Las Guias Visuales de España - Baleares

February 12, 2017 | Author: Emprenyat | Category: N/A
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historia, arte naturaleza, costumbres, gastronomía, artesanía todos los datos útiles para su viaje r

itinerarios perfectamente detallados dibujos en perspectiva de los monumentos más importantes

EL MUNDO DE

LOS VIAJES

más de 2.500 fotografías

Las Guías Visuales de España

B aleares

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F I is t o r ia

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D e S a C a b a n e ta a A r t à M allorca

P a trim o n io A r tís ti c o

126

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A l a io r

C iu t a d e l l a M enorca

196

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22 R u ta 8 D e E iv is s a a S a n t A g u stí d es V e d rá E iv is s a

208 R u ta 4 M

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N atural 46

Fo lclo re, C ostu m bres y

D e C a p d e p e r a a P a lm a

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P o rtm a n y a B a lá fia

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G a s t r o n o m ía

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250

G u ía P r á c t ic a 266

R u ta 2

C a r t o g r a f ía

D e A n d ra tx a

296

P o lle n ç a M allorca

108

Nota del editor. La diversidad de formas toponímicas para designar un mismo enclave y, en ciertos casos, la escasa documentación por parte de las fuentes oficiales, obligan al editor a respetar el criterio de los autores, por lo que éstos se hacen responsables del contenido de la guía. Asimismo, debido al

j

B A X E A R E s H /.s /r t n 'f l

Un punto estratégico de encuentro en el mar Mediterráneo No existe una única hipótesis para explicar la historia más temprana de Baleares. Hasta hace poco, los historiadores defendían mayoritariamente la posibilidad de que las islas hubieran estado habitadas, ya en el 5000 a.C., por pueblos procedentes de la Península. Pero la datación científica de restos encontrados en la Cova de Canet (en Esporles, Mallorca) hace pensar que mucho antes, hacia el año 7200 a.C, podría haber existido vida en el archipiélago. Las navetas (a la derecha.

las Baleares

los pueblos talayóticos, cuya influencia perduró I'insta­ la llegada de los romanos. Es la época de la cultura megalítica, con la proliferación ele talayots, las taulas (arriba, a la derecha)y las navetas.

lítica, en la que los talayots, las towfemenorquinas (como Sobre estas la de Torralba, cerca de Alaior) y las navetes proliferan líneas, torre de en el entomo de una sociedad guerrera, la de los baleá­ enterramiento ricos, según la denominación empleada por diversos del yacimiento de autores de la Antigüedad. Los historiadores clásicos lla­ Torre Heneada. Arriba, taula é l maron a Mallorca y Menorca las “islas'’ Gimnésies, o de poblado de “los hombres desnudos”. Talatí de Dalt.

* L o s TALAIOTS

comtrucdones en form a de nave invertida que quizás se usaban como sepulturas colectivas y como osarios.

ntre el 3000 y el 1300 a.C., pequeños grupos humanos dedicados a la agricultura y a la gana­ dería habitaron el archipiélago balear. Es la épo­ ca de los sepulcros megalíticos y de los ritos funerarios en túmulos mortuorios formados por piedras gigantes­ cas. Al final de este período pretalayótico empiezan a aparecer las navetas, edificaciones en forma de nave invertida, destinadas a finalidades funerarias, aunque en la isla de Mallorca las llamadas navetiformes podían ser­ vir también como vivienda. La naveta más famosa es la Naveta des Tudons, en la isla de Menorca.

E

M f



La

cultura

Los antiguos pueblas baleáricos estaban culturalmente muy influenciados por la cultura de E l Argar W jm izada m tierras de Almería) y de Cerdeña.

L a taula. (arri­ ba, la de Trepa­ ré, en los alre­ dedores de Maó) constituye el centro de un gran circulo de piedras planas colocadas verticalmente.

Es muy posible que estos pueblos, cuyas influencias culturales parecen provenir de El Argar y Cerdeña, intentaran establecer lazos comerciales con otros pueblos de las orillas del Mediterráneo. Sin embargo, la preponde­ rancia fenicia en el terreno de los negocios y su superior Arriba, predisposición para las relaciones comerciales condenó viviendas é l a los baleáricos a una vida sedentaria y aislada. Es duran­ poblado de Tone te esta época cuando surge el talaiol. el monumento d ’en Gaumes, prehistórico por antonomasia de las Islas Baleares y que formado por tres macizos de podemos hallar, de forma abundante, en diversos muni­ talayots. Abajo, cipios, sobre todo en Mallorca y Menorca. El talaiotes una gran torre (talaia), construida de piedra, con técnica ciclópea, en algunos casos bien tallada y, en

otro conjunto takyótico, el de Trepucó.

m l g a l ít ic a

HS Hacia el año 1300 a.C.. las Islas Baleares sufrieron I la invasión de los pueblos talayóticos (nombre que ■S'i fiene su origen en el aumentativo de talaia, atalaH ya), cuya cultura guerrera perduraría hasta la con­ quista romana. Es la época de la civilización mega-

C r o n o lo g ía a ñ o 7200 a.C . A p a re c e n los p rim e ro s vestigios d e v id a en las Islas B aleares, hallad o s en la C o v a d e C a n e t (Esportes, M allorca).

a ñ o s 3000-1300 a.C . A p arecen las navetas, ed ificaciones en fo rm a d e nave invertida, desti­ n ad as a finalidades fuñe rarias. La nav eta m ás

La Naveta des Tudons, en los alrededores de Ciutadella.

a ñ o 1300 a.C . I .os p u eb lo s talayóticos in v ad en las islas. Su cul­ tu ra p e rm a n e c e rá p rá c ti­ cam en te in tacta hasla la co n q u ista ro m an a.

a ñ o 654 a .C . L os cartagineses c o n ­ q u istan y co lo n izan las islas Pitiusas (Eivissa y F orm entera), y fund an la colonia de E h u s s u s

a ñ o 123 a .C . El cónsul Q u in to C ecilio M etelo c o n ­ qu ista M allo rca y M e n o rca , y fu n d a las ciu d ad es d e

B A L F iA R E S / fo to n a

por los cartagineses en el año 654 a.C., al tiempo que fundaban la colonia de Ebus(Eivissa). Esta localidad se -gracias a su privilegiada situación geo­

L a aparición de la cultura tiene puntos en común con las

gráfica y estratégica- en el centro del comercio en el Mediterráneo occidental. La necrópolis púnica de Eivissa (el Puig

coincide con las etapas finales de la Edad del nombre hace refermáa al (torre), construcción de

inclinadas y p k n ta circular.

las islas, estuvo habitada desde hace milenios. Tiempo después, tos cartagineses se interesaron por el territorio balear. Bajo estas líneas, perfúmanos cartagineses de­ pasta de vidrio del Puig é s M olins (Eivissa).

la mayoría, de una manera mucho más tosca. Dentro de la unidad conceptual del talayot conviven varios tipos. Según la planta, pueden ser circulares, rectangulares, ovalados, cuadrados o absidales. En el interior, tienen una cámara - a veces, con un pilar central como sopor­ te- y diversas cámaras superpuestas. Para entrar, las opciones eran varias: entradas a ras de suelo, a través de un pasadizo subterráneo y, en algunos casos, rampas que permitían el acceso por la parte superior. Erigidos en su mayor parte como elementos de defensa durante el primer milenio antes de Cristo, se conservan en buen estado unos cuantos cientos de ejemplares, repartidos mayoritariamente por las islas de Mallorca y Menorca.

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des Molins, en el centro de la ciudad]* formada por unas 5.000 tumbas, data de Jarra de cerámica púnica de Eivissa datada entredós siglos IV} lll a.C. Abajo, estatua de un romano togado. Y abajo, a la derecha, piedra para un molino, en una cantera romana, en k Colonia Sant Jordi (Mallorca).

esa época. En San Vicente (Eivissa) está la Cova de Cuyeram, que fue un antiguo templo de culto a la diosa Tanit. Después de las Guerras Púnicas, las Pitiusas se incorpo­ raron a Roma, siendo el emperador Teodosio quien, ya en el siglo IV de la era cristiana, las unirá a Mallorca y Menorca para formar la provincia Baleárica. ■ La

r o m a n iz a c ió n

En el año 123 a.C.. las tropas de Quinto Cecilio Mételo, cónsul de Roma, conquistaron Mallorca \ Menorca, fun­ daron las ciudades de Palma y Pollença con Ires mil colonos, e incorporaron el archipiélago a la Espa­ ña Citerior. Los restos de Pollentia, en el munici­ pio de Alcúdia, son los mejor conservados y permiten conocer a fondo el urbanismo de aquellos tiempos. Hay otros restos de la época romana interesantes en la isla de Formentera, el llamado Castellum romano , de Can Blai, situado junto al kilóme­ tro 10 de la carretera de La Mola, que corresponden a un campamento romano de la época final del imperio. Sant Antoni de Portmany, lili E l f ’ i ¡ lll

en la isla de Eivissa, era el PortttsMdg• mu romano.

Cada uno de los sepulcros de Puig des Molins comunicaba con la cámara mortuoria por un agujero tapado con una gran losa.

figuras halladas en el santuario púnico de la Cova des Cuyeram, en la isla de Eivissa, consagrado a Tanit, diosa dé­ la luna y la fecundidad.

■ LOS CARTAGINESES

Curiosamente, un pueblo negociante y colonizador como el griego apenas tuvo más que algunos dis­ cretos y muy poco conocidos contactos comer­ ciales con las Islas Baleares, a lo largo de los siglos IX y VIII de la era precristiana. Los carta­ gineses sí mostraron un mayor interés por el archipiélago, conquistando las islas Pitiusas (Eivissa y Formentera) que fueron colonizadas

Moldes para figurillas púnicas halladas en la necrópolis de Puig des Molins.

Cronología s i g l o IV

El em p erad o r Teodosio form a co n todas las islas la pro v in cia Baleárica. s ig lo V

d en las B aleares antes de seguir h a c ia Á frica.

a ñ o 707

año 534

L os á ra b e s llegan a M allorca, cu atro años antes q u e a la P enínsula.

El ejército d e Belisario, e m p e ra d o r d e Bizancio,

a ñ o 711

a ñ o 903 I a s Islas B aleares se in co rp o ran al califato de C ó rd o b a , Con el n o m b re de Islas O rientales. Madrina Mayurka (la

en su ciu d ad p rin cip al y en el cen tro de su auge cultural. flato árabe di cerámica del

a ñ o 1015 Tras la caíd a del califato de C ó rd o b a , las Baldares p asan a fo rm a r p arte de ía taifa d e D.enia, antes d e crearse la p ro p ia taifa



E lp rim er desembarco

L

a

a r a b iz a c ió n

Pero el dominio bizantino tampoco excesivamente largo, ya que menos de 200 años después, las Baleares pasaron a ser dominio ára­ be. Por cierto que, cuatro años antes de que pusieran pie en la Península, ya se tiene constancia en las Baleares de la presencia árabe. Es del año 707 cuando está documentado el primer desembarco árabe en Mallorca, y cuatro años más tarde llegan a Eivis­ sa. Sin embargo, hemos de esperar casi dos siglos (concretamente hasta el año 903) para que las Islas Balea­ res se incorporen ti la dinastía Omeya de Córdoba, con el nombre de Islas Orientales. Fue aquella una época de enorme auge cultural, centrado en la población de Madina Mayurka, la actual Palma de Mallorca.

árabe m ¿y [a caí(la d e| califato de Córdoba, las Baleares pasaron Baleares, en a form ar p a r t e ]a taqa ¿g Dgnia (año 1015), antes de tmr en MaWorea pitn documentado en d á ñ o 707. Pero

j-uera creada la propia taifa de Mallorca, en el añ° 107, sofocadas po r las ""l>as im periales.

m ío

1535

a ñ o 1650 V icen ç M u t escribe H is to r ia d e l R e in o d e M a llo r c a . a ñ o 1695

ju d ío s conversos! en M allorca. a ñ o 1708 L.os ingleses se ap o d eran d e la isla d e M en o rca,

B

a l e a r e s

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Joanot Colom, y las tropas imperiales tuvieron que sofo­ carla con firmeza tras desembarcar en la isla el año 1522. Poco a poco, y debido a que los reyes de la Casa de Aus­ tria dejaron de lado el Mediterráneo (que había perdido su preponderancia comercial en favor del Atlántico tras el Descubrimiento), las Baleares fueron quedando aisla­ das y se fueron empobreciendo de forma lenta pero constante. Al tiempo, los constantes ataques piratas Desde la -M aó fue saqueada en el año 1535 y Ciutadella tan sólo unificación ie tres años más tarde- amenazaba con despoblar comple­ Aragón y tamente la olvidada isla de Menorca. Castilla, con la boda de los Reyes Católicos (arriba, la reina Isabel) la historia de Bateares ha estado ligada a ü de España. Junto a estas limas, escena de una misión californiana. Cray Junípero Sena (abajo), nacido en Mallorca, partió hacia América, donde fundó las destacadas misiones de San Diego y San Francisco, que serian el embrión de dos g ra n é s ciudades.



i .a

G

ukkra d e

S u c e s ió n

L a salsa mahomsa (a la

atención del eoetnero de Felipe V, tras resultar vencedor en la Guerra de Sucesión y Ocupar el trono de España, abolió las instituciones baleares, en 1715, prohibió la utilización de su lengua autóctona e impuso el castellano.

y e i . d o m i n i o i n g i .e s

La cuestión del trono español, a la muerte sin descen­ dencia de Carlos II. a finales del siglo xvn. provocó una guerra entre los partidarios del archiduque Carlos de Austria (a su favor estaban, entre otros, Catalunya v Baleares) y los que defendían la opción de Felipe de Borbón (Castilla era su aban­ derada), que fue el vencedor tras una guerra durísima. Guerra que tuvo graves consecuencias para los intereses de las Baleares. U na vez vencedor y firme en el trono de España, en el año 1715, Felipe V abolió las instituciones propias del archipiélago y prohibió, por decreto, el uso del catalán, lengua que, con algunas variantes, se ha hablado en las Baleares en los últimos siete siglos. En el año 1717 se creó la Real Audiencia de Mallorca y se impuso el uso obligatorio del castellano. Cuando acababa la Guerra de Sucesión, nacía (año 1713) en Mallorca Junípero Serra, quien, tías hacerse franciscano, partió a América para evangelizar a los

