Libro Metal 80
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Descripción: historia del heavy metal en argentina en los años 80...
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Años Metálicos
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Años Metálicos
AÑOS METALICOS El heavy metal argentino de los ’80. Su historia. Sus protagonistas.
Fabio Morisetti
Prólogo de Frank Blumetti
Todo a Pulmón Ediciones 2
Años Metálicos
A tu memoria, Carpo.
AGRADECIMIENTOS 3
Años Metálicos
Como todo libro que se precie de tal, éste no podría haber visto la luz si no fuera por muchas voluntades que se han juntado en pos de un objetivo. Es por eso que el agradecimiento va para cada uno de los entrevistados, ya que sin su desinteresado aporte, este proyecto no se podría haber cristalizado. Un gracias enorme para Frank Blumetti, un héroe de mi juventud, ni más ni menos que el editor de la revista “Riff Raff”, la que siempre me identificó y que sin dudas me marcó en esta historia del periodismo. El reconocimiento eterno hacia vos, Frank, que confiaste en mí para honrarnos con el prólogo de este libro. No puedo olvidarme de mi familia, que siempre aguantó esta pasión por el periodismo y que soportó (y soporta) estóicamente mis horas y horas sentado frente a una computadora. Es que no todos tenemos la suerte de ser un Tinelli y nadar en plata….. La mayoría nos la tenemos que rebuscar de una y mil formas…. Y siempre están ellos presentes. Gracias Vale, Juan y Bautista. Y, por cierto, también a todo aquel que haya elegido gastar (o invertir, quién sabe…) un minuto de su vida en descargar y leer este libro. Ojalá pueda trasladar a estas páginas algo de toda la pasión que siempre le puse al metal y algo de lo que él me dio a lo largo de mis 40 años. Al destino, por haberme dado la posibilidad de ser periodista.
PRÓLOGO 4
Años Metálicos
El momento justo tiene una cabeza llena de pelo: cuando se te escapa, es imposible recuperarlo. Es calvo en la nuca y nunca se da vuelta. – Francois Rabelais En el lugar correcto, en el momento justo. Quién no habrá querido alguna vez lograr esta combinación perfecta en su vida. Estar justito ahí para ser premiado por la fortuna o bien escaparse por milímetros del desastre; para intervenir en algo de manera decisiva, decir la frase que quedará para la posteridad, conocer a la persona que cambiará nuestra vida o cazar al vuelo la oportunidad por su único y siempre escurridizo cabello. Y por qué no, estar ahí simplemente para atestiguar sucesos irrepetibles… ¿atestiguar, dijimos? Qué mejor definición para buena parte de lo que hice, hago y –espero- continuaré haciendo en los años que vienen: ser testigo. Es una de las mayores recompensas que ofrece el periodismo (de dinero mejor ni hablar), que es la profesión de los que no tienen profesión, como solía decir mi viejo, también periodista en algún momento de su vida. Este oficio (porque es un oficio, al fin y al cabo) le permite a uno convertirse en una suerte de testigo privilegiado del teatro de la vida, presenciando acontecimientos únicos y a veces trascendentes, hablando con personas y personajes de todo tipo e importancia, dándose cuenta de vez en cuando que además de testigo uno también se vuelve una especie de guía, porque no sólo relata lo que vieron sus ojos sino también ofrece su sincera opinión sobre los hechos, que a fin de cuentas es una manera de orientar. Y así, entre eventos presenciados, relatados y opinados, el tiempo transcurre sereno e inexorable hasta que uno lo detiene a fuerza de memoria y de recuerdos. Yo no tenía profesión cuando empecé a volverme periodista, hecho que sucedió casi al mismo tiempo de haberme vuelto rockero, como se decía por entonces. No sé bien cómo terminé abrazando ambos oficios, profesiones o bien pasiones, que al fin y al cabo lo que a uno le gusta termina siendo todo una misma cosa. O sí lo sé: mi vieja que cuando chico me trajo a los Beatles, mi primo que me trajo a Elvis, la radio y la tele que aportaron gran parte de todo lo demás (Kiss, Alice Cooper, Iron Maiden, AC/DC, Van Halen, The Clash y siguen las firmas), algunas lecturas poco recomendables (“Punk, La Muerte Joven” de J.C. Kreimer, la revista Expreso Imaginario, fanzines varios), algunas malas compañías que llegaron en el momento justo. Tengo en claro que una cosa trajo a la otra y que la idea de rebeldía, de inspiración y de vida que contienen el rock y su cultura terminó encendiendo mi alma y desde entonces la hoguera no se ha apagado. Cuando se encendió, era 1980 tenía 15 años. El rock era una pasión que me consumía y que requería cada vez más combustible: al igual que mis pares, buscaba cada vez más emociones y más intensas, algo difícil de obtener en aquella Argentina con el panorama pintado de rojo y negro por la dictadura militar y con las posibilidades de expresión severamente recortadas. El rock ofrecía un lugar para refugiarse y soñar, pero los ideales de paz y amor del hippismo rockero setentoso parecían tan inútiles como falsos en aquel marco, y de a poco otras ideas fueron abriéndose paso: la de endurecerse y tener la fuerza para resistir y perseverar hasta que los cambios llegaran resultaba apropiada para el sentir del momento. Y envuelto en este mensaje, o por lo menos eso se entendía en aquel 5
Años Metálicos momento, llegó el heavy metal. Riff –surgido de la mano de Pappo y de los cimientos de Pappo’s Blues, banda señera de lo que entonces se conocía como rock pesado, el antecedente inmediato del metal- se encargó de alzar sus banderas y encolumnar a todos aquellos ansiosos de algo nuevo, excitante, intenso e inspirador. Por todos lados se veían tachas, cuero negro, melenas hasta la mitad de la espalda, jeans, manos formando cuernitos con los dedos y una actitud a las claras desafiante que combinaba sentimientos de hermandad y de rebelión contra una situación gris, asfixiante, represora. Riff fue uno de los síntomas de que algo había cambiado; a partir de su debut el 14 de noviembre de aquel año, nada volvió a ser igual en el universo del rock local, ni para sus músicos ni para sus seguidores. Y aunque pueda identificarse con bastante precisión el momento del inicio de este fenómeno, cuesta explicar sus mil y un matices; en una época desprovista de Internet y el tsunami de información que la red trae consigo, la data que se conseguía por entonces (procedente de revistas importadas y/o nacionales y discos, libros, cassettes y relatos orales traídos por eventuales viajeros) era escasa y a veces contradictoria. Las pocas posibilidades de informarse respecto a lo que sucedía culturalmente fuera del país hicieron que todo llegara de modo confuso, con premisas y objetivos quizá distintos a los de su lugar de origen, con paralelos, puntos en común y límites difusos con otro estilo musical-filosofía de vida como lo era el punk, de cuyo surgimiento, auge e influencia quedamos bastante apartados en su momento. Así, la línea difusa por la cual discurrían en paralelo la esencia de poder épico popular del heavy metal con la de transgresión urbana y do-it-yourself del punk empezó a darle características únicas a la escena argentina, donde a pesar de las diferencias musicales e ideológicas entre ambos estilos estos podían coexistir y compartir espacios, con un denominador común: la rebeldía contra una situación asfixiante. No fue casualidad que Riff pronto empezara a compartir escenarios con dos bandas de importancia clave en lo que vendría, como lo fueron V8 y Los Violadores. Los primeros eran la banda con la que todos se identificaban: chicos de la misma edad que su público, con imagen de delincuentes juveniles y letras que no solamente no eludían la cuestión social sino que la enfrentaban, la vapuleaban y la exponían. Los Violadores, por su parte, no se quedaban atrás en actitud, en coraje ni en lucidez, aunque estuvieran separados por la imaginaria barrera ideológica del punk y del metal cuyas fronteras estaban por entonces tan separadas como ligadas. Como todo buen movimiento joven, el del heavy metal vernáculo se fue armando con sus bandas y su público a fuerza de golpes, contradicciones, confusión, errores, aciertos y mucha perseverancia. Y así, me imagino, continúa su marcha hoy día. Al igual que muchos, fui fan en aquellos momentos de gloriosa confusión e inagotable entusiasmo. Tuve la inmensa fortuna de estar muchas veces en el lugar correcto y en el momento justo para presenciar todo tipo de sucesos y conocer a distintas personalidades que hoy muchos consideran de importancia histórica dentro de esta movida: inicios y separaciones de bandas, grandes y pequeños conciertos, lugares y gente que se fueron y ya no volverán, momentos inolvidables en suma. Fui ayudado por mi temprano –arribo a la profesión-pasión de periodista, que se dio tanto por vocación (ya había realizado varios fanzines) como nuevamente por el don de estar ahí donde debía estar: mi primer empleo fue a mediados de los ochenta como cadete en la revista cultural y política El Porteño, donde el periodista y escritor Enrique Symns editaba 6
Años Metálicos un suplemento llamado Cerdos & Peces, que luego se transformó en revista, actualmente de culto. A Symns no le pasó desapercibida mi pasión rockerometalera (ni mi look, claro: alguna vez tuve pelo largo) y me ofreció escribir una sección sobre el tema. Así empecé, y una cosa llevó a la otra: por estar escuchando radio en el momento debido, respondí a un anuncio y terminé colaborando en la efímera revista Rocker para luego coproducir otra plenamente dedicada al heavy metal y llamada Riff Raff. Esta tuvo corta vida y módico éxito pero además de transformarse con los años –para mi gran asombro- en revista de culto, sirvió como mi bautismo de fuego en el rol de secretario de redacción (tenía sólo 20 años) y como la primera gran plataforma seria para expresarme sobre lo que era mi otra gran pasión: la música y en particular el rock, con todo aquello que lo rodeaba y nutría. Esto pude perfeccionarlo poco tiempo después en la revista Madhouse, que acompañó la explosión rockera de los noventa y donde continué contando todo aquello que me tocaba atestiguar. Hoy, 35 años después del comienzo de esta historia en Argentina y con mucha agua que ha corrido bajo el puente, aún conservo la esperanza de seguir estando en el lugar correcto, en el momento justo. Como aquí, en la antesala de los relatos que vienen a continuación -y se anticipan muy jugosos- de quienes tuvieron el desatino o la fortuna de ser protagonistas de aquellos días inolvidables de una década irrepetible. Este libro que el amigo Fabio me invitó a prologar es, quizá, una invitación del destino para que revivan o descubran cómo fue y de qué se trató todo y les sirva de inspiración a ustedes, lectores, para crear su propio camino, sus propias obras, su propia historia: están en el momento justo y en el lugar correcto, que comienza a la vuelta de esta página. Frank Blumetti
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NOTA DEL AUTOR El por qué de este libro…. Me lo han preguntado varios. A comienzos de los ’80, cuando tenía unos siete u ocho años, empezaron los primeros programas de videoclips. Sin recurrir a Google, recuerdo a “Música Prohibida para Mayores” y “Música Total”. Allí los vi por primera vez….. Sí, eran ellos. Kiss haciendo “I Was Made…”. Y ahí cambió todo. El flasheo ya lleva casi 35 años. Me pasé la infancia jugando a que era Ace haciendo sus solos espaciales, sacando la lengua como Gene o haciendo un playback que Paul hubiera odiado. Y mis viejos, creyendo que era un fetiche de pendejo, me compraron el cassette de “Love Gun”. Para qué…. Ya en la secundaria, alguien me hizo escuchar Metallica, obviamente en un TDK regrabado 20.000 veces, y Riff, y V8, que a esa altura creo que ya no existían. Tenía 13 años y se abría un universo musical enorme por delante. Tachas, cueros, poder, violencia…. Era lo que me gustaba e identificaba. Compraba la “Metal”, pero había algo que no me cerraba, hasta que encontré lo que definitivamente quería. Un día pasé por un kiosco y lo vi a Blackie en medio de calaveras…. Era la “Riff Raff”, del señor Frank Blumetti, que hoy nos acompaña con el prólogo. Eso era lo que buscaba. 100% metal. Así conocí el glam, y los Twisted Sister y WASP ya se me hicieron compañeros inseparables. Igual situación con la NWOBHM y Maiden, Saxon, etcétera….Caso raro quizás, me gustaban tanto el punk como el metal. Muchos dicen que tienen diferencias irreconciliables, sin embargo yo le encuentro más similitudes que disidencias….. Como buen jovato, me quedé en la escena de los ’80 y ’90, donde el metal tenía esas cosas de las que hoy (me parece) adolece. Ver a Halford, a Dee Snider o a Blackie Lawless era como entrar en una especie de ritual, de fiesta pagana, con fuego, sangre y muchas cosas que hacían al heavy absolutamente diferentes a lo demás. Hoy, como verán en el libro, ha habido una gran apertura de cabeza. Digamos que el metal se ha aggiornado a los tiempos. Y está bien. La escena es mucho más ecléctica que en aquellos años. No obstante, quienes han vivido esa época, nunca podrán olvidarse de aquel mundo de cueros, tachas y cuernos….. Este libro es un homenaje, no sólo a la música que seguramente me va a hacer la segunda de por vida, sino también a aquellos que (permiso, lo robo por un ratito) “lucharon por el metal”, en épocas complicadas y en un contexto social y económico que no era de los mejores. No había equipos, no había materiales, pero ellos (y ellas) se la jugaron a puro huevo y corazón. Por ellos y para ellos, este libro.
FABIO
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LOS PROTAGONISTAS
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GADY PAMPILLON Habría que meditar cuándo el metal llegó… Creo que cada época tuvo su metal diferente... Hubo un tiempo en que los Stones era "metálicos" para la vanguardia de músicos de rock and roll. Luego la mágia era setentista, con Black Sabbath, Led Zeppelin, Deep Purple, y otros, que ya eran rotulados como “metálicos” por aquellos años. Creo que la verdadera época del metal surgió llegando los ‘80, ya con una sofisticación más marcada del sonido, e inclusive del negocio que todo aquello generaba, y generó. Y diría que sigue generando aún hoy... con bandas como Judas Priest, Iron Maiden, y muchas más, de manera que uno
que iba consumiendo rock, iba a su vez mutando sus gustos según lo contemporáneo que iba surgiendo, y así ingresé al metal, en esa mutación, desde Led Zeppelin a AC/DC, Van Halen, o más pesados aún, como Accept, o Wasp, llegando a Alice in Chains o Pantera, entre otros. Creo que mi llegada al metal, fue un proceso que resultó de todas esas corrientes, finalmente emparentadas... En mi época adolescente, era realmente difícil estar informado, mucho más aún estar al día con las discografías, en un contexto donde el disco no era un producto... era como comprar un libro... y no cualquier adolescente tenía acceso a comprarlo en la medida de sus ansiedades. Las notas en las revistas venían de segundas y terceras manos, generalmente traducidas de revistas extranjeras, con ilustraciones de pésima calidad, y hasta era muy posible que los volúmenes de discos llegasen a total destiempo. Quizás disponías del volumen tres, y al tiempo aparecía el uno, sin correlación alguna... En aquellos días todos estábamos alerta a la compra de los amigos, y nos juntábamos a escuchar en grupo nuestros discos, en una ceremonia muy cuidada, en silencio todos, analizando cada parte, cada instrumento, cuidando de no patear el Winco, para que no salte la púa. Luego llegó el cassette, y la posibilidad de regrabar viejos TDK que daban vueltas y vueltas por diferentes aparatos, de casas distintas, de mano en mano... Las radios no difundían lo que nos gustaba, teníamos que escuchar largos programas en la FM para esperar algún pequeño tramo en donde pasaban un temita de Deep Purple, o Kiss, o lo que sonara más pesado y rockero... No fue fácil, pero fue posible... Mis preferencias e influencias pasaban por Creedence, Jimi Hendrix, Led Zeppelin, Deep Purple, más tarde llegarían Van Halen y AC/DC. Tuve enormes influencias del blues, como 11
Años Metálicos Johnny Winter y Eric Clapton, quienes luego me llevaron a los viejos negros, Freddie King, Muddy Waters, Albert Collins... un tanto variado lo mío, mezclando dos corrientes que también supieron emparentarse, a mi modo de ver: el blues y el metal. Y el hard rock, inclusive... Pero debo reconocer como mi gran influyente a Jimmy Page. Lo admiro con locura, aunque otros fueron tan importantes como él. Hoy veo a la escena un tanto futbolizada. Mucho marketing y poco arte. Demasiado sonido y poco dedo. Demasiada perfección y poco error humano. Demasiado cerebro y poca sangre... Espero una reivindicación artística, y la imagino volviendo a la naturaleza real de las cosas, sin tanta pomposidad técnica. Si bien ha habido una apertura cerebral, creo que se ha perdido también un poco el curso. A veces creo que hoy la música es más ambiental que sensible o sensitiva. Me molesta que se rotule algo como rock, y esté tan lejos de serlo. Y si la apertura sostiene ese tipo de confusas mixturas, no me sirven. Particularmente creo que hay un formato que respetar, aunque suene conservador de mi parte, que, por supuesto, no es la única verdad. Pero soy insobornable en ese sentido, a lo Pappo, quien, dicho sea de paso, fue otra gran influencia en el camino de las generaciones rockeras, si hablamos de lo nacional. En este momento estoy haciendo una especie de power blues, o sea, demasiado rockero para el blusero y demasiado blusero para el metalero, aunque insisto en el parentesco. También estoy experimentando Tango Duro, lo que interpreto en una fusión distinta, con una base de guitarras podridas fundidas con fuelle o contrabajo acústico y hasta cantado como se canta verdaderamente el tango, sin rockerizarlo, y me está resultando algo muy interesante. El paso por cada banda significa aprendizaje, sobre todas las cosas. Más aún después de haber tenido la suerte de compartir momentos con grandísimos músicos, en muchos casos admirados desde chico. He aprendido mucho de cada uno de ellos, sin que necesariamente toquen mi instrumento. Haber tenido detrás mío a Vitico y Michel Peyronel, fue único... como haber tocado con Pappo, Spinetta, y tantos otros íconos de mi juventud. Haber estado tocando al lado de Rudy Sarzo, el bajista de Randy Rhoads, no tiene precio alguno. He aprendido hasta de quien jamás hubiera pensado que podía enseñarme algo…. Grave error. Todos tienen algo para enseñarte. Mis primeras bandas fueron nacionales: Almendra, Vox Dei, Pappo`s Blues, Pescado Rabioso, El Reloj, Color Humano. Creo que mi primer grupo en vivo fue El Reloj, uno de mis preferidos hasta que descubrí a Led Zeppelin y Deep Purple...
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SILVIA GERS Ingresé a Las Brujas por un aviso clasificado que había salido en Segundamano, un periódico de venta/compra y servicios, donde buscaban violera para una banda de mujeres. En aquella época yo escuchaba más blues y rock: Led Zeppelin, Steve Ray Vaughan, Janis Joplin, Deep Purple, John Lee Hooker, y guitarristas del palo del flamenco, como Paco de Lucía, pero bueno, voy a la audición, ponen un tema de Judas Priest y empiezo a tocar arriba de la canción. Luego Graciela me pasa un par de temas de Las Brujas y me pide que solee y así lo hago. Digamos que mi incursión al metal fue a partir de mi ingreso a la banda. Ahí comencé a escuchar Van Halen, Steve Vai, Scorpions y AC/DC. La manera de tener ese material era a través de los discos y los cassettes que salían a la venta, o grabaciones que me pasaban las chicas de la banda. Digamos que mi mayor influencia de guitarristas fue en el palo más del rock, como comenté antes, pero al acercarme al metal sin lugar a dudas me hipnotizaron Steve Vai, Eddie Van Halen, Joe Satriani, Yngwie Malmsteen… En ellos tenía mi mayor influencia. Creo que el final de los ‘80 y hasta mitad de los ‘90 la escena metalera fue muy fuerte, con muchas bandas que nacían y se desarrollaban con un sonido imponente. Un período muy prolífico. Festivales, revistas especializadas...convivían bandas de hard rock, heavy clásico y thrash metal. Si bien la convivencia entre bandas del palo era "amable", había cierta resistencia por parte del público masivo, que consumía otro tipo de música. No obstante, es a partir de los ‘90 que Rata Blanca se hace popular con su disco "Magos, Espadas y Rosas" y llega a un gran público, generando un espacio que ninguna otra banda había logrado. Obviamente Hermética, Almafuerte luego y muchos años atrás Riff habían sido los grupos más reconocidos, pero siempre en la escena perteneciente al mismo género. Rata abrió todo el panorama. En este momento hago fusión con música de raíz latinoamericana: bossa, candombe, folklore, blues, flamenco, pero siempre con guitarras bien contundentes. Y siempre 13
Años Metálicos participo como invitada en conciertos de bandas de hard rock. Es una manera de despuntar el vicio (risas). Mi paso por Las Brujas fue sumamente enriquecedor, no solo en cuanto a lo musical, sino que durante los años que formé parte de la banda, cada una de nosotras fue creciendo a la par de la otra. Pisando escenarios maravillosos y caóticos. Sintiendo cuando el público nos miraba con recelo antes de arrancar con la primera nota y luego terminaban rendidos ante la banda. Fue una experiencia hermosa. Pero recién hace unos años atrás tomé conciencia de lo que significó el grupo para esa época, en donde no había ninguno conformado con mujeres en su totalidad y que hicieran heavy, y fue a partir de recibir mails de fans de la banda o de revistas que querían hablar conmigo acerca de ese momento. No dejo de sorprenderme cuando me escriben de Colombia o Perú chicas que hacen heavy, diciendo que nos han tomado como inspiración. Es algo muy fuerte.
FERNANDO NOCITO Mi llegada al metal es a través de Deep Purple. Cuando escuché “Machine Head”, no podía creerlo. En esa época escuchábamos también rock progresivo, pero lo que nos rompía la cabeza era Purple. Luego AC/DC, Iron Maiden, nos influenciaron mucho; Judas, y nos encantaba Riff, obviamente. En el parque Centenario también descubrimos otros pelilargos mugrosos como nosotros y cada vez nos volvimos más extremos. Luego conocimos a Ricardo Iorio, que vino al ensayo alguna vez y nos invitó a telonear a Hermética en Cemento. De ahí nos hicimos amigos y hasta fuimos de gira con la “H” a Córdoba. Para nosotros, es inolvidable. Nos juntábamos en el parque Centenario y también en el Rivadavia los domingos. Había mucha gente con cassettes y vinilos históricos, que vendían al público en general, pero entre los metaleros nos pasábamos todas las bandas que nos volaban la peluca. 14
Años Metálicos Entre mis influencias debo destacar a Pappo, Iron Maiden, Purple, Rush, Dio, Black Sabbath, Motorhead, V8, Hermética y Manal. Cuando tenía 15 años logré contactar a Claudio Gabis y me dio unas cuantas clases, pero en esa época me resultó muy blusero. ¡Yo quería más rock pesado!. En algunas cosas la escena está igual. Por ejemplo, se nota mucho cuando viene alguna banda de afuera que tiene la banca de una discográfica y termina siendo una bestia mundial indiscutible. Al igual que antes, lo mejor es el under, porque ahí no hay otra cosa que amor por lo que hacés y no está la guita de por medio, que termina desvirtuando todo. Entre las cosas que han cambiado, me parece que son elementos que se modificaron un poco en el resto de la sociedad actual, porque el metal también es un producto social, que surge como el rock, pero más rebelde y extremo aún. Y lamentablemente creo que el sistema ha ido limando un poco las cabezas rebeldes, con tecnologías bobas que tienen a muchos como idiotas. El metal era el grito rebelde del proletariado y ahora eso casi no existe, casi nadie se rebela, la gente va a Mc Donalds, a Starbuck, a Carrefour, y todas esas cadenas y se olvidan de que nos chupan y matan nuestras costumbres, nuestros barrios, sus almacenes y bares. No quiero decir con esto que lo que viene de afuera sea malo. Creo que hay cosas geniales, de las cuales hemos aprendido mucho y tenemos mucho por aprender, pero hay que cuidar también lo nuestro, que es auténtico y genuino, igual que lo de afuera. Y saber ver cuándo algo está demasiado armado por productoras que solo tienen que vender y cuándo es algo artístico, genuino y real con un mensaje revelador sobre nuestra sociedad. No veo con claridad una apertura de cabeza. Creo que por un lado algunas se abrieron, pero otras se cerraron. Por un lado tenemos una diversidad de género rockero-metalero inagotable. No te alcanzan diez vidas para escuchar todo lo bueno que se hizo y que está casi a disposición inmediata, y por otro lado creo que el exceso de material termina abrumando un poco, como que se pierde el sentido. A lo mejor son momentos, donde uno se pierde escuchando miles de temas y bandas, pero después se retoma la búsqueda interior. No lo sé… Si bien somos tres ex- Krupp en Troncho, hacemos rock bien pesado, pero siempre tratando de buscarle la vuelta, para que sea musical, y con buenas letras. También es increíble que a esta altura sigamos experimentando, por ejemplo, con un cantante nuevo, Guille (“Japonés”), que nunca había cantado en su vida. Eso es genial. Además tenemos hijos varones, que armaron su propia banda, "Sin Final". Vienen sonando muy bien, y nosotros los acompañamos un poco. Ya ni me acuerdo de las primeras bandas que ví en vivo (risas). De los grupos under es difícil acordarse, porque muchos duraron muy poco, pero recuerdo escuchar a Sumo en el Gran Rex, Hermética obviamente, Riff, Iron Maiden en Ferro, la primera vez que vino. Un poco más under: Asesino Violeta, Hammer, Tren Loco, Horcas, Militia, Escabios y Nepal.
