Libro China Socio Imperial JSevares

May 10, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Libro China. Un socio imperial para Argentina y América Latina. Julio Sevares Editorial Edhasa. Buenos Aires, 2015. …………………………………….. Julio Sevares Economista y Doctor en Ciencias Sociales por la UBA Miembro del Grupo de Trabajo sobre China del Comité de Asuntos Asiáticos del Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI)

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Profesor Invitado en la Maestría en Historia Económica y en la Maestría MERCOSUR de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Fue Jefe de Editoriales del diario Clarín. Publicó numerosos artículos sobre temas de economía en revistas académicas del país y del exterior y en trece libros con otros autores. Es autor de los libros Porqué Cayó la Argentina (Norma 2001), El Capitalismo Criminal (Norma, 2003), El Imperio de las Finanzas (Norma, 2005), Historia de la deuda, (Capital Intelectual, 2005), El estallido de la Superburbuja, (Capital Intelectual, 2009) y Porqué Crecieron los Países que Crecieron (Edhasa, 2010) y El Poder en la Globalización Financiera (Capital Intelectual, 2014) ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, DEDICATORIA A Mercedes, Ignacio y Viviana ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, AGRADECIMIENTOS Agradezco los invalorables aportes recibidos de los miembros del Grupo de Trabajo sobre China del CARI, tanto en forma personal como en las fructíferas sesiones de trabajo. Sin los mismos, este libro no hubiera sido posible. Por supuesto, los déficit y errores que pueda, tener son de mi absoluta responsabilidad. ………………………………………. INDICE INTRODUCCIÓN: Latinoamérica ante la emergencia asiática I. LA IRRUPCIÓN ASIÁTICA II. LAS RELACIONES ECONÓMICAS DE AMÉRICA LATINA CON ASIA-CHINA 1. La estrategia China sobre América Latina 2. El comercio asimétrico con China: nada de “Sur-Sur”. 3. Créditos a América Latina: el financiamiento de la relación asimétrica. 4. La avanzada más reciente: inversiones chinas en América Latina. 5. Instrumentos para una mejor relación 6. Las relaciones ALC-China en el contexto de las relaciones internacionales. IV. LA RELACIÓN ARGENTINA-CHINA: NUEVA VERSIÓN DE UN VIEJO ESQUEMA. 1. Las muy buenas relaciones diplomáticas. 2. Las relaciones económicas “Norte-Sur”. a. El contexto: el comercio argentino con el mundo. b. El comercio asimétrico con China c. Inversiones chinas: consolidando el esquema comercial

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V. AMERICA LATINA FRENTE A ASIA: EL PERSISTENTE DILEMA DE OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS VI. ARGENTINA FRENTE A ASIA: OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS BIBLIOGRAFÍA ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, INTRODUCCIÓN: Latinoamérica ante la emergencia asiática Cuenta la leyenda que, hace muchos años, Henry Kissinger sostuvo que si cada chino tuviera un dólar, se crearía una demanda muy beneficiosa para Estados Unidos. Hace unas tres décadas ese sueño comenzó a hacerse realidad. En 1978 año Deng Xiaoping lanzó una reforma económica que incluyó una modernización del sistema productivo, la promoción de las exportaciones y la apertura a las inversiones externas. La producción china tuvo, a partir de ese momento, un crecimiento vertiginoso, similar al que habían tenido otros países asiáticos décadas antes, pero con un impacto mucho más importante por el tamaño de la economía, la población y el poder militar chinos. En 2010, China se convirtió en la segunda economía del planeta y, poco después, en el primer exportador mundial. Un dato central del fenómeno es que el surgimiento chino fue posible porque el país se insertó en la gigantesca máquina productiva y financiera asiática, de la que participan también, en lugares destacados, Japón, Corea del Sur y Taiwán. Esa máquina se convirtió a su vez, en el nuevo núcleo dinámico del capitalismo contrapesando la lentitud de los viejos líderes de América Central, Europa y Asia. Gracias al crecimiento, millones de chinos mejoraron sus condiciones de vida, un grupo menor pero significativo y creciente pasó a formar una nueva clase media y también apareció un núcleo de millonarios cómodamente insertados en el sistema gobernado por el Partido Comunista. Esta transformación tiene enormes consecuencias sobre el mercado mundial y la suerte de todo tipo de exportador: la mayoría de los chinos pasó de depender del “tazón de hierro” revolucionario que les garantizaba un puñado de arroz diario para la subsistencia, a consumir productos y servicios propios de las economías en rápido desarrollo. En los últimos años se expandió una clase media que demanda productos y servicios de calidad, a la altura de sus pares del resto del mundo. En América Latina, la emergencia del mercado chino generó enormes expectativas económicas y estratégicas. La demanda china catapultó los precios de muchos productos primarios exportados por la región y revirtió la vieja maldición del deterioro de los términos del intercambio, a saber, que los precios de los bienes de importación aumentan más rápidamente que los de exportación. China se convirtió, en la década pasada, en el primer o segundo destino de exportaciones y origen de importaciones de muchos países latinoamericanos y todos los del Cono Sur. Paralelamente, los créditos y las inversiones chinas en la región, crecieron, a partir del inicio del siglo, en forma exponencial. La emergencia china también generó grandes expectativas estratégicas porque China es considerada una aliada de los países periféricos y un contrapeso frente a los grandes imperialismos occidentales y, en sus relaciones con América Latina el gobierno chino

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enfatiza su propósito de establecer lazos de cooperación. Sobre esta base se difundió en la región la ilusión de una relación Sur-Sur con el gigante asiático. Sin embargo, el peso de la realidad fue diluyendo muchas expectativas iniciales. En primer lugar, porque los ciudadanos chinos no sólo son consumidores en ascenso sino trabajadores esforzados cuyas producciones compite con las de industrias latinoamericanas. Por otra parte, porque las empresas chinas, por iniciativa empresarial y por las políticas oficiales, mejoran a ritmo vertiginoso su tecnificación y son ultracompetitivas no sólo en los productos de mano de obra intensiva sino también en una gama creciente de productos de alto valor agregado. Por eso, países de la región, en primer lugar Brasil, observan con preocupación la pérdida de sus clientes de productos industriales en sus mercados y en los mercados a los cuales exportan, por el avance de la oferta china. Paralelamente, en América Latina, y en otras zonas de la periferia, la demanda de productos primarios, así como las inversiones en infraestructuras y los préstamos bancarios al sector primario, ha llevado satisfacción, pero también inquietudes. Esto se debe a que la casi totalidad de las exportaciones latinoamericanas a China están compuestas por productos primarios y sus elaboraciones más inmediatas –en el caso de la Argentina ese producto es obviamente la soja- mientras la totalidad de las importaciones son de industria. A esto se suma que la suma de la competencia china con la valorización de los productos primarios, no sólo afecte a las industrias ya instaladas sino que, también, estimule la especialización en las producciones primarias de la cual se quiere escapar con, precisamente, la industrialización. En Brasil, por ejemplo, la demanda china derivó en una mayor especialización en exportaciones de recursos naturales o en lo que se denomina con el temido concepto de desindustrialización de la producción y las exportaciones, mientras que en proveedores tradicionales de minerales, la especialización primaria se profundizó. ¿Qué hacer ante semejante fenómeno? El nuevo escenario presenta grandes oportunidades pero también desafíos. La emergencia china, como parte del ascenso de la maquinaria productiva asiática, es un hecho ineludible que no puede enfrentarse con medidas puramente defensivas. Los países latinoamericanos tienen por delante el reto de aprovechar las oportunidades de la demanda china para transformar sus producciones, para lo cual necesitan políticas productivas y comerciales adecuadas y, preferiblemente, articuladas regionalmente. De otro modo, y más allá de las particularidades o las declaraciones del régimen chino, los países consolidarán una relación asimétrica y dependiente, como la forjada hasta ahora con otros centros de poder económico y político. El desafío es, entonces, de utilizar los recursos de la exportación y las palancas disponibles, en estrategias públicas y privadas, para saltar a una mayor competitividad y una mejor inserción internacional. I. LA IRRUPCIÓN ASIÁTICA “Aunque nosotros en Occidente tengamos tendencia a olvidarlo, hace 190 años casi el 60% del PIB mundial estaba en Asia. Pero luego de forma más bien brusca, la explotación colonial y los tratados comerciales injustos, combinados con la revolución tecnológica en Europa y América, dejaron muy atrás a los países en desarrollo, hasta el punto de que, en 1950, las economías asiáticas representaban menos del 18% del PIB mundial”

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(Stiglitz 2010:264-265). “Quizá la mega-tendencia global más importante es el ascenso de China. Ningún otro país está destinado a tener un impacto semejante en la economía global en las próximas dos décadas. Aún si la tasa de crecimiento de China se reduce, como se proyecta, reemplazará a los Estados Unidos como la mayor economía del mundo en 2030” (World Bank, 2012; 6) La explosiva emergencia de China El crecimiento chino de las últimas décadas ha sido explosivo. Entre 1978 y 2013 el PBI chino se multiplicó por 130, con un crecimiento medio anual cercano al 10%, superior a cualquier otra experiencia previa de crecimiento económico. En ese mismo período, el PBI per cápita se multiplicó por 92. En 2010 China se convirtió en la segunda economía del mundo. En 2000, era el séptimo mayor exportador del mundo y representaba 3.9% del total del comercio mundial y el octavo importador, con 3.4% del total mundial. Después de un crecimiento anual superior a 20% en su comercio exterior, pasó a ser el primer exportador del planeta alcanzando 10.4% del total mundial. En ese mismo año, se transformó también en el mayor importador, con 9.5% del total mundial. Sus principales destinos de exportación son la UE, EE.UU., Japón, los países de la ASEAN1 y la región administrativa especial de Hong Kong. Sus importaciones provienen de Corea del Sur y Taiwán porque están compuestas por partes de productos industriales que arma y re exporta. China también es el primer destino de la inversión externa directa, superando a Estados Unidos y paralelamente ya es una de las principales fuentes de ese tipo de inversión en el mercado mundial. El impacto de la expansión China sobre el mercado, y en particular sobre los vendedores de alimentos y materias primas fue también explosivo. En pocos años, China se convirtió en uno de los principales consumidores mundiales de varios productos primarios, tanto agrícolas como minerales y acaba de alcanzar el primer puesto de los importadores de energía, sobrepasando a Estados Unidos antes de lo que habían previsto las proyecciones de organismos internacionales. El país asiático es el principal consumidor mundial de productos exportados por América Latina, como trigo, soja, arroz y carne, y el segundo consumidor de maíz. En alimentos, la demanda china no es coyuntural porque China tiene sólo el 7% de su superficie cultivable, lo cual lo convierte en un demandante estructural y de largo plazo de alimentos. Por otra parte, debido a que el gobierno planea reubicar a 400 millones de chinos hacia las ciudades en los próximos 25 años, la superficie cultivable disminuye al ritmo de 2 millones de hectáreas al año, lo cual reforzará su demanda de alimentos. Pero las necesidades chinas se extienden más allá de los bienes primarios. Como consecuencia del crecimiento, la pobreza se redujo del 97% en los años setenta, al 36% en la actualidad y debido al aumento de los ingresos la clase media china está en continuo aumento, en la actualidad alcanza a 157 millones de personas y ya es más 1

La ASEAN,:Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, está formada por Indonesia,

Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunéi, Vietnam, Laos, Birmania y Camboya. Los +3 son Japón, Corea del Sur y China.

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grande que la de los Estados Unidos. Según estimaciones de la CEPAL, hacia 2030, dos tercios de la población de clase media en el mundo habitarían en la región de AsiaPacífico, en comparación con un 21% en Europa y América del Norte. (CEPAL, 20121) Debido al incremento de sus compras y ventas, China es el principal socio comercial de numerosos países. En 2006, Estados Unidos era el principal socio comercial de 127 naciones, comparado con 70 para China. En 2012 China era el principal socio de 124 naciones y Estados Unidos de, 76. Actualmente es el más importante mercado del mundo para celulares, automóviles y otros bienes de consumo de sectores de ingresos medios y medios altos. Es decir, se trata de un mercado de enorme potencial para productos que puede ofrecer América Latina, más allá de los recursos naturales que vende actualmente la región. Por su competitividad, China tiene un superávit comercial estructural. Por este motivo y por el ingreso de capitales de inversión, acumuló la mayor pileta de reservas de divisas del mundo, de las cuales tiene el 30%. Parte de esas reservas están invertidas en títulos del Tesoro de Estados Unidos, del cual es el principal acreedor externo. La disponibilidad de reservas la he permitido convertirse en el inversor internacional, en inversiones financieras y en inversión directa, y sus bancos estatales y comerciales están teniendo una creciente expansión internacional, como sucede especialmente en América Latina (Lo cual se examina en el capítulo dedicado a las relaciones entre la región y China). El crecimiento chino es, por su rapidez y magnitud, y por su peculiaridad política (un capitalismo impulsado por un partido comunista), un hecho excepcional y sin precedentes. Pero el análisis del fenómeno chino no puede hacerse al margen del fenómeno asiático. El protagonismo de china en la economía y la política internacional es parte de un fenómeno más amplio: la conversión del Asia Pacifico en el núcleo dinámico del vitalismo contemporáneo: se trata de un “crecimiento en red” que se retroalimenta con el aumento del poder de compra y de las capacidades tecnológicas de un grupo de economías dinámicas que mantienen entre ellas un alto nivel de comercio. El comercio intrarregional del Asia-Pacífico supera el 60%, es más alto que el de la Unión Europea y está formado básicamente por productos industriales. El análisis de la historia del desarrollo asiático y de sus características es fundamental en varios sentidos: -en primer lugar para comprender el sentimiento de reivindicación de las élites asiáticas ante el Occidente que agredió y colonizó sus países durante siglos; - en segundo término, para comprender que la historia económica china es parte de un sendero abierto por Japón en el siglo XIX y seguido por otros países de la región y, - en tercer lugar, para contrastar el proceso de industrialización de los asiáticos y sus asociaciones económicas basadas en la inversión y la tecnificación, con la historia latinoamericana, dominada por el retraso técnico, la elevada dependencia de recursos naturales de cotizaciones fluctuantes, la pobre participación en el comercio mundial y el atascamiento o fracaso de sus proyectos de integración. Finalmente, hay que tener en cuenta que el crecimiento acelerado de la economía china no está garantizado. En los años posteriores al estallido de la crisis mundial, en 2008, el incremento del PBI se redujo incluso por debajo de los objetivos oficiales y la economía china presenta importantes desbalances financieros, ecológicos y sociales que pueden afectar el desempeño futuro. Se trata de una perspectiva que es necesario incorporar en las evaluaciones sobre el desempeño futuro de las economías latinoamericanas que tienen en China y Asia su principal mercado de exportación.

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De todos modos, como se explica más adelante, los organismos internacionales y analistas privados consideran que Asia, y China como parte sustancial de ella, seguirán creciendo a tasas superiores a las de los países más desarrollados y que la región seguirá siendo el núcleo dinámico del capitalismo contemporáneo y que, si esta tendencia se mantiene, con el tiempo se pondrá a la par de las potencias occidentales actualmente hegemónicas. El viaje (armado) del capitalismo al Asia. Como una paradoja de la historia, el primer despertar económico de Asia fue provocado por la agresión del imperialismo occidental. La expansión del capitalismo europeo y estadounidense se apoyó en la colonización y la conquista territorial a lo largo de siglos y en todo el planeta, incluyendo, por supuesto, el Asia. La India fue progresivamente ocupada y colonizada por Gran Bretaña e incorporada a su Imperio a mediados del siglo XIX, mientras China y Japón fueron obligados a abrir sus puertos al comercio extranjero y sufrieron la ocupación de parte de sus territorios. Los puntos más importantes de esa avanzada fueron las Guerras del Opio contra China. En 1842, tras la primera Guerra del Opio, Gran Bretaña pudo imponer al Imperio Chino el Tratado de Nankin, por el cual el país occidental obtuvo la apertura de los puertos chinos al comercio y la administración de la ciudad de Hong Kong, que mantendría por 155 años. En la segunda Guerra, que comenzó en 1856, participaron, junto a Gran Bretaña, Francia, el Imperio Ruso y la nueva estrella ascendente del capitalismo, Estados Unidos. La guerra terminó con 1860 con una nueva y más extendida lista de concesiones económicas y religiosas a las potencias vencedoras. Las Guerras del Opio son, en la memoria histórica china, recuerdos de agresión y humillación por parte de Occidente y llamados de alerta sobre la necesidad de fortalecimiento económico y militar de la potencia ahora emergente. Carlos Marx y el atractivo del mercado chino En el tercer tomo de El Capital, Marx explica que “en 1843, la guerra del opio abrió al comercio inglés el mercado de China. El nuevo mercado brindaba una nueva coyuntura par a la expansión que se hallaba ya en pleno auge, sobre todo la de la industria algodonera. ‘Jamás podríamos llegar a producir con exceso, teniendo 300 millones de hombres que vestir’ decía al autor de estas líneas, por aquellos días, un fabricante de Manchester” (Marx, 1973 tomo III; 388). Un episodio significativo de la penetración occidental y de enormes consecuencias para el Asia Pacífico y el mundo fue la incursión estadounidense en la bahía de Edo, actual Tokio, en 1852 con el objetivo de abrir los puertos nipones al comercio con Estados Unidos. En ese momento Japón era un país económicamente cerrado y con un sistema político atomizado entre los señores feudales –shogunes-, en el cual el Emperador no tenía poder real. Con la persuasión de los cañones, en 1856 Japón firmó un Tratado de Amistad por el cual accedía a la apertura de sus puertos a las mercaderías estadounidenses, fijaba bajos aranceles aduaneros con control internacional y concedía el derecho de extraterritorialidad a residentes extranjeros. La incursión estadounidense provocó un enorme trauma y una parte de la inteligentzia japonesa advirtió que si el país no se estabilizaba políticamente y no modernizaba su 7

economía sería una presa fácil y perpetua de las potencias occidentales. La experiencia del infortunio chino jugó un papel en esas reflexiones. En 1868 un grupo formado por intelectuales y militares respondió a esa realidad y puso en marcha una revolución que se denominó la Restauración Meiji, y que consistió en disolver el sistema del shogunato y unificar el mando político del país restaurando el poder del emperador, en ese momento miembro de la familia Meiji. En este contexto Japón desplegó una política de desarrollo económico orientado por el estado y basado en la promoción de las exportaciones y la industrialización y tecnificación. 2 En la Segunda Posguerra, Japón había alcanzado un importante nivel de industrialización y por su ubicación en la frontera de la URSS y luego de la China comunista, ocupaba un lugar estratégico para los intereses occidentales. En ese contexto el gobierno japonés lanzó una nueva política de desarrollo económico basado en la sustitución de importaciones y de exportaciones, es decir, en la incorporación de nuevas industrias, ascendiendo en la escala tecnológica, y en la ampliación de la oferta exportadora desde los textiles, en los que tenía mayores ventajas comparativas, hacia las manufacturas basadas en mano de obra barata y, luego, hacia la industria pesada, la automotriz y la tecnológica. El modelo desarrollo industrial japonés fue seguido por otros países asiáticos, principalmente Taiwán y Corea del Sur, en lo que se llamó la formación de vuelo de ganso: un triángulo volador dirigido por Japón y seguido por otros países que serían llamados Tigres Asiáticos o, menos románticamente, Países de Industrialización Reciente (NICs, como se los conoció durante décadas: New Industrialized Countries) La formación estaba integrada por Taiwán, Corea del Sur y otros miembros menores pero no menos dinámicos, como las ciudades estado Singapur y Hong Kong Taiwán comenzó su despegue en la década del cincuenta. Estos países, con diferencias de instrumentos y procedimientos, desplegaron políticas de industrialización y tecnificación de sus producciones y exportaciones, que les permitieron pasar de economías atrasadas y dependientes de la mano de obra barata o y los recursos naturales, a economías industrializadas y competitivas en las líneas de productos más avanzados del mercado mundial. “Los gobiernos de Taiwán, Corea y Japón, opina el especialista en desarrollo asiático Robert Wade, no tanto eligieron ganadores como que los fabricaron. Los hicieron creando un amplio ambiente conductivo a la viabilidad de las nuevas industrias – especialmente moldeando la estructura social de inversión para estimular la inversión productiva y desalentar la improductiva, y controlando los parámetros claves de las decisiones de inversión para tener mayor predecibilidad. Los instrumentos incluyeron protección para modular la competencia internacional, restricciones en salida de capital para intensificar la reinversión en el territorio nacional y promover la exportación de mercaderías más que la de capital” (Wade, 2004; 334) Un punto común en las experiencias de rápido desarrollo asiático, desde el Japón de la Restauración Meiji hasta la China contemporánea, es el énfasis de los gobiernos en la educación y en el gasto en Investigación y Desarrollo tecnológico. Un resultado de ese camino es que las universidades y estudiantes de países asiáticos más desarrollados aparecen en los primeros lugares del ranking de calidad educativa y rendimiento escolar. Por otra parte, el gasto en Investigación y Desarrollo de los países asiáticos aumentó más rápido que su PBI y el número de patentes reconocidas por Estados Unidos a Sobre las experiencias de crecimiento asiático, Julio Sevares “Porqué crecieron los países que crecieron”, Edhasa, Buenos Aires, 2010. 2

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inventores extranjeros también aumentó en rubros como computadoras, maquinaria industrial, radio y televisión, equipo eléctrico y de comunicaciones, vehículos de motores, aeroplanos y otros. China, la historia El ascenso de la economía China comenzó en 1978 con las reformas de Deng Xiaoping, que puso al país en la senda de crecimiento iniciada por otros países asiáticos. “Los sistemas de organización de la producción, verticalmente integrados y de gran escala, sobre los cuales se basaba la potencia exportadora del Japón industrial y la vecina Corea del Sur, sostienen dos especialistas en el tema, fueron ampliamente estudiados para ser aplicados en una escala sin precedentes por China” (Moneta y Cesarín, 2012; 35) En 1978, el líder chino 3lanzó su programa de las Cuatro Modernizaciones (Agro, defensa nacional, industria y ciencia y tecnología). Como parte del mismo se creó uno de los instrumentos fundamentales de su política de crecimiento en las primeras décadas: las Zonas Económicas Especiales (ZEE) en la costa sur de China, cerca de Hong Kong de Taiwán, tres de ellas en Guangdong, la provincia que atrajo la mayor cantidad de capital extranjero y la de mayor desarrollo capitalista en China. Las empresas de las ZEE reciben beneficios como exención de impuestos en las producciones destinadas a la exportación, alquiler de terrenos estatales (que permanecen en poder del Estado chino), facilidades para importar insumos y partes destinadas a la producción exportable así como garantías de que estarán provistas de mano de obra. Pero en la primera mitad de los años noventa la política de atracción de inversión extranjera se amplió hacia otras zonas del país y en la actualidad se encuentran en más de 500 ciudades. Las Zonas se convirtieron, además en un atractivo para los chinos residentes en Hong Kong, Taiwán y otros países donde las comunidades chinas son muy emprendedoras y tienen un gran protagonismo en la actividad económica, como sucede en Singapur o Indonesia. Se estima que la mayor parte de las exportaciones y la mitad del PBI del país se genera en las industrializadas ZEE. En 1978, año de inicio de las Zonas, China exportaba sólo 10.000 millones de dólares. Cuando las Zonas cumplieron 30 años, la cifra había trepado a los 1.400.000 millones (1,4 billones) es decir, se habían multiplicado por 140. En 2012 las ventas externas chinas llegaron a los 2 billones de dólares. La estrategia exportadora tuvo el objetivo de conseguir divisas para financiar el programa de desarrollo económico. Cuando ingresó a la Organización Mundial del Comercio, en 2001, China debió adaptar el régimen a las normas de la Organización, las cuales no admiten sistemas de promoción especiales. Sin embargo las Zonas siguieron creciendo, en parte por su propio impulso porque ya concentraban empresas dinámicas y eran foco de atracción para la mano de obra, pero en parte también porque los gobiernos regionales y municipales siguieron inyectando subsidios y protección de diversos tipos para atraer o retener las inversiones de empresas locales y extranjeras. En 1992 Deng Xiaoping dio el respaldo definitivo a las reformas económicas, con una gira de inspección del sur, un viaje en el que visitó las zonas económicas de mayor crecimiento económico del delta del Río de las Perlas y de Shanghai, en las cuales se Deng Xiaoping tenía el cargo de presidente de la Comisión Militar Central, es decir, no era presidente ni primer ministro, pero detentaba el poder real incluso luego de su retiro del cargo que ocupaba. 3

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desarrollaban las primeras etapas de la liberalización económica. En ese momento Deng lanzó su provocativa consigna “enriquecerse es hermoso”, destinada a legitimar la actividad de los empresarios privados. Fue un eco de la consigna “campesinos, enriqueceos” lanzada en 1923 por el dirigente soviético Mijail Bujarin, quien consideraba que era necesario permitir que los campesinos obtuvieran ganancias como estímulo para que aumentaran su producción. 4 La confirmación de la política económica reformista y de apertura de los mercados aumentó la confianza de los inversores y la economía alcanzó tasas de crecimiento económico sin precedentes. En ese año de 1992 el crecimiento del producto bruto creció un 14% y en los años siguientes un 10% o más. Cronograma de principales hitos de la relación de China con Instituciones Internacionales. 1980, reincorporación al Banco Mundial y al FMI. 1984, China inicia sus contactos con el Banco de Pagos Internacionales de Basilea 1985, incorporación al African Development Bank, 1986, ingreso al Asian Development Bank 1994, reforma del sistema cambiario, estableciendo un mercado cambiario interbancario unificado. Diciembre de 1996, aceptación formal del articulo 8 del Acuerdo sobre Monedas Internacionales y Fondos del FMI; aceptación de la convertibilidad del RMB 5 2001 ingreso a la Organización Mundial de Comercio (OMC). 2008 ingreso al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Fuente: Central Financial Work Commission. Ministry of Finance of the People's Republic of China Ingreso a la OMC: el comunismo por el libre comercio. El 11 de diciembre de 2001, China ingresó a la Organización Mundial de Comercio (OMC), a partir de lo cual debió resignar paulatinamente muchos programas de intervención que había utilizado por décadas y adaptarse a las reglas del mercado privado. La contrapartida de esa renuncia fue beneficiarse con un mejor acceso a los mercados occidentales: los países que la reconocen como economía en transición tienen Este episodio tiene un estrecho contacto con la experiencia china contemporánea. La política agraria de la primera etapa de la URSS produjo una caída de la producción que Bujarin y otros esperaban superar con el retraso de la estatización del agro y la tolerancia a la ganancia privada. Esto sucedía en el contexto de la Nueva Política Económica (NEP), que admitía la pequeña propiedad privada junto al sistema estatal socialista. Esa política fue revertida posteriormente por Stalin, dando lugar a una colectivización forzada del agro que provocó una crisis gigantesca y millones de muertos por la represión o el hambre por la falta de alimento. En la primera etapa de la revolución china también la producción agrícola fue muy baja y la situación se agravó con la política del Gran Salto Adelante, iniciada a fines de los años cincuenta, y que incluyó la colectivización agraria. La política fracasó y se produjo la Gran Hambruna China con víctimas estimadas de hasta 30 millones de personas. Dos décadas después, la política de modernización de Deng Xiaoping, apoyada en la ganancia los inversores privados, es una respuesta simétrica a la de Bujarin. 5 El Artículo VIII – del Convenio del FMI se refiere a las “Obligaciones generales de los países miembros” que incluyen: Obligación de evitar restricciones a los pagos corrientes; Obligación de evitar prácticas monetarias discriminatorias; Obligación de colaborar en cuanto a las políticas de reservas. 4

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todavía la posibilidad de imponer restricciones a las importaciones chinas, pero los que ya la reconocen como una economía de mercado (Como es el caso de Argentina y Brasil) tienen que tratarla como un socio más de la OMC y utilizar esas restricciones, como las medidas antidumping, cumpliendo los requisitos de la OMC, a riesgo de ser demandados en la Organización o sufrir medidas de represalia. China se comprometió, en un primer escalón, a abrir su sector de servicios y el agrícola a la competencia externa y luego el sector manufacturero Paralelamente, la China socialista es una parte híper activa de la liberalización del comercio mundial. Además de su participación en los acuerdos de liberalización y cooperación intra-asiáticos, como el Tratado de Libre Comercio China-ASEAN, participa en Tratado de Libre Comercio con Chile, Costa Rica, Perú, Consejo de Cooperación del Golfo (integrado por Bahrein, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.), Pakistán, Nueva Zelandia, Singapur, Australia, Islandia, Noruega y SACU (South African Customs Union/Unión Aduanera de África del Sur, integrada por Sudáfrica, Botsuana, Lesoto, Namibia y Suazilandia) Acuerdos de asociación económica con Hong-Kong y Macao. Tiene TLC en negociación con India, Corea del Sur y Suiza y un proyecto de TLC China-Japón-Corea del Sur. China según el Banco Mundial Debido a su crecimiento elevado y sostenido en el tiempo, la participación del PBI chino en el mundial pasó del 3% en 1980, apenas iniciadas las transformaciones de Deng Xiaoping, al 10% en 2014. Participación en el PBI global (nominal). EE.UU. y China, 1980, 2014.

Fuente: elaboración propia en base a datos del FMI. WEO Databases. Según un estudio del Banco Mundial sobre las perspectivas del desarrollo chino, los cambios que posibilitaron una convergencia significativa de China con las principales potencias occidentales fueron: 1) Liberalización y promoción de empresas privadas en sectores considerados no estratégicos, atendiendo gradualmente al dictado del mercado (“para cruzar el río, hay que sentir las piedras y orientarse en consecuencia”). 2) Armonización del crecimiento, inflación y estabilidad social. Entre los años 1985 y 1990, la inflación anual en China coqueteaba siempre con el 10% (mientras que su PIB real apenas llegaba al 4%).

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3) Incentivos a la competencia entre todas las regiones del país. 4) Eliminación de barreras dentro del mercado nacional (si bien aún existen limitaciones serias al libre movimiento de trabajadores por culpa del empadronamiento permanente en las provincias de origen o hukou). 5) Integración en la economía mundial, poniendo punto final a un historial económico marcado por el aislamiento permanente. Desde que China se incorporó a la Organización Mundial del Comercio en 2001, el volumen de su comercio exterior se ha multiplicado por cinco. (World Bank, 2012) Paralelamente, China se convirtió en el primer exportador mundial e incrementó sustancialmente su participación en el comercio mundial superando a la de Estados Unidos y a América Latina. Las estadísticas de la Organización Mundial del Comercio muestran, también, el avance y retroceso europeo y el retroceso de Argentina y América del Sur en el mercado de exportaciones. Participación en las exportaciones mundiales, por países y regiones, 1948-2013 (%) País/región 1948 1993 2013 Estados Unidos 21,7 12,6 8,6 Europa 35,1 45,3 36,3 Asia 14,0 26,0 31,5 China 0,9 2,5 12,1 América del Sur y Central 11,3 3,0 4,0 Argentina 2,8 0,4 0,4 Brasil 2,0 1,0 1,3 Fuente: Organización Mundial del Comercio. Comercio Internacional 2014.

Participación en las exportaciones mundiales (%)

Fuente: OMC El trabajo barato, pero también la educación y la tecnología En una primera etapa, y hasta no hace mucho, el crecimiento chino se basó el en aprovechamiento de una mano de obra que, por abundante y disciplinada, era muy barata. Pero, lejos de descansar en esa “ventaja comparativa” natural, el gobierno chino impulsó el desarrollo tecnológico de su producción y sus exportaciones. Después de un período de sustitución de importaciones (1978-2001), China inició una agresiva y activa política de apertura comercial en el sector

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industrial, con el objetivo de abaratar los productos industriales destinados a la manufactura local que trabaja para el mercado interno y la exportación. Según un estudioso de la economía china, el país ha realizado importantes avances en el desarrollo y la incorporación de tecnología a sus producciones y exportaciones y, si bien todavía está muy atrás de Estados Unidos, Japón, Corea y varios países europeos, está teniendo rápidos avances en ramas que el Gobierno ha priorizado, como telecomunicaciones e industria automotriz ( Dussel Peters, 2012) China dedica a la inversión en Investigación y Desarrollo tecnológico un 1,7% de su PBI, una suma por debajo de los otros países asiáticos, de la de Estados Unidos y también algo por debajo de la de la Unión Europea, pero muy superior a la de América Latina, que no llega al 1% del PBI. China, sostiene otra investigación sobre el tema, tiene “una compleja red de políticas – instrumentos y evaluación- en los diversos niveles del sector público: existen cientos de políticas de fomento al sector público, incluyendo Ciencia y Tecnología, Inversión Externa Directa y de Inversión Directa china en el exterior. China presenta una estrategia relativamente coherente y ‘sistémica’ de apoyo al aparato productivo con una perspectiva de corto, mediano y largo plazo” (Bittencourt, 2012; 28) La combinación de iniciativa privada con soporte estatal provocó un aumento sustancial de la productividad de todos los factores de la producción, sobre los que se apoya la competitividad internacional de China, en la producción y los servicios. Según la CEPAL (2012-1), la productividad total de factores de China ha crecido sostenidamente en los últimos años producto de las reformas económicas y la absorción de nuevas tecnologías. Paralelamente, los salarios han crecido más que la productividad, lo cual, sumado a la apreciación del renminbi, ha resultado en un aumento de su costo laboral unitario, el cual se acerca al nivel del mexicano. El 16 de marzo de 2007, la Asamblea Nacional Popular de China dio un importante paso hacia la economía de mercado reconociendo, por primera vez, la propiedad privada mediante una ley, ampliamente debatida durante 13 años. En noviembre de 2013, el Comité Central del PCCh anunció una nueva ola de reformas destinadas a mejorar la producción y la competitividad ampliando el campo de la propiedad privada y de las reglas de mercado. China, a la vanguardia en supercomputación Un ejemplo significativo del avance tecnológico chino es el que tiene lugar en la supercomputación. En junio de 2013 el supercomputador del Centro Nacional de Supercomputación de Guangzhou, llamado Milky Way2, duplicó el desempeño del supercomputador Titán, del ministerio de Energía de Estados Unidos, con un rendimiento de 55 petaflops, equivalentes a 55.000 billones de operaciones por segundo. 6 Se espera que China sea el primer país que desarrolle los sistemas a exaescala, capaces de procesar un trillón de operaciones por segundo, compitiendo en una carrera en la que participan EE.UU., India, Japón y Rusia. China ante la inversión extranjera: atraer capital y tecnología para competir

6

Un giga es 1000 a la tercera potencia, o mil millones de operaciones por segundos; un peta es 1000 a la quinta o mil billones y un exa, 1000 a la sexta, o un trillón de operaciones por segundos

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La política de inversión externa china ha, como la que han seguido anteriormente otros países asiáticos que se industrializaron, ha jugado un papel central en la incorporación de tecnología y, en ese sentido es un ejemplo a tomar en cuenta por los países latinoamericanos. La inversión externa fue admitida en un primer momento en las Zonas Económicas Especiales creadas en 1978 por Deng Xiaoping, como parte de su programa de la Cuatro Modernizaciones (Agro, defensa nacional, industria y ciencia y tecnología). Como se vio más arriba, el sistema estableció una serie de beneficios para inversores extranjeros, pero, como contrapartida, el gobierno exigió la transferencia de tecnología, la cual fue progresivamente absorbida por las empresas estatales chinas. De este modo, en pocas décadas, muchos productos que elaborados con tecnología extranjera o armados en China en base partes importadas, comenzaron a ser fabricados por empresas locales. La aparición de marcas mundiales exitosas como las productoras de electrónicos Lenovo, Huawei o HTC son un resultado de esa política. Un dato fundamental a tener en cuenta es que la transferencia, la copia o la compra de tecnología no pueden tener resultados si el país que las aplica no está preparado con sus propias capacidades profesionales y políticas macroeconómicas. Por eso, China se capacitó para absorber tecnología con un enorme esfuerzo educativo consistente en el desarrollo de sus universidades y centros tecnológicos y el envío de miles de estudiantes al exterior para hacer carreras de economía, administración de empresas, ingeniería y otras vinculadas con la ciencia y la tecnología. La tecnificación de las exportaciones China, al igual que los países asiáticos de rápido crecimiento, no sólo promovió la sustitución de importaciones sino la de las exportaciones que fueron incorporando valor agregado y ampliando su mercado. Un análisis del Wall Street Journal, afirma que “un componente central de la estrategia china son las políticas que ayudan a las empresas estatales a acceder a tecnología de punta y administran el tipo de cambio para beneficiar a los exportadores.”7 Como consecuencia de la política de promoción y tecnificación de las exportaciones, en las últimas décadas las ventas externas de China pasaron de estar dominadas por los productos de bajo contenido tecnológico y mano de obra intensiva a tener una creciente participación de productos de mayor contenido tecnológico. Según el informe estadístico de 2014 de la UNCTAD, el organismo de la ONU para el comercio y el desarrollo, la participación de los productos manufacturados en las exportaciones chinas, pasaron del 88% en 1995 al 92% en 2013 (UNCTAD, 2014) Un análisis más detallado realizado por un especialista de la CEPAL, muestra que, en el período 1990-2009 las exportaciones de tecnología alta pasaron de representar el 5% del total de las ventas, al 42% del total mientras que las de tecnología media y baja, y las manufacturas basadas en recursos naturales, retrocedieron progresivamente. Y, destacadamente, participación de las materias primas en las exportaciones chinas se redujo del 23% del total en 1990 al 5% en 2009. (Rosales, 2010) Otra estadística más reciente, también de la UNCTAD, confirman el escenario: un aumento en la participación de las manufacturas y, dentro de estas, un retroceso de las basadas en mano de obra intensiva y un incremento de la participación de las exportaciones de mayor contenido tecnológico. Evolución de las exportaciones chinas según componente tecnológico 7

