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December 13, 2017 | Author: thonetandvander | Category: Science, Life, Society, Karl Marx, Technology
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La ciencia como trabajo1 Wolfang Lefèvre Max Plank Insitute for the History of Science El artículo concibe literalmente el término “tecnociencia” e investiga una concepción de ciencia que la considera no solo como práctica, sino como producción en el sentido de proceso material de trabajo. Se explorará en particular la articulación material entre la ciencia y la producción ordinaria. Se examinará en profundidad como el desarrollo histórico de la ciencia como emprendimiento social fue conformado por su carácter tecnocientífico. En este contexto, en un excursus, será cuestionda la noción común de que las relaciones sociales deben ser concebidas como puras interacciones. Finalmente, el artículo adentrará en las relaciones entre la dimensión epistémica de la ciencia y su carácter tecnocientífico. Introducción El foco específico de este artículo es el carácter tecnocientífico de la propia ciencia. Este carácter es obvio en el caso de la química moderna y en todas las ciencias que producen materialmente los objetos que investiga. Pero, ¿tiene sentido atribuir un carácter tecnocientífico a la ciencia en general? ¿Podríamos percibir nuevos esquemas de sus prácticas, sus precondiciones, sus dinámicas, y talvez también de su dimensión cognitiva, si miramos la ciencia en general a la luz de nuestra experiencia actual de penetración mutua entre ciencia, tecnología y producción ordinaria? Estas son las preguntas que motivan este artículo. En otras palabras, considero la discusión sobre “productividad tecnocientífica” como una oportunidad para debatir algunos aspectos sobre la concepción general de ciencia que la entiende no sólo como práctica, sino como producción en el sentido de un proceso material de trabajo. Si concebimos a la ciencia como un proceso material de trabajo, la cuestión que se plantea es cómo ésta se relaciona con el proceso de trabajo social ordinario. Se argumentará en este artículo que la ciencia en sí misma se transformó en un subsistema del proceso de producción social después de la Revolución Industrial. Sin embargo, esta revolución no fue un punto de inicio, sino más bien un punto de viraje en la relación entre la ciencia y la producción ordinaria, que por su vez había conformado a la primera desde la temprana época moderna (Sección 1). Otro punto atiende al significado del carácter tenocientífico de la ciencia en relación a su desarrollo. Argumentaré que, debido a su carácter tecnocientífico, el desarrollo de la ciencia comparte marcados rasgos con los del proceso ordinario de trabajo. Finalmente, voy a discutir algunos asuntos respecto a si el carácter tecnocientífico de la ciencia también concierne a su dimensión epistémica y cómo lo hace. El papel de los medios materiales en la producción científica en relación con la cognición constituirá el centro de esta discusión.

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Lefèvre, Wolfgang (2005), "Science as labor”, Perspectives on Science, Vol.13, Nº 2, pp. 194-225, traducción de Marina Rieznik hecha para el trabajo en clase, material con fines didácticos exclusivamente.

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Mi intento de comprensión de la ciencia como parte del proceso de trabajo social, y como una clase específica de trabajo, presupone concepciones sobre estructuras de gran escala y procesos de las sociedades modernas que exceden a las nociones usualmente aplicadas en los estudios sociales de la ciencia. Los investigadores de esta área, en tanto emplean dichas categorías de gran escala solo rara y casualmente, no necesitan por lo general desarrollar nociones comunes al respecto. Esto plantea el dilema de que este artículo no puede ni descansar en tales nociones al lidiar con las categorías generales como el concepto de proceso de trabajo social, ni desarrollar elaboradamente estas nociones en el espacio dado. Para asegurar al menos la comprensión del tema con el que este artículo está lidiando, serán tomadas de prestado palabras claves de la teoría de proceso social de gran escala. Esta es generalmente conocida, así, puede servir como medio de comunicación sin obligar a nadie a adscribir a ella. La teoría sociológica utilizada para este propósito es la de Karl Marx, ciertamente un experto con respecto al proceso de trabajo social. Un “Excursus sobre Marx, términos S y N, y determinismo tenológico” dará apertura a la segunda sección2. 1. La Ciencia como parte de la producción económica. 1.1. La Cienca: un factor del proceso de producción “Como el proceso de producción deviene aplicación de la ciencia, la ciencia, inversamente, deviene un factor, es decir una función, del proceso de producción” (Karl Marx3) Por comenzar, sin que se necesiten más evidencias, pueden ser considerados tres aspectos, aunque de ninguna manera inmodificables, como puntos de partida para la discusión:  Desde el siglo diecinueve, en occidente, el proceso de trabajo social ha sido esencialmente dependiente de los resultados de las ciencias. Desde los campos simples de la ingeniería mecánica, hasta las ramas verdaderamente basadas en la ciencia como las industrias eléctricas y químicas en el viraje del siglo veinte, un abanico completo de la producción industrial empezó a basarse en la ciencia en diferentes grados a lo largo de este siglo. Lo mismo puede ser planteado para la agriucultura, el transporte, la logísitca y la comunicación a principios del siglo veintiuno .  Con respecto a las relaciones materiales como distintas de las económicas, la actual dependencia muta entre la producción científica y la económica es fundamentalmente del mismo tipo que la que existe entre entre las diferentes ramas de la última, por ejemplo auqella que existe entre la manufactura y la industria extractiva. Hay un flujo continuo de materiales, dispositivos, know-how, ideas, y expertos en ambas direcciones, lo que hace que la dependencia sea mutua. Ninguna rama puede existir sin la otra.  El grado de dependencia mutua entre los diferentes campos científicos es tal, que cualquier intento de dividirlos en grupos de acuerdo a su relevancio práctica, corre 2

For a more practically oriented attempt to capitalize on Marx’ theory for an understanding of the relationship between science, technology, and the labor process, see (LevidowandYoung1981/1985). For a more recent interpretation of Marx’sconcept of sciences, see (Stachel 1994). 3 Wie der Productionsproceß zur Anwendung der Wissenschaft, wird umgekehrt die Wissenschaft zu einem Factor, so zu sagen zu einer Function des Productionsprocesses.” (MEGA) II/3.6 2060, my translation.

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el riesgo de atribuir alcances de valor práctico, que son en realidad resultados de patrones sinergéticos de muchos campos, a campos particulares. Más aún, escoger a campos científicos de acuerdo con una gradación de su relevancia inmediata para el proceso económico de producción social sería una equivocación en la consideración de la dinámica del proceso de producción científico. Como fue recientemente evidenciado por el engendramiento de la moderna nano tecnología por parte de la fisica microestrutural, campos considerados en un momento como investigación básica con aparentemente poco valor práctico pueden repentinamente figurar entre los más prometedores con respecto a la aplicabilidad de sus resultados. Durante el último siglo y medio en los países desarrollados, la ciencia cobró tanta importancia, económica y estratégicamente, como “factor del proceso de producción”, como en cuanto acceso económico a las materias primas mundiales. En consecuencia, la producción científica debió ser organizada como tal factor económico crucial. La dependencia de los procesos de la producción económica respecto a la ciencia demandó los suministros para asegurar que la ciencia realmente producía y distribuía lo que era necesario para dichos procesos. No obstante, esos suministros tenían que tener en cuenta la naturaleza especial de la producción científica y, en particular, el hecho de que los descubrimientos e innovaciones no podían ni ser anticipados ni planificados más allá de ciertos estrechos limites. Por otro lado, las incertidumbres dadas por la apertura de los procesos de produción científicos y por los costos inmmensos (cuando toda la infraestructura necesaria es tomada en cuenta) ponían límites a la viabilidad del funcionamiento lucrativo de la investigación científica bajo el control de empresas privadas. Así se probó que era indispensable un inmenso sector de ciencia y tecnología financiado publicamente, tanto para las economías basadas en el emprendimiento privado como para las economía socialistas. Además, en las primeras, a causa de la competencia entre las compañías privadas, dicho sector tuvo que ser organizado de manera tal de prevenir ser abiertamente sometido a intereses privados particulares. Como resultado de las complejas interacciones en curso entre todas las partes sociales involucradas – plataformas políticas constitucionales, agencias públicas de servicios, militares, asociaciones de compañías comerciales e industriales, instituciones tradicionales como así también las recién fundadas para la ciencia y la tecnología- se desarrollaron y siguen desarrollándose intrincados sistemas de instituciones y sitios de investigación y entrenamiento científico formalmente independientes, semidependientes, y directamente controlados. Este tipo de sistema complejo que comprende instituciones científicas de diferentes formas y status institucionales es característico de las modernas naciones industriales, más allá de las peculiaridades que se deban a los desarrollos históricos particulares de cada una. 4 Estas redes institucionales representan la forma social de la ciencia como parte y parcela del proceso trabajo social. La creciente dependencia de la producción económica basada en ciencia conduce así hacia un sistema de lazos en evolución, que atan a la ciencia a las necesidads del proceso de trabajo social. 5 Las consecuencias de estas ataduras afectan incluso la esencia de la ciencia, tal como el intercambio libre y racional de pensamientos. Por dar

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For the changes in the institutional design of connections and co-operation between political boards and research institutions in theUS in the second half of the twentieth century, see, for instance, (Guston 2000, chaps. 1 and 6). For the structures of the European research policy at the turn of this century, see, for instance, (Trute 1994). See also part 3 of (Guzzetti 2000). 5 For the inºuence of the private research sector on the public one, see (Walsh 1998)