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DANIEL TELIS ¡Gracias Judas Priest !. Se lo dije a Tipton cuando lo conocí. Yo venía de tocar músicas como jazz y flamenco fusión, funk y otras, hasta que un día vi el video de Freewheel Burning y me voló la cabeza. Desde ese exacto momento puedo decir que llegué al metal. Cuando empecé a escuchar heavy, el género estaba en un momento de transición, donde el hard rock, el metal o el glam estaban creciendo y comenzando a sonar en las radios, y luego llegó a la televisión, con programas de videos que pasaban nuestra música. Fue una época donde al principio hubo que remarla mucho, pero después pudimos convivir de igual a igual con bandas pop, punk o de cualquier estilo. Fijate que con Mordaz tocamos en el festival de La Falda en el mismo escenario que Virus, Soda Stereo y La Torre. Extraño eso, me parece que ahora es más cerrado, cada banda en su quintita y así nos perdemos de la apertura cultural. Mis influencias fueron Judas, Scorpions, Megadeth y muchas más bandas. Entre los violeros, Steve Vai, Joe Satriani, Ingwie Malmsteen, Marty Friedman.... En los ‘80 nuestra música explotó; en los ‘90 se desintegró, salvo Metallica y Megadeth, y en el siglo nuevo comenzó a resurgir. Y en nuestro país se encerró en un gueto que le va a hacer muy mal al movimiento. El año pasado fui a tocar al Cosquín Rock con KZ4! en un escenario al costado del principal. ¿Qué es eso?. ¿Solo se trata de la venta de cd’s?. ¿Y qué pasa con lo que decimos y con lo que tocamos?. Yo combatí con los prejuicios desde el comienzo. No podíamos tocar en ningún lado si decíamos que hacíamos heavy metal, porque tenían miedo que rompan todo. De a poco fuimos revirtiéndolo, los músicos y el público honesto de metal que hizo el aguante. Después, en festivales metaleros con Mordaz tocamos en Obras, el festival de la Falda, en Paraná, en la playa… con Kamikaze en Obras, en Vélez, en el Superdomo, y siempre con todas las bandas organizamos juntos shows en teatros. Iba mucha gente y siempre fue una fiesta. Hoy veo grandes festivales con bandas extranjeras, uno para bandas argentinas convocantes y un montón de bandas chicas que pagan para tocar. ¿Eso es apertura ?. Hoy en día tengo dos bandas, Daniel Telis Project, donde hago exactamente lo que se me canta. Puedo mezclar toda esa música que tocaba cuando era adolescente: jazz, flamenco, blues, rythm and blues con el metal. Y encima hacerlo instrumental… El Project va a seguir 16
Años Metálicos siempre paralelamente a cualquier otra banda que tenga. Mi banda de heavy metal es KZ4! y con ellos hacemos metal pero con un sonido hiperpesado y actual, aunque no perdemos la melodía y el trabajo de guitarras gemelas. Cada una de las bandas por las que pasé me dejó muchas cosas buenas. Lo malo o la gente con la que no volvería a tocar lo dejo de lado y trato de rescatar lo positivo y la amistad que hice con los músicos con los que compartimos años de trabajo, de pegar afiches, de ilusionarnos juntos y de disfrutar lo que hacíamos. Cada paso que fui dando en mi carrera fue mejor y siempre me convocaron, nunca pasé por una etapa en la que no supe qué hacer musicalmente. Siempre hubo una propuesta, por eso tuve que hacer convivir mi carrera solista con mis otras bandas. Todas mis bandas me hicieron crecer. Cuando era chico veía a El Reloj todos los fines de semana (fan incondicional), a otras bandas nacionales como Pappo’s Blues, Alas, Crucis, muchas de ellas en el Luna Park, donde también vi bandas y solistas internacionales de jazz y fusión, como John McLaughlin, Hermeto Pascoal, Jaco Pastorius con Water Report, Egberto Gismonti. También asistí a los shows de Charly García en Ferro, Bon Jovi en Vélez, el Monsters of Rock en Ferro, Vai en el Gran Rex varias veces, Satriani, Paco de Lucía. En fin, muchísimos….. A lo largo de tantos años, toqué en El Reloj, Mordaz, Kamikaze, Animal, Alianza, Barilari, KZ4! y por supuesto Daniel Telis Project. Además de esto soy sesionista y productor de muchas bandas y solistas.
ENRIQUE GOMEZ YAFAL La clave de mi llegada al metal, en mi adolescencia, es Led Zeppelin. “Zepp II” marcó un antes y un después para mí. Yo venía de The Beatles, pero esa Les Paul furiosa, Plant, Bonzo y el exquisito John Paul Jones me marcaron a fuego. Luego de la universidad, volví a tocar a pleno y ahí conocí a Miguel Oropeza. Con él comencé a componer por primera vez. Nuestra meta era hacer buenas canciones de metal. Escuchábamos AC/DC, Judas, Maiden, Dio, Ozzy... y ahí nació el metal para mí. Para escuchar, estaban los vinilos prestados -siempre odié el cassette- aunque tuve que hacer la excepción con “Holy Diver”, que sólo lo conseguí en ese formato. De paso, está pésimamente traducido como "Buzo Sagrado". Es "El que se adentra en lo Sagrado", muy jodido para "castellanizar" (risas). Ese fue siempre un verdadero problema a la hora de escribir letras en castellano y sonar a metal internacional.
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Años Metálicos Luego, Roberto Cosseddu tenía una disquería muy conocida, "Music Shop", y traía muchísima información y material importado, que compraba en sus viajes. Él fue una fuente de data notable en esos primeros momentos. Y por supuesto, "Cuero Pesado", el programa de radio que marcó a una generación. Casi me olvido. Íbamos a "Cotorras", un local en la avenida Belgrano o Independencia, no recuerdo, en donde, en el sótano, al fondo, pasaban videos de Scorpions, Dio, Judas, Maiden, AC/DC y muchísimas bandas más. Además se tocaba en la planta baja. Toqué allí al menos dos veces, lleno hasta afuera de gente, en festivales metálicos. ¡Era la prehistoria!. No tuve influencia de músicos metaleros locales, excepto de los otros miembros de la banda. De afuera, siempre me gustó Dio, no solo él, sino la banda en la era Campbell. Ese formato compacto y aguerrido, diferente a mis otros referentes, Judas Priest, que trabajaban con violas "gemelas" y armonizaban los solos. También tomábamos ideas de Ozzy, de la era Jake E. Lee, "Bark at the Moon" y demás. Era la prehistoria de la escena metalera, pero alguien debía hacerlo, ¿verdad?. Hacíamos lo que fuera para rockear, ya sea fabricarnos los equipos, forrar los cascos de la bata de otro color, fabricar los volantes a mano, pegar los afiches en la calle a la noche el día antes del show para que no nos los taparan otras bandas... Pulmón y corazón, todo junto. Todo era nuevo, desorganizado, pero excitante. Había que voltear las barreras en las radios, en la televisión, en los medios de prensa masivos... y se hizo. Ayudó mucho Riff con su masividad, sin desmerecer a V8. En relación a la apertura de cabeza que tuvo la escena, no sabría qué decirte. Siempre fui abierto de cabeza, y mis amigos y miembros de las bandas donde toqué, también. No fui muy cercano a los "cabeza cerrada", no. Estas tres décadas fueron años de mucho esfuerzo, trabajo intensísimo, a veces muy dificultoso. Pero la música que hice o colaboré a hacer estará allí para siempre en la nube y fue hecha para los fans. Por eso es un orgullo para mí que me reconozcan y me saluden con afecto. Ellos lo saben. Fui a tantos shows...Te digo el primero: Vox Dei y Alma y Vida en el aula magna del colegio Antonio Devoto. Volví a mi pieza totalmente determinado a saber qué era lo que había tocado Ricardo Soulé en un solo en su Gold Top... ¡y era la pentatónica menor de E! 18
Años Metálicos (risas). No sabía nada de nada. Pero ese show me cambió. Quizás debo darle a Ricardo ese hándicap: esto, en mi vida, fue antes de “Zepp II”. Después iba a verlos siempre, como así a La Pesada del Rock'n'Roll, a veces a Arco Iris y, sobre todo, a Aquelarre. Tengo una foto donde estoy parado, escuchando, en la primera fila del concierto presentación de "Candiles", su mejor trabajo, para mí. Pero esto ya no es la prehistoria...es el mesozoico...
PABLO ERZEN Mi primer recital fue uno de Riff en los carnavales de Comunicaciones, en el año ’81. Yo iba a la primaria todavía, y escuchaba cosas rockeras tipo Kiss, Queen, pero Riff me voló la cabeza. Esa fue mi primera experiencia metalera. Después, al año siguiente, en el B.A. Rock, vi el legendario recital de V8. Ahí fue el comienzo del movimiento metalero argentino, ¡ahí muchos pendejos nos hicimos heavies!. Al toque me compré “Luchando por el Metal”, que era como un manual de metalero pesado. Luego conocí a toda esa primera camada de bandas, como Bloke, Thor, Hellion, 666, Belcebú, Tonelada y empezamos a armar nuestros primeros grupos. En esos tiempos, el metal se escuchaba como se podía. A veces agarrabas un bloque metalero en algún programa de videos. Si no, estaban los video-bares como “Vinicius” y “Cotorras”, y las disquerías de Cabildo, como “Killer Trip”, y el parque Rivadavia. Ahí intercambiábamos discos de vinilo, como dice la letra de Ricardo Iorio, y nos enterábamos de las novedades. Te influenciaban hasta en la manera de vestir. Estábamos pendientes de todas las declaraciones y todo lo que se pudiera saber: ideología, gustos musicales…. En una edad en la que estás buscando una identidad, todo eso era muy importante. No veo con nostalgia esa época. Siento que la escena era muy cerrada, y tengo una teoría al respecto. Como recién se estaba formando, había que cerrar filas y adquirir una identidad muy marcada. Hoy la escena está más consolidada y es más ecléctico todo. Eso sí: todo era muy pasional y precario, romántico, tipo preparar fechas con meses de anticipación, volantear por todos lados. No estaba la rapidez con que se arman fechas hoy. Ahora podés programar una fecha para este sábado. Basta colgar un flyer en internet y listo.
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Años Metálicos Tomo muy bien la apertura de cabeza que ha tenido el movimiento en los últimos años. Siempre es mejor sumar, escuchar distintas opiniones, distintos estilos; si no sería aburrido. En este momento hago la misma música. Volvimos con Militia en 2012, y seguimos haciendo thrash vieja escuela, pero me siento más afianzado como músico, más seguro y disfruto mucho más tocando ahora que antes.
FERNANDO PEREYRA Considero que siempre tuve la suerte de haber escuchado música de buena factura. Culpa de un tío hippie que luego se convirtió en mi amigo y, más tarde, en mi hermano. En el viejo chalecito de Ciudad Evita nos pasábamos noches, siendo yo muy pequeño, escuchando discos de Jethro Tull, Focus, Yes y demás bandas de rock progresivo. Aunque todo cambió con la llegada a mis manos del disco "Destroyer", de Kiss. Nada fue lo mismo después de escuchar "Detroit Rock City". Fue aproximadamente en el año 1979, cuando yo cursaba mis últimos años de escuela primaria. Era tremendamente costoso conseguir el material. De esos años conservo una edición en cinta de "Paranoid" traído por un amigo en un viaje al gran país del norte (que no es Santiago del Estero, eh…). Luego comenzaron a aparecer locales como "Killer Trip" en la galería "Mahipa II", o "RocknRoll", en Cabildo y Roosveelt. Eran casi de visita obligatoria. Ahí grabé los primeros discos de los Priest. Recuerdo un local en Flores llamado "Vinicius", ubicado en un primer piso de una galería, donde periódicamente íbamos a ver en pantalla gigante el "Screaming for Vengeance Tour"... Era patear y patear. Grabar de un cassette que tenía el amigo de un amigo. Los buenos viejos tiempos... Desde las cuatro cuerdas Geezer Butler me partió la nuca de entrada. Luego Harris. Luego Burton. Aunque creo que el que más me marcó, no tanto por su virtuosismo, sino por su sonido y la abrumadora imagen del tipo, sin duda es Lemmy Kilmister. Cantantes, los clásicos. Dio en el indiscutible primer puesto, Halford… Me gustaba mucho el gordo Di’Anno. De hecho siempre preferí "ese" Maiden. Guitarristas hay muchos y cada uno es el padre de un estilo. Iommi, Blackmore...Me encantaba el tándem de los Priest. Sobre todo a partir del "Screaming…". Luego aparecería el stacato en semifusa de "Kill’ Em All" para patear todo a la mismísima mierda. Ese disco es, para mí, fundacional.
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Años Metálicos La escena de aquellos años era "honesta". Se hacían las cosas a pura pila, autogestión y precariedad. Pero la pasábamos de puta madre. Tocábamos todas las bandas con los mismos equipos y la misma batería. A partir de comienzos de los noventa, debido a algunos problemas de índole personal, me torné algo inestable como compañero de banda, y me tomé un sabático de diez años para resolverlos. Luego consideré que ya era tiempo y hoy estoy haciendo nuevamente música, motivo por el cual desconozco la evolución de la escena luego de esos años. El heavy metal siempre fue, en mi opinión, una de los géneros más dinámicos en cuanto a la incorporación de elementos nuevos y más meritorios instrumentalmente. Celebro el extraño coctel en el que han derivado innumerable cantidad de bandas. Junto a ello, me satisface la tolerancia que parece haber adquirido el público. En los primeros años había enormes problemas a la hora de juntar bandas con distintos géneros y tendencias. Yo mismo lo he experimentado con mi primera banda,"Sucia", con la que hacíamos algo parecido al primer GBH, y aunque nos considerábamos metaleros escuchábamos todo el tiempo bandas como Kennedys o los primeros trabajos de Ratos de Porao. Era una época donde la mayoría de los festivales aceptablemente gestionados eran punkies. Solíamos frecuentar esa escena... con el pelo largo hasta la cintura. Los muchachos de cresta nos observaban de lo más extrañados. Lo mismo nos pasaba con el público heavy al escucharnos hacer algo parecido al hardcore. En fin... Con el tiempo he ido incorporando algo de técnica y lectura musical. Siempre tuve la cabeza bastante abierta en cuanto a la música que me gusta hacer, así como también la que me gusta escuchar. De momento estoy participando en dos proyectos. Uno es el reciente armado de las líneas de bajo para una ópera rock llamada "Malón de medianoche". El proyecto es de unos viejos y queridos amigos que confiaron en mí para hacerlo. Se trata de fusión progresivo-folklore. Luego estoy en el germinal de un proyecto personal de jazz fusión, con algunos elementos de funk y de progresivo. Somos, por ahora, un power trío, pero espero pronto incorporar algunos matices más. Mi paso por las bandas que integré significa, básicamente, orgullo. A lo largo del camino uno entabla relaciones que, con suerte, perduran en el tiempo. Por otra parte el haber integrado la escena de aquella época pionera, llena de limitaciones aunque con mucho corazón, te colma de recuerdos impagables. Todavía conservo grandes amigos, como Marcelo Van Diest, Willie Urroz, Walter Sierra. Me veo cada tanto para tomar alguna fresca con Walter Toscano... En fin…. Viejos compañeros de ruta. Mi primera banda en vivo fue V8 y todos sus soportes. Estuve en la serie de conciertos del microestadio de Atlanta, los vi en el Rialto, gratis en Munro, B.A. Rock, en Huracán de San Justo, Biblioteca de Olivos, La esquina del Sol. Riff... Bueno, los recitales de Riff eran ceremonias de otro mundo. Recuerdo Obras (Riff en Acción), B.A. Rock, Ferro (“Acaba el año sin cadenas”)... Tantos…. Internacionales no llegaba demasiado en aquellas épocas. 21
Años Metálicos Pero no me perdí a Barón Rojo en Obras, con los V8 de soporte, y la gloria fue ver en el mítico estadio de Avenida Libertador a Van Halen.
ADRIAN ZUCCHI Realmente, no dio en forma escuchando
sé cómo llegué al metal. O sí, se absolutamente natural, primero a las bandas de rock de los ’70, después absorbiendo todo lo que apareció en los ’80 y relacionándome con toda la gente que estaba en la misma onda. Cuando me quise dar cuenta, el metal era mi vida…. Se tornaba difícil conseguir material en los primeros ’80, pero ¿viste cuando se habla de la ley de atracción?. La música me llegaba por todos lados: a través de amigos, encontrando algo en el parque Rivadavia o en locales especializados…. Siempre conseguía lo que andaba dando vueltas, incluso hasta las bandas más raras. El primer concierto que vi en vivo fue V8 y Bloke en All Boys. Me partió el bocho. La primera banda internacional que vi fue Quiet Riot. ¡No podía creer lo que estaba escuchando!. Como músico, mis influencias iniciales fueron Pappo y Tony Iommi, aunque siempre fui muy receptivo hacia todo lo que me gustaba, desde las bandas inglesas de los ’70 hasta la irrupción del thrash, que me voló la cabeza. Recuerdo la escena de esa época como algo maravilloso, compuesta por mucha gente con ganas de hacer cosas, pese a no tener grandes instrumentos o equipos. Nos sentíamos parte de algo grande, a pesar de que era todo muy under.
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Años Metálicos Hoy en día, es otra cosa. Siempre estoy a favor de la apertura, aunque no de la banalización. El carácter sectario solo limita las cosas, pero también la masificación hace que se pierda un poco esa cosa especial que había. Creo que todas las cosas en su justo equilibrio, suman. Hoy en día toco thrash metal con mi banda Marginal, aunque también hago cosas diferentes, como jazz y blues. Estuve en muchos grupos, y tendría mil cosas para decir. Hay algunos de los cuales estoy muy orgulloso de haber estado, como Horcas, Darkness, Motor V y Traidor. De otros, prefiero olvidarme…
PABLO DI SANTI Llegó al metal porque un pibe se mudó a mi barrio y tenía una colección increíble de discos. Tendría yo unos 10-11 años. Ese chico era Juanchi Baleirón, hoy en Los Pericos. Ahí escuché por primera vez a Judas, Van Halen y muchos otros, no sólo de metal. Así fue que tiempo después empezamos a seguir a V8 (fui plomo de ellos) y armamos mi primera banda a los 14 años. Se llamaba Post Mortem. En esa época era muy difícil conseguir material, así que grababas, copiabas y escuchabas. El único que tenía una enorme colección, como dije antes, era Juanchi. A mí me gustaban mucho Sabbath, Judas, Maiden, Di’Anno y AC/DC, hasta que escuché a Motley Crue y flasheé, con la estética y la música. Ahí empecé a cantar en una banda glam que se llamaba Whisky. Es que el glam traía mujeres (risas) …. Después nos separamos y formé Fiesta Americana. Había muchas buenas bandas del género, pero Bravo y nosotros tuvimos más difusión por estar en la tele y la radio. Tocamos mucho en Halley y también en el interior, en lugares como Córdoba y Rosario. 23
Años Metálicos Hoy todo es más genérico. No sé si hubo mucha apertura, pero cambió todo, porque hoy con canales de videos y demás, ¿cómo hacés para ganarle a una piba de 22 años linda como Britney Spears?. Hay que encontrarle la vuelta para vender…. Hoy acá en Estados Unidos hago de todo. Justamente ahora estoy grabando en mi casa, armando material. Después de Fiesta Americana estuve un par de años sin cantar, hasta que hicimos Insomnia, con temas en inglés y español. Llegamos a grabar, pero no se editó. Después fui parte de Simbiosis, junto a músicos que hoy están con O’Connor. Me gusta el rock, pero soy amplio. Escucho Foo Fighters, Queens of the Stone Age… La primera banda que vi en vivo fue Queen, a los 13 años. Después tuve la suerte de ver a muchísimos grandes, como The Cure, Poison, los Guns, Ramones y Suicidal Tendences.
FABIAN FERNANDEZ Empecé a escuchar metal allá por el año ’85 gracias a mi primo, que tenía una banda de heavy que se llamaba Doppler, en la zona sur. Él fue quien me regaló mi primer bajo. Por aquella época se conseguían los cassettes de V8, Riff y todo lo de afuera, que siempre se grababa en un doble cassettera. Escuchaba Maiden, Judas, AC/DC, Accept, Metallica, y más tarde Anthrax, Megadeth, Slayer… Siempre me gustó lo más extremo. De esos años también fueron los primeros conciertos a los que asistí. Iba a ver esencialmente a V8 y Riff. Después, con el correr del tiempo, pude ver a Metallica, Slayer, Judas y mucho más. Ya en los ’90, con mis compañeros de Vibrión (que en ese momento se llamaba Chacal), estábamos escuchando cosas como Napalm Death, Obituary, Carcass y demás bandas extremas. 24
Años Metálicos En lo personal, reconozco como influencias a músicos como Steve Harris, Dave Ellefson, Jason Newsted, Alex Webster y Shane Embury. Siempre fueron mi espejo y lo son aún hoy, cuando estamos grabando nuestro nuevo disco. Afortunadamente, veo mucho más fuerte a la escena metalera. De a poco se va viendo que la gente entiende más al metal que hace algunos años atrás, se involucran más con las letras y la música. En definitiva, la sienten de verdad. Estoy muy contento con cómo va quedando la placa nueva. Yo siempre estuve con Vibrión, con idas y vueltas, ya que los demás integrantes viven en Bélgica y a veces se torna complicado, pero con ganas, se puede salir adelante.
MARCELO VAN DIEST Empecé escuchando a Pappo, y un día en el colegio un compañero me dice: “¿sabés que hay un grupo que se llama parecido a vos?...Van Halen”…. Escuchaba rock nacional y a Kiss, Led Zeppelin, Deep Purple , AC/DC. Cuando empezamos con Dr.Jeckyll, escuchábamos Wasp, Motley Crue, hasta que un día llegué a un disco que se llamaba “Kill’em All” y ahí cambió todo… Era difícil encontrar material, la verdad. Casi siempre por amigos que viajaban o los conocidos de las disquerías de esa época (en Belgrano, Flores, o el centro). Siempre me desasnaban y me abrían la cabeza con grupos nuevos. ¿La ventaja de que no era tan masivo?. Y, se podía copiar algún riff y pasaba. ¡Ahora sería imposible!....
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Años Metálicos Mis influencias nacionales fueron Pappo y Osvaldo Civile. De afuera, Mick Mars, Angus Young, Tom Morello, Rocky George y Ace Frehley. Bueno, me fui de Argentina en 2001, y la escena estaba muy fuerte. Muchos más medios y muchas bandas buenas. Creo que siempre hubo mucha calidad y cantidad de músicos underground. Siempre decíamos que en los recitales había 200 personas de las que 150 tenían bandas….. Es buenísima la apertura de cabeza que hay en la escena. Ojalá hubiera habido Youtube y la facilidad de grabar y mostrar videos que hay ahora. ¡Más de 100 recitales con Dr.Jeckyll y ni un video en vivo!. Mi hijo tiene un grupo de heavy en España y graban cada recital y lo cuelgan enseguida…¡Qué envidia!. Ahora hago covers de Pappo, Metallica, y Motorhead con mi hijo y amigos. Lo último que hice como banda en Argentina fue onda Rage Against the Machine, Korn (con el grupo Centroduro), y hardcore puro y duro con N.D.N. Mi trayectoria me permitió conocer mucha gente, compañeros de grupos y músicos con los que compartíamos recitales y giras, intercambios con grupos de afuera y del interior… Un laburo dificilísimo en aquella época. Con Dr. Jeckyll tuvimos muchas formaciones, giras, radios, revistas, mucho público y fans, hacíamos las producciones independientes, que vendimos por todo Sudamérica. ¡Hasta Max Cavalera se llevó un cassette!. Con N.D.N., impresionante. Nunca vi tanta gente en un recital…y estaban sobrios. Nada de cerveza, ni porros, ni nada. También se puede tocar rápido sano. Lleno total en todos lados y muy buenos compañeros de banda. En Centroduro, me encantaba. No tenía que inventar un solo para cada tema. Hacíamos rap-metal y hasta teníamos un DJ divino. Creo que mi primer show fue Almendra en Obras y también David Lebón y Riff. Sin lugar a dudas, el mejor fue Metallica en Vélez, en el ’93. Mi ex mujer estaba embarazada de ocho meses y 10 días…. Siempre digo que mi hijo Walter escuchó a Metallica 20 días antes de nacer…
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GUZZY PERUGINO Por el año ’74, yo ya venía escuchando Led Zeppelin, Deep Purple y Black Sabbath. Ya en 1978, me mudé y conocí gente en la zona de Caseros, San Martín, Villa Urquiza y Florida que venían consumiendo Sabbath, Ozzy con “Blizzard of Ozz”, Mercyful Fate… Luego vinieron Iron Maiden, Judas, Accept… y me volaron la cabeza. Mis influencias como bajista fueron, y lo son hasta el día de hoy, Geezer Butler, Roger Glover, Geddy Lee y
Glen Hughes. Hoy veo que la escena atraviesa un buen momento, especialmente por la llegada de muchísimas bandas extranjeras. En cuanto a lo que respecta al orden nacional, la veo algo floja, aunque hay muchos grupos actualmente que la pelearon y perduran, más allá de sus cambios internos, y eso es bueno y suma para el movimiento. Actualmente, estoy tocando en un proyecto de power metal, tratando de aportar lo aprendido a lo largo de tantos años. Justamente, lo que rescato de mi paso por conjuntos anteriores es eso, el haber aprendido y poder formarme como músico. Todas las bandas me brindaron mucha experiencia.
LUIS YARIA Mis comienzos con el mundo del metal se dan por escuchar bandas como Deep Purple y Led Zeppelin, que fueron de las primeras en hacer rock pesado.
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Tenía la suerte de acceder a mucho material porque el bajista que tocaba conmigo viajaba mucho, entonces traía discos de todos los estilos desde el extranjero. A la hora de hablar de mis influencias, desde siempre fueron Jimi Hendrix, Jimmy Page y Ritchie Blackmore. Está muy buena la amplitud que tomó el género de unos años a esta parte. Si bien ahora me alejé algo del estilo, veo que ahora se toca por todos lados y hay mucha información disponible. Está realmente buenísimo que la gente abra la cabeza, pero no sólo para escuchar un determinado estilo de música, sino para enfrentar la vida misma. Mi paso por cada banda en la que estuve marcó una etapa de mi vida y me enseñó a ser lo que soy ahora. Recuerdo que entre las primeras bandas que escuché y vi estuvieron Vox Dei, Riff, Pappo’s Blues y V8. De afuera, Led Zeppelin fue lo primero y me voló la cabeza….
