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March 21, 2017 | Author: René Co-Pa | Category: N/A
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NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.



NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES. Por:

Dr. Liborio Uño Acebo B.A.

La Paz. Cedpor. 2001.

NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.



Ediciones: Centro de Estudios del Derecho y Del Desarrollo de los Pueblos Originarios. Casilla: 1710. La Paz. Fono: 2460693. Calle Figueroa No. 760. Galería Candelaria, mezanine, Of. No. 19.



Título del Libro:

«Nacionalismo originario democrático desde los Andes»

Autor:

Dr. Liborio Uño Acebo B.A.

Depósito Legal:

4-1-1400-01

Diagramación e Impresión :

Creart Impresores Tel. 2420910

Primera Edición:

Noviembre de 2001 La Paz - Bolivia

Dr. Liborio Uño Acebo B.A.

A Elyzabeth mi esposa y Neiver y Sayvi mis hijos con mucho cariño.

NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.





Dr. Liborio Uño Acebo B.A.

ÍNDICE. PRELIMINARES. 1. Presentación_ ________________________________________ 7 ____________________________________________________ 2. Introducción__________________________________________ 13 ____________________________________________________ PRIMERA PARTE:

LOS DERECHOS DE LAS NACIONES ORIGINARIAS.

3. Civilizaciones, estados y organizaciones políticas en los Andes: Tihuanacu y los Reinos Qollas.________________ 19 4. Los derechos territoriales de las comunidades y de las naciones originarias._____________________________ 31 5. Derechos de propiedad, explotación y administración de los recursos naturales en las naciones andinas._ __________ 37 6. El estado y el sistema del derecho político en el Tahuantinsuyu. 41 7. Procesos históricos de destrucción y desconocimiento de las instituciones y el derecho de los pueblos originarios del Tahuantinsuyu.____________________________ 47 8. Situación política y jurídica de los pueblos originarios en la legislación colonial y republicana._____________________ 55 9. Los derechos del Estado Boliviano sobre los recursos naturales y su relación con los derechos de los pueblos originarios.___________________________________________ 75 10. El régimen de las religiones en la constitución y en las leyes de Bolivia.____________________________________ 89 11. Breve análisis de la historia de Bolivia a la luz de la “Convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial”.________________ 97 NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.



12. Análisis de la historia de los pueblos originarios a la luz de la “Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio”.________________________________ 101 13. El “Convenio No.169 sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes, 1989”, de la o.i.t. y el proceso de su ratificación y constitucionalización. _________ 109 14. Conceptos del derecho originario._________________________ 119 SEGUNDA PARTE:

LAS TESIS POLÍTICAS DE ALTO BENI. 15. Anteproyecto de programa.______________________________ 129 16. Forjemos nuestro instrumento político propio de liberación._____ 147 17. Construyamos el nuevo sujeto histórico de la revolución boliviana._______________________________ 155 18. Cambiemos el estado colonial y burgués.___________________ 163 TERCERA PARTE:

EL NACIONALISMO ORIGINARIO. 19. Laboriosidad andina y riqueza nacional.____________________ 171 20. Orígenes y causas de la pobreza originaria y campesina._________________________________________ 177 21. Reflexiones sobre las relaciones políticas y constitucionales entre el Estado Boliviano y las naciones originarias.___________ 191 22. Reflexiones sobre el centralismo y la descentralización.________ 221 23. Tesis políticas para la reconstitución de los estados originarios y para la construcción del instrumento político de liberación nacional.__________________________________ 241 24. Pongueaje sindical y municipalista o nacionalismo originario._ __ 259 25. Evitemos la ch´ampa guerra y avancemos en la construcción del instrumento político._________________________________ 271 26. Diez tesis ideológicas y doctrinales para fundar el nacionalismo originario en Bolivia._______________________ 279 

Dr. Liborio Uño Acebo B.A.

1. Presentación. ENCUENTRO INDOMESTIZO. Por Andrés Soliz Rada.

El libro “El Nacionalismo Originario Democrático Desde Los Andes”, del investigador y abogado Liborio Uño Acebo, está llamado a cumplir importante papel orientador en las agitadas controversias ideológicas y políticas del presente, lo que ayudará a abrir horizontes a un país, Bolivia, que, en los momentos actuales, parecería agotado en su capacidad de generar ideas y esperanzas. El Dr. Uño propone, centralmente, un proyecto de conciliación histórica y unidad nacional entre el nacionalismo originario y el nacionalismo boliviano, que no se hubiera sometido al dictamen foráneo. Sobre el particular, destaca la necesidad de “oponer la unidad plurinacional y patriótica de Bolivia para salvar al país de las garras de las transnacionales” frente “a la unión colonial y saqueadora de las clases dominantes” En esa línea, rechaza al “aymarocentrismo hegemonista”, que, en su opinión, no toma en cuenta la verdadera dimensión de las demás naciones originarias. Es probable que la raíz quechua del Dr. Uño le hubiera preservado de caer en posiciones inviables, asumidas por el fundamentalismo etnocentrista. Destaca, con lucidez, que si los pensadores del indigenismo formulan postulados separatistas “nuestros remedios serían peor que la enfermedad”, para luego afirmar, con inocultable énfasis, que “los habitantes originarios…..amamos profundamente a nuestras patrias ancestrales y por eso hemos demostrado siempre ser los mejores defensores de Bolivia como Patria más grande en la que nos cobijamos”. Como corolario de lo anterior, destaca que el nuevo sujeto histórico de las transformaciones estructurales que requiere el país será producto de “una alianza entre las naciones originarias y las clases obreras y media de la nación boliviana”. Deja en claro, sin embargo, que si bien los pueblos originarios “debemos ser los primeros en oponernos a cualquier propuesta separatista, venga de donde venga”, lo anterior no quiere decir “que renunciemos a nuestros derechos políticos, históricos y materiales, para resolver nuestros gravísimos problemas”. Luego destaca que ha llegado la hora de construir el nacionalismo originario. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.



LA OTRA VERTIENTE. Hemos querido, en primera instancia, fijar las posiciones centrales del Dr. Uño para que el amigo lector las compare con las que sostuvimos en el libro “La Conciencia Enclaustrada”, publicado hace seis años y del cual extraemos también algunos párrafos: “El Movimiento Patriótico, decíamos entonces, ya no puede ser un conglomerado social con predominancia blancoide-mestiza. Se trata, más bien, de elaborar un nuevo mestizaje, con mayor presencia de las culturas originarias, lo que redundará en un concepto de construcción nacional con bases más amplias y democráticas”. “Estimamos que, en las actuales circunstancias, la tesis de impulsar la participación popular, a través de la articulación indomestiza, con la finalidad de impedir el “vaciamiento” del país, debería tener aplicación plena”. “Si mestizos e indígenas continuamos caminando aislados, el coloniaje interno y externo se prolongará indefinidamente... la indiferencia de cualquiera de ellos será letal para todos los patriotas”. “La articulación indo-mestiza, lejos de ser excluyente, requiere del concurso de empresarios y trabajadores del campo y de las ciudades, de todas las regiones, de indígenas, mestizos y criollos, de curas, pastores, evangélicos y laicos, de civiles y uniformados, pero, de manera especial de sus intelectuales. La intelectualidad no puede estar por más tiempo al servicio del racismo oligárquico. Debe convertirse, por el contrario, en portavoz e intérprete de la nueva Patria”. “Lo indo-mestizo plantea estructurar un nuevo Estado, que no abandone, como ocurre actualmente, las responsabilidades sociales que tiene frente a los más necesitados. Lo indo-mestizo, como eje del movimiento patriótico, permitirá negociar en mejores condiciones la inserción de Bolivia en la complejidad económica del nuevo milenio... Lo expuesto hasta ahora pretende ser una solución boliviana para los bolivianos, ya que responde a realidades étnicas ignoradas o despreciadas desde la invasión hispana y en la que la memoria de Tupac Amaru, Tupac Katari y Pablo Zárate Willca debe lograr una simbiosis con el ejemplo de los combatientes de la revolución paceña de 1809, de la Guerra de la Independencia y de la Revolución de 9 de Abril de 1952”. (Soliz Rada, Andrés. 1965).

COINCIDENCIAS Y DIVERGENCIAS. El párrafo anterior guarda importantes similitudes con el siguiente concepto desarrollado en el libro del Dr. Uño: “Así como el nacionalismo originario antihispano tiene sus continuadores, el patriotismo boliviano 

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también tiene sus legítimos continuadores. Manuel Isidoro Belzu, Gualberto Villarroel, Germán Busch, Juan José Tórrez y los nacionalistas que terminaron sin traicionar sus actos antiimperialistas son los legítimos representantes y continuadores del nacionalismo republicano. El resto de los nacionalistas dobles y enmascarados [la referencia al MNR, así como a los continuadores de la “capitalización” es obvia], son los que solapada e hipócritamente actúan a favor del imperio y son los peores enemigos de nuestro país”. Pese a lo anterior, es lógico que entre la Izquierda Nacional, cuyas tesis centrales expuse en mi trabajo “La Caracterización de Bolivia y la Contradicción Fundamental” (Soliz Rada, Andrés. 1978), y el “Nacionalismo Originario”, del Dr. Liborio Uño, surjan divergencias de matiz, susceptibles de ser limadas, más aún, si se tiene en cuenta, nuestras importantes coincidencias. En este orden de cosas, la apreciación del autor relativa a la existencia de “dos contradicciones fundamentales”, me parece imprecisa: “La primera y la más larga, dice, es la contradicción colonial entre las naciones originarias y la nación hispano-criolla ... La segunda contradicción es la contradicción social, en primer lugar, entre las clases sociales dentro de la nación hispanista”. En nuestro criterio, sólo hay una contradicción fundamental y es la que enfrenta a los centros de poder mundial con las naciones oprimidas, la cual supedita y condiciona a las contradicciones restantes, de donde nace la necesidad de estructurar el Movimiento Patriótico, de amplia base social y política, que permita enfrentar con éxito al sometimiento foráneo. Para que esa inmensa tarea sea cumplida se requiere unir al conjunto de la nación oprimida y, simultáneamente, aislar y derrotar a los partidos políticos y agentes económicos del poder extranjero, los que son también enemigos de los pueblos originarios. Nuestra nación oprimida requiere articularse, defensivamente, con los demás países de la América Latina y el Caribe y recibir la solidaridad del Tercer Mundo y de los hombres y mujeres con mentalidad anticolonial que también existen en el seno de los países industrializados. Ese conjunto de potencialidades es el que permitirá derrotar al neoliberalismo homogeneizador, que pretende hacer desaparecer de la faz de la tierra a los pueblos que están fuera de la estrecha visión “eurocentrista”, tan lúcidamente denunciada por Samir Amín, (Samir Amín. “El Eurocentrismo, crítica de una ideología”. 1989.). El Dr. Uño habla de la necesidad de formar, en lo posible, un liderazgo horizontal, colectivo y rotativo. Aquí encontramos otra imprecisión. Líder, NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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transcripción fonética de la palabra inglesa leader, significa conductor, jefe y guía, conceptos casi antagónicos a los de horizontalidad, colectivización o rotación. Tengamos en cuenta que el conductor no nace del voluntarismo de algún individuo, partido político o agrupación ciudadana. Es, por el contrario, la emergencia, a veces inesperada, de una figura que, sin proponérselo, concentra la voluntad y aspiraciones de un conglomerado social. Entre el conductor y el pueblo suele emerger una relación dialéctica en la que ambos se enriquecen mutuamente. Los liderazgos terminan cuando las personas que los encarnan dejan de representar a los pueblos que terminan por darles la espalda.

UNA ZONA GRIS. A las grandes coincidencias y pocas discrepancias citadas se suman, de mi parte, varias dudas e interrogantes. Desde un punto de vista teórico y conceptual, coincido en que los pueblos originarios tienen derecho al uso, administración y conservación de los recursos naturales del país, lo cual se halla reconocido por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su Artículo 15, parágrafos 1 y 2. Lo anterior implica, según el autor, la necesidad de reconocer a las naciones originarias su representación política soberana, sus territorios, la propiedad, uso y disfrute de los recursos naturales, así como el derecho a administrar su propia justicia, en su propio idioma. Parte de lo anterior, aunque sea muy limitadamente, fue reconocido por la Constitución Política del Estado, en su Artículo Primero, cuando sostiene que Bolivia es un país pluricultural y multiétnico. Paralelamente, el Artículo 171 de la Carta Magna reconoce “a las autoridades naturales de las comunidades originarias la aplicación y administración de normas propias como solución alternativa de conflictos, en conformidad a sus costumbres y procedimientos...”. Según el Dr. Uño, falta aún el reconocimiento a la propiedad de los recursos naturales, a la representación política, a la participación directa en elecciones y el derecho al territorio. Cuando el autor se refiere al tema de los territorios originarios dice: “Lamentablemente, los grupos de representantes de los pueblos originarios aún no tienen identificadas a sus respectivas naciones. Por esto aún no se ha identificado las jurisdicciones de los territorios originarios que se están reivindicando….. Esta es una tarea pendiente para los dirigentes y profesionales originarios que han planteado la reivindicación de los territorios originarios”. Añade después que “los técnicos que implementan estas reformas [se refiere a las contenidas en la Ley de Participación Popular] desconocen en 11

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gran medida las territorialidades históricas de las comunidades y naciones originarias que debería ser la base de una territorialización respetuosa de los territorios históricos…a futuro otro problema es pensar con seriedad la articulación entre la reivindicación territorial de las naciones originarias con la unidad territorial del país”. Como puede advertirse, el Dr. Uño admite que ni los dirigentes de los pueblos originarios ni los técnicos que llevan adelante las reformas jurídicas recientes han logrado identificar a lo que él denomina las naciones originarias, así como a sus respectivas territorialidades. Si se desconoce esas jurisdicciones, sobre todo en el mundo quechua-aymara (ya que en el oriente boliviano existen delimitaciones relativamente más precisas), ¿cómo avanzar en la titulación de territorios y en la concesión de recursos naturales, renovables y no renovables? Si los dirigentes de las comunidades indígenas desconocen ese dato y los técnicos tampoco lo tienen, ¿qué hacer para cumplir esa tarea?

NACIONES Y SUBNACIONES. El libro “Nacionalismo Originario Democrático Desde Los Andes” recuerda que el Imperio Incaico estaba dividido en cuatro suyos, uno de los cuales era el Qollasuyo. El Dr. Uño explica, tomando como fuente a Thierry Saignes, que dentro del Qollasuyo convivían la nación Qolla, la nación Callawaya, la nación Pacaxa, la nación Karanka, la nación Sora y la nación Chui. Pero además, nos dice, existía la Confederación Charca, que abarcaba la nación Charca, la nación Qharaqhara, la nación Visisa, la nación Yampara, la nación Quillaca, la nación Lipe y la nación Chicha. Incluye, finalmente, una lista de los 148 pueblos repertoriados (sic) en el mapa étnico de Tierry Saignes. ¿Qué hacer frente a este mosaico de naciones? ¿Cómo dividir o subdividir entre ellas los recursos naturales y lograr una adecuada representación política? ¿Cómo enfrentar este reto con criterios de viabilidad política y racionalidad productiva? ¿No sería preferible, preguntamos nosotros, defender unitariamente los derechos y reivindicaciones de los quechuaymaras, cuya pujanza y laboriosidad les ha permitido estar presentes en todos los rincones de la geografía nacional? Se trata de preguntas que, con cordialidad y afecto, trasladamos al autor, las que, seguramente, serán respondidas en trabajos venideros. Lo dicho hasta aquí nos hace ver que estamos ante un libro macizo y sugerente, destinado a alimentar prolíficas polémicas entre la intelectualidad boliviana, a la que se van incorporando, cada vez en mayor número, NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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intelectuales y profesionales quechua-aymaras, guaraníes y amazónicos, para beneficio de la bolivianidad toda. Por otra parte, conviene tomar en cuenta que el 1ro. de enero de 1994, el subcomandante Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), inició sus acciones revolucionarias con planteamientos radicales y excluyentemente indigenistas. A los pocos días se dio cuenta de su error y cambió su discurso por otro de carácter nacional y patriótico, fuertemente vinculado a reivindicaciones culturales y legales de los pueblos originarios. A partir de entonces sostuvo que los indígenas de Chiapas y del resto de su país deben arrebatar a la oligarquía neoliberal los conceptos de patria, soberanía y dignidad, en otras palabras vio que lo importante era que los pueblos originarios recuperen los símbolos de México ( bandera, escudo e himno) de manos de oligarcas y agentes del imperio que los habían mal utilizado. Ahí reside el secreto de sus éxitos. Y es este el camino que, con gran acierto, propone el Dr. Uño para los pueblos originarios de Bolivia. Para finalizar, estimo pertinente recordar que el Mariscal Josep Broz Tito gustaba repetir estas sus palabras: “Yugoslavia tiene seis repúblicas, cinco naciones, cuatro lenguas, tres religiones, dos alfabetos y un único partido”. (Le Monde Diplomatique. “Geopolítica del caos”. 1999). Con ese criterio contribuyó a estructurar la República Federativa de Yugoslavia, la que logró importantes conquistas por más de cuatro décadas. Graves errores políticos cometidos después de su muerte (se impuso la presidencia rotativa), sumados a la agudización de la conspiración norteamericana y alemana contra la unidad del país, la que contó con complicidad de la Unión Europea, exacerbaron al máximo los antagonismos raciales. Como si lo anterior no fuera suficiente, varios medios televisivos jugaron papel decisivo en sumir a los yugoslavos en el abismo de cruentas guerras fratricidas. Los hechos citados no pretenden justificar el execrable culto a la personalidad, ni el partido único ni mucho menos el abogar por alguna forma de control sobre los medios de comunicación social. Buscan, simple y llanamente, poner de relieve la responsabilidad que tienen el nacionalismo boliviano consecuente y el nacionalismo originario en germen de impedir, por todos los medios posibles, que nuestra Patria se despedace, como ocurrió con Yugoslavia. A.S.R.

2. Introducción. 13

Dr. Liborio Uño Acebo B.A.

Estimado lector, usted tiene en sus manos el libro “Nacionalismo Originario Democrático Desde Los Andes” que consta de veinticuatro ensayos divididos en tres capítulos. Los ensayos de la primera parte, doce en total, tratan el tema del derecho originario que está presente en la legislación boliviana, en el Derecho Internacional Público y en el Derecho Originario mismo y se publican bajo el título de “Los Derechos de las Naciones Originarias”. Estos estudios fueron escritos para el “Curso de Derechos Humanos y Derechos Indígenas” que propiciaron la Universidad de Abo de Finlandia y la Red Intercultural Tinku de Bolivia y fue dictado a varios líderes y dirigentes naturales de los distintos pueblos originarios de Bolivia. El curso se dictó entre mayo y julio de 1999 en distintos lugares originarios de nuestro país. Los temas que más interés despertaron y provocaron debates fueron el concerniente a la situación de los distintos recursos naturales de los pueblos originarios en las leyes y en la constitución política de nuestro país. Un segundo tema muy debatido fue la situación territorial de las naciones originarias luego de identificarse geográficamente las territorialidades originarias. Estos estudios fueron distribuidos a los asistentes al curso a la finalización del evento. La segunda parte consta de cuatro estudios en total y se publica bajo el título de “Las Tesis Políticas de Alto Beni”, porque fueron redactadas en este lugar para organizar a un grupo de promotores originarios que trabajaban con las comunidades altobenianas. Estos estudios tocan la cuestión del instrumento político desde los pueblos originarios, un anteproyecto de programa, el problema del sujeto histórico revolucionario y el tema de la caracterización del Estado Boliviano. Estos ensayos fueron escritos en el transcurso de 1989 en medio de una ardua reflexión sobre el Quinto Centenario de la Colonización Española de nuestro país, debate que se inició desde las distintas organizaciones indígenas y campesinas. Estos trabajos fueron distribuidos entre decenas de dirigentes e intelectuales originarios y otros dirigentes de la izquierda boliviana. El trabajo que mayor influencia tuvo en el movimiento campesino fue el de “Originarios de Bolivia: Forjemos Nuestro Instrumento Político Propio de Liberación”. Después de las propuestas del Manifiesto de Tihuanacu y de algunas propuestas del Katarismo que entraron en un proceso de desgaste, el trabajo que comentamos se constituye en el documento desde el cual se irradió NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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la propuesta de la construcción del instrumento político para los pueblos originarios. Su influencia ha sido muy significativa porque actualmente se ha convertido en una de las propuestas centrales del movimiento campesino y originario. La población originaria de Bolivia hasta hace unos años atrás bajo el accionar racista de los estigmas de indio y campesino tenía una personalidad acomplejada y depreciada. La depreciación y la desvalorización del ser originario necesitaba de una nueva nominación social y nacional que dignificara a las poblaciones originarias. Junto a otros trabajos de dirigentes e intelectuales originarios y mestizos, los ensayos de la segunda parte del libro cumplieron el papel de expulsar de la identidad de los habitantes originarios los estigmas de indio y campesino. Ahora podemos sentir y escuchar el orgullo y la dignidad que expresan hombres y mujeres indígenas cuando se autonominan como originarios. Este es otro de los efectos profundos que han ocasionado los trabajos en el ser de los pobladores de esta parte de los Andes. Estos cambios ontológicos desde los pueblos originarios han tenido una repercusión positiva en la población hispano boliviana más democrática, la cual va adoptando en el campo social y jurídico esta nueva denominación de los pueblos originarios. Los trabajos de la tercera parte se publican bajo el título “El Nacionalismo Originario” y consta de ocho ensayos. En esta parte se tocan temas como la pobreza, las relaciones políticas entre el Estado Boliviano y las naciones originarias, el asunto del centralismo del estado, el tema de la reconstitución política de los pueblos originarios y la propuesta del nacionalismo originario. Algunos de estos trabajos también fueron distribuidos a dirigentes sindicales campesinos y a algunos intelectuales de izquierda en los dos últimos años. La propuesta que mayor recepción tuvo en el movimiento originario fue la de la reconstitución de los pueblos originarios. Esta propuesta circula ahora no sólo en el altiplano paceño y orureño sino que está siendo reflexionado y discutido por muchos dirigentes sindicales y originarios a nivel nacional. Los demás trabajos del la tercera parte son prácticamente inéditos sobre todo el ensayo que trata temas de las relaciones políticas entre las naciones originarias y el Estado Boliviano. En este trabajo y en el ensayo que trata de la descentralización se plantea la vía de la autonomización como la mejor forma de descentralización política del país para completar la propuesta de la reconstitución de los pueblos originarios que deberá inevitablemente terminar con una nueva unidad nacional. 15

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La composición y los contenidos del libro han sido revisados por prestigiosos estudiosos como Luis Tapia Mealla, Raúl Prada Alcoreza y por Andrés Soliz Rada. Todos ellos me han hecho correcciones y sugerencias que han sido aceptadas con agrado en la medida de los propósitos del libro, comentarios por los que les estoy muy agradecido. Algunas sugerencias y comentarios no han podido ser atendidas porque considero que tocan temas más profundos o cuestiones que todavía merecen ser debatidas para ser abordadas con mayor consenso y propiedad. El presente trabajo ha sido elaborado en base a esfuerzos propios del autor durante más de diez años. La publicación del mismo también se realiza bajo esfuerzo propio sin la colaboración de ningún organismo. La edición está a cargo del Centro de Estudios del Derecho y del Desarrollo de los Pueblos Originarios CEDPOR, dirigido por el autor. La Paz, Octubre de 2001. Dr. Liborio Uño Acebo B.A.

3. CIVILIZACIONES, ESTADOS Y ORGANIZACIONES POLÍTICAS EN LOS ANDES: TIHUANACU Y LOS REINOS QOLLAS. LAS ORGANIZACIONES Y PUEBLOS ANTERIORES A TIHUANA-

NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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PRIMERA PARTE:

LOS DERECHOS DE LAS NACIONES ORIGINARIAS.

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CU. Es muy común en la historia oficial afirmar que las comunidades, los pueblos andinos y orientales no tuvieron civilizaciones y por tanto no llegaron a tener estados. Estas afirmaciones tienen un interés ideológico y político y favorecen a las clases dominantes que tienen sus raíces en la colonización española. El prejuicio tiene una base muy simple. La estructura del actual estado boliviano está asentada sobre las organizaciones políticas de los pueblos originarios destruidos. Entonces, si las comunidades originarias quieren reconstruir sus organizaciones estatales tendrían que afectar las estructuras del actual estado boliviano. Por eso se niega histórica y teóricamente la existencia de las civilizaciones originarias. De aquí surge la necesidad de pensar seriamente las raíces organizativas de las civilizaciones y estados en los Andes y en los llanos de Bolivia. Porque si las comunidades y los pueblos originarios aceptamos que no hemos tenido estados ni organizaciones políticas, aceptamos también que no tenemos ningún tipo de derechos y sobre todo que no tenemos derecho a reconstruir nuestras organizaciones políticas y estatales. Por esto es muy importante recordar cuáles han sido nuestras civilizaciones y estados en los Andes. Antes de la construcción del Estado Incaico, ha existido en los Andes la civilización y estado de Tihuanacu, el cual, luego de su apogeo, se desarticula en varios grupos nacionales que los historiadores llaman “señoríos étnicos” o reinos collas. En el altiplano boliviano, alrededor de los lagos Titicaca y Poopó se han desarrollado tres pueblos antes de la formación del estado de Tihuanacu. El pueblo Chiripa alrededor del lago Titicaca, cerca de Taraco, el pueblo y cultura de Wankarani, muy cerca de la actual comunidad de Viscachani y el pueblo aldeano de Tihuanacu que vivió las etapas I y II según Carlos Ponce Sanginés. El conocimiento de estos tres pueblos andinos es fundamental para comprender el surgimiento de la civilización y el estado de Tihuanacu en el territorio de los Andes.

LA POBLACIÓN Y LA CULTURA DE WANKARANI. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Se lo ha llamado como cultura de Wankarani porque los arqueólogos han excavado el montículo con este nombre donde han encontrado los mayores restos arqueológicos, culturales y humanos de este pueblo andino. El nombre originario de este pueblo andino no se sabe porque se ha perdido en la memoria colectiva de las comunidades. Los restos y huellas humanas de este pueblo andino se hallan ubicados a 2,1 kilómetros del balneario de Viscachani, en la provincia Aroma del departamento de La Paz. Según los arqueólogos, el poblamiento de Wankarani se acomoda a un “molde eminentemente aldeano” (Ponce Sanginés, 1970). Esto quiere decir que la población de esta cultura estaba concentrada en una gran comunidad sin haber llegado a una gran concentración poblacional. El centro arqueológico y cultural de Wankarani, según Ponce Sanginés, habría concentrado apenas “un centenar de casas y medio millar de personas” (Ponce Sanginés, 1970). Esto tiene mucha validez porque las poblaciones humanas en los Andes se caracterizan precisamente por su escasa concentración que deviene de las características geográficas y edafológicas que no permite grandes concentraciones de tierra cultivable, por tanto de recursos humanos. Las viviendas de la cultura de Wankarani se caracterizaban por su base circular, muy parecidas a las actuales casa utilizadas por los chipayas y estaban hechas de adobe. Cada comunidad “tenía un distrito fijo para las actividades agrícolas y ganaderas”. Y una cosa muy importante es que “las mencionadas aldeas [comunidades] fueron de economía autosuficiente; que cada villa se abastecía a sí”. Si estamos de acuerdo con Ponce Sanginés en que el pueblo de Wankarani no logró construir un gran estado, es sencillamente porque cada comunidad era autosuficiente económicamente. Las organizaciones de las comunidades se bastaban a sí mismas y no necesitaban forzar a otras comunidades para la construcción de mayores instituciones políticas porque habían solucionado los problemas de la demanda y el consumo. Los técnicos del pueblo de Wankarani hace cuatro mil años antes de Cristo lograron fundir y utilizar el cobre en actividades agrícolas y religiosas. El pueblo de Wankarani abarcó los departamentos de La Paz y Oruro hasta las cabeceras de los valles de Tapacarí y Ayopaya en Cochabamba. 21

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Cronológica e históricamente el pueblo de Wankarani está fechado alrededor de 1210 antes de Cristo hasta el año 250 antes de Cristo aproximadamente.

LA POBLACIÓN Y LA CULTURA DE CHIRIPA. Esta es la segunda cultura o pueblo originario más antiguo de los Andes bolivianos. Está ubicada en la región del lago Titicaca, en el lado boliviano del lago ancestral. Ubicada más precisamente en la punta de Taraco de la provincia Ingavi del departamento de La Paz. No se sabe el nombre propio y original de este pueblo originario de los Andes. También fueron los arqueólogos quienes le dieron el nombre por el montículo de Chiripa donde excavaron los restos arqueológicos de este pueblo. Las casas del pueblo de Chiripa eran de forma rectangular a diferencia de las casas de los wankarani que eran de forma circular. Igual que en Tihuanacu “aldeano”, I y II de Ponce, y en Wankarani, los pobladores de Chiripa lograron dominar la fundición del cobre. En el pueblo de Chiripa se ha ratificado plenamente el “cultivo de la papa” y de la quinua. De igual forma el pueblo de Chiripa “disfrutaba de la pesca por el vínculo y por deducción el uso de la balsa de totora” tanto para la pesca como para la navegación. El desarrollo del pueblo de chiripa está históricamente ubicado entre los años de 1580 al 110 antes de Cristo. Según los arqueólogos, los pueblos de Chiripa y Wankarani se estancaron y con el tiempo se impuso sobre estos dos pueblos el pueblo andino de Tihuanacu desde su época urbana –III y IV de Ponce- cuando este pueblo evoluciona de comunidad a ciudad.

LA POBLACIÓN DE TIHUANACU EN SU PRIMER PERÍODO: TIHUANACU ALDEANO. El ayllu de Tihuanacu en sus dos primeras etapas que corresponden al Período Aldeano convive y coexiste con los pueblos de Chiripa y Wankarani que eran sus vecinas. Tihuanacu en la etapa aldeana “conformaba simplemente una aldea de NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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proporciones modestas”, “fue de economía autosuficiente; que se abastecía a sí, sin depender del exterior” (Ponce Sanginés, 1981: 71). Tihuanacu era una población comunitaria compuesta de casas de planta rectangular. Su agricultura estaba basada en el cultivo de la papa y de la oca habiéndose logrado la elaboración del chuño y la tunta. Ya en esta etapa en Tihuanacu se funden los minerales como el cobre, la plata y el oro. El período aldeano de Tihuanacu se ubica históricamente en los años de 1580 antes de Cristo al 320 después de Cristo.

TIHUANACU URBANO Y LA APARICIÓN DE LA CIVILIZACIÓN Y EL ESTADO. Cuando Tihuanacu pasa de aldea a ciudad se origina la aparición de la primera civilización y estado en los Andes. En la cronología histórica de Ponce, esta etapa pertenece a Tihuanacu III y IV. Según Ponce Sanginés “la búsqueda de recursos originó que desde un principio todo el territorio de la zona lacustre de los chiripas pasara a poder de los tihuanacotas, al igual que una porción de la cultura Wankarani”. (Ponce, 1981:78). Es muy discutible que en los Andes el estado haya surgido en base a guerras de conquista y despojo. Lo más probable es que se trate de alianzas entre ayllus lo que permitió la construcción de burocracias de control y extracción de tributos. Además, la organización de la agropecuaria de los ayllus andinos en base a los archipiélagos verticales sugiere con más consistencia que el origen del estado en los Andes sea de carácter mancomunado y no de carácter destructivo y totalitario. Para los pueblos originarios es muy importante determinar las causas del surgimiento del estado en los Andes. Sobre las causas de la aparición del estado en el territorio andino, Ponce Sanginés dice que en Tihuanacu “El incremento de la agricultura permitió superproducción de cosechas, de manera que bastaba un tercio de las mismas para nutrir a los campesinos dedicados a los cultivos. El excedente, vale decir el 66 % restante, servía para el mantenimiento de una aristocracia dominante y para sufragar las obras que planteó y ejecutó. Coincidió con la aparición del estado y del aparato gubernamental y religioso”. (Ponce, 1981:76). 23

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En esta etapa, en Tihuanacu se construyen las monumentales estructuras arquitectónicas como Qalasasaya, Pumapunku y Akapana. Para estas construcciones se utilizan grupos de arquitectos especialistas en construcción de piedra. Según Ponce Sanginés, el estado Tihuanacota se organizó en forma dualista, muy parecido a la organización dual del actual ayllu y no “se registró indicios de régimen esclavista”. (Ponce Sanginés, 1981:77). Los orígenes del primer estado andino se remontan a la unión y alianza entre los pueblos de Chiripa, Tihuanacu Urbano y Wankarani liderizados por la clase gobernante de Tihuanacu. El nombre originario del poblamiento estatal de Tihuanacu también parece haberse perdido en la memoria de las comunidades puquinas y aymaras.

TIHUANACU COMO “IMPERIO” Y COMO LA PRIMERA CIVILIZACIÓN Y ESTADO EN LOS ANDES. El surgimiento del estado ocurre en el horizonte medio de la historia andina, entre los años 500 después de Cristo y dura hasta el año 1000 después de Cristo. Esta es la primera civilización y estado que conocemos en los Andes las comunidades y pueblos originarios. Su base social y política de sustentación siempre estuvo compuesta por un mar de comunidades autosuficientes que poblaban el altiplano, los valles hacia el mar y los valles hacia el trópico de Bolivia. Con seguridad que el estado en los Andes surge en base a una compleja red de alianzas entre comunidades y ayllus a nivel local y a nivel regional para luego articularse a nivel andino. Con los datos actuales es difícil encontrar estas redes de alianzas. Desde Tihuanacu, la organización estatal y civilizatoria se extendió por todo el territorio andino, por el norte abarcó hasta el actual Perú articulándose al estado Wari, cuyo centro político fue el valle del actual Ayacucho peruano. Por el este se expandió hasta las cabeceras de los valles y trópico bolivianos. Por el sur se expandió hasta el norte argentino y por el oeste ocupó toda la costa peruana y boliviana. Esta etapa de máxima articulación política del estado Tihuanacota para Ponce Sanginés pertenece históricamente a la Etapa V y lo denomina Tihuanacu Imperial. Roger Ravines señala como las causas para el nacimiento del estado Tihuanacota y Wari “la sobreproducción y el intercambio de excedentes, la especialización y la centralización administrativa, la concentración de la población y la función integradora del asentamiento” o núcleo del estado. (Ravines, 1985: 145). NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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El espacio geográfico que cubrió la civilización de Tihuanacu-Wari alcanzó una superficie total de 600.162, 19 kilómetros cuadrados, 368.266,21 Km2 para Tihuanacu puro y 231.895,98 Km2 para Tihuanacu Wari. Según Ponce Sanginés la densidad de poblamiento del imperio Tihuanacota era de 6 habitantes por Km2, lo que nos arroja una población de 3.600.000 habitantes para todo su territorio.

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LA DESARTICULACIÓN DE TIHUANACU Y LA APARICIÓN DE LOS REINOS O NACIONES COLLAS. Los historiadores oficiales e incluso algunos dirigentes originarios sostienen que la civilización Tihuanacota fue construida por las comunidades aymaras. En cambio existe una versión histórica más reciente que sostiene que el Estado Tihuanacota fue construido por las comunidades chullpas de habla puquina y que los aymaras serían sus desarticuladores. Este es un tema realmente polémico y cuya aclaración abrirá una senda certera para las interpretaciones sociológicas e históricas de las naciones andinas. La segunda versión tiene cada vez mayor aceptación por los trabajos de muchos investigadores. Más allá de este debate, para las naciones andinas, es de vital importancia política sostener que en los Andes existió antes de la llegada de los españoles la Civilización y Estado de Tihuanacu entre el año 500 y 1000 después de Cristo. Los historiadores que sostienen que los aymaras fueron los constructores de Tihuanacu no han podido explicar las causas del derrumbe del Estado Tihuanacota y suponen que podía haber sido una larga sequía u otro cataclismo natural. En cambio, los que sostienen que la Civilización Tihuanacota tuvo como sus organizadores a los puquina dicen que los aymaras inmigraron hacia el interior de Tihuanacu desde las regiones de Tucumán y Coquimbo. La historiadora boliviana Teresa Gisbert dice que fue “una invasión la que dio fin a la hegemonía imperial del Horizonte Medio”, vale decir de Tihuanacu, quienes estaban liderizados por Cari que era de “habla aymara” [y que ] se estableció en Chucuito y se los conoció luego como Lupaqas”. (Gisbert, “Los chullpares del Río Lauca y el parque Sajama”). Luego Teresa Gisbert dice que “estamos ante una migración de aimara parlantes cuyo eje de sur a norte es: Copiapó-Potosí-Poopó-Carangas-Chucuito”. El historiador aymara Roberto Choque Canqui dice que “Los aymaras aparecen después de la decadencia de Tiwanaku imperial y no se sabe exactamente sobre su origen anterior a ella. Según algunos cronistas españoles y documentos del siglo XVI, los aymaras vinieron del sur (Coquimbo y Copiapó) a poblar el actual espacio aymara, comprendido desde Quillacas hasta Lupaqa-Chucuito y Hatun Colla. Lo que quiere decir que los aymaras se desplazaron desde el sur hacia el norte destruyendo pueblos existentes, avanzando después hasta Cuzco y Wari. Este desplazamiento aymara habría ocasionado la destrucción de Tiwanaku y Wari. Desde la perspectiva 27

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lingüística, esa afirmación confirmaría que los tiwanacotas eran hablantes del idioma puquina y no del aymara”. (Roberto Choque Canqui, 1992:61). De una forma muy similar Waldemar Espinoza Soriano, dice que “el estado de habla puquina, denominado más comúnmente Tiahuanacu, fue asaltado e invadido por inmensas oleadas humanas procedentes del sur (de Tucumán y Coquimbo), en forma tan repentina e impetuosa que no le dejaron tiempo para armar la resistencia. Tales invasores, a todas luces, no eran otros que los aymaras “. (Waldemar Espinoza, 1987:37). Las causas de la desarticulación de Tihuanacu podemos atribuir a dos tipos de factores eminentemente políticos. Por un lado se tiene una inmigración desarticuladora en forma de invasión militar. Por otro lado tenemos como factor decisivo el apoyo interno de los ayllus tihuanaquenses, que en su dinámica histórica de alianzas y revueltas, se vuelcan a favor de los aymaras colaborando en la desarticulación de la red política que habían tejido los aliados puquinas. Lo más importante de estos hechos históricos es comprender que la desarticulación del Estado de Tihuanacu se inscribe en esa larga historia andina de alianzas y revueltas que como mecanismo político caracteriza las distintas conformaciones estatales y civilizatorias en los Andes.

LA APARICIÓN DE LOS “REINOS” O NACIONES ANDINAS. Luego de la desarticulación nacional de Tihuanacu, aparecen en los Andes los mal llamados señoríos étnicos. Después del hecho del descoyuntamiento político de Tihuanacu, los grupos de inmigrantes y los grupos internos de descontentos se agrupan en colectividades nuevas más o menos en base a las antiguas jurisdicciones políticas. Estos nuevos grupos nacionales son de vital importancia para la interpretación de la historia política de los Andes. Por eso es fundamental denominarles naciones andinas o naciones originarias porque serán el cuerpo político básico en la conformación del futuro Qollasuyu y de la desarticulación hispana. ¿Es posible que las articulaciones en la dispersión estatal de Tihuanacu hayan retornado a las antiguas células que conformaron Tihuanacu?. Sabemos que Tihuanacu nace en base a los pueblos de Chiripa, Wankarani y Tihuanacu. Lamentablemente los hechos de la historia nos muestran que las dinámicas de la historia no son mecánicas. Después de la disgregación de Tihuanacu ninguno de estos centros políticos aparecen como cabeza política de las naciones andinas. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Más bien, las naciones andinas que aparecen dispersas a lo largo de los Andes, son nuevas conformaciones políticas y entre ellas podemos citar a la nación Qolla, Kallawaya o Mollo, la Lupaqa, la Pacaxa, la Karanka, la Sora, la Quillaqa, Lipi y las naciones que pertenecían a la Confederación de Charcas como la Chui, los Charca, los Qharaqhara, los Visisa, los Chicha y la nación Yampara. Cada una des estas naciones andinas tenía internamente una estructura interna de federación en base a ayllus mayores, menores y comunidades. En relación a las normas y al mismo derecho de Tihuanacu en su comportamiento estatal no podemos decir mucho, porque las investigaciones arqueológicas aún no han podido penetrar a estos componentes jurídicos y políticos. No tenemos pruebas para afirmar ni suponer siquiera la forma de recambio de los gobernantes ni las formas de coordinación y de control político en Tihuanacu. Lo fundamental es afirmar que sí hubo un cuerpo político articulado que como existencia estatal es la génesis y la raíz política para la reivindicación de los derechos políticos de los pueblos y naciones andinas.

LA ESTRUCTURA POLÍTICA DE LOS ESTADOS ANDINOS. Todas las naciones andinas poseían un estado, por tanto tenían internamente una estructura política que podemos llamar de colmena. Era un sistema social de ayllus mayores y menores articulados por sus respectivas autoridades políticas. Un ejemplo típico de la articulación de ayllus mayores federados en una nación andina lo podemos percibir con el caso de la nación Quillaca. Según Theresse Bouysse la nación Quillaca estaba conformado por: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

Los Quillaca Asanaque de Anansaya. Los Quillaca Asanaque de Urinsaya. Los Aullagas Uruquillas de Anasaya. Los Aullagas Uruquillas de Urinsaya. Los Sevaruyus. Los Acarapi. Los Urus.

Entre estos grupos los “Quillacas y Asanaques son auténticamente aymaras, mientras que los Uruquillas y Urus” son “puquinas”. (Theresse Bouysse, 1987:323). Está completamente claro que después del proceso de 29

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desarticulación de Tihuanacu aparecen las naciones andinas congregándose en base a dos colectividades nacionales como fueron los puquinas y los aymaras. Por el proceso de desarticulación y cesación del otrora extenso y oficial idioma del puquina, el aymara fue poco a poco ganando terreno hasta que prácticamente muchas de las comunidades puquinas dejaron de lado su propio idioma para injertarse con sus componentes espirituales y lingüísticos en el aymara. Según Roberto Choque Canqui, cada nación andina tenía la siguiente estructura política interna: 1. 2. 3. 4.

El Qhapaq (jefe político de un estado). Apu Mallku (jefe político de una provincia o estado regional). Mallku (jefe político de una marka). Jilaqata (jefe de un ayllu-jatha).

Esta estructura de una nación aymara es idéntica a las naciones andinas quechuas en las que el cargo de los mallkus es desempeñado por un Kuraqa quedando intactos los cargos de los Qhapac y de los Jilaqata comunales. Las colectividades andinas en todos sus niveles se dividían en dos cuerpos políticos, una de arriba y otra de abajo desde el nivel de estado de cada nación andina hasta el nivel de las comunidades de base. Por el momento desconocemos los detalles de las funciones políticas, administrativas, judiciales y los mecanismos de recambio en los niveles superiores de los estados andinos. Es muy probable que los qhapaq de cada nación hayan sido cambiados en base a rotaciones de los representantes de los ayllus mayores de una forma similar a lo que sucede ahora con el derecho rotativo en el ejercicio de los cargos de los mallkus y de los kurakas. En cambio, ha quedado como un modelo de verdadera democracia política la obligación y el derecho rotativo para los jefes de familia para representar a las comunidades y ayllus en los cargos de kurakas, mallkus y jilaqatas. Este mecanismo rotativo no permite que grupos de funcionarios se burocraticen y monopolicen el poder distribuyendo el derecho de representación a todos los miembros de la comunidad.

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4. LOS DERECHOS TERRITORIALES DE LAS COMUNIDADES Y DE LAS NACIONES ORIGINARIAS. EL PROBLEMA DE LA IDENTIFICACIÓN DE LOS TERRITORIOS ORIGINARIOS. Es muy común escuchar de los dirigentes sindicales y originarios el planteamiento de la recuperación de los territorios originarios. Lamentablemente, los grupos de representantes de los pueblos originarios aún no tienen identificadas a sus respectivas naciones. Por esto aún no se han identificado las jurisdicciones de los territorios originarios que se están reivindicando. Esto, se parece a las solicitudes de aumento salarial de los obreros pero sin especificar el monto salarial ni los componentes de la canasta familiar que hacen al salario solicitado. Esta es una tarea pendiente para los dirigentes y profesionales originarios que han planteado la reivindicación de los territorios originarios. Mientras no se plantee con seriedad la reivindicación de los territorios originarios por el movimiento originario será mejor para las clases dominantes porque el movimiento campesino se quedará siempre con una consigna utópica e irrealizable. Para el gobierno, que ha aplicado las últimas reformas jurídicas dentro del nuevo ordenamiento jurídico de tipo liberal, el problema es de mayor responsabilidad. La “Ley de Participación Popular” ha generado en las comunidades reinvindicaciones de tipo territorial por el interés de acceder a los recursos de la coparticipación tributaria. Lamentablemente los técnicos que implementan estas reformas desconocen en gran medida las territorialidades históricas de las comunidades y naciones originarias que debería ser la base de una territorialización respetuosa de los territorios históricos. De aquí surge la necesidad de elaborar con la mayor seriedad posible la reivindicación de los territorios originarios que necesita de trabajos previos de investigación y de consensos internos en todos los niveles de decisión NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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de las naciones andinas y amazónicas. A futuro, otro problema, es pensar con seriedad la articulación entre la reivindicación territorial de las naciones originarias con la unidad territorial del país.

EL PROBLEMA TERRITORIAL DE LAS NACIONES ORIGINARIAS. Ultimamente el movimiento originario está dejando sus influencias sindicalistas y corporativas impuestas por el viejo nacionalismo. Cada vez el movimiento originario construye su identidad política como sujeto de carácter nacional, lo que se acentuará en el futuro progresivamente por los efectos de la crisis política global que vive el país. La historia de la ocupación territorial para las comunidades andinas comienza con los primeros poblamientos de las comunidades Chiripa, Wankarani, Tihuanacu, Uru, Chipaya y otros. Estas comunidades se multiplicaron en la historia como efecto de las colonizaciones de poblamiento productivo y de ocupación territorial a lo largo de los Andes dentro del proceso histórico de alianzas y revueltas configurando una geografía inundada de comunidades articuladas en muchas instancias políticas. Lo cierto es que las ocupaciones territoriales por las comunidades andinas han sido el elemento más estable en términos de conformación territorial. Lo mismo podemos afirmar de los ayllus menores. En el nivel de los ayllus mayores y de las naciones, las alianzas y las revueltas han sido mayores produciendo reconfiguraciones territoriales, pero en base a las unidades territoriales de las comunidades de base estables. Conocemos muy poco el proceso de ocupación originaria de las comunidades de las naciones amazónicas y del trópico de Bolivia. No se cuenta con información acerca de las comunidades que conformaron el pueblo Chané y mucho menos de anteriores poblamientos. Luego, es también poco conocida la conformación poblacional de las comunidades guaraníes, chiquitanas y mojeñas. Aunque no fuesen procesos de poblamiento territorial y productivo, estos procesos de poblamiento itinerante son también los primeros actos de ocupación y apropiación territorial. Si a los procesos internos de conformación social precolombinos, sumamos los procesos de desarticulación y dispersión de las poblaciones originarias en la colonia y la república tenemos un cuadro complejo para el intento de las reivindicaciones territoriales. Para las naciones andinas es muy difícil separar los elementos de territorio, estado y nación. Antes de la llegada de los españoles las naciones andinas tenían, aparte de las identidades comunitarias, identidades 33

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nacionales en base a un mismo parentesco territorial, espiritual, político e incluso de vestimenta, o sea un sentimiento nacional. El Gran Pacajes, el Gran Karangas o la nación Chicha o Charca eran sentimientos de unidad nacional en base a un territorio común, una organización estatal nacionalmente articulada y un sentimiento nacional diferenciado. Cuando hablamos de los derechos territoriales de las naciones y comunidades originarias tenemos que identificar las unidades nacionales que formaban la Civilización Incaica antes de la llegada de los españoles en lo que hoy es el territorio boliviano. Como criterio de partida para la recuperación de los territorios originarios no podemos retroceder en la historia ni a la época de Tihuanacu ni a la época del auge del Incario. Porque intentar recuperar los derechos de los pueblos originarios desde el estado tihuanacota o el incaico posterga indefinidamente las tareas de recuperación territorial y estatal. Entonces se debe adoptar un criterio histórico y político práctico para la identificación de los territorios y los estados que se reivindica para su recuperación. Históricamente tenemos que saber cuándo comienza el proceso de despojo territorial y de destrucción estatal de las naciones originarias y diagnosticar también si este proceso ha terminado. Está totalmente claro que el proceso de despojo territorial ha comenzado con la colonización española y ha continuado hasta nuestros días. Por eso, el momento político para reivindicar los derechos territoriales es 1532 que coincide con el inicio del despojo colonial de los territorios originarios en los Andes y en el Trópico Boliviano. Políticamente también se debe saber cuándo comienza el proceso de destrucción de los estados originarios, visto que este proceso de destrucción política continúa hasta nuestros días. También se debe identificar el año de 1532 como el momento político del proceso de reivindicación reconstitutiva. Desde la situación de extrema pobreza en la que han sido arrinconados los pueblos originarios, estos, luego de un repaso a su historia siempre calificarán a los crímenes del despojo territorial y la destrucción estatal como un delito imprescriptible moral e ideológicamente. Aunque el derecho internacional público no ha calificado hasta ahora como delitos a estos hechos, el sentimiento de los pueblos originarios será siempre de reivindicación. De NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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ser dueños de todo, a no ser dueños de nada, existirá siempre un profundo sentimiento de injusticia.

LOS TERRITORIOS DE LAS NACIONES ANDINAS ANTES DE 1532. En los Andes, antes de la llegada de los españoles, existía la civilización del Tahuantinsuyu. El estado del Tahuantinsuyu era una civilización plurinacional, un mosaico articulado ideológica, jurídica y políticamente. Para Waldemar Espinoza, el Incario “constituía un Estado imperial multinacional”. Se componía de una multiplicidad de “nacionalidades”. (Waldemar Espinoza, 1987:482). Lo más importante en la conformación nacional del Incario fue el hecho de que “La demarcación política quedó configurada respetando la de los señoríos y reinos incorporados”. (Waldemar Espinoza, 1987:87). Esto significa que, dentro de los cuatro suyus, el Incario estaba organizado internamente en base a autonomías políticas y territoriales, o sea, había respeto a los territorios de las naciones andinas. Este criterio es fundamental para identificar no sólo a las naciones andinas dentro del Qollasuyu con sus respectivos territorios, sino para comprender la personalidad política e histórica de los pueblos originarios que siempre funcionaron en base a autonomías, ya sea en Tihuanacu o, como lo vemos, en el Incario. El historiador Thierry Saignes ha elaborado uno de los mejores mapas sobre las naciones andinas y los territorios del Qollasuyu para los siglos XV y XVI. Según el “Mapa preliminar de asentamientos étnicos, siglo XVI”, para los Andes Bolivianos, las naciones originarias que formaban el Qollasuyu eran: la nación Qolla, la nación Kallawaya, la nación Pacaxa, la nación Karanka, la nación Sora, la nación Chui y la confederación Charca que estaba compuesta entre otras naciones por la nación Charca, la nación Qharaqhara, la nación Visisa, la nación Yampara, la nación Quillaca, la nación Lipi y la nación Chicha. (Thierry Saignes, 1986). (Véase mapa). Estas son las naciones andinas que sufrieron el proceso de desarticulación territorial y estatal desde la colonia hasta nuestros días. Una interpretación correcta del mapa de Thierry Saignes nos lleva a identificar no sólo los territorios de las naciones andinas sino las capitales de muchos ayllus mayores y menores enumerados correlativamente. De entre estas capitales de ayllus, debe identificarse a las capitales históricas de las naciones originarias. A todas luces, está visto que la composición nacional del Qollasuyu y del Tahuantinsuyu era plurinacional política y culturalmente. Muchas de las 35

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comunidades tihuanacotas que habían sobrevivido a la desarticulación de Tihuanacu hablaban todavía el puquina y se ubicaron en las zonas de los lagos Poopó, Titicaca y el río Desaguadero. Una de las herederas de la cultura puquina fue el pueblo o nación Kallawaya o Mollo. Los otros pueblos como los Lupaqa, los Pacajes, los Qolla y otros adoptaron el aymara como idioma mientras otros pueblos adoptaban el quechua como su propio idioma. Internamente cada nación andina era también un mosaico territorial articulado en base a los ayllus mayores, menores y por las comunidades de base. Muchos de los territorios de los ayllus y de las comunidades de base todavía persisten en la actualidad y es relativamente fácil identificarlos prescindiendo de los límites impuestos por las divisiones territoriales republicanas como los cantones, secciones municipales y provincias. Dentro de esta articulación política plurinacional, los territorios de las comunidades de base se conciben como una unión corporal de pareja sagrada entre el cuerpo de la Pachamama y de los Tatas. El territorio es el cuerpo sagrado de los padres protectores de cada comunidad. En el nivel de los ayllus mayores y de las naciones originarias el territorio es la articulación de las territorialidades comunitarias por una paternidad local o regional. El mejor criterio de reivindicación territorial que ofrece mejores posibilidades de estabilidad es a todas luces el criterio histórico que deberá combinarse con criterios de racionalidad productiva y de reconstitución política.

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MAPA DE DISTRIBUCION DE LA CIVILIZACION TIHUANACOTA

I BR

VENEZUELA

TIS

HG UIASNA

CoLoMBIA

SURINAN

FREN GUIA

ECUADoR

B

R. SAÑA JEQUETEPEQUE VIRU TRUJILLo SANTA CASMA HUARMEY

WIRA CoCHA PAMPA

PERU

oNGo PAMPA

HUAURA CHANCAY CHILLoN LIMA CAÑETE PISCo

R

A

Z

I

L

Mapa de Saignes.

PACHACAMAC CAJAMARQUILLA WARI WILLKA WARI PIQUILLAQTA

ICA RIo GRANDE ACARI

A o P E A N o C

oCoNA SIHUAS LoCUMBA

BoLIVIA T I WA N A K U

PARAGUAY

12,165 KM 12,651 KM

608,256 KM

1.216,512 KM

ESCALA GRAFICA

TIWANAKU (PURo) PoLIGoNo MAYoR AREA ESTIMADA EN 368.266.21 KM2 TIWANAKU (WARI) PoLIGoNo MENoR AREA ESTIMADA EN

231.895.98 KM2

IMPERIo TIWANAKU SUPERFICIE ToTAL

600.162.19 KM2

Elaborado en base

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a Carlos Ponce Sanjinés, 1981.

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5. DERECHOS DE PROPIEDAD, EXPLOTACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES EN LAS NACIONES ANDINAS. LA PROPIEDAD Y UTILIDAD DE LOS MINERALES DESDE TIHUANACU. La utilización de los minerales y sobre todo de los minerales preciosos en los Andes es realmente antiquísima. En el pueblo de Wankarani, 300-345 antes de Cristo se ha evidenciado la explotación de oro por la comunidad de Sepulturas de Oruro. Se presume que en el pueblo tihuanacota de Chiripa también se explotaron los yacimientos de oro del río Choqueyapu en la actual región de La Paz. Fue con la civilización de Tihuanacu que comenzó la utilización de todos los minerales en los Andes. En el cerro Sapo de la provincia Ayopaya de Cochabamba se han explotado piedras preciosas en sodalita desde la época urbana de Tihuanacu. Esto equivale a decir que desde la etapa de construcción de la civilización de Tihuanacu comenzó a constituirse el derecho de propiedad originaria en su expresión estatal sobre los minerales en los Andes. Durante Tihuanacu “Se llevaba desde Querimita en Oruro el hialobasalto necesario para las azadas que requería el agricultor, la andesita gris trasladada a través del lago en almadías de madera balsa desde la península de Copacabana para tallar esculturas y pilares, el cobre desde las minas de Corocoro y Quimsachata para la manufactura de artículos de ensamble, el oro de los yacimientos de la cuenca paceña para elaborar artículos suntuarios, conchas marinas de la costa del Pacífico para collares y adornos individuales, la coca y el tabaco de los yungas para actividades rituales y de culto”. (Ponce Sanginés, 1981:79). Como Tihuanacu fue una civilización plurinacional estos “traslados” debieron ejecutarse con la intermediación de NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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las autoridades de los pueblos regionales y locales. Lo evidente es que en el tiempo de Tihuanacu se constituye el primer ordenamiento jurídico originario sobre los minerales como un recurso de orden espiritual y suntuario. En el período de los naciones collas, después de la desarticulación de Tihuanacu, se ha evidenciado la explotación del oro por el pueblo Mollo en las comunidades de Aucapata, Palla Palla, Sacambaya, Pelechuco, Taquesi, Tacacoma, Coripata y Chucura. Si en Tihuanacu se intercambiaron los minerales entre la nación central y las naciones periféricas, luego de la disgregación del estado, las naciones andinas volvían a recuperar para sí el derecho de explotar sus recursos naturales. Se ha evidenciado también la explotación del estaño en la región de Arque y Tapacarí durante el período de Tihuanacu Urbano para la elaboración de bronce. De una forma muy similar los pueblos originarios del oriente de Bolivia explotaron y utilizaron los recursos mineralógicos, sobre todo el oro, para usos ceremoniales y suntuarios. Por todo esto, las naciones originarias, deben afirmar en forma contundente que durante la existencia de las naciones y los estados precolombinos constituyeron el derecho de propiedad originaria sobre los recursos minerales. Este es el primer derecho originario de los pueblos autóctonos sobre los minerales que se constituye en la génesis y la raíz de cualquier posición reivindicatoria de los minerales. Junto al derecho minero originario, las naciones andinas desarrollaron las tecnologías de la metalurgia con la fundición de los minerales como el oro, la plata, el cobre y el estaño para cubrir la demanda suntuaria y religiosa. De este modo se ha evidenciado por demás la fabricación de diademas pectorales, collares y topos de oro y otros antes y después de Tihuanacu. Un tema que hay que tener muy en cuenta es el concepto de riqueza que existía en los Andes. Las naciones andinas, antes y después de Tihuanacu y el Incario, desarrollaron la mentalidad de que la riqueza estaba unida al trabajo agropecuario. En este sentido desarrollaron sus instituciones religiosas, políticas y jurídicas. El trabajo era el sinónimo de la riqueza. Bajo este principio lograron la autosuficiencia en todos los niveles sociales y nacionales. Económicamente los metales preciosos y otros minerales no tenían otro valor que el religioso y suntuario. Si en los Andes se desarrolló una incipiente economía mercantil en los qhatus y en otros actos de reciprocidad no se utilizaron el oro y la plata como objetos de intercambio y acumulación. 39

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LA PROPIEDAD Y ADMINISTRACIÓN DE LOS MINERALES EN EL INCARIO. Con el Incario, las instituciones y el mismo derecho minero andino llegan a su madurez. El hecho que influye poderosamente en el carácter de todo el ordenamiento jurídico es la forma plurinacional de Estado Incaico en base a las autonomías políticas y territoriales de las naciones andinas. En base a este hecho fundamental las naciones andinas y sus respectivas comunidades explotaron el oro en los ríos de Coroico, en Sepulturas cerca de Oruro, en el Río Grande de Chayanta, en el río de Tiquipaya, en Tacacoma y Yani en Callawayas y los yacimientos de Tipuani. Todos estos lugares eran parte de los ayllus de las naciones andinas y los recursos se explotaban en forma concertada entre el estado incaico y los poderes locales. Waldemar Espinoza nos dice que en el Incario “Los recursos naturalesmateriales abundaban. Bancos de arcilla existían por doquiera, inagotables canteras, lavaderos de oro que competían con los de plata e igual con las de cobre. El estaño lo conseguían en Charcas, en tanto que a otras piedras preciosas (esmeraldas, turquesas, lapislázulis) las importaban de lugares lejanos (Chile, Colombia). (Espinoza Soriano, 1987:151). Sobre la existencia de estos hechos, podemos afirmar que en el Incario se desarrollaron por segunda vez los derechos de propiedad y explotación de minerales entre el estado central y los estados regionales. El mismo Waldemar Espinoza nos dice que en el Incario los pueblos andinos desarrollaron mucho más la metalurgia porque “producían aretes, orejeras, brazaletes, ajorcas, collares, sortijas, prendedores, tumis rituales, placas, planchas, efigies de plantas, animales y seres humanos para adornar los templos solares y aposentos reales del Cuzco y provincias”. (Espinoza Soriano, 1987:270). Estos hechos nos llevan a afirmar que los recursos minerales tenían una utilización suntuaria y popular. El uso suntuario de los minerales estaba restringido al uso del oro y plata en los círculos de las élites incaica y de las naciones andinas. En cambio, el uso popular de los otros minerales estaba destinado a los pobladores de todas las comunidades que podían explotar todos los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades en base a la propiedad colectiva comunitaria. Nuevamente debemos recalcar que durante el Incario las comunidades de base eran económicamente autosuficientes. Su economía estaba basada NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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en la agricultura, la ganadería y la manufactura esencialmente. La tierra y otros recursos naturales eran distribuidos igualitariamente en las comunidades de base. El interés por el oro y la plata tenía un valor marginal en la economía de las comunidades. La sed y la angurria por el oro y la plata serán implantados desde afuera por los españoles. En resumen, podemos decir que en el Incario existieron tres tipos de derecho sobre los recursos minerales. Por un lado se tiene el derecho del estado central que exigía minas y minerales para el uso suntuario y para el culto de los dioses incaicos. Por otro lado se tiene el derecho de propiedad de los gobernantes de las naciones andinas que daban a los minerales un uso similar al del Incario. Por último, se tiene el derecho de propiedad de las comunidades de base y de los ayllus que demandaban sobre todo el derecho a la tierra y a los recursos minerales para uso popular y no suntuario. Dentro de este derecho las comunidades disponían en forma familiar y colectiva de recursos como los bosques, los yacimientos de arcilla y otros que eran de propiedad comunal.

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6. EL ESTADO Y EL SISTEMA DEL DERECHO POLÍTICO EN EL TAHUANTINSUYU. LA FORMACIÓN DE LA CIVILIZACIÓN INCAICA. La Civilización Inca es la segunda formación civilizacional y estatal que se ha dado en los Andes. Esta civilización debería convertirse en el objeto de estudio central para los habitantes de los territorios de los Andes en vez de enajenarse estudiando las sociedades esclavistas de Grecia y Roma con los que muy poco tenemos que ver las naciones originarias. Para la vieja mentalidad colonial la sociedad Inca no era de ninguna manera una civilización, ni nunca llegó a tener estado. La mayoría de los actuales políticos y gobernantes niegan que en los Andes se hubieran construido las civilizaciones y estados de Tihuanacu y el Incario. O, en el caso de aceptarlo, lo hacen de una forma muy culturalista y folclorista y no de una forma política. El razonamiento, aparte de otros componentes ideológicos, es esencialmente político. El actual sistema político totalitario está basado sobre los escombros de las naciones originarias que fueron simplemente desarticuladas y destruidas por los gobiernos españoles y republicanos. El reconocimiento de los estados originarios sería un acto de verdadera honestidad y justicia políticas, pero de lejos se ve que los prejuicios, la injusticia y la mentalidad excluyente priman para mantener viejos conceptos coloniales. Para los pueblos y las naciones originarias es vital políticamente demostrar la existencia y la persistencia de nuestros estados y civilizaciones. Sólo de esa manera podremos reconstruir con autenticidad política nuestras comunidades y naciones originarias aportando para el país una personalidad política propia y original.

EL PROCESO DE FORMACIÓN DE LA CIVILIZACIÓN INCAICA. Se atribuye el origen de la civilización Incaica a la familia de Mallku Qhapaq que emigra de la zona del lago Titicaca a la zona del Cuzco desde donde se construye el Estado Incaico. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Para algunos historiadores como Waldemar Espinoza esta familia de emigrantes no fueron sino los puquina de Urintaypiqala de Tihuanacu que huyeron de la persecución aymara. Los doce incas que gobernaron el Incario, en el proceso de construcción de la nación incaica se encontraron con una gran cantidad de naciones desperdigadas a lo largo y ancho de los Andes. Muchas de estas naciones que surgieron después de la disgregación tihuanacota, impropiamente llamadas por los españoles como señoríos, estaban por lo general desarticulados y en guerra entre sí. En este ambiente político surgen los incas como un proyecto de construcción nacional de los Andes desde el Cuzco que muchos autores identifican como un proceso de reconstrucción nacional andina liderizada por los remozados “tihuanacotas” cuzqueños. Es verdad que en los comienzos del desarrollo político del proyecto cuzqueño muchas relaciones personales y estatales entre los puquinas y otros pueblos estaban todavía frescas en la memoria de los grupos andinos. Pero, lo que más ayudó a los líderes del Cuzco es su conocimiento de las realidades religiosas y políticas andinas y su capacidad de articulación política que iba acompañada de una oferta mejorada para la construcción de muchas obras públicas entre las que se debe destacar la tecnología de riego. Lo más importante en el proceso de formación de la nación incaica, fue el método de articulación política que utilizó el mecanismo del respeto a la autonomía política y territorial de los estados locales en base a la tributación laboral de las comunidades de base. En este ambiente político los incas utilizaron dos tácticas para construir un enorme estado. Con las naciones que no aceptaban la autoridad del estado inca, los incas aplicaron el método de la integración por la fuerza. En cambio, con otras naciones que aceptaban con facilidad la autoridad del Cuzco, los incas utilizaron el método de la alianza y la integración pacífica. Muchas naciones aceptaban la protección de los incas para fortalecerse frente a sus rivales locales o bien para beneficiarse de las ventajas tecnológicas y organizativas que ofrecían los cuzqueños. Se atribuye a Pachacútec Inca Yupanqui la construcción de todo el esplendor de la sociedad incaica que durante sus 33 años de gobierno entre 1438 y 1471 después de Cristo consiguió articular una de las civilizaciones más grandes del planeta.

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Como ejemplo de la integración voluntaria de algunas naciones andinas a la sociedad incaica podemos mencionar a “los señores de Cotapampa, Cotanera, Omasayo y Aymarae (hoy departamento de Apurimac) [quienes] acordaron someterse pacíficamente”. (Espinoza Soriano, 1987:80). Las naciones originarias de los Andes Bolivianos fueron sometidas en dos expediciones de conquista. La primera realizada por el mismo Pachacútec que anexó a los reinos Qolla y Lupaqa derrotando a Chuchi Qhapac y Apo Cari “que se hacían llamar incas”. Luego Pachacútec “prosiguió hasta el sur hasta someter Pacaje”. (Espinoza Soriano, 1987:81). Mucho tiempo después de la muerte de Pachacútec, los descendientes de este lograrán conquistar las naciones de la confederación charqueña. “Posteriormente se hizo una segunda expedición al Collasuyu, en la cual Amaro Topac y Paucar Ushno, hijos de Pachacútec, conquistaron e incorporaron Quillaca-Asanaque, Charca, Paria, Caracara, Pocona, Chuy y Chicha (Tarija)”. Espinoza Soriano, 1987:82). Algunas naciones originarias andinas no se sometieron muy fácilmente al gobierno incaico y siempre intentaron liberarse de la dominación inca. Muchas de las naciones andinas integradas por la fuerza al estado incaico mantenían muy frescas las heridas de los hechos de la conquista por lo que prefirieron ayudar en forma ciega a los funestos españoles para supuestamente liberarse de los incas.

LA AUTONOMÍA TERRITORIAL Y POLÍTICA DE LAS NACIONES ANDINAS EN EL ESTADO INCAICO. Una de las grandes enseñanzas del estado incaico a la realidad y a la democracia de la humanidad es su organización política en base a la democracia de las naciones, democracia que se distingue mucho de la democracia liberal que organiza la sociedad política en base a los ciudadanos individualizados. La democracia plurinacional es uno de los aportes más importantes de los incas para la humanidad, democracia que ha sido de- sechada por los intereses políticos de los gobernantes bolivianos que prefieren seguir organizando al país en base a los postulados de la democracia excluyente de la Grecia esclavista y de los postulados liberales. Waldemar Espinoza Soriano nos dice que Pachacútec organizó el Tahuantinsuyu donde la “Demarcación política quedó configurada respetando la de los señoríos y reinos incorporados”. “Dividió a su estado en huamanis (provincias) tomando como base los señoríos y reinos que conquistaron”. (Espinoza Soriano, 1987:88). NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Esta forma de composición territorial y política del Tahuantinsuyu es muy importante porque el respeto de las jurisdicciones políticas de las naciones andinas es la base política de la conformación democrática y plurinacional de la sociedad incaica. Sobre la autonomía política de las naciones andinas, Waldemar Espinoza, nos dice que Pachacútec “Acató las reglas de sucesión de los curacazgos regionales, con la finalidad de evitar tumultos y guerras civiles después de la muerte de cada inca y/o cacique”. (Espinoza Soriano, 1987:88). Sobre este mismo tema, el inca Garcilazo de la Vega nos dice que “Si algún curaca se rebelaba o hacía otro delito que mereciese pena de muerte, aunque se la diesen, no quitaban el estado al sucesor sino que se lo daban representándole la culpa y la pena de su padre”. “Nunca descomponían los capitanes naturales de las provincias”. (Garcilazo de la Vega, 1995:98). Este es otro hecho político fundamental a la hora de comprender la composición plurinacional de la nación del Tahuantinsuyu. El respeto de las estructuras estatales de las naciones andinas junto al respeto de las unidades territoriales de las mismas naciones era la característica política central de una civilización y estado plurinacionales que alcanzó grandes logros políticos y humanos para su población.

EL CARÁCTER PLURINACIONAL DEL ESTADO DEL TAHUANTINSUYU. La originalidad política de la construcción del estado incaico es su composición plurinacional. Es el carácter federativo y compuesto de la civilización inca que pudo articular políticamente a muchos grupos nacionales lo que nos debe llamar la atención para construir nuevos sistemas de democracia política. “Esta formación económico social constituía un Estado imperial multinacional. Se componía de una multiplicidad de nacionalidades, a las que algunos etnohistoriadores prefieren llamarlas grupos étnicos”. Cada una de las naciones andinas conformaban “pequeños Estados tipo reinos, con estructuras y superestructuras internas que no sufrían modificaciones desde hacía centenares de años, por cuanto en sus interiores seguían vigentes las comunidades y ayllus con tierras colectivas, pero con líderes y autoridades escindidos en clases, a cuyas lenguas y culturas el Estado imperial guardaba gran respeto”. (Espinoza Soriano, 1987: 482-483).

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PLANIFICACIÓN Y COORDINACIÓN PLURINACIONAL EN EL ESTADO INCAICO. Otra de las características originales del estado del Tahuantinsuyu, aparte del respeto a la integridad de las naciones andinas, era la participación política de los representantes de las naciones autóctonas en las tareas de construcción de la sociedad incaica. La planificación para el desarrollo de la sociedad incaica se realizaba de una forma participativa y coordinada entre los representantes del Estado Inca y los representantes de los estados de las naciones andinas. Sobre este tema, John Murra nos dice que “Antes de que se decretara una movilización, los responsables de las tareas, cuzqueños y señores étnicos de alto rango, eran reunidos en el Cuzco. Las sesiones eran a la vez administrativas, ceremoniales y redistributivas: El Inca ofrecía chicha y coca a los participantes de la junta, se armaba una fiesta de cinco días. La mit´a a cumplirse se esbozaba en este ambiente, había debate y eventual elaboración y ratificación del plan; los participantes regresaban a sus jurisdicciones cargados de dádivas “. (John Murra, 1975:37). Con relación al mismo tema, Pierre Duviols nos dice que “En aquella oportunidad no solamente se trataba de asuntos religiosos sino también económicos y militares, de desarrollo técnico, de planificación. Después del reparto de bienes y mercedes a los gobernadores, curacas y capitanes, el Inca les proponía lo que pensaba de guerras o de edificios o puentes o fortalezas y les enseñaba a cada uno lo que habían de contribuir de sus provincias y aceptando partían a ponerlo en obra “. (Pierre Duviols, 1976: 25). Como podemos ver, los planes de trabajo a nivel de la nación incaica se los elaboraba en base a las propuestas del estado inca y la participación de los representantes políticos de las naciones andinas. Todos los gobernantes de las naciones originarias participaban en la planificación de la sociedad incaica y de sus respectivos pueblos. La planificación del desarrollo tenía una base política participativa, horizontal y plurinacional. Esta política de planificación del desarrollo será desarticulada posteriormente por una nueva política de planificación centralista y absorbente de todas las decisiones y de los recursos. Esta política administrativa incaica nos deja enormes enseñanzas como son el respeto a los gobiernos andinos y la participación de entes estatales en la planificación para la construcción de la sociedad.

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El Estado Incaico aseguraba la unidad nacional en base a un sistema administrativo que coordinaba la centralización con las autonomías y la descentralización con el fin de preservar la unidad plurinacional del país. El sistema de administración, a cuya cabeza se encontraba el Inca “Se ejercía a través de un gobernador general llamado Qhapac con jurisdicción regional, luego cada provincia [o nación] estaba a cargo de un funcionario cercano al Qhapac, que tenía el nombre de Tucuy Ricuj Apu que quiere decir veedor, cuyas funciones principales eran ver y saber todos los sucesos que pasaban en su provincia, para poder remediar los excesos, mantener la paz e impartir justicia”. (Alfredo Lozano Castro, 1994: 126). La estructura administrativa del estado incaico se basaba primero en la coordinación plurinacional de los representantes políticos de las naciones andinas, o sea entre el Inca y los Qhapac de las naciones andinas. Al lado de los Qhapac regionales el inca instituía al Tucuy Ricuj como su representante y fiscalizador de todos los planes y los acuerdos a los que se habían llegado en ocasión de la planificación plurinacional en el Cuzco. En el estamento intermedio de la ejecución administrativa de los planes de desarrollo estaban los mallkus y curacas y en la base de todo los jilaqatas o autoridades de las comunidades de base. A la red de autoridades políticas de las naciones andinas, el inca acompañaba con otra red de control y fiscalización de cuya coordinación resultaban los trabajos de ejecución de los planes de desarrollo.

EL MOSAICO DE LAS NACIONES ANDINAS EN EL QOLLASUYU. Todo el Tahuantinsuyu, como una sociedad y estado plurinacional, estaba dividido en cuatro suyus. El Antisuyu a la salida del sol, el Cuntisuyu al poniente del sol, el Chinchasuyu hacia el norte y el Qollasuyu hacia el sur del territorio. El Qollasuyu, o el territorio donde se ubicaban las naciones andinas de lo que hoy es en gran parte Bolivia, estaba formado internamente como un mosaico de naciones. Estas naciones andinas eran la nación Qolla, la Kallawaya, la Lupaqa, la Pacaxa, la Sora, la Quillaca, la Chui, la confederación Charca que estaba formado por la nación Charca, la Qharaqhara, la Visisa, la Chicha y la nación Yampara. Esta formación de la civilización incaica tenía como base de su composición la democracia entre unidades nacionales esencialmente. Las naciones andinas, los ayllus y las comunidades eran los sujetos de la participación política y administrativa y no los individuos aislados y amputados de sus colectividades nacionales y culturales. 47

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7. PROCESOS HISTÓRICOS DE DESTRUCCIÓN Y DESCONOCIMIENTO DE LAS INSTITUCIONES Y EL DERECHODE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DEL TAHUANTINSUYU. LA CONTINUA DESTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS DE LAS NACIONES ORIGINARIAS. Desde la llegada de los españoles hasta nuestros días existe un proceso continuo de destrucción de las instituciones estatales de las naciones originarias bajo métodos y formas muy variadas. La constante erosión política y jurídica de los pueblos originarios se la ejecuta bajo una concepción totalitaria de nación y estado desde las cúpulas políticas y administrativas del estado español y boliviano. La política colonial en la construcción de la nación y el estado es diametralmente distinta de la política plurinacional en la construcción de la nación y del estado que se practicó en el Tahuantinsuyu. La constante pérdida y erosión de las instituciones de los pueblos originarios es el peor daño político para las naciones originarias. Esta grave pérdida podemos compararla con la fractura de la columna vertebral de un hombre. Un pueblo sin instrumentos políticos es una colectividad completamente indefensa y debilitada que no puede afrontar los desafíos del futuro. Esa es la situación actual de las naciones originarias de Bolivia.

LA MUERTE DEL INCA ATAHUALLPA. Antes de la llegada de los españoles el inca Atahuallpa hizo ejecutar a su hermano Huáscar que quiso disputarle la representación del Estado Incaico. Luego de tomarlo preso, los españoles, a la cabeza de los Pizarro, ejecutaron al inca Atahuallpa bajo la acusación inquisitorial de no ser cristiano. El inca Atahuallpa era la representación personal del Estado Incaico. El Inca en su persona concentraba toda la representación política y jurídica de la Civilización Incaica. Con la muerte del Inca desapareció la cabeza del NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Estado Incaico. Este es el primer acto de amputación y destrozo del estado del Tahuantinsuyu, descabezamiento que provoca la desaparición de las facultades y competencias de un estado que había actuado como el mejor padre y protector de las naciones andinas. La independencia del Estado Incaico fue la última soberanía política que perdieron los pueblos andinos. Luego vendrán el sometimiento y la dependencia coloniales que para los pueblos originarios continúan hasta nuestros días. Con la muerte del inca comienza a desarticularse toda la red jurídica, política, administrativa y militar del Estado Incaico configurada en los Tucuy Ricuj y otros funcionarios incaicos como los huarangas por ejemplo. Luego quedaron los Qhapac regionales que representaban a las naciones andinas, los mismos que tenían a su cargo a los mallkus y curacas de ayllus mayores y menores. Con el vacío de poder que deja la muerte del Inca, los Andes se convierten en un mosaico gelatinoso que comienza a moverse según los antiguos intereses de alianzas y de revueltas para conseguir una supuesta libertad. La base nacional y el injerto político que abrió las entrañas de la civilización andina al asentamiento colonial de los españoles lo constituyeron algunos qhapac que como representantes políticos de las naciones conquistadas por los incas ofrecieron una colaboración inmejorable a los conquistadores hispanos. Ese fue el caso de los Huancas del Perú que fueron el pie de injerto fundacional para que los españoles construyeran el estado colonial en los Andes. Luego vinieron otros pueblos originarios y ayllus que por salvarse del Inca o por fortalecerse frente a sus rivales locales apoyaron al asentamiento colonial de los españoles. Si la civilización incaica se hubiera cerrado en un acto de férrea unidad política era prácticamente imposible que ciento cincuenta españoles derrotaran a una población de diez millones de habitantes. Con la desaparición del Inca también quedaron anulados los derechos que concedía el Estado Incaico a los pueblos y comunidades originarias pero sobre todo desapareció la soberanía política de los Andes.

