LO GRUPAL 1

December 15, 2017 | Author: princesaguadita | Category: Psychoanalysis, Ideologies, Learning, Knowledge, Science
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Colección: "PROPUESTAS" Primera Edición: Abril de 1983 Segunda Edición: Junio 1991 © AYLLU S.R.L. Sede: Chile 470 Buenos Aires - Argentina

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Todos los derechos reservados Impreso en la Argentina Hecho el depósito que marca la ley 11.723 I.S.B.N.: 950-560-009-7

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A. Bauleo - J.C. De Brasi - E. Pavlovsky G. F. Baremblitt - L. Frydlewsky - O. I. Saidón

LO GRUPAL1 •00029909' K.01 L832I Bauleo. Armando J.; De Brasi. Juan Cario L o qritpal 1

EDICIONES AYLLU BUENOS AIRES - ARGENTINA

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"¿Se ha pensado bien en lo que significa el hecho de dejar en paz al "inconciente" como estructura específica Estoy de acuerdo en otorgarle en cuanto sea posible el "carácter de específico", mientras no implique la total extraterritorialidad social del psicoanálisis, o sea, mientras no suponga el privilegio único y exorbitante que entrañaría la posición de una sustancia completamente AHISTORICA, ASOCIAL Y APOLITICA. Es la definición misma de Dios: la SOBERANA NEUTRALIDAD„ EL ARBITRO, la "otra escena" como lugar ontológico donde no pasa la crítica, rechazada por la tajante espada de la ruptura epistemológica." Robert Castel, El psicoanalismo. El orden Psicoanalítico y el poder (Siglo XXI).

PROLOGO

Entre 1971 y 1973 se editaron Cuestionamos 1 y Cuestionamos 2 (Edic. Granica), publicaciones que representaban el pensamiento de los fundadores del Movimiento de Plataforma Internacional. Plataforma Internacional fue un movimiento originado porjóvenes psicoanalistas de varios países que se oponían a la enseñanza y formación del Psicoanálisis que se impartía en las Instituciones Oficiales (Asociación Psicoanalítica Argentina, entre nosotros). Yo creo que fue un modelo de ruptura ético-ideológica. No en vano los principales movimientos de psicología alternativa en Latinoamérica están inspirados en la ruptura que originó Plataforma*y que dio lugar a una manera diferente de pensar el Psicoanálisis fuera de las Instituciones Oficiales. Hace poco estuve en un Congreso en Porto Alegre (Mov. Psi.) que convocó a más de 500 estudiantes y profesionales. Los estudiantes de Psicología, fundadores del Movimiento Psi. y del Congreso, estaban inspirados en la lectura de Cuestionamos 1 y Cuestionamos 2, ahora traducidos al portugués. Fue el documento testimonial de una nueva manera de crear un Psicoanálisis más comprometido con el momento social que vivíamos. El "fascismo" de estos años se encargó muy bien de borrar de las universidades esos textos cuestionadores. Un purismo cientificistay ahistórico, invadió la enseñanza del Psicoanálisis en estos años. Un neutralismo vergonzante anuló la posibilidad trans* El grupo Plataforma se constituyó gracias al impulso inicial de A. Bauleo y H. Kesselman.

formadora y revolucionaria que el Psicoanálisis tiene. Se lo aquietó en discusiones bizantinas. Se lo complicó más que nunca. Se lo adormiló en su función de cuestionamiento social. Se lo aristocratizó. Se lo "derechizó". Se lo "lacanizó". Por eso el hecho de que De Brasi, Bauleo, Baremblitt, Saidón y yo podamos otra vez escribir juntos, después de la diáspora que sufrimos algunos de los psicoanalistas argentinos en estos años es más que un episodio fortuito. Es nuestra manera de reanudar el diálogo en Buenos Aires con la gente joven. Hablando de grupos, unas veces. Hablando de Instituciones, otras. Para nosotros hablando de Psicoanálisis, siempre. Pero desde aquel Psicoanálisis que asumió Plataforma cuando produjo la ruptura con la Asociación Psicoanalítica Argentina. Un psicoanálisis que cree, en última instancia, en la existencia de un inconciente social e histórico. Eduardo A. Pavlovsky Buenos Aires, enero de 1982.

"Si es cierto que una sociedad de clases se perpetúa en parte gracias al desconocimiento de los mecanismos objetivos que la hacen funcionar (y es por esto que la revelación de estos mecanismos tiene siempre un impacto político), una construcción teóricopráctica como el psicoanálisis puede resultar tanto más útil desde el punto de vista de las clases sociales dominantes si dispone de recursos suficientes para disimular, y mejor aún para disimularse a sí misma, la relación que tiene con la problemática del poder"1. "No es casual que el desarrollo de Lacan haya proliferado tanto en la dictadura. Los psicoanalistas en general desconocen los efectos de su "práctica social" y sus redes determinantes; o por lo menos ni se lo plantean, convencidos en la "neutralidad" del discurso del inconciente. Hace poco Miller decía en París que no tenía pruebas de la dictadura argentina, porque cuando vino a Buenos Aires, pudo hablar de psicoanálisis con toda libertad.2"

1 El psicoanálisis, el orden psicoanalítico y el poder. R. Castel, Siglo XXI. 2 Comentario personal de G. Mendel a E. Pavlovsky, en Río de Janeiro, durante el Congr. de Psicoanálisis e Instituciones, octubre de 1982.

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PROBLEMAS DE LA PSICOLOGIA GRUPAL (El grupo Operativo-Productivo) Armando Bauleo

La intención de este trabajo es la de ubicar nuestra concepción de grupo, tratando de efectuar una especie de movimiento que pueda unir experiencias y teorizaciones desarrolladas en diferentes oportunidades y que nos permitan una actualización del problema. Iniciamos nuestra marcha con la ubicación psicosocial de la denominación de grupo que señala la posición, el lugar transitorio, la mediación necesaria, el punto virtual, todo ello absolutamente imprescindible si queremos observar la relación individuo-sociedad. Es decir, no podemos establecer la vinculación entre lo social y lo individual si no la recortamos a través de lo grupal. Habría que agregar que las dos corrientes del pensamiento científico que trataron de observar ese tipo de vinculación (la relación individuo-sociedad) en funcionamiento frieron la Institucionalista y la Grupalista. Nuestra inclusión en esta última es producto de contingencias históricas y de exigencias metodológicas. Nuestros antecedentes se anclan en la concepción, denominada Grupo Operativo, que surge como síntesis de la Psicosociología y del Psicoanálisis Kleiniano y que nace en Buenos Aires alrededor de 1950. Desarrollamos, en años posteriores, dicho pensamiento

en sus alcances teóricos y prácticos, y a su vez esas elaboraciones enriquecieron e instrumentalizaron una contestación a lo instituido a nivel de las Ciencias Sociales. En relación a las exigencias metodológicas éstas provienen de elementos de la concepción antes enunciada. En ella la Institución aparece como una problemática Inter-grupal, sea a nivel práctico (es decir de intervención en las Instituciones), sea a nivel teórico-metodológico (de objeto o sujeto a partir del cual se establece el procedimiento de conocimiento). Una cuestión se desgaja, que aunque obvia, no podemos dejar de nombrar ya que está involucrada cuando hablamos de la relación individuo-sociedad, ella es la de participación social. Es decir la necesidad individual de: a) verificar su inserción social; b) sentir su inclusión a través de pertenencias a diferentes organizaciones: c) de gestionar su presencia en el contexto social; d) el de su implicación en el poder de decisión, etcétera. Resumiendo podemos decir que por el grupo transita aquella participación social. Expresamos que aunque obvio era necesario enunciar esta premisa por las connotaciones prácticas que ella abarca. Cuando se piensa en situaciones de cambio o se desea planificar diferentes inserciones en lo social, o se intenta organizar otros marcos sociales a los desarrollos individuales, se hacen necesarias para todo ello organizaciones intermediarias, y ahí el grupo ocupa ese lugar social posibilitador de la experiencia. Es que el grupo puede desempeñar el papel de una especie de organizador social de espacios o de experiencia. Esto a su vez hace pensar que si no se ubican estos "espacios sociales" para llevar a cabo experiencias alternativas, lo expresado en los discursos tendientes a cierto cambio en las estructuras sociales queda circunscripto a enunciados ideológicos de "buena voluntad", sin implementación práctica. Lo que tratamos de señalar es que esos lugares sociales posibles para la experiencia aparecen como un momento práctico para ejecutar y luego elaborar un pensamiento de cambio.

También se hace necesario tener presente que toda esta problemática abre un enjambre de interrogaciones alrededor de el cómo se crean esos lugares de experiencia, la ideología de los que los constituyen, el rol de la Técnica, cómo pueden ser absorbidas esas experiencias por esta sociedad, etc. Lo que deseamos señala? es que estas interrogaciones enriquecen la situación pero no la pueden esconder. De lo hasta ahora expresado emerge un problema que luego arrastra ciertas consecuencias teóricas. De lo que venimos diciendo se plantea que siempre, en todo discurso sobre Grupos, el orden de la realidad (a nivel de momento o de contexto histórico-social) juega un rol importante, pues es imposible referirse a cuestiones sobre el grupo sin tener en cuenta una cierta referencia a la realidad. Esto nos lleva a ciertos planos de enunciación: a) En toda concepción de grupo la presencia de la historia social es un elemento indispensable en su elaboración, y por lo tanto la realidad debe tener su lugar en esa conceptualización; b) Esa misma historia social se hace presente en la práctica y en la experiencia, tiñe toda la empiria grupal (permitiendo, avalando, aceptando o rechazando el posible trabajo grupal); c) La presencia de la realidad no conlleva a una cuestión moral de lo aceptado o de lo rechazado (vinculado con el orden de la adaptación), o de lo verdadero y de lo falso (problema de sometimiento a lo dado), sino que constituye el marco para la dialéctica entre lo utópico y lo posible (desde el grupo o desde el momento y contexto histórico en el cual el grupo funciona). Ahora me dedicaré a cuestiones que hacen a la fundación, constitución y funcionamiento de un grupo.

La primera parte del trabajo se ha centrado en cuestiones macroscópicas y ahora quisiera apuntar a las cuestiones microscópicas que atañen al grupo en cuanto tal. Si reducimos la idea grupal sobre una situación triangular mínima resultan la coordinación, la organización grupal y la tarea, las tres partes constituyentes de dicho triángulo. Tratemos de efectuar un ajuste de cuentas alrededor de estos elementos mínimos a los cuales es posible reducir toda circunstancia grupal. Tomemos en consideración el vértice correspondiente a la coordinación centrando nuestra atención sólo sobre ciertas interrogaciones alrededor de ese lugar, sobre todo cuando se lo trata de suprimir a través de la autogestión. Aquí tendríamos que enunciar que la coordinacion es fundamental para la lectura de la latencia grupal, de los emergentes que surgen y del mantenimiento de un encuadre como espacio real de funcionamiento. Creemos que en un primer momento es irreemplazable en todo grupo que se organiza. Luego es posible en la historia de un grupo pasajes de la coordinación a la autogestión, es decir que entre los integrantes traten de llevar adelante el objetivo estipulado. Aunque, se hace útil tener presente, que como siempre sucede con el no-conciente, es necesario al menos de tiempo en tiempo en aquella historia grupal, de momentos de coordinación (alternantes), para poder despejar aquellos alcances inconcientes de la resistencia al cambio. Habría que repetir que cuando hablamos de coordinación señalamos una función, que la cumple una persona real pero no se agota en ella, y cuyo descentramiento la Teoría de los grupos no la inventa sino la hereda del Psicoanálisis. Detengámonos ahora en la relación grupo-tarea, a partir de su fundación, es decir del momento del contrato, para tratar de ubicar luego la dinámica que se desencadena a partir de aquel instante.

La tarea, objetivo o finalidad tiene la función de elemento disparador del proceso grupal, es como la consigna de "lanzamiento" para que comience a desenvolverse la labor grupal. La tarea o finalidad manifiesta es dada "racionalmente" para encontrarse los integrantes y efectuar una elaboración en conjunto, luego comienza a "desvelarse", otras características se van dibujando, se ensanchan los horizontes de sus implicaciones. Proceso y Trabajo grupal son dos instancias entrelazadas e inseparables al desarrollar las latencias de un objetivo. En otras palabras, se van alargando las significaciones que ese objetivo va teniendo para el grupo, surgen otros sentidos, y diversas líneas toman las repercusiones concientesy asociadas (no-concientes) que se desenvuelven a partir de aquel punto. Arribamos a la circunstancia de retomar un viejo artículo, el escrito colaborando con Pichón Riviére, sobre "La noción de tarea en Psiquiatría" (Buenos Aires, año 1964). Recordemos que en ese artículo se trata de mostrar los momentos que recorre pendularmente un grupo al desarrollar el tema. Ellos son los de Pretarea, Tarea y Proyecto. En aquella época nuestra intención estaba centrada en observar y señalar lo que les sucedía, en cada uno de esos momentos, a los sujetos de la experiencia grupal. En dicha experiencia grupal se abrían zonas inconcientes del comportamiento de los sujetos, disparadas por el tema, cuya interpretación posibilitaba no sólo progresar sobre dicho tema sino que proporcionaba elementos para operar en la vida. Esto era, un poco esquemáticamente, una de las proposiciones centrales que subyacían en el artículo. Desearía, transcurridos algunos años, repensar la problemática que gira en torno a esos momentos pero ahora desde una nueva perspectiva, la de la estructura grupal global. La Pretarea sería el momento de las resistencias, de las imposibilidades de "hacerse cargo" del objetivo elegido con nuevas pautas, es la coyuntura de la repetición, de la reproducción de viejos esquemas para resolver lo novedoso de este grupo, con una historia que se ha iniciado en este aquí-ahora.

En esta Pretarea las ansiedades predominantes serían la confusional y la persecutoria. Ambas ansiedades responden a las circunstancias de integración y de adhesión al grupo que los miembros tienen que efectuar, y que desencadena en ellos desestructuraciones en sus viejos esquemas referenciales. Es como si se quisiese negar la realidad de la estructura grupal en nombre de una individualidad. Por otra parte el momento de la Pretarea es un momento de vaivén, puede aparecer innumerables veces, tantas como momentos defensivos se presenten frente a las situaciones de cambio. El otro momento corresponde al de la Tarea. El grupo constituido como tal efectúa una especie de insight alrededor del tema que se ha propuesto. Es un momento de reflexión en el cual se observan los alcances (imprevistos antes y ahora expuestos) de la significación que ese tema tiene para ellos. La ansiedad depresiva tiñe la situación. Es un sentimiento de acallamiento, de silencio, de meditación sobre los límites y los alcances del trabajo grupal. En relación a la denominación de Tarea se hace útil cierta aclaración. Hay un efecto (o defecto) de práctica que luego se refleja en la escritura. Se anuncia de la misma manera la finalidad y el estar "centrado" en ella. Es decir se denomina Tarea al objetivo de un grupo, y Tarea a los momentos de centrarse en el objetivo, de insight. Es que el proceso grupal lleva a apropiarse, a través de centrarse en el Tema, de lo que se propuso como Tema. Es ahora que surge el Proyecto. Es un elemento muy especial del trabajo grupal. En el desenvolvimiento grupal emergen propuestas de creación, es decir articulaciones novedosas entre ciertos materiales, que a su vez sirvieron para que el grupo entrara en otros ámbitos de las cuestiones que estaba desarrollando. Luego el grupo retomará esos esbozos de creación vividos, y los estructurará, dándoles configuración y una cierta organización a aquellas creaciones parciales. Señalamos aquí que siempre la

puesta en práctica de lo propuesto por un grupo tendrá un grado de dependencia con el contexto social. Pero paralelamente frente a la probabilidad de participar en un grupo (luego latentemente estará presente durante todo el desarrollo) subyace una fantasía:la de creación de proyectos. Siendo la otra cara de la moneda, la fantasía, la de un proyecto de creación. Pero la noción de Proyecto tiene otras implicancias. Entremos en otro plano, el filosófico, para dar una idea de los alcances de la noción de Proyecto. En éste aprovechamos una cierta división provisional de los posibles establecida por Bloch en su "Principio de la Esperanza". Bloch explícita: "Objetivamente posible es todo aquello cuyo sobrevenir puede científicamente esperarse o por lo menos no excluirse, debido a un mero parcial conocimiento de las condiciones existentes.." Real posible, en cambio, es aquello cuyas condiciones no se dan aún en la esfera del objeto mismo todas ellas, ya sea porque aún estén madurante, o bien porque surgen nuevas condiciones, naturalmente por mediación de las existentes, para el sobrevenir de una nueva realidad. Pero antes de continuar quisiera dar otra vuelta más a la cuestión. La noción de Proyecto se quiebra en dos andariveles diferentes de funcionamiento. Por un lado se desenvuelve en lo que podemos decir el engranaje procesal de un grupo. Aparece al inicio del grupo como los "propósitos" (de hacer algo, de llegar a algo, etc.) en los diferentes sujetos, que luego en el transcurrir del tiempo y del proceso grupal se transformarán en otras "intenciones" al ser enriquecidos por los aportes inconcientes de los integrantes. Proyectos de diferente tipo que se deben incluir como elementos siempre presentes de la planificación de todo grupo y que hacen a su instrumentalización intrínseca. En esta línea Proyecto se resume poniéndolo en el lugar

del resultado de la suma de insight. Pero a su vez el Proyecto ocupa otro lugar en la teorización sobre grupos. Dijimos que la situación grupal mínima era un triángulo constituido por Coordinación-Grupo-Tarea. Esta situación mínima de tres elementos se configura como estructura a partir de un cuarto que le da sentido. Y aquí Proyecto (en la versión de Bloch) juega esa función. Si buscamos el por qué, diríamos que se lo encuentra al observar que el Proyecto como tal no pertenece a ninguno de los elementos de la estructura, pero a su vez influye sobre los tres posibilitando el movimiento. Como expusimos antes podemos agregar, que lo sujetos integrantes lo confunden con sus propósitos y el coordinador con sus fines, o se cree que está condensado en la tarea, éstas son las ilusiones de su presencia en cada uno de los elementos de la estructura. Por lo tanto Proyecto puede aparecer como lo establecido y programado desde una individualidad. A su vez como fantasía de futuros utópicos. O como algo que surge de la estructura grupal por su misma constitución sin ningún anclaje en particular. De esta manera en el Proyecto se entrecruzan el plano de lo conciente, el plano de lo inconciente y el plano de efecto de un sistema de relaciones (o sea de la estructura grupal). Señalemos que siempre un grupo que se está por constituir es una provocación o un desafío, sea a nivel individual o social y a su vez pasa por todas las vicisitudes de una construcción en un vacío, cuyas formas y contenidos dependerán de un juego de fuerzas relacional y no de alguna en particular. Por lo tanto en un grupo en funcionamiento lo que aparece claro es una corrida de los lugares de los "posibles". El límite o los puntos de apertura hacia otras situaciones no estarán en los lugares que originariamente se creía. Emergerán los caminos por las vías menos pensadas. Objetivamente posible y Real posible se concretizan en el grupo, y la distancia entre ambos se efectiviza de acuerdo a

cada circunstancia grupal. Podemos agregar que la tensión entre ambos dinamiza el juego identificatorio. Para terminar, diremos que la imposibilidad de la superposición entre Objetivamente posible y Real posible es lo que garantiza la vida de un grupo.

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA FORMACION DE IDEOLOGIAS EN EL APRENDIZAJE GRUPAL1 Juan Carlos De Brasi

" Y a no conviene el goce con el trabajo, el medio con el fin... Eternamente unido a una partícula del conjunto, el hombre se educa como mera partícula: llenos sus oídos del monótono rumor de la rueda que empuja, nunca desenvuelve la armonía de su esencia, y, lejos de imprimir a su trabajo el sello de lo humano, tórnase él mismo un reflejo de su labor o de su ciencia."

F. SCHILLER: La educación estética del hombre, en una serie de cartas.

La propuesta de este texto consiste en estudiar las correlaciones que existen entre ciertas formaciones pedagógicasgenéricamente denominadas grupos de estudios- y las constituciones ideológicas que les están necesariamente asociadas, tal como lo demuestra una práctica definida en el horizonte de una problemática específica. Tanto las teorías con que trabajamos, sus límites y entrecruzamientos, como el método y técnicas particulares de análisis están referidas al período político-cultural argentino que comienza -objetivamente- en el año 1966 con la desestructuración de la Universidad y que, todavía, permanece abierto. En esta coyuntura determinada están situadas algunas vías de investigación y conclusiones provisorias que hacen a un aporte orgánico futuro. 1 Lo que aquí tiene el carácter de reflexiones fragmentarias es solo el punto de partida de un ensayo sobre el tema.

En primera instancia es preciso hacer dos restricciones: a) las reflexiones posteriores se refieren a un aprendizaje en grupos que podríamos llamar "institucionales en estado libre", o sea: fuera de ciertas determinaciones institucionales que dependen jurídicamente del aparato estatal; b) las experiencias procesadas se han hecho con grupos de adultos y adolescentes. Por lo tanto la idea de "clase" adquiere, en este contexto, sólo un sentido metafórico, pues dicho concepto instala un espacio y tiempos distintos a los aquí mencionados.2 Las remisiones explícitas a trabajos institucionales (cuando la red se arma sólo en relación unívoca con aparatos ideológicos de un Estado) exigen otros marcos de sobredeterminacion del proceso de aprendizaje, de las técnicas resolutorias y de los objetivos a lograr. Sin embargo, hay una serie de nexos y coincidencias entre las formas de operar "en estado libre" y un trabajo interno, modificador, en los aparatos ideológicos, aunque aquellas distan mucho en su estrategia y "efectos eficaces" de alcanzar los progresos-retrocesos ("cada fracaso nos hace más listos") que se pueden lograr más allá de los "pequeños grupos"y que obtuvo, por ejemplo, en un cierto sentido, la línea de la pedagogía institucional (desde H. Wallon hasta M. Lobrot y F. Oury, A. Vásquez y su articulación con la psicoterapia en la misma institución). No estará de más señalar una hipótesis que se halla presupuesta en todo el trabajo: el paralelo entre la producción y el aprendizaje, que puede ser extensible con las modificaciones pertinentes, a otro tipo de estructura grupal que la pedagógica. Pero no pudieron sobrepasar los límites de la terapia individual extendida, ni el marco de la pedagogía desconocedora de un grupo como totalidad arcaica que reinaba en su tiempo. Se podría aventurar que hasta las investigaciones y resultados obtenidos por F. Doltoy su discípula, Maud 2 De todos modos se reflejarán las incidencias de las experiencias, reguladas institucionalmente, que realicé en Villa Maciel ("Centro de Recreación", dependiente de UNBA, durante 1963-1964) y como docente en los Trabajos Voluntarios de Verano, de Chile, en 1971.