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sólo una indicación sobre esto: de acuerdo al OECD 6, más de la mitad de la investigación en occidente, en terminos de gasto de dinero, se lleva adelante bajo el control directo de los militares 7 o de compañías comerciales privadas y se encuentra por ello cerrada a la libre comunicación8. En los países desarrollados, inclusive el carácter no lucrativo de una considerable parte de la ciencia no la previene de transformarse en un elemento de la estructura capitalista del proceso de trabajo social. 9 Sin embargo, la relación entre ciencia y producción económica no puede simplemente ser considerada como dominación de la primera por la segunda. Dicho enfoque podría desatender un aspecto esencial de esa relación. La ciencia ha estado relacionada íntimamente con la esfera de la producción económica desde sus inicios. Es decir, esa relación precede a la Revolución Industrial y a los subsecuentes intentos de adaptar la ciencia a las necesidades de dicha esfera. Esta relación consiste en una conexión material entre la ciencia y la producción económica. Las ciencias naturales abarcando en sí a procesos materiales de producción dependen esencialmente del proceso económico de producción, cualquiera que sea el carácter económico específico del último. Esa dependencia no proviene de la dominación, sino del hecho de que la esfera de la producción económica es una condición esencial, prerequisito de la ciencia. La ciencia natural esta esencialmente basada en materiales y equipamiento. La cuestión respecto de qué materiales están disponibles y cuáles equipamientos pueden ser producidos en una sociedad dada en una época determinada es por lo tanto de importancia decisiva para su desarrollo. Esto es bien conocido no sólo por los historiadores de la ciencia. Todo el mundo menciona instancias conocidas del papel central que los materiales, dispositivos y aparatos jugaron en el desarrollo histórico de las ciencias en la modernidad temprana – el telescopio para la astronomía; el microscopio para la fisiología; hornos, aparatos de destilación y balanzas para la química; péndulos, prismas, bombas de presión, y botellas de Leyden para la física; el compás para la geografía; animales exóticos y plantas para la zoología y la botánica. Ninguna de estas cosas podrían haber estado disponíbles para las ciencias sin el desarrollo económico de las tempranas sociedades occidentales modernas. Los dispositivos y aparatos deben su advenimiento a la existencia y refinamiento de los altos estándares alcanzados por las manufacturas en Europa occidental en esa época. Además, sin las relaciones comerciales internacionales y, en particular, sin los sistemas coloniales construídos desde el siglo dieciséis por las naciones europeas, hubiese sido inimaginable una exploración sistemática de la superficies de la Tierra. Los químicos habrían estado confinados a las materias primas domésticas y los naturalistas a los minerales, plantas y animales locales. 6

Comparethe Basic Science and Technology Statistics(BSTS)-2001 edition of the OECD. For the increasing penetration of science and technology by the military during the last decades, see (Mendelsohn, Smith, and Weingart 1988) 8 For the secrecy policy of military research and development, see, for instance, (Reppy 1988, pp. 511ff.). 9 In this article, I cannot go into this aspect of the role science plays in the modern industrial societies of the West. However, a quotation from Marx’s manuscript “Results of the Direct Production Process” (chap. 2, subsection “Mystification of Capital, etc.”) may serve as an indication and reminder of what is left out here: “[. . .] the same naturally takes place with the forces of nature and science, the product of general historical development in its abstract quintessence—they confront the laborers as powers of capital. They are separated in fact from the skill and knowledge of the individual laborer—and although, in their origin, they too are the product of labor—wherever they enter into the labor process they appear as embodied as capital. [. . .] Science realized in the machine appears as capital in relation to the laborers. And in fact all these applications of science, natural forces and products of labor on a large scale, these applications founded on social labor, themselves appear only as means for the exploitation of labor [. . .].” See (MECW 34:455–460; (McLellan 1977, p. 430). See also part 2 of (MacKenzie and Wajcman 1999). 7

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Además, la ciencia requiere de la esfera de la producción económica, no sólo como una fuente para contruir los dispositivos necesarios y proveer materiales de interés, sino también como una fuente de inspiración. Ciertamente la riqueza de la experiencia acumulada y pasada desde la esfera de la produccción, todavía es subestimada respecto de su significado para el desarrollo de las ciencias. Con su idea de una “historia experimental”, Francis Bacon se propuso un plan para sacar provecho sistematicamente de la riqueza de este conocimiento en pos del avance de las ciencias. En los siglos dieciseis y diecisiete, los problemas y las soluciones sobre de las tecnologías de punta, tal como la maquinaria de presión para la industria minera y la artillería y la fortificación en la industria armamentística, contribuyeron esencialmente a llevar a la mecánica pre-clásica hacia sus límites10 y trascenderlos11. La química es otro ejemplo sobre la relación que las experiencias y el conocimiento acumulados en los workshops tienen con el desarrollo de las tempranas ciencias modernas. Transgrediendo las doctrinas aristotélicas-paracelsianas de los elementos, principios y mixtosde, dirigiéndose hacia el sistema conceptual moderno de los componentes y reacciones químicas, los químicos del siglo dieciocho en el de Jardin des Plants parisino, estaban apoyándose no sólo en sus experimentos, sino en sus reflexiones sobre sus experiencias acumuladas en los workshops de la metalurgia y la producción iatroquímica de medicinas de los siglos dieciséis y diecisiete12. Un rasgo característico de la relación material entre la ciencia y la producción económica antes de la Revolución Industrial es que sus beneficios para los dos lados eran bastante asimétricos. Friedrich Engels, en notas que pertenecieron a los complicados manuscritos publicados póstumamente como Dialektik der Natur, señaló el preponderante carácter unidireccional de dicha conexión “Up to now [it is] only bragged about what production owes to science; but science owes infinitely more to production”.13 Es cierto, entre 1500 y 1800, la contribución del desarrollo de las ciencias modernas al avance de la producción económica era más bien modesta. En los principales sectores, es decir, en la agricultura, en el artesanado, en la manufactura, el proceso de producción económico permaneció en gran parte intacto por la ciencia y probó ser capaz de hacer sin ella. 14 Pero en este periodo, hubo también un constante aumento de sectores de producción que hicieron uso del conocimiento obtenido científicamente. En las artes mecánicas como la construcción, astilleros, ingeniería de maquinas, balística y fortificación, encontramos ingenieros, esto es, nuevos tipos de profesionales que regularmente aplican la geometría, la aritmética y la mecánica cuando se proponen sus tareas. Un desarrollo análogo puede ser observado en las artes químicas como la metalurgia, la producción de sal, la fabricación de porcelana, y la producción de medicamentos químicos. La química moderna temprana e asemejaba mucho a la 10

See (Damerow et al. 1992). See the classical studies by Henryk Grossmann: “Die gesellschaftlichen Grundlagen der mechanistischen Philosophie und die Manufaktur” (1935), English translation: (Grossmann 1987), and Edgar Zilsel: “The Social Roots of Science” (1942), new edition of Zilsel’s writings (Zilsel 2000). For a standard assessment of the debate on the tradition of the workshops and the emergence of modern science, see (Cohen 1994, pp. 345ff.). In his review of the new edition of Zilsel’s writings, N. Jardine discusses probable reasons for SSK scholars’ usual neglect of these classic studies; see (Jardine 2003). See also the contribution by Gideon Freudenthal (this volume) who discusses the reception of Grossmann’s essay and puts it in the context of the fate of Boris Hessen’s famous essay “The Social and Economic Roots of Newton’s Principia” from 1931. 12 See (Klein 1994a, 1994b). 13 (MECW 25:465; my translation) “Bisher nur geprahlt, was die Produktion der Wissenschaft verdankt, aber die Wissenschaft verdankt der Produktion unendlich mehr” (MEW 20:457). 14 See part 1 of (Lefèvre 1978). 11

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ingeniería debido a su característica combinación de idoneidad práctica y teorética.15 Es cierto, cuando se enfoca exclusivamente en las macro teorías, uno se lleva la impresión de que la producción económica poco podría obtener de las ciencias modernas. Frutos genuinos de la ciencia moderna, como las tablas lunares que en el siglo dieciocho se habían hecho calculables basándose en la teoría lunar de Newton y que verdaderamente representaban una contribución fundamental para la navegación eran ciertamente excepciones. Sin embargo, para completar el panorama, uno debe tener en cuenta que la ciencia durante ese período empezó cobrar relevancia en un creciente número de sectores de producción avanzados, no obstante el hecho de que, sin duda, la esfera de la producción económica hacía mucho más por la ciencia en tanto rica fuente de materiales, instrumentos, inspiración, conocimiento y experiencias. Así, existía una estrecha conexión material entre la producción científica y económica desde mucho antes de la Revolución Industrial. Sin embargo, lo que esa revolución cambió fue que el hasta entonces predominante carácter unidireccional de esa relación fue reemplazado, paso a paso, por complejas relaciones materiales de dependencia mutua. La esencial dependencia de la ciencia respecto a la produccióndesde el artesanado hasta los procesos de tecnologías de punta– se profundizó con el desarrollo de la infraestructura de la moderna sociedad industrial – desde la electrificación hasta Internet- de la cual la ciencia forma parte. Además, el proceso de producción industrial se transformó crecientemente en un proceso basado en la ciencia. En el curso de su desarrollo, la ciencia funcionó y fue conformada con materiales e instrumentos provistos por industrias que podían proveer esos bienes gracias a sus procedimientos y técnicas basadas en ciencia. De esta manera, de este desarrollo, brotaron dependencias entre la tecnología y la ciencia y ello constituyó el antecedente de la tecnociencia actual. 1.2. La ciencia: Un sub-sistema del proceso de producción económico. El término “tecnociencia” es usado en un sentido amplio y en uno más restringido. En el primer caso, el término denota una intrincada imbricación de la producción económica y científica, que se desarrolló empezando en el siglo diecinueve y que es ahora característica del proceso de producción social en occidente. No solamente es cada lado una prerequisito del otro- el económico del científico y el científico del económico- sino que, además, cada lado está esencialmente basado en el otro: la moderna producción de tecnología de punta no sólo está basada en ciencia, sino que descansa en ciencia que es posible sólo sobre la base de un avanzado desarrollo del proceso de producción, esto es, ciencia que descansa, por su parte en producción basada en ciencia. 16 Si entonces uno mirara esta producción de tecnología de punta basada en ciencia, como un mundo de reificaciones de las concepciones y teorías científicas17, la tecnociencia en este sentido amplio podría aparecer como un proceso autoteferencial: la ciencia en acción de hoy descansa en la producción de tecnología de punta, la que por su vez es la ciencia deificada del ayer, y engendra las concepciones y teorías que constituirán la tecnología del mañana una vez deificada. Pero tal visión de la tecnociencia, que recuerda bastante a la autoreferencialidad de la idea absoluta de Hegel, podría no sólo reducir el proceso económico de producción a sus precondiciones científicas. También desatendería el 15