EL SOMETIMIENTO DE LOS QHAPAC DE LAS NACIONES ANDINAS. Con la muerte del Inca toda la sociedad del Tahuantinsuyu se desarticuló y quedó descabezada. Si bien los familiares y algunos miembros del estado cuzqueño resistieron en más de cuarenta batallas a los españoles, la colabo49

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ración y las alianzas inauditas de los españoles con algunos pueblos andinos fueron mucho más determinantes para el establecimiento de la colonia. Entre los Qhapac de las naciones andinas se dieron dos tipos de conducta política. Por un lado apareció el abierto colaboracionismo de algunos pueblos que actuaron ciega e irracionalmente. Estos pueblos autoengañados asumieron una conducta política antinacional que mutiló definitivamente la independencia en los Andes. Entre estos pueblos y qhapac podemos mencionar a los Huancas y al cacique Mateo Pumacahua quién colaboró a los españoles decididamente en el establecimiento del Estado Español con varias incursiones de represión en contra de los pueblos andinos que pretendían expulsar a los españoles. Por otro lado también existieron los qhapac, los mallkus y los curacas que con el mejor sentido de independencia política rechazaron y combatieron a los españoles. Entre estos líderes podemos mencionar a Juan Santos Atahuallpa y a Túpac Amaru I por ejemplo. Estos intentos de expulsión de la invasión se hicieron en muchos casos a nombre del Inca que pasó a ser la representación de la libertad y de la soberanía. Luego del asentamiento colonial los españoles comenzaron el proceso de construcción del Estado Español sobre los destrozos de los estados andinos. Entonces se establecieron los virreinatos, las audiencias y los corregimientos como las instancias más importantes de la jerarquía del estado español en América. Junto al establecimiento de la jerarquía política del estado español, el rey ejecutó la homogeneización de todos los qhapac, mallkus y curacas bajo el nombre de caciques y les quitó su autonomía política para someterlos bajo la autoridad de las autoridades españolas. El Estado Español en América luego de despojar las competencias políticas de los “caciques” les asignó tareas subalternas en el funcionamiento del estado colonial. Las autoridades originarias subyugadas por el Estado Español recibieron las tareas de cobrar los tributos y de organizar la mita para el trabajo de las minas, las manufacturas y otros. Muchas autoridades originarias se convirtieron en trabajadores serviles ante los patrones, los mineros y los fabricantes de productos elaborados. Esta subyugación política de las autoridades originarias al estado dura hasta nuestros días. Junto a la muerte y la subyugación política de los qhapac, de los curacas y de los mallkus expiraron también todos los derechos políticos, territoriales, laborales, religiosos y agrarios de los pueblos originarios que eran concedidos por los mencionados representantes políticos. Fue un golpe muy duro al derecho originario en general porque se impuso un derecho de orden colonial de carácter totalitario. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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EL PROCESO DE DESARTICULACIÓN DE LOS AYLLUS POR FRANCISCO TOLEDO. Antes de la desarticulación toledana, políticamente los ayllus eran hermandades de familias protegidas y gobernadas por la jurisdicción de la asamblea comunal y dirigidas por la autoridad originaria como era el Hilaqata. Francisco Toledo fue el virrey que en la década de 1570 estableció los cimientos de las estructuras políticas y territoriales del Estado Español en los Andes que duran hasta nuestros días. Sin lugar a dudas es el mayor destructor de las naciones originarias de los Andes. Luego del asentamiento de las autoridades españolas en algunas ciudades, Francisco Toledo desarticuló y reorganizó todas las comunidades y ayllus para facilitar el cobro de los tributos, el trabajo servil en las haciendas, para facilitar la cristianización y para facilitar la organización de la mita minera hacia Potosí. Muchas comunidades y ayllus fueron desarticulados en sus estructuras para ser reorganizados alrededor de las “reducciones” que se fundaron en el lugar de lo que hoy son los pueblitos coloniales. En esta década las comunidades y los ayllus fueron reconcentrados alrededor de una estructura política vertical de colonización con el fin de extraer todos los recursos posibles de expropiación. El gobierno de cada pueblito colonial estaba basado en el funesto corregidor que subyugaba a las autoridades originarias convertidas en alcaldes y en los sacerdotes de la inquisición. De esta manera, el Estado Español subyugaba a todas las autoridades originarias utilizando el poder político del absolutismo, el municipalismo y las autoridades canónicas de la iglesia católica. Lamentablemente algunos curacas y mallkus aceptaron la subyugación política y actuaron a favor del Estado Español aprovechando algunas ventajas que les ofrecía la administración colonial. Por supuesto que tampoco faltaron las autoridades que defendieron a sus comunidades como verdaderos padres de familia.

LOS INTENTOS DE RECONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS ORIGINARIOS. Los primeros actos de nacionalismo político lo realizaron los allegados al Inca como fueron Santos Atahuallpa y Túpac Amaru I. 51

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De las grandes movilizaciones nacionalistas y anticoloniales durante 1780, dos de los líderes originarios buscan recuperar sus anteriores jerarquías políticas. Tomás Katari viaja hasta Buenos Aires a pie reclamando su cargo de Curaca que le había sido arrebatado por el corregidor Alós. De una forma muy similar Túpac Amaru II reclama ante las autoridades españolas su cargo de Inca por ser descendiente directo de los incas del Cuzco. Sólo Túpac Katari no era autoridad originaria. Pero también Julián Apaza se autonombra como virrey como un claro propósito de que perseguía el poder político. En estos procesos de lucha política podemos comprobar que todos los líderes originarios plantean con claridad la reconstrucción de las estructuras de poder originarias.

LA DESTRUCCIÓN DE LAS AUTORIDADES ORIGINARIAS EN LA REPÚBLICA. En 1825 ya estaban derrocados el Inca como cabeza del Tahuantinsuyu y también muchos qhapac ya habían sido reducidos al homogéneo cargo de caciques bajo la subyugación de los corregidores. El libertador Simón Bolívar que tenía una mentalidad muy liberal, el 29 de septiembre de 1825 dicta una Resolución que “extingue el título y la autoridad de los caciques”. Este fue uno de los primeros actos republicanos para continuar destruyendo las instituciones de los pueblos originarios. Luego, el gran proceso de destrucción de las instituciones originarias se ejecutará durante los gobiernos de José Ballivián y Mariano Melgarejo entre 1840 y 1870. Estos gobernantes, influidos por el pensamiento racista de los patrones, decidieron terminar con las comunidades originarias de Bolivia para multiplicar las haciendas. Para esto dictaron las leyes de Enfiteusis y la de Exvinculación. De más de once mil comunidades que aún quedaban para esa fecha, con la aplicación de estas leyes quedarán menos de quinientos. Los familiares de los grandes latifundistas y muchos empleados del estado de la Bolivia excluyente se apoderaron de las tierras de comunidad y de pongos en todo el país. Junto al despojo violento de la tierra, apoyados por el ejército, los hacendados y los corregidores subyugaron nuevamente a las autoridades originarias que aún quedaban en las comunidades. Este proceso de despojo NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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y sometimiento de las instituciones de los pueblos originarios durará en nuestra historia hasta 1952 prácticamente. En 1899 las comunidades originarias junto a Pablo Zárate Willka intentan nuevamente recuperar las tierras despojadas por los conservadores. Luego de la decidida colaboración de Zárate a Pando, el ejército nuevamente arrincona a los comunarios y a sus representantes institucionales en las haciendas. La mayoría de los líderes en esta movilización fueron autoridades originarias. El 12 de abril de 1899 en la localidad orureña de Peñas, Juan Lero, junto a otros representantes originarios, forma un gobierno originario en base a líderes originarios. Luego, todo el período liberal será una etapa plagada de despojos de tierras y revueltas de comunidades para recuperar la tierra y sus instituciones propias.

EL SINDICATO CAMPESINO NACIONALISTA. El proyecto político del nacionalismo boliviano fue en el fondo un trueque inteligente de tierras minifundarias a cambio de un nacionalismo vertical y totalitario, o sea, el cambio de unas prebendas de tipo liberal a cambio del servicio político hacia un estado corporativo. Lamentablemente, entre 1840 y 1952, las autoridades originarias habían sido subyugadas bajo el dominio del pongueaje social y político de los patrones en las haciendas. Apoyados en la represión militar, los patrones y los corregidores lograron establecer un sistema de opresión racial y política contra las autoridades originarias. Por estos hechos, que duraron prácticamente un siglo, las autoridades originarias se desprestigiaron frente a las comunidades y fundamentalmente desacreditaron la institucionalidad de los pueblos originarios. Sólo las autoridades de las comunidades libres de haciendas pudieron preservar su corpus administrativo y jurídico como una muestra viviente del derecho y la institucionalidad de los ayllus y pueblos originarios. Desde 1930, algunas comunidades donde se había agudizado la explotación, por la influencia ideológica de los marxistas y de los nacionalistas, comenzaron a organizarse en sindicatos agrarios para luchar por la tierra exclusivamente. Es la primera vez en la historia de los pueblos originarios que las comunidades se convierten en parcelistas perdiendo su visión como naciones originarias. Este fue un proceso de reducción epistemológica, ideológica y política que favoreció a las clases dominantes del país. Por eso los líderes sindicales ya no plantearon la recuperación ni la reconstrucción de sus instituciones estatales como lo habían hecho siempre. 53

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El viejo movimientismo, con una ideología fascista en relación a los pueblos originarios, impuso al movimiento campesino la ideología del nacionalismo aprovechando la oferta de las parcelas de tierra y sobre todo, aprovechando la sed campesina y originaria de liberarse del garrote y la opresión de los patrones. Por recuperar las parcelas, por liberarse del despotismo de los patrones y por el desgaste de las autoridades originarias en las haciendas, el movimiento campesino aceptó organizarse en sindicatos nacionalistas. La ideología nacionalista y la organización de los sindicatos son elementos extraños a las naciones originarias. Gracias a esta enajenación ideológica y política el movimientismo y los gobiernos militares dominaron al campesinado durante cincuenta años. En términos de derechos de los pueblos originarios, con la sindicalización y la conversión política al nacionalismo, las naciones originarias perdieron sus derechos al territorio, a sus instituciones auténticas, a los recursos naturales, al desarrollo de su propia identidad, a su propia religión y sobre todo al desarrollo de su propio pensamiento político. El nacionalismo de la segunda mitad del Siglo XX fue un proyecto de compulsión sindical corporativa que despojó de sus derechos nacionales a los pueblos originarios fundándose en los antiguos lineamientos coloniales. Del sindicalismo nacionalista al sindicalismo de tipo marxista, no ha habido hasta ahora una propuesta seria de desenajenación ideológica y política de los pueblos originarios para que recuperen su auténtica identidad nacional y política. Sólo por el camino de la desenajenación ideológica y política encontrarán las naciones originarias el camino para recuperar sus propios derechos.

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LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS EN LA LEGISLACIÓN NACIONAL.

8. SITUACIÓN POLÍTICA Y JURÍDICA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS EN LA LEGISLACIÓN COLONIAL Y REPUBLICANA. LOS ACTOS JURÍDICOS DEL ESTADO ESPAÑOL SOBRE LOS ESTADOS Y LAS ORGANIZACIONES DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS EN LA COLONIA. En 1532, a la llegada de los colonizadores de España, los pueblos y las comunidades originarias teníamos territorios propios que eran la base de los estados y de las organizaciones políticas que gobernaban nuestras poblaciones. Los estados y los gobiernos originarios en esa época eran independientes de la dominación extranjera. La colonización española en 300 años de gobierno ejecutó los actos políticos y jurídicos más destructivos en contra de los pueblos y comunidades originarias del occidente y oriente de nuestro país, sobre todo en contra de sus estados y organizaciones políticas. HITOS POLITICOS DEL PROCESO DESTRUCTIVO DURANTE LA COLONIA PUEBLOS DEL OCCIDENTE

PUEBLOS DEL ORIENTE

- Muerte del Inca en 1533.

- Subyugación política y religiosa de los Mbrubicha y los “caciques”a los misioneros, 1550-1767.

- Subyugación política y jurídica de los Qhapac, Kurakas y Mallkus de las naciones originarias y consiguiente muerte política (1533-1824).

- Subyugación política y jurídica de las autoridades naturales a los corregidores y nuevos hacendados 1767-1824.

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LA APROPIACIÓN COLONIAL DE LOS TERRITORIOS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS. LAS BULAS PAPALES. Ya no es extraño que en el propósito de construir un imperio cristiano, en el tiempo de la colonización de América, el Papa y el Estado del Vaticano, tenían mayor poder que los reyes europeos en el gobierno del mundo. Por eso, cuando los reyes europeos colonizaban los territorios del Africa, de Asia y de América pedían la concesión de esos territorios al Papa. Era el Papa, quien a nombre del Dios Creador del universo, otorgaba los nuevos territorios con el objetivo de que los nuevos dueños enseñaran el cristianismo como la verdadera religión del mundo para salvar las almas de los paganos. Fue el Papa Alejandro VI, o Alejandro Borgia, de origen español, quien entregó las bulas papales en mayo y septiembre de 1493 a los reyes de España. Con estas bulas, el Papa “concede” a los reyes de Castilla el derecho a las tierras descubiertas, reafirmando luego esta concesión con otras bulas posteriores (Miguel Bonifaz, 1955:125). Las bulas papales de 1493 fueron cuatro en total. Por la primera “Bula Inter Cetera del 3 de Mayo de 1493” el Papa Alejandro VI concede y dona los territorios de los pueblos conquistados al Rey Fernando y a la Reina Isabel, reyes de Castilla, León, Aragón y Granada. La justificación religiosa de la conquista es clara cuando los fundamentos de la bula sostienen que “Entre las obras todas adeptas a la Majestad divina y deseables para nuestro corazón, es sin duda alguna preferible a cualquier otra la exaltación, mayormente en nuestros tiempos, de la fe católica y religión cristiana, de suerte que se las propague y dilate por doquiera, y se procure la salvación de las almas, el abatimiento de las naciones bárbaras y la reducción de las mismas a nuestra fe”. (Millares Carlo, Agustín y Moreno, Rafael, Traductores, “Tratados de Fray Bartolomé de las Casas”. 1997. T. II. , p.1277). En la misma línea de fundamentación religiosa la bula papal continúa sosteniendo “Y demás de esto os mandamos, en virtud de santa obediencia, que dando satisfacción a vuestra promesa, la cual no dudamos habréis de cumplir, según es de grande vuestra devoción y real magnanimidad, hagáis trasladarse a las citadas tierras e islas personas buenas, temerosas de Dios, doctas, sabias y experimentadas, que instruyan a los susodichos naturales y moradores en la fe católica y buenas costumbres, 57

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poniendo en ello toda la diligencia que convenga”. (Millares Carlo, Agustín y Moreno, Rafael, Traductores, “Tratados de Fray Bartolomé de las Casas”. 1997. T. II. , p. 1280). El objeto central de la bula papal de Alejandro Borgia que es conceder los territorios conquistados a los reyes de España se constituye sosteniendo “Y para que, regalados con la generosidad de la gracia apostólica, con mayor libertad y atrevimiento toméis en cargo tan importante empresa, motu proprio y no a ruegos vuestros ni de otra persona que por vosotros nos lo haya solicitado, sino en virtud de nuestra pura liberalidad, cierta ciencia y plenitud de autoridad apostólica, os damos, concedemos y asignamos a perpetuidad, así a vosotros como a vuestros sucesores los reyes de Castilla y León, en ejercicio de nuestro apostólico poder y por el tenor de las presentes, todas y cada una de las tierras e islas sobredichas, antes desconocidas, y las descubiertas hasta aquí o que se descubran en lo futuro por vuestros emisarios, siempre que no estén sujetas al actual dominio temporal de algún señor cristiano, con todos sus territorios, ciudades, castillos, lugares, villas, derechos, jurisdicciones y universales pertenencias, en nombre de la autoridad de Dios Todopoderoso, a Nos concedida en la persona de San Pedro, y del vicariato de Jesucristo, que desempeñamos sobre la tierra; y damos la investidura de ellas a vosotros y a vuestros herederos y sucesores sobredichos, y os hacemos, constituimos y consagramos dueños de ellas, con llenero, libre y absoluto poder, autoridad y jurisdicción. Declarando, no obstante, que por la presente donación, concesión, asignación e investidura no se entienda poder o deber arrebatársele a ningún príncipe cristiano el derecho que tuviere ganado”. (Millares Carlo, Agustín y Moreno, Rafael, Traductores, “Tratados de Fray Bartolomé de las Casas”. 1997. T. II. , p. 1280). La causalidad y las motivaciones jurídicas de la donación territorial en los intereses del Estado Vaticano fueron la exaltación y la propagación de la fe católica dentro el proyecto político de construir un imperio cristiano. Un análisis breve del acto jurídico de la donación nos hace percibir que el donante lo hace de motu propio, vale decir a iniciativa propia sin que haya una solicitud de la parte donataria. El hecho jurídico de la donación es además un acto de liberalidad o sea un contrato no bilateral, no oneroso y por lo mismo una donación a título gratuito. El origen del derecho de propiedad del mundo, vale decir el justo título sobre los territorios donados proviene para el titular, de la voluntad divina, de la concesión de la representación del poder de Dios a los vicarios de Jesucristo en la tierra tal como presumen los papas. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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El objeto del acto de la donación constituyen las tierras, los territorios con todas sus ciudades, castillos, villas y lugares descubiertos y por descubrir. La objetivación patrimonial de la cosa donada se puede diferenciar en dos tipos de cosas. Por un lado se dona como cosas materiales las tierras y los territorios, o sea la base física de las naciones y los estados originarios. Por otro lado el Estado Vaticano dona las ciudades como la objetivación de los cuerpos políticos estatales de los pueblos originarios y por último también dona las poblaciones originarias al hacer referencia a las villas, lugares, castillos y ciudades como componentes demográficos de los pueblos originarios de América. La cláusula que dona también las cosas por descubrir jurídicamente nos hace ver que también se donan cosas futuras lo que constituye una autofacultación de derecho propietario de carácter arbitrario. El tipo de contrato nos hace ver que se trata de una donación, concesión y asignación sujeta a una cláusula de perpetuidad, vale decir que es un acto de donación que no tiene límite temporal, o sea que la constitución del derecho propietario es de carácter eterno. Esto equivaldría que incluso ahora este documento pontificio seguiría teniendo validez jurídica. Si juntamos los significados de las cláusulas de donación de las cosas futuras con la cláusula de donación a perpetuidad nos hace pensar que este derecho, que no ha sido cuestionado por ningún jurista, todavía persiste como derecho y como pretensión de propiedad colonial. La extensión y la cantidad de las cosas donadas sólo tienen una cláusula que limita esta donación indefinida a la propiedad de otro príncipe cristiano. Los donatarios son los reyes de Castilla y León o sea los representantes del estado monárquico que gobernaba la nación española en 1493. Pero el documento papal se da tantas atribuciones que también constituye como a propietarios a los sucesores de los reinos españoles de Castilla y León que en la actualidad serían los representantes de la monarquía española y el pueblo español. Por la segunda “Bula Eximiae Devotionis” del 3 de Mayo de 1493 el Papa Alejandro Borgia ratifica todos los extremos y las cláusulas de la primera “Bula Inter Cetera” de la misma fecha. De la misma forma, por la nueva “Bula Inter Cetera” de 4 de Mayo de 1494 el papa ratifica las disposiciones de las dos bulas anteriores. Finalmente el papa Alejandro VI por la “Bula Dudum Siquidem” de 26 de Septiembre de 1493 extiende y amplia los derechos coloniales de los reyes de España a todas las islas y tierras firmes halladas y por hallar por los emisarios de la monarquía española. 59

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En aquellos tiempos el derecho de gentes o derecho internacional, como podemos ver, estaba dominado por el derecho colonial del Estado Vaticano. Eran tiempos de imperialismo político y jurídico en donde los más fuertes simplemente avasallaban los derechos de las poblaciones y civilizaciones originarias. Tomando en cuenta que ninguna nación puede arrogarse los derechos de otra nación, estos documentos por un sencillo análisis de falta de consentimiento tendrían que haber sido anulados de puro derecho.

LAS LEYES DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA SOBRE EL DESPOJO TERRITORIAL. Luego de la concesión de los territorios de América por el Papa, los reyes de España promulgaron una gran cantidad de leyes denominadas por ellos cédulas, ordenanzas y provisiones para llevar a cabo el proceso de colonización de nuestras naciones. De la infinita cantidad de leyes promulgadas para el gobierno de las “indias”, el rey de España mandó a recopilar en un cuerpo ordenado todas las leyes para la colonización de América conocido con el nombre de “RECOPILACIÓN DE LEYES DE LOS REYNOS DE LAS INDIAS” elaborado por empleados de la Casa de Contratación de Sevilla que se encargaban de la administración de las colonias españolas en América. Según estas leyes coloniales, nuestros territorios fueron una concesión de Dios a los reyes de España. Los españoles justificaron esta concesión afirmando que “Por Donación de la Santa Sede Apostólica, y otros justos títulos, somos Señor de las Indias Occidentales, Islas y Tierra Firme del mar Océano, descubiertas, y por descubrir, y están incorporadas en nuestra Real Corona de Castilla”. (Recopilación de leyes de las Indias. Folio 1. Tomo II). La justificación jurídica para el despojo de nuestros territorios nace de la voluntad de Dios y del Papa, ellos son los que regalaron enormes territorios a los reyes de España. Por eso, los españoles afirmaron que “Dios Nuestro Señor por su infinita Misericordia y Bondad, se ha servido de darnos sin merecimientos nuestros tan grande parte en el Señorío de este mundo [...]”, “Ha dilatado nuestra Real Corona en grandes Provincias, y tierras por nos descubiertas y señoreadas hacia las partes del Mediodía y Poniente de estos nuestros reynos”. (Recopilación de leyes de las Indias, Fol. 1 Tomo I). Es Dios como creador y dueño del universo quien dona o regala nuestros territorios. Es el Papa a nombre de Dios, quien expide la ley o el contrato de donación a los reyes con el objetivo de expandir a todo el mundo el catolicismo como la verdadera religión del mundo. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Esos fueron los justificativos teológicos y jurídicos para el despojo de los territorios de los pueblos originarios de América. Jurídicamente, es una “donación” del Papa la institución jurídica que les otorga a los españoles el “Señorío” que significa propiedad y soberanía sobre los territorios originarios. El concepto de “Señorío” será entendido también como jurisdicción territorial y como “Dominio” en las leyes españolas de ese entonces.

EL DERECHO COLONIAL EN LA FUNDACIÓN DE LAS CIUDADES HISPANOAMERICANAS. En el período de la colonización española podemos encontrar una jerarquía jurídica colonial cuya autoridad soberana se encontraba en el Papa como representante máximo del Estado Vaticano Católico. En un segundo nivel jurídico subsidiario se encontraban las leyes del Estado Español que, en términos estrictamente jurídicos, no eran más que un apéndice de las leyes y la personalidad jurídica soberana del Papa. Luego podemos ubicar las leyes producidas en los territorios coloniales que son subsidiarias de las leyes papales y de las leyes españolas. Esta jerarquía colonial de las leyes en los tiempos de la colonización respondía, por un lado, a los intereses espirituales de la cristianización del mundo que reportaba también beneficios materiales al Estado de la Cristiandad por la vía de los tributos a la Iglesia. Por otro lado, la jerarquía colonial de la ley respondía a los intereses materiales de la nación española. La fundación de las ciudades hispanoamericanas, que dio origen a una legislación profusa en todos los territorios donde germinaron las ciudades estados coloniales, llevaba en sus motivaciones y fundamentaciones el ordenamiento jurídico hispano y vaticano para constituir jurídica y políticamente al Estado Español en América. En este proceso de fundación del cuerpo jurídico y político de la ciudad estado jugaron un papel fundamental los cabildos como institución política y las actas capitulares como germen jurídico legal del nuevo estado español en América. De las pocas actas capitulares de las ciudades bolivianas que existen en el país, las actas que fundan la ciudad de La Paz por medio del primer cabildo nos dicen que “En el nombre de Dios y de la Santísima Trinidad, Padre e hijo y Espíritu Santo que son tres personas un solo Dios verdadero que viven y reinan por siempre sin fin. En el pueblo de Llaja, territorio y jurisdicción de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz que es en esta provincia del Collao destos reinos y provincias del Perú, sábado a veinte días del 61

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mes de octubre año del nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil y quinientos y cuarenta y ocho años, se juntaron a Cabildo dentro de la iglesia del dicho pueblo de Llaja primeramente el muy magnífico señor Alonso de Mendoza capitán de su majestad y su justicia mayor de la dicha ciudad de Nuestra Señora de La Paz y su jurisdicción, como constó y pareció por una carta y provisión de su majestad que mostró y presentó en el dicho cabildo, y Francisco de Barrionuevo y Alonso de Zayas y Francisco de Herrera Girón y Juan de Vargas y Diego de Castilla y Diego Alemán y Hernando de Vargas y Martín de Olmos y Francisco de Cámara, todos vecinos de la dicha ciudad”. “Este dicho día mes y año susodichos, los dichos señores estando así juntos, nombraron y eligieron por alcaldes ordinarios de la dicha ciudad a Juan de Vargas que estaba presente el cual aceptó el dicho cargo y a Gerónimo de Soria que estaba ausente, con que venido se reciba del juramento y solemnidad que se requiere, [...]”. “Y luego incontinenti [inmediatamente] nombraron y eligieron por regidores de la dicha ciudad a Alonso de Zayas y a Hernando de Vargas que estaban presentes (...) de Ulloa y a Rodrigo Mejía y a Diego de Peralta y a García Gutiérrez de Escobar [...]”. (“Actas Capitulares de la Ciudad de La Paz, 1548-1554”. H. Gabriel Feyles S.D.B. T. 1., p., 23-35). Este extracto histórico nos prueba que las actas capitulares constituyen lo que hoy son los textos constitucionales de los estados modernos porque establecen y organizan jurídica y políticamente la fundación de una ciudad estado. Por su parte los primeros cabildos se constituyen en hechos jurídicos y políticos constituyentes que instituyen el cuerpo político del Estado Español en América. La importancia política de los primeros cabildos fundantes se equipara hoy a la institución de la asamblea constituyente. La única diferencia es que el cabildo es una institución política fundante en el derecho colonial y la asamblea constituyente en su versión originaria es una institución también fundante en el derecho moderno. El hecho histórico del cabildo fundante nos muestra que la fundación de la ciudad se caracteriza por ser una reunión excluyente de la nación colonizadora. En este sentido los sujetos políticos convocados al cabildo fueron solamente los vecinos que tenían el título de encomenderos, o sea españoles que tenían las cargas de defender las tierras conquistadas y defender y propagar la fe cristiana. También se caracteriza porque el acto de fundación delimita la jurisdicción territorial de la ciudad-estado en el seno de una provincia sometida tal como era en ese tiempo la nación originaria de los Pacajes. El nacimiento NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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de la jurisdicción territorial de la ciudad hispanoamericana era un acto jurídico que desmoronaba en primer instancia el poder territorial del estado del pueblo originario Pacaje en el terreno más objetivo de los hechos políticos. La creación de la jurisdicción y el territorio de la ciudad paceña iba acompañada y apoyada por el poder de la soberanía del rey, o sea de la soberanía del estado y la nación española. Este hecho era ejecutado con el posicionamiento de la picota. “Y luego incontinenti los dichos señores justicia y regimiento salieron del dicho Cabildo a la plaza que está en el dicho pueblo de Chuquiago y pusieron una picota así dijeron que la ponían y nombraban y nombraron por picota para ejecutar la justicia real de su majestad [...]”. (“Actas Capitulares de la Ciudad de La Paz, 1548-1554”. H. Gabriel Feyles S.D.B. T. 1., p., 50). Ya en la actual ciudad de La Paz, los fundadores del Estado Español en América colocan la picota que no era otra cosa que la horca en la forma de un poste o columna de piedra que representaba el poder del rey expresado en la justicia penal. El simbolismo de la horca representaba a cabalidad la política del Rey de España que se ejecutaría posteriormente con las naciones originarias a las cuales se les decapitó políticamente durante más de tres siglos. En la fundación de las ciudades estado hispanoamericanos intervinieron con mucha nitidez los dos poderes del estado colonial que son la Iglesia y el Estado Temporal o estado político. El cabildo fundante no sólo se hace en el edificio de la Iglesia sino que, además, el estado ciudad se funda a nombre del Dios de la Santísima Trinidad. Complementariamente el estado también se funda no sólo por mandato del Rey sino que se lo hace utilizando un simbolismo como la picota para hacer presente y vigente la personalidad política del Estado Absolutista de España. Con la fundación de las ciudades hispanoamericanas con estas características políticas y jurídicas el proceso de amputación política de los pueblos originarios era un hecho inminente porque se estaba fundando la derivación de un estado imperial, intolerante y totalitario.

LAS LEYES COLONIALES SOBRE LA DESTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS ORIGINARIOS. Hay muchas estructuras políticas y jurídicas de los estados originarios que serán destruidos por los españoles y que no fueron más reconstruidos hasta nuestros días. El proceso de destrucción de las organizaciones políticas de los pueblos originarios fue realizado en base a leyes dictadas por el rey de España y ejecutadas por los colonizadores en América. 63

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Cuando una nación o un pueblo pierde su organización política es como si un hombre perdiera su esqueleto. Se convierte en una masa sin fuerzas, muy fácil de manipular y explotar porque no tiene defensas. La situación se vuelve más crítica cuando se tiene en frente a un estado colonial dispuesto a hacer desaparecer hasta la última organización de nuestros pueblos. Los españoles ejecutaron este proceso de destrucción en base a la legislación colonial que ellos llaman “Derecho indiano”, o sea leyes hechas para el gobierno de las indias. Después de la muerte del Inca y la subyugación de los Qhapaj y los Mbrubichas, los españoles ordenaron diciendo “Establecemos y mandamos, que los Reynos de el Perú y Nueva España [México] sean regidos y gobernados Por Virreyes, que represente nuestra Real Persona, y tengan el gobierno superior [...]”. (Recopilación de las leyes de la Indias. Folio 12. Tomo II). La jerarquía política del Estado Colonial era la siguiente: 1. 2. 3. 4. 5.

Rey de España. Virrey Gobernador. Gobernador y Capitán General de una ciudad. Gobernador y Capitán General de una provincia. Corregimiento de una ciudad.

En un principio los cargos eran políticos, militares y judiciales a la vez. Esta estructura nos muestra una concentración absoluta del poder político, administrativo y judicial en manos de los españoles. Desde aquí se establecieron las raíces de la concentración del poder y el carácter absolutista del cuerpo político colonial. Paralelamente al proceso de destrucción de las estructuras políticas originarias se fueron estableciendo los cimientos de las jurisdicciones territoriales y políticas coloniales cuya característica central fue la concentración y la exclusión.

LA MUERTE POLÍTICA DE LAS AUTORIDADES ORIGINARIAS. En los hechos, era imposible que el estado colonial aceptara la soberanía y la autonomía de los estados originarios. Un estado totalitario, como fue el estado español en América, tenía que destruir las competencias y la jurisdicción política de las autoridades originarias. Por eso, el Estado Español afirmaba categóricamente, “Prohibimos a los caciques que se puedan llamar o intitular Señores de los Pueblos porque así conviene a nuestro servicio y preeminencia Real. Y mandamos a los Virreyes, Audiencias y Gobernadores que no lo consientan ni permitan y solamente puedan llamarles Caciques NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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o Principales y si alguno contra el tenor y forma de esta ley se lo llamare o intitulare ejecuten en su persona las penas que les parecieren convenientes”. (Recopilación de las leyes de Indias. Folio 220. Tomo II). Esta es la ley que ordena la destrucción de la autoridad política del Inca, los Qhapaj, los Curacas, Mallkus y los Mbrubicha y les impone la autoridad política de los virreyes y corregidores. Es esta misma ley que hizo desaparecer las jerarquías de las autoridades de los estados originarios igualando a todos bajo el nombre de caciques y subordinándolos a las órdenes de las autoridades coloniales, especialmente de los corregidores.

LOS ACTOS DEL ESTADO REPUBLICANO CONSERVADOR SOBRE LAS ESTRUCTURAS DE LAS AUTORIDADES ORIGINARIAS DESDE 1825 A 1900. Desde el derecho internacional público, la propiedad de los nuevos territorios por los republicanos se justificó desde una doctrina internacional. Así los doctrinarios republicanos, a la hora de justificar la propiedad de los nuevos territorios con los que habían de quedarse, crearon la doctrina del “Utti posidettis iuris de 1810” que traducido quiere decir “lo que poseísteis lo seguiréis poseyendo”. Conceptualmente “Significa que dicho Estado continúa la personalidad, como sujeto de derecho internacional, del estado que los precedió como titular de dominio de ese territorio, y con los mismos derechos de su predecesor”. (Enciclopedia Jurídica OMEBA. Tomo IX. P. 409). Esta doctrina nos dice que los nuevos estados republicanos heredan la jurisdicción de los territorios del estado español en América. En relación a los pueblos originarios esta doctrina dice que “aunque estos pueblos tengan leyes rudimentarias pasan a pertenecer a los nuevos estados”. Por este acto de derecho internacional público las repúblicas nacientes integraron dentro de las antiguas jurisdicciones territoriales de la colonia a los pueblos y naciones originarias incluyendo a sus organizaciones políticas. Esta doctrina jurídica que justifica la fundación de las repúblicas latinoamericanas legitimó por segunda vez el despojo histórico de los derechos estatales y políticos de las naciones originarias de América. En relación a las autoridades originarias es una pena que haya sido el libertador Simón Bolívar quien haya dictado el decreto de extinción de estas autoridades que, en la colonia, tenían algunas funciones auxiliares y subalternas al estado español. El libertador Simón Bolívar tenía una mentalidad liberal, muy avanzada 65

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para su tiempo, una mentalidad que no fue comprendida por los hacendados españoles que se quedaron a último momento en Bolivia. El libertador Simón Bolívar dictó los decretos de Trujillo donde ordena la distribución de las tierras a los habitantes originarios. Este decreto fue anulado por los parlamentarios bolivianos que representaban a la clase de los terratenientes que se quedaron en el país. El libertador pensaba que una legislación liberal era la solución a los problemas del país, más o menos tal como estaba pasando en Europa. Bolívar pensaba que a los habitantes originarios era necesario dotarles de tierra y otorgarles la libertad para que se contrataran libremente en el mercado laboral. Lamentablemente, la propuesta bolivariana de igualdad ciudadana tuvo un impacto negativo en las estructuras estatales originarias tan afectadas ya por los españoles. La propuesta de igualdad ciudadana era realmente una propuesta muy avanzada en relación al racismo y al colonialismo que practicaron después los hacendados en el país. El proyecto de igualdad ciudadana del libertador en las relaciones entre el estado y las autoridades originarias provoca una erosión jurídica de éstas últimas y sienta las bases del futuro desconocimiento de estas autoridades. La parte más importante del decreto dice: “EXTINGUE EL TITULO Y AUTORIDAD DE LOS CACIQUES”. “Considerando: “Que se hallan extinguidos los títulos hereditarios”. “Que la Constitución no señala ninguna autoridad a los caciques”. “He venido en decretar y decreto”. “1. El título y autoridad de los caciques quedan extinguidos”. “2. Las autoridades locales ejercerán las funciones de los extinguidos caciques”. Firma. Simón Bolívar. Cuzco a 4 de Julio de 1825. (Colección de leyes y decretos de Bolivia, 1825-1826. P. 30). Muchos de los hacendados, convocados a la asamblea constituyente, no habían luchado por la creación de Bolivia. Algunos incluso se habían puesto en contra de los republicanos. Los verdaderos dueños de la república deberían ser primero los pueblos originarios que habían intentado expulsar a los españoles con los Kataris y Amaru y, segundo, los guerrilleros de la independencia. Pero lamentablemente los originarios y los guerrilleros se NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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terminaron luchando y los libertadores no podían adueñarse del país. Las buenas intenciones de establecer la igualdad ciudadana del libertador no se hicieron realidad porque los hacendados se opusieron tenazmente a que los originarios tengan igualdad para reeditar el semiesclavismo y el pongueaje. Por eso, los más favorecidos con el decreto del libertador fueron los hacendados, porque con la extinción legal de las autoridades originarias encontrarán el camino más fácil para someter después a los pueblos originarios. Después de este decreto bolivariano, tan favorable a los hacendados y tan desfavorable a los pueblos originarios, será el libertador Antonio José de Sucre por orden del libertador Simón Bolívar quien establecerá la nueva división territorial y la nueva organización política de la república. Por Decreto de 23 de Enero de 1826, Antonio José de Sucre por órdenes de Simón Bolívar decreta que el país se divide territorialmente en “departamentos, estos departamentos se dividen en provincias, las provincias se subdividen en cantones”. En la nueva organización política de la república “Los departamentos estarán mandados por un jefe civil con el nombre de Prefecto, y las provincias por otro con el nombre de Gobernador, subordinado al Prefecto; los cantones por un ciudadano con el nombre de Corregidor, dependiente inmediatamente del Gobernador de la provincia”. (Colección de leyes y decretos de Bolivia 1825-1826. P. 101). Estos decretos serán repetidos textualmente en la primera Constitución de la república con la división política en departamentos, provincias y cantones gobernados por prefectos, gobernadores y corregidores de una forma similar a las estructuras territoriales de Francia. Estos son los hechos políticos y jurídicos republicanos que no respetan los derechos de los pueblos originarios. Los nuevos dueños de Bolivia están lejos de considerar como iguales a los originarios y mucho peor aún de considerarlos naciones con estados. Para ellos, los pueblos originarios no eran otra cosa que grupos de salvajes a los que había que continuar despojando y sometiendo. La organización territorial y política del estado boliviano que legalizó en gran medida la organización territorial de la colonia, dura hasta nuestros días casi sin alteraciones de fondo, por eso la importancia de su análisis. Hay que remarcar siempre que con la extinción legal de las autoridades originarias también se extinguen los derechos de los pueblos y comunidades originarias, porque son las organizaciones políticas naturales las que 67

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han comportado siempre las competencias para otorgar los derechos a las comunidades y habitantes originarios. El siguiente hecho que destruyó casi definitivamente las estructuras políticas de los pueblos originarios fue el proceso de despojo de tierras a las comunidades tanto del oriente como del occidente del país entre 1840 y 1900. En el oriente del país se utiliza “La ley de colonización” para despojar las tierras, someter a los originarios y destruir a las autoridades originarias. Con la ley de colonización, los hacendados, que salen de Santa Cruz, se adueñan de extensos latifundios y cultivos de goma, castaña y quina en los departamentos de Tarija, Chuquisaca, Santa Cruz, Pando y Beni. Nos importa reflexionar sobre todo el sometimiento de los originarios y sus autoridades naturales a los nuevos hacendados, corregidores y misioneros. En el occidente del país, los hacendados, de origen y espíritu españoles utilizaron la “Ley de enfiteusis” y la “Ley de Exvinculación” para despojar las tierras y someter políticamente a las comunidades y autoridades originarias. Los miembros de la “raza blanca”, tal como se denominan los habitantes de las ciudades de ese entonces, se lanzaron a las comunidades detrás del ejército a despojar y adueñarse de tierras con la violencia más inhumana que hayan podido vivir las comunidades originarias. En este proceso, las autoridades originarias cayeron bajo la dominación de los hacendados y de los corregidores. En el oriente y en el occidente del país las autoridades originarias y los comunarios fueron subyugados por la arbitrariedad de los patrones y de los corregidores. Los levantamientos originarios más grandes en la historia republicana se dieron en este período. Andrés Guayocho intentó expulsar a los nuevos colonizadores en los llanos de Mojos. Apiagüaiqui Tumpa, que también intenta expulsar a los colonizadores republicanos en la región de guaraníes en el Chaco, es derrotado dramáticamente en Curuyuki. Y finalmente Pablo Zárate Willka, que pretende recuperar las tierras y el poder político con una gran movilización, será asesinado por los liberales, luego de haber colaborado a estos a tomar el poder en La Paz. Este proceso de despojo y sometimiento de los conservadores duró hasta 1900.

LOS ACTOS DEL ESTADO REPUBLICANO LIBERAL SOBRE LAS ESTRUCTURAS DE LAS AUTORIDADES ORIGINARIAS DESDE 1900 A 1951. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Con la derrota militar de Pablo Zárate Willka, Andrés Guayocho y Apiagüaiqui Tumpa, las autoridades originarias quedaron sometidas bajo el mando de los patrones y de los corregidores. O sea, los pueblos y naciones originarias, quedan sometidos bajo la división territorial y política de la república. Esta estructura de dominación injusta no fue alterada por los liberales en nada. Después de la llegada de los liberales al poder en 1900 con José Manuel Pando, los hacendados consolidarán sus nuevas propiedades y se dedicarán a explotar y oprimir abiertamente a los pongos de las haciendas hasta 1952. Hay algunos levantamientos originarios muy aislados que no afectan la estabilidad del poder de los hacendados bolivianos como la comunidad de Jesús de Machaca que es derrotada de una forma trágica. Entre el período de los conservadores y de los liberales, los pueblos originarios perdieron el escaso poder político que aún les quedaba de la colonia. Las autoridades originarias pasaron a ser los pongos de los patrones y los sirvientes de los corregidores y de los subprefectos. Esta es la estructura del colonialismo interno que cuesta tanto reconocer a los historiadores, legisladores y políticos bolivianos. Es realmente triste decirlo, pero en este período de la opresión conservadora y liberal, los habitantes originarios sufrieron la peor humillación de su historia en las haciendas. En este período, el otrora gran orgullo nacional originario fue disminuido hasta un estado de extrema timidez. Es un período tan injusto que la dignidad de los habitantes originarios fue rebajada al mínimo por una nación boliviana que se debatía entre la superioridad sobre el indio y una enajenante inferioridad respecto de las “razas” blancas occidentales.

LOS ACTOS DEL ESTADO NACIONALISTA SOBRE LAS ESTRUCTURAS DE LAS AUTORIDADES ORIGINARIAS DESDE 1951 A 1999. Muchos de los nacionalistas del futuro MNR fueron hijos de la sociedad colonial y excluyente que se formaron en las haciendas rurales. Recordemos que varios de ellos eran hacendados y pudieron lograr sus diputaciones gracias al sistema de exclusión política tal como era el sistema electoral de los candidatos calificados donde no podían participar los habitantes originarios.

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En la sociedad colonial anterior a 1952, existía esa clase media que convivía con la clase de hacendados y mineros y por eso tenía una formación parecida a la clase dominante. En las comunidades originarias y sobre todo en las haciendas, había tanta sed de tierra y libertad que los habitantes originarios ya habían acumulado una fuerza interna capaz de voltear a los patrones de las haciendas. Por otro lado, los trabajadores mineros que habían sufrido grandes masacres en Uncía y Catavi, de igual forma, ya habían acumulado mucha fuerza para voltear el poder de los barones del estaño. En esta situación aparecieron los marxistas y los nacionalistas. Los marxistas proponiendo el socialismo. Pero un socialismo en base al partido de la clase obrera dirigido por intelectuales de esa clase media que salía de la sociedad colonial. En el esquema estatal de los antiguos marxistas los pueblos originarios eran reducidos a simples campesinos que deberían organizarse en sindicatos a la manera de los obreros para conformar la alianza obrero campesina. Los nacionalistas del MNR, en cambio, planteaban la formación de un Estado Nacional Sindicalista. Un estado inspirado en los estados del nacional sindicalismo corporativo de Italia, Alemania y de la España de Franco. En este esquema de estado, que los nacionalistas denominan el Estado Nacional, los obreros y los campesinos deberían organizarse en sindicatos nacionalistas y de ninguna forma en sindicatos comunistas. Los nacionalistas y los marxistas coincidieron casualmente en que los pueblos originarios pasen a ser simples campesinos organizados en sindicatos. Para los unos, debían ser sindicatos socialistas y para los otros, sindicatos nacionalistas. Al final ganaron los nacionalistas porque lograron organizar a los campesinos en sindicatos dirigidos por los comandos de corte miliciano del MNR que ganó a los campesinos con la oferta de distribución de las tierras. Lo que nos interesa analizar es que el sindicato campesino marxista o nacionalista, socialista o fascista, en los hechos dio uno de los últimos golpes a las autoridades originarias de los pueblos y naciones originarias que tienen en las autoridades naturales a sus representantes políticos natos. Una de las razones por las que las comunidades originarias apoyaron a la organización sindical, fue por el desprestigio que sufrieron las autoridades originarias en su labor de servidores de los patrones y por la poquísima capacidad política desarrollada en relación a los sindicalistas. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Jurídicamente, los nacionalistas del MNR legalizaron a las milicias fascistas de las minas y del campo. Estos comandos del MNR explotaron excelentemente los rencores de los habitantes originarios y de los trabajadores mineros a los patrones y a los barones del estaño que los habían explotado, oprimido y masacrado en el pasado tan injustamente. Recién en la Constitución de 1961 los movimientistas legalizaron las “milicias del pueblo”, cuando la constitución dice en su artículo 211 que “Las milicias populares, autorizadas por el supremo gobierno, pertenecen a la reserva de las fuerzas armadas. Su composición y funcionamiento se regirá por reglamento especial”. Así los comandos del MNR se legalizaron en una sociedad dominada por el nacional sindicalismo. Poco a poco, el nacional sindicalismo de los movimientistas entró en crisis por los actos de corrupción y arbitrariedad cometidos por sus miembros y sobre todo por la crisis del MNR que no hacía avanzar al país a ninguna parte. En este ambiente, muchas de las organizaciones sindicales fueron ganadas por la izquierda que utilizó a los sindicatos como base social del partido, sin reflexionar nunca el carácter estatal de las autoridades originarias. De este modo, en los sindicatos campesinos de los últimos tiempos ha predominado la “conciencia de clase” como la ideología del “sindicalismo revolucionario” dentro de los esquemas marxistas, en desmedro de la conciencia nacional de los pueblos originarios. Fueron estos esquemas ideológicos los que establecieron la dependencia y a veces el servilismo de los pueblos originarios respecto de los obreros y por tanto de la Central Obrera Boliviana. Luego de la crisis del sindicalismo movimientista, los sindicatos campesinos nacionalistas pasaron a depender políticamente de las Fuerzas Armadas bajo el esquema del Pacto Militar Campesino que continuó con los esquemas del nacional sindicalismo. En la actualidad, los movimientistas y los demás nacionalistas, luego de perder el control político del movimiento campesino y luego de la crisis de los esquemas del nacional sindicalismo han preparado un nuevo sistema de control corporativo a partir del nacional municipalismo que se maneja en la “Ley de participación popular”, en la “Ley de Descentralización Administrativa” y en la “Ley de Municipalidades”. En el proyecto de construcción del estado nacional se utilizó el sindicalismo obrero y campesino como el soporte de apoyo social fundamental al proyecto estatal y al proyecto de formación de la burguesía nacional. Ahora, el municipalismo como sustituto de la antigua hegemonía sindical es utilizado como una nueva forma de consenso para un proyecto de acumulación transnacional. 71

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Desde sus orígenes históricos, el municipalismo, ha sido siempre un recurso político con el que las naciones colonizadoras han dominado a los pueblos sometidos. Los municipios más antiguos de los que tenemos conocimiento son los ayuntamientos en la España de la Edad Media donde se organizó bajo el municipalismo a los pueblos y las comunidades sometidos por los reyes. En las colonias americanas, el Estado Español también utilizó el municipalismo para subyugar el funcionamiento de las autoridades políticas originarias. En los Andes, el proyecto de sometimiento municipal se dio con mayor nitidez durante el proceso de reorganización colonial de las naciones originarias ejecutado por el virrey Francisco Toledo. En este período se establecieron en las comunidades los cargos de alcaldes y las instituciones de consulta como los cabildos. La esencia política de los proyectos municipalistas es el despojo de las competencias estatales y políticas y una reducción de las competencias municipales a las actividades de los servicios básicos. Ni el viejo proyecto sindicalista, ni el actual proyecto municipalista reconocen las estructuras y competencias políticas auténticas de los pueblos y naciones originarias. El sindicato y el municipio lo que hacen es continuar con el largo proceso de destrucción de los estados originarios iniciado y continuado en la república hasta nuestros días. Esta es la verdad sobre la gran injusticia política cometida con los pueblos originarios por los distintos gobiernos que han pasado en nuestra historia.

LAS AUTORIDADES ORIGINARIAS EN LA LEGISLACIÓN NEOLIBERAL. Existen en la legislación actual varias leyes que regulan indirectamente el tema de las autoridades originarias. La ley de Participación Popular, la Ley de Descentralización Administrativa del Poder Ejecutivo, la Ley de Municipalidades y la misma Constitución Política del Estado. En términos políticos, la ley que define la estructura de las unidades político administrativas del estado boliviano es la Constitución y secundariamente la Ley de Descentralización. Estas leyes no han cambiado la matriz de composición de las unidades político administrativas del estado que se mantiene desde la colonia. Las actuales leyes municipales, por esencia, no crean ni modifican la estructura jurisdicional del país en ningún sentido. Hay que hacer una diferencia clara entre la división política del estado y la estructura del poder ejecutivo. Desde la colonia y la república la división política del estado se ha gobernado en base a una misma estructura NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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política esencial que abarca la ciudad y las provincias. En la república las mismas ciudades y provincias pasaron a articularse en los departamentos desconociendo a los pueblos originarios. En todo el período republicano la estructura política del poder ejecutivo se basó en el presidente, los prefectos, los subprefectos y los corregidores. Esta estructura estatal del ejecutivo no fue cambiada por conservadores, liberales y nacionalistas hasta nuestros días. En la actual Constitución la división política del estado está definida en el Régimen Interior que dice: “Artículo 108. El territorio de la república se divide políticamente en departamentos, provincias, secciones de provincia y cantones”. “Artículo 109”. “I. En cada departamento el Poder Ejecutivo está a cargo y se administra por un Prefecto, designado por el presidente de la república”. “II. El Prefecto ejerce la función de Comandante General del Departamento, designa y tiene bajo su dependencia a los Subprefectos en las provincias y a los corregidores en los cantones, así como a las autoridades administrativas departamentales cuyo nombramiento no esté reservado a otra instancia ”. Esta es la constitución política de la estructura del estado y se impone sobre cualquier otra ley municipal y se la practica desde la fundación de la república. Está totalmente claro que ni las jurisdicciones políticas originarias, ni las autoridades originarias tienen ningún reconocimiento de tipo político por el estado boliviano. Últimamente, con la Ley 1551 “Ley de Participación Popular” se ha sobredimensionado, en términos de propaganda política, la personalidad jurídica otorgada a las comunidades campesinas. La “Ley de Participación Popular” continúa con la subyugación política de las naciones originarias reconociéndolos con el nombre impropio y subalterno de Organizaciones Territoriales de Base, OTBs. En la colonia ya se reconocía la personalidad jurídica municipal de las comunidades en los cabildos para aprovecharse de las autoridades originarias para la administración colonial. 73

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La personalidad jurídica reconocida a las comunidades campesinas no es ninguna novedad porque la Ley de Reforma Agraria, el Código Civil y la Constitución ya reconocían la personalidad jurídica de tipo civil a las comunidades, facultándolas para realizar cualquier negocio jurídico. El actual proyecto municipalista es un acto de injusticia política más en relación a los representantes de los estados y de las naciones originarias porque las competencias municipales, por un lado, significan una mayor restricción política y por otro lado, significan una carga administrativa a favor de un estado que se desentiende de muchas de sus responsabilidades. La Ley de Participación Popular sostiene que la personalidad jurídica de las Organizaciones Territoriales de Base, OTBs. , es una capacidad legal “para ser sujetos de los derechos y obligaciones emergentes de todos los actos civiles definidos por el ordenamiento jurídico nacional”. ( Ley 1551. Ediciones Gaceta Oficial de Bolivia. 1994. P. 3). Se ha hablado mucho sobre el reconocimiento jurídico a las comunidades originarias como simples personas civiles. No era necesario gastar tantos recursos para continuar cometiendo los mismos actos de injusticia política de antaño sobre los pueblos originarios. Como no podía ser de otra manera, obedeciendo la primacía de la Constitución, la Ley de Descentralización Administrativa en su Artículo 8 dice “Los Subprefectos se subordinan a los Prefectos y los Corregidores a los Subprefectos”, desconociendo completamente a las autoridades políticas de los pueblos originarios. Para rematar esta larga historia de injusticia política, utilizando el concepto de verticalidad, la “Ley de Municipalidades” de octubre de 1999 afirma categóricamente que la jurisdicción y las competencias de los gobiernos municipales tiene como una de sus características centrales la “subsidiariedad” por el que las acciones de los representantes municipales “no deben corresponder a un ámbito superior de la administración del Poder Ejecutivo [...]. (Ley de Municipalidades No. 2028. Cap. II. Art. 7.). Es conocido que en los sistemas jurídicos la subsidiariedad hace referencia a un orden de jerarquía vertical dentro del ejercicio de las competencias y el mando político. La injusticia política con las naciones y los pueblos originarios que le han entregado todos sus recursos naturales y su trabajo a un país que los desconoce continúa a las puertas del Siglo XXI. Así, la clase dominante NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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mantiene inamovible el pensamiento totalitario de nación que carga desde la colonia.

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9. LOS DERECHOS DEL ESTADO BOLIVIANO SOBRE LOS RECURSOS NATURALES Y SU RELACIÓN CON LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS. ANTECEDENTES DEL PROCESO DE EXPROPIACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES A LOS PUEBLOS ORIGINARIOS. Aunque parezca extraño, muchas de las instituciones y conceptos jurídicos de la actual legislación sobre los recursos naturales en nuestro país tienen sus raíces en la legislación minera de la colonia, tales como la propiedad exclusiva de los minerales para el estado o como la institución de la concesión minera. En todos los proyectos económicos, políticos y jurídicos de la colonia y la república los pueblos originarios han sido despojados de sus derechos de propiedad territorial y de sus derechos originarios sobre los recursos naturales.

ANTECEDENTES JURÍDICOS DE LA EXPROPIACIÓN COLONIAL. El primer acto jurídico de expropiación o despojo de los territorios y de los recursos naturales de los pueblos originarios en la colonia lo realizaron el Papa y el Rey de España. El Papa al regalar los territorios de los pueblos originarios a los reyes de España también estaba regalando implícitamente todos nuestros recursos naturales. En el tiempo de la Edad Media, los países o reinados de Europa, eran países que se debatían en la pobreza y estaban buscando desesperadamente nuevos lugares de donde sacar riquezas. Con la colonización de Africa, Asia y América las naciones reinados de Occidente descubrieron enormes territorios de donde saquearon incalculables cantidades de riquezas de todo tipo, pero sobre todo de recursos naturales y minerales. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Para el saqueo colonial de los nuevos territorios que superaban en más de 10 veces todo el territorio de los reinados europeos, los reyes de Occidente necesitaban de circulante monetario. Este hecho de la multiplicación del intercambio entre países colonizados y colonizadores se conoce con el nombre de mercantilismo colonial. Es para la multiplicación del intercambio que los reyes de Europa necesitaban el oro y la plata. Para saquear los recursos naturales como el oro y la plata los reyes de España elaboraron leyes con los nombres de cédulas, ordenanzas y provisiones. En estas leyes, todos los recursos naturales y sobre todo los minerales preciosos se convirtieron en REGALIA del Rey. Todos los reyes de Europa en sus territorios y en las colonias convierten jurídicamente los minerales metálicos en REGALIA DEL REYNO. Esto significa que los reyes como representantes del estado absolutista, declaran a los minerales como propiedad exclusiva del rey. De esta manera los minerales de los pueblos originarios se convierten por derecho colonial en propiedad privativa del rey. Este es el primer acto de despojo de los recursos naturales, sobre todo de los minerales de los pueblos originarios. Los reyes españoles no respetaron para nada los derechos de propiedad sobre los recursos de las naciones originarias. A este acto jurídico podemos denominarlo como el despojo colonial de los derechos de propiedad de los pueblos originarios. El Rey de España, como único propietario de los minerales luego concedía la explotación de los minerales a los empresarios mineros de origen español a cambio del pago del “quinto” como impuesto, o sea de la quinta parte de la producción de los minerales. Esta legislación se mantuvo durante toda la colonia. Durante 300 años el Rey ostenta la propiedad exclusiva de los minerales y los empresarios españoles se convierten en los concesionarios exclusivos de las minas, porque los habitantes originarios no tenían ningún derecho de propiedad y en la realidad menos podían concesionarse una mina. Todo lo contrario, las leyes mineras de la colonia obligaban a los originarios de los Andes a trabajar como esclavos en las minas de Potosí y en otras con el nombre de mitayos.

ANTECEDENTES DE LA EXPROPIACIÓN REPUBLICANA DE LOS MINERALES. La idea central que debemos captar es que en la República, los recursos naturales pasaron de propiedad exclusiva del rey a propiedad exclusiva del estado. 77

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En los primeros años de la república, los gobernantes bolivianos, al no poder elaborar leyes mineras propias, pusieron en vigencia nada menos que las leyes mineras de la colonia como fueron “Las ordenanzas de minería” del virrey Francisco Toledo hechas para las minas del Perú y las “Ordenanzas de minería” hechas para las minas de México. En los hechos, el estado republicano era dueño de las minas, pero por las leyes coloniales, el dueño seguía siendo el rey de España, esas eran las contradicciones de las primeras leyes mineras de la nueva república. Luego, poco a poco, desde los decretos de Simón Bolívar, pasando por los códigos mineros, los minerales y los recursos naturales se regulan para convertirse en propiedad exclusiva del estado. Con las influencias del liberalismo francés y español los minerales se convirtieron en propiedad originaria del estado. El régimen jurídico de la legislación republicana sobre los recursos naturales es de carácter dominial y regalista. DOMINIAL significa que los recursos naturales son un patrimonio del estado, o sea todos los recursos naturales son de propiedad estatal bajo el título de bienes nacionales. REGALISTA significa que los recursos naturales son propiedad exclusiva del estado, a la manera de la propiedad del rey, pero fundado en la soberanía o imperium del estado liberal. En el sistema republicano, igual que en la colonia, también es el estado que como dueño exclusivo concesiona todos los recursos naturales a los empresarios particulares. De una forma muy similar que en la colonia, las naciones originarias no tienen ningún derecho propietario sobre los recursos naturales. Es el estado como propietario exclusivo quien concesiona los recursos naturales a los empresarios nacionales o extranjeros. Los conservadores, los liberales y los nacionalistas mantienen invariable el despojo y la propiedad estatal sobre los recursos naturales.

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LA PROPIEDAD ACTUAL DEL ESTADO SOBRE LOS DISTINTOS RECURSOS NATURALES. LA PROPIEDAD “ORIGINARIA” DEL ESTADO SOBRE LOS RECURSOS NATURALES EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO. Al interior de la jerarquía del ordenamiento jurídico del país, debemos tener siempre presente que las prescripciones y las declaraciones de la Constitución son de valor superior y tienen primacía sobre las demás leyes de inferior jerarquía. Por eso, los conceptos y las instituciones jurídicas establecidos en la Constitución Política del Estado se aplican prioritariamente a cualquiera de los conceptos e instituciones que pueden estar en las leyes y los decretos supremos. La actual Constitución, reformada el 6 de febrero de 1995, en su tercera parte, en el Capítulo II declara todos los recursos naturales como “bienes nacionales” y dice: “Artículo 136”. “I. Son de dominio originario del Estado, además de los bienes a los que la ley les da esa calidad, el suelo y el subsuelo con todas sus riquezas naturales, las aguas lacustres, fluviales y medicinales, así como los elementos y fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento”. “II. La ley establecerá las condiciones de este dominio, así como las de su concesión y adjudicación a los particulares”. “Artículo 137. Los bienes del patrimonio de la Nación constituyen propiedad pública, inviolable, siendo deber de todo habitante del territorio nacional respetarla y protegerla”. “Artículo 138. Pertenecen al patrimonio de la Nación los grupos mineros nacionalizados como una de las bases para el desarrollo y diversificación de la economía del país, no pudiendo aquellos ser transferidos o adjudicados en propiedad a empresas privadas por ningún título. La dirección y administración superiores de la industria minera estatal estarán a cargo de una entidad autárquica con las atribuciones que determina la ley”. “Artículo 139. Los yacimientos de hidrocarburos, cualquiera que sea el estado en que se encuentren o la forma en que se presenten, son del dominio directo, inalienable e imprescriptible del Estado. Ninguna concesión o contrato podrá conferir la propiedad de los yacimientos de hidrocarburos. La exploración, explotación, comercialización y transporte de los hidrocarburos y 79

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sus derivados, corresponden al Estado. Este derecho lo ejercerá mediante entidades autárquicas o a través de concesiones y contratos por tiempo limitado, a sociedades mixtas de operación conjunta o a personas privadas, conforme a ley”. “Artículo 140. La promoción y desarrollo de la energía nuclear es función del Estado”. (Constitución Política del Estado, de febrero de 1995. Ed. Gaceta Oficial de Bolivia. P. 51.). El concepto jurídico central de este artículo es el de DOMINIO ORIGINARIO DEL ESTADO sobre todos los recursos naturales del territorio boliviano. Por el concepto de dominio o propiedad originaria del estado sobre los recursos naturales, los pueblos y las comunidades originarias son despojados nuevamente de sus derechos de propiedad originaria que poseían antes de la colonia. Por estos artículos constitucionales, el Estado Boliviano se declara como el UNICO PROPIETARIO Y CONCESIONADOR DE LOS RECURSOS NATURALES. El concepto jurídico de “originario” en la constitución significa que el Estado es un propietario que adquiere el título de propiedad sin que este título haya sido trasladado de una persona a otra. O sea, el estado se declara como el primer y único propietario sin reconocer otros derechos de otras personas jurídicas. Aquí la propiedad originaria se opone a los modos derivativos de propiedad en donde el título de propiedad se traslada de unas personas a otras como en el caso de la compraventa por ejemplo. Por la doctrina del Utti Posidettis Iuris sabemos que el Estado Boliviano hereda la personalidad jurídica del estado español en el derecho internacional y que en los hechos históricos también hereda las estructuras políticas y jurídicas del estado español, acomodando estas estructuras a los esquemas de legislación liberales. En resumen, por los artículos 136, 137, 138 y 139 de la Constitución EL DERECHO DE PROPIEDAD sobre LOS RECURSOS NATURALES le pertenece al ESTADO BOLIVIANO en forma UNICA Y EXCLUSIVA. Estos artículos de la constitución establecen un mandato jurídico que se impone por sobre todas las demás leyes. Si los pueblos y comunidades originarias quieren obtener DERECHO PROPIETARIO sobre los recursos naturales de sus territorios originarios deben transformar este articulado. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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La misma constitución establece en los artículos precedentes el sistema de concesión de los recursos naturales a los particulares, en base a la propiedad exclusiva del estado.

LA PROPIEDAD ESTATAL SOBRE LOS YACIMIENTOS DE HIDROCARBUROS. El artículo 139 de la Constitución establece categóricamente la propiedad exclusiva del estado sobre los hidrocarburos: “Artículo 139. Los yacimientos de hidrocarburos, cualquiera que sea el estado en que se encuentren o la forma en que se presenten, son del dominio directo, inalienable e imprescriptible del Estado. Ninguna concesión o contrato podrá conferir la propiedad de los yacimientos de hidrocarburos. La exploración, explotación, comercialización y transporte de los hidrocarburos y sus derivados, corresponden al Estado. Este derecho lo ejercerá mediante entidades autárquicas o a través de concesiones y contratos por tiempo limitado, a sociedades mixtas de operación conjunta o a personas privadas, conforme a ley”. Los hidrocarburos están regulados por la “Ley de Hidrocarburos”, Ley No. 1689 de 30 de Abril de 1996. La Ley de Hidrocarburos, por ser una ley de inferior jerarquía, no puede contradecir a la constitución, por eso, esta ley en sus primeros artículos repite las declaraciones de la Constitución. La Ley de hidrocarburos en sus primeras partes dice: “Artículo 1. Por norma constitucional, los yacimientos de hidrocarburos, cualquiera sea el estado en que se encuentren o la forma en que se presenten, son del dominio directo, inalienable e imprescriptible del Estado. Ninguna concesión o contrato podrá conferir la propiedad de los yacimientos de hidrocarburos”. “El derecho de explorar y explotar los campos de hidrocarburos y de comercializar sus productos se ejerce por el Estado mediante Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Esta empresa pública, para la exploración, explotación y comercialización de hidrocarburos, celebrará necesariamente contratos de riesgo compartido, por tiempo limitado, con personas individuales o colectivas, nacionales o extranjeras, según las disposiciones de la presente ley ”. En la Constitución y en la Ley de Hidrocarburos LA PROPIEDAD DE LOS HIDROCARBUROS pertenece directamente al ESTADO BOLIVIANO. 81

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Son aproximadamente 80 años en que los yacimientos de petróleo y de gas se mantienen bajo propiedad del estado. Antes de la creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos fueron empresas transnacionales las que se concesionaron la explotación del petróleo. Luego fue YPFB la que explotó y comercializó el petróleo y el gas internamente y hacia la Argentina. Los resultados de este modelo económico y jurídico arrojan resultados negativos para el país y mucho más negativos para los pueblos y comunidades originarias donde se encuentran los yacimientos de hidrocarburos. En este modelo jurídico, primero, se niega todo tipo de propiedad a los pueblos originarios y segundo, se niega totalmente la participación directa a los dueños originarios en los beneficios económicos que producen los yacimientos de hidrocarburos. Todos los recursos económicos que ha producido hasta ahora la explotación de los hidrocarburos han sido usados y gozados por los empresarios privados y por los empleados de la burocracia del estado. A los dueños originarios como son las comunidades y los pueblos originarios no les ha llegado casi nada. Por eso ahora se debaten en la extrema pobreza, porque no se los toma en cuenta nunca, ni como beneficiarios y mucho peor como propietarios. Con la capitalización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y las demás empresas estatales, la institución constitucional de la propiedad estatal sobre los recursos naturales se ha convertido en un vacío y absurdo jurídicos. Así la Constitución se ha transformado en una norma inútil a la nación porque no permite ejercer en los hechos la propiedad estatal de los recursos naturales que por la vía de las concesiones pasan a propiedad de las transnacionales.

RÉGIMEN DE CONCESIONES PETROLERAS. El derecho de explorar, de explotar y comercializar hidrocarburos se ejerce mediante YPFB, la cual realiza CONTRATOS DE RIESGO COMPARTIDO con empresas nacionales o extranjeras. Es una pena que los nacionalistas hayan convertido a YPFB en una institución que enajena los hidrocarburos del país. En el caso de los hidrocarburos, el Estado no concesiona derechos de exploración, explotación y comercialización sino que lo ejecuta el mismo estado mediante YPFB. Pero el resultado para los pueblos originarios es el mismo porque no se los toma en cuenta para nada. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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REGIMEN DE ADMINISTRACIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE HIDROCARBUROS. Las entidades encargadas de administrar los contratos de riesgo compartido y otras actividades sobre hidrocarburos son YPFB y la Superintendencia de Hidrocarburos.

REGIMEN DE PATENTES Y REGALIAS. Las patentes de hidrocarburos se pagan para mantener el derecho de la concesión, en este caso el derecho de explotación. Las patentes sobre hidrocarburos los paga YPFB y luego son reembolsadas por las empresas privadas que participan en el contrato de riesgo compartido. Desde hace más o menos un siglo que se explotan hidrocarburos, negocio en el que los pueblos originarios no tienen ninguna participación. Injustamente no se los toma en cuenta en la política de producción y en la política de participación tributaria en forma directa. Todos los recursos que generan los hidrocarburos alimentan las arcas del estado que se gastan mayoritariamente en la burocracia del estado a nombre del desarrollo.

LA PROPIEDAD ESTATAL DE LOS MINERALES EN EL CÓDIGO MINERO. La Constitución en el artículo 136, como norma superior establece la propiedad o dominio originario del estado sobre todos los recursos naturales. “I. Son de dominio originario del Estado, además de los bienes a los que la ley les da esa calidad, el suelo y el subsuelo con todas sus riquezas naturales, las aguas lacustres, fluviales y medicinales, así como los elementos y fuerzas físicas susceptibles de aprovechamiento”. El estado tiene la propiedad exclusiva sobre “el suelo y el subsuelo con todas su riquezas naturales”. En relación a los pueblos originarios, el estado boliviano es un estado expropiador de los recursos naturales de las naciones originarias. En el terreno de los hechos, el estado no es sino una persona colectiva ficta, o sea es la ficción de la ley la que crea la personalidad jurídica del estado. En el terreno de los hechos concretos, el estado y la propiedad estatal de los recursos naturales están perfectamente acomodados a los intereses económicos y políticos de los que manejan el país, o sea a los intereses de la clase y nación dominante. Aparte de que el estado y las leyes 83

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estén acomodados a los intereses de las clases dominantes, la misma administración del estado en general, y en particular de los recursos naturales, se ejecuta para satisfacer los intereses de los grandes empresarios sean estos nacionales o extranjeros. El Código Minero, Ley 1777 de 17 de marzo de 1997 sobre la propiedad de los recursos mineros dice. “Artículo 1. Pertenecen al dominio originario del Estado todas las sustancias minerales en estado natural, cualesquiera sea su procedencia y forma de presentación, hállense en el interior o en la superficie de la tierra. Su concesión se sujetará a las normas del presente Código”. Este es el artículo fundamental del código minero que define la PROPIEDAD ESTATAL de los minerales obedeciendo lo que establece la Constitución. Todos los minerales metálicos y no metálicos son por tanto PROPIEDAD DEL ESTADO BOLIVIANO como único propietario. Como podemos ver, la propiedad estatal de los minerales es una institución absoluta, o sea que no admite ni atisbo de otros posibles propietarios. Para los pueblos originarios esta declaración constitucional y legal es una ley históricamente injusta porque los dueños originarios son desconocidos absolutamente como propietarios.

REGIMEN DE CONCESIONES MINERAS. El Código Minero sobre el tema dice: “Artículo 2. El Estado a través del Poder Ejecutivo, otorgará concesiones mineras a las personas individuales o colectivas, nacionales o extranjeras, que las soliciten ante el Superintendente de Minas de la jurisdicción, conforme a las normas del presente Código”. Es siempre el estado como único dueño el que otorga concesiones mineras a los empresarios nacionales o extranjeros. Las comunidades originarias y los habitantes originarios, por la pobreza en la que se debaten, no pueden competir por la concesión con las grandes empresas. En este caso, el marginamiento se realiza a partir de los mecanismos del mercado que favorece a los más ricos.

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REGIMEN DE ADMINISTRACIÓN DE LAS CONCESIONES MINERAS. La administración de las concesiones mineras, o sea la mantención, la reversión o la caducidad de las concesiones, es administrada por el estado a través de la Superintendencia de Minas.

REGIMEN DE PATENTES, IMPUESTOS Y REGALÍAS MINERAS. El código minero sobre las patentes dice: “Artículo 48. Los titulares de concesiones mineras, para mantener su derecho, están obligados a pagar la patente anual establecida en el artículo 50 del presente código, bajo sanción de caducidad.”. Las patentes se pagan por cuadrículas de 25 hectáreas de extensión y el destino de los dineros por su pago está establecido en un 30 por ciento para el municipio local y en un 70 por ciento para la superintendencia de minas y los servicios técnicos mineros. La mayor parte de las utilidades, de los impuestos y en general la riqueza de la explotación minera no beneficia a los pueblos originarios. Lamentablemente, la clase política legisladora, los empresarios y las transnacionales no toman en cuenta para nada a los pueblos originarios a la hora de planificar la distribución de las riquezas que generan el trabajo y los recursos originarios. Las injusticias que se cometieron en la colonia siguen repitiéndose a todo lo largo de la república.

LA PROPIEDAD ESTATAL DE LAS TIERRAS. Es una hábil jugada política y jurídica concentrar la problemática de los derechos de los pueblos originarios alrededor de la tierra y de la educación. Esta ha sido la estrategia política de las últimas décadas que ha manipulado a los pueblos originarios y como resultado nos encontramos que las comunidades se debaten en la pobreza. La política estatal sobre la tierra para los pueblos originarios y campesinos es una política de subsistencialismo parcelista que ha dado lugar al minifundio y a la pobreza. En tanto que la política educativa del estado sobre las naciones originarias es una política de asimilación nacional. Ambas son injustas porque no proponen ni crecimiento, ni desarrollo propio para los pueblos originarios. La Constitución Política del Estado como la ley de primer y último mandato sobre las tierras dice lo siguiente: 85

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“Artículo 165. Las tierras son del dominio originario de la Nación y corresponde al Estado la distribución, reagrupamiento y redistribución de la propiedad agraria conforme a las necesidades económico sociales y de desarrollo rural”. En la Constitución, la Nación Boliviana aparece como la propietaria de las tierras. Esta concepción de la nación boliviana ha sido y sigue siendo excluyente de las naciones originarias y se ha mantenido en la Constitución desde los primeros años de la república. Aquí surge el totalitarismo de la nación boliviana como dueña originaria de todas las tierras, desconociendo por completo los derechos agrarios y territoriales de todos los pueblos y naciones originarias. A esta altura del análisis debemos diferenciar claramente el DERECHO PROPIETARIO DEL ESTADO como el ÚNICO PROPIETARIO de todos los recursos naturales y los derechos de SIMPLES CONCESIONARIOS que otorga el estado a las distintas personas que son simples usuarios o concesionarios de los distintos recursos naturales. En estas condiciones el estado puede cuando quiera revocar el derecho de simples usuarios de los recursos naturales y adquirir de nuevo el derecho propietario. Igual que con la Ley de Participación Popular, con la Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria (Ley No. 1715 de 1996) llamada Ley INRA se han gastado decenas de millones de dólares en trabajos de comisiones y expertos, pero se han mantenido las injusticias políticas y jurídicas del pasado con los pueblos originarios. El objetivo de la “Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria” pretende simplemente establecer una nueva administración estatal de la concesión de las tierras: “Artículo 1. (Objeto)”. “La presente ley tiene por objeto establecer la estructura orgánica y atribuciones del Servicio Nacional de Reforma Agraria (S.N.R.A) y el régimen de distribución de tierras; garantizar el derecho propietario sobre la tierra; crear la Superintendencia Agraria, la Judicatura Agraria y su procedimiento, así como regular el saneamiento de la propiedad agraria”. Como podemos ver, el objetivo de la Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria es simplemente administrativo y dentro de los antiguos moldes de propiedad. Pretende solamente sustituir las viejas estructuras de administración del estado como fueron el Servicio Nacional de Reforma Agraria y NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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el Instituto Nacional de Colonización para establecer un solo organismo de administración de la tierra llamada también Servicio Nacional de Reforma Agraria, igual que en la antigua ley de Reforma Agraria de 1953. Es la antigua Ley de Reforma Agraria (Decreto Ley No.3464 de 2 de Agosto de 1953) la que establece la PROPIEDAD ESTATAL DE LA TIERRA: “Art. 1. El suelo, el subsuelo y las aguas del territorio de la República, pertenecen por derecho originario a la Nación Boliviana”. “Art. 4. Pertenecen al dominio patrimonial del Estado las tierras baldías, las que reviertan por caducidad de concesión o por cualquier otro concepto, las tierras vacantes que se hallan fuera del radio urbano de las poblaciones, las tierras pertenecientes a los organismos y autarquías dependientes del Estado, las tierras forestales de carácter fiscal y todos los bienes reconocidos en el mismo carácter por las leyes vigentes”. (Ley de Reforma Agraria. Cochabamba. Serrano. 1993. P. 20-21). Para los viejos nacionalistas, que tenían un espíritu totalitario de nación, las tierras eran de propiedad originaria de la Nación Boliviana y ni por asomo de las naciones originarias de una forma similar a la tradición jurídica de los hacendados republicanos. El concepto jurídico más injusto de estos artículos es el de “Tierra baldía” que desconoce todos los derechos de ocupación, uso social y propiedad originaria de las comunidades originarias sobre sus tierras ancestrales. Es una pena que en el terreno jurídico y doctrinal los legisladores bolivianos no hayan creado hasta ahora un nuevo pensamiento doctrinal para nuestro derecho y sigan repitiendo los viejos conceptos del derecho romano. Como en la colonia, el estado, injusto y despojador sigue expropiando los recursos naturales a los pueblos originarios. Todas las formas de tierras, desde el solar campesino, la pequeña propiedad, la mediana propiedad, la empresa agropecuaria, las tierras comunitarias de origen y las propiedades comunarias son en última instancia PROPIEDAD DE LA NACION BOLIVIANA Y DEL ESTADO quienes pueden elaborar una nueva legislación sobre las tierras anulando las actuales formas de “propiedad”, que no son sino concesiones de usufructo de tierras.

PROPIEDAD ESTATAL DEL MEDIO AMBIENTE. Es posible que el estado sea propietario del medio ambiente?. Este tipo de propiedad sólo podemos comprenderla dentro de los moldes de un 87

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estado concentrador de propiedad cuyo fundamento es ser una entidad excesivamente centralista y burocrática. Veamos las otras propiedades del estado según la Ley del Medio Ambiente, Ley 1333 de Abril de 1992: “Artículo 2. El medio ambiente y los recursos naturales constituyen patrimonio de la Nación, su protección y aprovechamiento se encuentran regidos por ley y son de orden público”. “Artículo 36. Las aguas en todos sus estados son de dominio originario del Estado [...]”. “Artículo 46. Los bosques naturales y tierras forestales son de dominio originario del Estado [...]”. “Artículo 52. El Estado y la sociedad deben velar por la protección, conservación y restauración de la fauna y flora silvestre, tanto acuática como terrestre, consideradas patrimonio del Estado [...]”. En una palabra sencilla todos los componentes de la naturaleza y del medio ambiente son del Estado y nada es de las naciones y comunidades originarias. El estado no toma en cuenta para nada las formas de utilización, ocupación y apropiación originarias y los desconoce por completo realizando UN ACTO INJUSTO DE EXPROPIACIÓN Y CONFISCACIÓN de todos los recursos naturales de los pueblos originarios. Esta es la más grande injusticia con los pueblos originarios, haberles despojado de SU DERECHO DE PROPIEDAD ORIGINARIA.

LA PROPIEDAD ESTATAL DE LA CULTURA ARQUEOLÓGICA. Existen en el Estado y en sus clases política y legisladora un intríngulis de tipo colonial que se ha repetido en el proceso de expropiación y confiscación de los recursos naturales y culturales de las comunidades y pueblos originarios. Inconsciente y mecánicamente repiten los actos jurídicos de la colonia a nombre de la nación boliviana, pero no se dan cuenta que en el fondo están cometiendo actos de profunda injusticia. La Constitución en el REGIMEN CULTURAL dice: “Artículo 191.” “I. Los monumentos y objetos arqueológicos son de propiedad del Estado. La riqueza artística colonial, la arqueológica, la histórica, y documental, NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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así como la procedente del culto religioso son tesoro cultural de la Nación, están bajo el amparo del Estado y no pueden ser exportadas”. Hay que hacer una diferencia entre la cultura de origen hispano boliviana y la cultura de las naciones y comunidades originarias. La nación boliviana, como heredera de la nación española, tiene todo el derecho a heredar y conservar la cultura hispano boliviana. Pero qué derecho de propiedad puede asignarse el Estado sobre los monumentos, los objetos arqueológicos y sobre las expresiones culturales de los pueblos y de las naciones originarias?. Los españoles y los inquisidores fueron los peores destructores del patrimonio arqueológico, de los conocimientos originarios y de las expresiones religiosas de los pueblos originarios. Esa es la verdad. Con el objeto de perseguir al demonio destrozaron muchas expresiones y objetos de la cultura originaria. Todas las expresiones culturales como idiomas, pensamiento, expresiones artísticas y religiosas que aún quedan en los pueblos originarios es gracias al celo y a la fortaleza de las comunidades originarias que se resistieron a perder su identidad y sus valores espirituales y culturales. Una de las peores pérdidas de la cultura y el pensamiento originario en los Andes ocurrió con la destrucción de los quipus que eran una forma propia de escritura histórica y matemática. Esta pérdida que debe cargarse al débito de los frailes y los españoles hace que ahora sea muy dificultosa la elaboración de un pensamiento político propio, porque muchos conceptos del idioma español expresan la ideología del colonialismo. Cuando el Estado Boliviano por la Constitución se declara como propietario de las expresiones artísticas de las naciones originarias está realizando un acto injusto de expropiación y confiscación a los pueblos originarios. Es una verdad simple decir que las culturas originarias son de las naciones originarias. Los verdaderos dueños deben tener también el derecho a administrar su propiedad artística en base a sus representantes naturales. En los umbrales del tercer milenio, las naciones y los pueblos originarios, lamentablemente se encuentran históricamente minimizados y frente a un estado totalitario política, patrimonial y culturalmente.

