Lecturas Reflexivas Para Adolecentes

November 7, 2017 | Author: Christian Ballena Rojas | Category: Eve, Adam And Eve, Love, Lion, Truth
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LECTURAS REFLEXIVAS: NO LO DEJES PARA MAÑANA Había una vez... Un chico que nació enfermo. Una enfermedad que no tenía cura. Con 17 años y podría morir en cualquier momento. Siempre vivió en su casa, bajo el cuidado de su madre. Ya estaba harto y decidió salir solo por una vez. Le pidió permiso a su madre y ella aceptó. Caminando por su cuadra vio muchas tiendas. Al pasar por una tienda de música y ver el aparador notó la presencia de una niña muy tierna de su edad. Fue amor a primera vista. Abrió la puerta y entro sin mirar nada que no fuera ella. Acercándose poco a poco, llegó al mostrador donde se encontraba ella. Ella lo miró y le dijo sonriente: "¿Te puedo ayudar en algo?" Mientras él pensaba que era la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida. Sintió deseos de besarla en ese mismo instante. Tartamudeando le dijo: Si, eeehhh, uuuhhh… me gustaría comprar un CD". Sin pensar, tomó el primero que vio y le dio el dinero. "¿Quieres que te lo envuelva?" Pregunto la niña sonriendo de nuevo. El respondió que si, moviendo la cabeza; y ella fue al almacén para volver con el paquete envuelto y entregárselo. El lo tomo y salió de la tienda. Se fue a su casa, y desde ese día en adelante visito la tienda todos los días para comprar un CD. Siempre se los envolvía la niña para luego llevárselos a su casa y meterlos a su closet. El era muy tímido para invitarla a salir y aunque trataba, no podía. Su mamá se enteró de esto e intentó animarlo a que se aventara, así que al siguiente día se armó de coraje y se dirigió a la tienda. Como todos los días compro otra vez un CD, y como siempre, ella se fue atrás para envolverlo. El tomo el CD; y mientras ella no estaba viendo, rápidamente dejo su teléfono en el mostrador y salió corriendo de la tienda... Ringggg !!! Su mamá contestó: ¿Bueno?", era la niña, preguntó por su hijo; y la madre desconsolada, comenzó a llorar mientras decía: "¿Que, no sabes?... murió ayer"

Hubo un silencio prolongado, excepto los lamentos de su madre. Más tarde; la mamá entró en el cuarto de su hijo para recordarlo. Ella decidió empezar por ver su ropa, así que abrió su closet, Para su sorpresa se topó con montones de CD envueltos; Ni uno estaba abierto. Le causo curiosidad ver tantos y no se resistió; tornó uno y se sentó sobre la cama para verlo; al hacer esto, un pequeño pedazo de papel salió de la cajita plástica. La mamá lo recogió para leerlo y decía: "Hola!!!, estás súper guapo, ¿quieres salir conmigo?". TQM.... Sofía. De tanta emoción, la madre abrió otro y otro, encontrando pedazos de papel en varios CD; y estos decían lo mismo.... Moraleja: Así es la vida, no esperes demasiado para decirle a ese alguien especial lo que sientes. Díselo hoy. Mañana puede ser muy tarde.

VERDADES PARA PADRES Cada vez que veas que tus hijos están fuera de control, reconfórtate pensando que ni siquiera la omnipotencia de Dios sirvió para que sus hijos le hicieran caso. Luego de crear los cielos y la tierra, Dios creó a Adán y a Eva, y las primeras palabras que les dijo fue "No lo hagas" - No hagas que? - Respondió Adan - No comas la fruta prohibida - ¿Fruta prohibida? Tenemos una fruta prohibida? Hey, Eva... Tenemos una fruta prohibida!! - De ninguna manera! - De todas las maneras! - NO comas la fruta! - Dijo Dios - ¿Por qué? - Porque soy tu Padre y digo que NO! - Respondió Dios, preguntándose por qué no detuvo la creación después de crear los elefantes... Minutos después, Dios vio a sus criaturas comiendo la manzana... - No les dije que no comieran la fruta? - Preguntó Dios, nuestro primer Padre. - Ajá - Dijo Adán - Y entonces por qué lo hicieron? - No sé - Dijo Eva - Ella empezó! - Dijo Adán - No fui yo! - Dijo Eva - Si fuiste! - NO FUI! Cansado de los dos, el castigo de Dios fue que Adán y Eva tuvieran sus propios hijos Desde entonces, el patrón quedó grabado y nunca se cambió Pero hay una moraleja en esta historia. Si paciente y amorosamente trataste de dar la sabiduría a tus niños y ellos no la tomaron, no seas duro contigo mismo. Si Dios tuvo problemas criando a Sus hijos... Que te hace pensar que sería fácil para ti? Consejo del día: Si tienes un montón de tensión y te da dolor de cabeza, sigue las instrucciones del frasco de aspirinas: "Tome dos aspirinas" y "Manténgase alejado de los niños"

NIÑOS: Pasas los dos primeros años de sus vidas enseñándoles a caminar y a hablar. Luego pasas los siguientes 16 años diciéndoles que se sienten y se callen Los nietos son la recompensa de Dios por no haber matado a tus hijos Las madres de adolescentes saben por qué algunos animales se comen a sus cachorros Los niños rara vez te malinterpretan. De hecho, normalmente repiten palabra por palabra lo que nunca debiste haber dicho. El principal propósito de hacer fiestas para niños es para recordarte a ti mismo que hay algunos niños peores que los tuyos Se bueno con tus niños. Ellos elegirán tu geriát

EL REY Y EL BIEN Érase una vez un rey que, oyendo de la existencia de un sabio, lo mandó traer para que fuera su consejero. Comenzó el rey de llevarlo siempre a su lado y consultarlo sobre cada acontecimiento de importancia en el reino. El consejo principal del sabio era siempre: "Todo lo que pasa es siempre para bien". No pasó mucho tiempo antes que el rey se cansara de oír la misma cosa una y otra vez. El rey amaba cazar. Un día mientras cazaba, el rey se dio un tiro en un pie. Presa de su dolor, se volvió hacia su consejero - siempre a su lado- para pedirle su opinión. Y el consejero respondió corno siempre "Todo lo que pasa es siempre parir bien." Se sumo su coraje a su dolor, y el rey ordenó la prisión para el consejero. Esa noche, el rey bajó a la prisión para ver al consejero, y le preguntó que sentía acerca de estar en la cárcel. El consejero respondió como siempre: "Todo lo que pasa es siempre para bien." Esto sólo enfureció más al rey y dejó al sabio en la prisión. Un mes más tarde, salió el rey otra vez a cazar. Pero se fue demasiado adelante de sus acompañantes y fue capturado por una tribu hostil. Los nativos lo llevaron a su pueblo para ser sacrificado para los dioses. Por sus tradiciones, solamente ofrendas perfectas son aceptables a los dioses y el rey parecía un espécimen excepcional. Pero el próximo día, cuando llegaron los nativos para llevarlo al sacrificio, al inspeccionarlo descubrieron la cicatriz en su pie y tuvieron que rechazarlo para el sacrificio. Lo soltaron y se fue corno flecha para su reino - dándose cuenta de lo que le decía su consejero: "Todo es siempre para bien." El rey llegó a liberar al consejero quien, al escuchar sus aventuras, le señaló que bien que lo había encarcelado porque ya que siempre estaba a su lado y no tenia imperfecciones, lo hubieran sacrificado en el lugar del rey. LEY: No existen coincidencias, accidentes o suerte (buena o mala). Todo lo que pasa tiene un propósito y siempre sucede para el bien de todos los involucrados. Como dijo Nieztche: "Lo que no me mata, me hace más fuerte". Y como dice un refrán mexicano: "No hay mal que por bien no venga". La cuestión para ti es de enfoque: te vas a enfocar en lo "malo" que te pasa, o vas a buscar y abrirte a lo "bueno" que trae consigo. Thomas Michael Powel

EL CIENTÍFICO Y EL EGO (FÁBULA) Había una vez un científico que descubrió el arte de reproducirse a sí mismo tan perfectamente que resultaba imposible distinguir el original de la reproducción. Un día se enteró de que lo andaba buscando el ángel de la Muerte, y entonces hizo doce copias de sí mismo. El Ángel no sabía cómo averiguar cuál de los trece ejemplares que tenía ante sí era el científico, de modo que los dejó a todos en paz y regresó al cielo. Pero no por mucho tiempo, porque, como era un experto en la naturaleza humana, se le ocurrió una ingeniosa estrategia. Regresó dé nuevo y dijo: "Debe de ser usted un genio, señor, para haber logrado tan perfectas reproducciones de sí mismo, sin embargo, he descubierto que su obra tiene un defecto, un único y minúsculo defecto". El científico pegó un salto y gritó: "Imposible! ¿Dónde está el defecto:'". "Justamente aquí", respondió el ángel mientras tomaba al científico de entre sus reproducciones y que lo llevaba consigo. "Todo lo que hace falta para descubrir al 'ego' es una palabra de adulación o de crítica”.

EL SAMURAI BELICOSO (FABULA) Según cuenta un antiguo relato japonés, un belicoso Samurai desafió en una ocasión a un maestro Zen a que le explicara el concepto de cielo e infierno. Pero el monje respondió con desdén: - "No eres más que un patán. ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!", herido en lo más profundo de su ser, el Samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó: - "Podría matarte por tu impertinencia". -Eso, repuso el monje con calma, "es el infierno". Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro le señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el Samurai se serenó, envainó la espada y se inclinó, agradeciendo al monje la lección. Y eso, añadió el monje, "es el cielo". "La paz interior se halla cuando el que la busca deja de hacerlo, no por haberla encontrado, sino por descubrir que siempre estuvo con él y no fuera de él."

