Libro Am Hasefer
April 3, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Am Haséfer El Pueblo de los libros
Guía práctica acerca de la transmisión de la Ley Oral (Torá she beal pe ) en el pueblo judío.
Rab Nissim Hanan Mochón
Editorial SHELANU
Leiluy Nishmat Shelomó Jay ben Nissim ve Aliza Hanan
© 2017 Prohibida su reproducción total o parcial.
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2 B”H
“Ustedes han visto que desde el cielo He hablado hacia ustedes” ( Shemot 20)
-“no es lo mismo lo que la persona ve con sus propios ojos, que lo que otros le cuentan: lo que le cuentan, a veces se rehúsa a creer.” (Rashí) Dijo Rabí Leví bar Jamá, en nombre de Resh Lakish: “¿Qué significa lo que está
escrito (Shemot 24): ‘Di-s dijo a Moshé: sube hacia Mí... y te entregaré las tablas de piedra, la Torá y la Mitsvá, que He escrito para indicarles’
? -Las tablas, son
los Diez Mandamient Mandamientos; os; la Torá, es el Pentateuco; la Mitsvá, es la Mishná; que he escrito, son los profetas y hagiógrafos; para indicarles, es la Guemará (el
Talmud); nos enseña -este versículo- que todas éstas fueron entregadas a Moshé en el Monte Sinai”. (Tratado de Berajot 5-a) “Todo Israel tiene parte en el Mundo Venidero... pero éstos son los que no
tienen parte en el Mundo Venidero: el que sostiene que la resurrección resurrección de los muertos no se aprende de la Torá; el que dice que la Torá no es de origen celestial...” (Tratado de Sanhedrín 90-a)
“Hay tres tipos de personas que se llaman renegados de la Torá: a) el que dice
que la Torá no es de origen divino: aunque diga que una sola palabra (de los cinco libros de la Torá) la dijo Moshé por sí mismo y no fue de parte de Di-s; b) el que niega su interpretación: la Torá Oral; y c) el que dice que una mitsvá de la Torá cambió o ya no aplica, aunque fue de origen divino. Cada uno de estos es considerado renegado de la Torá... (Rambam, Leyes de Teshubá, cap. 3: 6-8)
Simbología del Maguén David... La Ley Oral entrelazada con la Torá
escrita. La siguiente es una de las múltiples interpretaciones interpretaciones que hay de llaa Estrella de David. La escuché, hace varios años, del Moré Abraham Metta (zijronó librajá), a cuya memoria está dedicado este libro: “Cuando David fue ungido rey de Israel, sus detractores objetaron que él no era
digno de ostentar tal cargo, por ser descendiente de Rut, la moabita, quien se había convertido al judaísmo. Shemuel Hanabí – uno uno de los protagonistas de la – fue cadena de la transmisión de la Ley Oral – fue quien ungió a David. Esa misma
Ley salió a la defensa del nuevo rey, puesto que, aunque la Torá escrita prohíbe aceptar conversos moabitas, la Tradición Oral dictamina que sólo los hombres de ese pueblo no son aptos para convertirse, pero no las mujeres. La Estrella de David tiene seis puntas: está formada por dos triángulos, uno hacia arriba y el otro hacia abajo. Las tres puntas del primero simbolizan las tres partes de la Torá escrita: Torá, Nebiím y Ketubim. El segundo representa representa las tres partes de la Ley Oral: Mishná, Baraitá y Toseftá. Las dos leyes entrelazadas entre sí forman el Maguén David: ‘escudo’ del rey David, personaje de cuyo linaje vendrá el tan esperado Mashíaj.” El propósito de este libro es el de aclarar la relación relación tan estrecha que ha habido, desde siempre, entre ambas partes de nuestra sagrada Torá. “Moshé recibió la Torá del
(que la entregó en el) Sinai, y la transmitió a
Yehoshúa; Yehoshúa (la transmitió) a los ancianos; los ancianos a los Nebiím (profetas) , , y los los Nebiím la transmitier transmitieron on a los Hombres Hombres de la Gran Asamblea...”
(Pirké Abot, Tratado de Principios, Cap. 1-1)
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Uno de los temas centrales de nuestra identidad judía es, sin lugar a dudas, el de la transmisión de la Ley de la Torá hasta nuestros días. Todos sabemos que el Pentateuco (Los cinco libros de Moisés) no dicta las leyes y tradiciones de manera específica y detallada. Es la Ley Oral la que contiene las especificaciones de la forma de vida que Di-s pide de nosotros como judíos. Si no tuviéramos bien claro que la transmisión de esta información se ha venido dando de manera fidedigna, pondríamos en duda todos los principios, leyes y costumbres de nuestras comunidades. Los Jajamim (Sabios) nos aseguran que la Ley Oral es una parte inseparable de la Torá escrita, y que el mismo Moshé recibió en el Monte del Sinaí, directamente del Eterno, las leyes detalladas y todas las particularidades de cada una de las seiscientas trece Mitsvot (preceptos) de la Torá. También las interpretaciones correctas de cada pasaje bíblico; los secretos de la Kabalá; la ética judía y principios de moral y buen comportamiento que incluye el legado de la Torá, entre tantas otras cosas, fueron dictados en el Monte del Sinaí y transmitidos con completa fidelidad hasta la época en que finalmente se escribió la Mishná y, tiempo después, la Guemará. Definitivamente, sin la transmisión Oral sería imposible interpretar la Torá. Preceptos tan básicos como la Milá (circuncisión); la Sucá y las cuatro especies de Sucot; la manera correcta de degollar al animal para que su carne sea kosher; los tefilín y la forma de colocárselos; cómo llevar a cabo una boda, entre muchos otros, no están explicados en la Torá escrita. De no ser por la Ley Oral, no sabríamos qué hacer como judíos. Sirva este libro, pequeño por su volumen pero grande por la importancia de su contenido, como guía para conocer, aunque sea en parte, la línea de la transmisión de nuestras leyes y para “desarmar” a quienes creen – y hasta se
atreven a poner por escrito – que nuestras costumbres y tradiciones salieron “de repente” o fueron inventadas por alguien. E n una época como la actual, en la que
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se da por hecho lo que afirman unos cuantos – no no por tener la comprobación de lo que dicen sino por acceder a los medios de comunicación comun icación – , es fundamental buscar el origen de cada conocimiento y revisarlo minuciosamente antes de creerse cualquier cosa que nos digan. Conocer la estructura y la cronología de los principales libros de Ley judía, ayuda de gran manera a este fin. Rab Nissim Hanan Mochón
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CRONOLOGÍA GENERAL Época o evento
Diez generaciones desde Adam Harishón hasta Nóaj
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Año (de la
Año (de la era
Creación)
común)
0/1056
-3760/-2704
1656
-2104
10 generaciones desde Nóaj hasta que nace Abraham Abinu
1056/1948
-2704/-1812
Desde que nace Abraham Abinu hasta la Salida de Egipto
1948/2448
-1812/-1312
40 años en el desierto
2448/2488
-1312/-1272
850 años desde la entrada a la tierra de Israel hasta la destrucción del primer Templo
2488/3338
-1272/-422
3338/3408
-422/-352
(época de la Gran Asamblea y de los Zugot)
3408/3828
-352/año 68
Época de los Tanaítas
3448/3979
-313/219
3979/4260
219/500
Gueonim de Babel
4260/4798
500/1038
Los Rishonim
4798/5235
1038/1475
Los Ajaronim
5235/5700
1475/1940
Actualidad
5700-
1940-
El Mabul (Diluvio)
70 años de destierro en Babel (Babilonia)
Segundo Templo
Época de los Amoraím (Talmud Yerushalmí y Bablí )
Rabanán Saboraé y y los
La Torá... Los cinco libros de Moisés
