“La Revolución Rusa” de Sheila Fitzpatrick

March 23, 2017 | Author: Rebeca Liberman | Category: N/A
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“La revolución rusa” de sheila fitzpatrick por RAGV | buenastareas.com

FICHA BIBLIOGRAFICA Sheila Fitzpatrick, “La revolución rusa”, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005, 237 paginas. PRESENTACION DEL AUTOR Sheila Fitzpatrick, especialista en la historia de la Rusia soviética, es docente de historia rusa moderna. Su trabajo actual se centra en la historia social y cultural del periodo soviético. Es autora de The cultutal front: Power and Culture in Revolutionary Russia (1992) y Everyday Stalinism (2000) RESUMEN TEMATICO Y EXAMEN CRITICO En la presente obra, Sheila Fitzpatrick propone una historia de la revolución rusa, de acentuado corte liberal, que aborda entre otra cuestiones la toma del poder en el 17’, el desarrollo del estado obrero y hasta donde fue que se extendió el periodo revolucionario. A pesar del esfuerzo de investigación llega a conclusiones y resultados tan pobres y falsos que pareciera que nunca hurgó en los archivos y la historia de su objeto de estudio. Como dijimos, una de las principales preguntas que Fitzpatrick intenta responder es cuando finalizo la revolución rusa de 1917. Pero antes de meternos en la especificidad de la revolución rusa veamos cual es la interpretación general de la revolución que hace. Para la autora, quien en su trabajo muestra un desprecio y subestimación total por el análisis y las categorías marxistas, toda revolución es realizada por personas poco realistas y maniqueas. SegúnSheila Fitzpatrick las revoluciones tienen un fin inexorable: “Terminar en desilusión y decepción esta en la naturaleza de las revoluciones”. 1 Así, de un plumazo, la autora parada en una filosofía de la historia liberal y fatalista, se salva del arduo trabajo de explicar, según cada caso concreto, las circunstancias y hechos que llevan a las revoluciones a sus respectivos resultados. Prefiere explicarlo a través de la “naturaleza de las revoluciones”. Avanzando en su trabajo, es decir la revolución de octubre, ante la pregunta de quien tomo el poder la autora da a entender que se trato de un “putch” del partido bolchevique mas que de una insurrección. Pero esta caracterización, que confunde

complot con revolución, no es ninguna novedad. Por el contrario, se inscribe en una larga lista de trabajos de la historiografía liberal, que sistemáticamente esgrimió esta afirmación para desprestigiar a la primera revolución que hizo temblar a la burguesía mundial. Por su parte Marx, Lenín y Trotsky jamás negaron ni ocultaron el papel de los partidos obreros en los procesos revolucionarios. Por el contrario, afirmaron correctamente que sin un partido socialista revolucionario, que le de una orientación estratégica a la lucha revolucionaria de las masas, no lograrían mas que conmociones sociales, sin cambiar las bases del estado y su propia condición de explotados. Sinembargo, esto no quiere decir que la relación entre partido y masas deba analizarse unilateralmente como si lo hace la autora. Solo desde una interpretación dialéctica podemos entender “el arte de la insurrección” como lo llamaban Marx y Engels . A diferencia de lo que plantea la “sovietologa” la revolución rusa fue el producto conjunto y coordinado de los soviets (donde los bolcheviques ya para ese momento eran mayoría) y el partido de Lenín. La insurrección de las masas obreras y campesinas fueron el motor y los bolcheviques el partido que como una “caldera” no permitió que esa energía se disipara. Sin el partido bolchevique y el Comité Militar Revolucionario creado para la toma del poder nada habría sido como fue. En síntesis podríamos decir que la insurrección de las masas se produjo a través de la conspiración de su partido dirigente. Trotsky ante la misma forma de concebir las revoluciones y explicando las diferencias con el “blanquismo” afirma en su “Historia de la Revolución Rusa”: “La conspiración no remplaza la insurrección, por mejor organizada que se encuentre, la minoría activa del proletariado no puede adueñarse del país. En esto el blanquismo esta condenado por la historia”. 2 En lo concreto, y para terminar de despejar las dudas, hay que decir que la creación del Comité Militar Revolucionario, la herramienta creada para la toma del poder, fuevotada y aprobada por la sección de soldados del Soviet de Petrogrado. Posteriormente a la toma del poder, esta decisión fue confirmado por el II Congreso de los Soviet. En torno al tema central de este libro, para la autora la revolución rusa abarca desde la revolución de febrero de 1917 hasta las grandes purgas de 1937-8. Sin embargo, dentro de este periodo entiende que el estalinismo, con todo lo que significo, fue la continuación de la revolución de octubre y no su termidor. En su introducción lo afirma explícitamente: “En la presente obra trazo líneas de continuidad entre la revolución de Stalin y la de Lenín”. 3 Es decir que la política estalinista de “El socialismo en un solo país”, la colectivización forzosa, la industrialización acelerada, el stajanovismo y la formación de una capa burocrática que cada ves se diferenciaba mas de los trabajadores hicieron a la revolución y no constituyeron su liquidación. Sin contar la degeneración del propio partido bolchevique y el ejercito rojo, con la implantación de los galones, cosacos y

