LO QUE EL BURRO NO SABE Luis Alvarado PDF

July 11, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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INTRODUCCION

Generalmente, el hombre desde que nace y durante sus primeros años de vida es bueno, puesto que que vive a la luz de la rectitud hum humana ana practicando valores valores y virtudes, y porque es perseverante en guardar los mejores principios de integridad personal para alcanzar su perfección moral, que es interrumpida interrumpida durante el proceso de su crecimiento; pues, mientras más crece, más va cayendo en el vicio: se corrompe, se convierte en un sujeto de última categoría que habita en el mundo de las tinieblas de la inmoralidad. Cambia mucho, y no me refiero a su evolución anatómica, sino a su deformación y degeneración moral que dependen fundamentalmente de dos factores: de las educaciones que ha recibido tanto en las instituciones de enseñanza como en el hogar y de la influencia del medio social donde se desenvuelve. Los individuos incapaces de sobresalir moralmente por su propia iniciativa, optan por no ir solos a ninguna parte; por el contrario, siempre andan acompañados, siendo en el mejor de los casos conducidos y guiados por alguien superior a ellos, y en el peor, son arrastrados como cualquier borrego, por uno igual o peor que éstos. Estas personas no son autosuficientes, viven por imitación, con una fantástica e increíble paciencia para repetir todo, todo, menos lo bueno. Sus extraordinarias ffacilidades acilidades para causar el mal, les hacen caer en el vicio de comportarse de acuerdo al modelo vulgar y común de la gente, dependiendo y haciendo todo lo que la mayoría y cuantos les rodean realizan equivocadamente. Se dejan llevar por lo que las err erradas adas costumbres les impo impone, ne, mas, no por lo que la razón les dicta, sin darse cuenta que remedar no es vivir libremente, sino dependiente y sumiso a la vida ajena. Jamás disfrutan de la libertad con la que nace todo mortal; por el contrario, siempre pasan esclavizados y sujetos a lo que los demás les someten. Los seres humanos tienen una parte de original y otra de artificial: la primera les da felicidad y pprosperidad, rosperidad, y llaa fracción qu quee asimilan de ssus us semejantes, esto es, lo nocivo, les hace convertirse en unos pobres imbéciles, muy por debajo de los irracionales. Exponiéndose en cada instante a los furores de la venganza se ofenden, se mienten, se corrompen, se odian, se violentan, se destruyen y se matan mutuamente, porque aprendieron a disputarse entre ellos, dizque por autodefensa, haciéndose por consiguiente enemigos entre sí; mas, no a cohabitar mutuamente creando lazos de

 

 

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unión. Sus actividades en el convivir diario siempre están en función del interés individual y del provecho personal que puedan sacar de sus semejantes. El hombre, con las disculpas de que nadie le ha enseñado a diferenciar lo que es el bien y el mal, no hace nada por luchar por su propio bienestar con todas sus energías o por lo menos a no actuar contra él mismo. Cada día ratifica y pone en práctica las perversidades adquiridas por sí mismo, sin hacer algo por enderezar sus viles inclinaciones. Se olvida de aprender las cosas buenas que embellezcan su estancia terrenal, sin pensar que hay el eterno castigo sin ningún perdón para los que viven en la malignidad; y la recompensa de por vida y muerte sin que les alcance ningún daño para los correctos; es decir, recibiendo éstos y temiendo aquellos. Sócrates afirmaba: “El “El alma del vulgo y del hombre ruin, manchadas con impurezas y crímenes, serán privadas de esta dichosa eternidad”. Con el pretexto de su ignorancia, que por naturaleza está en el humano, que en cierta parte tiene un leve justificativo, pues, nadie comete ninguna ignominia a sabiendas, sabiendas, ha aprendido aprendido solamente las cosas dañ dañinas, inas, y una vez qu quee se ha acostumbrado a éstas, luego le ha sido muy difícil prescindir de ellas; y a pesar de todo lo que diga y haga para repelerlas, siempre sentirá una satisfacción interna imposible de quitarse de en medio. Entonces, se transformará en malvado, dejando que el odio y la  violencia aniden en su corazón, convirtiéndose en un peligro amenazante para la humanidad. Cualquiera que no haya aprendido lo que es el bien, va en decadencia moral hasta llegar a ser una miseria humana. Nuestra bondad o depravación únicamente depende de nosotros. La mayor parte de las maldades de la sociedad son obra de cada uno de sus miembros, pues, somos sus creadores y protectores, porque permitimos que los vicios que perjudican nuestra propia conservación nazcan, prosigan su camino y se propaguen con la mayor altivez, triunfando sobre los buenos que con frecuencia son sus víctimas, sin hacer nada para detenerlos. Después será muy difícil poner fin a las faltas y defectos que no se pudo a su debido tiempo impedir que nacieran, ya sea deteniendo sus inicios o dominando su arremetida; peor aún, más complicado será reprimir, expulsar o vencer a los que ya se ha dejado entrar, puesto que los desenfrenos cuyas raíces han conseguido penetrar en el fondo del psique, luego es imposible arrancarlos y desterrarlos, hasta que en el momento menos pensado, el portador no será más que un pobre miserable, que sólo le quedará tiempo para estar recordando los sucesos desgraciados que experimentó y que tanto mal le hicieron y que es preciso olvidarlos para no volver jamás a cometerlos.

 

 

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Entre el bueno y el pernicioso no hay ninguna diferencia mientras duermen; pero, cuando están despiertos, el primero, actúa de acuerdo a los sensatos principios morales que su conciencia le dicta, en tanto que, el segundo, vive haciendo todo lo contrario. En nuestro trato común con el prójimo, mil amenazas nos acechan constantemente a todos, ya que el peligro del humano para el humano en este mundo carente de amor, es de todos los días; el uno es el suplicio del otro, somos depredadores mutuos, adversarios de por vida, por la falta de práctica de valores, y por no querer comprender la diferencia entre la virtud y el vicio. Que estupidez más grande del hombre ensañarse unos contra otros, agredirse mutuamente con tanta estrechez de tiempo que tiene entre su nacimiento y su muerte. Entonces, es contra las personas que debes prepararte para defenderte, mantenerte en guardia para que no te ataquen cuando estés desprevenido, pues, son los primeros que notarán tu desprevención. Siempre debes estar atento mirándoles con los ojos bien abiertos, tanto corporales como los del ánima; aguardándoles bien despierto aunque sea de noche y estés entregado al reposo, porque son tus peores enemigos. Un sobreviviente de un accidente de aviación, mientras caminaba en busca de auxilio, le sorprendió una tormenta que no le dejaba avanzar un paso. Después de cinco horas, llegó a un pueblo cercano, y en la primera casa que encontró, golpeó la puerta. Salió a atenderle una mujer hermosísima, de una belleza deslumbrante, sin igual en el mundo. Todo hombre hombre que la veía se enamoraba de ella.  _ ¿Qué desea señor?_ señor?_ preguntó Catalina.  _Pernoctar en su residencia esta noche, estoy perdido y no se en qué lugar me encuentro_ le respondió el desconocido visitante.  _Por favor entre_ dijo Catalina. Inmediatamente le facilitó una ropa que conservaba de su finado padre, y luego le invitó a cenar. Luis, mientras comía y conversaba con su anfitriona lo sucedido en ese día trágico, no dejaba de contemplar su belleza angelical.  _ ¿Soltera?_ indagó él.  _Sí, todavía no ha llegado la hora para entregarme a ningún varón_ contestó alegremente Catalina

 

 

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Luis, quedó maravillado y prendado de ver aquella incomparable beldad. Tanto se enamoró de ella, que le pro propuso puso matrimonio, matrimonio, pero, no hallaba med medio io de persuadirl persuadirla: a: la respuesta recibida fue un no definitivo a sus aspiraciones. Catalina, con el fin de evitar el tema, le indicó a Luis la habitación. El dormitorio cedido era muy confortable, de una limpieza impecable, con ventanas amplias, desde donde se podía divisar el paisaje nocturno.  _ ¡Buenas noches!_ expresó expresó ella.  _ ¡Buenas noches!_ dijo dijo él. En cuestión de segundos, Catalina, salió corriendo por la puerta de atrás de la casa, sacando fuerzas de flaqueza hasta llegar a un árbol de mangos. Una vez allí, lanzó hasta una rama la cuerda que llevaba consigo para ahorcarse y evitar así la violencia del huésped casual. Al no conseguir su objetivo por la oportuna presencia de Luis, tomó el revólver de éste, y procedió a dispararse, mas, el tiro salió desviado. Por el ruido del disparo, los vecinos concurrieron inmediatamente al lugar de los hechos.  Aquella tranquila y silenciosa noche de luna, se transfor transformó mó en una locura. No tardaron en llegar los primeros curiosos.  _ ¿Qué le pasa señorita?_ señorita?_ interrog interrogóó uno de ellos.  _ Nada_ aseguró Catalina. Catalina.  _ ¡Usted está mintiendo! mintiendo! ¿Acaso le quiso matar este individuo?_ individuo?_ averiguó otro, y dirigiéndose a Luis, le amenazó: _te juro que si te has burlado de la reina te lleno la cabeza de municiones_  _No, nada de eso_ afirmó ella. Luego de unos instantes, Catalina, más tranquila y serena confesó a todos los asistentes:  _Señores, se dice que mejor es la compañía de un perro conocido, antes que q ue de un hombre a quien desconocemos; pero, Luis en ningún momento ha procedido mal conmigo, todo lo contrario, ha demostrado ser un caballero, incluso me regaló un anillo que conservaba de su finada madre_ Y añadió _Siendo las personas como la luna, que siempre tienen un lado oscuro que no le indican a nadie, temía que al final, después de no aceptar su propuesta propuesta matrimonial, matrimonial, Luis, apelase a la fuerza y yo quedara bu burlada rlada por el resto de mis días_  _ Justifico tu temor respetable dama, porque ignoras a quien diste posada_ finalizó manifestando Luis.

 

 

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Que distinto fuera el mundo si cada quien actuaríamos en favor de nuestros semejantes, si nos llevaríamos como verdaderos hermanos, sin odios ni rencores, cualquiera que haya sido la infamia recibida; entonces, habría menos gente conflictiva, problemática y peligrosa, y todos viviríamos en paz sin tomar ninguna clase de precauciones. Pero, la realidad no es así, en el Ecuador y en todas partes hay seres humanos buenos, por los cuales nos alegramos de sus nacimientos y existencias; y los hay malos, a quienes debemos soportarlos hasta cuando el Creador les diga basta, hasta aquí llegaron.

 

 

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LA VIDA

 A la vida no podemos catalogarla como algo bueno o malo; pero, si podemos decir sin temor a equivocarnos, que, ésta es la única oportunidad que el hombre tiene en razón de su formación humana, para el bien o para la maldad, y en consecuencia alabado o reprendido, respectivamente. Sé un gran administrador del tiempo y aprende a vivir antes que te llegue la muerte. ¿Cuánto de tu existencia haz actuado realmente conforme mandan los principios de decencia, fundamentado y obedeciendo a lo que el razonamiento dicta? Si la noche es para el sueño, además de las horas adicionales que las utilizas para el efecto cuando estás en el bus dirigiéndote al trabajo o la siesta que tomas después del almuerzo; significa, que una mitad de tu permanencia la pasas descansando y durmiendo, es decir, el período que te sobra cuando no estás reposando es el que realmente dispones para las actividades como: estudiar, trabajar, producir, etc. Es a este corto intervalo al que debes aprovechar al máximo que te sea posible, porque así tuvieras una resistencia larga, por decir algo noventa años, es poco lo que disfrutarías  verdaderamente. Pero, ¿muy poco para qué? Para establecer y practicar beneficios a los demás, realmente es mínimo; sin embargo, para entregarte a los vicios, es demasiado lo que se te ha permitido estar aquí. No malgastes el cincuenta por ciento de tu jornada mortal que permaneces despierto, volviendo desgraciada a la otra fracción que lo pasas roncando; en algún momento desaparecerás para nunca más volver, sin pena ni gloria, sin haber aprovechado todo lo que Dios te brindó para que lo disfrutes en tu tránsito por este universo. La vida es linda, consérvala correctamente; que muchas veces, por bien que la dirijamos, siempre habrá un espacio que esté pésimamente empleado, pues, los defectos asoman el rato menos pensado y se incrustan en un alma no firme. Goethe advertía: “Una existencia inútil equivale a una muerte prematura”.  prematura”.  Lo agradable de este mundo no radica en los años que dures, sino en su uso y aprovechamiento; entonces, haz que tu presencia donde quiera que estés no sea grande en extensión, sí en valor, mídela por lo servicial que tú seas, mas, no por la duración que tengas; lo que importa no es que vivas mucho, sino que lo hagas afablemente. Son los actos los que se toman en consideración para determinar si alguien ha perdurado o no.

 

 

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Muchos nacen todos los días: algunos a lgunos subsisten porque su corazón y sus órganos vitales funcionan, pero, contados son los que pasan realmente a plenitud. La vida es concordante consigo misma, cuando la ejecución de algo es inmediata a la intención y el deseo es concebido según el valor moral de las cosas; la peregrinación por estas tierras tierras vale por el uso que de ella hagas hagas con tus actitudes y compor comportamientos. tamientos. Establece principios éticos firmes e inalterables que te sirvan de norma segura para tus pensamientos y actuaciones: propósito y conducta tienen que ser una misma cosa.  Aprende e instrúyete, porque aaquel quel que se ha preparado con dignidad para su jornada terrenal está listo para toda ocasión de principio a fin. Vive acertadament acertadamentee cada segundo, minuto y hora hora del resto que te queda, sin dejar pasar o perder un un solo instan instante te inútilmente o en completa ignorancia o crueldad. Quien cada día habite al máximo, sentirá lo maravilloso que es este planeta; mas, los que esperan el futuro, los que aplazan todo, ven caer y desaparecer el tiempo en cuanto llega. ¿Tienen derecho a compartir contigo los inocentes que jamás han cometido  vileza en contra de sus congéneres, pero, no podríamos llamarles virtuosos porque tampoco hicieron algo humano? Solamente merece cohabitar con sus semejantes, el que esté dispuesto a ser benévolo sin sin nada de per perversidad; versidad; no los qu quee les convenga o les parezca útil. En la persona bondadosa no hay disminución de la maldad, sino una ausencia total y definitiva de ella. Que tu existencia sea una gran oportunidad para formarte como un verdadero hombre en cuerpo y alma, y de esta manera vincularte con la mayor parte de la sociedad; mas no, que sea una vergonzosa y eterna oscuridad, en donde no puedas ver más allá de la sombra que tu figura proyecta al medio día. ¿Cuál es la diferencia entre vivir bien y mal?  La desigualdad radica en que el bueno continúa en la memoria de todos aun después de muerto; mientras que el malo, antes de fallecer ya es un cadáver, ha dejado de ser sin siquier siquieraa comenzar. Nacer es empezar a morir. Si hasta la edad que tú tienes ahora, has aprovechado a tus días de una manera ejemplar, da gracias a Dios, puedes partir feliz, contento y satisfecho con el deber cumplido; si no los has sabido utilizar adecuadamente, y sólo has tenido agonía, ¿para qué implorar un milagro divino pidiendo que se prolongue tus horas? ¿Tienes demasiadas ansias de alargar tu peregrinación terrenal? Si quieres multiplicar tus años, hazlo, prolóngales todo cuanto tú quieras, puesto que a todos es permitido quedarse bastante tiempo, siempre y cuando estén guiados por la luz de la

 

 

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bondad; pero, a ninguno vegetar mucho. ¿De qué vale a alguien pasarse un siglo entregado a la malignidad malignidad y ni un solo min minuto uto apegado a la dignidad? dignidad? ¿De qué le sirve suplicar a Dios la inmortalidad de su alma si la tiene perdida? ¿Para qué ampliar una vida que nuevamente se la perderá sin aprovecharla correctamente? Si persistes en prorrogar tu estadía en este planeta, tienes que dominar y vencer los vicios que son los causantes de la muerte de la mayoría de los habitantes; y en cambio, deberás caminar con actitudes positivas que son las únicas glorias y ornamentos de todo ser humano. El longevo no es la persona que más perdura, porque no vive más el que más abriles cumple hasta la hora de su fallecimiento; sí el que ha morado aunque sea poco conforme a los principios morales. El malo no reside, perece en la tierra, pasa por este globo sin dejar una sola huella caritativa de su presencia; y si afirma que ha existido muchos años, cabe preguntarle: ¿por qué no cuenta su defunción, desde el instante que cometió su primera sevicia? El bueno es mortal como hombre, pero, inmortal en razón de sus obras. No te esfuerces en subsistir mucho, sino lo suficiente, correctamente; cumpliendo con todas tus obligaciones de padre, hijo, hermano, compañero y amigo, porque la ventaja de habitar sensatamente aunque poco, supera a la de simplemente  vegetar por vegetar así sea bastante. Aprovecha de lo mejor tu vida, no la dejes escapar eludiéndola e ignorándola; ahora que eres joven florece afectuosamente, para cuando estés viejo tengas una muerte serena y en paz, porque los pecados de la juventud se pagan en la vejez. El Talmud opinaba: “No hay mayor bendición que abandonar esta  vida con la imperecedera imperecedera coron coronaa de una buena reputación”. reputación”. Pablo, era un célebre deportista medieval especialista en lanzamiento de disco y jabalina que iba a ser ejecutado por un delito que jamás cometió. El rey, le propuso:  _ Por las buenas referencias que me han dado de ti y porque he sabido que eres un malabarista de primera, he decidido absolverte, si ante mi familia y la tuya, das una demostración de tu habilidad con los cuchillos matando desde la distancia de cinco metros a 12 ratas que estarán sujetas en una rueda vertical en movimiento _ El hombre contestó:  _No acepto la propuesta señor, por temor a fracasar, por cuanto, al estar observándomee las dos familias más dignas de este imperio: la suya y la mía, actuaría muy observándom

 

 

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presionado, y por el nerviosismo que implica esta gran responsabilidad, pienso yo que no me concentraría, mi diestra temblequearía y fallaría; perdiendo además de la vida mi buena fama_  

 

 

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LA MORAL 

“El verdadero espejo de nuestros discursos es la marcha de nuestras  vidas” Montaigne Montaigne  La moral es el conjunto de normas de conducta que la mutua convivencia fija entre los hombres, para regular su comportamiento, desde el punto de vista del bien en general. La vida de todos, sin excepción alguna, debe estar subordinada a este mandato propio de la naturaleza humana, que pertenece a su fuero interno y no al orden judicial; que nos manda, prohíbe o permite; que ilumina la inteligencia de cada cual, para saber lo que debemos hacer, desear y obtener, y lo que tenemos que evitar y rechazar. La coacción, de la cual carecen los mandamientos de fuero de la conciencia, es un elemento diferenciador de los preceptos jurídicos. El verdadero provecho de cada uno deriva de su personalidad, de sus rectas intenciones, de sus acertadas acciones y del menosprecio de las cosas malas. Una existencia “full moralidad” es lo más saludable que te conducirá a una rápida prosperidad; de ahí que, tus actos deben estar enmarcados dentro de la rectitud y pulcritud, ejecutando y respetando los valores, maximizando lo bueno y minimizando lo perjudicial de los medios y fines que vas a obtener. Sé un joven disciplinado y tendrás una jornada terrenal segura, feliz, más benéfica y productiva. El mortal desde que nace es responsable de sus cuidados, de labrar su propio destino y de formar su propia convicción y solvencia ética. Dentro del medio social en que te desenvuelvas en tu convivir diario, tienes la obligación de cumplir las normas de de integridad qu quee la sociedad ttee ha impuesto impuesto;; esto es, realizando actos de buena fe y absteniéndote de actitudes nocivas o prohibidas, por lo que, las peticiones honestas debes satisfacerlas inmediatamente, y los requerimientos de la gente de corazones degradados, de perversas intenciones, así como las exigencias indignas y todo lo que tenga sensación de pernicioso, deséchalos al instante.  Tu robustez moral te servirá para vencer las más grandes dificultades, porque una buena reputación vale más que todo el oro del mundo; por el contrario, sin decencia ni dignidad terminarás cediendo a las más mínimas presiones y tentaciones de la gente. La bondad, la honradez, la honestidad, la pureza, la pulcritud, la fidelidad, etc., por tener el carácter de espirituales son abstractos, no los puedes ver, pero, sí sentir sus efectos.

 

 

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 Tu potencial intelectual aplícalo en tu perfección de honor y decoro. Conságrate a la educación de honestidad de tus semejantes y aprenderás a conocer la fuerza y el poder del bien. Descarta de tu interior la inmoralidad, la injusticia, el libertinaje y todo lo diabólico que a diario veas en contorno tuyo, pues, cada día avanza la maldad sin que nadie pueda dominarla. Si no quieres tropezar con los ruines, no sigas el camino de ellos; y cuando veas que éstos se reúnan, huye, porque son más temibles y peligrosos cuando juntan sus vicios. No vivas por vivir; hazlo correctamente, sin remordimientos de tu alma, huyendo de lo peligroso que es convivir mal. Ayuda a la transformación de la especie humana construyendo para el presente con proyección para el futuro, una sociedad donde prevalezca la ética más pura que jamás haya existido antes. ¿Será justo que exijas castidad a tu pareja, cuando tú eres un lujurioso con las de tus semejantes? Una mujer, cansada de las infidelidades de su marido, le denunció ante un juez de lo penal; pero, como supo que éste era bígamo, pensaba que nunca iba a sancionarle a su cónyuge adúltero, razón por la cual, le envió una carta al magistrado invitándole a fornicar con ella, a cambio de que no le absuelva a su esposo del delito de adulterio. ¿Qué tal? Si tus actos no están subordinados a lo que la buena fe dispone, sujétate a un cambio de proceder y te elevarás a una vida mejor. Recuerda: sólo las acciones ejemplares son encomiables y dignas de admiración. LA CONCIENCIA.-

De acuerdo a la Ética individualista, cada persona tiene su propia verdad, la misma que puede ser igual o diferente a la de los demás. La conciencia individual, fundamentada en la razón recta y perfecta que es propio y exclusivo del hombre que le lleva al conocimiento de lo verdadero, es la que determina los criterios sobre tu actuación en tu convivir diario, así como lo que se debe hacer o evitar; es la que te hace reflexionar para que tu dirección vaya por senderos correctos, y jamás guiados por preceptos negativos particulares o generales ni por intereses personales ni movido por coacción alguna; es la que valora los actos ya ejecutados por las personas, demostrando su conformidad o no, lo que diga ella, es una invocación, es un dictamen interior imperativo que hace a cada individuo y a la que éste debe acatar fielmente.