"TODA LA RESPONSABILIDAD ES TUYA" Una vez un hombre estaba viajando y entró al paraíso por error. En el concepto indio del paraíso, hay árboles que conceden los deseos. Simplemente te sientas bajo uno de estos árboles, deseas cualquier cosa e inmediatamente se cumple no hay espacio alguno entre el deseo y su cumplimiento. El hombre estaba cansado, así que se durmió bajo un árbol dador de deseos. Cuando despertó, tenía hambre, entonces dijo: "¡Tengo tanta hambre! Ojalá pudiera tener algo de comida". E inmediatamente apareció la comida de la nada simplemente flotando en el aire, una comida deliciosa. Tenía tanta hambre que no prestó atención de dónde había venido la comida. Cuando tienes hambre, no estás para filosofías. Inmediatamente empezó a comer y la comida estaba tan deliciosa! Una vez que su hambre estuvo saciada, miró a su alrededor. Ahora se sentía satisfecho. Otro pensamiento surgió en él: "¡Si tan sólo pudiera tomar algo!" Y por ahora no hay ninguna prohibición en el paraíso, de modo que de inmediato apareció un vino estupendo. Mientras bebía este vino tranquilamente y soplaba una suave y fresca brisa bajo la sombra del árbol, comenzó a preguntarse: "Qué está pasando? ¿Estoy soñando o hay fantasmas que están jugándome una broma?" Y aparecieron fantasmas feroces, horribles, nauseabundos. Comenzó a temblar y pensó: "Seguro que me matan!" Y lo mataron. Esta es una antigua parábola, de inmensa significación. Tu mente es un árbol dador de deseos: pienses lo que pienses, tarde o temprano se verá cumplido. A veces, la brecha es tan grande que te olvidas por completo que lo deseaste, de modo que no puedes reconocer la fuente. Pero si observas profundamente, bailarás que todos tus pensamientos te están creando a ti y a tu vida. Crean tu infierno, crean tu cielo. Crean tu desgracia y tu alegría, lo negativo y lo positivo... Cada uno es aquí un mago. Cada uno está hilando y tejiendo un mundo mágico en torno de sí mismo... y luego es atrapado. La araña misma es atrapada en su propia tela. No hay nadie que te torture excepto tú mismo. Y cuando se comprende esto, las cosas comienzan a cambiar. Entonces puedes modificarlo, transformar tu infierno en cielo: sólo se trata de pintarlo con una visión diferente... Toda la responsabilidad es tuya. Y entonces surge una nueva posibilidad: puedes dejar de crear el mundo. No hay necesidad de crear ni en el cielo ni en el infierno, no hay ninguna necesidad de crear nada. El creador puede descansar, jubilarse. Y la jubilación de la mente es la meditación.

EL CREE QUE NO PUEDE A un niño le encantaban los circos y lo que más le gustaba era los animales y de todos ellos el que más llamaba su atención era el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un

rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, parecía obvio que ese animal era capaz de arrancar con facilidad la estaca y huir. El misterio era evidente: ¿Por qué no huía si aquello que lo sujetaba era tan débil comparado con su fuerza? Cuando tenía cinco o seis años, pregunté a varias personas por el misterio del elefante y alguien me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: Sí esta amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Hace algunos años descubrí a alguien lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: "El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño". Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que seguía... hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque CREE QUE NO PUEDE. El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez. Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivirnos creyendo que un montón de cosas "no podemos hacer", simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos. Grabamos en nuestro recuerdo "no puedo... no puedo y nunca podré", perdiendo una de las mayores bendiciones con que puede contar un ser humano: la fe. La única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento TODO NUESTRO CORAZON y todo nuestro esfuerzo como si todo dependiera de nosotros, pero al mismo tiempo, confiando totalmente en Dios como si todo dependiera de Él.

EL TAZÓN DE MADERA El viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. Los guisantes caían de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel.

El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo". Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando miraba hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba allí sentado solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida. El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo le preguntó dulcemente: -"¿Qué estas haciendo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos." Sonrió y siguió con su tarea. Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer. Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos. Y por ninguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel. Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Si ven que con paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos constructores sabios, y modelos a seguir. La gente olvidará lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca cómo los hiciste sentir. He aprendido que puedes decir mucho de una persona por la forma en que maneja tres cosas: un día lluvioso, equipaje perdido y luces del arbolito, enredadas. He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo. He aprendido que aún cuando me duela, no debo estar solo. He aprendido que aún tengo mucho que aprender y que deberíamos pasar esto a todos los que nos importan. Yo acabo de hacerlo.

LA CUCHARA DEL SABIO Cierto mercader envió a su hijo con el más sabio de todos los hombres para que aprendiera el Secreto de la Felicidad. El joven anduvo durante cuarenta días por el desierto, hasta que llegó a un hermoso castillo, en lo alto de una montaña. Allí vivía el sabio que buscaba.

Sin embargo, en vez de encontrar aun hombre santo, nuestro héroe entró en una sala y vio una actividad inmensa; mercaderes que entraban y salían, personas conversando en los rincones, una pequeña orquesta que tocaba melodías suaves y una mesa repleta de los más deliciosos manjares de aquella región del mundo. El sabio conversaba con todos, y el joven tuvo que esperar dos horas para que lo atendiera. El sabio escuchó atentamente el motivo de su visita, pero le dijo que en aquel momento no tenía tiempo de explicarle el Secreto de la Felicidad. Le sugirió que diese un paseo por su palacio y volviese dos horas más tarde. Pero quiero pedirte un favor - añadió el sabio entregándole una cucharita de té en la que dejó caer dos gotas de aceite-. Mientras caminas, lleva esta cucharita y cuida que el aceite no se derrame. El joven comenzó a subir y bajar las escalinatas del palacio manteniendo siempre los ojos fijos en la cuchara. Pasadas las dos hora, retornó a la presencia del sabio. _¿Qué tal?- preguntó el sabio _. ¿Viste los tapices de Persia que hay en mi comedor? ¿Viste el jardín, que el Maestro Jardinero tardó diez años en crear? ¿Reparaste en los bellos pergaminos de mi biblioteca? El joven, avergonzado, confesó que no había visto nada. Su única preocupación había sido no derramar las gotas de aceite que el Sabio le había confiado. Pues entonces vuelve y conoce las maravillas de mi mundo - dijo el sabio _ No puedes confiar en un hombre si no conoces su casa. Ya más tranquilo, el joven tomó nuevamente la cuchara y volvió a pasear por el palacio, esta vez mirando con atención todas las obras de arte que adornaban el techo y las paredes. Vio los jardines, las montañas a su alrededor, la delicadeza de las flores, el esmero con que cada obra de arte estaba colocada en su lugar. De regreso a la presencia del Sabio, le relató detalladamente todo lo que había visto. ¿Pero dónde están las dos gotas de aceite que te confié? -preguntó el Sabio. El joven miró la cuchara y se dio cuenta de que las había derramado. -Pues éste es el único consejo que puedo darte- el secreto de la felicidad está en mirar todas las maravillas del mundo, pero sin olvidarse nunca de las dos gotas de aceite en la cuchara.

DEL LIBRO EL ALQUIMISTA DE PABLO COLEO: “EL COFRE” Errase una vez un anciano que había perdido a su esposa y vivía solo. Había trabajado duramente como sastre toda su vida, pero los infortunios lo habían dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podía trabajar. Las manos le temblaban tanto que no podía enhebrar una aguja, y la visión se le había enturbiado demasiado para hacer una costura recta. Tenía tres hijos varones, pero los tres habían crecido y se habían casado, y estaban tan ocupados con su propia vida que sólo tenían tiempo para cenar- con su padre una vez por semana. El anciano estaba cada vez más débil, y los hijos lo visitaban cada vez menos. -No quieren estar conmigo ahora -se decía- porque tienen miedo de que yo me convierta en una carga. Se pasó una noche en vela pensando qué sería de él y al fin trazó un plan.

A la mañana siguiente fue a ver a su amigo el carpintero y le pidió que le fabricara un cofre grande. Luego fue a ver a su amigo el cerrajero y le pidió que le diera un cerrojo viejo. Por último fue a ver a su amigo el vidriero y le pidió todos los fragmentos de vidrio roto que tuviera. El anciano se llevó el cofre a casa, lo llenó hasta el tope de vidrios rotos, le echó llave y lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a cenar, lo tocaron con los pies. ¿Qué hay en ese cofre? preguntaron, mirando bajo la mesa. OH, nada -respondió el anciano-, sólo algunas cosillas que he ahorrado. Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Lo patearon y oyeron un tintineo. Debe estar lleno con el oro que ahorró a lo largo de los años susurraron. Deliberaron y comprendieron que debían custodiar el tesoro. Decidieron turnarse para vivir con el viejo, y así podrían cuidar también de él. La primera semana el hijo menor se mudó a la casa del padre, y lo cuidó y le cocinó. A la semana siguiente lo reemplazó el segundo hijo, y la semana siguiente acudió el mayor. Así siguieron por un tiempo. Al fin el anciano padre enfermó y falleció. Los hijos le hicieron un bonito funeral, pues sabían que una fortuna los aguardaba bajo la mesa de la cocina, y podían costearse un gasto grande con el viejo. Cuando terminó la ceremonia, buscaron en toda la casa hasta encontrar la llave, y abrieron el cofre. Por cierto, lo encontraron lleno de vidrios rotos. -¿Qué triquiñuela infame! -exclamó el hijo mayor-. ¡Qué crueldad hacia sus hijos! -Pero, ¿qué podía hacer? -preguntó tristemente el segundo hijo-. -Seamos francos. De no haber sido por el cofre, lo habríamos descuidado hasta el final de sus días. Estoy avergonzado de mí mismo -sollozó el hijo menor-. Obligamos a nuestro padre a rebajarse al engaño, porque no observamos el mandamiento que él nos enseñó cuando éramos pequeños. Pero el hijo mayor volcó el cofre para asegurarse de que no hubiera ningún objeto valioso oculto entre los vidrios. Desparramó los vidrios en el suelo hasta vaciar el cofre. Los tres hermanos miraron silenciosamente dentro, donde leyeron una inscripción que el padre les había dejado en el fondo: "Honrarás a tu padre y a tu madre".

