Lengua Española COU MESTRAL

July 28, 2020 | Author: Anonymous | Category: N/A
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LENGUA E S P A Ñ O L A

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INDICE DE TEMAS

1. L E N G U A JE Y C O M U N IC A C IÓ N ---- ---------- ------------------------.----- ---------

12-76

2. E S T R U C T U R A C IÓ N D E L L E N G U A JE V ER B A L...........................................

78-135

3. LA O R A C IÓ N G R A M A T IC A L ..............................................................................

138-164

4. EL S IN T A G M A N O M IN A L _______ ____ ___________ ___________________

166-203

5. LOS D E T E R M IN A N T E S Y LOS PR O N O M B R E S ...........................................

206-237

6. EL S IN T A G M A V ERBA L ........................................................................................

240-260

7. EL SIST E M A V ER B A L .............................................................................................

262-302

8. LA E S T R U C T U R A D E L P R E D IC A D O ..............................................................

305-352

9. LA O R A C IÓ N C O M P U E S T A .................................................................................

354-392

10. EL T E X T O ......................................................................................................................

394-413

11. EL L E N G U A JE T É C N IC O -C IE N T ÍF IC O ...........................................................

416-444

12. EL L E N G U A JE JU R ÍD IC O Y A D M IN IST R A T IV O ......................................

446-463

13. EL L E N G U A JE P E R IO D ÍS T IC O Y P U B L IC IT A R IO ..................................

466-500

14. EL L E N G U A JE D E LA S D IS C IP L IN A S H U M A N ÍS T IC A S ......................

502-523

15. EL L E N G U A JE L IT E R A R IO ...................................................................................

526-559

16. V A R IE D A D E S D EL U SO L IN G Ü ÍS T IC O .................................................562-578 /'

17. SIT U A C IÓ N L IN G Ü ÍS T IC A D E E S P A Ñ A .......... .............................................

580-619

18.

622-637

EL ESPAÑO L A C TU A L Y EL ESPAÑO L DE AM ÉRICA

LENGUA ESPAÑOLA

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O

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Cubierta: Paco Bascuñán José Ramón Gome/ Molina, Isabel Llácer. Amparo Moreno, José María Santano. Dirigido y coordinado por Angel López García. 1988 De esta edición: Consorci d'Editors Valeneians, S.A. (Mestral libros) 1988 I S B A 8 4 -7 5 7 5 -3 3 4 -5 D.l , V -22 5 2 -1 9 8 8 Impreso por Gráficas Morvedre, El Puig (Valencia)

LENGUA ESPAÑOLA

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O

José R, Gómez Molina Isabel Llácer Amparo Moreno José M. Santano Dirigido y coordinado por: Angel López García

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E S T R A L

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PRÓLOGO La lingüística española se encuentra todavía atorada en la perplejidad que hace unos veinte años suscitára la irrupción de los nuevos métodos y de las nuevas terminologías. Por otra parte, como la lucha de las escuelas alcanzó pronto la enseñanza media, y en especial el C.O.U., los espectadores atónitos fue­ ron en seguida todos los bachilleres sin más. ¿Qué extraña disciplina era ésta en la que las informaciones suministradas por un manual —digamos generativista— se contradecían inevitablemente con las de otro —estructuralista, pongamos por caso—, y éstas con las de un tercero? Peor aún: en realidad no había dos, tres o diez tipos de manual; es que cada texto constituía un mundo —no precisamente didáctico, que ello es legítimo, sino de contenidos—, y, o bien se llamaba a la misma realidad de innúmeras mane­ ras, o, lo que es peor, se procedía a equiparaciones apresuradas y erróneas, como las conocidas «el sin­ tagma nominal es lo que antes se llamaba sujeto», «la competencia es la lengua y la actuación el habla», y otras coletillas ayudamemoria que han circulado profusamente por las aulas. El resultado, como no podía menos que suceder, ha sido el descrédito en el que, todavía hoy, se halla sumida nuestra disciplina. La lengua de C.O.U. no le parece al estudiante algo serio y digno de interés, sino un obstáculo que los meandros del plan de estudios han puesto en su camino hacia la universidad Por eso hace ya años que los compañeros que imparten esta disciplina reaccionaron en el sentido de recabar para la misma la condición de asignatura «útil»: que los estudiantes aprendan a escribir y a ex­ presarse correctamente se propuso, con muy buen criterio, pues al fin y al cabo el dominio del instru­ mento lingüístico es la primera condición del trabajo científico. El problema radica, obviamente, en que tal objetivo se revela necesario, pero tal vez no del todo sufi­ ciente, porque su consecución no permitiría diferenciar el Curso de Orientación Universitaria —un puente tendido entre la enseñanza media y la superior— de otros cursos de niveles anteriores —E.G.B. y B.U.P.—, en los que con mayor propiedad todo progreso debe ser contabilizado en términos de perfeccionamiento de la capacidad lingüística de los estudiantes. Entre el bachillerato y la universidad al alumno de C.O.U. se le pide que domine el uso de la lengua, pero también que empiece a reflexionar sobre ella. De hecho las lenguas naturales gozan de una propiedad especialísima que, bien entendida, justificaría que el C.O.U. se redujese a la asignatura que nos ocupa. Cuando el estudiante llegue a la universidad tendrá que ir abandonando poco a poco la actitud pasiva, de mera recepción de conocimientos, e irse acostumbrando a la actividad creadora en que consiste toda investigación y toda técnica: se trata de un aprendizaje conti­ nuo y largo que a menudo se intenta remedar en niveles inferiores con simulacros didácticos. En nuestro caso, en el de las lenguas naturales, no hay simulacro, hay desde el primer momento creatividad espontá­ nea: al estudiante al que se le pide que confeccione un herbario, o una colección de láminas de arte, se le tiene que guiar sobre los criterios de su taxonomía, so pena de que el resultado sea caótico y no formativo; al que se le requieren opiniones sobre su propio uso lingüístico, se le está solicitando sin más que racionalice los resultados de su introspección, y, como introspectivos, sus datos son siempre válidos y estimables.

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En otras palabras, que aprender a reflexionar sobre la lengua es la forma más simple, más directa, y más activa de aprender a descubrir la realidad que nos rodea. De ahí el carácter propedéutico de la Lengua de C.O.U. (o del curso terminal de lengua del nuevo plan de estudios surgido de la reforma, el cual se inspira en este mismo principio y para el que también ha sido concebido este texto): para cuales­ quiera actividades científico-técnicas futuras se requiere una aptitud de reflexión lingüística —antes que unos conocimientos en sentido estricto— que hace aconsejable la obligatoriedad de la gramática en el curso puente; así lo practica por cierto la tradición académica europea desde los tiempos del «trivium» medieval. Y sin embargo la desconfianza hacia la materia subsiste. De lo dicho arriba se deduce que, si queremos combinar adecuadamente lo útil con lo reflexivo, deberemos confeccionar un manual dotado de las si­ guientes características: a) Inspirado en los principios del método activo, de forma que la comprensión de los conceptos resul­ te del análisis de los textos que ilustran el fenómeno objeto de estudio, al quedar como fondos sobre los que aquél se destaca. b) Ajeno a todo dogmatismo, por lo que la materia debe concebirse como una entidad problemática en la que los distintos enfoques, resultantes de procesos de autorreflexión, coexisten, de manera similar a como un cuerpo geométrico puede ser visto desde distintas perspectivas, sin que ninguna lo agote, pero también sin que ninguna se revele del todo distorsionada. c) Centrado en el protagonismo del profesor, al que se intenta facilitar la labor sin imponerle nunca unas pautas rígidas, porque en lengua, más que en ninguna otra disciplina, cada aprendizaje individual o de grupo constituye una biografía válida. Con dicho propósito el equipo de trabajo que ha confeccionado este manual presenta un volumen que podríamos tildar de «descriptivista» y que aspira a facilitar la consecución, lo que no es poco, del «sentido común lingüístico»: el estudiante, y el profesor, no encontrarán etiquetas terminológicas infle­ xibles, ni coerciones conceptuales; al contrario, de un elevado número de ejercicios —el 80% del mismo— entre los que caben todas las elecciones imaginables, se infieren unas pocas ideas básicas —el 20% restante— que viene a ser el exudado natural sobre el que todos estamos de acuerdo, y sobre el que cual­ quier concepción gramatical futura —si el alumno termina optando por carreras filológicas—, o cual­ quier procedimiento de representación de la realidad empírica —si su opción se decanta por otros senderos—, deben asentarse necesariamente. Una vuelta a la tradición, por tanto, pero un retorno aliviado, creemos, de muchas rémoras, tanto de la coacción normativa que aherrojaba la vieja gramática, como de la obsesión terminológica que ha socavado los cimientos de la lingüística moderna. Después de la seducción de la teoría de conjuntos, el álgebra y las tablas de multiplicar han vuelto a los niveles iniciales de enseñanza de las matemáticas: entre nosotros está sucediendo algo parecido, y, tras el deslumbramiento de las teorías, vuelve la solidez de la gramática descriptiva, aunque, desde luego, ya nada vaya a ser como otrora fue. Este libro es el resultado de un trabajo de equipo, no por casualidad, sino como consecuencia de la propia perspectiva gnoseológica que ha guiado su confección: si la lengua se concibe como algo que debe ser comprendido por los alumnos a base del contraste de sus opiniones e instituciones en relación con los textos, era evidente que el texto de textos que presentamos aquí debía nacer igualmente de un contraste similar. La misma extracción epistemológica de sus autores lo evidencia así: hemos procurado que junto al sociológo se alinease el especialista en crítica literaria, que el teórico conviviese con el prag­ mático, y ambos con el historiador: al fin y al cabo una lengua es todo esto, es sociedad, estética, teoría, práctica e historia, de forma que la variedad de enfoques no sólo define cada texto y debe ser captada por varios alumnos a la vez, sino que también caracteriza al propio sistema lingüístico que, por ello, ha sido descrito desde la confrontación de pareceres de las personas que firman esta obra. Mas lo que una lengua es no se agota ahí, porque la lengua, por definición, lo abarca todo: por eso, conscientes de que cualquier empresa humana es falible e imperfecta, y que los buenos propósitos esbozados arriba podrían haberse tan sólo entrevisto, hacemos desde aquí un llamamiento a todos los colegas para la me­ jora futura de este manual: toda sugerencia, todo aporte textual, también, ¿por qué no?, toda incorpora­ ción a este equipo de trabajo, será bien acogida y contribuiría, sin duda, a hacer de este libro lo que hemos intentado que fuese, una obra de todos para todos como, al fin y al cabo, es cualquier lengua de los hombres. Réstanos añadir algunas palabras sobre la organización material de este texto. Tras meditarlo mucho hemos optado por articularlo en dos volúmenes, uno de teoría y otro de ejercicios: ello pone de mani­ fiesto la absoluta preponderancia que en el mismo se concede a la práctica, de acuerdo con los principios del método activo; además hace posible que el alumno asista a clase tan sólo con el tomo de ejercicios,

e incluso que dicha parte sea manejada como complemento de otros manuale, cuya orientación teórica sea más afín a la del profesor, si bien las citadas pruebas se ajustan al orden de las materias tratadas en el primer tomo. Un segundo aspecto de interés es el glosario de términos lingüísticos que acompaña a la obra: aunque la dificultad terminológica queda casi siempre aminorada por el planteamiento descriptivista de este libro, no se nos oculta que el de la nomenclatura es uno de los problemas a los que habitualmente se enfrenta el estudiante, por lo que la incorporación de este repertorio puede servirle de guía mnemotécnica a la par que de procedimiento de conciliación de contradicciones y resolución de dudas. En la medida en que los futuros usuarios del libro, ellas y ellos, lo sientan como un acicate para interrogarse sobre su lengua y para terminar discrepando personalmente de lo que en el mismo se les dice, nos daremos por satisfechos, convencidos, como estamos, de que ayudar a pensar, y por lo mis­ mo a suscitar disentimientos, es nuestra primera y tal vez nuestra única obligación como profesores. Angel López García Universidad de Valencia

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LENGUAJE Y COMUNICACIÓN 1.1. LA COM UNICACIÓN Y SUS ELEMENTOS: EL CONCEPTO DE INFORMACIÓN. 1.1.0. INTRODUCCIÓN. 1.1.1. CONCEPTO GENERAL DE COM UNICACIÓN. SIG NIFICAD O RESTRINGIDO. 1.1.2. LOS ELEMENTOS DE LA COM UNICACIÓN. A. B. C. D.

LA EL EL EL

FUENTE O EMISOR. MENSAJE. DESTINO. TRANSMISOR.

E. EL CÓDIGO. F. EL CONTEXTO. G. EL CONCEPTO DE RUIDO.

1.1.3. EL SISTEMA ESTÍMULO - RESPUESTA. 1.1.4. EL CONCEPTO Y CUANTIFICACIÓN DE LA INFORMACIÓN. A. B. C. D. E.

EL CONCEPTO DE INFORMACIÓN. MEDIDA DE LA INFORMACIÓN. INFORMACIÓN CONTENIDA EN UNIDADES LINGÜÍSTICAS. GENERALIZACIÓN AL PLANO SEMÁNTICO DEL CONCEPTO DE INFORMACIÓN. REDUNDANCIA.

1.2. EL SIGNO. 1.2.1. 1.2.2. 1.2.3.

EL CONCEPTO DE SIGNO: CARACTERÍSTICAS. EL TRIÁNGULO SEMIÓTICO: SIG NIFICAN TE, SIGNIFICADO, REFERENTE. DOS POSICIONES CLÁSICAS SOBRE EL PROBLEM A DEL SIGNIFICADO. A. LA POSICIÓN ANTIMENTALISTA. B. EL “INTERPRETANTE” DE PEIRCE.

1.2.4. 1.2.5.

LA SIG NIFICACIÓ N DE SEGUNDO GRADO. CLASES DE SIGNOS. A. B. C. D. E. F. G.

1.2.6. 1.2.7.

ÍNDICES, ICONOS, SÍMBOLOS. SIGNOS NATURALES. SIGNOS ARTIFICIALES. SIGNOS COMUNICATIVOS. SIGNOS EXPRESIVOS. SIGNOS MOTIVADOS. SIGNOS INMOTIVADOS. SIGNOS CON VALOR SEMÁNTICO. SIGNOS CON VALOR SINTÁCTICO. CLASIFICACIÓN SEGÚN EL MODO OPERATIVO. SIGNOS LINGÜÍSTICOS. SIGNOS NO LINGÜÍSTICOS.

EL CÓDIGO EN SENTIDO SEMIOLÓGICO. CLASES DE CÓDIGOS. A. CÓDIGOS SISTEMÁTICOS - ASISTEMÁTICOS. B. TIPIFICACIÓN FORMAL SEGÚN LA ARTICULACIÓN.

1.2.8. 1.2.9. 1.2.10. 1.2.11. 1.2.12.

LENGUAJE VERBAL - SISTEMAS SEM IOLÓGICOS NO VERBALES. M ENSAJES VERBALIZABLES. NO VERBALIZABLES. CÓDIGOS MIXTOS. LA SEM IÓTICA, D ISCIPLIN A ABIERTA. LA COM UNICACIÓN NO VERBAL.

1.3. EL SIGNO LINGÜÍSTICO. 1.3.1. 1.3.2. 1.3.3. 1.3.4. 1.3.5. 1.3.6.

CARACTERÍSTICAS. PENSAMIENTO Y SIGNO LINGÜÍSTICO. EL PROBLEM A DE LA DELIMITACIÓN. EL CONCEPTO DE CÓDIGO A PLICA D O A LA LENGUA. LA DOBLE ARTICULACIÓN. LOS SISTEMAS DE ESCRITURA.

1.4. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE. 1.4.1. 1.4.2.

EL LENGUAJE, CARACTERÍSTICA DE LA ESPECIE HUMANA. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE: TRES ESQUEMAS. A. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE SEGÚN K. BÜHLER. B. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE SEGÚN JAKOBSON. C. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE SEGÚN HALLYDAY.

1.1. LA COMUNICACION Y SUS ELEMENTOS. EL CONCEPTO DE INFORMACION. l.l.O. INTRODUCCION La Teoría de la Comunicación y de la Información constituye una de las aportaciones más significati­ vas que conforman tanto los avances técnicos como el pensamiento de nuestra época. Surgida en el con­ texto de la Bell Telephone Laboratories y del Massachussets Institute of Technology, su objetivo inicial fué la elaboración de una serie de modelos matemáticos destinados a mejorar el rendimiento, la fiabili­ dad y la economía de los diversos medios de transmisión. Posteriormente, su influencia ha irradiado a las disciplinas más diversas tanto en las ciencias físicas como en las biológicas y humanas, en muchos casos por la utilización directa de los teoremas elaborados, en otros por suponer nuevas herramientas conceptuales para el análisis de los fenómenos. La estructuración inicial de la Teoría de la Comunicación se debe a Claude E. Shannon y Warren Weaber (Teoría matemática déla Comunicación, 1948) quienes se basaron en las investigaciones sobre transmisión de Nyquist (1924) y Hartley (1928), en el cálculo de posi­ bilidades y en la estadística matemática. A ella se vincula la cibernética (de kubernetés = piloto), término forjado por Norbert Wiener, su iniciador. La cibernética se ocupa de los problemas de la comunicación y del control partiendo de los procesos que rigen desde el funcionamiento de los mecanismos autorreguladores más simples hasta el de los modernos computadores e incluso el funcionamiento del sistema nervioso.

El periodismo, la radio, la televisión, el cine, los llamados precisamente medios de comunicación han hecho suyos y difundido en la lengua común los conceptos fundamentales de la Teoría de la Comunica­ ción. En algunos casos, como es inevitable, con pérdida del rigor terminológico original, como es el caso de información y mensaje erróneamente asimilados a noticia y a contenido respectivamente. Así, se habla no sólo del receptor de radio, de la emisora de televisión o de sus canales sino también de difundir informaciones o carecer de información, de las fuentes de una noticia, del mensaje del político o del artista, del código de la circulación, de pueblos bien comunicados o de la falta de comunicación en la familia o en la pareja, del contexto eco­ nómico y social, etc. Los más diversos fenómenos del arte, la política, la economía, la so­ ciología o la vida cotidiana son hoy expresados en términos de comunicación.

Tal es el caso del lenguaje. Con independencia de lo discutible en algunas generalizaciones, es un he­ cho que la lingüística hoy en día se halla fuertemente penetrada por la terminología de la Teoría de la Comunicación. Algunas disciplinas actuales —gramática generativa, lingüística estadística, traducción automática, técnicas criptográficas— le son directamente tributarias. En lingüística general es hoy lugar común asimilar el lenguaje a la comunicación verbal, la lengua al código, el habla al mensaje, el hablante al emisor, y el oyente al receptor. Se considera el contexto lingüístico o extralingüístico de unidades y secuencias; se analiza la influencia del canal (oral, escrito) en la codificación de estas últimas, es decir, en la estruc­ turación del discurso.

Por otra parte, aunque su origen es independiente, también la moderna semiótica ha establecido cone­ xiones con la Teoría de la Comunicación al abordar el problema de la transmisión de significados. Citemos por último otro ámbito que se ha visto enriquecido por los enfoques de la Teoría de la Comu­ nicación: la teoría literaria. El autor puede ser considerado como el emisor de un determinado mensaje —la obra—, destinado a un receptor —el público o lector— para lo cual utiliza un canal —el género literario— en el marco de un contexto (social, ideológico, cultural...).

1.1.1. CONCEPTO GENERAL DE COMUNICACION: SIGNIFICADO RESTRINGIDO. En Teoría de la Comunicación se entiende por comunicación el paso de una determinada informa­ ción de un punto a otro distantes en el espacio y/o en el tiempo. No se prejuzga, pues, que esta informa­ ción contenga o no un significado ni que su transmisión tenga o no carácter voluntario.

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En las ciencias humanas se restringe frecuentemente el concepto de comunicación para abarcar exclu­ sivamente los procesos de comunicación humana, de carácter intencionado, percibidos como tales por el receptor. Se opone, en este caso, comunicación a mera significación. Así, un gesto de adiós, un enunciado lingüístico, una señal de tráfico supondrán, en esta acepción, comunicación. En cambio, un gesto de cansancio, un acento extranjero o dia­ lectal, el rubor, etc. serían sólo significativos, dado que la información que permiten infe­ rir ha sido involuntariamente transmitida.

En los párrafos que siguen nos referiremos a la comunicación en sentido amplio, tal y como ha sido originariamente formulada.

A) LA FUENTE o EMISOR. La fuente es el punto de origen del mensaje. La fuente o emisor seleccio­ na el mensaje entre una serie de posibles mensajes. Del número total de estos posibles mensajes depen­ derá la información transmitida en cada caso. Los seres o realidades más diversas pueden desempeñar la función de información gene­ radora de mensajes. La fuente puede consistir en un ser viviente, humano o animal, en un mecanismo, en un sistema susceptible de estados diversos, etc.

El concepto de fuente no presupone mente, conciencia o intencionalidad comunicativa necesariamente: un semáforo, un bombo de lotería que selecciona números al azar, las ca­ pas de la atmósfera observadas por el meteorólogo, un astro lejano que emite radiaciones, un león que ruge, un músico que toca una melodía, la emisora de TV o de radio, un hombre que habla con otro, le escribe o le telefonea, son otros tantos ejemplos de fuente o emisor.

B) EL MENSAJE es el símbolo o sucesión de símbolos seleccionados por la fuente. El semáforo sólo puede emitir tres mensajes y cada uno consta de un único símbolo, —verde, rojo, ámbar—. El mensaje generado por el bombo es una sucesión de números, p. ej. el 36.830. Como puede verse, esta fuente maneja diez símbolos (0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9) y el número de mensajes posibles es muy elevado. El mensaje que transmite el me­ teorólogo es el estado concreto en un momento dado de presión, humedad, etc., de la at­ mósfera. Las radiaciones, el rugido, la sucesión de notas, las imágenes y las palabras, el texto escrito, constituyen los mensajes de los restantes ejemplos.

C) EL DESTINO es el ser viviente —o mecanismo— que recibe el mensaje y, por lo común, reacciona o actúa en consecuencia. Un gran número de veces el destino es un ser humano o viviente: el peatón, los jugadores de lotería, el meteorólogo, el astrónomo, el público o los restantes leones del territorio. Pe­ ro no necesariamente. El dispositivo de un termostato que conecta o desconecta un aparato

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de la red según la señal que recibe de la temperatura ambiente, la célula fotoeléctrica que abre la puerta al interceptar un cuerpo el rayo luminoso, un piloto automático, un misil antimisil o cualquier mecanismo autorregulador, son el destino de procesos comunicativos. Un ordenador es el destino de la información contenida en los datos que le suministramos.

D) EL TRANSMISOR, como se ha dicho, transforma el mensaje en señal que envía, a través del cana!, hasta el receptor. El receptor puede considerarse como la inversa del transmisor, pues reconvierte la se­ ñal transmitida reconstruyendo el mensaje inicial, que utilizará el destino. Estos elementos aparecen particularmente diferenciados en comunicaciones efectuadas mediante procedimientos artificiales, construidos al efecto. En el caso del teléfono, por ejem­ plo, el transmisor es el micrófono que convierte la presión sonora de la voz en una corriente eléctrica variable (señal); el canal es un cable y el receptor es un auricular que transforma de nuevo dichos impulsos eléctricos en vibraciones sonoras que reproducen las palabras. La codificación en este caso tiene carácter automático, basado en las propiedades físicas de los elementos integrantes de los aparatos en cuestión. En el caso del telégrafo, en cam­ bio, existe una codificación previa: la transformación del mensaje escrito en una sucesión de corrientes interrumpidas de longitud variable (puntos, rayas, espacios). El canal, medio físico por el que se propaga la señal, puede ser en otros casos simple­ mente el aire (señales acústicas o luminosas), e incluso el espacio vacío (ondas electromag­ néticas de la radio o de la televisión). El papel o la pizarra sobre los que escribo son el canal de la comunicación escrita. Una persona que repite a otra un mensaje a ésta destinado será también el canal. Si traducimos un texto de una lengua a otra y de ésta a una tercera, la lengua actúa como canal. En el caso de la comunicación simple, por medios naturales, resulta tal vez más difícil identificar el elemento o elementos que ejercen la función de transmisor, así como la índole de la codificación propiamente dicha. Sin embargo, estos elementos están presentes en cual­ quier caso. Imaginemos que mi mente, en un momento dado —ante un peligro por ejemplo—, selec­ ciona un mensaje destinado a una persona, que es la orden de que se aparte. Está claro que —telepatía excluida— este mensaje no puede llegar a su destino si no se traduce o codi­ fica en algo perceptible por los sentidos de dicha persona. Según las circunstancias puedo elegir uno u otro canal, recurrir a una u otra codificación, pero, en cualquier caso, habré de producir una determinada señal física susceptible de ser correctamente interpretada. Puedo, por ejemplo, hacer un gesto (señal visual - código no lingüístico) o darle un empujón (señal táctil - ídem.), decirle “apártate” (señal auditiva - lingüística) o escribírselo en algún sopor­ te físico (señal visual, lingüística). El receptor destino, al recibir la señal, reconstruye en su mente el mensaje y se supone que se aparta. En cualquier caso, mi voz, mis manos, mi rostro, mi lápiz o bolígrafo han actuado de transmisores del mensaje.

En la comunicación oral en presencia, el transmisor es el aparato fonador del hablante, el aire es el canal, y el receptor, el oído del interlocutor con su nervio auditivo asociado. Sin embargo, como luego se verá, el concepto de codificación aplicado a la plasmación de contenidos en las lenguas naturales pre­ senta una complejidad infinitamente superior al de la codificación para su transmisión de mensajes elaborados. E) EL CÓDIGO Un código es un sistema de equivalencias convencionalmente establecidas que permite transmutar el mensaje de la fuente para hacerlo apto para la transmisión. Como hemos visto, la transcripción del mensaje a los signos de estos códigos se denomina codifica­ ción y corre a cargo del elemento denominado transmisor. La operación inversa, que permite reconstruir el mensaje inicial invirtiendo el proceso, se denomina descodificación y corre a cargo del receptor. Por códigos en sentido estricto entendemos comúnmente los códigos de transmisión, es decir los códi­ gos artificiales. Todo código se presenta como un stock o inventario del que se escogen las unidades que permiten construir los mensajes. Para que la comunicación sea posible, el código tiene que ser co­ mún al transmisor y al receptor, es decir, que tanto uno como otro posean en su memoria las equivalen­ cias antes citadas.

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EJEMPLOS DE CÓDIGOS USUALES A

PUNTUACIÓN Y OTROS SIGNOS CONVENCIONALES

B C

D £

F G

H I J K

L M N

0 P

0

punto (.) coma (,) dos puntos (:) interrogación (?) guión (-) barra (I) paréntesis [()] comillas (*») igual (=) enterado error cruz (+) o fin de telegrama invitación a transmitir

• — • — ' — — • • ' — — — • • •— — • — • • . • — •• — — . __ — . — . . _ — . . . _ . . . _ .

espera fin de transmisión llamada preliminar señal de separación

. _ . . . . . . _ . . _ _ . mmm . . __ ,, _

. _ . __ __ . __

fig. 2 ALFABETO MORSE La econom ía d e un código requiere partir d el análisis d e la frecuencia d e los símbolos que com ponen los m ensajes. El código inorse refleja la frecuencia m edia d e las letras en inglés. La e, que e s la más frecuente, e s la más breve (•), la q, la más infrecuente, requiere siete v e c e s más tiempo d e transmisión (— ■—).

0

0000

1

0001

2

0010

3 4

0011 0100

5

0101

6

0110

7

0111

8

1000

9

1001

fig. 4 CODIFICACIÓN BI­ NARIA EN BASE 2 DE LOS DÍGITOS DECIMALES. (En esta base, 2 = 10. Sólo s e utilizan los dígitos 0 y 1).

1 2 * 4 ( ) 7 8 j t =1 2 ’ ° M \ 3 1 ' 5 6 / X 9 + ABCDEFGHIJKLMNOPQRSTUVWXYZ

fig. 6 UN CÓDIGO BINARIO DE LETRAS, DÍGITOS Y SIGNOS EN UNA CIN­ TA MAGNÉTICA DE CINCO CANALES. Los círculos indican magnetización en la posición correspondiente. A cada número o letra corresponde una sucesión d e 5 dígitos binarios. 0 = ausencia d e magnetización, l = magnetización en la posición. Por ej. A = 10.000, B = OI.000, Z = OI.Olí.

• A

E

• i •



9

•• Q •• •

9

M 9

B

• 9

9



C

•© D •

•• F •

j

©• G •©

K

9 9

© 9

N



L

9 9 9

9

9 O 9 9

R

9 9 9

9

9

• H

9

0

S

9 9

P

9 9

T

9

9 9 9

9 9 9 9

9

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• u

••

• V • ••

•9 Y

9 9 9

9

Z

9 9 9

• w •• •

•• X

••

fig. 7 EL CÓDIGO TÁC­ TIL BRAILLE. Los signos se com po­ nen m ediante perfora­ ciones d e puntos en el papel.

La índole de los códigos se ajusta evidentemente a las condiciones en que se verifica la comunicación, y su elaboración supone siempre un problema de optimización: un código es superior a otro si, en las mismas condiciones, permite transmitir mayor número de mensajes por unidad de tiempo sin que ello suponga pérdida o riesgo de pérdida de información. Los diversos sistemas de escritura, sus sistemas sustitutivos (Morse, Braille, señales de banderas), las cartografías, los símbolos matemáticos, lógicos o químicos, los lenguajes de ordenador (Basic, Fortran, Ada, Logo, Pascal...) constituyen ejemplos de códigos entre mu­ chísimos otros. Especial importancia revisten en nuestros días los sistemas de codificación binaria que manejan dos únicos símbolos (0, 1) para almacenar o transmitir cualquier tipo de mensaje.

fig. 9 CODIFICACIÓN DE LA PALABRA ES­ CRITA PELIGRO EN MORSE, BRAILLE, ALFA­ BETO DE LOS SORDOMUDOS Y CÓDIGO DE BANDERAS. La palabra escrita supone ya una primera co­ dificación d e la secuencia oral correspondien­ te. Los cód igos de transcripción son sistemas sustitutivos de segun d o grado d el lenguaje.

fig, 8 LOS DÍAS DE LA SEMANA EN EL CÓ­ DIGO DE LOS SORDOMUDOS. El código de los sordom udos combina id eo­ gramas gestuales con el procedimiento alfabé­ tico. O bsérvese el carácter motivado del signo correspondiente al dom ingo frente al n ecesa ­ riamente arbitrario d e los restantes.

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Los códigos en sentido estricto son, pues, sistemas de símbolos o de signos que, por una convención previa, están destinados a representar y a transmitir la información. Sin embargo, en semiología se am­ plía considerablemente la extensión del concepto hasta utilizarlo para referirse a los principios que sub­ yacen a cualquier procedimiento de comunicación. (Para el código en sentido semiológico vid. infr,a 1.3.). F) EL CONCEPTO DE RUIDO En sentido estricto, se denomina ruido a las perturbaciones que pueden afectar a la señal en su paso por el canal. Y en sentido amplio, a cualquier perturbación experimentada por la señal en el proceso de la comunicación, es decir, a cualquier factor que la dificulte o impida, al afectar a cualquiera de sus elementos. El concepto de ruido no se limita por tanto al ámbito de lo acústico. Las distorsiones del sonido en la radio o el teléfono son ruido, pero también lo son las distorsiones de geometría o brillo en la televisión, los errores de transmisión en telegrafía, la alteración de la escritura cuando escribimos en el tren, la afonía del hablante o la sordera del oyente, la palidez de un texto impreso o las manchas en el mismo... o la ortografía de­ fectuosa. Tes peroenca salas hocho es un mensaje ruidoso pues su percepción se ve dificul­ tada frente a la codificación correcta habitual: te espero en casa a las ocho. La distracción del receptor-destino puede ser admisible a ruido: un alumno que no atiende —aunque esté en silencio— es, en este sentido, un receptor ruidoso.

Como se verá posteriormente, una de las formas de evitar o paliar la inevitable presencia del ruido en la comunicación es introducir redundancia en la codificación del mensaje. G) EL CONTEXTO La noción de contexto, fundamental en la mayoría de los procesos comunicativos tiene dos acepciones Claramente diferenciadas. a) El contexto en el seno del mensaje. b) El contexto del mensaje o contexto situacional, es decir, el conjunto de circunstancias relevan­ tes que enmarcan el acto de comunicación. EL CONTEXTO EN EL SENO DEL MENSAJE.

Como se ha visto, un mensaje puede constar de uno o diversos símbolos. Cuando el mensaje consta de másde un símbolo, cualquiera de ellos o conjunto de ellos tiene como contexto a los restantes. Según la índole de la fuente y del código, los símbolos que integran el mensaje pueden estar condicionados o no unos por otros: Supongamos una fuente que dispone de los símbolos a, b, c, d, para seleccionar y gene­ rar mensajes. Si emite el mensaje ab, b es el contexto de a; si emite abe, be es el contexto de a (y recíprocamente), si emite abe, ab es el contexto de c, etc. En el caso del bombo de lotería, es evidente que los símbolos son independientes. La aparición de un 3 no condiciona para nada el dígito siguiente, que puede ser cualquiera entre 0 y 9, y así sucesivamente. En cambio, en el caso de un mensaje en una lengua natu­ ral, p. ej. en castellano, aunque el hablante dispone de veinticuatro símbolos entre vocales y consonantes, las combinaciones posibles son muy inferiores a las teóricas. Tras una t no podrá aparecer, p. ej. una 1, ni u n ap , ni una f, etc. sino sólo una vocal o una r. Si conside­ ramos unidades superiores, tras el artículo el sólo podrá aparecer un sustantivo masculino, etc. (Vid. T.2.2.). En una melodía, una nota tiene como contexto a las restantes del compás; un compás, a los restantes compases. En un cuadro o en un cartel, todo lo que rodea a un elemento es su contexto (es decir, el resto del cuadro o del cartel).

En los mensajes lingüísticos, el contexto en el seno del mensaje determina las llamadas relaciones sin­ tagmáticas (Vid. T.2.). El contexto lingüístico incide, como se verá, para atribuir un determinado significado a las unidades morfolólogicas y léxicas. Así, o significa masculino singular en perro (contexto perr) y Ia persona de presente de indicativo en hablo (contexto habí). La unidad léxica canto se interpreta de modo muy distin­ to en el canto de un duro, el canto de un pájaro y canto una canción.

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EL CONTEXTO DEL ACTO DE COMUNICACIÓN.

El contexto situacional está constituido por todos los elementos que rodean y enmarcan un acto de comunicación. Todo acto de comunicación se realiza en un determinado contexto situacional. Desvincu­ lado de éste, su esencia queda totalmente alterada. El mensaje simple de una sucesión de cifras, para ser correctamente interpretado y utili­ zado, necesita enmarcarse en su contexto situacional. Puede tratarse, en efecto, de un nú­ mero premiado de lotería, de un número de teléfono, del resultado de un problema de arit­ mética o de la cifra en millones de los presupuestos del Estado. Un mensaje como salida de emergencia colocado sobre una mesa de despacho, o un semáforo emitiendo en medio de un bosque no supondrían acto de comunicación alguno.

Por otra parte, el contexto condiciona fuertemente todo proceso comunicativo, haciendo optar por la utilización de uno u otro canal, por la elección de uno u otro código. Los mensajes contenidos en las señales de tráfico, por ejemplo, están codificados de for­ ma que puedan ser captados globalmente, de modo inmediato. Dada la velocidad que lle­ van normalmente sus destinatarios, resultaría inadecuada la utilización de mensajes lingüís­ ticos, además de otras razones obvias. Un cartel destinado a una valla-publicitaria se es­ tructura de modo distinto que un anuncio en una revista; el lenguaje se utiliza de modo distinto en la intimidad que ante el público desde una tribuna. Si quiero avisar a mi compa­ ñero de mesa, que está copiando en un examen, que se acerca el profesor, fingiré toser, o le daré un codazo en ver de recurrir al lenguaje.

El contexto situacional incide por tanto decisivamente en la interpretación de los mensajes humanos. En lingüística y semiología aborda esta incidencia la pragmática, que estudia la relación de los signos con sus usuarios. OBSERVACIONES

Los elementos de la comunicación no son objetos sino funciones. Un sistema de comunicación puede considerarse integrado a menudo por diversos subsistemas. El análisis se centrará en cada caso en el aspecto que interese considerar. Por ejemplo, si analizamos el acto de comunicación telefónica o telegráfica, podemos prescindir o no de la consideración de las codificaciones y descodificaciones sucesivas que comporta, y por tanto de los sucesivos elementos que actúan de receptor-transmisor.

ñg. 10 SUBSISTEMAS QUE INTEGRAN LA COMUNICACIÓN TELEFÓNICA Y TELEGRÁFICA.

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19

Lo esencial para nosotros será que en el caso de la comunicación telefónica, el canal arti­ ficial exclusivamente auditivo condiciona la construcción del mensaje oral, dado que no podemos recurrir a expresiones faciales, gestos, ademanes, etc. que normalmente acompa­ ñan la comunicación oral en presencia. En el caso del telégrafo, lo fundamental es el condicionamiento de la construcción del mensaje escrito debido a las razones de economía que impone el código. Nuestro mensaje deberá tener redundancia verbal mínima incluso a costa de la violación de reglas gramati­ cales (Vid. infra 1.1.).

f

1.1.3. EL SISTEMA ESTIMULO-RESPUESTA.

En el sistema del tipo estímulo-respuesta el proceso de la comunicación aparece simplificado. El re­ ceptor no descodifica para reconstruir el mensaje sino que reacciona directamente a la recepción de la señal. Los procesos de comunicación que se producen en el interior de los seres vivos y que mantienen su equilibrio biológico, los que responden a la interacción necesaria con el me­ dio para la conservación de la vida, y, en general, todos aquellos que constituyen la base de cualquier mecanismo autorregulador material o artificial, corresponden al modelo citado.

EMISOR

RECEPTOR RESPUESTA w

ñg. 11 ELEMENTOS DEL SISTEMA ESTÍMULO-RESPUESTA

El estudio de la comunicación animal se efectúa necesariamente según este modelo. Las señales emiti­ das por un individuo actúan como estímulos que desencadenan determinadas reacciones observables en otro u otros de su especie en una circunstancia dada: el significado no es sino el efecto producido, único fenómeno accesible al análisis.

1.1.4. CONCEPTO Y CUANTIFICACION DE LA INFORMACION A) CONCEPTO DE INFORMACIÓN. En la Teoría de la Comunicación, la palabra información se utiliza con un sentido especial que no debe confundirse con su uso cotidiano. En particular, información, no debe confundirse con significado. La información contenida en un mensaje es una magnitud cuantificable de modo preciso, que depen­ de de la probabilidad de selección por el emisor o fuente de dicho mensaje entre los restantes que podrán aparecer en su lugar. La relación entre la información y la probabilidad es inversa: cuanto más probable es un mensaje, menor información contiene. Recordemos que el emisor selecciona el mensaje entre una serie de mensajes posibles. Analicemos el caso más sencillo: los mensajes son igualmente posibles. Imaginemos una fuente que pueda seleccionar, con idéntica probabilidad, un mensaje entre cuatro mensajes posibles, y otra que disponga de ocho para elegir. El mensaje selec­ cionado por ésta contiene más información que el de la primera, sean cuales sean dichos mensajes: (números, palabras, notas musicales, colores, letras, etc.). En el primer caso la probabilidad de aparición de un mensaje cualquiera es de - j - , en el segundo, de - j - . Si el número de opciones fuera, p. ej. 100, o 1.000, la información contenida en el mensaje sería muy superior. La información es una función inversa a la probabilidad. Así, por ejemplo, la información que contiene la cara obtenida al lanzar un dado (P = -g-) es inferior a la contenida en una carta extraída al azar de una baraja (P = ).

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20

-

B) MEDIDA DE LA INFORMACION.

La unidad más comúnmente utilizada para medir la información es el BIT (B inary Unit o B inary Digit), que supone la elección de u n a función logarítm ica de base 2 (Vid. infra). Los planteamientos de carácter binario han conformado importantes corrientes de la lin­ güística de nuestro siglo. Como se verá en el T.2., los enfoques estructuralistas (fundamen­ talmente en fonología y en semántica estructural) se basan precisamente, una vez inventa­ riados los posibles rasgos básicos, en describir la unidad en cuestión en términos de pose­ sión / no posesión de cada uno de dichos rasgos, es decir: de SÍ/NO, + /—, 1/0.

Un bit se define como la cantidad de información que se asocia a un mensaje —o a un suceso— cuya probabilidad de producirse es de -f-. Dicho de otro modo, se transmite un bit de información cada vez que sólo son posibles dos mensajes, ambos igualmente probables. Por ejemplo, el resultado del lanzamiento de una moneda (cara o cruz) supone 1 bit de información; niño o niña referidos a un bebé desconocido; el itinerario correcto en una bifurcación de caminos (derecha o izquierda). La elección se opera entre dos únicas posibi­ lidades, y puede representarse como la respuesta sí/no, o 1/0 a las respectivas preguntas ¿cara? ¿niño? ¿derecha? (o sus complementarias, absolutamente equivalentes: ¿cruz? ¿ni­ ña? ¿izquierda?). Toda elección, entre casos m ás com plejos, puede ser reducida, en últim a instancia, a u n a sucesión de elecciones elem entales binarias, conducentes a individualizar finalm ente el m ensaje o suceso entre el n ú ­ m ero total de los m ensajes o sucesos posibles. A esta individualización de un mensaje —o suceso— entre numerosos casos posibles igual­ mente probables puede llegarse mediante un cierto número de elecciones binarias o pregun­ tas cuya respuesta es SÍ/NO, representables por 1/0. Cada respuesta supone 1 bit de información.

Ej.: adivinar un numero del 1 al 8 (mensaje).

N = Mensajes posibles = 8 P = Probabilidad N = -¡j-

¿Es par? N O ---------------------------------------------1 bit 1357

¿Es el 2?

/ X

¿Es el 6?

Sí 13

N O -------57

¿Es el 1?

/ \

/ \

/ X

¿Es el 5?



NO



NO



NO



2

4

6

8

1

3

5

N O ------ --------- 1 bit 7

II oo

NO 68

Sí 24

¿Igual o menor que 3?

to

¿Igual o menor que 4?

II

Sí 2468

Hemos necesitado tres preguntas o disyunciones binarias para obtener la información total sobre el mensaje. A cada pregunta ha aumentado en 1 bit la información parcial. Ob­ servamos que 3 es el número de veces que multiplicamos 2 por sí mismo para obtener el número total de opciones o mensajes posibles, es decir, la potencia a la que hay que elevar 2 para obtener N, (es decir Log. 2 -E ); dicho de otro modo, el logaritmo en base 2 de N. De ahí la fórmula general. I = log .2 N, es decir I = log.2 -j

-2 1

Este procedimiento es la base de un conocido juego que permite descubir un mensaje conocido cualquiera efectuandc¡.20 preguntas.bien escogidas: ¿hombre/'mujer?, ¿vivo/muerto?, ¿ciencias/letras?, ¿español/extranjero?, etc. De este modo, si P = - J -, I = 2 bits; si P = -L , 1 = 3 bits. Si P = , I = 4 bits; si P = -E-, I = 5 bits, etc. Evidentemente la fórmula es válida para cualquier valor de P. No es necesario que se trate de potencias exactas de 2. El bit admite decimales. La cifra exacta se hallará consultando una tabla de logaritmos una vez efectuada la transformación correspondiente. Para tener una idea de qué suponen algunas órdenes magnitud, piénsese que 1 mensaje o suceso entre 100 posibles contiene cerca de 7 bits (27 = 128), uno entre mil, alrededor de 10 bits (210 = 1.024), uno entre un millón, unos 20 bits, (220 = 1.048.576). Una imagen de TV en blanco y negro formada al azar supone cerca del millón de bits de información. En efecto: Una imagen puede considerarse formada por una estructura de posiciones o puntos blancos, negros y grises dispuestos en unas 600 líneas x 500 columnas aproximadamente. Admita­ mos que cada uno de esos puntos (300.000) puede adoptar uno de diez niveles de brillo diferentes, de manera que pueden existir 10300 00(1 imágenes distintas en la pantalla. Si és­ tas son equiprobables, la probabilidad de una imagen cualquiera es = - ¡ ó ¿ s r , y la cantidad de información I = log.2 j, es log.2 ÍO300000 = 300.000 log,2 10 = 300.000 x 3,32 = 996.000 bits. Evidentemente, si la televisión es en color, la cifra es muy superior. La razón de la elección de la base 2, y por tanto del bit como unidad de información más utilizada, se debe a que la mayoría de los sistemas físicos que se emplean para almacenar, procesar y transmitir la información operan sobre la base binaria (antiguos núcleos de ferrita, tarjetas perforadas, canales en las modernas cintas magnéticas, microcircuitos de los ac­ tuales chips, relés y sistemas on-off en general). Dichos sistemas pueden considerarse como integrados por unidades o posiciones que admiten dos estados, representables como 0 y 1. p. ej.: perforado/no perforado, magnetizado/no magnetizado. Cada posición puede almace­ nar, por tanto, un bit. Cualquier información puede codificarse como una sucesión todo lo elevada que sea necesario de ceros y de unos. Les cerebros electrónicos llamados digitales operan, de hecho, efectuando disyunciones binarias a velocidades vertiginosas.

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JEROGLÍFICO EGIPCIO

V

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HIERÁTICO EGIPCIO

B

SUMERIO ANTIGUO

POSICIÓN VOLTEADA

1 l ®IEIFORME

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“DARIO" Y “JERGE3" EN EL ALFABETO CUNEIFORME DE LOS PERSAS.

fig. 25 ESCRITURA ALFABÉTICA EGIPCIA Y MESOPOTÁMICA Ambas conocieron una primera etapa ideográfica, que luego evolucionó. Obsérvese que los símbolos utilizados han perdido enteramente en la grafía, mesopotámica la motivación primitiva, no asi en ios jeroglíficos egipcios. La forma de los símbolos está condicionada por el canal (papiro y tinta en Egipto, tablillas de barro y estilete en Mesopotamia). El alfabeto fenicio es el origen de todos los modernos alfabetos europeos. Adoptado por los pueblos me­ diterráneos y transformado con inclusión de las vocales dio lugar al primer alfabeto completo que es el griego (La palabra alfabeto no es sino la unión de las dos primeras letras griegas: alfa-beta ). Del griego deriva nuestro alfabeto latino.

Imagínese por ejemplo que en español transmitiéramos la palabra soldado dibujando sucesivamente un sol y un dado.

-

49

HEBREO

SU SIGNIFICADO

alef

“ buey’’

beth

"casa”

gimel

"camello’’

daaled

"puerta”

SOMBRÉ

heh

"ventana” (?)

vaav

"estaca”

PICTOGRA­ GRIEGO

GRIEGO ANTIGUO CLASICO

FICO SEMITA

A Q

“ arma”

h” eth

“ barda”

- \ \

1 A

A A & & ,& r C,G r A D A e>

nxi

3

E

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Y

Y

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A

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S

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"m ano”

Ay

kaf

“ palma”

SIL



? ,6

l w j

laamed

“ pica” (?)

mem

"agua”

nun

“ pez”

$

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“ ojo”

/ ? ,<

peh

“ boca”

s” adee

"anzuelo”

k” of

“chango”

re’x

“ cabeza”

xiin

“ diente”

taay

“ marca” (phi griega) (kxi griega)

✓ VW

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CIRÍLICO

HEBREO ARABE MODERNO MODERNO

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Íig. 26 EL ORIGEN DE NUESTRO ALFABETO O b sé rv e se cómo, po r estilización y sim plificación progresivas, se llega a la p é rd id a total d e la iconicidad primitiva. C onstátese asim ism o el cam bio d e orientación q u e o p eró el grie go clásico.

Las escrituras alfabéticas, al transcribir los sonidos —o más exactamente la imagen mental de los sonidos— (Vid. T. 2.5) se independizan totalmente del plano del significado. A! reproducir ia doble arti­ culación del lenguaje participan de idéntico principio de economía que el lenguaje oral: un número muy reducido de signos básicos, los grafemas o letras, permite codificar los infinitos mensajes posibles del habla. OBSERVACIONES

Obsérvese que los grafemas no son signos lingüísticos: el plano del contenido lo constituye la imagen mental del sonido, el plano de la expresión la forma que poseen. Ésta puede ofrecer variantes (mayúscu­ las, minúsculas, cursivas, etc...). En muchas lenguas se ha producido un divorcio creciente entre la lengua oral y los signos de la escritu­ ra debido a los efectos de la evolución fonética. La grafía, mucho más conservadora, refleja lo que fue en su día la pronunciación de la palabra. A ello se unen convenciones ortográficas explícitas, de carácter normativo, más o menos arbitrario. P. ej. el francés beau— fonética actual /b ó /— se pronunciaba en francés medieval /beau/-, roí —actual /ruó/— se pronunció / r o í / = /ro e/ hasta el siglo X V II. Nuestra h ortográfica es un vestigio etimológico de una primitiva aspirada procedente d e/ —7fariña/ = /hari­ na/ = Zarina/—.

Lenguas como el español, el italiano, el alemán, reproducen mucho más aproximadamente la cadena fónica que el francés o el inglés. La abundancia de homófonos en estas lenguas es, sin duda, un freno para posibles reformas ortográficas.

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Aunque muchos semióticos llaman lenguaje a cualquier sistema organizado de signos que sirva para la comunicación entre dos o varios individuos1, el término lenguaje, para el lingüista, debe aplicarse ex­ clusivamente a la capacidad de la especie humana para la comunicación mediante signos lingüísticos, es decir, a las lenguas naturales. Cualquier otro uso es metafórico. El lenguaje propiamente dicho es d lenguaje verbal2. Cuando filósofos y lingüistas se plantean el interrogante de las funciones del lenguaje, lo que se trata de averiguar no es cómo es el lenguaje sino para qué sirve. No se trata, pues, como hemos visto hasta ahora, de caracterizar el signo lingüístico, ni, como se tratará en su momento, de establecer sus leyes de combinación: de lo que se trata es de analizar qué uso hace el hombre del lenguaje, en suma, para qué cosa usamos la palabra. Es evidente que utilizamos el lenguaje con múltiples finalidades. El inventario que surge si intentamos concretar es muy extenso y queda abierto. Podemos decir, por ejemplo, que el lenguaje sirve para: Pensar. Expresar los pensamientos. Describir objetos y narrar hechos. Expresar sentimientos e intentar describir sensaciones. Preguntar, ordenar, aconsejar, suplicar, asustar, tranquilizar... Razonar, argumentar, mentir. Formular enunciados lógicos: El tocio es mayor que la parte. Formular enunciados que violan la lógica: Aquella mesa redonda es cuadrada. Formular paradojas lógicas: El mentiroso que dice que miente. Transmitir conocimientos y experiencias. Hacer versos. Influir en la mente del prójimo (la omnipotencia de los medios de comunicación es buena prueba de ello). jugar (Pito, pito, coloríto..., Catapún, chin, chin...). Hacer feliz al prójimo (Te amo). Fastidiarle o herirle (¡Imbécil!). Construir universos imaginarios: (El rey Periandro Partobón, señor de Kiberia, era un famoso guerrero...). Hacer lingüística, es decir, hablar del propio lenguaje. Desahogarse (¡Por fin!, ¡qué alivio!...). Intentar influir en los objetos inanimados (¡Sésamo, ábrete!, Abracadabra). Rezar, etc. etc. Las respuestas, como puede verse, no son excluyentes. Podrían alargarse indefinidamente según el cri­ terio y grado de generalización que se quiera adoptar. Esta aparente multiplicidad se puede sintetizar en un pequeño número de fundones básicas. Por otra parte, observemos que algunos de los fines enumerados pueden realizarse también sin recurrir al lengua­ je por lo que no constituyen funciones exclusivas del mismo; (p. ej. podemos desahogarnos, expresar sentimientos e influir en el prójimo por medios no lingüísticos. Al lingüista le interesa ante todo establecer la correspondencia entre: a) la función desempeñada por los mensajes verbales, y b) la estructura en que dicha función se plasma, es decir, señalar qué recursos lingüísticos traducen tal o cual función. Para aigunos, el punto de partida para establecer las funciones debe ser exclusivamente la form a que reviste el enunciado. A su juicio solo deben considerarse funciones específicas del lenguaje las que presenten marcas formales específicas:

í. M. Lotman. —L:n la icngua común, el uso metafórico del término es constante, (lenguaje de las abejas, de las llores, del abanico, del cine, de la pintura...etc): l.a expresión lenguaje verbal es, por tanto, redundante. Si la utilizamos en algunos lugares de este manual es para prevenir equívocos.

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51 -

No es lo mismo exactamente, en efecto, función que servir para. Una espada, por ejemplo, puede desempeñar funciones distintas: defensa, adorno, indicación de la calidad social de un dueño (...)• Pero su función específica es la defensa (...)• Función no se confunde con servir para (,..)• Podemos beber agua de una botella, jarra o estanque, pero no reconocemos en estos objetos tal función (...). La función es un servir para algo pero esta aptitud ha de tener unos índices formales específicos. La botella puede servir para beber agua, pero su función es la de encerrar líquidos, pongamos por caso1. El filósofo adopta, evidentemente, un enfoque más amplio. Los intentos de clasificación de las funciones del lenguaje dependerán, por tanto, del punto de vista que se adopte, del criterio que se siga y de los elementos sobre los que se ponga el acento. Aunque no existe coincidencia exacta en las propuestas de síntesis de los distintos autores —lingüistas, y filósofos— que han tratado la cuestión, dos aspectos, formulados de una u otra forma, aparecen como indiscutibles: el lenguaje es ante todo un instrumento de comunicación, específicamente humano, cuya función central es la de representar o simbolizar la realidad. La función referencia! constituye el eje in­ discutido de todas las restantes.

El papel desempeñado por el lenguaje en la evolución de la humanidad ha sido el de hacer posible la existencia misma de la especie como tal. Como se ha visto al tratar del signo lingüístico, la aparición de los conceptos, base del pensamiento, es simultánea y solidaria con la aparición de los significantes. Sea cual sea la complejidad de la relación entre pensamiento, lenguaje y realidad, la función abstractiva

y generalizadora del lenguaje está en la base de todos los procesos cognoscitivos, perceptivos y comuni­ cativos específicamente humanos. Sin la palabra, el hombre no se hubiera desgajado jamás de sus ante­ cesores animales.

1.4.2. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE: TRES ESQUEMAS. A. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE SEGÚN K. BÜHLER. Karl Bühler, desde la óptica de la filosofía del lenguaje, parte de la observación ya hecha por Platón según la cual el lenguaje es un órgano (instrumento) para comunicar uno a otro algo sobre las cosas. El fenómeno lingüístico es, por tanto, analizado como un instrumento en una triple relación.

Ramón Trujillo, Elementos de semántica lingüistica.

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Uno produce el fenómeno sonoro y éste actúa sobre el otro como estímulo (...). Supongamos que la producción del fenómeno acústico sea provocada en el que habla por un estímulo sensible temporalmente anterior, que procede de una cosa del campo perceptivo, y que la audición del fenómeno acústico verbal estimule al oyente a volver los ojos hacia una misma cosa. Así, por ejemplo, de dos hombres en una habitación, uno advierte un repiqueteo, mira a la ventana y dice: está lloviendo; también el otro mira hacia allí, ya sea llevado a ello directamente por la audición de las palabras o por la mirada hacia el que habla. Esto ocurre, y con ello se cierra el círculo del modo más perfecto. Si se quiere, se puede dejar ahora continuar el acontecer en el círculo así cerrado como en un tornillo sin fin. Si la cosa o el fenómeno tienen suficiente riqueza para provocar nuevas excitaciones que reciben alternativamente uno u otro de los interlocutores, si el suceso interesa intensamente a los dos (como suele decirse de un modo expresivo), se explayarán un rato en forma de diálogo mientras examinan y discuten la cosa o el asunto. K. Bühler desarrolla este modelo y establece las tres funciones básicas del lenguaje: R E P R E S E N T A ­ El lenguaje es símbolo en virtud de su ordenación a objetos y rela­ ciones; síntoma (indicio) en virtud de su dependencia del emisor, cuya interioridad expresa, y señal en virtud de su apelación al oyente, cuya conducta externa o interna d i r i g e 1. C IÓ N , E X P R E S I Ó N y A P E L A C I Ó N .

Lo que puede esquematizarse del modo siguiente:

J

v_ O bjetos y relacionó*,-

!

l

i i I 1

i i • I

Representación

■A-

El círculo representa el fenómeno acústico concreto; los grupos de líneas simbolizan las funciones.

K. Bühler. Teoría del Lenguaje. Revista de Occidente.

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B. LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE SEGÚN R. JAKOBSON. El lingüista R. Jakobson retoma y aplía el esquema de Bühher tomando como referencia los elementos de un sistema de comunicación simplificado. Los aspectos técnicos carecen de relevancia para el análisis. El mensaje se asimila a la señal, el destino se fusiona con el receptor y se incluyen explícitamente el códi­ go y el contexto extralingüístico en el diagrama, que queda así:

EJEMPLO: Pepe comunica a Juan que ha llegado el padre de éste.