 

 

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La conciencia, al intervenir en la formación de la concepción de la moral, de los  valores, de las virtudes, de las normas de conducta, así como del cumplimiento cumplimiento de los derechos y obligaciones que niños, jóvenes y adultos deben observar, lo hace fundamentada en el razonamiento práctico. Sólo la razón es inmutable y firme en su juicio, no sirve a los sentidos que no saben lo que es útil y lo que es inútil, sino les guía, los ordena y hasta los domina. Todo lo que la sensatez apruebe es seguro, consistente y durable, inclusive le fortalece al espíritu para salir adelante; es la que te hará aguantar con prudencia la felicidad y con fortaleza la calamidad. El raciocinio es lo mejor que tiene el humano y lo único que le hace perfecto; por la racionalidad se diferencia de los animales, porque todo lo demás lo tiene en común con éstos y hasta puede ser vencido. No hagas ni evites nada que no sea dictado por la reflexión, obedécela a ésta en la elección de las cosas o actos actos que quieras hacer o no. Cada quien al actuar de de acuerdo a su propio criterio debe hacer uso de su libertad de una manera responsable. Haz que el discernir te domine y serás cero vicios como: la avaricia, la crueldad, la insolencia, la corrupción, la imprudencia, la cobardía, el egoísmo, la injusticia, la intemperancia. Libérate de estas lacras que te estrangulan, caso contrario, te conducirán a la desesperación y a la desgracia; por eso, sé implacable con el enviciamiento, no permitas algo vil en tu corazón, aplica mano dura y arráncalas de donde se encuentren, ya que, si dejas que nazcan, jamás conseguirás eliminarlas, pues, se ocultan y se encubren entre ellas, cobran fuerza a medida que crecen, y después será difícil exterminarlas, tanto más, cuanto más numerosas sean. Es más fácil no aceptarles y cerrarles el paso a los defectos que vayan a ti, que hacerles salir cuando ya han anidado dentro de tu persona. En un día de invierno, José viajaba en un vehículo de su propiedad desde el pueblo donde era nativo hacia la metrópolis, con cuatro ocupantes más: su madre, su padre, su hermana menor, además de Virgilio su amigo personal y de la familia. Un fuerte aguacero y un viento gélido los acompañaba todo el descenso de la cordillera: las plumas, no cumplían con su objetivo por la furia de la tempestad. Hacía mucho frío y todos tenían las manos crispadas y entumecidas, y sus rostros estaban amoratados por la baja temperatura. Caía la tarde, y se tenía prisa. Mientras José presentía algo fatal; Virgilio iba absorto en su amor, en su próximo matrimonio. Llegó la noche y no se veía nada, ni los neblineros ayudaban. El conductor se frotaba las manos para entrar en calor, sin

 

 

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conseguirlo; de pronto, le asaltó una tremenda tentación: beber. Uno, dos, tres tragos, media botella y la cabeza tonta. El acompañante trataba de convencerle a que no ingiera más licor o en caso contrario le permita manejar a él. Inútil, José, no aceptaba ni lo uno ni lo otro. De pronto, el automotor da vueltas de campana hasta llegar al fondo de un precipicio de doscientos metros, el saldo: los padres del irresponsable murieron inmediatamente;; Ruth, su hermana menor, así como su ca inmediatamente camarada marada quedaron inconcientes con graves fracturas, por lo que fueron trasladados de emergencia hacia un hospital. El borracho no tenía mayores complicaciones, y cuando llegó la policía, le culpó a Virgilio, ser el causante del accidente por manejar en completo estado de embriaguez. El juicio penal de tránsito con acusación particular de José, empezó su trámite; mientras tanto, los heridos no salían del estado de coma. Pasaron los meses hasta que  Virgilio fue poco a poco recuperando el conocimiento conocimiento,, y una vez restablecido, sus familiares, le informaron respecto del enjuiciamiento en su contra.  _ No puede ser, ser, quiero hablar con él_ dijo.  _Tienes que ir a la cárcel por la muerte de mis padres_ le aseguró José, cuando se entrevistaron los dos. El juez ya tenía que dictar sentencia, y Ruth no salía de su estado de coma. Un día ella comenzó a volver en sí. El abogado de Virgilio pidió postergación del dictamen hasta que ella esté completamente rehabilitada, y así saber sobre la verdad de los hechos.  José, cuando supo que su hermana iba a ser testigo clave, la eliminó desconectando el oxígeno artificial.  _Después de todo, todo, esta mujer ya no ssirve irve para nada_ expresó.  Virgilio fue sentenciado a veinte años de cárcel; además, perdió su trabajo y a su esposa, quien, después de divorciarse se casó nuevamente. José, vivió durante un año con un gran dolor interno. De vez en cuando se acordaba de su infancia y adolescencia y afirmaba:  _No hay dolor más grande que el de acordarse de tiempos tiempos felices en la desgracia_ desgracia_  Al que le espera la prisión por orden de la justicia, padece, el sufrimiento es el camino de los perversos, el suplicio nace al mismo tiempo en que el crimen se perpetra; no hay búnker alguno que sirva para proteger y defender a los irresponsables y criminales, porque la conciencia llena de temor los descubre siempre. Un día, José se levantó muy temprano y acudió a la iglesia de la parroquia para pedir perdón a Dios por

 

 

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la muerte de sus padres y de su hermana menor, y por acusar injustamente a Virgilio. Luego, envió una carta al magistrado declarándose culpable.  _Distinguida autoridad: no soy yo mismo al sentirme un cobarde forajido, mi alma me atormenta cuando recuerdo los gritos de padecimiento de mis padres y de mi hermana; mi propia angustia angustia se despierta y grita en el fondo de mi persona. ¡Criminal! ¡Crim ¡Criminal!, inal!, ¡mira cuánta maldad has causado! La solución para las indignidades es la muerte, y como ésta exime a todos de cualquier culpa; José, terminó su existencia suicidándose de un tiro en la sien. Por su remordimiento remordim iento pasó a formar el grupo de los desertores de la vida. Dentro de ti hay otro ser observando tu comportamiento, que está a favor o en contra tuyo, apoyándote o recriminándote por lo que hagas o dejes de hacer; que da su testimonio a cada individuo, de lo que éste ejecuta íntimamente, es decir, de lo que no se puede ver, pero, sí sentir en el mundo exterior. Ese ser tan veraz, acusador y poderoso, se llama conciencia; que sufre, siente, compadece y ama; que nos llena de tranquilidad cuando es buena, mientras que la depravada aun en la soledad aparece inquieta y desesperada; por eso, imploremos a Dios que jamás nos permita confabulación con el mal. Eduquemos y formemos nuestros pensamientos y conocimientos por el camino de la verdad y viviremos felices y en paz.

 

 

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LOS VALORES

 Valores son las grandes cualidades y principios de significación, trascendencia e importancia, que enaltecen la conducta individual y colectiva de las personas, y la destacan como modelo para sus semejantes en el medio social donde se desenvuelven. Son exclusivos de la conciencia humana, que no son la regla, sino la excepción, por cuanto muy pocos como tú los tienen, los conservan y los practican de generación en generación, en los diferentes pueblos donde viven. No se nace con los valores, éstos se adquieren, y una vez obtenidos tienes que cultivarlos y fomentarlos todos los días para que seas más grande hasta el fin de tu existencia, porque a más de ser una costumbre social imperativa, es un dictado y una orden que proviene de tu psique. Predicando y practicando llegarás lejos, mientras que, al no hacerlo, no arribarás a ninguna parte. No necesitas ser un genio para llenar tu vida de integridad, probidad, honradez, dignidad, bondad, benignidad, etc., por cuanto, éstos son más emotivos que intelectuales.  Son abstractos, no existen físicamente, pero, sí se puede sentir sus efectos. Pedro, era un humilde obrero en una de las fábricas de la ciudad, lo que ganaba no le alcanzaba para afrontar los gastos de una docena de descendientes que Dios le había bendecido. Cuando nació la última niña, su cónyuge murió en el parto. ¿Qué hacer para a 12 personas dar: alimentación, educación, vestuario y salud?, aunque de lo último no tenía de que lamentarse, ya que, todos eran completamente sanos.

Cada vástago que nacía era extraordinar extraordinariamente iamente hermoso y cuando ya iba por los

seis años, Pedro le enseñaba a tener el cuerpo, la mente y el alma sanos, así como las manos limpias y trabajadoras. Los muchachos no tardaban en asimilar el buen ejemplo que de su papá y de sus hermanos mayores recibían. Cuando salían a pasear caminaban uno tras otro, desde el más grande hasta el más pequeño; y al retirarse a dormir, daban gracias al Creador por haberles dado la oportunidad oportunid ad de vivir un día más, y abrazándose entre todos se despedían fraternalmente. Una vez, recibieron recibieron la visita ddee una ricachon ricachona. a.  _ Buenas noches_ dijo, dijo, y dirigiéndose al cab cabeza eza de familia pre preguntó. guntó.  _ ¿Cuántos hijos hijos tiene?_

 

 

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 _ 12, el menor es de 6 años y el mayo mayorr de 25 _ conte contestó stó él.  _ ¿Y cómo les alimenta alimenta a tantos? –   –  interrogó  interrogó la señora.  _Con la labor honrada de toda la familia, ennobleciendo el trabajo, transformándolo de suplicio en deleite, de vergüenza en honor. Nunca permanecemos inactivos mientras estamos despiertos; de la faena física descansamos con el ejercicio moral, siempre nos sobra tiempo para todo lo que nos proponemos realizar. Mientras el un hermano trabaja para los otros, todos están trabajando t rabajando para él_ confesó Pedro.  _ ¿Y de salud, cómo andan?_ fue la sigu siguiente iente curiosidad de la desconocida. desconocida.  _Un poco flacos, flacos, pero, no tenemos de qué quejarnos quejarnos__ afirmó el patriarca. patriarca.  _ ¿Cómo les da educación?_ educación?_  _ Fácil. A mi primer varón le eduqué con excelentes principios, luego, él me ha ido ayudando en la formación de los demás_ explicó el entrevistado.  _ ¿Quién es el mejor?_ mejor?_ inquirió la la adinerada.  _Al existir concordia entre toda mi prole, no hay uno que sea superior o peor que otro, cada quien hace honor a su nombre_ aseguró el padre.  _ O.K., mi presencia aquí aquí obedece a que yo poseo m mucho ucho dinero, pero pero,, no tengo a alguien para invertir. invertir. Por favor, déme en adop adopción ción a uno de los suyos, quien a más de ser una descarga para usted, a cambio, recibirá una gratificación económica de mi parte, que le ayudará a solventar por algún tiempo la comida de los demás. El adoptado, gozará de todos los privilegios, como si fuera mi primogénito_ terminó manifestando la  visitante. La propuesta era aparentemente buena. El progenitor creyendo en la buena fe de la mujer, fue analizando uuno no a uno para ver a quien entr entregaba. egaba.  _ Los cinco primeros caballeros son: Bueno, se llama el mayor, que tiene muchas cualidades positivas: piensa y actúa de acuerdo a la moral, todo lo hace por las buenas sin usar la fuerza y no realiza ningún daño al hombre ni aun en el caso de que reciba de él una maldad. El  Amor, es el que se encarga de unir a la familia y a la sociedad; constantemente está deseando el bien de sus congéneres con respeto, por eso, es amado por todos. Prudente, es el nombre del que con su sensatez siempre piensa antes de hablar, y las cosas ejecuta con mucho cuidado, evitando cualquier daño o peligro para sí o sus semejantes. La opinión del vulgo no cuenta para él, pues, es del criterio de que si una persona quiere obrar acertadamente, no son los pasos de aquél los que hay que seguir, porque la chusma al actuar a tontas y locas no sabe discernir el bien

 

 

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y el mal. El Responsable, es el que cumple con sus obligaciones poniendo mucho cuidado en lo que se le ha encomendado, tratando de no causar perjuicio  voluntariamentee a alguien. El Honesto, éste es el honrado que jamás ha robado algo ni  voluntariament ha engañado a nadie, solamente efectúa lo que es correcto. Mi sexto heredero, el Íntegro, es el gemelo del anterior; de igual forma, actúa libre de errores o defectos, es recto en su proceder, no obra de otra manera ni así le impongan mil castigos. El  Justo,

la actuación diaria de este hijo es de acu acuerdo erdo a las leyes civiles y éticas. En cualq cualquier uier asunto puesto en su consideración, es imparcial; no cede ante nada ni nadie por temor a la muerte en contra de la justicia, y es capaz de morir antes que sucumbir. Jamás comete una injusticia ni siquiera en el caso de que sea víctima de ella. El Leal, es el hermano de confianza que jamás ha traicionado a sus parientes ni a ningún individuo; es franco, sincero, generoso, y de gran calidad humana. No se cuida tanto de él, como de procurar que su alma sea lo más noble posible. El Solidario, este joven cada minuto está socorriendo a los que le necesitan, así como apoyando a media humanidad para resolver sus problemas; dice que mientras tenga vida y pueda, no dejará de ayudar a los mortales que le requieran. El  Agradecido, es el niño que frecuentemente está dando gracias a Dios, a mí, a sus consanguíneos y demás seres por los favores recibidos; no oculta en absoluto ningún beneficio que alguien le ha hecho por lo que siempre es reconocido. Mi penúltimo retoño, que se llama Respeto, es el más educado que diariamente con sus actos de cortesía trata bien a todas las personas, animales y naturaleza; tiene mucha consideración a su prójimo, y piensa que desobedecer a Dios, a sus padres y a sus autoridades es malo y vergonzoso. Y mi ultimita,  Amistad, la única mujercita, es igual a su madre, bella y hermosa; es la que más afecto y confianza brinda a los humanos y amiga de todo el mundo. Si le entrego a ella seré doblemente desgraciado, pues, además de quedar privado de una reina de tales virtudes, jamás podré tener otra de iguales características, ya que estoy viejo y no tengo esposa. Pedro no encontró a alguien para desprenderse. Esa noche, como tenían por costumbre antes de dormir, con el autor de sus días a la cabeza, todos se abrazaron fuertemente y se ratificaron mutuamente el amor que se profesaban; luego, con lágrimas en los ojos, el padre impartió las bendiciones informándoles:

 

 

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 _En vista de que yo no puedo escoger para entregar en adopción a tan ilustre filántropa, queda en manos de cada uno de ustedes decidir quien se hace rico desde hoy_  A lo que los 12 virtuosos virtuosos al unísono gritaron:  _ ¡PAPÁ! ¡SOMOS RICOS, COMO NINGUNA DINASTÍA EN EL MUNDO! ¡POR FAVOR NO ENTREGUES A TUS HIJOS!_  Y el primogénito primogénito agregó:  _Si alguno de nosotros tiene uno o más vicios, no lo calles, te lo suplicamos, dinos_ Y continuó: _ Probablemente Probablemente no sabes con quien estás tratando. ¿Ac ¿Acaso aso quieres que nos manden a la cárcel en cualquier momento? ¿Quizá deseas que nos señalen con el dedo cuando caminemos por la calle huyendo de un lugar para otro y siendo expulsados de todas partes? ¡Padre, cada uno de nosotros participamos en nuestra gloria familiar; pero, el que se vaya con esa “dama” será el descrédito del hogar, por quebrantar la ética social por una excesiva codicia por el dinero! Jamás hasta la edad que cada uno tenemos, en el pueblo ha habido habido un vecino capaz de cometer desvergüenza desvergüenza de presentar una denuncia denuncia en contra de alguien de nosotros nosotros por haber recibido billetes de dudosa procedencia; nuestra pobreza es la prueba más fehaciente. ¡Dios mío! No permitas que una generación de una intachable conducta sea contaminada por una mujer deshonesta_ Pedro dirigiéndose a la señora le preguntó:  _ ¿Quién es usted?_ usted?_  Y ella le respondió: _ ZOILA CORRUPCIÓN_ Una fémina que jamás dialogo si no hay moneda de por medio, vivo por y para la plata, especialmente la ilícita, venga de donde venga, sea de las instituciones públicas o privadas. Entre la chequera y los amigos, prefiero lo primero.  Todo ideal y aspiración noble del hombre hombre deben fundamentarse en los valore valores, s, y tomándolos como convicciones rectoras de su vida, obrar por el bien suyo y del género humano en el núcleo familiar y social. Haz que los tuyos sean prácticos y no simples enunciados conceptuales, pues, éstos tienen que ser vividos y ejecutados; porque no hay seres más despreciables que los predicadores de moral que no someten su comportamiento a lo que manifiestan en sus palabras; por eso, tienes que privilegiar la  vivencia prioritaria prioritaria de la solidaridad, el amor, la amistad amistad,, etc., para que sean observados,

 

 

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sentidos, apreciados y asimilados por tus semejantes. Platón manifestaba: “El que aprende y aprende, y no practica lo que sabe es como el que qu e ara y ara y nunca siembra”. Por su parte, José Ingenieros expresaba: “Si la bondad no está en la conducta, sobra en las opiniones”; “Ninguna con confianza fianza merecen las buenas palabr palabras as de los qu quee ejecutan malas acciones”; y, “El que obra bien traza un sendero que sendero que muchos pueden seguir. LAS VIRTUDES.-

 Virtud es la integridad espiritual, es la benevolencia al proceder, es el poder o capacidad de crear algo, es el hábito y disposición del alma para la práctica de los valores abstractos y para las acciones conformes a las normas éticas. Es otro de los bienes del humano que está en su interior, es la regla que le hace bondadoso y de grandeza de ingenio y vigor que le inspira a efectuar mejor las cosas, y en consecuencia, sus actos son perfectos, dignos de alabanza y de imitación. Las virtudes, que jamás dudan de lo que hacen, impracticables en muchos casos; no nacen con nosotros, sino, tenemos que aprender, asimilar, apasionarnos e incorporarlas a nuestras vidas. No basta con tenerlas; es preciso aplicarlas, confirmar en los hechos lo que has aprendido, y así serás admirado, estimado y crecerás feliz, porque éstas al adentrarse en tu entraña, te dará tranquilidad eterna; pero, cuando dejes de practicar o a la vez ostentes los vicios, serás reprendido y repudiado, te irás destruyendo lentamente y siempre te lamentarás como observaba Sócrates: “No haber seguido en toda tu existencia otro camino que el de la virtud”.  Así mismo, debemos enseñarles a nuestros semejantes para que los malos se vuelvan buenos, y éstos, a la vez, se conviertan en superiores.  Todas las virtudes, que son elecciones que proceden de la razón, se siguen mutuamente unas unas a otras, entonces, entonces, quien po posee see una debe poseer a toda todas. s. Son elegibles por sí mismo, no por miedo, temor o esperanza de algo. Consisten en los efectos y en las obras, y no se proyectan para el futuro; siempre actúan en el presente ejecutando bienes para toda la historia. Santiago era un hombre de buen corazón que siempre solía repetir: las   personas cuya amistad busco son los virtuosos;  cuando supo que su esposa no podía tener hijos, no dudó un solo instante el momento en que la televisión presentaba a una criatura de

 

 

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dos meses de edad que sufría de parálisis infantil, listo para ser recogida por gente caritativa. En efecto: le adoptó, le crió, le puso en la escuela y el niño terminó la primaria. La secundaria y la superior la realizó mediante la educación a distancia. Su padre putativo, por ser un joven ejemplar, le quería mucho y le complacía en todo. Como regalo de graduación, le envió a los Estados Unidos para la operación respectiva, y el día de la ceremonia universitaria, todos se sorprendieron al ver a Leopoldo que ya no usaba sillas de ruedas así como su elegancia. Pasó el tiempo. Cierta vez que el empleado de servicios generales había faltado, entérense lo que sucedió. Santiago: _Por favor lava el carro mío y el de mi esposa porque necesitamos de urgencia_ Leopoldo: _Señor, esos menesteres ya no son para un profesional como yo, busca a otro parapléjico, porque un varón en iguales o mejores condiciones que otro, no puede ser mandado ni humillado con trabajos inferiores para el que está preparado. ¡Pobre de aquel que su existencia la pase obedeciendo y sirviendo a otro idéntico a él!_ Santiago: _Que sabias que son las palabras que nos legaron San Agustín y Benjamín Franklin Franklin respectivamente: ““El El bueno siempre será libr libree aunque sea esclavo; el malo será esclavo aunque sea rey.” “Ser humilde para con los superiores es un deber; para con los iguales, una muestra de cortesía; para con los inferiores, una prueba de nobleza” ¿Dónde están tus costumbres de obediencia y comedimiento? ¿Dónde queda la placa que fuiste declarado el ciudadano del año por el municipio en las fiestas de la ciudad?_ Leopoldo: _El fin justifica los medios, yo fui sumiso hasta terminar mi carrera, y concursé para que mi nombre quede en la eternidad. Digamos que no soy del todo malo; al contrario, pienso que he sido un bondadoso parcial con un poco de falsedad. No creo que haya verdaderos puritano puritanoss ciento por ciento, libre de intereses personales_ Santiago: _El presentarse como un santo no sirve para nada si sólo se practica para presumir. Hasta antes de operarte y graduarte fuiste un incondicional servidor, entonces, todo eso fue conveniencia antes que condescendencia; y yo que juzgué que tus actitudes eran innatas no circunstanciales. Bien dicen, que para conocer al ser humano hay que seguir sus huellas larga y minuciosamente a fin de ver si la constancia se mantiene siempre como su propio fundamento. Cría cuervos y verás que te sacan tus  

 

 

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ojos cuando ya no les hagas falta. No hay que disfrazarse de buenito por necesidad hasta cuando nos conviene, para luego ser el verdadero individuo_ Leopoldo: _Así es señor, te serví por muchos años, porque no tenía otra alternativa; hoy, si tengo y muchas, como odontólogo que soy_ Santiago: _¡Qué orgulloso! Considero que estás volando demasiado alto fundamentado en tu título_ Leopoldo: _Me despido porque no quiero tener ningún problema contigo_ Santiago: _Vete cuando tú quieras; razón tenía el filósofo al afirmar:   tal como anda el mundo y en el siglo en que vivimos, al menos en este país, que no ya la ejecución, sino hasta la imaginación de la virtud es irrealizable, y si hay quien lo practique será uno en millón_

Sé virtuoso obrando y viviendo correctamente, llenando tu biografía de acciones ejemplares o recto modo de proceder, tanto en los momentos favorables como en los adversos; ejecutando un servicio a otro digno como tú, al que te hizo un beneficio o al que te causó un perjuicio, al amigo o al enemigo, a cualquiera, sin pensar a quién más te conviene, sino en e n razón de tu benignidad. Los días felices son el bien supremo de los seres racionales. Para llevar una jornada terrenal afortunada haz todo conforme a la prudencia y a la honestidad, realiza todo cuanto ellas te ordenen, obra por las cosas honradas que sean dignas de escoger. Exhorta la justicia, la fortaleza, la templanza, la paciencia, la constancia, la confianza, la  verdad, la lealtad, etc., y deja que éstas entren en ti y en tu familia para que pongan orden y cambien vuestra peregrinación por este mundo; por cuanto, te darán dicha, regocijo y felicidad, porque de males y desventuras te tendrán libre.

 

 

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¡TÚ!: REALÍZATE COMO UN VERDADERO SER HUMANO.-

Cultiva tu alma conforme a la razón, hasta alcanzar su perfección, para que seas grande e invencible, más libre y mejor. Los espíritus justos, nobles, firmes y bondadosos hacen que las personas vivan bastante bastante y bien; mientr mientras as que los obtusos, que no miran más allá de la sombra que proyectan los enfermos cuerpos que los poseen, se pasan fingiendo las virtudes y amando los vicios. Haz que la luz de tu ánima buena te guíe por donde vayas haciendo algo brillante por todos, demostrando de esta manera cuan grande es tu amor que sientes por el prójimo. Mantenle siempre invulnerable, resplandeciente y libre de toda mancha, para que sea más fuerte y vigoroso; consérvale además: firme, alegre, contento, seguro, levantado y elevado por encima de cualquier cosa; siempre apasionándose por la honestidad, porque el enriquecimiento íntimo es la única fortuna valedera y perpetua. No permitas que nada ni nadie tiente la firmeza, regocijo y seguridad de tu psique; nútrele con los principios, actitudes y sentimientos más sublimes de la vida. La belleza humana no se ve en su figura que que a veces tiene engañosas apariencias, sino en su interior, que es la esencia del hombre; por eso, pídele a Dios, primero tu salud interna para que te haga desafiar los males, así como también te fortifique en la adversidad, y después, la externa, esto es, del cuerpo. Hernán, quien jamás fue ni un querubín ni un adonis, era gerente general de una empresa muy importante de la región, que contaba con más de dos mil trabajadores. Un día que pasaba revista a todas las dependencias administrativas, llegó hasta la conserjería, y al guardia de turno le mandó a traer su celular que se había olvidado en su escritorio. En eso, arriba una delegación internacional que debía dar una conferencia de motivación laboral y dicen:  _Buenas tardes, por por favor, entréguele entréguele este oficio al seño señorr administrador_ administrador_ Hernán, tomó el documento y se fue a su oficina leyendo el contenido del mismo. Cinco minutos después, el conserje les comunica a los visitantes que el director les va a recibir inmediatamente. Pasaron la puerta principal del edificio, y cuando estuvieron en secretaría secretaría saludaron muy cor cortésmente tésmente con la señorita que ahí llaboraba; aboraba; a Hernán, que en esos momentos se encontraba con ella, les solicitaron:

 

 

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 _ ¡Ah!, no se olvide de hacer llegar estos dos sobres: uno al subgerente y otro al manager de personal; además, este arreglo floral para el señor Hernán Narváez_ En ese instante, entra el secretario del sindicato de trabajadores; al verle al gerente con sus manos ocupadas con los papeles y las flores le pregunta:  _ ¡Pero, ¡jefe!, ¿qué es lloo que usted está hhaciendo?_ aciendo?_  _ Cumpliendo la la condena por mi fealdad _ respondió él. No descuides de tu alma, porque si se enferma, comenzará a buscar con demasiado interés y afán las cosas nada deseables, detestables o inmorales ni jamás le dejes desamparada a su suerte, estática, sin ejercicios y sin alimentarla de valores; peor aún, abandonada al libertinaje de tus placeres corporales. Rousseau ponía de manifiesto: “El ánima humana, alterada en el seno de la sociedad por mil causas sin cesar renacientes, por la adquisición de multitud de conocimientos y de errores, por los cambios operados en los cuerpos y por el choque continuo de las pasiones, ha cambiado, por decirlo así, de apariencia, hasta ser casi desconocida, y en ella, en lugar de un ser que obra siempre por principios ciertos e invariables, en lugar de esa celeste y majestuosa sencillez de que su autor la había provisto, sólo hallamos el deforme contraste de la pasión que cree razonar y del entendimiento que se halla en pleno delirio” delirio”.. Bueno es la persona que actúa bien desde el punto de vista moral haciendo lo que de veras es servicial, y jamás comete ningún acto vergonzoso que mancille su honor; es incapaz de ser arrastrado por el mal por necesidad presión o violencia. El individuo no hace que su actuación sea buena o mala; es su acción la que le convierte en bondadoso o malvado a los mortales. “Lo que importa es el valor de la espada no el de la funda ” escribió Montaigne. ¿Por qué valoramos al hombre según sus pertenencias materiales que le rodean: chequeras, casa, carro, etc., y no por lo que verdaderamente es suyo, esto es, su alma? No interesa lo que tengas en términos económicos; sí cuán caritativo y misericordioso seas. La riqueza del ser humano no está en su patrimonio financiero, sino en sus bienes internos, puesto que no son el cofre ni la caja fuerte los que deben llenarse con joyas y dinero, sino el corazón, con valores como: el amor al prójimo, la amistad, el altruismo, la solidaridad, la fraternidad, la filantropía, la compasión, el humanitarismo, la ternura; y

 

 