Mannoni, F. Oury y su ex colaborador F. Guattari, S. Resnick y F. Tosquelles, etc., la intervención de los fenómenos psicopatológicos en el aprendizaje, su consideración central para la enseñanza (anexión del hospital de día a la escuela) y el análisis de la "posibilitación o entorpecimiento" institucional para el educando, eran indagados de manera casual y arbitraria 3. Es preciso al hablar de las formas de transmisión de conocimientos e ideologías, de su intrincado desarrollo combinado y desigual en la dialéctica del aprendizaje, definir, someramente, el concepto de ideología que ponemos en juego cuando evaluamos lo "qué es" transmitido, como al captar el espectro de sus efectos. Concepto que tiene su especificidad según sean los "estilos" de las construcciones que estemos tratando. Dejando de lado las connotaciones que arrastra el término ideología, desde su postulación en los Elements d'Ideologie de Destutt de Tracy, hasta las constantes rectificaciones en la moderna sociología del conocimiento (Manheim), la antropología (Mauss, Lévi-Strauss), la epistemología (por ejemplo, la corriente del empirismo lógico) y las asépticas postulaciones de Weber, con su teoría de los "derivados", a Paretoy sus apreciaciones de que cualquier producto cultural es ideología, trataremos de dar una formulación general y de validez relativa - e s decir: histórica- sobre la ideología. Quizás no esté de más aclarar que sea cual fuere la definición y el carácter del concepto, lo que se halla en juego es una concepción determinada de la estructura social. Desde el inicio se puede asignar al concepto una doble inscripción y considerarlo como un sis3 Lobrot, M.: La pédagogie institutionnelle, Gauthiers - Villars 1966; Vasquez, A. y Oury, F.: Hacia una pedagogía del siglo XX, Siglo XXI, 1968 (en especial el prólogo y la última parte dedicada a los problemas de educación en el Tercer Mundo); Dolto F.: Psychanalyse el Pédiatrie, Bonnier-Lespiant, 1965; Mannoni, M.: La primera entrevista con el psicoanalista (en especial cap. 5), Granica Editor, 1973; Guattari, F.: Psychanalyse et transuersalité, Maspero, 1972; Resnick, S. y Tosquelles, F.: "Pédagogie et Psychothérapie Institutionnelles", en Reueu de Psych. Inst., núms. 2-3, 1967. Partisans: "Pédagogie: éducation ou mise en condition?", Maspero, 1971.

tema de ideas, percepciones y representaciones sociales concientes que tienden a repetir una realidad singular (MEGA: ideología alemana). Sobre esta base se "encabalgan" las distintas "cosmovisiones del mundo" y la teoría general del "perspectivismo" sociologista, economicista, etcétera. Pero el sistema anterior, a su vez, está apoyado en otro compuesto por imágenes, actitudes, creencias, comportamientos que soportan la "puesta en acción" del sistema ideatorio. Sin embargo, para continuar, es necesaria una corrección: en adelante, no hablaremos de ideología sino de ideologías. Entonces, las ideologías - e n una estructura social clasista, contradictoria y desequilibradatienden conciente e inconcientemente a reproducir en "un plano imaginario" las relaciones de producción de las cuales son "criaturas" más o menos acabadas. Así sirven de cimiento y cemento a todo el edificio social. Y lo hacen por medio de las prácticas específicas en que se encarnan. Como tales son "deformantes", "ocultantes", "mistificadoras", de los complejos procesos sociales. Pero, según nuestra posición, tales efectos corresponden sólo a las ideologías de las clases dominantes,4 que tienden así a preservar su hegemonía y las relaciones de producción y dominación existentes. Por eso definimos a las ideologías como formas de las contradicciones y el ejercicio de la lucha de clases en el dominio de los procesos productivos significantes. A los efectos de esta presentación, daremos sintéticamente, las estructuras-tipo con sus tesis, desarrollos, críticas y efectos ideológicos pertinentes, que fundamentarán algunas demostraciones particulares.

4 Como afirman T. Adorno y M. Horkheimer: "La ideología en sentido estricto se da donde rigen relaciones de poder no transparentes en sí mismas, mediatas, y en ese sentido, incluso atenuadas. Pero por ello, la sociedad actual, erróneamente acusada de excesiva complejidad, se ha vuelto demasiado transparente". La Sociedad. Lecciones de Sicología, Proteo, 1971.

A. Formación académica La formación académica en curso de aprendizaje (habría que considerar la especificidad en grupos de terapia) implica en sus postulados la reproducción de una ideología -global- que podríamos llamar tradicional, término que sólo usamos aquí con sentido descriptivo, ya que su aclaración completa necesita de la inscripción institucional y sus distintos modos de funcionamiento. Tal composición básica del grupo limita, desde el comienzo, sus mismas posibilidades. El informador —aceptado como el cognoscente activo- comunica su posesión (conocimiento) a escuchas (receptores), cuyas únicas chances límites están dadas por el intercambio especular con quien conoce porque sabe y sabe porque conoce. Así la dialéctica entre conocimiento (que prioritariamente se halla en el informador) y saber (que debería referirse siempre al proceso del receptor) se anula en la variante tipo instrumental de la así llamada clase magistral, con su forma narrativa cerrada clásica (comienzo, desarrollo y fin) que impone la repetición como valor final asegurador y garantía "digestiva" de que todo el "paquete" ha sido bien asimilado. Además de imponer recursos asociados tanto en el plano bibliográfico como en la secuencia del epílogo, donde recién se permite el diálogo y la polémica, con el agravante de que esta última es fundada casi siempre a través de la cuestionable teoría del feed-back, sin que se justifiquen ni su importación teórica de la ingeniería de las comunicaciones ni su manipulación como mecanismo "terminal" de control de la audiencia5. Asimismo se puede comprobar la subyacencia de una estructura invertida, pues la clase magistral parece - a diferencia del mero "teórico"- hablada para ser escuchada, pero, en realidad, está escrita para ser leída. 5 En el original existe un análisis más extenso de la clase magistral y asimismo una crítica de la "evitación-proyección" por la selección bibliográfica. Lo mismo pasa respecto al concepto de feed-back que es redefinido a través de los fenómenos de identificacióny reducido a su uso grupal. También hay que indicar

Correlativamente surge la idealización, "mistificación", del lugar del profesor (pedagogo, soporte de transferencias, igualado, no en rol, sino en sentido al psicoterapeuta) y como consecuencia un antagonismo insoluble en los educandos entre competencia y cooperación. Aunque en ciertos puntos se confundan algunos agrupamientos, colaboraciones esporádicas, etcétera, con un verdadero sistema cooperativo. Respecto a las nociones de competencia y cooperación (que todavía conservan toda la pregnancia semántica mercantil recubierta por la fraseología defensiva de la democracia contra sistemas de tono autoritario o laisseferistas) hay un apartado en el ensayo de base dedicado a sus respectivas reformulaciones desde un concepto de trabajo (homogéneo) ajeno al que soporta (abstracto medido en tiempo) todo el sistema capitalista. Así pues el efecto ideológico pertinente de tal práctica sociopedagógica no puede ser otro que el de ajustamientoreproducción de una relación compleja donde el conocimiento se ignora como producción, atribuyéndoselo a un sujeto especial que lo posee "esencialmente"; sujeto que se explica, recursivamente, por sus cualidades de sujeto (talento, capacidad, aptitud, etcétera) desinsertado de cualquier determinación económico-política e institucional. Tales afirmaciones no pretenden ignorar la vuelta conciente del sujeto que intervenga como "pronunciador" en el proceso de aprendizaje, sino, simplemente, señalar su olimpismo premayéutico y una oblicua "mala fe" que lo pone -utilizando todas las variables que el sistema ofrece a su disposición (dominio, prestigio, etcétera)por encima de todos los obstáculos (de los otros) que -autoreferencialmente- han sido salvados, ignorando todo lo que hay que aprender tanto del fracaso como del silencio, nociones que merecerían ser recuperadas mediante estudios basados en prolongadas experiencias y minuciosas investigaciones. que la clase magistral, entendida como un momento del aprendizaje, no es recusable. Pero obviamente aquí no se trata de "etapas", pues, como tal, ese tipo de clase dejaría su carácter para convertirse, sólo, en un recurso táctico.

B. Primer registro. Estructura grupal en actividad y en operatividad "El Gran Método es una doctrina práctica sobre los pactos y la disolución de los pactos, sobre el arte de explotar las transformaciones y la dependencia con respecto a las transformaciones, sobre la realización de las transformaciones y la transformación de los realizadores, sobre la separación y formación de grupos, la dependencia de los contrarios entre sí, la compatibilidad de los contrarios que se excluyen. "El Gran Método permite reconocer procesos en las cosas y aprovecharlos. Enseña a formular preguntas que posibilitan la acción." B. Brecht: Me-ti. El libro de las mutaciones. Esta denominación difiere -intencionalmente de la que se refiere a los "grupos de acción" (Anzieu) o "grupos en acción" (Thelen), que dependen de la disciplina "dinámica de grupos", creada e impulsada por K. Lewin y sus innumerables continuadores, a través de las modificaciones que esa doctrina sufrió durante su "mesurada" historia. La idea del grupo en actividad y del grupo en operatividad (pensada sobre los aportes de B ionEzriel; Bales-Homans; Pichon-Riviére y las diversas teorías que les sirven de apoyo, desde una corriente del psicoanálisis a las distintas ramas de interaccionismo, sólo por nombrar algunas influencias, ya que una expl ¡citación detallada de todas ellas excede los intereses del trabajo) pretende dar cuenta de la positividad y resonancias ideológicas representativas que alimentan ambas prácticas grupales. Partiendo de sus aperturas es factible planear un aprendizajey un ejercicio terapéutico revulsivo proyectado hacia una verdadera transformación histórico-política. La situación que plantea el problema de trabajar ciertas disposiciones grupales queda señalada por la necesidad de

delimitar una corriente que se halla en estado de "provisoreidad" teórico-práctica a pesar del inmenso bricolage que componen sus tesis, procedimientos y escuetas conceptualizaciones propias- de otra línea que, reconociendo los aportes de la anterior, exige como "grado de verdad" para su lectura una articulación política efectiva entre teoría y práctica social. Partiendo de esa hipótesis diferencial, pensamos, que la concepción del grupo en actividad y en operatividad, cuyo objeto consiste en estudiar la interacción entre sus miembros respecto a una tarea presupuesta, no puede superar las nociones de intersubjetividad, vínculo, interiorización, etcétera; nociones importantes para la descripcióny resolución intermedia de las situaciones imaginarias que se van planteando entre los componentes y el objetivo (tarea que, en la mayoría de los casos, se halla sugerida de manera tan ambigua que pasa a ser casi inexistente o confundida con meras propuestas para hacer "algo" sobre "alguna cosa" o acerca de un "nosotros mismos" también indeterminado) pero, que se agotan en esas instancias imaginarias. Interviene, además, como agravante de dichas instancias imaginarias, un sistema de importación -casi paródico del que rige el comercio exterior- conceptual sin fundamentar y que ni siquiera está justificado sino, simplemente, validado por sus propiedades manipulatorias y sus "éxitos" parciales. Previo a dar la composición del conjunto así concebido, habría que señalar -fugazmente- las categorías implícitas nos referimos a las asimiladas de otras teorías- y su pertenencia conceptual. Todas ellas pueden ser reducidas en principio, a distintas corrientes del pensamiento fenomenológico, sea en filosofía, psicología (donde interesa marcarla) o biología. Se comprende que estamos hablando de las invariantes constitutivas de tales concepciones sobre los grupos y no de sus diferencias. Trátese de la teoría sartreana —sacada de contexto- aplicada a los T-Group (Pagés, M., Rosenfeld, D.) o de la lewiniana a los grupos operativos (varios), comprobamos (PichonRiviére, Bleger, J.) que la interacciónse da en una determinada situación, que se resuelve, a su vez, en la idea del espacio-

tiempo como presencia localizada (aquí y ahora). Añadiéndose a tal categorización una hipótesis instrumentalista de las "resistencias al cambio" engarzadas en las ansiedades ante la tarea. Los instrumentos son de características muy especiales, pues comprenden comportamientos habituales que remiten a la experiencia vivida por los miembros del grupo en la estructura familiar y que puestos de relieve en la experiencia grupal, darán a la misma su esquema conceptual referencial operativo correspondiente. En las herramientas mencionadas aparecerá y se resolverá la conciencia que el grupo adquirirá de sí en relación con la tarea: conciencia que surgirá cuando los obstáculos emotivos hayan sido fusionados en la totalidad afectopensamiento. Rectificando, ahora, la afirmación inicial podemos decir que la prioridad no pertenece sólo a una psicología fenomenológica, sino que es atribuible al cruce de una psicología de la conciencia y una teoría psicoanalítica de las "relaciones objetales" con una psicología del comportamiento y sus respectivas cosmovisiones. La integración de la estructura grupal enunciada y sostenida en la forma mencionada, se ordena en tres planos interpenetrables: a) el de inclusión, comprendido por el coordinador, el grupo y la tarea; b) el de exclusión, abarcado por el coordinador y el observador - q u e interviene ad hoc en la movilización grupal- en relación al vínculo grupo-tarea; y c) el de exclusión-participación, que revierte desde la tarea sobre el grupo y el coordinador.6 Además los planos marcados se ensamblan con un método básico: el de la interpretación, cuyo fin es discriminar la tarea latente de la manifiesta. Pero aquí surge una pregunta: ¿qué es interpretar para esta postura? Y, en consecuencia, una probable respuesta: interpretar es captar, recoger un significado oculto en los mismos enunciados y, simultáneamente, presente en ellos, en las conductas que lo 6 La función del coordinador está concebida paralelamente a la del informador-dictante-terapeuta y la tocante al observador como la del supervisor-control-actuario. Se podrían buscar otras equiparaciones pero creemos que las señaladas son suficientemente ilustrativas.

capturan y que el grupo realiza constantemente. En este método literal (donde se resuelve todo el análisis de la transferencia) los códigos interpretativos siempre están en presencia. Al coordinador le basta con ejercer eficientemente el papel de un traductor que impone a uno y otro lado del lenguaje el mismo rasero. Lo que se dice o se hace "significa...". Así de manera inmediata, se captura el sentido. Y de la misma forma es devuelto a un destinatario olvidado. Es obvio que para llevar hasta sus últimas consecuencias las apreciaciones expresadas, hay que delinear, previamente, una teoría de la lectura o, para no ser tan pretensiosos, un método de lectura discriminatorio que ponga enjuego algunas de las cuestiones siguientes (y sus respuestas aproximadas): ¿Qué es interpretar para la ciencia o disciplina en la que operamos? ¿Se pueden poner al mismo nivel —por ejemplo en el materialismo histórico y el psicoanálisis- cánones críticointerpretativos, hermenéutica y ciertas técnicas de desciframiento? Además, ¿no se confunde, a menudo, una interpretación con una singular construcción teórica, que nada aporta, excepto su condición de obstáculo al saber? Un repaso crítico riguroso de ciertos materiales y criterios sobre la interpretación en el aprendizaje, terapia grupal o individual, etcétera,7 mostraría las traslaciones ilegítimas de ciertos despliegues interpretativos -provenientes en su mayoría de una metafísica apuntalada gnoseológicamente- y sus mezclas eclécticas, en virtud de una supuesta necesidad de actuar (curar, enseñar o experimentar). Por razones capitales, ya que es en este plano donde se efectúa una de las formas de apropiación real del significado, hay que hacer un relevamiento detallado de tales 7 Las líneas generales del problema están dadas en los "clásicos" —en todo sentido- libros de Paul Ricoeur (El conflicto de las interpretaciones y De la interpretación...), ampliados en su comunicación al VI Coloquio Internacional sobre Técnica, Escatología y Casuística. Una crítica a su posición y otras similares son el motivo del artículo de J. La planche "Interpretar (con) Freud", bajo el cual -criticado a su v e z - podría iniciarse el análisis de una serie de trabajos "sintomáticos" respecto de la comprensión y manejo de la interpre-

concepciones exegéticas. Pero, para eso es imprescindible contar con el material específico que corresponda a la clase, sesión, entrevista o a cualquiera de los corpus elegidos. Ahora bien, como todas las articulaciones siguen lecturas lineales (el coordinador, por ejemplo, lee las relaciones grupotarea; el observador el nexo coordinador-grupo, etcétera), la consecuencia inevitable es una ilusión de centramiento alternativa que va desde el grupo al coordinador y viceversa pasando por la "conciencia testigo" del observador, el cual durante todo el proceso elaborativo, se halla librado a sus propias combinaciones. Todo lo precedente, que hace a un modo de funcionamiento invariable, crea un efecto ideológico singular de "estimulación" y "cuestionamiento" variantes del "aprender a pensar") del aprendizaje y la dinámica de la conexión grupal que critica y supera el encuadre repetitivo de las formaciones académicas. A pesar de que, todavía, el método de interpretación de lo latente y el señalamiento de lo manifiesto por el coordinador y el "control objetivo" del observador, no sobrepasan un nivel fenoménico incompleto en lo que se demanda de una explicación científica. C. Segundo registro. Estructura grupal y posición de pasaje La concepción del grupo que sostiene el descentramiento del coordinador respecto al sistema de relaciones grupales orgánicas, incorpora los aportes previos, pero reduce los vínculos especulares (por ejemplo, se cae en la figura del espejo cuando se pretenden unir dossimetrías -disociadas- como son tación Algunos, de ellos serían "La interpretación en psicoterapia de grupo", de D. Liberman; "Acerca del hablar y el interpretar" de C. Sopeña; "La noción de 'material y el aspecto temporal prospectivo de la interpretación" de W. Baranger; "Interpretación y verbalización. La comunicación a distancia", de M. Abadi; "Consideraciones sobre la formulación de la interpretación", de G. T. de Racker; "Regresión e interpretación", de L. Ortubey y C. Sopeña; etcétera.

aquellas de razón-sentimiento; afecto-conciencia, etcétera, pensando que de tan feliz unión puede surgir un aprendizaje realmente válido. En el fondo la consigna no sobrepasa el "conócete a ti mismo" pero a través de los demás. Creemos que las relaciones públicas acechan.), al lugar de un coordinador que se define por su posición fuera del sistema "rejilla" formado por el grupo, la tarea latente y la tarea manifiesta. Los actores en esta dimensión, no han variado; sólo que ahora, el coordinador distanciado de la tarea, desvinculado de cualquier tipo de interposición transferencial (trascendidos, por otro lado, los límites resistenciales, existentes bajo ciertas formas "esfumadas" que utiliza el grupo -por ejemplo, la disociación- y que tienden a neutralizar la aparición de un deseo no operable ), incide en la tarea manifiesta y latente diferenciándolas. Dicho pasaje es posible si el coordinador logra desuturarse del complicado aparato relacional que él ayuda a fundar y con el cual no mantiene sino una conexión de exterioridad participante. Y por esta última acción cualificada es recomendable la presencia del observador, cuya única función sería la de leer las posibles suturas del coordinador con lo imaginario grupal y cada uno de sus integrantes, para que aquél pueda quebrar su adhesión obstaculizadora. En esta perspectiva las posibilidades de variación y comprobación poseen límites bastante tenues, los que deben ser permanentemente reflexionados, rectificados y puestos a prueba. Replanteados así, el ámbito de investigación y las probabilidades técnicas de experimentación, suponemos que la correspondencia efectiva sería de una producción real de conocimientos. D. La organización grupal considerada productiva* "... Articulación de la enseñanza y la producción material."

MEGA (punto 10 de las medidas-proyecto) Manifiesto Comunista. "Si considera esto utópico, le ruego que piense: ¿por qué es utópico?" B. BRECHT: Teoría de la Radio.

Un enfoque de la estructura grupal en estos términos no representa más que la probabilidad de pensar su aprendizaje -y su deseable fusionamiento en procesos orgánicos de cooperación socializada- subordinado a una concepción científica de la historia, construida a partir de los distintos modos de producción y sus particularidades. Por otro lado el proyecto no es nuevo, sino que el velo de una represión múltiple cayó sobre su historia determinando un olvido transitorio. La dialéctica del aprendizaje orientado hacia una educación "compaginada con la producción", abarcó la obra de Makarenko, la lucha por "la utopía" de Blonsky, la reubicación del trabajo y la autoformación en ciertas tendencias de la psicoterapia y pedagogía institucionales, y otras direcciones que, por el momento, tienen parcializado tanto el ámbito de reflexión científica como las probabilidades de una operación amplia y eficaz. Un intento provisorio, en este sentido, fue el que se efectuó en los Trabajos Voluntarios de Verano en Chile (1971), alguno de los cuales se evaluaron en el folleto "Hay que considerar a los grupos de enseñanza como unidades productivas". * La línea central de articulación de todos los conceptos y categorías de este modelo intenta establecer una homología entre la estructura de un modo de producción históricamente determinado y la formación de significaciones grupales que juega en dicho modo. Tales estructuras profundas que poseen tiempos y espacios distintos, pero elementos parciales en común, implican la posibilidad de realizar una lectura, en los grupoos, de la función social objetiva que cumplen. Reconociendo, además, que los grupos sólo manifiestan "situaciones de pasaje" - m u y fluidas y variables- entre la sociedad y los "conjuntos de individuos", y entre estos y un proceso histórico de masas, en el cual necesariamente debe desaparecer.