LA FUNCIÓN REFERENCIAL (también llamada representativa, denotativa o simbólica) es la orienta­ da ai contexto, es decir a la realidad extralingüísíica, al referente. La función referencial es la función por la que se comunican contenidos objetivos. Mediante la función referencial, el lenguaje transmite contenidos diferenciados referentes al mundo externo. Obsérvese que por objetivo, entendemos independiente de la subjetividad del emisor, no forzosamente existente en el mundo real. En efecto, ¡as lenguas naturales tienen el po­ der de construir el universo a que se refieren; pueden atribuirse, por tanto, un universo de discurso imaginario. Formalmente, el enunciado carece de las marcas características de otras funciones. Aparece como no marcado. La enunciación objetiva de hechos, relaciones, realizadas en general, pertenecen a la función referencial, sea cual sea el objetivo denotado. Es la función característica de la exposición del c'onocimiento. De ahí que aparezca en estado puro en el discurso de carácter científico (Vid. T. 11.1 y 2).

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Está lloviendo. La ventana está abierta. Dos v dos son cuatro. Las ballenas son mamíferos. Me duele la cabeza (e¡ hablante se tonta a sí mismo como referente). La función referencial abarca los referentes imaginarios creados por el propio discurso: Don Quijote 'alió de la venta. Acabo de hablar con un extraterrestre. La función referencial es la función específica del lenguaje hum ano. Ningún sistema de comunicación

animal parece poseerla, ni siquiera de modo rudimentario. LA FUNCION EXPRESIVA, (también llamada emotiva) es la orientada a! emisor. Esta función per­ mite inferir elem entos de la subjetividad deS hablante, expresados más o menos voluntariamente (su esta­ do emocional, su actitud ante el objeto de su discurso, etc.). Informa, por tanto, al oyente sobre el hablante. El estrato puramente emotivo está representado por las interjecciones: ¡Ay!, ¡Oh!, ¡Cielos!... A esta función se vinculan la en tonación expresiva1 y un sinnúmero de elementos paralingüísticos: Intensidad, ritmo, pausas del discurso, irreproducibles en la escritura. La modalidad exclamativa es asi­ mismo propia de la función expresiva: ¡Qué calor hace!, ¡Ha venido Pepe!, así como toda una serie de recursos lingüísticos tales como los diminutivos papaíto, aumentativos y despectivos: casucha, perrazo, la adjetivación valorativa. Es una situación vergonzosa, innoble, el orden mismo de las palabras y la estructura del enunciado pueden responder a la función expresiva: El chico éste, M i cabeza... Oué dolor tan insoportable... La selección misma del léxico que utiliza el hablante es un importante indicio de su actitud: Ha actúa­ lo con valor, Ha actuado con temeridad (connotaciones positiva y negativa respectivamente) (Vid. T. 2.6.l.A). El registro familiar que empleamos en la vida cotidiana está impregnado de función expresiva (Vid. T. 16.3). LA FUNCIÓN APELATIVA (también llamada conativa) es la orientada al receptor. Son propios de esta función todos los recursos destinados a influir en el oyente y provocar en el una reacción de cualquier tipo: una acción, uria respuesta lingüística, un sentimiento o actitud. Su pura expresión gramatical son el vocativo: ¡Pepe!, el imperativo ; Ven, Abre la puerta, y la modali­ dad interrogativa: ¿Qué hora es? La función apelativa puede plasmarse mediante infinidad de recursos, tanto lingüísticos como con­ ceptuales. A menudo, el hablante recurre a la utilización consciente e intencionada de los recursos pro­ pios de ia función expresiva —que pueden corresponder o no a la verdadera actitud emocional del hablante— con el fin de suscitar en el interlocutor las correspondientes reacciones afectivas. Ese pobre ci­ to niño está ahítan solito... ¡qué pena! ¿No podrías ayudarle?, Mi oponente es un hombre desacreditado que no merece su confianza. La función apelativa está omnipresente en el registro familiar, al igual que la expresiva (vid T. 1.6.3). Esta función vertebra, además, en gran medida, todo el lenguaje de la propaganda ideológica y política, así como el de la publicidad. El lenguaje del periodismo está asimismo con frecuencia impregnado de Mitiles recursos apelativos. Las tropas gubernamentales efectuaron una operación de limpieza contra la guerrilla, Los rebeldes hicieron una masacre entre la población indefensa (vid T. 13.1.3 y 2.4). La función apelativa eá^pues, la capacidad del lenguaje de actuar sobre el interlocutor. En sentido estricto, se plasma en la forma del mensaje, pero si consideramos la dimensión pragmática del habla, Idéntico enunciado puede expresarse con un sinnúmero de matices subjetivos diversos (jubilo, cólera, desaliento, temor, ansiedad, vacilación, etc..). Cierto actor al que dirigía Stanislawski era capaz de pronunciar la secuencia esta tarde infundiéndole cuarenta situaciones emotivas diferentes.

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(Vid. T. 10), enunciados aparentemente referenciales pueden adquirir en un contexto valores apelativos decisivos. (Ej. actos perlocucionarios: Hace frío -puede ser el equivalente exacto áe cierra la ventana). A la función apelativa puede reducirse lo que algunos autores consideran función inde­ pendiente; a saber: la función mágica. No parece en efecto que el conjuro, la maldición o la plegaria respondan a principios distintos. Se trata en efecto de incidir en un interlocu­ tor (objeto material, sustancia, potencia superior, etc.) al que se supone capaz de recibir el mensaje y de desencadenar el efecto deseado.

LA FUNCIÓN FÁTICA es la función orientada al cana!.

Se da en mensajes cuya única finalidad es establecer, prolongar o interrumpir la comunicación. O, simplemente, de comprobar que el canal funciona. El término procede del etnólogo Malinowski, quien lo utiliza para caracterizar determi­ nados comportamientos rituales en tribus primitivas por él estudiadas.

Son expresiones fáticas todas aquellas que se utilizan no tanto para comunicar un contenido sino para confirmar la existencia de contacto entre el hablante y el oyente. En las fórmulas convencionales con las que se responde al teléfono se da en estado puro la función fática: ¿Alió?, ¿Dígame?, asi como en las frases hechas que periódicamente intercalamos para confirmar que seguimos escuchando: Ya, Sí, Bueno, Claro, claro. La función fática se da en un gran número de intercambios lingüísticos regidos por las convenciones sociales, así como constituye mera expresión del bienestar de hallarse en compañía. Las conversaciones sobre el tiempo, las preguntas sobre la salud y la familia, las fórmulas ritualizadas de saludo y de adiós pertenecen a la función fática. Ésta predomina en un mensaje cuando la información que éste contiene es muy baja o nula. — Bueno, dijo el joven. — Bueno -dijo ella. — Bueno; aquí estamos -dijo él-. — A quí estamos, ¿ver­ dad? -dijo ella. — Yo diría que sí; aquí estamos. — Bueno, —dijo ella. —Bueno, bueno... —dijo él. LA FUNCIÓN POÉTICA está centrada en el mensaje.

Se da la función poética cuando la expresión lingüística atrae la atención sobre su propia forma. Cualquier procedimiento que suponga una desviación o extrañamiento con respecto a la que se consi­ deraría uso normal o común de la lengua pertenece a esta función, tanto en el habla cotidiana como en cualquier utilización oral o escrita del lenguaje con propósito estético o chocante. Sus recursos son numerosísimos, desde el puro juego verbal, que halla placer en la materialidad mis­ ma de los elementos fónicos, hasta todos los procedimientos inventariados y por inventariar de la estilís­ tica (verso, rima, aliteraciones, metáforas, personificaciones, incompatibilidades semánticas de todo ti­ po, ambigüedades ingeniosas, comparaciones pintorescas, ruptura de construcciones esperadas, etc. etc.) (Vid T. 15 2.3.4 y 16 .3). Mayombe - bombe - mayombe. Sensemaya, la culebra. Mayombe - bombe - mayombe. Sensemaya no se mueve. Mayombe - bombe - mayombe. Sensemaya, se murió. (Nicolás Guillén - Sóngoro Cosongo). Algunos autores distinguen la función poética de la fundón lúdica (del latín, ludus = juego), puro juego verbal en el que el código aparece dislocado y el mensaje no transmite significado alguno. La función lúdica se basaría en el fino placer de las combinaciones fó­ nicas y rítmicas. Las canciones infantiles ofrecen abundantes ejemplos. Qué hermoso pelo lleva, ¡carabí! (bis)

¿Quién se lo peinará? Carabí, hurí, hurí, hurá. El cocherito, ¡eré, me dijo anoche, leré,... (Cancionero infantil).

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La función poética no es exclusiva de ia literatura. La creatividad de muchas expresiones coloquiales responde a dicha función.

Es más corto que las mangas de un chaleco; A l ministro le han metido un gol; No te dejes comer ai coco. Las jergas juveniles, y en particular la actual habla pasóla, tienen raíces en la función poética usada con propósito provocador e inconformista. La publicidad la utiliza como recurso sistemático para atraer la atención sobre el mensaje publicitario «Vid. T. 13). CELvilletas de papel.

Un, dos, tres, picadora Mulinex.

Un poco de Magno es mucho.

Haga caso de este queso. Pilas Tudor, una pila de ventajas.

Según observa Jakobson, la función poética se basa en los principios de la técnica del discurso: selec­ ción y combinación que, aunque se dan evidentemente en todas las funciones, ahora se ponen al servicio de lograr un enunciado que contenga algo más que la mera referencia, es decir un valor secundario dife­ rente que puede, incluso, llegar a ser el esencial. En tanto que de rosa y azucena / se muestra la calor en nuestro gesto (...) coged de nuestra alegre primavera / el dulce fruto (Garcilaso). Diré como nacisteis, placeres prohibidos / Como nace un deseo sobre torres de espanto... (L. Cernuda). Verde, que te quiero verde. Verde viento, verdes ramas / El barco sobre la mar y el caballo en ¡a monta­ ña (García Lorca). Obsérvese que la selección juega en general en el lenguaje literario con las connotaciones de las pala­ bras (Vid T. 2.6.1. A), es decir, con las resonancias afectivas, sugerencias y asociaciones que el significan­ te evoca más allá de su significado estricto. En cuanto a la combinación, utiliza en gran medida las deli­ beradas incompaíilihidades semánticas (vid. T. 2.4) que no resultarían aceptables en el uso común pero que, en el plano literario, son totalmente válidas puesto que crean el objeto artístico. Otro tanto se puede decir de la violación de fas implicaciones lógicas. Nótese que no toda obra literaria implica forzosamente función poética: una obra de fic­ ción puede perfectamente utilizar con carácter dominante o exclusivo la función referencial sin propósito estético especial (p. ej.: una novela del oeste).

LA FUNCIÓN METALINGÜÍSTICA es la centrada en el código. Es ¡a función que se da cuando se emplea el lenguaje para referirnos al lenguaje. En realidad, es una función referencial cuyo referente es la lengua misma, bien para asegurar que hablante y oyente manejan el mismo código, bien como análisis del sistema. Cualquier proceso de aprendizaje de una lengua hace uso de esta función. Es un inconsecuente. ¿Qué entiendes por inconsecuente? Verde es un adjetivo calificativo. El signo lingüístico se compone de significante y significado. Un lebrato es una cría de liebre. ¿Cómo se dice en francés me pica una oreja? La palabra perro no ladra.

' '

Hjelmsiev hace observar que un signo es metalingüístico cuando el plano del significado es, a su vez, un signo. En este sentido, la semiótica metalingüística constituye la inversa de las semióticas connotativas (Vid. Supra 1.2.4).

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w

C u-iiK io usam os el lenguaje para referirnos al lenguaje, el significan te i.i cad en a Iónica cjue proferirnos tiene como significado los s ig ­ nos lingüísticos, dotados d e Significante y Significado.

La función metalingüística es exclusiva de las lenguas naturales. Ningún otro sistema de comunicación tiene la capacidad de referirse a sí mismo. OBSERVACIONES

— Aunque enumeradas como funciones de! lenguaje, algunas de estas funciones se dan también en otrcs tipos de signos no lingüísticos. La comunicación animal posee función expresiva y función apelati­ va. Las señales de tráfico de prohibición poseen función conativa y las informativas función referencia!. Una imagen publicitaria puede basarse en la función poética. El silbido con el que comprobamos el fun­ cionamiento de un micrófono es función fática. — Las funciones no aparecen, por lo general, aisladamente sino que se entremezclan en el enunciado. Pueden aparecer varias simultáneamente pero una de ellas será la dominante y las restantes aparecerán como secundarias. Ej.: ¡Ay qué dolor de cabeza! contiene un elemento referencial indudable pero predo­ mina la función afectiva. En ¡Venga usted aquí de una vez! predomina la función apelativa pero, al tiern po, se infiere la exasperación del hablante (función expresiva). La palabra perro no ladra tiene función poética al servicio de la información metalingüística que aporta. — En nuestra exposición hemos citado como recursos lingüísticos en los que se plasman las distintas funciones tanto recursos pertenecientes al plano de la lengua como recursos pertenecientes al plano del habla, es decir de la elección del hablante. Son, de hecho, de distinto orden: un imperativo, una entona­ ción interrogativa, un vocativo, son recursos de lengua. La selección de un epíteto valorativo o de un sinónimo despectivo son recursos del habla. Algunos lingüistas, desde una óptica rigurosa, piensan, co­ mo se ha dicho, que sólo deben considerarse los primeros para establecer desde bases lingüísticas las funciones del lenguaje. Las funciones poética, fática y metalingüística desaparecerían en esta óptica al carecer de marcas formales específicas. También desaparecería la expresiva, ya que la interjección no es propiamente lingüística. C) LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE SEGÚN HALL1DAY. En Halliday encontramos de nuevo las funciones de Bühler: la función expresiva y la apelativa se fun­ den en una y se añade una tercera. Los presupuestos y la terminología son, sin embargo, distintos. Halliday considera que las funciones del lenguaje no deben investigarse partiendo de modelos previos sino fundamentarse a partir de las estructuras mismas de los enunciados lingüísticos del habla. El lenguaje se emplea para satisfacer gran cantidad de necesidades distintas y cualquier clasificación es posible, pero para Halliday el lingüista debe basarse en las formas particulares que toma el sistema gramatical según las necesidades personales y sociales que el lenguaje tiene que satisfacer. Sobre este principio, halla tres funciones únicas:

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í. F U N C IÓ N IDEATIVA (que coincide con la REPRESENTATIVA de B ühler y Jakobson): El lenguaje sirve para la expresión de un contenido, es decir, de la experiencia que el hablante tiene del mundo real., incluyendo el mundo interior de su propia conciencia. Al cum plir esta función, el lenguaje tam bién es­ tructura dicha experiencia y contribuye a determ inar nu estra visión del m undo. 2. F U N C IÓ N IN T E R P E R S O N A L . Es la función m ediante la cual el lenguaje sirve p ara establecer y m antener relaciones sociales, es decir, de interacción con oíros individuos (preguntar, responder, d a r ó r­ denes, expresar posiciones y actitudes individuales o sociales) y de afirm ació n de la p ro p ia p ersonalidad. 3. F U N C IÓ N T E X T U A L . Es el c o n ju n to de m edios de que dispone el lenguaje p a ra establecer corres­ pondencias en el seno del discurso o texto y vincular éste a la 'situ a c ió n (Vid. T. 10). Cada una de estas funciones se refleja en la estructura del enunciado mediante la confi­ guración de determinados roles. Los correspondientes a la función ideativa se asemejan a los casos profundos de Fillmore (Vid T. 3.2 y T. 8.2). Los de la función interpersona! son los modos o modalidades. (Vid. T. 3.3). A la función textual pertenecen funciones como las de tema y rema, elementos de cohesión textual, etc. (Vid. T, 10).

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C O M E N T A R IO D E T E X T O S

LOS TRES NIVELES DE LA COMUNICACIÓN Existen problemas de distinto tipo para cada uno de los tres niveles en que se considera dividido el amplio concepto de la comunicación. Así, resulta razonable preguntarse en el siguiente orden: Nivel A. ¿Con qué precisión pueden transmitirse los símbolos de la comunicación? (Problema técnico). Nivel B. ¿Con qué pecisión los símbolos transmitidos son recibidos con el significado deseado? (Proble­ ma semántico). Nivel C. ¿Con qué efectividad el significado recibido afecta a la conducta del receptor en el sentido de­ seado? (Problema de efectividad). Los problemas técnicos analizan la fidelidad de la transmisión desde el emisor al receptor de un con­ junto de símbolos (lenguaje escrito), de una señal variable (transmisión de palabra o música por teléfono o radio), o de una imagen bidimensional que varía continuamente (televisión), etc. Matemáticamente, el primero plantea la transmisión de una función continua de tiempo, y el tercero, la transmisión de una o varias funciones continuas del tiempo y de un espacio de dos coordenadas. Los problemas semánticos estudian la identidad o aproximación satisfactoria del significado captado por el receptor, comparando con el significado previsto por el emisor. Se trata de un problema complejo, incluso reduciéndolo al ámbito simple de la comunicación hablada. Un ejemplo elemental puede ilustrarnos esto. Si se sospecha que el Sr. X no entiende lo que le dice el Sr. Y, y el Sr, Y no hace otra cosa que seguir hablando, resulta teóricamente imposible aclarar esta situación en un tiempo finito. Si el Sr. Y dice ¿Me entiende Ud.? y el Sr. X contesta Desde luego que sí, esto no q uiere decir necesariamente que exista entendimiento entre ambos. Puede simplemente ocurrir que el Sr. X no entiende la pregunta. Si esto parece una tontería, pensemos que la pregunta se formula de la siguiente manera: Czypañ mme rozumie? y que la respuesta sea Hai wakkate imasu para compren­ der su complejidad. Yo creo que esta dificultad básica, al menos en el restringido campo de la comuni­ cación oral, se reduce considerablemente (aunque nunca se elimina del todo) con las explicaciones que (a) no son más que meras aproximaciones a las ideas expresadas, pero que (b) pueden ser entendidas, ya que se construyen en un lenguaje que previamente ha sido convenido de un modo operativo. Por ejemplo, no se tarda mucho en conseguir que el símbolo sí se haga operativamente comprensible en un lenguaje. El problema semántico tiene ramificaciones más amplias si lo referimos a la comunicación en general. Consideremos, por ejemplo, el significado que para un ruso pueda tener un reportaje de noticias norteamericano. Los problemas de efectividad se refieren al éxito con que el significado transmitido al receptor afecta a su conducta en un sentido deseado. A simple vista puede parecer indeseable insinuar que el propósito de toda comunicación es influenciar la conducta del receptor. Pero considerando una definición razona­ blemente amplia de conducta, está claro que toda comunicación, o bien afecta a la conducta, o bien no tiene efecto alguno. El problema de la efectividad implica consideraciones estéticas en el caso de las artes. En el caso del lenguaje oral o escrito, implica consideraciones que se refieren tanto a la mera mecánica de estilo, inclu­ yendo todos los aspectos sicológicos y emocionales de la teoría de propaganda como a los juicios de valor que sean necesarios para dar significado útil a los términos éxito y deseado que hemos menciona­ do anteriormente. Elproblema de la efectividad está muy mterrelacionado con el problema semántico, y a veces lo sola­ pa parcialmente de forma imprecisa. De hecho, existen coincidencias parciales entre todos los tipos de problemas apuntados. COMENTARIOS Según lo expresado, podría pensarse que el nivel A es relativamente superficial, ya que analiza sola­ mente los detalles de ingeniería de un buen diseño de sistema de comunicación, mientras que los nive­ les B y C parecen contener casi todo el problema general filosófico de la comunicación. La teoría matemática de la ingeniería de la comunicación desarrollada principalmente por C. Shannon en los laboratorios de la Bell Telephone sólo incide en principio sobre el problema A, esto es, sobre los aspectos técnicos de la transferencia y precisión de la transmisión de los diferentes tipos de señales que

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man desde el emisor al receptor. Pero esta teoría tiene, yo creo, un sentido profundo que prueba la invali­ dez de la suposición anterior. Parte de la importancia de la nueva teoría proviene de que las precisiones en ios niveles B y C sólo son posibles cuando ya ¡p ha alcanzado en el nivel A. Por tanto, cualquier limitad i n que se descubra en la teoría del nivel A incide sobre los niveles B y C. Esto se debe fundamentáis re n te a que el análisis del nivel A incluye parcialmente a los otros niveles más de lo que pudiera-jjigeauamente pensarse. En consecuencia, la teoría del nivel A es hasta cierto punto unft'íeoría de los niváíjfs ¡By C. Espero que las partes que siguen justifiquen estas afirmaciones. Shannon y Warren Weaver. Teoría matemática de la comunicación, (prólogo de Warren Wewer).

UN PROBLEMA EN LA TRANSMISIÓN DE INFORMACIÓN. Con objeto de exponer algunas ideas sobre codificación y su relación con la medida de la información, considerara®? el problema siguiente: Se desea establecer un sistema de comunicación entre San Fran­ cisco y Nueva York. El sistema debe transmitir, a intervalos regulares, datos sobre el estado del tiempo, debiendo hacer uso únicamente de un equipo de funcionamiento todo/nada (binario). Para simplificar la cuestión, clasificaremos el estado del tiempo en San Francisco dentro de una de las cuatro condicio­ nes siguientes; soleado, nublado, lluvia o niebla. Estas cuatro condiciones constituyen los símbolos men­ saje de la tabla 1-4. En esta tabla se indica asimismo la probabilidad de cada condición. Supongamos los cuatro estados equiprobables. TABLA 1-4. ESTADO DEL TIEMPO EN SAN FRANCISCO Mensajes

Probabilidades

Soleado ......................................................... Nublado .................. Lluvia .......................................................... Niebla ...........................................................

1./4 1/4 1/4 1/4

La siguiente correspondencia, llamada código A, muestra uno de los métodos posibles de codificar estos mensajes en secuencias de símbolos binarios. Código A Soleado ............................................................... Nublado ..................................................... Lluvia ................................................................. Niebla ........................................................ 1

00 01 10 11

Así, utilizando el código A, soleado, nublado, lluvia, niebla, se codificaría en la forma «00011011» (2 dígi­ tos binarios). Es evidente que el código A es aceptable para transmitir esta información en el sentido de que, dada una secuencia de palabras código, podremos deducir una secuencia de mensajes que se corresponde bmnívocamente con ella. Está claro, asimismo, que con el empleo del código A es necesario enviar dos dígitos (bimts)* por men­ saje. El lector podrá demostrar fácilmente que no es posible encontrar otro código válido que haga uso de menos de 2 bmits por mensaje, Consideremos ahora el mismo problema presentado a un ingeniero de Los Ángeles. Es decir, se desea establecer un sistema de comunicación semejante para transmitir el estado del tiempo de Los Ángeles a Nueva York. Sabemos que existen importantes diferencias meteorológicas entre el tiempo en San Fran­ cisco y los Ángeles. Una de ellas puede tenerse en cuenta clasificando el estado del tiempo en Los An­ geles en soleado, nublado, lluvia y bruma. Aun cuando la diferencia entre niebla y bruma es notoria para un residente en una de esas ciudades, no interviene como factor fundamental en el diseño del sistema de comunicación, ya que los cuatro estados se codifican en secuencias binarias, el significado real de una secuencia en particular no tiene influencia alguna desde el punto de vista de la comunicación. Puede existir, sin embargo, una diferencia meterológica que sí interviene en el planteamiento del pro­ blema de la comunicación. En justicia deberem os asignar probabilidades diferentes a cada uno de los cuatrmestadoi posibles del clima de Los Ángeles. Estas probabilidades aparecen en la tabla 1-5,

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TABLA 1-5. E S T A D O D E L T IE M P O E N L O S Á N G E L E S

Mensajes

Probabilidades

Soleado ......................................................... Nublado ......................................... Lluvia .......................................................... Bruma ..........................................................

1/4 1/8 1/8 1/2

Si utilizamos el mismo código A para transmitir esta información, la solución será igual, pero no mejor, que en el sistema de comunicación de San Francisco. Esto es, usando el código A enviaremos dos binits por mensaje, independientemente del estado del tiempo. Consideremos, sin embargo, la posibilidad de emplear para transmitir la información el siguiente código, denominado código B; Código B Soleado ........................................................ Nublado ....................................................... Lluvia .......................................................... Bruma ..........................................................

10 110 1110 0

En este caso, el mensaje soleado, bruma, bruma, nublado se transmitiría como «1000110». Igual que antes, cualquier secuencia binaria establecida a partir de este código daría lugar a una se­ cuencia única de mensajes. Es cierto, ya que la secuencia binaria correspondiente a un mensaje termina en 0, que puede interpretarse el 0 como referencia de fin de palabra código. Utilizando el código B, la longitud media L (en binits) de una palabra código tiene por valor: L = 2 Pr. (soleado) + 3 Pr. (nublado) + 4 Pr. (lluvia) + 1 Pr. (bruma) = 2 (1/4) + 3 (1/8) + 4 (1/8) + 1 (1/2) = 17/8 bmits/mensaje. Es decir, en el sistema de comunicación de Los Ángeles a Nueva York hemos encontrado un procedi­ miento para transmitir información sobre el estado del tiempo que exige una media de 17/8 binits por mensaje en lugar de 2' binits por mensaje. El lector puede comprobar que la aplicación del código B para transmitir desde San Francisco (tabla 1-4) conduciría a un valor medio L = 21/2 binits por mensaje. De esta forma, hemos demostrado que es posible transmitir el mismo tipo de información desde Los Án­ geles, con una economía media por mensaje de aproximadamente un 6 por ciento. Una reducción de un 6 por ciento en el número de dígitos binarios a transmitir en un sistema de comunicación representa una ganancia realmente importante, aún más si tenemos en cuenta que se ha logrado por el simple hecho de modificar la forma de los mensajes enviados.

ALGUNAS PREGUNTAS IMPORTANTES. El ejemplo del apartado anterior plantea varios problemas de naturaleza fundamental. En primer lu­ gar, el hecho de obtener una ganancia de un 6 por ciento de manera tan simple incita nuestro apetito a una ulterior mejora. ¿Podremos obtener una nueva ganancia adoptando un código más ingenioso? Si tal es posible (y en nuestro ejemplo particular lo es) ¿hasta dónde podremos llegar?, es decir, ¿cuál es el menor número de binits por mensaje necesarios para transmitir esta información? Una vez que haya­ mos calculado el valor mínimo de L, el problema práctico consistirá en construir el código a que corres­ ponde. ¿Cuáles son los métodos prácticos de síntesis de tal código? La última de las preguntas sugeridas por nuestro ejemplo es ¿Por qué?, ¿Qué diferencia.existe entre la situación del estado del tiempo en Los Ángeles y San Francisco que nos ha permitido transmitir desde Los Ángeles con un número menor de binits? Esta última cuestión es ciertamente fundamental. En otros términos, la pregunta puede plantearse en la forma siguiente: ¿Cuál es la naturaleza de la información? El hecho de necesitar menos bmits para especificar el estado del tiempo en Los Ángeles implica que , en cierto sentido, el conocimiento del estado del tiempo en Los Ángeles contiene una información menor que el conocimiento del estado del tiempo en San Francisco. Más adelante veremos que esta vaga no­ ción de cantidad de información se concretará en la propia definición de medida de la información. En el ejemplo del apartado 1-4 es evidente que la definición de información está relacionada con la probabi­ lidad de presencia de ¡os diferentes mensajes. Abramson. Teoría de la información y codificación

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62

O M N IP R E S E N C IA D E L S IG N O

I. Supongamos que el señor Sigma, en el curso de un viaje a París, empieza a sentir moljgjtias en el vientre. Utilizo un término genérico, porque el señor Sigma, por el momento, tiene u n a a ^ sa c ió ijf Se concentra e intenta definir la molestia- ¿ardor de estomago’, ¿espasmos9, ¿dolores viscerales9 Intenta dar nombre a logéstímulos imprecisos; y al darles un nombre los culturaliza, decir¿£ncuáj® lo (toe era un fenómeno natural en unas rúbricas precisas y codificadas; o sea, que intenta dar a una experien­ cia personal propia una calificación que haga similar a otras experiencias ya expresadas en los fieros de medicina o en los ¡artículos de lsg perió^cos. Por fin descubre la palabra que le parece adecuada: esta palabra vale por la molestia que SiC-nte. Y dado que quiere comuaicar sus molestias a un mé

Persona Numero

p art p art p art p a rt p art p art

o e e i i e Vocal temática

0 0

s

0

0 0 0 Tiempo Modo

-

m os (¡)s n Persona Número

SUBJUNTIVO

ca n t cant ca n t cant ca n t ca n t

e e e e e e V ocal te m ática T ie m p o Modo

0 s

0 m os is n P erso n a Número

p art p art p a rt p a rt p art p art

a a a a a a Vocal te m ática T ie m p o Modo

tem tem tem tem tem tem

a a a a a a Vocal te m ática T ie m p o Modo

0 s

0 m os is n P erso n a Número

0 s 0 m os is n P erso n a Número

OBSERVACIONES

En la 1.a persona de presente de indicativo: canto, temo, parto entendemos que el formante -o re­ presenta, a la vez vocal temática tiempo-modo cant-o persona y número. y no

cant-

o Vocal temática

0 Tiempo modo

01 Persona número

ni

cant-

0 Vocal temática

0 Tiempo modo

0*2 Persona número

En efecto, no existe oposición alguna basada en cualquier otro morfema de persona, como sucede en: (él) canta-0 / (nosotros) canta-mos (no existe *cantomos, *cantois, *canton, etc.). En presente de subjuntivo, en cambio, tenemos cante-0 / cante-mos / cante-, luego 0 marca realmente la 1.a persona (y la 3.a). La oposición indicativo / subjuntivo es cantas / cantes, canta / cante, cantamos / cantemos, etc. La marca es el cambio de la vocal temática en subjuntivo frente a su mantenimiento en indicativo: a/e. Es asimismo la alternancia de vocal temática la marca de subjuntivo en la 2.a: e/a y 3.a: e i/a. En cuanto a la Ia persona, la oposición cant-o / cant-e aconseja mantener la interpretación de que en la -o está incluida la vocal temática (y no suponer cant-0-o). Vocal temática

'Como interpreta Marcos Marín. 2Como interpreta Alcina Blecua.

-

248 -

P R E T É R IT O IM P E R F E C T O .

MORFEMAS DE TIEMPO-MODO: indicativo

Ia conjugación: -ba2a y 3a conjugación: -a-

SUBJUNTivo -ra- / -.se-

INDICATIVO

ca n t ca n t . can t can t can t can t

a a a a a a Vocal te m á tic a

0 s 0 m os is n P erso n a Número

ba ba ba ba ba ba T iem p o Modo

p a rí p a rt p a rt p a rt p a rt p a rt

í í í í í í Vocal te m á tic a

tem tem tem tem tem tem

a a a a a a T iem p o Modo

í í í í í í V ocal te m á tic a

a a a a a a T iem p o Modo

0 s 0 m os is n P erso n a Número

ra /s e ra /s e ra /se ra /se ra /se ra /s e T iem p o Modo

0 s 0 m os is n P erso n a Número

0 s 0 m os is n P erso n a Número

SUBJUNTIVO

ca n t cant ca n t ca n t can t ca n t

a a a a a a Vocal te m ática

ra /s e ra /se ra /s e ra /s e ra /s e ra /s e T ie m p o Modo

p a rt p a rt p art p a rt p a rt p a rt

0 s 0 m os is n P erso n a Número

ie ie ie ie ie ie Vocal te m ática

tem tem tem tem tem tem

ie ie ie ie ie ie Vocal te m ática

ra /se ra /se ra /s e ra /se ra /s e ra /se T iem p o Modo

0 s

0 m os is n P erso n a Número

Obsérvense las alteraciones de la vocal temática: 2.

a conjugación, indicativo e~*~i subjuntivo e - ^ ; e

3.

a conjugación, subjuntivo i->~ ie Las formas en ra y se son alomorfos de un mismo morfema.

-

249 -

P R E T E R IT O IN D E F IN ID O .

MORFEMAS DE TIEMPO-MODO: Ia conjugación

2a y 3a conjugaciones

-ó-

0 -ste-roé

ca n t cant

a

b

tem

(i)

í

tem

j

ste

tem

i

ó

tem tem tem

i i ie Voc. Tem.

0 ste ro Tpo. M od.

ó

cant cant cant cant

ste

a a a Voc. Tem.

0 ste ro Tpo. M od.

mos is n Pers. Núm.

part

(i)

part

i

‘ ste

part

i

ó

part part part

i i ie Voc. Tem.

0 ste ro Tpo. M od.

• mos is n Pers. Núm.

« 0

mos is n Pers. Núm.

En la Ia y 3a personas del singular interpretamos que el morfema representa tanto a la vocal temática como a tiempo-modo y persona-número. En efecto, no existe oposición: *Canté-& / *canteste / *canteroa... etc. *Cantó-& / *cantoste / *cantoron... etc. Observamos que en la 2a persona, en cambio, el morfema de persona-número es, efecti­ vamente, 0 ya que cantaste-0 se opone a cantasteis. Es éste único el caso de una 2a persona de singular sin morfema -s. De ahí el vulgarismo analógico que consiste en añadirla para mantener la coherencia del sistema: cantas, cantabas, *cantastes, *temistes (en vez de cantaste, temiste... que es la for­ ma correcta). La Ia persona del plural presenta «idéntica forma que el presente de indicativo: canta­ mos, temimos, partimos. De ahí el vulgarismo analógico: canté, *cantemos (ayer cantemos, ayer compremos, etc, en vez de cantamos, compramos, que es la forma correcta) para mantener la oposición dis­ tintiva con el presente. FUTURO. MORFEMAS DE TIEMPO-MODO: INDICATIVO

-ré-rá-rá-re-re-rá-

SUBJÜNTlvo (1) -re-

INDICATIVO

ca n t can i cani ca n t ca n t can t

a a a a a a Vocal te m ática

ré rá rá re re rá T ie m p o Modo

p a rt p a rt p a rt p a rt p a rt p a rt

tem tem tem tem tem tem

6 s 0 m os !S n P erso n a Número

i i i i i i Vocal te m ática

ré rá rá re re rá T ie m p o Modo

e e e e e e Vocal te m á tic a

ré rá rá re re rá T iem p o Modo

0 s 0 m os is n P erso n a Número

re re re re re re T iem p o Modo

0 s 8 m os is n P erso n a Número

0 s 0 m os is n P e rso n a Número

SUBJUNTIVO ca n t ca n t cant ca n t ca n t ca n t

a a a a a a Vocal te m á tic a

re re re re re re T iem p o Modo

p a rt p a rt p arí p a rt p a rt p a rt

tem tem tem tem tem tem

0 s 8 m os is n P e rso n a Número

ie ie ie ie ie ie Vocal te m ática

re re re re re re T iem p o Modo

ie ie ie ie ie ie Vocal te m á tic a

e S

e m os is n P erso n a Número

La grafía obliga a respetar las reglas de acentuación. Piénsese, sin embargo, que en indicativo el acento tónico esta siempre en el morfema re o ra de tiempo-modo en tanto que en subjuntivo está en la sílaba anterior (vocal temática). La oposición entre formas idénticas se establece, pues, por medios suprasegmeníales: cantaremos / cantáremos cantaré / cantáre kantarémos kantárernos kan taré kantáre

POTENCIAL. MORFEMA DE TIEMPO-MODO: -ríaca n t ca n t ca n t can t ca n t ca n t

a a a a a a Vocal te m ática

ría ría ría ría ría ría T iem p o Modo

tem tem tem tem tem tem

0 s

e m os is n P erso n a Número

-2 5 1

e e e e e e V ocal te m ática

ría ría ría ría ría ría T iem p o Modo

8 s e m os is n P erso n a Número

i i i i i i

ría ría ría ría ría ría

0 mos is n

Vocal te m ática

T iem p o Modo

P erso n a Número

p a rt p a rt p a rt p a rt p a rt p a rt

0 S

IMPERATIVO ca n t ca n t

a

a Vocal te m ática Modo

0 d

tem tem

N u m ero

e e Vocal te m ática Modo

e d N ú m ero

e i

p a rt p a rt

Vocal te m á tic a Modo

8 d N ú m ero

El imperativo solo posee 2 a persona y un único tiempo que carece de sentido denominar presente. (Toda orden se proyecta hacia un futuro más o menos próximo). Esta denominación es un calco del latín donde sí tenía razón de ser, pues existía un impe­ rativo futuro para el cumplimiento remoto. Presente ama amate Futuro amato amatóte

(ama ahora) (amad ahora) (ama mañana) (amad mañana)

Carece de sentido, pues, hablar de morfema de tiempo y persona en el imperativo como tal. Se da sincretismo de vocal temática y modo, y la oposición es sólo de número: 0/d. El singular es formalmente idéntico a la 3a persona del presente de indicativo en la conjugación regu­ lar. En muchos verbos irregulares se distingue: (él) sale - / sal. (él) pone - / pon. Obsérvese que, en plural, el morfema número se pierde ante pronombre enclítico: callaos (y no *callad-os) FORMAS NO PERSONALES

IN F IN IT IV O G E R U N D IO P A R T IC IP IO

IN F IN IT IV O G E R U N D IO P A R T IC IP IO

IN F IN IT IV O G E R U N D IO P A R T IC IP IO

a a a

r ndo d

Vocal te m ática

Morfema específico

e ie i

r ndo d

Vocal te m á tic a

Morfema específico

ie i Vocal te m ática

r ndo d Morfema específico

ca n t ca n t ca n t

tem tem tem

p a rt p a rt p a rt

-

252 -

o/a

0/s

G én ero n ú m e ro

o/a 0 /s G én ero n ú m e ro

o /a 0/s G én ero n ú m e ro

6.3.4. VERBO S IR R E G U L A R E S Cierto número de verbos, entre los que se encuentran algunos de los más usuales, presentan anomalías en algunas de sus formas. Estas no pueden ser deducidas aplicando regias de composición, sino que el hablante debe conocer las que la norma ha consagrado. Estos verbos se denominan irregulares. Obsérvese que las irregularidades de estos verbos son el fruto de la evolución fonética normal de las formas originarias. Estas formas son, pues, en cierto modo previsibles desde el punto de vista diacrónico si conocemos las leyes fonéticas que han actuado en cada caso. (Sin embargo, se dan también aquí irregularidades diacrónicas por la intervención de la ana­ logía o de factores imprevisibles). No se consideran irregularidades las meras alteraciones gráficas a que obliga la ortografía para mante­ ner la pronunciación. Por ejemplo: coger cojo, cojam os...;pagar pague; vencer venzo; tocar toque; etc. Algunos verbos son altamente irregulares: IR

Pres. ind. voy, vas..., Pres. subj. vaya, vayas..., Pret. imp. ind. iba..., Pret. indef. fu i, fu iste ' fue, fuim os, fuisteis, fueron..., Gerundio yendo.

SER

Pres. ind. soy, eres, es, somos, sois, son..., Pres. subj. sea, seas..., Pret. imp. ind. era, eras..., Pret. indef. fu i, fuiste, fu e, fuim os, fuisteis, fueron (homónimo con ir)

HABER Pres. ind. he, has ha, hemos, habéis, han. Pres. subj. haya, hayas..., Pret. indef. hube, hubiste, hubo..., Futuro haré..., Potencial había... Descontando éstos, los verbos irregulares pueden agruparse según los distintos temas verbales de pre­ sente, de pretérito, y de futuro. El tema de presente abarca los presentes de indicativo y subjuntivo y el imperativo. El tema de pretérito abarca el pretérito indefinido, el pretérito imperfecto de subjuntivo y el futuro imperfecto de subjuntivo. El tema de futuro abarca el futuro de indicativo y el potencial simple. PRINCIPALES IRREGULARIDADES. I. EN EL TEMA DE PRESENTE a) Diptongación de la vocal tónica del lexema. Ejemplo despertar despierto, despierta,... mover muevo, mueva,... b) Cierre de la vocal e del lexema e-*~ i. Ejemplo r e i r r í o , ría... c) Adición de consonantes (velares) Ejemplo poner pongo caer salir salgo oir valer valgo asir

caigo oigo asgo

parecerparezco placer plazca (subj. 3a p.) agradecer agradezco...

d) Cambios de consonante: ■ g: b ->-p Ejemplo: h a c e ra - hago decir digo saber sepa (subj.) c a b e r a quepo, quepa 'La -y de soy, voy, doy y otros, tiene idéntico origen que la del impersonal hay; a saber, un adverbio de lugar arcaico: i ib i = (ahí), soy = so + i (literal­ mente “soy” ahí).

-

253 -

II. E N EL TEMA DE PRETÉRITO

a) Cierre de la vocal del lexema: e-*~ i Ejemplo: reir rió dorm ir durmió

o

u

b) Pretéritos fuertes: pretéritos indefinidos con el acento en el lexema (los regulares son formas agudas) Ejemplo: anduve, supe, quise, pude, hice. III. E N EL TEMA D E FUTURO.

a) Pérdida de la vocal temática (protónica). Ejemplo poder pod(e)ré podré saber sab(e)ré sabré b) Pérdida de consonante y vocal temática. Ejemplo decir di(ci)ré diré hacer ha(ce)ré - k haré. c) Pérdida de vocal temática y desarrollo de una consonante. Ejemplo tener ten(e)dré tendré valer val(e)dré valdré Algunos verbos pueden presentar varias de estas irregularidades a la vez. Ejemplo: decir presenta en futuro y potencial: a) Cierre de la vocal del lexema á e ^ d i : diré. b) Pérdida de consonantes y vocal temática (-ci-). Así, diré diría (en vez de *diciré, *diciría). OBSERVACIÓN.

Comúnmente se incluyen entre las formas irregulares concluir-**- concluyo, h u i r o i r - * - oyes, etc. En realidad, -i- intervocálica se articula como -y-, lo que no hace sino reflejar la grafía h u ir-* -h u rí huyo. ALGUNOS VERBOS IRREGULARES CUYAS FORMAS OFRECEN DUDA. He aquí las formas preceptivas: ver, prever, entender, rever... Pres. ind.: prevés, prevé; Pret. indef.: pre­ vé, previste, previo; Gerundio: previendo (y no *prevees, *prevee, *preveí... *preveyendo) Asir: Erguir: Placer:

Pres. ind.: asgo, ases..., Pres. subj.: asga, asgas... Pres. ind.: irgo o yergo, irgues o yergues... etc. Pres. ind.: plazco, places... Pret. indef.: plací, placiste, plació (o plugo), placimos, placisteis, placieron (o pluguieron). Pres. subj.: plazca, plazcas, plazca (o plega, o plegue), plazcamos, plazcáis, plazcan. Pudrir o podrir son formas indistintas de infinitivo de este verbo. Yacer: Pres. ind.: yazco, yazgo o yago, yazcas, yazgas o yazgas... Imperativo: yace o yaz tú. Es de notar que muchas de estas formas ofrecen vacilación incluso al hablante culto, por lo cual son muy poco usadas. VERBOS DEFECTIVOS. Se denominan defectivos una serie de verbos que sólo se utilizan en unas cuantas formas. Respecto a las formas no utilizadas, puede discutirse si carecen de ellas o si existen pero no se usan por razones de significado o por resultar fonéticamente chocantes. Son verbos defectivos evidentemente los unipersonales (Vid. tema 3.2.5) por razones obvias de signifi­ cado, *yo granizo, *tu llueves, *alboreamos... En el verbo roer suele ^ itarse la primera persona de pre­ sente de indicativo: roo, royo, roigo. -

fe

254 -

Atañer sólo se emplea en tercera persona: No te atañe, los asuntos que te atañen. Balbucir se sustituye por balbucear en las formas que presentan -zc-: *Ba!buzco, balbuceo. Concernir se emplea sólo en tercera persona de presente (indicativo y subjuntivo), en gerundio y partici­ pio activo: concierne/n, concierna/n, concernía/n, concerniendo, concerniente. Soler se usa en todas las personas del presente y pretérito imperfecto de indicativo: suelo, sueles, solías. Muy poco usado en pretérito indefinido: solí. El participio sólo se usa en pretérito perfecto: he solido. Los siguientes verbos se emplean sólo en aquellas formas que mantienen como i o ie la vocal temática: abolir, agredir, aguerrir, arrecirse, aterirse, despavorir, garantir, transgredir; abolí, abolía, abolido, aboliendo... POSIBLE ANÁLISIS DE LAS FORMAS IRREGULARES. Ei análisis formal de los verbos irregulares presenta, obviamente, mayor dificultad que el de las formas regulares. Se considera que las formas diversas, a veces extraordinariamente dispares bajo las cua­ les se presenta el lexema, son variantes de carácter supletivo (del mismo). Ejemplos: duerm /dorm /durm [dorm-ir], duerm-o, duerme -0- s... ha hac hag hic, hiz [hac-er], hag-o, hag-a-s, hic-e, kiz-o [0]

v

fu

íg]

I

10]

[ir] v-oy, f-ui, i-ré.

Ejemplos de análisis:

duernt" Lexema (variante supletiva)

0 Vocal Temática TiempoModo Persona Número

dorm Lexema

i Vocal Temática

hag Lexema (variante supletiva)

a s hac Vocal Persona Lexema Temática Número Tiempo Modo (ya que se opone a hac - e - 0 - trios)

ha 0 Lexema Vocal (variante Temática supletiva)

V

Lexema (variante supletiva)

a Vocal Temática

0 Tiempo Modo

0 Tiempo Modo

í Vocal Temática

a Tiempo Modo



is

Tiempo Modo

Persona Número

s Persona Número

mos Persona Número

durm Lexema (variante supletiva)

mos Persona Número

haz 0 Lexema Tiempo Número ' Modo

i ra Lexema Tiempo Vocal Modo Temática

s Persona Número

n ie ro Vocal Tiempo Persona Temática Modo Número

hic i 0 ínos Lexema Vocal Tiempo Persona Tiempo TemáticaModoNúmero Modo Tiempo I Modo — |

tuv e Lexema Persona (variante Número supletiva) Tiempo Modo

fu i ste is Lexema Vocal Tiempo Persona (variante Temática Modo Número supletiva)

Obsérvese que son las variaciones del teeroa y no sólo los morfemas específicos lo que constituyen la marca de tiempo-modo en algunos casos. En otros, las variantes, están en distribución comple­ mentaria obligadas por leyes fonéticas. Ejemplo duermo - dormirnos (tónica = ue, átona = o)

- 255 -

6.4. CLASES DE VERBOS. Las clasificaciones del verbo pueden realizarse desde diversos puntos de vista.

6.4.1. CRITERIOS SEMANTICOS. Según su significación, la tradición gramatical distingue: a) Verbos de acción o actividad. Por ejemplo, correr, pintar, golpear, mirar, leer, construir / luchar, correr, ju ­ gar... presuponen un agente consciente, dotado de intencionalidad, y puede existir o no referencia a un objeto determinado. Verbos de significación causativa. En algunos, existe un agente impulsor de una acción o actividad que otro agente (especificado o no) realiza o bien desencadena un proceso que tiene lugar en otro sujeto (es decir “hace que alguien haga algo” o “hace que a alguien le pase algo”). Pueden adquirir valor causativo verbos transitivos como construir, cortar, hacer... e intransitivos como correr o dormir. M e he construido un chalet (He hecho que me construyan...) Me corto el pelo en la barbería (Hago que me corten...) Pepe duerme al niño (Pepe hace que el niño duerma). lx> corrieron a tomatazos (Hicieron que corriera...) b) Verbos de estado. Designan un acontecimiento estático: Por ejemplo, estar, permanecer, yacer, residir... c) Verbos de proceso: El acontecer que designan se realiza en un sujeto sin su intervención voluntaria, originan­ do una modificación en el mismo. A diferencia de los anteriores, presentan carácter dinámico. Por ejemplo, caer, crecer, adormecerse, helarse... Los verbos unipersonales que corresponden en su mayon'a a los fenómenos atmosféricos o naturales. Ej: llover, granizar, nevar, helar, tronar...; carecen de agente o de soporte del acontecer. La clasificación no debe tomarse en sentido absoluto. Un verbo de acción puede, en determina­ dos contextos, pasar a ser un verbo de estado, por ejemplo, “hacer", en dos más siete hacen nue­ ve: (“son” nueve) o de proceso, por ejemplo, “hace frío». Un verbo puede tomar o no, según el contexto, significación causativa: Me corto el pelo en la barbería / Me corto el pelo yo solo. OTRA CLASIFICACIÓN SEMÁNTICA. Si se desea precisar más el significado del verbo, tenemos: — Verbos de percepción, que designan actos de percepción sensible: ejemplo, ver, oir, sentir... etc — Verbos de entendimiento, que designan actos de percepción intelectual: advertir, pensar, creer, entender, ima­ ginar, recordar, juzgar, saber... — Verbos enunciativos, que son aquellos mediante los que se enuncian dichas percepciones (con frecuencia el verbo es el mismo): decir, declarar, afirmar, exponer, manifestar... Afirmo que miente / Sé que mienteentiendo que miente, imagino que miente.... — Verbos de sentimiento, que expresan afectos animicos o afecciones del alma: alegrarse, entristecerse, pas­ marse, espantarse, enfadarse, sentir, lamentar, etc — Verbos de voluntad, que expresan actos de voluntad positiva -deseo- o negativa: -temor-; Ejemplo, querer, desear, anherlar; temer, recelar... — Verbos de mandato, relacionados con los anteriores, que suponen que el deseo se proyecta en una exhorta­ ción al interlocutor. Su intensidad puede ir desde la orden tajante hasta el consejo, ruego o súplica: ordenar, mandar, exigir, pedir, aconsejar, rogar, suplicar... y sus negativos léxicos: prohibir, impedir, etc. -

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Los límites no son tajantes y se producen constantes desplazamientos y adiciones entre signifi­ caciones psicológicamente afines. Ejemplo: Quiero que vayas (voluntad -^-mandato) Temo que venga (voluntad) Le temo al guardia (sentimiento) Lamento que fracase (sentimiento + declaración) Aunque la base de esta clasificación es semántica, algunos de las distinciones se reflejan en el plano sintácti­ co, formal. Por ejemplo: los verbos que expresan actos de voluntad o mandato rigen siempre subjuntivo en la subordinada: Quiero que venga. Prohíbo que salgas....

■6.4.2. EL CRITERIO DEL MODO DE LA ACCION. El modo de la acción es una categoría semántica propia del verbo que caracteriza el proceso verbal desde el punto de vista de su manera de acontecer. Se relaciona estrechamente con la categoría del aspecto (Vid. supra 6.I.2.B.) pero, a diferencia de éste, pertenece al nivel léxico-semántico. No se basa en la consideración subjetiva del hablante como sucede en el aspecto, sino que se fundamenta en el significado léxico, objetivo, del verbo. Pongamos por ejemplo la acción de leer. El hablante puede considerarla subjetivamente en su duración: Pepe leía; en su comienzo: Pepe se pone a leer...; en su acabamiento: Pepe ha leído... etc Esta categoría es el aspecto (imperfectivo, incoativo y perfectivo respectivamente en los ejem­ plos considerados). En cambio, si consideramos en sí mismo el verbo leer, observamos que la acción que este verbo expresa posee objetivamente una duración determinada y no necesita terminar de efectuarse para poder dedr que se ha producido: este carácter, imperfectivo y durativo intrínseco a la acción de leer es el modo de acción de este verbo. Según el modo de acción, puede distinguirse entre: VERBOS PERFECTIVOS; Designan acciones o procesos que requieren alcanzar su culminación para produ­ cirse como tales. Por ejemplo: saltar, disparar, concluir, terminar, morir, nacer, abrir, cerrar... no se puede en efecto saltar, disparar, concluir, etc a medias; o se salta, o no se salta. Otro tanto puede decirse de los restantes. VERBOS IMPERFECTIVOS: No se requiere en estos verbos, culminación o acabamiento para que la acción o proceso tenga lugar. Por ejemplo, andar, dormir, leer, escuchar, barrer, pintar... Obsérvese que el modo de acción, aunque intrínseco al significado del verbo, puede; al igual que éste, experimentar dependencia del contexto: Ejemplo: subir a la azotea es perfectivo; subir por una escalera, imperfectivo. En el primer caso, si no se accede a la azotea, la acción no se produce; en el segundo se indica simplemente el desplazamiento ascensional. Desde el punto de vista del tiempo que necesita para realizarse el proceso, se distingue asimismo entre verbos cuyo modo de acción es puntual o momentánea y verbos durativos. En los primeros, la duración de la acción es despreciable ejemplo, disparar, estallar, fulminar, hacer explosión, encender, etc Los segundos se realizan empleando un tiempo determinado. Ejemplo, leer, escribir, andar, preparar, fumar, comer. Los durativos tienden a ser imperfectivos y los puntuales son necesariamente perfectivos. El punto de vista del análisis es distinto y ambos clasificaciones no se confunden necesariamente En el ejemplo anterior: subir a la azotea, el verbo subir es perfectivo y, sin embargo durativo (se emplea tiempo en subir). VERBOS INCOATIVOS o INGRESIVOS: Señalan el comienzo de un proceso o la entrada en un estado. Ejem­ plo, enrojecer, amanecer, inflamarse, palidecer, alborear. Frecuentemente el modo de acción incoativo está aso­ ciado a determinar morfemas derivativos: los sufijos -ecer y ear. (Vid. supra 6.1.1.) y la forma reflexiva se: dormirse, marcharse (entrar en el sueño) frente a dormir; marcharse (empezar a marchar) frente a marchar (Vid. tema 8.6). VERBOS ITERATIVOS o REITERATIVOS. Indican acciones compuestas de varios actos iguales ejemplo, ma­ nosear, corretear, besuquear, picotear, golpear, tintinear, patear. -

257 -

Observóse que determinados sufijos infunden significado iterativo (Vid. supra 6.1.1.A) -ear (pi­ cotear-^-picar, besuquear-*-besar). Algunos gramáticos distinguen los iterativos propiamente dichos de los verbos frecuentativos que señalan que la acción es frecuente o habitual. Ejemplo: tutear, cecear. El verbo defectivo soler infunde a la perífrasis modo de significación frecuentativa: suele correr.

6.4.3. CRITERIOS MORFOSINTACTICOS. VERBOS AUXILIARES - VERBOS PLENOS. El concepto de verbo auxiliar se opone al de verbo pleno. Son verbos plenos aquellos que poseen contenido semántico pleno, no atenuado. Ejemplo: comer, golpear, dormir, leer... Los verbos auxiliares son aquellos que han debilitado —o perdido prácticamente— su significado bien de modo permanente, bien al integrarse en determinados contextos. Se emplean en combinación con formas no personales de verbos de significado pleno para indicar valores temporales, aspectuales, modales o de voz. Entre ellos figuran: a) Verbos auxiliares de los tiempos compuestos. En español se usa el verbo haber (originariamente tener) que se ha especializado como auxiliar y carece de otro uso pleno1. b) Verbos auxiliares de perífrasis aspectuales incoativas, duiativas, resultativas, reiterativas, etc Ejemplo: ir, es­ tar, andar, venir, tener, volver... etc Ejemplo: voy a salir, está durmiendo, tiene hecho el problema, vuelve a hablar (Vid. tema 7.2). c) Verbos auxiliares de perífrasis modales. Ejemplo: haber de, tener que, hay que... (obligación). Ej.: tengo que salir... y los verbos modales, propiamente dichos: deber, poder, que expresan las modalidades lógicas (necesidad frente a contingencia, posibilidad frente a imposibilidad, etc.). Ejemplo: Todo lo que nace debe morir. EL perro puede estar rabioso o no estarlo. El cielo no puede caer sobre nuestras cabezas. La maceta puede caer en la calle (Vid. ibidem tema 7.2). Obsérvese que determinados verbos, auxiliares en un contexto, pueden tener en otro contexto el carácter de verbos plenos. Ej. Voy a salir (auxiliar), Voy al cine (verbo pleno), volvió a hablar (auxiliar), volvió a su casa (verbo pleno). e) El auxiliar ser de la construcción pasiva: El perro es golpeado. El asunto es conocido por todos (Vid. tema 8.5). VERBOS COPULATIVOS. VERBOS PREDICATIVOS. Son verbos copulativos aquellos cuya función es servir de nexo (copula = unión) entre el sujeto y un ele­ mento nominal o adjetivo que le es atribuido, bien como identificación, bien como atribución de una propiedad: Ej. Este niño es Pedro / Pepe es inteligente. Los verbos copulativos en español son ser y estar, a los que se asimila parecer. Funcionan asimismo como copulativos quedar, permanecer, volverse, hacerse..., que son variantes con distin­ tos matices de los copulativos fundamentales. Pepe quedó asombrada El niño permanece quieto. ¿Te has vuelto tonto? Juan se ha hecho médico, etc Los verbos copulativos son verbos semánticamente vacíos, aunque sí poseen el significado gramatical de ex­ presar el tiempo, el modo, el aspecto, como cualquier otra forma verbal*2.