Moneda de dos reales de la época de Felipe V. Abajo, retrato é Carlos 1.

otas líneas), causo sensación oí Francia. L a historia de Menorca resulta más compleja que k de Mallorca, puesto que la primera tuvo que enfrentarse a un largo dominio extranjero. A pie de página, dama mallorquinay señora menorquina, ambas del siglo ATM

indios y fundó dos misiones en la costa californiana que serían origen de dos importantes ciudades: San Diego y San Francisco. Otra consecuencia de la guerra fue el dominio inglés de Menorca, isla que ocuparon en el año 1708. Realmente, la historia menorquina es más compleja que la mallor quina, ya que ha tenido que pasar por varias fases de dominio extranjero, sobre lodo inglés. Los británicos tuvieron el control de la isla entre los años 1708 v 1756, hecho que -al contrario de lo sucedido en el resto de las islas- le permitió mantener sus usos, costumbres y leyes hasta finales del siglo XIX, al tiempo que conocía una época de bonanza económica, centrada en la pujanza industrial y marítima de Maó. En el año 1756, los franceses sucedieron a los ingleses durante siete años y fue entonces cuando descubrie­ ron, de casualidad, la salsa mahonesa. Fue el coci­ nero del cardenal Richelieu (que llegaba al frente de la poderosa flota con la que conquistó la isla) quien se fijo en aquella salsa que prepa­ raban en Maó y que se llevaría a París,

del siglo xvill que muestra a una campesina ibicenca engalanada.

donde causó sensación, “afrancesando” su nombre, que quedó en mayonnaise. En 1763 se inició un nuevo período de dominio británico, hasta que en 1782 la isla volvió a soberanía espa­ ñola. Hubo aún un tercer períoi de dominio inglés, pero muy breve, entre 1798 y 1802. En Menorca estu­ vo unos años, ya retirado, el almirante Nelson v allí escribió sus Memorias.

Cronología a ñ o 1715 El rey F elipe V d e c re ta la ab o lició n d e las insti­ tu cio n es p ro p ias del arch ip iélag o b a le a r y p ro h íb e la utilización de

Felipe V en un retrato

a ñ o 1717 Se crea la R eal A u d ien ­ cia d e M allorca y se im p o n e el em p leo o b li­ gatorio del id io m a

a ñ o 1833 Se cre a la p ro v in cia ú n i­ c a de las Baleares. m e d i a d o s d e l s i g l o XIX

G racias al com ercio con

inician u n p erio d o d e crecim ien to económ ico, a p o y a d o ta m b ié n e n el reg reso a E sp añ a de m u ch as fortunas cu b an as, al inicio

-

B a l e a r e s Historia Valldemossa (a pie de página, una se halla a 18 kilómetros de Palma (a la deredrn, en un grabado). La

universal a que en ella pasaron el invierno de 1838 el compositor Frédéric Chopin y la escritora George Sand.



C

h o p in

,

en

M

allorca

A partir de 1802, las islas retoman su camino histórico común, aunque siguieron siendo tres entidades adminis­ trativas distintas, hasta la creación de la provincia única en el año 1833. En la segunda mitad del siglo XIX surge con fuerza el movimiento obrero, aunque la opción polí­ tica mayoritaria era la conservadora. Las Baleares vivie' ron dos revueltas distintas: los liberales en Inca (1831) y los carlistas en Manacor (1835), aplastadas por el ejército. Entre 1838 y 1839 llegaron a Mallorca dos singulares personajes: Frédéric Chopin y George Sand. La escritora llegó para pasar el invierno en la Cartuja de Valldemossa. Y con ella llegó su enamorado, el famoso composi­ tor Chopin, enfermo de tuberculosis, enfer­ medad que le seria diagnosticada mientras estaban en la isla. *

E

c o n o m ía

d e

su be y

b a ja

La economía de las Islas era bastante precaria, lo que motivó, a comienzos del siglo XIX, un fuerte flujo de emi­ grantes. Pero a partir de 1828, la ,1

L a extraña relación que mantuvieron (arriba) y Frédéric Chopin (bajo estas lineas) escandalizo a muchos La pareja residió en el palacio de Ihijol, edificio ya desaparecido. De su experiencia n i la isla, la escritora redacto “U n invierno en Mallorca’’, cuya lectura es una excelente forma de descubrir cómo vio a las gentes y paisajes de la zona.

Una vez jm a lizfitk ¡a t hiena Civil (en la que Mallorca e Eivissa quedaron bajo las tropas franquistas, mientras que Menorca se mantuvo republicana) supuso para economía comienza a resurgir gracias al comercio con Baleares m las Antillas y las consecuencias de la Desamortización. espectacular También el inicio de la revuelta en Cuba provocó el desarrollo regreso a España de grandes fortunas y algunas de ellas turístico, que se establecieron en Mallorca. Pero a finales del siglo XIX alcanzo su

la economía volvió a caer y un nuevo río de emigrantes dejó las islas. Mientras Menorca se provincializaba, Mallorca crecía imparable. ■

en la década de los sésmtq, cuando la industria turística se convirtió en la principal actividad económica. Hay, el aeropuerto de Son San!Joan, í Pahua, es uno

La

s

B a lea r es,

E n los muros del palacio de la Alm udaina de Palma se encuentran lienzos de las murallas romanas y acabes que protegieron la ciudad durante siglos.

hoy

El desarrollo industrial de Mallorca llegó hasta el inte­ rior. La Guerra Civil también se vivió de forma distinta en las Baleares. Mientras Mallorca y Eivissa quedaban en poder de las tropas franquistas, Menorca se mantuvo fiel a la República. Y en los sesenta, el boom turístico se convirtió en el eje vertebrador de la economía. Hoy, las Baleares son uno de los destinos turísticos más impor­ tantes del mundo. Por eso el aeropuerto de Son Sant Joan es uno de los que registra más movimiento. Con la recuperación de las libertades democráticas, las Islas Baleares accedieron también a su Estatuto de Autonomía, ratificado en el año 1983. Las prime ras elecciones fueron ganadas por el popular Gabriel Cañellas. Después, el Partido Popular • se mantuvo en el poder hasta las últimas elec­ ciones , en el año 1999, en las que un pacto de coalición entre partidos de izquierdas y nacionalista dio la £ presidencia al socialista Josep , Antich. ‘

L as Baleares son uno de los centros turísticos internacionales mejor conocidos.

■vUy;..

registran más tráfico de todo el mundo. .

C r o n o lo g ía a ñ o s 1936-1939 1.a G u e rra Civil esp añ o la tien e d o s v ertien tes en las B aleares. M ien tras M a llo rca y Eivissa son fran q u istas desd e el pri

b lica h asta el final d e k g u erra , a ñ o 1959___ _______ E m p iez a el b o o m turístico b alear, eje v erteb ra

1980 adacció n del texto "ilonórrtico q u e perm iti) el acceso del archipié ign a la au to n o m ía m edíante el articulo 143 hío

a ñ o 1983 Tras ser ratificado el E statuto, en las p rim e ras elecciones au to n ó m icas g an ó el p o p u la r G abriel C añellas. El P artido

a ñ o 1999 U n p acto d e g o b iern o d e coalición en tre p a rti­ d os d e izq u ierd as y nacionalistas d io la p re sidencia d e la C om iini

P a t r im o n io A r t ís t ic o y

M onum ental

BALEMuesPatrimonio A rtístico y M onu m ental

Talayots, palacios y catedrales ^ I-as Islas Baleares, conocidas sobre todo por sus valores pai­ sajísticos, poseen un patrimonio monumental de primer or­ den, con algunos capítulos de excepción, como la prehistoria, uno de sus momentos más sorprendentes. La cultura talayótica isleña está considerada una de las más singulares del Mediterráneo.

S

i bien la época romana no dejó aquí grandes monumen­ tos, la cultura púnica de ori­ gen fenicio y cartaginés adquiere características de primera fila en Eivissa -Ibiza-, E1 gótico aportó varias obras fun­ damentales. En primer lugar', la ca­ tedral de Palma, verdadera obra maestra. Seguida de la catedral de Ciutadella, y algunas iglesias como Santa Eulària y Sant Francesc, en Palma. En lo militar, destacan el castillo de Bellver y las murallas de Eivissa. Y dentro del gótico civil la Llotja de Palma tiene una impor­ tancia capital. La mayor parte de las iglesias de las islas son barrocas y, junto con la ar­ quitectura popular, constituyen otro apartado patrimonial de inte-

la arquitectura señorial de los p a -" tios de Palma o los palacios de Ciu­ tadella. Todo ello conforma una oferta artística y monumental tan interesante como la paisajística. ■

Figura púnica femenina procedente de la necrópolis ibicertcade Puig des Molins, en Eivissa. A la di recha, piezas de cerámka talayótica, en el Musen deMallma.

P

r e h is t o r ia

Los primeros monumentos que se construyeron en las Baleares fiieron los sepulcros megalíticos. En cada una de las cuatro islas se conservan i restos de dólmenes, lo que demues­ tra que durante la etapa neolítica I -probablemente cuando se produjo la colonización de las islas- y la cal- I eolítica o edad del Bronce, el archipiéla­

go estaba ocupado por una pobla­ ción uniforme. Las pautas culturales llegaban del continente, de Levante, Catalunya o el sur de Francia, ya que el tipo de sepulcro megalítico y la cerámica incisa o campaniforme son idénticas a las que aparecen en la Península. Ello prueba que en esa época tan temprana, el tercer mile­ nio antes de Cristo, existían contac­ tos marítimos regulares entre las Is­ las y la costa peninsular.

Arriba, a la izquierda, y abajo, dos detalles de una vivienda talayótica en B in ip a m tx et (Menorca). Sobre estas líneas, una de las destacadas navetas de Biniacl'Argentina.

El sepulcro megalítico más especta­ cular de las Baleares es el de Ca na Costa, que se encuentra en For­ mentera. Recuerda a algunos ejemplares catalanes, como el de la Torre deis Moros de Lla­ nera (Lleida). Su estructura cons­ tructiva es compleja. Consta de una cámara formada por grandes ortostatos, una losa perforada co­ mo acceso, un pequeño corredor iB ia enlosado y grandes contrafuertes * * * que servían para sustentar el túmu­ lo que lo cubría. La sensación de obra compacta y geométrica toda­ vía hoy resulta sorprendente. Los últimos enterramientos se realizaion alrededor del 1600 a.C., por lo que puede suponerse que fue

Curiosamente, en la cercana Eivis­ sa apenas se han conservado restos de sepulcros megalíticos. Tan sólo en Can Sergent (Sant Josep de sa Talaia) quedan restos de un corre­ dor y parte de los muros de una construcción muy arruinada. Mallorca, por su parte, cuenta has­ ta ahora con dos sepulcros megalíticos excavados, y con otros más to­ davía por investigar. Son bastante más pequeños y sencillos que el de Ca na Costa. Consisten en una cá­ mara con losa perforada, una redu­ cida antecámara y un círculo de lo-

asíPsaE Sfe sas T lp scrv,a Para aguantar el túmulo. Los ejemplos conociÍ0 ¡,

‘I dos se encuentran en Son v ' J |Vi|e Rauló (Can Picafort, Santa Margalida) y S’Aigo Dolça (Colonia de Sant Pere. Artà). En ambos casos, las fechas de i utilización son parecidas a las Y-. del dolmen de Formentera. . Menorca es la isla con más ^ restos de sepulcros megalíticos. En general, siguen el mismo modelo que en Mallorca. Es decir, de estructura sencilla y poco espectaculares. Cerca de Mahón -M aó- se hallan

BALEABESPatrimonio A rtístico y M onu m ental entre Eivissa y Formente­ ra (las llamadas islas Pi_ 9 tiusas) por un lado y

Binidalinet. Y más al norte, los de Son Salomó, Son Escudero, Es Rafal des Capità y Son Ermità. El mejor conservado, y que proba­ blemente sea la construcción más antigua de todas las Baleares, es el de Ses Roques Llises (Alaior). Sus grandes losas vertica­ les, algunas de dos metros, siguen en lo mismo que la perforación circular por donde se introducían los nuevos enterramientos. Las Baleares no cuentan con pintu­ ras rupestres de época prehistórica. En la Cova de Betlem (Deià, Ma­ llorca) se descubrieron unos graba­ dos cuyas figuras recuerdan vaga­ mente a algunos temas de la pintu­ ra levantina, pero que resultan muy difíciles de datar. Por otro lado, en la Cova del Vi de Ses FontaneUes (Sant Antoni de Portmany, Ei­ vissa) se descubrió un panel de pin­ turas esquemáticas que también han provocado numerosas hipóte­ sis contradictorias, y que proba­ blemente correspondan a la Edad del Bronce o a la época púnica. En lo que se refiere a los hábitats, existe una diferencia importante

estas lineas, numerosos objetos que parte de los

k cultura talayótica. A pie de página,

Torre i ’en Gaumés (Menorca), el A mayor extensión ie todas ¡as

habitaciones, murallas y

Mallorca y Menorca (históricamente las Bale­ ares) por el otro. En las PiJ- tiusas se consolida una po­ P blación que habita en pe­ queños núcleos, a base de cabañas muchas veces de P planta circular. Construyen murallas cerca de la costa, para protegerse de invasiones. Y su cul­ tura material resulta bastante po­ bre. El conjunto más importante se encuentra en el Cap de Barbaria (Formentera). Sin embargo, en Ma­ llorca y Menorca durante el Bron­ ce inicial se inicia una fase de cier­ ta importancia. Las comunidades habitan en unas sólidas construc­ ciones de piedra que tienen forma de nave invertida, llamadas por ello navetiformes. Eran una especie de granjas, a veces agrupadas en poblados, que la mayor parte de las veces no tenían elementos defensi­ vos. En Mallorca pueden contem­ plarse: el navetiforme Alemany (Magaluf, Calvià), las Navetas des Rafal (Palma), o el conjunto de Es Closos de Can Gaià (Porto Co­ lom). En Menorca, encontramos navetiformes de habitación en Son Mercer Baix -con unas espectacu­ lares columnas- y Cala Blanca, cuya situación al lado mismo del mar hace pensar en que pueda ba­ starse de un almacén para el co­ mercio marítimo. | En Menorca, durante el Bron­ c e medio se levantan las famo­ sas navetas, que también tienen forma de una barca puesta con la

quilla al aire, pero en este caso su fi11:11idad es la de servir de panteones colectivos. Eso explica que tengan una mayor monumentalidad. I,a más conocida de todas es la Na­ veta des Tudons (Ciutadella), que lias su restauración se ha converti­ do en uno de los edificios prehistói icos mejor conservados de Euro­ pa. También son notables las dos navetas funerarias del Rafal Rubí, v las de Biniac-l’Argentina. Finalmente, también hay que rese­ ñar las cuevas artificiales de enteII amiento, que corresponden a este periodo anterior al talayótico. Re­ piten siempre la misma forma, con una antecámara de acceso, un pasi­ llo y al fondo una cavidad con al­ gunos camarines y un banco corri­ do, donde se depositaban los cadá­ veres. En Mallorca, los conjuntos mas importantes se encuentran en Iii Cala de Sant Vicenç (Po­ llença), Son Sunyer (Palma) y Son ’lbni Amer (Campos).

