Liberalismo en Bolivia

October 2, 2017 | Author: Helmer Gonzales | Category: Bolivia, Liberalism, Mining, Peru, Socialism
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LIBERALISMO EN BOLIVIA El “liberalismo “ que es el pensamiento político de carácter universal , el mismo que proclama la libertad del individuo y la absoluta independencia del Estado en suorganización y funcionamiento, se fundamenta en las reglas y reflexiones que realizo durante su vida David Hume, seguido fundamentalmente por el economista Adam Smith, quien proclama “Que losindividuos son libres en sus relaciones políticas y económicas con el resto de los individuos” En el seno de la sociedad por lo que este procedimiento político que tuvo gran acogida por los políticosamericanos, especialmente aquellos que se encontraban en plenos procesos de sus guerras de liberación, entre ellos las Provincias Unidas del Alto Perú, que después serian la Republica de Bolívar para serfinalmente Bolivia., hechos que se vieron favorecidos en forma integral por la lucha participativa que incluía a todos los alto peruanos, sin distinción de clases y la libertad ,manifiesta de lospensadores alto peruanos para dirigir la economía a un comercio integralmente dependiente de los imperios liberales, lo que dio origen al crecimiento del pensamiento liberal en los gobiernos quesiguieron a los de poslibertadores en esta parte sud americana que estaba en guerra desde 1809. Este proceso político, con algunas soluciones de continuidad, se manifestaría por todo el curso del sigloXIX hasta el siglo XX, el mismo que vio su declinio a mediados de ese siglo y fue frontalmente enfrentado por los llamados gobiernos socialistas depuse de la guerra del Chaco y algunos ensayos de lospartidos socialistas, que impulsarían las reformas mas fundamentales en el país Inicios del liberalismo en Bolivia El liberalismo fue aplicada desde los años 1880, para construir un nuevo país. La primera etapa de ese proyecto concluyó violentamente en 1899 con los invitados de piedra convertidos en protagonistas de la historia. Pero fue solamente un espejismo. El apresamiento de Zarate Willka y su ajusticiamiento posterior, demostraron que la hora de los aimaras y los quechuas no había llegado todavía. Aunque esta drástica acción no pudo frenar levantamientos sucesivos, sobre todo en la segunda década del siglo, el modelo fundado en medio del drama de la derrota del Pacífico tenía vigor y aliento hacia el futuro. Sólo había cambiado la cabeza de un estamento de poder apoyado en los dos pilares básicos de la minería y el latifundio. Pero ¿qué país era este, pensado y construido por conservadores y liberales?. Un país occidental, moderno, integrado a la economía del mundo, apoyado en los valores políticos y económicos de la ortodoxia liberal que finalmente se había podido aplicar a un escenario de relativa tranquilidad, fundado en la estabilidad política y una democracia formal sólida en tanto se basaba en las

normas de una constitución, aunque el sistema electoral la hacía explícitamente restrictiva en los hechos. El proyecto era coherente en sí mismo, pero adolecía de un par de insuficiencias capitales. Bolivia era una nación aislada no sólo del mundo sino de la propia América del Sur; las fuertes corrientes migratorias tanto europeas como asiáticas que alimentaron a casi todas las naciones del continente no llegaron a nuestro territorio, esto determinó una realidad muy distinta no sólo de sociedades como la argentina o chilena, sino incluso de países andinos como Perú y Ecuador con fuerte presencia cultural propia. Pretender un país cuyo faro fuese París en el centro de los Andes, con una población mayoritaria no occidental, era un despropósito. Peor aún, la base del razonamiento de la época partía de la idea de que los indígenas eran un lastre y no una potencialidad para el desarrollo. Ese razonamiento fue fatal para la historia nacional, porque implicó una política sistemática de exclusión por un lado y de despojo por otro, sumando además, con muy pocas excepciones, una consciente discriminación en la educación. Por eso, el crecimiento del país no pudo ser en esta etapa ni equilibrado, ni integrador. Las políticas aplicadas fortalecieron el capitalismo al impulso de un nuevo auge minero. Tras el derrumbe de los precios internacionales de la plata, llegó una ávida demanda de estaño por parte de los países industrializados. La sustitución de un producto por otro fue rápida y eficiente pero tuvo el mismo talón de Aquiles, la extrema dependencia de nuestra economía de los precios internacionales del mineral. Si en el siglo XIX la influencia de los latifundistas era más bien producto de su prestigio social y origen de clase, tras las medidas legales de 1880 se convirtió en un factor real de poder, al haberse producido una expansión geométrica de las propiedades de hacienda en altiplano y valles. Los hacendados eran menos vigorosos e influyentes que los magnates mineros, pero estuvieron vigentes en las decisiones políticas, a tal punto, que algunos presidentes liberales fueron patrones de hacienda y propietarios de grandes extensiones en el altiplano. La explotación intensiva de mano de obra en complejos mineros cada vez mayores y mejor dotados tecnológicamente fue el campanazo para el surgimiento de un movimiento obrero todavía balbuceante, que tuvo su origen más en los artesanos y trabajadores de la incipiente industria urbana que en los centros mineros, pero que poco a poco trasladaron sus ideas al eje de la producción nacional, la minería. Los liberales no se diferenciaron de sus antecesores en la decisión de mantenerse indefinidamente en el poder, amparados en el ropaje democrático. Esta actitud trajo consigo el nacimiento de un nuevo partido, el Republicano, hijo del liberalismo e idéntico en sus ideas, cuyo vigor opositor se apoyaba en el deseo de romper el círculo de control electoral, no el sistema vigente,

