LEGALIZACIÓN DE LA MARÍHUANA

July 17, 2018 | Author: Luis Roman | Category: Cannabis (Drug), Illegal Drug Trade, Substance Dependence, Wellness, Medicine
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PRESENTACIÓN Las tendencias actuales sobre el consumo de drogas se muestran variaciones importantes tanto en la cantidad de personas que utilizan o han utilizado drogas alguna vez en su vida, como en las preferencias por  el tipo de sustancia empleada. La evidencia científica muestra que la mariguana es considerada como "la puerta de entrada" al consumo de otras sustancias, particularmente de metanfetaminas, cocaína y heroína. Además, muchos jóvenes la perciben como una sustancia poco o nada peligrosa, por lo que es alto el riesgo de que inicien o mantengan su consumo. El inicio del consumo de marihuana suele relacionarse con la curiosidad, la invitación de los amigos, el desconocimiento de sus riesgos para la salud, la relativa facilidad para conseguirla, así como con los efectos positivos que esperan obtener los usuarios durante la experiencia de consumo. El riesgo de iniciar el consumo de mariguana aumenta en función del nivel de vulnerabilidad en que se encuentren los adolescentes y los jóvenes, donde los factores de riesgo y protección de carácter familiar, escolar e individual juegan un papel determinante. En los últimos años se ha venido tratando el tema de su legalización en diversos espacios públicos, políticos, académicos, sociales y jurídicos. De esta forma, políticos, activistas sociales, organizaciones pro-legalización, incluso los propios consumidores, se han dado a la tarea de presentar  argumentos que intentan promover la legalización de su producción, venta y consumo a partir de argumentaciones simplistas que aluden a razones económicas, de uso médico y de seguridad pública. Como ha sucedido en países de Asia y Europa, entre ellos Indonesia, China, Japón y Suecia, la penalización de las drogas ha regulado su consumo y, por el contrario, la despenalización ha aumentado su uso, como es el caso de Alaska, Canadá, Reino Unido, Holanda, Suiza, España e Italia, en donde a mayor disponibilidad de la sustancia mayor  aumento en el consumo de ésta, lo que se traduce invariablemente en el incremento de delitos y enfermedades, así como en el deterioro de los lazos sociales de la población.

INTRODUCCIÓN  Actualmente el consumo de drogas constituye uno de los principales problemas sociales, de salud y de seguridad pública que existen en el mundo. Han pasado muchos años de medidas educativas, sociales y sanitarias tendientes a evitar, disminuir y atender oportunamente las situaciones individuales, familiares y socioculturales que propician el consumo de drogas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a las drogas como cualquier sustancia psicoactiva que en el interior de un cuerpo viviente actúa en el sistema nervioso central, afectando su percepción, estado de ánimo, cognición, conducta o funciones motoras. En esta definición se incluyen, por tanto, el alcohol, el tabaco y los solventes, así como las drogas ilegales (mariguana, cocaína, opio y sus derivados, etcétera), y las de prescripción médica. La sociedad en su conjunto, y de manera particular los padres de familia, educadores y profesionales de la salud, requiere trabajar para que gobierno,

sociedad

y

los

sectores

productivos

fortalezcan

los

conocimientos que les ayuden a comprender las implicaciones sociales, políticas, económicas, legales y sanitarias que la mariguana puede tener  para los individuos y las comunidades. Además, requieren información sobre el consumo de ésta y otras drogas y cómo buscar o brindar  atención especializada de manera oportuna. Esperamos que los contenidos del presente trabajo exhorten a encontrar  soluciones basadas en la responsabilidad y el compromiso social, lo que implica el reto de articular las diferentes ideologías socioculturales, los intereses

políticos,

los

factores

económicos,

las

experiencias

internacionales, así como la evidencia científica actual sobre este tema. Tengamos presente que los grandes cambios se logran con grandes esfuerzos. No es posible sacrificar la salud de niños y jóvenes por ningún proyecto que a los ojos de algunos, tal vez, podría contrarrestar otros problemas sociales.