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10. EL RÉGIMEN DE LAS RELIGIONES EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LAS LEYES DE BOLIVIA. LOS ANTECEDENTES TEOLÓGICOS DE LA COLONIZACIÓN DE AMÉRICA. Los españoles y la mayoría de las naciones occidentales perdieron casi por completo sus religiones originarias y adoptaron el cristianismo durante el tiempo de los romanos y de la edad media. Para colonizar los continentes de Asia, Africa y América convirtieron el cristianismo en la única y verdadera religión del mundo. En términos sencillos, los colonialistas adoptaron una política totalitaria en términos religiosos y convirtieron al cristianismo y al catolicismo en una religión que debía imponerse en todo el universo. Por esta concepción, el Estado Vaticano se convirtió en el centro del poder religioso de Occidente y los reyes se sometieron a las leyes que elaboraba la Iglesia Romana. Algunas naciones europeas reaccionaron contra el poder vertical y universal del Papa y reinterpretaron el cristianismo de acuerdo a su identidad y sus intereses nacionales. Esos fueron los movimientos religiosos y políticos de los protestantes en Inglaterra, Alemania, Suiza y otros países europeos. Los protestantes lograron independizarse del mando vertical del Papa y organizaron sus iglesias con bases nacionales. Este movimiento se llamó la Reforma y logró en alguna medida “nacionalizar” la organización de la iglesia. En gran medida este despertar religioso contribuyó al avance de las ciencias y el pensamiento en general porque los protestantes no eran tan dogmáticos y cerrados al avance de las ciencias y la tecnología. Varios científicos y pensadores abandonaron las verdades de la iglesia romana e hicieron avanzar a la humanidad hacia nuevos horizontes que luego contribuyó a los avances del proyecto político del capitalismo. La Iglesia Romana elaboró entonces la doctrina de la Santa Inquisición para castigar a los renegados y herejes que iban contra las verdades de la iglesia romana. Este movimiento llamado de la Contrareforma fue una reacción teológica, política y jurídica en contra de los llamados herejes. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Teológicamente, la Iglesia Romana reafirmó la doctrina cristiana en su versión católica y vaticana. El vaticano y algunos reinados adoptaron una posición extremadamente dogmática del cristianismo y enfrentaron a los estados en transición al capitalismo. Políticamente existió una nueva sumisión del Estado Político al Estado Religioso. Muchos reyes se pusieron bajo el mando del Papa. Jurídicamente, la Inquisición es una ley de contenido religioso que prácticamente organiza a toda la sociedad en una alianza entre los señores feudales y la iglesia bajo la doctrina de la iglesia cristiana. Gran parte de este derecho se conoce luego como el Derecho Canónico.

LA COLONIZACIÓN RELIGIOSA DE AMÉRICA. Aunque parezca muy superestructural, en el espíritu colonial, a momentos, el primer y último objetivo ideológico y político de la conquista de América fue la instrucción y la enseñanza del cristianismo como la verdadera religión del mundo a los pueblos originarios, bajo la dominación del Estado de la Cristiandad Universal gobernado desde Roma. Por la institución del Patronazgo Real, los reyes de España recibieron del Papa los nuevos territorios con la carga o el objetivo de cristianizar a los indios para salvar sus almas del pecado original, que era el simple hecho de ser distintos y no ser cristianos. La cristianización como objetivo ideológico y político fue aplicado por los patrones y por las órdenes religiosas que creían que estaban construyendo el reino de la cristiandad, destruyendo todas las expresiones del demonio. La misma palabra de patrón viene del concepto de patronazgo, o sea de la obligación de cristianizar a los indios paganos. Otra institución cercana a la del patronazgo fue la de la “encomienda” que hacía el rey de España del alma de los indios. El patrón, obligado a cristianizar a los indios, recibía además la encomendación del alma de los originarios que debía ser salvada del pecado original cristianizándola. Por la historia, sabemos que El Rey Felipe II de España convirtió en LEY NACIONAL las regulaciones del “CONCILIO DE TRENTO” de 1545 que elaboró la iglesia romana para combatir a los protestantes y a los herejes. O sea que España, después del descubrimiento de América se convirtió en un estado organizado jurídicamente por las leyes de la inquisición. 91

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LAS RELIGIONES ANDINAS Y ORIENTALES. En los Andes, la civilización y el estado del Tahuantinsuyu era una sociedad plurinacional. En este marco no sólo se respetaban a las organizaciones estatales de las naciones andinas sino que también se respetaban los sustentos ideológicos de los estados que estaban basados en los sistemas religiosos regionales. Por la historia sabemos que el Inca concentraba en el Cuzco a todas las autoridades políticas acompañadas de las efigies de los seres supremos regionales y los respetaba y veneraba, al mismo tiempo exigía la veneración a los seres sagrados del estado central. En términos religiosos, el incario era una sociedad plurireligiosa que respetaba las estructuras religiosas regionales. Es realmente muy poco lo que conocemos de las religiones originarias de los pueblos originarios de los llanos de Bolivia. Muchos de los archivos de las misiones han desaparecido o, los que se han guardado en las instancias superiores de las órdenes, están en España o el Vaticano. Los últimos documentos de las distintas órdenes religiosas cristianas son celosamente guardados por los actuales administradores religiosos que no permiten revisar esa documentación. No tiene sentido seguir ocultando la verdad sea cual fuere ésta. Todo el proceso de colonización realizado por los hacendados o por los frailes ha tenido un contenido inquisitorial. Todas las acciones de los colonizadores estaban dirigidas a destruir los demonios originarios para imponer la religión cristiana. Esa es la verdad. Ocultar o mentir sobre la historia de la inquisición en los pueblos originarios ya no es moralmente sostenible. Las leyes y las regulaciones del Derecho Canónico, expresadas en gran medida en las normas de la Santa Inquisición, fueron aplicadas en verdaderas campañas de extirpación de idolatrías a todo lo largo de la colonia, o sea durante tres siglos. En este tiempo se han cometido muchos actos injustos que ahora son verdaderos delitos. Se hace necesario conocer la verdad histórica y sobre esta base hacer una evaluación madura para adoptar líneas de conducta de dignificación y convivencia.

LA RELIGIÓN EN LAS CONSTITUCIONES POLÍTICAS DEL ESTADO. Las leyes de la República, a todo lo largo del siglo XIX, se debatieron entre el liberalismo y los intereses de los hacendados españoles que se apropiaron de la nueva república con una fuerte tradición española. Eso pasó con la primera constitución política del Estado Boliviano. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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El Libertador Simón Bolívar junto a la primera constitución que redacta para Bolivia envía un discurso de fundamentación política y jurídica de la primera ley fundamental del país. La exclusión de toda religión de la constitución política del nuevo estado estaba muy bien fundamentada por el Libertador sobre todo en base a su formación liberal y planteaba en los hechos un estado sin religión oficial. En sus argumentaciones de separar la religión del estado el Libertador dice que “En una constitución política no debe prescribirse una profesión religiosa; porque según las mejores doctrinas sobre las leyes fundamentales, éstas son las garantías de los derechos políticos y civiles: y como la religión no toca a ninguno de estos derechos, ella es de naturaleza indefinible en el orden social, y pertenece a la moral intelectual. La religión gobierna al hombre en la casa, en el gabinete, dentro de sí mismo: sólo ella tiene derecho de examinar su conciencia íntima”. “Aplicando estas consideraciones ¿podrá un estado regir la conciencia de los súbditos, velar sobre el cumplimiento de las leyes religiosas, y dar el premio o el castigo, cuando los tribunales están en el cielo, y cuando Dios es el juez?. La inquisición solamente sería capaz de reemplazarlos en este mundo. ¿Volverá la inquisición con sus teas incendiarias? (Lecuna, Vicente. 1975. T. II. , p. 320-321). Simón Bolívar que conocía muy bien a los teóricos del liberalismo europeo también estaba informado de los horrores de la inquisición cristiana y es realmente loable que un hombre de origen hispano haya reconocido que la inquisición era una institución retrógrada y que frenaba el desarrollo de los pueblos. En el debate doctrinal y jurídico de la asamblea constituyente se enfrentaron dos polos opuestos tal como eran el Libertador Simón Bolívar y Casimiro Olañeta. El Libertador como el representante más preclaro del liberalismo y este último como el representante de la oligarquía colonial y conservadora. Una revisión de las actas de los debates constitucionales nos muestra que en el tema de la religión fue Casimiro Olañeta quien presentó, antes de toda consideración de la constitución que envió Simón Bolívar, la inclusión de un nuevo articulado sobre el tema religioso. La propuesta olañetiana sostenía que “La Religión Católica Romana, es la de la república Boliviana. El gobierno la deberá toda protección y respeto, reconociendo el principio de que no hay autoridad humana que pueda intervenir en las conciencias”. En un segundo artículo proponía que “Los gastos del culto público y la decente subsistencia de sus ministros se harán de las rentas del estado según las leyes que se sancionarán en adelante”. (“Sesiones de la Asamblea de Representantes del Alto Perú”. , p. 164-165). La propuesta de Olañeta es recomendada a una comisión la que opina que las ideas del Libertador Simón Bolívar son poderosas e inamovibles. 93

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Ante el rechazo de la comisión a la propuesta olañetiana se abrió un debate en el que algunos representantes defendían la posición de Simón Bolívar. Fue entonces que surgió la personalidad hispanista, colonial e inquisitorial de Casimiro Olañeta quien sostuvo “Que reconocía la primacía del Santo Padre, a quien como a cabeza de la iglesia veneraba profundamente. Que Jesucristo le había nombrado el primado de la Iglesia con el fin de que mantuviese la unidad de la fe y como un Poder Ejecutivo expidiese bulas para publicar las decisiones de los Concilios que ejercen el Poder Legislativo”. (“Sesiones de la Asamblea de Representantes del Alto Perú”. , p. 383). Luego, Olañeta expresa en su discurso el espíritu inquisitorial de su personalidad estrellándose con las espiritualidades originarias como buen católico e hispanista. Su personalidad extirpacionista surge cuando plantea que “No he podido menos que extrañar el que se quiera proteger a la superstición tan contraria al Evangelio; pero yo protesto que eternamente la contribuiré por seguir en todo la ley de Jesucristo”. (“Sesiones de la Asamblea de Representantes del Alto Perú”. , p. 407). Finalmente se insertó un nuevo articulado sobre la religión en la constitución bolivariana aceptando la redacción de la comisión propuesta por el señor Orihuela y que expresa una posición ecléctica entre el catolicismo de corte vertical y dominante y una débil presencia del liberalismo. Contrariando la propuesta de Simón Bolívar de fundar un estado sin religión estatal, los legisladores hispano bolivianos aprueban una constitución que preserva y da continuidad a la Religión Católica como religión oficial del nuevo estado. Los legisladores bolivianos de la Asamblea Constituyente insertan un nuevo título (2°) a la ley fundamental y establecen que “La Religión Católica, Apostólica, Romana, es la de la república, con exclusión de todo otro culto. El Gobierno la protegerá y hará respetar, reconociendo el principio de que no hay poder humano sobre las conciencias” (Salinas Mariaca, Ramón. 1989: 20). Con este artículo el Alto Perú como parte del estado inquisitorial español estaba reeditando institucionalmente a la Iglesia Católica en su versión romana y lo proyectaba como un componente inseparable del estado. En el plano de la ideología religiosa los legisladores bolivianos no realizaron ninguna ruptura con la colonia y más bien dieron una continuidad espiritual e institucional a la Iglesia Cristiana como la religión oficial del Estado Boliviano. En el campo religioso la primera constitución boliviana fue una constitución dominantemente colonial. En este aspecto se mezclan las ideas liberales del Libertador Simón Bolívar y los intereses religiosos de los hacendados. El viejo espíritu vertical de la religión cristiana se mantiene en toda la repúNACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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blica e incluso se reavivó junto a las leyes de colonización de los pueblos originarios del oriente en el siglo diecinueve. Recién en 1938, durante el gobierno de Germán Busch, el Estado “garantiza el ejercicio público de todo otro culto”. Después que pasaron cien años de la fundación de la república, que tenía una inspiración liberal, se hizo efectiva la libertad del ejercicio público de otras religiones. En relación a las “religiones originarias”, la clase política y los legisladores han echado un manto de olvido a los hechos de la Inquisición y los actos de imposición cristiana. La Iglesia Católica y la clase política nunca han querido reconocer públicamente a las religiones originarias hasta ahora. Este es un tema que no se ha debatido. Algunos empresarios simplemente usan a los “sacerdotes” de la religión andina para realizar algunos actos de inversión sobre todo en la minería y en la construcción, pero no se atreven a discutirlo políticamente con sinceridad.

EL SISTEMA JURÍDICO ACTUAL SOBRE LAS RELIGIONES. La actual Constitución de Febrero de 1995 sobre las religiones dice: “Artículo 3. El Estado reconoce y sostiene la religión católica, apostólica y romana. Garantiza el ejercicio público de todo otro culto. Las relaciones con la Iglesia Católica se regirán mediante concordatos y acuerdos entre el Estado Boliviano y la Santa Sede”. “Artículo 182. Se garantiza la libertad de enseñanza religiosa”. Por la concepción liberal de libertad de los cultos religiosos, las religiones de los pueblos originarios también tienen derecho a ser practicados por los pobladores originarios. El artículo 182 de la Constitución dice que se garantiza la libertad en la enseñanza religiosa. Este punto es muy positivo para el desarrollo moral y religioso en base a los propios valores ético religiosos de los pueblos originarios. Lamentablemente los “sacerdotes” originarios actualmente no tienen formación pedagógico didáctica para poder asumir la enseñanza religiosa en las comunidades. El reconocimiento por parte del estado de las religiones originarias sería un acto de verdadera justicia. Pero esto no se puede dar sino en los marcos de un estado plurinacional al que se resisten poderosamente las clases dominantes que tienen una gran protección de sus intereses en la actual legislación. 95

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Ya no es posible seguir sosteniendo la existencia de religiones oficiales en pleno Siglo XXI, cuando está por demás demostrado por la historia que la libertad religiosa ha sido un elemento muy importante del desarrollo de los pueblos tal como se ha demostrado en Europa y en los Estados Unidos. Para una futura reforma constitucional habrá que retomar las opiniones del Libertador Simón Bolívar doscientos años después, por un lado. Por otro lado habrá que pensar con seriedad que el desarrollo de los pueblos originarios pasa por un fortalecimiento de su identidad religiosa en un marco de libertad y convivencia espiritual que contribuyan a la unidad nacional.

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LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS EN LA LEGISLACIÓN INTERNACIONAL.

11. BREVE ANÁLISIS DE LA HISTORIA DE BOLIVIA A LA LUZ DE LA “CONVENCIÓN INTERNACIONAL SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN RACIAL”. INTRODUCCIÓN. Hasta ahora la clase dominante no ha hecho un análisis sincero del fenómeno del racismo en Bolivia. El racismo español y boliviano son hechos sumamente dañinos para la integridad y la salud mental de los habitantes originarios y mestizos en nuestro país. El racismo deforma, disminuye y lesiona gravemente la integridad, la salud mental y espiritual de los habitantes originarios. Pedagógica y educativamente es un hecho que deforma a las mayorías nacionales, lo que perjudica enormemente la disponibilidad y las motivaciones del capital humano en Bolivia. Ideológicamente el racismo boliviano es un poderoso instrumento de dominación política en manos de las clases dominantes para someter a los habitantes originarios del país y justificar sus privilegios y sus actos discriminatorios y excluyentes. Históricamente el racismo se ha venido repitiendo en la etapa de los españoles, de los conservadores, de los liberales y en la etapa de los nacionalistas como un instrumento de dominación ideológica sobre los pueblos originarios. No es moral ni decente dejar que el racismo continúe actuando clandestina o abiertamente porque es un atentado a los derechos humanos y constitucionales de los habitantes originarios y mestizos. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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A las puertas del siglo XXI ha llegado la hora de eliminar el racismo en Bolivia porque se convierte en un factor que contribuye al atraso y a la pobreza del país.

LA “CONVENCIÓN INTERNACIONAL SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN RACIAL” DE LAS NACIONES UNIDAS. La “Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial”, ha sido aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de Diciembre de 1965. Muchos de los convenios internacionales han sido aprobados en forma muy tardía por el Estado Boliviano, o incluso, algunos convenios no se los ha aprobado y ratificado hasta ahora. Por ejemplo, según los informes de las Naciones Unidas el Convenio Antigenocidio aprobado en 1948 no ha sido ratificado por el Estado Boliviano hasta la fecha. El Convenio contra la Discriminación Racial ha sido aprobado por las Naciones Unidas en 1965. El Estado Boliviano lo ha reconocido recién en 1970. El “Pacto Internacional de Derechos Económicos, sociales y culturales” y el “Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos” fueron aprobados en 1966. El Estado boliviano los ha ratificado recién en 1982. Estos ejemplos nos muestran que la conciencia internacional en materia de derechos humanos está más avanzada que la conciencia de nuestros gobernantes.

LA DEFINICIÓN DE DISCRIMINACIÓN RACIAL EN EL CONVENIO CONTRA LA DISCRIMINACIÓN RACIAL. Para la “Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial”, LA DISCRIMINACION RACIAL es: “Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública”. (Art. 1., parág. 1.). 99

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Es realmente reconfortante y alegra que la conciencia internacional defina por primera vez en la historia de la humanidad el fenómeno del racismo en 1965. Porque el racismo de todos los colonizadores occidentales que oprimieron a las civilizaciones originarias del planeta estuvo justificado y legitimado por muchas legislaciones y por muchas prácticas nacionalistas de los colonizadores que se veían como totalmente naturales. El racismo en Bolivia ha sido utilizado por las clases dominantes hispano bolivianas en contra de los pueblos originarios desde 1492 hasta nuestros días. El racismo se seguirá utilizando en Bolivia mientras no seamos los pueblos originarios quienes desenmascaremos y denunciemos esta ideología que envenena a las mayorías nacionales del país. El Convenio contra la Discriminación Racial define al racismo esencialmente como “toda exclusión o restricción por motivos de raza”. Nuestra realidad histórica nos demuestra que por motivos de raza, los pueblos originarios no sólo fuimos excluidos, sino oprimidos e incluso despojados de nuestros derechos fundamentales. Los españoles, aparte de la ideología cristiana, utilizaron la ideología del racismo como uno de sus instrumentos ideológicos fundamentales para despojar, oprimir y saquear a los pueblos originarios. Es muy curioso, pero es verdad que la ideología racista de los españoles también fue utilizada para excluir y oprimir a los criollos y mestizos en la colonia. Los republicanos conservadores, o sea los hacendados españoles que se hicieron republicanos, recalentaron la ideología del racismo español para hablar de la superioridad de la “raza blanca” y agudizar al extremo la opresión, el despojo y las matanzas a los pueblos originarios. Para justificar esta ideología las clases dominantes utilizaron los conceptos de civilización y barbarie para agredir a los pueblos originarios que en 1825 eran la mayoría nacional. Políticos y legisladores como José Ballivián, Aniceto Arce, Mariano Baptista, Mariano Melgarejo y otros conservadores se inspiraron en el racismo para despojar de sus tierras a los pueblos originarios guaraníes, chiquitanos, mojeños, aymaras y quechuas. De 1850 a 1900, los conservadores, inspirados en el racismo realizaron verdaderos actos de genocidio contra los pueblos originarios. En Carabuco, Huaycho, Chayanta, Trinidad, Santa Ana de Yacuma y Curuyuqui se cometieron masacres de grupos originarios armados de palos y flechas para despojarlos de sus tierras. Igual que los conservadores, los liberales, inspirados entre otros en el racismo, en 1936 ejecutaron los últimos actos de genocidio contra los pueNACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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blos originarios como en Jesús de Machaca donde se asesinó a sangre fría a los comunarios aymaras. Los liberales luego de subir al poder en 1900 continuaron con el despojo de tierras originarias y con el sometimiento casi esclavo en las haciendas donde practicaron el servilismo, el pongueaje y el racismo. Los liberales y todos los hacendados aplicaron en las haciendas cotidianamente la opresión y los insultos racistas lesionando gravemente la integridad y la dignidad de los habitantes originarios. La práctica cotidiana del racismo de la época de los liberales que duró medio siglo, sumado al racismo de los conservadores y de los españoles ha calado hasta el subconsciente de los habitantes originarios. Muchos de sus efectos se pueden apreciar ahora en la personalidad avergonzada, tímida y disminuida de muchos de los habitantes originarios. Esto afecta de una forma negativa en la personalidad y en la reivindicación de los derechos de los habitantes originarios. Desde 1952 hasta nuestros días, los nacionalistas asumen la ideología de un nacionalismo exaltado y delirante que niega y excluye los derechos de los pueblos originarios planteando su asimilación política a la nación boliviana. En los hechos, los nacionalistas y la nación boliviana continúan utilizando el racismo, pero priorizando como ideología el nacionalismo. Igual que en los mejores tiempos de los conservadores y de los liberales los nacionalistas aplican y permiten aplicar los insultos de indio, cunumi, salvaje, cholo y de colla hasta nuestros días. No han sido capaces de realizar ninguna reflexión seria y sincera desde el estado para eliminar los efectos dañinos del racismo. En el ordenamiento jurídico penal, las instituciones jurídicas de la injuria y la difamación no contemplan los actos de la injuria racista. La injuria racista debería ser penalizada porque afecta gravemente la personalidad y el mismo desarrollo humano de los habitantes originarios. Un acto de justicia histórica en las relaciones desiguales entre originarios y bolivianos de las ciudades sería la protección desde el estado a la integridad espiritual y personal de los habitantes originarios. Sería realmente un aporte histórico si los legisladores protegieran jurídicamente como valor humano la integridad personal y espiritual de los habitantes originarios de nuestro país. De todas maneras, debemos ser los pueblos originarios los que abordemos el fenómeno del racismo desenmascarando y denunciando sus expresiones personales e institucionales a nivel nacional profundamente convencidos que afecta gravemente al desarrollo del capital humano del país que está constituido mayoritariamente por la población originaria y mestiza. 101

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12. ANÁLISIS DE LA HISTORIA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS A LA LUZ DE LA “CONVENCIÓN PARA LA PREVENCIÓN Y LA SANCIÓN DEL DELITO DE GENOCIDIO”. INTRODUCCIÓN. Estamos a las puertas de ingresar al tercer milenio y es muy necesario analizar nuestra historia desde diversos puntos de vista. A lo largo de estos quinientos años se han cometido muchos actos políticos dañinos en contra de los pueblos originarios por parte de españoles y bolivianos que es muy necesario reflexionar para entrar en un nuevo milenio. La clase dominante se justifica y no quiere reflexionar sobre muchos de sus actos políticos contra los pueblos originarios que han provocado la pobreza y atentan hasta ahora contra los derechos fundamentales de los pueblos originarios. Una reflexión profunda y muy crítica de la historia boliviana podemos hacerla analizando los cinco siglos pasados a la luz del concepto de genocidio.

LA CONVENCIÓN PARA LA PREVENCIÓN Y LA SANCIÓN DEL DELITO DE GENOCIDIO. En la historia de la humanidad las naciones colonialistas de Occidente, para apoderarse de las riquezas de los países colonizados, han cometido grandes crímenes y actos de exterminio contra los pueblos indígenas. Muchos de estos países han convertido la política del asesinato en masa en una política de estado cometiendo los atropellos más grandes a los derechos humanos. El racismo de los colonizadores ingleses, portugueses, holandeses, NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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franceses, españoles y norteamericanos junto al nazismo alemán e italiano provocaron los más grandes delitos de lesa humanidad atentando contra los derechos humanos de las sociedades originarias. En la segunda guerra mundial el fascismo alemán adoptó como política de estado el exterminio de los judíos. De esta manera los nazis cometieron los crímenes más horrendos en contra de la humanidad. Fue la conciencia internacional la que reaccionó contra estos delitos y aprobó el convenio antigenocidio, lo que constituye un enorme avance en la lucha por los derechos humanos. La “Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio” fue aprobada el 9 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Para enero de 1959 una mayoría de los países del Africa, Asia, Latinoamérica, los países socialistas y algunos países europeos ratificaron el convenio antigenocidio convirtiéndolo en ley de sus respectivos países. Para enero de 1959 no habían ratificado el convenio muchos países con tradición racista, entre ellos por ejemplo Sudáfrica. Extraña mucho que Bolivia no haya ratificado el Convenio Antigenocidio hasta 1959. Y según los informes de las Naciones Unidas Bolivia tampoco ha ratificado este convenio hasta enero de 1995. Los estados que han ratificado el Convenio Antigenocidio han realizado un gran acto de avance a favor de los derechos humanos porque decidieron adoptar una política de PREVENCION Y SANCION del delito de genocidio. Esto significa un punto alto en la lucha por los derechos humanos en general y de los pueblos originarios en particular.

DEFINICIÓN DEL DELITO DE GENOCIDIO EN EL CONVENIO. En el Convenio Antigenocidio, el acto del genocidio se entiende y se define de la siguiente manera: “Artículo I. Las partes contratantes confirman que el genocidio, ya sea cometido en tiempo de paz o en tiempo de guerra, es un delito de derecho internacional que ellas se comprometen a prevenir y a sancionar”. “Artículo II. En la presente Convención se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente , a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal; 103

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a) Matanza de miembros del grupo. b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo”. Analicemos la historia de Bolivia a la luz de cada uno de los actos que hacen al delito de genocidio para reflexionar profundamente nuestra historia.

MATANZA DE MIEMBROS DEL GRUPO. Sin ánimo de recrear sentimientos contrarios a la unidad nacional del país, tenemos que analizar algunos hechos dolorosos para nuestros pueblos originarios para que no se repitan nunca más en el futuro. Ese debe ser el único objetivo, el de prevenir y defender a nuestros pueblos originarios de posibles actos que fueron tan repetidos en nuestro pasado. Los colonizadores españoles realizaron muchos actos de matanza que han quedado impunes y sin sanción en nuestra historia. Eran otros tiempos y la humanidad vivía tiempos de verdadero salvajismo. La mayoría de los actos de despojo comunal se ejecutaron mediante masacres colectivas. Todos los movimientos de resistencia originaria fueron sofocados mediante matanzas. Es también muy doloroso que en la república se hayan vuelto a cometer actos de genocidio contra los pueblos originarios. A la luz del Convenio Antigenocidio que estamos analizando las distintas masacres de comunidades originarias y campesinas fueron actos de genocidio porque se ejecutaron MATANZAS DE MIEMBROS DE GRUPOS ORIGINARIOS. Las primeras masacres perpetradas por los hacendados republicanos que se realizaron en Carabuco, Huaycho, Chayanta, Caracollo, Peñas y muchas otras comunidades aymaras y quechuas durante el proceso de despojo de tierras por los años 1850 a 1890 fueron actos de genocidio. De la misma manera se realizaron actos de genocidio con las comunidades originarias chiquitanas, guaraníes y mojeñas en el mismo período. Las masacres a comunidades originarias en el oriente se realizaron durante el proceso de despojo de tierras y durante el tiempo de la explotación de la quina y el caucho. Curuyuqui es el ejemplo más dramático de la masacre de los hermanos guaraníes. El NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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ejército armado de fusiles y bayonetas arremetió contra un pueblo armado de flechas y palos. En el tiempo del liberalismo la Masacre de Jesús de Machaca fue otro acto de genocidio cometido por los liberales. Igual que en Curuyuqui, comunidades armadas de hondas y palos fueron cruelmente asesinadas por un ejército armado de modernos fusiles. De igual forma, las masacres de Uncía, Catavi y Siglo XX a trabajadores mineros desarmados han sido actos de genocidio que nadie los ha llamado así en la historia porque no conviene y porque no había en el lenguaje jurídico internacional y nacional una institución jurídica que lo defina y lo sancione. Si integramos los actos de genocidio republicano a los fenómenos del genocidio español y occidental en general en nuestra América Originaria los resultados son espeluznantes. La población de los americanos originarios era de 80 millones de personas en 1500 para ser reducida a 10 millones en 1550. Fueron 70 millones de seres humanos que murieron por las acciones de los colonizadores occidentales y que deben ser cargadas a la conciencia del colonialismo. Los mexicanos originarios con una gran civilización en desarrollo eran 25 millones de personas en 1517 y fueron reducidos a la cantidad de 2,6 millones de gentes en 1532. La Civilización Incaica que cobijaba a una población de 10 millones de habitantes en 1532 fue reducida a 1,3 millones de almas en 1570. (Coggiola, Osvaldo. “1492-1992: El capitalismo festeja su senilidad”, 1992). Esas son las poblaciones que la civilización occidental ha eliminado sólo en nuestra América. Si extrapolamos los 70 millones de muertos a los continentes de Asia, Africa y Oceanía, los países de la Europa Occidental tienen en su haber el más grande genocidio cometido en contra de la humanidad. La historia de los vencedores oculta el esclarecimiento de estos hechos por intereses de orden ideológico y político. Para los pueblos y habitantes originarios de América estos hechos son heridas profundas que no podrán ser borradas de la conciencia histórica y colectiva fácilmente. Moralmente son hechos que se tornan imprescriptibles y siempre que la memoria individual y colectiva de los grupos originarios rememore estos hechos surgirá un acto de profunda condena. Analizamos estos hechos con el propósito central de refrescar nuestra memoria colectiva. No podemos entrar al nuevo milenio sin memoria histórica y sin conciencia a reclamar por nuestros derechos. Por eso es muy importante aprender profundamente de nuestra historia.

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LESIÓN GRAVE A LA INTEGRIDAD FÍSICA O MENTAL DE LOS MIEMBROS DEL GRUPO. Otro acto que constituye delito de genocidio es la lesión a la integridad física y mental. Para los miembros de los pueblos originarios es muy doloroso recordar los castigos y las humillaciones que han cometido los famosos patrones en las haciendas en el oriente y en el occidente de nuestro país. La famosa “huasca” o azote ha sido un acto de genocidio a la luz del Convenio Antigenocidio. Algunos abogados y políticos pueden decir que no hay delito sin ley previa que lo califique así. En las actuales leyes es verdad que no puede haber pena sin calificación del hecho como delito. Pero nuestra reflexión es ante todo moral e histórica. Todos los castigos corporales que cometieron los patrones en las haciendas contra los habitantes originarios han sido DELITOS DE GENOCIDIO. Si anuláramos la prescripción de que no hay procesos y sanciones retroactivas podríamos juzgar, procesar y castigar a todos los patrones que abusaron físicamente a los originarios. Lamentablemente las leyes en nuestra legislación se hacen sólo para el futuro y no para el pasado. Moralmente, todos los delitos cometidos en contra de los seres originarios serán siempre dolorosos e imprescriptibles para cualquier originario que repase su historia. El Convenio Antigenocidio también califica como delito las lesiones a la integridad mental de los grupos originarios. El delito de las lesiones a la integridad mental o espiritual de los pueblos originarios se ha cometido desde la colonia y dura hasta nuestros días y seguirá cometiéndose en el futuro si no lo denunciamos como tal. Cuando se insulta a los habitantes originarios acusándolos de indio, cholo, cunumi, salvaje o colla se está lesionando gravemente la integridad mental y espiritual de los pobladores originarios. Estos insultos son verdaderas agresiones a la integridad y a la dignidad espiritual de los originarios y provienen de la personalidad y mentalidad racista de algunos bolivianos de la clase dominante y de algunos bolivianos que se han contagiado con la enfermedad racista que se trasmite desde la colonia. Los efectos de estos insultos racistas son muy perjudiciales para la personalidad y la reivindicación de los derechos de los pueblos originarios. Estos insultos cohiben a los habitantes originarios para que no reclamen sus derechos. Pero además NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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estas injurias tienen un efecto negativo para la formación de la dignidad y de las capacidades de la mayoría de la población boliviana atentando al desarrollo del capital humano de Bolivia. Finalmente estas injurias atentan gravemente a la unidad nacional. Por eso se debe hacer todo lo posible para erradicarlo de la sociedad boliviana.

SOMETIMIENTO INTENCIONAL DEL GRUPO A CONDICIONES DE EXISTENCIA QUE HAYAN DE ACARREAR SU DESTRUCCIÓN FÍSICA TOTAL O PARCIAL. Los españoles, los conservadores y los liberales sometieron a los pueblos originarios intencionalmente a condiciones de existencia que provocaba poco a poco su destrucción, lo que han logrado en cierta medida. ¿Hasta dónde la actual situación de pobreza y miseria de las comunidades y pueblos originarios ha sido provocada intencionalmente por las clases dominantes?. Desde 1952 hasta la fecha los gobernantes han ejecutado, por un lado, una política que ha provocado la explosión de la pobreza originaria y campesina. Y por otro lado, la misma política ha concentrado la escasa riqueza del país en pocas manos. Es que históricamente, los modelos de desarrollo aplicados con los pueblos originarios son empobrecedores, incluido el modelo del Capitalismo de Estado aplicado por el nacionalismo. No hay duda que algunos nacionalistas son muy inteligentes para no darse cuenta de la política antioriginaria que se ejecuta, pero esto es muy difícil demostrarlo sin analizar los flujos de distribución de riqueza, porque en el terreno de los discursos estos están siempre llenos de promesas. El hecho objetivo es que hay pobreza y miseria en las comunidades que atenta a la existencia de los pueblos originarios y de esa situación sus responsables políticos son los nacionalistas. La actual situación de extrema pobreza rural y la migración sin esperanzas ciertas está llevando a los pueblos originarios lamentablemente a una situación de disgregación social que atenta contra su integridad colectiva. La inmigración campo ciudad por su parte está formando barrios de inmigrantes originarios en proceso de empobrecimiento e indigencia. Por otro lado, la inmigración del campo a las zonas de colonización no ha dado resultados por la política de minifundismo que han implementado los gobernantes con los migrantes del área occidental del país. Por esta política muchas zonas de colonización han comenzado a expulsar gente hacia las ciudades engrosando los cinturones de pobreza urbana.

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medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo. En la década del 70 se ha denunciado la acción de los Cuerpos de Paz que han ejecutado una política de control de natalidad en las comunidades rurales. Actualmente también existen algunos hechos que controlan la natalidad de la población boliviana bajo las distintas formas de la planificación familiar. Las políticas de control de la natalidad impiden el crecimiento de la población que en cualquier país del mundo es un factor vital para el desarrollo. En un país tan pobre donde no hay a veces qué comer los controles de la natalidad obligan a las familias a controlar sus nacimientos por el tema de la pobreza. Lamentablemente hemos caído en una trampa impresionante que parece no tener ninguna salida. ¡No podemos ser más porque no tenemos comida para las nuevas bocas!. A los pueblos originarios nos interesa reflexionar el tema del control de la natalidad para evitar que en el futuro se adopte una política de esta naturaleza en forma abierta o encubierta que debemos denunciarla.

LAS SANCIONES DEL CONVENIO ANTIGENOCIDIO. El Convenio Antigenocidio tipifica las acciones delictivas que constituyen el delito de genocidio. Entre estas acciones penadas por la legislación internacional están: - El genocidio. - La asociación para cometer genocidio. - La instigación directa y pública a cometer genocidio. - La tentativa de genocidio. - La complicidad en el genocidio. El Convenio Antigenocidio deja a los países suscribientes los procedimientos de castigo del delito de genocidio. El convenio fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 9 de diciembre de 1948. En este tiempo era muy difícil exigir que los hacendados liberales ratificaran el convenio porque los afectaba directamente. Por los informes de los organismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, nuestro país no ha ratificado el convenio hasta 1995. Es muy lamentable que los gobernantes nacionalistas tampoco hayan ratificado el convenio hasta el año 2001, lo que nos muestra, sino una continuidad colonial, por lo menos un profundo descuido en la política de respeto de los derechos de los pueblos originarios. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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13. EL “CONVENIO No.169 SOBRE PUEBLOS INDÍGENAS Y TRIBALES EN PAISES INDEPENDIENTES, 1989”, DE LA O.I.T. Y EL PROCESO DE SU RATIFICACIÓN Y CONSTITUCIONALIZACIÓN. ANTECEDENTES DEL CONVENIO 169 DE LA O.I.T. Muchos de los convenios acordados entre los países que forman parte de las Naciones Unidas tienen una orientación que en general podemos calificarla de liberal. Sin embargo de esto, algunos países al haber hecho avances en sus respectivas legislaciones sobre los derechos de los pueblos originarios le dan un contenido de desarrollo humano y político a ciertos convenios que significan un gran avance para los países subdesarrollados, pero sobre todo para los países atrasados en relación a los derechos democráticos de los pueblos indígenas del mundo. El origen laboralista del Convenio 169 de la OIT nos muestra, por un lado, la falta de una política democrática global de los países que influyen sobre los organismos internacionales que en su gran mayoría han cometido enormes actos de colonialismo político y jurídico con los pueblos originarios que habitan sus propios territorios. Estos países se oponen a una reivindicación de los derechos políticos y nacionales de los pueblos originarios porque estas propuestas cuestionan profundamente la estructura de esos estados nacionales. Por otro lado, las respuestas laboralistas sobre cuestiones políticas y nacionales, si bien son avances pequeños para los pueblos originarios, siguen encubriendo y negando los derechos humanos colectivos y los derechos nacionales de los pueblos originarios del mundo. El Convenio 169 de la OIT que se ha convertido en Ley del Estado Boliviano tiene sus antecedentes en la legislación internacional en la “Recomendación 104” y el “Convenio 107 de la OIT, aprobados ambos en 1957. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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La Recomendación 104 tenía algunas deficiencias y algunos avances positivos en relación a los pueblos originarios del país. La deficiencia más importante es la política global. La Recomendación 104 plantea la asimilación y la integración de los pueblos originarios a la nación colonial que es una forma de desarticulación y dispersión de aquellos. En el área educativa plantea algunos avances muy interesantes como la alfabetización en idioma materno y la realización de investigaciones sobre los pueblos originarios, la construcción de alfabetos originarios y la elaboración de diccionarios de los idiomas originarios. El Convenio 107 de la OIT es la base del Convenio 169, porque este último es una simple modificación de aquél. El convenio 107 se denominaba “Convenio relativo a la protección e integración de las poblaciones y de otras poblaciones tribuales y semitribuales en los países independientes”. La política central del Convenio 107 plantea la “Integración progresiva de los pueblos indígenas en las respectivas colectividades nacionales”, o sea en las naciones dominantes que históricamente no son sino parte de los grupos que colonizaron a los pueblos originarios. Las sugerencias más importantes del Convenio 107 plantean: - “Buscar la colaboración de dichas poblaciones y de sus representantes”. -

“Se deberá tomar en consideración su derecho consuetudinario”.

- “Se deberá enseñar a los niños de las poblaciones en cuestión a leer y escribir en su lengua materna”. - “Se deberán eliminar los prejuicios que pudieran tener respecto de esas poblaciones”. Estas sugerencias para 1957 significaban un gran avance en el campo educativo, en el campo del derecho originario y respecto de los prejuicios raciales. Lamentablemente el gobierno y las políticas del estado de ese entonces no tomaron en cuenta para nada esas sugerencias porque en el país se ejecutaba la política nacionalista de integración y asimilación de los pueblos originarios. 111

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EL CONVENIO 169 DE LA O.I.T. El Convenio 169 de la OIT fue adoptado por la Conferencia de la OIT el 27 de Junio de 1989 en base a un proceso de revisión y mejoramiento del Convenio 107 de la misma O.I.T. El Estado Boliviano lo ha ratificado como Ley de la república el 21 de Junio de 1991 durante el gobierno de Jaime Paz Zamora, como Ley No. 1257. El Convenio 169 de la OIT ha sido reconocido por la legislación boliviana en la categoría de Ley. Por encima de la Ley 1257 se encuentran los mandatos de la Constitución Política del Estado. Vamos a realizar el análisis de la Ley 1257 exigiendo de su contenido los derechos más importantes que deberían exigir al Estado Boliviano los pueblos originarios.

LA CUESTIÓN DE LOS ESTADOS ORIGINARIOS. Hemos remarcado bastante el derecho de los pueblos originarios a su desarrollo político y por tanto a preservar y a recuperar sus propios estados como naciones originarias y que ahora se objetivizan en las distintas autoridades originarias. Sobre el tema de los estados y las organizaciones políticas originarias la Ley 1257 dice lo siguiente: “Los gobiernos deben respetar las instituciones de los pueblos indígenas”. Deben adoptarse “medidas especiales para salvaguardar las instituciones” de los pueblos indígenas. “Establecer los medios para el pleno desarrollo de las instituciones” de los pueblos indígenas. El Convenio 169 de la OIT no puede hablar de instituciones de carácter estatal porque sería afectar a la soberanía de los estados miembros de las Naciones Unidas. Esta es una de las más grandes limitaciones del convenio que proviene del carácter no intervencionista de los organismos de las Naciones Unidas. Deben ser los pueblos originarios como los directos interesados los que planteen el reconocimiento político de sus autoridades originarias frente a sus estados. En relación a la situación de continua destrucción de las organizaciones NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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políticas de los pueblos originarios el Convenio 169 plantea avances importantes. Centralmente el Convenio 169 plantea “el respeto, salvaguarda y el desarrollo” de las instituciones de los pueblos originarios. En la actual coyuntura histórica, una política propia de los pueblos originarios en relación a sus organizaciones y estados autóctonos debe plantearse la reconstitución de las organizaciones y los estados originarios dentro de un marco de unidad nacional.

EL ASUNTO DE LOS TERRITORIOS ORIGINARIOS. Hemos reiterado el derecho de propiedad territorial que los pueblos originarios practicaron durante varios miles de años y que este derecho ha sido anulado por la legislación española y boliviana desde hace 500 años atrás. La Ley 1257 sobre el tema de los territorios originarios dice: “1. Al aplicar las disposiciones de esta parte del convenio, los gobiernos deberán respetar la importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las tierras o territorios o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna otra manera , y en particular, los aspectos colectivos de esa relación”. (Art. 13). “2. La utilización del término tierras en los artículos 15 y 16 deberá incluir el concepto de territorios, lo que cubre la totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna otra manera” (Art. 13). En la Ley 1257 el concepto de territorio está incluido dentro del concepto de tierras en el sentido de hábitat o lugar de habitación y no en un sentido político global y que incluya la propiedad de todos los recursos naturales. La limitación conceptual central proviene del concepto de hábitat que significa tan sólo los recursos naturales utilizados para la sobrevivencia natural. El término de hábitat en el fondo restringe los derechos de propiedad sobre muchos recursos que tienen un gran valor económico en el mercado. La limitación más grande del Convenio 169 es la omisión del derecho al territorio como base espacial del poder político de las naciones originarias.

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EL ASUNTO DEL DERECHO A LOS RECURSOS NATURALES. Los parágrafos 1 y 2 del Artículo 15 hablan de la protección que deben realizar los estados sobre los derechos de los pueblos indígenas en relación a sus recursos naturales. Estos artículos plantean que los pueblos originarios deben participar “en la utilización, administración y conservación de los recursos naturales”. Estos artículos de la ley son un avance pero sólo en el plano de la declaración legal. En los hechos y por la supremacía de la constitución y de las leyes especiales estos artículos no tienen ninguna aplicabilidad concreta. Son derechos que no se pueden exigir y no pueden hacerse realidad. La Constitución, el Código de Minería, la Ley de Hidrocarburos y otras leyes niegan cualquier tipo de propiedad y participación real en la explotación de los recursos naturales a los pueblos originarios. Toda la legislación nacional y el ordenamiento jurídico sobre recursos naturales favorecen al estado y a las empresas privadas nacionales y extranjeras. El segundo parágrafo del artículo 15, habla sobre la propiedad estatal de los recursos naturales tal como ocurre en la Constitución Política del Estado. Como se sabe, por el artículo 136 de la Constitución, el Estado tiene el dominio originario sobre todos los recursos naturales y tiene primacía en la aplicación sobre cualquier otra ley de rango inferior. La ley 1257 dice que en este caso, los gobiernos deben consultar a los pueblos interesados. La consulta a los pueblos originarios no tiene ningún valor jurídico porque no les otorga derechos de propiedad o explotación y no conducirá a nada, porque en última instancia se aplicarán las leyes que favorecen a otras personas y no a los pueblos originarios. La consulta se quedará simplemente en consulta porque las leyes no otorgan derechos exigibles a los pueblos originarios. Finalmente, el parágrafo 2 del artículo 15, dice que “los pueblos interesados deberán participar siempre que sea posible en los beneficios que reporten tales actividades”. De igual forma, este derecho a participar en los beneficios de la explotación de los recursos naturales no tiene posibilidades de aplicación porque no existe una prescripción constitucional ni una ley procedimental que obliguen a la participación de los pueblos originarios en los beneficios de la explotación de los recursos naturales. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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EL DERECHO A LA PARTICIPACIÓN DIRECTA DE LAS AUTORIDADES ORIGINARIAS EN ELECCIONES NACIONALES Y MUNICIPALES. Ya son dos siglos de vida republicana y la clase política y los legisladores no han tenido la moral de reconocer políticamente a las autoridades originarias. Tampoco han tenido una conciencia de justicia para legislar la participación directa de estas autoridades en las elecciones del sistema democrático representativo. Las autoridades originarias son parte de un sistema de representación distinta del sistema de representación formal que gira alrededor de los partidos políticos. Los sistemas de representación originaria tienen sus raíces más profundas en los sistemas de representación de los pueblos originarios. Existen en el país dos sistemas de representación política, el sistema democrático formal y los sistemas de representación originaria. Un acto de verdadera justicia política de la nación boliviana con los pueblos originarios sería reconocer los sistemas de representación política de los pueblos originarios legislando una forma de integración política recíproca que esté regulada por la Constitución y por las leyes electorales. Estas leyes tendrían que permitir la participación directa de las autoridades originarias en las elecciones del país. Ese sería un verdadero acto de justicia política. De lo contrario, el sistema político de Bolivia seguirá cometiendo los actos de injusticia política que han cometido hasta ahora los españoles, los conservadores, los liberales y los nacionalistas. El parágrafo 3 del artículo 4 del Convenio 169 dice que, “El goce sin discriminación de los derechos generales de ciudadanía no deberán sufrir menoscabo alguno como consecuencia de tales medidas especiales”. Aquí el convenio plantea la participación de los habitantes originarios en las elecciones votando individualmente para los partidos políticos. No plantea el reconocimiento de las autoridades originarias ni su participación directa en las elecciones. El nuevo Código Electoral y la Ley de Partidos continúan cometiendo las viejas injusticias de siempre al no reconocer los derechos políticos de los pueblos originarios. Luego, el Convenio realiza muchas declaraciones que tocan temas laborales, temas de artesanías e industrias rurales, temas de seguridad social, educación y contactos y cooperación a través de las fronteras. 115

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Entre los últimos artículos, los aporte más significativos son los que se refieren al desarrollo de los idiomas originarios y de la educación en idioma materno que ya habían sido sugeridos por el Convenio 107 en 1957 y que recién se lo aplica ahora.

EL PROCESO DE CONSTITUCIONALIZACIÓN DEL CONVENIO 169 DE LA O.I.T. Recordemos que el Convenio 169 de la O.I.T ha sido ratificado como Ley 1257 por el congreso Nacional el 11 de Junio de 1991. El ordenamiento jurídico boliviano ha integrado los aportes del Convenio 169 de la OIT en la categoría de Ley. Por encima de la Ley 1257 están, primero las prescripciones de la Constitución Política del Estado. En segundo lugar, como normas superiores de la Ley 1257, están las Leyes especiales sobre la tierra, los minerales, los hidrocarburos y los recursos forestales. Como veremos, la Constitución y las leyes especiales anulan muchas de las declaraciones del Convenio 169.

BOLIVIA PAIS MULTIÉTNICO Y PLURICULTURAL. La Constitución Reformada en 1995 declara en su artículo primero a “Bolivia, libre, independiente, soberana, multiétnica y pluricultural, constituida en república unitaria, adopta para su gobierno la forma democrática representativa, fundada en la unión y la solidaridad de los bolivianos”. La declaración constitucional de llamar a Bolivia como país multiétnico y pluricultural no cambia en nada la estructura política del estado boliviano en relación a las naciones originarias que sigue tal como se la ha venido manteniendo desde 1825. Lamentablemente es una declaración de tipo étnico y cultural que no cambia las estructuras de sometimiento del Estado Boliviano sobre los pueblos originarios. Es un avance muy pequeño que apenas podrá cambiar un poco la mentalidad de los bolivianos. Lo correcto y un acto de verdadera justicia política sería declarar y constituir el país como un Estado Plurinacional y Unitario. Este debe ser uno de los objetivos políticos de largo plazo de las naciones originarias requisito sin el cual no tendrán jamás una democracia nacional auténtica y tampoco podrán reconstruir sus estructuras políticas y salir de la pobreza, porque el actual estado centralista y burocrático no se los permite. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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LA INTEGRACIÓN CONSTITUCIONAL DE LOS APORTES DEL CONVENIO 169. Los aportes jurídicos de la Ley 1257 han sido integrados en el artículo 171 de la Constitución al final del Régimen Agrario y Campesino que se creó durante el período de los nacionalistas. Un avance democrático de grandes proporciones y de gran justicia hubiera sido crear un nuevo régimen constitucional sobre los pueblos originarios. El concepto de territorios que estaba incluido en el tema de tierras en el Convenio 169 no se ha incluido para nada en todo el artículo 171 de la Constitución. La Constitución pone un freno y elimina los derechos territoriales de los pueblos originarios que se habían sugerido accesoriamente en la Ley 1257. Al eliminar los derechos territoriales de los pueblos originarios la Constitución retorna nuevamente al concepto agrario de Tierras Comunitarias de Origen reafirmando el derecho de los campesinos al suelo para la explotación agrícola tal como ocurría con la antigua ley agraria de 1953. Lamentablemente, la Constitución reduce la institución de territorios de la Ley 1257 al concepto agrario de tierras. El artículo 171 tampoco reconoce a los pueblos originarios los derechos de propiedad, de explotación y de usufructo de la riqueza que genera la explotación de los recursos naturales. Sobre este tema sigue vigente el artículo 136 que declara el dominio originario del estado sobre todos los recursos naturales. El artículo 171 tampoco reconoce el carácter político y mucho menos el carácter estatal de las autoridades originarias. La Constitución da el calificativo de autoridades naturales a las autoridades originarias y les da la función de administrar justicia penal en las comunidades originarias. Esta función de administración de la justicia penal es muy utilitaria por parte de la Constitución. Por un lado se desconoce los derechos políticos de las autoridades originarias y por otro, por la propia debilidad del estado, se les asignan funciones administrativas muy subalternas. El artículo 171 menciona el reconocimiento de la personalidad jurídica de las comunidades indígenas y campesinas. Este es el artículo más polémico que, junto a la Ley de Participación Popular y la Ley de Descentralización, ha cometido una inútil repetición de los derechos que otorga el Código Civil a las personas colectivas y a las comunidades campesinas. La Constitución 117

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reconoce la personalidad jurídica de las comunidades sin mencionar de qué tipo de personalidad jurídica es. Siguiendo a la Constitución, la Ley de Participación Popular y la Ley de Descentralización otorgan a las comunidades personalidad civil que sirve sólo para hacer negocios civiles y de ninguna manera son una personalidad jurídica de tipo político. Estas prescripciones son poco útiles y repetitivas de las leyes civiles porque cualquier comunario con un poder o mandato de representación podía realizar antes actos civiles en el país. Finalmente el artículo 171 no reconoce el derecho de representación política de las autoridades originarias y el derecho a participar directamente en las elecciones sean estas municipales o nacionales. Los representantes de las comunidades y de los pueblos originarios no tienen ninguna posibilidad de acceder al derecho de ser elegidos por derecho propio. Por esto tienen que recurrir obligatoriamente a los partidos políticos que injustamente se han atribuido la representación política de las sociedades originarias. El derecho de propiedad de los recursos naturales, el derecho a la propia representación política y estatal, el derecho a la participación directa en elecciones y el derecho al territorio de las naciones originarias siguen constituyéndose en reivindicaciones actuales y vigentes para los pueblos originarios. Los mismos deberán ser reivindicados no sólo para una reforma constitucional sino como un programa de acción política de liberación social y nacional hacia el próximo siglo y milenio.

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14. CONCEPTOS DEL DERECHO ORIGINARIO. LA IMPORTANCIA DE CONTAR CON PROPIOS CONCEPTOS TEÓRICOS. No podemos realizar el estudio del derecho de los pueblos originarios sino contamos con propios conceptos jurídicos que nos permitan recuperar los derechos que se han despojado y desconocido a los pueblos originarios. La comprensión, el análisis y las mismas propuestas de reivindicación de los derechos de las naciones originarias necesitan de un instrumental técnico y comunicativo que hagan comprensibles nuestros planteamientos. Por eso es que debemos iniciar el proceso de construcción de los conceptos que estudien la historia y la realidad de los pueblos originarios.

OCUPACIÓN ORIGINARIA DE LOS TERRITORIOS. Es el proceso histórico desde las primeras comunidades originarias hasta el incario por medio del cual las comunidades y las naciones originarias han ocupado los actuales territorios en los que habitan. El proceso de ocupación de los territorios originarios se ha dado antes de la llegada de los españoles y se diferencia por tanto del proceso de ocupación colonial del que han sido objeto estos territorios. El proceso de ocupación originaria ha sido realizado por las comunidades y naciones originarias durante toda la historia precolonial y tiene por tanto una larga historia que abarca un tiempo igual a la antigüedad de cada pueblo originario. En el caso de los pueblos andinos comienza con las primeras comunidades de Viscachani, Wankarani, Chiripa para consolidarse con las civilizaciones de Tihuanacu y el Tahuantinsuyu. En el caso de las comunidades originarias del oriente, de igual manera comienza con las primeras comunidades arawak y se consolida con las sociedades de Mojos, los Chané y las naciones originarias Chiquitana y Guaraní. La ocupación de los territorios originarios en Bolivia tiene por lo menos una antigüedad de 10.000 años. Sin ninguna duda las comunidades, pueblos, naciones y civilizaciones originarias han sido los primeros ocupantes de los territorios originarios. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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UTILIZACIÓN Y NOMINACIÓN ORIGINARIA. Durante el proceso de ocupación originaria nuestras comunidades y naciones originarias le daban utilidad social a todo el espacio geográfico que iban ocupando a lo largo de su historia. En estos largos procesos de utilización las comunidades originarias elaboraban nombres propios para todos los lugares geográficos y todos los elementos de la naturaleza. Por eso las comunidades originarias antes de la llegada de los españoles tenían nombrados todos los lugares de sus territorios y todos los elementos de sus recursos naturales.

APROPIACIÓN ORIGINARIA. Como resultado del proceso de ocupación, utilización y nominación las comunidades y las naciones originarias elaboraron el concepto de propiedad de los territorios y de los recursos naturales. Para la llegada de los españoles podemos decir que todos los territorios en los Llanos y en los Andes de Bolivia estaban territorialmente ocupados porque ya habían sido utilizados y apropiados por los pueblos originarios. Cuando llegaron los españoles era muy difícil encontrar un lugar geográfico no utilizado y sin nombre. Los pueblos originarios ya se habían apropiado de todo el espacio geográfico en el que habían habitado por miles de años y tenían una conciencia clara de su propiedad territorial.

PROPIEDAD DE LOS TERRITORIOS ORIGINARIOS. El concepto de territorio en ninguna sociedad está desligado del concepto de soberanía del estado. Todas las comunidades, naciones y civilizaciones originarias antes de la llegada de los españoles tenían una organización política que tenía una autoridad política de mando que decidía sobre la vida de cada sociedad en su territorio. Cada comunidad y nación originaria tenía la soberanía sobre un determinado territorio considerado de su propiedad y decidía sobre su territorio y sus recursos naturales de una forma autónoma. Entonces podemos decir que la propiedad de los territorios originarios estaba muy ligada a la soberanía que tenía cada estado o organización política sobre su territorio.

CIVILIZACIÓN O ESTADO ORIGINARIO. En toda la teoría política occidental es una costumbre muy racista y colonial acusar a las comunidades y naciones originarias de que nunca han 121

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tenido ni naciones ni estados. Esto les permite cometer las peores injusticias políticas con los pueblos originarios. Por eso, es de mucha importancia reconocer en nuestras comunidades estados, civilizaciones o organizaciones políticas para afirmar y reivindicar nuestros derechos como naciones. Universalmente el ESTADO o CIVILIZACION desde el punto de vista político y jurídico es “una sociedad política y jurídicamente organizada”. Es muy importante decir que el estado o civilización para ser tal tiene que tener soberanía, independencia o autonomía. Ya nadie discute que Tihuanacu y el Tahuantinsuyu han sido las civilizaciones más grandes de nuestra América del sur cada cual en su tiempo. Todavía no se ha investigado con seriedad si la sociedad de Mojos era una civilización grande y si existieron estados durante la existencia de los pueblos Chané y Guaraní. En cualquier tiempo y en cualquier parte del mundo los elementos esenciales del Estado son el territorio, la población, el derecho y el gobierno. Es un argumento inmoral e injusto afirmar que los pueblos originarios eran salvajes y bárbaros que no tenían dios, ni ley, ni gobierno para cometer con ellos infinidad de injusticias. Todo lo contrario, todas las comunidades, pueblos y naciones originarias tenían estados políticos o organizaciones políticas por pequeñas que sean y que por tanto tenían soberanía territorial y estatal a la llegada de los españoles. Por eso, los pueblos originarios debemos afirmar que antes de la llegada de los españoles teníamos dios, patria, estado, ley y gobierno, por tanto teníamos muchos derechos y normas que organizaban jurídica y políticamente a nuestras naciones. Muchos de estos derechos tenían un gran contenido de justicia que superan a las actuales normas jurídicas que son muy injustas.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA ORIGINARIA. Recuperar las verdaderas estructuras políticas originarias significa recuperar la fuerza y la vida política para las comunidades y pueblos originarios frente al intento de eliminar a las comunidades y naciones originarias. La comunidad originaria más pequeña que tenga organización política y jurídica, vale decir, tenga autoridades nativas y normas o reglas jurídicas para vivir, tiene el derecho a proyectarse al futuro con propia personalidad política recuperándose de las amputaciones políticas y jurídicas que le han hecho injustamente. Nadie puede negarle el derecho a vivir con su propia identidad política y jurídica. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Las organizaciones políticas y jurídicas de las comunidades, naciones y civilizaciones originarias son la representación política más genuina y auténtica frente a las autoridades y leyes tan injustamente impuestas y que han servido para cometer los despojos y las destrucciones más injustas.

COMUNIDAD ORIGINARIA. Podemos llamar como comunidad originaria o comunidad indígena a los grupos humanos que son la base social de las naciones y civilizaciones originarias antes de la llegada de los españoles. En los Andes las comunidades originarias son los ayllus básicos de los que se componen los ayllus intermedios y los ayllus mayores. La unión de los ayllus mayores forman lo que llamamos las naciones originarias. Son unidades territoriales, poblacionales, políticas y jurídicas mínimas que forman las unidades colectivas mayores. Todas las comunidades originarias tienen en pequeño las mismas características, políticas, jurídicas y culturales de las naciones originarias.

NACIÓN ORIGINARIA. Las naciones originarias son el conjunto articulado de las comunidades indígenas y originarias que antes de la llegada de los españoles tenían en común una propia historia, un territorio, un estado o una organización política autónoma, una religión o espiritualidad, un idioma y una autoidentificación nacional propia.

ESTADO PLURINACIONAL ORIGINARIO. Muy al contrario de las concepciones de nación totalitarias y absolutas que trajeron los españoles, nuestros pueblos originarios tenían una concepción pluralista de nación. Los mejores ejemplos de la concepción plural de nación la encontramos en el Incario y en las comunidades guaraníes, las cuales eran sociedades y estados plurinacionales que estaban articuladas en base a unidades menores de tipo nacional.

DERECHO ORIGINARIO. Definiremos al derecho originario en general como el conjunto de normas, mandatos y leyes de carácter jurídico que elaboraron y aplicaron todas las comunidades, naciones y civilizaciones originarias en su vida política y jurídica en el tiempo de su autonomía e independencia política y que duran, aunque erosionadas, hasta nuestros días. 123

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Después del proceso de erosión política y jurídica realizado por el colonialismo hispano y republicano existen en las comunidades actuales las raíces jurídicas de las naciones originarias que no han sido extirpadas totalmente. Este derecho denominado también de costumbre está vigente en las comunidades.

DERECHO CONSUETUDINARIO ORIGINARIO. Algunas normas del derecho originario están en la actualidad contenidas en las costumbres de las comunidades. Por ejemplo el cambio de las autoridades originarias en los Andes es una costumbre y un mandato democrático anual. El concepto de derecho consuetudinario, como muchos de los conceptos elaborados por la antropología occidental, es un concepto reduccionista del derecho originario al simple concepto de costumbre. Las naciones y las civilizaciones originarias tuvieron un pensamiento político y jurídico sobre el estado y el derecho y fueron parte de estados y civilizaciones. No practicaron el derecho como una simple costumbre mecánica y repetitiva.

DERECHO PROPIO. Muchos de los derechos de los pueblos originarios fueron destruidos por el accionar político de los españoles. Luego de la destrucción de las autoridades originarias y de las normas del derecho originario se impusieron a las naciones originarias leyes extranjeras a las que podemos llamar derecho colonial. El derecho propio es el conjunto de normas y mandatos que provienen del derecho originario que corresponde a las naciones y organizaciones político jurídicas originarias. Se lo puede llamar también como derecho originario.

DERECHO COLONIAL. El derecho colonial por excelencia es el conjunto de normas y leyes que aplicaron las autoridades políticas, judiciales y religiosas españolas para dominar a las naciones originarias. Este derecho es denominado por los españoles y por algunos bolivianos como Derecho Indiano. Un ejemplo del derecho colonial es “La recopilación de las leyes de Indias”, ordenamiento jurídico que corresponde a las leyes que crearon el Estado Español para el gobierno de las colonias americanas.

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DERECHO CONCEDIDO. En la legislación colonial y en la legislación republicana las autoridades oficiales frente al reclamo de las comunidades otorgaban algunos derechos dentro de la legislación colonial o republicana. Un ejemplo típico de este derecho es el derecho al “salario” de los mitayos de Potosí. El derecho concedido es aquel derecho otorgado por las autoridades políticas distintas a las autoridades originarias como puede ser el derecho de los campesinos a la dotación de tierras en la legislación actual.

JURISDICCIÓN ORIGINARIA. Jurisdicción significa decir o decidir en derecho en determinado territorio. Tiene dos significaciones. Uno en sentido territorial y otro en el sentido de facultad para decidir. En sentido territorial significa toda la jurisdicción territorial donde se aplican las decisiones políticas o jurídicas de una autoridad. En sentido de facultad de decisión significa que sólo algunas personas están facultadas o autorizadas para tomar algunas decisiones políticas y jurídicas. En el derecho originario existían jurisdicciones originarias en el sentido territorial y en el sentido de autoridad facultada para tomar y aplicar decisiones. Algunas jurisdicciones originarias en el sentido territorial todavía se mantienen en algunas comunidades y ayllus aunque están totalmente interferidas por las jurisdicciones del estado.

AUTORIDAD ORIGINARIA. La autoridad originaria, cualquiera sea su rango, es precisamente la persona facultada para tomar decisiones y aplicarlas a la vida social de las comunidades. Las autoridades originarias son las que comportan y manejan con más autenticidad las normas del derecho originario. Lamentablemente muchos sindicatos han perdido el carácter jurídico y político de las autoridades originarias por las influencias del nacionalismo sindicalista.

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DESPOJO DE LA JURISDICCIÓN ORIGINARIA. Un ejemplo típico, desde la colonia hasta la fecha, de despojo de las jurisdicciones originarias, es el despojo realizado por los corregidores a las autoridades originarias. El ejemplo más trágico es el despojo cometido por el corregidor Alós a Tomás Katari en el Norte de Potosí. Lamentablemente, desde la colonia hasta nuestros días se mantiene el injusto despojo colonial de las facultades políticas y jurídicas de las autoridades originarias en todas las comunidades originarias del país.

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SEGUNDA PARTE:

LAS TESIS POLÍTICAS DE ALTO BENI.

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15. ANTEPROYECTO DE PROGRAMA. LAS RAZONES HISTORICAS Y POLITICAS PARA LA FORMACION DEL INSTRUMENTO POLITICO DE LOS ORIGINARIOS DE BOLIVIA. Después de los primeros triunfos de la Invasión Española en su avance de conquista y sometimiento de los pueblos nativos de lo que hoy es Bolivia, la estrategia de la invasión consistió en la aplicación de dos formas de colonización, la violenta y sanguinaria que llegó a los extremos del exterminio cuando se topó con una fuerte resistencia y la forma pacífica de sometimiento con los pretextos más sutiles de conquista. La vía del sometimiento por la fuerza se aplicó indiscriminadamente con las naciones Quechua y Aymara. Después del fracaso de la vía violenta, para los nativos del trópico, se optó por la vía pacífica. Ambos procesos de conquista doblegaron definitivamente la resistencia de los indígenas para imponer un sistema de opresión colonial, el más inhumano que hayamos conocido en nuestra historia. Las diversas formas de sometimiento colonial de los pueblos originarios no han cambiado hasta nuestros días. Por eso se hace imprescindible la construcción de una herramienta política para la liberación de las naciones originarias.

SIEMPRE SE IMPUSO LA CONTRAREVOLUCION COLONIAL. Los indígenas collas y cambas nunca entregaron su nación y su libertad sin luchar porque en distintas condiciones y épocas prepararon la revolución para expulsar a los invasores. Pero la contrarrevolución colonial continuadamente salió triunfante por la superioridad militar y sobre todo por el aislamiento entre los movimientos revolucionarios indígenas ya sean estos collas o cambas. No necesitamos repasar nuestra historia en detalle para comprobar esta afirmación. Ahí están los aplastamientos contrarrevolucionarios más inhumanos y enfermizos a Juan Santos Atahuallpa, Tupac Amaru y Micaela Bastidas en el Perú. El aplastamiento violento de Pedro Ignacio Muyba en los llanos de Mojos. La revolución de los hermanos Katari en Potosí y Chuquisaca, y la heroica revolución de Tupac Katari en La Paz NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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En el siglo XIX, alrededor de los años de 1870, el criollismo oligárquico y colonial, en plena república inicia un proceso de despojo y colonización en el altiplano, los valles y el oriente boliviano. Este proceso de usurpación lleva al extremo el despojo de los territorios y los recursos naturales de los pueblos originarios. Frente al avance colonial surgieron como respuestas lógicas las revoluciones anticoloniales de Pablo Zárate Willka en los Andes, la revolución anticolonial de Apiaguaiqui Tumpa y el pueblo Ava Guaraní y la revolución anticolonial de Andrés Guayocho en los llanos mojeños. La conclusión histórica, fatal para los originarios, es que siempre se impuso la contrarrevolución colonial. De aquí, de la masacre, del aplastamiento y el exterminio de nuestros antepasados, los originarios ponemos a la orden del día la revolución anticolonial.

LOS CRIOLLOS SIEMPRE SE INTERPUSIERON COMO INTERMEDIARIOS FRENTE AL PELIGRO DE LA REVOLUCION ORIGINARIA. Todas las situaciones de crisis económica y política, todas las situaciones revolucionarias en el país han tenido una solución política a manos de los criollos. Los originarios nunca hemos tenido participación política real en las soluciones y cambios de este país. Cuando hay condiciones históricas para nuestra revolución o cuando ya estamos en pleno proceso revolucionario continuamente se interponen los criollos para clausurar nuestras aspiraciones de liberación. Las pruebas más categóricas para estas afirmaciones son el aplastamiento a las revoluciones de los Amaru, Katari y Muyba. En este aplastamiento participa todo el cuerpo nacional criollo sin excepciones. Luego de estos aplastamientos contrarrevolucionarios el criollismo republicano preparó el camino de la intermediación entre los españoles y los indígenas. Después de haber aniquilado las fuerzas revolucionarias de los indígenas los criollos de la clase media y algunos españoles oportunistas alistaron la guerra de la independencia como su propia y exclusiva alternativa para expulsar a los españoles y adueñarse económica y políticamente del país. Los indígenas sin ninguna alternativa propia participamos en las guerrillas de los guerrilleros de la independencia. En el oriente, los valles y el altiplano fuimos la base social de los Warnes, los Lanza, los Padilla y Medina. Por la participación en esta guerra como segunda alternativa y porque la república significó la expulsión de los españoles los indígenas aceptamos la creación de Bolivia. La organización y la constitución de la república de Bolivia es la primera intermediación criolla frente al peligro de la revolución anticolonial. 131

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La segunda intermediación política de los criollos se dio en el proceso de la revolución federal de los liberales en 1899. Esta segunda intermediación fue llevada a cabo con mucha más hipocresía que la primera de la república. Pero antes de explicar la captura del poder por los liberales debemos mencionar dos grandes revoluciones en el oriente boliviano. La de Apiagüayqui Tumpa y Andrés Guayocho en guaraníes y mojos respectivamente. Ambas aplastadas por la inferioridad militar y el aislamiento. Volviendo a la toma del poder por los liberales lo primero que debemos afirmar es que en este proceso se cruzaron dos tipos de luchas: la lucha o revolución anticolonial y anticriolla de aymaras y quechuas contra ese largo proceso de despojo de José Ballivián, Mariano Melgarejo y Tomás Frías y la lucha de los liberales paceños contra el centralismo político de los conservadores asentados en Sucre. La revolución anticolonial por la recuperación de los territorios usurpados a los nativos fue liderizado por Pablo Zárate Willka. La lucha de los liberales por la hegemonía económica y política del país fue encabezada por José Manuel Pando. La gran hipocresía de los criollos radicó en que Pando utilizó las fuerzas de Zárate contra las fuerzas de Severo Alonso prometiéndole devolver las tierras usurpadas por los conservadores. Pablo Zárate participó en la lucha contra los alonsistas como fuerza decisiva para la derrota del ejército conservador. Pero después de la derrota de los conservadores, José Manuel Pando y los liberales ordenaron vilmente el apresamiento y la muerte de Pablo Zárate para luego reprimir todas las fuerzas originarias movilizadas. Después de más de un siglo de inmolación de las fuerzas de los Muyba, Katari y Amaru nuevamente se impuso la contrarrevolución colonial de los criollos como la segunda intermediación política del criollismo. La tercera intermediación política de los criollos contra las posibilidades de la revolución anticolonial la realizaron los nacionalistas criollos en 1952. La revolución nacional y capitalista de 1952 significó en los hechos la liquidación de la revolución anticolonial desde el campo y de la revolución socialista que se planteó desde las minas y las ciudades. Con el proyecto nítidamente capitalista de diversificación, desarrollo capitalista y creación de una burguesía “nacional”, el nacionalismo criollo utilizó económica y políticamente para su proyecto a la clase obrera y al campesinado con el anzuelo de la nacionalización de la gran minería y la reforma agraria. En la realidad objetiva, ni los obreros ni los campesinos tuvieron en sus manos las fuentes del poder económico ni el poder político. Aquel pasó, vía estado a manos de la nueva rosca, el segundo, se manejó con una hegemonía exclusiva de los nacionalistas que gobernaron intercalando las elecciones NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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y el golpe de estado, todo para construir capitalismo tardío y fabricar burguesía nacional. La intermediación criolla, la liquidación de la revolución anticolonial y la hegemonía política de los nacionalistas en el campo, aparte de la habilidad y astucia de los movimientistas, se debió a la ausencia de un programa y un instrumento políticos que plantearan correctamente la recuperación de los territorios y los recursos naturales. Frente a esta gran ausencia los nativos quedamos aplacados en nuestra sed de liberación con una reforma agraria de corte liberal e individualizante, además del voto universal que nos acopló al carro de los nacionalistas oscureciendo por un largo periodo nuestras propias perspectivas de liberación. Casi de un modo similar, en las ciudades y en las minas, la revolución socialista fue liquidada porque casi de inmediato la clase obrera entregó su triunfo a un partido que tenía un proyecto contrario a sus intereses históricos, o sea, contrario al proyecto socialista. De ahí en adelante, los movimientistas construyeron su hegemonía distrayendo a los obreros al crear la ilusión del poder en el proceso de cogestión obrera, aislándolos ideológica y políticamente de los campesinos y creando un cerco militar para su control. Por último, el dominio de los emenerristas también se dio por la incapacidad política de los partidos marxistas tradicionales para quebrar este dominio y reencausar la revolución al socialismo, recluyéndose éstos cada vez más a las actividades gremiales y sindicales. Con esta intermediación, la tercera en nuestra historia, los nativos, nuevamente perdimos la posibilidad de realizar nuestra propia liberación y contrariamente, en más de cincuenta años de vida sindical y participación electoral, nunca hemos dejado de ser escaleras y pongos políticos del nacionalismo criollo. Después de tres intermediaciones que impiden nuestra propia organización y revolución los nativos debemos tener una total desconfianza en los partidos criollos. ¿Quién no hubiera ingresado al MNR antes del 52 que era el partido más revolucionario de entonces? ¿Quién no apoyó a la UDP o ingresó al MIR, instrumentos que se mostraban como los más consecuentes con el pueblo? Hasta ahora los partidos criollos populistas constantemente han mostrado una actitud radical hasta conseguir el gobierno con el apoyo del pueblo, pero después, lo han traicionado y reprimido cínicamente. En esta lucha histórica entre las naciones originarias y el enclave nacional español no hay lugar para las concesiones. O terminan de destruirnos por la vía del despojo y la explotación o terminamos con el colonialismo. Sólo la 133

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liquidación del colonialismo interno nos garantizará la recuperación integral y dialéctica de nuestros patrimonios nacionales. Así como la clase obrera necesita del partido para hacer la revolución socialista y recuperar la riqueza explotada a generaciones de obreros, de la misma manera, los originarios necesitamos en forma imprescindible un instrumento político para recuperar nuestros territorios y sus riquezas. Aparte de que el instrumento político es necesario para garantizar nuestros intereses, es también un aporte para la solución de los problemas políticos del país, porque sin nuestra participación no se garantiza la liberación nacional.

NUESTRA CONCEPCIÓN SOBRE LAS NACIONES ORIGINARIAS DE BOLIVIA ANTES DE LA INVASIÓN DE LOS ESPAÑOLES. La situación de nuestras naciones antes del arribo español a nuestros territorios es todavía poco conocida tanto en el occidente como en el oriente del país. Por eso debemos hacer los mayores esfuerzos por diagnosticar la situación de nuestros pueblos antes del proceso de agresión colonial.

LAS NACIONES QUECHUA Y AYMARA. Más allá de las fronteras departamentales republicanas, creemos que los grupos humanos aymaras y quechuas son finalmente naciones producto de una serie de procesos de unificación integradora y procesos de desarticulación diferenciadora bajo relaciones de coerción o relaciones de integración pacífica. Nuestras naciones tienen sus raíces más profundas en la gente que fabricó los restos arqueológicos de Viscachani, Chiripa y Huancarani. Son este conjunto de pueblos y otros por descubrir la base humana del primer imperio de unificación andina como fue Tihuanacu. Señalamos a esta organización como el primer proyecto de unificación nacional andina por el hecho de que en este período se llevó a cabo la primera integración entre los grupos regionales y el Estado Tihuanacota. Prueba de esta integración son los vestigios de cultura tihuanacota en zonas geográficas que antaño tenían su propia identidad. Después de la crisis y disgregación de Tihuanacu sobrevivieron las culturas o señoríos locales, que son el resumen de sus culturas ancestrales y la influencia de Tihuanacu. Estos pueblos son los que se conocen más en nuestra historia. Aquí se ubican la gran variedad de pueblos a lo largo del territorio andino como los pacajes, los khara kharas, los lípez, los chicheños NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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y otros. Estos pueblos sufrieron un proceso de evolución dentro de ese mecanismo que llamamos diferenciación cultural. Pero este proceso no durará por mucho tiempo más, porque después sobrevino el último proceso de unificación e integración nacional que fue el Incario. El Incario fue la fusión inicial entre la dirigencia puquina y los pueblos que habitaban el Cuzco. Esta simbiosis nacional será el inicio de la unificación incaica, la más rápida, la más brillante y la más extensa de nuestro continente. En este movimiento de unificación se entremezclaron lo incaico con lo puquina, con lo aymara y con la identidad de otros pueblos y señoríos con cultura propia. La mayoría de los quechuas y aymaras somos producto de esta síntesis nacional y cultural. Aparte de los otros elementos constitutivos de una nación, de Tihuanacu y los señoríos, pero esencialmente de Tihuanacu, queremos rescatar el estado y su respectiva civilización. Basta de imponernos ese rancio y caduco prejuicio colonial del mundo occidental de que no teníamos estado. Universalmente todas las naciones y civilizaciones que aglutinaron su poder alrededor de grandes centros urbanos o ciudades tuvieron estado. El estado de nuestra gran civilización Tihuanacota se disolvió en su parte central pero quedaron los estados de los señoríos locales como testimonio de las anteriores formas de organización estatal. Fueron precisamente estas autoridades políticas personificadas en Manco Qhapac y Mama Ocllu, las que iniciaron la génesis política del incario. Desde el principio de la construcción del imperio incaico, el estado fue el resultado de la unificación pacífica o violenta entre el naciente estado cuzqueño y los estados de los reinos o señoríos. El mecanismo de recambio gubernamental fue de un carácter rotativo y comunitario en los ayllus y unidades mayores como las llajtas y markas. En cambio las autoridades en el estado cuzqueño o de los señoríos fueron de carácter hereditario. Hablando en términos políticos afirmamos que el incario fue una confederación de naciones de carácter imperial. La prueba más clara de este hecho es el carácter confederativo del incario que respetaba la autonomía política de las naciones mientras no se alterara el orden establecido. Como todas las grandes conformaciones humanas, el Imperio Incaico tenía en su seno contradicciones de carácter nacional entre las naciones unificadas y el estado central. Será esta contradicción, sumada a la crisis económica y política la que aflore en el momento de la invasión española ocasionando una fatal división en nuestros antepasados que ayudó al triunfo de los invasores. 135

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La contradicción esencial que llevaron en su seno Tihuanacu y el Imperio Incaico en todos estos procesos de unificación y desintegración fue de carácter nacional, porque fueron grupos nacionales los sujetos de toda esta historia. Rechazamos los intentos de encontrar antagonismos de clase en nuestras sociedades andinas porque no corresponden a la realidad y por tener escasas perspectivas políticas.

LAS NACIONES DEL ORIENTE BOLIVIANO. Es realmente poco lo que se ha hecho para estudiar objetivamente a las naciones originarias del oriente boliviano en el período anterior a la llegada de los invasores. Por esta razón nuestras tesis tienen un carácter precario mientras no contemos con nuevos aportes científicos. A grosso modo podemos afirmar que en el oriente boliviano se dieron indistintamente tres procesos de unificación nacional como fueron el de la Chiquitanía, la Mojeña y la Ava Guaraní. Aparte de estos tres procesos de unificación hubieron una serie de naciones pequeñas dispersas a lo largo del territorio oriental. Igual que en el occidente boliviano, las naciones del oriente boliviano vivieron contradicciones nacionales a lo largo de su historia precolombina. A propósito utilizamos la categoría de nación originaria para todos los grupos humanos nativos que, en el occidente o en el oriente, lograron un patrimonio territorial, una organización económica, una organización política, un idioma, una religión y una mentalidad nacional propias a lo largo de sus luchas, logrando una identidad y soberanía política propias o que se integraron con otras naciones para conformar mayores unidades nacionales. Rechazamos categóricamente los conceptos de indio, salvaje y bárbaro por ser instrumentos ideológicos destructivos de nuestra identidad y ser nacionales. Combatiremos ideológicamente el colonialismo y el imperialismo ideológico y cultural del mundo occidental hasta encontrar un trato de absoluta igualdad.