Wall Street Journal, 17-11-2010

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Rubro exportador Manufacturas M de Obra intensiva basada en rec.naturales Tecnología débil Tecnología mediana Tecnología alta Otros productos Total Fuente: UNCTAD8

Participación en las exportaciones 2002 89% 33%

11% 100%

9% 17% 30%

Participación en las exportaciones 2011 93% 25% 12% 20% 36% 7% 100%

Además, las exportaciones chinas, especialmente las de productos de mayor valor agregado están, cada vez más, en manos de empresas privadas locales y extranjeras Las empresas estatales, que a inicios del siglo XXI tenían la mitad de las exportaciones, redujeron su participación al 20% en 2009, mientras que las empresas privadas las aumentaron del 5% al 30% y las controladas por inversiones extranjeras, del 25% al 40%. (Dussel Peters, 2012) Esto significa que la competitividad china depende cada vez menos de los apoyos y protecciones de los estados nacionales o locales, y más de la capitalización y la tecnificación de las empresas y de las capacidades administrativas y comerciales de los empresarios. Se trata, por lo tanto, de una competitividad más sólida y sostenible en el tiempo. El avance en la tecnificación de la producción y las exportaciones chinas se mantendrá en el futuro previsible. El 12° Plan Quinquenal 2011-2015, tiene el objetivo de promover un crecimiento más balanceado y sustentable. Uno de sus objetivos es aumentar competitividad de la economía china en todos sus sectores, con un fuerte énfasis en el incremento de la productividad a través la ciencia y tecnología (prevé un aumento del gasto en innovación y desarrollo al 2,2% del PBI y en el número de patentes registradas), la mejora en la calidad de las industrias tradicionales, el estímulo al desarrollo de las industrias de alta tecnología y la expansión de la infraestructura9. Este es un dato relevante para América Latina en dos sentidos: En términos comparativos, porque muestra un proceso de acercamiento a las franjas más modernas, dinámicas y competitivas de la producción y de la oferta exportadora, ante la cual palidece el estancamiento o incluso el retroceso del componente industrial y tecnológico de las exportaciones latinas. En términos prácticos, porque el “up grading”, el ascenso tecnológico de las ventas chinas es una creciente amenaza para las industrias latinoamericanas más complejas tanto en los mercados de los países productores como en terceros países, como se explica en el capítulo de las conclusiones y desafíos para la región. Los límites del crecimiento: el problema ambiental China no sólo destaca por su contribución al crecimiento económico mundial, sino también por su contribución a la contaminación. La estrategia de crecimiento cuantitativo acelerado se apoya en el uso extensivo de recursos naturales locales y externos, lo que incluye la utilización masiva del carbón 8

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Citado por José Beckinschtein en su libro “China, un mundo para negocios” National Develompent and Reform Commision of China. “12th Five-Years Plan”

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como combustible. Y, por el tamaño de la economía y el ritmo de su crecimiento, China se ha convertido, con Estados Unidos, en uno de las principales fuentes de contaminación ambiental del planeta: es el segundo país en emisiones de dióxido de carbono y es sede de 16 de las 20 ciudades más contaminadas del planeta. En su territorio, el modelo de crecimiento conduce a niveles de sobreexplotación de recursos que comprometen la sustentabilidad de la explotación. Paralelamente, las inversiones masivas en infraestructura y vivienda, tienen impactos muy fuertes en los lugares donde se instalan, como sucede especialmente en mega emprendimientos hidroeléctricos que requieren inundaciones de enormes áreas geográficas con grandes desplazamientos de poblaciones.10 El patrón de desarrollo chino, sostiene el citado análisis del Banco Mundial, ha causado una tensión considerable en el medio ambiente, en la tierra, el aire y el agua, y ha puesto crecientes presiones sobre la disponibilidad de recursos naturales. Por eso, sostiene, el desafío del Gobierno chino es buscar nuevas fuentes de crecimiento adoptando un modelo de crecimiento verde. (World Bank, 2012) La dirigencia ha tomado en cuenta este desafío: el Doceavo Plan Quinquenal (20112015), se proyecta el crecimiento de las industrias nuevas que incluyen las que preservan el medio ambiente, las de maquinaria avanzada, nuevas tecnologías de la información, energías renovables, nuevos materiales y automóviles con nuevas energías, previendo que su participación en el PBI pasará del 5% que abarcaban al momento de realizarse el Plan, a un 8% en 2015 y al 15% en 2020 Objetivos del 12° Plan Quinquenal de China, 2011-2015 - Crecimiento medio de 7,5% del PBI; - Aumento del consumo de las familias, especialmente de las más pobres; - Aumento de 4 puntos porcentuales en la participación del sector servicios en el PBI, por el desarrollo de segmentos de alto valor agregado; - Mantención de la estabilidad de precios; - Aumento de la innovación, incrementando los gastos de I&D al 2,2% en relación al PBI; - Expansión de la eficiencia energética y de utilización de energía limpia; - Producción de 540 millones de toneladas de granos anuales; - Aumento y mejora de los servicios públicos urbanos y rurales; - Aumento del 13% anual del salario mínimo (Se trata de una proyección de aumento de salario mínimo real del orden del 10% anual. Nota del autor); - Ampliación del régimen de pensiones para cubrir a todos los residentes rurales y 357 millones de residentes urbanos, y - Construcción y renovación de 36 millones de departamentos y casas de familias de bajos ingresos. Going Global: la Inversión Directa de China en el exterior. En 1999, cuatro años después de iniciada la reforma modernizadora del sistema financiero de 1995, el gobierno chino lanzó una iniciativa para profundizar el desarrollo de las empresas nacionales y la globalización de su particular capitalismo dirigido: se

Link al post “Un mar de cemento”, impactante análisis de problemas ambientales y de infraestructura realizado por un ingeniero no identificado. http://dfceconomiahistoria.blogspot.com/2012/10/un-mar-de-cemento-llamado-china.html 10

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trata de la política de “Going Global” por la que promueve las inversiones de las empresas de su país en el exterior. 11 Debido a la expansión de las inversiones externas y a los préstamos al exterior, la cuenta corriente china ha dejado de ser superavitaria para llegar al equilibrio. La promoción de la inversión externa se explica por tres grandes factores: en primer lugar, la inversión en el exterior es posible por la enorme la enorme pileta de divisas acumulada por China en sus décadas de superávit comercial y atracción de inversiones externas; en segundo término, es posible porque las empresas chinas alcanzaron un alto grado de competitividad por su maduración tecnológica tanto en el aspecto productivo como de gestión. Las empresas invierten en forma individual o en asociación con empresas de otras nacionalidades y profundizan su participación en las cadenas productivas globales.(Moneta y Cesarín, 2012); en tercer lugar, la estrategia de salir al exterior es parte de la búsqueda china de recursos naturales para sustentar su crecimiento: las inversiones, como se verá, se dirigen principalmente a ese rubro; además, y como parte de la ganancia de competitividad y calidad de productos, muchas empresas chinas se lanzan a la imposición de sus marcas en el mercado mundial; finalmente, las empresas chinas, como las de cualquier otro país, invierten para fabricar y vender directamente en mercados externos, eludiendo las restricciones comerciales que China afronta muy frecuentemente en sus exportaciones industriales y tecnológicas. Hasta los años noventa China devolvía al mundo las divisas ganadas con su comercio a través de las compras de bienes y servicios y, en el canal financiero, con la compra de títulos de deuda emitidos principalmente por Estados Unidos. (Motivo por el cual China es el principal tenedor de bonos del Tesoro de ese país y su principal acreedor externo). Para estimular a las empresas a colocar su dinero en el exterior, el gobierno Chino dispuso una serie de “incentivos materiales”, para utilizar el viejo término de los sistemas de planificación económica socialistas Los principales incentivos lanzados a partir de 1999 fueron las reducciones de impuestos y el financiamiento en condiciones preferenciales de las entidades financieras oficiales, principalmente el EximBank de China. Como parte de esa política, las empresas que invierten en el exterior no tienen restricciones para la compra de divisas y, desde 2008 la Comisión Reguladora Bancaria de China permitió que bancos comerciales financiaran directamente todo tipo de adquisiciones y transacciones en el exterior. Más aún las propias instituciones financieras, como la China Investment Corporation decidieron invertir parte de sus activos, de alrededor de u$s 200.000 millones, en el exterior. Paralelamente, China se empeñó en promover tratados bilaterales de inversión con sus principales socios comerciales en forma aislada o como parte de los tratados de libre comercio que también está firmando con avidez, como lo hizo con Chile y Perú. Según la estadística de la UNCTAD (2014), el monto de inversión externa directa anual de China, se multiplicó por 110 desde el año 2000 hasta 2013 y por 8 desde 2005. 11

La política china de promoción de la inversión externa directa está articulada con la política de reforma y expansión del financiamiento al exterior y el despliegue de los bancos chinos en el exterior que se dirige también a América Latina. Sobre el tema de la reforma financiera y financiamiento chino a América Latina: Julio Sevares, “El sistema bancario chino: crecimiento interno y expansión internacional”. Realidad Económica N° 275 Abril-mayo 2013.

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En 2000, el flujo de inversión externa china equivalió al 2% del flujo de inversión externa de otros países en China. En 2013 ese porcentaje se elevó al 80 %. Es decir, China ya está invirtiendo en el exterior casi tanto como lo que otros países invierten en su territorio. Según la estimación de un especialista mexicano, la participación de la inversión externa china en el PBI de su país pasó de un porcentaje insignificante en 1990 (1%) al 2,3% en 2000, para llegar al 5% del PBI en 2010, es decir, se duplicó en términos del PBI cada diez años (Dussel Peters, 2013) La participación de la inversión externa china en el PBI de su país pasó de un porcentaje insignificante en 1990 (1%) al 2,3% en 2000, para llegar al 5% del PBI en 2010, es decir, se duplicó en términos del PBI cada diez años. Inversión Externa Directa, en China y desde China hacia el exterior. Flujo anual en miles de millones de dólares.

Fuente: elaboración propia en base a datos de UNCTAD (2014) Las principales empresas inversoras son las grandes firmas estatales de las provincias más desarrolladas y el principal destino de sus inversiones externas es…China: en la primera década del siglo XXI, Hong Kong, la recuperada colonia británica, recibió el 27% de la inversión externa china. El segundo destino es América Latina, con el 11% del total, seguida de Canadá y Australia, países de grandes recursos mineros, y Estados Unidos. China en el “desarrollo en red” de la fábrica asiática China se incorporó al desarrollo capitalista a fines de los setenta, pero no partió de cero: pudo hacerlo en un escenario en el que ya se había desarrollado una red de inversiones y de comercio basado en las inversiones. China se insertó, como socio privilegiado, en el fenómeno del desarrollo en red de Asia. ¿Qué es “Asia”? Asia es una región en expansión y heterogénea en términos físicos, sociales, políticos y económicos. Incluye algunas de las economías más sofisticadas y competitivas, como Japón, Corea del Sur o China, con otras de menor desarrollo e incluso países subdesarrollados con economías frágiles. Asia reúne una multitud de lenguas, religiones, lenguas y sistemas políticos, pero está vinculada con crecientes lazos de comercio e inversión. Según un estudio del Banco de Desarrollo Asiático (ADB, según su sigla en inglés), en 2050 Asia podría aportar más de la mitad del producto, las inversiones y el comercio mundiales. Su PBI per cápita podría multiplicarse por seis alcanzando el promedio que tiene Europa en la actualidad.

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El asenso asiático será, como sucede en este momento, liderado por China, India, Indonesia, Japón, Corea del Sur, Malasia y Tailandia. (ADB; 2011) En 2010 estos siete países tenían una población de 3.000 millones de habitantes y el ADB espera que en 2050 reúnan el 45% del PBI mundial. . Un dato de relevancia para el resto del mundo es que gran parte del crecimiento de la población se producirá en las ciudades: según el ADB, la población urbana pasará de ser el 41% de 2010 al 64% en 2050. Esto significa miles de millones de nuevos consumidores con mayor poder adquisitivo y una demanda de bienes y servicios más amplio y sofisticado que el promedio actual. El comercio intraindustrial basado en inversiones El comercio basado en inversiones externas tiene un amplio desarrollo en Asia. Se trata del intercambio de partes, insumos y los servicios tecnológicos y financieros entre industrias de diferentes países, que fabrican para sus mercados internos o la importación. En las primeras décadas del desarrollo asiático, los principales socios comerciales de la región fueron los mercados y los proveedores e inversores occidentales, pero progresivamente, los países aumentaron el comercio mutuo a partir de una cada vez más densa red de inversiones que se inició en Japón, saliendo hacia otros países que se industrializaban con mano de obra más barata y luego de los que fueron incorporándose a la industrialización, hacia los demás. Según la CEPAL, en las últimas dos décadas, las cadenas de producción asiáticas se desarrollaron rápidamente, los procesos productivos de los países de la región están altamente fragmentados y cada uno se especializa en la fase de producción donde tiene una ventaja comparativa. (CEPAL, 2012-1) Comercio intrarregional en diversas regiones Región 2000 ASEAN+3 (*) 33,6% ASEAN+3+Taiwán y 47,5% Hong-Kong Latinoamérica 16,0% MERCOSUR 20,9% NAFTA 55,8% Unión Europea 65.6%

2011 36,3% 49,7% 19,4% 15,2% 48,0% 63,2%

*ASEAN: Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, está formada por Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Birmania y Camboya. Los +3 son Japón, Corea del Sur y China. Fuente: ECLAC, 2013. Comercio intraindustrial en Asia, 2012. País/Región Comercio intraindustrial sobe el comercio total China 42% Hong Kong 73% Taiwán 70%

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Japón 58% República de Corea 57% Australia 79% Nueva Zelandia 61% India 28% Asia y el Pacífico 56% Fuente: Roldán, Castro y Eusse, 2013. En 1985 la red intrarregional tenía sólo cuatro participantes: Japón en el centro, rodeado por Indonesia, Singapur y Malasia. Alrededor de 1990, el Japón expandió su cadena de suministro a otros países como la República de Corea, Tailandia y la provincia china de Taiwán. Y, a comienzos de la década del 2000, China ya era el segundo gigante de la cadena productiva. En la actualidad, más de 40% de las exportaciones chinas son intraindustriales, y las importaciones representan un porcentaje superior (43%). Por eso, en 2015, más de 40% del comercio mundial (que sería 55% en 2020), se originaría en 3 grandes triángulos de intercambio con epicentro en China continental: resto de Asia, Medio Oriente /África y América Latina, en especial Brasil. China es hoy el principal socio comercial de 144 países en el mundo. 12 El comercio intraindustrial, difiere del comercio de venta de productos primarios a cambio de manufacturas; el intraindustrial contribuye a la industrialización del país más atrasado si éste tiene políticas de industrialización que exigen transferencia de tecnología y que le permiten aumentar la tecnificación y competitividad de sus empresas para pasar del estado de armaduría al de fabricante por capacidad propia y, en un estado más avanzado, a la imposición de marcas propias en el mercado. El comercio industria-bienes primarios es típico de economías complementarias y puede consolidar una especialización el bienes de bajo grado de elaboración. Uno de los desafíos frecuentemente planteados para las empresas latinoamericanas en relación al Asia es, precisamente, integrarse en las redes productivas o cadenas de valor asiáticas a partir de la exportación de productos industriales o de inversiones en la región. ASEAN, el centro de la integración económica en Asia Los lazos económicos (comercio, inversión, finanzas, tecnología) entre China y los países del sudeste asiático se consolidan a través de acuerdos de libre comercio. Un hito fundamental en este entramado es el acuerdo de libre comercio entre la ASEAN y China (ASEAN-China Free Trade Agreement, ACFTA), creando la tercera área de libre comercio más amplia del mundo, después de la Unión Europea y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, referido generalmente como NAFTA, North American Free Trade Agreement). El ACFTA incluye 1.860 millones de personas, un comercio interno de 192.600 millones de dólares, un PIB total de 6,6 billones de dólares y un comercio total de 4,3 billones de dólares. China y la ASEAN atrajeron conjuntamente el 10% de la IED mundial en 2008, equivalente a 167.300 millones de dólares. El acuerdo incluye el comercio de bienes y servicios y las inversiones, temas que fueron negociados secuencialmente. A partir de enero de 2010 comenzó la 12

Jorge Castro, Clarín 16-6-13

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liberalización del comercio del 90% de los bienes intercambiados entre China y la ASEAN-6 (Singapur, Tailandia, Filipinas, Brunei Darussalam, Malasia e Indonesia). La importancia de este acuerdo radica en la continuidad que se otorga a la estructura económica china en la provisión de insumos para la elaboración de productos finales que se venden en los mercados internacionales. China ha ido progresivamente agregando valor en sus cadenas productivas y la ASEAN resulta un buen proveedor de insumos intermedios, en contraste con los proveedores de materias primas, localizados principalmente en América Latina y África. La complementariedad productiva y comercial de China y el Japón con la ASEAN, que se ve reforzada con estos acuerdos de libre comercio, constituye una seria amenaza para las economías latinoamericanas y caribeñas que buscan reforzar sus vínculos comerciales con China, ya que estas economías compiten en varios rubros con las de la ASEAN. De allí la importancia de abordar estrategias conjuntas de acercamiento y vínculo estratégico con la ASEAN y con las grandes economías asiáticas, como China y el Japón, tarea en la que los esfuerzos asociativos rendirán mejor fruto que las iniciativas aisladas. (CEPAL, 2010). India, la otra estrella asiática Otra de las estrellas del éxito económico es la India y su evolución tiene una enorme importancia para el desarrollo de la red de producción e inversión de Asia. A pesar de una historia de enfrentamientos y de problemas bilaterales sin resolver, India y China mantienen una cada vez más estrecha relación económica. Ambos países participan del proyecto de creación de un área de libre comercio (Regional Comprehensive Economic Partnership, RCEP) que abarcaría los países de la ASEN y seis estados con la cual la Asociación tiene tratados de libre comercio, lo cual incluye a China y la India. Un hito de la relación bilateral se produjo en septiembre de 2014, cuando el presidente chino Xi Jinping visitó la India y firmó 12 acuerdos que abarcan aspectos económicos, políticos y culturales, incluyendo un plan quinquenal conjunto de desarrollo. Desde su independencia en 1947 hasta principios del noventa la economía estuvo bajo un extenso y crecientemente anticuado régimen de regulaciones establecido por el Partido del Congreso. El grado de capitalización y el crecimiento eran bajos, la industria era atrasada y si bien las condiciones sociales mejoraban, la pobreza y las desigualdades seguían siendo enormes. En 1990, el aumento del precio del petróleo provocó una crisis de sector externo que fue tratada con un programa firmado por un gobierno liberal con el FMI. El mismo incluyó reducir el proteccionismo al comercio exterior y las regulaciones internas para favorecer el desarrollo de la empresa privada, apertura al capital extranjero y privatizaciones del extendido sector público. El proceso de liberalización, que se mantiene desde entonces, logró movilizar la economía, que creció un 7% anual promedio en la última década, aumentó la relación entre inversión y PBI, y redujo la pobreza desde un 50% a un 25%. El dio lugar al crecimiento de grandes empresas que llegaron a ser jugadores internacionales, como la siderúrgica Acer Mittal o la automotriz Tata. India desarrolló también un importante sector de producción de software y servicios tecnológicos, cuyo principal centro es la provincia de Bangalore. Este crecimiento se apoyó en una importante dotación de ingenieros que cobran salarios notablemente más bajos que sus pares del occidente industrializado y en una masiva oferta de personal de bajos salarios que domina el idioma inglés, una herencia colonial. Pero tanto las empresas dinámicas como la economía del conocimiento india son islas en un mar de atraso económico (60% de la población depende del agro y la mayor parte 21

son campesinos pobres) y su competitividad no se basa sólo en la calidad de sus recursos humanos sino en sus bajos ingresos. Según un estudio de una institución gubernamental, el 77 % de la población india, o sea, 836 millones de indios, vive con menos de 20 rupias por día (menos de 0,5 dólares), una cifra menor que la que informa el Banco Mundial, y casi la mitad de los niños sufre insuficiencias de peso. En el combate contra el hambre, India está por detrás de otros países de Asia como Pakistán o China. (Toussaint, 2008) Por otra parte, el enriquecimiento de la clase media y el surgimiento de mega millonarios, ha profundizado la fractura social y el antiguo sistema de castas sobrevive a la expansión de las actividades tecnológicas. Según el informe anual sobre las personas más ricas del planeta, de la revista estadounidense Forbes, desde 2006 la India es el país asiático que tiene el mayor número de multimillonarios: 36 que disponen de una fortuna en conjunto de 191.000 millones de dólares. La India habría desplazado del primer puesto a Japón, donde viven 24 multimillonarios que disponen en total de 64.000 millones de dólares. Entre las 5 personas más ricas del mundo, figura en el quinto puesto el empresario siderúrgico indio Lakshmi Mittal. El primer puesto es ocupado por el mexicano Carlos Slim y el segundo por Bill Gates. Es decir que la experiencia India puede tomarse como punto de referencia para el crecimiento, salvo en lo que se refiere a la importancia que ha tenido la disponibilidad de conocimiento en sus sectores más modernos. El futuro de China y su impacto en el mundo. Durante la primera década del siglo XXI, muchos gobiernos y analistas dieron por sentado que la demanda china era un componente estructural del capitalismo contemporáneo y que compensaría cualquier debilitamiento de las economías desarrolladas. Según esta concepción, el consumo chino de recursos naturales garantizaba el futuro dorado de los países exportadores de esos bienes. La crisis de 2008 fortaleció este tipo de opiniones porque el gobierno chino implementó un programa anticíclico que, aunque a un ritmo menor, mantuvo el crecimiento de la economía: el aumento del PBI chino pasó del 9,5% en 2008 a un 7,3% en 2014, por debajo del 7,5% planificado por el gobierno en el doceavo plan quinquenal de la RPCh. Pero poco a poco las ensoñaciones dieron paso a crecientes temores sobre una realidad inesperada. En primer lugar, porque, en 2012, la caída en el crecimiento de la demanda china se reflejó en una caída en los precios de los commodities y en el debilitamiento de las economías que dependen de la exportación de esos bienes. Esto incluye, como se analiza en el capítulo dedicado al comercio con China, una reducción de las exportaciones de países latinoamericanos que estimuló salida de capitales y devaluación de las monedas. Por otra parte, el programa de salvataje pos crisis del gobierno chino, basado en buena medida en una enorme expansión del crédito, lo cual, dio lugar a un fuerte incremento del endeudamiento. Entre 2008 y 2013 los créditos bancarios se duplicaron y la deuda interna total de China, incluyendo la pública y la privada, pasó del 130% del PBI al 210% a mediados de 2013.13 Debido a que la tasa de interés que paga el sector privado es elevada, el servicio de la deuda de empresas y hogares pasó del 20% del PBI a un 30% en ese lapso y se estima

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Financial Times 1-7-13

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que buena parte de los nuevos créditos están destinados a pagar los intereses de los viejos (En Estados Unidos el porcentaje es de alrededor de un 20%)14 El endeudamiento del sector público abarca desde el gobierno central a gobiernos provinciales y municipales que utilizaron el dinero abundante para construir viviendas, carreteras y aeropuertos que, en muchos casos, están subutilizados. Esta situación generó el temor de que se esté creando una burbuja inmobiliaria y de que existan tramos importantes del sistema financiero en riesgo de insolvencia. La gran pregunta que recorre el mundo es si el sistema económico chino podrá reabsorber la deuda sin entrar en crisis y si, al mismo tiempo, podrá administrar otros desequilibrios económicos y sociales que asoman inquietantes: entre ello la sobre inversión en muchos sectores de la economía, el encarecimiento de la mano de obra, el deterioro ecológico, etc. Si el sistema chino pierde dinamismo, aún sin entrar en crisis, la demanda de productos primarios que benefició a América Latina se debilitaría dando fin al ciclo virtuoso de la primera parte del siglo XXI. Según el Banco Mundial (2012), gran parte de la contribución al crecimiento debida al traspaso de recursos del campo a la industria, que se aceleró tremendamente a partir del lanzamiento del programa de modernización, ya se ha producido. Por otra parte, la contribución de la acumulación de capital (la relación entre capital y trabajo) también tenderá a descender después del rápido salto realizado a partir de fines de los setenta. Y esto a pesar de que la relación entre capital y trabajo en la economía china es todavía un 8,7% del existente en la de Estados Unidos. Finalmente, la productividad total de los factores (TFP), una medida de las mejoras en la eficiencia económica y el progreso tecnológico, también está declinando, en parte porque la economía ya ha sobrepasado las rápidas ganancias de eficiencia creadas por los cambios realizados en los primeros tiempos de las reformas sobre una economía de baja productividad. Esos factores, junto con las políticas lanzadas por el gobierno chino para la promoción del consumo doméstico, contribuirá a un aumento de la participación de los servicios y el consumo en la economía, los cuales tienen tasas de crecimiento históricas mas bajas que las que se producen las transformaciones industriales y son propias de las economías más maduras. Por otra parte, y como consecuencia de ese impulso al consumo, también se espera un menor crecimiento de las exportaciones, el ahorro y las inversiones. Sin embargo, la economía china, aunque a tasas más moderadas que en el pasado seguirá creciendo y seguirá siendo un motor determinante de la economía mundial, porque las demás grandes economía crecen y crecerán a ritmos mucho menores. Según el Banco Mundial, “Hay una difundido consenso de que, además de China, otros países en desarrollo, especialmente países emergentes de ingreso medio, continuarán superando el crecimiento de las economía avanzadas, como lo hicieron en la pasada década (Se refiere a la primera década del siglo XIX. Nota del autor). Una razón es la posibilidad de esos países de seguir avanzando en la incorporación de tecnología. El otro, el la continuidad del bajo crecimiento de las economías avanzadas” (World Bank, 2012; 6). Según el economista Justin Yifu Lin, profesor de la Escuela Nacional de Desarrollo de la Universidad de Beijing, China puede mantener un crecimiento mucho más alto que el de los países industrializados y de otros emergentes, durante muchos años en base a su desarrollo tecnológico. (Lin, 2013) 14

Wall Street Journal, 27-8-2013

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Los países menos desarrollados, razona el profesor Lin, son “recién llegados” que tienen por delante una amplia brecha tecnológica pueden conquistar con políticas adecuadas, hasta alcanzar a los más desarrollados. Durante ese lapso pueden crecer a tasas mucho más elevadas que los países desarrollados. Países como Japón, Taiwán y Corea del Sur crecieron entre un 8% y 9% anual durante 20 años y, observando la evolución de las diferencias de PBI per cápita que tenían esos países con Estados Unidos y las que mantiene China con Estados Unidos. En 2014 el PBI chino creció 7,4%, algo menos de lo esperado por el gobierno y los analistas, pero aún así mantiene las tasas más elevadas del mundo y, aunque menos deslumbrante de lo que lucía pocos años antes, el mercado chino sigue siendo una tierra de oportunidades para América Latina: su demanda de recursos naturales se mantendrá y el aumento del ingreso de la población sostendrá la demanda de alimentos importados. La percepción del riesgo y la respuesta oficial Así como muchos países contemplan a China no sólo como una oportunidad sino como un riesgo para sus producciones o, en el caso de las grandes potencias, para su hegemonía, China tiene sus propios temores y visualiza riesgos para su desenvolvimiento económico o político nacional e internacional. Sean Golden, especialista en relaciones internacionales de la Universidad Autónoma de Barcelona, los sintetiza de la siguiente forma: Riesgos internos y externos percibidos por la dirigencia china Riesgos internos Riesgos externos • fuerzas socioeconómicas centrífugas • obstáculos a la regionalización • desniveles de desarrollo entre regiones; • escasez de recursos (materias primas, energía, división campo-ciudad; una urbanización de la transporte) población rural que conlleva una • acceso a los mercados (proteccionismo, latinoamericanización del país transporte, piratería) • escasez de recursos (materias primas, energía) • crisis financieras (p.e. 1997, 2008) • degradación medioambiental (PIB “verde”) • degradación medioambiental transfronteriza • corrupción (PIB “blanco”) • cambio climático, catástrofes naturales • bienestar social (envejecimiento, educación, • pandemias sanidad, paro) • seguridad (Taiwán, escudo antimisiles, presencia • consolidación de un mercado doméstico de militar Estados Unidos, OTAN, Organización de consumo Cooperación de Shanghai) • cambio climático; catástrofes naturales • conflictos étnicos transfronterizos • epidemias • terrorismo internacional • crimen organizado • crimen organizado internacional • legitimación política del Estado-Partido • proliferación de armas y de armas de destrucción • conflictos étnicos masiva • nacionalismo • interferencias desestabilizadoras (la • populismo latinoamericanización de China) • democratización de un país grande (daguo) • responsabilidad internacional (fuzeguo) Fuente: Golden, 2010.

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En suma, el gobierno chino percibe claramente los riesgos que afronta la economía y la sociedad de su país, y trabaja con planificación y “sintonía fina” para mantener el crecimiento y la competitividad de la economía. Un hito de esa política son las reformas anunciadas en noviembre de 2013, en el curso de reunión plenaria del Comité Central del Partido Comunista, que incluyen darle más espacio a la propiedad privada, a aplicar políticas de competitividad más neutrales (no tan dirigidas al desarrollo de sectores o empresas específicas), aumentar los impuestos a las empresas públicas para reducir sus prerrogativas en relación a las privadas y difundir la propiedad privada en las tierras de cultivo para promover la producción agrícola. Según una explicación oficial, las reformas tienen el objetivo de desarrollar una economía de mercado más equitativa, fomentar la innovación y la creatividad y promocionar el papel de China en el panorama internacional. 15 Paralelamente, el gobierno chino estudia, también, implementar reformas en su sistema de educación superior para, según explicó en Chicago la viceprimera ministra china, Liu Yandong, fortalecer la capacidad de de las universidades de contribuir al desarrollo económico y social. 16´ Es decir que la dirigencia china toma nota de las limitaciones y desafíos de su modelo económico y social y se plantea estrategias para superarlos. ¿Qué van a hacer, en este escenario, los gobiernos y la dirigencia latinoamericanos? II. LAS RELACIONES DE AMÉRICA LATINA CON ASIA-CHINA 1. La estrategia China sobre América Latina La relación económica de América Latina con China ha proporcionado enormes beneficios a la región, que se tradujeron en crecimiento económico, mejora del sector externo y mayores ingresos fiscales. Pero por otra parte, esa relación configura un circuito que refuerza los estímulos a la especialización primaria de América Latina y que plantea, por lo tanto, un desafío de preservación y desarrollo de las industrias y las tecnologías. Los principales nudos de ese circuito son el comercio, los préstamos chinos y las inversiones de empresas chinas en la región: - las diferencias de dotación de recursos y de competitividad determinan un esquema comercial en el que América Latina aparece como proveedor de materias primas y sus elaboraciones más inmediatas, e importador de productos industriales que, en algunos casos, están reemplazando producciones locales; - los préstamos de China, que aumentaron sustancialmente en los últimos años, y los de los bancos que se instalen en la región contribuyen al financiamiento de actividades vinculadas a la explotación de materias primas así como de las a empresas locales que importan desde China y - las inversiones chinas, que también están en ascenso, se orientan principalmente a desarrollar actividades primarias.