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 virtudes como: la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza, la paciencia, la constancia, la confianza, la verdad, la lealtad, etc. Los actos del virtuoso siempre están dirigidos a la consecución de objetivos nobles, son ejecutados previo pleno conocimiento de la bondad o maldad de éstos y buscando los medios más apropiados; porque para la persona benévola el fin no justifica los procedimientos utilizados, ya que la ruindad así sea por ignorancia, jamás es un mecanismo idóneo para conseguir una meta por honrosa que ésta sea: lo nocivo no deja de ser tal, por más provechoso que sea el propósito. El bondadoso consuela a todos, aunque él no sea consolado por nadie, comprende a sus congéneres para luego ser comprendido, ama así no sea correspondido; predica y practica la benignidad, es sociable, amigable, humanista y benefactor de cuantos requieran su ayuda. Con expresiones de amor y sensibilidad, este ser excepcional, constantemente vive exponiendo actos loables dignos de admiración, siempre está en medio de sus hermanos consanguíneos y espirituales, cuidándoles, auxiliándoles, amándoles y haciéndoles cualquier beneficio con el menor daño posible para los demás. Con el favor y ayuda de este santo terrestre, viviríamos muy felices y seguros, el tiempo que estaríamos juntos o cerca de él. Si te decides a hacer el bien, éste tiene que ser puro y transparente, no ha de contener absolutamente nada de perjudicial para tus semejantes, solamente aquello que le sea útil. El ejemplo es es oro, cuando lo qque ue enseñamos, practicamos, practicamos, y no sólo predicamos. Niños, jóvenes y adultos creen más a lo que sus ojos ven, que a lo que sus oídos escuchan. El humano ejemplar, con sus acciones benignas y su permanente preferencia por la prosperidad de la sociedad llena de admiración al prójimo, haciéndose merecedor al cariño y simpatía de la gente, y ganándose en consecuencia su amistad. Los buenos son un modelo, los malos una vergüenza; los primeros con el apoyo de sus conciencias tranquilas, orgullosas, orgullosas, sin acusarles de nada, se juntan para ser útiles entre sí, para llevarse fraternalmente los unos con los otros, porque saben que toda conducta ejemplar se revierte a favor de quien lo cultiva.  Consagra tu vida a la  verdad verdad, aunque sean muy pocos los que viven y confían

en la eficacia de la verosimilitud. Sé veraz, sin preocuparte de la aprobación o reprobación de tus semejantes, y a pesar de que corras riesgos y peligros, porque la  veracidad es la joya más preciosa del talento humano. Donde quiera que te encuentres, demuestra ser un joven de bien siendo amigo de decir lo auténtico y exacto, tanto en lo

 

 

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que te beneficie como en lo que te perjudique, pues, el que ama la verdad, cuyo camino es único, jamás lo calla ni lo oculta, por más ventajas que le brinde el vicio de la mentira. No pienses ni digas nada que no sea inspirado en lo fidedigno. Nunca distorsiones la realidad, obligado, por conveniencia o para socapar o proteger a alguien, así sean tus padres. Predica y practica lo cierto aunque los resultados te sean adversos y nefastos.  José Ingenieros proclamaba proclamaba:: “El amor a la verdad obliga a no creer lo que no pueda probarse, a no aceptar lo indemostrable… indemostrable …el que ama la justicia está obligado a luchar porque ella rija las relaciones entre los hombres”. En la época del rey Salomón, se presentaron ante éste, dos señoras que recién habían dado a luz en uno de los hospitales de la época. El problema: reclamar la maternidad de un infante sobreviviente. Rosa, que así se llamaba una de las la s litigantes, dijo:  _Su majestad, el niño que esta mujer injustamente reclama, no es de ella, por cuanto, el suyo, murió asfixiado anoche; y mientras yo era atendida por los médicos por una complicación que tuve en el útero, se la llevó a mi hijo a su cama_  A lo que Consuelo, Consuelo, que era la cont contraparte, raparte, manifestó manifestó::  _No rey, mi retoño retoño es el que vive; el de Rosa, es el fallecido_  Y así sucesivamente, las dos parturientas presentaban sus fundamentos sin que hubiera testigo alguno para saber quien dice lo verídico. El rey Salomón, después de escuchar pacientemente las dos versiones, ordenó a su asistente:  _Traed al bebe, y con una espada partidle en dos partes iguales en sentido  vertical; luego, adjudicad adjudicad miti mit mitii a cada dama_ Rosa, ante tan insólita sentencia, imploró al rey:  _Señor, prefiero verle a mi primogénito vivo aaunque unque sea en otros brazos, antes que tener la mitad de su cuerpo inerte en mi regazo; en consecuencia, no le maten y entréguensele a la impostora_ Por su parte, Consuelo expresó: _ ¡Oh rey, siendo vuestra sentencia justa e inapelable ni para mí ni para ella, que lo partan y me den lo que me corresponda._ El rey Salomón, al escuchar las palabras de Consuelo, fácilmente pudo darse cuenta que Rosa era la verdadera madre, por lo que dispuso que inmediatamente se le

 

 

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ponga en sus manos al infante; y a Consuelo, por falsaria le condenó a dos años de prisión. Lo cierto finalmente prevalece, y la invención con su autor perece. Mentir, es fingir, simular, hacer creer; es traicionar a nuestra propia conciencia. La mentira es la expresión, declaración o manifestación contraria a la verdad; es la desfiguración de la autenticidad, acompañada de mala fe; es un maldito vicio al que hay que combatirle desde sus inicios, porque una vez crecido, luego, resultará misión imposible pararle. Si comprendiéramos lo repugnante que es la falacia y hasta el pensar en ella, la combatiríamos inclusive a costa de nuestras vidas. Guárdate de la falsedad que es una cosa torpe y vergonzosa, y serás digno de alabanza. Mentiroso, es el que tiene la costumbre de mentir, es el que habitualmente se  vale del engaño, a sabiendas que falta, falsea y tuerce la realidad con sus actitudes inexactas o desleales. El farsante para que le crean lo que habla empieza contando sus enredos jurando que no sabe trapacear. Para ser falaz y no caer en sus propias invenciones es necesario tener una excelente capacidad para recordar, y no la tiene; charlatán sin buena memoria pierde el hilo de la historia, y a la corta o a la larga, el fanfarrón incurre en sus exageraciones, como nos recuerda el proverbio popular: “Más rápido cae un mentiroso que un cojo”. Al cojo”.  Al mendaz, su exigua retentiva no le basta para acordarse de la infinidad de formas que respecto de una persona, una cosa o un mismo tema dijo hace poco poco o mucho titiempo. empo. El embustero eess un traidor qu quee con sus farsas falta el respeto a la humanidad, conspira contra su tranquilidad sembrando la inseguridad y la desconfianza; jamás cumple con su palabra, y su deslealtad con la  veracidad y con su misma aliada, la mentira, no le da ningún cargo de conciencia. No seas falso, para que no te huya la gente. El hombre hipócrita, hace dificilísima la tarea de describirle como realmente es,

pues, aprovechando de su buen parecer, al presentarse enmascarado ante sus semejantes, deja completamente impresionados a los que le ven por primera vez y a quienes se crucen por su camino, engañándoles con ingenio y sagacidad sobre su  verdadera forma de ser. Admiramos ese rostro de aparente bondad, sin darnos cuenta del mundo lleno de falsedades que esconde detrás de él. Cuando algo ha recapacitado, lo primero que dice es que ya no es fariseo; es totalmente falso, su vicio solamente está en reposo, recuperándose para luego actuar con más fuerza. Si manifiesta que es leal y sincero es tan sólo para persuadir que es virtuoso.

 

 

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Estás muy equivocado si te fías en la cara del tartufo, su buena apariencia es superficial, pues, ante todos se presenta como fiel y franco; pero, sus actos son de los más reprochables, tiene faz de ángel, alma y colmillos de lobo, y garras afiladas como el león, que nos sorprenderá atacándonos en el momento y lugar menos pensado. Muchos tiemblan de espanto mientras están cerca, junto o frente a este miserable. “El que está en peligro no debe esperar mucho de su fuerza ni vigilancia, porque es difícil garantizarse contra un enemigo cubierto con el disfraz de ser nuestro más oficioso amigo, y difícil averiguar la voluntad y pensamientos interiores de quienes qu ienes nos rodean” Montaigne. Contaba mi abuelo, que en su tierra natal había un sastre llamado Roberto, quien tuvo un encuentro con alguien que ocultando sus verdaderos sentimientos, con una sonrisa falsa en los labios tratando de ser agradable y de causar caus ar compasión dijo:  _Buenos días, distinguido señor, llevo una semana buscando trabajo y no encuentro, me muero de hambre y ya no tengo fuerzas para mantenerme en pie. No aguanto más, ayúdeme por favor_  _Permíteme que te proteja. ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes?_ interrogó Roberto.  _Soy Jorge y tengo tengo 18 años_ co contestó ntestó el foras forastero. tero.  _Pienso que a tu edad ya debes tener tu alma debidamente formada en lo que debes hacer en la vida. Seguro que no eres de este pueblo porque es la primera vez que te veo por aquí. Mi padre decía primero hay que dar, para luego recibir; y donde come uno, comen todos. Tu permanencia eterna o transitoria en este hogar, sólo dependerá de ti_ manifestó el artesano. Procedió a darle alojamiento, a regalarle ropa, le presentó a su familia y le indicó el taller ubicado en la planta baja de la casa.  _Que linda residencia y elegante sastrería tiene usted. Como no tengo de que otra cosa subsistir, voy a ponerles a trabajar a mis manos castas y honradas, siguiendo el buen ejemplo de las suyas, tan ágiles que jamás había visto antes. Cuente conmigo para lo que usted quiera, ya sabe que soy su servidor incondicional_ aseguró Jorge Jorge Los seres más ruines son los que más hablan, pintando cualidades que no la tienen, y en el momento menos pensado cegándoles los ojos de sus víctimas, le clavan la puñalada. Tienen pinta de seres útiles y serviciales, pero, son de lo más despreciables.

 

 

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 _Uno como tú quería en el taller, espero que seas un buen compañero y un confiable amigo de los otros obreros_ confesó el sastre, quien, engañado por la  verborrea del visitante, le entregó su confianza, creyendo que todo el mundo era como él. Así, el muchacho, desde el primer día, por su “responsabilidad, respeto y comedimiento” se ganó el afecto de su patrón; lo que quería que  quería era complacido por él o su esposa, quienes no tenían la mínima idea de lo que era verdaderamente el advenedizo, que las mañanas, antes de empezar la jornada laboral, rezaba a Dios y a la Virgen, encomendándose a ellos para que le vaya bien. El fingimiento de un solapado no dura mucho. Pasaron seis meses seis meses, y  Jorge aprendió el oficio, y al ver que su jefe tenía una buena clientela, pues, de todas partes iban muchísimas personas para que se les confeccione sus trajes, le vino a su ánima su mayor tormento: la envidia; y como pocos son los oficiales que se alegran del éxito de su maestro y muchos los envidiosos de la prosperidad ajena, sin saber cuantos sacrificios se tiene que pasar para llegar al éxito, se trazó un plan. ¿Qué hacer? Quitarle los usuarios. Es así como comenzó a crearle problemas; en su opinión, la hipocresía existe para engañar y causar daño.  _Somos los oficiales los que confeccionamos, Don Roberto, sólo se encarga de llenarse los bolsillos bolsillos de dinero_ informaba a Raim Raimundo undo y todo el m mundo undo cuando éste no estaba presente. El dueño, lejos estaba de imaginarse que son muchos los confiados de buen corazón que son traicionados por los que ocultan lo que son y muestran lo que no son. La presencia o cercanía de estos seres que causan repugnancia es el fin de cualquier bondadoso, y sus sufrimientos son según el grado de malicia de los mojigatos.  Jorge, le contó a Ramón, un vecino de contextura grande, que su patrón, de la noche a la mañana últimamente se ha vuelto loco, y que la semana pasada, a un señor por haberle hecho un reclamo, sin que mediara motivo alguno de su parte, le pegó un puñetazo.  _Si tú me expones los síntomas, con mucho gusto te ayudaría y previniésemos más desgracias_ afirmó el metido.  _De acuerdo, pero, no comuniques a nadie una sola palabra de lo que tú y yo hemos conversado, tampoco admitas que me conoces. Los indicios son los siguientes: en primer lugar, tiene colgado en la máquina de coser una almohadilla en forma de corazón lleno de agujas y alfileres, y sobre la almohada dura de su casa plancha los

 

 

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hombros de las levas. Cuando atiende a algún caballero, después de tomarle las medidas se pone el esfero en la oreja; es en ese instante que comienza su locura, que se hace más peligrosa cuando mira adelante, atrás, a la izquierda, a la derecha, por todos los lados. Golpea con sus manos abiertas toda tela que encuentre a su paso; abre, cierra los cajones y habla malas palabras diciendo: dónde están que no las encuentro; se sienta y piensa por un instante, se levanta y después de quitar su asiento observa el lugar que éste estaba. El momento en que sale del local es cuando va en busca de su víctima para matarle_ explicó Jorge.  _Oigo y no lo creo_ declaró el grandote.  _Yo tampoco, hasta hasta que vi por m mis is propios ojo ojos_ s_ manifestó Jor Jorge. ge.  _ ¿Cada qué tiempo le sucede esto?_ preguntó Ramó Ramón. n.  _Cada fin de semana, ven el viernes y comprobarás personalmente_ respondió  Jorge.  _De acuerdo_ aseguró aseguró el gorilón En efecto, el jueves a última hor hora, a, Jorge se llevó algo a su casa. Al siguiente día, apenas se abrieron las puertas llegó un cliente. Don Roberto le tomó las medidas y el esfero se puso en la oreja. Luego de una hora, cuando se disponía a cortar el casimir para la confección del terno, no encontró las tijeras; entonces, empezó a mirar de aquí para allá; con las yemas de los dedos tocaba la tela que estaba listo con los trazos respectivos. De pronto, el fortachón entra en acción.  _Antes que se haga más loco, al ataqueee_ Le propinó al artesano tremenda paliza, dejando fracturada las costillas, los brazos y la cabeza, por lo que tuvo que permanecer por un mes en el hospital, quedando imposibilitado para trabajar; ausencia que el zorro aprovechó para apoderarse de todos los que necesitaban que se les confeccione una prenda, saliéndose con la suya. El maestro, sin acabar de resignarse, cuando se reintegró a su trabajo interpeló a  Jorge:  _ ¿Qué de malo te he hecho para que hhayas ayas planificado semejante treta con el fin de matarme?  Eres un pobre miserable_ Éste no tuvo respuesta alguna, sólo después de unos instantes, muy sonriente y satisfecho adujo:  _Perdóname señor, no soy respo responsable nsable de nada. Yo nnoo te pegué, sino el gigante_ gigante_ Don Roberto, ni idea tenía, que los que confían en las personas de falsos sentimientos siempre terminan siendo atacados con barbarie; que es preferible estar

 

 

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cerca  a una piraña antes que al lado de un farsante, contra quien no hay poder divino alguno que le libre de su ingenio   cruel, no hay nad nadie ie que salga ileso  después de estar junto al que se presenta con una cara y actúa con otra. Nunca aprendió cómo precaverse de las astucias con que actúa un falaz cuando quiere conseguir algo. Esta experiencia jamás se olvidará, ya no volverá a fiarse ni de su sombra. El tartufo sólo tiene asegurado el infierno, si Satanás quiere aceptarlo, pues, no merece otro destino. Cualquier otro defecto puede tener perdón, menos la duplicidad. El propietario del taller cuanto dolor sentía al recordar   de todo lo que había hecho por él mal agradecido cuando estuvo en su casa, entonces, exclamó:  _Lo que no comprendo es como un humano puede progresar y ser feliz actuando mal. Te perdono, porque hasta los buenos tenemos nuestros propios defectos. Desempeñaste muy bien el papel de santurrón. Expresiones y acciones que salgan del hombre deben llevar el esplendor de su alma franca. De aquí en adelante me limitaré a  verles de lejos como a los toros, y me cuidaré de lo que los simuladores digan con su lengua falsa y de lo que actúen, ya que, jamás están juntos sus retóricas y hechos. Quizá, algún momento la gente deteste la hipocresía por su propio contexto, tenga la careta que tenga, y que ni en el pensamiento de cabida a este vicio_ Es así como nuestro protagonista terminó su existencia trabajando solamente con la ayuda de su esposa, porque lo que los días enseñan es la experiencia de los años. Puso un letrero en su taller que advertía: advertía : “No hay vacantes” Por su parte, Jorge murió por inanición; jamás pudo conseguir trabajo ni nadie que le de un plato de comida, ya que todo el pueblo se enteró de su felonía. El mojigato no busca cosas buenas, sino los resultados favorables para él, siendo benigno en algunos casos con virtudes simuladas; cruel y terrible en otros. Siempre vive aparentemente prestando muchos favores y servicios a su prójimo, pero, en realidad lo que está haciendo son daños inimaginables peor que las tormentas, terremotos o incendios; pues, la tempestad con sus truenos y relámpagos amenazan antes de estallar; las casas tiemblan previamente a desaparecer en un movimiento sísmico; y el humo advierte con anticipación la presencia de fuego; mas, los perjuicios y maldades del hombre falso llegan de súbito, sin previo anuncio, en el instante que ni siquiera nos imaginamos. El humano, jamás podrá prever los peligros constantes que corre al

 

 

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caminar sobre brasa cubierta de traidora ceniza, junto a alguien que finge lo que no es o lo que no siente. El judas, cuando te diga que se ha alejado de la hipocresía, no le creas; y si así fuera, no tardará en juntarse nuevamente con ella; pues, vive sin el más mínimo deseo de la sinceridad, jamás dice lo que siente ni siente lo que dice, y aunque proceda rectamente ignora que está obrando bien. Está acostumbrado a expresarse de una forma y actuar de otra, nunca ha concordado sus palabras con su vida; siempre se ha pasado traicionando y engañando con su vocablo, fingiendo los valores y virtudes, y amando los  vicios, actitudes que le han servido para que sea audaz en la maldad y tímido en la bondad; teniendo en consecuencia, menos cosas para disfrutar que cosas que rehuir. Si le pones en su consideración dos alternativas: entre soportar un aguacero o un huracán, de mil agrados acepta la primera opción, porque teme más, a los vientos del vendaval que le pueden descubrir su verdadera identidad, antes que a la lluvia que causa resfríos. Sé leal contigo mismo y con los demás, ya que los caminos de la fidelidad son siempre rectos. Es deshonroso decir una cosa, sentir y hacer otra. Siendo desleal aprenderás a abandonar a un amigo por cobardía, por cobardía le traicionarás, y por tu traición le condenarán.  Integro es quien no se aparta de lo que es justo o correcto; entonces, sé un

joven intachable que se pueda confiar en ti. La persona decente es estricta con su sólido juicio moral; tiene voluntad, deseos, decisiones y comportamientos rectos como los únicos bienes de la humanidad. Sus firmes decisiones le llevan por el camino de la perfección de su alma que siempre está abierta a la verdad e incorporando y nutriéndose de valores que le ayuden a vivir con pulcritud, y en consecuencia, tener una vida afortunad afortunada. a. Solamente la rectitud de los días del mortal le hará que éste sea verdaderamente feliz. El hombre íntegro conoce que todo lo ejecutado libre y voluntariamente por él, son de su única y exclusiva responsabilidad; razón por la cual, con su delicadeza, buenos sentimientos, comportamiento respetable y ejemplar sin ninguna mezcla de maldad, pone el bien en los lugares por donde él transita. Su existencia la pasa emulando y alabando lo bueno, y condenando todo lo que concibe como malo, sin que le importe cuántos conozcan su honorabilidad, sino tan sólo inspirado en la satisfacción interna que producen las ejemplares acciones, porque sabe que quien pretende que su moralidad y bondad sean divulgados, lo hace pensando en la gloria. Es caritativo, sin esperar el

 

 

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agradecimiento peor la recompensa, ya que cree que la mejor retribución de un acto benéfico es haberlo realizado. Sus actos los realiza en función social, en el interés y en la prosperidad común, antes que personal. En un hogar pobre nacieron dos hermanos gemelos: Agustín y René. El uno, un caballero que desde que tuvo uso de razón fue recto en su proceder, honrado como muy pocos; y el otro, un inmoral imposible ddee entregarle el cuidado de un alacrán.  Agustín, cierta ocasión se aacercó cercó a la ventanilla del banco para cobrar el cheque de su liquidación, ya que había sido despedido injustamente de una empresa camaronera. La cajera, en vez de pagarle los cuatrocientos dólares que le correspondía, le entregó cuatro mil. Al llegar a su casa y verificar su dinero, se enteró que la señorita le había desembolsado demás; inmediatamente regresó a caja y devolvió la diferencia. Ante este gesto, los accionistas de la entidad financiera le ofrecieron: primero, el puesto de conserje; luego, de cajero; después, jefe de agencia. René, un ser despreciable por sus actitudes desvergonzadas, era un tipejo que dependía del cuento y del engaño; privándose de sus verdaderas necesidades para aparentar ante la sociedad, hizo un préstamo para comprarse un automó automóvil vil que no ffue ue cancelado, y como Agustín era su garante, le prestó para que abone la deuda. La vanidad lleva a la gente a cometer los hechos más viles con tal de tener lo que trabajando no pueden. René tomó la plata y con la complicidad de su esposa, ya que Dios los crió y los juntó, fingiendo haber sido asaltados se presentó llorando donde su hermano.  _Ñaño, fui a liquidar lo que debía como era tu deseo, pero, mientras iba en camino, algunos ladrones, después de golpearle a mi mujer y a mí se llevaron todos los billetes que tú me diste ¿Y ahora, cómo podré restituirte restituirte tanta fortun fortuna? a? Hasta mi carro  voy a perder_  Agustín, quería mucho a su gemelo. El sólo pensar que podía ser una jugada suya, le partía el corazón. Quedó asombrad asombrado, o, sentía que el mundo se le venía encima; él, que era tan bueno hasta con los perversos, no digamos con alguien de su misma sangre, dijo:  _No te preocupes, preocupes, ya verás cómo te las arreglas_  _ ¿No vas a odiarme odiarme por eso?_ le ppreguntó reguntó René.

 

 

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 _Yo no guardo rencor a nadie ni aun con fundam fundamento. ento. Tú cuídate de qque ue alguien alguna vez te deteste deteste con razón_ contestó Agustín y se sonrió.  _ ¿Por qué te gozas?_ interpeló René.  _La risa más agradable es la que nos sale por causa de los vivísimos_ declaró  Agustín.  _Entonces, ¿qué vas a hacer?, no creo que te quedes con los brazos cruzados_ averiguó René.  _No, la vida continúa, voy a seguir trabajando y viviendo honestamente_ aseguró Agustín. ¿Y tú?  _Yo también_ manifestó manifestó René. Mientras  Agustín Agustín por sus virtudes era ascendido ascendido a subgerente y posteriorm posteriormente ente a gerente general; René, era detenido por la policía para fines investigativos, detectándose que jamás fue asaltado por nadie, que su casa fue adquirida fraudulentamente, y los enseres del hogar fueron comprados con tarjetas de crédito robadas. Se descubrió que las pensiones del colegio y de la universidad de sus hijos habían sido cancelados con cheques que jamás tuvieron fondos, por lo que, por éstos y otros delitos cometidos en los dos últimos años, fue sentenciado a treinta años de reclusión. Lo que más le dolía a Agustín era sentirse defraudado por su doble y exclamó:  _No hay nada tan repugnante como la inmoralidad, mal de siempre que tanto perjudica a propios y extraños por ser el peor de todos los vicios del ánima que cada día  va acrecentándose en la humanidad; ni nada más insoportable insoportable como la deslealtad, más m ás aún, con su propio hermano,  pues,  arruinar a su consanguíneo es algo que no se puede perdonar ni con la muerte_ Mientras los hijos de Agustín triunfaban en sus respectivas profesiones; sus primos, descendientes de René, por vergüenza abandonaron su tierra natal para refugiarse en otra ciudad donde nadie les conociera; pero, apenas empezaron sus necesidades, comenzaron a delinquir, el uno se hizo coyotero y el otro traficante de tierras, como dice el refrán: de tal palo, tal astilla. La justicia es la virtud más necesaria para la conservación y bienestar de la

familia y de la sociedad; entonces, vive sin vacilación por la equidad aun en sacrificio tuyo. Platón, exponía: exponía: “Es preciso morir aquí o sufrir cuantos males vengan antes que obrar injustamente”. El fin de la justicia es dar a cada cual lo debido y lo legal de una

 

 

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manera limpia y transparente. Para ser justo hay que actuar conforme a la ley, y guardar igualdad en el trato, tanto a los individuos como a las cosas. Sé ecuánime, no por miedo, temor o presión; aplica la rectitud desinteresadamente en todos tus actos, sin pensar en la condecoración ni que los demás sepan que eres equitativo, simplemente obra legítimamente. El ser humano recto es precursor de nuevos valores, siempre busca, aprende y asimila fundamentado en la razón, aquellas reglas éticas que por utilidad común del mundo sería bueno que los habitantes de la tierra las concertasen entre sí, para impedir al mismo tiempo el abuso de sus facultades. En la persona neutral, sus pensamientos, sentimientos y acciones son el fruto de la grandeza de su alma, de la que jamás se olvida, siempre la cultiva para ser feliz, porque si se descuida vivirá de tormentos y lamentos. Sus palabras no van dirigidas al oído del prójimo solamente para que le escuchen su oratoria, sino que, parten con dirección al psique para adentrarse en él, y enseñarle principios de derecho. Lo injusto es lo desigual, es todo lo que está en contra de la norma, es querer lo que no es correcto, es la costumbre de hacer agravios y cometer toda clase de atropellos contra cualquier inocente. Bajo ningún pretexto o circunstancia debes ser arbitrario, así como tampoco dejarte influir por aspectos de amistad, familiar, de ira o de venganza; caso contrario, la justicia quedará atrapada en manos de la injusticia.  Walter, un hombre íntegro en toda la extensión de la palabra, era un buen esposo, excelente padre, incomparable amigo y ejemplar empleado público que trabajaba en una de las instituciones del Estado en calidad de chofer. Un día, después de retirar a su jefe del hogar para llevarle al edificio donde laboraba, estando a mitad del camino, Marcelo, así se llamaba el funcionario estatal, recibió una llamada llamada en el celular y acto seguid seguidoo ordenó a Walter que regrese a casa. Al llegar a su vivienda observa que había un carro parqueado en el garaje. Le pide al conductor que aguarde un momento. Entra al dormitorio y le encuentra a su cónyuge fornicando con su amante. Con la furia de un marido cornudo, sin pensar dos veces saca su revólver y les mata a los dos, manchándose de sangre de fémina adúltera, las balas del arma de un hombre traicionado. Para que nadie sospeche de él, toma al galán inerte, le envuelve en una sábana y le saca por una puerta posterior del inmueble que daba a un terreno sin construir.