'La lengua antigua oponía haber = (“tener'’ en sentido moral) a tener = (“tener físicamente” en las manos, “sostener”). Cuando os tuve en mis brazos no os supe servir, na Y, ahora que os serviría no os puedo haber no. (Romance de Rosa Fresca). Atienza las torres que moros las han (Mió Cid). En Español antiguo, en francés y otras lenguas, alterna con ser. Son idos (= se han ido) Fr. Je suis alié, je suis monté / j ai mangé... 2E1 carácter semánticamente vacío del verbo copulativo scplica que en determinadas lenguas (hebreo, griego o ruso) se omita en presente de indicativo, que es el tiempomodo no marcado y sólo se use en los demás casos. En ruso, p. ej., se dice: Oria horosa (Ella (es) hermosa). On uectel (Él (es) profesor). La cópula se expresa sólo cuando es necesaria para marcar el tiempo-modo.

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258 -

El concepto de verbo copulativo se opone al de verbo predicativo, que son todos aquellos que tienen signifi­ cado pleno y constituyen el núcleo tanto sintáctico como semántico del predicado. El predicado con verbo copulativo se denomina predicado nominal; con verbo predicativo, predicado verbal (Vid. para toda esta cuestión Tema 8.3 y 4). VERBOS TRANSITIVOS. VERBOS INTRANSITIVOS. Un verbo es semánticamente transitivo cuando necesita de un objeto para completar su significación, (ejem­ plo: tener, hacer, encontrar, traer) e intransitivo si no lo necesita (ser, existir, correr, morir). La explicación tradi­ cional consiste en afirmar que los verbos transitivos implican que la acción ejecutada por un agente “pasa” y culmina en una meta u objeto, (trans + iré - «pasar a través»). Esta interpretación es acertada en muchos casos, por ejemplo: Juan come peras, pero no en todos. Ejemplo: Juan tiene frío. Hay manzanas. Ves el árbol. Ixis verbos transitivos se incluyen por tanto entre los verbos de predicación incompleta1. En sentido semántico, el concepto de transitividad no perjuzga bajo qué forma sintáctica se manifiesta el objeto del verbo transitivo: serían transitivos tanto verbos como pensar (en algo) como ganarle (a alguien). Sin embargo, desde el punto de vista sintáctico se restringe el concepto de verbo transitivo a aquellos verbos susceptibles de recibir un complemento directo. Así, escribir, es transitivo ya que da lugar a oraciones del tipo: Pedro escribió la carta, en la que la carta es el complemento directo de escribió. Salvo contadas excepciones, estas oraciones admiten la transformación pasiva y el complemento directo pasa a ser el sujeto de la activa correspondiente: La carta fu e escrita por Pedro. El complemento directo puede, sin embargo, omitirse en muchos casos: Estudio la lección. ¿Estudias o tra­ bajas?. Come peras No come desde hace días. En estos casos se dirá que el verbo está empleado intransitivamente. Por otra parte, verbos normalmente intransitivos pueden a veces recibir un complemento directo construido sobre el mismo lexema (acusativo interno) o cuya significación está implícita en el significado del verbo de algún modo. Vivir su vida; correr una carrera; soñar un sueño; respirar aire puro; bailar un vals. En suma, descontando algunos casos límite en uno u otro extremo, la mayoría de los verbos puede usarse indistintamente como transitivos o como intransitivos. De ahí que algunos gramáticos opinen que más que de verbos transitivos o intransitivos, deba hablarse de predicados transitivos o intransitivos (Vid. tema 8.1). VERBOS PRONOMINALES. Son aquellos que se construyen en todas sus formas con pronombres reflexivos de igual persona que el suje­ to del verba Ej.: arrepentirse, avergonzarse, marcharse, cartearse, etc. Hay que distinguir entre aquellos verbos que son sólo formalmente reflexivos. Ejemplo: arrepentirse, jactar­ se, quejarse y aquellos que tienen significación reflexiva. Ejemplo: peinarse (el agente es, a la vez, objeto de la acción). Entre los verbos pronominales están los verbos recíprocos, que implican diversos agentes que ejecu­ tan la misma acción, unos sobre otros: tutearse, pelearse, cartearse. (Para el análisis completo de los verbos pronominales, vid. tema 8.6, Valores de ve). Recordemos por último, los verbos impersonales, que se construyen sin sintagma nominal sujeto: Llueve, es de día, hace frío, hay manzanas... etc. (Vid. tema 3).

6.4.4. CRITERIOS SEMANTICO-COSTEXTL ÁLES. La gramática de dependencias a la que se aludió en el tema 3.2.4, partiendo de la idea tomada del modelo químico del átomo, considera al verbo el elemento dominante de todos los actantes o participantes (obligatorios 'Un verbo puede ser de predicaciónincom pleta y no ser transitiva Por predicación incompleta se entiende, en efecto, que necesite de complemento (en general) para completar la significación. Por ejemplo ir, necesita de un C. circunstancial de “lugar a dónde”: Pedro va a su casa.

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259 -

u opcionales) que con él integran la oración. Los verbos se caracterizan por su número de valencias, es decir de posiciones o casillas vacías susceptibles de ser ocupadas por actantes. El sujeto, como se recordará, es consi­ derado un actante más y pierde la posición privilegiada que tiene en la gramática tradicional. Se distinguen así: VERBOS AVALENTES VERBOS MONOVALENTES

ej.: llover ej.: correr, hay

VERBOS BIVALENTES.

ej.: comer

VERBOS TRIVALENTES.

ej.: dar

llueve Pedro corre; hay manzanas. (alguien corre, hay algo) Pedro come peras. (alguien come algo) da Pedro la carta a Juan. (alguien da algo a alguien)



El complemento circunstancial o circunstante no es afectado por las valencias.

f

6.4.5. CRITERIOS LOGICO-CONTEXTUALES.

_____________

Este criterio, relativamente reciente, ha sido introducido por la Filosofía del Lenguaje y rebasa el plantea­ miento estrictamente lingüístico. El concepto de acto ilocucionario (o ilocutorio) se debe a J. L. Austin. Un acto verbal es ilocucionario cuan­ do realiza o tiende a realizar la acción denominada. Por ejemplo: Prometo que pagaré realiza, a la vez que lo expresa, el acto de prometer. Entre los verbos ilocucionarios se distinguen los verbos performativos (ordenar, condenar) y los de actitud (condenar, jurar, prometer... etc.)1 Como han observado algunos, cualquier enunciado puede considerarse, de una manera u otra, como ilocucio­ nario: Hace sol-*- afirmo que hace sol... Ven a q u í T e ordeno que vengas... etc VERBOS FACTIVOS. VERBOS IMPLICATIVOS. Son verbos factivos aquellos que presuponen como verdadera la oración que los complementa, tanto si son afirmados como si son negados. Ejemplo: saber, lamentar, ignorar. Lamento que Juan esté solo. (Juan está solo). No lamento que Juan esté solo (Juan está solo). Son verbos implicativos aquellos que implican, cuando son afirmados, que la oración que los complementa es verdadera y, cuando son negados, que ésta es falsa. Ejemplo: lograr, Juan logró besar a María (Juan besó a María). Juan no logró besar a María (Juan no besó a María). En los implicativos negativos, la relación es inversa. Su afirmación implica la negación de la subordinada y su negación la afirmación de ésta. Ejemplo: evitar, los bomberos evitaron que ardiera la casa (la casa no ardió). Jjos bomberos no evitaron que ardiera la casa (la casa ardió). Para todas las cuestiones, Vid. tema 9.

•Algunos distinguen “ jurar” “ prometer” como ilocucionarios “ de actitud” frente a los anteriores, que serían los performativos propiamente dichos.

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260 -

EL SISTEMA VERBAL 7.1. EL SISTEM A VERBAL DEL ESPAÑOL. 7.1.1. LOS TIEM PO S DEL INDICATIVO. A. TIEMPOS ABSOLUTOS Y TIEMPOS RELATIVOS. TERMINOLOGÍA. B. SIGNIFICACIÓN. USOS RECTOS Y TRASLADADOS. — — — —

EL PRESENTE. PRETÉRITO IMPERFECTO. PRETÉRITO INDEFINIDO. PRETÉRITO PERFECTO. PRETÉRITO PLUSCUAMPERFECTO. PRETÉRITO ANTERIOR. EL FUTURO Y EL POTENCIAL (SIMPLES Y COMPUESTOS).

7.1.2. LOS TIEM PO S DEL SUBJUNTIVO. A. FORMAS DEL SUBJUNTIVO. SU CARÁCTER ATEMPORAL. B. CORRESPONDENCIA ENTRE LOS TIEMPOS DEL INDICATIVO Y DEL SUBJUNTIVO. C. USOS DEL SUBJUNTIVO.

7.1.3. EL IMPERATIVO. 7.1.4. LAS FORM AS NO PERSONALES. A. VALORES ASPECTUALES. B. LA DOBLE NATURALEZA. — EL INFINITIVO. — EL GERUNDIO. — EL PARTICIPIO.

7.1.5. PERÍFRA SIS VERBALES. A. B. C. D.

EL CONCEPTO DE PERÍFRASIS. PERÍFRASIS ASPECTUALES. PERÍFRASIS MODALES. LÍMITES ENTRE LA PERÍFRASIS Y LA ORACIÓN COMPUESTA.

7.2. EL ADVERBIO. 7.2.1. EL ADVERBIO COM O CATEGORÍA H ETEROGÉNEA. A. FORMA. B. FUNCIONES.

7.2.2. CLASIFICACIONES. A. LA CLASIFICACIÓN TRADICIONAL. B. OTROS ENFOQUES.

7.2.3. SIGNIFICACIÓN. 7.2.4. LOS ADVERBIOS SITUACIONALES. A. LOS ADVERBIOS DE LUGAR. B. LOS ADVERBIOS DE TIEMPO.

7.2.5. LOS ADVERBIOS NOCIONALES. A. LOS ADVERBIOS DE MODO. B. LOS ADVERBIOS DE CANTIDAD.

7.2.6. ADVERBIOS RELATIVOS E INTERROGATIVOS. 7.2.7. LOS ADVERBIOS M ODALÍZADORES.

7.1. EL SISTEM A V ER BA L D EL ESPA Ñ O L. La conjugación española presenta formas simples o sintéticas (canto, cante, canté, cantaba, etc...) y formas compuestas o analíticas construidas mediante el verbo auxiliar haber seguido del participio pa­ sado: (he cantado, haya cantado, etc...). Las formas compuestas proceden de la gramaticalización de perífrasis aspectuales de carácter resultativo, perfectivo, que terminan consolidándose como tiempos relativos de acción pasadaíS Por ejemplo, cantaré es originariamente cantar hé, es decir “ he de cantar”, “tengo que cantar”.., obligación formulada en presente que paulatinamente adquiere valor de simple futuro (si “tengo que ir”, se entiende que “iré” ). Del mismo modo cantaría es originariamente cantar había contraído en cantar (hab)ía — cantar hía-*- cantaría: “Yo tenía que cantar”. De ahí el deslizamiento hacia signi­ ficación de futuro con respecto al pasado. Por otra parte, algunas formas hoy sintéticas proceden de formas analíticas primitivas: concretamente de perífrasis modales de obligación, que acaban debilitando su significación hasta designar simplemente acción fütura con respecto a un punto de referencia. Por ejemplo, Pedro ha escrito es originariamente Pedro “tiene” escrito (un libro, un poe­ ma). Es analizado por el hablante como el resultado presente de una acción acabada, que por tanto ha debido realizarse antes. De ahí el deslizamiento de valor meramente aspectual al valor temporal de pasado. Del mismo modo, Pedro había escrito es originariamente Pedro “tenía” escrito (un li­ bro, un poema, etc.), luego la acción de escribir fue anterior. De ahí el deslizamiento al valor temporal de pasado con respecto al pasado. El español presenta un sistema temporal muy desarrollado, en comparación con otras lenguas vecinas. Compárese por ejemplo, el subsistema del pretérito con el del francés, que ha eliminado prácticamente el pretérito indefinido, o con el inglés, que cubre con un único tiempo verbal los valores de todos nues­ tros tiempos del pasado.

he ido al cine

je suis alié

fui al cine

I went

iba al cine

j’allais

7,1.1. LOS TIEMPOS DEL INDICATIVO.

A. TIEMPOS ABSOLUTOS Y TIEMPOS RELATIVOS: TERMINOLOGÍA. Como tiempos absolutos, es decir medidos desde el yo-ahora del hablante o momento de la enuncia­ ción, el español posee como tiempos verbales: EL PRESENTE: (simultaneidad con el momento de la enunciación): canto EL PRETÉRITO INDEFINIDO: (anterioridad al momento de la enunciación): canté EL FUTURO IMPERFECTO: (posterioridad al momento de la enunciación): cantaré EQUIVALENCIAS TERMINOLÓGICAS No todos los autores coinciden en la denominación de los tiempos verbales. En nuestra exposición adoptamos la de la Real Academia Española. Como denominaciones alternativas se utilizan también las siguientes, propuestas por los gramáticos cuyo nombre se indica entre paréntesis. PRETÉRITO INDEFINIDO (RAE) = PRETÉRITO (Bello), PRETÉRITO PERFECTO ABSOLUTO (Gili Gaya). PERFECTO SIMPLE (Alarcos). FUTURO IMPERFECTO (RAE) = FUTURO (Bello, Alarcos), FUTURO ABSOLUTO (Gili Gaya). -

262 -

Los tiempos relativos son aquellos cuyo punto de referencia es otro que el del momento de la enuncia­ ción. Se acostumbra distinguir entre: — Relativos primarios; que se establecen por referencia a los tiempos absolutos. — Relativos secundarios; que se establecen por referencia a los relativos primarios. LOS TIEMPOS RELATIVOS PRIMARIOS SON: El pretérito imperfecto (RAE), (Gili Gaya) = co-pretérito (Bello): cantaba. El pretérito anterior (RAE) = ante-pretérito (Bello), antepretérito (Gili Gaya): hube cantado. El potencial simple (RAE) = condicional simple (RAE, “Esbozo” 74), pos-pretérito (Bello), futuro hi­ potético (Gili Gaya): cantaría. El pretérito perfecto (RAE) = Ante-presente (Bello), pretérito perfecto actual (Gili Gaya): perfecto com­ puesto (Alarcos): he cantado. El futuro perfecto (RAE) = ante-futuro (Bello), antefuturo (Gili Gaya): habré cantado. LOS TIEMPOS RELATIVOS SECUNDARIOS SON: El pretérito pluscuamperfecto (RAE) = ante-co-pretérito (Bello), pluscuamperfecto (Gili Gaya): había cantado. El potencial compuesto (RAE) = condicional compuesto (RAE, “Esbozo” 74), ante-pospretérito (Be­ llo), antefuturo hipotético (Gili Gaya): habría cantado. OBSERVACIONES

La distinción aquí expuesta entre relativos primarios y secundarios en la que se basa la terminología de Bello, utilizada por algunos manuales, resulta de hecho algo artificial. En realidad el pretérito ante­ rior está prácticamente en desuso por lo que el pretérito pluscuamperfecto puede considerarse el único “ pasado del pasado”. El único tiempo relativo secundario del sistema es el potencial compuesto que posee, como se verá, dos puntos de referencia. Por otra parte, aunque el pretérito perfecto se incluye como tiempo relativo, no parece haber inconve­ niente en considerarlo tiempo absoluto al igual que el pretérito indefinido. El matiz en que se basa la distinción es realmente demasiado sutil. YO-AHORA momento del discurso O

PASADO | 1 I PRETÉRITO I!» • INDEFINIDOll1 c a n té 1 1 PRETÉRITO] 1 j 1 PERFECTOiT ¡ h e c a n ta d o .

1 | | .

PRESENTE___ c a n to

i

^

i i

PRETÉRITO ! IMPERFECTO 1 1 c a n ta b a 1 PRETÉRITO 1POTENCIAL. PLUSCUAM| SIMPLE c a n ta r ía PER FEC TO h a b ía c a n ta d o • c a n ta d o ¡

| 1 1 FUTURO ¡I PERFECTOII h a b r é c a n ta d o

I 1

1

PRETÉRITO I ANTERIOR 1®_______________| h u b e c a n ta d o

FUTURO

1

! i 1 POTENCIAL | 1COMPUESTO | íh a b r ía c a n ta d o \

1 i

O, O ’, O ” =• P u n to s de referencia de la m e d id a de los tiem pos. II = Tierr.:,\-> perfectivo .... tie m p o im perfectivo.

263 -

FUTURO IMPERFECTO___ c a n ta r é

0

0

0 ----------------------->

L íW

1

V W

---------------------- ------------- ■-#----»»

canto

1 !

H o y h e 'cantado

Tu vendrás y yo me habré ido. o ----------------------- ÍS,-----------®—

1

i Llegué mientras Juan cantaba.

o ----- o — ¡------------------ >

me habré ido

he cantado

llegué cantaba

i Había llegado mientras Juan cantaba.

Cuando llegué se había marchado. O’ se había marchado

Presente YO-AHORA

Presente YO-AHORA

Presente YO-AHORA

canté

Mañana cantaré.

Hoy canto.

Ayer canté.

llegué

cansaré

vendrás

Dijo que vendría hoy. O’ — #--------------UBICACIÓN EN EL EJE CRONOLÓGICO DE LOS TIEMPOS VERBALES AB­ SOLUTOS Y RELATIVOS.

dijo

I Cuando hubo acabado, salió. O’ > ----------o - o - i hubo salió 8

8

Dijo que vendría ayer. O' * ------- ©—

dijo

( »

í>~

vendría

vendría

¡* i---------------i

Dijo que vendría mañana. O’ ' -o -----------------1-------------- ®—> dijo

,

vendría

acabado

D ijo q u e ve n d ría a la fie s ta y q u e p a ra en to n ce s h a b ría com prado y a el regalo. O’ dijo

B.

O” habría comprado

vendría

S IG N IF IC A C IÓ N D E L O S T IE M P O S D E L IN D IC A T IV O : U S O S R E C T O S

Y TR A SLA D A D O S.

Se dice que un tiempo verbal está empleado en su u s o r e c t o cuando su significación corresponde a la ubicación absoluta o relativa analizada en el epígrafe anterior. Cuando un tiempo verbal aparece usa­ do con el valor de otro se habla de u s o t r a s la d a d o (Vid. concepto de traslación tema 4). La traslación puede afectar no sólo al valor temporal, sino al modal. Estudiaremos a continuación los valores temporales y aspectuales que caracterizan a los tiempos ver­ bales, así como los diversos usos trasladados que algunos de ellos pueden adquirir. Dado que sus respec­ tivos valores se establecen según determinadas oposiciones, se agruparán en el análisis de modo que és­ tas puedan percibirse con claridad. EL PRESENTE. E l p r e s e n te e s e l t i e m p o n o m a r c a d o p o r e x c e le n c ia . La acción se formula en presente cuando el ha­ blante la considera no pasada y no futura, es decir coexistente con el momento del discurso.

Esta coincidencia no debe tomarse en sentido cronológico estricto. El tiempo gramatical, como cualquier otra categoría lingüística no es sino una form a de analizar la realidad. El tiempo gramatical no tiene nada que ver con el tiempo físico, magnitud objetiva que miden el cronómetro, el reloj o el calendario. Carece, pues, de sentido plantearse qué lapso de tiempo abarca la simultaneidad con el momento del discurso: no existe límite alguno. El lapso de tiempo que el presente del ha­ blante abarca puede dilatarse en ambas direcciones (o en una sola) tanto como éste desee considerar.

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PRESENTE YO-AHORA d e la enuncación

Yo os declaro marido y mujer. Ahora mismo llueve. Hoy hace calor. Este año hace más calor que el pasado. En nuestro siglo el hombre domina la Naturaleza. Me duele un pie desde hace tres días. Me duele un pie desde el año pasado. Me duele un pie desde que nací. Ahora me pongo a leer hasta las ocho. Estudio económicas hasta segundo (y luego cambio de especialidad).

Obsérvese, por tanto, que no es exacto, como a veces se formula, que el presente abarque “lo que acaba de ser presente (y ya es pasado) y lo que es todavía futuro pero que va a ser presente inmediatamente”. Véase, en efecto: YO-AHORA

Hace un minuto me dolía un pie (Pretérito imperfecto) Esta grabación se destruirá dentro de ocho segundos: uno... dos... (Futuro imperfecto)

-------------- #-j------------------------------ (-•------------ ►

USOS RECTOS Según los diversos valores con que aparece empleado, los gramáticos distinguen diversos presentes. Dada la definición que hemos formulado del presente, todos ellos pueden considerarse perfectamente usos rectos. PRESENTE PUNTUAL O INSTANTÁNEO. Sería tal, por ejemplo, el de los verbos performativos: Juro (la acción de jurar dura exactamente lo que dura el enunciado); Prometo...; Os declaro marido y mujer. El presente puntual es rarísimo en la práctica. Si preguntamos a alguien ¿qué haces? y nos contesta leo, en realidad ya no es cierto, pues ha dejado de leer para contestarnos. PRESENTE ACTUAL. Indica simplemente que la acción o proceso está teniendo lugar en el momen­ to del discurso, sin prejuzgar su duración anterior o posterior. Es el uso más común del presente. La acción se produce en un lapso de tiempo de extensión variable (vid. supra, esquemas) que abarca el mo­ mento del discurso. Te amo; Tengo frío; ¿Por qué pones esa cara?; ¿Qué haces?; Escribo a mi tía; ¡Kempes dispara y el balón sale fuera! PRESENTE HABITUAL. El presente se denomina habitual cuando indica acciones reiteradas que se vienen realizanclo y que posiblemente se continuarán realizando después del momento del discurso, aun­ que ninguna de ellas coincida exactamente con éste: Tomo chocolate por las mañanas (es evidente que ahora mismo no estoy tomando).

YO-AHORA

i ------•-----• ----- •------ ¡------•------• ----• — ► I Obsérvese que la proyección en el futuro es necesaria para el uso del presente habitual. Si no se prevé la continuación del hábito, éste se formula en pretérito: Hasta ahora tomaba chocolate (pero no tomaré más); He venido tomando... (pero no seguiré haciéndolo). -

265 -

Distinto matiz —aunque también se denomina presente habitual— reviste el presente utilizado para expresar cualidades o particularidades del sujeto. Por ejemplo: Juan juega al ajedrez; Pepe canta muy bien; Trabajo en un banco. Semánticamente se opone, en efecto, Juan juega al ajedrez (ahora) / Juan juega al ajedrez (sabe jugar al ajedrez). Juan juega al ajedrez pero ahora mismo no juega. está jugando. PRESENTE ATEMPORAL. Este uso, a diferencia de los anteriores, y de los tiempos en general, no vincula ¡a acción a ningún momento cronológico concreto. Sirve para enunciar predicaciones con carácter intemporal —o atemporal— no sometidas al transcurrir del tiempo. De ahí que sean válidas para cualquier momento elegido. El pre­ sente atemporal es el presente del discurso científico, de las aseveraciones categóricas de los proverbios (de ahí su denominación paralela de presente gnómico). Dos por siete son catorce. Los planetas describen órbitas elípticas. Más vale pájaro en mano que ciento volando. USOS TRASLADADOS Cuando el presente se utiliza en sustitución del pretérito o del futuro podemos hablar de usos traslada­ dos del presente. EL PRESENTE HISTÓRICO refiere un hecho pasado presentándolo como actual. Colón descubre América en 1492 (descubrió). Ayer voy a su casa y me dice que... (fui). Entonces aparece un guardia y nos pone una multa (apareció... y nos puso). Este uso es explicado por algunos como un acercamiento del pasado al presente y por otros como el fenómeno inverso. Según la primera interpretación, el hablante finge que el hecho pasado se realiza ahora con el fin de producir un efecto psicológico de acercamiento, de implicación en lo narrado. Para otros, en cambio, el fenómeno es inverso: nos trasladamos imaginativamente al pasa­ do para vivir — en presente— los hechos. Un curioso uso del presente es el llamado presente de conato que no sólo no indica presente sino que indica que la acción no se produjo, pero estuvo a punto de producirse. Se comió toda la paella y por poco revienta. Cuando se enteró por poco me mata. Equivale exactamente a una perífrasis ingresiva en un tiempo perfectivo del pasado: estuvo a punto de... o ha estado a punto de. ¡Caramba, por poco me caigo! (Aparece necesariamente acompañado del adverbio cuantitativo casi o de la locución adverbial por poco). El presente con valor de futuro, transmite la idea de una acción inminente o sentida psicológicamente como próxima. El hablante anula en su imaginación el tiempo que falta para que la acción se produzca. Observemos de nuevo que éste puede ser tan dilatado como el hablante quiera considerar: ¿ Vienes? ¿Ahora voy?. Mañana me examino. El año que viene me matriculo en Económicas. En tres años se termina la obra. También se proyecta en el futuro el llamado presente de mandato. Aquí se produce una neutralización de la modalidad: el presente equivale al imperativo. Pues coges la puerta y te vas. Mañana me echas esta carta al correo. Hay asimismo neutralización de modalidad en la sustitución coloquial del pluscuamperfecto de sub­ juntivo por el presente en enunciados como: Si en aquel momento le digo la verdad, me mata. (hubiera/se dicho) (hubiera/se matado) 266 -

PRETÉRITO IMPERFECTO, PRETÉRITO INDEFINIDO, PRETÉ UTO PERFECTO. Analizamos conjuntamente estos tres tiempos verbales porque constituyen el subsistema fundamental que recubre la referencia a acciones pasadas; y sus valores se delimítm recíprocamente. En su uso recto —y sólo el pretérito imperfecto posee usos trasladados— se establecen las siguientes oposiciones, total­ mente vivas en el español peninsular. El pretérito imperfecto ha sido ya mencionado como tiempo relativo que indica acción simultánea a una acción pasada; Bello lo denomina co-pretérito y, en efecto, tal es con frecuencia su uso. Ejemplo: Se presentó en mi casa mientras cenábamos. En realidad puede indicar acción simultánea no sólo a un indefinido sino a cualquier pretérito: Los viajeros habían llegado a la plaza donde las autoridades les esperaban (pret. plusc. perf.); Ha llegado mientras yo dormía (pret. perf.). Incluso puede indicar acción simultánea a otro pretérito imperfecto: Mientras me sujetaba yo le daba patadas. Por otra parte, no sólo el imperfecto puede indicar simultaneidad con una acción pretérita. Por ejem­ plo, si decimos: En el momento en que se asomó le dieron un empujón, la relación de simultaneidad se traduce con el pretérito indefinido. Lo que opone el pretérito imperfecto al pretérito indefinido no es, por tanto, su a veces discutible ca­ rácter de tiempo relativo (frente a tiempo absoluto) sino sus respectivos valores aspectuales: El pretérito imperfecto, como su nombre indica, es un tiempo imperfectivo, en tanto que el pretérito indefinido es perfectivo. Ayer llovía o ayer llovió. El año pasado yo salía con Pepe o El año pasado salí con Pepe. Estábamos en el cine o Estuvimos en el cine, etc. En los primeros ejemplos la acción es considerada por el hablante en su proceso, en el fluir de su desa­ rrollo, sin indicación de término. De ahí el valor aspectual secundario inevitablemente durativo. A veces se formula erróneamente el valor imperfectivo del pretérito imperfecto afirman­ do que la acción no ha terminado todavía, lo cual es absolutamente inexacto. En la mayo­ ría de los casos la acción ha terminado de hecho, pero esto lo sabemos por el contexto, la situación, las presuposiciones u otros factores; no lo indica el tiempc utilizado. Por ejemplo, a la pregunta: ¿Tú no tenías un perro? la respuesta esperada es que lo tenía y lo sigue teniendo. Pepe cantaba muy bien no presupone que no pueda seguir cantando bien ahora. En cambio, en Pepe tenía siete años en 1957 es evidente que no los tiene ahora. Si anoche estábamos en el cine es obvio que no estamos ahora. Nadie dirá yo tenía un no­ vio torero si perdura el noviazgo en el momento del discurso, sino tengo... En los segundos ejemplos (Ayer llovió. El año pasado salí con Pepe. Estuvimos en el cine), todos ellos en pretérito indefinido, acciones y procesos están considerados desde el punto de vista de su realización acabada. Lo que interesa al hablante es que el hecho se produjo. Su posible duración no es reflejada en la forma verbal. Por ello el pretérito indefinido es el tiempo idóneo para reflejar acciones concebidas aspectualmente como instantáneas, puntuales. En combinación con el imperfecto la oposición aparece claramente. Compárese el distinto enfoque aspectual de un mismo hecho. Mientras me bañaba sonó el teléfono.

Mientras me bañaba sonaba el teléfono.

sonó

bañaba

bañaba

267

Aunque sonaba el teléfono me bañé. sonaba

bañé D e n u e v o s e ñ a la m o s el rie sg o d e p ro y e c ta r los v a lo re s a s p e c tu a le s , p u r a m e n te lin g ü ís ti­ co s, s o b re el tie m p o re a l. El p re té rito in d e f in id o n o sie m p re im p lic a q u e la a c c ió n n o se p r o d u z c a ta m b ié n a h o r a . D e n u e v o in te rv ie n e n fa c to re s d iv e rso s s e m á n tic o s y c o n te x tú a le s p a r a in c lin a r h a c ia u n a u o tr a in te rp re ta c ió n . P o r e je m p lo , en:

Yo tuve un novio torero,

E n c a m b io es p e r fe c ta m e n te p o sib le :

es o b v io q u e y a n o lo te n g o .

El año pasado salí con Pepe y este año también.

Ayer estuvimos en este mismo cine. O b sé rv e se q u e , sin e m b a rg o , p a re c e su g e rirse c ie r ta s o lu c ió n d e c o n tin u id a d q u e la a c ­ c ió n se h a in te r ru m p id o p a ra r e a n u d a r s e d e s p u é s. C O N F L I C T O S E N T R E M O D O D E A C C IÓ N Y A S P E C T O .

Cuando existe contradicción entre ei modo de acción del verbo y el carácter perfectivo o imperfectivo del tiempo utilizado, uno de los dos resulta dominante y éste es generalmente el aspecto. La acción puede entonces adquirir matices aspectuales diversos, nuevos. Ejemplos de verbos inequívocamente perfectivos (e incluso puntuales) y de modo de acción imperfec­ tivo: disparar, morir, dormir. Pepe disparaba a las palomas.

Estaba tan enfermo que me moría', modo de acción perfectivo + aspecto imperfectivo. Resultante imperfectiva: ingresiva: “estaba a punto de morir’'. Pepe durmió durante tres horas: modo de acción imperfectivo + aspecto perfectivo. Resultante perfectiva. USO S TR A SLA D A D O S.

El imperfecto de indicativo admite como usos trasladados los siguientes: El imperfecto de cortesía, que tiene valor de presente. Supone una modalización destinada a atenuar determinadas fórmulas fijas con valor de voluntad. El hablante siente, en efecto, demasiado directa la expresión en presente y la sustituye por el imperfecto: ¿Quédeseaba Ud.? - Pues, mire, quería una cami­ seta. Quería saber a quién se envía la instancia (deseo, quiero)1. El imperfecto de conato tiene valor de fututo inminente, es decir, un valor aspectual ingresivo: No se moleste, ya me iba (estoy a punto de irme). Un uso curioso es el imperfecto “lúdico”, perteneciente al lenguaje infantil usado para situar aconteci­ mientos ficticios en un universo de juego. Tú eras la reina y yo era el rey. Éste venía y nos saludaba... Yo era el policía y vosotros los ladrones...

'

El carácter imperfectivo del imperfecto permite este uso. En efecto q u e r ía no excluye a priori que no siga queriendo ahora.

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268 -

En registro coloquial, el imperfecto puede neutralizarse al potencial simple. Ejemplo: Con ese hombre (casaría).

yo no me casaba ni borracha

PRETÉRITO INDEFINIDO - PRETÉRITO PERFECTO. El pretérito indefinido y el pretérito perfecto son ambos perfectivos. La oposición consiste en que el pretérito perfecto mantiene un vínculo con el presente de que el indefinido carece (como se vió en 7.1). El préterito perfecto es originariamente una perífrasis perfectiva de presente. Con este tiempo se designa una acción pasada y acabada cuyos efectos, de algún modo, perduran en el presente. Algunos autores indican que señala una “acción realizada dentro de una unidad de tiempo

que aún no ha terminado para el hablante”.

En cambio, el pretérito indefinido se siente como totalmente desvinculado del momento presente. Compárese, en efecto: Napoleón murió en Santa Elena. Ha sido asesinado O lof Palme. o bien: M i novio me dejó plantada. M i novio me ha dejado plantada.

(en el primer caso se percibe mayor indiferencia) Debido a esta relación, hechos cronológicamente muy recientes se expresan normalmente en pretérito perfecto y no en indefinido. ¿Qué ha pasado? Que Pepe se ha caído de la silla. ¿Has cerrado el grifo? Pues se me ha olvidado. A mediodía hemos comido puré de lentejas.

No hay que vincular, sin embargo, a lapsos de tiempo determinados el uso de uno u otro tiempo. El acercamiento al presente es puramente subjetivo. Ciertamente acciones muy re­ motas dificultan el uso del pretérito perfecto; resultaría chocante, por ejemplo: * Napoleón ha muerto en Santa Elena. * Colón ha descubierto América en 1492. Sin embargo, es perfectamente normal: Desde sus orígenes el hombre ha buscado ¡afeli­ cidad (y curiosamente, en este caso, el aspecto perfectivo se anula: 2» ahora ¡a busca también). Determinados adverbios y deícticos de tiempo parecen favorecer la aparición de uno u otro tiempo: Ayer... El año pasado, el mes pasado. Hace tantos días... meses, años, etc.... favorecen la selección del pretérito indefinido. En cambio, esta mañana, este mes, este año... favorecen la selección del pretérito perfecto. OBSERVACIÓN

Amplias zonas del español de América han eliminado prácticamente al pretérito perfec­ to: ¿Qué hubo? ¿Qué dijiste? ¿Qué fué? (Vid. tema 18.1). En la península sucede otro tanto en Galicia y Asturias. Por otra parte, la influencia del inglés en el estilo periodístico, por la vía de las traducciones apresuradas de agencia, empie­ zan a amenazar la distinción también en el español peninsular de los medios de comunicación. Tanto el pretérito indefinido como el pretérito imperfecto carecen de usos trasladados. PRETÉRITO PLUSCUAMPERFECTO Y PRETÉRITO ANTERIOR. Ambos son tiempos relativos e indican una acción anterior a una acción pasada. El

mente en desuso, tiene como matiz la inmediata anterioridad.

Pepe dijo que se había levantado a las siete. Cuando hubo terminado la charla, salí.

(Tiende a sustituirse por el pretérito perfecto simple: -

269 -

Cuando terminó salí...).

segundo, clara­

EL FUTURO Y EL POTENCIAL Estrechamente emparentadas, ambas formas tienen su origen en perífrasis de obligación debilitadas. El futuro sintáctico latino amabo, amabis... se pierde y es sustituido por amare h a b e o s amar hé-*amaré. Del mismo modo, amare habebam amar h a b í a n amar h í a amaría. Obsérvese que la tendencia a evitar la forma sintáctica para expresar el futuro vuelve a reproducirse una vez consolidada ésta. El futuro como tal es bastante menos utilizado de lo que parece. Comúnmente se sustituye por perífrasis ingresivas o de obligación. Ejemplo: Esta tarde voy a salir. Mañana tengo que ir de compras. Ambos indican posterioridad de la acción: El futuro imperfecto, con respecto al presente: (tiempo absoluto): Mañana iré. El potencial simple con respecto a un punto de referencia pasado (tiempo relativo). Obsérvese que no sitúa con respecto al presente: Dijo que iría ayer / hoy / mañana. Este carácter de tiempo no realizado posibilita una serie de usos en los que el contenido del verbo aparece no como real sino como virtual o irreal, lo que acerca ambas formas a los valores modales. FUTURO Y POTENCIAL DE PROBABILIDAD Tanto el futuro como el potencial pueden tener valor de probabilidad o conjetura1. Constituyen uno de los varios recursos de modalización del enunciado en el sentido de la dubitación. FUTURO IMPERFECTO

POTENCIAL SIMPLE

Probabilidad en el presente: Ahora tendrá veinte años. Eso costará un dineral. Probabilidad en el pasado: Entonces tendría veinte años. Eso costaría un dineral.

Del mismo modo, ambos tiempos pueden tener valor de cortesía, o distanciamiento para evitar el ca­ rácter directo del presente en determinados giros con verbos modales sobre todo. Futuro:

¿Querrá Vd. abrir la puerta? ¿Podrá Vd. darme fuego?

Potencial:

¿Querría Vd. abrir la puerta? ¿Podría darme fuego? Desearía un jersey a rayas.

VALORES CONCESIVOS. En presente o en pasado. Futuro: Potencial:

Será tonta, pero es guapísima (aunque sea...) Sería tonta, pero era guapísima (aunque fuera tonta...)

El FUTURO DE MANDATO. El futuro sustituye con frecuencia al imperativo y al subjuntivo de mandato: Mañana me traerán el ejercicio resuelto.1 (Tráiganme). En tercera persona, equivale a perífrasis de obligación: Los solicitantes presentarán la documentación por triplicado (Tienen que presentar). Este uso es muy frecuente en el lenguaje jurídico y administrativo (Vid. tema 12.3). EL POTENCIAL. Por su parte, es el tiempo usado en la apódosis —o principal— de las oraciones subordinadas condicio­ nales. De ahí que algunos gramáticos lo hayan considerado como un modo más; el modo de la posibili­ dad o hipótesis, que habrá que añadir al indicativo y al subjuntivo. El valor modal es, en efecto, evidente en estos casos, así como en algunos de los anteriormente mencionados.12 1 Por ello no parece conveniente denominar futuro hipotético al potencial o condicional. El futuro propiamente dicho puede ser tan “ hipotético” como éste (Serán las diez ahora). 2 El cumplimiento de la orden se siente tan indiscutible que se da por hecha su realización en el futuro. De ahí la neutralización del modo imperativo y el consiguiente uso del indicativo, modo de lo real. A. Alonso, H. Ureña, Lacan, Rosetti, por ejemplo, y la RAE.

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270 -

Si tuviera dinero, te lo dejaría (irreal). Yo que tú no lo haría, forastero (si yo estuviera en tu lugar). Obérvese que, la condición puede estar implícita: (si fuera posible, etc...) Yo me iría de vacaciones aho­ ra. (Si pudiera...) (Vid. tema 9.5.D). Otros gramáticos niegan su carácter de modo, observando que en su valor de futuro del pasado tiene un contenido significativo claramente temporal, “actualizador en el tiempo”, propiedad que sólo poseen los tiempos del indicativo, no de un modo aparte: Dijo que vendría hoy. Está en relación con Dijo que habría venido ayer, en absoluta simetría. E L P O T E N C IA L D E “R U M O R ”

Su uso se extiende cada vez más en nuestros días en el lenguaje periodístico y de los medios de comu­ nicación. Constituye, en efecto, una cómoda forma de modalización del enunciado con economía de recursos lingüísticos. Con su empleo, el hablante quiere indicar que ni asume ni deja de asumir lo enun­ ciado: simplemente transmite el testimonio de otro: El Ministerio estaría dispuesto a ceder a las peticio­ nes de los estudiantes. Las víctimas de la catástrofe ascenderán a doscientas... E L F U TU R O PERFECTO Y E L P O T E N C IA L COMPUESTO.

Ambos son perfectivos, frente a las formas simples que son imperfectivas1. EL F U TU R O PERFECTO (habré cantado).

Expresa acción futura y acabada anterior a un punto de referencia futuro. Es, pues, un “ pasado del futuro” : Tú vendrás a buscarme y me habré ido. E L P O T E N C IA L SIM PLE.

Es un tiempo relativo secundario, que posee dos puntos de referencia y no uno sólo: indica una acción futura medida desde el pasado y pasada con respecto a otro momento posterior. Se podrá considerar, en cierto modo, el “ pasado del potencial”. Dijo que me vendría a probar el traje el lunes y que para entonces ya habría terminado las mangas. Al igual que las formas simples, pueden expresar la probabilidad o contextura, esta vez en pasado y referida a un hecho anterior. Obsérvense las correspondencias: Pepe ganará una fortuna

Fut. imp.

(gana ahora probablemente...)

Pepe habrá ganado una fortuna.

Fut. perf.

(ha ganado probablemente...)

Cuando se casó, Pepe ganaría una fortuna

Pot. simple.

(ganaba probablemente...)

Cuando se casó, Pepe habría ganado una fortuna Pot. comp.

(había ganado probablemente...)

E L P O T E N C IA L COMPUESTO.

Aparece en las apódosis de las condicionales irreales de pasado. Con frecuencia, sin embargo, se pro­ duce atracción del modo de la subordinada y se sustituye por el subjuntivo: Si hubiera tenido dinero entonces, te lo habría prestado. te lo hubiera prestado. (que era, en realidad, la forma primitivamente usada. Vid. infra). 'E n realidad, el futuro simple y el potencial parecen más bien neutros en cuanto al aspecto. A diferencia del presente y del pretérito imperfecto no alteran la significación de los verbos de modo de acción perfectivo: Yo dispararé (perfectivo); Disparaba a la palomas (iterativo - imperfectivo). Son perfectivos con verbos perfectivos e imperfectivos con verbos imperfectivos: Pepe paseará.

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271 -

7.1.2.

A.

L O S TIEM PO S DEL S U B JU N T IV O .

FORMAS DEL SUBJUNTIVO. SU CARÁCTER ATEMPORAL.

El subjuntivo no ubica la acción en un momento concreto: Los tiempos del subjuntivo no son actualizadores en el tiempo. Todo lo más, algunos de ellos pueden marcar con carácter relativo la anterioridad de un hecho con respecto a otro. En la mayoría de los casos son indiferentes al presente y pueden usarse indistintamente para referir hechos que pertenecen al pasa­ do o al futuro. Los “ tiempos” del subjuntivo Presente: Pretérito imperfecto: Pretérito perfecto: Pretérito pluscuamperfecto:

son los siguientes: cante cantara / cantase. haya cantado. hubiera / hubiese cantado.

A estas formas hay que añadir dos, claramente en desuso, que han quedado reducidas al len­ guaje jurídico-administrativo, a usos literarios afectados y frases hechas: Futuro simple: cantare Futuro perfecto: hubiere cantado Por ejemplo: Quien contraviniere la disposición será castigado. Dondequiera que fueres haz lo que vieres... El pretérito imperfecto posee dos formas, en -ra y en -se, que son prácticamente alomorfas. La forma en -se es la etimológica: (amavissen-*-amase). La forma en -ra procede del pluscuamperfecto de indicativo latino amaveram (yo había amado). Con este valor aparece usada en nuestros clásicos y puede hallarse en estilo litera­ rio afectado: Conservaba el anillo que ella le regalara (había regalado). La forma en -ra se empleaba en el español clásico en la apódosis de las oraciones condi­ cionales con valor de potencial simple (indicativo): Si tuviese buenos valedores conseguiría (o consiguiera) el cargo que solicito. De la apódosis pasó a la prótasis, haciéndose equivalente a la forma en -se. De ahí tomó su valor de subjuntivo Si tuviese (o tuviera) buenos valedores... consegui­ ría (o consiguiera)... Ej.: Aunque no hubiera cielo yo te amara / y aunque no hubiera infierno te temiera... ¿Qué dijera Amadís si tal oyera? (Quijote). La elección quedaba, pues, entre: Si yo temiera, también temieras tú. temiese temerías. Hoy, de hecho, ya no se utiliza en la apódosis, donde se siente como afectado. Si fuera/se conveniente lo dijera (?) Si fuera conveniente lo diría (potencial). Las formas en -ra y -se son conmutables en cualquier contexto, salvo dos excepciones: — El uso etimológico de -ra como indicativo: *Conservaba el anillo que ella le regalase. — El uso de cortesía con ciertos verbos modales: Quisiera un jersey a rayas. *Quisiese un jersey a rayas. Como se ha dicho, los “ tiempos” del subjuntivo carecen de auténtico valor temporal concreto. El presente puede ser futuro y los pretéritos pueden no ser pretéritos. El valor temporal viene da­ do por el contexto: En suma, todos los tiempos del subjuntivo son relativos. La selección de una u otra forma viene dada por exigencias contextúales unas veces, otras por la intencionalidad del hablante que desee transmitir uno u otro matiz. 272 -

Compruébese, en efecto, como idénticas formas de subjuntivo se refieren a hechos pasados pre­ sentes o futuros. Inversamente, para un mismo momento pueden aparecer distintas formas: YO-AHORA PASADO

PRESENTE

FUTURO

a) Presente: Lo que hagas ahora es asunto tuyo. Lo que hagas mañana es asunto tuyo. b) Pretérito perfecto: Lo que hayas hecho hasta ahora es asunto tuyo. Mañana entregarás los ejercicios que hayas hecho. c) Pretérito imperfecto: Dado que ayer me dijera la verdad. Dado que me dijera la verdad ahora. Dado que me dijera la verdad mañana. Aunque estuviera enfermo ahora no iría a verle. Aunque estuviera enfermo ayer tenía que haber avisado. Aunque estuviera enfermo mañana iría a verle. d ) Pretérito pluscuamperfecto: Si mañana hubiera/se terminado el trabajo me iría al cine. Si ahora hubiera/se terminado... me iría al cine. Si ayer hubiera/se terminado... me habría ido al cine. e) Presente / pretérito imperfecto: ¡Parece que seas de pueblo! ¡Ni que fueras de pueblo! Ojalá apruebe en Junio. Ojalá aprobase en Junio. Obsérvese que, en algunos casos, la selección es obligada. Existe, en efecto, una corresponden­ cia entre los tiempos del subjuntivo y los del indicativo de las oraciones correspondientes (Vid. infra). En otros, la forma elegida depende de cómo considere el hablante la acción. La oposición se da entre: presente / pretérito imperfecto y pretérito perfecto / pretérito pluscuamperfecto. Dentro de la “ irrealidad” con que se presenta la acción, en las segundas la acción es sentida como más imposible que en las primeras. El grado de eventualidad es más intenso que en aquellas: Ojalá apruebe (más probable); Ojalá aprobase (menos probable); lo que hayas hecho (has hecho algo seguramente); lo que hubieses hecho (no es seguro que hayas hecho algo). B.

CORRESPONDENCIA ENTRE LOS TIEMPOS DEL INDICATIVO Y DEL SUBJUNTIVO.

El subjuntivo es en gran medida el modo de la subordinación, regido, como se verá, por determinados verbos y construcciones. Cuando hacemos depender una oración en indicativo de un verbo o construc­ ción que exige subjuntivo, la forma de éste es de obligada selección. En una misma forma de subjuntivo se neutralizan diversas formas de indicativo. Las correspondencias se establecen en el siguiente cuadro. En él se ordenan los tiempos según diversos ejes de oposición: pasado / no pasado (realización / no realización en el tiempo).

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futuro / no futuro (virtualidad en el tiempo / no virtualidad), indicativo / subjuntivo (modo no marcado / modo marcado). Futuro imperfecto

Potencial simple

c a n ta r é

c a n ta r ía

TIEMPO SIMPLE INDICATIVO

Presente

Pretérito indefinido Pretérito imperfecto

c a n to

c a n té c a n ta b a

SUBJUNTIVO

Presente de subjuntivo

Pretérito imperfecto de subjuntivo

c a n te

c a n ta r a / s e

Futuro perfecto

Potencial compuesto

h a b r á c a n ta d o

h a b r ía c a n ta d o

TIEMPO COMPUESTO INDICATIVO

Pretérito perfecto

Pretérito anterior Pretérito pluscuamperfecto

h e c a n ta d o

h u b o c a n ta d o h a b ía c a n ta d o

SUBJUNTIVO

Pretérito perfecto de subjuntivo

Pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo

h a y a c a n ta d o

h u b ie r a / s e c a n ta d o

Ejemplos: Ju an c a n ta r á m a n a ñ a .

__ J u a n c a n ta ah o ra .

J u a n c a n ta b a ó p era .

D u d o q u e Ju a n c a n te m a ñ a n a . D u d o q u e Ju a n c a n te ah ora.

D u d a b a q u e J u a n c a n ta r a /s e óp era . D u d o q u e J u a n c a n ta r a /s e ó p era . D u d o q u e J u a n c a n ta r a /s e ó p era .

C u a n d o lle g u e s h a b r á c a n ta d o Ju an. J u a n h a c a n ta d o h a c e p o c o .

__

J u a n d i j o q u e h a b r ía c a n ta d o c u a n d o tú llegaras. C u a n d o h u b o c a n ta d o , salió. J u a n h a b ía c a n ta d o bien.

D u d o q u e c u a n d o lle g u e s h a y a c a n ta d o Juan. D u d o q u e J u a n h a y a c a n ta d o h a c e p o c o .

C.

J u a n d i j o q u e c a n ta r ía d e s p u é s . j u an c a á to ayer.

D u d o q u e Ju a n h u b ie r a /s e c a n ta d o c u a n d o tú llegaras. D u d o q u e c u a n d o h u b ie r a /s e c a n ta d o sa lie se . D u d o q u e h u b ie r a /s e c a n ta d o b ie n .

USOS DEL SUBJUNTIVO.

El subjuntivo aparece como régimen obligado de ciertos verbos y construcciones que presentan la acción como dudosa, posible, necesaria, deseada, etc., es decir, teñida de irrealidad, virtualidad o afectividad (vid. infra). Rigen asimismo subjuntivo determinadas locuciones; por ejemplo: a menos que (a menos que venga), como si (como si se aburriera), cual si / si que (sin que lo sepa), para que (para que se calle), antes de que (antes de que tú nacieras). Siguiendo a Gili Gaya clasificaremos el uso del subjuntivo en dos grandes grupos que corresponden a: I. acciones pensadas como dudosas o posibles (subjuntivo común o dubitativo).1 II. acciones pensadas como necesarias o deseadas (subjuntivo optativo).*2 Las primeras responden a los llamados juicios (psicológicamente) problemáticos que expresan posibili­ dad. Las segundas a los juicios (psicológicamente) apodícticos o necesarios. I. Acciones pensadas como dudosas o posibles. VERBOS de DUDA o DESCONOCIMIENTO. Frente a la afirmación y la negación que suponen certidumbre y exigen el verbo subordinado en indicati­ vo, los verbos que expresan la duda en sus diversos grados y matices tienden a exigir el subjuntivo. 'Algunos gramáticos denominan a este grupo oraciones de subjuntivo “ potencial”, terminología que creemos puede inducir a confusión con el tiempo del indi­ cativo de idéntica denominación. 2E1 término subjuntivo “optativo” se debe a que estas oraciones en grupos se expresaban con un modo especial de dicho nombre. El latín fundió ambos térmi­ nos en un único modo, el subjuntivo, pero la terminología ha perdurado en la tradición gramatical.

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Dudo que sea sincero No creo que sea sincero No me parece que sea sincero

* Dudo que es sincero. *No creo que es sincero. *No me parece que es sincero.

Obsérvese, sin embargo, que creer rige indicativo en su forma afirmativa. Creo que es sincero *Creo que sea sincero; De idéntico modo: Me parece que es sincero. En suma, la casuística de los usos consagrados por la norma es bastante más compleja. En ciertos casos la alternancia subjuntivo / indicativo en este tipo de verbos conlleva implicaciones distintas o distinto gra­ do en la dubitación. (Vid. infra). Compárese: Yo ignoraba que era un borracho (ahora sé que lo es) / Yo ignoraba que fuese un borracho (aún tengo mis dudas de que lo sea). VERBOS de TEMOR y EMOCIÓN. — Se expresa el temor o la emoción sin afirmar la realidad del hecho: Temo que esté enfermo. Tengo miedo de que se entere mi padre. — Se expresa emoción ante un hecho que se afirma: Siento que estés descontento. Me duele que me hayas olvidado. Me alegro de que hayas aprobado. (en estos casos no hay inseguridad: es sólo la afectividad lo que determina el subjuntivo). La frontera de estos verbos con los de deseo es borrosa (vid. infra). Toda emoción implica, en efecto, algún matiz de deseo o de rechazo. VERBOS de POSIBILIDAD y de PROBABILIDAD (o construcciones equivalentes). Es posible que venga. Puede (ser) que no vuelva nunca. Es probable que lo consiga. Hay pocas probabilidades de que tenga hijos a su edad. II.

Puede ser que nos veamos. Puede ocurrir que pierdas. Es improbable que le contraten.

Acciones pensadas como necesarias o deseadas.

VERBOS de NECESIDAD SUBJETIVA. Entre ellos están los verbos de necesidad subjetiva, es decir, sentida como tal, tenga o no realidad objeti­ va: verbos de voluntad y sus contrarios: mandato, ruego, permiso, deseo, encargo... etc. / prohibición, opo­ sición, etc. Es necesario que me entere de lo ocurrido. Te ordeno / ruego / suplico / aconsejo / sugiero / ... que tengas paciencia. Te autorizo a que me acompañes. Te permito que me acompañes. Te prohíbo que vayas. Me opongo a que nos tuteemos. Se construyen asimismo con subjuntivo verbos que, sin ser propiamente de voluntad, llevan implícito un deseo; por .ejemplo: obtener, alcanzar, lograr, conseguir, esperar, etc. y sus opuestos. Conseguí que aceptaran las propuestas. No aprobamos que vayáis. Asimismo, las oraciones finales implican siempre voluntad o deseo de que se realice el acto expresado por el verbo subordinado. Vengo a que me paguen. Lo digo para que lo sepas. Se escondieron a fin de que no las vieran.

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VERBOS de NECESIDAD OBJETIVA. Corresponden a los juicios lógicos apodícticos. Por ejemplo: Es necesario que el todo sea mayor que la parte. El deslizamiento hacia la necesidad subjetiva del juicio apodíctico psicológico corresponde a un mecanismo natural: Es necesario que trabajes; Es necesario que me entiendas —- Necesito que me entiendas. Estos valores aparecen con verbos y expresiones en 3 a persona del singular del tipo: conviene, es conve­ niente, importa, es importante, es útil, es bueno, está bien, está mal, etc.: Conviene que trabajes; Es útil que nos veamos; Está mal que engañes a tu padre. EL SUBJUNTIVO EN ORACIONES INDEPENDIENTES. Estas oraciones, sintácticamente independientes, son consideradas por algunos como dependientes de verbos implícitos. Se trataría de “ subordinadas mentales”. En ciertos casos el verbo principal sería evidente: Que te diviertas; que te mejores (deseo); ¡Que baile! ¡Que se besen! (queremos). En otros se da la presencia de adverbios y fórmulas diversas de carácter modalizador sin nexo alguno inicial. Duda: Deseo:

Quizá vayamos juntos; Tal vez esté anunciado; Acaso esté enfermo. ¡Ojalá aprobara!; ¡Viva el Presidente!

Como vemos, pueden aparecer sin introducción alguna. El subjuntivo basta entonces para expresar la modalidad: Dios le ampare, hermano; ¡Maldita sea! EL SUBJUNTIVO OBLIGATORIO EN LAS SUBORDINADAS TEMPORALES EN FUTURO En este tipo de oraciones, pese a que no se dé ninguno de los matices que hemos citado en los epígrafes anteriores, es obligatorio el subjuntivo. Su significación es de futuro de indicativo: Cuando vengas te lo diré. Cuando hayas terminado, entrégalo.

*Cuando vendrás te lo diré. *Cuando habrás terminado.

CONTEXTOS DE ALTERNANCIA MODAL INDICATIVO-SUBJUNTIVO. Como se ha venido apuntando, en una serie de casos el hablante puede optar entre indicativo y subjunti­ vo. Esta alternancia modal expresa oposiciones significativas diversas. En unos casos el modo determina el valor semántico del verbo. decir

+ indicativo = afirmar

sentir + indicativo = percatarse

decir

+ subjuntivo = ordenar

sentir

+ subjuntivo = lamentar

Ejemplo: Le dijo que se marchaba / Le dijo que se marchara. Siento que me quieres / Siento que me quieras. En otros casos la oposición es de grado de incertidumbre. El indicativo indica mayor seguridad. Tal vez está enfermo. Acaso estaba enfermo.(hipótesis más segura) Si apruebo me compran la moto. (posible cumplimiento) ¡Ojalá apruebe en Junio! (se siente como más probable)

Tal vez esté enfermo. Acaso estuviera enfermo. (hipótesis más incierta) Si aprobase me comprarían la moto. (cumplimiento problemático) ¡Ojalá aprobase en Junio! (se siente como menos probable)

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La alternancia en oraciones de relativo. Las oraciones de relativo están en indicativo cuando el antecedente es conocido; si es desconocido o dudoso el verbo va en subjuntivo. Dicho de otro modo, el indicativo presupone la existencia de referente, no así el subjuntivo. Contrataré a una secretaria que sabe ruso / que sepa ruso. (la secretaria existe y sé quien es) (tal vez no exista) El que quiere entrar, que entre / el que quiera entrar que entre. (hay uno que quiere entrar) (no sé si alguien quiere entrar) Alternancia en oraciones concesivas y adversativas. Los presupuestos y matices son asimismo distintos en uno u otro caso. El valor sintáctico puede incluso diferir. Aunque tenga miedo se enfrentará con él (no se afirma que lo tenga) Aunque seas mi hijo no te lo consentiré (aunque real, se considera irrelevante) M e dice que le tutee aunque no me atreva (él sabe que no me atrevo: subordinada concesiva)

Aunque tiene miedo... (lo tiene realmente) Aunque eres mi hijo. (se acepta la realidad del hecho) Aunque no me atrevo. (coordinada adversativa: pero no me atrevo)

Alternancia en oraciones causales. N o va al teatro porque se aburre; No va al teatro porque se aburra (sino porque es un roñoso) (causa lógica, real: se aburre realmente) (no se aburre: la causa se desecha) Como + indicativo / como 4- subjuntivo. Como hace frío se abriga / Como haga frío se abriga. (subordinada causal: Hace frío) (condicional: Si hace frío...) Los ejemplos propuestos no agotan en modo alguno la problemática de los usos y alternancias del subjuntivo, que constituye una de las cuestiones más complejas de la sintaxis del español.