La Biblia o Tanaj (por sus siglas en hebreo, Torá, Nebiím, Ketubim) comienza con el Pentateuco (Jumash) que incluye los cinco libros que escribió Moshé antes de su muerte. Bereshit (Génesis), Shemot (Éxodo), Vayikrá (Levítico), Bemidbar
(Números) y Debarim (Deuteronomio). En estos cinco libros se relata lo acontecido desde la creación del mundo hasta la muerte de Moshé, además de contener las seiscientas trece Mitsvot (ordenanzas) que Di-s encomendó a Su pueblo a través de Moshé Rabenu, Su fiel profeta. En Bereshit se encuentra la cronología del hombre, desde Adam Harishón (el primero) hasta la muerte de Yosef y sus her hermanos, manos, en Egipto. Shemot es el libro que trata acerca de la salida de los hijos de Israel de Egipto y la entrega de la Torá. Vayikrá, también llamado Torat Cohanim, la ley de los sacerdotes, contiene las leyes relacionadas con el
servicio del Templo y las leyes de pureza e impureza. En el libro de Bemidbar figura la cuenta detallada de cada tribu del pueblo de Israel y algunos datos acerca de lo sucedido con ellos en su larga travesía por el desierto. Finalmente, en Debarim, Moshé dice sus últimas palabras al pueblo, les recuerda por lo que pasaron durante cuarenta años y les indica cuál es el camino correcto por seguir, delante de Di-s. El Séfer Torá, tal como lo conocemos hoy, fue escrito desde la primera hasta la última letra por Moshé en el año 2488 de la creación del mundo (1272 antes de la era común). Cuarenta años antes, Moshé Mosh é estuvo en el Monte del Sinaí con el Creador durante cuarenta días y cuarenta noches sin comer y sin dormir recibiendo directamente de Él todas las leyes y explicaciones de la Torá. Fue entonces cuando el pueblo de Israel presenció la Revelación divina más extraordinaria que ha tenido lugar en la historia universal, pudiendo escuchar una voz celestial que les dictaba los Diez Mandamientos. Mandamientos.
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Sin embargo, no sólo los Diez Mandamientos fueron transmitidos a Moshé por el Creador. Toda la Torá que poseemos hasta hoy, con los detalles más mínimos de cómo escribirla, sus acentuaciones, sus pausas y todo lo que hace que un Séfer Torá sea kasher (apto) o pasul (no apto), es información que nos dejó el mismo Moshé antes de morir. Por eso, en algunas comunidades, cuando sacamos el Séfer Torá del hejal (arca) para leerlo en público, mostramos la letra a los cuatro vientos y decimos: Di-s es verdad, Moshé es verdad, su Torá es verdadera, y ésta es la Torá.
Es importante señalar que cada Séfer Torá que se ha escrito durante más de tres mil años ha sido copiado de un original anterior a él letra por letra, para evitar el más mínimo cambio. Esto nos da la seguridad de que todo lo que dicen los cinco libros del Pentateuco es totalmente fiel a lo que pasó en realidad en aquel tiempo, y que los millones de personas que lo vivieron fueron testigos de todo lo acontecido. Este testimonio es renovado por millones de judíos diariamente, a través del cumplimiento de los preceptos que nos recuerdan nuestro pacto con Di-s. La relevancia y la veracidad de nuestra nuest ra sagrada Torá es un hecho aceptado por las grandes culturas y religiones del mundo. Es precisamente de la misma Torá escrita ( Torá Shebijtab) de donde se extraen las seiscientas trece mitsvot (preceptos). La Ley Oral (Torá Shebealpé ) es la que nos dicta las leyes prácticas con todos sus detalles y particularidades. Ambas fueron enseñadas a Moshé y al pueblo de Israel. Ambas son verdaderas. Ambas nos hacen ser un pueblo con identidad propia aun cuando estemos dispersos entre todas las naciones del mundo.
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El Rambam (Maimónides) menciona cuarenta nombres de aquellos que encabezaron la transmisión de la Ley Oral en cada generación, desde Moshé hasta los autores del Talmud, pasando por la época de los Profetas y de los dos Templos Sagrados en Jerusalén. Los protagonistas más destacados de esta “Cadena de la Transmisión” son: 1. Moshé Rabenu; 2. Yehoshúa Bin Nun; 3. Pinejás, hijo de Elazar Hacohén; 4. Elí Hacohén;
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6. David Hamélej;
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5. Shemuel Hanabí;
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7. Ajiá Hashiloní; 8. Eliahu Hanabí; 9. Elishá Hanabí;
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10. Yehoyadá, el sacerdote; el sacerdote;
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11. Zejariá ben Yehoyadá; 12. Hoshea ben Beerí;
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13. Amós;
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14. Yeshayá;
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15. Mijá; 16. Yoel;
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17. Najum; 18. Jabakuk; 19. Tsefaniá; 20. Yirmeyá;
21. Baruj ben Neriá; 22. Ezrá Hasofer y los miembros de la Gran Asamblea*;
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23. Shimón Hatsadik;
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24. Antignós;
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25. Yosé ben Yoézer Yoézer y Yosé Yosé ben Yojanán;
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26. Yehoshúa ben Perajyá y N Nitai itai
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Haarbelí; 27. Yehudá ben Tabai Tabai y Shimón
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ben Shataj;
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28. Shemayá y Abtalión;
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30. Rabán Shimón (hijo de Hilel); 31. Rabán Gamliel (Hazaquén); (Hazaquén);
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32. Rabán Shimón ben Gamliel;
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33. Rabán Gamliel (de Yavne);
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34. Rabí Shimón ben Gamliel;
29. Hilel y Shamai;
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35. Rabí Yehudá Hanasí (Rebi,
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compilador de la Mishná)
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36. Rabí Yojanán, Rab y Shmuel;
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37. Rab Huná; 38. Rabbah;
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39. Raba; 40. Rab Ashé. *La Gran Asamblea estaba compuesta de 120 sabios, entre ellos: Mordejay, Daniel, Ezrá, Nejemiá y los últimos Profetas.
Todos ellos, con el apoyo de cientos o miles de estudiosos de su época, transmitieron transmitiero n el contenido de la Ley Oral.
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Nebiím... Los libros de los Profetas
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La segunda parte de la Biblia (Tanaj) comprende los libros de los Profetas. Ésta, a su vez, se divide en dos partes: Nebiím Rishonim (los primeros Profetas) y Nebiím Ajaronim (los últimos Profetas). En total, el periodo de nuestra historia que comprende la época de los Profetas duró novecientos sesenta años. Los libros de los Profetas, con sus respectivos autores, son:
NEBIÍM RISHONIM Libro
Autor
Año (en que comienza)
Yehoshúa (Josué) Shofetim (Jueces) Shemuel
Yehoshúa 2488 Bin Nun (1272 a.e.c.) Shemuel Hanabí 2516 (1244 a.e.c.) Shemuel Hanabí 2830
(Samuel I y II) Melajim (Reyes I y II)
(930 a.e.c.) Yirmeyá Hanabí 2924 (836 a.e.c.)