 

 

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Pasó una hora aproximadamente. El chofer, al ver que Marcelo no regresaba, entra a la residencia y observa a la esposa de éste en la cama completamente desnuda y muerta de tres tiros. Mientras tanto, Marcelo, después de arrojar el cadáver al río que pasa a cinco kilómetros del lugar de los hechos, llama a la policía e informa anónimamente sobre el crimen cometido en contra de su mujer; toma un taxi y se dirige a su oficina. Los gendarmes llegan al lugar de los hechos y encuentran al conductor saliendo del mismo. Es apresado para las investigaciones pertinentes y en el parte respectivo es acusado de haber cometido el asesinato.  Walter cavilaba _ ¿Qué hacer, si la justicia actual en todos los pueblos es corrupta? Cuando hay casos casos como éste, no se sancio sanciona na al verdadero autor ccon on la pena que le corresponde o merece de acuerdo con el código penal, sino a los más inofensivos. Los jueces venales encargados de castigar los delitos, sentencian de acuerdo al dinero que haya de por medio, jamás dictaminan sin inspirarse en él; siempre están al servicio de los poderosos y en contra de los humildes, nunca inclinan la balanza hacia la parte humana. Casi no hay un verdadero magistrado que actúe correctamente obedeciendo a la ley de una forma muy estricta, procediendo con rectitud en los asuntos entregados para su resolución, pues, son severos con el débil y complacientes con el fuerte,  violando las normas normas respectivas_  Al día siguiente, Marcelo se presenta donde el ministro juzgador que es su conocido desde la infancia y le cuenta lo sucedido.  _ Y ahora, ¿qué es lo que puedo hacer ppor or ti?_ preguntó el tog togado. ado.  _Tienes que ayudarme, metiéndole a la cárcel a mi empleado por veinte y cinco años, y así nadie sospechará de mí; así como tampoco se sabrá de la infidelidad de mi cónyuge, que será una vergüenza para mis hijos y mi familia_ respondió Marcelo.  _ Te recuerdo que los cuernos son indelebles_ manifestó sonriente el sentenciador y volvió a interrogar. ¿Y de qué le acuso a tu chofer?_  _De robo y muerte, muerte, porqu porquee así presenté mi denu denuncia_ ncia_ contestó Mar Marcelo. celo.  _De ninguna manera debo actuar injustamente; además, en el pueblo, todos saben que soy tu buen amigo, por lo tanto, voy a ser enjuiciador y parte_ expuso el árbitro.

 

 

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 _Tú les explicarás que nuestra amistad en nada va a influir, por el contrario, vas a tratar de ayudar al reo en vista de sus antecedentes antecedentes morales._ añadió Marcelo. Por su parte, el vecindario se dividió en dos grupos: el uno, acudió a la cárcel; y el otro, al juzgado, donde gritaban a favor de Walter. ¡Inocente! ¡Inocente! Pedían su salida inmediata, además, que se sancione al verdadero asesino. Entonces, el juez, ante la acusación particular presentada por su camarada Marcelo y la presión de las amistades del detenido, tomó una decisión poco usual: dejar en manos del propio reo su libertad o su prisión. ¿Cómo?, preguntaban todos. Escribiendo en dos papeles diferentes, las palabras culpable e inocente.  _El que nada debe, nada teme_ afirmó el magistrado; _ y el inculpado escogerá seguramente el que le dejará libre de responsabilidad_ Pero, la verdad es que las dos hojas decían culpable. Su abogado defensor, que ya conocía de este truco, dio las respectivas instrucciones a su cliente. Llegó el día tan esperado. En audiencia pública el ministro juzgador ordenó al denunciado.  _Escoge el sobre del que dependerá tu ffuturo_ uturo_  Walter, confesó:   _Señor sentenciador: estoy sereno, porque no he cometido ningún delito, a la  vez, con cierta confianza de que su señoría dé una sentencia justa; así mismo, estoy preparado para la más injusta_ Luego, recordando las instrucciones de su abogado y sin demora, tomó un sobre y le hizo mil pedazos, quedando un rompecabezas imposible de armar. El enjuiciador, sin disimular su enojo, interpeló:  _ Y ahora, ¿cómo sabremos si eres cr criminal iminal o no?_  A lo que Walter declaró: declaró:  _Si quieres enterarte si soy o no el homicida, abre el otro que está en tu escritorio y conocerás lo que estaba escrito en el que yo rompí_  Todas las artimañas y esfuerzos, tanto del árbitro parcializado como de Marcelo, fueron inútiles. Walter fue absuelto. El juez que conocía la verdad del caso, ese día fue a su hogar, no sin sentir cierta complacencia y sosiego de conciencia, porque un inocente se había salvado de las garras de la justicia corrupta, no precisamente por su actuación apegada a derecho, derecho, sino por la suspicacia de su abogado defensor.

 

 

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Por su parte, la policía descubrió que el verdadero delincuente era Marcelo, pues, encontraron en la gaveta del vehículo del difunto, la factura de la ropa que su infiel consorte lucía momentos previos al crimen pasional. La solidaridad. Como joven de bien que eres, nada humano debe ser extraño a ti, y a

ninguno de tus semejantes debes ignorarles. A partir de hoy, con toda tu energía espiritual, sé la luz que ilumine la oscuridad de ellos, sacándoles de las tinieblas de la ignorancia y de la desgracia. Cuando sientas que alguien necesita tu amor, abre tu corazón y entrégale todo el cariño y afecto que te sea posible. Desde este instante cumple con el principio de la solidaridad, obrando sin pretender otro fruto que la obra; no haciendo públicamente lo que puedes efectuar de una manera privada, no actuando para la exhibición externa, sino para la satisfacción interna; allí, donde tu conciencia contempla con gusto tus acciones generosas. Interésate por los afligidos, por los que sufren y por los que se ven agobiados por la angustia de no tener un trabajo o un bocado de comida para sus hijos; preocúpate por los problemas y necesidades del pobre practicando la caridad; ayuda al menesteroso y al mendigo a aplacar su hambre y su sed, compartiendo con ellos techo, pan y todo lo que esté a tu alcance. Cualquier acto de apoyo o favor que realices a alguien, ejecútalo en el momento oportuno, sin esperar ninguna recompensa que no sea la mayor alegría para ti, esto es,  ver a tu prójimo dichoso, y en consecuencia tú también estarás feliz, porque la solidaridad proporciona proporciona a quien lo ejerce, paz interior y satisfacción eterna.

 Jacinto, un prestigioso médico de la capital, viajaba en compañía de su esposa, dos hijos y el chofer Esteban, desde la ciudad donde laboraba y vivía hasta una de las playas más cercanas, con el fin de tomar unas cortas vacaciones en un feriado turístico. Era cerca de la medianoche. La carretera estaba completamente desolada, no se veía carros que rebasen o en sentido contrario, tampoco había indicios de algún poblado. De pronto, al llegar a un tramo lleno de huecos son asaltados por bandoleros. En aquella noche fría y obscura, donde apenas se distinguían los unos de los otros, se pudo ver a una mujer tendida en el suelo. Jacinto frenó el vehículo. En las tinieblas, los adultos se dieron cuenta que dos sujetos más que llevaban sus caras cubiertas por pasamontañas se acercaban; demasiado tarde, se trataba de un atraco. Eran dos varones y una fémina, 

 

 

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 _Esto es un asalto, si colaboran sin poner resistencia nada les pasará y respetaremos vuestras vidas_ dijeron. Ni los ruegos ni las lágrimas de la cónyuge de Jacinto cambiaron la opinión de los maleantes. Los rostros de los excursionistas eran pálidos del miedo. Los delincuentes les golpearon y se llevaron todo de valor que los viajantes tenían. El sueño de los niños era tan profundo que ni siquiera sintieron el atraco de que eran objeto. Luego, un silencio total. Solamente el aullido del viento rompía el mutismo de la noche. Los dos señores quedaron yertos sobre la calzada, uno de ellos respiraba con dificultad. Pasaron dos horas y lentamente iban levantando sus cabezas. Se repusieron del susto y continúan el trayecto.  Al frente del volante está Esteban. Al pasar por el páramo, de pronto, miraron a un muchacho con las manos entrelazadas en actitud de súplica, y con su voz, por momentos fuertes y a veces débiles, se entrecruzaban unas palabras: ¡Ayúdenme! ¡Por favor, ayúdenme! El conductor iba a detenerse, cuando el médico le ordenó:  _No, puede ser otra trampa com comoo la anterior anterior__ Esteban insistió, pero, Jacinto le recordó:  _No olvides que que yo soy quien man manda da aquí_ El piloto, encogiéndose de hombros prosiguió con el recorrido. Jacinto, de pronto, sintió un remordimiento de conciencia y vergüenza ante su señora y nenes que para ese momento ya se encontraban despiertos. Dispuso a su trabajador dar marcha atrás. Cuando regresaron, el chico ya no se encontraba ahí; entonces, los dos caballeros bajaron del vehículo.  Afuera, la tormenta encarnizada azotaba la única casa que había en el lugar.  Jacinto y Esteban se miraron mutuamente y se dirigieron hacia allá. El frío les invadía a pesar de la ropa ropa apropia apropiada da que llevaban puestos. Ya en el int interior erior de la residencia, residencia, observaron que un hombre sin piernas se arrastraba hasta su esposa para asistirle en el parto. Sin pérdida de tiempo, cirujano y empleado se pusieron a trabajar. La criatura  vino al mundo sin ningún problema. problema. El galeno dejó una receta. La pareja agradeció a los comedidos. El turismo avanza. Era aproximadamente las tres de la madrugada. Carretera abajo, y al filo de la misma vieron una vivienda incendiándose. Jacinto sacó la garrafa de agua que llevaba para el viaje, y poniendo su contenido en un vaso desechable trató de apagar el fuego.

 

 

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 _ ¿Qué hace usted?, señor, ¿acaso cree que con dos litros de líquido va a terminar con con las llamas?_ preguntó Esteban.  _No, pero, contribuyo con mi granito de arena. Hago mi parte_ contestó el facultativo. Reanudaron la aventura. Kilómetros adelante observaron que un automóvil tenía su llanta baja, y junto al vehículo estaba el dueño tomando una cola sin intentar algo por solucionar el problema. El chofer interrogó a su jefe:  _ ¿Me estaciono doctor?_ doctor?_  A lo que éste le respondió: respondió:  _No_  Ya amanecía, cuando miran a algunos adultos con la ayuda de dos bueyes, tratando de sacar un carro caído en un barranco.  _Alto, dispuso Jacinto.  _Y ¿Ahora qué?_ indagó indagó el conductor. conductor.  _Vamos a socorrerles socorrerles a esa gente_ manifestó manifestó el galeno. El jeep en que viajaban tenía doble transmisión y wincha para halar. Se bajan, colaboran, y en cuestión de media hora: misión cumplida. El piloto interpeló a su jefe:  _Señor, ¿por qué ayudamos a rescatar el auto y no al individuo anterior a cambiar su llanta, que para mí, es más fácil?_  Jacinto argumentó: argumentó:  _El solidario no sólo se compadece, sino que acude inmediatamente inmediatamente en auxilio dando todo su apoyo. A los que me necesitan, yo les presto mis manos para levantar su carga, como en el caso del vehículo accidentado; mas, no a llevarla como me hubiese tocado hacer con el vago que ninguna intención tenía por cambiar su neumático. Esa es la diferencia. Y si no te quedó claro, ahí te va un proverbio hindú: “Si a la orilla del mar encuentras a alguien con hambre, no le regales un pez, enséñale a pescar, porque si le obsequias le proporcionas comida para un día, pero, si le adiestras en atraparlos le estarás dando alimento para siempre” siempre” _ Eran las ocho de la mañana y ya se empezaba a sentir el calor de la costa. Los paseantes, antes de seguir en su camino se sirvieron un desayuno rápido. A cien metros había un río. Cuando se disponían disponían a bañarse alcanzaron a ver el cuerpo de un chiqu chiquillo illo

 

 

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que se perdía entre las las aguas, se estaba ahogando ahogando.. Sin dudar un sol soloo instante, Jacinto y Esteban van tras él, y el chiquitín vuelve a este planeta. Pasaron momentos inolvidables en que la familia disfrutó de una mañana soleada. Reemprendieron la jornada. A cinco minutos de recorrido había un paradero. Como era hora del almuerzo se sirvieron arroz, patacones y pescado. El padre se acercó a cancelar la cuenta y la propietaria expresó:  _ Señor, Señor, no se preocupe por el pago. El niño que ustedes salvaron de morirse

hoy, es quien en la madrugada sale a coger truchas para venderlas en el restaurante. Él me colabora para que yo pueda ganar algo y así poder dar los estudios a mis otros cinco hijos, pues, mi marido me abandonó hace muchos años_ Bien comidos y con las energías recuperadas se ponen en marcha. Cambio de piloto. Ahora, conduce el médico Jacinto.  _Bastantes horas se han desperdiciado en el viaje, tengo que aplastar el acelerador_ expuso. Esteban replicó:  _El tiempo que es utilizado en favorecer, comprender o apoyar al prójimo para resolver sus problemas, actividades o ideas no es perdido; sino invertido en solidaridad_ Iban a buena velocidad, de pronto, ven a un individuo parado en media vía y con una franela roja daba señales de que detengan el automotor. automotor. Jacinto, apenas tuvo un segundo para soltar el pedal del acelerador y aplastar el del freno. Todos los ocupantes se golpearon ante la frenada brusca. Mientras Esteban se encargaba de atender a los heridos; Jacinto totalmente enfurecido y fuera de sí dirigiéndose al imprudente gritó:  _ ¡Imbécil!, ¿acaso te has vuelto loco? Por no matarte a ti, mi esposa y mis dos infantes están lastimados_ El campesino le explicó:  _Doctorcito,, si yo no hubiese actuado así, en vez de lesionados hubiesen estado  _Doctorcito muertos; pues, el aguacero de anoche se llevó la carretera en una extensión de una cuadra, quedando un abismo de quinientos metros al que ustedes hubiesen caído hasta llegar al río_ Dicho esto, se sacó el sombrero y el poncho, fue entonces, cuando Jacinto se dio cuenta de que se trataba del marido de la parturienta, quien continuó:  _Apenas mi Manuela se durmió después del parto, cogí la receta que usted me dio y en el primer bus que pasó fui al próximo pueblo. Una vez comprado la misma,

 

 

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emprendí retorno, retorno, cuando regresaba ya no pod podían ían pasar los carro carros. s. Caminé por un chaquiñán y me pasé a este lado para prevenirles a los automovilistas que bajasen a toda  velocidad, que la muerte estaba a cincuenta metros; entonces, cuando me encontraba recogiendo ramas para demostrar el peligro que había, vi bajar a su jeep, arriesgando mi pellejo me puse en la mitad del camino_  Al filo del precipicio se abrazaron los dos interlocuto interlocutores: res: el uno agradeciendo por el parto de la Manuela y el otro por las vidas de su familia y de su empleado. Esteban dirigiéndose a su jefe le aseguró:  _No todos los brazos están levantados para asaltar o para pedir auxilio, sino también para salvar a la gente_  _Así es mi querido amigo, el solidario nació para servir a sus congéneres, ya que muy bien sabe, que quien vive para los demás, vive para el mismo. Es feliz toda su existencia, porque habita libre de temores, culpabilidades y preocupaciones, pues, jamás se descuida de nadie: sus oídos siempre están atentos al primer llamado de auxilio, sus ojos listos para ver los eventuales peligros, sus extremidades prestas para intervenir en cualquier momento y su corazón experimenta los más nobles y elevados sentimientos de amor a sus similares, siendo copartícipe con sus sufrimientos y desgracias. Siempre opera en favor de los demás en atención a sus necesidades; jamás a la ostentación, reputación o ventaja personal, algo que es cosa rara en los terrestres, es una excepción provechosa en utilidad de la convivencia humana_ terminó diciendo el cirujano Jacinto.  Ayuda a los demás teniendo tus dos manos siempre bien abiertas y alargadas, con los dedos totalmente extendidos y sin doblar uno solo, prestos a socorrer a los necesitados que te requieran, ofreciéndoles todo de ti; pues, lo que hoy efectúes por alguien, mañana otros practicarán contigo, hasta que en algún instante, todos habremos realizado algo por todos. El calor de la solidaridad sin límites sólo puede darse de parte de los seres dotados de la razón, sin que importe que sea grande o pequeño, lo que interesa es que ejecuten un beneficio sin fijarse en la cantidad o tamaño; ya que, muchas veces es mínimo lo que se da, pero, muy grandioso el efecto que con ello se obtiene. El mérito no está en el pensamiento, en la insinuación o en la intención; sí, en el entusiasmo de la acción; no basta solamente con querer ejercer, es preciso cumplir, es decir, en los resultados mejor que en las palabras. Son reprochables los hombres cuyos actos

 

 

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desmienten a sus afirmaciones, pues, dicen una cosa que supuestamente les sale del corazón y hacen lo contrario en el momento de la ejecución. Así mismo, importa mucho la manera de dar o hacer, ya que vale más como se da y se hace, que lo que se ha dado o se ha hecho. Cualquier servicio a tus vecinos efectúalo sin que la siniestra sepa lo que realiza la diestra, porque entregar con ostentación es mucho peor que no donar. En la vida siempre tendrás infinidad de oportunidades para obrar bien con acciones bondadosas sin ser notadas, y una sola posibilidad para ejecutar un acto noble delante de los ojos de la gente. Escoge, ¿cuándo te conviene proceder? Montaigne recalcaba: “No te preocupes preocupes tanto en saber lo que eres para los demás, como saber lo que eres para ti mismo” Recuerda mismo” Recuerda con empeño las hazañas que a ti te practicaron, mas no, las que tú llevaste a cabo por alguien. Sé solidario haciendo a los demás tan felices, de la manera como eres tú; respétales, hónrales y ayúdales a ilustrar su entendimiento para la práctica de valores y  virtudes, dejando de esta manera rastros y huellas imborrables de humano de bien en la historia de la sociedad a la que te pertenezcas, la misma que recordará a los pocos fraternos como tú y borrará de sus páginas a la infinita lista de egoístas y quemimportistas. Compórtate de tal manera que tus actos sirvan de inspiración y guía a tus semejantes. Sé agradecido. ¿Por qué? Porque el agradecimiento es una virtud, por lo tanto,

es obligación del virtuoso que ha aceptado un favor, ser reconocido y recíproco; no por un simple cumplido en aplicación a una norma de cortesía ni por conveniencia, sino porque agrada y hace bien al alma; y de esta manera los mortales de buenas costumbres pasarán toda su existencia retribuyendo y auxiliándose mutuamente hasta el fin de sus días. Sentir gratitud y devolver el apoyo recibido tiene doble valor.  Samuel, era un niño huérfano que tenía apenas diez meses de edad cuando sus padres murieron en un accidente de tránsito. Hasta los doce años residió en el “Hogar para niños desamparados “Géminis, Géminis,”” creciendo en medio de la alegría de los religiosos, profesores y demás compañeros que vivían en el orfanato. Fue un chico inteligente, fuerte, colaborador, etc. Pasó el tiempo. Al terminar la primaria, sus problemas comenzaban, pues, en el orfelinato ni en el pueblo había colegio; esto le causó profunda tristeza, él quería continuar sus estudios secundarios. Se despidió del padre Máximo  Torres que era el director, de los sacerdotes, maestros, amigos y demás compañeros, y

 

 

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con sus documentos estudiantiles en su mochila emprendió viaje en busca de nuevos horizontes. Caminó sin rumbo, y todo transeúnte con quien se encontraba le preguntaba:  _ ¿A dónde vas buen buen muchacho? _  _Ya quisiera yo tener tener la respuesta_ contestaba contestaba el pequeño pequeño.. Por fin, llegó a un pueblo donde estaban construyendo una urbanización con cinco mil departamentos. Habló con el jefe de la obra para que le permita pernoctar esa noche entre las paredes de las viviendas, y a la vez, le solicitó que le diera trabajo.  _Sólo tengo aprobado hasta el séptimo grado de educación básica. Quiero camellar para concluir el bachillerato. Por favor, ayúdeme señor, se hacer de todo, y además tengo una buena formación moral que me la dieron los curitas donde pasé mi niñez_ afirmó Samuel.  Al siguiente día se levantó muy temprano, empezando así una nueva etapa.  Trabajaba de peón hasta las 17h00, y por la noche estudiaba en un colegio nocturno del pueblo. Pasaron los años. Samuel continuaba en diferentes funciones en esa misma constructora de residencias, hasta que culminó la secundaria. Por sus actividades le gustó la ingeniería, y así fue como en la universidad se graduó de ingeniero civil con las más altas calificaciones. Una vez obtenido su título, primero, se empleó para el estado; luego, en una empresa privada, hasta que decidió poner su propia compañía. Samuel fue un próspero profesional. Un lunes, después de su jornada laboral, en su oficina enciende el televisor y escucha una mala noticia. El periodista informaba:  _El hogar para niños desamparados “Géminis Géminis”” fue consumido totalmente por las llamas a causa de un corto circuito. No hubieron desgracias personales que lamentar, y los chiquitines, hasta segunda orden tendrán que ser recibidos por gente piadosa_ Después de una semana, el Padre Máximo Torres, que a la época estaba muy  viejo, todavía continuaba al frente de la institución, organizó una tele maratón con el fin de recaudar fondos para adquirir un nuevo local. Samuel, después de sollozar por algunos instantes recordando su primera casa, llamó al siervo de Dios y le manifestó:  _Padre Torres, el dinero que recaude no le va a alcanzar para nada. Yo le ofrezco conseguir en comodato por cincuenta años, un edificio escolar de un amigo; usted, sólo comp compre re las mesas y bancas_

 

 

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Samuel, enseguida, sin pérdida de tiempo compró cuatro hectáreas de terreno.  Todo su equipo de ingenieros, arquitectos, a rquitectos, contratistas, albañiles, carpinteros, plomeros y electricistas concentró en la construcción del Centro Educativo. Era un viernes, fin del mes de agosto, y la siguiente semana debía comenzar el año lectivo. Samuel telefoneó nuevamente al Padre Torres para preguntarle dónde estaban los pupitres para llevarlos al moderno y flamante inmueble. El lunes todo estaba listo. Las personas caritativas que temporalmente se hicieron cargo de los chiquillos fueron al lugar indicado. Se dio el programa de inauguración del período escolar en el que constaba que un señor barbudo de cincuenta y dos años, quien, vestía pantalón jean y usaba casco, haría el develamiento de una placa recordatoria que decía: “La hora de cosechar lo que usted Padre usted  Padre Torres sembró hace cuatro décadas llegó. Con todo cariño para el hogar de niños desamparados “Géminis” “Géminis”,, de parte del Ingeniero Samuel Pérez” Pérez”. Acto seguido le entregó al fraile las escrituras de la institución. El reverendo que no le l e reconoció expresó:  _Este gesto noble que usted ha tenido con los huérfanos lo llevaré eternamente grabado en mi memoria, para decirle “Dios le pague” pague” en mis oraciones diarias_ Samuel, por su parte, declaró:  _Padre Torres, usted no tiene nada que agradecer, el reconocido soy yo, de todo lo que hizo por mí. ¿No se acuerda quien soy?_ El religioso, por su edad no pudo soportar tan grande emoción, después de abrazar a su ex pupilo se desmayó.