EL CHINO Y EL CABALLO Un chino tenía un caballo. El caballo se le escapó. Los vecinos fueron a darle el pésame. ¿Quién dice que sea una desgracia? Les contestó el chino. En efecto, a la mañana siguiente el caballo vino trayendo una yegua salvaje. Los vecinos le felicitaron. ¿Quién dice que sea una fortuna? Respondió el chino. A los dos días su hijo primogénito, montando la yegua se cayó y quedó cojo. Los vecinos expresaron su sentimiento de dolor. ¿Quién dice que sea una desgracia? Volvió a preguntar el chino. Al año siguiente hubo una guerra en el país. El primogénito, por estar cojo no tuvo que alistarse en el ejército. Y la vida siguió con sus episodios...

LOS PASOS PERDIDOS "Una noche desperté oyendo un ruido insistente, que no cesaba. Era el vecino de arriba que andaba de un lado para otro, y sus pasos resonaban en el techo. ¡Aquello era insoportable! Me estaba poniendo cada vez más nervioso! Y no podía dormir. Aquellos pasos me obsesionaban. Eché una ojeada al reloj: las dos de la madrugada. Entonces fue cuando me indigné. Tenía que madrugar para ir al trabajo y necesitaba descansar y dormir. Y el vecino paseándose arriba y abajo sin parar y sin la más mínima consideración. Como no se podía hacer nada me puse a maldecidlo, a quererle mal. Y pensaba: mañana subiré arriba y le partiré la cara. En aquel tiempo era joven y podía hacerlo. Al día siguiente subí al piso de arriba y fue entonces cuando me enteré de que el hijo de mi vecino había muerto aquella madrugada y que, durante toda la noche, aquel padre afligido había paseado en brazos a aquel pobre niño, consumido por la fiebre, como para impedir que se muriera, como para infundirle vida, insultarle vigor, hacerle llegar su ternura, para que el niño no sufriera tanto.

EL PEQUEÑO CARACOL Aquel pequeño caracol emprendió la ascensión a un cerezo en un desapacible día de finales de primavera. Al verlo, unos gorriones de un árbol cercano estallaron en carcajadas: -- ¿no sabes que no hay cerezas en esta época del año`'.

LA ANCIANA Se encontraba una familia de cinco personas pasando el día en la playa. Los niños estaban haciendo castillos de arena junto al agua cuando, a lo lejos, apareció una anciana, con sus vestidos sucios y harapientos, que recogía cosas del suelo y las introducía en una bolsa. Los padres llamaron junto a sí a los niños y les dijeron que no se acercaran a la anciana. Cuando ésta pasó junto a ellos, inclinándose una y otra vez para recoger cosas del suelo, dirigió una sonrisa a la familia. Pero no le devolvieron el saludo. Muchas semanas más tarde supieron que la anciana llevaba toda su vida limpiando la playa de cristales para que los niños no se hirieran los pies.

¿CUÁNTA TIERRA NECESITA UN HOMBRE? (Por León Tolstoi) Érase una vez un campesino llamado Pahom, que había trabajado dura y honestamente para su familia, pero que no tenía tierras propias, así que siempre permanecía en la pobreza. "Ocupados como estamos desde la niñez trabajando la madre tierra -pensaba a menudo- los campesinos siempre debemos morir como vivimos, sin nada propio. Las cosas serían diferentes si tuviéramos nuestra propia tierra."

Ahora bien, cerca de la aldea de Pahom vivía una dama, una pequeña terrateniente, que poseía una finca de ciento cincuenta hectáreas. Un invierno se difundió la noticia de que esta dama iba a vender sus tierras. Pahom oyó que un vecino suyo compraría veinticinco hectáreas y que la dama había consentido en aceptar la mitad en efectivo y esperar un año por la otra mitad. "Qué te parece -pensó Pahom- Esa tierra se vende, y yo no obtendré nada." Así que decidió hablar con su esposa. -Otras personas están comprando, y nosotros también debemos comprar unas diez hectáreas. La vida se vuelve imposible sin poseer tierras propias. Se pusieron a pensar y calcularon cuánto podrían comprar. Tenían ahorrados cien rublos. Vendieron un potrillo, y la mitad de sus abejas, contrataron a uno de sus hijos como peón y pidieron anticipos sobre la paga. Pidieron prestado el resto a un cuñado, y así juntaron la mitad del dinero de la compra. Después de eso, Pahom escogió una parcela de veinte hectáreas, donde había bosques, fue a ver a la dama e hizo la compra. Así que ahora Pahom tenía su propia tierra. Pidió semilla prestada, y la sembró, y obtuvo una buena cosecha. Al cabo de un año había logrado saldar sus deudas con la dama y su cuñado. Así se convirtió en terrateniente, y talaba sus propios árboles, y alimentaba a su ganado en sus propias pasturas. Cuando salía a arar los campos, o a mirar sus mieses o sus prados, el corazón se le llenaba de alegría. La hierba que crecía allí y las flores que florecían allí le parecían diferentes de las de otras partes. Antes, cuando cruzaba esa tierra, le parecía igual a cualquier otra, pero ahora le parecía muy distinta. Un día Pahom estaba sentado en su casa cuando un viajero se detuvo ante su casa. Pahom le preguntó de dónde venía, y el forastero respondió que venía de allende el Volga, donde había estado trabajando. Una palabra llevó a la otra, y el hombre comentó que había muchas tierras en venta por allí, y que muchos estaban viajando para comprarlas. Las tierras eran tan fértiles, aseguró, que el centeno era alto corno un caballo, y tan tupido que cinco cortes de guadaña formaban una -avilla. Comentó que un campesino había trabajado solo, con sus manos, y ahora tenía seis caballos y dos vacas. El corazón de Pahom se colmó de anhelo. "¿Por qué he de sufrir en este agujero -pensó- si se vive tan bici] el] otras partes? Venderé mi tierra y ni¡ finca, y con el dinero comenzaré allá de nuevo y tendré todo nuevo". Pahom vendió su tierra, su casa y su ganado, con buenas ganancias, y se mudó con su familia a su nueva propiedad. Todo lo que había dicho el campesino era cierto, y Pahorn estaba en mucha mejor posición de antes. Compró muchas tierras arables y pasturas, y pudo tener las cabezas de ganado que deseaba. Al principio, en el ajetreo de la mudanza y la construcción, Pahorn se sentía complacido, pero cuando se habituó comenzó a pensar que tampoco aquí estaba satisfecho. Quería sembrar más trigo, pero no tenía tierras suficientes para ello, así que arrendó más tierras por tres años. Fueron buenas temporadas y hubo buenas cosechas, así que Pahom ahorró dinero.

Podría haber seguido viviendo cómodamente, pero se cansó de arrendar tierras ajenas todos los años, y de sufrir privaciones para ahorrar el dinero. "Si todas estas tierras fueran mías -pensó-, sería independiente, y no sufriría estas ¡¡)comodidades." Un día un vendedor de bienes raíces que pasaba le comentó que acababa de regresar de la lejana tierra de los bashkirs, donde había comprado seiscientas hectáreas por sólo mil rublos. -Sólo debes hacerte amigo de los jefes -dijo- Yo regalé corno cien rublos en vestidos y alfombras, además de una caja de té, y di vino a quienes lo bebían, y obtuve la tierra por una bicoca. "Vaya -pensó Pahom-, allá puedo tener diez veces más tierras de las que….

CÓMO PENSAR Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nóbel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota: Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba rotundamente que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen y decía: Demuestre como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro. El estudiante había respondido: llevo el barómetro a la azotea del edificio y le ato una cuerda muy larga. Lo descuelgo hasta la base del edificio, marco y mido. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio. Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudio, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física. Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía huchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: tomo el barómetro y lo lanzo al suelo desde la azotea del edificio, calculo el tiempo de caída con un cronometro. Después se aplica la formula altura = 0,5 por A por t^2. Y así obtenemos la altura del edificio.

En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta. Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo: tomas el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del Edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio. Perfecto, le dije, ¿y de otra manera?. Si, contestó, éste es un procedimiento muy básico para medir la altura de un edificio, pero también sirve. En este método, tomas el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el número de marcas que has hecho y ya tienes la altura. Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo corno si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio. En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su período de precisión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea tomar el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del portero. Cuando abra, decirle: "Señor portero, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo". En este momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar. El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nóbel de física en 1922, mas conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica. Al margen del personaje, lo divertido y curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia es que LE HABÍAN ENSEÑADO A PENSAR. Por cierto, para los escépticos, esta historia es absolutamente verídica. Aprendamos a pensar, hay mil soluciones para un mismo problema, pero lo realmente interesante, lo auténticamente genial es elegir la solución más práctica y rápida, de forma que podamos acabar con el problema de raíz... y dedicarnos a solucionar OTROS problemas.

¿QUÉ REALMENTE ES EL MATRIMONIO? Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando este se apaga en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio. El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relato lo siguiente: "Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó. Mi padre la alcanzo, la levanto como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital. Cuando llego, por desgracia, ya había fallecido. Durante el sepelio, mi padre no hablo, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas. Él pidió a mi hermano teólogo que le dijera, donde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó como y dónde estaría ella. Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió "llévenme al cementerio" ¡Papá! Respondimos “¡son las 11 de la noche! ¡No podencos ir al cementerio ahora!" Alzó la voz y con una mirada vidriosa dijo: "No discutan conmigo por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años". Se produjo un momento de respetuoso silencio. No discutimos más. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador, con una linterna llegamos a la lapida. Mi padre la acarició, oró y nos dijo a sus hijos que veíamos la escena conmovidos: "Fueron 55 buenos arios... ¿Saben? Nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así"'. Hizo una pausa y se limpio la cara. "Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis. Cambio de empleo" continuo: "Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en e1 dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores... Hijos, ahora se ha ido y estoy contento, ¿Saben porque? porque se fue antes que yo, no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera..." Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lágrimas. Lo abrazamos y el nos consoló: "Todo esta bien hijos, podemos irnos a casa; ha sido un buen día". Esa noche entendí lo que es el verdadero amor. Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, más bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas. Cuando el maestro terminó de hablar, los jóvenes universitarios no pudieron debatirle. Ese tipo de amor era algo que no conocían.