Maó, está formado por un gran talayot (a pie de página), un recinto A ta u k s y otros vestigios. Otros importantes conjuntos talayóticos de la isla de Menorca son los de Binissajúllet,

-J ‘le

f" .

Torralba d'en Salord, Torre Llisà Vell, Talatí de Dalt, Torrelkfuda y Torretrencada.



P

r o t o h is t o r ia

A pesar de constituir el momento más interesante y original de la his­ toria balear, la cultura talayótica si­ gue siendo una gran desconocida. Ni siquiera está claro cuál fue su ori­ gen. El hecho es que en el Bronce final, entre el 1300 y el 1100 a.C., cambian las pautas culturales y so­ ciales en Mallorca y Menorca. En lugar de hábitats dispersos y fami­ liares, aparecen poblados amuralla­ dos, monumentos funiformes cono­ cidos popularmente como talaiots (aumentativo de talaia o “atalaya”), santuarios y construcciones defensi­ vas. Al mismo tiempo, aparecen ar­ mas de bronce y adornos de presti­ gio que estaban ausentes en la etapa anterior. Para explicar esta evolución, duran­ te mucho tiempo se creyó en la hi­ pótesis de una invasión foránea. Pe­ ro hoy se tiende a considerar que fue la propia dinámica de la so­ ciedad pretalayótica, sometida a la

BALEMWsPatrimonio A rtístico y M on um en tal

presión de la sobrepoblación y la escasez de recursos, la que generó estas nuevas formas. Todo indica que las construcciones mayores fueron llevadas a cabo en la primera fase, que se correspon­ dería con el Bronce final, y que en la Edad del Hierro ya no se levan­ taron más. Los talayots Los talayots son las construcciones más impresionantes de la protohistoria balear. Sorprenden por sus grandes medidas, su sentido de la autoridad y la jerarquía. Son ele­ mentos más simbólicos que prácti­ cos, dado que parece que actuaban como marcadores de territorio, ele­ mentos de prestigio y tal vez como edificios comunales. El talayot es una torre construida con grandes sillares, de planta cir­ cular o cuadrada. Los talayots m e­ norquines son enormes y muchas veces con un ventanal superior. Los mallorquines suelen tener una pe queña cámara interior. En Mallor ca encontramos algunos ejemplos ciertamente majestuosos, como es el caso de Sa Canova (Artà). En Son Fomés (Montuüri) encon­ tramos otros dos grandes tala­ yots, además del de Sa Ta­ laia Joana (ses Salines), que es impesionante. Algunos talayots, como en

Aparte de k s taulas (a k dereáa, k A T repu có jyks takyots, entre k s que Torelló (arriba, a k derecha), existen otro construcciones megalítica como en Talatí de D alí, sobre

renç des Cardassar), se levantaron sobre cuevas y fuentes, lo que pa­ rece indicar una sacralización. Se hallan talayots interesantes en Son Fred (Sencelles), Son Coll Nou (Algaida) y Son Serra de Marina (Santa Margalida). En Menorca, los talayots tienen enormes dimensiones. Uno de los mayores es el de Thepucó (Maó). El de Torelló (Maó) destaca por su altura. En el poblado de Sant Agustí Vell se conserva un talayot de dos pisos y cáma­ ra inferior. Los poblados El modelo de poblado talayótico consiste en una su­ perficie ovalada de alrede­ dor de 6.000 metros cua­ drados, ceñida por una muralla formada por grandes losas vertica­ les v con un zócalo in-

encontramos uno o dos talayots ado­ sados a la muralla. Generalmente eslas torres ocupan una posición ceñ­ irá!, alrededor de la cual se agrupa­ ban las viviendas de las familias go­ bernantes. También hay poblados sin lalayots, y otros que cuentan con va­ rios monumentos en los alrededores. Ses Païsses en Artà da a conocer nn poblado talayótico de tipo me­ dio. Su muralla resulta magnífica, sobre todo el impresionante portal formado por tres grandes piedras. En su interior, diversas viviendas se arracimaban alrededor del talayot i entra!, que contaba incluso con un pasillo subterráneo que probable­ mente tenía un origen ritual. ( )lro poblado típico es el de STllot (Sant Llorenç des Cardassar), situa­ do cerca del mar, aunque en este

Uno de los enclaves arqueológicos más conocidos de Mallorca es Ca­ pocorb Vell, habilitado desde ha­ ce tiempo. Allí podemos contem­ Arriba y a pie detalles de las casas takyóticas de B im panatxet. en Menorca. E n k foto superior, el conjunto megalítico de Capocorb Vell, uno A los enckves más famosos de Mallorca, que merece k pena visitar.

plar diversos talayots y habitacio­ nes que forman un conjunto atípico y difícil de interpretar (quizás un centro ceremonial convertido pos­ teriormente en hábitat), pero muy espectacular. En Menorca, el vistoso poblado de Son Catlar conserva íntegra su muralla, aunque con elementos ya de época posterior. De esta manera y al contrario que en otros conjun­ tos también interesantes pero de más difícil percepción, como Trepucó, So na Caçana o Torre d’en Gaumés, podemos recorrer lo que fue una población talayótica en to­ da su extensión.

I$a i.i:a RKsPat rini on io A rtístico y M onu m ental

lautas y santuarios

La forma, que recuerda a una mesa (taula en catalán), indica que se tra­

El aspecto religioso resulta de gran interés en la cultura talayótica. Aunque lo desconocemos casi to­ do, podemos intuir que su religión se basaba en algunas figuras míticas como los guerreros y los toros. Los sacrificios y el fuego ritual ocupa­

Sobre estas

ban algunas construcciones especí­ lim as, ta u k ficamente religiosas, conocidas co­ del poblado de Binissafiillet. mo santuarios o recintos de taula. Aquí encontramos una gran dife­ Arriba, recinlo rencia entre Mallorca y Menorca. de taula flòrre d'en Gaumes), En la balear menor, los recintos de edificio taula constituyen unos monumen­ comunitario tos únicos en el mundo. Consisten en un edificio en forma de herra­ destinado al dura centrado por una piedra verti­ culto cal coronada por otra horizontal. relacionado con A la izquierda, Torretrencada. Abajo, la sala hipóstila de Talatí de Dalt.

taba de símbolos ceremoniales. A sus pies se sacrificaban animales y se encendían grandes fuegos. Las grandes taulas de Menorca se encuentran en: Trepucó (Maó), Binissafullet (cerca de Sant Lluís), Torralba d’en Salord, Torre Llisà Vell (ambas en Alaior), Tala­ tí de Dalt (Maó), Torreta de Tra­ muntana (cerca de es Grau), Torrellafuda y Torretrencada (las dos en Ciutadella). Otros recintos importantes, cuyas taulas han per­ dido sin embargo su piedra capitel, son los de Torre d’en Gaumés y Son Catlar. En Mallorca, los santuarios son se­ mejantes a los menorquines, pero por el momento no se ha descu­ bierto un equivalente a una taula. Uno de los mejor conservados, y actualmente en curso de excava­ ción, se encuentra en Son Mas (Valldemossa).

Necrópolis El mundo de la muerte adquiere caracteres de gran monumentalidad en la cultura talayótica. Ello probablemente responda a la mis­ ma concepción aristocrática y je­ rarquizada que aparece en los asen­ timientos. Las necrópolis hipogeas, tilladas en la roca, son impresio­ nantes. Los mejores ejemplos se en­ cuentran en Menorca. Calescoves, Cala en Morell y el Caparrot de Forma, entre otros lugares, nos ofrecen esa imagen de acantilados de piedra caliza horadados por ca­ vidades funerarias, a veces con fal­ sos elementos arquitectónicos talla­ dos en la roca. En Mallorca, el ce­ menterio de Son Real (cerca de ( lan Picafort, Santa Margalida) es un caso único. Junto al mar, un centenar de tumbas reproducen las formas de pequeños talayots y navetas. En el cercano Illot des Porros se encuentran tres grandes cámaras funerarias talla das en la roca, sin parangón en to­ das las Baleares.



E n Eivissa se han encontrado restos púnicos. Las dos fotografías superiores corresponden a las ruinas de Ses Paísses, en Cala d'Hort. página, el yacimiento de

M

u n d o

p ú n ic o

Otra de las características culturales de las Islas es su pertenencia a la ór­ bita fenicia y púnica desde el si­ glo VII a.C. hasta la romanización. La base fue Eivissa, donde se esta­ bleció un poblado fenicio en la Ca­ leta (Sant Josep de sa Talaia) que probablemente fue el germen de aquella ciudad, colonizada poste­ riormente por los cartagineses. Gra­ cias a su situación estratégica, esta población se convirtió en un empo­ rio comercial que importaba mer­ cancías procedentes de todo el Me­ diterráneo y exportaba sus propias producciones. Las otras islas estu­ vieron bajo su influencia. Pese a este período tan floreciente, pocos son los restos púnicos que se han conservado en Eivissa. El con­ junto principal es la necrópolis del Puig des Molins, tina de las más de la arqueología pú­ nica. Las piezas que se exhi­ ben en su museo son extraor­ dinarias. Otros restos, muy modificados, pueden contemplarse en el conjun­ to agrícola de Ses Paísses de Cala d’Hort, el santuario del Cap des Llibrell y la Cova Sagrada des Cuieram, donde antiguamente se veneraba a la diosa Tanit y donde aparecieron centenares de estatui­ llas. En Mallorca, el islote de Na Guardis conserva los restos de una

BALEARESPam'momo Artístico y M onum ental l a basílica de Son Bou, enclavada ju nto al mar, cuenta con un recinto rectangular muy iinacterístico de las iglesias bizantinas del primer cristianismo.

Los romanos se asentaron en las Baleares en el año 123 a.C. A la derecha, lápida funeraria conservada en elM useu de Mallorca. Abajo, utensilios del siglo / hallados en la necrópolis é Maó.

I J j S .



R

o m a n iz a c ió n

Las Baleares, conquistadas por Quinto Cecilio Metelo en el año 123 a.C., no jugaron un papel des­ tacado en el orbe romano. Apare­ cieron entonces las primeras ciuda­ des. Entre ellas, la que mejor se conserva es Pollentia (en la actual Alcudia). Se trataba de una típica urbe de provincias que contaba con un teatro extramuros, un foro, vi­ viendas suntuosas y probablemente un puerto. Desgraciadamente, los restos que se visitan son de escasa monumentalidad. El puen­ te romano de Pollença, no lejos de la ciudad, es la única construcción de este tipo que aunque modifica­ da se ha salvado del paso del tiempo. Los romanos fundaron también Palma, probablemente sobre un anterior poblado talayótico. Sin embargo, se con­ serva poca cosa de este pe­ ríodo. El arco de la Al­ mudaina tiene su origen en los tiempos romanos, lo

’j

mismo que algunos materiales ex­ puestos en los museos. En Menorca, no pueden contem­ plarse vestigios de las ciudades de “Pollentia” (a una vista parcial de sus ruinas), fundada por Quinto C. Metelo en el año 121 a.C., es la ciudad romana mejor las Baleares. Contaba con un teatro, un foro y lujosas viviendas y, también tuvo romano. Sobre estas lineas, un sestercio del Gordiano I I I

Mogona (Maó) o lanona (Ciutade­ lla), desaparecidas bajo las edifica­ ciones posteriores. Sin embargo, en el puerto de Sanitja ha aparecido un campamento de la época de la conquista romana, así como restos de la ciudad aledaña de Sanisera, que era la tercera de la isla. Eivissa tampoco cuenta con gran­ des restos de esta época. En la ciu­ dad destacan algunas piezas escul­ tóricas y materiales arqueológicos. En S’Argamassa (Santa Eulària del Riu) se pueden contemplar un acueducto y los restos de una facto­ ría, situados junto al mar. En Formentera los restos romanos son abundantes, pero están poco excavados. Lo más relevante es el castellum o construcción defensiva de Can Blai, que no llegó a termi­ narse y que probablemente se le­ vantó durante la crisis del siglo III.