Si eres virtuoso en ayudar al prójimo debes tener tus manos extendidas y muy dispuestas a hacer cuantos beneficios te sea posible, sin que te importe que seas defraudado por el favorecido. Hazlo nuevamente las veces que sea, sin desmayar, que después de soportar tantos servidos que ignoran lo que significa la gratitud, vendrá un reconocido, futuro hombre ejemplar; claro, por desgracia, los que recuerdan y dan gracias por un favor son más fáciles de contar del uno al diez, que los que olvidan. Una alternativa para evitar la ingratitud de la gente es que no le hagas ningún bien, actitud que no es compatible con un bondadoso como tú. Juan Montalvo manifestaba: “La ing ratitud ratitud es manceba del demonio”. Prudencia es la habilidad de las personas para hacer o decir lo que es conveniente, sensato o exento de peligro. Sé prudente obrando y no sólo predicando,

 

 

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porque esta virtud es un hábito práctico que trata conforme a la razón, lo que a sí mismo y a los demás conviene. En cierto lugar vivían ccuatro uatro herm hermanos anos brahamanes que se tenían el mayor afecto. Tres de ellos se habían instruido en todas las ciencias, pero, carecían de prudencia; el cuarto no había estudiado, mas, era muy cuerdo. Una vez se pusieron a deliberar:  _ ¿Qué vale el saber si no sirve para adquirir fortuna visitando países extranjeros y ganando el favor favor de los príncip príncipes? es? ¡Vamos, todos a otra otra nación!_  Así lo hicieron, y cuando habían recorrido par parte te del viaje, dijo el mayor mayor::  _ Hay uno entre nosotros, el cuarto, que no posee estudios, solamente discreción. Los reyes no hacen regalos a la cordura sin ciencia, así que no le daremos parte en lo que ganemos. Que desande, y se vuelva a casa_ Entonces añadió el segundo:  _ Tú, que no tienes tienes preparación y eres tan prudente, rregrésate._ egrésate._  Y el tercero prpuso: prpuso:  _No es lícito obrar así. Juntos hemos jugado desde la infancia, que venga con nosotros, se lo merece, y que participe en la riqueza que adquiramos_  Acordado así, continuaron su camino y vieron en el bosque la osamenta de un felino. Manifestó el uno:  _Vamos a probar nuestras teorías: aquí yace un animal muerto, le devolveremos la vitalidad con nuestro saber. Yo sé ordenar y juntar los huesos_  Afirmó el segundo: segundo:  _Yo sé poner la piel, piel, la carne y la sangr sangre_ e_  Aseguró el tercero: tercero:  _Yo sé infundirle infundirle aliento, fuer fuerza za y movimiento_ En efecto, el primero juntó los huesos, el segundo le puso la piel, la carne y la sangre, y cuando el tercero estaba a punto de darle vida se lo impidió el juicioso, exclamando:  _ ¡Es un león. Si le resucitas, nos aniqu aniquilará ilará a todos!_ El otro insistió:  _ ¡Necio! No permitiré permitiré que m mis is conocimientos qqueden ueden estériles en mi mi mano_ Repuso aquél:

 

 

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 _Pues espera un momento, hast hastaa que yo haya subid subidoo a ese árbol_  Así se hizo; el león revivió, dio un salto y mató a los tres. El discreto piso tierra cuando el rey de la selva ya se había alejado y volvió a su hogar diciendo: _Más vale sensatez que sabiduría; la prevención es superior a la erudición. El que carece de discernimiento perece como los hacedores de leones.   (Tomado de la obra de Pantchatantra)  Así como Dios nos creó con cabeza para pensar, boca para hablar, manos para trabajar, pies para andar, nos dio también prudencia para guiarnos en la vida. Miguel de Cervantes Cervantes expresaba: “Porque se que una de las partes de la reflexión es, que lo que se puede hacer por bien, no se haga por mal”.  mal”.  Honesto es la persona que no es capaz de actuar en contra de lo que es correcto

o es conforme con la ley moral. La virtud no está en parecer, sino en ser decente con la cabeza, ojos y manos; no sólo tiñéndose superficialmente, sino empapándose  íntegramente de honestidad, ya que ésta es una de los pocas riquezas perfectas del hombre, pues, no hay otro bien en el ser humano que sea mejor que la integridad personal. Tus pensamientos y actuaciones fundamentados en la honradez que no conoce medida, te traerá tranquilidad, prosperidad y felicidad para ti, tu familia y la sociedad donde ejecutes tus actividades diarias. El proceder con dignidad produce una incomparable satisfacción, a la vez, orgullo por tener una conciencia blanca y pura. Lucía, una mujer adinerada que vivía en Quito y tenía una propiedad de 5.000 Has. en el sur-oriente de Pichincha, se enteró por medio de un periódico de circulación nacional, que El Gobierno del Ecuador, para garantizar la propiedad privada agraria en cuanto cumpla con la función económica-social que le corresponde, c orresponde, el jueves 23 de julio de l964 expidió la Ley de Reforma Agraria y Colonización, entre otras razones:  _Evitar el acaparamiento acaparamiento de la tierr tierra; a;  _Procurar el mejoramiento de las condiciones de subsistencia del campesino y del trabajador agrícola, con una progresiva eliminación de sistemas de explotación como el arrendamiento y la aparcería; y su acceso a la propiedad del terreno. Por su parte, el IERAC constituía su patrimonio con suelos adquiridos mediante expropiación de: los campos ociosos, entre ellos, los pastos naturales que pudiendo serlo no fueron aprovechados organizadamente durante tres años consecutivos; las haciendas laboradas por más de tres años por quienes no tengan

 

 

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 vínculo contractual con el terrateniente; las fincas que permanecieren abandonadas sin causa justificada por más de tres años seguidos; los latifundios deficientemente utilizados; el excedente, según el caso, ya que ninguna persona natural o jurídica podía ser propietaria: en la costa, de más de 2.500 Has., y en la sierra, de más de 800 Has. No se salvaban ni los predio predioss rurales de propiedad ffiscal, iscal, municipal, ddee Universidades, Colegios, Juntas de Beneficencia, Caja Nacional del Seguro, etc. que debían ser adquiridos preferentemente preferentemente por el IERAC, para adjudicar a los minifundistas. minifundistas.  A Lucía, la noticia le causó estupor. Esta ley iba en contra de sus intereses económicos, por cuanto podía perder la totalidad de sus tierras. Tomó su vehículo y se trasladó inmediatamente hasta allá, y apenas llegó, ordenó a su mayordomo, de urgencia convoque a una reunión a toda la gente que de una u otra forma laboraba sus terrenos. En efecto, eran las siete de la noche y el patio se llenó de mayorales, vaqueros, pastores, trabajadores agrícolas, la mayoría de ellos sin una relación laboral contractual, y partidarios a quienes les informó:  _En vista de que el gobierno gobierno ecuator ecuatoriano iano ha creado el IE IERAC RAC con la finalidad de quitarnos los bienes a los ricos para entregar a los pobres, he decido, yo misma repartir todo lo que aquí tengo, a los que en las próximas siembras y cosechas mejor cultiven y me den mayor cantidad de maíz por una hectárea que a cada uno señalaré. La ceremonia se realizará en la plaza de nuestro pueblo ante el señor cura, teniente político y notario_  Años antes de la oferta, los campesinos campesinos solamente ponían en manos de la señor señoraa una mínima parte de lo que realmente producían las parcelas; después de la propuesta, todos se esmeraron en labrar cada sitio asignado. Esta vez, pusieron una semilla junto a otra con la finalidad de que se les multiplique, y se fueron a sus casas. Al siguiente día, Pedro, quien tenía a su cargo los criaderos de gallinas y chanchos que por todas partes habían en la hacienda, a fin de hacer una limpieza total de los galpones y corrales, luego  vacunarles y contarles de uno en uno, sacó a aves y cerdos; pero, mientras éstos se encontraban afuera, unos y otros escarbaron y hocicaron el suelo y se comieron hasta el último grano de lo que hombres y mujeres habían sembrado horas antes, razón por la cual, al pasar el tiempo y ante el asombro general, nada que ver. Se enteraron de lo sucedido mucho tiempo después, por lo que era imposible que empezaran de nuevo en la labranza.

 

 

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 _Vivos que somos, rápido que pensamos_ dijeron ellos cuando supieron la  verdad. Como no tenían nada que ofrecer a la dueña, les vino una idea: comprar a los comerciantes lo más que pudieran y presentarse ante la señora. Llegó la fecha esperada. Ante el notario público y más autoridades; Lucía, para sorpresa de todos no adjudicó su patrimonio rústico a los que más quintales de maíz le habían otorgado como fue su ofrecimiento, sino a Andrés, que ni siquiera se presentó, por lo que dispuso que el mayordomo vaya por él. Al ser preguntada por uno de los que se creía ganador, ella le contestó:  _Andrés es a partir de este instante el exclusivo propietario de este inmueble agrícola, porque fue el único partidario honesto que cada año me hacía llegar todo lo que a mi me correspondía; hoy, no ha traído algo, quien sabe por qué motivo; además, es prácticamente imposible que el campo, según todos ustedes, antes generaba diez tantos menos, hoy rinda cien veces más _ El maíz, por la exagerada adquisición que hubo en esa semana subió de precio, por lo que, la hacendada al volverlos a vender, recuperó lo que en 15 años no había recibido. El honesto, jamás hace algo que no deba efectuar ni pasa por alto nada  que sus principios morales le impulsen a realizar. Por las dificultades propias de la vida, si alguna  vez atraviesas por momentos de incertidumbr incertidumbre, e, déjate conducir por la honestidad a cualquier parte que te lleve, porque su firmeza e influencia son muy grandes, infinitos e incomparables. Partiendo de la honradez, haz todo cuanto debas ejecutar, todo lo que creas que es intachable obrar, sin importarte si es difícil, sacrificado, arriesgado o no recibas tu recompensa; además, sin preocuparte que lo conozcan y crean los demás que eres correcto, pues, lo que interesa es que tú lo sepas. Prepárate inclusive a padecer, a recibir agresiones físicas y verbales y a tener contratiempos por defender al pudor; no sufras, hazte el desentendido, y continúa por los caminos del decoro sin dejarte conmover por las injurias y reclamos de los corruptos y deshonestos; menosprécialos, y sigue tu trayecto dignamente. Sócrates decía: “Entre las opiniones de los hombres hay   unas que son dignas de la más alta estimación y otras que no merecen ninguna”. ¿Son apropiadas e irreprochables tus actitudes en tu convivir diario? Felicitaciones, ¡ojalá! medio mundo se enterara; pero, si son vergonzosas, pobre de ti  

 

 

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con semejante testigo que es tu conciencia, que todo lo descubre, nada ganas con que nadie note. Deshonesto es sinónimo de inmoral, es todo lo que se opone a la rectitud o a las buenas costumbres; por lo tanto, no desees ni efectúes nada despreciable, siempre evita, no lo realices jamás aunque de por medio haya dinero, poder o cualquier clase de recompensa. Que no haya fuerza humana o sobrenatural que apartándote de lo púdico te lleve a lo indecente. Conságrate a la decencia con toda la energía de tu alma y condúcete por sus sendas ejecutando todo lo que sea razonable, útil y provechoso, aunque seas víctima de los malos y descarados.  Los corruptos que anteponen su propio beneficio en contra de todo y de todos son innumerables: nacen, florecen y maduran en todas partes; pero, si haríamos un censo de las ánimas, en vano buscaríamos una por toda la tierra cuyo poseedor alzara su mano reconociéndose como tal. Los corrompidos simulan ser honestos mientras esté de por medio alguna recompensa o utilidad; listos a pasarse en cualquier instante al bando contrario, si los ilícitos que allí se cometen son más prometedores y tienen más ventaja, sin saber que, de los mismos placeres delictivos surgen causas de dolor interminables, que no tienen remedio alguno ni con la muerte. Los corruptos, seguros de la impunidad y conocedores de que no existe ninguno que no tenga su defensor, viven aplicando tranquilamente todas sus fechorías, una más grande que otra, porque saben de memoria, que sus delitos en complicidad con ciertos jueces que viven de la corruptela, pueden las veces que ellos quieran soslayar la pena. Si quieres tener una existencia feliz, cuida que en tu vida diaria resplandezca la ética, y verás que cada amanecer será mejor que el anterior; haz que la justicia, la  veracidad, la lealtad, la prudencia, la honradez, la responsabilidad, etc., continúen regulando tu camino; y a la vez, evita tanto como puedas los falsos beneficios que esconde la corrupción. Ejecuta una campaña contr contraa este vicio y otros como la mentira, la irresponsabilidad, la impuntualidad, etc., haciendo que tus palabras resuenen por donde tú vayas. Si no encuentras eco en tu consigna ética, no te preocupes haberlo hecho en vano, si los valores y virtudes los aprendiste para ti; porque éstos, al adentrarse en tu psique adornarán tu vida interna que se reflejará en el mundo exterior, pues, es de adentro hacia fuera donde los demás admirarán tus cualidades.

 

 

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La honestidad está al alcance de todos, sólo necesitas de voluntad; sin embargo, somos nosotros los que no queremos poseerla, especialmente los deshonestos, porque se han acostumbrado a los falsos encantos de la venalidad.  El respeto. De acuerdo a la vida moral de cada hombre son su lenguaje y sus

actos. El respetuoso, con palabras sencillas y bien intencionadas habla con serenidad, es muy agradable, cuidadoso y seguro en su conversación. El respeto que empieza por uno mismo, es la base fundamental para mantener una armoniosa relación familiar, matrimonial, estudiantil, laboral y social con nuestros semejantes. La cortesía debe estar en todo lugar y tiempo en que te encuentres: así, en casa tienes que honrar a tus padres y ser amable con tus hermanos y demás parientes; en el colegio, educado y obediente con tus maestros y observar compostura con los estudiantes; en el trabajo, sometimiento y cumplimiento con tus jefes y atento con los compañeros; y en general, urbanidad a todos los miembros de la comunidad en que habitas. Convive con tus congéneres de tal manera como a ti te gustaría que te consideren. No trates a nadie como no quisieras que lo hagan contigo, porque de tu actuación con los demás, depende su reciprocidad. Procede con un inferior de la misma forma que desearías que un superior actúe con tus hijos. Aprende que no hay nada tan  vil, como ser prepotente prepotente con el subalterno.  La persona atenta no se hace por la fuerza, sino porque su conciencia y sus propias iniciativas por el bien de la armonía terrestre lo empujan a ser cortés; sus actos son espontáneos sin que la coacción ejerza presión alguna sobre ella, ya que todo lo que hace educadamente por el prójimo obedece a su propio impulso, mas, no por miedo o temor. “La  Pachamama Pachamama”, ”, como se le llamaba a este jardín extenso, era un lindo lugar para la recreación familiar. En primavera había toda clase de plantas con capullos de púrpura, y se llenaba de flores silvestres que exhalaban infinidad de deliciosos aromas que vagaban bajo la atenta mirada de la luna y las estrellas en las noches frescas y claras, como un alma perfumada con fragancia de mil clases de rosas; en otoño, los árboles se cargaban del exquisito fruto de su especie, y los pájaros que se posaban aquí y allá sobre sus ramas, gorjeaban música encantadora, tan dulcemente lo hacían que parecían ser una

 

 

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orquesta celestial que al al llegar al oído de los ni niños, ños, éstos, dejaban sus juegos y corr corrían ían hasta el sitio donde se encontraban para escucharlos atentamente. atentamente. Era un paraíso, donde la gente, después de un par de horas de permanecer allí, recuperaba meses de energía perdidos en la metrópoli donde residían y trabajaban. Por todas partes había adultos, jóvenes y chicos disfrutando del campo y aire libre, y este pedazo de cielo orgulloso de tener a tan ilustres visitantes. En la floresta habían mariposas de todos los colores y tamaños que con su vuelo coqueteaban a todos los chiquillos, quienes, corrían tras ellos, en pos de capturarlos. Un fin de semana en este edén era una escena incomparable, hasta que un día de verano, dos sujetos desalmados, de una manera cobarde, sin respetar a la naturaleza, le prendieron fuego. La radio y la televisión difundían la noticia: “Hay un incendio de gran magnitud que está acabando con llaa flora y fauna de la “Pachamama Pachamama”. ”. Un gran terror se apoderó de la población que pensaba lo peor. El gigante parque natural, al que a diario acudían miles de familias estaba envuelto en llamas de tan magnitud que hasta las piedras se asemejaban a aquellas que son arrojadas por un volcán en erupción, y el e l humo alcanzaba alturas interminables. Los bomberos se ponen en marcha. Después de haber andado la mitad del camino miran un cuadro desgarrador que se revelaba en la palidez de sus rostros: la casa del guardabosque había desaparecido, aves que volaban por el cielo sin rumbo fijo, mamíferos con sus pieles chamuscadas deambulaban sin cesar y huían sin saber a dónde. Los de la casaca roja siguen montaña arriba, y después de media hora llegan al lugar del siniestro. La hoguera ya había sido apagada por la brigada de aviones. Aquí, todo era tétrico. En la tierra donde se produjo la quema sólo habían árboles de color negro: unos yacían en el suelo, otros todavía se mantenían en pie. Por algunas partes aún ardían pedazos de madera, y se percibía un olor insoportable a humo y carne. Cuando los bomberos regresaban cumpliendo su misión, uno de ellos vio a un águila muerto con las alas abiertas, abiertas, le alzó con sus manos y ¡oh sorpresa!, sorpresa!, encontró a un aguilucho de algo así como de ocho días de nacido, incapaz todavía de volar, estaba intacto, pero, muerto por asfixia. El instinto de madre no le permitió abandonar a su hijo, por el contrario, le protegió con su cuerpo. Por doquier se hallaban cuadrúpedos que en su boca llevaban a sus cachorros tratando de salvarles la vida; no pudieron, perecieron. El jefe dijo: “Doy gracias a Dios no haberme encontrado con el ruin que prendió la brasa, para no verle la cara de este repugnante insolente; y de haberle visto a

 

 

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este canalla, le hubiera amarrado a un pino que todavía ardía para que sienta en carne propia lo que hizo”. En el lago encontr encontraron aron animales que se habían lanzado al agua en su afán de evitar la fogata. Guiados por su sexto sentido ni una sola bestia se atrevió a ir por el bosque en mucho tiempo, porque la desolación de éste y el trauma de aquel no le permitía; ni los carroñeros se arriesgaron, ya que el miedo a lo que quedó convertido era más fuerte que el hambre. Algunos años habrían de pasar para que el paraíso que se convirtió en infierno recobre su movimiento y actividad, y se vuelva a escuchar el trinar alegre de los pajarillos, especialmente el del jilguero. El hombre está obligado a tener un cierto respeto y un general deber de humanidad, no sólo portándose bien con los animales domésticos que tienen sentimientos, sino además, con los árboles y las plantas que también tienen vitalidad. Debemos tratar con educación a nuestros similares; así como brindar cuidado, protección y benignidad al reino animal y vegetal, ya que todos, en conjunto, formamos el mundo creado por Dios. En los individuos irrespetuosos, el lenguaje es su mejor aliado; creyéndose muy  viriles dan rienda suelta a su jerga obscena, cuyas palabras ca causan usan dolor y sufrimiento, incluso, cuando no hablan, porque hasta en su silencio reflejan la vulgaridad. La conversación de estos estos seres es muy perniciosa, hier hieree mucho a los oídos de cu cuantos antos les escuchan. Atentan contra todo principio ético y a las más elementales normas de cortesía, demostrando de esta manera cuán bajas y perdidas están sus almas, que por donde van, en cualquier lugar y tiempo, causan daño. Los sujetos irrespetuosos son tipejos que están en proceso de retroceso moral. Con sus juicios adversos a lo que el raciocinio aconseja, siempre están y de mil agrados dando crédito a las opiniones y conceptos carentes de la verdad.   Son mal educados,  vulgares, rústicos, degenerados, groseros, traicioneros, monstruos crueles que al atentar contra la sociedad sienten admiración y jactancia por sí mismos, sin darse cuenta que sus actitudes despreciables son indignas de un ser humano. Sus víctimas caen en sus garras creyendo que son amables, pero, hay que temblar y huir cuando saludan y sonríen. Esta clase de gente no vive conducida y guiada por lo que la razón le dicta, sino gobernada por sus bajas pasiones.

 

 

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 Apacible es quien carece de brusquedad o violencia. Sé un personaje pacífico demostrando ser dulce y contentando en todo al prójimo, sin ningún otro interés que no sea el de hacerle feliz; pero, si tienes conveniencia personal, entonces, eres un hipócrita. La ira es la pasión fuerte que hace perder el dominio de una persona y cometer  violencia física y verbal; entonces, evita la cólera desmesurada, porque te puede engendrar la locura que terminará acabando con las relaciones afectivas familiares y sociales. No seas un individuo terrible contradiciéndote y enfureciéndote con todos, porque terminarás terminarás tu vida solo, ya que, a esta clase de sujetos no se les puede tener ni de amigos ni de compañía; tampoco seas impetuoso, porque las consecuencias son nefastas. El dominio de sí mismo es requisito indispensable para imponerse a los demás.  Aprende a gobernarte, para dirigir, liderar y mandar a tus semejantes; y conducirás a todo el mundo, si te dejas guiar por la razón. Trata de manejarte en la alegría que es un bien deseable y en la ira que es algo admirable. Con buen carácter serás más digno de ser amado, considerado y respetado, y por ende tendrás un buen destino. Respétate, controla tu temperamento; y si eres mal genio, rectifica, porque no hay nada tan fácil como intentar cambiar a tiempo de conducta y modales, sólo necesitas de voluntad. Cuando estés enojado, serénate y verás las cosas de diferente manera; piensa en la mansedumbre y sé tranquilo para que vivas libre de alteraciones, conforme te manda la reflexión.  Los alterados y furiosos fácilmente se disgustan y remueven sus malas intenciones planeando la satisfacción de sus perversas ideas, dando así rienda suelta a todo lo que en sus momentos tranquilos ocultan; por lo que, antes que dar paso a tus ataques coléricos, aprende a frenar esos impulsos negativos no dejando que tu enfado avance y se prolongue por mucho tiempo, porque después será difícil de aplacar a menos que sea vengándote.  Vengarse es ofender o ejecutar ejecutar un daño a alguien en respuesta a lo que éste hizo. La revancha no cuadra al hombre de bien, pues, es efecto de cosas ruines, las que el mortal bueno no las hace. Si te nace la idea de desquitarte, resístete, y así vivirás tranquilamente. tranquilament e. La vendetta arrastra con todos sus males al vengador. Pepito, cierto día asistió a un evento evangélico, y se acomodó en la última banca. Una vez terminado la reunión, uno de los asistentes le preguntó:  _ ¡Oh, querido querido hermano! ¿Es la pprimera rimera vez que te veo por aquí?_

 

 

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 _ Verdad, es la primera primera y la última ocasió ocasiónn _ respondió.  _ ¿Por qué, acaso no te gustó el ser sermón món del pastor?_ in interrogó terrogó otr otro. o.  _ Para nada. Debiera avergonzarles que sus líderes y fieles no confirmen en la práctica lo que predican, sólo actúan de modo verbal_ contestó Pepito  _Nuestro reverendo es un hombre intachable, en cuya vida lleva una conducta ejemplar, razón por la cual, ha sido querido y respetado por toda la comunidad desde que ha estado al frente del templo predicándonos la palabra de Dios para conocer el camino de la salvación eterna_ afirmó un ttercero. ercero.  _Ustedes son unos simples paganos, resentidos de la iglesia católica, guiados por otro igual o peor al que llaman pastor, con una verborrea en las parábolas de una ignorancia total_ total_ terminó diciendo Pep Pepito. ito. El aludido, que había oído toda la conversación, intervino interpelando:  _Hermanos, declaren si yo en los cinco años que estado junto a sus familias, en algún momento he ofendido a alguien, con excepción de ese estúpido del conserje que le cancelé por no mirarme bien; confiesen, si excepto de la esposa del prelado anterior, con quien me casé en segundas nupcias, he tenido ojos para otra mujer; cuéntenme, si a más de los diezmos que les cobro puntualmente puntualmente cada dom domingo, ingo, les exijo un un centavo adicional. Todo mi tiempo lo invierto solo o acompañado en orar por la paz mundial, por el amor entre el prójimo, por la salud de cada uno de nosotros. ¿Dónde van a encontrar uno mejor que yo? Si vosotros algo me quieren y son leales conmigo, propínenle unos puñetazos en la boca de este injuriador_ En efecto, con el religioso a la cabeza, todos le dieron a Pepito una paliza para el santo y la víspera, agresión que le mantuvo durante dos meses en el hospital; éste, juró  vengarse hasta sentir singular júbilo de la victoria. ¿Cómo? Matándole. Así fue, después de que salió del centro médico, el primer domingo se disfrazó y se fue nuevamente al encuentro evangélico. Se sentó en primera fila frente a su mortal enemigo. Concluida la cita dominical, el mismo lisonjero que la ocasión anterior le consultó sobre su líder,  volvió esta vez a indagarle: indagarle:  _ Hermano, ¿qué ¿qué opinión tienes ddee nuestro pred predicador?_ icador?_  _ Pues, me he quedado sorprendido de su carisma, en ninguna basílica ni catedral he visto otro igual a él. Su bondad, su ternura, su piedad, su tolerancia, son cualidades que le hacen destacar sobre los demás eclesiásticos, que ni el mismísimo finado Papa de nosotros los católicos, que ya le van a canonizar, no hubiese tenido nada

 

 

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que enseñarle a tu reverendo_ reverendo_ admitió P Pepito epito y dir dirigiéndose igiéndose a su adversario le manifestó:  _Excelencia, en vista de lo lo barbirru barbirrubio bio que eres y de que ést éstaa es la última vez que puedo asistir a este templo, por cuanto, por razones de trabajo parto en una hora hacia el oriente; te imploro, que me permitas hacer un amuleto con lo que adorna tu rostro, para que me de suerte y me proteja de los demonios_  _ ¿De qué cantidad precisas?_ le averiguó el siervo de Dios.  _Necesito siete pelos, uno por día, porque mis actividades las programo semanalmente_ explicó Pepito. El místico, al escuchar estas palabras, engrandeciéndose como un pavo real extendió su mandíbula para que Pepito obtenga su milagroso talismán, expresando:  _En atención a tu humilde devoción por mi barbilla, tomad los que necesites, para que con sus poderes te cuiden durante la semana_ Pepito, se arrodilló y con extrema reverencia arrancó cuanto requería del prelado, y después de pasarles por su corazón, su cabeza y el cuerpo entero, los guardó dentro de la billetera. Los demás miembros que observaban los acontecimientos, al unísono solicitaron:  _Pastor, dadnos a nosotros también ese privilegio de tener un símbolo de la fortuna y del amor_ Y en cuestión de segundos, todos extrajeron de uno en uno la barba que cada quien necesitaba para su fetiche semanal, quincenal, mensual o anual. Fue cuando el religioso comenzó a suplicar ¡Ya basta! y les aseguraba que tan sólo un vello era suficiente para salvar sus almas; demasiado tarde, en la cara del barbudo no quedaba nada, sólo dolor. Por su parte, Pepito, aprovechando el amontonamiento de los ingenuos evangelistas, salió del lugar sin que nadie se diera cuenta, reconociendo:  _Matar a cualquiera por desquite es no hacerle sufrir sus efectos; el ajuste de cuentas es dulce, placentero y satisface mucho más cuando se hace sentir_ El humano pacífico no es vengativo; por el contrario, es benigno y misericordioso, porque sabe que es mejor vivir en paz que en guerra. Los rencores que guardes por toda la vida serán una carga muy pesada que te impedirá que seas feliz; entonces, no admitas a la venganza como parte de tu existencia.