See the contribution by Ursula Klein (this volume). This does not mean that science today is based exclusively on the most developed technologies. Cooperation with specialized craftsmen, for instance, is still indispensable even in high-tech laboratories. 17 For the problems involved with such a notion of reification, see the debate between Bloor and Rheinberger (this volume, next issue). 16

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hecho de que los materiales y los equipos empleados en la producción económica no pueden ser tomados simplemente como cristalizaciones de la ciencia. Inclusive si tales materiales, máquinas y procesos tecnológicos devienen utilizables y desarrollables sólo a causa entendimientos científicos, esos medios de producción son más que reificaciones de concepciones científicas. Como cosas materiales, ellos no pueden ser reducidos a los conceptos instrumentales de los procesos en los que fueron producidos. Lo que es peor, esa visión idealista de la tecnociencia podría restarle importancia a tensiones esenciales entre la producción material ordinaria y la científica, también inherentes en los procesos modernos de producción tecnocientífica. Además, esto podría privar de su valor heurístico a la concepción de tecnociencia. En un sentido más restringido, “tecnociencia” denota ciencias que son realmente híbridos de los procesos de producción ordinarios y los científicos. Estas tecnociencias no sólo abarcan los procesos tecnológicos, tal como cada ciencia experimental lo hace. Más bien, éstas literalmente producen los objetos materiales que ellas estudian. La química moderna y campos de la física como la física de partículas serían nuestros ejemplos. Es probablemente superfluo remarcar que ese producir no es crear. Estas ciencias híbridas no crean sus objetos ex nihilo, pero los produce exactamente en el mismo sentido que lo hacen los procesos de producción ordinarios, es decir, transformando objetos dados por medios de agentes materiales dados. El sentido más amplio y el restringido de “tecnociencia” enfoca fenómenos que son interdependientes: estas ciencias híbridas fueron y son particularmente instrumentales para el desarrollo de la producción de tecnología de punta del siglo veinte; y esta producción era y es una decisiva precondición para el desarrollo posterior de tales híbridos, tal como se observa desde la emergencia de la biotecnología moderna. Ésta es un ejemplo particularmente apropiado para iluminar una marcada característica de las ciencias tecnocientíficas, la asombrosa similitud entre los procesos conformados en la producción de tecnología de punta y los de laboratorios de tales ciencias híbridas. A menudo es difícil establecer la diferencia entre estos procesos. Por ejemplo, cuando se observa sólo el procedimiento técnico de la clonación de células, uno no puede saber si se está llevado adelante en un laboratorio científico o como un paso de una cadena de producción de una empresa agrícola con tecnología de punta. Sin duda, sin conocimiento sobre los distintos contextos en los cuales el procedimiento es realmente conformado en los dos casos, deben ser enfocados esencialmente como la misma operación. Pero es obviamente artificial que no podamos distinguir el procedimiento conformado en un lugar respecto al otro. Nuestra falta de habilidad para distinguir es un resultado de nuestra abstracción de los contextos y, en particular, de las funciones que la operación tiene en cada caso.18 No se trata sólo de que las operaciones singulares parecen indistinguibles cuando su función real es dejada fuera de consideración, sino que esta abstracción parece fundir los procesos de producción de todas las tecnociencias con aquellos de las industrias de tecnologías de punta. De cualquier manera, los procesos, tan similares como pueden ser en términos de su naturaleza física, sirven a diferentes fines en los dos casos. Inclusive si ellos son parte de una compañía, departamentos de investigación y desarrollo son claramente distinguibles por su función de aquellos que se encargan de la producción propiamente dicha. Los primeros nunca producen bienes comerciales ni partes de componentes de bienes que deben ser finalizados en otros departamentos de la compañía. Es su objetivo y su tarea mejorar y enriquecer las precondiciones de

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This is an example of the well-known limits of the ethnologic approach in science studies.

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conocimiento del proceso de producción económica19. Y es exactamente ese propósito el que generalmente diferencia la producción científica de la producción económica en el proceso de producción social como un todo. Tanto si sus resultados son temporalmente mantenidos en secreto o no, o restringidos en sus aplicaciones por patentes, la producción científica contribuye a ampliar el stock de conocimientos que eventualmente pueden ser aplicados por la sociedad en el proceso de producción material. Este carácter común del stock de conocimientos aplicables al cual la ciencia contribuye, era probablemente la razón por la cual Marx llamó a la ciencia “trabajo universal”20. Contribuir a este stock común es la función específica de la ciencia en el proceso de trabajo social, lo que la vuelve una rama de este proceso que es distinguible de las otras ramas. La ciencia es no sólo una parte distinguible y un factor del avanzado sistema de los procesos de trabajo social, sino que también debe ser considerada un sub-sistema del mismo, con una vida propia dentro de ciertos límites. Esta relativa autonomía deviene aparente e indirectamente a través de un fenómeno bastante paradójico que todavía demanda una mejor comprensión. Aunque fundamentalmente financiada, mantenida, institucionalmente abrigada y controlada, estimulada y conducida por las expectativas de sus necesarias contribuciones al stock de conocimiento aplicable 21, la ciencia parece en una considerable extensión, exitosa en esquivar todos los intentos de gobernar sus desarrollos desde el exterior. Sólo de manera general, y aparentemente más por azar que por diseño, el desarrollo de la ciencia llena las expectativas y deseos de la sociedad. El concepto de “finalization of science”, es decir, la idea de que la ciencia ha alcanzado un estadio de desarrollo que la habilita a ajustar su desarrollo a las necesidades de la sociedad como un todo22, casi se olvida y hoy debe parecer como alguna especie de sueño burocrático. Esto no debe hacer suponer que la recalcitrancia que el desarrollo de la ciencia trae al resistir a los intentos de direccionarla, se deba sobre todo a la autonomía institucional garantizada a las partes del sector científico financiado públicamente en función de protegerlo de la sumisión a los intereses privados. En una sociedad socialista, los intentos de planificar la ciencia probablemente enfrentarían exactamente los mismos problemas que conciernen a los consejos, comités y juntas de los gobiernos de organizaciones de financiamiento público o privado de occidente. Estos consejos tienen que distribuir enormes, y al mismo tiempo limitados, medios a un abanico de campos de investigaciones con aparentemente los mismos prometedores y deseables propósitos, con ninguna garantía de que esos propósitos serán realizados. Aspectos específicos de la política de investigación, tales como las estrategias de evaluación de los potenciales de los campos de investigación o de los planteos de prioridades, no son 19

A commercial company exclusively dedicated to the production of practically employable and patentable knowledge would be an interesting border-line case between economic and scientific production. Another such case would be a scientific laboratory that produces material objects not only to subject them to investigation but for sale as well, for instance, toother laboratories.Many of the laboratories of early modern times were of such a hybrid nature: they were at the same time workshops, as we will see below in the case of Galileo’s Padua laboratory. 20 Universal labor is all scientific labor,all discovery and all invention.This labor depends partly on the cooperation of the living, and partly on the utilization of the labors of those who have gone before” (MECW 37:105). By stressing that science is accomplished partly in cooperation among contemporaries and partly by building on results of thepast, Marx highlights by implication as one dimension of its “universality” that it can be applied in completely different contexts at different times and places. 21 There are also social interests in science as a pure spiritual enterprise.In thecontext of a discussion on technoscience, however, the omission of these interests may be excusable. 22 The most important contributions to the debate on the finalization of science are selected in (Schäfer 1983)

