Lexías Habla Popular Lima BADILLO

December 15, 2017 | Author: Héctor Herrera Horna | Category: Communication, Linguistics, Word, Sociolinguistics, Society
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Descripción: Semántica...

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Papel de Viento. Revista del Círculo de Estudios Lingüísticos y Literarios "Luis Hernán Ramírez". Lambayeque (Perú), 2001, Año II, No. 2, pp. 9-18.

Lexías en el habla popular de Lima (Visión diastrática) Javier Badillo Bramón



Universidad Nacional Mayor de San Marcos Lima

Los últimos estudios de dialectología dirigen sus esfuerzos al conocimiento de isoglosas o límites dialectales establecidos por causas geográficas, sociales y culturales de los hablantes de una comunidad entre quienes la comunicación puede estimularse o dificultarse. La lengua de una localidad tiene límites internos en los que ciertos hechos lingüísticos son poco frecuentes. La línea de separación más notoria está marcada entre grupos caracterizados tradicionalmente como clases sociales alta, media y baja. En términos generales, la clase alta y la clase media alta tienen posibilidad, oportunidad y, por lo mismo, más probabilidad de manejar un estrato de lengua denominado estándar. La clase media baja y la clase popular cuentan con más probabilidades de hacer uso de otro estrato denominado lengua popular que podría caracterizarse como: (a) lengua considerada aparentemente vulgar; (b) lengua que utilizan diariamente las clases populares; (c) considerada 'incorrecta', 'no apropiada' en los círculos de gente educada; (d) lengua que se usa entre diálogos habidos entre personas de confianza. Desde el punto de vista de la actitud, el hablante de lengua popular se comporta con respeto ante el usuario de la lengua estándar. Por el contrario, el de lengua estándar adopta una actitud despectiva, a veces, agresiva, ante el hablante de lengua popular al menos en círculos poco tolerantes. Aunque no se ha estudiado ni está demostrado todavía, parece ser que las diferencias de actitud son originadas por prejuicios sociales, por sentimientos de opresión y dominación aumentados por una educación clasista que ha generado paulatina-mente una discriminación sociolingüística. Los informantes. En frecuentes conversaciones hemos observado las características generales del habla de un grupo de jóvenes obreros, empleados, pequeños comerciantes y técnicos, de extracción popular, alumnos de quinto y sexto años de educación secundaria común de la sección vespertina del Centro Educativo José Granda, ubicado en la urbanización de Conde Villa, distrito de San Martín de Porres. El grupo sumó 210 alumnos, 70 en cada período lectivo y 35 por cada sección. La edad cronológica de los informantes fluctuaba entre 41 y 19 años; la mayor densidad entre 22 y 25 años con un 64%. Del total de alumnos observados, el 72% ha nacido en Lima y el 28% en provincias, aunque estos últimos radican en la capital por lo menos cinco años consecutivos. Lexías populares. Del material recogido vamos a estudiar aquél que se organiza sobre un tema determinado teniendo de base una palabra nuclear, soporte de la estructura. La lexía, según Pottier, es la unidad lexical memorizada y puede ser: lexía simple (árbol...), lexía compuesta (matasellos), lexía compleja estable (puente levadizo), lexía compleja variable (un recién casado), lexía textual (quien mucho abarca, poco aprieta). 1