MARCO TEORICO:

LEGALIZACION DE LA MARIHUANA/MARIGUANA

PANORAMA EPIDEMIOLÓGICO DEL CONSUMO DE CANNABIS EN MUNDO. El

consumo

de

mariguana

constituye el principal problema de uso de drogas ilícitas en el mundo. De hecho, la producción, el tráfico y la demanda de cannabis

han

constituido

históricamente el mayor y más extendido de los mercados de drogas ilícitas a nivel global. Con base en lo anterior, se exponen brevemente, en primera instancia, a fin de contextualizar el panorama epidemiológico del uso de mariguana incluido en la segunda parte de este capítulo, algunos indicadores de la producción y el tráfico de la sustancia en el mundo, proporcionados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD, 2008). Una disminución igualmente significativa puede observarse en Canadá, que en el caso de estudiantes de la provincia de Ontario reporta entre 2003 y 2007 una baja del uso de mariguana en el último año de cerca de 21%, para situarse en 22%, prácticamente sin cambio respecto a 2005. Respecta a Latinoamérica, la ONUDD reporta una tendencia sostenida de incremento del uso de cannabis. Así, entre otros países, expertos de

 Argentina, Uruguay, Paraguay y México reportan un aumento continuo de su consumo. En Sudamérica, Brasil y otros países del cono sur acusan el aumento de la producción de cannabis en Paraguay. En el caso de la población brasileña mayor de 12 años, se reporta un aumento de la prevalencia anual de uno por ciento en 2001 a 2.6% en 2005, mientras que en  Argentina se detectó un incremento aún mayor de 1.9% en 2004 (población de 16 a 64 años) a 6.9% en 2006 (población de 12 a 64 años). De manera similar, Uruguay reporta también un aumento del consumo anual, de 1.3% en 2001 a 5.3% en 2007. Del Observatorio Interamericano sobre Drogas (Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas, CICAD, 2009), el uso de mariguana registra altas tasas de prevalencia en población general mayor de 12 años de países como Argentina y Uruguay  –ya mencionados –, pero también de Chile y Belice, en tanto que el consumo en estudiantes de educación media alcanza porcentajes más altos, tanto en la categoría de uso alguna vez en la vida como en la de uso en los últimos 12 meses, en Chile y varios países caribeños (Antigua y Barbados, República Dominicana, Granada, Jamaica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas).

LEGALIZACIÓN DE LA MARIGUANA POR CONTINENTE CATEGORÍAS DEL ESTATUS LEGAL DE LA MARIGUANA Ilegal: Las penalidades por posesión, uso o tráfico de drogas ilegales, incluyendo la mariguana, son estrictas y severas. Los infractores convictos pueden esperar a enfrentar largas sentencias de cárcel o multas pesadas. Este es el estatus legal de la mariguana en la mayoría de los países.

Legal: El consumo suele estar regulado por el gobierno. Legal/Ilegal: Se considera que tienen este estatus los países en los cuales las leyes en contra del uso de la mariguana son escasas y su

consumo es altamente tolerado como en Irán y Pakistán.

Ilegal/Despenalizada: El consumo personal, la posesión en pequeñas cantidades o el cultivo doméstico están despenalizados. Sin embargo, el tráfico y la venta de la mariguana son ilegales.

Ilegal/Tolerada: Aunque es ilegal, las autoridades toleran el consumo personal.

LA DICOTOMÍA LEGALIZACIÓN-PROHIBICIÓN DE LA MARIGUANA: LA EXPERIENCIA MUNDIAL.

La discusión sobre las implicaciones de la legalización de la mariguana no es un tema nuevo; sin embargo, el siglo XX se caracterizó por empatar el derecho al cultivo, uso, posesión y tráfico de la mariguana con el derecho de mantener un estilo de vida. El estilo de vida es en sí mismo un concepto moderno que perfila la individualidad y define la singularidad en un entorno global, cuyo significado puede ayudar en mucho a comprender  los rituales de nuestra sociedad, entre los que se encuentra el consumo de fármacos, por lo que algunos han llegado a considerar que el abuso de sustancias puede ser considerado como una manifestación más del hedonismo y consumismo contemporáneo. Los diferentes mecanismos de orden jurídico que se proponen para el control del fenómeno de las drogas, incluida su producción, distribución, comercialización, transportación, posesión y consumo, centran el debate

en torno a diferentes conceptos que van de la prohibición a la legalización, pasando por la regulación y la despenalización. En España, Italia y Portugal no se aplican sanciones penales por posesión de cualquier tipo de droga para consumo personal, en lugar de ello, normalmente se aplican sanciones de orden administrativo: advertencia, multa o cancelación del permiso de conducir (particularmente en Italia). En caso de que se detecte la dependencia a una sustancia, se solicita que el caso sea turnado a servicios de tratamiento. Desde 2001 las leyes de Luxemburgo imponen sólo una multa al transporte, posesión y adquisición de cannabis cuando están destinados al consumo personal. En Bélgica, Dinamarca, Alemania, Países Bajos y Austria no ejercen castigo a las personas acusadas por primera vez de posesión de drogas ilícitas, especialmente de cannabis. En lugar de ello se ejercen medidas disuasivas, “invitando” a las personas a abandonar su consumo mediante