Una "red" grupal concebida como unidad productiva introduce los recursos técnicos de la posición de pasaje, mientras elabora teóricamente el manejo de ese "repertorio" instrumental. Intento de conceptualización que ya debe indicar en su formulación las condiciones reales de su aplicación. Tal integración marca el camino que desemboca en una estimulación del aprendizaje como producción. Entendiendo aquí por producción - e n general- toda operación teórico-práctica compleja, contradictoria y desigual, cuyo fin es el de desligar al grupo de sus productos para evitar la apropiación del conocimiento. El enmarque productivo significa, además, que consideramos el aprendizaje como un proceso dialéctico de constitución creciente. Y esto, al mismo tiempo que empleamos un concepto específico de la contradicción que siempre debe incidir en la enseñanza. La oposición entre conocimiento y saber no es simple, docotómicay onmicomprensiva. Por el contrario. Como nuestro objetivo es ubicar la educación en un plan (etapa) histórico determinante, la contradicción tendrá que permitirnos leer el avance grupa! y su entronque ("estrategia" de inserción que aspira a la disolución de todos los grupos en el movimiento histórico) con la coyuntura económico-política y su transformación objetiva. De ahí que sea forzoso captar cómo intervienen las condensaciones y desplazamientos de las contradicciones, sentando una distinción entre la contradicción principal y las secundarias, entre el aspecto principal y secundario de las contradicciones, lo cual posibilita dos cosas: 1) aprender los fenómenos de sobredeterminación a los que el grupo está sujeto y contra los que se vuelve durante su armado y preservación; 2) asimilar a su formación la garantía de que su existencia "intermedia" depende de las condiciones históricas trascendentes a cualquier nucleamiento "especial" o especializado. Partiendo de la división social del trabajo se llega a que los procesos de trabajo se reparten entre un número determinado de trabajadores, "operadores" que no están considerados como

individuos sino como "soportes" (Trager) productivos. Los procesos forman un conjunto que agrupa a trabajadores y medios de trabajo. Y se encuentran ligados entre sí con los trabajadores que los ponen en movimiento, constituyendo lo que se denomina: unidad productiva. Las unidades productivas intervienen activamente en la reproducción - a escala simple y ampliada- de complicados procesos de trabajo y de las relaciones sociales en que están insertados. Pero la cadena productiva-reproductiva necesita para eslabonarse de otros procesos imprescindibles como lo son el de circulación y distribución. Sin embargo antes de seguir adelante hay que puntualizar dos aspectos importantes: 1) Creemos que el concepto de unidad productiva necesita ser criticado porque recubre la noción de empresa y, por lo tanto, la competencia como modo de relación. 2) És imposible mantener el concepto de reproducción como unívoco, cuando se trate de prever el cometido que cumplirá un grupo de los caracteres (sea cual fuere la idea alucinada que se maneje sobre el poder y las formas de acción social) esbozados. En lugar de "reproducir" imaginariamente una serie de relaciones de clase, estos grupos tenderán a subvertir las condiciones que los apj-esan. Como en todo acto de trabajo, durante el aprendizaje en grupo, nos encontramos frente aun cierto objeto de trabajo, que sólo surgirá convertido en materia prima (por ejemplo, un sueño), elemento (s) básico (s) de los medios de producción. La materia prima de un grupo está compuesta - e n forma inacabada- por la estructura inconciente, preconciente y conciente de afectos, fantasmas de distinto grado, ansiedades, resistencias a la tarea, ciertos lazos asimilados a la experiencia vivida y los mimos nexos de los participantes establecidos en presencia. Fundido con lo antecedente se muestra una serie de conocimientos y desconocimientos que operan como obstáculos a superar (etapa de moldeo), dimensión donde se recorta y aplica la noción de "emergente" (Pichon-Riviére); manifestación de un sentido que permanecería escondido si no se

expresase a través de un determinado portavoz que habita "donde existe una jerarquía de hecho o de derecho" (J. Maissoneuve) o verticalidad, que configura junto a un "nosotros" grupal u horizontalidad, el espacio de una experiencia "sentida" y "pensada" como humanismo libertario y prospectivo. Pero, continuando, vemos que la transformación de la materia prima implica una cadena de procedimientos que son "filtrados" por los medios de producción, fabricados por conceptos como el de descentramiento, la delimitación del lugar del coordinador y observador, la reformulación constante del proceso transferencial, dirigido de manera indirecta hacia la tareay no hacia el coordinador, quien debe recorrer las instancias que van desde el centramiento indiscriminado hasta la total desuturación. Y, por eso, se necesita una perfecta readecuación de las pautas sobre la transferencia en el campo de trabajo particular. De igual formase da una experimentación incesante de la interpretación. Este método, más que ningún otro, debe estar sometido a las tareas de "mantenimiento" durante la actividad productiva, pues a partirle... y con él nacen infinitas "tramas" de equívocos, sutiles reflejos de un intrincado sistema de dependencia y sometimiento. Conjuntamente queda - e n la aplicación de los medios- subordinado el "emergente" a un proceso de significación, en el cual es situado. Porque arriesgar que es ese aparecer y no otro el eslabón que arma la cadena asociativa (latente) del grupo, implica establecer inducciones que -sin cuestionar aciertos experienciales del coordinadortrascienden los intereses y deseos comunes, reiterables sólo a través del proceso de significación que articula un significante "puesto más allá de la oposición verbalización-silencio-- con la trama de sentido grupal, ubicada fuera de cada integrantey de las formas de interacción (relaciones de significado), lo cual sella la "buena probabilidad" de toda interpretación en grupo. Simultáneamente se da la asunción "vacía" - d e un "rol" y su 8 Ambas nociones, tanto la de rol y sus distintas atribuciones funcionales (clasificación exhaustiva de K. Benne y P. Sheats en su conocido estudio

"adscripción"- del conductor, en lugar del líder o líderes clásicos que resumen en sí los significados y claves del grupo. Esto no entraña que los roles y liderazgos desaparezcan, sino que se hallan situados en otro circuito.8 Operando, entonces, con estos medios de producción - q u e siempre determinan los modos de apropiación- y un núcleo de materias primas es posible obtener el producto planeado. Sin embargo, antes de llegar a la fase final es impostergable ver cómo el proceso de producción es recubierto por los dos sistemas mencionados: el de circulación, donde se efectúa la interacción entre los integrantes del grupo, el intercambio de mensajes de distinta especie (señales, indicios, símbolos, distintas redes de comunicación -Bavelas- o la conexión - L u c e entre ellas, etcétera), en una palabra: todos los procesos de legitimación de un campo apariencial, cuyo elemento dominante es el lenguaje . Y es en sus formaciones, donde hay que detectar -prioritariamente- los fenómenos ideológicos, registros ilusorios, espectros que para existir deben barrer, necesariamente, con la producción. El encubrimiento fetichista de la actividad productiva crea una espesa "cortina de humo" que seguirá alimentando las infinitas coartadas instrumentales, experimentales, "científicas", de una incesante "prestación de servicios" psicosociológica.9 Sincrónicamente la circulación otorga un procedimiento alternativo de distribución de roles y liderazgos, permanentemente desplazados hacia uno y otro miembro del grupo. Pero, no sólo se reparten papeles y condiciones directivas, sino también, los eventuales resultados que vayan surgiendo de la totalidad y los medios de producción que, previamente han sido "puestos" en manos de quien, en caso de mantenerlos, detentará el poder efectivo del grupo y su construcción cerrada, Princeps), como la tríada clásica sobre los líderes (autoritario, democrático y luisser faire) de K. Lewin, confeccionada en base a una dinámica de la influencia, marcan todas las detalladas "elaboraciones" de la psicología norteamericana (C. Barnard), a la vez que señalan la influencia de una dinámica imperialista —y su creación de ilusorios modelos democráticos de participación— sobre el célebre refugiado alemán.

ahistórica. Cristalización que hará retornar un "reprimido de segundo grado" - l a formación académica-, sin sus beneficios secundarios. Así que es en este sector donde habrá que estudiar los disímiles modos de propiedad del conocimiento, que rigen el "abanico" de los bienes creados en común. Recién ahora podemos explicitar que el producto obtenido es la TAREA. Pero, no cualquier tarea, sino una especial, porque es una producción real de conocimientos que no debe confundirse con aquella que se atribuye exclusivamente a los "grupos de trabajo"10, o sea: conocimientos teórico-prácticos acerca de una objetividad históricamente determinada. Aunque para no caer en una simple o complicada "nomenclatura", es capital que el producto se oriente por su FUNCION11, término bastante cargado de ambigüedades, que enfocaremos como un proceso histórico-natural dado de una manera antagónica, que se halla fuera del grupo y que no debe confundirse con su "proyecto". Por eso, así programada, comportará un modo de explicación "por la coyuntura" (en sentido amplio), fuera de la cual los conocimientos no poseen validez ni objetividad, siempre y cuando los refiramos a su producción y no a su utilización o servicio. De esta manera evitamos caer en un 9 La exploración de múltiples aspectos de los "procesos de fetichización" están bien marcados en el texto de J. Ranciére Le concept de critique et La critique de l'economiepolitique des "Manuscrista" de 1844 au "Capital", el que, a pesar de su formalismo, desarrolla uno de los mejores análisis sobre el asunto que se hicieron hasta el momento. Junto al ensayo de Ranciére está el número temático de la Nouuelle Revue de Psychanalyse dedicado a los "Objets du Fétichisme", que completa la visión de conjunto. 10 La racionalidad que asiste a dichos grupos queda aislada de los afectos que impulsarían, por ejemplo, a un grupo de "supuestos básicos". De tal manera unos se regirían por el pensamiento y otros por la emoción. Una división tan tajante como la establecida por Bion recuerda la dualidad sacralizada, en la cultura occidental, entre cuerpo y alma, espíritu y materia, etcétera. 11 La noción de función aquí se encuentra "depurada" de la carga que tiene en la sociología parsoniana, donde recubre en todos sus puntos, a la de necesidad mercantil. Tampoco posee el carácter de la función "que necesariamente hay que llenar" o cometido ético-utilitarista, que, por encima de sus modalidades, se resuelve en un "deber ser" jurídico.

neo-conceptualismo de corte estructural o estructuralista, que reduce el proceso productivo a una serie de invariantes "siempre las mismas"- que encajan en diferentes relaciones combinatorias12. Para finalizar se comprende cómo de acuerdo con nuestra demarcación de los medios productivos en el devenir grupal, las formas de arbitrarlos y sus ilimitados perfeccionamientos, resulta improbable - n o imposible- que alguien ostente los títulos de propiedad (la condena al duelo por la pérdida es el "virus" más potente de la enfermedad-propiedad)13. Como tampoco cabe la apropiación privada de los objetos que, de un golpe, se encuentran a disposición de la sociedad, en su conjunto. El efecto ideológico "des-ilusionador" de tal propuesta será, entonces, el de quiebra y reversión de las posturas pedagógicas -terapéuticas- que tienden a repetir o aludir un aprendizaje que solo indica al sujeto su inserción ciega en un sistema (institucional en distinto nivel e importancia) sin darle otros elementos que las reglas de un juego prefijado. 12 Combinar no es procesar. Para que esto se dé es clave volver a dar un lugar y no de mero "soporte"— a la subjetividad en el proceso productivo. Así observamos cómo los sujetos transforman realmente las complicadas instancias que los determinan. Procesos de "voladuras" que no se pueden explicar por combinaciones "ciegas" ni tampoco por "formas concientes" que son necesariamente deformantes, ilusorias, etcétera. Esto último, creemos, que es acertado si se refiere a la concepción clásica de la subjetividad (subjectum). En una palabra, hay que situar —ahora— teóricamente el problema de la conciencia de clase (Lukács, Korsch), dándose cuenta, abandonando la herida narcisística que toda crítica infiere, que esa conciencia clásica, fenomenológica, ubicada alusivamente , está dirigida por la lucha de clases; directividad que escapa a la "mirada" más sagaz, llena de "huecos" y sutilezas, y cuyo conocimiento reclama un tratamiento específico, según sea el modo y la situación consideradas. Un relevamiento de las distintas posiciones metodológicas, sus aportes y límites, se encuentran en el artículo de G. Baremblitt: "Consideraciones en torno al problema de la realidad en psicoanálisis y del psicoanálisis en la realidad". 13 La relación propiedad-duelo está claramente señalada en la parte final del texto de A. Bauleo: "Notas para una conceptualización sobre grupo".

LO FANTASMATICO SOCIAL Y LO IMAGINARIO GRUPAL1

Eduardo

Pavlovsky

En 1968, durante los seminarios de entrenamiento de dinámica de grupo que Didi Anzieu realizaba anualmente en París, ocurrían simultáneamente los acontecimientos políticos sociales por todos conocidos. Esta simultaneidad de situaciones, la realización de los seminarios de dinámica de grupo en el mismo momento del acontecer social, le permitieron a Anzieu realizar algunas reflexiones y observaciones de las cuales rescataré las más importantes. Dice Anzieu: El desarrollo del seminario, considerado en su totalidad, me ha parecido una reproducción abreviada, en miniatura, del inconciente social en Francia en Abril y Julio de 1968. Y se pregunta más adelante: Un seminario que reposa exclusivamente en los llamados métodos de grupo, ¿no es acaso un sondeo de las capas más profundas del psiquismo colectivo? En otro párrafo, Anzieu también se refiere al surgimiento en el staff o equipo terapéutico, durante los seminarios, de una posición autoritaria que surgió como necesidad del equipo de estructurar un orden durante un momento de gran caos y anarquía entre los integrantes del grupo de seminarios, que

1 Relato leído en el Congreso de Psicopatología, realizado en el Colegio La Salle en 1982 en Buenos Aires.

amenazaba la evolución normal del mismo. El propio staff se extrañó de la posición autoritaria que tuvo que tomar frente a la anarquía remante. El intercambio de opiniones puso en evidencia dos cosas. Por una parte, la fantasmática de una organización jerarquizada del saber y del poder (tipo de organización tan combatida en mayo) fue reconocida como fantasmática común del equipo terapéutico, por identificación con este tipo de fantasmática social. Se debatió en el seminario la relación entre la dinámica del grupo del seminario y la evolución inconciente social en 1968 en Francia. Según Anzieu el equipo terapéutico se identificó con esta estructura del poder y del saber tan combatida en mayo, y actuó en el grupo ejterciendo el poder sobre los integrantes del seminario. Después de la "actuación", el equipo terapéutico reunido pudo "metabolizar, elaborar y modificar" esta identificación regresiva. En un trabajo que realizamos con Bauleo en 1976 y que titulamos "Psicoterapia en situaciones excepcionales"2 intentábamos caracterizar algunos fenómenos clínicos y de dinámica grupal que habíamos observado en nuestros grupos durante el lapso 1976-77, período caracterizado por la represión política por todos conocido. En dicho trabajo nos formulábamos los siguientes interrogantes: ¿Cómo eran las sesiones de psicoterapia de grupo durante ese lapso? ¿Qué efecto tenían en el específico campo de la producción imaginaria de la sesión, los acontecimientos sociopolíticos de ese período? ¿Qué fenómenos singulares observábamos en la transferencia, en la dinámica de grupo, en las fantasías inconcientes grupales, en el cuadro sintomático de los integrantes y en las condiciones de seguridad del grupo? ¿Existía alguna singularidad específica del proceso inconciente grupal y su 2 Contrainstitución Madrid, 1975.

y Grupos,

A. Bauleo, Editorial Fundamentos,

relación con el inconciente social? En alguno de nosotros existe hoy una cierta necesidad de intentar describir el clima imperante en las sesiones durante ese período, a riesgo de sortear o eludir la fractura o solución de continuidad que sufrid el proceso de la psicoterapia de grupo en ese lapso. Porque hubo perturbaciones serias en el desarrollo de la psicoterapia de grupo en esos años. Desde allanamientos policiales en plena sesión de grupo, con la consecuencia de terapeutas desaparecidos, hasta sesiones en instituciones que se realizaron con policías dentro de la sesión. Se nos ocurre que no queremos ni debemos perder la mejnoria de esa época, precisamente porque trabajamos en la clínica con el recuerdo para evitar la repetición. Alguno de nosotros tenemos la necesidad de recuperar nuestra memoria para evitar fragmentar nuestra propia identidad profesional. Pensamos que somos el testimonio clínico de una época que no debe volver a repetirse. Nuestro testimonio es también la psicoprofilaxis de toda forma de autoritarismo y fascismo futuro. Adorno, sugiere que para que no ocurra otro Auschwitz, no debe tratar de olvidárselo. La curación es recordar para no repetir. Si no recuerdo, repito. Si repito actúo. "La interiorización de las prohibiciones y prescripciones es tal, que la opresión constituye para los oprimidos la condición de posibilidades del goce"3. El inconciente social, mediatizado en momentos de excepción social por el grupo, selecciona los temas sobre los que podemos pronunciarnos. Hay palabras y temas censurados. Silencios recortados que hablan de censura. Autocensura. Palabras mudas. Ausentes. La interiorización de la violencia se ha instalado en el grupo como obvia,

3 P. Legendre, El amor del censor. Ed. Anagrama, Barcelona, 1979.

como natural. El discurso del grupo se recorta sobre una zona prohibida. Pero nadie prohibe nada. No es necesario. Prohibir es de alguna manera nombrar lo innombrable por contraste. La dialéctica de la persecución social se ha interiorizado. No hay explicitación del movimiento totalizador. Cualquier discurso que superase el límite previsible de lo pactado por la norma interiorizada, será regulado por el grupo mismo, o el portavoz de la violación será callado por el coro de otras voces. El grupo funciona como un censor de las individualidades más transgresoras de la norma social interiorizada. Entrenamiento de la regulación grupal en momentos excepcionales del acontecer social. Misión especial. La autoregulación es la expresión de la mediatización represiva del grupo y cumple la función de preservación dentro del grupo. El grupo atempera. Adapta el lenguaje que subvierte. Corrige. Aminora imperceptiblemente. Todo individuo dentro del grupo que se animara a transgredir la prohibición, podría ser discriminado. Un síndrome general de adaptación. La frase que amenaza es apoderada por un discurso. Otro, que asegura la sobrevivencia y disminuye el ribete trágico del gran violador del PACTO. El PACTO es clave. No se puede nombrar lo innombrable. Algo se torna innombrable. Algo ha de ser evitado de nombrar. La verdadera incertidumbre es no saber exactamente la palabra que no se debe nombrar. La verdadera incertidumbre es no saber exactamente la palabra innombrable. Reflejo del inconciente social. Registro asociativo de palabras nombradas y muerte. El inconciente social desborda los límites del grupo. Cada integrante "actúa" de acuerdo a su fisic du rol el personaje de una obra que habla de asesinatos, allanamientos y desaparecidos. Cada inconciente individual sigue sus leyes propias y recorta la singularidad de cada actuación. El grupo es hablado por el argumento del drama del inconciente social y su trama argumental. Cada integrante

actúa un personaje principal de esta trama. Lo habla su inconciente individual, pero al servicio de una trama argumental que alude o sugiere una fantasmática social. Inconciente social que se introduce en la intimidad-interioridad del grupo, de acuerdo a la excepcionalidad de las circunstancias sociales. "Psicoterapia de grupo en situaciones excepcionales", decía Bauleo. Descentramiento de la propia fantasmática grupal. ¿Descentramiento de los mitos familiares durante las guerras?4 Con esto nos referimos a que los grupos estructuran luego de su agrupamiento una configuración organizada a partir de un entrecruzamiento de proyecciones de los integrantes a los cuales se entrecruzan elementos representativos sociales de una manera tal que en esa configuración se escenifica la obra teatral, al cual no sólo han aportado los integrantes, sino que la sociedad ha suministrado el clima imperante. (Bauleo). CLIMA GRUPAL de intemperancias. Se tiene en el grupo terapéutico la impresión de que el enemigo acecha al grupo. No afuera. Sino dentro del grupo. Espera al acecho la palabra para el asesinato. Se sabe que no pero aún así, como diría Mannoni, se actúa como si acechara. Hay que cuidarse. Hay una escena que lo hace posible. El mismo personaje que pregunta puede ser el asesino. El asesino sin gajes. CLIMA DE TRAICION. Insisto: El violador, el asesino, el torturador, está allí presente en el grupo. Se sabe que no lo está, pero se actúa como si estuviera. Pluridimensional de las ansiedades confusionales. Pregunta: ¿Quién nos aterroriza? ¿Invención? ¿Recreación? Fábrica de miedos del gran EXORCISMO. El miedo no es imaginería. Vivencia del terror que nos asfixia. Sabemos que el torturador es invención. Allí en el grupo 4 F. Fanón, Los condenados de la tierra, Fondo de Cultura Económica, México, 1963.

lo inventamos, que no está, certeza de convocatoria. Recreación nuestra. Lo sinistro del inconciente social que nos posee, lo circulamos. Lo patetizamos. Circulamos el terror de la convivencia con el monstruo. Lo recreamos entre nosotros para exorcizarlo. Recreación previa a todo EXORCISMO. Pero para exorcizarlo tenemos que creer que está allí, adentro, en el grupo, al acecho, esperando la palabra innombrable para caer sobre nosotros. El grupo sabe de qué se trata este asesinato. Sabe del improviso. De la trampa. De irrupciones. De la magia del no aparecer más. Está enterado. Nada es tan mágico como hacer desaparecer. Se corre el riesgo de no volver más. Recreamos entonces el drama del inconciente social. Lo reinventamos. Lo recreamos. Lo exorcizamos. Traemos los peores fantasmas del drama. Convocamos los protagonistas centrales y los encarnamos; pero como buenos actores tenemos que creer en lo que hacemos. Como buenos actores del método Stanislavsky. Tenemos que creer que nuestro enemigo está allí entre nosotros en el grupo, dispuesto a hacernos desaparecer. Insisto en la creencia. Si EL lo dispusiera somos hombres muertos o desaparecidos. Tenemos la referencia de que en aquel mismo mundo que se llama realidad, se desaparece todos los días. La fantasía de desaparecer para siempre, no como muerte sino como pasaje a otro estado, a otro nivel, es una ansiedad terrorífica posible cuando la gente es secuestrada y no se sabe cómo, ni dónde, ni cuándo. Alguna vez nuestras fantasías agresivas vaticinaron la desaparición de nuestros padres, y por rebote la nuestra. Cero al infinito. Jugamos a que sea así, de lo contrario no vale el EXORCISMO. Para que haya exorcismo hay que creer en la obra teatral del inconciente social y sus terrores. Lo inventamos en el grupo, dentro del grupo. Siempre hay un sospechoso dentro del grupo, un elegido por el rol de la sospecha. Algún rasgo bizarro del sospechoso es

aprovechado para invitarlo al escenario Fisic du rol. Nuestro mago de turno. Tiene poderes inventados. Pero lo creemos. El peligro es grande. La sospecha circula. El sospechoso se siente investido por el rol. Sabemos que es un buen compañero. Lo reconocemos. Pero el efecto de la proyección lo transforma de golpe en sospechoso. Sabiduría grupal. Lo necesitamos para aterrorizarnos. Es nuestro candidato para el EXORCISMO. Ojo, inventamos al sospechoso, le ponemos carga de torturador, de asesino a sueldo. Pero EL también tiene que inventar. Si no inventa no vale. Le exigimos su monto de creación personal. La magia del fisic du rol y las proyecciones se produce. Una suerte de fascinacióny encantamiento. El sospechado asume su Rol con la magnificencia que corresponde al asesino. El secreto goce de producir miedo. El misterioso goce de aterrorizar con el terror del asesino. El íntimo goce de sentirse poderoso en este juego diabólico de imaginería. Y entonces ocurre el milagro: el sospechado, el elegido por la imaginería del grupo para el Exorcismo, dice de pronto las palabras justas que confirman la sospecha. Toma EL LIBRETO DE OTRO. Un libreto encima de otro libreto. Dos caras que se funden. Proyección sobreimpresa en otra proyección; y como el gran Actor, utiliza el titubeo, la duda y la pausa que conforman la sospecha. Responde con discurso de sospechado. Nadie se asombra de la Metamorfosis. Con Poder de la Magia suministrada por nosotros, el sospechoso responde con la interiorización de los gestos del OTRO. Insisto: lo miramos sobreimpreso. Inventamos con nuestra imaginería un SOSPECHOSO, de un compañero de grupo, y el compañero se hace sospechoso. Actúa como sospechoso, y como sospechoso tiene poderes mágicos. Puede hacernos desaparecer. Como decía Sartre de Genet: Una mirada lo clavó como ladrón y él se hizo ladrón. Reinventó la proyección a su gusto. Patetizó lo siniestro de sentirse mirado con la carga ajena.