A partir de la sistematización y análisis de lexías textuales comprenderemos que estos elementos constituyen un material importante no sólo para un estudio metalingüístico sino también para un conocimiento sociolingüístico y cultural de las clases integrantes de nuestra sociedad. Los fenómenos lingüísticos constituyen uno de los focos principales de la sociología. Es evidente que esta ciencia no estudia el lenguaje como lo hace con la economía o la política porque el fenómeno lingüístico es consustancial a lo social, a tal punto que la sociedad resulta ininteligible si no se considera el fenómeno lingüístico. Lévi-Strauss dice que la lengua es un fenómeno social y como tal presenta en forma más clara dos caracteres fundamentales que permiten un estudio científico: (a) las conductas lingüísticas casi se sitúan en el nivel del pensamiento inconsciente, pues el hablante no tiene conciencia de las leyes fonéticas, fonológicas ni morfosintácticas; y (b) la influencia del observador sobre el objeto de observación es casi nula, no basta que el observador tome conciencia del fenómeno para que éste se modifique a causa de ello. El corpus que vamos a analizar también puede ser estudiado con un método que hoy está en boga en la sociolingüística: el método de 'palabras y cosas'. A partir del contexto se observa la palabra nuclear en sus diversos comportamientos. Dejando de lado otros problemas que se avizoran dentro y fuera de las lexías, aquí estudiaremos los códigos básicos y la cultura de un determinado grupo humano, los principios que rigen su lengua, sus esquemas de percepción, la forma de ver su mundo circundante, etc. Aquellos principios son los que determinan en el comportamiento humano ciertos órdenes empíricos, aquéllos con los cuales el hablante establece relación con los demás, comprende y descubre el mensaje de los otros y de sí mismo y también configura su propia idiosincrasia. Determinadas condiciones socioeconómicas de vida perfilan determinadas formas de comunicación. Las características sociales y económicas de la clase son transmitidas por un código cerrado creado y fomentado para la comunicación. En la clase popular el código relieva los elementos concretos sobre los abstractos porque la mayoría de sus integrantes vive básicamente circunscrita a ambientes sociales y materiales muy limitados, adherida a lo inmediato y concreto. Veamos, primero, algunas lexías clasificadas según su aspecto semántico, morfológico y sintáctico. Después, la estructuración de dos tipos de lexías: la antroponímica y la zoonímica. Aspecto semántico. 1. El sentido básico coincide con el sentido contextual: barriga llena, corazón contento; su nombre está de boca en boca; en boca cerrada no entran moscas; lo esperamos con los brazos abiertos; cada quien tiene ocasión de empinar el codo; ojos que no ven, corazón que no siente; estás con la soga al cuello; la comida estuvo para chuparse los dedos; Juan puso el dedo en la llaga; el puesto le viene como anillo al dedo. 2. El sentido básico puede coincidir o no con el sentido contextual: se le hace agua la boca; le dispararon a boca de jarro; a mal tiempo, buena cara; su madre saca la cara por él; se fueron y me dejaron tirando cintura; ésos trabajan codo a codo con los vendedores; no hay que darles la mano porque se pasan hasta el codo; no tienes reparos en nada, te manejas buen estómago; no tiene pelos en la lengua. 3. Sólo funciona el sentido contextual. El campo verbal no coincide con el campo lógico (imposibles): aquellas chicas hablan hasta por los codos; tengo el corazón en la boca de tanto susto; hay gente que piensa con el estómago; le revienta el hígado cada vez que tiene cólera; esa muchacha es un hueso duro de roer; somos amigos de uña y carne; por ir a jugar cartas con desconocidos se lo almorzaron; no tiene sesos, tiene aserrín en la cabeza (en el cerebro); tiene un corazón de piedra, no se compadece de nadie.