advertencias y medidas de libertad condicional. En el caso particular de los Países Bajos, la ley prohíbe la posesión para consumo para consumo personal, aun en pequeñas cantidades, sin embargo esta situación se tolera en determinadas circunstancias. En Irlanda la posesión de cannabis se castiga con una multa en la primera o segunda falta, pero en la tercera puede generar una condena en prisión. Y en el Reino Unido la sugerencia realizada en 2001 por el ministro del interior para que la cannabis se incluya en la categoría “C” de drogas, en lugar de la “B”, podría haber hecho que en el futuro la posesión de

cannabis para uso personal pudiera ser considerada una falta que no implica el arresto. En Francia una directiva de 1999 recomendó realizar únicamente una advertencia ante delitos relacionados con el uso de drogas. En Grecia, Noruega, Finlandia y Suecia la aplicación de la ley que prohíbe el consumo de sustancias se aplica sin ninguna excepción. En estos países se considera que la acción policial orientada conforme lo marca la ley

constituye un importante elemento disuasivo. En los países miembros de la Unión Europea se procura, como anteriormente se había comentado, encontrar un equilibrio entre la sanción y el tratamiento. Una simple advertencia es la respuesta habitual al consumo y posesión de drogas para uso personal, sobre todo para aquellas personas que cometen estos delitos por primera vez o cuando se trata de pequeñas cantidades de cannabis. En los casos derivados a tratamiento, éste se considera un componente social y de rehabilitación, lo cual supone una importante coordinación entre sistemas judiciales y sanitarios. “Las investigaciones muestran que esta colaboración pu ede

resultar realmente ef-caz para reducir el riesgo de recaída en la delincuencia y en el consumo abusivo de drogas.” (Hough, M., 1996).

PAÍSES BAJOS En

la

actualidad

los

problemas

derivados del consumo de drogas requieren un frente común y articulado a nivel mundial; para que las políticas sobre drogas funcionen en un marco local,

requieren

que

los

demás

engranes  –los otros países, provincias, regiones, administraciones políticas, etcétera – funcionen de manera similar. En el caso de Holanda es obligado constatar el aislamiento en la escena internacional: “Si la política de tolerancia de los Países Bajos no

ha provocado un aumento en el consumo de Holanda, el país se ha convertido por el contrario en una plataforma giratoria de tráfico, y se ve ahora obligado a adoptar una postura más firme.” Las autoridades de salud estiman que sólo en la ciudad de Ámsterdam existen 7 mil personas que presentan alguna dependencia de drogas, de las cuales 20% son extranjeras. Se cree que esta población es la

responsable del 80% de las faltas a la propiedad de la ciudad, lo que hace que Ámsterdam tenga una presencia policiaca importante que supera a la de otras ciudades de dimensiones similares en Estados Unidos. Una de las principales características de la política holandesa sobre drogas es la reducción del daño, a través del cual se previene el consumo y se limitan los riesgos y los daños que provoca directamente, así como otras problemáticas que pueden estar asociadas. En Holanda, la política y la legislación “hacen una distinción entre drogas duras (sustancias que

implican un inaceptable riesgo para la salud, como el éxtasis, la cocaína y la heroína) y la cannabis (mariguana y hachís). La posesión de cannabis para uso personal (hasta 30 gramos) es un delito menor. “Los partidarios de la legalización quieren que la droga se trate igual que

el alcohol. Esperan que de esta manera podamos sacar la droga del mundo de la criminalidad y podamos actuar con mayor eficacia contra los abusos. Hay tres razones por las que opino que esta propuesta siempre será un camino intransitable. En primer lugar ya tenemos suficientes problemas con el alcohol.

REINO UNIDO En julio de 2000, el gobierno anunció su decisión de clasificar la mariguana como una droga menos peligrosa, asimilable a un simple antidepresivo. En 2003, la JIFE criticó al Reino Unido por esta clasificación, al considerarla

una

política

demasiado

tolerante. En su informe anual advirtió que: “La reclasificación de la cannabis por el

Gobierno del Reino Unido e Irlanda del Norte socavaría los esfuerzos de los gobiernos de los países africanos para luchar contra el cultivo ilícito de cannabis, la trata y el abuso.”

Philip O. Emafo, presidente de la junta, dijo: “Ningún gobierno debe tomar medidas unilaterales sin tener  en cuenta el

impacto de sus acciones y en última instancia, las consecuencias para todo un sistema que tomó casi un siglo a los gobiernos establecer.”