DIEGO VALDEZ Mi historia con el metal comenzó allá por el ‘82, cuando en un programa musical, de los primeros que hubo y que conducía una tal Marilú recuerdo, me pasaron uno atrás de otro "Run to the Hills" de Iron Maiden y "Freewheel Burning" de Judas Priest, y mi vida cambió... Simplemente no podía creer lo que escuchaba y veía. Yo hasta ese momento escuchaba The Beatles, Alan Parsons, Jethro Tull y Queen gracias a mi hermana mayor. Fue amor a primera vista. De ahí en adelante fue la música que marcó mi vida. Un camino de ida. 28
Años Metálicos Este siempre fue un país complicado para ser músico, doblemente difícil si esa música es metal, y más aún si uno no ha pertenecido a V8 o sus desprendimientos. Nuestro público siempre fue nostálgico y eso jugó y juega en contra de las bandas nuevas. Digo esto como un hecho, no a modo de queja, yo no mido la música desde el resentimiento, lo vivo como una pasión en la cual continúo no importa lo que pase. Ser músico es una condición, uno no elige, uno ES. Después podés reprimirlo o desarrollarlo, eso ya depende de uno. Imaginate una época donde por la escasez todo era precioso, una época donde si veías por la calle a un pibe vestido de negro como vos, lo saludabas sin importar que fuera un desconocido, donde solo tenías dos o tres lugares donde podías conseguir (grabados) los nuevos lanzamientos, que después compartías con tus amigos reunidos todos juntos para escuchar ese nuevo disco, una época donde aparecían bandas que sonaban como nadie más, que creaban géneros, y así uno aprendía y se influenciaba, y se maravillaba también, y también envidiaba a aquel que conseguía algún vinilo (risas). Las casas de los pibes que tenían un doble cassettera eran templos de reunión, los shows de la época, lugares donde descargabas tu adrenalina y corrías riesgos, como el de caer preso a cada rato por portación de cara. Una época mágica, pero de cualquier manera, creo en la evolución, en la profesionalización y en que este momento es diferente a ese, y que el mensaje debe también ser diferente. Esos fueron los años del nacimiento, ahora debemos demostrar que podemos equipararnos con cualquiera y ser tomados en serio. Hablando estrictamente de metal, mis influencias son Ronnie James Dio, Bruce Dickinson, James Hetfield, Chuck Billy, algo de Rob Halford, y hay muchos más que por ahí no son influencias directas, pero que admiro muchísimo. En español, sin dudar Sherpa y Armando de Castro, de mi banda favorita en castellano, Barón Rojo. Antes hablé de rebote acerca de la escena. Profundizando, te diría que en los ‘80 era una escena de ese momento en particular. Veníamos de salir de la dictadura y todo era rebeldía, se hacían las cosas dónde y cómo se podía, sin tener una noción clara de lo que estaba bien y lo que estaba mal. Recuerdo que a las bandas que estaban bien equipadas y trataban de tener algo de producción se las tildaba de "caretas" o "comerciales", una noción bastante 29
Años Metálicos graciosa tratándose de este tipo de música, y sobre todo en este país. Si una banda sonaba bien era acusada de sabotear el sonido de las otras(solía estar en ese grupo) cuando en realidad, y sabiendo ahora cómo son las cosas, se trataba simplemente de que esos músicos se tomaban las cosas en serio. En la actualidad, por suerte, hay muchos grupos que tratan de hacer las cosas bien. Celebro la apertura de cabeza que hay ahora. Como dije, es hora de valorar el talento. Creo que hoy en día el mejor cachetazo al sistema, que está diseñado para meterte el miedo disfrazado de sentido común, es justamente persistir, profesionalizarse y realizarse. Es hora de dejar de quejarse, de dejar de echarle la culpa al mundo, al gobierno, al Papa, a la cumbia, a Magoya y actuar. Aparte de la nostalgia, una de nuestras características como pueblo es ser profesionales de la queja. La gente generalmente no comprende que uno genera su propio entorno. Uno realmente, por acción u omisión, afecta el mundo que lo rodea, desde tu comportamiento en tu propio hogar, lo que tus hijos aprenden, todo… Se prefiere echar culpas y no hacerse cargo de la parte que le toca a uno. También somos profesionales de la rivalidad; Boca, River, Malón, Almafuerte... Es sabido que quien divide reinará, no hay posibilidad de crecimiento si no nos unimos. Confío en que las nuevas generaciones serán menos mezquinas. En este momento estoy como cantante permanente en dos proyectos: Helker, por supuesto, y en Electro-nomicon, banda compuesta por gente estadounidense y por argentinos. También estoy de invitado en una banda alemana llamada Assignment, para quienes acabo de grabar un disco. Este grupo hace metal progresivo. Helker hace metal tradicional en la vena de Accept y Primal Dear, y Electro-nomicon tiene tintes de hard rock. Todas han tenido la fortuna de haber sido editadas en gran parte del planeta. De hecho, con Helker viajáremos a Estados Unidos este año a participar en el Progpower en la ciudad de Atlanta, siendo la primera banda nacional en tocar en suelo norteamericano para un público y en un festival netamente anglosajón. Mi paso por todas las bandas siempre significó aprendizaje. La mayoría de las veces, los recuerdos son con cariño y alegría... Otras no tanto, pero siempre aprendiendo. Mi primer grupo de cabecera fue The Beatles. Con ellos aprendí muchísimo, de chiquito, como un juego. En cuanto a shows, bueno...eran épocas locas, así que mucho no me acuerdo el primero propiamente dicho. Sí iba a ver a V8, a Dhak, donde después canté, al Kamikaze de las primeras épocas, a Cotorras, al Parakultural y adonde pintara. Lo cierto es que mucho no recuerdo….
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BETO VAZQUEZ Recuerdo que estaba trabajando y un compañero me hizo escuchar por primera vez temas de Led Zeppelin, Deep Purple y Budgie. Hasta el momento no había escuchado nada del género, y quedé flasheado. Ahí me enganché hasta el día de hoy.
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Años Metálicos No era tan masivo como los cassettes grabados y casas de música, ya que esto no conseguir algo original. Sí pero era muy poco lo CD todo cambió. olvido y comenzó la sobre lo que estoy mismo el CD época En
ahora, así que comprábamos pirateados en el centro, en varias estaba mal visto, porque era un milagro podíamos comprar algunos LP en vinilo, que había. Más tarde, a los años, con la inclusión del Los cassettes quedaron en el era digital. Una buena razón hablando es valorar hoy original, ya que yo pasé la donde nada se conseguía. realidad tuve muchas influencias, específicamente si querés que te diga por bajistas, ya que ésta es mi área más fuerte, podría nombrar a Geddy Lee ( Rush), Steve Harris ( Iron Maiden ) y muchos más, pero la lista es muy larga. Para ser honesto, me gustaba más la escena de antes, donde se tocaba más con las ganas y con pocos recursos, pero con más corazón, no había tantas divisiones. Hoy tenemos muchas bandas pero todas muy fragmentadas. La música va creciendo, y también es bueno que lo haga la cabeza de la gente. Está bueno que el público escuche diversos estilos, los aprecie y los apoye, si no, no habría evolución musical. Por
ese lado sí está bueno. Hoy estoy haciendo justamente una música un poco más avanzada, donde puedo expresar desde las influencias, hasta el conocimiento que fui logrando en el transcurso de estos años. Mezclar varios géneros, y no encerrarse en uno solo, es lo que forma la personalidad de mi proyecto. Mi paso por cada banda que integré significó un aprendizaje, un crecimiento, y un paso fundamental para que hoy pueda sacar material no solamente en Argentina, sino en todo el mundo. Recuerdo que las primeras bandas que vi fueron V8 y 6L6, entre otras, y en el plano internacional Sepultura, Faith No More, Black Sabbath…. Realmente en esa época estaba muy abocado a lo que fue mi primera banda, Nepal, y no tenía tanto tiempo para ir a recitales como me hubiera gustado.
YULIE RUTH 32
Años Metálicos
Mi
llegada al heavy metal se da de casualidad, a través de Mario Ian, que buscaba bajista para Hellion en los tempranos 80´s, y me paró por la calle y me preguntó a qué me dedicaba y demás. Ahí hicimos una amistad de muchos años. Él me inculcaba todo aquello que era bueno y potente… Eran tiempos muy distintos, donde se acostumbraba a confraternizar con gente que uno recién conocía. Era todo muy fluido. Gracias a Mario y Suny Tinaro, descubrí a grandes bajistas, como Geezer Butler, el de Accept (Peter Baltes), y tantos otros monstruos. A decir verdad, no sé mucho de la escena metalera, pero respeto muchísimo a los dioses como Mario, Beto Zamarbide, Miguel Oropeza. Ellos sí que saben qué hacer y cómo hacerlo. En realidad, yo me considero un artista country que hizo amistad con metaleros en los 80’s y defendió con uñas y dientes cada proyecto casi como si fuese propio, pero lo mío es el country, eso lo tuve muy claro desde que tengo uso de razón musical. Mi paso por cada banda en las que toqué significó lo que soy como artista y persona hoy en día. Compartí momentos de mucha gloria y se lo debo a cada banda que confió en mí. El primer grupo grande que vi en vivo fue V8 en Platense... Pensar que Gustavo Rowek sigue vivito y coleando como nunca… Él es un ejemplo a seguir como los que mencioné anteriormente. Es asombrosa la manera en que han sido fieles al género y se han reinventado una y otra vez sobreviviendo a cada crisis... Después de todo, crisis es crecer... al menos para mí… Ser y parecer, esa es la cuestión…
MANUEL LOPEZ Tonelada comenzó como una banda de rock pesado y éramos Lito Ghidini en bajo, Roberto Valverde en guitarra y yo en batería. Era por el año ’78. Cuando ingresa Rubén Cuenca en voces, más o menos por el ‘82, Tonelada se define como banda de heavy metal. En esa época era muy difícil escuchar a los representes del género. Los discos de Maiden, Judas, Black Sabbath o Motorhead solo se conseguían importados de Brasil. Llegaba muy poco material a nuestro país y solo podías acceder a ellos, si no podías comprarlos, 33
Años Metálicos pidiéndolos prestados y haciendo grabación de grabación de grabación de los cassettes. Nuestras principales influencias fueron, inicialmente, Deep Purple, Led Zeppelin, Black Sabbath, luego llegaron Maiden, Judas, Dio, Motorhead, Saxon, Accept, Scorpions, Metallica, Megadeth y todos los monstruos que había en esa época. De lo nacional, lo principal era V8, Riff y El Reloj. En sus comienzos era muy complicado ser heavy. Éramos todos muy mal vistos: pelo largo, camperas de cuero, cadenas, tachas, en una época que arrancábamos sobre el final de la represión… Simplemente eso nos hacía “diferentes”. Había pocos lugares para tocar, tenías que armar tu propia presentación pegando carteles que vos mismo mandabas a imprimir y repartiendo volantes que diseñabas y te encargabas también de repartirlos en los pocos recitales del palo. Esa también fue una forma de hacerte conocer. Con el tiempo, el apoyo fue creciendo y es así que se dieron recitales como los del club Excursionistas (eventos organizados por “Killer Trip”), los festivales de Atlanta y otros. Hoy tenés mucho más apoyo y lugares donde tocar. Podés elegir qué banda de metal ir a ver un fin de semana, las puertas están mucho más abiertas en todos los sentidos. Esto es una plena demostración de la apertura mental de los organizadores y el desarrollo musical de los representantes del género. Hoy hay una gran cantidad de bandas con un muy buen nivel musical. Tonelada sigue fiel a sus raíces, seguimos haciendo la música que nos gusta manteniendo nuestro estilo musical; es una banda de amigos donde, si bien estuvimos muchos años sin subir a un escenario, nunca dejamos de ser una banda. Es el día de hoy que seguimos haciendo música los cuatro miembros originales. A fuerza de ser sincero las primeras bandas que fuimos a ver no eran precisamente de metal. Solo para nombrar algunas, Queen y Crucis fueron los primeros. Luego vino el metal con Aerosmith, Guns n’ Roses, Van Halen, Pappo, Megadeth, Quiet Riot, Metallica, Judas, Motorhead, Dio con Sabbath, Maiden, AC/DC, luego Satriani, Vai y todo evento que podíamos pagar. Tengamos en cuenta que estoy mezclando épocas, ya que al comienzo, ninguno de estos monstruos (salvo los nacionales) venía a Argentina 34
Años Metálicos Respondí como grupo, ya que acá lo importante es Tonelada, ya que para mí es, como ya dije, una banda de amigos que hacemos lo que nos gusta desde los 20 años.... y hoy ya todos tenemos 56 años promedio y seguimos disfrutando como al comienzo. Hoy tocamos porque nos gusta..... y tenemos lugar donde ensayar (risas)
MARTIN KNYE
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Años Metálicos Es bastante difícil precisar en qué momento exacto empezó mi relación con la música. Lo que sí es seguro, es que fue desde muy chico, ya que tengo una hermana y un hermano bastante más grandes que yo, 13 y 15 años más respectivamente. Mi hermano tenía discos de Deep Purple, Pink Floyd, Black Sabbath y Pappo's Blues, entre otros, y recuerdo claramente que los escuchaba en mi casa y, por ende yo también. Me vienen a la memoria particularmente los discos "Machine Head" de Purple, "Vol. 4" de Sabbath, "Vol. 3" de Pappo's Blues y un disco de Floyd, que no recuerdo el nombre pero me acuerdo que tenía una vaca en la tapa, y de todos esas placas, había un par de temas que me gustaban específicamente: "Highway Star" de Purple y "Sucio y Desprolijo" de Pappo's Blues. Yo no tenía ni diez años todavía. Calculo que estamos hablando del año '76-'77, de modo que realmente el rock ha estado en mi vida desde que tengo memoria. Pienso que esas cosas influyen mucho después en la vida de un músico. El solo de guitarra de “Highway Star” me erizaba la piel, el ritmo del tema me enloquecía, al igual que el del tema de Pappo que nombré antes y uno que me acabo de acordar ahora, que en esa época era sencillamente increíble. Permiso, me voy a poner de pie: estoy hablando de "Stratocaster Boogie", una obra maestra de la guitarra eléctrica de esta o cualquier otra época, que creo que aclara por qué Pappo es quien es, o sea, un grande. Ese posiblemente sea el primer recuerdo claro que tengo del rock y las guitarras eléctricas. El siguiente grupo que me impresionó y terminó de volcarme definitivamente en la música fue Kiss, en el año '79, cuando tuvieron un éxito imparable en todo el mundo con el disco "Dynasty". Yo estaba en sexto grado y tenía 12 años. Desde ese momento en adelante, creo que mi vida cambio para siempre. Mis ídolos futbolistas de esa época fueron cambiados por músicos y ganas de tocar algún instrumento. Quería tocar la batería y me había armado una con baldes en la terraza de mi casa, con la cual volvía locos a todos los vecinos y demás personas que tuvieran la desgracia de estar en las cercanías La verdad es que la batería era un instrumento caro de adquirir, de modo que como mi hermano tenía una guitarra española dando vueltas por ahí, de a poco empecé a agarrarla y ver qué podía hacer con ella. Ese fue mi primer contacto con la guitarra. A los 14 años tuve mi primera guitarra eléctrica, y de ahí en más no recuerdo haber hecho otra cosa que no sea tocar la guitarra. Comencé a sacar temas de oído de Kiss, Riff, AC/DC, Sabbath y Purple. Un clásico de esa época era intercambiar discos con algún otro fan del metal (no había demasiados) y grabarlo en algún cassette virgen. Por ejemplo, si yo tenía un disco de Judas lo llevaba al colegio y lo intercambiaba con alguno que tenía uno de Motorhead. Cada uno se llevaba el disco del otro a su casa, se lo grababa y al otro día se devolvían. De ese modo de a poco te ibas armando una discografía. Comprarlos ya era más complicado, porque la mayoría eran importados, y no solo era muy difícil conseguirlos sino que además eran muy caros. Eso empezó a cambiar un poco aproximadamente en 1983, donde empezaron a aparecer los primeros discos brasileños, que tenían muy buena edición y además eran 36
Años Metálicos bastante accesibles. Recuerdo mis primeros vinilos de Iron Maiden en edición brasileña. Todavía tengo "Iron Maiden" y "Killers" Entre 1983 y 1985 me compré un montón de material de Maiden, Judas, Saxon, Motorhead, AC/DC, Van Halen, Sabbath y otros. La otra opción era la radio, y grababa bastante de ahí. Había dos programas exclusivos de heavy metal, el legendario "Cuero Pesado" conducido por Daniel Aguilar, y otro que se llamaba "Lagunas". En esos envíos solo se escuchaba metal y el cassette virgen estaba siempre preparado ahí para apretar el "Rec"... Pura piratería (risas). Mis influencias musicales en general eran básicamente de esas bandas que nombré antes, y en particular como guitarristas diría que Angus Young, Eddie Van Halen, Ritchie Blackmore y Pappo fueron los primeros violeros que me influyeron. Es muy distinta la escena actual en comparación con aquella. Es completamente otra cosa. El mundo cambió y una herramienta como internet es obvio que cambia muchísimo todo lo que es promoción y difusión, y como toda aparición tan extraordinaria como esa, tiene su lado positivo y su lado negativo. Es genial poder difundir una banda a través de un canal como Youtube por ejemplo, tanto como ver videos o escuchar música de tus bandas favoritas. Incluso la colaboración entre músicos de distintos países en la misma grabación simplemente mandándose los archivos a través de la web y cada uno grabando en su casa. Todos esos son algunos de los aspectos positivos de la utilización de la tecnología moderna. Pero también tenés aspectos negativos, como por ejemplo que haya una cantidad infinita de bandas "virtuales", es decir bandas que tienen uno o dos discos y que solo tocaron en vivo una vez en el pub de la esquina, que ni siquiera tienen una formación real o estable, dado que hoy por hoy una sola persona en su casa puede grabarse un disco usando samples e instrumentos virtuales que los dispara un sequencer en una PC. Eso hace que se llegue al absurdo que haya más bandas o "músicos" que público. Yo pienso que un músico o una banda se hacen en el escenario, "viven" en el escenario, sobre todo en lo que a hard rock o metal se refiere. Este estilo de música cobra su verdadera dimensión cuando un grupo sube al escenario marca cuatro y la rompe. Antes quizás no había tantos recursos técnicos como los hay ahora en cuanto a equipamiento se refiere, es decir, sonido, amplificadores, instrumentos musicales, medios de grabación, etcétera. Era todo un poco más básico, pero esa crudeza le otorgaba a la movida un cierto salvajismo, filo e intensidad que ahora parecen estar bastante ausentes, y que pienso que son una parte fundamental de una música tan potente y agresiva como el metal o el rock duro. Todo lo que sea "abrir la cabeza" a nuevas ideas me parece bienvenido, siempre y cuando no se pierda la esencia de un estilo. Esto es algo que suele pasar con los géneros de música que trascienden la moda y el tiempo y que sobreviven durante décadas e incluso siglos. El heavy metal va en camino de convertirse en un estilo "clásico". Clásico me refiero a un 37
Años Metálicos estilo de música que podrá tener sus altas y bajas en cuanto a popularidad a lo largo del tiempo, pero que nunca más va a desaparecer, como por ejemplo el blues, o el jazz, o aun con estilos más antiguos como el flamenco y la música clásica, o incluso el tango. Es en este punto donde la apertura de cabeza hacia nuevas formas e ideas entra en un terreno difícil de equilibrar, es decir, hasta dónde se acepta un aire nuevo en esa música y en qué punto ya la empieza a desvirtuar. Por dar un par de ejemplos, a Paco de Lucia muchos lo han criticado porque decían que estaba perdiendo las raíces del flamenco al haber tocado con John McLaughlin y Al Di Meola y haber incorporado elementos de jazz a su música. A Astor Piazzolla le pasó algo parecido con el tango. Yo creo que el metal se presta a incorporar elementos de diversas músicas, pero hay que saber hacerlo y saber combinarlos, y no perder la esencia y la autenticidad del estilo. Si no patea, si no mueve, si no pesa, en definitiva, si no rockea, entonces no es rock, no es metal. Es la historia de este país con su desastroso "rock nacional". Acá le dicen, le dijeron y seguramente le seguirán diciendo "rock" a cualquier cosa. Hay tanta pavada, tanto "bolero eléctrico" y tanta mezcla de cualquier cosa con cualquier otra en el siempre insípido, insulso y desorientado rock nacional…. Un poco más acá, un poco más allá, un poco más complejo o un poco más directo, yo siempre me manejé dentro del ámbito del hard rock/metal. Todas mis bandas estuvieron siempre dentro de esos parámetros. Ahora, yo como guitarrista, tocando o grabando en mi casa, he tocado y grabado de todo, desde metal hasta flamenco, blues, jazz, clásico, algún que otro tango… Es un interés más del gremio de los guitarristas ese (risas). Incluso tuve una breve etapa en un dúo con un ex alumno tocando en vivo con guitarras españolas que fue muy entretenido. Pero a la hora de los bifes siempre termino enchufando la guitarra eléctrica al Marshall a volúmenes asesinos y echando espuma por la boca. Es lo que más disfruto y lo que mejor hago. Actualmente estoy en KZ4!. Grabamos un disco nuevo en el 2013 que se llama "Cadenas", que es un trabajo re pesado, que patea como una mula, pero mantiene las raíces y la esencia de la banda. Mi primera banda, LZ2, fue como el primer amor, no se olvida nunca. Fue una época extraordinaria, no solo para mí, sino para toda la movida del metal en Argentina. Esto fue entre 1986 y 1989, un momento de oro, había mucho metal en todo el mundo, y fue además un periodo de mucha diversión, aprendizaje y desarrollo. A mediados de 1989 entré en Kamikaze, que en ese momento estaba entre las dos bandas de heavy más importantes del país junto a Rata blanca. Yo era muy chico, tenía 21 años a pesar de que ya tenía tres de trayectoria profesional y un disco grabado con LZ2. Los integrantes de Kamikaze eran más grandes y más experimentados que yo, y con ellos aprendí un montón y grabé dos discos: "Victima Del Rock" y "Kamikaze III" Otra etapa de oro. Luego de la separación de Kamikaze en 1992, estuve un par de años volcado mucho a seguir mejorando como guitarrista y aprendiendo más y más, hasta que en 1995 armé una banda que se llamaba Kristine, con la que toqué hasta 1997. Después tuve ese breve período que mencioné antes con el dúo de guitarras españolas entre 1998 y principios de 1999, y a mediados de ese año armé Magiar, que fue uno de los mejores proyectos que tuve. Con Magiar grabamos el disco "Twister" en el 2000, y a fines de 2002 tuve un problema serio en mi mano izquierda, una lesión profesional de orden neurológico que se llama distocia focal y me mantuvo alejado del escenario por diez años, y que aun padezco, pero en el 2012, ante la propuesta de volver a formar Kamikaze (hoy bajo el nombre de KZ4!,) decidí empezar a tocar profesionalmente otra vez, aun sin estar recuperado de mi problema. 38
Años Metálicos Al primer concierto que fui en mi vida me llevó un amigo de la secundaria, pero que era más grande que yo. Él estaba en tercero año y yo en segundo, y este pibe iba siempre a ver a Riff. Él fue el que me llevó a ver a Riff por primera vez, en el Teatro Stella Maris de San Isidro en 1982. No me voy a olvidar de ese concierto nunca en mi vida. Yo tenía 14 años y no solo nunca había ido a ver un recital de rock, sino de ninguna otra clase de música para el caso, por lo menos que recuerde ahora. La cuestión es que era un teatro muy lindo, no muy grande, pero sí muy cuidado, con butacas tipo cine. Las entradas no eran numeradas, de modo que la gente se iba acomodando a medida que llegaba. Nosotros habíamos ido temprano, así que nos sentamos en la tercera fila. Cuando subió Riff al escenario, el público se paró y se empezaron a amontonar adelante saltando por sobre las butacas y todo lo que hubiera a su paso. Abrieron con "Necesitamos más Acción", del primer disco. Para cuando terminó ese tema y empezaron a tocar el segundo, las primeras tres filas de butacas habían desaparecido en su totalidad. La escena era un caos y yo todavía no entendía bien lo que pasaba, aunque también estaba sacadísimo. Volaban los respaldos de las butacas por el aire y la gente estaba enloquecida destrozando todo. Pappo y compañía, que se ve que ya estaban bastante acostumbrados a ese despelote, seguían tocando muy tranquilos. Lo único que dijo Pappo al terminar el tercer tema fue: "che loco, no rompan todo que después lo tengo que pagar yo de mi bolsillo...". A partir de ese concierto me hice parte de la "hinchada de Riff". Íbamos a verlos todos lados, al igual que a V8 y también otras bandas nacionales de esa época como Bloke, Thor, 666, Tonelada y 6L6. También soy uno de los poquísimos afortunados de haber visto a Van Halen en su formación original en vivo en febrero de 1983 en Obras. Si me pongo a hablar de ese concierto no termino más. Basta decir que a pesar de que pasaron 32 años y he visto a casi todas las bandas que vinieron a tocar acá, el show de Van Halen en Obras sigue estando fácilmente en mi top 5, y si me apuran, en mi top 3. También vi a Barón Rojo en su primera presentación en Argentina en 1983, en Obras. La "perlita" de ese show es que terminé preso por ocho horas... cosa que era bastante común en esa época... En 1985 también vi a Quiet Riot en el Luna Park, y diría que fue el recital más caótico al que asistí en mi vida. Hubo un bardo de película en medio de un ambiente por demás enrarecido desde antes que subieran al escenario. Hubo toda clase de disturbios, heridos y destrozos, incluyendo el derrumbe de una columna de reflectores que había arriba del escenario... Impagable....
SERGIO NIEVES Mi primer contacto con el heavy metal fue a través de la radio, en un programa de Radio Del Plata conducido por Lalo Mir y otros de Juan Alberto Badía. Después, escuchando “Cuero Pesado”, el ciclo de Daniel Aguilar, aunque ya hacía años que venía consumiendo grupos como Black Sabbath, Led Zeppelin, Deep Purple y otros similares. En ese tiempo (1978/79/80) ya tocaba en una banda llamada Tora Tora, donde comenzamos desde cero con Luis Sanchez (Dhak, Lethal), y el guitarrista era Rubén Cabrera, que ya contaba con experiencia en el rubro. 39
Años Metálicos Comencé a comprar estaban editando importados los material de y otros. Aparte ya amigo compraba
cassettes de las bandas que escuchaba en la radio y que se en el país, como Judas Priest, Iron Maiden y Accept. Los grababan en las disquerías del palo. Así también conseguía Exodus, Metal Church, Slayer, Metallica, Saxon, Mercyful Fate habían aparecido los equipos doble cassettera, así que si algún algo de estas bandas eran copiados cientos de veces (risas). Mis primeras influencias viene del rock, como la mayoría de los músicos de mi edad : John Paul Jones, Geezer Butler, Roger Glover y Cliff Evans, porque era re fan de AC/DC, y en cuanto al metal, Cliff Burton, Steve Harris, Peter Baltes, Steve Dawson y Timi Hansen. En esa época, la fuerza y la pasión metálica no la podían reprimir ni con gases lacrimógenos, golpes, culatazos ni gatillos fáciles. Creo que fue eso y el empuje y aguante de bandas como V8 con sus mensajes antisistema lo que convirtió al joven movimiento en algo inédito. Me atrevería a decir en el mundo, porque salvo en los países que hayan atravesado dictaduras sangrientas y crisis económicas como las nuestras, este movimiento se bancó de todo, y no era parecido a ninguno de otro país. Ahora veo que todo es muchísimo más fácil y accesible. Cualquier músico que tenga un trabajo medianamente bien pago puede estar bien equipado, y cualquier metalero que tenga acceso a internet puede ver y/o escuchar sus bandas favoritas en el momento que se le dé la gana, y me parece que ya no tiene tanta garra como al principio, aunque sí mucha más calidad por lo que nombré anteriormente. La primera época era todo a pulmón y con muchísimo entusiasmo. No había nada que frenara esta inquietud de escuchar, tocar y ver metal. A medida que todo se fue profesionalizando y el público fue creciendo, la brecha entre músicos y fans fue extendiendo esa distancia que nos hacía tan distintos a otros géneros. Antes éramos todo uno, salvo algunas excepciones. Ahora veo que los músicos, no todos, tratan de no mezclarse con la gente. Eso por un lado. En la actualidad, la música es de mejor calidad, todo se hace más rápido por las herramientas con que se cuenta, aunque por ahí no sea tan original, pero los resultados siguen siendo buenos, y el que no asiste a algún recital es porque no quiere, porque se tienen todos los medios e información al alcance de la mano.
