases en clases de lenguas está relacionada con la palabra inglesa género. Por tanto, los distintos tipos de lenguajes se distinguen en función del uso o propósito para el que se dan. Como trasfondo, veamos dos pasajes de 1 Timoteo. Pablo escribió, Espero acudir a usted en breve; pero si me demoro, les escribo para que sepan cómo deben comportarse en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. (1 Timoteo 3: 14-15)

Vemos que el propósito principal por el cual se escribió 1 Timoteo era instruir a Timoteo en el comportamiento correcto en la iglesia local. Con esto en mente, podemos señalar un punto de énfasis muy importante con respecto a los tipos de oración, que Pablo le escribió a Timoteo anteriormente en su carta: Por tanto, exhorto ante todo a que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres. (1 Timoteo 2: 1)

En otras palabras, el ministerio principal de la congregación local es la oración. Si no vemos esto, no entenderemos muchas otras verdades bíblicas y no podremos entrar en la experiencia completa de lo que Dios tiene para nosotros. Si pasamos por alto la oración, no obtendremos los resultados de los que habla el Nuevo Testamento, porque la oración es el generador que produce el poder que opera los otros aspectos de la vida en la asamblea. Por ejemplo, si omite la oración e inmediatamente implementa un programa en la iglesia, encontrará que no tiene el poder para operarlo. Es como tener un edificio cableado para electricidad con luz, calor y accesorios de sonido, pero sin una conexión a un generador. Nada funciona porque no hay poder. Así entiendo el lugar de la oración en la asamblea local. Todo el tema de la oración y las lenguas es tan completo que siempre me entristece escuchar a la gente referirse a las lenguas como si fueran pequeñas e insignificantes. Es un tema tremendo que abarca muchos aspectos diferentes de la vida cristiana. Después de estudiarlo y meditarlo durante décadas, no me he acercado a su profundidad. En muchos sentidos, aunque el don de lenguas es uno de los más difíciles de entender y practicar, también es uno de los más completos y eficaces cuando se opera correctamente.

CUATRO CLASES DE LENGUAS Relacionemos ahora diferentes tipos de lenguas con diferentes tipos de oración. Una vez más, no estoy sugiriendo que estos sean los únicos tipos de oración en relación con las lenguas en la asamblea pública, pero son aspectos importantes de la misma.

ALABANZA Aunque estamos hablando del ejercicio de clases de lenguas en una asamblea pública, el tamaño de la asamblea no necesita ser muy grande. La asamblea más pequeña son dos o tres creyentes reunidos en el nombre de Jesús. (Véase Mateo 18:20.) Muchas veces, un grupo muy pequeño realmente comprometido con el Señor en oración y listo para hacer negocios con Dios, en lugar de jugar juegos espirituales o experimentar emociones espirituales, es una de las oraciones más efectivas. grupos. A veces, cuando un grupo de oración se hace más grande, los motivos de algunas de las personas que lo integran pueden ser cuestionables y no hay la misma unidad, poder e impacto espiritual. Si bien la gente siempre parece querer que sus grupos de oración crezcan, la cantidad de personas realmente no importa; es el grado de unidad y propósito lo que hace que la oración sea eficaz.

Si ministramos al Señor, Él atenderá nuestras necesidades en Su tiempo.

Supongamos, por tanto, que tenemos un grupo de dos, quince, cincuenta o quinientas personas que están en la presencia del Señor, ministrando a Él. Este concepto de ministrar al Señor es importante. La idea de la oración de muchos cristianos es simplemente unir una lista de las cosas que quieren que Dios haga. Sin embargo, la experiencia muestra que si ministramos al Señor, entonces, en Su tiempo, Él ministrará muy rápidamente a nuestras necesidades. Por lo general, no necesitamos rogar y suplicar mucho a Dios. Dentro de un grupo como el que acabo de describir, ya sea pequeño o grande, alguien puede recibir una lengua de elogio. Cuando lo escuchas, reconoces que un espíritu humano está adorando, exaltando y adorando al Creador. Esta puede ser una experiencia emocionante. Y el resultado es que libera al resto del grupo. Todos comienzan a unirse para exaltar a Dios. El propósito de esta lengua de alabanza es llevar a todo el grupo a la adoración y alabanza. Cumple su propósito sin necesidad de interpretación, aunque a veces llega una interpretación de una lengua que es puramente alabanza y adoración, y puede ser muy hermosa.

INTERCESIÓN Consideremos otra situación bajo el género de la intercesión. Un grupo puede estar orando por una persona o una situación, pero parece que no pueden orar hasta la victoria. O puede que no sepan en qué dirección orar o en qué dirección debe ir la reunión. En tales casos, Dios el Espíritu Santo puede darle a alguien una lengua intercesora. Esta puede ser la oración específica que esa persona o situación necesita, o puede ser una oración para que el grupo en su conjunto sea dirigido correctamente y conozca la voluntad del Señor. Me he dado cuenta de que, con bastante frecuencia, después de lo que yo llamaría una lengua de intercesión, habrá una expresión en profecía. Sin embargo, los dos no están conectados directamente, como lo están las lenguas y la interpretación. Más bien, la lengua de la intercesión liberó la profecía de que Dios quería que se manifestara. He visto esto suceder muchas veces. Aprendemos a distinguir entre lenguas e interpretación, y lenguas seguidas de profecía.

REPRENSIÓN Otro tipo de lengua pública que la gente a veces encuentra bastante sorprendente e incluso molesta son las lenguas en forma de reprensión. Leemos varias veces en los evangelios que Jesús reprendió situaciones. Se paró junto a la suegra de Peter y reprendió la fiebre. (Ver Lucas 4: 38-39.) No reprendes algo que es puramente una condición física. Si reprende algo, hay una persona o personalidad detrás de eso, lo que implica que un espíritu maligno puede haber estado involucrado. Anteriormente, vimos que cuando Jesús y los discípulos estaban cruzando el mar de Galilea y la tormenta estaba a punto de hundir su barco, Jesús se puso de pie y reprendió al viento y las olas. (Véase Marcos 4: 3541.) Recuerde que el significado literal en el griego de "estar quieto" (v. 39) es "llevar bozal". Estaba lidiando con una personalidad detrás de la situación. El Espíritu Santo dentro de los cristianos a veces hará lo mismo. Cuando comenzamos a orar por una necesidad física o mental en particular, por ejemplo, el Espíritu Santo parecerá surgir dentro de alguien, incluso con ira. He visto esto muchas veces. Sale en un torrente como una presa que estalla y un río que corre hacia abajo, llevándose los cantos rodados y los escombros ante él. Este es el Espíritu Santo desatado contra la presencia y operación del diablo de una forma u otra. Las personas que no están familiarizadas con esta manifestación se asustan y preguntan cómo el Espíritu Santo puede sonar así. Tenemos que aprender que el Espíritu Santo tiene la sabiduría infinita de Dios, y Él ve detrás de la situación por la que estamos orando, para que desate Su poder contra el diablo para esa situación.

El Espíritu Santo tiene la sabiduría infinita de Dios para ver detrás de la situación.

Mi esposa Lydia oró por los enfermos muchas veces de esta manera, y salió como un rugido. Para mí, lo que importa es que la persona fue sanada. Por ejemplo, estábamos en una reunión en Ohio que fue bastante tranquila porque la gente no era muy libre en el Espíritu. Un hombre preguntó: “¿Orarías por mí? Tengo artritis ". Mi esposa y yo estábamos detrás de él, y Lydia le puso las manos en la espalda. De repente, soltó un rugido muy fuerte y feroz. El hombre se elevó en el aire unos cinco centímetros y bajó. Él dijo: “¡Vaya, me asustaste! Pero mi artritis se ha ido ". Este fue un ejemplo de lenguas de reprensión. No hubo necesidad de interpretación alguna; hubiera estado fuera de lugar dar una interpretación. A veces, este tipo de lenguas puede resultar algo embarazoso. Sin embargo, si apaga la vergüenza, también apaga el regalo. Conozco a un hombre que tenía

este don, y las personas a las que ministraba caían en el Espíritu por docenas y cientos. He visto a doscientas personas en África sobre sus espaldas al mismo tiempo mientras él ministraba. Me dijo un día: “Le pregunté a Dios si podía hacerlo sin que la gente se pusiera de espaldas porque provoca tanta crítica y oposición. La gente no cayó de espaldas después de eso, pero tampoco se curaron ". Después de un rato, oró: "Dios, sana a la gente de la forma que quieras". No debemos imponer condiciones al Espíritu Santo.

EXHORTACIÓN Un cuarto tipo de lengua en la asamblea pública es la exhortación, donde el Espíritu Santo habla una palabra específica al grupo de creyentes reunidos. Evidentemente, dado que se da en una lengua, su finalidad no se cumplirá si no va seguida de interpretación en el idioma que comprenda el grupo.

LA INTERPRETACIÓN DE LENGUAS Veamos ahora el don de interpretación de lenguas, que hemos definido como la capacidad otorgada por el Espíritu Santo para hablar, en un idioma entendido por el hablante, el significado de palabras habladas previamente en un idioma desconocido. Una vez más, es obvio que la interpretación tiene relevancia solo para una situación en la que una expresión se ha pronunciado previamente en una lengua desconocida. Si no ha habido una lengua desconocida, nunca puede haber un uso lógico o razonable para una interpretación. Pablo escribió: “Ojalá todos hablaran en lenguas, pero aún más que profetizaran; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a menos que interprete, para que la iglesia reciba edificación ”(1 Corintios 14: 5, énfasis agregado). El apóstol estaba diciendo que hablar en una lengua desconocida, en sí mismo, no edifica a la iglesia a menos que la lengua sea seguida por su interpretación. Aparentemente, en este caso, una lengua de exhortación seguida de interpretación es equivalente a profecía. Cumple el mismo propósito y obviamente debe ser juzgado con los mismos estándares. Vemos nuevamente que lo que Pablo dijo en 1 Corintios 14: 2 acerca de una lengua desconocida que se comunica solo con Dios no se aplica a su declaración en 1 Corintios 14: 5 acerca de una lengua seguida de interpretación en la asamblea pública.

En la asamblea, debemos bendecir y ministrar a nuestros hermanos en la fe.

Pablo dijo: “Doy gracias a mi Dios que hablo en lenguas más que todos ustedes; pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lenguas ”(1 Corintios 14: 18-19). Algunas personas que son críticas en lenguas conocen el versículo diecinueve, pero no han leído el versículo dieciocho. Preguntan: "¿No dijo Pablo que preferiría hablar cinco palabras en una lengua conocida que diez mil en una lengua desconocida?" Sí, pero también dijo que le agradecía a Dios que hablaba en lenguas más que el resto de los creyentes corintios. Cuando se forma una imagen de las cartas de Pablo de cuánto hablaba en lenguas la iglesia de Corinto, es obvio que Pablo hablaba mucho en lenguas. Es igualmente obvio que normalmente no lo hacía en la asamblea pública. ¿Dónde hizo Pablo todo esto de hablar en lenguas? Claramente, fue en su comunión privada con Dios. Esto nos muestra nuevamente que los dos tipos de lenguas son bastante distintos, porque Pablo esencialmente dijo que no sería bueno para él

estar parado durante una hora en la asamblea pública y hablar en una lengua desconocida. Estaría fuera de lugar, ya que no edificaría ni ayudaría a nadie. Pero en la asamblea, nuestro objetivo es comunicarnos con nuestros hermanos en la fe, bendecirlos y ministrarles, y debemos operar sobre esa base. Tenemos que hablar de una manera que les alcance y que puedan entender. Muchas veces he visto una situación en la que alguien habla en una lengua desconocida en voz alta y no va seguido de interpretación; no cumplirá ninguna función ni ministerio, pero confundirá, perturbará y quizás atemorizará a quienes no lo comprendan. Este es un mal uso de una lengua desconocida. Nuevamente, en la asamblea pública, el propósito principal al que todo lo demás debe estar sujeto es la edificación y bendición de nuestros hermanos en la fe. Es por eso que el ministerio público de lenguas para exhortación debe ir seguido de interpretación. En 1 Corintios 14:28, Pablo dijo: "Si no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia [la asamblea pública], y que hable consigo mismo y con Dios". Suponga que siente que quiere orar en una lengua desconocida, pero está en una asamblea pública y se da cuenta de que no se va a interpretar. ¿Qué haces? Es muy simple. Lo haces en voz baja; hablas solo contigo mismo y con Dios. He conocido a personas que han sido bautizadas en el Espíritu Santo durante años, pero que no sabían que podían orar silenciosamente en lenguas en voz baja. Sin embargo, esto es lo que Pablo estaba diciendo en el versículo anterior como una solución al problema de la falta de interpretación.

La naturaleza de la interpretación Para ejercer correctamente el don de interpretación de lenguas, debemos comprender su naturaleza. La interpretación no debe entenderse necesariamente como una traducción palabra por palabra, sino más bien como una traducción del sentido general de lo que se habló en la lengua. Permítanme ilustrar esto con mis propias experiencias de predicación a través de un intérprete en un idioma extranjero. Al usar un intérprete, he aprendido a recortar mucha predicación superflua y eliminar una gran cantidad de tiempo perdido. Por ejemplo, he descubierto que no sirve de nada intentar hacer bromas porque normalmente son imposibles de traducir. Asimismo, no puedo utilizar expresiones excesivamente vulgares porque se pierden en la traducción. También es inútil acumular muchas palabras grandilocuentes porque dejan perplejo al intérprete y no te llevan a ninguna parte. Cuando predica a través de un intérprete, todo lo que puede dar es la carne; los adornos tienen que desaparecer. Lo único que llegará a un intérprete es algo que tenga un significado real y sea útil. Déjame darte otra ilustración. Cuando estaba en África Oriental, mi predicación en inglés se interpretaba al swahili, que es generalmente el idioma común allí. Tenía dos de los mejores intérpretes del país, pero eran absolutamente diferentes. Uno usaría al menos el doble de palabras que el otro. El primero fue bastante directo, breve y al grano. Sin embargo, de alguna manera, transmitió mejor el mensaje. Estas experiencias realmente me llevaron a comprender que interpretar no es exactamente traducir. Es transmitir el significado de una manera que se pueda entender. Entonces, la interpretación de lenguas puede transmitir solo el significado general de las palabras. Sin embargo, también es posible que la interpretación se realice en forma de traducción literal. He sido testigo de ocasiones en las que una persona ha dado una interpretación de una lengua hablada en un idioma que no conocía, y esto fue verificado por otra persona que conocía el idioma como una traducción precisa palabra por palabra. Estos ejemplos ayudan a explicar por qué una interpretación de lenguas puede ser más larga, más corta o una longitud similar con respecto a la longitud de la lengua misma.

La interpretación de lenguas puede no ser palabra por palabra, pero transmitirá el significado.

Además, mi experiencia con los intérpretes me ha demostrado que cada

intérprete transmite su personalidad individual. Creo que esto también se aplica a aquellos que ejercen el don de interpretación de lenguas. Si escucha a las personas que ejercen el don de interpretación, encontrará que sus propias personalidades aún son perceptibles mientras operan en el don. Por ejemplo, me han preguntado por qué algunas personas dan interpretaciones usando el inglés King James. Mi respuesta es que una persona puede haber crecido con la Biblia King James para tenerla en su corazón y, por lo tanto, saldrá naturalmente como parte de quién es. Otro dará una interpretación en inglés moderno. Hay diferentes tipos de intérpretes y el don operará de acuerdo con sus personalidades. Cuando estaba en Nueva Zelanda, al mismo tiempo que Dios me enseñó sobre los tipos de lenguas para la oración, una de nuestras reuniones de adoración se transmitió durante el programa de noticias principal en uno de los canales de televisión. El hombre que lo televisó no era cristiano, pero estaba extremadamente interesado en hablar en lenguas. Hablé sobre el tema de las lenguas y luego adoramos a Dios y lo alabamos en lenguas. Transmitieron esto durante veinte minutos en la hora pico de noticias. Los amigos me dijeron después que era tan popular que lo repitieron más tarde ese año como el elenco de noticias más interesante de ese período en particular. Sin embargo, un grupo de cristianos en la ciudad escuchó y dijo: “Pueden ver que no era real porque incluso cuando el Sr. Prince hablaba en lenguas, se podía reconocer su voz y su acento. ”No se dieron cuenta de que operar en los dones del Espíritu no anula la personalidad de una persona o el sonido normal de su voz. Por eso, cuando la gente da interpretaciones, cada uno lo hace con su estilo particular. Compare las declaraciones de los profetas del Antiguo Testamento. Por ejemplo, mire las palabras de Amós, Oseas e Isaías, que fueron más o menos contemporáneos. No se puede confundir una expresión de una con otra. Sin embargo, todos fueron inspirados por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo ama y se deleita en la personalidad humana. Nunca le da un sello de goma a un ser humano; Nunca deja de lado la personalidad y usa a una persona como un robot o una máquina. Sin embargo, un espíritu maligno hará eso. Esa es una gran diferencia entre el Espíritu de Dios y los espíritus satánicos. Dios creó la personalidad humana y la estima, la aprecia y la cultiva. Pero el diablo lo anula y lo pisotea. Ésta es una de las formas en que puede saber si algo es del Espíritu de Dios o si otro tipo de espíritu está obrando.

La operación del don de interpretación A continuación, consideraremos las formas en que opera el don de interpretación. Para comenzar con un principio general, 1 Corintios 12: 6 dice: “Hay diversidad de actividades [“ operaciones ”KJV], pero es el mismo Dios quien obra todo en todos”. En otras palabras, dos hombres pueden tener el mismo ministerio, pero operará en sus vidas de manera muy diferente. Tomemos dos ejemplos bien conocidos. Dos hombres que tienen el obvio don ministerial de un evangelista son Billy Graham y Oral Roberts. Sin embargo, existe una diferencia muy clara y notoria entre el ministerio de uno y el ministerio del otro. Aunque el ministerio es el mismo, hay diversidad de operaciones. Lo mismo ocurre con los regalos. Una persona tendrá un don de curación que opera de una manera, mientras que otra persona tendrá un don de curación que opera de manera completamente diferente.

Dos hombres pueden tener el mismo ministerio, pero operará en sus vidas de manera muy diferente.

Las siguientes son diversas formas en las que una persona puede recibir interpretación. He escuchado todos estos testimonios de personas en un momento u otro.