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Declaraciones de Zhang Yansheng, secretario general del Comité Académico de la Comisión de Reforma y Desarrollo del gobierno chino. América Economía, 19/11/2013. http://www.americaeconomia.com/node/105328 16

Agencia Xinghua 19/11/2013. http://spanish.people.com.cn/31621/8461378.html

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Esto configura un conjunto de oportunidades inéditas para la región, pero también de enormes desafíos para su estructura productiva y su inserción internacional. La diplomacia china de acercamiento a ALC La relación del gobierno chino con América Latina no está librada al azar ni a las fuerzas del mercado, sino que está orientada por una estrategia que forma parte de su política de desarrollo y de inserción internacional y que está contenida en Libro Blanco para América Latina lanzado en 2008. El Libro explicita la estrategia política y económica para la región y constituye una referencia obligada sobre la visión china en la materia, tanto para los actores chinos como para el resto del mundo.17 Fragmentos del Libro Blanco sobre la relación económica. Parte III Política de China hacia América Latina y el Caribe El fortalecimiento de la unidad y cooperación con los numerosos países en vías de desarrollo constituye la piedra angular de la política exterior independiente y de paz de China. Enfocando las relaciones con América Latina y el Caribe desde una altura estratégica, el Gobierno chino se esforzará por establecer y desarrollar con los países latinoamericanos y caribeños la asociación de cooperación integral caracterizada por la igualdad, el beneficio recíproco y el desarrollo compartido. Parte IV Fortalecimiento de la Cooperación Omnidireccional entre China y América Latina y el Caribe II. Área económica 2. Cooperación en inversión El Gobierno chino estimula y apoya a las diversas empresas chinas con capacidad y de buena reputación a desplegar la cooperación en inversión en América Latina y el Caribe en materia de manufactura, agricultura, silvicultura, pesquería, energía, explotación de recursos mineros, construcción de infraestructuras, servicios etc., en contribución al desarrollo socio-económico de China y los países de la región. El Gobierno chino seguirá acogiendo las inversiones en China de las empresas de América Latina y el Caribe. 3. Cooperación financiera El Gobierno chino respalda una mayor comunicación e intercambio y cooperación profesionales entre las autoridades monetarias y financieras e instituciones financieras chinas y sus pares nacionales y regionales de América Latina y el Caribe sobre la situación macroeconómica y las políticas económicas y financieras. Apoya el establecimiento de sucursales de los bancos comerciales chinos en América Latina y el Caribe. Promoverá oportunamente la suscripción de acuerdos de cooperación con los países de la región en supervisión bancaria y desplegará la cooperación destinada a combatir el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo. 11. Reducción y condonación de deudas De acuerdo con su política preestablecida de reducción y condonación de deudas y las posibilidades a su alcance, el Gobierno chino tiene la activa disposición de explorar con los países pertinentes latinoamericanos y caribeños las formas de solucionar el problema de sus deudas con China. Asimismo, el Gobierno chino continúa exhortando a la comunidad internacional, sobre todo los países desarrollados, a adoptar más acciones sustanciales en la reducción y condonación de las deudas de los países de la región. Documento sobre la Política de China para América Latina y el Caribe. http://spanish.peopledaily.com.cn/31621/6527840.html 17

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Como parte de su estrategia, China ha tenido, en los últimos años, una activa diplomacia de acercamiento con ALC, destinada a promover el intercambio comercial y las inversiones de empresas chinas en la región. Los hitos más destacados de esa actividad son: - En 2008 China ingresó al BID haciendo un aporte de capital. En marzo de 2012, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Eximbank de China anuncian la conformación  de un fondo de mil millones de dólares para financiar inversiones en América Latina y el Caribe -En 2012 China firmó tratados de libre comercio con Chile, Perú y Costa Rica; mantiene un sistema de consultas con la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) lo mismo que con MERCOSUR y con el Grupo de Río. - Entre 2012 y mayo de 2013 entraron en vigor los tratados de libre comercio entre Chile y Malasia y entre el Perú y el Japón. Asimismo, se suscribieron los acuerdos entre Chile y la Región Administrativa Especial china de Hong-Kong y entre Colombia y la República de Corea. -La República de Corea, además de los acuerdos comerciales que posee con Chile y Perú, a los que se sumaría próximamente Colombia, se encuentra estudiando la posibilidad de iniciar las negociaciones de un acuerdo comercial con los países centroamericanos. -en junio de 2013, en una gira por países de América del Sur, el premier chino Wen Jiabao anunció la creación de un Fondo de Cooperación China-ALC, al cual instituciones financieras chinas aportarán u$s5.000 millones destinados a promover inversiones en industrias y tecnologías. El Banco de Desarrollo de China dispuso, a su vez, una línea de crédito de u$s 10.000 millones para financiar obras de infraestructura en las que participen empresas chinas. La iniciativa está destinada a promover la creación de una reserva de 500.000 toneladas de alimentos. - En julio de 2013, en la ciudad de Beijing se creó el Foro de Ministros de Agricultura China-ALC, con la participación de ministros de 21 países latinoamericanos, con el propósito de promover de manera integral y estratégica el comercio, la inversión y el intercambio tecnológico en el sector de agricultura. - En enero de 2014, durante la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)18, en La Habana, se creó un foro entre ese bloque regional y China para discutir temas de interés común. - En julio de 2014 se realizó en Brasil un encuentro entre ambas partes, En esta reunión el presidente chino Xi Jinping anunció la creación de un fondo de 35.000 millones de dólares para financiar proyectos, principalmente inversiones en infraestructura, en las que participarán empresas y trabajadores chinos. - Días antes, en la VI Cumbre de los BRICS realizada en la ciudad brasileña de Fortaleza, el grupo había anunciado la creación de un banco de fomento conjunto con un capital inicial de 50.000 millones de dólares y que ofrecerá financiación para proyectos de infraestructura en países en desarrollo, incluyendo los latinoamericanos. - En enero de 2015 se desarrolló en la ciudad de Beijing la primera Reunión Ministerial del Foro CELAC-China, en la cual se aprobó un plan quinquenal de de cooperación. El mismo incluirá diversos objetivos en los campos de economía, política y seguridad. En esa ocasión el presidente chino Xi Jinping anunció que su país invertirá u$s 250.000 millones en ALC en la década siguiente. La CELAC es un organismo intergubernamental cuyo objetivo es promover la integración y el desarrollo regional. Reúne 33 países, fue creada en México en 2010 y realizó su primera Cumbre en Chile en 2013. 18

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- Específicamente en relación al MERCOSUR, en junio de 2012, en el curso de una visita a la Argentina, el primer ministro chino Wen Jiabao propuso realizar estudios de factibilidad sobre el establecimiento de una zona de libre comercio entre China y el MERCOSUR. El ministro estaba reunido con la presidenta argentina Cristina Kirchner y conectado por video conferencia con los demás presidentes del MERCOSUR. Los estudios propuestos hubieran permitido evaluar en detalle la situación comercial de los países del bloque y la conveniencia o no de avanzar en la liberalización del comercio, pero nunca fue contestada oficialmente por el MERCOSUR. 2. El comercio asimétrico con China: nada de “Sur-Sur”. El comercio entre América Latina y China creció aceleradamente en lo que va del siglo XXI y el país asiático se convirtió en uno de los principales socios comerciales de la mayoría de los países de la región. El intercambio se basa en el esquema tradicional de América Latina como proveedor de materias primas y sus subproductos más inmediatos y comprador de productos industriales y saldo comercial es desfavorable para América Latina por el fuerte déficit en el intercambio industrial. Los países latinoamericanos tienen diferente tipos de vinculación con China y Asia Pacífico, según su ubicación geográfica y el carácter de su especialización económica. Los países asentados frente a las aguas del Pacífico tienen una relación más cercana con Asia por razones geográfica e históricas: los costos de trasporte al Asia son menores que los que tienen que afrontar los países de América del Sur con costas en el Atlántico. Por eso, en una mesa redonda sobre el tema, un embajador chileno pudo decir: “durante mucho tiempo Chile estuvo en el océano equivocado, ahora está en el correcto” Chile no sólo está en el lugar “correcto” sino que también su oferta exportadora coincide punto a punto con la demanda china, donde el cobre ocupa un lugar preponderante. Para muchos analistas, esa feliz coincidencia lleva a una híper especialización que puede desalentar la diversificación productiva y generar una dependencia excesiva de un solo producto de exportación. Para otros países del Pacífico, y en especial para México, la situación es diferente, porque la mayor parte de su comercio está orientado hacia Estados Unidos y China es más una competencia en la atracción de inversiones y en el mercado de bienes industriales, que una gran oportunidad comercial. El incremento del intercambio comercial El comercio la región con China se multiplicó por 21 entre 2000 y 2013, y en pocos años China ha pasado de ser un socio menor a tornarse en un actor central del comercio exterior de la región, con un volumen comercial de 250.000 millones de dólares. En dicho período las exportaciones latinoamericanas se multiplicaron por 25, en tanto que las importaciones se multiplicaron por 18 y China se convirtió en el segundo mercado de origen de las compras externas a la par de la Unión Europea. Pero la región tiene un déficit comercial persistente con China, principalmente por el desequilibrio de los países del Norte de ALC. Las exportaciones a China pasaron de ser el 1% del total regional en 2000, al 9% en 2013 y las importaciones pasaron de representar el 2% de las compras totales, a más del 15%. China se convirtió en el segundo destino de las exportaciones latinoamericanas y en el primer destino de las ventas de Brasil, Chile, Perú y Venezuela. En Argentina ocupa, según el año, el segundo puesto después de Brasil, o el tercero detrás de Chile.

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Participación de las exportaciones a China en el total de las exportaciones de América Latina y el Caribe (2002-2013) %.

Fuente: Ray y Gallagher, 2013 y estadísticas WTO para 2014. Destino de las exportaciones de América del Sur y Centro América (2013)

Fuente: elaboración propia en base a datos WTO (2014) En el MERCOSUR, el intercambio con China aumentó sustancialmente en la última década y se ha convertido en el segundo destino de las exportaciones y de las importaciones, si no se cuenta el comercio intramercosur. Comercio exterior del MERCOSUR Destino de las exportaciones y origen de las importaciones, 2013. % sobre el total País-región Exportaciones Importaciones Intra MERCOSUR 15 % 14% NAFTA (EE.UU., México, 12% 21% Canadá) China 15% 15% Japón 6% 3% Unión Europea 18% 19% Resto del mundo 34% 28% Total 100% 100% Fuente: elaboración propia en base a datos WTO (2014) y CEI, MRECIC El lugar de América Latina en China

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En la primera década del siglo XXI, América Latina ganó importancia en el intercambio comercial de China, aunque su participación en ese enorme negocio sigue estando por debajo de la que tienen las grandes economías. Según datos de la Aduana de China, en 2012 América Latina se convirtió en el sexto socio comercial del país asiático, luego de la Unión Europea (12%), Estados Unidos (7%), ASEAN (11%), Hong Kong (8,8%) y Japón (10%). Las importaciones desde América Latina son el 7% de las compras externas de China. Los principales socios comerciales latinoamericanos de China fueron: Brasil (2,22% s/total importado más exportado), México (0,95%), Chile (0,86%), Venezuela (0,62%), Panamá (0,40%), Argentina (0,37%). 19 Participación de países y regiones en las importaciones totales de China, 2012.

Fuente: Aduana de China, elaborado por la Consejería Agrícola, Embajada de la RA en China Pero, América Latina tiene una participación relativa mayor en las importaciones chinas de alimentos. Sólo Argentina y Brasil aportan el 20% de los alimentos que compra China en el exterior. Principales proveedores agrícolas de China. Participación en las importaciones agrícolas de China, 2012.

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Datos de la Consejería Agrícola de la Embajada argentina en la RPCh, 2013

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Fuente: Aduana de China, elaborado por la Consejería Agrícola, Embajada de la RA en China El incremento de las exportaciones tuvo dos orígenes vinculados: el aumento en el volumen de ventas, debido a la creciente demanda china, y el aumento en el valor de los commodities en el mercado mundial. En el corto lapso que corrió entre 2000 y 2008, antes de que la crisis financiera impactara en la economía mundial, los precios de los commodities, sin contar la energía, se duplicaron y los del petróleo crudo se triplicaron. Pero, a partir de 2012 los precios de los productos primarios comenzaron a caer debido a la reducción del crecimiento chino y, en el caso del petróleo, a una suma de factores, entre los cuales el aumento de la producción estadounidense, la reducción de la demanda y decisiones geopolíticas de productores fijadores de precios como Arabia Saudita. Las exportaciones primarias de América Latina A lo largo del corriente siglo, las exportaciones latinoamericanas hacia China aumentaron sustancialmente, convirtiendo a ese país en una tierra de oportunidades comerciales. Pero la composición de las mismas está muy concentrada en productos básicos y en manufacturas de esos productos, reproduciendo el patrón exportador más tradicional de América Latina. La casi totalidad de las exportaciones son productos primarios o de baja elaboración y manufacturas de tecnología importada producidas en empresas extranjeras y con mano de obra intensiva. En la última década la participación de las materias primas en las exportaciones aumentó por lo cual, mientras que las exportaciones a China representaron en 2013 el 9% del total de las ventas de la región, las exportaciones de productos primarios y combustibles representaron el 15% de las ventas regionales de esos productos. Las exportaciones a China tienen un componente primario más alto que el total de las ventas externas: en el período 2008-20012, el 86% de las ventas fueron productos primarios y sus manufacturas inmediatas (como cobre refinado o aceite y harina de soja) y el 13% manufacturas, mientras que en el conjunto de exportaciones los primarios sumaron el 56% y las manufacturas el 40%

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Además, las ventas están concentradas en un reducido número de productos. Los principales rubros exportados son mineral de hierro y soja y otros oleaginosos y tan solo 6 renglones concentran el 72% de las ventas. En Argentina, los productos del complejo sojero son las tres cuartas partes de las ventas, en Brasil, el hierro es casi la mitad y en Chile el cobre supera el 80% de las ventas. Por este motivo, las exportaciones latinoamericanas y los ingresos de divisas están sometidas estrechamente a los vaivenes de los precios internacionales formados en mercados que los países de la región no están en condiciones de controlar. La composición primaria de las ventas latinoamericanas es documentada en estadísticas de organismos internacionales y en investigaciones académicas como las que a continuación se presentan. Composición de las exportaciones a China, 2008-2012 Producto % del total Principales proveedores Mineral de hierro 22 Brasil Soja y oleaginosos 15 Brasil, Argentina Petróleo 12 Venezuela, Brasil Cobre refinado 11 Chile Mineral de cobre 7 Chile, Perú, México Transistores y válvulas 5 Costa Rica, México 72 Fuente: Ray y Gallagher 2014. Estructura de las exportaciones de América del Sur a China por tipo de bienes, 2000 y 2010 (% del total)

Fuente: Durán Lima y Pellaranda, 2013. Exportaciones a China: % del valor exportado de principales productos País y Producto % de las expo a China en % de las expo a China en 2000 2010 Argentina: soja 77 76 Brasil: hierro 26 44 Chile: cobre 73 86 México: cobre 5 28 Perú: cobre 10 43 Fuente: CEPAL, 2012-2

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La competencia asiática en el mercado chino América Latina tiene capacidad productora y exportadora en productos industriales intensivos en recursos naturales con diverso nivel de contenido tecnológico. Estos rubros constituyen una posibilidad de crecimiento en el mercado chino, pero la región debe competir con otros productores asiáticos. Una investigación de Lucio Castro encuentra que las importaciones chinas de productos intensivos en recursos naturales (PIRN) diferenciados están dominadas por países asiáticos, donde se destacan Corea (con 8% del total) y Tailandia (5%). Economías desarrolladas abundantes en recursos naturales como Australia y Nueva Zelanda también figuran entre los diez principales proveedores de China en este segmento. America Latina, por su parte, tiene una participación marginal en el mercado chino de PIRN diferenciados. Brasil es el único país latinoamericano entre los primeros 20 proveedores de estos productos al mercado chino. Aun así, las exportaciones brasileñas de PIRN diferenciados a China son solo un tercio de las de otros países abundantes en recursos naturales pero desarrollados como Australia, Nueva Zelandia o Canadá. (Castro 2013; 12) La importancia fiscal de los recursos naturales El carácter del comercio latinoamericano con China influye no sólo en la corriente de divisas provenientes de la exportación y la importación, sino también sobre los ingresos fiscales de los países: la demanda china de recursos naturales promueve el desarrollo de actividades que tienen una elevada participación en la recaudación de varios países. En 2007-2011 los ingresos fiscales provenientes de productos básicos en relación al PBI alcanzó el 3% en Argentina, 13% en Ecuador, 10% en Bolivia, 9% en Venezuela, 8% en México y 2% en Perú. La estadística de la CEPAL incluye un 3% para Chile, pero sin computar la tributación del sector minero privado, por lo cual ese porcentaje no es representativo. (CEPAL-UNASUR, 2013) La participación de la renta minera en los ingresos fiscales totales aumentó en la década del 2000, llegando al 37% en Chile y al 14% en Perú en el período 2004-2009 (2% en Argentina porque tiene régimen de exención impositiva) (CEPAL-UNASUR, 2013) Los minerales representaron en 2012 el 8% de las exportaciones de ALC. En 1960 habían alcanzado un 20% del total de ventas externas y cayeron tendencialmente hasta el año 2000, cuando representaron un 10% del total. Estas cifras indican que las exportaciones primarias contribuyeron a mejorar la situación fiscal de los países latinoamericanos, lo cual permitió, entre otras cosas, aumentar gastos sociales, evitar el endeudamiento y pagar las deudas preexistentes. Pero, al mismo tiempo, aumentó la dependencia de los ingresos fiscales de la evolución de los precios de los commodities y sus variaciones, en lo que puede considerarse una vulnerabilidad fiscal asociada a la vulnerabilidad comercial típica de los exportadores de bienes primarios. Las puertas entornadas del mercado chino. La elevada participación de los productos primarios en las exportaciones latinoamericanas se explica básicamente por la estructura productiva regional, pero también influye la política arancelaria china. Además de distancias, diferencias de idiosincrasia y otras dificultades, los productores latinoamericanos que quieren acceder al mercado chino se enfrentan con aranceles elevados.

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Según la CEPAL (2012-1) China tiene aranceles medios aplicados superiores al 10% en todos los subsectores de la agricultura y la agroindustria, así como en los productos pesqueros. Estos aranceles se acercan o incluso superan el 25% ad valorem Si el análisis de los aranceles se hace por país de origen, los principales países latinoamericanos se encuentran con aranceles de entre el 12% y 16%. A esto se suma que China mantiene barreras no arancelarias para sectores agrícolas y manufacturados, que, como sucede en todo el mundo, pueden ser utilizados como instrumentos de proteccionismo. Esto lo supo muy bien la Argentina cuando las autoridades chinas bloquearon el ingreso de un cargamento de aceite de soja en 2008, argumentando razones sanitarias pero que fue leído como una respuesta a medidas antidumping aplicadas sobre productos chinos. Por otra parte, como sucede también en los países desarrollados, los aranceles chinos a la importación son mayores cuanto más alto es el valor agregado del producto importado lo cual contribuye a desalentar la incorporación de valor agregado en la oferta exportable y, también, a negociar acuerdos de libre comercio para saltar el cerco de los aranceles y vender directamente en el mercado chino. Importaciones industriales desde China. Las importaciones latinoamericanas desde China aumentaron más rápidamente que las exportaciones hacia ese país y están compuestas en casi su totalidad por productos manufacturados que, en muchos casos están reemplazando producciones locales e importaciones de otros proveedores intra y extra regionales.. Entre ellos se encuentras textiles y confecciones, caucho y plástico, metales y productos derivados, maquinarias y equipos, automotores y sus partes. En todos estos sectores el crecimiento de las importaciones desde China duplica y hasta cuadruplica, según el caso, las importaciones desde otros países. Crecimiento de las importaciones chinas, en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México en el período 2005-2010 Producto Impo desde China Impo desde el resto del mundo Alimentos, bebidas y 33% 10% tabaco Textiles, confecciones y 21% - 4% calzado Madera, celulosa y papel 29% 7% Química y farmacia 24% 15% Caucho y plástico 28% 8% Minerales no metálicos 26% 8% Metales y productos 38% 10% derivados Maquinaria y equipos 28% 8% Automotores, piezas y 25% 13% partes Otras manufacturas 22% 10% Total manufacturas 27% 10% Total de bienes 27% 10% Fuente: Durán Lima y Pallandra, 2013.

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Por otra parte, mientras las exportaciones latinoamericanas al país asiático están concentradas en un reducido número de productos, las exportaciones de China no solo son manufacturas sino que están muy diversificadas. Debido a esa diversificación y a que los precios de los productos industriales no tienen las bruscas alteraciones de los primarios, los exportadores chinos no se enfrentan al alto nivel de vulnerabilidad que sufren los exportadores de la región. Este problema se hizo presente con toda fuerza en 2014 con la caída de los precios internacionales de los productos primarios, especialmente el derrumbe del precio del petróleo a partir del mes de octubre de ese año (cayó más de un 50% en 3 meses). Déficit comercial con China Los problemas de competitividad industrial latinoamericana se pone de manifiesto en el déficit comercial con China: la oferta de productos primarios y algunos derivados no alcanza para cubrir la demanda de importaciones industriales que, precisamente se acelera, con los incrementos de demanda interna que generan las exportaciones. Desde 2010 la región tiene un déficit comercial con China que se explica principalmente por el déficit de Argentina, México, Venezuela y países centroamericanos mientras que países como Brasil, Perú y Chile tienen superávit con China. El comercio de Brasil y Chile con China. El comercio de Brasil con China reproduce el esquema general del comercio latinoamericano, a pesar del mayor grado relativo de industrialización del país. La mayor parte de las exportaciones de Brasil a China son minerales y soja y las compras, productos industriales. Brasil tiene un creciente déficit comercial con China, compuesto por un fuerte desequilibrio en rubros industriales de distinto nivel tecnológico y superávit en productos primarios y sus manufacturas. El comercio de Chile con el país asiático es, junto con el de Perú, un caso paradigmático de vinculación desde la economía primaria: la casi totalidad de las ventas chilenas a China son de cobre y las compras de industriales. La emergencia china y el aumento de los precios de los minerales consolidaron el modelo de especialización primaria que durante muchos años llamaron a superar los economistas heterodoxos y algunos sectores políticos chilenos. Cuba-China: relaciones en un nuevo rumbo La combinación de la demanda china de productos primarios con la crisis productiva cubana, a lo que se agregó la restauración de relaciones con Estados Unidos, pone a la relación Cuba-China en el centro del escenario latinoamericano, tanto económico como político. Las relaciones entre Cuba y China crecieron en los años noventa después del colapso de la Unión Soviética. La URSS no sólo subsidiaba a la economía cubana sino que mantenía una rivalidad con China que Cuba no podía ignorar. El cese de la ayuda soviética sumió a Cuba en una crisis a partir de la cual inició una política de apertura al capital extranjero. En ese contexto las relaciones entre el gigante asiático y el país caribeño progresaron: en 1988 formaron una comisión de relaciones económicas y, a partir de ese momento, el comercio bilateral se incrementó y en la actualidad China es el segundo socio comercial de Cuba, después de Venezuela. Paralelamente Cuba comenzó a recibir inversiones y préstamos de China y firmó numerosos acuerdos de inversión, comercio y cooperación. 35

Todo indica que esta tendencia se incrementará en el futuro inmediato porque la caída del precio del petróleo amenaza la capacidad de Venezuela de seguir aportando crudo subsidiado a la isla y por la profundización de las relaciones de China con América Latina a través de la CELAC, en la que participa Cuba y está excluido Estados Unidos. El estrechamiento de los lazos entre China y Cuba puede haber influido, precisamente, en la decisión del gobierno estadounidense de reiniciar relaciones con el país caribeño. China se convirtió en un abastecedor de arroz, productos industriales, automóviles y material de transportes y tiene inversiones en la extracción y procesamiento de níquel, del cual Cuba tiene una de las principales reservas del mundo, en exploración y explotación petrolera, en la remodelación de la industria azucarera y en turismo, entre otras. Las exportaciones cubanas están compuestas por turismo, que en los años noventa superó al azúcar como fuente de divisas, azúcar, níquel, medicamentos y servicios de medicina. Con las inversiones externas, de China y otras fuentes, el gobierno de la isla espera potenciar las ventas de turismo, medicamentos y minerales e incorporar a la lista el petróleo. Cuba y China firmaron numerosos acuerdos para desarrollar diversas actividades de la producción y los servicios que incluyen la biotecnología, comunicaciones (incluida el desarrollo de la televisión satelital con tecnología china), la construcción de un puerto en Santiago de Cuba. En 2013 Cuba abrió, además, una Zona Económica Especial en el puerto de Mariel, con el objetivo de modernizar el puerto y promover el asentamiento de inversiones externas, en la cual están invirtiendo China, junto a sus socios de los BRICs, Brasil y Rusia. El comercio con otros países asiáticos. El comercio latinoamericano con los países asiáticos, sin considerar China, creció sustancialmente en los últimos años pero es menor que el comercio con China. En conjunto las exportaciones a países asiáticos excluida China, son casi un 10% del total. El comercio con los países de la ASEAN se incrementó por el avance económico y comercial de países de la Asociación, especialmente Viet Nam, pero sigue siendo reducido en relación al conjunto: representan un 2% del total exportado, contra el 9 % que se exporta a China. En el Cono Sur la participación del comercio con la ASEAN es algo mayor y representa el 3% de las exportaciones, debido en parte al aumento de las exportaciones argentinas a esa región. (Urmeneta, 2013) Aún así, la relación económica con los países asiáticos es fundamental porque los países de la región, especialmente los de menor desarrollo industrial, pueden ser una puerta de entrada de proveedores e inversores latinoamericanos a las cadenas de producción que atraviesan toda la región. Es de notar que incluso las empresas radicadas en China han comenzado a derivar parte de su producción o armado de productos a países con mano de obra más barata, como Viet Nam. 3. Créditos a América Latina: el financiamiento de la relación asimétrica.20 La irrupción del financiamiento chino genera nuevas oportunidades de inversión en la región, pero reforzando su dependencia del abastecimiento industrial chino. 20

Este capítulo está tomado principalmente de Gallagher, Irwin y Koleski, 2012.

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China no sólo ha incrementado su presencia en la región como vendedor o comprador sino también como prestamista: el flujo de los créditos chinos a América Latina ha pasado de una cifra irrelevante a comienzos de siglo, a superar los otorgados por los organismos financieros regionales. El auge del crédito comenzó a partir de una reforma financiera que China lanzó en 1995, que estimuló el incremento de los créditos chinos al exterior. El propósito de la reforma fue modernizar y expandir su sistema financiero en el mercado local y en el exterior, mejorar la capacidad de financiamiento de las empresas chinas y de las inversiones directas chinas en el exterior y, también, de promover la utilización del yuan como moneda de intercambio. La reforma incluyó la transformación de bancos estatales en comerciales, la creación de bancos de desarrollo, el establecimiento de entidades reguladoras bancarias y del mercado de capitales adaptadas a las normas de Basilea y a los estándares vigentes en los mercados avanzados. El sistema financiero chino se apoya en la enorme pileta de liquidez proporcionada por los depósitos locales a lo que se suma el financiamiento estatal de bancos de desarrollo. El aumento del financiamiento chino a la región y la apertura de bancos van a fortalecer el financiamiento de proyectos que interesen al país asiático. La expansión del sistema financiero chino, especialmente de la banca de desarrollo, ha derivado en un fuerte aumento del financiamiento chino a América Latina. Los créditos de entidades chinas a la región crecieron desde niveles muy bajos en 2007 (u$s 1.000 millones), alcanzando un pico de a u$s 37.000 millones de dólares en 2010. Ese año, los créditos de entidades chinas superaron el financiamiento otorgado a la región por el Banco Mundial y el BID, que ese año sumaron u$s 14.000 y u$s 12.000 respectivamente. En los años siguientes decrecieron y en 2013 volvieron a remontar con un aporte de u$s 20.000 millones. (Irwing y Gallagher, 2014) Evolución de los préstamos chinos a ALC 2007-2010 (Miles de millones de dólares)

Fuente: Gallagher, Irwin y Koleski, 2012 y Irwin y Gallagher, 2014 La mayor parte de los préstamos provinieron del Construction Development Bank, un banco de desarrollo orientado a financiar construcciones de viviendas e infraestructura. En menor medida participaron el China Export- Import Bank, banco de financiamiento del comercio exterior, y el banco comercial (cuyo principal accionista es el estado chino) ICBC, Industrial and Commercial Bank of China. La mitad de los préstamos se destinaron a Venezuela (48%), donde China financia obras vinculadas con la explotación petrolera y presta a cambio de petróleo. Con porcentajes menores, 12% cada uno, le siguieron Brasil y Argentina. 37

La mayor parte de los créditos chinos en el período 2008-2012 estuvieron destinados a infraestructura de transporte, comunicaciones y otros (30% del total) y a energía y minería (24%) Esto se debe a que los créditos se principalmente a financiar inversiones en infraestructura y empresas vinculadas con la extracción y el transporte de materias primas que se exportan al país asiático y que son recibidas tanto por empresas chinas como locales o de otro origen involucradas en esas actividades. Esa distribución de crédito contrasta con la de los proporcionados por el BM y el BID, más vinculados con programas sociales. Destino de los créditos otorgados por BM, BID y China, recibidos por AL, período 2005-2007. Rubro

Banco BID China Mundial Salud 10% 15 Educación 4 6 Agua y medio ambiente 9 15 Administración Pública 10 17 Finanzas y comercio 10 15 1 Vivienda e infraestructura 21 4 45 Transporte 15 15 16 Energía y minería 16 10 27 Otros 5 3 11 Total 100 100 100 Fuente: elaboración propia en base a datos de Gallagher, Irwin y Koleski, 2012. Distribución de préstamos de China a ALC por sector, 2008-2012.

Fuente: Ray y Gallagher, 2014. Modalidades y costos del nuevo financiamiento

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Las tasas de interés cobran los bancos chinos son más altas o poco más bajas que las cobradas por la Instituciones Financieras Internacionales, pero los requisitos son menores por lo que son accesibles a proyectos que no cumplirían con las condicionalidades de las Instituciones. La mayor parte de los créditos otorgados a países de América Latina fueron en la modalidad de préstamos por petróleo que, en 2009-2011, llegaron a u$s 46.000 millones mas de la mitad del total. El 70% de los mismos fue otorgado a Venezuela, el 22% a Brasil y el 7% a Ecuador. Ese sistema no es un “invento chino” y fue utilizado en los años setenta por Japón, para obtener petróleo de China a cambio de otorgar préstamos y transferir tecnología petrolera. De hecho, también Japón firmó un acuerdo de préstamo-por-petróleo con Venezuela en 2011. El préstamo-por-petróleo combina un préstamo con un convenio para la venta de petróleo que involucra a bancos estatales chinos y empresas petroleras, durante el período de duración del préstamo. Las tasas de estos préstamos son bajas porque el pago está respaldado por los envíos de combustible. Por otra parte, dado que aún los bancos comerciales pertenecen al Estado, un incumplimiento sobrepasa la esfera financiera para convertirse en un problema político con China. A diferencia de las Instituciones Financieras Internacionales, China no establece requisitos vinculados con los derechos humanos y tiene menores exigencias ambientales21, pero puede condicionar los créditos a la compra de equipo chino. Algunos países, como Bolivia y Jamaica, recibieron créditos en yuanes que sólo pueden utilizarse en la compra de productos chinos. Apertura de sucursales de bancos chinos en América Latina. Además de aumentar sus préstamos, los grandes bancos chinos lanzaron una estrategia de expansión en el mercado latinoamericano basada en la apertura de sucursales y asociaciones con bancos locales. Este movimiento está destinado, principalmente, a ampliar el financiamiento de las empresas de empresas chinas o que trabajen con ellas y a empresas o gobiernos que compren a China. En Argentina, el ICBC (Industrial and Comercial Bank of China), principal banco comercial de China y uno de los mayores del mundo por capitalización de mercado (valor de sus acciones), compró la filial local del Standard Bank por u$s 600 millones. En la reunión de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) de noviembre de 2011, el presidente del ICBC, Jiang Jianqing, sostuvo que la compra -que todavía tiene que ser aprobada por el Gobierno, tiene un sentido estratégico" para el mayor banco de China y le dará la posibilidad de reforzar su relación con América latina.22 En la misma instancia, Zheng Bingkai, subgerente general del Agricultural Bank of China en la oficina de Nueva York, hizo referencia a su programa de expansión en

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Sin embargo, desde los años setenta, el Consejo de Estado de China ha promovido gradualmente la incorporación de cláusulas de protección ambiental en los proyectos, las cuales fueron asumidas por los bancos. http://noticias.lainformacion.com/economia-negocios-y-finanzas/servicios-bancarios/losbancos-chinos-amplian-su-presencia-en-latinoamerica_inVxHTxEkT8wcrnWokASV4/ 22

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Latinoamérica, la cual incluye la posibilidad de asociaciones con bancos locales. Señaló que, tomando en cuenta factores como el tamaño de sus economías, su potencial de desarrollo y el riesgo país, su banco está observando con interés a los mercados en Brasil, Argentina, Chile, México y Perú. Finalmente, John D. Weinshank, vicepresidente senior del China Construction Bank en la oficina de Nueva York, dio a conocer la aprobación de la junta directiva del banco para abrir su primera oficina en Brasil, la cual "Será la primera de muchas, ya que América Latina es una oportunidad increíble que amerita más expansión". 23 Si bien los bancos comerciales surgidos de la reforma financiera china de 1995 son sociedades por acciones que se rigen por la lógica del mercado, sus decisiones están influenciadas por las políticas oficiales: el principal accionista de los bancos Según el informe “The New Banks in Town”, “Si bien el gobierno chino diseñó las reformas bancarias para separar el financiamiento de carácter político del comercial, los bancos chinos continúan mezclando ambos.” (Gallagher, Irwin y Kolesky, 2012) Un estudio sobre los bancos chinos del semanario británico The Economist, sostiene que el gobierno y el Partido Comunista están íntimamente entrelazados con los gerentes de las instituciones financieras chinas y los ejecutivos bancarios rotan en las instituciones según las órdenes del gobierno. El control oficial crece a medida que aumenta el monto del crédito y se dice que los crédito por encima de los 500 millones de renminbi deber ser autorizados directamente por el Consejo de Estado. 24 4. La avanzada más reciente: inversiones chinas en América Latina25 En la última década la inversiones directas de China en América Latina registraron un importante incremento. Esta corriente es consecuencia de la política china de despliegue productivo y financiero en el mercado mundial y, para América Latina, presenta oportunidades de desarrollo de sectores productivos y de exportación al mercado chino así como de incrementar los canales de abastecimiento del balance de pagos. Pero también contribuye a la consolidación de una relación económica caracterizada por la posición de la región como proveedor de materias primas y comprador de productos industriales lo cual puede afectar tanto industrias existentes como programas de industrialización en curso o en proyecto. Las inversiones directas de China en la Argentina responden ajustadamente a ese esquema. La inversión china en ALC comenzó a crecer significativamente en 2003 y dieron un salto en 2010, año en el que China invirtió casi u$s 30.000 millones, una cifra similar a lo que había invertido hasta ese momento en la región. En 2012 la IED china en ALC llegó a u$s 9.200 millones, la mitad en nuevos proyectos (Greenfield) y la mitad en compras de, y asociaciones con, empresas locales. Ese año 23

La expansión de los bancos chinos incluye al mercado estadounidense. En 2012, la Reserva Federal aprobó la apertura de una sucursal del ICBC, la compra The Bank of East Asia de Nueva York, por la China Investment Corporation (CIC), un banco de inversión creado por el gobierno chino para invertir en el exterior y la creación de un holding bancario por la empresa de inversión Huijin, controlada por la CIC. http://laeconomiaonline.blogspot.com.ar/2012/05/china-cruzo-la-frontera-financiera.html 24

The economist “Chinese Banks: Circular logic,”

Una versión de este apartado se publico en Realidad Económica n° 284 -16 de mayo al 30 de junio de 2014. 25

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las inversiones chinas representaron un 5% del total de la recibida por la región. (Ray y Gallagher, 2014) La IED china en ALC llegó a representar el 13% del total de la IED de ese país. Los mayores destinatarios fueron Brasil, Perú y Venezuela y los principales sectores son minería y petróleo y a la infraestructura vinculada con la explotación y exportación de actividades primarias, pero también hay avances en inversiones manufactureras. El 93% de la inversión se destina a paraísos fiscales (Que reinvierten en China: 25% de ID extranjera proviene de paraísos del Caribe). Luego de los paraísos caribeños, Brasil es el principal destinatario de las inversiones chinas, con el 1,2% del total; Perú y Venezuela, 0,9%; México, 0,6%; Argentina, 0,5%. El monto real de la IED china en la región es difícil de evaluar no solo porque una parte circula por los paraísos caribeños, sino también, porque varios países latinoamericanos no presentan esta información o lo hacen de modo muy incompleto o tardío. Distribución de la IED estimada de China en ALC, 1990-2012. Millones de dólares

Fuente: ECLAC, 2013. En 2010, Brasil concentraba 108 proyectos, seguido por México con 49 y Chile con 48. El ranking es diferente si se considera el valor de los proyectos: Brasil sigue siendo el primer receptor, seguido por Perú y Venezuela, que son el quinto y el sexto destino por número de proyectos. Argentina figura cuarta en el número de proyectos con el 9,2% del total registrado por el MOFCOM para 2012, y quinta con el 6,5% en el valor de proyectos. Concentración geográfica de las IEDs chinas en América Latina 2010TOP ” es en Principales receptores en valor de stock de Principales receptores en número de IED china proyectos de IED china Brasil 27,4% Brasil 26,9% Perú 19,4% México 12,2% Venezuela 12,3% Chile 11,9% Panamá 7,0% Argentina 9,2% Argentina 6,5% Perú 6,5% Guyana 5,4% Venezuela 6,0% México 4,5% Colombia 5,2% Ecuador 3,8% Cuba 5,0% Chile 3,2% Ecuador 4,0% Surinam 2,3% Bolivia 3,5% Total 91,8% Panamá 3,2%

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Guyana Surinam Total

0,7% 0,5% 94,4%

Fuente: Lin, 2013 Por su destino y características las inversiones chinas son complementarias de su estrategia de abastecimiento de recursos naturales. Analizando las inversiones chinas en la región, Carlos Moneta y Sergio Cesarín distinguen ente las economías que son complementarias con la china, en la cuales el país asiático invierte principalmente en sectores vinculados con la explotación y transporte de recursos naturales que necesita importar. Pero, en las economías menos complementarias, como la de Colombia o México, China realiza principalmente inversiones con el objetivo político de contrarrestar las inquietudes y reacciones que genera la penetración de sus manufacturas en esos mercados (Moneta y Cesarín, 2012) Según el economista mexicano Enrique Dussel Peters (2013), en la primera década del siglo, el 87% de la IED china se radicó en proyectos vinculados con la explotación de materias primas y energía y el 13% restante hacia empresas que trabajan para el mercado interno. Más tarde aumentaron las inversiones las inversiones en empresas manufactureras, en su mayor parte en Brasil. (King et.al. 2012) Pero la inversión en empresas manufactureras orientadas a la exportación o hacia las aquellas que pueden proporcionar transferencia de tecnología (una de las principales ambiciones de las empresas chinas que invierten en o se asocian con empresas extranjeras) fue muy reducida. A su vez, las inversiones de las empresas privadas chinas (el 23% del total de la IED china en la región) se orientan hacia sectores que trabajan para los mercados locales, como los financieros, servicios, infraestructura y en menor medida hacia la manufactura También crecieron las realizadas en actividades mineras, donde los proyectos pasaron de representar el 13% del total en 2011, al 25% en 2012, y agrícolas, respondiendo a la necesidad de garantizar el abastecimiento de alimentos a China. (Ray y Gallagher, 2014) Distribución industrial de los proyectos de inversión en el extranjero en 2010, según el MOFCOM Sector Total de Total de Proyectos en proyectos en proyectos en ALC sin el mundo (%) ALC (%) contar finanzas (%) Agricultura 5 2 3 Extracción 7 8 13 Construcción 7 4 5 Manufactura 30 12 15 Transporte 4 3 3 Finanzas 1 19 0 Información y 2 6 1 comunicación Servicios 13 19 29 comerciales Comercio 24 23 30

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Otros Fuente: Lin, 2013.