NEBIÍM AJARONIM Libro
Yeshayá (Isaías)
Autor
Año
Jizkiyá Hamélej 3140 (620 a.e.c.) y su Tribunal Rabínico Yirmeyá Hanabí 3316 (444 a.e.c.)
Yirmeyá (Jeremías) Yejezkel (Ezequiel) Los miembros de 3332 (428 a.e.c.) la Gran Asamblea Teré (DoceAsar Profetas): Hoshea (Oseas) Yoel (Joel) Amós La Gran Obadiá Asamblea Yoná (Jonás) Mijá Najum Jabakuk Tsefaniá Jagay Zejariá (Zacarías) Malají
3309-3448 (451-312 a.e.c.)
Con la muerte de Ezrá Hasofer en el año 3448 de la Creación / 312 a.e.c., se da por terminada la época de los Profetas. La transmisión de la Torá Oral continuó de manera ininterrumpida durante este periodo.
Ketubim... Los Los Hagiógrafos
La tercera parte de la Biblia ( Tanaj) se compone de once libros llamados Ketubim. Si sumamos estos once a los trece anteriores (cinco de la Torá y ocho
de los Profetas) tenemos que las Sagradas Escrituras comprenden veinticuatro libros en total. Los Jajamim (Sabios) llaman a la Biblia Mikrá, del verbo hebreo Likró (leer), porque durante siglos fue ésta la única parte escrita de la Torá y la
leían de sus libros li bros (rollos y pergaminos), mientras que la Ley Oral se transmitía sólo verbalmente. Los Ketubim incluyen los cinco libros que se llaman Meguilot (rollos) que son: Shir Hashirim, Rut, Ejá, Kohélet y Esther . Éstos se leen en público en distintas festividades judías. Los Hagiógrafos, con sus respectivos autores, son:
Libro
Autor
Tehilim (Salmos)
David Hamélej (a través de diez ancianos: Adam, Malki- Tsédek, Abraham, Moshé, Hemán, Yedutún, Asaf y los tres hijos de Kóraj)
Mishlé (Proverbios)
Shelomó Hamélej (editado por
Jizkiyá y su Tribunal Rabínico)
Moshé Rabenu LAS CINCO MEGUILOT Shir Hashirim (Cantar de los Shelomó Hamélej (editado por Jizkiyá y su Tribunal Rabínico) Cantares) Iyob (Job)
Rut
Shemuel Hanabí (el profeta Samuel)
Ejá (Lamentaciones)
Yirmeyá Hanabí (Jeremías)
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Kohélet (Eclesiastés)
Shelomó Hamélej (editado por
Esther
Los miembros de la Gran Asamblea
Jizkiyá y su Tribunal Rabínico)
Daniel
Los miembros de la Gran Asamblea
Ezrá (y Nejemiá)
Ezrá Hasofer
Dibré Hayamim (Crónicas)
Ezrá y Nejemiá
Todos estos libros, junto con la interpretación correcta de cada uno de sus pasajes, fueron transmitidos fielmente de generación en generación hasta nuestros días. La Biblia trata, desde su comienzo en el Génesis hasta la interrupción de la Profecía con la muerte de Ezrá Hasofer, del año 0 al año 3448 de la Creación del mundo (del 3760 al 312 antes de la era común). La Mishná... La base de la Ley Oral
Después de la época de la Biblia, cuando aún se encontraba en pie el segundo Templo Sagrado en Jerusalén, los dirigentes espirituales de nuestro Pueblo fueron los primeros Sabios cuyos nombres figuran en la Mishná. Comenzando con Shimón Hatsadik (el justo) quien fuera el remanente de la Gran Asamblea, seguido por Antignós Ish Sojó y los Zugot (parejas de Sabios) que están mencionados en el primer capítulo del Pirké Abot (Tratado de Principios). La última de estas parejas la formaron Hilel y Shamai, protagonistas de los años previos a la destrucción del Templo (3728-3768 de la creación / -32 al año 8 de la era común).
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A partir de entonces comienza la época de los Tanaítas, maestros de la Mishná, hasta llegar a Rabí Yehudá Hanasí, quien compiló toda la información
de la Torá Oral en esta magnífica obra que es la Mishná. La palabra Mishná significa “segunda” (del hebreo sheniyá) y se llama así por tratarse de la segunda Ley que recibió Moshé en el Monte del Sinaí, después de la Ley escrita. También significa “estudio” (del hebreo shinún, repetir o
memorizar). La Mishná se compone de seis sedarim (secciones), que a su vez están divididos en 63 masejtot (tratados). Antes de Rabí Yehudá Hanasí (conocido también como Rebi o Rabenu Hakadosh) ya existían escritos acerca de la Ley oral; pero fue él quien se dedicó
a reunir todas las distintas opiniones, aun aquellas que no fueron aceptadas como ley práctica, en una sola obra que aclarara las dudas y lograra establecer una misma costumbre entre los judíos. La compilación de esta magna obra se llevó a cabo en el año 3948 (188 de la era común). La decisión de escribir las la s leyes que hasta entonces se transmitieron de manera oral fue motivada por la visión de los Sabios acerca del futuro del pueblo judío quien, ya exiliado en la diáspora, se podía olvidar de la Torá. La época de los Tanaítas se puede dividir en seis generaciones (Rabán Shimón, hijo de Hilel Hazaquén, el anciano, vivió en los años previos a la destrucción del Segundo Templo. A partir de su hijo, Rabán Gamliel, comienza la genealogía de los Tanaítas): 1. Rabán Gamliel Hazaquén: recibió la Torá de su padre (Rabán Shimón) y fue contemporáneo de los alumnos de Hilel; de ellos, el más grande fue Yonatán ben Uziel Uziel y el m menor enor fue Rabán Rabán Yojanán ben ben Zacay. 2. Rabán Shimón ben Gamliel: destrucción del Segundo Templo; fue uno de los diez sabios prominentes a quienes torturó y ejecutó el imperio romano.