UNA FRASE O ORACIÓN INTRODUCTORIA Además de las diferencias de personalidad y estilo que hemos señalado, el don de interpretación no opera exactamente de la misma manera en todas las personas. En mi experiencia, a una persona se le puede dar inicialmente una frase introductoria; luego debe lanzarse en fe con el resto. Esto es lo que me suele pasar. Cuando reciba interpretación, se me dará la primera frase de manera muy clara y contundente en mi mente. Si empiezo a pronunciar la primera oración con fe y con autoridad, el resto seguirá. Pero si me contengo, no llega nada más. Supongamos que dijera: “Señor, si me das todo el mensaje, lo hablaré. No estoy muy seguro de que vaya a suceder algo más, y parecería un poco tonto si solo dijera esta frase. “Nunca recibiría el mensaje completo porque no se puede dejar de lado el principio de fe. Hebreos 11: 6 nos dice: "Sin fe es imposible agradar a [Dios]". Todo lo que hacemos por Dios debe hacerse con fe. Muchas personas se reprimen y no reciben la interpretación que debían dar.

He hablado con personas que han dicho: "Creo que el Señor me dio la interpretación, pero solo obtuve una oración". Les he dicho: "Nunca obtendrás más hasta que comiences a usar la única oración que tienes". De manera similar, algunas personas dicen: "Creo que recibí el bautismo en el Espíritu Santo, pero solo hablo una palabra". Les digo que sigan hablando esa palabra, que estén agradecidos por lo que tienen, y Dios les dará más. Usar lo que tienes hasta recibir más es un principio bíblico general que se aplica a la interpretación.

UN SENTIDO DE PRESIÓN CON PALABRAS O ESCRITURA Quizás la forma más común de interpretación después de que se da una expresión en una lengua desconocida es que una persona experimentará una sensación de "mariposas" en el estómago o una especie de presión, o sentirá que Dios quiere hacer algo, y luego algunas palabras. o le vendrá a la mente un versículo de las Escrituras. Si esto le sucede a usted, debe dar ese versículo de la Escritura o esas palabras, y luego avanzará con la interpretación completa. Después de esto, seguirán cosas que no planeó y no podría haber imaginado, por lo que a veces se sorprenderá mucho de lo que se oye decir.

UN PENSAMIENTO O IDEA GENERAL A otra persona se le puede dar un pensamiento general, que reviste con palabras de su propia elección. El Espíritu Santo no da las palabras exactas sino más bien una serie de pensamientos inspirados y deja que la persona los exprese.

ESCUCHAR PALABRAS, VER PALABRAS, VER UNA IMAGEN Las personas también pueden recibir interpretación al escuchar palabras o verlas escritas en un pergamino. Otros pueden ver una visión o una imagen mental y luego relatar lo que ven. Un pastor luterano se me acercó una vez y me dijo: “Hemos tenido un derramamiento del Espíritu Santo en nuestra iglesia. Aproximadamente cincuenta o sesenta personas recibieron el bautismo en el Espíritu Santo en los rieles del altar de la iglesia. Tenemos los dones del Espíritu en operación. Tenemos lo que creemos que es interpretación. Pero lo entendemos de una manera que no he escuchado en ningún otro lugar. Una persona hablará

en una lengua y otra tendrá una especie de imagen mental o una visión. Comenzarán a describir lo que han visto en la imagen, y parece ser la interpretación de la lengua ". Añadió: “Lo curioso es que todas las personas de mi congregación lo entienden de esa manera. ¿Porqué es eso?" Le respondí: “Hay cosas que no puedo explicar, pero sé que la gente tiene fe en lo que ven suceder. Jesús dijo: 'Según vuestra fe os sea hecho'. [Mateo 9:29 RV] Si cree que lo va a recibir de una manera, esa es normalmente la forma en que lo obtendrá ". Por eso es tan importante demostrar los dones del Espíritu a las personas. La mayoría de la gente no cree en las cosas hasta que las ve. En el momento en que lo ven suceder, creen que sucederá. Hasta cierto punto, la forma en que pensamos determina lo que experimentamos.

Orando por la interpretación de lenguas Llegamos ahora a la cuestión de si podemos o no orar por la interpretación de una lengua. Pablo escribió, Aun así, ya que eres celoso de los dones espirituales, que sea por la edificación de la iglesia que buscas sobresalir. Por tanto, el que habla en lenguas ore para poder interpretar. (1 Corintios 14: 12-13)

El motivo con el que deben ponerse en práctica todos los dones es el deseo de edificar el cuerpo de los creyentes. Pablo indicó que dado que una lengua es más edificante en la asamblea pública cuando es seguida por interpretación, entonces si hablas en una lengua desconocida, debes orar para poder interpretar. He aprendido por experiencia que si puedes enseñarle a la gente que esta es la voluntad de Dios y hacer que la cumplan, invariablemente recibirán interpretación. Debemos recordar lo que dijo Jesús acerca de pedirle al Padre algo que sea bueno: Si un hijo le pide pan a algún padre de ustedes, ¿le dará una piedra? O si le pide un pescado, ¿le dará una serpiente en lugar de un pescado? O si le pide un huevo, ¿le ofrecerá un escorpión? Si tú, siendo malo, sabes dar buenos dones a tus hijos, ¡cuánto más tu Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan! (Lucas 11: 11-13)

Si usted es un hijo de Dios y se siente impulsado o movido a pedir cierto don del Espíritu Santo, debe pedirlo y recibirá lo que pide. Con base en esta seguridad, si ha hablado en una lengua desconocida, desea interpretar y ha orado por la interpretación, ¿qué debe hacer a continuación? Tu solo interpretas. ¿Cómo sabes que tienes lo correcto? Nuevamente, Dios garantiza que si pides lo correcto, no obtendrás lo incorrecto. Esta es la fe. Está dentro de la voluntad revelada de Dios que su pueblo hable en lenguas e interprete.

ORDEN Y VARIEDAD EN LA ASAMBLEA DE CREYENTES Para concluir, repasemos una pauta final de Pablo con respecto al uso del don de interpretación de lenguas. Las lenguas con interpretación no deben exagerarse en ninguna reunión, al igual que la profecía. Ninguna reunión debe hacerse cargo y utilizarse exclusivamente para la operación de un regalo en particular. Dios no quiere una comida de un solo plato en la mesa para Sus hijos. Él da una variedad de nutrientes para fortalecer todos los miembros de su cuerpo en todos los sentidos. Si alguno habla en lenguas, sean dos o como máximo tres, cada uno por turno, y uno interprete. Pero si no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia y que hable consigo mismo y con Dios. (1 Corintios 14: 27-28)



CAPÍTULO 11 Profecía

yoEn este capítulo, nos centraremos en el tercer don vocal, que es el don de profecía o el don de profetizar. Primera de Corintios 12:10 dice: "A otro [se le da] profecía". Hemos definido este don como la capacidad de hablar, en un idioma entendido por el creyente, palabras inspiradas y dadas por el Espíritu Santo. La profecía no es solo una predicación inspirada. Tampoco procede del razonamiento, el aprendizaje, la educación o la formación en seminario humanos. Como todos los demás dones, solo es posible gracias a la operación sobrenatural del Espíritu Santo.

DESEAR Y BUSCAR PROFESÍA Pablo dijo: “Sigue el camino del amor y desea con entusiasmo los dones espirituales, especialmente el don de profecía” (1 Corintios 14: 1 NVI). Dije anteriormente que los dones son la forma en que el amor se hace efectivo y se expresa. Esto es particularmente cierto del don de profecía porque Pablo dijo que la profecía edifica a la iglesia. (Ver 1 Corintios 14: 3-5.) Si amas la iglesia, querrás edificarla. Y para edificar la iglesia, deseará un don que específicamente lo haga. Los comentarios de Pablo de que debemos "desear fervientemente los mejores dones" (1 Corintios 12:31), y que debemos "desear ... especialmente el don de profecía" (1 Corintios 14: 1 NVI) nos llevan a considerar cuál de los dones de el Espíritu es el mejor regalo. Una vez más, diría que el mejor regalo es el que mejor cumple el propósito de Dios en un momento dado. El regalo que considere el mejor será relativo a la situación y la necesidad. Sin embargo, si tuviéramos que elegir un don que sea preeminente sobre los demás, aparentemente sería profecía. Este es el único don que se nos dice específicamente en las Escrituras que deseemos y busquemos fervientemente. (Véase también 1 Corintios 14:39.) Por lo tanto, cualquier creyente que no esté interesado en la profecía y que no la busque, en realidad está ignorando una exhortación bíblica.

LA BASE ESCRITURAL DE LA PROFECÍA En el día de Pentecostés, Pedro dijo a la multitud: “Esto es lo que dijo el profeta Joel: 'En los últimos días, Dios dice, derramaré mi Espíritu sobre todos los pueblos'” (Hechos 2: 16-17). NVI). Dios está haciendo exactamente lo que dijo que haría en los últimos días. Está derramando su Espíritu sobre todas las personas. ¿Pueden recibir el bautismo personas de todas las iglesias denominacionales y no denominacionales? ¿Pueden los judíos venir a recibir el bautismo? ¿Pueden venir los musulmanes a recibir el bautismo? Dios dijo "todas las personas". Cada sección de la raza humana, sin excepción, va a experimentar esta visitación del Espíritu Santo en los últimos días. ¿Qué dijo Joel que sucedería cuando se derramara el Espíritu Santo? Tus hijos e hijas profetizarán, tus jóvenes verán visiones, tus ancianos soñarán sueños. Incluso sobre mis siervos, tanto hombres como mujeres, derramaré mi Espíritu en aquellos días, y profetizarán. (Hechos 2: 17-18 NVI, énfasis agregado)

La profecía se enfatiza particularmente en este pasaje. En los últimos días, el pueblo de Dios en todas partes les habrá devuelto esta hermosa manifestación espiritual de profetizar. Hoy hemos visto derramarse el Espíritu Santo, y lo veremos en una escala mucho más extensa y dramática de lo que la mayoría de nosotros creemos. En el versículo diecisiete se mencionan cuatro grupos, uno de los cuales son ancianos, mientras que los otros tres son todos jóvenes: hijos, hijas y jóvenes. En los Estados Unidos y en todo el mundo, veremos una visita soberana de Dios sobre los jóvenes. No van a recibir un evangelio parcial; no van a aceptar meras trivialidades teológicas. Los jóvenes de hoy quieren la realidad, y Dios dice que lo que tiene reservado para ellos es profetizar y tener visiones, sueños y revelaciones.

En los últimos días, el Espíritu de Dios se derramará aún más.

Tenga en cuenta también que las mujeres están incluidas en la profecía: "tus hijos e hijas profetizarán" (Hechos 2:17 NVI), y "aun sobre mis siervos, hombres y mujeres, derramaré mi Espíritu" (v. 18 NVI) . Sabemos por el primer capítulo de Hechos que entre los que esperaban con los discípulos en el aposento alto estaban María, la madre de Jesús, y otras mujeres. (Véase Hechos 1:14.) Todos fueron bautizados en el Espíritu Santo, y todo lo que está escrito en el segundo capítulo de Hechos se aplica a ellos. Profetizar un ministerio que es útil para las mujeres tanto como lo es para los hombres. En Hechos leemos que “Felipe el evangelista… tenía cuatro hijas

solteras que profetizaban” (Hechos 21: 8-9 NVI). Teniendo en cuenta la cultura de Oriente, es extremadamente improbable que Philip tuviera cuatro hijas solteras que fueran mucho mayores de quince. En la mayoría de los casos, se casaban cuando tenían unos quince o dieciséis años. Algunas de las hijas de Philip probablemente eran incluso más jóvenes que adolescentes. Creo que esta es una indicación bastante clara de que incluso los niños profetizaron. He visto esto pasar. Muchas veces, mi esposa Lydia y yo fuimos testigos de cómo los niños recibían un ministerio y manifestaciones muy hermosas del don de profecía. En 1 Corintios 11: 5, Pablo indicó claramente que el ministerio de profecía estaba abierto a las mujeres. "Toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, deshonra su cabeza". Obviamente, dado que Pablo requería que una mujer se cubriera la cabeza al profetizar, esperaba que las mujeres profetizaran.

LA NATURALEZA DE LA PROFECÍA En 1 Corintios 14: 3-4, Pablo estableció los propósitos y funciones básicos del don de profecía: “Pero el que profetiza, habla edificación, exhortación y consuelo a los hombres. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica, pero el que profetiza, edifica a la iglesia ”. Por lo tanto, podemos resumir las diferencias entre la profecía y hablar en una lengua desconocida de tres maneras: Profecía 1. Habla con la gente 2. Habla palabras entendidas por el hablante y los oyentes 3. Edifica la iglesia Lengua desconocida 1. Habla con Dios 2. Habla misterios 3. Edifica a los creyentes individuales La falta de comprensión de estos propósitos ha llevado a muchas personas a una comprensión errónea de la profecía e incluso a abusar del don. Lo siguiente indica el tenor general y la naturaleza de la verdadera profecía en la iglesia del Nuevo Testamento.

Dado para la gente Pablo dijo: “El que profetiza habla… a los hombres” (1 Corintios 14: 3). Estaba contrastando lo que había dicho anteriormente acerca de hablar en una lengua desconocida, que “el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios” (v. 2). El propósito principal de la profecía es hablarle a la gente palabras de Dios.

Dirigido a los creyentes ¿A qué personas en particular se está hablando? La iglesia, o la compañía reunida de creyentes. Más adelante en 1 Corintios 14, Pablo escribió: “Por tanto, las lenguas son por señal, no para los que creen, sino para los incrédulos; pero profetizar no es para los incrédulos, sino para los que creen ”(v. 22). En la primera parte de este versículo, Pablo se estaba refiriendo a la función particular de las lenguas como una señal sobrenatural para los incrédulos, donde un creyente por el Espíritu Santo habla un idioma que no entiende pero que es entendido por un incrédulo que está presente. De esta manera, Dios trae convicción sobrenatural al incrédulo. Una vez más, este no es el uso regular de lenguas; es un uso ocasional o excepcional. En la segunda parte del versículo, Pablo estaba diciendo que Dios no usa la profecía para hablar a los incrédulos, sino para ministrar a los creyentes. Este es un hecho muy importante y básico. Dios no les habla a los creyentes de la misma manera que podría hablarles a los incrédulos. En este sentido, profetizar en el Nuevo Testamento difiere de profetizar en el Antiguo Testamento, donde Dios usó a menudo a Sus profetas para hablar a personas que eran completamente incrédulos. Por ejemplo, se utilizó a Elías para entregar mensajes a hombres que no hacían verdadera profesión de fe. Jeremías recibió mensajes que fueron a todas las naciones gentiles que rodeaban a Israel. Por lo tanto, debemos observar una distinción entre la profecía del Antiguo Testamento y la profecía del Nuevo Testamento en la iglesia, que es el cuerpo de Cristo. La profecía del Nuevo Testamento está dirigida al pueblo redimido de Dios, y el tono de la misma siempre será apropiado para el pueblo de Dios.

Normalmente se da la profecía para ministrar a los creyentes.

Debemos notar que Pablo dijo en 1 Corintios 14: 24-25: “Si todos profetizan, y entra un incrédulo o un desinformado, todos lo convencen, todos lo convencen. Y así se revelan los secretos de su corazón; y así, postrándose sobre su rostro, adorará a Dios e informará que Dios está verdaderamente entre ustedes ". La imagen aquí es de un grupo de creyentes ministrándose unos a otros en profecía, y resulta que entra un incrédulo. Algunas de las declaraciones proféticas o revelaciones lo tocan y hacen que se dé cuenta de que Dios sabe más acerca de él de lo que entendía, lo que lo lleva a a la convicción y al reconocimiento de que Dios está allí. Esta, sin embargo, es la excepción. Normalmente, la profecía se da para ministrar a los creyentes.

Para edificación, exhortación y consuelo ¿Qué le habla a la iglesia una persona que profetiza? “Él ... habla edificación, exhortación y consuelo a los hombres ... El que profetiza, edifica a la iglesia” (1 Corintios 14: 3-4). La profecía se limita a la edificación, la exhortación y el consuelo porque Dios no desanima ni golpea a los creyentes. Como mencioné anteriormente, Él no derrama advertencias de juicio contra los creyentes, sino contra los incrédulos. Miremos un poco más de cerca estos tres propósitos principales de profetizar. El primer propósito es edificar. Esta palabra puede parecer un poco pasada de moda y un sonido eclesiástico para muchas personas. Sin embargo, la mayoría de la gente todavía está familiarizada con el término edificio, que es un edificio. Edificar simplemente significa "edificar o fortalecer". Significa hacer que las personas sean más efectivas como miembros del cuerpo de Cristo en cualquier ministerio particular que tengan. Si recibe el don de profetizar, entonces debería poder servir mejor al Señor y a Su pueblo. El segundo propósito es exhortar, que significa "estimular, alentar, amonestar y estimular". La amonestación puede incluir advertencias severas e incluso reprimendas. Sin embargo, la exhortación no incluye la condenación. “Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan según la carne, sino según el Espíritu” (Romanos 8: 1). El tercer propósito es consolar, que, en palabras contemporáneas, significa "animar".

La verdadera profecía nunca trae condenación Mencioné anteriormente que la verdadera profecía, y la exhortación en particular, no traen condenación. Quiero enfatizar este punto nuevamente porque, a lo largo de los años, he escuchado muchas instancias de personas que afirman profetizar, pero el efecto total podría resumirse como confusión y condenación. Esa no es una manifestación genuina del Espíritu Santo. Dios nunca es el autor de confusión, ni el Espíritu Santo jamás ministra condenación al pueblo de Dios. Gran parte de lo que se llama profecía y profetizar entre algunos creyentes no es real. No sirve a los propósitos principales de edificación, exhortación y consuelo. Desafortunadamente, algunas personas sienten que cuanto más pueden golpear a las personas y dejarlas sintiéndose inútiles, inútiles y condenados, incluidos ellos mismos, más espirituales son. Todo lo contrario es la verdad. Hace años, solía pensar que si podía dejar a todos sintiendo lo terribles que eran, había hecho un tremendo trabajo de predicación. Entonces el Espíritu Santo se apoderó de mí y me mostró que era un fracaso como predicador. El Espíritu Santo no hace que la gente se sienta terrible, y este no debe ser objeto de predicación o ministerio.

La profecía es para edificación, exhortación y consuelo.