Si me miran ahora como LADRON, ENTONCES JODANSE, LES VOY A ROBAR. Pero voy a inventar mi manera de ROBAR. ESE ES MI DERECHO Y SERA MI SALVACION. Nadie proteste, dice Genet: Yo soy invención vuestra, pero los dejaré con los bolsillos vacíos. Ahora el sospechoso hace lo mismo. Nosotros Reinventamos el Terror. Dispusimos que alguien tenía que aterrorizarnos . Y el sospechoso aceptó el reto. Como Genet, nos aterroriza. Escena de Terror infinito. Alguien puede nombrar lo innombrable y lo innombrable frente al sospechoso HACE DESAPARECER. Cualquiera puede caer en la TRAMPA. Para nosotros los gestos del sospechado son todos TRAMPA. TRAMPA para hacernos desaparecer. Para que nombremos lo innombrable. Para que nos delatemos. El sospechoso como el TORTURADOR quiere DATOS PARA CONFIRMAR NUESTRA CULPABILIDAD. MAXIMO MOMENTO DE ALIENACION Y MAXIMO MOMENTO DE CREACION Y EXORCISMO COLECTIVO. (Cada grupo tiene su sospechoso, su asesino). El MAXIMO momento de terror es al mismo tiempo el punto más alto del Exorcismo. Puede durar varias sesiones. El CLIMAX DE TERROR llega al punto más alto. Alguien, entonces, dice la palabra que cierra el telón. A veces el Terapeuta. La FUNCION ACABA. Ceremonia del quite de máscaras. Ritual de camarín. Lavado. Presagio de un Nuevo Orden. Alivio Post Exorcismo. Reencuentro con AQUEL COMPAÑERO. EL DESTINATARIO DE NUESTRAS PRIMERAS PROYECCIONES FAMILIARES. PERDIDA DE LA EXALTACION DE LA MAGIA DEL GRAN TEATRO. VUELTA A LA C OTIDIANEIDAD. EL ASESINO SIN SU MAQUILLAJE es más vulgar. Ya no ASUSTA A NADIE. No hay goce. No hay magia. No hay TERROR inventado. Lavueltaalacotidianeidad, a la vida íntima de los actores

despues de la función. Pero el teatro tiene que volver. No hay psicoterapia sin argumento teatral. Intercambio de máscaras. Nuevos maquillajes que anuncian la próxima levantada de telón. Casi siempre la vida íntima de los actores es menos atractiva que los personajes que representan en los grandes DRAMAS sociales. La vida íntima es menos grandilocuente. SABOR A VIDITA. La pequeña rencilla narcisística de lo cotidiano, carece de la intensidad del GRAN TERROR INVENTADO. Habrá siempre en el grupo una secreta añoranza de los actores de aquella GRAN REPRESENTACION DEL INCONCIENTE SOCIAL, que HABLA de lo Innombrable, de ASESINATOS Y DESAPARECIDOS. Puede ocurrir que no EXISTA un elegido para la SOSPECHA, porque no hay fisic du rol, por ausencia del gesto bizarro para la gran proyección. Entonces la máscara del asesino pasa de cara en cara por cada uno de nosotros y cada cara para cada uno de nosotros puede ser siempre la cara del asesino, del sospechado. La máscara rotativa se transforma en un confuso caleidoscopio. Nadie puede salvarse alguna vez de ser el ASESINO. Todos ensayan el papel. Entonces todos tienen la carga de asesino y asesinado. Todos pueden hacer desaparecer y ser desaparecidos. El horror de sentirse idénticos. No hay ningún rasgo que caracterice al sospechoso. Todos podemos serlo. El hermano puede serlo. El igual a UNO. Nada me diferencia. EL ASESINO NO SE DIFERENCIA DE MI. LA MASCARA DEL ASESINO ROTA EN EL GRUPO REPRODUCIENDO EL HORROR DEL ASESINO ESPECULAR. DESPUES DEL ENSAYO SE NOMINARA EL CANDIDATO. El más sospechoso SERA EL TITULAR DE LA MASCARA DE LA CONFUSION A LA PERSECUCION. En la guerra del 76-77-78 no se halla presente la diferencia entre los contendientes, basada en la piel, raza, religión o lenguaje. No hay franceses que matan a los argelinos.

lar.

No hay ingleses que matan a los argentinos. HAY ARGENTINOS que matan a ARGENTINOS. La circunstancia se transforma en una situación especu-

El enemigo se parece a nuestra imagen en el espejo. LA INSTITUCION DE LA MUERTE, RECREADA, REINVENTADA EN LA GRAN IMAGINERIA GRUPAL, PADECIENDO Y RECREANDO LOS TERRORES INFINITOS. COMO INTENTO DE ELABORAR LO IMPOSIBLE , A TRAVES DE LA ENCARNACION EN EL GRUPO DE LOS ACTORES PRINCIPALES DEL DRAMA DEL INCONCIENTE SOCIAL.

LA INSTITUCION DEL PSICOANALISIS. SU PANORAMA ACTUAL, SU CRISIS Y SU FUTURO Gregorio F. Baremblitt

1. Entiendo por institución psicoanalítica el dispositivo socio-deseante articulado de su teoría, su método, su técnica y su movimiento, que integra organizaciones de reproducción de agentes (clínicos y reformuladores teóricos), así como asociaciones profesionales de inserción en lo jurídico, político, económico e ideológico, de las formaciones sociales en las que existe. Incluyo "last but not least", las diferentes categorías de sus consumidores y usuarios. 2. Entiendo por crisis a los efectos agudos concomitantes de: cuestionamiento, caducidad, aggiornamiento y producción que se operan con intensidad y características variables en cada una de las áreas del dispositivo descripto. Ella acontece debido a cambios procesuales en los Modos de Producción sociodeseantes de los que la Institución Psicoanalítica forma parte y con cuyas Instituciones se transversaliza en una red intrincada. De esa complejidad sólo aislaremos aquí algunos aspectos. 3. Examinando esta crisis en un nivel aparente pueden definirse áreas de auge y decadencia que resumiré de la siguiente manera: A) Auge movimentista, organizacional teórico y clínico, principalmente en Francia y Argentina (o mejor dicho en las ciudades capitales Parísy Buenos Aires). Este florecimiento se

limita a una cierta multiplicación editorial, de organizaciones, agentes y usuarios, así como una "psicoanalit ización difusa de la cultura". Esta tendencia puede notarse también, aunque con intensidad mucho menor en países como Inglaterra, España, y Bélgica, o bien Brasil, Venezuela, Uruguay y México. B) Franca decadencia en los Estados Unidos de Norteamérica y en países que fueron significativos en ese sentido tales como Austria, Suiza, Hungría, Italia, Alemania Occidental y Bélgica. C) Virtual inexistencia en todo el Bloque Socialista, los países nórdicos, Japón y el resto del mundo. 4. Determinaciones económico-políticas amplias: La crisis mundial del Capitalismo y la de las naciones latinoamericanas en especial, afecta particularmente a las llamadas capas medias y a la pequeña burguesía; como es sabido, es en el seno de ese estrato en el que se desenvuelve la actividad psicoanalítica, tanto en cuanto a reclutamiento de agentes como a producción de demanda y prestación de servicios. Como ya fue a menudo anticipado, la viabilidad del psicoanálisis acompaña de cerca al destino de la clase que lo generó y lo consume. Como consecuencia de la recesión, a pesar de que el número de pacientes potenciales crece, la cantidad relativa de analizados disminuye, los honorarios proporcionalmentebajan y la jornada de trabajo aumenta más allá de los límites tolerables. Como la formación continúa siendo cara (a pesar de que la producción de analistas "apócrifos", no "oficiales", más "baratos" se incrementa) por estas dos causas combinadas la oferta comienza a superar la demanda y esa profesionalidad se torna un pésimo negocio. Por otra parte la competencia del psicoanálisis con otras técnicas psicoterapéuticas deviene una frecuente derrota para el procedimiento freudiano. Este se muestra lento dispendioso, prolongado, sufrido y de una afectividad compleja y poco ostensiva. Los usuarios escogen cada vez con mayor preferen-

cia los tratamientos de inspiración psicoanalítica no ortodoxos, o (en un sensible "crescendo"), las técnicas comportamentalistas, gestalistas, transaccionales, no directivistas o reflexológicas. Todas ellan lucen más simples, eficaces, baratas, y placenteras. Es dable notar también una tendencia a adoptar métodos grupalistas u organizacionales por las razones apuntadas, además de como paliativos a las vivencias de soledad y aislamiento pequeño-burgués exacerbado por el desmantelamiento de la gregariedad política y la desmoralización de la vida civil. En algunos medios se hace perceptible la dominancia causal de la disfunción organizacional en la angustia social y la producción de síntomas. Las personas se ven inducidas así a procurar ayuda especializada directamente en sus lugares de trabajo o, en general, de convivencia, definiendo su problemática como social y no como patológica. Desde una lectura complementaria, la clase dominante a través de sus organismos de control estatales y privados (contrariamente a cuanto ha sido señalado) no encuentra en el psicoanálisis un adecuado instrumental de control social. Pero la dificultad no pasa tanto por las supuestas capacidades intrínsecamente revolucionarias o liberadoras del psicoanálisis (a las cuales nos referiremos más adelante) sino fundamentalmente a la marcada funcionalidad de las otras lecturas y manipulaciones para los objetivos de: psicologización de la lucha de clases, la marginalidad, la disidencia, la delincuencia, etcétera. Es por eso que los grandes programas de "salud mental", "información de masas", y así por el estilo, se instrumentan mucho mejor con la "human engeneering" que con el freudismo o cualquiera de sus tan afamados intentos de "ampliación en círculos concéntricos". Algunos efectos de la variante lacaniana, tales como las abreviaciones técnicas basadas en el uso del "tiempo lógico" (que permite atender más pacientes por jornada) o en la estipulación de honorarios "según las posibilidades disparadoras del deseo" (que aparentemente posibilitaría el análisis para cada uno según sus disponibilidades de pago) no alcanzan para contrarrestar las restricciones citadas.

En algunas formaciones económico políticas dictatoriales (véase el caso de Argentina) el movimiento psicoanalítico cumple una función sumamente complejay contradictoria. Por un lado representa para los agentes un lugar de preservación del ejercicio "libre pensador" y para los usuarios un espacio de recuperación de la sinceridad asociativa. En ese sentido se convierte casi en una microcultura de resistencia a la devastación intelectual y ética del despotismo. Pero simultáneamente se hipertrofia y ritualiza erigiéndose en una nueva versión del neutralismo cientificista con su cortejo de usos al servicio de ortopedia de la angustia social y la esterilización del deseo revolucionario en los territorios artificiales de la inagotable metafísica del significante. Aún en este caso el Estado no lo prefiere como sistema de control y comienza a hacerse inaccesible económicamente aún a la pequeña burguesía. 5. Determinaciones económicas, políticas organizacionales: Como es sabido las formas organizacionales que adopta el movimiento psicoanalítico se reducen a unas pocas variedades de "asociaciones de profesionales liberales autónomos". Las mismas van desde las clásicas "Sociedades Científicas" afiliadas o no a una Central Internacional, hasta Departamentos de vina Universidad-Facultad, o bien agentes aislados sin conexión orgánica con grupos específicos. Como ha sido acertadamente demostrado, el Movimiento Psicoanalítico pasó sucesivamente de ser la gesta de un singular pionero a constituir una secta que se transformó luego en una especie de iglesia y finalmente en una entidad bastante próxima a una corporación de oficios de tipo medieval. Su estructura "interior", sus articulaciones y cruces interinstitucionales con el aparato de la salud, la familia, la industria de la "cultura", etcétera, han sido exhaustivamente tratados por muchos autores (incluido yo mismo). No insistiremos aquí en esos estudios cuyas irrefutables conclusiones consiguen ser ignoradas o "recuperadas" sorprendentemente por medio de mecanismos admirables que exigen a su vez una investigación

aparte. Conformémonos con puntualizar que hoy en día es preciso ser extrañamente ingenuo, estúpido o mal intencionado, para creer y preconizar los principios, fines y procedimientos puramente heurísticos, transmisivos o asistenciales de tales agrupaciones. Es irrecusablemente obvio que se trata de entidades sociales cuyo organigrama piramidal asegura férreamente una estratificación de prestigio, de poder jerárquico y de distribución del beneficio económico. Esa funcionalidad interna es la inevitable consecuencia de su estrecha interpenetración y cruzamiento interinstitucional con los demás dispositivos del Modo de Producción. Transversalizado en y por el sincicio social, el establecimiento psicoanalítico produce demanda y administra servicios, procura reconocimiento, legitimación y legalidad, regula la reproducción de agentes y controla su práctica, modula los precios de las prestaciones en el mercado, etc., etcétera. Las transformaciones económico-políticas amplias a las que nos referimos en el punto 4a) consecuentes de las fluctuaciones pendulares del capitalismo (hiperproducción irracional, reproducción ampliada, crisis de mercados, baja tendencia de la tasa de ganancia) por una parte y liberalismo vs. regresiones dictatoriales por la otra, afecta complejamente al Movimiento Psicoanalítico y sus organizaciones. Me interesa destacar aquí la cuestión de que el Capitalismo Monopolista y aún los Capitalismos Dependientes, tienden a "industrializar" todas las áreas de actividad del socius convirtiéndolas en territorios de generación de plus-valía y sometiéndolas al régimen empresarial, estatal o privado. Son conocidas las profundas transformaciones que tal tendencia opera en las diversas instituciones, por ej., la de la Familia, que debe reformular profundamente su misión a expensas de una Educación, Comunicación de Masas, Deporte, Diversión, Alimentación e Higiene empresariales. En otras palabras, frente al proceso de industrialización de las operaciones de reproducción y socialización de agentes (fuerza de trabajo). Este proceso, sinérgico y/o antagónico con el de

desclasamiento de las capas medias al que nos referimos antes, comporta el creciente asalariamiento de los trabajadores independientes en general y de los profesionales autónomos en especial. Así acontece con los propietarios de pequeñas firmas o con los agentes aislados; abogados, ingenieros, médicos, educadores, publicitarios y... psicoanalistas. Parece inevitable que a medio o largo plazo todos ellos se tornen funcionarios, empleados u operarios, según las diferentes inserciones posibles en el mencionado proceso. Entre otras exigencias organizativas esto impone que las agrupaciones psicoanalíticas procuren alguna manera de concentración del poder y el beneficio que asegure la apropiación del excedente. Las medidas mínimas a adoptar serían las destinadas a asegurar la propiedad privada de los medios de producción, lo cual implica una substancial modificación de la forma jurídica. Por tomar exclusivamente ese aspecto debemos convenir que dada la naturaleza de la disciplina, así como del tipo especial de formación de agentes y prestación de servicios, el vínculo contractual necesario es poco menos que imposible. Para una corporación de oficios psicoanalítica clásica esas mudanzas estructurales parecen requerirle una readecuación de los mecanismos de concentración del beneficio, exclusividad sobre los medios de producción de agentes y de servicios así como de obtención de reconocimiento... que no es capaz de realizar. Pequeñas corporaciones rivales, núcleos de psicoanalistas independientes, departamentos de Facultades públicas o privadas y hasta psicoanalistas aislados disidentes, desregulan constantememente las normas de la competencia en la transmisión y en la clínica así como en la producción editorial. Eso repercute creando una considerable anarquía en la pirámide del prestigio y el poder, a la vez que introduce una suerte de "dumping" en las cotizaciones del mercado. Siendo dudosa la propiedad de los medios de producción y considerando que todo ejercicio exige su posesión por parte del agente, los reaseguramientos acerca de la concentración de distribución de la plus-valía de dinero, poder y prestigio, no pueden ser si no

cada vez más precarios. Por otra parte, los jerarcas nunca fueron propietarios de los medios físicos de producción (por ej. consultorios, órganos publicitarios, etc.) y no pueden, por cuestiones de tradición liberal del movimiento, comenzar a serlo ahora. Si alguna vez tuvo cierta condición de entidad de clase, la misma le es disputada por otros organismos académicos, científicos o profesional-sindicales (Universidades, Consejos Federales o Regionales de Medicina y Psicología) debido a la habitual doble pertenencia profesional de los agentes. Todo lo cual torna su estatuto "manifiesto" cada vez más problemático en relación a los aparatos de Estado y su estatuto "latente" cada más insuficiente para contener y representar las profundas alteraciones de la coyuntura (antes detalladas); sobreviene así una intensa politización de los agentes (véase el caso del Grupo Plataforma Argentina) y éstos, al tratar de imponer una acelerada democratización de la dinámica organizacional y de ésta con las fuerzas populares, precipita profundas fracturas respecto a las relaciones con el orden imperante. Me atrevo a concluir, de las anteriores consideraciones, que en función de las contradicciones del Capitalismo, el Movimiento Psicoanalítico se ve presionado para adoptar formas organizacionales tan disímiles tales como: una pequeña empresa, un gremio, una facultad universitaria, un consejo profesional colegiado, etc., etc., que acaba por no intentar ninguna. Parágrafo aparte merece la necesidad de progresar hacia ser un partido o sector de un partido político, una organización revolucionaria o simplemente una vanguardia crítica de concientización social. Tócase aquí una franja límite de la capacidad de la Institución del PSICOANALISIS (en el inclusivo sentido en que tomamos su definición), para propiciar, acompañar, o al menos no impedir el advenimiento del Modo de Producción Socialista. Abordando exclusivamente el panorama de las formas organizacionales clásicas o de las nuevas modalidades concu-

rrenciales arriba mencionadas, digamos que frente a las exigencias de cambio ellas se estabilizan en cuatro estructuras típicas. A) Regresión a una forma multiplicada de la fase pionera. La corporación se fragmenta anarco-liberalmente y la práctica se refugia en el individualismo de la condición de profesionales autónomos de los psicoanalistas. No parece que este recurso sea solución para la problemática del movimiento por cuanto tiende a debilitarlo en todo cuando sea genuina producción colectiva (ciudad científica) así como en la procura de demanda, control, reconocimiento y beneficios. B) Regresión a la condición de secta. La misma presenta las típicas características de autoidealización, etnocentrismo, elitarismo, etc., que son propios de esa modalidad organizativa. Ella tiene limitaciones similares a la forma A) a pesar de presentar algunas ventajas, tales como resucitar una mística edificada alrededor de la Idea del precursor que preserva (al menos por cierto tiempo) de la degradación burocrática o adaptativa del movimiento. Lo que está por verse es si la historia del mismo admite esa reversiva apelación a un arcaísmo. De cualquier manera la observación indica que esta orientación tiene, por lo menos, tres modos reconocibles. Uno salvacionista (el grupo se dedica a cierta especie de providencialismo beneficíente). Otro cientificista (el grupo se aplica a la investigación pura). Un tercero aristocratizante, reaccionario y fascista (el grupo se define como servidor de la clase dominante tornándose así una élite de confianza prestadora de servicios a los ricos y poderosos, en especial a los diletantes). C) Adopción de una forma empresarial. En rigor, dentro de las conocidas características del Modo de Producción Capitalista (tanto en sus avanzados desarrollos como en los dependientes) no existe otra modalidad concurrencial pertinente para la subsistencia de un conjunto de prácticas rentadas. Sea bajo la cualidad de sociedad anónima, SRL o en la tan discutida cooperativa, la formación de agentes, la producción de

mediosy la prestación de servicios deben tarde o temprano caer en una de esas formas. De las tres sólo la última (C) parece asegurar la subsistencia, pero ninguna de ellas la expansión. Yya sabemos que en el capitalismo lo que no se propaga se extingue. No voy a abundar (porque justifica undetenido estudio) en las serias dificultades que la "naturaleza" (?) del Movimiento Psicoanalítico presenta como resistencia para ese "aggiornamiento". Algunas ya fueron consignadas aquí. Baste con decir que la conflictiva de la relación empleador-empleado, los objetivos mercantiles y competitivos de la producción, la propiedad y posesión de los medios, la estratificación estrictamente económica del poder, etc., etc., parecen INCOMPATIBLES con ciertos principios (¿paradojalmente liberales, o libertarios?) de la Organización, la Teoría, el Método, la Técnica y en fin la Lógica y la Etica psicoanalíticas. Estas parecen haber sido diseñadas (?) para la forma A) o B) racionalizadas como científicas y/o apostelares. La conclusión provisoria de estas consideraciones impresiona como siendo obvia. Dentro de las formas jurídicas aceptadas por el sistema, la institución del Psicoanálisis, si se mantiene tal como hemos visto que es, está condenada a un lento agotamiento... o a una considerable alteración. 6. Determinaciones teórico-metodológico-técnico-clínicas. Aunque reconozco que el tratamiento de este punto separado de los anteriores resulta arbitrario, no he hallado otra manera que la de circunscribir esta parte del trabajo y subdividirla a su vez en dos. a) Determinaciones conceptuales: la ciencia psicoanalítica aportó al saber de nuestro siglo una teoría que posibilitó el descubrimiento del deseo inconciente como fuerza que anima todas las prácticas discursivas y no discursivas del socius. Esa contribución parece ser discutible apenas para corrientes reduccionistas o espiritualistas. También colocó las bases para abrir el capítulo del método que sistematiza su aplicación a las

innumerables situaciones posibles de su ejercicio cognoscitivo. Mas desde su fundación hasta sus últimos desarrollos cultivó preferentemente una de sus situaciones técnico-experimentales posibles: la clínica del psicoanálisis llamado individual, que tiende a ocupar la totalidad de su ejercicio clínico. Las tendencias de ampliar las aplicaciones del método y la técnica a una clínica infantil, con psicóticos, con parejas, grupos, organizaciones o una "no-terapéutica" con vastos movimientos y productos sociales, ha sido insistentemente desalentada. La crítica a esos ensayos parte de despreciarlos como poco científicos hasta descalificarlos por completo, sea relegándolos a un futuro indefinido, o evaluándolos taxativamente como no-psicoanalíticos. Así pertrechado, el pensamiento psicoanalítico bastó para efectuar entre otras críticas, la de las psicologías de la conciencia, la psiquiatría organicista o fenomenológica, la moral sexual victoriana, las filosofías racionales ego-centradas, las pedagogías autoritarias, las sociologías, antropológicas y lingüísticas, que no sabían incluir la determinación deseante en sus respectivos objetos. Diferentes sistemas de reflexión crítica, tales como el Materialismo Histórico y Dialéctico, las corrientes nietzscheanas, los institucionalistas franceses, las ideas de Foucault y Castel, la doctrina de Deleuze y Guattari, etcétera, han cuestionado, a mi entender productivamente, al psicoanálisis, utilizando sus aportes y demarcando sus límitesy su servicialidad histórica. Está fuera de mi alcance y mis propósitos cualquier incursión en el intrincado interior de esas teorías. No entraré por tanto en la discusión de algunas de sus más impactantes afirmaciones que sostienen, porej., la complicidad del núcleo representacional edípico de la teoría psicoanalítica con el familiarismo y otros aparatos de compartimentación y control social del capitalismo y los sistemas de transición al socialismo. Me contentaré con observar que estas orientaciones son bastante convincentes y se han erigido en los discursos de

