Las Ideologías Políticas y La Doctrina Social de La Iglesia Final
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Doctrina Social de la Iglesia
LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Las ideologías políticas indudablemente han marcado la mente y han rozado el corazón de los hombres de los últimos tiempos, especialmente de los siglos XX y XXI, han generado grandes movimientos y cambios no sólo políticos sino también económicos, culturales y en general sociales. Sus valores, utopías, principios, ideales, ideas, doctrinas, y símbolos se han encarnado con ímpetu en la realidad dando al hombre una causa por la cual vivir y por la cual morir; el deseo enérgico de un mundo, un hombre y un poder diferente en gran medida ha sido impulsado por las ideologías políticas. Sin embargo muchas ideologías políticas también han fracasado y se han desviado pasando por encima de la dignidad de la persona humana, del bien común, el destino universal de los bienes, olvidando la solidaridad, la participación y el principio de subsidiaridad, enterrando además valores sociopolíticos tan importantes como la verdad, la libertad, la justicia y la caridad. De esta manera surgen cuatro preguntas: ¿Qué aspectos positivos tienen las ideologías políticas? ¿Cuáles son sus peligros, limitaciones, aspectos negativos? ¿Qué críticas se pueden hacer del liberalismo capitalista (uno de sus representantes Max Weber) y del colectivismo marxista (uno de sus representantes Marx) desde la Doctrina Social de la Iglesia? y finalmente ¿Cuál es la tarea de la Doctrina social de la Iglesia respecto a las ideologías políticas? ¿Qué aspectos positivos tienen las ideologías políticas? Hay que afirmar que las ideologías políticas y en general cualquier ideología permiten tener una cosmovisión sistematizada, racionalizada y parcializada de la realidad para englobarla y transformarla; integra valores, en este caso para el ámbito político, dando sentido a la vida social; genera utopía dando a la sociedad, a un partido político, movimiento social, institución clase o grupo organizado un ideal por el cual luchar, una identidad que conservar, un proyecto que realizar; es un medio para la acción y la emoción, es decir, constituyen fenómenos vitales de dinamismo arrollador, posee un aspecto dinámico que penetra los ambientes con toda sus energías de conquista y redención.1 Así: “Una ideología (más aun de tipo político) será, pues, legítima si los intereses que defiende lo son y si respeta los derechos fundamentales de los demás grupos de la nación. En este sentido positivo, las ideologías aparecen como necesarias para el quehacer social, en cuanto son mediaciones para la acción.”2 Hasta aquí los aspectos
positivos de las ideologías políticas. ¿Cuáles son sus peligros, limitaciones, aspectos negativos? Las ideologías políticas siendo relativas corren el riesgo y de hecho tienen la tendencia a absolutizarse, imponen por cualquier medio y sin importar las consecuencias la visión que proponen y las estrategias 1 2
Cfr. SERNA, J. Doctrina y Pastoral Social de la Iglesia. Publicaciones San Antonio: Rionegro. 1996. p. 28-38 Documento de puebla. Nº 535
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que promueven, no asegurando los derechos de los demás partidos, movimientos o grupos de la nación; sus aspiraciones colectivas degradan en muchas ocasiones en intereses particulares egoístas; varias de ellas han caído en un aspecto tristemente propagandista e ilusorio; en razón de sus intereses hacen caso omiso de los principios, valores, derechos fundamentales de la persona y sociedad humana. El documento de Puebla en el numeral 536 expresa claramente los peligros de las ideologías: “Las ideologías llevan en sí mismas la tendencia a absolutizar los intereses que defienden, la visión que proponen y la estrategia que promueven. En tal caso, se transforman en verdaderas «religiones laicas». Se presentan como «una explicación última y suficiente de todo y se construye así un nuevo ídolo, del cual se acepta a veces, sin darse cuenta, el carácter totalitario y obligatorio» (OA 28). En esta perspectiva no debe extrañar que las ideologías intenten instrumentar personas e instituciones al servicio de la eficaz consecución de sus fines. Ahí está el lado ambiguo y negativo de las ideologías”.
San Alberto Hurtado también ilustra la debilidad de las ideologías políticas afirmando en su libro “Moral Social Acción Social” lo siguiente: “En la medida en que las fuerzas ideológicas tienden hacia fines que se desvían del verdadero bien de la naturaleza humana, el proceso social resultará opuesto al bien común, y por tanto en daño de muchos miembros de la colectividad”.