EL PROBLEMA Cuentan que cierto día en un monasterio Zen-Budista, los monjes se encontraron con la muerte de uno de sus guardianes y fue preciso encontrar un substituto. El Gran Maestro convocó a todos los discípulos para determinar quien sería el nuevo centinela. El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, dijo: - Asumirá el puesto el primer monje que resuelva el problema que voy a presentar. Entonces, colocó una preciosa mesita de finas maderas en el centro de la enorme sala en el que estaban reunidos, y encima de ésta colocó un jarrón de porcelana con un diseño de exquisito gusto y refinamiento, con varias rosas amarillas de extraordinaria belleza en el. Y dijo así: - ¡Aquí está el problema! -señalando directamente al precioso jarrón. Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un jarrón de extremo valor y belleza, con maravillosas flores en su interior. ¿Qué representaría? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma encerrado detrás de todo esto? ¿Dónde estaba el problema? En ese instante, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran Maestro y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y... ¡zas! Blandiendo la espada, destruyo todo de un solo golpe. La escena fue impresionante. Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo con voz contundente: - Usted será el nuevo Guardián del monasterio. Moraleja de la historia: No importa cual sea el problema. Ni que sea algo lindísimo. Si ves un problema, precisa ser eliminado. Un problema es un problema, y como tal, es un imperativo categórico eliminarlo. No importa que se trate de una mujer sensacional y atractiva, o de un hombre maravilloso y seductor, o de un gran amor que se acabo. Por más lindo que sea o haya sido, si ya no existe más sentido para el en tu vida, tiene que ser suprimido. Muchas personas cargan en su vida entera el peso de cosas que fueron importantes en el pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus corazones y mentes. Espacio que es indispensable para recrear la vida. Espacio que es indispensable para recrear la vida. Existe un proverbio chino que dice: "Para tú poder beber vino en una copa que se encuentra llena de ti, es necesario primero tirar el ti, y entonces poder servir y beber el vino". Limpia tu vida. Comienza con las gavetas y armarios, hasta llegar a las personas del pasado que no hacen más sentido en tu vida y que están ocupando un espacio en tu corazón. Un espacio indispensable para ser ocupado por tu alegría de vivir.

DOCENCIA Hace años, un inspector visitó una escuela primaria. En su recorrido observó algo que le llamó poderosamente la atención, una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían gran desorden: el cuadro era caótico. Decidió presentarse: - Permiso, soy el inspector de turno... ¿algún problema?

- Estoy abrumada señor, no se que hacer con estos chicos... No tengo láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni que decirles... El inspector, que era un docente de alma, vio un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió' a los chicos: - ¿Qué es esto? - Un corcho señor... -gritaron los alumnos sorprendidos. - Bien, ¿De dónde sale el corcho? - De la botella, señor. Lo coloca una máquina.., del alcornoque, de un árbol .... de la madera..., - respondían animosos los niños. - ¿Y qué se puede hacer con madera?, -continuaba entusiasta el docente. - Sillas..., una mesa..., un barco... - Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué Departamento pertenece. ¿Y cual es el otro puerto más cercano'.' ¿A que país corresponde'' ¿Que poeta conocen que allí nació? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar? - Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc. La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida: - Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias. Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden... - Señorita... ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí? - Si señor; ¡cómo olvidarme! Que suerte que regreso. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó?

EL MOMENTO DE LA AURORA Un rabino reunió a sus alumnos y preguntó: -¿Cómo es que sabemos el momento exacto en que termina la noche y comienza el día? - Cuando, de lejos, somos capaces de diferenciar Una oveja de un cachorro - dijo un niño. El rabino no quedó satisfecho con la respuesta. - La verdad -dijo otro alumno- sabemos que ya es de día cuando podemos distinguir, a la distancia, un olivo de una higuera. - No es una buena definición. -¿Cuál es la respuesta, entonces? -preguntaron los pequeños. Y el rabino dijo: - Cuando un extraño se aproxima y nosotros lo confundimos con nuestro hermano. Ese es el momento cuando la noche acaba y comienza el día.

¿CUÁLES SON TUS HERENCIAS? Érase una vez dos hermanos criados en el mismo hogar, cercanos entre ellos, pero muy distintos el uno al otro. Habían compartido la dura experiencia de crecer junto a un padre alcohólico, autoritario, irresponsable, el cual estuvo varias veces en la cárcel por creer vivir bajo su propia jurisdicción.

El hermano mayor se convirtió en alcohólico, dejó la escuela y se casó. Frecuentemente maltrataba a su familia, apenas trabajaba y en repetidas ocasiones tenía problemas con la policía. Cuando en una ocasión le preguntaron porqué actuaba de esa manera, él contestó: - Con un padre y una infancia corno la que tuve, ¿Cómo hubiera podido ser distinto? - El Hermano menor, a pesar de los problemas y dificultades, nunca dejó de estudiar, se casó y se convirtió en un atento esposo y en un buen padre. - Era también un empresario exitoso que aportaba mucho a su comunidad. -Un día, en una entrevista, le preguntaron a qué atribuía el éxito que en su vida había tenido, y respondió: - Con un padre y una infancia así, ¿Cómo hubiera podido ser distinto? ¿Cuáles son tus herencias y cómo has decidido usarlas?

COMPARTIR En una ocasión, por la tarde, un hombre vino a nuestra casa, para contarnos el caso de una familia hindú de ocho hijos. No habían comido desde hacía ya varios días. Nos pedía que hiciéramos algo por ellos. De modo que tomé algo de arroz y me fui a verlos. Vi cómo brillaban los ojos de los niños a causa del hambre. La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos partes y salió. Cuando regresó le pregunté: qué había lecho con una de las dos raciones de arroz. Me respondió: "Ellos también tienen hambre". Sabía que los vecinos de la puerta de al lado, musulmanes, tenían hambre. Quedé más sorprendida de su preocupación por los demás que por la acción en sí misma. En general, cuando sufrimos y cuando nos encontramos en una grave necesidad no pensamos en los demás. Por el contrario, esta mujer maravillosa, débil, pues no había comido desde hacia varios días, había tenido el valor de amar y de dar a los demás, tenía el valor de compartir. Frecuentemente me preguntan cuándo terminará el hambre en el mundo. Yo respondo: Cuando aprendamos a compartir". Cuanto más tenemos, menos damos. Cuanto menos tenemos, más podemos dar. Madre Teresa de Calcuta

LA EXACTA HONORABILIDAD Un día, un carpintero estaba cortando una rama de un árbol debajo de un río y su hacha se le cayó al agua. El infeliz carpintero le rogó a Dios, y Dios se le apareció preguntándole: ¿Por qué estás llorando? El carpintero le respondió que su hacha se le Había caído al río. Entonces, Dios se metió a la corriente y sacó un hacha de oro. Luego le preguntó: ¿Es esta tu hacha? El noble carpintero respondió negativamente. Dios entró de nuevo al río sacando un hacha de plata. Y ésta, ¿es la tuya?

De nuevo el carpintero negó. Dios volvió al río y sacó un hacha de madera, y repitió la pregunta: ¿Es esta tu hacha? El carpintero, lleno de contento, le responde: ¡Sí! Dios estaba tan contento con la sinceridad del carpintero que le dejo las tres hachas y mandó al carpintero a su casa. Un día en el campo paseaban el carpintero y su esposa. Ésta tropezó y cayó al río. El infeliz carpintero rogó a Dios, que se le apareció y le preguntó: ¿Por qué estas llorando? El carpintero le contó el accidente, luego de lo cual Dios se metió al río y sacó una Hermosa doncella y pregunta: ¿Es esta tu esposa? ¡Sí, sí! --contestó el carpintero. Dios se enfureció: ¡¡¡Eres un mentiroso!!!, ¡¡¡un rufián!!! E carpintero contestó: Dios, perdóname. Ha sido un malentendido, porque si te hubiera dicho que no es ella mi esposa, después hubieras sacado a otra aún mas bonita; luego, si digo que tampoco es ella, sacarías a mi esposa y yo tendría que decir que sí, que es ella, y entonces tú me dejarías con las tres. Dios, compréndeme, soy un humilde carpintero y no podría mantenerlas a las tres. Sólo por eso dije sí la primera vez. Moraleja: “Los hombres sólo mienten por causas honorables y siempre con las mejores intenciones”.

LOS TRES LEONES En la selva vivían 3 leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión: Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero hay una gran duda en la selva: existen 3 leones y los 3 son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey? Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí: Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener 3 reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos. Necesitamos saber cual será el elegido, pero, ¿Cómo descubrir? Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los 3 leones. Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que Uds. 3 van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey. La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.

El primer león intentó escalar- y no pudo llegar. El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado. Los animales estaban impacientes y curiosos; si los 3 fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey? En ese momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra: ¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa. ¿Cómo? Preguntaron todos. Es simple, dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaría. El primer león dijo: ¡Montaña, me has vencido! El segundo león dijo: ¡Montaña, me has vencido! El tercer león dijo: ¡Montaña!, me has vencido, por ahora! porque ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo. La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: El es el rey de sí mismo, está preparado para ser rey de los demás. Los animales aplaudieron entusiastamente al tercer león que fue coronado El Rey de los animales. Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o problemas que tengas. Tus problemas, por lo menos en la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú. Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos. Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia. La Montaña de las dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. ¡TU TODAVÍA ESTAS CRECIENDO! Y acuérdate del dicho: "NO DIGAS A DIOS QUE TIENES UN GRAN PROBLEMA, SINO DILE AL PROBLEMA QUE TIENES UN GRAN DIOS"'. "Cuando la, vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír".