SUECIA La política sueca ha constituido un paradigma en cuanto a las políticas públicas aplicables al control de drogas, se centra en: a) reducir el reclutamiento de nuevos usuarios (con educación masiva preventiva de los daños y creando una cultura alternativa sana en todos los niveles); b) reducir el consumo (mostrando las consecuencias que éste genera); c) la reducción de la oferta a través de un efciente trabajo aduanero, de seguridad y judicial. En la década de los 70 Suecia registró un aumento en el abuso de heroína, situación que en 1978 llevó a presentar un proyecto de ley parlamentario que proponía elevar los esfuerzos en lo que a política de drogas se refería. Esta ley se aprobó y se fundamentó en el principio rector: “la base para la lucha debe ser que la sociedad no puede aceptar 

cualquier otro uso de estupefacientes a lo que es médicamente ac eptado”. “El éxito de Suecia obedeció a las decisivas medidas adoptadas tanto en

lo que respecta a la oferta como a la demanda, entre otras cosas amplios programas de tratamiento y rehabilitación de los drogodependientes, sobre la base de un sólido consenso político. También contribuyeron a reducir el grado de abuso de drogas medidas como una mejor  coordinación y fnanciación tras la puesta en práctica del plan de acción nacional, así como la creación del cargo de coordinador de la política nacional sobre d rogas.” (ONU, 2007)  Actualmente el uso y la posesión de todas las cantidades, son

ilegales;80% de la población apoya la política ofcial y un porcentaje similar  de los jóvenes considera que la cannabis debe ser ilegal (Yaria, 2006).

ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA La utilización, la venta y la posesión de cannabis en Estados Unidos son ilegales bajo la ley federal. Sin embargo, algunos estados han creado exenciones para el uso médico de mariguana. En julio de 2009, el presidente Barack Obama y el zar antidrogas Gil Kerlikowske aclararon la posición del gobierno federal cuando declararon que “la mariguana es peligrosa y no tiene beneficios médicos” y que “la

legalización no está en el vocabulario del presidente, y tampoco en el mío.”

Según la ley federal de Estados Unidos es ilegal poseer, usar, comprar, vender o cultivar cannabis, ya que la Ley de Sustancias Controladas de 1970 clasifica la mariguana en la Lista I de drogas, alegando que tiene un alto potencial de abuso y no tiene ningún uso médico aceptable..  Algunos estados y gobiernos locales han establecido leyes que intentan despenalizar la cannabis, y han logrado reducir el número de personas que son enviadas a prisión por “simple posesión”, además de que los

agentes federales encargados de hacer cumplir la ley rara vez tienen la necesidad de atender estas ofensas consideradas menores. Otros gobiernos estatales y locales han solicitado a los organismos encargados limitar la aplicación de las leyes respecto al cannabis; sin embargo, en virtud de la cláusula El 5 de noviembre de 1996, 56% de los votantes del Estado de California aprobó la Proposición 215, también llamada la Ley de Uso Compasivo. La ley estatal elimina las sanciones penales en el uso, la posesión y el cultivo de mariguana por parte de l os pacientes que poseen una “recomendación

escrita u oral” de su médico de que “se beneficiarían de la mariguana

medicinal”. Pacientes con diagnóstico de cualquier enfermedad en el que el uso médico de la mariguana ha sido adecuado y ha sido recomendado por un médico, cuentan con protección jurídica en virtud de este acto. Condiciones normalmente cubiertas por la ley son: artritis, caquexia, cáncer, dolor crónico, VIH o SIDA, epilepsia, migraña y esclerosis múltiple, con otras condiciones menos debilitantes como insomnio, disminución del apetito, ansiedad y estrés postraumático. Posteriormente, en 2003 se aprobó el Proyecto de ley del Senado de California 240 (conocido coloquialmente como programa de ley de la mariguana médica), el cual aclaraba los alcances y las aplicaciones de la Proposición 215, especificando el estado mínimo de la posesión de mariguana y promulgando el carácter médico de la misma con una tarjeta de identificación del programa (el G214 tarjeta). A partir del 16 de enero de 2008, sólo 36 de los 58 condados emitieron tarjetas del programa, con un total de 18 mil tarjetas. Sin embargo, la participación en el programa de Tarjeta de Identificación es opcional y no es necesaria para reclamar la Ley de protecciones. De acuerdo con la JIFE, en Estados Unidos la cannabis sigue siendo la droga más difundida, aunque durante casi un decenio se ha venido advirtiendo una disminución constante del consumo por parte de los adolescentes: En 2007 alrededor de 35,7 millones de personas habrían consumido drogas ilícitas en Estados Unidos, lo que equivale a una prevalencia anual del 14.4% de las personas de más de 12 años de edad. Un signo alentador es la declinación del uso de drogas ilícitas en general por parte de los  jóvenes y los adultos jóvenes. Desde 2001 el abuso de sustancias ha disminuido 24% en las personas de 12 a 17 años. Esa declinación es mayormente imputable a la disminución del consumo de can-nabis; sin embargo, también ha disminuido el consumo