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3. Alumnos de Rabán Yojanán ben Zacay: Rabí Eliézer, Rabí Yehoshúa, Rabí Yosí Hacohén, Rabí Shimón ben Netanel, Rabí Elazar ben Araj. Otros contemporáneos fueron: Rabán Gamliel (de Yavne), Rabí Yojanán ben Nuri, Abá Shaúl, Najum Ish Gamzú, etc. 4. Rabí Akibá ben Yosef: época de persecuciones y matanzas despiadadas despiadada s por parte del emperador Adriano. Contemporáneos: Rabí Ishmael, Rabí Tarfón, Rabí Yehoshúa ben Korjá, etc. 5. Alumnos de Rabí Akibá: Rabí Meír (Baal Hanés), Rabí Ishmael, Rabí Shimón bar Yojai, Rabí Yehudá bar Ilay, Rabí Yosí ben Jalaftá, Rabí Elazar ben Shamúa y Rabí Nejemiá. 6. Rabí Yehudá Hanasí, hijo de Rabán Shimón ben Gamliel (el segundo). Compiló la Mishná en el año 3948, exactamente 1 500 años después de la entrega de la Torá. Los seis sedarim de la Mishná son: Zeraím (acerca de las semillas); contiene las leyes referentes a lo que crece de la Tierra. La intención de esta primera sección es la de aclarar que todo lo que hay en la Tierra pertenece a Di-s y no es permitido gozar de ello sin antes aplicarle las leyes que nos dicta la Torá. El tratado de Berajot, primero de esta sección, habla acerca del Keriat Shemá, los rezos
y las bendiciones por los alimentos. Otros tratados hablan de los productos agrícolas que tienen leyes especiales por crecer en la tierra de Israel, algunos de los cuales son exclusivos para los Cohanim (sacerdotes) (sacerdotes) o para los necesitados, etc. Moed (fechas especiales); trata acerca de las leyes de Shabat y las
festividades del calendario judío. El servicio de Yom Kipur, las leyes de Pésaj, las reglas de Yom Tob y la santificación del novilunio (Rosh Jódesh), son algunos de los temas que se desglosan en esta sección.
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Nashim (mujeres); las leyes que rigen la vida entre el hombre y la mujer.
Matrimonios y divorcios, la Ketubá, leyes de las promesas y otras muy diversas se estudian aquí. Nezikín (daños y perjuicios); las reglas comerciales entre las personas. Responsabilidad de daños, sociedades, herencias, los juicios, la ética, ética, entre otros temas. Kodashim (sacros); los sacrificios que se ofrecían en el Templo Sagrado.
Las leyes acerca de la alimentación kosher y otras leyes relacionadas con el Templo. Taharot (purezas); todo lo referente a la pureza e impureza.
La época de la Mishná concluye en el año 3979 (219 e.c.). Aunque existen manuscritos muy antiguos, la Mishná se imprimió por primera vez en el año 1492 de la era común, en Nápoles, con la explicación del Rambam (Maimónides). Las Baraytot
Rabí Yehudá Hanasí incluyó en la Mishná la mayoría de los midrashim que fueron estudiados antes de su época y de los conocimientos de tradición que hasta entonces se enseñaban de manera oral, pero no todos. La complementación de ideas que no aparecen en la Mishná se encuentra en la Toseftá y en los midrashim halájicos.
El conjunto de opiniones y aclaracio aclaraciones nes que no fueron incluidas en la Mishná recibe el nombre de Baraytá, término que viene de la palabra “bar” que
significa “fuera”, ya que fueron estudiadas y dictaminadas fuera del centro de
estudios del propio Rabí Yehudá Hanasí. A diferencia de la Mishná, la Baraytá no posee una validez determinante para dictar la ley a partir de la misma. Solamente si los Amoraím del Talmud
establecieron establecier on que la ley queda como alguna Baraytá es que aplicamos así la Halajá. Muchas de las dudas y discusiones del Talmud se resolvieron resolvieron con base
en alguna Baraytá que sirvió como ayuda para entender a fondo las palabras de los Tanaítas. Entre los principales compiladores de las Baraytot se encuentran Rabí Jiyá y Rabí Hoshayá.
El Zohar Hakadosh... Principal obra de la Kabalá
Durante la época de los Tanaítas (maestros de la Mishná) la fuerte opresión por parte del Imperio romano en Érets Israel obligó a muchos de los estudiosos de la Torá a esconderse para poder continuar con sus sagrados estudios. Tal fue el caso del gran Rabí Shimón Bar Yojai, autor del Zohar Hakadosh, quien permaneció oculto en compañía de su hijo, Rabí Elazar, dentro
de una cueva durante trece años. En este lapso de tiempo, los dos Jajamim (sabios) profundizaron en el estudio de la sagrada Torá y lograron descifrar muchos de sus secretos más difíciles de comprender. El resultado de estos años es el contenido del Zohar, que significa “brillo” o “esplendor”. Esta obra es considerada el libro básico de la Kabalá, parte de la
Torá Oral que abarca los temas filosóficos más profundos (y ocultos) acerca de la esencia de la vida, la creación del mundo, los mundos superiores, etc. Este conocimiento,, aunque viene transmitiéndose desde Moshé Rabenu, casi se perdió conocimiento durante varias épocas de nuestra historia, por lo difícil y profundo de sus conceptos. La palabra Kabalá (Cábala) significa “recepción” y se le conoce con este nombre por el hecho de que, para entenderla realmente, es indispensable recibir la información de un Mekubal, Rabino que la recibió a su vez de su maestro hasta llegar a Moshé Rabenu. Si uno estudia la l a Kabalá por su cuenta o
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con un maestro que no conoce sus conceptos cabalmente, en lugar de entenderla quedará lleno de errores y confusiones. El libro del Zohar ha ayudado enormemente a que este conocimiento no se pierda. En él se han basado los grandes kabalistas kabalistas de nuestro pueblo. A fines del siglo XIII, Rabí Moshé de León (murió en España en 1305 de la era común) encontró los manuscritos del Zohar, mismos que, aparentemente, se hallaban lejos del alcance de los estudiosos de la época. Aunque después de la muerte de este sabio hubo quienes dudaron de la autenticidad de este texto, con el correr de los años se ha aceptado que esos manuscritos fueron escritos realmente por Rabí Shimón Bar Yojai, y completados por sus alumnos y los alumnos de ellos, por varias generaciones. El Zohar está dividido como las Parshiyot (porciones) de la Torá, escrito a modo de explicaciones a las mismas. Está formado básicamente de dos partes: las explicaciones no ocultas y las ocultas. Esta segunda parte, por la profundidad de sus enseñanzas no se recomienda estudiarla sin antes tener un vasto conocimiento del Talmud. Después de ser apto para deleitarse con los secretos de la Kabalá, se debe contar con un maestro que sea apto para enseñarla. Es importante señalar que existen muchos charlatanes que se hacen llamar Makubalim y enseñan la Kabalá a todo tipo de público, falsamente. Antes de
incursionar por la Kabalá hay que consultar con un u n Rabino calificado para saber adónde dirigirse. Un dato interesante que está mencionado en el libro del Zohar es el que menciona que “la Tierra es redonda, como un globo. Unos habitan arriba y otros
abajo, mientras que para unos es de día, para los otros es de noc he...” Este concepto era desconocido para el viejo mundo. Incluso en la época de Rabí Moshé de León, la gente desconocía este hecho, lo cual nos habla acerca de la veracidad de los libros que contienen la Torá Oral.
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El Midrash... Interpretación de la Torá
Nuestra sagrada Torá se puede estudiar en cuatro niveles diferentes: Peshat (interpreta (interpretación ción sencilla); Remez (alusión que está insinuada en el texto
escrito); Derush (interpretac (interpretación ión estudiada); y Sod (explicacione (explicacioness ocultas). Estas cuatro formas de estudio se conocen como Pardés Toratenu (el huerto de nuestra Torá) por sus siglas sigl as en hebreo. De la tercera de ellas, Derush, proviene el nombre del Midrash, que es una recopilación de explicaciones de la Torá, tanto de sus leyes como de sus relatos. Existen muchos libros que son considerados midrashim. Hay dos tipos: halájicos (que contienen leyes) y agádicos (hablan de relatos e interpretaciones interpretaciones bíblicas e históricas). Los midrashim fueron escritos por los Tanaítas (maestros de la Mishná) y los Amoraím (del Talmud) tales como: Midrash Rabá; Mejiltá; Sifrá; Sifrí, etc.