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Años Metálicos En estos momentos estoy en tres bandas: Revenga, con mis ex compañeros en Dhak Marcelo Baigorria y Pablo Almirón, más dos violeros, Oscar Torres y Andrés Robledo. Hacemos thrash metal y algo de heavy más covers de las bandas que nos gustan. Sucia Maggie es la banda de mi barrio formada hace muchos años por mis amigos Adrián Altamirano en voz y Leo Cepeda en viola, además de Luis Luna en guitarra y Leandro Medina en batería. Hacemos heavy metal. Y finalmente, Hydra Voraz con Iara Altamirano en voz, Nadia Vampi en guitarra, Leandro Mediana en bata, y hacemos un tipo de crossover de metal, thrash, punk y progresivo, algo loco, más teniendo en cuenta que son todos escolares que no pasan los 20 años, menos yo (risas)…. También participo con algunos compañeros de ellos cuando me queda algo de tiempo, siempre haciendo metal. Hasta el día de hoy, todo lo que me dieron mis bandas es experiencia, y siempre se aprende algo nuevo o que no tenías en cuenta. Con Tora Tora aprendí a tocar blues, rock y algo de metal; en Dhak más que nada a saber manejarme en el ambiente. A estas dos bandas siempre le voy a estar agradecido, y en las que ahora estoy, sigo aprendiendo y disfrutando, que para mí es la esencia del metal: disfrutar y pasarla bien con tus compañeros, que no se tome como un trabajo que tenés la obligación de hacerlo. Las primeras bandas que vi fueron Pappo’s Blues, Vox Dei, Riff, V8, Barón Rojo, Hellion, Quiet Riot, en ese orden. Después, casi todas las que vinieron a partir de Iron Maiden, Motorhead y Metallica.
OSCAR CASTRO Mi historia con el metal nació de muy niño. Ya a los tres, cuatro años escuchaba The Beatles, y a los diez, primo mediante, llegué a Kiss, Purple, Zeppelin y Yes. Recuerdo que la alternativa para estar al día con esta música que no se difundía era escuchar mucha radio, y ahí paraba la oreja cuando escuchaba una distorsión. Después ya hubo disquerías especializadas, como “Killer Trip” o “La Pelela”, donde había mucho metal y se conseguían cassettes. Mis influencias siempre tuvieron que ver con que haya melodía. Por eso creo que en los inicios fueron The Beatles y Kiss. Ya más grande, llegó el tiempo de Maiden, Rush y Sabbath. 41
Años Metálicos Hoy veo muy también muy que Hoy que Cada ellas, amigos Lethal y Yo el (Tito
formamos hicimos
bien a la escena metalera, porque hay mucho talento y buenos equipos. En nuestra época, no había nada…. Por eso creo que es positiva esta etapa, al igual que la apertura mental, era una cosa lógica, que tenía que pasar en algún momento. hago heavy metal tradicional, sin dejar de lado el metal alemán tanto amo. banda por la que pasé tuvo algo, y entre comunes. Siempre fuimos los mismos, entre Horcas: Legión, Bizarro, Azeroth… Mi amigo Diego Valdez, que siempre cantó mis canciones….. armé Legión en 1984 con Hugo Benítez, y duró hasta ’90. Allí, parte del grupo García y Álvarez) rearman Lethal y me llaman para grabar el disco nuevo. Después toco en Horcas y hago “Oíd Mortales el Grito Sangrado”. Dejo la banda en el ’94 y armo Bizarro con los ex Legión. Duró hasta 1997, cuando con Diego Valdez nos vamos a Azeroth hasta el 2001. Quienes hoy Reinará Tempestad una banda llamada Existencia. Ahí me mudo a Mar del Plata a rehacer mi vida y retorno a los tres años con Chrisma, mi nuevo grupo, hasta que llega Reinará Tempestad.
HOMERO MUJICA La primera banda que escuché fue Kiss. Tenía siete años cuando fui con mi vieja a una disquería y le pedí que me regalara el disco “Dynasty”, porque había escuchado “I Was Made…”. Unos años después tuve la posibilidad de escuchar “Bark at the Moon” de Ozzy y “The Number of the Beast” de Iron Maiden (grabados en un TDK, un disco en cada lado del mismo cassette) y ahí ya quedé pegado. Pasé a V8, Judas Priest, Accept, Whitesnake, 42
Años Metálicos Deep Purple, Led Zeppelin y bandas que en ese momento arrancaban, como Megadeth, Slayer y Metallica. Empecé a investigar y a conocer otras bandas a través de las revistas que había en ese momento, como Pelo, Metal y Riff Raff. El padre de un amigo tenía un negocio que vendía libros y discos usados, así que por ese lado había una fuente de cosas nuevas. Y cuando no conseguíamos algo, íbamos a “La Magia”, un negocio que había en una galería de Lomas de Zamora, que grababa los discos importados en cassette por un precio bastante accesible. Recuerdo que así escuché por primera vez “Are you experienced?” de Jimi Hendrix, “Ride the Lightning” de Metallica y “Peace Sells” de Megadeth. Cuando arranqué a tocar mi influencia era Steve Harris, Steve Harris y Steve Harris. Quería su bajo, su grupo y su novia (sin conocerla). De acá escuchaba mucho las bases de Iorio (sobre todo “Un Paso más en la Batalla” y “El Fin de los Inicuos”) y de Alejandro Medina en los dos primeros discos de Manal. A mediados de los ‘80 era una escena muy cerrada. Las bandas tenían muchos problemas para tocar. Había muchas ganas pero pocas herramientas, poco acceso a instrumentos y a sistemas de sonido aceptables. Además en esa época eran muy comunes las razzias, que consideraban que quienes tenían pelo largo y ropa negra eran sospechosos, así que muchas veces los shows terminaban con gente en la comisaría. Artísticamente me parece que había en la escena músicos muy buenos interpretativa y técnicamente. Lamentablemente, en general éramos muy herméticos y estábamos demasiado influenciados por las bandas de Estados Unidos e Inglaterra. Había mucha dificultad en la parte lírica también, porque el metal es un estilo muy difícil para que suene bien en nuestro idioma. Me parece que en ese sentido, y más allá de los gustos personales, Hermética logró darle una identidad propia, bien argentina, al estilo y eso fue lo que la hizo diferente. También el público era muy prejuicioso con los músicos locales, si hacías metal tenías que estar vestido de determinada manera y no apartarte del estilo. Las acusaciones eran: “es un careta” o “se vendió”. Esto pasaba con las bandas que crecían un poco, como Logos, Hermética, Horcas y Rata Blanca. 43
Años Metálicos Actualmente toco rock, con diferentes influencias pero más cercano a la música de los ‘70 y a las bandas más eclécticas que surgieron en los ‘90, como Faith No More, que al metal de los ‘80. Mi primera banda fue Reaktor, junto a Alfredo Felitte en bata, Tato Martínez en voz y Jorge Ikes en guitarra. Los dos últimos habían tocado juntos en dos bandas de zona sur, Zoroastro y Motor, y tenían bastante más experiencia que nosotros, así que nos sirvió para ganar confianza en el escenario y aprender muchísimas cosas en el armado de los temas. Alfredo Felitte después formó parte de Taura, Buffalo, Banda de la Muerte y actualmente de Ararat. En el ‘94 me convocó Adrián Fournier, el manager de Kief, para formar parte de la banda. Estaban por entrar a grabar un disco y se fue el bajista, así que fue todo muy rápido, un par de ensayos y entramos nomás. Fue una experiencia muy buena, porque fue la primera vez que yo entraba a un estudio. Era el de Oscar Mediavilla, y el técnico de sonido era Néstor “Pájaro” Randazzo, que había trabajado con Hermética. Creo que el primer grupo de metal que vi fue Líder, una banda de Lanús en la que tocaba el guitarrista “Rocky” López, que todavía sigue en actividad. Fue en el festival “Lanús Rock” de 1986. Unos años después tuve la posibilidad de ver a Hermética en “Detroit”, en Avenida del Trabajo, si mi memoria no me falla. Fue antes de que grabaran el primer álbum, y todavía no tenían mucho público, no habría más de 100 personas. Lo loco es que en ese momento ya había gente que decía que se habían vendido (¿?). De soporte tocó una banda thrash que se llamaba Legión.
WILLIE URROZ Al metal llegué progresivamente, como la mayoría. El que dice que nació con el metal bajo el brazo y tiene cerca de 55 años, miente. Mi primer vinilo lo tuve a los nueve años: “Help” de The Beatles. A los 11 escuchaba los temas de Pappo's Blues II, y a los 13 mi viejo me regaló “Made in Japan” de Deep Purple, y ahí arranqué a cantar arriba de Ian Gillan, a imitar los falsetes de “Estrella del Camino”, a correr por toda la casa como si estuviera tocando en vivo… Un delirio adolescente, pero que tuvo frutos escénicos en su momento. Después vino Led Zepp y ahí me colgué más de la voz de Plant. Me acuerdo que cuando fui a estudiar canto con un profesor que encontré me dijo “¿y vos como quién querés cantar?”, y le dije “¡como Ian Gillan!”. Él me respondió “bueno, acá yo te voy a enseñar a cantar, no a hacer falsetes”, y me mandó la letra de “Carta de un León a Otro”, de Baglietto, porque decía que él sabía cantar. Gran desilusión, pero tenía razón. Me enseñó a impostar, a usar el diafragma. En cada show que tenía con Nepal, me ponía a calentar la voz y me regastaban los otros, pero yo me cuidaba lo más que podía...Si bien esto era rock pesado, en los primeros años de los '70 era lo más "heavy" que se podía escuchar. Aparte, también consumía otros estilos, como blues, jazz (mi viejo era fan de Louis Armstrong), clásica y bandas como Floyd, Yes, Aquelarre, Spinetta, Crucis, en definitiva, el rock progresivo. 44
Años Metálicos La
difusión masiva del heavy tardaba en llegar, pero los primeros años de los '80 se empezaron a poner calientes en sentido musical, y ahí el programa de Daniel Aguilar, "Cuero Pesado", por FM Continental a la noche, te hacía conocer muchas bandas que grabábamos en el radiograbador a cassette y puteábamos cuando nos "pisaban" el tema. Además, empezábamos a juntarnos en andenes y plazas, y ahí, desde el sábado a la tarde, ya íbamos programando las salidas del finde y a quién ir a ver en vivo. Ya después Riff y V8 abrieron las puertas, sobre todo Riff. Mis influencias principales fueron Gillan y Plant. Mi gran maestro fue David Coverdale. Me enseñó a impostar la voz y a respirar correctamente más de lo que había aprendido antes. Otro del que aprendí mucho y lo utilicé al componer melodías y letras con Dr.Jekyll ('87-'89) fue Joey Belladonna, un capo. No te repite una misma vocal en ningún verso que sigue a otro de la estrofa, porque si hay algo que la mayoría hace es: “la,la,la,la,la” y después “lo,li,la,la,lala”. Después Dickinson y todo aquel que no chillara al estilo Accept o King Diamond. A muchas bandas no las escuchaba por esa razón. Estoy un poco alejado del heavy "en vivo", pero creo, como todo señor mayor dice, que el heavy hasta el 2000 fue bueno. Hoy el extremo me da ajjjjjco… Yo también escuchaba en tiempos de Dr.Jekyll música algo podrida, pero hacia thrash. Suicidal Tendencies, en sus dos primeros discos, me gustaba mucho, por coros, fuerza y dinámica. Pero Exodus, que algo escuchaba, más de unos cuantos temas no pasaba... En febrero fui a ver a Kamikaze a La Roca y me encantó. Ese era el heavy metal que me gustaba, o hasta un tanto más Motorhead, pero no el patu-patu warf! warf! warf! del extremo. No suma más que para poguear, y no me va…. Respecto a la apertura de cabeza, creo que el público en general respeta más al músico y al mismo público. Siempre habrá un "cabeza de tacho" que se desubica, pero antes eran muchos y te cagaban un festival. Actualmente estoy viendo la posibilidad de meterme en una banda que me ofrecieron, tipo hard o heavy tranqui. Incursioné bastante en el blues, sin formar banda, sólo zapando o de invitado cuando viví en Puerto Madryn e iba Marcos Lenn (muy buen músico), haciendo algún cover o un tema suyo. De hecho, estudio armónica con Adrián Giménez (un monstruo), pero de bandas, sólo esto por ahora.
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Años Metálicos Nepal fue el primer paso. Compartí escenario y banda con hoy grandes músicos, como Javier Bagalá, Alberto Vázquez y Jorge "El Tanque" Iglesias, y con Dr.Jekyll fue el gran amor. Giré en micro por el interior, grabé independientemente, hacíamos de músicos, plomos, managers y todo lo que hiciera falta para que la banda llegue alto. No nos bancábamos que otro haga algo y no fuera de la banda. Entre Van Diest y yo supervisábamos todo. Fuimos a tocar a Uruguay y éramos bastante clientes de la revista “Metal”, en noticias y en sacar páginas de publicidad, pero por razones de otras bandas que tenían en preferencia, nunca fuimos nota. Lo que hicimos por el Dr., tanto la vieja formación de Ari, Frank y Van Diest, como la que formé yo con Pereyra, Meza y Van Diest, creo que nadie lo ha hecho en el under local. Fue un gran momento, personalmente. Bandas vi muchas. En el metal, creo que de afuera la primera fue Barón Rojo, después Black Sabbath con Dio, el Maiden de Ferro y el del '99 creo, también Guns & Roses en el '93, la primera visita de Metallica, y de acá, mil veces a Riff, V8, Kamikaze en el Cine Roca del '85, 6L6, Rata, Almafuerte y otros que los '80 y su furia no me dejan recordar (risas).
ALEJANDRA BROCOS Nací en Buenos Aires en 1971, pero a los dos años me fui con mi familia a vivir a Río Gallegos. Ahí estuve hasta los 14. No había casi pibes escuchando metal allá en los primeros ‘80...A esa edad más o menos, gracias a los programas de videos de la tele, descubrí a Maiden, Dio, Queensryche, Def Leppard... Uf, me voló la cabeza. Ya me gustaba Pink Floyd, Genesis, y escuchaba de todo, rock nacional, pop, lo que caía en mis manos. Peeero...eso fue descubrir LO MIO. Un amigo del barrio, que recién llegaba de Baires, me 46
Años Metálicos pasó cassettes de Dio, Judas y cosas así. La perla fue que mi viejo, que era representante de CBS allá, viajó a Buenos Aires y me consiguió un cassette rarísimo, fotocopiado: "Heavy Metal Inéditos", sería para difusión, no se…. Tenía Metallica, Mercyful Fate, Anthrax, Exciter. Era 1985. Al año siguiente volvimos y ahí fue meterme de lleno. Conocí el ambiente y la movida gracias a la Riff Raff y la Madhouse después…. Y por cartearme con pibes de todos lados. Nos pasábamos cassettes grabados…. ¡Gloria a la doble cassettera!. Cuando podía compraba alguno pirateado, e iba mucho a festivales y recitales. Mi primer ídolo a copiar fue Steve Harris. Dentro de lo que eran las líneas de bajo y la composición, en mi adolescencia me influenció mucho el thrash, con Testament y Metallica. La escena de aquella época explotaba, hervía. Se entrecruzaban géneros y públicos, y la energía era tan potente que se
generaban hermanamientos y odios con igual pasión. No teníamos infraestructura; había poca gente bien equipada y que supiera usar lo que tenía. Sin embargo, la energía que se ponía en lograrlo es algo que se extraña. Estoy a favor de la apertura. Cada vez me gustan más bandas que son casi imposibles de meter en una sola etiqueta. Me gusta poder ver en el mismo evento algunos grupos que no estén tan emparentados. En lo último que participé fue en un tributo femenino a Black Sabbath. Actualmente estoy a las puertas de un proyecto nuevo con raíces en el rock pesado de los ’70 más el Groove de los’90. En Las Brujas, que fue la primera banda en la que participé, era muy joven. Entré con 17 años, y fue el arranque. Aprendí a tocar, literalmente, en ese momento. Si bien no era exactamente el estilo que me gustaba, era muy grosso estar en una banda formada por mujeres haciendo heavy. Mi aporte fue acercarles el metal menos conocido en esa época. Después formé bandas con miembros en común, donde sí puse lo mío, y estaba plasmado mi estilo. En los ‘90,Noxas, y Oxys... ¡Qué amor por la letra X! (risas). Paré un tiempo mientras mis dos hijos fueron chiquitos, y luego volví con Alfaternum, hard, metal, progre. Aporté temas, letras, muchos toques de fusión. Fue una experiencia bárbara. Después de eso, formé un tributo a Mercyful Fate, que fue como un gusto que me debía. Con uno de los guitarristas seguí en su banda, R.I.P., haciendo thrash, metal, groove. Yo me fui, pero el grupo sigue. La última banda por la que pase fue Dirty Women, un proyecto de mujeres tributando a Sabbath. 47
Años Metálicos Mis primeros conciertos fueron festivales en el conurbano, donde vi a Retrosatán, Ultraje, Lethal, Rosa Negra, Rapier, Doppler, Pax, Cassis, De afuera, ya más grandecita, Maiden, Sabbath con Dio en Obras, Suicidal Tendences y Metallica.
DARIO GALVAN Mi llegada al metal comienza allá por el año 1982, más o menos. Tenía 11 años y comencé a laburar en lo de un primo de mi vieja, en una fábrica de cinturones en la cual había un compañero que escuchaba heavy metal. Un día, recién salidito del horno, le mangueo el LP “Freewheel Burning” de Judas, y para qué… Me voló la capelu. De ahí, el enamoramiento con el metal. El material lo conseguía del flaco este que mencionaba, y además había una cueva en Lope de Vega y Beiró que grababa de LP a cassettes y tenía muy buen material. También iba a las galerías del centro, donde se conseguía bastante material pirata…. Por el año ‘86 accedo a una batería que me obsequió mi tío… Bah, partes: bombo, redo, un plato y unos fierros. Empiezo con pibes del barrio un tiempo, sin llegar a nada. Ahí arranco con un profesor y al toque me engancho con una banda bien armada, Ángel Negro, haciendo un metal clásico. Bueno, dejo esa banda y me incorporo a Nepal allá por los años ‘91/92. Ahí sí di el gran salto sin dejar de ser under: grabaciones, viajes, telonear a grandes como Hermética, Almafuerte, Horcas, Malón, Kreator y Megadeth. Dejo la banda por razones personales y por un tiempo me dediqué a mi familia. Ahora estoy tocando con La Jallpa, oriunda de Mataderos, con un estilo hard rock y muy buena onda. Mis influencias eran Lars Ulrich, Nick Menza, Greg Hall de Sacred Reich (un maestro), Dave Lombardo y alguno más que se me escapa… Personalmente cada banda me dio cosas distintas. En Ángel Negro, comenzar a usar el doble bombo y experiencia con otros músicos más avanzados que yo, que recién comenzaba. En Nepal logré lo que me propuse, tocar en Cemento, Arlequines, y girar hasta el exterior, por caso Brasil, cerrando dos noches el “Mountain Rock Festival”. Impresionante y conocer muy buena gente en esos casi cinco años en los que formé parte de ellos, amigos y músicos amigos. 48
Años Metálicos Las primeras bandas que escuché fueron Judas y Maiden, y el primer concierto al que fui acá fue Rapier y Nepal, obviamente antes de formar parte. De afuera no recuerdo bien si Maiden en Ferro o Sepultura en la Federación de Box. Se me pianta un lagrimón al recordar esto….
JAVIER RETAMOZO Tuve la suerte de tener a mi hermano seis años mayor que yo, así que desde muy chico me hizo escuchar muchas bandas del estilo, cuando yo tendría unos ocho años. Así fue mi comienzo con el metal. En lo que respecta a conseguir material, bueno, había que rebuscárselas como se podía. Había un local en el centro, que atendía Roberto Cosseddu, en donde se encontraba mucho de la música que no se podía conseguir en una disquería cualquiera. Además, escuchaba "Cuero Pesado", un programa de radio de Daniel Aguilar, que fue el mejor ciclo de música que hubo, y que se emitía muy tarde a la noche. También existía "Cotorras", un local para ver videos de nuestras bandas favoritas, ya que no venían a la Argentina. Mis influencias siempre fueron del rock británico: Deep Purple y todos sus derivados; Black Sabbath, Judas Priest, Iron Maiden….aunque reconozco que la primera banda de quien me hice fan, fueron los Kiss… y sigo siéndolo…. Con respecto a la escena actual, veo la cosa mejor que otros años, pero siguen mal algunos temas, a mi entender. El recambio de músicos es bueno, pero la estructura sigue siendo bastante mala. Actualmente estoy haciendo rock con mucha influencia de bandas británicas, como siempre, pero atendiendo a las nuevas tendencias, quizás no tan "metaleras", pero con mucha potencia y melodía. Todas las bandas que integré e integro son un aprendizaje y una experiencia. Hay diferencias de estilos, de relaciones, de permanencia, pero todas dejan recuerdos y hacen 49
Años Metálicos crecer la carrera. Más allá de que los objetivos sean grandes o pequeños, todas las bandas me han servido. Mis primeros conciertos en vivo fueron de bandas nacionales, pero los que más recuerdo son Black Sabbath en Obras, Ian Gillan en Obras, Paul McCartney y Deep Purple en el Luna. Entre las bandas que integré están LZ2, Reaktor, Rata Blanca, Alakrán, Ian, Graham Bonnet, Rudy Sarzo, Perpendicular y varias más.
EL GRIEGO Llego al heavy de a poco. Al comienzo fue Kiss, más tarde Deep Purple y Led Zeppelin, Van Halen, AC/DC, hasta que finalmente por un amigo conozco a V8, y a quien más tarde sería mi amigazo, Osvaldito Civile. Él me hizo escuchar por primera vez a Iron Maiden, Motorhead, Judas Priest, Black Sabbath y muchos más. Por aquellas épocas comprábamos lo que podíamos, lo que llegaba, nos prestábamos discos y cassettes grabados, nos copiábamos lo que podíamos…. En síntesis, nos rebuscábamos pero teníamos nuestra música. Pese a que no es exactamente heavy metal, amaba y escuchaba Van Halen todo el día. Lo digo en pasado porque me refiero a comienzos de los ’80, pero sigo amándolos por supuesto... Fui a ver los dos memorables shows en el estadio Obras en febrero del ‘83 de la gira de “Diver Down”. También V8, AC/DC y Purple, después Maiden un poco, Judas, Dio, Ozzy, más tarde Quiet Riot. Eso era lo que más sonaba en mi casa en cuanto a hard rock y metal se refiere, pero había mucho rock and roll también: Pappo's Blues y Riff jamás estuvieron ausentes, iba siempre a verlos. Todo eso fue una gran influencia para mí.
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Años Metálicos La escena metalera hoy es muy rica realmente. En aquella época tal vez no éramos muy conscientes, pero se estaba gestando una movida muy importante, con gran cantidad de muy buenos músicos que casi no se repitió a mi entender. Son contados los casos de bandas realmente de buen nivel compositivo y de músicos como en los ’80: Alakrán, Rata Blanca, Lethal, Kamikaze, Alto Voltaje, eran bandas que te rompían la cabeza, sonaban muy bien, y no teníamos un mango para equiparnos. Teníamos lo que podíamos comprar con muchísimo esfuerzo, y tampoco podíamos pagar grandes sonidos e igual sonábamos. Lo que sí, vivíamos ensayando con Alakrán. Ensayábamos en la sala que tenía en mi casa de La Paternal cuatro horas de lunes a viernes. Vivíamos tocando, así salían los shows y así salió nuestro primer disco, "Vagabundear". Eso ahora, por el motivo que sea, no existe más. Queríamos realmente tocar bien, queríamos sonar bien, veíamos todos los videos que podíamos para aprender de los grandes en Europa y Estados Unidos. La apertura de hoy en día es excelente. Todo lo que sirva para aprender, mejorar, evolucionar, y en definitiva crecer, me parece buenísimo, en esto y en todos los órdenes de la vida.
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Años Metálicos En estos momentos me estoy dando el gusto y el lujo de tocar en la mejor banda de blues, "La 4x4", un muy buen grupo en el que tengo el placer de estar junto a mi viejo amigo y compañero, el talentoso Gady Pampillón en la guitarra y voz principal, un bajista tremendo, súper sólido como Silvio Hunko, y las teclas del ex Memphis Fabián Prado. También armé finalmente mi banda de hard rock y, por el momento, y hasta que esté registrado el nombre, estamos tocando en vivo bajo el nombre de "Griego & Amigos", otro lujo que me doy, con la voz de Cristian San Felipe, Pablo Mingori y Darío Chiazzaro en las guitarras, El Pulpo en el bajo, y el Chino Retamozo en las teclas, ex Rata Blanca, y compañero en Alakrán y Rudy Sarzo. Por supuesto también como siempre trabajando con otros artistas, tanto como baterista, drum doctor y productor. Mi paso por todas las bandas me dejó una palabra: aprendizaje. Aprendí de todo lo que hice, de cada banda en la que participé, de cada experiencia, de cada trabajo, de cada artista, de cada compañero, de lo bueno, de lo malo. Todas fueron experiencias enriquecedoras. Aprendí a hacer las cosas bien, aprendí también cómo jamás hay que hacer otras. Si uno está atento puede aprender no sólo de las buenas experiencias, de los grandes músicos, de los grandes artistas, sino también de cada nabo que uno se tuvo que cruzar. De los nabos también se aprenden cosas si sabemos observar... En cuanto a bandas que vi en vivo en aquellos años, V8 en primer lugar, Van Halen, Quiet Riot, y los españoles Barón Rojo. Más tarde vi todo lo que vino en los ‘80 y ’90. La lista es interminable. Simplemente todos los que estuvieron en Argentina.