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Aspecto morfológico. 1. Diminutivos lexicalizados por el contexto: ya me tienes hasta la coronilla; si sigues hablando así, te van a hacer papilla; con su cara de mosquita muerta se hacía la inocente; esa chica tiene una memoria de pajarito; ahí van los tortolitos, más acaramelados; ese tema es la comidilla de todos los días. 2. Aumentativos lexicalizados por el contexto: el que nació para barrigón aunque le fajen de chico; esos problemas ya me tienen cabezón; hubo una gran comilona; tanto ha crecido que ahora le dicen platanazo. 3. Lexías con verbos postsustantivales (neologismos populares): vamos a tener que cranear mucho para resolverlo; se encamotaron en poco tiempo y se casaron; por no casarse a tiempo le calabacean; tiene que papear bien para trabajar y estudiar; no te engoriles hermano, cálmate; comienza a lechucear en el carro del primo a partir de las nueve de la noche; se nota que esa chica anda mariposeando; apúrate que la sopa se está mosqueando; desde hace días estás cochineando; la hija prefiere jironear en vez de trabajar; ese tipo anda calzoneando a las chicas de su barrio. 4. Lexías de construcción preposicional: sus nombres están de boca en boca; ésos trabajan codo a codo con los vendedores; nos habló con el corazón en la boca; juego de manos, juego de villanos; le quieren como a un dolor de muelas; si vas tan de prisa te vas a ir de nariz; hicieron el trabajo en un abrir y cerrar de ojos; demostró ser hombre de pelo en pecho. 5. Lexías con adjetivación prenominal: a ese tipo no le creas nada, es pura boca; a mal tiempo buena cara; voy a trabajar por las puras albóndigas; por las puras alverjas me hizo esperar tanto; ¿me voy a sacar la mugre por las puras caiguas?; te haces mala sangre sin razón; gallina vieja da buen caldo. 6. Lexías con adjetivación postnominal: confío en él porque es mi brazo derecho; dile que le esperamos con los brazos abiertos; se quedó con los crespos hechos; tus cuñados son unos papa-fritas; en todas partes no falta gente de uñas largas; su sobrino es un lengua suelta; lo compré a ojo cerrado y resultó bueno; le cayó como pedrada en ojo tuerto; ese día me levanté con el pie izquierdo. 7. Lexías con reduplicación nuclear: al pan, pan y al vino, vino; cebadas van, cebadas vienen y la fiesta se hizo larga; entre col y col, lechuga; se encontraron cara a cara y comenzaron a discutir; tengo una idea entre ceja y ceja; trabajar codo a codo; unos nacen con estrella, otros nacen estrellados; es tan cierto como que dos y dos son cuatro; ciento por ciento, ganancia moderada. Aspecto sintáctico. 1. Lexías en función adjetival. 1.1. Grado positivo. 1.1.1. Apreciación cuasi-objetiva: eres un caradura, te falta más delicadeza; ese muchacho es un cráneo; somos harina de otro costal; Luis y Dorotea están camotes desde hace medio año; era un viejito cara de chochoca; el examen de manejo estaba huevo; soy un papa en matemática; ese chico tiene la nariz de rocoto. 1.2. Grado comparativo de igualdad. 1.2.1. Sin intensificación. 1.2.1.1. Apreciación más objetiva, menos subjetiva: le cayó como canela en ponche; en ese colegio hay alumnos como cancha; esto sí que está como para chuparse los dedos; anda bien vestido, está bien tiza; la noticia le cayó como pelo en sopa; le quieren como a dolor de muela; te conozco como la palma de la mano. 1.2.1.2. Apreciación más subjetiva, menos objetiva: ese negro parece un aceituna; el cuerpo de esa chica parece un costal de papas; ese gordo parece un zapallo. 1.3. Grado comparativo de igualdad. 1.3.1. Con intensificación: el loro de Pablo estaba medio asado; el trabajo de biología está a media caña; se va decepcionar con tanto 3