El mundo del Midrash agádico es muy distinto al del Talmud. Mientras que del Talmud se extraen todas las halajot (leyes prácticas), del Midrash aprendemos muchos detalles interesantes e importantes acerca de lo acontecido en los pasajes bíblicos, relatos y parábolas que nos ilustran, pero no podemos extraer de allí leyes prácticas. En ocasiones se mencionan datos en el Midrash que no sabemos si los Jajamim (Sabios) que lo escribieron se referían a lo que se entiende de ellos en
el sentido literal o si se trata de algo más profundo que está dicho en sentido figurado. Es por esto que, cuando se trata de un fragmento del Midrash, no lo damos por descartado a causa de una pregunta, ya que no tenemos la certeza de haber comprendido sus palabras por completo. El más importante comentarista de la Torá, Rashí (Rabí Shelomó Itsjaki, 1040-1105 de la e.c.), basa parte de sus explicaciones al Pentateuco Pentat euco en el Midrash para darnos a entender con mayor amplitud lo que implica el versículo en
cuestión. La importancia de la información contenida en el Midrash es indiscutible, sólo que es necesario recurrir a los exégetas que han escrito sus comentarios comentar ios sobre el mismo para no equivocarse y creer que se ha comprendido en su totalidad lo allí escrito. Aun los datos que parecen más extraños tienen, por lo general, una interpretación interpretación que deja satisfecho al que los estudia.
El Talmud Yerushalmí... La Guemará de Érets Israel
El Talmud se compone de dos partes: la Mishná y la Guemará. La Guemará es la explicación y la ampliación de lo escrito en la Mishná. Existen a
su vez dos versiones de la Guemará: Talmud Yerushalmí y Talmud Bablí. El Talmud Yerushalmí, también conocido como la Guemará de Érets Israel, incluye las palabras de los Amoraím (literalmente: traductores; así se llama a los Rabinos de la Guemará) que vivían en la tierra de Israel, especialmente en la Galilea, en las ciudades de Tiberíades, Tsipori y Cesárea. El Talmud Yerushalmí que conocemos en la actualidad está basado solamente sobre cuatro de las seis secciones (sedarim) de la Mishná: Zeraim (acerca de las semillas), Moed (fechas especiales), Nashim (mujeres) y Nezikín (daños y perjuicios). También explica los primeros capítulos del tratado de Nidá. Existe una gran controversia acerca de la autenticidad de la explicación sobre la sección que habla de los sacrificios que se ofrecían en el Templo ( séder Kodashim), misma que apareció muchos años después. No se sabe si es
realmente parte del Talmud Yerushalmí o no. El autor del Yerushalmí es Rabí Yojanán, uno de los principales y más destacadoss protagonistas de la Guemará, tanto en Érets Israel como en Babel, destacado aunque se da por hecho que fueron sus alumnos quienes completaron esta obra.
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La época de los Amoraím en Érets Israel duró ciento cuarenta años en total, del año 3979 (219 de la e.c.) al año 4119 (359 de la e.c.). El cierre del Talmud Yerushalmí tuvo lugar en el año 4128 (368 de la e.c.), ciento treinta y dos años antes que el cierre del Talmud Bablí. A pesar de la importancia e indudable influencia influencia de es esta ta Guemará de Érets Israel dentro de la literatura judía, cuando se trata de extraer leyes
prácticass nos basamos principalmente en el Talmud práctica T almud Bablí, ya que fue escrito después, además de que los Amoraím de Babilonia eran expertos en el Yerushalmí. Así lo establec establecee uno de los primeros primeros Jajamim que se dedicó a legislar, el Rabí Itsjak Alfasi mejor conocido como el Rif (siglo XI e.c.). En la misma época del Talmud Yerushalmí, un gran Sabio de nombre Hilel Hashení (el segundo) estableció el Calendario Calendario hebreo permanente, mismo que utilizamos hasta nuestros días. Esto fue en el año 4118 (358 de la e.c.). La exactitud de este calendario y la precisión con la que mide el ciclo lunar, es objeto de admiración por parte de los científicos de nuestros tiempos. El Talmud Bablí... La Guemará de Babilonia
El Talmud Bablí es la compilación de las explicaciones, aclaraciones y ampliaciones a la Mishná que enseñaron los Amoraím que vivían en Babilonia, aunque también incluye las explicaciones de algunos Amoraím de Érets Israel. Llamado también Shas (por las siglas en hebreo de las palabras Shishá Sedarim, las seis secciones de la Mishná) o “ n nuestra uestra Guemará”, el Talmud Babilónico es la serie de libros más estudiada por los judíos del mundo. La Guemará (término arameo cuyo significado literal es “terminar” o “completar” el estudio) está compuesta por dos partes: la halajá (leyes) y la agadá
(relatos y elucidaciones filosóficas y morales). Ambas están entrelazadas en esta magnífica obra, lo cual ayuda a que quienes la estudian no sólo obtengan la información necesaria para comprender las leyes y la tradición judía, sino que
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reciban una formación ética y moral que conduce al verdadero Ir-at Shamaim, temor y reverencia delante del Todopoderoso. La época de la Guemará comienza a partir de los alumnos de Rabí Yehudá Hanasí (autor de la Mishná), quienes completaron la obra de éste con la Toseftá y las Baraytot, que son, como dijimos antes, el apéndice de la Mishná y los dictámenes de los Tanaím que fueron enseñados fuera de la casa de estudios del propio Rabí Yehudá Hanasí. Algunos de los Amoraím más sobresalientes de la Guemará son: Primera generación: (año 3979 / 219 de la e.c.) Rabí Jiyá y Rabí Oshayá;
Rabí Gamliel y Rabí Shimón (hijos de Rabí Yehudá Hanasí); Rabí Yehoshúa Ben Leví, Rabí Yojanán y Resh Lakish, etc. Todos ellos florecieron floreciero n en Érets Israel, aunque algunos también son protagonistas del Talmud Bablí. Rab y Shmuel... En Babel. Segunda generación: (año 4010 / 250 de la e.c.) Rab Huná, Rab Yehudá, Rab Najmán Bar Yaakob, Rab Kahaná, Rab Jisdá.
Tercera generación: (año 4060 / 300 de la e.c.)
Rabbá y Rab Yosef. Cuarta generación: (año 4085 / 325 de la e.c.)
Abayé y Raba; Raba; Rab Najmán Najmán Bar Itsjak, Rab Rab Papá y Rab Jamá. Última generación: (4127 / 367 de la e.c.)