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Un canal chino para Nicaragua Debido al crecimiento de su intercambio comercial y del consiguiente uso del transporte marítimo, China tiene un especial interés en agilizar el cruce entre el Atlántico y el Pacífico. Siguiendo esta orientación, en julio de 2013, la empresa de Hong Kong, HKND Group, cuyo representante conocido es el empresario chino Wang Jing, ganó la aprobación del Congreso de Nicaragua para construir una canal de unión entre al Atlántico y el Pacífico en el sur del país centroamericano de 278 km de largo, y operarlo por cincuenta años. El proyecto de construir un nexo inter atlántico en Nicaragua tiene más de un siglo y era una de las opciones que se evaluaba antes de decidir la construcción del Canal de Panamá. Demandará una inversión de u$s 40.000, la obra comenzó formalmente en diciembre de 2014´, otorga al constructor el usufructo por 50 años renovables por un término similar. Según la empresa, el emprendimiento es totalmente privado y no tiene vínculos con el gobierno chino, pero tiene de socios a empresas estatales como la China Railway Construction Corporation, la segunda empresa estatal de construcción después de la China Railway Engineering Corporation y empresas estatales de petróleo que tienen interés en la reducción de los costos de transporte del combustible que sacan de Afrecha y países latinoamericanos de la costa atlántica. Por otra parte, el proyecto ha generado críticas por la falta de transparencia en el contrato, por las exenciones impositivas concedidas, porque no existiría un estudio de su impacto ambiental y porque no establece la obligación de utilizar empresas o mano de obra local. Los exigentes trabajadores latinoamericanos El ambiente sindical latinoamericano es una fuente de preocupaciones para las empresas chinas que, estatales o privadas, y para las extranjeras que operan en el país, están acostumbradas a lidiar con una mano de obra con una cultura del trabajo intenso, sin libertad sindical y con una oferta laboral que desalienta los sueños de reivindicación de los que tienen un puesto de trabajo. Wu Guoping, investigador del Centro Latinoamericano de la Academia de Ciencias Sociales de China alerta que "Los países latinoamericanos tienen un poder sindical relativamente fuerte y todos los espacios de trabajo tienen su propio sindicato. Generalmente, los trabajadores, a través de estos sindicatos, logran sus propios intereses. En el proceso político de América Latina y el Caribe, los sindicatos y el populismo son una fuerza social que no se debe desdeñar. Es un gran desafío para las empresas chinas, que rara vez se enfrentan a problemas laborales y carecen de experiencia internacional en la solución de conflictos laborales". Por lo tanto, recomienda a los inversores asesorarse con abogados y "prepararse conceptualmente" para los problemas sindicales.26 26

“China se cuela en sectores clave de Latinoamérica en busca de materias primas” El Economista de España, 9-4-2012 http://www.eleconomista.es/economia/noticias/3880108/04/12/China-se-cuela-en-sectoresclave-de-America-Latina.html El autor de este libro escuchó más de una vez lamentos de funcionarios chinos de visita en el país, por la actividad sindical local, señalándola como un factor de desaliento para los

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La escasa IED de América Latina en China Mientras las empresas latinoamericanas aumentaron sus inversiones en el exterior (dando lugar al fenómeno de las Translatinas) no se verifica un aumento significativo de la presencia de empresas regionales en China. Un reducido grupo de grandes empresas de Argentina (como se detalla en el capítulo dedicado a Argentina), Brasil, Chile y otros países tienen inversiones en al gigante asiático, pero son reducidas en relación a su propia expansión en otros mercados. En el caso de Brasil, destaca la inversión de la fábrica de aviones EMBRAER, iniciada en 2000 y ampliada en 2003 con un joint venture (Harbin Embraer Aircraft Industry, HEAI) con la empresa china Avion Industry Corporation of China. En su planta en la ciudad de Harbin, provincia de Heilongjiang, HEAI fabrica varios modelos de aeronaves comerciales. Por su parte, el Banco Itaú tiene una oficina en Shanghai La baja inversión latina en China, se debe en parte a dificultades objetivas como distancia, costos de ingreso al mercado o falta de apoyo estatal, pero también porque los requisitos exigidos por China a las empresas regionales son mucho mayores que los exigidos a las empresas chinas en ALC, debido al liberalismo de las legislaciones sobre inversión externa y al interés en atraer inversiones del país asiático. Esta situación de manifiesto la debilidad de la capacidad productiva de las empresas locales en los sectores de mayor desarrollo tecnológico y la también reducida participación en las cadenas de valor de la red manufacturera asiática. Se trata de un dato relevante toda vez que una inserción virtuosa en el mercado asiático requiere no sólo mejorar el componente técnico de las exportaciones de bienes finales, lo cual es dificultoso debido a costos de transacción y la competencia de terceros, sino también incorporarse a las cadenas productivas proveyendo bienes y servicios. Esta alternativa puede ser un acceso para la absorción de tecnología por parte de las firmas locales. La presencia china en África La introducción de China en el continente africano es uno de los hechos salientes de las relaciones internacionales de los últimos años y motivo de observación para el análisis de las relaciones de cualquier región con el coloso asiático. Las relaciones económicas de China con África crecieron sustancialmente en las últimas décadas y el comercio, las inversiones y los préstamos está tanto o más concentrado en el patrón exportación de recursos naturales/importación de industria, que el que de ALC con China. En 2009 China se convirtió en el mayor socio comercial de África, y el comercio bilateral se expandió rápidamente en los dos años siguientes Las principales exportaciones africanas a China son minerales y petróleo y es espera un crecimiento de las importaciones de las ventas de alimentos. (Ramón Berjano y Girado, 2012) En su relación con África, China apela a la “diplomacia de cumbres” con las reuniones China-Unión Africana. Debido a que la infraestructura de los países africanos es muy deficiente, China ha proporcionado préstamos y realizado inversiones en sectores vinculados con la explotación y exportación de materias primas. La inversión directa de China en los países africanos creció pasando de los u$s1.440 inversores.

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millones en 2009 a los Urs 2.520 millones en 2012, representando una tasa de crecimiento anual del 20,5%. Por el momento, más de 2.000 empresas chinas están invirtiendo en más de 50 naciones y regiones africanas. Las actividades de los inversores chinos se han extendido desde los campos de agricultura, minería y construcción al procesamiento intensivo de productos de recursos naturales, manufactura, financiación, logística y bienes raíces. Hasta finales de 2012, China había firmado unos tratados bilaterales de inversión con 32 países africanos, además de haber establecido mecanismos conjuntos de comisión económica con 45 países de ese mismo continente27. Las inversiones se concentran en Nigeria, Argelia, Sudáfrica y República Democrática del Congo. Parte de las inversiones en infraestructura son de interés social y forman parte de los convenios de cooperación que ofrece China. Sin embargo, la incursión del país asiático ha generado numerosas controversias por la utilización de mano de obra china en sus emprendimientos y por cuestiones vinculadas a la preservación del medio ambiente 5. Instrumentos para una mejor relación El hermanamiento de ciudades El hermanamiento de ciudades es una de las nuevas formas de relacionamiento internacional al costado de las tradicionales relaciones nación-nación. Otra son las que establecen las organizaciones no gubernamentales internacionales de diverso tipo. El hermanamiento es una iniciativa que toman gobiernos de ciudades para vincularse con otra de otro país con la cual tienen intereses comunes por sus características económicas o sociales como el componente demográfico. Los objetivos de la vinculación suelen ser predominantemente culturales, pero contribuyen a un acercamiento y conocimiento que facilitan relaciones entre agentes económicos de cada ciudad hermana. El hermanamiento puede involucrar también regiones. El hermanamiento surgió en Europa en la Segunda Posguerra y fue impulsada como parte de la política de recomponer las relaciones internacionales entre ex beligerantes y se extendió a Estados Unidos y a muchos otros países. Un trabajo sobre el tema orientado a analizar vías de acceso al mercado chino, considera que “a partir de los hermanamientos se fortalece el compromiso de los participantes, se promueve el entendimiento mutuo y la amistad entre las personas y se fomenta una participación cívica activa a escala local” (Velloso et.al. 2012; 16) Los hermanamientos con ciudades y provincias chinas son recomendables como instrumentos de acercamiento cultural e institucional, medios indispensables para posteriormente establecer relaciones económicas con empresas u organismos de China y detectar complementariedades que pueden dar lugar a intercambios económicos. Un elemento central de los hermanamientos es que contribuyen a establecer relaciones personales de confianza que son, en la tradición confuciana, un requisito previo de las relaciones económicas. La estrategia tiene un campo de acción muy amplio por la creciente urbanización del país asiático y por el igualmente creciente interés de autoridades locales de diversos niveles de contactarse con el exterior en forma directa. Durante la IV Conferencia Ministerial del Foro sobre la cooperación China-África celebrada en 2009, China anunció el establecimiento de un tipo de préstamos especiales destinados a las Pymes africanas, cuyo valor totalizó USD1.030 millones a finales de 2012, de los que ya se han concedido USD666 millones. 27

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China promueve el hermanamiento como parte de sus relaciones internacionales y es el país con más hermanamientos de ciudades, con más de 1700 ciudades de 127 países, seguida de Japón, Estados Unidos y Australia. Según el trabajo citado, el objetivo de las autoridades chinas es generar confianza mutua con miras a la cooperación económica. Según la información oficial argentina, 270 provincias y ciudades del país realizaron hermanamientos principalmente con Italia, seguida de España, Brasil y Estados Unidos. Con China se suscribieron 22 acuerdos entre provincias y ciudades La inmigración como puente con China. La inmigración, creando conflictos o acercamientos, constituye un importante lazo de relación entre países. En el caso de América Latina las comunidades de inmigrantes chinos han contribuido a promover la comunicación y las negociaciones entre países, especialmente porque las comunidades chinas son, por sus diferencias idiomáticas y étnicas con las comunidades latinas, muy unidas y vinculadas con sus lugares de origen. De hecho, las comunidades chinas en el exterior –especialmente en los países asiáticosjugaron un papel importante en el relacionamiento de esos países con China a partir del vuelco al desarrollo del capitalismo de mercado. La inmigración china hacia América Latina comenzó en el siglo XVII y, como sucede en otros casos similares, tuvo muchos aspectos penosos. En 1613, 38 chinos desembarcaron en las costas de Perú en lo que se considera el primer paso de la inmigración china hacia América Latina. En 1849 arribaron otros 800 “coolies”, peones destinados a la explotación azucarera que trabajaron en condiciones de semi esclavitud. En la actualidad hay en Perú 1.300.000 chinos o descendientes, la mayor concentración relativa en la región, con el 4% de una población de 30,5 millones de habitantes. En Brasil, donde, en el siglo XIX, también llegaron “coolies” para trabajar en las diferentes plantaciones del país, la comunidad china supera los 9 millones de personas, pero representan el 0,5% de la población. En este país se ha producido en los últimos años un cambio cualitativo de residentes chinos debido a la instalación de 30 compañías estatales chinas que aportan una numerosa dotación de directivos, técnicos y también trabajadores. En la actualidad, Brasil aloja a más de 200.000 chinos, Perú 60.000, Venezuela supera los 50.000 y Paraguay los 40.000. En Argentina la migración china aumentó sustancialmente a partir de la sanción de la nueva ley nacional de migraciones, de 2004, que reconoce importantes derechos a todos los migrantes, y en la actualidad los migrantes chinos se estiman en 120.000, de los cuales la mitad llegaron a partir de 2005. El 80% vive en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. 6. Las relaciones ALC-China en el contexto de las relaciones internacionales. La atracción de Asia provoca realineamientos en las relaciones económicas y políticas regionales y profundiza las dificultades para cualquier programa de integración regional, porque el comercio de los latinoamericanos con países de otras regiones, y en particular con China, es cada vez más importante que el comercio intrarregional. Esta evolución plantea dilemas de reorientación de objetivos y alianzas comerciales para los países del Atlántico, de los cuales los más grandes son miembros o asociados del MERCOSUR. La emergencia del sistema asiático genera, por ejemplo, un enorme atractivo para los países latinoamericanos del Pacífico, con más vínculos económicos con esa región y

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una de esas manifestaciones es la creación de la Alianza del Pacífico en la que participan Chile, Perú, Colombia y México. La Alianza del Pacífico (AP), creada en 2011, es un proyecto de tratado de libre comercio (TLC) que se suma a los tratados del mismo tipo que tienen los países miembros, como es el caso de Chile, México y Colombia que tienen un TLC con Estados Unidos y Chile con China. La Alianza prevé liberalizar el 90% de las líneas arancelarias en un lapso de 3 a 7 años con tratamientos especiales para los productos considerados sensibles por los miembros, y las negociaciones comenzaron por el acceso a mercados, reglas de origen, cooperación aduanera. Los participantes en la Alianza consideran que, a través del tratado de libre cambio, ganarán competitividad –según reza la visión liberal del comercio exterior- y por lo tanto tendrán mayores posibilidades de integrarse ventajosamente en el mercado asiático. La Alianza plantea un desafío para los países no participantes: por una parte, los países que hacen tratados de libre comercio se exponen al aumento de la competencia de los nuevos socios a los que se le otorgan beneficios comerciales, pero, al mismo tiempo obtienen mayores facilidades para ingresar a los mercados dinámicos de los países asociados. Como en toda asociación económica, sea la profundidad o las características que asuma, cada país debe evaluar la relación entre costos y beneficios, entre los perjuicios y las ventajas que afrontarán los diferentes sectores económicos y sociales. En el caso de la participación en las redes asiáticas de comercio y producción, ambos lados de la balanza son muy relevantes porque el libre comercio aumenta la exposición de las economías a los supercompetitivos productores asiáticos, pero abre las puertas de los mercados y las cadenas de valor –los nudos del desarrollo en red asiático- más dinámicos del mundo. Por estos motivos, la creación de la Alianza ha provocado movimientos en Brasil y Uruguay, donde algunos sectores exportadores interesados en profundizar sus vínculos comerciales con Asia proponen buscar formas de asociación y no quedar “encerrados” en el esquema atlántico y deteriorado del MERCOSUR. La relación entre América Latina y China está inserta, además, en una red de tratados en los que participan países asiáticos y latinoamericanos, así como Estados Unidos y Canadá, con los cuales algunos países latinoamericanos tienen tratados de libre comercio. Estos tratados generan posibilidades y problemas que los países de la región tienen que evaluar en función de decidir sus estrategias de relacionamiento. Una de esas instancias es la APEC, la sigla en inglés con la que se menciona habitualmente el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico y en la que participan México, Chile y Perú. La APEC, creada en 1989, está integrada por 21 países del Pacífico entre los que se encuentran Estados Unidos, Japón y China, reuniendo más de la mitad de la producción

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mundial y el 46% del comercio internacional. La APEC tiene el propósito de promover el intercambio comercial, la coordinación económica entre sus miembros. En 2010 se inició una nueva instancia de negociación en la cual participan países del Pacífico de Asia y América. Se trata del Acuerdo Estratégico Trans Pacífico de Asociación Económica (Trans Pacific Partnership, TPP). Este acuerdo es la continuación de negociaciones para la liberalización del comercio iniciada años antes por países del Pacífico, entre los cuales se contaba Chile, y fue revitalizada en 2010 por Estados Unidos. En 2013, la parte americana reunió a Chile, México, Perú, Estados Unidos y Canadá. La asiática a Japón, Corea del Sur, Malasia, Vietnam, Singapur y Brunei a lo que se suma Australia y Nueva Zelandia. 28 El TPP no es sólo un acuerdo comercial, ya que la agenda incluye cuestiones laborales, patentes y derechos de autor, uso de la tierra, alimentos, agricultura, estándares de productos, medioambiente, recursos naturales, regímenes para empresas estatales, políticas de compras gubernamentales y regulaciones de las finanzas, sistemas de salud, energía, telecomunicaciones y otras actividades de empresas estatales y privadas. El temario aparece como una versión ampliada y profundizada de los denominados “Temas de Singapur” planteados por los países desarrollados en la discusión de la Reunión Ministerial de la OMC que tuvo lugar en Singapur en 1996. En esa ocasión se amplió la discusión a temas como apertura al comercio de servicios financieros, tecnológicos y otros, liberalización del régimen de inversión externa con concesión al inversor externo trato similar al nacional y apertura internacional de licitaciones para compras gubernamentales. El TPP es considerado como parte de una estrategia de Estados Unidos de rodear a China creando una asociación privilegiada con países con son socios comerciales de ambas potencias y que tienen sumo interés en participar de la expansión del mercado chino pero que están políticamente alineados con la potencia occidental y que, al mismo tiempo que disfrutan de los efectos del crecimiento chino, recelan de su acumulación de poder estratégico.29 Como respuesta al proyecto del TPP, en la Cumbre de la APEC, realizada en Beijing en noviembre de 2014, China propuso estudiar la creación de una zona de libre comercio que involucre a todos los países del Pacífico, un proyecto ultra ambicioso destinado a confrontar el diseñado por Estados Unidos que excluye a China. China, por su parte, participa de numerosos tratados y proyectos de libre comercio forjados con países de Asia y el resto del mundo. Un proyecto destacado es la propuesta para una Asociación Económica Regional Completa (Regional Comprehensive Economic Partnership, RCEP), lanzada en 2012 por la ASEAN, cuyo objetivo es lograr un tratado de libre comercio entre la ASEAN y seis países con los cuales esa asociación tiene tratados similares (Australia, China, India, Japón, Corea y Nueva Zelandia). China, además, ha diseñado una nueva “ruta de la seda” que incluye una red de rutas terrestres y marítimas, ciudades eje de tránsito comercial y financiero y ductos para el Participantes hasta agosto de 2013. Costa Rica anunció su interés por participar en 2012. En Estados Unidos las negociaciones internas por el TPP han sido acusadas de secretismo por la poca información proporcionada por el Ejecutivo al Congreso y por el acceso privilegiado que tendrían en su formulación las grandes corporaciones, principales interesadas en la liberalización de comercio e inversiones así como en la consolidación internacional de sus derechos de propiedad intelectual y patentes. Sobre este tema trabaja la ONG, Public Citizen, involucrada en la defensa de derechos ciudadanos. 28

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transporte de petróleo y gas que contribuirán a su expansión (y a su demanda de importaciones) y a redefinir su red de proveedores. Este entramado de acuerdos está en perpetua evolución, redes de comercio, de inversión y de cooperación, y tiene una importancia decisiva para América Latina en dos vías: una involucra las exportaciones locales, porque los mismos crean preferencias para el ingreso a los mercados, en detrimento de los productos de exportación regionales; otra involucra la vulnerabilidad de los mercados locales ante la competencia, porque la especialización y sinergias productivas que generan esos acuerdos incrementan la competitividad de sus productos y servicios sobre los mercados locales. FOCALAE: un puente al Asia para los atlánticos. Para los países que se quedaron en el Atlántico, el principal puente institucional de vinculación con el Pacífico es el Foro de Cooperación América Latina (FOCALAE) El FOCALAE es un espacio de diálogo entre países de la cuenca del Pacífico al que se sumaron otros interesados en tener una vinculación más directa con el océano emergente. La semilla del FOCALAE fue plantada por el Primer Ministro de Singapur, Goh Chok Tong, durante la visita que realizó a Chile en septiembre de 1998, cuando propuso la creación de un mecanismo de diálogo que ayudara a generar un mayor acercamiento entre las naciones de América Latina y las del Sudeste Asiático, más China, Japón, Corea, Australia y Nueva Zelandia. Un año después, en la ciudad-estado de Singapur se realizó la primera reunión del FOCALAE, es el Foro de Cooperación América Latina - Asia del Este, como foro interregional de 27 países con el objeto de incrementar el entendimiento y la cooperación entre las dos regiones. El Foro, según la información proporcionada por uno de sus miembros, se define como el único mecanismo de concertación multilateral permanente entre las dos regiones y que incluye la casi totalidad de los países latinoamericanos. Posibilita el diálogo político interregional y la creación de nuevos mecanismos de cooperación y de acción conjunta en diversas áreas, tales como, entre otros, la lucha contra la pobreza, el fomento del comercio, el desarrollo de la tecnología de la información, y la generación de una red de colaboración e intercambio intelectual y cultural. El enfoque multidisciplinario de la acción del Foro se considera un intento útil para enfrentar los desafíos de la presente globalización para los países que integran ambas regiones. En la actualidad tiene 34 miembros y ha organizado 4 Reuniones de Ministros de Relaciones Exteriores, 11 Reuniones de Altos Funcionarios y 20 Reuniones de Grupos de Trabajo.30 El complejo triángulo económico-estratégico ALC- EE.UU.- CHINA El incremento de las relaciones con China y el desplazamiento de Estados Unidos del ranking de socios comerciales y de fuentes de crédito y de inversión han fomentado la idea de que las relaciones con el país asiático pueden contrapesar la tradicional hegemonía de la potencia americana en la región.

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Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Focalae. Antecedentes. http://www.minrel.gob.cl/antecedentes/minrel/2011-08-22/134128.html

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Esto se abona no sólo en la creciente relación económica con China sino en el hecho de que la mayoría de los países latinoamericanos tiene muy buenas relaciones diplomáticas con ese país, basadas tanto en el interés económico como estratégico. Por otra parte, los acuerdos promovidos por China suelen denominarse de cooperación sur-sur, e incluyen aspectos de cooperación tecnológica, intercambio cultural o apoyo crediticio a diferencia de los acuerdos promovidos por Estados Unidos, centrados en la liberalización del comercio y los servicios. Esta visión debe, sin embargo tener en cuenta dos aspectos. El primero es que la relación económica con China, lejos de ser simétrica, tienen todos los rasgos de la relación Centro-Periferia, en la cual la potencia central provee industria, financiamiento e inversiones vinculados con su interés de abastecimiento de alimentos y materias primas, y la Periferia importa sus bienes industriales y su tecnología. En esta línea, Raúl Bernal Meza, especialista en relaciones internacionales y profesor en universidades locales y del exterior, subraya las asimetrías de la relación y considera que el aporte de países como Argentina y Brasil a la relación (como el reconocimiento de economía de mercado o no reclamar por derechos humanos en organismos internacionales) ha sido mayor que el aporte de China. Además, China utiliza como instrumento de negociación y presión el atractivo de su mercado y no ha dudado en imponer sanciones comerciales aún a los países que considera socios estratégicos. “La política china, sostiene Bernal Meza, no se diferencia de las prácticas de otras potencias mundiales, en relación a los países en desarrollo, al ampliar represalias y, en definitiva, ejercer una clara política de poder que afecta las condiciones del desarrollo económico de países de menores capacidades relativas… China aplica con Argentina y Brasil una realpolitik o, simplemente, una política de poder de gran potencia” China estaría comenzando a ocupar parte del espacio histórico de Estados Unidos en las relaciones de América Latina y el Caribe y, al mismo tiempo, a establecer una relación económica similar a la que la región mantuvo con Gran Bretaña en el siglo XIX y con Estados Unidos desde el XX. (Bernal Meza, 2012; 108, 110) Por ese motivo, el autor considera necesario reconceptualizar el sentido de “relación estratégica” entendiéndola en el sentido de una relación armoniosa pero no de aliados. El segundo aspecto es que, como opinan expertos en el tema, la política china hacia la región no busca –por ahora- reemplazar la hegemonía estadounidense. Jorge Malena, sinólogo de la Universidad del Salvador, explica que, desde 1978, la política exterior china abandonó la orientación basada en criterios políticos e ideológicos y se concentró en objetivos económicos: su principal preocupación es asegurarse el abastecimiento de productos que necesitan para su crecimiento y el acceso a los mercados occidentales.31 Según el experto, a China no le gusta considerase ni que la consideren como una potencia, porque, en la cultura china, ese concepto tiene una carga peyorativa porque se identifica con la definición que los chinos daban a los países imperialistas –occidentales y oriental- que asolaron su territorio en los siglos XIX y XX. China, debido a su extensión y población, se autodefine como un “País Grande”, cuya voz merece ser escuchada en el concierto de las naciones.32 31

Las opiniones de los expertos provienen de entrevistas con el autor.

Jorge Malena es autor de “China. La construcción de un ‘País Grande’” ( 2010), basada en documentos oficiales y académicos chinos, e indispensable para comprender la visión china de la escena internacional y su posición y perspectivas en la misma. 32

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Por otra parte, China tiene muy en cuenta que con Estados Unidos tiene fuertes intereses compartidos: tienen economías complementarias e interdependientes en comercio, inversiones y finanzas. Cada uno necesita el mercado del otro y, como se ha convertido en el principal tenedor de bonos del Tesoro de EE.UU. China está interesada en la estabilidad y solvencia del país americano. La complementariedad de intereses se refleja en la institución del denominado G2, las periódicas reuniones cumbre Sinoestadounidenses en las cuales los socios tratan, incluso, la situación latinoamericana. En el mismo sentido, Sergio Cesarín considera que, en sus relaciones con América Latina, China tiene en cuenta las aprehensiones que ha despertado en Estados Unidos la creciente presencia económica china en la región y de la cooperación política, científico-tecnológica y militar. En Estados Unidos, por otra pare, diversas agencias gubernamentales estadounidenses consideran la intensidad adquirida por las relaciones sino-latinoamericanas, como disfuncional a sus intereses en la región, Por ese motivo, China, no aspira a interferir o afectar intereses estratégicos estadounidenses en la región, sino mostrarse como un actor proveedor de “estabilidad regional”, para lo cual mantiene una política de “distancia calculada” frente a gobiernos considerados de “izquierda” en ALC. (Cesarín, 2010) Para el embajador Miguel Velloso, ex Cónsul argentino en Shanghai, si los Estados Unidos hubieran vetado el avance chino en la región, China lo hubiera tomado en cuenta porque su prioridad estratégica es no confrontar con la todavía primera potencia. Los chinos, sostiene Velloso, tienen claro que el tiempo está a favor de ellos y prefieren una relación desideologizada basada en los negocios. El interés estratégico más explícito de China en la región es convencer a los países que todavía reconocen a Taiwán como representante del país, a que cambien en reconocimiento desde Taiwán a la RPCh. Para eso, sigue el mismo viejo método que Taiwán: la diplomacia de la billetera, consistente en ofrecer ayuda e inversiones a los candidatos al cambio. Como parte de su política de vinculación con América Latina, China también ocupa puestos en el armado institucional latinoamericano: se incorporó como observador a la OEA y de la ALADI y, aprovechando una vacante dejada por Yugoslavia (en el momento de su disolución), al Banco Interamericano de Desarrollo, donde realizó un importante aporte de capital. Sin embargo, aclara Malena, la postura internacional china está cambiando a medida que el país gana confianza en si mismo y reconocimiento internacional y comienza a plantear más firmemente sus intereses en la arena mundial. Esta tendencia se verificó dramáticamente en 2014, cuando la armada china incursionó unilateralmente en aguas del Mar de China, en zonas cuya soberanía reclaman otros países como Vietnam y Filipinas, con el propósito de instalar y defender plataformas petroleras, lo cual dio lugar a choques navales y reclamaciones diplomáticas por los países afectados. En esa zona marítima existen reservas de petróleo y gas y es un paso considerado estratégico por China para su comercio y su flota naval. No puede olvidarse, además, que Estados Unidos y China mantienen, además de sus controversias estratégicas, un diálogo permanente institucionalizado en cumbres presidenciales bilaterales periódicas, en las cuales discuten sus intereses, muchos de ellos compartidos y que ha recibido la -no tan- irónica denominación de “G-2”.

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Precisamente, en la cumbre de la APEC de noviembre de 2014, el presidente Xi Jinping reafirmó el interés de su país de trabajar con los Estados Unidos bajo los principios de “no-conflicto, no-confrontación, respeto mutuo, cooperación y prosperidad común”33 Esto refuerza la opinión de que las eventuales estrategias de apoyarse en China para confrontar con Estados Unidos, basadas en una hipótesis de confrontación radical entre ambas potencias, pueden tener un alcance limitado y decepcionante. IV. LA RELACIÓN ARGENTINA-CHINA: NUEVA VERSIÓN DE UN VIEJO ESQUEMA. Argentina mantiene con China una excelente relación diplomática basada en un vínculo económico que reproduce el esquema de relación de los países subdesarrollados con el centro mundial: venta de recursos naturales y poco más, y compra de productos industriales con recepción de préstamos e inversiones que consolidan la asimetría comercial. Como sucede con otros países latinoamericanos, esa asimetría se basa en las diferencias de estrategias productivas basadas en políticas oficiales y sólo puede cambiar a partir de las estrategias propias. China, sus intereses y su oferta exportadora y de financiamiento es un dato del escenario global contemporáneo que el resto del mundo debe tomar en cuenta para formular sus propias estrategias. 1. Las muy buenas relaciones diplomáticas. Las relaciones diplomáticas entre países tienen una importancia decisiva para las relaciones económicas, especialmente cuando se entablan con países de gobiernos centralizados como China. Las relaciones diplomáticas entre China Latinoamérica se remontan al siglo XIX, cuando varios países de la región, que contaban con una importante inmigración china y también intercambios comerciales, establecieron vínculos formales con el Imperio. El primero fue Perú que firmó un tratado de Amistad, Comercio y Navegación chino peruano en 1874. Brasil estableció el vínculo en 1883, México en 1989 y Chile y Bolivia en 1915. Los gobiernos argentinos mantuvieron numerosos intercambios y conversaciones con las autoridades imperiales y más tarde con las republicanas, pero sin llegar a acordar un intercambio de embajadores. Esto se debió a que los dos países no tenían intercambios comerciales significativos, a que en Argentina no existía una comunidad china relevante y, ya en el siglo XX, a la inestabilidad política y los cambios de gobierno en ambos territorios. Otro factor decisivo en este período fue la relación argentino-japonesa. Las relaciones diplomáticas entre los dos países comenzaron en 1904 en plena guerra ruso-japonesa, cuando Argentina aceptó vender a Japón dos naves de guerra que había encargado a astilleros italianos y que el país asiático utilizó en su guerra con Rusia. En ese período, los gobiernos argentinos privilegiaron sus relaciones con el Imperio del Sol Naciente. No obstante, en ese período, en 1935, el gobierno del general Chiang Kai-shek, que había sido ya reconocido por varios gobiernos latinoamericanos, propuso la firma de un Tratado de Comercio y Amistad entre ambos países, el cual debía ser el prólogo de un intercambio de embajadores. Felipe Frydman, “China y EEUU: intereses comunes”. La Vanguardia, órgano del Partido Socialista de Argentina. Diciembre de 2014. 33

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El ministerio de Agricultura del gobierno de Agustín P. Justo estaba de acuerdo con la iniciativa porque veía la posibilidad de abrir un nuevo mercado y contrapesar las tendencias proteccionistas que imperaban en los clientes tradicionales de la Argentina como consecuencia de la crisis mundial (Oviedo, 2010). Pero la Cancillería argentina decidió no avanzar, privilegiando la preservación de la relación con Japón. La situación cambió en 1944 con la ruptura de relaciones diplomáticas de Argentina con Alemania y Japón. Un año después, Argentina designó a José Arce como su primer embajador en China. El nuevo embajador promovió un tratado comercial y realizó reiterados esfuerzos para que la Argentina promoviera sus exportaciones a China y, en particular, para que la flota mercante nacional estableciera una ruta hacia ese país o que se concediera la ruta a una compañía británica que estaba interesada en explotarla. Pero sus esfuerzos fracasaron porque la marina no disponía barcos ni aceptó otorgar una concesión porque la totalidad de la oferta exportable local estaba ya comprometida con los clientes tradicionales. Finalmente, en 1947 se firmó un Tratado de Amistad, como primer paso hacia un tratado de comercio, pero el mercado chino tendría que esperar muchas décadas más para recibir mercaderías argentinas. La revolución de 1949 interrumpió las negociaciones. Tras la instauración del gobierno del Partido Comunista, el gobierno argentino retiró su representación a Taiwán y el tratado sería ratificado recién en 1963, pero en Taipei, capital provisional de la República de China gobernada por el Partido Nacionalista de Chiang Kai-shek. No obstante, el gobierno argentino mantuvo relaciones con el nuevo gobierno del continente, interesado en la demanda china de cereales y otros productos agropecuarios. El primer intercambio de embajadores tuvo lugar recién en 1957, pero las relaciones con el país que en ese momento estaba aliado con la Unión Soviética y promovía la revolución en el exterior, se enmarcaron en buena medida en el contexto de la Guerra Fría y se mantuvieron distantes. La situación cambió en los años setenta. En primer lugar, el acercamiento entre Estados Unidos y China, promovido por el Secretario de Estado Henry Kissinger, que culminó en el viaje del presidente Richard Nixon a Pekín en 1972, rompió la división estratégica trazada en la Segunda Posguerra. “La Detente de inicios de los años setenta, considera Eduardo Oviedo, en su historia de las relaciones diplomáticas entre Argentina y China, generó condiciones ambientales para facilitar el cambio de la orientación política y reconocer al Gobierno Popular Central de la RPCH; adaptando la política exterior a la realidad existente de un proceso revolucionario consolidado en la parte continental” (Oviedo, 2010; 31) En este nuevo contexto, en 1972, en el último tramo del gobierno militar de Agustín Lanusse, la Cancillería argentina cambió su orientación y las relaciones con la RPCH se normalizaron. En el tratado de normalización de relaciones, la diplomacia argentina adscribió al principio de integridad territorial por el cual se considera a Taiwán como parte del territorio chino, y al gobierno de la RPCh como el único gobierno legal de China. Como parte de la nueva fase de la relación, Argentina apoyó la incorporación de la RPCh a las Naciones Unidas. China, por su parte, reconoció la soberanía argentina sobre las 200 millas náuticas y, en virtud del principio de integridad territorial, el reconocimiento de la soberanía sobre las Islas Malvinas.

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A pesar del realineamiento diplomático, la Argentina no rompió relaciones con la República de China de Taiwán y mantuvo relaciones diplomáticas y comerciales. El gobierno argentino permitió crear una Oficina Comercial de Taiwán en el país y, en 1992, abrió una Oficina Comercial y Cultural en Taipei. En 1973, con el retorno de la democracia, el gobierno de Héctor Cámpora, adoptó una política exterior orientada por el principio de no alineamiento a los grandes bloques dominantes EE.UU.-URSS, siguiendo los pasos de la denominada “Tercera Posición” desarrollada por Perón en el contexto de la Guerra Fría y expuesta por el entonces Presidente en 1952. La izquierda peronista, representada en el gobierno de Cámpora, y otros sectores de la izquierda local, así como de otros países de la región, apoyaban la reanudación de relaciones con China Popular. A partir de la normalización se aceleraron las negociaciones comerciales entre los dos países y, en diciembre de 1974 llegó a Pekín la primera misión comercial argentina a la RPCh La Argentina tenía interés en promover sus exportaciones de cereales a la República Popular y ampliar la oferta hacia otros productos, sin embargo el comercio no se incrementó y las relaciones diplomáticas entraron en un impasse. La paradoja(?) dictaduras-gobiernos comunistas Las relaciones se revitalizaron a partir del golpe militar de 1976 que dio inicio al denominado “Proceso de Reorganización Nacional”. A pesar de su posición anti comunista, la Junta Militar retomó y promovió la relación con China Popular, que también tenía interés en consolidar su relación con un país influyente en la región y que la había reconocido diplomáticamente. Este vínculo particular no se limita al que involucra a China: la dictadura argentina mantuvo también buenas relaciones con la Unión Soviética, a la cual abasteció de cereales en el contexto de un embargo dictaminado por Estados Unidos en 1979 como respuesta a la invasión soviética a Afganistán. Por su parte, el gobierno chino tuvo también buenas relaciones con la dictadura chilena de Augusto Pinochet. Como consecuencia del entendimiento argentino-chino, en 1977 ambos países firmaron un Convenio Comercial y avanzaron en las negociaciones sobre trasporte marítimo y registro de marcas comerciales. Ese mismo año tuvo lugar, además, un hecho comercial que se convertirá en un antecedente de lo que sería la relación en el futuro: ese año, por primera vez, Argentina exportó a China 15.000 toneladas de aceite de soja. La voluntad de acercamiento mutuo, las relaciones con China se enfrentaban al dilema de las “relaciones especiales” que la dictadura mantenía con la Unión Soviética. (Escudé y Cisneros, 2000). En ese momento China mantenía todavía un fuerte enfrentamiento con la Unión Soviética a la que calificaba de “social imperialista”. Pero en 1980 la dictadura argentina condenó la invasión a Afganistán y, en junio de ese año Jorge Rafael Videla realizó el primer viaje de Estado de un mandatario argentino a la República Popular China. En esa ocasión se reunió con Deng Xiao Ping quien, dos años antes, había lanzado la política de las cuatro modernizaciones de China. Durante la visita los gobiernos firmaron convenios de cooperación económica, científico técnica, creditito y cultural. China, por su parte, apoyó a la Argentina en la Guerra de Malvinas y, en se abstuvo una votación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la que se aprobó una moción de Gran Bretaña sobre el retiro de las tropas argentinas de las islas.