7.1.3. EL IMPERATIVO. El llamado modo imperativo se caracteriza por su función exclusivamente apelativa, frente al indicati­ vo y subjuntivo que poseen función representativa. Tiene por tanto un carácter en cierto modo marginal. Su uso está restringido a la modalidad mandato y en consecuencia sólo posee las formas de la 2 a perso­ na: canta; cantad. Cuando lleva pronombres átonos, es obligatorio que sea enclítico. En plural se pierde entoces la -d: cállate; sentaos. En la modalidad negativa, así como en las personas gramaticales distintas de la 2 a, es reemplazado por el subjuntivo: No salgas; Venga Vd. ¡Salgamos!; “¡Que inventen ellos!”

»

Es de notar que la modalidad de mandato o exhortativa puede plasmarse mediante re­ cursos lingüísticos muy diversos, no sólo mediante el imperativo. Por ejemplo, determinadas interrogativas, el presente o el futuro: ¿Me da fuego? Mañana me traes hecho el pro­ blema. Mañana traeréis hecho el problema... Perífrasis diversas: A ver si te callas; Ya te estás callando; el gerundio: ¡Andando!; el infinito: ¡A callar!, etc.

r 7 .1.4. LAS FORMAS NO PERSONALES. Ei infinitivo cantar, el gerundio cantando y el participio cantado son formas no personales, no moda­ les del verbo. Se trata de formas mixtas, que participan de una doble naturaleza verbal y nominal.

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En tanto que elementos nominales pueden funcionar, respectivamente: como sustantivo, el infinitivo; como adverbio o adjetivo, el gerundio; como adjetivo, el participio. Por otra parte, estas formas, al combinarse con verbos auxiliares, dan lugar a las perífrasis verbales, construcciones analíticas capaces de plasmar valores aspectuales y modales muy variados que la conju­ gación normal no puede expresar. Finalmente, en determinadas construcciones, constituyen proposiciones u oraciones, exactamente equi­ valentes a las que poseen formas personales (vid. tema 9). A. VALORES ASPECTUALES. EL INFINITIVO:

Tiene carácter virtual, imperfectivo, la acción es considerada como potencia de realización. Sugiere la carga intacta de tiempo potencial interno que el proceso necesitaría para realizarse.1 Es la forma ver­ bal neutra; por ello sirve para nombrar al verbo. Al encerrar tiempo en potencia, entra con frecuencia en perífrasis orientadas hacia el futuro (ingresivas, incoativas...): Voy a saltar; empiezo a comer... EL GERUNDIO:

Tiene carácter imperfectivo; la acción es considerada en parte realizada y en parte por realizar. Sugie­ re que parte de la carga de tiempo interno está gastada y parte por gastar. De ahí que entre con frecuen­ cia en perífrasis de carácter durativo, que consideran el proceso en su transcurso: Estoy leyendo. EL PARTICIPIO:

Tiene carácter perfectivo. La acción es considerada como totalmente realizada. Sugiere que la carga de tiempo interno se ha gastado totalmente. De ahí que entre en perífrasis de carácter resultativo, perfec­ tivo: tengo hecho el ejercicio, y que con él se formen las formas compuestas de la conjugación, todas ellas perfectivas: he cantado; había cantado..., así como la pasiva: es conocido por todos. Las formas compuestas del infinitivo y del gerundio, formadas sobre el participio, tienen, pues, carác­ ter perfectivo, del que deriva un valor implícito de anterioridad con respecto a las formas simples. Haber cantado

habiendo cantado

No existe participio compuesto. B. LA DOBLE NATURALEZA DE LAS FORMAS NO PERSONALES.

EL INFINITIVO puede desempeñar todas las funciones propias del sustantivo y, simultáneamente, re­ cibir complementación propia de verbo. Es, pues, a la vez verbal y nominal. (Para estos conceptos con­ súltese previamente el tema 8).

~T~

~i

Comer fruta verde es perjudicial. SUJETO

l

Ouiero comer con tenedor.

\

CD

Papel de escribir cartas.

CC. Instr.

Escribir en España es llorar.

A 1 CD CTO. de N.

CCL

A T R IB U T O

S U JE T O

Lo hizo sin proponérselo. CCM

Mención aparte merece la curiosa posibilidad del infinitivo de admitir sujeto: salir tú y entrar él fu e todo uno, puesto que esta posibilidad obliga a cuestionar el concepto de sujeto gramatical como origen de ia concordancia.

'Guillaume.

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278 -

En el ejemplo citado, las formas pronominales específicas de sujeto no permiten otra interpretación. Más dudosa es. sin embargo, la de construcciones del tipo: Te vi salir; Oigo cantar a Mercedes; Veíaflorecer los claveles; en las que las gramáticas consideran que exis­ te sujeto del infinitivo, lo que es más que discutible dado la inequívoca forma-régimen de te y de a Mercedes. En estos casos, el infinitivo debe interpretarse como complemento pre­ dicativo respectivamente de te, Mercedes y los claveles. (Para el infinitivo equivalente a pro­ posición u oración subordinada, vid. tema 9). Obsérvese que, en determinados casos, el infinitivo adquiere significación pasiva: fácil de hacer. EL GERUNDIO puede desempeñar funciones de adverbio o de adjetivo: Pepe entró silbando una canción

fj

f__r

No me hables gritando.

i t s»

CCM

En una serie de construcciones puede haber vacilación en interpretar el gerundio como adverbial o como adjetivo. En realidad, se trata de casos en los que puede conmutarse tan­ to por uno como por otro y la dificultad desaparece si se considera que, al igual que el adverbio, puede incidir en elementos que no son el verbo. (Vid. tema 7.2). GERUNDIO CONCERTADO. Juan, temiéndose lo peor, acudió (adjetivo en aposición incide en Juan). Juan, mirándolo fijamente, le saludó (valor adverbial que incide además de en el verbo, en Juan) En muchos casos, el gerundio incide en el C.D. Tiene entonces claro valor de adjetivo en función de predicativo. Encontró a la mujer lavando en el río (adjetivo, predicativo de mujer). Le sorprendí intentando sobarme (adjetivo; predicativo de le). Puede darse ambigüedad en construcciones como: le vi bajando la escalera, donde el gerundio puede incidir tanto en el sujeto implícito yo como en el CD le, (yo bajaba / él bajaba). NORMA PRECEPTIVA: ASPECTOS NORMATIVOS DEL USO DEL GERUNDIO: IN­ FRACCIONES USUALES. Desde el punto de vista de la norma académica, el gerundio con valor adjetivo sólo pue­ de tener valor explicativo pero no especificativo. Así pues, es admisible Las ranas pidiendo rey o Napoleón arengando a las tropas como título o rótulo. No son admisibles en cambio expresiones del tipo: * Una lámpara con adornos colgando del borde; *No quedan personas llevando este apellido; *Caja conteniendo frutas o *Decreto regulando... Estas construcciones son, sin embargo, frecuentes en el lenguaje administrativo y jurídico. Excepción única de uso explicativo son: hirviendo, ardiendo, agua hirviendo.' Igualmente condenado por la gramática normativa es el gerundio de posterioridad: El gerundio sólo puede expresar acción simultánea o anterior al verbo sobre el que incide. Avan­ zando un poco, llegaron hasta la esquina; Contestaba denegando con la cabeza. Sería re­ chazable, en cambio, *Entró en el ascensor apretando el botón del ático, o *Fueron al cine sentándose en la última fila. El gerundio de posterioridad es tanto menos aceptable cuanto mayor tiempo transcurre entre una y otra acción: *A los sesenta años emigró a América, muriendo en Méjico diez años después. El gerundio no puede usarse como atributo *Era robusto y gozando de buena salud, ni

'Los usos adjetivos del gerundio se explican porque en esta forma convergerán tanto el gerundio latino como los usos del participio de presente, perdido salvo casos residuales: Agua hirviendo = agua hirviente.

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como equivalente a una oración coordinada: *Los ministros se hallan reunidos, creyéndo­ se en ciertos núcleos políticos que... Es de notar que, pese a las restricciones normativas, pueden registrarse frecuentes ejem­ plos de usos incorrectos de gerundio no sólo en el lenguaje periodístico sino incluso en autores consagrados. Ello no obsta para que lo recomendable sea la sustitución de cualquier gerun­ dio dudoso por formas personales coordinadas u oraciones de relativo: emigró a América y murió...; era robusto y gozaba...; se hallan reunidos y se cree...; no quedan personas que lleven este apellido. (Gerundio en construcciones absolutas y construcciones equivalentes a subordinadas, vid. tema 9). EL PARTICIPIO. El participio, sin perder su carácter verbal, puede desempeñar funciones de adjetivo. Cuando está usa­ do como tal, posee los morfemas de género y número propios de los elementos nominales. Una casa pintada; un banco pintado; casas pintadas, bancos pintados. Inmovilizado en masculino singular forma, como se ha visto, los tiempos compuestos unido al auxi­ liar haber. Con el auxiliar ser, y concertado con el sujeto, expresa la voz pasiva. El participio se asocia en general con el tiempo pasado, aunque de hecho es atemporal, como el resto de las formas no personales. Ello se debe a su carácter aspectual perfectivo (indica resultado de una ac­ ción anterior). Por ejemplo: pintado ayer; pintado hoy; pintado mañana. VERBOS CON DOBLE PARTICIPIO. Determinados verbos poseen dos formas distintas de participio, una irregular y otra regular. La prime­ ra es la forma etimológica, la segunda ha sido forjada por analogía con la de los verbos regulares. Los tiempos compuestos se forman con el participio regular. El irregular se usa como adjetivo. Tie­ nen, por tanto, distinta distribución. En algunos casos expresan matices distintos o pertenecen a registros distintos. fijado / fijo hartado / harto injertado / injerto maldecido / maldito atendido / atento bendecido / bendito confesado / confeso

infundido / infuso freído / frito manifestado / manifiesto convertido / converso concluido / concluso despertado / despierto

PARTICIPIO ACTIVO. PARTICIPIO PASIVO. Su significación puede ser activa o, lo que es más común, pasiva. Esto depende del significado del verbo y otras veces del contexto. arrepentido: (activo) (que se arrepiente) = el pecador arrepentido, viajado; (activo) (que viaja mucho) = es hombre muy viajado. Par. act.: bebido leche bebida un hombre bebido

entendido asunto entendido form a entendida

desprendido botón desprendido persona desprendida.

Como se puede observar, depende de que el sustantivo modificado posea o no el rasgo más humano. Cuando es pasivo, admite complemento agente, se dé o no construcción completa con ser (o estar): Un asunto conocido de todos; Cuadro pintado por Goya; El caso fu e resulto por el juez; El campo está cubierto de nieve. (Participio en construcciones absolutas. Vid. tema 9). EL PARTICIPIO DE PRESENTE Aunque algunos le niegan el carácter de participio, existe también en castellano la forma llamada de “ participio de presente”. Su significado es siempre activo y se caracteriza por el morfema -nte. Admite

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número pero no género.' carbón ardiente - que arde; hombre fascinante = que fascina. Por valor de “ presente” se entiende simultaneidad relativa al momento considerado: carbón ardiente ahora (que arde ahora); ardiente entonces (que ardía entonces); ardiente después (que arderá después). La mayoría de los usos del participio de presente latino fueron asumidos por el gerundio.

7.15. P E R IF R A S IS VERBALES. A. EL CONCEPTO DE PERÍFRASIS. Las perífrasis verbales son construcciones complejas de significado unitario compuestas por un verbo auxiliar y una forma no personal, precedida o no de preposición ú otro nexo. Los valores temporales y modales corren a cargo del auxiliar; el contenido semántico corresponde a la forma no personal (o auxiliada). El conjunto traduce valores aspectuales o modales. Verbo auxiliar + (preposición o conjunción) + Verbo principa! o auxiliado Portador de los morfemas de per­ sona, tiempo, aspectos, modo. Portador del Significado Infinitivo Gerundio Participio Iba a salir cuando tú llegaste Dejará de fum ar si se lo pido. Ia p. s. pret. imperf. indic.: (Aspecto de inminencia o ingresivo). 3a p. s. futuro indicativo: (aspecto terminativo; cese de la acción). Ha podido matarse 3a p. s. pret. perfecto indicativo (valor modal de posiblidad)

Solemos comer en el campo. presente de ind. (aspecto de acción habitual).

Obsérvese que una cosa es el valor aspectual o modal de la perífrasis como tal y otra el que tiene el verbo auxiliar. Ambos factores se combinan en el valor unitario de la perífra­ sis, lo que justifica ciertas restricciones. El verbo auxiliar puede ser de dos clases: a) Un verbo gramaticalizado, es decir, que pierde en la perífrasis su propia significación; se “vacía” semánticamente y se convierte en mero instrumento gramatical: voy a bajar; vengo diciendo; llevo hechos tres problemas. Esta pérdida puede ser total o parcial. Obsérvese, por ejemplo, que verbos de movimien­ to como ir, venir, andar, etc., pierden su significado de desplazamiento físico en el espacio pero no su carácter dinámico, “vectorial” en una determinada dirección. Verbos como lle­ var, dejar, tener... toman valor metafórico. (Compárese con construcciones en las que el verbo conserva su significado: voy a casa; vengo del cine; llevo un paquete). b) Un verbo que posee contenido semántico propio que se suma al de la forma auxiliada: empieza a cantar; suele estudiar; termina de escribir; puede aprobar. B. PERÍFRASIS ASPECTUALES. Corresponden a la consideración de la acción o proceso según las diversas fases de su desarrollo (co­ mo su inminencia, comienzo, duración, fin, efectos, eventual reiteración, etc.), sin pretensión de exhaustividad. He aquí las más frecuentes y su denominación: INGRESIVAS: señalan la inminencia del proceso: Voy a leer; paso a explicar; está para llover; está a punto de salir...

'Salvo en ciertos casos, cuando se sustantiva: El presidente / la presidenta.

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INCOATIVAS: señalan el momento incial del proceso; empiezo a leer; comienzo a leer; me pongo a leer; echó a andar; se echó a llorar; rompió a reir... EFECTIVAS: añaden un matiz de consecución tras obstáculo o esfuerzo: llegó a abrir la lata. DURATIVAS: señalan el proceso en su transcurso y difieren en la visión bajo la cual se considera aquél (Vid. gráfico); estoy leyendo; ando leyendo; sigo leyendo; voy leyendo; vengo leyendo; llevo leyendo... La perífrasis supone una intensificación del aspecto durativo con respecto a la forma simple corres­ pondiente, asimismo imperfectiva. canto cantaba fum aba

estoy cantando (intensificación del aspecto durativo). estaba cantando estaba fum ando

TERMINATIVAS: señalan bien el fin del proceso: acabo de comer; bien su interrupción; dejó de comer; cesó de leer. También se llaman egresivas. RESULTATIVAS: señalan el resultado de una acción o proceso previo: Tengo resueltos dos problemas; Llevo leídos varios libros; deja arruinada a su familia... Estar + participio es incluido en este grupo por algunos: la taza está rota (resultado de romperse). REITERATIVAS: señalan la repetición de procesos (una única vez): Volvió a salir. CONSUETUDINARIAS: señalan el carácter habitual del proceso: Suele madrugar; acostumbra a cenar tarde.

Vuelto a leer-----

1

ACCIÓN 0 PROCESO VERBAL

R eiterativas

voy a leer / Inminencia \

me pongo a leer Momento inicial, comienzo exacto del proceso

Ingresivas

I n c o a tiv a s '

\!r a, Pasar a, Estar a punto de, Estar para etc.

Ponerse a inf. Echarse a + inf. | Empezar a, Romper a, etc.

estoy leyendo dejo de leer Transcurso Interrupción del proceso! k I ^ C u rativas \

| T e rm in ativas

IEstar | Andar Ir + ger. Seguir Venir Llevar

|Dejar de \

acabo de leer Acción acabada I I .

tengo leído Resultado de acción previa R esultativas

1Acabar de\ Terminar de + inf.

Estar Tener Llevar + part. Dejar Traer

MATICES DE LAS PERÍFRASIS DURATIVAS: LA VISIÓN. La acción verbal puede considerarse de forma globalizadora. Resaltando su carácter to­ tal e individual o adoptando un determinado punto de vista desde el cual se destaca un aspecto parcial de la misma. Las perífrasis globalizadoras tienen forma copulativa y el ver­ bo auxiliado está, excepcionalmente, en forma personal: cojo y leo...; agarro y le digo...; va y se enfada... Las perífrasis parcializadoras presentan diversos matices neutros: abarca la acción en su transcurrir entre dos momentos cualquiera: Estoy leyendo. añade un matiz dinámico a la anterior: Ando leyendo. p rospectiva: la acción es vista a partir del presente orientada hacia el futuro: Voy

V isió n angular:

V isió n b asculante: V isió n

leyendo. V isió n retrospectiva:

la acción es vista viniendo del pasado

h a cia

el presente: Vengo le­

yendo, llevo lleyendo. V isió n co n tin u a tiv a :

la acción es vista viniendo del pasado y orientada hacia el futuro:

Sigo leyendo. -

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PRESEME PUNTO DE VISIÓN

¡ACCIÓN O PROCESO VERBAL]

C. PERÍFRASIS MODALES. Se denominan modalidades lógicas las diversas maneras de presentar el predicado de 1a oración: (con­ tingente o necesario, probable o posible, etc.).1 Las perífrasis modales expresan modalidades lógicas, vistas desde la óptica del hablante. Modalidad tiene aquí un significado distinto que cuando hablamos de “modalidades ora­ cionales”, es decir del estatuto de ¡a oración, que es la estructura que adopta la oración según el tipo de comunicación que establece entre el hablante y el oyente: enunciación (enunciativas o aseverativas); interrogación—^(interrogativas); orden—»-(imperativas). La gramática tradicional no siempre distingue ambos planos (Vid.,tema 3.3). Determinados verbos tienen como única función el formar parte de este tipo de perífrasis y no apare­ cen nunca solos. Son los verbos modales: poder, deber... (soler tiene valor aspectual de hábito). Algunas gramáticas incluyen entre los verbos modales querer (quiero cantar) y saber (sé cantar). Otras añaden incluso listas del tipo: necesitar, creer, esperar, mandar, etc.; que ca­ lifican de semi-modales; sin embargo: a) Su comportamiento sintáctico es distinto: puede introducir verdaderas completivas. b ) Expresan otros tipos de “modalidades” = la actitud de! hablante ante el enunciado, (deseado, esperado, etc), o el estatuto implícito de la oración (mandar). Creemos que debe reservarse el término de verbos modales estrictos a los que expresan relaciones entre el sujeto y el predicado y que no admiten más uso que perífrasis donde la cohe­ sión con el infinitivo es total (Vid. infra 7.1.4.D). Como se verá, los verbos modales tiene un carácter ambiguo y sólo el contexto permite en cada caso fijar la interpretación semántica de la perífrasis. Además de los verbos modales, integran este tipo de perífrasis otros verbos auxiliares procedentes de verbos plenos que debilitan su significación en la perífrasis (Vid. supra). También puede darse ambigüedad en ciertos casos. Citamos a continuación las perífrasis modales más usuales: PERÍFRASIS de NECESIDAD y OBLIGACIÓN (La obligación puede considerarse la expresión de la nece­ sidad subjetiva). El todo tiene que ser mayor que la parte. (es necesariamente...)

TENER QUE .

a)

H ABER D E + inf.

b) Pepe tiene que estudiar. (tiene la obligación de ...) He de estudiar más...

'L a aserción puede considerarse com o no m arcada. La negación posee m orfem as propios (adverbios y otros m orfem as negativos).

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DEBER H A Y QUE (construcción impersonal) sólo de obligación.

Debo estudiar más... Hay que estudiar más.

PERÍFRASIS de PROBABILIDAD, POSIBILIDAD... (Se añaden las de conjetura y cálculo aproximado). DEBER DE PODER PUEDE QUE + inf. (valor impersonal) VENIR A

Deben de ser las diez (Son probablemente...) Coge el paraguas, que puede llover (Es posible que llueva) Puede que Juan venga (Es posible que Juan venga)

*

La entrada viene a costar doscientas pesetas (Cuesta aproximadamente).

AMBIGÜEDAD DE LOS VERBOS MODALES. Como se ha apuntado anteriormente, los verbos modales son fundamentalmente ambiguos. Así, p o ­ der + inf. puede expresar, según situaciones o contextos: a) LA POSIBILIDAD. b) LA CAPACIDAD (física, intelectual, moral...) c ) LA AUTORIZACIÓN o PERMISO (modalidad deíctica permitido / prohibido). Juan puede hacerlo a)

Es posible que Juan lo haga. Cf.: Vete, que mi padre puede llegar de un momento a otro. b) Juan es capaz de hacerlo. Cf.: No puedo levantar el baúl / Puedo resol­ ver la ecuación / No podría matar una mosca. c) Juan está autorizado para hacerlo. Cf.: A q u í no se puede fumar.

D E B E R + INF. puede expresar, asim ism o. a) L A NECESIDAD. b) LA OBLIGACIÓN. c) Añadiendo la preposición la preposición de, LA PROBABILIDAD. Juan debe venir a) Juan vendrá necesariamente. Cf.: E l todo debe ser mayor que la parte. Con ese calor la cera debe derretirse. b) Juan tiene la obligación de venir. Cf.: Debes estudiar cada día. c)

Debe de venir-*»Es posible que Juan venga. Cf.: Deben de ser las diez. Debe de estar enfermo. NORMA PRECEPTIVA.

Debemos cuidar no confundir deber + inf. (obligación) y deber de + inf. (Probabilidad o conjetura): Debe de estar enfermo, y no *Debe estar enfermo (que significaría que “ está obligado a enfermar” ). Debes estudiar más, y no *Debes de estudiar más (salvo si se pretende sugerir que probablemente ahora estudies más que antes).

D. LÍM ITES ENTRE LA PERÍFRASIS Y LA ORACIÓN COMPUESTA. Como se ha visto en el epígrafe anterior, además de poder y deber hay otros verbos que indican el modo en que el hablante encara la acción de la forma nominal que los sigue; son los llamados verbos semi-modales: querer, temer, prometer, necesitar, desear, y otros: Quiero dormir; temo suspender; prometo acudir; necesito comer. Pese a la aparente semejanza formal con las perífrasis, estas construcciones no son tales, puesto que se da independencia entre los elementos que las integran: las verdaderas perífrasis constituyen unidades indisociables. La diferencia puede comprobarse observando que la forma no personal admite conmutación por com­ pletivas en forma personal, lo que no sucede en la perífrasis: Quiero que duerma; temo que suspendas; prometo que acudiré; necesito que coma;

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En cambio: *puedo que corres; *debo que duermas; confirman el carácter de perífrasis de puedo co­ mer y debo domir. Tampoco es análogo el comportamiento ante la transformación interrogativa. Compárese, en efecto: a: desea trabajar corresponden las interrogativas ¿qué desea? quiero dormir ¿qué quiero? En cambio, a: puedo comer corresponden las interrogativas ¿qué puede hacer? y no ¿qué puede? debo dormir ¿qué debe hacer? y no ¿qué debe? Las construcciones formadas mediante verbos semi-modales deben interpretarse por tanto como ora­ ciones compuestas completivas en las cuales el sujeto implícito del infinitivo es el mismo que el del verbo semi-modal. E. VALORES ESTILÍSTICOS DE LOS TIEMPOS VERBALES. El pretérito imperfecto. El valor aspectual imperfectivo del imperfecto de indicativo le hace particularmente apto para la des­ cripción en el pasado. En la narración, si se trata de verbos de modo de acción perfectivo, sugiere, bien el carácter habitual de la acción, bien la duración en el tiempo de la misma. En conjunto, el predominio del imperfecto infunde, pues, al texto, un carácter de morosidad, de estatismo. Algunas de las casas tenían una especie de porche formado por dos estacas clavadas en la tierra, en­ cima de las cuales se apoyaban trozos de placas onduladas de fibrocemento. Las puertas de las vivien­ das aparecían medio cerradas con cortinas hechas con trozos de sacos, de sábanas remendadas. En los tendederos colgaba la ropa puesta a secar... Armando López Salinas, La Mina. La abuela de Alfanhuí incubaba pollos en su regazo. Le solía venir una fiebre que le duraba veintiún días. Se sentaba en la mecedora y cubría los huevos con sus manos. De vez en cuando les daba ¡a vuelta y no se movía de la mecedora, ni el día ni la noche, hasta que los empollaba y salían. Entonces se le acababa la fiebre y le entraba un frío terrible y se sentaba ai brasero. Aquella fiebre le entraba diez veces al año. Cuando venía la primavera, todos los niños le llevaban los huevos que encontraban por el campo. La abuela solía enfadarse porque le parecía poco serio aquello de incubar pájaros entre los huevos de ga­ llina (...) La abuela era larga y flaca. Tenía el pelo blanco y no lo peinaba nunca. La abuela se vestía de negro y tenía una carcoma en la pantorrilla. La carcoma le iba comiendo el hueso y rechinaba por la noche. Pero la abuela tenía ¡a tibia tan dura y tan seca, que la carcoma no acababa nunca. Se untaba la espinilla con un trapito mojado en una preparación de tomillo y ciprés y la carcoma se dormía. Por eso tenía la abuela la pantorrilla toda verde. La abuela no salía nunca, pero todos iban a visitarla. El piso de abajo también era suyo y lo tenía alquilado. Aquellos vecinos le hacían la comida y cuidaban. Rafael Sánchez Ferlosio. Industrias y andanzas de Alfanhuí. No era político Bríngas, ni lo había sido nunca, aunque tenía sus ideas, como todo español, por cierto muy moderadas. No sentía ambición y por no tener vicios, ni siquiera fumaoa (...) ... Restauraba libros cuya encuadernación se deteriorase, y barnizaba un mueble a quien el tiempo y el uso hubieran gastado el lustre. Lo mismo remozaba un abanico de cabritilla o peineta de concha que la más innoble pieza de la cocina. Hacía nacimientos de corcho para Navidad y palillos de dientes para todo el año. Pérez Galdós. Tormento.

Atravesaba las vacías calles donde las luces amortiguadas apenas si separaban unas de otras las fa­ chadas. Hombres de paso rápido, solitarios, ceñudos, con el sombrero hundido en la frente, la evitaban, Ya no había autos. Sólo de lejos se sentía pasar alguna sombra cuadrangular silenciosa. Los serenos se

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habían ido a dormir a desconocidas guaridas de las que no logran extraerlos las repetidas palmadas de los náufragos. Todavía, quizá, una mendiga-cigarrera podía estar oculta en el saliente de una casa de la calle de la Reina que protegía del viento. Todavía quizá por allí mismo, con un bastón y oliendo a vino, podía intentar beneficiarse con técnica inversa a la del habitual que suplica en el atrio de la igle­ sia. Había una mujer con abrigo de astracán, morena y bien peinada, con brillantina y un clavel, que le ofrecía anís como quien ofrece una droga. Esta mujer sonríe como dispuesta a vender también —fuera de hora— cualquier otra mercancía. Luis Martín Santos. Tiempo de silencio. Normalmente ¡os viejos se hablaban m uy poco y discutían menos. A veces, él rezongaba que segura­ mente, al guisar, ella se comía los mejores bocados, no gritando ni tan siquiera riñendo, sino más bien comentando. Ella decía que no con la cabeza y la cosa no pasaba de ahí. Apenas cambiaban alguna frase fuera de las necesarias para pedir, ofrecer o proponer, algo, para contar alguna cosa chocante que había visto u oído. Con los extraños, todavía eran más callados. El cartero no los conocía. Nunca recibie­ ron visitas de parientes o amigos. Se sabía que tuvieron un hijo. Era fuerte y rubio y sus ojos parecían hechos para mirar a la cara de las personas. Luis Goytisolo, Las afueras. Quico levantaba el dedo índice y reconvenía a su hermana. — ¿Por qué no lo pides, di? (...) Juan le miraba desganadamente, pero su interés fue creciendo a medida que Quico se acercaba al enchufe del zócalo y abría las puntas de las tijeras. — ¿Qué vas a hacer? — Arreglar la luz. Yo era Blas.____________________ Miguel Delibes. El Príncipe destronado. El pretérito indefinido. El valor aspectual perfectivo del pretérito indefinido lo hace particularmente apto para la narración de acontecimientos o acciones presentadas en la globalidad de su realización y, por tanto, muy especial­ mente, en aquellas que son efectuadas con rapidez. De ahí su frecuente valor puntual. Con verbos imper­ fectivos presupone que el proceso ha dejado de producirse y que está relegado afectivamente al pasado. En conjunto, el predominio del pretérito indefinido infunde al texto un carácter de dinamismo. Le agarró ella una de las ruines muñecas y se la retorció hasta ponerle de rodillas. Abierta la otra ma­ no, le golpeó con ella en la cara de mejillas sumidas media docena de veces en cada una de ellas, ha­ ciendo que la cabeza fuese de uno a otro lado. Pudo él alzar el brazo libre para protegerse el rostro, pero no lo hizo. Dinah le soltó la muñeca, le dio la espalda y alargó el brazo en busca de la ginebra y el agua de seltz. Estaba sonriendo. No me gustó la sonrisa. Dan se levantó, guiñando los ojos. Tenía la muñeca enrojecida en el lugar por el que Dinah le había sujetado, y la cara mostraba los golpes. Se afianzó sobre las piernas y me miró con ojos apagados. Sin que le cambiara la expresión vacía del rostro y los ojos, metió una mano debajo de la chaqueta, sacó una pistola automática negra y disparó contra m í Pero estaba temblando demasiado para actuar con rapidez o con puntería. Tuve tiempo de tirarle un vaso. El vaso le dio en el hombro. La bala pasó por encima de m í y fue a parar a alguna parte. Antes que pudiera disparar por segunda vez, salté sobre él y logré mi propósito en medida suficiente para quitarle la pistola de la mano de un golpe. La segunda bala se hundió en el suelo. Le di con el puño cerrado en la mandíbula. Cayó a poca distancia, y allí se quedó. Dashiel Hammett. Cosecha roja. Don Eladio guardó ¡os décimos y se estiró el chaleco. — Esto de la lotería es cosa del demonio. Una vez vi un número que m e gustaba y no lo compré por no cambiar. Pues ¿qué creen ustedes que ocurrió? -

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Hizo una gran pausa. — Pues, nada. Voy a mirar la lista, por casualidad, porque no jugaba, y allí estaba con doscientas mil pesetas. El militar que procedía de tropa se limitó a decir; — Hay que ver lo que son las cosas. A las nueve en punto se levantaron. D. Eladio salió con don Arcadio. El militar se fue a la biblioteca. Don Ulpiano se sumergió en el sillón y empezó a mirar, con ojillos de perro en celo, a una señora que estaba con su marido. D. Eladio llegó a su casa, puso la radio, cenó, charló un rato con doña Trinidad y ¡a la cama! Ignacio Aldecoa. El diablo en el cuerpo, Cuentos Completos. Alternancia pretérito imperfecto / pretérito indefinido La alternancia de ambos tiempos permite múltiples variaciones estilísticas según la intencionalidad del autor en la presentación de lo descrito o lo narrado. Por lo general, la irrupción del pretérito indefini­ do en un contexto en pretérito imperfecto sugiere la realización repentina de la acción que describe.

Quico la miraba con sus atónitos ojos azules, el rubio flequillo hasta las cejas, anonadado. En ese instan­ te se oyó ruido dé cristales y las voces de la Domi y la Vitara. Mamá salió como un relámpago y Quico forcejeó hasta que su tía le dejó libre... Miguel Delibes. Ibidem.

El pico hacía un ruido corto y preciso al dar en la masa de hielo. La pala daba un sonido agrio y largo. Punto del pico, raya de la pala. Escupía Macario ¡a salida del trabajo, pastosilla y ahogante. Afá jadeaba. Punto del pico, raya de la pala. El ruido del hielo al desmoronarse entre metálico y cristalino. Joaquín Sas salió de m uy mala gana a trabajar. Antes de subir al espardel se pasó por ¡a proa y se asomó a ¡a boca de la nevera. — José, que subo al espardel para que no digas —su voz tenía un dejillo de desafío—, para que no se te pudran los hígados. Ascendió la respuesta de Afá, serena y amable. — Bueno. Ignacio Aldecoa. Gran Sol. El presente. La narración en presente de indicativo supone la ficción de hacer coincidir lo referido con el momento de la recepción del mensaje literario, con lo que cobra una especial fuerza, pues se sienten los hechos como actuales. Creemos que este recurso no debe confundirse con el presente histórico, recurso expresi­ vo esporádico en relatos presentados como pertenecientes al pasado.

Se les acerca El Málaga con una concha rosada en la mano, la cara partida a la altura de la boca con la más abierta de sus sonrisas. — ¿Está bonita, no? |c ---------- v

TRASPOSICIÓN DE VALORES EN LOS SISTEMAS ESPACIAL Y TEMPORAL. El trasvase de categorías de lugar y tiempo es constante en la lengua en todos los órdenes. (Ejemplo: fecha lejana, espacio radiofónico, etc.). No es de extrañar, por tanto, que se den con frecuencia casos

de adverbios de lugar con valor temporal y viceversa. Algunos trasvases se consolidan. El mostrativo luego viene de locu = en este lugar, de a h í^ -“en este momento”: “Hacedlo luego = hacedlo ahora mismo”. El valor de posterio­ ridad es moderno. Allá en el mes de Abril. Aquí se acaba todo. Más adelante supo la verdad (advebios de lugar usados como de tiempo). Está varías líneas después. Ese párrafo está antes del capítulo tres (adverbios de tiempo usados como de lugar).

7.2.5. LOS ADVERBIOS NOCIONALES. Los adverbios nocionales, calificativos o conceptuales abarcan, en la clasificación tradicional común, los adverbios de modo y de cantidad. Son adverbios nocionales también los de orden relacionados con los numerales ordinales y los adver­ bios llamados oracionales o modalizadores. A. ADVERBIOS DE MODO El término modo, cuando nos referimos a los adverbios de este nombre no debe confundirse con otras acepciones de la palabra, como “ modo verbal”, “ modalidad oracional”, “ modalidad lógica”, “ modalización”, etc. Equivale simplemente a la manera de realizarse la acción o proceso. Los adverbios de modo describen circunstancias cualitativas, es decir cómo se realiza la acción. De ahí su relación con los adjeti-1

1Puede escribirse indistintamente entre tanto. Forma la locución entre tanto (que).

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vos calificativos, de los cuales con gran frecuencia proceden. a) Una gran mayoría de adverbios de modo están formados sobre el femenino de adjetivos calificati­ vos, al que se une el sufijo -mente: lentamente, fríamente, tontamente,

buenamente, calurosamente, perversamente,

altamente rápidamente generosamente.

Si el adjetivo es de una terminación, evidentemente derivan de la forma singular única: felizm ente, alegremente, brevemente, torpemente, etc.

Como es fácil comprender, al tener una base léxica, el inventario que constituyen es un inventario abierto, a diferencia de otros subconjuntos adverbiales, estrictamente gramatica­ les, que constituyen subsistemas cerrados. Tienen su origen en ablativos absolutos: b u e n a m e n te b u e n a mente (con la mente buena), alegre m ente (con la mente alegre). El cristianismo, atento a las “intenciones” que presiden los actos, popu­ larizó la construcción. Luego se extendió por analogía hasta gramaticalizarse totalmente. b ) Cierto número de adverbios de modo están constituidos por la forma misma del adjetivo, fijada o “congelada” en masculino singular; por ejemplo: alto, quedo,

bajo, recio,

claro, fuerte,

Hablar bajo. Justo entonces.

flojo, exacto,

firm e, hondo,

Golpear fuerte. La bala dio alto.

justo, caro,

largo, mejor,

A n d a r derecho. Trabajar mejor.

derecho, rápido, peor (comparativos sintéticos de bueno y malo). Ir rápido.

etc.

c ) Poseen funciones nominales, además de adverbiales: bien, mal. En registros coloquiales o familiares, fenóm eno, bom ba y semejantes son sustantivas adverbializadas: Juega bien; Juega mal (el bien, el mal); Eres bien tonto; Estás mal peinado; Se p o rtó bien ingenua­ mente; Pasarlo bom ba (estupendamente); ¡Estás fenóm eno!; (m uy bien).

d ) De sintagmas preposicionales prep. + sustantivo proceden las formas sintéticas despacio (de + es­ pacio), apenas (a + penas), aposta, adrede y otros. Evidentemente, no existe conciencia de dicha composición: A ctu ó aposta; anda despacio; apenas se mueve...

e) Son numerosas, finalmente, las locuciones adverbiales de modo: a ciegas, de repente, sin querer, de sobra,... que mantienen su forma analítica. f) El adverbio de modo así e s estrictamente un morfema sin raíz léxica (-*-ad sic = de ese modo). A diferencia de los anteriores, posee carácter deíctico, pronominal. Remite al contexto extralingüístico: Se hace así (como te estoy mostrando).

Puede tener también valor de deixis textual (anáforico o catafórico): Se ocultó y así se libró de la persecución (ocultándose).

No son adverbios de modo, aunque algunos diccionarios los consideran tales: excepto, salvo, incluso... Excepto y salvo proceden de los participios irregulares de exceptuar y salvar: todos excepto Pepe (Circ.: todos exceptuado Pepe). Todos salvo Pepe (Todos salvado Pepe). Incluso, del participio de incluir: Todos incluso Pepe. (Todos incluido Pepe). Estas palabras han experimentado una translación permanente. Excepto y salvo son conjunciones: equivalen a “pero no..” Vinieron todos excepto Pepe (vinieron todos pero Pepe no vino). Incluso puede funcionar como conjunción: Todo me parece bien Incluso la comida (y la comida también) y como nexo lógico supraoracional, con matiz modalizador: Incluso puedes telefonearle...

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INCIDENCIA SEMÁNTICA. Como se vio al tratar de la función y significación del adverbio en general (Vid. supra tema 7.2.1.B, y 7.2.3), cuando decimos que estos adverbios modifican al verbo estamos simplificando un tanto la cues­ tión. Esto es exacto desde el punto de vista sintáctico: efectivamente, son palabras invariables que no ofrecen concordancia con ningún otro elemento. Desde el punto de vista semántico, sin embargo, el adverbio incide a veces en otros elementos (por ejemplo en el sujeto) o en la relación misma que se establece entre elementos oracionales, o constituyen un procedimiento mediante el cual el hablante modaliza el enunciado. sintácticamente E l agua cae lentamente.

4_---- J Pepita habla alto. 4— i

semánticamente r '" " ¡

El agua cae lentamente

4_ _ _ _ _ _ ! Pepita habla alto. 4_ _ _ *

Juan construyó sólidamente la mesa.

(el agua es lenta y cae lentamente). (Pepita no es “alto”; sólo habla alto).

Juan construyó sólidamente la mesa.

(La mesa resulta ser sólida. La solidez corresponde al resultado, no a la acción, ni a Juan: Juan no es “sólido”). La siguiente distinción, debida a Jackendoff, intenta profundizar en la complejidad de las relaciones semánticas que presentan los adverbios. Propone distinguir: De manera (o modo). Construcciones del tipo: Juan entró silenciosamente (de manera silenciosa). Propiamente dichos: (inciden en el verbo) Juan le miró curiosamente (de manera curiosa). Orientados hacia el hablante , es decir, modalizadores: Evidentemente, Juan no vendrá ("considero evidente ” o "es evidente” que Juan no vendrá). Curiosamente, Juan no supo qué hacer (“considero curioso” o "es curioso” que Juan no supiera qu é hacer). Evidentemente, Juan no vendrá (equivale a “que Juan no vendrá es evidente”).

(Alarcos los llama “atributos oracionales” Vid. infra 7.27). Orientados hacia el sujeto: Juan, cuidadosamente, no le despertó (Juan fu e cuidadoso al no despertarle). Juan, sabiamente, no le despertó (Juan fu e sabio al no despertarle).

Topicalización: Vinieron precisamente dos niños. (Destaca, poniéndolo en relieve, un elemento del enunciado): Lo hizo justam ente él. B.

ADVERBIOS DE CANTIDAD.

Salvo muy, apócope de mucho; tan, de tanto y algún otro, presentan idéntica forma que los pronom­ bres indefinidos y numerales correspondientes y tienen análogo valor cuantitativo. (Vid. tema 5.4). Mucho, muy, poco, bastante, algo, demasiado, harto... (gradativos). Más, menos, tanto, tan... (intensivos). (El) doble, (el) triple... (múltiplo). M edio (partitivo).

A éstos hay que añadir algunas forma sintéticas de origen nominal; por ejemplo: sobremanera, sum a­ mente, etc. y la forma casi, que indica aproximación (Casi se muere. Está casi calvo). Estas formas son adverbios cuando actúan como modificadores de verbos, adjetivos o adverbios. En

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tal caso son invariables, a diferencia de su uso como pronombres, sustantivos o adjetivos. Juan corre m ucho / poco / bastante / demasiado / más / m enos / algo... m uy tonto / poco tonto / bastante tonto / demasiado tonto / más tonto... m uy alegremente, bastante alegremente, demasiado alegremente... Juan corre el doble / el triple... m edio tonto / casi tonto sum am ente hermosa...

OBSERVACIÓN La interpretación de estas formas como adverbios es obligada en el caso de verbos comúnmente in­ transitivos dado que, en tal caso, se trata de un verdadero modificador del verbo, con significación de cuantificador invariable. Juan pasea (anda, corre, sale...) m ucho (poco, bastante..) A dv. de cantidad. C. circ. Es conm utable p o r un adverbio o sintagma preposicional en fu n ció n de circunstancial. En efecto, Juan pasea m ucho (excesivamente, considerablemente, sin m edida...) C. Circ.

Si el verbo es normalmente transitivo, la forma en cuestión no es un modificador sino el comple­ mento directo. Por lo tanto, no es adverbio sino pronombre indefinido con valor sustantivo en género neutro. Sería conmutable por un sustantivo o SN en singular o en plural: Juan come m ucho (poco, bastante, dem asiado,...)

Pron. sustant. indef. C.D. En efecto: Juan com e m ucho mucha comida comida abundante manjares copiosos...

ADVERBIOS DE ORDEN, Un corto número de adverbios relacionados con los numerales ordinales establecen relaciones de seriación: Primeramente, (primero), últimamente. Con lexema independiente figuran: seguidamente, suce­ sivamente. Colocó primeramente el mantel, seguidamente la vajilla. Primero vivir, luego filosofar.

El resto de los significados se traduce mediante locuciones adverbiales: en segundo lugar, en tercer lugar... También las formas citadas alternan con locuciones o giros: p o r último, acto seguido, a continuación... El adverbio respectivamente tiene valor distributivo: Juan y Pedro tienen respectivamente veinte y vein­ tidós años.

7.2.6. ADVERBIOS RELATIVOS E INTERROGATIVOS. Los adverbios relativos son elementos de deixis textual, es decir remiten, con carácter anafórico (o catafórico) a otros elementos del discurso. Al igual que los pronombres relativos (Vid. tema 5) poseen doble función: a) Son nexos que introducen oraciones subordinadas. b ) Desempeñan una función sintáctica en el seno de éstas. En el caso de los adverbios, la de comple­ mento circunstancial de lugar, tiempo y modo.

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de LUGAR: Donde, adonde Ésta es la casa donde vivo (antecedente)

A q u él es el sitio adonde m e llevan.

I_____ C.C.L.

(antece­ dente) C.C.L.

O. sub. adjetiva.

O. sub. adjetiva.

de TIEMPO: Cuando En el m om ento cuando oigas el tiembre, sales. (antecedente)

C.C.T.-------L O. sub. adjetiva

de MODO:

Com o Lo hizo de la manera com o le dije (de hacerlo). C.C.M________________I O. sub. adjetiva.

Cuanto es pronombre relativo, no adverbio (Vid. tema 5). Desempeña en la subordinada la misma función que un elemento nominal: Dijo todo cuanto sabia. (antecedente)

CDO. sub. adjetiva.

El antecedente puede ser un adverbio pronominal de la misma clase: Voy allí donde me mandan. A s í como me lo contaron lo cuento...

Las oraciones subordinadas que introducen son subordinadas adjetivas si existe un antecedente explí­ cito y subordinadas adverbiales si no lo hay. Voy donde m e mandan. O. sub. adverbial de lugar

C.C.L.

Sin antecedente, los límites de los adverbios relativos con la conjunción son inciertos. En Cuando sale el sol, los pájaros cantan. Com o m e lo contaron te lo cuento. Com o no m e escuchan, m e voy se interpre­ taría el nexo como conjunción. ADVERBIOS INTERROGATIVOS. Al igual que los pronombres relativos (Vid. tema 5) los adverbios relativos admiten uso interrogativo. En tal caso se convierten en adverbios interrogativos. La forma es análoga, pero son tónicos y exigen tilde en la grafía. Los adverbios interrogativos son catafóricos. Constituyen “lugares vacíos” que ¡a respuesta del inter­ locutor debe llenar de significado en el sentido adecuado. DÓNDE

¿D ónde está el perro?

En el jardín.

C.C.L. -

CUÁNDO ¿Cuándo llega?

E l viernes.

C.C.T. •

CÓMO

¿Cómo lo has hecho?

Poniéndolo al horno.

C.C.M.

-

300 -

De nuevo, es discutible cuánto como adverbio: ¿Cuánto pesa? Pesa siete kilos. ¿C.C. Cantidad? ¿CD?

Los pesa.

1.2.1. A D V E R B IO S M O D A L IZ A D O R E S.

Dentro de los adverbios conceptuales, las gramáticas incluyen los llamados constituyen un grupo especial. Se denominan así porque

a d v e r b io s o r a c io n a le s ,

que

m o d i f i c a n o in c id e n s o b r e t o d a l a o r a c ió n .

Tienen carácter autónomo y pueden constituir manifestaciones lingüísticas completas, equivalentes a oraciones. ¿Tienes hambre? ¿Está Pepe? ¿Me piensas pagar?

— S í (= Tengo hambre). — No (= No está Pepe) — Tal vez. (= Tal vez te pague).

Los adverbios oracionales se clasifican en:

DE AFIRMACIÓN: S í (y equivalentes afirmativos: ciertamente, cierto, claro, justo, exacto, bien, bueno, etc.). DE NEGACIÓN: No (y equivalentes negativos: nunca, jamás, tampoco, ca, quiá, etc.). DE DUDA: quizá, acaso, tal vez (y locuciones adverbiales como: a lo mejor...). En realidad, estos adverbios, más que o r a c io n a le s deben denominarse m o d a liz a d o r e s que constituyen el medio de manifestar el hablante su actitud ante lo enunciado.

o r a c io n a le s ,

puesto

La afirmación, negación o duda no son, por otra parte, las mínimas modalidades posibles: el hablante puede considerar el enunciado, como vimos al tratar de los modos verbales, como real, como virtual, como temido o no deseado, como aceptado con alegría, con pena, con extrañeza, etc. Los adverbios oracionales forman parte de todo un conjunto de procedimientos lingüísticos modaliza­ dores del enunciado, y no se limitan a la afirmación, negación o dubitación. Un gran número de adver­ bios en -mente no son de hecho adverbios de modo, es decir C. circunstanciales, sino modalizadores, ejemplo: probablemente, seguramente, lamentablemente, afortunadamente, increíblemente, etc... Equi­ valen exactamente a otros medios modalizadores ya citados (Vid. tema 3.3): Esproblable que; considero probable; lamento que; es lamentable que... Son los adverbios orientados hacia el hablante de Jackendoff, y que Alarcos denomina atributos oracionales (Vid. supra). O

o

( J u a n ) f v e n ir

MODALIDAD posibilidad, disgusto, extrañeza, duda... etc. afirmación / negación

S

+ Fur)

P

-

301

o

o

no

Juan vendrá Juan no vendrá o

o

C u r io s a m e n te

A c a so ...

A caso A caso.

Probablemente no venga Juan

i i Probablemente venga Juan

(El caso específico de la negación ha sido tratado en el tema 3.3).

-

302 -

LA ESTRUCTURA DEL PREDICADO 8.1. C LA SES D E P R E D IC A D O S.

8.1.1. PREDICADO VERBAL. PREDICADO NOMINAL. 8.1.2. PREDICADOS TRANSITIVOS. PREDICADOS INTRANSITIVOS. 8.1.3. CLASES DE COMPLEMENTOS. A . C O M P L E M E N T O S D E O B JE TO . B. C O M P L E M E N T O S C IR C U N S T A N C IA L E S . C. R E L A C IÓ N E N T R E LA S C L A S E S D E P A L A B R A S Y L A S F U N C IO N E S S IN T Á C T IC A S .

8.2. C R IT E R IO F U N C IO N A L D E A N Á L ISIS D E LOS ELEM EN TO S D EL PR E D IC A D O .

8.2.1. ATRIBUTO Y COMPLEMENTO PREDICATIVO. 8.2.2. COMPLEMENTO DIRECTO (“ IMPLEMENTOS” DE ALARCOS)

8.2.3. COMPLEMENTO INDIRECTO (“COMPLEMENTO” DE ALARCOS) 8.2.4. COMPLEMENTO RÉGIMEN (“SUPLEMENTO” DE ALARCOS)

8.2.5. COMPLEMENTOS CIRCUNSTANCIALES (“ADITAMENTOS” ) 8.3. R E L A C IO N E S D E N A TU R A LEZA SE M Á N TIC A E N T R E LOS ELEM EN TO S O R A C IO N A LES.

8.3.1. 8.3.2. 8.3.4. 8.3.5. 8.3.6.

EL SUJETO. EL COMPLEMENTO DIRECTO. EL COMPLEMENTO RÉGIMEN. LOS COMPLEMENTOS CIRCUNSTANCIALES. LA GRAMÁTICA DE CASOS.

8.4. O R A C IO N E S ATRIBUTIVAS Y PREDICATIVAS.

8.4.1. ESTRUCTURAS DE PREDICADO ATRIBUTIVAS. A. A TR IB U TIV A S C O N SER-ESTAR. B. V A R IA N T E S L É X IC A S D E SER-ESTAR. C. V E R B O S C O N S IG N IF IC A D O P L E N O .

8.4.2. LOS VERBOS SER Y ESTAR. A . U SO S P R E D IC A T IV O S . B. U SO S A T R IB U T IV O S .

8.5. EL P R O B L E M A D E L A VOZ 8.6. VALORES D E “S E ”

8.6.1. CONSTRUCCIONES REFLEXIVAS PROPIAMENTE DICHAS: REFLEXIONES PROPIAS. A . D IR EC TA S. B. IN D IR E C T A S . C. C O N S T R U C C IO N E S CAUSATIVAS.

8.6.2. LA SIGNIFICACION RECÍPROCA. 8.6.3. CONSTRUCCIONES SIN SIGNIFICACIÓN REFLEXIVA. A. LOS V E R R B O S P R O N O M IN A L E S . B. V E R B O S Q U E O F R E C E N D O B L E P O S IB IL ID A D .

8.6.4. CONSTRUCCIONES REFLEJAS IMPERSONALES Y PASIVAS. A. C O N S T R U C C IO N E S R E F L E JA S D E S IG N IF IC A C IÓ N PASIVA: LA PASIVA R E F L E JA . B. C O N S T R U C C IO N E S R E F L E JA S IM P E R S O N A L E S S IN T Á C T IC A S .

8.1. C LA SES D E PR ED IC A D O S. La oración gramatical se compone, como se ha dicho, de dos constituyentes básicos: un sintagma no­ minal en función de sujeto y un sintagma verbal en función de predicado. Una vez descrito el primero (Vid. temas 4 y 5) y el verbo, elemento nuclear del segundo, (temas 6 y 7), vamos a abordar el análisis de los diversos tipos de predicado, así como de las relaciones sintácticas y semánticas que se establecen en el seno de la oración simple.

8.1.1. P R E D IC A D O V E R B A L - P R E D IC A D O N O M IN A L . D esd e

el

p u n t o d e v is t a f o r m a l, t o d o p r e d ic a d o c o n n o t a n e c e s a r ia m e n t e u n v e r b o , q u e c o n s t i t u y e su

Ahora bien, desde el punto de vista semántico, podemos considerar que lo “predica­ do”, es decir lo atribuido al sujeto puede no ser una acción, proceso o estado expresado por un verbo sino una cualidad o característica expresada por un elemento nominal. En el primer caso tendremos un p r e d ic a d o v e r b a l, en el segundo, un p r e d ic a d o n o m in a l. n ú c le o s in t á c t ic o .

En el predicado verbal, el verbo es un verbo p r e d ic a t iv o (Vid temas 6.1.4. C), es decir dotado de conte­ nido semántico pleno, que constituye no sólo el núcleo sintáctico sino también el núcleo semántico del predicado. Si figuran otros elementos adyacentes, éstos son complementos del verbo. Las oraciones de predicado verbal reciben el nombre de

ín SUJETO

o r a c i o n e s p r e d ic a t iv a s .

VERBO PREDICATIVO (+ COMPLEMENTOS) *-------------- PREDICADO VERBAL--------------------i

r Pedro qwt?

r x Juan come peras

r N El niño duerme en su cama

PREDICADO

PREDICADO VERBAL

PREDICADO VERBAL

VERBAL

El predicado se denomina n o m in a l cuando lo “predicado”, es decir lo atribuido al sujeto, es una cuali­ dad o característica expresada por un elemento de carácter nominal que califica o clasifica al sujeto. El verbo, en tal caso, es un verbo semánticamente vado en principio. Su función es servir de enlace entre el sujeto y el elemento que de él se predica. Estos verbos se denominan c o p u l a t i v o s (de cópula = unir) y el elemento predicado (es decir, atribuido), a t r ib u t o . Éste complementa, pues, al sujeto —no al verbo—, y constituye el núcleo semántico del predicado. Las oraciones de predicado nominal reciben el nombre de s u jI t o

__________ _

O R A C IO N E S A T R IB U T IV A S .

ATRIBUTIVO

VERBO COPULATIVO PREDICADO NOMINAL

Juan es bueno V. co p ATRIBUTO

Pedro es médico

La casa está derruida

V. co p ATRIBUTO

V. co p ATRIBUTO

PREDICADO NOMINAL

PREDICADO NOMINAL

La terminología consagrada no debe inducir a confusión: toda oración, en sentido estricto, es p r e d ic a ­ dado que “predica” algo del sujeto. Oración a t r ib u t iv a debe entenderse por tanto como “oración en la que lo que se predica es un atributo del sujeto”.

t iv a ,

-

304 -

EL PREDICADO MIXTO Existe una tercera estructura mixta de predicado con verbos no copulativos que contienen una cons­ trucción atributiva implícita. En este tipo de construcción aparece un elemento referido al sujeto, al igual que el atributo, por mediación de un verbo que actúa como relacionante; sin embargo, a diferencia de los predicados normales, el verbo no es un verbo vacío sino que posee contenido semántico. El elemento atribuido o predicado del sujeto recibe el nombre de c o m p l e m e n t o p r e d ic a t iv o para distinguirlo del atri­ buto propiamente dicho. | SUJE'¡ T O

VERBO PREDICATIVO

------------i Los viaieros llegaron hambrientos S

C. PVO

CTO. PREDICATIVO

PREDICADO VERBAL ------- 1 El chico se llama Pepe s

C. PVO

Como se veía en su momento, el complemento predicativo puede afectar no sólo al sujeto sino al com­ plemento directo. Ejemplo:

R en cu en tro pálida CD

Nombraron director a~Vepe

C. PVO

8.1.2. P R E D IC A D O S T R A N SIT IV O S. P R E D IC A D O S IN T R A N S IT IV O S .

Como vimos al tratar de las clases de verbos (Vid. tema 6.1.4.C), d e t e r m in a d o s v e r b o s r e c u p e r a n p o r La oración verbal, ejecutada por el sujeto, es concebida como proyectándose en dicho objeto, que constituirá su m e t a o t é r m in o .

n a t u r a le z a u n o b j e t o q u e c o m p l e m e n t e s u s i g n i f i c a c i ó n .