Las

vándalos, las Islas estuvieron bajo control bizantino, y luego quedaron liberadas a su suene en el período denominado los siglos oscuros.

e s p l é n d id a s b a s íl ic a s

l’A L E O C R IST IA N A S

las Islas jugaron un papel funda­ mental como centro difusor de las ideas cristianas. Su situación inter­ media entre el norte de Africa -fuer­ temente cristianizado- y la costa le­ vantina y catalana facilitaron esta liilición. Ello es palpable incluso en s corroídos por la lepra. Y esta visión convenció a Llull de la vanidad de lux cosas humanas y le abrió el camino de la r fM to ïn n v la « ¡a h in n r ía

A l m p r w w ¡imI

Aquí lomó juramento Jaum e II, el primer rey de la desdichada dlnnslia de Mallorca, que tras muchos contratiempos fue absor­ bida por el reino de Aragón. En el interior encontramos el retablo gótico de San Juan Baullslu, del siglo X V , y la legendaria imagen del Sant Crist que a gnu la tradición fue traída por Jaum e I en la conquista. Muy cerca de Santa Eulària, en la calle de Can Savellá, enconii unios uno de los patios señoriales más espectaculares de Palllln y que corresponde a Can Vivot. Se remonta al siglo X V III, t i e n e una espectacular escalera de honor y arcadas con capiteintios. La calle de la Argenteria “Platería” guarda el n i lindo del barrio xueta, habitado por descendientes de judím conversos que sufrieron crueles persecuciones a manos déla inquisición.

La

ig l e sia d e

Sant

F r a n c e s c (abajo, a k

izquierda, su ábside), situada en k plaza homónima, posee una fachada barroca, aunque su interior es gótico. E s de una s o k nave, de grandes dimensiones, y en una de las capillas se encuentra el sepulcro de Ramón Llull, realizado en 1487por Francesc Sagrera. Sin embargo, el elemento más importante del conjunto es el ckustro. Frente a k iglesia se alza el monumento a fray Junípero Sena (abajo), que ejerció de profesor en Palma.

ÍSMJEAREsRutaQPalma de Mallorca

La

L

a calle d e

Can

(en ambas imágenes), con sus

S a VELLÁ,

señoriales, y la calle de la Argenteria, antiguamente habitada por descendientes de judíos conversos, son dos de las más interesantes.

Otro templo fundamental es Sant Francesc, que preside la plaza del mismo nombre. A pesar de su fachada barroca, el interior es gótico. Tiene una sola nave, la más grande de épo­ ca gótica en las Baleares después de la seo. Aquí reposan los restos de Ramón Llull, que según la tradición fue martirizado en Bugía (Túnez) y murió a bordo de un barco, cuando la ciu­ dad de Palma ya se vislumbraba en el horizonte. El elemento más destacable de Sant Francesc es, sin lugar u dudas, su claustro gótico, que impresiona por su belleza y equi librio. Este recinto, sin paragón en las Baleares, ha servido en ocasiones co mo marco para conciertos de música clásica. ■

E

d if ic io s m o d e r n ist a s

El centro político y social de Palma lili sido siempre la plaza de Cort, donde se levanta el ayuntamiento. Es un edificio renacentista, con un alero de E l

CENTRO URBANO,

estructurado en dos zonas, C am uatí y Canamunz, recinto de la tercera muralla medieval. Abajo, capitel corintio del patio de Can Vivot.

tres metros de vuelo que recuerda a las casas señoriales mallorquínas. Aquí funcionó la Casa deis Jurats, que vivió los acontecimientos decisivos de la ciudad: lu rebelión de los agermanats, las declaraciones de guerra, las revoluciones... La historia de la isla ha pasado por esta plaza empedrada, que todavía hoy sirve de marco para las manifes taciones o las fiestas populares. Junto al ayuntamiento se encuentra el edificio del Consell Insular de Mallorca. Fue construido en el si glo XIX siguiendo el característico estilo neogóll co que tanto éxito tenía en aquel tiempo. In fachada está rematada por unas tórrelas que recuerdan a las de la Llotja, con unas figuras denui níacas inspiradas en las típicas gárgolas medievales. En esta zona podemos contemplar dos edificios modci nistas de interés. Can Corbella se encuentra en la misma plaza de Cort, con elementos historicistas como los arcos mudéjares. Y en la plaza Marqués del Palmer esquí na con la calle de les Monees el coniunto de Can Forteza

plaza d e

C

ort

(arriba) está presidida por el edificio del ayuntamiento (abajo, a la izquierda, su escalera principal), de estilo renacentista. Cerca é l mismo, está la casa modernista Can Corbella, (abajo). Arriba, a la izquierda, la iglesia de Sant Francesc.

modernismo palmesano, que tomó sus modelos del catalán. En la calle Sant Miquel existen varios centros de Ínte­ res. El primero es la Fundación Joan March que alberga una importante colección de arte español contemporá­ neo, con obras de Picasso, Dalí, Miró, Juan Gris, Antoni Tapies y Miquel Barceló entre muchos otros. Por otro lado, la iglesia de Sant Miquel destaca por su maci­ zo campanario y la fachada principal, de estilo gótico. El Ínte­ rin fue modificado durante el barroco. Al final de la calle, junto al antiguo hospital militar se eni neutra la capilla de Santa Margalida, que sigue el primer

C a n F ortaleza R eí

(en las dos imágenes superiores) y el edificio E l Aguila, situados en la plaza Marqués del Palmer esquina con la calle de les Monges, constituyen uno de los mejores conjuntos arquitectónicos modernistas con que cuenta Palma, y su construcción se basó en modelos catalanes. Otra excelente muestra de este estik, Can Corbella (abajo), en la plaza de Cort, incorpora elementos ricistas como arcos mudéjares.

H HALEAREsRutaBPalma de Mallorca

EN EL PASEO DEL BORN (izquierda) j sus

alrededores se concentran destacados centros culturales, como el Casal Solleric (junto a estas líneas), con un espectactilar patio del siglo X f l l l (arriba). A la izquierda, otro vistoso patio de la zona, el de Can Montenegro.

modelo de templo instaurado en Mallorca tras la conquista. Destacan su artesonado, el ábside con ventanales y el sepulcro gótico del obispo Guillem de Torrella. ■ L a Palm a La

o ferta

GASTRONÓMICA se

concentra, alrededor del Born, donde están situados los principales cafés tradicionales. A la izquierda, balcón de Can B aga, sede del Palacio de Justicia. Abajo, entrada a l antiguo oratorio de Sant Feliu, convertido en galería de arte.

del

Born

Mientras Canamunt o la Palma del barrio antiguo es una zona aristocrática y serena, que vive todavía a la sombra de los gran­ des monumentos, Canavall o la ciudad que se estructura alre­ dedor del Bom recoge el pulso más cotidiano. Allí se concentran muchos de los cafés impres­ cindibles para cualquier cita, como el celebérrimo bar Bosch con su gran terraza. Y es también la zona comercial por excelencia. También en este secse concentra una importante oferta nocturna -e n los alre­ dedores de la Llotja- y gastronómica. El Born es un lugar imprescindible para conocer el corazón de Palma. Por aquí discurría la antigua riera, antes de ser desvia­ da. Entonces, lo que hoy es un agradable paseo, no pasaba de ser un polvoriento descampado, donde, en las grandes ocasio­ nes, se celebraban justas y torneos. Alrededor suyo, crecían las iglesias y los caserones de algunos comerciantes acaudalados. Este rincón también fue escenario de siniestros autos de fe, eje cuciones, y revueltas populares, como la que se produjo en el siglo X IX contra el ministro Cayetano Soler, que instituyó un impuesio sobre el vino. La actual configuración se remonta a la época deci­ monónica, cuando este paseo se convirtió en un ele Salón de la Princesa. Su parte norte, que corresponde a la plaza Juan Carlos I, se conoce como Es Cap des Bom, y allí se encuentra el Casal Solleric, con un espectacular patio del siglo XVIII Por la parte sur, el Bom termina en la plaza de In Reina. De esta avenida surgen varias arterias inlc resantes. La calle de Sant Feliu era llamada hai c carnr de ses Carasses (la calle de las Carotas) | «u las carátulas que decoran varias de sus fachadas, algunas de estilo manierista. El antiguo oratorio tic

El C

entro

Sa Nostra (izquierda), la Fundació la Caixa j el Centro de Cultura Contemporánea Pelaires están en el área de la avenida Jaum e III. C

ultural

La

p a r r o q u ia d e

e (a p ie de página), edificada en estilo gótico, es uno de los templos más interesantes de la ciudad.

Sant Jaum

1Icsde allí se puede tomar la calle Montenegro, que pasa IHa la vistosa fachada de Can Montenegro, con venlunas góticas de ajimez. Y callejeando por la zona, nc llega al Puig de Sant Pere, un antiguo barrio pt Mador, y la iglesia de la Santa Creu, bajo la mal se encuentra la cripta gótica de Sant Lloicnc, un monumento único en las Islas. En el extremo septentrional del Born se i in neutra la avenida de Jaume III, la calle mus comercial de la ciudad. En esta zona ciictmiramos iglesias de interés, como la Imu uquia gótica de Sant Jaume, la iglesia de I I i vida natural en la montaña. La rata por la sierra norte nos permite conocer una narte todavía viva del

l i t o r a l en los alrededores de la cala de San Vicente (arriba). A la derecha, el Torrent de Morfitx, en la s im a de Tramuntana. A la izquierda de estas líneas, vista de la finca del actor y productor norteamericano Michael Douglas, en h zona de S ’E staca, cerca de Port de Valldemossa, antiguo núcleo pesquero.

Pa is a je

plisado de la isla. Desde rincones intocados como Sa Foradada, el ’lbrrent de Paréis o el valle de Ternelles, hasta la activa y lomercial villa de Sóller, un pequeño paraíso de frutales en medio de montañas. Un paisaje que ha sido pintado centena­ les de veces, con literatura y leyenda. Grandioso y acogedor a In vez. Un paseo por el techo de Mallorca.

Sa Calobra

Monasterio de. Lluc

Eslellenes

BALEARES/?w/«0De Andratx a Pollença

SON VlVOT es una de



las casonas típicas de la isla, habilitadas para el turismo rural, con la piscina en prim er término y rodeada de un cuidado jardín. Debajo, entrada de una casa rural. A la derecha, vista de la iglesia parroquial de Andratx.

El extremo más occidental de Mallorca está ocupado por el municipio de Andratx. Este antiguo puerto pesquero y fuente de emigración hacia América ha perdido el carácter agreste de otros tiempos para convertirse en un lugar turístico y residen­ cial. De esos años, siempre duros y en tenaz lucha por la super­ vivencia, dan fe las novelas del escritor Baltasar Porcel, nacido en Andratx y que refleja los mitos más telúricos de su tierra. La iglesia parroquial de Andratx fue dotada de un muro defen­ sivo en el siglo XVI, para servir de refugio ante las constantes incursiones piratas que asolaban esta costa. Así, el 2 de agosto de 1578 unos pocos hombres y mujeres repelieron el ataque de mil quinientos turcos a la busca de botín y cautivos. En la capelía fonda de la iglesia se puede contemplar un exvoto que representa aquel ataque, con la imagen de la villa y la galeras turcas fondeadas junto a ella. Sobre la población, destaca la antigua possessió de Son Mas, convertida en casa consistorial. Su torre de defensa fue cons truida en el siglo XV, mientras que el resto de la edificación se remonta al siglo XVIII. A poco más de un kilómetro, Port d’Andratx era un pequeño núcleo marinero que con el turis mo se ha convertido en uno de los lugares más cosmopolilas de esta zona.

D e s d e S a n t E l m es posible visitar L a Trapa, un magnífico espacio natural. L a iglesia y el hospital de esta localidad fueron fundados por Jaim e I I en el año 1279. E l hospital desapareció a principios del siglo x n , a l igual que la vida parroquial, debido a las continuadas incursiones

D

esde

A

ndratx a

V

alld em o ssa



LOS ALREDEDORES DE A N D R A TX

Desde Andratx, una estrecha carretera lleva hasta Sant Elm, desde donde se puede tomar una barca y visitar el cercano islote de Sa Dragonera. Este fue uno de los primeros tem ­ iónos reivindicados en España por una campaña ecologista, i liando en 1977 grupos de jóvenes ocuparon simbólicamente la isla para impedir que fuera urbanizada. A partir de Sant Elm se puede visitar La Trapa, una zona niiliiral gestionada por el GOB (grupo ecologista de Mallorca). Supone poco más de una hora por buen camino, con esplén­ didas vistas sobre la costa. I )esde Andratx, la carretera nos lleva hacia Estellencs por una di las zonas más hermosas de la isla. Paisajes vírgenes de bos­ ques y mar, con unas perspectivas aéreas que cortan el aliento. I ltcllencs es uno de esos pueblos de piedra que parecen col­ eados sobre el horizonte. A sus espaldas, se levanta el Galatzó, ln montaña mágica de Mallorca que guarda la leyenda del mítilo (lomte Mal. Un espíritu que según la tradición recorre sus

LA LOCALIDAD DE A n d r a t x , antiguo puerto pesquero, se halla enclavada en uno de los parajes más bellos de la isla de Mallorca. Arriba, vista de un canal en las cercanías de esta población, que cuenta con hermosas calas y playas.

La

v il l a d e

D e ià

está situada en k costa noroccidental de la isk, en ¡o alto de una colina.

H

B a l e a r e s / ? » ta 0 D

e A ndratx a Pollença es un edificio que destaca dentro del núcleo urbano de la localidad de Banyalbufar. E l conjunto está compuesto p or la rectoría, una maciza torre de defensa y un hotel. E n la imagen, vista de la “clastra” o patio que se conserva con el escudo de los Cotoner, que fueron m otro tiempo los propietarios del recinto. L a B a r o n ía

D

esde

Sa n t E lm

se accede fácilmente en barca a l cercano islote de Sa Dragonera. A la derecha, vista de los bancales de Banyalbufar.

