Libro Retorica Grupo Mu
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El grupo Jl en esta obra replantea la retórlca apoyándQpE9 en los·c:xmceptos de lostiempos modern9s; con eLJJ]nico fin de devolv-erle el lugar qu~. se rú~r~.pe ehnüestra cúltura~, Apoyándose tanto éb~IC>s logros de Saussüre, Hjelmslev, Benveni$~{e o Jakobson . ·;: .: . en lingüística, como. .en los. de los nu" teóricos. de la liter.átl:ira.los autores d®s0tH:Wétr .1m~
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ISBN 84-7509-415-5
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Paidós Comunicación/27
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M. L. Knapp - La comunicación no verbal: el cuerpo y el entorno M. L. De Fleur y S. J. Ball-Rokeach - Teorlas de la comunicación de masas E. H. Gombrich, J. Hochberg y M. Black -Arte, percepción y realidad R. Williams -Cultura. Sociologla de la comunicación y del arte T. A. van Dijk - La ciencia del texto. Un enfoque interdisciplinario J. Lyons -Lenguaje, significado y contexto A. J. Greimas- La semiótica dd texto: ejercicios prácticos K K. Reardon - La persuasión en la comunicación. Teorla y contexto A. Matte1art y H. Schmucler- América Latina en la encrucijada telemática P. Pavis - Diccionario del teatro L. Vilches - La lectura de la imagen A. Kornblit- Semiótica de las relaciones familiares G. Durandin- La mentira en la propaganda polltica y en la publicidad Ch. Morris - Fundamentos de la teorla de los signos R. Pierantoni - El ojo y la idea G. De1euze- La imagen-movimiento. Estudios sobre cine 1 J. Aumont y otros - Estética del cine D. McQuai1 -Introducción a la teorla de la comunicación de masas V. Mosco - Fantaslas electrónicas Ph. Dubois - El acto fotográfico R. Barthes -La obvio y lo obtuso G. Kanizsa- Gramática de la visión P.-O. Costa -La crisis de la televisión pública O. Ducrot - El decir y lo dicho L. Vilches - Teorla de la imagen periodlstica G. Deleuze - La imagen-tiempo. Estudios sobre cine 2 Grupo J.l - Retórica general
~Ediciones Paidós Barcelona-Buenos Aires-México
Indice
Título original: Réthorique ~énérale Publicado en francés por Editions du Seuil, París Traducción de Juan Victorio Consejo editor: José Manuel Pérez Tornero, Lorenzo Vilches y Enrique Folch Cubierta de Mario Eskenazi
Nota del traductor. Nota preliminar . . Prefacio c;1 la edición Introducción . . .
l.
. . . . . . . . . . española . . . . .
11 15 17 39
l. RETÓRICA FUNDAMENTAL Teoría general de las figuras del lenguaje
71
J.a edición, 1987 Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida. transmitida o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos o quimicos, incluidas las fotocopias, sin permiso del propietario de los derechos.
© ©
1982, Editions du Seuil, París de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidós Ibérica, S. A; Mariano Cubí. 92; 08021 Barcelona; y Editorial Paidós, SAICF; Defensa, 599; Buenos Aires.
ISBN: 84-7509-415-5 Depósito legal: B-19.665/1987 Impreso en Hurope, S.A.; Recaredo, 2; 08005 Barcelona Impreso en Españ.a - Printed in Spain
l. 1.1. 1.2. 1.2.1. 1.2.2. 1.2.3. 1.2.4. 1.2.5. 2. 2.1. 2.1.1. 2.1.2. 2.1.3. 2.1.4. 2.1.5. 2.1.6. 2.2.
