Loctite Ebook Orden en El Taller

November 24, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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MANTENER EL TALLER LIMPIO Y ORDENADO: GUÍA PRÁCTICA 

 

Índice 1. Introducción 2. Normas básicas

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4. Limpieza y mantenimiento de herramientas

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5. Señalización

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6. Buenas prácticas medioambientales

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3. Cambiar hábitos y aprovechar los medios disponibles

7. Conclusión

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1. Introdu Introducci cción ón En un taller es de vital importancia mantener un orden y limpieza, puesto que la mayor parte de los accidentes que se producen en este sector (según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Social , 15.137 en el año 2015), tienen relación con deciencias en estos temas. El establecimiento de un sistema correcto de orden y limpieza se basa en: métodos seguros de almacenamiento; señalización de los pasillos; orden de las herramientas; retirada sistemática de los desechos, residuos y desperdicios; y limpieza de suelos.  A continuación veremos más en profundidad todos estos aspectos y conoceremos todos los secretos para mantener el taller limpio y ordenado, lo cual siempre será imprescindible para el correcto desarrollo de las tareas.

2. Normas básicas

El Real Decreto 486/1997, 486/1997, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, en su Anexo II, regula la obligatoriedad de mantener los locales de trabajo limpios y ordenados. La limpieza del taller se debe sustentar en tres grandes pilares básicos:

• Instalaciones: deben mantenerse limpias y libres de riesgos y obstáculos, como manchas de aceite, piezas tiradas, etc. Deben cumplir con la normativa en materia de temperatura, iluminación e insonorización, así como disponer de salidas de emergencia adecuadamente dispuestas. La limpieza de las instalaciones debe ser 3

 

extensible a todas las áreas del taller: área mecánica, área de chapa y pintura, sala de espera y atención al cliente, aseos, etc. • Materiale Materialess y equipos: es necesario seguir los programas de limpieza y mantenimiento especícos de cada herramienta del taller (lo vemos más en profundidad en el apartado 5). • Residuos: Es imprescindible tener al menos un almacén al macén donde guardar aparte los residuos peligrosos. Del mismo modo, para almacenar y desechar los residuos es necesario disponer de los contenedores adecuados para ello y garantizar su correcta eliminación a través de las empresas destinadas a ello. Estas normas pretenden garantizar el orden y la limpieza del taller y afecta a todas las dependencias del mismo. Sin embargo, solo tendrán éxito si desde la dirección del taller talle r se implementan y fomentan de forma correcta hacia el resto de trabajadores.

• Mantener limpio el puesto de trabajo, evitando que se acumule suciedad, polvo o restos metálicos. Los suelos deben permanecer limpios y libres de vertidos para evitar resbalones. • Recoger, limpiar y guardar  en las zonas de almacenamiento las herramientas y útiles de trabajo, una vez se ha terminado de usarlas.

• Limpiar y conservar correctamente las máquinas y equipos de trabajo, de acuerdo con los programas de mantenimiento establecidos. • Reparar las herramientas averiadas  o informar de la avería al supervisor, evitando realizar pruebas si no se dispone de la autorización supervisor, correspondiente. • No sobrecargar las estanterías, recipientes y zonas de almacenamiento. • No dejar objetos tirados por el suelo y evitar que se derramen líquidos. • Colocar siempre los desechos y la basura en contenedores   y recipientes adecuados. • Disponer los manuales de instrucciones  y los utensilios generales en un lugar del puesto de trabajo que resulte fácilmente accesible. • Mantener siempre limpias, libres de obstáculos y debidamente señalizadas las escaleras

y zonas de paso.

