DOSSIER NÚMERO 32 JULIO / SEPTIEMBRE 2009
6 € España y Andorra. 9,50 € Europa.
Las dos TURQUÍAS Binnaz Toprak Andrew Davison Murat Akan Serif Mardin Bilal Sambur Ümit Cizre D. Ali Arslan Mustafa Kutlay Nilüfer Göle Graham E. Fuller Donald Bloxham Seyfi Tashan F. Stephen Larrabee Omer Taspinar
6 EUROS
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EDITORIAL
Dualismo turco a idea de un país partido en dos naciones no la ha tenido Turquía. La imagen se debe a Benjamin Disraeli, que la expuso en Sybil, or the Two Nations, de 1845. En España, la idea la encontramos en Larra, Galdós y Ortega y Gasset. Y el dualismo ha presidido la historia francesa: primero, con las guerras de religión y el enfrentamiento entre iglesia y Estado; más tarde, entre monarquía y república; después, entre colaboracionismo y resistencia, y finalmente, entre derecha e izquierda. Esta monografía de VANGUARDIA DOSSIER es un análisis político, cultural, económico y social de las dos Turquías, república laica de mayoría musulmana. Turquía vive una guerra cultural entre un bando laico, dirigido por los militares (Cizre), y otro islamista, fuerte en las zonas rurales (Toprak). La nación laica es la obra del kemalismo, la ideología que lleva el nombre de Mustafá Kemal, Atatürk, el fundador de la república cuyo ideario es un corporativismo (Akan), y sus elites militar, política, empresarial y mediática constituyen un “gobierno invisible” frente al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, un islamista moderado (Arslan). Esta Turquía laica, que asiste a la aparición de una nueva elite que ya controla la presidencia, el gobierno y el legislativo, vive en el temor de que el laicismo no haya conquistado el imaginario social de los turcos (Mardin). Y la nación que apoya al islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en el poder desde 2002, representa a quienes exigen la reforma en un escenario donde el auténtico poder es el ejército (Sambur), que ya ha protagonizado siete intervenciones. En este enfrentamiento no hay que preguntarse si hay modernidad en Turquía, sino cuál es la naturaleza de la modernidad (Davison). Las mujeres turcas, por ejemplo, tienen un papel para determinar el rumbo del cambio, pero, al mismo tiempo, son víctimas de las divisiones religiosas, étnicas y culturales (Göle). La experiencia histórica de Turquía provoca una relación de amor y odio con Occidente (Kutlay). Pero la situación actual es paradójica: el principal problema turco sería un creciente resentimiento nacionalista contra Occidente, ya que los kemalistas sospechan de los occidentales, a los que ven permisivos hacia los islamistas (Taspinar). La importancia estratégica de Turquía para Occidente se debe a su capacidad para hacer de puente con el mundo musulmán y para ser una fuerza estabilizadora en Oriente Medio, Cáucaso y Asia central (Larrabee). Pero hay cuestiones, como la armenia y la minoría kurda, que alteran las relaciones cambiantes con Estados Unidos y la Unión Europea (Bloxham). Turquía ya aborda la cuestión kurda de manera abierta por primera vez (Fuller), aunque el sentimiento antiestadounidense ha crecido porque los turcos consideran que Washington apoya tácitamente a los kurdos. Erdogan ha acelerado el paso reformista hacia Europa más que todos sus predecesores. Queda, sin embargo, mucho camino por recorrer (kurdos, armenios, Chipre, democracia, derechos humanos). Y Francia y Alemania son contrarias a abrirle las puertas. Pero si se excluye a Turquía, los intereses estratégicos europeos (gaseoductos y oleoductos) podrían verse amenazados por la presión nacionalista (Tashan). El futuro del pasado turco es incierto.
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ILUSTRACIONES DE RAFAEL GRIERA
Xavier Batalla
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SUMARIO JULIO / SEPTIEMBRE 2009
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Las dos Turquías: islamismo, laicismo y democracia
48| EL LARGO BRAZO MILITAR
94| EL PUENTE DE LA ENERGÍA
por Binnaz Toprak El debate sobre el papel del islam en la sociedad ha provocado una profunda división entre las elites defensoras del laicismo y las que alimentan la corriente islamista. Nunca en la historia de la república la población ha estado tan polarizada como hasta ahora.
52| La elite contemporánea del poder
98| Revitalizar las relaciones con Estados Unidos
16| LOS PODERES TURCOS 18| La modernidad: mito y realidad,
tormenta y verdad por Andrew Davison La modernidad en Turquía dista de ser un simple mito. La cuestión clave no consiste en analizar si hay modernidad o no, sino cuál es la auténtica naturaleza de la modernidad en su sociedad.
por D. Ali Arslan Las elites política, militar, empresarial y mediática constituyen la elite del poder o “gobierno invisible” frente al Gobierno encabezado por Recep Tayyip Erdogan, un islamista moderado. .
60| La economía durante la era republicana por Mustafa Kutlay La economía turca ofrece un aspecto más sólido que en el pasado gracias a sus experiencias con las crisis y a las mejoras del período posterior a 2001. Los antecedentes históricos determinan las relaciones (amor y odio) con los países occidentales.
68| Más allá del velo. Las mujeres, figuras de
pluralismo, enfrentamiento y reconciliación 24| La Turquía de Atatürk: las raíces, ramas
y mitos del laicismo kemalista por Murat Akan Nacionalismo, populismo, estatismo, laicismo, republicanismo y reformismo definen en mayor medida el contenido del ideario kemalista, que es una ideología de tercera vía, ni socialista ni liberal.
26| ASIA MENOR EN LA HISTORIA 32| Renacer islámico y laicismo turco por Şerif Mardin Las elecciones locales de marzo de 2009 han evidenciado que para comprender el resurgir del islamismo en Turquía y disponer de una visión inteligente de las promesas del islam para el futuro del país, hay que partir de los datos surgidos del contexto local.
38| La gran transformación del islam como
ideología política (el caso del AKP y Erdogan) por Bilal Sambur La ideología islamista rechaza el statu quo y trata de cambiar la política y la sociedad. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) representa la occidentalización del islam como ideología política, no la islamización de la política.
46| El papel político del ejército en el siglo XXI:
democracia, laicismo y golpes con hermosos seudónimos por Ümit Cizre Las atribuciones del ejército turco, el segundo en importancia de la OTAN, exceden a las de sus homólogos de las democracias occidentales. No es únicamente una organización militar profesional, sino el elemento nuclear del sistema político del Estado.
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por F. Sthepen Larrabee La importancia estratégica de Turquía para Estados Unidos se debe a la capacidad turca como puente entre Occidente y el mundo musulmán, así como de poder actuar como una fuerza estabilizadora en Oriente Medio, Asia central y el Cáucaso.
por Nilüfer Göle Las mujeres turcas son marcadores simbólicos, mediadoras culturales, agentes comprometidas, portavoces públicos y desempeñan un papel decisivo para determinar el rumbo de la democracia turca. Pero, al mismo tiempo, son víctimas de las divisiones religiosas, étnicas y culturales de la propia sociedad.
73| El desafío kurdo por Graham E. Fuller Aunque es imprevisible saber a donde llevará el proceso de la “cuestión kurda” (más de 28 millones de personas en los territorios históricos), por primera vez durante la república el tema está siendo abordado de una manera abierta, realista y seria.
74| LA NACIÓN KURDA 78| La cuestión armenia por Donald Bloxham La cuestión de las matanzas de armenios a principios del siglo XX está vinculada a las relaciones cambiantes de Turquía con Estados Unidos, la Unión Europea y el propio Estado de Armenia.
84| CRONOLOGÍA. DE ATATÜRK A ERDOGAN. HISTORIA DE UNA REPÚBLICA LAICA CON UNA MAYORÍA ISLAMISTA
92| La Unión Europea-Turquía: obstáculos
y perspectivas por Seyfi Tashan Si Turquía es excluida de la UE, la favorable posición económica y política de los europeos en el país podría verse muy presionada por el nacionalismo, y el islamismo podría radicalizarse.
105| La compleja política turca
para Oriente Medio por Omer Taspinar Mientras el Gobierno de AKP asume un papel más activo en el contencioso israelo-palestino y estrecha relaciones con Irán, Iraq y Siria, el ‘establishment’ kemalista sospecha de las políticas occidentales, que consideran permisivas hacia los islamistas y peligrosamente tolerantes con el nacionalismo kurdo.
106| EL MOTOR DEL CRECIENTE FÉRTIL
PARA SABER MÁS 113| LIBROS 116| LITERATURA 118| CINE 120| VIAJES 122| WEBS
VANGUARDIA DOSSIER www.vanguardiadossier.com Número 32 / AÑO 2009 Editor: Javier Godó, Conde de Godó Consejera editorial: Ana Godó Director: José Antich Directores adjuntos: Xavier Batalla / Alex Rodríguez Redacción: Joaquim Coca / Toni Merigó Marc Bello (diseño e infografía)
© LA VANGUARDIA EDICIONES S.L. BARCELONA, 2007. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Esta publicación no puede ser reproducida; ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la empresa editora.
Edita La Vanguardia Ediciones S.L. Avenida Diagonal, 477, 9ª planta 08036 Barcelona
[email protected] Publicidad: Publipress Media, S.A. Av. Diagonal, 475 - 08036 Barcelona. Tel.: 93 344 31 20
[email protected] Suscripción y distribución: Pere IV, 467 - 08020 Barcelona Tel.: 93 361 36 00. Fax: 93 361 36 68
DOSSIER Patrocinado por
[email protected] Depósito Legal: B-12.026.02 ISSN: 1579-3370 Impreso en: ROTOCAYFO-QUEBECOR Distribuye: Marina Press
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Las dos Turquías: islamismo, laicismo y democracia
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94| EL PUENTE DE LA ENERGÍA
por Binnaz Toprak El debate sobre el papel del islam en la sociedad ha provocado una profunda división entre las elites defensoras del laicismo y las que alimentan la corriente islamista. Nunca en la historia de la república la población ha estado tan polarizada como hasta ahora.
52| La elite contemporánea del poder
98| Revitalizar las relaciones con Estados Unidos
16| LOS PODERES TURCOS 18| La modernidad: mito y realidad,
tormenta y verdad por Andrew Davison La modernidad en Turquía dista de ser un simple mito. La cuestión clave no consiste en analizar si hay modernidad o no, sino cuál es la auténtica naturaleza de la modernidad en su sociedad.
por D. Ali Arslan Las elites política, militar, empresarial y mediática constituyen la elite del poder o “gobierno invisible” frente al Gobierno encabezado por Recep Tayyip Erdogan, un islamista moderado. .
60| La economía durante la era republicana por Mustafa Kutlay La economía turca ofrece un aspecto más sólido que en el pasado gracias a sus experiencias con las crisis y a las mejoras del período posterior a 2001. Los antecedentes históricos determinan las relaciones (amor y odio) con los países occidentales.
68| Más allá del velo. Las mujeres, figuras de
pluralismo, enfrentamiento y reconciliación 24| La Turquía de Atatürk: las raíces, ramas
y mitos del laicismo kemalista por Murat Akan Nacionalismo, populismo, estatismo, laicismo, republicanismo y reformismo definen en mayor medida el contenido del ideario kemalista, que es una ideología de tercera vía, ni socialista ni liberal.
26| ASIA MENOR EN LA HISTORIA 32| Renacer islámico y laicismo turco por Şerif Mardin Las elecciones locales de marzo de 2009 han evidenciado que para comprender el resurgir del islamismo en Turquía y disponer de una visión inteligente de las promesas del islam para el futuro del país, hay que partir de los datos surgidos del contexto local.
38| La gran transformación del islam como
ideología política (el caso del AKP y Erdogan) por Bilal Sambur La ideología islamista rechaza el statu quo y trata de cambiar la política y la sociedad. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) representa la occidentalización del islam como ideología política, no la islamización de la política.
46| El papel político del ejército en el siglo XXI:
democracia, laicismo y golpes con hermosos seudónimos por Ümit Cizre Las atribuciones del ejército turco, el segundo en importancia de la OTAN, exceden a las de sus homólogos de las democracias occidentales. No es únicamente una organización militar profesional, sino el elemento nuclear del sistema político del Estado.
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por F. Sthepen Larrabee La importancia estratégica de Turquía para Estados Unidos se debe a la capacidad turca como puente entre Occidente y el mundo musulmán, así como de poder actuar como una fuerza estabilizadora en Oriente Medio, Asia central y el Cáucaso.
por Nilüfer Göle Las mujeres turcas son marcadores simbólicos, mediadoras culturales, agentes comprometidas, portavoces públicos y desempeñan un papel decisivo para determinar el rumbo de la democracia turca. Pero, al mismo tiempo, son víctimas de las divisiones religiosas, étnicas y culturales de la propia sociedad.
73| El desafío kurdo por Graham E. Fuller Aunque es imprevisible saber a donde llevará el proceso de la “cuestión kurda” (más de 28 millones de personas en los territorios históricos), por primera vez durante la república el tema está siendo abordado de una manera abierta, realista y seria.
74| LA NACIÓN KURDA 78| La cuestión armenia por Donald Bloxham La cuestión de las matanzas de armenios a principios del siglo XX está vinculada a las relaciones cambiantes de Turquía con Estados Unidos, la Unión Europea y el propio Estado de Armenia.
84| CRONOLOGÍA. DE ATATÜRK A ERDOGAN. HISTORIA DE UNA REPÚBLICA LAICA CON UNA MAYORÍA ISLAMISTA
92| La Unión Europea-Turquía: obstáculos
y perspectivas por Seyfi Tashan Si Turquía es excluida de la UE, la favorable posición económica y política de los europeos en el país podría verse muy presionada por el nacionalismo, y el islamismo podría radicalizarse.
105| La compleja política turca
para Oriente Medio por Omer Taspinar Mientras el Gobierno de AKP asume un papel más activo en el contencioso israelo-palestino y estrecha relaciones con Irán, Iraq y Siria, el ‘establishment’ kemalista sospecha de las políticas occidentales, que consideran permisivas hacia los islamistas y peligrosamente tolerantes con el nacionalismo kurdo.
106| EL MOTOR DEL CRECIENTE FÉRTIL
PARA SABER MÁS 113| LIBROS 116| LITERATURA 118| CINE 120| VIAJES 122| WEBS
VANGUARDIA DOSSIER www.vanguardiadossier.com Número 32 / AÑO 2009 Editor: Javier Godó, Conde de Godó Consejera editorial: Ana Godó Director: José Antich Directores adjuntos: Xavier Batalla / Alex Rodríguez Redacción: Joaquim Coca / Toni Merigó Marc Bello (diseño e infografía)
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Edita La Vanguardia Ediciones S.L. Avenida Diagonal, 477, 9ª planta 08036 Barcelona
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Las dos Turquías islamismo, laicismo y democracia Binnaz Toprak UNIVERSIDAD BAHÇEŞEHIR, ESTAMBUL.
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Las dos Turquías islamismo, laicismo y democracia Binnaz Toprak UNIVERSIDAD BAHÇEŞEHIR, ESTAMBUL.
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posteriores, la prensa extranjera informó de meses posteriores, se produje- que esas manifestaciones ponían de manifiesto ron varias manifestaciones la división del país en “dos Turquías”. El motivo de la polémica –la elección preconvocadas por organizaciones no gubernamentales con- sidencial– acabó por convertirse en un tira y tra lo que se percibía como afloja entre quienes se mostraban sensibles a una grave amenaza para los la cuestión del laicismo y los partidarios o fundamentos laicos de la repú- simpatizantes del AKP, un partido cuyas raíces blica turca. Dirigidas contra se encuentran en la política islamista de las las políticas del Gobierno del Partido de la Jus- décadas de 1980 y 1990. El AKP llegó al poder ticia y el Desarrollo (AKP) y en especial contra en las elecciones del año 2002, tras la división su postura en relación con la elección de un del Partido Refah de Necmettin Erbakan y la fundación de un nuenuevo presidente, se vo partido bajo la dicelebraron en el inter- El AKP nunca convenció a la rección de los llamavalo de unas pocas se- opinión pública laica a pesar dos “reformistas”. manas; la primera, en de sus intentos para distanciarse El AKP intentó la capital, Ankara, la side los postulados islamistas del distanciarse del antiguiente en la segunda guo partido islamista ciudad más importante viejo partido de Erbakan y de sus del país, Estambul, y reiteradas promesas reformistas dirigido por Erbakan, hizo campaña en torvarias más en diversas no a un nuevo prograciudades de Anatolia. Si bien los cálculos difieren, a la manifestación de ma por el que se comprometía a consolidar Estambul asistieron entre 300.000 y un millón las reformas democráticas y el ingreso de Turde personas. Hay un acuerdo general en que quía en la Unión Europea y, en sus primeros fueron las manifestaciones más multitudina- cinco años de mandato tras 2003, siguió aplirias de la historia de la república, como afir- cando unas políticas que demostraron ese man cuantos vieron desfilar por la televisión a compromiso; no obstante, nunca logró conlas interminables mareas humanas. En los días vencer a la opinión pública laica de que su
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N ABRIL DE 2007 Y DURANTE LOS
L AS DOS TURQUÍAS: ISL AMISMO, L AICISMO Y DEMOCR ACIA
dirección y sus cuadros habían modificado de modo radical sus anteriores posiciones. Gran parte de las dudas surgen del estilo de vida de su dirección y sus seguidores; y, en especial, de la abrumadora presencia de mujeres cubiertas entre las esposas, así como de la conservadora postura del partido en relación con los temas morales (por ejemplo, el intento a finales de 2005 de criminalizar el adulterio). A ello se añadió el más reciente temor de que el partido estuviera “islamizando” poco a poco el país nombrando para importantes posiciones de poder a seguidores que comparten ese estilo de vida. El debate empezó con el nombramiento del nuevo presidente del Banco Central, cuya mujer va cubierta, y con los posteriores nombramientos de otros cargos públicos importantes. El último episodio de este debate fue la candidatura del ministro de Asuntos Exteriores Abdullah Gül a la presidencia de la república. Aunque Gül es un político respetado dentro y fuera del país y entre los círculos comunitarios, tenía un inconveniente: una esposa que usa pañuelo y que, además, había denunciado al Estado turco ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por ese tema (una denuncia, de todos modos, que retiró cuando Gül se convirtió en ministro de Asuntos Exteriores). Para el bando laico, resultaba inaceptable que
un hombre con una mujer que luce el pañuelo islámico ocupara un cargo que representa la república laica. Los acontecimientos que se produjeron tras su candidatura pusieron claramente de manifiesto la división existente en el seno del país. La primera vuelta de las elecciones presidenciales fue muy contestada por el partido de la oposición laica, el Partido Republicano del Pueblo (CHP). El CHP recurrió al Tribunal Constitucional por esta polémica y por el gran debate constitucional acerca del número de votos necesario para llevar a cabo un proceso electoral presidencial. Mientras el tribunal deliberaba, el ejército emitió un “aviso” a través de internet manifestando su preocupación ante la “creciente oleada de fundamentalismo islámico” del país; las manifestaciones y las protestas civiles se extendieron de ciudad en ciudad; el tribunal acabó decidiéndose en favor de las objeciones de la oposición; se paralizó el proceso electoral y a ello siguió la convocatoria de elecciones anticipadas. El resultado fue la reelección del AKP por un abrumador 47 por ciento, un cambio constitucional en la elección del presidente por votación popular directa y la elección de Gül como presidente. El último intento laico de detener lo que se percibía como una amenaza fundamentalista fue el inicio de
La postura del Gobierno sobre la moralidad y el abrumador uso del pañuelo por parte de esposas de altos dirigentes ha atizado el debate sobre los estilos de vida islámica de la nueva dirección
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posteriores, la prensa extranjera informó de meses posteriores, se produje- que esas manifestaciones ponían de manifiesto ron varias manifestaciones la división del país en “dos Turquías”. El motivo de la polémica –la elección preconvocadas por organizaciones no gubernamentales con- sidencial– acabó por convertirse en un tira y tra lo que se percibía como afloja entre quienes se mostraban sensibles a una grave amenaza para los la cuestión del laicismo y los partidarios o fundamentos laicos de la repú- simpatizantes del AKP, un partido cuyas raíces blica turca. Dirigidas contra se encuentran en la política islamista de las las políticas del Gobierno del Partido de la Jus- décadas de 1980 y 1990. El AKP llegó al poder ticia y el Desarrollo (AKP) y en especial contra en las elecciones del año 2002, tras la división su postura en relación con la elección de un del Partido Refah de Necmettin Erbakan y la fundación de un nuenuevo presidente, se vo partido bajo la dicelebraron en el inter- El AKP nunca convenció a la rección de los llamavalo de unas pocas se- opinión pública laica a pesar dos “reformistas”. manas; la primera, en de sus intentos para distanciarse El AKP intentó la capital, Ankara, la side los postulados islamistas del distanciarse del antiguiente en la segunda guo partido islamista ciudad más importante viejo partido de Erbakan y de sus del país, Estambul, y reiteradas promesas reformistas dirigido por Erbakan, hizo campaña en torvarias más en diversas no a un nuevo prograciudades de Anatolia. Si bien los cálculos difieren, a la manifestación de ma por el que se comprometía a consolidar Estambul asistieron entre 300.000 y un millón las reformas democráticas y el ingreso de Turde personas. Hay un acuerdo general en que quía en la Unión Europea y, en sus primeros fueron las manifestaciones más multitudina- cinco años de mandato tras 2003, siguió aplirias de la historia de la república, como afir- cando unas políticas que demostraron ese man cuantos vieron desfilar por la televisión a compromiso; no obstante, nunca logró conlas interminables mareas humanas. En los días vencer a la opinión pública laica de que su
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dirección y sus cuadros habían modificado de modo radical sus anteriores posiciones. Gran parte de las dudas surgen del estilo de vida de su dirección y sus seguidores; y, en especial, de la abrumadora presencia de mujeres cubiertas entre las esposas, así como de la conservadora postura del partido en relación con los temas morales (por ejemplo, el intento a finales de 2005 de criminalizar el adulterio). A ello se añadió el más reciente temor de que el partido estuviera “islamizando” poco a poco el país nombrando para importantes posiciones de poder a seguidores que comparten ese estilo de vida. El debate empezó con el nombramiento del nuevo presidente del Banco Central, cuya mujer va cubierta, y con los posteriores nombramientos de otros cargos públicos importantes. El último episodio de este debate fue la candidatura del ministro de Asuntos Exteriores Abdullah Gül a la presidencia de la república. Aunque Gül es un político respetado dentro y fuera del país y entre los círculos comunitarios, tenía un inconveniente: una esposa que usa pañuelo y que, además, había denunciado al Estado turco ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por ese tema (una denuncia, de todos modos, que retiró cuando Gül se convirtió en ministro de Asuntos Exteriores). Para el bando laico, resultaba inaceptable que
un hombre con una mujer que luce el pañuelo islámico ocupara un cargo que representa la república laica. Los acontecimientos que se produjeron tras su candidatura pusieron claramente de manifiesto la división existente en el seno del país. La primera vuelta de las elecciones presidenciales fue muy contestada por el partido de la oposición laica, el Partido Republicano del Pueblo (CHP). El CHP recurrió al Tribunal Constitucional por esta polémica y por el gran debate constitucional acerca del número de votos necesario para llevar a cabo un proceso electoral presidencial. Mientras el tribunal deliberaba, el ejército emitió un “aviso” a través de internet manifestando su preocupación ante la “creciente oleada de fundamentalismo islámico” del país; las manifestaciones y las protestas civiles se extendieron de ciudad en ciudad; el tribunal acabó decidiéndose en favor de las objeciones de la oposición; se paralizó el proceso electoral y a ello siguió la convocatoria de elecciones anticipadas. El resultado fue la reelección del AKP por un abrumador 47 por ciento, un cambio constitucional en la elección del presidente por votación popular directa y la elección de Gül como presidente. El último intento laico de detener lo que se percibía como una amenaza fundamentalista fue el inicio de
La postura del Gobierno sobre la moralidad y el abrumador uso del pañuelo por parte de esposas de altos dirigentes ha atizado el debate sobre los estilos de vida islámica de la nueva dirección
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un proceso judicial contra el AKP por parte del ministro de Justicia basándose en el endeble argumento de que el partido había violado el laicismo de la república, amparado por la Constitución. La decisión del Tribunal Constitucional fue advertir al AKP de que se había convertido efectivamente en el centro de la oposición al laicismo, pero el partido escapó a la disolución. En el núcleo de este tira y afloja se encuentra un debate sesquicentenario acerca del papel del islam en la sociedad turca, un debate que ha provocado una profunda división del país en los últimos años. Sus inicios pueden remontarse a mediados del siglo XIX, cuando empezó a modernizarse el imperio otomano. Como otros grandes imperios que se habían quedado atrás en la carrera de la industrialización, también los otomanos encontraron la panacea en la imitación de ejemplos occidentales para reformar sus instituciones. Las postrimerías del siglo XIX presenciaron la aceleración de este debate entre los bandos islamista y occidentalista, que desembocó en la creación de la república en 1923 por parte de unos cuadros revolucionarios completamente comprometidos con un programa de occidentalización total. Por medio de la represión de la oposición y los levantamientos islamistas durante los años de partido único, los fundadores de la república lograron expulsar el islam del ámbito público y marginar a quienes deseaban que tuviera un papel más visible en la vida política y social de Turquía. Sin embargo, ese éxito fue efímero. Tras la transición a la democracia en 1946, el movimiento islamista decidió seguir las reglas del juego y hacer avanzar su programa mediante la competencia partidista. A partir de la década de los años 1950 se inició en torno al papel de la religión un intenso debate político que ha continuado hasta el día de hoy. En un bando de esta división se encuentran los “laicos”. Tradicionalmente, el “bando laico” ha estado formado por los jueces, la burocracia, la universidad, la intelligentsia, los principales círculos empresariales, la prensa, el ejército y las clases medias y medias altas cultas urbanas. Sin embargo, las posiciones han cambiado con el tiempo. Dentro de cada una de esas categorías, con excepción del ejército, han aparecido nuevos partidarios de las peticiones de los islamistas y personas que ven ahora que el verdadero problema se encuentra en la radi-
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cal y represiva interpretación republicana de las cuestiones relacionadas con la identidad. En el otro bando se encuentran los “islamistas”. Éstos han sido, tradicionalmente, personas procedentes de zonas rurales y pequeñas ciudades o de las clases medias bajas que no formaban –o no podían formar– parte de la “elite occidentalizada del centro y representaban la periferia “musulmana”. Estaban excluidos de la esfera del poder político los grupos de gran posición social y los círculos de prestigio intelectual de la república. Al mismo tiempo, eran quienes menos se beneficiaron de un sistema económico que siguió políticas de sustitución de importaciones hasta 1980, un período durante el cual los contactos con el Estado fueron la clave para el éxito empresarial. Como ha ocurrido en el bando “laico”, su posición ha cambiado con los años, y sus partidarios ocupan hoy importantes posiciones de poder dentro de la burocracia estatal, el Gobierno y la economía. Gracias al islam político y sus éxitos electorales, constituyen hoy lo que cabría definir como una “contraelite” de políticos, empresarios, intelectuales, periodistas, estudiantes universitarios y clases medias y medias altas. Lo que divide en la actualidad esos grupos son las cuestiones relacionadas con el estilo de vida y, en especial, las relaciones de género. La posición de las mujeres en la sociedad se encuentra en la base de los proyectos republicano e islamista. Para el objetivo republicano de formar parte de lo que los padres fundadores consideraron el Occidente “civilizado”, la posición de las mujeres en la sociedad musulmana debe alterarse de modo radical. La reestructuración de las relaciones de género durante los primeros años republicanos fue uno de los logros más importantes del kemalismo. Muchas de las reformas legales y educativas de los primeros años de la república se diseñaron para dotar de poder a las mujeres y lograr que gozaran de idéntica posición que los hombres en el ámbito público. En esa transformación, la república fue efectivamente radical en su abolición de la ley islámica y la apertura de oportunidades educativas y profesionales para las mujeres. Ya a principios de la década de 1930 había muchas mujeres en ámbitos profesionales hasta entonces masculinos, como la judicatura, la medicina o la universidad. Turquía es hasta la fecha el único país del mundo musulmán con un sistema legal sin sesgo de género y progresista por lo que hace
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islamistas en el Gobierno (incluia los derechos de las mujeres. La regulación Consideremos, por ejemplo, la de la moralidad dos los predecesores del AKP) o en la administración municipal: reciente enmienda del código penal como cuestión multas a individuos que comen que reconoce como delito la violade conciencia en público durante el Ramadán, ción marital, una disposición que individual separación por sexos en los autosólo existe en pocos países del buses urbanos, inclusión de texmundo, por no hablar de su inexis- o como tencia en los países de mayoría mu- responsabilidad tos islamistas pedagógicamente inaceptables en las escuelas prisulmana. Aunque, por supuesto, no del Estado son marias y secundarias, traslado de todas las mujeres han conseguido las trincheras restaurantes y bares a las afueras beneficiarse de estos cambios, cada de la feroz de las ciudades, criminalización vez han sido más numerosas las que “guerra del adulterio, tipificación del cashan podido hacerlo a medida que cultural” que tigo por violación según distincioTurquía se hacía económicamente libran laicos nes normativas de la situación de más avanzada y las mujeres gozala mujer violada (virgen, casada, ban de mayores oportunidades de e islamistas divorciada), prohibición del alcoacceder a la educación superior y a los puestos de trabajo. El estilo de vida que hol dentro de los límites de la ciudad e incluso acompaña este proyecto republicano se basa en modificación por el verde islámico de las sela mezcla de géneros en los espacios públicos, ñales amarillas internacionales que prohíben ya sean escuelas, restaurantes, bares, discote- detenerse en las calles. En el corazón de esta polémica se encuencas, playas, etcétera. En cambio, el proyecto islamista mundial tra lo que cabría denominar una “guerra cultuse basa en la segregación de los sexos. Si bien ral”. Está relacionada con la cuestión de lo que los islamistas turcos deben distinguirse de los constituye el comportamiento moral. Tradicioislamistas radicales de otros lugares y no pro- nalmente, la interpretación islámica del compugnan una vida pública segregada en función portamiento moral guarda una estrecha relade los sexos, su interpretación de cómo deben ción con la teología islámica que considera sosituarse hombres y mujeres en el ámbito pú- metida a los principios de la ley religiosa la blico difiere de la republicana. Esta diferencia vida comunitaria de los creyentes. La traducse hace patente sobre todo en la exigencia del ción histórica de esta insistencia islámica en el pañuelo en las mujeres y en la separación de control social ha sido dotar a los especialistas los sexos en algunas actividades como, por en la teología y la jurisprudencia islámicas de ejemplo, las zonas de baño separadas en los la autoridad para decidir sobre los límites de la balnearios, los institutos privados masculinos o vida moral. En consecuencia, tanto en los ejemfemeninos, así como en diferentes códigos de plos históricos del Estado islámico como en sus conducta, como la prohibición de servir al- versiones contemporáneas, el modo de vida iscohol en restaurantes u hoteles propiedad de la lámico ha significado la ordenación de las recomunidad islamista o frecuentada por ella, laciones de género sobre la base de la segreuna política ampliada recientemente a todos gación sexual. A menudo, ello ha llevado a la los establecimientos situados dentro de los represión de las mujeres en la esfera pública y límites urbanos en los ayuntamientos goberna- a su reclusión tras prendas que las ocultan y en dos por el AKP en muchas pequeñas ciudades espacios segregados, como en Afganistán bajo el régimen de los talibanes. de Anatolia. Esta concepción islámica de la moralidad Aunque, en general, esas diferencias no se han traducido en una imposición a gran esca- en tanto que cuestión que debe regularse en la la, se han producido diversos intentos en esa vida pública y privada mediante el control del dirección por parte del Gobierno o los ayunta- Estado choca de modo frontal con la intermientos islamistas, como se analizará más pretación laica que deja ese tema a la concienadelante. La tenaz oposición de los grupos lai- cia y la elección individual. Es aquí donde se cos ha conseguido frenar hasta ahora la libra con mayor ferocidad en Turquía la “gueaplicación de las políticas propuestas. Por otro rra cultural” entre islamistas y laicos. En el lado, abundan los ejemplos de intentos de corazón de los universos islamista y laico se imposición pública por parte de los partidos encuentra el ocultamiento de las mujeres.