de casi todas las demás drogas. De modo análogo, en los adultos jóvenes (las personas de 18 a 25 años de edad) ha disminuido el consumo de toda clase de sustancias, excepto los analgésicos. (ONU, 2009) La junta considera que la disminución del consumo de can-nabis en Estados Unidos puede estar relacionada tanto con el incremento en la percepción del riesgo registrado entre 2002 y 2007, particularmente en la asociación de fumarlo, como con la firme desaprobación del abuso de drogas por parte de los padres. El aumento de la percepción del riesgo puede imputarse a las campañas de educación llevadas a cabo en ese país. Pese a esa declinación considerable, el problema del abuso de sustancias sigue siendo muy extendido entre los adolescentes, ya que casi la mitad de los estudiantes de 17 y 18 años de edad (47%) ha probado alguna droga ilícita antes de haber terminado la enseñanza secundaria (prevalencia en algún momento de la vida).

CANADÁ El cultivo de cannabis actualmente es ilegal, excepto si está dirigido a un uso médico. Sin embargo, el uso por el público en general se tolera hasta cierto punto en función de las condiciones en que tenga lugar. En diciembre de 2002, el ministro de Justicia

canadiense,

Martin

Cauchon, anunció que se eliminarían las sanciones penales por poseer  pequeñas cantidades para dosis personal. Posteriormente, la Cámara de los Comunes publicó “una estrategia global para despenalizar la posesión

y el cultivo de no más de 30 gramos de cannabis como dosis de consumo personal.” (TNI (2003)

En octubre de 2007, el primer ministro Stephen Harper anunció una nueva estrategia nacional contra las drogas, un proyecto de ley que busca que

vendedores enfrenten penas de un año de prisión obligatoria en el caso de la delincuencia organizada o si está relacionada con actos de violencia; quienes vendan a jóvenes, cerca de escuelas o en zonas frecuentadas por jóvenes, se enfrenten a un periodo de dos años de prisión obligatoria. Las penas máximas para la producción de cannabis aumentarían de siete a 14 años. Existe una tolerancia de facto al uso de mariguana, pero esta sustancia no es legal en el país. Actualmente, su uso en adolescentes canadienses está en la cumbre, a 25 años del inicio de un agresivo movimiento de despenalización. En ese entonces, el gobierno presentó un reporte en el que se demostraba que el uso de mariguana entre los adolescentes se encontraba a niveles muy altos. Después de una importante disminución en los 80, el consumo entre adolescentes se incrementó durante los 90, al mismo tiempo que los jóvenes por lo general no tenían claro cuál era la situación legal de la cannabis en Canadá. La “B:C: Bud”, una popular 

variedad de mariguana que se cultiva en Columbia Británica, tiene aproximadamente el doble o más que el promedio nacional de THC (15 a 20%). Representantes del gobierno federal de Estados Unidos han afirmado que la despenalización de la cannabis en Canadá puede perturbar el comercio y las relaciones entre las dos naciones, y muchos de los canadienses creen que este sigue siendo el principal obstáculo a la despenalización en su país.

AMÉRICA LATINA Según estimaciones de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), en América del Sur se registra alrededor del 18% de la producción ilícita mundial de la cannabis. Si bien en la mayoría de los países de la región el cultivo ilícito está destinado al mercado local, Paraguay y Colombia proveen de la hierba a otros países de la región. En el informe de la JIFE 2004 se reporta que en Paraguay se descubrió

una nueva variedad híbrida de la planta de cannabis, desarrollada por los narcotraficantes, que crece durante los meses secos del invierno. La junta expresó su preocupación por que la posibilidad de cultivar la planta a lo largo de todo el año contribuya al aumento de la producción potencial de cannabis, razón por la cual instó al gobierno de Paraguay a que ejecute programas encaminados a eliminar ese cultivo ilícito.

En Brasil la cannabis se cultiva principalmente en la región nororiental. Si bien aún no se dispone de estimaciones precisas de la superficie total de cultivo ilícito ni de la capacidad de producción potencial, se cree que la mayor parte de cannabis que se consume en Brasil proviene de países vecinos.