La mención de dicho objeto constituye el llamado complemento directo, que se caracteriza por una especial cohesión sintáctica y semántica con el verbo y su vinculación directa al mismo sin preposición1. La relación es hasta tal punto estrecha que la oración puede invertirse mediante la transformación pasiva y este elemento se convierte en el sujeto gramatical de la forma verbal resultante: El hombre golpea la mesa la mesa es golpeada por el hombre. Pepe vio el árbol el árbol fu e visto por Pepe. Estos verbos se denominan t r a n s it iv o s . Son, por ejemplo, transitivos: hacer, golpear, dar, abandonar, mostrar, enseñar, coger, comer, ver, querer, odiar, pintar, escribir... etc. Otros verbos, en cambio, parecen poseer una significación completa, cerrada en si misma, que no re­ quiere de complementación. Ejemplo: andar, vivir, dormir, crecer, venir... etc. Son los verbos in tr a n s itiv o s . En la práctica se observa, sin embargo, que un gran número de verbos transitivos son susceptibles de ser usados sin complementación, en predicados absolutamente inteligibles que el agente no percibe en modo alguno como incompletos: No come desde hace tres días. Enciende, que no veo. Pepe escribe muy bien, etc. De ahí que, aunque se acostumbra distinguir entre verbos transitivos y verbos intransitivos, esta divi­ sión no es tajante. Un reducido número de verbos parece admitir exclusivamente el uso transitivo o in­ transitivo. Por ejemplo, hacer, tener sólo aparecen en estructuras transitivas, mientras que ser, expresar, estar, ir, venir, sólo aparecen en estructuras intransitivas. En la mayoría de los casos, sin embargo, la transitividad es una cuestión de grado (mayor o menor probabilidad de aparición de CD). Verbos nor­ malmente transitivos admiten usos absolutos, intransitivos: Ayer no comí. La droga mata. He dejado de beber. ¿Oyes bien? En verbos normalmente intransitivos pueden presentar CD: Vive una vida triste. Llorar lágrimas amargas, etc. '(Vid. excepción de CD de persona, tema 8.3.2).

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305 -

SÓLO________ TRANSITIVOS hacer tener...

Doble posibilidad comer ver matar transitivos

SÓLO INTRANSITIVOS ir estar...

vivir

correr llorar intransitivos

Otra observación ha conducido a algunos gramáticos a proponer pura y simplemente el abandono del concepto de verbo transitivo/intransitivo y a considerar que la transitividad no es una característica propia del verbo sino del predicado. En lugar de hablar de verbos transitivos o intransitivos, hay que hablar más bien de predicados transitivos o intransitivos. Un predicado es, pues, transitivo si en él figura un complemento directo, y es intransitivo en caso con­ trario, sin perjuicio de otro tipo de complementaciones que en ambos casos puedan aparecer. La posición más consecuente sobre este particular es la representada por Alarcos, que la razona del modo siguiente: “La mayoría de los verbos pueden ser indistintamente intransitivos o transitivos. Si yo quiero completar la idea de J u a n con la idea de c o m e r puedo hacerlo de dos maneras: cuando no me interese especificar la noción verbal cerraré el predicado sobre ella y obtendré un predicado simple: J u a n c o m e . Cuando quiera añadir algo que me parezca oportuno, la ex­ tenderé y llegaré a un predicado compuesto: J u a n c o m e u v a s . No se puede hablar, pues, de verbos transitivos o intransitivos; lo que hay son realizaciones sumarias o binarias de una misma noción verbal de lengua”. OBSERVACIONES Al efectuar el análisis sintáctico de una oración, éste debe tener en cuenta evidentemente la estructura que en ese caso concreto presenta el predicado. Si el predicado de una oración carece de complemento directo, la oración debe considerarse intransitiva, sea cual sea el verbo que aparezca. Innecesariamente, si aparece un CD, se analizará como transitiva, aun­ que el verbo normalmente no construya como tal. Ahora bien, ésto no supone que carezca de sentido el aplicar los conceptos de transitividad/intransitividad al verbo en sí. Por una parte porque, aunque reducido, como se ha visto, hay un cierto número de ver­ bos irreductibles que no admiten más que uno u otro uso. Es imposible: J u a n hace. E l h o m b r e tie n e . A l l í h a b ía (transitivos). P e p e va e n c a m in o . E l n iñ o to s ió u n a tos. E l g lo b o e s ta lló u n esta llid o , etc. (intransitivos). En el caso de los verbos transitivos, es indudable que todos ellos presuponen un objeto, se formule éste o no. Si, al margen de todo contexto lingüístico, o extralingüístico, formula­ mos a un interlocutor hipotético las órdenes ¡H a z!, ¡E sc rib e !, ¡ C o m e !, Trae, C ierra, nues­ tro interlocutor preguntará inevitablemente: ¿el q u é ? o ¿ q u é? , sin cuya especificación la eje­ cución no es posible —ya que, efectivamente, e s u n e n u n c ia d o in c o m p le to — Si, en cambio, ordenáramos C orre, Salta, S o n ríe o Tose, la acción puede ejecutarse sin mayor especificación. Lo que sucede en el caso de los usos intransitivos de los verbos transitivos es que el obje­ to no necesita ser especificado bajo la forma de CD, bien porque es obvio, bien porque el hablante no considera necesario informar sobre su índole; pero en cualquier caso, s u b y a ­ ce la p r e s u p o s ic ió n d e q u e ta l o b je to e x is te , lo que no sucede en un verbo intransitivo. Cuando decimos que J u a n n o c o m e d e s d e h a c e tre s d ía s, el hablante desea informar so­ bre la acción de n o c o m e r , no sobre el alimento o alimentos. Está implícito que por n o c o m e se entiende aquí que no come ningún alimento. El bo­ xeador que a b a n d o n a : abandona el combate. P e p e e s c rib e b ien : cualquier cosa que escriba (artículos normales o lo que sea). El enfoque de Alarcos es válido desde el punto de vista s in tá c tic o exclusivamente. Desde el punto de vista s e m á n tic o es extremado. De hecho, los diccionarios informan habitual­ mente en las entradas de los verbos si el verbo es transitivo o intransitivo por naturaleza. -

306 -

Obsérvese que no estamos afirmando, como sostenía la gramática tradicional, que exista elipsis alguna. Lo que sí puede decirse es que la capacidad de recibir complementación, sea ésta obligatoria u opcional es una característica que ciertos verbos poseen de modo in­ trínseco, en tanto que otros carecen de ella en su uso estricto1. Sobre esta observación se basa, como se estudiará en su momento, la gramática de de­ pendencias, que considera el concepto de valencia del verbo como eje del análisis de la es­ tructura oracional (Vid. tema 6.1.4.D). En el caso de los intransitivos usados como transitivos no hay objeto externo: el comple­ mento directo representa un objeto ficticio, cuyo contenido semántico unas veces está ya contenido en el verbo. Dormí un sueño tranquilo = dormí tranquilamente, etc. respirar implica “aire". Correr la tercera carrera es correr durante la carrera que se celebra en tercer lugar. Se trata de construcciones que permiten precisiones cualitativas o circunstanciales sobre la acción, no verdaderas especificaciones de objeto extremo.

8.1.3. CLASES DE COMPLEMENTOS. A. COMPLEMENTOS DE OBJETO. La transitividad, considerada en sentido estricto como capacidad de recibir complemento directo, no agota en modo alguno la característica, intrínseca en ciertos verbos, de admitir, para formar algún tipo de complementación, predicaciones completas. Determinados verbos, en efecto, presuponen no sólo un objeto directo (o CD) sino un objeto indirecto que representa desde eípunío de vista semántico bien al “ destinatario” bien el ser afectado por la acción o proceso verbal; es el llamado complemento indirecto. Así, verbos como dar, entregar, decir, pagar, comunicar, ofrecer, etc... presuponen algo a alguien-, agra­ dar, gustar, sentar, etc. suponen un alguien a quien se gusta, agrada, etc. (en este caso sin CD). Ejemplos: Da limosna al pobre. Entregó ¡a carta a Juan. Dile la verdad a tu hijo. A Juan le gusta el vino. El traje te sienta bien. Evidentemente, cuando el referente es obvio o no interesa precisarlo, puede omitirse, al igual que suce­ de con el CD. Acostumbra dar limosna. No digas mentiras.

El repartidor ha acabado de entregar por hoy. Ese traje sienta bien.

Estrechamente relacionado con el complemento directo se halla el complemento régimen, exigido por ciertos verbos, como complementación no menos estrecha que aquél. La diferencia es la presencia en este caso de un preposición fija. Alarcos denomina suplemento a este tipo de complementación. El verbo en cuestión, admite He soñado con Pepe. Hablan de fútbol. Pensaba en sus padres.

asi mismo, como ya vemos que es normal, la construcción absoluta. / Normalmente sueño poco. / No hables. / Pienso, luego existo.

El complemento directo, el complemento indirecto y el complemento régimen o suplemento mantie­ nen, como se ve, una estrecha relación sernántico-sintáctica con el verbo. De ahí que puedan englobarse en una categoría común, la de complementos de objeto. En la gramática de dependencias, estos complementos constituyen, junto con el sujeto, los actantes del proceso o acción verbal, es decir, los elementos estrechamente vinculados al mismo en una relación de participación bajo algún aspecto. (Vid. tema. 6.1.4.).

1Del m ism o modo, el que existan construcciones unipersonales en verbos que norm alm ente llevan sujeto (por ejemplo: se saluda a los embajadores; llaman a la puerta; o decir que subirá la gasolina) no nos lleva a negar su diferencia intrínseca con los impersonales por naturaleza ( llueve, hace frío, hay manzanas...)

-

307 -

B. LOS COMPLEMENTOS CIRCUNSTANCIALES. Frente a los complementos de objeto, pueden aparecer, tanto en predicados verbales como en predica­ dos nominales, otro tipo de complementos, esta vez de carácter “periférico” o “circunstancial” no exigi­ dos en principio sintáctica ni semánticamente por el verbo, que son, por tanto, en cierto modo “opciona­ les”. Son los complementos circunstanciales, que designan las circunstancias de lugar, tiempo, modo, etc., que enmarcan el predicado (e incluso, a veces, la oración entera). Juan es bueno a ratos. Pedro trabaja en Valencia. El niño corre en zapatillas por el pasillo. Dios existe en nuestra mente. Todos los dias llueve. Hizo un pastel cuidadosamente. Le entregó la carta a Juan rápidamente. La pelota rompió el cristal ayer tarde. Me he despedido tristemente de Juan. Fíjate bien en esa chica. Siempre habla de lo mismo. En la gramática de dependencias, estos elementos se consideran circunstantes. Frente a los actantes, no participan en el proceso, no les afecta la valencia del verbo y su número puede ser variable. Como se verá al analizar este tipo de complementos, habrá que matizar en algunos casos su pretendido carácter periférico. Con determinados verbos intransitivos parecen desempe­ ñar una función de complementación tan estrecha como los complementos de objeto en su ámbito específico.

C.

RELACION ENTRE LAS CLASES DE PALABRAS Y LAS FUNCIONES SINTÁCTICAS. Las funciones de complemento directo, indirecto y complemento régimen son propias del sustantivo. La función de atributo es propia del adjetivo calificativo y del sustantivo. La función de complemento circunstancial es propia del adverbio.

Cuando estas funciones son desempeñadas por otros elementos, podemos considerar que existe una traslación (Vid. tema 4.4). RESUMEN DE LA ESTRUCTURA DEL PREDICADO COPULATIVO PREDICADO NOMINAL VERBO

PREDICADO,

VERBAL

+

ATRIBUTO

SEMICOPULATIVO INTRANSITIVO

+

CTO. PVO.

TRANSITIVO

+

CD + CTO. PVO

TRANSITIVO

+

CD

TRANSITIVO

+

(CD)

INTRANSITIVO

+

CI

INTRANSITIVO

+

-REFLEXIVA RECÍPROCA CONSTRUCCIONES C.C. CIRC.

8.2. C R ITER IO F U N C IO N A L D E A N A L ISIS DE LOS ELEM EN TO S DEL PR ED IC A D O . Los diversos tipos de elementos adyacentes al verbo que puede incluir el predicado y que hemos enu­ merado sucintamente en los anteriores epígrafes han sido investigados desde antiguo por la tradición gramatical y definidos con criterios heterogéneos de carácter unas veces semántico, otras sintáctico —o ambos a la vez— no siempre coherentes y, en algunos casos, discutibles. (Vid. infra. tema 8.3.). Para su reconocimiento parece preferible recurrir a criterios estrictamente funcionales y delimitar resuelta­ mente dos planos de análisis: el sintáctico o funcional y el de las relaciones semánticas que subyacen entre elementos oracionales. Entre uno y otro no existe necesariamente coincidencia. La clasificación y reconocimiento de los elementos adyacentes del predicado desde una óptica estricta­ mente funcional, sin concesión alguna a consideraciones semánticas, se debe al gramático E. Alarcos, quien propone simultáneamente un cambio teminológico para designar los diversos tipos de comple­ mentos, en substitución de la terminología tradicional1.

8.2.1. ATRIBUTO Y COMPLEMENTO PREDICATIVO. Ambos complementan por mediación de un verbo a un elemento nominal con el cual se da concor­ dancia. Aunque algunos autores los confunden bajo uno u otro nombre, parece conveniente distinguir­ los. En efecto, se trata de funciones sintácticas distintas, dada la diferencia de comportamiento ante la pronominalización. El atributo es sustituible por lo, no así el Cto. Predicativo. Juan está enfermo —----- #- lo está Juan es arquitecto » lo es Juan se siente enfermo ----- — *se lo siente Te veo pálido — *te lo veo Nótese que el atributo aparece exclusivamente en ser, estar y parecer. El complemento predicativo pue­ de aparecer en un gran número de verbos. Algunos pueden considerarse variantes semánticas de ser o estar, por ejemplo: volverse = llegar a ser, considerarse = creer ser etc., pero no necesariamente (Vid. infra tema 8.4.1)

8.2.2. COMPLEMENTO DIRECTO (“IMPLEMENTO” DE ALARCOS). Al igual que el sujeto, no ofrece en principio ningún rasgo que indique su función pero, a diferencia de aquél, no rige la concordancia del verbo. Come pan / come panes: pasa el tren / pasan los trenes: CD CD SUJETO SUJETO quiero un_cargj?ielp / quiero cgjxuiKlps me gusta el caramelo / me gustan los caramelos. S U JE T O

SU JETO .

EL COMPLEMENTO DIRECTO CON A. El complemento directo de persona lleva la preposición a (salvo si es un pronombre átono). Así: Veo a mi padre / Veo un árbol; Busco a los niños / Busco mis gafas; Adoro a Pepe / Adoro el cine. La preposición está individualmente ligada al rasgo (+ humano), e incluso (+ animado), pero la regla citada no es automática. Puede no figurar en ciertos casos: Busco criada y, recíprocamente, aparecer con no animados personificados, para evitar la ambigüedad sintáctica de ciertas oraciones, por causas diacrónicas u otros factores. Am o a mi país; matar al perro (matar una cucaracha). E! desarrollo político no ha acompañado al desarrollo económico. En el uso de la preposición a existe una compleja casuística en función del grado en que se considere la personíticación de lo designado y, sobre todo, de que el CD sea o no un sintagma determinado.

'La terminologia propuesta por Alarcos es.seguida por algunos gramáticos. Conviene por tanto conocerla aunque no haya arraigado con carácter general.

-

309

En síntesis, el CD lleva a1 en los casos siguientes: a) con nombres-propios de personas o de animales: César venció aPompeyo. Don Qui­ jote quería a Rocinante.

b) con pronombres indefinidos o interrogativos: alguien, nadie, quien; uno, otro, todo, ninguno, cualquiera referido a personas: He visto a alguien. No quiere a ninguno... c) con nombres comunes de personas o de animales que se encuentren determinados: Busco al hermano de Juan. Llamaron al mejor médico de la ciudad. He invitado al capitán gene­ ral. No encuentro a mi gato. d) con seres personificados, sobre todo si el verbo se constituye normalmente en comple­ mento de persona: Llamar a la muerte. Calumnia a la virtud. e) con colectivos de personas cuando la acción que denota el verbo se ejerce sobre los individuos: Entretener al pueblo. Engañar a la gente. Deleitar a la muchedumbre. f) por necesidad de evitar la ambigüedad, especialmente en comparaciones: Tripas lle­ van pies, que no pies a tripas. Todos le temen como a! fuego.

Por el contrario, deja de usarse la preposición a a) con nombres comunes de persona cuando no estén determinados: Busco criada. No tie­ ne hermanos. Necesito un médico.

b) cuando hay un complemento con a que puede inducir a ambigüedad: Recomendó su sobrino a! vendedor.

c) En nombres propios geográficos, hay vacilación salvo si llevan artículo: César pasó el Rubicán. Pero amo a Valencia / amo Valencia. d) También hay vacilación en colectivos de persona cuando la acción no individualiza a sus componentes: Conozco esa fam ilia / a esa familia. Respetar el ejército / respetar al ejército.

e) Y en los abstractos, según el grado de personificación: temer la muerte / temer a la muerte. PRONOMINALIZACIÓN DEL CD. El CD se caracteriza porque su supresión deja un pronombre personal átono que conserva el género y el número del elemento elidido. Es decir, es sustituible por lo, la, los, las. lo veo Veo a tu tía

— ---- ►

El Derro nersisue al lobo

El veo ----- ►to persigue

a la loba ----- ►/« persigue a los lobos—*~los persigue a las tobas—► te persigue

El pronombre es, como se ve, necesario. Sin él, la oración pierde su significado: veo; amo; el perro persigue. LA TRANSFORMACIÓN PASIVA. El CD, si la transformación pasiva es posible, se convierte en sujeto de la oración resultante. Veo a tu tío. ——► Tu tío es visto por mí CD S V, pasivo El perro persigue a los lobos. -----► Los lobos son perseguidos por el perro. CD S V.PASIVO 1 La preposición a ante CD de persona —o cosa personificada— se generalizó en el español clásico, aunque también era posible !a construcción sin a: quiere Doña Beatriz su primo; No disgustemos mi ahucia (! .ope).

-

310 -

El desarrollo político no ha acompañado al económico. — — acompañado por el político.

El desarrollo económico no ha sido

E l criterio d e la transformación pasiva no es aplicable a algunos verbos, por ejemplo: tener o el impersonal hay cuyos adyacentes son sin embargo CD. Tienes mis zapatillas » *Mis zapatillas son tenidas por tí (pero sí: las tienes). Hay una manzana -----► *Una manzana es habida (pero sí: la hay). L a a p lic a c ió n del c rite rio d e p ro n o m in a liz a c ió n se ve en cie rto s ca so s d ific u lta d a en la p rá c ­ tic a p o r la e x te n s ió n e n lo s h a b la n te s d e los fe n ó m e n o s d e le ísm o y la ís m o (V id. te m a 5.3.)

8.2.3. COMPLEMENTO INDIRECTO (“COMPLEMENTO” DE ALARCOS) Aparece siempre bajo forma de un sintagma nominal introducido pora (rara vez por para). Frecuente­ mente aparece en predicados que tienen ya CD y entonces complementa al conjunto verbo + CD. Entrega la carta al portero. Escribo una carta a mi madre, pero no necesariamente: No le compres Ci Cl CI pan a ese panadero. Puede no haber CD: No Jes hemos ganado aún a esos. A Pepe le gusta el vino. Me_ CI

ci

CI

CI

CI

CI

es difícil. A diferencia del CD, no se convierte en sujeto de la pasiva correspondiente si la hay: El portero no es entregado; mi madre no es escrita; Pepe no es gustado, etc. PRONOMINALIZACIÓN. Si se suprime, el CI deja como huella un pronombre personal átono que refleja sólo el número del elemento debido, no el género: le, les. Entrega la carta al portero. entrégale la carta, entrégale la carta, a la portera entrégales la carta, a los porteros entrégales la carta. a las porteras Escribo a mi madre — s*~ le escribo Le gusta el vino (a él / a ella) No le compres (a él / a ella) La aplicación de este último criterio para distinguir el CD del CI, teóricamente válida desde el punto de vista del sistema, tropieza en la práctica con la indudable generalización del fenómeno del leísmo (Vid. supra). Por otra parte, en determinados casos en los que aparece un único complemento con a, los límites entre el CD y el CI pueden estar borrosos: La muerte asusta a los hombres — ► la muerte los asusta / la muerte les asusta. El CI lleva siempre la preposición a salvo cuando se trata de un pronombre átono. En contados casos, lleva la preposición para: Es difícil para m í / M e es difícil. Esto no debe confundirse con el Cto. de finali­ dad (Vid. infra.). EL COMPLEMENTO INDIRECTO CON P A R A . Existe discusión acerca del carácter del CI de ciertos sintagmas introducidos por para. a) Traigo un libro para Juan. Mandé un regalo para María. Aparentemente, equivalen a le_traigo un ci libro a Juan: le mandé un regalo a María, pero, de hecho, no es así. CI

CI

CI

Los sintagmas “para Juan” y “para María” no cumplen la función sintáctica de CI ya que ésta puede figurar conjuntamente con ellos con otro referente.

- 311

Le traigo un libro para Juan

le mandé a Pepita un regalo para María.

ci

ci

ci

Estos sintagmas deben ser interpretados como complementos circunstanciales de finalidad. (Ej.: Juan estudia para abogado. La carta es para el correo). b) Sí, en cambio, son interpretables como CI los elementos para Juan; para mí; para tí en las oraciones atributivas: Eso es fácil para Juan; Es difícil para mí; Es útil para tí. Obsérvese que no es posible aquí la inserción de otro CI divergente pero sí la formalización con le, les. *Eso le es fácil para Juan. Eso le es fácil, *Me es difícil para mí. Me es difícil. LOS VERBOS CON “DOBLE ACUSATIVO” Ciertos verbos, como enseñar, preguntar, robar, pagar, vestir pueden construirse con CD tanto de per­ sona como de cosa. El profesor enseña latín CD El profesor pregunta la lección CD

La guerra inspira honor CD Vestir una túnica CD

El profesor enseña al alumno CD El profesor pregunta al alumno. CD La naturaleza inspira a! poeta. CD Vestir al desnudo. CD

Cuando ambos complemento se dan en la misma oración, en latín se construían con doble acusativo: Docere pueros grammaticam. En español el CD de persona pasó a ser CI. Enseñar gramática a los alumnos. CD algo CD Pagar

<

a alguien CI

pagar algo a alguien CD CI

la deuda CD Pagar x

al acreedor CI

pagar la deuda al acreedor CD CI

REDUNDANCIAS Tanto el complemento directo como el complemento indirecto aparecen con frecuencia formulados de modo redundante en la oración, mediante un pronombre personal átono (anafórico o catafórico que, según los casos, es gramaticalmente obligatorio en el español actual. A mi oadrélo quiero mucho. (*A mi padre quiero mucho) CD CD

Les comunicó los resultados a todos. CI CI

Le dijo a Juan que vendría. ci ci

Le doy un regalo a Pepe. CI CI

A tí no te engaña nadie. CD CD

A Pepe le doy un regalo.

E n e s p a ñ o l a n tig u o n o e ra n e c e s a rio e n c a s o s e n q u e h o y lo es: A m í lo dizen a ti dan las orejadas (M ío C id ) (A m i m e lo d ic e n , a tí te tira n d e la s o re ja s); Si pesa a vosotros más pesa a mi (Ibidem); (Si o s p e s a a v o s o tro s , m á s m e p e s a a m í).

312

El complemento régimen (CR) está siempre precedido de preposición: no de cualquiera, sino sólo al­ guna de las siguientes: a, de, en, con; la selección de una u otra viene determinada por el verbo. Puede hablarse por tanto de reacción, de ahí el nombre de complemento de régimen'. Habla de política; pienso en Juan; cuenta con recursos suficientes. Estos complementos presentan por tanto la misma estructura formal que los complementos circuns­ tanciales. Algunos gramáticos, de hecho, los consideran como tales y no admiten que constituyan una clase aparte. Es cierto que semánticamente les están emparentados y a veces los límites pueden ser borro­ sos, pero su comportamiento sintáctico es distinto y la distinción está plenamente justificada desde el punto de vista funcional. La cohesión con el verbo es mucho más estrecha —análoga a la del CD — si se eliden, dejan huella pronominal en forma tónica precedida de la preposición: cuento con los chicos / cuento con ellos; habla de política / habla de ello; pienso en Juan / pienso en él. Compárese con la elisión total de los circunstanciales cuya sustitución es, bien cero, bien un adverbio sin preposición Habla de noche ------ habla [entonces]. Está en ca sa ---------- +~Está [allí]. CCT

CCL

El complemento régimen es compatible con el CI y con los circunstanciales pero no con el CD2, ya que el complemento régimen es un complemento alternativo a éste. Algunos verbos admiten construc­ ción con uno o con otro (con matiz semántico distinto en general). Pensar algo / Pensar en algo Acerró la adivinanza / No acertó con la puerta Soñar con algo / Soñar algo

Tratar algo / tratar de algo Te creo / creo en tí Acabar algo / acabar con algo

Ejemplos como avisar a alguien de algo parecen contradecir esta imposibilidad. Sin em­ bargo, de algo es aquí sustituible por acerca de algo o sobre algo e interpretable como C. Circ. de “materia” o asunto. Uno de los criterios de distinción del complemento régimen, para algunos, es que la preposición se encuentre semánticamente vacía, reducida a mero indicador de función.

Otros verbos se constituyen exclusivamente en complemento régimen: prescindir de algo; arrepentirse de algo; reirse de algo; defenderse de alguien; referirse a algo; burlarse de alguien; jactarse de algo; acos­ tumbrarse a algo. Obsérvese que muchos presentan incremento pronominal con se. Al igual que sucede con los transitivos, estos verbos pueden aparecer en construcciones absolutas sin complemento. Hablaba de fú tb o l (y ahora come peras) Hablaba (y ahora come.)

8.2.5. COMPLEMENTOS CIRCUNSTANCIALES (“ADITAMENTO” DE ALARCOS) Los complementos circunstanciales pueden aparecer bajo la forma de sintagmas preposicionales o bien sin preposición, con lo que pueden presentar la misma estructura que los complementos directos. Sin embargo, poseen menos intimidad de relación con el núcleo verbal y por tanto, si se suprimen, no dejan rastro pronominal. Se dice que son términos marginales del predicado. 'Es preferible esia terminología a la de complemento preposicional, que es claramente ambigua. Cualquier complemento precedido de preposición es, en efecto, lin complemento preposicional (el C'D con a. el CI, el Cto. determinativo, la mayoría de los circunstanciales...).

Cuando decimos que no dejan rastro pronominal nos referimos a que no son sustituibles por pronom­ bres personales. Sí que lo son por adverbios pronominales deícticos (allí, entonces, así: Entregó el regalo entonces. Hizo el pastel así, etc.), pero no con carácter obligatorio. Entregó el regalo al día siguiente.

________ Entregó el regalo [O].

cc En cambio: entregó el regalo a la señora. _____ ^ (le entregó el regalo) ci Ha escrito esta semana.

Ha escrito [O]

cc En cambio: ha escrito esta carta.

------------- ^

(La ha escrito)

CD

Pueden ir introducidos por cualquier preposición, o locución prepositiva. Hizo el pastel con cuidado. Come con tenedor. Lo puso encima de la mesa. Dios existe en nuestra mente. Lo hago por t í . Está por encima de nuestras cabezas.

Desde aquí se ve el mar. Va en bicicleta sin manos. De noche todos los gatos son pardos. El tren sale a las diez. Salió de entre las matas.

8.3. RELA C IO N ES D E N A TU R A LEZA SEM Á N TIC A ENTR E LOS E L E M E N ­ TOS O R AC IO NALES. INSUFICIENCIAS DEL ENFOQUE TRADICIONAL. Como hemos reiterado en diversos lugares, la gramática tradicional no siempre deslinda el pla­ no sintáctico del semántico en su definición y delimitación de las funciones gramaticales. De ahí que las diferencias clásicas de sujeto y de las diversas clases de complementos adolezcan de insufi­ ciencias y contradiciones que la reflexión lingüística actual ha puesto precisamente en cuestión.

8.3.1. EL SUJETO (Vid. tema 3.2.) Se asocia comúnmente el agente de la acción con el ser que realiza la acción expresada por el verbo (Para explicar la voz pasiva, la gramática tradicional forja el término sujeto paciente ‘). Esto es así en: Juan corre; Alguien viene; El niño come peras; y podrá admitirse —metafóricamente— en: El viento sopla; Sale el sol. Sin embargo, es inexacto en: El cuadro cuelga de la pared; Me duele la cabeza; Esta llave abre la puerta; La cesta tiene manzanas; Mi abuelo oye mal; Pepe teme a los fantas­ mas; Me avergüenzo de tu acción. En efecto, ni el cuadro, ni la llave ni la cesta realizan acción alguna. Son, respectivamente, un objeto al que se atribuye un estado o situación, el lugar donde me duele, el instrumento con el que se abre la puerta, el lugar donde están las manzanas... Asimismo, oye mal, teme o me avergüenzo no indican ac­ ción alguna por parte de sus respectivos sujetos gramaticales sino que esperan algo que les sucede o ex­ perimentan sin intervención alguna de su actividad. El sujeto gramatical representa, en estos casos, el soporte de un proceso. Las distintas funciones semánticas que en cada oración desempeña el sujeto dependen, por tanto: a) del significado del verbo.

‘El término no es demasiado acertado. En Juan sufre; Juan padece vejaciones; Juan no es denominado sujeto paciente... El término se reserva al sujeto de las oraciones en voz pasiva.

- 3 1 4 -

b) de los rasgos semánticos del sujeto (según sea “humano”, “animado”, etc. o no, la interpretación difiere). c) de elementos contextúales o de conocimiento del mundo. Así, interpretamos “colgar” como verbo de estado y no de acción en el contexto citado. Será verbo de acción en Juan cuelga el cuadro. Tener es estativo en cualquier contexto, como cualquier verbo de posesión. Oír indica percepción física, involuntaria, no acción. La ¡lave, el cuadro, como no animados, no pueden ser interpretados como agentes... Es el conocimiento del mundo, extralingüístico, lo que permite afirmar que Juan no se afeita a sí mismo en la barbería sino que hace que otro le afeite, etc..

8.3.2. EL COMPLEMENTO DIRECTO. El complemento directo se define comúnmente como el término que precisa la significación del verbo transitivo (Vid. supra) y denota a la vez el objeto en que recae directamente la acción expresada por aquél. El complemento directo —se dice— representa, por tanto, un objeto externo o meta sobre el que se proyecta la acción del verbo. El complemento in d irecto, si lo hay, designa entonces al objeto sobre el cual recae indi­ rectamente la acción; el complemento indirecto, en efecto, complementa no al verbo solo, sino al conjunto formado por el verbo + el complemento directo. Todo ello se ejemplifica con construcciones del tipo: dar el clavel a Juana V

CD

CI

La acción de dar recae sobre el clavel y la acción de dar el clave! recae sobre Juana. [D ar-----^ el clavel] V

CD

------- a Juana. (Vid. infra.) Ci

La explicación resulta válida en muchos casos y tal es el origen de la construcción transitiva en las lenguas europeas Limpio ---------------- >- la Corto ------------------------la Sostengo --------------------la Como ----------------------- la

mesa patata cuerda pera, etc..

Sin embargo, no puede dar cuenta de un gran número de complementos directos a los que se ha exten­ dido el procedimiento. Así, en Veo el árbol es evidente que el árbol no recibenada (más bien soy yo quienrecibe la imagen procedente del árbol) En dar unsusto aalguien tampoco el susto puededecir que reciba acción alguna y Juana parece recibir muy directamente la acción de dar un susto, equivalente exacto de asustar. Las relaciones semánticas entre el verbo y el complemento directo pueden, por tanto, variar considera­ blemente según las construcciones, en función de la naturaleza del verbo, de-la subcategorización del CD y de factores contextúales. Compárese, en efecto: a) b) c) d)

Juan Juan Juan Juan

e) Juan pinta un cuadro f) La caja contiene bombones g) La montaña domina el valle h) Dar un susto

come una manzana trae una manzana ve una manzana tiene una manzana

En los ejemplos a) y b) el CD representa un objeto afectado realmente por la acción verbal, aunque de modo distinto. En a) el objeto se modifica, en este caso hasta el punto de dejar de existir como tal manzana. -

315 -

En b) experimenta sólo un desplazamiento físico. En c), como sucede en cualquier verbo de percepción, el objeto no es afectado en absoluto —el afecta­ do, en todo caso es el sujeto Juan. Tampoco en d). Con un verbo de posesión, el objeto representado por el CD no recibe alteración alguna. En e), Juan pinta un cuadro, el objeto no preexiste a la acción sino que surge muy precisamente como resultado de la misma (lo mismo que en Juan inventa una historia, compone un poema, etc.). En f), La caja contiene bombones, el CD indica un objeto del que afirma la existencia o referencia en un lugar determinado (representado por el sujeto gramatical la caja). El CD de g), La montaña domina el valle, expresa claramente una relación locativa (lo mismo que en El retrato de su padre presidía la estancia y semejantes). h) Dar un susto, dar un beso, causar molestia, hacer compañía, hacer pedazos, prestar ayuda y expre­ siones análogas constituyen prácticamente sintagmas lexicalizados o verbos funcionales. La cohesión entre el verbo y el CD es tan estrecha que pueden considerarse léxicos complejos cuyo significado unitario es equivalente exacto de las simples correspondientes asustar, besar, molestar, acompañar, despedazar, ayudar, etc.. Cabe preguntarse cómo deben analizarse los predicados en los que aparecen éstos y otros verbos funcionales de diversa estructura. Depende de los casos; por ejemplo: Juan hizo pe­ dazos la mesa. En sentido estricto, la mesa es CD de hizo, y pedazos es un Cío. predicativo de mesa. Sin embargo, dado el carácter unitario de hacer pedazos parece más real analizar mesa co­ mo CD de! conjunto. Idem en hace trozos, añicos, etc. En efecto; cabe la mesa fue hecha pedazos. En cambio en doy un beso a Juana no cabe *Juana es dada un beso por mí En este caso, conviene mantener el análisis CD + CI.

8.3.3. EL COMPLEMENTO INDIRECTO El complemento indirecto puede aparecer con verbos transitivos y con verbos intransitivos, incluidos los verbos de estado. En él confluyen dos funciones básicas que la tradición gramatical aconseja distin­ guir: el complemento indirecto propiamente dicho y el llamado dativo ético. Puede, además, traducir secundariamente otros matices semánticos (direccionales, posesivos, relaciónales). I. EL COMPLEMENTO INDIRECTO PROPIAMENTE DICHO. a) Determinados verbos transitivos como dar, entregar, etc. se construyen con un complemento indirec­ to que complementa, como hemos visto, la significación del sintagma integrado por el verbo + el CD. Semánticamente, se considera que designa al destinatario de la acción. Algunos gramáticos lo denominan dativo de interés1. Juan entrega la carta al portero. CD

CI

Como en estos casos, la acción puede realizarse tanto en «provecho» o beneficio como en «daño» de la persona designada (regalar algo a alguien / dar una bofetada a alguien). CI CI

S.V&' q j 'i'jV a iCGff signas miúzácion, la terminología utilizada por Alcina-Blecua. La R.A.E. y otros, en cambio, utilizan dativo de.interés para designar también al dativo ético. El término es, por tanto, ambiguo.

316 -

El CD puede omitirse con algunos de estos verbos, por hallarse implícito en su significa­ ción. Por ejemplo: No quiso abrir al juez (la puerta);

CI

Escribo a mi tía (una carta)

é ' A}fi:

Que se trata de un C1 y no de un CD se comprueba al realizar la imposibilidad de trans­ formación pasiva. *EI juez es abierto *Mi tía es escrita. Se trata, como puede observarse, de verbos de tres “actantes” o “valencias” (sujeto, CD, CI): dar algo a alguien (Vid. tema 6.1.4.). b) Significado posesivo. En ciertos casos, el CI puede indicar posesión o pertenencia— en el mismo sen­ tido amplio que el término tiene en los adjetivos posesivos (Vid. tema 5.3.2.). Algunos lo denominan dativo simpatético. Le rompió el vestido (a Mercedes) CI

CD

-CI

(= rompió su vestido

rompió el vestido de Mercedes)

Me meto la mano en el bolsillo ~cT

CD

CCL

(meto la mano en mi bolsillo) c) Con verbos que indican movimiento el CI cobra un valor direccional. (Designa a la persona que es el origen o término del desplazamiento). Se denomina por ello dativo de dirección. Le alejé la bicicleta. ci (dativo de dirección de lugar “desde donde’’) Obsérvese que la interpretación como CI de este tipo de complementos está en función de que se trate de una persona o de un ser (+ animado). En caso contrario, se analizará como un complemento circunstancial de lugar y la pronominalización no es posible: Llévale las gafas al abuelo Lleva las gafas aI cajón (*Llévale las gafas al cajón) , CÍ

5

CCL

(matiz direccional de lugar a dónde, o movimiento hacia una meta) (alejé la bicicleta del niño) (alejé la bicicleta de la pared)

le alejé la bicicleta *le alejé la bicicleta.

OBSERVACIÓN El complemento indirecto puede expresar relaciones opuestas en determinadas oraciones ambiguas. Así, en:

Mamá le ha comprado un reloj a Juan CI

CI

El CI puede, en efecto, interpretarse tanto como destinatario como origen o procedencia. (“María ha comprado un reloj destinado a Juan / Juan le ha vendido un reloj a María”). d) Con ciertos verbos intransitivos, el CI indica a la persona (o ser animado) para la que es válido lo que el verbo enuncia: se denomina dativo de relación. Le gusta el vino cf Le pareció magnífico. A Juan le gusta el vino Me falta la paciencia Te sienta bien el traje Nos viene como anillo al dedo Me es difícil contestar A todos los que van en el navio se les mueren los piojos (Quijote). (el elemento nominal, explícito o implícito, es el sujeto de la oración: el vino, el traje, contestar, etc.).

-

317 -

II.

EL DATIVO ÉTICO.

A diferencia de todos los casos anteriores, este complemento tiene carácter expletivo, es decir puede omitirse sin que varíe el significado de la oración. Se da necesariamente en forma pronominal y aparece tanto con verbos transitivos como con intransitivos, en construcción no refleja y refleja. Fn construcción no refleja, el pronombre representa a la persona a la que afecta particularmente el que se realice la acción o proceso que el verbo designa (aunque no participe directa ni indirectamente en la misma). Doctor; mi hijo no me_ come nada (no come, y ello me afecta) dativo ético

Le mataron a su marido (mataron a su marido, con las consecuencias que ello implicaba para ella) dativo ético

A ver si nos apruebas de una vez el latín (a ver si apruebas, que estamos interesados en que apruebes) dativo ético

En la construcción refleja, el pronombre subraya por lo general cierta intencionalidad y regodeo que el agente pone en la realización de la acción, aunque puede tener otros matices (vide infra. 8.6. valores de se. Construcciones con dativo ético) (Se) lo leyó del cabo al rabo. dativo ético

(Me) com í tres platos de sopa. dativo ético

La construcción refleja y no refleja pueden darse simultáneamente. ¡No te me enfermes! dativo ético reflejo

' dativo ético no reflejo.

El dativo ético tiene carácter fundamentalmente expresivo y es particularmente frecuente en el habla coloquial y familiar. No te me asustes; No te me vayas; A ver si me barres tu habitación; Nuestra hija nos vuelve a casa todos los días a las doce de la noche.

8.3.4. EL COMPLEMENTO REGIMEN. El hecho que muchos de estos complementos posean significación circunstancial ha originado que muchos gramáticos los consideren como tales y no los reconozcan como categoría distinta. Su cohesión sintáctica y semántica con el verbo los emparenta, sin embargo, claramente con los complementos de objeto. Los valores semánticos pueden ser muy diversos. En Pensar en algo / en alguien, hablar de algo, acordarse de algo, tratar de algo, etc. hay un claro valor de materia (figurada) o asunto. En arrepentirse de algo contar con alguien acertar con algo despedirse de alguién

el valor es causal. puede interpretarse como “instrumental”. puede ser locativo, por ejemplo: acertar con la puerta. es locativo de origen.

8.3.5. LOS COMPLEMENTOS CIRCUNSTANCIALES. Es en esta clase de complementos en la que el criterio semántico ofrece mayor coherencia, pues de un modo u otro, todos reflejan circunstancias en las que rodean a la acción o proceso que el verbo designa

-

318 -

La gramática tradicional los subclasifica según la Índole de la relación: lugar, tiempo, modo, materia, instrumento, compañía, cantidad, carencia, etc. con una clasificación que parece quedar abierta para precisar los matices que procedan. LUGAR: Pueden indicar: — el lugar en donde o locativo (estático). Estamos en clase

El farol está junto a la ventana

CCL

CCL

Sobre la mesa hay un jamón

Juan reside en París

CCL

CCL

— el lugar a donde, direccional (dinámico). Voy a Valencia

Se dirigirá hacia la estación

CCL

CCL

— el lugar por donde (dinámico) etc. Paso por el puente CCL

Observamos que, en ciertos casos, estos complementos son tan necesarios para complementar semán­ ticamente a ciertos verbos de movimiento o estado como son los de objeto en los predicados transitivos: *Juan reside. TIEMPO: Pueden indicar tanto simultaneidad, como anterioridad o posterioridad A las doce sonará el timbre

Vendré el lunes

CCT

CCT

Iré después de la cena

Comemos antes de las tres CCT

CCT

MODO: Indica el modo o manera como se realiza la acción del verbo Me recibió con los brazos abiertos

Hizo el pastel con cuidado

CCM

Vamos deprisa

CCM

CCM

MATERIA: Requiere que el sustantivo sea (+ material) y (- contable). Hizo la estatua con mármol

Los bollos se hacen de harina

CC Mat.

CC Mal

Si el asunto es (— material) se considerará de asunto o materia figurada Habló mucho sobre ese tema CC Mat. fig.

(límite con el complemento régimen) INSTRUMENTO: Requiere que el sustantivo sea (+ contable). Asimismo puede tratarse de instrumento físico (+ material) o figurado (— material). Cortaba el salchichón con un cuchillo

Me engañó con una mentira

CC In.

CC In.

COMPAÑIA: Requiere que el sustantivo sea (+ humano). Voy al cine con Pepe

Nada temo si estas conmigo

C C Comp.

CC Comp.

CANTIDAD: Te lo he dicho tres veces CCCant.

— 319 —

Normalmente se incluyen en el C. Circunstancial de cantidad complementos del tipo: El saco pesa veinte kilos;

la mesa mide dos metros.

CD

CD

Estas construcciones son dudosas. Pueden, en efecto interpretarse como c. circunstaciales frente a Juan pesa cuarenta kilos de patatas. Juan mide dos metros de cinta. Obsérvese, sin embargo, que en todos los casos aparece como pronombre sustitutivo los, signo funcio­ nal de CD (Vid. supra). El saco los pesa. La mesa los mide. Sin embargo, la pasiva no es posible: veinte kilos fueron pesados por el saco, etc. En cambio, en anduvo veinte kilómetros hay claramente CD (fueron andados por él; los anduvo). CARENCIA: Puede considerarse una subclase de los de modo. Estoy sin tí. CC Carencia

FINALIDAD: Estudia para abogado, etc. CC Fin.

Como puede observarse, no existe otro criterio que el semántico para distinguir estas subclases. For­ malmente, anda de noche no difiere de anda de rodillas ni hazlo con cuidado, hazlo con cuchillo o hazlo CCT

CCM

CCM

CC Intra.

con patatas, ni fuim os con temor de fu i con mi tía, etc. CC Mat.

CCM

CC Comp.

La mayoría de los complementos circunstanciales llevan preposición o locución prepositiva; no todos, sin embargo, (Saltó varias veces. Vendré el lunes). ¿ES EL COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL UN ELEMENTO REALMENTE “MARGINAL”? La caracterización tradicional de los complementos circunstanciales sostiene que se trata de elementos relativamente “marginales” o “prescindibles” que añaden al contenido oracional elementos uniformáticos que podrán omitirse sin afectar a lo esencial del mismo. Su cohesión con el verbo sería por tanto mucho más débil que la de los complementos de objeto. Estas afirmaciones son válidas en el caso de determinados complementos circunstanciales, al menos en apariencia. Así, si suprimimos los circunstanciales en los siguientes ejemplos, las estructuras restantes son perfectamente gramaticales, y el significado fundamental no se ve esencialmente afectado. Juan come manzanas [en el comedor] CCL

Juan pasea [en zapatillas] CCM

Hizo varios muebles [con madera de pinol C C Mat.

Cortó el filete [con un cuchillo/ CCInstr.

Sin embargo, la supresión del circunstancial no sería posible en oraciones como: Juan reside en Valencia; Mi madre puso una manzana en la cesta CCL

CCL

Pepe fu e a Barcelona; Mi hermano se hallaba en su casa. CCL

CCL

En efecto: *Juan reside; Mi madre puso una manzana; Pepe fue; *Mi hermano se hallaba (agramatica­ les o incompletas) En efecto, ciertos verbos, tanto intransitivos como transitivos, exigen sintáctica y semánticamente cir­ cunstanciales de dirección o locativos. Es el caso, por ejemplo, de ir, poner, colocar, llevar y la mayoría de los verbos de movimiento. Otro tanto sucede con verbos de estado como residir, estar, hallarse, etc. La cohesión entre el verbo y el circunstancial es en este caso tan estrecha como la del CD con los verbos

-

320 -

transitivos. El paralelismo se mantiene en la posibilidad de construcciones elípticas o absolutas, cuando el complemento es deducible por el contexto o se dan desplazamientos semánticos: ¿Está Pepe? (ahí). — \Camarero!— Voy (allí). La gallina puso un huevo. Cuestión aparte es el hecho que desde el punto de vista de la situación comunicativa concreta, el complemento circunstancial aporta con frecuencia una información esencial, en absoluto “prescindible” como “aditamento” superfluo en el plano semántico. En El tren sale a las diez, el c. circunstancial de tiempo es vital para quien ha de tomar el tren. En Te prohíbo comer con los dedos, la prohibición afecta sólo al c. circunstancial de instrumento. Si se omite, el enunciado altera totalmente su significado: Te prohíbo comer. En Tus gafas están en el cajón, el circunstancial de lugar es imprescindible para quien las busca. Información esencial aportan asimismo el circunstancial de compañía en Le sor­ prendió bailando con otra y el de “lugar desde donde” en Se cayó de un quinto piso.

INCIDENCIA SEMÁNTICA DE LOS COMPLEMENTOS CIRCUNSTANCIALES Procede, por último, delimitar la cuestión de la incidencia de los circunstanciales. No siempre inciden exclusivamente en el verbo. Si comparamos: En esta clase no hay nadie; Todos los días se retrasa Juan; Hizo el examen con gran nerviosismo; Juan hizo el examen a lápiz; hallamos idéntico tipo de relación que el que presentan los adverbios, que son los complementos circunstanciales por excelencia. Hay, en efecto, circunstanciales de carácter situacional que encuadran todo el enunciado.

En esta clase

Todos los días

no hay nadie

se retrasa Juan

Por otra parte, hay circunstanciales nocionales que inciden sobre el predicado, o más exactamente so­ bre la relación entre el núcleo del predicado y otros elementos (los circunstanciales de modo). Obsérvese el paralelismo con el comportamiento del adverbio.

¡--y-zz-

- - - - 7

En Juan hizo el examen con gran nerviosismo, el C. circunstancial incide en hizo el examen pero asimis­ mo en el sujeto Juan (Juan estaba nervioso).

y~

11-

En Juan hizo el examen a lápiz, el C. circunstancial incide en hizo el examen pero no en Juan sino, en todo caso, en el examen que queda escrito a lápiz.

8.3.6. LA GRAMATICA DE CASOS. El análisis tradicional de los elementos oracionales parte, como hemos visto, de las relaciones sintácti­ cas que se dan en el plano de la estructura patente que la oración presenta, aunque puedan añadirse observaciones acerca de las relaciones semánticas que en cada caso subyacen. De un enfoque radicalmente distinto parte la llamada gramática de casos. Esta corriente gramatical intenta abordar directamente el análisis de las funciones semánticas que se dan en la estructura subya­ cente de la oración. Las funciones semánticas básicas o casos profundos serán, en esta óptica, categorías sintáctico-semánticas universales, independientemente de que las lenguas las reflejen o no 321 -

en el plano formal. Así, determinadas oraciones reflejan, por ejemplo, que “alguien” “hace algo” “en benefi­ cio de alguien” “con ayuda de algo”. Otras traducen que “alguien” experimenta algo pro­ ducido por “algo”, o bien que “algo” se modifica “de algún modo debido a alguien o a algo”, etc. A todo lo cual puede añadirse “en algún lugar”, etc. Cada una de estas funcio­ nes constituye un caso profundo. Los casos posibles, necesariamente limitados, como vemos se establecen, según criterios de referencia a la realidad extralingüística, pragmática. Tanto su número como los términos con que son denominados han experimentado modificaciones a lo largo de la elaboración de la teoría. Ésta se halla actualmente en desarrollo y se presenta más como un innovador campo de investigación que como un inventario cerrado y definitivo. La gramática de casos se inicia con Fillmore (1967). Los casos, a pesar de la coincidencia terminológica, son muy diferentes de los manejados por la gramática tradicional en su des­ cripción de lenguas de desinencias como el latín y el griego. Estos reflejan funciones sintác­ ticas que se plasman en la estructura patente o superficial mediante distintas desinencias (por ejemplo: nominativo, acusativo, dativo, genitivo...). Para evitar la confusión, los casos de Fillmore, que se sitúan en el nivel de la estructura semántica subyacente, se denominan casos profundos. PRINCIPALES CASOS PROFUNDOS. Seguidamente enumeramos aquellos casos profundos que parecen más establecidos. Su utilidad para abordar determinadas relaciones semánticas es indudable (Vid. en el tema 8.6. su aplicación a los valores de se). AGENTE O AGENTIVO. Es el ser animado que ejecuta una acción. Está marcado necesariamente por los rasgos + animado y + activo. Por ejemplo: Juan golpeó a su hermano; Pedro fu e golpeado por Juan; El lobo devoró a la oveja, etc. AGENTE AGENTE AGENTE EXPERIMENTADOR. Es el ser animado que sufre la acción ejecutada por un agente. Juan golpeo a su hermano; Pedro fu e golpeado por Juan. EXPERIMENTADOR EX PER IM EN TA D O R

El lobo devoró a la oveja; Juan obsequió a su novia. E XP E R IM EN TA D O R

EXPERIMENTADOR

El experimentador es necesariamente + animado y en el contexto no activo (o pasivo, se se prefiere) RECEPTIVO. Ser animado que experimenta un proceso. A diferencia del caso anterior, no existe necesariamente un agente que lo origina sino una causa, que puede ser animada o no (causativo). Juan se asustó al ver el fantasma; Juan se enteró de la noticia; Juan duerme. RECEPTIVO RECEPTIVO RECEPTIVO Como vemos, la visión del fantasma es causa de que Juan experimente un susto; Juan no ejerce acción alguna. Del mismo modo, enterarse es un proceso involuntario, así como el dormir, que tiene lugar en Juan. BENEFACTIVO. Es el ser, anunciado o no, que se beneficia de la acción. Compró un regalo para su novia; Compró flores para el altar. BENEFACTIVO

BENEFACTIVO

322 -

En el primer caso es ejemplo de (+ animado); el segundo, de (— animado). CAUSATIVO

Es el ser, animado o no, que origina un proceso o transformación en un ser animado o no. En el ejem­ plo anterior: Juan se asustó al ver el fantasma, el fantasma es causativo del susto de Juan, la noticia es aquello de lo que se entera Juan, es decir, asimismo la causa del hecho de que se entera. En Juan duerme no es explícito el causativo, que podemos considerar que es el sueño, el cansancio. El elemento causativo no “actúa” conscientemente, aunque sea animado. Ejemplos: Mamá se asustó al ver el fantasma; los campos se inundaron por la lluvia; la lluvia inundó CAUSATIVO

CAUSATIVO

CAUSATIVO

los campos; el fuego quemó la cosecha. CAUSATIVO

LOCATIVO

Es el lugar u orientación local del estado o proceso. Puede considerarse el locativo tanto espacial co­ mo temporal. Puede ser no animado o animado: Me senté en la silla; Me senté encima de Pedro; Me pica la nariz (lugar donde esté el picor); Las flores LOCATIVO LOCATIVO LOCATIVO cubren el jardín (el jardín es el lugar donde están las flores). LOCATIVO INSTRUMENTAL

Fuerza al objeto inanimado con ayuda del cual realiza la acción al agente. Juan abrió la puerta con la llave; La llave abrió la puerta INSTRUMENTAL

INSTRUMENTAL

Aunque no se exprese, en este segundo ejemplo hay necesariamente un agente implícito: la persona que abre la puerta. Se considera + activo. FACTITIVO

Es el caso no animado y no activo que aparece como resultado de los verbos “creativos” Juan pinta un cuadro; Inventé una historia. FACTITIVO FACTITIVO Ni el cuadro ni la historia preexisten a la acción del verbo: son producidos por ésta. Dentro del factitivo se incluyen también los complementos llamados de “objeto análogo” o “acusativo interno”, de verbos intransitivos, como por ejemplo: Vive tu vida; Lloraba lágrimas amargas FACTITIVO O BJETIV O

FACTITIVO

Es un caso relativamente neutro, no especificado desde el punto de vista semántico. Representa el ob­ jeto o cosa que sufre modificación o desplazamiento, o se ve afectado de algún modo por la acción o estado sospesados por el verbo. Se desprendió una piedra; Juan quemó la cosecha; Leo un libro; Abre la puerta. OBJETIVO

OBJETIVO

OBJETIVO

Es siempre no animado COMITATIVO

Puede ser animado o no animado. Indica acompañamiento. Juan va con Pedro; El trueno acompaña al rayo. COMITATIVO COMITATIVO

-

323 -

OBJETIVO

ESSIVO Animado o no, es el caso que indica existencia y atribución. Pedro es mi tío. E S S IV O

Como puede verse, el análisis de una oración en el nivel de las estructuras semánticas profundas per­ mite percibir por una parte que a una misma estructura sintáctica pueden corresponder diversas estruc­ turas semánticas subyacentes. ESTRUCTURA SINTÁCTICA.

VERBO TRANSITIVO + CD

ESTRUCTURAS SEMÁNTICAS PROFUNDAS Juan Juan Juan Juan Juan Juan

come una manzana. pintó un cuadro ve un árbol golpea a Pepe avergüenza a su padre cruza la calle

agente + agente + receptivo agente + causativo agente +

verbo + verbo + + verbo verbo + + verbo verbo +

objetivo factitivo + objetivo experimentador + receptivo receptivo

Recíprocamente, una misma estructura semántica puede manifestarse bajo distintas estructuras sintácticas. ESTRUCTURAS SINTÁCTICAS

ESTRUCTURA SEMANTICA PROFUNDA AGENTE + V + EXPERIMENTADOR + INSTRUMENTAL

► S + V + CD + CC instr. V pas. + C. agente + C.C. Instr. » ^ + Cto. de N + V + CD -----------------► V + CD + C.C. Origen --------------►

Juan golpea a Pedro con un garrote P. es golpeado por Juan con un garrote El garrote de Juan golpea a Pedro P. recibe un garrotazo por parte de J.

ESTRUCTURA SEMÁNTICA: Pedro abrir puerta agente — ►acción -----►objeto t instrumento llave ESTRUCTURAS SINTÁCTICAS

Pedro abre la puerta con la llave Sujeto

CD

CC Instr.

O SV

La llave de Pedro abre la puerta Sujeto

Cto. Det.

CD

Sujeto

-

324 -

8.4. O R A C IO N E S A T R IB U T IV A S Y P R E D IC A T IV A S Al analizar la estructura del predicado (Vid. supra) vimos que la gramática tradicional distingue dos clases de predicado y por tanto dos clases de oraciones. Las que corresponden a verbos semánticamente vacíos, cuya función exclusiva les sirve de nexo, unión o cópula entre el sujeto y un atributo (oraciones atributivas) y las que corresponden a verbos plenos, auténtico eje del predicado (oraciones predicativas). (Vid. supra tema 8.1.1.). Así, serán oraciones atributivas: Pepe es médico; Juan es tonto; El perro está enfermo; Eso es agua. Se dice que el predicado es nominal' puesto que lo que se predica —o atribuye— al sujeto es una “cualidad o clasificación”. El verbo es mero nexo o cópula, vacío de contenido semántico (verbo copulativo). Son, en cambio, oraciones predicativas: Pepe come peras; El perro ladra mucho; Eso huele bien. Se dice que el predicado es verbal puesto que lo que se predica del sujeto es un determinado “compor­ tamiento” expresado por el verbo. Éste pone contenido semántico pleno (verbo predicativo). La gramática tradicional mezcla algún plano distinto: el lógico-semántico y el léxico. OBSERVACIONES a) La distinción predicado nominal / predicado verbal no es válida en el plano sintáctico. El núcleo del predicado es siempre el verbo, en uno y otro caso. b) El carácter de “nexo” no se identifica necesariamente con el de “semánticamente vacío”*2. Un verbo semánticamente vacío, en un contexto dado, se interpreta como mero nexo, pero la recíproca no es cierta: un verbo puede funcionar como nexo manteniendo un contenido semántico en mayor o menor grado. Pepita se siente feliz; Juan llegó cansado. c) No puede decirse, por tanto, que un verbo sea “copulativo” o “predicativo” de modo absoluto. Inclu­ so, ser y estar, copulativos por excelencia, admiten usos predicativos (Vid. infra.) La conferencia es en el salón. El plato está en la mesa. Por todo ello, más que de verbos copulativos y de oraciones atributivas y de verbos en oraciones predicativas atributivas, parece preferible hablar de estructuras de predicado atributivas y de estruc­ turas de predicado predicativas y utilizar para su distinción un criterio estrictamente sintáctico: la presencia o no de un elemento predicativo. \ J

r e->T

TRIBI

En toda construcción atributiva existe, como se ha dicho, un elemento nominal que se atribuye o pre­ dica de otro por mediación de un verbo. Este elemento puede referirse bien al sujeto, bien al comple­ mento directo. Te encuentro pálida Tú estás pálida Mi primo es director Nombraron director a mi primo La pones nerviosa Pepita está nerviosa CD

A T R IB U T O

C T O .P V O

‘Por nominal hay que entender, tanto propio del sustantivo como del adjetivo (y traslaciones a cualquiera de ellos). La gramática tradicional incluye a ambos en la categoría del nombre (nombre sustantivo / nombre adjetivo). 2Esto sucede con cualquier nexo. Hay nexos vacíos y nexos con contenido semántico. Compárese Veo a m i padre; Mesa de madera; con Lo puso sobre (a mesa o Está dentro de la caja, o bien Quiero que venga; Iré cuando digas. lugar lugar

tiempo

-

325 -

Normalmente, el elemento predicativo1, es un sustantivo o adjetivo, pero puede ser también un infi­ nitivo: querer es poder, o el resultado de una traslación (sintagma preposicional, adverbio, etc): Pepe es de Valencia (valenciano); No seas así (s. prep)

(adv. adj.)