LA PIEDRA ANGULAR DE NUESTRA CONCEPCIÓN REVOLUCIONARIA: LA LIBERACIÓN ANTICOLONIAL DE LAS NACIONES ORIGINARIAS DEL DESPOJO, LA EXPLOTACIÓN Y LA OPRESIÓN DE LA NACIÓN HISPANO CRIOLLA. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Inicialmente partimos de la tesis de que nuestra historia es el resultado de la lucha de las naciones originarias contra la invasión y el enclave hispano criollo desde la llegada de los españoles hasta nuestros días. Este largo proceso se inició con la llegada de un grupo de invasores de la nación española que en los conceptos originarios son q´aras, q´alas, karai o karayanas, o sea gente que no trajo ninguna propiedad más que la ambición y el afán de hacerse rica. Por otro lado, se encuentran en proceso de unificación o autónomas, nuestras naciones originarias que esencialmente son conglomerados humanos que tienen en propiedad soberana un territorio y sus respectivos recursos naturales, un sistema económico que satisface las necesidades materiales del grupo, un sistema de organización política que garantiza el funcionamiento del estado internamente o para resguardar externamente la seguridad de la nación frente a otras naciones, un idioma para la comunicación entre los habitantes, una religión propia que explique algunos problemas de la naturaleza y el universo, expresiones artísticas y culturales propias, una mentalidad propia y por último una población o sujeto nacional que se define de esta forma cuando la nación entra en contradicción con otras naciones realizando una historia común. A diferencia de la lucha de clases que se da dentro de un marco nacional interno y cuya esencia es la explotación de una clase por otra, la lucha de naciones, a parte de la explotación que además es compulsiva y no contractual de una población nacional sobre otra, comprende el despojo constante del territorio por la nación conquistadora, comprende también el saqueo continuo de los recursos naturales de la nación invadida. Abarcando el plano superestructural la nación invasora impone su religión, su idioma y sus expresiones artísticas con el objetivo de destruir la identidad cultural de los invadidos. En el plano político los invasores para apropiarse y preservar el poder destruyen sistemáticamente el estado de las naciones invadidas hasta minimizarlo por completo para luego convertirlo en un apéndice dependiente del poder imperial. Las presentes tesis que pretenden ser la piedra angular de nuestra concepción revolucionaria nacen de un profundo análisis de nuestra historia y serán corregidas y comprobadas sólo en la medida en que los originarios seamos capaces de realizar la transformación anticolonial de nuestro país. 137

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Es con este propósito que debemos conocer la lucha de nuestras naciones en cada uno de sus aspectos.

EL DESPOJO TERRITORIAL. El despojo colonial de nuestros territorios ancestrales tiene una continuidad histórica desde la llegada de los españoles hasta nuestros días. Los dueños originarios fuimos despojados de nuestros territorios desde el inicio mismo del asentamiento colonial. Los mismos territorios donde estaban edificadas nuestras poblaciones y grandes centros urbanos nos fueron expropiados y despojados para servir de base para la construcción de las ciudades que son el inicio de los enclaves españoles. Después del asentamiento en las ciudades, los españoles pasaron a ejecutar el despojo de los territorios de cultivo agrícola bajo el régimen del repartimiento. Este proceso de despojo y repartimientos territoriales duró todo el tiempo de la colonia, ensanchándose cada vez más en la medida que aumentaba la ambición de los hacendados y el número de nuevos españoles. En la república, cuando españoles y criollos se adueñaron de las fuentes de poder económico y pasaron a ocupar el lugar de los peninsulares, el proceso de despojo colonial se agudizó hasta 1952, fecha en la que más del 90 por ciento de nuestros territorios cultivables pasaron a manos de la oligarquía criolla. Uno tras otro los gobernantes decretaron el despojo más descarado en el Oriente y en el Occidente del país. Producto de estas políticas fueron los decretos expropiadores de José Ballivián y de Mariano Melgarejo. El despojo tuvo el nombre legal de Enfiteusis con Ballivián, Ley de Exvinculación con Melgarejo y Ley de Colonización para los pueblos originarios del oriente. No hay nombre para describir este proceso de despojo y rapiña del criollismo republicano que utilizó al estado para realizar la expropiación más descarada. Caudillos militares, conservadores, liberales y últimamente nacionalistas realizan el despojo de los territorios bajo el mismo principio de expropiación. Mención especial merece la recuperación parcial de nuestras tierras en el proceso de lucha por la reforma agraria, sobre todo en los valles y en el altiplano. Porque el nacionalismo traslada el despojo de territorios del occidente al oriente del país, llegándose a una situación de propiedad de territorios muy similar a la época anterior a 1952. La oligarquía criolla posee 32 millones de hectáreas de territorio cultivable mientras que los originarios y otros campesinos poseen sólo 4 millones de hectáreas a 1990.

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EL SAQUEO Y LA DEPREDACIÓN DE NUESTROS RECURSOS NATURALES. El saqueo colonial directo de nuestros recursos naturales por el imperialismo español es el que ha extraído las riquezas más ingentes en oro, plata y otros recursos minerales y vegetales. En este período se inicia el saqueo de nuestros recursos y el despotenciamiento de América y por otro lado la acumulación de riquezas y el continuo potenciamiento de las fracciones del imperialismo europeo. En la república, después que el estado cae en manos del hispano criollismo dominante, éste pasa a ser un simple apéndice político de la dominación imperialista de los ingleses primero y de los norteamericanos después. La nación criolla utiliza el estado dependiente para cumplir el papel de saqueador indirecto del imperialismo. La oligarquía criolla es esencialmente depredadora de nuestros recursos naturales porque en ningún momento de nuestra historia económica ha dejado de cumplir este papel. La función accesoria y depredadora de la burguesía criolla está indisolublemente unida a los intereses económicos de los diferentes imperialismos que han colonizado a nuestro país a lo largo de nuestra historia. La rosca criolla cumple su papel de productor de materias primas con la misma voracidad que caracteriza al imperialismo. Complementariamente acepta sumisa la depredación y el saqueo directo de nuestros recursos naturales por las transnacionales imperialistas. La oligarquía cumple con un gran servilismo el aniquilamiento de todas las potencialidades económicas de nuestra patria para el provecho y el desarrollo de los imperialismos. Todos los recursos minerales utilizados y por utilizar y todos los recursos vegetales y animales depredados y por depredar serán servilmente entregados a los imperialismos mientras no nos salvemos de la explotación económica y de la dependencia. Brevemente queremos mencionar el chaqueo y desmonte de nuestros bosques y el rápido agotamiento de la fertilidad de la tierra a la que nos vemos obligados los campesinos y colonizadores parcelarios por la excesiva sobrevaloración de los productos que necesitamos para consumo familiar o para reiniciar la producción. Cada vez suben más los precios de lo que consumimos y cada vez cuesta menos nuestra producción. Por eso nos vemos obligados a desgastar rápidamente nuestros pocos recursos disponibles. Por otro lado, queremos dejar bien claro que las consecuencias de nuestra pequeña producción no se pueden comparar con la enorme depredación de los suelos, la flora y la fauna que realizan las grandes empresas. Ellos son 139

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los mayores culpables y responsables históricos del desequilibrio ecológico que nos amenaza ahora.

LA EXPLOTACIÓN DE LA POBLACIÓN NACIONAL ORIGINARIA. Una de las características históricas de las relaciones de explotación entre la nación invasora y la población de las naciones conquistadas, es que los invasores imponen por la vía de la coerción y en base al derecho de conquista relaciones coloniales de explotación a la fuerza de trabajo originaria. Este proceso se inició con la encomienda o entrega de grupos de gente para prestaciones serviles. Fue el estado español quien legalizó en forma vertical las relaciones coloniales y serviles para la explotación de la fuerza de trabajo originaria en todas las actividades económicas y de servicio estatal. La mita fue el mecanismo más compulsivo de esta explotación colonial de los originarios en las minas, los obrajes y las haciendas. El pongueaje fue otro de los mecanismos más coercitivos que garantizó la propiedad colonial de los originarios y su correspondiente explotación. El postillonaje y otros servicios personales al estado español fueron otras formas de explotación. La Iglesia Católica también explotó la fuerza de trabajo nacional originaria en los servicios al culto religioso o en las haciendas de propiedad de las diferentes órdenes religiosas. La nación y el estado españoles utilizaron el tributo colonial como uno de los mecanismos más eficientes de explotación a los indígenas. No podemos dejar de mencionar la extorsión y el robo abierto como mecanismos arbitrarios y coloniales para la explotación del patrimonio de los indígenas. Un análisis aparte merece la colonización de las naciones del oriente por las misiones de religiosos católicos. A estas alturas ya no es posible seguir manipulando la historia sosteniendo que la organización de las misiones se manejaba con igualdad y justicia, que eran territorios de libertad dentro de un mar de colonialismo. Las misiones cristianas, como las jesuíticas por ejemplo, eran organizaciones coloniales de carácter corporativo cerrado y dirigidos por una elite colonial de intelectuales católicos con una gran capacidad ideológica y organizativa. No dudamos que en organizaciones donde la demanda no supera la producción y oferta de bienes se puede satisfacer relativamente las necesidades. Lo que discutimos y queremos poner en claro es la comercialización de los excedentes producidos y la acumulación de estos valores para el fortalecimiento de las órdenes religiosas y de la Iglesia Católica. Después de la expulsión de los jesuitas en 1767 se disolvieron las orgaNACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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nizaciones misionarias y los originarios del oriente fuimos presa de nuevas invasiones del hispano criollismo oriental que nos despojó de nuestros territorios, dispuso abusivamente de nuestros recursos naturales y nos esclavizó en las barracas y estancias para explotarnos inhumanamente. El mecanismo de explotación más extorsionante que ha utilizado el colonialismo español fue el intercambio comercial coercitivo agudizado sobre todo alrededor de los años de 1780. Esta forma de explotación consistía en la entrega de mercaderías europeas en base a la coacción por valores superiores al precio real de las mercancías importadas traídas de otros lugares del sistema productivo colonial, entre los que se encontraban telas de distinto tipo, hierro, espejos o chucherías inútiles para el uso de los pobladores originarios. La extorsión consistió en cobrar 5, 6, o 10 veces por demás del precio real de las mercancías que eran distribuidas por los corregidores españoles. Este intercambio desigual en la colonia fue el más compulsivo y explotador que hayamos tenido los nativos de los Andes. Frente a esta explotación y opresión inhumana se levantaron las revoluciones de Túpac Amaru y los Katari. Ya en la república, el criollismo oligárquico conservó intactas las relaciones de explotación colonial en todas las haciendas del oriente y occidente del país, además de mantener la prestación de servicios a la iglesia y al estado criollo. El criollismo republicano también mantuvo el tributo colonial con el nombre de contribución territorial durante los primeros cincuenta años, convirtiendo esta forma de ingreso en el principal sostén del estado. Sólo la mita cambió a fines de 1900 siendo sustituida por relaciones de explotación salarial, aunque en las haciendas persistió esta forma oprobiosa de explotación colonial. Desde 1952 ingresamos a una situación de explotación que en los hechos se sostiene hasta ahora. El proyecto capitalista de 1952 fijó tres tipos de propiedad de la tierra. La gran empresa agrícola y la propiedad mediana como resabios coloniales y la propiedad parcelaria en las comunidades, exhaciendas y en zonas de colonización. El modelo económico del 52 asignó al campesinado parcelario la producción de alimentos, de materia prima y mano de obra para las industrias a construirse. Al mismo tiempo los nacionalistas nos asignaron el papel de consumidores de los productos industriales y agroindustriales, de maquinaria, herramientas, insumos y artefactos importados y en pequeña escala de créditos. Actualmente la explotación de los originarios y otros campesinos se da en dos momentos. El primer momento de la explotación se realiza cuando 141

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nuestros productos agropecuarios se venden muy barato trasladándose de esa manera plusvalía al mercado que es aprovechado por los intermediarios, los exportadores de materia prima o los industriales nacionales que se benefician con materia prima barata. Al fijarse precios bajos para nuestros productos de la canasta familiar el mayor beneficiado es la clase dominante que dispone de los fondos salariales del país porque se enriquece gracias a los bajos niveles salariales. El segundo momento de la explotación del campesinado se realiza en la compra y el consumo. Todos los productos de consumo familiar o productivo el campesinado los compra muy caro con sobreprecios que son la suma de los costos de producción, de los costos de operación comercial y sobre todo de las ganancias de las industrias transnacionales, de los industriales y agroindustriales bolivianos, de la oligarquía comercial boliviana y de todos los comerciantes pequeños que sobrecargan al campesino precios altos a las mercancías que consume. Si queremos saber quiénes son nuestros principales explotadores, los campesinos tenemos que señalar al empresariado agroindustrial, comercial y a las transnacionales que se llevan las mayores ganancias directa o indirectamente aplicando la ley del intercambio desigual desde afuera o desde adentro. Este es uno de los mecanismos fundamentales de explotación para el campesinado que aplica el nacionalismo hasta asfixiar la economía parcelaria. El intercambio desigual ya se aplicó en la colonia en forma compulsiva, ahora se agudiza este mecanismo bajo el plan del neoliberalismo. Por otro lado, el nacionalismo criollo intenta reactualizar el mecanismo de explotación colonial como el impuesto a la propiedad rural y otras formas de renta. Para ver con claridad el camino de nuestra liberación los originarios tenemos que romper con la ideología del nacionalismo criollo y burgués que persiste en nosotros en diversas formas. Tenemos que llegar a la conclusión de que es la misma nación invasora la que nos explota cerca de 500 años.

LA IMPOSICIÓN DE IDIOMA, DE RELIGIÓN Y DE EXPRESIONES ARTÍSTICAS Y CULTURALES. Uno de los instrumentos ideológicos fundamentales de los españoles fue la religión Católica. El gobierno de Dios y el Papa tenían que imponer universalmente la religión cristiana. La violencia colonial del catolicismo destruyó a mano partida los lugares sagrados y los dioses originarios. Quisieron también “extirpar” de nuestro ser nacional nuestra propia religión. La violencia con la que nos quisieron imponer el catolicismo y a Cristo, convertido en opresor y colonialista, a la larga penetró en nuestra mentalidad. Pero jamás hemos abandonado a nuestros propios dioses. Las muestras de religión católica en NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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nosotros es sólo un barniz o disfraz. Aún con nombres de dioses y santos cristianos evocamos a nuestros verdaderos dioses. Para los originarios del oriente que parece que han integrado definitivamente el cristianismo tendremos que rescatar a Jesús como un verdadero luchador por la justicia que murió en la cruz por salvar al pueblo judío de la opresión romana. En la colonia fue muy difícil, casi imposible, que nos impusieran el idioma español. Poco a poco, en la medida que el criollismo español nos ofrece escuela es que aprendemos el castellano. En el período nacionalista es donde se nos impone el idioma español como idioma obligatorio tratando de acabar con nuestros propios idiomas. Debemos aprender y dominar el español para combatirlos y vencerlos ideológicamente sin olvidarnos nunca que antes y después del triunfo están nuestros propios idiomas nacionales. Cultural y artísticamente los españoles siempre han despreciado como creaciones de segunda a nuestras culturas. Paralelamente han querido enajenarnos a imagen y semejanza de su propia enajenación. Si queremos terminar con el desprecio a nuestras culturas, con la enajenación forzada y con la invasión cultural de lo extranjero tenemos que acabar con el colonialismo interno que es la razón última de las actitudes de colonialismo cultural de la oligarquía criolla.

LA DESTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS ORIGINARIOS. Todos los imperialismos tratan de destruir el estado de las naciones conquistadas. En el caso de nuestras naciones, nuestros estados fueron desde un principio destruidos o minimizados por el régimen colonial. La destrucción del estado de la Confederación Inca se inició con la muerte de Atahuallpa. De allí se fue aniquilando poco a poco los estados andinos en las jerarquías superiores en la medida en que nuestros gobernantes oponían tenaz resistencia. Después de un tiempo, los colonialistas lograron destruir totalmente lo central del estado andino y funcionalizaron políticamente los mecanismos de gobierno de los Mallkus, Kurakas e Hilaqatas que eran los últimos eslabones del estado andino. Hubieron varios intentos de recuperar el estado andino, pero fueron cruelmente reprimidos porque el colonialismo español no podría gobernar con un poder que se le oponga dualmente. Las organizaciones estatales de los pueblos originarios del oriente fueron manejadas en principio por los misioneros, luego de la expulsión de 143

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los jesuitas en 1767 se pusieron en una situación de resistencia frente al continuo avance del colonialismo civil blanco que operaba desde Santa Cruz. Podemos decir que las naciones orientales fortalecían sus estado gracias a la continua resistencia que oponían a los invasores, pero luego de las derrotas por la superioridad militar, las organizaciones estatales quedaron dispersas o sometidas a gobernantes extraños. En todo el tiempo de la república, el estado andino y los estados orientales funcionaron en su último eslabón como apéndices dependiente del estado colonial criollo, o pasaron a veces en momentos de revolución como con Zárate Willka y Apiagüaiqui Tumpa a rearticularse como un verdadero poder alternativo. Esta situación duró hasta el proceso de recuperación de la tierra por los originarios. Aquí el campesinado utilizó el sindicato como instrumento de lucha para reinvindicar la tierra. No podemos dudar que con el sindicato logramos recuperar la tierra, pero de ahí a decir que el sindicato puede constituirse en instrumento político para la lucha política falta mucho. Por todo esto creemos que es históricamente justo recuperar y reorganizar los estados de las naciones originarias de Bolivia. También creemos que no es suficiente la recuperación de los estados tradicionales porque necesitamos un instrumento político propio de todos los originarios de Bolivia como herramienta fundamental para el triunfo revolucionario. Actualmente todas las naciones originarias están en una situación casi de destrucción porque nuestros territorios nos han sido despojados y desfigurados, económicamente somos explotados, políticamente oprimidos y sin mucha capacidad de respuesta y culturalmente alienados a la fuerza. Necesitamos recuperar integralmente a nuestras naciones, rearmarlas ideológicamente y políticamente y lanzarlas como sujetos históricos de la revolución boliviana. Tenemos que fundar un auténtico nacionalismo en base a nuestras raíces, porque si no somos capaces de construir el Nacionalismo Originario nunca podremos derrotar y vencer al “nacionalismo criollo” que es una continuación de la invasión. Nuestro nacionalismo de ningún modo puede ser una doctrina de opresión colonial. Si somos verdaderos anticolonialistas debemos ser portadores de la igualdad política para todas las naciones originarias de Bolivia y Latinoamérica, incluso para grupos nacionales de otros continentes que han sido extirpados de sus territorios ancestrales por el imperialismo británico y europeo como son los grupos de negros en nuestros países.

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HACIA UNA ALIANZA REVOLUCIONARIA E HISTÓRICA CON LOS CRIOLLOS POBRES. El hispano criollismo en Bolivia tiene dos procesos políticos, económicos y sociales. El primer proceso es el del recambio y regeneración del enclave colonial para mantener la explotación y opresión de nuestras naciones originarias y entregar nuestros recursos a la voracidad imperialista. En nuestra historia las pruebas más claras de esta regeneración hispano criolla son el conservadurismo, el liberalismo y por último el nacionalismo criollo. No podemos permitir que se repita una vez más este proceso en Bolivia, no queremos más cinismo histórico del criollismo que se da a todo lo largo de nuestra historia. El segundo proceso desde la república hasta la actual época nacionalista se dio con el empobrecimiento del criollismo que económicamente pasa a ser explotado por el criollismo oligárquico. El proceso más nítido en la formación social de los criollos es el que se inicia con las masacres mineras de 1920, con las luchas de los artesanos y las capas medias de las ciudades y termina socialmente con la creación de la COB como el punto culminante de este proceso de construcción de la identidad de la clase trabajadora en Bolivia. En términos estrictamente políticos este movimiento ha sido aprovechado y desperdiciado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario que regeneró el poder económico y político del criollismo oligárquico. Este proceso de desprendimiento y empobrecimiento social de los criollos será cada vez mayor, como será cada vez mayor su conciencia social que necesite de una propuesta socialista. A ese rearme ideológico y político de las clases sociales explotadas por la nueva rosca tendremos que contribuir decididamente dotándoles de una teoría y un instrumento político. No puede haber otra perspectiva histórica para las clases sociales explotadas que no sea el socialismo. Para los originarios la revolución anticolonial significa la recuperación de los territorios, de los recursos naturales y la identidad política. Para la clase obrera el socialismo significa la recuperación de la riqueza explotada a generaciones de obreros por la rosca. Ambos tenemos el mismo objetivo que es acabar con el régimen colonial y capitalista. Por la explotación capitalista los originarios no podemos tener otra perspectiva histórica que el socialismo, pero un socialismo en base a nuestras raíces. Ambos sectores debemos forjar la unidad nacional para la liberación de nuestra patria.

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NUESTRA REVOLUCIÓN TIENE UN CARÁCTER ANTICOLONIAL, ANTIOLIGÁRQUICO, ANTIIMPERIALISTA CAMINO DEL SOCIALISMO. ANTICOLONIAL: Porque los originarios recuperaremos la soberanía política sobre nuestros territorios usurpados y conquistados durante 500 años por el enclave nacional español. Nos reapropiaremos de todos los recursos minerales, vegetales y animales depredados, explotados y saqueados a nuestros territorios. ANTIOLIGÁRQUICA: Porque como revolucionarios no luchamos contra todos los integrantes del grupo criollo. No somos racistas. Luchamos por la expropiación antioligárquica de los medios de producción fundamentales del país y sobre todo por que estamos de acuerdo con la visión antirosquera de la clase obrera y de las capas medias. ANTIIMPERIALISTA: La oligarquía desde que llegó como transplante colonial de la nación española siempre representó intereses foráneos e imperialistas. Más luego, alienándose pasó a representar los intereses extranjeros de Inglaterra. Cuando entra en crisis la oligarquía de la plata, la rosca minero feudal pasó a representar los intereses saqueadores de Estados Unidos. Finalmente los “nacionalistas” han hipotecado el país a la voracidad de los yanquis, los alemanes, ingleses, japoneses y otros. Por eso desde lo más profundo de nuestro sentimiento patriótico sacamos la conclusión de que mientras hayan amos imperialistas, siempre seremos invadidos, despojados y explotados. Por esta razón los originarios tenemos que ser los más antiimperialistas, los más decididos para expulsar a la invasión extranjera de nuestra patria. SOCIALISTA: Estamos convencidos que el socialismo es el sistema que mejor garantiza la igualdad y la justicia entre los hombres. Pero no queremos un socialismo copiado. Luchamos por un socialismo en base a nuestras raíces, en base a la entraña comunitaria de nuestras naciones y luego aplicaremos creativamente la experiencia socialista de otros países

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16. FORJEMOS NUESTRO INSTRUMENTO POLÍTICO PROPIO DE LIBERACIÓN. DESDE LA INVASIÓN COLONIAL SIEMPRE SE HA IMPUESTO LA CONTRAREVOLUCIÓN COLONIAL. Antes de la llegada de los españoles los originarios éramos parte de naciones íntegras con territorios y sus recursos naturales a completa disposición nuestra. En el plano político teníamos estados con plena soberanía. Con la llegada de los españoles se fue acabando poco a poco la soberanía política porque nuestros estados fueron destruidos hasta quedar sin fuerza para luego ser absorbidos por el estado hispano. Económicamente lo primero que hicieron fue despojarnos de nuestros territorios y nuestras riquezas para luego someternos a la explotación forzada. Todo este sistema de explotación lo garantizaron con un estado colonial que nos oprimió inhumanamente. Frente al despojo, el saqueo, la explotación y la opresión se prepararon verdaderas revoluciones en nuestros pueblos. Nuestros líderes que lucharon por la libertad, la justicia y la soberanía contra el despojo, la explotación y la opresión fueron auténticos revolucionarios y nacionalistas. Los ejemplos más claros de revolución anticolonial son los realizados por Tomás Katari, Túpac Amaru, Julián Apaza y Pedro Ignacio Muyba. El asedio y las insurrecciones no fueron suficientes para derrotar al estado y a la nación española en las revoluciones de 1780. El estado y la contrarrevolución colonial, con una organización y una fuerza militar superiores se impusieron a los movimientos revolucionarios aislados entre sí e inferiores en armamento. En el triunfo de la reacción participaron todos los hispanos, incluso los futuros líderes de la república criolla. De este hecho los originarios debemos decir con claridad que nuestros héroes no lucharon por la independencia criolla sino que fueron verdaderos revolucionarios con proyecto nacional propio y no simples rebeldes y sublevados.

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LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DESCONOCIÓ LOS DERECHOS DE LAS NACIONES ORIGINARIAS. Cuando hablamos de la constitución política de Bolivia nos referimos sobre todo a la clase y nación que se adueñó del poder político en el momento de la creación de la nueva república. Sabemos que los patriotas originarios no lograron culminar su proyecto político. Por otro lado se sabe que los verdaderos patriotas y luchadores criollos por la independencia fueron los guerrilleros de las republiquetas que se terminaron también luchando. Después de los triunfos de los ejércitos libertadores, los doctores de la oligarquía hispano criolla se apoderaron del poder político sin haber luchado por la independencia. La república fue casi un regalo de Bolívar y Sucre para la oligarquía, la cual se había asentado físicamente en las ciudades coloniales que luego pasaron a ser las capitales de los departamentos. En cuanto al poder económico la oligarquía hispano criolla mantuvo las estructuras del sistema económico colonial. La minería, el comercio, la industria y las haciendas, donde no cambiaron nada, quedaron en manos de los españoles y los criollos ricos. El siguiente paso inmediato fue la apropiación del estado republicano para garantizar sus intereses desconociendo por completo los derechos de las naciones originarias. Aparte de no respetar los derechos de los pueblos originarios, hacia 1860, la oligarquía se abalanzó a un feroz ataque contra los grupos de nativos utilizando al estado. Los españoles dejaron algo de propiedad a los nativos en las misiones y los ayllus libres, pero la oligarquía republicana se lanzó a un ataque de rapiña contra los territorios, la tierra y los recursos originarios desde las ciudades y las haciendas tanto en el oriente como en el occidente de nuestro país como nunca había ocurrido hasta entonces. Para justificar el despojo a los pueblos originarios en el oriente la oligarquía inventó la Ley de Colonización. Con la ley y el sable en la mano las oligarquías departamentales de Tarija, Chuquisaca, Santa Cruz y La Paz se precipitaron a la rapiña más feroz que hayan conocido los grupos de nativos del trópico. En los enfrentamientos se llegó al límite del exterminio, se asesinaron mujeres y niños paras luego repartirse a los nativos como botín de guerra para esclavizarlos en las haciendas y las barracas. Es esa larga época de los Nicolás Suárez, los Vaca Diez y cientos de colonizadores criollos que se adueñaron de las mayores extensiones de territorios originarios y sus recursos naturales como la quina, la goma y las maderas. Los nativos del oriente quedaron reducidos a mínimos espacios territoriales. Otra 149

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institución responsable de la colonización y el despojo fue la Iglesia Católica que acompañó la colonización interna desarmando ideológicamente a los indígenas para la posterior invasión de los colonizadores civiles. El despojo de territorios y de los recursos naturales en el altiplano y los valles se realizó con la Ley de Exvinculación. Igual que los nativos del oriente, los originarios collas sufrieron la mayor rapiña de sus territorios en base al engaño, el despojo violento y las masacres. No hay rincón en el territorio de los originarios del altiplano y los valles donde no hayan llegado el despojo y la muerte. Son miles de nativos quechuas y aymaras que de pronto se vieron fuera de sus comunidades como extranjeros en su patria ancestral. La política liberal del criollismo oligárquico de la república agudizó el despojo, el saqueo y la explotación utilizando el chantaje, las masacres y el exterminio. De 1850 a 1900 el colonialismo criollo concluye la obra del colonialismo español. Se apodera del resto de los recursos y territorios originarios y somete a una vil opresión y explotación a los nativos en las haciendas y barracas. Frente a todo este avance colonial nuestras naciones prepararon nuevamente sus revoluciones tanto en el oriente como en el occidente del país. En el oriente se dieron las revoluciones de la nación Guaraní a la cabeza del gran Apiaguayqui Tumpa y de los Mojeños a la cabeza de Andrés Guayocho. En el altiplano y los valles se realizó la revolución anticolonial de aymaras y quechuas a la cabeza de Pablo Zárate Willka. En estas tres revoluciones los originarios lucharon heroicamente igual que con Julián Apaza, Muyba y Tomás Katari. Pero nuevamente se impuso la contrarrevolución colonial gracias a los mismos defectos de nuestras revoluciones de 1780. La oligarquía y el estado republicano son superiores en armamento y en organización. Los movimientos revolucionarios de Tumpa, Guayocho y Willka no tienen estos elementos y están aislados entre sí sin ninguna coordinación.

LA HIPOCRESÍA ES UNA HERRAMIENTA FUNDAMENTAL PARA QUE LA OLIGARQUíA NOS OPRIMA Y SE MANTENGA EN EL PODER. La hipocresía del criollismo se muestra en dos acontecimientos históricos. Primero en la llamada Revolución Federal donde se adueñan del poder los liberales y segundo en la llamada Revolución Nacional donde se adueñan del poder los nacionalistas de la clase media. En la Revolución Liberal, el líder de los liberales, José Manuel Pando, promete a Zárate Willka devolver las tierras despojadas por los conservadoNACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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res a los originarios si le ayudaba a derrotar al conservador Severo Alonso. Pablo Zárate acepta la propuesta y efectivamente las fuerzas de Zárate Willka son determinantes en la derrota de las fuerzas conservadoras. Pero después del triunfo liberal, Pando no cumple su promesa y todo lo contrario ordena para que apresen y eliminen a Zárate Willka, para luego reprimir a todos los originarios movilizados en el altiplano y los valles. Después del cinismo de los liberales y Pando para terminar con la revolución de Zárate Willka, la otra experiencia del cinismo criollo se da con Víctor Paz Estenssoro y el nacionalismo revolucionario. Los movimientistas hacen una hazaña en la historia liquidando la revolución anticolonial de los originarios y la revolución socialista de la clase obrera en el proceso que se inicia desde 1952 hasta nuestros días. Desde los inicios, con un proyecto burgués de diversificación y desarrollo capitalista el nacionalismo utilizó económica y políticamente a la clase obrera y a los campesinos para crear una nueva burguesía criolla y entregó el país a la voracidad del imperialismo. Después de recibir el poder de manos de la clase obrera, de los campesinos y del pueblo, el nacionalismo civil y militar se mantuvo en el poder gracias al apoyo del campesinado y en base a las constantes represiones y masacres de la clase obrera de las minas sobre todo. La nueva política neoliberal del nacionalismo no es más que el punto final de todo el cinismo histórico de los movimientistas. Recibió el poder de la clase obrera, ahora lo ha liquidado inhumanamente. Se mantuvo en el poder gracias al apoyo de los campesinos y ahora lo ha masacrado descaradamente en varios lugares como Parotani, Huata Jata, Villa Tunari y otros. Con las disposiciones del decreto 21060 en 1985, aplicadas con el aval del MNR, la ADN y el MIR, la oligarquía criolla se ha apoderado de todos los recursos naturales y económicos y aplicará una política de despojo, de saqueo, depredación y explotación inevitablemente. Para los originarios los diseños fallidos de ese nuevo plan de subyugación política, según el MNR o la ADN, se llamaron Agropoder o Revolución Agropecuaria.

TERMINEMOS CON EL ESCALERISMO Y EL PONGUEAJE POLÍTICO PARA RECUPERAR LA DIGNIDAD. Si queremos recuperar la dignidad para ser valorados por sí mismos y acabar con el escalerismo y el pongueaje políticos tenemos que explicarnos bien claramente cuáles son las causas del escalerismo. 151

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Si reflexionamos bien la historia de las revoluciones de 1780, llegamos a la conclusión de que los Amaru, Katari, Apaza y Muyba han muerto dignamente por sus ideales nacionalistas y revolucionarios. De igual manera en 1880 los Tumpa, Guayocho y Zárate Willka han muerto dignamente por sus ideales de liberación anticolonial de nuestras naciones. Es desde 1930 cuando aparecen en el país partidos no campesinos que nos ofrecen reforma agraria y voto universal. De tanta influencia de las ideas de la clase dominante nos han hecho olvidar que las tierras con todos sus recursos naturales eran ancestralmente de nosotros. Entonces aparece alguien que nos ofrece paternalmente devolvernos la tierra si nosotros lo apoyamos. Además sólo nos ofrecen una capa de suelo para condenarnos a la agricultura, porque si las tierras tienen minerales, gas, petróleo, madera y animales, todo eso es del estado. Como el partido va a gobernar desde el estado, desde allá entregarán todo lo mejor a los empresarios de su clase social. La conclusión de todo esto es que el Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR, ofrece la Reforma Agraria y la Nacionalización de las Minas en base al partido de la clase media criolla para captar a campesinos y obreros. No son los campesinos los que plantean recuperar el territorio y todos sus recursos naturales con una conciencia originaria y una organización política propia. Nuestras naciones eran comunidades de hombres que tenían en propiedad un territorio y sus recursos naturales, un sistema económico, un gobierno y un estado, una religión, un idioma, una cultura y una mentalidad e historia propias. Por eso es que los guaraníes, los chiquitanos, los mojeños, los aymaras, los urus y los quechuas, somos colectividades nacionales aunque ahora estemos desfigurados y en la miseria a donde nos han arrinconado los despojadores durante quinientos años. No somos ni etnias ni simples nacionalidades culturales. Por eso la recuperación histórica de nuestras naciones se constituye en un programa de liberación. Aceptar la Reforma Agraria como parte de un programa de otros partidos que no es de los originarios es negarnos históricamente a ser nación. Desde 1952, dentro de las luchas de recuperación de la tierra, los campesinos sindicalistas se envejecieron sirviendo de escaleras a los nacionalistas que se adueñaron del poder para provecho de la nueva rosca que nació de la médula del movimientismo. La enseñanza esencial de todo esto es que si los originarios aceptamos NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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programas de otros partidos y nos integramos a ellos no elaboraremos nuestro propio programa ni construiremos nunca nuestro propio instrumento político. Hay una gran diferencia entre recibir del estado parcelas de tierras, salud, educación y obras de desarrollo en vez de recuperar todo un territorio y administrar poblaciones enteras trabajando sus propios recursos. Por eso si los originarios queremos recuperar la dignidad tenemos que luchar para constituirnos en naciones y hacer de Bolivia un país plurinacional. Para cumplir esta tarea histórica los originarios primero tenemos que recuperar nuestros estados y formas de gobierno nacionales que por ahora están a punto de ser destruidos por la acción de cinco siglos de la oligarquía. La segunda herramienta imprescindible es el instrumento político. Lo mismo que la unidad de los gobiernos de nuestras naciones tendremos que construir un instrumento político unitario de todos los originarios de Bolivia superando todos los prejuicios y las fronteras fraccionalistas que nos ha impuesto la oligarquía. El nacionalismo originario que planteamos rechaza de principio todo racismo. Supera la ideología racista y colonial de la oligarquía que divide intencionalmente a nuestras poblaciones nacionales en indios, mestizos y cholos. Los originarios, desde el mal llamado cholo hasta el hombre de la comunidad originaria, tenemos que unirnos en base a una verdadera hermandad porque todos tenemos nuestras raíces en las naciones originarias. La unidad de nuestras naciones en base a un programa de recuperación del territorio y los recursos naturales y la constitución plurinacional del país contiene una inmensa fuerza revolucionaria capaz de destruir el poder económico y político de la oligarquía y el imperialismo. Este proyecto político si de verdad es revolucionario, o sea profundamente humano, no excluye a las clases obrera y media de la nación boliviana. Al contrario, debemos luchar en una alianza histórica con ellos hasta lograr la liberación nacional y el socialismo. La única que queda afuera es la oligarquía.

BREVE EVALUACIÓN DE LAS CORRIENTES INDIANISTAS, KATARISTAS Y NEOMOVIMIENTISTAS. Lo primero que debemos reconocer en las organizaciones indianistas y kataristas es que después de muchos años de manipulación movimientista fueron los primeros instrumentos políticos auténticamente originarios. El 153

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katarismo, liderizado hasta hace poco por Genaro Flores actuó con una conducta excesivamente sindical y de reinvindicacionismo social que legitimó en última instancia el poder económico y político de la oligarquía criolla y a su estado como instrumento fundamental de dominación y opresión. El indianismo, con más pasión étnica que programa no pudo evitar ser visto como una corriente racista y cayó en una actitud fatalmente aislacionista. En cuanto a la unidad real de todos los originarios de Bolivia, tanto el indianismo como el katarismo cayeron en un aymarocentrismo hegemonista sin tomar en su verdadera dimensión a las demás naciones originarias de Bolivia. El mirismo o neomovimientismo con la teoría del entronque histórico que propugnaba la unidad del marxismo con el nacionalismo engañó a una nueva generación de luchadores. Finalmente toda la práctica mirista terminó fabricando un partido político de recambio para la oligarquía como es ahora el MIR Nueva Mayoría, partido que se ha plegado al bloque dominante en base a una posición socialdemócrata. Entre las otras fracciones del MIR, como el Movimiento Bolivia Libre y las organizaciones no gubernamentales que maneja criticamos la mercantilización externa de la pobreza campesina y el excesivo paternalismo a través de muchos proyectos. Se han tramitado millones de dólares en el exterior a nombre de los campesinos pobres pero es muy poco lo que se hace económica y políticamente por ellos. La práctica más criticable es la de seguir usando al campesinado como fuente de riqueza y como fuente de poder político. En el peor de los casos se los usa como pretexto para satisfacer sus comodidades y ambiciones personales. Son muchos años de este tipo de actividad y no vemos ni un solo líder campesino capaz de representar dignamente a su pueblo y a su cultura. Al contrario se han promovido investigadores y líderes que no son propiamente campesinos y se ha relegado a los originarios a una situación de simple fuente de poder bajo el calificativo de etnias y nacionalidades culturales.

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17. CONSTRUYAMOS EL NUEVO SUJETO HISTÓRICO DE LA REVOLUCION BOLIVIANA. ¿QUÉ DEBEMOS ENTENDER POR SUJETO HISTÓRICO REVOLUCIONARIO? Ninguna revolución en la historia de ningún país se ha llevado a cabo sin sujeto histórico. Todos los pueblos que se han liberado de la explotación y la opresión han construido el sujeto colectivo de su liberación en los sectores más pobres de la población. Todos los sujetos de la historia siempre han sido la unidad de tres elementos imprescindibles e inseparables entre sí. El primer elemento es la ideología, el programa o el discurso. El segundo elemento es el grupo humano o las masas, también se lo llama el pueblo. El tercer elemento es el instrumento político. Todas las revoluciones triunfantes han tenido sujetos históricos con los tres elementos bien articulados. Si ha faltado uno o dos de estos elementos las revoluciones han fracasado.

LOS SUJETOS DE NUESTRA HISTORIA ANTES DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES. Antes de la llegada de los españoles el territorio de la América originaria era un mosaico de civilizaciones y naciones desde el norte hasta el sur de nuestro continente. Dentro de ese mosaico los Andes era también un territorio con civilizaciones y naciones en procesos de unificación y de dispersión tal como ocurría en el incario. Eso quiere decir que había procesos de conquista y liberación entre nuestros pueblos. Los mismos procesos de conquista y liberación se daban en el oriente boliviano. Por eso se han dado unidades mayores de civilización como son los guaraníes, los chiquitanos y los mojeños. El sujeto de la historia de estos procesos eran los grupos nacionales originarios cuyas contradicciones tuvieron como resultado la igualdad y la justicia como es el caso de los Incas por ejemplo. Si las masas de estos procesos eran las naciones originarias, la ideología era fundamentalmente la religión y los instrumentos de movilización eran los gobiernos de cada nación. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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LOS SUJETOS HISTÓRICOS DE LAS REVOLUCIONES ANTICOLONIALES DESDE 1780. Sabemos que nuestras naciones resistieron a la invasión desde el primer momento de la conquista. Todos nuestros pueblos han conformado sujetos históricos de resistencia contra los invasores extranjeros. La formación de los sujetos históricos revolucionarios en nuestras naciones se dio en forma más clara en los procesos revolucionarios anticoloniales desde 1780. La revolución anticolonial de los quechuas a la cabeza de Tomás Katari y Tupac Amaru, la revolución de los aymaras a la cabeza de Julián Apaza son los ejemplos más claros de la formación de los sujetos históricos para las revoluciones anticoloniales en los Andes. La ideología y el programa de nuestros héroes se resume en la lucha contra la explotación colonial de la mita, de los repartos mercantiles y de los tributos. Los otros elementos ideológicos que unificaron a las masas originarios fueron las religiones originarias, el idioma y la vestimenta. Pero lo central del programa revolucionario de los Katari y Amaru fue la recuperación de los estados originarios y la soberanía política. En el oriente sólo conocemos la revolución anticolonial de Pedro Ignacio Muyba en los llanos de Mojos. El programa planteado era la recuperación de los territorios y la expulsión de los invasores civiles que ingresaron a despojar a las comunidades después de la expulsión de los jesuitas. En todos estos procesos revolucionarios las masas fueron las naciones originarias en cada región del conflicto. Los instrumentos políticos fueron los gobiernos originarios organizados alrededor de los caciques, kurakas, mallkus, capitanes o los propios descendientes de los incas. Las causas de la derrota fueron más de carácter militar, logístico y organizativo.

EL SUJETO HISTÓRICO DE LA REPÚBLICA HISPANO CRIOLLA. Lo primero que debemos recordar es que en la derrota de los Amaru y Katari participó toda la sociedad colonial incluidos los futuros líderes de la república como fueron Pedro Domingo Murillo y otros. Lo segundo que debemos decir es que en el programa político de los Katari, Amaru y Muyba nunca se planteó la lucha por la república criolla. Los que dicen que Tupac Amaru y los Katari han sido precursores de la república falsifican la historia. El programa y el proyecto republicano nacen del sector criollo pobre y desplazado del poder económico y político por los españoles peninsulares. Ideológicamente los criollos se adueñaron de algunas ideas del liberalismo 157

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europeo y de la Revolución Francesa y levantaron el proyecto republicano contra la Corona Española. En cuanto a las masas que participaron en la lucha por la república tenemos que decir que los mestizos y los originarios somos la masa escalera de los guerrilleros de la independencia. Después, serán los ejércitos libertadores de Bolívar, Sucre y San Martín los que derrotarán definitivamente a los ejércitos españoles. Estos ejércitos estaban apoyados por los empresarios y políticos liberales de Venezuela y Argentina. La oligarquía hispano criolla del Alto Perú no participó ni con los ejércitos guerrilleros, ni con los ejércitos libertadores. Al contrario muchos de ellos apoyaban a España pensando que los patriotas serían derrotados. La república como una realidad fue una donación política de los ejércitos libertadores, sobre todo de Bolívar y Sucre a la oligarquía hispano criolla de la Audiencia de Charcas y de las otras ciudades donde se concentraba la población de origen español.

LOS SUJETOS REVOLUCIONARIOS ANTICOLONIALES DE 1880. Para analizar los sujetos revolucionarios anticoloniales de las décadas de 1880 y 1890 tenemos que recordar la historia neocolonial que hemos sufrido a manos de la oligarquía republicana. Sabemos que la oligarquía republicana agudizó hasta el límite el proceso colonial con nuevas invasiones, despojos, destrucción de nuestros gobiernos, explotación, imposición de religión, idioma y cultura en contra de todas las naciones originarias. Frente al neocolonialismo de los ricos de la república se formaron nuevos sujetos históricos. En los llanos de Mojos se lleva a cabo la revolución anticolonial a la cabeza de Andrés Guayocho. La ideología de este movimiento fue de carácter religioso. Lucharon contra los blancos o karayanas buscando refugiarse en la selva virgen o Loma Santa. El nombre católico de Loma Santa ocultaba y disfrazaba la religión íntima y clandestina de los mojeños que fue su ideología. La Loma Santa significa el retorno a la tierra sin mal, a la vida natural, libre y abundante de la naturaleza, lejos de la maldad y la invasión blanca. Las masas de este movimiento son los originarios de la nación mojeña. El instrumento político fueron los caciques y predicadores. En la región de los guaraníes se dio el movimiento de liberación a la cabeza de Apiaguaiqui Tumpa. La ideología de los guaraníes también se resume en la búsqueda de la tierra sin mal, en la expulsión de los invasores y en la lucha por la soberanía. Las masas fueron los originarios de la nación guaraní. El instrumento político fueron los rubichas y capitanes. El otro movimiento se dio en los Andes a la cabeza de Pablo Zárate Willka. Aparte de la religión originaria, el idioma y la vestimenta como ideologías cohesionantes, Zárate Willka planteó claramente la implantación de un gobierno netamente originaNACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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rio. Las masas en este movimiento fueron los originarios aymaras, quechuas y urus. El instrumento político fueron las autoridades originarias.

LA TRAMPA EN EL SUJETO DE LA REVOLUCIÓN DE 1952. Dentro de los planteamientos ideológicos y programáticos del MNR tenemos que diferenciar dos cosas. Primero, los planteamientos inmediatos o a corto plazo. Estos planteamientos fueron la Reforma Agraria, la Nacionalización de las Minas, el Voto Universal y la Educación Fiscal. Estos planteamientos tenían los objetivos de ganar e integrar al MNR a obreros y campesinos y destruir el poder económico y político de la rosca minero feudal. Estos planteamientos en sí no constituyen el proyecto político. Segundo, debemos diferenciar los planteamientos programáticos a largo plazo o el proyecto político mismo. El proyecto político del MNR era la construcción de la Nación Boliviana Capitalista bajo el dominio de una nueva burguesía criolla excluyendo por completo a las naciones originarias. Todos los planteamientos del primer punto sirvieron al segundo planteamiento. Los mineros y los campesinos estuvieron de acuerdo con los primeros planteamientos, pero nunca les aclararon el segundo planteamiento. Lamentablemente las ofertas inmediatistas o de corto plazo encubrían el proyecto político de asimilación y destrucción de las naciones originarias. Desde el enfoque de la clase obrera, el inmediatismo antioligárquico, dorado con un nacionalismo delirante, canalizó las fuerzas obreras y populares para el movimientismo. Para comprender más lo que decimos veamos el caso de la educación. Sabemos que antes del 52 el estado boliviano no había entrado con su ideología en la conciencia de todos los pueblos originarios. No había la conciencia de un estado nacional. Todo lo que había en el país era un estado de confusión racista. Esto quiere decir que el viejo estado boliviano no había logrado construir su hegemonía ideológica sobre los pueblos originarios. La bolivianidad y el civismo estatal no habían sido totalmente sembrados en la mentalidad de los pueblos originarios. Los originarios, llamados despectivamente indios y cholos, éramos conciencialmente todavía de otras naciones. Es aquí donde el nacionalismo utiliza la educación y el magisterio fiscal para construir la “hegemonía” de la bolivianidad hispano criolla. El nacionalismo criollo hábilmente nos dio la tierra y el voto universal a cambio de su hegemonía política como nación. El magisterio fiscal enseñó la historia oficial casi como una religión ocultando por completo la historia de las naciones originarias. El proyecto de bolivianización se dio en un ambiente de intercambio de las tierras y el voto a cambio de la educación cívica. Los nacionalistas de antaño, con un espíritu casi fascista, creyeron 159

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que Bolivia sería más fuerte cuanto más se asimilaba y destruía a las naciones originarias. Nunca pensaron que por esta vía lo único que estaban haciendo era empobrecer y debilitar aún más al país. Las masas del 52 se movilizaron bajo el planteamiento de la alianza de clases que planteó el MNR. Obreros, campesinos y la clase media, como germen de la futura burguesía, fueron las clases de la alianza nacionalista. Los campesinos actuaron completamente despojados de sus derechos como naciones. Después de muchos años de enajenación nos hicieron olvidar casi por completo de nuestras reivindicaciones como naciones. La clase obrera totalmente criollizada apoyó con todas sus fuerzas al MNR en el primer período de su gobierno. La clase media hispanista fue la que tuvo en sus manos la hegemonía ideológica, política y organizativa. De esta clase social salieron los “burgueses” que intentó crear el MNR. ¿Por qué el MNR es el partido que hegemonizó el proceso revolucionario de 1952?. El MNR deja en el camino al Partido Obrero Revolucionario, POR, y al Partido de la Izquierda Revolucionaria, PIR, porque se adueñó del sentimiento nacionalista de la clase media. También se adueñó del sentimiento patriótico de muchos excombatientes obreros y campesinos que fueron a la guerra del Chaco. Por otro lado, tenía una mayor capacidad organizativa gracias a que había ganado a gran parte de la clase media. La grave insuficiencia que cometieron los campesinos es no haber creado su propia ideología y su propio instrumento político. Por estos errores sólo han sido masa escalera. De esta experiencia surge la urgente necesidad de crear ideología, programa e instrumento político.

¿QUÉ HACEMOS PARA NO SER NUEVAMENTE MASA ESCALERA? Hemos sido masa escalera en tres oportunidades históricas. En el proceso de la creación de la República, en la Revolución Federal y en la Revolución de 1952. En los tres procesos fue el criollismo el que creó la ideología y los instrumentos políticos para apoderarse del estado y del poder económico. Lamentablemente, en los tres procesos históricos nuestras mejores energías han sido aprovechadas por otros sectores políticos ajenos a nuestros intereses porque no hemos sido capaces de crear ideología, programa e instrumento político. Por eso debemos crear con urgencia nuestra ideología, nuestro programa y nuestro instrumento político.

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EL SUJETO HISTÓRICO DEL MARXISMO. La ideología de los marxistas, aparte de otros continuadores de Marx, es el marxismo leninismo. Es la ideología exclusivamente del proletariado o clase obrera. Las masas de esta ideología son los obreros y campesinos bajo la alianza obrero campesina. Los instrumentos políticos son los partidos comunistas, trotskistas, socialistas y otros que se dicen ser marxistas. El marxismo como respuesta a la explotación capitalista ha tenido grandes logros y realizaciones revolucionarias. Fruto de esta ideología son los avances que logró la humanidad en los países socialistas. Muchos de estos países han avanzado a la igualdad y a la justicia como nunca se había visto antes en la humanidad. Algunos de estos países ahora tienen graves problemas a causa del centralismo, la burocratización y el autoritarismo de los partidos comunistas. Ojalá estos países se democraticen y vuelvan con más fuerza al socialismo. Porque si intentan retornar al capitalismo tendrán que explotarse internamente entre ellos. Y lo peor es que el imperialismo se los tragará por su gran poderío, poderío que ha construido gracias al saqueo de los países de Africa, Asia y América Latina. En Bolivia, los partidos marxistas son un fracaso continuo. La alianza obrero campesina no ha funcionado nunca en nuestra historia política. Los partidos de la izquierda han sido derrotados muchas veces por el nacionalismo, toda su actuación está llena de derrotas ideológicas y políticas.

EL NUEVO SUJETO HISTÓRICO DE LA REVOLUCIÓN BOLIVIANA. Antes de ingresar al análisis debemos recordar que somos parte de los continentes colonizados por occidente. Somos un país colonizado y saqueado igual que muchos países de América, Oceanía, Africa y Asia. Debemos partir afirmando que en Bolivia existen dos tipos de contradicciones fundamentales. La primera y la más larga es la contradicción colonial entre las naciones originarias y la nación hispano criolla que es el instrumento y el aliado interno de todos los imperialismos que nos han dominado hasta ahora. La segunda contradicción es la contradicción social, en primer lugar, entre las clases sociales dentro de la nación hispanista. Esta contradicción es producto de la explotación que aplica la oligarquía criolla a la clase obrera y a las capas medias criollas. En segundo lugar, la oligarquía como clase, también explota a los trabajadores originarios. En esta última relación entre el empresariado hispanista y los grupos de trabajadores nativos las relaciones económicas están predominantemente marcadas por la ideología 161

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colonial de la oligarquía. Para la contradicción social es posible aplicar el marxismo leninismo. Para la contradicción colonial tenemos que construir el pensamiento del nacionalismo originario para combatir el pensamiento del nacionalismo hispanista servil al imperialismo. El sujeto histórico de la revolución boliviana será nuevo por la ideología, el programa y el discurso que planteamos para el campesinado y todos los originarios. Será nuevo además porque la ideología de las naciones originarias ayudará a modificar positivamente la identidad de los trabajadores y el pueblo de Bolivia. El eje para la creación de la ideología de las naciones originarias es la historia de todas y cada una de nuestras naciones. Tenemos que estudiar todo el proceso histórico de colonización de nuestras naciones desde la invasión hasta nuestros días. El proceso de invasión hispano criolla, la pérdida de soberanía, el despojo de territorios, la imposición de sistemas económicos y de relaciones de explotación colonial, aparte de la imposición de idioma, religión y cultura lo hemos vivido todas las naciones originarias más antes o más después. Rechazamos la concepción occidental de nación que nos llama barbarie porque no se puede aplicar en los países coloniales. Afirmamos que antes de la llegada de los invasores nosotros teníamos verdaderas civilizaciones y naciones íntegras con soberanía. Frente a todo el proceso de invasión y dominación colonial planteamos la recuperación dialéctica y anticolonial de nuestras naciones en todos sus componentes. La ideología y el pensamiento político que estamos produciendo es el Nacionalismo Originario. En el fondo es un plurinacionalismo por que ninguna de nuestras naciones puede imponer su experiencia histórica a otra nación como ideología. Todas las naciones tienen una historia de opresión, sus héroes y su conciencia histórica. Para los nacionalistas hispano criollos y para muchos marxistas somos simples campesinos sin ninguna personalidad nacional. Como máxima concesión nos llaman nacionalidades culturales que sólo buscaríamos rescatar nuestra cultura. Trasnochados de colonialismo todavía nos llaman etnias, tribus, salvajes, bárbaros e indios vistos como grupos civilizables e integrables a una minoritaria nación dominante. Somos originarios de las naciones originarias desde los comunarios hasta los mestizos mal llamados “cholos” sin importar dónde estemos, sin NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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importar si trabajamos de mineros, de fabriles, agricultores, maestros, de técnicos y profesionales o comerciantes. Dejemos de ser simples campesinos y sintámonos miembros de las naciones originarias dentro del nuevo sujeto histórico. De la nación criolla debemos rescatar como sujetos revolucionarios a las capas medias y a la clase obrera bajo la concepción marxista leninista del socialismo. El nuevo sujeto histórico será por tanto una alianza o bloque entre las naciones originarias y las clases obrera y media de la nación boliviana. Hemos dicho que las masas son el factor humano fundamental dentro de cualquier proceso de cambio. Podemos tener un lindo programa y caudillos muy inteligentes, pero sino tenemos a las masas nunca podremos hacer nada. Sólo las masas como fuerza nacional mayoritaria tienen la fuerza como para cambiar los cimientos del país. Por eso tenemos que ganar a nuestro programa a todos los centros de organización gremial y sindical. Aparte de las masas originarias también tenemos que hacer lo posible para ganar a las masas de bolivianos pobres. Por último, surge la urgente necesidad de construir el instrumento político porque masas y programa sin dirección política tampoco producirán cambios. En Ecuador, Perú y Bolivia tenemos que construir instrumentos políticos para los pueblos originarios. Estos instrumentos políticos tienen que ser movimientos en vez de partidos. Estos movimientos tendrán que articular a los originarios que están bajo nuestros gobiernos ancestrales y a los originarios que radican fuera de las comunidades. El movimiento no puede funcionar bajo caudillos, verticalismo y cultos a la personalidad. Tenemos que hacer lo posible para formar liderazgo horizontal, colectivo y rotativo. En cuanto a nuestros estados y gobiernos ancestrales tenemos que reestructurarlos, reactualizarlos y darles plena vigencia política y buscar su unidad y alianza entre los distintos gobiernos de nuestras naciones. Tenemos que romper el aislamiento entre las distintas naciones originarias. Entre los movimientos políticos originarios y los gobiernos originarios tiene que haber una actuación unitaria bajo un solo programa de acción. También tenemos que buscar la unidad entre los instrumentos políticos originarios y los partidos de izquierda criollos bajo un proyecto socialista, sobre todo con los partidos jóvenes y más consecuentes. 163

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18. CAMBIEMOS EL ESTADO COLONIAL Y BURGUÉS. ¿PORQUÉ TENÍAMOS ESTADO EN TIHUANACU? Está sobreabundantemente demostrado que mucho antes de la llegada de los españoles habían en América grandes civilizaciones. En los Andes se han construido las civilizaciones Huari en Perú y Tihuanacu en Bolivia. Estas dos sociedades han sido las primeras grandes civilizaciones en los Andes desde antes de la Era Cristiana. Como todas las civilizaciones, Tihuanacu y Huari necesitaban de una organización política para administrar los enormes recursos humanos, económicos y territoriales. Esa organización en Tihuanacu fue el estado, sobre todo en el período de mayor expansión denominado como época imperial. El estado de Tihuanacu se formó en las anteriores épocas Aldeana y Urbana en base a una compleja articulación de comunidades. Después de la crisis y desarticulación de Tihuanacu aparecieron los estados regionales de los pueblos originarios andinos.

EL ESTADO INCA Y LOS ESTADOS ORIGINARIOS DEL ORIENTE. La próxima gran civilización en los Andes fue el Estado Incaico que unificó a casi todas las naciones andinas. El Estado Inca no era un estado despojador de territorios y destructor de los estados locales. Era un enorme estado de carácter confederativo que respetaba la propiedad territorial y la autonomía de los estados locales mientras no se alterase el nuevo orden político. En el Oriente Boliviano conocemos de la Civilización Mojeña. No puede haber ninguna duda de que esta gran civilización tuvo su estado para organizar la producción, la administración y la seguridad. Una de las características de esta civilización fue precisamente la producción agrícola en gran escala en grandes territorios con camellones y canales de desagüe. Las otras dos grandes naciones del oriente como son la nación Guaraní y la nación Chiquitana también llegaron a la organización estatal para mantener la organización política de poblaciones tan grandes. Los otros NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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pueblos que no habían sido integrados por los mojeños, por los chiquitanos, ni por los guaraníes también tenían organizaciones políticas para mantener su unidad interna y la seguridad externa frente a la agresión de los otros pueblos vecinos. Para los pueblos originarios de América es un acto de justicia histórica afirmar que todos las comunidades, naciones y civilizaciones tuvieron estado u organizaciones políticas para gobernarse, para mantener la unidad interna y la seguridad externa. Debemos rechazar por completo las teorías de occidente que dicen que los pueblos originarios de América fueron pueblos salvajes, bárbaros que no tenían historia, cultura y estado. Occidente tiene teorías realmente absurdas. Según ellos no hemos tenido estado porque no nos hemos organizado igual a ellos. No tenemos historia porque como salvajes y bárbaros no hemos llegado a escribir igual a ellos. No tenemos religión porque no hemos creado dioses igualito a sus dioses. Este pensamiento afirma en el fondo que si no eres igual a ellos no tienes derecho a nada. Con este razonamiento imperial sólo la Civilización Occidental tiene y puede escribir historia asignándose el derecho de aniquilar las barbaries de Africa, Asia y América. Occidente ha concebido todas esas teorías para despojarnos de nuestros territorios, destruir nuestros estados e imponernos religión y cultura. Por eso debemos decir que todas las naciones de los continentes colonizados teníamos estado que está siendo paulatinamente destruido por los invasores injustamente.

ORIGEN Y ESENCIA DEL ESTADO ESPAÑOL. La esencia y el origen del Estado Colonial Español en los Andes radica en el hecho de la invasión y la conquista de nuestras naciones. Para este proceso de sometimiento requirieron de un aparato político militar que los ha permitido realizar el despojo colonial de nuestros territorios y la guerra de destrucción de nuestros estados. La esencia del Estado Colonial es ser una herramienta político militar para destruir y apropiarse de nuestras naciones. Esa es la mecánica de su construcción y desarrollo políticos. Desgraciadamente el despojo y la destrucción de nuestros territorios tienen una continuidad que dura quinientos años. Ideológicamente este proceso ha sido justificado, entre otras ideologías, por la religión Católica como parte inseparable del estado. Los reyes católicos se dieron la tarea de ampliar el reino de Dios llevando la “salvación” a los pueblos bárbaros y paganos. Las poblaciones y las almas conquistadas eran regaladas a los reyes católicos por el Estado Vaticano y el Santo Papa. 165

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Los lugares donde los mismos doctrineros de las iglesias han formado estados coloniales han sido las misiones jesuíticas, fenómenos que todavía necesitan de una verdadera y sincera investigación.

CON LAS REVOLUCIONES ANTICOLONIALES HEMOS TRATADO DE RECUPERAR NUESTROS ESTADOS ORIGINARIOS. Túpac Amaru buscó por todos los medios ser reconocido como descendiente de los incas. En pleno proceso insurreccional se declaró Inca y así lo reconocieron todos los originarios movilizados. Túpac Amaru no estaba haciendo otra cosa que reivindicar lo central de los cargos del Estado Incaico como era la función del Inca. Tomás Katari viajó hasta Buenos Aires a pie para recuperar el cargo de kuraka de Chayanta usurpado por el corregidor español Alós. Recuperar el Kuracazgo era recuperar el gobierno local de ese gran estado como era el estado originario de la nación Charca. Tomás Katari estaba convencido que sólo así podía garantizar la justicia para su pueblo frente a los abusos inhumanos de los corregidores españoles. Túpac Katari en pleno proceso insurreccional se autonombra como Virrey con la intención clara de que buscaba un poder político dual, un gobierno propio para su pueblo en contra del poder español. Pedro Ignacio Muyba lucha en los llanos del Beni para expulsar a los invasores y conseguir la soberanía para su pueblo, soberanía que había sido usurpada a los mojeños, primero por los jesuitas y luego por los españoles que invadieron las ex misiones para apoderarse de tierras y brazos gratuitos.

¿CÓMO CONTINÚA EL ESTADO COLONIAL EN LA REPÚBLICA?. El estado republicano, luego del proceso de su fundación, retomando un ímpetu hispanista, legitimizó los procesos de despojo y destrucción realizados en la colonia. Muchos españoles y criollos dueños de haciendas se quedaron con las antiguas propiedades coloniales expropiadas durante la colonia sin hacer ningún cambio. Políticamente también legitiman el desconocimiento de los estados originarios realizado por los españoles. Luego, sobre los cimientos del estado colonial hispano, construyeron estructuras políticas de carácter liberal. Sabemos que el estado republicano agravó hasta el extremo el despojo de los territorios originarios. Paralelo al proceso de despojo se destruyó a NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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los gobiernos nativos cuando estos se pusieron en lucha contra el nuevo colonialismo. Por el despojo, la conquista de nuevas comunidades y por la destrucción de los estados y gobiernos originarios el Estado Republicano fue un estado que desplegó una política de colonialismo interno en contra de las naciones originarias. Frente a este colonialismo interno nuestros héroes también trataron de recuperar los gobiernos originarios. Esos fueron los casos de Zárate Willka, Apiagüaiqui Tumpa y Andrés Guayocho que lucharon en plena república por gobiernos propios y soberanos.

¿DESDE CUÁNDO SE HIZO BURGUÉS EL ESTADO COLONIAL?. El estado colonial republicano empieza a convertirse en un estado burgués desde que comienza a cambiar los mecanismos de explotación colonial por mecanismos de explotación netamente capitalistas. Ese proceso lento y desganado comienza entre el espíritu liberal y la vergüenza colonial de la clase dominante. En cuanto a la propiedad de los medios de producción fundamentales del país, estos tienen una raíz eminentemente colonial. El estado se hace burgués a medida que garantiza las nuevas formas de explotación y acumulación que son de carácter capitalista. Poco a poco, a veces contra su propia voluntad, la oligarquía y el estado colonial van adoptando la ideología liberal. En algunos sectores de la economía como en la minería fueron liberales, mientras fueron profundamente coloniales en la política fiscal y en la agricultura latifundaria.

EL PROYECTO NACIONAL Y BURGUÉS DEL NACIONALISMO. Los conservadores y los liberales nunca pudieron abandonar la herencia de sus propiedades coloniales como fueron las haciendas. Nunca pudieron imaginar sus latifundios sin el trabajo gratuito de los originarios. Los nacionalistas piensan que en Bolivia se ha finiquitado con el despojo colonial de los territorios originarios. Que en Bolivia los originarios son simplemente bolivianos que se olvidaron por completo de su territorialidad originaria. Afirman que el problema colonial ya está resuelto y que en Bolivia no existen más naciones originarias. Sin siquiera pensarlo en serio los nacionalistas legitimaron el despojo histórico de los territorios de las naciones originarias. En otras palabras, el nacionalismo hispanista recibe como herencia colonial los territorios originarios despojados por los españoles, los conservadores y los liberales. Esta deber ser una afirmación categórica de 167

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todos los pueblos originarios de Bolivia. Esta afirmación podemos reforzarla con algunas palabras de Marx quien dice que ¨[...]la apropiación de la renta es la forma económica en que se realiza la propiedad territorial[...]¨. Como también ¨[...] la renta del suelo presupone la propiedad territorial, la propiedad de determinados individuos sobre determinadas porciones del planeta, [...]¨, (C. Marx, El Capital T. III p. 590). Todos sabemos que la renta colonial la han cobrado desde los españoles hasta los liberales antes del 52 en las haciendas en forma de trabajo gratuito o en forma de pagos en especie y dinero. Esta es una de las pruebas de la propiedad colonial sobre nuestros territorios. La otra prueba más clara es el cobro de los tributos coloniales con los nombres de contribución indigenal, territorial y tasa. Este otro tipo de renta colonial la han cobrado conservadores y liberales desde el estado. Los nacionalistas sin reflexionar las viejas concepciones sobre los pueblos originarios siguieron perpetuando el cobro de las tasas en las comunidades que tiene un origen eminentemente colonial. Lamentablemente, el bloque colonial hispanista, no ha abandonado su concepción colonial sobre las naciones originarias. Esos viejos conceptos coloniales se expresan actualmente en varias líneas políticas como la tributaria, la administrativa, la territorial y sobre todo en el ánimus de la nación dominante. Concluyendo, podemos decir que el estado de la clase dominante en Bolivia tiene fundamentos eminentemente coloniales y está revestido de formas liberales con el propósito de garantizar a la nación dominante, primero, la propiedad colonial de los territorios originarios y segundo, la propiedad capitalista de los medios de producción fundamentales de la economía del país. De la misma forma que el estado, la oligarquía en Bolivia tiene un origen colonial y desde hace doscientos años pretende desarrollarse como burguesía bajo los proyectos del conservadurismo, el liberalismo y el nacionalismo. Como una respuesta alternativa al actual estado colonial y burgués tendremos que construir hacia el futuro un estado plurinacional, unitario y socialista.

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TERCERA PARTE:

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19. LABORIOSIDAD ANDINA Y RIQUEZA NACIONAL. LA LABORIOSIDAD ANDINA EN LAS SOCIEDADES PRECOLOMBINAS. Desde tiempos precolombinos se mantiene en la población originaria andina una característica de tipo laboral que la podemos denominar laboriosidad que no ha sido correctamente valorada por nuestra sociedad para solucionar sus problemas socioeconómicos. Arqueólogos bolivianos como Carlos Ponce Sanginés ya nos dijeron que las comunidades del pueblo de Viscachani antes de Tihuanacu eran autosuficientes en un ambiente natural muy duro. De una forma similar, las comunidades en Tihuanacu lograron la autosuficiencia de los elementos de consumo esenciales. De los datos de la historia que conocemos, fue en el Incario donde la laboriosidad andina produjo sus mayores resultados. Sin las motivaciones laborales de las familias andinas muy difícilmente hubiera sido posible lograr la estabilidad social y política en un ambiente natural muy adverso a la producción agropecuaria. Las comunidades en la sociedad incaica no sólo lograron la autosuficiencia del consumo familiar, sino que lograron aportar a la acumulación del estado con enormes excedentes en alimentos y ropa que constituyeron un seguro social estatal contra las emergencias, tal como ha sido demostrado por Murra por ejemplo. Estos resultados productivos que conseguían superar la demanda social, en un ambiente adverso y con tecnologías de baja productividad convertía a la laboriosidad de las comunidades en la base y la esencia del modo de producción andino. Fue el trabajo del hombre andino utilizado intensivamente en labores productivas la que generó la riqueza de la sociedad incaica. La laboriosidad andina como un requisito de producción social era el producto de un proceso y un plan de formación que se ejecutaba desde los niveles del estado nacional, regional, local y comunal. Todos los personeros del estado en todos sus niveles impulsaban y controlaban las tareas productivas de las familias mediante personas específicamente asignadas. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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A esto se sumaba una dogmática moral que sancionaba con dureza el ser flojo, ladrón o mentiroso. En todas las familias el valor más alto del hombre era el trabajo. Podemos decir que para los padres de familia y para todas las autoridades la política educativa central era el cultivo de la laboriosidad. El mismo concepto de riqueza a nivel familiar, local o regional se basaba en la tenencia de población laboral. Una familia, una comunidad o una nación andina se consideraba rica, Qhapac, mientras tenía una mayor población laboral. La situación contraria de tener poca población laboral era ser pobre o wajcha. La laboriosidad andina era el fundamento de la autosuficiencia de las familias de los ayllus que lograban cubrir sus propias necesidades de consumo familiar. Sobre la base de la autosuficiencia de las familias andinas se logró la autosuficiencia de los ayllus, las naciones andinas y del propio incario. Todas las colectividades sociales del mundo andino tenían en la laboriosidad de las familias el fundamento de su estabilidad y desarrollo social y nacional. Era la fuerza de trabajo de las familias andinas la que soportaba no sólo la autosuficiencia familiar y comunal, sino que también era el sustento de la construcción de las infraestructuras estatales locales y nacionales. También era el fondo laboral rotativo o mita que asignado a las tareas de producción para el estado, en forma de contribución, producía los fondos alimentarios estatales que garantizaban la seguridad alimentaria. Sin la laboriosidad y la honestidad fuertemente cultivadas y reguladas por las estructuras estatales no hubiera sido posible construir sociedades económicamente excedentarias y políticamente estables con tecnologías de baja productividad y en un medio ambiente poco generoso y geográficamente accidentado. En la mentalidad del hombre andino la laboriosidad era un ímpetu y una motivación espiritual, social y cultural que constituía la esencia del proceso productivo y de la generación de riqueza socialmente útil.

LA COLONIA Y LA EROSIÓN DE LA LABORIOSIDAD ANDINA. Al margen de las pautas negativas de conducta laboral que trajeron los españoles, es muy importante, para diagnosticar el estado de la disponibilidad productiva de la población, referirnos a los efectos de las políticas laborales que impusieron los colonizadores españoles. A este respecto se debe afirmar que el proceso de la expropiación patrimonial y la servilización de la mano de obra andina produjo una ruptura violenta en la mentalidad y en las motivaciones de los trabajadores andinos en las nuevas haciendas, 173

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las minas y los obrajes. El trabajo, de ser una profunda motivación familiar y social pasó a ser una obligación servil impulsada por la coacción legal y física. La peor desmotivación laboral de las nuevas familias fue sin duda la expropiación del producto del trabajo que de propiedad familiar pasaba a la propiedad de los señores hacendados, de los obrajeros y del estado. Estudios comparativos de la producción hacendaria y de las comunidades han arrojado que las comunidades lograban siempre una mayor producción en las mismas dimensiones de tierra cultivable. Esto demuestra que la productividad de las familias campesinas dentro de sus propias estructuras sociales era mejor a las estructuras laborales impuestas. Este convencimiento hizo que los españoles cambiaran de estrategia de explotación utilizando el tributo colonial como la forma más eficiente de extraer los recursos de las comunidades. En estas condiciones, la laboriosidad andina era compulsada a partir de una obligación tributaria. Los comunarios debían trabajar la tierra para cubrir los presupuestos de las necesidades familiares y el presupuesto del impuesto colonial. Junto a la explotación de la laboriosidad andina en los centros de producción servil, la explotación tributaria era la segunda forma de extracción de excedentes de las comunidades originarias. Otra de las formas de distorsión servil y colonial de la fuerza de trabajo originaria ocurrió en las minas de Potosí con el trabajo mitayo. Miles de trabajadores originarios de las comunidades quechuas y aymaras fueron compulsados por el virrey español Francisco Toledo a trabajar en las minas de Potosí y Huancavelica. La mita incaica fue una forma de aporte de las comunidades al desarrollo de la sociedad incaica a cambio de una disposición autónoma de los recursos naturales y del autogobierno. La mita española fue una forma de explotación colonial que deformaba esencialmente los aportes de trabajo rotativo andino. La mita incaica era un aporte al desarrollo nacional, en cambio la mita española era una forma de saqueo y explotación. Los productos de la mita incaica constituían los fondos de seguridad alimentaria nacionales. Y en el caso de la explotación minera andina constituían un patrimonio sagrado de las naciones andinas o del estado incaico, pero eran un patrimonio nacional. En cambio todos los productos del trabajo originario en los centros productivos coloniales fueron enajenados para una nación extranjera gobernada por una élite de nobles absolutistas y totalitarios. La compulsión y la coerción de la laboriosidad andina fue una de las características esenciales dentro de las relaciones nacionales y laborales entre las naciones originarias y la nación española. Los modos de esta NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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coerción nacional adquirieron diversas formas como la extorsión, la renta colonial mitaya y la renta servil. La colonia española, aparte del saqueo de las riquezas originarias y de la desestructuración social y productiva, ocasionó un grave daño a la laboriosidad andina al imponer dos conductas completamente erosivas de la laboriosidad andina como fueron el hábito del saqueo y el vicio de la ociosidad señorial. Los valores de la laboriosidad y de la honestidad andinas fueron gravemente deteriorados por las acciones del colonialismo que tenían como la base de su accionar el desprecio al trabajo productivo y el enseñoriamiento nobiliario españoles.

LA REPÚBLICA CONTINÚA LAS EROSIONES DE LA COLONIA. No se afirma nada extraordinario cuando se dice que la república fue una continuación de la colonia en el tema de las pautas o conductas laborales. Además, en las actuales condiciones de postración en la que nos encontramos debemos hacer los máximos esfuerzos por diagnosticar nuestros defectos y nuestros problemas sin prejuicios de ningún tipo. Las fracciones hispano criollas que se adueñaron del país tenían un doble sentimiento social. Por un lado, los españoles que se hicieron republicanos ante la inminencia del triunfo de los libertadores, siempre se sintieron españoles y veían a la nueva república como la hija que se emancipaba de la madre patria. Por otro lado, los criollos que fueron étnica y racialmente despreciados y oprimidos por los peninsulares, tuvieron en el proyecto republicano una oportunidad de liberarse de aquella opresión para sentirse social y étnicamente ascendidos. En medio de estos dos sentimientos, el proyecto republicano asumió un nuevo proyecto de colonización interna intensiva y expansiva ante la presencia de las naciones originarias. Si bien es cierto que el proyecto de nobiliarización y señorialización habían sido históricamente desechados por los proyectos liberales del mundo, el proceso de colonización interna, se inclinó con todo su peso en un proyecto marcadamente racista. Fue la imposibilidad histórica de reeditar un proyecto social nobiliario que se conjuncionó a la incapacidad histórica de construir una sociedad de empresarios capitalistas las frustraciones políticas que recargaron todo su peso en un proyecto de colonización interna con un marcado carácter antiindio y racista. Desde la fundación de la república hasta la revolución liberal de 1899 y desde la revolución federal hasta 1952, la laboriosidad andina se fue erosionando no sólo por la presión física y psicológica de los latifundistas hacia la mano de obra originaria, sino por el 175

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absurdo desprecio al trabajo productivo que siempre ha sido considerado como una cuestión de indios. De cualquier forma, en términos de política laboral, desde la colonia hasta 1952 los modelos de desarrollo económico se han asentado en una pedagogía de enajenación económica y de desprecio de la laboriosidad andina y originaria en general. Colateralmente al desprecio del trabajo productivo y de las políticas de erosión de la laboriosidad andina y originaria, la clase dominante siempre ha vivido desde la colonia hasta nuestros días con una excesiva valoración de las funciones y los cargos burocráticos. Desde la estructura burocrática e institucional del estado absolutista siempre se ha dado un mayor valor al trabajo del abogado, del cura y del militar que fundan su prestigio y poder en la sociedad burocrática y nobiliaria del feudalismo y del colonialismo. Incluso el espíritu empresarial y capitalista que ha venido muy tenuemente desde Europa ha sido ahogado por la mentalidad burocrática y señorial de nuestras clases dominantes. Aún en las formas de explotación capitalista que funcionaron en las minas de Patiño y Comibol ha sido la laboriosidad andina la que ha generado la mayor producción de minerales. Y como siempre, el trabajo originario de interior mina no sólo fue despreciado y mal pagado, sino que a los verdaderos extractores de riqueza se los excluía en campamentos inhabitables mientras que los burócratas simulaban las comodidades occidentales. En síntesis, los conservadores y los liberales impulsaron una política de explotación y de erosión de la laboriosidad andina y originaria que fue acompañada de un sentimiento de desprecio al trabajo productivo en general. De los nacionalistas podíamos haber esperado un sincero potenciamiento de las motivaciones y capacidades laborales de nuestro pueblo. Lastimosamente, los nacionalistas del Siglo XX no aportaron ninguna idea acerca de la productividad de la fuerza de trabajo andina y originaria. Al contrario, diluyeron las energías creativas del movimiento campesino en una lucha sindical y antilatifundista que adquirió un marcado carácter prebendal y ascencionista. En el espacio de la organización del estado, los nacionalistas construyeron por primera vez en la historia de Bolivia una enorme burocracia estatal que sobredimensionó lo ideológico como todo proyecto de carácter corporativo. La desmesurada ideologización de la escuela, acompañada de un proyecto educativo alfabetista, enciclopedista, propenso a formar burócratas que desprecian el trabajo generador de riqueza terminó dando NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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el último golpe a la laboriosidad andina en las llamadas exhaciendas y en las comunidades originarias. Un punto aparte especial merece la migración de la mano de obra “colla” a las regiones del trópico de nuestro país. Entre otros factores, ha sido la laboriosidad colla la que ha hecho posible la expansión y el crecimiento de la economía de Santa Cruz tal como lo reconocen los cruceños más sinceros. Desde este punto de vista es un verdadero desperdicio económico la dotación de parcelas de subsistencia a los migrantes collas en zonas de colonización. Como está ocurriendo ya, de aquí a un tiempo, las zonas de colonización comenzarán a arrojar población migrante a las ciudades que irá a engrosar las zonas de pobreza urbana en vez de crear unidades productivas sostenibles. Con la nueva reforma educativa que acompaña al proyecto liberal se ha pasado del alfabetismo enciclopedista al culturalismo lingüístico con una escuela, que como siempre, rompe las estructuras y el espíritu de la laboriosidad andina y originaria. La escuela, lamentablemente sigue siendo un centro que desincentiva y deforma la laboriosidad y las capacidades productivas de la población andina y originaria que a pesar de todo sigue siendo una de las pocas riquezas que tiene Bolivia.