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aquí considerados23. Más bien, es de interés en nuestro contexto la impredicibilidad esencial de la ciencia, que, a todas luces, puede ser aliviada pero no eliminada. La ciencia no puede adelantar cuáles perspectivas, menos aún cuáles de las útiles, pueden ser adquiridas a través de ciertos dispositivos o series de investigación, sin embargo, debe descubrirlas. Para que la ciencia pueda encontrarlas, la sociedad debe correr el riesgo de proveer el equipamiento en cuestión sin ninguna seguridad. Habiendo elegido entre diferentes perspectivas de investigación similarmente prometedoras de acuerdo a las prioridades sociales y a lo que es posible sostener, la política de investigación sólo puede mejorar las chances de esa elección, garantizando el uso irrestricto de las ciencias sobre los medios de investigación provistos24. En el largo plazo, el impredecible resultado de ese uso irrestricto puede ser mucho más decisivo para el desarrollo de las ciencias que las estrategias de prueba y error en que aparentemente consiste la mayor parte de la política científica. 2. La ciencia como proceso de trabajo social. Hasta el momento hemos tratado a la ciencia en su relación con la esfera de la producción económica y, en particular, en su estado presente como parte integral del proceso de trabajo social. De todas maneras, la ciencia no es sólo una parte de un proceso socialmente conformado, sino que es ella misma un proceso de producción social. La ciencia es esencialmente una empresa colectiva en cualquiera de sus particulares formas sociales. La ciencia privada, considerada strictu sensu, parece ser una contradicción en términos. La certeza de las observaciones, la generalidad de las experiencias, la probabilidad de las conjeturas, el poder de convicción de las conclusiones, la verdad de las concepciones y teorías - ninguno de estos ítems puede ser establecido privadamente. Los métodos y objetivos científicos no son engendrados sólo como resultados de la cooperación entre contemporáneos, sino que son construidos sobre esfuerzos de generaciones precedentes y deben ser transmitidos a las sucesivas. Las formas de la cooperación entre científicos varían desde la mera recepción y comunicación, hasta la colaboración directa en el laboratorio. Ellas también varían de acuerdo a las formas de la división del trabajo que se hayan desarrollado en el curso de la historia de la ciencia. Estas observaciones son difícilmente discutibles. Actualmente, el carácter social de la ciencia es no sólo generalmente conocido, sino que se considera un hecho trivial. Las discusiones sobrevienen sólo cuando se adentra en las consecuencias de este hecho y, particularmente, en la afirmación de que la ciencia esta conformada por relaciones sociales, no sólo externamente, sino también en sus estructuras esenciales, incluyendo a las epistémicas. En esas disputas, casi todas las partes involucradas comparten usualmente un entendimiento de las relaciones sociales que las concibe como interacciones, es decir, puras relaciones humano-humano que engendran un mundo social autorreferencial. Las populares referencias a las “negociaciones” de los científicos sobre observaciones, conjeturas, conclusiones o conceptos, son indicativas de esta noción sobre las relaciones sociales entre científicos. Sin embargo, ¿es realmente plausible considerar las relaciones de los comerciantes en el mercado como el estándar de las relaciones de los científicos? Si exclusivamente aplicamos este modelo, la ciencia no podría continuar siendo considerada como trabajo. Como discutiré, las relaciones 23

For a discussion of such strategies with respect to basic research, see, for instance, (Max-PlanckGesellschaft 2002), particularly parts 4 and 6. 24 The third part of this article will come back to this unrestricted use of the material of research means as an essential characteristic of science.

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sociales en que los humanos entran en los procesos de trabajo son las de la cooperación acorde a la división del trabajo dada. Debido a que las formas de la división del trabajo y la cooperación están conformadas no sólo por relaciones humano-humano, ellas no pueden ser reducidas a pura interacción. Encontramos aquí un aspecto fundamental de la concepción de la ciencia como trabajo. A primera vista, parecería de poca relevancia si uno considera la ciencia como una práctica social o como un trabajo. Contemplando mejor la distinción, inclusive la última opción puede parecer desventajosa. El trabajo es una especie de práctica. Así, una concepción de la ciencia como una práctica, antes que como trabajo, parece prometer una perspectiva menos restringida. Sin embargo, ¿es esto realmente así? Como fue indicado, la concepción de la ciencia como práctica social puede fácilmente suponer una reducción del proceso social de producción científica a pura interacción. En este artículo se sostiene que la concepción de la ciencia como trabajo permite una conceptualización de su naturaleza social que evita tal reducción. De todas maneras, puede no ser auto-evidente que la noción de trabajo resista debido a su irreductibilidad. Entonces, una incursión en Marx podría ser útil para clarificar mejor la afirmación de que la naturaleza social de la ciencia puede ser entendida más adecuadamente cuando la ciencia es concebida como trabajo. 2.1. Excursus sobre Marx, términos S y N, y determinismo tecnológico. En el prefacio de su Crítica de la Economía Política de 1859, Karl Marx escribió: “El resultado general al que llegué y que, una vez obtenido, sirvió de hilo conductor a mis estudios puede resumirse así: en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. (…)Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes (…) se abre así una época de revolución social. (..) Cuando se estudian esas transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en un a palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo.” (MECW 24:262f ) La teoría de gran escala de la sociedad de Marx no es nuestro tópico aquí. Entonces, más que explicar con detalle la teoría indicada con estas palabaras por su autor, se tratarán aspectos de una particular relación con el planteo de este artículo. Un comienzo apropiado es provisto por una oración que probablemente suene extraña a los oídos de muchos sociólogos: “en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales”. Uno de los muchos problemas planteados por esta oración concierne a la importnte cuestión de si las relaciones constituyem un todo que 10

es auto-referencial, esto es, cuyas estructuras resultan unicamente de mutuas interacciones entre humanos sin estar condicionados por factores no sociales. Marx asumió la muy mundana posición de que ninguna sociedad puede existir sin contemplar la relación con la naturaleza que asegura la supervivencia física de sus miembros o, al menos, de un número de ellos suficiente para la reproducción. Siendo ellos mismo seres naturales, una cierta especie de animales, los humanos no pueden subsistir sólo por la interacción, sino que necesitan adquirir ciertas entidades naturales necesarias para su vida- materia y energía, para plantearlo más abstractamente. Entonces, en gran parte, la “producción de su vida” es una actividad que puede legítimante ser descripta en términos provistos por las ciencias de la vida y otras ciencias naturales. Pero esto es al mismo tiempo una actividad social, la “producción social de su vida”, lo que engendra relaciones sociales entre individuos, “relaciones de producción”, que Marx veía como la piedra angular del sistema de relaciones sociales. Estas relaciones sociales básicas son consideradas no sólo “inevitables” sino que también “independientes de la voluntad” de los individuos que entran en ellas. Las relaciones sociales “independientes de la voluntad” puede sonar como una contradicción en términos en la medida en que las interacciones entre humanos, es decir, sus relaciones sociales, sean concebidas sobre todo y principalmente como una expresión de la capacidad humana para el juicio, la decisión y la acción libre. Marx tenía en mente no sólo el hecho de que una nueva generación entra en relaciones sociales ya establecidas que son independientes para la voluntad de los recién llegados. Tales relaciones establecidas podrían probarse, en última instancia, como originadas en la interacción libre. Más bien, el punto que Marx quería senalar era que el núcleo estructural de las relaciones sociales de la sociedad no puede ser reducido a la libre voluntad e interacción. En la visión de Marx, la estructura básica de esas relaciones sociales, llamadas relaciones de producción, consiste en relaciones humano-humano que están condicionadas por relaciones humano-naturaleza y que sólo en un rango muy limitado son materia de elección o voluntad. Es importante ver que Marx no reemplaza la libre determinación o interacción y las relaciones sociales por una determinación por la naturaleza. Sin duda, la distinción usual y oposición de lo social y lo natural no funciona en este caso. La producción, el trabajo humano, aunque no todo prenatural, no es un evento natural sino la actividad de la sociedad humana. Esta actividad, de todas maneras, está conformada no sólo por los actores humanos sino también por los materiales que trabaja y, sobre todo, por los medios materiales con los que trabaja. Esto es entonces un proceso que desafía la oposición corriente entre lo social y lo natural, autodeterminado y determinado por la naturaleza, y aparece como un verdadero híbrido de las dos esferas 25. Así, Marx cuestiona, en un nivel básico, la concepción de los social como simple esfera autoreferencial. Se puede esperar un desacuerdo en este punto que puede tener que ver con la situación de que los estudios de la sociología están generalamente divorciados de aquellos de la economía. Como base y resultado de esta separación disciplinar, a menudo sólo son tenidas en cuenta aquellas relaciones o instituciones de genuina naturaleza social, que están engendradas y sostenidas por la pura interacción y así pueden ser consideradas autoreferenciales. Talvez un ejemplo ayude a clarificar esta cuestión.

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It is probably superfluous to remark that this hybrid of the social and the natural has nothing to do with Bruno Latour’s assumption of an initial stage of not yet developed discriminations between the social and the natural from which mor estable and refined distinctions gradually emerged; see (Latour 1992).