Desde el punto de vista del verbo, podemos distinguir tres posibilidades: A. ATRIBUTIVAS CON SER O ESTAR. A los que se asimila parecer (= ser + modalidad de probabi­ lidad o duda). Son los, tradicionalmente considerados copulativos: puros, carentes de contenido semántico. El elemento predicativo tienen un comportamiento sintáctico distinto del que tiene en los restantes casos, pues es sustituible por el pronombre personal neutro lo. Estás pálido -------------------------->Eso es una vergüenza -------------- lo Parece cansada ---------------------- *M i primo es director --------------- lo Los chicos están contentos ------- lo

lo estás es lo parece es están

Debido a ello y atendiendo a un criterio estrictamente funcional, algunos —Alarcos— reservan para este caso la denominaión de atributo y llaman predicativos a todos los restantes. ñ. VARIANTES LÉXIC AS D E SER O ESTAR. Es decir, ser, estar + algún rasgo aspectual, semántico o matiz estilístico diferencial. Por ejemplo re­ sultar (= ser + terminativo: acabar siendo); caerse (ser + “a juicio de uno”) Ponerse (estar + incoativo: empezar a estar) etc; volverse (ser y “cambio de esencia”), etc. La conferencia resultó aburrida. Juan se cree listo. Pepe se siente enfermo. Me considero capaz. Pepe se puso enfermo. Pepe se ha vuelto idiota. La calabaza se convirtió en carroza. Otros ejemplos (la lista no es exhaustiva en modo alguno): ANDAR (versión dinámica, matiz pasajero): Anda enamorada de un cantante. LLEGAR A (logro o consecución tras esfuerzo): Juan llegó a presidente. SALIR (matiz de sorpresa): La nuez salió vana. HALLARSE (variante de registro de estar): Pepe se halla enfermo. Se podría, en todos estos casos, sustituir al verbo por ser o estar sin alterar la estructura (perdiendo evidentemente al rasgo añadido) La conferencia fu e aburrida; Juan es listo; Soy capaz; Pepe está enfermo... etc. Por esta razón algunos gramáticos llaman a estos verbos semi-copulativos y extienden a estos casos la denominación de atributo junto con los anteriores, reservando predicativo para el caso C. Otros —Alarcos—, como vimos, constatando la diferencia de comportamiento con respecto a la pronominalización, proponen el término de predicativo. En efecto, la sustitución por lo no es posible en estos casos. La conferencia resultó aburrida > la conferencia lo resultó La conferencia fu e aburrida -------- >- la conferencia lo fue. 'El término complemento predicativo, arraigado en la tradición gramatical, no debe inducir a confusión. Obsérvese que corresponde a las estructuras atri­ butivas, no a las predicativas.

-

326 -

C. VERBOS CON SIGNIFICADO PLENO.

Mi padre me miró enfurecido; Las aguas bajan turbias; Todos contemplamos espantados el incendio. El elemento predicativo está en el límite de la función adverbial e incide —normalmente— también en el verbo (Mi padre me miró furiosamente...; contemplamos miedosamente el incendio; las aguas bajan de un modo turbio...) Obsérvese sin embargo que, a diferencia de la construcción adverbial, se produce concordancia grama­ tical con el sujeto: el agua cae lenta / la bala dió alto. PVO

ADV.

Obsérvese que, en muchos casos, son verbos que conservan usos predicativos plenos en otras construcciones y que aquí se hallan total o parcialmente gramaticalizados: Pepe ha vuelto enfermo;

Pepe ha vuelto la cabeza;

C. PVO

CD

Anda preocupado;

Anda por la calle.

C. PVO

CCL

Juan llegó agotado;

Juan llegó a su casa.

C. PVO

CCL

La nuez salió sana;

La nuez salió de la cáscara. CCL

C. PVO

Construcciones atributivas

Construcciones predicativas

COMPLEMENTO PREDICATIVO El complemento predicativo implica siempre en la estructura semántica subyacente una oración atributiva. [conferencia = aburrida] (la conferenciafue aburrida) La conferencia resultó aburrida

[ella = enamorada] (ella estáenamorada) Anda enamorada

[aguas = turbias] las aguas son turbias Las aguas bajan turbias La conferencia resultó aburrida — >M i padre me miró enfurecido ------*Te encuentro pálida ----------------- ■>-

[tú = pálida] té estás pálida. Te encuentras pálida (Aspecto resultativo) + (la conferencia fu e aburrida), (mi padre me miró) + (mi padre estaba enfurecido) (encuentro que tú estás pálida)

8.4.2. LOS VERBOS SER Y ESTAR. Frente a otras lenguas vecinas, el español posee la particularidad de disponer de dos verbos copulati­ vos y no de uno solo: ser y estar, cuyos respectivos usos constituyen un conocido escollo para el estudian­ te extranjero. Ese infinitivo ser procede de se(d)er seer ser (originariamente “estar sentado”), así como otras formas que confluyen con las de sum - estar proceden de stare. A. USOS PREDICATIVOS. Estos verbos, a juicio de la mayoría de los gramáticos, no sólo poseen uso atributivo sino que, en de­ terminadas construcciones, tienen uso predicativo, es decir pleno. Se enumeran los siguientes casos:

-

327

SER CONSTRUCCIONES ARCAICAS:

El Señor es contigo CC Comp.

^ El ser, es; el no ser ¡ EXISTENCIAS

es (no absoluto).

~~ Érase una vez. CCT

de RELACIÓN:

¿Es a mí?

de SUCESO:

Eso no será.

de TIEMPO:

Son las siete.

de CAUSA:

Es por tu bien.

LOCATIVO:

A q u í es.

CI

SU] CC Causa CCli

ESTAR Exposición DE SITUACIÓN:

No está aquí.

DE PERMANENCIA:

Estaré tres dias.

CCL CCT

Como puede observarse, en estos ejemplos, el verbo ser / estar poseen contenido semántico propio. Serían conmutables por verbos como existir, suceder, concernir, tener lugar, estar situado, permanecer, etc. El elemento adjunto, si existe, se interpreta no como atributo sino como complemento circunstancial (de lugar, tiempo, causa, compañía, finalidad, etc.). El límite entre el uso predicativo y el atributivo es difícil de establecer y de nuevo nos hallamos con el problema de la delimitación, en el análisis, de los criterios sintáctico y se­ mántico. Si comparamos, por ejemplo, Juan está enfermo y Juan está en París, razonamos que en el primer caso, enfermo es atributo y en París, CCL, ya que enfermo es “cualidad” atribuida a Juan mientras que en París es el “lugar donde está”. (Juan = enfermo pero *Juan 4 en París). El criterio es, en suma, semántico. La cuestión está ya menos clara en ejemplos como: Juan está en cama; Juan está sin dinero; Juan está contra todo; Ha sido sin querer; La playa está lejos; Eso está bien; Estoy en un aprieto, etc. Sería igualmente defendible considerar el elemento adjunto como atributo (resultado de una traslación) que como circunstancial de tiempo, modo o lugar —según el caso— y pos­ tular el uso predicativo del verbo. Sin embargo, desde el punto de vista funcional se comportan en cualquier caso como atributos (son conmutables por lo) y de hecho, son conmutables por adjetivos: en cama acostado; sin dinero-*-pobre; contre todo-*-furioso; sin ganar-*-involuntario; lejos lejana; bien -*- correcto; en un aprieto -*- apurado. Por estas y otras razones algunos autores consideran que la distinción no es pertinente y niegan los usos predicativos de ser, estar (Atareos).

B. USOS ATRIBUTIVOS. En construcciones atributivas, ser y estar presentan una determinada distribución que, como es sabi­ do, supone una de las dificultades más conocidas en la enseñanza del español a extranjeros. Para el ha­ blante nativo es obvio que se dice Pedro es médico y no *Pedro está médico; Esta taza está rota y no *Esta taza es rota, y que puede decirse Pepita es guapa y Pepita está guapa pero que no significan exacta­

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328

mente lo mismo. La relación de ser o de estar en un contexto dado 10 presenta problema alguno, ni siquiera en las más tempranas etapas del habla infantil. Se verifica, de modo certero e instintivo. Explicitemos la distinción que subyace en esta relación: 1. Ser aparece obligatoriamente cuando el atributo es un sustantivo o equivalente, es decir un pronom­ bre, un infinitivo o una oración subordinada sustantiva: Pedro es médico; la ballena es un mamífero; Juan es éste; El abrigo es el mío; El vendedor es él; Que­ rer es poder; Eso es lo que le dije. Ser se usa con cualidades sentidas como esenciales, es decir intrínsecas o inherentes al objeto, intem­ porales, independientes de cualquier elemento externo. De ahí su uso en juicios de carácter general. El plomo es pesado; La nieve es fría; Pepe es tonto; La planta es venenosa. Por eso, ser aparece necesariamente con adjetivos gentilicios o de clase: Pepe es burgués; Juan es ateo; Ese vino es español. Dado su contenido semántico, determinados adjetivos sólo pueden utilizarse con ser. Por ejemplo: capaz, incapaz, mortal, inmortal, cuidadoso, justo, injusto, constante, etc. (designan cualidades intrínsecas). 2. Se usa estar con cualidades sentidas como accidentales; es decir como adquiridas en un momento dado, como resultado de una transformación real o pensada, o como una apreciación que depende de la experiencia inmediata, de una comprobación. La leche está caliente (podría estar fría); Pepe está tonto (lo está ahora, accidentalmente); La niéve está fría (resultado de comprobación: la toco y compruebo que está fría). Determinados adjetivos sólo pueden utilizarse con estar, dado que designan cualidades accidentales o adquiridas. Por ejemplo: harto, perplejo, descalzo, deseado, presente, ausente, contento, enojado, sa­ tisfecho, enfadado, cercano, próximo, lejano, vivo, muerto, lleno, vacío, etc. Otros pueden utilizarse, indistintamente con ser o con estar, con diferencias de matiz o de significado. Por ejemplo: adjetivos como alto, bajo, gordo, delgado, normal, anormal, feo, guapo, alegre, triste, listo, tonto, etc. Obsérvese, por ejemplo la diferencia entre: Pepita es guapa (cualidad esencial, intrínseca, intemporal) La habitación es oscura (no tiene ventanas) Eres rico (situación social) Pepita es joven (edad cronológica)

Pepita está guapa (lo está ahora, accidentalmente, la cualidad está vinculada a mi percepción) La habitación está oscura (no se han abierto las ventanas o no se han encendido las luces) Estás rico (acabas de cobrar) Pepita está joven (aparenta menos edad. De hecho podrá aplicarse a una anciana)

OBSERVACIÓN Es inexacto vincular, sin embargo, ser a lo duradero y estar a lo pasajero. Lógicamente, lo esencial tiende a ser permanente y duradero y lo accidental se vincula con lo pasajero y transitivo, pero esto no es forzoso en todos los casos. Una cualidad puede ser accidental —adquirida— y no ser pasajera. Por ejemplo: estar muerto. La oposición ser / estar se vincula en las categorías lógicas de lo necesario / lo contingente. Estar muerto es un estado no inherente al ser, fruto de una transformación. En cambio, se dice ei hombre es mortal, cualidad que le pertenece por esencia.

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329

A veces, la alternancia ser / estar origina un cambio semántico. Compárese, en efecto: ser cómodo / estar cómodo. (+ humano) gustarle a uno la comodidad (+ humano) sentir comodidad y por tanto no molestar­ se; Pepe es muy cómodo; Pepe está muy cómodo en el sofá; (— humano) producir cantidad; el sofá es cómodo. Ser listo / estar listo. a) ser inteligente

a) preparado, la cama está lista. b) locución irónica ¡Estas tú listo!

ser verde / estar verde

Ser pez / estar pez

las hojas son verdes / la fruta está verde (color) (no madura)

¿La ballena es pez o mamífero?

Ese chico está pez (ignorar algo), etc.

Pepe está verde aún (sin experiencia)

LAS ATRIBUTIVAS REVERSIBLES. Determinadas construcciones atributivas tienen carácter identificativo. Cuando están en Ia o 2a per­ sona, la concordancia señala claramente que elemento es el sujeto. Yo soy Pedro. Tú eres el culpable. ~ ATR I T ATR Sin embargo, en 3a persona, sujeto y atributo son intercambiables: Pedro es el alcalde. ► El alcalde es Pedro. S ATR S ATR Esta ciudad es la capital ► La capital es esta ciudad. S ATR S ATR El orden, en este caso, supone una tematización. El hablante menciona en primer lugar el elemento que constituye el sujeto desde el punto de vista psicológico.

8.5. EL PR O BLEM A D E LA VOZ Entre las categorías gramaticales propias del verbo figura, además de las de tiempo, aspecto y modo la de diátesis o voz. Esta categoría refleja las relaciones que existen entre el sujeto, el verbo y el objeto. Se distingue así la voz activa (el sujeto realiza la acción del verbo que revierte sobre un objeto), la voz pasiva (el sujeto recibe o padece la acción del verbo), la voz media el sujeto es soporte de un proceso que tiene lugar en él, sin que exista “acción propiamente dicha”). Esta categoría se formuló sobre el modelo de lenguas como el latín o el griego, que po­ seían morfemas específicos para plasmarla. Así, en latín: video (activa) / videor (pasiva) (veo) (soy visto) amabat (activa) / amabatar (pasiva) (él amaba) (él era amado) en griego: ó p S / o p S y U c é i (veo) (.soy visto) En castellano, —como en otras lenguas románicas— no existen morfemas específicos de voz. La voz pasiva se realiza mediante el auxiliar ser + participio concertado y mediante se, que tiene, como se verá, otros usos. De este modo, a la oración en voz activa Pedro golpea a Juan corresponde la pasiva Juan es golpeado por Pedro; donde es golpeado se considera la forma pasiva del verbo golpear.

-

330 -

Observamos que el objeto —o CD— Juan pasa a ser sujeto en la transformación pasiva, mientras que el sujeto Pedro pasa a desempeñar la función de un tipo de complemento exclusivo y característico de las construcciones pasivas, llamado c o m p l e m e n t o a g e n te . La voz pasiva en castellano constituye pues, una categoría sintáctica específica, caracterizada precisa­ mente por la posibilidad de aparición de complemento agente. Desde el punto de vista formal, las ora­ ciones pasivas en nada difieren de las atributivas. Compárese: Esta mujer es admirada; Esta mujer es hermosa. Sin embargo, la distinción es legítima dado que existen ejemplos suceptibles de doble interpretación: como atributiva y como pasiva. Véase por ejemplo: La edición fu e reducida. Si, como se dijo, definimos la pasiva como posibilidad de inserción de complemento agente, podemos interpretar: reducida (por el editor), es decir, “el editor redujo la edición”: pasiva. O bien: reducida = escasa, es decir: atributiva. Sus palabras eran excusadas.

<

“Por los Presentes”: Pasiva- “L°s Presentes excusaron”. “Superfluas”. Activa Atributiva.

Asimismo La noticia es falsa se opone a La noticia es falseada. adj. ATRIBUTIVA

part. PASIVA.

¿PUEDE HABLARSE DE VOZ PASIVA EN ESTAR? Las construcciones de estar + participio (concertado) son interpretadas con frecuencia por p a s iv a c o n que se opondría a la pasiva con ser, que indicaría la acción en su proceso. Así:

c a r á c te r r e s u lta t iv o ,

El cable está cortado es resultado de otra acción anterior: “ha sido cortado” Los cañones están emplazados sobre la colina, (han sido emplazados) La taza está rota, (ha sido rota) No existe, sin embargo, coincidencia sobre el particular y es tan válido considerarlas atributivas como pasivas. Compárese, en efecto: La ventana está abierta. La habitación está iluminada.

.

La casa está ¡impía, aseada... Un gran número de participios son asimilables a adjetivos calificativos. En la comida está quemada resulta realmente forzado pensar que “ha sido quemada”. El hablante siente esta construcción como análoga a la comida está fría, caliente, etc. No parece, pues, necesario interpretar estas contrucciones como pasivas salvo si existe un complemen­ to agente explícito (o implícito). La habitación está iluminada por la casa Philips, Tu café está pagado. OBSERVACIÓN L a c o n s t r u c c i ó n e n v o z p a s iv a s u p o n e q u e e l o b j e t o d e la a c c i ó n p a s a a p r im e r p la n o e n la a t e n c ió n

del

h a b la n t e e n d e t r im e n t o d e l a g e n t é d e la m is m a .

Las calles son barridas todos los días. La catedral fu e construida en el siglo XIII. Ha sido declarado el estado de excepción en Chile.

-

331 -

R esu ltará, en cam b io , ch o c a n te :

El periódico es comprado por mi padre (mi padre compra el periódico) Las chuletas son traídas por el camarero (el camarero trae las chuletas) La tematización se efectuará en estos casos preservando la voz activa. El periódico lo compra mi padre. Las chuletas las trae el camarero (coloquial) En efecto, la pasiva es inusual con verbos perfectivos en tiempos imperfectivos (presente, imperfecto, por ejemplo). Sólo resulta aceptable con valor habitual en este caso: La puerta es abierta ahora por el portero; la puerta es abierta todos los días por el portero. La perífrasis durativa estar + gerundio posibilita la pasiva en casos en los que resultaría inusual con una forma simple: La puerta está siendo abierta ahora por el portero; el edificio era construido rápidamente; El edificio estaba siendo construido rápidamente. LA PASIVA REFLEJA. Como se estudiará detenidamente en el siguiente epígrafe, cierto número de construcciones con se tie­ nen significado pasivo. La pasiva con se o pasiva refleja constituye, en efecto, la segunda de las posibili­ dades de plasmar en castellano la voz pasiva y hay que señalar que esta construcción aparece con mucha mayor frecuencia que la de ser + participio ¿PUEDE HABLARSE DE VOZ MEDIA EN ESPAÑOL? La voz media, en español, de admitirse su existencia, constituye una categoría puramente semántica, propia de determinados verbos intransitivos (dormir, crecer) y de determinadas construcciones reflejas con se (asustarse; avergonzarse...) (Vid. infra valores de se).

8.6 VALORES D E SE . El pronombre reflexivo de 3 a persona se es la única forma propiamente reflexiva del pronombre. Es, en efecto, la única forma que indica específicamente la coincidencia del sujeto y del objeto de la acción verbal. En las restantes personas, la forma del pronombre objeto es idéntica en los usos reflexivos y no reflexivos. Yo me l a v o -------------- Pepe me lava; Nosotros nos lavamos Pepe nos lava;

Tu te la v a s ------------------ Pepe te lava; Vosotros os la v a is -------- Pepe os lava.

Sólo en la tercera persona aparece la distinción lo / la, los / las, le / les... como pronombre divergente, no reflexivo, frente a se, pronombre reflexivo: El se l a v a -------------------------------------------------------- >- Pepe lo lava. Ella se l a v a ------------------------------------------------------- Pepe la lava. El se ata los z a p a to s ------------------------------------------ Pepe le ata los zapatos... La forma se procede de la confluencia de las formas latinas de acusativo y dativo (se, sibi) del reflexivo. Nada tiene que ser por tanto con el se variante de le que aparece obliga­ toriamente cuando hay otro pronombre objeto en la oración: le dio la carta-*~se la dio. Este último es un homófono cuyo origen es el arcaico le ■*— ge confundido en se en el momento del ensordecimiento y reestructuración del sistema consonántico medieval (Vid, te­ ma 5.3.1). El hecho que se sea una forma reflexiva no significa que posea en todos los contextos significado refle­ xivo. Como se ha venido señalando, puede tener valores muy diversos en los que ha desaparecido total-

-

332 -

mente la noción de reflexividad. En algunos casos, incluso, se pierde su carácter de pronombre para des­ empeñar el papel de un morfema indicador de valores léxicos, aspectuales o de voz, o simplemente cons­ tituye un incremento obligatorio de ciertos verbos denominados “pronominales”. Cuando las gramáticas se refieren a construcciones reflexivas no siempre está claramente delimitada la distinción entre: a) El carácter de forma reflexiva que, por su origen, posee se. b) El significado reflexivo que puede adquirir o no dicha forma y que pueden compartir otras formas no reflexivas del pronombre. Por ello parece más acertado reservar el término “reflexivo” a la significación reflexiva propiamente dicha -—es decir a lo que las gramáticas denominan reflexivas propias y referirnos en los restantes casos a c o n s t r u c c i o n e s p r o n o m i n a l e s , o r e f le j a s .

8.6.1. CONSTRUCCIONES REFLEXIVAS PROPIAMENTE DICHAS: REFLEXIVAS “PROPIAS” O “REALES”. Son éstas las construcciones en las que se da significado reflexivo. El sujeto ejecuta y a la vez “recibe” la acción del verbo. La acción que ejecuta en sí mismo es idéntica a la que podría ejecu­ tar en otro. Estas construcciones mantienen total paralelismo con las construcciones transitivas correspondientes. El pronombre reflexivo desempeña idéntica función que la que desempeñaría en éstas el pro­ nombre átono.

A.

DIRECTAS. Pepe se lava. (Pepe lava al niño -*- Pepe lo lava). CD

CD

CD

M i padre se_afeita. (Mi padre afeita a mi abuelo - * - Mi padre]o_afeita). CD

CD

CD

Carmen se viste en dos minutos (Carmen viste a la niña-*- Carmen la viste). CD

CD

CD

Pepe se mira en el espejo (Pepe mira a Juan -*- Pepe lo mira). CD

CD

CD

El sujeto y el CD son correferenciales: Pepe se afeita = *Pepe afeita a Pepe. En ciertos casos, el pronombre reflexivo puede ir acompañado de un complemento predicativo. María seconsidera culpable (Maríaconsidera culpable a Juan-*-lo considera culpable). CD

c. PVO.

María se^cree muy lista CD

c. PVO.

c. PVO.

CD

(María cree muy lista a Carmen

la cree muy lista). CD

c. PVO.

B. INDIRECTAS. Pepe se lava la cara (Pepe le lava la cara al niño-*-/e_ lava la cara). Carmen se_puso el abrigo. (Carmen le puso el abrigo a M aría-*-le puso el abrigo). Juan se ata los zapatos (Juan ata los zapatos al niño -*-le_ ata los zapatos). Juan se dijo que era mentira (Juan le_ dijo que era mentira).

-

333 -

El sujeto y el CI son correferenciales: Pepe se ata los zapatos = ’Pepe ata los zapatos a Pepe. En muchos casos, el CD es una parte del cuerpo humano perteneciente al sujeto. María se lava las manos / se tapa las piernas / se rasca una oreja / se toca la nariz. Todas esta construcciones adquieren un sentido prosesivo que, según algunos, no es debido al se sino al artículo, que en éstos y otros casos, suple al posesivo en español. Resultaría agramatical, en efecto, o al menos chocante, María se lava sus manos. No lo sería se lava sus medias —posesión alienable—.1 En términos de gramática de casos, (Vid. tema 8.3.6), el sujeto gramatical de las construcciones reflexivas representa, como puede observarse, a un agente, que es a la vez experimentador en el caso de las reflexivas directas y benefactivo en el caso de las indirectas. Es, por tanto, siempre, un ser (+ animado) o que posee este rasgo accidentalmente como resultado de una personifica­ ción (por ejemplo: La ciudad se entregó a los sitiadores).

-V

AGENTE

EXPERIMENTADOR

T E X P E R IM E N T A D O R AGENTE

CONSTRUCCIÓN NO REFLEXIVA

V

CONSTRUCCIÓN REFLEXIVA DIRECTA

CONSTRUCCIÓN NO REFLEXIVA

BENEFACTIVO AGENTE

V

OBJETIVO

CONSTRUCCIÓN REFLEXIVA INDIRECTA Todas las reflexivas propias admiten el pronombre de refuerzo a sí mismo, que señala el énfasis de identidad (y las formas correspondientes a las restantes formas: a m í mismo; a tí mismo, etc.). De hecho, la posibilidad o no de admitir dicho incremento constituye la prueba de que una construc­ ción pronominal es realmente una construcción reflexiva. C. CONSTRUCCIONES CAUSATIVAS. Cierto número de construcciones reflexivas tienen la particularidad de que el sujeto no representa al agente de la acción propialmente dicha sino que hace que otro la ejecute en su provecho. En cierto modo, se trata de un agente que actúa por agente interpuesto. 'Compárese en las construcciones correspondientes en inglés Mary washes her hands. Literalmente: lava sus manos.

334 -

Por ejemplo: Juan se afeita en la barbería. CD

Carmen se viste en una tienda de modas. CD

Pepe se_construyó un chalet. CD

La estructura sintáctica de estas oraciones es idéntica a la de las reflexivas directas o indirectas antes mencionadas. Es el “conocimiento del mundo”, extralingüístico, lo que origina una interpretación se­ mántica diferente: Juan hace que “otro” —el barbero— le afeite; Carmen hace que “otro u otros” —los modistos— la vistan, etc.; Pepe hace que “otros” —el arquitecto, los albañiles— construyan el chalet para él.

CAUSATIVA INDIRECTA Las construcciones causativas no admiten el refuerzo a sí mismo. Juan no se afeita a sí mismo en la barbería. El paciente no se opera a sí mismo en el quirófano. En algunos casos, el carácter de agente del sujeto motor del proceso puede estar muy debilitado. La intervención activa del mismo en Pedro se construye un chalet es evidente. Es más discutible, por ejemplo en Pedro se opera mañana. En este caso, el sujeto parece asimilarse exclusivamente a un experimentador (la gestión de la operación le es probable­ mente ajena). El causativo aquí se encuentra en el límite con la pasiva o la impersonal: Ma­ ñana operan a Pedro. OBSERVACIÓN Cuanto se ha dicho hasta ahora sobre los valores de se es igualmente válido para las restantes personas gramaticales del pronombre de significación reflexiva. DIRECTAS PROPIAS: Yo me afeito; Nos vestimos en dos minutos; Os miráis en el espejo. CD

CD

CD

INDIRECTAS PROPIAS: Tú te atas los zapatos; Me dije que era mentira; lavaos las manos. CI

CI

CAUSATIVAS: Me afeito en la barbería. CD

8.6.2. LA SIGNIFICACION RECIPROCA. La significación recíproca se da en determinadas construcciones pronominales cuando el sujeto gra­ matical representa un agente múltiple tal que cada uno de los individuos ejecuta sobre los restantes idén­ tica acción que cada uno de éstos ejecuta sobre él: la gramática tradicional la define como cambio mu­ tuo de acción entre dos o más seres.

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335 -

Al igual que en las reflexivas, puede hablarse de construcciones recíprocas directas e indirectas. En el primer caso, se da multiplicidad en el CD, en el segundo, en el CI. Pedro y María se_ besan (Pedro besa a María y María besa a Pedro; Pedro la_ besa y María lo_ besa); Mi padre y mi madre se abrazan (Mi padre la_ abraza y mi madre lo_ abraza); Juan y Moríase consideran mutuamente muy atractivos (Juan la_considera atractiva y María lo_ consi­ dera atractivo); Juan y María se regalan libros (Juan ]e_ regala libros a María y María je regala libros a Juan).

RECÍPROCA DIRECTA

RECÍPROCA INDIRECTA Estas dos clases no agotan en modo alguno las posibles relaciones entre los elementos de la construcción recíproca. En oraciones como: Pedro y Juan se pelean o Juan y María se separan las construcciones que subyacen son, respectivamente, Pedro se pelea con Juan y Juan se pelea con Pedro; Juan se separa de María y María se separa deyJuan, donde . la relación es de complemento régimen. Obsérvese que se trata de construcciones, frente a las anteriores, en las que el se no queda eludido: en cambio, Pedro y María se besan; María besa a Pedro y Pedro besa a María. Las construcciones recíprocas se caracterizan por admitir como refuerzo, según los casos, mutuamen­ te, el uno al otro, unos con otros, unos a otros, etc. La posibilidad de tal incremento es precisamente la confrontación de que nos hallamos ante una construcción recíproca. Formalmente, en efecto, en nada difieren en muchos casos de las reflexivas propias, así como de otros usos de se. Carmen y María se tiran de los pelos. Carmen y María se contemplan con satisfacción. Carmen y María se enfadan. En otros caso, el significado del verbo excluye la interpretación no recíproca: Carmen y María se prestan libros / se saludan, / se reúnen / se pelean... Ejemplo con personas diferentes de la 3a : Juan y yo nos hemos peleado. ¿ Vosotros os habéis escrito este verano?. Pedro y yo nos apreciamos C. REG CI ; CD considerablemente. Me gustaría que nos enviáramos postales durante las vacaciones. ci

OBSERVACIÓN

La noción de reciprocidad puede expresarse por medios distintos que la construcción pronominal. De­ terminados verbos tienen significado recíproco sin necesidad de se. Por ejemplo: El rojo y el negro com­ binan bien. Esas personas encajan bien. Juan y María han roto.

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336 -

8.6.3. CONSTRUCCIONES SIN SIGNIFICACION REFLEXIVA Las construciones hasta el momento examinadas, aunque distintas, mantienen entre sí una indudable relación. Los usos reflexivos, causativos y recíprocos suponen, en último término, una incidencia de la acción verbal en el sujeto. En los usos de se que se examinan a continuación, aunque no pueden establecerse límites tajantes en todos los casos, el primitivo carácter reflexivo del pronombre se ha ido debilitando. Aunque se mantie­ ne su carácter pronominal, como lo prueba la variación de persona, su presencia con respecto a la forma sin se traduce otro tipo de matices que la reflexividad propiamente dicha: Estas construcciones se daban ya en latín y según A. Alonso tienen origen en un uso meta­ fórico del reflexivo en cierta “ personificación” del objeto. En lugar de littera scribitur (la carta es escrita) se podrá decir littera se scribit (la carta se escribe). Como si dijéramos la carta dice... o el libro pone tal rosa, en un deseo del hablante de hallar un sujeto cuando el agente está indeterminado. A. VERBOS PRONOMINALES. Comencemos señalando que existe cierto número de verbos en los que la alternancia se / 0 no es posi­ ble. Se trata de verbos que exigen obligatoriamente se —o la referencia personal correspondiente idéntica al sujeto: me, te, nos, etc.—. Son los verbos pronominales, forzosamente reflexivos desde el punto de vista formal. El pronombre forma una unidad indisociable con el verbo; es parte de la lexía verbal y carece de sentido plantearse su función. Tal sucede con verbos como: jactarse, arrepentirse, portarse, atreverse, quejarse, dignarse, apropiarse, fugarse, vanagloriarse, etc. No existen las formas correspondientes factor, *arrepentir, *atrever; *quejar, etc. Nos referimos al uso actual. Algunos de ellos eran transitivos en el español clásico; por ejemplo, jactarse y atreverse admitían jactar (algo), atreverse (algo): que no jacto valor de mis pasados (Ruiz de Alarcón); al cielo atrevían locas pesadumbres (Tirso de Molina). De ahí pasaron al uso reflexivo con un incremento complemento régimen: jactar va­ lor—►.jactarse del valor, y se perdió finalmente la posibilidad de construcción no pronominal. Van seguidos, por lo general, de un complemento régimen: Se jacta de su valor; Se arrepiente de sus pe'

G Rea.

codos; Se atreve a todo; Se apropia de lo ajeno; o de un circunstancial de lugar o de modo: Fugarse ’C.vReg. •

. C. Reg.

■•:

'

C. Reg.

'

de la cárcel; Portarse bien. También admiten, algunos de ellos, construcciones absolutas de carácter inCCL

.1

CCM

.transitivo: El enfermo se queja. B. VERBOS QUE OFRECEN DOBLE POSIBILIDAD. VERBOS TRANSITIVOS: SE DE INTRANSITIVIZACIÓN. Un gran número de verbos, en un comienzo transitivos, ofrecen la doble posibilidad de construcción con o sin se, es decir, pronominal o no pronominal. Desde muy pronto, sin embargo, en la historia de la lengua, la posibilidad de construcción pronominal se extendió a verbos intransitivos1 por un meca­ nismo analógico. Se establecen así una serie de oposiciones de diversos tipos que pueden sintetizarse como sigue: Verbos de movimiento como levantar, apoyar, desviar, apretar, etc. normalmente transitivos, pasan a ser intransitivos en construcción pronominal. 1Dado que

se

es originariamente un reflexivo, lógicamente su primitiva razón de ser se vincula con verbos transitivos.

337

La construcción transitiva indica que el sujeto ejerce un desplazamiento sobre un objeto externo. La construcción pronominal indica un movimiento del cuerpo realizado voluntariamente por el sujeto. Com­ párese, en efecto: Pepe levanta un peso. Juan apoya el bastón en el árbol. El general retiró sus tropas del frente. María tiró la piedra al agua. La madre acuesta al niño.

Pepe se levanta. Juan se apoya en el árbol. El general se retiró de! frente. María se tiró al agua. La madre se acuesta.

Pese a su indudable semejanza aparente con las construcciones reflexivas propias no cabe interpretar estas construcciones como tales. En efecto, independientemente de su origen metafórico, está claro que el sujeto no puede efectuar sobre sí mismo idéntica acción que ejerce sobre otro, como era el caso de aquéllas (Juan afeita a Pedro -*~Juan se afeita); Levantarse es una acción distinta a Levantar un peso, de ahí que no sea posible en estos casos el refuerzo a sí mismo: *Pepe se levanta a sí mismo; *Juan se apoya a sí mismo en el árbol en tanto que sí lo es como vimos en las reflexivas propias: Juan se afeita a sí mismo. No cabe, por tanto, interpretar el se —o pronombre correspondiente— como complemento directo: se trata de una marca pronominal de intransitivización que indica que la acción tiene su sede en el sujeto sin proyección en un objeto. Algunos proponen considerarlo CI. El sujeto en estas construcciones representa a un agente, es decir, es necesariamente (+ animado) y (+ activo). La acción es ejecutada consciente y voluntariamente. Obsérvese que si se trata de un (— ani­ mado) no saldría la interpretación propuesta: la construcción pasaría a ser pasiva (Vid. infra): la barrera se retiró del camino; El palacio se levantó en un año (la barrera fu e retirada; el palacio fu e levantado...). Relacionada con la anterior está la doble construcción de verbos que indican estados anímicos. En su uso transitivo indican producción a otro de una determinada situación anímica: alegrar, asustar, aver­ gonzar, cansar, etc. La construcción pronominal indica en este caso que el proceso tiene lugar en el sujeto (pudiendo o no explicitarse la causa externa que lo origina). Juan asusta a María. La noticia alegró a Pedro. Cansa a Pepe.

María se asusta. Pedro se alegró de la noticia. Pepe se cansa de hablar.

Tampoco aquí puede interpretarse se como CD. Se trata de nuevo de una marca de intransitivización del verbo, a lo que podrá añadirse que comunica un carácter de voz media frente a la activa de la cons­ trucción no pronominal. Recuérdese, en efecto, que aunque la voz media carece de morfemas específicos en castellano, pode­ mos considerar que constituye una categoría semántica que permite interpretar diferenciadamente aque­ llos procesos verbales que indican una transformación o cambio que tiene lugar en el sujeto. En este sentido, la construcción pronominal puede considerarse, en ciertos casos, como marca de voz media. No es, por otra parte, el único procedimiento: la significación “media” reside en ciertos casos en el significado léxico del verbo: por ejemplo: Juan duerme, Juan sufre, poseen significación media frente a Juan trabaja o Juan escribe. A diferencia del caso anterior [Pepe se levanta), el sujeto no ejerce acción voluntaria alguna. Repre­ senta un receptivo, (+ animado) (+ pasivo), de un proceso que tiene lugar por desencadenamiento originado por un causativo externo o por un instrumental, utilizado por un agente. María se asustó cuando oyó la noticia (causativo); Juan asusta a María con una máscara, María se asusta (instrumental). Asimismo admiten doble construcción ciertos verbos transitivos que indican alguna transformación en un objeto. Se trata de verbos como romper, cortar, torcer, abrir, calentar, enfriar, etc. Normalmente se construyen con un complemento directo que representa a un objeto inanimado —o asimilable a tal—.

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La construcción pronominal en estos verbos da lugar a dos tipos distintos de oraciones: a) Juan abrió la puerta. El sol secó la ropa. El calor derritió la nieve. Juan calienta el agua. Juan rompió los platos.

La puerta se abrió. La ropa se secó. La nieve se derritió por el calor. El agua se calienta. Los platos se rompieron.

La construcción pronominal señala aquí de nuevo que el verbo ha pasado a ser intransitivo y a indicar un proceso cuya sede es el sujeto gramatical. El se es, pues, marca de intransitivización y de voz media. La diferencia con las construcciones anteriores (María se asusta) es semántica. El sujeto gramatical es ahora un objetivo, es decir (no animado); de nuevo puede aparecer expreso o no el causativo que origina el proceso. La nieve se derritió por el calor / la puerta se abrió (no sabemos qué la hizo abrirse). CAUSATIVO

Cuando el proceso afecta indirectamente a un ser (animado o inanimado) éste puede aparecer repre­ sentado en la oración mediante un CI explícito. A Juan se le rompieron los platos ci s A María se le perdieron las gafas. "cT s A l abrigo se le cayó un botón. ci s SE: morfema de intransitivización y de voz media, b) Juan se rompió la pierna. Juan se cortó un dedo pelando patatas. María se torció la muñeca jugando al tenis. Pese a su aparente semejanza con las reflexivas indirectas propias (Juan se lava las manos; María se pone el abrigo), estas construcciones no son tales. Se relacionan estrechamente con las descritas en a). En efecto: Juan se rompió la pierna equivale a la pierna de Juan se rompió (debido a un golpe, etc.). Asimismo, la muñeca de María se torció, etc. Al tratarse de partes del cuerpo pertenecientes a un ser + animado, el hablante fematiza la construcción convirtiendo a éste en sujeto gramatical, pero claro está que no es en modo alguno agente de la acción. En condiciones normales nadie se rompe voluntaria­ mente la pierna o se corta un dedo. La construcción lleva implícita la involuntariedad del proceso, lo que el hablante deduce, una vez más, como en otros casos, del conocimiento extralingüístico de la realidad. Evidentemente, en determinados contextos, puede tratarse de auténticas reflexivas indi­ rectas propias (autolesiones influidas por algún motivo excepcional): Juan se cortó un de­ do para librarse del servicio militar; Los reclusos se hirieron los brazos para llamar la atención sobre su situación.

En caso de ambigüedad, ésta se resolvería mediante los refuerzos alternativos queriendo o a propósito, frente a sin querer. Estaba furioso y se golpeó la cabeza contra la pared

. , queriendo.

^ qUerer

Desde el punto de vista estrictamente sintáctico, estas construcciones son transitivas en su estructu­ ra patente. Analizamos el objeto como CD. En cuanto al pronombre se, las gramáticas lo consideran una clase particular de complemento indirecto: el dativo simpatético o posesivo. El análisis sintáctico es, pues, semejante —con matizaciones— al de las transitivas indirectas: Pedro se rompió la pierna SUJETO CI CD (dativo simpatético)

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CONSTRUCCIONES PRONOMINALES CON VERBOS INTRANSITIVOS. En todos los ejemplos anteriores, como se ha visto, el se constituirá una marca de intransitivización y, eventualmente de medialidad, en verbos normalmente transitivos. En los ejemplos que se citan a conti­ nuación la construcción pronominal afecta a verbos que son ya intransitivos, y algunos de ellos con sig­ nificación “media”. Se trata de verbos de movimiento como ir, venir, marchar, subir, bajar, caer, salir; de verbos de significación «media» o de verbos de estado: morir, dormir, quedar, estar. Las oposiciones que se establecen entre la construcción pronominal y la no pronominal varían según los casos: a) Con ciertos verbos, como ir, caer, marchar, la construcción pronominal infunde al verbo un matiz aspectual incoactivo. El se, o el pronombre correspondiente, no desempeña función sintáctica: es marca de dicho matiz aspectual. La forma no incrementada significa el desplazamiento en sí; la forma con se marca el inicio de dicho desplazamiento: Juan va. Juan marcha.

Juan se va. Juan se marcha. En estos verbos se produce, un corrimiento semántico: el inicio del desplazamiento supo­ ne la ausencia del lugar de partida. De ahí el significado de ausentarse que adquiere la cons­ trucción con se; caer evoca la caída libre en su trayectoria. Los cuerpos caen atraídos por la gravedad; caerse evoca el instante en que se inicia la caída: La maceta se cayó desde la ventana; ¡Cuidado! ¡que se cae!.

Compárese asimismo: Pepe se durmió a lasdiez. Pepe durmió todala noche.

*Pepe durmió a las diez. *Pepe se durmió toda la noche.

Dormir indica el proceso del sueño: dormirse el momento en que éste se inicia. De ahí la agramaticalidad de las construcciones citadas en segundo lugar. En ciertos casos, el se puede resultar obligatorio. Por ejemplo, si aparece especificado mediante un circunstancial el lugar de donde se parte: *Pepe va de Valencia.

Pepe se va de Valencia.

b) En otros casos la alternancia es meramente estilística. La presencia del pronombre insiste expresiva­ mente en que la acción o proceso verbal afecta especialmente al sujeto. El pronombre puede interpretarse como un “dativo ético” cuya misión no afecta al significado verbal El viejo murió de una pulmonía. El niño está quieto. Juan bajó por la escalera. Carmen subió a una silla.

El viejo El niño Juan se Carmen

se murió de una pulmonía. se está quieto. bajó por la escalera. se subió a una silla (Vide infra)

Las construcciones no pronominales resultan más neutras. El se infunde a la oración un matiz afectivo que localiza y refuerza la implicación del sujeto en el proceso. Los matices en todos estos casos pueden ser muy variados. En las distribución se / 0 y en los usos mismos de se intervienen, a veces, sutiles matices. Citemos algunos ejemplos: Irse y marcharse toman el significado de ausentarse cuando están usados en construc­ ción absoluta o con complemento de lugar en donde.

Con complemento de lugar a donde, la oposición pasa a ser un uso estilístico del mismo tipo que los que acabamos de citar: Pepe marchó a Barcelona / Pepe se marchó a Barcelona.

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El verbo estar sólo admite en imperativo la construcción pronominal /estáte quieto!; *Está quieto. El verbo salir sólo admite la construcción cuando el “lugar de donde” está explícito o inequívocamente implícito: Juan come Pepe se salió del cine

*Juan se come ¡Qué aburrido es esto! Yo me salgo...

En caso contrario, aparece una segunda opción que relaciona el verbo con los antes men­ cionados que indican transformaciones en un objeto (no animado) (Vid. supra): El botijo se sale (el origen de la acepción es posiblemente retórico: el agua se sale del botijo^el botijo se sale). En una muy conocida cita del Quijote puede verse el efecto humorístico de la ambigüe­ dad de la construcción: —M; amo se sale, sálese sin duda-- ¿Y por dónde se sale, señora? ¿Hásele roto alguna parte de su cuerpo? —No se sale sino por la puerta de su locura; quiero decir, señor bachi­ ller de mi ánima, que quiere salir otra vez a buscar por ese mundo lo que él llama venturas (Quijote III.7). El verbo morir no admite se en determinados predicados: Murió contento / se murió contento. Sin embargo: murió asesinado / *se murió asesinado. Reir, en su acepción de burlarse, sólo admite construcción pronominal: Pepe ríe / se ríe. Sin embargo: Pepe se ríe de mí; *Pepe ríe de mí. CONSTRUCCIONES CON DATIVO ÉTICO. Las construcciones pronominales con dativo ético pueden darse tanto con verbos intransitivos (Vid. supra: Juan se bajó) como con verbos transitivos. Se trata, como se ha dicho, de construcciones en las que el pronombre se cumple un papel afectivo, enfático, expresivo. Su misión no altera el significado de la oración. Se interpreta como CI (dativo ético). Juan come una chuleta. Pepe leyó la novela. El profesor mira el examen con lupa. María creía que aprobaría.

Juan se come una chuleta. Pepe se leyó la novela. El profesor se mira el examen con lupa. María se creía que aprobaría.

Al igual que cuando aparece con verbos intransitivos, el se atrae la atención hacia la esfera personal del sujeto. En algunos casos, la construcción pronominal parece obligada: El niño se ha tragado un botón; *El niño ha tragado un botón. Obsérvese que en todos los casos aparece explícito el CD. La construcción no sería posible con usos absolutos, o intransitivos, de estos verbos: Juan come; Vuan se come / Pepe leyó; *Pepe se leyó, o adqui­ riría otra significación: El profesor mira. *El profesor se mira (reflexivo propio directo). OPOSICIONES LÉXICAS. En determinados casos, la forma con se ha consolidado un significado distinto que la forma sin se. Se da entonces entre ambas una oposición semántica de carácter léxico. Por lo común, el régimen del verbo es asimismo distinto. Tal es el caso de verbos corno: Acordar (decidir conjuntamente), Ocupar (colocarse en un lugar). Acordaron la paz.

Acordarse de (recordar). Ocuparse de (prestar atención). Se ocuparon del asunto. CR

CD

Los concejales se ocupan de la ciudad.

Las tropas ocuparon la unidad. CD '

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Como en otros casos examinados, carece de sentido discutir la función de se. Forma parte de la lexía verbal y no cabe su análisis por separado. 8.6.4. C O N S T R U C C IO N E S R E F L E JA S IM P E R SO N A L E S Y P A S IV A S . La descripción que se propone de este tipo de oraciones es controvertida, así como la terminología con la que se designan sus clases y subclases. Para comenzar, señalemos que, a diferencia de lo que suce­ de en todos los casos de se hasta ahora examinados, no cabe en ellos posibilidad de variación alguna de persona en el pronombre reflejo, que es siempre se (y no me, te, nos, os...); presentan como única forma la 3 a persona. S e parece incluso perder aquí su carácter pronominal para convertirse en un morfema o partícula cuya única función es marcar la impersonalidad o el carácter pasivo de la oración1.

Antes de proceder al examen de estas construcciones conviene recordar qué se entiende por imperso­ nalidad y por pasividad. El concepto de “impersonalidad” puede entenderse en diversas acepciones (Vid. tema 3.3). a) En sentido estrictamente gramatical, sintáctico, por “impersonal” se entiende que la oración carece de sujeto gramatical. Es decir, que no existe en ella elemento nominal alguno que rija la concordancia del verbo. En adelante, para referirnos a esta acepción, utilizaremos la precisión impersonal sintáctica. b) En el plano semántico, se dice que una oración es impersonal cuando en ella no se especifica el sujeto real. — Bien porque la acción o proceso que el verbo expresa no se refiere a un ser determinado y concreto sino que se afirma con carácter general. Por ejemplo: se duerme bien en esta cama (cualquiera, el que sea, todo el que se acueste en ella), (Uno duerme bien...). — Bien porque se desconoce: (llaman a la puerta / no sé quién llama). — Bien porque, aunque se conoce, no interesa especificarlo: M e han dicho que se casa Pepe (sé quien me lo ha dicho, pero no hace al caso). Obsérvese que, en cualquier caso, existe un sujeto real, y que se trata de un ser (+ humano). Si el verbo es de acción, diríamos que es el agente de los mismos si indica un proceso, como, por ejemplo: dormir, diríamos que es un receptivo (Vid. supra.). Para referirnos a esta acepción utilizaremos el término imper­ sonal semántica. c) La oración no tiene sujeto ni gramatical ni real. Es el caso de los verbos meteorológicos (llueve, nieva...) o de construcciones como hace frío; hay manzanas. Esta acepción no nos interesa aquí dado que no es compatible con la construcción refleja (*Se llueve; *Se hay manzanas). Todas son, evidentemente, impersonales tanto sintáctica como semánticamente. El concepto de pasividad es un concepto sintáctico-semántico: una oración es pasiva cuando un sujeto gramatical representa a un ser que no ejecuta la acción del verbo sino que recibe la acción que otro ejecu­ ta. Dicho con mayor precisión: el sujeto no es agente sino experimentador, si es (+ animado), o bien objetivo, si es (— animado). La gramática tradicional lo denomina sujeto paciente. En la construcción activa correspondiente, se expresaría mediante un CD. En cuanto al agente real de la acción, puede aparecer expresado o no. Si lo está, aparece bajo la forma del precisamente llamado complemento agente introducido por por. La gramática tradicional denomina 'Algunos gramáticos sostienen, incluso, que se trata de otro se, que nada tiene que ver con los anteriores (Otero).

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a las oraciones de agente expreso “primeras de pasiva” (El perro fu e golpeado por el amo) y a las que no lo expresan “segundas de pasiva” (El perro fu e golpeado). Como puede observarse, estas últimas equi­ valen a impersonales semánticas (golpearon al perro). Sin embargo los gramáticos no las denominan “ im­ personales” dada la presencia de un sujeto gramatical muy evidente. Del examen de los conceptos de impersonalidad y pasividad se desprende que no se trata de conceptos opuestos o incompatibles sino de dos puntos de vista distintos de análisis de la oración. Por ello la termi­ nología tradicional pasivas reflejas (se venden billetes) frente a impersonales reflejas (se admira a los héroes) puede inducir a confusión. El concepto semántico de impersonalidad (acepción b) no es incom­ patible con la pasiva. Sólo lo es la impersonalidad sintáctica (acepción a). Por ello, algunos proponen —lo que sería más exacto—, en el estudio de las construcciones reflejas, hablar de “impersonales pasivas” (se venden billetes) y de “impersonales activas” (se admira a los héroes)'. CONSTRUCCIONES REFLEJAS DE SIGNIFICACIÓN PASIVA. LA PASIVA REFLEJA. Í < fu e J i, 7

Si decimos: los hijos no se escogen: nacen y se reciben; Estos libros no se pueden leer porque tienen las hojas cortadas; Las puertas se abren a las diez por el portero; Se venden los pisos; observamos que ninguno de los valores hasta ahora estudiados de se puede aplicarse a estas construcciones. En todas ellas tenemos un sujeto gramatical y un verbo transitivo pero la significación no es ni reflexi­ va, ni recíproca, ni el verbo deja de ser transitivo, pero la significación no es reflexiva, ni recíproca, ni se produce intransitivización, ni se trata del se enfático, etc. (los hijos no se escogen a si mismos, ni mu­ tuamente, etc.). Significan que los hijos no son escogidos, son recibidos; Los libros no pueden ser leídos. Las puertas no son abiertas por el portero y los pisos son vendidos. Éstas son construcciones pasivas, sin agente expreso, salvo en las puertas se abren p o r el portero, las AGENTE

restantes tienen el carácter de impersonales semánticas (uno no escoge a los hijos...; uno no puede leer esos libros; venden los pisos...). El sujeto gramatical representa al ser que recibe la acción: experimentador, ya que es (+ animado) en los hijos, objetivo (— animado) en los libros, las puertas, los pisos... Se es aquí un morfema que pone de manifiesto precisamente que el sujeto gramatical debe interpretar­ se como experimentador u objetivo y no desempeña ninguna otra función sintáctica; lo analizaríamos, en estos contextos como morfema de voz pasiva2. Esta clase de oraciones puede dividirse en dos subclases. La presencia de complemento agente puede darse en ambas pero señalamos que no es muy frecuente; en su inmensa mayoría tienen significación impersonal. EL SUJETO GRAMATICAL ESTÁ ANTEPUESTO AL VERBO.

Los hijos no se escogen: nacen y se reciben. Estos libros no se pueden leer porque tienen las hojas cortadas. Ese mueble no se limpia. La obra se publicó el año pasado. El sujeto gramatical es un SN necesariamente determinado. Esta construcción no permite un sujeto no determinado: *Hijos no se escogen; *Libros no se pueden leer; *Mueble no se limpia. 'M. A. Martin Zonaquino. Las construcciones pronominales en español; trabajo que ha sido tenido especialmente en cuenta en este capítulo, con algunas salvedades. Recordemos que no se trata de un morfema específico de pasiva, puesto que puede tener otros valores, pero sí lo es en los contextos citados puesto que, al menos con (+ animado); cabe oponer: los hijos no se escogen / los hijos no escogen; se reciben / reciben... pasiva activa pasiva activa

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Lo más frecuente es que se trate de un ser no animado, aunque pueden encontrarse ejemplos con ( + animado), e incluso (+ humano), excepcionalmente. Los perfumes se extraen de las plantas. Esas cosas no se pueden ocultar. Los garbanzos se cuecen con bicarbonato. La gripe se cura con pastillas. Ejemplos de (+ humano) serían el ya citado: los hijos no se escogen, se reciben; los maridos no se encuentran fácilmente; las mujeres no se conocen nunca bien... Ejemplo de (+ animado) (— humano): Esos cerdos se tienen que matar para evitar el contagio. El sujeto representa, pues, normalmente un objetivo. El agente de la acción no está especificado, pero implícitamente, es un agente (+ humano). Su relación con las impersonales semánticas es evidente. Sin embargo, no se denominan así porque el sujeto gramatical está ocupando la posición normal de tema de la oración. Si lo expresado por el verbo no puede atribuirse a un agente + humano, no se trata de pasivas reflejas sino de construcciones intransitivas con valor de voz media. Estas oraciones se emparentan, en efecto con aquellas en las que un sujeto inanimado es sede de un proceso asignado por un causativo externo1. Para hacer la pajarita se dobla el papel en cuaatro (pasiva refleja) (= El papel debe ser doblado en cuatro por la persona que hace la pajarita). Se rompieron los platos como venganza (pasiva refleja) (los platos fueron rotos por alguien como venganza). El camarero resbaló y se rompieron los platos (intransitiva media) (los platos se rompieron a causa del golpe).

VALORES MODALES DE ESTAS CONSTRUCCIONES. Como hemos visto, estas construcciones aparecen con frecuencia en verbos modales o perífrasis verbales: Estos libros no se pueden leer*2... Estas cosas no se pueden ocultar... Esos cerdos se tienen que matar. Estas ho­ jas se deben clasificar... Sin embargo, una particularidad de estas construcciones es la facilidad con que en muchos casos adquieren significaciones modales sin necesidad de que figuren en ellas explícitamente los verbos modales poder y deber ni marca alguna. Algunas, en efecto, sólo pueden interpretarse como asociaciones neutras, por ejemplo: el libro se pu­ blicó el año pasado (fue publicado). Los hijos se reciben (son recibidos) es decir de ser + participio. Sin embargo, otras equivalen a perífrasis pasivas como poder y deber (o a atributivas con adjetivo en -able -ible.) Los hijos no se escogen. •— ► Los hijos no se pueden escoger3.——►No La gripe se cura con pastillas.— +~La gripe se puede curar con pastillas. -+-Es La hierba no se pisa. ——► La hierba no se puede / debe pisar. s ~ N o ¡Nene! eso no se toca. ------ ►Eso no se puede / debe tocar. ——► No

son escogidos. curable con pastillas. es pisable. es tocable.

En tal caso, pueden participar de la ambigüedad de los verbos modales: Ese mueble no se limpia

nunca (no es limpiado por nadie) constatación neutra. 'v ni a tiros (no se puede limpiar físicamente) capacidad. porque se estropea: (no debe limpiarse) prohibición. “no es limpiable”

‘La colocación de se es indiferente. No pueden leerse / no se pueden leer; no se pueden ocultar / no pueden ocultarse. 2Recuérdese que la función sintáctica de sujeto presupone actualización y por tanto exige, en principio, la presencia de artículo (u otro determinante) (Vid. tema 5.2). 3E1 tema es se venden; se alquilan. En cuanto al sujeto real o agente, es el ser o seres (+ humano) indeterminados que venden las botellas o alquilan los pisos.