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un proceso judicial contra el AKP por parte del ministro de Justicia basándose en el endeble argumento de que el partido había violado el laicismo de la república, amparado por la Constitución. La decisión del Tribunal Constitucional fue advertir al AKP de que se había convertido efectivamente en el centro de la oposición al laicismo, pero el partido escapó a la disolución. En el núcleo de este tira y afloja se encuentra un debate sesquicentenario acerca del papel del islam en la sociedad turca, un debate que ha provocado una profunda división del país en los últimos años. Sus inicios pueden remontarse a mediados del siglo XIX, cuando empezó a modernizarse el imperio otomano. Como otros grandes imperios que se habían quedado atrás en la carrera de la industrialización, también los otomanos encontraron la panacea en la imitación de ejemplos occidentales para reformar sus instituciones. Las postrimerías del siglo XIX presenciaron la aceleración de este debate entre los bandos islamista y occidentalista, que desembocó en la creación de la república en 1923 por parte de unos cuadros revolucionarios completamente comprometidos con un programa de occidentalización total. Por medio de la represión de la oposición y los levantamientos islamistas durante los años de partido único, los fundadores de la república lograron expulsar el islam del ámbito público y marginar a quienes deseaban que tuviera un papel más visible en la vida política y social de Turquía. Sin embargo, ese éxito fue efímero. Tras la transición a la democracia en 1946, el movimiento islamista decidió seguir las reglas del juego y hacer avanzar su programa mediante la competencia partidista. A partir de la década de los años 1950 se inició en torno al papel de la religión un intenso debate político que ha continuado hasta el día de hoy. En un bando de esta división se encuentran los “laicos”. Tradicionalmente, el “bando laico” ha estado formado por los jueces, la burocracia, la universidad, la intelligentsia, los principales círculos empresariales, la prensa, el ejército y las clases medias y medias altas cultas urbanas. Sin embargo, las posiciones han cambiado con el tiempo. Dentro de cada una de esas categorías, con excepción del ejército, han aparecido nuevos partidarios de las peticiones de los islamistas y personas que ven ahora que el verdadero problema se encuentra en la radi-
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cal y represiva interpretación republicana de las cuestiones relacionadas con la identidad. En el otro bando se encuentran los “islamistas”. Éstos han sido, tradicionalmente, personas procedentes de zonas rurales y pequeñas ciudades o de las clases medias bajas que no formaban –o no podían formar– parte de la “elite occidentalizada del centro y representaban la periferia “musulmana”. Estaban excluidos de la esfera del poder político los grupos de gran posición social y los círculos de prestigio intelectual de la república. Al mismo tiempo, eran quienes menos se beneficiaron de un sistema económico que siguió políticas de sustitución de importaciones hasta 1980, un período durante el cual los contactos con el Estado fueron la clave para el éxito empresarial. Como ha ocurrido en el bando “laico”, su posición ha cambiado con los años, y sus partidarios ocupan hoy importantes posiciones de poder dentro de la burocracia estatal, el Gobierno y la economía. Gracias al islam político y sus éxitos electorales, constituyen hoy lo que cabría definir como una “contraelite” de políticos, empresarios, intelectuales, periodistas, estudiantes universitarios y clases medias y medias altas. Lo que divide en la actualidad esos grupos son las cuestiones relacionadas con el estilo de vida y, en especial, las relaciones de género. La posición de las mujeres en la sociedad se encuentra en la base de los proyectos republicano e islamista. Para el objetivo republicano de formar parte de lo que los padres fundadores consideraron el Occidente “civilizado”, la posición de las mujeres en la sociedad musulmana debe alterarse de modo radical. La reestructuración de las relaciones de género durante los primeros años republicanos fue uno de los logros más importantes del kemalismo. Muchas de las reformas legales y educativas de los primeros años de la república se diseñaron para dotar de poder a las mujeres y lograr que gozaran de idéntica posición que los hombres en el ámbito público. En esa transformación, la república fue efectivamente radical en su abolición de la ley islámica y la apertura de oportunidades educativas y profesionales para las mujeres. Ya a principios de la década de 1930 había muchas mujeres en ámbitos profesionales hasta entonces masculinos, como la judicatura, la medicina o la universidad. Turquía es hasta la fecha el único país del mundo musulmán con un sistema legal sin sesgo de género y progresista por lo que hace
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islamistas en el Gobierno (incluia los derechos de las mujeres. La regulación Consideremos, por ejemplo, la de la moralidad dos los predecesores del AKP) o en la administración municipal: reciente enmienda del código penal como cuestión multas a individuos que comen que reconoce como delito la violade conciencia en público durante el Ramadán, ción marital, una disposición que individual separación por sexos en los autosólo existe en pocos países del buses urbanos, inclusión de texmundo, por no hablar de su inexis- o como tencia en los países de mayoría mu- responsabilidad tos islamistas pedagógicamente inaceptables en las escuelas prisulmana. Aunque, por supuesto, no del Estado son marias y secundarias, traslado de todas las mujeres han conseguido las trincheras restaurantes y bares a las afueras beneficiarse de estos cambios, cada de la feroz de las ciudades, criminalización vez han sido más numerosas las que “guerra del adulterio, tipificación del cashan podido hacerlo a medida que cultural” que tigo por violación según distincioTurquía se hacía económicamente libran laicos nes normativas de la situación de más avanzada y las mujeres gozala mujer violada (virgen, casada, ban de mayores oportunidades de e islamistas divorciada), prohibición del alcoacceder a la educación superior y a los puestos de trabajo. El estilo de vida que hol dentro de los límites de la ciudad e incluso acompaña este proyecto republicano se basa en modificación por el verde islámico de las sela mezcla de géneros en los espacios públicos, ñales amarillas internacionales que prohíben ya sean escuelas, restaurantes, bares, discote- detenerse en las calles. En el corazón de esta polémica se encuencas, playas, etcétera. En cambio, el proyecto islamista mundial tra lo que cabría denominar una “guerra cultuse basa en la segregación de los sexos. Si bien ral”. Está relacionada con la cuestión de lo que los islamistas turcos deben distinguirse de los constituye el comportamiento moral. Tradicioislamistas radicales de otros lugares y no pro- nalmente, la interpretación islámica del compugnan una vida pública segregada en función portamiento moral guarda una estrecha relade los sexos, su interpretación de cómo deben ción con la teología islámica que considera sosituarse hombres y mujeres en el ámbito pú- metida a los principios de la ley religiosa la blico difiere de la republicana. Esta diferencia vida comunitaria de los creyentes. La traducse hace patente sobre todo en la exigencia del ción histórica de esta insistencia islámica en el pañuelo en las mujeres y en la separación de control social ha sido dotar a los especialistas los sexos en algunas actividades como, por en la teología y la jurisprudencia islámicas de ejemplo, las zonas de baño separadas en los la autoridad para decidir sobre los límites de la balnearios, los institutos privados masculinos o vida moral. En consecuencia, tanto en los ejemfemeninos, así como en diferentes códigos de plos históricos del Estado islámico como en sus conducta, como la prohibición de servir al- versiones contemporáneas, el modo de vida iscohol en restaurantes u hoteles propiedad de la lámico ha significado la ordenación de las recomunidad islamista o frecuentada por ella, laciones de género sobre la base de la segreuna política ampliada recientemente a todos gación sexual. A menudo, ello ha llevado a la los establecimientos situados dentro de los represión de las mujeres en la esfera pública y límites urbanos en los ayuntamientos goberna- a su reclusión tras prendas que las ocultan y en dos por el AKP en muchas pequeñas ciudades espacios segregados, como en Afganistán bajo el régimen de los talibanes. de Anatolia. Esta concepción islámica de la moralidad Aunque, en general, esas diferencias no se han traducido en una imposición a gran esca- en tanto que cuestión que debe regularse en la la, se han producido diversos intentos en esa vida pública y privada mediante el control del dirección por parte del Gobierno o los ayunta- Estado choca de modo frontal con la intermientos islamistas, como se analizará más pretación laica que deja ese tema a la concienadelante. La tenaz oposición de los grupos lai- cia y la elección individual. Es aquí donde se cos ha conseguido frenar hasta ahora la libra con mayor ferocidad en Turquía la “gueaplicación de las políticas propuestas. Por otro rra cultural” entre islamistas y laicos. En el lado, abundan los ejemplos de intentos de corazón de los universos islamista y laico se imposición pública por parte de los partidos encuentra el ocultamiento de las mujeres.
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El hecho de que cada vez se vea en todas las ciudades a más mujeres de la nueva clase media conservadora utilizando el “türban” se ha convertido en un nuevo motivo de preocupación
1. Ali Çarkoğlu y Binnaz Toprak, Değişen Türkiye’de Din, Toplum ve Siyaset [Religión, sociedad y política en una Turquía en cambio], TESEV Yayınları (Estambul), 2006. 2. Ali Çarkoğlu y Binnaz Toprak, Türkiye’de Din, Toplum ve Siyaset [Religión, sociedad y política en Turquía], TESEV Yayınları (Estambul), 2000.
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Esta cuestión debe relacionarse con la memoria colectiva de la opinión laica acerca de la historia pasada turca durante el período otomano, cuando se excluyó a las mujeres musulmanas de la vida pública. Para los hombres y mujeres que han interiorizado la noción republicana de la igualdad de género, las mujeres que utilizan el velo son símbolos de una sexualidad reprimida y de una concepción sexista de la vida pública. Para los islamistas también constituyen un símbolo, pero de una forma de vida musulmana destruida por la república. Para ambos bandos, el tema del velo se envuelve en cuestiones relacionadas con la libertad de creencia y los derechos democráticos de elección por parte de las personas. Para los islamistas, las mujeres que se cubren el cuerpo lo hacen debido a sus creencias (un argumento constantemente repetido por las propias mujeres, como reflejan los estudios académicos basados en encuestas o entrevistas), y también mencionan el derecho civil de la persona a vestir como desee. Para los laicos, en cambio, el velo femenino no puede ser considerado como una elección libre dado que las familias obligan a la mayoría de las muchachas a cubrirse a una edad en que no pueden decidir por sí mismas; tampoco puede ser considerado como un derecho civil cuando su exigencia se extiende al ámbito público, como es el caso de las universitarias o las funcionarias que, según ese punto de vista, deberían regirse por principios laicos de imparcialidad religiosa. También entra en juego cierto resentimiento de las elites establecidas ante el hecho de que quienes fueron marginados por la república y expulsados de los círculos de poder y los grupos de prestigio constituyan hoy lo que podría denominarse una contraelite. Es cierto que siempre hubo muchas mujeres que ocultaron su cuerpo a pesar de las medidas de la república orientadas a desalentar esa práctica. Según un estudio reciente basado en un trabajo de campo realizado por Çarkoğlu y
Toprak, el 64 por ciento de las mujeres turcas 1 se cubren el cuerpo. A diferencia del fez, prohibido en la década de 1920, el velo nunca se prohibió salvo en el caso de las funcionarias. No obstante, las capas sociales superiores se adaptaron con rapidez al estilo de vestir occidental que, para las mujeres, significaba deshacerse del velo. Quienes lo usaban eran en gran medida, las campesinas, las mujeres urbanas pertenecientes a familias tradicionales o las inmigrantes rurales en las ciudades. Por ello, el pañuelo se ha vinculado desde hace tiempo en el establishment social turco con unos orígenes sociales rurales o bajos. Sin embargo, con el creciente éxito de los partidos islamistas a partir de mediados de la década de 1970 –y, de modo especial, en las últimas décadas–, ha aparecido en Anatolia una nueva clase empresarial de familias religiosas conservadoras que se han beneficiado de las vinculaciones con el Gobierno, así como nuevos grupos en las principales ciudades que ahora ocupan importantes posiciones de poder en la política y la burocracia estatal. Por primera vez en la historia de la república, existe un número creciente de mujeres que usan la indumentaria islámica y gozan de una situación económica desahogada, que no viven ya en los márgenes de la sociedad turca y que desean educarse. La cabeza cubierta de las mujeres campesinas o de clase baja nunca fue percibida como una amenaza importante por los laicos, pero el hecho de que las mujeres de la nueva clase media procedentes de medios conservadores lleven lo que en Turquía se llama türban se ha convertido de repente en un importante motivo de preocupación. Por ejemplo, los laicos proclaman con frecuencia que no tienen objeciones al hecho mismo de que las mujeres se cubran la cabeza, puesto que admiten que las mujeres tradicionales, campesinas o de ciudades pequeñas siempre lo han hecho, pero el türban es un estilo nuevo que supone una declaración política por parte de los grupos islamistas. Aunque según el trabajo mencionado más arriba las mujeres que dijeron llevar el türban sólo representaban el 11 por ciento del 64 por ciento que se cubría la cabeza –y aunque se ha producido una caída del 10 por ciento en el porcentaje total de mujeres cubiertas desde el 74 por ciento de hace 2 siete años– , las percepciones son las contrarias. Muchos laicos sostienen que las mujeres con türban están “en todas partes” y que no
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dejan de aumentar. De ahí que la principal razón del resentimiento parezca ser la visibilidad de mujeres cubiertas en espacios públicos, ocupados con anterioridad sólo por la elite laica, o incluso en el plano internacional, en tanto que mujeres de políticos. El caso es que los antiguos grupos de prestigio se sienten amenazados y resentidos por la aparición de una nueva clase media que ha adoptado un estilo de vida diferente al suyo. El argumento es que, a medida que Turquía avance en el terreno económico, esa nueva clase media con medios económicos y acceso a los círculos de poder político acabará “islamizando” el país. Y su resentimiento surge de que el estilo de vida de esta nueva clase es semejante al del campo, un estilo de vida que siempre habían menospreciado y que en el pasado había sido relegado a las zonas rurales, las pequeñas ciudades conservadoras o las afueras de las grandes ciudades. Psicológicamente, cabe comparar este cambio con el resentimiento de la vieja aristocracia europea cuando, gracias a su riqueza económica, los nuevos burgueses empezaron a incidir en ese mismo espacio público ocupado hasta entonces por quienes poseían un título aristocrático. Los islamistas son conscientes de que, a pesar del éxito que tengan en el ámbito económico, político o intelectual, quedarán excluidos de los círculos sociales del antiguo establishment. En realidad, los islamistas señalan a menudo que “son los negros de Turquía” y que los grupos de prestigio son como castas, reservados sólo para los “turcos blancos”. También se encuentra en juego en este conflicto lo que podríamos llamar un problema de imagen. Para los laicos, que han interiorizado el ideal republicano de colocar a Turquía entre los países “civilizados” de Occidente (lo que los izquierdistas turcos de las décadas de 1960 y 1970 tildaron de “revolución del armario”), los turcos que se parecen en su forma de vestir o de vivir a los “musulmanes reaccionarios y atrasados” del antiguo régimen o del resto del mundo musulmán constituyen una imagen inaceptable del país en el plano internacional. La mirada aquí es exterior, es decir, qué pensarán los occidentales cuando la esposa del primer ministro Erdogan, por ejemplo, se encuentre con la reina de Jordania o con las esposas de los funcionarios de los países de la Unión Europea, o cuando los periódicos occidentales publiquen fotos de mujeres cubiertas
o manifestaciones de A menudo multitudes islamistas, los islamistas o cuando los turistas señalan que extranjeros hagan foellos son tos de los barrios pob“los negros” res. Se oyen a menudo quejas de que “eso no de Turquía representa a Turquía”. mientras que Existe cierta actitud los grupos de acomplejada y, a veces, prestigio son defensiva ante los ex- como castas, tranjeros procedentes reservadas de Occidente, como si exclusivamente su juicio sobre los turpara los “turcos cos y el país supusiera automáticamente un blancos” examen. En resumen, existe en la psique colectiva de los turcos laicos cierta esquizofrenia hacia el mundo occidental que está cargada de admiración y de suspicacia al mismo tiempo. Esta actitud esquizofrénica también está relacionada con la conciencia histórica de los laicos, el hecho de que la república les pidió que olvidaran el pasado, que cambió incluso el alfabeto y el vocabulario de la lengua para que las nuevas generaciones no tuvieran acceso a ese pasado, que su historiografía oficial equiparó con el oscurantismo la civilización islámica construida por los otomanos, que la república representa un mundo ilustrado basado en el progreso y que la civilización occidental es la única alternativa viable para formar parte del mundo ilustrado. El debate se remonta a la polémica entre dos escuelas de pensamiento de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los islamistas y los occidentalistas. Los segundos favorecieron la adopción de instituciones y la civilización occidentales junto con su tecnología y su industria; los primeros optaron sólo por lo último y sostuvieron que la civilización y la cultura islámicas eran superiores a la de Occidente. La república fue creada por los occidentalistas y las reformas emprendidas durante sus años de formación se concibieron para sustituir la civilización islámica por la occidental. Así, aunque esta visión del islam frente a Occidente ya no es una descripción válida de la cultura turca actual, la visibilidad pública de un modo de vida islámico, más aparente en sus formas de vestir, tiene en la psique de los laicos el impacto negativo de un temido retorno al pasado islámico.
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El hecho de que cada vez se vea en todas las ciudades a más mujeres de la nueva clase media conservadora utilizando el “türban” se ha convertido en un nuevo motivo de preocupación
1. Ali Çarkoğlu y Binnaz Toprak, Değişen Türkiye’de Din, Toplum ve Siyaset [Religión, sociedad y política en una Turquía en cambio], TESEV Yayınları (Estambul), 2006. 2. Ali Çarkoğlu y Binnaz Toprak, Türkiye’de Din, Toplum ve Siyaset [Religión, sociedad y política en Turquía], TESEV Yayınları (Estambul), 2000.
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Esta cuestión debe relacionarse con la memoria colectiva de la opinión laica acerca de la historia pasada turca durante el período otomano, cuando se excluyó a las mujeres musulmanas de la vida pública. Para los hombres y mujeres que han interiorizado la noción republicana de la igualdad de género, las mujeres que utilizan el velo son símbolos de una sexualidad reprimida y de una concepción sexista de la vida pública. Para los islamistas también constituyen un símbolo, pero de una forma de vida musulmana destruida por la república. Para ambos bandos, el tema del velo se envuelve en cuestiones relacionadas con la libertad de creencia y los derechos democráticos de elección por parte de las personas. Para los islamistas, las mujeres que se cubren el cuerpo lo hacen debido a sus creencias (un argumento constantemente repetido por las propias mujeres, como reflejan los estudios académicos basados en encuestas o entrevistas), y también mencionan el derecho civil de la persona a vestir como desee. Para los laicos, en cambio, el velo femenino no puede ser considerado como una elección libre dado que las familias obligan a la mayoría de las muchachas a cubrirse a una edad en que no pueden decidir por sí mismas; tampoco puede ser considerado como un derecho civil cuando su exigencia se extiende al ámbito público, como es el caso de las universitarias o las funcionarias que, según ese punto de vista, deberían regirse por principios laicos de imparcialidad religiosa. También entra en juego cierto resentimiento de las elites establecidas ante el hecho de que quienes fueron marginados por la república y expulsados de los círculos de poder y los grupos de prestigio constituyan hoy lo que podría denominarse una contraelite. Es cierto que siempre hubo muchas mujeres que ocultaron su cuerpo a pesar de las medidas de la república orientadas a desalentar esa práctica. Según un estudio reciente basado en un trabajo de campo realizado por Çarkoğlu y
Toprak, el 64 por ciento de las mujeres turcas 1 se cubren el cuerpo. A diferencia del fez, prohibido en la década de 1920, el velo nunca se prohibió salvo en el caso de las funcionarias. No obstante, las capas sociales superiores se adaptaron con rapidez al estilo de vestir occidental que, para las mujeres, significaba deshacerse del velo. Quienes lo usaban eran en gran medida, las campesinas, las mujeres urbanas pertenecientes a familias tradicionales o las inmigrantes rurales en las ciudades. Por ello, el pañuelo se ha vinculado desde hace tiempo en el establishment social turco con unos orígenes sociales rurales o bajos. Sin embargo, con el creciente éxito de los partidos islamistas a partir de mediados de la década de 1970 –y, de modo especial, en las últimas décadas–, ha aparecido en Anatolia una nueva clase empresarial de familias religiosas conservadoras que se han beneficiado de las vinculaciones con el Gobierno, así como nuevos grupos en las principales ciudades que ahora ocupan importantes posiciones de poder en la política y la burocracia estatal. Por primera vez en la historia de la república, existe un número creciente de mujeres que usan la indumentaria islámica y gozan de una situación económica desahogada, que no viven ya en los márgenes de la sociedad turca y que desean educarse. La cabeza cubierta de las mujeres campesinas o de clase baja nunca fue percibida como una amenaza importante por los laicos, pero el hecho de que las mujeres de la nueva clase media procedentes de medios conservadores lleven lo que en Turquía se llama türban se ha convertido de repente en un importante motivo de preocupación. Por ejemplo, los laicos proclaman con frecuencia que no tienen objeciones al hecho mismo de que las mujeres se cubran la cabeza, puesto que admiten que las mujeres tradicionales, campesinas o de ciudades pequeñas siempre lo han hecho, pero el türban es un estilo nuevo que supone una declaración política por parte de los grupos islamistas. Aunque según el trabajo mencionado más arriba las mujeres que dijeron llevar el türban sólo representaban el 11 por ciento del 64 por ciento que se cubría la cabeza –y aunque se ha producido una caída del 10 por ciento en el porcentaje total de mujeres cubiertas desde el 74 por ciento de hace 2 siete años– , las percepciones son las contrarias. Muchos laicos sostienen que las mujeres con türban están “en todas partes” y que no
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dejan de aumentar. De ahí que la principal razón del resentimiento parezca ser la visibilidad de mujeres cubiertas en espacios públicos, ocupados con anterioridad sólo por la elite laica, o incluso en el plano internacional, en tanto que mujeres de políticos. El caso es que los antiguos grupos de prestigio se sienten amenazados y resentidos por la aparición de una nueva clase media que ha adoptado un estilo de vida diferente al suyo. El argumento es que, a medida que Turquía avance en el terreno económico, esa nueva clase media con medios económicos y acceso a los círculos de poder político acabará “islamizando” el país. Y su resentimiento surge de que el estilo de vida de esta nueva clase es semejante al del campo, un estilo de vida que siempre habían menospreciado y que en el pasado había sido relegado a las zonas rurales, las pequeñas ciudades conservadoras o las afueras de las grandes ciudades. Psicológicamente, cabe comparar este cambio con el resentimiento de la vieja aristocracia europea cuando, gracias a su riqueza económica, los nuevos burgueses empezaron a incidir en ese mismo espacio público ocupado hasta entonces por quienes poseían un título aristocrático. Los islamistas son conscientes de que, a pesar del éxito que tengan en el ámbito económico, político o intelectual, quedarán excluidos de los círculos sociales del antiguo establishment. En realidad, los islamistas señalan a menudo que “son los negros de Turquía” y que los grupos de prestigio son como castas, reservados sólo para los “turcos blancos”. También se encuentra en juego en este conflicto lo que podríamos llamar un problema de imagen. Para los laicos, que han interiorizado el ideal republicano de colocar a Turquía entre los países “civilizados” de Occidente (lo que los izquierdistas turcos de las décadas de 1960 y 1970 tildaron de “revolución del armario”), los turcos que se parecen en su forma de vestir o de vivir a los “musulmanes reaccionarios y atrasados” del antiguo régimen o del resto del mundo musulmán constituyen una imagen inaceptable del país en el plano internacional. La mirada aquí es exterior, es decir, qué pensarán los occidentales cuando la esposa del primer ministro Erdogan, por ejemplo, se encuentre con la reina de Jordania o con las esposas de los funcionarios de los países de la Unión Europea, o cuando los periódicos occidentales publiquen fotos de mujeres cubiertas
o manifestaciones de A menudo multitudes islamistas, los islamistas o cuando los turistas señalan que extranjeros hagan foellos son tos de los barrios pob“los negros” res. Se oyen a menudo quejas de que “eso no de Turquía representa a Turquía”. mientras que Existe cierta actitud los grupos de acomplejada y, a veces, prestigio son defensiva ante los ex- como castas, tranjeros procedentes reservadas de Occidente, como si exclusivamente su juicio sobre los turpara los “turcos cos y el país supusiera automáticamente un blancos” examen. En resumen, existe en la psique colectiva de los turcos laicos cierta esquizofrenia hacia el mundo occidental que está cargada de admiración y de suspicacia al mismo tiempo. Esta actitud esquizofrénica también está relacionada con la conciencia histórica de los laicos, el hecho de que la república les pidió que olvidaran el pasado, que cambió incluso el alfabeto y el vocabulario de la lengua para que las nuevas generaciones no tuvieran acceso a ese pasado, que su historiografía oficial equiparó con el oscurantismo la civilización islámica construida por los otomanos, que la república representa un mundo ilustrado basado en el progreso y que la civilización occidental es la única alternativa viable para formar parte del mundo ilustrado. El debate se remonta a la polémica entre dos escuelas de pensamiento de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los islamistas y los occidentalistas. Los segundos favorecieron la adopción de instituciones y la civilización occidentales junto con su tecnología y su industria; los primeros optaron sólo por lo último y sostuvieron que la civilización y la cultura islámicas eran superiores a la de Occidente. La república fue creada por los occidentalistas y las reformas emprendidas durante sus años de formación se concibieron para sustituir la civilización islámica por la occidental. Así, aunque esta visión del islam frente a Occidente ya no es una descripción válida de la cultura turca actual, la visibilidad pública de un modo de vida islámico, más aparente en sus formas de vestir, tiene en la psique de los laicos el impacto negativo de un temido retorno al pasado islámico.