eliminación de las milicias. ¡ Hasta las grandes purgas, en las cuales eliminaron a los mismos realizadores de la revolución fueron una “obra revolucionaria” ! Esto constituye un llano despropósito sin ninguna vinculación con lo que realmente sucedió. Es desconocer por completo, o peor aun, aparentar desconocer, el programa de larevolución de octubre y así tirar todo en el mismo cesto de basura. La autora a través de un pase de magia, intenta mostrar continuidad entre el internacionalismo y la revolución mundial de Marx y Lenín con el socialismo en un solo país; la táctica de retirada estratégica de la NEP con la colectivización forzosa; la lenta “agonía” del estado obrero ( como paso al socialismo ) con el fortalecimiento del cada ves mas gigantesco aparato estatal; la medida excepcional de partido único con la muerte definitiva de la democracia obrera acompañada de exilios, expulsiones y campos de concentración. Sin embargo pese a los denodados esfuerzos de la historiadora, el desarrollo de la revolución demuestra claramente el papel y lo que significo para la revolución el estalinismo: El termidor de la revolución rusa. La “Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado” redactada por Lenín y aprobada por la Asamblea Constituyente definía el objetivo del nuevo régimen como “el establecimiento de una organización socialista de la sociedad y la victoria del socialismo en todos los países”. 4 Esto, es claro, no tuvo nada que ver con la dirección política y económica del régimen estalinista, pese a las afirmaciones de Fitzpatrick. Con respecto a las grandes purgas de 1937-8 la autora cree que “se trato de terror revolucionario por su retórica, sus objetivos y su inexorablecrecimiento.(…) “El hecho de que se haya tratado de terror de estado orientado por Stalin no quita que haya sido parte de la revolución rusa” 5 Ante estas palabras solo es evidente el total desconocimiento, por parte de la autora, del papel que jugaron las grandes purgas sobre la revolución de Octubre. No se pregunta por los motivos concretos y políticos por los cuales Stalin elimino a la Oposición de Izquierda e inclusive a sus viejos aliados. 6 Prefiere recurrir nuevamente a la filosofía de la historia y analiza las purgas como inmanentes a la realización de la revolución. Trazando un paralelismo con el “terror jacobino” de la Revolución Francesa cree que las purgas son el producto de “la sospecha extrema habitual de los revolucionarios”. No se habría tratado de terminar con la dirigencia de la revolución de octubre, con una oposición orgánica a la burocracia estalinista, y así conservar sus privilegios e intereses, solo era cuestión de sospecha extrema, propia de los revolucionarios. Así, la autora, a pesar de poner como fin del periodo revolucionario las grandes purgas al no entender el régimen estalinista como el responsable de la liquidación de la revolución rusa, si no como su continuidad, no ve la contra-revolución, su aplastamiento y su derrota. Entonces nos dice: “Al fin de esos veinte años, la energía revolucionaria se había agotado por completo, lasociedad estaba exhausta y hasta el

gobernante partido comunista estaba cansado de convulsiones”. 7 Es decir la revolución había fallecido, pero de muerte “natural”. Trotsky, en una cita en la que parafrasea a lo que podría haber dicho Stalin dice: “Y vuestra equivocación tragicómica - podía terminar Stalin - consiste en tomarnos por los continuadores del bolchevismo, cuando en realidad somos sus sepultureros.” 8 En efecto, la obra de Sheila Fitzpatrick no es otra cosa que una “equivocación tragicómica”. Aunque vistas las consecuencias que esta “equivocación” tuvo para la revolución resulta muchísimo mas trágica que cómica. 1 Fitzpatrick, Sheila, La revolución rusa, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005, Pág. 20 2 Trotsky, León, Historia de la revolución rusa, Buenos Aires, Ed. Antídoto, 1997, Pág. 226 3 Fitzpatrick, Sheila, La revolución rusa, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005, Pág. 14 4 Trotsky, León, La revolución Traicionada, Buenos Aires, Ed. Antídoto, 2006, Pág. 195 5 Fitzpatrick, Sheila, La revolución rusa, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005, Pág. 15 6 Para una interpretación de las purgas estalinistas ver “Los procesos de Moscú” de Pierre Broué 7 Fitzpatrick, Sheila, La revolución rusa, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005, Pág. 15 8 Trotsky, León, La revolución Traicionada, Buenos Aires, Ed. Antídoto, 2006, Pág. 143

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