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20. ORÍGENES Y CAUSAS DE LA POBREZA ORIGINARIA Y CAMPESINA. INTRODUCCIÓN. La pobreza de las poblaciones originarias y campesinas de Bolivia es el resultado acumulado de factores políticos, económicos, ideológicos y culturales que se iniciaron hace cinco siglos. A fines del Siglo XX la clase política, heredera de la hispanidad, aún no ha logrado elaborar una teoría propia y cierta para luchar contra la explosión de la pobreza y la miseria de originarios, campesinos y de otros sectores populares. Las actuales formas oligárquicas y gubernamentales de comprender y explicar el fenómeno de la pobreza en vez de señalar las causas confunden los hechos, lo que lleva a la elaboración de políticas equivocadas y a una mala asignación de recursos. Por otro lado, los ideólogos y teóricos del gobierno y de los organismos internacionales aislan el fenómeno de la pobreza de su relación con los componentes macroeconómicos y políticos del modelo de libre mercado lo que no les permite realizar un análisis y una propuesta integrales. Desde una visión retrospectiva de los pueblos originarios, la pobreza tiene sus orígenes en el proceso de colonización de las comunidades originarias en el occidente y en el oriente del país. Es imprescindible realizar una retrospectiva de las organizaciones sociales que lograron bienestar socioeconómico porque las diferentes formas de imposición social y económica fracasaron y porque, por lo menos en los Andes, no es posible sustituir o imponer arbitrariamente formas socioeconómicas a organizaciones que han probado su eficacia productiva durante miles de años. Precisamente, el desconocimiento de la realidad social, económica, política y cultural de los pueblos originarios ha hecho que los gobernantes de siempre cometan graves errores en la planificación del desarrollo nacional.

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LOS ORÍGENES POLÍTICOS DE LA POBREZA ORIGINARIA. El análisis de los factores institucionales y políticos no son tomados en cuenta ni por asomo como causas de la pobreza originaria y campesina por los diseñadores de la lucha contra la pobreza. A los tecnócratas de los organismos internacionales se les puede comprender este desconocimiento, pero ya es imperdonable que técnicos nacionales sigan sin comprender la realidad sociopolítica del país por la tradición de un prejuicio de exclusión. En los Andes durante miles de años se lograron constituir unidades productivas autosuficientes y autosustentables cuyos componentes institucionales demostraron una eficacia administrativa que no ha sido superada hasta ahora. Su mayor logro fue haber erradicado el hambre y la pobreza y haber conseguido excedentes productivos que garantizaban la seguridad de alimentos y la solución de otras necesidades. ¿Cuál era esa institucionalidad política y administrativa que había logrado esta eficacia socioeconómica?. Estas instituciones políticas que consiguieron estos logros humanos eran los estados andinos. La característica central de estas organizaciones estatales era la descentralización política y la desconcentración económica en la distribución de los recursos. Era un mar de comunidades autosuficientes y con autonomía política y administrativa para organizar la producción. Sobre esa realidad básica se organizaron los estratos superiores de los estados nación locales y del Estado Central Incaico. Todos los niveles estatales coadyuvaban al funcionamiento de las unidades básicas en base a los excedentes que producían las comunidades. La organización económica, política y social de la comunidad era la base de una sociedad autosuficiente y sustentable. Y la autonomía política y administrativa tanto de las comunidades y de los ayllus era el sustento organizativo. Lamentablemente estas estructuras socioeconómicas y políticas fueron simplemente destrozadas por el proceso colonial hispano. Los estamentos superiores de los estados andinos como la organización política incaica y la organización de los llamados señoríos mayores y menores fueron destruidos para la constitución de un estado colonial esencialmente saqueador. Con la destrucción del Estado Inca y de los estados regionales y locales se privó a las comunidades del componente de articulación y vertebración nacional en todos sus niveles, imponiéndose en su lugar un estado desarticulador, concentrador de la riqueza y centralizador monopólico de todas las decisiones políticas y administrativas. 179

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Las comunidades originarias que antes disponían inmediatamente de todos sus recursos como la tierra, el agua, los recursos forestales y la mano de obra ahora ya no deciden sobre nada y han perdido su autonomía política y administrativa. Producto de esta pérdida de las facultades políticas y administrativas vino un desequilibrio económico y político que convirtió a las comunidades estructural y territorialmente en una fuente de enriquecimiento colonial. Este proceso de despojo de la autonomía política y de la imposición de estructuras estatales ajenas y expropiadoras de los recursos de las comunidades se ha mantenido durante toda la colonia y toda la república hasta nuestros días. Y ya no nos sigamos mintiendo con sutiles hipocresías para reconocer con objetividad y sinceridad que las actuales estructuras de nuestro estado tienen sus raíces y su base política y jurídica en las viejas estructuras del Estado Colonial de Charcas. Por esto las actuales estructuras del estado están dispuestas objetivamente para empobrecer a las comunidades. Todos los recursos naturales son del estado como antes eran del rey de España. Todas las decisiones para conceder la propiedad y los usos son tomadas por burócratas a cientos de kilómetros de distancia que no tienen ningún criterio práctico de la organización productiva, del consumo o del intercambio regional y local. En síntesis, la institucionalidad organizativa que logró en las comunidades una eficacia productiva de autosuficiencia ha sido desarticulada y despojada de su autonomía política siendo los políticos y administradores del estado incapaces de solucionar el problema de la producción y el consumo hasta nuestros días. Por esto se hace necesario un profundo diagnóstico de las realidades institucionales de las comunidades para rediseñar estratégicamente instituciones que tengan eficacia productiva identificando con claridad la erosión y la suplantación institucional como las causas estructurales de la pobreza de las zonas rurales del país.

EL DESPOJO DE LOS TERRITORIOS Y LOS RECURSOS NATURALES. El segundo momento en el desarrollo de la colonia, después de la desarticulación de los estados andinos, fue el de la reorganización territorial de los pueblos originarios. El interés material de los colonizadores se centraba en los minerales monetizables que se habían convertido en una gran fuente de riqueza en el sistema mercantil europeo. El sentido de la riqueza material para los colonizadores tenía el brillo de los metales preciosos cuyo centro NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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de atención era la plata de Potosí. Aquí cambió radicalmente el sentido material del oro y la plata en nuestra historia económica. Del valor suntuario y religioso de los metales preciosos se pasó violentamente al valor mercantil para convertirse en un instrumento de intercambio, de acumulación y de riqueza. Los territorios y los recursos naturales, como la base material de las naciones originarias, fueron nacionalmente enajenados porque pasaron de la propiedad de unas naciones ancestrales a otra nación foránea como era España en ese momento. Jurídica y políticamente este acto de traslación nacional de la propiedad de los territorios originarios tuvo una base legal católica y absolutista. El Papa, a nombre de Dios, concedió al Rey el señorío o la soberanía de los nuevos territorios despojados. Era en realidad una soberanía jurídicamente concedida en base a un hecho de despojo e invasión. Esta concesión de la soberanía colonial se la hizo en nombre de Cristo, ni más, ni menos. Todas las redes de jerarquías políticas, jurisdiccionales e ideológicas del estado colonial se organizaron después para compulsar a las poblaciones originarias hacia el trabajo servil y coaccionado con el objetivo de extraer riqueza, ese era el significado de hacerse la América y retornar a Europa para ser un nuevo rico y un nuevo noble. En términos de soberanía nacional, esta es la primera vez en que el poder independiente y autónomo de los estados andinos pasó a ser subyugado por el poder de una potencia extranjera. Desde aquella fecha hasta nuestros días los gobernantes españoles y bolivianos nunca han reconocido el carácter estatal de las organizaciones políticas originarias. Y también, desde aquella época, la dependencia del estado en Bolivia y en los Andes hacia potencias extranjeras se ha hecho históricamente estructural. El oro, la plata y la mano de obra servil eran las fuentes de la riqueza que se enajenaron por medios de administración violentos e inhumanos. Toda la organización política del estado colonial se adecuó y funcionalizó para extraer la mayor riqueza y en el tiempo más corto posible. Es en la colonia donde el estado establece un espíritu estatal de saqueo indiscriminado que se convertirá en una conducta estructural de todos los gobernantes y administradores hasta nuestros días. Aquí se estructura un ánimus de saqueo y depredación que espiritualmente es la voluntad de una nación colonizadora y excluyente en su relación con los pueblos originarios. La casta y clase dominante en Bolivia siempre han concebido al estado como una fuente de enriquecimiento colonial, ilícito y arbitrario. Los fugaces momentos de 181

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conciencia nacional que se establecieron en nuestra historia nunca han tocado la esencia colonial del estado con relación a la propiedad material de los pueblos originarios. En resumen, los pueblos originarios perdieron la capacidad de organizar material y jurídicamente sus territorios y también perdieron la capacidad de decidir sobre sus recursos naturales que son las mayores pérdidas de la base material de las naciones y comunidades originarias. Esta expropiación es una de las bases estructurales de la pobreza originaria y campesina.

LA EXPLOTACIÓN HISTÓRICA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS. Con la llegada de los españoles se impuso una concepción y conducta de que la población originaria en todos los rincones del país es naturalmente expropiable en todos sus recursos territoriales, naturales y económicos. Esta es una concepción eminentemente colonial sobre los pueblos originarios. En la colonia, luego del sometimiento de las naciones originarias, los españoles iniciaron un proceso de subyugación política y social de la población originaria en las haciendas, en las minas y en los obrajes fundamentalmente. Las masas de poblaciones originarias una vez consumado el despojo violento de los recursos como la tierra y otros fueron expropiados jurídicamente de su propiedad y convertidos en una masa humana naturalmente explotable bajo las condiciones más inhumanas. Son el despojo de la calidad de propietarios originarios y la conducta explotadora de los españoles las causas más íntimas de la imposición de un horizonte político de explotación de las poblaciones originarias que dura hasta nuestros días. Sólo una reapropiación de los recursos naturales despojados cambiará de raíz el destino de población explotable de las masas de trabajadores originarios. Mientras no se cambie la raíz de las relaciones de propiedad entre los pueblos originarios y el estado la explotación se mantendrá como un hecho estructural. Los mecanismos de explotación de los pueblos originarios no han variado sustancialmente. En la colonia fueron las distintas formas de renta colonial en trabajo las que extrajeron valores y riqueza de las poblaciones originarias. En las minas se impuso la renta mitaya para el estado español y los mineros españoles con el trabajo más inhumano en la historia laboral de los pueblos originarios. De forma similar se impuso en las haciendas la renta colonial del estado y los hacendados particulares sobre las poblaciones de las naciones originarias. En los obrajes se instituyó la renta en mano de obra para provecho de los obrajeros españoles. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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En los primeros decenios de la república los hispano bolivianos que se adueñaron de la república reeditaron las viejas formas de explotación española y convirtieron la renta y el tributo sobre las tierras comunales en el principal ingreso del estado para sustentar su funcionamiento. En este período todavía funcionaba la autosuficiencia excedentaria de las comunidades que fue la riqueza en la que se apoyó el financiamiento del estado. Las minas estaban en una crisis profunda y los impuestos que pagaban los grandes hacendados era insignificante. Con el resurgimiento de la minería de la plata con grandes mineros como Aniceto Arce, Gregorio Pacheco y otros, las poblaciones originarias continúan siendo la masa laboral mayoritaria del país explotada en las minas bajo relaciones semisalariales. Son migrantes originarios quienes trabajan en las minas de Pulacayo, Potosí y Colquechaca y son explotados con bajísimos salarios pagados con moneda feble o con salarios en especie. En las famosas barracas y estradas gomeras fueron miles de originarios orientales quienes con su explotación inhumana hicieron posible la fortuna de los Nicolás Suárez y los impuestos de la exportación de la goma para el estado en los primeros años del siglo XX. Si bien los doctores altoperuanos, que tardíamente se convirtieron al proyecto republicano abrazaron algunas ideas del liberalismo francés, fueron tremendamente colonialistas y feudales a la hora de cambiar las estructuras de propiedad y de trabajo en sus haciendas. Los liberales franceses cambiaron radicalmente las haciendas y realizaron una reforma agraria de tipo capitalista. Los hacendados republicanos profundizaron las relaciones coloniales y feudales en sus haciendas ensanchando las haciendas a costa de las tierras de comunidad y aumentando la población de pongos convirtiendo de esa manera a comunarios libres en sirvientes de hacienda. La explotación de los sirvientes y pongos en las haciendas dura en nuestra historia hasta 1952, siendo los liberales bolivianos simplemente colonialistas, señoriales y feudales. Los liberales bolivianos en vez de liberar las fuerzas de producción para desarrollar empresas capitalistas en el campo lo que hicieron fue profundizar la colonia retrasando la historia por más de cien años. Fueron los nacionalistas en 1952 quienes realizan una reforma agraria de tipo liberal muy tardía y mal hecha. Con la llegada del Capitalismo de Estado en 1952 las masas de trabajadores originarios y mestizos siguen siendo la fuerza laboral mayoritaria del país. La explotación de los trabajadores nativos se da mediante el salario en las minas y las fábricas y mediante el intercambio desigual para las comunidades agropecuarias. 183

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No hay duda de que los pueblos originarios constituyen la mayoría laboral de las masas de trabajadores dentro de la economía nacional y que su aporte a la generación del producto interno bruto es determinante.

LAS CAUSAS IDEOLÓGICAS Y CULTURALES DE LA POBREZA ORIGINARIA Y CAMPESINA. El despojo de los territorios originarios, la destrucción y la enajenación de las organizaciones estatales y la explotación del trabajo de los pobladores originarios ya son hechos profundamente injustos. El sistema colonial es mucho más injusto todavía cuando las estructuras del despojo, de la expropiación y de la explotación se encubren con un sistema ideológico de odio, desprecio y enajenación. Está fuera de dudas que el colonialismo es uno de los sistemas sociales más injustos que han inventado las oligarquías occidentales en su relación con los pueblos originarios del mundo. El racismo para los españoles fue una necesidad ideológica y política imprescindible en su afán de dominar a los pueblos originarios de los Andes, es más, era parte inmanente del nacionalismo español. La separación geográfica y racial de las poblaciones de indios y españoles era una política necesaria para garantizar la dominación política de las poblaciones originarias. Por eso se construyeron iglesias de indios e iglesias de blancos, escuelas de indios y escuelas de españoles. Los indios no tenían ningún derecho de ingresar a las universidades, a los conventos y a las órdenes religiosas, a las universidades y a las fuerzas armadas. El racismo de los españoles era un mecanismo de justificación ideológica para la expropiación y el despojo de los pueblos originarios. Cuando los españoles y los occidentales se preguntaron cuáles eran las razones que fundamentaban los derechos del colonizador, los filósofos de ese entonces se respondieron que la superioridad de la raza blanca era el fundamento ideológico y teórico para justificar los derechos del colonizador. Pero aparte del componente racial en los fundamentos de los derechos de los colonizadores, la raíz de los razonamientos filosóficos, políticos y jurídicos para justificar el despojo y la expropiación colonial lo encontraron en la religión Católica. Era el Dios de la Santísima Trinidad convertido en el Creador Todopoderoso y dueño de todo lo existente sobre la tierra quien otorgaba a los españoles, por intermedio del Papa, la propiedad de todo lo que habían descubierto en América y en todo el mundo. El Papa no sólo concedió los territorios descubiertos por las monarquías occidentales a los españoles, sino que lo hizo también a los ingleses, portugueses, franceses y holandeses. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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El racismo y la Religión Católica como los fundamentos filosóficos de la colonización y el despojo se convirtieron en un componente estructural en las relaciones ideológicas entre los españoles y los pueblos originarios. Pero en la práctica de la dominación ideológica, para una eficiente utilización cotidiana, el racismo tuvo que elaborar estigmas y conceptos propios de una sociología racista. La palabrita de indio fue sobrecargada de un odio enfermizo para ser lanzada como la peor injuria a los pobladores originarios. La carga ideológica no lleva otro prejuicio sino el de la superioridad racial y el de la desvalorización de los habitantes originarios. A todas luces es una carga negativa, injusta, degradante y deshumanizante que, descargada cotidianamente en el espíritu y la integridad de los pobladores originarios, tendrá un efecto traumante en la personalidad originaria. La desvalorización y la degradación son las intenciones esenciales de los estigmas y los prejuicios raciales como indio, cholo, cunumi, salvaje o colla y constituyen el justificativo ideológico de una relación nacional eminentemente colonial e injusta. El mestizaje étnico o racial fue en la colonia, muchas veces, un producto de la violencia sexual calificado ahora como delito en cualquier legislación nacional. El hecho objetivo es que de la mezcla entre la sangre española y las sangres originarias devino el hombre mestizo. Como reacción y respuesta ideológica inmediata, el racismo español encajonó a los mestizos bajo el estigma de cholos. Este segundo instante en la construcción de una teoría racista de la sociedad tiene su génesis en la concepción de la superioridad del hombre blanco sobre la sangre y la raza india. En la república, con algunos españoles que no lograron retornar a España después de la independencia, surgió de repente un sentimiento dual en términos de identificación racial. ¿Eran realmente blancos puros los españoles que se habían quedado en América y en Bolivia?. ¿O eran mestizos que tenían sangre india en las venas?. Lo cierto es que las sociedades occidentales asumieron una actitud de rechazo a todos los hispano republicanos que habían conseguido la independencia. Como occidente los despreciaba, ellos no tuvieron otra alternativa que descargar ese desprecio contra las poblaciones originarias reclamando sus viejas raíces, pero admirando las realizaciones de los procesos económicos y políticos de la revolución industrial y el liberalismo. De este modo recalentaron los prejuicios raciales como justificativo ideológico para el despojo de tierras que duró toda la historia de la república hasta 1952. 185

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Los conservadores y los liberales fueron los grupos más racistas de nuestra historia. Sobre todo los segundos que profundizaron el pongueaje y el servilismo en los tiempos en que las sociedades europeas caminaban abiertamente hacia la libre circulación de la mano de obra. El racismo de los conservadores, de los liberales y de los nacionalistas fue y es un racismo incoherente e insostenible. Ningún boliviano de la clase dominante puede probar su pureza racial. Los españoles que vinieron a América tenían varias identidades nacionales porque España en el tiempo de la colonia era un mosaico de naciones. El racismo español sólo tiene sentido en cuanto justificativo ideológico para la dominación de los pueblos originarios. La mayoría absoluta de los españoles que llegaron a América eran varones que venían a hacerse la América y retornar lo más pronto posible a España. De cien españoles que llegaban a América noventa y siete fueron hombres que procrearon con mujeres originarias. Con el tiempo estos híbridos se mezclaron con españoles y con originarios lo que produjo un proceso continuo de mestizamiento de hecho, pero con tendencias ideológicas hacia el casticismo. Muchos mestizos y originarios tienen sangre española por flujos de sangre entre originarios y españoles sin ninguna duda. El racismo del hispanismo conservador, liberal y nacionalista sufre una devaluación moral y humana en extremo cuando en su actitud de odio a los cholos también rechaza a su propia sangre y a su propia raza que están en la constitución física de los mestizos. O sea, se odian a sí mismos. Sólo de esta manera podemos demostrar que el racismo no es en verdad un razonamiento con fundamentos raciales sino que responde a intereses económicos y políticos y por tanto es un instrumento ideológico de dominación política. Encholar e indianizar cotidianamente a las grandes mayorías nacionales produce en la sociedad boliviana una enfermedad óntica o del ser nacional de graves consecuencias. Descargar los estigmas de indio y cholo cotidianamente y generación tras generación a las mayorías nacionales ha producido la enfermedad del complejo de inferioridad de las poblaciones originarias. Como los sectores originarios y mestizos constituyen la mayoría nacional tenemos como resultado que el complejo de inferioridad se convierte en nacional. Si a las estigmatizaciones hacia los sectores populares añadimos la autodevaluación de los sectores dominantes en relación a las sociedades occidentales, tenemos como resultado que la totalidad de la nación está enferma del complejo de inferioridad. Con un espíritu nacional acomplejado y autodevaluado no podremos NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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nunca afrontar los enormes desafíos del futuro que nos plantean nuestros innumerables problemas. Por eso se hace un imperativo identificar el complejo de inferioridad como una de las causas ideológicas y ontológicas que nos impiden a los pueblos originarios y al pueblo boliviano afrontar la solución de los factores que hacen a la pobreza. El discurso racista de la clase dominante ha producido un racismo reflejo en algunos sectores de las poblaciones originarias. El racismo de abajo sólo podrá ser superado cuando los habitantes originarios reciban un trato de completa igualdad y salgan del estado de pobreza y exclusión en el que están sumidos que son las otras causas que avivan el racismo de abajo. De todas formas, el racismo de arriba o de abajo constituyen un cáncer peligroso que puede contagiar su patología a todo el cuerpo nacional, por eso su extirpación es un imperativo para la salud nacional y sobre todo para asumir los desafíos del futuro.

LAS ACTUALES INEXPLICACIONES ACERCA DE LA POBREZA CAMPESINA Y ORIGINARIA. En 1975, la Agencia Internacional para el Desarrollo, AID, afirmaba que las poblaciones indígenas eran mucho más pobres en relación a las poblaciones urbanas y bolivianas. Si recordamos que en este período la economía boliviana creció a tasas altas gracias a los altos precios de los productos de exportación y a la afluencia de una gran cantidad de créditos internacionales, podemos afirmar que la misma estructura política y administrativa del país está condicionada para empobrecer a las comunidades indígenas y originarias. Aún con altas tasas de crecimiento capitalista los sectores de población originaria no participan equitativamente en la distribución de la riqueza nacional. Ultimos estudios de organizaciones internacionales ratifican que en el país existe una estructura económica y política de carácter colonial que empobrece a las poblaciones originarias habiendo probado que la situación de pobreza de éstas, en vez de aliviarse ha empeorado. En las últimas décadas se está manejando mucho el discurso de lucha contra la pobreza desde el estado y desde algunas ONGs. Estos discursos de lucha contra la pobreza dentro del modelo colonial de estado y dentro del modelo económico neoliberal no toman en cuenta a las miles de familias campesinas ni como actores económicos ni como actores políticos. Esto quiere decir que las unidades económicas de las familias campesinas no son emprendimientos de crecimiento económico como tampoco los pueblos originarios son sujetos de desarrollo político y democrático. 187

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Mientras tanto las estructuras de propiedad, producción, circulación y distribución de los recursos y de la riqueza nacional continúan siendo injustas con las poblaciones originarias. Bastan unos pocos ejemplos para probar esto. El recurso tierra está desigualmente distribuido. Según estudios del Centro para el Desarrollo Laboral y Agrario, CEDLA, treinta y dos millones de hectáreas estarían en manos de grandes latifundistas y cuatro millones de hectáreas están en manos de millones de campesinos minifundistas. Según datos recientes del Consejo Nacional de Reforma Agraria y del Instituto Nacional de Colonización 18 millones de hectáreas estarían en manos de campesinos y colonizadores y 28,8 millones de hectáreas en manos de medianos y grandes propietarios (Hernáiz y Pacheco, 2000). Estos últimos datos deben tomarse con mucho cuidado por la falta de seriedad y la corrupción generalizada que se han dado en las instituciones encargadas de administrar el recurso tierra en el país. A esto se debe sumar que todos los recursos naturales son de propiedad del estado y de los grandes empresarios. Las familias campesinas no tienen ninguna participación en la propiedad y en la explotación mercantil de los recursos naturales. Las inversiones del estado y de las empresas privadas son mucho mayores al volumen de inversión de las familias campesinas y originarias en el área rural. La masa salarial del país es mayoritariamente distribuida en los grupos sociales burocráticos concentrados en las ciudades. Miles de familias campesinas y originarias tienen que viajar cientos de kilómetros para buscar circulante monetario o en el peor de los casos vivir sin utilizarlo. Con la crisis y la desarticulación de la sociedad capitalista de estado del 52 se ha instaurado una economía y una sociedad de competencia mercantil abierta donde los perdedores de siempre son los campesinos. La sociedad boliviana en su cúpula nunca se ha preocupado de los problemas productivos de la economía campesina. Es más, desde la colonia hasta nuestros días se han practicado las políticas del despojo y del subsistencialismo para las comunidades. Nunca se ha pensado en las familias y en las comunidades como actores de desarrollo empresarial. Por esto se explica que la dotación de tierras a los campesinos en todas las reformas agrarias que se han dado en el país son de corte minifundario y subsistencialista. Son las políticas de despojo, agresión, indiferencia, abandono y subsistencialismo las que han llevado a las comunidades a la actual crisis estructural y a la pobreza. Los viejos políticos nacionalistas, ahora liberales radicales, nunca pensaron en preparar a las familias campesinas para competir con los nuevos productos que ingresan al mercado como tampoco lo hicieron con las empresas NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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nacionales. Las comunidades, como la mayor fuente de riqueza del estado inca y del estado republicano de 1850 ahora se han convertido en la mayor fuente de pobreza. Ahora los estudios, sobre todo de los organismos internacionales, nos golpean a diario con nuestros niveles de lacerante pobreza nacional, pero ante todo de la pobreza rural. Pero realmente impresiona la incoherencia técnica de algunos estudios y diagnósticos de quienes manejan las políticas nacionales y que se han convertido en la base de los programas antipobreza. Nos referimos, entre otros, a la propuesta teórica del “Mapa de pobreza: Una guía para la acción social” publicación oficial del Ministerio de Desarrollo Humano. Las bases de la pobreza son estructurales en cualquier período de la historia y en cualquier formación social y son por tanto factores de tipo económico y productivo los que producen la riqueza o la pobreza de una nación o de una comunidad. Esta es una verdad elemental. La teoría social del mapa de la pobreza sostiene que la pobreza es el resultado de las necesidades básicas insatisfechas como la educación, la salud y la vivienda. Esta explicación de la pobreza se la maneja en todos los discursos presidenciales y de los ministros habiéndose convertido en una explicación y dogma oficiales. Esta teoría invierte los efectos por las causas de una manera irracional y anticientífica. Los efectos nunca pueden ser causas del fenómeno. Y esta es otra verdad elemental de las ciencias sociales. La pobreza de las familias campesinas se debe a una crisis de los factores productivos y de ingreso esencialmente. Son los recursos de la producción agrícola y pecuaria los que se han vuelto escasos, críticos e insuficientes. Entre estos factores se debe mencionar la tierra que se ha minifundizado y agotado en sus nutrientes. El agua de riego se ha vuelto escasa o inexistente. Semillas y fertilizantes que de igual forma son escasos y de mala calidad. A estos factores agronómicos se debe agregar otros factores económicos como los altos costos de producción y el escaso financiamiento, el problema de los bajos precios, la lejanía de los mercados y la insuficiente demanda efectiva local. En resumen, son factores agronómicos, microeconómicos y macroeconómicos los factores que han ocasionado la pobreza económica de las familias campesinas y originarias a nivel nacional. A esos factores causales se debe agregar los otros factores políticos e institucionales que originaron históricamente el empobrecimiento originario y que hemos analizado previamente. Los actuales tecnócratas y teóricos de la pobreza nos dicen que las fa189

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milias campesinas son pobres porque no tienen satisfechas las necesidades de salud, educación y vivienda. Si las familias campesinas no pueden ir al médico, no pueden mandar a sus hijos a la escuela o no pueden construir sus viviendas es porque su estructura de producción agropecuaria está en crisis y sus ingresos no alcanzan para pagar los gastos en educación, salud y vivienda. Todos los políticos insisten ahora en que la educación y la salud por sí nos sacarán de la pobreza. Han elaborado una ecuación que sostiene que a mayor educación y salud habrá menos pobreza. Pero esta política ya ha sido aplicada desde 1952 con una visión excesivamente ideologizada y los resultados los estamos viendo ahora. El estado en vez de destinar recursos a una participación popular improvisada, anárquica y sin estrategias planificadas de superación de la pobreza debería realizar un diagnóstico serio de los factores de la pobreza y atacarla estructural y productivamente. Los políticos nacionalistas siempre han ejecutado programas y proyectos anteponiendo sus intereses partidarios que pensando en planes de desarrollo a largo plazo y que solucionen los problemas nacionales.

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21. REFLEXIONES SOBRE LAS RELACIONES POLITICAS Y CONSTITUCIONALES ENTRE EL ESTADO BOLIVIANO Y LAS NACIONES ORIGINARIAS. 1. INTRODUCCION. La crisis social y económica que vive Bolivia a fines del Siglo XX es tan profunda que ha tocado en sus cuestionamientos la estructura estatal y jurídica del Estado Boliviano. Los pueblos originarios de Bolivia han iniciado un proceso de recuperación en su conciencia nacional que los ubica en un momento de despertar nacional. Si bien las movilizaciones de Abril y Septiembre del año 2000 han planteado algunas reivindicaciones de tipo coyuntural es inevitable que en el futuro los pueblos originarios terminen cuestionando la estructura política del Estado Nacional y demanden al pueblo y a la nación bolivianas una nueva sistemática constitucional. A propósito de la necesidad de los cambios en la Constitución Política del Estado que comienzan a debatirse, una de las respuestas que está pidiendo la crisis generalizada del país a sus profesionales es una propuesta sobre el problema de las relaciones constitucionales entre los pueblos originarios y el Estado Boliviano. El tema en cuestión trata de las relaciones orgánico constitucionales entre dos tipos de estados, por un lado los estados y organizaciones políticas originarias y por el otro lado un estado que tiene indudablemente orígenes hispanos y cuya dinámica toca las afectaciones jurídico constitutivas entre ambos cuerpos políticos.

2. LAS RELACIONES CONSTITUCIONALES DURANTE LA COLONIA ESPAÑOLA. El proceso de la colonización occidental a las naciones originarias del mundo, en lo que toca a las relaciones políticas, jurídicas y constitucionales es un tema de urgente reflexión porque este fenómeno estatuyó no sólo una estructura institucional y jurídica que si bien fue cambiado profundamente por los procesos de liberación de las naciones colonizadas, sino, porque el NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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proceso de colonización dejó una estela de destrozos y una atmósfera de desprecio a los derechos humanos indígenas y sobre todo al derecho de reivindicación y actualización de los sistemas jurídicos de las civilizaciones y comunidades originarias. Además, para el caso boliviano y otros casos latinoamericanos, está fuera de dudas que la genealogía de las relaciones jurídicas, constitucionales y políticas entre el Estado Boliviano y los pueblos originarios se encuentra en el proceso de colonización hispano occidental que ejecutó el Estado Español durante la Edad Media en las sociedades originarias de nuestra América. Para las naciones originarias de América y del mundo el reparto de la geografía mundial y el despojo territorial no sólo significaron la usurpación de su soberanía y de su territorialidad originaria, sino que concluyeron con el posicionamiento espiritual e ideológico del absolutismo señorial occidental e hispano en el mundo concentradas en las poblaciones citadinas. El señorío colonial hispano fue y sigue siendo una ética y un sentimiento profundo de exclusividad propietaria sobre las cosas conquistadas. De aquella exclusividad señorial nacen, por un lado, todas las formas ideológicas de propiedad monopólica sobre los recursos adquiridos y por otro lado, la moral del fasto y el derroche como derechos personales y grupales exclusivos del mundo conquistador. Las leyes como un tipo de representación ideológica formal no hacen otra cosa que proteger aquellos intereses materiales y subjetivos de exclusividad y privilegio. Es en el concepto ontológico de “la nación” que se ocultan aquellos sentimientos de propiedad exclusiva y de fasto señoriales. Por eso no es extraño que cuando grupos subalternos como los pueblos originarios en el pasado, o las clases postergadas en los tiempos modernos, quisieron disputar el derecho a compartir esos recursos y esos derechos, los grupos nacional señoriales vean amenazadas sus posiciones de enseñoreamiento territorial, ideológico y político y reaccionen con actitudes de mucha exaltación para preservarse. Estas actitudes de preservación exaltadas y glorificantes del pasado se expresaron ayer en las pasiones del colonialismo y hasta hace poco en las pasiones del fascismo boliviano, latinoamericano y mundial. En este contexto colonial las constituciones políticas del estado no son sino una manifestación ideológica bajo la forma de una expresión jurídica ordenada que protege y preserva los derechos de una nación sobre otras naciones. Las constituciones políticas bajo cualquier forma legal no son sino la proclamación de unos derechos nacionales y la negación de otros derechos nacionales. 193

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En Los Andes, en la época de la colonia, la historia del derecho, en lo que atañe a las relaciones de negación y reivindicación de derechos, se puede resumir a una pugna entre una constitución colonial y absolutista y una constitución pluralista tal como fue la constitución incaica, a la que en varias sublevaciones políticas se intentó reconstituirla, sobre todo en lo que toca a su soberanía. El Estado Incaico como una sociedad plurinacional tenía una constitución real articulada pluralmente por la soberanía incaica. Los componentes ideológicos que articularon el sistema jurídico incaico fueron el pensamiento paterfamilista y la religiosidad andina, ambas profundamente plurales. La constitución incaica estaba proclamada no sólo en los mandatos orales sino en los mandatos escritos, en la escritura histórica y estadística de los quipus. La estructura pluriestatal del Estado Incaico estaba ensamblada como mecanismo de unidad nacional en la soberanía paterfamilista del Inca cuya relación con las personificaciones de los distintos estados de las naciones originarias estaba conectado a través de un pensamiento de hermandad nacional. Además, cada estado, incluido el estado central, tenía en la espiritualidad religiosa de las paternidades ancestrales regionales uno de los elementos articuladores del estado. Las naciones originarias eran en cierta medida una especie de familia nacional cuyo sentimiento de identidad colectiva pasaba por la paternidad de un espíritu regional religioso conjuncionado bajo la paternidad y la protección del Inca. (Duviols, Pierre, 1976). El resultado de la articulación nacional incaica constituyó un estado eminentemente plurinacional, civilización objetivada en una gran aglomeración de naciones estados bajo una misma paternidad nacional. Las relaciones de paternidad religiosa distribuían las competencias políticas entre una gran cantidad de padres regionales que constituían los estados locales. Al interior de la referencia administrativa de los suyus, los estados locales tenían una completa autonomía política para disponer de todos los asuntos públicos de cada nación preservando la unidad de la nación incaica a partir de la seguridad nacional, los transportes, las comunicaciones y los tributos en mano de obra. Por el otro lado tenemos el Estado Español en el momento de su constitución colonial que fue una simple derivación delegativa de la matriz estatal que se encontraba en España. Las características políticas esenciales del Estado Español en América tienen su origen más primitivo en la usurpación y en la expoliación de las naciones originarias del nuevo continente. Son las necesidades del saqueo y el despojo tan inmanentes a los colonialismos las que constituyen al cuerpo jurídico constitucional del colonialismo hispano. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Por eso, la genealogía del totalitarismo, el despotismo y la tiranía expresadas en el derecho colonial hispano se encuentran en las actitudes del saqueo, la usurpación y la expoliación españolas. Estos vectores jurídicos y políticos para ser efectivos en sus propósitos fueron encubiertos por la ideología del racismo, la inquisición cristiana y el nacionalismo hispanista como otras formas ideológicas coadyuvantes del totalitarismo español en América. Aquí el derecho colonial, visto no desde su componente estructurante del estado, sino visualizado desde su contextura ideológica, no es sino otra ideología más que compulsa la conducta de los pobladores americanos hacia una determinada actitud de dominación muy similar a las ideologías mencionadas anteriormente. El derecho colonial, ya no como un vector ideológico destructivo y dominante, sino desde el punto de vista del papel estructurador del estado colonial, tuvo una función fundacional del estado del señorío colonial. Entre la fundación del estado colonial en América y la pérdida de la soberanía jurídica y política del Estado Incaico ocurrió la decapitación del Estado Incaico en primer instancia y luego la decapitación de los estados de las naciones originarias regionales. La decapitación política y jurídica de los estados andinos y originarios en general es la primera fase esencial de la mutilación estructural de las soberanías originarias en América. La decapitación estatal de los estados originarios, como un requisito previo al desmantelamiento de las soberanías originarias, estuvo basada en la filosofía de la extirpación y el descabezamiento políticos, éstas eran concepciones y doctrinas políticas que tenían sus orígenes más profundos en el pensamiento extirpacionista de las idolatrías del catolicismo. El proceso de desarticulación de los estados indígenas no sólo contempló la extirpación de las “idolatrías” religiosas sino que también contempló el descabezamiento de las dirigencias políticas afectando a las dos fuentes esenciales del derecho originario como fueron las concepciones religiosas y las concepciones jurídicas y políticas encarnadas en los sacerdotes originarios y en los representantes estatales semisacralizados. En el fondo era una filosofía política de enseñoreamiento universal de carácter imperial, monárquico y absolutista que cumplió con su objetivo decapitador. Si bien la filosofía del totalitarismo político y jurídico cumplió son sus fines de decapitación y dominación, no quiere decir que estos logros se hayan realizado en base a esfuerzos y recursos propios del colonialismo. Para que históricamente fuera posible la decapitación fue imprescindible que ocurriera el fenómeno político de la colusión colonial entre los decapitadores y los 195

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pueblos originarios autoengañados por una falsa perspectiva de libertad tal como fueron los huancas del Perú y los tlascaltecas de México. Esta colusión se caracterizó tanto en México como en el Perú por ser un momento de autoengaño fatal. Los pueblos originarios que se alían con los conquistadores contra los representantes de la soberanía nacional como es el caso de los Huancas en el Perú irracionalmente cometen una gran traición a la independencia de América. (Espinoza Soriano, Waldemar. “La destrucción del imperio de los incas”. 1986). Fue un momento de obnubilación extremada que se sustentó en el odio al adversario local más que en una actitud política visionaria y racional. Sin la colusión colonial que proporcionó gratuitamente los cimientos para el enraizamiento colonial no se hubiera hecho efectiva la fundación del estado colonial en nuestra América. La autoestafa histórica basada en el rencor y la opresión local produjo una autodecapitación doble. Por una parte significó la mutilación de la soberanía de la América Originaria y, por otra parte, que es la contrariedad más trágica, también significó la automutilación política de los estados colaboracionistas del imperialismo hispano y occidental. Al colaborar en la decapitación de los estados inca y azteca también se autodecapitaron a sí mismos. Luego de la fundación del estado colonial sobre los espacios jurídicos y políticos de los estados decapitados, la política del totalitarismo aplicó un régimen de usurpación y expoliación. En la continuación de esta política absolutista el malpago fue una de sus características centrales porque no se consideró para nada el aporte político de los colusionadores internos quienes sufrieron la misma política destructiva del totalitarismo. Es la colusión colonial el hecho político que abrió las puertas para la linealidad de la historia de Occidente y de ninguna manera la supuesta valentía y el triunfo militar de los colonizadores. Sin colusión no habría “triunfo” occidental. En este contexto histórico los pueblos originarios deben hacer el esfuerzo de entender al derecho colonial en sus dos sentidos. Uno como vector jurídico y político desarticulador y constituyente, o sea desmembrador de los estados originarios y organizador a la vez del estado colonial, este es el primer momento fundante y radicular del estado colonizador. En el segundo momento, el derecho colonial cumple una función eminentemente ideológica porque direcciona y amolda coercitivamente toda la conducta de la población colonizada para beneficiar los intereses materiales y políticos del pueblo y el estado colonizador. Es el primer momento político que nos ayuda a definir con claridad al estado colonial que no es otra cosa que una compulsión jurídica, política y NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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militar de una nación sobre otra nación u otras naciones. Es una coerción jurídica y política colonial la que caracteriza la esencia de este tipo de estados. El agente organizador de la coacción no puede ser una clase social, o sea una fracción nacional, sino que el sujeto de la acción tiene que representar obligatoriamente a un sujeto nacional. Los agentes de la nación colonizadora organizan el nuevo estado en base al territorio y la población de las naciones invadidas que pasan a constituirse en el basamento material del nuevo estado organizado. Sin estos requisitos materiales no se puede concretar históricamente la génesis y organización de los estados coloniales. Esta es la genealogía política del estado colonial, cuerpo político que nace en los espacios usurpados y despojados a las naciones y estados originarios. Este tipo de soberanía no puede ser otra cosa que una forma de tiranía colonial que actúa en base a la usurpación política fundamentalmente. En oposición al concepto de soberanía absolutista de tipo imperial encontramos la “soberanía” incaica como una expresión de paterfamilismo nacional que se basa en el comportamiento del jefe del estado como un buen padre de familia, cuyas características fundamentales son la protección y no la usurpación, la coexistencia nacional y no la enajenación, la hermandad y no el vasallaje y el señorialismo. La justicia y la ley en este marco de referencias históricas no son otra cosa que expresiones accesorias del propósito central que es la colonización política y territorial de las naciones desarticuladas. La justicia suena a un sin sentido semántico desde los pueblos originarios, porque el hecho de la usurpación en general es un hecho eminentemente injusto. Y desde la visión de los colonizadores la justicia no deja de ser una simple mecánica de administración de los intereses materiales y políticos de la nación conquistadora. La ley y el derecho no son ya la voluntad de una fracción nacional sobre otra, sino que es la voluntad concentrada e integral de la nación que regula la conducta de las poblaciones conquistadas por un lado, pero, por otro lado, también pasa a ser una normatividad constituyente porque adquiere el carácter constituidor y organizador de la estructura fundamental de los poderes del estado. Así el derecho colonial español, en nuestro caso el Derecho Indiano, pasó a constituirse en el tejido jurídico sistemático que reguló la estructura y la dinámica administrativa de la vida colonial hispanoamericana. En el marco de análisis en el que nos circunscribimos, el concepto político de civilización tiene por lo menos dos significados cualitativamente distintos. Por un lado se refiere al proceso de colonización política y jurídica. En este 197

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sentido no es más que un sinónimo de colonización o desarticulación porque es el actuar político de una nación sobre otra con el propósito de someterlo. En la segunda acepción, civilización significa el poder constituido, o sea la objetivación político territorial del estado colonial que se establece sobre los despojos políticos de las naciones colonizadas. Todas las concepciones políticas de Occidente como el absolutismo, el liberalismo y el marxismo original -excluyendo a Lenin - negaron el carácter y personalidad nacional y estatal de las civilizaciones, las naciones y los pueblos originarios colonizados por las naciones occidentales. Negar el derecho a ser nación y estado es una de las peores formas de despojo de los derechos humanos y de los derechos políticos elementales a los grupos humanos del mundo. Esta concepción de civilización occidental es un atentado contra los derechos fundamentales del hombre que como teoría y filosofía políticas abren las puertas para que los absolutistas de todos los tiempos hayan cometido y todavía cometan los más graves delitos políticos de lesa humanidad. La teoría política del absolutismo y colonialismo occidental proviene en el fondo de la concesión por el Dios Creador del poder y los territorios conquistados por los colonizadores a los príncipes de los reinos occidentales. Esta teoría colonial basa sus derechos de constitución estatal en la doctrina cristiana de la evangelización de los pueblos bárbaros, en el derecho colonial y señorial de los príncipes y nobles y en el derecho natural aristoteliano que sostiene que unos hombres nacen para ser amos y otros nacen, destinados por la naturaleza, para ser esclavos. Los componentes teóricos fundamentales de esta teoría son el cristianismo, el señorialismo y el aristotelismo. La teoría liberal del estado, en sus máximos representantes como son los teóricos clásicos del liberalismo, en relación a los estados originarios del mundo colonizado, después de elaborar la teoría racional y ahistórica del estado occidental niega en su gran mayoría la existencia de las civilizaciones originarias, por un lado, acusando a las naciones originarias de salvajes o bárbaras y por otro lado, justificando la colonización occidental. Para esta teoría el estado surge de la crisis del estado de naturaleza como un constructor metafísico, estado que da lugar al contrato o pacto social en base a la soberanía del pueblo o voluntad general. Esta teoría como otras formas teóricas occidentales rehuye en la formación del estado de las dinámicas nacionales y coloniales. Finalmente los clásicos del marxismo, quienes delinean una teoría que NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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no pudo ser modificado en sus elementos centrales por los neomarxistas, ubican al estado en la doble composición teórica entre la estructura y superestructura en el campo de la última como una forma de determinación del cuerpo político por la economía. Por eso la determinación clasicista del estado se ha convertido en una teoría economicista e instrumentalista del estado cerrando la posibilidad de otras genealogías del estado a partir de la historia de las naciones y no así del seno del modo de producción. La teoría liberal del estado y la teoría marxista tienen un gran defecto teórico que los hace cómplices de una visión estática en la génesis del estado cerrando y justificando por omisión las genealogías coloniales del estado. Las naciones originarias, luego de la instauración de la colonia, no han conocido otro concepto de lo político que no sea el espacio de pugna histórica entre las naciones originarias y las naciones conquistadoras. El campo de la política en Los Andes está definido por la disputa histórica entre los colectivos indígenas y los grupos conquistadores y sus descendientes. De esto resulta que el poder no es otra cosa que la expresión de la capacidad de dominación de los grupos de origen colonial sobre los grupos colonizados. Así el poder político no es otra cosa que la capacidad del estado para preservar la institucionalidad que beneficia a la nación dominante.

3. EL PROCESO DE ORGANIZACIÓN POLÍTICA DEL ESTADO REPUBLICANO. Una explicación de la creación de Bolivia como nación y estado tiene una gran importancia para los pueblos y naciones originarias en la perspectiva de la reivindicación de sus derechos estatales y nacionales dentro de un marco de objetividad y sinceridad que deberán ser las bases de una diálogo nacional en el camino de encontrar salidas políticas a la actual crisis estructural de Estado Boliviano. Social y nacionalmente las fuerzas que determinan la creación del estado boliviano son por un lado las fuerzas del absolutismo español y por el otro lado las fuerzas republicanas expresadas estas en las fuerzas militares de los guerrilleros y en las de los ejércitos libertadores. Al margen del reducido valor militar de los ejércitos guerrilleros y de los levantamientos republicanos citadinos fueron las batallas de los ejércitos de los libertadores los hechos que terminan con el poder español en la América Hispana. La estrategia de continuidad política trazada desde el Utti Posidettis Juris de 1810 fue el hilo conductor que guió los pasos de los grupos hispanos 199

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y criollos para actuar en la transición de la colonia a la república. Muchos grupos de españoles y criollos ante el poderío de los ejércitos españoles no creyeron en el triunfo de la república y es por eso que apoyaron a las tropas españolas o en el peor de los casos, integraron estas tropas. Por eso muchos gritos libertarios de América comenzaron vitoreando viva Fernando VII cuando este fue destituido por la invasión francesa. En el momento político de dominio del gobierno español los grupos privilegiados no apostaron para nada al proyecto republicano. Fue desde la inminencia de las derrotas militares en Pichincha, Junín, la independencia de Argentina y la derrota española en Ayacucho que los grupos oligárquicos decidieron volcarse a la causa republicana que era ya un hecho inminente e irreversible. En la creación del Estado Boliviano sólo las naciones originarias y la nación hispano criolla eran los grupos nacionales que podían haberle otorgado su contenido y su perspectiva nacional a la nueva república. Los pueblos originarios no presentaron ningún proyecto de participación al proceso de creación del nuevo estado. Los grupos hispano criollos profundamente posicionados en sus intereses materiales e ideológicos tomaron la iniciativa exclusivamente para conformar junto a los libertadores el nuevo estado. Derrotados los ejércitos españoles y excluidas las naciones originarias quedaron en el escenario político y jurídico de la creación de Bolivia los libertadores Simón Bolívar y Antonio José de Sucre y los grupos hispano criollos asentados en las ciudades del Alto Perú. Los factores que contribuyeron a la constitución del Estado Republicano son por un lado los elementos nacionales y por otro lado los elementos jurídicos y políticos del anterior estado. El contenido nacional del nuevo estado era de carácter hispanista por la presencia mayoritaria de esta colectividad nacional. En cambio el contenido jurídico del proyecto republicano en la concepción de los libertadores era de carácter eminentemente liberal. El proyecto liberal de los libertadores por la presencia provisional y pasajera de estos personajes estaba condenada al fracaso ante la presencia dominante de los grupos feudalistas de la oligarquía. A la larga serán los elementos señoriales del hispanismo republicano los que impongan sus intereses y su personalidad a la nueva república. Son dos los momentos claves para la constitución política de la nueva república. Por un lado ocurre el momento constitutivo real de la república y en segunda instancia aparece el momento constitutivo formal. El momento constitutivo real dura desde la batalla de Ayacucho hasta antes de la promulgación de la primera constitución política del estado. El segundo momento NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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constitutivo no es sino una formalización del primer momento y se legaliza con la convención de la Asamblea Constituyente y la sanción de la nueva constitución en 1826. Los fundamentos para la constitución real del estado republicano fueron la territorialidad colonial de la anterior Audiencia de Charcas y la ciudadanía colonial como mecanismo de elección de la representación política, ambas de origen español. Son dos los decretos decisivos que dan lugar a la fundación de la república. Uno es el Decreto de 9 de Febrero de 1825 dictado por el Mariscal Antonio José de Sucre. El segundo decreto, que ratifica el primero, es dictado por el Libertador Simón Bolívar el 16 de Mayo de 1825. Los decretos de los libertadores, por la enorme fuerza de los ejércitos libertadores, son la base legal fundamental para la creación de Bolivia. Sin la presencia de los ejércitos de los libertadores no hubiera sido posible la creación del estado republicano. Los decretos de los libertadores son por lo tanto leyes fundantes del Estado Boliviano. Esta legalidad fundante que todavía no estaba articulada y sistematizada en un cuerpo constitucional podemos llamarlos como decretos constituyentes de la nueva república. El Decreto del Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre en la convocatoria a la Asamblea General dice: “Que al pasar el Desaguadero el ejército libertador ha tenido el solo objeto de redimir las provincias del Alto Perú de la opresión española dejándolas en la posesión de sus derechos”. “La Asamblea se compondrá de los diputados que se eligieren en juntas de parroquias y de provincias”. “Se reunirán indispensablemente los ciudadanos de cada parroquia en el lugar más público, presididos del alcalde del pueblo y cura párroco […]”. “Para ser elector se requiere ser ciudadano en ejercicio, natural o vecino del partido con un año de residencia”. “Los cuatro electores de cada partido se reunirán el 31 de Marzo en la capital del departamento para el nombramiento de diputados”. Se elegirá “un diputado por cada 25.000 almas”. “Para ser diputado se necesita ser mayor de veinticinco años, hijo del departamento”. “El objeto de la Asamblea General será sancionar un régimen de gobierno provisorio y decidir sobre la suerte y los destinos de estas provincias, como sea más conveniente a sus intereses y felicidad”. […](Bolivia: “Colección oficial de leyes, decretos y órdenes de la república de Bolivia, 1825 y 1826”: p.1-4). El Libertador Simón Bolívar ratificará el decreto del Mariscal de Ayacucho con el decreto de 16//05/1825 confirmando que “Las provincias del Alto 201

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Perú, antes españolas, se reunirán conforme al decreto del Gran Mariscal de Ayacucho en una Asamblea General […]”. (Bolivia: “Colección oficial de leyes, decretos y órdenes de la república de Bolivia, 1825 y 1826”: p.12). Los anteriores instrumentos jurídicos y los hechos nos muestran claramente que la república nace en base a una constitución real colonial. En primer lugar, es la territorialidad de las provincias y parroquias del viejo Alto Perú la que da el sustento geográfico y territorial al nuevo estado. En segundo lugar, son los alcaldes y los sacerdotes hispano criollos los que organizan la representación política para la asamblea. En tercer lugar y como fundamento del derecho político colonial se exige la ciudadanía española para ser elegido o elector y ser diputado nacional. El Acta de la Independencia de las provincias del Alto Perú de 6/08/1825 luego de unos considerandos sin fuerza ni coherencia declara que “[…] siendo al mismo tiempo interesante a su dicha, no asociarse a ninguna de las repúblicas vecinas, se erigen en un Estado Soberano e independiente de todas las naciones, tanto del viejo como del nuevo mundo”. (Bolivia: “Colección oficial de leyes, decretos y órdenes de la república de Bolivia, 1825 y 1826”: p.17). La creación del Estado Bolivariano se completa con otro decreto de la Asamblea General de la República Bolívar de 13/08/1825 que declara el carácter representativo, unitario y centralista del nuevo estado diciendo que “El Estado del Alto Perú se declara en su forma de gobierno, representativo republicano”. “Este gobierno es concentrado, general y uno para toda la república y sus departamentos”. El decreto del Acta de la Independencia y el decreto que declara el carácter republicano del estado fue sancionado por la primera Asamblea General cuyo presidente fue José Mariano Serrano. En la realidad objetiva de los hechos, el carácter republicano que instituía el carácter unitario y centralista de la nueva república no hacía otra cosa que legalizar y ratificar el centralismo unitario del estado de la colonia. En cuanto al sistema representativo se reactualizaron involutivamente los mecanismos electorales de la colonia bajo el concepto de la ciudadanía hispanoamericana en vez de ampliar el espacio del ejercicio ciudadano. La exclusión de las naciones y pueblos originarios del proceso de constitución de la república se dio en primer lugar por la voluntad y la fuerza de la nación hispano criolla que decidió quedarse en América y, en segundo lugar, por la decisión política de los libertadores Simón Bolívar y Antonio José de Sucre fundamentalmente. A estos dos hechos podemos agregar como causas de la exclusión de las naciones originarias en el establecimiento de la república, el aislamiento y debilitamiento que sufrieron aquellas después de las revoluciones anticoloniales del Siglo XVIII, la falta de un proyecto de NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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diálogo y participación tanto de los sectores políticos originarios como hispano criollos y, finalmente, por la visión dominante y excluyente en los dos sectores que definieron la personalidad nacional de la república tal como fueron los libertadores y los grupos de origen hispanista. Mientras se organizaban las elecciones de los diputados, la dinámica de los hechos obligó a organizar, antes de la declaración de la independencia y mucho antes de la sanción de la primera constitución, al estado republicano en base al establecimiento del poder judicial. Por Decreto del 27/04/1825, “Se establece en Chuquisaca la corte superior de justicia de las provincias del Alto Perú que sustituye a la antigua audiencia española”. “Sus atribuciones y jurisdicción son las mismas que aquellas tenían hasta la reforma que se hará por nuevos reglamentos”. (Bolivia: “Colección oficial de leyes, decretos y órdenes de la república de Bolivia 1825 y 1826”.). Con este decreto, Antonio José de Sucre y los abogados altoperuanos de la Audiencia de Charcas estaban trasladando en su integridad el poder judicial del estado español al nuevo estado republicano. El estamento judicial del estado español era el más consistente, el mejor organizado y el de mayor experiencia en la administración de los intereses del Estado Español. En esas circunstancias el poder legislativo y el poder ejecutivo de la nueva república eran francamente inexistentes y se necesitaba construirlos prácticamente de cero. Coronando la organización del poder judicial quedaron como miembros de la Corte Superior de Justicia los doctores Manuel María Urcullu, Mariano Serrano, Casimiro Olañeta, Mariano Ulloa, Leandro Uzín, Mariano Guzmán y Eusebio Gutiérrez. Sin lugar a dudas el Estado Boliviano comenzó a constituirse a partir del poder judicial de la colonia trasladado a la nueva república. La constitución del poder judicial marca el final de la etapa de la constitución real del Estado Boliviano. La etapa de la constitución formal del Estado Boliviano se inicia con la publicación del “Reglamento de elecciones de diputados para la Asamblea General Constituyente” que debía instalarse el 19/04/1826 en la capital Charcas. El mencionado reglamento fue aprobado y sancionado por el Libertador Simón Bolívar y en sus partes más importantes regulaba la elección de los nuevos representantes en base a la ciudadanía excluyente en tres niveles de elección. Se mandaba que en el nivel de las parroquias “Se celebrarán juntas parroquiales”, “presididas por el alcalde y párroco respectivo”. “Toda parroquia nombrará un solo elector”. Para ser elector parroquial se requiere ser mayor de veinticinco años, ciudadano en ejercicio de sus derechos con buena reputación”. Las juntas electorales de partido “se compondrán de todos los electores parroquiales”. Finalmente las juntas departamentales 203

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“se compondrán de los electores de todos los partidos”. Igual que en el procedimiento electoral sancionado por Antonio José de Sucre se fijaba la cantidad de un diputado por cada 25.000 almas. En la elección de los diputados para la sanción del Acta de la Independencia como en la elección de los representantes nacionales para la Asamblea Constituyente es un reglamento electoral, basado en el concepto de ciudadanía colonial, la que excluye a las naciones y pueblos originarios de su participación en la creación de la república. Estos decretos estaban constituyendo en el proceso las futuras leyes electorales y en cierta medida el futuro poder legislativo. En relación al poder ejecutivo del nuevo estado, previendo probablemente el caos y la anarquía de los grupos hispano criollos el Libertador Simón Bolívar deja un decreto contundente que fija prácticamente la presidencia del Mariscal Sucre y del General de División Andrés de Santa Cruz que los doctores altoperuanos aceptan sin decir ni una palabra. El Decreto de 29/12/1825 decía que “Todas las facultades y autoridad que me han sido concedidas quedan delegadas desde hoy en el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre”. “Para los casos de enfermedad, ausencia o muerte del Gran Mariscal de Ayacucho se nombra al General de División Don Andrés Santa Cruz”. (Bolivia: “Colección oficial de leyes, decretos y órdenes de la república de Bolivia 1825 y 1826”.). La fuerza de los jefes de los ejércitos libertadores y ante todo su posición y palabra eran sencillamente determinantes ante cualquier opinión de las castas hispano altoperuanas que no habían conseguido por sí la creación de la república. Pero en las condiciones sociales del período los grupos dominantes eran la base social real y dominante que marcaba una de las pautas fundamentales en la conformación de la república. El Libertador Simón Bolívar antes de despedirse del país en una Proclama del 1/1/1826 reitera su promesa de que los altoperuanos serían “reconocidos por una nación independiente [y dice que] recibiréis la constitución más liberal del mundo”. (Bolivia: “Colección oficial de leyes, decretos y órdenes de la república de Bolivia 1825 y 1826”., p., 97). El Mariscal Antonio José de Sucre por decreto de 23/01/1826 sustituye las antiguas ciudades y su jurisdicción en departamentos y establece como gobernantes del poder ejecutivo a los prefectos conforme a la ley de las cortes españolas de 1812 fijando definitivamente la composición del nuevo estado.

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La etapa de la constitución formal del estado republicano finaliza con la sanción de la nueva constitución política del estado por el Congreso General Constituyente de la República Boliviana el 6/11/1826. Esta ley fundamental establece a la Nación Boliviana como la reunión de todos los bolivianos. En una sesión anterior se había cambiado el nombre de nación bolivariana que es más auténtico por nación boliviana luego de la partida del Libertador Simón Bolívar. En el siguiente capítulo se fija el territorio de la república con sus seis departamentos: Potosí, Chuquisaca, La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Oruro. Luego divide el poder en cuatro poderes que eran el electoral, el ejecutivo, el legislativo y judicial. La pugna en el terreno jurídico y constitucional en la Asamblea Constituyente fue sin lugar a dudas entre la Constitución enviada por el Libertador Simón Bolívar junto a una exposición de motivos y el pensamiento señorial de los representantes altoperuanos. El libertador, aparte de una completa libertad religiosa, planteaba como una de sus mayores aspiraciones constitucionales la completa libertad de los habitantes originarios como una posición consecuente de su personalidad eminentemente liberal. Luego de una breve justificación de las tres cámaras del Poder Legislativo que eran la de senadores, la de tribunos y la de censores, el Libertador Simón Bolívar expone las razones de su propuesta del Presidente Vitalicio que nunca ejerció y que lo hizo fundamentalmente pensando en la estabilidad del nuevo estado. También explica la institución de los colegios electorales de provincia sosteniendo que sirven para contrapesar las arbitrariedades de los jueces y de los magistrados y dice “Me atrevería a decir con alguna exactitud que esta representación participa de los derechos de que gozan los gobiernos particulares de los estados federales”. (Lecuna Vicente. 1975. T. II. , p., 312). Esta última aseveración hace referencia a las facultades de los colegios electorales de proponer las ternas y los candidatos para el poder legislativo, para los cargos del poder ejecutivo y para los cargos de los municipios de una forma enteramente democrática. Pero una de las características de la personalidad del Libertador Simón Bolívar que lo convierte de uno de los hombres de estado más avanzados de su época es su identificación con la libertad e igualdad de todos los bolivianos, o sea su completa oposición al esclavismo y a la discriminación de los pobladores originarios y negros. Sobre el tema, en sus fundamentaciones dice: “He conservado intacta la ley de las leyes, la igualdad: sin ella perecen todas las garantías, todos los derechos. A ella debemos hacer los sacrificios. A sus pies he puesto, cubierta de humillación, a la infame esclavitud. Legisladores, la infracción de todas las leyes es la esclavitud. La ley que la conservara, sería 205

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la más sacrílega. ¿Qué derecho se alegaría para su preservación?. Mírese este delito por todos aspectos, y no me persuado que haya un solo boliviano tan depravado, que pretenda legitimar la más insigne violación de la dignidad humana. ¡Un hombre poseído por otro!. ¡Un hombre propiedad!. ¡Una imagen de Dios puesta al yugo como un bruto!. Dígasenos ¿dónde están los títulos de los usurpadores del hombre?. La Guinea nos los ha mandado, pues el Africa desbastada por el fratricidio, no ofrece más que crímenes. Trasplantadas aquí estas reliquias de aquellas tribus africanas, ¿qué ley o potestad será capaz de sancionar el dominio sobre estas víctimas?. Transmitir, prorrogar, eternizar este crimen mezclado de suplicios, es el ultraje más chocante. Fundar un principio de posesión sobre la más feroz delincuencia no podría concebirse sin el trastorno de los elementos del derecho, y sin la perversión más absoluta de las nociones del deber. Nadie puede romper el santo dogma de la igualdad. Y ¿habrá esclavitud donde reina la igualdad?. (Lecuna, Vicente. 1975. T. II. , p. 319-320). Por este párrafo, el rechazo a la esclavitud de los negros y de los habitantes originarios es radical y contundente porque lo considera un delito de lesa humanidad. Rebate completamente los títulos del esclavismo calificándolos de usurpación, crimen y fratricidio. En el Capítulo II “De los bolivianos”, en su artículo quinto el Libertador Simón Bolívar declara la libertad de todos los esclavos al prescribir constitucionalmente que “Todos los que hasta el día han sido esclavos; y por lo mismo quedarán, de hecho, libres en el acto de publicarse esta constitución: por una ley especial se determinará la indemnización que se debe hacer a sus antiguos dueños”. (Lecuna. 1975. T. II. , p. 324). La única restricción política que prescribe la constitución bolivariana a los pobladores originarios, negros, mestizos y otros es la de la ciudadanía porque para ejercer este derecho los ciudadanos debían “Saber leer y escribir”. (Lecuna. 1975. T.II., p.324). Luego de los debates en la Asamblea Constituyente, la mayoría de los legisladores que representaban a la clase hacendaria modifican el artículo quinto propuesto por el Libertador y aprueban un parágrafo que dice: “Todos los que hasta el día han sido esclavos: y por lo mismo quedarán de derecho libres, en el acto de publicarse la constitución: pero no podrán abandonar la casa de sus antiguos señores, sino en la forma que una ley especial lo determine”. (Salinas Mariaca, Ramón. 1989., p., 20). La clase dominante de la naciente república anclada en las antiguas estructuras sociales del señorialismo hacendario se negó a adoptar la libertad y la igualdad de los habitantes originarios de los Andes Bolivianos al cambiar el término “de hecho libres” prescrito por el Libertador por el “de derecho libres”. Luego la NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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clase dominante selló la continuidad del esclavismo originario al prohibir a los pongos y mit´anis abandonar las casas de hacienda coloniales. Al adoptar la continuidad del colonialismo interno y el feudal señorialismo la clase dominante estaba ingresando en un proceso de involución histórica que duraría un siglo y cuarto en una etapa en el que los países más avanzados estaban acabando con el esclavismo. El hecho de que la oligarquía hispano boliviana se niega a adoptar la libertad individual de los originarios de Bolivia nos muestra, primero, el traslado de las instituciones del señorialismo feudal de la colonia a la república y segundo, también nos hace patente el carácter profundamente colonial y feudal de la nación que recién se fundaba. Este carácter feudocolonial de la nación boliviana, evaluada a estas alturas de la historia resultó siendo uno de los lastres más perjudiciales para el desarrollo del país en todos sus niveles y componentes. Recordemos que la medida de la libertad individual originaria propuesta con tanto fundamento y convicción por el Libertador Simón Bolívar recién será ejecutada tardíamente por el Movimiento Nacionalista Revolucionario después de ciento veinticinco años de vida republicana. La posición liberal del Libertador de otorgar la libertad a los habitantes originarios calificando a la esclavitud de delito de lesa humanidad nos hace pensar que a Simón Bolívar no le hubieran sido indiferentes el otorgar los derechos políticos colectivos a los pueblos originarios porque se oponía profundamente a la opresión, al esclavismo y por deducción al colonialismo. El debate teórico doctrinal de fondo en la asamblea constituyente se desarrolló entre las ideas liberales del Libertador Simón Bolívar que estaban en la Constitución Bolivariana seguido por algunos representantes nacionales que hacían eco de las ideas bolivarianas y las ideas del hispanismo colonial representadas por Casimiro Olañeta. El pensamiento y los paradigmas liberales estaban en pleno auge en ese momento histórico y representaban lo más avanzado en términos de libertad y justicia social. La mayoría de las repúblicas estaban fundando sus estados en este modelo político. Por tanto sus instrumentos teóricos y políticos eran los que sustentaban los actos políticos y los procesos constituyentes. José Manuel Loza reiterando los conceptos liberales de la soberanía del pueblo y la voluntad general reclama con mucho fundamento para que no se excluya a los habitantes indígenas que formaban dos tercios de la población. Ante estas expresiones, en el debate, Casimiro Olañeta sostiene con un criterio aristotélico que “... la soberanía en los Gobiernos Representativos no debe ejercerla el pueblo, sino los que tengan las luces suficientes para hacer su 207

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felicidad y el pacto de asociación se ha formado precisamente sobre esa base”. (“Sesiones de la Asamblea de Representantes del Alto Perú”. , p., 444). Olañeta al negar completamente los derechos políticos de los pueblos originarios en base a un pensamiento eminentemente colonial invalida sin fundamentos la teoría liberal del pacto social y la soberanía del pueblo mostrando la personalidad más íntima de la clase dominante de esa época tal como es el racismo, el machismo y el colonialismo. Casimiro Olañeta expresa su pensamiento retrógrado sosteniendo “Que no se había contestado sino muy ligeramente a los argumentos de la soberanía del pueblo y del pacto social porque se les había creído enteramente nulos e insignificantes por sí mismos. Si ellos valieran algo, continuó, deberían ir a votar las mujeres, los niños, los imbéciles, los sirvientes domésticos y también otros que por la conveniencia pública deben estar excluidos de los actos públicos”. (“Sesiones de la Asamblea de Representantes del Alto Perú”. , p., 448). Los representantes nacionales que sancionan la primera constitución aprueban, obedeciendo las posiciones de Simón Bolívar sobre la liberación de los esclavos, un artículo sobre el pago o indemnización a los sirvientes domésticos y peones de hacienda que no aparece en la Constitución Política del Estado. Finalmente los representantes nacionales aprueban la prohibición de imprimir la Constitución con lo que finalizan sus sesiones. Es un principio universalmente reconocido que una persona, sea esta individual o colectiva, está obligada a acatar y cumplir un contrato de cualquier tipo cuando otorga solemnemente su consentimiento a las prescripciones de ese contrato social. En los debates, la aprobación y la sanción del Acta de la Independencia de la república como en el proceso de sanción de la primera Constitución Republicana no estuvieron presentes el consentimiento de ninguno de los pueblos originarios de Bolivia. Es innegable que la presencia de los representantes de los pueblos originarios le hubiera dado a la asamblea constituyente un carácter profundamente humano, democrático, plurilateral, sinalagmático, justo y revolucionario. Pero las clases dominantes de la época era tan totalitarias y retrógradas que prefirieron realizar un monólogo nacional y sancionaron una constitución que ahora la diagnosticamos objetivamente de señorial, colonial y excluyente. Hasta el momento después de la fundación de la república tres eran las pérdidas e injusticias cometidas con los pueblos originarios. Primero seguía pendiente el resarcimiento político a la decapitación estatal que sufrieron en la colonia. Segundo seguía pendiente el resarcimiento de la ciudadanía política negada en la colonia a los pobladores originarios. Y tercero, seguía NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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pendiente la devolución de las competencias políticas de las autoridades originarias de las comunidades de base. La exclusión nacional de los pueblos originarios es una estrategia que se mantiene a lo largo de la historia de la colonia y de la república hasta fines del Siglo XX. Todas las constituciones políticas del estado mantienen incólumes la exclusión política de las colectividades indígenas de nuestro país. Las dieciséis constituciones políticas sancionadas con reformas parciales mantienen dos injusticias políticas. La primera es la decapitación estatal y la segunda es la destrucción y usurpación de las competencias políticas de las autoridades de las comunidades originarias. Desde la revolución de Abril de 1952 se ha otorgado a los pobladores indígenas el derecho de ciudadanía pero dentro de los sistemas de representación liberales y occidentales. Si bien es necesaria la mantención de este derecho político, falta ligar el derecho a ser elector y a ser elegido pero dentro de los sistemas de representación originarios lo que sólo puede darse dentro de un proceso de reconstitución política de los pueblos originarios articulada a un proyecto de unidad plural del país. Las más grandes crisis políticas del país desde la fundación de la república siempre han tenido una salida política a partir de la iniciativa y la sanción de reformas constitucionales desde los grupos de la colectividad boliviana. Una de las propuestas de solución a la crisis del estado unitario, burocrático y centralista que se ha reiterado varias veces es la propuesta de la descentralización a partir de los sujetos hispano bolivianos asentados en las capitales de departamento. En dos ocasiones se ha planteado la descentralización del estado boliviano. Durante la llamada Revolución Federal en 1899 la clase dominante y el pueblo paceño liderizaron un movimiento político con las banderas de la descentralización y la federalización del país que de concretarse se hubiera realizado sólo en base a los sectores hispano bolivianos y que sin duda hubiera extendido horizontalmente las competencias estatales hacia los departamentos. Lamentablemente la propuesta de federalización y descentralización fue tan sólo un recurso discursivo más que una propuesta madura y seria. Las cosas terminaron con una reconcentración de los poderes ejecutivo y legislativo en la ciudad de La Paz manteniendo el centralismo del poder judicial en la ciudad de Sucre. El movimiento de los pueblos originarios que colaboró en forma determinante para estos cambios a la cabeza de Pablo Zárate Willka fue sencillamente engañado y reprimido por las fuerzas liberales que luego 209

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relanzarían en mayor magnitud el proyecto señorial y excluyente que tenía sus raíces más profundas en la colonia. Lamentablemente fue la sordera y el totalitarismo nacional de los conservadores lo que obligó a los pueblos originarios liderizados por Zárate Willka a plantearse un segundo proyecto de independencia en plena república. Toda la sangre y las energías derrochadas en la llamada Revolución Federal no sirvieron casi para nada porque se mantuvieron no sólo los defectos inmanentes al estado unitario y burocrático, sino que se agudizaron las injusticias sociales y políticas con los pueblos originarios. Todo comenzó con un decreto de la Junta de Gobierno de La Paz que declaraba que “La ciudad de La Paz es la capital de la República de Bolivia” el 14/04/1899. Luego, la misma Junta de Gobierno desde Oruro expide un Reglamento Electoral cuyo capítulo que trata de la ciudadanía nuevamente exige para ser elegido convencional los requisitos de “saber leer y escribir; ser propietario o ejercer algún oficio o profesión y hallarse inscritos en los registros cívicos”. (“Anuario de Leyes, Decretos y Resoluciones supremas de 1899”., p. 79). Finalmente los convencionales reunidos en Oruro el 22/10/1898 a nombre de la Soberana Convención Nacional de Bolivia decretan “Adóptase la Constitución Política de 1880, sin perjuicio de las reformas fundamentales o parciales que decrete la Convención Nacional […]”. (“Anuario de Leyes, Decretos y Resoluciones supremas de 1899”). Luego la Convención Nacional termina eligiendo como presidente constitucional a José Manuel Pando y como primer y segundo vicepresidentes a Lucio Pérez Velasco y Aníbal Capriles. Todo el movimiento político liberal que preconizó la descentralización federal comenzó con un gran espíritu revolucionario que lamentablemente terminó con una involución jurídica y política naufragando en la antigua constitución de 1880. Desde las mismas clases dominantes y también después de una crisis estructural del modelo económico y político implantado por los liberales que llegó a su cima en 1930, la Junta de Gobierno jefaturizada por Carlos Blanco Galindo elabora una de las propuestas más serias y pensadas sobre la descentralización del país que como proyecto supera a las simples posiciones ideológicas que lanzaron en 1899 los liberales. Fueron nueve las propuestas de reformas a la constitución política del estado. La primera reforma planteaba la institucionalización del Habeas Corpus que revolucionaba los preceptos constitucionales sobre los derechos fundamentales. La segunda reforma establecía por vez primera el Régimen NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Económico y Social otorgando al poder ejecutivo atribuciones para la celebración de contratos, empréstitos y concesiones. La reforma número tres establecía el estado de sitio como un recurso del ejecutivo para la preservación del orden público. La cuarta reforma fijaba el pago de dietas por sesión para senadores y diputados. La reforma número cinco fijaba en cuatro años el período presidencial y el derecho de su reelección sólo después de ocho años. La reforma número seis creaba el cargo del Contralor General de la República. La octava reforma fijaba la autonomía universitaria y finalmente la novena reforma establecía el recurso directo de nulidad. La séptima reforma establecía y regulaba la descentralización política y administrativa del estado sustituyendo completamente la sección decimocuarta que regulaba el régimen interior en lo territorial y en lo político. El nuevo articulado establecía que “El gobierno Superior en lo político, administrativo y económico de cada departamento reside en un Magistrado con la denominación de Prefecto nombrado por el Presidente de la República según lista propuesta por una Asamblea Departamental...”. “La administración del Departamento en cuanto a sus intereses y negocios propios pertenecerá a esta Asamblea, al Prefecto y a los funcionarios que se designen por las leyes”. “El Departamento y su administración quedarán subordinados a los poderes Ejecutivo y Legislativo de la Nación en cuanto se refiere a los intereses nacionales, la organización militar y en todo lo que pertenece al orden y a la seguridad del departamento […]”. (“Anuario Administrativo de 1930”., p., 1901). Es una verdadera lástima y ha sido una enorme pérdida de tiempo para el país que los futuros gobernantes no hayan comprendido el significado de una descentralización económica, política y administrativa en un país con un extenso territorio y con escasos actores que dinamicen la economía y las decisiones para el desarrollo económico y político del país. De la década del 30 a la década del 90 el país continuó perdiendo 60 años en un proyecto centralista y burocrático. Aunque la ley no llegó a fijar nunca las atribuciones de los gobiernos descentralizados políticamente, la descentralización del poder legislativo con la creación de las asambleas departamentales tuvo algunas regulaciones de avanzada que incluso las leyes de descentralización recientemente sancionadas no las superan. Entre las facultades y atribuciones de la Asamblea Departamental se estableció el derecho a “Elegir a los senadores del departamento y sus provincias”. “Reglar por medio de ordenanzas los asuntos de interés colectivo y propio del departamento y sus provincias”. “Votar impuestos departamentales estableciendo reglas para su recaudación y administración y formar el presupuesto de gastos anuales en la medida 211

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estricta de los recursos”. “Contratar empréstitos para obras de utilidad general”. “Establecer el régimen de la Policía de Seguridad del Departamento”. “Organizar o ayudar a la instrucción del Departamento y proveer a la apertura y conservación de caminos”. (“Anuario Administrativo de 1930”.). Las medidas de verdadera avanzada democrática y descentralizadora en este proyecto fueron la facultad de legislación regional, la facultad de regulación de las contribuciones y la facultad para manejar un presupuesto propio. El gobierno de Carlos Blanco Galindo por Decreto Ley de 23 de febrero de 1931 incorporó las modificaciones a la constitución aprobadas por referéndum nacional el 11 de enero de 1931. Lamentablemente estos avances constitucionales no fueron aplicados por los últimos políticos liberales que prefirieron una guerra con el Paraguay como válvula de escape a la profunda crisis del modelo liberal del país. En la constitución de 1938 se incluyeron algunas reformas de 1931 pero lamentablemente se olvidaron por completo las propuestas de descentralización política porque el nuevo pensamiento político que construían los nacionalistas tenía profundas inspiraciones corporativas, burocráticas y centralistas. A las inspiraciones corporativas del nacionalismo debemos sumar la práctica del movimientismo de gobernar mediante simples decretos y no con propuestas de reformas constitucionales a largo plazo tal como ocurrió con las medidas de la Revolución de Abril, haciendo que todo esto cierre la posibilidad de reformar profundamente la constitución. La última constitución reformada y sancionada el 2/02/1995 fue aprobada por una mayoría de los viejos políticos nacionalistas que se convirtieron al pensamiento y al modelo neoliberal del Siglo XXI. Uno de los aditamentos que se ha introducido en la constitución de 1967 es el carácter multiétnico y pluricultural de país. En un modelo político y económico liberal estas adiciones tienen muy poco de propuestas jurídicas y políticas por lo que más se parecen a una propuesta de folclorismo ideológico que no tocan en lo más mínimo las estructuras jurídicas y políticas del estado. Luego, en el artículo 171 se ha incluido el reconocimiento de los derechos sociales, económicos y culturales pero de ninguna manera los derechos nacionales y estatales de los pueblos originarios. Las propuestas jurídicas de los liberales del final de siglo para los pueblos originarios han terminado con la municipalización casi corporativa de las comunidades originarias bajo el concepto de la dependencia política hacia las prefecturas de los departamentos. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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A principios del Siglo XXI aún quedan pendientes el resarcimiento político por la decapitación estatal de que fueron objeto los pueblos originarios. También sigue teniendo una candente actualidad la reconstitución de las competencias políticas de las autoridades naturales de las comunidades y pueblos originarios. Estas deben ser las primeras propuestas con las que las naciones originarias deben presentarse a los debates y enarbolarlas como banderas de lucha hacia el Siglo XXI. Las relaciones constitucionales entre la nación hispano boliviana y las naciones originarias tienen un carácter de cercenamiento, de apartamiento y exclusión nacional y política y son profundamente injustas. Toca a los profesionales, a los intelectuales y a todos los dirigentes concordar nuevas relaciones constitucionales hacia el próximo siglo que tengan por principio el resarcimiento, la articulación y la inclusión nacional y política entre los pueblos originarios y la nación boliviana. Sociológica, pero sobre todo nacionalmente el corto proceso de la creación de la República de Bolivia trajo consigo un proceso de encubrimiento político y nacional de la sociedad hispana. La identidad nacional evidentemente española de la sociedad altoperuana de Charcas necesitaba de una mutación nacional no sólo para presentarse al mundo con una nueva identidad nacional, sino para disminuir las presiones internas de los grupos que en el pasado habían intentado expulsar a los españoles. Adoptar el nombre del Libertador Simón Bolívar para la república para luego cambiar su identidad nacional colonial hacia una personalidad eminentemente independentista y libertaria fue una genial acción de encubrimiento nacional y político a la vez.