EL SECRETO DE SER FELIZ Hace muchísimos años, vivió en la India un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más feliz del mundo. Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir. Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz. Un día llegó ante él un niño y le dijo: "Señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz ¿Por qué no me enseñas qué debo hacer para conseguirlo?". El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: "A ti te enseñaré el secreto para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón, y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida": "EL PRIMERO, es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes. “EL SEGUNDO, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: - yo soy importante, - yo valgo, soy capaz, - soy inteligente, - soy cariñoso, - espero mucho de mí, - no hay obstáculo que no pueda vencer: ( Este paso se llama autoestima alta). “EL TERCER PASO, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres; es decir: -si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; -si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; -si piensas que eres cariñoso, expresa tú cariño: Si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. (Este paso se llama motivación). “EL CUARTO PASO, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas. “EL QUINTO PASO, es que no debes albergar en tú corazón rencor hacia nadie: ese sentimiento no te dejará ser feliz: deja que las leyes de Dios hagan justicia, y tú perdona y olvida. “EL SEXTO PASO, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor. “EL SÉPTIMO PASO, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera. Y por último, “levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tú alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las

personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera puedan ser felices". Deseo que podamos encontrar la tan ansiada felicidad dentro de nosotros mismos y así reflejarla a los que nos rodean, porque entre más personas sean felices, menos violencia habrá en este mundo..... “Quien nada aporta a la colmena no tiene derecho a probar la miel”

CAMBIAR DE ACTITUD 1 Cuando me molesta el comportamiento de otro, una situación complicada o cuando las cosas no salen como esperaba, sólo debo recordar que no lo tengo que tomar en forma personal. No soy víctima de todo lo que sucede a menos que escoja verlo así. Aún si las cosas no salen a mi manera, puedo aceptar lo que no puedo cambiar, y cambiar lo que puedo. Quizás puedo ver mis problemas de otra forma. Si los acepto por lo que valen sin tomarlos en forma personal, puede que encuentre que realmente no son problemas, sólo cosas que no salieron en la forma en que hubiera querido. Este cambio de actitud puede ayudar a liberarme para evaluar la situación de manera realista y seguir adelante constructivamente. Echar la culpa de mi malestar a sucesos externos puede ser una manera de evitar enfrentarme con la verdadera causa: mis propias actitudes. Puedo considerarme una víctima o puedo aceptar lo que está sucediendo en mi vida y asumir responsabilidad por mis respuestas. Se me podrá guiar para concretar una acción o para no hacer nada, pero cuando escucho la guía de mi Poder Superior, ya no seré la víctima de mis circunstancias. "Dios no le pregunta al hombre si acepta la vida. Esa no es la opción. Debes aceptarla, la única opción es cómo" Henry Ward Beecher (1) Extraídos de "Valor para Cambiar", Grupos de Familia Al-Anon, México 2 Un agricultor encontró una flauta mágica. Esperando hechizar a sus gallinas para que pusieran más huevos, les tocó la flauta todo el día, pero al llegar la noche vio que no había más huevos que los de costumbre. Después, cuando le preguntaron si había tenido éxito, el agricultor contestó: "Claro que sí. No fue un gran día en cuanto a la cantidad de huevos, pero vaya que lo fue para la música" Hace poco, en un Taller nos pidieron que llenáramos en espacio en blanco en esta frase: "Si ocurriera ……sería feliz". Muchos de nosotros sentimos la tentación de responder que seríamos felices si nuestros seres queridos estuvieran sobrios o encararan la sobriedad de otra manera. Pero otros "Si" nos hicieron sentir muchas carencias: si mi jefe, mi familia, mi empleo, mi gobierno, mis finanzas cambiaran como yo quiero, sería feliz. Quedó claro que en muchos de nosotros la esperanza está suspendida debido a cosas que no podemos controlar. Estos "si" hicieron que nuestra vida se tornara ingobernable. Si

logramos eliminar esos pensamientos recurrentes abandonamos el papel de víctimas, esperando que las cosas cambiaran. Optamos por cumplir un papel más activo en la búsqueda de la felicidad, ahora mismo. Hay muchos aspectos de mi vida que no puedo cambiar. Lo que sí puedo cambiar es mi actitud. Hoy puedo aceptar mi vida tal como es. Puedo sentirme feliz y agradecido con lo que tengo, ahora mismo. "Con un cambio de actitud... los hechos del pasado se pueden poner en perspectiva correcta; el amor y el respeto pueden llegar a ser parte de la vida familiar" ... Después de un tiempo podemos notar el cambio cuando nuestra forma de pensar se distorsiona. Pero, si deseamos ponerle fin a nuestros pensamientos negativos, la conciencia es sólo el comienzo. Hoy prestaré minuciosa atención a lo que me digo. Si es necesario me detendré en la mitad de un pensamiento, empezaré nuevamente y reemplazaré visiones negativas con verdades positivas. "Lo que nos enseñamos con nuestras actitudes y pensamientos depende de nosotros" ...Es hora de que deje de esperar a que otros me cuiden. La única persona que puede amarme como yo quiero soy yo mismo. "Gradualmente tuve que aceptar el hecho de que mis deseos de "si tan sólo" no se iban a convertir en realidad, pero también aprendí que podía ser feliz aunque no se cumplieran" "La vida tiene tanto para ser siempre tan feliz. Mucha gente busca la felicidad poniendo condiciones. La felicidad puede sentirse solamente si no se ponen condiciones" Artur Rubinstein 3 Un día me di cuenta que necesitaba cambiar. Después de haber vivido toda una vida con una enfermedad de actitudes nunca pensé en forma muy elogiosa de mí mismo, así que nunca tuve mucha fe en que mis esfuerzos pudieran verse coronados por el éxito. Aprendí mucho mirando los gusanos de seda de mi hijo. Los gusanos de seda son criaturas gordas y glotonas, pero de su propia esencia crean algo bello. No tienen posibilidad de decidir. Nacieron para expresar su belleza. Yo también puedo transformar algo negativo en algo positivo; al cambiar mis actitudes derrotistas, me convierto en un ser humano más bello. Nací con esta belleza dentro de mí y si tan sólo me lo permitiera, podría expresarla libremente. Hoy puedo hilar un poco de seda para que agracie todo lo que toque. No tengo que recordar el horrible pasado, excepto para aprender de él, para mejorar el presente y para liberar cualquier belleza atrapada detrás de viejos secretos y actitudes derrotistas. Un día ala vez puedo deleitarme con la espléndida persona en la que me estoy convirtiendo. “Algunas veces es necesario volver a enseñarle la belleza a una cosa... hasta que florezca desde adentro... "

Galway Kinnell ¿Qué hay detrás de estas repetidas declaraciones acerca de que yo tengo el poder de mejorar la forma y la organización de mi vida? Es esto: Mirarse a uno mismo. ¿Qué estoy haciendo que me crea dificultades o agrava las que ya tengo? ¿Podría ser que yo trato de arreglarlo todo culpando a otros?. Tengo examinar mis impulsos, motivos, acciones y palabras. Esto me ayuda a corregir la causa de mi malestar y a no echar la culpa a los demás Al principio, la idea de que podamos haber faltado, no es fácil de aceptar. Nos resulta difícil admitir que nuestra conducta no sea como debiera ser. Tan pronto como yo venza la costumbre de justificar todo lo que hago y empiece a emplear instrumentos tales como la cortesía, la ternura y un cálido interés en otros, ocurrirán milagros. Lo sé porque he visto que así ha sucedido a otros que lo han practicado. "Si no puedes llegar a ser lo que querrías ser, ¿cómo puedes esperar que otra persona sea exactamente como tú deseas que sea?. Queremos ver perfectos a otros individuos; sin embargo, no atendemos a nuestras propias faltas" (Tomás de Kempís, Parafraseando)

DUELE AMAR A ALGUIEN Y NO SER CORRESPONDIDO Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta Duele amar a alguien y no ser correspondido. Pero lo que es más doloroso es amar a alguien y nunca encontrar el valor para decirle a esa persona lo que sientes. Tal vez Dios quiere que nosotros conozcamos a unas cuantas personas equivocadas antes de conocer a la persona correcta, para que al fin cuando lo conozcamos, sepamos ser agradecidos por ese maravilloso regalo. Una de las cosas más tristes de la vida es cuando conoces a alguien que significa todo y sólo para darte cuenta que al final no era para ti y lo tienes que dejar ir. Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra puerta se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo a aquella puerta que se cerró, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros. Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos. Darle a alguien todo tu amor es seguro de que te amarán de regreso, pero no esperes que te amen de regreso; solo espera que el amor crezca con el corazón de la otra persona, pero si no crece sé feliz porque creció en el tuyo. Hay cosas que te encantaría oír que nunca escucharás de la persona que le gustaría que te las dijera, pero no seas tan sorda(o) para no oírlas de aquél que las dice desde su corazón. Nunca digas adiós si todavía quieres tratar.

Nunca te des por vencida(o) si sientes que puedes seguir luchando. Nunca le digas a una persona que ya no le amas si no puedes dejarla ir. El amor llega a aquel que espera, aunque lo hayan decepcionado. A aquél que aún cree, aunque haya sido traicionado. A aquél que todavía necesite amar, aunque antes haya sido lastimado. Y a aquél que tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo. El principio del amor es dejar que aquellos que conocemos sean ellos mismos. Y no tratarlos de voltear con nuestra propia imagen, porque entonces sólo amaremos el reflejo de nosotros mismos en ellos. No vayas por el exterior, éste te puede engañar. No vayas por las riquezas, porque aun eso se pierde. Ve por alguien que te haga sonreír, porque toma tan sólo una sonrisa para hacer que un día oscuro brille. Espero que encuentres a aquella persona que te haga sonreír. Hay momentos en los que extrañas a una persona tanto que quieres sacarla de tus sueños y abrazarlos con todas tus fuerzas.

CON AMOR La justicia con Amor te hace justo, sin Amor te hace duro. La amabilidad con Amor te hace amable, sin Amor te hace hipócrita. La inteligencia con Amor sirve a la razón, sin Amor te hace cruel. La agudeza con Amor te hace capaz de adquirir la verdad, sin Amor te hace agresivo. La autoridad con Amor te hace guía y protector, sin Amor te hace déspota. La amistad con Amor te hace generoso, sin Amor te hace interesado. El apostolado con Amor te hace servicial, sin Amor te da una excusa para lucirte. La alegría con Amor te ayuda ver a Dios en todo, sin Amor te hace un bufón. La libertad con Amor te hace capaz del mayor bien, sin Amor te hace un abusador. Tus éxitos con Amor te hacen maestro, sin Amor te hacen arrogante. “La vida con amor, lo es todo; sin amor, no vale nada.”