 

 

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Injurias.  El lenguaje es otr otraa de las armas más poder poderosas osas de los malvados, pues, pues,

lo aplican en la injuria en contra de sus semejantes. Pero, ¿qué tiene que ver la infamia con un hombre malo? Mucho. ¿Por qué? Porque la ofensa es el alma envenenada de los perversos y de los individuos de corazones pequeños inclinados a la maldad, puesto que les atormenta las cualidades, las virtudes, el éxito y la felicidad del bueno. Los improperioss que brotan de aquellas entrañas están cargados de envidia de la prosperidad improperio ajena. El calumniador es un tipejo de la peor condición humana, es el que más ejercita la lengua en contra de la vida privada y familiar de los demás. Es el más despreciable y cobarde mentiroso que con sus expresiones y ataques dirigidos a todo el mundo para empañar su honra y reputación, así como para mancillar su honor, insulta a todos los que por sus méritos no les puede igualar. Después de sembrar la intriga, de lanzar todo el veneno y de decir algo falso, que ni sabe, peor que esté seguro; cuando tiene que enfrentarse a la víctima, jamás se afirma ni se ratifica, pero, sí insinúa sin temor alguno, con el descaro más grande. Había una vez, un caballero apacible que tenía entre otras virtudes, la de saber perdonar a todos los que le ultrajaren. Cierto día, se encontró con un ruin, y sin que mediara motivo alguno de su parte, aquel empezó a agraviarle, le dijo de todo, y este señor sólo se limitaba a reírse, a lo que el agresor más se enfadaba. Uno de sus vecinos del barrio que presenciaba los acontecimientos le preguntó:  _ ¿Amigo, por qué soportas tant tantos os atropellos sin hacer algo por defen defenderte?_ derte?_  A lo que contestó: contestó:  _Sencillo. Me tildó de ladrón, jamás he robado algo a alguien. Me dijo forajido, no  me llega, pues, no tengo cuentas pendientes con la justicia, porque nunca he cometido un solo delito. Me tachó de bastardo, tampoco   me afecta, ya que mis padres son casados entre sí; es decir, nada de lo que él expresó soy yo. Si a ti te dicen: César Gonzáles, tienes que presentarte en las oficinas de La Junta de Beneficencia de Guayaquil para cobrar el premio mayor de la lotería, ¿Acudes o no a la cita para recibir el dinero?_  _ No_ respondió respondió el morado moradorr.

 

 

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 _No vas, ya que tú no eres esa persona, no tienes ese nombre ni tampoco compraste un guachito. Entonces, todo lo que me decía ese patán, al no ser verdad, no era a mí a quien se dirigía; en consecuencia, esas blasfemias blasfemias no me llegaban, llegaban, le salían de su boca, pero, le quedaban en él mismo, no tenían destinatario. Además, cuando me encuentro con esta clase de seres movidos por el deseo y por la crueldad de perjudicar, que generalmente no emplean sino la lengua, que no usan más ventaja que la de sus pulmones y voz, lo primero que hago es perdonarles, porque no saben lo que vociferan; pues, lo que les sale por arriba es de iguales características de lo que evacúan por abajo_ manifestó el afectado.  _ Tu hermano que estaba contigo tampoco reaccionó_ afirmó otro de los presentes_    _ Él es ciego y no veía veía a quien el insolent insolentee apuntaba_ expli explicó có el ofendido.  _ ¿Acaso tu otro otro ñaño también eess ciego?_ Interrogó un residente cercano. cercano.  _No. Él es sordo_ sordo_ aseguró nuestr nuestroo amigo de la histo historia. ria.  _ ¿No me vas a decir decir que tú eres mudo?_ mudo?_ sonsacó otro de lo loss curiosos.  _ No señor, no soy ni ciego ni sordo ni mudo. Yo soy Pacífico Paz Constante,  varón que no me gusta gusta las discusiones, los enfrentam enfrentamientos, ientos, la violencia; jamás res respondo pondo a una grosería con otra, es la mía la que provocaría la pelea; y sobre todo, no odio ni maldigo a nadie, aunque tenga razón_  _ ¿Cómo el gringo gringo que no entiende el español estaba a favor favor de ti?_ inquirió una señora.  _El extranjero se solidarizó conmigo, porque él muy bien sabe que cuando alguien encolerizado habla con la boca y las manos, se trata de un vulgar cualquiera que busca pelea en respuesta a la sutileza e ingenio de su víctima que le logra acorralar_ El difamador jamás se arrepiente ni tiene remordimientos por todo el veneno que ha vertido en contra de la humanidad; y si los posee, éstos son débiles y momentáneos que no se compadecen en la mínima parte con la cantidad de daños que ha causado en toda su existencia al prójimo. Recibe las agresiones verbales y todo lo que vaya en contra de ti de cualquier miserable ignorante, no sólo con valor para soportar con estoicismo, sino con mucha fortaleza, tranquilidad y serenidad de espíritu para tolerarlo, sin dejarte conmover un solo instante. Jamás permitas que la calumnia envenenada de un sujeto inspiren rencor

 

 

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en tu ánima. Séneca opinaba: “¡Cuánto más vil es odiar a uno por aquello por lo que es digno de compasión!”. compasión!”. Cuando  Cuando la vejación sea el fruto de la ira por la envidia que te tengan, pásalas por alto, respóndeles con amor y hecha tierra con tu perdón; devolviendo así, el bien por la maldad, para que el maldiciente a cambio de su ofensa reciba una virtud, y comprenda las gratas satisfacciones que experimenta el adolescente o adulto bueno con su alma noble que tiene la generosidad de disculpar y olvidar. Para el joven o anciano benévolo: el silencio callando prudentemente y el olvido omitiendo para siempre los improperios de los malvados sin recordar nunca por más infames que hayan sido, son las armas más eficaces contra las injurias; por el contrario, recuerdan con mucho empeño los favores obtenidos de algún bondadoso, ya que todo hombre de bien evoca más las utilidades que sus congéneres le han otorgado que los insultos percibidos; y si el rédito proviene de alguien que previamente le ultrajó, se olvida del agravio, porque sabe que todo beneficio extingue para siempre cualquier grosería. Que tu conducta sea el reflejo sincero de tu corazón; evita la rivalidad, la blasfemia, la repugnancia y el menosprecio por la gente, y así disfrutarás más y mejor de este planeta. No injuries a la vida malgastando tu juventud con actitudes equívocas que atenten contra los buenos principios morales; pues, no esperes una vejez colmada de flores después de una juventud borrascosa donde sólo sembraste espinas, y si viviste mal, aspira por lo menos a morir bien. Concentra toda tu energía positiva en el fiel cumplimiento de tus deberes y obligaciones en el hogar, en el colegio, en el trabajo, en la sociedad. Sé agente de cambio yendo adelante, tomando la iniciativa, ejerciendo liderazgo familiar, social, político y cívico. 

 

 

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EL AMOR El amor  verdadero y demostrativo lleva el bien en sí mismo, purifica y

engrandece el alma, es comprensivo y siempre goza con la verdad; de ahí que la persona revela su bondad solamente cuando ama, sentimiento que le acercará más a Dios, a sus padres, a sus hijos y al prójimo. El momento que María José nació, en verdad no sentí gran alegría, porque la decepción que tenía parecía ser superior al gran acontecimiento que representa tener un hijo. Yo quería un varón. A los dos días fui a buscar a mis dos mujeres: una lucía pálida y la otra radiante y dormilona. En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisa de mi primogénita y por el negro de su mirada fija y penetrante; fue entonces, cuando empecé a encariñarme con locura: su carita, su sonrisa y su mirada no se apartaban ni un instante de mi pensamiento; la veía en cada niña, hacía planes, todo se lo quería comprar para mi recién nacida, que era mi razón poderosa para vivir. Este relato era contado a menudo por Randolf, el padre de María José: Yo también sentía gran afecto por la menor. Una tarde, estaba mi familia y la de mi amigo haciendo un picnic a la orilla de una laguna cerca de casa, y la pequeña entabla una conversación con su progenitor, todos escuchábamos.  _Papi, cuando cumpla cumpla quince años, años, ¿cuál será mi regalo regalo?_ ?_  _Pero, si apenas apenas tienes diez, ¿no te pparece arece que falta mu mucho cho para esa fecha?_  _ Bueno papi, tú siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí_ La conversación se extendía y todos participamos de ella. Al caer el sol regresamos a nuestras residencias. Una mañana, me encontré con Randolf enfrente del colegio donde estudiaba su  vástago, quien ya tenía catorce años. El hombre se veía muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro. Con gran orgullo me mostró el registro de calificaciones de María  José, eran notas impresionantes, impresionantes, ninguna bajaba de veinte puntos y los estímulos que les habían escrito sus profesores eran realmente conmovedores. Felicité al dichoso papá pa pá y le invité a un café. La adolescente ocupaba todo eell espacio en el hogar, en la mente y en el corazón de la familia, especialmente en el del autor de sus días.

 

 

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Fue un domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a misa, María José tropezó con algo, eso creíamos todos y dio un traspié, su padre la agarra de inmediato para que no cayera. Ya instalados en nuestros asientos vimos como la muchacha fue desplomándose lentamente sobre el banco y casi perdió el conocimiento. La tomé en mis brazos, mientras Rando Randolf lf buscaba un taxi para llevarla llevarla al hospital. Allí perm permaneció aneció por diez días, y fue entonces que le informaron que la chica padecía de una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón. No era algo definitivo, había que practicarle otras pruebas para llegar a un diagnóstico firme. Los días iban transcurriendo, Randolf renunció a su trabajo para dedicarse al cuidado de María José; su madre quería hacer lo mismo, mas, decidieron que ella trabajaría, pues, sus ingresos eran superiores a los de él. Una mañana que Randolf se encontraba al lado de su hija, ésta le interrogó:  _ ¿Me voy a morir, morir, no es cierto? T Tee lo dijeron los méd médicos_ icos_  _No, tú no vas a perder la vida, Dios que es tan grande no permitiría que me quede sin lo que más he admirado en el mundo_ respond respondió ió él.  _ ¿Van a algún lugar? ¿Pueden ver desde lo alto a las personas queridas? ¿Sabes si pueden volver?_  _ Bueno, contestó, contestó, en verdad nadie ha rregresado egresado a contar algo sobre eso, pero, si yo falleciera, no te dejaría sola. Estando en el más allá buscaría la manera de comunicarme contigo, en última instancia utilizaría el viento para venir a verte_  _ ¿Al viento?_ Replicó ella._ ¿Y cóm cómoo lo harías?_  _ No tengo la menor idea, sólo se que si algún momento expiro, sentirás que estoy contigo cuando un suave aire roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas_ Ese mismo día por la tarde llamaron a Randolf, el asunto era grave, su primogénita estaba agonizando, necesitaba un corazón, el de ella no resistiría sino unos quince o veinte días más. ¡Un corazón! ¿Dónde hallo un corazón? Lo vendían en la farmacia, acaso en el supermercado o en una de esas grandes tiendas que hacen propaganda por radio y televisión.  Aquel mes, María José celebraría su fiesta rosada. Fue el viernes cuando consiguieron un donante, las cosas iban a cambiar. El domingo, la joven ya estaba operada. Todo salió como los médicos lo habían planeado. ¡Éxito total! Sin embargo, Randolf no había vuelto por el hospital, y la quinceañera lo extrañaba muchísimo. Su

 

 

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mamá le aseguraba que ya todo estaba bien, y que será el papá quien trabajaría para sostener al hogar. María José permaneció en la clínica por quince días más, los doctores no habían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera firme y fuerte, y así lo hicieron. Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme sofá, y su madre con los ojos llenos de lágrimas le entregó una misiva.  _ “  María José: Al momento de leer mi carta debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho, esa fue la promesa de los cirujanos que te operaron. No puedes imaginarte ni remotamente cuanto lamento no poder estar a tu lado en este instante. Cuando supe que ibas a morir sentí que yo también perecía contigo, y me interpelaba ¿qué podía hacer? Después de tanto pensar y sentir mil cosas dentro de mí, decidí finalmente que la mejor manera de hacer algo por ti era darle respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenías diez añitos y a la cual no respondí. Elegí hacerte el regalo más hermoso que nadie jamás ha hecho. Te obsequio mi vida entera sin condición alguna, para que hagas con ella lo que creas que es mejor, sintiendo muchas cosas bellas y sabiendo que en el mundo lo más importan importante te es que quieras vivir. ¡Vive mi cielo! ¡Te adoro!... También deseo que sepas que hoy, mañana y siempre estaré a tu lado, lado , porque eres lo más grande y hermoso que Dios me ha dado”_  dado”_   María José lloró sin parar. Al día siguiente, fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su progenitor y susurró:  _Papi, ahora puedo entender cuanto te entregaste a mí, yo también te quiero muchísimo, aunque nunca te lo dije, por lo que te pido perdón por haber guardado silencio_ En ese instante, las copas de los árboles se movieron suavemente y cayeron algunas flores; María José sintió que un céfiro rozó su cara y una brisa fresca besó sus mejillas. Alzó la mirada al cielo, sintiendo una paz inmensa y dio gracias a Dios por eso. Se levantó y caminó a casa con la alegría de saber que lleva en su corazón “EL “ EL AMOR MÁS GRANDE DEL MUNDO”. El raciocinio del hombre engendra su propia simpatía. Aprende a apreciarte; ya que la práctica de este afecto empieza por uno mismo, porque es fortificante, dignificante y cae cae bien al alma. El auténtico amor amor es lo má máss grande y lo más iimportante mportante del universo; es la fuerza más poderosa y perdurable que hace milagros, siendo él mismo

 

 

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el mayor prodigio de Dios que la humanidad haya tenido; es tan fuerte y desbordante que tiene el suficiente vigor para mover y cambiar el globo: es la más firme de todas las pasiones; todo se vence con su solidez infinita, pues, hasta al más cobarde y tímido de los varones le hace valiente, inclusive, llega a convertirle en héroe. La ternura es una fuente de energía positiva que no debe disminuirse ni agotarse, por el contrario, debe aumentarse cada instante; por eso, se tierno con el prójimo cada día más que el anterior hasta el último segundo de tu existencia. Entrégale todo tu ser sin pedir nada a cambio, y ofrécele hasta tu vida para que éste sea feliz. El cariño es lo que más debemos dar antes que anhelar, y así tendríamos una infalible convivencia humana. No seas indiferente ante la gente, no los odies ni los desprecies, solamente estímalos, y todo lo que veas en tu alrededor contémplalo afectuosamente. Ante los gestos y expresiones negativos de los demás, respóndeles con cordialidad, lo que se podrá percibirlo en tu semblante, en tu mirada, en tu sonrisa, en tu voz y hasta en tu silencio. El amor te servirá para resistir todas las actitudes de envidia, de mala fe, de odio, de ira y de toda clase de agravios de los individuos malos y perversos, ya que la peregrinación por este mundo establecida y guiada por este sentimiento está protegida de los vicios y defectos de las personas. Nunca olvides que la nobleza del corazón es la grandeza del niño, joven o viejo, y que no hay gloria posible sin paz interior. Todo lo que digas y practiques hazlo con dulzura, y cuida que tus actos y palabras no causen antipatía a nadie. Con veneración comparte penas y dolores, calma al enojado, alegra al triste, ayuda al abandonado, levanta y consuela al caído en desgracia, compadécete con el débil y desvalido, alienta y anima al fracasado, pasa por alto a los que te ofenden, pues, solamente el que suspira disculpa, como la madre que inspirada en la ley del amor, aplica la justicia del perdón cuando no toma en cuenta las faltas y omisiones que su hijo comete. Lord Herbert declaraba: “Aquel que no perdona a otros, destruye el puente sobre el cual él mismo debe pasar; porque todos los hombres necesitamos ser indultados”. indultados”. Por tu propio bien, bien , aprende a amnistiar con tus semejantes por una sola vez, ya que sería inicuo no condescender ninguna; mas, condonar los agravios más de una ocasión, es ser cómplice de las actitudes negativas de los absueltos. El corazón deja de querer solamente cuando ha desistido de latir. Por favor ama, a ma, es lo mejor y más fácil que puedes hacer por ti, por tu familia y por tus congéneres.

 

 

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La amistad es una unión leal y sincera que junta al hombre con el hombre,

cuyas almas se mezclan la una con la otra. Sé tu propio amigo, y así, mientras recorras los caminos de este mundo, jamás te encontrarás solo, abandonado ni triste, ya que, no existe ser mortal alguno que no se encuentre mejor acompañado de alguien, que consigo mismo. Tú, al ser tu idéntico contertulio, serás más fácilmente inseparable de todos los demás; y juntos, compañeros del ir y venir en este transitar hacia la hora suprema serán, pegados como verdaderos humanos por el abrazo fraternal. Ni tengas muchos ni tampoco unos cuantos, pero, amigos virtuosos los que tú quieras. Todos los días, conservando al aliado antiguo, sin obligar a nadie, procura formar nuevos camaradas; es más saludable y eficaz hacerse de un reciente partidario, que retenerlo por la fuerza al anterior. Antes de hacerte de un nuevo “body ”, piensa y reflexiona mucho para tomar la decisión final de admitir a “NN” dentro del grupo de tus simpatizantes; primero, tienes que considerar con quién vas a comer y a beber, antes de meditar sobre el menú que has de servirte con él, porque si yerras será muy peligroso para ti equivocarte en la elección; pues, no hay peor enemigo que el solapado, oportunista, traicionero, infame, hipócrita, que vive de la mentira y del engaño con apariencias superficiales bondadosas, mientras por dentro sólo hay interés y falsedad. Escoge amigos que jamás te traicionen por cobardía, aun en los momentos más difíciles; y tú, por tu parte, sálvales hasta sus vidas a expensas de la tuya, socórrelos en los instantes de peligro por más que el temor te ate con las angustias de la indecisión. Al  varón confiable se lo prueba en los momentos adversos y se los descubre por sus obras. Cuando ya tengas tu criterio acertado de aceptar como “brother brother””  a un fulano, hazlo desinteresadamente, sin tomarle por servicio personal o ventaja tuya, ya que sólo los buenos sentimientos pueden unirnos con la gente, mientras que la conveniencia jamás. Quien es compadre por interés, termina cualquier afinidad, también por acomodamiento. Es indignante ver a los oportunistas admitir a alguien como su contertulio por utilidad particular, para tenerlo junto a él mientras le sea útil, le convenga y le saque provecho; y luego, cuando ya no le necesite darle las espaldas y alejarse. Por su parte, el camarada sincero y confiado quedará burlado, contrariado y enojado al darse cuenta del afecto simulado; entonces, de incondicional se convertirá en el peor adversario: la enemistad es una respuesta inmediata al aprecio defraudado. Legítimo amigo es quien no busca su propio beneficio, sino el que se entrega por causa del “body ” haciéndole toda clase de bienes, manifestándole todos sus buenos

 

 

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sentimientos y guardándole de toda clase de males. Con el compañero digno de fe, su presencia hace sentir menor cualquier peligro, no hay senderos duros que recorrer ni fatigas bajo el sol ni fríos en una tempestad; tempestad; pues, con él, se camina firme y seguro por sendas sin hacer, descubriendo rutas sin trazar, haciendo caminos al andar, sin que nunca tus pies tropiecen o resbalen por más grandes que sean los obstáculos que encuentres a tu paso. Con esas otras “camaraderías “camaraderías”” establecidas por la ocasión o la circunstancia, se debe transitar con precaución.  Todo cuanto de tu amigo es, debe debe serlo también tuyo; y del princip principio io al fin que a ti te pertenezca debe corresponderle a él, porque en cosas de fraternidad, la reciprocidad es un bien del ánima noble. En compañerismo todo es compartir, jamás es de uno solo, tanto en la calamidad como en la opulencia. Los verdaderos inseparables son los que en nuestros momentos favorables están junto a uno y en las tristezas también. No hay mejor compañía ni nada comparable con los “brothers” “brothers” que  que en la alegría se adhieren al regocijo, así como de nuestro dolor se conduelen, compartiendo las penas y dando consuelos con sus sabias palabras, como sólo las madres lo saben hacer con sus hijos. Demetrio I, Rey de Macedonia, exponía: “ Amigos son los que en las prosperidades acuden al ser llamados y en las adversidades sin serlo”.  serlo”.   El niño, el adolescente y el adulto, nada deben aprender a hacer mejor, que ser un verdadero camarada. camarada. Cuando tengas tengas una amistad, sin dudar un solo instante áb ábrele rele tu corazón y formen uno solo, manteniéndose unidos en la felicidad y en la desgracia, y entregándole el mismo mismo afecto que por ti tienes. Sé fiel y franco, demostr demostrando ando de esta manera ser un buen aliado, pues, en el seudo partidario sólo hay pequeñas y oscuras imágenes de leves remedos de la probada lealtad. No le ocultes nada, comparte con él y no con el primer ciudadano que encuentres en el camino, todas tus metas, ideales, sinsabores, júbilos, etc., todo lo bueno y lo malo que tengas en tu interior, y todas las cosas que solamente deben confiarse a los más allegados. No hay en este planeta ninguna persona que haya nacido y crecido aislado de sus semejantes: el humano humano no se hhizo izo para estar ssolo. olo. Si eres como alg algunos unos que por el mundo sin conocerse van, y piensas como aquellos que dicen que se bastan a sí mismos, que es preferible por seguridad personal no creer en nadie, aunque sea más honroso y fortificantee confiar en todos; reflexiona y cambia de criterio, ya que, jamás debes carecer fortificant de la compañía y simpatía de genuinos contertul contertulios, ios, porque hasta en el mismísimo cielo, así estuvieras las 24 horas del día junto al Creador, necesitarías de un compañero para

 

 

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que le cuentes a él lo que a Dios no puedes. Montaigne advertía: “No hay desierto como el vivir sin amigos; la amistad multiplica los bienes y reparte los males, es el único remedio contra la adversa a dversa fortuna” fortuna”. Solamente el auténtico camarada pide y corresponde a un favor honesto, es agradecido y sabe hacer un beneficio sin que el socorrido lo sepa, sin esperar reciprocidad: es más feliz haciéndolo que recibiéndolo. En el momento menos esperado ni sentirás que él te está produciendo un bien, luego si te darás cuenta de que te ha hecho. Mientras tu psique sea puro, cordial, honrado y conserve la razón, contarás con muchos y buenos amigos; pero, si ésta se enfermase con actitudes interesadas, te quedarás completamente solo. Esto fue lo que sucedió en una de las tantas guerras infructuosas que se dan desde hace cientos de años, a cuyos gobernantes les importa un comino las muertes de sus compatriotas. Un subteniente que se encontraba al pie de la montaña, donde el pelotón que él comandaba había construido una trinchera, se mantenía constantemente alerto, cuando de pronto, por medio de sus binoculares pudo observar a una cierta distancia que uno de sus subalternos caía abatido por las armas del enemigo. Se estremeció, palideció y enmudeció por lo que acababa de ver; era su primera experiencia en el campo de batalla.  Al instante, un sargento experimentado que tenía muchos años en el ejército, al darse cuenta que su amigo no daba señales de vida le vino un mal presentimiento; con  voz alta, entre cortada cortada y ahogada le dijo a su superior. superior.  _Permiso hablo hablo mi comandant comandante_ e_  _ Tú dirás_ admitió admitió el joven oficial.  Y el sargento expuso: expuso:  _Mi compa de promoción y pana desde la infancia no le veo acometer desde hace unos momentos, presiento lo peor, por lo que solicito su autorización para momentáneamente momentáneamen te abandonar mi puesto e ir por él_ El jefe que todavía no salía de su asombro de ver a su subordinado recibiendo el impacto de las balas, moviendo su cabeza argumentó:  _ Negativo. No quiero perder más hombres en esta escaramuza; es inútil, el soldado Flores murió hace cinco minutos, yo lo vi personalmente; lo único que tú

 

 

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puedes hacer por él es rezar por su descanso eterno, y cuando cese el fuego le daremos cristiana sepultura entre nosotros_ El sargento aseguró:  _Señor, son en estos momentos cuando se prueban a los verdaderos camaradas. No hay acto ni imaginación donde no encuentre a mi compadre como si estuviera a mi lado. Cuando un inseparable inseparable está al borde de la muerte, no hay ley ni autoridad que con su negativa autoricen la infracción de los deberes de la amistad_ Sin dudar un solo solo instante y con el ímpetu de un combatiente experim experimentado, entado, el sargento salió en precipitada carrera hasta el lugar donde se encontraba su condiscípulo de armas, quien, mortalmente herido, antes de expirar alcanzó a decir sus últimas palabras:  _Te esperaba sin impacientarme, sabía que vendrías para estar conmigo mis últimos momentos momentos de existencia, Adiós_ Con su mano mal herida, tomó tomó la derecha del sargento, la llevó a su pecho y murió.  Acto seguido, el militar, mirando hacia el cielo encomendó al Creador el ánima de su eterno aliado y añadió:  _Señor, tú que eres el Padre de la humanidad, que todo lo puedes y todo lo sabes, no permitas jamás que las grandes potencias continúen fabricando tanques de guerra y cañones con el metal que necesitan nuestros papás para elaborar los arados con los que cultivarán la tierra que nos dará sus alimentos. alimentos. Que nunca más hayan guerras en las que se maten los hijos con el armamento adquirido por los países con los impuestos, sacrificios y sudor de sus padres. Que nuestros mandatarios construyan escuelas y colegios, y los maestros preparen a los niños y jóvenes para la paz y el amor, en vez de cuarteles en donde les enseñan a asesinar por la patria. Que la pólvora se cambie por cal, porque mil veces es preferible una tiza en manos de un profesor, antes que el gatillo de un arma entre los dedos de un miliciano_ Luego, contemplando fijamente el cuerpo inerte de su “brother brother””, expresó:  _ En En vista que la suerte adversa me arrancó tan pronto aquella dulce mitad de mi alma, ¿qué puedo hacer de la otra mitad separada de lo que me era mucho más querido?   ¡Oh, cuán desgraciado soy habiéndote perdido! Con tu partida se va mi felicidad que tu agradable  y sincera amistad me brindaba. A partir de hoy, nunca más volveré a verte, a hablarte ni a oír tu voz. Hasta siempre amigo_

 

 

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 Y cuando se disponía a darle sepultura, no tuvo tiempo, una bala atravesó su cabeza y quedó ahí, tendido al lado de su compañero hasta la muerte.