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• No bloquear los l os extintores, mangueras y elementos de lucha contra incendios en general, con cajas o mobiliario. • Utilizar cajas porta-herra porta-herramientas mientas para transportar las herramientas y, cuando éstas no se usen, colocarlas en paneles o bancos establecidos para tal n. Usar carritos móviles para depositarlas mientras se está trabajando con ellas. • Disponer de recipientes incombustibles, de cierre automático y hermético, para depositar en ellos todos los desperdicios inamables, así como los trapos impregnados de aceite o grasa. • Colocar barandillas alrededor del foso de reparaciones , de una altura no inferior a 0,90 metros, y cubrirlo cubrirl o cuando no se use para evitar caídas. Limpiar y recoger el aceite, grasas, líquidos de frenos, etc. de su interior para evitar resbalones durante el trabajo. • Establecer avisos y señales de prohibido situarse debajo de las cargas que estén suspendidas, en caso de gatos o grúas. • Poner puesta a tierra en toda la instalación eléctrica . Utilizar tensión de seguridad en las lámparas portátiles y emplear enrolladores con enchufes múltiples. • Disponer de un buen sistema de ventilación en todo el local para facilitar la eliminación de los gases nocivos (disolventes de las pinturas, gasolina, etc.).

• Formar adecuadamente a los profesionales del taller   sobre la necesidad de mantenerlo limpio y ordenado, por ejemplo, a través de la realización de cursos internos de prevención de riesgos laborales, que suelen hacer hincapié en estos aspectos.

3. Cambiar hábitos y aprovechar los medios disponible disponibless El punto de inicio para una correcta política de orden y limpieza empieza por una estimación objetiva de todos los elementos imprescindibles para el taller. Se trata de eliminar lo inútil y clasificar lo necesario. No es una tarea fácil, al principio será complicado distinguir lo necesario de lo accesorio, y aún más deshacernos de ciertos elementos que llevan toda la vida ocupando un rincón del taller.

de selección y discriminación de los elementos en función de su utilidad , Para ello deberemos empezar por una campaña

disponiendo contenedores o recipientes especiales para la recogida de lo innecesario. Una vez realizada la primera criba, el siguiente paso es clasicar los elementos por su grado de utilidad y necesidad. Podemos guiarnos por dos parámetros importantes para determinar el grado de necesidad: ello lo descartaremos • Frecuencia con la que se necesita el elemento: con el lo que se use esporádicamente. • Cantidad de elementos necesaria para el trabajo: con ello podremos retirar del entorno el exceso o sobrante de material.

 Al principio será complicado distinguir lo necesario de lo accesorio, y aún más deshacernos de ciertos elementos que llevan toda la vida ocupando un rincón del taller. 5

 

 Acabada esta primera primera y dura dura etapa, habremos conseguido lo más difícil:

cambiar hábitos de trabajo adquiridos de forma errónea durante años. El siguiente punto a tener en cuenta en nuestro camino es acondicionar el taller y aprov aprovechar echar los medios disponibles para guardar y localizar el material fácilmente. Como ya hemos conseguido eliminar lo innecesario en nuestro día a día, el siguiente objetivo es ordenar lo útil de manera que todas las herramientas estén en su sitio y exista un lugar especíco para cada una de ellas. Debe establecerse claramente en qué lugar debe estar cada utensilio, para que los operarios del taller sepan dónde tienen que coger cualquier herramienta. Obviamente es imprescindible que, tras haberla usado, vuelvan a dejarla en su sitio. La falta de este hábito provoca desorden y reduce la productividad, aumentando los tiempos en búsquedas de elementos y el riesgo de accidentes a causa de herramientas mal colocadas. Para acondicionar con éxito las herramientas del taller debemos guiarnos por dos factores:

Ordenar lo útil de manera que todas las herramientas estén en su sitio yespecífico exista unpara lugar cada una de ellas.

• La frecuencia de uso: los elementos más utilizados deben colocarse cerca del lugar de trabajo, mientras que los que no se emplean con tanta frecuencia se dispondrá en lugares más alejados. Esto evita perder tiempo por desplazamientos innecesarios. • El tipo de herramienta: se han de colocar juntas las herramientas del mismo tipo y con usos similares.  Además, para garantiz garantizar ar la segurida seguridad d de trabajad trabajadores ores y clientes es necesario delimitar correctamente todas las áreas del taller, así como las zonas exclusivas de trabajadores y las zonas de paso de clientes. Para saber cómo debe hacerse hay que consultar el Real Decreto 485/1997  485/1997  en su anexo VII. La señalización de estas zonas va delimitada por unas franjas alternas amarillas y negras con una inclinación aproximada de 45º.