Las unidades del discurso . . Las unídades de significación Descripción de los dominios Dominio de los metaplasmos Dominio de las metataxis . . Dominio de los metasememas Dominio de los metalogismos Resumen . . . . . . . Los conceptos operatorios Grado cero . . . . Definición intuitiva . . . Límite unívoco . . . . . . . . . . . . . . . . Probabilidades subjetivas (expectativas satisfechas) Estadísticas del vocabulario Isotopía . . . · . . . . . . . Grado cero y codificación . . Autocorrección y redundancia
71 71 75 75 75
76 76 76 77 77 77 77 79 80 80
82 82
2.2.1. 2.2.1. 2.2.3. 2.2.4. 2.2.5. 2.2.6. 2.2.7. 2.3. 2.3.1. 2.3.2. 2.3.3. 2.4. 2.5. 3. 3.1. 3.2. 3.3.
Definiciones . Redundancia fonética o gráfica . Redundancia sintáctica y gramatical Redundancia semántica . Redundancia convencional lnterpenetración Niveles de redundancia y marca Desvío y convención Desvío Convención Compensación de redundancias Invariantes .. Resumen Las operaciones retóricas Las operaciones sustanciales Las operaciones relacionales . Representación gráfica y ortogonalidad
2.
Los metaplasmos .
O. O. l.
Generalidades La palabra fonética Metaplasmos y metagrafos . Los niveles ·Supresión . . . . Adjunción . . . . Supresión-adjunción Permutación . Cuestiones particulares Metaplasmos y literatura El argot . . . Metagrafos
0.2. 0.3. l.
2. 3. 4. 5. 5.1. 5.2. 5.3.
3.
O. l.
2. 3. 4. 5.
4. O. l.
;
Las metataxis Generalidades - -- Supresión . . Adjunción . Supresión-adjunción . . Permutación . Aplicación: las metataxis en los titulares de prensa
82 83 83 84 84 85 85 86 86 87 87 89 91 91 91 92 92 97 97 97 99 1o1 103 104 108 114 115 115 116 117 121 121 128 134 137 144 149
Los metasememas
155
Generalidades
155
0.2. 0.3. 0.4. 0.5. 0.6. 0.6.1. 0.6.2. 0.6.3. 0.6.4. 0.7. l. l. l.
1.2. 1.3. 2. 2.1. 2.2. 2.3. 2.4.
1.5. 3. 3.1. 3.1.1. 3.1.2. 3.1.3. 3.2. 3.2.1. 3.2.2. 3.2.3. 3.2.4. 3.2.5. 3.2.6. 4. 4.1. 4.2. 5. 6.
... Definiciones . Tipos de descomposición El desvío mínimo . Redundancia y reducción . . . . Algunos modelos de representación . Agrupación en clases . .. . . . . ... Arbol disyuntivo . .. Serie endocéntrica ..... Tipos de descomposición semántica ...... Concreto y abstracto La sinécdoque . .. . . . . Sinécdoque generalizante . . . . . Sinécdoque particularizante . . . Conservación de los sernas esenciales .. . . La metáfora Incompatibilidades semánticas . .. Intersección y reunión Emparejamiento de las sinécdoques . .. . . Metáforas corregidas Grados de presentación . . . .. . La comparación Los diferentes tipos de comparación Comparaciones sinecdóquicas Comparaciones metalógicas Comparaciones metaforicas Las cópulas «Como» y sus afines Apareamiento «Es» de equivalencia Aposición . Sustantivo y verbo Genitivo y atribución La metonimia Contigüidad . Connotación . Oxímorori . . .. Pareja (atte1age) - antimetabo1e - antanaclasis
-
156 159 160 163 164 164 164 166 167 169 171 171 172 173 176 176 178 179 180 183 185 185 185 186 186 187 187 188 188 188 189 189 190 190 192 194 196
5.
Los metalogismos
201
O. O. l.
Generalidades ' .. Metasememas y metalogismos . Retórica antigua y retórica general Lógica y metalogismo .
201 202 204 210
0.2. 0.3.
Metalogismos y figuras de pensamiento Extensión de los metalogismos . . . . Descomposición Supresión . . . Adjunción . . . Hipérbole . . . . . . . . . . Repetición, pleonasmo, antítesis Supresión-adjunción . . . . . Eufemismo Alegoría . . Ironía y antífrasis . Permutación . . .