La verdadera profecía no sirve al propósito del diablo; deshace el propósito del diablo. Si el llamado profetizar condena y desanima, está haciendo la obra del diablo. Dos de las armas más grandes y de uso más frecuente de Satanás contra el pueblo de Dios son la condenación y el desánimo. Escuché a Billy Graham citar a alguien que dijo que Dios nunca usa a un hombre desanimado. Bien puedo creer eso, porque un hombre desanimado no es alguien que está bajo la influencia del Espíritu Santo, que no desanima a los creyentes. Es extremadamente importante para nosotros entender esto. Si una influencia, sugerencia o mensaje llega a su vida que tiene el efecto de desanimarlo, no lo atribuya al Espíritu Santo. Uno de los problemas es que muchos cristianos creen que están siendo humildes cuando se sienten condenados y, posteriormente, van diciendo a la gente lo malos que son. Sin embargo, cuando eres una nueva creación en Jesucristo y eres obra de Dios, cada vez que te criticas a ti mismo, estás criticando la obra de Dios. No estás glorificando a Dios; estás glorificando al diablo. Es el diablo quien hace que la gente se sienta culpable. Leemos en 2 Corintios

5:19 que "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, sin imputarles sus delitos, y nos ha encomendado la palabra de reconciliación". Dios nos ha encomendado la palabra de reconciliación, no de condenación. No es espiritual andar haciendo que todos sientan lo pecadores que son; no les hace ningún bien. Debemos hacer que la gente entienda que Dios quiere ayudarlos, los ama y está de su lado. Dios no está en contra de nadie. No está en contra de los chinos, los rusos, los árabes, los europeos o los estadounidenses. Él es para la raza humana y este es el mensaje del evangelio. Es la buena noticia. El principio de no condenación en Cristo (ver Romanos 8: 1) es muy importante que entendamos y se aplica particularmente a la profecía. Si los creyentes pudieran vivir en este lugar sin condenación, la iglesia sería un ejército que el diablo no podría vencer. Como dije, el arma más grande que tiene el diablo contra los creyentes es un sentido de condena, indignidad, fracaso y desánimo. Sin embargo, uno de los grandes instrumentos que Dios ha puesto a disposición de los creyentes para superar estas cosas es el don de profecía, que edifica y anima. ¡Es por eso que es una tragedia ver que la profecía se usa incorrectamente para hacer exactamente lo que se supone que contrarresta!

La profecía llega a través de nuestro consolador Jesús llamó al Espíritu Santo el Consolador. (Ver, por ejemplo, Juan 14:16, 26 KJV.) Debemos tener en cuenta que la relación del Espíritu Santo con los redimidos de Dios es como nuestro Consolador. La palabra griega parakletos, traducida como "Consolador", "Consolador" (NKJV) o "Consejero" (NVI) está estrechamente relacionada con la palabra traducida como "exhortación" en 1 Corintios 14. Parakletos significa "uno llamado junto a ti". El negocio del Espíritu Santo es alentar, estimular, estimular, animar, ayudar y aconsejar. Se traduce más literalmente en inglés como abogado, que proviene de una palabra latina que significa "uno llamado". No llama a un defensor ni a un abogado para que lo condene; sería muy tonto pagarle por eso, sino para defender su causa por usted. ¿De qué serviría contratar a un abogado que se propusiera demostrar en la corte cuán culpable era usted? No sentirías que estaba haciendo su trabajo. Asimismo, el Espíritu Santo es llamado y enviado por Dios para ayudarlo. Viene a justificarte sobre la base de tu redención en Cristo, no a condenarte. El Espíritu Santo es el mejor abogado. Viene del mejor lugar, es enviado por nuestro mejor amigo Jesús, y viene a defender nuestra causa. Por tanto, no aceptes la condena ni el desánimo. Nuevamente, cualquier cosa que te haga sentir temeroso e indigno no es la voz del Espíritu Santo.

La profecía da una palabra a tiempo La profecía puede dar una palabra oportuna a aquellos que están espiritualmente, emocional y físicamente cansados. Miremos dos Escrituras muy hermosas que se relacionan con este atributo de la profecía. Proverbios 15:23 dice: "El hombre se alegra con la respuesta de su boca, y la palabra dicha a su debido tiempo, ¡qué buena es!" En Isaías, tenemos una de las imágenes más hermosas de Jesús en el Antiguo Testamento. Esto es lo que Jesús dijo proféticamente por medio del profeta: “El Señor DIOS me ha dado lengua de sabio, para que sepa hablar una palabra a tiempo al cansado” (Isaías 50: 4). Una buena señal del verdadero aprendizaje es poder decir una palabra a tiempo a alguien que está cansado. Conozco a muchas personas educadas pero no instruidas, y ciertamente no son capaces de hacer esto. De hecho, encuentro que muchas personas educadas pueden ser algo desalentadoras. Pueden tender a menospreciarte, criticarte y hacerte sentir inferior. Están tan bien informados sobre todo, saben lo mal que están las cosas y cómo van a empeorar. El Espíritu Santo no es así. A través de Jesús, Él da esta preciosa habilidad de hablar una palabra a tiempo a aquellos que están cansados.

El Espíritu Santo da la capacidad de hablar una palabra a tiempo a aquellos que están cansados.

La profecía llega a los que escuchan La segunda mitad de Isaías 50: 4 dice: "Me despierta mañana tras mañana, despierta Mi oído para oír como los sabios". No puedes hablar si no has escuchado. Si Dios no despierta su oído para escuchar, no tendrá nada que ministrar o hablar con los demás. Uno de los grandes secretos del ministerio de Jesús que se revela en este versículo es que, mañana tras mañana, tuvo comunión con Dios el Padre. Antes de que Jesús saliera y se encontrara con las multitudes, estaba con Su Padre. Escuchó la voz de Dios hablándole, dándole palabras de consuelo y aliento para que pudiera hablar con otros. Este principio también se declara en Proverbios 21:28: “El testigo falso perecerá, pero el que oye, habla constantemente” (KJV). Para decir algo que valga la pena, debes escuchar a Dios antes de hablar. Tu oído debe estar despierto antes de que puedas pronunciar una palabra a tiempo. Ninguno de los profetas ministró antes de que él recibiera. Dios le dijo a Ezequiel que se comiera la palabra que Él le dio y luego la diera. (Véase Ezequiel 3: 1.) Esto se aplica al don de profecía de hoy. Ministrar en el Espíritu no sale de tu cabeza. Tienes que llevar la Palabra a tu espíritu para que puedas ministrarla desde tu espíritu. La persona que nunca ha recibido nada en su espíritu, nunca tiene nada que ministrar de su espíritu.

La profecía viene a través de la abnegación Segunda de Corintios 4:12 dice: "Entonces la muerte obra en nosotros, pero la vida en ti". Si vamos a ministrar vida a otros, también tenemos que dejar que la muerte “trabaje” en nosotros. Tenemos que morir a nuestra propia voluntad, a nuestras propias ideas y a nuestra propia determinación. Tenemos que abrir un canal a través del cual la voluntad y el Espíritu de Dios puedan obrar. Uno de los temas maravillosos de 2 Corintios es el consuelo, que, como hemos visto, es una de las grandes palabras relacionadas con el Espíritu Santo y con la profecía. Al comienzo de la epístola, Pablo escribió estas hermosas palabras: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación…” (2 Corintios 1: 3). Todo lo que es reconfortante, alentador y edificante tiene su origen en Dios. Él es el Dios de todo consuelo. Pablo pasó a hablar sobre las tremendas tribulaciones, persecuciones y pruebas que él y sus compañeros estaban experimentando, usando las palabras consuelo, consuelo o consuelo cinco veces: … Quien nos consuela en toda nuestra tribulación, para que podamos consolar a los que están en cualquier problema, con el consuelo con el que nosotros mismos somos consolados por Dios. Porque así como abundan en nosotros los padecimientos de Cristo, también abunda nuestro consuelo por medio de Cristo. (2 Corintios 1: 4-5)

Dijo que la presión contra ellos era tan feroz que no tenían forma de medirla. No tuvieron la fuerza para resistirlo; los presionó hasta el punto de extinguir la vida. “Porque no queremos que ignoréis, hermanos, de la angustia que nos sobrevino en Asia: sobrecargados más allá de toda medida, por encima de nuestras fuerzas, de modo que desesperamos hasta de la vida” (v. 8). Entonces Pablo dio esta hermosa declaración: “Sí, teníamos la sentencia de muerte en nosotros mismos, para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos, que nos libró de tan gran muerte, y nos libra; en quien confiamos que todavía nos librará ”(vv. 9-10). Note que Pablo mencionó la liberación en tres tiempos: pasado, presente y futuro. Él entregó, Él libera y Él librará. ¡Ese es un mensaje de consuelo! Del mismo modo, hasta que lleguemos al lugar donde tenemos la “sentencia de muerte” en nosotros mismos, no tendremos esta capacidad de ministrar consuelo a otros. El que realmente ministrará consuelo debe haber experimentado la muerte de su ego egoísta y autocomplaciente. Sin embargo, es un privilegio bendito haber pasado por el espíritu humano. Hago hincapié en esto porque, nuevamente, he visto la profecía muy mal utilizada y abaratada, por lo que es casi un medio para mostrar una personalidad humana en lugar de atender las necesidades de los demás. El propósito de la profecía no es convertirte en un dictador. No es para que puedas andar señalando a la gente con el dedo y diciendo: "Así dice el Señor ..." Es ministrar consuelo a la gente. También es edificar y edificar para que los creyentes estén mejor

equipados y sean capaces de servir al Señor y de cumplir su lugar y función en el cuerpo de Cristo.

Dios libró, libró y librará.



PROFECÍA Y OTROS DONES DEL ESPÍRITU Veamos ahora la relación entre la profecía y otros dones vocales y de revelación.

Profecía y lenguas Primero, como escribí anteriormente, hablar en lenguas a menudo conduce a la profecía. Vimos en Hechos 19: 6 que, después que los discípulos en Éfeso fueron ministrados por Pablo y fueron bautizados en el nombre de Jesús, “cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, y hablaron en lenguas y profetizaron ”. Si no nos inhibimos, pero permitimos que el Espíritu Santo obre, con mucha frecuencia, hablar en lenguas nos llevará a profetizar. Estoy seguro de que esto sucedió en el día de Pentecostés y sucedió en Éfeso.

Profecía y palabras de sabiduría y conocimiento La profecía también puede convertirse en un vehículo para otros dones relacionados. Sabemos que los regalos son como los colores del arco iris. Aunque podemos distinguir diferentes colores, no podemos decir en ningún punto específico dónde termina un color y comienza otro. Asimismo, la profecía puede combinarse con otros dones, como una palabra de conocimiento o una palabra de sabiduría. Se puede dar una palabra de conocimiento mediante una expresión profetizada. En este caso, más de un regalo está funcionando al mismo tiempo. Por ejemplo, puede verter un líquido negro elaborado con granos de café en una taza y decir que es una taza de café, y eso sería cierto. Sin embargo, suponga que ofrece una taza de. Puede haber más de un regalo en funcionamiento al mismo tiempo. café a alguien y pregunte: "¿Toma azúcar y crema?" Si dice que sí y le pone azúcar y crema, lo sigue llamando café. Sin embargo, el fluido negro se ha convertido en un vehículo para la crema y el azúcar. De la misma manera, lo que llamamos profecía a veces es solo profecía, y otras veces es profecía que contiene una palabra de sabiduría o una palabra de conocimiento. Todavía lo llamamos profecía, pero tenemos que reconocer otro elemento en él. Hechos 13: 2 dice: “Mientras ellos [cinco profetas y maestros de la iglesia en Antioquía] ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: 'Ahora apartame de Bernabé y Saulo para la obra a la que los he llamado. '”No se nos dice cómo el Espíritu Santo hizo esta declaración, pero parece más que probable que fue dada a través de la profecía. Parecería que la profecía no fue dada a través de Bernabé o Saulo porque se hace referencia a ellos en tercera persona. Por lo tanto, uno de los otros tres hombres tuvo esta expresión en profecía. Sin embargo, tenga en cuenta que la expresión fue realmente más que una profecía. Era una palabra directiva de sabiduría que revelaba la voluntad y el plan de Dios y quién iba a salir adelante.

Puede haber más de un regalo en funcionamiento al mismo tiempo.

En Hechos 20, tenemos el testimonio de Pablo sobre lo que había estado sucediendo durante su viaje a Jerusalén. Les dijo a los ancianos de la iglesia de Éfeso, a quienes había llamado al puerto de Mileto: “Y miren, ahora voy a Jerusalén atado en el espíritu, sin saber lo que me sucederá allí, a menos que el Espíritu Santo testifique en toda ciudad, diciendo que me esperan cadenas y tribulaciones ”(vv. 22-23). En cada lugar del camino donde Pablo había tenido comunión con los creyentes, el Espíritu Santo había estado revelando lo que le

esperaba. Pablo no fue específico sobre cómo el Espíritu Santo había testificado en cada ciudad. Sin embargo, usó la palabra "decir". Parece extremadamente razonable y probable que estas declaraciones vinieran por medio de una lengua seguida de interpretación o por medio de profecía. En ciudad tras ciudad, mientras Pablo viajaba de camino a Jerusalén, algún hermano o hermana aparecía con una profecía que le decía —con una descripción u otra— que le aguardaban lazos y aflicciones en Jerusalén. Estas fueron palabras de conocimiento sobre lo que Pablo iba a experimentar. Más de estas revelaciones llegaron mientras continuaba su viaje después de Mileto. Pablo y sus compañeros llegaron al puerto de Tiro, “y encontrando discípulos… permanecieron allí siete días. Le dijeron a Pablo por el Espíritu que no subiera a Jerusalén ”(Hechos 21: 4). La frase "dijo a Pablo por el Espíritu" podría significar una palabra de sabiduría o podría significar una profecía que contiene una palabra de sabiduría. Cualquiera que fuera el regalo exacto, el resultado fue que Pablo fue detenido y se le impidió subir a Jerusalén. Después de Tiro, Pablo fue a Cesarea, donde un profeta llamado Agabo bajó de Judea para visitarlo. “Cuando llegó a nosotros, tomó el cinturón de Pablo, se ató las manos y los pies y dijo: 'Así dice el Espíritu Santo:' Así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinturón, y lo entregarán en manos de los gentiles ”'” (Hechos 21:11). El viaje de Pablo a Jerusalén fue como pasar por una serie de semáforos. Llegó a un lugar tras otro y el semáforo estaba en rojo: detente. Se detuvo allí y esperó, el semáforo se puso verde y pasó al siguiente lugar, donde el semáforo estaba en rojo. Esperó y la luz se puso verde. Y así. Vemos que a lo largo de esta sección de la vida y el ministerio de Pablo, el Espíritu estaba dando testimonio a través de otros creyentes, en una combinación de profecía y otros dones, de lo que les esperaba. Dios obró a través de creyentes cuyos nombres no se dan, en congregaciones de las que sabemos muy poco. Sin embargo, estos hermosos dones del Espíritu realmente estaban ayudando y dirigiendo a Pablo en su ministerio. La profecía y los dones relacionados también jugaron un papel muy importante en el ministerio de Timoteo. Pablo le escribió a Timoteo, que estaba cumpliendo un ministerio dado por Dios en la ciudad de Éfeso: “Este encargo te encomiendo, hijo Timoteo, según las profecías que se hicieron anteriormente acerca de ti, para que por ellas libres la buena guerra” ( 1 Timoteo 1:18). Aparentemente, en varios lugares del pasado, posiblemente en la asamblea de su hogar, que estaba en Listra, se habían dado profecías en relación con Timoteo. Estas profecías decían que iba a cumplir cierto ministerio, le advertían que encontraría oposición y dificultades, y le decían que tendría que seguir adelante. Cuando entró en este ministerio y encontró estas dificultades, pudo ser fortalecido por el recuerdo de las profecías que le habían precedido. Este tipo de estímulo y fortalecimiento es uno de los trabajos de la profecía. Supongamos que recibe una revelación de la voluntad de Dios, se adhiere a Su voluntad y luego las cosas se ponen muy difíciles a medida que la oposición se vuelve dura. Puede pensar, "Quizás estoy en el lugar equivocado" o "Quizás no lo superaré". Entonces puedes pensar, No, tengo esa palabra de profecía. Me dijo

que iba a seguir este camino y que encontraría oposición. Simplemente estoy experimentando lo que es necesario para hacer la voluntad de Dios. En 1 Timoteo 4:14, Pablo escribió de manera similar cuando dijo: "No descuides el don que hay en ti, que te fue dado por profecía con la imposición de las manos del anciano". La palabra griega traducida como "regalo" es carisma. Como señalé en el capítulo uno, esta palabra tiene muchos significados diferentes. Puede significar un don espiritual o puede significar un ministerio. Probablemente se refiere a un ministerio apostólico porque era bíblico que el apóstol fuera enviado de la congregación con la imposición de las manos de los ancianos. En un momento en que Timoteo enfrentaba oposición y dificultades, Pablo le recordaba que no olvidara que fue apartado para este ministerio por profecía con la imposición de las manos de los ancianos. Si lee entre líneas de esta epístola, verá que Pablo estaba continuamente incitando a Timoteo, diciendo, en esencia, “No se desanime; no te rindas. No descuides el don que hay en ti. No cedas al miedo. Dios te ha llamado a este ministerio. Él ha revelado Su voluntad, así que síguela y cúbrela ". Este es uno de los temas de ambas epístolas a Timoteo.

No descuides el don que hay en ti. Dios ha revelado Su voluntad, así que cúmplela.

Escribí otro libro en el que me refería a la imposición de manos como regalo. Señalé lo que hemos estado analizando en este capítulo: que las personas a veces reciben profecías que les muestran el rumbo que tomarán sus vidas y que, en momentos de dificultad, se les debe recordar estas profecías para aliento y fortalecimiento. Después de que se imprimió el libro por primera vez, conocí a un pastor en Nueva Zelanda que dijo: “Quiero decirles que su libro llegó a mis manos y eso hizo exactamente eso por mí. Cuando estaba en los Estados Unidos en la escuela bíblica, se dieron profecías de que tendría un ministerio en particular y cumpliría un determinado trabajo. Llegué a Nueva Zelanda y las cosas se pusieron difíciles. Me desanimé bastante y no pasaba nada. Conseguí su libro y leí este pasaje sobre profecías que se han sucedido antes y cómo Timoteo fue impulsado a realizar la tarea. Cuando leí eso en el libro, recordé las profecías que me habían precedido en los Estados Unidos. Vi que no estaba cumpliendo con mi ministerio y me impulsó a hacerlo ”. Desde entonces, Dios ha bendecido maravillosamente a ese hombre al dar un paso adelante en la fe, y ha entrado de lleno en el ministerio que fue profetizado sobre él. Podemos ver que la profecía no fue solo un adorno irrelevante en su vida, sino una parte importante en su descubrimiento y cumplimiento de su ministerio.

