Lectura - La Calle Estrecha

 

LA CALLE ESTRECHA Había una vez un pue Había pueble blecit cito o don donde de las cal calles les eran muy estrechas. Para que pudieran pasar los animales sin molestar a las personas, el alcalde había dado la orden de que siempre que pasara alguie alg uien n con un ani animal mal,, fue fuera ra dic dicien iendo do en vo voz z al alta ta:: “A “Apár párte tens nse, e, po por r fav favor or; ; ap apár árte nse, e, po porr favor…” Así la gente tendría tiempo detens arrimarse a la pared.  Un dí día, a, un po pobr bre e labr labrad ador or vo volv lvía ía de arar arar el campo con su buey y, camino de su casa, vio a otros dos hombres hablando en mitad de la calle. Eran unos hombres muy ricos y orgullosos, así que, cuando el labrador se acercó y les gritó “Apártense, por favor”, ellos no le hicieron caso y siguieron hablando. Al labrador no le dio tiempo para parar al buey, y el animal, al pasar, empujó a los dos hombres y los tiró al suelo. Como sus ropas se llenaron de barro, los hombres, muy enfadados, le dijeron al labrador:   -tendrás ¡M ¡Mir ira a que lo qu que e no nos s ha trajes he hec cho nuevos! tu bu buey eySi¡Aho ¡Ano hora ra comprarnos lo haces, mañana te denunciaremos al alcalde. Entonces, el pobre labrador fue a ver al alcalde y le con ontó tó lo oc ocur urri rido do.. El al alca callde de,, qu que e era era un hombre justo y muy listo, le dijo: - No te preo preocu cupes pes.. Ma Maña ñana na,, cu cuan ando do ve veng ngan an a denu de nunc ncia iart rte e es esos os do dos s rica ricach chon ones es,, tú vien vienes es también y te haces el mudo. Oigas lo que oigas, tú no digas nada. Al día siguiente, se presentaron todos frente al alcalde, y los dos ricachones acusaron al labrador de pasar con el buey sin avisar y de atropellarlos. - ¿Por qué no avisaste a estos hombres para que se apartaran? - preguntó el alcalde al labrador. Y el labrador, tal como le había dicho el alcalde, no contestó. El alcalde le hizo varias preguntas más, pero el labrador no dijo ni “mu”, tal como había quedado. Entonces, el alcalde les dijo a los dos ricachones que aquel labrador debía ser mudo. - ¡Qué va a ser mudo! - respondieron rápidamente los dos hombres -. Ayer le oímos hablar en la calle, ¡y bien alto! Nos gritó que nos apartáramos. - Entonces – dijo el alcalde, si el labrador os avisó de que os apartarais y no lo hicisteis, la culpa es vuestra. Y por haber acusado injustamente a este hombre, le daréis diez monedas de plata cada uno. Y así fue como el alcalde hizo justicia en el pueblo de las calles estrechas. Lengua Castellana Grado Sexto – Diagnósco Lic. Milena Calpa

 

(Cuento popular)

EL ZORRO Y EL CUERVO Cierto cuervo, de los feos el primero, robó un queso y, llevando su botín fue a saborearlo en la copa de un árbol. En estas circunstancias lo vio un zorro muy as astu tuto to,, y come comenz nzó ó a ad adul ular arlo lo con con la in inte tenc nció ión n de arrebatárselo.

- Ciertamente, hermosa ave, no existe entre todos los pájaros quien tenga la brillantez de tus plumas, ni tu gall ga llar ardí día a y be bell llez eza. a. Si tu vo voz z tan tan me melo lodi dios osa a como como deslumbrante tu plumaje, creo, y con razón, que no habrá entre las aves quien te iguale en perfección.

Envanecido el cuervo por este elogio, quiso demostrar al galante zorro la armonía de su

voz.

Al

comenzar

a

graznar,

dejó

caer

el

queso

de

su

negro

pico.

El astuto zorro, que no deseaba otra cosa, cogió entre sus dientes la suculenta presa y, dejando burlado al cuervo, se puso a devorarla bajo la sombra de un árbol. Quien a los aduladores oye nada bueno espere de ellos.

A partir de la historia… 1.

Describe a los personajes.

2.

¿Cuál es la moraleja de la historia?

3.

Menciona un compromiso que te haya inspirado la historia.

Lengua Castellana Grado Sexto – Diagnósco Lic. Milena Calpa