213 214 215 215 217 217 217 220 220 220 223 229
6.
Acercamiento al fenómeno del ethos
231
o.
Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . 231 Ethos nuclear . . . . . . . . . . . . . . . . 235 La función retórica y la no especificidad de las metáboles . . . . . . . . . . . . 235 Variabilidad del ethos nuclear . . 237 La distancia . . . . . . . . . . 237 Virtualidades estéticas específicas 238 Ethos autónomo . . · 238 Función contextua! . 242 Ethos y juicio . . . 245
0.4. 0.5. 0.6. l. 2. 2.1. 2.2. 3. 3.1. 3.2. 3.3. 4.
l. l. l.
1.2. 1.2.1. 1.2.2.
2. 3. 4.
11.
HACIA UNA RETÓRICA GENERAL
Advertencia
249
l.
Figuras de los interlocutores
251
O. l. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
Generalidades . . . . . . Conmutación persona/no persona . Conmutación terminal/no terminal . Conmutación destinador/destinatario Conmutación definido/indefinido Conmutación: singular-plural Observaciones Conclusiones . . . .
251 254 256 259 262 264 265 266
2.
Figuras de la narración
269
o.
Generalidades . . . .
269
l. l. l. 1.2. 1.3. 2.
2.0. 2.0.1. 2.0.2. 2.0.3. 2.1. 2.2. 2.2.1. 2.2.2. 2.2.3. 2.2.4. 2.3. 2.3.1. 2.3.2. 2.3.3. 2.3.4. 2.4. 2.4.1. 2.4.2. 2.4.3. 2.4.4. 2.5. 2.5.1. 2.5.2. 2.5.3. 2.6. 2.6.1. 2.6.2. 2.6.3. 2.6.4.
3. 3.0. 3.1. 3.1.1. 3.1.3. 3.2. 3.2.0. 3.2.1.
Figuras de las sustancias de la expresión . 271 2 71 Soporte y sustancia . . . Normas y desvíos. . . . . . . . . . . 272 Distribución e interacción . . . . . . . . . 273 Figuras de las formas de la expresión: el discurso normativo . . . . . . . 274 Generalidades . . . . . 274 El discurso literario . . . 274 El discurso teatral . . . . 2 76 El discurso cinematográfico 276 Normas y desvíos . . . . . 277 Las relaciones de duración . 278 Supresión . . . . . . . . 280 Adjunción . . . . . . . . 280 Supresión-adjunción . . . 282 Permutación . . . . . . . 283 283 Los hechos y la cronología . Supresión . . . . . . . . 284 Adjunción . . . . . . . . 285 Supresión-adjunción . . . 286 . Permutación . . . . . . . . 287 El encadenamiento de los hechos y el determinismo causal . . . . . . . 289 290 Supresión . . . . . . . . Adjunción . . . . . . . . . . . . . . . 290 Supresión-adjunción . . . . . . . . . . 290 Permutación . . . .· . . . . . . . . . . 291 La representación del espacio en el discurso 291 Supresión . . . . . 291 Adjunción . . . . . 291 Supresión-adjunción 292 293 El punto de vista . . Supresión . . . . . . 294 Adjunción . . . . . . 294 Supresión-adjunción 295 Permutación . . . . . . . . . . . . . 295 Figuras de la forma del contenido: el relato 296 Generalidades . . . . . . . 296 Los núcleos . . . . . . . . 297 298 Supresión y 3.1.2. Adjunción .299 Supresión-adjunción Personajes e indicios 300 .. Generalidades . . . 300 Supresión . . . . . 30 1
3.2.2. 3.2.3. 3.3. 3.3.1. 3.3.1.1. 3.3.1.3. 3.3.2. 3.3.2.1. 3.3.2.3. 3.3.3. 3.3.3.1. 3.3.3.3. 3.4. 3.4.1. 3.4.2. 3.4.3.