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3. Véase Ersin Kalaycıoğlu y Binnaz Toprak, İş Yaşamı, Üst Yönetim ve Siyasette Kadın [Las mujeres en la fuerza de trabajo, el alto funcionariado y la política], TESEV Yayınları (Estambul), 2004.
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Por otra parte, la república simboliza en la psique colectiva de los islamistas la derrota decimonónica de su postura en el dilema que enfrentó la civilización a la tecnología y la industrialización. Si bien los diversos partidos islamistas que han existido desde la década de 1970 se han mostrado partidarios del desarrollo industrial y la transferencia tecnológica, su visión de la sociedad musulmana sigue siendo sustancialmente la misma. El AKP en el Gobierno, por ejemplo, suscribe el liberalismo político y económico. Se ha comprometido con la entrada de Turquía en la Unión Europea, ha emprendido importantes reformas para consolidar la democracia y ha seguido una política económica de libre mercado orientada al crecimiento. Sin embargo, es un partido conservador en las cuestiones sociales y su dirección y sus cuadros siguen un modo de vida que se ajusta a las concepciones islámicas de la vida social. Así, mientras que para los laicos el proyecto de desarrollo incluye el cambio cultural, para los islamistas el cambio está limitado a los ámbitos económico y político. Ello ha dado lugar a dos interpretaciones diferentes de cómo se sitúa Turquía a sí misma en la escena internacional. A los laicos les gustaría ver una Turquía transformada que fuera como cualquier otro país occidental. Esto no significa de modo necesario que el islam no sea importante en su vida, sino que desean considerarlo como un sistema de creencias perteneciente al ámbito privado. A los islamistas, en cambio, les gustaría ver una Turquía transformada en términos económicos y políticos que fuera, a pesar de ello, visiblemente islámica en la vida social y concebir el islam como una weltanschauung total. Ahora bien, da también la impresión de que esta “guerra cultural” lo es en el plano de la elites de cada “bando”, ya sean políticas o intelectuales. Es decir, a diferencia de la impresión que cabría extraer siguiendo los debates públicos intelectuales, los ciudadanos corrientes no parecen demasiado interesados en las cuestiones culturales. Quizá de forma similar a la opinión pública de otros lugares (sobre todo, en los países menos desarrollados que no poseen un gran número de ciudadanos “posindustriales”), la población se muestra más interesada por las cuestiones relacionadas con la economía y su propio bienestar. Uno tras otro, los estudios basados en trabajos de campo ponen de manifiesto que, a la pregunta sobre la
identificación de los principales problemas de Turquía, un porcentaje muy elevado de la población señala cuestiones económicas, como la inflación, el desempleo y similares. La prohibición de que las universitarias lleven pañuelo ocupa la atención pública desde hace más de dos décadas y el 75 por ciento de los ciudadanos está a favor de levantarla, pero las encuestas muestran que el tema del pañuelo sólo es señalado por un 1-2 por ciento de la población entre los problemas más importantes a los que 3 se enfrenta Turquía. En el estudio realizado en el 2006 por Çarkoğlu y Toprak que se menciona más arriba, esta división en dos del país resultó ser un claro indicador de las diferencias de opinión sobre temas políticos y sociales. Una tercera parte de la población tiene un mayor nivel educativo, mayores ingresos y riquezas, es menos religiosa, se percibe como de izquierdas, considera que el fundamentalismo islámico está en auge y se siente preocupada por él; mientras que los dos tercios que viven sobre todo en grandes o pequeñas ciudades poseen un menor nivel educativo, menos ingresos y riquezas, son más religiosos y se perciben como de derechas. En todos los temas, el cruce de los datos puso de manifiesto que un tercio respalda opiniones más liberales y democráticas, mientras que los otros dos tercios son más conservadores y muestran una menor preocupación por los derechos de las minorías. En general, el trabajo de Çarkoğlu y Toprak de 2006, considerado junto con su trabajo previo de 1999, reveló que la mayoría de ciudadanos turcos consideraba que las reformas republicanas habían conducido al progreso, que el respaldo a un Estado islámico basado en la ley islámica es muy bajo, que el terrorismo islámico debe condenarse y que hay un gran respaldo a la tolerancia hacia las personas con estilos de vida diferentes. Sin embargo, los trabajos también revelaron que esa tolerancia aparente es limitada y no se extiende a grupos que son minoritarios, ya sean de confesiones musulmanas, no musulmanes, otros grupos étnicos o personas con preferencias sexuales diferentes. En este contexto, los trabajos también mostraron que la interpretación de una vida pública basada en derechos encuentra poco apoyo en Turquía y que existe una clara división entre “nosotros” y “ellos”, donde “nosotros” son los musulmanes-suníes-turcos, y “ellos”, los alevíesno musulmanes-kurdos.
L AS DOS TURQUÍAS: ISL AMISMO, L AICISMO Y DEMOCR ACIA
sos. Todos percibían una islamiUn reciente trabajo realizado Poco a poco zación general de la sociedad. a lo largo de un año por Toprak y Turquía se está 4 Tras la publicación de los otros en 12 ciudades anatolias y convirtiendo en resultados de ese estudio se produdos barrios de Estambul a partir de una sociedad jo una inmediata reacción pública, entrevistas en profundidad a 401 musulmana con más de 700 editoriales, artícupersonas de diferentes identidades los, noticias y debates televisivos en ha mostrado el grado de intoleran- conservadora y cia y represión estatal de las perso- puede afirmarse el plazo de una semana. Esto, en sí nas cuyos valores y estilo de vida no que nunca como mismo, revelaba la magnitud de la división en el seno de la sociedad se adecua a los de los musulmanes hasta ahora en torno a las cuestiones del estilo suníes devotos o que tienen orígenes en la historia de vida, así como la polarización religiosos o étnicos diferentes. En- de la república existente entre laicos e islamistas. tre ellos se encuentran los alevíes, la población Con el abandono por parte del AKP una minoría religiosa que se queja ha estado de su celo reformista y de su comde la presión social y el ostracismo tan dividida promiso con el ingreso en la UE de que es objeto por parte de la matras las últimas elecciones celebrayoría suní, así como de la discriminación estatal a la hora de encontrar em- das en 2007, parecen estar aumentando los pleos en el sector público allí donde gobierna el miedos de los ciudadanos laicos de que Turquía AKP. Los funcionarios (como los médicos, las esté cambiando de rumbo y se convierta poco a enfermeras o los maestros de hospitales o es- poco en una sociedad musulmana conservadocuelas estatales) que definen su identidad como ra. En realidad, la sorprendente conclusión del “laica” se quejaban de una discriminación citado trabajo acerca de la incongruencia entre sistemática en los nombramientos, puesto que el aparente desarrollo económico de las ciudason “exiliados” a destinos lejanos o deben reali- des anatolias y su aparente conservadurismo zar los turnos de noche y otras tareas difíciles. constituye un motivo de preocupación. Como Los empresarios, los comerciantes y los profe- puso de manifiesto el trabajo, la existencia de sionales con una identidad laica se quejaban de amplios bulevares, grandes centros comercialos boicots lanzados por las hermandades reli- les, hoteles de cinco estrellas, nuevos edificios giosas y de su incapacidad para conseguir en muchas de esas ciudades, son señales de una créditos y contratos públicos, de resultas de lo nueva riqueza y de una nueva esperanza en el cual se veían progresivamente expulsados de la futuro económico de Turquía. Sin embargo, competencia económica y se enfrentaban a la esta actividad económica no ha logrado abrir quiebra. Los estudiantes kurdos estaban someti- socialmente esas ciudades. Puede afirmarse que en ningún momento dos no solamente a la discriminación, sino también a la violencia por parte de la juventud de la historia de la república ha estado la ponacionalista conservadora, por hablar kurdo en blación tan polarizada y dividida como en la lugares públicos o incluso por escuchar cancio- actualidad. Tras 80 años de laicismo republicanes en kurdo. Las jóvenes que llevaban faldas no y más de medio siglo de gobierno democortas o blusas sin mangas se quejaban de los crático, laicos e islamistas están aprendiendo a insultos que recibían en los lugares públicos. compartir el mismo espacio público. En comLos jóvenes con el pelo largo, pendientes o paración con los primeros años de la república, camisetas de colores eran objeto de insultos y cuando el laicismo fue impuesto desde arriba palizas. Quienes comían o fumaban en público al resto de la población rural por la elite estatal durante el Ramadán también se enfrentaban a y cuando quienes seguían un modo de vida isla violencia. Los ayuntamientos del AKP habían lámico quedaron completamente marginados, prohibido dentro de los límites urbanos los los islamistas hoy se han integrado en los grurestaurantes o bares que servían alcohol o bien pos de poder y prestigio de la sociedad turca. Sin embargo, la cuestión del papel de la religión no concedían nuevas licencias. En conjunto, los entrevistados sentían que en la sociedad, así como la lucha entre los dos su ciudad se volvía más conservadora e intole- bandos, sigue ocupando un lugar central en la rante y que, a menos que uno viviera y actuara política turca y es posible que un modo de vida como un musulmán devoto, resultaba difícil dotado de sentido dependa de una mayor deconseguir mejores puestos de trabajo o ascen- mocratización de Turquía.
4. Binnaz Toprak (en colaboración con İrfan Bozan, Tan Morgül y Nedim Şener), Türkiye’de Farklı Olmak: Din ve Muhafazakârlık Ekseninde Ötekileştirilenler [Ser diferente en Turquía: la religión, el conservadurismo y los otros], Metis Yayınları (Estambul), 2009..
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3. Véase Ersin Kalaycıoğlu y Binnaz Toprak, İş Yaşamı, Üst Yönetim ve Siyasette Kadın [Las mujeres en la fuerza de trabajo, el alto funcionariado y la política], TESEV Yayınları (Estambul), 2004.
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Por otra parte, la república simboliza en la psique colectiva de los islamistas la derrota decimonónica de su postura en el dilema que enfrentó la civilización a la tecnología y la industrialización. Si bien los diversos partidos islamistas que han existido desde la década de 1970 se han mostrado partidarios del desarrollo industrial y la transferencia tecnológica, su visión de la sociedad musulmana sigue siendo sustancialmente la misma. El AKP en el Gobierno, por ejemplo, suscribe el liberalismo político y económico. Se ha comprometido con la entrada de Turquía en la Unión Europea, ha emprendido importantes reformas para consolidar la democracia y ha seguido una política económica de libre mercado orientada al crecimiento. Sin embargo, es un partido conservador en las cuestiones sociales y su dirección y sus cuadros siguen un modo de vida que se ajusta a las concepciones islámicas de la vida social. Así, mientras que para los laicos el proyecto de desarrollo incluye el cambio cultural, para los islamistas el cambio está limitado a los ámbitos económico y político. Ello ha dado lugar a dos interpretaciones diferentes de cómo se sitúa Turquía a sí misma en la escena internacional. A los laicos les gustaría ver una Turquía transformada que fuera como cualquier otro país occidental. Esto no significa de modo necesario que el islam no sea importante en su vida, sino que desean considerarlo como un sistema de creencias perteneciente al ámbito privado. A los islamistas, en cambio, les gustaría ver una Turquía transformada en términos económicos y políticos que fuera, a pesar de ello, visiblemente islámica en la vida social y concebir el islam como una weltanschauung total. Ahora bien, da también la impresión de que esta “guerra cultural” lo es en el plano de la elites de cada “bando”, ya sean políticas o intelectuales. Es decir, a diferencia de la impresión que cabría extraer siguiendo los debates públicos intelectuales, los ciudadanos corrientes no parecen demasiado interesados en las cuestiones culturales. Quizá de forma similar a la opinión pública de otros lugares (sobre todo, en los países menos desarrollados que no poseen un gran número de ciudadanos “posindustriales”), la población se muestra más interesada por las cuestiones relacionadas con la economía y su propio bienestar. Uno tras otro, los estudios basados en trabajos de campo ponen de manifiesto que, a la pregunta sobre la
identificación de los principales problemas de Turquía, un porcentaje muy elevado de la población señala cuestiones económicas, como la inflación, el desempleo y similares. La prohibición de que las universitarias lleven pañuelo ocupa la atención pública desde hace más de dos décadas y el 75 por ciento de los ciudadanos está a favor de levantarla, pero las encuestas muestran que el tema del pañuelo sólo es señalado por un 1-2 por ciento de la población entre los problemas más importantes a los que 3 se enfrenta Turquía. En el estudio realizado en el 2006 por Çarkoğlu y Toprak que se menciona más arriba, esta división en dos del país resultó ser un claro indicador de las diferencias de opinión sobre temas políticos y sociales. Una tercera parte de la población tiene un mayor nivel educativo, mayores ingresos y riquezas, es menos religiosa, se percibe como de izquierdas, considera que el fundamentalismo islámico está en auge y se siente preocupada por él; mientras que los dos tercios que viven sobre todo en grandes o pequeñas ciudades poseen un menor nivel educativo, menos ingresos y riquezas, son más religiosos y se perciben como de derechas. En todos los temas, el cruce de los datos puso de manifiesto que un tercio respalda opiniones más liberales y democráticas, mientras que los otros dos tercios son más conservadores y muestran una menor preocupación por los derechos de las minorías. En general, el trabajo de Çarkoğlu y Toprak de 2006, considerado junto con su trabajo previo de 1999, reveló que la mayoría de ciudadanos turcos consideraba que las reformas republicanas habían conducido al progreso, que el respaldo a un Estado islámico basado en la ley islámica es muy bajo, que el terrorismo islámico debe condenarse y que hay un gran respaldo a la tolerancia hacia las personas con estilos de vida diferentes. Sin embargo, los trabajos también revelaron que esa tolerancia aparente es limitada y no se extiende a grupos que son minoritarios, ya sean de confesiones musulmanas, no musulmanes, otros grupos étnicos o personas con preferencias sexuales diferentes. En este contexto, los trabajos también mostraron que la interpretación de una vida pública basada en derechos encuentra poco apoyo en Turquía y que existe una clara división entre “nosotros” y “ellos”, donde “nosotros” son los musulmanes-suníes-turcos, y “ellos”, los alevíesno musulmanes-kurdos.
L AS DOS TURQUÍAS: ISL AMISMO, L AICISMO Y DEMOCR ACIA
sos. Todos percibían una islamiUn reciente trabajo realizado Poco a poco zación general de la sociedad. a lo largo de un año por Toprak y Turquía se está 4 Tras la publicación de los otros en 12 ciudades anatolias y convirtiendo en resultados de ese estudio se produdos barrios de Estambul a partir de una sociedad jo una inmediata reacción pública, entrevistas en profundidad a 401 musulmana con más de 700 editoriales, artícupersonas de diferentes identidades los, noticias y debates televisivos en ha mostrado el grado de intoleran- conservadora y cia y represión estatal de las perso- puede afirmarse el plazo de una semana. Esto, en sí nas cuyos valores y estilo de vida no que nunca como mismo, revelaba la magnitud de la división en el seno de la sociedad se adecua a los de los musulmanes hasta ahora en torno a las cuestiones del estilo suníes devotos o que tienen orígenes en la historia de vida, así como la polarización religiosos o étnicos diferentes. En- de la república existente entre laicos e islamistas. tre ellos se encuentran los alevíes, la población Con el abandono por parte del AKP una minoría religiosa que se queja ha estado de su celo reformista y de su comde la presión social y el ostracismo tan dividida promiso con el ingreso en la UE de que es objeto por parte de la matras las últimas elecciones celebrayoría suní, así como de la discriminación estatal a la hora de encontrar em- das en 2007, parecen estar aumentando los pleos en el sector público allí donde gobierna el miedos de los ciudadanos laicos de que Turquía AKP. Los funcionarios (como los médicos, las esté cambiando de rumbo y se convierta poco a enfermeras o los maestros de hospitales o es- poco en una sociedad musulmana conservadocuelas estatales) que definen su identidad como ra. En realidad, la sorprendente conclusión del “laica” se quejaban de una discriminación citado trabajo acerca de la incongruencia entre sistemática en los nombramientos, puesto que el aparente desarrollo económico de las ciudason “exiliados” a destinos lejanos o deben reali- des anatolias y su aparente conservadurismo zar los turnos de noche y otras tareas difíciles. constituye un motivo de preocupación. Como Los empresarios, los comerciantes y los profe- puso de manifiesto el trabajo, la existencia de sionales con una identidad laica se quejaban de amplios bulevares, grandes centros comercialos boicots lanzados por las hermandades reli- les, hoteles de cinco estrellas, nuevos edificios giosas y de su incapacidad para conseguir en muchas de esas ciudades, son señales de una créditos y contratos públicos, de resultas de lo nueva riqueza y de una nueva esperanza en el cual se veían progresivamente expulsados de la futuro económico de Turquía. Sin embargo, competencia económica y se enfrentaban a la esta actividad económica no ha logrado abrir quiebra. Los estudiantes kurdos estaban someti- socialmente esas ciudades. Puede afirmarse que en ningún momento dos no solamente a la discriminación, sino también a la violencia por parte de la juventud de la historia de la república ha estado la ponacionalista conservadora, por hablar kurdo en blación tan polarizada y dividida como en la lugares públicos o incluso por escuchar cancio- actualidad. Tras 80 años de laicismo republicanes en kurdo. Las jóvenes que llevaban faldas no y más de medio siglo de gobierno democortas o blusas sin mangas se quejaban de los crático, laicos e islamistas están aprendiendo a insultos que recibían en los lugares públicos. compartir el mismo espacio público. En comLos jóvenes con el pelo largo, pendientes o paración con los primeros años de la república, camisetas de colores eran objeto de insultos y cuando el laicismo fue impuesto desde arriba palizas. Quienes comían o fumaban en público al resto de la población rural por la elite estatal durante el Ramadán también se enfrentaban a y cuando quienes seguían un modo de vida isla violencia. Los ayuntamientos del AKP habían lámico quedaron completamente marginados, prohibido dentro de los límites urbanos los los islamistas hoy se han integrado en los grurestaurantes o bares que servían alcohol o bien pos de poder y prestigio de la sociedad turca. Sin embargo, la cuestión del papel de la religión no concedían nuevas licencias. En conjunto, los entrevistados sentían que en la sociedad, así como la lucha entre los dos su ciudad se volvía más conservadora e intole- bandos, sigue ocupando un lugar central en la rante y que, a menos que uno viviera y actuara política turca y es posible que un modo de vida como un musulmán devoto, resultaba difícil dotado de sentido dependa de una mayor deconseguir mejores puestos de trabajo o ascen- mocratización de Turquía.
4. Binnaz Toprak (en colaboración con İrfan Bozan, Tan Morgül y Nedim Şener), Türkiye’de Farklı Olmak: Din ve Muhafazakârlık Ekseninde Ötekileştirilenler [Ser diferente en Turquía: la religión, el conservadurismo y los otros], Metis Yayınları (Estambul), 2009..
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La modernidad mito y realidad, tormenta y verdad Andrew Davison PROFESOR DE TEORÍA POLÍTICA Y POLÍTICA DE ORIENTE MEDIO DEL VASSAR COLLEGE, HUDSON VALLEY (POUGHKEEPSIE, NUEVA YORK).
L
a modernidad (“modernlik”) en Turquía dista de ser un simple mito.
propongo además que tras la oportuna reflexión los numerosos fenómenos arquetípicos de la modernidad –modernización, raSer, o convertirse en cionalización, desarrollo, secularización, “çağdaş” –contemporáneo o liberalización, ilustración, emancipación, “de la época”– ha constituido desencanto, estandarización, diferenciaun elemento y un empeño ción estructural, reforma, nueva vida, deesencial en el seno de la vida mocratización, movilización y movimiento social, política y cultural tur- social, prosperidad, progreso tecnológico y ca durante mucho tiempo. La cuestión social, ampliación de derechos, relaciones clave, en consecuencia, no es la de si hay (o de mercado y capitalismo, homogeneización habrá) modernidad en Turquía, sino la de cultural, globalización, europeización, occicuál es la naturaleza de la modernidad en dentalización, civilización, urbanización, Turquía. Para abordar esta cuestión, adopto participación, formalización, modernización alternativa, mola perspectiva herdernización múltimenéutica propia Desde hace mucho tiempo, ple, adaptación, crede la teoría social pertenecer a la modernidad se dulidad e incredulicontemporánea que ha convertido en un elemento dad, etcétera, etcétedice que las cate- y un empeño esencial en el ra– sugieren la imagorías en que y meseno de la vida política, social gen de una tormenta diante las que peny cultural de los turcos de acuerdo con la samos y describimos naturaleza y carácter fenómenos como el de la modernidad deberían tener origen en de la vida de quienes la experimentan. O de un compromiso de diálogo con los len- varias tormentas. Tal vez incluso de un tsuguajes de la vida social, los diversos térmi- nami. ¿De qué forma, por consiguiente, esta nos y significados que constituyen la expe- tormenta –la de la modernidad, se entienriencia de la modernidad. En este sentido, de– es entendida por quienes experimentan podemos transformar continuamente nues- sus distintas propiedades, sus vientos y llutros modos de pensar sobre la “moderni- vias, sus truenos retumbantes y sus corrientes arrolladoras– en una palabra, su dad”, dondequiera que sea. Valiéndome de la forma de un diálogo, fuerza y su poder?
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Un retazo de vida En la premiada película de Semih Kaplanoğlu, Yumurta (Egg, 2007), el joven electricista, Haluk (representado por Ufuk Bayraktar) y una amiga íntima, Ayla –uno de los dos personajes principales de la película (representado por Saadet Işıl Ata-soy)– se dirigen una tarde en la moto del primero hacia una colina cercana a su localidad, Tire. Haluk presta primero atención a paisajes familiares y luego se sientan ambos sobre el césped entre unos árboles, observando el panorama ligeramente neblinoso. Haluk inicia una conversación sobre las clases de Ayla para preparar los exámenes de ingreso en la universidad. “¿Qué tal van las clases?” “Bien. La última fue bien (...). Y aún irán mejor inşallah, ya veremos (“daha iyi olacak inşallah, bakalım”), afirma. Él prosigue: “Si te va bien en los exámenes, ¿te irás?” “Gidecem tabii”, dice ella, en voz baja pero resuelta. Por supuesto, me iré. “Nereye mesela?”. ¿Adónde, por ejemplo?, pregunta él. “A Estambul, a Esmirna, adonde pueda”, dice ella. –“İstanbul, İzmir, neresi olursa…” “Uzak, yani”, añade él. Lejos, ésa es la cuestión.
“Uzak, tabii”. Lejos, por supuesto. Llegados a este punto, Haluk inquiere sobre una cuestión más compleja. Volviendo la cabeza hacia ella, “Sen… benim hakkında ne düşünüyorsun, Ayla?” Ayla, ¿qué piensas de mí? “Ne düşüneyim… işte… iyi bir insansın, sonra sana guveniyorum... bu kadar…” Que qué pienso…, bueno, que eres una buena persona, y que confío en ti. Eso es lo que pienso. “Sadece iyi bir insan mıyım..?” ¿Sólo una buena persona? –pregunta él, con cierta preocupación. Y ella responde, un tanto decepcionada: “Ne olmasını bekliyorsun ki…” ¿Qué esperabas? Él se inclina hacia delante, transmitiendo su actitud lo que de hecho podemos observar que siente: “Ayla, ben ciddiyim”. Hablo en serio, Ayla. Y, en un impulso, ella dice: “Ben de ciddiyim...” Yo también hablo en serio. A continuación se hace el silencio entre ambos. Gorjean los pájaros. Haluk aparta la vista y luego la dirige hacia ella, que muestra los ojos bajos. Él vuelve a observar la lejanía un instante antes de que ella alce la vista para mirarle. “Gidelim artık...”, dice Ayla poco después. Vámonos… La escena llega a su fin mientras ella se aleja en una dirección y Halu a bordo de su
El diálogo entre dos personajes de la película “Yumurta” refleja la importancia que la modernidad tiene para los jóvenes y las complejidades que plantea
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La modernidad mito y realidad, tormenta y verdad Andrew Davison PROFESOR DE TEORÍA POLÍTICA Y POLÍTICA DE ORIENTE MEDIO DEL VASSAR COLLEGE, HUDSON VALLEY (POUGHKEEPSIE, NUEVA YORK).
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a modernidad (“modernlik”) en Turquía dista de ser un simple mito.
propongo además que tras la oportuna reflexión los numerosos fenómenos arquetípicos de la modernidad –modernización, raSer, o convertirse en cionalización, desarrollo, secularización, “çağdaş” –contemporáneo o liberalización, ilustración, emancipación, “de la época”– ha constituido desencanto, estandarización, diferenciaun elemento y un empeño ción estructural, reforma, nueva vida, deesencial en el seno de la vida mocratización, movilización y movimiento social, política y cultural tur- social, prosperidad, progreso tecnológico y ca durante mucho tiempo. La cuestión social, ampliación de derechos, relaciones clave, en consecuencia, no es la de si hay (o de mercado y capitalismo, homogeneización habrá) modernidad en Turquía, sino la de cultural, globalización, europeización, occicuál es la naturaleza de la modernidad en dentalización, civilización, urbanización, Turquía. Para abordar esta cuestión, adopto participación, formalización, modernización alternativa, mola perspectiva herdernización múltimenéutica propia Desde hace mucho tiempo, ple, adaptación, crede la teoría social pertenecer a la modernidad se dulidad e incredulicontemporánea que ha convertido en un elemento dad, etcétera, etcétedice que las cate- y un empeño esencial en el ra– sugieren la imagorías en que y meseno de la vida política, social gen de una tormenta diante las que peny cultural de los turcos de acuerdo con la samos y describimos naturaleza y carácter fenómenos como el de la modernidad deberían tener origen en de la vida de quienes la experimentan. O de un compromiso de diálogo con los len- varias tormentas. Tal vez incluso de un tsuguajes de la vida social, los diversos térmi- nami. ¿De qué forma, por consiguiente, esta nos y significados que constituyen la expe- tormenta –la de la modernidad, se entienriencia de la modernidad. En este sentido, de– es entendida por quienes experimentan podemos transformar continuamente nues- sus distintas propiedades, sus vientos y llutros modos de pensar sobre la “moderni- vias, sus truenos retumbantes y sus corrientes arrolladoras– en una palabra, su dad”, dondequiera que sea. Valiéndome de la forma de un diálogo, fuerza y su poder?
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Un retazo de vida En la premiada película de Semih Kaplanoğlu, Yumurta (Egg, 2007), el joven electricista, Haluk (representado por Ufuk Bayraktar) y una amiga íntima, Ayla –uno de los dos personajes principales de la película (representado por Saadet Işıl Ata-soy)– se dirigen una tarde en la moto del primero hacia una colina cercana a su localidad, Tire. Haluk presta primero atención a paisajes familiares y luego se sientan ambos sobre el césped entre unos árboles, observando el panorama ligeramente neblinoso. Haluk inicia una conversación sobre las clases de Ayla para preparar los exámenes de ingreso en la universidad. “¿Qué tal van las clases?” “Bien. La última fue bien (...). Y aún irán mejor inşallah, ya veremos (“daha iyi olacak inşallah, bakalım”), afirma. Él prosigue: “Si te va bien en los exámenes, ¿te irás?” “Gidecem tabii”, dice ella, en voz baja pero resuelta. Por supuesto, me iré. “Nereye mesela?”. ¿Adónde, por ejemplo?, pregunta él. “A Estambul, a Esmirna, adonde pueda”, dice ella. –“İstanbul, İzmir, neresi olursa…” “Uzak, yani”, añade él. Lejos, ésa es la cuestión.