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Las relaciones con la vuelta de la democracia El gobierno de la restauración democrática de Raúl Alfonsín profundizó la relación política con la RPCH. El nuevo gobierno asumió en un contexto de graves problemas económicos internos y de conflicto político con las potencias occidentales. En una primera etapa, el gobierno emprendió una política que priorizó las relaciones con los países de América Latina y que, en algunos puntos, se enfrentaba a la de Estados Unidos, como sucedió en el conflicto de Nicaragua, en el intento de formar un club de deudores regionales y en la participación en el Movimiento de Países No Alineados. Como parte de una política de diversificación de las relaciones exteriores, el nuevo Gobierno argentino promovió la relación bilateral con China. Como resultado de esa orientación en ese período se produjo el primer intercambio de autoridades de alto nivel entre ambos países: en noviembre de 1985 el Primer Ministro Zhao Zi Yang visitó la Argentina y en mayo de 1988 el presidente Alfonsín visitó China. Ambos gobiernos acordaron varios programas de cooperación como el de Usos Pacíficos de la Energía Nuclear. China había firmado un acuerdo similar con Brasil el año anterior, política que generó inquietud en Estados Unidos, porque ninguno de los dos países latinoamericanos había firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear. En ese momento, Estados Unidos acusó a China de exportar tecnología nuclear a Argentina y Brasil así como a otros tres países que tampoco lo habían firmado, como Irán, Pakistán y Sudáfrica. El acuerdo nuclear incluyó, como todos los demás firmados con China, el principio de no intervención en los asuntos internos. Siguiendo esa, línea tanto el gobierno de Raúl Alfonsín como el de su sucesor Carlos Menem, no se pronunciaron sobre la represión del gobierno Chino en la Plaza Tiananmen de Beijín y en otros territorios del país, sobre la represión en el Tíbet y sobre el tema de los derechos humanos en general. Argentina y China tienen una visión diferente sobre el tema de los derechos humaos ya que mientras Argentina le atribuye una validez universal, para China deben considerarse según las condiciones culturales, históricas y políticas de cada país. A pesar de esa divergencia, Argentina adopta un enfoque pragmático para resguardar la relación bilateral ya que China considera cualquier reclamo sobe el tema como una ingerencia intolerable en sus asuntos internos. La posición argentina está sostenida, por otra parte, porque también es compartida por el resto de los países latinoamericanos y porque Estados Unidos - así como la mayoría de los países europeos y del resto del mundo- , por razones también pragmáticas, ha retrocedido en su reclamo sobre los derechos humanos en China. (Cesarín, 2010) No obstante, la posición del gobierno radical de promover el juzgamiento de los militares que habían encabezado la dictadura del Proceso y la defensa de los derechos humanos en general, repercutió en el tratamiento que la prensa oficial china hizo de ese gobierno. Raúl Alfonsín es uno de los presidentes argentinos que menos aparece en las páginas oficiales chinas y la prensa china no informó sobre su fallecimiento el 30 de marzo de 2009 (Oviedo, 2010) El tema Malvinas-Hong Kong La cuestión de la soberanía de las Islas Malvinas ocupa un lugar importante en la relación entre Argentina y China.

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Desde el comienzo de la misma, China apoyó las posiciones argentinas en Naciones Unidas o se abstuvo de apoyar reclamos de los británicos y sus aliados en el Consejo de Seguridad de ese organismo. La posición china en la materia se explica es parte por la cuestión de Hong Kong. Ese territorio peninsular del sur de China fue ocupado por los británicos en 1841 durante la primera Guerra del Opio y “legalizado” por el tratado de Nanking impuesto al Imperio chino en 1842. En 1898 fue cedido por 99 años por un nuevo tratado firmado por en Pekín. A partir de 1949, con el triunfo del Partido Comunista en la China continental y la creación del estado nacionalista en Taiwán, Hong Kong adquirió una importancia estratégica fundamental para Gran Bretaña y Estados Unidos, y fue beneficiado por una política de apoyo económico y militar y por tolerancia a las prácticas económicas heterodoxas que utilizó el enclave para desarrollar sus industrias. Hong Kong tuvo un rápido desarrollo económico y llegó a convertirse en uno de los más importantes centros financieros y de comercio exterior de Asia, con un elevado ingreso per cápita. Durante décadas el futuro político de la isla y la suerte que correría al vencimiento del tratado de Pekín, en 1997, fue objeto de incertidumbre y tensiones. El escenario cambió en 1984, cuando China y Gran Bretaña firmaron el tratado de retrocesión de soberanía en el término estipulado en 1898, por el cual Hong Kong se convirtió en una Región Administrativa Especial de China. La reapertura de la cuestión de Hong Kong hizo que sectores de la prensa y el mundo académico argentinos la tomaran como punto de referencia para abordar el tema de la soberanía de Malvinas. Cuando las fuerzas británicas recuperaron Malvinas, Margaret Thatcher intentó dilatar las negociaciones por la retrocesión, pero Deng Xiao Ping le interpuso que “China no es Argentina ni Hong Kong son las Falkland” (Oviedo, 2010; 395) Taiwán, por el contrario, se alineó con la posición británica desde que Argentina reconoció a la RPCh e interrumpió sus relaciones diplomáticas con la China continental. Las relaciones bajo el gobierno de Carlos Menem El gobierno de Carlos Menem asumió un mes después de la represión de la Plaza Tiananmen en el contexto de una discusión internacional sobre la actitud que los gobiernos debían tomar ante China. Estados Unidos y Europa, si bien nominalmente seguían el principio westfaliano de no intervención en los asuntos internos34, adoptaron una posición crítica hacia el gobierno chino, sea por el propósito de aprovechar una oportunidad de presión en las negociaciones políticas y económicas o por la presión de los movimientos de derechos humanos. El nuevo gobierno argentino se orientó rápidamente hacia un alineamiento con los Estados Unidos, siguiendo el principio del “Realismo Periférico” según el cual la mejor opción para un país sin peso estratégico es asimilarse a la política de la potencia dominante. El término se refiere a la Paz de Westfalia de 1648, lograda en sendos tratados de paz firmados en la región alemana, en los cuales las potencias europeas dieron fin a la Guerra de los Treinta Años de Alemania y a la Guerra de los Ochenta Años entre España y los Países Bajos e instauraron el principio de soberanía nacional que rige desde entonces en las relaciones internacionales. 34

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Sin embargo, en la relación con China, el gobierno de Carlos Menem mantuvo una posición independiente sin sumarse a las condenas estadounidenses y europeas a la violación de los derechos humanos en el país asiático. La significación de esta política se comprueba en el nivel de los acuerdos firmados y de las visitas que intercambiaron Argentina y China en ese momento. En 1989, el Senado, dominado por el menemismo, aprobó el Acuerdo para la Cooperación en los Usos Pacíficos de la Energía Nuclear y en noviembre de ese año el senador Eduardo Menem visitó China en su carácter de miembro del Partido Justicialista , y fue recibido por el presidente Yang Shang Kun, el vicepresidente y otras altas autoridades de China. Poco después, en mayo de 1990, el presidente chino visitó la Argentina siendo la primera vez que un presidente chino visitaba América Latina. En esa ocasión ambos gobiernos firmaron un programa de intercambio cultural. La visita de Yang era significativa porque formó parte de una ofensiva diplomática de China para avanzar en su relacionamiento con Latinoamérica y contrarrestar la denominada “diplomacia del dólar” por la cual Taiwán otorgaba –y otorga- ayuda económica a cambio de retener el reconocimiento diplomático, como sucedía con países como Nicaragua y Paraguay. A fin de 1990, el presidente argentino Carlos Menem visitó China. En esa ocasión los países firmaron un Convenio para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones y un Acuerdo para aplicar los principios y objetivos del Convenio de Cooperación económica firmado en 1980. En los noventa, las políticas exteriores de Argentina y China tuvieron posiciones diferentes o divergentes, como sucedió en la cuestión de los derechos humanos en Cuba o los conflictos en el Golfo Pérsico y Kosovo. En 1991, como parte de su política de alineamiento con Estados Unidos, la Argentina se retiró del Movimiento de No Alineados, al mismo tiempo que China se incorporaba como observador. Aún así, en 1995 el presidente Menem realizó una segunda visita a China y, en se contexto, el gobierno Argentino anunció que apoyaría el ingreso de China a la OMC y se acordó la apertura de un Consulado General en Shanghai. La negociación bilateral para respaldar el ingreso de China a la OMC culminó en enero de 2000 durante el gobierno de Fernando de la Rúa, dos meses después del acuerdo entre China y Estados Unidos por el cual este último aceptó la incorporación china al organismo. Casi al mismo tiempo, Brasil y Uruguay acordaron con China aceptar su ingreso a la OMC. Paraguay no lo hizo por reconocer al gobierno de Taiwán. Paralelamente, Taiwán se incorporó a la OMC en carácter de unión aduanera. El acuerdo firmado por los socios del MERCOSUR establece concesiones aduaneras mutuas en el comercio de bienes, mientras que los firmados por China con EE.UU. y la Unión Europea incluyen una amplia gama de servicios que son objeto de comercio exterior. La negociación con Argentina incorporó también un acuerdo sobre condiciones sanitarias para el acceso de productos locales al mercado chino, incluyendo carnes, en las cuales el país tenía el estatus de libre de aftosa con vacunación, y frutas. Los beneficios logrados para el ingreso de carnes se frustraron en 2000, cuando un rebrote de la aftosa en los rodeos locales derivó en una prohibición china al ingreso de carnes, lanas sucias y cueros. En el caso de la fruta, siguió existiendo una restricción para productos importantes en la oferta exportadora, como manzanas, peras y cítricos, porque China exige que los

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productos tengan un riesgo cero de Mosca del Mediterráneo, condición que la Argentina no cumple. En esos años la Argentina perdió su superávit comercial con China y pasó a tener un déficit, lo cual no se explica sólo por el carácter de la relación comercial bilateral sino por el contexto más general de la política económica local de apertura aduanera y atraso cambiario que provocó un fuerte desequilibrio comercial general para el país. Documentación y visas Uno de los problemas recurrentes en la relación entre Argentina y la República Popular China y Taiwán es la inmigración y el visado. En numerosas oportunidades las autoridades argentinas detectaron operaciones de falsificación de visas y otro tipo de irregularidades para facilitar la inmigración ilegal de ciudadanos taiwaneses, tanto para residir en el país como para utilizarlo como puente hacia una posterior inmigración hacia Estados Unidos. En estas intervinieron tanto intermediarios de origen chino como agentes locales y, según difundidas sospechas, miembros de los sistemas diplomático, parlamentario y administrativo argentinos. Esta situación derivó en que sucesivos gobiernos locales incrementaron los requisitos para el otorgamiento de visas a ciudadanos chinos tanto de Taiwán como de la RPCh. Relaciones durante el período Kirchner Desde el inicio del gobierno de Néstor Kirchner las relaciones con China se estrecharon, en términos diplomáticos y económicos. De hecho, en este período se registra un importante incremento de las inversiones chinas en el país, en algunos casos en asociación con empresarios locales, así como elevadas compras estatales de material ferroviario chino bajo la forma de compra directa, es decir sin licitación internacional. Un hito destacado en este período es que, en junio de 2004 el presidente Néstor Kirchner visitó China y, como parte de las negociaciones con su par Hu Jintao, prometió evaluar la posibilidad de reconocer al país asiático como economía de mercado, lo que sucedería meses después, durante la visita del presidente chino a la Argentina. En la oportunidad se avanzó en la apertura del mercado chino a los cítricos locales y se firmaron varios acuerdos de cooperación económica, tecnológica y cultural. Dos meses después el gobierno argentino tomó una medida migratoria que favoreció miles de chinos residentes en el país: se trató de la regularización de ciudadanos provenientes de países extra-MERCORUR que hasta ese momento residían en forma irregular en el país y que, en su mayoría, eran de origen chino. Como contrapartida, China apoyó al gobierno argentino en sus negociaciones con el FMI y los organismos multilaterales pero no aportó financiamiento comprando títulos de la deuda argentina como gestionaba el gobierno local. La visita de Hu Jintao y la ausencia del MERCOSUR La actitud de los gobiernos de Argentina y Brasil en la negociación con China es un claro ejemplo de la falta de estrategia regional (y, en el caso de Argentina, nacional) ante el gigante asiático. En noviembre de 2004, el presiente chino Hu Jintao visitó América del Sur, incluida la Argentina. En esa ocasión la diplomacia argentina negoció con Paraguay para que reconociera al gobierno de la RPCh como el representante de China ante Naciones Unidas, lo cual era indispensable para que el país asiático reconociera al MERCOSUR como parte negociadora. 58

En esas condiciones, los países miembros tendrían mayor capacidad de negociación con China, especialmente en momentos en que se planteaba el reconocimiento de ese país como economía de mercado. Sin embargo, no sólo Paraguay no modificó su posición, sino que tampoco Argentina y Brasil acordaron una posición conjunta, de resulta de lo cual, cada uno reconoció a China como economía de mercado en el mismo momento pero en forma separada. Como se explicó más arriba, el reconocimiento de economía de mercado implicó reducir el margen disponible para imponer medidas antidumping a las importaciones provenientes de China, perspectiva que ocasionó una inmediata preocupación en sectores industriales. En ocasión de la visita, se firmó el “Memorando de Entendimiento entre la República Argentina y la República Popular China sobre Cooperación en Materia de Comercio e Inversiones” (17). En este documento, ambas partes manifiestan su voluntad de cooperar activamente en los siguientes sectores: infraestructura, incluido el transporte de pasajeros, vivienda, energía, agricultura, industrias básicas, telecomunicaciones, minería y otros sectores de interés mutuo. El Gobierno de la R. P. China especifica que estimulará a las instituciones financieras chinas a otorgar apoyo crediticio y facilidades de financiamiento a las empresas de ese origen con proyectos de factibilidad aprobada para su ejecución en la República Argentina. El documento se refiere también a cuestiones como las transferencias tecnológicas y de conocimiento, y el trabajo conjunto en regulación sanitaria. También incluyó una cláusula por la cual Argentina estaría en condiciones de recurrir al antidumping en varios productos industriales por un período de cuatro años sin que China reclamara por esas restricciones ante la OMC. (Oviedo, 2010) Por otra parte, mediante el Memorando, China eliminó obstáculos a las importaciones de soja y aceite de origen argentino, que habían sido objeto de restricciones en años anteriores, previsiblemente como represalia por medidas antidumping tomadas por Argentina. En el marco del Memorando se establecieron acuerdos de “cooperación” en el área de ferrocarriles, la cual consiste básicamente, en que Argentina importaría una considerable cantidad de locomotoras y vagones de China, lo cual contribuiría a mejorar tramos del servicio local pero a costa de postergar o fulminar definitivamente, la recuperación de la industria ferroviaria local. El Memorando establece la condición de “asociación estratégica” entre China y Argentina. Esta fórmula es utilizada por el gobierno chino en sus relaciones con países sub desarrollados con el propósito de rebatir la imagen de competidor impiadoso y promover la imagen de una relación “Sur –Sur”. Sin embargo, pero tiene poco sentido práctico para estos países porque no está asociada a concesiones derivadas del nivel del desarrollo de los socios. China formula el mismo tipo de asociación con superpotencias como Estados Unidos y la Unión Europea, con sus socios asiáticos de la ASEAN y con emergentes como Brasil y otros países de desarrollo intermedio o “emergentes”. Argentina y China avanzaron también en las relaciones militares y en 2007 firmaron un acuerdo de cooperación militar (Memorando de Entendimiento sobre Intercambio y Cooperación). Según lo declarado por ambos gobiernos, el convenio tiene el objetivo oficial de profundizar en el área de defensa, la "alianza estratégica" concertada en 2004, coincidieron en señalar autoridades diplomáticas de ambas naciones. El documento prevé contactos y visitas de personal de todas las áreas de Defensa, e intercambios en equipamiento y logística militar.

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Finalmente, en octubre de 2006 se firmó el Acuerdo de Requerimientos Fitosanitarios para la Exportación de Tabaco, lo cual abrió el mercado del país asiático, gran consumidor de cigarrillos, para la explotación local El “misterio” de los 20.000 millones En las semanas previas a la visita del presidente Hu Jintao, fuentes oficialistas lanzaron la especie de que China invertiría en el país 20.000 millones de dólares en los años siguientes, que se emplearían en obras energéticas, infraestructura, ferrocarriles y otros rubros. El entonces canciller Rafael Bielsa confirmó públicamente los proyectos de inversión aunque sin precisar montos.35. Otras versiones indicaban que con el dinero chino se pagaría la deuda al FMI, lo cual sucedió en los primeros días de 2006, pero con fondos de las reservas del BCRA. Ni bien arribó Hu Jintao, el diario oficialista Página/12 publicó que “El presidente de China, Hu Jintao, llegó finalmente ayer a la Argentina y tras su paso por la Casa Rosada se despejaron todas las incógnitas que en las últimas semanas se habían planteado en torno de su visita: los chinos manifestaron su voluntad de invertir casi 20 mil millones de dólares en el país durante los próximos diez años”36 Meses después, el embajador chino en Argentina, Zeng Gang, afirmó que “la inversión china de 20.000 millones de dólares fue una fantasía” y una trampa que hicieron a los gobiernos un grupo de inversores chinos de Angola y Portugal.37 Según otras fuentes, la oferta habría sido formulada por inversores portugueses y angoleños, con dinero proveniente del Macao, la ex colonia portuguesa famosa por ser un enorme centro de juego y presumiblemente de lavado de dinero asiático. Poco antes de la oferta al gobierno argentino, un caso similar tuvo lugar en Venezuela. Allí, un empresario camboyano de origen chino ofreció al gobierno caribeño realizar una inversión de unos 30.000 millones de dólares y, como en el caso argentino, operación que contaba con la participación de un banco portugués y que no se concretó porque el empresario habría caído bajo la lupa de la justicia china.38 20.000 millones, ¿número cabalístico? El episodio argentino de la ilusoria ayuda china no fue el único. Las promesas de inversión de 20.000 millones aparecen en varios anuncios en diversos puntos del mundo. Además de la irrupción de la cifra en Argentina en 2004, en 2008 en un seminario en Berlín, funcionarios chinos ofrecieron a Europa, un plan de inversión por 20.000 millones de euros; en 2010, los gobiernos de China y Venezuela anunciaron la constitución de un fondo de inversión por 20.000 millones de dólares; a comienzos de 2012 circularon informaciones según las cuales la petrolera china CNOOC invertiría 20.000 millones de dólares en el yacimiento Vaca Muerta de YPF y, el mismo año, sobre una inversión por la misma suma, de petroleras chinas en Irán. En los años recientes, las relaciones diplomáticas siguieron fortaleciéndose al compás de un creciente vínculo económico entre ambos países. En 2009 los gobiernos firmaron un Protocolo para la creación de un Centro binacional para el desarrollo de la Ciencia y Tecnología en el área de alimentos, biotecnología, La Nación, 7-11-2004 Página/12.17-11-2004 37 Ámbito Financiero, 8-8-2008 38 Esta información proviene de fuentes diplomáticas argentinas que estuvieron involucradas en la investigación de la oferta china a Venezuela. 35 36

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nanotecnología, energía y otros rubros. Se trata de un instrumento destinado a promover el desarrollo de tecnologías en áreas en las cuales Argentina tiene capacidades y posibilidades de incrementar sus ventas e inversiones en China, mientras este país tiene, además de sus propios conocimientos, necesidad de avanzar en tecnología alimentaria para hacer frente a la ecuación de creciente demanda de alimentos/reducción de la población campesina. En 2010 se firmó un Memorando de Entendimiento para la promoción de inversiones chinas en Argentina, presentado en el año estipula que los sectores de interés para recibir inversiones en energía eólica, biocombustibles, minería, procesamiento de alimentos, infraestructura y transporte, industria forestal, productos farmacéuticos y veterinarios, maquinaria agrícola y energía. Estos dos últimos acuerdos son instrumentos que amplían las posibilidades de las manufacturas y tecnologías de alimentación, rubros en los que la Argentina tiene una competitividad ya probada, en el mercado de China. Por lo demás, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, a pesar de su discurso sobre los derechos humanos, mantuvieron la posición histórica de los gobiernos argentinos de no mencionar ese tema en relación a la situación china, priorizando el resguardo de las buenas relaciones económicas. Y esas relaciones económicas son buenas solo si se admite que el país esté inserto en un esquema de intercambio asimétrico más profundo que el que surge del comercio externo total, y dependiente de la evolución de los precios de la soja. El papel de los acuerdos comerciales El intercambio comercial de Argentina con China fue promocionado por una sucesión de acuerdos comerciales. Contabilizando el período de incremento de las relaciones bilaterales: - En marzo de 2000, se firmó un acuerdo bilateral por el cual China admitió la importación de bienes considerados organismos genéticamente modificados (OGM) que incluye la soja transgénica que conforman el 95% de la producción sojera del país. Hasta ese momento China subordinaba la importación a la aprobación puntual del producto a importar a la realización de análisis de las cargas de los buques que arriban a sus puertos. - En agosto de 2011, la provincia de Río Negro firmó un acuerdo con China para concesionar la explotación de 330.000 hectáreas de terreno por 20 años, para el cultivo de soja que se exportaría al país asiático. China se comprometió, por su parte, a realizar una inversión de 31.500 millones de dólares. El proyecto generó inmediatas resistencias de sectores políticos y de organizaciones de la sociedad civil que advertían sobre un posible abuso ecológico y fue anulado. - En febrero 2012 se firmó el Protocolo Fitosanitario entre Argentina y China que el acceso de productos de las economías regionales de nuestro país al mercado chino. La consejería comercial de la embajada China en Argentina subraya que Argentina es uno de los países de América Latina que firmó más acuerdos sanitarios con China. 39 - En enero de 2013 se realizó el primer embarque de maíz a China. Como consecuencia de ese acuerdo, en 2012 China aumentó en 386% sus importaciones de maíz. En junio de 2013, en el contexto del Primer Foro de Ministros de Agricultura entre China y América Latina, realizado en China, se firmó un acuerdo sellado por los ministros de agricultura de Argentina y China por el cual esta amplía la importación de soja y maíz transgénicos. 39

Entrevista del autor al Consejero Comercial de la Embajada de China en Argentina.

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La relación económica contiene también cooperación en áreas tecnológicas en las cuales la Argentina tiene capacidades acumuladas. - En septiembre de 2008, los ministerios de Ciencia y Tecnología de Argentina y China firmaron un Protocolo para la creación de un centro binacional en el área de ciencia y tecnología de alimentos. - En junio de 2012, el ministro de Ciencia y Tecnología de China visitó el país e inició tratativas para realizar un acuerdo sobre biotecnología, mientras misiones del Conicet y del Ministerio de Ciencia y Tecnología argentino han comenzado a visitar con frecuencia el país asiático para participar en actividades científicas y avanzar en convenios en rubros como maquinaria agrícola, medicina, biotecnología y carne. Un ejemplo de esta relación es el acuerdo de 2004 entre INVAP, empresa del Estado argentino dedicada al desarrollo tecnológico y el gobierno chino, para la producción de dos satélites. Según el mismo, China proveerá "asesoramiento técnico y componentes" para la fabricación de satélites argentinos y como "opción de pago", podría aceptar cobrar con acciones de la empresa argentina estatal ArSat. Por otra parte, China se comprometió a colaborar técnicamente en la fabricación de satélites argentinos, así como también a proveer las partes y componentes que le sean demandados una vez acordadas las condiciones de calidad y precio. China, además, ofreció el sistema integral de lanzamiento para la puesta en órbita de los satélites fabricados en Argentina. INVAP era conocida en China porque en 2003 vendió al país asiático un sistema para diversificar el uso de un reactor nuclear de investigación ubicado en la provincia de Sichuan. Argentina tiene cinco convenios sobre ciencia y tecnología con China centrados en procesamiento de carnes y de proteínas vegetales y seguridad alimentaria. El número y profundidad de los acuerdos tienen perspectivas de aumentar en el futuro dados el interés mutuo y la capacidad argentina en tecnología alimentaria. Xi Jinping en Argentina En los últimos años, el gobierno chino puso de manifiesto su interés en fortalecer las relaciones económicas con Argentina, en el contexto de una política similar con América Latina, como parte de su búsqueda de abastecimiento de materias primas y de mercados para sus productos. Un hito de esta política se produjo en julio de 2014, cuando, luego de su participación en las reuniones de los BIRCs y de la CELAC, en Brasil, el presidente chino Xi Jinping visitó la Argentina. En ese contexto, los gobiernos de China y Argentina firmaron un acuerdo de “Asociación Estratégica Integral” y firmaron el Convenio Marco de Cooperación en Materia Económica y de Inversiones y varios acuerdos específicos, que suman u$s 7.500 millones de dólares de financiamiento. Los principales acuerdos son: - Acuerdo para el otorgamiento, por parte de China, de una línea de financiamiento de u$s 4.800 millones destinado principalmente a financiar obras infraestructura. Un renglón especial corresponde al financiamiento de compra de locomotoras, vagones de carga, vías e incluso durmientes para el ferrocarril Belgrano Cargas y otras obras y equipos ferroviarios. China tiene un interés especial en mejorar el funcionamiento del Belgrano Cargas porque esa línea interviene en el transporte de soja y otros bienes que Argentina exporta a ese país.

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- Acuerdo de cooperación entre la empresa estatal YPF y el Banco de Desarrollo de China, para actividades de inversión y comercio, particularmente en la industria de hidrocarburos, en la cual las empresas chinas han realizado importantes inversiones. - Proyecto de riego en la provincia en la provincia de Entre Ríos y cooperación e inversiones en materia nuclear. - Memorando de Entendimiento en Materia de Cooperación Veterinaria y Sanitaria cuya finalidad principal es fortalecer la cooperación entre ambos países en el desarrollo de productos veterinarios destinados a combatir enfermedades animales de impacto pecuario, zoonótico y comercial de interés común.  - Protocolo de Requisitos Fitosanitarios para la Exportación de Manzanas y Peras. Luego de una larga negociación, dicho Protocolo permitirá el acceso de unos de los principales productos de las economías regionales de nuestro país al mercado chino, aumentando y diversificando las exportaciones argentinas de estos productos.  - Durante el encuentro presidencial, se anunció asimismo que se encuentran concluidas las negociaciones del Protocolo de Requisitos Sanitarios para la Exportación de Sorgo, que permitirá la apertura de un mercado en constante crecimiento: a partir del año 2013 China es el mayor importador mundial de este producto, alcanzando un millón de toneladas ese año.  En el marco del impulso de las relaciones bilaterales, en septiembre de 2014 Argentina y China firmaron un acuerdo para la construcción de una cuarta central nuclear de 88 megavatios, Atucha III, que se instalaría en la localidad bonaerense de Lima. China proporcionaría equipos y servicios y un financiamiento por u$s 3.800. Ese mismo mes, como consecuencia de los acuerdos firmados en el mes de julio, el senado aprobó un acuerdo para conceder a China la instalación de una estación espacial de exploración lunar en Neuquén por 50 años. El mismo concede a China exenciones impositivas y libertad para ingresar técnicos y trabajadores chinos, cuyo trabajo se regirá por la legislación china. Como sucede con otros acuerdos firmados por el gobierno argentino, el de la estación espacial tiene anexos reservados que no se dieron a conocer, por lo cual es imposible evaluar la magnitud de las concesiones realizadas por el gobierno y las consecuencias que tendrán en el futuro. Convenio asimétrico En los últimos días de 2014, la bancada oficialista del Senado aprobó un convenio marco de cooperación económica con China. Por el mismo, las inversiones chinas gozarán del proceso de adjudicación más ventajoso fijado por convenios con otos países. Por otra parte, el gobierno argentino podrá otorgar en forma directa, es decir sin licitación, obras a empresas chinas, cuando ofrezcan financiamiento, así como permitir el ingreso de trabajadores. El convenio admite, además, la posibilidad de que un futuro gobierno amplíe las concesiones a la parte China. En su artículo 4°, el convenio incluye explícitamente los sectores en los que China ya invierte o está interesada en invertir: energía, minerales, productos manufacturados, agricultura y sistemas de apoyo, tales como centros de investigación y desarrollo y parques industriales. Como contrapartida, las empresas argentinas en China, gozarán de los mismos beneficios, lo cual beneficiará a un reducido arco de empresas que ya operan o están en condiciones de hacerlo pero su efecto no será importante porque ni el Estado ni los agentes financieros locales están en condiciones de ofrecer financiamiento preferencial

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a potenciales inversores en el país asiático. Tampoco es previsible una migración de trabajadores locales al Asia. El convenio generó una amplia gama de críticas que incluyen representantes de la oposición política, empresarios e incluso sindicatos cercanos al gobierno, como el de la construcción debido a las ventajas que concede a las empresas chinas frente a las locales, para las cuales el acceso al financiamiento suele ser dificultoso. Un aspecto crucial es que el acuerdo reducirá la capacidad de las empresas locales de competir por su participación en obras públicas, diluyendo la posibilidad de utilizar las compras gubernamentales como instrumento de promoción de la industria y los servicios nacionales. 2. Las relaciones económicas “Norte-Sur”. China es un mercado en expansión, un territorio con compradores ávidos y con ingresos crecientes y por eso, es visualizado como una tierra de oportunidades. Corroborando ese sueño, Argentina aumentó sustancialmente sus ventas al país asiático, pero el resultado del comercio no es tranquilizante: en primer lugar porque Argentina tiene déficit comercial con el gran comprador y porque lo que vende está fuertemente concentrado en productos primarios y sus manufacturas. El comercio Argentino-Chino es el que tiene el perfil más primarizado del total del intercambio argentino. a. El contexto: el comercio argentino con el mundo El carácter del comercio argentino con China no es excepcional: es una expresión concentrada de la relación comercial con el resto del mundo. En el inicio de su desarrollo económico, en el siglo XIX, la Argentina se insertó en el mundo como proveedor de materias primas y productos elaborados a partir de ellas y como comprador de productos industriales. A partir del siglo XX la economía se industrializó parcialmente, pero el perfil del comercio no cambió radicalmente. En los años setenta la participación de las exportaciones industriales aumentó gracias al crecimiento de industrias implantadas en la década del sesenta, pero los productos primarios siguieron teniendo una importancia decisiva y, por lo tanto, la suerte de la economía siguió dependiendo del clima y de los precios de esos bienes en un mercado mundial que el país no controla. Por otra parte, la participación argentina en el comercio mundial está estancada en el 0,4% desde mediados de los años setenta. En la década del noventa apareció una nueva estrella en el firmamento exportador nacional: la soja y, con ella, sus derivados, el aceite, la harina y los pellets de soja. Estos últimos son fabricados con los restos de los porotos a los que se les extrajo el aceite y son utilizados como alimento animal. La soja y sus derivados ganaron preponderancia a partir del siglo XXI con el aumento de los precios en el mercado mundial. El Índice de Precios de Materias Primas exportadas por Argentina, elaborado por el Bancon Central argentino (BCRA) aumentó 170% entre enero de 2003 y el mismo mes de 2008. Luego cayó como consecuencia de la crisis mundial, volvió a recuperarse y en 2014, volvió a caer. Pero, en noviembre de 2014 se encontraba en niveles similares a los de mediados de 2007 y más del doble del nivel de 2003. Índice de Precios de las Materias Primas (IPMP) de los principales productos de exportación de Argentina (1/2000-11/2014)

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Fuente: BCRA Y mientras los precios del conjunto de bienes de exportación se duplicaban en la primera década del siglo, el pecio de la soja, principal producto de exportación, aumentaba un 150%. El salto exportador se debió también a la fuerte devaluación de 2002 y al mantenimiento de un tipo de cambio real elevado durante varios años: el índice del Tipo de Cambio Multilateral del BCRA se duplicó entre enero de 2002 y noviembre de 2014. Debido al aumento del volumen y de los precios, la canasta sojera siguió teniendo una participación decisiva en las exportaciones. Según la estadística de exportaciones según complejo exportador del INDEC, En 2013 las exportaciones del complejo sojero fueron el 24% del total y las del complejo cerealero el 12%. El mismo año el complejo automotriz representó el 14% de las ventas externas y el siderúrgico el 2%. Otro dato destacado de la canasta exportadora es que se mantiene (y en los años reciente se ha profundizado), la concentración de las ventas en un grupo reducido de productos: según los datos del INDEC, los primeros cinco productos del nomenclador arancelario abarcan casi la mitad de las exportaciones. El “tirón” de los precios primarios, ha determinado que, a pesar del incremento de la producción y de la exportación de algunos productos industriales –principalmente automotores- que tuvo lugar a partir de 2003, la composición de las exportaciones argentinas de la época del “modelo de crecimiento industrial”, no es muy diferente de la de los criticados años noventa del neoliberalismo. De hecho, como muestra la estadística del INDEC 2000 y 2013, las exportaciones de productos primarios y de manufacturas crecieron más que las de manufacturas de origen industrial. Efectivamente, contradiciendo el discurso gubernamental sobre la industrialización y la diversificación de las exportaciones, entre los años señalados las ventas de productos primarios y de Manufacturas de Origen Industrial crecieron más que las de Manufacturas de Origen Industrial. Y la participación de la industria manufacturera en las exportaciones no es mucho mayor que la que existía en 1995. Es de destacar que lo mismo sucede con la participación de la industria en el PBI, la cual, según la información del INDEC, lejos de crecer se redujo entre 2004 y 2014 y es similar a la de los años noventa. Aumento de las exportaciones por grandes rubros (%), 2000-2013.

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Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC Este desenvolvimiento está muy lejos del incremento en las exportaciones industriales que experimentaron los países en proceso de industrialización en el siglo XX, como ha sucedido en Japón, Corea del Sur, Taiwán y, en menor medida, de la propia Argentina en los años sesenta. Por otra parte, el balance positivo del comercio exterior de los últimos años se explica por el superávit de los rubros primarios y las manufacturas de origen industrial, mientras que la industria manufacturera tiene un fuerte déficit. Balance comercial total y de productos industriales del Primer Semestre de 2014. Total, MERCOSUR y China. Millones de dólares Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC. Balance comercial total +3,7 millones de dólares Balance comercial productos industriales -12,1 millones de dólares B.Com.Prod.Industriales con el - 0,3 millones de dólares MERCOSUR B.Com.Prod.Industirales con China - 4,3 millones de dólares b. El comercio asimétrico con China En la última década China se convirtió en uno de los principales mercados de Argentina: es el segundo destino de las exportaciones, aunque si se considera la Unión Europea en su conjunto, este es el primer destino de las ventas externas. Las exportaciones a China se incrementaron por el aumento de la demanda china y de los precios de los commodities exportados por Argentina. Participación de los socios comerciales en las exportaciones y el comercio exterior de Argentina, 2013. % sobre el total País-región Exportaciones Comercio Saldo comercial (expo+impo) MERCOSUR 25 29 Negativo Brasil 23 23 Negativo México 2 1 Negativo EE.UU. 6 8 Negativo

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Unión Europea 13 15 China 7 11 Japón 2 2 ASEAN * 7 5 Resto del mundo 38 29 Total 100 100 Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC

Negativo Negativo Negativo Positivo Positivo Positivo

Las exportaciones argentinas a China y al Asia en general, son mayoritariamente de productos primarios: en 2013, el 70% de las exportaciones a China fueron porotos de soja y el 80% de productos primarios y sus elaboraciones. En 2000 el 80% de las ventas estaban compuestas por porotos de soja pero poco después, como consecuencia de la reducción de la capacidad de la industria aceitera china, aumentó considerablemente la participación de aceite y la participación de los porotos se redujo a un 44%. Composición de las exportaciones a China, primer semestre 2014. Fuente: elaboración propia en base a datos INDEC

Fuente: elaboración propia en base a datos INDEC Participación de las ventas a China en el total de exportaciones por producto, 2012 Exportaciones a China, 2012 Participación en el total de las ventas a China (%) Porotos de soja 45% Aceites crudos de petróleo o de mineral 14% bituminoso Aceite de soja y sus fracciones 14% Aceites de petróleo o de mineral bituminoso 3% Tabaco en rama o sin elaborar 2% Cueros y pieles curtidos 2% Carnes y despojos comestibles de ave 1% Aceite de maní y sus fracciones 1% Lactosuero y componentes de la leche 1% Moluscos 1%

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5 primeros productos exportados a China 10 primeros productos exportados a China Fuente: INDEC

78% 83%

Además de soja y aceite, Argentina vende también, aunque en montos reducidos, productos como leche maternizada, tabaco, suero lácteo, aceite de maní, carne de pollo (garras y alitas), cebada, lana, vino en botella, calamares, algodón, aceites de girasol, crustáceos, aceite esencial de limón, jugo de uva y mosto, maderas en bruto y alimentos para mascotas. Una investigación de mercado realizada por José Beckinschtein y un grupo de consultores encuentra que en el período 2003-2012, la participación argentina en el mercado de alimentos de China fue del 0,9% y se mantuvo estable a pesar de la apreciación cambiaria real. (La participación argentina en el comercio mundial de alimentos es del 3% y en el comercio total de bienes del 0,4%)40 Contrastando, el grupo de países del hemisferio sur formado por Chile, Uruguay, Sudáfrica, Nueva Zelandia y Australia tiene el 30% del mercado de alimentos de China, es decir un 6% promedio cada uno. Esto se debe en parte a dificultades y deficiencias de los exportadores y de las políticas públicas en la materia. Pero también a la demora del gobierno chino en firmar los protocolos sanitarios y fitosanitarios acordados en 2000, con el gobierno de Fernando De la Rúa. Los protocolos se cumplen a partir de 2002 para carne aviar y lácteos, quedando pendientes los vinculados a carnes vacunas y frutas. En conjunto, las ventas a China son mucho más primarizadas que el conjunto de exportaciones y que las que se realizan al MERCOSUR: los productos primarios representan, poco más del 20% de las ventas totales y el 10% de las que se realizan al MERCOSUR. Por otra parte, las ventas al MERCOSUR tienen un fuerte componente industrial, principalmente por las originadas en el sector automotriz en el marco del Régimen sectorial de la asociación. Es así que las Manufacturas de Origen Industrial son el 32% del total de las exportaciones, pero son el 68% de las ventas realizadas a Brasil y sólo el 3% de las ventas a China. Composición de las exportaciones totales y de las destinadas al MERCOSUR y China. Primer semestre de 2014. Zona y país Productos Manufacturas Manufacturas Combustible Total Primarios de Origen de Origen y Energía Agropecuario Industrial % del total 21% 40% 32% 7% 100% de Expo MERCOSUR 10% 17% 68% 5% 100% China 71% 22% 3% 4% 100% Fuente: elaboración propia en base a datos INDEC Las exportaciones al país asiático están, también, muy concentradas por empresa, debido al gran tamaño de las procesadoras y exportadoras del poroto y sus derivados, algunas de ellas de capital extranjero. 40

Información transmitida por José Beckinschtein en una entrevista con el autor.