elección que conducen los modernos movimientos revolucionarios de las estructuras en salud mental, la organización de las relaciones entre sexos, razas, generaciones, abarcando, en un sentido más general, la crítica de la vida cotidiana y hasta la lucha de clases. Esas disciplinas pretenden estar compitiendo existosamente con el avance de la psicoanalitización de la "cultura". El fenómeno del lacanismo parece haber llevado al Psicoanálisis a las fronteras de su depuración y sofísticación teórica y también a los extremos de su clausura autocrítica o de su autoconsagración ideológica, a su imperialismo interdisciplinar así como de la racionalización autosuficiente de su ineficiencia clínica y su indiferencia política. Finalmente, los últimos veinte años, nos han sorprendido con la proliferación de técnicas empíricas tales como las psicodramáticas, gestálticas transaccionalistas, neo-rechianas, no directivistas, del grito primal, expresivas y así por el estilo. A pesar de su difusión marcadamente mercantil y el primitivismo de su sustentación teórica, no deja de ser un enigma el interés de su eficacia clínica. Mucho más coherentes y operativas aún son las corrientes de Sociopsicoanálisis (Mendel) o de Análisis e Intervención Institucional (Lapassade-Lourau). B) Determinaciones Clínico Organizacionales. Para completar lo dicho, quiero referirme brevemente al hecho de que las alternativass doctrinarias, metodológicas, técnicas y clínicas al psicoanálisis han engendrado formas organizacionales de prestaciones de servicios masivos que se impusieron a las psicoanalíticas. Desde las inigualables experiencias de Reich en el año 30, en que el "Sexpol" alcanzó a atender en sus dispensarios cerca de 50.000 usuarios, no ha habido ninguna tentativa masiva de atención popular de esa magnitud. Tal vez solamente en Argentina entre los años 1970 al 1975 el aparato de la Salud Mental puede haber tenido la suficiente inspiración psico-

analítica como para acercarse a la experiencia Reichiana. La corriente antipsiquiátrica inglesa, que se cristalizó en las tentativas de la Psiquiatría Comunitaria, tanto como la Psiquiatría francesa Comunitaria, tanto como la Psiquiatría francesa de Sector, tenían sólo remotas reminiscencias psicoanalíticas. La llamada Psiquiatría Democrática Italiana, al igual que la Psiquiatría Cubana y la de la República Popular China (por citar las más progresistas del Bloque Socialista) nada tienen del freudismo. Hemos dejado intencionalmente para el final el obligado comentario acerca de los movimientos psiquiátricos norteamericanos por cuanto los mismos siendo enteramente originales y libertarios, nada deben al psicoanálisis, y en algunos casos significativos son anti-psicoanalíticos. Me refiero a una cantidad de organizaciones tales como las free-clinics, la psiquiatría autogestiva de los drogadictos, los alcohólicos, los homosexuales, las feministas y las comunidades hippies. Esas tentativas junto a otras de comunidades étnicas, de probada eficacia, se constituyeron a la manera de opciones de lucha frente a la ideología y a las formas organizacionales psiquiátricas del stablishment. A menudo esas tendencias contestatarias definen a la Institución Psicoanalítica como una corriente oficialista más. Insistiré para concluir que el "fenómeno" París y el "fenómeno" Buenos Aires, que por su difusión parecen ser únicos en el mundo, no lo son por su influencia a nivel del Aparato Público y Privado de la Salud Mental. Alcanzan sí, una cierta proliferación en el ámbito que llamaremos "particular" privado y en algunos sectores universitarios. De cualquier manera muchos observadores sostienen que con la muerte de Lacan, se notan indicios no sólo de desgradación burocrática y mercantil sino también de parálisis de la expansión y aún de decadencia del movimiento. Una de sus más estridentes contradicciones es la que se establece entre su teoría de la transmisión (el famoso "passe") y las formas organizacionales que consigue darse, tan piramidales y pseudodemocráticas como cualquier otra.

Como comentario final sólo puedo expresar mi incertidumbre por no decir mi escepticismo con respecto al porvenir de la Institución Psicoanalítica tal como la conocemos. El dilema de hierro en que me parece verla es el siguiente: Su "esencia" socio-deseante liberal pequeño burguesa (en todos y cada uno de sus noveles integrantes) no le permite "evolucionar" hacia las formas propicias a la fase superior del capitalismo y tampoco integrarse claramente a los movimientos revolucionarios. ¿Qué es lo que quedará de él con el curso de la historia? Claro está que tal vez esa pregunta tiende a banalizarse frente a otra infinitamente más importante: ¿Qué será de todos nosotros?

SUJETO-INSTITUCION: UNA RELACION IMPOSIBLE Armando Bauleo

Cada vez que tentamos de elaborar un cierto discurso sobre el vínculo entre sujeto-institución es como si de nuevo cayésemos en el descubrimiento de una disociación y por otro lado apareciera la ilusión de llegar a alcanzar una cierta unión entre los dos elementos. Descubrimiento, mejor dicho redescubrimiento de una disociación, y como situación paralela la ilusión de lograr una unión. Paralelismo que se mantedrá permanente cuando deseamos hablar de la relación para individuo e institución. Razón Irracional

Pensamiento Afecto

Pensamiento Manifiesto Acción Latente

Necesidad Deseo

Cuerpo Psique Langue Parole

Es a través de ese paralelismo y de las fantasías, alrededor de los puentes que unen las dos series de situaciones, por donde transitaremos para señalar los alcances de la imposibilidad. Circulamos entre esos pares de fenómenos que tienen una relación oblicua e indirecta entre sí, así que aunque enunciamos una situación de paralelismo, jamás podemos decir que un elemento es la contraparte del otro.

Asistimos a un espectáculo de distorsión de imágenes desde el momenhto que uno no está frente a otro por su correspondencia sino por su diversidad. Así entonces empieza la relación sujeto-institución, por una no-relación. Las líneas posibles de interpenetración, podemos encontrarlas en la Primera y Segunda Tópicas Freudianas. En la Primera Tópica no deja de ser seductora la cualidad del P reconciente y su relación con el Lenguaje. Lo preconciente aparece como un elemento de vínculo, además su movilidad posibilita articulaciones; pero su ambigüedad en relación con el Inconciente lo coloca en una situación de semipenumbra. En la Segunda Tópica, el Superyo, heredero del Complejo de Edipo, se organiza en base a una serie lineal de pasajes (padres-maestros-jefes) que castigan al sujeto frente a sus diferentes actitudes. La Institución queda oscura entre una interioridad que funda al Sujeto y una exterioridad que sólo parece ser la confirmación de la primera. Aquella se establece como el borde donde transita el Sujeto en una continuidad de interioridad-exterioridad. Por lo tanto todo queda como en el Blok Maravilloso. El Yo queda como el espectador sufriente de una situación que ya ha sido decidida. Pasando a la otra línea paralela vemos que la Institución es el imperio de los muertos sobre los vivos, según Mauss. Por lo que aparece otro tipo de no concordancia. "Algo" pasado nos obliga a un cierto comportamiento, que debemos realizar a pesar nuestro. El ayer insiste en el hoy y nos determina en su repetición para que lo reproduzcamos en una doble posición, de aceptación y de mantenimiento de lo establecido. La Institución (a través de un muerto que debemos simbolizar) regla y moldea nuestra vida. Pero a su vez será ella, en su rigidez-estabilidad, la que servirá de sistema defensivo frente a nuestras ansiedades psicóticas (E. Jaques).

Así es que esas estructuras sociales definidas por Jaques como un sistema de roles y mecanismos culturales, se asocian a nuestras defensas "internas'' para impedir que las ansiedades psicóticas nos destrocen. Nos encontramos con otra situación paralela, el dentrofuera. Wisdom describe nuestro mundo interno como un sistema solar, el self a cuyo alrededor, en órbitas diferentes, giran diversos objetos parciales y/o totales. El mundo externo aparecerá como, analogía lejana (en nuestra fantasía) y permite de esa manera los mecanismos de proyección. Se cumple la posibilidad de una identificación proyectiva que pondrá "afuera" la agresión que intenta siderar nuestro mundo interno. Es así que el Yo-Institución de "Análisis terminable e interminable" juega los diferentes registros de fenómenos que lo circundan. Podríamos realizar un salto y decir que ese sujeto aprisionado entre significantes intentará balbucear un discurso. Su finalidad será la de tratar de discriminar, con violenta agresividad, un Yo de un no-Yo, que lo involucra en un sistema infinito de relaciones, o seudópodos, en los cuales se pierde. Si aquello sucede de parte del sujeto, en una línea opuesta R. Brown tratará de señalar que la Organización es un sistema ad-hoc de una tarea. En cambio la Institución estará tanto más preocupada por su subsistencia que por el objetivo a partir del cual fue estructurada. Así es posible estipular dos tipos (o niveles) de preocupaciones, las organizaciones lo están por su objetivo y las instituciones por su subsistencia. Entre ambos niveles de preocupación el objetivo, meta o proyecto, ocupará el lugar de la causa, de la determinación o en último caso de la motivación. Es decir, el lugar en el cual hay ilusiones de conjugación entre lo individual y lo social. El objetivo aparece como aquel que originó la estructura de la Institución y el que originó la participación de los sujetos en la misma. ¿Pero es así? Podemos hasta ahora decir que en lo

manifiesto, ¡así parece! Continuemos con la vertiente Institucional. La Institución, dirán los analistas institucionales, es el movimiento permanente entre lo instituido y lo instituyente; el primero tratará de moldear y frenar los impulsos del segundo. Lourau dice que es la Dialéctica Hegeliana la que permite entender aquel movimiento, pero no es menos cierto que el modelo del sueño podría trazar también unas líneas de comprensión del fenómeno. La intervención institucional, como la intervención psicoanalítica, tratará de "interpretar" lo instituyente-latente, que lo instituido-manifiesto expresa y oculta. La Institución, cuerpo, ley, lugar, 'contrato a realizar, hacen de soporte a una mancha oleaginosa que lo toca de continuo desplazándose, diciendo que está donde ya ha pasado, dejando un residuo de su visita. La mancha, los afectos, los famosos sentimientos que buscan una descarga, se deslizan a través de las fisuras (los intersticios) que han dejado los materiales que constituyen las Instituciones. La burocracia aparece como tentativo de aprisionar, de fijar un movimiento. Ultima defensa desesperada (y omnipotente para impedir que la vida transcurra. Fantasía que todo será como "era entonces". Lukacs, por su parte, señalaba que toda tendencia teórica debe transformarse en un problema de organización si no desea permanecer como simple opinión abstracta. Organización como realización, realización como inserción de la teoría. Arribamos directamente a la institucionalización del Psicoanálisis. El problema para nosotros ha sido doble: ParticipaciónProtesta, Participación-Renuncia. ¿En qué cosa uno participa o renuncia? Freud decía que la diferencia entre quien se ha analizado y aquel otro que no lo ha efectuado era el pasaje por la experiencia. Es entonces el espesor de la huella o del rastro el que señala el límite entre la

participación y la renuncia. Las relaciones en las Asociaciones Psicoanalíticas son un juego de transferencias entre las cuales es difícil determinar quién posee la contratransferencia. La finalidad de la Asociación es la "difusión" del Psicoanálisis, pero se torna difícil difundir una ciencia que se basa en el olvido. Podemos decir que el olvido conserva aquello que la memoria olvida. La otra serie de elementos en torno a la confrontación entre psicoanálisis e instituciones: Psicoanálisis/Psiquiatría Psicoanálisis/Hospital Psicoanálisis/Universidad Psicoanálisis/Psicoterapia Se abre así un abanico de interrogantes. Por último el proceso transicional formulado por Winnicott abre una posible mediación entre Sujeto e Institución. Es ahí donde se hace probable una inserción de lo Grupal. Para nosotros el Grupo es el lugar de la articulación de una serie doble de representaciones (sociales e individuales). Este doble orden de elementos, una vez establecido el setting, se pone en movimiento para constituir la estructura del grupo y las operaciones sobre la variación temática escogida. Cuando decimos que el grupo es el intermediario, la mediación entre sujeto y sociedad, estamos evidenciando la posición de la figura grupal, Aquel doble orden de elementos, que pertenecen a la subjetividad y a lo social, se interpenetran y se mezclan en el grupo. El grupo es, entonces, un colectivo creado por el entrecruzamiento de las fantasías soportadas en el juego de identificaciones de un conjunto de personas. De esta manera se organiza un campo imaginario en el cual lo recortado del lenguaje constituye un código que permite una identidad grupal.

El grupo aparece como campo posible de la autoexperimentación, de la pragmática de la relación interpersonal, como un artificio del lénguaje, en última instancia como una metáfora social de la difícil articulación entre subjetividad y estructura social.

EL EXILIO: VERIFICACION O NO DE LAS TEORIAS Y TECNICAS TERAPEUTICAS. Gregorio F. Baremblitt

"El país en el que vivimos ya no existe, "lo perdimos luchando por el mundo "en el que queríamos vivir" De una poetisa Uruguaya anónima.

"Vislumbro un mundo en el que todos "seremos exiliados" DE GILLES DELUEZE

La tarea compartida político-técnica de liberar el deseo para re-tornarlo revolucionario-productivo es la única que puede "curar" a un compañero exiliadoy a uno psicoterapeuta, simultáneamente. Se está "enfermo" cuando, exiliado o no, terapeuta o paciente, no se consigue maquinar la práctica y la vida toda como un proceso revolucionario, según un proyecto revolucionario, desde una identidad revolucionaria, en una territorialidad revolucionaria. Se está "enfermo" cuando se está vencido. Se está vencido no cuando se cae, sino cuando se hace lo que el enemigo quiere. Un exilado está "enfermo" cuando no consigue aprovechar el destierro y la derrota para recuperar la universalidad político-productivo-deseante. Un exilado está "enfermo" cuando no logra (siempre por

causas objetivas y subjetivas) aprehender la multiplicidad coherente del proceso revolucionario, pero a escala planetaria. Cuando se asume como un fracaso aislado y absolutizado y no como una contingencia de un movimiento plural infinito que sólo se detiene estadísticamente a nivel de quienes lo ignoran como tal... pero sólo para avanzar tendencialmente descomponiéndose-recomponíendose sin cesar jamás. Un exilado está "enfermo" cuando no logra seguir "funcionando", es decir, cuando no logra relanzar su devenir como algo que está aconteciendo y que sólo sucedió para venir a ser singularidad irrepetible perteneciente a un conjunto no totalizable de hechos revolucionarios. Un exilado está "enfermo" cuando se fija como sujeto de un enunciado definitivo que resume y cierra LA HISTORIA, como ALGUIEN que sobrevive o se desvive y no como un sujeto de enunciación colectivo polívoco y errátil. N i siquiera un nosotros sino un Ello. Un exilado está "enfermo" cuando cree en su culpa, su nostalgia, su piedad o su resentimiento. Cuando busca consuelo y cree o no encontrarlo. Porque: ¿Qué consuelo puede haber para el despojo, la tortura y la muerte de compañeros, ainigos, familiares? ¿Cómo sustituirlos, cómo recordarlos, cómo olvidarlos sin enloquecer? No existe reparación posible para este cataclismo que no sea la convicción de una victoria sin final (que es casi lo contrario de una victoria final, complemento adecuado de una derrota siempre presente). Si la posibilidad de nuestra muerte sólo se descubre en la muerte de los otros, ¿qué otro sentido puede tener la muerte de tantos (incluida la propia) sino el de la vida de todos? Véase entonces que este relanzarse poco tiene que ver con "posiciones depresivas" y "subjetivaciones de la muerte" psicoanalíticas, ni con "autocríticas partidarias". Se trata de recuperar la mejor de las racionalidades, la de una mística, una vivencia oceánica revolucionaria. Un exilado está "enfermo" cuando añora los barrotes de

sus territorialidades perdidas. Cuando languidece por su patria, su tradición, su familia, su propiedad, su raza, sus objetos, sus enemigos. Todas atrapantes pertenencias reaccionarias que nos poseen porque las poseemos. Un exilado está "enfermo" cuando se coloca en el lugar del "fuera del lugar" que además "ha perdido su lugar". Porque así comienza a creer que existe algo como la falta de lugar o el lugar de la falta. Olvida así que en lo real ni a la falta le falta lugar, y que cuando "perdemos" el lugar sólo hemos cambiado de sitio dentro del proceso universal en el que siempre tendremos la positividad de un puesto, el nuestro. Puede ser que el Movimiento no nos tenga en el lugar en el que nos precisa (eso fue lo que aconteció), pero siempre nos precisa en algún lugar. Cuando se percibe que ese mundo que Deleuze vaticina ya está transcurriendo, el hecho de ser todos exilados hace que nadie pueda sentirse tal. Sólo entonces nadie tiene lugar para perder, sólo entonces carece de sentido hablar de "enfermedad" y "cura". ¿qué decir del terapeuta? Enfermo de ser eso, terapeuta a secas, de definirse por una identidad profesional (lo que es igual a corporativa y burguesa) o por una "científica" (equivale a decir por una racionalización de un poder) sólo siendo, por ejemplo, "terapeuta de exilados" podrá transformarse en exilado-terapeuta o terapeuta exilado o, simplemente, en cierta productividad llamada amigo. ¿Existe, pues, algo como un Síndrome del exilio? ¿Puede hallárselo bajo la forma de congelamientos caracteropáticos, de somatizaciones desgarradas, de heteterritorializaciones perversas, cínicas o hedonistas, de aceleraciones o retracciones psicóticas? Existe, y su nosografía es lícita a condición de recordar que son todas disfunciones del mecanismo de articulaciones entre la Producción y el Deseo y que Historia Subjetiva e Historia Social no son sino interpenetraciones en la transversalidad.

¿Es posible la elaboración de una estrategia, una táctica y una técnica "terapéutica"? Creo que sí. Todas. La cuestión no es tanto con qué, sino para qué, desde dónde y usadas cómo. Muchas nuevas líneas pueden ser cultivadas. Procedimientos interpretativos, convivenciales, corporales, artísticos, deportivos, dramáticos. Pero siempre montados en forma de una maquinaria que opera construyéndose y/o desconstruyéndose a sí misma. Una relación que se constituya sólo para desinstituirse permanentemente. Una rigurosa búsqueda de lo inesperado. Una jocunda crisis reprovocada de las certidumbres. Una regeneneración incesante de inéditas convicciones. Una reafirmación triunfal de la imposibilidad de repetir. Una fe erótica en el goce de la novedad y la diferencia. Formulo estas cuestiones y esbozo estas respuestas como lo que soy, ni siquiera un verdadero exilado; de lo que estoy seguro es de que he dejado de ser un típico terapeuta.

SOBRE DOS FORMAS DE COMPRENDER DEL COORDINADOR GRUPAL Luis Frydlewsky y Eduardo Pavlovsky1

Habría dos formas de comprender lo grupal o la dinámica de un grupo. Un camino que se abre en base a modelos referenciales conocidos, y otro en relación a una comprensión intuititiva o creativa. Entiendo que estos dos modelos de comprensión se complementan, pero creo que es útil también diferenciarlos, para luego abarcarlos como forma de un proceso único. Me parece interesante la posibilidad de tener en cuenta estos dos tipos de comprensión para los terapeutas de grupo y coordinadores de actividades grupales Muchas veces escucho a un grupo de dos maneras. Se puede decir escuchar a un grupo. Mejor decir: escuchar a un paciente en un grupo. Hay una forma particular de hablar en grupo; ese mismo paciente no hablaría de esa particular manera si estuviera solo conmigo. Es importante recalcarlo: su discurso en el grupo no es el mismo; es una misma historia pero relatada con otros, con el encuentro del cuerpo y la mirada de otros. Al escuchar a ese paciente, se pueden ir tejiendo algunas redes de comprensión, mallas de ideas. Alguna cierta sistematización teórica. 1 Este cap. contiene ideas fundamentales compartidas con H. Kesselman en nuestro trabajo sobre las "Escenas temidas del coordinador de grupos".

Tengo la sensación de que adopto un determinado carácter corporal. Tengo músculos y posiciones que reconozco como "función intelectual". Actitud corporal de comprensión. Construcción de hipótesis. Alguna intervención eficiente. Me satisface mi manera de ir elaborando conclusiones. Tengo hipótesis dramáticas. Sugiero alguna dramatización que va a demostrar algo. Dramatización demostrativa. Pasos previos inteligentes que he ido procesando a través de sesiones anteriores y de la historia individual del paciente que escucho. Pero el elemento básico que configura mi rol terapéutico es el de sentirme acompañado internamente; acompañamiento que se traduce en personajes a los que acudo para que me guíen en el proceso de reflexión de la sesión. Acompañantes en el sentido estricto del término. Proceso acompañante que determina que en la sesión me sienta acompañado por ideas de Freud, de Bión, de Foulkes, de Pichon-Riviére, de Martínez, de Moccio, de Moreno, mías, etcétera. El acompañamiento es un proceso conciente. Un recordar o evocar modelos conocidos, que me acompañan en la soledad de la sesión. No estoy solo. Uno se siente seguro, entrenado. Nada es demasiado intuitivo en este proceso de acompañamiento. Uno es un artesano en base a ciertos modelos teóricos y a ciertas técnicas aprendidas, que va procesando su caudal de conocimientos en la sesión. Lo singular es que estos modelos cobran fuerza de presencia. Están allí. Me acompañan. Los reconozco. Son fieles a mí. Los veo. Insisto. Me siento seguro acompañado por un modelo teórico. Selecciono un emergente de un trozo de una dramatización realizada. Otra dramatización que me confirma la anterior. Otro emergente. Otra dramatización. Confirmación del modelo teórico que me acompañó. Me demuestro a mí y al protagonista que la forma de acercarme a la comprensión es acertada.