TONY SCOTTO
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Años Metálicos Yo llego al metal porque soy así de verdad. No es una pose lo mío, entonces era casi lógico que llegara al metal (risas). Hermética era una banda de laburantes, y yo particularmente no tocaba por la guita. Para mí, era el sueño del pibe. Imaginate que compartía escenario con Ricardo Iorio, a quien iba a ver con mis amigos desde que tenía 15 años…. De hecho, asistí a muchísimos recitales de V8. En cuanto a lo del crecimiento, se fue dando de a poco, y fue la gente la que nos hizo cada vez más grandes. Yo laburo desde los 15 años. Fui diariero, cadete, y de golpe me encontré en Hermética. También fui pintor, tuve reparto de aceitunas, manejé camiones, y desde hace rato estoy con el taxi. En algún momento viví de la música y la pasé realmente bien. La banda sobresalía porque, en ese momento, estábamos todos en la misma, muy unidos, y la pluma de Ricardo, los machaques del Tano, la voz de Claudio y mi energía en la bata mostraban que éramos auténticos, que no la vendíamos cambiada. Mis influencias musicales fueron John Bonham, Dave Lombardo y de acá, Héctor Espósito, Oscar Moro y mi maestro, el “Mono” Piccardi, que fue baterista de Astor Piazzola. Siempre me gustó Motorhead, y fue fundamental ese estilo para la banda, porque éramos tres, y a la hora del punteo, había que darle duro y parejo para que no se caiga. Tenía un pistón en cada pantorrilla…. A los 14 descubrí a Motorhead y ensayaba tocando un par de sus discos todos los días. Entre los bateros de acá, me gustan Bin Valencia, Walter Martínez, el “Pato” Strunz, Guillermo De Luca, y seguro me olvido de varios, porque hay muchos. Una de las grandes satisfacciones que me da la música es que todos los días algún pibe de negro me saluda en la calle, y es un orgullo enorme que no se olviden de mí.
ROXANA GOUDARD Mi llegada al metal es mi llegada al rock. Yo soy una rocker casi de la primera hora. Empecé escuchando a Led Zeppelin y Deep Purple, entre otras bandas de los setenta.
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Años Metálicos Después seguí por ese camino cuando el rock en los ochenta se hizo blandito como la manteca, con esas feas influencias del jazz rock y el pop. Yo compraba vinilos, escuchaba “Cuero Pesado”, programa emblemático de esa época… Qué se yo...no había nada, pero nos las arreglábamos, nos juntábamos con amigos a escuchar música. Mis influencias estabas más en Janis Joplin o Robert Plant, todos eran hombres. Fue muy difícil tratar de meterse en ese ambiente... Creo que nunca me aceptaron..... En el festival metálico de primavera que se organizó en el microestadio de Atlanta, cuando salí a cantar me gritaron “puta”..... Generalmente lo hacían.....al rato me gritaban "dale puta, dale dale puta". Una porquería. A veces me pregunto por qué yo quería estar en ese lugar.... Me seducía ese estilo gritón y áspero. Mi retrospectiva es dura para mí. Claro que había bandas buenas, que iba a ver y disfrutaba. Estaban Bloke, Hellion, Los Violadores, que eran más del punk pero eran héroes para mí. Ellos se habían bancado tocar en dictadura y decir cosas. Creo que eran tan raros que los milicos ni los entendían. Otro héroe era el Carpo. En la época que tocábamos nosotros, él andaba medio colgado, alejado de Riff. Siempre aparecía por los festivales o conciertos, tiraba onda, un capo el chabón. Yo lo iba a ver tocar desde Pappo’s Blues en la adolescencia. Hasta con Aeroblus lo fui a ver... Siempre lo escucho. De toda la música de esa época, el Carpo es lo que siempre seguí escuchando. Veo con enorme optimismo los cambios de cabeza de este país, en relación al género, a las libertades individuales. Esos son los cambios que celebro. No sé si se dan en la gente del rock, no estoy al tanto de la movida actual si es que la hay. Me parece que el rock en general se ha vuelto nostálgico. Hay muchos viejos, no conozco bandas talentosas nuevas a las que se les dé oportunidad. En general, no veo eso a nivel mundial....son todas minitas maddonescas, Beyonce, todas medio en cueros. Cantan genial pero nada de rock.... Lo nuevo que a mí me gusta es Arctic Monkeys.
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Años Metálicos Yo desde hace como 20 años hago humor con música. Soy guasa, transgresora, y además tengo un circo con música en vivo. Ahí hago canciones con humor, personajes, circo criollo...y me pongo los zapatos de payaso. Me formé como payasa y tengo una carpita para 400 personas junto a mi compañero de hace casi 20 años, que también es payaso y músico. Tocamos desde reggae, rock hasta tango..... Ah...en mis presentaciones individuales (sin el circo) hago todo tipo de ritmos, tango, milonga, rock y blues, cumbia...todo loco...... El heavy me enseñó a ser muy guerrera en escena, ganarme el público, por más hostil que sea. Aprendí a cantar mucho desde esa época, ya no grito, ni tengo nódulos, puesto que no compito con una banda a todo culo y distorsión. En el circo yo toco la viola eléctrica y no me subo el volumen..... He tenido bandas, "Los Antifaces”, “Verde Fluo"...."Los Camaradas de Víctor", pero siempre fue La Goudard, y mis canciones y mis reglas, así que todos respetan mi voz......
DANNY PEYRONEL Aprovecho para aclarar que nunca fui miembro de Riff. Solo viajé a Argentina, invitado por Pappo y Michel, para ayudar a mezclar/producir el disco en vivo que iban a grabar en Obras. Una vez allí, los chicos insistieron en que tocara un poco de teclados en algunos temas y cantara uno. Fue una experiencia muy intensa y divertida, pero yo vivía en Londres y tenía mi familia allá, y si bien la traje para esos seis-nueve meses que duró la cosa, eventualmente volvimos, como era lógico y ya entendido por todos. En ningún momento me planteé pasar a ser parte del grupo o quedarme. Mi vida ya estaba en otra parte, como ahora. Pappo y yo éramos amigos desde que vivió un tiempo en Londres, cuando yo estaba en los Heavy Metal Kids. Le tendí una mano y le ofrecí parar por un tiempo en mi departamento, ya que estaba durmiendo en un Volkswagen en la nieve…. Nos hicimos muy amigos y le presenté al grupo y todos mis conocidos. Como era normal con el Carpo, todos lo encontraban muy divertido y simpático, así que la pasamos muy bien.
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Años Metálicos Mi hermano en esa época vivía en París, donde había estado atendiendo la universidad, y vino a visitarme. Quisieron formar un grupo él y Pappo, con un tecladista amigo nuestro, Brian Johnston, que en ese momento tocaba en Chapman-Whitney Streetwalkers (con los dos tipos de Family). Inclusive les prestamos nuestra sala de ensayo y equipos mientras estábamos de gira en Estados Unidos. Tarzen fue para mí la banda ideal, sobretodo en la primera etapa y con la formación original, que luego perdió a Ralph, nuestro bajista, para quedar esencialmente en trío, con la adición de músicos invitados para los conciertos. Ni antes ni después pude encontrar un nivel de armonía, musicalidad, amistad y, sobre todo, composición como con Salva, Michel y Ralph. Las canciones fluían naturalmente cuando nos poníamos a tocar. No era realmente componer, sino algo casi enteramente espontáneo Fue algo único para mí. Como bien dice Salva (Domínguez), es muy relativa la apreciación de que Tarzen no tuvo el éxito esperado. Estoy de acuerdo, claro, porque como todo artista, pienso que nada que hice tuvo el éxito esperado, relativo a lo que uno siente y espera de lo que hace. Pero esas cosas son mucho más complicadas de lo que el público se imagina: estar en el momento y sitio justos y miles de otros factores son ingredientes esenciales para un éxito de esos enormes. Cuando estaba listo el primer disco, TODOS en Atlantic Records, en New York, estaban convencidos que íbamos a ser mega. Era el momento de Bon Jovi, cuando los grupos vendían millones y millones de discos... Sin embargo, por ejemplo, la salida del disco se demoró mucho más de lo esperado, y cuando eventualmente salió a la venta en Estados Unidos, fue en medio de una batalla campal con las “esposas de los senadores”, lideradas por Tipper Gore, mujer del futuro vice-presidente de Clinton. De un día para el otro, lo que era un movimiento enorme en la industria del disco, el rock de los ‘80, cayó en picada. Este es solo uno de los ejemplos. Es cierto sí que tuvimos muchísima suerte y estuvimos en el sitio y momento justo para obtener nuestro contrato con Atlantic en Londres, y lograr ir de gira en Estados Unidos, algo que ningún grupo ni español ni de ningún sitio del mundo hispano había hecho jamás. Pero no fue suficiente. Ocurre, ocurrió y ocurrirá muchas veces. Pero fue un momento genial en mi vida y estoy más que feliz de haberlo vivido, y agradecido a los muchos fans que no nos olvidan. Mi padre prácticamente se crio en Córdoba, en General Levalle. Michel y yo pasamos muchas vacaciones memorables, de chicos, en esa hermosa zona...y en Balnearia hay una gran concentración de primos Peyronel. Recorrí buena parte de la provincia y soy un 56
Años Metálicos enamorado de Córdoba. Entre muchísimos, trabajé con Nick Mason y Dave Gilmour de Pink Floyd, Nicko McBrain (de Iron Maiden y uno de mis mejores y viejos amigos...prácticamente crecimos juntos en el rock inglés), Denny Laine (Moody Blues y Paul McCartney's Wings), Ginger Baker (Cream), Rick Grech (Family, Blind Faith), Peter Frampton, Sade, Joey Molland (Badfinger), Mick Underwood (Gillan), Meatloaf, y tantos más. Además compartí escenario con AC/DC cuando hicieron de teloneros de UFO en los '70, Jethro Tull, Alice Cooper, Kiss, Rush, Fleetwood Mac, Twisted Sister y muchos más que no se me vienen a la memoria. Lo más curioso es cuando salen bandas algo más jóvenes, como Iron Maiden y Def Leppard, a contar que de pibes eran fans de UFO, y que uno tuvo influencia sobre sus carreras. Esas cosas, unidas a algunos de los mensajes que me hacen llegar a menudo fans por Facebook y otros medios sociales, me recuerdan que todo el duro esfuerzo de casi cuatro décadas...valió la pena. Hoy sigo con los House of X. Me divierto mucho con el grupo. Somos una verdadera banda de amigos con un pasado muy similar. Por primera vez en la vida soy uno de los más viejos (risas)….
MARCELO SIMONI De chico llegó a mis manos material de bandas que fueron marcando el gusto por lo pesado. Mi inicio por el gusto a la música, fue con The Beatles y Creedence. Lo último de los Beatles era muy progresivo, hasta había riffs muy pesados, sin conocer el concepto de riff. Deep Purple, BTO, Grand Funk, Nazareth, Fogath....y otras en los ´70, época del secundario. Promediando esos años escucho AC/DC, Judas, Saxon, Scorpions, Tygers of Pang Tang, Maiden, Black Sabbath, ZZ Top, Krokus...¡una lista interminable!. Quedé descolocado, fue un shock. También escuché muchísimo Rush, que si bien no era heavy, me reventaba la cabeza. Ahí empecé a buscar otras bandas y era complicado. Pero ese sonido, ese tipo de composición, me mataba. Era complicado conseguir vinilos o cassettes. Amigos que viajaban, otros que tenían buenos contactos y podían comprar discos afuera, con los cassettes se grababa mucho....Otro tanto era compartir en la casa de amigos. Uno iba nutriendo el oído como se podía. No era tan sencillo como hoy que descargás lo que quieras y cuándo quieras.
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Años Metálicos Mi influencia, desde el inicio, era Blackmore....al menos él fue mi inicio de admiración. Luego los guitarristas de aquellas bandas en los ´70 y ´80 eran quienes marcaban un poco o bastante mi forma de tocar. Quién no se sintió influenciado por Angus, Tipton....esos tipos tal vez no hayan sido los violeros más espectaculares, pero eran el alma y el sonido de sus bandas, que es muchísimo más importante. Cito esos dos, porque si no sería mencionar una lista de guitarristas inmensa. Cómo veo la escena en retrospectiva… Ese es un tema complejo, delicado, difícil de resumir en pocas líneas. Decidí dejar en el ´94 y, por esas cosas del destino, estoy de vuelta desde el 2014 por los 30 años de la edición de “Demolición” y su reedición a formato CD. Me encontré con muchos cambios, muchísimas bandas más que en aquellos años, una invasión, y evolución tecnológica impresionante y una posibilidad de conectividad impensada hace 20/25 años con esto de las redes sociales. La escena la encontré fracturada, dividida, rota, muy cruel, poco alentadora para las bandas (sobre todo las nuevas), muy individualista, disgregada..... Tanto desde el público, como desde el entorno de los músicos. Un cuadro complicado, excepto para muy pocos convocantes. Eso no lo veo como crecimiento. Repito que es un tema de tal complejidad que, por la innumerable cantidad de aristas que muestra, no es posible tocarlo más que lo que puedo decir.... Es para escribir un libro sobre este tema en particular. Entrar en detalles, es meterse en un laberinto propio de nuestra escena heavy. Puedo describirla con una palabra: AUTODESTRUCTIVA. Hay apertura, pero, como todo, no siempre es una ¨apertura¨ masiva. Hay quienes se han quedado en la historia, también hay mucha ignorancia en cuanto al manejo de la tecnología, 58
Años Metálicos y sí creo que el mayor despliegue se dio en la cantidad de subgéneros que aparecieron en estos últimos años. Eso no significa integración, muchos lo sindican como culpable de la división/fragmentación de público. A mí me parece que es una cosa de la gente que no sabe convivir con el gusto y la elección del otro.... El heavy en los ´80 era más homogéneo en cuanto a mensaje, a estilo y a convocatoria. Hoy es todo más desgranado, menos conjunto. Hoy estoy con Demolición, recreando ese disco junto a mis actuales compañeros. No hay, ni habrá nuevo material en esta plataforma. Bloke desapareció en 1985 y ahí terminó su vida creativa. Yo, como único miembro de aquella formación, no podría arrogarme el componer temas en nombre de la banda, y por eso tampoco la llamamos Bloke. En lo personal, compongo material sólo para mí, grabo y guardo ese material. Madam y Bloke fueron dos cosas muy diferentes. Bloke fue parte del nacimiento del metal, fue una banda que marcó mi adolescencia y juventud con temas y vivencias de una época única e irrepetible en nuestro país. Ese disco nació sin apoyo alguno, fue haciéndose lugar con el paso del tiempo, venciendo fronteras, falta de auspicio, conquistó generaciones, gustos...hasta llegar a ser un disco de culto. Y aún hoy sigue dando batalla y sorpresas. No he recibido más que gratificaciones con Bloke. También hay que enmarcarlo en el contexto de aquellos ´80 dorados. Ese fue un ciclo prolífico a nivel generación de arte en todo el mundo, y Bloke estuvo con vida durante ese período glorioso. Con Madam ya estábamos viviendo otra etapa, otra época en nuestro país y en el mundo. El heavy estaba en retracción. Acá se empezaba a poner complicado tocar, ya se empezaba a pedir plata para tocar, se exigía la venta de entradas.... Mucha gente dejó las filas del metal, algunas cosas se habían hecho bastante mal y eso espantó a muchos. Con Madam decidí hacer otro tipo de música. Todo aquello que había dejado de lado por tocar en Bloke, bueno, ahí fue a parar esa parte de mí ligada al rock, al hard. Era otra idea musical. Realmente sentí que era el momento de hacer lo que me quedaba pendiente, sin poner por delante mi historia previa con Bloke. Era ser feliz con el solo hecho de hacerlo. Pero....lo idílico y lo bohemio tienen un límite. Sin dudas era un escenario diferente y menos apto para la aparición de una nueva banda. Pero quedé y aún hoy estoy conforme con el hecho de haberlo concretado. Sin duda, cada etapa tiene escenarios diferentes y de cada una me llevé mucho.
GABRIEL JOLIVET En realidad, yo no soy un guitarrista de metal, pero lo respeto y me gustan algunos exponentes. De hecho, siempre escuché a los antecesores, como el volumen 1 y el 4 de “Black Sabbath”. ¡El de la bruja me encantaba!. También me gustaban “Paranoid” y la etapa solista posterior de Ozzy Osbourne. Pappo era un compendio de Sabbath en sí mismo. Si hablamos de Deep Purple, “Machine Head” es uno de mis álbumes favoritos de todos los tiempos. De Led Zeppelin… ¡todo!, igual que AC/DC. Michael Schenker, UFO…. El metal verdadero no es santo de mi devoción, pero el estar con el “Beto” Zamarbide, Ricardo Iorio o Walter Giardino me dio una perspectiva, lo mismo que Riff en su momento. Pero había toda una gresca contra los hippies que yo no compartía….. 59
Años Metálicos
de veía me
Escuchaba lo que me llegaba. Los Zamarbide escuchaban a Kiss, y yo al oírlos encontraba yeites de la viola de Johnny Winter, entre otros. No me parecía mucho el avance. Era más que nada una cuestión de estética y moda. La velocidad en sí misma no me parece un atributo muy interesante a la hora de tocar la guitarra….. Luego escuché death metal con Ricardo Iorio en la Bond Street y no me gustó mucho realmente. Voces ultratumba y demás ruidos…. No me atrajo. Sí a V8 y
divertía, porque eran amigos haciendo un nuevo estilo, y los respetaba. Iba a sus ensayos y me copaba. Conocí en España a Judas Priest y estuve con ellos en un backstage. Me parecieron buenos, aunque no es mi estilo favorito. También vi a Vandernberg junto a Michael Schenker y esos sí me gustaron mucho. En realidad, yo soy un guitarrista de blues y rock mayormente, pero me gusta que se mezclen esos dos géneros con el metal. Es que sin blues no hay sentimiento necesario para tocar la viola…..
LEONOR MARCHESI Llego al rock siendo adolescente, cuando comienzo a componer canciones que luego se grabaron con Púrpura, que era una banda de hard rock.
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Años Metálicos Recuerdo que para estar al tanto de lo que pasaba escuchaba radio y compraba LP’s de
bandas argentinas y algún material que llegaba del exterior. Mi influencia dentro del metal venía de V8, Metallica, Doro…. Hacer rock era lo que yo sentía, ya que escuchaba Led Zeppelin, Patty Smith, Pescado Rabioso, y me identificaba con el rock rebelde de la época y su vanguardia, como ahora… con más matices. La escena ha crecido inmensamente, popularizándose cada día con bandas y estilos nuevos en el panorama mundial. De hecho, hoy estoy haciendo metal liric étnico. Mi primera banda fue Púrpura. Luego me contratan de España para grabar el LP “Templario”, del grupo Santa. Posteriormente grabo como solista el disco “Encrucijada”, en 1993, editado en España y Latinoamérica. El siguiente disco fue “Rosas de Metal”, el cual presento en Buenos Aires, en el teatro “El Ateneo”. De regreso en Madrid, grabo “Reloj de Arena”, con Onlyrica, presentándolo en el festival más importante de Europa, el “Leyendas del Rock”. Para muchos aquí en España soy una leyenda (risas), al igual que en Argentina, y eso me gratifica.
LUIS SANTACROCE Bueno, llego al heavy metal a fines de los años ’70, cuando escucho “Smoke on the Water” de Deep Purple. Inmediatamente se me pegó en el cerebro….
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Años Metálicos
E ra difícil en ese momento encontrar material, pero uno se las arreglaba escuchando radio, vendo televisión o escuchando algunos discos que se compraban o acercaban amigos. Mis influencias en la guitarra fueron de aquellos tiempos: Pappo, Jimmy Page, Ritchie Blackmore, Tony Iommi. Era una escena interesante por lo creativa. Ahora, precisamente, veo muy poca creatividad y muchos covers que no aportan demasiado. Y haber vivido en esa época musical me sirve hasta el día de hoy, donde toco en un grupo de country rock y en otro más melódico como para ganarme unos pesitos. Vale aclarar que desde 1987 estoy radicado en Italia. Mi paso por las distintas bandas que integré fue muy rico, porque conocés gente, adquirís experiencia, vivís lindas aventuras…. Por ejemplo, cuando formé Retrosatán fue estupendo, porque aun hoy, después de 30 años, todavía tengo contacto con muchos amigos de entonces. Recuerdo que las primeras bandas de rock que escuché fueron The Beatles y Santana. Después llegó Purple y todo cambió….. En vivo, estuve en muchos, pero me vienen a la mente Riff, Queen, Van Halen y Barón Rojo.
RUBEN CUENCA Mi llegada al heavy metal como músico se dio en Bloke, ya que después de buscar muchas bandas, que obviamente estaban en formación, hice una prueba y quedé. Ensayábamos en la casa de Marcelo Simoni, en Villa Devoto. Luego lo hacíamos en el sótano del edificio donde vivía el bajista, Daniel Parodi. 62
Años Metálicos Hicimos varias presentaciones y, la verdad, sonábamos muy bien. La última vez que estuve en Bloke fue en una fecha en un teatrito por la calle Bartolomé Mitre, en la zona de Once. ¡Se armó un quilombo de la puta madre!. El público se puso muy efusivo y rompió las butacas, el piso…. Bueno, esa vez fue la última vez porque la banda se enojó conmigo, ya que habían sido mis amigos los que hicieron el lío. En la semana nos reunimos frente al edificio donde vivía Parodi y me comunicaron que habían decidido que no querían que siguiera. Ahora me causa risa…. pero la verdad fue una decisión buena, ya que no estaba muy cómodo. En una presentación con Bloke, recuerdo que me fueron a ver integrantes de Tonelada. Después de terminar, me encara el batero, Manuel López, y me dice “loco, el día que no cantes más en Bloke, o quieras cambiar de banda, avisá” (risas). Fue premonitorio. A la semana estaba ensayando con los Tonelada, y a la otra, salimos a tocar en vivo. Fue rapidísimo cómo me adapté. Ellos no hacían metal, sino rock, y con mi incorporación les dimos a los temas un toque mucho más heavy. Lo primero que escuché, y no era precisamente heavy metal, fue Deep Purple, Led Zeppelin y Frank Zappa, pero cuando escuché Black Sabbath, se me partió la cabeza…. Y ahí me di cuenta que era lo que me gustaba. Después llegaron Maiden, Judas, Venom, Mercyful Fate… ¡Qué querés!¡Mirá qué nenes!. Para escuchar heavy metal, la verdad que no había nada…. Tenía unos amigotes cuyos padres viajaban a Alemania o Estados Unidos, y así fue que escuché por primera vez a esos grupos, que ni sabía quiénes eran. Después sí, con el tiempo, se ubicaron totalmente en mi gusto. No creo tener influencias metaleras en el país, ya que no había nada. Lo más pesado era Pappo, que hacía blues y algún rock and roll. Estaban Manal, Pescado Rabioso con Spinetta. Los que me gustaban eran El Reloj. ¡Cómo tocaban esos tipos!. Una vez los fui a ver tocar en un circo en Boulogne. ¡Mirá lo que estoy contando!. Ni ellos se deben acordar (risas)…. Fui como cualquier pendejo de la época, a ver malabaristas y payasos, y allí estaban ellos…. Después, de más grande, sí reconozco como influencias a Ozzy y King Diamond. Ahora es todo más fácil. Si hasta podés grabar un disco en tu sala. Para el caso, cuento una anécdota. Cuando V8 graba su primer disco, no tenían ni equipos. Recién cuando pudieron empezar a tocar más seguido lograron equiparse. Y eso pasó con casi todas las bandas de aquel tiempo. Hoy es simple: vas a tocar a cualquier teatro y tienen sonido propio, así que 63
Años Metálicos llevás solamente los instrumentos. Y otra cosa, hoy los músicos tocan muuuucho mejor que antes, y están súper equipados. Todo esto enriquece a la escena. Con respecto a la apertura de cabeza, es muy bueno lo que pasa. Ahora la mayoría de los músicos tienen estudio, y está muy bien. Es la única manera de que salgan buenos instrumentistas de nuestro país y que tengan proyección internacional. Hoy en día estoy con Tonelada, haciendo un metal tradicional, con mucha melodía, pero con un sonido más poderoso, gracias a las mejoras en equipos e instrumentos. El paso por cada banda fue enriquecedor, no sólo para mí, sino para todos los integrantes. Todos aprendimos de todos. Si hacés una revisión de las bandas más antiguas de la escena, verás que el guitarrista pertenecía a este grupo, el batero al otro, y así todos, así que nos conocemos bien…. Las primeras bandas que vi en vivo…. Me acuerdo de Quiet Riot, cuando se vino la torre de sonido abajo. ¡Un bochorno!. Con eso, te das cuenta que ni los organizadores sabían cómo se iba a comportar la gente…. Obviamente, después aprendieron. Cuando vino Maiden a Ferro, Van Halen en Obras y Queen en Vélez también fueron muy buenos shows. Y cómo no recordar la primera presentación de Tonelada con V8 en la biblioteca de Olivos. Pensábamos tocar una vez, y por la concurrencia que tuvo, debimos hacer un segundo show en la misma noche. Mirá qué amigos éramos con los V8 que cuando nació mi primer hijo hicimos un asado en mi casa para festejar….
CLAUDIO DULIBA Llego al heavy metal porque, durante mi niñez, mi primo tocaba en Dhak, y yo siempre andaba por ahí. A los ocho años entraba a la sala de ensayo y me volaban el mate. Era difícil conseguir material, y la solución para muchos eran los cassettes grabados. En mi caso, iba a una disquería y me hacía grabar uno con las bandas que me gustaban.
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A la hora de hablar de influencias, creo que en el ámbito nacional, Riff y Pappo fueron caminos a seguir, y en el plano internacional trataba de seguir lo que hacían Iron Maiden, AC/DC y Judas Priest. Eran tiempos muy duros aquellos. Ahora hay más posibilidades. Antes había que luchar no sólo contra la policía, sino contra el resto de la sociedad, que no entendía lo que hacíamos. La apertura que hay en estos días me parece muy buena en líneas generales, pero hay que hilar finito también. Así como podemos decir que fue una cosa positiva, también es cierto que se han abierto puertas a cualquier mierda que andaba dando vueltas….. Hoy estoy haciendo lo mismo que hacía en los ’90, musicalmente hablando. Mi cabeza recicla lo que escuché en mi vida, pero la experiencia de tantos años hace que tenga mayor madurez a la hora de la composición. Recuerdo entre las primeras bandas que vi en vivo a Dhak, Legión, Iceberg y Retrosatán, banda que luego integré. Hoy en día estoy en Jeriko, y tuve el orgullo de formar parte de la banda de Paul Di’Anno cuando estuvo en Argentina.