“Uzak, tabii”. Lejos, por supuesto. Llegados a este punto, Haluk inquiere sobre una cuestión más compleja. Volviendo la cabeza hacia ella, “Sen… benim hakkında ne düşünüyorsun, Ayla?” Ayla, ¿qué piensas de mí? “Ne düşüneyim… işte… iyi bir insansın, sonra sana guveniyorum... bu kadar…” Que qué pienso…, bueno, que eres una buena persona, y que confío en ti. Eso es lo que pienso. “Sadece iyi bir insan mıyım..?” ¿Sólo una buena persona? –pregunta él, con cierta preocupación. Y ella responde, un tanto decepcionada: “Ne olmasını bekliyorsun ki…” ¿Qué esperabas? Él se inclina hacia delante, transmitiendo su actitud lo que de hecho podemos observar que siente: “Ayla, ben ciddiyim”. Hablo en serio, Ayla. Y, en un impulso, ella dice: “Ben de ciddiyim...” Yo también hablo en serio. A continuación se hace el silencio entre ambos. Gorjean los pájaros. Haluk aparta la vista y luego la dirige hacia ella, que muestra los ojos bajos. Él vuelve a observar la lejanía un instante antes de que ella alce la vista para mirarle. “Gidelim artık...”, dice Ayla poco después. Vámonos… La escena llega a su fin mientras ella se aleja en una dirección y Halu a bordo de su
El diálogo entre dos personajes de la película “Yumurta” refleja la importancia que la modernidad tiene para los jóvenes y las complejidades que plantea
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L A MODERNIDAD: MITO Y REALIDAD, TORMENTA Y VERDAD
Ahora son posibles actitudes como desafiar a la tradición, a la seguridad, a la vida doméstica y al matrimonio precoz, así como también afrontar el cambio, la novedad y el futuro incierto
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moto por otra. Sus rumbos se han separado. Los vientos y corrientes de la modernidad soplan y discurren para Haluk y Ayla en direcciones distintas.
Una lectura Existen, naturalmente, muchas formas de considerar la escena anterior. La conversación constituye una ruptura en su relación. Nos hacemos cargo de las grandes esperanzas de Halkuk de que el noviazgo y la intimidad entre ambos progresen. Observamos que es él quien da pie a que se produzca la difícil y –para él, necesaria– conversación. Reflexiona seriamente sobre lo que sobrevendrá a ambos y sobre sus planes de vida. Observamos también cómo actúa Ayla. Ella también reflexiona seriamente sobre sus planes de vida. Lo que ambos nos brindan, de forma dialogada si se quiere, son distintos modos o elementos constitutivos en los que se encarnan los cambios sísmicos de la modernidad. “Ciddiyet o ciddilik”, seriedad franca y sincera. “Ben ciddiyim. Ben de ciddiyim.” Hablo en serio. “I’m ciddi”, yo también. Una cierta ironía de modernidad aparece en la propia palabra –término derivado del árabe, hoy parte integrante de la viva y global lengua turca y, como tal, tenaz superviviente de algunas tendencias nacionalistas de “reforma– de la lengua. No hay mejor manera de decir lo que querían decir que la manera en que lo dijeron. Dos clases de conciencia de la gravedad de la situación. Dos seriedades enfrentadas. Además, hay muchas cosas sobre las que ser serios. El mundo tiembla bajo sus pies. Las expectativas de Haluk sobre su propia vida tocan techo. Del modo más atento, y acompañado de su voluntad más seria de un futuro en permanente compañía de Ayla, expone la cuestión difícil y delicada con la máxima sutilidad que su relación requiere (en otros momentos de la película observamos que mantienen su relación de manera totalmente confidencial). Cuando se ha fundido un fusible en casa de Ayla, el otro personaje principal, Yusuf, va por la tarde a reponerlo. Haluk y Ayla siguen la escena sin dar signos de mutua familiaridad, si bien Yusuf la percibe. La ruptura hace su aparición para ilustrar la fuerza de la “modernidad”. Viejos
ideales y fidelidades patrias y locales se ven devaluados. Ayla –su persona, su cuerpo, su inteligencia, su voluntad– pueden ahora moverse (al compás de las corrientes) y soñar más allá de los contornos de lo dado, de las “tradiciones”. Haluk cae en la cuenta de lo que sucederá probablemente a continuación. Cree que el próximo paso de Ayla guardará relación con la palabra “lejos”. Ella no sabe exactamente a donde irá, pero sabe que si obtiene buenos resultados en los exámenes “se irá”. Se han traspasado, pues, los antiguos límites y fronteras. El antiguo amor es ahora imposible. Lo antes imposible será a partir de ahora objeto de amor y de temor. La novedad ha irrumpido en el mundo, como la ilusión y la tristeza. “Por supuesto”, hay una partida. Lejos, a cualquier parte. Todo “lejos” del lugar donde Haluk se sienta en este momento. ¿Qué otra cosa podría Haluk haber esperado? ¿Cómo iban a ir en otra dirección sus expectativas? ¿Cómo “no” iban a ser lo que fueron? ¿Y qué expectativas podría posiblemente abrigar? Hace tan sólo un rato Haluk y Ayla surcaban juntos las corrientes de la modernidad, a bordo de su motocicleta La “imaginación sociológica” y la propia de la teoría política pueden constatar que la concepción de la escena responde esencialmente a las nuevas estructuras y significados de la modernidad: el sistema educativo neutro y sus oportunidades de carácter neutro desde el punto de vista del género; el examen de ingreso “abierto, universal y estándar”, basado en principio en los criterios de “mérito” e “igualdad de oportunidades”; la propia universidad... Es decir, un sistema integral de puesta en práctica de los plenos derechos de ciudadanía y participación económica en un mercado en expansión. Desafío a la “tradición”, a la vida doméstica, a las seguridades y proposiciones asociadas a un matrimonio precoz, a la reiteración de pasados predecibles. Novedad, cambio y futuros inciertos son ahora posibles. Todo ello da cuenta manifiestamente de iniciativas, debates, luchas, resistencias y rectificaciones de rumbo de muchas clases de decenios y siglos de duración. Procesos cumplidos a través de instituciones grandes y pequeñas, y de actuaciones políticas,
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económicas, sociales y culturales. La senda de Ayla, erizada de numerosos obstáculos, se nos presenta asimismo para que teoricemos sobre ella. No es seguro que apruebe los exámenes. Debe cumplimentar satisfactoriamente el Ögrenci Seçme Sınavı –pruebas de selección denominadas ÖSS, para poder optar a un número limitado de plazas en las mejores universidades–. Estambul, Izmir... en fin, ha de competir con los demás. Entre los estudiantes que se presentan (inquietos) habrá eliminados. La inquietud propia de la modernidad: “Daha iyi olacak inşallah. inşallah.” Ayla tiene esperanza. Abriga cierta esperanza. Y cierto temor. Algunos entrarán en la facultad, no así muchos otros. A algunos se les abrirán amplios caminos por recorrer, no así a muchos otros. Las concretas y reales ventajas y desventajas comparativas disfrutadas y sufridas en el seno del sistema educativo turco se ofrecen a nuestra vista para que reflexionemos sobre ellas. Por otra parte, Ayla es una joven pudorosamente vestida cuyo recato no incluye el velo en la cabeza de modo que podemos apreciar que sus sueños son efectivamente singulares en comparación con los de otras mujeres merced a su indumentaria. Ayla no se enfrenta a una barrera “política” clara y evidente en la persecución de sus sueños, como por ejemplo Kadife, la líder de las “chicas del velo” en la novela Nieve, de Orhan Pamuk. La escena invita a realizar esta clase de análisis comparativos, sobre todo con otros momentos sugestivos y notables de la historia del cine y la literatura modernos de Turquía. Los orígenes sociales de Ayla apuntan que las inquietudes encajan más con su personaje que, por ejemplo, con el de Çalıkuşu, título y apodo del personaje principal de la novela de Reşat Nuri Güntekin, de 1922, clásico relato de la modernidad en Turquía. Çalıkuşu necesitaba ocultarse y huir de las trabas y restricciones de un patriarcado socialmente dominante e institucionalizado que permeaba todos los poros de la sociedad turca al amparo de la oscuridad; sin embargo, merced a su selecto estatus y nivel académico alcanzado en una escuela francesa, probablemente obtendría buenas calificaciones en los exámenes de ingreso en la universidad. De momento, Ayla sólo se enfrenta a
las mencionadas pruebas de selección o, para ser más precisos, a las calificaciones que pueda obtener después de todos sus esfuerzos. Si obtiene buenos resultados, se marchará y puede esperar –en principio– encontrar un buen sitio en alguna institución al término de su viaje. El “hemşeri”,1 de Ayla, Mehmet, en Güneşe Yolculuk (Viaje hacia el Sol, 1999), de Yeşim Ustaoğlu, acude asimismo a la memoria. Trabajador cualificado y estudiante aplicado, su trayectoria hacia el éxito y la prosperidad se ven interrumpidos cuando es tomado por activista político kurdo y sometido a una amalgama de discriminaciones sociales, de clase, raciales y militaristas en unión de tortura y encarcelamiento. Todas estas experiencias y tensiones, actos de exclusión y formas de dominio permanentes, además de las continuas luchas políticas para acabar con ellas –a favor de la justicia y del trato equitativo, del ejercicio de los derechos y de la dignidad ante la ley, de los recursos educativos, de la reconfortante esperanza de labrarse una buena fortuna personal– se ofrecen asimismo a nuestra mirada. Lo cierto es que Ayla es un personaje del máximo interés. Pertenece a una familia extensa de Yusuf (papel representado por Nejat İşler), que ha venido de Estambul para asistir al funeral de su madre, a la que ha cuidado Ayla durante muchos años. Ayla vive en la vivienda familiar de Yusuf, y le transmite la última voluntad de su madre que (como ella ha apremiado) debe cumplirse antes de que él regrese a Estambul. Consiste en sacrificar un carnero, una ofrenda que compendia los recuerdos de su madre en su honor, amor hacia ella y duelo por su muerte. Ayla acompaña a Yusuf durante la ceremonia y durante ella se presenta como una auténtica representación de todo lo bueno de la vida que ella comenta con Yusuf. Así, cuando ella dice que él es una buena persona, cuando habla de la confianza, lo hace con toda su alma. No maquina escapar a la realidad de su propia vida. Aunque se vaya de Tire, no por eso renuncia a la vida ni al amor. En su sueño de ir a la universidad, no hace otra cosa que aprovechar las dádivas de la modernidad –sobre todo, las oportunidades de cursar una educación superior.
1. Conciudadano; residente de la misma localidad o lugar del país.
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Ahora son posibles actitudes como desafiar a la tradición, a la seguridad, a la vida doméstica y al matrimonio precoz, así como también afrontar el cambio, la novedad y el futuro incierto
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moto por otra. Sus rumbos se han separado. Los vientos y corrientes de la modernidad soplan y discurren para Haluk y Ayla en direcciones distintas.
Una lectura Existen, naturalmente, muchas formas de considerar la escena anterior. La conversación constituye una ruptura en su relación. Nos hacemos cargo de las grandes esperanzas de Halkuk de que el noviazgo y la intimidad entre ambos progresen. Observamos que es él quien da pie a que se produzca la difícil y –para él, necesaria– conversación. Reflexiona seriamente sobre lo que sobrevendrá a ambos y sobre sus planes de vida. Observamos también cómo actúa Ayla. Ella también reflexiona seriamente sobre sus planes de vida. Lo que ambos nos brindan, de forma dialogada si se quiere, son distintos modos o elementos constitutivos en los que se encarnan los cambios sísmicos de la modernidad. “Ciddiyet o ciddilik”, seriedad franca y sincera. “Ben ciddiyim. Ben de ciddiyim.” Hablo en serio. “I’m ciddi”, yo también. Una cierta ironía de modernidad aparece en la propia palabra –término derivado del árabe, hoy parte integrante de la viva y global lengua turca y, como tal, tenaz superviviente de algunas tendencias nacionalistas de “reforma– de la lengua. No hay mejor manera de decir lo que querían decir que la manera en que lo dijeron. Dos clases de conciencia de la gravedad de la situación. Dos seriedades enfrentadas. Además, hay muchas cosas sobre las que ser serios. El mundo tiembla bajo sus pies. Las expectativas de Haluk sobre su propia vida tocan techo. Del modo más atento, y acompañado de su voluntad más seria de un futuro en permanente compañía de Ayla, expone la cuestión difícil y delicada con la máxima sutilidad que su relación requiere (en otros momentos de la película observamos que mantienen su relación de manera totalmente confidencial). Cuando se ha fundido un fusible en casa de Ayla, el otro personaje principal, Yusuf, va por la tarde a reponerlo. Haluk y Ayla siguen la escena sin dar signos de mutua familiaridad, si bien Yusuf la percibe. La ruptura hace su aparición para ilustrar la fuerza de la “modernidad”. Viejos
ideales y fidelidades patrias y locales se ven devaluados. Ayla –su persona, su cuerpo, su inteligencia, su voluntad– pueden ahora moverse (al compás de las corrientes) y soñar más allá de los contornos de lo dado, de las “tradiciones”. Haluk cae en la cuenta de lo que sucederá probablemente a continuación. Cree que el próximo paso de Ayla guardará relación con la palabra “lejos”. Ella no sabe exactamente a donde irá, pero sabe que si obtiene buenos resultados en los exámenes “se irá”. Se han traspasado, pues, los antiguos límites y fronteras. El antiguo amor es ahora imposible. Lo antes imposible será a partir de ahora objeto de amor y de temor. La novedad ha irrumpido en el mundo, como la ilusión y la tristeza. “Por supuesto”, hay una partida. Lejos, a cualquier parte. Todo “lejos” del lugar donde Haluk se sienta en este momento. ¿Qué otra cosa podría Haluk haber esperado? ¿Cómo iban a ir en otra dirección sus expectativas? ¿Cómo “no” iban a ser lo que fueron? ¿Y qué expectativas podría posiblemente abrigar? Hace tan sólo un rato Haluk y Ayla surcaban juntos las corrientes de la modernidad, a bordo de su motocicleta La “imaginación sociológica” y la propia de la teoría política pueden constatar que la concepción de la escena responde esencialmente a las nuevas estructuras y significados de la modernidad: el sistema educativo neutro y sus oportunidades de carácter neutro desde el punto de vista del género; el examen de ingreso “abierto, universal y estándar”, basado en principio en los criterios de “mérito” e “igualdad de oportunidades”; la propia universidad... Es decir, un sistema integral de puesta en práctica de los plenos derechos de ciudadanía y participación económica en un mercado en expansión. Desafío a la “tradición”, a la vida doméstica, a las seguridades y proposiciones asociadas a un matrimonio precoz, a la reiteración de pasados predecibles. Novedad, cambio y futuros inciertos son ahora posibles. Todo ello da cuenta manifiestamente de iniciativas, debates, luchas, resistencias y rectificaciones de rumbo de muchas clases de decenios y siglos de duración. Procesos cumplidos a través de instituciones grandes y pequeñas, y de actuaciones políticas,
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económicas, sociales y culturales. La senda de Ayla, erizada de numerosos obstáculos, se nos presenta asimismo para que teoricemos sobre ella. No es seguro que apruebe los exámenes. Debe cumplimentar satisfactoriamente el Ögrenci Seçme Sınavı –pruebas de selección denominadas ÖSS, para poder optar a un número limitado de plazas en las mejores universidades–. Estambul, Izmir... en fin, ha de competir con los demás. Entre los estudiantes que se presentan (inquietos) habrá eliminados. La inquietud propia de la modernidad: “Daha iyi olacak inşallah. inşallah.” Ayla tiene esperanza. Abriga cierta esperanza. Y cierto temor. Algunos entrarán en la facultad, no así muchos otros. A algunos se les abrirán amplios caminos por recorrer, no así a muchos otros. Las concretas y reales ventajas y desventajas comparativas disfrutadas y sufridas en el seno del sistema educativo turco se ofrecen a nuestra vista para que reflexionemos sobre ellas. Por otra parte, Ayla es una joven pudorosamente vestida cuyo recato no incluye el velo en la cabeza de modo que podemos apreciar que sus sueños son efectivamente singulares en comparación con los de otras mujeres merced a su indumentaria. Ayla no se enfrenta a una barrera “política” clara y evidente en la persecución de sus sueños, como por ejemplo Kadife, la líder de las “chicas del velo” en la novela Nieve, de Orhan Pamuk. La escena invita a realizar esta clase de análisis comparativos, sobre todo con otros momentos sugestivos y notables de la historia del cine y la literatura modernos de Turquía. Los orígenes sociales de Ayla apuntan que las inquietudes encajan más con su personaje que, por ejemplo, con el de Çalıkuşu, título y apodo del personaje principal de la novela de Reşat Nuri Güntekin, de 1922, clásico relato de la modernidad en Turquía. Çalıkuşu necesitaba ocultarse y huir de las trabas y restricciones de un patriarcado socialmente dominante e institucionalizado que permeaba todos los poros de la sociedad turca al amparo de la oscuridad; sin embargo, merced a su selecto estatus y nivel académico alcanzado en una escuela francesa, probablemente obtendría buenas calificaciones en los exámenes de ingreso en la universidad. De momento, Ayla sólo se enfrenta a
las mencionadas pruebas de selección o, para ser más precisos, a las calificaciones que pueda obtener después de todos sus esfuerzos. Si obtiene buenos resultados, se marchará y puede esperar –en principio– encontrar un buen sitio en alguna institución al término de su viaje. El “hemşeri”,1 de Ayla, Mehmet, en Güneşe Yolculuk (Viaje hacia el Sol, 1999), de Yeşim Ustaoğlu, acude asimismo a la memoria. Trabajador cualificado y estudiante aplicado, su trayectoria hacia el éxito y la prosperidad se ven interrumpidos cuando es tomado por activista político kurdo y sometido a una amalgama de discriminaciones sociales, de clase, raciales y militaristas en unión de tortura y encarcelamiento. Todas estas experiencias y tensiones, actos de exclusión y formas de dominio permanentes, además de las continuas luchas políticas para acabar con ellas –a favor de la justicia y del trato equitativo, del ejercicio de los derechos y de la dignidad ante la ley, de los recursos educativos, de la reconfortante esperanza de labrarse una buena fortuna personal– se ofrecen asimismo a nuestra mirada. Lo cierto es que Ayla es un personaje del máximo interés. Pertenece a una familia extensa de Yusuf (papel representado por Nejat İşler), que ha venido de Estambul para asistir al funeral de su madre, a la que ha cuidado Ayla durante muchos años. Ayla vive en la vivienda familiar de Yusuf, y le transmite la última voluntad de su madre que (como ella ha apremiado) debe cumplirse antes de que él regrese a Estambul. Consiste en sacrificar un carnero, una ofrenda que compendia los recuerdos de su madre en su honor, amor hacia ella y duelo por su muerte. Ayla acompaña a Yusuf durante la ceremonia y durante ella se presenta como una auténtica representación de todo lo bueno de la vida que ella comenta con Yusuf. Así, cuando ella dice que él es una buena persona, cuando habla de la confianza, lo hace con toda su alma. No maquina escapar a la realidad de su propia vida. Aunque se vaya de Tire, no por eso renuncia a la vida ni al amor. En su sueño de ir a la universidad, no hace otra cosa que aprovechar las dádivas de la modernidad –sobre todo, las oportunidades de cursar una educación superior.
1. Conciudadano; residente de la misma localidad o lugar del país.
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2. Para una mayor explicación del término Europa en este sentido, consultar mi trabajo Laiklik and Turkey’s ‘Cultural’ Modernity: Releasing Turkey Into Conceptual Space Occupied by ‘Europe’, en E. Fuat Keyman: Remaking Turkey: Globalization, Alternative Modernities, and Democracy, Lexington Books (Lanham, Maryland), 2007, pp. 35-46. 3. Hamid Dabashi, Truth and Narrative, Curzon Press (Londres), 1999, p. 23.
La declaración de seriedad de la pareja –en la que cada uno de sus miembros se refiere a la seriedad en un sentido propio y personal– indica ciertamente una mutua comprensión de su común condición. Ambos expresan sus promesas contrapuestas en un lenguaje común. Más allá de las palabras, además, parecen compartir una condición común. A quienes juzgan que la modernidad en Turquía no es más que un mito y pueden pensar que no existe iniciativa ni libertad en el país, cabe recordar que su condición común pertenece precisamente a la esfera de la acción humana, patente en su modo de expresarse y en sus convicciones: en la conducta de Haluk –en realidad, su libertad–, al reclamar que sus expectativas se cumplan en su totalidad y se tomen con seriedad; en la conducta de Ayla, al desear que su rectitud e integridad se tomen con la misma seriedad. En suma, dos seriedades profundamente sinceras y opuestas. En consecuencia, ¿qué cabe afirmar del objetivo de la modernidad de aportar la emancipación o liberación mediante la transformación social, cultural y política? ¿Se trata de manifestaciones recíprocas motivadas por las estructuras básicas de la modernidad? ¿O apuntan en el sentido de que la iniciativa de cada cual para vivir e impulsar sus planes es algo dado, propiciado tal vez por otras estructuras? ¿Necesitan Haluk y Ayla más libertad, o ya son poseedoras de ella? ¿A qué mayor grado de libertad pueden acceder que no posean ya? ¿Qué factor adicional es menester para que sean libres? Tal vez la cuestión de la modernidad/ modernización pueda entonces plantearse de este modo: ¿Qué clase de estructuras políticas son menester no para proveer de lo que falta sino para garantizar y posibilitar el nivel de iniciativa ya existente? Y, en caso de poder responder a esta pregunta, ¿cómo podríamos entonces dar forma a las estructuras generadoras de tales estructuras, las susceptibles de posibilitar su despliegue? En el caso que nos ocupa, y teniendo presentes la seriedad e iniciativa de Haluk y Ayla, seguramente poco nos equivocaremos si respondemos: “Europa.”2 La seriedad puede ser su libertad. A fin de proceder –precisamente– con seriedad, ¿puede Europa empezar por la seriedad de Haluk y Ayla? ¿Puede empezar la
modernidad por su seriedad en lugar de la libertad de Europa? “Ben ciddiyim. Ben de ciddiyim. Biz ciddiyiz” (somos serios). El concepto intersubjetivo de seriedad parece crucial a la hora de entender la condición de la modernidad en Turquía. Es un concepto en el que y a través del que estos personajes entienden y expresan su situación y sus relaciones en el mundo –entre sí, con la sociedad en sentido amplio, con respecto al presente y al futuro (y más aún porque el diálogo no ha hecho más que empezar)–. Se trata de una comprensión de las cosas que comparten, aunque aplicada a posibles esperanzas e ideales discrepantes entre sí. Para entender las realidades –en plural– de la modernidad en Turquía, deberíamos empezar por otorgar el debido peso y sentido a los significados principales, a las rectas y sinceras seriedades, también en plural, de quienes viven –y hacen– estas realidades. Un enfoque postorientalista y hermenéutico “puede apuntar nada menos que hacia la misma condición de la existencia humana, a los supuestos concretos de la condición histórica de la persona de su estar-en-el-mundo-con-sentido: tanto en la realidad como en la imaginación, en los hechos y en la fantasía.3 Desde tales términos interpretativos, “ciddiyet” y otros conceptos similares deberían incorporarse, a través del diálogo, a nuestras maneras de entender la modernidad en Turquía. Tales formas de comprensión logradas de modo dialogal eliminarían la distancia entre pensar la modernidad como mito en este caso y nos ayudarían a considerarla, posiblemente, como una serie de realidades vividas, básicamente ricas y plurales.
NOTA Una versión anterior de este artículo se presentó en la reunión titulada Turkish Modernity and the Social Sciences: A Crisis in Knowledge?, en el Instituto Princeton de Estudios Internacionales y Regionales (Princeton University), el 20 de marzo de 2009. Expreso mi profundo agradecimiento a mis colegas del seminario por sus ideas, y a Cemil Aydin, Andrew Bush, Mark Hoffman, Paul Soper, Sultan Tepe, Greg White y Steve Wolf por las conversaciones más amplias mantenidas con ellos.
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Obra Social ”la Caixa” Más oportunidades para las personas
La Obra Social ”la Caixa” trabaja día tras día para luchar contra la pobreza, para hacer que las personas mayores tengan una vida más activa y que los jóvenes tengan todo un futuro por delante, para favorecer la integración laboral, para acercar la cultura a todas las edades, para cuidar de la salud de las personas hasta el último momento y para proteger el medio ambiente. Todo, para que cada persona tenga más oportunidades.
OBRA SOCIAL · EL ALMA DE ”LA CAIXA”
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La Turquía de Atatürk las raíces, ramas y mitos del laicismo kemalista Murat Akan PROFESOR AYUDANTE DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES, UNIVERSIDAD DEL BÓSFORO (ESTAMBUL).
Las raíces
E
l laicismo kemalista, conside- tra la religión ha tenido su correspondiente rado en sus raíces y formas coste político, como también la propia deficontemporáneas, es anticle- nición del mecanismo institucional que rical, pero no antirreligioso. regula la relación entre Estado y religión en La noción de que en realidad Turquía. Las declaraciones más explícitas y “el kemalismo no existe sin reiteradas de Mustafá Kemal, Atatürk, sobre la religión” de forma conco- la religión en los años 1920 y 1930 pretenmitante está presente en to- dieron precisamente impedir que la relidos los documentos constitu- gión se convirtiera en un instrumento de la yentes de la república turca y se halla habi- política y, para alcanzar este objetivo, la tualmente en boca de los republicanos administración de los asuntos religiosos se sometió a una instikemalistas a la hora tución estatal, la Dide oponerse a los is- Ya en las décadas de 1920 y 1930, rección de Asuntos lamistas en los de- Atatürk se esforzó por impedir Religiosos. Esta direcbates públicos tanto que la religión se convirtiera en ción ha dado prefeactuales como pasaun instrumento de la política y, a rencia al islamismo dos. Se trata a un suní, dejando fuera a tiempo de una defen- tal fin, se creó una entidad oficial los no musulmanes sa pugnaz y de una que ha dado preferencia a las y a las formas islámimanifestación de corrientes del islamismo suní cas no suníes, popragmatismo kemalista en un país donde la religión siempre niendo al islam suní al servicio de la consha formado parte integrante del tejido trucción de un Estado-nación homogéneo. A través de la citada dirección, el social y el populismo religioso ha funcionado como fuente de votos de los partidos de Estado turco ha establecido siempre dónde derecha y centroderecha; en consecuencia, radica la religión “correcta y justa” en Turadoptar una postura pública explícita con- quía y tal postura ha adoptado tanto for-
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mas violentas como moderadas. Esta institucionalización específica de las relaciones entre Estado y religión en los años iniciales de la república se supeditó al mayor y principal objetivo que Atatürk estableció para sí y su Partido Republicano del Pueblo, con sus propias palabras “elevar a Turquía al nivel de la civilización contemporánea”. La vía a la “civilización contemporánea” pasó por el desmantelamiento de las instituciones del imperio otomano y la construcción del Estado-nación. En el decenio de 1920, la abolición del sultanato, el califato y la charia fueron las principales iniciativas que desmontaron las alas políticas y religiosas del imperio; la soberanía popular, el código civil, la defensa de la ciencia positiva y la unificación educativa fueron las piedras fundacionales del edificio del régimen republicano. Considerada a través de este prisma de un cambio de régimen –la fuente de legitimidad política había cambiado–, se instauró una práctica laicista al nivel del propio régimen. No obstante, el lugar y el papel de la religión en el nuevo Estado-nación mostraron notable continuidad en relación con su
lugar y papel en el imperio. En ambos casos, el islamismo suní fue el cemento social de la entidad política en cuestión, del imperio y posteriormente de la república. La soberanía popular, el código civil, la defensa de la ciencia positiva, la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza pública constituyeron la columna vertebral del nuevo régimen, en tanto que el pago de los sueldos de los guías religiosos a través de la Dirección de Asuntos Religiosos contribuyó a la creación de un funcionariado encargado de asuntos religiosos fiel, en primer lugar, a la república. Tal fue precisamente la forma en que el pago de los sueldos del clero durante la III República francesa fue considerado por algunos republicanos, antes de la separación entre la iglesia y el Estado en 1905, como herramienta de control; en el supuesto de que algún miembro del clero hablara contra el régimen republicano, podía ser despedido. Estos acontecimientos no siguieron en Turquía una senda democrática ni la democracia fue tampoco una de las seis flechas del kemalismo; las flechas fueron el nacionalismo, el populismo, el estatismo, el lai-
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La Turquía de Atatürk las raíces, ramas y mitos del laicismo kemalista Murat Akan PROFESOR AYUDANTE DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES, UNIVERSIDAD DEL BÓSFORO (ESTAMBUL).