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Consideremos cualquier división concreta del trabajo, por ejemplo, la existente entre sexos en una tribu pastoral de la edad de piedra, y vamos a asumir que todo el trabajo en conexión con el rebaño y el almacenamiento es tarea de la parte masculina, y que cosas como horticultura y alfarería son asuntos femeninos. Esta forma de división del trabajo podría deberse primariamente a la semi-nómade forma de vida de tales tribus, y uno podría enfocar las concretas condiciones materiales de estas formas de vida en un caso dado para obtener una comprensión de la división concreta del trabajo. Pero también es posible tomar este lado material del fenómeno social dado por sentado y enfocar en cómo esta división se realiza moralmente adscribiendo a los miembros de tales tribus tareas, derechos, obligaciones, tanto como méritos y honores, lo que refuerza el cumplimiento de sus respectivos roles sociales. Esta elección de foco es absolutamente legítima. No obstante, se transforma en una fuente de error si alguien trata el tema como si fuera esa distribución social de roles la que crea la división de trabajo. Sin duda, estaría igualmente equivocado alguien que crea que las instituciones morales, como obligaciones o méritos, pueden ser tomadas como meros resultados de las condiciones materiales subrayando la división del trabajo en cuestión. Esas instituciones deben también ser establecidas por medio de la interacción. Así, tenemos dos lados para cualquier división del trabajo, en una mano, su forma material y estructura, que no es un resultado de, sino una adaptación a las condiciones materiales de trabajo, y en la otra, su aplicación moral que no puede ser derivada de esas condiciones. ¿Pero es este lado moral realmente auto-referencial? ¿O sólo parece así debido a su separación del lado material, o , para decirlo de modo más en general, porque ese lado esta abstraído de la dimensión económica, como es la regla más que la excepción en los actuales estudios sociológicos? Las aproximaciones lingüisticas a los fenómenos sociales, es decir, los enfoques que conciben las entidades sociales como basadas en actos discursivos, pareen ser a fortiori correr el riesgo de comprender mal lo social por su negligencia respecto a sus condiciones materiales. En última instancia, en estos enfoques, aparecen como autoreferenciales los términos que hacen referencia a las entidades sociales, esto es, términos S como opuestos a los términos N, que hacen referencia a las entidades físicas26. Y, en consecuencia, también lo hacen las entidades sociales en sí mismas. Es cierto, el significado de los términos S es creado ligüisticamente, pero esto ocurre con todo tipo de términos, tanto con los términos N como con los S. De todas formas, la cuestión de si el referente del términos S es lingüisticamente creado, tampoco parece poder ser decidida a priori por una teoría lingüística, más bien debe ser sometida a investigaciones empíricas sociológicas en cada caso particular. Para dar un ejemplo: al contrario de la suposición de Marx27, el dinero es tomado como uno de tales objetos sociales ligüisticamente engendrados y así, le puede ser adscripto un carácter autoreferencial28. Esta concepción talvez parece plausible. ¿Pero también parece plausible concebir a los procesos de trabajo social como tales creaciones lingüisticas? Al parecer uno tendría que despojar a esos procesos de todos sus componentes materiales para atenerse a tal visión. Por lo tanto, la aparente autoreferencialidad de su 26

It is probably superºuous to state that the use of the abbreviations “S-terms” and “N-terms” refers to theories of the Edinburgh school of SSK. For the abbreviations, see (Barnes1983,pp.525f.).These theories are reminiscent of the conception of social institutions that Mary Douglas developed in the course of her anthropological work—see (Douglas 1975), particularly the introduction to part II; see also (Douglas 1995). 27 The most elaborated exposition of Marx’s theory of money can be found in his Critique of Political Economy of 1859. 28 See (Bloor 1999, pp. 108f.); see also (Bloor 1997, pp. 29ff.).

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forma social resultante se reduciría probablemente a un artefacto analítico como consecuencia de dicha privación. El carácter híbrido del proceso de producción observado arriba comprende un aspecto de particular interés en nuestro contexto. La mezcla de lo social y de lo natural, de lo que es hecho por el hombre y de los que es determinado por la naturaleza, es especialmente característico de los medios de producción, “las fuerzas materiales de producción”, como lo plantea Marx 29. ¿En qué sentido están mezclados lo social y lo natural en los medios materiales del proceso de trabajo? Es el actor humano el que trasforma una piedra en un instrumento, pero esto no priva a la piedra sus propiedades naturales. Su papel efectivo en el proceso de trabajo esta determinado tanto por sus propiedades naturales como por el actor humano. Tanto si son usados como instrumentos como si son preservados para un uso futuro, los instrumentos de trabajo tienen ambas caracterísiticas sociales y naturales, y mantienen esta naturaleza de doble faz hasta que son expulsados del dominio de los instrumentos de trabajo. Además, los medios materiales de producción no sólo actúan sobre los objetos en cuestión, sino que también reaccionan sobre los trabajadores humanos y sus acciones, incluída la organización social de esas acciones. Por dar un bien conocido ejempo de la Revolución Industrial sobre la conexión entre los medios materiales aplicados en la producción y la organizción social del proceso productivo: la invención e introducción de nueva maquinaria para la industria textil en las décadas anteriores y posteriores a 1800- en particular las máquinas de hilar como las de vapor y la Mule- marcaron no sólo avances tecnológicos sino que desencadenaron revoluciones en la organización social del trabajo 30. Es necesario senalar que ningún actor histórico puede anticipar, o planificar, las consecuencias sociales de dichas invenciones. Más aún, como fue evidente en las enfáticamente sostenidas, aunque no terriblemente efectivas, revueltas de la fuerza de trabajo contra tales maquinarias que acompañaron a la Revolución Industrial, no se puede combinar à la carte medios de producción de un cierto tipo, por ejemplo, maquinaria como la mule automática, con relaciones sociales de producción convenientes, por ejemplo, con las de talleres de artesanías tradicionales o con las de la producción doméstica. Sin duda, en cualquier caso, introducir maquinaria de ese tipo significó introducir formas sociales del proceso de trabajo que fueron tan incompatibles con las tradicionales como con el moderno sistema fabril que emergio posteriormente bajo circunstancias históricas concretas. Esta última oración fue planteada muy deliberadamente. No entiendo que Marx31 diga que las máquinas como la de vapor Arkwright o la mule de Robert provocaron el sistema fabril. Marx más bien afirma que sus aplicaciones eran incompatibles con la organización social del trabajo desarrollada en Europa occidental de la época. Por eso 29

Marx considered not only tools, instruments and other technical equipment of the labor process “materialforces of production” but also all kinds of material conditions of the production process available materials, agriculturally usable soils, plants, and animals, access to the sea, and so on—and, moreover, the personal productive forces of humans, from physical strength over skill to mental abilities.No question,these personal forces, although in some basic features endowments bestowed by nature, were created and developed culturally in the course of history. But it seems equally clear that this historica ldevelopment was narrowly tied to that of the instruments of the labor process.This issue will be discussed in more detail in the third part in connection with the scientific labor process. 30 For the invention of these machines, see (Usher 1954, pp. 295ff.), and for their social consequences, (Berg 1985, pp. 254ff.).. 31 Marx’s most elaborate discussion of the Industrial Revolution can be found in chap. 13 of the ªrst volume of his Capital.

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proseguir con su aplicación significó desarrollar nuevas y adecuadas formas de organización del trabajo. La forma finalmente encontrada, el sistema fabril del temprano siglo diecinueve con toda su brutalidad, no fue una compulsiva e inevitable consecuencia de la aplicación de las máquinas. Igualmente instrumental para la emergencia del sistema fue el hecho de que los capitalistas apliquen esas máquinas para la explotación de trabajadores. Pero esos capitalistas no hubieran podido imponer una organización del trabajo en disonancia con esa maquinaria; y lo mismo se mantendría para la “asociación de productores libres” que Marx soñó. Esto es lo que me parece que está por detrás de la afirmación de que las “relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales” y más adelante, que “Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes (…) se abre así una época de revolución social.” Teniendo en cuenta lo anterior, dichas afirmaciones no deben ser tomadas como indicaciones de un determinismo tecnológico crudo32. Más bien, ellas indican una teoría social que concibe los medios materiales de trabajo dados y usados en una cierta época, como condiciones esenciales del proceso de producción social que provee un horizonte de posibles relaciones sociales de producción, es decir, condiciones materiales que hacen a tales relaciones posibles y que al mismo tiempo les imponen límites. 2.2 Desarrollo histórico como un proceso de trabajo. Al considerar a la producción científica como trabajo strictu sensu, uno puede esperar que su forma social y organización dependan en gran medida de los medios materiales, tanto como ocurre en otras ramas del proceso de trabajo social. Este es sin duda el caso. Esto se hace particularmente claro cuando uno mira la investigación experimental. Esos sitios de experimentación en la modernidad temprana se parecían asombrosamente los workshops de su época. El laboratorio de Galileo en Padua es un buen ejemplo en ese sentido33. Este laboratorio no sólo servía a la investigación científica sino que era realmente un workshop en el cual un renombrado herrero, Messer Marcantonio Mazzeloni, fabricó la mayor parte de los compases de inspección militares bajo la dirección de Galileo. También fueron usados para lecturas particulares sobre fortificación y tópicos mecanicos y matemáticos relacionados 34. El hecho de que Galileo realmente hiciese funcionar su laboratorio como un verdadero workhop para la producción de instrumentos es revelador, pero no es el punto decisivo en nuestro contexto. Más bien, ese laboratorio podía funcionar como un workshop con sus jerarquías llanas y bajo grado de división del trabajo, debido a que sus formas de organización se adecuaban a los instrumentos en cuestión, que eran en general herramientas artesanales comunes. Por la misma razón, tales laboratorios podían ser 32

In their introductory essay, MacKenzie and Wajcman (1999) distinguish two kinds of technological determinism: one that is a theory of society and one that is a theory of technology. The latter, which regards the development of technology as autonomous, clearly contradicts Marx’s views. The former, which stresses the social effects of technologies, conforms with his views, however not in their “hard” form as a “simple cause-and-effect technological determinism” (p. 4). For an elaborate discussion of Marx’s stance in this respect, see (MacKenzie 1984). For the debate on technological determinism, see also (Rosenberg 1981) and (Staudenmaier 1985, chap. 4). For a comprehensive conception of the development of technology, see (Basalla 1988). 33 See above all the bookkeeping accounts regarding “L’ofªcina di strumenti mathematici in Padova” in (Galilei 1890–1909, 19:131–149). See also (Valleriani 2001,pp. 284ff.). 34 On the similarity between eighteenth-century chemical laboratories and work-shops, see Ursula Klein’s contribution in this volume.