EJERCER LA PROFECÍA EN UNA ASAMBLEA LOCAL Concluyamos viendo cómo se debe ejercer la profecía de manera ordenada en una asamblea local para que todos se beneficien de ella.

Es la voluntad de Dios que todos profeticen En el capítulo uno, discutimos la distinción entre el ministerio de un profeta y el don de profetizar. La Biblia dice que todos pueden profetizar, pero no dice que todos tendrán el ministerio específico de profeta. Pablo dijo: “Porque todos podéis profetizar uno por uno” (1 Corintios 14:31, énfasis añadido). Es claramente la voluntad revelada de Dios que todos los creyentes profeticen. Si no profetizamos, no es porque no sea la voluntad de Dios. Es porque no nos hemos movido hacia la voluntad de Dios.

Aquellos que profetizan deben ceder unos a otros "Todos podéis profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean animados"(1 Corintios 14:31). No todos debemos profetizar a la vez en una reunión porque eso causaría confusión. Debemos profetizar uno por uno para que todos aprendan. Algunas personas no se dan cuenta de que debemos aprender a operar los dones espirituales. Pocas personas comienzan a profetizar a la perfección. Pablo dijo que si tenemos el don de profecía, “profeticemos en proporción a nuestra fe” (Romanos 12: 6). Debemos hacer todo lo que tengamos fe y detenernos allí. Si comenzamos a operar en el don, creceremos y maduraremos en él. Si nunca comenzamos, nunca maduraremos. Algunas personas no harán nada a menos que puedan hacerlo perfectamente, y el resultado probable es que nunca lo harán. Pablo escribió: “Que hablen dos o tres profetas, y que los demás juzguen [disciernan]. Pero si algo le es revelado a otro que está sentado, el primero guarde silencio ”(1 Corintios 14: 29-30). Hay un momento para hablar y hay un momento para dejar de hablar. Mi esposa Lydia y yo vimos un claro ejemplo de esto cuando trabajábamos con los jóvenes en la escuela de formación de maestros en África Oriental. En nuestros servicios de los domingos por la noche, les predicaba la Palabra tan completa y cuidadosamente como podía durante una hora, y luego abríamos la reunión para la adoración y cualquier cosa que Dios quisiera hacer. Comenzábamos a alabar al Señor y tal vez hubiera una expresión en una lengua, con interpretación o una profecía. Entonces uno de estos estudiantes levantaba la mano y decía: "Por favor, señor, el Señor acaba de decirme algo". Yo diría: "Bueno, si el Señor te lo ha dicho, no te lo guardes. Ven y cuéntanoslo todo ". Luego le decía al resto del grupo: “La Biblia dice que si algo se revela a otro que está sentado, el primero se quedará en silencio. Cállate y escuchemos ”. De esa manera sucedieron cosas fascinantes. Uno de ellos involucró a un joven que había sido un verdadero rebelde. Había sido tan problemático que incluso los profesores africanos querían que lo despidiera. Pero el Señor se apoderó de él y se convirtió. Aproximadamente una semana después de su conversión, estaba sentado en la reunión y dijo: "Por favor, señor". Le respondí: "Sí, ¿qué es?" Continuó: "El Señor me acaba de decir que hay un versículo en la Biblia sobre el tráfico en las carreteras hoy". Dije: “Sí, lo encontrarás en Nahum. Creo que está en el segundo capítulo sobre los carros que se empujan entre sí en las calles ". Cuando encontró eso, casi se cae de su asiento de alegría.

Si no profetizamos, es porque no nos hemos movido a la voluntad de Dios.

Piense en cómo se movió el Señor en esta situación. El Señor no le dijo dónde estaba el versículo. Le dijo que había un verso y tenía que preguntarme dónde estaba. Cosas así sucedieron con bastante frecuencia con esos estudiantes. Nunca he estado en otra situación en la que haya visto de manera tan realista lo que significa este versículo, “Si algo le es revelado a otro que está sentado, el primero guarde silencio” (1 Corintios 14:30). Este es el ministerio de los miembros del cuerpo unos a otros. Como dije en el capítulo anterior, no es correcto entregar una reunión completa a una sola manifestación, ya sea en lenguas e interpretación, profetizar o cualquier otra cosa. Nunca debemos dejarnos atar a un solo tipo de manifestación. A veces, cuando las personas hablan por primera vez en lenguas, todo lo que quieren hacer es hablar en lenguas. Cuando comienzan a profetizar, todo lo que quieren hacer es profetizar, y así sucesivamente. Tenemos que ser disciplinados y no quedarnos estancados en la rutina. Hay muchas formas diferentes en las que Dios puede moverse, hablar y bendecir. Estemos abiertos a lo que Él quiere hacer. Hay otro principio muy importante con respecto a la profecía, que exploraremos con más detalle en el próximo capítulo. Primera de Corintios 14:32 dice: "Los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas". Un verdadero profeta no pierde el control de sí mismo. Siempre es responsable ante las Escrituras y el cuerpo de Cristo por lo que dice y hace. No puede echarle la culpa a Dios y decir: “No pude evitarlo. Dios me obligó a hacerlo ". Esto no es escritural. He escuchado esa débil excusa dada muchas veces para justificar la necedad. Somos responsables de lo que hacemos cuando ministramos en el Espíritu. Dios no anula nuestra voluntad. Él no nos fuerza ni coacciona. Somos responsables de aprender a rendirnos al Espíritu Santo y al cuerpo de creyentes al profetizar.



CAPITULO 12 CÓMO JUZGAR la profecía

yoEn el último capítulo, señalé que no es bíblico permitir que se profetice en una asamblea de creyentes si no se somete al juicio bíblico y al discernimiento del cuerpo de Cristo. Sobre la base de lo que he visto a lo largo de los años, sería mejor no profetizar en absoluto que profetizar que no esté controlado por las normas bíblicas. En este capítulo, quiero presentar las diversas normas de juicio que se nos presentan con este propósito en el Nuevo Testamento. “Que hablen dos o tres profetas, y que los demás juzguen[discernir] ”(1 Corintios 14:29). En este versículo, la palabra “profetas” puede referirse al ministerio de un profeta o a los creyentes que ejercen el don de profetizar. Las pautas que siguen se aplican a ambas situaciones. Creo que "los otros" en "que los demás juzguen" se refiere a los otros profetas presentes en la asamblea, que están capacitados para discernir la profecía.

LOS PROFETAS NO DEBEN ACTUAR SOLOS \ Un hecho significativo acerca de los que profetizan bajo el nuevo pacto es que normalmente no operan por sí mismos como individuos. En el Nuevo Testamento, la palabra profeta siempre se usa en plural, excepto en un lugar. Incluso allí, el contexto indica más de un profeta. Profetas en el Nuevo Testamento 1. son parte del cuerpo de Cristo. 2. Funcionan como miembros del cuerpo. 3. están relacionados con otros miembros del cuerpo. Esto contrasta un poco con el Antiguo Testamento, donde se encuentra un profeta como Elías, que era una especie de individualista rudo que se destacaba en el contexto de la apostasía y la maldad. El Señor tuvo que mostrarle a Elías que no era el único hombre fiel que quedaba en Israel. Sin embargo, Elías en realidad estaba funcionando como el portavoz principal de Dios en ese momento para la nación de Israel. El concepto del Nuevo Testamento es de un cuerpo con muchos miembros todos operando juntos y en relación unos con otros. Ningún miembro puede operar eficazmente por sí solo. Los profetas en la iglesia, por lo tanto, ministran dentro de grupos. Cuando uno está ministrando, los otros están ejerciendo juicio o discernimiento. Pablo dijo que dos o tres profetas deberían hablar en cualquier reunión, no todos, y dejar que los demás profetas disciernen lo que dicen. Un ejemplo de un ejercicio típico del ministerio profético en el Nuevo Testamento se puede ver en Hechos 11: 27-28: “Y en estos días vinieron profetas de Jerusalén a Antioquía. Entonces uno de ellos, llamado Agabo, se puso de pie y mostró por el Espíritu que iba a haber una gran hambruna en todo el mundo, lo que también sucedió en los días de Claudio César ”. Leemos otro incidente relacionado con Agabus en el último capítulo. Profetizó sobre lo que le sucedería a Pablo en Jerusalén. Note aquí que los profetas vinieron en grupo: “los profetas vinieron de Jerusalén” (Hechos 11:27). A Agabo se le dio la oportunidad real de ministrar y trajo el mensaje que Dios le había dado, pero no era un individuo que operaba por su cuenta. Muchos creyentes se han descarriado al ejercer un ministerio profético por su cuenta. He visto esto pasar. En varios casos, en realidad, hay personas que se representan más o menos a sí mismas como el único portavoz de Dios ante una determinada asamblea, congregación o grupo de oración. Esto no solo es incorrecto, sino que también toda la actitud es totalmente contraria al espíritu y propósito del Nuevo Testamento. Sé de una denominación en la que cada congregación normalmente tenía un profeta establecido que nombraba un apóstol establecido. Estos dos individuos en realidad dirigían la congregación. Una vez más, no hay dictadores en el cuerpo de Cristo. Ningún don o ministerio tiene la intención de crear tal dictadura. Se comparte el ministerio y la responsabilidad de ese ministerio.



LA NATURALEZA DE JUZGAR LA PROFECÍA Por tanto, la profecía debe estar sujeta a juicio. No me refiero a esto en el sentido de desmenuzar la profecía, sino de discernir si es de Dios, si es verdad y si es algo a lo que realmente debemos prestar atención. Pablo sacó a relucir esta verdad nuevamente en 1 Tesalonicenses 5: 19-21: “No apaguéis el Espíritu. No desprecies las profecías. Prueba todas las cosas; retengan lo bueno ". No debemos apagar al Espíritu Santo rechazando los dones y manifestaciones del Espíritu Santo, como lo han hecho algunas personas. Esto suele ocurrir cuando ha habido un mal uso de los dones espirituales. Por ejemplo, conozco una iglesia en Gran Bretaña que tiene un letrero en la pared del auditorio principal que dice: "Prohibido hablar en lenguas excepto en el sótano". Hablar en lenguas fue tan mal usado y exagerado que simplemente no pudieron hacer frente al problema, por lo que lo desterraron al sótano. De manera similar, conozco una congregación en los Estados Unidos que permite mensajes en lenguas solo los jueves. Podemos sonreír ante esto, pero esta es en realidad la práctica de una congregación muy grande y prominente. Estas no son soluciones escriturales al problema, aunque ilustran que ha habido un problema real que necesita ser abordado.

Busque en las Escrituras pautas para usar los dones espirituales.

Pablo dijo: “No desprecies las profecías” (1 Tesalonicenses 5:20), por lo que podría haber situaciones en las que la gente desprecie las profecías en un sentido general. Debo decir francamente que, si la Biblia no dijera que no hay que despreciar las profecías, ha habido ocasiones en las que podría haber despreciado las profecías porque he escuchado tantas declaraciones a medias e inútiles presentadas bajo el disfraz de profecía. Entiendo por qué Paul hizo esa declaración. La solución al problema no es despreciar las profecías en general ni apagar al Espíritu Santo. Es “probar todas las cosas; retengan lo bueno ”(v. 21). No acepte todas las profecías sin cuestionar como provenientes de Dios y relevantes, verdaderas y autorizadas. Pruébelo y conserve lo bueno. Cuando comes pescado, comes la carne y descartas las espinas. Haz lo mismo con la profecía. Come la carne, El apóstol Juan habló acerca de probar la profecía en 1 Juan 4: 1: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo ". La palabra griega traducida "prueba" en este versículo es la misma que se traduce "prueba" en "probar todas las cosas"

de 1 Tesalonicenses 5:21. Note que un falso profeta es aquel que tiene un espíritu falso. Cuando prueba la profecía, no está probando al profeta como individuo, sino que está probando el espíritu que habla a través del profeta. Se nos advierte que hay muchos falsos profetas que han salido al mundo con falsos espíritus operando a través de ellos. En 1 Juan 4: 6, Juan hizo la distinción entre el "espíritu de verdad" y el "espíritu de error". Hay un espíritu de error y, a veces, buscará impartir errores disfrazados de profecía. De hecho, he escuchado a personas que intentan sostener la falsa doctrina manipulando la profecía. Era muy obvio que todo su propósito al profetizar era hacer que usted se tragara una doctrina que ellos estaban tratando de transmitir.

PRINCIPIOS PRÁCTICOS PARA PROBAR LA PROFECÍA Veamos ahora nueve principios prácticos para juzgar la profecía. Hoy en día, si vas a un médico para que te diagnostiquen una afección, no hará lo que solían hacer en los viejos tiempos. Simplemente le tomaban el pulso, le tomaban la temperatura y le pedían que sacara la lengua, y si se veía rosa, estaba sano. En cambio, lo someterá a todo tipo de pruebas relacionadas con diferentes órganos del cuerpo. Luego, cuando haya pasado por todas las pruebas, obtendrá un diagnóstico total de su condición. El mismo enfoque se aplica a juzgar la profecía. No puede aceptar solo una o dos pruebas. Hay toda una batería de pruebas, y si realmente quiere estar seguro, debe trabajar con ellas y formarse su juicio solo cuando las haya pasado.

Prueba n. ° 1: ¿Se acumula o condena? La primera prueba se relaciona con el propósito de la profecía que discutimos en el capítulo anterior. Primera de Corintios 14: 3 dice: "Pero el que profetiza habla edificación, exhortación y consuelo a los hombres". Siempre que escucho un mensaje condenatorio, negativo y destructivo, no lo acepto como una profecía genuina porque no cumple con los parámetros que se han establecido en esta Escritura. Un domingo, iba a predicar a una congregación en Chicago, y estaba en la plataforma esperando para hablar mientras pasaban por la parte de alabanza del servicio. Al comienzo de una de las canciones, un hombre se paró en algún lugar cerca de la parte de atrás y comenzó a hablar con una voz bastante dura, lo que obviamente quería que creyéramos que era una profecía. El mensaje que trajo tenía muy poco significado real. \ Lo que pude hacer con ello fue un sentido general de condena y una advertencia de juicio colgando sobre la cabeza de la gente. Me senté en la plataforma y hervía de ira, pero no hice nada al respecto. Unos dos himnos después, el hombre se puso de pie e hizo lo mismo. Esta vez, no pude sentarme en silencio por más tiempo, así que me puse de pie mientras él todavía estaba hablando, me acerqué al micrófono y dije: “Solo quiero decirles a todos que no acepto esto como una manifestación genuina del don de profecía porque la Escritura dice que el que profetiza habla a los hombres edificación, exhortación y consuelo. Todo lo que he escuchado en lo que ha dicho nuestro hermano hasta ahora ha sido condenación y confusión, que son exactamente lo contrario ".

Evalúe la profecía utilizando el conjunto completo de pruebas de las Escrituras.

Eso creó algo de revuelo, como puedes imaginar. Después de un rato, otro hermano que también tenía el don de profecía se puso de pie y dijo: “Quiero dar mi opinión y estoy de acuerdo con el hermano Prince. Esto no fue una profecía genuina ". Luego, un tercer hermano se puso de pie y dijo lo mismo, y habíamos lidiado con la situación de una manera bíblica. Los demás habían juzgado; habían dado su veredicto unánime, y el hombre fue aplastado. Pensé que nunca volvería, pero regresó el domingo siguiente y se comportó de una manera mucho más respetuosa y decente. Pero ese día, cuando las cosas se calmaron, le dije a la gente: “Quiero contarles una razón principal por la que hice lo que hice. En las primeras filas, tenemos dos filas completas de jóvenes [entre ellos adolescentes y estudiantes

universitarios]. Mientras ese hombre profetizaba, yo miraba sus rostros y sus rostros registraban una cosa: esto es falso. Solo quiero decirles a esos jóvenes que estoy de acuerdo con ellos; era falso. He visto a demasiados jóvenes apartados de todo el asunto del Espíritu Santo y de los dones del Espíritu por parte de sus mayores y los supuestos mejores tratando de fingir que algo que está mal está bien, por el bien de ser dignos y decentes. en la iglesia, que no lo aceptaré ". En términos generales, creo que hice lo correcto en esa situación. Normalmente, lo religioso sería intentar cantar al hombre con coros o decirle una palmadita: “Amén. Alabado sea el Señor ”, al final como si todo estuviera bien cuando no lo estaba. No creo que Dios esté complacido con eso. Si permitimos el ejercicio de profetizar, tenemos la obligación que nos impone la Escritura de tener la operación de juzgar o discernir junto con ella. Es demasiado peligroso profetizar sin probar. Es como soltar a un joven en un coche deportivo muy rápido sin controlar la dirección y los frenos. Puede terminar en un desastre. A lo largo de los años, he visto decenas y decenas de naufragios por el mal uso de la profecía. He visto hogares destruidos, iglesias divididas y personas arruinadas financieramente y de otras formas por el uso incorrecto de la profecía.

Hay un tiempo para arrancar y derribar, pero el objetivo final de Dios es plantar.