I g l e sia de

E

p a r r o q u ia l

st el len c s,

del siglo x vu , y tone de defensa, hoy convertida en campanario. Este pequeño pueblo de piedra aparece ante el visitante como suspendido en el horizonte. es una importante zpna natural en los alrededores de Andratx (abajo). A l p ie de página, a la derecha, detalle de Morro Ratjada, en Sa Dragonera, un islote que se ha convertido en un símbolo de lucha p or la conservación de los espacios naturales en las Baleares, debido a las repetidas movilizaciones ecologistas que abogaban por la preservación de este entorno natural. L a Tr a pa

laderas montado en un caballo verde. La iglesia parroquial de Estellencs se construyó en el siglo XVII y destaca sobre todo por una antigua torre de defensa convertida en campanario. También aquí los piratas representaban una amenaza constan­ te. Se contempla una parte del templo sin terminar, ya que a mediados del siglo XIX se inició una ampliación que quedó inconclusa. En el pueblo se levanta también la robusta torre de Antelm Alemany, construida en la Edad Media como lugar defensivo. Estellencs cuenta con una pequeña cala, que es uno de los pocos embarcaderos abiertos en esta costa peligrosa y escarpada. Entre Estellencs y Banyalbufar se encuentra otro de los paisajes más conocidos de Mallorca. Se trata de la llamada Talaia do ses Animes, una pequeña torre vigía encaramada a los acanli lados. Es probablemente la construcción más antigua de este tipo en toda la isla, ya que fue levantada después del ataque que sufrió la zona en 1545. Los primeros torreros, sin embargo, no estaban demasiado seguros. Según consta en los anales, su úni co armamento consistía en dos arcabuces y dos cuchillos. Estas torres se comunicaban entre ellas por medio de señales de fue go o de humo, para avisar así de la presencia de piratas. « ¡a *

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L

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del

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Banyalbufar sorprende por su intrincado sistema i le bancales. Su nombre significa en árabe “viña d e l & ■. ||j,* mar”, ya que desde finales de la Edad Media hastn entrado el XIX, las pendientes del terreno fueron apro vechadas hasta el último centímetro para cultivar viñedos. O mi ellos se fabricaba una malvasia muy celebrada, vino dulce y li a

Ii.ui quedado la línea ondulada de las terrazas, las albercas, los i mimos y las barracas. Dentro del núcleo de Banyalbufar des­ tura el edificio de la Baronía, compuesto por la rectoría, una maciza torre de defensa y un hotel. Se conserva una gran clashn o patio, con el escudo de los Cotoner, que fueron propieta­ rios del conjunto. El pueblo cuenta también con una pequeña i ala, muy castigada por los temporales. i C V

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V

a lld em o ssa

La carretera continúa orillando las montañas. Un desvío nos con­ duir hacia el Port des Canonge, donde se encuentran los estratos geológicos más anti­ guos de la isla. irjTs c a n o n q e ~ j

lin o antes de llegar al Pía del Rei, la zona que precede a Valldemossa, vemos un mirador pseudo-islámico construido en lo ullo de una colina. Se trata del Puig de sa Moneda, donde el archiduque Luis Sal­ vador hizo construir una torre al modo musulmán. En las laderas de la elevación liuy numerosos restos prehistóricos. Algo más adelante, una carretera que Mirge hacia la izquierda conduce hacia h irt de Valldemossa. A pesar de las i urvitfl y de la estrechez de la ruta, vale la pena seguirla. Nada más ___ tuilirir en ella, vemos una bosstssiá

resulta sorprendente p or su intrincado sistema de bancales. Su nombre significa, en árabe, “viña del m ar”, ya que desde finales à la E dad Media hasta el siglo xix, las pendientes del terreno fueron aprovechadas para el cultivo de viñedos. Entre esta localidad y Estellencs se encuentra la Talaia de ses Anim es (abajo). B anyalbufar

B

a l ha

KEsRuta& D e Andratx a Pollença

VALDEMOSSA es una pequeña localidad situada a pocos kilómetros de Palma, en el valle de la sierra de Tramuntana. Esta enclavada en una zona de bellísimos paisajes, plagada de olivos centenarios de formas fantasmagóricas. F r é d é r ic C

h o p in

,

insigne, compositor que vivió algunos años en la conocida Cartuja de Valldemossa. Abajo, retrato de Aurore D upin, novelista francesa, amante de Chopin.

PUIG DE SA MONEDA, mirador

construido en lo alto de una colina, en la zona que precede a Valldemossa, d e s é donde se contemplan panorámicas excelentes.

Son Mas. En la curva anterior, y sobre un pequeño altozano que se eleva a la izquierda, se encuentra el santuario talayótico de Son Mas. Poco antes de entrar en Port de Valldemossa, un antiguo núcleo pescador hoy convertido en lugar de vacaciones, encontramos un camino que sale hacia la derecha. Por él se llega a la zona de S’Estaca, donde se encuentra la casa del actor y productor norteamericano Michael Douglas y, más adelante, un pequeño embarcadero de gran carácter. ■

L

a

C

a r tu ja d e

V

a lld em o ssa

De vuelta a la carretera general, hay que desviarse para visitar Valldemossa. A pesar de la intensa presión turística, dado que se trata de uno de los alicientes de Mallorca, esta villa es un lugar de mucho encanto. Con casas de piedra viva, rincones coquetos, las montañas al fondo y una serenidad contagiosa. Algo muy distinto de lo que reflejó George Sand en su célebre libro Invin no en Mallorca, cuando la escritora francesa y el compositor polaco Frédéric Chopin pasaron todo tipo de penalidades en una celda de la Cartuja a causa del frío, la falta de comodidades y la hosli lidad de los lugareños. En sus calles, numerosos azulejos evocan a la Beateta Catalina Thomàs. una pavesa del

dulzura y santidad. La visita a la Cartuja (de los siglos XVIII y mx) es obligada. La iglesia cuenta con unas pinturas de Manuel llayeu, cuñado de Goya, de principios del XIX. Es curiosa la antigua farmacia, con botes de cerámica y frasquería de vidrio soplado. Algunos recipientes contenían sustancias tan especia­ les como la Pota (“pata”) de la Gran Bèstia, a base de uña de alce. En las celdas número 2 y 4 se muestran algunos objetos lelacionados con la visita de Chopin y George Sand en el Invierno de 1838-39, que constituyen la meca del peregrinaje de melómanos de todo el mundo. En el museo se contemplan recuerdos de otro visitante famoso de estas tierras: el archidu­ que Luis Salvador, hijo de los grandes duques de Toscana y miembro de la familia imperial austro-húngara. Enamorado de Mallorca, compró a finales del siglo XIX y principios del XX diversas propiedades en la costa norte y fue el primer promo­ tor turístico de la isla. También se muestran algunos cuadros de época romántica y contemporánea. La visita se completa con un paseo por el palacio del rey Sanç, en cuya torre residió |i ivellanos durante su estancia en la isla. Desde la urbanización Sun! Vicent Ferrer parte un camino de montaña que lleva haslu las alturas del macizo montañoso de Es Teix, con magnífiriis vistas sobre toda la zona. Es uno de los recorridos excur­ sionistas más transitados de Mallorca. SI seguimos la carretera hacia Deià, cerca de ( 'mi Costa, una antigua possessió convertida en restaurante, se encuentra la ermita de la

D

e l a c a r t u ja

edificada en el siglo XIV, apenas quedan vestigios. E l conjunto actual corresponde a una reconstrucción del x v i i i .

PRIM ITIVA,

En

las calles d e

o s s a se ven azulejos que narran fragmentos de la vida de la beata Catalina Thomàs, nacida en esta localidad en el año 1533. Es una de las villas con mayor encanto de Mallorca y sus casas de viva, con las

Valldem

B a le a r e sí? 11 ta 0 /ite A ndratx a Pollença E ntre D

Em

e ià y

es fir í! hallar un rincón donde detenerse a contemplar el paisaje que ofrecen estas tierras bañadas por el Mediterráneo. Valldem

La

c o sta d e

D

Las

e ià

,

Sa

en los alrededores de Deià. Abajo, vista de una de las casas de recreo del archiduque Luis Salvador de Austria en las Islas Baleares, denominada Son Marroig en cuyo interior hay una colección de cuadros y cerámicas, así como una cama perteneciente al siglo XVII.

c a sa s d e

PIEDRA de k atractiva



de

D

e ià

Trinitat. Uno de esos rincones para los que no parece haber pasado el tiempo. El oratorio fue construido en el siglo xvill y los monjes siguen aquí su régimen de oración y silencio, fren­ te a uno de los paisajes más hermosos de la isla.

Forada,

cala de

situada a l fin a l de un tortuoso torrente. Con sus antiguas casetas para las barcas y sus orillas de guijarros parece, todavía hoy, un rincón del pasado. Los alrededores de Deià tienen la fa m a de ser, probablemente, uno de los lugares más hermosos del planeta.

está invadida por el recuerdo del archiduque L uis Salvador, que hizo construir numerosos miradores, come el que se se conoce con el nombre de mirador des Ib (derecha), desde donde se divisa una amplia vista con las casas de S ’E staca y los riscos de M iram ar y Sa Foradada, una península que se adentra en el mar.

R isco

barcadero en

una

o ssa

D

e ià

y

S

óller

A partir de aquí, la costa de Deià está invadida por el recuer­ do del archiduque Luis Salvador. Hizo construir numerosos miradores, como el que encontramos señalizado hacia la izquierda y que es conocido como el mirador des H (“del Pino”). Desde allí podemos contemplar las casas de S’Estaca, a la izquierda, y a la derecha los riscos de Miramar y Sa Forada­ da. Una península que se adentra en el mar, con un singular orificio cerca de su cresta. Otra visita típica es la de Son Marroig, una de las posesiones del archiduque. Posee un templete de mármol construido puní ver la puesta de sol sobre Sa Foradada.

El archiduque Luis Salvador fue un gran enamo' rado de Mallorca. Visitó la isla por primera vez en 1866, y a partir de entonces compró cuantas propiedades pudo, manteniendo su paisaje y usos ' agrícolas. Los mallorquines de entonces no entendían aquel “ecologismo”, y se cuentan nume­ rosas anécdotas que revelan el choque de mentalidades. Así, un pagès fue un día a visitar a Luis Salvador y le dijo con d e r­ la ironía: “Quería conocer al hombre que ha pagado tanto dinero por la finca de Son Marroig”. El archiduque bajó la i nbcza y contestó: “En realidad, sólo Sa Foradada ya vale mucho más. El resto es un regalo”. Al llegar, D eià aparece como un pueblo de piedra que se «grupa en una pequeña colina, rematada por la iglesia parro­ quial. Parece un pesebre o un cuadro. No es de extrañar que litera refugio de pintores y escritores. El precursor fue el escriloi británico Robert Graves, que se instaló aquí en los años li imía y se convirtió en una verdadera institución, lleta llene además el privilegio de poseer el cementerio más liei tiloso de Mallorca, con una vista espléndida sobre la monImin y el torrente que desemboca en el mar. Basta repasar los nombres de las lápidas para comprender la dimensión univeril de esta localidad, con nombres de todas las nacionalidades, jilnloros y artistas. I nublen hay que visitar la cala de Deià, al final de un tor-

localidad de Deià se escalonan a lo largo de una ladera en la sierra de Teix. E l pueblo conserva el aire de los lugares perdidos a pesar de su popularidad, fom entada p or los personajes famosos que han decidido instalarse aquí. Abajo, vista de la glorieta de mármol a los pies de Son Marroig.

f l JÏALEAREsRutaEiDe Andratx a Pollença

B a h ía y p u e r to d e SÓLLER, pueblo situado

r

La

en ¡aparte noroeste de la isla de Mallorca. A principios del sigla X X la localidad inauguró su propio ferrocarril, con el que se unió a la ciudad de Palma y salió así un profundo aislamiento. M is tarde, se construyó el tranvía que une el casco urbano con el puerto.

cala de

DtlÀ, enchve de gran belleza, m enta con una playa situada en un pequeño golfo de aguas bravas. Otro enclave singular e caserío de Llucalcari, con unas casas amuralladas, en defensa contra los piratas, en perfecta consonancia con el paisaje. Abajo, tranvía a su paso por el puerto de Sóller.

sigue pareciendo un rincón de la antigüedad clásica. Otro enclave singular es el pequeño caserío de Llucalcari, calili cado por el archiduque como uno de los lugares más hermo sos del mundo. Son unas pocas casas de piedra, amuralladas contra los piratas. Pero en una consonancia casi mágica con el paisaje que les rodea. Después de Deià, la carretera salva varias vertientes montano sas, hasta desembocar en el “valle dorado” de Sóller, un pequeño oasis de frutales en medio de la montaña. Dice la leyenda que los navegan tes percibían desde alta mar el aroma per fumado de los naranjos y limoneros que constituyeron su principal riqueza. Sóllei exportó masivamente sus cítricos al sur de Francia, y así se formó una burguesía que habitaba en mansiones modernistas y vivm de espaldas al resto de la isla pero abitón hacia las rutas marítimas. La iglesia parroquial tiene un aspecto inc< m fundible, ya que fue reformada por el ni quitecto modernista Joan Rubio i Bellvn,

discípulo de Gaudí, quien la convirtió en la “catedral de la montaña”. La plaza de la Constitució es el cora­ zón de Sóller, un rincón animado y acogedor, que recuerda a las plazas del sur de Francia. De allí par­ te la calle de sa Lluna, una vía comercial que nos conilllicio original fue construido en el siglo XVI, pero durante la I» le que asoló esta comarca en 1820 el edificio sirvió de hos{illiil Ello hizo que, después, fuera quemado. Alguien salvó la tul! u l e l;i Virgen de Sant Salvador, pieza del siglo XIII a la que 0 le .ili ¡huyen muchos milagros. El nuevo gil el siglo X IX . 1 " 11 villa, con sus caserones señoriatei enlie calles estrechas y empina•l-i ile la pena visitar el Museu mglotuil d’Artá, con fondos natutitlWiiiiH, etnológicos y arqueológltiii En las afueras no hay que i til ríe el poblado talayótiH i ile Ses Paísses, que cuenin de las murallas

E n UN LUGAR PRIVILEGIADO è A r tà ,

se levanta el santuario de Sant Salvador. E l conjunto originalfu e construido en el siglo XVI, pero fu e reedificado en el sigla XIX.