Adjunción . . . . . .. . 30 1 Supresión-adjunción . . 302 . . Los informantes . . 302 Los 1ugares . . . . . . . . . 302 Supresión y 3.3.1.2. Adjunción . 303 Supresión-adjunción . . . . . 303 Los objetos . . . . . . . . . 304 304 Supresión y 3.3.2.2. Adjunción . Supresión-adjunción . . . . . 304 Los gestos . . . . . . . . . . 305 Supresión y 3.3.3.2. Adjunción . . . 305 Supresión-adjunción . . . . . . . . . . . . . 305 Los actantes y la relación de los personajes con los actantes . . . . . . 306 Supresión . . . . . 307 Adjunción . . . . . 307 Supresión-adjunción 308
lndice de nombres.
311
Nota del traductor
Hacer una versión supone siempre muchos riesgos, aunque no sea más que el de evitar aquello de traduttore, traditore. Traducir un libro sobre retórica ofrece, además, no pocas dificultades: los autores, aunque su retórica sea general en la metodología, piensan en francés, ejemplifican en francés y citan, se comprende, en francés. Ante tal situación, y particularmente con los ejemplos, la solución más plausible, a mi parecer, es la de aportarlos en español, exceptuando aquellos que sirven de hilo conductor a algunas teorías de los autores. Con e~to se consigue que el lector no se encuentre excesivamente alejado, así como la posibilidad de aprovechamiento de un material de nuestra literatura. En cuanto a los ejemplos franceses, he preferido darles mi propia traducción, independientemente de la eventual existencia de otras versiones. Termino esta nota agradeciendo a los autores, colegas y amigos, la confianza que han depositado en mí al entregarme su trabajo. JUAN VICTORIO
Text ist etwas, was mit der Sprache, also aus Sprache gemacht wird, sie aber zugleich veriíndert, vermehrt, vervollkommnet, st6rt oder reduziert. MAX BENSE. Texttheorie. (El texto es algo que está hecho con lenguaje, es decir, de lenguaje, pero que al mismo tiempo lo transforma, amplía, complementa, perturba o reduce.)
Nota preliminar
La presente obra es el resultado de una reflexión colectiva. Unos profesores universitarios de Lieja, interesados por los problemas de la expresión, se han reunido para estudiar las cuestiones nuevamente debatidas que una disciplina hace poco despreciada y antiguamente gloriosa había definido ya. La retórica, en tanto que teoría de las figuras, ha sido redescubierta por la lingüística estructural. Roman Jakobson ha sido uno de los primeros en llamar la atención sobre el valor operatorio de conceptos ya elaborados por Aristóteles. Es, pues, muy natural el que hayamos escogido, como sigla, un homenaje a estos dos testimonios, la inicial de la palabra que designa, en griego, a la más prestigiosa de las metábolas. · JACQUES DUBOIS, FRANCIS EDELINE, JEAN-MARIE KLINKENBERG, PHILIPPE M!NGUET. FRAN en el enunciado «la popa en alta mar se aleja de la orilla» se origina una «rareza», es simplemente porque un tropo convenido -> de la metáfora, y más particularmente su «poder de redescribir la realidad», su poder heurístico.
16. Muy esquemáticamente: en una descomposición del tipo JI hay distribución de los sernas entre las partes que resultan de la operación (la «nauticidad» del barco subsiste en la vela, pero no en la cabina). Desechar este desarrollo lleva a Ruwet a hacer sobre ejemplos como «Ney ha hecho una carga a la cabeza de un escuadrón de trescientas corazas» a), comparado a «Ney ha hecho una carga a la cabeza de un escuadrón de trescientos coraceros» b). el juicio siguiente: a) parece poco natural, lo cual es debido probablemente a que, mientras que la lanza es un arma ofensiva, la coraza lo es defensiva. En dicho contexto, solamente un arma ofensiva puede parecer una «sinécdoque» apropiada. No hagamos caso una vez más del término «poco natural», para detenernos simplemente en que el concepto de «sernas esenciales» da perfectamente cuenta de este efecto. 17. «Rhétoriques particulieres», en Communications, n. 16, 1970, págs. 70-124. 18. París, Le Seuil, 1975 (col. L'Ordre Phi1osophique).