LA FELICIDAD ES UN PROYECTO NO UN DESTINO Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después de casarnos, después de tener un hijo y entonces después de tener otro. Entonces nos sentimos frustrados de que los hijos no son lo suficiente grandes. Y que seremos más felices cuando lo sean. Después de eso nos frustramos porque son adolescentes (difíciles de tratar). Ciertamente seremos más felices cuando salgan de esta etapa. Nos decimos que nuestra vida estará completa cuando a nuestro esposo (a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor

carro, o una mejor casa, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando estemos retirados. La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que ahora. Si no es ahora ¿Cuándo? Tu vida siempre estará llena de retos, es mejor admitirlo y decidir ser felices de todas formas. Alfred De Souza, decía: “Por largo tiempo parecía para mí que la vida estaba a punto de comenzar –vida de verdad. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar. Sólo entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta que estos obstáculos eran mi vida”. Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay un camino a la felicidad, la felicidad “es” el camino.

TÚ ERES EL RESULTADO DE TI MISMO Atributo a Pablo Neruda No culpes a nadie, no te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida. Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo, el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar, corrigiéndote. Nunca te quejes del ambiente o quienes te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón. Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar. No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfréntate con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar. No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar, y que ninguno es tan terrible para claudicar. Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso. Si tú has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido tú. No olvides que la cusa de tu presente es tu pasado, como causa de tu futuro es tu presente. Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo. Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, y tus problemas, sin alimento morirán. Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que es el más grande de los obstáculos. Mírate en el espejo de ti mismo. Comienza a ser sincero contigo mismo. Reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte. Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo, reconociéndote a ti mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque tú mismo erres tu destino. Levántate y mira por las mañanas y respira la luz del amanecer. Tú eres la parte de la fuerza de la vida.

Ahora despierta, camina, lucha. Decídete y triunfarás en la vida. Nunca piensas en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados. “Consulta el ojo del enemigo, porque es el primero que ve tus defectos”

EL MITO DE LA MEDIA NARANJA Muchas veces hemos escuchado las frases “mi alma gemela”, o “mi otra mitad”. En Latinoamérica es muy común denominar al cónyuge o novio como “mi media naranja”. Esto refleja la idea que se tiene de la pareja… Se entiende que una buena pareja es el afortunado encuentro de dos mitades. Podemos encontrar en todo el mundo el mismo simbolismo asociado, por ejemplo, con las dos mitades de un corazón. Sin embargo, ninguna de estas imágenes debe producir entusiasmo. Por el contrario, deben producir preocupación. La peculiar matemática del amor, esa de la media naranja, quiere hacernos creer que para formar una pareja se necesita el encuentro fortuito de dos seres humanos partidos por la mitad. Es preferible no utilizar esa definición, porque alimenta malentendidos Y PRODUCE SUFRIMIENTO. Es preferible ver a la pareja como al conjunto de dos individuos que libremente eligen viajar juntos por la vida y que ambos entienden que son dos personas completamente diferentes y únicas, con distintas personalidades, emociones, deseos, propósitos, creencias y pensamientos. Contradiciendo a la teoría de la naranja, es preferible no estimular la búsqueda de una persona considerada como una mitad suplementaria sino el encuentro de otra persona completa. Una persona que nos atraiga, conmueve y transporte a una mejor manera de ser nosotros mismos. No otra mitad, una media naranja, sino tal vez una hermosa e interesante manzana. Los seres humanos, como las frutas, venimos indiferentes sabores, texturas, tamaños y tipos. Cuando dos se encuentran y comienzan la infinita tarea de construir una pareja funcional, pronto descubren que no suplen sus necesidades. Es imposible definir el amor, simplemente hay que expresarlo. Se expresa más fácilmente cuando los amantes se conceden mutuamente un espacio en sus corazones, reconociendo la existencia del otro como singular y diferente. En ese juego sagrado e interactivo aprendemos a compartir afinidades y diferencias, alimentándonos como individuos y como miembros de una pareja. Una pareja que sufre puede dejar de sufrir, es decir, puede transformarse en una pareja funcional. Para ello, solamente se necesitan tres ingredientes: Compromiso, dedicación y amor. “El dinero es buen sirviente pero un mal amo”

LECCIONES IMPORTANTES QUE NOS DÁ LA VIDA Primera lección importante: Todos somos significativos. Durante mi segundo mes en la escuela de enfermería, nuestra profesora nos tomó un examen de sorpresa. Yo era una estudiante consciente y leí por encima todas las preguntas hasta llegar a la última: “¿Cuál es el primer nombre de la mujer que limpia en la escuela?” Seguramente se trataba de alguna broma. Había visto a la encargada de la limpieza algunas veces. Era alta, de pelo oscuro y de alrededor de 50 años de edad, pero ¿cómo habría de saber su nombre? Entregué mi papel, dejando la última pregunta en blanco. Justo antes de

terminar la clase, un estudiante preguntó si la última pregunta tendría alguno valor en las notas de nuestro examen. “absolutamente” dijo el profesor. “En sus carreras ustedes conocerán, a muchas personas. Todas son significativas. Ellas merecen su atención y cuidado aun cuando lo único que hagan sea sonreírles y decir “hola”. Nunca he olvidado esa lección. También aprendí que su nombre era Dorotea. Segunda lección importante: Servir generosamente. Una noche, a eso de las 11:30 p.m., una mujer mayor afro americana estaba parada a la orilla de una carretera en Alabama tratando de soportar el flagelo de una copiosa lluvia. Su automóvil había sufrido un desperfecto y ella necesitaba desesperadamente quien la llevara. Empapada, ella decidió hacer señales al próximo vehículo que pasara. Un joven blanco se detuvo para ayudarla, algo insólito en aquellos años 60 tan llenos de conflictos. El hombre la llevó a un lugar seguro, la ayudó a obtener asistencia y le consiguió un taxi. Ella parecía estar muy apurada, pero escribió la dirección del joven y le dio las gracias. Había pasado siete días y alguien tocó la puerta del muchacho. Para su sorpresa, un gigante televisor a colores, tipo consola, fue entregado en su hogar. Traía una nota especial: “muchas gracias por asistirme en la carretera la otra noche. La lluvia había empapado no sólo mi ropa sino mi espíritu. Entonces usted llegó. Gracias a usted, puede llegar tiempo junto al lecho de mi agonizante esposo. Justo antes que falleciera. Dios le bendiga por ayudarme y por servir a los demás de una manera tan poco egoísta”. Sinceramente. Señora de Nat King Cole. Tercera lección importante: Siempre recuerda a quienes te sirven. En días en que una copa de helados con crema, nueces y frutas estaba mucho menos que ahora, un niño de 10 años entró a la cafetería de un hotel y se sentó en la mesa. Una camarera puso una copa de agua delante de él. “¿cuánto cuesta una copa de helado con crema, frutas y nueces?” preguntó. “Cincuenta centavos” respondió la camarera. El muchachito sacó su mano del bolsillo y estudió sus monedas. Bien, “¿Cuánto cuesta una copa sencilla de helado?” preguntó. Para entonces ya había otras personas esperando para ser atendidas en otra mesa y la camarera estaba impaciente. “Treinta centavos” le contestó bruscamente. El muchacho contó nuevamente sus monedas y dijo. “Tomaré la copa sencilla de helado.” La camarera trajo el helado, puso la cuenta sobre la mesa y se alejó. El muchacho termino el helado, pagó al cajero y se marchó. Cuando la camarera regresó, comenzó a llorar mientras limpiaba la mesa. Allí, colocados nítidamente al lado de la copia vacía, se encontraba, dos monedas de cinco centavos y cinco de un centavo. Ves, él no pudo tomarse su copa de helado con crema, nueces y frutas porque quiso conservar suficiente dinero para dejarle una propina. Cuarta lección importante: El obstáculo en nuestro camino. En tiempos lejanos, un rey hizo colocar una gran piedra en medio de un camino. Entonces se escondió y observó para ver si alguien quitaría la enorme roca. Algunos de los comerciantes más adinerados del reino y muchos de sus cortesanos pasaron por allí y sencillamente dieron la vuelta alrededor de la piedra. Muchos maldijeron en voz alta al rey por no mantener limpios los caminos, pero ninguno hizo nada para quitar el obstáculo. Entonces un campesino pasó llevando sobre sus hombros una carga de vegetales. Tras acercarse a la piedra, depositó su carga en el suelo y trató de moverla hacia un lado del camino. Luego de mucho empujar y luchar finalmente tuvo éxito. Después que el campesino tomó nuevamente su carga de vegetales, notó una cartera en medio del camino,

justo debajo de donde había estado la piedra. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del rey indicando que el oro sería para persona que quitara el obstáculo del camino. El campesino aprendió lo que muchos de nosotros nunca comprendemos. Cada obstáculo ofrece una oportunidad para que mejoremos nuestra condición. Quinta lección importante: Dar, cuando es necesario. Muchos años atrás, cuando trabajaba como voluntaria en un hospital, llegué a conocer a una muchachita llamada Liz que sufría una extraña y seria enfermedad. Su única oportunidad de recuperación parecía ser una transfusión de su hermano de 5 años, quien había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos que se necesitaban para combatir el padecimiento. El doctor le explicó la situación al pequeño hermano, y le preguntó si él estaría dispuesto a darle su sangre a su hermana. Lo vi dudar por sólo un instante antes de respirar profundamente diciendo, “Si, yo lo haré si eso lo salva…” Mientras progresaba la transfusión, él permanecía acostado al lado de su hermana y sonreía, como sonreíamos todos nosotros al mirar como el color regresaba a las mejillas de la niña. Entonces su rostro palideció y su sonrisa desapareció. Miro al doctor y pregunto con una voz temblorosa “¿Comenzaré a morirme enseguida?” Siendo pequeño, el muchacho había malinterpretado al doctor; él pensó que tendría que dar a su hermana toda su sangre para poder salvarla. Como ves, comprensión y actitud, al final significa todo. Ahora tienes dos opciones: 1.- Puedes guardarte estas enseñanzas para ti mismo; o 2.- Puedes compartirlas con otras personas. Espero que escojas la opción 2 y que recuerdes: “Trabaja como si no necesitaras el dinero. Ama como si nunca hubieses sido lastimado, y baila como lo haces cuando nadie te está mirando”.