ÜALEAKEsRutaZiDe Capdepera a Palm a de Mallorca

Cuevas, castillos y playas de la Mallorca oriental D e C a pdepera

(abajo, placa de una de las calles de la localidad), en el extremo este de la isla, basta Palma, el sur y el levante de Mallorca cuentan con espléndidas playas, numerosas cuevas y castillos, y un patrimonio natural con ensenadas de ensueño y preciosas calas. Arriba, pescador en la escollera de Palma.

Esta ruta nos traslada por la vertiente oriental de Mallorca, concretamente, por todo el litoral coste ro de esta zona. El itinerario incluye también la visita a localidades como Capdepera, Son Sérvela o Santanyí y a poblados talayóticos de gran interés como S’Heretat o S’Illot. Igualmente propone la incursión por simas tan hermosas como las Coves del Drac, las Coves d’Artà o las Coves des Hams. La

sta costa oriental es famosa por sus cuevas, así como por multitud de calas. Algunas están muy urbanizadas, I mientras que otras disfrutan de protección oficial, como la cala Mondragó. En otras épocas, sus puertos fueron centros exportadores sobre todo de vino. Hasta que la plaga de la filo xera arruinó las viñas. Aquí se encuentran algunos de los gran­ des paisajes de Mallorca, como cala Mesquida en el norte o el Cap de Ses Salines al sur. ■ D

e

C a pd epera

a l s u r d e l a is l a

Cerca de Artà se encuentra Capdepera, que destaca por su silueta amurallada. El catillo data del siglo XIV y sirvió de defensa contra los numerosos ataques piratas que infestaban esta zona. Además, Capdepera fue siempre el punto de con tacto con la cercana Menorca, lo que aumentó su valor estra tégico. En este recinto fortificado se agrupaban en caso d e peli gro los habitantes de las casas rurales dispersas por la zona. Desde aquí consiguió Jaum e I la rendición de Menorca, cu manos de los musulmanes, sin disparar ni una sola flecha. Asi lo cuenta Alvaro Campaner en el Cronicón Mayoricense: Aquel

Capdepera a Palm a de Mallorca

i n peces, crustáceos, moluscos y equinodermos. Sus aguas sir-

El

a r c h ip ié l a g o

de

C a b r e r a , formado

por dieciocho islas e islotes a l sur de Mallorca, fu e declarado Parque Nacional Marüimo-Terrestre en el año 1991. Aparte de sus riquísimos fondos marinos, razón principal de su protección, la fa un a y la vegetación terrestre potencian todavía más su valor natural, dado que k mayor parte de las 5 00 especies vegetales catalogadas en Baleares

que la de unas exiguas fuentes, y subsistiendo apenas con l| ración de un poco de pan, aceite y habas que llegaban de Mallorca. Aquel infierno sirvió de base para la novela de Jesús Fernández Santos que lleva el nombre de la isla. Las penalida des de Cabrera no acabaron aquí, ya que durante la Primera Guerra Mundial el archipiélago fue expropiado por el Estado y convertido en territorio militar. Las islas sirvieron de marco para maniobras, hasta que a partir de los años 70 se sucedie l'o11 las campañas para convertir este rincón intocado en un espu ció natural protegido. Finalmente, tras muchas polémicas, cu 1991 Cabrera y sus islas fueron declaradas parque nacional marítimo-terrestre. Varios son los aspectos naturales que justifican esta medida. En primer lugar, la importancia de sus fondos marinos, muy rico*

i en para la reintroducción de tortugas marinas y existe un proyecln para que vuelvan a recuperar el mítico Vell m arío foca monje. Además de ello, la avifauna es especialmente variada, con especies como el águila pescadora o los halcones de Eleaht ii n También éste es el paraíso de las largatijas, con una población de Podareis lifordi endémica de la isla. I ,ioi excursiones para visitar Cabrera salen de la Colonia de Saúl |ordi durante la primavera y el verano. La barca parte a uilmera hora de la mañana y regresa por la tarde. La visita i ni n prende un paseo por el pequeño puerto, con un minúscu­ lo núcleo habitado con la comandancia, unas casas de pesca­ dores y las viviendas de los guardas del parque. Encima, domi­ na mío la zona, el viejo castillo del siglo XIV que fue varias veces litio por los piratas. Al final de la ensenada se conserva un monumento dedicado a la memoria de los prisioneros fran­ ceses, y en el antiguo Celler funciona un interesante museo con lodo tipo de testimonios sobre la historia y la naturaleza de i ubrera. Otro lugar que siempre se visita es la Cova Blava, ni i.i i avidad malina donde las aguas parecen teñirlo todo de u n azul vivo y luminoso. El archipiélago está formado, además de Cabrera Gran, por los hilóles de Conillera, la Illa Plana, la Pobre, la Rodona, Flmpei lal \ la Foradada. Además de otros escollos de menor tamaño. I n la parte de la isla que no puede visitarse sin un permiso i pn ial destacan: la montaña del Picamosques, la más alta de lu Isla, la ensenada de la Olla, y la punta con el laro de punta Lucióla.

L a C ova B lava es

una cavidad marina donde las aguas adoptan el azjd más luminoso que pueda imaginarse. E n las dos fotografías superiores, imágenes del castillo medieval de Cabrera, del siglo XIV, destruido en varias ocasiones por los ataques piratas. E s C eller , una

antigua casona, acoge un interesante museo con testimonios sobre k historia y k naturaleza de Cabrera. Lo más espectacular que exhibe son las piezas arqueológicas halladas en la isla, como ánforas púnicas v romanas, lingotes de plomo o muestras de cerámica árabe.

BALEARESfòitoQDe Capdepera a Palm a de Mallorca La

calaPi

(izquierda), en la población de Cala Vallgornera, conserva toda su agreste belleza: es uno de los lugares máspintorescos del Migjom. Bajo estas líneas, vista parcial de El Arenal, el núcleo turístico que ocupa la mayor parte de la bahía de Palma. *

S a RÁPITA (arriba, su

torrefortificada) y S’Estanyol (derecha) son dos tranquilas localidades vacacionales. Ambos núcleos urbanos sirven de acceso a la playa de Es Trenc, probablemente el último arenal de aspecto paradisiaco de Mallorca. Parapreservarlo, se ha restringido la circulación de vehículos, que disponen de aparcamientos especiales. S e s C ovetes

(izquierda) es un destacado núcleo de veraneo. Bajo estas líneas, dos detalles de los Banys de SantJoan, el único balneario con que cuenta Mallorca, situado en las ajueras de la Colonia de SantJordi.

■ D

e la

C o l ò n ia

de

Sant J o r d i

a

Palm a

Desde la Colònia de Sant Jordi hacia Palma puede seguirse In itinerario muy interesante. En las afueras de esta población se encuentran los Banys de Sant Joan, el único balneario de Mallorca. Sus aguas son salino-sulfurosas y brotan a una tern peratura de 38 grados. En la Edad Media se empleaban para curar la lepra y enfermedades de la piel. Al otro lado de la gran playa de Es Trem se encuentra el núcleo de Ses Covetes, y después las poblaciones vacacionales de Sa Rápita y S’Estanyol. Son lugares trun quilos, de aguas transparentes, siempre con la imagen de Cabrera en el horizonte. Desde allí, siguiendo hacia Palma, se aíra viesa el paisaje de la Marina de Llucmajoi Una gran llanura, seca y de vegetación rala y pobre. Pero con un horizonte muy amplio, bordeado pin impresionantes acantilados. Allí se levanta otro de los Con juntos talayóticos importantes. Se trata de Capocorb Vell, con varios talayots y habitaciones de paredes ciclópeas. Siguiendo la misma ruta, merece la pena detenerse en cala l’l, que se abre entre farallones de piedra y pinares. Es un lugai lie É belleza agreste y uno de los rincones más pintorescos del Mig jorn. Muy cerca, el faro de Cap Blanc permite otear los anuí

llegar a las primeras urbanizaciom*u que preceden el gran núcleo (U ii s l i c o de El Arena], que ocupa la tu m o r parte de la bahía de Palma. I . u n a zona de turismo masivo, pero con una playa de gran miniad, amplia, limpia y con buenos servicios. A pesar del bullicio y la mezcla de turistas, tiendas, restaurantes, discotecas l lodo cuanto comporta un núcleo de este tipo, resulta un lugar iiui.ulable para pasear por la playa o tomar una copa durante Iipi noches de verano, cuando la animación aquí alcanza niveli de paroxismo. la

L a s p la y a s d e PALMA, a pesar de su

masificación turística, aúnan belleza y calidad con una excelente oferta de servicios, donde nofaltan tiendas, restaurantes, discotecasy todo cuanto necesite el visitante. A pie de página, talayots circulares del conjunto megalítico de Capocorb Vell, declarado Monumento Nacional en 1931

BALEARESi?Mffl0De Santa Eugènia a Felanitx

La Mallorca interior, un paraíso por descubrir

C h um beras

y

TOR RE D E M O LINO

cerca de Sineu. L a antigua “S iniu m ” romana, destacado centro agrícola y ganadero, se halla en el corazpn de Mallorca, lo que ha marcado su particular historia.

Las imágenes más tópicas de Mallorca presentan, invariablemente, una playa llena de turistas o un paisaje de la costa. Pero lo cierto es que durante siglos, la isla vivió de espaldas al mar. La verdade ra Mallorca era la interior. Con pueblos defendí dos por torres y murallas, calles umbrías, grandes iglesias, casonas nobiliarias y viviendas muy senci lias de piedra arenisca, corrals o patios con chum beras y un gallinero.

sta esencia de la Mallorca interior se está transforman do. El turismo, que al principio ignoraba las tierras lid Pía, se ha volcado desde hace unos años en ellas. 1le repente, para cualquier profesional centroeuropeo que puede dedicarse al teletrabajo no hay nada más tentador que una cfiNtl en un pueblo de Mallorca. Tranquila, en una atmósfera de gran

E

Panel

a g r i c u l t u r a es una de las actividades principales de Santa Margalida, que conserva el encanto de k tradición rural mallorquina. Quien visite k población puede saborear los “tacons”, un palto a base de intestinos, mollejas y sobrasada, quizá sim ik r a los callos.

La

1*•'Mtv.it, y bien comunicada con el exterior. Ello ha generado üii.i población de “nuevos mallorquines”, fundamentalmente hUmanes, que gozan de esa Mallorca profunda. Y con ello la liivlliilización de una zona que, desde el punto de vista agríco­ la, \ a era marginal. I i' iliiierario se estructura a partir de varias rutas. La carrete­ l a d e Sineu, que atraviesa la parte central de la isla. La de M a n , ii or, que conduce hacia la zona de Llevant, y el eje Lluctl!B|oi i unpos-Felanitx que entra dentro del Migjom o sur.

d e c e r á m ic a

en el exterior de la iglesia parroquial de Campos, dedicada a Sant Ju lià y en k que destacan un retablo gótico y un cuadro atribuido a Murillo.

más arraigadas en k festividad de Sant Joan es k ekboración de alfombras de esparto. Santa Margalida acoge una feria de artesanía en la que se

El

Sant Llorenç des Cardassar

>

D etalles

del ayuntamiento de Campos, población que celebra una importante feria agrícola el segundo domingo

d e la s

T R A D IC IO N E S

a mano propios del municipio.

Palma de Mallorca

¥

U na

ESC ULTÓ RICO S

Llucmajor

p a la c io rea l

de Sineu, situado en k calle del P a ku , fu e ocupado en su tiempo por los reyes de Mallorca. E n la actualidad, alberga el convento de clausura de las concepdonistas.

B A L E A R E S # z íto 0 D e

Santa E

Santa Eugènia a Felanitx

El. AYUNTAMIENTO

u g è n ia

(sobre estas líneasy a la derecha) destacapor ser el únicopueblo de la isla que tiene un cementeriojudío.

DE SlNEU, que ocupa el



SENCELLES (junto a

estaslíneas, la pla^fl de la Iglesia) está ubicada en la cima de unapequeña colina. Ademásde la iglesia definales del siglo Xll, queconserva la talla delsarcófago de la Virgen muerta, también destaca Ca sesMonges, el convento de las Hermanas de la Caridad.