En Perú, el cultivo ilícito, para el consumo interno y los mercados ilícitos de Chile y Ecuador aumentó en 2005. Venezuela, por su parte, informó acerca de operaciones de erradicación de cultivos llevadas a cabo en su frontera con Colombia. La cannabis es la droga que más se consume en América del Sur, los datos reunidos entre 2001 y 2005 indican que existen diferencias considerables en la prevalencia anual del abuso de esa droga en el grupo de población de 15 a 64 años de edad en la región.

Chile es el país más afectado: tiene una prevalencia del 5.6% y es el único de la región en donde el nivel anual de abuso supera el promedio mundial. En este país el cultivo de cannabis sin un permiso del Ministerio de Agricultura y que no esté destinado al consumo personal se considera ilegal. Aun cuando el consumo y la posesión en pequeñas cantidades para uso personal están permitidos, la ley considera sanciones cuando ocurre en un grupo de personas.

En Paraguay se produce cannabis, ese país tiene una prevalencia de únicamente 0.5%. En Argentina y Perú se registró una tendencia creciente en la prevalencia del abuso de cannabis en 2005.

En Argentina esta sustancia ha entrado en un proceso de despenalización de pequeñas cantidades para el consumo en espacios privados; su uso para fnes médicos no está permitido. El cultivo, la venta y el trasporte de grandes cantidades son ilegales y están penadas por la ley. En agosto de 2009 la Corte Suprema de Justicia de este país dictó un fallo para un caso concreto 24 que sienta jurisprudencia para regular la tenencia de cannabis para el consumo personal. La Corte declaró inconstitucional el segundo párrafo del artículo 14 de la ley de estupefacientes 23.737: “La pena será de un mes a dos años de prisión

cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, sugiere inequívocamente que la tenencia es para uso pers onal” (Irigaray, 2009).

En Venezuela, según un estudio epidemiológico sobre el uso indebido de drogas llevado a cabo recientemente por el gobierno, la cannabis es la droga que más consumen las personas de 15 a 70 años de edad (ONU, 2007). En 2008, Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay presentaron los resultados de un estudio sobre el uso indebido de drogas en la región meridional de América del Sur, titulado “Elementos orientadores para las

políticas públicas sobre drogas en la subreg ión”, realizado en colaboración con la ONUDD y la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD). Como parte del estudio, por primera vez se aplicó la misma metodología para determinar diferentes aspectos del uso de drogas en la población en general (las personas de 15 a 64 años de edad) de la región. Según el estudio, la prevalencia del consumo de cannabis durante el año anterior fue del 4.8%, porcentaje mayor que el promedio mundial, que asciende al 3.8%. Según este estudio, la mayor prevalencia del consumo de cannabis en

algún momento de la vida (27.1%) se registró en Chile, y la menor (4.0%) en Perú. En Chile la prevalencia durante el año anterior fue considerablemente inferior (7.5%) y comparable a la registrada en  Argentina (7.2%). Según la ONUDD, en Uruguay el abuso de cannabis, que había registrado un modesto incremento en el decenio de 1990, aumentó apreciablemente en el periodo 2001-2007: la prevalencia anual en la población en general se cuadruplicó, ya que pasó del 1.3% en 2001 al 5.3% en 2007.

EFECTOS NOCIVOS DE LA CANNABIS Los

últimos

30

años

las

ciencias biológicas han dirigido su atención al estudio de los efectos de la mariguana, en parte debido a las polémicas provocadas por la autoadministración de la droga con fines

“recreativos”,

pero

también por la discusión que existe entre quienes desean o no que la droga sea tratada por los gobiernos como una sustancia diferente a otras ilegales,

cuyo

consumo

personal

y

comercialización

no

sean

necesariamente penalizados. Las consecuencias perjudiciales del uso de drogas psicoactivas sobrepasan los límites de las creencias, la ideología y los discursos respecto a las bondades del consumo, porque se basan en evidencias científicas de las que hoy en día se disponen respecto al uso dañino de las sustancias. Detrás de muchas investigaciones efectuadas en torno a la mariguana subyace la necesidad de conocer los efectos de esta droga en el organismo humano. En este punto, es importante mencionar las controversias que existen sobre los resultados en materia de investigación