Hay un momento en que Dios reprende y castiga a su pueblo. Hay un lugar para esto, pero nunca es Su última palabra. Miremos el ejemplo de Jeremías. El Señor lo comisionó para que fuera profeta, diciendo: “Te di por profeta a las naciones… he puesto Mis palabras en tu boca. Mira, hoy te he puesto sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y derribar, para destruir y derribar, para edificar y para plantar ”(Jeremías 1: 5, 9-10). Hay un tiempo para desarraigar y derribar lo que Dios no ha plantado. Jesús dijo: “Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada” (Mateo 15:13). Sin embargo, el propósito final es plantar. Asimismo, hay un lugar para derribar y destruir, pero el propósito final es construir. Si nunca llegamos a lo positivo, no nos movemos con el Espíritu Santo. Pablo hizo eco de este principio en 2 Corintios. Tuvo que usar un lenguaje bastante severo para corregir a la iglesia de Corinto, y también tuvo que hacer valer su propia autoridad, que estaba en duda. Después de hacerlo, dijo: “Porque aunque me gloríe un poco más de nuestra autoridad, que el Señor nos dio para edificación y no para destrucción, no seré avergonzado” (2 Corintios 10: 8). Note que la autoridad dada a Pablo como apóstol fue para edificación, no para destrucción. En un capítulo posterior, Pablo usó un lenguaje paralelo: “Por tanto, escribo estas cosas estando ausente, para que, estando presente, no use agudeza, conforme a la autoridad que el Señor me ha dado para edificación y no para

destrucción” (2 Corintios 13:10 ). Debemos tener en cuenta que el Espíritu Santo usará la convicción para corregirnos, pero hay una gran diferencia entre la condenación y la convicción. La convicción es específica. Si mintió o robó dinero, Él lo condenará de que debe enmendarlo o retirarlo y disculparse. La convicción nunca es vaga u oscura; siempre te lleva con algo específico que tienes que hacer. La condena será vaga. Si clavas una de las acusaciones del diablo, se le ocurrirán dos más. Si clavas estos dos, tiene cuatro más. Siempre que entras en el área de la condenación, estás fuera de la operación del Espíritu Santo y estás dejando que el diablo juegue contigo como un gato juega con un ratón. Desafortunadamente, a menudo son los predicadores o las personas que afirman ministrar quienes están haciendo esta parte del trabajo del diablo por él.

Prueba # 2: ¿Concuerda con las Escrituras? La segunda prueba es si la profecía está de acuerdo con las Escrituras. Esta prueba de las Escrituras es muy importante. Segunda de Timoteo 3:16 dice: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia". La autoridad detrás de toda la Escritura es el Espíritu Santo, y Él nunca se contradecirá. Por lo tanto, cualquier cosa dada en la profecía nunca se opondrá a la letra o al espíritu de la Escritura. Pablo escribió sobre la consistencia de la Palabra de Dios cuando declaró: ¿Hago mis planes de una manera mundana para que, al mismo tiempo, diga “Sí, sí” y “No, no”? Pero tan ciertamente como Dios es fiel, nuestro mensaje para usted no es "Sí" y "No". Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que fue predicado entre ustedes por mí, Silas y Timoteo, no fue “Sí” y “No”, pero en él siempre ha sido “Sí”. Porque no importa cuántas promesas haya hecho Dios, son “Sí” en Cristo. (2 Corintios 1: 17-20 NVI)

En otras palabras, Dios no dice una cosa un día y otra cosa otro día. Estas palabras de Isaías también son muy aplicables cuando miramos la prueba bíblica de la profecía: “Y cuando te digan: 'Buscad a los que son médiums y magos [adivinos o adivinos], que susurran y murmuran,' no deberían un pueblo busca a su Dios? ¿Deberían buscar a los muertos en nombre de los vivos? " (Isaías 8:19). Si quieres una respuesta, ¿necesitas ir a cualquier parte que no sea Dios? Si quieres encontrar a los vivos, ¿deberías ir a los muertos? Este pasaje habla particularmente sobre el intento de comunión con los muertos, que no es una práctica nueva y que siempre ha estado bajo la maldición de Dios todopoderoso desde el momento en que se manifestó por primera vez. Aquí está la respuesta de Dios: “¡A la ley y al testimonio! [A la palabra escrita de Dios.] Si no hablan conforme a esta palabra, es porque no les ha amanecido ”(v. 20). Si no hablan conforme a las Escrituras, el espíritu que está en ellos y habla a través de ellos no es el Espíritu Santo. El Espíritu de toda profecía verdadera es el Espíritu Santo.

Prueba # 3: ¿Cuál es la relación del profeta con Cristo? La tercera prueba es la relación del profeta con Jesucristo. Juan 16: 13-14 dice: “Sin embargo, cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga; y él les dirá lo que vendrá ". Otra característica específica del Espíritu Santo es que siempre glorifica al Señor Jesucristo. Es cierto que nos revelará las cosas por venir, pero siempre lo hará en el contexto de glorificar a Jesús. Siempre que alguien se acerque a usted con cualquier tipo de revelación o nueva doctrina o profecía, pregúntese: ¿Cuál es la actitud de esta persona hacia el Señor Jesucristo? ¿Lo exalta y glorifica? ¿Le da la preeminencia que le corresponde solo a él? El apóstol Juan escribió en Apocalipsis: “Y me postré a sus pies para adorarlo [al ángel]. Pero él me dijo: '¡Mira que no hagas eso! Soy consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. ¡Alabar a Dios! Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía ”(Apocalipsis 19:10). El espíritu en toda profecía verdadera, desde la primera profecía dada hasta la última profecía que jamás se dará, se centra en testificar de Jesucristo. Todo lo que se aparte de testificar y exaltar a Jesucristo no es dado por el Espíritu Santo. La gente tiene varios sustitutos de Jesús en lugar de darle la supremacía en sus vidas. Algunos pondrán una personalidad humana, un maestro o un predicador por encima de Él. Otros le darán el primer lugar a una denominación, una iglesia en particular o un grupo. Si alguna vez te encuentras con un grupo que dice: “Si quieres tener razón, debes unirte a nosotros”, puedes estar seguro de una cosa: cuando te unes a ellos, ¡estás equivocado! Cualquier grupo que tenga ese tipo de espíritu está equivocado para empezar. En Colosenses 1:18, leemos, "Y [Jesús] es la cabeza del cuerpo, la iglesia, que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todas las cosas tenga la preeminencia". "Todas las cosas" incluye profecía.

Prueba # 4: ¿El profeta y la profecía dan buenos frutos? La cuarta prueba de la profecía es su fruto. Gálatas 5: 22-23 tiene una hermosa lista nueve veces mayor del fruto del Espíritu: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza”. Por lo tanto, debemos hacer esta pregunta: ¿El profeta y la profecía corresponden a estas cualidades del Espíritu? En Romanos 14:17, tenemos una declaración muy clara de lo que son el reino de Dios y el evangelio. "Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo". El reino de Dios no es un conjunto de reglas institucionales sobre lo que debes comer y no comer, lo que debes usar y no usar, los lugares a los que puedes ir y los lugares a los que no puedes ir. Consiste en tres cosas: justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Note que la justicia es lo primero. Cualquier forma de presentación de gozo y paz que pase por alto la justicia es un engaño. He estado con muchos grupos que querían ser felices, aplaudir, alabar al Señor y pasar un buen rato, pero he aprendido que al final, esto puede ser solo un autoengaño. Gran parte de la felicidad que vemos en algunos grupos no es más que alma, porque no se basa en los requisitos de Dios con respecto a la justicia. A veces, hablamos tanto del Espíritu Santo que olvidamos que es santo. Él es el Espíritu de santidad. Me he encontrado con personas falsas que intentan hacer felices a otros sin lograr que vivan de acuerdo con la Palabra de Dios. Esto no produce los resultados que Dios ha prometido. Su orden es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Jesús nos advirtió específicamente acerca de los frutos malos en Mateo 7:15: “Cuídate de los falsos profetas, que vienen a ti con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces”. La oveja representa al discípulo cristiano. Un lobo es un enemigo natural de las ovejas y viene a destruirlas. ¿Cuál es el propósito de que el lobo se ponga piel de oveja? Hacerse pasar por oveja para depredarlos. El lobo no sería tan peligroso si viniera como él mismo, sin disfraz. Es peligroso cuando se trata de llevar ropa de oveja. Esta es la naturaleza de muchos falsos profetas. No te dirán lo que realmente creen. Vendrán a ti profesando ser cristianos, profesando tener el mensaje del evangelio, probablemente profesando tener una revelación más elevada y para llevarte a una nueva experiencia que nunca antes has tenido.

El orden de Dios es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

Se necesita un perro pastor para distinguir al lobo que acecha entre las ovejas.

El perro pastor no juzga por su vista sino por su sentido del olfato. En la Biblia, el sentido del olfato puede representar un tipo de discernimiento del Espíritu Santo. Aquellos que son responsables del cuidado del rebaño de Dios deben cultivar este sentido adicional que detecta al lobo incluso cuando lleva la bonita piel de oveja blanca. Sin embargo, Jesús reveló, además de este sentido de discernimiento, una forma objetiva de probar si un profeta es verdadero o falso. Después de advertir contra los falsos profetas, dijo: “Los conocerás por sus frutos. ¿Los hombres recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? (Mateo 7:16). Si cada vez que busca fruta, le pincha una espina afilada, no espere una uva. Y no llames vid a la planta porque una vid no produce cardos. Aunque la siguiente ciertamente no es una lista exhaustiva, aquí están algunas de las formas más comunes de frutos que no son fruto del Espíritu Santo, que debemos aprender a discernir. He observado uno o más de estos en la vida de personas que dicen ser predicadores, evangelistas, ministros o profetas de Jesucristo: orgullo, arrogancia, jactancia, exageración o deshonestidad, codicia, irresponsabilidad financiera, apetito adictivo, inmoralidad, quebrantamiento. votos matrimoniales y hogares rotos. Cuando un predicador invitado venga a la ciudad la próxima vez, pregúntese: ¿Se irá de la ciudad con el auto de alguien o con la esposa de alguien? ¿Paga sus deudas o se marcha y deja que alguien más las pague? Hay muchas preguntas importantes que hacer a los ministros visitantes. Si no les pregunta, es posible que algún día se arrepienta. Jesús siguió sus advertencias sobre los falsos profetas y los frutos falsos con estas aleccionadoras palabras: No todo el que me dice: "Señor, Señor", entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en ese día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, echamos fuera demonios en tu nombre, e hicimos muchas maravillas en tu nombre?" Y luego les declararé: “Nunca los conocí; apartaos de mí, los que practican la iniquidad ”. (Mateo 7: 21-23)

Recuerde la diferencia entre dones y frutos, entre recibir un regalo y desarrollar el carácter de Cristo con el tiempo. Es posible echar fuera demonios en el nombre de Jesús y vivir mal. Es posible profetizar y vivir mal. Es posible hacer milagros y vivir con la esposa de otra persona, malversando dinero o diciendo mentiras. Sé de personas que lo han hecho y lo están haciendo. La autoridad está en el nombre de Jesús y en la fe, y Dios se ha comprometido a actuar cuando cualquier persona hace algo con fe y en el nombre de Jesús. Por lo tanto, el hecho de que una persona profetice, predique, expulse demonios y haga milagros no prueba que esté viviendo correctamente. Solo hay una prueba segura de que una persona está viviendo bien: en realidad está viviendo bien. Las personas que no viven bien no llegarán al cielo. Es así de simple.

Solo hay una evidencia de que una persona está viviendo correctamente: está viviendo correctamente.

El apóstol Pedro advirtió sobre los falsos maestros en su segunda epístola: Pero estos, como bestias naturales hechas para ser capturadas y destruidas, hablan mal de las cosas que no entienden, y perecerán por completo en su propia corrupción, y recibirán la paga de la injusticia, como aquellos que consideran un placer divertirse en el día. Son manchas e imperfecciones, jolgándose en sus propios engaños mientras festejan contigo, tienen los ojos llenos de adulterio y que no cesan de pecar, seduciendo a las almas inestables. Tienen un corazón entrenado en prácticas codiciosas y son niños malditos. Dejaron el camino recto y se extraviaron, siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, que amaba la paga de la injusticia. (2 Pedro 2: 12-15)

Estos falsos maestros asisten a las fiestas cristianas del amor e incluso pueden participar en la Cena del Señor, pero son inmundos y viles. Es notable cómo la gente de una congregación se traga cualquier tipo de mentira. No pensarías que la gente puede creer lo que cree. Creerán cualquier cosa menos la verdad. Pedro dijo que estos supuestos maestros tienen corazones "entrenados en prácticas codiciosas" y siguen "el camino de Balaam". En otras palabras, buscan dinero. Este era el problema de Balaam. ¿No fue Balaam un profeta? Si. Si lee Números 23-25, no creo que encuentre profecías más hermosas en la Biblia que las que salieron de los labios de Balaam. Sin embargo, su corazón no estaba bien. Balaam aparece en sólo tres capítulos del Antiguo Testamento, pero se lo menciona varias veces en el Nuevo Testamento como un ejemplo de advertencia. Balac, el rey de los moabitas, le había dicho a Balaam que maldijera a Israel. Sin embargo, no pudo hacerlo porque cuando profetizó, no pudo decir nada más que la verdad. Solo podía decir lo que el Señor le dio para decir. Balaam expresó un deseo aparentemente piadoso que nunca se hizo realidad. Dijo: “¿Quién contará el polvo de Jacob, o el cuarto de Israel? ¡Déjame morir con la muerte de los justos, y que mi fin sea como el suyo! " (Números 23:10). Esta fue solo una piadosa aspiración. Balaam era codicioso y el dinero era más importante para él que vivir una vida recta. Fue asesinado por los hijos de Israel. En el libro de Josué, leemos acerca de los hijos de Manasés cuando se mudaron a su herencia al este del Jordán. “Los hijos de Israel también mataron a espada a Balaam hijo de Beor, el adivino, entre los que fueron muertos por ellos” (Josué 13:22). Balaam no murió la muerte de los justos, pero tampoco vivió la vida de los justos. El deseo de dinero lo llevó por mal camino. Como escribí anteriormente, usar un regalo para beneficio personal es una tentación para quienes operan en ciertos reinos de poder y dones espirituales. Siempre debemos tener en cuenta el fruto y el carácter de un profeta al evaluar una profecía y sus efectos.

Prueba # 5: ¿Fueron verdaderas las predicciones del profeta? Si la profecía contiene predicciones acerca del futuro y estas no se cumplen, la profecía no vino de Dios. Veamos un pasaje del libro de Deuteronomio. El Señor dijo: El profeta que pretenda hablar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá. Y si dices en tu corazón: "¿Cómo conoceremos la palabra que el SEÑOR no ha hablado?"; cuando un profeta habla en el nombre del SEÑOR, si la cosa no sucede ni sucede, eso es lo que el SEÑOR no ha dicho; el profeta lo ha dicho con presunción; no le tendrás miedo. (Deuteronomio 18: 20-22)

Una persona puede hacer una predicción que no se cumple. La Palabra de Dios dice muy simple y prácticamente que esto no fue algo que el Señor habló porque, si el Señor lo hubiera dicho, habría sucedido. No debemos tener miedo de tal profeta. Bajo la ley de Moisés, el profeta habría muerto; así es como Dios ve a los que engañan a su pueblo. Debemos darnos cuenta de que una persona que profetiza puede caer en el error al sobrepasar los límites de su don. Empieza de la forma correcta pero va demasiado lejos. Pablo escribió: “Entonces, teniendo diferentes dones según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos: si profecía, profeticemos en proporción a [según la medida de] nuestra fe” (Romanos 12: 6). Las personas pueden comenzar a profetizar en el Espíritu y emocionarse, enorgullecerse, entusiasmarse e ir más allá de lo que el Espíritu Santo realmente les dio. He conocido casos de esto. La gente no estaba dispuesta a engañar; no eran falsos profetas, sino que salieron del Espíritu y volvieron a la carne. Dios nos advierte sobre esto. Justo antes de que Pablo hablara de profetizar en proporción a nuestra fe, escribió: “Porque digo, por la gracia que me ha sido dada, a todo el que está entre vosotros, que no se considere a sí mismo más alto de lo que debería pensar [no enorgullecerse], sino pensar con sobriedad, como Dios ha dado a cada uno una medida de fe ”(v. 3). Puede operar perfectamente dentro de la medida de fe que Dios le ha dado. Sin embargo, si va más allá de esa medida de fe, no está operando en el Espíritu; estás operando en tu propia voluntad carnal y personalidad.

Prueba # 6: ¿Promueve la profecía la obediencia a Dios? Esta prueba es esencial porque la quinta prueba dice que si la profecía no se cumple, estamos tratando con un falso profeta. Por lo tanto, podríamos concluir fácilmente que si se cumple lo que dijo el profeta, debe ser un verdadero profeta. Sin embargo, este no es necesariamente el caso. Incluso si la profecía contiene predicciones correctas o revelaciones sobrenaturales, no es de Dios si su efecto es promover la desobediencia contra Dios y las Escrituras. Se nos advierte sobre esto en Deuteronomio: Si surge entre ustedes un profeta o un soñador de sueños, y les da una señal o un prodigio, y se cumple la señal o el prodigio de que les habló, diciendo: "Vamos en pos de otros dioses" ; que no has conocido; “Y sirvámosles”, no escucharás las palabras de ese profeta ni de ese soñador de sueños, porque el SEÑOR tu Dios te está probando para saber si amas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma . Caminarás en pos del SEÑOR tu Dios y le temerás, guardarás sus mandamientos y obedecerás su voz, le servirás y te aferrarás a él. Pero ese profeta o ese soñador de sueños morirá, porque ha hablado para apartarte del SEÑOR tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto y te redimió de la casa de servidumbre, para inducirle [“empujar” KJV] del camino en el cual el SEÑOR su Dios le ordenó caminar. Así quitarás el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 13: 1-5)

En este pasaje, un hombre dio una señal sobrenatural y sucedió. Sin embargo, fue un falso profeta, un siervo de Satanás, que apartó al pueblo de Dios de su obediencia a él. Vi algo como esto en África. En cierta aldea, dos familias se pelearon, lo cual es bastante común. Una familia fue al médico brujo y le pidió que maldijera a la otra familia. Después de que le pagaron con una cabra, puso el maleficio. Dijo que cierta noche en el pueblo un chacal lloraría a medianoche. Cuando el chacal lloraba, el hijo menor de esa familia moriría. ¿Sabes lo que pasó? El chacal lloró y el bebé murió. Fue exactamente como había dicho. Había hecho una predicción sobrenatural correcta. Pero no era un siervo de Dios. Aunque se hizo realidad, seguía siendo un sirviente de Satanás. Otro ejemplo bíblico de esto es el ministerio de Pablo, cuando él y Silas llegaron a Filipos por primera vez para predicar el evangelio. Vimos este incidente antes, en el capítulo sobre discernimiento de espíritus. Sucedió que, mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una esclava poseída por un espíritu de adivinación, que traía a sus amos mucho provecho con la adivinación. Esta niña nos siguió a Pablo y a nosotros, y gritó diciendo: "Estos hombres son los siervos del Dios Altísimo, que nos anuncian el camino de la salvación". Y esto lo hizo durante muchos días. Pero Pablo, muy molesto, se volvió y dijo al espíritu: "Te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella". Y salió en esa misma hora. (Hechos 16: 16-18)

Todo lo que dijo la niña era absolutamente cierto. Aparentemente, fue la primera persona en Filipos en declarar completamente quiénes eran Pablo y Silas. Sin embargo, ella era una sirvienta de Satanás. Un espíritu maligno la estaba haciendo decir esas cosas. Note la astucia de Satanás al usar a esta chica. Tal vez quería llevarla a la planta baja de la nueva asamblea de creyentes que se

reuniría a través del ministerio de Pablo y Silas. Él pudo haber querido que la gente de Filipos sintiera que no había nada nuevo en este evangelio, que era justo lo que estaban acostumbrados con sus profetisas y oráculos, que habían sido parte de la cultura griega durante nueve siglos. ¡Qué sutil es el diablo! No siempre dice mentiras descaradas. Nunca engañaría a la gente si lo hiciera. Dice suficiente verdad para engancharte y luego inyecta sus mentiras. Quiero señalar otra cosa en el pasaje anterior de Deuteronomio 13. La versión King James usa el término para “echarlos” (v. 5) del camino del Señor. Cuando una profecía es falsa, podemos sentir cierto tipo de presión que no proviene del Espíritu Santo. Si llega a un lugar en el que siente que “debo hacer eso porque está profetizado”, no lo haga. Esa no es la forma en que funciona la profecía.