4. LAS POSICIONES CONSTITUCIONALES DE LOS PARTIDOS NACIONALISTAS SOBRE LOS DERECHOS POLÍTICOS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XXI. La crisis de la sociedad, de la nación y del estado boliviano a fines del Siglo XX es una crisis terminal e integral. Es una crisis terminal porque han llegado a su agotamiento las viejas ideologías del totalitarismo colonial no sólo en su relación con los pueblos originarios, sino también porque comienzan a ser disfuncionales a una sociedad nacional, a la que si bien fueron muy útiles en el pasado ahora comienzan a ser obsoletas porque ya no responden a los desafíos del futuro. La crisis integral también se refleja en las estructuras del estado que ya no responden a las demandas de los grupos colectivos nacionales y sociales. La división del país en nueve departamentos no sólo desiguales 213

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en tamaño, sino también extensos, con una burocracia centralista que no puede operar la solución de ningún problema departamental ni provincial ha profundizado la problemática de la crisis. El sistema representativo partidario ha dejado de ser el mecanismo de intermediación y representación entre la sociedad y el estado no sólo por el carácter excluyente de las estructuras partidarias sino por su burocratismno, su falta de actualización programática y la profunda crisis ética y moral del compromiso para hacer de la política un servicio y no un burdo instrumento de beneficio personal y grupal. La crisis también se refleja en la enorme disminución del sistema productivo nacional que ha sido agravado por los despidos en masa, por la entrega de estos espacios productivos a empresas extranjeras que traen sus propios empleados y exportan sus utilidades a sus respectivos países. Si a la disminución del aparato productivo añadimos la obsolescencia de los activos de las empresas y el libre ingreso de mercancías mejores en calidad y en precio tenemos una grave crisis económica con miles de desempleados y con ingresos que han disminuido enormemente lo que produce una economía en depresión. En este ambiente, los partidos liberales, que en el pasado estabilizaron los precios, privatizando el aparato productivo con la fe en la iniciativa privada, ahora tardíamente, pretenden realizar modificaciones a la constitución política del estado para darle mayor funcionalidad a la economía de mercado, la cual muestra evidentes signos de ineficacia para generar riqueza y bienestar. Entre los partidos del nacionalismo del siglo pasado y algunos nuevos partidos se ha establecido un debate sobre las reformas a la constitución cuya agenda podemos sintetizarla en seis temas centrales. Por el momento el debate se ha agudizado entre los partidos del Movimiento Nacionalista Revolucionario por un lado y por otro los partidos que representan a la coalición de gobierno presidido por el General Hugo Banzer Suárez y que son el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, MIR, la Unidad Cívica Solidaridad, UCS y la Acción Democrática Nacionalista, ADN. Uno de los temas que surge en forma imprescindible cuando se requiere reformar la ley que establece el tipo de estado es la composición nacional de un país que debe expresarse en la ley matriz como es la constitución. Respecto a este tema que es de fundamental significación para los pueblos originarios y para algunas regiones que secularmente han sido perjudicados NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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por el centralismo secante del estado, las dos fracciones del nacionalismo, vale decir, la oposición expresada en el MNR y el gobierno, expresado por el presidente de la república, coinciden plenamente en mantener la “unidad nacional”. El representante del MNR rechaza enfáticamente la existencia de la “nación camba, la nación quechua” y otras naciones y colectividades regionales. (Impacto Social. “Asamblea Constituyente, Referéndum, y Reformas Constitucionales”.,P: 14). Por su parte el señor presidente de la república expresa la decisión de preservar “la unidad nacional en el marco de nuestra diversidad cultural, ideológica y regional”. (Gobierno de Bolivia. “Agenda de la Reforma Constitucional para la Participación Ciudadana”, : p. 8). El representante del MNR también sostiene que su partido acepta “el concepto pluricultural, multilingüe y multiétnico” como respuesta a la composición nacional real del país. El segundo tema planteado en el debate y que tiene una estrecha relación con el anterior se refiere al sistema político del estado en relación a su forma unitaria o compuesta. El presidente de la república caracteriza al estado boliviano “como Unitario, Social, Democrático y de Derecho” (Agenda: p.9). Por su parte el representante del MNR sostiene que “nosotros nos oponemos a un sistema federalista que podría disgregar y diseminar el país”. (Impacto social:p., 15). Doctrinal y filosóficamente ambas agrupaciones políticas no reconocen el derecho a la existencia política de las naciones originarias y las colectividades regionales y se recluyen en el antiguo concepto de “la nación” que tiene sus raíces en la colonia que precisamente es el origen del subdesarrollo político y democrático y por tanto del subdesarrollo económico social y cultural de país. Nadie que sea serio, sensato, que ame a Bolivia y desee su desarrollo económico y político quiere la disgregación nacional. Es que hay que tener la objetividad científica y la honradez en reconocer que el centralismo burocrático del estado es una de las causas de nuestro subdesarrollo. Para espantar los fantasmas infantiles de la disgregación, una propuesta seria debe partir reconociendo que la unidad territorial de la nación boliviana, en relación a los territorios nacionales limítrofes, es una necesidad fundamental y un requisito vital. La propuesta debe terminar afirmando que el segundo requisito de la unidad nacional es una nueva articulación orgánica entre las colectividades regionales y nacional originarias. Las clases dominantes arraigadas en los viejos privilegios de la sociedad colonial, luego de persistir en la negación de los derechos colectivos de los pueblos originarios, han adoptado una política constitucional culturalista que 215

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jurídica y políticamente es una simple metafísica. Eso y no otra cosa significa la respuesta pluriculturalista y multietnicista, propuestas que no cambian en nada la estructura política y jurídica del estado burocrático y excluyente. El segundo punto del debate constitucional lo constituye la relación entre la constitución y el modelo económico. Debería estar lejos de toda duda que la constitución debería ser el mejor instrumento legal para el desarrollo político y económico del país. Esto quiere decir que las instituciones jurídicas de la constitución deberían garantizar y promover los programas de acción que se trazan el estado y la sociedad para enfrentar su desarrollo. Lamentablemente en este punto hay una gran incoherencia entre el modelo económico liberal y la actual constitución que mantiene su dogmática estatista del modelo económico anterior. La economía de mercado está lamentablemente regulada por simples decretos supremos o a lo sumo por leyes de menor jerarquía que la constitución. Tanto el gobierno como la oposición están plenamente de acuerdo que la economía de mercado abierta es el mejor modelo de desarrollo para el país. Viendo la constitución desde la economía, lamentablemente ni el modelo de planificación estatal ni la economía de mercado nos han dado como resultados crecimiento, modernización, desarrollo y bienestar. El problema parece estar, aparte de la organización constitucional del estado, en los operadores políticos y sobre todo en la organización de la economía que a nivel nacional muestra profundos síntomas de desarticulación y deformación y sobre todo de una completa falta de vertebración horizontal entre los distintos sectores económicos. Otro punto del debate lo constituyen los mecanismos y los procedimientos de la reforma. En este punto se discute, a veces sin ningún orden del día constitucional, los métodos de reforma a la constitución habiéndose mencionado la asamblea constituyente, el referéndum y el propio mecanismo constitucional como mecanismos de la reforma. Primero, el país y sus organizaciones más representativas deben fijar una agenda de temas para la reforma constitucional y luego deberán discutirse los métodos o mecanismos de la reforma. La mayoría de los bolivianos estamos de acuerdo que la crisis del estado y de la constitución reflejan una problemática integral y estructural y por tanto exigen de sus profesionales y sus organizaciones diagnósticos y propuestas adecuadas a la crisis y en perspectivas del nuevo siglo. Los actuales partidos del nacionalismo, tanto del gobierno como de la oposición, rechazan la asamblea constituyente como mecanismo de reforma. El gobierno sostiene que “El camino para la reforma lo señala la NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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misma Constitución y a ella nos ceñiremos. Lo contrario, insisto, fractura el Estado de Derecho y sin Estado de Derecho no puede sobrevivir ninguna democracia”. (Agenda: p. 18). El Movimiento Nacionalista Revolucionario a través de su portavoz oficial señala que “Rechazamos nosotros la posibilidad de una Asamblea Constituyente”, porque “[…] esto es equivalente a dar un golpe de estado”. (Impacto Social: p. 14 y 15). Los dos bloques más importantes del nacionalismo, coyunturalmente opuestos, rechazan la posibilidad de una asamblea constituyente, según sus portavoces, por respeto a la propia constitución pero sobre todo porque temen que el pueblo como el primer y último soberano constituyente atente contra un orden económico, político, constitucional y legal en el que los partidos de la oligarquía se encuentran profundamente inmiscuidos. Lo mismo que el gobierno, la oposición sostiene que las reformas a la constitución deben realizarse “[…] a través del mecanismo que señala la propia Constitución Política del Estado”. (Impacto Social: p. 14.). La Constitución Política del Estado señala como mecanismo de reforma de la misma el artículo 230 que en su primer parágrafo dice, “Esta Constitución puede ser parcialmente reformada, previa declaración de la necesidad de la reforma, la que se determinará con precisión en una ley ordinaria aprobada por dos tercios de los miembros presentes en cada una de las cámaras”. Para el momento actual, el punto neurálgico de discusión es de si el país necesita una reforma parcial o total de su sistemática jurídica. Todos los sectores están de acuerdo en que las reformas deben ser de un carácter profundo. Existe además en la constitución una oposición falsa entre reforma total y parcial. Todas las constituciones, excepto las de 1878 y de 1880 que mantienen la posibilidad de que la reforma pueda ser total o parcial, prescriben la posibilidad de que la reforma sea sólo parcial. La posibilidad de la reforma total no tiene mucho sentido porque en ninguna experiencia de reforma se ha modificado totalmente una constitución lo que equivaldría a fundar un nuevo país. El artículo 230, al prescribir sólo reformas parciales, pone un candado de seguridad que dadas las circunstancias políticas de efervescencia popular puede ser más peligroso que abrir las posibilidades del debate hacia una reforma profunda que otorgue a los bolivianos un nuevo contrato constitucional. En relación al tema del referéndum, que es una forma de legislación directa del pueblo como soberano, las dos fracciones políticas dominantes están de acuerdo para insertarlo en la constitución. El gobierno sostiene que “adoptemos en el texto constitucional reformado el sistema del Referéndum”. 217

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(Agenda: p. 19). La oposición sostiene que “En el tema del Referéndum […] lo que hay que hacer es introducirlo a la Constitución Política del Estado”. (Impacto Social: p. 15). En los seis puntos del debate que se han fijado como agenda de reformas constitucionales hasta la fecha, todos los partidos nacionalistas que han implementado el neoliberalismo tienen una absoluta coincidencia. Para estos partidos la actual sistemática jurídica constitucional, las leyes complementarias y el modelo económico de libre mercado son elementos que se deben mantener sin modificaciones. Sin embargo desde los sectores populares, empresariales, regionales y de las colectividades originarias el sistema político, constitucional y económico deben ser modificados profundamente. Algunos sectores proponen una revolución social que implemente una asamblea constituyente revolucionaria, posición a la que posiblemente le falte un programa de desarrollo económico, pero que sólo podrá implementarse a partir de las fuerzas políticas revolucionarias, de su intensidad política y de las posibilidades de su sostenibilidad. Algunos sectores han señalado la vía de la asamblea constituyente por la vía democrática. Para esta posibilidad se hace necesaria una profunda discusión en todos los sectores sociales, institucionales, políticos y económicos que fijen un orden del día de reformas a la constitución, las que deberían ser sancionadas por ley según los mecanismos constitucionales y luego tendrían que ser aprobadas a través de un referéndum nacional. Aparte de estas propuestas de transformaciones profundas queda la propuesta de los partidos del sistema neoliberal que como se ha analizado no tienen la intención de cambiar nada. Desde los pueblos y naciones originarias, sus organizaciones representativas deberían introducir en el debate algunas propuestas. Desde el nivel político siguen vigentes las propuestas de conformar un estado plurinacional con autonomías por la vía de la descentralización política, el derecho a los territorios y el derecho a disponer de los recursos naturales del subsuelo, la reconstitución política de los estados originarios decapitados y la consiguiente reconstitución de las competencias políticas de las actuales autoridades originarias. Desde el punto de vista económico y como consecuencia de las anteriores premisas, debe reivindicarse el derecho a la elaboración de un presupuesto de desarrollo propio y nacionalmente compartido, la posibilidad de fijar contribuciones locales concordadas con los tributos nacionales y el derecho a promocionar desde las instancias locales el desarrollo económico. Desde el punto de vista social y educativo, lo que será un enorme desafío local y regional, el manejo autónomo de la educación, la salud y el desarrollo NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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científico y cultural de cada región o nación originaria. Deben quedar como componentes imprescindibles de unidad nacional en manos del gobierno central la unidad territorial del país, la seguridad nacional y todo lo que le concierne en términos de transportes y comunicaciones, un sistema económico y de moneda única y estructuras de legislación y tributación nacionales que regulen y coordinen lo nacional con lo regional. La mejor forma de encarar con seriedad las reformas constitucionales que deberán ir acompañados de un proyecto económico de crecimiento y desarrollo es enfrentar un proceso de discusión y debate a nivel nacional y en todos los sectores sociales e institucionales de manera que el resultado sea un nuevo pacto constitucional que nos ofrezca estabilidad social y política hacia el futuro. Es un hecho muy conocido en teoría del estado y de las constituciones que el poder constituyente radica en el pueblo. En la actual situación política del país por un erróneo proceso democrático manejado por los partidos del sistema, se ha enajenado la voluntad soberana del pueblo y se ha llegado a una situación en que las representaciones partidarias gobiernan la nación sin la participación de la voluntad del pueblo. Como primer paso para encarar las reformas constitucionales debe devolverse la iniciativa constituyente a la ciudadanía como el depositario y propietario de la soberanía popular que en todos los procesos históricos es el primer y último soberano. Ya no es cierto que no se puede consultar al soberano para tomar las decisiones de la voluntad colectiva nacional tal como ocurría en los tiempos antiguos. La crisis estructural del estado necesita de una nueva solución histórica en donde participen las mayorías nacionales para darle a los cambios una solidez nacional y estructural que nos proporcione una estabilidad a largo plazo. En este sentido debe abrirse un proceso constituyente participativo que permita debatir todos los problemas nacionales con la más absoluta libertad al pueblo. En este proceso deben participar todos los componentes nacionales, sociales e institucionales que nos permita diagnosticar las deficiencias estructurales de nuestra organización política para poder concentrar todas las propuestas en un proyecto de asamblea constituyente con delegados que le den autenticidad y legitimidad al proceso.

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22. REFLEXIONES SOBRE EL CENTRALISMO Y LA DESCENTRALIZACIÓN. INTRODUCCIÓN. Sin duda, la composición nacional y la estructura política y administrativa de los estados es un producto histórico de sus relaciones más profundas en términos nacionales y estatales sean estos externos o internos. El punto nodal de las reflexiones sobre las políticas administrativas y sobre la estructura de los estados, aparte de otros aspectos colaterales, ha sido y seguirá siendo la eficacia y la eficiencia políticas que también se han venido en llamar resultados. Necesariamente debemos incluir el componente económico dentro de los objetivos técnicos de eficacia y eficiencia administrativas. Innegablemente los objetivos de las eficiencias vienen determinados por la filosofía política y por los objetivos más generales de la política. Es la política la que determina las magnitudes de las eficiencias administrativas. En la historia de Bolivia, aunque nos parezca extraño, todos los modelos económicos de desarrollo se han desarrollado hasta nuestros días dentro de la misma estructura estatal y administrativa que nos viene desde la colonia. Ha sido la estructura político administrativa que heredamos de la colonia el cimiento y el modelo intocable que ha soportado estructural y administrativamente a todos los proyectos de desarrollo económico a partir de los intereses de una misma casta nacional dominante.

EL ESTADO DE LA CONCENTRACIÓN Y DEL SAQUEO COLONIALES. Una de las características esenciales del colonialismo político es precisamente la concentración del poder y de las competencias administrativas en manos de los actores y beneficiarios del colonialismo para hacer más eficaz sus utilidades materiales y el ejercicio del poder. Debemos recordar que la estructura política y administrativa del Estado Colonial Español respondía a los intereses políticos, económicos y cultuNACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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rales de la nación española liderizada por sus clases dirigentes. Todos los propósitos económicos y políticos del estado colonial hispano podemos sintetizarlas en los conceptos de saqueo y dominación, estos eran los objetivos políticos últimos de los colonizadores. Para ello construyeron un estado centralista y totalitario. Para llevar a su máxima expresión los resultados del saqueo y la dominación los reyes y los administradores españoles estructuraron el estado colonial en sus dos partes fundamentales como fueron el estado metropolitano y el estado de las colonias. Para cumplir con los objetivos del saqueo y la dominación los españoles concentraron en sus organismos estatales todas las decisiones políticas y administrativas. Esta es la génesis filosófica y política de los modelos de concentración política y proviene de las intenciones políticas de los estados coloniales. Por las dimensiones geográficas, el estado metropolitano o primitivo estructuró poderes derivados en las colonias pero sin dejar de concentrar en sus organismos políticos la generalidad de las decisiones. El estado central siempre se guarda las últimas decisiones dentro de la jerarquía administrativa y las decisiones de mayor magnitud y densidad política. Este proceso de concentración de las decisiones políticas y administrativas en la colonia giró alrededor del rey, los virreyes y las audiencias dentro de una dinámica de concentración y derivación que sirvió al mismo objetivo central que fue el saqueo y la dominación política. En el propósito del cumplimiento de los objetivos políticos del saqueo y la dominación el estado colonial español, en todas sus estructuras políticas y administrativas, cumplió un papel de altísima eficiencia. Lograron, por un lado, extraer de las naciones originarias de América las más ingentes cantidades de riqueza que posibilitaron a las naciones europeas salir de la pobreza medioeval en la que se encontraban y por otro lado, lograron desconcentrar su población a los inmensos territorios de América. Por el lado de las naciones originarias de América y sobre todo de las naciones andinas el resultado fue completamente negativo desde todo punto de vista. En términos porcentuales, del estado plurinacional articulado como era el Incario, las naciones originarias perdieron en toda la colonia el 80 por ciento de sus estructuras políticas y administrativas. Hubo un momento en el que las naciones originarias andinas perdieron hasta el 90 por ciento de su población producto de las políticas coloniales de poblamiento y reconcentración humana. Todas las estructuras políticas y administrativas del Estado Incaico fueron destruidas. La totalidad de las estructuras políticas y administrativas de los estados de las naciones originarias fueron igual223

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mente destruidas. Luego, todas las autoridades de los ayllus mayores e intermedios y de las comunidades orientales fueron sometidas con una gran disminución en sus competencias políticas y administrativas en la función subalterna de caciques. La génesis de toda la filosofía y la política administrativa de los colonizadores se asienta en los objetivos esenciales de la dominación y el saqueo que históricamente ha producido una de las más injustas relaciones políticas entre América y las naciones de Occidente que como sustancia pervive hasta ahora. La nación española y su proyecto de colonización han provocado el truncamiento histórico de la Civilización Incaica y de otras civilizaciones y naciones originarias cuyos desarrollos han quedado mutilados provocando una situación de disolución política y cuya responsabilidad debe ser recordada siempre por los pobladores originarios de nuestra América.

EL ESTADO REPUBLICANO COMO PARTE DE LA HERENCIA COLONIAL. La creación de la república de Bolivia es el resultado final de tres fuerzas políticas confluyentes. Las fuerzas independentistas que podemos denominar populares y que estaban compuestos por los ejércitos libertadores de los pueblos originarios y las fuerzas de los guerrilleros de la independencia que provenían de las clases medias de la sociedad colonial. La segunda fuerza política estaba constituida por los ejércitos de los libertadores como Simón Bolívar, Antonio José de Sucre y el General José de San Martín. La tercera fuerza política la constituyó el grupo de españoles y criollos que asumieron el proyecto republicano sólo ante la inevitable caída de los ejércitos españoles. Ni las fuerzas políticas populares ni los ejércitos libertadores pudieron intervenir en la legislación que formó las estructuras políticas y administrativas del nuevo estado republicano. Después de la sesgada y oligárquica convocatoria a la Asamblea Constituyente fue la clase de los latifundistas españoles y criollos los que asistieron a la creación de la nueva república. Al convocarse a los latifundistas para fundar la república los libertadores estaban provocando el resurgimiento de los caracteres coloniales en las entrañas de un estado que estaba por nacer. Los latifundistas comportaban consigo un proyecto político hispanista, internamente colonial y externamente apenas con algunos elementos de los estados liberales. El Utti Posidettis Iuris de 1810 es uno de los elementos centrales que NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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define las fronteras nacionales de la nueva república y es una herencia esencialmente colonial. Bolivia nacía sobre la antigua jurisdicción territorial de lo que fue la Audiencia de Charcas. Internamente, las unidades político administrativas de la nueva república se asentaban en las antiguas ciudades, villas y lugares de la división territorial colonial. Bolivia, de la misma manera que los países hispanoamericanos, nació sobre un esqueleto político administrativo esencialmente colonial. El espíritu nacional y la concepción política y administrativa eran de un profundo carácter hispánico y colonial. Los tres poderes del nuevo estado, de una clara inspiración en las estructuras liberales del estado francés, son una combinación entre las estructuras coloniales y los proyectos de tipo liberal que se establecen entre las ideas liberales del libertador Simón Bolívar y las ideas de colonización interna de la oligarquía republicana. En la estructuración del Poder Ejecutivo intervienen las antiguas estructuras políticas y administrativas de la Audiencia de Charcas como recintos que cobijan a las nuevas figuras administrativas como son los prefectos y los subprefectos, imitando las estructuras políticas ejecutivas de la Francia Liberal. El cargo de presidente de la nueva república tuvo en sus orígenes un ánimus un poco virreinal que sumado a la inmadurez política de muchos gobernantes dio lugar a una anarquía de motines y revueltas que mostraban a un país en una difícil transición política. En síntesis, el poder ejecutivo de la nueva república se forma en base a las unidades administrativas de la colonia dentro de los que se insertan nuevos cargos pero que responden política y administrativamente a los mismos objetivos de la misma clase de los latifundistas que transitaron de la colonia a la república arrastrando un profundo espíritu hispanista y antiindio. El poder judicial de la nueva república tiene en su estructuración muy pocos cambios que reflejan sobre todo la emancipación de las nuevas estructuras de la dependencia administrativa de las instancias superiores que se encontraban en la metrópoli española. Como reflejo de estos cambios se crean la Corte Suprema de Justicia y las Cortes de Distrito en las capitales de departamento. Lo esencial de estas instancias de administración de justicia es el ánimus judicial de cumplir con los objetivos políticos de las clases dominantes que continúan e incluso radicalizan el proceso de despojo y explotación interna de los pueblos originarios. La única instancia de administración estatal que puede decirse que es nueva institucionalmente es el Poder Legislativo que funciona con las cáma225

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ras de tribunos, senadores y censores. Otra institución de administración del estado que podemos decir que es nueva es el Cuerpo Electoral. El sistema de elección de los parlamentarios en la nueva república tenía un sistema de representación segregacionista porque la democracia formal y representativa estaba restringida a los ciudadanos de origen español. Los mestizos y los originarios no tenían participación en esta democracia de orden colonial. Por estos hechos el Poder Legislativo era un poder discriminador y excluyente de la misma forma que lo eran el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial. Por esto podemos afirmar con certeza que el proyecto político de la nueva república tenía como objetivos centrales la reconcentración de todas las decisiones políticas, parlamentarias y judiciales en el seno de la misma clase dominante que inmigró de la colonia a la república. Entre cuartelazos y elecciones restringidas surgió en el país el proyecto político de los conservadores quienes tuvieron un profundo sentimiento hispanista, católico y nacionalista. El proyecto conservador que habla de un proyecto de regeneración nacional hace prácticamente intocable la estructura política y administrativa con la que nació Bolivia. En la relación del estado republicano con las naciones originarias los conservadores desarrollaron la segunda etapa de la destrucción de las pocas estructuras políticas y jurídicas que quedaban en las comunidades originarias del oriente y occidente con el proceso de despojo de tierras. Este proceso fue acompañado con la subyugación política de las autoridades originarias a los nuevos hacendados y a las autoridades políticas de la república. Desde el punto de vista de los intereses empresariales, los conservadores acomodaron todas sus reformas constitucionales y administrativas a los intereses de los grandes mineros de la plata como fueron Aniceto Arce y Gregorio Pacheco, intereses que estaban íntimamente ligados al capital chileno subsidiario del capitalismo inglés. La última oligarquía de la plata fue muy eficiente en lo administrativo sólo en el sentido de que favoreció a sus propios intereses y a los capitales chilenos e ingleses. La mutación del estado unitario, centralista, excluyente y burocrático del estado colonial al estado también unitario, centralista y burocrático de la república fue una coincidencia que podemos denominar estructural. En síntesis se pasó de un estado extranjero y burocrático a otro estado centralista y burocrático. Las únicas diferencias como la emancipación de los mandos españoles y la aparición del parlamento no alteraron sustancialmente la continuidad del estado burocrático y centralizado. Los liberales, luego de una pose lírica en sus postulados, continuaron NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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con el proyecto político y administrativo de los conservadores y ejecutaron el despojo de tierras y la subyugación política de los representantes políticos de las comunidades originarias en todo el país. La nueva estructura unitaria del estado, muy similar que en la colonia, sirvió de una forma muy eficiente a los propósitos económicos y políticos de la clase dominante liberal. Los objetivos económicos centrales eran el despojo de tierras, la explotación de la mano de obra gratuita en las haciendas y el cobro de los tributos a las comunidades originarias. Para estos propósitos las clases dominantes concentraron en sus manos todas las decisiones políticas, parlamentarias y administrativas. La unidad interna del país sirvió a los intereses políticos y económicos de las clases terratenientes y mineras. Todo el entramado político, jurídico y administrativo que organizaron los liberales sirvió como base decisional de los intereses de los hacendados y de los mineros del estaño. Socialmente fueron las clases hacendarias y los grandes mineros los que utilizaron todo el sistema administrativo del estado para favorecer sus intereses. Como en los tiempos de la colonia y de los conservadores, los políticos liberales organizaron en la cúspide de la economía boliviana la gran minería de los barones del estaño. Toda la malla y la urdimbre de las decisiones administrativas estaban orientadas para favorecer la acumulación del capital nacional en manos de los barones del estaño. Es una lástima que nuevamente una de las grandes oportunidades económicas del país haya sido políticamente orientada a la desnacionalización de los recursos creados por los bolivianos y que fueron a fortalecer el capitalismo europeo. Como en la colonia, el trabajo de los bolivianos acrecentó el capitalismo occidental. Pero la mentalidad enajenante de los liberales hizo que, además del capital transnacionalizado, se desnacionalizara la familia de los Patiño que se integraron a la sociedad europea por la vía de la radicación y de algunos matrimonios con la nobleza decadente de Europa. Si los liberales buscaban la enajenación del trabajo y la riqueza de los bolivianos podemos decir con certeza que fueron altamente eficientes en el manejo administrativo del estado. La nueva república nació en sus entrañas con un proyecto de colonización interna. Fue un designio de la historia que fueran los conservadores y los liberales los que ejecutaran la colonización interna en desmedro de las naciones originarias de todo el país. Todos los políticos del Siglo XIX pensaron que a mayor colonización iba a producirse un mayor desarrollo del país, el cual era pensado sólo desde sus intereses. En términos de un balance histórico entre la nación hispanista y las naciones originarias el punto alto de las políticas liberales contra los pueblos originarios nos muestra una 227

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situación de entrabamiento histórico producto de la colonización interna que se expresó en todos los aspectos de la vida de los pueblos originarios. El punto más alto en el proceso de colonización interna se ubica en 1953 y nos presenta a un país entrabado e inviable históricamente desde la posibilidad de un proyecto de desarrollo independiente y plurinacional. Los conservadores y los liberales confundieron fatalmente la política de colonización interna con su proyecto de desarrollo. Por eso llevaron esta política hasta su máxima expresión. Pero el colonialismo interno estaba condenado a terminar como un proyecto inconcluso por la fortaleza nacional de los pueblos originarios. El colonialismo interno fue ante todo un proyecto de colonización política y territorial y de ninguna manera una colonización de poblamiento productivo como se hizo en otros lugares. El proyecto de colonización interna necesitaba en forma imprescindible de la población originaria como mano de obra de las nuevas haciendas. Esta necesidad terminó otorgando a los pueblos originarios su sobrevivencia histórica. El mejor momento para desentrabar el país y construir un proyecto de desarrollo plurinacional era sin duda 1952. Lamentablemente los mismos viejos prejuicios de orden colonial direccionaron el proyecto del 52 hacia un estado de carácter verticalmente corporativo y nacionalmente antidemocrático.

EL ESTADO EN LOS TIEMPOS NACIONALISTAS. En términos de reformas del estado, a los nacionalistas del 52 se les puede atribuir la creación de las empresas estatales lo que en cierta medida sumó, a las tradicionales unidades políticas y administrativas del estado, nuevas estructuras de administración bajo autarquías. Las empresas estatales bajo autonomía administrativa fueron la Corporación Minera de Bolivia, la Corporación Boliviana de Fomento y la antigua empresa estatal de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos fundamentalmente. Pero en el terreno de las reformas a la estructura central del estado, los nacionalistas del Siglo XX no hicieron grandes cambios. La estructura político territorial del país se mantuvo intacta de la misma forma que las estructuras de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Fue el ímpetu antilatifundario del movimiento originario y campesino y el ímpetu antirosquero de los mineros y el pueblo la base de la constitución de la hegemonía política de los nacionalistas. El pensamiento político de los nacionalistas tenía en el anticomunismo y el antigamonalismo el sustento de su legitimidad política. Pero este pensamiento estaba lejos de imaginar transformaciones a las NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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estructuras centrales del estado. Influidos por las corrientes fascistas de ese tiempo, los nacionalistas más bien le dieron un marcado carácter corporativo y fascista al viejo estado de casta de los liberales. Como vemos, esto tampoco significa cambio de estructuras político administrativas del estado. La tardía nacionalización de las minas produjo la Central Obrera Boliviana y la Corporación Minera de Bolivia. Ninguna de estas medidas constituyen cambios en las estructuras político administrativas del estado. La creación de la corporación minera en base a la figura de la reversión realizó un cambio en la administración de la gran minería pasando los yacimientos y los activos mineros de manos de la gran minería a manos de una autarquía estatal como fue la Comibol. Esta ampliación de los espacios administrativos del poder ejecutivo del estado estaba lejos de cambiar la concepción unitaria del estado y su composición en los tres poderes de orden liberal. La creación de la Central Obrera Boliviana, en base al proletariado minero de las antiguas empresas de los barones del estaño estableció una estructura indisoluble entre la Comibol y la COB. Esta alianza corporativa entre la clase más combativa y el estado fue una de las bases políticas del estado corporativo. La reforma agraria y la distribución de tierras a los siervos de las haciendas fue la segunda medida política con alguna significación administrativa. La afectación de los latifundios y la dotación de tierras se hizo en base a las milicias de campesinos nacionalistas apoyados administrativamente por jueces agrarios a la cabeza del presidente de la república. Es una de las pocas veces en la historia en el que los políticos lograron corporativizar al movimiento campesino dentro de un estado que siempre fue anticampesino, aprovechando las fuerzas antifeudales de las comunidades. La nacionalización de las minas y la distribución de parcelas de tierras no eran los objetivos centrales del proyecto nacionalista, nunca lo fueron. Su objetivo central fue la construcción de un capitalismo diversificado en base a las empresas del estado. En la construcción del capitalismo y la burguesía nacional podemos decir que fueron un rotundo fracaso porque construyeron uno de los capitalismos más pobres de América y del mundo. En cuanto a la administración de las empresas estatales su fracaso fue aún mayor porque todas las empresas del estado a la hora de la privatización y de la capitalización eran empresas ineficientes y al borde de la quiebra y la bancarrota. La historia administrativa de los nacionalistas la podemos resumir en la ineficacia del objetivo de construir desarrollo capitalista y en la ineficiencia de la administración de las empresas estatales. 229

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En resumen, de la estructura burocrática y centralista del estado liberal se pasó con el nacionalismo al mismo tipo de estado centralista y burocrático en base a la ampliación de los espacios administrativos del estado y en base a la corporativización sindicalista de la sociedad. De esa forma la columna vertebral del estado de los conservadores y de los liberales siguió intacta.

LOS OBJETIVOS ADMINISTRATIVOS DEL ESTADO NEOLIBERAL. Luego de la caída de la mayoría de las economías socialistas y la crisis estructural de las economías estatistas del tercer mundo, el capitalismo, luego de una gran reconcentración monopólica, tuvo una gran capacidad de extenderse mediante la circulación de los capitales industriales, comerciales y financieros a todo el planeta poniendo todos los recursos del planeta bajo su funcionalidad. De esta forma el capitalismo apareció como un sistema único y excluyente funcionalizando todos los estados y las políticas económicas a sus intereses. De esta manera el nuevo capitalismo monopólico apareció como el único sistema posible apoyado por una institucionalidad mundial que propugna y promueve la economía del mundo bajo la política liberal de los estados capitalistas y de los organismos multilaterales también liberales. La mayoría de los países latinoamericanos adoptaron la política liberal de fin de siglo y se embarcaron luego de ajustar sus estructuras estatistas en la economía abierta de mercado. En Bolivia para una evaluación en el horizonte de la historia, es justo distinguir dentro del nacionalismo tres corrientes políticas que tuvieron efectos en la administración del estado. Una de estas corrientes es el Movimiento Nacionalista Revolucionario representado por dos hombres que resumen su historia política tal como son Víctor Paz Estenssoro y Gonzalo Sánchez de Lozada. La segunda corriente política está representada por las fracciones del ejército que desde su irrupción política tuvieron una marcada posición anticomunista y pronorteamericana. La tercera corriente está representada por los militares que podemos denominar patriotas. La inspiración política y administrativa de todo el proceso histórico del nacionalismo recae en el MNR. La vida del viejo nacionalismo es una increíble y triste historia de mutación política de un extremo a otro extremo. Un resumen histórico del movimientismo pazestensorista nos muestra a un partido metamorfósico que cambia de posiciones nacionalistas a posiciones abiertamente antinacionales y proimperialistas. Los puntos extremos y antiéticos de la historia del MNR son 1953 y 1997. El primer año nos muestra el punto inicial de su significación política y la segunda fecha nos muestra el punto de ruptura y el final de aquella significación. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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La metamorfosis política del nacionalismo que muta de posiciones nacionalistas a posiciones antinacionales comienza como punto de inflexión y retroceso en 1985 con el Decreto Supremo 21060. Desde agosto de 1985, el MNR ejecuta en el país un proceso de desnacionalización de la economía y el estado. El proyecto de desnacionalización culmina con la “capitalización” de Comibol y de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. Uno de los hechos novedosos en nuestra historia política es la entrega de la capacidad de decisión a administradores extranjeros sobre nuestros recursos fundamentales. Como quiera, dentro del esquema de administración del capitalismo de estado las decisiones estaban en manos de los bolivianos. Ahora, esos mismos recursos están administrados por gerentes extranjeros. La desnacionalización de la economía boliviana ha sido acompañada por una fuerte presencia de organismos multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que prácticamente se han convertido en supervisores todopoderosos de la ejecución de los contratos de capitalización bajo una economía de libre mercado. A fines del siglo XX nuestro país lastimosamente ha perdido en gran medida su soberanía administrativa porque los bolivianos no tenemos la autonomía para decidir sobre nuestros recursos fundamentales. Dentro del capitalismo de estado, la administración de las minas, de los hidrocarburos y del recurso tierra fueron el espacio político de sustento del nacionalismo en sus distintas corrientes. Como estos sistemas administrativos han sido desmantelados con el proyecto de desnacionalización, el conjunto del nacionalismo se vio sin ninguna base administrativa y social de apoyo. Entre la explosión de la pobreza y la necesidad de apoyo político y social, desde el estado, los partidos de la clase dominante, intentando sustituir los viejos lazos corporativos, han creado una nueva red administrativa de cooptación política con las leyes de descentralización y municipalización del país. Los postulados nacionales de soberanía política y de independencia económica han sido completamente abandonados por los ñaupa –antiguosnacionalistas. El espacio de estos postulados de independencia nacional ha sido encubierto por los discursos de lucha contra la inflación, la lucha contra la pobreza y la lucha por el crecimiento económico. La esencia de los objetivos políticos del nuevo liberalismo es el crecimiento económico de un país cuyos propietarios de los recursos fundamentales son las empresas extranjeras, o sea que se persigue crecer para otros. Los discursos de lucha contra la pobreza y los intentos de descentralizar el país sólo encubren el gran proyecto de desnacionalización. 231

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Todos los esfuerzos en la descentralización política y administrativa del país no han hecho otra cosa que ratificar la estructura centralista y burocrática del estado. Por la crisis de convocatoria de los partidos del antiguo nacionalismo, estos no han hecho otra cosa que pasar de un estado sindicalmente corporativizado a un estado municipalmente corporativizado. En la mutación del corporativismo sindical al corporativismo municipal, las estructuras del estado centralista y burocrático siguen intactas.

LOS SUJETOS HISTÓRICOS DE LA DESCENTRALIZACIÓN POLÍTICA EN BOLIVIA. Todos los intentos de nueva conformación nacional de nuestro país se han dado entre dos sujetos históricos como han sido las naciones originarias y las clases dominantes hispano bolivianas. El despliegue político colonial y totalitario de los españoles y de los republicanos contra los pueblos originarios hizo que todos los proyectos políticos de los pueblos originarios se plantearan como proyectos de independencia y expulsión de los colonizadores. La política colonial de los españoles y republicanos generaba automáticamente una respuesta de independencia nacional de los pueblos originarios. Si bien nadie puede negar a las naciones originarias su derecho a la autodeterminación, estas deberán debatir un proyecto de liberación en las nuevas condiciones históricas en las que se encuentra el país en su conjunto, bajo pena de elaborar un proyecto aislacionista e inviable. Las naciones originarias por sus derechos históricos son los sujetos nacionales que tienen mayores derechos políticos y morales para plantearle al país un proyecto de recomposición nacional. Una de esas formas de democratización nacional es el planteamiento de la descentralización política y administrativa del país en base a las naciones y los pueblos originarios. Los segundos sujetos con posibilidades y derechos para plantear políticas de descentralización al país son los grupos de población citadina y departamentalista que tienen sus matrices nacionales y estatales en la colonia. Histórica y moralmente los pueblos originarios tienen prioridad sobre las poblaciones citadinas sin ninguna duda. Las primeras expresiones políticas de descentralización de estos grupos se iniciaron entre los mismos grupos de españoles liderizados por sus jefes para conseguir un mayor volumen del botín en la colonia. Luego de la consolidación política de las ciudades que se convirtieron en los actuales departamentos, las fracciones departamentalistas desplegaron las políticas del colonialismo interno para apropiarse de todos los recursos posibles de su jurisdicción territorial. En la década de los 70, gracias al funcionamiento de las corporaciones de desarrollo y una NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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mayor disposición de recursos, algunas oligarquías departamentales plantearon la descentralización política del estado para favorecer sus intereses. Estas propuestas, a veces de separatismo inmaduro, los promovieron desde los comités cívicos. Como vemos, desde la colonia aparecen en el país los dos sujetos políticos que tienen derechos de plantear al país proyectos de descentralización política. Lamentablemente nuestros políticos nunca han reconocido hasta ahora el carácter nacional de los pueblos originarios y nunca les han otorgado la cualidad política de tales en nuestro ordenamiento constitucional y jurídico. Hasta ahora sólo se han discutido los proyectos de descentralización para velar los intereses de las oligarquías departamentales y nunca se ha pensado en la descentralización del país como parte de un proyecto de desarrollo político de las naciones originarias. Políticamente, desde la visión de los sujetos políticos con derechos estatales, se pueden adoptar dos procedimientos para ejecutar la descentralización del país. Una consistiría en descentralizar el estado desde la visión excluyente de las ciudades. Este procedimiento cometería el mismo error político de construir un estado excluyente tal como lo hicieron los españoles y los republicanos hasta nuestros días. Otro procedimiento consistiría en la descentralización desde la visión excluyente de las naciones originarias, posibilidad que es más difícil por la inexistencia de expresiones estatales de los pueblos originarios que primero tendrán que asumir la tarea de la reconstitución política de sus estados históricos. Un auténtico proceso de descentralización y democratización del estado deberá asumirse desde una visión conjunta entre los grupos políticos departamentalistas y las representaciones políticas de los pueblos originarios sin ninguna exclusión para establecer un nuevo acuerdo constitucional y estatal. La descentralización política es una necesidad apremiante para el desarrollo tanto de los pueblos originarios como de las ciudades que se han visto asfixiadas por el actual centralismo del estado. Teórica y técnicamente existen dos posibilidades para realizar la descentralización del actual estado. Una es la vía de la federalización y la otra es la vía de la autonomización. En la política, como en todas las ciencias sociales, son los hechos objetivos los que nos señalan la teoría y el método más adecuados para democratizar estatalmente a un país. Los procesos históricos de federación se dieron en situaciones históricas en los que existían varios estados autónomos o independientes. Ese fue el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, de México, del Brasil y de la Argentina. En el primero de estos países fue el proceso de colonización que al adoptar 233

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una forma descentralizada constituyó los distintos estados independientes. Luego del proceso de la independencia el proyecto de federación fue un procedimiento de unificación y construcción de la unidad nacional. En Brasil, México y Argentina el fenómeno de la independencia fue un hecho que dispersó las antiguas unidades del estado colonial. De una forma similar al proceso norteamericano, el proyecto de federación en estos países fue un procedimiento de unificación nacional en base a estados que mantuvieron su autonomía y que poco a poco le entregaron al estado nacional las competencias que exigían las relaciones internacionales, el mercado único y la defensa (Carmagnani, Marcelo. Comp. “Federalismos Latinoamericanos: México, Brasil, Argentina”. 1993). En cambio el proceso histórico de autonomización que mejor puede ilustrarnos sobre este procedimiento de descentralización es el proyecto español de 1978. El Estado Español fue siempre una entidad centralista desde la reconquista hasta la república de 1931. Ese año las fuerzas democráticas intentaron otorgar autonomías por la vía constitucional a los pueblos originarios de España. El General Francisco Franco canceló este proceso para mantener un estado unitario y totalitario durante cuarenta años. Luego, en 1978 las fuerzas democráticas implementaron un proyecto de descentralización autonómica desde un procedimiento constitucional. En Bolivia no existen condiciones para plantear un proyecto de federalización como un proyecto de unificación nacional. Al contrario nos encontramos en un período donde existe un estado unitario y centralista y un estado de derecho. Esta situación histórica y política nos aconseja adoptar el método de la descentralización por la vía de la autonomización. Si este proyecto se pretende llevar a cabo dentro del marco del derecho constitucional boliviano tendrán que realizarse modificaciones preparatorias a la actual constitución política del estado en sus artículos que tratan de las reformas a la ley fundamental. Trazando un panorama de descentralización por autonomías políticas podemos vislumbrar nueve autonomías políticas desde las ciudades. Desde los pueblos originarios andinos podemos mencionar las autonomías de los Qolla, los Kallawaya, los Lupaqa, los Pacajes, Los Karangas, los Soras, los Quillaqas, los Lípez, los Chui, los Charca, los Qhararaqhara, los Visisa, los Chicha, los Yampara y los Uru-chipayas. Entre las naciones originarias del trópico del país podemos mencionar grosso modo a los Guaraníes, los Chiquitanos y los Mojeños.

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CONCENTRACIÓN, BUROCRACIA E INEFICACIA DEL ESTADO. Muchas de las actividades administrativas de muchos funcionarios públicos de nuestro país tienen sus orígenes más remotos en las estructuras del estado virreinal. Como en la colonia, actualmente, muchas funciones de los organismos del estado están sobrecargadas de actividades que nos recuerdan a las conductas de la colonia, donde se pensaba que a mayor concentración de las decisiones sería mayor la eficiencia administrativa. Una mayor concentración de las decisiones administrativas responde a los objetivos de un estado colonial que busca concentrar también los recursos y el poder. Eso ocurrió en la colonia y en gran parte de la república. La concentración de las decisiones es un proceso de enajenación social, nacional y territorial. Es una burocracia centralista la que despoja y traslada las decisiones administrativas y políticas de las localidades del país hacia el centro de la capital del país o del departamento, convirtiendo la función social de la decisión en un mecanismo de poder, de extorsión y enriquecimiento. La concentración burocrática en la toma de las decisiones en nuestro país fue también un despojo y enajenación nacional. Fueron las burocracias coloniales hispánicas las que despojaron y enajenaron las decisiones de manos de las comunidades originarias y de sus representantes verdaderos. Finalmente, la concentración administrativa enajena las vivencias y la experiencia social de las localidades que son la base social de cualquier administración. Una persona que ha vivido toda la vida en una comunidad conoce toda la realidad y la vida de esa comunidad en todos sus aspectos y tiene estos conocimientos como la mejor herramienta administrativa. Los estados centralistas y burocráticos desprecian esos conocimientos y cometen un gravísimo error al entregar la capacidad de decidir sobre la vida de unas localidades distantes a una burocracia que desconoce por completo la realidad social y sobre todo la vida de las personas. Todo el sistema de administración del estado está constituido por este espíritu centralista, concentrador de las decisiones y enajenante de las realidades sociales. Se piensa que cuanto más burocrática es la decisión tiene mayor valor y acierto. Igualmente se piensa que toda orden de la capital es de la mejor jerarquía y de mayor peso. Todos estos absurdos administrativos sólo han hecho que en el país se hayan acumulado un sin fin de problemas prácticamente en todos los órdenes de la vida nacional. Como prueba empírica uno de los ejemplos típicos de ineficacia y de corrupción administrativa del estado centralista lo vimos en el Consejo Nacional de Reforma Agraria y en el Instituto Nacional de Colonización. Las 235

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estructuras administrativas en la distribución de la tierra siempre han sido un reflejo del centralismo del estado colonial en donde la pirámide administrativa termina en el presidente de la república quien debe firmar los títulos de propiedad sobre la tierra. Este es uno de los procesos más engorrosos y retardatarios del estado centralista que sumado a la falta de seriedad y a la corrupción ha hecho que esta repartición gubernamental ingresara en una crisis terminal. Desde 1953 y durante cuarenta años el recurso tierra ha sido el botín político de los partidos nacionalistas y de algunos militares encaramados en el poder. En cuatro décadas de administración de la tierra sólo se realizó un trabajo que estaba mal hecho, haciendo perder enormes recursos en tiempo y dinero al pueblo boliviano. Esta dramática situación fue reconocida por toda la clase política en 1992 la que tuvo que verse obligada a intervenir estas reparticiones. Luego de la intervención se constató lo mal hecho que estaba la distribución de tierras y la titulación. Entonces los nuevos administradores tuvieron que plantearse como primer objetivo el saneamiento de la propiedad agraria, o sea, se plantearon como propósito rehacer todo lo que habían hecho los políticos nacionalistas en cuarenta años de administración de la tierra. La nueva ley de administración de tierras, Ley 1715 de 18/10/96, lamentablemente nació con la misma enfermedad mortal de las viejas leyes administrativas tal como es el centralismo colonial del Estado Boliviano. Existen altas probabilidades que la reforma agraria de fin de siglo caiga en las mismas viejas ineficiencias e injusticias del pasado y ratifique, como todas las reformas agrarias hispano bolivianas, la doble política en la distribución de la tierra que convierte en grandes latifundistas a unos pocos y en miserables minifundistas a las mayorías nacionales. Un caso trágico de enajenación nacional y administrativa lo observamos en las oficinas del Instituto Nacional de Reforma Agraria, INRA, después de la intervención de estas reparticiones, el año de 1998. Un agricultor originario quechua cansado de las malas atenciones de los administradores de Potosí viajó hasta la ciudad de La Paz con escasísimos recursos económicos. El hombre no conocía a nadie en las oficinas y nadie le conocía a él. Nadie le entendía sus interpelaciones en quechua. Nadie podía encontrar su expediente de hace 40 años. Nadie localizaba su ayllu en el Norte de Potosí. Era un caso patético de la ineficiencia en la administración del recurso tierra. Pero era también un caso patético de la enajenación nacional en la administración del estado. Por último, era un caso dramático de ignorancia de los burócratas del estado central que están imposibilitados de conocer todo el país. El hombre gastó sus pocos recursos para que luego le dijeran NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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que su caso se había enviado a la administración departamental. Como este caso, los actos de ineficiencia y retardación ahogan al estado y prolongan la solución de los problemas indefinidamente en todos los componentes administrativos del estado, vale decir en todas las reparticiones del poder ejecutivo, judicial y legislativo. En estas condiciones los sistemas de administración central no hacen bien el trabajo técnico que corresponde propiamente a las instancias de planificación y coordinación nacionales ni el trabajo administrativo que corresponde a las instancias regionales y locales. Es decir, hacen mal las tres cosas. Aunque parezca extemporizante, pero para este caso, no se encuentra en la historia administrativa del país otro ejemplo de eficiencia que no sea la administración originaria e incaica. Las autoridades originarias hubieran resuelto el problema en menos de dos horas en la asamblea comunal antes de la colonia e incluso ahora. Toda la comunidad conoce el problema en todos sus aspectos y como se acostumbra, las autoridades le hubieran otorgado la propiedad de su parcela sin gastos inútiles en un tiempo mínimo. Es la estructura virreinal en la administración de la tierra que hace que todos los trámites de tierras terminen siempre con la firma del primer mandatario. Existen en nuestras estructuras administrativas tres niveles de enajenación. El nivel provincial, el nivel departamental y el nivel nacional. Cada nivel aporta en la solución de los problemas pérdida de tiempo, gastos inútiles, corrupción e injusticias. La mayoría de los problemas deberían ser resueltos en primer instancia en la comunidad local y terminar en la jurisdicción del nivel que hoy se han llamado secciones municipales. La eficiencia administrativa sería alta porque las autoridades conocen palmo a palmo el territorio, los patrimonios, las unidades de producción, las familias, los recursos disponibles, las rutas de transporte, hablan el mismo idioma y tienen intereses locales comunes. Desconcentradas las decisiones locales las autoridades administrativas lograrán también mayor eficiencia en la administración de los problemas provinciales, departamentales y nacionales. Con el último proceso de descentralización administrativa iniciado en 1995, lamentablemente se ha dado una nueva reconcentración del poder político y de las competencias administrativas en las prefecturas departamentales en una forma similar a las viejas corporaciones departamentales de desarrollo que funcionaron durante las dictaduras. Se ha comprobado que este nuevo centralismo departamentalista es muy ineficiente. Por eso las tasas de inversión y ejecución presupuestaria fueron bajísimas en todos los departamentos en los últimos años. 237

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En los Estados Unidos de Norteamérica, a un decenio de la creación de la república, el estado federal adoptó para el oeste una política de construcción del estado en base a la colonización y la descentralización política. Una vez que una colonia lograba tener 5.000 almas el gobierno le otorgaba un gobernador, los magistrados y dos cámaras legislativas. Después que el territorio tuviera 60.000 habitantes se convertía en un estado con plenitud de derechos. (Nevins, Allen y Steele Commager, Henry. “Breve historia de los Estados Unidos”. 1953:112). Fue esta técnica de poblamiento y ante todo de descentralización política que dinamizó el desarrollo político y económico de un país con un enorme territorio. En Bolivia, en pleno siglo XXI, se siguen utilizando las técnicas políticas de la colonia que obstruyen la descentralización y la creación de autonomías políticas. Eso pasa con la Ley 2150 de 20/11/2000 “Ley de unidades político administrativas” que exige para la creación de nuevos departamentos una población de 500.000 habitantes y para la creación de provincias más de 30.000 habitantes. Esta ley como otras de tipo centralista obstaculizan el desarrollo político del país en vez de promoverlo. Esta realidad de anquilosamiento administrativo del estado nos confirma que las estructuras y las funciones del estado centralista han entrado en una crisis estructural porque no han solucionado ningún problema de la vida del país y al contrario los problemas se han profundizado y se han multiplicado por todos los rincones de nuestra patria. La estructura de los tres viejos poderes del liberalismo clásico injertada sobre cimientos coloniales ha entrado en un proceso de completa obsolescencia. Los viejos paradigmas y técnicas constitucionales del centralismo y el verticalismo tienen que dar paso a nuevos paradigmas de horizontalidad y descentralización política si queremos sentar las bases políticas de un estado y una sociedad que busquen la solución de los diversos problemas para enfrentar el desafío del desarrollo nacional. Finalmente son los mismos poderes del estado liberal, como el poder ejecutivo, el judicial y el legislativo, que sirvieron para acabar con el poder concentrado del absolutismo monárquico, los que han entrado en una profunda crisis. Actualmente el poder de los estados y de las naciones ya no pasa por estos instrumentos tradicionales sino por otros elementos como el conocimiento científico, tecnológico y una formación funcional del capital humano a los propósitos de revolución tecnológica, industrial y del crecimiento económico.

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LA MADRE DEMOCRÁTICA Y LA HIJA TOTALITARIA. Los estados que mayor desarrollo económico han logrado en la historia, entre otros factores, le deben su despegue material al desarrollo político y democrático de sus componentes nacionales. Los estados compuestos, en relación a los estados simples, bajo formas de federalismo, unionismo o régimen de autonomías siempre han logrado un mayor desarrollo en democracia. Todos los estados compuestos que abandonaron el colonialismo asfixiante de la nación capitalina han realizado los mayores desarrollos constitucionales y políticos en términos de democracia nacional, o sea, en el reconocimiento de los derechos histórico políticos de las naciones que componen el mosaico nacional. El desarrollo de la democracia nacional les permitió también su desarrollo económico por la vía de una horizontalización en el uso de las decisiones y de los recursos. Ese es el caso de los Estados Unidos, de la mayoría de los países de la actual Europa y para no ir lejos del caso de la Argentina, de México y del Brasil. Los republicanos del período de los conservadores y de los liberales siempre concibieron ser la nación hija de la nación madre española. Este sentimiento es todavía muy arraigado en muchos sectores de nuestra sociedad. Gran parte de la legislación boliviana de este período se inspiró en normas españolas por esta concepción casi familiar de la nación y el estado. Los liberales, históricamente incluyeron algunos elementos de la constitución política francesa en nuestra legislación pero manteniendo el totalitarismo nacional de los conservadores en relación a las naciones originarias. Los nacionalistas, al corporativizar el estado como un proyecto anticomunista y antiindio, terminaron manteniendo un estado totalitario y andidemocrático en relación a las naciones originarias. Este longevo sistema político que tiene sus raíces en la colonia española en lo que toca a los derechos políticos de las naciones originarias, no es ni más ni menos que una forma de tiranía colonial. En España, después de varios siglos de lucha entre el liberalismo republicano y las antañonas fuerzas colonialistas y centralistas se ha realizado una revolución constitucional e institucional en la década del 70 logrando cambiar las antiguas estructuras del estado centralista a un estado compuesto y descentralizado en autonomías políticas y territoriales. España ha reconocido los derechos políticos de sus naciones originarias que componen el mosaico nacional español. Todo el impulso de descentralización política de España comenzó con 239

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el establecimiento de los estatutos de autonomía que habían logrado las naciones Vasca, Gallega y Catalana con la Constitución de 1931 entre 1931 y 1936. Esta constitución fue otorgada por el Frente Popular dentro del proyecto de la Segunda República que impulsaron liberales, centristas, socialistas, comunistas y nacionalistas vascos, catalanes y gallegos, en base a un proyecto laico, anticlerical y descentralista. Este proceso que se logró en base a la voluntad democrática de los españoles fue cortado abruptamente por las fuerzas de la reacción centralista y del nacionalcatolicismo en 1939. El General Francisco Franco junto a los falangistas y los militares desconocieron la voluntad democrática de los españoles y destruyeron el proyecto de la segunda república invadiendo a las naciones recientemente descentralizadas e instaurando un régimen dictatorial y fascista. Un estado democrático y descentralizado políticamente fue sustituido por el estado fascista que organizó el estado como una corporación en base a la “familia, el municipio y el sindicato, que fueron las finalmente reconocidas por el franquismo como unidades básicas de organización social”. (Aguilar Fernández, Paloma. 1997:191). El proyecto político franquista sustentado en el nacionalcatolicismo ejecutó una política de colonialismo interno en contra de las naciones recientemente descentralizadas produciendo un entrabamiento político e institucional, pero sobre todo, reprimiendo unas fuerzas nacionales que aflorarían con mucha fuerza y violencia en el futuro. A la muerte del dictador en 1975, quien retrasó por 40 años el desarrollo económico e institucional de España, resurgieron los nacionalismos casi independentistas de todas las regiones de España produciendo un peligro real para la unidad española. Los partidos de ese entonces calificaron la situación económica y política como una crisis estructural y coyuntural. Luego de un acuerdo que dio lugar a elecciones democráticas, los partidos con representación parlamentaria concordaron los “Pactos de la Moncloa” en 1977, para frenar la crisis económica y acordar una reforma constitucional. Luego de la conjunción de los proyectos de los proyectos del congreso y el senado, el 31 de octubre de 1978 “las Cortes votan la nueva constitución y acuerdan su adopción por mayoría”. (Sánchez Goyanes, Enrique. 1994: 43). El 6 de diciembre de 1978 el pueblo español ratificó la nueva constitución por referéndum nacional con casi 16 millones de síes frente a 1,5 millones de noes de un total de casi 18 millones de votantes. El consenso democrático pudo más que las bayonetas del fascismo en la solución de los problemas de democracia nacional de España lo que produjo una profunda revolución institucional y democrática. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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La Constitución Española de 1978, que ha conformado un Estado Social y Democrático de Derecho, ha sido calificada técnicamente como compleja e ideológicamente como ecléctica. Desde el punto de vista de la solución a los derechos políticos de las naciones periféricas la nueva constitución española ha conformado un Estado Compuesto de Autonomías Territoriales. De esa manera se ha superado el estado unitario, vertical y centralizado y el peligro de los separatismos y se ha creado una compleja red política y administrativa de un estado eminentemente compuesto. La nueva España con democracia nacional se divide territorialmente en 17 autonomías que son: Asturias, Navarra, Comunidad Valenciana, Canarias, Andalucía, Galicia, Cataluña, País Vasco, Castilla y León, Extremadura, Baleares, Madrid, La Rioja, Murcia, Cantabria, Aragón y Castilla-La Mancha. Casi todos los estados autónomos tienen internamente los tres poderes clásicos como son el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial lo que les permite un gran desarrollo político, administrativo e institucional. España ha hecho justicia con los derechos políticos de sus naciones originarias. En nuestro país, las últimas reformas jurídicas, en lo que tocan a los derechos políticos de las naciones originarias, lo único que han hecho es desenterrar el municipalismo de raíces coloniales. Pero lo más antidemocrático de estas reformas radica en la neocorporativización del estado en base a los municipios negando los derechos políticos de los pueblos originarios. El totalitarismo del nacionalsindicalismo del 52 se ha sustituido ahora con el esquema nacionalmunicipalista dentro de un proyecto económico y político abiertamente liberal y antinacional.

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23. TESIS POLÍTICAS PARA LA RECONSTITUCIÓN DE LOS ESTADOS ORIGINARIOS Y PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL INSTRUMENTO DE LIBERACIÓN NACIONAL. INTRODUCCIÓN. Con una situación de extrema crisis social que lamentablemente se acentúa y no encuentra salidas de ninguna clase, acompañada de una agudización de la dependencia y la explotación nacionales, se hace necesaria la elaboración de una propuesta política para avanzar en la extrema crisis política en la que se encuentran las organizaciones del campo originario y popular. Las presentes tesis, planteadas desde la posición de las naciones originarias, pretenden establecer un espacio de actuación y unidad política para los sectores originario y campesino, obrero y trabajador, clase media y para los sectores patrióticos del nacionalismo boliviano. Las presentes tesis son una segunda versión más acabada del documento «Originarios de Bolivia: Forjemos nuestro instrumento político propio de liberación» que editó la Trinchera de Originarios y Socialistas de Bolivia, T.O.S.B en 1989 con vistas a la celebración del quinto centenario de la colonización hispana. El mencionado documento, distribuido entre dirigentes campesinos, encarnó en el movimiento campesino y en la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, CSUTCB. El documento anterior planteaba centralmente la superación del «escalerismo y el pongueaje político de los originarios y campesinos» para construir un instrumento propio de liberación. Fruto, entre otras, de esa iniciativa, la CSUTCB llevó a cabo muchos congresos aprobando la creación del instrumento político que se plasmó en lo que fue la Asamblea por la Soberanía de los Pueblos, ASP. La actual situación del movimiento originario y campesino es de un gran avance si la comparamos con la situación de servidumbre política en la que se encontraba luego de la aplicación del proyecto nacional burgués del nacionalismo boliviano. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Empero, la situación nos indica que este movimiento que se inició en 1992 ha llegado a su límite de desarrollo teórico, ideológico y político y que se hace necesaria y urgente un nuevo debate sobre el carácter del instrumento político en Bolivia para buscar consensos políticos y un proyecto de unidad desde el campo popular.

EL PASADO POLÍTICO DE LAS NACIONES ORIGINARIAS. A las puertas del Siglo XXI ya no es posible seguir manteniendo las viejas posiciones políticas que produjeron las mentalidades racistas y coloniales del pasado sobre las civilizaciones originarias que se dieron en el territorio de lo que hoy es Bolivia. Los pensadores e intelectuales de la oligarquía hispanista hicieron un excelente trabajo ideológico y político al realzar las virtudes culturalistas de las civilizaciones originarias, negar sus logros humanos y sobre todo, negar sus avances y logros políticos. En este sentido es impresionante la exaltación arqueologista y culturalista sobre Tihuanacu, pero no se valora nada las virtudes de la organización política del ayllu tihuanacota ni de su contenido ideológico y religioso que tienen una vigencia realmente alternativa. Tihuanacu fue un inmenso estado, una civilización productiva, geográfica y poblacionalmente superior a muchos reinados europeos, un mosaico articulado de naciones sobre la base social y política de una infinidad de ayllus. De Tihuanacu precisamente debemos recuperar la organización política del ayllu, su contenido espiritual y las organizaciones políticas regionales que todavía se expresan fragmentariamente en la actualidad en las personas de los kurakas y los mallkus. El Incario, como la segunda organización civilizacional en el mundo andino, fue igualmente superior en términos productivos, sociales, geográficos y sobre todo en términos de democracia política nacional a los reinados europeos de su tiempo. Mientras que en los Andes la Civilización Incaica había desterrado por completo el hambre, la pobreza, el esclavismo y el totalitarismo, en la Europa de ese entonces, la mayoría de la población estaba sometida a la servidumbre feudal y vivía tiempos de hambre y pobreza. El Incario fue una confederación de las naciones originarias del mundo andino articulada a partir de dos mecanismos políticos como fueron la alianza política y el sometimiento. Su base de sustentación estaba basada en el respeto a las organizaciones políticas regionales de las naciones originarias, a sus sistemas de representación y funcionamiento, integrados en 243

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un sistema de coordinación confederativa que se basaba en las relaciones religiosas y políticas. Las tesis de los historiadores hispanistas que califican al Incario como un estado despótico y autoritario, dominados por su mentalidad totalitaria, tiene como objetivo fundamental justificar la desaparición de las estructuras políticas andinas.

LA ESTRATEGIA DE DOMINACIÓN POLITICA DE LOS ESPAÑOLES. Las tesis de la historia oficial, sustentadoras de la superioridad occidental, sostienen que ciento cincuenta valientes españoles conquistaron un imperio de más de diez millones de habitantes. Los hechos históricos nos demuestran que para el asentamiento de la colonia española fue decisiva, primero la división entre las naciones de Huáscar y Atahuallpa y luego la colaboración incondicional del pueblo originario Huanca del Perú actual al centenar y medio de españoles. Sin la colaboración material en hombres, armas, alimentos y en acciones militares de los huancas, que pensaron liberarse del reciente yugo incaico, los españoles hubieran sido devorados en menos de veinticuatro horas. El posterior proceso de asentamiento de las colonias españolas aprovechará casualmente la colaboración de los pueblos originarios que pensaron liberarse de los incas o de sus contrincantes locales apoyando a los españoles. Este es el proceso político central de la colonización española. El proceso de asentamiento colonial hubiera sido imposible sin el apoyo político y militar de los pueblos originarios autoengañados en su perspectiva histórica. El proceso continuó con el malagradecimiento de los españoles a los grupos de colaboradores internos para quienes la colonización fue igual que para los que resistieron a la invasión. De la resistencia anticolonial debemos destacar el más de un medio centenar de batallas que opusieron los descendientes de los incas y las naciones fieles al estado inca en la defensa de la soberanía de sus respectivos pueblos y naciones. La peor pérdida política del proceso de colonización fue el descabezamiento y la eliminación física de los representantes personales del estado incaico y de los estados de los pueblos originarios regionales. El inca central y los incas o qhapac locales funcionaban políticamente con sus naciones como verdaderos padres y protectores, tal como se comporta un verdadero NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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padre de familia con sus hijos. Su eliminación creó un enorme vacío y orfandad políticas que no ha sido rellenado hasta nuestros días. La filosofía política de todo el sistema de la confederación incaica fue una proyección social y política de las familias de los dioses andinos en todos sus niveles hacia la organización social y estatal. Por eso el inca mayor, los incas locales y las autoridades inferiores, a la cabeza de sus respectivas organizaciones sociales, se comportaban como los mejores padres de familia aplicando una política de distribución igualitaria de los recursos de la comunidad y una exigencia igualitaria de las obligaciones colectivas para con el estado. Fue esta filosofía de igualdad social familiar conjuntada con una profunda democracia de carácter nacional la que permitió erradicar el hambre, la pobreza, la concentración de recursos y la tiranía en los Andes. El pensamiento y la ética paterfamilista del estado y de la sociedad y la democracia nacional son los mejores aportes de la civilización incaica a la humanidad y constituyen un entrañable filón para la reflexión y la acción de las futuras generaciones de poblaciones originarias. Si en los niveles superiores se aplicaron el descabezamiento y la eliminación física de los representantes de los estados andinos, en los niveles inferiores, se aplicó el sistema de la usurpación de funciones y la imposición de nuevas autoridades para el control y el sometimiento políticos. Virreyes y oidores de audiencias ocuparon el lugar de los incas. Los corregidores pasaron a despojar de sus cargos a las autoridades originarias en las comunidades intermedias y de base. El cambio de un sistema político protector e igualitario a un sistema político despótico, explotador y totalitario fue el acto de la peor injusticia política cometida por los conquistadores occidentales en los Andes.

LA ESTRATEGIA DE DOMINACIÓN POLÍTICA DEL COLONIALISMO REPUBLICANO. El sistema político republicano, como estructura, resultó de la fusión entre el sistema estatal de la colonia y el sistema de organización y representación liberal. El sistema centralista de la colonia coincidió plenamente con el modelo burocrático y centralista del estado liberal francés. El sistema de representatividad y elección liberal que se corona en el funcionamiento de los tres poderes del estado fue adoptado por las poblaciones hispano criollas asentadas en las ciudades y pueblitos coloniales. El esquema del estado liberal representativo funcionó como un sistema de derecho político válido sólo para los descendientes de los españoles. Sistema de representación 245

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política que se tornó completamente excluyente para las comunidades y pueblos originarios, los mismos que siguieron funcionando bajo los sistemas de representación originarios. Las estructuras liberales se coronaron sobre una base política eminentemente colonial. En relación a los pueblos originarios el sistema se constituyó en una típica forma de liberalismo colonial por la completa exclusión política de las naciones originarias. Era un sistema de apartheid o apartamiento excluyente de los derechos políticos de las naciones originarias. La ciudadanía política, desde las concepciones de Bolívar y Sucre hasta las concepciones de los políticos conservadores y liberales, fue un derecho exclusivo de los ciudadanos de origen hispano. La república liberal, excluyente de los pueblos originarios, utilizó el sistema de la representación electoral para continuar con la dominación de las poblaciones originarias tanto en el occidente como en el oriente de nuestro país. Todas las leyes de despojo de tierras y de colonización interna de las naciones originarias salieron de un parlamento excluyente. Todas las decisiones judiciales, en todos sus niveles, igualmente se dictaron a partir de un sistema excluyente que desconoce por completo los sistemas de administración de justicia de los pueblos originarios. Finalmente, todos los cargos políticos de la función pública serán usufructuados por los ciudadanos bolivianos de origen hispano con un desconocimiento intencional y doloso de los cargos de administración política originaria. Bolivia, hasta el período de los liberales, era un país con dos repúblicas, con dos sistemas administrativos que decidían sobre los asuntos de la vida pública de la población: El Sistema Liberal Republicano y el Sistema de Administración Originaria. La colonización interna de los pueblos originarios por los republicanos fue aplicada no sólo en el sentido territorial sino en el sentido político. El proceso de despojo de tierras que culminó con las leyes de exvinculación de Melgarejo llevó aparejado un proceso de sometimiento político de las autoridades originarias a los patrones de hacienda. En las haciendas no sólo hubo el pongueaje laboral, sino el pongueaje político, porque muchas de las autoridades originarias de oriente y occidente terminaron de servidores políticos de los patrones, haciendo uso de sus funciones políticas a favor de los hacendados. Mención aparte merece la colonización del oriente en Moxos, Chiquitos y Guaraníes. Muchas de las estructuras políticas de estos pueblos originarios fueron descabezadas por primera vez en la república en 1890 como es el caso de los guaraníes del Chaco. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Conservadores y liberales, luego del descabezamiento de los estados originarios por los españoles, continuaron con la obra destructiva de las organizaciones originarias para llevar al límite el despojo de tierras y de los recursos naturales. Para fines del ciclo liberal, aproximadamente en 1950, la composición nacional del estado boliviano quedó configurado en su fisonomía colonial y liberal. La unidad colonial del país se caracterizó por la dominación territorial, política y jurídica de la nación hispano boliviana sobre las naciones y pueblos originarios. Ha sido la dinámica de los diversos componentes de la contradicción entre la nación hispano boliviana y las naciones originarias la que ha configurado el carácter político del estado boliviano fundamentalmente. Muchas de las estructuras institucionales del país surgieron entre el arrasamiento y la imposición políticas. Entre el proceso del colonialismo hispano y el proceso del liberalismo republicano existe un hilo de continuidad que se caracteriza por el arrollamiento de las estructuras políticas de los pueblos originarios. La personalidad y la voluntad política de las naciones originarias fueron simplemente despreciadas por una voluntad política totalitaria, vertical y asfixiante.

LOS INSTRUMENTOS POLÍTICOS DE LOS MOVIMIENTOS ORIGINARIOS DE LIBERACIÓN. Desde los inicios de la colonia hasta 1952, todos los movimientos de resistencia y liberación originaria han sido convocados y realizados desde las estructuras de las autoridades originarias. El más de medio centenar de batallas opuestas a los españoles por los allegados al estado inca han sido realizadas por las estructuras políticas originarias. Los gigantescos movimientos de liberación originaria ocurridos entre 1780 y 1783 han sido ejecutados a nombre de los estados originarios y en base a las autoridades originarias de las comunidades. Sólo de esa manera se puede entender su gigantesca convocatoria y movilización. Entre 1890 y 1899, en los grandes movimientos originarios de liberación de Pablo Zárate Willka, de Apiaguaiqui Tumpa y Andrés Guayocho sucedió de forma similar. Fueron las autoridades originarias de las comunidades las que movilizaron a las masas de originarios y campesinos. En el proceso de movilización de Pablo Zárate Willka se destacan 247

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Feliciano Willka y Juan Lero que son autoridades originarias. Juan Lero al culminar el movimiento de liberación conforma el gobierno originario de Peñas en base a las autoridades originarias de la región. En síntesis, todos los movimientos de resistencia y liberación originaria hasta 1952 tuvieron su centro de acción y movilización en las estructuras originarias de poder o sea en las autoridades originarias. En todos estos movimientos los pueblos originarios intentaron restaurar sus propias estructuras de poder estatal que es la reivindicación más esencialmente política que se haya hecho desde las naciones originarias.

LA SOLUCIÓN NACIONALISTA SOBRE LOS DERECHOS POLÍTICOS DE LAS NACIONES ORIGINARIAS. El plan político de los viejos nacionalistas sobre las naciones originarias fue un proyecto totalitario de extinción, asimilación y servidumbre políticas desde una posición de radicalización de la nación boliviana. Los viejos nacionalistas y los actuales movimientistas neoliberales, con una concepción fascista de la nación boliviana, ejecutaron un proyecto político excluyente y negador de las naciones originarias. Para los viejos nacionalistas sólo existe la nación boliviana absorbente, excluyente y radicalizada en su efímera posición antiimperialista y en su constante posición anticomunista. Este proyecto es incapaz y ciego para ver la realidad y la presencia de las naciones originarias, sobre todo para reconocer los derechos políticos de los pueblos autóctonos. Para los nacionalistas, como para todos los viejos colonialistas, no existe el problema político de las naciones originarias. Las naciones originarias para ellos no tienen ningún derecho político tal como lo afirma la vieja visión de casta desde la colonia hasta nuestros días. Por eso, reducen y minimizan su propuesta política a dos aspectos completamente subsidiarios como son la tierra y el voto ciudadano. La agrarización y la electoralización de los derechos políticos de los pueblos originarios conlleva una propuesta asimiladora y extinguidora de los pueblos autóctonos de Bolivia. La agrarización de los derechos políticos de las naciones originarias impuso la organización sindical para el proceso de distribución de tierras que fue manejada dictatorialmente por los emenerristas como Ñuflo Chávez Ortiz y otros. La propuesta de agrarización de los emenerristas como política ejecuta una distribución de parcelas minifundarias para los campesinos y originarios y una distribución latifundaria para los empresarios bolivianos NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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y extranjeros. La sindicalización de los pueblos originarios nos lleva a la renuncia a nuestros derechos políticos como pueblos y naciones y por tanto a la manipulación y al pongueaje partidario. La sindicalización corporativa de las naciones originarias no es sino una de tantas formas de subyugación política. La electoralización de la participación originaria y campesina impuso la manipulación y la servidumbre políticas hacia los partidos de la clase dominante. El reconocimiento de la ciudadanía y los derechos políticos individuales sólo se refieren en los hechos a los derechos como electores y casi nunca a los derechos a ser elegido. Al fin de cuentas, ante los derechos políticos colectivos de los pueblos originarios, la participación individual sin alternativas propias no es más que una forma de enajenación y subyugación políticas. Al manipuleo y a la servidumbre sindical y partidaria, los nacionalistas sumaron la vieja costumbre colonial de sometimiento de las autoridades originarias a las autoridades del estado colonial y liberal como son los subprefectos y los prefectos, ya sea en el cobro de la antigua contribución indigenal o en la actual organización municipalista de las comunidades. En conclusión, los nacionalistas continúan con la vieja política de destrucción de las naciones originarias, política que fue tan negadora de los derechos políticos de los pueblos autóctonos, complementando a esta práctica la servidumbre sindical y municipal de las naciones originarias. Es una verdadera pena que se siga pensando que a mayor destrucción o dependencia de las naciones originarias será mayor la fortaleza del país. Históricamente se ha demostrado que la reconstrucción y el fortalecimiento de las naciones originarias contribuye decididamente al desarrollo y fortalecimiento nacionales. Muestra de esa demostración son los países que han conformado estados compuestos o federados y se han desarrollado más rápida y sostenidamente que los países unitarios con colonialismo interno.

EL BLOQUEO DE LAS TEORÍAS POLÍTICAS A LOS DERECHOS DE LAS NACIONES ORIGINARIAS. Un proyecto político, como cualquier otro proyecto de la vida, necesita antes de ser ejecutado una solución teórica para ser implementado planificada, coordinada y ordenadamente. Y la verdad es que hasta ahora los intelectuales originarios todavía no han sido capaces de dar una solución en la teoría al problema del proyecto político originario y boliviano. En este sentido podemos decir que la servidumbre sindical y política de 249

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los ciudadanos originarios se debe no sólo al oportunismo político de los patrones políticos, sino al bloqueo teórico e ideológico al proyecto originario que proviene de todos lados. El bloqueo teórico está prácticamente en las ideologías de todas las instituciones y de todos los partidos. El bloqueo teórico e ideológico de los partidos conservadores y liberales al proyecto originario fue total, es más, fue completamente agresivo y destructivo de la integridad de los pueblos originarios. Estos partidos tuvieron en la ideología y en la teoría del racismo, el darwinismo social, el fascismo y el cristianismo inquisitorial el sustento de su pensamiento y teoría políticas. Estas son ideologías y teorías completamente agresivas y destructivas de los pueblos originarios. Los partidos formados por los descendientes de la antigua clase señorial y hacendaria e incluso algunos partidos de izquierda no han abandonado completamente la ideología destructiva de sus antepasados y lo mantienen en forma clandestina y latente. Actualmente, la mayoría de los partidos, han adoptado el proyecto nacional ejecutado por los viejos emenerristas configurado en una sociedad de tipo corporativo que tiene en la electoralización servidumbral y la subsunción municipalista la continuidad política de asimilación y extinción de las naciones originarias. El proyecto corporativo de la sociedad, ya sea de tipo religioso, sindical o municipal o ambas, es y será siempre un proyecto negador y bloqueador de los derechos nacionales de los pueblos originarios, o sea, un proyecto esencialmente injusto. El tercer grupo de los partidos que bloquean la posibilidad de un proyecto originario propio son los partidos marxistas. El proyecto político de los marxistas, tiene para los pueblos originarios, un proyecto de servidumbre ideológica aunque con una mayor oferta de satisfacción material. Los núcleos ideológico y político de la alianza obrero campesina del marxismo son el pensamiento marxista y la clase obrera. El campesinado, reducido en sus reivindicaciones nacionales y definido como un simple grupo de apoyo está obligado a seguir a la clase obrera que es la columna vertebral del proyecto socialista. En el fondo, los marxistas plantean la sumisión de las colectividades con contenido nacional a un sujeto político estrictamente economicista como es la clase obrera. El enfoque economicista de la vida al reducir la historia política al fenómeno de la plusvalía acepta la destrucción histórica de las naciones originarias y sobre todo, acepta como algo natural, las diversas formas del estado colonial y liberal realizando enormes concesiones políticas. La propuesta marxista al problema nacional planteado por Lenin propone NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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el derecho de las «nacionalidades» a la autedeterminación y a la separación, pero sólo como un recurso discursivo, porque los marxistas hasta ahora no han podido analizar dialécticamente la situación de las naciones colonizadas y, sobre todo, no han sido capaces de proponer contenidos ideológicos y políticos para una recuperación y renacimiento nacional de los pueblos originarios. La historia política boliviana de los últimos sesenta años nos ha probado sobremanera que el pensamiento y las propuestas políticas de los marxistas fueron derrotados por el pensamiento y la propuesta de los nacionalistas bolivianos. La derrota de los marxistas frente a los nacionalistas se debió en gran parte a su arrinconamiento clasista y a su incapacidad de arrebatar y hacer suyas las propuestas y las proyecciones de carácter nacional de los pueblos originario y boliviano. Por el lado de los nacionalistas, los efímeros intentos de liberación nacional han terminado en una actitud de completa traición y capitulación frente a las transnacionales y han llevado al país a la situación de extrema pobreza y dependencia en la que nos encontramos. En los últimos años, luego de la esperanzadora aparición del katarismo, grupos como el Movimiento Revolucionario Túpac Katari de Liberación, MRTKL y el Katarismo Nacional Democrático, KND han terminado rematando el sentimiento katarista de las comunidades nada menos que al Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR y la Acción Democrática Nacionalista, ADN, partidos que ejecutan el proyecto liberal más antinacional de la historia de Bolivia. Estos grupos por su servilismo político a la oligarquía y al imperio bloquean igual que los partidos de derecha el proyecto de liberación de los pueblos y las naciones originarias. De una forma muy similar a los partidos, las instituciones del estado y la misma sociedad boliviana han sido ideológica y organizativamente moldeadas por la concepción de un estado centralista, burocrático y totalitario. Muchas de las instituciones de la defensa nacional, del orden público e incluso de la educación no pueden concebir el futuro del país sino es con un estado unitario y centralista que es precisamente una de las causas fundamentales del atraso del país y su pobreza.