acerca de daños a la salud provocados por la cannabis. Estos resultados han generado conclusiones disímbolas, sin embargo la clasificación de éstos ha sido posible gracias a las investigaciones bio-médicas, epidemiológicas y psicosociales recientes. Estas evidencias nos muestran que la cannabis sí tiene efectos negativos en algunos órganos, aparatos y sistemas del organismo. En este capítulo sólo haremos mención a aquellas conclusiones que tienen base en la información obtenida de estudios comprobables y reconocidos en el ámbito internacional. El interés primordial de los investigadores se ha concentrado en los efectos de la cannabis en el sistema nervioso central por diversas razones: la principal radica en que al tratarse de una sustancia psicotrópica, las consecuencias más importantes se obtienen a ese nivel, por lo cual se comentará de forma sucinta la manera en la que funciona el cerebro de los mamíferos. Este órgano opera de manera muy simple y compleja a la vez. Los principios de su actividad se rigen por procesos químicos y eléctricos que hacen que las células nerviosas llamadas neuronas cumplan sus complicadas acciones. Cada vez que ocurren descargas eléctricas, dentro de las neuronas tiene lugar una serie de cambios que inducen la liberación de neuro-transmisores, moléculas de diferentes tipos, tamaños y pesos que tiene a su vez varias propiedades. Los neurotransmisores son químicos que permiten el paso de la información de una neurona a la otra. En la actualidad se han identificado alrededor de 15 neurotransmisores principales y 100 neuropéptidos, proteínas que realizan diversas funciones en el cerebro. Existen además receptores muy específicos para cada neurotransmisor, que a manera de una llave y una cerradura permiten la acción de estas sustancias.  Asimismo, los neurotransmisores pueden hacer que las neuronas inhiban el comportamiento de otras células (neurotransmisores inhibidores) o potenciar el trabajo de otras neuronas (neurotransmisores excitadores); neurotransmisores como la noradrenalina, la serotonina, la dopamina y las

endorfinas tienen un efecto en las emociones, las sensaciones y el placer, mismo que se ve alterado con el consumo de cannabis. La sustancia responsable de muchos de esos efectos se conoce como delta-9tetrahidrocannabinol, cuya abreviatura es THC. En el ser humano existen receptores a los cuales se fja la molécula del THC mediante la colaboración de una sustancia muy parecida a él, llamada anandamida. No se conocen exactamente las funciones de éste ligando en el cerebro, pero se produce en forma natural y se fija en el cerebro al receptor para anandamida, se conocen varios de estos receptores, pero los más importantes son el CB1 y el CB2, los cuales se ubican en la membrana de algunas células. El receptor CB1 está presente en el sistema nervioso central y en menor densidad en el sistema nervioso periférico, mientras que el receptor CB2 se localiza sobre todo en las células del sistema inmunológico. Los receptores CB1, CB2 y otro más, recientemente descrito, tienen la mayor concentración en los ganglios basales y el hipocampo, áreas relacionadas con la memoria de tipo emocional, esto es, la memoria que evoca emociones y sentimientos. A este “sistema interno” al que se fja el THC en el cerebro se le denomina “endocannabinoide” y podría estar implicado en diferentes f unciones

fisiológicas, entre las que destacan el aprendizaje, la memoria, las emociones, el refuerzo, la ingesta de comida, la neuroprotección, el dolor  y la conducta motora, entre otras. La cannabis tiene más de 400 compuestos químicos, de los cuales 60 s on de tipo cannabinoide, esto signifca que sin ser los más activos tienen efectos parecidos al compuesto más importante (el THC). Los tres cannabinoides primordiales, por sus efectos psicoactivos, son el delta-9tetrahidrocanna-binol (THC), el cannabidiol y el cannabinol; pero el principal producto de la descomposición por combustión (pirolisis) es el ácido delta-11-tetrahidrocanabinol. Los cannabinoides contenidos en la yerba tienen diversos efectos, algunos difieren entre sí, pero aún no se

conoce el efecto de todos los que se encuentran en la cannabis, lo que significa que aún se ignora completamente el potencial nocivo de los mismos. Las concentraciones del principio activo THC dependen de la forma o la presentación de la droga. Por ejemplo, la mariguana contiene entre uno y cinco por ciento de THC; no obstante el desarrollo de cultivos de alta eficiencia con luz graduada y con ambientes controlados, así como la selección genética de las variantes más potentes de las plantas han hecho posible que en la actualidad se encuentren variedades de cannabis que contienen hasta con 20 por ciento de THC.