objetivo que logró en 1920, cerrando el período liberal, el más largo de la historia republicana de Bolivia. En las primeras dos décadas del siglo, tres acontecimientos marcaron esta etapa en el mundo e influyeron de manera diversa pero importante en nuestro país, sea inmediatamente o en el mediano y largo plazo. El primero de ellos fue la revolución mexica la (1910), que impuso una nueva política en ese país, la reforma agraria, la nueva constitución y la estructuración de un poderoso partido de gobierno. El segundo fue el estallido de la seguida guerra mundial (1914-1918), que afectó severamente a la economía internacional y el tercero la revolución soviética (1917), que impuso el socialismo en Rusia y que influyó decisivamente en la construcción del mundo contemporáneo. Partidos políticos liberales y conservadores Tiende a pensarse que la era conservadora se inicia en 1880 con Campero, si bien esto es cierto a partir de la estructuración de una nueva realidad producto de la guerra, desde el punto de vista estrictamente político Campero no se adscribe al grupo que la historia conoció como conservadores. Sus diferencias centrales con Arce son un simple ejemplo de ello. La inicial dicotomía entre guerristas y pacifistas se fue precisando al sistematizarse corrientes de pensamiento que serían el germen de los primeros partidos políticos. La gran figura para este nacimiento fue Eliodoro Camacho. Por su participación conjunta en la batalla del Alto de la Alianza y postura belicista, Campero era mucho más proclive a los liberales de Camacho, que a quienes formarían el partido conservador. La continuación del ciclo liberal En 1904 fue elegido Ismael Montes quien nada más comenzar su gobierno tuvo que afrontar una de las más grandes responsabilidades históricas que hubiese tenido un mandatario boliviano, el tratado de 1904. El congreso debatió duramente el tema y a pesar de una fuerte oposición (Miguel Ramírez, Pastor Saínz, Fernando Campero, Román Paz, entre otros), la mayoría liberal se impuso. Se acordó la cesión a perpetuidad a Chile del Litoral a cambio del libre tránsito de mercaderías, la construcción del ferrocarril Arica- La Paz y 300.000 libras esterlinas. El mar a cambio de un plato de lentejas, fue la decisión pragmática de los liberales. El dinero recibido de Brasil y Chile permitió al liberalismo un importante trabajo de modernización de las principales ciudades, particularmente La Paz. Se comenzaron vías férreas como La Paz-Beni, Viacha-Oruro, OruroCochabamba, Oruro-Potosí y Potosí-Tupiza, un proceso vital de vertebración del territorio occidental. El país se adecuó al patrón oro y se crearon nuevos bancos. Comenzó una etapa de bonanza económica apoyada por el auge gomero y estañifero. En el ámbito de la educación se contrató la misión belga presidida por Georges Rouma, que modificó curriculums y modernizó la educación nacional, instalando la primera normal para la formación de maestros. En lo religioso se aceptó la libertad de cultos.

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