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establecidos y abrigados por particulares con alguna fortuna o, como lo prueba el caso de Galileo, por quien tan sólo tuviese alguna habilidad con respecto a los negocios. Así, en los tiempos modernos, encontramos una situación en la que todo intercambio, comunicación, y cooperación entre científicos fue esencialmente teñida por el hecho básico de que el mismo proceso de investigación era conformado por actores científicos separados e inclusive, en cierto grado, autónomos. Entonces el complejo proceso de transformación de los presupuestos individuales, hipótesis y similares, en opiniones compartidas y convicciones de un pequeño o amplio grupo de científicos, descansa esencialmente en la comunicación antes que en la cooperación propiamente dicha. Correlativamente, la infraestructura social y los recursos de comunicaciónviajes, intercambio de materiales, cartas personales, la emergencia gradual de publicaciones de comunidades científicas - jugaron un papel destacado en el proceso de conformación del conocimiento científico. No obstante los tempranos intentos de iniciar e impulsar formas más directas de cooperación entre científicos, las cortes, empresarios mercantiles y en particular en las nuevas academias de todo tipo 35, esta situación no cambió sustancialmente hasta la emergencia de grandes laboratorios en el curso del siglo diecinueve. El desarrollo de los laboratorios de psicología experimental en Alemania del siglo diecinueve es un buen ejemplo en este sentido 36. Estos laboratorios estaban situados en las principales ciudades como Leipzig y Berlín, donde la infraestructura técnica cambió dramáticamente en el curso del siglo, en particular a través de extensas instalaciones de redes ramificadas de tuberías para el suministro de agua y gas. Teniendo esta infraestructura como base, pudieron ser empleados nuevos equipamientos técnicos para los laboratorios. De especial significación en este sentido mostró ser el motor a gas, el Otto motor, que había sido desarrollado para servir a pequeños talleres como substituto de la grande y costosa máquina de vapor. La introducción de esta máquina en el laboratorio permitió el desarrollo de aparatos experimentales con consecuencias sin precedentes, tanto para el proceso de trabajo en el laboratorio como en términos de su desempeño técnico. El primero comenzó a parecerse a los procesos de trabajo en las fábricas. Ahora, los dispositivos mecánicos conforman las operaciones tradicionales del experimentador, quien, por su parte, tiene que lidiar con esos dispositivos. Las habilidades y competencias tradicionales fueron reemplazadas por nuevas. Como resultado de este desarrollo, que no se ha limitado a la psicología experimental sino que se expandió gradualmente sobre toda una gama de ciencias experimentales37, uno encuentra un tipo de investigación de laboratorio que se asemeja más a una fábrica que al taller de un artesano. Gaston Bachelard llamó claramente a esta entidad la “fábrica laboratorio” (l´úsine-laboratoire) (Bachelard 1953, p.53). Sus envergaduras y equipos no fueron más diseñados para servir apenas a un científico individul. Más bien, pudieron ser usadas por un indefinido número de científicos en una variedad de modos- sucesiva o alternativamente, con o sin equipo de asistentes, e inclusive cooperativamente al mismo tiempo. Así esto permitía a los equipos de científicos desarrollarse con una variedad de estructuras jerárquicas 38. De más está decir que estos laboratorios, cualquiera sea su origen, no podrían haber sido impulsados a 35

Practical institutions such as military academies, mining academies (Berg-Akademien) or construction academies (Bau-Akademien) were not of less significance in thisrespect than famous savant academies such as the Royal Academy in London or the Académie des Sciences in Paris. 36 For the following, see (Dierig 2003). 37 For this development, see, for instance, (James 1989) and (Fox and Guagnini 1999). 38 Fortherelationofinstrumentationanddivisionoflaborinmodernlaboratories,see (Shinn 1998).

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tiempo por científicos individuales sino que requerieron una amplia base social, estar provistos por sociedades científicas, por la estructura de un estado educacionl o sistema de soporte a la investigación, bajo el techo de grandes compañias comerciales o detrás de cercas y muros de emplazamientos militares. Esto actualmente se mantine a fortior para los grandes laboratorios como el CERN en Geneva, que es usado por equipos de investigación de toda Europa basándose en contratos de alquiler 39. Por supuesto que los instrumentos experimentales caracterísitcos de estos laboratorios no son más las herramientas de los artesanos o los aparatos de ingeniería de los laboratorios del siglo diecinueve, sino modernos sistemas de máquinas. Estos laboratorios entonces se parecen asombrosamente a los modernas fábricas de tecnología de punta con sus formas específicas de división del trabajo 40. Sin duda, aún en los tiempos de la big science, el proceso social de formación de conocimiento y convicciones científicas es todavía esencialmente una cuestión de comunicación y, así, actualmente es suceptible, en gran medida, a cambios dramáticos y desarrollos de los medios de comunicación. Pero en la moderna ciencia experimental, la comunicación ya no vincula en primera instancia a científicos individuales, sino a la mayor parte de los equipos de científicos que debaten y desarrollan colectivamente los presupuestos e interpretaciones como parte de investigaciones conformadas cooperativamente. Además, basándose en los nuevos medios de comunicación, la investigación cooperativa se ha transformado en una posibilidad de equipos trabajando en diferentes lugares distribuídos en todo el mundo.41 Así, las formas de la cooperación y la comunicación entre los científicos y con ello, las relaciones entre investigaciones experimentales y la formación de interpretaciones compartidas, prueban ser altamente dependientes de los instrumentos usados en el proceso de investigación. Es igualmente importante el papel de los medios materiales de la producción científica en el desarrollo de las divisiones de trabajo de gran escala en la ciencia - desde los procesos de división o unidad de campos de investigación hasta la emergencia, formación o declive de las disciplinas- sin la botella de Leyden, no habría ciencia de la electricidad del siglo dieciocho, sin el cyclotron, no habría física de partículas – los campos científicos se desarrollan alrededor de prometedoras estrategias de investigación que son, por su parte, esencialmente despendiente de los instrumentos disponibles. 3. Instrumentos de Trabajo y Conocimiento. La afirmación de que los instrumentos usados en el proceso de trabajo científico engendra objetos e inclusive dominios enteros de objetos de investigación, ciertamente requiere una aclaración. Tal aclaración parece particularmente necesaria en el contexto de este artículo porque si la afirmación se sostiene para la ciencia en general, sugiere una más precisa dimensión de la naturaleza tecnocientífica de la ciencia moderna. Efectivamente, parece posible subrayar tal validación general si uno distingue entre un sentido fuertre y uno débil en el cual los objetos de investigación son engendrados por los medios materiales usados en el proceso de investigación. 39

For details, see (Hermann and Krige 1987–1996). On thedevelopment of large science laboratories in the second half of the twentieth century, see (Westfall 2001). 41 A impressive instance of such a worldwide collaboration among teams of scientists is the European South Observatory (ESO),the organization that joins European astronomical and astrophysical research institutes and observatories strategically placed in South America and connected by modern communication technology. 40

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La electricidad y la física de partículas son casos de campos de investigación con objetos que son engendrados en un sentido fuerte, digamos que son literalmente producido por la maquinaria del laboratorio. Pero también tiene sentido hablar de tal engendramiento en casos donde el equipamiento empleado garantiza el acceso y permite la investigación de objetos dados. En este sentido débil, uno puede plantear que el telescopio de Galileo “engendró” las lunas de Júpiter. La dimensión tecnocientífica de la ciencia que se hace visible en este sentido puede ser caracterizada como aquella de un trascendentalismo tecnológico del conocimiento científico, aunque sea uno histórico. De acuerdo con este trascendentalismo, los objetos científicos pueden aparecer como siempre siendo dados y, así, mediados por los medios materiales empleados en un cierto punto del tiempo; objetos independientes de tal mediación pueden ser considerados tan irrecognocibles como las “cosas en sí” de Kant. Inclusive la dimensión cognitiva del proceso científico probaría ser fundamentalmente compartida por la naturaleza tecnológica del proceso de investigación y, más precisamente, por los medios materiales utilizados en este proceso. Una mirada más cercana a la relación entre lo medios materiales, el conocimento en general, y el conocimiento científico en particular, parece necesaria. 3.1. Conocimiento: precondición y resultado del trabajo. Nada merece el nombre de medios si no es usado o intenta ser usado para alcanzar un fin. El fin es el que transforma algo en un medio. Uno puede, así , plantear que los medios están detreminados por fines. Sin embargo, si algo es o no un medio adecuado para un propósito despende no sólo del fin sino también de sus propiedades físicas, las que están determinadaas por el fin sólo en parte, inclusive en el caso de medios fabricados. Po su vez, estando determinados por un fin sólo en parte, esto es, debido a su irreductible naturaleza material, los medios pueden ser usados en el proceso de trabajo social para fines diferentes de los originales 42. Teniendo en cuenta que estos nuevo fines fuesen revelados en el proceso de manejo de los medios bajo circunstancias diferentes, esos fines resultan estar condicionados por los medios. Los fines no sólo determinan medios, sino que prueban estar determinados a su vez por ellos. Inclusive, exceptuando los deseos que sean meras negaciones de los planteos existentes, es cuestionable que los seres humanos puedan imaginarse otros fines que los que anticipan posibilidades presumidas, o realmente dadas por los medios existentes. ¿Cómo se relaciona esto con el conocimiento? El conocimiento43 siempre es una precondición para la aplicación de medios en un sentido dado - el conocimiento de los medios inventados o bien del sentido en el que funcionan cuando son empleados para alcanzar un fin en cuestión. No obstante, por la aplicación de los medios materiales en el proceso de trabajo, su naturaleza material puede revelar nuevos caminos de aplicación y utilización, que no serán directamente dados por los fines originales. Así, en el uso práctico de los medios materiales, pueden ocurrir nuevas experiencias y pueden surgir nuevos propósito. Tales nuevas experiencias y propósitos, por su vez, estimulan mejoras en los medios originales. Y, en un renovado proceso de aplicción, esos medios alterados pueden nuevamente llevar a nuevas experiencias y propósitos, y ocasionalmente a la invención de nuevos medios. Algunos de los últimos pueden abrir 42

It is probably superfluous to stress that the social nature of the labor process is always presupposed, regardless whether or not it is explicitly stated.True,this very principal discussion about the interrelation between knowledge and labor instruments abstracts from all specific social forms of the labor process. But it does not abstract from this form itself. 43 For the following, see (Damerow and Lefèvre 1996).