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4. Limpieza y mantenimiento de herramientas

En lo referente a herramientas, materiales y equipos, es necesario seguir los programas de limpieza y mantenimiento especícos de cada herramienta del taller. Hay equipos que precisan de un mantenimiento nulo o muy básico pero otras son más complejas y necesitan ser revisadas periódicamente para no producir retrasos o fallos en las operaciones. Las herramientas manuales básicas, como martillos, sierras, llaves inglesas, etc, pueden ser revisada con un simple vistazo. Es importante vigilar que no tengan ningún tipo de desperfecto y evitar que acumulen suciedad y corrosión. Para limpiar este tipo de herramientas que suelen ser de metal (o contener partes metálicas) es recomendable usar un paño impregnado en un poco de grasa. Para la suciedad más difícil o supercies rayadas o con imperfecciones también se puede utilizar papel de lija no o medio. Y si queremos protegerlas del óxido, limpiarlas con agua y aceite sin ácidos. Dentro del taller también nos encontramos otro tipo de equipos más complejos y pesados, como las herramientas para la elevación de cargas, como gatos, grúas o elevadores . Estos equipos deben pasar una revisión anual, y la persona que lleve a cabo dicha revisión debería estar amparada por su título habilitante, siendo el responsable legal de dicha tarea y los perjuicios que pudieran surgir como consecuencia de una mal testeo, sin importar si se trata de personal del taller o ajeno al mismo.

llaves o pistolas de impacto, lijadoras, pulidoras o esmeriladoras también necesitan de limpiezas

Las herramientas neumáticas como

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y revisiones. Mantenerlas limpias evita la acumulación de suciedad en la boquilla, la manguera o el cuerpo de la herramienta, que puede dicultar su uso. A través de las revisiones se pueden detectar fugas, desviaciones en el cañón o pérdidas de presión en las herramientas.  También  T ambién es imprescindible revisar el estado de los compresores. c ompresores. Otro elemento imprescindible son los equipos de protección individual (EPI), los cuales deben ser adecuados para cada trabajo y que, al igual que las máquinas, han de tener la distinción CE: guantes para evitar el contacto con las grasas, detergentes, ácidos, disolventes o pinturas; protección auditiva contra ruidos; gafas o pantallas faciales contra proyección de partículas; manguitos, mandil y polainas para labores de soldaduras y mascarilla para preservarse de la exposición a contaminantes químicos. Es labor de los propios trabajadores recoger, limpiar y guardar en las

zonas de almacenamiento las herramientas y útiles de trabajo.    Además, tal y como ya hemos visto en el epígrafe de Normas básicas, es imprescindible reparar las herramientas averiadas o, en su defecto, informar a la persona encargada de revisar utensilios y equipos, para determinar si existe algún desperfecto y solucionarlo. Por último, es básico contar con un inventario, a través del cual podamos realizar un seguimiento de los recursos utilizados y sus lugares de almacenamiento.

Es labor de los propios trabajadores recoger,, limpiar y recoger guardar en las zonas de almacenamiento las herramientas y útiles de trabajo.

5. Señalización La señalización de la localización de las herramientas y equipos también es básica para agilizar la operativa y evitar pérdidas de tiempo buscando herramientas o productos. Es importante que los operarios del taller respeten dicha señalización y guarden siempre las herramientas en el lugar correspondiente. Esto cobra especial importancia en lo que respecta a los productos tóxicos

o inflamable inflamables. s. Sin embargo, la señalización en el taller no se limita, ni mucho menos, a indicar dónde se encuentran las herramientas o equipos, sino que también es muy importante para garantizar g arantizar la seguridad en el taller taller,, tanto para los operarios como para los clientes. Así, es básico contar con señalización homologada para:

• Determinar las zonas en las que está prohibido el paso a los clientes. Estas áreas deben estar delimitadas con rayas amarillas y negras en el suelo y alguna señalización vertical. • El marcado de perímetros alrededor de elevadores y fosos, a la vez que indicamos las señales de zonas de posibles tropiezos y caídas.