 

 

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LA FELICIDAD Felicidad es el estado de ánimo de contento o satisfacción personal producido

por la obtención de un bien material o espiritual; es vivir conforme al buen uso de la razón, es decir, de acuerdo a las leyes divinas y terrenales, pues, éstas son el origen de la dicha de los mortales; es uno de los dones más divinos que Dios da al hombre en premio a que no se mostró tímido ni cobarde en el ejercicio de las virtudes y valores. val ores. Saber el concepto de felicidad no implica ser feliz. La alegría es un sentimiento que se siente, no algo que se define. El fin de los actos o hechos de cada quien es la  ventura, que depende de su responsabilidad, de exigirse mucho a sí mismo y po poco co a los demás; de mantener inquebrantable su dignidad moral, de hacer las cosas honestamente y de ejercitar el alma conforme a la virtud perfecta. Practica la bondad, la rectitud, la piedad, la prudencia y serás dichoso; esta facultad de sentir lo bello no es un premio a lo que tú seas, sino una consecuencia a lo que tú correctamente hagas. El bien que ejecutaste por alguien ayer, te traerá tu encanto mañana. Para ser realmente afortunado es necesario que seas afectuoso, honrado, honesto, justo; justo; porque el amor, la honradez, la honesti honestidad dad y la justicia son los medios más eficaces y las únicas vías que causan y conservan la complacencia de las personas. La verdadera bienaventuranza es la ausencia de dolor en el cuerpo y el alejamiento de toda perturbación en el ánima; implica también, la paz del corazón, la serenidad del ánimo, la nobleza del carácter, la conciencia tranquila y la rectitud de la conducta. Si cumples con estos requisitos, estás realizado, tu prosperidad es un hecho; ahora, sólo tienes que disfrutarlo. La vida alegre debe ser el bien supremo tuyo y de todo el mundo. Cuando te llegue el júbilo nunca dejes que cese ni que jamás se revuelva contra ti. La felicidad no es ilusión, no es esperanza, no está en el futuro, es una realidad de hoy; es el estado natural del humano, es la jovialidad eterna del espíritu, que se encuentra dentro de ti mismo, por lo que no sólo tienes derecho al agrado personal, sino que, eres dueño del goce goce interno; razón por la cual, nunca debes and andar ar escaso de una sonrisa, porque es lo mejor que tú tienes. No mires la euforia a través de los ojos de otros: es muy amargo; tampoco pongas tu satisfacción en manos ajenas, ya que todos tus gustos deben ser escogidos por ti mismo. Recuerda que el más triste de los individuos olvidados es el que no tiene en cuenta su propio valor.

 

 

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No descuides del deber que tienes de ser feliz por encima de cualquier otra obligación; pero, que esa circunstancia favorable sea el contentamiento de tu psique, y no de los placeres superficiales y momentáneos del cuerpo que no te conllevan a nada. El secreto de la dicha no está en hacer lo que se quiere, sino en querer lo que se hace impulsado por el raciocinio; mientras que la clave está en el optimismo.  Anhelar que alguien no sufra, sufra, es querer su alegría, que no consiste consiste en las burlas o en las gracias contra los demás ni en reírse a carcajadas mofándose de todos, peor aturdirse en diversiones inmorales dejándose engañar por los deleites breves y falaces, porque es ajeno a la razón. Explayar una hora de ventura, es reducir el dolor y la tristeza en sesenta minutos; la complacencia debe ser la regla que rija tu existencia y la depresión y el desencanto la excepción; entonces, escoge las cosas que te brinden júbilo y huye de las que te traen desconsuelo. Cada quien es contento o infeliz según como quiera serlo; por lo que no debes aferrarte a actitudes y comportamientos negativos como la pesadumbre, la amargura, el egoísmo, la injuria, para que frustren tu agrado. Si no tienes la capacidad para efectuar algo que te conlleve a estar risueño; declárate incapaz de estar triste. El desdichado se hace sólo por su propia culpa, pues, cada cual es tan desgraciado como quiera serlo. Solamente el ruin es desventurado. El lujo y el enriquecimiento no son necesarios para que el prójimo esté satisfecho; el dinero a veces es peligroso si no se le da un buen uso. La moneda hace rico, mas, no venturoso, por lo que, estás muy equivocado si quieres alcanzar tu euforia entre opulencia y honores. La felicidad es un tesoro que vale más que el oro, que no se compra con billetes: se consigue con la práctica de valores y virtudes. Mauro, era un octogenario rico, avaro, malo, envidioso, mal genio, que los doce meses del año se dedicaba a coleccionar inmuebles por aquí y por allá, descuidando de los bienes morales y espirituales. Nunca fue bienaventurado. Sus dos hijos eran prósperos profesionales gracias a la difunta madre que sacrificó todo por ellos. A Delia, como se llamaba su cónyuge, le utilizaba simplemente como medio para la consecución de sus fines materiales. La señora murió por osteoporosis; de la leche que ordeñaba a sus vacas nunca tomó una sola taza, toda la producción, su esposo lo invertía en la elaboración de quesos para la venta. Mauro, una tarde interpeló a su hermana Elena:

 

 

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 _ ¿Cuál es la razón para para que tú siempr siempree hayas sido dichosa?_  _No he tenido un solo motivo para estar afligida. Tengo cinco vástagos inteligentes, muy bondadoso bondadososs y cariñosos que jamás se han descuidado de de mí; además, ocho nietos sanos y hermosos_ le contestó ella.  _Pero, no tienes tienes una buena fo fortuna_ rtuna_ manifest manifestóó el veterano.  _No importa. Para mi es más difícil guardar la plata que ganarme. Mi fin en esta corta duración es vivir tranquilamente, razón por la cual, no tengo obligación de multiplicar mi economía para dejarles a mis herederos. ¿Y tú no te avergüenzas de solamente pensar en aumentar tu capital y de no hacer algo para mejorar tu personalidad? Lo peor que puede ppasarle asarle al hombre es sufrir sufrir en medio de riquezas; po porr eso, antes que envidia, siento pena por ti_ Finalizó diciendo ella. En otra ocasión, los vecinos le preguntaron a Elena:  _Señora, ¿por qué su hermano dejó de ser feliz?_ Ella respondió:  _Jamás lo fue. Su miseria humana humana consiste en que únicamente ama lo fís físico, ico, sólo piensa en incrementar sus bienes raíces, sin saber que la sociedad no progresa por el dinero que cada quien quien tiene, sino según los los principios morales ddee sus integrantes. Con el criterio de que la gente se hace millonaria con lo que ahorra, desde que obtuvo su primer dólar pensaba cuánto tiempo tendrá que economizar para comprar un terreno. Después, quiso obligar a sus dos niños a que trabajen y no vayan a la escuela, con el fin de incrementar su patrimonio. Las tres comidas que su familia se servía diariamente, las redujo a dos, para “guardar”, decía, pues, mient mientras ras menos alim alimento ento esté en la barriga, barriga, más fondos habrá en el banco, que le servirá para la vejez; creía que no hay peor desdicha en la jornada por este mundo, que la de ser viejo pobre, y nada vergonzoso para el varón, como en el ocaso de su vida no tener nada. Mi hermano, jamás asimiló que la pobreza alegre es cosa de orgullo para jóvenes y adultos, y que lo más vergonzoso es querer sonreír recién de decrépito. Él, no sabía que la escasez económica casi siempre es fácil de remediar; mientras que la del alma, jamás. Este infeliz añoso, nunca supo que la bienaventuranza está en amar a Dios sobre todas las cosas; jamás iba a misa por no dar la limosna, y cuando lo hacía, llegaba con los caballos hasta la puerta de la iglesia, con el fin de que no se gasten sus zapatos y los de su familia. Tampoco se dio por enterado que la dicha está en amar a su mujer y juntos formar a sus hijos como  verdaderos hombres de bien, dándoles instrucción primaria, luego secundaria y

 

 

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finalmente universitaria; universitaria; pensaba, que cuanto más un padre se empobrece gastando en la educación de los descendientes, éstos más ingratos se volverán después._ Mauro, sobre la práctica de los valores en el hogar, en la vecindad y en la comunidad ni idea tenía; sólo pensaba en su peculio, no como un medio de subsistencia, sino como un fin de su existencia. No sabía que para estar alegre había que cerrarles el paso a vicios como: la avaricia, la mentira, la hipocresía, la corrupción, el irrespeto, la ira, la venganza, las injurias; injurias; al contrar contrario, io, los practicaba con m mucho ucho afán. La salud corporal de Mauro al cumplir los ochenta y cinco años empezó a decaer; la del ánima la tenía hecho pedazos. Se sentía solo y abandonado. Ningún consanguíneo le visitaba, porque era un elemento lleno de defectos y nada de virtudes. Entonces, fue cuando empezó a darse cuenta que nunca fue venturoso; que su existencia, a pesar de su poderío, no había sido tal, sino una agonía llena de sufrimientos.  _Deseo ser bienaventurado por el resto de mis días, quiero fallecer en paz. Pago lo que sea, compro a cualquier precio el antídoto para tener una hora menos de desgracia, en consecuencia, disfrutar siquiera 60 minutos de gusto_ suplicaba a quien le  veía por la calle. Un pariente cercano que oyó sus imploraciones le expresó:  _ ¡Tanto enriquecimiento! enriquecimiento! ¿Para qué te sirvió? Ahí están los resultados; tu último día está cerca o al menos no está distante. Que estúpido que fuiste al trabajar sin cesar, privándote de todo para acrecentar la opulencia de tus beneficiarios. Ya verás; ellos, por la partición han de desear tanto más tu muerte, cuanto más tengan que recibir_  Todos le escuchaban, pero, nadie le podía satisfacer sus anhelos, porque la felicidad al estar dentro de uno no se puede vender, endosar, ni transferir. Alguien, le aseguró, que para estar contento aunque sea por una hora, debería pactar con el diablo.  Así lo hizo, imploró imploró a luzbel y éste se presentó.  _ ¿En qué puedo servirte mi querido querido amigo?_ Le in interrogó terrogó sonriente sonriente satanás.  _Devuélveme la alegría_ alegría_ declaró Mauro.  _ ¿A cambio de qué, qué, infeliz mor mortal?_ tal?_ inquirió lu lucifer. cifer.  _De lo que tú quieras_ quieras_ afirmó Mauro. El rey de las tinieblas le ofreció:  _ Cuanto puedo hacer por ti tonto achacoso es remendarte y darte un poco de satisfacción alargando en una hora el momento de tu muerte_

 

 

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En eso se presentó un Ángel interrumpiendo la conversación.  _ ¿No es una sinvergüencería que un vejestorio avaro pida al demonio que le mantenga feliz los últimos últimos instantes de su perman permanencia encia en el globo terr terrestre? estre? Mauro, tu alma siempre la tuvo satán, por eso, fuiste un desgraciado. Las personas nunca supieron que los diablos con sus cuernos retorcidos como los de las cabras, cuando fueron expulsados del cielo y se refugiaron en la tierra, después de causar terror a niños y adolescentes, tramaron algo para desquitarse con los hijos de Dios. Cambiaron sus tácticas para luchar contra el bien, les hicieron creer que la verdadera riqueza del hombre está en sus bienes materiales y en su avaricia; así, los engendros malditos, por donde iban disfrutaban de la desdicha del individuo tacaño, quien, al no darse cuenta dónde estaba su ventura, era un ser en el infortunio. El habitante de este planeta, por vivir con ansias de acumular dinero, que brinda una aparente euforia pasajera, nunca supo que su  verdadera bienaventuranza estaba dentro de sí mismo, en su psique; peor aún, no sabía que el contentamiento terrenal terrenal no viene del bienestar tangible. tangible. Los codiciosos no sirv sirven en para Dios ni para luzbel ni para ellos.  _Entonces, ¿es cierto lo que decían en el pueblo, que el júbilo es un tesoro interior?_ preguntó Mauro.  _ Así es_ Contestó el Arcángel.  _ ¿Y dónde está?_ Indagó Indagó el ambicioso.  _Que ingenua que es la gente, buscando afuera cuando la tienen adentro. La felicidad humana está en su corazón noble, en su mente sana, en su conciencia tranquila; en el amor, en la ternura, en el respeto a su cónyuge, a sus predecesores y sucesores; en las relaciones humanas en el barrio, la comunidad y la sociedad en general; y en dejar de coleccionar casas y terrenos que nunca los va a disfrutar_ explicó el ser espiritual y añadió:  _El pobre cuánto cuánto goza con lo poco que tiene, y cu cuánto ánto sufren los adinerados por lo mucho que anhelan_ Luego se remontó por los espacios hasta llegar al cielo, sin que en ningún momento extendiera su mano a Mauro con el fin de salvarle, por ser manicorto y por temor de ser contagiado por el virus de la avaricia que en grandes cantidades tenía el veterano.

 

 

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 VIVE LA VIDA HOY, PORQUE PUEDA SER QUE EL DIA DE MAÑANA  YA NO TE PERTENEZCA.-

 Vive plenamente este preciso instante que está transcurriend transcurriendo, o, que estás viendo, oyendo y actuando, y apre apresúrate súrate porque no oolvides lvides que eres mor mortal, tal, que cada segundo mientras la vida te huye la muerte te sigue. En todo minuto transcurrido pierdes una parte de tu existencia, existencia, cada hora mueres un po poco, co, porque desde que nac naces es vas camino hacia la defunción. Si no comprendes si este día es el mejor o el peor de todos, convéncete de que es el único del que realmente dispones y que puede ser el postrero; y si no lo es, quizá no te falte mucho. Haz que todo el espacio presente pletórico de realidades sea tuyo, y no un futuro lleno de esperanzas que no sabes si vendrá o no, pues, si echas mano de hoy, no dependerás de mañana, y te perturbará menos lo que vendrá luego. De lo venidero no te preocupes que llegará oportunamente y lo suficientemente temprano, porque el tiempo pasa fugazmente que no adviertes si esta inhalación será la primera o la última del resto de tu jornada terrenal. Sé feliz con lo que tienes y dispones ahora. No eches a perder tu adolescencia creyendo que de adulto te irá mejor. Una gran mayoría respira pensando en el porvenir, pero, te aseguro que éstos no son, sino que piensan ser. No eludas tus deberes y obligaciones postergando para ejecutar después, creyendo que los harás a la perfección; procede ¡ya!, aunque te sientas tentado para realizarlos en otro momento, sin dilataciones que sólo te perjudicarán a ti; porque cuando llegue la fecha en la que se podría, se ha ido aquella en la que se pudo. No pospongas nada, porque pueda ser que en tu destino algo podría impedírtelo o este planeta ya no te pertenezca; entonces, las cosas que tienes que efectuarlas este rato, elabóralas en un santiamén, sin prórroga; y las que debas hacerlas más tarde, las producirás en ese lapso. Si bien es cierto que no ves a la muerte, ésta se pasa junto a ti, hasta que en el instante menos pensado, sin previo aviso te dirá: eres mío para siempre.  Yo conocí un hogar conformado por padre, madre y dos hijos: Raúl y Ximena, de diez y dos años de edad respectivamente. Gonzalo, un linajudo de la capital, gran profesional en administración de empresas, quien se entregó por completo al comercio poniendo todo su esfuerzo y empeño. Su trabajo le producía ingresos más que

 

 

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suficientes para disfrutarlo a cuerpo de rey. Compró casas para cada uno, haciendas,  vehículos, etc.; y cada año, a su prole le enviaba al exterior a fin de que disfrute de sus  vacaciones estudiantiles. Cuando no estaba trabajando atendía compromisos compromisos sociales y políticos. Su cónyuge, una dama muy bella con un corazón lleno de virtudes. Las conversaciones entre la mamá y los niños eran frecuentes, pero, entre éstos y su progenitor, progenitor, nunca. Cuántas veces el primogénito primogénito había dicho:  _Papi, sólo deseo verte cinco minutos diarios para contarte mis logros, satisfacciones y penas_  _ ¿Penas? ¿Cómo? Si gozas nadando sobre dinero: buen colegio, excelente alimentación, carro, carro, chofer, etc., _ argumentab argumentabaa él.  _Todo lo que tú manifiestas es verdad. Dime, ¿qué provecho saco con eso si no te tengo a ti?_ interrogaba el hijo. Este era un diálogo que se repetía siempre. Su esposa, por su parte, se lamentaba no poder hacer algo para convencer a su marido que atienda a su vástago. Cierta vez, entre gritos y lágrimas le advirtió:  _Amor mío: te suplico, te imploro, que cuanto más antes escuches a Raulito, será mejor; trátale, dale consejos útiles para afrontar y combatir los vicios; vive como un  verdadero cabeza de familia. Dios te da una sola oportun oportunidad. idad. Mientras más ignores al presente que es lo único que realmente nos pertenece, más rápido pasará, y tanto más difícil será recuperar lo que te perdiste. Acrecentar la economía del hogar no es todo, no sólo de pan se mantiene el hombre. Como papá y amigo enséñale como debe crecer para ser un adulto de bien, y satisface sus requerimientos sentimentales. Sólo las manos que hoy acarician a sus infantes, mañana toparán el cielo. No olvides que cada mes va creciendo y nosotros haciéndonos viejos, no sea que cuando te decidas sea extemporáneo; tratándose del tiempo sólo hay la palabra ¡ahora! No hay nada que justifique que los padres no compartan algo de su duración terrenal con sus retoños; pues, la más grande satisfacción de toda persona es tener descendientes para entregarles todo el amor infinito, infinito, para cuando se vayan poder decir decir,, misión cumplida.  _No quiero que me ruegues ni me grites. Este rato no puedo, porque tengo una reunión de accionistas, quizá el siguiente fin de semana; la vida es lo que más sobra, además, yo ofrezco lo que está a mi alcance_ expresó Gonzalo. En otra ocasión Raulito propuso:  _Papito, quiero que el domingo que viene, no el próximo, te dediques a mí, aunque sea el último_

 

 

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 _Éste no, pero, muy pro pronto nto te prom prometo eto que sí_ Innumerables fueron las veces que el antecesor no cumplía con su palabra. Llegaba el día que ofrecía y siempre tenía una excusa. Al niño, tanto le afectaron los desengaños recibidos que se enfermó. Hasta que:  _Papi, ¿qué fue de tu promesa?_  _ ¿Cuál? Pienso que no me he comprometi comprometido do en nada contigo_ contestó Gonzalo.  _ ¿Acaso tan pronto te has olvidado de lo que me ofreciste? Sólo te recuerdo que ya mismo cambiaré mis juegos de infancia con otras inquietudes, y ya no seré un chiquillo sino un adolescente. Y tú, ¿cuándo estuviste conmigo?_ interpeló Raulito.  Acto seguido, dio media media vuelta y se ffue ue a su dormito dormitorio rio reconociend reconociendo: o:  _Creo que no vale la pena insistir, me doy por vencido; soy el ser más desgraciado del planeta, y si el infortunio me persigue, ya no tiene sentido estar aquí_ Meditó largamente. El paso que iba a dar era fatal. 24 horas anteriores al cumpleaños del autor de su existencia, sin ocultar su tristeza les anunció a sus compañeros de aula:  _Convivan bien entre ustedes y con su familia oportunamente, oportunamente, porque pueda que después ya no haya chance_   Inmediatamente se despidió de ellos y se fue a casa. Una vez ahí, como era su costumbre, cogió a su perro, animal que por más de una ocasión, por causa suya tuvo problemas con su progenitor, le acarició y le bañó. Luego, en vez de hacer los deberes que sus profesores le habían enviado, tomó un esfero, y en un papel escribió una carta, la firmó, la introdujo en un sobre y la puso sobre el velador. Esperó hasta las doce de la noche el regreso de su papá, mas, éste no vino. Todo fue inútil. El chico al verse despreciado decidió suicidarse. Se metió dentro de las cobijas, y se bebió una dosis de veneno para ratas, cuando de pronto oyó unos pasos y una voz conocida:  _Esposa, desde el lunes lunes les daré todo el ttiempo iempo que ustedes ustedes requieran_ Raulito, al escuchar estas palabras de su padre quiso levantarse, pero sus fuerzas ya no le obedecían, la cicuta empezaba a surtir sus efectos; sólo alcanzó a cerrar sus ojos llenos de lágrimas y balbucear:  _Demasiado tarde, tarde, ya no hay tiemmm tiemmm__ El Jefe del hogar, al entrar en el dormitorio de su delfín vio la misiva, la cogió y leyó.

 

 

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 _Papacito: la hora de partir de este valle de lágrimas sin tenerte frente a mí para que me oigas, me abraces, me acaricies, ha llegado; estoy en el sueño eterno porque creo que nada hacía aquí. Cuanto mejor es no permanecer un solo segundo más en esta  vivienda que habitar habitar en ella sin ti. Me ppregunto: regunto: ¿qué hub hubiese iese sido de mi adole adolescencia scencia sin tu presencia? Anhelé ser feliz contigo  conversando aunque sea cinco minutos diarios, pero, tú siempre postergando nuestros encuentros, sin darte cuenta que para los chavales no cuenta sino el presente, cuya duración es tan mínima que es más movedizo que la manecilla de un segundero, por eso he querido disfrutarlo contigo. Pensé que el lapso más  alegre sería aquel que los dos hubiéramos estado juntos, para cuando yo esté  viejo ser más dichoso todavía recordando la época inolvidable de mi infancia sin ninguna página en blanco, pues, el mejor alimento para un impúber y un púber es el amor paternal. La muerte no es remedio para un solo mal, sino para todos, especialmente para la desgracia de no poder compartir la bienaventuranza familiar. Morir por no tener a alguien a su lado, es justo y necesario; y ha de ser más lindo, que  vivir a costa de desprecios e incumplimientos del ser que uno más se ama. ama . Prefiero huir que quedarme, el suicidio es lo mejor; y si mi nacimiento dependió de ti y de mi madre, el fallecimiento sólo de mí. Espero que mi defunción no cause ni felicidad ni tristeza a nadie de los parientes ni de mis amiguitos.  Disfruta de tu dinero que fue lo más importante, con mi expiración quedas absuelto de todas tus obligaciones afectivas que tenías conmigo. Reza por el descanso de mi alma, pero por favor, no cuando el destino te permita. De mis “compas compas””  ya me despedí, no así, de mi mamita y de m mii hermanita; hazlo por mí, diles que les quiero mucho, y que allá en el cielo les espero con mi abuelita para estar protegidos de nuestro Creador que nunca falla a nadie. Mi perro fue más afortunado que yo porque me tenía a mí. Adiós papacito. F) Raulito_ Gonzalo le abrazó y besó sus mejillas bañándoles en llanto. Todo estaba consumado. Ni un milagro divino ni todo el poder de la ciencia podían salvarle. El niño, cuando pereció tenía entre sus manos bien cerradas: la foto de su padre, dos boletos para el partido final del campeonato nacional de fútbol; además de una corbata y una fosforera que nunca pudo llegar a su destinatario. El can, que estaba junto al cadáver con su cabeza sobre las patas delanteras, permaneció así, sin comer ni beber algo hasta que de pena por su amo, también agonizaba.