¿Qué críticas se pueden hacer del liberalismo capitalista y del colectivismo marxista desde la Doctrina Social de la Iglesia? Respecto al liberalismo capitalista y del colectivismo marxista desde la Doctrina Social de la Iglesia se pueden hacer las siguientes críticas: Liberalismo capitalista: (uno de sus representantes Max Weber) Esta ideología no tiene una adecuada concepción del hombre, pues el hombre no es simplemente un individuo, es una persona, con una dignidad y unos derechos innatos, anteriores y superiores al Estado y el orden económico; el hombre no es autártico, sino que está en relación de dependencia con su Creador y en relación de coordinación con sus hermanos; el hombre visto sólo como un ser económico ( “homo oeconomicus”) es un reduccionismo y una mera abstracción; el hombre tiene libertad, pero la tiene en germen, no puede absolutizarla porque la convierte en arbitrariedad y libertinaje, no sólo prevalece su egoísmo y competitividad, sino que tiene bondad en su corazón; la razón del hombre tampoco puede absolutizarse y su trascendencia no se puede negar. Tampoco tiene una adecuada la concepción de la economía ya que la propiedad es un valor, pero no absoluto; el bienestar material en sí es un valor, pero no puede absolutizarse; poner en primer lugar el lucro y la ganancia, es endiosar y desnaturalizar el valor del dinero, e invertir su razón de utilidad, sacrificando ante él al hombre y su dignidad; considerar el trabajo como una mercancía es una desnaturalización de la dignidad del hombre; el bien común debe estar por encima del bien particular, del empresario y del trabajador. Es un error absolutizar el
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concepto de Estado de derecho liberal.3 “El liberalismo capitalista, idolatría de la riqueza en su forma individual. Reconocemos el aliento que infunde a la capacidad creadora de la libertad humana y que ha sido impulsor del progreso. Sin embargo, «considera el lucro como motor esencial del progreso económico; la concurrencia como ley suprema de la economía, la propiedad privada de los medios de producción, como un derecho absoluto, sin límites ni obligaciones sociales correspondientes»” (PP 26).4
Colectivismo marxista: (uno de sus representantes Marx) Esta ideología trastoca puntos esenciales de la metafísica, de la epistemología, de la filosofía de la religión, del hombre, la historia y el sentido de la vida. Pero lo más grave es que conduce por sus presupuestos materialistas a una idolatría de la riqueza. Aunque nacido de una positiva crítica al fetichismo de la mercancía y al desconocimiento del valor humano del trabajo, no logró ir a la raíz de esta idolatría que consiste en el rechazo del Dios de amor y justicia, único Dios adorable. Todas sus experiencias históricas concretas como sistema de gobierno, se han realizado dentro del marco de regímenes totalitarios cerrados a toda posibilidad de crítica y rectificación.5 Tanto el capitalismo como el marxismo son materialistas y ateos práctica y teóricamente, esto porque se inspiran en humanismos cerrados a toda perspectiva trascendente. De esta forma mutilan la integridad del ser humano que es un ser biopsicosocioespiritual. ¿Cuál es la tarea de la Doctrina social de la Iglesia respecto a las ideologías políticas? Finalmente hay que decir que la Doctrina social de la Iglesia tiene la tarea urgente de liberar las ideologías políticas de la tendencia a absolutizar los intereses particulares, dando principios de valor universal; rechazar y denunciar todas aquellas que pasan por encima de la dignidad de la persona humana y de los valores y principios irrenunciables de la sociedad; distinguir lo positivo y lo negativo de ellas estableciendo un juicio objetivo y verdadero. La Doctrina social de la Iglesia debe conducir a las ideologías políticas a que promuevan un auténtico desarrollo político e integral del hombre y la sociedad.
Por: Néstor Camilo García López Seminario Nacional Cristo Sacerdote. II Teología
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Cfr. Secretariado Nacional de Pastoral Social De Colombia. Compromiso Socio Político del cristiano. Bogotá. 1984. p. 95-161 4 Documento de puebla. Nº 542 5 Cfr. Documento de puebla. Nº 543-544
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