Rab Ashé, Rab Zebid, Rabina. El cierre del Talmud Bablí fue en el año 4260 / 500 de la e.c. Tenemos Guemará sobre treinta y seis tratados de la Mishná. Rab Ashé fue el compilador de la Guemará al lado de otro sabio llamado Rabina, y le tomó sesenta años ordenar y
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editar todo su texto. Él fue el eslabón número cuarenta en la cadena de la transmisión oral desde Moshé. No sólo de leyes y de anécdotas habla el Talmud. También contiene un verdadero manantial de sabiduría acerca de temas tan diversos como: matemáticas, álgebra, medicina y astronomía, entre muchos otros. El Talmud ha sido y seguirá siendo motivo de orgullo para nuestro pueblo. En él se demuestra por qué llamamos a nuestros Rabinos Jajamim (sabios), porque aquel que estudia el Talmud con constancia constan cia y dedicación (aunqu (aunquee no se dedique al rabinato) adquiere una cantidad de conocimientos conocimientos verdaderamente impresionante. Los principales exégetas del Talmud son: Rashí (Rabí Shelomó Itsjaki), considerado el más grande Mefaresh (comentarista) del Tanaj y del Talmud, así como un gran experto en lengua hebrea, que escribió una explicación muy exacta y concisa, aclamada y reconocida por su gran claridad y brevedad. Dirigió su propia escuela en la que cientos de estudiantes se beneficiaron con su vasta erudición y particular método interpretativo. Además de la importancia de sus comentarios, dejó otro legado: La escritura de Rashí, que se usa hasta la fecha en la publicación de muchos libros y explicaciones (aunque no quiere decir que él mismo la usó). Sus últimos años de vida se vieron afectados por las masacres cometidas contra familiares y amigos en la primera Cruzada (1095-96). Durante este período transfirió su Bet Hamidrash (casa de estudio) de Troyes (Francia) a Worms. Sus descendientes, herederos de esta cultura, fundaron la escuela de comentaristas conocida conoci da como Tosafista, cuyo nombre deriva de la raíz hebrea que significa «agregar» (año 4865 / 1105 e.c.); el Tosafot (reunión de muchos sabios, entre ellos nietos de Rashí, como: Rashbam y Rabenu Tam) extiende el análisis y comparación con otros tomos del Talmud (los Baalé hatosafot vivieron en Francia y Alemania, principalmente, aunque algunos eran de Inglaterra e Italia, años 4890-4990 / 1130-1230 e.c.).
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La primera edición impresa del Talmud data del año 1520 de la e.c., en Venecia. El Shas ha tenido innumerables impresiones, por ser la base de todos los estudiosos de la Torá, así como la guía que marcó la pauta a todos los Poskim (Rabinos que se dedican a legislar). Desde el cierre del Talmud hasta nuestros días, esta obra se ha visto amenazada con desaparecer en muchas ocasiones. Decretos de quema y la censura de la Inquisición son algunas de las muchas tribulacione tribulacioness por las que tuvo que pasar la Guemará antes de llegar a nuestras manos. Sin embargo, gracias a la constante supervisión y protección de Di-s hacia los Suyos, el Talmud llega a nosotros con más fuerza y vigencia que nunca. Incluso algunas partes que quitó la censura pudieron recuperarse y estudiarse cuando fue comparado el texto del Talmud impreso con los manuscritos de los judíos que vivían en países árabes. Actualmente continúan saliendo a la luz pública nuevas ediciones del Talmud Bablí con diversas ayudas para agilizar su estudio. Algunas cuentan con la traducción al hebreo o al inglés (entre otros idiomas) y comentarios para facilitar su comprensión. En todas las yeshibot y colelim del mundo, así como en muchas sinagogas, el estudio del Talmud ocupa la mayor parte del tiempo que dedican a estudiar Torá.
El Rambam... Rabí Moshé Ben Maimón
Después de la época del Talmud siguió el periodo de los Saboraim y el de los Gueonim (4260-4797 / 500-1037 de la e.c.) durante el cual no fue necesario escribir libros de halajot (leyes prácticas), salvo algunas obras, porque la gente aún las podía extraer del Talmud. Sin embargo, con el paso del tiempo se hizo más difícil entender a fondo el Talmud, lo cual fue haciendo necesario que los Jajamim (Sabios) de la época
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dictaminaran las leyes con base en el Talmud. Así comienza la época de los Rishonim (Primeros).
El primer libro de halajot que se dio a conocer en todos los rincones del mundo donde había judíos (en aquella época comenzaba a florecer el judaísmo ashkenazí en Europa) fue el Séfer Hahalajot de Rabí Itsjak Alfasi (el Rif, 4773-
4863 / 1013-1103 de la e.c.), alumno de Rabenu Nissim y de Rabenu Jananel, y contemporáneo contempor áneo de Rashí. Ra shí. Esta obra marcó la pauta para muchos otros Rishonim que hicieron lo propio al extraer leyes claras de la complejidad complejidad del Talmud. Sin embargo, el libro de leyes más completo y apreciado de la literatura judía surgió algunos años después. Rabí Moshé Ben Maimón, conocido como Rambam, Maimónides, dedicó diez años de su prolífica vida a codificar todas las leyes de nuestra sagrada Torá, dando como resultando su magna obra: el Mishné Torá.
El nombre de la obra significa literalmente “segunda parte” o “repetición”
de la Torá, nombre con el que se conoce también al último libro del Pentateuco Debarim, Deuteronomio). En ella, el Rambam logró compilar de manera clara y ( Debarim
estrictamente ordenada todas las leyes relacionadas con las seiscientas trece mitsvot (preceptos) de la Torá.
A diferencia de otros Poskim (Rabinos que se han dedicado a legislar con base en la Ley judía) anteriores y posteriores a él, el Rambam escribió también las leyes que aplican sólo en tiempos del Templo Sagrado, las que están vinculadas a la Tierra de Israel, así como cualquier otro tópico, aunque no sea aplicable en la diáspora. El Mishné Torá es tan completo que el propio Maimónides escribió en su introducción que “el hombre debe estudiar primero la Torá escrita y después esta
obra, de esta manera aprenderá toda la Torá oral, sin necesidad de estudiar ningún otro libro entre una y otra”. Esto no significa de ninguna manera que no
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debamos estudiar el Talmud; por el contrario, para entender a fondo cualquier ley judía es indispensable i ndispensable aprenderla aprenderla desde su origen en la Mishná o la Guemará con todas sus interpretaciones. interpretaciones. Lo que sí es un hecho es que quien estudia la obra del Rambam obtiene un panorama claro y ordenado de la Torá Oral en su totalidad. El Mishné Torá está dividido en catorce libros, por lo que también se le conoce con el nombre de Yad Hajazaká, que significa “el Brazo fuerte”, ya que el valor numérico de la palabra Yad, por sus letras en hebreo, es de catorce. Esto también hace alusión a lo que dice el Pasuk (versículo) al final de la Torá: “Y en todo el brazo fuerte... que hizo Moshé ante los ojos de todo Israel”. A pesar de que ere a Moshé Rabenu, acerca del Rambam dijeron: “Desde ahí el versículo se ref iiere Moshé (Rabenu) hasta Moshé (Ben Maimón) no hubo otro como Moshé”, debido
no sólo a las magníficas obras del Rambam, sino al papel que tuvo como líder y dirigente espiritual de los judíos de su época, y por haber señalado el camino para las generaciones posteriores posteriores a él. Gran dirigente, médico afamado, filósofo reconocido que aclaró cuáles partes de la Filosofía Aristotélica son verdad y cuáles no lo son, Maimónides es uno de los grandes personajes de nuestro pueblo, que forma parte de la gran cadena de la transmisión de la Ley Oral, que continuó tras el cierre del Talmud hasta nuestros días. Maimónides vivió del año 4895 (1135 de la e.c.) al 4965 (1205 de la e.c.). El Mishné Torá fue terminado en 4937 (1177 de la e.c.). La influencia de sus opiniones y de sus decisiones halájicas es indudable. El Shulján Aruj, código de la ley judía por excelencia, está basado en gran medida en el Rambam.