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En ese rubro sólo 9 empresas exportan el 95% por 2.150 millones de dólares, equivalentes al 44% del total de las exportaciones al país asiático en 2012. Las exportaciones de alimentos –excluidos soja y derivados- , en los cuales Argentina tiene grandes ventajas comparativas, son mucho menores que las que se realizan a otros países. Importaciones: la compra de industria a China China es el segundo origen de las importaciones, después de Brasil y antes de Estados Unidos. Las compras a China están más diversificadas que las ventas y casi totalmente bienes industriales. Los primeros puestos del ranking de compras 2013 lo ocupan teléfonos, rubros vinculados con el armado de productos industriales en el país y material de trasporte y, como contrapartida, las seis primeras empresas importadoras son empresas asentadas en Tierra del Fuego. Balance comercial negativo con China China es vista y hasta presentada habitualmente como la tierra de oportunidades de exportación, pero para la Argentina esa perspectiva es, hasta el momento, muy acotada, básicamente debido a las limitaciones locales. Efectivamente, las exportaciones a China no sólo están estancadas desde 2008, sino que el país tiene un creciente balance comercial negativo debido a la importación de productos industriales. El estancamiento de las ventas a China se debe tanto al estancamiento, primero, y luego reducción de los precios de los bienes exportados (soja y aceites) pero también por la reducción de la demanda del país asiático y su progresivo reemplazo de compras de aceite por poroto de soja que manufactura en su territorio. Argentina en el “Mundo Soja” y sus dilemas El estímulo a la especialización en las exportaciones de soja y sus derivados que establece la demanda china convoca a examinar el alcance y las consecuencias de esa especialización para la economía y sus perspectivas de desarrollo. La soja, el principal producto de exportación argentina a China y al resto del mundo, es un oleaginoso de alto poder nutritivo que se utiliza para alimentación humana y animal. En Argentina se produce tanto en la Mesopotamia y en la zona pampeana, regiones tradicionalmente cerealeras, como en otras donde por razones climáticas es menos rentable el cereal como Chaco, Corrientes, Salta, Tucumán y también prende, con el riego adecuado, en zonas patagónicas. Una de las razones del éxito de la soja es, precisamente, que es un “yuyo” más adaptable y resistente que otros cultivos. Como demostración: entre los años sesenta y 2012, la cosecha de soja creció un 800%, contra el 270% de crecimiento del maíz y 160% del trigo. Argentina es el principal exportador de harina y aceite de soja y uno de los principales de poroto, que forma la mayor parte de las ventas a China. Una de las explicaciones: los cerdos se alimentan principalmente de soja y el 50% de los cerdos del mundo nacen, crecen y mueren en China. Este país utiliza también la soja para alimentar los peces de las piscifactorías. La mayor parte de la soja sale de puertos privados cercanos a Rosario: la mitad del poroto y la casi totalidad del aceite y las harinas. La casi totalidad de los cultivos se hacen por el revolucionario sistema de siembra directa, en la cual los productores argentinos son pioneros, el cual evita el arado tradicional de la tierra y reduce el riesgo de erosión del suelo. 69

Para la siembra se utilizan porotos genéticamente modificados, resistentes a plagas, lo cual se complementa con herbicidas adecuados a la tecnología de los porotos: se trata de un paquete tecnológico producido y vendido por corporaciones especializadas en el exterior y en el país. Por otra parte, la extensión del área sojera se ha hecho, tanto en la Argentina como en Brasil y otros países, a costa de importante desmontes y, en muchos casos, sin la adecuada rotación con cultivos que realimentan la tierra pero son menos rentables que la oleaginosa. Estos aspectos de la actividad genera polémica por sus costos ambientales y porque ponen en riesgo la sustentabilidad (fertilidad) de los terrenos en el largo, o quizá no tan largo, plazo. Debido a la tecnificación de la producción agrícola, la producción de soja es el resultado de un proceso en el que intervienen diferentes aportes tecnológicos e industriales, por lo que ya no es un producto primario sin valor agregado, mientras que sus derivados son obtenidos en plantas de alto nivel tecnológico y competitividad internacional. Aún así –y esto debe ser motivo de un debate aparte- ese complejo no puede considerarse como un núcleo dinámico excluyente de progreso productivo, especialmente en una economía que, como la argentina, tiene una industria manufacturera instalada, diversificada y con posibilidades de crecimiento si cuenta con un contexto y políticas adecuadas. Por otra parte, y más allá de cómo se evalúe el impacto del complejo en la economía es indudable que, como lo puso de manifiesto la crisis global, la demanda y los precios las materias primas y sus manufacturas están sometidos a variaciones que aportan inestabilidad al sector externo, situación que plantea la necesidad de la diversificación sectorial y geográfica de las exportaciones. Dos expertos en el tema explican que, estas ramas industriales se caracterizan por presentar efectos limitados para la sofisticación y el dinamismo de la actividad manufacturera, y la generación de empleo en el sector. La escasa capacidad para: a) desarrollar encadenamientos productivos -por estar concentradas en las primeras cadenas de agregación de valor-, así como para b) impulsar endógena el progreso técnico e incrementar el potencial de agregación de valor –dado que utilizan tecnologías maduras incorporadas en bienes (ya sean insumos, que se requieren en la producción, o bienes de capital, empleados para realizar la misma) importados de los países centrales-, no las habilita a convertirse en motores dinamizadores de la industria –y el empleo a ella asociado-, ni de la actividad económica en general (Azpiazu & Schorr, 2010). La sustitución de importaciones sojeras de china China es un gran importador de subproductos de la soja, como aceite, pero también es productor y está embarcada en un programa de reconversión de su industria aceitera por la cual incrementará su competitividad en relación a sus actuales proveedores, como es el caso de Argentina. El programa se denomina “Lineamientos para Promover el Sano Desarrollo de la Industria Procesadora de Soja” y contiene un plan de acción destinado a apoyar la producción nacional de soja, la reducción de la capacidad ociosa entre las empresas nacionales y contrarrestar el control de las empresas multinacionales de gran parte del mercado, promoviendo la reestructuración y concentración de las empresas nacionales. También se propone reducir la dependencia externa, fortaleciendo la capacidad de

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negociación de las empresas chinas en el mercado internacional para asegurar el aprovisionamiento de la materia prima a mejores precios. Como parte del plan se implementarán estrictamente las Regulaciones Provisionales sobre la Promoción del Ajuste Estructural de la Industria y el Catálogo de Orientaciones para las Industrias con Inversión Extranjera. Mediante la consolidación, fusión y reestructuración, entre otras formas, se apoyará con énfasis a algunas empresas o grupos de empresas transregionales procesadoras de aceite de soja, cuya capacidad de producción diaria supere las 2.000 toneladas y que reúnan en sí mismas las etapas de producción, procesamiento y comercialización, con el fin de promover el desarrollo de una industria de mayor nivel y capacidad de producción y se estimulará a las empresas a comprar soja nacional. Como parte del plan, el gobierno chino aumentará la inversión en tecnologías de procesamiento de soja y se fortalecerá la investigación y el desarrollo científico y tecnológico, con el fin de aumentar la capacidad independiente de innovación y promover la mejora de la industria.41 Pesca de barcos chinos, nuevo capítulo de un problema reiterado Argentina tiene un potencial pesquero históricamente desaprovechado. En los caladeros de las aguas jurisdiccionales argentinas merodean desde siempre barcos pesqueros españoles, coreanos, chinos y de otras nacionalidades, que violan la legislación local en condiciones de casi total impunidad por la insuficiencia de los controles que realizan las autoridades locales. Esto ha conducido a depredaciones y puesta en peligro de cuencas de merluza y calamar. En este cuadro, el Consejo Federal Pesquero del gobierno argentino permitió, en 2013, el ingreso de barcos pesqueros chinos en caladores argentinos para la captura de calamar. Según informaciones proporcionadas por el sector privado, las licencias beneficiarían a empresas como Chiarpesca y Fénix International. El calamar Illex es la tercera especie en importancia económica para el sector pesquero, detrás del langostino y la merluza Hubbsi. En 2012 se exportaron casi 70.000 toneladas, básicamente a Europa y China, por u$s 156 millones. 42 A pesar del acuerdo, el problema de la pesca ilegal apareció también con barcos chinos: en diciembre de 2012 Argentina capturó bancos chinos que incursionaban ilegalmente en las aguas territoriales y que cargaban 10 toneladas de calamar y pescado. Sustitución de producción ferroviaria local por extranjera Un aspecto especialmente crítico de la política de importación de productos chinos es la compra de material ferroviario de ese país, la cual fue decidida en forma apresurada para acallar las críticas provocadas por una tragedia ferroviaria al margen de una política de transporte que debería tener en cuenta las posibilidades productivas locales y de asociación con el proveedor extranjero. El ingeniero ferroviario Elido Veschi, dirigente de la Asociación del Personal de Dirección de FF.CC. Argentinos explica que, en los años 1940 nuestro país comenzó a fabricar coches de pasajeros metálicos con aire acondicionado, coches comedores, coches dormitorios hasta que en los 50 se fabricó gran parte locomotoras Diésel 41

Información de la Consejería Agrícola de la Embajada Argentina en la República Popular China. Agosto de 2008. http://www.agrichina.org/download/DOC-CAP-006-200842 Matías Longoni, i Eco, 1-9-13)

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eléctricas y la totalidad de locomotoras  a vapor. Un salto estratégico lo constituyo la siderúrgica SOMISA, se instaló un tren denominado pesado lo que posibilito la fabricación de rieles pesados con una tecnología desarrollada en nuestro país y que incluso se exportaban a distintos países. La privatización de SOMISA, en los años noventa, incluyo la liquidación de este tren de laminación y todo el conocimiento tecnológico desarrollado. La privatización y desmantelamiento ferroviario frustraron ese trabajo, el cual no fue retomado en los años recientes. La fabricación de material ferroviario podría reiniciarse desarrollando un plan estratégico para la recuperación del Sistema Ferroviario Nacional con alianzas convenientes y proponiendo un plan de reindustrialización que haría base en esta industria pesada.  Y las importaciones de material ferroviario podrían hacerse con un programa de cooperación, a cambio de inversiones y transferencia de tecnología, para la revitalización y desarrollo de los talleres ferroviarios. Las compras de vagones y locomotoras a China se contraponen con esa visión. Las compras ferroviarias a China entran, además, en contradicción con la propia política oficial. Como sostiene el consultor en negocios con China José Bekinschtein, 43 al mismo tiempo que un ministerio para en la Aduana dos contenedores con calzado chino, otro ministerio compra centenares de vagones y varias locomotoras. Muchos de estos equipos podrían fabricarse localmente con una política sectorial y acuerdos adecuados con proveedores extranjeros. Esta política fue profundizada a fines de 2013 con el anuncio de que el gobierno Chino concedería un crédito para la compra de material ferroviario chino destinado a la recuperación del ferrocarril de carga Belgrano. En este caso, y para contrarrestar las críticas de los talleres ferroviarios locales, el gobierno argentino prometió que los mismos recibirían encargos de reparaciones. En 2014 el acuerdo se revitalizó y la promesa de participación local se desvaneció, porque el acuerdo bilateral en la materia incluye la importación, no sólo de materiales y servicios, sino incluso de durmientes. Intercambio desigual de divisas En marzo de 2009 el BCRA y el Banco Popular de China (Banco Central) anunciaron en la reunión del BID en Medellín, un memorando de entendimiento para un acuerdo de intercambio cambiario (swap) entre pesos y renminbi por 10.200 millones de dólares por tres años, destinado a garantizar el acceso a moneda internacional en caso de necesidades de liquides. Aunque el acuerdo es recíproco es claro que se trató de una suerte de compromiso de préstamo en renminbi del banco central chino al argentino que Argentina podría utilizar para importar productos de China. (Un swap podría utilizarse para importar bienes de otros destinos sólo si fuera en dólares) China no necesitará los pesos argentinos, ni se le ocurriría incorporar a sus reservas una moneda en continua depreciación. Por otra parte, China tampoco necesita divisas fuertes, ya que el Banco de China (Banco Central) cuenta con 3,5 billones de dólares de reservas. Pero Argentina, en el contexto de un deterioro de sus reservas, puede necesitar un aporte de divisas. China tiene pases de esa naturaleza con 18 países, incluido Brasil. En 2013 el acuerdo fue renovado. En julio de 2014, en el contexto de la visita al país del presidente chino, se acutalizó el convenio de intercambio de monedas por un monto equivalente a u$s 11.000 millones. 43

En ambos casos se trata de entrevistas con el autor del libro.

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En octubre de ese año, el BCRA utilizó por primera vez el acuerdo incorporando a sus reservas yuanes por un monto equivalente a u$s 814 millones y en octubre hizo una nueva incorporación por u$s 2.314 millones. La incorporación de yuanes a las reservas aumenta la solvencia del organismo en forma limitada y condicionada y, en el contexto de escasez de divisas de Argentina, refuerza la posición comercial de la oferta exportadora china. Esto se debe a que los yuanes no pueden convertirse libremente sin permiso de la autoridad China y, en el caso que no se devuelvan, sólo pueden utilizarse para comprar productos chinos. Es decir, ni siquiera se trata de un préstamo que puede utilizarse en cualquier operación, sino un crédito que, si no se devuelve, está condicionado a la importación de productos chinos. El comercio con otros países asiáticos El comercio exterior con países asiáticos, excluida China, es reducido pero en aumento. En los años 2011-2013, las exportaciones argentinas a Japón promediaron el 1,5% de las ventas externas totales y las realizadas a Corea del Sur alcanzaron un porcentaje similar (Contra la participación de un 8% de las ventas a China en ese período). Las importaciones a Japón y Corea del Sur fueron, en cada caso, un 2% de las compras totales y fueron mayores que las ventas, por lo que Argentina tuvo un saldo comercial negativo. Las ventas a Taiwán fueron sólo un 0,3% del total y las compras un 0,7% de las importaciones. Pero si se agrupan los países de la ASEAN (Asociación de Países del Sudeste Asiático) la situación es diferente. El comercio con la ASEAN creció más aceleradamente que le comercio con China: las exportaciones a la ASEAN, en 2013 fueron de un monto similar a las realizadas a China y alcanzaron el 6% del total. En dos décadas, las exportaciones a la ASEAN se multiplicaron por más de 19 veces. Considerando el ritmo de incremento de las ventas, la ASEAN es un mercado aún más dinámico que el China. Los productos que se exportan replican el patrón tradicional argentino, ya que se exporta principalmente soja y sus derivados, maíz, girasol, y otros alimentos, a lo que se suma pequeños porcentajes de aceros aleados, motores y cueros. (Urmeneta, 2013) Pero, a diferencia de lo que sucede con China, las exportaciones a la ASEAN son más diversificadas, tienen una mayor participación de productos de tecnología media y es superavitario. Un estudio publicado por la ALADI encuentra que el potencial exportador de la Argentina a la ASEAN es muy amplio. Analizando los productos exportados por la Argentina que también son importados por los distintos países de la ASEAN, el trabajo encuentra que, entre los diez productos principales que importan los países de la ASEAN, se destacan productos que forman parte de la canasta exportadora argentina como la soja en sus diversas formas, el maíz, el algodón y también productos industriales como tubos de acero. (Urmeneta, 2013) La relación comercial con India es reducida y, en los años 2011-2013 representó el 1% del intercambio comercial, con un superávit para Argentina.

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Las ventas a Indonesia, uno de los países asiáticos más grandes, fueron un 2% y las importaciones menos de un 1%. Por otra parte, mientras el comercio con China es deficitario, el comercio con la ASEAN es superavitario. c. Inversiones chinas: consolidando el esquema comercial Las inversiones chinas en la Argentina también tuvieron un gran salto adelante en los últimos años, Las inversiones chinas, como sucede en toda América Latina, se dirigen principalmente a sectores de recursos naturales y responden a las necesidades de abastecimiento del país asiático, a la vez que reproducen el esquema de relación económica Norte-Sur. El monto de las inversiones es difícil de determinar debido a que las estadísticas oficiales muestran cifras muy inferiores a las estimaciones que surgen de los proyectos de inversión conocidos. - Según informaciones publicadas por la embajada china en Buenos Aires, China se ha convertido en la tercera mayor fuente de inversión de Argentina, después de Estados Unidos y España. Más de 30 empresas chinas operan en el país en negocios que abarcan minería, energía, finanzas, fabricación de televisores, navegación y pesca. 44 - Estimaciones privadas elevan la suma hasta los u$s 23.000 millones, y aún más, sumando inversiones nuevas, fusiones y compras de empresas ya establecidas. 45 - Pero en información en línea del Ministerio de Relaciones Exteriores, el stock de inversión externa china en 2011, alcanzaba la suma de 220 millones de dólares, una fracción mínima de las informaciones oficiales chinas, de las estimaciones académicas y de las que surgen de los anuncios de inversión puntuales de empresas chinas. - A su vez, el listado de Anuncios de Inversión externa del Ministerio de Industria argentino informa que en 2011 los anuncios de inversión china representaron el 2% del total y figura en el número doce de la lista, porcentaje y posición similares alas de 2003 y menores a las alcanzadas en 2010. - Finalmente, en mayo de 2014, el ministro de Economía Axel Kicillof informó que el total de inversiones de carácter no financiero de China en Argentina alcanza los 7.000 millones de dólares. La diferencias quizá se explican por la información proporcionada por el Banco Central sobre la “posición pasiva de inversión”, que equivale a la inversión recibida menos la realizada por las empresas locales: en este registro China no figura, mientras tienen una posición relevante las inversiones provenientes de paraísos fiscales, los cuales, como se consignó al comienzo de este trabajo, son el principal destino de la inversión directa china en el exterior y desde el cual salen inversiones de empresas chinas que se dirigen a todo el mundo. Según la estadística de “posición pasiva” del BCRA, en 2011, las inversiones registradas de paraísos fiscales, principalmente caribeños, equivalen al 8% del stock de IED en Argentina, equivalente a la inversión de los Países Bajos (u$s 7.700 millones) y mayor que la de Brasil. En el rubro minerales comunes, la inversión de los paraísos fiscales está en primer lugar, en petróleo y oleaginosas en tercero y en minería en el quinto. En otros términos, aproximadamente el 8% del stock de inversión es de nacionalidad desconocida. 44

Embajada de la RPCh en la RA, 2013. Informereservado.com. “¿Se acuerdan de las inversiones chinas? Promesa cumplida”. Sin especificación de fecha. http://www.informereservado.net/noticia.php?noticia=32012. 45

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Un estudio publicado en 2014 por la Red Académica de ALC sobre China, estima que en 2010 y 2011 había sólo unas decenas de firmas chinas con inversiones en Argentina, la mayor parte de las cuales únicamente opera con oficinas comerciales (López y Ramos, 2014) Según los datos del BCRA, la mayor parte de la inversión china se concentra en energía (CNOOC y Sinopec), en actividades financieras (ICBC) y electrónicas (Huawei, TCL y Ambassador Fueguina) Ventajas y desventajas de la Argentina, según China. Según diversas fuentes chinas (que hablan off-the-record), las empresas chinas encuentran en Argentina ventajas y desventajas que pueden sintetizarse como sigue: - importante fuente de alimentos y recursos naturales - capital humano capacitado - histórica relación bilateral pacífica - interés diplomático en un mundo multipolar - intereses compatibles en asuntos internacionales - Excesiva regulación Sindical. Las empresas reaccionan ante esta desventaja utilizando -o tratando de hacerlo- sus propios trabajadores y técnicos nativos, práctica que es lógicamente resistida por los locales. Convenios de inversión Las inversiones chinas en el país son promovidas por una serie de convenios firmados en las últimas décadas que incluyen: - 1992, Convenio para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones firmado por el gobierno de Carlos Menem. - 2004, Memorando de Entendimiento sobre Cooperación en Materia de Comercio e Inversiones firmado durante la visita del presidente Hu Jintao; - 2010, Memorando de Entendimiento para la Promoción de Inversiones Chinas en Argentina firmado por la presidenta Cristina Kirchner que tiene como objetivos promover la inversión en energía eólica, biocombustibles, minería, procesamiento de alimentos, infraestructura y transporte, forestal, productos farmacéuticos y veterinarios, maquinaria agrícola, energía y ferrocarriles. A esto se suma el polémico convenio marco de cooperación económica con China, aprobado por el Senado en los últimos días de 214. De todos modos, la legislación en materia de inversiones establecida en los “neoliberales” años noventa y continuada en la última década, es tan aperturista al capital externo -al cual le reconoce el mismo estatus que el capital local- que no requiere facilidades adicionales. En minería, las empresas extranjeras son beneficiadas además con el Régimen de Promoción que les otorga exenciones impositivas. Por otra parte, según fuentes diplomáticas chinas, las empresas chinas enfrentan las mismas dificultades que las demás: problemas para pagar importaciones de bienes y servicios, aún cuando sean necesarios para exportar, restricciones para girar divisas; la inflación que aumenta costos e impide planificación, y problemas derivados de la actividad sindical, como reclamos salariales, interrupciones de trabajo (se han sucedido en minería y petróleo), etc. Los convenios sobre inversión firmados con China podrían servir para facilitar el ingreso de capitales argentinos a China, ya que ese país promueve la inversión externa pero sujeta a restricciones y requisitos como asociaciones con empresas locales y la 75

transferencia de tecnología. Esta última es una condición utilizada por China y por otros países para modernizar sus propias empresas que, en muchos casos, al cabo de un tiempo, terminan produciendo por su cuenta, artículos que comenzaron fabricando con un socio extranjero. Las empresas extranjeras que desembarcan en la Argentina no están amenazadas por semejante exigencias. Principales sectores de inversión 46 Energía: La principal corriente de inversiones chinas en la Argentina se dirigió hacia uno de los grandes intereses estratégicos del país asiático: la energía. Informaciones que circulan bajo la superficie señalan que la incursión de China en las cuencas petroleras latinoamericanas, generarían inquietud en Estados Unidos, lo cual sería muy tomado en cuenta por el gobierno chino a la hora de diseñar su política de incursión económica en la región. En 2009 las empresas petroleras chinas iniciaron una corriente de inversiones en América Latina a partir de acuerdos petroleros y gasíferos, que llegaron a los u$s 13.300 millones en 2010. Ese año, el gigante petrolero CNOOC (China National Offshore Oil Company) compró el 50% de Bridas, por u$s3.100 millones. La empresa de la familia Bulgheroni era atractiva por sus grandes reservas petroleras costas afuera del Golfo San Jorge, que está repartido entre las provincias de Chubut y Santa Cruz. Pocos meses después, Bridas compró Pan American Energy, una empresa de British Petroleum por u$s7.000 millones. La británica la vendió para hacerse de fondos para pagar una multimillonaria multa por un derrame que había provocado en el Golfo de México. La compra agregó una nueva joya a la corona de inversiones chinas, porque Pan American Energy tenía la concesión de Cerro Dragón, un yacimiento de la provincia de Chubut que es el más productivo y con más reservas del país y que representaba el 60% de las reservas y de la producción de la empresa. Cerro Dragón tenía –tiene- además, un “bonus track”: su concesión original finalizaba en 2017, pero los gobiernos nacional y provincial se la extendieron por nada menos que cuarenta años más, hasta 2057. Para algunos expertos, este tipo de procedimientos, resulta sospechoso porque reducen innecesariamente la capacidad de negociación de los estados en las renovaciones de concesión. Finalmente, en 2011, PAE compró Esso, de Exxon Mobil, con 700 estaciones de servicio, con lo cual el imperio de CNOOC, con sus socios argentinos, se expandió rápidamente y en puntos estratégicos de los recursos energéticos argentinos. Según informaciones periodísticas, en septiembre de 2013, el gobierno chino manifestó su interés en invertir en el yacimiento de petróleo y gas no convencional de Vaca Muerta, uno de los principales del mundo en su tipo, a través de CNOOC-Bridas.47 El segundo gran paso en ese terreno lo dio Sinopec (China Petroleum& Chemical Corporation), con la compra de Oxy, de la Occidental Petroleum Corporation, una empresa dedicada a al exploración y extracción petrolera, por u$s 2.450 millones. Sinopec es la empresa más grande del país asiático y la séptima mundial, especializada en procesamiento y distribución de petróleo y, en el momento de la compra de Oxy, ya La información sobre inversiones chinas en la Argentina está tomada principalmente de Argemi y Luchetti, 2012, y Simonit, 2011 y de diversas fuentes periodísticas. 47 El Cronista Comercial, 23-9-2013. 46

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tenía una participación en Repsol Brasil y en empresas de Ecuador y Colombia. Con Oxy incorporó 23 concesiones en la provincia de Santa Cruz, Chubut y Mendoza y tuvo también su “bonus”, pero más modesto que el de CNOOC, porque obtuvo una extensión de la concesión original, que expiraba en 2017, por diez años. En octubre de 2013, el grupo Bridas anunció una inversión de u$s 500 millones para explorar esquistos bituminosos en Vaca Muerta. Este yacimiento de 32.000 km2, en una zona compartida por Mendoza y Neuquén, es considerado una de las mayores reservas de esquistos del mundo. Energía hidroeléctrica En 2013, el gobierno argentino otorgó la concesión para la construcción de las represas “Presidente Dr. Néstor Carlos Kirchner - Gobernador Jorge Cepernic”, sobre en Río Santa Cruz, al consorcio integrado por la empresa argentina Electroingeniería S.A., cuyos dueños tienen una estrecha vinculación con el Poder Ejecutivo y las empresas chinas China Gezhouba Group Company Limited y Hidrocuyo S.A., por la suma $ 22.925.870.000, incluyendo gravámenes. La adjudicación de estas obras estuvo rodeada de polémica porque el primer adjudicatario era un consorcio liderado por la empresa nacional Austral, de larga vinculación con el matrimonio Kirchner y otras empresas chinas, pero a último momento la adjudicación cambió de destino por, presuntamente, un escándalo desatado con la citada empresa argentina. Se estima que estas represas se ubicarán terceras en potencia entre los aprovechamientos hidroeléctricos existentes, detrás de Yaciretá (3200 MW) y Salto Grande (1890 MW), aunque a diferencia de esas obras, serán íntegramente nacionales. Este aspecto también fue motivo de polémica porque algunos expertos consideran que las obras exceden las necesidades energéticas de la zona y que hubiera sido más racional realizar el esfuerzo de inversión en otra región. Minería Las empresas chinas incursionaron también en la minería, una rama en expansión en la Argentina gracias al doble impulso de los beneficios impositivos del Régimen de Inversiones Mineras de 1993, y del aumento de los precios de los minerales. La principal operación tuvo logar en 2006 con la compra de la Compañía Minera de Sierra Grande de la provincia de Río Negro por la China Metallurgical Group Corporation. La empresa china adquirió el 70% del capital accionario de la argentina y reactivó el yacimiento de mineral de hierro, que tiene una vida útil de más de 150 años, con una concesión de la Provincia de Río Negro por 20 años. La inversión estimada: u$s80 millones y u$s150 millones más en los años siguientes. En Jujuy, las empresas Minera Jinding y Jiling Dequan Cement Group Co. Ltd., invirtieron 11 millones de dólares. En la misma provincia la empresa San He Hopefull Grain & Oil Group co. Ltd. anunció inversiones por u$s22 millones para la exploración de zonas con potencial minero de cobre y hierro. Industria: En 2010 el gobierno argentino firmó un convenio con el Ministerio de Industria para impulsar un proyecto de la automotriz BYD (Build Your Dreams) para la fabricación baterías y vehículos eléctricos Chery Automobile Co. Ltd., ha instalado una planta de ensamblado en Uruguay y proyecta otra planta en Argentina en Puerto Barranqueras, provincia del Chaco.

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Empresas chinas en forma directa o en asociación con argentinas trabajan en el ensamblado de electrodomésticos con partes chinas en varios puntos del país, especialmente bajo el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego. En 2013, la empresa Huawei segundo fabricante internacional de equipos de telecomunicaciones, anunció una inversión de u$s 20millones para montar un centro operativo, que actualmente funciona en San Pablo. La empresa ya tiene una ensambladora de productos electrónicos en Tierra del Fuego, bajo el sistema de promoción industrial de esa provincia. Agro: El paso más reciente de los capitales chinos en el país estuvo vinculado con la estrategia de garantizar el abastecimiento de alimentos: en febrero de 2014 la semi estatal China National Cereals, Ol & Foodstuffs (COFCO), compró el 51% de las acciones de Nidera. Esta empresa es una operadora mediana del sector de producción y comercializadoras de semillas de maíz, soja, girasol y trigo y, según el ránking del Ministerio de Agricultura, es la quinta exportadora agrícola con el 5% del total. En abril del mismo año, COFCO compró el sector de agronegocios de Noble Group, una empresa gigante de Hong Kong que trabaja en agro, energía y minería. De este modo, la empresa china se convirtió en un intermediario determinante en el mercado de productos agrícolas en todo el mundo y, por lo tanto, en el mercado argentino. La inversión china en el contexto La inversión directa china ingresada en los últimos años resalta por su contraste con la baja inversión externa recibida por Argentina en relación a la recibida por otros países del Cono Sur. Un indicador de esta situación es la relación entre la inversión externa directa (IED) recibida por los países de la región (CEPAL) en relación a su PBI Paridad del Poder Adquisitivo (FMI): en el período 2008-2013, la relación IED/PBI-PPA fue del 6% para Chile, 4,7% en Uruguay, 2,7% en Perú, 2,5% en Bolivia y 2,2% en Brasil. En Argentina, la relación sólo llegó al 1,3%. Si se considera sólo el año 2012 la diferencia es mucho más grande y en ese período, Bolivia recibió casi 10 veces más inversiones en relación al PBI que Argentina, Chile 5 veces y media más y Uruguay 3 veces y media más. V. AMERICA LATINA FRENTE A ASIA: EL PERSISTENTE DILEMA DE OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS La situación de ALC en el contexto del ascenso chino puso muy rápidamente de manifiesto las oportunidades y también las vulnerabilidades de la región. En los primeros años del siglo XXI, la demanda externa, impulsada por la proveniente de China, estimuló el incremento de las exportaciones primarias y el aumento de las reservas de la mayoría de los países. Pero al mismo tiempo, las importaciones de productos chinos comenzaron a desplazar producciones locales de sus mercados. Por otra parte, el ingreso de capitales generó una valorización de las monedas de algunos países y el temor de la aparición de la denominada “enfermedad holandesa” y del peligro de la desindustrialización. A comienzos de la segunda década del siglo, el panorama cambió bruscamente: los precios de los productos primarios se debilitaron y las expectativas de mejores oportunidades en las economías centrales provocó salida de capitales y devaluaciones. 78

Esto dio lugar a una nueva clase de temores: la pérdida de ingresos externos y la inflación derivada de la devaluación. Es decir, América Latina revivió el viejo ciclo de la trampa comercial, pasando rápidamente de las esperanzas del crecimiento en base a recursos naturales a la desazón por la caída de los precios, y de trampa financiera, transitando del ingreso a la salida de capitales. Las únicas excepciones en esta dinámica fueron la Argentina o Venezolana, pero por malas razones ya que ambas comenzaron a sufrir la pérdida de capitales y las presiones devaluatorias mucho antes y más debido a políticas domésticas que a los cambios en la economía internacional. Los vaivenes económicos revivieron antiguas preguntas sobre la inserción externa regional, especialmente cuando comenzó el descenso de los precios de los productos primarios iniciado en 2014. Esas preguntas son: Los países de la región ¿aprovecharon el momento de ingresos externos abundantes para mejorar la economía y la competitividad? Sea cual fuere la respuesta, ¿Qué deberían hacer de aquí en más para que la historia auges y shocks comerciales deje de repetirse? La emergencia de la competencia asiática. La emergencia china y asiática en general aportó enormes beneficios a las economías latinoamericanas en la forma de ingreso de divisas comerciales y de inversiones externas, desarrollo de empresas exportadoras e incluso de un aumento de las inversiones de empresas latinoamericanas en Asia. Sin embargo impone también severos desafíos, el principal de ellos, el desplazamiento de las producciones latinas en los mercados de cada país y en terceros mercados. El avance de los productos chinos en el mercado latinoamericano se refleja en que una porción creciente del consumo de los países tiene la forma de productos chinos que desplazan industrias locales o de otros países de la región. Una investigación publicada por la organización Red ALC-China indica, por ejemplo, que en México, la cuarta parte de las compras de maquinarias y equipos provienen de China y que en Argentina ese porcentaje supera el 9%. En el total de manufacturas la cuota mayor corresponde a Chile con un 7,7%. Aumento de la incidencia de las importaciones originarias en China en el consumo aparente, 2005-2010 Rubros de Argentina Brasil Chile Colombia Ecuador México importación Maquinarias 9,2% 4,7% 20,7% 6,3% 7,4% 24,8% y equipos Total 2,2% 1,2% 5,3% 2,1% 1,5% 3,8% manufacturas Total 1,7% 1,0% 7,7% 1,6% 1,2% 3,2% importaciones de China Fuente: Durán Lima y Pellandra, 2013. Una cara de este reemplazo es el desplazamiento de producciones de países latinoamericanos en terceros mercados. Un grupo de investigadores brasileños realizó una amplia evaluación de la suerte de las exportaciones latinoamericanas utilizando varios modelos econométricos para medir el fenómeno y encontró que los países latinoamericanos han experimentado una caída de 79

sus exportaciones hacia la región y que esto se debería al ingreso de mercaderías chinas. El país más afectado sería México ya que las ventas chinas explican la mitad de la pérdida de sus mercados regionales se deberían a esa competencia. (Hiratuka et.al. 2012) Brasil y Uruguay están en un segundo lugar, mientras la Argentina tuvo una pérdida menor. El problema se agrava al comprobar que las mayores pérdidas de las exportaciones de Argentina, Brasil, México y Uruguay en el mercado de la ALADI, se encuentran en los sectores con mayor contenido tecnológico como químicos, informática y telecomunicaciones y maquinarias. Es decir que el efecto de desplazamiento no sólo tiene efectos cuantitativos en la pérdida de divisas o puestos de trabajo, sino también en las perspectivas de desarrollo en la medida que está debilitando industrias con mayor capacidad de contribuir al progreso técnico y al empleo de calidad. La investigación agrega que también se registra un retroceso de productos intensivos en mano de obra exportados por México y países centroamericanos. Otra investigación sobre la participación de los productos latinoamericanos en el mercado de Estados Unidos arriba a conclusiones similares: las producciones de Argentina Brasil y México perdieron posiciones frente a China en los mercados de maquinaria y equipos, y Argentina y Brasil en confecciones y calzado. Brasil ha perdido terreno en sus exportaciones manufactureras en Estados Unidos, Argentina y otros países, a manos de las exportaciones chinas. En Estados Unido, China ganó mercado en todos los terrenos mientras los países latinoamericanos retrocedieron o se mantuvieron estables, salvo unos pocos casos de productos en los que México ganó mercado. (Durán Lima y Pellandra, 2013) Coincidiendo con otros estudios la investigación también encuentra que entre los sectores más afectados se encuentran algunos de alto componente tecnológico. Industrias afectadas por la competencia china en el mercado de Estados Unidos, 2005-2010 País Principales sectores afectados N° de sectores Argentina Textiles, minerales no metálicos, química y farmacia 10 Chile Alimentos y bebidas, madera, química y farmacia 10 Brasil Metales básicos, textiles, maquinarias y equipos, otras manufact. 8 México Textiles 2 Fuente: Durán Lima y Pellandra, 2013. Por su parte, Marcos Macedo Cintra, economista brasileño del Ipea, el centro gubernamental de investigación económica de Brasil, presenta una evaluación según la cual, en el período 2000-2008, Brasil perdió un 15% de mercado en América Latina, y un 39% de esa pérdida (casi 6% del mercado) es atribuida a la penetración de productos chinos. En el conjunto del mercado mundial la pérdida se estima en un 16% de la cual casi la tercera parte se debería a la competencia china. 48 Pérdidas de exportaciones brasileñas en el período 2000-2008 Presentación realizada en la Jornada de debate “La expansión económica de China y el Asia Pacífico” Organizada por el CENES de la FEC-UBA y la Fundación Ebert. FCE-UBA. Buenos Aires, 10 de diciembre de 2011. 48