POR UNA SALIDA DE LIBERACIÓN NACIONAL SIN COLONIALISMO INTERNO Y SIN SEPARATISMO. Si afirmamos que el colonialismo interno es una de las causas fundamentales para el debilitamiento y empobrecimiento de nuestro país sólo decimos una verdad elemental. Por eso es de vital importancia analizar en todas sus 251

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facetas este fenómeno que entraba históricamente el desarrollo del país. Pero si ante un estado internamente colonialista oponemos proyectos separatistas desde las naciones originarias nuestros remedios serían peores que la enfermedad. Los habitantes originarios que nacimos en las comunidades que conforman los pueblos originarios amamos profundamente nuestras patrias ancestrales y por eso hemos demostrado siempre ser los mejores defensores de Bolivia como la patria más grande en la que nos cobijamos. Pero el problema central es que la actual situación de extrema pobreza y postración en la que se encuentran los pueblos originarios es el resultado de un atroz colonialismo ejecutado por los españoles y por sus descendientes que no quieren reconocer casi ningún derecho a los pueblos originarios y, es más, mantienen incólumes muchas de las injusticias del pasado. La clase dominante, que se aprovecha de las injusticias del colonialismo y negocia actualmente con los recursos naturales de los pueblos originario y boliviano, es la que presenta como nuevo demonio los derechos de los pueblos originarios, de la misma forma que ayer satanizó y envileció de comunismo a los proyectos socialistas. Los pueblos originarios debemos ser los primeros en oponernos a cualquier propuesta separatista venga de donde venga. Pero esto no quiere decir que renunciamos a nuestros derechos políticos, históricos y materiales para resolver nuestros gravísimos problemas, porque es totalmente injusto que los dueños originarios no gocemos de nuestras propias riquezas y nos encontremos abandonados en la extrema pobreza. Eliminar el separatismo es sin lugar a dudas un avance en la construcción de la unidad nacional. Pero de ninguna manera podemos dejar que la oligarquía y las transnacionales legitimen, primero, el despojo colonial de los derechos políticos de los pueblos originarios y, en base a este hecho, saqueen los recursos naturales a lo largo de las comunidades y el territorio nacional. Acabar con el colonialismo interno y sus resultados políticos significa ahora reconocer los derechos políticos de los pueblos originarios en el marco de la unidad nacional realizando un acto de justicia histórica y política. Por esto es que la reivindicación de los derechos políticos de los pueblos originarios en el marco de la UNIDAD PLURINACIONAL DE BOLIVIA se convierte en una propuesta auténticamente nacional y patriótica. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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A la unión colonial y saqueadora de las clases dominantes debemos oponer la UNIDAD PLURINACIONAL Y PATRIOTICA DE BOLIVIA para salvar al país de las garras de las transnacionales. Esta propuesta hacia el futuro sólo puede ser viable si desde un principio se erradican las mentalidades separatistas y las totalitarias que continúan con el colonialismo interno.

POR LA RECONSTITUCIÓN DE LOS ESTADOS ORIGINARIOS EN BOLIVIA. Desde la colonia hasta nuestros días no se ha podido todavía diseñar una estrategia de poder propia de las naciones originarias. Por diversos motivos, las naciones originarias han perdido sus batallas contra la nación colonizadora que tiene esencialmente una estrategia de conservación del poder. La preservación de las formas de apropiación territorial y patrimonial junto al monopolio en el ejercicio y usufructo del gobierno se hace desde espacios de poder que tienen sus raíces estructurales en la colonia. El liberalismo y a su modo el marxismo, desde sujetos sociales alternativos, tienen como estrategia política la toma del poder. Ambos proyectos, históricamente, se han amoldado a las formas territoriales del anterior estado, asumiendo las anteriores divisiones territoriales coloniales. Con las naciones originarias ha ocurrido primero la desarticulación nacional y territorial para luego absorberlos dentro de una nueva territorialidad colonial. Segundo, la destrucción de los estamentos superiores de los estados de las naciones originarias ha sido legitimada injustamente por las constituciones políticas del estado en los períodos de los españoles, de los conservadores, de los liberales y de los nacionalistas. En el espacio de los estados andinos se han impuesto autoridades políticas irrepresentativas y disfuncionales. Estas son las peores injusticias políticas cometidas por la clase dominante en contra de los pueblos originarios. Actualmente en muchas comunidades y pueblos originarios e indígenas existen las autoridades originarias bajo distintas denominaciones como hilaqatas, mallkus, kurakas, alcaldes, jilancos, caciques y capitanes. También existen las organizaciones sindicales que muchas veces operan bajo las funciones de las autoridades originarias. Desde un punto de vista estrictamente político estas estructuras son las fracciones estatales de las naciones originarias que han quedado después de los procesos de destrucción y amputación política ejecutados por el colonialismo. Estas estructuras políticas constituyen los auténticos y verdaderos regímenes de gobierno local y comunal que han viabilizado siempre la 253

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estabilidad política del país. El problema es que son miembros amputados de un cuerpo político mayor desarticulado. De aquí surge la estrategia de reconstitución política de las naciones originarias que básicamente es un proceso de reconstrucción histórica de los estados andinos. Antes de la articulación plurinacional del país, las naciones originarias deben reconstituir los espacios de poder destruidos por el colonialismo, luego podrán discutir un proyecto de unidad plurinacional de Bolivia. Las estructuras políticas originarias fragmentadas han cumplido un rol de servicio a los distintos proyectos políticos ejecutados en la historia del país. El proyecto de los republicanos hubiera sido imposible sin el desgaste y la disminución de las fuerzas humanas y materiales ocasionados por los movimientos de liberación originaria liderizados por Tomás Katari, Túpac Amaru y Túpac Katari a los ejércitos españoles. Este movimiento panandino desestabilizó mortalmente al estado colonial hispano cuya columna vertebral se hallaba en los territorios de Colombia, Perú y Bolivia. Fracasados los intentos de liberación originaria, el desgaste político y militar, favoreció ampliamente a los futuros patriotas republicanos. La colaboración de los pueblos originarios a la causa republicana se completó con la participación de los habitantes nativos en los ejércitos de los guerrilleros de la independencia, colaboración que nunca fue reconocida por los futuros gobernantes de la república de Bolivia. Mención especial merece la colaboración efectiva de las tropas de Luciano Villca al general Agustín Morales para derrocar al gobierno de Melgarejo, colaboración que fue pagado con un grado de suboficial del ejército. De igual forma, la revolución liberal federalista de 1899 encabezada por el departamento de La Paz y liderizada por José Manuel Pando recibió el apoyo decisivo de las tropas de Pablo Zárate Willka. En la batalla del segundo crucero, cerca de Caracollo, las tropas de Zárate Willka pasan a la vanguardia y se convierten en una «espesa muralla» que oculta y protege al ejército de Pando. Luego de miles de muertos de las tropas de Zárate en combate, finalmente triunfan las tropas de José Manuel Pando. Nuevamente, tal como con los Kataris y Amarus, las estructuras de movilización originaria y las masas campesinas colaboraron decididamente al proyecto liberal paceño. Luego del fin de la guerra Federal, Pablo Zárate fue asesinado cuando es conducido preso de Oruro a La Paz. Las últimas movilizaciones originarias y campesinas de abril y septiembre del año 2000, entre otras demandas, están buscando en una forma sorda y multitudinaria la reconstitución de los estados originarios. Es el cuerpo NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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desarticulado de los pueblos originarios que habiendo sido descabezado busca con desesperación su propia cabeza política, intentando encontrar en su miseria las antiguas formas de protección y seguridad paterno familista que le brindaban las estructuras políticas andinas. La injusticia política y el malagradecimiento son actitudes constantes en todos estos casos, no sólo con los líderes políticos originarios, sino con las estructuras de representación originaria, las mismas que son desconocidas injusta y sordamente. El estado boliviano como tal y su estamento político tienen una deuda política impagable a las autoridades originarias, a las masas de anónimos combatientes y a los grandes líderes originarios que ofrendaron sus vidas buscando un futuro de libertad y prosperidad para sus hijos. El proceso de reconstitución política de las naciones originarias enlazado posteriormente a un proyecto de unidad plurinacional de Bolivia constituye en términos jurídicos, administrativos y políticos un gran desafío a la imaginación y a la creatividad de los profesionales y de los legisladores del país. Para los intelectuales, para los políticos y para los habitantes de los pueblos y naciones originarias la reconstitución política de los estados y de las autoridades originarias se convierte en un imperativo irrenunciable. Sólo de esta manera podemos proyectar a nuestros pueblos con dignidad y orgullo políticos toda su grandeza del pasado al próximo milenio. Porque no queremos de ninguna manera que la historia diga que en los Andes existieron grandes civilizaciones que fueron destruidas y disueltas por las invasiones militares y por la incapacidad política de sus miembros.

POR UNA NUEVA Y AUTÉNTICA DEMOCRACIA POLÍTICA EN BOLIVIA. Todas las reformas jurídicas y la promulgación de las leyes durante el período liberal de los “nacionalistas” de 1985 al 2000 apuntan a legitimar el desconocimiento de los derechos políticos de los pueblos y las comunidades originarias. Es impresionante la ceguera política de las clases dominantes que legitiman todo el proceso de destrucción y amputamiento político de los pueblos originarios. Incapaces de pensar la verdadera realidad política de Bolivia se ponen a repetir viejísimos conceptos de la democracia liberal o del corporativismo occidentales. La “Ley de Participación Popular” y la “Ley de Descentralización Administrativa” legitiman la destrucción y el desconocimiento de los derechos políticos de las comunidades y pueblos originarios. 255

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La “Ley de Participación Popular” es un instrumento jurídico que arrastra a las poblaciones originarias hacia las formas de la democracia liberal representativa desconociendo los sistemas de representación originaria. La “Ley de Participación Popular” legaliza la servidumbre política de originarios y campesinos hacia los partidos que expresan la vieja visión del pasado de exclusión y los intereses de la oligarquía. En el país existen dos sistemas de representatividad democrática, nos guste o no nos guste: El sistema de democracia representativa individual y los sistemas de representación originarios que son centenariamente desconocidos. Reconocer los sistemas de representación originarios sería un acto de verdadera justicia política con los pueblos que tanto aportaron a la vida política nacional. Pero está demostrado que las clases dominantes perpetúan de una manera sorda la gran injusticia política de sus antepasados. Si en el terreno político los nacionalistas liberales legitiman la injusticia política de sus antepasados, en el terreno de los recursos naturales han sancionado y promulgado leyes como el Código Minero, la Ley Forestal, y la Ley de Capitalización que, primero, legitiman la usurpación jurídica de los recursos naturales de los pueblos originarios y, segundo, entregan los recursos naturales del suelo y del subsuelo originario y boliviano a la voracidad de las transnacionales. La continuación del colonialismo político y del neoliberalismo sirven para convertir a Bolivia en un mercado barato de recursos naturales y materias primas y en un mercado seguro de explotación de los servicios básicos como el agua, la luz y los teléfonos que se han convertido en negocios seguros y súper rentables para las transnacionales. El primer acto de justicia política de la actual democracia liberal representativa es reconocer los derechos políticos de los sistemas de representación originarios que cubren a más de la mitad de la población boliviana. El reconocimiento debe abarcar las formas de gobierno ejecutivo y administrativo dotando directamente de recursos económicos a las autoridades originarias para la ejecución de programas de desarrollo. También debe abarcar la administración de justicia de las poblaciones originarias en base a sus propias leyes las que deben ser complementadas con las leyes del estado boliviano. Una auténtica democracia y un acto de justicia política deben permitir, en lo inmediato, la participación de las autoridades originarias por la vía electoral en el parlamento nacional. A largo plazo, las actuales tareas legislativas que están muy concentradas deben ser descentralizadas en unidades parlamentarias que correspondan a las naciones originarias y a las regiones para devolver a los pueblos originarios el derecho a legislarse sin enajenaciones y sin intermediarios. Sólo de esa manera la democracia sería NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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realmente justa y verdaderamente nacional o sea plurinacional y unitaria. Otra cosa no significa sino perpetuar las viejas prácticas de exclusión racial y nacional practicadas durante siglos por la clase dominante.

EL CARÁCTER DEL NUEVO INSTRUMENTO POLÍTICO DE LIBERACIÓN NACIONAL. Visto históricamente desde las naciones y pueblos originarios, las autoridades originarias serían nuestros auténticos instrumentos políticos para actuar en cualquier terreno de la vida política nacional. Luchar por la reconstitución política de las autoridades originarias debe ser un imperativo político de cualquier organización política originaria, lo contrario sería traicionar la integridad nacional de los pueblos originarios y sobre todo la memoria política de liberación de los líderes originarios. Los habitantes originarios no sólo existen en las comunidades, sino que están dispersos en todo el territorio nacional, así como los ciudadanos bolivianos no sólo están en los núcleos citadinos sino que están en todo el territorio boliviano. Por eso es que el nacionalismo originario es una propuesta para todos los habitantes originarios del país. Y por tanto la construcción del instrumento político originario tiene alcances nacionales. Hemos dicho que el pongueaje y la servidumbre política originaria y campesina eran consecuencia del bloqueo ideológico y político de los partidos tradicionales de derecha y de izquierda. A esto debemos sumar la falta de un pensamiento político de los pueblos originarios que también contribuye a la servidumbre política. Por esto es importantísimo avanzar en la construcción del pensamiento político desde la visión de los pueblos originarios que es una tarea que les toca desarrollar a los profesionales e intelectuales originarios. Pero este pensamiento político no puede ser excluyente ni aislacionista a la manera de los viejos políticos racistas. Al contrario los políticos originarios deben superar las actitudes exclusionistas y ofrecer al país un pensamiento de liberación y unidad nacionales. De aquí surge la necesidad de redefinir políticamente el país. Para los viejos políticos de casta, Bolivia es un país libre, unitario e independiente que forma parte de las naciones occidentales. Para los políticos de la antigua izquierda, Bolivia es un país capitalista, dependiente y atrasado. En estas dos definiciones se mantiene la visión de un país homogéneo que ya ha solucionado su estructura colonial interna. Para los pueblos originarios Bolivia es una sociedad con colonialismo 257

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interno, objetivamente plurinacional, dependiente, capitalista y empobrecida. Las tareas políticas más urgentes para el instrumento político desde los intereses de los habitantes originarios son aquellas referidas a la solución del despojo de los derechos políticos, al atraso y la pobreza originarias dentro de un proyecto político plurinacional. Son las tareas del desarrollo nacional y la definición política del país las que determinan el carácter del estado que en nuestro caso será un estado plurinacional y unitario y es, consecuentemente, el carácter del estado el que determina el carácter y la forma del futuro instrumento político que hará funcionar el estado. En este sentido el viejo estado colonial funcionaba en base a la voluntad de una monarquía absoluta, excluyente y destructiva. De una forma similar un estado colonialmente unitario y presidencialista como el republicano necesitó de partidos centralistas, caudillistas y presidencialistas. El nuevo instrumento político debe expresar en su discurso y en sus estructuras orgánicas el carácter plurinacional del país. Combinar acertadamente los mecanismos de rotación del sistema de representatividad originaria combinándolo adecuadamente con el sistema del centralismo democrático de la democracia representativa. Sólo de esa forma podrá ser un auténtico instrumento de una sociedad plurinacional dispuesta a afrontar las tareas de la liberación nacional y social del país.

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24. PONGUEAJE SINDICAL Y MUNICIPALISTA O NACIONALISMO ORIGINARIO. LOS INSTRUMENTOS Y LAS IDEOLOGÍAS DE DOMINACIÓN POLÍTICA DE LAS NACIONES ORIGINARIAS. Estamos obligados a hacer un diagnóstico político retrospectivo de la actual situación de los pueblos y naciones originarias. La vida de las naciones originarias es de completa postración y orfandad políticas, de una extrema pobreza económica y de una pobreza social que colinda con la miseria. Desde la colonia a la república de los liberales, los instrumentos de dominación y subyugación política de las naciones originarias han sido centralmente el estado colonial con sus ramificaciones constitutivas y la Iglesia Católica a través de sus diversas órdenes religiosas. El estado colonial ejecutó el más largo proceso de destrucción de los distintos estados originarios en lo que hoy es Bolivia. La mayoría de los estados originarios hasta 1952 quedaron descuartizados y amputados en sus estamentos y estructuras superiores a través de la violencia más destructiva que hayan podido conocer nuestros pueblos. El inca del Tahuantinsuyo y los incas o qhapac regionales junto a sus respectivas estructuras estatales y religiosas quedaron destruidos por la ciega acción del colonialismo. De igual manera en el oriente boliviano las estructuras superiores de los estados originarios como los tumpa y los rubicha quedaron desarticulados junto a todo el equipo estatal de sus gobiernos. En las comunidades originarias quedaron apenas las autoridades comunitarias. Estas autoridades comunales al final quedaron completamente sometidas al poder de los estamentos coloniales y republicanos. Hasta 1952 continuaron siendo los famosos corregidores las puntas de lanza de los estados opresores de la colonia y la república. Estos son los siniestros personajes que han cometido los peores crímenes y abusos en contra de las poblaciones originarias. Las órdenes religiosas de la Iglesia Católica también contribuyeron a NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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la destrucción de los estamentos religiosos de los estados originarios. Los frailes, pensando que con la eliminación de toda espiritualidad religiosa originaria, destruirían al demonio, cometieron muchos crímenes ordenados por la Santa Inquisición. Estos actos de destrucción religiosa afectaron la integridad espiritual de los estados originarios que en su mayoría tienen una concepción religiosa del estado.

LA NUEVA ESTRATEGIA DE DOMINACIÓN DEL NACIONALISMO TOTALITARIO. Para comprender los nuevos esquemas de poder que organizó el movimientismo debemos establecer con claridad cuál es la posición y la actitud del nacionalismo respecto a los hechos políticos que se cometieron en la colonia y la república en contra de las naciones originarias. El movimientismo no hace ni siquiera una crítica superficial del problema que analizamos. Simplemente lo perciben como un proceso natural. Pero en los hechos el movimientismo toma las acciones políticas de la colonia como una acumulación de acontecimientos para avanzar en la estructuración de sus esquemas de poder. En términos jurídicos legitimaron las instituciones y el poder alcanzados por el estado y los organismos de la iglesia y se catapulta y funda en gran medida sobre ellas. El sindicato y el sindicalismo como pensamiento y como estructura de organización son instituciones y doctrinas totalmente extrañas a la estructura de poder estatal de las naciones originarias. El sindicato es una creación conjunta de las corrientes marxistas y de las organizaciones nacionalistas, estos últimos con un marcado tinte corporativo. Desde los tiempos precolombinos hasta los últimos movimientos originarios como fueron los de Tumpa, Guayocho, Willka y Jesús de Machaca los pueblos originarios siempre han utilizado sus propias estructuras de poder estatal para sus grandes movilizaciones. Es a partir de la aparición del liberalismo y el marxismo que se origina el sindicato como un instrumento de defensa de las reivindicaciones sociales de los trabajadores sobre todo en sociedades supuestamente homogeneizadas como las europeas. En Bolivia fue a partir de 1900 que aparecieron en el escenario de las luchas sociales las federaciones obreras locales y los sindicatos de artes gráficas bajo la inspiración del anarquismo primero y luego bajo la inspiración de las internacionales comunistas. El anarquismo, el estalinismo y el 261

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trotskismo son los organizadores de casi la totalidad de las organizaciones gremiales de artesanos, trabajadores y obreros. Conjuntamente con la aparición de los trabajadores mineros, ferroviarios y fabriles, los partidos de pensamiento marxista como el Partido Obrero Revolucionario, el Partido de la Izquierda Revolucionaria, el Partido Socialista Obrero Boliviano y luego el Partido Comunista de Bolivia contribuyeron a la formación de los sindicatos no sólo en los centros de trabajo asalariado sino en las haciendas y comunidades. Para los marxistas el sindicato es la expresión de la «clase en sí», es la cantera de donde se alimenta el partido de la clase que es la expresión de la «clase para sí». En relación a los procesos de destrucción de los estados originarios, los partidos marxistas, sin excepción, nunca han reflexionado ni valorizado el contenido estatal de las organizaciones originarias. Abstraídos en el discurso economicista de clase no han podido interpretar la historia del movimiento originario con la propia visión de los originarios. La concepción marxista del sindicato coincide en sus propósitos con los objetivos organizativos de los movimientistas. Los nacionalistas, que siempre han utilizado al marxismo como una madrastra, tenían en su pensamiento dos corrientes sobre el sindicato. Una era la posición marxista de la cantera del partido y la otra era producto de su posición corporativa y nacionalista. La posición nacionalista de los emenerristas concebía al sindicato como parte de la organización corporativa del estado muy parecido a los estados fascistas de Europa. Pero el modelo más cercano que imitaron los nacionalistas fue el modelo peronista en donde el mismo Perón organiza los sindicatos para cooptar al movimiento de los trabajadores y ponerlos bajo su servidumbre. Con estos modelos y esta concepción los viejos nacionalistas crearon en el gobierno de Gualberto Villarroel la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, FSTMB. En la FSTMB confluyeron las ideologías del marxismo y el nacionalismo. Pero políticamente la FSTMB siempre será manejado por los nacionalistas a través de Juan Lechín Oquendo. Juan Lechín Oquendo es el mango de la sartén por donde se viabiliza la desconcertante servidumbre del proletariado minero y del movimiento de los trabajadores al Movimiento Nacionalista Revolucionario. Fue esa barrera nacionalista y corporativa que nunca pudieron vencer los marxistas para avanzar hacia sus objetivos socialistas. Fue realmente impresionante el engaño ideológico y la servidumbre política del heroico proletariado minero hacia el proyecto nítidamente burgués del MNR bajo la conducción de Juan Lechín Oquendo. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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En el ambiente de las comunidades y las naciones originarias, los viejos nacionalistas organizaron, gracias al impulso del Coronel Gualberto Villarroel, el Congreso Indigenal en 1945. Gracias a este hecho desplazaron a los poristas y piristas de las direcciones campesinas. En el proceso de la revolución de 1952 el movimientismo impuso en la dirección de la Confederación Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia CNTCB, a un eminente nacionalista como fue Ñuflo Chávez Ortíz. Al igual que Juan Lechín Oquendo, Chávez Ortiz representó el eslabón clave del manejo vertical de los sindicatos por el partido. El reparto prebendal de las tierras en las exhaciendas fue el sostén material que permitió organizar el pongueaje sindical de los trabajadores originarios del campo respecto del MNR. Ñuflo Chávez Ortiz, un cruceño de la vieja sociedad, que denomina como «la indiada» al movimiento originario, fue varias veces diputado por el sector campesino. Esta forma de organización corporativa y sindicalista de los trabajadores, instrumentalizada desde el estado, le servía al MNR como el sostén político fundamental en su accionar político y estatal.

EVALUACIÓN DEL PACTO MILITAR CAMPESINO. El movimientismo nunca se preocupó por formar nuevos cuadros políticos del sector campesino y originario. Es más, su producción teórica e ideológica respecto de la problemática rural y originaria es muy pobre y casi inexistente. Lo único que hicieron los emenerristas fue aprovechar la sed de tierra y libertad para manipular sindical y políticamente a los habitantes del campo. Mucho más, los emenerristas, frente a la táctica socialista de la alianza obrero campesina, siempre se opusieron a esta alianza porque preferían el manejo vertical y por separado del movimiento obrero y del movimiento campesino. Lechín manipulaba a los mineros desde el ministerio de minas y Ñuflo Chávez desde el ministerio de asuntos campesinos. Los dirigentes campesinos, serviles al partido, fueron los que se movilizaban por migajas. Esta estructura vertical de servidumbre de los dirigentes sindicales hacia el partido de gobierno fue rápidamente convertido a la estructura del Pacto Militar Campesino de las dictaduras de René Barrientos y del entonces coronel Hugo Banzer Suárez. Los programas de Acción Cívica y Acción Popular implementadas desde las Fuerzas Armadas y desde el Ministerio de Asuntos Campesinos, en un ambiente de furioso nacionalismo de corte fascista, atraparon en sus redes a los dirigentes campesinos y al movimiento originario. 263

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Que la Confederación Nacionalista de los Trabajadores Campesinos de Bolivia y el Pacto Militar Campesino constituyen dos momentos de un mismo proceso de servidumbre política al proyecto nacionalista en sus versiones civiles y militares ya no hay ninguna duda. El motivo material de esta dependencia fue en su primer momento la entrega de tierras y las prebendas personales y el discurso anticomunista y desarrollista en el segundo período.

SALVAR EL PROYECTO DE TRANSICIÓN DE LA CSUTCB. La Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, CSUTCB, tiene en su fundación dos componentes ideológicos básicos como fueron la corriente del katarismo como un nuevo aporte al movimiento campesino que revitalizaba el accionar de las zonas sobre todo aymaras y la corriente marxista expresada en varios grupos socialistas. Lamentablemente, como culminación política, el katarismo ha terminado, por una parte, en la servidumbre política del Movimiento Revolucionario Túpac Katari de Liberación MRTKL al neoliberalismo que ha entregado todos los recursos naturales de las naciones originarias a las transnacionales. Mención especial merece la lucha de Genaro Flores Santos que ha persistido en el katarismo pero sin muchas posibilidades de ofrecer proyecto político a las nuevas generaciones. El katarismo es un patrimonio ideológico de la nación aymara y no puede ser enajenado por un plato de lentejas por unos vividores y oportunistas. Las nuevas generaciones de kataristas están en el imperativo de relanzar con nuevos contenidos políticos el sentimiento katarista de los aymaras que constituye el patrimonio colectivo del nacionalismo originario en su conjunto. Las corrientes marxistas como el Movimiento Campesino de Bases, MCB, de la otrora CSUTCB por sus propias deficiencias ideológicas, políticas y de liderazgo tampoco han podido catapultarse en el escenario político nacional habiéndose prácticamente diluido en el escenario político nacional. Los movimientistas, de la mano de su octogenario líder Víctor Paz Estenssoro, por voluntad y convicción propia, se han convertido en un movimiento desnacionalizador, neoliberal y reaccionario. Dentro de este proceso antinacional y entreguista, los movimientistas han tenido la lucidez política de desechar los organismos sindicales, los cuales hace tiempo que lograron su independencia ideológica y organizativa respecto de los partidos del viejo nacionalismo. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Si para los nacionalistas ha terminado el ciclo del sindicalismo corporativo en el campo, esto debería ser mucho más evidente para las organizaciones de izquierda. Sin embargo debemos empujar con mayores fuerzas y claridad política el proceso de transición iniciado por la CSUTCB que debe ingresar en un proceso de mayores perspectivas y determinación. Este proceso de avance e independización respecto de los partidos de la oligarquía ha tenido en el planteamiento de la construcción del Instrumento Político un salto cualitativo de innegable importancia. Sin embargo, ideológicamente muchos compañeros originarios y campesinos siguen atrapados por el viejo pensamiento y práctica del sindicalismo. Por esto debemos afirmar categóricamente que el movimiento sindical ha concluido su ciclo como movimiento central y hegemónico para el movimiento campesino, porque ha concluido el ciclo del nacionalismo corporativo. Algunos compañeros e incluso algunos sindicatos siguen engañados en la creencia de que la práctica de las reivindicaciones prebendales podrán sacar de la crisis y la pobreza a las comunidades y a las regiones originarias. Siguen creyendo que el desarrollismo clientelar y vertical es una práctica que puede llevar a la solución de los problemas rurales y del país. En muchos compañeros, como en los viejos tiempos del sindicalismo, se ha hecho una forma de vida el recibir indignantes prebendas de los partidos de la oligarquía, los cuales han recurrido a esta forma de control y manipulación por su pérdida de control ideológico. El control por la vía de las coimas y la corrupción, si bien es una de las últimas formas de manipulación, es una conducta que perjudica enormemente al movimiento originario y a su proyecto de independencia política. Pero lo más reprochable de los partidos de la oligarquía es que los recursos para las coimas no son de su propio bolsillo, sino que son extraídos de las arcas del estado. Sin lugar a dudas aquí se hace necesaria la recuperación de la dignidad personal de los dirigentes campesinos y originarios.

LA SERVIDUMBRE MUNICIPALISTA COMO NUEVA TÁCTICA DE DOMINACIÓN. El corporativismo municipal es una de las formas bajo las que las clases dominantes han encubierto siempre la presencia de las naciones originarias. Eso pasó en España con los ayuntamientos y municipios que organizaban a las naciones y a las comunidades que vivían bajo la dominación del feudalismo. El virrey Francisco Toledo, luego de la desarticulación territorial y política de las naciones originarias reorganizó a éstas últimas en las famosas 265

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reducciones bajo una organización municipalista. Desde esa época hasta nuestros días todavía quedan en las comunidades los cargos de alcaldes. En la república, las alcaldías siguieron funcionando pero muy débilmente frente a la fortaleza de los corregimientos y las prefecturas y subprefecturas dada la importancia política de estas últimas. En el período del nacionalismo las alcaldías también pasaron a segundo plano por la importancia política que adquirieron los sindicatos de campesinos y mineros. El movimientismo por la traición a sus efímeros postulados nacionalistas y luego de perder el apoyo moral del campesinado y del pueblo boliviano, para restablecer el viejo aparato de control político y sindical de la población ha creado la denominada “Ley de Participación Popular” y la “Ley de Descentralización”. En la estrategia del movimientismo la filosofía del municipalismo es el sustituto del sindicalismo. Y orgánicamente el municipio es el sustituto del sindicato. Ayer el sindicato se manejó verticalmente para controlar al movimiento campesino y para dejar en extinción a las autoridades originarias. Ahora, en base a la pobreza producida por el mismo nacionalismo, se adopta nuevamente el discurso del desarrollismo a partir de las alcaldías municipales. Nuevamente se busca manipular al movimiento campesino y originario a través de los municipios con el instrumento de manipulación como son los partidos políticos. Ayer el sindicalismo campesino y obrero servían como movimientos serviles de presión al partido del MNR que tenía un proyecto nacional burgués. Ahora el municipalismo sirve para recapturar al voto campesino y catapultar a los dirigentes nacionalistas hacia posiciones de dirección gubernamental dentro de un proyecto neoliberal y antinacional. El sindicalismo y el municipalismo son dos formas de manipulación de la población campesina que sirven a un intento continuado de construir una burguesía oligárquica y dependiente de las transnacionales y el imperialismo. La nueva manipulación de los emenerristas intenta engañar nuevamente las sentidas aspiraciones de bienestar de las comunidades, para que por otro lado se entreguen descaradamente los recursos naturales del país a las transnacionales. Esta es la mayor incoherencia moral y política. El movimiento originario y campesino no puede mantenerse eternamente engañado y manipulado por los políticos que, a pesar de tanto discurso desarrollista, siempre resulta que el país y los bolivianos son cada vez más pobres, más endeudados y más subdesarrollados. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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LA HORA DEL NACIONALISMO ORIGINARIO, DEL INSTRUMENTO POLÍTICO Y DE LAS AUTORIDADES ORIGINARIAS. El sindicalismo y el nuevo municipalismo son dos formas de pensamiento que enajenan a las comunidades de su auténtica y verdadera identidad política. El reivindicacionismo sindicalista y municipalista acortan y amputan las perspectivas de construcción de un pensamiento político propio de los pueblos y las naciones originarias. El reivindicacionismo ligado al desarrollismo de un sistema capitalista hace perder por entero las perspectivas de un proyecto de desarrollo propio y autónomo de los pueblos originarios. Pero además, un sindicalismo y municipalismo desarrollistas subyugados dentro de la hegemonía del pensamiento del nacionalismo hispano boliviano impiden por completo la construcción de un pensamiento nacional originario propio. Para romper con toda esta manipulación y servidumbre políticas es imprescindible que los pueblos originarios construyamos nuestro propio pensamiento nacionalista como es EL NACIONALISMO ORIGINARIO. La ruptura del pongueaje ideológico y político impuesto por los viejos nacionalistas sólo puede iniciarse por el camino de construir el Nacionalismo Originario. Este es el único camino que permitirá a los campesinos y originarios, dispersos en todo el territorio nacional, iniciar un camino propio de autonomía e independencia político partidaria en pos de conseguir la ansiada liberación nacional y social del país. El nacionalismo originario en su diseño y en su construcción tiene sus propios componentes constitutivos. Uno de estos componentes centrales de carácter patrimonial es la recuperación de los recursos minerales metálicos y no metálicos, forestales, de hidrocarburos, hídricos y otros susceptibles de aprovechamiento económico que ahora se están entregando al capital nacional y transnacional y que constituyen el patrimonio económico de los pueblos originarios. La reivindicación del patrimonio económico está íntimamente ligada a la reivindicación de los territorios originarios. Un nacionalismo no sería nunca tal, sino se plantea la construcción de su propio estado nacional. La solución teórica a este problema pasa indudablemente por la construcción de un estado plurinacional en donde tengan una presencia unitaria y articulada todas las naciones originarias incluida la nación boliviana. Esta es la respuesta correcta al problema del estado en un país plurinacional como es Bolivia. Aparte de la recuperación del patrimonio material, este es el segundo punto central del programa del nacionalismo originario o sea la recuperación y reconstitución de los estados originarios. 267

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Pero el problema es cómo se transita hacia el estado plurinacional. Para esto los pueblos y naciones originarias, que tenemos aún vivas fracciones de nuestros auténticos y verdaderos estados, debemos plantear un proceso de reconstitución unificante de estos estados. Lo contrario significaría abandonar nuestra propia organicidad política enajenando nuestra propia identidad estatal. Sin embargo no debemos pensar que las actuales estructuras de las fracciones de nuestros estados originarios son suficientes por sí mismas. Los procesos históricos y sociales han debilitado a estas instituciones estatales desactualizándolas y expulsándolas del contexto político nacional. Existen factores ideológicos, comunicativos, técnicos y políticos que hacen que solas las autoridades originarias no puedan enfrentar a los organismos políticos de la clase y del estado dominante. Hasta ahora la clase dominante siempre ha afirmado que los pueblos originarios no tienen pensamiento propio, por eso justifican la imposición de los diversos pensamientos enajenantes a los pueblos originarios. Como hasta ahora tampoco ha habido un trabajo serio desde el movimiento originario para relanzar la ideología y los discursos originarios, el movimiento originario se encuentra en una tremenda y grave debilidad que es la falta de un pensamiento ideológico y político propio y actualizado. Por esto el tercer elemento central del movimiento originario es la construcción de un pensamiento político propio de las naciones originarias. Todos los pueblos originarios tienen una ideología y un discurso en sus propios esquemas significacionales archivados en su memoria. La memoria histórica y colectiva, los propios discursos originarios sobre los hechos más sentidos y la espiritualidad religiosa colectiva constituyen un complejo ideológico discursivo propio. Este complejo discursivo originario necesita de una auténtica lectura significante desde una propia perspectiva ideológica. Una lectura, traducción y relanzamiento de estos discursos sólo pueden ser realizados por los profesionales y académicos originarios que se identifiquen con un proyecto nacional originario. La mayoría de las lecturas antropologistas han sido inútiles hasta ahora para la construcción del pensamiento del movimiento originario. En cambio los diferentes cientistas sociales de la Bolivia oficial han realizado sobre la ideología originaria una interpretación muy simplista, culturalista, folclorista, muy interesada y sin ninguna perspectiva ideológica y política para los pueblos originarios. Son muchos los discursos originarios que necesitan de un trabajo de investigación científica para ser lanzados NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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hacia la opinión pública con la propia palabra de las comunidades originarias. Las deficiencias técnicas de las autoridades originarias consisten en que estas instituciones no tienen personas con la capacidad para manejar y administrar el estado dentro de los clásicos moldes occidentales de la administración pública. Muchos de sus recursos administrativos han sido erosionados y desactualizados. Como son cargos que ya no tienen competencias decisorias y no reciben ninguna retribución tampoco son apetecibles ni siquiera para las nuevas generaciones de originarios. A esto se debe sumar el viejo prejuicio colonial que acusa de «indio» a cualquier autoridad originaria para descalificarlo personal y administrativamente. Estas deficiencias tienen que superarse a través de dos vías. La primera y la más urgente es la reintegración de los profesionales originarios a sus respectivos pueblos para colaborar en la reorganización y reconstitución de sus propias naciones. La segunda vía es la lucha para que en las zonas donde existen pueblos y comunidades originarias mayoritariamente se entregue la administración municipal, ejecutiva y judicial a las autoridades originarias directamente. Es hora de saldar profundas injusticias históricas con los pueblos originarios. Desde la colonia hasta nuestros días, las autoridades originarias han contribuido siempre a la administración de los distintos estados y gobiernos asentados en lo que hoy es Bolivia. Nunca han recibido un sólo peso por este aporte. Hasta ahora los funcionarios originarios pierden días, semanas y meses enteros en tareas de administración de justicia propia, en la coordinación con las distintas autoridades municipales, prefecturales y educativas en la organización de las contrapartes comunales para los distintos proyectos de desarrollo y muchos otros. Pero jamás se ha reconocido un sólo peso a este trabajo. Pero la peor injusticia es que el pensamiento dominante piensa que nuestras instituciones originarias están condenadas a extinguirse y desaparecer para la hegemonía de un estado que se asfixia a sí mismo. Las deficiencias políticas de las instituciones originarias nacen indudablemente de la desestructuración estatal realizada en los períodos coloniales, de la continua amputación de sus competencias y de la falta de una perspectiva política propia que regenere sus liderazgos. La reconstitución en estos estamentos demanda un arduo trabajo de investigación y concientización. Por otra parte la necesidad de una articulación estatal ya no pasa, por lo menos en los hechos, por el Estado Inca, sino que pasa por una nueva propuesta política de unidad plurinacional donde participen los pueblos originarios del oriente, del occidente y el pueblo boliviano. Un 269

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ación asign e r y ución restit a n u r sivo iscur so sa po d a p y a o ur c lític ológi n el conc toe ia po d c i i t , s i au S co ra ju políti ginarios. des y las ción , dade políticas. o r c i e i r a v o cn id ula s de ajo té esionales as comun de acum acto b encia t a e r t p l f a m s del s pro te de quier de co tarea rso de lo y el apor nce ni si n s a l a u s s efine Toda del conc originario ible un av que d pros e l s n s a io po ale sita centr imon nece profesion s no será entes e un patr un estado n o a s i p r o d m . e de l s origina os co uperación rucción d co propio e que l t i t c r s í i l e n c r ridad rzas. o o e p a c d e son l ario. mos ión y iento de fu pode originario constituc pensam nto origin , n e e n u sum mo s, r imie En re acionalis originario ucción de l del mov r n t a i s s o c o n on bl ev al nu a los pue ido y la c ático ese r t m r a a a r p p g o pi om pro oyc men propi s un resu e Este

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25. EVITEMOS LA CH´AMPA GUERRA Y AVANCEMOS EN LA CONSTRUCCIÓN DEL INSTRUMENTO POLÍTICO. LA CRISIS POLÍTICA DE LA COB Y DE LA CSUTCB. El triunfo de la ideología y del pensamiento del nacionalismo revolucionario frente a las propuestas dominantemente marxistas desde 1936 hasta 1952 se debió en gran medida al contenido esencialmente nacional que plantearon los líderes del nacionalismo frente a las propuestas reduccionistas y parciales de clase que plantearon los partidos marxistas como el Partido Obrero Revolucionario, el Partido de la Izquierda Revolucionaria y el Partido Comunista de Bolivia. El Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR, constituyó un nuevo bloque ideológico y orgánico en la nación boliviana exaltando el nacionalismo boliviano en un grado que se asemeja muchísimo a las organizaciones políticas y sociales fascistas de Europa y sobre todo de América Latina, denominados en este último lugar como ideología populista. En base a las organizaciones de excombatientes de la Guerra del Chaco, sobre todo en los sectores del proletariado minero, del campesinado y de los sectores pobres de las ciudades, los movimientistas organizaron las famosas milicias obreras y campesinas para ejecutar la tardía nacionalización de las minas y la distribución de tierras minifundarias. En ese entonces, el movimientismo era el partido que se identificaba con la defensa de la patria en la guerra y frente a las empresas de la rosca minera y de los latifundistas. Fue fundamentalmente un sentimiento de patriotismo nacionalista el que nutría e inspiraba a las organizaciones políticas y sindicales en el campo, las minas y las ciudades. En este ambiente de sentimiento nacional dominante, el discurso de clase marxista, o se diluía siendo derrotado muy fácilmente, o se plegaba sin mayor posibilidad de ser alternancia en el bloque ideológico dominante. Para afianzar la exaltación del nacionalismo de las masas, los movimientistas en sus élites oligárquicas inventaron como enemigos al comunismo, la NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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rosca minera y el coloniaje de los latifundistas. En el seno de las naciones originarias los movimientistas de la clase alta, junto a la exaltación de un nacionalismo occidentalizante, continuaron subrepticiamente aplicando el discurso racista de sus ascendientes liberales y conservadores. Estos son los elementos ideológicos del bloque nacionalista que dura hasta nuestros días y que podemos denominar desde la visión de los pueblos originarios como bloque nacional totalitario. Los movimientistas tuvieron la gran habilidad de conformar el bloque nacional-corporativo para anular los proyectos socialista, originario y latifundista. En este contexto ideológico y político organizaron la Confederación de Campesinos y la Central Obrera Boliviana en base a los grupos de milicianos y militantes movimientistas. La Central Obrera Boliviana y la Confederación de Campesinos Nacionalistas como los grupos de choque del bloque nacionalista eran sólo una fracción organizada dentro de una sociedad civil mayoritariamente nacionalista y fascistizada. El espacio gremial organizado de los mineros, los campesinos y de los fabriles era un espacio poblacionalmente reducido donde se disputó la hegemonía entre los discursos marxista y nacionalista fundamentalmente. Desde 1952 hasta 1970 la Central Obrera Boliviana, COB, fue un espacio dominado políticamente por el nacionalismo. Es más, la COB fue un simple instrumento político del proyecto nacionalista. El nacionalismo utilizaba sin problemas el análisis y el discurso marxista porque este era ineficaz a la hora de construir una alternativa contrahegemónica. Desde 1970 y desde la aprobación de la tesis socialista de la COB el movimiento sindical de la clase obrera se recluyó en un discurso de clase identificando hacia el exterior al imperialismo como el enemigo principal. El proyecto socialista de la COB se desgastó y perdió vigencia y validez con las experiencias de la Asamblea Popular y de la Unidad Democrática y Popular. La Central Obrera Boliviana adoptó en su composición una estructura orgánica clasista con criterios economicistas que reducen la historia política del país a una simple lucha por la plusvalía salarial. En la historia política del país la historia gremialista y salarialista tiene una duración muy corta de menos de 100 años. En cambio la lucha por los territorios y los recursos naturales, la lucha por el poder político y la lucha ideológica entre los pueblos originarios y el colonialismo tiene una duración de más de 500 años. La miseria del pensamiento salarialista es incapaz de reconocer que los territorios y los recursos naturales tienen un significado material y político de mayores dimensiones que el reducido valor económico de los salarios. 273

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Es precisamente esta concepción gremialista y salarialista la que reduce las posibilidades políticas de la clase obrera e impide conformar nuevos y mayores espacios de alianza con otros sectores sociales y políticos. Con la reducción de la población obrera de las empresas estatales y con la muerte del Capitalismo de Estado, la Central Obrera Boliviana ha perdido sentido político para los partidos de la oligarquía boliviana. Dentro del capitalismo de estado y dentro del nacional corporativismo, la COB era una herramienta de primer orden para afianzar la política y el proyecto burgués del nacionalismo revolucionario o para contrapesar los intentos golpistas de las fuerzas armadas. A la reducción en número del proletariado minero, debemos añadir la caducidad de la vieja generación de dirigentes de la clase obrera y la crisis del pensamiento economicista de clase. La COB es esencialmente una central de obreros bolivianos con un marcado discurso economicista que lo reduce y lo maniata. Todo esto hace que la COB se encuentre en una crisis ideológica y política terminal. A todo esto debemos sumar que en Bolivia y en el mundo se vive predominantemente el tiempo histórico de los movimientos nacionales y no los movimientos de clase. Pero esta interpretación de la historia política de la humanidad y de Bolivia probablemente los salarialistas no lo comprendan nunca sino se sacan las anteojeras rígidas que les han impuesto los marxistas gremialistas y ortodoxos. En cambio, la crisis de la CSUTCB es una crisis de posibilidades políticas reales. La historia política del movimiento sindical campesino es la historia de una gran manipulación para impedir la organización política de los pueblos originarios. La clase dominante desde la colonia hasta nuestros días, tiene un gran temor a la independencia política de los pueblos originarios. En todo el transcurso de la colonia y de la república los sectores dominantes no han hecho sino destruir, desgastar y someter los estados y las autoridades políticas de los pueblos originarios. El proyecto de sindicalización y bolivianización del movimiento campesino dentro del bloque nacional corporativo que construyó el movimientismo desde el 52 es parte de la destrucción y el desgaste de las posibilidades estatales y políticas de los pueblos originarios. O sea, es parte del colonialismo político interno de la clase dominante en contra de los pueblos originarios. Este proceso significa la reducción de las naciones originarias a un simple gremio de campesinos. Peor aún fue la reducción y la atomización fascista del movimiento campesino dentro de las estructuras del Pacto Militar Campesino durante las dictaduras militares. Tanto en el proyecto de sindicalización fascistizante del movimientismo NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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como en el proyecto fascista del pacto militar campesino, los dirigentes campesinos se acostumbraron a una conducta de servidumbre política en base a regalos y prebendas que desgraciadamente duran hasta nuestros días. Los partidos marxistas desde una visión economicista del problema campesino contribuyeron también a la reducción de las posibilidades políticas de las naciones originarias. La conciencia histórica, política y territorial de las naciones originarias fue reducida a una simple conciencia de clase de productores y vendedores de alimentos. Estas reducciones políticas han favorecido siempre a la dominación política de la clase dominante que basa su hegemonía en una acumulación de poder económico, político e ideológico que dura más de 500 años. La manipulación campesina en la Confederación de Campesinos Nacionalistas C.N.T.C.B y la dominación del movimiento campesino con el Pacto Militar Campesino han sido los peores momentos de enajenación y dominación política del movimiento originario y campesino. Lamentablemente el movimiento de autonomía e independencia iniciado por la CSUTCB en base a un entendimiento entre el discurso marxista y el discurso katarista tampoco ha podido llevar al movimiento campesino hacia la construcción de un proyecto de liberación nacional y social. En los últimos tiempos los sindicatos y las autoridades originarias han dejado de ser movimientistas, pero tampoco han podido abrazar a nivel nacional ni el katarismo ni el proyecto marxista por la incapacidad de los líderes de estos movimientos que no han podido construir un instrumento político a nivel nacional.

LA CRISIS DE LA IZQUIERDA BOLIVIANA. A la crisis del movimiento sindical actualmente se suma la crisis ideológica y política de los partidos de izquierda que no han podido soportar la crisis del marxismo, la caída del muro de Berlín y las arremetidas del neoliberalismo. En la historia política de la izquierda boliviana, desde los primeros sindicalistas de izquierda hasta los últimos políticos del POR, el PCB o el MIR han utilizado el marxismo como ideología habiendo sido derrotados varias veces por los políticos civiles y militares del nacionalismo. Después de la construcción de la hegemonía del nacionalcorporativismo la izquierda boliviana tuvo que replegarse en los círculos de actividad gremial pensando que el discurso de clase podía generar desde los sindicatos 275

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una alternativa para vencer al nacionalismo. La izquierda boliviana nunca pudo desembarazarse de los estigmas de ateísmo y anticomunismo que lo maniataron mortalmente. Por otro lado nunca pudo elaborar un discurso distinto al de clase para los pueblos originarios que pueda romper con la dominación del discurso nacionalista. Actualmente la izquierda sufre una crisis de paradigmas porque no ha podido elaborar paradigmas de sociedad distintas a los que planteaba hace 50 años. También sufre una crisis de pensamiento porque no ha podido elaborar una ciencia y una teoría para la realidad boliviana. Se ha dedicado a repetir los antiguos dogmas del marxismo o del liberalismo sin investigar ni interpretar dialécticamente la realidad boliviana. Finalmente sufre una crisis de liderazgo porque los viejos líderes del marxismo se han agotado en sus posibilidades de construir pensamiento, ciencia e instrumento político. Tendrán que ser las nuevas generaciones de luchadores sociales y nacionales los que tengan que tomar en sus manos la solución de todos estos problemas.

INCAPACIDAD HISTÓRICA DEL MOVIMIENTO ORIGINARIO Y CAMPESINO PARA CONSTRUIR EL INSTRUMENTO POLÍTICO?. Los históricos movimientos políticos de los Katari, Amaru, Zárate, Tumpa y Guayocho han fracasado por la inferioridad militar y por la imposibilidad de lograr una alianza con los sectores pobres de la nación española y boliviana. En aquellos tiempos, tanto en la colonia como en la república, la sociedad se dividía por castas y razas. Eran lamentablemente naciones con mentalidad racial las que se enfrentaban y no era posible lograr el apoyo de los sectores pobres de la nación colonial a los movimientos de los pueblos originarios. Ahora, después de la llamada revolución nacional se ha establecido una colectividad nacional que es necesaria para la sobrevivencia de bolivianos y originarios. Además ambos sectores son duramente golpeados por la crisis económica lo que abre posibilidades de diálogo para construir un nuevo proyecto nacional. Los intentos de construir partido o instrumento político desde la fundación de la C.S.U.T.C.B se vienen repitiendo de manera continua. Lamentablemente factores de orden político de carácter nacional y factores personales impiden conseguir resultados políticos en la línea de construir instrumento político. Por ejemplo, con la aparición del indianismo y del Manifiesto de Tihuanacu se abrió un proceso de construcción de un movimiento político que NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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compitió dentro del mismo campo con el katarismo que salió con mayores posibilidades de la pelea. Lamentablemente las pugnas de caudillismo personal entre Constantino Lima y Luciano Tapia sumado a una falta de capacidad política y de visión nacional truncaron las posibilidades políticas del indianismo. De una forma similar, el caudillismo presidencialista de Genaro Flores y de Víctor Hugo Cárdenas sumado también a la falta de una visión nacional y a la incapacidad política truncaron el avance del katarismo que terminó vendiendo sus postulados al nacionalismo neoliberal. Dentro del campo sindical se repitió la pelea sin ningún sentido político entre los grupos que respaldaban a Genaro Flores y a Víctor Morales dentro de empeños sindicales hegemonistas que terminaron en el fracaso por agotamiento. Todas estas pugnas de caudillismo y presidencialismo con deficiencias de capacidad política y falta de visión nacional han terminado destruyendo al mismo movimiento originario y campesino. Es un error garrafal y es completamente suicida plantear la lucha política entre las fracciones del movimiento originario como luchas con el enemigo principal. Sólo la miopía y la falta de visión nacional de la política de los líderes sindicales y políticos puede llevar a cometer estos errores. Luego de la crisis de la oposición entre kataristas y MCBistas surgió el planteamiento de la construcción del Instrumento Político junto a la propuesta del pensamiento político del originarismo. La CSUTCB adoptó para sí misma el proyecto de construcción del Instrumento Político de los pueblos originarios. Lamentablemente se repite la historia de la incapacidad teórica, ideológica y política de los líderes originarios en la Acción por la Soberanía de los Pueblos, ASP, que sin aprender nada de la historia deciden llevar a una lucha suicida a las actuales fracciones del movimiento campesino queriendo reeditar por quinta vez la historia de las ch´ampaguerras de suicidio del movimiento campesino.

CONSTRUYAMOS LA TERCERA OPCIÓN ANTE EL PELIGRO DE LA CH´AMPA GUERRA Y PARA AVANZAR EN UN PROYECTO DE UNIDAD. La Ch´ampa Guerra –guerra anarquista- entre los campesinos de Ucureña y Cliza se dio por seguir las ambiciones caudillistas de dos políticos criollos del movimientismo como eran Wálter Guevara Arze y Víctor Paz 277

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Estenssoro. El esfuerzo y la sangre lo pusieron los hermanos de Clisa y Ucureña y las ilusiones caudillistas los movimientistas. Como siempre perdieron los originarios por no tener líderes intermedios que les orienten correctamente en la lucha política. Actualmente se vienen ocurriendo pedradas y peleas entre tres grupos al interior de la CSUTCB, Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia. Virtualmente la CSUTCB está dividida y sin ninguna perspectiva de unidad. De este modo la construcción del Instrumento Político se retrasará por mucho tiempo haciendo inviable la opción política de los pueblos originarios desde las estructuras sindicales. Actualmente existe en el movimiento originario una confusión suicida de roles institucionales. Se ha confundido el sindicato con el partido y no se ha dado la importancia que merece a la creación de pensamiento y programa. Por eso, para evitar una nueva Ch´ampa Guerra dentro del movimiento originario y campesino debe plantearse una tercera opción unitaria en la construcción del instrumento político a partir de los profesionales, intelectuales y los líderes más consecuentes y unitarios. Otro gravísimo error de los líderes originarios y de los líderes políticos de la izquierda en general es su concepción del partido en base a un caudillo casi monárquico. No piensan para nada que el caudillismo presidencialista es un reflejo del monarquismo del rey y en la república del caudillismo colonial y republicano. Si hemos avanzado en la interpretación plurinacional del país, todas las naciones originarias - incluida la nación boliviana- tienen derecho a presentar a sus candidatos para todos los cargos del ejecutivo y del legislativo. Es una tremenda incoherencia teórica y política plantear la construcción de un Estado Plurinacional y ser caudillistas y monárquicos a la hora de escoger candidatos a la presidencia. Si los líderes de izquierda no aceptan un liderazgo plurinacional y rotativo nunca podrán construir un verdadero movimiento de los pueblos originarios y el pueblo boliviano con perspectivas de avanzar con madurez y seriedad. Respecto de la crisis en las relaciones entre la COB y la CSUTCB debe plantearse la autonomía y la independencia ideológica y política de la CSUTCB frente a la COB. Este planteamiento debe realizarse en razón de que el discurso salarialista y obrerista de la COB ha impedido el desarrollo ideológico y político del movimiento de las naciones originarias. Es una pérdida y un absurdo político subyugar la política de las naciones originarias a la lucha gremial y salarial de los obreros. El salarialismo economicista de la COB es un obstáculo para el desarrollo político de las naciones originarias. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Sólo la independencia política de la CSUTCB y de las otras confederaciones originarias puede permitir un desarrollo político de las naciones originarias. Para desarrollar el proyecto político de las naciones originarias de Bolivia la CSUTCB, debe lograr la unidad entre las estructuras de organización sindical y las estructuras de las autoridades originarias para luego acercarse a las organizaciones de los pueblos originarios del oriente de nuestro país. En los últimos tiempos, la COB se ha apoyado en la fuerza del movimiento campesino y originario para subsistir, habiendo sufrido una reducción impresionante de sus fuerzas. No es honesto mantener una estructura clasista secante con una hegemonía política irreal del proletariado minero cuando las bases de sustentación política de la COB están en el movimiento campesino. Que la COB corra el desafío de su rearticulación gremial y política en base a los sectores obreros. Esta línea no niega una colaboración y coordinación sindical y política entre las dos organizaciones para enfrentar el neoliberalismo que afecta a todos.

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26. DIEZ TESIS IDEOLÓGICAS Y DOCTRINALES PARA FUNDAR EL NACIONALISMO ORIGINARIO EN BOLIVIA. MOTIVOS Y JUSTIFICACIÓN POLÍTICA PARA EL NACIMIENTO DEL NACIONALISMO ORIGINARIO. Entre las motivaciones más profundas para la búsqueda de un pensamiento político propio y nuevo para los pueblos originarios podemos mencionar la rememoración del quinto centenario del proceso de colonización externa e interna de las comunidades y naciones originarias que ha producido un despertar profundo en la conciencia de los pueblos originarios, el nuevo proceso de inversiones extranjeras para saquear nuestros recursos naturales, la neoliberalización de algunos grupos de kataristas y el abierto alineamiento proimperialista de los partidos del «nacionalismo». El nacimiento del nacionalismo originario se hace necesario además por la derrota ideológica y política de los marxistas bolivianos en su pugna con los ideólogos del nacionalismo, lo cual ha dejado a los trabajadores bolivianos en una situación de derrota estratégica. El nacimiento de un nuevo nacionalismo para los bolivianos se convierte en una necesidad apremiante por el estado de indefensión ideológica y política en el que se encuentra Bolivia como país por la abierta traición moral y política de los «nacionalistas» que entregan nuestra patria a la voracidad de las transnacionales. Lamentablemente el viejo nacionalismo ha sido un instrumento moral y político que ha llevado al país hacia la pobreza, de ahí es que surge la necesidad nacional de contar con un nuevo pensamiento político, nuevas fuerzas morales, nuevos líderes y nuevos instrumentos políticos que nos sirvan para revertir el actual proceso de empobrecimiento y dependización nacionales y para construir un futuro digno hacia el próximo milenio para todos los bolivianos. Estructuralmente y desde una visión histórica larga e integral de los pueblos originarios, el nacimiento del nacionalismo originario es un acto de justicia política histórica que devolverá a las naciones originarias el derecho a su preservación y proyección hacia el futuro. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Por otro lado, todos los partidos nacionalistas de la corriente neoliberal han abandonado en gran medida la soberanía nacional a manos de los organismos internacionales y de algunos mandos norteamericanos en la supuesta lucha contra el narcotráfico. Todo esto ha llevado a la pérdida de la soberanía de Bolivia. Por eso, la soberanía y la preservación del país pasa cada vez más a manos del pueblo boliviano y de las naciones originarias. Además, entre los muchísimos derechos afectados a los pueblos originarios, podemos mencionar aquel que se refiere a la conculcación del derecho a un pensamiento político propio. Son varios los factores que hasta ahora han impedido la formación de un pensamiento político de los pueblos originarios. El derecho al propio pensamiento político es un derecho humano reconocido, no sólo por el derecho internacional, sino que es un derecho inalienable e imprescriptible de los pueblos originarios. La actual situación de profunda crisis de la nación y de la sociedad boliviana necesita de un diagnóstico nacional, histórico estructural, ideológico y político que encuentre las causas más profundas de nuestros males. Las actuales raíces de nuestros problemas debemos buscarlos en una retrospectiva histórica de todos los componentes sociales y nacionales que hacen a nuestro complejo nacional y social. De lo contrario no haríamos otra cosa que diagnósticos superficiales que no arrojarán más que recetas inoperantes y superfluas. Lamentablemente somos el resultado terminal de una política y un pensamiento coloniales que continuaron aplicándose durante cinco siglos y cuyos ejes estructurales son el catolicismo inquisitorial, el racismo y el nacionalismo totalitario. Estas tres políticas del colonialismo hispano criollo han sido aplicadas en una dimensión nacional y con una intensidad cotidiana que han transformado profundamente las estructuras nacionales de los pueblos originarios y del país. La raíz histórica de esta trinidad política colonial se encuentra en el proceso de colonización de los continentes de América, Asia, Oceanía y Africa por los países conquistadores de la Europa medieval y luego renacentista. Pequeños países en profunda crisis económica y social crearon por primera vez en la historia la política intercontinental del colonialismo. Su pequeñez geográfica y sus ansias de solucionar su crisis social los llevaron a construir el colonialismo como una política esencialmente totalitaria. Tres fueron los vectores ideológicos y políticos que configuraron la política global del colonialismo y que se materializaron históricamente en el desprecio racial, 281

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el desprecio religioso y el desprecio nacional. Detrás del desprecio, los colonialistas llevaban los conceptos del único dios, la única raza y la única nación como entes dominantes, superiores, universales y usufructuadores excluyentes de la materialidad del mundo. Los primitivos nacionalistas del occidentalismo nacieron en la persona de los primeros colonizadores que en el plano económico ejecutaron la política del mercantilismo compulsivo. Estos protonacionalistas fueron los que fundaron lo que actualmente se conoce como racismo, inquisición cristiana y el nacionalismo como políticas enteramente totalitarias y antidemocráticas. Fue la política del colonialismo occidental que ha estructurado la relación íntima que existe entre el colonialismo externo y el colonialismo interno en nuestro país. Desde la república, el colonialismo externo se ha internalizado estructuralmente en contra de las naciones originarias. Momentáneamente terminadas las relaciones hispano coloniales con la república, el nuevo colonialismo occidental reestructuró las antiguas relaciones de dominación en base a las ideas del liberalismo y del capitalismo, relaciones que duran hasta nuestros días. El desprecio ontológico de los nacionalistas europeos a las naciones originarias del mundo les hizo afirmar que nuestras civilizaciones no tenían historia, religión, estado, arte ni derecho. Esta mentalidad eminentemente totalitaria concibe a la humanidad occidental como la única civilización y a su cultura y racionalidad como las únicas valederas. El objetivo último de los colonizadores ha sido siempre el saqueo y la explotación. Con este propósito han utilizado los medios más inhumanos que haya visto en su historia la humanidad. Si analizamos estas conductas a la luz de la legislación penal de nuestros días, veremos que el fin de extraer riquezas a toda costa, les ha hecho actuar como simples criminales cuyos delitos han quedado en la impunidad histórica. Famosos criminólogos del exterior y de nuestro país, al estudiar el crimen, siempre han señalado la criminalidad del indio y del negro como las más peligrosas. Cuando en los hechos se comprueba que la inquisición, el racismo y el fascismo han cometido los mayores crímenes en contra de la humanidad. Muchos de los impulsos criminales de los grupos fascistas de nuestro tiempo se siguen inspirando en la filosofía y las ideologías del viejo colonialismo.

LA POLÍTICA DE DOMINACIÓN RACISTA. El pensamiento y el discurso de casta, tienen sus raíces más profundas en la supuesta superioridad racial e intelectual de la raza blanca occidental, NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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transportada y practicada por los invasores del colonialismo en el proceso de colonización mundial a todas nuestras sociedades y civilizaciones originarias. El racismo occidental se originó entre el hambre de los colonizadores, la conducta del saqueo, las diferencias nacionales con los hombres originarios y la necesidad de dominación política. Cuando la política del saqueo los enriqueció como sociedades señoriales y capitalistas entonces elaboraron el concepto de la superioridad de la raza blanca frente a todas las razas del mundo y lo aplicaron como una política colonial del ser que llegó a convertirse en la primera política de dominación de occidente sobre los otros continentes del mundo. Muy a pesar de los primeros mestizajes raciales, el casticismo occidental se configuró como una herramienta eminentemente ideológica y prevalece en la definición de la identidad del hombre racista, incluida la clase dominante que se afincó en nuestras tierras. Occidente siempre ha cometido un gran acto de injusticia al despreciar y calificar de inferiores a los pueblos originarios del mundo. Si Occidente hubiera conseguido sus logros en base a sus propios recursos, toda la humanidad tendría que admirarla. Pero, lamentablemente, las mayores realizaciones de Occidente se deben, en gran medida, a los recursos extraídos de las naciones originarias colonizadas. La política de dominación racial fue parte de la dominación colonial que aplicaron los españoles con los pueblos originarios. Gracias a esta política de dominación separaron las poblaciones en territorios de indios y mestizos y territorios de españoles. El estado español legisló y aplicó, en base al criterio racista, una política institucional excluyente prohibiendo a los indios y mestizos el ingreso a la iglesia, a la universidad y al ejército. Los mestizos también fueron excluidos por los españoles de estas instituciones fundamentales bajo el argumento de la impureza de la raza. Luego de la ampliación de los estamentos de mestizos en la sociedad colonial, la política de dominación racial se amplió con dureza sobre la población híbrida. Como era una sociedad organizada sobre la coerción y las diferencias étnicas entonces apareció el estamento mestizo entre la llamada indiada y los españoles peninsulares. Paralelo al mestizaje apareció el estamento criollo que igual fue tratado bajo la coerción de la política de dominación de castas. La sociedad colonial fue una organización de compartimiento de castas tensionada en sus límites por las presiones racistas. Después de la emancipación política de la sociedad hispano criolla con la república, la sociedad colonial internalizó la política de dominación racial y aplicó una rezagada conducta de dominación racial sobre la población mestiza y originaria. Entre la imposibilidad de alcanzar los logros del libera283

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lismo occidental y la pureza de la nación madre, los republicanos, lamentablemente, comenzaron a elaborar la teoría de la superioridad de las razas occidentales e implícitamente la inferioridad de las naciones originarias y de las repúblicas de América. Después de los viejos prejuicios raciales de los españoles, la elaboración más acabada de este pensamiento de dominación colonial se produjo en el período republicano de los conservadores y liberales con hombres como Alcides Arguedas y Gabriel René Moreno. La opresión de la raza blanca se tradujo en una práctica cotidiana de dominación ideológica con un discurso racial en las comunidades y haciendas, en los pueblos intermedios y en los barrios de inmigrantes del área rural. Este contacto nacional étnico es el que llevó a la sociedad de casta y a sus intelectuales a elaborar conceptos y estigmas ideológicos de prejuicio racial como el de indio, cunumi, salvaje, colla, cholo y birlocha. En esta sociedad de castas la raza inferior y denigrante es la raza india o salvaje. Ser o parecerse al indio es la peor denigración del ser y el prestigio personales. El indio es denigrado y vilipendiado por el cholo y por el blanco. El cholo, ubicado en una escala intermedia, es el mestizo que trae los peores defectos del indio y es igualmente denigrado y vilipendiado por el blanco. El boliviano blanco es el hombre de «raza pura» destinado étnica e intelectualmente a dominar, gobernar y servirse de las riquezas nacionales. En la cúspide de la pirámide racial humana se halla el hombre blanco occidental como prototipo del hombre superior y al que se aspira imitar y simular. El peor defecto y error de este pensamiento racista es que produce una grave enfermedad en la personalidad del originario y del boliviano, que es el complejo de inferioridad racial. El complejo de inferioridad racial de los originarios y bolivianos es una cadena de opresión espiritual y ontológica que impide el desarrollo de nuestras fuerzas morales e intelectuales y produce un ser avergonzado, confundido, menospreciado y despreciado por sí mismo. Sus efectos políticos son aprovechados por la oligarquía para perpetuarse en el poder político. Sus efectos económicos producen en el boliviano un consumismo alienante por todo lo extranjero y un desprecio por los productos originarios y por los productos de la artesanía y la industria nacional. De esta manera, la construcción del mercado interno será siempre una utopía irrealizable. Visto históricamente, el complejo de inferioridad del originario y del boliviano, es una degeneración de la política de opresión racial que comenzó a producirse en la república y continúa funcionando en nuestros días a través NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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de las viejas generaciones que heredaron esta conducta perniciosa de los antiguos grupos sociales de casta. La dinámica de esta realización racista del ser contiene una construcción ficticia y negativa del ser nacional. Es ficticia porque en la historia no existen las realizaciones racistas, porque las realizaciones son esencialmente nacionales. La afirmación de la personalidad del boliviano de casta es una negación de su propia realización, al definirse como inferior frente a la supuesta superioridad del hombre occidental. Y es negativa, porque la supuesta realización del ser nacional es una continua negación del ser originario y boliviano. Es una realización del ser en el continuo «no ser indio y cholo» que lleva a un continuo autoencadenamiento que atrofia a la mayoría del ser nacional. El racismo es una ideología justificatoria del coloniaje hispano y republicano. Es un discurso de agresión y de encubrimiento que justifica el despojo material y la destrucción política de los pueblos originarios. La hipocresía es una de sus características centrales. Por un lado se odia al hombre originario y por otro lado se desea con ansia sus recursos naturales y su fuerza de trabajo como fuente de riqueza que cultivará una personalidad racista y totalitaria. La intolerancia, como derivación del desprecio y la agresión es otra de sus características centrales que completan un cuadro social patológico injusto y antidemocrático. El racismo, al afectar negativamente sobre las motivaciones de la laboriosidad de las comunidades originarias contribuye al empobrecimiento del capital humano de Bolivia. Un país con una población espiritual y ontológicamente maniatada no podrá desarrollar sus niveles de productividad laboral de una manera óptima. Si a esto sumamos la exclusión de las poblaciones mayoritarias al desarrollo intelectual y tecnológico tendremos siempre, como ocurre ahora, un panorama deprimente. Por eso el racismo contribuye en gran medida a la pobreza del país y es una de sus causas más profundas. Si al empobrecimiento del capital humano mayoritario del país, sumamos la aversión de los sectores dominantes al trabajo productivo tendremos como resultado una de las productividades laborales más bajas. La terapia para esta grave enfermedad comienza por una profunda revitalización y actualización de la identidad, la dignidad y el orgullo de los habitantes originarios y de la personalidad del boliviano y debe terminar en la construcción de una nueva identidad y personalidad que, partiendo de un trato de completa igualdad nacional, supere los viejos prejuicios raciales 285

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y de casta y se encamine a la formación de un nuevo hombre originario y boliviano dignos, esencialmente plurales, democráticos y tolerantes.

LA POLÍTICA RELIGIOSA DEL CRISTIANISMO INQUISITORIAL. Junto a la política de dominación racial de los pueblos originarios, la Inquisición Cristiana se constituye en el segundo eje de dominación colonial de los pueblos originarios. La Iglesia Cristiana, después de su romanización, siempre ha sido un poderoso Estado Religioso que históricamente ha actuado a favor del imperialismo romano y luego de los imperialismos occidentales que se extendieron sobre toda la tierra. En el período del Estado de la Cristiandad, o sea en la época colonial de las invasiones occidentales, era uno de los estados más poderosos con una enorme influencia sobre los estados coloniales y absolutistas y sobre una gran gama de órdenes religiosas que se extendían a todo lo largo del planeta. Este complejo y delicado tema, visto desde la historia de los pueblos originarios, nos obliga moralmente a revelar la historia negra de la Inquisición, historia que ha sido ocultada o es siempre evadida por los poderosos intereses ideológicos de la Iglesia Católica y de otras iglesias cristianas. Conociendo la verdad histórica de la Inquisición Cristiana es nuestro deber revelarla, porque de lo contrario sería mentir, lo cual contraria profundamente los mandatos morales, tanto en las doctrinas originarias como en las cristianas. La Iglesia Cristiana, desde el momento de su romanización, adoptó una política religiosa imperial y universalista bajo el nombre de Iglesia Católica. En su gran despliegue ideológico el Estado Romano y la Iglesia Católica se concatenaron con algunas de las naciones y reinados de Europa las cuales tuvieron que aceptar la ideología cristiana latinizándose cultural y nacionalmente. España fue una de las provincias romanas que se latinizó y cristianizó más rápida y profundamente. Luego de la desintegración del Imperio Romano que abrió el período de la Edad Media, España vivió una etapa de fragmentación nacional con sus reinados dispersos. Después, España caería bajo la dominación musulmana que durará más de siete siglos. Entonces los reyes de Castilla utilizarán la religión y el pensamiento católico para expulsar a los árabes y unificar la nación española alrededor de 1490. Después de la reconquista de España, la monarquía católica utiliza nueNACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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vamente el pensamiento católico bajo el amparo del Papa, para justificar la invasión y el despojo de las naciones originarias de América de una forma muy similar a los otros países europeos. Junto al avance del capitalismo, algunas naciones de Europa lograron liberar a sus pueblos de la dominación vertical del Papa y alcanzaron a formar las iglesias cristianas protestantes con un criterio menos vertical y dogmático bajo el nombre de Reforma. Han sido los procesos de la reconquista de España, la lucha contra la reforma de los protestantes y la invasión a las naciones originarias de nuestra América los hechos que han ayudado a constituir la política del totalitarismo cristiano en su versión más dogmática, intolerante y destructiva y que pertenece a la nación española de la conquista. Todas las órdenes de religiosos cristianos como los dominicos, los agustinos, los jesuitas, los franciscanos y los mercedarios bajo las órdenes del rey y del papa aplicaron con gran fuerza la destrucción del demonio que se expresaba en las distintas “idolatrías” de los pueblos originarios. La creencia en el único dios creador del hombre y del universo fue y es uno de los justificativos doctrinales del despojo, la expropiación de los bienes y el patrimonio de los pueblos originarios y de la imposición religiosa. Con estas creencias todos los grupos de cristianos de occidente invadieron a las civilizaciones y sociedades originarias convirtiéndose de esa manera en un instrumento ideológico fundamental del colonialismo y el racismo. La verdadera historia, la que recién comienza a escribirse nos dice que los cristianos han sido un arma determinante en el proceso de sometimiento y colonización de las sociedades originarias. La Inquisición, en lo que hoy es el territorio boliviano, ha sido un proceso de imposición y destrucción de las religiones originarias por medio de la represión, el exilio, la violencia, las torturas y la muerte, todas injustas e inhumanas. La doctrina totalitaria del único dios y la única iglesia llevó a todas las órdenes religiosas católicas a destruir las religiones originarias e imponer en todas las comunidades templos, santos, vírgenes, fiestas y creencias que se sobrepusieron sobre las creencias religiosas originarias. (Duviols, Pierre.“La Destrucción de las Religiones Andinas: Conquista y Colonia”. 1977). Las espiritualidades de la naturaleza de los pueblos originarios, para ser destruidas fueron satanizadas y endemonizadas injusta y totalitariamente. El resultado de este proceso de represión y destrucción espiritual es la enajenación y la dominación espiritual e ideológica de los habitantes 287

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originarios por el catolicismo que impide el esclarecimiento del camino de la liberación espiritual. La imposición totalitaria de las instituciones cristianas impide también el camino de la liberación y reconstrucción institucional de los sacerdotes y las iglesias originarias en general. Muchos de los actos de la Inquisición Cristiana en el mundo andino, como la muerte en la hoguera por ejemplo constituyen ahora delitos de lesa humanidad. Desde la creación de la Organización de las Naciones Unidas, la comunidad internacional ha calificado como delitos de genocidio muchos de los actos de la inquisición que pretendieron eliminar a las poblaciones originarias. Aunque para la legislación internacional y nacional muchos de los delitos de la colonia ya han prescrito, un acto de amnesia colectiva sobre este proceso no haría sino justificar la política de la inquisición que ha pretendido echar un mando de olvido sobre esta historia. Para todo habitante originario y mestizo de Bolivia, retrotraer a la conciencia estos hechos llevará siempre a un sentimiento de condena convirtiendo los delitos de la inquisición en crímenes imprescriptibles. Visto desde un horizonte histórico de larga duración, es una verdadera tristeza que hasta ahora la ideología y la política cristiana no hayan podido construir ninguna sociedad de hermandad e igualdad sociales. Su totalitarismo y servilismo al poder de occidente le impide pensar en serio el mensaje cristiano de solidaridad con los pobres. Muy al contrario, el cristianismo sigue siendo una ideología de dominación de las masas pobres al envolverles en una aureola metafísica de salvación del pecado. En lo cotidiano y en la última coyuntura la conducta de sus directores ha sido una ideología política abiertamente nacionalista, inquisitorial y anticomunista. Una síntesis esencial de la doctrina cristiana es la que sostiene que el hombre es pecador original o mundano por esencia y que el arrepentimiento y perdón de los pecados, por intermedio de Cristo y la Iglesia Católica, llevan a la salvación de las almas para evitar el infierno. La filosofía del pecado original de las naciones originarias contiene una acusación criminal que predestina a los pueblos originarios a su destrucción espiritual por el sólo hecho de haber construido su identidad espiritual en forma distinta al de las sociedades occidentales. La acusación del género humano como pecador mundano se constituye en el segundo instrumento de dominación ideológica de la sociedad bajo una realidad institucional donde la iglesia aparece con el monopolio de la acusación y del perdón de los pecados. La doctrina de la salvación de las almas como meta y fin del cristianismo es un objetivo enteramente metafísico e inexistente en la vida real, o sea, NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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una engañosa realización social del hombre. Entre la acusación del pecado y la salvación de las almas se ha construido un ambiente de temor en el hombre y la sociedad que es la base de la dominación política e institucional de la iglesia que no ayuda mucho a la identificación y a la solución de los problemas sociales y que al contrario los evita y aleja. El ambiente de temor y la presunción de que el dogma cristiano tiene todas las respuestas a las aflicciones del hombre y de la sociedad impiden en muchos sectores de nuestra sociedad a abordar sin prejuicios los problemas de nuestro país que necesita de ciencia, pensamiento y tecnología para salir de su crisis. En relación a la utilidad ideológica y política de la ejecución del proceso de cristianización a través de estos cinco siglos, ésta es esencialmente para provecho de la clase dominante. Lo fue ayer para la dominación de los españoles, los conservadores y los liberales y lo es hoy para utilidad de la clase empresarial que se ha aliado a las transnacionales capitalizadoras. Los hechos que analizamos revelan la verdad sobre el proceso central de la historia del cristianismo en nuestros ayllus, tentas y comunidades y es preciso reconocer que siempre hubieron casos aislados y excepcionales de cristianos identificados con la causa de los pobres como fueron Bartolomé de las Casas, Luis Espinal, Arnulfo Romero y otros. El problema es que las excepciones aisladas no constituyen nunca al fenómeno ni a los procesos sociales fundamentales. El producto histórico de la inquisición produjo un estado de confusión espiritual en la llamada mentalidad sincrética originaria y cristiana. Sobre la base del componente católico, pero sobre todo en base a la postración espiritual de las religiones originarias, han entrado últimamente a las comunidades, aprovechando la pobreza de las mismas, muchas sectas cristianas que doctrinalmente aplican una renovada política de sectarismo y totalitarismo que apaña el horizonte de liberación espiritual de las comunidades. Históricamente, evaluando el comportamiento patrimonial de la iglesia católica que se apropió de grandes extensiones de tierra y de una buena parte de la producción de las comunidades bajo la contribución del diezmo, debemos decir que la institución que analizamos ha construido en gran parte su poder institucional en base al patrimonio y al trabajo de los pueblos originarios. En el plano patrimonial, por ejemplo, muchos de los recintos de lo que antes fueron lugares sagrados originarios pasaron a propiedad de muchas órdenes religiosas. En una evaluación retrospectiva 289

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de la historia estamos obligados a develar estas verdades elementales que a menudo en la vida cotidiana están falseadas. La búsqueda de la verdad y la justicia tiene que ser el objetivo final de cualquier profesional originario o mestizo que haya descubierto la falsedad y las injusticias que han llevado a los pueblos originarios a la situación de extrema pobreza en la que se debaten. En los últimos años, la Iglesia Católica ha dado muestras de muchos cambios en su mentalidad y actitud. Pero lamentablemente todavía encontramos vestigios del pasado en algunos rincones de nuestro país. En un curso sobre derechos humanos y originarios que dictó el autor en julio de 1999 en la comunidad guaraní de Ivo, los comunarios denunciaron que la iglesia tenía en dicha comunidad 10.000 hectáreas sobre un total de 15.000 hectáreas del territorio de Ivo. Los dirigentes de la comunidad también dijeron que estaban tramitando recuperar esas tierras ante las autoridades competentes con el argumento de la utilidad social y económica. El totalitarismo espiritual de la Iglesia Católica ha sido parte del poder del colonialismo que ha afectado seriamente la integridad espiritual de las religiones originarias. En la historia de la iglesia no hemos visto hasta ahora una actitud religiosa democrática de reconocimiento a las religiones de los pueblos originarios. Incluso los postulados de Medellín continúan planteando una nueva evangelización desde las culturas originarias, o sea un proceso de inculturación del cristianismo a partir de las culturas nativas. El próximo milenio es un desafío de asunción de una verdadera conducta democrática para la religión católica lo que ayudaría enormemente al desarrollo democrático e institucional de los pueblos originarios y por este conducto al desarrollo espiritual e institucional de todo el país. En las mesas de oferta alimentaria de los sacerdotes originarios a las deidades andinas, se practica una invitación de convite a todas las parejas de los dioses andinos que son los padres de los pueblos originarios. O sea, existe un consumo plural y democrático de los alimentos de la mesa invitada a los dioses andinos. Pero por otro lado, a esta mesa andina, los sacerdotes originarios también invitan a los dioses y santos cristianos haciéndolos participar del convite. La actitud de hospitalidad y respeto entre los dioses andinos es una muestra de la democracia política plurinacional que está muy arraigada en los Andes. Este mismo principio democrático y plurinacional ha sido ampliado hacia los dioses occidentales lo que nos muestra una verdadera lección de democracia plurinacional. Lamentablemente, entre los sacerdotes cristianos en su generalidad sólo se encuentra dogmatismo, exclusión, intolerancia y totalitarismo. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Para la liberación de la enajenación y dominación espiritual a la que están sometidos los pobladores originarios por las distintas fracciones de las iglesias cristianas es necesaria la reconstrucción de las espiritualidades originarias para luego reencaminarse dentro de un proceso de modernización de estas prácticas espirituales, respetando y dialogando dentro de un marco de convivencia plurireligiosa con las otras iglesias y, sobre todo, exigir que el discurso y la práctica de los cristianos dejen de ser una esperanza metafísica y se encaminen hacia un proceso de liberación nacional y social de los bolivianos.