Incluso si una profecía contiene predicciones correctas, puede que no sea de Dios.

Recibí una llamada de alguien que dijo: "¿Has escuchado alguna profecía sobre la resurrección?" Cuando le pregunté por qué, dijo: "Bueno, algunos creyentes aquí tienen un niño pequeño que murió y todos están recibiendo profecías de que resucitará de los muertos". "¿Cuánto tiempo hace que murió?" Yo pregunté. "Oh, hace unos tres días". "¿De qué murió?" "No lo sabemos". "¿Qué edad tenía el niño?" "Seis semanas." Se habían negado a notificar al forense durante tres días, y él me preguntó: "¿Qué te parece?" Le dije: “Si quieres saber lo que pienso, creo que ese bebé no va a resucitar de entre los muertos. Lo que siento por ti de inmediato es una especie de presión que no es la presión del Espíritu Santo. Están todos bajo presión. Tómalo con calma; ten mucho cuidado." No escuché nada más. Les garantizo que lo primero que hubieran hecho si hubieran vuelto a la vida al bebé hubiera sido llamarme. Esto ha sucedido entre personas bautizadas en el Espíritu que buscaban hacer la voluntad de Dios y ser "espirituales". Por supuesto, uno simpatiza con las personas que han perdido a un bebé, pero este es el tipo de presión al que me refiero. He sentido esta presión en mi propia vida. Si alguna vez se ve sometido a ese tipo de presión, frene, salga del automóvil y averigüe qué lo ha estado impulsando porque no es el Espíritu Santo.

Prueba # 7: ¿La profecía trae libertad y paz? Pablo escribió en 2 Corintios 3:17, “Ahora el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad ". Las siguientes Escrituras enseñan tres cosas que no son producto del Espíritu Santo: Porque no volviste a recibir el espíritu de servidumbre para temer, sino que recibiste el Espíritu de adopción por medio del cual clamamos: "Abba, Padre". (Romanos 8:15) Dios no es autor de confusión sino de paz. (1 Corintios 14:33) Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de una mente sana. (2 Timoteo 1: 7)

La esclavitud, la confusión y el miedo no son del Espíritu Santo. Estábamos en una iglesia en Gran Bretaña donde había una joven de unos veinte años. Alguien había profetizado que esta joven se casaría con un joven de la congregación. Ella no lo amaba y no tenía ningún deseo de casarse con él. Pero estaba en agonía porque pensó que si no se casaba con él, estaría desobedeciendo a Dios y algo terrible vendría en su vida. Mi esposa y yo le explicamos que Dios no te aterroriza. Él no te envía el espíritu de miedo y no te confundirá. Esta no es la forma en que opera el Espíritu Santo. La ayudamos a liberarse de esta esclavitud y probablemente su vida se salvó de la ruina. Muchas veces, en las iglesias, particularmente en los grupos de oración, habrá alguien, muy a menudo una mujer, que usará su habilidad profética para hacer que la gente se vuelva dependiente de ella. Puede que ella no se dé cuenta, pero está haciendo discípulos por sí misma. Las personas del grupo no pueden resolver sus propios problemas y tienen que ir corriendo a ver a la Hermana Fulano de Tal. Este tipo de arreglo es totalmente ajeno al evangelio. En el Nuevo Testamento, todo creyente es sacerdote. Todo creyente tiene el derecho de tener acceso directo a Dios. Si no puede escuchar directamente de Dios, hay algo mal en su vida espiritual y necesita corregirlo.

Prueba # 8: ¿Armoniza la profecía y da vida? La verdadera profecía dada por el Espíritu Santo siempre inyectará nueva vida en una reunión y armonizará con los propósitos generales de Dios. Durante una reunión, puede haber la operación de un don, como la profecía, y sonará muy bien, muy religioso e incluso puede contener Escritura, pero no es del Espíritu Santo. En cambio, es un espíritu religioso. El siguiente ejemplo se refiere a la interpretación de lenguas, pero el mismo principio se aplica a la profecía. Estaba enseñando en una convención de hombres de negocios sobre los dones del Espíritu y estaba enfatizando la responsabilidad de la persona que dirigía la reunión de tomar el control si algo salía mal. Acababa de terminar de hablar y todavía era la única persona en la plataforma cuando una mujer pronunció una expresión ungida muy hermosa en una lengua. Esperamos la interpretación y un hombre se puso de pie y dio lo que obviamente quería que creyéramos que era la interpretación. Todo era Escritura, como “'Sucederá en los últimos días', dice Dios, 'Derramaré mi Espíritu'”, y así sucesivamente. Puedo darte las referencias bíblicas de todo lo que estaba diciendo. Sin embargo, estaba rancio y muerto; no tenía vida en ella, Cuando terminó, pensé: ¿Qué hago ahora? Les he dicho a todos que es mi responsabilidad hacer algo. Creo que el Señor realmente me dio sabiduría. Me levanté y dije en voz muy baja: “Un hermano ha citado algunas de las Escrituras que ha memorizado. Pidamos a Dios la interpretación ”. Hubo un silencio de muerte y luego llegó la interpretación. Fue rápido, poderoso y acorde con la reunión. Todo el mundo se levantó y hubo un estallido espontáneo de elogios.

El Espíritu Santo es el autor de la vida, no de la muerte.

El Espíritu Santo es el autor de la vida, no de la muerte. Él no mata. Si algo es amortiguador, aunque suene bien y religioso, no es el Espíritu de Dios quien lo está haciendo.

Prueba n. ° 9: ¿Existe una sensación de advertencia? Dios ha puesto algo dentro de nosotros para permitirnos saber qué es verdadero y qué es falso. Primera de Juan 2:27 dice: “Pero la unción que han recibido de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe; pero como la misma unción les enseña acerca de todas las cosas, y es verdad, y no es mentira, y tal como les ha enseñado, permanecerán en él ”. La unción no es exactamente lo mismo que el bautismo en el Espíritu Santo. Es caminar en el Espíritu después de haber sido bautizado en el Espíritu. Cuando andas en el Espíritu, hay algo dentro de ti que da testimonio de la verdad y rechaza lo falso. Cuando esté en una reunión y los dones entren en funcionamiento, preste atención a la unción dentro de usted. Algunas personas sienten un dolor real en el pecho cuando hay algo falso. Si recibe tal advertencia de Dios, no salte y diga: "Ese hombre es un falso profeta". Te enfrentarás a problemas porque probablemente terminarán en una discusión. Una persona dirá que cree que el que profetiza tiene razón y otra dirá que no. Esta prueba final es subjetiva, mientras que las otras ocho son objetivas, y no se pueden tratar asuntos en la congregación sobre la base de pruebas subjetivas. Esta prueba tiene el propósito de advertirle personalmente. ¿Qué haces? Si el Espíritu te advierte subjetivamente que algo anda mal, simplemente siéntate en silencio y comienza a aplicar las otras ocho pruebas. Si la persona se equivoca, Estas nueve pruebas para juzgar la verdadera profecía, por lo tanto, permiten a los creyentes operar en este don con libertad, protección y la plenitud del Espíritu Santo.



PARTE 5

USANDO LOS DONES



CAPITULO 13 CÓMO EJERCER LOS DONES ESPIRITUALES

WConcluimos nuestro estudio de los nueve dones sobrenaturales del Espíritu Santo respondiendo la pregunta práctica: ¿Cómo puede un creyente comenzar a ejercitar estos dones de una manera bíblica?

LA BASE PARA EJERCER CUALQUIER DON ES LA FE Primero, debemos entender la base de todo servicio a Dios, incluido el ejercicio de los dones del Espíritu Santo. Esto se puede resumir en una simple palabra: fe. Hebreos 11: 6 dice: "Pero sin fe es imposible agradar [a Dios], porque el que viene a Dios debe creer que Él existe, y que Él recompensa a los que lo buscan". Esta es una declaración muy clara que a menudo la gente religiosa pasa por alto. No dice que sin moralidad sea imposible agradar a Dios; dice que sin fe es imposible agradar a Dios. Por supuesto, Dios requiere un comportamiento moral, pero la moral en sí misma no nos encomienda a Él. La fe es la única base sobre la que podemos ser aceptados por Dios. La Escritura dice que quien se acerca a Dios debe creer, debe ejercer fe. Primero, debe creer que Dios existe. Mucha gente cree esto, pero no es suficiente por sí solo. En segundo lugar, debe creer que Dios recompensa a quienes lo buscan diligentemente. En otras palabras, para aplicar este versículo personalmente, debo creer que si voy a Dios y lo busco diligentemente de acuerdo con Su Palabra, Él me recompensará de acuerdo con Su Palabra. Si no creo esto, no tengo la base correcta para acercarme a Él. La misma idea se expresa en Romanos 14:23, que dice: "Todo lo que no es de fe, es pecado". Todo lo que no se haga con fe no es aceptable para Dios. Puede ser una actividad religiosa, como ir a la iglesia y cantar himnos, o incluso puede ser una oración, pero si no se hace con fe, es pecado porque Dios ha establecido un requisito básico del cual no variará.

Si buscamos a Dios de acuerdo con Su Palabra, Él nos recompensará de acuerdo con Su Palabra.

Dado que la fe es tan esencial, es razonable preguntarse cómo podemos recibir la fe que Dios requiere. La respuesta se encuentra en Romanos 10:17: "Entonces, la fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios". Hay un pensamiento muy alentador en este versículo: la fe viene. Si no tiene fe, puede obtenerla. No tienes que desesperarte y decir: “No sirve de nada. No tengo ninguna fe ". Aprendí esta lección de una manera muy personal acostada en una cama de hospital durante doce meses durante la Segunda Guerra Mundial. Me dije una y otra vez: “Sé que si tuviera fe, Dios me sanaría. Pero no parece que tenga fe ". Un día, leí un libro que contenía esta Escritura de Romanos 10:17. Mi espíritu

captó la afirmación de que la fe viene y fue como un rayo de luz penetrante en la oscuridad. Me di cuenta de que si no tenía fe, podría obtenerla si cumplía con la condición. La condición era escuchar la Palabra de Dios. La audición es la etapa intermedia entre la Palabra de Dios y la fe. Es posible leer la Biblia sin “escucharla” verdaderamente, así como es posible escuchar un sermón y sin embargo no escucharlo realmente. La fe no llega hasta que escuchamos verdaderamente lo que Dios dice en Su Palabra. Un gran obstáculo para escuchar es que ya pensamos que sabemos lo que Dios va a decir, por lo que no escuchamos si Él dice algo diferente. Este era mi problema con la curación. Cuando leí lo que dice la Biblia sobre la sanidad, mi respuesta fue: “Eso es demasiado bueno para ser verdad; no podría ser así ”. Dios tuvo que mostrarme que no podía recibir fe hasta que dijera mis propias opiniones, las opiniones de otras personas, tradiciones religiosas y enseñanzas denominacionales y escuchara lo que me decía en Su Palabra. Calmé mi espíritu, limpié mi mente de prejuicios, tradiciones y prejuicios, y esperé a que Dios le hablara a mi espíritu. Entonces empezó a llegar la fe y fui sanado. Una de las cosas más importantes en la vida cristiana, por lo tanto, es cultivar la habilidad de escuchar lo que Dios está diciendo en Su Palabra. Cultivar la capacidad de oír es un proceso. Una persona que no toma tiempo en la presencia de Dios y en la presencia de Su Palabra no aprenderá a escuchar. Con respecto a los dones espirituales, necesitamos escuchar las porciones de la Palabra de Dios que se relacionan con el ejercicio de estos dones. En este capítulo, veremos ocho verdades sucesivas de la Palabra de Dios que, si las escucha, fortalecerán su fe para recibir y ejercitar los dones del Espíritu. Las siguientes verdades se extraen de lo que hemos aprendido en los últimos doce capítulos. Es posible que aún tenga que limpiar su mente de tradiciones humanas, enseñanzas denominacionales y prejuicios personales, como lo hice yo, y estar preparado para dejar que Dios le hable para que pueda aplicar estas verdades a su vida.

VERDADES QUE CONSTRUYEN FE PARA LOS DONES ESPIRITUALES

Verdad # 1: El propósito supremo de los dones es glorificar a Dios Consideremos primero el propósito de los dones espirituales en relación con Dios. El apóstol Pedro escribió: Según cada uno haya recibido un don, minístrelo a los demás, como buenos administradores de la multiforme [multifacética] gracia de Dios. Si alguien habla, que hable como los oráculos de Dios. Si alguno ministra, que lo haga como con la habilidad que Dios da, para que en todas las cosas Dios sea glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén. (1 Pedro 4: 10-11)

Parafraseando lo anterior, como cada uno ha recibido un don, debe ministrarlo a los demás como un buen administrador de la gracia de Dios, que se manifiesta en estos dones de gracia del Espíritu. ¿Ministro con qué propósito? El propósito supremo de los dones es que Dios sea glorificado por medio de Jesucristo. Cada vez que ejercitamos los dones espirituales de acuerdo con la Palabra de Dios, estamos trayendo gloria a Dios a través de Jesucristo. Cada vez que dejamos de ejercer un don espiritual cuando podríamos haberlo hecho, le estamos robando a Dios Su gloria.

Verdad # 2: Ministrar dones a los creyentes trae edificación A continuación, consideremos el propósito de los dones espirituales en relación con la humanidad. Hemos visto que el propósito de los dones espirituales es la edificación o la edificación de los creyentes. La palabra clave de 1 Corintios 14 es edificar. Ya sea como verbo o como sustantivo, aparece siete veces en el capítulo. Veamos cuatro de estos sucesos, tres de los cuales analizamos anteriormente. El que habla en lenguas se edifica a sí mismo, pero el que profetiza edifica a la iglesia [la compañía reunida de creyentes]. (1 Corintios 14: 4) Ojalá todos hablaran en lenguas, pero aún más que profetizaran; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a menos que interprete, para que la iglesia reciba edificación. (v. 5) Aun así, ya que eres celoso de los dones espirituales, que sea por la edificación de la iglesia que buscas sobresalir. (v. 12) ¿Cómo es entonces, hermanos? Cuando se reúnen, cada uno de ustedes tiene un salmo, tiene una enseñanza, tiene una lengua, tiene una revelación, tiene una interpretación. Hágase todo para edificación. (v. 26)

Uno de los principales medios por los que los cristianos pueden edificarse a sí mismos y a otros creyentes es el ejercicio de los dones espirituales. Si no ejercitamos los dones del Espíritu, nos estaremos robando a nosotros mismos y a los demás los medios de edificación. Por ejemplo, supongamos que estoy en un grupo de creyentes y se da una expresión en una lengua desconocida que requiere interpretación. Si recibo la interpretación pero, por miedo o vergüenza, me niego a darla, no solo me estoy robando a mí mismo, sino que también estoy privando a todo el grupo de creyentes de la bendición que les habría llegado a través de esa interpretación. No deberíamos ser culpables de no ejercer los dones espirituales que podríamos y deberíamos estar ejerciendo.

Verdad # 3: La voluntad de Dios es que los creyentes ejerzan los dones espirituales La tercera verdad está implícita en las dos verdades anteriores pero aún debe ser reconocida y reconocida por los creyentes individuales: es la voluntad de Dios que los creyentes ejerzan los dones espirituales. Operar en los dones del Espíritu no es algo que se limite a unos pocos individuos dotados que son predicadores, misioneros o evangelistas. El Nuevo Testamento describe claramente a cada asamblea local como formada por creyentes que pueden ejercitar los dones espirituales.

Operar en los dones del Espíritu no es solo para predicadores, misioneros o evangelistas.

Recordemos lo que dijo Pablo acerca de los dones en 1 Corintios 12: “A cada uno [creyente] le es dada la manifestación del Espíritu para provecho de todos… pero un solo Espíritu obra todas estas cosas, distribuyéndolas a cada uno. individualmente como Él quiere ”(vv. 7, 11). El énfasis en estos versículos está en que cada creyente reciba y ejerza un don o dones espirituales para un servicio útil y provechoso.