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País/región

Pérdida total de Pérdida atribuida a las mercado exportaciones chinas América del Sur 15% 39% Argentina 14% 40% México 32% 11% EE.UU. 19% 27% Total en el mercado mundial 16% 29% Fuente: Presentación M. Macedo Cintra. La competitividad china en la región, especialmente en manufacturas, aumentó drásticamente a partir de la adhesión de China a la OMC en 2001 y de la finalización del Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido, que imponía restricciones a las exportaciones de esos productos originados en países asiáticos. El “Caso Brasil”, la estrella no tan ascendente. El caso de la desindustrialización de las exportaciones que alarma a Brasil, merece un párrafo aparte porque no es sólo producto del incremento de la competencia china, sino de las debilidades estructurales de la economía del país, situación que contrasta con la imagen difundida de un Brasil como potencia emergente. Desafiando esa visión, las cifras de desempeño económico de Brasil no es precisamente brillante: en los años 2000-2014, el PBI brasileño creció un 3,5% promedio, al nivel de la media latinoamericana y debajo del 4,5% promedio del crecimiento argentino, a pesar de que el período que incluye la fuerte recesión argentina 2001-2002. Brasil aumentó su participación del PBI en el total mundial, pero esto se debe al aumento del PBI nominal en dólares, y se explica por la apreciación del real en relación a la moneda estadounidense. Como contrapartida, la participación de Brasil en el PBI mundial medido por la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) está estancada desde hace décadas. Según los números del World Economic Outlook del FMI, en 1980, el PBIPPA de Brasil era el 3,6% del PBI-PPA mundial, en 1990 había bajado al 3% y en 2013 fue del 2,8%. Mientras tanto, la participación de China, realmente emergente, pasó del 2% en 1980, al 13% en 2013 (Ese año la participación de la Unión Europea fue del 18%, aún superior a la de China y la de Argentina deol 0,9%). Una de las explicaciones de de este relativo estancamiento es la lenta capitalización de la economía: la relación Inversión Interna Bruta/PBI se mueve generalmente por debajo del 20%, apenas por encima de la que tenía en los años noventa y la mitad o menos de los grandes competidores del mercado mundial. Otros indicadores son: la inversión en Investigación y Desarrollo de Brasil es de un 1,5% del PBI, poco más que el promedio latinoamericano, pero la mitad del nivel de los países asiáticos o Estados Unidos; en los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, según su sigla en inglés), Brasil, como los demás países latinoamericanos obtienen muy malas calificaciones; según el muy consultado “World University Rankings” del Times Higher Education coloca a la Universidad de San Pablo en el puesto 158 y a la de Campinas en el 251. El aumento de los precios de los commodities y la Enfermedad Holandesa. El aumento de los precios de los commodities no sólo generó alegrías entre los exportadores sino también preocupaciones en los industriales. Esto se debe a que el ingreso de divisas de las exportaciones y, en algunos casos, de las inversiones en los sectores de recursos naturales, provoca una valorización de las

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monedas locales que reduce la competitividad de los sectores de menor productividad que los primarios, fenómeno que se ha llamado Enfermedad Holandesa. El término se acuñó en los años sesenta, cuando se incrementó la producción en los pozos petrolíferos del Mar del Norte y Holanda, cuyas empresas explotaban esos recursos (v.g., Shell), experimentó un fuerte ingreso de capitales y una valorización de su divisa, en ese momento, el florín. La apreciación del florín afectó la competitividad de las industrias holandesas (v.g., Phillips) , dando lugar al temor de una primarización de la economía. Esta visión se aplicó a otras economías en las cuales conviven recursos naturales e industrias y resurgió en los años 2000 en América Latina y especialmente en Brasil, donde el peso de las industrias y la vigencia del pensamiento desarrollista son mayores que en otros países latinoamericanos. Según la explicación del economista brasileño Luiz Carlos Bresser Pereira (2008), la enfermedad holandesa puede sintetizarse como sigue: En economías con recursos naturales abundantes, el tipo de cambio tiende a fijarse en un nivel inferior al requerido para la subsistencia y la capacidad exportadora de las industrias. La denominación proviene, precisamente, de la apreciación de la moneda holandesa provocada por el aumento de los precios del petróleo en los setenta; Desde el inicio del aumento en los precios de las materias primas y hasta comienzos de 2013, se produjo también un ingreso de capitales que contribuyó a la valorización de algunas monedas latinoamericanas, como sucedió en Brasil, Chile y México. Luego de la crisis iniciada en 2008 este proceso, paradójicamente, se consolidó. En crisis anteriores, la desconfianza de los inversores había provocado el retiro de capitales de los mercados periféricos o, más recientemente, denominados “emergentes”. Pero la reducción de las tasas de interés que realizaron los bancos centrales de las economías en crisis para estimular la economía49, promovió la marcha de los capitales hacia las economías emergentes con tasas de interés mayores y mercados de valores en alza. El ingreso de las divisas provocó la valorización de varias monedas, creando más preocupaciones en países con una estructura industrial muy dependiente de un tipo de cambio alto que otorga una protección cambiaria y/o proteccionismo industrial. Considerando el tipo de cambio del comercio exterior, entre comienzos de 2000 y mediados de 2011, la moneda brasileña se valorizó un 90%. A partir de ese momento y hasta mediados de 2013, se devaluó, pero aún así a fines de 2014 estaba todavía valorizada en relación al valor que tenía a comienzos del siglo XXI.50 49

Estas medidas se tomaron para reducir el costo del crédito y estimular la recuperación de la inversión y el consumo. Se trata de una política típica que, en esta ocasión, tuvo un alcance mayor porque, debido a la incertidumbre reinante, la demanda de crédito para consumo o inversión se mantuvo retraída a pesar del abaratamiento del crédito, mientras que los bancos, por la misma razón redujeron su oferta de crédito a pesar de contar con liquidez. Se produjo, en este momento, una situación que Keynes denominó como una “trampa de liquidez”, en la cual la demanda de liquidez permanece baja a pesar de que las tasas de interés son reducidas y deberían desestimular el ahorro y promover el gasto. En estas condiciones, dice la teoría keynesiana, la política monetaria no es efectiva para promover la actividad económica y los gobiernos deben apelar a la otra gran herramienta de reactivación como es el estímulo fiscal. Cálculo en base al índice de tipo de cambio real multilateral del real brasileño elaborado por el Centro de Economía Internacional del MREyC argentino, que comprende el tipo de cambio de exportación y de importación, deflacionado por índice de precios mayoristas. El tipo de cambio multilateral se elabora tomando en cuenta las relaciones entre la moneda nacional y las monedas de los países con que se comercia, teniendo en cuenta la participación de cada país en 50

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En países como Brasil y Chile, la apreciación de la moneda local fue reforzada por la política de metas de inflación de los bancos centrales, que mantienen altas las tasas de interés para prevenir la inflación. Argentina no aplica explícitamente esa política, pero el Banco Central opera para mantener bajo el tipo de cambio, también como medida anti inflacionaria. La evolución de los precios de las materias primas y de los tipos de cambio estimuló un cambio en la composición de las exportaciones regionales, con un avance de la participación de las ventas de productos primarios sobre las de industriales. entre 2000 y 2010 la participación de los recursos naturales y sus manufacturas en las exportaciones pasaron del 50% a casi el 70% en Brasil; en México aumentaron del 20% al 25%, en Colombia del 70% al 80%; en Argentina se mantuvieron oscilando en el 70%; en Chile, Venezuela, Ecuador y Perú la participación aumentó ligeramente pero dentro de una estructura exportadora concentrada en un 90% productos primarios (Durán Lima y Pellaranda, 2013) Cambios en la estructura exportadora de países latinoamericanos, 2000-2010

Fuente: Duran Lima y Pellaranda, 2013. Reflejando las preocupaciones sobre esta evolución, dos analistas sostienen que “El desafío es que el patrón de comercio birregional acelera el proceso de desindustrialización de la región de dos maneras: primero, por medio de las exportaciones, una excesiva concentración en productos básicos crea un sesgo contra la manufacturas mediante la apreciación de las monedas locales creando un desincentivo para diversificar hacia sectores de manufactura moderna orientados a la exportación; segundo, por medio de las importaciones, la penetración china afecta a los productores locales en sus propios mercados, especialmente para países cuyo ingreso per cápita es superior al chino, y en terceros mercados. El mayor reto es entonces prevenir que el crecimiento del comercio entre las dos regiones acabe reproduciendo y fortaleciendo un las exportaciones e importaciones. Es un indicador más explicativo del impacto del tipo de cambio en el comercio exterior y la economía en general, que la simple comparación de una moneda con el dólar estadounidense

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patrón de comercio centro-periferia en que China surge como un nuevo centro y los países de América Latina y el Caribe como una nueva periferia” (Durán Lima y Pellandra, 2013; 125) El (previsto) final del auge. Como es costumbre en la historia económica latinoamericana, la preocupación por la valorización de las monedas dio muy pronto lugar a un temor por su desvalorización, poniendo nuevamente de manifiesto la alta vulnerabilidad de las economías muy especializadas en materias primas. El ciclo de ingreso de capitales se revirtió en 2013 con el cambio de condiciones en el mercado internacional, con una disminución de los flujos de capital hacia los países emergentes. Esta reversión se debió, por una parte, a la caída en el crecimiento de la economía china redujo la demanda de bienes primarios, lo cual afectó los precios de los mismos. Según el registro de la CEPAL, entre comienzos de 2013 y fines 2014, los índices de precios de metales, energía y productos básicos, cayeron un 20% y el de alimentos un 25%. (CEPAL, 2014) Por otra parte, las señales de recuperación de las economías industrializadas y las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos revirtiera la política que mantiene muy bajas las tasas de interés, movilizó a los capitales hacia Estados Unidos y Alemania. Como consecuencia, monedas que se habían valorizado considerablemente en los años previos sufrieron una devaluación imprevista poco antes. Un analista del Financial Times sostiene que “el reequilibrio –la baja de la tasa de crecimiento china de un 10% a un 7,5%- creará ganadores y perdedores. Quienes deben estar nerviosos son los exportadores de commodities…la intención de Beijing de reequilibrar la economía alejándola del crecimiento impulsado por la inversión y encaminándola a un modelo impulsado por el consumo tendrá implicancias de todo tipo. Es posible que los actores estrella –el mineral de hierro y el carbón- sean los más perjudicados”. 51 Otro analista planteaba, en el mismo periódico que “La velocidad con la que crecieron las relaciones económicas genera dos importantes interrogantes que se aplican igualmente a otras partes del mundo. Primero, ¿qué sucede mientras disminuye el crecimiento chino y la inversión, proceso que ya ha comenzado? Segundo, ¿cómo puede Latinoamérica forjar una relación económica que sea más que una repetición de sus épocas pasadas en las que dependía tanto de los commodities?”52 Como sucede en la historia de los ciclos de precios de materias primas o de especulación, el riesgo que atravesaban las economías muy especializados en recursos primarios fue advertido antes de la reversión del auge. Esto fue señalado incluso por un economista que está lejos de pertenecer a la escuela desarrollista o neodesarrollista latinoamericana. En un seminario realizado en Buenos Aires en 2010, el economista de Berkeley, Barry Eichengreen (2010), advirtió que, antes de 2008 el crecimiento de América Latina estuvo impulsado por la fuerte demanda externa de energía y materias primas y es poco probable que ese escenario se mantenga, porque en China el crecimiento será menor, tendrá un mayor acento en el consumo interno y los servicios y la economía china avanzará hacia un crecimiento verde con Chris Giles. Financial Times 29-7-2013 David Pilling “América latina debe maximizar el valor agregado de sus exportaciones a China”. Financial Times 1-8-2013 51

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menor consumo de energía y materias primas. Y se pregunta, “¿Qué tiene que hacer América Latina?: tiene que depender menos de las exportaciones de materias primas, energía y commodities (incluso el acero); tiene que exportar más manufacturas, incluso bienes de consumo y aumentar la productividad de los servicios”. A esto puede agregarse que, tanto en el caso del comercio como en las políticas productivas, la coordinación e integración económica entre países de la región puede contribuir a crear masa crítica para las negociaciones comerciales, la creación de escalas para la inversión, la construcción de infraestructura y el desarrollo tecnológico aplicado a la mejora de la competitividad en la producción y los servicios. Apuestas a la solidez del mercado chino Algunos análisis consideran que la dependencia latinoamericana del mercado chino y asiático en general no es peligrosa, incluso si la economía asiática crece a tasas más modestas que las del pasado. Un análisis de las perspectivas del mercado de productos primarios, la CEPAL especifica que, dada la inercia de los procesos de desarrollo económico en curso en Asia y otras regiones emergentes, cabe esperar que continúe el impulso de la demanda mundial de bienes primarios y, por tanto, se prolongue el actual ciclo favorable de los precios internacionales de los metales, el petróleo y otras exportaciones primarias de la región a mediano plazo” (CEPAL-UNASUR, 2013) Estimaciones de la FAO y la OCDE sobre la evolución del mercado agrícola hasta 2022 encuentran también que los precios permanecerán altos por el sostenimiento de la demanda y porque no se esperan grandes aumentos de productividad en los grandes productores. 53 Las empresas que comercian con China tienen una perspectiva semejante. Un documento de la CEPAL recoge opiniones de representantes de todas las cámaras binacionales latinoamericanas según las cuales, las empresas prevén un comportamiento dinámico del comercio con China en los próximos 5 a 10 años, pese a la moderación del crecimiento económico en ese país. Los representantes de todas las cámaras binacionales coincidieron en que, en la medida en que las reformas efectivamente logren estimular el consumo doméstico, ello abrirá enormes oportunidades a los países latinoamericanos de ofrecer nuevos productos (particularmente alimentos de calidad) y servicios (especialmente turismo También coincidieron en que la urbanización china y su necesidad de mejorar el manejo ambiental y de los recursos naturales, abren oportunidades en servicios profesionales como seguridad minera, conservación del medio ambiente, ingeniería y construcción, y reforestación, entre otros. (CEPAL, 20133) En suma, todo indica que los exportadores de materias primas y de alimentos seguirán disfrutando de condiciones favorables, aunque sin grandes olas de expansión como las vividas en la primera década del siglo. Además, según un estudio de mercado, en el comercio con China, existen oportunidades que hasta el momento no han sido aprovechadas. El investigador del Cippec Lucio Castro aplica un modelo de comercio exterior según el cual, con la excepción de la Argentina, la mayoría de las principales economías sudamericanas pareciera estar exportando por debajo de su capacidad potencial de exportación. De hecho, la Argentina estaría exportando apenas un poco mas del doble (+120%) de lo indicado por sus características idiosincráticas y las condiciones de la demanda y de acceso en el 53

Clarín, 9-6-13

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mercado chino. Brasil apenas alcanza el 80% de su potencial y Paraguay, solo el 40%. (Castro, 2013) En contraste, otros países abundantes en recursos naturales, como Australia y Nueva Zelanda exportan entre cuatro y cinco veces de más estos productos a China de lo que indicarían las condiciones domésticas y del mercado chino. En un máximo, se ubican los Estados Unidos que exportan hasta seis veces más. Para aprovechar las oportunidades, Castro propone explorar las características y evolución reciente de la demanda china por productos intensivos en recursos naturales de acuerdo a su nivel de diferenciación. Se trata de bienes en los cuales la región tiene una ventaja comparativa estática o “natural” pero que incorporan más capital y generan un mayor valor agregado: los productos diferenciados intensivos en recursos naturales (PIRND). Estos productos tienen características propias de calidad, diseño, marca, etc., por los cuales son distinguidos de otros productos similares y que pueden ser vendidos a mayor precio. Otro factor positivo para las industrias locales es el aumento de los salarios chinos, lo cual tiende a reducir la presión sobre los mercados de productos más intensivos en mano de obra. Sin embargo esta tendencia es contrapesada con el traslado de la producción a otros países de menor costo laboral como Vietnam y Myanmar. Por otra parte, la región puede tener también posibilidades de inserción en las redes de producción industrial asiáticas. Un estudio sobre las relaciones económicas de ALC con Asia refleja un incipiente comercio intraindustrial entre los dos bloques. Los sectores de Tecnología de Información y Comunicaciones (TICs), textiles y sus confecciones, electrónica, cuidado de la salud y el automotriz, presentan potencial de comercio intraindustrial en la mayoría de las duplas de economías analizadas. Pero los sectores intensivos en recursos naturales y con bajos niveles de valor agregado, como el agroindustrial y el pesquero, no presentan indicios ni potencial de comercio intraindustrial (Roldán, Castro y Eusse, 2013) ¿TLC o no TLC? Esa es una cuestión Como se señaló en el apartado dedicado a la red de acuerdos comerciales de países del Pacífico, el proceso de asociación tienen un enorme dinamismo y abarca zonas crecientes de la economía mundial, configurando un escenario que no puede ignorarse y cuyo impacto, positivo o negativo, sobre las economías de la región es necesario evaluar. El desarrollismo latinoamericano recela históricamente de los acuerdos de libre cambio porque la liberalización del comercio y los servicios puede afectar las industrias instaladas y proyectadas y promover una especialización en exportaciones primarias contrapuesta a las necesidades de desarrollo. Por eso prefiere recomendar los acuerdos de integración regionales y los programas de desarrollo nacionales con más atención en la demanda interna que en la internacional. Otra corriente considera que el proceso de apertura asiático es irreversible y que promueve la construcción de un sistema comercial y productivo transpacífico que aumenta la competitividad de sus integrantes frente al resto del mundo. Por otra parte, los acuerdos de libre cambio intrapacífico mejoran las posibilidades de acceso a los mercados de los miembros de los tratados, frente a los que no participan de ellos: en estos términos, no incorporarse al librecambio intrapacífico implica quedar

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afuera de los mercados de mayor crecimiento y de las redes de producción que desarrollan su competitividad en base a inversiones y progreso técnico. En esta línea, el analista Jorge Castro considera que , “La Alianza del Pacífico (formada por Chile, Perú y México) no es una alternativa al MERCOSUR, ni un intento de disputar el liderazgo brasileño en la región” sino un instrumento para enfrentar el principal desafío que se le presenta a la región, a saber, cómo profundizar su integración con China/Asia. “Asia, remarca Castro, es el centro de gravedad del comercio internacional; y más de 40% del comercio regional es intra-asiático, con eje en China, convertida en el núcleo de una gigantesca red transnacional de producción (80%, industria manufacturera), en la que se ensamblan los bienes intermedios exportados por los países industriales del continente asiático” Los acuerdos de libre comercio contemporáneos (Alianza del Pacífico, TPP, ASEAN + 3, NAFTA) se alinean con la lógica que el proceso de integración estructural del capitalismo avanzado que se basa cada vez más en las inversiones, que son la causa mediata del aumento sostenido de las exportaciones.54 Félix Peña, especialista en comercio y negociaciones internacionales, remarca que, en el sector alimenticio, de crucial importancia para Argentina y otros países de la región, la difusión de Tratados de Libre Comercio de China con países productores como Nueva Zelandia y Chile, afecta a productores que no tienen esos acuerdos. Esta situación podría agravarse si Australia avanza en su proyecto de un TLC con China, que negocia hace más de diez años.55 Para tener en cuenta: las relaciones y estrategias de Australia y Nueva Zelandia con China Australia y Nueva Zelandia son dos países con población de origen predominantemente europeo, pero insertos en la geografía asiática y estrechamente vinculados a la red de comercio e inversiones de la región y tienen estrategias para hacer frente al fenómeno chino. Su relación con el gigante asiático debe tomarse en consideración porque su oferta exportadora tiene fuertes similitudes con la de los países del Cono Sur latinoamericano. China es el principal socio comercial de Australia y ésta última tiene un fuerte superávit comercial. El país de los canguros le vende hierro, carbón. gas natural licuado, productos agrícolas pero también manufacturas, productos farmacéuticos y equipos médicos de alta tecnología. Además exporta a China tecnología de primer nivel y muchas de las mayores empresas mineras australianas tienen grandes inversiones en China. Australia compra en China textiles e indumentarias, equipo de telecomunicaciones y componentes, computadoras y juguetes. Cuando se inició la emergencia china, en Australia se temió una invasión de inversiones chinas en recursos naturales, compitiendo con las empresas locales, tal como había sucedido con las inversiones de Japón en los años ochenta cuando el yen se valorizó fuertemente ante el dólar estadounidense y australiano. Ante el desafío, el gobierno reaccionó con una política de selección de inversiones realizada por el Foreign Investment Review Board, un organismo dedicado a evaluar los proyectos de inversión externa en el marco de la política en la materia.

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Jorge Castro. Toda América del Sur se orienta al Asia Pacífico. Clarín 16-6-2013 Entrevista con el autor.

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Según la información oficial, Australia tiene una política denominada “win-win”, en busca de beneficios mutuos, por la cual promueve la participación de empresas locales en la inversión externa y contempla su impacto en el empleo. Uno de los rubros salientes en la relación Australia-China es la venta del servicio educativo. Australia denomina al sector “International education industry”, valorizado en 15.000 millones de dólares. En la actualidad Australia alberga medio millón de estudiantes extranjeros de los cuales 126.000 son chinos que estudian ingles y ramas de la ingeniería minera y agropecuaria. A pesar de la diversificación de la relación económica, los principales rubros de exportación a China son mineros, por lo cual en Australia también aparecen temores de excesiva dependencia del ritmo y las condiciones del crecimiento chino. Como respuesta política, en una conferencia dada en octubre de 2012, la Primera Ministra australiana Julia Gillard, dio a conocer el documento oficial “Australia en el Siglo Asiático”, que contiene un programa oficial de 25 objetivos para adecuar la economía de su país a la emergencia asiática y que tendrá que ser cumplido en 2025. “Este siglo, dijo Gillard, traerá el retorno de Asia al liderazgo global. Esto no es sólo imparable, está avanzando” El programa crea el Ministerio de Políticas para el Siglo Asiático, de políticas de educación e inversión. El mismo establece que los estudiantes australianos deberán estudiar al menos un idioma y una cultura asiática y proyecta aumentos en inversiones en educación y agricultura para atraer asiáticos ricos. 56 Nueva Zelandia tiene a China como cuarto socio comercial, firmó un Tratado de Libre Comercio con China y es también es un importante receptor de estudiantes de ese país. China y Nueva Zelandia tienen una historia de lazos educativos que incluyen programas bilaterales y cooperación académica y esa relación se profundizó a partir de fines de los noventa con el aumento del ingreso de estudiantes. Hasta 1998 el país tenía una cuota de admisión de 100 estudiantes chinos por año, pero fue removida y en la actualidad tiene unos 30.000 estudiantes y un “China Plan” que considera al país asiático como Tier 1, nivel uno, de sus objetivos de venta de servicio educativo. 57 Las nalgas de Google o la importancia de la cultura en las relaciones con China El conocimiento de la cultura china es fundamental para hacer negocios con los chinos y, especialmente, para invertir en su país, porque la cultura china valora la relación y la confianza personal por encima o, cuando menos, prioritariamente, de las normas y los contratos escritos. Los expertos en negocios en y con China coinciden en señalar que no se puede empezar una relación económica sin establecer una relación personal Los empresarios latinoamericanos que hacen negocios con China coinciden en que el desconocimiento del idioma, cultura y protocolo chinos es un factor que dificulta los negocios con ese país. La única excepción relativa en este sentido la constituye el Perú, producto de su importante población de origen chino (CEPAL, 3013-3) En su libro “China: un mundo para negocios”, José Bekinschtein relata las desventuras de Google en su intento de adaptarse a esa cultura. Para atraer internautas chinos, la empresa estadounidense decidió cambiar el nombre de su buscador para competir con el buscador chino Baidu, cuyo nombre significa “cien niveles”, una expresión de un 56

Fuente: CNN, 29-10-2012. http://edition.cnn.com/2012/10/28/world/asia/australia-gillardasiancentury/ index.html?hpt=hp_c2 57

http://www.educationnz.govt.nz/markets-research/china

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poema de la dinastía Song con profundas raíces en la cultura china. La empresa estadounidense eligió GuGe, que significa “canto del valle o canto de la cosecha”. El nuevo nombre no tuvo suerte porque para la mayoría de los usuarios locales resulta arcaico, contrapuesto con la imagen de una empresa tecnológica joven, y con el agravante de que el sonido del primer carácter forma parte del nombre chino para las nalgas. De este caso Bekinschtein deduce que es recomendable dedicar tiempo y consultar acerca de que imagen y marca convienen para el producto que se pretende instalar en el mercado chino. Las debilidades competitivas latinoamericanas: educación, tecnología e infraestructura. Las asimetrías y déficit del comercio regional con China y con Asia en general, se deben tanto a la competitividad de los asiáticos, basada en políticas públicas y privadas desarrolladas a lo largo de décadas, como a la debilidad competitiva de América Latina, explicada por la falta de esas políticas. El cortoplacismo gubernamental y empresario, y la inestabilidad económica y política dominantes, han derivado en serios atrasos en infraestructura y tecnología que comprometen la competitividad actual y futura de la región. Un documento de la CEPAL que incursiona en el tema resalta varios puntos críticos que son, por otra parte, reiteradamente mencionados en los análisis sobre el tema. Uno de ellos que la innovación y la competitividad exige una mejor formación de recursos humanos y que ello requiere, además de mayores presupuestos, reforzar los lazos entre el sistema educativo y el sistema productivo, mediante estrategias y planes de largo plazo. La CEPAL recuerda, que en este campo, América Latina tiene mucho por aprender de las experiencias de Asia del Este en lo referente a la adopción de nuevas tecnologías, la educación a distancia, entre otros. Efectivamente, las estadísticas en la materia muestran que la región tiene un gasto en Investigación y Desarrollo tecnológico muy por debajo del de China y otros países competitivos. Argentina está, por su parte, en los últimos puestos de la lista. Inversión en I&D en relación al PBI por regiones y países seleccionados (2011, 2012)

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Fuente: Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología. Banco Mundial. Datos. http://datos.bancomundial.org/indicador/GB.XPD.RSDV.GD.ZS La competitividad requiere disponer de recursos humanos formados. Pero la región tiene déficit de esos recursos por su baja inversión en educación y esto se refleja en las bajas calificaciones que obtiene en los ranking internacionales de educación En el ranking de universidades del Times Higher Education 2012-2013, la universidad mejor calificada es la de San Paulo, en el puesto 215. Antes de ella hay numerosas universidades asiáticas y también algunas turcas y de países africanos. En el ranking no están contabilizadas la UBA ni la UNAM. World University Rankings del Times Higher Education58 Universidad Puesto en el ranking California Institute of Technology 1 Harvard University 2 University of Oxford 3 University of Tokio 23 National University of Singapore 25 University of Hong Kong 35 Peking University 48 Seoul National University 50 Hong Kong University of Science and Technology 51 Universidade de Sao Paulo 215 Universidad de los Andes (Colombia) 252 Universidad Técnica F. Santa María (Chile) 255 Universidad de Campinas (Brasil) 340 Fuente: The World University Rankings. http://www.timeshighereducation.co.uk/worlduniversity-rankings/2014-15/world-ranking Times Higher Education. http://www.timeshighereducation.co.uk/world-university-rankings/2012-13/world-ranking 58

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El Laboratorio de Cibermetría del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), elabora el Rankig Web de Universidades. En su versión 2012, las universidades asiáticas también ocupan puestos destacados y la primera universidad latinoamericana que aparece es la de Sao Paulo, en el puesto 29, con el puesto 81 en la posición de excelencia. Le sigue la UNAM en el puesto 58 y luego dos universidades brasileñas, la Universidad de Chile (puesto 208), otras cuatro brasileñas y, finalmente, la UBA en el puesto 325, con el lugar 367 en la posición de excelencia. La brecha entre el nivel educativo asiático y latinoamericano se refleja también en los resultados de las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, según su sigla en inglés) que elabora la OCDE, la organización de países más desarrollados, en base a pruebas a estudiantes en 64 ciudades. 59 En esas evaluaciones, que abarcan los rubros de Lectura, Matemáticas y Ciencia, los países asiáticos, obtienen resultados por encima del promedio de la OCDE y de Estados Unidos.. Los países latinoamericanos, por el contrario, están muy por debajo del promedio. En la evaluación de 2012, Chile tuvo las mejores notas de la región, con el puesto 51 en matemática y con mejores calificaciones en Lengua y Ciencia. Estuvo seguido por México, Uruguay y Brasil. Argentina estuvo detrás de esos países en los dos primeros rubros e igual que Brasil en Ciencia. En matemáticas se ubicó en el puesto 59° sobre 65 evaluados. Colombia ocupó el puesto 62 y Perú fue relegado al último de la lista. Una evaluación del Banco Mundial muestra que los países de la región tienen, también un bajo número de graduados en ingeniería en relación a los países desarrollados y a los asiáticos. 60 Por el contrario, uno de los aspectos sobresalientes del cuadro educativo de China y de otros países asiáticos, es el alto porcentaje de graduados en ingeniería y las igualmente altas calificaciones que tienen muchas universidades e institutos tecnológicos en los ránking internacionales sobre enseñanza terciaria. El atraso tecnológico empresario Si el sector público latinoamericano tiene un fuerte retraso en la formación de recursos humanos calificados para la tecnificación y competitividad de las economías, el sector privado no compensa ese déficit. El gasto privado en Investigación y Desarrollo es aún más bajo que el realizado por el Estado: en Estados Unidos y en Canadá las empresas aportan el 59% del gasto y en la Unión Europea un 53%. En ALC sólo un 42%. Participación de las empresas en el gasto en Investigación y Desarrollo. % del total del gasto.

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OECD. PISA 2009 Rankings. http://www.oecd.org/pisa/46643496.pdf

Citado en La Nación, 6/12/2013.

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Fuente: El Estado de la Ciencia 2013. Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (ricyt). http://oei.es/salactsi/estadociencia2013.pdf Además, la proporción de especialistas en la materia empleados en las empresas es menor que la que registra las empresas de los países industrializados: sólo el 24% contra el 78% en EE.UU. y Canadá. Investigadores y tecnólogos empleados en empresas (% del total en funciones) 2006. EE.UU. y Canadá 78% Unión Europea 39% América Latina 24% Fuente: El Estado de la Ciencia 2012. Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (ricyt). Las asociaciones necesarias: con el estado y con los socios chinos La mejora de las relaciones comerciales, con China y con cualquier otro país o región, requiere una participación de los estados en la promoción de las empresas exportadoras, el estudio del mercado y la provisión de financiamiento y servicios tecnológicos. La detección de las posibilidades y necesidades empresarias son necesarios, a su vez, el diálogo y la cooperación entre el sector público y privado. En esa línea, los empresarios latinoamericanos consultados por la CEPAL coincidieron en señalar la importancia de desarrollar la asociatividad entre el sector exportador y las distintas instituciones públicas vinculadas con el comercio exterior (Ministerios de Relaciones Exteriores, Agricultura, Ciencia y Tecnología, etc.) (CEPAL, 2013-3) La atención estatal es prioritaria, además, para las empresas de menor envergadura y capacidad para incursionar en mercados externos. En este sentido, los representantes de las cámaras binacionales resaltan que las exportaciones a China suelen estar concentradas en un número reducido de grandes empresas, muchas de ellas multinacionales vinculadas a los recursos naturales y que la participación de las PYMES es incipiente. Estas empresas se enfrentan con dificultades que derivan de su limitada escala de producción, de sus carencias en materia de financiamiento, de su desconocimiento del mercado chino (cultura, leyes, canales de distribución, etc.), y del alto costo involucrado en adquirir ese conocimiento y forjar relaciones de largo plazo con potenciales clientes. En este contexto, se señaló también la importancia de que las pymes profesionalicen sus funciones de comercio exterior y se planteó la conveniencia de que al iniciar negocios con China se orienten en una primera etapa a ciudades más pequeñas. En sus relaciones con China, los países latinoamericanos tienen, además, la posibilidad de utilizar y potenciar sus recursos profundizando los acuerdos de cooperación e

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intercambio que forman parte de la diplomacia económica de China que se ha profundizado en años recientes. Es así que, en 2012, el primer ministro Wen Jiabao visitó varios países de América Latina y, a su paso por Chile, promovió la creación de un foro de cooperación técnica China-ALC y propuso establecer un “mecanismo de diálogo periódico” a nivel de cancilleres entre China y una “troika” de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).61 Las oportunidades de cooperación se dan en una variada gama de sectores comerciales y actividades, incluyendo la Investigación y Desarrollo tecnológico. En el sector agropecuario, estas posibilidades son muy amplias porque China visualiza a América Latina, y especialmente al Cono Sur, como una fuente importante de aprovisionamiento en el presente y el futuro. Como parte de esa política, en su visita a Chile, Wen Jiabao propuso también que América Latina y el Caribe y su país creen un “mecanismo de reserva alimentaria” de 500.000 toneladas de alimentos para utilizar en caso de desastres naturales y crisis humanitarias. En julio de 2013 el gobierno chino organizó un Foro de Ministros de Agricultura ChinaAmérica Latina y el Caribe, en el que participaron representantes de 21 países, incluyendo 16 ministros de agricultura de la región, lo cual reflejó el interés tanto de los compradores chinos como de los productores latinoamericanos. En esa ocasión se firmó la "Declaración de Beijing", en la que se acuerda promover de manera integral y estratégica el comercio, la inversión y el intercambio tecnológico en el sector de agricultura. Para mostrar el atractivo de su propuesta, Wen anunció en esa ocasión, que el Banco de Desarrollo de China podría liderar la entrega de una “línea de crédito especial” de 10.000 millones de dólares para proyectos compartidos en materia de infraestructuras. El anuncio de Wen Jiabao no podía ser más oportuno, porque el déficit en la infraestructura de transporte es un problema histórico latinoamericano que se hace sentir especialmente en las posibilidades comerciales de los países atlánticos. Según la CEPAL, la región tendría que invertir cerca de 5,2% de su PIB anual solo para cumplir con los niveles esperados de demanda de infraestructura económica durante el periodo 2006-2020. Si el objetivo fuera alcanzar el stock per cápita de las economías de Asia del este, el gasto anual aumentaría 7,9% del PIB en el mismo periodo. (CEPAL, 2013) En el MERCOSUR, mientras el comercio con Asia aumentaba, la infraestructura destinada a mejorar el tránsito de las mercaderías en el interior del Mercado Común y hacia el Pacífico no mejoró sustancialmente: no sólo hay déficit en la red vial sino que los sistemas ferroviarios de cada país, que son de por sí deficientes, mantienen trochas diferentes que entorpecen las conexiones. Sin embargo, en Argentina hay dos proyectos cuya concreción mejorará la conexión local y brasileña con las costas del Pacífico, vía Chile. Uno de ellos es el proyecto del Corredor Bioceánico Aconcagua, un túnel ferroviario que vinculará los sistemas ferroviarios de Argentina y Chile corriendo entre las ciudades Las Cuevas y Río Blanco. El sistema de trenes eléctricos ampliará la capacidad de transporte y reducirá el tiempo de traslado. Su inauguración está prevista para 2022. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), es un foro de diálogo creado en febrero de 2010, en el participan todos los países de la región y que tiene como propósito promover la integración y desarrollo de la región. . 61

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Otro, de conexión vial, es el Túnel de Agua Negra que conectará la Provincia de San Juan con la ciudad portuaria chilena de Coquimbo y servirá de puente para el puerto brasileño de Porto Alegre. Definir una estrategia regional para el vínculo con Asia: El instrumento del regionalismo La magnitud de los negociadores en la escena internacional y de los intereses en juego, tanto en el corto como en el largo plazo, exceden la capacidad de negociación de cada país por separado. Por eso tanto países chicos de América Latina y Asia, como grandes potencias recurren a las asociaciones estratégicas para encarar negociaciones internacionales desde grandes bloques de poder: en esta orientación se inscriben iniciativas como el citado Trans Pacific Partnership o el Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión que comenzaron a negociar Estados Unidos. A contramano de esta tendencia, los países latinoamericanos han desarrollado sus relaciones con China en forma individual sin aprovechar las diferentes asociaciones y tratados regionales para emprender acciones coordinadas en las que podrían tener un mayor poder de negociación. Un ejemplo destacado en este sentido, fue la negociación de Argentina y Brasil con China en torno al reconocimiento del país asiático como economía de mercado, desarrollada en 2004 en ocasión de la visita del presidente Hu Jintao a ambos países (Tema ya mencionado en el capítulo de las relaciones diplomáticas Argentina-China) Esta debilidad no se limita a las relaciones con China sino a las que se mantienen con Asia en su conjunto. Según el investigador Roberto Urmeneta, del Observatorio ALAsia Pacífico de la ALADI, los países de ALC no han tenido una política común para sus relaciones con el Asia en general y menos con la ASEAN. Si han existido, intentos aislados y preliminares de negociar un TLC con ASEAN, pero sin resultados positivos por parte de países como Chile y Costa Rica. Las condiciones vigentes hacen necesario que los países latinoamericanos se planteen y negocien de manera coordinada con la ASEAN por varias razones: . aprovechar importantes oportunidades comerciales, · reforzar la capacidad de atraer inversiones asiáticas, · favorecer alianzas tecnológicas y de inversión birregionales y, no menos importante, · refrenar cierta tendencia centrípeta que se insinúa en algunas economías asiáticas. (Urmeneta, 2013; 59) Analizando la situación del MERCOSUR en este cuadro, Félix Peña advierte que es necesario tener en cuenta el cambio del escenario internacional en la última década y que, debido a la emergencia china y a su creciente presencia en América Latina, los países de la región tienen un abanico de opciones que no tenían en los noventa. En este contexto la atracción de las organizaciones regionales heredadas del pasado disminuye.62 Este reordenamiento contribuye, indudablemente, a debilitar un MERCOSUR ya afectado por tensiones internas, en abierto perjuicio para sus miembros ya que, si bien el comercio intrarregional en su conjunto es bajo, la proporción de exportaciones industriales intrarregionales es muy elevado: más del 80% de las exportaciones de manufacturas del MERCOSUR va a los mercados de América del Sur y que el comercio automotriz se beneficia de un acuerdo sectorial entre Argentina y Brasil.