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Aparecen con frecuencia dichos valores modales en instrucciones, recomendaciones y expresiones, sen­ tencias, etc. El presente atemporal favorece la interpretación modal. El pollo se asa a fuego lento (debe asarse...) Los garbanzos se cuecen con bicarbonato (deben cocerse...) Eso no se hace (no debe hacerse) Este nudo no se desata fácilmente (no puede desatarse) La puerta se abre hacia adentro (sólo puede abrirse hacia adentro) Los hombres dignos no se rebajan (no pueden rebajarse) Los hijos no se escogen (no pueden escogerse) Se observa que, por lo general, el sujeto gramatical representa bien un ser, bien una clase especificati­ va, bien un conjunto definido de seres con alguna cualidad específica, implícita, que justifica io que de ellos se predica. En efecto, en la mayoría de los casos podría añadirse dicha justificación: porque... OBSERVACIÓN Estos valores modales, aunque mucho más frecuentes en la anteposición del sujeto, pueden aparecer también en casos de sujeto pospuesto (vid. infra): Non se faze así el mercado (Mió Cid) (= no se hacen así los negocios); no se pescan truchas a bragas enjutas; Para abrir, se da una vuelta a la manivela; Se pica la cebolla y se añade el tomate...; etc. e incluso en construcciones impersonales sintácticas reflejas (Vid. infra) en verbos intransitivos: se sale por la derecha; se sube por la escalera; se corre con zapatillas (se debe... hay que... sólo se puede... etc.). Este fenómeno, aunque ligado a las construcciones reflejas, no es, sin embargo, privativo. Determina­ das aseverativas, sin presencia alguna de se adquieren también valores modales implícitos; por ejemplo: Los hombres no lloran; Los niños no gritan (no deben llorar, no deben gritar). EL SUJETO GRAMATICAL ESTÁ POSPUESTO AL VERBO.

Se venden botellas; Se alquilan pisos céntricos; Se busca criado. El sujeto gramatical es un SN, que puede estar determinado o no. Lo más frecuente es que no esté determinado; botellas y pisos son inequívocamente el sujeto de la oración, puesto que rigen la concor­ dancia del verbo: se vende una botella / se venden botellas. Se trata, sin embargo, de un sujeto un tanto particular: a) No constituye el tema de la oración (Vid. temas 3.2 y 10.2). b) La posición que ocupa es lo que corresponde normalmente al CD. c) Como se ha dicho, puede no estar determinado. Esto no sería posible en la construcción pasiva “normal”: ser + participio. *Botellas son vendidas

*Pisos céntricos son alquilados.

En principio, se trata de un ser no animado, con más generalidad aún si cabe, que en el caso anterior de sujeto antepuesto. Se vendieron las parcelas. Se requirieron dotes de mando. Desde aquí se ven los barcos.

Hoy no se han recogido las basuras. ¿Se han abierto ya las taquillas? Cuando aparece un sujeto (+ animado), y particularmente (+ humano) se produce una “despersona­ lización” o “cosificación”; los individuos no son sentidos como tales sino reducidos a su “función”, a su “utilidad” o “caso”. Tal sucede especialmente con los SN que indican oficio o profesión, o en ejem­ plos como los siguientes en los que seres humanos aparecen privados de su condición de tales debido al semanticismo del verbo al contexto. -

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En ciertos países subdesarrollados, aún se compran esposas. En algunos casos se han comprado niños por parejas sin hijos. Se transportaban esclavos en las bodegas. El español clásico ofrecía modalidades más amplias que el actual de utilización de esta construcción con sujeto (+ humano). Se pueden imitar los santos (Santa Teresa); que de tal manera consentía que se tratasen los caballeros andantes (Quijote). En suma, si existe un agente (i.e. + humano) implícito, son sentidas como pasivas reflejas. Si el proce­ so es debido a una causa, más o menos espontánea o mecánica, son sentidos como intransitivos medios. Los límites pueden estar borrosos en algunos casos, lo que hace pensar a algunos que precisamente las intransitivas medias de sujeto inanimado son el origen de la pasiva refleja. Por ejemplo: La gripe se cura con pastillas. Interpretación a) La gripe es curada —o curable— por quien debe curarla utilizando el instrumento que son las pastillas (pasiva refleja). Interpretación b) la gripe se cura, es decir desaparece, por efecto de las pastillas (intransitiva media). En el primer caso, entendemos que el médico (o quien sea) cura la gripe con pastillas; en el segundo, que las pastillas curan la gripe. CONSTRUCCIONES CONCERTADAS Y NO CONCERTADAS. VACILACIONES. Con frecuencia hallamos, en lugar de se venden botellas, se alquilan pisos, se vende botellas, se alquila pisos, es decir, construcciones no concertadas con un SN que designa un objeto no animado. Se ha pro­ ducido un deslizamiento hacia la impersonal sintáctica. Como señala Gili Gaya: La vacilación presente entre s e v e n d e n b o te lla s y s e v e n d e b o te lla s, s e a lq u ila n h a b ita c io ­ n e s y se a lq u ila h a b ita c io n e s , ta n d is c u tid a s p o r lo s g r a m á tic o s , d e p e n d e d e q u e p r e v a le z ­ ca la id e a d e q u e la s b o te lla s s o n v e n d id a s ( im p e r s o n a l p a s iv a ), c o n c e r ta n d o e l v e r b o c o n s u s u je to p a s iv o , o d e q u e u n s u je to in d e te r m in a d o ( im p e r s o n a l a c tiv a ) v e n d e b o te lla s.

Estas construcciones se dan desde antiguo, en español por ejemplo: M uy pocas reinas de Grecia se halla / que limpio oviessen guardado sus lechos (Juan de Mena); Sácase de ellas otras muchas cosas (Santa Teresa); No sería en todo el lugar sino ladridos de perros (Quijote); Se te entregará mil reales (Lara). La RAE condena estas construcciones no concertadas1 y fija como norma preceptiva ia concordan­ cia, es decir la utilización de pasiva refleja y no de impersonal sintáctica en este caso; las construcciones concertadas correspondientes, correctas, serán por tanto: Se venden pisos; Se solicitan guardianes noc­ turnos; Se requieren dotes de organización; No se pueden hacer dos cosas a la vez; A los hombres se les critican menos las cosas feas...; Se declaran de urgencia las obras...; ¿Se pueden fum ar puros?; etc... De hecho, se da vacilación en los hablantes. La no concordancia se ve favorecida por la frecuencia de verbos modales y su perífrasis, los giros lexicalizados del tipo se busca, se requiere, se solicita y los sintagmas nominales coordinados. En el huerto se puede plantar rosales / se pueden plantar rosales. Se suele ver algunos lobos / se suelen ver algunos lobos. Se ha comenzado a tener materiales / se han comenzado a tener materiales. El hablante interpreta la secuencia como se puede; plantar rosales (en lugar de segmentar se puede V

CD

'Algunos gramáticos generativos, por ejemplo: Carlos Otero, sostienen que son las construcciones concertadas, —aunque gozan de “aceptabilidad” por todos los hablantes, las que no son “gramaticales” en el sentido técnico de la palabra (Vid. tema 2.4) y preconizan la generalización de la construcción no concertada: Se alquila pisos; se vende botellas.

-

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plantar rosales) dado que se puede es sentido como tema; vid. por ejemplo:

v

s

¿Qué se puede hacer? Se puede plantar un rosal. plantar rosales, pasear al sol... etc. Por idéntica razón se inmoviliza como tema invariable se busca, se solicita, etc. ¿Qué se requiere?; Se requiere buena presencia. dotes de mando. En los casos de SN coordinados, en singular podría discutirse la interpretación: se necesita camarero y doncellas y (se necesita) doncella. A veces se identifica lengua y habla con competencias y actuación. [lengua y habla] [competencia y actuación] pueden sentirse como unidades. Otra muestra de vacilación son las oraciones anormales con CD concertado cuya agramaticalidad, esta vez, es indiscutible: *Se persiguen a los ladrones. La preposición a, marca de CD, hace imposible que los ladrones sea sujeto gramatical y por tanto origine concordancia. La única forma concreta posi­ ble es: se persigue a los ladrones. CÓMO ANALIZAR ESTAS ORACIONES. En el análisis sintáctico de este tipo de oraciones hay que atenerse a la forma en la que aparecen for­ mulados. Si el hablante ha optado por la construcción concertada, se analizarán como pasivas reflejas en caso contrario, como impersonales sintácticas. Como la concordancia sólo puede observarse en plural, si están en singular conviene atenerse a la nor­ ma preceptiva y considerarlas pasivas reflejas. Se requieren dotes de mando (pasiva refleja). morfem a d e p asiva

SU JE T O

Se requiere dotes de mando (impersonal sintáctica / refleja). morfem a d e im personalidad

CD

Se requiere buena presencia (pasiva refleja) m orfem a d e pasiva

SU JE T O

Un caso particular lo constituyen oraciones en las que el elemento nominal es una oración subordinada sustantiva. En estas oraciones, dado que no puede darse concordancia, puede discutirse la interpreta­ ción. Se trata de oraciones del tipo: Se dice que...; Se anuncia que...tte. Por ejemplo: Se dice que subirá la gasolina; Se anuncia que ocurrirán catástrofes... ¿Se trata de impersonales sintácticas o de pasivas reflejas? ¿Cuál es el análisis más adecuado? a) Se dice que subirá la gasolina (impersonal sintáctica refleja). morfena de Im p erso n a lid a d

oración subord. trans. de CD.

b) Se dice que subirá la gasolina (pasiva refleja). m orfem a de pasiva

oración subord. sust. de SU JE T O

La decisión depende de si aceptamos o no la norma preceptiva que rige las construcciones concerta­ das. Si la aceptamos —lo que parece recomendable—, el único análisis consecuente es el b. En efecto, aunque por tratarse de una oración no podemos comprobar la concordancia, ésta puede comprobarse indirectamente por conmutación con cualquier SN; de este modo tendríamos:

-

347 -

Se dice que subirá la gasolina una verdad Se dicen verdades una mentira Se dicen mentiras... El SN será sujeto puesto que se efectuará concordancia, luego la oración subordinada también lo es, dado que la conmutación muestra que desempeña idéntica función sintáctica. Sólo si compartimos la posición de quienes consideran perfectamente “gramaticales” y “aceptables” las eventuales oraciones *Se dice verdades, *Se dice mentiras, consideraríamos adecuado el análisis a). Observemos, por último, que, en cualquier caso, siempre se trata de impersonales semánticas, es decir, de oraciones de agente no especificado, puesto que no se formula en ninguno de ellos quién “dice” ni quién “anuncia”. Las pasivas reflejas son por lo general, como se ha dicho, impersonales semánticas. Ello no se debe, sin embargo al se, que es morfema sólo de pasividad en ellas, sino a la ausencia de cto. agente explícito. Si éste se formula, dejan de ser impersonales: Las puertas se abren cada dia por el portero; La entrevista se viene preparando desde hace días por Televisión Española. Algunos gramáticos consideran anorma­ les estas construcciones. Son, sin embargo, muy frecuentes en el lenguaje periodístico. Se anuncia por la Casa Blanca que el Presidente solicitará más fondos al Senado. n.orf. de pasiva

cto. agente

O. sub. sust. SU JE T O

Se ha expresado la repulsa por todos los partidos. morf. d e pasiv.

SUJETO

cto. agente

Los libros se editaron por un millonario americano. Se han difundido por el gobierno rumores contradictorios.

CONSTRUCCIONES REFLEJAS IMPERSONALES SINTÁCTICAS. Como se ha visto en epígrafes anteriores, la construcción pasiva refleja, al perder la concordancia, se convierte en impersonal sintáctica. Ésta es construcción obligada cuando el SN designa un ser o seres con el rasgo (+ humano) sentido como tal y determinado. Se admira a los héroes. Se paga a los acreedores.

Se invoca a los santos. Se saluda a los embajadores.

Se aborrece al tirano.

Obsérvese que la presencia de la preposición a hace inequívoco el carácter de CD del SN y, por tanto, la interpretación de estas oraciones como impersonales sintácticas además de serlo en el sentido semántico. Esta construcción es obligada, asimismo, en todos los casos en que se da un SN determinado que lle­ varía la preposición a en una construcción transitiva si fuera CD. Se ensilló a Rocinante. Se llama a la muerte.

Se persigue a mi gato. Se persigue a la virtud.

Es de notar que, en estas construcciones, el pronombre objeto masculino es, generalizadamente la, les, aunque se trate de un C D y no lo, los, incluso en hablantes cultos no “leístas” 1

Se admira al héroe -*- Se le admira (Admiro al héroe - * - lo admiro). Se admira a los héroes-*- Se les admira (Admiro a los héroes-»-los admiro). Del mismo modo: Se paga a los acreedores-*-Se les paga. Se invoca a los santos-*Se les invoca. Se aborrece al tirano-*-Se le aborrece.

'La explicación no es unánime: para uno se trata de un “resto del sentir clásico que lo consideraba CT\ Para otros se trata de un contagio de construcciones en que lo es por ser verbos de “doble acusativo’’.

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En femenino, en cambio, es siempre la, las: Se admira a las señoras -*- Se las admira. Se admira a la señora-*-Se la admira. Esta construcción se extendió en el Siglo de Oro donde, como vimos, podía alternar con la pasiva refleja: Se pueden imitar los santos (Santa Teresa). Se paga la deuda a los acreedores -*~Se les paga (la deuda). Se robaba a amigos como a enemigos (Hurtado de Mendoza); Si a la reina se prende todo es perdido (Pérez de Hita). Se relaciona su difusión con la indudable ambigüedad que pueden presentar las cons­ trucciones reflejas con sujeto que designa seres animados. En efecto, caben en muchos ca­ sos interpretaciones reflexivas, recíprocas, etc., dado que los (+ animados) pueden ser agentes de acciones o receptivos.

Se saludan los embajadores (¿unos a otros? recíproca) Se admiran los héroes (¿a sí mismos?: ¿reflexiva?; ¿unos a otros?: ¿recíproca?) Se asustan los niños (intransitiva media) En esta construcción, se ha pasado a ser exclusivamente una marca que pone de manifiesto la indeter­ minación del agente de la acción, es decir, un morfema de impersonalidad: Se admira a los héroes (impersonal sintáctico-refleja). morfema de CD. impersonalidad. Sentido como tal, su uso se extiende a usos intransitivos de verbos transitivos (Se come y se bebe) y verbos intransitivos con quien acá se muere y se suspira (Garcilaso); Vívese con trabajo (Diego de Hermosilla), e incluso a construcciones con complementos predicativo y a los verbos ser y estar. Se vive feliz. Se está contento. Se está bien aquí. Asno se es de la cuna a la mortaja (Quijote).

Se es bueno de pequeño.

Se es o no se es.

Estos usos, condenados al principio por la RAE y los puristas, que los calificaban de “galicismos”, son considerados hoy absolutamente normales y aceptables, y la RAE ha terminado por admitirlos. El problema, en aquellas que presentan atributo o complemento predicativo es saber a qué elementos se refieren éstos, puesto que, tratándose de impersonales sintácticas, el sujeto gra­ matical es 0 . Indudablemente, se refieren al sujeto real indeterminado y general implícito y se da la particularidad de que admiten concordancia ad sensual de género (no de núme­ ro) y de que el atributo no es sustituible por lo.

Se está contento^-Se está contenta *Se lo está (frente a estoy contento*-lo estoy) morfema V. cop. Atributo, de impersonalidad.

Se es bueno -*-Se es buena

*Se lo es (Soy buena

lo soy)

morf.V. cop.A tributo de impersonalidad.

Se vive feliz

Se está bien aquí

Se es o no se es

morfema V. intr.Cto. Pvo. morf. CCM CCL morf. uso pred. de impersonalidad deimp. uso de imp.de ser pred. de estar

COMPARACIÓN CON OTRAS LENGUAS. Resulta de interés comparar la utilización de se como marca de impersonalidad en español con los procedimientos utilizados por otras lenguas para expresar dicha categoría semántica. Todos estos procedimientos responden a la necesidad de la lengua de disponer de una estructura sin­ táctica capaz de “ impersonalizar” cualquier enunciado. El francés recurre a on, resultado de la gramati-

349 -

calización de homme (hombre). Idéntico origen tiene el indefinido alemán man procedente de (Mann = hombre) Man spricht deutsch (Se habla alemán). El español medieval conoció este procedimiento, que fue desapareciendo en el español clásico con la extensión de se. Todavía en el XVI se puede hallar: el no maravillarse hombre de nada (Hurtado de Mendoza); Andando a oscuras, justo tropieza hombre (Alfonso de Valdés). Hoy se diría: el no maravi­ llarse uno de nada y pronto se tropieza. En francés, sin embargo, on es realmente sujeto gramatical de la oración, lo que no sucede con el espa­ ñol se. Compárese, en efecto: se venden libros on vend des livres. Suj.

se está bien aquí

on est bien ici. Suj

Sin embargo, on ne vend pas de livres. -*-*se no venden libros

(sino ->-No se venden libros).

on n ’est pas bien ici. ------>-*se no está bien aquí (sino ->-No se está bien aquí). Si se fuera sujeto gramatical, mantendría, como en francés, la posición en la negación. Se no es en español sujeto gramatical, aunque ocupa la posición del sujeto gramatical; en francés no hay impersona­ lidad sintáctica. Tampoco la hay en el inglés, que ha “congelado” para este uso la 3a persona del plural, con pronom­ bre personal expreso: they say that... dicen que... they shoot houses, don’t they? Se mata a los caballos, ¿no? (Estructura que se relaciona con nuestro dicen, cuentan,... etc.).

LA IMPERSONAL REFLEJA FRENTE A OTRAS CONSTRUCCIONES IMPERSONALES: VALO­ RES ESTILÍSTICOS Y RESTRICCIONES. La lengua dispone, además de la construcción refleja, de otros dos procedimientos básicos para expre­ sar la indeterminación del agente: el pronombre indefinido uno / a y la 3a persona del plural. Estos pro­ cedimientos no son conmutables en todos los casos. Existen restricciones que condicionan la selección de uno u otro. Por otra parte, cuando pueden alter­ nar, sus valores estilísticos no son idénticos. La construcción refleja no está marcada con respecto al hablante. Puede implicarlo o no. Uno / a está marcado positivamente y lo implica necesariamente, en tanto que la 3 a p. del plural lo excluye, así como al oyente. Por ello no son posibles las construcciones impersonales que se marcan con asterisco: En casos como éste no se sabe qué hacer. En casos como éste uno no sabe qué hacer *En casos como éste no saben qué hacer (el hablante se siente implicado). Aún no se ha descubierto un remedio contra el cáncer. Aún no han descubierto un remedio... * Aún no ha descubierto uno un remedio (no implicación del hablante). ¡Caramba, llaman a la puerta! *¡Caramba! Se llama a la puerta *Uno llama... (énfasis en la no impli­ cación de ninguno de los interlocutores). l e han matado / *Se le ha matado *Uno le ha matado (idem). Debido a ello, cuando el hablante se refiere a sí mismo, aunque se escude por delicadeza en la cons­ trucción impersonal, la selección obligada es uno / a. ¡Una está harta de lavar platos! *Se está harto de lavar platos. La construcción refleja es incompatible con los verbos pronominales, y con cualquier otro uso de se. En estos casos es forzoso uno / a: Uno se avergüenza, uno se lava, uno se va, uno se asusta, uno se cae... *Se se avergüenza *Se se lava...

-

350 -

Por su parte, la 3 a p. del plural con valor impersonal no es posible con cualquier verbo. En particular no es compatible con los verbos modales: No se puede desatar el nudo Uno no puede desatar el nudo *No pueden desatar el nudo (deja de ser impersonal: sólo puede referirse a un sujeto determinado implícito) Se debe respetar a los ancianos Uno debe respetar a los ancianos *Deben respetar a los ancianos. (idem). Sobre todo es usual con verbos de declaración: dicen, cuenta, afirman... aunque aparece también en otros muchos casos: ¿Quéponen en la televisión?; Le dispararon a quemarropa; Le detuvieron; Le inven­ taron; Le creyeron muerto... Sin embargo *nacen y mueren (Se nace y se muere; uno nace y muere).

PASIVAS

L as p u e r ta s son a b ie rta s p o r e l portero. L as p u e rta s s e a b ren p o r e l portero. L os hijos no s e esco g en .

CONSTRUCCIONES REFLEJAS

IMPERSONALES SEMÁNTICAS S e ve n d en botellas. S e adm ira a lo s héroes. IMPERSONALES SINTÁCTICAS

S e esta b ie n aquí. A nuncian la derrota d e lo s moros. Uno no s a b e q u é nacer.

IMPERSONALES Y PASIVAS REFLEJAS Y NO REFLEJAS. INTERRELACIÓN. • • • •

Cada dase está delimitada por un círculo o elipse y caracterizada por el rótulo que lo señala. Las intersecciones delimitan subclases que participan de más de una ciase. Cada ejemplo representa, dentro de estas subclases, un tipo distinto de construcción. Los usos anómalos han sido excluidos. CUADRO-RESUMEN DE LOS VALORES DE SE í Directas

Pepe se lava: Pepe se cree listo S

REFLEXIVAS PROPIAS ' (SIGNIFICADO i[ Indirectas REFLEXIVO) Causativas

RECÍPROCAS (SIGNIFICADO RECÍPROCO)

S

CD

Refuerzo: a sí mismo.

C ío. pro.

Pepe se lava la cara S

CI

CD

Pepe se afeita en la barbería (el sujeto no es agente). S

1 Directas

CD

CD

Pepe y María se besan:

Refuerzo mutuamente

CD -Q x) es satisfacible (basta imaginar que P denote al conjunto de los españoles y Q al de los europeos); en cam bio el conjunto de fórmulas: F 2 j-A x (P x -* - Qx), - > Vx(Px A Qx) es insatisfacible (el lector observará que la segunda de ellas contradice la primera). V e rd a d ló g ica . La satisfacibilidad llevada a su m áxim o extremo es la validez universal o verdad lógica. Se dice que una fórm ula es lógicam ente verdadera o u n iv e r s a lm e n te v á lid a (y tam bién v á lid a sin m ás) si esa fórm ula es verdadera bajo toda interpretación y en todo universo (no vacío). Por ejem plo, la fórmula: VxAyPxy

AyVxPxy

es una verdad lógica porque no adm ite ninguna interpretación que la falsee. En cam bio su conversa: AyWxPxy -* VxAyPxv es solam ente safistacible, porque si bien admite interpretaciones que la hacen verdadera, admite también otras que la falsean (bastaría, para esto últim o, elegir com o universo el dom inio de los números naturales y denotar m ediante P la relación «m ayor que». M anuel Garrido, L ó g ic a s im b ó lic a . Ed. Tecnos, 229, 230. Madrid, 6 a ed., 1983, pág. 2. Resolver el siguiente argumento: — iVx (Px a — |R x) A x (P x -> Rx) V x — , (— | Q x \P x )



i Ax (Q x -> Px)

Solución 1 — iV x (Px a —i Rx) —i Ax (Q x -• Px) 2 Ax (Px Rx) 3 — iVx —i (P x -> Rx) DG 2 4 — tV x —i —i (P x A —i Rx) IDI 3 5 —iVx (Px A —i Rx) ID N 4 6 —i Ax (Q x -> P x) M P 1,5 7 —i — iVx —i (Q x -* Px) ID G 6 8 V x — , (Q x x» Px) DN 7 9 Vx — —¡Qx \ Px) IDI 8 (Ibídem pág. 147).

-

418 -

6.- Gramática Generativa

b) Reglas de subcategorización selecciona!, que analizan un símbolo en base a los rasgos sintácticos de su constexto, por ejemplo: A -* -S C / [+ animado - (-l-visible)] [+ concreto y - animado - + visible] Esta regla se lee « a es analizado en SC en el contexto en que va precedido obligatoriamente de [+ animado] y seguido facultativamente de [+ visible], o en aquel otro en que está precedido obligatoriamente por [+ concreto] y [- animado] y seguido obligatoriamente por [+ visible]». Si las reglas de subcategorización estricta han introducido los rasgos [+ N -] y [+ -0], y si el sujeto posee el rasgo [+ animado], en este caso se podrá escoger únicamente: A -*-S C /[ + animado -] y el símbolo complejo tendrá además el rasgo: SC -*-[ + animado -]. Si las reglas de subcategorización estricta han introducido los rasgos [+ N -] y [- N], entonces se presentan dos casos: — o el sujeto tiene el rasgo [+ animado] y el objeto el [+ visible], y se aplica entonces A -* -S C / [+ animado + visible], lo que da lugar al SC siguiente: SC [+ animado -], [- + visible]; — o el sujeto tiene los rasgos [+ concreto] y [- animado] y el objeto el rasgo [+ visible] y se aplica A ->-[+ concreto y animado - + visible], lo que da lugar al SC siguiente SC -> -[ + concreto y - animado -], [- + visible]. Christian Ñique, Introducción Metódica a la Gramática Generativa. Edit. Cátedra. Madrid 1934. pág. 134.

3. No es utilizado por toda la comunidad lingüística sino por un grupo de especialistas. Piénsese en el len­ guaje de la Medicina, de las Ciencias Naturales, de la Mecánica. El léxico de estas áreas de conocimien­ tos sólo llega a ser comprendido en una mínima proporción por los que no son especialistas. El uso difunde entre el hablante medio palabras como conjuntivitis, cigüeñal, crustáceo. 4. El léxico científico está permanentemente abierto a la recepción de neologismos, tecnicismos y extranje­ rismos. Unos y otros son resultado de dos hechos innegables: a) El permanente desarrollo de las ciencias propicia la profundización en lo conocido y la aparición de nuevos objetos a los que es preciso dar un nombre en el mismo momento en que son creados. Sirva como ejemplo del espectacular desarrollo científico las conquistas logradas en algunas ramas científicas: la Cibernética (calculadoras, computadores, ordenadores); la Biología Molecular (descubri­ miento del código genético); la Ginecología (la fecundación in vitro); la Química (antibióticos, fertili­ zantes, vitaminas); Astronáutica (sondas tripuladas para la investigación interestelar, satélites artificiales que estudian el tiempo, descubren yacimientos minerales, acuíferos, “defienden” el espacio exterior); la Física (rayos láser y sus múltiples aplicaciones, el radar, importante para la navegación aérea y marítima, el sonar, indispensable para la investigación de los fondos marinos, la energía atómica); la Medicina (reim­ plantación y trasplantes de órganos). b) La colonización cultural de nuestro país por otros más avanzados científicamente, los cuales aportan con su tecnología sus propias denominaciones. 5. El lenguaje científico no está exento de términos polisémicos. Algunas voces, por distintos motivos, han ido especializándose en el uso con significados distintos según el área del saber en que son utilizadas. La palabra radical está definida en el Diccionario de la Academia Española (20a edición, 1984) en los siguientes términos: radical.(Del lat. radix, -icis, raíz.) adj. Per­ teneciente o relativo a la raíz. // 2. fig. Fun­ damental, de raíz. / / 3. Partidario de re­ formas extremas, especialmente en sentido democrático. Ú. t. c. s. / / 4 Extremoso, ta­ jante, intransigente. / / 5. Bot. Dícese de cualquiera que parte de una planta que nace inmediatamente de la raíz. Hoja, tallo RA­ DICAL. // 6. Gram. Concerniente a las raí­ ces de las palabras. // 7. Gram. Dícese de cada uno de los fonemas que constituyen el radical de una palabra. / / 8. Mat. Aplí­ case al signo (V ) con que se indica la ope-

.

- 4 1 9 -

9.

ración de extraer raíces. U. t. c. s. m. / / M ed. V. húm edo radical. / /

10.

Gram.

Conjunto de fonem as que com parten vo­ cablos de una m isma familia; asi, amo-, en amado, amable, amante, etc. / / raíz / /

12.

11.

Gram.

Quím . Grupo de átom os que,

en general, no puede ser aislado porque no constituye un sistema saturado, y que en las reacciones químicas funciona com o un solo átomo. / /

13. Quím.

Agrupamiento atómi­

co que interviene com o una unidad en com ­ puesto quím ico y pasa inalterado de unas com binaciones a otras.

En la definición aparecen cuatro significados propios de la lengua ordinaria y nueve especializados: (Botánica, Matemáticas, Medicina, Química —dos acepciones— y Gramática, que llega a tener cuatro).

H.5. R A SG O S L IN G Ü ÍS T IC O S D E L L E N G U A JE T É C N IC O -C IE N T ÍF IC O . CARACTERES DEL ENUNCIADO CIENTÍFICO Y RASGOS LINGÜÍSTICOS CORRELATIVOS

a) Restan importancia al sujeto. / Pasivas analíticas.

Sujeto inanimado. Sin complemento agente.

Nominalizaciones.

L- Objetividad.

Í J {

De frases verbales. De infinitivos.

—Nominalización infinitivos— Adjetivos especificativos. Oraciones de relativo especificativas. Complementos preposicionales del nombre. Uso predominante del indicativo = tiempo de la realidad.

c) Determinan la circunstancia de los procesos.

Í

Formalizaciones. Datos numéricos. Gráficos.

-

¡ { Í

Impersonales. De pasiva refleja.

Oraciones con se.

420 -

Subordinadas adverbiales. Complementos circunstanciales. Gerundios, participios al comen­ zar la frase (valor circunstancial).

3) Universalidad.

Artículo generalizador. Nombres abstractos. Tecnicismos. Construcción de límites precisos. Coordinación. Incisos entre guiones, comas o paréntesis. Yuxtaposición. Aposiciones. Enlaces explicativos Oraciones de relativo explicativas. Uso de la conjunción o con valor de equivalencia. Definiciones tras dos puntos. Repetición de palabras

{

Claridad

4) Claridad y precisión.

Ordenan el escrito

Fórmulas,

ij

í Elementos secuenciadores del contenido. t Enlaces consecutivos y conclusivos.

Plural de modestia. Fórmulas que dirigen la actividad del lector.

11.5,1. RASGOS RELACIONADOS CON LA OBJETIVIDAD.

DILUYEN LA PRESENCIA DEL SUJETO. Empleo de: — Oraciones enunciativas usadas en función referencial, sin ningún tipo de información sobre el emisor ni de actuación sobre el receptor. — Oraciones pronominales con se con valor impersonal o de pasiva refleja. Las impersonales ocultan o prescinden del sujeto gramatical y del agente de la acción. Se limitan a pre­ sentar el proceso verbal en su fluir anónimo: Se pretende que una sonda científica atraviese Ia cola del cometa Halley cuando se acerque a la tierra; se ha descri­ to también, en raras ocasiones, casos de nefritis intersticial, hepatitis, pancreatitis y fiebre, reversibles con la suspensión del tratamiento; se comienza con dos aplicaciones diarias sobre la lesión; se recomienda, para evitar reversiones, se instaure una terapia de mantenimiento consistente en 400 mg. diarios. Las pasivas reflejas presentan como sujeto gramatical un sustantivo inanimado que no puede ser el eje­ cutor de la acción. La despreocupación por el agente se demuestra con el hecho de que raramente llevan este complemento: Los alabes (palas de las turbinas) se mejoran continuamente para hacerlos más resistentes. Las pistas de los aero­ puertos se revisan para impedir que piedras u otros objetos puedan ser absorbidos por los reactores; la nicotina, iras ser disuelta por la saliva, se distribuye por todo el organismo. — Oraciones de pasiva analítica (con ser). Aparecen en alternancia con las pasivas reflejas, aunque con menos frecuencia. Se construyen casi siempre con sujeto inanimado y sin complemento agente. Indican asimismo la acción verbal independientemente de quien la realiza: La nicotina se fija en el cerebro y después en los demás órganos. Es transformada en el hígado y eliminada por la orina. Con las técnicas de Karlson han sido fijados los puntos de unión de cierto tipos de bacterias de la flora intestinal. (En ejemplos anteriores alternan con impersonales, formas de infinitivo pasivo: ser absorbidos, ser disuelta). — NominaMzación de frases verbales o sustitución de la construcción verbal por la nominal: sale el so!-&- la salida del sol. Esta transformación: 1. — diluye los valores verbales (tiempo, modo, persona, con lo cual 1) se desvanece el interés por el sujeto de la acción; 2. — se sustituye el verbo por un sustantivo postverbal abstracto que transforma la acción en un hecho ya realizarlo, puramente mental. La frase nominal es transformable, de nuevo, en frase verbal con grados -

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distintos de dificultad, según se quiera convertir el sustantivo en su verbo correspondiente (infinitivo o forma personal) o utilicemos un verbo de acontecer. Las nominalizaciones son frecuentes en el lenguaje científico: La ingestión de dosis pequeñas acelera el corazón; el consumo de tabaco creció hacia 1855; el cianuro de hidróge­ no inhibe la acción de ciertas encimas y la fijación de oxígeno en la hemoglobina; los usos caseros incluyen espumas para el acondicionamiento del cabello.

— Nominalización del infinitivo, sustituido por un nombre o por un participio también sustantivado: estudiar los resultados -?~el estudio de los resultados, el enlatado de los espárragos es autom ático, el barn izado de los muebles, el vaciado.

DESTACAN Y DEFINEN LOS OBJETOS. — Utilización de adjetivos especificativos, generalmente pospuestos, cuya función es restringir la exten­ sión del sustantivo. Tienen especial interés los adjetivos utilizados para clasificar al sustantivo: cuarzo citrino (topacio), hematoide (falso jacinto de Compostela), siderita (falso zafiro), prusio, rosado, ahumado, lechoso, y los que se han lexicalizado en el sintagma: campo semántico (Lingüística), gravitatorio (Astronomía), magnético (Física), visual (Oftalmolo­ gía), vectorial (Física), operatorio (Cirugía). — Oraciones de relativo especificativas, utilizadas con el mismo valor delimitador de los adjetivos: Las fitoecdisonas actúan como poderosos agentes protectores a! perturbar los ciclos de crecimiento de los insectos que depredan plantas productoras de las mismas (que depredan = depredadores); descubrieron que después de que los enjambres de langosta hubieran devastado amplias extensiones de sabana, la única planta que sobrevivía en la Ajuga remota (que sobrevivía = sobreviviente).

— Complementos preposicionales del hombre, con la misma función especificativa de los rasgos ante­ riormente señalados: Los ecdisteroides actúan iniciando los ciclos de ecdisis propios de la secuencia del desarrollo; en muchos insectos, queda bloqueado el tránsito normal de larva a pupa y la hormona juvenil actúa como un elemento de control de! proceso de desarrollo.

— Uso predominante del indicativo, modo de la realidad. D ETER M INA N LAS CIRC U N STA N C IAS DE LOS PROCESOS: — Distintos tipos de oraciones adverbiales. — Distintos tipos de complementos circunstanciales. Ver en los textos analizados. — Presencia al comienzo de la frase, con valor circunstancial, de infinitivos, gerundios y participios (fre­ cuentes en libros de texto y artículos científicos): A l hablar de la composición química de la materia hemos explicado...; al estudiar la nutrición hemos indicado que el ser vivo es un sistema abierto; A l mezclar S y Fe no se form a SF si previamente no se calienta la mezcla. A l echar un trocito de Na en LLO reacciona espontáneamente (infinitivo expresando circunstancias temporales); Sa­ biendo que sen a = 0, 3, 90°, 180°, calcular eos a; conociendo la segunda form a cuadrática fundam ental podemos calcular la curvatura de cualquier curva de una superficie; sabiendo que In 71 = 4 ’26268, calcular el logaritmo de 71; utilizando argumentos matemáticos complejos se puede demostrar que las fronteras de Plateau deben estar fo r ­ madas por tres películas (gerundio condicional o consecutivo y modal); Dada la enorme velocidad de la luz, una masa muy pequeña representa una gran acumulación de energía; Dado que las burbujas están unidas entre sí, sus presiones internas son iguales y sus diámetros idénticos (participio condicional o consecutivo).

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11.5.2. R A SG O S R E L A C IO N A D O S C O N E L C A R A C T E R V E R IF IC A B LE D E L A C IE N C IA .

Como consecuencia de esta característica, el enunciado recibe formalizaciones y expresiones numéri­ cas y se confirma con elementos gráficos, pero no incorpora ningún rasgo lingüístico que no haya sido citado hasta ahora.

11.5.3. R A SG O S R E L A C IO N A D O S C O N L A U N IV E R SA L ID A D .

LINGÜÍSTICOS: — Artículo con valor generalizador: transforma en general lo particular y le da validez universal: El guepardo constituye un modelo de ingeniería aerodinámica (el guepardo = todos los guepardos); el autogiro está form ado por un fuselaje, una o varias hélices que lo impulsan y dos molinetes que giran libremente (el autogiro = todos los autogiros); la célula es una unidad microscópica constituida por protoplasma y dotada de vida propia que compone el cuerpo de plantas y animales (la célula = todas las células); El pájaro jardinero construye un nido para las crias y un quiosco para los apareamientos (el pájaro jardinero = a todos los pájaros jardineros); El molino de viento es uno de los medios más antiguos para producir energía mecánica (el molino de viento = todos los moli­ nos de viento); el corazón humano posee cuatro cámaras (el corazón hum ano■= todos los corazones humanos).

— El presente atemporal que, por referirse a un espacio temporal amplio, comprendido entre el pasado y el futuro, es el tiempo propio de las afirmaciones y definiciones científicas. La exposición doctrinal se perpetúa y unlversaliza temporalmente. Como ejemplo pueden verse los del rasgo anteriormente estu­ diado.

— Presencia de nombres abstractos que confieren categoría mental a lo material. Pueden expresar fenó­ menos, cualidades o cantidad (Ver tema 4). Se le ocurrió la idea de utilizar para la sustentación hélices que girasen libremente. Las ventajas eran la supresión de la pérdida de velocidad y el aterrizaje vertical.

— Utilización de tecnicismos. El tecnicismo garantiza la universalidad de los conceptos por su univoci­ dad y por la relación directa entre el significante y la cosa (ver 11.1 y 11.6). La universalidad exige la cohe­ rencia en el uso de los tecnicismos, es decir, que cada significante se aplique siempre referido al mismo contenido mental: La mielografía consiste en la introducción de una sustancia radio-opaca dentro del espacio subaracnoideo para demostrar una lesión en los compartimentos intra y extradural del canal raquídeo. (Clínica Médica); A partir de casi mil kilogramos de gusanos de seda se aislaron 25 mg. de un disteroide llamado ecdisona y alrededor de un tercio de mg. de otro llamado 20-hidroxiecdisona. Otros investigadores lograron extraer 25 mg. de 20-hidroecdisona a par­ tir de 2 ’5 gramos de rizoma seco de un helécho Polypodium vulgare (Biología).

NO LINGÜÍSTICOS: Formalizaciones, gráficos, etc.

11.5.4. R A S G O S R E L A C IO N A D O S C O N L A C L A R ID A D Y P R EC ISIO N .

Pueden clasificarse en tres grupos, en cada uno de los cuales se enumerarán las características más importantes: a) CONTRIBUYEN A LA CLARIDAD: — La construcción sintáctica de límites precisos. La construcción paratáctica —coordinadas y yuxtapue as— ofrece el pensamiento con mayor nitidez que la hipotáctica (subordinación).

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— Las oraciones de relativo explicativas, que se presentan como expansiones aclaratorias de sus antecedentes: Así se forma el enlace covalente, que conocemos con el nombre de coordinado; los jóvenes, que se asemejan a los adultos en el aspecto, pasan por diversos períodos de ecdisis o muda. — Los incisos entre comas, rayas o paréntesis: Los cilios se excitan ante la presencia de objetos extraños y —vía nerviosa— provocan el reflejo de la tos; Las actividades se presentarán por flechas (es decir, arcos dirigidos) en un grafo. El del principio de la cola se conoce por el suceso de la cola (o inicial); el de la punta de flecha se llama suceso de punta (o final). — Aposiciones:

El guepardo, verdadera máquina de correr, constituye un modelo de ingeniería aerodinámica; La formación de hidronio es similar: uno y otros iones, amonio e hidronio, se han formado mediante enlace”. — Uso de la conjunción o como enlace de definiciones por ideo áficación o equivalencia: pasan por períodos de ecdisis o muda; se llama imagen inversa o aníiimagen de y. — Definiciones, aclaraciones o resúmenes tras dos puntos: Durante la carga se producen capas de materia en las placas positiva y negativa: en la positiva, de óxido de plomo y en la negativa, plomo sólo; El principio de la electrólisis es muy simple: en un recipiente que contiene agua se echa potasa cáustica (CKOH) y se conduce una corriente eléctrica por dos alambres metálicos o electrodos, el cáto­ do y el ánodo (Obsérvese en este ejemplo el uso de la O de identificación y del inciso explicativo). — Enlaces explicativos —es decir, esto es, a saber, etc— que consolidan la coherencia textual (Ver te­ ma 10,): La noción de un universo en expansión, es decir, que las galaxias que lo forman se van alejando o separando cada vez más; la síntesis endsergónica de compuestos inestables —materia orgánica y oxigeno molecular— a partir de los más estables, a saber: agua, anhídrido carbónico, nitrato, sulfato y fosfato. — Repetición de palabras: improcedente en otros escritos, se tolera en los enunciados científicos por su contribución a la claridad de los mismos: Obsérvese el número de repeticiones que puede llegar a tener el texto de un buen libro científico: Es particularmente importante observar que el vector velocidad puede variar de módulo, de dirección o de ambas cosas a la vez. Si el vector velocidad está cambiando de algún modo, la partícula está acelerándose de acuerdo con su definición. Quizá estemos másfamiliarizados con aquella aceleración que corresponde a una variación del módu­ lo del vector de velocidad. En éste varía ¡a celeridad (puesto que la celeridad es, precisamente, el módulo del vector velocidad). Sin embargo, una partícula puede estar moviéndose sin que su celeridad cambie y, no obstante, está ace­ lerándose si está cambiando la dirección del vector velocidad (un ejemplo particularmente importante en este caso es el movimiento circular (ya estudiado). Esta aceleración es tan real como lo es la producida por una celeridad variable. (A. Tipler Física Ed. Reverté. S. A. - Barcelona, 1978, pág. 66). b) ORDENAN EL PENSAMIENTO — Elementos secuenciadores del contenido informativo: Los bronquios se dividen repetidamente, van perdiendo grosor y forman, por fin, unas bolsitas de epitelio, los alvéolos. — Enlaces consecutivos o conlusivos: por lo tanto, pues, por consiguiente. (Ver tema 10): Los derivados de la destilación son gases como el butano, gasolina, petróleo para el alumbrado, gasóleo. De ahí su importancia en la economía mundial; La atmósfera de todos los planetas y, por tanto, de la Tierra, era reductora en oposición a la actual que se halla típicamente oxidada. Así, pues, además la reductora era una atmósfera anaero­ bia, es decir, sin oxígeno; La costa está sometida a una fuerte acción erosiva. Por esto se eligió como línea de posible ajuste la profundidad de 2.000 metros sobre los taludes continentales; en definitiva es, pues, el estímulo nervioso el que provoca la secreción. Los lípidos poseen mayor energía potencial química, por tanto, guardándolos, el orga­ nismo almacena más energía; Llamamos f a la fracción generatriz que buscamos. Luego: f = 0,373737...; En este conjunto hay que situar, por consiguiente, los nervios aferentes y eferentes. c) FÓRMULAS. — Plural de modestia con el que el emisor alude a si mismo: -

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Al estudiar la nutrición hemos indicado que el ser vivo es un sistema abierto. < orno allí hemos podido comprobar [...] cuando nos hemos ocupado de las funciones de relación....

— Fórmulas apelativas con las que el autor se dirige al lector. Pueden estar expresadas: 1) Por infinitivos que presentan un valor imperativo impersonal: Expresar en radianes los siguientes ángulos: a) 12; b) 60. 2) Por la 1.a persona (el emisor atenúa el mandato incorporándose a la acción solicitada): Encerrémonos con algún amigo en la cabina principal bajo cubierta de un barco grande y con nosotros encerremos algunas moscas, mariposas y otros pequeños animales volado­ res. También tengamos una vasija grande de agua con algún pez en su interior; colguemos una botella que se está vaciando gota a gota dentro de un recipiente grande dentro de la misma.

11.6. PR O BLEM A S Q U E P L A N T E A EL LEN G U A JE CIENTÍFICO . La simbiosis de términos naturales y científicos plantea problemas de diferente profundidad.

A. PROBLEMAS QUE SE REFIEREN A ASPECTOS EXTERNOS. 1. El planteado por el creciente número de tecnicismos: su incorporación global al léxico de la lengua haría que ésta resultase ahogada en un mar de términos científicos. La solución dada comúnmente por los lexicógrafos es la de incorporar los términos que puede necesitar un hombre de mediana cultura y los que hayan trascendido el círculo estricto de los especialistas. 2. Neologismos y tecnicismos que deben admitirse. Gili Gaya y la práctica generalidad de los lexicógra­ fos son partidarios de admitir todos aquellos que estén formados por raíces grecolatinas porque son p a ­ ra nosotros tan patrimoniales com o los que ha creado el romance. Más dificultades teóricas tiene la pa­ labra extraña (extranjerismo), aunque el uso lingüístico, en la práctica, lo incorpora de distintas formas al caudal de la lengua. 3. La incorporación indiscriminada hecha por el uso puede producir que el mismo tecnicismo sea adop­ tado con adaptación o traducción distinta en los diversos territorios de habla española. Para dar solu­ ción al problema, en el Congreso de Academias de la Lengua celebrado en Bogotá en 1960, se acordó la creación de una serie de Comisiones de Vocabulario Técnico que serían las encargadas de resolver las dudas que se presentasen. 4. La penetración de términos con una fonética inusual en español (caso semejante al de las comunes: whisky, hóer, club, lord) y los problemas planteados bien en su adaptación (güisqui) o en la formación de sus plurales (clubes, siguiendo la norma española, o boers y lores, alterándola).

B. EL PROBLEMA DE LA DISTINCIÓN ENTRE LENGUAJE CIENTÍFICO Y ORDINARIO. Ramón Trujillo, basándose en las ideas de Saussure sobre el signo (ver tema 1), observa una distinción entre ambos lenguajes porque: a) Los signos lingüísticos ordinarios no son nombres para designar una realidad anterior a la palabra sino instrumentos para delimitar esa realidad, y los términos técnicos, en cambio, nacen para designar objetos previos a la designación. b) El signo lingüístico une imagen acústica y significado y no, como el tecnicismo, un significante con una cosa. A partir de estas reflexiones, concluye que el tecnicismo, es ajeno al concepto de lengua de Saussure aunque la lengua haya debido utilizarlos para incorporar el saber objetivo alcanzado por la comunidad. La intuición de dos clases de léxico está, pues, clara. El problema consiste en saber si podemos distinguirlos por medio de criterios objetivos y hasta qué punto pueden delimi­ tarse esos criterios, o si sólo se trata de dos funcionamientos distintos del proceso semioló-

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gico, con lo cual los dos tipos no vendrían a ser más que especializaciones en una u otra función. R. Trujiilo: “El Lenguaje déla técnica”, en Doce ensayos sobre el lenguaje. Publicaciones de la Fundación J. March, Ensayos Rioduero. Madrid, 1974, pág. 206. También Coseriu opone léxico estructurado ordinario a léxico nomenclátor o técnico como expresión del divorcio entre una parte estructurada de la lengua, y, por tanto, lingüística, y otra ordenada según las propiedades de lo real o, mejor dicho, sobre las propiedades con que una técnica determinada descri­ be o intenta describir lo real. Habla de un lenguaje objetivamente fundado que establece y hace valer las delimitaciones que corresponden a líneas divisorias objetivas y valoradas objetivamente:

Entre las muchas posibilidades del lenguaje existe también la de un lenguaje objetiva­ mente fundado, o sea, de un lenguaje que sólo establece y hace valer las delimitaciones que corresponden a líneas divisorias objetivas y objetivamente valoradas. A este respecto, el len­ guaje de la ciencia, el lenguaje técnico, es simplemente una de las posibilidades del lenguaje que, dicho séa de paso, es realizada también, en parte, en las lenguas históricas, represen­ tando lo que en las lenguas es nomenclatura y terminología técnica. Un lenguaje tal puede entonces designar también sólo cosas “existentes”. Pero la diferenciación entre lo existente y lo no-existente sólo se hace también posible mediante el lenguaje. En Baldinger: Teoría Semántica, edic. Aléala, 2a ed. Madrid, 1977, pág. 57. A Coseriu le falta, no obstante, establecer de una manera precisa la frontera formal entre uno y otro léxico.

11.7. D IFE R E N C IA S D E CO M PO RTA M IENTO EN TR E EL LEN G U A JE C O M Ú N Y EL CIENTÍFICO . Con independencia de las opiniones de R. Trujiilo y de Coseriu antes citadas, se observan algunas diferen­ cias en el comportamiento de los términos de uno y otro léxico. Pueden enumerarse los siguientes: a) En el léxico científico las oposiciones son exclusivas: un término es diferente de todos los demás; en la terminología común muchas oposiciones son inclusivas : el término negativo o no marcado puede en­ globar al positivo o marcado. Así, hombre puede oponerse a mujer, pero también sirve para referirse a ambos géneros {el hom bre es racional). No obstante, la diferencia de comportamiento no es distintiva porque en la lengua común también existen oposiciones exclusivas como bueno/malo, alto/bajo, blanco/negro, etc. b) En las traducciones de una lengua a otra el traslado de los términos técnicos se realiza simplemente cambiando los significantes de una lengua por los de otra sin que ello signifique una pérdida o un cam­ bio del significado: branquia se traduce sin residuos semánticos al inglés sustituyendo el término por gilí; al alemán por kieme; al portugués por branquia ; al italiano por branchia. Para traducir los términos comunes es necesario transponer previamente los significados de una lengua a la otra y encontrar en la segunda lengua un campo de significación equivalente al designado por la palabra de la primera. Esta transposición no es fácil porque las lenguas organizan la realidad de diversas formas, no siempre coincidentes. El contenido de la palabra española mediodía no tiene equivalente exacto en ninguna de las len­ guas europeas. Cualquier traducción que de ella se haga dejará sin incorporar algún aspecto del contenido. c) En las definiciones los términos técnicos concretan su contenido semántico por enumeración de las notas que constituyen su naturaleza o que describen sus comportamientos. El Diccionario de la Acade­ mia de la Lengua incluye las siguientes:

nitrógeno: metaloide gaseoso, incoloro, transparente, insípido e inodoro, que no sirve para la respiración ni la combustión y que constituye las cuatro quintas partes del aire atmosfé­ rico. Es el elemento fundamental en la composición de los seres vivos. Nú. atómico 7. Símb.: N. musgo: cada una de las plantas briofitas con hojas bien desarrolladas y provistas de pelos rizoides o absorbentes, que tienen un tallo parenquimatoso en el cual se inicia una diferen­ ciación en dos regiones: central y periférica. Estas plantas crecen abundantemente en luga-

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res sombríos sobre piedras, cortezas de árboles, en el s ielo y aun dentro del agua corriente o estancada. Los términos lingüísticos reciben su significación a través de las oposiciones y relaciones con otros sinónimos. Dar adquiere su valor en relación con otorgar, conceder entregar, proporcionar, etc. Su defi­ nición, como la de cualquier palabra común, se realiza por sinónimos o perífrasis sinonímicas: en el Dicccionario de la Academia se concreta así: donar, entregar, proveer en algún empleo u oficio, etc. d) En las relaciones sintagmáticas, los términos ordinarios pueden ser sustituidos, con bastante aproxi­ mación y facilidad, por otros similares: construyen (o edifican, levantan, hacen, etc.) su (o una, la, esta) casa (o morada, habitación, hogar, etc.). Esta posibilidad queda muy reducida en el lenguaje científico, pues por su universalidad ven reducida esta posibilidad. Sólo pueden sustituirlos los nombres genéricos de clase, indicadores de estado físico, o su propia fórmula química. Puede conmutarse clorato potásico por sal o por CbK. Lo mismo ocurre en otros ejemplos: la sal (o el cloruro sódico o el CINa) es muy abundante en la naturaleza.

e) La relación significante-significado dentro del signo lingüístico ordinario está marcada por la arbitra­ riedad (ver tema I), salvo en las onomatopeyas, que imponen como significante una señal de índole acús­ tica o motora relacionada con el concepto evocado. En los tecnicismos, en cambio, es frecuente algún tipo de relación entre ambos planos del signo. Esa relación se presenta por distintos motivos: — Porque el término está formado por raíces clásicas, que son una definición de lo evoca­ do: anaerobio, an ‘no’ + aer ‘aire’ + bio ‘vida’ , = que puede vivir sin aire; microscopio, micro ‘pequeño’ + scopio ‘ver’ = que puede ver lo pequeño; macrocéfalo macro ‘grande’ + cefalé ‘cabeza’ = de gran cabeza. — Porque es una perpetuación del nombre de un científico relacionado con el estudio de lo significado: amperio: Andrés Ma Ampére; maipigiáceas: Marceño Malpighi; dalia: An­ drés Dhal; vatio: Jacobo Watt; julio: Jacobo Prescott Joule, etc. — Porque los elementos que forman el nombre son los que integran el producto evocado: acetil-salicílico, poliuretano.

— Porque se hace referencia al comportamiento del significado: hidrógeno: hidro ‘agua’ + geno ‘producir’ = que produce agua; despegar: des: ‘separar, desunir’, + pegar = ‘ad­ herir’ una cosa a otra. — Porque recuerda un lugar relacionado con el significado por algún motbo: polonio: Po­ lonia, patria de M. Curie, la descubridora; rutenio: Ruthenia (lugar de Rusia en que se en­ contró el metal); faro: isla de la desembocadura del Nilo que da nombre al indicador en ella construido. — Porque se alude al color: cianuro: danos ‘azul’; cloro: cloros ‘amarillo verdoso’. — Porque se hace alusión a la forma de lo significado: los huesecillos del oído medio: mar­ tillo, yunque, lenticular, estribo: bacteria gr. ‘bastón’; espirilo en forma de espiral; flagela­ dos, con forma de flagelo o látigo. — Porque se menciona el momento en que aparece lo significado: presbicia: présbite ‘viejo’.

11.8. IN TER C A M BIO S LÉX IC O S. No hay separación absoluta entre los términos del lenguaje común y los del lenguaje técnico o científi­ co. Intervienen conjuntamente en la elaboración de los enunciados científicos y con frecuencia se transva­ san de un plano léxico al otro. Así han pasado a la lengua ordinaria gran cantidad de tecnicismos proce­ dentes de diversas especialidades: kilovatio, radiografía, neutrón, átomo (procedentes de la Física); sal, alcohol, bicarbonato, sulfato, celulosa, sacarina (de la Química); coordenadas, solución, incógnita (de las Matemáticas); nylón, batería, transistor, embrague, fotómetro, dinamo, secuencia (de la Técnica); -

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conjuntivitis, penicilina, sulfamida, electrocardiograma (de la Medicina).

Cuando el tránsito se realiza desde el léxico especializado al común el significado se generaliza y pier­ de su rigor. En la puerta tiene óxido la imagen mental del hablante no es idéntica al concepto cientí­ fico “oxígeno más metal” sino al aspecto visual de la herrumbre o corrosión originada por la reacción química. Lo mismo sucede con la frase desinfecta la herida con alcohol, de la que queda excluido el significado científico de “función orgánica cuyo grupo caracterís­ tico es OH”. En la sopa es muy buena pero le falta algo de sal no hay ninguna referencia al “compuesto resultante de la sustitución del H de los ácidos por un metal”, sino a un tipo de condimento; con espérame un minuto, por favor no solicitamos una espera de se­ senta segundos, sino de diez o quince minutos. En ocasiones el transvase da lugar a un eufe­ mismo no exento de malicia e ironía: en la afirmación se casó de penalty, a la palabra espe­ cializada sólo le resta de su significado primitivo el valor de “ falta grave contra lo regla­ mentado”.

iK l" -

También es muy frecuente el trasvase en sentido opuesto: de la lengua común a la especializada. En estos casos, la palabra también modifica su significación y se especializa: Conjunto toma una significación muy precisa cuando pasa al campo de las Matemáticas; caballo pasa a formar parte del sintagma caballo de vapor en el campo de la Física; fuente toma nuevos valores en la Teoría de la Información; frente se especializa al designar reali­ dades meteorológicas. A veces la palabra se convierte en un tecnicismo de varias ramas del saber, perdiendo su univocidad, como veíamos en el apartado 11.4 punto 4.

La frontera entre lo científico y lo común puede ser traspasada por el mismo término en doble senti­ do: se especializa inicialmente y retorna después a la lengua común con un valor híbrido. Es lo que sucedió con la palabra común operación-, “ejecutar una obra’. Pasó a la Lógica, a la Medicina, a la milicia (táctica militar) y volvió a su lugar de origen formando parte de expresiones como “operación limpieza”, “operación sonrisa”, etc. El cambio de plano es posible también en los adjetivos: maligno “propenso a pensar u obrar mal”; según el Diccionario de la Real Academia Española pasa a la Medicina significando “evolución desfavo­ rable, mortal”. En sentido inverso se instala en una lengua común el adjetivo embrionario en la frase “la idea embrionaria de la novela surgió leyendo un cuento”, en la que el adjetivo ha perdido contacto con su contenido técnico “ germen o rudimento de un ser vivo” para significar la “ idea inicial” . El mismo término puede usarse con valor general o con el especializado.

11.9. C R EA C IÓ N D E LA TER M IN O LO G ÍA C IENTÍFICA. L a n e c e s id a d d e d a r n o m b r e a l o s o b j e t o s

y c o n c e p to s

n u e v o s m a n t ie n e

a la lengua e n

una

permanente

a c t it u d c r e a d o r a . L o s p r o c e d i m i e n t o s d e c r e a c ió n d e n e o l o g i s m o s s o n d iv e r s o s :

11.9.1. PROCEDIMIENTOS PROPIOS DE LA LENGUA. Los neologismos aparecen como consecuencia del empleo del sistema de derivación y composición que es normal en la lengua para la creación de cualquier palabra común. a)

Creación por derivación.