arroz que le tiran las chicas; bueno es culantro pero no tanto. 1.4. Grado comparativo de superioridad. 1.4.1. Con intensificación. 1.4.1.1. Superioridad relativa: las suegras son más amargas que la achicoria; Maritza es más conocida que la ruda; ese alumno está más verde que la palta; el tío nunca se enferma, es más duro que la chonta; eres más fresca que la lechuga; su discurso estuvo más picante que el ají. 1.4.1.2. Superioridad absoluta: la fiesta resultó muy ajiaco; desde ese día Luis está muy asado; no quiere ir a la fiesta, dice que está bien piña. 2. Lexías en función adverbial: todo te ha salido a pedir de boca; le dispararon a boca de jarro; le dan la mano y se va hasta el codo; estuve hasta el cuello de deudas; bueno, vayamos al grano y no me vengas con tantos rodeos; todo lo que hablan de mí me importa un comino. 3. Lexías en función de sustitutos. y ¿esto qué es? ¡verdura!; ¿a mí no me van a mandar solo?¿qué viana!; Tumbes, Jaén y Maynas, ¡ni de vainas!; no tienes reparos en nada, ¿te manejas buen estómago!; ¿cuál es tu caucáu, por qué sufres tanto? 4. Lexías en función de exclamativos y vocativos. 4.1. Antroponimia: qué curvas las del bistecito quemado; para bien la oreja, esas cosas nos interesan; qué tal metida de pata, no debías haber hablado; qué tales pulmones que te manejas, cómo puedes cobrar; qué buenos riñones que te manjeas, todos trabajan, ¿y tú? .4.2. Fitonimia: ¿no la conoces? ¡si es más conocida que la ruda!; pero, cabeza de calabaza, no tienes cuidado; eres bien zapallo, ¿no?; alábate, coles, que no hay quién te compre ( * Anormalidad en la concordancia: alábate, col o alábense coles).

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Función nominal Sujeto

Objeto directo

Circunstancial

Sujeto 3ra. Persona

MUESTRAS ESTRUCTURALES DE LA LEXÍA MORFOSINTAXIS (función) Posición de la palabra nuclear Ojos que no ven, corazón... El ojo del amo engorda... Pongan mucho ojo en este problema Donde pongo el ojo pongo la bala Estaba tirando ojo a ese carro Te sacarán los ojos si no pagas Cría cuervos y te sacarán los ojos Tuvimos buen ojo al comprar En un abrir y cerrar de ojos Cuesta un ojo de la cara Te comía con los ojos Depende de los ojos con que mires Como pedrada en ojo tuerto Compré a ojo cerrado Eres un mano larga Cuánto vale la mano de plátanos Juego de manos juego de villanos Le conozco como la palma de mi mano

SEMÁNTICA (valor) Organización sémica / persona indeterminada / / persona determinada / / modo de actuar / * intensión (a) / exigencias para actuar / * tensión (b) / éxito en el actuar / * distensión (c) / visión temporal / / visión estimativa / / visión instrumental / / visión aspectual / / visión espacial / / visión modal / / valoración de personas / / valoración de cosas / / valoración modo de actuar / / valoración modo de conocer /

Uno le da (doy, das, da, dan) la mano y se va hasta el codo

Objeto 1ra., 2da, 3ra. 6ta. Personas

Me lavo (lavas, lava, lavan) las manos como Pilatos Escondes (esconde, esconden) la mano tras la falda Saca (saquen, ponte, póngase) la mano (al pecho)

/ valoración modo de actuar /

Te juego (juega, jugamos, jueguen) un mano a mano

Función adjetival

Función adverbial

Sujeto 3ra., 4ta, 6ta. Personas

Objeto

Función adjetival

Función adverbial

Te conozco como la palma de mi mano Juego de manos juego de villanos Plata en mano chivato en pampa Está hasta sus manos Está con las manos limpias No se vayan a las manos; Llegaron a las manos Asistieron cuatro gatos No fueron ni cuatro gatos; No eran ni cuatro gatos Gato con guantes no caza De noche todos los gatos son pardos Araña como gata; Come como gato Traicionero como (el) gato Caigo (caes, cae) parado como el gato María parece una gata Viven como perros y gatos Pelean como perros y gatos Hay gato encerrado Le dicen la gata Me dieron gato por liebre Juan está para el gato Le busca tres pies al gato Son ojos de gata Tiene uñas que parecen de gato Tiene unas garras de gata Tiene reacciones de gata Más ágil que un gato Tiene más vidas que un gato Cuando el gato duerme los ratones bailan Cuando no está el gato los ratones hacen de las suyas

/ conducta del hablante / / conducta del oyente / / visión espacial / / visión terminal / / visión modal / / visión final + modal / dinámica tope / / dinámica referencial / / modal en el actuar / / modal en el parecer /