HORACIO PINASCO De niño, en la casa de mis viejos, escuchaba rockandroll entre otros estilos. Recuerdo Creedence, Bill Halley, Johnny Rivers, etcétera. Posteriormente hice una especie de “escalada” con Kiss, Black Sabbath, Iron Maiden y Judas Priest, donde empecé a tocar el bajo. Posteriormente, siendo joven, armamos una banda de garage en el barrio, donde se sumó el Dr. Pablo Mondello (hoy, Massacre) por un aviso de Segundamano. Después de un 65
Años Metálicos tiempo y cambios, formamos Delay, una banda under de buena reputación donde cantó Walter Meza (hoy Horcas) hasta nuestra separación. Uff, cómo nos las arreglábamos para escuchar metal…. Las radios del momento, reuniones en casas de amigos con nuevos vinilos, grabaciones en cassette... Cómo cambio todo con internet, ¿no?. Era difícil, pero esa sensación al conseguir algún material nuevo, lamentablemente, las nuevas generaciones no van a conocerla. El paso del tiempo, también hace estas cosas… Personalmente, Steve Harris cambió mi vida (risas). Musicalmente, Judas Priest, también. De igual manera, otros artistas y agrupaciones setentosas y ochentosas (quizás, esta última, la mejor época del metal) colaboraron para mi formación. Hoy veo la escena con permanentes altibajos. Ahora la situación la veo delicada, al igual que nuestra situación nacional. Sería imposible poder separar las cosas. Ojalá ambas cosas mejoren y el público se vuelva a volcar masivamente como en épocas anteriores, independientemente del recambio generacional que no se está viendo de la misma manera. Con respecto a la apertura mental… no sé, sinceramente. Claramente se mejoró en muchísimas cosas, desde lo más mínimo, hasta detalles de real envergadura. Hay puestas en escena que nada envidian a las de países con historia. Las bandas y los equipamientos mejoraron sustancialmente. Pero todo eso, si no es acompañado masivamente por el público, es complicado sostenerlo. Pero bueno, es como decía antes cuando hablamos de la escena a través de los años. Pueden cambiar algunas cosas, pero la esencia siempre es la misma. Puede pasar que con los años, uno vaya absorbiendo nuevas cosas, que a la hora de componer pueden sumar, pero en definitiva mis raíces son firmes e inamovibles. Puede variar entre corrientes emparentadas y que vayan de la mano, pero dudo que pueda hacer composiciones de géneros que no escucho, incluidas algunas “subclasificaciones” dentro del metal. ¿Mi paso por las bandas? Significó muchísimo. Guardo buenos recuerdos de todas ellas. Cada agrupación tuvo lo suyo, y me sirvió como experiencia para la siguiente, no solo en el 66
Años Metálicos aspecto musical sino también en el humano. Y lo más reconfortante es que al día de hoy, mucha gente las recuerde gratamente, como yo lo hago al hablar de ellas. Juro que no recuerdo con exactitud las primeras bandas que vi en vivo. Tengo recuerdos de viejos festivales de primavera, donde había muchas bandas de la época. Podría nombrar muchas agrupaciones locales, pero Riff y V8, quizás fueron los que más me marcaron. Hay que recordar que en aquellas épocas, los grandes grupos no hacían shows en nuestro país. Tuve la suerte de tocar en Delay, Kamikaze, Humanimal y KZ4!. Para el final, una canción de cancha: “…a pesar de los años y los momentos vividos, siempre estaré a tu lado Heavy Metal querido” (risas)…
CLAUDIO DEBIASSI Mi llegada al metal se da casi indefectiblemente…. Empecé escuchando Deep Purple, Black Sabbath, Zepp….. En los ’80 la movida la siguieron los Maiden, Judas y otros. Me pegó mucho. Recuerdo que se veían las bandas que iban surgiendo. El programa de radio “Cuero Pesado” apoyó mucho al metal, y también se podían ver algunos recitales de bandas metaleras. Mis influencias como baterista no vienen de músicos metaleros estrictamente. Ian Pace, Bill Bruford, baterista de King Crimson y Yes…. Bandas de rock sinfónico que me gustaban mucho. En los ’70 se escuchaba de todo, desde el heavy más pesado a Jethro Tull. La escena del metal y del rock, en este momento, está en caída libre. Se fue cayendo de a poco todo ese resurgir que se dio en el período post Malvinas. Hoy veo que no hay tanta discriminación entre los estilos. Antes creo que era más marcado ese asunto. Ahora se aceptan más fácilmente las diferentes líneas dentro de lo que se llama “metal”. En este momento, me encuentro haciendo una música algo más sinfónica, pero sin perder lo pesadito….. El paso por mis viejas bandas siempre me dejó algo positivo. Tuve el placer de tocar con Juan Quirno en los cuatro años que estuve en Hermes. También la época de Madam fue más corta pero muy linda. Además participé en bandas no tan conocidas, como Plenemental, Amotinados, Shangai y otras.
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Años Metálicos Hermes y Plus fueron bandas que abrieron el camino cuando no sonaba el rock pesado, allá por mitad de los ’70. Después aparecieron Kamikaze, Bloke, Hangar y Bunker, del que también fui parte. Y obviamente, estaba Riff y muchos grupos más.
MIGUEL OROPEZA Mi llegada al heavy metal se da de forma inesperada. El tipo de música que escuchaba anteriormente era instrumental, como Al Di Meola, John Mac Laughlin, Return to Forever , Shakty y decenas de instrumentistas que, de alguna forma, estaban más relacionados al jazz rock que al metal. Pero mis comienzos musicales a partir de estudiar guitarra tienen que ver con bandas inglesas que lideraban la escena mundial del rock como Deep Purple, Led Zeppelin, entre otras, que si bien no eran metaleras, ese tipo de rock ingles fue determinante para que luego, al armar Kamikaze, orientáramos la música al heavy genuino. En los años ‘80 la salida y venta de vinilos de las bandas heavy, que no eran demasiadas, Judas Priest, Iron Maiden, Accept, llegaban aquí en tiempo real y no había tanto material mundial para que no pudiéramos acceder a esas grabaciones, y realmente no me resultaba difícil obtener vinilos de esas bandas. Tal vez ahora, con las miles de bandas de metal que existen en el mundo, es mucho más difícil estar al día, aunque sabemos que parece todo estar al alcance de la mano. En esos momentos había pocas bandas de HM importantes en el mundo. Recuerdo haber escuchado el disco “Screaming for Vengeance”, de Judas Priest, y quedé impactado, lo mismo que al escuchar Accept con “Balls to the Wall”. Técnicamente escuchábamos los discos de vinilo en reproductores (tocadiscos) marca “Winco”, y por tanto uso del vinilo los “rayábamos” y casi no se podían escuchar más. Una anécdota que recuerdo de mis comienzos como guitarrista era bajar la velocidad del tocadiscos para poder sacar los solos del guitarrista de ocasión. En ese momento, no había material escrito de las canciones, y la única posibilidad era sacarlos en forma auditiva.
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Años Metálicos Siempre mi oído estuvo ubicado en los guitarristas que formaban las grandes bandas de HM inglés. Glenn Tipton y K. K. Downing tenían una forma de composición que, a mi criterio, revolucionó la escena internacional. Ellos transmitían una contundencia rítmica y armónica que los diferenciaba de todos, y yo no escapé a esas influencias. Me parece que si bien hubieron grandísimos cambios y diferentes nuevos estilos, algunas bandas han conservado la esencia de esos años, como los suecos Dream Evil. Muchas otras bandas han formado otros géneros muy alejados al comienzo del metal. La afinación que utilizan en la actualidad es muchísimo más grave, hasta se usan guitarras de 7 cuerdas. Es raro escuchar bandas que afinan en 440, como era la afinación de eso años. No estoy de acuerdo ni me gustan las nuevas tendencias, pero entiendo que las bandas jóvenes no tienen por qué mantener una línea musical que se generó hace más 30 años. En la actualidad, en Argentina hay nuevas bandas que a mí me gustan mucho, como Lorihen y Falcon que se autogestionan y pueden controlar todo el aspecto económicomusical. Si bien ahora entiendo que hay una apertura musical y hay muchísimas más bandas que no había en los años ’80, las condiciones para tocar no son más fáciles que en esa época. Internacionalmente tenemos acceso a nuevas tendencias o estar en tiempo real escuchando bandas ya consagradas. Esto nos lleva a una nueva escena donde se ha cambiado el paradigma de trabajo. Por ejemplo, las bandas se masifican o se hacen conocer por medio de otras plataformas como internet, y eso hace que la difusión sea más masiva, aunque para sobrevivir ya no es posible hacerlo vendiendo discos sino saliendo a tocar. En este momento estamos en la composición de los temas que serán parte del quinto disco de Kamikaze. En mi parte personal trabajando intensamente en un proyecto de un disco instrumental solista. Tengo mucho material ya compuesto, teniendo en cuenta que el origen de mi gusto musical estuvo ligado a las composiciones instrumentales. Todavía no pude editar un material que represente esa parte tan importante de mí. Los temas son muy variados, no incursionando en el heavy. Aquí quiero aclarar que siempre me pareció muy importante tener una coherencia y respetar cuando se selecciona un género. Por ejemplo Kamikaze toca heavy, y solo HM genuino, y no me animaría a desplazarnos mezclando ese purismo con influencias de otros géneros. Personalmente, mis gustos son muy amplios, por eso el deseo de plasmar este disco instrumental. En los años ‘92 y ‘93 formé un trio instrumental llamado Krudo que tuvo gran repercusión. Un poco a partir de esa base, quiero darle continuidad a lo puramente instrumental. Mi paso por bandas siempre significó para mí un gran compromiso. Si yo no me siento cómodo, soy fiel a mi estado, abandono y prefiero no seguir participando. En Kamikaze, que es la banda en la cual todos me conocen como integrante y fundador, estuve hasta que entendí que, hasta el año ‘89, por aspectos musicales, ya no podía estar en ese lugar. Luego 69
Años Metálicos volví en 2004 y 2005 y finalmente en la actualidad. Estoy con ese compromiso musical que me define e identifica y es la esencia del Kamikaze más exitoso a nivel musical y popular que consagró a la banda. Recuerdo que siendo muy joven, y creo que ni siquiera tocaba guitarra, me impactó ver por primera vez en El Palomar, aquí en Argentina, a El Reloj. Como relataba anteriormente, a mí me gustaba mucho Deep Purple, y esta banda tenía esa fuerza. Luego, ya en mis comienzos como músico, vi a Bloke en vivo, en la cual mi hermano Oscar Oropeza era baterista, y me voló la cabeza por la imagen y la potencia que transmitían. Por cuestiones de la vida actualmente estoy participando en el homenaje a ese disco Demolición de Bloke y toco esos grandísimos temas que alguna vez disfruté viéndolo como público. Muchos años después, pude ver Accept , Halford, Saxon, Judas Priest, que me parecieron increíbles y pude escuchar el HM en vivo tocado por sus creadores, verlos a ellos en acción. Como reflexión final, debo decir que después de tantos años de estar tocando sigo con la misma pasión de siempre y disfruto de la emoción que uno puede generar desde la música, lo que puede sentir el público que escucha mi música. A eso quiero ser fiel y seguir dando lo mejor de mí.
FERNANDO ORTEGA Si bien no soy estrictamente un metalero, llegué al heavy cuando tenía aproximadamente 18 años e iba a Halley. Ahí vi las primeras bandas y me empezó a gustar la movida metálica. Por esa época, todo el material que tenía lo escuchaba y lo grababa de las radios.
M is influencias son muy variadas, pero puedo nombrar a ZZ Top, Lynird Skynird y AC/DC. O sea, mucho hard rock y rock sureño. Hoy siento que no hay una escena fuerte en Capital, sino más bien en el interior del país y en el conurbano bonaerense, donde hay muchos shows y bandas muy buenas. De cualquier forma, personalmente, prefiero el heavy metal de antes.
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Años Metálicos Ahora estoy en un proyecto en el que hago rock, blues y todas sus ramas, que son un montón, desde lo más tradicional hasta lo latino. Cada banda que integré siempre me aportó algo. Aunque sea mínimo, de todas pude sacar algo que sirviera para el futuro de mi carrera musical.
ROBERTO COSSEDDU Yo tocaba en una banda de rock sureño, Magnum 44, que fue conocida en el under allá por comienzos de los ’80. Kamikaze se había quedado sin bajista y me vino a buscar. Ahí comencé a transita mi historia por el metal. Yo tenía una disquería dedicada al género, que se llamaba “John Lennon”. Más allá del nombre, traía mucho heavy metal: discos, remeras, videos, libros…. Luego, al separarme de mi socio, abrí una llamada “Music Shop”, así que no tenía problemas para conseguir música, y te puedo asegurar que si te interesaba el género, en mi negocio conseguías, porque viajaba a Nueva York, Los Angeles o Londres y traía material. Me gusta toda la música, por lo que hablar, en mi caso, de influencias, es relativo. Me gustan Maiden, The Beatles, Black Sabbath, Almendra, Slayer, Motorhead, Pink Floyd, y como se verá, no todos son metaleros…. Hoy en día la escena está más fuerte. Hay más bandas, pero se tiene que acomodar para que los grupos que están hace añares le dejen paso a las nuevas generaciones. Hay una supuesta apertura, pero se sigue con lo mismo...V8 y todo el arbolito genealógico, y eso atenta contra el crecimiento de un montón de bandas muy buenas (nuevas y no tanto) pero que no pueden sacar la cabeza porque la mayoría es conservadora. Hoy sigo en Kamikaze y toco cada tanto en proyectos de amigos o zapadas diversas, especialmente en lo que tiene que ver con Pappo, ya que, al haber tocado con él, recibo invitaciones constantes a homenajes y zapadas, y voy gustoso. En el ámbito nacional, creo haber visto a todas las bandas grandes: Riff, V8, Thor, Bloke, El Reloj, Pescado Rabioso, Vox Dei, Polifemo, Pappo’s Blues, Hermética, Horcas, Los 71
Años Metálicos los
Violadores, Almafuerte, Rata Blanca, e infinidad de bandas de todos estilos, pero con más acervo en el heavy, blues y rock pesado. Tuve la suerte de tocar en Invasión, Magnum 44, Punto Rojo, Kamikaze, Pappo’s Blues, Reisen, Zero y JAF.
LUCHO PASSERI En mi caso particular, el metal compartió influencias con el progresivo. Puntualmente, "La estrella del camino" de Deep Purple fue el primer tema que me voló la cabeza. Paralelamente escuchaba, Black Sabbath, The Who, Yes, Genesis, Rush y otros. Posteriormente llegaron Queensryche y Dream Theater. Si bien es cierto que se hizo más masivo a partir de Metallica y otras bandas, en nuestra época también se empezaba a consumir bastante el metal, que no se llamaba así en un principio, sino "hard rock" o "rock pesado " en su versión local. No había internet ni medios masivos que lo divulgaran, salvo la revista "Pelo" y su anexo "Metal", que fueron los que empezaron a echar luz en el asunto. No tenía una influencia particular de músicos, sino más bien de bandas como las que nombré. Quizás Geddy Lee y Chris Squire fueron en lo referente al bajo (que fue mi instrumento) las influencias más marcadas. Hace años que me alejé del metal para dar una opinión demasiado formada. Tal vez no entienda demasiado lo que pasa ahora con el ritual en sí al ver una banda en vivo. No me cierra el bardo que se genera abajo del escenario. Me acuerdo la admiración y el respeto que sentía al ver en vivo a algunas de mis bandas preferidas. Hay cosas contemporáneas interesantes como System of a Down que me gustan. Hay otras que me parecen demasiado extremas a mi gusto. Si lo traspoláramos a la política, es como ese dicho que dice "el que se pone a la izquierda de la izquierda termina en la derecha". Siento que en algunas bandas hay un afán de sonar más potente y agresivo que todo lo anterior y terminan dando un producto musical indescifrable.
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Años Metálicos Cuando me desvinculé de 2112 tenía claro que mi etapa de músico de "banda" había concluido. Estoy hace años en un formato solista grabando mis propios temas con músicos contratados. Ya edité mi primer disco, "Lo que Ves no Es", y estoy preparando el segundo. La onda es más rock clásico, el sonido tiende más a lo acústico. Lo más importante que hice en el metal fue con Ciclamen a inicios de los ochenta, y posteriormente 2112. Con los primeros guardo una relación de afecto y amistad luego de 35 años. Fue mi debut en las tablas, la magia de empezar a ver plasmado en la realidad lo que anida en tu cabeza. Con 2112 fue todo más sacrificado. Tengo guardado muy buenos momentos con ellos (shows y ensayos), pero a un costo altísimo. Un esfuerzo físico y económico descomunal para resultados tan magros. Mi primer contacto con un show en vivo fue como asistente de iluminación a los 16 años, en el concierto de Santana en Argentina.
SERGIO TIZON A partir de los seis años de edad, mi padre me hizo escuchar “Made in Europa” de Deep Purple en formato “magazine”. De ahí en adelante, entendí que no todo era rock and roll…. Tengo la suerte de venir de familia de músicos. Mi abuelo, Héctor Juncal, fue cantor de jazz y tango en orquestas como la “Jazz Casino”. Y mi padre, profesor de guitarra de varios monstruos de hoy, como el “Negro” García López (en paz descanse), “Pilu” Camacho y Oscar Mediavilla. En casa había de todo para escuchar. Si bien Deep Purple no es metal, creo que fue una de las bandas precursoras del género. Crecí escuchando Led Zeppelin, Whitesnake, Judas Priest y Iron Maiden. La escena actual me gusta, pero me aturde… Será por mi edad (risas). Por momentos ya no tolero esos festivales metaleros de diez bandas. Sí, es la edad….
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Musicalmente, la apertura de hoy en día es muy buena. Grupos como Marilyn Manson, que duran un pedo en el aire pero aportan puertas futuristas. Mucho no ha cambiado lo que estoy haciendo ahora en relación a los ’80. Estoy armando una nueva formación con influencias de Led Zeppelin, Rivals Sons y Audioslave. Mi paso por las bandas significó crecimiento en todos los aspectos, enriquecerme espiritualmente haciendo lo que amo. La primera banda que vi en mi vida fue Santana en la ya desaparecida cancha de San Lorenzo, en avenida La Plata, a los seis años. También James Brown y nacionales, Charly, Los Abuelos, Sumo, Los Twist y muchos más. Toqué en Curly, Lucille Blues, Lengua Larga, El Nombre del Padre (con Alejandro Nagy, de la Heavy Rock and Pop), Rock Motor y Tyzon Rock.
SERGIO MOSCATELLI Mi llegada al metal se da allá por principios de los ‘70. Ya de muy chico escuchaba mucha música influenciado por mi hermano Enzo, tres años más grande que yo, melómano, curioso, siempre traía nuevas bandas a casa, todas de muy diversos estilos. Las más metálicas fueron Black Sabbath, Led Zeppelin, Deep Purple, Judas Priest, Iron Maiden, Kansas, Yes y muchas otras que pululaban en la escena, algunas más glamorosas, otras más experimentales. Rush fue sin duda la que más impacto tuvo en mí por aquellos años, 1976 aproximadamente.
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Años Metálicos Para mi cumpleaños número nueve, me regalaron “Fly by Night” de Rush, recién llegado a la Argentina. Yo ya estaba como loco, no había púa de mi “Wincofon” (bandeja giradiscos) que aguantara. Como decía, mi hermano hacía desfilar toda esta música por casa junto con algunos de sus amigos, también amantes del género, y así fui entrando y apasionándome. Luego aparecieron Queensryche, Dream Theater, Fates Warning, Meshuggah, entre otras muchas bandas que me fueron forjando e influenciando. Me subí a un tren del que no pienso bajarme jamás. El programa de radio “Cuero Pesado” fue como ir a misa. Me grababa en cassette todo lo que podía. Ahí conocí muchas bandas también. En tele, “Música Prohibida para Mayores”, y las revistas Pelo, Metal, Madhouse, de donde rescato muchos amigos, fueron también una gran influencia y ayuda para conocer más al género y a sus protagonistas. La curiosidad y la pasión por la música hicieron que la búsqueda de bandas nuevas y la espera de la llegada de los discos de las que ya conocía se volviera una obsesión. Recorría disquerías y cuanto negocio, paseo de compras, recoveco, donde podía recabar alguna información. Si me alcanzaba el dinero me compraba calcos, remeras o lo que fuera con tal de tener algo y sentirme parte de la movida. Aún no era músico. Mis referentes musicales fueron varios, pero podría nombrar algunos que me llevaron a ser baterista. El principal fue sin duda Neil Peart, de Rush. También enloquecía con Geddy y Alex, el resto de los integrantes. Otro baterista que marcó mi infancia fue Bill Ward, de Black Sabbath. Amaba su forma salvaje, violenta pero a la vez tan musical de tocar. Buddy Rich, Bill Bruford, Billy Cobham, Terry Bozzio, Stewart Copeland, Steve Smith… Todos estos bateristas fueron de mucha influencia para mí, al igual que Peter Gabriel, Ozzy Osbourne, R. J. Dio, Jimi Hendrix, y muchísimos otros grandes músicos. Todos, en mayor o menor medida, me fueron induciendo y forjando mi vocación de ser músico, de dedicarme a esto, de valorarlo, respetarlo y elegirlo. Creo que el metal es uno de esos géneros más auténticos y sinceros que persisten por encima de toda moda o tendencias modernas, en algunos casos experimentales, en otros comerciales. Es un estilo instalado, que reúne fanáticos en todas partes del mundo, y hoy está todo mucho más al alcance a través de las redes sociales. Sin duda lo veo tremendamente enriquecido, para bien sin duda, pero por momentos demasiado etiquetado, a tal punto que cualquier mínimo cambio rítmico provoca que se genere una nueva vertiente. Así y todo, lo veo unido y respetuoso, contestatario pero a la vez confidente y representativo de la realidad social. En este punto voy a nombrar algunas de las bandas del metal argentino a las que respeto muchísimo, sin ningún orden de valor, ya que todas en alguna medida han contribuido a este tan auténtico género. No querría olvidarme de ninguna: A.N.I.M.A.L. , Alakrán, Almafuerte, Belcebú, Beto Vazquez Infinity, Eidyllion, El Reloj, Fughu, Hermética, 75
Años Metálicos Horcas, Jeriko, Kamikaze, Lethal, Logos, Lorihen, LZ2, Nativo, Nepal, Presto Vivace, Rata Blanca, Tren loco, Riff, V8. Con la mayoría de estas bandas he compartido escenario, festivales, shows y anécdotas, orgulloso de ser parte de esta movida. Actualmente me encuentro componiendo el quinto CD de 2112, junto con mis compañeros de banda Juan Tambussi y Gabriel Costa. Estamos avanzando muy bien con el material. Es exigente técnicamente, así que como todos estos años, continúo estudiando y practicando a diario la mayor cantidad de horas posible, algunos días con más intensidad y otros más relajado pero siempre con el mismo compromiso. Tengo algunos alumnos y cada tanto hacemos junto con mi mujer, Silvina Gaddi, profesora de canto, y un gran amigo y excelente guitarrista, Osvaldo Mollo, muestras para los alumnos. Esta es una actividad que me genera muchas satisfacciones, sobre todo al ver el progreso y la evolución de ellos, con los que tocamos en vivo temas de toda variedad y color. Hoy sigo con mi banda 2112 y podríamos decir que nuestro género es el metal progresivo, ya que de etiquetas estuvimos hablando. Con Juan Tambussi ya hace 33 años que estamos tocando juntos y hemos consolidado una amistad que va más allá de la música. He aprendido mucho tocando junto a él, es un músico tremendamente creativo y exigente y también ha sido una gran influencia en mi formación musical y humana. 2112 es el proyecto de mi vida artística, todo lo he volcado ahí, pasé toda mi adolescencia, juventud, me casé, tuve hijos y siempre con este hermoso proyecto que hoy está gestando su nuevo disco. Gracias a 2112 pude viajar y tocar con bandas extranjeras de mucho reconocimiento, subirme a muchos escenarios y vivir cantidad de anécdotas. En los comienzos recuerdo que nos pasábamos noches enteras sin dormir pegando afiches para publicitar los shows… Éramos muy jóvenes (risas). Pudimos tocar en Brasil, Chile, Méjico, Uruguay y en el interior de nuestro país que siempre nos recibió tan bien. Mis primeras bandas fueron Black Sabbath, Led Zeppelin, Queen, Deep Purple, Pink Floyd, King Crimson, Kiss, Genesis, Yes, Judas Priest, Rush, Aerosmith, Thin Lizzy, Dio, Van Halen, Fleetwood Mac, UK, Focus, AC/DC, Kansas, Lynyrd Skynyrd, The Animals, Jimi Hendrix, Janis Joplin, The Who, The Beatles, Journey, Almendra, Sui Generis, Aquelarre, Crucis, Invisible, Pescado Rabioso, La Máquina de Hacer Pájaros y muchas otras más. Mis primeros conciertos fueron Queen en Vélez, Rick Wakeman en el Luna, Yes en Vélez, Van Halen en Obras. Fui a ver a muchas bandas del rock nacional cuando tocaban en Barrancas de Belgrano: Púrpura, La Torre, El Flaco, V8 en Obras, Riff en Obras, Virus, Los Redondos, Sumo y toda la movida under de mediados fines de los ‘80, a la que pertenecía con 2112.