LA INTELIGENCIA DE LOS GANSOS El próximo otoño cuando veas a los gansos dirigiéndose hacia el sur para el invierno, fíjate que vuelan formando una “V”. Tal vez te interesa saber lo que la ciencia ha descubierto acerca del por qué en esa forma. Se ha comprobado que cuando cada pájaro bate sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él. Volando en “V” la bandada aumenta por lo menos un 71% más de poder que si cada pájaro volara sólo. Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad pueden llegar a donde desean más fácil y rápidamente porque van apoyándose mutuamente. Cada vez que un ganso sale de la formación siente inmediatamente la resistencia al aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo sólo y rápidamente regresa a su formación para beneficiarse del poder del compañero de adelante. Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos con aquellos que dirigen en misma dirección. Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar. Obtenemos mejores resultados si tomamos turnos haciendo los trabajos más difíciles. Los gansos que van de tras graznan (producen el sonido propio de ellos) para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad.

Una palabra de aliento produce grandes beneficios. Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo hasta que esté nuevamente en condiciones de volar o hasta que muere, y sólo entonces los dos acompañantes vuelven a su bandada o se unen a otro grupo. Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos uno al lado del otro apoyándonos y acompañándonos. “La soberanía del hombre está oculta en su conocimiento”

EL SIGNIFICADO DEL ÉXITO Un hombre comenzó su discurso a sus compañeros universitarios con la declamación “Algunos de ustedes son éxitos. Y algunos son fracasos, y sólo Dios sabe quienes son cuáles”. Existen muchas clases de éxito, muchas clases de ganadores; y quién es quién puede no verse con claridad al principio. Esther Kim es una verdadera campeona con una cálida historia. Ella compitió con su compañera de la infancia Kay Poe, en las pruebas de USA para participar en los Juegos Olímpicos en su deporte, Taekwondo. Esther perdió la partida, pero continuó para ganar todas las batallas restantes, que todavía le permitían para los finales. Las únicas competidoras que quedaban ahora eran Kay Poe, con una pierna lastimada, y su amiga, Esther Kim. Una de las dos sería la elegida de estas pruebas para el equipo Olímpico. “La miré con una sola pierna en buenas condiciones contra mi con dos piernas buenas,” recuerda Esther Kim, “y dije ¡no es justo!” En un instante, Esther tomó una dura decisión. Ella renunció (forfeited) al partido a beneficio de su amiga Kay, cuya pierna debería estar completamente recuperada cuando comenzaran los juegos Olímpicos. Por su parte, Kay le compró a Esther un pasaje para Sydney, Australia, de manera que pudiera ver y animar desde las gradas. “Este fue nuestro sueño, ir a las Olimpiadas” dijo Esther. “¡es tan duro! He llorado por ello” Pero Esther descubrió algo importante, “Le regalé mi sueño”, dijo, “pero por primera vez, me siento como una campeona”. Esther Kim obtuvo una victoria mucho más grande que una peleada cobre las colchonetas. Ganó una victoria del espíritu, que la califica como una verdadera campeona. Como señaló el padre de Kay Poe, “Los campeones no son siempre los que ganan las medallas”, no, a veces se encuentran animando desde las graderías, porque triunfar y ganar son a menudo victorias obtenidas en los rincones escondidos del corazón. Y cualquiera de nosotros que luche y obtenga tal victoria conocerá el significado de la palabra “éxito” “La modestia es una carnada para conseguir la alabanza” (Life Support)

EL MENDIGO Éramos la única familia en el restaurante con un niño. Yo senté a Daniel en una silla para niño y me di cuenta que todos estaban tranquilos comiendo y charlando. De repente, Daniel

pegó un grito con ansia y dijo, «Hola amigo!», golpeando la mesa con sus gorditas manos. Sus ojos estaban bien abiertos por la admiración y su boca mostraba la falta de dientes en su encía. Con mucho regocijo él se reía y se retorcía. Yo miré alrededor y vi la razón de su regocijo. Era un hombre andrajoso con un abrigo en su hombro; sucio, grasoso y roto. Sus pantalones eran anchos y con el cierre abierto hasta la mitad y sus dedos se asomaban a través de lo que fueron unos zapatos. Su camisa estaba sucia y su cabello no había recibido una peinilla por largo tiempo. Sus patillas eran cortas y muy poquitas y su nariz tenía tantas venitas que parecía un mapa. Estábamos un poco lejos de él para saber si olía, pero seguro que olía mal. Sus manos comenzaron a menearse para saludar. “Hola bebito, cómo estás muchachón”; le dijo el hombre a Daniel. Mi esposa y yo nos miramos, “¿qué hacemos?”. Daniel continuó riéndose y contestó: «Hola, hola amigo». Todos en el restaurante nos miraron y luego miraron al pordiosero. El viejo sucio estaba incomodando a nuestro hermoso hijo. Nos trajeron nuestra comida y el hombre comenzó a hablarle a nuestro hijo como un bebé. Nadie creía que era simpático lo que el hombre estaba haciendo. Obviamente el estaba borracho. Mi esposa y yo estábamos avergonzados. Comimos en silencio; menos Daniel que estaba súper inquieto y mostrando todo su repertorio al pordiosero, que le contestaba con sus niñadas. Finalmente terminamos de comer y nos dirigimos hacia la puerta. Mi esposa fue a pagar la cuenta y le dije que nos encontraríamos en el estacionamiento. El viejo se encontraba muy cerca de la puerta de salida. «Dios mío, ¡ayúdame a salir de aquí!, antes de que este loco le hable a Daniel». Dije orando, mientras caminaba cerca al hombre. Le di un poco la espalda tratando de salir sin respirar ni un poquito del aire que él pudiera estar respirando. Mientras yo hacía esto, Daniel se volvió rápidamente en dirección hacia donde estaba el viejo y puso sus brazos en posición de “cargarme”. Antes de que yo se lo impidiera, Daniel se abalanzó desde mis brazos hacia los brazos del hombre. Rápidamente el muy oloroso viejo y el joven niño consumaron su relación amorosa. Daniel en un acto de total confianza, amor y sumisión recargó su cabeza sobre el hombro del pordiosero. El hombre cerró sus ojos y pude ver lágrimas corriendo por sus mejillas. Sus viejas y maltratadas manos llenas de cicatrices, dolor y duro trabajo, suave, muy suavemente, acariciaban la espalda de Daniel. Nunca dos seres se habían amado tan profundamente en tan poco tiempo. Yo me detuve aterrado. El viejo hombre se meció con Daniel en sus brazos por un momento, luego abrió sus ojos y me miró directamente a los míos. Me dijo en voz fuerte y segura: “Usted cuide a este niño”. De alguna manera le contesté: «Así lo haré», con un inmenso nudo en mi garganta. Él separó a Daniel de su pecho, lentamente, como si tuviera un dolor. Recibí a mi niño, y el viejo hombre me dijo: “Dios le bendiga, señor. Usted me ha dado un hermoso regalo». No puede decir más que un entrecortado “gracias”. Con Daniel en mis brazos caminé rápidamente hacia el carro. Mi esposo me preguntaba por qué estaba llorando y sosteniendo a Daniel tan apretadamente, y por qué yo estaba diciendo: “Dios mío, Dios mío, perdóname. Yo acababa de presenciar el amor de Cristo a través de la inocencia de un pequeño niño que no vio pecado, que no hizo ningún juicio; un niño que vio un alma y unos padres que vieron un montón de ropa sucia. Yo fui un cristiano ciego, cargando un niño que no lo era. Yo

sentí que Dios me estuvo preguntando: “Estás dispuesto a compartir tu hijo por un momento?”, cuando Él dio a su hijo por toda la eternidad. “Las inteligencias medianas condenan, por lo general, todo cuanto excede a su comprensión”

VAS MUY A PRISA Cierta vez, un conductor se desplazaba por una de las highways de los Estados Unidos a una velocidad excesivamente alta, cuando, de repente justo después de una curva aparece un hombre parado en medio de la vía, haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante. El conductor, sorprendido ya ala vez asustado, toca insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino. Pero fue inútil, el hombre seguía haciendo señal de pare con sus brazos. Debe de estar loco- dijo el conductor mientras pisaba el freno provocando un fuerte chillido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el auto antes de chocar a aquel hombre. Muy enojado, se desmonta del carro y, estrellando la puerta, se dirige hacia el hombre y le dice: -Acaso no tienes ojos? ¿No ves lo peligrosa que es ésta carretera y te atraviesas en ella como si nada? ¿O acaso eres loco para no ver el peligro que corres? -No, señor, no estoy loco –le contestó el individuo- . Lo que pasa es que el puente que está en la próxima curva acaba de desplomarse; y sabía que, si no hacía algo, usted, en este momento, ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya. Quizás, en la carretera de tu vida algún loco –como lo llaman te ha obstaculizado en paso para hablarte del Amor de Dios, lo mucho que Cristo te ama; y te has enojado sobremanera porque VAS MUY A PRISA. Quizás hoy yo esté obstaculizando tu camino quitándote unos minutos; pero ¿Qué habría pasado si el conductor hace caso omiso al individuo del camino?, ¿qué crees que pasará a los que oyen la advertencia de la palabra de Dios y no lo hacen caso? “Hay caminos que al hombre le parecen derechos, pero su fin es camino de muerte”

LA ÚLTIMA CENA Existe una anécdota del gran pintor, escultor e inventor Leonardo Da Vinci, acerca de su pintura "La última Cena", una de sus obras más copiadas y vendidas en la actualidad. Tardó 20 años en hacerla debido a que era muy exigente al buscar a las personas que servirían de modelos. Tuvo problemas en iniciar la pintura porque no encontraba al modelo para representar a Jesús, quien tenía que reflejar en su rostro pureza, nobleza y los más bellos sentimientos. Así mismo debía poseer una extraordinaria belleza varonil. Por fin, encontró a un joven con esas características, fue el primero que pintó. Después fue localizando a los 11 apóstoles, a quienes pintó juntos, dejando pendiente a Judas Iscariote, pues no daba con el modelo adecuado. Este debía ser una persona de edad madura y mostrar en el rostro las huellas de la traición y la avaricia. Por lo que el cuadro quedó inconcluso por largo tiempo, hasta que le hablaron de un terrible criminal que habían

apresado. Fue a verlo y era exactamente el Judas que el quería para terminar su obra, por lo que solicitó al alcalde le permitiera al reo que posara para él. El alcalde conociendo la fama del maestro Da Vinci, aceptó gustoso y llevaron al reo custodiado por 2 guardias y encadenado al estudio del pintor. Durante todo el tiempo el reo no dio muestra de emoción alguna de que había sido elegido para modelo, mostrándose demasiado callado y distante. Al final, Da Vinci, satisfecho del resultado, llamó al reo y le mostró la obra, cuando el reo la vio, sumamente impresionado, cayó de rodillas llorando. Da Vinci, extrañado, le preguntó el por que de su actitud, a lo que el preso respondió: ¿Maestro Da Vinci, es que acaso no me recuerda?" Da Vinci observándolo le contesta: "No. nunca antes lo había visto". Llorando y pidiendo perdón a Dios el reo le dijo: "Maestro, yo soy aquel joven que hace 19 años usted escogió para representar a Jesús en este mismo cuadro"...