SENCELLES

■ H

a c ia

S

in e u

y

Sa n ta M

a r g a l id a

Saliendo de Palma por la carretera de Siilcu, n la izquierda se encuentra la urbanización del Puntiró. Ia iiii buen lugar para observar toda la bahía, ron una visión cu cana del aeropuerto y sus aviones moviéndose como si lúe

rail de juguete. Más adelante, un desvío nos permite visitar Santa Eugenia uno de esos pueblos del interior donde el tiempo todavía pnut dulcemente. Su iglesia parroquial es del siglo XVII y d esla i u su retablo mayor de época barroca. Santa Eugenia es el (illliti C erca d e S anta E U G E N IA , a solamente pueblo de la isla que posee un cementerio judío. 4 kiU m elns de distancia, La siguiente parada se puede realizar en el caserío «Ir se encuentra el ta rd o de Ruberts, entre campos de cultivo y rebaños de ovejas. I les Ser Olleries, cuyos aljares s f q de allí se puede llegar hasta Sencclles, un pueblo di » lucieron en otros tiempos ü ! .severas, con una gran iglesia de finales del siglo XVII que nu levanta sobre una terraza, en lo alto de la plaza, con lo qm importancia. Desde aquí, " * el templo domina simbólicamente toda la localidad En lu hacia el noreste, se llega a la •' capilla de Sant Joan Baptista se conserva la talla del Sencelles (¡unto a estas lineas, crucero en la . go de la Virgen muerta, decorado con un interesante upo* talado pintado en el siglo XVI. Aquí la vida sigue todavía el localidad), un buen lugar para degustar fin ta s secos ritmo agrícola, con bares ruidosos, tractores, y ancianos 'mi de gran calidad o para tados en la puerta de su casa. En las afueras, el talayul iln probar exquisitos caldos de Son Fred está señalizado y merece una visita. carne o sabrosos embutidos Lloret de Vistalegre tiene una iglesia sobria y ctm iiii

f

elaborados arlesanalmente.

ra m n a n a n n aUrn is amir.n.

in te rio r se ro u le n u ililll

caracteriza por su iglesia de los santos Cosme y Damià y el convento de las franciscanas Hijas de la Misericordia. Sineu es la población de más entidad. Antigua ciudad romana de Sinium, el hecho de estar situada en el centro geográfico de la isla hizo que

el rey Jaum e II m andara levantar aquí un palacio real, del que queda muy poco. Feli­ pe II lo donó a las monjas de i ( 'tiiiccpció, que aún lo habitan. Sineu ha sido tradicionalItrMltc un centro agrícola y ganadero, famoso por sus ferias y mtiblen por sus fogones, donde se elaboran las viejas recetas li lu cocina mallorquína. Paseando por la villa, se aprecia un (titano especial. Casas de piedra gris y elegante, elementos m (llévales y renacentistas, y sobre todo la magnífica estampa le !m Iglesia parroquial de Sant Marc. Tiene envergadura ii i uledi al, y destaca por su torre campanario, su cimborrio y 1 T ale poligonal. n el ayuntamiento se encuentra el antiguo claustro barroco li'l convento de los frailes mínimos, con columnas jónicas Mi* ««lim en arcos rebajados. F.n el archivo municipal r i uthiTva una pieza de gran valor. Se trata de la bar­ rila iiiiligua medida oficial de cereales que se remonta litigio XIV. hmI.h m hene interés el oratorio de Santjosep, situado I* It leí recinto del hospicio de Sineu, una capilla li I iiglo Mil, asi com o el santuario de la Consolació,

edificio del antiguo convento de Sant Francesc, posee un bello claustro de a ry es barroro con columnas jónicas.

cuenta con importantes edificios religiosos, como la iglesia de Santa María, con un campanario de planta cuadrada coronado por una torreta piram idal (abajo), el oratorio de Sant Francesc y la capilla de las Germanes de la Caritat. E n cuanto a su arquitectura civil, cabe mencionar la finca de Defla. S lN E U

B A L E A R E S /? H fa 0 D e

Santa Eugènia a Felanitx

La

f á b r ic a d e

c r is t a l

El

o r a t o r io d e

(sobreestás líneas) está ubicado dentro del recinto del hospicio de Sineu (arriba), una capilla del siglo xill. E n la m isma población, también resulta interesante visitar el santuario de la Consolació, construido durante la E dad Media, aunque sufrió remodelaciones posteriormente. Sa n t J o se p

Llubí

(abajo) es una de las localidades del norte del l'la de Mallorca.

que tiene su origen en la Edad Media aunque fue modificado con posterioridad. Desde Sineu, es recomendable una visita a Costitx. Este pueblo es uno de los centros arqueológicos mim importantes de Mallorca, pues aquí aparecieron las testuces (le toro fundidas en bronce que se muestran en el Museo Arqueo lógico Nacional de Madrid. El sitio de su aparición, el santuu rio de la Pleta de Son Corro, se divisa en las afueras del pue blo. Pero ha sido reconstruido con unas extrañas columnas colocadas de forma discutible. En Costitx funciona un pequem i Museo de Ciencias Naturales donde también se muestra tina reproducción de los famosos toros. Desde aquí, se pueden visitar varias localidades de la parte m n te del PíadeMallorca, ya cercanas a la bahía de Alcudia. En Llubí hay un interesante conjunto talayótico llamado En Racons, a la salida del pueblo por la carretera de Sineu. María de la Salut cuenta con una iglesia parroquial del XVIII. Muro destaca por su Museu Etnològic y por la iglesia de la Sang, que data del siglo XIV y es un prototipo de las construcciones religiosas del tiempo de la conquista. Finalmente, Santa Margalida tiene inte.... por su iglesia del siglo xiv modificada en rl XVIII, donde se guarda la tabla gótica drill cada a la santa que da nombre al pueblo, I a localidad es escenario de una famosa proi e sión dedicada a la beata Catalina Thotium, que es encamada por una niña que pasea en su carro triunfal por todo el pueblo. La líes ta

tiene lugar el primer domingo de septiembre.

■ P

or

la ru ta

de

M

anacor

I i carretera de Palma a Manacor cruza Mallorca en dirección ¡i l.i zona de Llevant. Atraviesa localidades que compaginan la iiri imitara con los servicios o industrias como la piel. Es una zona activa, tradicional y al mismo tiempo moderna, donde i mía localidad tiene su santuario en la montaña, al que acuden liin vecinos en fiestas y procesiones. Nuda más dejar Palma, la carretera asciende por las costas de Xi a i igo para llegar a Algaida. A la entrada del pueblo se huede visitar la factoría de cristal Gordiola, una artesa­ nía tradicional que se ha convertido en uno de los emblemas de Mallorca. Algaida cuenta con una iglesia parroquial construida en estilo gótico, aunque fue reformada en tiempos lian oms. Su exterior es sencillo y severo, y destacan sus irlígulas con formas animales. La iglesia está cubierta con hiiveda de crucería gótica, y en su interior llama la atención el letal ilu mayor de estilo barroco, así como una talla de la Vir­ gen muerta del XVII. I di elemento destacable de la localidad son las cruces de tér­ mino, que empezaron a construirse en el siglo XVI y en esta I" ulidad se conservan en buen estado. Algaida es también un IT I iiiiI de tradiciones. Aquí se mantiene el grupo de baile de Es t suris, de origen medieval y que está formado por bailarines Hiiu i.ii los con trajes y cintas de colores, con una dama y un liitiiiiiii n demonio que actúa de comparsa. Miiilluïri aparece enclavada sobre una pequeña elevación, {hlniiiida por la iglesia parroquial de origen gótico. Esta localliliul destaca por algunos conjuntos talas óticos mus (tlleresantes, como el poblado de Son Eornés con dos ■hlhilrs talayots, o la columna exenta de una construcción ya desaparecida v que se conoce con el nombre de Es 1 ampimar des M oros

G

o r d io l a

(arriba y ju nto a estas líneas), en la entrada de la localidad de Algaida, recoge en una de las tradiciones más emblemáticas de Mallorca. Arriba, a la izquierda, una cruz de Muro, cuya iglesia parroquial cuenta con un curioso campanario.

El M

u seu

d eM um (sobre estas líneas, dos detalles del mismo) es uno de los principales atractivos de la localidad. Se encuentra en la calle Major, en una antigua casa mallorquina restaurada. A p ie de página, algunas muestras representativas de la cerámica tradicional E t n o l ò g ic

municipio de Llubí.

Els Calderers de Sant Joan, bella finca señorial

J

oya de la

rural el siglo m i l , la visita a Els Caliereis de Sant Joan, una espléndida finca ARQ UITECTURA

perm ite obtener una detallada idea de cómo este tipo de viviendas. Sobre estas lineas, una vista de la fachada principal. A la derecha, el gran comedor con que contaba la vivienda.

Els Calderers de Sant Joan es una antigua ■7 possessió reconvertida para poder ser \ isi ; ' tada. En ella se puede contemplar con todo lujo de detalles cómo era el mundo de las fincas señoriales, que incluían grandes recibidores, habitaciones suntuosas y jai diñes, al lado de instalaciones como la bodega, el granero o la capilla.

•li /lillas II "possessions” de montaña o lil lima deMallorca eran antaño •nilint tifficolas y ganaderos. Estas "iiiik Ctlljicucmes, de aspecto ilnllItlM m , acogían en su ulillm i m n t n m estancias dotadas a /né tipil de objetos lujosos y • im illtltitk que en el siglo x v m •hibilHtil alcance depocos.

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B a le a re s

La

R i tía HDe Santa Eugènia a Felanitx

La

de Petra (arriba y a la derecha) fu e remodelada durante el barroco, aunque se mantuvieron antiguos elementos góticos. E n ella destaca la tabla medieval de los Sants Metges y el retablo renacentista de la capilla de Santa Anna.

posee un importante patrimonio artístico-monumental, como la iglesia de Nostra Senyora dels Dolors, el convento de Sant Vicent Ferrer y la Torre de Ses Puntes. M

Sant

de Cardassar (izquierda) es una clara muestra de típico templo mallorquina. Junto a estas líneas, la iglesia de Nostra Senyora dels Dolors, en Manacor, con aspecto de catedral y que está situada en k plaza Weyler.

LLO RENÇ

PAR RO Q U IA L

M

ig l e s ia d e

ig l e s ia

anacor

onum ento

en la plaza de Petra, pueblo conocido por ser la villa natal !

■ L

a

c a p it a l d e l

L

l e v a n t m a l l o r q u ín

Vilafranca de Bonany es un pueblo característico por las tiendas de verduras y frutas que se abren en su calle principal, por donde pasa la carretera. Por la noche, es un espectáculo curioso contemplar esos escaparates iluminados con melones, manzanas, lechugas y tomates que destacan en la oscuridad. Esta zona es conocida por sus melones y los buñuelos. En los alrededores del pueblo puede contemplarse el pozo Viguct, que se remonta a los tiempos musulmanes. Siguiendo la ruta, una desviación hacia la izquierda permití una visita a Petra. Esta localidad es famosa por haber sido lugar natal de Frayjuníper Serra, el evangelizador de Califor nia. Existe un museo en la que se considera como su casa natal con diferentes testimonios sobre su vida. La iglesia parroquial fue reformada en el barroco, pero conserva elementos góticos, Destacan la tabla medieval de los Sants Metges, y el retablo renacentista de la capilla de Santa Anna. Manacor es la principal ciudad del Uevant mallorquín. I.¡i fabricación de perlas y de muebles son algunas de las actividu des económicas que la caracterizan. La ciudad destaca a lo leji in por la peculiar silueta de la iglesia de Nostra Senyora del» Dolors. Se trata de un templo de estilo neogótico, construido ni el siglo XIX. Junto a la iglesia se encuentra la rectoría, una d e lio* casas con más carácter de la ciudad. Destaca el claustro del tnll guo convento de Sant Vicent Ferrer, donde se encuentran lio* les. Sigue el típico modelo barrí«n, con arcos rebajados y dos galerías. La Torre de ses Puntes es una casa fortilicudii medieval, que sirve como marco de exposl ciones. Y en la antigua Torre des Enaglsle», fortificada del siglo xiv, fundí mu H de Manacor, con algunas piezas inlr resantes del término, sobre todo de la ItlMll ca paleocristiana de Son Peretó. En Manacor existe mucha lili Ion a las carreras de caballos al trole, lo que resulta patente por la t p n r i a rlp

nn

liin ñ r lr n m n .

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cm * tMl

ti

fe. | usías conocidas como sospiros, hechas con pasta de almen­ óla Siguiendo la carretera, la siguiente población es Sant Llo»*«in, des Cardassar. Hallamos aquí una típica iglesia mallori|itlna, con portada severa, campanario y reforma barroca en el lllli i inr. Desde aquí se llega hasta Artà. ■ D i

Llucm

a jo r a

F e l a n it x

II h m el sur, el paisaje de la Mallorca interior experimenta Algunos cambios. La isla aparece como una llanura cuadriniluda por las rotes o terrenos de cultivo. Algunos limrmlros y algarrobos, pequeños bosques, exten Mtilii * de matorral y possessions solitarias consIttildiifi con piedra arenisca. Es una zona DIA* u tii y esencial, y también más puluc El turismo y los nuevos Móldenles han variado la \ ida p i lo* lugares, tradicionalIplllc silenciosos, con calles ■ • l i i l i i s y ventanas cerradas. Mlil ti i ■■. dadas al ensimisirt.ui o. iiiu y la discreción, fit .i iilmndona Palma por IMIopt'iiii del aeropuerto, se p in I n i i i i i i el desvío hacia

c e r á m i c a , los muebles y sobre todo las perlas artificiales son la base de la artesanía de Manacor. Abajo, la Torre de ses Puntes, casa fortificada de la localidad.

La

I

BALEARESRutaQDe Santa Eugènia a Felanitx

1 (a la izquierda, una de sus calles) presenta un interesante casco antiguo. Dicha zona, conocida como Quadrat, esta delimitada por las calles Jaum e II, Convent, Vall y Major. Rajo estas lineas, piezas de la artesania típica de Felanitx, uno de los mídeos urbanos más destacados del levante mallorquín, rodeado de viñedos y trigales. L lu c m a jo r

En

l a pl a z a d e

L l u c m a jo r se ak/m

el ayuntamiento y otros edificios civiles relevantes. E n la localidad tuvo lugar en 1349 una célebre batalla que significó la pérdida del efímero reina de Mallorca.