 

 

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¿Habrá un dolor más terrible para el hombre que ver a su hijo muerto por causa suya? No pierdas tu juventud pensando cómo plasmarás algún ideal en el transcurso de tu peregrinación por este mundo, si lo que necesitas es ultimar ahora. Esta vez que puedes, lo ejecutas; en otra, si la tienes, no sabes si podrás, porque ocasión que se va, quién sabe si volverá, pues, estas mismas circunstancias jamás se volverán a repetir.  Aprovecha todo lo que te dure y te brinde brinde este día, estos pr precisos ecisos momentos que estás ahí; olvidándote del ayer que ya no existe, que se fue para siempre para nunca más  volver y que sólo es historia. No mires para atrás ni pienses en la época anterior para mantenerte de recuerdos, ya que la vida no puede ser disfrutada sino en la etapa vigente.  Jamás digas que todo período pretérito fue mejor, porque estás despreciando el actual que estás disfrutando y rechazando al nuevo amanecer sin siquiera conocerlo. Por la fugacidad permanente del evo, el pasado siempre está en acumulación perpetua y el futuro en disminución constante; por eso, es indignante ver que los jóvenes empleen su existencia en cosas superfluas. Dios perdona todo lo que el ser humano le pida; el tiempo no, ni siquiera te da otra oportunidad.

 

 

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EL HOMBRE Y LA MALDAD

La maldad es el comienzo del fin del hombre, es su perdición. El individuo es malo, entre otras causas: ninguno se ha preocupado de enseñarle principios de delicadeza, bondad, etc., es decir, nadie le ha inculcado a ser bueno. Una de las principales razones para la existencia de nuestros vicios, es que  vivimos por imitación, por nuestra incapacidad de asimilar costumbres propias, creyendo que remedar a los demás es estar acorde a la época o a la moda; sin darnos cuenta que las actitudes y ejemplos nocivos que repetimos, no son más que eso, peligrosos modelos que recaen sobre sus autores, los que están junto a ellos y los que les aprenden, quienes nunca podrán recuperarse, porque los defectos al adentrarse en sus interiores van atrofiando sus almas hasta convertirles en los seres más despreciables del planeta, que ni siquiera de muertos podrían estar en paz. Depravado, perverso, ruin, desalmado, vil, cruel, inhumano, etc. son algunas de las varias denominaciones con las que se define al elemento pernicioso, que es un inválido moral de la peor condición, sin talento, honorabilidad ni dignidad; que incapaz de ser benévolo, en todo instante es y será siempre infame, pues, están fuera de su alcance los valores, que según él, son superfluos. Los viles son tumores malignos que nacen y crecen al margen de la pulcritud, ignorando dos cosas: que el humano vale sólo por su riqueza interna que está en el ánima, incomparable e inigualable con toda la opulencia del universo; y que para disfrutar lo que se posee aquí y en cualquier parte es necesario tener una buena salud del cuerpo, corazón y mente. No hacen el mínimo intento por dignificarse; por el contrario, perduran en un completo subdesarrollo ético que les priva de las gratas emociones y satisfacciones que brindan las virtudes. Los insolentes se jactan con un orgullo indescifrable en relucir sus desenfrenos que los tienen enraizados en sus entrañas, sin pensar que son sus afrentas. Miden el grado de su ferocidad, de acuerdo a los beneficios que de ella obtienen, y cuanto más amplias sean sus perversidades infiriendo daño a los demás, mejor habrán servido a sus infernales conciencias que se gozan complacientes en los bajos instintos de sus cuerpos poseedores que les han servido de prisión; sin ponerse a pensar, que por más que se hayan habituado al mal que repiten a cada rato, se mantienen arrastrados en un subsistir miserable. Te aconsejo que dejes ¡ya! esa vida o bien la vida

 

 

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Los inmorales, deambulan temblando por la oscuridad de su peregrinar cotidiano que no les permite ver la cruel imagen de sus errores y excesos. Andan errantes como simples transeúntes de la tierra, sin tener el mínimo deseo de poner fin a su modus vivendi que esconden detrás de sus caras de aparente júbilo. No tienen un solo instante de paz; todo les da miedo, aunque sea a plena luz del día. Los malos, siempre andan como animales de rapiña buscando nuevas víctimas que estén distraídas para agredirles y dar rienda suelta a sus iniciativas malignas. Hay de todo tamaño y color: altos, medianos, diminutos, blancos, negros, mestizos, etc. El más grande lleva al más pequeño confundido entre los que les rodean, listos para atacarnos cuando no nos percatemos de su presencia. Cuanto más cerca estemos del malvado, tanto mayor será el peligro que nos aceche. Julio César afirmaba: “He podido notar que en este mundo, los perversos suelen congregarse en mutuo compadrazgo aunque se detesten unos a otros. En eso reside su fuerza”. Los desalmados, tanto se han acostumbrado a la malevolencia, que han llegado a tomarlo como algo natural que tiene que ser así; siempre están en la sociedad donde habitan, sacando provecho personal a cambio del sufrimiento causado en el prójimo, sin importarles a costa de qué y de quién; pues, sus “felicidades” están por encima de las desgracias de los demás. Como si el tiempo se les acabara, destruyen todo cuanto encuentran a su paso; según ellos, es mejor mortificar que servir, creen que el perjuicio ocasionado a las personas es más lucrativo que el servicio prestado. No hacen algo para evitar o atenuar la cantidad de excesos de tormentos en detrimento de sus semejantes; al contrario, nos amenazan con renovada maldad. Séneca ponía de manifiesto: “Repugnante y execrable es el poder de hacer daño y del todo ajeno al hombre”. Los crueles, jamás pasan bien; llevan una carrera de descenso moral, complicada, turbulenta y llena de suspicacias. Desde que empezaron a ejecutar la sevicia con palabras, gestos o hechos están atados y condenados a ésta, no pueden librarse de ella. Sus tranquilidades fueron interrumpidas a partir de las primeras perversidades, puesto que tienen que esperar de los demás, todo lo que a ellos les hicieron; permanecen en constante guardia contra amigos y enemigos, de día y de noche: sus conciencias llenas de remordimientos, preocupaciones y culpabilidades por no haber realizado actos bondadosos conforme a la razón, no les dejan en calma un solo instante, por cuanto, temen tanto como agreden, tanto como hacen la canallada a alguien. Estos tipejos, si  ven que una serpiente se esconde debajo del lugar donde va a sentarse su adversario, no

 

 

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le avisan, no quieren entender que en esta tierra hay cosas prohibidas de hacer, así sean nuestros peores rivales. Si tu conducta es similar a lo que acabo de manifestar, no te quejarás cuando algún día sufras las consecuencias de lo que hoy practicas. Benjamín Franklin anunciaba: “Si haces lo que no debes, deberás sufrir lo que mereces”. Un gesto o una palabra de un malvado es más que suficiente para enemistar a dos camaradas, separar matrimonios o destruir cualquier armonía familiar o social; es y siempre será desalmado aun en medio de un templo religioso, sin ni siquiera imaginarse, que lo peor de sus crueldades más sus respectivos incrementos vuelven sobre sus autores, ya que, lo que queda en la víctima es una mínima parte. Tan preocupados están en ejecutar la malignidad que cada día adquiere proporciones demasiado alarmantes, que no se dan cuenta que las acciones dañinas salen de sus ejecutores e inmediatamente regresan sobre quienes los realizan, llenándose de agitaciones y perturbaciones. No hay nada nocivo más constante, más persistente ni más traidor que el que  viene del individuo malo; ni desgracia más grande para la gente, que haber caído en manos de un enemigo tan cruel, salvaje y temible, cuya vida tiene más de fiera que de humano. ¿Hay peor plaga que el hombre? Muerto el perro se acaba la rabia. Hay sujetos a quienes les vendría mejor el fallecimiento más violento, que tener un currículum vitae lleno de vicios y de sobresaltos. Hubiera sido preferible que estos seres diabólicos no existieran, antes que los tuviéramos entre nosotros para desdicha de la colectividad. ¿Quién ha dicho que los racionales somos superiores a los irracionales? Los elementos inhumanos, ; no sospechan que los infames no tienen ningún porvenir, pues, ellos mismos con sus actitudes malévolas se inhabilitaron para vivir. ¡Joven, miserable de ti, si no has aprendido a conocer lo que es el bien!  Todos los ruines, sinvergüenzas quién como ellos, que a diario veas ca caminando minando con tanta prosa y desfachatez por la calle, no tienen una milésima parte de alegría; detrás de su apariencia, sólo hay una gran aflicción fruto de tantas maldades diseminadas por todas partes. Cada uno de estos mortales que son de acuerdo a sus merecimientos, reputándose por indignos de ser serviciales, dejan de emprender normas, leyes, máximas y principios éticos, porque es demasiado esfuerzo para ellos; y por el contrario, siempre

 

 

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están malgastando su energía en la práctica de la sevicia humana con violencia física y  verbal. La mirada oblicua, el lenguaje obsceno y la risa cínica delatan muy fácilmente al malvado. No hay mal que por bien no venga, los no videntes pueden estar contentos por haber nacido ciegos; así, jamás podrán mirar las horripilantes fisonomías de estos tipejos.  En conclusión: Si tus pasos tienen algún parecido o semejanza con la del individuo malo, olvida esa clase de vida que hayas tenido hasta ahora, y ajústala a una conducta fraternal. ¡Cúrate! Libérate de esta lacra como el marino escaparía de la tormenta, y no quedes condenado para siempre. No hay sanación donde no desaparecen los síntomas de la enfermedad. Jamás permitas que la malicia te venza, te aprese y caigas prisionero bajo sus garras; sino que véncelo con el bien. Aprende a prever la ruindad, porque todo golpe es suave cuando ha sido sido previsto; y aléjate de los los incorrectos y de todo lo que huela a bajeza.

 

 

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MENSAJE A LA JUVENTUD Montaigne: “Las tierras no cultivadas, si son buenas y fértiles, se cubren de mil clases de  plantas silvestres silvestres e inútiles” 

La respuesta apremiante a este mundo contemporáneo que atraviesa una tremenda crisis moral, debe venir de la juventud moderna, comprometida consigo misma y con su familia, porque los jóvenes están en la época en la que pueden aprender y dirigir toda su capacidad intelectual hacia el bien de sus almas, aún inocentes, dóciles, modelables y aptas para asimilar un conjunto de normas éticas que les sirvan para vivir más y mejor. En esta etapa deben estar unidos por la fuerza de su adolescencia, como  verdaderos hijos hijos de Dios, con paz int interior, erior, en hermandad, hermandad, en comunió comuniónn con los demás demás e identificados con sus semejantes, es decir, cumpliendo con su verdadero rol, esto es, ayudando y sirviendo al prójimo con mucho amor y poniendo todo de sí al servicio de la supervivencia de sus congéneres; sembrar la armonía social actuando con las demostraciones más expresivas de simpatía y consideración, conviviendo con actitudes de solidaridad, de benevolencia, de compasión por los que sufren y de consolación con los afligidos; caminar siempre juntos evitando el mal, en pro de la felicidad de sus similares, de una sociedad más sensible, comprensiva y benigna, donde la gente se ame, se respete, se honre, se obedezca y se socorra mutuamente como verdaderos racionales, en todas sus necesidades, hoy y siempre, tanto en la dicha como en la desgracia. La juventud es temporada para hacer votos por un mañana lleno de fraternidad y humanitarismo; de desterrar y excluir de sus pensamientos y acciones el egoísmo, el individualismo, la envidia, envidia, la hipocresía, la fuerza, llaa violencia, la corrupción y todas las pasiones negativas. Los adolescentes deben consolidar sus fuerzas y así a sí buscar un nuevo amanecer más justo y más humano, sin opresión, odio ni rencor. Es su deber impostergable perseguir un destino superior transitando por senderos llenos de valores y  virtudes, para hacer más llevadero el duro camino que tiene que atravesar por la vida; y rechazar las peligrosas distracciones y fáciles placeres, comportamientos incorrectos que luego sólo le traerán largos arrepentimientos e interminables lamentaciones, fruto de su imprudente pubertad. No se encuentran ni tropiezan los buenos con los malos, sino solamente cuando siguen el mismo rumbo. El que más huye de la malignidad, más se acerca a la benignidad. Es más contagioso el vicio que la virtud, por eso, con toda la confianza en ti

 

 

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mismo, con tu espíritu vigoroso y fortalecido, retírate retírate y aléjate cuanto te sea posible de la malevolencia, de cualquier objeto temible, contacto dañoso y de todo aquello que sepa a  vileza, porque está acechándote para asaltarte y darte su golpe mortal por sorpresa.  Apártate de todas las cosas y actitudes con que tú te heriste de muerte y que produjo el fallecimiento de muchos seres inocentes; y júntate con quienes puedan auxiliarte y hacerte mejor; luego, entrégate a tus afines col colaborando aborando par paraa combatir y aniqu aniquilar ilar su dureza, porque el que se libera de las garras de la ruindad, tiene la obligación de librar a los demás. Prevé lo que tu buen juicio pueda prever; lo que pueda perjudicarte considéralo y evítalo antes de que algo nocivo acontezca, por que toda persona noble es hostil a la ignominia. No desmayes un solo instante en combatir los yerros de tu interior y en eliminar todas las diversiones superficiales. Antes de decidirte por la conducta perniciosa, piensa primero en los beneficios del bien; pues, si te conviertes en malvado, tu conciencia jamás te permitirá permanecer en paz ni tener ninguna clase de recreaciones sanas. Rechaza la inmoralidad, porque la deshonestidad y la depravación no se corrige con la complacencia o la complicidad, sino con la reprobación y el desprecio. Si estás contagiado por el virus de la maldad, lo pertinente es medicarse en el primer malestar; no te quedes parado, trata de encontrar el remedio, sé tú mismo el boticario de tu ánima, no esperes que otros te provean el medicamento, busca los antídotos para curar estas enfermedades. Ve al origen de tus desenfrenos, y arráncalos de raíces a estos infernales gérmenes, aunque sean leves, sin que te quede uno solo. Del árbol de la perdición, jamás te conformes con cortar solamente las ramas, ya que  volverán a retoñar y nuevamente te hundirán en el fondo del abismo que tanto te costó salir. Si de extirpar a las perturbaciones del alma se trata, tienes que apresurarte para que no te quedes rezagado. Cuantos muchachos y desgraciadas víctimas de los libertinajes que no fueron controlados a su debido tiempo por sus padres han caído en el profundo abismo del infortunio, sin esperanza alguna de retorno; pasando el resto de sus tristes días entre lágrimas y arrepentimientos. Sálvate de la bajeza, como los animales de las manos del cazador. Si cometiste alguna sevicia en contra contra de alguien, reconoce la culpa, implor imploraa que se te perdone y hazte el propósito de nunca más volver a repetirlo. Paralelamente a la clemencia que pidas por el perjuicio causado; así mismo, suplica la absolución Divina por no haberte fijado un solo instante en tus cercanos que te requirieron ayuda. Paga la

 

 

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condena rehabilitándote con servicio a los demás, inspirado en valores y virtudes, porque quien cumple su pena con el resto de su existencia fundamentado en actos  virtuosos, no solamente está absuelto de su castigo, sino que queda como si no hubiera pecado. No des a tus semejantes lo que de ellos no quieres recibir. El hombre debe esperar más mal que bien de aquel a quien cometió la maldad, por eso, nunca permitas que la villanía prevalezca en ti. No ejecutes nada vergonzoso de lo que después tendrás que arrepentirte, ya que la infamia vuelve siempre sobre la persona que lo realiza; y si hiciste algo malo, avergüénzate, remuérdete y habrá esperanza de enmienda. La vida te devuelve siempre, lo que tú le das a ella, y si no me crees, te cuento c uento la siguiente historia. Carmen, era una anciana canosa, muy guapa, flaca, mal vestida, casi ciega, sorda, cuyas piernas le temblaban al caminar y sus manos al comer, de manera que no podía  valerse por sí misma; para el colmo duró casi un siglo. Era tan pobre que sobrevivía sobrevivía con lo que le regalaban sus vecinos y parientes lejanos.  Todo el dinero ganado en su juventud con mucho trabajo, sacrificio, sangre y sudor, lo invirtió en la educación de sus tres descendientes, quienes, después de ser profesionales y al gozar de una excelente estabilidad económica, al no necesitarla para nada, le abandonaron por completo. Su único pecado: haberles haberles criado con mucho esm esmero. ero. Carmen enviudó cuando su primer niño entraba a la escuela y el tercero todavía lactaba. Al quedarse sola al frente del hogar, el futuro que le esperaba no era tan halagador. En fin, con sacrificios y penas transcurrieron los años hasta que el ocaso de su existencia llegó. Comenzaron para ella los meses tristes, y minuto a minuto se iba acabando. Sus horas horas estaban contadas. En su tierra natal hhabitaba abitaba en un techo vetusto de adobe y teja; y su cama consistía en 8 tablas clavadas sobre troncos de árbol de eucalipto, una estera, un colchón de paja de cerro y tres cobijas de lana de borrego tejidas con su esfuerzo. Algunas personas, por caridad le traían un plato de comida, pues, sus vástagos ni siquiera se acordaban de ella. Rafael, el primogénito, le llevó a vivir en su domicilio de Quito. Carmen, apenas atravesó el umbral de su nueva residencia que tenía mucha comodidad, sintió la diferencia con la suya. Seis meses vivió en compañía de él, de la nuera y el cariño de sus nietos. Todo era felicidad hasta que una vez, mientras se desarrollaba una fiesta en los jardines para festejar el cumpleaños de Rafael; Carmen, salió de su cuarto con el fin de

 

 

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respirar aire puro y de paso mirar el festejo. Este acto le pareció bochornoso a la hija política, lo que le disgustó; y como ya estaba cansándose de atender a su suegra, le pidió a su marido que entregara a la señora al cuidado de sus otros dos hermanos. ¿Por qué cuando son jóvenes nuestros padres, todos los queremos y nos sentimos orgullosos de ellos? Y cuando están viejos ¿qué? Le tocó el turno a Jorge, pero, éste en vez de tenerle a su madre con él como era lo acordado entre los consanguíneos, le llevó con engaños a un asilo de longevos.  Transcurrió el tiempo y Jorge no regresó desde aquel instante que le dejó en el centro asistencial para viejitos pobres; y lo que es peor, nadie le visitó. Sus nuevos vecinos: hombres y mujeres de la tercera edad y las monjas que regentaban la casa de beneficencia formaban parte de su último hogar, donde le daban el único apoyo y calor humano, no tenía a nadie más: su familia le ignoraba. Carmen, de vez en cuando se acordaba de su vástago, y no perdía las esperanzas de volverle a ver. Una tristeza insuperable llenaba los últimos días de su vida. Como a través de una niebla miraba por la ventana la entrada principal del refugio, con la ilusión de abrazar nuevamente a su ser amado. Encontraba justificativos: ¡tal vez esté enfermo! decía. Amanecía y anochecía, y Jorge no aparecía; presintiendo una vil acción acc ión de su parte se sintió invadida por un terrible desconsuelo, de desesperación y angustia se puso a sollozar y a pedir a Dios le lleve a su gloria. Cada aurora su corazón latía menos, ya no sabía ni como se llamaba; ni siquiera reconocía a las monjitas que tanto habían hecho por ella. ¡Qué dura que es la vejez! Los segundos de Carmen estaban contados. Una mañana se quedó como adormecida y murió después de un mes de penosa agonía, lejos del campo y del aire libre de su terruño. Hasta el fin esperó el regreso de su adorado  Jorge, éste jamás volvió. ¡Nunca ¡Nunca más molestará a na nadie! die! Cuentan las religiosas, que hasta la actualidad, por los patios del asilo se escucha todavía a la anciana llorar por su hijo ingrato e inhumano; y el eco de los suspiros de una mortal tristeza de una madre defraudada por un mal agradecido, se oye en el dormitorio que ocupaba Carmen.  Tres décadas transcurrier transcurrieron on para que los descendientes de Jorge repitan exactamente lo mismo con él, es decir, le abandonaron en el mismo albergue, y por esas raras coincidencias, su dormitorio quedaba al frente del que ocupaba la veteranita Carmen.

 

 

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Para evitar tener problemas que atentan contra la felicidad, es menester que  vivas apaciblemente, sin odios ni rencores, rencores, siguiendo el camino que el uso de la razón te prescriba, sin apartarte nunca de ella; cumpliendo a cabalidad bien y honestamente con todas las leyes civiles y morales; residiendo por ti y por el bienestar de tus semejantes siempre en completa y perfecta unión y armonía, porque con la concordia crecen todas las cosas por más pequeñas que sean, mientras que con la discordia se destruyen, se arruinan, se hunden y se pierden para siempre las más grandes. Entonces, donde reine la desunión y la pugna, combátelas con paz y amor, con expresiones de confraternidad y alegría, y ejemplos de moderación, sencillez y modestia. En las actuaciones diarias en la población en la que te desenvuelves, donde cada hora se agranda la diferencia entre los virtuosos y los viciosos, y se achica entre el hombre y el animal, practica conjuntamente con tu prójimo valores hasta que te conviertas en un verdadero, efectivo, glorioso y noble ser humano; y de esta manera, tu imagen se perpetúe en tus hijos y nietos, y perdures de algún modo en la memoria de ellos después de tu muerte. Paga el derecho de piso de tu corta jornada terrenal, inmortalizando tu nombre, nombre, dejando tras de ti buenos recuerdos, para que después de tus días, las nuevas generaciones, parientes o no, sepan que tú pasaste por aquí.  Todo el conjunto de virtudes que hayas aprendido e incorporado a tu ser y que los demás no lo practican, proclámalos a los cuatro vientos, hasta que se convierta en una norma universal; puesto que muchos sólo esperan oír tu voz para integrarlas a sus ánimas, siguiendo el modelo de tu proceder. Tu estancia aquí es corta, no te quedes con los brazos cruzados. Averigua tus derechos y exige; conoce tus deberes y cúmplelos. Sé el constructor de nuevos tiempos. No andes errante, perdido ni confundido. De aquí en adelante, exhorta las virtudes y fustiga los defectos sin ninguna vergüenza ni temor, en el lugar que te encuentres, ya sea en el hogar, en el colegio o en el trabajo. Depende de ti y de los demás que el mundo sea mejor. Contribuye para tener un pueblo fraternal, una colectividad de igualdad, donde cada uno sepamos convivir y compartir como  verdaderos racionales, racionales, sin distinción ddee raza, clero o sexo. Del árbol de la vida, los malvados sólo recogen espinas, los mediocres morales avanzan hasta las flores y los virtuosos cosechan los frutos que dan felicidad y seguridad eterna.

 

 

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Eslogan personal.- 

Que tu consigna de aquí en adelante sea: “Estoy obligado a no causar daño alguno a mis congéneres, así fuese que haya recibido una ofensa de ellos; por el contrario, seré un chaval superior en bondad y más valores y como tal respetaré el derecho de todos, de no ser maltratados ni injuriados inútilmente por mi. Me prometo guardar en cada uno de mis actos, un comportamiento conforme las normas éticas lo determinen, y alejarme de todo lo que sea degeneración. Cuando me acostumbre a algo que es perdición, luego, será muy difícil encontrar remedio alguno para que cure esa indignidad, y me iré derecho rumbo al precipicio de la muerte.” muerte.”  “ Jamás efectuaré ningún mal a otro hombre que yo no lo quisiera recibir ni aun con el justificativo de que actué en defensa propia. Resistiré y rechazaré todo aquello que me inspire la malicia, caso contrario, ésta se irá acumulando y amontonando en derredor mío, hasta que en un futuro no muy lejano tendré que lamentarme muchísimo por el resto de mi duración; remordimientos estériles que no remediarán nada, pues, todo estará ya consumado: seré un ruin más de los muchos que ya existen, despreciado por mi mismo, por mi familia y por la sociedad” sociedad”. “Desde este instante me habituaré al examen de conciencia antes de dormir, sin omitir nada, porque es útil, beneficioso y necesario. El no observar mis procedimientos cotidianos es lo que me hace duro y fuerte en la práctica de las atrocidades. Cuando reflexiono, mi mente lo dirijo hacia el futuro, sólo pienso en lo que tengo que ejecutar, pero, jamás medito en lo que hecho y he dicho para verificar si mi actuación al finalizar la jornada diaria ha sido buena o mala. A partir de hoy me interrogaré: ¿A qué vicio me enfrenté y le aniquilé aniquilé este día? ¿En qué virtudes hhee sobresalido y en qqué ué defectos he empeorado? ¿Cuál es mi balance final?” final? ”.

 

 

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ÍNDICE PAGINA

Introducción. La vida La moral. La conciencia. Los valores. Las virtudes. ¡Tú!: realízate como un verdadero ser humano. Consagra tu vida a la verdad. El hombre hipócrita. Íntegro. La justicia. La solidaridad. Sé agradecido. Prudencia. Honesto. El respeto. La ira. Injurias. El amor. La amistad. La felicidad.  Vive la vida hoy, porque porque pueda ser que el día de mañ mañana ana ya no te pert pertenezca. enezca. El hombre y la maldad. Mensaje a la juventud. Eslogan personal.

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