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Es básico contar con señalización homologada para determinar las zonas en las que está prohibido el paso a los clientes.

• Delimitar las salidas de emergencia, con sus correspondientes carteles de color verde y blanco. • Señalizar el emplazamiento de los extintores, así como los tipos de incendio para los que están destinados (de sólidos, líquidos, gases o metales). Indicar,, mediante triángulos de advertencia u otras señales, la existencia • Indicar de agua u otro líquido en el suelo. Por supuesto, todas las herramientas deben tener correctamente señalizados aquellos aspectos importantes respecto a su uso. Por ejemplo, en el caso de las esmeriladoras será necesario señalizar que las gafas protectoras son indispensables para su uso.

6. Buenas prácticas medioambientales En primer lugar, hay que señalar que los talleres producen diversos residuos   que es necesario organizar y gestionar para su correcto almacenamiento, mantenimiento y eliminación.

• Residuos peligrosos: pinturas, baterías, aceite de motor usado, productos químicos, etc. • Residuos no peligrosos: lunas, neumáticos, herramientas rotas, etc. • Residuos urbanos: cartón, plástico, vidrio. La Ley 22/2011, de 28 de julio, julio , de residuos y suelos contaminados, es la que determina las obligaciones que tienen los talleres de vehículos en relación a la gestión de residuos. La opción más común es contratar los servicios de una empresa especializada en Sistema Integrados de Gestión (SIG), aunque también se puede hacer por uno mismo o a través de los servicios públicos o privados de recogidas de residuos.

La Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, es la que determina las obligaciones que tienen los talleres de vehículos ende relación a la gestión residuos. 9

 

El taller también es un lugar de trabajo en el que se produce un elevado consumo energético  (agua, luz, combustibles, etc). Por tanto, es indispensable adoptar medidas para ahorrar energía y utilizarla de forma más eciente. Por ejemplo, se puede establecer un análisis del consumo energético por zonas  y tomar medidas para elevar la ecacia, como sustituir equipos viejos y obsoletos por otros más actuales. Se trata de ordenar y organizar también el consumo energético. El almacén es otro de los puntos críticos del taller en lo que respecta al respecto medioambiental. Lo ideal es tener diferentes almacenes donde disponer los distintos tipos de herramientas y productos de forma segura y organizada. Los contenedores deben estar adaptados en forma, tamaño y color al tipo de residuos que albergan, para facilitar su identicación. Pero para que un almacén esté correctamente organizado se deben tener en cuenta otros factores:

• Debe estar limpio y organizado. • Los residuos deben estar ordenados por tipos. • Los bidones con productos peligrosos deben estar sellados

Los contenedores deben estar adaptados en forma, for ma, tamaño y color al tipo de residuos que albergan.

herméticamente • Los contenedores deben estar lo sucientemente espaciados para evitar el contacto entre sí y que sea más fácil acceder a ellos. • Aislar los productos peligrosos del resto. • Mantener el almacén en unas condiciones de temperatura y ventilación adecuadas.

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7. Conclusión

El orden y la limpieza son básicos para tener el lugar de trabajo correctamente organizado, minimizar las pérdidas de tiempo y evitar problemas de higiene y riesgos para la seguridad de los trabajadores. En un lugar de trabajo como un taller de vehículos, donde los trabajadores tienen que manejar gran cantidad de herramientas y productos, y están expuestos a humos, gases y acumulación de suciedad, la limpieza y el orden se antojan, si cabe, todavía más necesarios para garantizar la buena operativa del taller taller.. No se necesitan grandes esfuerzos para mantener el taller limpio y ordenado. Se trata tan solo de crear una serie de hábitos encaminados a facilitar y simplicar la organización y mejorar la higiene en el taller. Sin necesidad de desembolsos económicos ni de realizar arduas tareas. De hecho, mantener el orden en el taller favorece la productividad, lo que lo hace una buena inversión a medio y largo plazo.  Y lo mejor de todo todo es que, a medida que vayamos usando estos hábitos los iremos interiorizando, de tal manera que mantener el taller limpio y ordenado nos será cada vez más fácil y pasará a ser algo rutinario. Ese es realmente el objetivo nal.

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