Verdad # 4: El amor y los dones trabajan juntos Cuarto, como vimos en el capítulo dos, no hay conflicto entre el fruto del amor y los dones del Espíritu. Millones de cristianos profesantes han llegado a creer de alguna manera en el amor y los dones se oponen entre sí, como si uno excluyera al otro y tuviera que elegir entre ellos. Esto es completamente contrario a las Escrituras. En 1 Corintios 12:31, Pablo dijo: “Desea fervientemente los mejores dones. Y, sin embargo, les muestro un camino más excelente ". Una mejor traducción podría ser: "Y te muestro una forma aún más excelente". Tenga en cuenta la ubicación de la palabra "todavía" en la segunda oración. El “camino más excelente” del que se habla en el capítulo trece de 1 Corintios es el amor. Primera de Corintios 13:13 dice: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; Pero el mayor de ellos es el amor." Algunas personas dicen que el amor es el mejor regalo, pero esto es incorrecto. En ninguna parte el Nuevo Testamento llama al amor un regalo. El amor es un fruto. Algunas personas te dirán que el amor es el mejor y único regalo que puedes buscar, pero no se basan en las Escrituras. Pablo dijo que debemos desear fervientemente los mejores dones, aunque hay algo más elevado que los dones, que es el amor. En cierto sentido, la condición para que se le muestre la manera más excelente es desear fervientemente los mejores dones. Lejos de oponerse unos a otros, uno conduce al otro. Tenga en cuenta que Pablo condujo al hermoso capítulo trece de 1 Corintios, que trata de la naturaleza del amor de Dios, con la declaración: “Desea fervientemente los mejores dones. Y, sin embargo, os muestro un camino más excelente ”(1 Corintios 12:31). Luego, justo después del capítulo sobre el amor, hizo esta declaración: “Persigue el amor y desea los dones espirituales” (1 Corintios 14: 1, énfasis agregado). De nuevo afirmó tanto el amor como los regalos. Sin embargo, como mencioné, algunas personas parecen leer la declaración como "Persigue el amor o desea los dones espirituales". Pablo dijo buscar el amor por todos los medios y desear los dones espirituales, y esto es perfectamente lógico porque los dones del Espíritu Santo son canales a través de los cuales fluye el amor divino. Van de la mano. Están íntimamente relacionados y realmente no se pueden separar uno del otro. Si no tienes ningún regalo, Hablar de amor pero no hacer nada es contrario a las Escrituras. El tipo de amor del que habló Pablo es el amor que actúa, el amor que ministra, el amor que edifica. Si amamos a nuestros hermanos en la fe, querremos edificarlos. ¿Cómo los edificamos? Con dones espirituales. ¿Por qué dijo Pablo, en 1 Corintios 14: 1, "... pero sobre todo para que profetices"? Porque al profetizar edificamos a nuestros hermanos en la fe. Edificándolos expresamos nuestro amor. Si nos sentamos allí y no hacemos nada por ellos, ¿de qué sirve decirles que los amamos? En 1 Corintios 13, Pablo escribió sobre el amor por trece versículos. Sin embargo, en 2 Corintios 8 y 9, Pablo escribió sobre el dinero en treinta y nueve

versículos. Hay tres veces más versículos sobre el dinero que sobre el amor. ¿Significa eso que el dinero es más importante que el amor? No. Significa que si amamos, una de las cosas que haremos es usar nuestro dinero para Dios y para el pueblo de Dios. Si seguimos hablando de amor, pero nuestro dinero no sigue, no tenemos mucho amor. Más que eso, nos estamos engañando a nosotros mismos. Lo mismo es cierto en el ámbito de los dones del Espíritu. Si tenemos amor, desearemos expresar este amor mediante el ejercicio de los dones espirituales.

Verdad # 5: si amamos a Dios, recibimos sus dones Si amamos a Dios, desearemos recibir y ejercer sus dones para nosotros. Por ejemplo, ¿te imaginas a una madre haciendo un hermoso pastel de cumpleaños para su hija, pasando horas horneándolo, poniéndole el glaseado y decorándolo, y luego, cuando lo saca, la niña dice: “Mami, te amo, pero no quiero tu pastel ”? No creo haber escuchado a un niño hablar así. Realmente es una negación del amor. O imagina a un joven que compra un hermoso anillo de diamantes para la mujer que ama y quiere casarse. Cuando él le da el anillo, si ella dice: "Cariño, te amo, pero no quiero tu anillo", es poco probable que alguna vez se casen. No es amoroso rechazar el regalo de aquel a quien amamos. Asimismo, no muestra amor por Dios cuando rechazamos Sus dones. Si pensamos así, nos engañamos a nosotros mismos. Mateo 7:11 dice: "Si, pues, siendo malos, sabéis dar buenos regalos a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará bienes a los que le pidan!" En el versículo casi idéntico de Lucas 11:13, en lugar de "dar cosas buenas", el texto dice "da el Espíritu Santo".

Dios ha preparado dones espirituales desde la eternidad para nuestro beneficio.

Refiriéndonos a nuestra analogía anterior, imagina a la niña cuya madre había horneado el hermoso pastel diciendo: “Bueno, mamá, no estoy seguro de que el pastel que horneaste sea bueno. Tal vez le pongas algo que me revuelva el estómago ". ¿Qué tipo de relación tiene con su madre? Sin embargo, muchos cristianos le dicen a Dios, en efecto: "Estos dones del Espíritu Santo sobre los que está escrito tu Palabra, realmente no creo que sean de mucha utilidad". Esta actitud es casi irreverente. Algunas personas dicen: "Recibiré el bautismo en el Espíritu Santo, incluso si eso significa hablar en lenguas". No quiero criticar nada que mi Padre celestial haya preparado desde la eternidad para mi beneficio. Si lo hago, estoy siendo un niño muy descarriado. Veamos otro pasaje. Santiago escribió: “No erréis [“ ser engañados ”NKJV], mis amados hermanos” (Santiago 1:16 KJV). Siempre me pregunté por qué hizo esa declaración específica sobre no equivocarse hasta que un día vi cómo iba con el siguiente versículo. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay mudanza ni sombra de variación” (v. 17, cursiva agregada). Dios nunca te da nada que no sea perfecto. No esté bajo ningún malentendido. Si viene de Dios, es bueno. Si está cuestionando el valor o el valor del regalo de Dios, tiene una imagen incorrecta de Dios. Santiago dijo que no debemos errar ni ser engañados de esta manera. Los dones de Dios son eminentemente deseables, buscados. Cuanto más

amemos a Dios, más apreciaremos Sus dones. Si rechazamos los dones que le han costado a Dios tan caro la sangre de Su Hijo derramada en la cruz, estamos entristeciendo el corazón del Padre. También estamos afligiendo el corazón del Salvador.

Verdad # 6: Los regalos no terminaron, pero aún son para hoy Anteriormente, hablamos sobre cómo algunas personas creen que los dones terminaron con la iglesia primitiva. No he encontrado una sugerencia en toda la Escritura de que los dones debían terminar con la era apostólica. Primero, ¿cuándo terminó la era apostólica? Si la era apostólica dura mientras haya apóstoles, entonces, según entiendo las Escrituras, esta era durará hasta que Jesús regrese. En segundo lugar, Pablo escribió: Doy gracias a mi Dios siempre por vosotros por la gracia de Dios que os fue dada por Cristo Jesús, que os enriqueció en todo por él, en toda expresión y en todo conocimiento, así como el testimonio de Cristo fue confirmado en vosotros, para que se quedan cortos en ningún don, esperando ansiosamente la revelación de nuestro Señor Jesucristo. (1 Corintios 1: 4-7)

¿Cuánto tiempo van a continuar los dones en la iglesia? Hasta que nuestro Señor Jesús regrese. La iglesia que está esperando al Señor Jesús no debe faltar en ninguno de los dones. Note lo que Pablo dijo que hacen los dones: "Él os enriqueció en todo". Una iglesia sin dones es una iglesia empobrecida. Paul se refirió a los dones vocales cuando escribió: "... enriquecido en ... toda expresión". Se refirió a los dones de la revelación cuando dijo: "... enriquecido en ... todo conocimiento".

Cuando los cojos andan y los ciegos ven, la gente sabe que Jesús está allí.

“Así como el testimonio de Cristo fue confirmado en ti”.Cuando los dones están en funcionamiento, cuando los cojos caminan, los ciegos ven y se ejercen los dones de revelación, la gente sabe que Jesús está allí; saben que Él no es una teoría o una figura remota del pasado, pero que todavía está vivo y está en medio de Su iglesia. El testimonio de Cristo se confirma. Esperando ansiosamente la revelación de nuestro Señor Jesucristo, quien también los confirmará hasta el fin, para que sean irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. (1 Corintios 1: 7-8)

Los versículos anteriores enfatizan el hecho de que estos dones continuarán en la iglesia hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo al final de los tiempos. De hecho, en lugar de sugerir que los dones se retirarán, el Nuevo Testamento indica que se manifestarán cada vez más a medida que la era llegue a su fin. Y sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne; vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, vuestros ancianos soñarán sueños. Y sobre Mis siervos y sobre Mis siervas derramaré Mi Espíritu en aquellos días; y profetizarán. Mostraré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra: sangre, fuego y vapor de humo. El

sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso del SEÑOR. (Hechos 2: 17-20)

Este pasaje habla del día de la venida del Señor Jesucristo en gloria y poder. Está claro que los dones sobrenaturales de los que se habla aquí —profecía, lenguas, revelación, el cuadro completo de la operación sobrenatural del Espíritu Santo— continuarán y se manifestarán cada vez más en la iglesia a medida que la era llegue a su fin. Si ya estaban en los últimos días cuando Pedro se levantó y habló en el día de Pentecostés, ¿cuánto más estamos en los últimos días, casi dos mil años después? Si los dones se van a manifestar en la iglesia en los últimos días, y creemos que estamos al final de esta era, entonces debemos buscar que se manifiesten más y más dones. Eso es precisamente lo que está sucediendo. Los dones se restauran en una medida cada vez mayor casi a diario en los días en que vivimos ahora. Hay otra razón para el aumento de la operación de los dones espirituales en la iglesia. El poder de Satanás aumentará. Cuanto más nos acerquemos al final de la era, más Satanás peleará y más buscará usar y manifestar su poder sobrenatural a través de aquellos que son los canales e instrumentos de lo que él busca hacer. Pablo escribió en 1 Timoteo 4: 1: “Ahora bien, el Espíritu dice expresamente que en los postreros tiempos algunos se apartarán de la fe, atendiendo a los espíritus engañadores ya las doctrinas de los demonios”. Note que va a haber una creciente actividad de seducir a los espíritus religiosos y demonios trayendo falsas doctrinas dentro de la iglesia al final de esta era. Cuán irrazonable sería si Dios permitiera que Satanás aumente el poder que manifiesta a través de sus siervos mientras disminuye el poder que ofrece a su pueblo. Luego, en la segunda carta de Pablo a Timoteo, escribió: Pero sepan esto, que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos: porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, jactanciosos, orgullosos, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, desamor, implacables, calumniadores, sin dominio propio. , brutal, despreciador del bien, traidor, testarudo, altivo, amador de los placeres más que amador de Dios, teniendo apariencia de piedad pero negando su poder. ¡Y de esa gente apártate! (2 Timoteo 3: 1-5)

Veremos un gran declive moral a nuestro alrededor al final de esta era. Algunas de las personas que van a experimentar este declive moral son personas religiosas que tienen una forma de piedad pero niegan su poder. El poder de la verdadera piedad es el poder del Espíritu Santo. Por lo tanto, se nos advierte contra la negación de la presencia y el poder del Espíritu Santo en la iglesia al final de esta era. En 2 Timoteo 3:13, se nos dice, con referencia al fin de la era, "Pero los hombres malos y los impostores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados". En griego, la palabra traducida como "impostores" se refiere a magos o aquellos que cultivan deliberadamente poderes satánicos. ¿Cuánto más, entonces, los cristianos deberían ser dotados de un poder cada vez mayor por el Espíritu Santo?

Verdad # 7: El bautismo y los dones son esenciales para el ministerio Jesús no permitió que sus propios apóstoles salieran y comenzaran a ministrar, predicar o realizar cualquier tipo de servicio para Él, sin que Él estuviera presente en la tierra, hasta que hubieran sido investidos sobrenaturalmente con el poder del Espíritu Santo. Hemos visto que, al final de Su ministerio terrenal, Él dijo a Sus seguidores: “He aquí, envío la Promesa de Mi Padre sobre vosotros; pero quédate en la ciudad de Jerusalén hasta que seas investido con el poder de lo alto ”(Lucas 24:49). Debían esperar en la ciudad de Jerusalén hasta que les llegara la promesa del Espíritu Santo. Recuerde que en Hechos 1: 8, Jesús dio la misma advertencia en las últimas palabras que pronunció antes de ser llevado al cielo: “Pero recibirás poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre ti; y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra ”. Imaginó que el evangelio llegaría hasta los confines de la tierra y que siempre sería propagado por el poder sobrenatural del Espíritu Santo.

Verdad # 8: El evangelio debe ser predicado con "señales que lo sigan" Dios ha ordenado que el evangelio se predique con las señales siguientes. Leemos en el libro de Marcos, [Jesus dijo,] “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura… Y estas señales seguirán a los que crean: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán en nuevas lenguas; tomarán serpientes; y si beben algo mortal, de ninguna manera les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán ”. Entonces, después que el Señor les hubo hablado, fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos salieron y predicaron en todas partes, el Señor trabajando con ellos y confirmando la palabra a través de las señales que la acompañan [“señales que siguen” KJV]. (Marcos 16:15, 17-20)

Este es el modelo de Dios. Debemos predicar el evangelio, y Él confirmará la Palabra con las señales que le siguen. Marcos enumeró cinco señales sobrenaturales que seguirán la predicación del evangelio por parte de los creyentes y para los creyentes. Esta predicación con las señales que la siguen debe continuar hasta que toda criatura haya escuchado y el evangelio haya sido predicado a todo el mundo. Dado que esto aún no ha sucedido, la razón de la manifestación de los signos aún no ha cesado. Recuerde cómo se demostraron el evangelio y las señales que lo acompañan en la iglesia primitiva. En el ministerio de Felipe en Samaria, los signos sobrenaturales que acompañaron su predicación fueron el testimonio de su mensaje. Entonces Felipe bajó a la ciudad de Samaria y les predicó a Cristo. Y las multitudes escuchaban unánimes las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos endemoniados salían espíritus inmundos que clamaban a gran voz; y muchos paralíticos y cojos fueron sanados. (Hechos 8: 5-7)

En Hechos 28, cuando Pablo y su compañía naufragaron en la isla de Malta, dos señales sobrenaturales llamaron la atención de los paganos en esa área y los abrieron a la predicación del evangelio: la inmunidad de Pablo a la mordedura de serpiente mortal y la curación de El padre de Publio de fiebre y disentería, lo que también llevó a la curación de otros en la isla. No fue mucho entrenamiento en el seminario sino la demostración sobrenatural del poder de Dios lo que preparó a la gente para escuchar el mensaje de Pablo. La misma situación existe en el mundo de hoy. En Romanos 15: 18-19, Pablo dijo: Porque no me atreveré a hablar de ninguna de las cosas que Cristo no ha realizado a través de mí, ni de palabra ni de obra, para hacer obedientes a los gentiles; con poderosas señales y prodigios, por el poder del Espíritu de Dios, de modo que desde Jerusalén y alrededor de Iliria he predicado plenamente el evangelio de Cristo.

Predicar completamente el evangelio de Cristo significa testimonio

sobrenatural con señales.

¿Qué significa predicar plenamente el evangelio de Cristo? Significa testimonio sobrenatural por el poder del Espíritu Santo con señales y maravillas. ¿Cuál es el resultado de esta certificación sobrenatural? Hace obedientes a los gentiles. Nuevamente, digo esto con una considerable experiencia misionera. Sin la demostración de señales y prodigios sobrenaturales, se obtiene sólo una cierta medida de obediencia: el cumplimiento exterior de las ceremonias y formas y requisitos de tipo religioso, como el bautismo y la membresía en la iglesia. Sin embargo, con el poder sobrenatural de Dios, que demuestra que las personas están lidiando con un Dios vivo y real, viene la verdadera sumisión de los corazones a Él. Esto es lo que cambia a las personas y las convierte en verdaderos discípulos. El escritor de Hebreos dio tres razones por las que debemos asistir con gran reverencia al mensaje del evangelio: ¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande, que al principio comenzó a ser hablada por el Señor, y nos fue confirmada por los que le oyeron, dando también Dios testimonio con señales y prodigios, con diversos milagros y dones del Espíritu Santo, según su propia voluntad? (Hebreos 2: 3-4)

El evangelio atrae la atención seria de la raza humana por las siguientes razones. Primero, comenzó a ser declarado por el mismo Señor Jesucristo. En segundo lugar, fue grabado y transmitido por aquellos que lo escucharon personalmente, por aquellos que fueron testigos oculares. En tercer lugar, Dios da testimonio de Su Palabra con señales y dones sobrenaturales del Espíritu Santo. Tenemos la obligación de presentar un evangelio que Dios atestigua sobrenaturalmente si exigimos obediencia completa a Dios de aquellos a quienes predicamos.

INSTRUCCIÓN PRÁCTICA PARA EJERCER DONES ESPIRITUALES Ahora me gustaría darles algunas direcciones prácticas para avanzar en el ámbito de los dones espirituales.

Los dones deben funcionar dentro de un cuerpo de creyentes Primero, los dones del Espíritu están destinados a funcionar dentro de una asamblea de creyentes de ideas afines. Leemos en Mateo 5:15, “Ni encienden una lámpara y la ponen debajo de un canasto, sino sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa”. En Apocalipsis 1:20, los siete candeleros se designan como siete iglesias. En tiempos bíblicos, las lámparas se llenaban de aceite y se encendían. Si una lámpara encendida iba a hacer algo realmente bueno, tenía que colocarse sobre un candelero. Si lo pusieras debajo de un recipiente de algún tipo, aunque esté iluminado, no daría luz real al resto de la casa. Proverbios 20:27 dice: "El espíritu del hombre es la lámpara del SEÑOR, que escudriña todo lo profundo de su corazón". El bautismo en el Espíritu Santo enciende el espíritu de una persona y lo enciende. Sin embargo, esto no es suficiente. Esa lámpara encendida debe colocarse en su lugar correcto sobre el candelero, que representa a la iglesia, la congregación, el cuerpo de Cristo funcionando juntos. Habrá un límite muy definido a la medida en que usted operará verdaderamente en los dones espirituales si no está correctamente unido a un grupo de creyentes que creen en los dones y los ejercen. Te sentirás frustrado y, eventualmente, probablemente te apagarán y te convertirás en un recipiente humeante que alguna vez contuvo llamas. Debe entrar en comunión con otros creyentes que defienden las mismas verdades y que han recibido las mismas experiencias. Entonces, la luz combinada de esas lámparas individuales en el soporte realmente iluminará a todos los que estén en la casa. Por lo tanto, un requisito esencial para funcionar correctamente en los dones del Espíritu es estar en comunión con otros creyentes que también ejercen estos dones.