/ dinámica equiparante / / dinámica equiparante / / cuasi objetivación interna / / calificación externa / / cuasi objetivación interna / / modo de estar, referencia interna / / modo de actuar, referencia externa / / descripción del ser / / descripción del actuar / / cualificación externa / / cualificación interna / / cualificación temporal actividad / / no actividad ausencia - presencia /

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Problema semántico. Del análisis interno de estas lexías podemos deducir que el significante expresado por la palabra nuclear y su contexto no siempre está motivado por la cosa misma. De la inmotivación resulta que una misma estructura puede ser símbolo de distintas realidades, de diferentes contenidos. A partir de significados básicos se constituye un abanico de significaciones denominado campo semasiológico, esto quiere decir que con un significante se expresa toda una serie de representaciones u objetos mentales. Aquí se realiza un proceso onomasiológico: la estructuración de la sustancia da por resultado el campo semántico de la lexía. Desde la niñez entre otros hechos de conciencia los nombres son captados y memorizados con mayor o menor grado de afectividad. Las formas acústicas se convierten en imágenes acústicas asociadas a conceptos y sentimientos afectivos. Por eso resulta que el signo lingüístico en vez de tener una monovalencia significativa, adquiere una polivalencia inextricable: varios significados para un mismo significante, campo de la polisemia; y varios significantes para un mismo significado, campo de la sinonimia. La polivalencia del signo también tiene sus repercusiones en el nivel gramatical, ya que la forma nominal utilizada en el sintagma modifica su categoría debido a la hipóstasis que se realiza en cada lexía. Aquí se efectúa el segundo proceso onomasiológico en el nivel metalingüístico: la reestructuración de la forma que deviene en nuevo campo sintáctico. Por ejemplo: a. sustantivos (color, aceituna / piel, canela / camotes) > lexías verbales (sus ojos eran color de aceituna / era una chica piel canela / Luis y Doris están camotes); b. sustantivos (boca, jarro / codo / brazo) > lexías adverbiales (dispararon a boca de jarro / trabajan codo a codo / pelean a brazos partido); c. sustantivos (calabaza / lechuza / lata) > verbos postsustantivales (calabacear / lechucear / latear) > lexías adjetivales (le calabacearon / lechucea con su carro / anda lateando). Es así como en el habla cotidiana se produce una serie de transferencias normales creándose nuevas clases o categorías gramaticales* que lamentablemente no son estudiadas en los centros de enseñanza ni son presentadas en los textos de lengua, aunque la comunidad las utilice en su diaria comunicación. Problema estilístico. Estas construcciones expresivas constituyen un gran material, aún inexplorado, para el conocimiento estilístico de la lengua. En la concepción de Bally la estilística es una disciplina que tiene por objeto estudiar los medios de expresión en el habla de una comunidad lingüística, considerándolos desde el punto de vista de su contenido afectivo. Por eso se pregunta si la expresividad es producida por el significante o por el significado, pues hay casos en que resulta difícil decir a qué orden pertenece la asociación, si se dirige al oído o al espíritu, o si procede del significado o de ambos a la vez. Cuando el hablante hace uso de estas lexías designa objetos o situaciones y, al mismo tiempo, expresa cierta actitud de carácter emocional. Mas, el locutor está fuertemente dominado por la afectividad (amor, odio, desprecio, simpatía, antipatía, confianza, ternura, etc.) recurre fácilmente a palabras y lexías que suelen ser muy expresivas. Las connotaciones de las lexías varían según la actitud del hablante y según las circunstancias en que se emiten. Cuando ciertas lexías se profieren con mayor frecuencia puede producirse el debilitamiento de su expresividad y quedan expuestas al desgaste. Por ese motivo muchos giros de este tipo pierden con el tiempo su matiz afectivo y para cumplir las exigencias de expresividad son reemplazados por otros con nuevos matices estilísticos. Es una verdad, dice Vicente García de Diego, que no hay palabras o expresiones que no tengan capacidad de manifestar en un caso determinado alguna afectividad. Por estas razones en su deseo de comunicación expresiva el hablante se vale de múltiples recursos: nomenclatura anatómica, nómina de sus propias facturas (casa, vestido, máquina, etc.), recurre a expresiones de cantidad o hipérboles numéricas; se vale de relaciones temporales y 6