Dejemos de lado el concepto de verdad «tensional», y analicemos ahora solamente las reservas opuestas a la nueva retórica. Se puede ver inmediatamente que Ricoeur se dedica a refutar en todos los neorretóricos (Genette, Cohen, Le Guem y nosotros mismos) 19 la concepción acerca de una «metáfora-palabra>>. No puede admitir que esta figura sea restringida a una sustitución de palabras, o al cambio de sentido de una palabra, pues eso seria aprisionar la retórica de los tropos en el dominio de la semántica, la cual se interesa por el «sentido» de las unidades del código. Para el filósofo, se trata también, y sobre todo, de un problema de «significación», que implica, pues, la referencia, y tal problema sólo puede ser abordado al nivel de la frase, o, más generalmente, del enunciado. Así pues, está preconizando una concepción de la «metáfora-enunciado» en donde diversas unidades, metafóricas o no, están en interacción. Dicho enunciado, según Beardsley, es autodestructor (es decir, incapaz de producir sentido), y la reducción del desvío que de él se deriva restablece un sentido al nivel de la frase, y no al de la palabra. La justificación de tal posición se encuentra en Benveniste, el cual distingue las unidades semióticas (o signos) de las umdades semánticas (o frases): la verdadera sigmficación a:túiiec-é-solamente:eneTSegun-do..niYei::.=--.. - . --.....__________ _ Se habrá comprendido ya al leer las páginas precedentes que este punto de vista requiere comentarios y no refutaciones. Efectivamente, hemos explicado ampliamente cómo está relacionada la percepción de un desvío a un contraste entre una «marca>> y una «base»: estos dos conceptos son indisociables y cada uno de ellos funciona solamente en virtud de la presencia del otro. Está claro, pues (desde el punto de vista del descodificador), que la marca no aparece más que en el seno de la base. Es situándose en el punto de vista del codificador, que no ha sido el nuestro en lo esencial, como Ricoeur muestra la importancia del enunciado en lo que respecta a la metáfora. Es efectivamente al nivel del enunciado como debe elaborarse una teoría general de los tropos. 20 Pero, interesado únicamente por la metáfora y las figuras a ella relacionadas (fábula, parábola, alegoría ... ), el crítico no puede detenerse mucho tiempo en la preocupación 19. G. GENETTE. Figures, París, Le Seuil, 1966; JEAN CoHEN, Structure du langage poétique, París, Flammarion, 1966; MICHEL LE GUERN, Sémantique de la métaphore et de la métonymie, París, Larousse, 1973. 20. Las manifestaciones de la marca en un enunciado han sido precisadas, además, en estados más recientes de nuestros trabajos, en Jos que hemos desarrollado especialmente la noción de isotopía (véase Grupo Jl, «Lecture du poeme et isotopies multiples», en Le Franrais moderne. t. 42, 1974, págs. 217-236).