Las raíces
E
l laicismo kemalista, conside- tra la religión ha tenido su correspondiente rado en sus raíces y formas coste político, como también la propia deficontemporáneas, es anticle- nición del mecanismo institucional que rical, pero no antirreligioso. regula la relación entre Estado y religión en La noción de que en realidad Turquía. Las declaraciones más explícitas y “el kemalismo no existe sin reiteradas de Mustafá Kemal, Atatürk, sobre la religión” de forma conco- la religión en los años 1920 y 1930 pretenmitante está presente en to- dieron precisamente impedir que la relidos los documentos constitu- gión se convirtiera en un instrumento de la yentes de la república turca y se halla habi- política y, para alcanzar este objetivo, la tualmente en boca de los republicanos administración de los asuntos religiosos se sometió a una instikemalistas a la hora tución estatal, la Dide oponerse a los is- Ya en las décadas de 1920 y 1930, rección de Asuntos lamistas en los de- Atatürk se esforzó por impedir Religiosos. Esta direcbates públicos tanto que la religión se convirtiera en ción ha dado prefeactuales como pasaun instrumento de la política y, a rencia al islamismo dos. Se trata a un suní, dejando fuera a tiempo de una defen- tal fin, se creó una entidad oficial los no musulmanes sa pugnaz y de una que ha dado preferencia a las y a las formas islámimanifestación de corrientes del islamismo suní cas no suníes, popragmatismo kemalista en un país donde la religión siempre niendo al islam suní al servicio de la consha formado parte integrante del tejido trucción de un Estado-nación homogéneo. A través de la citada dirección, el social y el populismo religioso ha funcionado como fuente de votos de los partidos de Estado turco ha establecido siempre dónde derecha y centroderecha; en consecuencia, radica la religión “correcta y justa” en Turadoptar una postura pública explícita con- quía y tal postura ha adoptado tanto for-
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mas violentas como moderadas. Esta institucionalización específica de las relaciones entre Estado y religión en los años iniciales de la república se supeditó al mayor y principal objetivo que Atatürk estableció para sí y su Partido Republicano del Pueblo, con sus propias palabras “elevar a Turquía al nivel de la civilización contemporánea”. La vía a la “civilización contemporánea” pasó por el desmantelamiento de las instituciones del imperio otomano y la construcción del Estado-nación. En el decenio de 1920, la abolición del sultanato, el califato y la charia fueron las principales iniciativas que desmontaron las alas políticas y religiosas del imperio; la soberanía popular, el código civil, la defensa de la ciencia positiva y la unificación educativa fueron las piedras fundacionales del edificio del régimen republicano. Considerada a través de este prisma de un cambio de régimen –la fuente de legitimidad política había cambiado–, se instauró una práctica laicista al nivel del propio régimen. No obstante, el lugar y el papel de la religión en el nuevo Estado-nación mostraron notable continuidad en relación con su
lugar y papel en el imperio. En ambos casos, el islamismo suní fue el cemento social de la entidad política en cuestión, del imperio y posteriormente de la república. La soberanía popular, el código civil, la defensa de la ciencia positiva, la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza pública constituyeron la columna vertebral del nuevo régimen, en tanto que el pago de los sueldos de los guías religiosos a través de la Dirección de Asuntos Religiosos contribuyó a la creación de un funcionariado encargado de asuntos religiosos fiel, en primer lugar, a la república. Tal fue precisamente la forma en que el pago de los sueldos del clero durante la III República francesa fue considerado por algunos republicanos, antes de la separación entre la iglesia y el Estado en 1905, como herramienta de control; en el supuesto de que algún miembro del clero hablara contra el régimen republicano, podía ser despedido. Estos acontecimientos no siguieron en Turquía una senda democrática ni la democracia fue tampoco una de las seis flechas del kemalismo; las flechas fueron el nacionalismo, el populismo, el estatismo, el lai-
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cismo, el republicanismo, las reformas. El kemalismo en cuanto a su contenido, definido por estas seis flechas, fue una ideología de tercera vía, ni liberal ni socialista, y fue mejor descrita por Taha Parla y Andrew Davison en su libro La ideología corporativista en la Turquía kemalista: ¿orden o progreso? como una forma de corporativismo. Las raíces del corporativismo en kemalismo procedieron de Ziya Gökalp, el pensador nacionalista más sistemático, que desempeñó la primera cátedra de sociología en la Universidad de Estambul, diputado en el primer Parlamento de la república, influenciado por Émile Durkheim. En el sistema organicista del corporativismo que daba preferencia a la cohesión del conjunto sobre el individuo y las clases económicas, la religión encontró un lugar como factor contribuyente a la “cohesión” de la sociedad donde la “cohesión” no tenía ninguna connotación democrática. Sin embargo, haciendo plena justicia a Ziya Gökalp, Parla y Davison subrayan elementos del universalismo en Gökalp “quien, incluso como corporativista, contempló la «civilización» como una esfera donde todas las naciones participan en un conjunto común”,1 mientras que el kemalismo como ideología promovió la superioridad de la nación turca sobre las restantes naciones. Las raíces del laicismo kemalista se insertaban en la búsqueda del estadio de la civilización contemporánea a través de un cambio de régimen del imperio al Estadonación con estrategia corporativa.
Las ramas Atatürk murió en 1938 y el Partido Republicano del Pueblo permaneció en el poder hasta 1950, en que perdió las elecciones frente al Partido Demócrata. En 1937, las seis flechas del kemalismo recibieron rango constitucional y la constitución declaró explícitamente a Turquía como país laico, mientras que las políticas beligerantes contra las minorías por parte del Estado republicano en el proceso de construcción del Estado-nación culminaron en la matanza de Dersim en 1938 y la Dirección de Asuntos Religiosos permaneció en su sitio. El advenimiento del multipartidismo en
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1. Taha, Parla y Andrew Davison, Corporatist ideology in Kemalist Turkey: Progress or order?, Syracuse University Press, 2004, p. 279.
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cismo, el republicanismo, las reformas. El kemalismo en cuanto a su contenido, definido por estas seis flechas, fue una ideología de tercera vía, ni liberal ni socialista, y fue mejor descrita por Taha Parla y Andrew Davison en su libro La ideología corporativista en la Turquía kemalista: ¿orden o progreso? como una forma de corporativismo. Las raíces del corporativismo en kemalismo procedieron de Ziya Gökalp, el pensador nacionalista más sistemático, que desempeñó la primera cátedra de sociología en la Universidad de Estambul, diputado en el primer Parlamento de la república, influenciado por Émile Durkheim. En el sistema organicista del corporativismo que daba preferencia a la cohesión del conjunto sobre el individuo y las clases económicas, la religión encontró un lugar como factor contribuyente a la “cohesión” de la sociedad donde la “cohesión” no tenía ninguna connotación democrática. Sin embargo, haciendo plena justicia a Ziya Gökalp, Parla y Davison subrayan elementos del universalismo en Gökalp “quien, incluso como corporativista, contempló la «civilización» como una esfera donde todas las naciones participan en un conjunto común”,1 mientras que el kemalismo como ideología promovió la superioridad de la nación turca sobre las restantes naciones. Las raíces del laicismo kemalista se insertaban en la búsqueda del estadio de la civilización contemporánea a través de un cambio de régimen del imperio al Estadonación con estrategia corporativa.
Las ramas Atatürk murió en 1938 y el Partido Republicano del Pueblo permaneció en el poder hasta 1950, en que perdió las elecciones frente al Partido Demócrata. En 1937, las seis flechas del kemalismo recibieron rango constitucional y la constitución declaró explícitamente a Turquía como país laico, mientras que las políticas beligerantes contra las minorías por parte del Estado republicano en el proceso de construcción del Estado-nación culminaron en la matanza de Dersim en 1938 y la Dirección de Asuntos Religiosos permaneció en su sitio. El advenimiento del multipartidismo en
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1. Taha, Parla y Andrew Davison, Corporatist ideology in Kemalist Turkey: Progress or order?, Syracuse University Press, 2004, p. 279.
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recalcando el papel de la citada 1945 fue un importante punto Los partidos dirección en el mantenimiento de inflexión en la política del religiosos de la solidaridad nacional y la Partido Republicano del Pueblo conservadores sobre la cuestión religiosa. La cobraron fuerza introducción de cursos obligatorios de religión en la enseñanza oposición en auge construyó en el período pública. Durante la redacción de en parte su plataforma sobre posterior al Constitución se produjeron las críticas al Partido Repurégimen militar la declaraciones explícitas que neblicano del Pueblo por haber mantenido la infraestructura que se prolongó gaban la existencia de las minorías en Turquía y se extendían religiosa del país en nivel de hasta 1989, sobre la forma en que la religión subdesarrollo. Aunque la Direc- pero el ejército ción de Asuntos Religiosos se- volvió a advertir podría contribuir a devaluar la política de izquierda. guía intacta en su lugar, el ta- a la coalición El centro del espectro polítimaño de la institución siguió islamista co se desplazó aún más a la deresiendo reducido. Enfrentado a liderada cha en el período posterior al la plataforma opositora y tepor Erbakan régimen militar de 1980-1983 (el miendo una pérdida del poder, presidente de la república fue un el Partido Republicano del Pueblo puso interés en el incremento del mando del ejército hasta 1989 y las primepresupuesto de la citada dirección, la reno- ras elecciones después del golpe se celebravada oferta de cursos de orientación suní ron en 1983). En tal contexto, los partidos en la enseñanza pública y la reapertura de religiosos conservadores cobraron fuelle. La escuelas de formación de imanes; justificó siguiente aparición importante en escena el cambio de política reiterando que el régi- de los militares se registró en 1997 en forma men republicano se hallaba consolidado; de una advertencia contra de la coalición de las medidas no implicaban riesgo de una gobierno la que formaba parte el Refah Parcontrarrevolución y, por tanto, invertir en tisi (Partido del Bienestar) con Necmettin la infraestructura de la religión no era con- Erbakan como primer ministro. En relación trario a los principios republicanos sino con la intervención contra el Refah Partisi que, por el contrario, era factor fundamen- figuraban los discursos de Necmettin Ertal para la formación de la juventud fiel a la bakan, discursos que incluían elementos de república; respaldaba tal postura con ejem- violencia explícita y sugerencias favorables plos de países europeos donde figuras polí- a un sistema multijurídico; como telón de ticas argumentaban que la religión se-guía fondo asomaba el auge del capital musulsiendo una fuerza vigorosa del tejido social. mán a través de la recaudación de dinero de En la previsible disputa por el electora- ciudadanos religiosos en forma de particido religioso, el sentido práctico del Partido pación en beneficios. La mayoría de las Republicano del Pueblo se anticipó expre- empresas que generaban capital por esta vía sando un pleno compromiso con el laicis- ha ido a la quiebra, abandonando a sus mo como política estatal en la política dia- accionistas en la penuria económica. Una de las principales consecuencias ria y circunscribió el tema del laicismo a la cuestión del régimen. Tal política circuns- de este episodio que comenzó con una tancialista de fortalecimiento de la infraes- advertencia militar y terminó con la decitructura de la religión no fue el último sión del Tribunal Constitucional de clausuejemplo de su clase en Turquía. El caso más rar el Refah Partisi por ser punto de mira de significativo se debió a iniciativa de la pro- las actividades antilaicas fue la imposición pia institución militar, la autodeclarada por parte de los militares (al Gobierno posheredera del kemalismo. En el golpe mili- terior) de un incremento de la duración de tar de 1980, el ejército, exactamente como la enseñanza primaria obligatoria de cinco sus homólogos en Latinoamérica, asestó un a ocho años. Sin embargo, la situación de la duro golpe a los movimientos y organiza- infraestructura escolar no podía atender a ciones de izquierda, y la constitución de tal ampliación y el resultado fue la fractura 1982 presentó expresamente la religión co- del principal elemento constitutivo del laimo un baluarte contra la izquierda política cismo, la unidad de la enseñanza. El auto-
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nombrado defensor del laicismo kemalista, el estamento militar, aceleró mediante su intervención e imposición el corte de la raíz principal del laicismo. El número de escuelas primarias privadas en Turquía se ha disparado de 204 escuelas en el año académico 1992-93 a 866 escuelas en el año escolar 2007-08 y las escuelas secundarias privadas, de 218 escuelas a 711.2 Estas escuelas cobran de promedio una matrícula anual de unas 15.000 YTL (nuevas liras turcas), unos 6.900 euros.
entre otros, al movimiento religioso de Fethullah Gülen, cuyas escuelas florecen en Turquía como también en Iraq, África, Europa, Norteamérica, Centroamérica, Sudamérica, Asia central y algunas repúblicas postsoviéticas (algunas le han denegado autorización), y eruditos y políticos laicistas –incluidos los de la izquierda republicana de Bülent Ecevit, líder del Partido de Izquierda Democrática, fallecido en 2006– han expresado por escrito su valoración positiva de las escuelas Gülen3. ¿Son tales coqueteos con movilizaciones y organizaciones religiosas propios del contexto turco? Cabe recordar la lamentaLa política turca se describe siempre ble declaración de Mustafá Kemal, Atatürk, en los medios de comunicación estadouni- “sólo nos parecemos a nosotros mismos”; denses y europeos como realidad domina- asimismo, en todas las decisiones del da por una lucha entre los kemalistas lai- Tribunal Constitucional turco en relación cistas y los islamistas. Esta dicotomía mu- con el laicismo desde la creación del tributuamente excluyente oculta más que reve- nal con la Constitución de 1961, los fundalar. Las raíces y ramas del laicismo kemalis- mentos de cada decisión han incluido una ta rebosan de declaraciones sobre la reli- declaración sobre la excepcionalidad del gión “correcta” y su valor como instrumen- caso turco; es decir, el laicismo kemalista to cohesionador de la sociedad. La privati- es diferente de su homólogo occidental de zación de la enseñanza y la inversión en la Estados Unidos y Europa a causa de la espeDirección de Asuntos Religiosos son dos cificidad del contexto. La principal especifiejemplos de cómo los laicistas kemalistas cidad contextual se ha referido a la religión en Turquía han cortado la rama sobre la del islam. El argumento señala que el islam que estaban sentados. En estas dos políti- como religión posee una tendencia inhecas coinciden con el islamismo político rente a introducirse en el espacio político y que es también una ideología de tercera público, y por tanto, demanda un tipo parvía, ni liberal ni socialista. Así se manifies- ticular de laicismo que lo abrace. Este argumento culturalista no es conta expresamente en un libro de Necmettin Erbakan, Milli Görüs (Perspectiva nacional), vincente, porque pasa por alto el contexto publicado en 1975. El actual primer minis- económico y político en que se insertan las culturas. Teniendo en cuenta tro, Recep Tayyip Erdogan, del el contexto histórico, político partido gubernamental Justicia y El laicismo y en parte económico que he Desarrollo, ha declarado pública- turco sólo mencionado anteriormente, mente en múltiples ocasiones difiere de otros ¿cómo podemos concluir que que la religión es el cemento de homólogos el problema es la religión del la sociedad y ha aumentado con- occidentales islam? Habida cuenta de las tinuamente el presupuesto de la como el pruebas empíricas provenienDirección de Asuntos Religiosos desde que el partido llegó al po- estadounidense tes de Europa y Estados Unidos sobre el modo en que la polítider en 2002. Se ha señalado que o el europeo en ca estatal condiciona cualel presupuesto de la dirección pa- la especificidad quier determinación cultural, ra 2009 alcanza la suma de 2.400 del contexto: ¿cómo podemos concluir que millones de nuevas liras turcas, en Turquía tales coqueteos con las movilisuperior a la cantidad asignada a la diferencia zaciones y organizaciones reliinstituciones de política social y está en que la giosas son exclusivamente superior incluso al de algunos religión es aplicables al caso de Turquía? ministerios. La privatización de Por ejemplo, George W. la enseñanza ha beneficiado, la islámica
Los mitos
2. Turkish Statistical Yearbook. 3. Ver colección de artículos de Toktamış Ateş, Eser Karakaş e İlber Ortaylı (eds.), Barış Köprüleri: Dünyaya Açılan Türk Okulları. (Puentes de paz: escuelas turcas abiertas al mundo), Da Yayıncılık (Estambul), 2005.
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recalcando el papel de la citada 1945 fue un importante punto Los partidos dirección en el mantenimiento de inflexión en la política del religiosos de la solidaridad nacional y la Partido Republicano del Pueblo conservadores sobre la cuestión religiosa. La cobraron fuerza introducción de cursos obligatorios de religión en la enseñanza oposición en auge construyó en el período pública. Durante la redacción de en parte su plataforma sobre posterior al Constitución se produjeron las críticas al Partido Repurégimen militar la declaraciones explícitas que neblicano del Pueblo por haber mantenido la infraestructura que se prolongó gaban la existencia de las minorías en Turquía y se extendían religiosa del país en nivel de hasta 1989, sobre la forma en que la religión subdesarrollo. Aunque la Direc- pero el ejército ción de Asuntos Religiosos se- volvió a advertir podría contribuir a devaluar la política de izquierda. guía intacta en su lugar, el ta- a la coalición El centro del espectro polítimaño de la institución siguió islamista co se desplazó aún más a la deresiendo reducido. Enfrentado a liderada cha en el período posterior al la plataforma opositora y tepor Erbakan régimen militar de 1980-1983 (el miendo una pérdida del poder, presidente de la república fue un el Partido Republicano del Pueblo puso interés en el incremento del mando del ejército hasta 1989 y las primepresupuesto de la citada dirección, la reno- ras elecciones después del golpe se celebravada oferta de cursos de orientación suní ron en 1983). En tal contexto, los partidos en la enseñanza pública y la reapertura de religiosos conservadores cobraron fuelle. La escuelas de formación de imanes; justificó siguiente aparición importante en escena el cambio de política reiterando que el régi- de los militares se registró en 1997 en forma men republicano se hallaba consolidado; de una advertencia contra de la coalición de las medidas no implicaban riesgo de una gobierno la que formaba parte el Refah Parcontrarrevolución y, por tanto, invertir en tisi (Partido del Bienestar) con Necmettin la infraestructura de la religión no era con- Erbakan como primer ministro. En relación trario a los principios republicanos sino con la intervención contra el Refah Partisi que, por el contrario, era factor fundamen- figuraban los discursos de Necmettin Ertal para la formación de la juventud fiel a la bakan, discursos que incluían elementos de república; respaldaba tal postura con ejem- violencia explícita y sugerencias favorables plos de países europeos donde figuras polí- a un sistema multijurídico; como telón de ticas argumentaban que la religión se-guía fondo asomaba el auge del capital musulsiendo una fuerza vigorosa del tejido social. mán a través de la recaudación de dinero de En la previsible disputa por el electora- ciudadanos religiosos en forma de particido religioso, el sentido práctico del Partido pación en beneficios. La mayoría de las Republicano del Pueblo se anticipó expre- empresas que generaban capital por esta vía sando un pleno compromiso con el laicis- ha ido a la quiebra, abandonando a sus mo como política estatal en la política dia- accionistas en la penuria económica. Una de las principales consecuencias ria y circunscribió el tema del laicismo a la cuestión del régimen. Tal política circuns- de este episodio que comenzó con una tancialista de fortalecimiento de la infraes- advertencia militar y terminó con la decitructura de la religión no fue el último sión del Tribunal Constitucional de clausuejemplo de su clase en Turquía. El caso más rar el Refah Partisi por ser punto de mira de significativo se debió a iniciativa de la pro- las actividades antilaicas fue la imposición pia institución militar, la autodeclarada por parte de los militares (al Gobierno posheredera del kemalismo. En el golpe mili- terior) de un incremento de la duración de tar de 1980, el ejército, exactamente como la enseñanza primaria obligatoria de cinco sus homólogos en Latinoamérica, asestó un a ocho años. Sin embargo, la situación de la duro golpe a los movimientos y organiza- infraestructura escolar no podía atender a ciones de izquierda, y la constitución de tal ampliación y el resultado fue la fractura 1982 presentó expresamente la religión co- del principal elemento constitutivo del laimo un baluarte contra la izquierda política cismo, la unidad de la enseñanza. El auto-
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nombrado defensor del laicismo kemalista, el estamento militar, aceleró mediante su intervención e imposición el corte de la raíz principal del laicismo. El número de escuelas primarias privadas en Turquía se ha disparado de 204 escuelas en el año académico 1992-93 a 866 escuelas en el año escolar 2007-08 y las escuelas secundarias privadas, de 218 escuelas a 711.2 Estas escuelas cobran de promedio una matrícula anual de unas 15.000 YTL (nuevas liras turcas), unos 6.900 euros.
entre otros, al movimiento religioso de Fethullah Gülen, cuyas escuelas florecen en Turquía como también en Iraq, África, Europa, Norteamérica, Centroamérica, Sudamérica, Asia central y algunas repúblicas postsoviéticas (algunas le han denegado autorización), y eruditos y políticos laicistas –incluidos los de la izquierda republicana de Bülent Ecevit, líder del Partido de Izquierda Democrática, fallecido en 2006– han expresado por escrito su valoración positiva de las escuelas Gülen3. ¿Son tales coqueteos con movilizaciones y organizaciones religiosas propios del contexto turco? Cabe recordar la lamentaLa política turca se describe siempre ble declaración de Mustafá Kemal, Atatürk, en los medios de comunicación estadouni- “sólo nos parecemos a nosotros mismos”; denses y europeos como realidad domina- asimismo, en todas las decisiones del da por una lucha entre los kemalistas lai- Tribunal Constitucional turco en relación cistas y los islamistas. Esta dicotomía mu- con el laicismo desde la creación del tributuamente excluyente oculta más que reve- nal con la Constitución de 1961, los fundalar. Las raíces y ramas del laicismo kemalis- mentos de cada decisión han incluido una ta rebosan de declaraciones sobre la reli- declaración sobre la excepcionalidad del gión “correcta” y su valor como instrumen- caso turco; es decir, el laicismo kemalista to cohesionador de la sociedad. La privati- es diferente de su homólogo occidental de zación de la enseñanza y la inversión en la Estados Unidos y Europa a causa de la espeDirección de Asuntos Religiosos son dos cificidad del contexto. La principal especifiejemplos de cómo los laicistas kemalistas cidad contextual se ha referido a la religión en Turquía han cortado la rama sobre la del islam. El argumento señala que el islam que estaban sentados. En estas dos políti- como religión posee una tendencia inhecas coinciden con el islamismo político rente a introducirse en el espacio político y que es también una ideología de tercera público, y por tanto, demanda un tipo parvía, ni liberal ni socialista. Así se manifies- ticular de laicismo que lo abrace. Este argumento culturalista no es conta expresamente en un libro de Necmettin Erbakan, Milli Görüs (Perspectiva nacional), vincente, porque pasa por alto el contexto publicado en 1975. El actual primer minis- económico y político en que se insertan las culturas. Teniendo en cuenta tro, Recep Tayyip Erdogan, del el contexto histórico, político partido gubernamental Justicia y El laicismo y en parte económico que he Desarrollo, ha declarado pública- turco sólo mencionado anteriormente, mente en múltiples ocasiones difiere de otros ¿cómo podemos concluir que que la religión es el cemento de homólogos el problema es la religión del la sociedad y ha aumentado con- occidentales islam? Habida cuenta de las tinuamente el presupuesto de la como el pruebas empíricas provenienDirección de Asuntos Religiosos desde que el partido llegó al po- estadounidense tes de Europa y Estados Unidos sobre el modo en que la polítider en 2002. Se ha señalado que o el europeo en ca estatal condiciona cualel presupuesto de la dirección pa- la especificidad quier determinación cultural, ra 2009 alcanza la suma de 2.400 del contexto: ¿cómo podemos concluir que millones de nuevas liras turcas, en Turquía tales coqueteos con las movilisuperior a la cantidad asignada a la diferencia zaciones y organizaciones reliinstituciones de política social y está en que la giosas son exclusivamente superior incluso al de algunos religión es aplicables al caso de Turquía? ministerios. La privatización de Por ejemplo, George W. la enseñanza ha beneficiado, la islámica
Los mitos
2. Turkish Statistical Yearbook. 3. Ver colección de artículos de Toktamış Ateş, Eser Karakaş e İlber Ortaylı (eds.), Barış Köprüleri: Dünyaya Açılan Türk Okulları. (Puentes de paz: escuelas turcas abiertas al mundo), Da Yayıncılık (Estambul), 2005.
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Las raíces y las ramas del laicismo kemalista tienen sus propios orígenes históricos y peculiaridades, pero no son ni exclusivos ni únicos en el contexto de lo que ocurre en otros países no islámicos
4. Nicolas Sarkozy, La République, les religions, l’espérance, 19. 5. Íbid., 23-5. 6. Germany Cites Koran in Rejecting Divorce, “International Herald Tribune”, 223-2007. 7. Politics, not religion, at the heart of growing Muslim-West divide, new report argues, Alliance of Civilizations Press Release Fourth High Level Group Meeting, 12-13/ 11/2006. 8. Alliance of Civilizations Report of the High-Level Group, 13-11-2006, 3.
Bush creó en 2001, mediante decreto presidencial de la Casa Blanca, la Oficina de Iniciativas basadas en la Fe, que promueve –mediante incentivos económicos– movilizaciones y organizaciones religiosas en la sociedad. ¿Debe entenderse el florecimiento de las movilizaciones y organizaciones religiosas en virtud de incentivos económicos en Estados Unidos como un
fenómeno cultural? Nicolas Sarkozy creó el Consejo Musulmán francés en 2003. En su libro La República, las religiones, la esperanza establece el papel de la religión de la forma siguiente: “En todos los lugares de Francia, y mucho más en los barrios periféricos donde se concentra la desesperación, es preferible con diferencia que los jóvenes puedan abrigar una esperanza espiritual en lugar –como única “religión”– de la violencia, las drogas y el dinero. 4 “Por ejemplo, a su juicio no es importante que la práctica religiosa disminuya y sólo un 15 por ciento de los musulmanes sean practicantes habituales. En su libro responde a tal hecho desviando la cuestión de la religión y la organización religiosa de una cuestión de “culto” (religión) a un asunto de “cultura”. Al abordar la cuestión de la disminución de la práctica religiosa en Francia, incluso entre los musulmanes, Sarkozy responde como sigue: “La religión no es simplemente un fenómeno cultural (de fe religiosa). Es también un elemento de identidad cultural... La religión no posee únicamente una dimensión espiritual. Posee también una dimensión cultural… Decir “los musulmanes de Francia”, no excluye a los musulmanes ateos y agnósticos; por el contrario, califica un elemento de la sociedad francesa cuya integración debemos articular de modo que la tentación de retirarse [de la sociedad] y la tentación comunitarista (ya muy presentes) puedan evitarse.5
Dada tal política estatal de empleo de la religión como instrumento de desmovilización, ¿cómo podemos concluir que el problema sea un elemento inherente al islam y específico de él? En marzo de 2007, una jueza alemana se basó en un pasaje del Corán para rechazar una demanda de divorcio de una mujer alemana musulmana por motivos de violencia doméstica. Según “International Herald Tribune”, la juez Christa Datz-Winter, dijo que la joven “procedía de un medio cultural marroquí en el que, según afirmó, era común que los maridos golpearan a sus esposas. El Corán, dijo, sanciona tales malos tratos físicos”.6 ¿Dónde radica el elemento cultural en este caso? Los días 12 y 13 de noviembre de 2006, los comunicados de prensa tras la cuarta reunión de la Alianza de Civilizaciones, el proyecto liderado por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. y el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, en Estambul, titulado “La política, no la religión, se halla en el corazón de la creciente brecha entre musulmanes y Occidente”, inducía a creer que se estaba produciendo un desplazamiento de una comprensión cultural (religiosa, en este caso concreto) de los problemas del mundo a una comprensión política…7 hasta leer el informe en cuestión y encontrar, entre los principios que menciona para alcanzar una solución, el factor de la religión: “La religión es una dimensión cada vez más importante de muchas sociedades y fuente importante de valores para los individuos. Puede desempeñar un papel fundamental a la hora de promover la valoración del reconocimiento de otras culturas, religiones y modos de vida para contribuir a construir la armonía entre ellos.”8 Las raíces y las ramas del laicismo kemalista tienen sus propios orígenes históricos y raíces respectivas, pero estos orígenes y raíces no son exclusivos y únicos, y en absoluto en el contexto de los acontecimientos actuales en algunos países europeos y en Estados Unidos, que tienen por objeto la sustitución de todos lazos religioso-morales por otros políticos, la política sobre la religión por la política social, la desmovilización religiosa por los movimientos sociales, la cultura por la justicia.