locales; acude a formas plásticas como los nombres de animales, frutas, comidas, plantas y fenómenos de la naturaleza; en una palabra, recurre a su mundo circundante, básicamente objetivo y concreto que lo transforma en elemento expresivo y lo utiliza como medio referencial y denotativo. Problema de comunicación. Estas lexías nos llevan a considerar el problema de la comunicación en la clase popular. Las condiciones materiales de vida y las relaciones sociales de los miembros de la clase influyen sobre el tema del habla y sobre el modo de decir las cosas. La construcción de la palabra-frase y la oportunidad de su empleo están condicionadas por las formas de vida de los usuarios. Las relaciones referenciales y los cambios semánticos dependen del código lingüístico que se establezca. El comportamiento y las predisposiciones comunes constituyen en gran medida el contexto cultural. Así las creencias, los valores, las maneras de conducirse y de hacer las cosas, las formas de trabajo, el establecimiento de instituciones y sistemas, el proceso de adaptación de la propia conducta a la de los demás, los conceptos compartidos que son encodificados a través del lenguaje, determinan un tipo de cultura que influye en la personalidad de los hablantes y en los modos de establecer sus relaciones sociales. Hay que pensar especialmente en cuatro áreas que ejercen funciones socializantes, críticas: la familia, los amigos más próximos, la escuela y el centro de trabajo. Los hogares en condiciones deprivadas, los círculos reducidos de amigos, por lo general de la misma condición social, la escuela de barrio, desprovista de los implementos más elementales y con un ambiente escolar pauperizado, los centros de trabajo que establecen nuevas nivelaciones sicológicas y sociales, etc., originan las siguientes características en la comunicación: (a) la fuente de información, en este caso personas de una clase social tienen que manifestar sus necesidades, propósitos, intenciones y vivencias, con características peculiares; (b) el mensaje, el propósito de la fuente se traduce a un conjunto sistemático de símbolos, que son las palabras usuales y familiares que corresponden, a su vez, a las cosas con las que "tropiezan" los hablantes. De este modo un grupo de símbolos constituye un tipo de código que tiene valores significativos y expresivos para alguien. Las lexías constituyen un código de sentido pleno porque en ellas se encuentran elementos morfológicos dispuestos en determinado orden y sobre la base de un conjunto de procedimientos o reglas se combinan esos elementos en forma significativa. De este modo el hablante del pueblo, con un número reducido de morfemas hace funcionar nuevos giros, de estructura cerrada, para manifestar los diversos contenidos de su mensaje. Ahora bien, cuando el hablante tiene posibilidades de escoger varias formas sintácticas para decir lo mismo, o más o menos lo mismo, entonces está en posesión de una clase de código llamado "libre". En oposición a éste funciona el código "restringido" que se utiliza ya estructurado, con posibilidades sintácticas también restringidas. La organización sintáctica del código libre se caracteriza por su flexibilidad. Mientras que la del código restringido por su rigidez, el hablante sólo debe memorizar y usarla hasta cuando se establezca un nuevo convencionalismo por lo menos entre los dos, para desecharla y formular otra expresión lexicalizada. El código restringido aparece donde hay mayor cohesión social que prefiere aislarse de otros grupos o funciona donde hay grupos cerrados. Por la frecuencia del uso del código restringido gana cada vez más adeptos y se convierte en cómodo instrumento de relación al establecer una especie de nivelación lingüística en el grupo. Internamente el código restringido queda estructurado con un número cerrado de morfemas y con variantes bien limitadas sólo en alguno de sus elementos por razones estilísticas. Por ejemplo: ojos que no ven corazón que no siente, ojos que no ven corazones que no sienten, es más duro que la chonta, es más fuerte que el palo de chonta.