RETÓRICA GENERAL
32
propia de los retóricos por reincorporar, en un modelo único, figuras como metaplasmos y metataxis. Sin embargo, de la comparación entre esas clases diversas puede aparecer un esquema muy general y que denominaremos esquema de los tres niveles. Efectivamente, toda figura implica tres niveles. c;ontjguos.w__la secuencia de las descomposiciones. Los. llama.r~f!?.ps_Jqrmq4l.?r; ·portador y revelador, y van de lo simple a lo complejo. El nivel portador es el que contiene a la figura (por ejemplo, la palabra en el caso de una metáfora lexemática). La figura está constituida no obstante por operaciones en las unidades de descomposición, tal como aparecen en el nivel inmediatamente inferior (por ejemplo, una supresión-adjunción de sernas para la metáfora). Sin embargo, la unidad figurada sigue siendo una unidad, y su carácter figurado requiere, para ser manifiesto, la intervención del nivel inmediatamente superior (por ejemplo, 1~ frase no isótopa para la metáfora). Para ilustrar nuestro punto de vista, hemos escogido delibt::radamente la metáfora, pero, como se verá, para el estudio de otras figuras se requieren también otras tríadas de niveles. FIGURAS POR ADJUNCIÓN-SUPRESIÓN
~\asede Metaplasmos etábole (retruécano) y ejem. Nivel
Metataxis (silepsis)
-~
Metasememas Metalogismos (alegoría) (metáfora lexemática)
formador
rasgo
clase gramatical
serna
palabra
portador
fonema
sintagma(s)
palabra
secuencia de proposiciones
revelador
palabra
secuencia gramatical
enunciado
designación (o sea, retación del enunciado con el referente)
Si la argumentación de Paul Ricoeur parece válida, es porque, como ya hemos dicho, se interesa exclusivamente por la metáfora. En realidad, dicha argumentación no puede dar cuenta de figuras como los metaplasmos, que no necesitan una frase para ser descodificados. Lo que sí necesita es un contexto en el sentido más amplio (contexto que algunos lingüistas tienden, como ya se ha
PREFACIO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA
33
visto, a no tener en cuenta), y en este sentido el contexto del fonema lo constituye el monema. En el otro extremo, Ricoeur nos da implícitamente la razón al observar, a propósito de un metalogismo (la alegoría), que «la tensión no reside entonces en la proposición, sino en el contexto» (extralingüístico en este caso). Reconozcamos, no obstante, que una formulación en donde el enunciado completo es presentado como una «condición extrínseca» a la figura parece atenuar la importancia que hay que dar en realidad a dicha condición. Con respecto a esto, es importante subrayar un aspecto fundamental del procedimiento de la descodificación. Paul Ricoeur comprende perfectamente que situamos el grado cero en un nivel extralingüístico, y, a propósito de la reducción de ciertas figuras, subraya que esto implica, por parte de los lectores, una posición consciente e inconsciente al mismo tiempo. Tal es también nuestro punto de vista. El carácter autodestructor de los enunciados figurados impide todo análisis «lingüístico» del problema de su descodificación, mientras que la misma percepción de la impertinencia desencadena inmediatamente una actitud psicológica diferente; y es una actitud «metalingüística». Uno de _lqs efectos esenciales de la figura es el de distanciamos deLcódigo, situándonos en- iiri · 1ugat · cte-me· ·donde pooémos con.siocerélc Ja,s rt(glas gramaticales y lógicas. Por supue-sto, el que lee ·un poema, el que mira Un anuncio, o escucha un eslogan, no es un lingüista. Pero al menos tiene un conocimiento lingüístico que le permite proceder intuitivamente a análisis sémicos. Lo que Ricoeur llama «tensión dinámica» es en realidad el disparador de dicha actitud metalingüística, y, al final de este proceso, la figura aparece en efecto como un «analizador>> del lenguaje, como una masa errática que se-debe romper·para reintegrarla en el sistema. Pero el sistema, y una componente no menos esencial de la figura, resutncmodificado de esta rotura. Así se precisa quizá lo que Tod'óróv ha llamado feliz, pero metafóricamente, «opacidad del