JUAN TAMBUSSI Hasta el ‘75 yo escuchaba pop inglés, casi exclusivamente The Beatles y Bee Gees (antes de la fiebre del sábado). En 1976 con el dinero de regalo de mi cumpleaños, me compro dos discos: “The Inner Mounting Flame” (1971) de Mahavishnu Orchestra y “Machine 76
Años Metálicos Head” (1972) de Deep Purple. A los pocos meses un vecino me presta “Animals” (1977) de Pink Floyd. Ahí empecé con el progresivo y el hard rock (no le decíamos metal aún). Deep Purple, Led Zeppelin, Bad Company y sobre todo Thin Lizzy fueron la entrada en el rock pesado. Thin Lizzy se convirtió en mi banda preferida hasta que conocí a Rush en 1980. También escuchaba e iba a shows de rock nacional (recuerdo un Luna de Crucis especialmente). A fines de los 70 el prog eclipsaba y el hard rock tomaba su lugar, más allá del punk y la new wave. En 1980 estuve en Estados Unidos un tiempo y vi en vivo a bandas como Rush, Thin Lizzy, Saxon, Iron Maiden, Judas Priest, Whitesnake, Rainbow, April Wine, ZZ Top, Pat Travers, Blue Oyster Cult, Black Sabbath. Estando allá escuché la definición de heavy metal y Rush con su mezcla de prog y metal se convirtió en mi inspiración. Combinaban los dos estilos de música que aún me representan. El haber vivido en Estados Unidos me permitió ver a muchas bandas legendarias y, en ese momento, el metal y el hard rock eran música masiva. Cuando volví a la Argentina a fines de 1981 me encontré con el típico rock argentino y el comienzo de una movida metalera nacional que iba a explotar a mediados de los ‘80. Grabábamos cassettes y nos pasábamos los pocos discos que teníamos. Hay que tener en cuenta que hablamos de vinilos y de cada banda a lo sumo, entre todos los del barrio, juntábamos dos o tres discos. No existía internet y la abundancia como ahora. Hoy cualquier pibe tiene en su pc toda la discografía de sus bandas preferidas, más los discos solistas, colaboraciones, en vivo y lo que se te ocurra. Antes algo así era impensable. Mis influencias se fueron acumulando sin descartar nada. No reniego del brit pop de los ‘60 ni del rock nacional. Considerando las bandas que me marcaron, y se puede rastrear en mis discos, puedo nombrar a Rush, Thin Lizzy, Crucis y Queensryche. Como guitarrista también encontré en la movida una fuente de inspiración. Las duplas de Thin Lizzy fueron escuela y cada año el metal fue sumando monstruos que agrandaban el espectro de la guitarra. Scott Gorham, Brian Robertson, Randy Rhoads y Alex Lifeson fueron los que me empujaron a la guitarra, y en el caso de Lifeson a definir mi música también. A principios de los ‘80 era Riff y V8. También había una banda de rock que me gustaba mucho, que era Dulces 16. Ese era el límite que conocía y vi en esos años. Recién un par de años más tarde, en el ‘84, empecé a seguir a un amigo (Marcelo Generoso) que cantaba en Belcebú. Casi todos los fines de semana íbamos a shows, todo muy precario pero con la magia de estar siendo testigo del nacimiento de una movida histórica. En 1984 nació el proyecto 2112 y comenzamos a tocar y a vivir la escena desde otro lado. Muchas grandes bandas de esa época no pudieron editar material y en gran parte todo ese esfuerzo no quedó reflejado, y ahí hay un vacío importante. Había una camaradería entre los músicos que era especial. No digo que no la hay ahora, pero en ese momento, como público o como músico, el ser pioneros y bancarse todas las flechas te hermanaba. Por ejemplo para el primer disco, 77
Años Metálicos el cabezal Marshall me lo prestó Daniel Telis, y la caja Willy Videla (violero de Whisky, una gran banda onda Van Halen). Nosotros, como banda que mezcla el rock pesado y el progresivo, disfrutamos desde siempre con la apertura de cabeza de la gente. Hemos compartido escenario con bandas de todas las tendencias y siempre fuimos bien recibidos. En lo que respecta a 2112 seguimos en lo nuestro, que es el hard progresivo. Por supuesto se van sumando las influencias de músicos y estilos que van apareciendo, y esa mezcla va dándole una vuelta de rosca a nuestro proyecto. Salvando la distancia de tiempo y maduración, creo que estamos haciendo un loop al sonido de 2112 del año 1984, cuando se formó la banda, y que quedó reflejado en nuestro último CD, “El Maravilloso Circo de los Hermanos Lombardi”. En este momento estamos componiendo el quinto disco, que profundiza el sonido de ese trabajo. Quedamos muy conformes con “Lombardi”, sentimos que finalmente la banda dejó reflejado en una placa el sonido que nos daba vuelta por la cabeza a Sergio y a mí desde nuestra primera formación con Daniel Bazán. En este momento estamos nuevamente en trio con Gabriel Costa en bajo y voz. El desafío es sonar actuales haciendo presente las influencias de los ‘70 y ‘80 que nos marcaron. Por otro lado, desde hace unos años, vengo trabajando, sin ningún tipo de apuro, en un disco solista acústico. En la época en que Steve Vai estaba en Alcatrazz (1985 aproximadamente), leí una nota en la “Guitar Player” donde elogiaba a Michael Hedges (1953-1997). En 1988, cuando empezamos a grabar con 2112 nuestro primer trabajo, en el estudio había un disco de Hedges. Todo un descubrimiento que confirmaba la recomendación de Vai. A partir de ahí nació la idea de hacer algo acústico fuera del ámbito estilístico de 2112. Para cada tema armo pequeños ensambles con músicos amigos. 2112 es la banda de sonido de mi vida. No digo los primeros, pero sí uno de los pioneros de un estilo que en los ‘80 no había en Argentina. Una escuela de vida. Conocí y compartí escenario con grandes músicos con los que hoy me une una amistad que, en algunos casos, ya atravesó décadas y hasta cambio de siglo. Mi sociedad fraterna con Sergio Moscatelli me permitió que el fracaso nunca se me subiera a la cabeza. Juntos creamos 2112 en 1984 y soportamos deserciones de músicos en momentos importantes, crisis existenciales propias y ajenas, apatía de sellos y un largo etcétera que hace que muchas bandas exploten por el aire. Reemplazar los grandes músicos que pasaron por la banda siempre fue una tarea difícil, sin embargo acá estamos, ininterrumpidamente desde hace más de 30 años. Lo que me dejó 2112 a nivel personal es la amistad de colegas y la capacidad de resistir. Más que agradecido por tanto. También debo agregar la satisfacción de haber viajado a tocar por el 78
Años Metálicos país y Latinoamérica, el reconocimiento artístico, los discos y la emoción de mostrar mi música frente al público. Las bandas que vi en vivo las puedo dividir en tres etapas. Hasta 1979 fueron Crucis, Pastoral, Alas, Bubu y La Máquina de Hacer Pájaros. En 1980-1981 es el período donde vi las bandas en Estados Unidos que mencioné antes. Desde 1982 en adelante empecé a seguir la escena, y a partir de los ‘90 también grupos prog. Mencionar las bandas que vi y con las cuales compartí escenario sería imposible, y nombrar solo algunas de las que me acuerdo sería injusto. Pero con Sergio fuimos a ver a casi todas. En el momento que empezó la división en la escena entre grupos thrash y glam, nosotros veíamos y tocábamos con los dos. Cuando se desató la invasión de bandas extranjeras, en 1991, fuimos bastante selectivos con los shows, un rigor que no teníamos en la elección de recitales nacionales. Íbamos a donde sea sin importar si había buen sonido, luces o lo que venga.
CARINA ALFIE Comienzo a escuchar V8 y, años más tarde, Hermética. De lo nacional, es lo que más me pegó e inspiró para tocar este estilo, además de las letras de Ricardo Iorio, obviamente. Y de lo internacional fue Black Sabbath y Ozzy Osbourne solista. Eso fue lo primero, y luego Judas, Maiden… Así elegí lo que quería escuchar y tocar. Me acuerdo que en esa época se compraba todo en discos de vinilo y cassettes, no existían el CD y el MP3. Mi hermana traía discos a casa y lo primero fue Queen, mi banda favorita, de la cual sigo siendo fanática. Después yo decidí por mi cuenta ir a las disquerías y comprarme todo (risas). También me acuerdo que llegó Spinetta (Almendra), un simple grosso. Me encantó, y también algo de Riff y Pappo. Mis influencias fueron, como dije antes, de lo nacional V8, Hermética, más tarde Logos y Rata Blanca. De afuera, Iron Maiden, Ozzy, Queen, Loudness, Deep Purple, y guitarristas, obvio: Brian May, Hendrix, Van Halen, Steve Vai, Malmsteen y Satriani. Hay muchas bandas buenísimas en Argentina que no son muy conocidas y tienen mucho talento, y cuesta hacerse un lugar en este estilo, pero está bueno ver cómo se mantienen, aunque no es tan fácil tocar en lugares como lo era antes…. Ya sabemos por qué…. No es que sea negativa, pero el hecho de tener que pagar para tocar, o vender entradas…. a los músicos nos cuesta mucho producirnos a nosotros mismos, lograr tocar, conseguir fechas, grabar nuestros discos… Yo hablo por mí, porque sé lo que significa ser una artista independiente, haciendo lo que más amo. Eso es lo más importante para mí. Hay público para todo, yo agradezco que haya gente que le guste el metal pesado. Mirá Almafuerte, es una banda que tiene 20 años y cada vez está mejor. Es un ejemplo a seguir, y la gente los sigue, por el mensaje de Ricardo y la música. Así hay que valorar lo que 79
Años Metálicos tenemos en Argentina, y que haya oportunidades para nuevas bandas también está muy bueno. Estoy más concentrada en la música instrumental, temas con la guitarra, y además sigo con canciones cantadas, rock heavy, siempre dentro del mismo estilo. Grabé un CD solista con Ricardo Iorio, que saldrá en poco tiempo, que se llama “Atesorando en los Cielos”. Es un disco nuevo de Iorio, en el que me invitó a participar. Estoy súper contenta por esta oportunidad, y además ya edito mi noveno trabajo instrumental, “Ad Libitum”, y sigo componiendo música en general, estudiando también un poco de acústico y clásico, cosas que no había hecho antes. Queen es lo que más me influenció, también Ozzy Dio, Maiden Judas, The Beatles, Van Halen, Hendrix, Megadeth, Steve Vai, Marty Friedman, Paul Gilbert, Dream Theater, Satriani, Malmsteen y las bandas clásicas nacionales: V8, Rata, Hermética, Almafuerte y muchas más…
GERMAN SALVATIERRA Mi llegada al metal se da porque de niño escuchaba bandas como Deep Purple y Led Zeppelin, pero mi vida cambió cuando a los 13 años compré el disco “Heaven and Hell” de Black Sabbath. Me acuerdo que lo elegí porque había visto un video en el programa “Música Prohibida para Mayores” en 1980. Desde ese momento me hice fan de Ronnie James Dio. No hubo cantante en el planeta hasta el día de hoy que me vuele la cabeza como él. Es más, no creo que se repita un artista semejante. En aquel momento consumíamos heavy a través de la revista “Metal” o la “Hit Parader” estadounidense. De todos modos, los ’80 fueron años de apogeo para el género. Es más, nació en la década. No había internet, o sea que teníamos que buscar data vía revistas o escuchando “Cuero Pesado” hasta la puta hora. Influencias metaleras tuve muchas, pero por sobre todo, Black Sabbath en tiempos de Dio. Esa banda me marcó, y comencé a tocar el bajo por Geezer Butler. Luego, otros grupos como Rising Force, Loudness, Whitesnake, pre época glam, o sea antes de 1987. Y, obviamente, la banda solista de Dio….
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Años Metálicos Sobre la escena actual poco puedo decir, porque dejé el metal hace 26 años y no escucho lo actual del género. Lo que sí digo es que todo se fusiona, hasta el metal ya no es el de aquellos años. Lo más pesado que escuché desde 1990 fue Living Colour, pero igual no hay nada novedoso o diferente. Esto pasa en general en toda la música. En la radio se la pasan poniendo bandas de los ’70 y ’80…. Lo que veo genial es la apertura del género. Todo lo que permita abrir y expandir, es crecimiento. Yo estudié guitarra clásica desde los 13 años, y siempre escuchaba, y lo sigo haciendo, música clásica y flamenco. Adoro a Paco de Lucía. Y el jazz siempre estuvo en mi casa, porque mi viejo es fan del género y de Oscar Peterson en particular. Siempre admiré a bajistas, además de Geezer, como Pastorius, Clarke o Mark King. Entonces, desde 1990 vengo tocando pop jazz fusión, y como vivo en España desde el ’98, he tocado aquí de todo, pasando por la música africana y latina. LZ2 fue una historia que comenzó cuando conocí a Martín (Knye) por un anuncio de la “Segundamano”. Había un pibe que buscaba vocalista para metal onda Dio o Rising Force. Esto fue en 1986, llamé y quedamos en conocernos en su casa, en Olivos. Yo vivía en San Fernando. Recuerdo que llevaba una camisa azul, y yo tenía bigotes. Éramos dos pendejos de 19 y 18 años. Conectamos rápidamente y coincidimos en muchos gustos, como la música clásica, el flamenco, los dos alucinábamos con Paco de Lucía y Paganini… Es más, la primera vez que escuché Malmsteen fue cuando Martín, en su cuarto, puso Rising Force, y me quedé sin palabras….. Ahí comenzó la odisea de conseguir músicos para la banda, pero yo era malo cantando… cantaba de caradura y porque amaba a Dio. Al poco tiempo le comenté a Martín que quería tocar el bajo, ya que lo sentía un instrumento maravilloso y que se tocaba sin púa, y como se me daba bien tocar sin púa ya que estudiaba guitarra clásica, aquello se convirtió en mi profesión hasta la actualidad. 81
Años Metálicos Muchas canciones eran mías al comienzo, junto con las letras, hasta que un día Martín me comenta que quería grabar un disco instrumental, producido por él y así fue como nació “Fuego Sagrado”. Todos los temas están compuestos por él, la mayoría instrumental, y fue un acierto aquello ya que Knye sabía dónde quería ir y cómo debía sonar. Además habíamos conseguido un baterista compatible con nosotros, musicalmente hablando, que fue Lucas Wagner, y entramos a estudio e hicimos aquel disco. Pero bueno, LZ2 fue para mí una gran banda, adelantada a lo que pasaba en Argentina en esos tiempos. Lo que me dejó es un gran respeto y pasión por la música y el instrumento que uno toca, pero las cosas son así, le apareció a Martín la posibilidad de salir del under con Kamikaze, que en esos años estaba arriba, y la cosa se acabó allí. Se fue Martín y yo no quise seguir con la banda, ya no sería lo mismo al no tener a Maradona en el equipo… Aun así seguimos en contacto a pesar de la distancia, y siempre lo consideraré mi amigo de aquellos “metal years”.
JUAN ANTONIO FERREYRA Lo primero que escuché cercano al heavy metal fue “Helker Skelter” de The Beatles. Después me llegó “Smoke on the Water” de Deep Purple, en el año ’72. A partir de ahí, vino todo lo demás, lógicamente: Led Zeppelin, Rainbow, Judas Priest y Ronnie James Dio. Recuerdo que, al ser difícil conseguir material, cuando caía un disco al barrio, enseguida nos juntábamos todos los pibes que teníamos aproximación al arte musical para escucharlo una y mil veces.
Si tengo que hablar de músicos que me han influenciado proviniendo del heavy metal, no tengo dudas que tengo que resaltar tanto a Deep Purple como a Led Zeppelin. Fueron los grupos en que más me fijaba. La escena de hoy no se puede comparar con la de aquellos años, esencialmente por los
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Años Metálicos adelantos tecnológicos. Sin ir más lejos, actualmente hay mucha más información al alcance de todo aquel que pueda acceder a internet…. La apertura mental que hay hoy en día la tomo con mucha alegría, porque hay muchísimas bandas que practican este estilo, con más información técnica y artística sobre cómo se generaron las primeras obras de los grandes artistas primordiales. Actualmente hago la misma música que hice casi toda mi vida: rythm and blues, blues y rock and roll. Mi paso por las bandas… Bueno, La Máquina Infernal me permitió tocar profesionalmente por primera vez a los quince años. La Banda Marrón fue el primer grupo con el cual interpreto mis propios temas, y además fue el propulsor de mi inclusión a Riff, en octubre de 1985. Las primeras agrupaciones que recuerdo haber escuchado fueron Credence Clearwater Revival, The Beatles, Depp Purple, Ten Years After, Joe Cocker, The Who…. Woodstock en general. Y el primer concierto que llegó a mis oídos fue “Made in Japan” de los Purple.
JUAN QUIRNO Me acerco al metal junto a todos los que veníamos del rock pesado. Era algo innovador, novedoso, como todo movimiento que surge.
R ecuerdo que escuchaba “Cuero Pesado” y luego la “Heavy Rock and Pop”, dos programas del palo e intercambiaba mucha información con mis amigos. Me atraían las distintas estructuras sonoras de las bandas, como Van Halen, Judas Priest, AC/DC y Pantera. Como todo gran movimiento, tiene un auge en un momento determinado, pero a los que se sienten identificados con esa manera de hacer música no les debe importar cuán popular sea, solo hay que hacerla o escucharla, en el caso de los oyentes. 83
Años Metálicos Me parece positiva la apertura mental que hay en la actualidad, y es la única vía de transformación que existe, lo que genera amores y odios. Hoy estoy tocando en Gauchos Rabiosos, que es una mezcla de todos mis gustos musicales. En mi carrera musical sólo toqué en dos bandas: Hermes, con la que grabé varios discos, y Gauchos Rabiosos actualmente. En la era pre-metal vi a Invisible, Crucis, Polifemo, Pappo´s Blues, Plus, y con el metal arranqué con el primer show de V8 en Racing (solo estaba Iorio de la formación que luego quedó), ya que tocaron antes de Hermes. Luego Rata, Bloke y casi todo lo que vino de afuera.
DAMIAN PEYCH Mi llegada al metal se produce con mi nacimiento. El heavy está en mi ADN…. La data en aquellos tiempos la conseguíamos a través de la revista “Metal” y el programa de radio, para mí el mejor de la historia, “Cuero Pesado”. Además, pasaba noches en el boliche del “Tano”, “Helloween” o los fines de semana en los “Halley” de Maipú y más tarde en la calle Corrientes, el “Rockódromo” y el “Arlequines” de San Telmo, entre otros antros donde podíamos escuchar buen metal.
Me pone muy bien que la movida metalera se mantenga y que los pibes se interesen por las bandas que hicieron historia. Así pueden conocer a grossos como Steve Harris, el mejor a mi criterio. Cada banda que integré fue muy importante en lo personal. Mi primera banda se llamaba Ayax. Era un trío, y yo era el guitarrista y cantante. Fue en el año 1988, y tocamos con Dr. Jekyll en “Caras+Caras”. Luego vino Retrosatán, que marcó mi vida. Allí yo era el bajista, y después llego Legión. 84
Años Metálicos La primera banda que me causó devoción fue Kiss, y los primeros conciertos que vi fueron Riff, V8, Hellion, Bloke, Barón Rojo, Punto Rojo y Van Halen. Hoy ya no me dedico a tocar, aunque mi corazón quedó junto al metal por siempre.
KUDO GALLEGUILLO MI llegada al metal fue por intermedio de Riff, Judas, Sabbath y V8. De muy chico ya me gustaba la música. Era muy difícil conseguir material, esencialmente por la falta de medios. Por suerte había un programa que se llamaba "Cuero Pesado", conducido por Daniel Aguilar, que te pasaba lo último. También, nos hacíamos grabar cassettes en Cabildo y Juramento. En esa época tenía un amigo cuyo padre traía discos del exterior, porque trabajaba de embarcado. Ahí pude escuchar el “Alive!” de Kiss, Motorhead, Motley Crue, Venom, Exciter. Escuchábamos en un viejo "combinado". Johnny Allon tenía un programa que mezclaba todo, desde Riki Maravilla hasta Dio…. Qué va a hacer...
" Cotorras", en Constitución, también pasaba videos (toqué un par de veces ahí). “Vinicius” era otro lugar en donde pasaban videos, como AC/DC y Saxon. Osvaldo Civile era mi influencia máxima, un adelantado a la época. Creo que fue el único violero que creó un estilo. No era copia de nada. Y Pappo, por supuesto. Randy Rhoads, Dave Lombardo, Lemmy, Jake. E. Lee. Tipton también… Soy muy abierto en gustos. 85
Años Metálicos La escena creo que está en un impasse, hace rato que no salen bandas grandes. En los 80', en el thrash, diferenciabas a Megadeth, Slayer, Metallica, Anthrax, Nuclear Assault, ya sea por su violero, cantante o batero. En el glam había unos violeros de puta madre, al igual que los cantantes solistas, como Dio, Ozzy. Cada uno tenía violeros de la hostia. En el blues se diferenciaban todos, y lo mismo pasaba en el pop y el jazz. Creo en la gente nueva, y ojalá puedan plasmar toda la era internet en lograr hacer una banda grossa. Es difícil, pero no pierdo la esperanza. En este momento estoy armando una banda para salir a presentar mi segundo libro— ya que soy profesor de guitarra— así que estoy muy entusiasmado con el nuevo proyecto, puesto que voy a tocar con mi hijo, y al no tocar hace tanto tiempo, las ganas se regeneraron. Cada banda tuvo su magia. En Kudo (mi primera banda) se dio el inicio de mi carrera, era muy pibe y todo era nuevo para mí, Tuvimos la suerte de tocar con V8. Luego estuve en Rapier. Tocamos en todos lados, con Horcas, Hermética, Ratos de Porao… Grabamos, conocí mucha gente. Muy linda experiencia. Después vino Hostil, donde mi amigo Pocho de Hurling Metal, me dio una gran mano, y la última fue Vortex. Las primeras bandas que escuché fueron Pappo’s Blues, Deep Purplee, Creedence. Eran discos que traía un tío, ya que en casa se escuchaba folklore y tango. A pesar que tocaba en distintas bandas de ese estilo, mi corazón siempre se inclinó al rock. Con respecto a la primera banda grande que vi, fue cuando vino Queen (en Vélez) y Van Halen. Igual recuerdo un reci al que me llevó mi tío en el corso de Virreyes, donde tocó Pappo’s Blues. Era muy chico y me acuerdo que después dio un show Titanes en el Ring….
MARCELO MICHELL Me inicié tocando blues, influenciado por guitarristas como Mike Bloomfield, Peter Green, Freddie King, John Mayall, B.B.King, Jimi Hendrix, Eric Clapton, Jeff Beck y Carlos Santana, entre otros, para luego derivar en el rock and roll, de la mano de Alvin Lee, Johnny Winter, Frank Marino, Jimmy Page, Brian Setzer, Danny Gatton, Gary Moore, y bandas como Bill Haley & His Comets, The Yardbirds, Cream, The Allman Brothers, The Rolling Stones, Lynyrd Skynyrd, Eagles, Aerosmith, para luego descubrir a Led Zeppelin y Deep Purple, momento en el que comencé a tocar hard rock. Ahí llegaron, Black Sabbath, Accept, Judas Priest, Van Halen, Iron Maiden, Whitesnake, AC/DC, Kiss, y se abrieron para mí las puertas del heavy metal.
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Años Metálicos En aquella época, los discos importados casi no existían. Entraban al país con "cuentagotas". Había que encargarlos, esperarlos, y a veces no llegaban nunca. ¡Si tenías la suerte de recibirlo, no lo podías creer!. Llegabas a tu casa poco menos que desesperado para abrir el celofán, (oler hasta la placa) y ponerlo en la bandeja giradiscos. Si contabas con alguien que viajara, algún amigo o familiar, ahí la suerte te acompañaba más de cerca. Lo que hacíamos para confiarnos la nueva música, unos a otros, era grabar los discos en cassettes, e intercambiarlos. Así se fue lenta y progresivamente multiplicando lo nuevo y abriendo cabezas. Escuchaba Black Sabbath, Accept, Judas Priest, Van Halen, Iron Maiden, Whitesnake, Ronnie James Dio, Michael Schenker Group, Rainbow, entre otros, no dejando de lado a mis viejos amores, Led Zeppelin y Deep Purple. Esas fueron mis influencias. Hoy la escena cuenta con una gran evolución tecnológica y con un alto contenido musical. El crecimiento reviste un nivel extraordinario, hay más virtuosismo, pero un talento moderado. En cierto modo, algunos aspectos se han enfriado. La magia de ayer, no es la de hoy, se perdió "romanticismo". La apertura mental la comparto con el mundo en el que vivimos, duro, austero, demandante y con grandes intereses creados. Hoy hay más posibilidades de evolución, pero menos demanda de consumo para los grandes emprendimientos. Si escapás al formato impuesto, corrés el riesgo de quedar varado en una isla. En aquellos tiempos, era más rockero, aunque jamás podría perder la esencia, ya que nací, crecí y me eduqué, en la cuna del rock and roll. Se me hace difícil caratular el estilo de música que hoy estoy componiendo, diría que es un heavy progresivo, con reminiscencias de los ‘90, la vorágine de los 2000, y una cuota de locura en los arreglos, que siempre me caracterizó, ayer y hoy. Mi paso por las bandas significó una constante y permanente evolución musical y tecnológica. Educar los sentidos y hermanarme cada día más con mi instrumento, buscar lograr una conexión directa con el corazón. ¿Qué fue lo que primero escuché?. Jimi Hendrix, Carlos Santana, Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath, Aerosmith, entre otras, y en lo que respecta a conciertos, los primeros fueron, "Isle of Wight Festival", "Monterrey Pop", "Woodstock", de los Zepp, "Live at the Royal Albert Hall", "The Song Remains The Same", "Live At Knebworth Festival", de los Purple, "In Rock World Tour", "California Jam", "Made in Japan", de Sabbath, "Sabotage" y "Never Say Die!". Entre las primeras bandas también se encuentran, The Beatles, Pink Floyd, Yes, Emerson, 87
Años Metálicos Lake & Palmer, Mahavishnu Orchestra, King Crimson, Focus, Queen, Rush, entre otras. De lo nacional, Pappo’s Blues, Color Humano, Billy Bond y La Pesada, Pescado Rabioso, Aquelarre, Vox Dei, Espíritu, El Reloj, Invisible, Polifemo, y Crucis, entre otras. Durante la adolescencia, rockeé con los mejores músicos de la escena local, compartí escenarios, grupos, y jams memorables, con Pappo, David Lebón, Nacho Smilari, Pajarito Zaguri, Rudy Marcolongo, el “Conejo" Jolivet, Gabriel Carámbula, Daniel y Luis Yaría, Gady Pampillón, JAF, Walter Giardino, entre otros. Participé de un sinnúmero de grupos de "garage", para luego fundar Hellion (a los 21 años). Tiempo después vendrían, Attake, Alien Proyect, y actualmente el regreso oficial de Hellion.