La comunión con otros creyentes es esencial para operar plenamente en los dones.

Encuentra tu función en el cuerpo La segunda instrucción práctica es un punto de orden muy importante, que destacó el apóstol Pablo: Porque así como tenemos muchos miembros en un cuerpo, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, e individualmente miembros unos de otros. Entonces, teniendo dones diferentes según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos: si profecía, profeticemos en proporción a nuestra fe; o ministerio, usémoslo en nuestro ministerio; el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en exhortación; el que da, con generosidad; el que dirige, con diligencia; el que muestra misericordia, con alegría. (Romanos 12: 4-8)

Pablo enumeró varios dones en los que podemos operar. Sin embargo, dijo que no todos los creyentes tienen la misma función. Para ejercer plenamente los dones que se le han dado, debe averiguar cuál es su función en el cuerpo de Cristo. Dios tiene un lugar específico para ti en el cuerpo, una función que debes cumplir. Si Él te ha ordenado ser una mano, no sirve de nada tratar de operar como un pie porque siempre estarás frustrado y nunca serás realmente efectivo. Podemos encontrar nuestra función en el cuerpo a través de la oración pidiendo revelación y sabiduría, evaluando nuestras fortalezas espirituales y las áreas en las que tenemos el deseo de servir, y pidiendo a otros creyentes que nos digan cómo nos ven ya funcionando en el cuerpo y donde estamos haciendo contribuciones. Otro punto que debemos reconocer es que nuestra función en el cuerpo de Cristo está relacionada con la fe que Dios nos ha dado. La Escritura nos dice que Dios ya nos ha dado una medida de fe. (Vea Romanos 12: 3.) Si Dios quiere que usted sea una mano, Él le dará la fe necesaria para operar como una mano. Él no le dará la fe necesaria para operar como un pie. Las personas que siempre están luchando por la fe realmente están anunciando el hecho de que no están en el lugar correcto del cuerpo. Con mi cuerpo físico, mi mano no tiene ningún problema en operar como mano. Lo hace sin muchas molestias o problemas; no es un esfuerzo consciente. Sin embargo, si intentara que mi mano actuara como un pie, sería un esfuerzo todo el tiempo. Habría frustración y tensión porque mi mano no estaba destinada a eso. Otra vez, donde los cristianos se esfuerzan, se sienten incómodos y luchan continuamente por la fe, puede estar seguro de que no están en el lugar del cuerpo donde deberían estar. No están cumpliendo con sus funciones divinamente asignadas. Si encuentra su función correcta en el cuerpo, por lo tanto, descubrirá que Dios le ha dado la proporción o medida de fe necesaria para realizar esa función en particular. Cuando encuentre su lugar, encontrará la fe que lo acompaña. Nuestros dones o dones a menudo se manifiestan progresivamente en nuestras vidas mientras buscamos obedecer a Dios, a través de la fe, en el cumplimiento de nuestra función en el cuerpo de Cristo. Estos dones corresponden a nuestra función y son necesarios para hacernos efectivos en ella.

Si encuentra su función correcta en el cuerpo, descubrirá la fe que necesita.

Por ejemplo, si un hombre es llamado a ser evangelista, puede recibir el don de sanidad o el don de milagros. Si un hombre es llamado a ser profeta, puede recibir los dones de una palabra de sabiduría, una palabra de conocimiento y discernimiento de espíritus. Si no descubre su función correcta, es posible que los dones adecuados nunca operen en su vida. Sin embargo, si descubre su función, de su fe desarrollará la operación de los dones que necesita para funcionar con eficacia.

Los dones se distribuyen de acuerdo con la voluntad de Dios También debemos recordar que la distribución de los dones se realiza según la voluntad de Dios. Primera de Corintios 12:11 dice: "Pero un mismo Espíritu obra todas estas cosas, distribuyéndolas a cada uno individualmente como Él [el Espíritu Santo] quiere", y Hebreos 2: 4 dice: "Dios también da testimonio con señales y maravillas, con varios milagros, y dones del Espíritu Santo, según su propia voluntad ". No podemos oponer nuestra voluntad a la voluntad de Dios y decir: "Tendré este o aquel regalo". “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14). Si queremos vivir como hijos de Dios, debemos cultivar el ser guiados por el Espíritu. Este es un requisito básico de toda la vida cristiana. Se aplica tanto al funcionamiento de los dones espirituales como a cualquier otra cosa. El Espíritu Santo revelará el don o los dones específicos que nos ha dado y también puede dirigirnos a ejercitar otros dones en momentos particulares de necesidad. Aunque ya se nos han dado dones de acuerdo con la voluntad de Dios, podemos orar para que estos dones se revelen en nuestras vidas y que recibamos y manifiestemos todos los dones que el Espíritu desea darnos. Mientras que algunas personas se esfuerzan por obtener regalos que no son suyos, otras son más complacientes y tienen la actitud de: "Si Dios quiere, me dará un regalo". Si ha sido salvo por poco tiempo, Dios lo escuchará. Pero si ha sido salvo por varios años y esta es su actitud, a menudo es el resultado de la pereza porque al final de ese tiempo, debe conocer mucho de la voluntad de Dios tal como se revela en Su Palabra. Por ejemplo, hemos visto que hay ciertos dones que se revelan en la Palabra de Dios como Su voluntad para todos los creyentes. Estos son los dones de lenguas para la comunión privada con Dios y la profecía. Pablo escribió: “Ojalá todos hablaran en lenguas, pero aún más que profetizaran” (1 Corintios 14: 5). Se podría decir que esta fue solo la opinión de Paul. Sin embargo, poco después escribió: “Si alguno se cree profeta o espiritual, reconozca que lo que les escribo son mandamientos del Señor” (v. 37). Paul no estaba escribiendo su opinión personal; estaba escribiendo por revelación divina con autoridad divina. Esto pone el hablar en lenguas y profetizar dentro de la voluntad revelada de Dios para todos los creyentes. Solo necesitamos orar por estos dones y ponernos en práctica. Nuevamente, ¿cuántos creyentes pueden profetizar? Todos. ¿Cuántos pueden hablar en lenguas? Todos. Aquellos que no están seguros de si es la voluntad de Dios que reciban un don espiritual pueden estar seguros de que hablar en lenguas y profetizar están dentro de la voluntad de Dios para todos los creyentes, revelada en la autoridad suprema, que es la Palabra de Dios.

Si lo solicita, recibirá Cuando oramos por un don espiritual, como la profecía, la interpretación de lenguas o por otro don que el Espíritu nos impulsa a ejercer, debemos recibirlo con fe, sabiendo que Dios dará lo que le pedimos. Él nos da lo bueno, para que no tengamos miedo de pedir. Al hablar del bautismo en el Espíritu Santo, Jesús dijo: Por eso les digo, pidan, y se les dará; Busca y encontraras; llama, y se te abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra, y al que llama, se le abrirá. Si un hijo le pide pan a algún padre de ustedes, ¿le dará una piedra? O si le pide un pescado, ¿le dará una serpiente en lugar de un pescado? O si le pide un huevo, ¿le ofrecerá un escorpión? Si tú, siendo malo, sabes dar buenos dones a tus hijos, ¡cuánto más tu Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan! (Lucas 11: 9-13)

Como hemos visto, en el pasaje paralelo de Mateo 7, Jesús dijo: "¡Cuánto más su Padre que está en los cielos dará bienes a los que le pidan!" (v. 11). Si bien estos pasajes se refieren al bautismo en el Espíritu Santo, el principio que enfatizan se aplica a todo lo que le pedimos a Dios, incluidos los dones individuales del Espíritu. No tenemos que preocuparnos por lo que recibiremos si le pedimos a nuestro Padre celestial los dones. Jesús dijo que si le pides a Dios algo bueno, ¿te dará algo malo? La respuesta es nunca. Si pides pan, ¿qué te dará? Un pan. Si pides un huevo, ¿qué te dará? Un huevo. Si pides un pescado, ¿qué te dará? Un pez. Si pides profecía, ¿qué te dará? Profecía. Esta es la garantía escrita en la Palabra de Dios de que si pides algo bueno de acuerdo con la Palabra de Dios, recibirás precisamente lo que pides. Sobre todo, recuerde que si pide lo que es bueno, nunca recibirá lo que es malo.

Si pides algo bueno, Dios nunca te dará algo malo.

Si compró una lavadora de Sears y tenía una garantía escrita con ella, no dudaría ni por un momento de que puede volver a Sears y reclamar el cumplimiento de esa garantía. Todos tenemos tanta fe en Sears. Si muchos creyentes tuvieran la mitad de fe en Dios que en Sears, se moverían en el reino de los dones ahora mismo. Significa tomar a Dios por Su Palabra.

Recibe justo cuando lo pide Quizás se pregunte cuándo recibirá lo que solicitó. La respuesta es tu recibescuando preguntas. “Por eso les digo que todo lo que pidan cuando oren, crean que lo recibirán y lo tendrán” (Marcos 11:24). ¿Cuándo los recibes? Cuando rezas. “Ahora bien, esta es la confianza que tenemos en [Dios], que si pedimos algo conforme a Su voluntad, Él nos escucha. Y si sabemos que Él nos escucha, todo lo que le pedimos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos pedido ”(1 Juan 5: 14-15). El diablo siempre tiene un mañana. Pero la Biblia dice que ahora es el momento de Dios. “Ahora es el momento aceptado; he aquí ahora el día de salvación ”(2 Corintios 6: 2). Si escuchas el mañana del diablo, nunca entrarás en el ahora de Dios. Suponga que pide interpretación de lenguas y la recibe. ¿Qué haces? Tú das la interpretación. Por supuesto, lo hace dentro de los parámetros de una asamblea ordenada de creyentes, como discutimos anteriormente. Puede decir: “Nunca lo había hecho antes. ¿Qué pasa si no digo lo correcto? " Pregúntese: "¿Pedí lo correcto o lo incorrecto?" Si la respuesta es la correcta, pregúntese: "¿Creí que lo recibí?" Si creyó que lo recibió, entonces, si da un paso de fe, lo correcto vendrá. ¿Cómo lo sabes? Porque Dios lo prometió. No viene por lo que sientes o por lo que alguien más diga, sino porque la Palabra de Dios declara que si pides lo que es correcto, lo recibirás. Todo lo que tienes que hacer después de eso es hacerlo. Lo mismo ocurre con la profecía y con cualquier cosa que sepas que está dentro de la voluntad revelada de Dios según Su Palabra. Cuando lo pides, lo recibes. Cuando lo recibe, lo usa. Si no lo usa, no lo tendrá. Este es el orden de la fe.

Las señales siguen a los que van La siguiente instrucción práctica es que las señales siguen a los que "van". Esto se relaciona con dar un paso de fe para recibir y ejercitar los dones. No debemos simplemente entender los dones en teoría. Debemos hacer nuestra parte siendo obedientes para servir a Dios y compartir activamente nuestra fe porque de esta manera veremos los dones manifestados a través de nuestras vidas. Jesús dijo a sus discípulos: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15, énfasis agregado). Después de que Jesús ascendió al cielo, los discípulos “salieron y predicaron en todas partes, ayudándolos el Señor y confirmando la palabra mediante las señales que la acompañan” (v. 20, énfasis agregado). Los creyentes no deben simplemente sentarse en la iglesia; deben salir y ministrar. Si estaciona su auto en el estacionamiento de la iglesia y se sienta allí por el resto de su vida, ¿cómo puede alguien seguirlo? Solo puedes seguir algo que se está moviendo. Muchas veces, las personas quieren saber qué deben hacer para manifestar los dones espirituales. Sin embargo, todo lo que quieren hacer es quedarse en la iglesia y cantar himnos. No necesitas ningún regalo para eso. Durante siglos, la gente ha estado sentada en las iglesias y nunca ha ejercido ningún don. Muchos de los dones del Espíritu Santo no operan en un servicio típico de la iglesia de tipo institucional, incluso si las personas son bautizadas en el Espíritu Santo. Nunca ven dones de curación, nunca escuchan una palabra de sabiduría o una palabra de conocimiento. He estado en iglesias donde la gente ha sido bautizada en el Espíritu durante veinte o treinta años, pero nunca he visto la operación de ninguno de los dones más allá de lenguas, interpretación y profecía. Sin embargo, en otros entornos, los dones pueden prosperar. He visto a jóvenes viajar a lugares remotos del mundo, por ejemplo, con Youth With a Mission, y empezar a evangelizar. Siguen milagros notables. ¿Fueron a una escuela bíblica para aprender a hacer milagros? No. Obedecieron yendo y ministrando a otros, y antes de que supieran lo que estaba sucediendo, las señales comenzaron a manifestarse en sus vidas para satisfacer las necesidades que los rodeaban. Las señales siguen a los que van. Si quiere que le sigan las señales, prepárese para “ir” y ministrar a los demás.

Debemos aprender a operar en los dones Quizás tenga miedo de cometer algunos errores al ejercitar los dones. No serías el primero. Casi todo el mundo comienza como principiante en el ejercicio de los dones espirituales. Si quieres empezar perfecto, ¿sabes qué pasará? Nunca comenzarás en absoluto.

Ejercita tus dones espirituales. Si comete un error, Dios lo recogerá.

Si comete un error, está bien. Dios te recogerá. La Biblia dice que el justo cae siete veces pero Dios lo levanta ocho veces. (Véase Proverbios 24:16.) No permanece en el suelo; él permanece levantado. Recuerde las palabras de Pablo: “Todos podéis profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean animados” (1 Corintios 14:31, énfasis agregado). Existe el aprendizaje del ejercicio de los dones espirituales. Hebreos 5:14 nos dice que la madurez se obtiene al ejercitar nuestros sentidos. Si nunca hacemos ejercicio, nunca maduraremos. Para aprender a ejercitar los dones, necesitas estar en un grupo de creyentes que te amen, sean pacientes contigo y no te repriman, sino que te animen.

Debemos comprobar nuestros motivos Finalmente, cuando haya llegado tan lejos, vuelva a verificar sus motivos. El motivo correcto para operar en los dones espirituales es que la iglesia pueda ser edificada. “Así también tú, que eres celoso de los dones espirituales, que sea para la edificación de la iglesia que busques sobresalir” (1 Corintios 14:12).

EQUIPADO PARA CADA BUEN TRABAJO Al concluir este estudio de los dones del Espíritu, me gustaría animarte, como Pablo animó a Timoteo, Continúa en lo que has aprendido y de lo que te has asegurado ... Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, íntegro equipado para todo buen trabajo. (2 Timoteo 3:14, 16-17)

Los dones del Espíritu te ayudarán a prepararte para toda buena obra, para la edificación de la iglesia y la salvación del mundo.



SOBRE EL AUTOR, Derek Prince

reerek Prince (1915-2003) nació en Bangalore, India, en una familia militar británica. Fue educado como estudioso de lenguas clásicas (griego, latín, hebreo y arameo) en Eton College y la Universidad de Cambridge en Inglaterra y más tarde en la Universidad Hebrea de Israel. Como estudiante, fue un filósofo y se autoproclamó ateo. Obtuvo una beca en filosofía antigua y moderna en King's College, Cambridge. Mientras estuvo en el Cuerpo Médico Británico durante la Segunda Guerra Mundial, Prince comenzó a estudiar la Biblia como un trabajo filosófico. Convertido a través de un poderoso encuentro con Jesucristo, fue bautizado en el Espíritu Santo unos días después. Esta experiencia que le cambió la vida alteró todo el curso de su vida, que a partir de entonces dedicó a estudiar y enseñar la Biblia como la Palabra de Dios. Dado de baja del ejército en Jerusalén en 1945, se casó con Lydia Christensen, fundadora de un hogar para niños allí. Tras su matrimonio, inmediatamente se convirtió en padre de las ocho hijas adoptivas de Lydia: seis judías, una árabe palestina y una inglesa. Juntos, la familia vio el renacimiento del estado de Israel en 1948. A fines de la década de 1950, los Príncipes adoptaron a otra hija mientras Derek se desempeñaba como director de una universidad en Kenia. En 1963, los Príncipes emigraron a los Estados Unidos y pastorearon una iglesia en Seattle. Conmovido por la tragedia del asesinato de John F. Kennedy, comenzó a enseñar a los estadounidenses cómo interceder por su nación. En 1973, se convirtió en uno de los fundadores de Intercessors for America. Su libro Shaping History through Prayer and Ayuno ha despertado a los cristianos de todo el mundo a su responsabilidad de orar por sus gobiernos. Muchos consideran que las traducciones clandestinas del libro fueron fundamentales en la caída de los regímenes comunistas en la URSS, Alemania Oriental y Checoslovaquia. Lydia Prince murió en 1975 y Derek se casó con Ruth Baker (madre soltera de tres hijos adoptivos) en 1978. Conoció a su segunda esposa, como la primera, mientras servía al Señor en Jerusalén. Ruth murió en diciembre de 1998 en Jerusalén, donde vivían desde 1981. Hasta unos años antes de su propia muerte en 2003 a la edad de ochenta y ocho años, Prince persistió en el ministerio al que Dios lo había llamado mientras viajaba por el mundo, impartiendo la verdad revelada de Dios, orando por los enfermos y afligidos, y compartiendo su profecía. percepciones de los acontecimientos mundiales a la luz de las Escrituras. Escribió más de cincuenta libros, que han sido traducidos a más de sesenta idiomas y distribuidos en todo el

mundo. Fue pionero en la enseñanza de temas tan innovadores como las maldiciones generacionales, el significado bíblico de Israel y la demonología. Derek Prince Ministries, con su sede internacional en Charlotte, Carolina del Norte, continúa distribuyendo sus enseñanzas y capacitando a misioneros, líderes de iglesias y congregaciones a través de sus sucursales en todo el mundo. El programa de radio de Prince, Keys to Successful Living (ahora conocido como Derek Prince Legacy Radio), comenzó en 1979 y ha sido traducido a más de una docena de idiomas. Se estima que la enseñanza clara, no denominacional y no sectaria de la Biblia de Derek Prince ha llegado a más de la mitad del mundo. Derek Prince, reconocido internacionalmente como erudito de la Biblia y patriarca espiritual, estableció un ministerio de enseñanza que abarcó seis continentes y más de sesenta años. En 2002, dijo: “Es mi deseo, y creo que el deseo del Señor, que este ministerio continúe la obra que Dios comenzó a través de mí hace más de sesenta años, hasta que Jesús regrese”.

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