LA POLÍTICA DEL NACIONALISMO TOTALITARIO. El origen y la raíz de todos los nacionalismos de corte hispanista se encuentran en el sentimiento “nacional” que elaboraron los primeros colonizadores llamados por la sociología occidental como mercantilistas que trabajaron para los reyes de los reinados de Europa. En el fondo fue un sentimiento de ascensión y pertenencia señorial que se combinaba con un aire de superioridad étnica y profesión de fe cristiana lo que hacía a la mentalidad colectiva de ese nacionalismo occidental primitivo. El protonacionalismo hispanista se elaboró y constituyó con el proceso de colonización de la América Originaria y perduró prácticamente hasta la revolución liberal francesa y española. Luego el pensamiento liberal de los españoles elaboró el nacionalismo de las burguesías frente a los nacionalismos de los sistemas feudal y absolutista. Los proyectos liberales de Europa y Estados Unidos abandonaron los esquemas sociales y estatales de las monarquías absolutas que habían conquistado a las naciones originarias del mundo, pero relanzaron un nuevo proyecto colonial ante los continentes colonizados que se habían liberado en parte sin cuestionar las composiciones coloniales internas que habían heredado los países hispanoamericanos por ejemplo. De ahí que el liberalismo republicano en Latinoamérica continuó practicando el nacionalismo hispanista con breves simulaciones de los modelos liberales europeos. En los hechos las oligarquías republicanas relanzaron la neocolonización hispanista contra los pueblos originarios. En nuestro país fue prácticamente hasta 1952 que las clases dominantes practicaron el nacionalismo hispanista frente a las naciones originarias continuando en gran medida las políticas del racismo, la inquisición y el protonacionalismo hispano. Fue el concepto nacional en su versión corporativa y no la versión liberal la que generó en nuestro país el pensamiento nacionalista boliviano anclado en el antiguo hispanismo. 291

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Fue la crisis y la insostenibilidad del discurso de opresión racial y la inexistencia, desde la colonia hasta antes de la guerra del Chaco, de un pensamiento nacional que unifique a los pueblos originarios y al pueblo boliviano, lo que llevó a un sector de la clase media a elaborar el pensamiento del nacionalismo desde la óptica de la nación hispano boliviana. Con la experiencia de la Guerra del Chaco esta tendencia se acentuó y llegó a su punto más alto con las nacionalizaciones del petróleo y las minas que esencialmente fueron una afirmación de la soberanía de la nación boliviana en contra de la dominación y el saqueo del imperialismo aliado de la rosca minero feudal. El nacionalismo posterior a la Guerra del Chaco tuvo en su práctica una doble constitución. Por un lado, existió el nacionalismo popular o lo que teóricamente se le ha denominado lo nacional popular y por otro lado existió el nacionalismo oligárquico cuyas expresiones políticas más notables fueron el fascismo y los partidos nacional hispanistas dirigidos bajo el pensamiento de un nacionalismo de casta. El nacionalismo popular tuvo sus orígenes en una doble vertiente. La vertiente campesina que se constituyó en base a los excombatientes originarios de la guerra del Chaco y en base a las luchas antigamonalistas que fueron hábilmente catalizadas por el movimientismo. La otra vertiente del nacionalismo popular tuvo sus orígenes en las masacres mineras de Uncía y Catavi y en la masacre de los fabriles de Villa Victoria. Este sentimiento de bolivianidad popular tiene sus raíces más profundas en la lucha política contra la rosca minera y la rosca feudal colonial, o sea, en una lucha eminentemente antioligárquica. El nacionalismo oligárquico fue el resultado de una fusión entre la clase media más ascensionista que participó en el proceso de la revolución de abril del 52 y la casta hispanista y anticomunista que perdió sus privilegios en dicho proceso. Los ascensionistas y los hijos del gran latifundio confluyeron fácilmente en el objetivo de construir un capitalismo dependiente del imperialismo y en reprimir el proyecto socialista del proletariado minero y boliviano. Política y orgánicamente los partidos nacionalistas oligárquicos tuvieron la habilidad de cooptar por medio de prebendas clientelistas a los líderes obreros y campesinos para manejar al movimiento campesino y proletario. En la práctica los partidos que tenían un proyecto socialista dentro del movimiento de lo nacional popular siempre fueron partidos débiles y profundamente signados por la propaganda anticomunista. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Entre el nacionalismo popular con proyecto socialista y el nacionalismo oligárquico con proyecto capitalista no existió un pensamiento y un discurso que rompiera la manipulación hegemónica de los nacionalistas de casta. En el fondo estos dos nacionalismos tienen una misma matriz y contenido nacional que proviene de la nación boliviana y ésta tiene sus orígenes más remotos en la colonia española. El paso del protonacionalismo hispano al nacionalismo totalitario fundado en 1952, si bien fue hábilmente justificada con la abolición de la servidumbre, las entregas de tierras, la participación electoral y la nacionalización de las minas fue incapaz, por su espíritu corporativo, de imaginar siquiera los derechos nacionales de las naciones originarias. En el fondo fue un proceso de continuidad del antiguo hispanismo al mantener los componentes esenciales del antiguo estado. Esto ocurrió con la preservación de la división territorial colonial y con la propiedad y usufructo excluyente de los recursos naturales por el estado nacionalista. Nunca se pensó en la restitución de la propiedad de los territorios y los recursos naturales a las naciones originarias. Una de las pruebas de que los conservadores, los liberales y los nacionalistas continuaron con el coloniaje racial, con el coloniaje espiritual y con el coloniaje nacional del nacionalismo hispano es que ninguna de estas corrientes ideológicas y políticas tuvo la capacidad científica y moral de cuestionar el accionar del colonialismo. Las tres corrientes políticas elaboraron su pensamiento político sobre problemas colaterales al colonialismo pero sin cuestionar sus fundamentos. La segunda prueba de esta continuidad republicana del colonialismo es que las tres corrientes, al no cuestionar institucionalmente los tres vectores políticos del colonialismo, se valieron del accionar institucional y político del colonialismo interno para sus relaciones de poder con las naciones originarias. Por eso, desde la colonia hasta nuestros días, existe un hilo de continuidad política del colonialismo en contra de las naciones originarias. La inquisición cristiana y el nacionalismo como esencias ideológicas del colonialismo han tenido en su sacralización una de sus mejores virtudes a través de la cual han logrado una gran eficacia en la cobertura y dominación de los pueblos originarios. En cambio el racismo, como el tercer vector político de la dominación colonial ha tenido en la superlativización de la raza blanca, correlativo al desprecio de los pueblos originarios, el complemento ideal que cierra el círculo de la dominación colonial. Accesoriamente a estas conductas ideológicas, el colonialismo bloquea el conocimiento de la verdad y la investigación científica sobre los pueblos originarios con el silencio, el ocultamiento y la naturalización de sus propuestas ideológicas. Mostrar 293

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como sagradas, naturales, superiores y verídicas el ser y el pensamiento del colonialismo ha sido la conducta que ha enajenado profundamente el ser y el pensamiento de los pueblos originarios. Los totalitarismos racial, religioso y nacional por su enorme despliegue ideológico en contra de las mayoritarias poblaciones de las naciones originarias ahogan las posibilidades de recreación cultural y de pensamiento de la misma nación boliviana. Por ser pensamientos esencialmente dogmáticos y verticales bloquean e impiden las posibilidades de desarrollo de la ciencia y el pensamiento en el enorme espacio de diversidades nacionales como es el país. Con estas formas de concentración y dogmatismo al final es el mismo país el que se impone una horca a su propio desarrollo. A partir de un enfoque eminentemente objetivo, si analizamos la composición nacional de los Andes Bolivianos antes de la colonia, estos territorios tenían una composición plurinacional. Fue el despliegue colonial hispano boliviano que en su desarrollo pretendió borrar del mapa territorial y político de la colonia y la república a las naciones originarias, implementando una política evidentemente colonial y totalitaria. El derecho político histórico de las naciones originarias demanda a la conciencia nacional e internacional una nueva forma de democracia que no puede ser otra que la democracia de orden nacional, en la que todas las naciones del mosaico sociopolítico boliviano sean tratadas con igualdad política superando el colonialismo y el totalitarismo.

POR LA ERRADICACIÓN DEL COLONIALISMO INTERNO. Por su origen, el colonialismo interno es una réplica y una internalización del colonialismo externo. El colonialismo externo fue un fenómeno de carácter eminentemente político y lo sigue siendo hoy en nuestros días. Es la relación entre dos naciones y estados lo que define el fenómeno eminentemente político del colonialismo. La esencia de las relaciones políticas coloniales es la pugna por la dominación de un estado hacia otro estado. Por eso el colonialismo desplegado por los países occidentales en contra de las civilizaciones originarias del mundo fue un hecho esencialmente político. Dos fueron los resultados finales de la descolonización política ante occidente desde los pueblos originarios del mundo. Los resultados de mayor contenido liberatorio fueron los procesos de independencia nacional en los que se expulsaron a las poblaciones de invasores y se cambiaron el estado y el estamento político extranjeros por otros de origen autóctono. Esos son los casos de independencia nacional ocurridos en la mayoría de los NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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casos de Asia y Africa. En el caso de los procesos de independencia de los países de América, en su generalidad, el resultado fue el enquistamiento local de las oligarquías coloniales de origen occidental que se apropiaron del proyecto de liberación nacional de las naciones originarias de América, logrando una emancipación política nacionalmente indiferenciada con las llamadas madres patrias. En el caso de las colonias hispanoamericanas, las sociedades coloniales tuvieron la gran capacidad de anular los proyectos de independencia originarios y conseguir una emancipación que se parecía más a un proyecto separatista. Fue la doctrina del Utti Posidettis Iuris de 1810, la teoría que mejor define la preservación y la continuidad de las sociedades de origen hispano en los antiguos armazones estatales y territoriales de la colonia española en América. Cada colectividad hispana que constituía un fragmento importante del estado colonial que tuvo la iniciativa y la voluntad de convertirse en una nación independiente logró su soberanía política, pero, igual que en la colonia española, manteniendo las estructuras de dominación política en contra de las naciones originarias. Así, los virreinatos de Lima y el de Buenos Aires se convirtieron en naciones independientes, lo mismo que la Audiencia de Charcas y la Capitanía General de Chile sólo para citar los ejemplos más notorios. De ese modo las naciones hispanoamericanas se erigieron en países independientes hacia afuera y en entidades políticas colonialistas hacia adentro. El significado esencial de esta doctrina decía que “lo que poseímos en la colonia lo seguiremos poseyendo en la futura república” y tuvo cuatro efectos políticos fundamentales. El primero de los efectos políticos le permitió a la clase dominante preservar su patrimonio material privado. El segundo de sus efectos ratificó las estructuras políticas internas. El tercer efecto, delimitó las fronteras internacionales entre los países hispanoamericanos y finalmente, el cuarto efecto político, provocó la constitución de la personalidad y la soberanía de los estados hispanoamericanos dentro del derecho internacional público que luego, en Bolivia, sería consumado y legitimado con la primera ley fundamental. En la transición del colonialismo externo al colonialismo interno, los contenidos ideológicos del colonialismo no cambiaron en esencia. La inquisición, el racismo y el nacionalismo totalitarios continuaron siendo utilizados como los recursos ideológicos fundamentales para el sometimiento de las naciones originarias. Los resultados políticos, en lo que hacen al potenciamiento del estado 295

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nacional y al despojo de los recursos materiales de las naciones originarias, continuaron arrojando enormes pérdidas para los pueblos originarios. Los resortes externos que movían el colonialismo interno cambiaron de sujeto activo. El viejo absolutismo señorial dejó su lugar a los nuevos grupos de empresarios liberales de Occidente. El resultado fue el mismo, los pueblos originarios perdieron gran parte de su patrimonio estatal y organizativo que fue destruido por los nuevos colonizadores. De una forma similar que en la colonia española, las naciones originarias también perdieron y continúan perdiendo gran parte de su patrimonio material que por la demanda del mercado interno o externo es usurpada y mercantilizada por los grupos empresariales. Un punto de consideración aparte merece la destrucción y la usurpación del poder político valorado como un conjunto de derechos políticos. Tanto el accionar del colonialismo externo como del colonialismo interno atentaron gravemente no sólo contra los derechos políticos y estatales de los pueblos originarios sino contra la supervivencia de estas naciones. La teoría del contrato social entre las naciones de origen colonial y las naciones originarias como una de las propuestas centrales del liberalismo no se dio en ninguno de los países americanos nacidos a la independencia. La teoría del contrato social en Europa fue un ejercicio teórico completamente ahistórico y metafísico. Es más, en Francia fue una revolución la que instauró la constituyente liberal. Los autores de las ideas del liberalismo construyeron en el aire los conceptos del derecho natural, de la libertad individual y el contrato social. En base a estos presupuestos construyeron las ideas de la voluntad general, la soberanía del pueblo y la idea del estado nacional realizando una fuerte crítica al estado y a las instituciones del absolutismo. Las ideas del liberalismo traídas a América y aplicadas a nuestros países fueron implantadas sobre unos cimientos evidentemente coloniales. En la transición del estado absolutista al estado liberal fueron las estructuras político territoriales de la colonia las que aportaron el esqueleto político territorial central de las nuevas naciones. Estos procesos de constitución nacional se realizaron en forma unilateral e inconsulta con los pueblos originarios. Es una pena que los teóricos y los constitucionalistas sigan repitiendo la vieja teoría liberal del estado nacional en nuestro país, siendo que esta teoría ya ha sido abandonada en los mismos países europeos. Los efectos de este anquilosamiento teórico por ahora están bloqueando una salida democrática de reconstitución nacional originaria y lo único que hacen es ahondar la crisis política y administrativa del país. De aquello resulta que en muchos de nuestros países los proyectos NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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republicanos legitimaron muchas de las instituciones del antiguo estado totalitario en su relación con los pueblos originarios. Es más, la mayoría de nuestros países, no sólo legitimaron las estructuras coloniales, sino que relanzaron proyectos de contenido colonial interno contra los pueblos autóctonos de América. De esta constatación histórica surge la necesidad de solucionar este asunto que se creyó enterrado para siempre. Ante las injustas soluciones coloniales y ante el surgimiento de las reivindicaciones de los pueblos originarios de nuestra América es urgente discutir una solución democrática a estos problemas. Por esto está aún pendiente una solución de contenido nacional y democrático de los derechos políticos de los pueblos originarios que fueron parte de grandes civilizaciones o de pueblos aislados. Una solución democrática debe inevitablemente solucionar las reivindicaciones de las naciones que formaron parte de las civilizaciones maya, azteca, incaica, mojeña y otras. De lo contrario la crisis política ingresará en un callejón sin salida que puede dar lugar a una espiral de violencia irracional y sin propuestas de solución viables. En Bolivia, el colonialismo interno tiene en su desempeño una consecuencia negativa sobre la integridad nacional. Si tomamos el territorio nacional como una unidad política, podemos llegar fácilmente a la conclusión de que el colonialismo interno en su desenvolvimiento histórico fue una política abiertamente antinacional. El colonialismo interno al concentrar las energías nacionales en un proyecto de dominación interna descuida gravemente el desarrollo horizontal e integral del país. La mayoría de las guerras en las que el país perdió territorios se debió en gran medida al centralismo y al descuido del potenciamiento de los territorios fronterizos como ocurrió en los casos de pérdida del Litoral, el Acre y el Chaco.

LA OBSOLECENCIA DE LOS PARADIGMAS IDEOLÓGICOS COLONIALES. La Inquisición Cristiana, el racismo y el nacionalismo hiperideologizado, aparte de ser los vectores ideológicos históricos del colonialismo hispanista, fueron también paradigmas de comportamiento humano. Como paradigmas de comportamiento colonial tuvieron un gran valor y una gran eficacia en el propósito de la dominación de los pueblos originarios de los Andes y de América. ¿Puede una nación del mundo, a las puertas del Siglo XXI, reeditar estos despliegues formativos en el mismo sentido colonial de los siglos pasados?. La respuesta que tiene sus mayores fundamentos en los hechos de la historia, evaluados desde nuestra realidad, nos hace pensar que la 297

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aplicación de estos modelos de conducta política y personal han sido muy perjudiciales para el desarrollo no sólo de los pueblos originarios sino para el desarrollo de nuestro país en su conjunto. Los paradigmas coloniales de las minorías sociales han ahogado las posibilidades de nuestro desarrollo nacional produciéndonos como resultado un país deformado y pobre. El racismo y el señorialismo, como desempeños conductuales sólo nos han dado como resultado poblaciones subalternas traumatizadas y acomplejadas. Este paradigma accionado por el simple interés de dominación ideológica ha afectado ontológicamente al patrimonio humano nacional que es el recurso fundamental de todas las naciones. Superar este problema que se ha enraizado durante generaciones le costará al país mucho tiempo, pero se lo deberá hacer con una pedagogía que supere el resentimiento y proponga desarrollos de personalidades articuladas a un mismo sentimiento de pertenencia y unidad nacionales. Con la misma intención de simple dominación ideológica, el cristianismo inquisitorial ha penetrado en los más recónditos espacios del ser de los pueblos originarios. El objetivo de abatir con la fe a los pueblos originarios para salvar sus almas y para exaltar la fe cristiana sólo nos ha producido espíritus metafísicos, confundidos, traumados y con esperanzas de realización fuera de la vida real. Hace cientos de años los pueblos más desarrollados han dejado de cultivar públicamente la fe religiosa como un instrumento de poder nacional y han invertido todos sus esfuerzos en el desarrollo del pensamiento, de la ciencia y de la tecnología aplicadas al crecimiento económico. Existe en algunas instituciones y algunos políticos una intención de persistir en el nacionalismo hiperideologizado que sólo nos ha producido un sentimiento nacional ahogado por la frustración. Esta percepción nacional que tiene sus orígenes en el sentimiento de unidad colonial de la nación nos ha perpetuado el centralismo, la burocracia y la ineficiencia más completas. Una de las causas de nuestro atraso y de nuestra pobreza es sin lugar a dudas nuestro centralismo colonial. De este diagnóstico debemos partir para diseñar una forma de descentralización política como una vía fundamental de desarrollo horizontal y equilibrado que nos permita mantener la unidad nacional.

LA DERROTA DEL MARXISMO ANTE EL NACIONALISMO BOLIVIANO. La controversia intelectual, ideológica y política central en Bolivia en los últimos sesenta años se dio entre el nacionalismo y el socialismo bolivianos. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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En esta batalla sin cuartel salió triunfante el nacionalismo y perdió el proyecto socialista de los trabajadores en tres oportunidades históricas. La primera gran derrota ideológica y política de los marxistas ocurrió durante el proceso de la revolución de Abril en 1952, cuando el MNR proyectó y ejecutó la revolución dejando en el camino a los socialistas. Un hecho que desautorizó a los marxistas del Partido de la Izquierda Revolucionaria, PIR y del Partido Obrero Revolucionario, POR, frente a la población boliviana, fue su posición antipatriótica de boicotear la Guerra del Chaco con la supuesta posibilidad de convertir aquella en una revolución. Esta conducta hizo que los líderes más importantes del socialismo de ese entonces no participaran en la Guerra del Chaco y sean más bien los futuros nacionalistas quienes marchen al Chaco en defensa del país para luego contactarse con los mineros, los campesinos y los oficiales jóvenes del ejército. En la postguerra, los nacionalistas, luego de fundar ya el Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR, utilizaron los calificativos de traidores a la patria y de comunistas como argumentos centrales en su lucha ideológica contra los socialistas para copar los espacios sindicales y los espacios políticos. Los movimientistas participaron luego en el gobierno del Mayor Gualberto Villarroel y desde el aparato del estado organizaron la Federación Sindical de Trabajadores Minero de Bolivia, FSTMB y la Confederación de Campesinos, ambas organizaciones tuvieron una fuerte presencia de organizadores nacionalistas con un espíritu corporativo. Después el PIR, por su participación en el colgamiento del presidente Gualberto Villarroel en 1946, gobierno que propició la organización de los mineros y lanzó decretos aboliendo la servidumbre campesina después del Congreso Indigenal de 1945, perdió totalmente credibilidad frente a los trabajadores propiciando su propia muerte política. El POR, acusado de comunista y de omiso por su inasistencia a la Guerra del Chaco no pudo casi nunca tomar la dirección del movimiento obrero y campesino. Luego, el partido corporativista del MNR propagandizó nacionalmente su posición antirosquera en base a la masacre de los trabajadores mineros en las cercanías del centro minero de Catavi en 1942. Con la base social ya ganada entre los campesinos, excombatientes y mineros, en 1949 realizó el fracasado intento de la guerra civil. Pero el hecho que lo convirtió en el instrumento de una nueva voluntad política nacional fueron las elecciones ganadas en 1951 dentro del orden electoral excluyente. Después el MNR, en Abril de 1952, luego de planificar un golpe militar con Antonio Seleme, se vio obligado por el pueblo a encabezar la insurrección que explotó desde los trabajadores mineros, fabriles y sectores populares en La Paz, Oruro, Potosí y otros departamentos. 299

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El argumento anticomunista que viene de la vieja casta oligárguica, la acusación de traición a la patria por la inasistencia a la guerra del Chaco, la organización del Congreso Indigenal y de la FSTMB y el colgamiento entre los piristas y la rosca de Gualberto Villarroel fueron los factores que posibilitaron el triunfo ideológico y político del MNR y la derrota política de los socialistas de ese entonces. Ante las estructuras del colonialismo externo, el nacionalismo revolucionario se constituyó como discurso dominante en base a dos hechos de afirmación nacional como fueron la defensa del país en la Guerra del Chaco y las nacionalizaciones del petróleo y los minerales, o sea, en la defensa de la nación contra los enemigos externos. Internamente, la disputa por el poder ideológico, se dio entre la propuesta de concreción nacional de los nacionalistas y la propuesta de abstracción economicista de los marxistas. La propuesta de concreción nacional en el plano teórico exaltó y se basó en el posicionamiento anticolonial de la nación contra el coloniaje tal como lo sostuvo Carlos Montenegro. Pero esta posición fue sólo una pose ideológica para aglutinar a la nación y no fue una posición auténtica y consecuentemente anticolonial y antiimperialista. El resto de la propuesta ideológica de concreción nacional, ante la población boliviana, fue una manipulación anticomunista del ateísmo marxista, un hábil aprovechamiento de las creencias cristianas sobrepuestas a lo originario y una política de prebendalismo y clientelismo. La segunda derrota de la propuesta socialista se dio durante la Asamblea Popular en 1971. La Central Obrera Boliviana y los partidos obreristas de izquierda, luego de aprobar la tesis socialista de la COB, superando las antiguas tesis nacionalistas, al amparo del gobierno del General Juan José Torres intentaron dirigir el proceso hacia la revolución socialista. Pero las Fuerzas Armadas, igual que en 1964, ya como un factor de poder determinante, retomaron el proceso para dirigirlo nuevamente hacia un nacionalismo burgués y proimperialista. En el plano ideológico, los oficiales del ejército utilizaron un discurso nacionalista y fascista que fue la exaltación del nacionalismo anticomunista sofocando las posibilidades de la izquierda en su intento de interpelar y movilizar a la nación. En ambos procesos, la derrota de la izquierda socialista fue la culminación de una anterior derrota ideológica que se plasmó en la construcción de un discurso nacionalmente hegemónico entre la Guerra del Chaco, las entregas de tierras y los hechos nacionalizatorios. La derrota ideológica y política del marxismo boliviano en el proceso NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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de construcción de la hegemonía discursiva del nacionalismo boliviano se debió también a que, tanto la clase social y la fracción de la inteligencia política marxista, provienen del mismo tronco nacional hispano boliviano. El proletariado boliviano y la inteligencia marxista construyeron la envoltura nacional de la clase obrera en base al nacionalismo boliviano corporativo. Ambas corrientes fundamentan sus tesis nacionales en el proceso de la independencia republicana. En su análisis la izquierda marxista boliviana, que tiene la misma visión nacional global que la clase dominante, nunca ha podido adoptar la visión nacional de los pueblos originarios, por tanto no ha podido diseñar un proyecto desde lo nacional originario. Para los marxistas, que reducen todo su análisis a las categorías económicas de clase social, el campesinado, como clase económica, no tiene un proyecto propio por su falta de relación proletarizada con los medios capitalistas de producción y por la falta de un discurso y pensamiento políticos. Para los socialistas bolivianos el campesinado, por ser propietario de la tierra, tiene más bien un proyecto económico de tipo burgués no teniendo en los hechos otra alternativa que adoptar el pensamiento y el proyecto socialista del proletariado. En el esquema clasicista del marxismo, el campesinado está condenado a seguir a la burguesía o al proletariado provenientes del mismo tronco nacional, por eso no tiene un proyecto nacional propio. Este reduccionismo economicista, utilitario y bloqueador del proyecto de las naciones originarias es uno de los orígenes de la derrota ideológica del marxismo en su lucha con el movimientismo corporativo por ganar a los pueblos originarios que son la mayoría nacional. En cambio el «nacionalismo revolucionario», si bien utilizó también el materialismo histórico como método de interpretación de la realidad y la historia bolivianas, - tal como ocurre en el pensamiento de Wálter Guevara Arze y Ñuflo Chávez Ortiz-, en los hechos, impuso el proyecto de concreción y continuidad nacional del hispanismo confluyente con el proyecto de creación de la burguesía nacional. Por eso, el discurso socialista del proletariado fue muy rápidamente desarmado por el gran despliegue discursivo de la clase dominante que utilizó el discurso anticomunista, el discurso racista, el discurso religioso y el discurso nacionalista desde las organizaciones civiles y militares. Existen dos tipos de reafirmación de la bolivianidad como factor ideológico y político. La bolivianidad como un acto antiimperialista que es la más auténtica y la bolivianidad como un hecho de reproducción de los mecanismos ideológicos de dominación interna de los pueblos originarios. El nacionalismo boliviano en su posición de defensa de los intereses nacionales será siempre un acto legítimo de preservación del bienestar y la integridad del 301

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país. La reproducción interna de la ideología del nacionalismo, convertida en ideología estatal, fue realizada por los aparatos ideológicos del estado y tuvo dos efectos. Uno de sus efectos contribuyó a la preservación de la unidad nacional. El segundo de sus efectos fue la dominación del discurso nacionalista del estado sobre las ideologías históricas de las naciones originarias. La ideología histórica y simbológica del nacionalismo estatal hasta ahora ha sido practicada con un espíritu totalitario, proscribiendo las ideologías históricas y las simbologías de las naciones originarias, lo que nos muestra el carácter totalitario del nacionalismo boliviano. En relación a las naciones originarias, el nacionalismo boliviano es una ideología de larga continuidad de la nación hispano boliviana y se construye a costa de la asimilación de la personalidad política de los pueblos y las naciones originarias. Para este objetivo ha utilizado como discursos legitimantes el anticomunismo, los episodios de la lucha de defensa nacional y antiimperialista, el racismo y el prebendalismo desarrollista, los que como resultado, producen una subsunción nacional despersonalizante de los pueblos originarios a la nación boliviana. El nacionalismo corporativo de 1952, utilizó discursivamente el anzuelo de la supuesta alianza de clases e impuso en los hechos la ideología del nacionalismo boliviano a las naciones originarias lo que le reportó una presencia dominante en el escenario ideológico y político nacional. En los hechos priorizó el nacionalismo utilizando como anzuelo el reduccionismo economicista de la alianza corporativa entre clases. En cambio el marxismo boliviano priorizó el economicismo apoyado en el mismo nacionalismo boliviano. El problema central es que el clasicismo no construye discursos de carácter nacional por su reduccionismo economicista, permitiendo de esa manera la construcción de un nacionalismo hegemónico, inconsecuente y muchas veces chauvinista. Políticamente el nacionalismo revolucionario adquirió una hegemonía orgánica en el seno de los trabajadores al ejecutar las reivindicaciones del proletariado minero y el campesinado como fueron la nacionalización de las minas, la reforma agraria y el voto universal, o sea, posicionándose y ocupando el lugar de dos clases que tenían un proyecto contrario al proyecto del capitalismo dependiente del MNR. Ejecutar las reivindicaciones del adversario para desarmarlo y anularlo políticamente es una vieja táctica del movimientismo y es parte de su estrategia política. Es una forma muy desvergonzada de asumir las posiciones de los grupos subalternos en base a la hipocresía ideológica y política con el sólo objetivo de preservar el poder político de la clase dominante. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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La tercera derrota ideológica y política de los marxistas se dio con el proyecto de la Unidad Democrática y Popular, UDP en 1982. Unidos ideológicamente con la propuesta de entroncar el marxismo al viejo nacionalismo para buscar el socialismo, los udepistas del Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda, M.N.R.I, los del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, MIR, y el Partido Comunista de Bolivia, PCB y otros partidos lograron recuperar la democracia junto a otros luchadores sociales. Pero en el momento de aplicar los proyectos y las medidas económicas se produjo un caos ideológico, producto del agotamiento del nacionalismo estatista y del socialismo estatizante. Entrampados el proyecto estatal socialista desde los trabajadores con el proyecto estatal capitalista del 52, la propuesta del entronque histórico se diluyó para que algunos de sus portavoces se alineen a las propuestas nacionalistas y neoliberales. Con la derrota de la UDP, la fracción de los udepistas que pagaron la mayor factura política fueron los marxistas y con ellos todos los grupos socialistas golpeados física e ideológicamente. El materialismo histórico como teoría de la historia es hasta ahora una de las pocas teorías e ideologías que le ha hecho frente al colonialismo y al capitalismo mundiales desde las posiciones del proletariado y de las naciones colonizadas del tercer mundo. Lamentablemente los postulados de igualdad social del marxismo han entrado en una profunda crisis de sobrevivencia en algunos países del bloque socialista y se están adecuando con mucha creatividad al actual sistema de mundialización de las empresas transnacionales en otros países. Después de tres derrotas políticas algunos partidos marxistas persisten en repetir sus anteriores respuestas por terquedad y por incapacidad científica para interpretar la contradicción del colonialismo en los Andes. La contradicción plusvalista de clase es una contradicción completamente distinta de la contradicción del colonialismo entre las naciones originarias y la nación colonizadora. No se puede interpretar mecánicamente la historia y el comportamiento político de la contradicción colonial bajo los presupuestos metodológicos y teóricos del materialismo histórico. Tampoco se puede interpretar los intereses de clase en los centros productivos con el método y los presupuestos teóricos del nacionalismo originario. Sus objetos de análisis, sus métodos y sus presupuestos teóricos son completamente distintos. Una de las grandes debilidades del análisis marxista es precisamente la casi total ausencia del estudio de las distintas formas del colonialismo. Los procesos de colonización interna que se han dado en Europa durante la 303

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formación nacional de los estados nación en las dos etapas del absolutismo y del liberalismo no han sido analizados con una visión nacional por los marxistas. Su debilidad es aún mayor cuando revisamos en el marxismo los estudios del colonialismo de Occidente sobre las civilizaciones y naciones originarias del mundo. Las interpretaciones economicistas con visión de clase de la historia de las naciones originarias son y serán siempre reduccionismos concesivos para los intereses del colonialismo interno o externo. El proceso reduccionista del análisis tiene su origen en la elección y el mismo abordaje del objeto de estudio que centra su análisis en los centros de producción y en los flujos de plusvalor laboral que ya son una enorme concesión reduccionista de los intereses territoriales, estatales y patrimoniales de las naciones originarias. El ulterior proceso de análisis se basa en la selección del objeto valor enajenado de la clase trabajadora que es estudiado con el método de la dialéctica de las clases sociales y con un instrumental teórico predominantemente economicista. En la experiencia de la lucha de los partidos marxistas contra los proyectos fascistas en Europa y en América Latina, las propuestas economicistas por su reduccionismo han sido un solvente diluible ante las propuestas corporativas que son más totalizantes. Por eso podemos decir que las propuestas de clase sin contenido nacional son a largo plazo poco consistentes y sostenibles. En cambio las experiencias de las revoluciones anticoloniales que inicialmente se inspiraron en el marxismo han tenido dos tipos de resultados. Los países con un débil contenido nacional han sido fácilmente absorbidos por el sistema del capitalismo occidental. Por otro lado los países que han fortalecido en mayor dimensión sus posiciones nacionalistas y anticoloniales han podido mantener su independencia política y han logrado adoptar los mecanismos del mercado protegiendo en gran medida su población del actual capitalismo transnacional. En Bolivia, si las poblaciones originarias asumen su propio proyecto nacional con una conciencia anticolonial y nacionalista, el discurso de clase del marxismo se circunscribirá cada vez más a los centros de producción capitalista. Si los pueblos originarios además son capaces de posicionarse en defensa de la nación boliviana, el discurso clasista se verá restringido a menores espacios políticos. Empero un proyecto de unidad nacional necesita de una articulación equitativa y equilibrada de la dinámica nacional y de clase para responder a los desafíos del futuro.

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LA EDUCACIÓN COMO INSTRUMENTO IDEOLÓGICO DE DOMINACIÓN. Vista históricamente desde los pueblos originarios la educación ha sido y sigue siendo un instrumento de civilización y occidentalización del «indio», o sea un proyecto de enajenación con propósitos de dominación ideológica. Lo fue la educación cristiana en la colonia, aplicada en las comunidades con las prácticas de la inquisición y en los colegios y conventos para formar a los sacerdotes profesionales. Esta práctica educativa de la cristianización y catolización de los pueblos originarios perdura con variantes coyunturales e históricas hasta nuestros días. Sus propósitos de orden estrictamente ideológico la convierten en un ejercicio bloqueador de las religiones originarias, por tanto poco contributivas a la formación de las capacidades productivas e institucionales de los pueblos originarios. La educación cristiana, en las poblaciones del sector hispano boliviano es un mecanismo de fortalecimiento de su identidad religiosa aunque se la haya practicado de una forma univalente y poco crítica. El otro factor educativo compulsivo y deformante de la personalidad e identidad de los pueblos originarios es la agresión y dominación mediante el discurso racista, que de igual forma perdura desde la colonia hasta nuestros días y es aplicada por la sociedad racista tergiversando incluso los resultados formativos de la familia y el aula. El tercer gran factor educativo es la formación nacionalista totalitaria cuyo contenido esencial es la historia oficial escrita desde la visión de la nación boliviana exclusivamente. Este factor educativo tiene dos efectos. El efecto negativo es el arrollamiento de la pluralidad nacional del país que al debilitar el espíritu de las poblaciones originarias debilita a la misma nación boliviana. Su efecto positivo cultiva la unidad del país. Estos tres grandes factores de la formación y educación que tocan el ser del boliviano y el ser de los originarios se aplican con una desproporción e inequidad que van en desmedro de la personalidad de los pobladores originarios y mestizos, produciendo seres confundidos, autodevaluados, avergonzados y sin fuerzas para afrontar un proyecto de construcción nacional. Por esta razón Bolivia tiene un débil espíritu y orgullo nacionales. Por otro lado, las tres vertientes de educación y formación se han ejecutado desde la escuela o desde la sociedad con un enorme sesgo ideologista. 305

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Las políticas educativas aplicadas en nuestro país dan a entender que los propósitos de la educación escolar y la formación desde la sociedad tienden más a la occidentalización y enajenación de los grupos autóctonos y mestizos. La consecución de la unidad nacional en base a estas formas compulsivas de formación resulta más bien como algo accesorio. Consecuencia de estas tendencias totalitarias en las matrices políticas del colonialismo tenemos en Bolivia una educación memorística, repetitiva, ideologizada, acrítica, poco productiva y burocratizante. La educación boliviana desde 1952, como proyecto de formación del hombre boliviano, combina la occidentalización del ser originario con una formación enciclopedizante y deficientemente tecnicista que fracasó en la necesidad de formar los hombres para superar el atraso, la dependencia y la pobreza en la que nos hemos sumido desde entonces. Desde lo boliviano es hora de abandonar el proyecto de occidentalización como un hecho de vida o muerte y desde lo originario es hora de recuperar la dignidad y el orgullo del ser nacional originario en la perspectiva de un nuevo proyecto educativo que forme un nuevo ser nacional orgulloso, crítico, unitario, productivo, creativo, sin complejos y capaz de afrontar los desafíos del futuro. La formación de un ser liberado espiritual y ontológicamente supone para los pueblos originarios una educación nacional originaria en primer orden y luego un reconocimiento plurinacional y cultural de lo boliviano en base a una voluntad nacional unitaria, de liberación y de progreso social. Todo lo que suponga un avance hacia el anterior objetivo ayudará al proceso de formación y liberación espiritual, nacional y cultural de los pueblos originarios. El objetivo político de la occidentalización no ha sido modificado sustancialmente por la actual reforma educativa que utiliza los idiomas y las culturas nativas como un anzuelo para desarmar ideológica y espiritualmente a los pueblos originarios y lograr cambios de la conducta en el plano estrictamente ideológico y superestructural negando y obviando los derechos de contenido nacional, estatal y patrimonial de los pueblos y las naciones originarias. Otro de los graves defectos de la Reforma Educativa es la deficiencia teórica de sus fundamentos pedagógicos. La Reforma Educativa no ha podido elaborar y establecer una teoría boliviana para la educación boliviana. Tal como criticaba hace 90 años Franz Tamayo, los pedagogos de la reforma se han entrampado y confundido en teorías de autores externos y no han sido capaces de construir teoría educativa propia y mucho menos NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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han sido capaces de operativizar técnicamente la «teoría constructivista» en proyectos de aula para las distintas materias que hacen a los planes de estudios por grados.

EL NACIONALISMO OLIGÁRQUICO PROMUEVE Y SUSTENTA EL NUEVO PROYECTO DEL SAQUEO. El antiguo nacionalismo revolucionario fue un acto de afirmación y de defensa nacional en la Guerra del Chaco y en los actos nacionalizatorios del petróleo y de los minerales. Estos hechos fueron el fundamento moral y político para su irradiación como discurso nacional. Su objetivo nunca fue construir el socialismo, al contrario se trazó como horizonte la construcción del capitalismo y la burguesía nacionales. Por esta razón las empresas estatales nunca fueron administradas para potenciar la economía nacional, sino para financiar el desarrollo del gran empresariado y se convirtieron en una fuente de empleo político, de ineficacia y corrupción generalizadas. El agotamiento de la rentabilidad económica de las empresas estatales y su posterior quiebra es responsabilidad absoluta de las diferentes fracciones de los gobernantes nacionalistas civiles y militares que administraron el estado y de ninguna manera de los trabajadores. Con el proceso de privatización y capitalización, el nacionalismo oligárquico impuso al país un nuevo proyecto de saqueo de nuestros recursos naturales y de explotación de las poblaciones boliviana y originaria por el capital transnacional. Todo el territorio nacional ha sido cuadriculado para que sus recursos naturales y esencialmente los minerales e hidrocarburos sean concedidos y entregados para el saqueo indiscriminado de las empresas extranjeras.

LOS EJES CONSTITUTIVOS DEL NACIONALISMO ORIGINARIO. Hemos analizado que entre el protonacionalismo español, el nacionalismo republicano y el nacionalismo corporativo existe una política de continuidad colonial en contra de las naciones originarias como la población mayoritaria de Bolivia. El proceso de oligarquización proimperialista del nacionalismo del Siglo XX ha sido un acto de traición moral y política a los intereses nacionales. Por un lado se ha adoptado una política de apoyo abierto a la penetración de las empresas transnacionales dejando totalmente indefenso al país. Por otro lado se han vuelto a adoptar las posiciones de la política del colonialis307

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mo interno que como mecanismo de explotación impone nuevas formas de saqueo y enajenación de los recursos naturales de los pueblos originarios. Más allá de algunas políticas que tratan de encubrir la explotación de los recursos del país, está vigente un vínculo político entre los nuevos intereses del colonialismo externo y del colonialismo interno. Frente a un nacionalismo que ha dejado de ser el proyecto de defensa de los intereses nacionales y se ha convertido en la ideología que legitima el saqueo y la dependencia es absolutamente legítimo fundar y construir un discurso nacional originario para dotar a los pueblos originarios y a la nación boliviana de un instrumento ideológico y político que resguarde y defienda el patrimonio y los recursos naturales que subyacen en el seno de nuestro país. Los componentes ideológicos y políticos centrales de este nuevo pensamiento son la reivindicación territorial, la reivindicación estatal, la lucha por los recursos naturales, la construcción de una nueva voluntad nacional originaria, la reescritura de la historia, la reconstrucción de la identidad, la erradicación de todo tipo de totalitarismos, la construcción de un pensamiento político propio, la reconstrucción de la identidad religiosa y la construcción de un estado complejo en base a un nuevo pacto democrático.

LA CONCIENCIA DE PROPIEDAD TERRITORIAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES. La conciencia de propiedad territorial de las naciones y de las comunidades originarias ha sido la más distorsionada por la imposición de las diversas formas de jurisdicción territorial en la colonia y en la república que dura hasta nuestros días. Las nuevas generaciones de pobladores originarios han perdido las referencias territoriales de sus unidades nacionales y han adoptado las referencias republicanas. Si bien en algunas mentalidades de los ancianos todavía persisten las antiguas referencias territoriales sólo la historia será la que ilumine con más precisión los referentes territoriales históricos de las comunidades y naciones originarias. La riqueza extraída por las empresas extranjeras privadas y estatales desde la colonia hasta el presente del seno de las comunidades originarias es moral y económicamente impagable. A los dueños originarios nos han despojado y expropiado de nuestros recursos dejándonos abandonados en la extrema pobreza. Política y jurídicamente el accionar de los saqueadores continuó en la colonia, la república de los conservadores, la república de los liberales, de los nacionalistas y continúa en el período actual de los nacionalistas neoliberales. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Las nacionalizaciones de 1952 fueron actos políticos legítimos en la afirmación de la soberanía nacional, pero han sido planteados desde la visión exclusiva y excluyente de la nación boliviana que en la doctrina jurídica aparece como el propietario absoluto de los recursos naturales. Estos actos nacionalizatorios bajo la visión excluyente de la nación boliviana fueron los que le dieron un contenido y una forma a la organización de las empresas públicas y a la utilización de sus excedentes durante el período nacionalista. Por eso se constituyeron empresas estatales enteramente centralistas y burocráticas a imagen del estado corporativo y centralista. Ahora las reflexiones sobre nuevas formas de apropiación nacional deberán tomar en cuenta inevitablemente los intereses de las naciones originarias. El actual concepto constitucional de la propiedad estatal de los recursos naturales tiene su origen político y jurídico en el despojo colonial y republicano de los territorios y recursos originarios desplegado desde la colonia hasta nuestros días. Es una pena que los teóricos, juristas y doctrinarios constitucionalistas no hayan desarrollado una doctrina realmente nacional sobre estos temas y se hayan dedicado a repetir los conceptos del derecho romano, español y liberal. Frente al saqueo histórico de nuestros recursos naturales y por la actual enajenación de los mismos por el bloque nacionalista y ante todo por la prioridad histórica en la propiedad de nuestros territorios y sus recursos nos corresponde reivindicar la propiedad originaria de los minerales, los hidrocarburos y todos los recursos naturales. El sustento ideológico para reivindicar la propiedad originaria tiene sus raíces más profundas en la memoria colectiva e histórica de nuestras comunidades. La voluntad y la memoria de nuestros ascendientes siempre se han resistido a la enajenación y al saqueo colonial hispano o colonial interno. Este pensamiento y voluntad siempre han sido desoídos por los políticos y legisladores de nuestro país. En el pensamiento andino la propiedad originaria sobre los recursos naturales está enraizada en la concepción sagrada del territorio y de la naturaleza. En la conciencia territorial andina las montañas y las cumbres son nuestros ascendientes y progenitores carnales. Los hombres y las comunidades originarias somos los hijos y nietos de los montes sagrados y ellos son nuestros padres y antepasados sagrados. El oro, la plata, el estaño y todos los minerales son la entraña sagrada de nuestros dioses o padres, son una parte íntima e inseparable de su integridad corporal. Esta concepción debe convertirse en una doctrina y pensamiento propios de los habitantes originarios sobre los recursos naturales que guardan nuestras 309

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montañas. Doctrinalmente, al principio constitucional de que los minerales son propiedad del estado, debemos oponer el pensamiento andino de que los minerales son parte entrañable de nuestros padres y dioses y son por tanto propiedad de las comunidades y los pueblos originarios. En una forma muy similar, la tierra, los bosques y los productos agropecuarios son parte inseparable de la Pachamama. Frente al nuevo proceso de apropiación y despojo latifundario los agricultores organizados en comunidades originarias o comunidades de inmigrantes originarios en el occidente y oriente del país debemos reivindicar la tierra y sus bosques como propietarios prioritarios frente a los grandes propietarios latifundistas. El proceso de ocupación, posesión y apropiación originaria por nuestras comunidades es históricamente anterior y por tanto prioritaria frente a la apropiación del estado español y republicano que son muy posteriores. Doctrinalmente las comunidades originarias debemos oponer al principio liberal de la tierra es de quien la trabaja, el principio de que la tierra y la Pachamama son de los habitantes y comunidades originarias ancestralmente. En base a los argumentos anteriores es totalmente legítimo plantear la nacionalización originaria de los recursos minerales y naturales para enfrentar en los distintos terrenos de lucha a los nuevos explotadores extranjeros y nacionales. Pero la nacionalización originaria de nuestros minerales, que es una forma de reapropiación, debe servirnos para ejecutar desde las comunidades y los pueblos originarios un plan de desarrollo dirigido a superar integralmente la pobreza, el atraso y la dependencia del país. La solución de la pobreza de las mayorías originarias y bolivianas es un problema de alta prioridad para el desarrollo nacional. Si no se soluciona este problema el país mismo seguirá postrado en el subdesarrollo y el atraso. El programa de nacionalización por las organizaciones originarias no niega la nacionalización desde la visión antiimperialista de los trabajadores bolivianos. Ambas son programática y políticamente coincidentes y deben ser coordinados e integrados en un sólo programa de acción política.

LA HISTORIA COMO INSTRUMENTO IDEOLÓGICO. El colonialismo es un proyecto político esencialmente inhumano e injusto. Muchas sociedades nacionales en Europa y en América se han servido de esta política como una forma de enriquecimiento o como la base territorial y NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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política de su constitución. De este hecho proviene el gran interés de las clases dominantes por escribir la historia desde su propio interés y visión. Dos son las corrientes epistemológicas de la historiografía colonial en el tratamiento de la historia de las naciones originarias. La corriente del falseamiento histórico contiene en muchos casos una actitud de exaltación de las acciones de los colonizadores y se inspira en la mentalidad totalitaria del colonialismo. Esta tendencia se ha expresado en nuestro país en la colonia y en la república de los conservadores y liberales. Esta historiografía es fundamentalmente justificadora del proceso colonial. Otra de las grandes tendencias de la historia en nuestro país es la corriente de la subsunción de los hechos históricos de los pueblos originarios en la historia de las intermediaciones políticas como fueron la república y el proyecto corporativo de 1952. Esta última corriente ha sido cultivada por el pensamiento del nacionalismo corporativo. En estas dos grandes corrientes de la historia se encuentran muy a menudo la actitud de silencio y ocultamiento de muchos hechos de la historia colonial. Uno de esos ejemplos típicos es el ocultamiento por silencio de muchos hechos de la inquisición cristiana. No es extraño encontrar tampoco una combinación de estas actitudes historiográficas en algunos historiadores. La historia del colonialismo escrita desde la visión histórica de las naciones originarias en los Andes es una enorme tarea pendiente. Tendrán que ser las futuras generaciones que escriban la historia desde lo macro hasta la microhistoria de las comunidades. La historia es el eje metodológico central para las ciencias sociales que quieran abordar la problemática de las naciones originarias como objeto de estudio desde los intereses de los pueblos originarios. Sin ella el estudio de los pueblos originarios caería en la arbitrariedad y la subjetividad del investigador y del cientista. Sólo la verdad histórica del proceso de desconstitución nacional de los pueblos originarios revela la enajenación colonial como el problema central de la vida de las colectividades originarias. La retrospección del pasado de las naciones originarias permite con certeza identificar las propiedades despojadas y enajenadas y señala el camino de la verdad y la justicia hacia el futuro. Los pueblos originarios que no reconstruyan su memoria histórica se condenan a la dispersión y a la muerte inevitablemente. Casi la totalidad de los libros de historia oficial están escritos desde la visión histórica del colonizador, por tanto responden a sus intereses ideológicos y políticos. De esa forma han convertido a la historia en un poderoso instrumento ideológico para construir el estado y la sociedad en base a la visión excluyente 311

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de la clase y nación dominante. Se hace una necesidad imperiosa escribir una historia de las comunidades y naciones originarias desde una visión propia, de lo contrario la visión de la historia oficial se habrá impuesto anulando definitivamente el proyecto histórico de los pueblos originarios. El descubrimiento de la verdad histórica desde la visión de lo nacional originario es una base fundamental para diseñar un proyecto nacional originario, porque no se puede pensar en un proyecto político sobre bases falsas o realidades deformadas. Desde este punto de vista es mucho más importante saber la verdad histórica que el saber por el simple saber.

LA VOLUNTAD NACIONAL ORIGINARIA DE LIBERACION. La historia de la resistencia nacional originaria expresada en los levantamientos revolucionarios de los Amaru, Katari, Guayocho y Tumpa contiene una voluntad nacional originaria liberadora que ha quedado inconclusa y es una tarea pendiente que heredamos las actuales generaciones de originarios. Esta voluntad debe constituirse en una estrategia de construcción y liberación originaria auténtica. Actualmente, frente a la fragmentación y la enajenación de las organizaciones originarias y campesinas es necesario plantear proyectos de organización política en base a referentes históricos colectivos y unitarios. Por otro lado, se hace necesario la construcción de liderazgos con visiones de largo alcance para superar la fragmentación, el inmediatismo y el sectarismo que existe en algunas organizaciones del campo. El nacionalismo originario contiene para el futuro un proyecto y una voluntad de regeneración nacional democrática que les permita a los pueblos y comunidades originarias del país, no sólo el despertar de su conciencia nacional, sino su renacimiento político en un nuevo marco de democracia plurinacional.

LA IDENTIDAD COMO ESPACIO IDEOLÓGICO. El proyecto colonial hispano y republicano como una necesidad ideológica y política ha tenido y tiene como objetivo la destrucción y el vaciamiento de los contenidos ontológicos y espirituales de la identidad de las comunidades y naciones originarias. Era una necesidad ideológica vaciar el contenido espiritual de las identidades originarias para llenarlo con contenidos extraños para lograr la enajenación del ser originario. Esta política de vaciamiento y destrucción del espíritu cultural de los habitantes originarios ha sido aplicada NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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en forma violenta por los españoles, los conservadores y por los liberales. Junto al desprecio racial se manejó un desprecio espiritual de las identidades y las culturas originarias como mecanismos de dominación. Los nacionalistas cambiaron de estrategia y realizaron un hábil ejercicio de despojo y apropiación cultural de las expresiones culturales originarias bautizándolas de folclore nacional. Las viejas formas de represión y la actual utilización bajo la forma de un culturalismo folclorista pretenden en el fondo anular e impedir un proyecto cultural, espiritual y político propio de los pueblos originarios. Actualmente en muchas de nuestras comunidades existe una identidad de lo originario casi sin mutaciones. A esta identidad debemos sumar la nueva identidad ideológica y política que debe desenvolverse combinando la identidad de las comunidades con un proyecto de actualización y modernización desde las raíces de lo originario.

EL DERECHO AL PENSAMIENTO POLÍTICO PROPIO. Por los distintos procesos de enajenación cultural y espiritual sistemática a que han sido sometidos los pueblos originarios, estos no han podido desarrollar un pensamiento político propio, habiéndose atentado contra un derecho universal de los pueblos originarios del mundo a tener una cultura política propia. Desde las comunidades de Tihuanacu y del Estado Tihuanacota y desde las comunidades, las naciones originarias y el Estado Incaico existe un pensamiento nacional originario sobre la organización de la sociedad y el estado. Las civilizaciones de Tihuanacu y el Incario lograron desterrar el hambre y la pobreza que es el logro más profundamente humano que se haya podido alcanzar en los Andes en base a un pensamiento propio. El pensamiento para la organización estatal funcionaba de una forma muy similar en el nivel comunitario, en el nivel de los estados intermedios y en el nivel del estado civilizatorio mayor. La esencia doctrinal de este pensamiento radicaba en la organización familiar del estado en todos sus niveles sociales y estatales. En la comunidad existía una hermandad entre las familias de las comunidades que posibilitaba una distribución igualitaria de los bienes y el patrimonio de la comunidad y una asignación igualitaria de las obligaciones para con el estado. La organización estatal de la comunidad se guiaba por una doctrina de protección paternal a los miembros de la comunidad. 313

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En el nivel de los estados regionales, componentes del mosaico nacional andino, existía de igual forma una distribución igualitaria de los aportes al estado por las comunidades, obligaciones que recaían hasta los miembros de cada familia de las comunidades de base. De la misma forma el “jefe” del estado regional garantizaba la propiedad patrimonial común y la distribución a cada familia de los recursos de la comunidad. En el nivel del Estado Incaico, el Inca, visto como padre y protector, desplegaba una política de organización estatal garantizando plenamente la propiedad de los recursos naturales a los estados regionales a cambio de un aporte al estado para la seguridad alimentaria, vestuaria, de transportes y comunicaciones y para la construcción de infraestructura de riego a nivel regional. En esencia, el pensamiento estatal tenía una doctrina de organización paterfamilista del estado garantizando una distribución igualitaria de los bienes comunitarios y una asignación igualitaria de las obligaciones para la construcción nacional y el desarrollo de la población. El colonialismo hispano ha producido en las potencialidades de pensamiento político de las naciones originarias un bloqueo conceptual y teórico violento. Las estigmatizaciones totalitarias de los primeros colonizadores que llamaron a los pueblos originarios de salvajes, indios y hombres primitivos han herido profundamente el corpus conceptual del espíritu nacional de los pueblos originarios ocasionando una grave erosión de sus potencialidades políticas. Luego, entre otros, ha sido la antropología evolucionista del Siglo XIX que, como ciencia esencialmente colonial, ha erosionado y destruido la personalidad y los derechos políticos nacionales de los pueblos originarios al catalogar a nuestras colectividades de salvajismo y barbarie, preservándose sólo para las naciones occidentales el atributo de civilización y nación. Estas ciencias han ocasionado un grave deterioro en la personalidad civilizatoria y nacional de los pueblos originarios de los continentes colonizados. Al final fueron estos conceptos políticos los que se usaron después como justificativos del proceso de despojo colonial. La esencia de estas corrientes políticas totalitarias es la negación del carácter nacional y estatal de las naciones y civilizaciones originarias de los continentes colonizados por un lado. Por otro lado, este pensamiento político totalitario se autoatribuye en forma monopólica y excluyente el carácter civilizacional y nacional para las naciones occidentales. Por eso, con NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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simples argumentos instrumentalistas e inventistas niegan la personalidad política de las naciones originarias de América y de los Andes. El argumento es realmente infantil cuando afirman que los pueblos del mundo colonizado y entre ellos la colectividad incaica, no llegaron a la civilización, porque no lograron la escritura, la rueda, el hierro y la propiedad privada que constituye el estado. En el fondo es una negación del derecho político de las naciones originarias y un monopolio excluyente del poder para las naciones occidentales en Europa o en América. El mecanismo de razonamiento es un artificio lógico muy sencillo. Negar derechos para luego monopolizarlos. Negar derechos políticos, territoriales, patrimoniales y espirituales para que luego de un proceso de despojo, sean monopolizados en forma totalitaria. La colonia trajo consigo como doctrina el despojo, inspirada en la propiedad católica, imperial y privatista de los bienes y territorios conquistados, los que fueron entregados al estado español mediante el despojo y el saqueo coloniales. Esta doctrina cristiana y monárquica fue el sustento para el posterior saqueo constante de los recursos naturales originarios incluida en la república. Los procesos de revolución anticolonial de Túpac Amaru, Tomás Katari, Túpac Katari, Apiagüaiqui Tumpa y Andrés Guayocho fueron en esencia actos de expulsión de los extranjeros, acompañados de un proyecto de retorno a las formas de organización social y estatal originarias, lo que actualmente ya no es posible en su totalidad. Por eso, la actual situación política nos exige formas de discurso y pensamiento innovadores, creativos y adecuados a las condiciones del presente.

LA REALIDAD DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DEMANDA UNA NUEVA CIENCIA. ¿Cuáles han sido los instrumentos científicos, ideológicos y políticos que ha utilizado el colonialismo occidental e hispano para ejecutar el proceso de colonización de los pueblos originarios del mundo y de la región andina?. Por un lado tenemos que respondernos afirmando que uno de los instrumentos de dominación más utilizados por el colonialismo español fue la Teología Cristiana. En la Edad Media y en la época de la colonización el cristianismo era una ciencia, una ideología y una forma de práctica política. En las colonias hispanoamericanas la Iglesia Católica era uno de los poderes del Estado Español, el brazo espiritual del estado. Como ideología, el cristianismo español, desde la reconquista española hasta el fin de la colonización en América fue 315

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una ideología de carácter estatal y nacional. Fuera de la ideología cristiana los colonizadores españoles no traían ningún otro pensamiento más que algunos elementos jurídicos deficientemente manejados. En el campo de la ciencia política se acostumbra decir que la Edad Media fue el tiempo del oscurantismo por el predominio del dogmatismo cristiano y que la misma ciencia política de tipo occidental nació en el renacimiento con Nicolás Maquiavelo. Desde este punto de vista cómo podemos denominar la administración de las colonias que tuvieron una gran eficacia en sus objetivos económicos y políticos?. Sin duda que la administración colonial fue un hecho científico pero en base a una ciencia que podemos denominar pragmática. La pragmática colonial como práctica tuvo sus ejes articuladores en la Teología Cristiana y en la Administración Colonial. El racionalismo subjetivo como requisito sine qua non para el ser y la existencia de las ciencias es una exigencia de la ilustración francesa y del racionalismo inglés y alemán. De la misma forma que la pragmática colonial, el racionalismo occidental fue un instrumento de poder de las naciones occidentales en su despliegue de dominación y extracción de recursos de los pueblos originarios del mundo. En este horizonte político todas las ciencias y el pensamiento occidentales fueron utilizados en su instrumentalización de dominación en ideologías al servicio de las naciones occidentales. En resumen, toda la pragmática, las ideologías, las ciencias y el pensamiento occidentales sirvieron y sirven a los intereses de las naciones occidentales. El pensamiento occidental, con breves inhibiciones históricas, es una continuidad articulada de una forma de razonar que tiene sus orígenes en Grecia, continúa con Roma y termina en Occidente. La esencia de este pensamiento parte de sujetos sociales menesterosos que para sobrevivir se ven obligados a someter a sus vecinos para saquearlos en sus recursos. Para justificar el saqueo se elabora un pensamiento que pregona la desigualdad para la opresión. Y finalmente se construye un pensamiento de superioridad nacional. Menester, saqueo, desigualdad y superioridad en sus diferentes expresiones son las motivaciones más profundas que inspiraron a la pragmática y a la ciencia occidentales los mismos que se aplicaron con los pueblos originarios de los Andes, de América y otras latitudes colonizadas. No se puede y es casi completamente inútil buscar ciencia y pensamiento humano útil a los pueblos originarios de los Andes y otros en la pragmática y en las ciencias sociales occidentales. Los cientistas occidentales, como los arquitectos de la verdad, construyen verdades útiles a sus intereses NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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inevitablemente. Los objetos de estudio focalizados, los métodos, los instrumentales teóricos y los cientistas responden a ese horizonte largo de dominación y de extracción de recursos. La focalización y la delimitación del objeto de estudio son los primeros y fundamentales pasos que debe realizarse para establecer cualquier práctica científica que responda a los intereses de un grupo humano. Algunos estudiosos originarios, en sus trabajos y en sus reflexiones, muestran un completo desacuerdo con la actual organización social en la que se sienten como partes enajenadas y deformadas. La verdad es que la actual situación de las realidades originarias nos muestran hechos enajenados, desarticulados y dispersos de una realidad objetiva que fue afectada durante varios siglos. Estudiar los hechos fragmentados de las realidades originarias con métodos actualistas y positivistas no tendrá otro efecto que velar procesos de enajenación y aceptar la integración de estas realidades a estructuras ajenas que provocaron la desarticulación de los pueblos originarios. Si bien la realidad del objeto de estudio que necesitan los pueblos originarios está en el presente, este corpus científico tiene como referente objetivo el pasado histórico como parte del objeto de estudio. Por eso podemos focalizar el objeto de estudio en un recorrido histórico de los pueblos originarios desde la colonia hasta nuestros días. Así, el objeto de estudio aparece como una relación entre el presente y el pasado de los pueblos originarios y no en los puntos extremos del recorrido histórico. Sin temor a los gurús occidentales de la ciencia y el pensamiento y rechazando todos los términos y los objetos de estudio que han focalizado falseadamente nuestras realidades tendríamos que llamar a la ciencia que necesitan los pueblos originarios como nacionología originaria. El objeto central es la nación pero en su expresión originaria y debe contemplársela como una totalidad articulada de sus partes esenciales que son el territorio, el estado, la población y la identidad cultural y nacional. Los métodos de estudio que puede utilizar son un conjunto de procedimientos que incluye el método histórico, el método arqueológico, el método sociológico, el método etnográfico, el método estadístico, el método lingüístico y el método topográfico. Como sistema e instrumental teórico deberá comenzar haciendo un uso crítico de los actuales instrumentos conceptuales. Finalmente, la comunidad de cientistas deberá establecerse a partir de los profesionales originarios con el objetivo de contribuir a la reconstitución de las naciones originarias.

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LAS NACIONES ORIGINARIAS COMO PARTE DEL ESTADO PLURINACIONAL. La actual crisis del estado boliviano es una crisis estructural. Son las estructuras del viejo centralismo totalitario de la colonia y la república las que han fracasado por completo en el intento de construir un estado y una nación excluyentes. Por otro lado, son las estructuras del estado corporativo y capitalista instaurado en 1952 las que han fracasado en el propósito de construir un empresariado nacional. En esencia es el centralismo y el burocratismo de los tres poderes del estado los que han fracasado por completo. El poder ejecutivo ha fracasado por completo, no sólo en el objetivo de crear empresariado nacional, sino que su fracaso es peor en la necesidad de fortalecer el estado nacional y su institucionalidad política y administrativa a nivel nacional. Gran parte de los sistemas de producción e intercambio del país son débiles e ineficientes por la falta de vías de transporte, la escasa demanda efectiva local y la casi inexistencia de infraestructuras de producción. Fruto de este burocratismo centralista, la mayoría de las comunidades y de las provincias se han desertificado y despoblado arrojando población emigrante en todas las direcciones. El poder judicial, establecido en las jurisdicciones territoriales que vienen desde la colonia, no ha sido capaz de ofrecer una administración de justicia en todo el territorio nacional y mucho menos ha podido lograr una justicia con economía, oportunidad y equidad. La mayoría de sus problemas actuales son fruto de la concentración del poder de administrar justicia en las instancias superiores que se hallan excesivamente centralizadas en las ciudades. Esto es lo que hace excesivamente onerosa y burocrática a la justicia. A estos problemas se han sumado la crisis económica, el cuoteo partidario y la crisis de los valores morales que deberían guiar la administración de justicia. Van a ser dos siglos de vida republicana y el congreso nacional mantiene el centralismo burocrático inspirado en el centralismo parlamentario del liberalismo. Del congreso excluyente de los conservadores y liberales se pasó al congreso de tipo corporativo en la etapa del nacionalismo. Existe en el país el monopolio de la nación hispano boliviana en las atribuciones de hacer las leyes en relación a las formas de hacer leyes en los pueblos y naciones originarias. Este monopolio que llegará a sus dos siglos de vida ha producido en la vida nacional una exclusión de las naciones originarias en las funciones legislativas del país. El defecto esencial de estos tres sistemas de administración es el cenNACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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tralismo y el burocratismo que funciona en base a la enajenación nacional, territorial y social. Por esto, es la enajenación y el desconocimiento de las realidades locales lo que hace ineficaces e ineficientes a las leyes y a las decisiones administrativas y judiciales en un país complejo, territorial, nacional y socialmente. Luego de tres siglos de gobierno totalitario de los españoles y de casi dos siglos de gobierno excluyente de la república ha llegado la hora de la construcción de un estado auténticamente democrático en relación a las naciones originarias. Una verdadera democracia para las naciones originarias que haga justicia histórica con sus colectividades nacionales significa primero un trabajo de reconstitución política para luego articular estas realidades reconstituidas a una democracia plurinacional dentro de un estado plurinacional y unitario. La participación de las naciones originarias en la democracia plurinacional significa la participación de aquéllas con sus propias estructuras de poder ejecutivo, judicial y legislativo en un estado compuesto. Este deberá ser el objetivo político de las naciones originarias para el próximo siglo. En base a las autoridades originarias que existen en todo el país deberán reconstituirse los poderes ejecutivo y judicial de los pueblos originarios para acabar con la enajenación y la ineficacia del estado centralista. Si se busca un estado auténticamente democrático, políticamente justo y administrativamente eficaz, deberá pensarse también en la articulación de los poderes legislativos de las naciones originarias más afines nacional y territorialmente con el actual parlamento nacional para hacer del proceso de formación de leyes también un acto eficaz, oportuno y sin enajenaciones.

LA IDENTIDAD ESPIRITUAL COMO DISCURSO Y PROYECTO DE VIDA. Todos los pueblos y naciones originarias antes de la imposición del cristianismo en la colonia tenían una religión o doctrina espiritual propia. Convertido el cristianismo en una religión totalitaria de opresión espiritual y de dominación ideológica se hace una necesidad imperiosa reactualizar y liberar las religiosidades originarias como una forma de liberación espiritual e ideológica. Al mismo tiempo debe realizarse un trabajo de traducción y modernización de las espiritualidades colectivas autóctonas que nos permita entablar un diálogo en la equidad con el cristianismo para luchar por un proyecto conjunto de liberación social. 319

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El próximo siglo debe ser el tiempo de la democratización religiosa que termine con el actual totalitarismo de la religión católica. Ya no se puede en el futuro persistir en la política metafísica de la simple salvación de las almas, sino que se deben implementar propuestas políticas para salir de la miseria y la pobreza junto a todo el país en un marco de pluralidad y democracia religiosa.

EL ACTOR DEL SUJETO NACIONAL ORIGINARIO. En la actualidad uno de los problemas más importantes es la constitución conceptual del sujeto individual y colectivo de las poblaciones originarias. Las agresiones y los reduccionismos desde la colonia hasta nuestros días han impedido una nominación digna y auténtica para los pobladores y grupos originarios. Las nominaciones de indio, cunumi, salvaje, campesino y cholo tienen una enorme carga ideológica colonial y racista por tanto tienen un efecto denigrante y destructivo en el espíritu de los habitantes originarios. Ha llegado la hora de construir la dignidad y el orgullo originarios como parte de la construcción de una nueva personalidad nacional. Bolivia es una sociedad que social e ideológicamente se reproduce en un mecanismo de compulsión racial, religiosa y nacional que funciona cotidianamente bajo diferentes formas. Producto de esta compulsión muchos originarios y mestizos de origen comunal adoptaron una personalidad impuesta con la que involuntariamente caen en una falsa realización. Externa y superficialmente adoptan la identidad del opresor pero tienen una personalidad acomplejada que oscila entre la autenticidad y la enajenación. Por esto la categoría de lo originario es un instrumento de autentificación y dignificación del originario de la comunidad y de los originarios inmigrantes y mestizos de las ciudades que prejuiciosamente son denominados cholos. Por ello, social e ideológicamente el concepto de lo originario abarca al grupo social de los mal llamados indios y cholos y es una categoría de identificación ideológica y política de orden nacional y no racial. Por esto, desde una posición esencialmente ideológica, es posible combinar la tradición con la modernidad lo que no es posible bajo los actuales esquemas de opresión racial. El concepto de lo originario tiene una profunda raíz histórica. Dentro del proceso de destrucción y desorganización colonial de nuestras comunidades NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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el originario ha sido aquel que no ha dado ni un paso atrás en la defensa de la integridad espiritual, ideológica, patrimonial y política de la comunidad. Ha soportado con una profunda mística todas las agresiones religiosas, los despojos de tierras, la extorsión de los tributos, la explotación por el pongueaje, las flagelaciones gamonales y todas las injurias posibles. Lo originario que engloba a los llamados forasteros y agregados de la etapa colonial, a los inmigrantes originarios y a los mestizos con cultura originaria es el prototipo de la resistencia y la voluntad de preservación nacional originaria. De este modo el originario es una nueva identidad social, nacional y política que dignifica a los pobladores indígenas de nuestro país. Las comunidades y las naciones originarias de los Andes y de los Llanos de Bolivia constituyen por otro lado el sujeto político colectivo que deberá cumplir las tareas de reconstitución y liberación de las poblaciones autóctonas dentro de un proyecto concertado. Si es que se puede hablar de patriotismo en los Andes y en los Llanos de Bolivia, el patriotismo del originario es el más profundo, intenso y de mayor magnitud en la defensa de las comunidades y naciones originarias. De aquí surge la necesidad histórica de fundar un nacionalismo innato en los territorios de los Llanos y de los Andes Bolivianos.

EL EJEMPLO MORAL COMO EL MEJOR DISCURSO. Existe en los pueblos originarios como doctrina y como conducta real, una moral que es superior a la moral del colonialismo y del capitalismo occidentales. La moral del ama suwa, el ama khella y ama llulla o sea, el no seas mentiroso, flojo ni ladrón, que fue cultivada durante cientos de años en los Andes, ha logrado constituirse en una parte inseparable de la personalidad de los pobladores originarios. Junto a la laboriosidad andina constituyen el capital ético y laboral más importante del país. Esta doctrina debe reactualizarse y convertirse en una reserva moral de hondo contenido ideológico y político en la perspectiva de la liberación nacional originaria y boliviana. La actual corrupción expresada en la apropiación indebida de los fondos estatales por medio de las comisiones, los negociados, los sobreprecios, los sobresueldos y otros se ha convertido en una práctica común de los ladrones de cuello y guante blanco. De esa forma la política en general se ha convertido en un medio de enriquecimiento ilícito. Estos hechos hastían a 321

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todo el pueblo que se siente defraudado y hasta extorsionado en sus pagos e impuestos. Para ser de la preferencia de nuestro pueblo el mejor discurso y presentación es la vida completamente honesta y transparente. Este es el mejor medio para adquirir credibilidad y confianza porque de nada vale tener un excelente discurso cuando se es inmoral y corrupto por completo.

EL DESARROLLISMO ES UN INSTRUMENTO UTILIZABLE. La clase política nacionalista que es la responsable fundamental de la dependencia, el atraso y la pobreza del país siempre ha utilizado el discurso del desarrollo como una forma de supervivencia política. Responsables de la enfermedad quieren curar al moribundo desesperadamente con la misma receta con la que fracasaron durante más de cincuenta años. En un cuerpo que sufre tanto, el alivio aparece como una curación y al final el enfermo se acostumbra a vivir de esa manera. El desarrollismo es una ideología que reproduce y perpetúa el poder de una oligarquía que oculta una enfermedad estructural de la que es históricamente responsable. Lo correcto es utilizar las recetas de alivio en la perspectiva de una operación quirúrgica que sane definitivamente al enfermo. El desarrollismo aparece como una trampa cuando es utilizado por organizaciones políticas ajenas y contrarias a la liberación de los pueblos originarios, cuando aquellas, manejando los recursos del estado o de las donaciones extranjeras, utilizan el discurso desarrollista para perpetuar las estructuras de dominación ideológica y política de las comunidades. En el fondo de las cosas ha fracasado la concepción del desarrollo nacional con bases centralistas y burocráticas. El desarrollo del país y de las naciones originarias es completamente posible en el marco del desarrollo plurinacional del país. EL RECONOCIMIENTO DEL PATRIOTISMO BOLIVIANO. Algunos líderes originarios, por la continua negación y opresión de lo nacional originario y actuando emocionalmente han pretendido destruir las efigies de Bolívar y Sucre. Este es un error político a todas luces. El proceso de la independencia republicana y los actos de los libertadores y patriotas durante la lucha por la expulsión del colonialismo español son actos legítimamente patrióticos y constituyeron la soberanía de la nación contra el imperio español y se han convertido en la base del patriotismo boliviano. NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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Aunque después de la lucha contra el colonialismo español, la clase oligárquico feudal republicana haya desplegado un verdadero colonialismo interno y una agresión racista contra las naciones originarias, el valor moral y político de la lucha patriótica contra el imperio español sigue vigente. El gran problema ideológico y político es que la historia oficial realiza una gran manipulación de la historia subsumiendo la lucha de las sublevaciones originarias a la lucha por el proyecto republicano. Esta es la peor falsificación de la historia oficial que responde a los intereses ideológicos de la clase dominante. Los Amaru y los Kataris y sus antecesores son los auténticos fundadores e iniciadores del nacionalismo en el mundo andino y americano. Los Guayocho, Tumpa y Willka son los continuadores del nacionalismo originario en su lucha contra el colonialismo interno impuesto por la clase feudal republicana. Entre tanta manipulación histórica e ideológica surge por la verdad de los hechos la existencia con pleno derecho del nacionalismo originario. Así como el nacionalismo originario antihispano tiene sus continuadores, el patriotismo boliviano también tiene sus legítimos continuadores. Manuel Isidoro Belzu, Gualberto Villarroel, Germán Busch, Juan José Tórrez y los nacionalistas que terminaron sin traicionar sus actos antiimperialistas son los legítimos representantes y continuadores del nacionalismo republicano. El resto de los nacionalistas dobles y enmascarados son los que solapada e hipócritamente actúan a favor del imperio y son los peores enemigos de nuestro país. POR UN PROYECTO DE CONCILIACIÓN HISTÓRICA Y UNIDAD NACIONAL. Para los bolivianos sería un grave error promover un proceso de confrontación étnica sin perspectivas políticas para el país en su conjunto. Una reflexión histórica honesta y objetiva de nuestra historia encuentra dos nacionalismos que defendieron al país de la dominación extranjera. Estos dos nacionalismos son el nacionalismo originario y el nacionalismo boliviano. El nacionalismo originario está recién por renacer. En cambio, la última expresión del nacionalismo boliviano ha cambiado sus contenidos nacionales por otros totalmente antinacionales. Con el surgimiento del nacionalismo originario y la renovación del nacionalis323

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mo boliviano aparecerán en el escenario político nacional dos nacionalismos que tienen sus raíces más profundas en la defensa histórica de la integridad nacional contra las distintas agresiones imperialistas en nuestra historia. Constitutivamente el nacionalismo originario es la expresión política de unidad de lo plurinacional originario basado en un accionar anticolonial. Lo nacional originario debe concentrarse en una organización política cuyo eje de unidad política lo constituirá un proyecto de reconstitución y liberación promoviendo la reconstrucción regional de los pueblos originarios. El nacionalismo boliviano necesita de una redefinición y un renacimiento políticos. El nacionalismo boliviano se ha convertido en un simple apéndice del colonialismo externo lo que lo obliga a adoptar una política de colonialismo interno a favor de las grandes transnacionales. Después de cinco siglos de colonialismo externo e interno, las naciones originarias tienen como proyecto político hacia el próximo siglo su primera independencia nacional después de varios intentos frustrados de liberación. Por su lado, la nación boliviana deberá plantearse al futuro un segundo proyecto de independencia nacional después de que la independencia republicana fue finalmente traicionada y entregada a organismos extranjeros. Sin embargo, en la actual situación y coyuntura histórica, se hace necesaria una conjunción democrática de los dos proyectos, articulando el proyecto de independencia de las naciones originarias a un proyecto de unidad plurinacional del país. Por eso se hace imprescindible una CONCILIACIÓN HISTÓRICA DEMOCRÁTICA Y PATRIÓTICA entre el nacionalismo originario y el nacionalismo boliviano procediendo a un reconocimiento recíproco de los derechos históricos y políticos para buscar una unidad inquebrantable entre las naciones originarias y la nación boliviana en el camino de superar la dependencia, el atraso y la pobreza. Es bien cierto que en ninguna de las constituciones de Bolivia están presentes la voluntad y el consentimiento político de los pueblos originarios para legitimar estas leyes fundamentales. Un contrato constitucional en donde una persona no ha participado no tiene porqué ser acatada y cumplida por la persona excluida. El acto jurídico constitucional no tiene valor legal para el excluido quien no tiene la obligación de aceptarlo. De aquí surge la tarea de debatir y elaborar un nuevo pacto constitucional basado en la democraNACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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cia plurinacional en donde los pueblos originarios debatan activamente el nuevo contrato constitucional y que luego, directamente y a través de sus representantes auténticos, lo suscriban y lo legitimen. A principios del Siglo XXI el país en su conjunto está exigiendo soluciones a la crisis que tiene un carácter coyuntural y estructural. Este nuevo contrato nacional deberá tener un contenido nacional plural, democrático y unitario indefectiblemente. Un proyecto común de este tipo demanda inevitablemente la erradicación del racismo, una amplia democratización de la vida religiosa que hoy es de carácter totalitario, una profunda democratización articulada entre los derechos políticos de las naciones originarias y la nación boliviana, la liberación del país de la intervención de las transnacionales, un renovado proyecto de industrialización descentralizada que sustituya el fracasado proyecto económico de 1952 y a largo plazo, la construcción de la independencia económica y política del país.

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ENSAYOS PUBLICADOS POR EL AUTOR Dr. Liborio Uño Acebo B.A.

Originarios de Bolivia

ORIGINARIOS

después de 500 años de la invasión española

Anteproyecto. de programa.

DE BOLIVIA:

FORJEMOS NUESTRO INSTRUMENTO POLITICO PROPIO DE LIBERACION

a 500 años de la invasión española.

T.O.S.B. TRINCHERA DE ORIGINARIOS Y SOCIALISTAS DE BOLIVIA.

T.O.S.B. TRINCHERA DE ORIGINARIOS Y SOCIALISTAS DE BOLIVIA.

ORIGINARIOS DE BOLIVIA:

ORIGINARIOS DE BOLIVIA:

Construyamos El nuevo Sujeto Histórico De la Revolución Boliviana

Cambiemos El Estado Colonial y Burgués a 500 años de la invasión.

A 500 años de la invasión.

T.O.S.B. TRINCHERA DE ORIGINARIOS Y SOCIALISTAS DE BOLIVIA.

PENSAMIENTO ORIGINARIO:

PONGUEAJE SINDICAL Y MUNICIPALISTA

PENSAMIENTO ORIGINARIO:

TRINCHERA DE ORIGINARIOS Y SOCIALISTAS DE BOLIVIA T.O.S.B.

POR LA RECONSTITUCION

EN BOLIVIA

ORIGINARIAS

EL NACIONALISMO ORIGINARIO

TRINCHERA DE ORIGINARIOS Y SOCIALISTAS DE BOLIVIA T.O.S.B. La Paz, Noviembre de 1.998

DE LAS AUTORIDADES EN BOLIVIA

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PENSAMIENTO ORIGINARIO:

TESIS POLITICAS PARA FUNDAR

O

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NACIONALISMO ORIGINARIO DEMOCRÁTICO DESDE LOS ANDES.

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