Las mascaras democraticas del modernismo

April 24, 2017 | Author: Angel Antonio Rama Facal | Category: N/A
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Descripción: Libro - Fundacion Angel Rama...

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Si en el proceso transculturador la idea de la detnocracia es la de mayor proyección histórica en América Latina, es también la que desde el sue"ño de los próceres hasta los populismos del XX ha evolucionado en forma más compleja. La lucha por la emancipación fue también la de sus escritores por crear un lenguaje propio y autonómico. Si al comienzo de nuestro siglo se afirma conceptualmenté la democracia, es el modernismo el primer discurso original y pleno en lo literario. Angel Rama analiza la dialéctica interna y las interacciones histórico-culturales de este rico proceso en un estudio apasionan­ te que consolida un nuevo camino en la en­ sayística mayor de nuestro continente.

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Angel Rama

LAS MASCARAS DEMOCRATICAS DEL MODERNISMO

FUNDACION ANGEL RAMA

LAS MASCARAS DEMOCRATICAS DEL MODERNISMO

Indice Capítulo 1: Democratización de la sociedad y la literatura Notas al Capítulo 1

Capítulo U: El arte de la democratización

Notas al Cap. 11: Capítulo III: I.a guardarropía histórica de la so

iedad burguesa

Notas al Cap. lll

11 29 31 73 79 106

Capítulo IV: I.a canción del oro de la clase emergente

Notas al Cap. IV Capítulo V: El poeta en el carnaval democrático. Notas al Cap. V

109 147 151 170

Capítulo VI: Interpretación americana del texto universal. Notas al Cap. VI

173 193

NOTA INTRODUCTORIA Una primera redacción del presente ensayo constaba de una cin­ cuentena de páginas, aún con fecha y destino impreciso hasta la rea­ lización de un estudio detallado y exhaustivo del Archivo de An¡:el Rama, todavía no agrupado ni ordenado definitivamente. Es presu­ mible que constituyera una ponencia, o una puesta en orden, cabal pero abreviada, referida a los estudios sobre el desarrollo cultural de América L:ltina, tema que ocupó sus últimos años de investiga­ ción y reflexión. Sin duda, este ensayo debe verse en el marco de un estilo más am­ plio y al cual se integra su otro libro "La dudad letrada", aún cuan­

do muchas de sus ideas rectoras aparecen en artículos y ensayos an­

teriores. A la muerte de Angel Rama se encontró una segunda redac­ ción de mayor desarrollo y análisis dotada de un ordenado cue¡po de notas y apenas algunas correcciones de detalle, manuscritas. Esta segunda, cubría unas dos terceras partes de la primera versión y en ella trabajaba a ñnes de 1983. Hemos optado por completar esta versión, más desarrollada, con los capítulos ñnales de la primera redacción con la cual se completa la obra. Por encima de los imposibles del caso, publicamos un libro en el cual el pensamiento de Ange! Rama brilla por la riqueza y pro­ fundidad de sus planteos y por lo fecundo de su magisterio,

Los editores

I DEMOCRATIZACION DE LA SOCIEDAD Y DE LA LITERATURA

No preveía Thomas Hobbes en

1651,

cuando publica

su Leviatán, que de las tres clases de República por insti­ tución que describe, en un ejercicio de rigurosa especu­ lación racic;>nal, la que menos atiende y estima habría de ser la que alcanzaría más ancha aceptación en los tiempos modernos. Ni la monarquía, que es el modelo que prefie­

re, ni la aristocracia, alcanzarían el éxito que estaría re­ servado a esa tercera que él definió en sus términos clási­

cos: "Cuando el representante es una asamblea de todos agrupados, es una democracia o república popular. • La palabra

élemociacia, bien exótica en esa fecha y aun

durante el siglo siguiente, se haría protagónica a partir de las revoluciones burguesas -la norteamericana de 1 776 y en especial la francesa de

1789-

para ser plenamente

aceptada, progresivamente, en los países hispanoameri­ canos nacidos de la Emancipación de

1810.

Uno de los

mo_tivos de la reticencia, cuando no de la oposición hispa­ noamericana al Brasil durante el siglo XIX , fué el régimen monárquico allí imperante, que animó los vituperios de Lastarria. Habiendo sido la consigna progresista del XIX euro­ peo, ya a mediados de ese siglo la palabra democracia le servía al colombiano José. María Samper (en quien pode­ mos ver a un fundador de la sociología latinoamericana) para una curiosa definición de la raza hispanoamericana

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(que él prefirió llamar colombiana) concebida desde el ángulo de una incipiente y confusa antropología cultural: Ella pertenece a una etnología enteramente nueva: es

la raza democrática Es una raza sin pasado, que ha na­ cido de una revolución continental en el siglo XIX; raza sin nobles, ni plebeyos, toda de mártires y héroes, toda de ciudadanos hermanos, toda pueblo. Es una

raza que, resultando de la fusión de las razas indígenas

con la europea y la etíope, forma un compuesto crea­

do para la libertad, sin más título que el derecho, y te­ iuendo por runa la victoria de todos. 2

Pero si las repúblicas democráticas de la modernidad, comenzarían a aparecer y a hacer sus primeros ensayos públicos desde fines del XVIll, muy frecuentemente en­ mascarando las que Hobbes definía con rigor como repú­ blicas aristocráticas, el proceso de democratización de la

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sociedad europea se había iniciado con anticipación, pri­ mero con la evolutiva incorporación burguesa y luego con la de otros estratos sociales inferiores. De hecho,

la palabra democratización sólo alcanza su

significado íntegro, históricamente hablando, en relación �_antc:_��r_campo de valores contrá el cual se formula, re­ volucionariamente, oponiéndosele por estimar que no es democrático, que ño representa los intereses de ios.más. La sociedad se democratiza cuando echa abajo las barre­

ras jerárquicas pre-existentes, o al menos algunas de ellas, aun cuando mantenga o edifique otras, las cuales a veces

los grupos renovadores ni siquiera llegan a percibir. Esas barreras -conservadas o nuevas- serán objeto de posterio­ res embates democratizadores por las clases marginadas o inferiores de

la pirámide social, ya se trate de clases so­

metidas de antes o clases generadas al servicio de los nue­ vos sistemas sociales. Lúcidamente, Marx observó ese proceso de sustitución de las clases en el poder: Toda nueva clase que ocupa el lugar de la que domina­

ba anteriormente, para realizar sus fines está obligada

a presentar sus intereses ·como el interés colectivo de todos los miembros de la sociedad, expresándolo idealmente: de presentar sus pensamientos bajo forma universal, como los únicos racionales y universalmen­ te válidos. Toda clase nueva, por lo tanto, establece su domina­ ción sobre un base más amplia que la antigua clase do­ minante; por eso, más tarde, el antagonismo de la clase no dominante contra la nueva clase dominante, se de­ sarrollará de una mánera aguda y profunda. 3

la descripción sólo se refiere a la ocupación plena del poder, pero de ella se infiere que la habitual emergencia

progresiva de·una clase que se va formando -al tiempo que toma conciencia de sí- implica una modificación también progresiva de los valores vigentes en la sociedad, a través de una guerra de ideas (también de estéticas) que preludia la posterior guerra de las armas. La AufkHirung del XVIII dio e! modelo de esta mutación progresiva, cu­ yas manifestaciones aun puden comprobarse desde fines del XVII con nitidez. Marx llegó a ver cómo el triunfo burgués le era
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