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Renacer islámico y laicismo turco erif Mardin PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD SABANCI, FACULTAD DE ARTE Y CIENCIAS SOCIALES.
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Renacer islámico y laicismo turco erif Mardin PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD SABANCI, FACULTAD DE ARTE Y CIENCIAS SOCIALES.
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les que formaban parte del impulso laicista cobertura dada a Turquía del régimen republicano. No fue difícil, por Occidente en libros y puesto que la base del laicismo consistía en medios de comunicación un conjunto de leyes que habían tenido una reflejó una admiración por aplicación variable. En 1960, el ejército dio los principios laicos adopta- un golpe de Estado orientado sobre todo a dos por el régimen republi- reinstaurar las políticas laicas de los inicios cano turco (1923). Según republicanos. No obstante, el partido polítiesas fuentes, el elemento is- co sucesor del Partido Democrático, el de la lámico asociado de forma tan dominante Justicia, tuvo el cuidado de establecer un con el imperio otomano se había abandona- equilibrio entre las prohibiciones de los do de modo definitivo. Lo que había susti- inicios republicanos y la promoción de la tuido la base cultural islámica como visión vida cotidiana turca con un inevitable eledel mundo hegemónica del nuevo régimen mento islámico. Tras el régimen establecido era su perspectiva laica y “científica”, inspi- por el golpe de Estado, una modificación rada en la Ilustración europea. Desde hace gradual condujo en 1970 al primer intento ya unos 50 años, la admiración por el carác- de reintroducir con más nitidez los principios islámicos en la ter laico del régimen vida social y, hasta republicano turco El histórico Partido de la Justicia cierto punto, polítimoderno se ha visto se preocupó por establecer un ca de Turquía mereemplazada poco a diante la creación de poco por una suspi- equilibrio entre las prohibiciones un partido con una cacia y un temor de los inicios republicanos y la ante el hecho de que promoción de la vida cotidiana con clara la orientación el laicismo no haya su inevitable componente islámico islámica. Visto de modo conquistado de versuperficial, entre los dad el imaginario social de la población de Turquía. La causa años 1950 y 1965 tuvo lugar un acuerdo de este cambio fue una serie de aconteci- más discreto con el islam, visible en la tolemientos ocurridos entre 1950 y 1960. En rancia religiosa del Partido de la Justicia. En 1950, con ocasión de las primeras eleccio- las diferentes elecciones nacionales, este nes libres turcas, asumió el poder un nuevo partido obtuvo los siguientes porcentajes partido, el Partido Democrático, que puso de voto: 34 por ciento (1961), 52 por ciento fin al gobierno unipartidista del Partido (1965), 46 por ciento (1969), 30 por ciento Republicano del Pueblo. El Partido De- (1970) y 37 por ciento (1977). Un segundo mocrático introdujo la política multiparti- golpe militar (1971) estuvo a punto de tener dista y liberalizó diversas leyes fundaciona- éxito, pero al final desembocó en un sisteURANTE MUCHO TIEMPO LA
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ma de equilibrio entre laicos y tradicionalistas religiosos. Con el tiempo, los partidos conservadores surgidos del tercer golpe militar (1980) volvieron a intentar el restablecimiento del sistema de equilibrio. No obstante, no se trató de una directriz clara, pues esa vez los cabecillas del golpe habían empezado a comprender la fuerza del islam y reintrodujeron lo que podría describirse como un islam “laico”, es decir, una mínima base islámica en la vida diaria turca. Entre 1970 y 1995, los éxitos electorales desequilibraron poco a poco los viejos principios y proporcionaron una base para el apoyo popular al islam. Entre los principios iniciales de la república se encontraba la prohibición de la ley islámica, uno de los éxitos más destacados del laicismo. Si bien en las décadas de 1980 y 1990 –incluso durante el breve gobierno del islámico Partido Refah (junio 1996-junio 1997)– se produjeron algunos debates (en su mayoría) secretos sobre el lugar de las leyes religiosas en la sociedad turca, nunca hubo una verdadera islamización de la sociedad. Esos años concluyeron con la llegada al poder del Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP), un nuevo partido con credenciales islámicas dispuesto a lograr un equilibrio entre lo viejo y lo nuevo. Esta
vez, la “islamicidad” tuvo mayor visibilidad que antes y de nuevo hubo una serie de intentos fracasados de modificar el sistema por parte de los militares. En general, el discurso mencionado más arriba sesgó el puritanismo laico periodístico promovido por el avatar del antiguo laicismo. La defensa del laicismo resultó un tanto simplista; tampoco nos ofreció indicio alguno del papel dinámico del islam en Turquía. Este desconocimiento de la dinámica, del proceso de cambio, nos hizo aceptar ese discurso como explicativo. En realidad existen muchas características del islam en el imperio otomano y en la moderna república que son característicos de Turquía. Proporcionan una base para el discurso de un equilibrio. Empecemos por una característica fundamental que está ausente en otras culturas islámicas. A saber, la presencia de un Estado bien construido. Siempre describo a mis estudiantes la relación entre el Estado otomano y el islam con una observación un tanto básica: “En el imperio otomano, el Estado siempre estuvo un milímetro por delante de la religión.” Hago este comentario porque en el imperio otomano hubo una jerarquía islámica desarrollada y controlada siempre en buena medida por el centro de poder. Estoy
convencido de que este rasgo ha tenido una gran influencia en el papel moderno del islam en la sociedad turca en tanto que aspecto de la gobernabilidad, cuando no del gobierno. De modo que la realidad del islam en el imperio otomano es bastante diferente de las ideas recibidas en relación con el papel del islam otomano. Un ejemplo de esta posición superficial fue el uso del Corán y su discurso como propulsor básico del actual fenómeno revival. Un segundo elemento que debe recordarse en cualquier intento de estudiar la dinámica del islam es que no cabe comprender el lugar del islam en Turquía sin tener alguna idea de su estilo ontológico. Incluso una visión superficial de los profundos canales de comunicación entre el islam y “lo demás” exige una mirada a esa dimensión filosófica. En realidad, abundan los estudios sobre esa base filosófica, pero no en Turquía. Existen muchos otros elementos estructurales que deberían estudiarse para llegar a comprender el proceso mediante el cual el islam ha reafirmado en Turquía su posición. Uno de ellos fue que, en el siglo XIX, los dirigentes de la jerarquía islámica empezaron a participar en el discurso de la intelligentsia otomana. Debo este descubrimiento a Bedri Gencer, que se ha llevado a
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les que formaban parte del impulso laicista cobertura dada a Turquía del régimen republicano. No fue difícil, por Occidente en libros y puesto que la base del laicismo consistía en medios de comunicación un conjunto de leyes que habían tenido una reflejó una admiración por aplicación variable. En 1960, el ejército dio los principios laicos adopta- un golpe de Estado orientado sobre todo a dos por el régimen republi- reinstaurar las políticas laicas de los inicios cano turco (1923). Según republicanos. No obstante, el partido polítiesas fuentes, el elemento is- co sucesor del Partido Democrático, el de la lámico asociado de forma tan dominante Justicia, tuvo el cuidado de establecer un con el imperio otomano se había abandona- equilibrio entre las prohibiciones de los do de modo definitivo. Lo que había susti- inicios republicanos y la promoción de la tuido la base cultural islámica como visión vida cotidiana turca con un inevitable eledel mundo hegemónica del nuevo régimen mento islámico. Tras el régimen establecido era su perspectiva laica y “científica”, inspi- por el golpe de Estado, una modificación rada en la Ilustración europea. Desde hace gradual condujo en 1970 al primer intento ya unos 50 años, la admiración por el carác- de reintroducir con más nitidez los principios islámicos en la ter laico del régimen vida social y, hasta republicano turco El histórico Partido de la Justicia cierto punto, polítimoderno se ha visto se preocupó por establecer un ca de Turquía mereemplazada poco a diante la creación de poco por una suspi- equilibrio entre las prohibiciones un partido con una cacia y un temor de los inicios republicanos y la ante el hecho de que promoción de la vida cotidiana con clara la orientación el laicismo no haya su inevitable componente islámico islámica. Visto de modo conquistado de versuperficial, entre los dad el imaginario social de la población de Turquía. La causa años 1950 y 1965 tuvo lugar un acuerdo de este cambio fue una serie de aconteci- más discreto con el islam, visible en la tolemientos ocurridos entre 1950 y 1960. En rancia religiosa del Partido de la Justicia. En 1950, con ocasión de las primeras eleccio- las diferentes elecciones nacionales, este nes libres turcas, asumió el poder un nuevo partido obtuvo los siguientes porcentajes partido, el Partido Democrático, que puso de voto: 34 por ciento (1961), 52 por ciento fin al gobierno unipartidista del Partido (1965), 46 por ciento (1969), 30 por ciento Republicano del Pueblo. El Partido De- (1970) y 37 por ciento (1977). Un segundo mocrático introdujo la política multiparti- golpe militar (1971) estuvo a punto de tener dista y liberalizó diversas leyes fundaciona- éxito, pero al final desembocó en un sisteURANTE MUCHO TIEMPO LA
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ma de equilibrio entre laicos y tradicionalistas religiosos. Con el tiempo, los partidos conservadores surgidos del tercer golpe militar (1980) volvieron a intentar el restablecimiento del sistema de equilibrio. No obstante, no se trató de una directriz clara, pues esa vez los cabecillas del golpe habían empezado a comprender la fuerza del islam y reintrodujeron lo que podría describirse como un islam “laico”, es decir, una mínima base islámica en la vida diaria turca. Entre 1970 y 1995, los éxitos electorales desequilibraron poco a poco los viejos principios y proporcionaron una base para el apoyo popular al islam. Entre los principios iniciales de la república se encontraba la prohibición de la ley islámica, uno de los éxitos más destacados del laicismo. Si bien en las décadas de 1980 y 1990 –incluso durante el breve gobierno del islámico Partido Refah (junio 1996-junio 1997)– se produjeron algunos debates (en su mayoría) secretos sobre el lugar de las leyes religiosas en la sociedad turca, nunca hubo una verdadera islamización de la sociedad. Esos años concluyeron con la llegada al poder del Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP), un nuevo partido con credenciales islámicas dispuesto a lograr un equilibrio entre lo viejo y lo nuevo. Esta
vez, la “islamicidad” tuvo mayor visibilidad que antes y de nuevo hubo una serie de intentos fracasados de modificar el sistema por parte de los militares. En general, el discurso mencionado más arriba sesgó el puritanismo laico periodístico promovido por el avatar del antiguo laicismo. La defensa del laicismo resultó un tanto simplista; tampoco nos ofreció indicio alguno del papel dinámico del islam en Turquía. Este desconocimiento de la dinámica, del proceso de cambio, nos hizo aceptar ese discurso como explicativo. En realidad existen muchas características del islam en el imperio otomano y en la moderna república que son característicos de Turquía. Proporcionan una base para el discurso de un equilibrio. Empecemos por una característica fundamental que está ausente en otras culturas islámicas. A saber, la presencia de un Estado bien construido. Siempre describo a mis estudiantes la relación entre el Estado otomano y el islam con una observación un tanto básica: “En el imperio otomano, el Estado siempre estuvo un milímetro por delante de la religión.” Hago este comentario porque en el imperio otomano hubo una jerarquía islámica desarrollada y controlada siempre en buena medida por el centro de poder. Estoy
convencido de que este rasgo ha tenido una gran influencia en el papel moderno del islam en la sociedad turca en tanto que aspecto de la gobernabilidad, cuando no del gobierno. De modo que la realidad del islam en el imperio otomano es bastante diferente de las ideas recibidas en relación con el papel del islam otomano. Un ejemplo de esta posición superficial fue el uso del Corán y su discurso como propulsor básico del actual fenómeno revival. Un segundo elemento que debe recordarse en cualquier intento de estudiar la dinámica del islam es que no cabe comprender el lugar del islam en Turquía sin tener alguna idea de su estilo ontológico. Incluso una visión superficial de los profundos canales de comunicación entre el islam y “lo demás” exige una mirada a esa dimensión filosófica. En realidad, abundan los estudios sobre esa base filosófica, pero no en Turquía. Existen muchos otros elementos estructurales que deberían estudiarse para llegar a comprender el proceso mediante el cual el islam ha reafirmado en Turquía su posición. Uno de ellos fue que, en el siglo XIX, los dirigentes de la jerarquía islámica empezaron a participar en el discurso de la intelligentsia otomana. Debo este descubrimiento a Bedri Gencer, que se ha llevado a
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cabo una comparación entre la civilización occidental y la práctica política y social otomana. Este nuevo papel un tanto inesperado de la jerarquía islámica condujo a la diferenciación entre una parte de la jerarquía, que entró en ese discurso, y los niveles inferiores del clero. Los musulmanes de clase baja del imperio otomano quedaron entonces abandonados a sus propios medios. Ese proceso tiene una historia larga, pero cualquier resumen debe señalar que esas clases acudieron a los elementos del islam tradicional para reconstruir su vida religiosa. Un tercer elemento del proceso decimonónico de cambio en el islam fue la medida en que una nueva fuerza revivalista-misionera islámica se infiltró por toda Anatolia a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Esos movimientos revivalistas han sido considerados erróneamente como “místicos”. La magnitud de su influencia se manifiesta en que todos tuvieron algún papel en la formación de los partidos políticos conservadores entre 1940 y el presente. En esencia, la formación de los partidos políticos turcos no se basó en asociaciones como las que vemos en los partidos occidentales, sino en una estrategia de redes extensas y en su capacidad para aglutinar seguidores Paradójicamente, la dimensión laico-nacionalista de la política republicana promovió en cierto modo en la década de 1950 los elementos culturales islámicos del imperio. La república se describió a sí misma como nacionalista, y un componente importante de ese nacionalismo fue el intento de extraer de la sociedad cuanto era “turco” en la cultura tradicional. Hasta ahí todo bien. Diversos estudios del folclore intentaron establecer elementos culturales “turcos” con los que rellenar la promesa ideológica de la república. Sin embargo, a la hora de pulir y salvaguardar los vestigios materiales de la fenecida cultura otomana, lo único que uno encon-
traba era islámico. Realicé parte de mi servicio militar en Konya, pero en esa ciudad no se podía explorar nada “turco”. Todos los monumentos, archivos y legajos legales eran parte de la cultura islámica del imperio otomano. El investigador decidido a rescatar la cultura material “turca” no habría obtenido grandes resultados en sus trabajos. Quedaban mezquitas que eran antiguos centros de aprendizaje islámico, restos de “conventos” de hermandades místicas y piedras con inscripciones en un alfabeto que la república había prohibido definitivamente en 1928. No existía elemento alguno de una cultura material “turca” que pudiera restaurarse. Todo cuanto uno veía era parte del islam. En ese sentido, un museo del alma “turca” en Konya estaba condenado a centrarse en el alma islámica del imperio otomano. Los elementos que he intentado enumerar aquí resultan necesarios para una mejor comprensión de los modos en que ha progresado el islam en Turquía durante los últimos cien años. Todos ellos son elementos un tanto inexplorados de la relación triangular entre el Estado viejo-nuevo, la cultura islámica y los principios del laicismo. Podemos formular una historia similar en el caso del auge de los elementos culturales islámicos de la Turquía contemporánea. Lo que sabemos del islam turco contemporáneo es básicamente conjetural y mediático, y se ha utilizado para especular sobre el marco político turco de los próximos 20 años. Donde el laicismo ha tenido su éxito más evidente tras la década de 1920 ha sido en las instituciones educativas creadas por la república. En ese ámbito, el énfasis republicano en las ideas de la Ilustración y en conceptos como las bases físicas de la medicina occidental promovieron hasta cierto punto el crecimiento de grupos de elite que se orientaron a percibir el mundo tal como lo habría percibido la Ilustración. Sin embargo, incluso en esos esquemas había
un fallo. Al fin y al cabo, en Occidente esas ideas no eran esquemas, estaban vinculadas a algo que podríamos describir como crítica, escepticismo e ironía. En el terreno político, estaban basadas en el fomento del debate de alternativas políticas. El proceso mismo se basaba en el libre albedrío individual. En cambio, en Turquía la “ciencia positiva” fue en buena medida una imposición de las ideologías laicas, no una integración en el tejido social de las polémicas que habían promovido el crecimiento de ese mecanismo en Occidente. De nuevo de modo paradójico, fue mucho más tarde, con la promoción de un islam que proyectaba una imagen de tolerancia, estabilidad y calma, cuando el estudio de la ciencia perdió algunos elementos de su línea dura. De nuevo, las formas de aparición del acuerdo entre la ideología laica y el contenido islámico son todavía muy poco conocidas. Las últimas elecciones locales, celebradas el 29 de marzo de 2009, han mostrado un rasgo adicional indispensable para el estudio del islam en Turquía: para poder comprenderlo, el resurgir del islam –allí donde pudiera localizarse– tenía que ser situado en el contexto local. Fuat Keyman ha publicado hace poco una serie de artículos sobre el crecimiento de las ciudades turcas que se centran en la integración local de la modernidad, el laicismo, el nacionalismo y el islam. Si queremos especular sobre el futuro de la cultura islámica en la Turquía moderna, debemos añadir a la relación triangular entre el Estado, el laicismo y el islam los elementos locales capaces de proporcionarnos una visión razonablemente inteligente de la relación que el islam promete para el futuro de Turquía. De otro modo, nos quedaremos con unas especulaciones que son intentos superficiales de proyectar hacia el futuro la actual combinación –un tanto confusa– de la política islámica.
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La gran transformación del islam como ideología política (el caso del AKP y Erdogan) Bilal Sambur DIRECTOR DE LA ASOCIACIÓN PARA EL PENSAMIENTO AVANZADO DEL CENTRO PARA EL ESTUDIO DE LA RELIGIÓN Y LA LIBERTAD.
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cen en subrayar los estrechos vínculos existentes entre el islam y la política, la politizaNumerosas personas ción de la religión da pie, por otra parte, a han considerado permanen- que el islam deje de ser una religión para contemente que la política cons- vertirse en una ideología política, lo cual potituye una dimensión medu- ne en peligro la esencia religiosa del islam. Convertir el islam en una ideología polílar del islam. De resultas de tica es un fenómeno moderno. La ideologizaesta óptica ampliamente extendida, suele aludirse al is- ción de la religión no constituye un elemenlam como religión política. Pero, frente a es- to natural del islam, sino que es un fenómete enfoque reduccionista, el islam es un fe- no secundario motivado principalmente por nómeno multidimensional que incluye teo- factores contemporáneos. Se ha calificado al islam como ideolología, filosofía, ética, derecho y espirituali- Identificar el islam con la política gía política o islamismo a esta ideolodad, además de políti- conduce a muchos problemas y gización del islam. ca. Puede decirse que, malentendidos; en otras Es importante destaen determinado senticar que, aunque los do, resulta apropiado palabras, es necesario entender islamistas siempre calificar el islam de re- el islam como ideología política hablan en nombre ligión política, pero no en términos religiosos pero del islam, su ideoloes apropiado reducir el también como no religiosos gía impregnada de islam exclusivamente a la política. Identificar el islam con la política celo religioso se ha basado en factores tanto es fuente de muchos malentendidos y pro- religiosos como no religiosos. En otras palablemas, porque tal identificación da pie a bras, es necesario entender el islam como que el islam conste, únicamente, de política. ideología política no sólo en términos reliSi, por una parte, los islamistas se enorgulle- giosos, sino también no religiosos. E LA RELIGIÓN AL CELO RELIGIOSO
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La gran transformación del islam como ideología política (el caso del AKP y Erdogan) Bilal Sambur DIRECTOR DE LA ASOCIACIÓN PARA EL PENSAMIENTO AVANZADO DEL CENTRO PARA EL ESTUDIO DE LA RELIGIÓN Y LA LIBERTAD.
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cen en subrayar los estrechos vínculos existentes entre el islam y la política, la politizaNumerosas personas ción de la religión da pie, por otra parte, a han considerado permanen- que el islam deje de ser una religión para contemente que la política cons- vertirse en una ideología política, lo cual potituye una dimensión medu- ne en peligro la esencia religiosa del islam. Convertir el islam en una ideología polílar del islam. De resultas de tica es un fenómeno moderno. La ideologizaesta óptica ampliamente extendida, suele aludirse al is- ción de la religión no constituye un elemenlam como religión política. Pero, frente a es- to natural del islam, sino que es un fenómete enfoque reduccionista, el islam es un fe- no secundario motivado principalmente por nómeno multidimensional que incluye teo- factores contemporáneos. Se ha calificado al islam como ideolología, filosofía, ética, derecho y espirituali- Identificar el islam con la política gía política o islamismo a esta ideolodad, además de políti- conduce a muchos problemas y gización del islam. ca. Puede decirse que, malentendidos; en otras Es importante destaen determinado senticar que, aunque los do, resulta apropiado palabras, es necesario entender islamistas siempre calificar el islam de re- el islam como ideología política hablan en nombre ligión política, pero no en términos religiosos pero del islam, su ideoloes apropiado reducir el también como no religiosos gía impregnada de islam exclusivamente a la política. Identificar el islam con la política celo religioso se ha basado en factores tanto es fuente de muchos malentendidos y pro- religiosos como no religiosos. En otras palablemas, porque tal identificación da pie a bras, es necesario entender el islam como que el islam conste, únicamente, de política. ideología política no sólo en términos reliSi, por una parte, los islamistas se enorgulle- giosos, sino también no religiosos. E LA RELIGIÓN AL CELO RELIGIOSO
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L A GR AN TR ANSFORMACIÓN DEL ISL AM COMO IDEOLOGÍA POLÍTIC A (EL C ASO DEL AKP Y ERDOGAN)
El islam como ideología política en el sentido de ideología secular El islam como ideología política en tanto que hijo de la modernidad constituye una ideología de tipo secular. En otras palabras, el islamismo es una ideología no islámica. Como cualquier otra ideología secular moderna, el islamismo fija la atención en cuestiones no religiosas, como el Estado, la sociedad y la política. El islam como ideología política no atribuye un valor nuclear a la persona humana, construye la sociedad, el Estado y la política de modo despótico, a continuación justifica su construcción a través del islam y, por último, alumbra una militancia política y social. La ideología islamista rechaza el statu quo y trata de cambiar la política y la sociedad. El tradicionalismo religioso no es una parte esencial del islam como ideología política, porque los adeptos del islamismo van más allá de los límites de la tradición religiosa. Aunque los islamistas subrayan la importancia primordial de la religión, no fijan su atención únicamente en los problemas religiosos. Emplean un lenguaje secular, abordan cuestiones y problemas seculares y hacen referencia al pensamiento, principios e instituciones occidentales. Mediante el empleo de un lenguaje no religioso, los islamistas pueden relacionar efectivamente el islam como ideología con los problemas sociales, culturales, económicos y políticos; esto es, con la pobreza, la corrupción, la democracia, las violaciones de los derechos humanos, la libertad religiosa, la justicia social, el imperialismo, el atraso cultural, la cuestión palestina y la globalización. La interpretación de estos problemas a la luz de la religión dota de sentido al islam como ideología política, realidad valiosa y perspectiva inexcusable para numerosas personas.
1. Sobre la vida de Atatürk, consultar: A. Mango, Ataturk: biografía del fundador de la Turquía moderna. Overlook Press (Nueva York), 2002. 2. B. Lewis, El nacimiento de la Turquía moderna, Oxford University Press (Londres), 1975.
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El islam como ideología política en tanto que fenómeno pluralista Para la mayoría de la gente, Al Qaeda o la revolución iraní constituyen los modelos característicos del islam como ideología política. Pero, siendo estas dos formas de islamismo, el islam como ideología política no se limita a ellas. Existe una gran pluralidad y diversidad en el ámbito del islam como ideología política. Cada país musul-
mán tiene su propia versión del islam como ideología política. La versión turca no es la misma que la egipcia. Aunque los partidos, organizaciones y movimientos islamistas pueden compartir características comunes, también poseen sus propios rasgos e identidades distintas. La diversidad del islam como ideología política no nos permite incurrir en ciertas generalizaciones debido precisamente a sus peculiaridades y notas distintivas.
Un caso especial: el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) En época reciente surgió un nuevo movimiento político islamista como partido político en Turquía, hecho de interés que merece especial atención. En Turquía, el partido gobernante es de procedencia islámica y ofrece de hecho un ejemplo único y singular por lo que se refiere al islam como ideología política. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (Adalet ve Kalkınma Partisi, AKP) no es una organización militante, no apoya un régimen de estilo talibán ni apunta a una revolución de tipo iraní. El citado movimiento se constituyó en partido político y sus miembros son políticos, no militantes. Rechaza de modo permanente y expreso los tipos de islamismo radical y militante, permanece al margen de la estricta observancia religiosa e intenta generar un conservadurismo de tono liberal. El AKP no aprueba la violencia ni la militancia en el nombre de la religión. La exclusión de la militancia, de la observancia estricta y de la violencia permiten al AKP dar cabida a la religiosidad, la pluralidad, la democracia, la secularidad y la modernidad de modo simultáneo. El caso del AKP no debería analizarse del modo en que se ha descrito y presentado a los talibanes o Al Qaeda en la prensa mundial. En lugar de aparecer bajo una imagen de militancia, el AKP debería entenderse de acuerdo con su dimensión política, social y cultural.
El origen político del AKP: la tradición nacional de Visión Nacional (Milli Görüs) La República de Turquía fue fundada en 1923 por Ataturk1 como Estado kemalista, nacionalista y laicista.2 Turquía fue gobernada por un partido único, el Partido
L A GR AN TR ANSFORMACIÓN DEL ISL AM COMO IDEOLOGÍA POLÍTIC A (EL C ASO DEL AKP Y ERDOGAN)
Republicano del Pueblo (Cumhuriyet Halk Partisi, CHP) entre 1923 y 1950. En relación con este período no cabe hablar del islam como ideología política; la vida política se circunscribía exclusivamente al ámbito de la ideología oficial, a saber, el kemalismo3. Después de 1950, el Partido Demócrata, dirigido por Adnan Menderes, llegó al poder e hizo gala de una política más flexible y tolerante con las prácticas islámicas. Después de 1970 hicieron su entrada en el escenario político turco varios partidos de ideología islamista. El primer partido de este carácter fue el Partido de Orden Nacional (Milli Nizam Partisi, MNP) clausurado por el Tribunal Constitucional. Posteriormente se creó el Partido de Salvación Nacional (Milli Selamet Partisi, MSP), socio de coalición junto con el Partido Republicano del Pueblo (Cumhuriyet Halk Partisi, CHP) en 1974. Después de 1980 se creó el Partido del Bienestar (Refah Partisi, RP), que accedió al poder en 1995 y formó un gobierno de coalición con el Partido del Camino de la Verdad (Dogru Yol Partisi, DYP). Como consecuencia de la fuerte presión de las instituciones del establishment laico, la coalición cayó en 1997 y el Partido del Bienestar fue clausurado por Tribunal Constitucional. La iniciativa intervencionista se denominó “Proceso del 28 de Febrero”, referido al golpe militar contra la coalición gubernamental liderada por el Partido del Bienestar (RP). Después de la clausura del Partido del Bienestar (RP) se creó el Partido de la Virtud (Fazilet Partisi, FP), creado y posteriormente ilegalizado como sus antecesores. En la actualidad el Partido de la Felicidad (Saadet Partisi, SP) representa las ideas islamistas en el seno de la política turca. La figura clave de todos estos partidos es Necmettin Erbakan, el ex primer ministro de Turquía. Todos estos partidos se declaran seguidores de Milli Görüs (Visión Nacional). El islamismo, el nacionalismo y el antioccidentalismo son los tres rasgos principales de su ideología. Los seguidores de Erbakan han empleado reiteradamente las ideas de Visión Nacional sin revisarlas en lo esencial, porque tal ideología constituye a su entender la vía verdadera que caracteriza a sus representantes y seguidores como “los auténticos turcos y musulmanes”. La ideología de Visión Nacional
califica a los seguidores de Erbakan de auténticos musulmanes y turcos, en tanto tacha a los otros partidos de “los imitadores de Occidente”.