LA ÚLTIMA CENA Un día, por encargo de su abuelita, Adela fue al bosque en busca de setas para la comida. Encontró unas muy bellas, grandes y de hermosos colores llenó con ellas su cestillo. -Mira abuelita -dijo al llegar a casa-, he traído las más hermosas... ¡mira qué bonito es su color escarlata! Había otras más arrugadas, pero las he dejado. -Hija mía -repuso la anciana- esas arrugadas son las que yo siempre he recogido. Te has dejado guiar por las apariencias engañosas y has traído a casa hongos que contienen veneno. Si los comiéramos, enfermaríamos; quizás algo peor... Adela comprendió entonces que no debía dejarse guiar por el bello aspecto de las cosas, que a veces ocultan un mal desconocido.

EL CIEMPIÉS -Qué complicación (exclamó el Abad viendo caminar a un ciempiés) y qué maravilla: lo hace tan bien que parece fácil. De pronto, le vino a la memoria una historieta que había escuchado no sabía dónde: "El pequeño ciempiés sintió que debía lanzarse a caminar, y preguntó inquieto a su madre: -Para andar, ¿qué pies debo mover primero: los pares o los impares, los de la derecha o los de la izquierda, los de delante o lo de detrás? ¿O los del centro? ¿Y cómo? ¿Y por qué? -Cuando quieras andar, hijo mío -le respondió la madre- deja de cavilar y... anda".

LOS CAMPESINOS Érase una vez, una comunidad en lo alto de un monte. Aquel año, la cosecha: de café fue excelente y cada familia logró recoger una buena cantidad. Cuando llegó el tiempo de llevarlo a vender, cada uno de los cincuenta vecinos de la comunidad, salió por su cuenta a venderlo. Consiguieron un buen precio en el mercado. Cada uno guardó su plata lo más escondida que pudo, y después de hacer unas compras, regresaron a sus casas.

En el camino, detrás de unos palos, estaban escondidos tres ladrones, que iban robando uno a uno a todos los campesinos que regresaban. Al llegar a su comunidad, el hombre más viejo de aquella comunidad, que estaba sentado a la puerta de su casa les preguntó: ¿Qué les pasa, compañeros? Esta mañana cuando salieron a vender el café, iban con la cara sonriente, y ahora, regresan tristes y apaleados. Uno de los campesinos le respondió: --Todo marchaba bien. Conseguimos una buena ganancia por el café, pero al regreso, tres ladrones nos han robado todo lo que cargábamos. Y el viejo, con voz brava, les dijo: -- ¡Pero cómo es posible, si vosotros sois cincuenta y ellos eran tres! Y le dijeron; -- Muy sencillo; hermano. Ellos eran tres, pero estaban unidos; nosotros, sin embargo, somos cincuenta, pero estamos desunidos. Y aquel año, en aquella comunidad, se siguió pasando necesidad.

UNA BALA POR DIOS Un domingo por la mañana en la Iglesia una cantidad de fieles de alrededor 2,000 personas estaba reunida y se sorprendieron de ver dos hombres entrar vestidos (le la cabeza a los pies de negro y con armas. Uno de los hombres dijo, -- "El que se atreva a recibir un tiro por Cristo quédese en el lugar que esta", Inmediatamente el coro se fue, y los diáconos también se fueron, también se fue gran parte de la feligresía. De las 2,000 personas solo quedaban 20. El hombre que había hablado miró al ministro y le dijo: -- "OK PADRE", ya me deshice de los hipócritas. Ahora puede empezar su sermón, que tenga un buen día. Y los dos hombres se fueron.

VUESTRA RIQUEZA El genio tornó forma de mendigo y le dijo a un zapatero: "hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado, aunque no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder caminar". "¡Yo soy muy pobre y ya estoy cansado de todo el mundo que viene a pedir pero nadie quiere dar!", contestó el zapatero El genio le ofreció entonces lo que él quisiera. "¿Dinero inclusive?", preguntó el tendero. El genio le respondió: "Yo puedo darte 10 millones, pero a cambio de tus piernas" "¿Para qué

quiero yo 10 millones si no voy a poder caminar, bailar, moverme libremente?", dijo el zapatero. Entonces el genio replicó: "Está bien, te podría dar 100 millones, a cambio de tus brazos". El zapatero le contestó: "¿Para qué quiero yo 100 millones si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos. etc.?. Entonces el genio le ofreció: "En ese caso, te puedo dar 1000 millones a cambio de tus ojos". El zapatero respondió asustado: "¿Para qué me sirven 1000 millones si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas que me rodean?". Entonces, el genio, le dijo: "Ah hermano mío, ya ves que fortuna tienes y no te das cuenta" PENSAR EN EL VECINO El padre del pintor sevillano Javier de Winthuyssen, cuando tenía que pintar la fachada de su casa, que en Andalucía es costumbre pintarla para la primavera, mandaba al pintor a casa del vecino de enfrente a preguntarle de qué color quería que la pintara. Decía el viejecito encantador: "El es quien ha de verla y disfrutarla; es natural que yo la pinte a su gusto". (Juan Ramón Jiménez, en "El trabajo gustoso")

EL PRINCIPITO Y EL ZORRO -¿Quién eres? -dijo el principito-. Eres muy lindo -Soy un zorro -dijo el zorro. -Ven a jugar conmigo-le propuso el principito-. ¡Estoy tan triste!... -No puedo jugar contigo -dijo el zorro-. No estoy domesticado. -¡Ah! Perdón -dijo el principito. Pero después de reflexionar agregó -¿Qué significa domesticar? -No eres de aquí - dijo el zorro al principito -. ¿Qué buscas?...... -Busco amigas - dijo el principito - ¿Qué significa "domesticar"? -Es una cosa demasiada olvidada - dijo el zorro- Significa "crear lazos". ¿Crear lazos? -Sí - dijo el zorro-. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo..... -Empiezo a comprender - dijo el principito -, Hay una flor... Creo que me ha domesticado... -El zorro calló y miró largo tiempo al principito: -¡Por favor... domestícame!- dijo. -Bien lo quisiera -respondió el principito- pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas. Sólo se conocen las cosas que se domestican dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame! ....

-El principito se fue nuevamente a ver a las rosas: No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo. -Y las rosas se sintieron bien molestas. -Sois bellas, pero estáis vacías -les dijo todavía-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aún, algunas veces, callarse. Puesto que, ella es mi rosa. -Y volvió hacia el zorro: -Adiós, dijo. -Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito-, a fin de acordarse. El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. El tiempo que perdí por mi rosa... -dijo el principito-, a fin de acordarse. Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable de tu rosa... Soy responsable de mi rosa... -repitió el principito-, a fin de acordarse.

EL ELEFANTE Y LOS SEIS SABIOS CIEGOS Érase una vez seis hombres sabios que vivían en una pequeña aldea. Los seis sabios eran ciegos. Un día alguien llevó un elefante a la aldea. Los seis sabios buscaban la manera de saber cómo era un elefante, ya que no lo podían ver. "Ya lo sé", dijo uno de ellos. "¡Palpémoslo!". "Buena idea", dijeron los demás. "Ahora sabremos como es un elefante". Así, los seis sabios fueron a "ver" al elefante. El primero palpó una de las grandes orejas del elefante. La tocaba lentamente hacia adelante y hacia atrás. "El elefante es como un gran abanico", gritó el primer hombre. El segundo tanteó las patas del elefante. "Es como un árbol", exclamó. "Ambos estáis equivocados", dijo el tercer hombre. "El elefante es como una soga". Este le había examinado la cola. Justamente entonces el cuarto hombre que examinaba los finos colmillos, habló: "El elefante es como una lanza". "No, no", gritó el quinto hombre. "Él es como un alto muro", había estado palpando el costado del elefante. El sexto hombre tenía cogida la trompa del elefante. "Estáis todos equivocados", dijo. "El elefante es como una serpiente". "No, no, como una soga", "Serpiente", "Un muro", "Estáis equivocados", "Estoy en lo cierto".

Los seis hombres se ensalzaron en una interminable discusión durante horas sin ponerse de acuerdo sobre cómo era el elefante. Probablemente esta historia te ha hecho sonreír, ya que, ¿Cuál es el problema? ¡Eso es! Cada hombre podía "ver" en su mente sólo lo que podía sentir con sus manos. Como resultado cada uno se reafirmaba en que el elefante era como él lo sentía. Ninguno escuchaba a los demás. Esos hombres estaban inmersos en un conflicto basado en la percepción (lo que creían "ver"). Afortunadamente su conflicto no tuvo un final violento. Aunque, desafortunadamente todavía no saben como son los elefantes. El conflicto es tan viejo como la historia misma. El ser humano siempre ha intentado conocer su mundo y comunicarse con los demás. Aunque esto no es fácil ya que no todas las personas ven los problemas de la misma forma. Si lees este viejo cuento de la india descubrirás unas de las causas de la falta de entendimiento entre las personas. Publicado por [email protected] en 15:03

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