La línea fundamental es el acompañamiento con personajes (modelos teóricos) que me han acompañado durante todo el proceso de comprensión. Esta forma de comprender yo la llamaría comprensión A. Hay otra forma de comprender donde ya no siento la cercanía de los acompañantes teóricos, que me estaban orientando en la línea del trabajo anterior. Predominan las imágenes desordenadas. Esas imágenes, a saltos, no parecen provenir de un razonamiento previo, de una elaboración de conceptos de dinámica de grupo. Son sólo imágenes. Y desordenadas. El sentimiento que corresponde es el miedo al vacío. Tengo un enorme deseo de volver a aproximarme a los acompañantes, frente al vértigo que me producen las imágenes aisladas. Pero continúo en una suerte de aventura hacia lo desconocido. Se realizan escenas sin poder hasta el momento hilvanarlas con cierto nivel de coherencia. Se me ocurren escenas, que provienen de mis imágenes. Sensación de caos. Comienzo a percibir que el grupo se aproxima a ese estado mío. Parece que ese estado tuviera que ver con el ESTADO CREATIVO, por lo que conozco de creación. Somos más un grupo de chicos improvisando papeles que un espacio terapéutico organizado. Algo así como un estado lúdico espontáneo. Se proponen escenas de parte del grupo. Intervenciones de la gente más callada. La sesión es caótica. Me avergonzaría que alguien la observara. En algún momento de la sesión el caos da lugar a momentos aislados de comprensión. Aparición de sentidos. Algunas escenas parecen relacionarse entre sí. Un trozo de escena con otro trozo proveniente de otra dramatización. Del caos a islotes de comprensión. Se cristalizan secuencias de comprensión. Comienzan a tener sentido las primeras imágenes irracionales que percibí al

comienzo en el grupo. Aquellas que me hubieran avergonzado si las hubieran visto mis acompañantes. Diría: Comprendo lo que no podía comprender. Lo sinsentido adquiere nivel de coherencia significativa. El período de caos, anterior a ciertos niveles de comprensión es largo y difícil de soportar intelectualmente. Hay que aguantar mucho tiempo sin esforzarse a comprender. Hay que pasar por el caos que precede al estado creativo. Soportar ansiedades confusionales. No exigirse entender. Tarea difícil para un terapeuta. O, como diría Winnicott, no intentar comprender antes de tiempo. No interpretar prematuramente. Todo este estado de cosas configura lo que sugiero llamar comprensión B. Las conclusiones finales a las que llegamos con el grupo, me hacen pensar que no fue arbitraria ni caprichosa la sucesión de imágenes, ni las dramatizaciones espontáneas de los integrantes, ni las multiplicaciones dramáticas de esa primera parte de la sesión. Algo de mi cuerpo: lo noto primero en estado muscular de alerta en la primera parte correspondiente al caos y luego en estado de gran relajación cuando las secuencias se dan libremente y espontáneamente. Cuando abandono la necesidad de comprender. Para esta segunda comprensión es necesario hacer un duelo, es necesario quedarse solo. Solo con los propios ruidos. Sin nadie. Soledad del creador. Asesinato del PADRE. Inseguridad de la RUPTURA. Cuando nos referimos a duelo, decimos que es un duelo donde se mantiene el espacio, el espacio dramático; pero no hay tiempo. Incluso se tiene la sensación! de que la sesión puede no teminar nunca. Lo que se pierde es la dimensión del tiempo. Quedamos a MERCED DE OTRO TIEMPO NO CALCULABLE. NO REGISTRABLE. TIEMPO DE MUSAS. DE INVENCIONES

MAGICAS. DE SUEÑOS. El proceso de duelo corresponde a LA PERDIDA DE TODO ACOMPAÑANTE REFERENCIAL. SOLEDAD Y PANICO DEL MUNDO ABIERTO A TODAS LAS POSIBILIDADES. SALTO AL VACIO. AGORAFOBIA. Dos cosas: A) Comprensión desde el acompañamiento referencial; B) Comprensión desde el lugar de soledad. Los dos niveles se pueden dar en la misma sesión. Hay un momento en que uno se zafa de los personajes, de esas ideas, de estos referentes contextúales teóricos y se queda absolutamente solo abierto al vacío. Esta manera de comprender es más resistencial. Uno tiene resistencias a atravesar este proceso. Hay un duelo. Pero hay también una TRANSGRESION. Hay algo que se transgrede. Hay UN ACTO REBELDE. TRANSGRESION EN TERMINOS DE ORDEN INSTITUIDO. SACRILEGO. TRANSGRESION SACRILEGA DEL ORDEN. ¿QUE SE TRANSGREDE? CUANDO ENTRAMOS EN ESA ZONA SE SIENTE UN PLACER CASI EROTICO. RASGADURA EROTICA. ACTO REBELDE Y PLACENTERO. CONTACTO CON LO PERVERSO. R. Barthes diría que la comprensión "A" es TEXTO DE PLACER y la comprensión "B" es TEXTO DE GOCE. En la comprensión "B" las dramatizaciones espontáneas del grupo se inscriben como verdad dramática, sobre alguna dramatización realizada por un protagonista. El grupo improvisa o multiplica dramáticamente la propuesta dramática inicial.

En la escena inicial estaban inscriptas como posibilidades las escenas que surgen en la dramatización multiplicada. La dramatización multiplicada funciona como un revelador de la estructura de escenas que subyace a la escena original. Es importante lo de posibilidad. Se dramatiza la escena A. La multiplicación dramática del grupo sobre la escena A, revela no solamente múltiples sentidos de la escena A, sino otras escenas que estaban inscriptas en ella. Esas escenas estaban en la escena A, ya inscriptas como posibilidad. La multiplicación sólo revela esa inscripción. Descubre las otras escenas contenidas en la historia. Son la verdad dramática de la escena inicial A. Una escena de una pareja contiene en sí misma la escena del "como se conocieron". En la escena actual está inscripto ese primer encuentro. La multiplicación dramática tiende a descubrir ese primer encuentro. Contrapunto Repetitivo Elaborativo. Se habla entonces desde la contratransferencia del coordinador de dos procedimientos: A y B. El procedimiento A es lo que llamás proceso acompañante que te permite ir leyendo lo grupal o lo individual en lo grupal a través de tus conocimientos, experiencia clínica y psicodramática. Lo definís como presencia concreta de personajes que te acompañan durante el proceso. No estás solo. Estás acompañado. Son tus acompañantes referenciales que no te abandonan. El procedimiento B es un sentimiento más caótico y que lo homologás al salto al vacío. Yo propuse dos palabras más: sentimiento de transgresión y sentimiento de placer corporal. RASGADURA EROTICA. Transgresión y placer corporal que llamás SALTO AL

VACIO. SALTO AL VACIO porque no hay estructura. Por eso aparecen como SALTOS DE PRESENTE DISCONTINUO. Yo creo que tienen estructura de todos modos. La estructura se encuentra al final, como sentido. En términos de sentido significado. El psicoanálisis sabe mucho sobre LA REPETICION. Pero no SOBRE LOS ESTADOS CREATIVOS IN STATU NASCENDI. ESTADO espontáneo CREATIVO DEL GRUPO. Uno de los aspectos de la Terapia es llegar a ESE ESTADO, que no hay que interferir para que ocurra. Es más: no importa en última instancia la sucesión de situaciones INEXPLICABLES. NI LA COMPRENSION DE LAS MISMAS, SINO EL ESTADO QUE PERMITE AL GRUPO JUGAR ESCENAS ESPONTANEAMENTE. EXORCISMO DRAMATICO. ESTADO DE LIBERTAD. SACRILEGIO DEL ORDEN, que quiere decir ESTADO DE LIBERTAD. RUPTURA CON UN ESTADO PREVIO. CON UN ESTADO ANTERIOR DONDE LO DISCURSIVO ERA LO PREPONDERANTE. Se llega a algo parecido a lo que en teatro serían las improvisaciones creativas, desde donde se deja al personaje, desde el lugar donde lo implantó el autor, para darlo vuelta a base de improvisaciones donde se inventan, crean o recrean nuevas situaciones sin explicación lógica, pero que decididamente están al servicio del enriquecimiento del personaje escrito por el autor. El personaje es mediatizado subjetivamente por el autor, director y actores en improvisaciones. En las escenas escritas que describe el autor del personaje estaban inscriptas como posibilidades las escenas de la multiplicación dramática o improvisaciones teatrales que surgen en el trabajo actoral. Del mismo modo en un grupo de psicoterapia, todas las dramatizaciones que el grupo improvisa sobre el protagonista,

tienen siempre posteriormente una relación con su historia o proyecto futuro y con otros personajes de su historia personal presentes o ausentes en las dramatizaciones iniciales. Como dijimos, la multiplicación dramática revela esas posibilidades que estaban inscriptas en las escenas iniciales del protagonista. Lo novedoso desde la perspectiva del psicodrama analítico, es que la multiplicación dramática se produce sobre un estado natural creativo del grupo, que me parece es profundamente terapéutico. Vos hablás como si hubiera una especie de fuegos artificiales de significantes. Te poblás de significantes. Pueden ser palabras, imágenes, olores, sensaciones; yo creo que eso remite a significantes. Nosotros, después cuando leemos, no leemos significantes, porque el significante aislado no tiene sentido, lo que te pasa "adentro" son significantes. Hay una imagen (este cuadro), pero esta imagen remite a algo, a esa mujer, a la cara de un viejo, a ese sillón. La vejez o la cara del viejo del cuadro, te remite a tu padre enfermo, a vos cuando te sentiste operado en el hospital y tuviste miedo de morirte. No son metáforas, remite a otros significantes, a significantes imágenes que ponés en movimiento a través de una multiplicación o de escenas que se proponen en el grupo. Lo que definís como sentimiento de libertad, en el texto aparece después como retornos de sentido, el sentido estaba en la escena, en la imagen. ¿Cómo retorna lo reprimido? El retorno de lo reprimido es a través de síntomas y de manifestaciones de cualquier naturaleza. Los retornos de sentido aparecen en forma de escenas, de imágenes muy simples. Insisto: No es que esa escena significa algo. Lo que ocurre es que en la multiplicación dramática retornan los múltiples sentidos de la escena inicial en formas de nuevas imágenes, nuevas escenas, esbozos de diálogos, posi-

ciones corporales, etcétera. Yo digo PLURALIZO; se llenó de SENTIDOS. La forma con que retornan los múltiples sentidos es en término de imágenes o de personajes en interacción. Lo terapéutico es la aparición de los múltiples sentidos de la escena inicial y el estado creativo del grupo que permite la multiplicación dramática. El máximo nivel de proyección subjetivada es la matriz para las multiplicaciones dramáticas. Yo me curo en el grupo cuando a través de un estado creativo del grupo soy acribillado por las mediatizaciones subjetivadas de cada integrante en las multiplicaciones dramáticas. Me curan las múltiples versiones de mi propia historia que el grupo produce y que rompe con mi visión monocular narcisística de mi problemática. Es mi propio drama llevado a la EXALTACION GRUPAL. Esta forma de comprender alude al ARTE DE NO COMPRENDER. EL ARTE DE NO COMPRENDER es un proceso que produce muchas resistencias en el TERAPEUTA. Exigido a QUERER COMPRENDER, creo que debemos entrenarnos para NO COMPRENDER. Uno está entrenado para comprender. Debiera estar entrenado para no entender. Ni siquiera sintetizar. Sólo entrenado para percibir los múltiples sentidos de las escenas. OBSERVAR SECUENCIAS DE ESCENAS. El grupo produce flujos de asociaciones, que no son otra cosa que ESO. Flujos de asociaciones dramáticas. Lo que pasa es ESO. NO SIGNIFICA OTRA COSA. La "multiplicación" es la producción de flujos de asociaciones. Pero una escena no interpreta otra escena. Una escena con otras son la producción fluida de asociaciones del grupo. No hay nada que Interpretar.

Hay que aprender a mirar desde una óptica diferente. No buscar significados. El grupo produce flujos asociativos dramáticos. Es su MATRIZ terapéutica. EL GRUPO NO DEBE INTENTAR COMPRENDER. Sólo DEBE PRODUCIR FLUJOS DE ESCENAS. LA CURACION ES EL ESTADO CREATIVO QUE SE INSTALA EN EL GRUPO Y QUE PRODUCE LAS MULTIPLICACIONES COMO FLUJO DE ESCENAS (que es posible que retornen como MULTIPLES SENTIDOS). Los múltiples sentidos no interpretan la escena inicial. Sólo son otras ESCENAS PRODUCIDAS POR EL GRUPO, a partir de UNA ESCENA INICIAL. LAS MULTIPLICACIONES DRAMATICAS FLUYEN DESDE LAS ESCENAS DEL PROTAGONISTA. Para trabajar con la COMPRENSION B hay que hacer un duelo. Hay que aprender a no exigirse comprender. Un chico que fue abandonado por la madre se queda solo yjuegasolo. Recrea desde su soledad. Fluye lúdicamente desde su soledad. En su juego es un fluir de imágenes del estar solo. Solo puede producir ese juego. Es un juego de duelo. PARA EL COORDINADOR: Entre el DUELO que se produce por la pérdida de ACOMPAÑANTES Y EL ESTADO DE CREATIVIDAD que corresponde a LA SOLEDAD, hay un momento de CAOS, PRODUCTO DE LA RUPTURA DE IDENTIDAD DE UN MODELO DE COORDINACION. Creo que esta situación es la que defino en el COORDINADOR COMO SALTO AL VACIO. DESDE ESE LUGAR EL COORDINADOR TIENDE A CONVOCAR ACOMPAÑANTES PORQUE NO SOPORTA LA ANSIEDAD DEL VACIO, AL ESPACIO ABIERTO, AL FLUJO DE ASOCIACIONES.

INTENTA COMPRENDER EN EL MOMENTO QUE HAY QUE ABANDONARSE AL FLUJO. CREO QUE ES UNA ESCENA LIMITE QUE OCURRE EN TODO PROCESO CREATIVO. MIEDO A LA LOCURA. A LA CONFUSION. AL CAOS. A LA PROPIA CREATIVIDAD DESBORDADA2. MIEDO A QUE LO QUE SE RECORRE NO TIENE ANTECEDENTES. EXPERIENCIA INEDITA. CADA VEZ ES UNA PRIMERA VEZ. CADA CAOS SE SUFRE EN CADA ACTO CREADOR. EL MIEDO AL VACIO NO SE PUEDE ELUDIR. ES EL PRECIO QUE PAGA EL CREADOR. EL CREADOR SIN PANICO AL VACIO ES UN IMPOSTOR. EL "COMO SI" DE LA CREACION. EL "COMO SI" DE LA TERAPIA. LA CONVOCATORIA DE LOS ACOMPAÑANTES ES LA GRAN TENTACION, y al MISMO TIEMPO EL ASESINATO DE LA CREACION. Lo innovador es: Los múltiples sentidos y la producción del flujo de asociaciones de escenas, la multiplicación dramática, que puede ver sólo así: como producción del grupo en forma de flujos de ESCENAS en el estado CREATIVO DEL GRUPO. La comprensión A y la comprensión B están presentes siempre en el proceso de cualquier coordinación grupa!, sea psicoterapéutica o de cualquier otra naturaleza (coordinador de grupo operativo, director de teatro, coordinador de grupo de estudio, coordinador de psicología institucional, etc.)3" 2 Concepto utilizado por C. Martínez Bouquet. 3 Las contradicciones que sugiere este capítulo sólo podrán ser resueltas desde la experiencia de la coordinación grupal.

PROPUESTAS PARA UN ANALISIS INSTITUCIONAL DE LOS GRUPOS Osvaldo I. Saidón

Introducción1 El presente artículo consta de una primera parte, destinada a exponer una serie de postulados teóricos, que orientan nuestro trabajo de una práctica alternativa con grupos. La segunda parte, a modo de ejemplo, trae el relato del trabajo con dos grupos, uno de análisis institucional y otro de formación, donde se muestra el modo en que venimos incorporando los aportes teóricos que desarrollamos en la primera parte. En la medida en que éste surge a partir de un grupo de investigación y estudio cuyos miembros hace algunos años vienen trabajando juntos, las reflexiones aquí contenidas reflejan el momento del proceso de producción en que nos encontramos en la actualidad. La forma sintética y a veces dogmática de colocar ciertas cuestiones, expresan un cierto intuito provocador que guía nuestro trabajo. Esperamos así aumentar nuestra implicación en el proceso de cuestionamiento y producción que se desa1 Este trabajo surge a partir de las tareas realizadas por un grupo de investigación que constituimos junto a la Lie. Heliana B. Conde Rodigues, María Beatriz Sa Leitao, Rosamaría de M. Almeida y M. de Fátima Pereira. El mismo trabaja en Río de Janeiro y las investigaciones de campo son realizadas en esa ciudad.

rrolla en el interior del movimiento psicoterapéutico de grupos en Latinoamérica. En un trabajo anterior2yaafirmábamos la importancia de considerar la dimensión institucional en la tarea con grupos psicoterapéuticos. Allí dejamos establecidas nuestras hipótesis, por las cuales demostrábamos que el desarrollo del movimiento psicoterapéutico de grupos en nuestro medio carece de un trabajo -tanto teórico como práctico- que tome en cuenta la problemática social como factor en la determinación de los trastornos mentales. En esta misma investigación pudimos verificar la manera por la cual, en la mayoría de las corrientes psicoterapéuticas, la preocupación "por lo social" se limita a menciones superficiales, que no llegan a integrarse en el arsenal técnico y mucho menos cuestionar el valor técnico de aquellas psicoterapias afectadas por un psicologismo creciente. Por otro lado, el sociologismo reinante en algunas modalidades de trabajos se limita, cuando existe, a proporcionar una comprensión adaptacionista referida a una sociedad "ya dada" e inmutable. Estas comprobaciones nos condujeron a la búsqueda de referencias teóricas que nos permitiesen definir con mayor precisión la presencia de las dimensiones sociales, económicas y políticas en la práctica de la psicoterapia de grupo. Recurrimos, para esto, a una serie de trabajos de indudable valor histórico3 así como desarrollos más recientes que tienen su origen, fundamentalmente, en la corriente del llamado Análisis Institucional.4 2 As Prácticasgrupais. O. Saidón, H. Conde, R. Almeida, M. B. Leitao, L. Acero, M. E. Pereira, Editoria Campus, Río de Janeiro. 3 Nos referimos especialmente a la llamada obra social de Freud en particular: Psicología de las Masas y Análisis del Yo y Malestar en la Cultura. Ha sido guía imprescindible para leer estos textos el libro de León Rozitchner "Freud y los límites del individualismo burgués". 4 El otro referencial teórico que nos viene siendo muy útil es la llamada corriente social-analítica francesa. Especialmente hemos encontrado una orien-

Nuestro proceso de trabajo consistió en una tentativa de análisis de los fundamentos epistemológicos que sustentan la actual práctica grupalista, mediante la crítica del modelo funcionalista y de su versión más actualizada, la teoría de los sistemas. Creemos que este camino nos ha permitido ir formulando, progresivamente, una teoría para el trabajo con grupos, atenta a nuestra realidad institucional en el campo de la salud mental. Pensamos dotar, de este modo, el trabajo con grupos de una potencialidad transformadora que instrumente sus agentes para una actividad cuestionadora y multiplicadora de nuevas propuestas en el trabajo psicoterapéutico. El modelo funcionalista guía la comprensión del grupo como espacio cerrado de intercambio de papeles, juegos de liderazgo o ensayos de adaptación. Su crítica nos conduce a recolocar la cuestión de los medios y fines, alterando la dirección en que la misma viene siendo desarrollada por las diversas corrientes psicoterapéuticas. Así, no tomamos posición en cuanto a la ventaja de una u otra técnica en el trabajo con grupos. Las consideramos a todas como medios, más o menos aptos, según la coyuntura en cuestión, para poner en funcionamiento la grupalidad. Definimos, por lo tanto, la grupalidad como el instituyente del grupo. Esta grupalidad requiere, según la tarea propuesta, ser revelada a partir de una perspectiva que tienda a elucidar las fantasías inconcientes que la sustentan, los acuerdos ideológicoso laluchaporel poder (dimensión política). La corriente de análisis institucional hace uso de los grupos como de una de las técnicas privilegiadas para su trabajo de análisis. Nuestra propuesta consiste en invertir también su fórmulay lograr una metodología que nos permita, a partir del trabajo con grupos, ya ampliamente instituido en nuestro medio, alcanzar el análisis de los mecanismos institucionales tanto de la organización psíquica como de la social de estos mismos grupos. tación importantísima en autores como G. Deleuze, F. Guattari, Loureau y Lapassade.

Las prácticas grupales que ya se desarrollan en una diversidad de situaciones -terapéuticas, pedagógicas, organizacionales, etc.- son, en este sentido, el espacio elegido para el análisis institucional. La pregunta sobre lo que están instituyendo estos grupos, o, dicho de otra manera, la idea de tomar al grupo como institución, nos posibilitará, por cierto, una implicación diferente de nuestra perspectiva en relación a la llamada tarea psicoterapéutica. Sabemos que el análisis que proponemos está todavía lejos de podernos conducir a la formulación de una nueva técnica o de una escuela determinada para el trabajo con grupos. Nuestra propuesta apunta a posibilitar la discusión de diversos fenómenos que ocurren en los grupos y, a partir de ahí, a proponer una serie de ideas que renueven el enfoque de nuestro trabajo psicoterapéutico, aunque persistan las técnicas más afines a cada terapeuta. Abordaje de una Psicología Social Freudiana para la práctica grupal En relación al abordaje psicoanalítico de una concepción de los grupos, partimos de los textos freudianos citados anteriormente5. Estos fueron francamente despreciados por las formulaciones psicoanalíticas de grupo, o, en muchos casos, parcialmente leídos de manera de sacarles lo que tenían de más revolucionarios y cuestionadores. El mismo Freud se opondría a una concepción que aparece fundamentalmente solidaria con la ideología dominante en el siglo XIXy en el comienzo del siglo XX, donde el psiquismoy el individuo surgen como una misma cosa. El trabajo de León Rozitchner, en un texto de máxima importancia ("Freud y los Límites del Individualismo Burgués")6 nos propone una lectura de la obra freudiana apun4 "Sicología dos Grupos e Análises do Ego" e "Malestar na Cultura", Editora Imago, Río de Janeiro.

tando a rescatar la dimensión grupal e histórica en la constitución del aparato psíquico. Freud nos muestra que no será a partir de la crítica al grupo o a la masa, como negación del individualismo, que tomaremos en cuenta la verdadera constitución del aparato psíquico. En su crítica a Le Bon, discrepa con todos los fundamentos de la psicología social burguesa, que considera como un espacio que limita las potencialidades individuales o como un agrupamiento capaz de permitir la manipulación de los sujetos en favor de la ideología dominante. La teoría freudiana nos muestra que la organización y la participación de los sujetos en la masa son un pasaje obligatorio, no solamente como lugar de restricción de la individualidad sino como un momento necesario para la producción de una conciencia transformadora de las relaciones de dominación. Los estudios de Freud sobre la relación de la masa con el líder muestran cómo son producidos los diferentes líderes y cómo éstos pueden provocar, en las masas, una restricción de su potencialidad de conocimiento y acción. O cómo, por el contrario, pueden abrir nuevos campos de experiencias y de conocimientos, tanto de situaciones individuales como de la situación social más amplia. Esta afirmación nos permite recolocar la cuestión de la manipulación y de la no neutralidad del coordinador de grupos. La mayoría de las escuelas, tanto la interaccionista como las de orientación psicoanalíticas, no llegan a redefinir el grupo, sino como modelo contrapuesto a lo individual, acentuando una relación de exterioridad entre individuo y grupo. Estas tendencias cuando afirman, como Freud, que toda psicología es social, no van en esta afirmación más allá de las palabras. Freud nos dice que el líder del grupo es el depositario del ideal del ego de los miembros que los constituyen y que ese ideal del ego no se constituye sólo a partir de la historia familiar o

6 "Freudy los límites del Individualismo burgués", León Rozitchner, Siglo XXI, Buenos Aires.