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un nuevo horizonte de posibilidades impensadas para las actividades físicas y mentales de los seres humanos. Tenemos así una co-evolución de medios materiales y conocimiento, que tiene como caracterísitca un plus de conocimiento. Dicho plus se debe al simple pero raramente suficientemente reconocido hecho de que los humanos pueden ganar más conocimiento del uso de los medios del que es necesario para inventarlos en primer lugar 44. Entre los medios materiales del proceso de trabajo, uno puede distinguir entre medios de producción propiamente dichos, esto es, medios que actúan físicamente sobre el objeto en cuestión, y medios de anticipación o planificación. Los últimos pueden ser llamados “medios de pensamiento”. Mapas, diagramas, construcciones geométricas, medios de contabilidad, sistemas de escrituras, etc., vienen inmediatamente a la mente. Lo que es cierto respecto a los medios materiales en general es también cierto para estos medios materiales de pensamiento. Ellos, también, se desarrollan, junto con el conocimiento en una co-evolución que característicamente engendra un plus de conocimiento. No obstante, debe añadirse que son estos medios de pensamiento en particular los que abren un horizonte de lo que puede, o no, ser logrado por el pensamiento. Presuponiendo condiciones sociales favorables a la realización de un espectro de posibilidades inherentes a un medio material de trabajo en un cierto estadio de desarrollo, depende especificamente de los medios materiales de pensamiento en qué medida y en que sentido las experiencias hechas a través de la acción con los medios de trabajo pueden transformarse en conocimiento establecido; y, más aún, que sistemas de conocimento, esto es, que estructuras profundas de inferencia, pueden ser construídas. 3.2. Medios materiales del pensamiento científico. Hasta el momento, hemos mirado la interrelación del conocimiento y la acción con los instrumentos materiales sólo en los proceso de trabajo económicos. ¿Es tal interrelación también una característica del proceso de trabajo científico? ¿Podemos suponer que los juicios, percepciones, presupuestos y teorías emergen en tal co-evolución de medios materiales y conocimiento? Como argumentaremos, esta suposición puede, sin duda, ser justificada, siempre que se tenga una noción comprensiva respecto a lo que pertenece a los medios materiales de pensamiento. Probablemente no sea del todo polémico llamar a los instrumentos observacionales o a los dispositivos experimentales “medios materiales de las ciencias”. Y probablemente nadie cuestionaría la dependencia de ciertos conceptos científicos y teorías respecto a tales instrumentos y despositivos. No obstante, parece menos obvio también denotar como “medios materiales” a los lenguajes, sistemas simbólicos, o representaciones diagramales.Tales medios de representación son tomados usualmente como meras externalizaciones del pensamiento, cuya materialidad no importa realmente. E inclusive cuando ellos son reconocidos como medios indispensables de memorización y comunicación, frecuentemente es omitida su función como medios que deciden lo que puede y lo que no puede ser alcanzado por el pensamiento. Las notaciones numéricas son buenos ejemplos en este punto. En una cultura antigua como la egipcia con un sistema de notación numérica que no incluye un sistema con valores de posición, no encontramos algoritmos para la multiplicación y división que sean en algún sentido comparable a la nuestra. Con respecto a estas 44

From these observations, some philosophical conclusions could be drawn with respect to the notion of experience and in particular with respect to its reduction to sensory perception. True, there is no experience without sensory perception; but equally true, no experience, not even sensory perception, without acting and, except for pure interaction, without the means of acting.

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operaciones aritméticas elementales, los más talentosos y consumados matemáticos de tal cultura no serían capaces de estar a la par del promedio de la nuestra. La “superioridad” de la última descansa tan sólo en el empleo de un sistema de notación, que permiten aquellos algoritmos. Otro instructivo ejemplo lo proveen las fórmulas químicas45. Su función como una clase de atajo difícilmente agota su utilidad. Más bien, ellas sirven a los químicos como medios de reconstruir complejas reacciones químicas y construir paquetes de modelos de fórmulas, sin ello la química orgánica moderna no se habría desarrollado. Así, éstas son correctamente denominadas “herramientas de papel”, esto es, medios gráficos, cuya materialidad importa tanto como la de las herramientas ordinarias. Entonces también tiene sentido llamar “medios materiales de pensamiento” a cosas aparentemente no-físicas como sistemas ordenados de signos, fórmulas químicas, tablas, diagramas, etc. Como otros medios materiales de pensamiento, ellos delinean un horizonte de resultados que pueden alcanzar los científicos e inclusive de cuales de ellos son concebibles o probables. Parece bastante razonable entonces asumir que la co-evolución del conocimiento y los medios materiales de producción planteado arriba para el proceso de trabajo en general, incluyendo su característico plus de conocimiento producido, se mantiene también para el proceso de producción científica. Esta conclusión es segerida cuando el carácter material de tales “herramientas de papel” son conocidas y, sobre esta base, el desempeño cognitivo de los científicos también son, realísticamente, considerados como esencialemtne basándose en un espectro de medio materiales de pensamiento disponibles en una sociedad dada en una cierta época. Los medios materiales de pensamiento utilizados en la ciencia no son completamente diferentes de aquellos usados fuera de ella. La clase de instrumentos aplicados no son primariamente medios que hagan que el trabajo científico se distinga de otras clases de trabajo 46. Muchos de los medios materiales del pensamiento científico no fueron inventados ni por científicos ni para propósitos científicos, sino que emergieron y se desarrollaron en contextos prácticos. Esto es válido no sólo para instrumentos como el telescopio o la centrífuga, sino también para medios menos tangibles como sistemas sociales de notaciones numéricas que fueron inventadas, desarrolladas y utilizadas en varios dominios de planificación, administración, etc., mucho antes de que la ciencia llegue a existir. En la ciencia contemporánea, los medios materiales que ocupan su lugar proviniendo desde el mundo exterior, con o sin adaptaciones, probablemente inclusive superan en número a aquellos inventados y desarrollados específicamente para la ciencia. Además, el fluir de materiales e instrumentos ocurre no sólo desde la esfera de la produccción económica hacia la ciencia, sino tamién en el sentido inverso. Materiales y aparatos producidos y desarrollados en los laboratorios resultan ser de relevancia para la producción económica y desencadenan el desarrollo de instrumentos análogos y técnicas adecuadas para su empleo en la esfera del proceso de trabajo económico. Así, no es la naturaleza de los medios en sí misma sino su uso para propósitos de cognición lo que hace de ellos medios científicos. Por dar un ejemplo 47: los inventores de la geometría griega no inventaron el compás y la regla en los que se basa esencialmente esa geometría. Viviendo en una sociedad que utilizó esos instrumentos en varios dominios prácticos, los transformaron en instrumentos científicos haciendo un uso específico de los mismos. Ellos no los emplearon para diseñar el plano de planta de un templo o para otro logro

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For the following, see (Klein 2003). For the following, see (Joerges and Shinn 2001). 47 For the following, see (Netz 1999). 46