El

m o n a st e r io

de Nostra Senyora de Cura, en el macizo de Randa, está situado cerca de la cueva que Ramón L lu ll eligió para retirarse1 a meditar. E n P o r r e r e s (abajo,

dos de los pozos de la localidad) es recomendable visitar la iglesia parroquial, de los siglos x n i-x fin , y el oratorio de Monti-sion, en lo alto de una pequeña loma.

pueblo aparece de repente en el paisaje, mientras al fondo se dibuja la silueta de la montaña de Randa. La iglesia conven­ tual de Sant Bonaventura es del siglo x v i i y tiene como característica principal su unidad estilística, pues mientras que otros templos resultan una superposición de estilos, éste es enteramete barroco. Una de sus piezas sobresalientes es la talla de la Inmaculada, de Francisco Herrera. En la villa, un grupo escultórico y una cruz recuerdan el lugar de la batalla de Llucmajor. En ella, el 25 de octubre de 134!) Mallorca y las otras islas dejaron de ser un reino inde pendiente, al caer den otado Jaum e III frente a las tro pas de Pere IV de Aragón. Entre Llucmajor y Algaida se encuentra el macizo de Randa, la “montaña de los tres monasterios”. Allí se levantan: la ermita de Sant Honorat, el primer orato­ rio que se construyó en este monte sagrado; el santua rio de Nostra Senyora de Gracia, que aprovecha un espectacular hueco del acantilado frente a la visión del sur de Mallorca; y, ya en la cima, el santuario de Nos tra Senyora de Cura, cerca de la cueva donde se retira­ ba Ramón Llull a meditar. Desde Llucmajor también pne de visitarse Porreres, con una iglesia parroquial de los siglos

x v ii - x v t ii,

y el oratorio de Monti-sion en la cima de

una pequeña elevación. Continuando hacia el sur, Campos es una población de casas construidas con el cálido mares, combinado con el verde do- las persianas. Algunas torres de defensa dan prueba de un pasado que no fue fácil. El ayuntamiento es una buena muestra de la arquitectura civil de los siglos XV y XVI, con una torre de dele 11 sa adosada. La iglesia parroquial de SantJulià guarda dos ob.... de arte importantes. Un retablo gótico de Gabriel Móger, y el cuadro atribuido a Murillo que repie senta al Santo Cristo de la Paciencia. I u la carretera de Campos a la Colònia de Santjordi se conserva el curioso Oralo rio de Sant Blai, originariamente lu primera parroquia de Campos. Sus características son góticas, y cousriwi

titúlenle posterior a la conquista, como las bóvedas de i uñón que están a los lados del altar mayor, lu lula acaba en Felanitx, otra de las poblaciones importiinles del sudeste mallorquín. Ha sido tradicionalmente un iriilm vinícola de importancia. Y también destaca por la Hlimeiia, sobre todo las piezas denominadas genetes que mui pequeñas jarras decoradas. I a iglesia parroquial tiene una capilla realizada por Guillem Sngiei a, el arquitecto que diseñó la Llotja de Palma. Uno de los Uniros de contención que rodeaban el templo se desplomó el domingo de Ramos de 1844 en plena Procesión del Vía Crui It, v aplastó a 414 personas. La tragedia se recuerda todavía. I i' Ir: afueras, el santuario de Sant Salvador es un lugar lililí visitado, con una iglesia y una hospedería del siglo XVIII qiu domina todo el paisaje. También es relevante el castillo •I* Suntueri, una de las pocas fortalezas de la isla que conseri a -oí |llanta en buen estado. Se construyó en el siglo XIV sobre isulmana que a su vez utilizó una obra defensiva romaihi 'iu estratégica posición le permitía dominar cómodamente fu i oslas de Levante. Sus muros tienen aspilleras y perfiles «luí: nudos, con torre de planta cuadra­ tín 1si epto la del homenaje, que es

La

ig l e sia

PARROQUIAL de

Felanitx (a pie de página) está dedicada a Sant Miquel. Su fachada es manierista, de cabecera barroca, aunque el templo original es más antiguo, pues data del siglo XIV; en ella destaca una imponente escalinata y un gran rosetón. Otra bonita iglesia en esta población es la de Sant Agustí.

o

m ï

B MFAKFJSRutalñDe M aó a Fornells

Maó, su puerto, sus gentes y sus bellos alrededores

L as

t ie r r a s d e

PASTO (sobreestas líneas,

prados cerca del Cap de Cavalleria) abundan en el nortedeMenorca, cuyo origengeológico es muy antiguo, hechoquese aprecia en el color rojo oscurocaracterístico del terreno. Arriba, unapiara junto alyacimiento de TalatídeDalt.

L a s t íp ic a s “TANQUES” menorquims,

la puerta de accceso a las tradicionalesfum s rústicas, en las que aún se respira el aroma de antaño.

El

m onte

Toro,

con sus 357 metros de altitud, es el techo de la isla. Se encuentra prácticamente en el centro geográfico de la misma, en el término de Es Mercadal, a medio camino

Mediterránea y nórdica al mismo tiempo. Mezcln de paisaje bretón y de blancura africana, Menorca es un mundo aparte dentro de las Islas Baleares. Muchas cosas la distinguen de Mallorca, y todavía más de Eivissa y Formentera. Menorca es una isla llana, con unas pocas elevaciones de apenas tres cientos metros como el monte Toro. El clima es más húmedo, y sobre todo más ventoso, que en las otras islas. Al norte, colinas verdes donde pacen los rebaños de vacas. En la vertiente meridional, una plataforma calcárea sobre la que se abren los barrancs, verdaderos microcosmos de vegetación y fauna peculiares.

S

us monumentos prehistóricos son únicos en todo el Mediterráneo, y el hecho de haber estado bajo dominio británico durante casi todo e l siglo X V III ha influido en las costumbres y el carácter de su gente. De ahí procede esa com binación casi imposible de las ventanas de cuadrícula y guillo tina con la luz de las paredes encaladas. Los grandes caserones de fachada roja, como la famosa Golden Fartn, que destaca sobre los azules del cielo y el mar. Por todo ese cúmulo de factores, en 1993 la UN ESCO dedil ró la isla Reserva de la Biosfera y consagró así el carácter de pequeño microcosmos donde se conservan paisajes, raonu mentos y tradiciones en estado de envidiable integridad. La Menorca deslumbrante de la calas del sur -cala Macarellii, cala Mitjana, cala Trebalúger, cala Galdana- se ha converlidii en un destino turístico de primer orden. Pero la isla no ha | >ci dido por ello ni un ápice de su personalidad. Con una econo mía basada en un tejido de pequeñas empresas, desde el pi in cipio colocó al turismo en un lugar complementario, cons ciente del peligro de caer en el monocultivo y la destrucción del paisaje. Menorca es también una isla donde la oferta cultural casi supe ra al incentivo puramente playero. Los menorquines, que pnir cen haber heredado la flema de los británicos, son cultos t amantes de sus tradiciones. Como un símbolo, las fíeito di Sant Joan de Ciutadella, con sus juegos ecuestres y cabalglilim, proceden directamente de la Edad Media. Maó, la capital insular, tiene un teatro de la O pera nada j i i c i h h que desde 1829. Otra institución es el Orfeó Maonès. lAindudii

B u , i ’a r tsR t ¡/íí 0

En

De M aó a Fom ells

C ala

con una hermosa playa, puede verse una torre de vigilancia renacentista. Arriba, antigyias cuevas.

M E S Q U ID A ,

El

“llo c”

de

Sant

(abajo) -la palabra “lloc” denomina en Menorca una casa rural- es una mansión colonial con balcones y porches que miran al puerto de Maó. Según parece, en ella se alojaron el almirante N e l s o n lad\' ANTONI

La

cultural

inevitablemente por dos antiguas instituciones: S ’A teneu de M aó (arriba) y el Círculo Artístico de Ciutadella (arriba, a la izquierda), fondado en el año 1881.

A todo ello hay que sumar las sociedades culturales. El Ateneo científico y literario de Maó funciona desde 1905 y constituye un centro de cultura viva. Posee una completa biblioteca de temas menorquines, y en sus salones tienen lugar exposiciones de pintura, conferencias, debates, tertulias, clases de técnicas artísticas... Es difícil encontrar a alguien que, un día u otro, no haya pasado por S’Ateneu. En Ciutadella, se encuentra otra veterana sociedad: el Círculo Artístico. Fundado en 1881, con voca anualmente el premio Born de Teatro, uno de los más importantes de toda España. Menorca ha sido calificada de “museo al aire libre”, ya que cuenta con un excepcional palo monio arqueológico. Los monumentos mu.» conocidos son las navetas, llamadas así pin parecerse a una nave invertida, de las que destaca la Naveta des 'lúdons. uno de los edificios prehistórico» mejor conservados de Europa.

v id a



U

n

p a t r im o n io

a r q u e o l ó g ic o

s in

ig u a l

I ,(t ruíneles torres de piedra llamadas talayots se levantan por IiiiIii la isla. Colosales y desafiantes, algunas sorprenden todai Itt pin su envergadura. Por otro lado, las taulas son el enigma iMi|iu‘ológico de Menorca. Los investigadores no se ponen de r nenio sobre su función. ¿Eran meras pilastras para apoyar tul lecho de piedras? ¿Constituían un descomunal altar de til illíi ios? ¿Fueron la imagen de algún dios? i n ningún otro lugar del Mediterráneo han aparecido monuHH lilus como éstos. Tal vez por ello, guardan todavía una pal­ pítame sensación de misterio. Si se acude a visitarlas por la IHii lie, cuando la luna refulge en sus piedras, la sensación resul­ ta lililí il de olvidar. II Menorca es isla ganadera y no de cultivos agrícolas, t "la 11 instrucciones se conservaron en bastante buen estado, j e i Inulas de Trepucó, Binissafullet, Tala H ó, Dalt (Maó), Torralba d’en Salord, han Llisá (Alaior), Torretrencada y lia o II,iluda (Ciutadella) son las que ¡unan nen un mayor empaque. Pero mli m i de la los espectaculares restos Htelihlnricos, Menorca ofrece otros cu tumi ios, Por ejemplo, su salvaje eoss lu imite, form ada por acantilados

e l c o m e r c io p o r t u a r io

,

centralizado en Maó, la capital, y la ganadería son actividades tradicionales de la isla de Menorca. E l litoral y el interior, tan cercanos como diferentes, han ido y siguen yendo de la mano. La N

aveta d es

(bajo estas líneas), una de las construcciones prehistóricas mejor conservadas de Europa, y la torre d ’en Gaumés (izquierda) son sólo dos ejemplos del inmenso patrimonio arqueológico de Menorca.

T

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ONS

B A L E A R E S i?w to I3 ¿ >

M aó a Fornells

es un destacado poblado turístico de la costa de Sant Lluís. Junto a estas líneas, dos destacados enclaves costeros: arriba, la playa de Cavalleria; debajo, la cala Pilar. B iN IB E C A

R

eparar u n a r ed

antes de hacerse a la mar resulta esencial para los pescadores. Fornells es un importante pueblo pesquero que ha conseguido fa m a m undial gracias a un exquisito plato menorquino: la “caldereta de llagosta ”.

da tramontana que llega del golfo de León. Favàritx, el Cap de Cavalleria o la cala Pilar son algunos de esos promontorios desolados y solitarios de la costa septentrional, que parecen el fin del mundo. Sus despeñaderos están llenos de nombres como Cala Morts (cala de los Muertos) o montaña del Anli crist. Desde los tiempos romanos, numerosos barcos lian acabado sus días contra las rocas, empujados por el temporal.

Ciutadella, la ciudad que mira a poniente y desde la que se contemplan las montañas de Mallorca, es una pequeña Florencia insular. En el siglo XVII, su nobleza dominaba la isla. Los grandes terratenientes levantaron ent1" il llevaderos de piedra probablemente de origen árabe. b|lll se abandona el camino más ancho para tomar otro que in pa hasta una casa con arcadas. Al poco, un bosquecillo y unu tunca (“cerca”) donde se puede dejar el coche. Siguiendo el -i m ino se alcanza el mirador de Ses Balandres, un acantiM n i Ir 215 metros de altura; enfrente, se divisan las curiosas iiln'i Margalides. El panorama es estupendo, y recorriendo la tm'ilii se goza de varias perspectivas. Quienes tienen piernas m i l l e s pueden descender hasta el mar, siguiendo un sendero 1 i lie ., adores. I lll a mía nos conduce al pueblo de Sant Miquel ihi Ihilunsat encaramado en un pequeño otero i|ui nía el puntiagudo campanario de la igle|m, ih‘ lumia muy característica, con un amplio ¡tliin ili hullero flanqueado por tres arcos. ■ pío, que servía a la vez de forta Itei «lile los desembarcos del cerca i ■■ río, comenzó a construirse en ... ti linio \ iv o xv, y las capillas lateoili ■i i añadidas en 1690. I I -ili lo de la iglesia sirve de ■ i ii.ni., para exhibiciones foll-Hiii' ¡i ■ desde hace ya veintiMlio míos Vale la pena conIt mi.Lu las vistosas indumcnta-

¡§ (1 1 1

i

-I f H f l H f

un amplio atrio delantero flanqueadopor tres arcos. La construcción de las parroquias ibicencas responde a un. deseo ilustrado de racionalizar la gestión administrativa de la isla. Arriba, vista

IGLESIA de Sant Miquel deBalansat (arriba, detalle del interior) es un templo que servia a la vezdefortaleza ante los desembarcos del cercanopuerto. Abajo, vista del campanario.

La



BALEARESi?MtaElDe San t A ntoni de P ortm any a Balàfia

u

E l P o rt de Sant MiQUEL es un lugar

privilegiado para admirar las bellezas naturales de las montañas ibicemas. Abierto al norte y rodeado de elevaciones boscosas, su playa ha sido acondicionada recientemente.

S a n t L lo r e n ç d e B a l à f i a cuenta con una

iglesia parroquial construida en el siglo XVIII, cuyo atrio dispone de un sola arco de entrada. Arriba, detalles del interior y del exterior de k iglesia. Abajo, panorámica del Port de San Miquel.

sa llarga o ses nou rodades (“las nueve vueltas”). De Sant Mii|iicl parte una carretera secundaria que lleva a Sant Mateu, y que da acceso a la zona conocida como el Portixol. Antes de llu gar al final de la angulosa ruta, es conveniente detenerse cu mi llano al lado de una casa en ruinas. El macizo de la izquierda es el Cap Rubio, y a la derecha se alza el Penyal de S’Agiil la, con los acantilados de Na Xamena al fondo. Siguiendo un sendero hacia la izquierda se escucha enseguida un rumot I $

un salto de agua conocido como Salt d’en Pep Solaics. El Port de Sant Miquel aparece bastante modificado pin luí nuevas construcciones que lo rodean Abierto al norte y rodeado de elevar lu nes boscosas, su playa ha sido acniidl cionada recientemente. Sobre el ¡u mili lado se levanta la torre de Baliiiidil y fuera del puerto y a la izquierda se di vi sa la isla Murada, llamada asi poi man antiguos muros que seguramente servían para recoger ganado También en ella vive una lagartija endémica llamada wuiiiiltn sis, que se caracteriza por sus vivos colores. En las alturas del Port de Sant Miquel está la C ova de () habitacion es.

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