edípica de cada uno de los sujetos. Esa historia edípica no es sino el lugar por el cual toda la historia de la humanidad, todas las instituciones de un sistema social, se encarnan en el individuo, a fin de transformar una distancia originalmente exterior en una distancia interior, que institucionalice al individuo. Deleuze y Guattari postulan la misma idea cuando dicen que todo fantasma es un fantasma de grupo, que todo fantasma es transversal izado, o sea, atravesado por dimensiones en que la forma edípica de constitución de los sujetos no es si no una de las formas de ocultamiento de la dimensión social, económica, política, histórica y sexual. Luego, esa distancia exterior entre el sujeto y la sociedad se transforma en distancia interior entre su ego y su ideal de ego, haciendo que el sujeto trate de resolver, en su interior, un conflicto que tiene origen en los diferentes modos de expresión tomados por las luchas de clase. Vemos, entonces, al sujeto comenzar a huir de la realidad y a refugiarse en la neurosis, vemos al sujeto tratar, a través de la psicosis, denunciar esta máqu ina que los absorbe, pero sin estrategias eficaces, lo que lo limita a una reiteración repetitiva e infinita. En este sentido percibimos al grupo como un campo de apertura que posibilita al individuo sentir, pensar y actuar dentro de las dimensiones anteriormente citadas. Otro concepto importante es el de la transgresión. Varios autores concuerdan con la idea de que todo grupo se reúne con la finalidad o con la ilusión de poder realizar una tansgresión. De acuerdo con la teoría psicoanalítica, toda transgresión se origina en la transgresión básica, o sea, transgresiones a la ley incesto. Creemos que el concepto de transgresión debe ser recolocado a fin de evitarse conclusiones tales como: el grupo es percibido como un lugar imaginario, como un lugar de indiscriminación, como un lugar de evitación de lo simbólico. El estructuralismo psicoanalítico define la ley como un momento de instauración de lo simbólico, implicando en la conceptuación de grupo como una reunión transitoria dónde los sujetos conquistan la propia individualidad y de demostración de la construcción social de cada uno de los sujetos, esto es, de la

construcción grupal social. Entonces, la transgresión no sería sólo un modo de relacionarse los sujetos con tendencias incestuosas, con tendencias edípicas, sino una fuerza siempre presente, cuestionando lo instituido en cada uno de los sujetos, cuestionando la esclerosis de acción, la esclerosis de pensar, la esclerosis de sentir . Podemos decir, entonces, que lo que nos interesa en un grupo no es sólo propiciar una estrategia para el acceso a lo simbólico; es, fundamentalmente, propiciar una estrategia para que ese grupo no sea sólo un momento transitorio para su individualización, sino un momento transitorio y, a veces, espontáneo, para la inserción y la articulación con otros grupos. Otros grupos que escapen de lo familiar, de lo conocido, de lo repetitivo, de aquello que asegura la vida íntima de cada uno de los sujetos en el interior de las instituciones necesarias para que el modo de producción garantice su subsistencia. El Análisis Institucional Trataremos de definir, en este capítulo, un conjunto de términos originados en la práctica del análisis institucional en relación a su posible aplicación a una terapia de los grupos. Implicación7 El Análisis de "cómo" el analista está implicado en el trabajo terapéutico debe ser realizado no solamente a través de la contratransferencia individual sino también ~y fundamentalmente-- a través de la llamada contratransferencia institucional. Esto significa que debemos abrirnos a una reflexión sobre la propia institución del análisis y de aquello que ésta instituye. Esta comprensión está vinculada, a su vez, a la implicación política y al momento histórico en que esta reflexión 7 Para un desarrollo de este concepto ver R. Loureau y colaboradores: "Análisis Institucional y Socioanálisis", Editora Nueva Imagen, México.

se realiza. En este sentido, de acuerdo con los analistas institucionales, podemos decir que en el grupo el análisis no es hecho necesariamente por el analista: el análisis lo hacen los analizadores. El analizador8 conforme lo entendemos aquí, o sea, "aquello que implica el analista", surge en el contexto de una descomposición del discurso científico. Podemos decir entonces, que el terapeuta no es un terapeuta del grupo, y sí un terapeuta en grupo. O mejor, el grupo es la ocasión para el análisis de lo que instituye su trabajo, del modo cómo articula su palabra, establece su contrato (forma predominante que van a tomar las condiciones de producción en el grupo), articula su ideología en el análisis de la vida cotidiana, etcétera. Un análisis del estilo psicodramático de coordinación de grupos nos da un buen ejemplo de esto. El coordinador se implica con el protagonista y él mismo se transforma en un protagonista, en el acontecer del diálogo con el pacienteprotagonista9. Esta implicación es material jerarquizado para el análisis del grupo. Sólo así la grupalidad entra en funcionamiento. El grupo no habla todo el tiempo, así como no lo hace ninguna institución. Es necesario, inclusive, que deje de hablar para que cuando el dispositivo de la grupalidad se coloque en funcionamiento a través de los analizadores, nos hable de estas matrices silenciosas que determinan nuestros discursos en el grupo. Por lo tanto, el valor del grupo está en el hecho de implicarnos en una tarea común, nunca previamente definible a no ser en sus objetivos más estratégicos. La constante redefinición de la tarea pasará por la capacidad que tenga el grupo de implicarnos en la misma. En la realidad, cuando tomamos el grupo como institución, éste está implicado todo el 8 Guattari define el analizador como "aquello que no le permite al grupo ocultar más su verdad". 9 E. Pavlovsky, Clínica Grupal I y Terapia y Existencia, Ediciones Búsqueda, Buenos Aires.

tiempo en su activa relación con todas las demás instituciones. Multiplicidad La multiplicidad implica evitar todas las tentativas del grupo de constituirse en una unidad, de reducir su existencia a ese grupo, de transformarse en un bando opuesto a todos los grupos que queden fuera de él. Dejar funcionar la multiplicidad en el grupo es también combatir sus tendencias organizativoburocráticas. Esto pasa cuando la tarea final del grupo es el propio grupo, primer paso para encerrar todo el proceso de transformación, interno o externo. Cuando la multiplicidad se expresa en un grupo, los n fragmentos están en combinaciones diferentes. Los nuevos efectos de sentido son combinaciones que rompen, todo el tiempo, las certezas individuales, las especificidades. Una combinación puede ser: año - terapeuta consultorio - institución psicoanalítica - sistema nacional de salud. La multiplicidad nunca debe ser arborescente, y sí rizomática10, toda unidad es capaz de una metamorfosis. Mapa Resistencial El grupo nos traza un mapa de vectores que representa las interacciones entre los individuos que lo constituyen. El grupo trazará un mapa hecho de pedazos. En ese mapa nos interesan los puntos de resistencia, las fronteras, las aduanas, que impiden las conexiones posibles. No podemos trazar el flujo entre A y B ni antes, ni después. Este flujo existe, ya está ahí, ya creó un nuevo territorio, una nueva fortaleza, otro punto de resistencia. Precisa un nuevo abordaje. Los analizadores nos ayudan a construir estos mapas, este rompe-cabezas eternamente inacabado. Los puntos de resistencia son fantasmas inconcientes, es el organigrama institucional, son las relaciones de poder institucionalizadas, es el 10 Rizoma de "G. Deleuzey F. Guattari", copia mimeografiada.

terrorismo del discurso científico, es el propio análisis. Dispositivo Autogestivo . Todo grupo deberá pasar por una experienciaautogestiva. Esta será siempre una experiencia violenta: el grupo se desarrolla a través de sus crisis. Estas crisis son el límite que la formación grupal coloca al ejercicio de la libertad. La fraternidad del terror tiene sentido como una táctica destinada a cuestionar las relaciones de poder institucionalizadas. El dispositivo autogestivo coloca la cuestión del Microsocialismo versus Relaciones Humanas. Debe servir al grupo para cuestionar radicalmente cualquier tipo de paternalismo (académico, psicoanalítico, etc.) y sólo tiene sentido si se instala contra el consentimiento de la autoridad, nunca como propuesta de la propia coordinación. Es como producto del funcionamiento de la grupalidad que el dispositivo autogestivo aparece, y no como propuesta demagógica del líder o de los facilitadores (propuesta californiana, p.e.). Grupo de Análisis Institucional Este relato nos servirá para mostrar la utilización de un grupo intensivo en el anáfisis de las determinaciones institucionales presentes en cualquier grupo de trabajo. Nuestra intervención en el grupo descripto a continuación se basó en una modalidad de trabajo que, utilizando la técnica de grupo operativo, incluyó una forma particular de colocación de los coordinadores. Esta se apoyó en algunas de las propuestas presentadas anteriormente en la sección dedicada al análisis institucional, más particularmente en lo que se refiere a la implicación de los analistas. La utilización de diversas técnicas de trabajo durante el 11 La intervención en las instituciones de educación y de formación, G. Lapassade, en la intervención institucional, Folioes Ed. S.A., México.

desarrollo del grupo (técnicas de movilización, de psicodrama, interpretación de la dinámica inconciente) apuntaba a posibilitar una mayor implicación y compromiso de todos con la tarea estratégica que fuera propuesta, o sea, el análisis y la transformación de las relaciones instituidas en el grupo de trabajo. En seguida, pasaremos al relato de los aspectos más significativos de esta intervención -realizada en un fin de semana- y, paralelamente, haremos comentarios que consideramos ilustrativos del objeto de nuestra investigación. A Primer Contacto. Formulación del proyecto de trabajo El primer contacto -hecho en nombre de un grupo de terapeutas que trabajan en una institución de atención psicoterapéutica a la población de bajos ingresos- es realizado por una persona que ya conoce nuestro trabajo de otras oportunidades. Se trata de un pedido, no muy claro, en el cual me es ofrecido el papel de supervisor de la institución para atención de familia. Tal ofrecimiento viene acompañado por una serie de comentarios sobre la crisis institucional. A partir de ahí, surge lo que podemos llamar producción de la demanda, u oferta, de un trabajo institucional de grupo. Propongo que hagamos una reunión con todos los terapeutas en un determinado día de la semana, con una duración de una hora y media, para esclarecernos en conjunto cuál es, realmente, la demanda de ese equipo, en este momento de su vida institucional. Hasta el día de dicha reunión, trato de obtener algunas informaciones sobre las características de la institución. Logro saber, solamente, que se trata de una institución ligada a la Iglesia, que ofrece predominantemente terapia familiar y de pareja, con orientación psicoanalítica. La calidad de su trabajo es reconocida, así como una cierta función social que cumple tanto por ofrecer tratamiento a capas menos favorecidas como por ofrecer un campo de trabajo y de estudio a psicoterapeutas principiantes.

En la reunión, el origen del conflicto que viven actualmente es presentado como ligado a la dimisión del supervisor, dimisión ésta prácticamente provocada por el propio equipo. El detonante fue la no aceptación, por parte del grupo, de la entrada de una persona recomendada por el ex-supervisor. El equipo había decidido que la contratación de nuevas personas sólo sería hecha con el consentimiento de todos los terapeutas. Siendo así, aceptar la autoridad del supervisor sería marchar contra la tentativa de autogestión, de organización del grupo de trabajo que estaban tratando de instalar hacía algunos meses. Señalo esto durante la reunión, y aparece en el grupo la necesidad de repensar la función de un supervisor en un equipo que trata de ser autogestiva. Un primer esbozo de análisis de la propia institución aparece en la medida en que surge la posibilidad de cuestionarse a uno de los pilares en que se basa el trabajo y el aprendizaje del psicoanálisis: la supervisión. Aparece con cierta claridad el hecho de que no se puede tentar una experiencia autogestiva sin cuestionarse, en la propia práctica, los elementos que instituyen la psicoterapia, como, por ejemplo, la supervisión y el modelo de ejercicio de poder vehiculado por ella. Después de esta reunión, envío al grupo una carta en la que presento un proyecto de trabajo, consintiendo en un encuentro de fin de semana con todo el grupo, a fin de tratar de llegar a un diagnóstico de la institución y del grupo en relación a ella. La gestión es realizada por la misma persona que nos buscó inicialmente, que se muestra particularmente interesada por la propuesta, y demuestra cierta ansiedad por no conseguir vencer la resistencia de ciertos sectores del grupo. Finalmente, la reunión es marcada para después de las vacaciones, tres meses después del primer contacto. Antes de pasar a la descripción del trabajo propiamente dicho, presentaremos el diagnóstico y pronóstico presuntivo que elaboramos y la planificación provisoria de los trabajos. Esto nos parece importante, una vez que permite al coordina-

dor confrontar sus preconceptos y expectativas con la realidad del trabajo que va a ocurrir y lo ayuda a tomar conciencia de su contratransferencia. Diagnóstico presuntivo: Se trata de una institución de ideología católica, que hace la tentativa de un modelo de trabajo comunitario, donde no son detectados claramente los liderazgos capaces de proporcionar instrumentos más adecuados para la comprensión y transformación de los elementos instituyentes de la organización. Táctica: La táctica para alcanzar nuestro objetivo estaría basada en el trabajo de análisis de las tres instituciones implicadas en el trabajo Psicoterapéutico realizado en esta organización: la Familia, la Iglesia y el Psicoanálisis. B. Relato de la Reunión de Fin de Semana Como ya dijimos anteriormente, pasan casi cuatro meses entre la primera reunión de contacto con el equipo de terapeutas y la efectivización del contrato de trabajo de análisis institucional. Reproducimos, a continuación, el relato de las situaciones básicas surgidas en el grupo, extraído de las anotaciones hechas por la colega que actuó como observador participante. En el momento del contrato, la demanda no explicitada es la elaboración de la salida de elementos del grupo y, en el correr del análisis, vimos que, también, del coordinador del grupo. El coordinador sufre contradicciones en virtud de ser un eslabón de ligazón entre la institución y el grupo de terapeutas. Este coordinador posee un proyecto de autogestión que trata de viabilizar a través de la dirección de la institución, y no a través del equipo. El grupo, en el momento del análisis, se encuentra cuestionando la representatividad del coordinador, y trata de adquirir autonomía frente a él y a la institución. Para eso, formula una propuesta de acción para la institución. El paternalismo en el grupo era ejercido por un supervisor, que sale de la institución ante el surgimiento de otros

líderes posibles. Estos no asumen claramente su autoridad y no tienen el consenso del grupo para planificar las acciones técnicas que requiere trabajo. Pronóstico presuntivo: ¿Se podría instalar en el grupo una crisis que abra un espacio para repensar su relación con la institución? Esto les permitiría encarar los pasos necesarios para salir de su posición de rebeldes institucionales, amenazados con la pérdida del trabajo, y pasar a la posición de gestores de algunas políticas terapéuticas y comunitarias que podrían llevar adelante en la actual coyuntura (favorecida por el surgimiento reciente del papel social de la Iglesia). Al releer este pronóstico, nos damos cuenta de que, en realidad, se trata más de un objetivo estratégico que nosotros mismos colocamos, producto de nuestro deseo, que de un análisis objetivo de la realidad institucional como nos era presentado. Planeamiento y expectativas de trabajo: Existe, de nuestra parte, la expectativa de producir una cierta movilización grupal que permita la explicitación y la liberación de la palabra contenida en ciertos subgrupos. Al mismo tiempo, esperamos que sea reconocido el interés que presentan ciertas prácticas grupales para la realización del trabajo. Técnica: Las técnicas a utilizarse serían el grupo operativo, juegos de dramatización y, eventualmente, clases sobre análisis institucional. La combinación de estos diferentes recursos apuntaría a romper los estereotipos grupales, así como a posibilitar la existencia de un esquema referencial común todavía una cierta dependencia en relación al coordinador, que es transferida al analista. La crisis surge a partir de la salida de algunos elementos del grupo, inclusive del coordinador, y el grupo se encuentra en la fase de búsqueda de sobrevivencia en la institución, sin saber exactamente cuál es su poder de actuación. Hay un dislocamiento de la contradicción de los terapeutas (personas de clase media que cobran precios bajos, de acuerdo con la política "caritativa" de la institución) en relación

a la clientela, para la contradicción con la política institucional, que es preservar la familia en los moldes actuales, defendiendo la perdurabilidad del casamiento. Este grupo tiene, en común, la voluntad de trabajar y aprender, y la práctica en la institución es una alternativa para el deficiente mercado de trabajo y para las precarias condiciones de trabajo existentes actualmente en el campo de la salud mental. La institución analizada está ligada a la Iglesia Católica y se propone, en principio, trabajar con familias. Aunque vinculada a un movimiento conservador, parece estar pasando por un proceso de cuestionamiento con la posibilidad de que el equipo participe de sus rumbos. Al principio, la propia institución resolvía los problemas de las personas que la buscaban, problemas éstos, generalmente de orden familiar. Más tarde, fue necesaria la contratación de técnicos especializados para la utilización del instrumental llamado "científico". Estas observaciones aparecen en medio de una dinámica donde aparecen, con bastante claridad, las fantasías de desestructuración y desintegración del grupo producidas a partir de la salida de los terapeutas más antiguos de la institución. Estas fantasías se incrementaban en la medida en que el propio grupo ofrecía un espacio muy restringido para el surgimiento de la agresividad, que era temida como posible desintegradora de las precarias relaciones existentes. Este proceso configuraba una especie de círculo vicioso. Nuestro trabajo objetivó interpretar todo ese movimiento como una dificultad para la emergencia de las ansiedades depresivas y como una manera de evitar la aceptación de las pérdidas. O, a partir de otra perspectiva: dificultad del grupo de revisar su organización imaginaria (todos somos iguales, tenemos un objetivo, una ideología común, compartimos los mismos intereses) y pasar a un funcionamiento más político, con el reconocimiento de las diferencias y de las propuestas de acción, comunes o individuales, a ser desarrolladas dentro o fuera del grupo.

Durante el trabajo, creemos que tanto el uso de recursos técnicos propios de los grupos de sensibilización y potencial humano como el de interpretación de base psicoanalítica contribuyeron para permitir el desarrollo del proceso anteriormente descripto. Usamos una técnica que consistió en la presentación de cada miembro del grupo personificando al colega que tenía a su lado. Esto permitió que el grupo entrase rápidamente en contacto con las mutuas depositaciones y proyecciones existentes. Repetimos esta forma de presentación entre el coordinador y el observador (cada uno presentándose como si fuese el otro), lo que funcionó como elemento provocador al permitir que el grupo cuestionase el sentido ideológico y político de nuestro propio trabajo. Esto pasó a partir de una declaración de la observadora que, al presentarme, dijo más o menos lo siguiente: "Soy una persona bastante descreída de las posibilidades del trabajo dentro de las instituciones". Esta presentación, que toma una dimensión más psicológica (o personal) de las características del grupo y de las personas que allí estaban, colaboró para la creación de un clima afectivo y, en determinados momentos, bastante emotivo, que estuvo presente a lo largo de todo el trabajo. En seguida, propusimos la presentación de cada uno a partir de su colocación en relación a las tres instituciones: la Familia, la Iglesia y el Psicoanálisis. Esta colocación se dio dentro de una dinámica grupal, permitiendo que los abordamientos ideológicos fuesen hechos en referencia a la historia personal y profesional de cada uno. Podemos afirmar que, en los relatos, la ida cotidiana aparecía como lugar privilegiado para el análisis ideológico. Así, propicióse un análisis institucional donde se buscó el máximo de implicación. No nos extenderemos mucho más sobre el relato del grupo, a fin de resumir los pasos subsecuentes. En la hora del almuerzo, el grupo se dividió entre los que

estaban por irse de la institución (cuatro personas) y el resto del grupo. Cada uno de los coordinadores almorzó con un grupo. A la vuelta, se discutió, en un clima agresivo y de recriminación entre los dos grupos. Finalmente, surgieron algunas propuestas organizativas que tenían que ver con la recuperación de la historia del trabajo de los miembros que se iban, sin que eso significase un eterno "volver a repetir los mismos errores" (frase con la que los miembros dimisionarios amenazaban a los otros). El grupo se cierra con la propuesta de organizar un centro de estudios, con la participación de todos los miembros y exmiembros de la institución (inclusive el supervisor, que al irse, desencadenó la crisis) y la necesidad de hacerse una reunión dentro de algunos meses para que sea leído un informe sobre este trabajo de fin de semana. Este informe será elaborado paralelamente por los analistas institucionales y por el "staff" cliente. Creemos haber podido mostrar, a través de este ejemplo, la utilización del trabajo en grupos como modalidad del análisis de conflictos institucionales. Aparte de esto, vimos el uso de diversas técnicas, no con finalidades puramente eclécticas, exhibicionistas y catárticas, sino con un objetivo claro: propiciar un mayor grado de implicación en la tarea, tanto de los analizandos como de los analistas. Grupo de Formación Presentaremos a continuación el desarrollo de un modelo de grupo de formación que venimos aplicando desde hace dos años, tanto en Río de Janeiro como en Belo Horizonte. El interés en transmitir esta experiencia se basa en el hecho de que, durante este tiempo, pudimos notar una serie de resultados que nos permiten considerar este modelo como apto para la formación de psicoterapeutasy coordinadores de grupo. Colocamos nuestro trabajo de formación dentro de un referencial psicoanalítico, lo que no implica que nuestra pro-

puesta tienda a formar psicoanalistas de grupo. Podríamos definir el objetivo de este trabajo como tendiente a la producción de terapeutas capaces de utilizar los más diversos recursos de que se dispone en el campo actual de las prácticas psicoterapéuticas. Este objetivo está íntimamente ligado a la metodología propuesta: analizar y vivenciar, a partir de una experiencia colectiva, la multiplicidad de prácticas psicológicas que se desarrollan hoy en la llamada promoción de la salud mental. No creemos en el eclecticismo que sustenta que todas las teorías y prácticas contribuyen de la misma manera. Por el contrario: durante el trabajo nos proponemos realizar un análisis crítico de las diferentes prácticas a fin de discriminar en cada una de ellas lo que permanece en el plano puramente técnico del trabajo, y cuando esa propuesta técnica se disloca para la realización de una ideología o de un estilo de vida determinado. Por otro lado, el grupo se afirma como un espacio transitorio para la realización de la tarea, que deberá incluir, durante todo el tiempo, el proyecto de su muerte (disolución) para la producción de otros agrupamientos o la integración provocativa12 de otros grupos ya existentes. En este sentido, la utilización de técnicas de potencial humano, aparentemente contradictorias en relación al referencial psicoanalítico propuesto, aparece como un recurso táctico interesante para revalorizar el papel del trabajo y la crítica como una guía para la acción. Así, no nos colocamos en el lugar confortable de los tradicionalmente llamados "psicoanalistas de grupo", ya que nuestra perspectiva está mucho más ligada a una psicología social, que ve en la "praxis" el momento privilegiado de todo el trabajo. En este sentido, estimulamos a los alumnos y discípulos a asumir la actitud de compañeros solidarios en la realización de 12 Llamamos provocativa en el sentido utilizado por el Análisis Institucional, o sea, como pro-mover (promover) una convocación o colocar en funcionamiento las fuerzas instituyentes permitiendo el sufrimiento de la condición de análisis a través de los analizadores.