Se utilizan, sobre todo en los tecnicismos, los siguientes sufijos:

Con sufijos: -ado: encofrado, enlosado, acristalado. -aje: estiaje, cabotaje, rodaje, alunizaje, aterrizaje. -ción: secreción, intersección, reacción, hibernación, solidificación. -era: hormigonera, lanzadera, podadera, abrazadera. -ero: petrolero, financiero, calero. -

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-ficar: electrificar, panificar, planificar, codificar, estratificar. -/'a: cerrajería, ferretería, marmolería. -ización : cristalización, fertilización, fosilización. -izar, abalizar, cauterizar, electrizar, amerizar, alunizar. -o r: transistor, ordenador, extractor, refrigerador, entibador. -ora: lavadora, exploradora, apisonadora, pulimentadora, batidora.

Con prefijos: re-: recauchutar, recocer, regeneración. de- o des-: decodificar o descodificar, desbridar, descolorear, desnutrición, decorticar. b) Procedimientos científicos. Las distintas ciencias han seleccionado para la clasificación de sus obje­ tos y fenómenos una serie de sufijos que, con mayor regularidad que los de la lengua, dan origen a los tecnicismos necesarios en sus descripciones. La lengua presenta irregularidades en la aplicación de los sufijos: (barca barquero, camión camionero, coche-*-cochero), pero (avión-*-aviador, tractor-*-tractor/sfa, moto-»-motor/sía). En las ciencias la formación es mucho más regular tanto en la aplicación de las bases griegas indicadoras del número (deca, hect, etc. como en la de los sufijos); así en Geometría, junto al sistemático empleo de la indica­ ción numérica, aparecen invariablemente los sufijos -edro ‘cara’ y -gono ‘ángulo’: hexágono, hexaedro, octógono, octaedro, etc.; en Química cambia los afijos, pero no el comportamiento: actúan como prefi­ jos met-, et-, prop-, bu- y como sufijos, entre otros, -ano, -ilo: metano, metilo, etano, etilo, propano, propilo, etc.; hay terminaciones para clasificar las distintas sales según el ácido de procedencia ( uro, -ito, -oso, -ato): cloruro, clorito, clorato, cloroso, etc.; en Ciencias Naturales, las clasificaciones científi­ cos se establecen por sufijos específicos; -//era, -a'cea, -ógama, etc.): liliácea, papaverácea, criptógma, conifera, etc. Las distintas ciencias utilizan también en la creación de tecnicismos la composición sintagmática: vér­ tice geodésico, silicato de aluminio, campo gravitatorio, vector de velocidad, etc.

11.9.2. PROCEDIMIENTOS EXTERNOS A LA LENGUA. A. DE ORIGEN CULTO. Las raíces grecolatinas ofrecen amplias posibilidades para crear neologismos. El latín, que fue la len­ gua de la ciencia durante siglos, dejó una rica herencia de tecnicismos, heredados muchos de ellos del griego. Palabras como simsibrio ‘jaramago’; periostio ‘membrana fibrosa adherida a los huesos’, y cri­ soberilo ‘piedra preciosa’ pasaron al español desde el griego teniendo como vehículo el latín. A partir del Renacimiento el griego influyó directamente y sus raíces fueron utilizadas sistemáticamente —junto con las latinas— para formar los neologismos. De tales neologismos nada debemos temer puesto que son para nosotros patrimoniales como los que el romance ha creado con sus propios recursos (Gili Gaya). Desgraciadamente, las ventajas que ofrecen estas composiciones neológicas comienzan a neutralizarse con la pérdida creciente de la formación humanística. El desconocimiento del latín y del griego deterio­ ran la utilidad y universalidad de los neologismos creados sobre bases grecolatinas. B. DE PROCEDENCIA GRIEGA. a) Con el mismo significado que en la lengua originaria: anacoluto ‘que no sigue, inconsecuentemen­ te’; tautología ‘repetición, decir lo mismo’; seísmo ‘temblor de tierra’; am orfo ‘sin forma’; glosa ‘lengua’. b) Cambian de significado: fa ro ‘señal luminosa en una isla de.la desembocadura del Nilo’,-^ ‘reflec­ tor’; anatom ía ‘disección’,-*-1estructura de las diferentes partes de cuerpo’\ fó sfo ro ‘lucero de la maña­ na’,-*- ‘sustancia química inflamable’. c) Neologismos creados con raíces griegas: an ‘no’ + orexia ‘apetito’—► anorexia ‘falta de apetito’, hipos ‘caballo’ + potam os ‘río’ -► hipopótam o ‘caballo de río’; críeos ‘anillo’ + -oide ‘parecido a’-^ -

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cricoide ‘cartílago anular de la laringe’; cito ‘cubierta’ + plasm a ‘formación '^ c ito p la s m a ‘cubierta del protoplasma celular’; a ‘no’ + tom o ‘división ’- ^ á to m o ‘no divisible’; polios ‘gris’ + m yelos ‘mé­ dula’; + itis ‘inflamación -^p o lio m ielitis ‘inflamación de la médula’, plu to ‘rico’ + erada ‘gobierno’ plutocracia ‘gobierno de los potentados’; xilon ‘madera’ + fo n o ‘sonido’-^- xilófono ‘instrumento

musical de madera’.

C. DE PROCEDENCIA LATINA. a) Con el mismo significado que en la lengua de origen: pústula ‘ampolla’; p ó m ez ‘piedra’; circulo ‘superficie circunscrita por la circunferencia’. b) Con distinto significado: estilo ‘punzón para escribir sobre tablillas enceradas’-*» características de un escritor o artista; bacilo ‘bastoncillo’-*-bacteria de foma cilindrica o de cayado; fístu la ‘conductoV ‘conducto ulcerado en la piel o en las mucosas’. c) Neologismos creados con raíces latinas: columba ‘paloma’ + cultura ‘cu\tivó-+-columbicultura ‘cría y reproducción de palomas’; dis ‘no’ + caléis ‘cal’ + facere ‘hacer^-descalcificar ‘no producir carbona­ to de cal’; som ni ‘sueño’ + fe ro ‘Wcv'áf-^somnífero ‘que produce sueño’; verm is ‘gusano’ + fugare ‘ahuyentax’- ^v erm íg u g o ‘que ahuyenta los gusanos’.

D. VOCES HÍBRIDAS. Las raíces de ambas lenguas clásicas pueden ser utilizadas indistintamente, dando nacimiento a neolo­ gismos híbridos: a) H íbridos de raíz latina y griega: lat. bis ‘dos’ + gr. gamos ‘casamiento’+ -bígamo ‘estado del hombre casado con dos mujeres’; lat. esplenus ‘bazo’ + gr. megale ‘grand e^esplenom egalia ‘inflamación del bazo’; lat. dei ‘dios’ + gr. cida ‘el que mata ’-+-deicida ‘el que da muerte a un dios’; lat. espectro ‘imagen’ + gr. grafo ‘escritura'-^espectrógrafo ‘aparato para registrar el espectro de una radiación’; lat. pluvia ‘lluvia’ + gr. metro ‘m edlddl-^pluvióm etro ‘aparato para medir la lluvia caída’. b) H íbridos de raíz griega y latina: gr. bios ‘vida’ + lat. esfera ‘sólido redondo’ : biosfera ‘parte de la Tierra donde se manifiesta la vida’; cosmos ‘mundo’ + lat. nauta ‘navegante’: cosmonauta ‘navegante que viaja más allá de la atmósfera terrestre’. c) H íbridos de raíz clásica y española. Las raíces clásicas se utilizan también en combinaciones con voces romances: hiper ‘grande’ + m e r c a d o ip e rm e rc a d o ; lat. p luri ‘varios’ + em/j/eeo-pluriempleo; tele (apóc.) + espectador-*-telespectador.

E. RIQUEZA LÉXICA APORTADA POR LOS FORMANTES CLÁSICOS. Al gran número neologismos formados con las raíces clásicas es necesario añadir las palabras que la dinámica de la lengua va formando como derivados de ellas: de alergia : gr. allos ‘otros’ + ergon ‘traba­ jo’, (reacciones producidas en el organismo por sustancias ajenas al mismo) se derivaron alergólogo o alergista ‘médico especialista en alergias’, alérgeno sustancia que produce la alergia, alérgico relacionado con la alergia; de neumología ‘tratado de las enfermedades del aparato respiratorio’ se derivan neum ólogo especialista en ellas, neumológico relacionado con la neumología.

F. OTROS PROCEDIMIENTOS PARA LA CREACIÓN DE TECNICISMOS Los más importantes son los tres que se exponen a continuación: los préstamos, los calcos, y los acrónimos.

1. LOS PRÉSTAMOS. Los préstamos son voces de una lengua que pasan al uso de otra sin cambiar su significante ni su

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significado. Pueden distinguirse entre ellos dos categorías: a) los préstamos propiamente dichos, que son las voces que, inicialmente exóticas, se adaptaron a la lengua que las acoge, y b) los extranjerismos que no han sufrido ninguna modificación ni en su fonética ni en su grafía, y que son sentidas por el hablante como enquistadas en su propio idioma. Ambas serán estudiadas conjuntamente por la dificultad de esta­ blecer en muchos casos una distinción entre ambas. La mayoría de los préstamos recibidos en el español proceden del francés y del inglés. La proximidad geográfica y la relación cultural con el primero y la dependencia comercial, científica y técnica respecto al segundo son condicionantes de esta influencia. Del inglés nos llega el setenta por ciento de los préstamos de nuestro idioma. En el proceso de aclimatación de los préstamos pueden presentarse diversas situaciones: 1.a El término exótico está marcado por su forma y pronunciación originarias.

f

Es el momento de hablar de extranjerismo propiamente dicho: ing. holding, standing, je t, jeep, flash, long play y de la palabra artificial kodak (creada por el norteamericano George Eastman, inventor de la primera máquina fotográfica instantánea). La misma situación se revela en otras palabras utilizadas en el lenguaje no científico como ingl. hobby, open, suspense, suec. tungsteno ( tung ‘pesado’ + sten ‘piedra’). 2.a El término se ha adaptado a nuestra fonética y ortografía: a) Con ligeras modificaciones en el significante: al. wolfram : volframio; fr. plateau : plato; linotipe : linotipia; esc. fio r d : fiordo; hol. sberg, ing. iceberg, esp. : iceberg. Lo mismo ha sucedido con otras palabras que circulan en la lengua ordinaria: ing. ja zz : yaz; film : filme; sta n d a rd : estandard o están­ dar; b itter : biter; ta n k : tanque; clow n : clon; fr. tricoter : tricotar; cassette : casete, it. spaghetti : espagueti. b) Con cambios importantes en el significante: ing. travelling : travelín; electrick shock : electrochoque. En la lengua común es visible el mismo fenómeno en ing. beefsteack : bistec o bisté, container : contenedor, whisky : güisqui; ture, y o g h u r t : yogur. c) Se traduce el extranjerismo: fr. décoller : despegar; ing. bulldozer : explanadora; rooter : desraizadora. d) Se traduce la voz foránea por una frase vernácula: ing. o f f side : fuera de juego; córner : saque de esquina; linier : juez de línea; al. kindergarten : escuela maternal. e) El préstamo aparece en español con una doble forma originada por la vía de introducción: ing. nylon: nilón (por su introducción a través del francés) y nailon (cuando se tuvo en cuenta la procedencia

inglesa). f) El extranjerismo produce una doble forma: una por su adaptación a la fonética española y otra por su traducción. La Real Academia Española no rechaza ninguna de ellas aunque prefiere las que van en cursiva (siempre su adaptación a la fonética y ortografía españolas): extranjerismo fo o t ball voley ball base ball

traducción balompié balón volea pelota base

pronunciación inglesa fútbol voleibol béisbol

adaptación final fú tb o l balonvolea béisbol

g) Se unifican las terminaciones de los nombres derivados de nombres propios añadiendo el sufijo -io: wat «Jacobo Watt»: watio. joule «J. Prescott Joule»: julio hertz «Enrique Hertz»: hercio. culomb «C.A. Culomb): culombio. ampére «A. M a Ampére»; amperio. maxwell «Jacobo Clerck Maxwell»: maxvelio. rutenio «Ruthenia »: rutenio. polonio «Polonia (patria de la descubridora M. Curie)»: polonio. -431

-

3.a Anomalías en la adopción de préstamos: a) Se admite flirteo, flirtear y no flirt, lexema de ambas. Lo mismo sucede con la admisión de esnobis­ mo, dejando fuera snob. b) La preferencia en casi todos los préstamos por su pronunciación original no se tiene en cuenta en el caso de las voces inglesas club y trust, que se admiten como se escriben. DIFICULTADES EN LA ADMISIÓN DE PRÉSTAMOS. La incorporación de extranjerismos puede plantear problemas morfológicos. Emilio de Lorenzo indi­ ca dos: la formación del plural y la creciente presencia en nuestra lengua de nombres femeninos termina­ dos en -o que a la larga pudieran m odificar la morfología de nuestro idiom a .‘ a) E L P LU R A L. En el plural de los extranjerismos se presentan los siguientes casos: 1. Nombres terminados en consonante que, contraviniendo nuestras normas morfológicas, hacen su plu­ ral en -s y no en -es. En el caso de algunos tecnicismos: Kodak- kodaks, bunker- bunkers, iceberg-icebergs, panzer- panzers, record-records, trust-trusts y de muchas otras palabras foráneas trasplantadas a nuestra lengua: ing. lunch, gángster, sueter, girl; fr. cabaret, gourmet, ballet cuyos plurales se vienen construyen­ do con -5. En la escritura estos plurales anómalos deben ir entre comillas. El fenómeno ha adquirido una difusión considerable. Aparentemente de carácter perio­ dístico y popular, presenta, sin embargo, perfil definido y síntomas de perennidad en la pluma de hombres de ciencia y de letras que auguran la instalación de este esquema en un futuro no muy lejano. (E. Lorenzo, obra citada, pág. 81) 2. Palabras que hacen su plural con formas específicas: ing. lord : lores; al. lied ‘canción’> Heder. 3. Voces que no se han inclinado por una forma de plural, entre las que se encuentra el término deportivo penalty, que adopta la forma inglesa penalties con que aparece frecuentemente en la prensa deporti­ va, y la palabra común vermut, recientemente aceptada por la Real Academia con la forma vermú. Para la primera, Manuel Seco postula la forma penaltis, del préstamo definitivamente adaptado a nuestra lengua; para la segunda, el mismo autor propone vermús, frente a Gili Gaya que sugiere vermutes.

4. Los términos latinos déficit, superávit, que la Real Academia Española recomienda dejar invariables en plural (los déficit, los superávit). b) L O S F E M E N IN O S T E R M IN A D O S E N -O. La oposición -a/-o que, salvo escasas excepciones (seo, nao, mano), que distinguía en español el feme­ nino del masculino, se ha visto debilitada por la existencia de abundantes formas femeninas terminadas en -o. Algunas de ellas son resultado de elipsis: la (máquina) dinamo, de apócopes: la fo to ( grafía), la moto(cicleta), pero también pueden registrarse casos de latinismo como la contralto, la soprano, en el italianismo la libido y en las siglas inglesas la UNO, la N A T O (adaptadas después en la forma ONU, OTAN), la UNESCO. Aunque no se puede afirmar que el desajuste morfológico tenga su causa en la influencia de los extranjerismos, como en la formación de los plurales cons. + 5. Lo importante es que el español de hoy lo(s) usa sin violencia y, abierta la brecha, no es atrevido predecir que el grupo se puede incrementar fácilmente. Si el español culto no comete estas incorrecciones, las oye; su oído se habitúa a ellas y acaba venciendo la repugnancia instintiva que podría asegurar la vieja e inconmovible iden­ tidad nominal -o = masculino. (Emilio Lorenzo, ob. cit., págs. 92 y 93 respectiv.).

'Emilio de Lorenzo, El español de hoy, lengua en ebullición. Ed. Gredos, 2a ed. Madrid, 1980, pág. 103.

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ACTITUD ANTE LOS PRÉSTAMOS. Los préstamos pueden considerarse como un empobrecimiento de la lengua y sólo están justificados cuando ésta carece de los términos precisos para designar las aportaciones culturales. Si el extranjerismo tiene un equivalente en español debe utilizarse éste. Sólo deben admitirse aquellas palabras que no ten­ gan equivalente castellano y cuyo uso sea imprescindible en virtud de nuevas necesidades. Todas las de­ más deben ser rechazadas (Fray Benito Jerónimo Feijoo). Es lícito el uso de voz de idioma extraño cuan­ do no hay equivalente en el propio (ídem). La introducción de nuevas voces extrañas será inevitable al tratar algunos puntos facultativos, vituperable tratando otros que no lo son y ridiculísima en la conver­ sación (Fray Martín Sarmiento). Es preciso tener en cuenta, también, que a veces el éxito de un neologis­ mo al lado de un sinónimo patrimonial es una muestra de su necesidad y de la introducción de cambios en la form a de un mismo campo semántico (R. Trujillo). Si el neologismo proviene de raíces grecolatinas, puede acogerse como legítima herencia de un legado común. TRADUCCIÓN DE LOS PRÉSTAMOS. La traducción de los extranjerismos es una medida para limitar su entrada en la lengua (Giíi Gaya), pero no todos los autores la recomiendan. Para Lázaro Carreter la traducción dificulta el carácter monosémico y el valor universal que tendría en su lengua de origen el tecnicismo. R. Trujillo considera que ¡a traducción traslada el tecnicismo de un nivel semiológico (no lingüístico) a otro lingüístico, de acuerdo con la distinción que dicho autor establece entre términos lingüísticos o estructurados (los de la lengua común) y términos no lingüísticos —no estructurados— (los tecnicismos). La traducción del tecnicismo y su circulación en el ámbito de la lengua puede originar connotaciones que dificulten su precisión original. 2. LOS CALCOS. Los calcos pueden ser de dos tipos: a) calco léxico, que es la traslación de un significado de una lengua a otra apoyándose en que en la len­ gua receptora existe un significante similar al que tiene el significado en la de origen. Aparentemente la lengua receptora parece no resultar afectada porque subsiste su significante, pero se desplaza solapa­ damente una forma de significación atendida por la palabra española y se instala en ella un nuevo signi­ ficado. Ej.: el significado ‘aro metálico de las ruedas’ se instala por influencia del significante francés jante de sonido muy próximo, en el significante vernáculo llanta, arrinconando la significación que éste tenía ‘berza que no repolla’, Del mismo modo el significado español ‘instalación’ se asocia con el signifi­ cante planta por influencia del inglés plant y funciona con ese valor y no con el suyo en el sintagma planta industrial. Lo mismo sucede con el significante jirafa, que, por influencia del francés girafe pasa a significar como éste ‘micrófono elevado que se utiliza en los estudios de televisión’. Los calcos se pro­ ducen asimismo por presión de significantes ingleses, como en la expresión documentos clasificados (se­ cretos) por influencia de classified; no seas rudo (grosero) por influencia de rude, y en respuestas exclarnativas como ¿puedo llamar por teléfono? -¡Seguro! (en vez de ¡claro! por influencia de sure! También se calcan sintagmas: en vez de aviación y de ejército se emplean las construcciones inglesas fuerzas aéreas y fuerzas armadas respectivamente. fe) el calco sintáctico se produce a! utilizar construcciones propias de otras lenguas. Del francés pasan al español construcciones como batería a pilas, (por batería de pilas) avión a reacción (por avión de reacción), mechero a gas (por mechero de gas), golpe de teléfono (por llamada telefónica), golpe de vista (por vistazo), yugar un papel importante (por tener importancia). Del inglés han pasado construcciones en que el artículo indeterminado actúa como elemento inicial de una frase explicativa: Memorias de África, una fotografía excepcional, un reparto extraordinario, un guión excelente.

3. ACRÓNIMOS. Son palabras formadas por siglas o iniciales de otras. A veces es difícil distinguir la sigla del acrónimo.

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La sigla es la letra inicial de una palabra empleada como abreviatura y también el conjunto de siglas que forman un título o denominación: JC (Jesucristo) y también ONU (Organización de Naciones Uni­ das), OTAN (Organización del Atlántico Norte), etc. El acrónimo es una palabra formada con siglas y que, como tal, sirve para dar nombre a una realidad. De un modo amplio puede considerarse acróni­ mo una palabra formada por las sílabas iniciales: HIFI (ing. high fidelity). Los acrónimos son muy abundantes: a) formados por siglas de significantes españoles: iva (impuesto sobre el valor añadido); uvi (unidad de vigilancia intensiva); ovni (objeto volante no identificado); sida (síndrome de inmunodeficiencia adqui­ rida); talgo (tren articulado ligero Garaicoechea-Oriol); en sentido amplio: m otel (motor-hotel);

b) con siglas de significantes extranjeros: radar (radio dedetection and ranging); en sentido amplio: so­ nar (sound navigation ranging), lorán (long range navegation). ¿Sí

11.10. EL LEN G U A JE C IENTÍFICO . EL C O N T E N ID O CIENTÍFICO . En la investigación científica pueden utilizarse dos métodos de trabajo:

A) EL MÉTODO INDUCTIVO: Parte de la observación de la realidad. Es un proceso que se inicia en la observación de lo particular para llegar a conclusiones generales. Pueden distinguirse los siguientes momentos: l.° Observación de los hechos de la experiencia, de los datos del problema. 2o. Análisis de los elementos primarios para desechar los que no son esenciales. 3o. Búsqueda de una explicación que pueda ser válida para todos los datos considerados esenciales (hi­ pótesis). Esta primera teoría es un adelanto de solución, una simple suposición o teoría provisional. 4o. Comprobación: tratar de ver si la hipótesis formulada es válida para todos los datos de la experien­ cia o para todos los supuestos del problema. 5o. Si es válida, la hipótesis se convierte en principio científico (tesis). El método inductivo, por ese pro­ ceso parte de lo particular y llega a conclusiones generales. Es aplicable a cualquier trabajo científi­ co, pero tiene mayor aplicación en las ciencias experimentales. Puede fallar por falta de observación, por error en la selección de los datos fundamentales o por exce­ siva generalización en las conclusiones. Observemos en el siguiente texto el encadenamiento de datos concretos que lleva a la formulación de una hipótesis: posibilidad de un bing bang o explosión inicial como origen del universo. Ya han transcurrido aproximadamente 400 años desde que Copérnico afirmó que la Tierra debía destronarse de su posición central privilegiada que ocupaba según la cosmología de Ptolomeo y describió el esquema general del sistema solar en la form a aceptada hoy en día. Sin embargo, sólo ahora, en el siglo X X , el hombre se ha dado cuenta por completo de que el Sol no es más que uno de los cien mil millones (10“) de estrellas que hay en la Vía Láctea. Harlow Shapley, Van Oort, y otros científicos, han demostrado que la Vía Láctea es un sistema de estrellas de forma de disco plano que gira alrededor de su eje aproximadamente una vez cada 2 x ¡ff años. El Sol está cerca del bor­ de del disco, aproximadamente a 30.000 años-luz de su centro. Además, la Vía Láctea, nuestra propia galaxia, es simplemente una de los cien mil millones de galaxias que hay en la escena cósmica. Si nuestra galaxia se observase desde una distancia de varios millones de años-luz, tendría el mismo aspecto que algunas de las galaxias espirales que se observan en el telescopio. Las fotografías del firm amento tomadas con un gran telescopio pueden mostrar muchos millares de galaxias, al­ gunas de ellas tan alejadas que la luz que recibimos ha empleado millones de años en su viaje hasta nosotros. A un­ que las estrellas individuales no pueden resolverse, es posible obtener espectros de la luz integrada de todas las estre­ llas de una galaxia remota. Estos espectros indican que las galaxias contienen más o menos la misma mezcla de elementos químicos que el Sol y nos muestran también que las constantes físicas básicas (por ejemplo las masas y las cargas de los electrones y protones y la constante de Planck), cuyos valores determinan las propiedades de la radiación procedente de la superficie de las estrellas, tienen ciertamente valores uniformes a través de toda la parte observada del universo.

-

434 -

Sin embargo, estos espectros revelan una tendencia sistemática significativa: las rayas espectrales se desplazan to­ das ellas hacia el rojo, hacia las longitudes de onda más largas. Este efecto fu e estudiado por Edwin Hubble, que interpretó el desplazamiento hacia el rojo como un efecto Doppler y dedujo que las galaxias distantes se están ale­ jando de nosotros. Además, Hubble demostró que la velocidad de retroceso de una galaxia determinada es propor­ cional a su distancia. La relación velocidad-distancia resultó ser también la misma en todas las partes del firm am en­ to; en otras palabras, la aparente "expansión del universo” es isótropa (la misma en todas las direcciones). A prime­ ra vista, se podría pensar que esto implica el que la Tierra (o por lo menos nuestra galaxia) posee una posición cen­ tral privilegiada; pero es fácil de convencernos de que esto no es así y de que un astrónomo hipotético situado en cualquier otra galaxia podría haber descubierto también la ley de Hubble: hallaría que todas las demás galaxias aparentemente se alejaban isotrópicamente de él. S i las g a la x ia s h a n te n id o s ie m p r e la m is m a v e lo c id a d re la tiv a , la le y d e H u b b le im p lic a q u e e n u n c ie r to m o m e n to d e fin id o d e l p a s a d o ( a p r o x im a d a m e n te q u in c e m il m illo n e s d e a ñ o s a trá s) to d a s ella s d e b e r ía n h a b e r e s ta d o r e u n id a s en u n p u n to . G e o r g e s L e a itr e

y o tr o s p r o p u s ie r o n q u e e l u n iv e r s o r e a lm e n te s e d e s a r r o lló a p a r tir d e u n e s ta d o p r i ­

m o r d ia l d e d e n s id a d e le v a d ís im a . E¡ o b je tiv o p r im a r io d e la c o s m o lo g ía m e d ia n te o b s e r v a c io n e s d e s d e e l a ñ o 1320 h a s id o , p o r ta n to , c o m p r o b a r s i e x is tió v e r d a d e r a m e n te u n b ig b a n g , o sea, u n a g ra n e x p lo s ió n , o s i — c o m o p o s t u ­ la b a u n a te o r ía r iv a l— e l u n iv e r s o h a e x is tid o s ie m p r e e n u n e s ta d o e s ta c io n a rio , sie n d o c r e a d o c o n tin u a m e n te n u e v o m a te r ia l y n u e v a s g a la x ia s d e m o d o q u e s u s p r o p ie d a d e s m e d ia s p e r m a n e c e n in a lte ra d a s a p e s a r d e la e x p a n s ió n d e H u b b le .

/

Martin Ress Instituto de A stronom ía, Universidad de Cambridge. En A . Tipler: Física Ed. Reveter, S. A. Barcelona, 1978 pp. 711-713.

La exposición contempla datos de dos momentos importantes:

S ig lo

Hace 400 años: Copérnico expone la teoría que destronaba a ia Tierra de su posi­ ción central para poner en ella al Sol. X X : datos: 10 el Sol es una de las estrellas que en número de den mil millones forman la Vía Láctea. 2o la Vía Láctea es un sistema y el Sol está en uno de sus extremos. 3o La Vía Láctea es una entre los millones de galaxias. Las fotografías de los grandes telescopios muestran miles de galaxias. 4o Los espectros de la luz indican que todas las galaxias tienen la misma mezcla química y las mismas constantes físicas. 5o El desplazamiento de las rayas espectrales hacia el rojo fue interpreta­ do por E. Hubble como una prueba de su alejamiento de nosotros. 6o La velocidad del alejamiento es proporcional a la distancia. Esa velo­ cidad es ia misma en cualquier parte. 7o No se separan de nosotros. Desde cualquier galaxia se vería a la Tierra alejándose.

H ip ó te s is : Si las galaxias han tenido siempre esta velocidad de expansión, hace millones de años deberían haber estado reunidas en el mismo punto, del que saldrían por una gran explosión o b in g b a n g . Ésta es la hipótesis que tratan de comprobar los cosmólogos desde 1930.

B) EL MÉTODO DEDUCTIVO. Sigue el proceso inverso. Opera con conceptos abstractos e ideas generales. Parte de un principio gene­ ral (tesis) para ir extrayendo por medio de argumentaciones lógicas aplicaciones particulares, implícita­ mente contenidas en ia tesis inicial. Si la reflexión se fundamenta en un teorema o axiona, la deducción suele tener como finalidad demostrar los conceptos afirmados y obtener las conclusiones correspondien­ tes. Es un razonamiento característico de las disciplinas humanísticas y de las ciencias físicas, químicas y matemáticas. Tres circunstancias pueden mermar la eficacia de! método: la interferencia de elementos emocionales, la falta de rigor lógico y la incapacidad del lenguaje para precisar los conceptos. Ambos métodos pueden complementarse en el mismo enunciado científico. Por razonamiento induc­ tivo es posible llegar a una tesis, y de ésta, por el procedimiento inverso, deductivo, alcanzar conclusio­ nes concretas. -

43 5 -

Véase un ejemplo del razonamiento deductivo:

Dos triángulos son iguales cuando tienen: Iguales dos lados y el ángulo comprendido: Si ^ y 4. A = 4. A’, tomando AM = A’B’ y trazando MN / / BC, resulta AB AC AAMN~ A ABC, por estar en posición de Tales; de donde AB AM

=

AC AN

Comparando esta proporción con la hipótesis y teniendo en cuenta que AM = A’B’, se deduce: AC A’C’

AC AN

AN = A’C’

Luego A AMN = A A’B’C’, por el primer caso de igualdad y A ABC= AA’B’C’.

Tras un principio general claramente establecido se expone la argumentación capaz de justificarlo.

11.10.1.

E S T R U C T U R A D EL T R A B A JO C IE N T IF IC O .

Son partes importantes en un trabajo científico: 10 Titulo: Es una síntesis de la idea fundamental del enunciado. 2° Introducción: Tiene una doble misión: informar al lector sobre la materia y sobre los métodos: a) sobre la materia:

importancia del tema. implicaciones teóricas y/o prácticas que tiene.y estado de la cuestión (breve exposición histórica). ^ hipótesis de trabajo de la que se parte y finalidad que se persigue.

b) sobre métodos:

documentos que se han tenido en c u e n ta .^ límites que se fijan en el estudio. ^ aclaraciones sobre terminología cuando sean necesarias.>c

3 o Cuerpo del trabajo: Es la parte estrictamente informativa. Figuran en este apartado las pruebas, re­ flexiones, aportaciones originales, etc. En ella es posible —y muchas veces indispensable— aportar 436 -

documentos de autoridad, es decir, opiniones de otros autores que han tratado el mismo tema y que corroboran las opiniones ahora expuestas, así como las de aquellos otros que tienen opiniones distin­ tas, en cuyo caso deben ser rebatidas científica y cortésmente. 4o Conclusiones: Punto de llegada y balance general de cuantas aportaciones querían hacerse con el estudio. 5° Bibliografía: Relación alfabética de los libros consultados, indicando autor, título, editorial, lugar de la edición, número de la edición (se omite la Ia), año de publicación.

6o

índice: Tabla de materias y orden general de la exposición.

No es necesario que todos los trabajos científicos se estructuren del modo anteriormente expuesto. Se trata de una pauta de comportamiento generalmente admitida, que, en cada caso, deberá ajustarse al trabajo que pretende realizarse. 11.10.2. C L A S E S D E E S C R IT O S C IE N T IF IC O S. Son, fundamentalmente: la definición, la descripción científica, el informe científico, la exposición, la argumentación y el ensayo. Trataremos en este capítulo los tres primeros. Los demás serán analizados en el capítulo XIV. A. LA DEFINICIÓN No es propiamente un escrito con la individualidad y extensión de los demás enunciados científicos, pero es importante por su carácter sintético y su ambición de delinear el contorno de la realidad objetiva o de un concepto. Su estilo es sumamente preciso y austero. Los contenidos están contemplados en su pura esencialidad, sin detalles superfinos. Ej,; Los magmas son rocas en estado fluido, más o menos viscosas, a unos 1.000°Q que se encuentran en las zonas profundas de la corteza, a 20 kilómetros como mínimo. Están sometidos a presiones enormes. Los elementos químicos que ios componen son los más abundantes en la corteza y en él los minerales más abundantes son los óxidos y los silicatos. B. LA DESCRIPCIÓN CIENTIFICA. Analizamos sus distintos aspectos: a) Finalidad. No persigue finalidad estética, como la literaria. Su objetivo es ofrecer una visión esque­ mática de los objetos a través de la selección de sus datos sensibles. b) Contenido. Ofrece los datos que singularizan el objeto o el proceso incluyendo entre las propiedades las características estáticas, las dinámicas y las informaciones sobre la localización. c) Orden. No hay un orden concreto. A veces se sigue como pauta un esquema de clasificación científica; otras veces se establece una enumeración progresiva ascendente o descendente; por último, el interés ra­ dica en el modo de actuación y se sigue el orden que aparece en el proceso. En general, el orden de la descripción está relacionado con los fines que con ella se persiguen. d) Estilo. Como la descripción literaria, es frecuentemente, enumerativa, pero se diferencia de ella en aspectos muy concretos: --N o hace uso de comparaciones, metáforas e imágenes. —Predominan los sintagmas nominales y el adjetivo especificativo. —Utiliza con mucha frecuencia el presente de indicativo, que une a su valor atemporal el aspecto imperfectivo. El uso del presente la separa también de la descripción literaria, más interesada por el uso del imperfecto de indicativo. —En el aspecto sintáctico—como la literaria— prefiere las oraciones sencillas y cortas, que ofre­ -

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cen mayor facilidad para expresar los matices y detalles. e) Autonomía. Puede ser independiente o ir integrada en el texto más amplio de la exposición o de la argumentación. El cilindro es una cámara cilindrica, como su nombre indica, por la que se desliza el émbolo. Se halla en el interior del bloque, ya como cuerpo independiente, ya como parte integrante en la fundición del mismo. Suele ser de fundi­ ción gris, aunque en motores de gran rendimiento se construye, en algunos casos, de aleaciones ligeras para ahorrar peso. Cuando es de fundición gris, puede llevar camisas independientes, pero cuando es de aleación ligera necesaria­ mente tiene que tenerlas corporadas de otro material más potente. Se habla generalmente de camisas húmedas o de camisas secas, según el agua de refrigeración del motor las bañe directamente, o bien se interponga la pared del bloque. H. Dullenburger, Tu auto. Ed. Daimon. Barcelona, 1970. Pag. 176. C.

EL INFORME CIENTÍFICO.

Su misión es levantar acta de las observaciones realizadas en pruebas de laboratorio, sesiones clínicas, experiencias en fábricas, etc. Debe recoger con exactitud : — Qué se experimentaba y cuál era el objetivo de la experiencia. — Técnicas y mecanismos utilizados. — Resultados obtenidos con cada uno de ellos (si son varios). Es importante incorporar todos los detalles de la prueba y las condiciones exactas en que ésta se realiza. — Cronología del proceso y momento en que se produce cada uno de los resultados. — Conclusiones que pueden obtenerse de las pruebas realizadas. Los informes científicos tienen aplicación en campos muy diversos, por lo que aunque siendo sustan­ cialmente idénticos en el contenido, difieren en la forma, de acuerdo con el carácter específico de cada uno de ellos y con la materia de que se trate. No es lo mismo un informe elevado a los responsables de la NASA sobre las causas que originaron la explosión del tanque de combustible que había de propul­ sar el “ Challenger” que el que levanta acta sobre el comportamiento de unos cultivos en un laboratorio o el informe de un médico forense sobre los resultados obtenidos en una autopsia. 11.10.3. R E A L IZ A C IO N M A T E R IA L DEL T R A B A JO C IE N T IF IC O . A ) Observaciones sobre el estilo — Trabazón interna: progresión lógica del pensamiento. Que cada idea se apoye sobre lo anteriormente expuesto, sin saltos. — Trabazón externa: organización y progresión en la ordenación de capítulos, epígrafes y parágrafos. Enlaces sintácticos entre los distintos parágrafos de cada epígrafe. — Sobriedad expresiva: oraciones sencillas, meramente enunciativas y expresión neutral. Rigor en la informaciónrSupresión de cualquier ambigüedad en la elocución. B) Sobre la presentación material — Escribir sobre hojas de tamaño folio u holandesa, preferentemente a máquina y a doble espacio. Uti­ lizar sólo una cara del folio. — Dejar dos márgenes: uno anterior, a la izquierda del escrito, a dos o tres centímetros de la orilla de la hoja, y otro a la derecha, dejando un espacio de un centímetro en blanco. Al comienzo del escrito y después de cada punto y aparte comenzar sangrando el renglón, es decir, escribiendo un centímetro más hacia la derecha de la línea que indica el margen general del escrito. Tanto en la parte superior del folio como en la inferior deben dejarse asimismo márgenes: el de la parte superior de dos o tres centímetros, y un poco menor el de la inferior, evitando siempre escribir cerca de la orilla de la hoja. Las notas de las referencias bibliográficas pueden disponerse en la parte inferior de la página o al final del capítulo. La indicación en pie de página resulta más cómoda para el lector.

438 -

11.11. A P E N D IC E S. A. PREFIJOS Y RAÍCES PREFIJAS CLÁSICAS. ateo ‘sin Dios’, átono ‘sin acento’, apatía ‘sin deseos’. agr. ‘sin’ anfiteatro ‘alrededor del teatro’. anfigr. ‘alrededor’ antiaéreo. antigr. ‘contra’ archidiócesis ‘la primera entre varias diócesis’ (arzobispal). archigr. ‘el primero’ bípedo ‘que tiene dos pies’, bisagra ‘de dos puntas, eje’. bi-/bis- lat. ‘dos’ circunnavegar ‘navegar alrededor, dar la vuelta al mundo’. circun- lat. ‘alrededor’ encéfalo ‘que está dentro de la cabeza’. engr. ‘dentro’ endograstritis ‘inflamación de la mucosa interior del estómago’. endogr. ‘dentro de’ epitafio ‘sobre la sepultura’. epigr. ‘encima’ eutanasia ‘buena muerte, sin sufrimiento’; eufemismo. eugr- ‘bueno’ excéntrico ‘que está fuera del centro o de lo normal’. exlat. ‘fuera de’ extraordinario ‘fuera de lo ordinario’. lat. ‘fuera de’ extrahelioterapía ‘curación por el sol’. heliogr- ‘sol’ hemiciclo ‘la mitad del círculo’; hemitórax. hemigr- ‘medio’ hemorragia ‘flujo de sangre’. tiemogr. ‘sangre’ hipertenso ‘que tiene excesiva tensión sanguínea’. hipergr- ‘exceso de’ hipoclorhidria ‘escasez de ácido clorhídrico’. hipogr. ‘debajo’ irredento ‘no redimido’; insolar ‘poner al sol’. i-/inlat. ‘en, no’ isosílabo ‘con las mismas sílabas’. ‘igual’ isogrmicrobio ‘pequeño ser con vida’; microscopio ‘que ve lo pequeño’ microgr- ‘pequeño’ minifundio ‘finca rústica de pequeña extensión’. minilat. ‘pequeño’ minusválido ‘inválido’. minus- lat. ‘menos’ multicolor; multiforme ‘que tiene muchas formas’. ¡nulti- lat. ‘muchos’ neoclasicismo; neocristiano. neogr. ‘nuevo’ omnipotente ‘que lo puede todo’. omni- lat. ‘todo’ panacea ‘remedio para todos los males’; panteísmo. pasi/pant- gr. ‘todo’ península ‘casi isla’; Penibética. pessilat. ‘casi’ perenne ‘a lo largo de un año’. perlat. ‘a través de’ perímetro ‘medida del contorno’. perigr. ‘alrededor’ pluriempleo; plurivalente. piarilat. ‘varios’ pluscuamperfecto; plusvalía. pluslat. ‘más’ polideportivo; polifonía ‘varios sonidos simultáneos’. poligr- ‘varios’ postdata ‘lo escrito detrás de la fecha o firma’. postlat. ‘después’ precalentamiento; prematrimonial; prematuro. prelat. ‘antes de’ protomártir ‘el primero de los mártires’. proío- gr. ‘el primero’ semicírculo ‘la mitad del círculo’. semilat. ‘medio’ sincronía ‘en el mismo tiempo’. singr. ‘con’ sotabarba ‘vello que crece bajo la barbilla’; sotobosque. lat. ‘debajo’ sotasubterráneo; subnormal; subsuelo. lat. ‘bajo’ subsuperhombre; superdotado. super- lat. ‘sobre’ suprarrenal ‘sobre los riñones’. supra- lat. ‘sobre’ televisión; teleobjetivo. telegr- ‘lejos’ tetraedro ‘cuatro caras’. tetragr. ‘cuatro’ transpirenaico. trans- lat. ‘al otro lado’ ultramarino ‘más allá del mar’. lat. ‘más allá de’ ultraunicelular ‘con una sola célula’. lat. ‘uno’ univicedirector. vicelat. ‘en lugar de’ B. SUFIJOS Y RAÍCES SI FIJAS CLÁSICAS neuralgia ‘dolor nervioso’; cefalalgia ‘dolor de cabeza’. gr. ‘dolor’ -algia monarquía ‘mando de uno solo’; anarquía ‘sin gobierno’. -arquía/-arca gr. ‘mando’ pediatra ‘médico de niños’; psiquiatra. gr. ‘médico’ -aíra anaerobio ‘que vive sin necesidad de aire’. -bio* gr. ‘vida’ -cefalo/ macrocéfalo ‘con cabeza grande’. gr. ‘cabeza’ -cefalia triciclo ‘con tres ruedas’. gr. ‘círculo’ -ciclo

{

— 439 —

-cidio -erada -crono* -dermo* -doxa -dromo -adro -estesio/a -fago*/-fagia -filia -fobo/ia -fono* -forme -foro -fugo/a -gamia* -geno -gono* -grafíaVo -itis -latría -litos -logia -mancia -manía -megalia/o* -metro/ía -morfo* -oide -orna -ónimo -osis -patía/pata -pode/-podo -poli -ptero* -rragia -sderosis -scopio -semia -teca -terapia -tomo/tomía -uria -voro -zoo*

gr. gr. grgrgrgrgrgrgrgrgr. grlat. grlat. grgrgr. gr. gr. grgrgrgrgrgr. gr. grgrgr. grgrgrgrgrgr. grgr. gr. gr. grgrgrgrlat. gr.

‘que mata’ ‘gobierno’ ‘tiempo’ ‘piel’ ‘opinión’ ‘carrera’ ‘cara’ ‘sentir’ ‘comer’ ‘afición’ ‘aversión’ ‘sonido’ ‘forma’ ‘llevar’ ‘que ahuyenta’ ‘matrimonio’ ‘origen’ ‘ángulo’ ‘escritura’ ‘inflamación’ ‘adoración’ ‘piedra’ ‘estudio’ ‘adivinación’ ‘afición’ ‘grande’ ‘medida’ ‘forma’ ‘parecido a’ ‘tumor’ ‘nombre’ ‘enfermedad’ ‘enfermedad’ ‘pie’ ‘ciudad’ ‘con alas’ ‘derrame” ‘endurecimiento’ ‘ver’ ‘significación’ ‘armario depósito’ ‘curación’ ‘cortar’ ‘orina’ ‘que come’ ‘animal’

uxoricidio ‘que mata a la mujer’; homicidio; suicidio. democracia ‘gobierno del pueblo’; mesocracia. isócrono ‘al mismo tiempo’. paquidermo ‘de piel gruesa’. heterodoxa ‘de otra opinión’. hipódromo ‘lugar para carreras de caballos’. poliedro ‘con muchas caras’. anestesia ‘sitir’; radioestesia. antropofagia ‘comer carne humana’. hemofilia ‘facilidad para el flujo de sangre’. hidrofobia ‘aversión al agua’; claustrofobia. audífono ‘aparato para facilitar la audición’. fusiforme fe n forma de huso’; uniforme ‘forma única’. semáforo ‘que lleva significación’. vermífugo ‘que ahuyenta a los gusanos’; centrífugo. poligamia ‘varios matrimonios’. patógeno ‘origen de la enfermedad’. pentágono ‘de cinco ángulos’. biografía ‘relato de la vida’. conjuntivitis ‘inflamación de la conjuntiva’. idolatría ‘adoración de los ídolos’. megalito ‘piedra grande’; aerolito. geología ‘estudio de la tierra’. cartomancia ‘adivinación por los naipes’. megalomanía ‘delirio de grandezas’. esplenomegalia ‘inflamación del bazo’. termómetro ‘aparato para medir la temperatura’. amorfo ‘sin forma’; alomorfo ‘otra forma’. ovoide ‘parecido a un huevo’; antropoide. epitelioma ‘tumor en el epitelio’; osteoma. topónimo ‘nombre de lugar’; antónimo. tuberculosis; silicosis. cardiopatía ‘enfermedad del corazón’; cardiópata. trípode ‘que tiene tres pies’; miriápodo ‘con mil pies’. metrópoli ‘ciudad matriz o principal’; necrópolis. díptero ‘con dos alas’; áptero ‘sin alas’. hemorragia ‘derrame de sangre’. arterioesclerosis ‘endurecimiento de las arterias’. microscopio ‘aparato para ver las cosas pequeñas’. polisemia ‘varios significados’, monosemia. biblioteca ‘depósito de libros’; hemeroteca. helioterapía ‘curación por el sol’. micrótomo ‘aparato para cortar objetos pequeños’. anuria ‘cesación total de la secreción urinaria’. carnívoro; omnívoro ‘que come cualquier cosa’. protozoo ‘animal primario, de una sola célula’.

El asterisco* indica que la raíz puede ser utilizada también como prefijo.

11.12. G U ÍA PA R A EL CO M EN TA R IO I)E U N TEXTO CIENTÍFICO . 1. Tipo de escrito: Forma de discurso (ver tema XIV, 3). 2. Estructura del enunciado. a) Tema o idea central. b) Organización del contenido: plan seguido por el autor (línea del pensamiento). 3. Códigos utilizados.

440 -

4. El a) b) c)

código plano plano plano

lingüístico. Rasgos lingüísticos que caracterizan el estilo del enunciado: morfológico. sintáctico. léxico.

5. Relación autor-enunciado.

6.

Relación enunciado-receptor.

7. Valoración final.

11.13. C O M EN TA R IO D E U N TEXTO CIENTÍFICO . Texto para el comentario EL ORIGEN DEL UNIVERSO Y LA FORMACIÓN DEL SISTEMA SOLAR No podemos, en una obra como la presente, entrar en detalles sobre las distintas hipótesis y teorías formuladas para explicar el origen del Universo, ni mucho menos someter a discusión los pros y contras de cada una de ellas. Para nuestro propósito, basta considerar que por muchos científicos actuales se admite que el Universo se halla en continua expansión. La noción de un Universo en expansión (es decir, que las galaxias que lo forman se van 5 alejando o separando cada vez más) presupone que en su origen el Universo era una esfera condensada de altísimo potencial energético, en cuyo suelo partículas elementales (neutrones, protones y electrones) formaban un gas nu­ clear con una temperatura de varios miles de millones de grados. La rápida expansión de esta bola gaseosa incandes­ cente se acompañó de una serie de procesos complejos que provocaron la agrupación de las partículas elementales en átomos. A medida que proseguía la expansión, la temperatura fu e descendiendo y los átomos de los elementos 10 de un elevado punto de fusión, tales como hierro y silicio, cristalizaron en forma de polvo cósmico, que quedó flotando en el seno de una masa gaseosa formada principalmente por hidrógeno y helio. Llegó un momento en que esta masa de expansión se fragmentó en masas menores de gas y polvo cósmico que empezaron a girar sobre sí mismas y formaron las galaxias. Con este giro se provocaron turbulencias en el interior de las galaxias que abocaron en lafragmentación de su masa en miles de millones de porciones que dieron las pro15 to-estrellas, las que girando a la vez sobre sí mismas se concentraron y con ello se presentaron en su interior una serie de reacciones termonucleares, origen de poderosas reacciones luminosas y calóricas. De esta forma se originó el Sol de nuestro sistema planetario solidificado. Pero la velocidad de enfriamiento fu e lo suficiente­ mente lenta para que los elementos más pesados (hierro y níquel, por ejemplo) se concentraran en un núcleo central, quedando envueltos por los más ligeros tales como el silicio y el aluminio, mientras que los más ligeros aún 20 formaron una envoltura gaseosa que era la atmósfera primitiva, la cual tenía una composición muy diferente de la actual, ya que estaba constituida principalmente por metano, amoníaco, hidrógeno y vapor de agua, pero carecía de oxígeno, nitrógeno y anhídrido carbónico, que son los principales componentes de la atmósfera actual de Ia Tierra. V ic e n te D u a ld e P é re z . Biología. E d ito r ia l L ó p e z M e z q u id a , V a le n c ia , 1982, p á g . 673-4

COMENTARIO 1. TIPO DE ESCRITO. Es una exposición en la que el autor explica el origen del Universo a partir de una materia inicial que comenzó un proceso de continua expansión. 2. ESTRUCTURA DEL ENUNCIADO.

■-ssr

La idea fundamental de un Universo creado como consecuencia de ¡a expansión y posterior enfria­ miento de una esfera gaseosa e incandescente se desarrolla de acuerdo con el siguiente plan: a) la materia inicial (hasta la línea 7); b) fenómenos que se producen en el interior de esa masa primaria (linea 7 a 11); c) fragmentación de la masa y sus consecuencias (linea 12 a 17); d) formación de la Tierra —núcleo central y atmósfera)— (línea 17 al final). CÓDIGOS UTILIZADOS. Solamente se utiliza el código lingüístico y el tipográfico. Con este último se subrayan, mediante la letra cursiva, las ideas fundamentales, coincidentes con las del plan anteriormente señalado: expansión de una esfera condensada, fragmentación en masas menores de gas y polvo y creación del núcleo central de la Tierra y de su atmósfera. -

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4. EL CÓDIGO LINGÜÍSTICO: Rasgos lingüísticos que caracterizan el estilo del enunciado, a) Plano morfológico. Una de las características más evidentes de este enunciado es la frecuente repetición de palabras (ex­ pansión, Universo, galaxia, átomo, etc.) originada por dos razones principales: el afán de claridad que pretende todo enunciado científico, especialmente cuando —como en este caso— está destinado a la en­ señanza, y por el carácter unívoco de los tecnicismos científicos, que impide el desarrollo de sinónimos, usual en la lengua ordinaria. La cacofonía solo podría ser evitada por perífrasis contrarias a la propie­ dad y a la precisión, indispensables en la expresión científica. Así, lo que en otra clase de escritos sería reprochado como pobreza expresiva se acepta en el texto científico si la reiteración no es enojosa y pro­ duce los efectos deseados. Es notable asimismo la abundancia de nombres abstractos cuyos referentes son exclusivamente categorías mentales (teoría, hipótesis, noción, propósito) o fenómenos expresados mediante nombres postverbales en cuyo contenido perdura una parte de la dinámica del verbo originario (enfriamientosenfriar, expansión sexpansionarse, discusión-* discutir, fusión-*fundir, fragmentación -^fragmentar). El nombre abastracto sitúa la realidad en una dimensión intelectual. Otra característica morfológica es la abundancia de adjetivos, generalmente especificativos o restricti­ vos del contenido semántico del nombre. Generalmente pospuestos, sirven para definir y delimitar el sustantivo, por lo que tienen un valor fundamental en la objetivación del proceso científico y en la preci­ sión de sus datos (1.5 esfera condensada, potencial energético; 1.6 gas nuclear; 1.7 rápida expansión; 1.8 procesos complejos, partículas elementales; 1.10polvo cósmico; 1.11 masa gaseosa; 1.16 reacciones termo­ nucleares; 1.18 núcleo central; 1.20 envoltura gaseosa, atmósfera primitiva; 1.23 atmósfera actual). El in­ terés por la exactitud origina expresiones en que el concepto está matizado por dos o más adjetivos. Cuando son dos los adjetivos y su colocación es posterior al nombre, el segundo de ellos no sólo modifi­ ca al sustantivo sino a la noción compleja creada por el nombre y el primer adjetivo (1.7 [bola gaseosa] incandescente; 1.17 [sistema planetario] solidificado. Si el nombre va flanqueado por los dos adjetivos, el primero de ellos aporta —como en la triple adjetivación— una valoración que no merma la objetivi­ dad del proceso, sino que trata de ponderarlo en sus límites científicos reales (1.6altísimo potencial ener­ gético; 1.16 poderosas reacciones luminosas y calóricas). El tiempo verbal viene exigido por el carácter del enunciado. La exposición utiliza el presente en el planteamiento de la hipótesis, ya que éste es el principio fundamental del que arranca el enunciado (1.3 se admite que el Universo se halla; 1.4 las galaxias que lo forman se van alejando; 1.5 presupone que en su origen). Se utiliza el pasado (pretérito indefinido) para explicar el proceso expansivo del Universo (1.7 se acompañó de una serie de procesos que provocaron; 1.9 los átomos cristalizaron; 1.12 llegó un momento en que esta masa se fragmentó; 1.13 empezaron a girar y formaron; 1.14 que abocaron, queda­ ron; 1.15 se concentraron, se presentaron etc.). La lentitud con que se desarrollaron algunos de los fenó­ menos descritos se subraya utilizando perífrasis continuativas de gerundio (1.4 las galaxias... se van ale­ jando cada vez más; 1.9 la temperatura fu e descendiendo; 1.10 el polvo cósmico que quedó flotando). El valor incoativo de la perífrasis de infinitivo sirve para puntualizar la génesis de las galaxias (1.12 masas que empezaron a girar). Todos los tiempos —presentes y pasados— pertenecen al modo Indicativo en consonancia con la realidad y objetividad de lo tratado. Conviene destacar, también, el plural de modestia con que el autor trata de diluir su presencia desde el comienzo del texto (1.1 no podemos; 1.3 para nuestro propósito), b) Plano sintáctico. La exposición se hace utilizando frases afirmativas, generalmente yuxtapuestas, en las que el pensa­ miento se ordena lógica y linealmente. No faltan algunos enlaces adversativos que segregan de la afirma­ ción principal detalles que refuerzan la exactitud de la aserción: las reacciones crean el sol del sistema planetario, pero (1.17 la velocidad del enfriamiento fue lo suficientemente lenta...); la atmósfera primiti­ va tenía metano, amoníaco... vapor de agua, pero (1.21 carecía de los principales componentes de la at­ mósfera actual). En este entramado afirmativo aparecen abundantes oraciones de relativo, especificativas o explicati­ vas, cuya presencia contribuye a la condensación informativa del texto, pues el relativo sirve para enlazar el antecedente con un nuevo fenómeno que el autor quiere mencionar en su exposición (1.4 las galaxias 442 -

que lo form an se van alejando; 1.6esfera condensada en cuyo suelo partículas elementales...; 1.10 en for­ ma de polvo cósmico que quedó flotando...; 1.10 gas y polvo cósmico que empezaron a girar...; 1.22 nitró­ geno y anhídrido carbónico que son los principales componentes... En algún caso el deseo de objetivar los fenómenos y de economizar palabras produce un encadenamiento excesivo de este tipo de oraciones (1.20 formaron una envoltura gaseosa que era ¡a atmósfera primitiva a) la cual tenía una composición muy diferente de la actual b) 1.4 se provocaron turbulencias en el interior de las galaxias que abocaron a la fragmentación de su masa en... porciones a) que fueron las proto-estrellas b), las que girando... se concentraron... c). Abundan también las oraciones pronominales, pasivas reflejas o impersonales, por su capacidad para hacer desaparecer el agente de la acción y, por ello, de presentar las nociones con la máxima objetividad, tal como se decía en 11.5.1. (1.3 por muchos científicos se admite que el Univer­ so...; T.T3 se provocaron turbulencias en el interior; 1.16 de esta forma se originó el Sol). Son escasas las indicaciones temporales y modales. Más interesante es la existencia de oraciones explicativas propias de la exigencia de claridad que tiene un texto científico, especialmente si está destinado a la enseñanza (1.4 la noción de un Universo en expansión (es decir, que las galaxias que lo forman...) y los incisos con el mismo valor 1.6partículas elementales (neutrones, protones y electrones); 1.18 los elementos más pesa­ dos (hierro y níquel, por ejemplo). El deseo de precisión se manifiesta en una serie de complementos preposicionales dependientes de sus­ tantivos o adjetivos y, en ocasiones, de la noción compleja creada por la unión de ambos (1.4 noción de Universo en expansión; 1.5 atmósfera de altísimo potencial; 1.7 rápida expansión de esta bola, etc.). A veces se encadenan los complementos (1.9 los átomos de los elementos de un elevado punto de fusión; 1.23 componentes de la atmósfera actual de la Tierra). Conviene mencionar también la presencia de nominalizaciones como elementos objetivadores. Las ex­ presiones: «las partículas se agrupan», «se fragmentó la masa» se convierten en el texto en las siguientes nominalizaciones: «la agrupación de partículas elementales» (1.6), «la fragmentación de la masa» (1.14). ¿ ) Plano léxico-semántico. Son muy numerosos los. tecnicismos y de muy diverso origen: 1. Formados por derivación: a) de la lengua propia: cristalizar. lexema cristal + sufijo -izar b) científica: metano O* ro 23 w 1—1 JO O _ , ( 0 .. c

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