BASES QUÍMICAS QUE EXPLICAN LA ADICCIÓN A CANNABIS Para explicar la asociación entre el consumo de mariguana y los problemas de salud mental que han sido observados como efecto de la exposición aguda y crónica a la droga, es necesario recurrir a modelos basados en la interacción de neurotransmisores del tipo de la dopamina y el sistema cannabinoide endógeno. Los químicos que producen sinergia de los receptores cannabinoides hacia las neuronas que producen dopamina aumentan la liberación de esta sustancia. Los receptores CB1 se localizan en áreas del sistema nervioso donde se concentran las neuronas que producen y captan la dopamina. La sensibilidad excesiva del sistema mesocorticolímbico causada por la administración

aguda

de

cannabinoides

puede

explicar

las

manifestaciones psicológicas placenteras, mientras que el consumo crónico a altas dosis puede ser responsable de las manifestaciones psicopatológicas. Debemos recordar que una de las hipótesis de la esquizofrenia trata de explicar ese padecimiento a partir de un desbalance del sistema de la dopamina que se encuentra regulado por los receptores denominados D1.

La tolerancia ocurre cuando la droga se consume repetidamente, dando lugar a una disminución de sus efectos subjetivos, cardiovasculares y sobre la presión interior del ojo. Los fenómenos de tolerancia se relacionan con la dosis y el tiempo de consumo. Existe controversia respecto a la existencia de un síndrome de abstinencia de carácter moderado en quienes consumen habitualmente cannabis con altas concentraciones de THC. Los signos más evidentes son

insomnio,

hipervigilancia,

irritabilidad

y

ansiedad,

pero

la

sintomatología no llega a ser lo suficientemente severa como para alterar  la vida diaria de las personas.

OTROS PROBLEMAS DE SALUD La cannabis también se ha implicado en el desarrollo de una de las enfermedades crónicas más comunes: la periodontitis.

Según

lo

observado por Thomson y colaboradores, la incidencia de periodontitis en adultos  jóvenes expuestos tiene una relación dosis-dependiente en las etapas tempranas de la vida, y esta asociación todavía se sostiene sin importar el consumo acumulativo de tabaco. La evidencia a partir de 204 pacientes con la infección crónica de virus de la hepatitis tipo C sugiere que el consumo diario de mariguana puede ser un poderoso predictor de la transición de fibrosis hepática de leve a moderada. Una vez ajustada la cantidad de alcohol consumida, la mariguana usada en forma diaria incrementó de seis a siete veces las probabilidades de pasar de una fibrosis moderada a una fibrosis severa del hígado.

CONCLUSIONES



Podemos concluir sobre la existencia de un cuerpo importante de datos que sugiere con mucha fortaleza los potenciales daños en la salud física y mental que la mariguana puede causar tanto de forma aguda como consecuencia del consumo crónico.



Es notable la existencia de controversias entre algunos investigadores respecto a los hallazgos.



Estas diferencias pueden ser explicadas por el uso de las diversas metodologías, técnicas, tamaños de las muestras o instrumentos utilizados.



Es también interesante observar que las investigaciones que se ha realizado en las últimas cuatro décadas se suscriben en contextos históricos o culturales que son más o menos favorables al uso de la sustancia y que influyen en el tipo y la cantidad de investigación que se realiza en un momento dado.



Cuando en los Países Bajos se intentó justificar la instauración de una política liberal con relación a la venta regulada de mariguana, hubo un aumento importante de investigaciones y trabajos en los cuales se minimizaba el efecto potencialmente dañino de la mariguana.



En los últimos años ha habido un incremento de los estudios respecto a los efectos perjudiciales que ya habían sido sospechados, pero que solamente ahora con las nuevas metodologías se han logrado corroborar. De todos ellos llama la atención los que se refieren al inicio temprano en el consumo de la droga y los problemas de salud mental y neuropsicológicos, así como los relacionados con las modificaciones en la estructura del  ADN de los consumidores, que vienen con mucho a desmitificar la aparente inocuidad de la sustancia.



Finalmente, consideramos que quienes legislan y diseñan políticas públicas deben disponer de información reciente, con base en evidencias científicas que faciliten el diseño de los instrumentos de regulación jurídica para el cuidado y la protección del bienestar  social y la salud. El discurso sofsta que reza que, ante todo el individuo tiene derecho a decidir libremente, y excluir al Estado y a las instituciones de la salvaguarda y la preservación de la salud, tiene su punto de llegada en el mismo lugar del que se origina: no se puede ser libre siendo esclavo del infortunio y el deterioro a los que las enfermedades arrastran. Recordemos que la palabra adicción procede del latín addictus, sujeto acreedor que al no poder  pagar su deuda era encarcelado o eventualmente era muerto. Cualquier intento para promover la cultura de la adicción es un paso más hacia la pérdida de nuestras libertades.

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