discurso figurado». No obstante, queda aún por establecer el estatuto de lo que es así originado «en alguna parte» del triángulo cuyos ángulos serían el referente, el código lingüístico y este mismo código dislocado en el momento metalingüístico de la reducción retórica. Queda por responder a una última y sutil objeción. Ricoeur resume nuestro análisis de la reducción de las metáforas a partir de los conceptos de «base» y de «invariante». Observa que la base, de naturaleza sintagmática, «queda no modificada», pues es ella la que sirve de contraste para percibir la figura. Por otra parte, la invariante, por definición, no varía. Y concluye: «lo cual
esio const.ituye
34
RETÓRICA GENERAL
equivale a afirmar que la información mediante la figura es nula». Es, quizá, muy fácil remitir al ethos la función positiva, el efecto estético específico de cada figura. Ciertamente, el concepto de «connotación>>, de contenido difícilmente definible, apenas permite reintroducir, bajo apariencias rigurosas, los viejos métodos de análisis textual (la palabra «azul» evoca ... , etc.). Más bien, nos debemos interrogar acerca de lo que podría ser «la información mediante la figura». La teoría de la información no nos es de una ayuda muy preciosa, pues, aunque por una parte- define la medida de la· información como un número de elecciones binarias, por otra reduce este concepto a la originalidad, es decir, a la imprevisibilidad. Ahora bien, todo el mundo sabe hoy que la aplicación ciega de este criterio tropieza con la paradoja de q_ti~ el mensaje más rico en información, el menos previsible put;:.§,_ y el más original por ende-; equivale al «rumor blanco», indescifni01if-Por el contrario, es cada vez más claro que el nudodefpro·oiema reside en la dialéctica común-original, en- donde se puede fácilmente reconocer un disfraz de la pareja grado cero-desvío, o base-marca. En los términos de la teoría de la información,. y también en imprevisible, y virtud -de su modo de interpretación, la figura por ello portadora de infQf111(;!,~ión. Por otra parte, toda estructura predicativa e~figuali:riérite portadora de información (salvo el caso límite del epíteto llamado de naturaleza, o de la tautología, y, más generalmente, de las metáboles por adjunción repetitiva). Para no salirnos de la metáfora, centro de la atención de Ricoeur, habrá qUe distinguir dos componentes: a) La componente «predicativa», reducida a la invariante o, si se prefiere; al grado concebido, y que vincula la figura con cualquier discurso factual o incluso científico, en la medida en que la ciencia consiste en formular relaciones generales entre los objetos del mundo. Tal componente insiste en el carácter clasificatorio de la metáfora. b) La componente «figural», que consiste en «la atribución a la reunión de los dos grupos de sernas propiedades que estrictamente no valen sino por su intersección». Desde este punto de vista, la retórica se aparta evidentemente de la ciencia positiva, e incluso se opone a ella en la medida en que aquélla abole las distinciones establecidas por ésta. En este carácter muy general es donde se puede encontrar la explicación del elemento euforizante de la retórica. Por ejemplo, en la poesía está aceptada nuestra vinculación con el mundo, y el lector podrá encontrar en ella una acomodación en el universo. Pero es obvio que esta vinculación se
es
PREFACIO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA
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encuentra establecida pero no probada, que la información transmitida no es científica, sino mítica, y que toda la fragilidad del andamiaje es debida a la confusión voluntaria entre intersección y reunión. Nuestro tipo de análisis, al mismo tiempo que muestra en dónde puede situarse la información de las figuras, la desmantela parcialmente e indica su inanidad. Sin dejar de respetar y explicar la euforia a la que conduce, desmitifica su contenido. Así como no es posible construir una filosofía «tomando» temas propuestos por las metáforas, tampoco lo es hacerlo alineando eslóganes retóneos.