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práctico, sino para obtener conocimientos sobre la regularidades de las construcciones que podían ser realizadas por el compás y la regla. Existe otra significativa diferencia con respecto al uso de tales medios en contextos científicos y prácticos. En el último caso, los propósitos perseguidos y consideraciones económicas de todo tipo imponen límites estrechos sobre el uso que puede hacerse de los medios. Manipular estos medios de una manera irrestricta no es lo que está en cuestión aquí, como tampoco la libre exploración de las posibiliddades que presenta. No obstante, tal exploración libre constituye el núcleo de la ciencia. El propósito perseguido en la ciencia es justamente esa exploración respecto a qué conocimiento se puede lograr usando tales medios. Por supuesto, en el proceso de trabajo científico también debe tenerse cuidado para no desperdiciar materiales o abusar de los instrumentos. Y la investigación científica no puede ser tomada como un camino lúdico para probar qué es lo que puede conseguirse con un equipamiento dado. En contraste con las tendencias que describen al laboratorio como un sitio de actividades heróicas o de un extravagante o brillante juego, la gran parte del trabajo de laboratorio consiste, como el trabajo ordinario, en exhaustivas y aburridas operaciones de rutina que aplican materiales e instrumentos tan efectiva y económicamente como sea posible. Sin embargo, esta subalterna visión del trabajo de laboratorio de ninguna manera niega que las investigaciones exitosas necesitan tener libertad para perseguir resultados imprevisibles e indicios, para cambiar el foco de atención hacia imprevisibles productos de sus procesos bajo investigación, en otras palabras, para ceder la conducción a prometedoras disgresiones que emergen en el curso del trabajo. Es por esta apertura de la ciencia, en la que reside su fertilidad, que el uso irrestricto de los medios de investigación es absolutmente esencial. Con la ciencia, la realización del conocimiento potencial inherente en medios dados se transformó en un emprendimiento social de desempeño sistemático. 3.3. La Naturaleza a la luz de la tecnología. A la luz de los argumentos desarrollados hasta aquí, el carácter tecnológico de la ciencia puede hacerse más tangible. La concepción de ciencia que sobre todo enfoca la observación y la inducción, sin tener en cuenta los medios materiales que posibilitan las percepción y la cognición, parecen pasar por alto la realidad de la ciencia. E inclusive sólo una pequeña mejora puede alcanzarse si uno añade negociación a la observación y a la inducción. La producción científica es un proceso de trabajo que emplea, como otra clase de trabajos, medios materiales. Está basada en tales medios no sólo ocasionalmente o en casos excepcionales, sino en general. Correlativamente, los resultados alcanzados siempre provienen de un proceso de producción equipado y, así, conformado por el equipamiento realmente utilizado. En otras palabras, estos resultados son mediados por medios materiales cuya función es la de “condiciones de posibilidad” de tales resultados, como las “puras formas de la intuición” y los “puros conceptos del entendimiento” en la epistemología kantiana- “condiciones de posibilidad” que, no obstante, son genuinamente históricas. Una parte de los medios materiales que conforman la ciencia son sostén las facultades naturales de los científicos. Los instrumentos de los observatorios habilitan el sentido de los trabajadores científicos para discernir y discriminar detalles que están más allá de los límites de su capacidad natural de percepción. Los dispositivos para algoritmos y cálculos permiten extrapolaciones de la información lograda, que no pueden ser realizadas por una mente no equipada. Pero tales medios de sostén raramente son neutrales. Inclusive siempre los algoritmos matemáticos sólo producen 20

representaciones que son tan selectivas como cualquier otro tipo de representaciones y modelos. Como se sabe bien, los instrumentos de los observatorios no son puros medios que magnifican o amplifican fenómenos. Más bien, transforman a estos últimos y así exigen, para poder interpretar sus producciones, un entendimiento apropiado de cómo funcionan como precondición. Los instrumentos de observación tales como los radio telescopios o la maquinaria para escanear microscopios encapsulados, finalmente no pueden ser concebidos como auxilios para nuestros sentidos sino que deben ser entendidos como dispositivos que producen, a través de la interacción con los objetos en cuestión, indicios e información que son transformados en representaciones que nos son perceptibles. Los instrumentos de observación de esta clase constituyen el puente hacia los medios materiales de producción científica que resultan tecnocientíficos strictu sense, a saber, instrumentos tales como aparatos de destilación química, que actúan físicamente sobre objetos naturales. En última instancia tales medios dejan de adecuarse a la visión de la ciencia como observación más inducción, que concibe la actividad de parte de los científicos sólo en el nível mental y prescribe pura recepción pasiva hacia los objetos. Más bien, estos medios de intervención muestran la interacción física entre medios empleados y objetos naturales como la fundación del proceso de trabajo científico. Sus objetos no son las cosas naturales inalteradas sino su funcionamientos en tales interacciones. Además, en principio, a causa de su materialidad, el funcionamiento de los instrumentos empleados en tales interacciones es tan genuinamente objeto de investigación y fuente de entendimiento, como lo es el funcionamiento de los objetos sobre los que actúan. No es entonces por casualidad que, en los inicios, la ciencia se desarrolló estudiando los instrumentos de la esfera económica de producción. Por ejemplo, en el siglo dieciocho, la mecánica era esencialmente la ciencia de los instrumentos mecánicos. La estática era originalmente una ciencia de la balanza y era llamada muy adecuadamente “ciencia de los pesos” en la edad media. La óptica originalmente lidiaba con las propiedades de lentes y espejos. Desde el principio la dinámica moderna se apoyó esencialmente en investigaciones sobre partes de máquinas como péndulos y en la balística. Lo mismo puede ser mostrado para la química y otras ciencias naturales. La razón por la que una mayor comprensión de la naturaleza puede ser lograda por el estudios del funcionamiento de ciertos instrumentos de trabajo reside principalmente en el hecho de que tales instrumentos fueron esbozados para hacer uso de las “fuerzas de la naturaleza” en el proceso de trabajo. Uno puede así estudiar la naturaleza en esos instrumentos como en un espejo: “Art has always been a highly selective mirror of nature” (White 1966, p. 110) 48. Posteriormente, tales instrumentos de intervención con significación para la ciencia cobran existencia y se desarrollan en la esfera de la producción científica propiamente dicha. La bomba de aire y ciertos reactivos químicos pueden servir como ejemplo. Además, en esta esfera, emerge un nuevo tipo de medios materiales del proceso de trabajo científico; medios que no sólo son instrumentos de intervención sino más bien instrumentos tecnocientíficos de una clase particular, a saber instrumentos que en primer lugar generan el objeto de investigación. Por caso se puede remitir una vez más a la secuencia desde la botella de Leyden hasta el cyclotron. No obstante, mirada más de cerca, inclusive la historia natural, comunmente considerada como puramente 48

In a paper from 1978 (Ruben 1978), Peter Ruben suggested that the epistemological theory of mirroring, notorious in Lenin’s version, might be quite reasonable if separated from a sensualistic understanding of perception as well as from a mentalist understanding of cognition and taken instead literally to be a process mediated by material entities.

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descriptiva, prueba ser tal tecnociencia. En botánica y zoología, por ejemplo, la estabilización de especies de plantas y animales incluye no sólo recolectar, ordenar, y preservar, sino también producir en un sentido literal. Para la reducción de una variedad de especies, una precondición esencial de clasificación no puede ser desempeñada mentalmente sino que requiere de crianza y cultivo 49. En el marco observado del papel que juegan los medios materiales del proceso de trabajo ordinario, el empleo de instrumentos de producción en las ciencias no debe continuar apareciendo como una excepción. Ellos forman un polo extremo en un espectro de medios materiales de trabajo científico que se extiende desde simples instrumentos de observación hasta espejos descomunales. Por lo menos desde la modernidad temprana, el carácter tecnológico de la ciencia ha dejado indicios en el entendimiento de lo que la ciencia hace, a pesar de que la mayoría de esos indicios son indirectos. El rechazo gradual de la oposición tradicional de la naturaleza y cultura es uno de tales indicios. Esta oposición fue instrumental para la distinción aristotélica entre mecánica y física50, que separaba conocimiento tecnológico del conocimiento de la naturaleza como tal. Como es bien sabido, esta separación no sólo fue una cuestión de clasificación de campos de conocimiento, sino que tuvo consecuencias institucionales: en la edad media y en la modernidad temprana, la física, una subdisciplina de la filosofía, era enseñada en las universidades mientras que la mecánica se desarrollaba por fuera de esta esfera de educación51. Todavía como un asunto inestable en el siglo dieciséis, la demarcación entre física y mecánica comenzaba a borrarse con Galileo y con los filósofos naturales del siglo diecisiete que siguieron su ejemplo. La nueva concepción de la tecnología y la ciencia se manifestó cuando Newton conceptualizó las órbitas de los planetas como trayectorias balísticas, y no en menor medida, cuando, al mismo tiempo, los químicos empezaron a tratar el vitriolo sintetizado en el laboratorio en el mismo sentido que el vitriolo natural. Junto al desarrollo de las tempranas ciencias modernas, emergió una concepción clara de que la tecnología humana no es ni antinatural ni burla de la naturaleza sino que hace uso de sus leyes y poderes. Como Francis Bacon lo planteó clásicamente: natura non nisi parendo vincitur (Novum Organum I, aphorismo 3). Este cambio paradigmático no estuvo confinado a considerar los dispositivos y maquinarias como actuando en conformidad con la naturaleza. Más bien tales artefactos inclusive se transformaron en modelos de naturaleza- la concepción mecánica del universo como un reloj es probablemente la instancia más prominente de la modelización de la naturaleza con la semblanza de los dispositivos técnicos. Aunque la inadecuación básica de tales modelos es generalmente reconocida, la ciencia parece ser incapaz de abstenerse de hacer uso de ellos- tomando el sol como un reactor de fusión o como una bomba de hidrógeno, el ADN como un código, el cerebro como una computadora y así por delante. Esta modelización no debe ser malinterpretada como una cuestión de popularización e ilustración de conceptos científicos que no tiene nada que ver con la propia ciencia. Más bien, merece atención como un indicador de una estructura profunda del razonamiento científico. Indica el esencial carácter tecnológico de las explicaciones científicas. En un nivel más básico, explica un fenómeno derivándolo de un proceso real o imaginable que puede producirlo. La “lógica” de la explicación es aquella de la producción. Así, aparentemente, nuestras ciencias modernas son tecnociencias inclusive en su propio núcleo epistémico.

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48. (Müller-Wille 1997) discusses this practice in the case of Linnaeus’ botany. For this distinction, see (Hoykaas 1963). 51 Jordanus Nemorarius’ science of weights must be considered an exception that confiirms the rule. 50

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