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Los Arbaá Turim... Antesala del Shulján Aruj La época de los Rishonim (literalmente, “Primeros”) comprende desde el
año 4798 (1038 de la e.c.) hasta el año 5235 (1475 de la e.c.). En ella florecieron grandes Sabios que se dedicaron a la difícil tarea de extraer del Talmud las leyes prácticass para todos los práctica l os judíos. Tanto para los judíos sefaradim como para los ashkenazim, esta época resultó muy prolífica en cuanto a la abundancia de libros que explican la Torá y dictaminan la Halajá (Ley judía). De entre todos estos maestros, destacan tres a quienes se considera los “Pilares de la instrucción” i nstrucción” ( Amudé Amudé Hahoraá, en hebreo),
ellos son: el Rif, Rabí Itzjak Alfasi; el Rambam, Rabí Moshé ben Maimón; y el Rosh, Rabenu Asher ben Yejiel.
El hijo del Rosh, Rabí Yaacob ben Asher (o Ben Harosh), fue el autor del compendio Arbaá Turim. Precisamente debido a esta obra se le conoce también como el Baal Haturim . El nombre de estos libros está inspirado en el versículo que habla acerca del pectoral del Cohén Gadol (Sumo Sacerdote del Templo sagrado), en el cual la Torá menciona que llevaba cuatro series de piedras preciosas llamadas “Arbaá Turim”. Escribió esta obra después de haber
recopilado los dictámenes halájicos de su padre, el Rosh. En ella, el Baal Haturim se dio a la tarea de compilar las leyes prácticas para los judíos, tomando en cuenta la opinión de muchos de los Rishonim anteriores a él, así como la de sus contemporáneos. El Arbaá Turim (Tur) fue publicado en el año 5100 (1340 de la e.c.) y gozó de mucha aceptación. Sobre esta obra escribieron sus comentarios y argumentaciones grandes Rabinos como el Maharí Abuhab y el Maharí Ibn Jabib. Sin embargo, el comentario que más se estudia hasta hoy, es el famoso Bet Yosef , escrito por Rabí Yosef Caro, autor del Shulján Aruj. También las
explicaciones del Baj, el Drishá y Prishá, y el Darké Moshé (ver más adelante).
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El que estudia una Halajá (Ley) desde el Tur y el Bet Yosef, tendrá una idea muy completa acerca de las diversas opiniones de los Rishonim que hay sobre la misma, aun sin haber estudiado cada párrafo del Talmud que esté relacionado. De esta manera, podrá comprender de dónde proviene cada una de las distintas costumbres que hay entre los judíos de diferente procedencia. Otro de los grandes maestros de todas las épocas que escribió su explicación acerca del Tur fue Rabí Moshé Iserlish, autor de las Hagahot (notas complementarias) complementa rias) al Shulján Aruj, mismas que son consideradas consideradas como la pauta de la aplicación de las leyes y costumbres entre los judíos ashkenazim en su generalidad. A este comentario se le llamó Darké Moshé . En los Arbaá Turim se aclaran los motivos de cada ley, se estudia cada una de ellas con profundidad, se discute y se razona todo tipo de cuestionamientos cuestionamient os al respecto. A diferencia de lo que piensan aquellos que nunca han tenido la oportunidad de estudiar la sagrada Torá, cuando se estudia cualquier ley o costumbre de nuestro pueblo, se trata de entender el porqué de la misma; teniendo una idea acerca del origen de las tradiciones, las cuales, lejos de haber sido “inventadas” por alguien, están muy bien basadas en la tradición
Oral y en las aclaraciones y dilucidaciones de los estudiosos de cada época, se logra llevarlas a cabo con contenido y fervor. Los nombres de las cuatro partes del Arbaá Turim son: Óraj Jayim; Yoré Deá; Eben H Haézer aézer y Joshen Mishpat. Con estos mismos nombres se conocen hasta
hoy las cuatro partes del código de leyes, Shulján Aruj.
El Shulján Aruj... Código de leyes
Poco más de doscientos años después del Tur, aparece la figura más importante de nuestro pueblo en lo referente referente al dictamen definitivo de las leyes judías: Rabí Yosef Caro. También También conocido como Marán (nuestro Maestro), este
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gran Sabio ha tenido el mérito de que sus decisiones halájicas gocen de una amplia aceptación y aplicación en todas las comunidades judías del mundo. Especialmente entre los judíos sefaradim, la opinión de Marán es considerada ley práctica (Halajá Lemaasé ) en casi todos los temas. Autor de varios libros de elucidación como el Késef Mishné sobre el Rambam, y el Bet Yosef sobre el Tur, Rabí Yosef Caro fue reconocido como un erudito de la Torá incluso antes de haber escrito el Shulján Aruj. Cuando escribió el Shulján Aruj (en el año 5333 de la Creación, 1573 de la e.c.), más de doscientos Rabinos de la época apoyaron sus dictámenes. Por ello, se le considera el código de leyes prácticas hasta nuestros días. En esta obra, que literalmente significa “La mesa servida”, Marán codifica
y decide qué opinión queda como Halajá en todas las áreas que aplican a los judíos de la diáspora, diáspora, en épocas como como la actual en la que no contamos contamos con el Bet Hamikdash (Templo sagrado). Habiendo tantas opiniones entre los Rishonim
acerca de cómo llevar a cabo los diversos rituales de nuestra religión, es una verdaderaa bendición del Cielo contar con un Código de leyes simplificado, claro, verdader breve y conciso, al alcance de todos. Tenemos la tradición de que Marán contaba con un Maguid (enviado celestial) que estudiaba con él. Algunos de los diálogos que sostuvo con éste se encuentran en el libro Maguid Mesharim. Sin embargo, los estudiosos de la Torá nos enseñan que la ley judía no está basada en la ayuda celestial que tuvo este gran Sabio. Es en el estudio concienzudo y a profundidad que hizo de cada ley, desde su origen, en lo que está cimentada su magna obra, código de leyes para las generacione generaciones. s. Como habíamos mencionado antes, el Shulján Aruj está basado en tres opiniones principales o tres “pilares” de la instrucción: el Rif, Rabí Itzjak Alfasi;
el Rambam, Rabí Moshé ben Maimón; y el Rosh, Rabenu Asher ben Yejiel.