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Características de los códigos. a. El código restringido prefiere destacar la "impersonalidad" a través de la tercera o sexta persona gramatical; a veces, con simples sustantivos, sin verbo o con verboides: entre col y col lechuga, hablando de Roma..., en tanto que el código libre prefiere destacar el 'yo' o algún 'fulano' actuante en función de sujeto. b. En el código restringido los valores semánticos son claros para el locutor y para el oyente, de modo que por intuición se capta directamente el mensaje aún antes de concluir la frase: bueno es culantro... Huelgan los circunloquios y comentarios. En el código libre los significados son claros para el locutor pero no así para el oyente. c. El código restringido economiza tiempo y esfuerzo mental con el máximo rendimiento en la comunicación. El código libre exige mayor atención del oyente, de lo que puede aprovechar el locutor para hacer un mensaje discursivo. d. Por las características del código restringido se puede deducir que la estructuración social, las relaciones humanas y las condiciones materiales y espirituales en que actúa el hablante son de un determinado orden, las cuales se revelan en lexías referidas a elementos espaciales, materiales y circundantes, en tanto que los códigos libres están embargados de conceptos y juicios de valor referidos a elementos nocionales con el objeto de establecer y mantener las relaciones interpersonales. e. En la comunicación con códigos restringidos fluye siempre una alta dosis de afectividad, fundamentalmente de simpatía entre locutor y oyente; en la comunicación con códigos libres la afectividad no es un elemento necesario aunque puede ser concomitante. Desde el punto de vista de la significación se puede distinguir elementos referidos a personas y a cosas de manera que la clase de código y su contenido está en estrecha relación con la clase social del usuario, hecho que permite formular el siguiente esquema: CÓDIGO RESTRINGIDO

Referido a cosas (en primer lugar) Popular

LIBRE

Referido a personas (en segundo lugar)

Referido a cosas (en segundo lugar) media

Referido a personas (en primer lugar) Alta

En el código libre se fomentan nuevos y variados significados con un ritmo más acelerado en la evolución de la lengua. Por ejemplo: vía --- viabilizar; instrumento --- instrumentación --- instrumentalización --- instrumentalizar. O, "se ha iniciado la campaña de desinfección, desinfectación y desratización" (Radio Nacional, agosto 13 de 1991). Por contraposición, en el código restringido las formas y significados novedosos son rechazados y la variedad de conceptos es limitada a situaciones concretas. Por ejemplo: maneja su labia ('labia', expresión familiar arcaica). En el código restringido la significación de la palabra básica se transfiere de la categoría sustantival a la adjetival. El significado básico de la palabra nuclear se traslada al significado contextual en el momento del discurso pues una de las causas más importantes que origina la diferenciación entre código restringido y código libre se fundamenta en la división de trabajo y en la posesión de medios económicos que generan variantes diastráticas en el seno de una misma comunidad. Las clase sociales alta y media alta, llamadas clases politemáticas, orientan sus actividades a relaciones públicas interpersonales e institucionales regidas por valores reales o patrones culturales; en tanto que las clases populares y la clase media baja, llamadas clase monotemáticas, se orientan hacia formas de hablar referidas a objetos o situaciones concretas. De este modo surge una clase de comunicación con auténticas manifestaciones de cultura popular. 8