“CUERO PESADO”, EL PROGRAMA DEL HEAVY METAL A lo largo del libro, habrán visto ustedes, queridos lectores, que muchos músicos han reconocido a “Cuero Pesado” no sólo como el primer programa dedicado íntegramente al heavy metal, sino que también ha sido tomado como una enorme influencia en el ambiente. No duró mucho el ciclo, pero dejó un legado que el paso del tiempo ha sido incapaz de borrar. Tres décadas después, mucha gente aún lo recuerda con cariño, y hasta en Facebook hay una página que se llama “Yo Escuchaba Cuero Pesado”. Su conductor, Daniel Aguilar, vive hace muchos años en España. Allí lo encontramos para charlar un rato, gracias a su generosidad y disposición. - ¿Cómo llegás a "Cuero Pesado" y cómo tomaste el hecho de ver que tu programa pasaba a ser el referente de la escena? 88
Años Metálicos — Me molestaba escuchar programas donde lo que ocurría en el estudio no tenía nada que ver con lo que sucedía mientras se pasaba música. Terminaba un tema y aparecían voces muy formales, opacas. Ahí sentí necesidad de hacer algo que sea integral, que lo que pasaba mientras escuchabas un tema no se terminara cuando pasábamos al estudio, que todo formase parte de la misma estética. Hicimos un piloto en el estudio Avatar de mi amigo Carlos Piegari y se lo llevé a otro amigo que trabaja en “Little Stone”. A los tres días me llamaron los dueños y me dijeron que era una locura pero que querían hacerlo. A partir de ese momento armé el equipo: Julio Torre, que nos acompañó los primeros meses pero cuyo aporte fue muy enriquecedor con ideas y textos; Fernando Laratro, que se encargaba de la producción, y Tony Barreiros que hacía la patineta de exteriores. Luego, en el estudio, se agregaron los operadores Guilermo Aquino y Tarkus. - ¿Cómo se hacía para tener un programa sobre metal en esa época? — Nosotros, después de lo que te acabo de contar, fuimos a comprar un espacio -en esa época se vendían espacios- e hicimos un contrato. Luego de las formalidades, tuvo sus momentos difíciles, llamémoslo censura. Pero fue una experiencia inolvidable; creativa, poderosa y divertida. - ¿Cómo te llegaba el material, teniendo en cuenta que era difícil de conseguir en esos tiempos? — Por un lado teníamos un canje con “Tower Records”, por el otro, el hijo del embajador de un país europeo era fan de “Cuero Pesado” y se ofreció a conseguirnos material inédito en la Argentina. Llegamos a conseguir la copia del máster del álbum de KISS “Lick It Up”. Ni siquiera había salido a la venta. Y, por supuesto, abrimos el aire a las bandas nuevas para que pusieran difundir sus materiales. - ¿Cuándo te diste cuenta que el programa era muy escuchado? — Se fueron sumando varias cosas. Las cartas que nos llegaban, que comenzaron de a decenas y se convirtieron en una bolsa enorme por semana, cuando nuestra consigna era “el programa lo hacemos entre todos” y fue un aluvión de aportes, a tal punto que, por ejemplo, “Lo menos de los menos” se llegó a hacer íntegramente con esos aportes; con la preocupación de las “autoridades” por tener en el aire “Cuero Pesado”, cuando el gerente 89
Años Metálicos de la radio decía “tenemos a un loco por la noche”, y agregaba: “encima salgo de mi casa y en la pared de la esquina hay un grafiiti que dice ‘Cuero Pesado’”; y cuando en el teatro – tenía obra en cartel- me decían que escuchaban el programa personas que no les gustaba el heavy metal pero les encantaba el programa, por su osadía, su humor, por los oyentes… . - ¿Cuándo lo dejás de hacer y por qué? — Quisieron levantarnos en más de una ocasión, pero en esa época –último año de la dictadura y primer año de la democracia-, radio Continental se mostraba democrática, en especial, en sus programas periodísticos, pero “Cuero Pesado” les molestaba por “irreverente”. Al concluir el contrato, no fue renovado. Hicimos un intento en Radio Splendid una vez a la semana, pero en poco tiempo me di cuenta que era escasa la continuidad y ya no era lo mismo. Así que decidimos terminarlo. - ¿Cómo era ser "metálico" en esa época? — Meterse en un espacio de contrapoder en el que formalmente no encontrabas resistencia porque lo desconocían, pero después se complicaba ya que, en diversas formas, te sentías perseguido. Los que peor la pasaban eran los pibes que iban a recitales, en las cuadras que rodeaban los estadios o teatros, los veías contra la pared demorados. Luego de tenerlos unos cuantos minutos así, los dejaban ir. Era disuasión, pero les resultó inútil. - ¿El heavy sale del under a partir de Riff o esta banda fue un hecho aislado de masificación y el movimiento continuó siendo subterráneo en los '80? — En lo musical, viene de afuera, después aquí tuvo otro significado: una forma de contestar al estado de las cosas. Riff fue su referente, aunque lo que salía del under fue muy potente y lo expandió. - ¿Cómo era tu relación con los músicos de la escena? — Muy buena, tanto con las bandas under como con los integrantes de Riff. De hecho, con Pappo estuvimos viéndonos de tanto en tanto, hasta que tuvo el accidente que le hizo apagón.
GUSTAVO NOTO Obviamente venía de la vieja escuela que escuchaba a Zeppelin y Purple, pero a comienzos de los ‘80 descubro la nueva movida por un amigo que había llegado de Estados Unidos con la novedad. Cuando accedí a Maiden y Judas se me abrió un mundo nuevo y diferente en lo musical. Como unos cuantos metaleros de aquella época, la provisión de novedades musicales era Alejandrito. Con Frank Blumetti, Paul, Mars Cofan y compañía nos pasábamos material constantemente. Me acuerdo de esperar los sábados a la mañana para ver aquellos primeros videos que pasaban de afuera. 90
Años Metálicos Realmente no tengo una influencia específica de alguna banda o músico metalero en particular. Para comienzo de los ‘80 ya venía formado. Arranqué con música clásica a los seis años y después pasé a aprender con Walter Malosetti, con la técnica de la escuela de Berklee. Para Súper Ratón fue complicado. Fuimos una de las primeras bandas, fuimos los primeros en usar guitarras sintetizadas y los primeros en tener una cantante mujer. En aquel entonces, la cantante femenina no era aceptada por gran parte del público, lo que hacía todo bastante más complicado. El tema de la guitarra sintetizada daba un sonido diferente que hacía difícil para algunos recepcionar a la banda como un grupo “clásico” del metal de esa época. Después, ser de los primeros, complicaba la cosa, ya que no había demasiados lugares dispuestos a abrir las puertas a las bandas de metal. Me parece excelente que se haya dado una apertura mental tan grande. Tal vez se perdió la parte artesanal, pero se ganaron espacios impensados. De todas maneras, el núcleo duro del metal mantiene siempre una forma de actuar similar a la de aquel entonces. Durante estos años trabajé como productor y sesionista. A partir de 2010 empecé con un proyecto solista que terminó de grabar su disco a fines de 2014. Es una placa de temas para guitarra instrumental. Varias piezas de metal sinfónico, un par de baladas instrumentales y temas clásicos del género. Después, a partir de 2013, reunimos nuevamente a Súper Ratón, con Ana Noto (hija de la cantante original de la banda reemplazó a la madre); en el bajo se
incorporó Gustavo Tuliano (el “Tuli”), un tipo que es parte de la historia del metal. Muchos no recuerdan, o no saben, que fue el primer bajista de Rata Blanca. Fue miembro de Madam y grabó con Simoni en varias oportunidades. La banda retomó para tocar a fines de 2014 con los viejos temas y un set de canciones nuevas. Se grabaron cuatro canciones nuevas y se tiene en mente editar aquel disco “Sociedad Occidental” que se grabó a principios de los ’80, y que nunca se publicó, con un bonus de los temas nuevos. Las primeras bandas que escuché fueron Focus y Deep Purple, después llegaron Zeppelin y Black Sabbath. Siempre me incliné hacia lo más fuerte y distorsionado. Para cuando descubrí el metal ya no me salí más de ese nicho, fue sentir que ese era mi lugar en el mundo.
MARCELO CALDARA 91
Años Metálicos
Comencé escuchando discos de mi primo, que es siete años mayor que yo. La onda era Zeppelin, Uria Heep, Hendrix. Además, también nos llegaban algunos que se editaban acá y que comprábamos entre varios pibes para escucharlo en alguna casa, cosas como AC/DC o Sabbath. Después salieron los cassettes truchos que compraba en una disquería de Flores. Me acuerdo que el primero que compré fue “Pleasure of the Flesh” de Exodus. Más tarde, se empezaron a editar muchos, entre los que me compré “Clamando Venganza” de Judas (en esa época se editaban con los títulos traducidos…) Mis influencias fueron las bandas que anuncié previamente y las de thrash cuando explotó este estilo, tipo Metallica, Megadeth, Exodus, Slayer y Suicidal. Hoy veo esa escena como algo que no se volverá a repetir. ¿Sabés lo que era ser heavy en los ’80?. Ibas preso muy seguido; estabas en un recital y de repente se prendían las luces, cortaban la música y entraba la yuta en el medio del show y te miraban mal por el pelo largo y las camperas de cuero. Y acá era muy difícil armar una banda y tocar. No había equipos ni sonido acorde al estilo. La mayoría de los shows sonaban mal porque no había recursos y todo era a pulmón, pero con una gran pasión por el heavy. Hoy las cosas cambiaron, y está bueno que ya no hace falta vestirse de cuero para ser metalero. No obstante, desde Pantera que no sale una banda que me parta el cráneo. Yo ya no toco más, porque tengo 50 años y no me cabe tener que pagar para tocar. Toqué en Resistencia Nativa, y salimos en el primer compilado thrash argentino, disco que presentamos en Cemento con Hermética. Tuvimos la suerte de tocar varias veces con ellos, y también con Lethal, Militia, Escabios, Nepal y todas las bandas de la época La primera agrupación que vi en vivo fue Riff, y luego V8. De las extranjeras, fui a ver a Queen, esa fue mi debut con shows internacionales.
HECTOR CANGI Empecé en la música como cualquier pibe de barrio de los ’60, nos juntábamos con algún amigo que tocaba algún instrumento y tocábamos. Mi primera batería fue una pandereta con parche a la que le pegaba con los palillos. Como verás, antes que la bata tuve palillos (risas). Luego compré, a los 19 años, una Colombo negra que recuerdo con mucho cariño y comenzamos con los amigos (entre ellos los 92
Años Metálicos Mangialavore, Frank y Olaf) y hacíamos covers de Credence hasta que nos largamos con temas propios. Los primeros grupos que vi en vivo y que me marcaron fueron Los Gatos, Manal, Almendra y Vox Dei. Siempre me sentí influido en lo personal por Javier Martínez, por mi condición de bateristacantante y por mi voz ronca y disfónica. Con los covers hicimos una temporada en San Clemente en el año ’71, cuando el camino todavía era de tierra…. En la actualidad, es todo más simple para el que quiera dedicarse, porque tenés lugares donde estudiar, equipos a disposición, tecnología que ni soñábamos y, fundamentalmente, una apertura de cabeza que era inimaginable en aquella época, donde llevar el pelo largo te aseguraba una visita a la comisaría como mínimo...o que se te metieran en un recital (como nos hicieron), levantaran a todos, pidieran documentos... En fin, épocas negras que no deseo a nadie que deba vivir. Yo integré bandas barriales hasta que comencé a tocar en Caballo Vapor en 1974 hasta el ‘76 y después canté en Lulú, Rayo X y otras bandas pesadas para los fines de los 70. Paralelamente a mi "carrera" de músico, yo estudiaba abogacía y me recibí en el ‘80. Seguí un par de años más con bandas under y luego me dediqué a mi profesión y a mi vida particular. Volví para hacer un show televisivo en “Domingos para la Juventud” en el ‘84, y luego, poco tiempo después, vine a vivir a Catamarca, donde actualmente resido. Musicalmente me volqué al blues y grabé en el ‘98 un CD que nunca vio la luz, con temas propios, con la ayuda de Olaf Mangialavore, prometiéndome que alguna día lo terminaría y lo editaríamos. Ahí quedó. Ahora sólo toco para mí, con ampli Pevey muy poderoso y una batería hermosa que está nueva (una Tama espectacular, que es como salir a dar la vuelta a la manzana con Mercedes 600 y guardarlo para que no se ensucie), pero al menos despunto el vicio de la música así. El desvelo por los escenarios lo canalizo a través del teatro, ya que me dediqué a actuar, y en este momento presido una cooperativa artística y cultural con la que algunos viejitos como yo y otros con sangre más joven, seguimos tratando de emocionar a la gente como cuando queríamos transformar el mundo con la música.
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EDUARDO NOGUEIRA Mi llegada al metal se da gracias a mi hermana Roxana, que es un año y medio mayor que yo. Ella es la que me introdujo en esta forma de vida a los 12 años. Recuerdo que en esos tiempos era muy difícil todo, pero ya había algunos vinilos, y de allí a copiarlo a cassette había sólo un paso. Además escuchaba los dos únicos programas de radio que pasaban algo bueno, como “Lagunas” y “Cuero Pesado”. Pero realmente tenía mucho de grabar cassettes o conseguir vinilos. Mis mayores influencias desde aquellos días hasta la actualidad son Pappo, Riff, el gran Ozzy Osbourne y Motorhead. Hoy veo que la escena ha crecido muchísimo en lo que respecta a las bandas, pero también considero que se perdió mucho en cuestión de público. Antes éramos pocos y nos conocíamos mucho, a diferencia de hoy, donde es al revés. En aquellas épocas había un evento y estábamos todos, y la movida se hacía de boca en boca. Ahora hay muchas formas de comunicarse y estar informados, sin embargo hay muchas bandas de muy buen nivel a las que no se les da la chance de llegas a la masividad y el disfrute general…. Y olvídate de vivir de la música en este país…. Está muy bueno que la gente se pueda instruir e informar, que con un click tengas la info que buscás. El saber no quita espacio, aunque, como te decía antes, creo que en ese tiempo estábamos más desinformados pero mucho más unidos. En este momento estoy integrando dos bandas. Cruzados, que es un grupo rockero que ya tiene dos discos editados por el sello MTM y estamos en composición del tercero, el cual será un trabajo bien thrash. Y, como siempre, estoy con mi nuevo y viejo amor, Militia, que ya a esta altura es como una banda de culto. Estamos próximos a editar un nuevo CD, con el que no abandonamos el camino que siempre mantuvimos, que es la pasión por el viejo y verdadero thrash. El primer show que fui a ver fue Hellion, en Villa Lugano, barrio del cual soy oriundo. De ahí, a Riff en Obras, y también estuve en los conciertos de Pappo donde se grabó el disco en vivo. Estos recitales me marcaron para siempre y me hicieron adoptar al metal como forma de vida desde estos días hasta la eternidad. Toco el bajo desde 1988, habiendo pasado por Abaxial (’88 al ’90), Militia (’90-actualidad), Motor V (2000-’03), Brocken (’03-’04), Genética (’04-10) y Cruzados desde 2011. 94
Años Metálicos
JORGE SANCHEZ Mi llegada al metal se da en la adolescencia, años ’84-85, cuando con los pibes del barrio formamos un grupo llamado Ariok, un trío con uno de los integrantes con los que hoy comparto Retro, Gustavo Fernández en viola, Fernando Bonafiglia en bajo y yo en batería. No duró mucho, y después fundamos Angel de Cuero, con nosotros tres y un cantante del que no recuerdo su nombre. Ensayábamos en el sótano de una unidad básica que nos prestaban. Como éramos amigos de Frank de Dr.Jekyll, una tarde viene al ensayo Enrique Mauer, que era el baterista de ellos, y me dice que Retrosatán estaba buscando batero. Me dijo que fuera a probarme, y yo que no quería, porque era una banda grossa y no creía que podía
toca r. El loco me dijo “¿y vas a tocar toda tu vida en un sótano?”. Así que Enrique me acompañó, fuimos a Caseros y estaban el “Tano”, Luis y Rubén. Me preguntaron qué música me gustaba, dónde vivía y empezamos a tocar temas de la banda, zapamos algo y después me contaron sobre fechas, proyectos… Para mí fue un sí, ¡y no podía creerlo!. Nos volvimos con Enrique y él estaba tan contento como yo. Para escuchar música nos juntábamos en la casa de alguno de los pibes que tuviera algún vinilo o cassette pirata de Mercyful Fate, Queensryche o Judas. Si no, íbamos a La Esquina del Sol, La Isla o algún pub. Al comienzo, mi influencia era Gustavo Rowek, y también Kim Ruzz. Después, Nicko McBrain, Scott Travis e Ingo schwichtenberg, de Helloween. Con respecto a la escena de hoy, considero que las redes sociales ayudan a promocionarse, pero el público acompaña de manera austera. Solo malgunos grupos convocan, siendo difícil para los que están surgiendo poder hacer una fecha y solventar los gastos. Antes, tocara quien tocara, sea Hellion, Bloke, Orions, 6L6, Motorman, Thor, Kamikaze, la gente concurría y todos convocaban. Ve que hoy cuesta más hacer un show. 95
Años Metálicos Creo que hemos madurado y, como consecuencia de ello, podemos aceptar nuevos estilos musicales sin violencia, dándole paso a bandas como ANIMAL o Carajo dentro del Nu Metal y otros grupos que sobrevuelan el circuito todavía. Está bueno asimilar cambios de género, ya que enriquece aún más la movida. La música que hago hoy la encuadraría como power-speed metal. Creo que he aprendido de todas las etapas y las bandas por las que pasé. Son momentos únicos e irrepetibles, como el que estamos viviendo hoy con Retrosatán después de tanto tiempo. Entre las primeras bandas que fui a ver recuerdo a Bloke, Kamikaze, Nepal, Punto Rojo, Jekyll, V8, Riff en el Parque Sarmiento, Rata en Halley…. Quiero agradecer a la vida por darme esta oportunidad irrepetible y única de volver a Retro, a mi familia que me brinda todo su apoyo ante este proyecto, a mis maigos Rubén Cuenca, Domingo Felice y Gustavo Fernández, y por sobre todo al público que merece todo nuestro respeto.
CHARLY ALVAREZ Mi llegada al heavy metal se da cuando nos decidimos junto a “Tarkus” Albanesi a comenzar a convocar integrantes para formar lo que fue Thor. En esa época no había mucho dónde escuchar, así que la onda era sintonizar “Cuero
Pesado” en la radio o bien conseguir de alguna forma vinilos o cassettes. Puedo decir que entre mis principales influencias están Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath y Yes, entre muchas otras bandas. Hoy veo que la escena ha cambiado mucho, no sólo porque hay muchas más agrupaciones del género, sino que también hay más gente que antes ligada al rock pesado. Hoy en día sigo tocando la batería, en este momento en dos bandas: La Asfáltica y Viejo Zorro. 96
Años Metálicos Lo más importantes que me ha dejado todo este tiempo, todos estos años junto al metal son los amigos, los cuales mantengo hasta hoy. Además, por supuesto, cada banda por la que pasé me ha dado mucha experiencia. Entre las primeras bandas que vi en vivo allá por los ’80 estuvieron Vox Dei, Spinetta, Riff, Pappo y El Reloj.
WALTER ARMADA Tengo una hermana ocho años mayor y eso me permitió estar presente en “tiempo real” cuando salían los discos de Los Beatles, los Rolling u otras bandas y ser testigo del impacto que cada uno de ellos causaba. No era material constante, así que cada edición era un revuelo Todo empezó cuando en el cumple de 15 de una amiga de mi hermana. Uno de los pibes más locos apareció con un flamante “Led Zeppelin II” (mono, tapa doble), así que me conseguí el disco simple: “Mucho Amor” en lado A y ”Amorosa y Alegre Muchacha” en el B. Todo se traducía en esos tiempos…. En el secundario conocí a algunos compañeros que también tenían hermanos mayores y el intercambio de discos se volvió habitual. Luego, el Parque Rivadavia fue el lugar obligatorio…. En materia de influencias, tenía todas las que podía absorber escuchando los LP en un tocadiscos Winco, bajándole la velocidad para intentar sacar los temas, yendo a ver Woodstock todos los sábados en trasnoche a un cine de Belgrano, estar expectante frente a la tele esperando que por error alguien pasara algún grupo de rock en sus programas musicales…….. Recién en 1977 se estrenó en el cine “La Canción es la Misma”… Ahora veo la escena como ambigua…. Con tantas posibilidades técnicas para sonar y tocar en vivo, con el ciberespacio a tus órdenes para hacer todo masivo y a la vez tan pocas novedades, tan poco que sorprenda, que emocione……. No sé si hay una apertura mental hoy en día. Yo recuerdo ir a conciertos masivos donde el grupo apertura era el dúo Pastoral y el cierre El Reloj, con Alas, Avalancha, Ave Rock y Polifemo en el medio y no existía ningún conflicto entre músicos y público. Si no te gustaba algo, te ibas a comer un pancho y volvías cuando te interesaba. ¿Hoy se puede hacer esto?. Hoy hago sólo música, nada más y nada menos… Puede ser hard rock, balada, reggae o hasta una rumba. ¡Creo que si saco un disco en estos momentos no van a saber en qué batea ponerlo!. Mi paso por cada banda significó felicidad absoluta, disfrutar de hacer lo que en ese momento quería hacer. Cuando dejaba de sentir eso, decía adiós y cambiaba el rumbo. Es algo como en la vida: estamos aquí para ser felices y en lo posible hacer felices a los demás
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Años Metálicos En vivo la primera fue Vox Dei (Soulé, Quiroga, Basoalto) a principio de los 70’s. Fue como ver a los Stones. Verlos llegar al escenario ya era ROCK. Parecía que se habían bajado de unas Harley Davison. Fueron fundamentales. Willy Quiroga fue una inspiración. Después, Invisible, que era un tsunami musical; nunca hubo nada igual. El Reloj, un tren de frente…. Crucis, un compendio de buen gusto y polenta. Polifemo, rock sin vueltas con poder y magia… Aquelarre…. Los ’70 fueron increíbles….
RICARDO MASSEI En mi caso personal, llego al metal luego de integrar la mítica y pionera banda punk Los Baraja. Después de separarnos, empecé a buscar músicos. Mi idea era formar una banda bien pesada. Teníamos muchas influencias, obviamente de todos los grandes: Zeppelin, Purple, y mucho también del punk y el hardcore. Además, estábamos entrando en la explosión thrash, con Motorhead, GBH, Plasmatics, y luego Metallica y Slayer. En los finales de los ’70, en La Plata había una disquería que marcó el rumbo de toda la escena local, que era “Jeu”. Ahí traían discos importados, y era el lugar de reunión de todos los enfermos por la música. Siempre en La Plata, estuve en proyectos de metal progresivo, doom, death y fusión. Ahora estoy rearmando Pandemia, mi gran banda de death doom progresivo. La gente hoy en día está mucho más receptiva y sedienta de grupos, ya que al país han venidos muchas bandas importantes, y con las redes y los medios, se puede estar mucho más comunicados que antes. Mi gran anhelo es volver con todo con Pandemia, con varios cambios, por supuesto. Pero en mi vida, cada banda fue muy importante, porque reflejaron mis años de juventud, de pasión por la música. Mi sueño siempre fue ser músico, y en la veta con la cual más me identifico, que es el heavy metal, sin dejar de lado otros géneros como el rock progresivo o el jazz.
DAVID LAZAR
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Años Metálicos Lo primero que tuve en mis manos fue el disco “Sabotage” de Black Sabbath, cuando tenía 15 años. A partir de ahí, empecé a descubrir bandas como Maiden y Judas, y me dieron ganas de empezar a estudiar música y arranqué con clases de batería. Formé una banda de garaje en la cual tocaba la batería y cantaba, porque no había cantante, y luego de un tiempo el guitarrista me dijo “¿por qué no vendés la batería y te dedicás a cantar?”. Y ahí comencé con las clases de canto.
El disco de Black Sabbath lo compré en una disquería en Morón, cuyo dueño viajaba y traía cosas muy copadas, de auge en ese momento; bandas que sonaban en Europa mayormente. Mis influencias son Bruce Dickinson, Dio, Klaus Meine, por decirte algunos. Por ejemplo, un vocalista que no es del metal pero fue excelente y todavía me sigue inspirando fue Freddie Mercury. Yo creo que mirando hacia atrás esas bandas de los ’80 son íconos que no van a repetirse, sin desmerecer a las bandas actuales… Quizás porque tuvieron la suerte de ser los pioneros e incursionar en este género y marcar el camino a los grupos que siguieron. Me parece bárbaro que se note hoy una apertura, y es bueno que eso haya pasado, que la gente pueda escuchar de todo, que no se encasillen. En este momento estoy haciendo hard rock con toques A.O.R, que es un estilo que siempre me gustó mucho. Aprecio las canciones que son melodiosas, con climas, con arreglos de teclado. De cada banda que estuve siempre aprendí algo. La primera se llamó Alien, que es donde tocaba la batería. Después canté en Roll al comienzo de los 80´, que era algo muy a lo Van Halen, y ahí empecé a entender el significado de la palabra “frontman”. Luego llegó mi paso por Escocia y por primera vez recorrí varios canales de televisión y grabé mi primer disco. Fue una experiencia inolvidable. Más tarde estuve en bandas como Sin Reyes y Último Milenio, que se acercaban más a la música que estoy haciendo ahora. Posteriormente tuve un paso por Infinity, con el que viajé a España y compartí escenario con otros dos cantantes, algo distinto a lo que yo venía haciendo. Después volví a Escocia por un tiempo y en el 2005 me alejé por diez años totalmente de la música, hasta que en 2015mi hija logró que volviera y formamos Lazar. Ella es la tecladista y mi mano derecha. 99
Años Metálicos Bueno, el primer concierto que escuché fue Queen en la cancha de Vélez en 1982. Luego, Quiet Riot en 1984, y le siguieron Van Halen, Maiden, Scorpions y los famosos festivales en que tocaban bandas como Ozzy, Motorhead, Metallica y Megadeth.
EL AUTOR Fabio Morisetti es periodista freelance y amante del heavy metal y el punk.
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Años Metálicos Nacido en Buenos Aires en 1974, está radicado desde hace dos décadas en Arroyo Cabral, Córdoba. Es periodista recibido en la Escuela de Periodismo del Círculo de Periodistas Deportivos, y registra pasos por los diarios “La Razón” y “Olé”, además de la revista “Solo Fútbol”. Colaboró en sus inicios en la revista “Kiss Fever” y luego se especializó en básquetbol y boxeo, siendo corresponsal de publicaciones reconocidas en la materia en toda América y España. Hoy en día trabaja en televisión, radio y gráfica, siempre como freelance. En 2014 publicó su primer libro: “Buscando un Lugar”, la historia del punk contada por sus protagonistas. “Años Metálicos” es su segundo trabajo literario. En la foto, junto a Miguel “Botafogo” Vilanova.
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