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Entrevista con el autor

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Por eso, Peña sostiene que es necesario fortalecer el MERCOSUR y propone comenzar esa tarea con una fórmula sencilla: “En lugar de pelearnos comencemos a trabajar juntos”. El trabajo debería incluir mucha negociación y la participación de funcionarios, empresarios y académicos para tener una visión abarcadora del nuevo escenario. Es necesario definir planes y posibilidades de acción y no ignorar los desafíos que presentan las nuevas opciones de relacionamiento que genera la presencia china. Peña recuerda, por caso, que en 2012, en una reunión realizada en la Casa Rosada, el primer ministro chino propuso negociar un Tratado de Libre Comercio entre China y el MERCOSUR, y que los miembros de este último nunca contestaron la propuesta y ni siquiera iniciaron evaluaciones y negociaciones sobre los beneficios y perjuicios que puede tener un acuerdo de esa naturaleza. Desde el punto de vista comercial, el MERCOSUR puede ser un instrumento de peso por su importancia en la oferta alimentaria. Mariano Turzi, Coordinador del Programa de Estudios de Asia Pacífico de la Universidad Di Tella, explica, en paginas de la revista Dang dai que los países del MERCOSUR aportan la mitad de las exportaciones mundiales de soja y derivados, lo cual le otorga un enorme poder de negociación frente a China. “Una interacción coordinada en el sector agroalimentario podría constituir el fundamento de un nuevo regionalismo en América del Sur, con base en intereses económicos convergentes. Y este regionalismo también sería abierto, ya que es un área donde los intereses de la región coinciden con los de los Estados Unidos” 63 Sergio Cesarín considera, por su parte, que la estructura del comercio con China hacen indispensable la participación del MERCOSUR en las negociaciones con el país asiático: esto se debe a que las exportaciones están concentradas en las manos de empresas agroalimentarias transnacionales que están insertas en redes globales de aprovisionamiento y comercialización; en consecuencia, lo cual deja poco margen para incrementar “capacidades nacionales” de negociación ante actores económicos externos como China. En el caso particular de la Argentina, es necesario tomar en cuenta que el país no cuenta con empresas nacionales en sectores estratégicos con masa crítica para atraer el interés de grandes firmas chinas manufactureras y tecnológicas (Cesarín, 2010) VI. ARGENTINA FRENTE A ASIA: OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS El mundo Asia-China se presenta como una gran oportunidad para las exportaciones tradicionales y las no tradicionales, para los bienes y los servicios, educativos y turístico. Pero también es un enorme desafío porque plantea la necesidad de ganar competitividad tanto para hacer frente a la creciente penetración de las importaciones provenientes de China que afectan sectores sensibles de la industria, como para diversificar la oferta exportadora en el mercado asiático y para estar en condiciones de lograr asociaciones ventajosas con las empresas que quieren invertir en el país. Los especialistas consideran, desde posiciones muchas veces diferentes, en que, para lidiar con este escenario, complejo y en rápido cambio es indispensable que los empresarios piensen estratégicamente, tomen muy en cuenta las peculiaridades del mercado chino y se dispongan a invertir. Pero también se requiere políticas públicas consistentes, articuladas entre Nación y provincias y con el sector privado y con sentido de largo plazo.

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Mariano Turzi, La República de la Soja, Revista Dang Dai, Buenos Aires, 5/5/2013, 95

Hasta el momento, y más allá de políticas o iniciativas privadas puntuales, el país no ha contado con una política económica y diplomática estratégica para mejorar su inserción económica internacional. El desafío asiático ¿provocará una respuesta diferente? ¿Logrará romper las inercias históricas y la confianza en las bondades de los recursos primarios? Más allá de las respuestas esperadas de gobiernos y empresas ¿estos desafíos serán plenamente comprendidos y asumidos por otros sectores sociales que deberían estar interesados en el cambio productivo y comercial internacional, como los sindicatos, la academia o las organizaciones involucradas en la cuestión social? En rigor, este tipo de recomendaciones no surgen como respuestas a los desafíos asiáticos sino que están presentes desde hace mucho tiempo en los análisis sobre política comercial y sobre las realidades y perspectivas de la inserción internacional argentina. La (lejana) tierra de oportunidades La principal oportunidad aprovechada por Argentina y por otros países de la región, desde el inicio de la emergencia china, ha sido el hambre de recursos naturales del país asiático. Según Jorge Malena, especialista en China de la Universidad del Salvador, muchos empresarios ven a China como una tabla de salvación porque, en los últimos años, hicieron grandes negocios con ese país y esperan ampliarlos en el futuro y porque esperan que las inversiones chinas en Argentina generen demandas de productos locales. Al mismo tiempo, en la dirigencia política y estatal hay un reconocimiento de la importancia del país asiático, lo que se evidencia en los fluidos contactos que se mantienen a niveles político, militar, científico y tecnológico. ¿Qué sectores alientan más expectativas positivas? Según Ernesto Fernández Taboada, empresario que participa de la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y al Comercio, la Argentina tiene, en primer lugar, oportunidades obvias que surgen de su competitividad agropecuaria y agroindustrial, y que ya se aprovechan. China tiene sólo el 7% de su superficie cultivable, lo cual la convierte en un demandante estructural y de largo plazo de alimentos. Por otra parte, debido a que el gobierno planea reubicar a 400 millones de chinos hacia las ciudades en los próximos 25 años, la superficie cultivable disminuye al ritmo de 2 millones de hectáreas al año. En la actualidad China, importa entre el 5 o 10 % de sus alimentos, lo cual incluye los porotos de soja y la harina y aceite de soja, destinadas tanto al alimento humano como animal. Pero la gama puede ser mucho más amplia, como surge no sólo de los estudios de perspectivas sino también de algunos negocios puntuales que podrían mantenerse o ampliarse. Entre ellos se cuentan las leches maternizadas de elevado componente tecnológico, los vinos de guarda y los quesos de alta gama. Empresarios argentinos que comercian con China, informaron a la CEPAL que sus empresas están incursionando en el mercado chino con productos no tradicionales como vino tinto, champagne y algunos de alto componente tecnológico como medicamentos, embriones, semen congelado (CEPAL, 2013-3) Las empresas perciben también grandes oportunidades en el rubro agroalimentario (ya son el tercer abastecedor agrícola de China, después de los Estados Unidos y el Brasil), en productos y servicios para bebés y adultos mayores, en productos vinculados con la biotecnología y en software

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La ampliación de la oferta es posible por el aumento de los ingresos de grandes sectores de la población –sin contar con el creciente número de ricos millonarios lanzados al gasto de lujo y extravagancias de nuevo rico- que creó mercados para productos importados sofisticados en relación al nivel de consumo imperante durante mucho tiempo en China. En algunos rubros la Argentina tiene ventajas competitivas porque, como explican en la consejería comercial de la embajada China en Buenos Aires, los chinos consideran que Argentina tiene productos de calidad en lácteos, miel o vino.64 Hasta ahora “solo” 100 millones de chinos consumen carne vacuna, pero el número de consumidores aumenta rápidamente, creando un mercado en ampliación para la exportación de carne (siempre que esté libre de aftosa) y ganado en pié. El embajador Miguel Velloso, ex cónsul argentino en Shanghai, menciona una serie de productos con posibilidades: Tabaco: una línea que comienza a crecer en Argentina como la producción de tabaco para exportar. Maíz: ya se exporta pero la demanda futura puede ser muy grande por el incremento de la cría de ganado vacuno en China. Actualmente el principal proveedor de maíz es Ucrania, un competidor de Argentina en el mercado mundial agropecuario. Vino: gran mercado potencial porque la nueva clase media se incorpora a la moda mundial del vino y el Malbec argentino tiene prestigio internacional. Ya se exporta vino pero otros países, incluso Chile, están muy por delante en la penetración del mercado como consecuencia de su trabajo de años en el mismo. Otras líneas son productos de la industria forestal, piscicultura, floricultura y fibras textiles. Carola Ramón-Berjano, economista especialista en relaciones económicas con Asia, considera que la Argentina tiene potencial en la exportación de productos como vino, leche en polvo y pescado congelado y señala el avance de firmas argentinas en China, como el caso de los caramelos de Arcor y las empanadas de El Noble. También resalta la venta de caballos de polo y los accesorios para ese deporte: la exportación de caballos se multiplicó por diez entre 2005 y 2013 y en China hay 500 clubs de polo y medio millón de aficionados. 65 Un rubro decisivo, de cara a China y a otros mercados es la biotecnología. Según un estudio de dos especialistas, las exportaciones de biotecnología están creciendo a un ritmo similar al del total de las ventas externas a pesar de las grandes barreras que los países imponen a las importaciones de producto ese rubro para defender sus propias usinas de creación de conocimientos y bienes. Hasta comienzos de siglo, la mayor parte del sector correspondía a farmacéuticas tradicionales, pero luego se incorporaron numerosas nuevas empresas chicas. 66 El desarrollo de firmas de biotecnología también genera posibilidades de inversión en el mercado asiático: logros que dan cuenta de esto son las inversiones de Chemo y Biogénesis-Bagó en China, lo que se comentada más adelante. Dentro de este rubro tiene un lugar importante la biotecnología aplicada a la agricultura, que ya ha contribuido a la transformación de la producción y competitividad agrícola y ha comenzado a producir eventos transgénicos cuyo ingreso se negocia en China. 64

Entrevista del Consejero Comercial con el autor.

Ramón-Berjano, Carola. Relaciones bilaterales argentina china. Análisis de situación y planificación de estrategias a futuro. Presentación en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación. ISEN, de septiembre de 2014. 65

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Pero también hay productos vernáculos que no tienen oportunidades, como el dulce de leche o los alfajores que no logran entrar en el gusto de los chinos. La diversificación exportadora, aunque en forma incipiente ya está en marcha: Según una investigación de Lucio Castro del Cippec, desde 2003 se registra un aumento de la venta de nuevos productos, como frutas finas, vinos, jugos frutales y chocolates, aunque estos representan sólo el 0,35 de las ventas a China. (Castro, 2013) Por otra parte, las importaciones anuales chinas de algunos productos de la oferta argentina son superiores a la propia producción argentina, lo cual muestra un margen amplísimo de posibilidades de venta. Pero hay que tener en cuenta que las oportunidades en el mercado chino también son conocidas y exploradas por otros competidores. Efectivamente, el citado estudio de Castro muestra que otros exportadores aumentaron sus ventas de productos diversificados: por ejemplo, Brasil aumentó sus exportaciones de productos que no son recursos naturales, como forestales y de papel, jugos de naranja, alimentos para animales y otros productos. El ingreso a un mercado de alimentos, chino o de cualquier otro país, no es sencillo por la resistencia de los productores locales, que suelen tener gran influencia por representar un sector asociado con la seguridad alimentaria, los puestos de trabajo y la vida rural y por los requisitos sanitarios que muchas veces son utilizados como barreras proteccionistas. En este sentido, la producción argentina cuenta con mayores facilidades para el acceso al mercado por acuerdos firmados por el gobierno local y el chino en los últimos años. Uno de ellos es el Protocolo Fitosanitario suscripto en febrero de 2012 y otro la firma de una carta de intención, en septiembre de 2012, para instalar una Plataforma Comercial en la Zona Franca de Waigaojiao, Shanghai, para el ingreso de productos agroalimentario y la promoción de la imagen Alimentos Argentinos. Gracias a esos acuerdos, ya tuvo lugar el primer embarque de maíz argentino y las primeras 110 toneladas de leche en polvo para consumo infantil de SanCor. La lecha maternizada es, precisamente, una oportunidad ya aprovechada y un renglón con grandes perspectivas desde que una intoxicación de niños con leche china sembró la desconfianza de los consumidores en los productos locales. Uno de los obstáculos para ingresar al mercado chino es la diferencia entre la capacidad de oferta de la empresa local y la magnitud de la demanda del país asiático. Por eso es posible tomar como objetivo una ciudad mediana, que puede tener varios millones de habitantes. Como explica el consultor en negocios con China José Bekinschtein, no hay que ver a ese país como mercado único, porque es un mosaico muy diverso de culturas y niveles de ingreso, lo cual abre el abanico de oportunidades.67 Un ejemplo de oportunidades: Venderle zapatillas a China. La firma GGM de Guillermo Gotelli exporta a China un producto que es sinónimo de penetración de las exportaciones chinas en todo el mundo: calzado. El grupo GGM, que comenzó a producir en el país productos de la marca Pony de calzado e indumentaria orientada al mercado joven, y los vende en Corea del Sur y China. Este caso tiene dos elementos destacables: uno que compite en el mercado de un país que es el principal productor mundial de calzado e indumentaria, lo cual pone de manifiesto las posibilidades de penetración en base a diferenciación por diseño o componente del producto (Pony vende productos fabricados con materiales orgánicos); el segundo elemento es que Pony internacional, originalmente estadounidense, es Los siguientes testimonios de diplomáticos, académicos y empresarios son declaraciones realizadas en entrevistas con el autor 67

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actualmente propiedad de capitales chinos. ¿Cómo lo hizo? Guillermo Gotelli, presidente del grupo GGM, sostiene que lo importante en la relación con China no es competir, porque es una batalla perdida, sino buscar la complementación con empresas locales, para desarrollar productos de calidad y diseño dirigidos a consumidores con poder adquisitivo de Asia. Pone el viejo ejemplo del cuero: Argentina exporta unos mil millones de cuero y si ese cuero se convirtiera en calzado y marroquinería el valor se multiplicaría por cinco.68 La demanda del español en China Una de las oportunidades de exportación a China es la de servicios educativos. China es considerada como la principal exportadora de estudiantes del mundo, con más de 117.000 el año pasado, un número que triplica el de 2000. El número de graduados aumentó de 1 millón en 1998 a 6 millones en 2010 y seguirá aumentando a medida que se incremente la clase media (Que llegaría a unos 500 millones de personas en 2025, según la OCDE), es decir de familias con capacidad de enviar a sus hijos a la universidad y al extranjero. Hasta el momento China no cuenta con el número suficiente de vacantes universitarias para hacer frente a una demanda en rápido crecimiento, por lo que es de esperar un aumento de la búsqueda de educación en el exterior, lo cual incluye el estudio del español. La Argentina ofrece posibilidades para el estudio del español. Un aliciente es el otorgamiento del Certificado de Español Lengua y Uso (CELU), una acreditación realizada por los ministerios de Educación y de Relaciones Exteriores de Argentina, que evalúa el manejo del español como segunda lengua y extranjera. El CELU se toma desde 2004 en 13 sedes de Argentina, 7 de Brasil y también en Francia y Alemania,. Hay que tener en cuenta que el examen TOEFL, certificado de lengua inglesa, genera ingresos por cientos de millones de dólares anualmente y su impacto tiene efectos en la industria editorial americana y extranjera, cursos en todas partes del mundo, creación de empleo docente etc. En suma, la oferta existente, puede servir como punto de partida para una estrategia más articulada entre el sector público y privado y entre diferentes organismos del Estado. Por otra parte, el desarrollo de lazos en el terreno educativo, permitiría negociar con China la apertura de centros de la cultura argentina en ese país, en reciprocidad con la apertura de Institutos Confucio en nuestro país: éstos son organismos de difusión de la cultura china, que operan en todo el mundo y que, en la Argentina funcionan en varias universidades. Con una política de reciprocidad, los centros argentinos contribuirían, a promover la marca argentina, el español y los lazos culturales y económicos con la República Popular China (Sevares, 2012) ¿Qué hay que hacer para vender en el mercado asiático? Una opción, planteada por José Bekinschtein en su libro, “China, Un mundo para negocios” es adaptar las variedades de frutas, líneas de harinas, productos vegetales y preparados específicos para el mercado chino. Pero antes de ofrecer hay que estudiar el mercado, tener en cuenta que los alimentos, su forma de cocción y de preparación son diferentes a los locales. 68

Entrevista de Santiago Tuñez. Revista Orientar. Agosto de 2012.

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También hay que tener en cuenta que es necesario elegir productos que no estén sujetas a restricciones de acceso a mercado. La marca no es tan relevante salvo que el productor sea una empresa internacional de primer nivel (Como Kraft o Danone en alimentos) e imponer una marca es una inversión muy grande. Los supermercados chinos están siguiendo el camino de los occidentales ofreciendo sus propias marcas y esto crea posibilidades para empresas proveedoras que ofrezcan calidad. Las empresas argentina tienen la ventaja de que algunos alimentos argentinos son apreciados por su calidad, como las carnes, la miel o el aceite. En estos productos la calidad importa más que el precio y un renglón a explotar es el de los alimentos naturales sin aditivos. Esto remite a un tema presente desde hace años en las disquisiciones de cómo conquistar mercados: es necesario promover la marca Argentina para que los productos de empresas chicas que no tienen marca internacional tengan un respaldo. Claro que, para eso, es también necesario que el término Argentina esté rodeado de sentido positivo: la política comercial es sólo una parte de una política externa que incluye la promoción de la imagen del país en el exterior, es decir, la construcción del denominado “soft power”. 69 China utiliza activamente los instrumentos de difusión de su “soft power” y uno de esos, el Instituto Confucio, está presente en Argentina (Tema que se comentó en el capítulo dedicado a las relaciones económicas entre Argentina y China). El nuevo horizonte: inversiones argentinas en China La emergencia del merado chino no sólo crea oportunidades para la exportación sino también para la inversión de empresas locales. Ernesto Fernández Taboada considera que el cambio en la demanda china abrió oportunidades para nuevas inversiones en el gigantesco territorio asiático. Los negocios no se concentran ya en armadurías como las que se levantaron originalmente en las Zonas Económicas Especiales, para aprovechar mano de obra barata y ventajas fiscales, o a las industrias básicas cuyos producto China devora con intensidad, sino también a manufacturas de menor escala y mayor especialización en productos de diseño, alimentos para consumidores influidos por los gustos o las manías occidentales y servicios para gente que dispone de más horas de ocio y dinero. Las inversiones pueden incluir asociaciones con empresas locales, lo cual contribuye a absorber tecnología y a ampliar las vinculaciones con el sistema económico local. Y ya hay empresas que invierten en China que incluyen firmas de gran envergadura y alto nivel tecnológico, productoras de bienes de capital. La más importante (35 millones de dólares) es la efectuada en 2008 por la empresa siderúrgica Tenaris, del grupo Techint, en la ciudad de Qingdao. Es una planta de terminación de tubos de acero sin costura para la industria petrolera. La empresa de pesticidas Atanor tiene desde 2006 un Joint venture con la empresa china Anhui Huaxing Chemical Industry para producir glifosato, el principal herbicida para el cultivo de la soja. La planta está ubicada en el parque industrial Hexian, en “Soft power”, poder suave, es un termino acuñado por el especialista en relaciones internacionales de la universidad de Harvard, Joseph Nye, y se refiere a la capacidad de un Estado o de otro actor político o económico, de influir en las acciones de otros actores por el prestigio conquistado, prestigio que se crea y transmite medios culturales o ideológicos. 69

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la provincia de Anhui. La inversión conjunta anunciada en 2006 era de 45 millones de dólares Hay 2 curtiembres argentinas instaladas en el sur de China. Arcor, por su parte, tiene 2 grandes depósitos y hace envasado de golosinas de acuerdo a las normas chinas (CEPAL, 2013-3) Un caso destacado es el grupo Chemo, que tiene en Shangai un laboratorio de principios activos 100% propios, con una planta química la cuál tiene una participación china del 15 % y una planta de biotecnología, la cuál el 40 % es propio. Otro logro es que, en la provincia de Shaanxi, se inició la construcción de una planta de producción de la vacuna contra la Fiebre Aftosa para el mercado chino y asiático, producto de la asociación de la empresa argentina Biogénesis Bagó y un importante laboratorio chino Política oficial de inserción pasiva. La política oficial frente a China desde 2003 fue de acomodamiento al esquema de relación económica que surge de los intereses chinos y, más recientemente, de búsqueda de préstamos e inversiones orientada, no por un programa de crecimiento de largo plazo, sino por la necesidad de obtener recursos para compensar la falta de financiamiento y de inversiones de otras fuentes. Esta política condena a un modelo de inserción económica mayoritariamente pasiva, basada básicamente en la venta de agro y agroindustria y en la compra de industria. Más aún, algunas de las iniciativas, como las compras de material ferroviario o el acuerdo de “cooperación” firmado a fines de 2014, tienen aspectos lesivos para la industria nacional. Esto es, todo lo contrario a lo que requiere una relación fructífera y de interés mutuo con Asia o con cualquier otro socio económico o político. Como se explicitó en el inicio de este libro, la salida de China al mundo es parte de una política estratégica centralizada con agentes que actúan en función de la misma. Y, en el caso de América Latina, esa estrategia está escrita y publicada en el Libro Blanco de China para América Latina y el Caribe, publicado por el gobierno chino en 2008. Esa política ha promovido un cambio de magnitudes históricas en las relaciones económicas (así como estratégicas y culturales) internacionales. Ante ese escenario, los países, grandes o chicos, en cualquier punto de la geografía, enfrentan la necesidad de definir su propia estrategia de adaptación productiva y competitiva, de defensa ante las amenazas comerciales y para aprovechar las oportunidades. Este tipo de planes es fundamental en cualquier relación externa, pero especialmente en China, con la cual las negociaciones de cualquier tipo requieren tiempo, previsibilidad y programación. Y, en los sistemas que no están regidos por gobiernos centralizados, es indispensable desplegar una coordinación entre gobiernos nacionales y locales y entre el sector público y el sector privado y también con el sector dedicado a estudiar el fenómeno chino y su impacto en el mundo económico. La Argentina carece de esa estrategia. El experto Jorge Malena considera, precisamente que, la falta de un plan de acción de gobierno estratégico para las relaciones con China dificulta las relaciones con el país asiático. Por eso mismo, opina, sería necesario que Argentina cuente con un plan de respuesta al Libro Blanco chino para América Latina. En los años noventa, Argentina se tomaron varias iniciativas que no progresaron y fueron discontinuadas. Una de ellas fue la creación de la CONAPAC, la Comisión Nacional para Asia Pacífico, en el área del Ministerio de Economía, en la cual participaban representantes del gobierno, empresas y academia, pero, aunque el decreto de su creación sigue vigente, el organismo dejó de funcionar.

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Otra iniciativa fue tomada en 1994 por la Secretaría de Programación Económica del Ministerio de Economía cuando preparó el informe en cuatro tomos titulado “El horizonte de complementación de Argentina con la región Asia Pacífico”. Ministerio de Economía y Servicios Públicos. Secretaría de Programación Económica. Este documento fue olvidado en años posteriores. Otros expertos consultados (y que prefieren hablar lejos de los micrófonos) coinciden también en que no existe una visión estratégica sobre la relación con China y que la misma es protagonizada por actores desperdigados y descoordinados, aún dentro del Estado. De hecho, algunas provincias y grandes ciudades entablan negociaciones en forma directa con autoridades chinas aún en temas estratégicos como la energía o minería. En el caso de las exportaciones de productos primarios, la necesidad de intervención del Estado en las cuestiones prácticas es menor –salvo en el caso de conflictos- porque las ventas son realizadas por grandes empresas, varias de las cuales son corporaciones transnacionales, con capacidad para sostener sus propias oficinas, negociadores y expertos. Pero cuando se trata de empresas medianas o pequeñas, con poca o ninguna capacidad de financiar una negociación prolongada con un país lejano, la asistencia estatal es indispensable para aprovechar las posibilidades de negocios. Falta de estrategias empresariales Si gobiernos tienen la obligación de pensar los negocios consentido estratégico, los empresarios también. Según la experiencia de José Bekinschtein, acumulada durante décadas en el Estado, en relaciones comerciales con China, y luego en el sector privado, la estrategia de negociación de la empresa debe estar pensada y hasta definida de antemano, el empresario que quiera ingresar al mercado chino tiene que designar agentes locales confiables, establecer oficinas de representación y armar asociaciones con empresas chinas. (Beckinschtein, 2012)70 Pero, como advierte Félix Peña, especialista en comercio y negociaciones internacionales, los empresarios argentinos no tienen planes estratégicos para la producción y la inserción internacional y, en particular, para hacer frente al fenómeno de la emergencia china. A esto puede agregarse que los aspectos de la relación con China poco favorables o incluso perjudiciales para las industrias locales, encontraron pocas críticas empresarias y ninguna propuesta superadora conocida. Peña contrasta esta carencia del empresariado local con la actividad de los empresarios brasileños, que tradicionalmente tienen una visión de más largo plazo sobre la producción y la inserción internacional de su país. Peña se refiere concretamente a dos trabajos recientes del mundo empresario brasileño: el estudio de la FIESP (Federación de Industriales del Estado de San Pablo), “Agenda de Inserción Externa”, de junio de 2013 y el trabajo del iedi (Instituto de Estudos para o Desenvolvimento Industrial) una entidad financiada por grandes empresas brasileñas, “Multiplicación de acuerdos comerciales y el aislamiento de Brasil” también de junio de 2013

En su libro, Bekinschtein proporciona consejos detallados sobre todos los pasos de una operatoria comercial en China. Incluyendo los peligros de fraudes y sobornos. Y también de las mejores opciones para importar desde China. 70

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El estudio de la FIESP señala los desafíos de la competitividad brasileña y la necesidad de hacer frente a la ola de acuerdos de libre comercio por los que otros países ganan acceso preferencial a mercados en los que compite la industria brasileña. Para eso, la FIESP, recomienda profundizar el MERCOSUR, mercado fundamental para la industria paulista, pero no como opción proteccionista sino como instrumento para realizar acuerdos con otros países y con UE. El estudio considera que la estructura del MERCOSUR es lo suficientemente flexible como para permitir que Brasil avance en las negociaciones a pesar de la reticencia de Argentina en la materia. El trabajo del iedi da cuenta, igualmente, de la proliferación de acuerdos comerciales y de la amenaza que representa para Brasil por la perdida de acceso preferencial a mercados. Señala, por ejemplo, que en 2014 se vencen las preferencias comerciales que tiene en la UE, lo cual requiere hacer un acuerdo con la Unión para no perder ventajas comerciales. El iedi defiende la integración en el MERCOSUR y en América Latina, porque son mercados prioritarios especialmente para la manufactura,  pero también sostiene que es necesario negociar con otros países y bloques comerciales, incluyendo la UE. En la Argentina, las opiniones sobre la falta de estrategia del empresariado local no son nuevas. Este sector ha sido sometido históricamente a duras críticas por su búsqueda de proteccionismo y de contratos favorables con el Estado y por su estrategia de subsistir sin grandes esfuerzos de inversión o innovación una orientación que sólo es sustentable en tanto cuenta con la complicidad de los estamentos estatales que intercambian protección y contratos por contrapartidas económicas. Se trata de figuras y prácticas que se encuentran entre las razones del atraso en innumerables experiencias históricas, y sobre las cuales es imposible imaginar una estrategia de competencia internacional y de penetración en un mercado exigente. Sin embargo, el economista Gustavo Girado, especialista en negocios con Asia, aporta una visión optimista sobre el tema. Según Girado, existe una nueva generación de empresarios, jóvenes y emprendedores, que conocen mercados externos, que saben como es Brasil, ya entraron a Chile y que se lanzan al mercado asiático a sabiendas de los riesgos que están asumiendo. El desempeño de este nuevo actor explicaría los avances de algunas líneas de exportaciones no tradicionales al Asia y sería un factor decisivo en la generación de nuevas oportunidades en ese mercado. 71 El poder –no utilizado- del MERCOSUR y el regionalismo Los acuerdos regionales o bilaterales pueden ser un instrumento comercial, en la medida que contribuyan a acordar políticas y negociaciones con socios comerciales, a compartir costos de ingreso a los mercados y, también, a coordinar medidas de defensa ante la competencia externa. Adaptar la producción y generar canales de comercialización y distribución, requiere coordinación de esfuerzos entre agencias públicas, productores y exportadores. Y para el caso de las empresas más chicas, apoyo para la inversión necesaria para la reconversión en la forma de crédito o asistencia técnica. El MERCOSUR tiene, en este terreno, una potencialidad que no ha sido aprovechada. Mariano Turzi, Coordinador del Programa de Estudios de Asia Pacífico de la Universidad Di Tella, explica, en paginas de la revista Dang dai que los países del MERCOSUR aportan la mitad de las exportaciones mundiales de soja y derivados, lo cual le otorga un enorme poder de negociación frente a China. “Una interacción coordinada en el sector agroalimentario podría constituir el fundamento de un nuevo 71

Entrevista con el autor.

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regionalismo en América del Sur, con base en intereses económicos convergentes. Y este regionalismo también sería abierto, ya que es un área donde los intereses de la región coinciden con los de los Estados Unidos” 72 Sergio Cesarín considera, por su parte, que la estructura del comercio con China hacen indispensable la participación del MERCOSUR en las negociaciones con el país asiático: esto se debe a que las exportaciones están concentradas en las manos de empresas agroalimentarias transnacionales que están insertas en redes globales de aprovisionamiento y comercialización; en consecuencia, lo cual deja poco margen para incrementar “capacidades nacionales” de negociación ante actores económicos externos como China. (Cesarín, 2010) Es necesario tomar en cuenta, además, que la Argentina no cuenta con empresas nacionales en sectores estratégicos con masa crítica para atraer el interés de grandes firmas chinas manufactureras y tecnológicas En este contexto, la acción de los actores públicos del Estado nacional y de las asociaciones regionales como el MERCOSUR, es indispensable para acumular capacidad de negociación ante China y Asia. Las importaciones chinas: el desafío industrial argentino. El segundo gran desafío frente a China y la emergencia asiática en general, es como enfrentar la creciente competitividad de sus exportaciones industriales que afectan industrias ya instaladas y que pueden acotar la posibilidad de desarrollar otras. El gobierno argentino no hizo frente a este fenómeno. Por una parte, enfrentó la oferta china con medidas defensivas y, por otra, decidió la importación de una considerable cantidad de material ferroviario que, en mayor o menor medida podría haberse fabricado localmente. La política defensiva consiste principalmente en la aplicación de medidas antidumping, lo cual puede tener efectos puntuales e inmediatos, pero no resuelve el problema de la competitividad sistémica y tiene consecuencias negativas comerciales y productivas. Suplementariamente, estas medidas pueden desatar represalias que pueden afectar exportaciones, como ha sucedido con el freno impuesto por China a cargamentos de aceite en 2008. Otro problema es que las restricciones a la importación afectan a numerosas industrias que no pueden disponer insumos o partes importadas que utilizan en sus fábricas y que, en algunas ocasiones, integran productos exportables. Un segundo recurso utilizado frente a la pérdida de competitividad (ante las industria china o de cualquier origen) es el armado local de productos que se importan que, en el caso de muchos productos, especialmente electrónicos y de línea blanca, se reduce a la instalación de plantas de armado de partes importadas a las cuales se les agrega poco o ningún valor local y que son beneficiadas por un régimen de promoción de alto costo en términos de impuestos y aranceles no cobrados. Así sucede, particularmente, con el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego. El sistema de armadurías tampoco resuelve los problemas de comercio exterior, por ser intensivo en importaciones, ni productivos, porque no implica el desarrollo de industrias propias y porque tiene una incidencia reducida en el conjunto de la producción local afectada por la falta de competitividad cambiaria y sistémica. El desafío chino implica, por lo tanto, contar con una política industrial sistémica de largo plazo. Algo que ya era indispensable antes de la emergencia china y que lo

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Mariano Turzi, La República de la Soja, Revista Dang Dai, Buenos Aires, 5/5/2013, 104

seguiría siendo aún en el improbable caso de un ocaso de la máquina productivaexportadora asiática. Deconstruir obstáculos, construir un puente al futuro. En suma, el nudo de comercio, inversiones y financiamiento, en la relación con China plantea grandes oportunidades que deben aprovecharse con criterio de largo plazo y con reunión de esfuerzos regionales para hacer frente a los también grandes desafíos de la competencia económica del gigante asiático, en el contexto de los grandes realineamientos de alianzas económicas y estratégicas en Asia y el resto del mundo. Se trata de deconstruir los obstáculos formados por la imprevisión y el cortoplacismo que se levantan en Argentina y en toda Latinoamérica, y que frenan el desarrollo, para construir un puente hacia el futuro. Esto es, una estrategia eficiente de crecimiento e inserción internacional basada en las ramas económicamente más dinámicas y socialmente más retributivas con criterios de sustentabilidad social y ambiental. BIBLIOGRAFIA Acioly, Luciana; Costa Pinto, Eduardo y Macedo Cintra, Marcos Antonio. China e Brasil: oportunidades e desafíos. En “A China na Nova Configuracao Global”. Organizadores, Rodrigo Pimentel Ferreira Leao, Eduardo Costa Pinto, Luciana Acioly. Ipea, Brasilia 2011. Alvarez, Isabel, Fischer Bruno B. y Natera, José Miguel Tendencias de internacionalización y capacidades tecnológicas en el MERCOSUR. Revista CEPAL N° 109 abril 2013 Arrúeme, Daniel y Lucchetti, Javier. Algunas cuestiones sobre las inversiones chinas en la Argentina. Ponencia en el VI Congreso de Relaciones Internacionales. UNLP. La Plata, 2012. Asian Development Bank (ADB). ASIA 2050. Realizing the Asian Century Singapore, 2011. Azpiazu, Daniel y Schorr, Martín. Hecho en Argentina. Industria y economía, 19762007. Siglo XXI Editores. Buenos Aires, 2010. Bekinschtein, José A. China. Un mundo para negocios. Edicon. Buenos Aires, 2012. Bernal Meza, Raúl. China y la configuración del nuevo orden internacional: las relaciones China-MERCOSUR y Chile. GEL. En Regionalismo y orden mundial: Suramérica, Europa, China. Raúl Bernal Meza y Silvia Quintanar, compiladores. GEL/UNICEN, Buenos Aires, 2012. Bittencourt, Gustavo. Introducción a “El Impacto de China en América Latina; comercio e inversiones”. Gustavo Bittencourt (coordinador). Red MERCOSUR N°20. Uruguay, 2012.

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