El nacimiento del AKP: de Visión Nacional a democracia conservadora El Partido de la Justicia y el Desarrollo fue fundado por Recep Tayyip Erdogan y sus colegas Abdullah Gül, Bulent Arinc, y otros. Recep Tayyip Erdogan fue alcalde de Estambul y gozó de gran popularidad. Logró alzarse como segundo líder carismático en la tradición ideológica de Visión Nacional después de Necmettin Erbakan, considerado por sus seguidores el fundador y líder absoluto del movimiento desde su inicio hasta hoy. El AKP es fruto de muchos factores, tales como el fracaso del establishment kemalista, el descubrimiento individual y social de la religiosidad, el progreso y evolución de la religiosidad laical, los factores externos como la globalización y las relaciones entre la Unión Europea y Turquía y la aparición de una clase empresarial conservadora en Anatolia entre otros elementos4. Aunque estos factores son importantes hay uno que por sí solo es probablemente más importante que otros. El factor Erdogan es la clave de la existencia del AKP. Su verdadero poder reside en la carismática personalidad de Erdogan. Sin Erdogan, el AKP es como un cuerpo sin alma. El primer ministro Erdogan es el político más popular tanto en Turquía como en el extranjero. Aunque el AKP y Erdogan procedían de la tradición de Visión Nacional de Erbakan, difieren totalmente de ella. El AKP ha ganado dos elecciones generales –en noviembre de 2002 y julio de 2007– con elevada participación. El auge del AKP demuestra que el islam como ideología política ha dejado de ser un movimiento marginal de nivel secundario en Turquía. Tras su victoria en dos recientes elecciones generales, el AKP –que posee raíces islámicas pero que impulsa un programa no islamista– es el único movimiento político poderoso en el ámbito central de la política turca. Erdogan y sus colegas han repudiado las ideas islamistas de Visión Nacional y se han remodelado como conservadores, partidarios de la Unión Europea, proocciden-
3. El kemalismo es la ideología oficial de Turquía, basada en los principios del nacionalismo, estatalismo y laicismo turcos. La característica principal del kemalismo es el laicismo, que aspira a purificar la vida social y cultural del factor religioso y circunscribe la religión al ámbito individual. La libertad y el pluralismo religiosos no forman parte integrante del laicismo kemalista. 4. Sobre el AKP, puede consultarse: M. H. Yavuz (coord.), El nacimiento de una nueva Turquía: democracia y el AKP, Utah University Press (Salt Lake City), 2006.
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El islam como ideología política en el sentido de ideología secular El islam como ideología política en tanto que hijo de la modernidad constituye una ideología de tipo secular. En otras palabras, el islamismo es una ideología no islámica. Como cualquier otra ideología secular moderna, el islamismo fija la atención en cuestiones no religiosas, como el Estado, la sociedad y la política. El islam como ideología política no atribuye un valor nuclear a la persona humana, construye la sociedad, el Estado y la política de modo despótico, a continuación justifica su construcción a través del islam y, por último, alumbra una militancia política y social. La ideología islamista rechaza el statu quo y trata de cambiar la política y la sociedad. El tradicionalismo religioso no es una parte esencial del islam como ideología política, porque los adeptos del islamismo van más allá de los límites de la tradición religiosa. Aunque los islamistas subrayan la importancia primordial de la religión, no fijan su atención únicamente en los problemas religiosos. Emplean un lenguaje secular, abordan cuestiones y problemas seculares y hacen referencia al pensamiento, principios e instituciones occidentales. Mediante el empleo de un lenguaje no religioso, los islamistas pueden relacionar efectivamente el islam como ideología con los problemas sociales, culturales, económicos y políticos; esto es, con la pobreza, la corrupción, la democracia, las violaciones de los derechos humanos, la libertad religiosa, la justicia social, el imperialismo, el atraso cultural, la cuestión palestina y la globalización. La interpretación de estos problemas a la luz de la religión dota de sentido al islam como ideología política, realidad valiosa y perspectiva inexcusable para numerosas personas.
1. Sobre la vida de Atatürk, consultar: A. Mango, Ataturk: biografía del fundador de la Turquía moderna. Overlook Press (Nueva York), 2002. 2. B. Lewis, El nacimiento de la Turquía moderna, Oxford University Press (Londres), 1975.
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El islam como ideología política en tanto que fenómeno pluralista Para la mayoría de la gente, Al Qaeda o la revolución iraní constituyen los modelos característicos del islam como ideología política. Pero, siendo estas dos formas de islamismo, el islam como ideología política no se limita a ellas. Existe una gran pluralidad y diversidad en el ámbito del islam como ideología política. Cada país musul-
mán tiene su propia versión del islam como ideología política. La versión turca no es la misma que la egipcia. Aunque los partidos, organizaciones y movimientos islamistas pueden compartir características comunes, también poseen sus propios rasgos e identidades distintas. La diversidad del islam como ideología política no nos permite incurrir en ciertas generalizaciones debido precisamente a sus peculiaridades y notas distintivas.
Un caso especial: el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) En época reciente surgió un nuevo movimiento político islamista como partido político en Turquía, hecho de interés que merece especial atención. En Turquía, el partido gobernante es de procedencia islámica y ofrece de hecho un ejemplo único y singular por lo que se refiere al islam como ideología política. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (Adalet ve Kalkınma Partisi, AKP) no es una organización militante, no apoya un régimen de estilo talibán ni apunta a una revolución de tipo iraní. El citado movimiento se constituyó en partido político y sus miembros son políticos, no militantes. Rechaza de modo permanente y expreso los tipos de islamismo radical y militante, permanece al margen de la estricta observancia religiosa e intenta generar un conservadurismo de tono liberal. El AKP no aprueba la violencia ni la militancia en el nombre de la religión. La exclusión de la militancia, de la observancia estricta y de la violencia permiten al AKP dar cabida a la religiosidad, la pluralidad, la democracia, la secularidad y la modernidad de modo simultáneo. El caso del AKP no debería analizarse del modo en que se ha descrito y presentado a los talibanes o Al Qaeda en la prensa mundial. En lugar de aparecer bajo una imagen de militancia, el AKP debería entenderse de acuerdo con su dimensión política, social y cultural.
El origen político del AKP: la tradición nacional de Visión Nacional (Milli Görüs) La República de Turquía fue fundada en 1923 por Ataturk1 como Estado kemalista, nacionalista y laicista.2 Turquía fue gobernada por un partido único, el Partido
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Republicano del Pueblo (Cumhuriyet Halk Partisi, CHP) entre 1923 y 1950. En relación con este período no cabe hablar del islam como ideología política; la vida política se circunscribía exclusivamente al ámbito de la ideología oficial, a saber, el kemalismo3. Después de 1950, el Partido Demócrata, dirigido por Adnan Menderes, llegó al poder e hizo gala de una política más flexible y tolerante con las prácticas islámicas. Después de 1970 hicieron su entrada en el escenario político turco varios partidos de ideología islamista. El primer partido de este carácter fue el Partido de Orden Nacional (Milli Nizam Partisi, MNP) clausurado por el Tribunal Constitucional. Posteriormente se creó el Partido de Salvación Nacional (Milli Selamet Partisi, MSP), socio de coalición junto con el Partido Republicano del Pueblo (Cumhuriyet Halk Partisi, CHP) en 1974. Después de 1980 se creó el Partido del Bienestar (Refah Partisi, RP), que accedió al poder en 1995 y formó un gobierno de coalición con el Partido del Camino de la Verdad (Dogru Yol Partisi, DYP). Como consecuencia de la fuerte presión de las instituciones del establishment laico, la coalición cayó en 1997 y el Partido del Bienestar fue clausurado por Tribunal Constitucional. La iniciativa intervencionista se denominó “Proceso del 28 de Febrero”, referido al golpe militar contra la coalición gubernamental liderada por el Partido del Bienestar (RP). Después de la clausura del Partido del Bienestar (RP) se creó el Partido de la Virtud (Fazilet Partisi, FP), creado y posteriormente ilegalizado como sus antecesores. En la actualidad el Partido de la Felicidad (Saadet Partisi, SP) representa las ideas islamistas en el seno de la política turca. La figura clave de todos estos partidos es Necmettin Erbakan, el ex primer ministro de Turquía. Todos estos partidos se declaran seguidores de Milli Görüs (Visión Nacional). El islamismo, el nacionalismo y el antioccidentalismo son los tres rasgos principales de su ideología. Los seguidores de Erbakan han empleado reiteradamente las ideas de Visión Nacional sin revisarlas en lo esencial, porque tal ideología constituye a su entender la vía verdadera que caracteriza a sus representantes y seguidores como “los auténticos turcos y musulmanes”. La ideología de Visión Nacional
califica a los seguidores de Erbakan de auténticos musulmanes y turcos, en tanto tacha a los otros partidos de “los imitadores de Occidente”.
El nacimiento del AKP: de Visión Nacional a democracia conservadora El Partido de la Justicia y el Desarrollo fue fundado por Recep Tayyip Erdogan y sus colegas Abdullah Gül, Bulent Arinc, y otros. Recep Tayyip Erdogan fue alcalde de Estambul y gozó de gran popularidad. Logró alzarse como segundo líder carismático en la tradición ideológica de Visión Nacional después de Necmettin Erbakan, considerado por sus seguidores el fundador y líder absoluto del movimiento desde su inicio hasta hoy. El AKP es fruto de muchos factores, tales como el fracaso del establishment kemalista, el descubrimiento individual y social de la religiosidad, el progreso y evolución de la religiosidad laical, los factores externos como la globalización y las relaciones entre la Unión Europea y Turquía y la aparición de una clase empresarial conservadora en Anatolia entre otros elementos4. Aunque estos factores son importantes hay uno que por sí solo es probablemente más importante que otros. El factor Erdogan es la clave de la existencia del AKP. Su verdadero poder reside en la carismática personalidad de Erdogan. Sin Erdogan, el AKP es como un cuerpo sin alma. El primer ministro Erdogan es el político más popular tanto en Turquía como en el extranjero. Aunque el AKP y Erdogan procedían de la tradición de Visión Nacional de Erbakan, difieren totalmente de ella. El AKP ha ganado dos elecciones generales –en noviembre de 2002 y julio de 2007– con elevada participación. El auge del AKP demuestra que el islam como ideología política ha dejado de ser un movimiento marginal de nivel secundario en Turquía. Tras su victoria en dos recientes elecciones generales, el AKP –que posee raíces islámicas pero que impulsa un programa no islamista– es el único movimiento político poderoso en el ámbito central de la política turca. Erdogan y sus colegas han repudiado las ideas islamistas de Visión Nacional y se han remodelado como conservadores, partidarios de la Unión Europea, proocciden-
3. El kemalismo es la ideología oficial de Turquía, basada en los principios del nacionalismo, estatalismo y laicismo turcos. La característica principal del kemalismo es el laicismo, que aspira a purificar la vida social y cultural del factor religioso y circunscribe la religión al ámbito individual. La libertad y el pluralismo religiosos no forman parte integrante del laicismo kemalista. 4. Sobre el AKP, puede consultarse: M. H. Yavuz (coord.), El nacimiento de una nueva Turquía: democracia y el AKP, Utah University Press (Salt Lake City), 2006.
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5. Erdogan se autocalifica de conservador en una entrevista de la siguiente manera: “Somos demócratas conservadores […] nuestra idea de la democracia conservadora estriba en ser fieles a las costumbres, tradiciones y valores de nuestra sociedad, que se basa en la familia […] Se trata de una cuestión de orden democrático, no religioso”. Vincent Boland, Eastern Premise, “Financial Times”, 3-12-2004. 6. D. Sontag, El experimento Erdogan, “The New York Times”, 11-5-2003 7. A. Carkoğlu, B. Toprak, Değisen Türkiye de Din Toplum Ve Siyaset, TESEV (Estambul), 2006, p. 11.
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tales, proglobalización y prodemocracia. Aunque los fundadores del AKP, como Tayyip Erdogan; Abdullah Gül, actual presidente de Turquía, y Bulent Arinc, ex presidente de la Asamblea Nacional, provenían de la tradición política islamista, nunca se definen en términos religiosos5. Han roto sus vínculos con la tradición de Visión Nacional (Milli Görüş) y se redefinen en términos seculares. El AKP define su identidad política como la democracia conservadora, lo que significa que el islam no forma parte de su agenda política sino de la identidad sociocultural. El vocabulario de la democracia conservadora del AKP se inscribe en la corriente principal del discurso político. La democracia conservadora del AKP constituye un rechazo del islam como ideología política, en particular de la retórica de Erbakan (Visión Nacional). En lugar de una agenda islamista, intenta de reunir y armonizar los valores conservadores como la moralidad, la identidad nacional, el orgullo histórico y así sucesivamente con la democracia, la economía de libre mercado, el pluralismo, el imperio de la ley y los derechos humanos. El AKP se transforma en sentido avanzado y de progreso y al mismo tiempo aprecia la importancia de mantener la identidad nacional, cultural y religiosa turca –y de sus valores– en el contexto turco. La autodefinición del Partido de la Justicia y el Desarrollo como demócrata conservador expresa claramente la gran transformación relativa al papel y la función de la religión en la política. Erdogan expresa la relación entre la política y la religión de la siguiente manera: “Un partido político no puede tener una religión, sólo los individuos… La religión es una realidad tan suprema que no es susceptible de ser explotada o aprovechada para obtener un beneficio.”6 Podríamos decir que el AKP como partido conservador ya no es el representante del islam como ideología política. En otras palabras, el AKP no es un partido movido por el celo religioso, sino que la religiosidad es una característica de sus numerosos miembros. Hacer de la religiosidad en lugar de la religión una parte implícita de su discurso político significa una evolución inédita que constituye una de las dimensiones originales de la ideología del AKP.
El AKP dice “sí” a la religiosidad, pero no al celo religioso. Esta actitud es un resultado inevitable de las condiciones sociológicas de Turquía. Aunque la religiosidad es un aspecto importante de la vida individual y social en Turquía, la mayoría de la sociedad turca no apoya un régimen islamista. Según una encuesta de opinión, un 9 por ciento de la población turca apoya un régimen estatal régimen basado en la ley islámica.7 El AKP responde a las demandas sociales de la mayoría, no de una minoría. Suscribir la democracia conservadora como marco ideológico en lugar del islamismo indica que un partido con raíces islámicas, como el AKP, podría alcanzar efectivamente nuevas síntesis, evolucionar y cambiar en una dirección de progreso. Para valorar el AKP de modo realista, es necesario observar su evolución dinámica. La oposición al AKP le ha acusado con frecuencia de disimular una agenda islamista, aunque no ha presentado base alguna concreta de tal afirmación. La verdad es que repetir tal acusación no ayuda tampoco a entender el fenómeno del islam como ideología política en el contexto de Turquía. Cabe decir, en todo caso, que las condiciones internas y externas influyen en los partidos políticos islamistas, como el AKP, y les obliga a transformarse en sentido progresista. Como muestra el ejemplo del AKP, la sociología se antepone a la ideología.
¿Quién está en contra de Occidente? ¿El AKP o el ‘establishment’ kemalista? El antioccidentalismo no es un elemento integrante de la ideología política del AKP. El islam como ideología política no encaja en la democracia conservadora del AKP; el AKP, además, incorpora nuevos valores compatibles con los valores occidentales. El AKP apoya la economía de libre mercado, la entrada de Turquía en la Unión Europea, el desarrollo de los derechos humanos, las reformas constitucionales, la democracia liberal, el Estado de derecho, la diversidad religiosa, la libertad religiosa, etcétera. La transformación ideológica del AKP representa la occidentalización del islam como ideología política, no la islamización de la política. El AKP no puede ser calificado
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de partido proislamista, porque es un partido prooccidental. La postura prooccidental del AKP es patente, sobre todo, en su actitud favorable a la entrada de Turquía en la Unión Europea. A fin de acercar a Turquía a la mencionada entrada en la UE, el AKP ha puesto en práctica grandes reformas constitucionales y legales, en mayor medida que cualquier otro gobierno anterior. Aunque el AKP es firme partidario de la UE, el establishment kemalista y la cúpula militar son contrarios a la entrada en la Unión, porque consideran que la condición de país miembro de la UE debilitará su fuerza en minoría y su poder político. El establishment kemalista emplea y propaga la retórica antieuropea. Por otra parte, el AKP hace hincapié en la importancia de la democracia, los derechos humanos, el imperio de la ley y la UE. Tras observar los tremendos esfuerzos de reforma del AKP a favor de Unión Europea, los países europeos han caído en la cuenta de que el establishment kemalista ya no es su aliado de confianza, su nuevo aliado es el AKP. Las políticas reformistas, de progreso y pro europeas del AKP modifican la percepción del kemalismo en Occidente en el sentido de que la ideología firmemente comprometida con la occidentalización es un mito carente de verdad. El Partido de la Justicia y el Desarrollo también ha descubierto que su nuevo aliado contra el poderoso establishment kemalista es Occidente, no el islam como ideología política.
AKP: el partido de toda la nación turca El AKP recibe el apoyo de todas las regiones del país, sin circunscribirse a una determinada religión, grupo étnico o clase. El AKP sabe cómo llegar a los pobres y grupos marginados de las zonas aisladas del país y obtener su respaldo a través de su eficiente organización de partido y municipal. La nueva clase de empresarios, que emerge en Anatolia, se halla en consonancia con el AKP y respalda sus políticas económicas de libre mercado. El AKP no sólo recibe apoyo de la población musulmana, sino que también obtiene un considerable apoyo de las minorías no musulmanas. Algunos miembros de las minorías no musulmanas animan al AKP a efectuar más reformas democráticas. En las localidades kurdas, el AKP es
el único partido importante, que cuenta con el apoyo del pueblo kurdo, junto con partido kurdo, el Partido de la Sociedad Democrática (Demokratik Toplum Partisi, DTP). Aparte del AKP y el DTP, la población kurda no vota por otros partidos. El AKP capta sagazmente las exigencias psicológicas, culturales, económicas y políticas de la sociedad e intenta responder a todas ellas de varios modos. El hecho de responder a las diversas demandas sociales propicia que el AKP sea el único partido que goza de apoyo en todos los puntos del país. El AKP es el único partido que puede franquear los límites de ámbito local para convertirse en el partido de todo el país. Todos los partidos restantes gozan de apoyo regional o étnico, pero no el voto de todos los rincones del país.
El auge de la vida religiosa cívica y del AKP El AKP cuenta con el apoyo de grandes cofradías sufíes, como Nakşibendi, e importantes grupos religiosos, como el movimiento Gülen. El apoyo de Nakşibendi y Gülen es importante porque son muy influyentes en la sociedad. Las organizaciones y grupos sufíes más importantes promueven una vida religiosa cívica en la sociedad y proporcionan numerosos servicios en los ámbitos de la educación, la salud, la economía y los socorros sociales a muchas personas. Son una especie de organizaciones de base. Grupos religiosos y cofradías sufíes prestan servicios sociales a la sociedad mejor que el Estado. A través de sus actividades de socorro social y de tipo social, económico, cultural, educativo, las organizaciones y grupos religiosos se han convertido en protagonistas activos en todos los ámbitos de la vida social. Estas organizaciones y grupos desaprueban asimismo la politización de la religión e insisten en el significado y función individual, social y cultural de la religión. El AKP y estos grupos comparten una mentalidad común sobre la religión. El AKP busca el apoyo de todos los grupos religiosos y evita cualquier conflicto con ellos, porque es consciente de su influencia social y religiosa. La obtención del respaldo de numerosos grupos religiosos posibilita que el AKP llegue a todos los segmentos de la sociedad. El desarrollo de la vida religiosa VANGUARDIA | DOSSIER
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5. Erdogan se autocalifica de conservador en una entrevista de la siguiente manera: “Somos demócratas conservadores […] nuestra idea de la democracia conservadora estriba en ser fieles a las costumbres, tradiciones y valores de nuestra sociedad, que se basa en la familia […] Se trata de una cuestión de orden democrático, no religioso”. Vincent Boland, Eastern Premise, “Financial Times”, 3-12-2004. 6. D. Sontag, El experimento Erdogan, “The New York Times”, 11-5-2003 7. A. Carkoğlu, B. Toprak, Değisen Türkiye de Din Toplum Ve Siyaset, TESEV (Estambul), 2006, p. 11.
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tales, proglobalización y prodemocracia. Aunque los fundadores del AKP, como Tayyip Erdogan; Abdullah Gül, actual presidente de Turquía, y Bulent Arinc, ex presidente de la Asamblea Nacional, provenían de la tradición política islamista, nunca se definen en términos religiosos5. Han roto sus vínculos con la tradición de Visión Nacional (Milli Görüş) y se redefinen en términos seculares. El AKP define su identidad política como la democracia conservadora, lo que significa que el islam no forma parte de su agenda política sino de la identidad sociocultural. El vocabulario de la democracia conservadora del AKP se inscribe en la corriente principal del discurso político. La democracia conservadora del AKP constituye un rechazo del islam como ideología política, en particular de la retórica de Erbakan (Visión Nacional). En lugar de una agenda islamista, intenta de reunir y armonizar los valores conservadores como la moralidad, la identidad nacional, el orgullo histórico y así sucesivamente con la democracia, la economía de libre mercado, el pluralismo, el imperio de la ley y los derechos humanos. El AKP se transforma en sentido avanzado y de progreso y al mismo tiempo aprecia la importancia de mantener la identidad nacional, cultural y religiosa turca –y de sus valores– en el contexto turco. La autodefinición del Partido de la Justicia y el Desarrollo como demócrata conservador expresa claramente la gran transformación relativa al papel y la función de la religión en la política. Erdogan expresa la relación entre la política y la religión de la siguiente manera: “Un partido político no puede tener una religión, sólo los individuos… La religión es una realidad tan suprema que no es susceptible de ser explotada o aprovechada para obtener un beneficio.”6 Podríamos decir que el AKP como partido conservador ya no es el representante del islam como ideología política. En otras palabras, el AKP no es un partido movido por el celo religioso, sino que la religiosidad es una característica de sus numerosos miembros. Hacer de la religiosidad en lugar de la religión una parte implícita de su discurso político significa una evolución inédita que constituye una de las dimensiones originales de la ideología del AKP.
El AKP dice “sí” a la religiosidad, pero no al celo religioso. Esta actitud es un resultado inevitable de las condiciones sociológicas de Turquía. Aunque la religiosidad es un aspecto importante de la vida individual y social en Turquía, la mayoría de la sociedad turca no apoya un régimen islamista. Según una encuesta de opinión, un 9 por ciento de la población turca apoya un régimen estatal régimen basado en la ley islámica.7 El AKP responde a las demandas sociales de la mayoría, no de una minoría. Suscribir la democracia conservadora como marco ideológico en lugar del islamismo indica que un partido con raíces islámicas, como el AKP, podría alcanzar efectivamente nuevas síntesis, evolucionar y cambiar en una dirección de progreso. Para valorar el AKP de modo realista, es necesario observar su evolución dinámica. La oposición al AKP le ha acusado con frecuencia de disimular una agenda islamista, aunque no ha presentado base alguna concreta de tal afirmación. La verdad es que repetir tal acusación no ayuda tampoco a entender el fenómeno del islam como ideología política en el contexto de Turquía. Cabe decir, en todo caso, que las condiciones internas y externas influyen en los partidos políticos islamistas, como el AKP, y les obliga a transformarse en sentido progresista. Como muestra el ejemplo del AKP, la sociología se antepone a la ideología.
¿Quién está en contra de Occidente? ¿El AKP o el ‘establishment’ kemalista? El antioccidentalismo no es un elemento integrante de la ideología política del AKP. El islam como ideología política no encaja en la democracia conservadora del AKP; el AKP, además, incorpora nuevos valores compatibles con los valores occidentales. El AKP apoya la economía de libre mercado, la entrada de Turquía en la Unión Europea, el desarrollo de los derechos humanos, las reformas constitucionales, la democracia liberal, el Estado de derecho, la diversidad religiosa, la libertad religiosa, etcétera. La transformación ideológica del AKP representa la occidentalización del islam como ideología política, no la islamización de la política. El AKP no puede ser calificado
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de partido proislamista, porque es un partido prooccidental. La postura prooccidental del AKP es patente, sobre todo, en su actitud favorable a la entrada de Turquía en la Unión Europea. A fin de acercar a Turquía a la mencionada entrada en la UE, el AKP ha puesto en práctica grandes reformas constitucionales y legales, en mayor medida que cualquier otro gobierno anterior. Aunque el AKP es firme partidario de la UE, el establishment kemalista y la cúpula militar son contrarios a la entrada en la Unión, porque consideran que la condición de país miembro de la UE debilitará su fuerza en minoría y su poder político. El establishment kemalista emplea y propaga la retórica antieuropea. Por otra parte, el AKP hace hincapié en la importancia de la democracia, los derechos humanos, el imperio de la ley y la UE. Tras observar los tremendos esfuerzos de reforma del AKP a favor de Unión Europea, los países europeos han caído en la cuenta de que el establishment kemalista ya no es su aliado de confianza, su nuevo aliado es el AKP. Las políticas reformistas, de progreso y pro europeas del AKP modifican la percepción del kemalismo en Occidente en el sentido de que la ideología firmemente comprometida con la occidentalización es un mito carente de verdad. El Partido de la Justicia y el Desarrollo también ha descubierto que su nuevo aliado contra el poderoso establishment kemalista es Occidente, no el islam como ideología política.
AKP: el partido de toda la nación turca El AKP recibe el apoyo de todas las regiones del país, sin circunscribirse a una determinada religión, grupo étnico o clase. El AKP sabe cómo llegar a los pobres y grupos marginados de las zonas aisladas del país y obtener su respaldo a través de su eficiente organización de partido y municipal. La nueva clase de empresarios, que emerge en Anatolia, se halla en consonancia con el AKP y respalda sus políticas económicas de libre mercado. El AKP no sólo recibe apoyo de la población musulmana, sino que también obtiene un considerable apoyo de las minorías no musulmanas. Algunos miembros de las minorías no musulmanas animan al AKP a efectuar más reformas democráticas. En las localidades kurdas, el AKP es
el único partido importante, que cuenta con el apoyo del pueblo kurdo, junto con partido kurdo, el Partido de la Sociedad Democrática (Demokratik Toplum Partisi, DTP). Aparte del AKP y el DTP, la población kurda no vota por otros partidos. El AKP capta sagazmente las exigencias psicológicas, culturales, económicas y políticas de la sociedad e intenta responder a todas ellas de varios modos. El hecho de responder a las diversas demandas sociales propicia que el AKP sea el único partido que goza de apoyo en todos los puntos del país. El AKP es el único partido que puede franquear los límites de ámbito local para convertirse en el partido de todo el país. Todos los partidos restantes gozan de apoyo regional o étnico, pero no el voto de todos los rincones del país.
El auge de la vida religiosa cívica y del AKP El AKP cuenta con el apoyo de grandes cofradías sufíes, como Nakşibendi, e importantes grupos religiosos, como el movimiento Gülen. El apoyo de Nakşibendi y Gülen es importante porque son muy influyentes en la sociedad. Las organizaciones y grupos sufíes más importantes promueven una vida religiosa cívica en la sociedad y proporcionan numerosos servicios en los ámbitos de la educación, la salud, la economía y los socorros sociales a muchas personas. Son una especie de organizaciones de base. Grupos religiosos y cofradías sufíes prestan servicios sociales a la sociedad mejor que el Estado. A través de sus actividades de socorro social y de tipo social, económico, cultural, educativo, las organizaciones y grupos religiosos se han convertido en protagonistas activos en todos los ámbitos de la vida social. Estas organizaciones y grupos desaprueban asimismo la politización de la religión e insisten en el significado y función individual, social y cultural de la religión. El AKP y estos grupos comparten una mentalidad común sobre la religión. El AKP busca el apoyo de todos los grupos religiosos y evita cualquier conflicto con ellos, porque es consciente de su influencia social y religiosa. La obtención del respaldo de numerosos grupos religiosos posibilita que el AKP llegue a todos los segmentos de la sociedad. El desarrollo de la vida religiosa VANGUARDIA | DOSSIER
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cívica aporta al AKP el éxito político en las elecciones locales y generales.