*** Todo lo dicho lleva lógicamente a responder a las críticas dirigidas a los fundamentos epistemológicos de nuestra RG. Era indudablemente inevitable que la obra fuera acusada de ser lugar de operaciones ideológicas y de las ocultaciones de ello resultantes. Eso es debido a que el objeto mismo de nuestros análisis, en el momento en que estábamos intentando delinearlo, era con mucho el producto de prácticas seculares consagradas a servicios de tipo moral, pedagógico, etc., y que toda tentativa como la nuestra, deseosa de acceder a un estatuto teórico verdadero, no podía eliminar de entrada todo lo que este objeto arrastraba consigo de un pasado embarazoso y comprometedor. No es fácil poner en pie la retórica de un día para otro, y tampoco deshacerse con un simple gesto de todo lo que hay de idealista en las actividades de los retóricos. Radicalizar la crítica, tal como lo ha hecho Pierre Kuentz,2 1 reduciendo en definitiva la aportación de la neorretórica a cierta-dulce manía laxinómica, sí que es, por el contrario, muy fácil. En este terreno, mirar las cosas desde un plano muy elevado y atribuirse posiciones teóricas impecables significa también dejar indefinidamente el trabajo para más tarde. No se trata ahora de tomar partido por un laxismo epistemológico, sino más bien de aclarar los problemas heurísticos. ¿Y qué hace Kuentz cuando, al intentar el proceso de los neorretóricos, los acusa de que practican, de manera no explícita, un positivismo (que en el fondo es un esencialismo) de la ciencia, de la lengua, del texto, de la literatura, y, finalmente y sobre todo, de la estructura misma? Con ello reduce arbitrariamente sus procedimientos a un esquema caricaturesco, negándose al mismo tiempo 21. Véanse los dos artículos citados y «La Rhétorique ou la mise Communications, n. 16, 1970, págs. 143-157 _
a l'écart», en
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RETÓRICA GENERAL
a tener en cuenta una exigencia metodológica común, según la cual cierto «realismo de la estructura» es la etapa por la cual pasa el análisis en general antes de llegar a la teoría de la práctica o de las condiciones de producción que Kuentz reclama. En este sentido, nuestro esfuerzo ha consistido casi exclusivamente en el establecimiento de un sistema de relaciones objetivas que describen el objeto retórico, que ha desembocado en cierto número de resultados que conciernen principalmente a las reglas de formación de las figuras. Es posible que dicho carácter dominante del procedimiento haya tenido como efecto hipostasiar dichas reglas y las estructuras de ahí resultantes. Pero se trataba de un momento necesario, y era también operativamente necesario delimitar claramente la «materia» lingüística en varios aspectos. Respecto a este punto, se ha querido ver en él una especie de liquidación del significante, e incluso del mismo lenguaje, en provecho exclusivo de los conceptos. Esto significa negarse a comprender que se trata de una disposición metodológica útil, y que no excluye en modo alguno relaciones de nivel a nivel. El reproche es tanto más sorprendente por cuanto nuestra RG concede una importancia sin precedentes a las operaciones sobre el significante, productoras de los metaplasmos y las metataxis, estudiadas también en sus efectos semánticos. El reproche de positivismo esencialista ha tenido como primera diana, tal como era previsible, los conceptos del grado cero y de desvío. Según Kuentz, considerar la retórica como ciencia del desvío -más valdría decir ciencia «de los» desvíos- equivale a darse un «origen absoluto». Ahora bien, todo el análisis del primer capítulo tiende, muy al contrario, a r_~!ativizar.. la.-nocÍ.Ó.IL>. ¿Qué es del reproche, formulado en nombre de la exigencia epistemológica, de considerar el texto como un dato natural y la literatura como una manifestación de esta esencia de sí misma que implica la literaridad? La retórica, pretende Kuentz, apenas se diferencia de la estilística, puesto que ambas intentan mostrar las «propiedades» del texto literario. Para responder a este sorprendente acercamiento, bastará recordar dos o tres posiciones de las aquí expuestas (pero quizá mejor explicitadas en nuestra Rhétorique de la poésie). La primera es que la retórica, tal como nosotros la entendemos, no podría confundirse con una poética y que, inCluso si es tradicional reconocer sus efectos principalmente en el discurso literario, nuestros ejemplos dejan ver que funciona también en otros tipos de discurso, y, en último extremo, en todos. En un trabajo más reciente hemos tomado en consideración el problema de la especificidad poética (y no literaria) como completamente distinto. En segundo lugar, J~ firali
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