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Quizás la del Rambam es la más sólida para Marán, aunque cuando dos de estos tres pilares están de acuerdo en una ley, la dictamina como ellos. – y algo del contenido Las cuatro partes en las que está dividido el Shulján Aruj – de cada una de ellas – son: son: 1. Óraj Jayim: leyes cotidianas desde que la persona amanece hasta que se
va a dormir; el tsitsit; los tefilín; los rezos y las bendiciones; Shabat, festividades y ayunos; entre otras. 2. Yoré Deá: lo permitido y lo prohibido; la Shejitá y las señales de los animales que son Kosher; leyes de carne y leche; utensilios Kosher; la idolatría; la prohibición de prestar con interés; leyes de la mujer Nidá y la Mikve; promesas y juramentos; honrar a los padres; la tsedaká; el berit Milá; leyes de duelo; entre otras.
3. Eben Haézer: leyes acerca del matrimonio y la familia; la reproducción; el kidushín; la ketubá; el divorcio; entre otras. 4. Joshen Mishpat: leyes del Bet Din (Tribunal rabínico); los jueces; testigos; préstamos; avales; adquisiciones; sociedades; litigios; entre otras. El Shulján Aruj se imprime con las acotacione acotacioness del Ramá (Rabí Moshé Iserlish), quien dijo valorar en gran medida la obra de Rabí Yosef Caro, pero que consideró necesario escribir la opinión de otros Rishonim igualmente importantes cuando los ashkenazim han acostumbrado por años seguirla, y venir a poner el “mantel” encima de la “mesa servida” de Marán. Con estas acotaciones, entrelazadas con
el texto original del código, sólo que con letra de Rashí, el Shulján Aruj se convirtió en el libro de consulta para la aplicación de leyes y costumbres tanto de los judíos de Oriente como los de Occidente. Los Ajaronim... Rabinos posteriores al Shulján Aruj, hasta nuestros días
La época de los Ajaronim (literalmente, “Últimos”) comenzó desde el cierre del Shulján Aruj. Ellos se dedicaron a explicar, resumir y simplificar las leyes,
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tratando de abordar de manera directa las distintas preguntas que han ido surgiendo a través de los años. Los libros de los Ajaronim se dividen en tres categorías principales: principales: 1. Los “Nos’é Kelim” (literalmente, “que cargan los utensilios”) son los Poskim que escribieron explicaciones al Tur o al Shulján Aruj.
2. Los “Shutim”, libros de preguntas y respuestas ( shut, por sus siglas en hebreo: sheelot utshubot), aplicando la Ley a las preguntas más actuales. 3. Los resúmenes de halajot, libros que incluyen, en resumen, todo tipo de leyes. Si bien es cierto que para comprender a fondo una Halajá es necesario estudiarla desde su origen en el Talmud, revisar las opiniones de los Rishonim y estudiar el Tur con el Bet Yosef, y la decisión halájica en el Shulján Aruj con sus principales interpretaciones, es posible tener una idea general acerca de nuestras leyes estudiando los libros de los Ajaronim, tales como el Kitsur Shulján Aruj, entre otros.
Durante los cuatrocientos años que nos separan del Shulján Aruj nunca dejaron de aparecer libros que nos ayudan a dilucidar la Ley judía. Grandes personalidades como el Gaón (genio, erudito) de Vilna (fallecido en 5558 / 1798 de la e.c.) y Rabí Akiba Iguer (fallecido en 5598 / 1838 de la e.c.), entre muchos otros, escribieron sus acotaciones al código de leyes. A pesar de que cuando Rabí Yosef Caro escribió el Shulján Aruj lo hizo a modo de resumen de lo más básico de la Ley judía y, como él mismo escribe en su introducción, su obra serviría “para aquellos que no disponen del tiempo que
se necesita para estudiar cada ley a profundidad, y para que un h hombre ombre simple pueda repasar la Ley una vez por mes”, con el paso del tiempo se hizo necesario
contar con interpretaciones que aclararan las leyes que contiene el código.
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Actualmente contamos con libros de grandes grandes sabios que estudiaron estudiaron a fondo fondo todos todos los pormenores de cada ley y nos han simplificado la comprensión y aplicación de nuestras tradiciones. Entre ellos se encuentra el Mishná Berurá, escrito por Jafets Jayim (Rabí Israel Meír Hacohén, de Radin, fallecido en 5693 / 1933 de la e.c.), libro que se estudia a diario en todas las yeshibot y centros de estudios en el mundo. El Mishná Berurá es un compendio de explicaciones sobre la primera parte del Shulján Aruj que es el Óraj Jayim, en el que aparecen todas las leyes cotidianas
como las tefilot (rezos), las bendiciones sobre los alimentos, el Shabat y las festividades judías, etc. También podemos mencionar la serie de libros Caf Hajayim, de Rabí Yaacob Jayim Sofer (fallecido en 5699 / 1939 de la e.c.), quien además de citar las principales explicaciones al Shulján Aruj nos presenta, en muchas ocasiones, la opinión de los kabalistas más sobresalientes, combinando así las leyes prácticas con las costumbres que se originan en la Kabalá, lo cual es muy común en las comunidades sefaraditas y de Medio Oriente, así como entre los jasidim. De igual manera son de gran utilidad los libros de resumen del código de leyes, como el ya mencionado Kitsur Shulján Aruj, de Rabí Shlomo Gonzfried, el Ben Ish Jay, de Rabí Yosef Jayim de Bagdad, o el reciente Yalkut Yosef ,
compilado por el Rishón Letsiyón Rabí Itjak Yosef, hijo del gran Rabino Obadiá Yosef, de bendita memoria, mismo que goza de gran aceptación aceptación en todas las comunidades sefaraditas del mundo. Como el lector podrá ver, los libros de Torá no han dejado de aparecer, desde hace muchos siglos y hasta nuestros días. Por algo nos llaman: “El pueblo de los libros”. Es importante señalar que los libros más actuales no vienen a “inventar”
ni a agregar nada nuevo a nuestras tradiciones: tienen el propósito de explicar
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la Ley que está basada en la transmisión Oral y la manera correcta de aplicarla a la vida moderna. Muchos han tratado de cambiar o reformar nuestras tradiciones, pero no han conseguido nada positivo con ello. Nuestras leyes están muy bien fundamentadas y no necesitan cambios ni reformas. Para el que estudia Torá, las leyes aparecen ante sus ojos con mucha claridad; descubre que sí se puede preguntar – ddee hecho toda la Torá se estudia por medio de preguntas – , pero encuentra en la sabiduría de nuestros Jajamim las respuestas. Esto no descarta jidushim) en la inagotable la posibilidad de encontrar nuevas explicaciones ( jidushim
fuente de conocimiento que es la Torá. . . Tal vez sea el lector quien se decida a escribir un libro actual de la milenaria tradición del “Pueblo de los Libros”.
F IC HA B IB LI OG RÁ FI CA Talmud Bablí, Babá Batrá 14b-15a Mishné Torá, Rabí Moshé ben Maimón, HARAMBAM Za”l, introducción. Kisur Séder Hadorot, Yaakob J. Huerín, Edotorial Jerusalem de México, Séder Hadorot Hakatsar, Benizri Shlomo, Yeshivat Or Hajayim, Jerusalén, Israel
Mishnayot con traducción al eespañol spañol (Rabino Iona Blickstein) Blickstein) Enciclopedia Talmudit Torá Misinai, Yehuda Eizenberg, Editorial Haskel, Jeruslán, Israel, 1984
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