Algunas consecuencias pedagógicas. Desde hace varios años a través de test individuales y colectivos de inteligencia verbal se ha demostrado que la familia, la escuela y el ambiente social y cultural influyen en el desarrollo sicosocial del estudiante y en su rendimiento en general. La etnología y la etnografía nos muestran casos en que la injerencia de las situaciones concretas en la vida social de la comunidad es mucho más patente. Esto se observa especialmente en las formas, contenidos y usos de las lexías populares. En el código abierto los lexemas o elementos portadores del significado son variados, en tanto que en las lexías los mismos elementos nucleares sirven para expresar diversos contenidos por lo que se limita la capacidad de utilizar nuevas palabras con nuevos conceptos. Como se puede observar las lexías son constructos cerrados que sirven para comunicar mensajes que tienen matices estilísticos; al mismo tiempo comprobamos que encierran conceptos prelógicos -o como llaman los psicólogos "cuasi-conceptos"- porque están íntimamente vinculados con intereses, experiencias y valoraciones prácticas, mientras que el lenguaje académico o el científico está referido a teorías cognitivas y a valores comunes de validez general que encuentran como vínculo la lengua estándar. El hombre del pueblo dedicado a la manipulación de objetos, con ambientes sociales reducidos, desarrolla también una capacidad verbal concreta y reducida. En las clases populares existe una discontinuidad cultural entre la escuela y el ambiente social porque ambos se establecen con sistemas de comunicación diferentes, "hablan lenguajes distintos". A partir de este hecho, la institución educativa tiene que organizar programas de transculturación más adecuados a la realidad social de la comunicación. En la medida en que el niño aprende su lengua materna adquiere simultáneamente las formas de vida que le ofrece la clase social en que se desenvuelve, por lo que la escuela, comprendiendo esta realidad, debe ofrecer al estudiante la mayor cantidad de experiencias educativas para lograr el pleno desarrollo de su personalidad. La formación de hábitos lingüísticos depende de la estructura socioeconómica de la familia, la que con mejores medios y oportunidades puede enriquecer las vivencias de sus hijos. Los individuos que aprenden a manejar los diferentes códigos lingüísticos de una comunidad adquieren simultáneamente nuevas formas de conducta social y tienen mayores posibilidades de éxito en la vida. Muchos escolares acostumbrados a las limitaciones de un código restringido ofrecen escaso rendimiento con otros registros de habla y tienen dificultades para el razonamiento abstracto, lo que determina que la obra de la escuela sea quizás estéril cuando no se adecua al ambiente donde funciona. Los hijos de trabajadores manuales que se rezagan en sus estudios o desertan de la escuela, tal vez podrían estar limitados en su capacidad de rendimiento por una educación familiar recibida en códigos restringidos. Durante la formación de profesores de todos los niveles deberían impartirse nociones fundamentales sobre sicolingüística, teoría de la comunicación y sociolingüística a fin de que los nuevos educadores puedan comprender mejor la realidad social donde les toque actuar e interpretar con mayor acierto la idiosincrasia del pueblo peruano.

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Referencias bibliográficas. BALDINGER, Kurt. Teoría semántica, Madrid: Editorial Alcalá, 1970. BALLY, Charles. El lenguaje y la vida, Buenos Aires: Editorial Losada, 1962. BLOOMFIELD, Leonard. El lenguaje, Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1958. BLUMENFELD, Walter y TAPIA Mendieta, M.V. Test colectivos de inteligencia verbal, Lima: Facultad de Educación UNMSM, No. 4, 1958, pp. 3-6. GARCÍA DE DIEGO, Vicente. Lecciones de lingüística española, Madrid: Gredos, 1966. HASELOFF, Otto Walter. La comunicación, Caracas: Editorial Tiempo, 1970. LÉVI-STRAUSS. Antropología estructural, México: EUDEBA, 1968. POTTIER, Bernard. Gramática del español, Madrid: Editorial Alcalá, 1970. SPRANGER, Eduardo. Formas de vida, Madrid: Revista de Occidente, 1961. URIBE Villegas, Óscar. Sociolingüística, Universidad Autónoma de México, 1970.

* Según Bally la 'hipóstasis' se produce cuando una palabra o un grupo de palabras que pertenece a una categoría léxica o a una de las partes de la oración (sustantivo, adjetivo, etc.) reemplaza a otra palabra que pertenecería a categoría distinta. (El lenguaje y la vida. Buenos Aires: Editorial Losada, 1962, p. 143).

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