propuestas concretas de trabajo en el campo de la salud mental, único camino para la afirmación de su identidad profesional13. Pasaremos, en seguida, a la descripción del programa de trabajo propuesto, y posteriormente, expondremos una historia suscinta de lo que ocurrió con algunos de los grupos de trabajo. El programa es elaborado en función de las circunstancias, en un esquema de reuniones quincenales o, en determinados casos (programas realizados en otras ciudades), con trabajos intensivos de un fin de semana por mes, durante un año. El trabajo incluye tanto seminarios teóricos como actividades prácticas de vivencia de las diferentes técnicas propuestas. Descripción del Trabajo "Setting" es contratado con el grupo. El grupo está compuesto por diez a doce miembros. Es realizada una reunión quincenal de una hora y media de duración, que llamamos seminarios teórico-prácticos sobre las teorías de grupo. En cada tres o cuatro seminarios, realizamos una reunión prolongada de seis horas de duración, que llamamos maratón. En ella, el grupo trabajay vivencia la técnica que fue estudiada y analizada en los seminarios precedentes. La división entre los seminarios de reflexión y estudio y las maratones, como espacio predominantemente vivencial para el grupo, es mantenida durante los primeros meses de trabajo. Después de esto, la propia dinámica del grupo comienza a gobernar su plano de tareas, y el enfoque teórico, práctico o vivencial que va a tener cada una de las reuniones depende del propio movimiento y decisión grupales. Indudablemente, esto va coincidiendo con el surgimiento, en la organización grupal, de una mayor autonomía y de la consecuente realización de 13 Hemos verificado, en nuestro trabajo docente, que una de las dificultades más intensas es provocada por la desvalorización en que se encuentran la mayoría de los terapeutas recién recibidos en relación a sus perspectivas intelectuales, profesionales y sociales.

experiencias autogestivas, a partir del aparecimiento de subgrupos que van proponiendo sus propios trabajos o proyectos de acción en otros lugares (otros grupos), otras instituciones, etcétera. Programa y Descripción de las Actividades Realizadas El programa desarrollado por nosotros trata de abarcar las diferentes prácticas grupales de mayor difusión en nuestro medio. El estudio teórico se basa en una bibliografía que se constituye a partir de los autores representativos o pioneros de cada una de las diferentes escuelas. Además de esto, en el caso de la existencia de estudios críticos sobre estas técnicas, estos son incorporados a la bibliografía, o los substituimos por una exposición del coordinador del grupo, que señala los puntos más significativos, para la construcción de una lectura crítica de los autores en cuestión. Así, no sólo estimulamos una crítica productiva sobre las teorías estudiadas, sino que también buscamos una aproximación más ingenua en relación a las diferentes técnicas. Esto posibilita al grupo un contacto más intenso con las técnicas que realizan, tratando de dejar provisoriamente de lado los preconceptos que cada una de las escuelas tiene sobre las otras. En este sentido, hemos tratado de vencer una serie de resistencias que aparecen en ciertos grupos de psicoterapeutas más jóvenes, cuya adhesión al Psicoanálisis, en particular, se transforma en un baluarte resistencial, que hace de la técnica Psicoanalítica más un ritual asegurador de su identidad que un instrumento psicoterapéutico. Esta actitud, sin duda, entra rápidamente en crisis a partir del modelo de aprendizaje grupal que esta propuesta pone en funcionamiento, donde la heterogeneidad y la diversidad tiende a aparecer en el grupo. Comenzamos el trabajo con el estudio de grupo operativo y de los postulados de Psicología Social que constituyen el esquema referencial. La elección de esta técnica como punto de

Partida no es circunstadal. Consideramos ei trabajo con grupos operativos como lo que da una visión más completa de los fenómenos grupales y la que mejor nos introduce en los diferentes tópicos relativos a la dinámica de grupos. Por otro lado, en la medida en que la propuesta básica del trabajo de grupo operativo es la creación de un E.C.R.O. (esquema conceptual, referencial y operativo común), este trabajo nos lleva a la discusión de los diferentes referenciales que cada miembro del grupo tiene en relación a este trabajo, sea a través de sus vivencias grupales anteriores (grupos internos), sea a través de su formación. Siendo así, la primera maratón toma como tema central la grupalidad, y como objetivo el análisis y la consolidación de los diferentes vínculos que se instalaron en ei grupo de formación que está comenzando. En esta primera maratón llevamos la propuesta grupalista a un nivel exagerado, tratando de evitar todo tipo de interpretación o de trabajo individual, a fin de zambullirnos en una experiencia prolongada de seis horas, donde el tema permanente es el propio grupo de trabajo, y, a través de él, las concepciones de grupo que están enjuego. Descripción de Algunas Maratones con un Grupo de Formación Generalmente, como ya dyimos, las primeras maratones son conducidas de manera de facilitar la emergencia de ios conflictos grupales que aparecen en relación a la tarea propuesta. En la primera reunión de seis horas que realizamos con un grupo, inmediatamente después de la presentación y la discusión sobre las expectativas de los diferentes miembros del grupo, propusimos un juego que llamamos "árbol genealógico profesional" de cada miembro del grupo. Así, cada uno de los integrantes del grupo diseñó en un papel su historia profesional tomando en cuenta las diferentes influencias que lo llevaron a la actividad y formación que realiza.

En seguida, esos árboles genealógicos fueron presentados y discutidos en el grupo, observando los puntos de identificación entre los diferentes miembros14. A partir de los emergentes, fueron elaboradas algunas escenas psicodramáticas con fines exploratorios, lo que favoreció todavía más la interacción y solidaridad grupal. Todo este trabajo permitió que se colocase, con cierta profundidad y desde el comienzo de las reuniones, la cuestión de la identidad profesional, y como ésta atravesara todas las propuestas de trabajo, de allí para adelante. Fue interesante notar que, en el segundo trabajo prolongado (maratón) que este grupo realizó, el tema predominante fue el de identidad grupal, pero definida a partir de las diferencias de sexos y el modo de trabajo y relación expresado, por un lado, por las mujeres y, por otro, los hombres. Propusieron y realizaron algunas dramatizaciones donde se enfrentaban grupos femeninosy grupos masculinos. Cada grupo representó un canal de televisión que tenía una programación dirigida al propio sexo. Además, se dramatizó una escena que trataba de representar la horda primitiva en el momento en que deciden liberarse del padre, eliminándolo y realizando una comida totémica. En la tercera reunión prolongada, dedicada exclusivamente a las técnicas psicodramáticas, apareció la dimensión histórica familiar, como manera de explicación y lugar de exploración del modo de construcción de la identidad grupal y de la identidad profesional, y las dificultades en relación al papel de coordinador de grupo que cada uno apuntaba a ser. Fueron propuestos entonces diversos "role-playing", donde varios miembros del grupo utilizaron diversas tácticas de coordinación, de acuerdo con su estilo personal o con su formación previa. 14 El hecho de que los colegas de grupo funcionasen como ego-auxiliares, ocupando papeles de personas más o menos familiares para el protagonista, estimula rápidamente la composición de vínculos más intensos.

Durante los seminarios realizados entre una maratón y otra, se discutió, bajo un punto de vista más teórico, las posibilidades y dificultades que las diferentes técnicas ofrecen para las tareas propuestas. Se trató, además, de profundizar el por qué de las afinidades o facilidades para trabajar con una u otra técnica, encontradas en cada uno de los integrantes y en todo el grupo. Itinerario Seguido Durante el Curso El orden que proponemos para el abordaje de las diferentes prácticas psicoterapéuticas grupales es el siguiente: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

grupo operativo grupo psicoanalítico grupo psicodramático grupo de Gestalt-Terapia grupo de bioenergética terapias corporales, terapias sexuales grupo de análisis institucional grupo esquizoanalítico

Este orden sigue una cierta lógica donde, por ejemplo, a partir del psicodrama, se incluye un registro lúdico de funcionamiento del grupo que va a estimular una dinámica diferente y preparar al grupo para las técnicas de movilización, como la Gestalt y la Bioenergética. La inclusión de trabajos ligados al Análisis Institucional y al Esquizoanálisis nos permite entrar en esta tarea con un instrumental técnico enriquecido, lo que favorece el uso y la producción de analizadores no exclusivamente verbales. Para cada uno de los temas citados fue realizada una maratón donde se experimentaron las técnicas. En algunos casos fueron convidados especialistas de estas escuelas para trabajar y reflexionar junto con el grupo sobre los puntos que interesaban más intensamente.

Para finalizar, digamos que hemos observado, alfinalde estos grupos, una actitud mucho más enérgica y autoconfiante de los terapeutas en relación a su trabajo y a la posibilidad de construir nuevas y diferentes opciones de desarrollo profesional. (generalmente, se forman diferentes subgrupos organizados en torno de proyectos que tienen, como punto común, la tentativa de desarrollar diferentes iniciativas de trabajos grupalistas, tanto institucionales como extra-institucionales. Conclusión Creemos que, con los ejemplos mostrados en este trabajo, establecemos definitivamente nuestra afirmación en cuanto a la necesidad de no privilegiar ninguna técnica psicológica en particular, y, sí, colocarlas, todas, a servicio de la tarea. Con esto apuntamos a que se tornen instrumentos a partir de un marco conceptual definido que, al mismo tiempo que las aprovecha, marca una posición crítica en relación a la ideología que vehiculizan. En este sentido, tanto teórica como prácticamente, dotamos al proyecto de posibilidades de encargarse de una serie de situaciones institucionales, sin que la técnica deforme la propuesta teórica de carácter general, o se limite a esa situación clínica tradicional. Resumimos, en forma de prescripciones, algunas de las propuestas para el trabajo con grupo: 1. Todo análisis debe incluir la dimensión institucional del grupo en su perspectiva tanto de instituido como de instituyente; 2. Todo grupo debe ser visto en su heterogeneidad y no como estructura homogénea y totalizadora; 3. El grupo nos importa poco como totalización; nos interesa como espacio táctico donde se dé la producción de efectos singulares, inéditos y creativos

4. La alternativa en el grupo no debe ser vista como entre el todo y las partes, y, sí, entre la producción y la repetición; 5. En el grupo, lo terapéutico consiste en buscar los cruzamientos, las fugas, los puntos de encuentro y de contradicción entre el gozo y el trabajo, entre el deseo y la producción; 6. El trabajo incluye siempre un análisis político, un análisis de clase, en la elucidación de la fantasmática inconciencia; 7. No hay gozo en el grupo fuera del proceso de trabajo, así como no hay producción que no incluya la práctica y el análisis de la vida cotidiana, del llamado ámbito de las relaciones afectivas y personales; 8. Toda crisis grupal, toda conmoción institucional debe ser tomada como analizador, como dato revelador de una cierta verdad del grupo.

ULTIMO DIALOGO CON LUIS FRYDLEWSKY Eduardo Pavlovsky

Este capítulo contiene parte del último diálogo que sostuve con Luis el 25 de julio de 1981, es decir, cinco días antes de su fallecimiento, ocurrido el l 9 de agosto. Es parte de conversaciones que desarrollamos con Luis y que grabábamos para una eventual recopilación. El capítulo sobre Dos Formas de Comprender del Coordinador Grupal, forma parte de nuestras conversaciones de ese año. En este, nuestro último diálogo, estábamos hablando, creo que sin saberlo concretamente, del miedo y de la muerte, o del miedo a la muerte o de la muerte del miedo y de otros temas que ignoro. Los temas principales que veníamos abordando se referían a la creatividad en los grupos, la ideología grupal y nuestros mutuos esquemas referenciales. Nos preocupaba el tema de la repetición y la creatividad en la clínica grupal; pero también hablábamos de las "cosas de la vida". De la misma manera que con el capítulo sobre Dos Formas de Comprender del Coordinador Grupal, y fiel a las ideas de Luis sobre la multiplicación dramática, modificaré nuestro último diálogo, transformándolo en un monólogo a dos voces. Sería mi forma singular de expresar y elaborar este último diálogo con alguien tan querido para mí. Porque como decía Luis "la multiplicación dramática que deforma la escena original, permite revelar diferentes escenas dentro de la escena original en forma de retorno de múltiples

sentidos". Lo que sigue fue dicho casi textualmente ese último día: "Lo que vos hacés con los personajes es encontrar la forma. Vos buscás la forma del personaje, la envoltura que te da el movimiento interno, los gestos, en otras palabras el ritmo de cada personaje. Es una búsqueda desde el EXTERIOR. Pero esa forma también incluye vivencias, angustias, sentimientos, recuerdos; y esa forma revela sentidos... desde "afuera" vos descubrís sentidos, los sentidos del personaje que vos mismo ignorás cuando actuás. (Pausa). ... nosotros nos ocupamos básicamente de describir y desarrollar las repeticiones; en realidad somos especialistas de eso. Mostrarle a alguien que repite, por qué repite, cuándo y para qué repite, sin saber que está repitiendo. Sin embargo aunque no esté suficientemente claro, cuando decimos en Escenas Temidas que las Escenas resonantes le permiten al protagonista romper su visión monocular narcisista del conflicto, estamos sin querer sugiriendo indefectiblemente que la multiplicación tiene que ver con la creatividad y su inclusión posible en la terapia. Casi estamos más en el concepto de SUPRAREALIDAD de Moreno, que del inconciente de Freud. Porque las interpretaciones serían reemplazadas por "improvisaciones sobre un tema", o como dice Hernán Kesselman, las escenas así tratadas dejan de ser encubridoras para transformarse en descubridoras. El paso a hablar de la creatividad nos coloca en un salto al vacío, como un equilibrista que trabaja sin red. Porque ¿qué sabemos de la creatividad en psicoterapia? El psicoanálisis sabe bastante poco. Como dice Winnicott, del juego, el psicoanalista solo se ocupa de la repetición, de la elaboración de una situación traumática, pero el juego es mucho más que ESO. Ese "mucho más" es de lo que nosotros estamos intentando hablar aquí.

Nosotros, aún sin dominar el tema, estamos trabegando sobre la creatividad en los grupos desde hace tiempo. De eso estamos seguros y también sabemos que las técnicas dramáticas y la creatividad están estrechamente ligadas. ... Entonces cuando hablamos de creatividad en general y creatividad en los grupos, nos alejamos... ... Nos quedamos solos. ... Muchas veces me pasó eso. Sentirme irremediablemente solo. Sin interlocutores, y eso me produce miedo y desafío. Porque seamos francos, a quien vamos a consultar sobre lo que pasa en los grupos si la mayoría de los que hablan sobre grupos no trabajan con grupos. Eso da miedo, a veces cabalgar en una zona incierta. Sin nombre propio. ...En este momento me llené de angustia. ..."¿Por qué?" ...Creo que me "llené de angustia porque tocaste el tema de la creatividad. ...Hay algo que uno tiene temor a no llegar... ...¿A no llegar a qué?... ...A terminar algo. ... Porque lo importante es que para terminar de desarrollar algo hay que terminar matando al Padre. No hay padres... Hay que reinventar formas propias. ... Por eso me angustié; me preguntaba recién cuál es mi forma. Tengo miedo a mi forma. Pero me animo a mi forma con vos. El otro día fantasée que te morías, te lo iba a decir. Pensé que tenía que empezar a ordenar las cosas tuyas, porque algún día iba a escribir tu biografía... ¿Por qué me angustié tanto recién? Digo la sensación corporal. Me sentí chiquito. Muy chiquito. Como un tipo que dice: Bueno, eso a lo mejor lo hacés vos u otro, pero yo no llego.

¿Me entendés? Dije... me angustié... dije no. Yo llego hasta acá. Tuve una sensación extraña hablando de estos temas. No de que vos me abandonaras, sino que de golpe me dio miedo, no tener nada más que decir... ...Pero vos hasta ahora nunca tuviste el sentimiento de soledad del que estoy hablando. ...Así es. ...Porque vos eras de la segunda generación. Eso te hizo sentirte menos solo. .. .Te voy a ser franco. A veces yo te veía como un hermano mayor, un maestro o algo así, que tenía que aprender todo de vos, sobre todo de tu experiencia, sin embargo con el tiempo tengo la sensación que lo que hacía era mejor o más completo que lo tuyo. Sin embargo recién me sentí chiquito y dije: "Yo hastaacá, yo más no puedo. ¿Qué quiere decir eso? Vos dijiste la experiencia de la soledad o la muerte. ...Cuando vos decís la muerte mía, yo pienso que te referís... ...¿a una proyección? ...No, no creo que yo diga que vos proyectás. No digo eso... Creo que es una escena en la cual no hay nadie adelante y no hay nadie donde buscar MAS. ¿Entendés? ...Me asusto otra vez. Algo me angustia mucho. Solo no puedo... ...hay momentos donde uno puede consultar a los que saben más, otras veces los inventa para sentirse siempre protegido, son como guías o referencias que uno busca para saber por dónde va. Pero hay otros momentos donde uno está irremediablemente solo. Yo lo defino como el momento del ASESINATO DEL PADRE. ...Yo entiendo que he elaborado lo que vos me diste, pero no sé ir solo todavía... ¿Por qué me asusté por la soledad o por la muerte?

.. .¿No sé si puede ser la fantasía de que sólo si yo me muero vos podrías despegar? ...Lo pensé. ¿Por qué pensé en una biografía tuya? ¿Te maté? Después dije no, si yo escribo tu biografía es porque no necesito más de vos. ...Entonces me asesinaste. Ese es el camino. La muerte por el asesinato del otro. No hay otro camino... Para el creador no hay otra alternativa que asesinar con las propias palabras, las palabras del Padre... .. .Eso me asusta. Lo de la muerte me asusta. No sé por qué. ...¿Lo de la muerte o asesinato? ...Lo de la muerte.

¿QUE HACEMOS CON LO QUE SABEMOS?

Eduardo Pavlovsky

El problema del intelectual en Latinoamérica Ser intelectual en Latinoamérica es un privilegio. Llegan unos pocos. Aquellos que recibimos las suficientes proteínas para poder vivir, y después pensar. Tuvimos suerte. Gran parte de los niños en Latinoamérica o mueren al nacer o están mal alimentados en su infanciaosi tienenmejor suerte,sobreviven. Sólo de eso se trata. De sobrevivir. No tienen derecho a la VIDA, NACEN marcados. Con DESTINO. Sin posibilidad de elección. Un trágico determinismo socioeconómico los sella trágicamente. Es el destino de gran parte de la población de nuestro continente. Continente de hambre y enfermedad. Lucha por comer o morir. Lo demás son palabras huecas. La libertad sin buena alimentación no EXISTE.La libertad sin medicina no EXISTE. La libertad sin calzado para ir a la escuela no EXISTE. En Latinoamérica se lucha por cuestiones de sobrevivencia. El eje central del problema ES ESE. Alimentación o muerte. La lucha es entre quienes son indiferentes frente a la miseria, el hambre y la muerte y los que luchan para que sus hijos no se mueran de hambre y puedan vivir con dignidad humana. Recuperar el derecho de ESA DIGNIDAD. Lo demás es secundario a esa dialéctica de MUERTE Y SOBREVIVENCIA.

Sin embargo, algunos niños nos salvamos. Hemos sido bien alimentados. Tuvimos suerte. Pudimos sobrevivir y además estudiar, informarnos, prepararnos para el SABER. PARA EL CONOCIMIENTO. Pero, ¿qué hacemos con nuestro saber de privilegio en Latinoamérica? Porque el saber se torna peligroso para aquél que lo instrumenta, para el develamiento de las estructuras de la sociedad que ostenta el poder en sus distintas formas de Explotación y Dominación. Cuando el saber denuncia las injusticias sociales en nuestro continente, se torna "peligroso" o "subversivo". Palabra que define desde el poder todo conocimiento que intenta transformar la realidad social. Mientras el saber sólo se convierte en conocimiento abstracto, desligado del contexto social político y económico, es bien venido. Teorías que no comprometen, que no denuncian, que no critican. El saber inofensivo del intelectual. Proliferan las teorías inofensivas en todas las dictaduras latinoamericanas. El intelectual que tergiversa su objeto o incluso simplemente lo reduce, da la espalda a la realidad que le envuelve y se convierte en el acto en esteta del intelecto. Es, además, un hombre solo, y estar solo significa haber roto la comunicación preexistente con los otros, porque el hombre nace entre otros. Maneja un discurso - u n intramundo personalísimo y desrealizado- valedero sólo para uno mismo. El otro saber, aquél que pertenece al intelectual que tiene conciencia de que con el privilegio de su saber puede estar al servicio de la transformación o del cambio social, se vuelve peligroso para las estructuras de poder en Latinoamérica. Otros intelectuales podrán, en cambio, utilizar sus conocimientos al servicio del mantenimiento de esas mismas estructuras de poder que producen las grandes injusticias sociales. La persona apta para la función intelectual y que tiene conciencia de la gran explotación y de las grandes injusticias sociales en nuestro continente, y que se halla dotada para la

percepción de la lectura de cierta totalización de la realidad, puede callar o hablar. Pero elije. Tiene conciencia de que cuando calla traiciona una ETICA. Una ética ligada a la responsabilidad de su ser social. "Existencia de una deontología del intelectual como tal intelectual" (Castilla del Pino). Si sabe y calla, se salva, pero traiciona su ética como intelectual. Como privilegiado. Duerme avergonzado. No puede olvidar los niños muertos de hambre. Tiene pesadillas de mala conciencia. Vive disminuido. Reduce su dignidad. Si sabe y habla, puede correr peligro. A veces la cárcel, a veces la muerte. Por denunciar. Por escribir poesía. Por escribir teatro. Por escribir historia. Por hacer cine. Eso es cotidiano en nuestro continente. El peligro de utilizar el saber en la cultura al servicio de la denuncia de las grandes injusticias sociales. ¿Qué hacer entonces con nuestro saber? Ese es nuestro gran dilema. ¿ Qué escribir? ¿Qué estudiar? ¿Qué comunicar? ¿Qué enseñar? ¿Qué decirle a nuestros hijos? ¿Cómo informarlos? ¿Qué historia enseñarles para que "vivan tranquilos"? ¿Qué nueva trampa a la censura para poder expresarnos? ¿Cómo no vivir avergonzados de nosotros mismos cuando nos mutilamos hasta la máxima castración de nuestra identidad? ¿Contribuir y seguir contribuyendo a la pobreza cultural sin denunciarla? ¿Cómo superar el miedo? ¿Qué hacer? Son las grandes preguntas del dilema del intelectual en Latinoamérica. "La sociedad que costea que haya hombres que vivan pensando exige también que piensen también para ella" (Castilla del Pino)

INDICE

PAG.

Prólogo, Eduardo Pavlovsky 7 Problemas de la Psicología Grupal (el grupo OperativoProductivo), Armando Bauleo 11 Algunas consideraciones sobre la formación de ideologías en el aprendizaje grupal, Juan Carlos De Brasi . . 21 Lo fantasmático social y lo imaginario grupal, Eduardo Pavlovsky 41 La Institución del Psicoanálisis. Su panorama actual, su crisis y su futuro, Gregorio F. Baremblitt ....

51

Sujeto-Institución: Una relación imposible, Armando Bauleo 65 El exilio: verificación o no de las teorías y técnicas terapéuticas, Gregorio F. Baremblitt

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Sobre dos formas de comprender del coordi nadorgrupal, Luis Frydlewsky y Eduardo Pavlovsky 75 Propuestas para un análisis institucional de los grupos, Osvaldo I. Saidón 87 Ultimo diálogo con Luis Frydlewsky, Eduardo Pavlovsky 113 ¿Qué hacemos con lo que sabemos?, Eduardo Pavlovsky 119

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