AKP, laicismo y libertad religiosa
8. J. B. White, Movilización islamista en Turquía: un análisis de la política nacional, University of Washington Press, 2002, p. 35. 9. Consultar: Purificando el islam de la esfera pública, “Journal of Internacional Affairs”, vol. 54, n.º 1, 2000, pp. 21-42. 10. Consultar: Secularismo en Turquía: pasado y presente, Turkish Foreign Policy Institute (Ankara), 1995. 11. Sobre el término antimusulmán, consultar: F. Halliday, Islam y el mito de la confrontación: religión y política en Oriente Medio. Tauris (Londres), 1996, pp. 160-194. 12. Sobre la dicotomía centro-periferia, consultar: S. Mardin, Relaciones centro-periferia: ¿una clave de la política turca?, “Daedalus”, vol. 102, 1973, pp. 169-190.
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El AKP no es un partido político cuyo objetivo es captar la máxima cuota de poder político. Calificar al AKP de fuerza islamista que sólo pretende el poder podría causar algunos malentendidos. AKP se esmera en jugar según las reglas del juego democrático para alcanzar por este medio sus aspiraciones. En primer lugar, el AKP quiere ser un activo e influyente actor en la vida política. Y a continuación, como actor destacado, el AKP no quiere acaparar toda la estructura de poder, sino ser una parte legítima de la misma estructura de poder, principal aspiración del partido. Porque hay que recordar que la legitimidad del AKP aún no se ha reconocido en los círculos kemalistas de Turquía y en algunos lugares del extranjero. El reconocimiento es la base de las demandas y deseos del AKP, no la aspiración a monopolizar del poder. Como partido legitimado y reconocido, el AKP quiere transformar el significado y la práctica del laicismo en Turquía. Uno de los principales problemas de Turquía no es el islam como ideología política, sino el laicismo totalitario. El estilo turco de laicismo totalitario no distingue entre Estado y religión sino que sitúa a la religión bajo el control del Estado8 y no permite la expresión de la religión en la vida pública.9 El laicismo turco excluye la libertad religiosa y el pluralismo, y tan sólo permite algunas formas de culto. Según la comprensión de kemalista del laicismo, la religión se limita a la conciencia de las personas y se considera innecesaria en la vida pública. La esencia del laicismo turco es imponer la ideología oficial del Estado, el kemalismo, a la sociedad y liberar a la sociedad de la religión.10 La prohibición del velo es el ejemplo más importante del laicismo turco, que manifiesta su “carácter 11 antimusulmán”. El laicismo totalitario es uno de los mayores obstáculos situados frente a los intentos de reforma del AKP, cuyo objetivo es promover la liberalización y la democratización del país. Lamentablemente, cada intento de reforma del AKP se ha calificado de amenaza contra el régimen secular por
los kemalistas y tal retórica cala en una parte de la población. La propaganda kemalista en nombre del secularismo perjudica muchos intentos de reforma en Turquía. La resistencia del ejército y de los círculos kemalistas impide al AKP aplicar un programa de reforma en el ámbito de la libertad religiosa. A diferencia de la propaganda kemalista, el AKP no ha hecho nada hasta ahora contra la naturaleza secular del establishment estatal. Su deseo es eliminar la naturaleza totalitaria del laicismo y sustituir el totalitarismo por la libertad religiosa y el pluralismo, de modo que las personas puedan vivir su religión y estilo de vida sin ninguna intervención externa, especialmente por parte del Estado.
El AKP, entre el cambio y el conservadurismo oficial El sistema político turco es un sistema basado en una ideología totalitaria y autoritaria, esto es, el kemalismo, donde no cabe la democracia liberal y el pluralismo sociológico. Muchos grupos sociales piensan que el establishment estatal no tolera ni consiente un sistema democrático liberal, el factor que posibilita precisamente la representación política de todos los grupos sociales. Además, la mayoría de la población turca se siente distanciada y arrinconada por la actitud y comportamiento del propio Estado y considera que el establishment político no le da oportunidad de satisfacer sus aspiraciones sociales, culturales y económicas en el marco de los derechos humanos, el imperio de la ley y la democracia liberal. En tales condiciones, la ideología oficial es la fuente principal de la exclusión y el extrañamiento social, circunstancia que propicia que la población sea muy débil y el Estado muy fuerte. Algunas personas sostienen que existe una lucha entre islamistas y kemalistas, o una tensión entre centro y periferia en la vida política turca.12 Por supuesto, hay algo de verdad en estos análisis; sin embargo, más allá de estas dicotomías, la verdadera lucha se plantea en Turquía entre el Estado y la sociedad. En otras palabras, se advierte una fuerte tensión entre los sectores sociales y las elites estatales. Amplios grupos de la sociedad han vivido excluidos de la vida política turca a lo largo de la historia. Las
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instancias principales del establishment oficial no les han considerado como personas susceptibles de reclamar derechos y libertades frente al Estado. En la actualidad, estos grupos excluidos intentan convertirse en actores en el espacio político a través del AKP. En períodos anteriores, la mayoría de los partidos políticos, como el Partido de la Justicia (Adalet Partisi) o el Partido de la Vía Verdadera (Dogru Yol Partisi), consideraba a la población como una reserva o depósito de votos, nada más. Pero, a juicio de muchas personas, el AKP es distinto de los partidos políticos anteriores. Creen que el AKP es más que un partido político, porque ven el AKP como una organización social integrada por diversos sectores sociales en forma de partido político frente al gobierno de la minoría de la burocracia estatal. El AKP captó el profundo sentimiento de decepción y la insatisfacción de la mayoría de las personas sobre las elites y se presenta como “auténtico partido del pueblo”, y no como un partido del establishment estatal. En otras palabras, el AKP es para muchos la voz de la sociedad contra el Estado. Aunque existe una fuerte demanda de cambio político en la sociedad, las élites estatales tratan por todos los medios de evitar todo intento de reforma susceptible de debilitar su poder. Las fuerzas armadas turcas han perpetrado cuatro golpes militares –27 de mayo de 1960, 12 de marzo de 1971, 12 de septiembre 1980 y 28 de febrero de 1997– y han suprimido la vida política democrática en varias ocasiones. El verdadero poder en la vida política turca es el ejército, no los partidos políticos. En tal contexto, el Partido de la Justicia y el Desarrollo surgió como nuevo núcleo social y político que exige la reforma y el cambio en el establishment político turco y aboga por los derechos humanos, la democracia, la entrada de Turquía en la Unión Europea, los derechos de las minorías y la libertad religiosa. Aunque la sociedad turca no tiene graves problemas de libertad y de derechos humanos propios de una democracia, el establishment político turco no está aún dispuesto a conceder los derechos y libertades de las personas. Las elites estatales muestran una gran resistencia efectiva contra cualquier cambio fundamental en la naturaleza y esencia del establishment estatal. Su
insistencia en la salvaguarda del statu quo y su feroz resistencia frente a cualquier intento de democratización convierten al AKP en representante del cambio y la reforma, núcleo del discurso político del AKP. La necesidad de responder a las demandas de reforma de la sociedad obliga al AKP a perseguir políticas democráticas liberales, en lugar de promover una agenda islamista. El AKP se enfrenta a un gran reto, que determinará su futuro. Erdogan y su partido han de elegir entre estas dos opciones: ¿será el AKP precursor de la reforma y el cambio o formará parte del statu quo político? En la actualidad, las elites civiles y militares intentan hacer del AKP un instrumento eficaz para reforzar su poder. Por otra parte, el AKP se encuentra bajo una fuerte presión social, lo que le fuerza a promover más políticas de reforma para el fomento de la democracia, la sociedad civil, los derechos humanos y un papel menor del poder estatal. En las últimas elecciones locales (29 de marzo de 2009) ha habido una pequeña disminución del porcentaje de voto del AKP (39 por ciento). Cabe interpretarla como una advertencia al AKP por parte de la sociedad, pues a muchos votantes no les satisface el empleo de la retórica política oficial por parte de Erdogan. El AKP debe hacer todo lo posible para transformar el establishment estatal en el sentido de la democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley. No debe permitir que los poderes del statu quo estatal transformen el AKP. Si el statu quo transforma al AKP, ello representará su muerte, pero si el AKP logra cambiar el statu quo a través de la democratización y la liberalización, triunfará. CONCLUSIÓN
El AKP ha logrado ser un movimiento político y social esencial en Turquía. Ya no tiene sentido considerar el AKP como islamismo disfrazado. Su ideología subraya cuestiones políticas y sociales en mayor medida que religiosas. A la luz de la gran transformación del AKP y Erdogan, podríamos decir que el AKP no pertenece a la era del islam como ideología política; es un fenómeno nuevo, que pertenece a la era de postislamismo.
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cívica aporta al AKP el éxito político en las elecciones locales y generales.
AKP, laicismo y libertad religiosa
8. J. B. White, Movilización islamista en Turquía: un análisis de la política nacional, University of Washington Press, 2002, p. 35. 9. Consultar: Purificando el islam de la esfera pública, “Journal of Internacional Affairs”, vol. 54, n.º 1, 2000, pp. 21-42. 10. Consultar: Secularismo en Turquía: pasado y presente, Turkish Foreign Policy Institute (Ankara), 1995. 11. Sobre el término antimusulmán, consultar: F. Halliday, Islam y el mito de la confrontación: religión y política en Oriente Medio. Tauris (Londres), 1996, pp. 160-194. 12. Sobre la dicotomía centro-periferia, consultar: S. Mardin, Relaciones centro-periferia: ¿una clave de la política turca?, “Daedalus”, vol. 102, 1973, pp. 169-190.
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El AKP no es un partido político cuyo objetivo es captar la máxima cuota de poder político. Calificar al AKP de fuerza islamista que sólo pretende el poder podría causar algunos malentendidos. AKP se esmera en jugar según las reglas del juego democrático para alcanzar por este medio sus aspiraciones. En primer lugar, el AKP quiere ser un activo e influyente actor en la vida política. Y a continuación, como actor destacado, el AKP no quiere acaparar toda la estructura de poder, sino ser una parte legítima de la misma estructura de poder, principal aspiración del partido. Porque hay que recordar que la legitimidad del AKP aún no se ha reconocido en los círculos kemalistas de Turquía y en algunos lugares del extranjero. El reconocimiento es la base de las demandas y deseos del AKP, no la aspiración a monopolizar del poder. Como partido legitimado y reconocido, el AKP quiere transformar el significado y la práctica del laicismo en Turquía. Uno de los principales problemas de Turquía no es el islam como ideología política, sino el laicismo totalitario. El estilo turco de laicismo totalitario no distingue entre Estado y religión sino que sitúa a la religión bajo el control del Estado8 y no permite la expresión de la religión en la vida pública.9 El laicismo turco excluye la libertad religiosa y el pluralismo, y tan sólo permite algunas formas de culto. Según la comprensión de kemalista del laicismo, la religión se limita a la conciencia de las personas y se considera innecesaria en la vida pública. La esencia del laicismo turco es imponer la ideología oficial del Estado, el kemalismo, a la sociedad y liberar a la sociedad de la religión.10 La prohibición del velo es el ejemplo más importante del laicismo turco, que manifiesta su “carácter 11 antimusulmán”. El laicismo totalitario es uno de los mayores obstáculos situados frente a los intentos de reforma del AKP, cuyo objetivo es promover la liberalización y la democratización del país. Lamentablemente, cada intento de reforma del AKP se ha calificado de amenaza contra el régimen secular por
los kemalistas y tal retórica cala en una parte de la población. La propaganda kemalista en nombre del secularismo perjudica muchos intentos de reforma en Turquía. La resistencia del ejército y de los círculos kemalistas impide al AKP aplicar un programa de reforma en el ámbito de la libertad religiosa. A diferencia de la propaganda kemalista, el AKP no ha hecho nada hasta ahora contra la naturaleza secular del establishment estatal. Su deseo es eliminar la naturaleza totalitaria del laicismo y sustituir el totalitarismo por la libertad religiosa y el pluralismo, de modo que las personas puedan vivir su religión y estilo de vida sin ninguna intervención externa, especialmente por parte del Estado.
El AKP, entre el cambio y el conservadurismo oficial El sistema político turco es un sistema basado en una ideología totalitaria y autoritaria, esto es, el kemalismo, donde no cabe la democracia liberal y el pluralismo sociológico. Muchos grupos sociales piensan que el establishment estatal no tolera ni consiente un sistema democrático liberal, el factor que posibilita precisamente la representación política de todos los grupos sociales. Además, la mayoría de la población turca se siente distanciada y arrinconada por la actitud y comportamiento del propio Estado y considera que el establishment político no le da oportunidad de satisfacer sus aspiraciones sociales, culturales y económicas en el marco de los derechos humanos, el imperio de la ley y la democracia liberal. En tales condiciones, la ideología oficial es la fuente principal de la exclusión y el extrañamiento social, circunstancia que propicia que la población sea muy débil y el Estado muy fuerte. Algunas personas sostienen que existe una lucha entre islamistas y kemalistas, o una tensión entre centro y periferia en la vida política turca.12 Por supuesto, hay algo de verdad en estos análisis; sin embargo, más allá de estas dicotomías, la verdadera lucha se plantea en Turquía entre el Estado y la sociedad. En otras palabras, se advierte una fuerte tensión entre los sectores sociales y las elites estatales. Amplios grupos de la sociedad han vivido excluidos de la vida política turca a lo largo de la historia. Las
L A GR AN TR ANSFORMACIÓN DEL ISL AM COMO IDEOLOGÍA POLÍTIC A (EL C ASO DEL AKP Y ERDOGAN)
instancias principales del establishment oficial no les han considerado como personas susceptibles de reclamar derechos y libertades frente al Estado. En la actualidad, estos grupos excluidos intentan convertirse en actores en el espacio político a través del AKP. En períodos anteriores, la mayoría de los partidos políticos, como el Partido de la Justicia (Adalet Partisi) o el Partido de la Vía Verdadera (Dogru Yol Partisi), consideraba a la población como una reserva o depósito de votos, nada más. Pero, a juicio de muchas personas, el AKP es distinto de los partidos políticos anteriores. Creen que el AKP es más que un partido político, porque ven el AKP como una organización social integrada por diversos sectores sociales en forma de partido político frente al gobierno de la minoría de la burocracia estatal. El AKP captó el profundo sentimiento de decepción y la insatisfacción de la mayoría de las personas sobre las elites y se presenta como “auténtico partido del pueblo”, y no como un partido del establishment estatal. En otras palabras, el AKP es para muchos la voz de la sociedad contra el Estado. Aunque existe una fuerte demanda de cambio político en la sociedad, las élites estatales tratan por todos los medios de evitar todo intento de reforma susceptible de debilitar su poder. Las fuerzas armadas turcas han perpetrado cuatro golpes militares –27 de mayo de 1960, 12 de marzo de 1971, 12 de septiembre 1980 y 28 de febrero de 1997– y han suprimido la vida política democrática en varias ocasiones. El verdadero poder en la vida política turca es el ejército, no los partidos políticos. En tal contexto, el Partido de la Justicia y el Desarrollo surgió como nuevo núcleo social y político que exige la reforma y el cambio en el establishment político turco y aboga por los derechos humanos, la democracia, la entrada de Turquía en la Unión Europea, los derechos de las minorías y la libertad religiosa. Aunque la sociedad turca no tiene graves problemas de libertad y de derechos humanos propios de una democracia, el establishment político turco no está aún dispuesto a conceder los derechos y libertades de las personas. Las elites estatales muestran una gran resistencia efectiva contra cualquier cambio fundamental en la naturaleza y esencia del establishment estatal. Su
insistencia en la salvaguarda del statu quo y su feroz resistencia frente a cualquier intento de democratización convierten al AKP en representante del cambio y la reforma, núcleo del discurso político del AKP. La necesidad de responder a las demandas de reforma de la sociedad obliga al AKP a perseguir políticas democráticas liberales, en lugar de promover una agenda islamista. El AKP se enfrenta a un gran reto, que determinará su futuro. Erdogan y su partido han de elegir entre estas dos opciones: ¿será el AKP precursor de la reforma y el cambio o formará parte del statu quo político? En la actualidad, las elites civiles y militares intentan hacer del AKP un instrumento eficaz para reforzar su poder. Por otra parte, el AKP se encuentra bajo una fuerte presión social, lo que le fuerza a promover más políticas de reforma para el fomento de la democracia, la sociedad civil, los derechos humanos y un papel menor del poder estatal. En las últimas elecciones locales (29 de marzo de 2009) ha habido una pequeña disminución del porcentaje de voto del AKP (39 por ciento). Cabe interpretarla como una advertencia al AKP por parte de la sociedad, pues a muchos votantes no les satisface el empleo de la retórica política oficial por parte de Erdogan. El AKP debe hacer todo lo posible para transformar el establishment estatal en el sentido de la democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley. No debe permitir que los poderes del statu quo estatal transformen el AKP. Si el statu quo transforma al AKP, ello representará su muerte, pero si el AKP logra cambiar el statu quo a través de la democratización y la liberalización, triunfará. CONCLUSIÓN
El AKP ha logrado ser un movimiento político y social esencial en Turquía. Ya no tiene sentido considerar el AKP como islamismo disfrazado. Su ideología subraya cuestiones políticas y sociales en mayor medida que religiosas. A la luz de la gran transformación del AKP y Erdogan, podríamos decir que el AKP no pertenece a la era del islam como ideología política; es un fenómeno nuevo, que pertenece a la era de postislamismo.
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El papel político del ejército en el siglo XXI democracia, laicismo y golpes con hermosos seudónimos Ümit Cizre PROFESOR VISITANTE ERTEGÜN DE ESTUDIOS TURCOS MODERNOS. UNIVERSIDAD DE PRINCENTON (ESTADOS UNIDOS).
D
te diarios del alto mando sobre cuestiones no República de Turquía en militares son “noticia preferente” en los me1923, seis de los once presi- dios de comunicación. El Estado Mayor turco dentes del país han sido de excede el nivel de sus homólogos en otras extracción militar, algo tal democracias occidentales, sencillamente, vez comprensible porque porque las Fuerzas Armadas Turcas no son los padres fundadores eran únicamente una organización militar profeoficiales militares del impe- sional sino el elemento nuclear del sistema rio otomano. Sin embargo, político del Estado. No debe sorprender que el impacto de la institución militar sobre el la posición del jefe de Estado Mayor siempre Estado y la sociedad no es sólo una cuestión haya sido una cuestión polémica en términos de incompatibilidad de esa posición con las de memoria histórica. El ejército turco es el segundo mayor prácticas prevalecientes en la Unión Europea ejército de la OTAN después del de Estados y los principios globales del control democráUnidos. Las Fuerzas Armadas Turcas (FAT) tico civil de las fuerzas armadas. Desde 1961 el jefe de Estado Maconstan de tres armas, yor ha sido responsaejército de tierra, mari- Las Fuerzas Armadas Turcas ble directo ante el na y fuerza aérea. La (seis de los once presidentes que primer ministro, en gendarmería –depende ha tenido el país pertenecían al lugar de ante el midel Ministerio de Asunejército) no son únicamente una nistro de Defensa, sutos Internos, pero se plantando así en gran halla encuadrada en el organización militar profesional, parte el papel del misector militar en térmi- sino el elemento nuclear nistro de Defensa. nos de políticas de for- del sistema político del Estado Cabe afirmar mación, nombramientos y ascensos–, la policía y los servicios de que, hasta cierto punto, tras la debilidad y inteligencia civiles se sitúan fuera de los ser- falta de confianza propias de la política civil vicios armados. Mientras el total de personal de Turquía, figura la posición especial de de las fuerzas terrestres es de unos 400.000 papel de custodia del ejército entrelazado en efectivos, el personal de la marina es de el propio tejido político y social del país. La clase política mira de soslayo por temor a 63.000 y de la fuerza aérea de unos 53.000 El servicio militar es obligatorio; los ofender al ejército. Además, cuestiones consilibros de texto y la enseñanza están fuerte- deradas políticas, sociales, económicas o culmente dominados por símbolos, relatos y ce- turales en democracias normales se convierremonias correspondientes al ámbito militar; ten en cuestiones de seguridad ya que las los pronunciamientos públicos prácticamen- nociones tradicionales turcas sobre las ame-
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nazas y la seguridad ya están definidas de forma demasiado amplia y demasiado centradas en la protección del Estado frente a amenazas externas e internas. A menudo el ejercicio de las libertades normales se ha criminalizado en nombre de la seguridad interna. En estas condiciones, el espacio donde la clase política puede actuar políticamente para resolver los problemas es tan restringido que tal circunstancia provoca una mayor ineficacia y descomposición de tal grupo, así como una falta de apoyo popular y confianza en ella. El régimen está en manos civiles, pero el papel tutelar del ejército es el que le da entrada libre a la actuación y juego políticos. Un aspecto fundamental y perdurable de la democracia parlamentaria multipartidista de Turquía desde 1950 es el papel del ejército turco a la hora de modelar la política a través de varias formas de intervención. Este poder se confirma si se observa el número escandalosamente elevado de intervenciones militares logradas, abortadas y fracasadas de distintas modalidades en 1960, 1971, 1980, 1997 y 2007. Otras dos deberían añadirse a esta lista: comenzando en 2003, los mandos de la fuerza de entonces conspiraron y abortaron dos intentos de golpe contra el Gobierno, Ayisigi (Luz de luna)
y Sarikiz (Muchacha rubia), dos estrambóticos pero hermosos seudónimos elegidos para estos golpes por los conspiradores. La detención de una supuesta red antigubernamental, llamada Ergenekon, de ultralaicos y ultranacionalistas que incluía antiguos mandos y oficiales en el verano de 2008 por conspirar para provocar un golpe militar en el 2009 –incluso después de que comenzaran las negociaciones de adhesión a la Unión Europea en octubre de 2005– perpetrando asesinatos políticos e incitando a la agitación social es la última salva en la guerra política entre el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) gobernante y las FAT, la vieja “guardia” nacionalista y acérrimamente laica de Turquía.
La historia tras el poder político del ejército ¿Cuál es la historia que figura detrás de la exhibición del poder político del ejército y hasta qué punto este papel ha sido cuestionado o ha cambiado en los últimos años? Las FAT dominan gracias a su papel pionero de la modernización y guardián del “laicismo” que definen y redefinen continuamente, pero siempre en términos tan amplios como “separación del Estado de la religión”. Su papel de guardián autoasignado, en otras pala-
bras, es el principal secreto existente tras su poder, sinónimo de su defensa del kemalismo, la ideología oficial que lleva el nombre del fundador de la república, Mustafá Kemal, Atatürk, En realidad, es tal posición doctrinal y su defensa de una ideología oficial lo que representa un anacronismo propiamente dicho y lo que genera el motivo más poderoso para que las FAT puedan actuar como un “ejército político”. La misión de “guardián” queda reforzada por la percepción de que Turquía ocupa una posición estratégica regional singular. Frecuentemente, los líderes militares y civiles esgrimen este argumento subrayando el valor militar y político del país para Occidente y justificando unas amplias fuerzas armadas con un presupuesto considerable. Se ha producido un repetido énfasis en la posición geoestratégica del país en el mismo centro de una región repleta de riesgos y desafíos como el ultranacionalismo, el fundamentalismo religioso, la proliferación de armas de destrucción masiva, el terrorismo y los conflictos étnicos que surgieron después del período de la guerra fría. Además la política, los objetivos estratégicos, el tamaño y las estructuras de las fuerzas armadas, el aprovisionamiento de armamen-
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El papel político del ejército en el siglo XXI democracia, laicismo y golpes con hermosos seudónimos Ümit Cizre PROFESOR VISITANTE ERTEGÜN DE ESTUDIOS TURCOS MODERNOS. UNIVERSIDAD DE PRINCENTON (ESTADOS UNIDOS).
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te diarios del alto mando sobre cuestiones no República de Turquía en militares son “noticia preferente” en los me1923, seis de los once presi- dios de comunicación. El Estado Mayor turco dentes del país han sido de excede el nivel de sus homólogos en otras extracción militar, algo tal democracias occidentales, sencillamente, vez comprensible porque porque las Fuerzas Armadas Turcas no son los padres fundadores eran únicamente una organización militar profeoficiales militares del impe- sional sino el elemento nuclear del sistema rio otomano. Sin embargo, político del Estado. No debe sorprender que el impacto de la institución militar sobre el la posición del jefe de Estado Mayor siempre Estado y la sociedad no es sólo una cuestión haya sido una cuestión polémica en términos de incompatibilidad de esa posición con las de memoria histórica. El ejército turco es el segundo mayor prácticas prevalecientes en la Unión Europea ejército de la OTAN después del de Estados y los principios globales del control democráUnidos. Las Fuerzas Armadas Turcas (FAT) tico civil de las fuerzas armadas. Desde 1961 el jefe de Estado Maconstan de tres armas, yor ha sido responsaejército de tierra, mari- Las Fuerzas Armadas Turcas ble directo ante el na y fuerza aérea. La (seis de los once presidentes que primer ministro, en gendarmería –depende ha tenido el país pertenecían al lugar de ante el midel Ministerio de Asunejército) no son únicamente una nistro de Defensa, sutos Internos, pero se plantando así en gran halla encuadrada en el organización militar profesional, parte el papel del misector militar en térmi- sino el elemento nuclear nistro de Defensa. nos de políticas de for- del sistema político del Estado Cabe afirmar mación, nombramientos y ascensos–, la policía y los servicios de que, hasta cierto punto, tras la debilidad y inteligencia civiles se sitúan fuera de los ser- falta de confianza propias de la política civil vicios armados. Mientras el total de personal de Turquía, figura la posición especial de de las fuerzas terrestres es de unos 400.000 papel de custodia del ejército entrelazado en efectivos, el personal de la marina es de el propio tejido político y social del país. La clase política mira de soslayo por temor a 63.000 y de la fuerza aérea de unos 53.000 El servicio militar es obligatorio; los ofender al ejército. Además, cuestiones consilibros de texto y la enseñanza están fuerte- deradas políticas, sociales, económicas o culmente dominados por símbolos, relatos y ce- turales en democracias normales se convierremonias correspondientes al ámbito militar; ten en cuestiones de seguridad ya que las los pronunciamientos públicos prácticamen- nociones tradicionales turcas sobre las ame-
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nazas y la seguridad ya están definidas de forma demasiado amplia y demasiado centradas en la protección del Estado frente a amenazas externas e internas. A menudo el ejercicio de las libertades normales se ha criminalizado en nombre de la seguridad interna. En estas condiciones, el espacio donde la clase política puede actuar políticamente para resolver los problemas es tan restringido que tal circunstancia provoca una mayor ineficacia y descomposición de tal grupo, así como una falta de apoyo popular y confianza en ella. El régimen está en manos civiles, pero el papel tutelar del ejército es el que le da entrada libre a la actuación y juego políticos. Un aspecto fundamental y perdurable de la democracia parlamentaria multipartidista de Turquía desde 1950 es el papel del ejército turco a la hora de modelar la política a través de varias formas de intervención. Este poder se confirma si se observa el número escandalosamente elevado de intervenciones militares logradas, abortadas y fracasadas de distintas modalidades en 1960, 1971, 1980, 1997 y 2007. Otras dos deberían añadirse a esta lista: comenzando en 2003, los mandos de la fuerza de entonces conspiraron y abortaron dos intentos de golpe contra el Gobierno, Ayisigi (Luz de luna)
y Sarikiz (Muchacha rubia), dos estrambóticos pero hermosos seudónimos elegidos para estos golpes por los conspiradores. La detención de una supuesta red antigubernamental, llamada Ergenekon, de ultralaicos y ultranacionalistas que incluía antiguos mandos y oficiales en el verano de 2008 por conspirar para provocar un golpe militar en el 2009 –incluso después de que comenzaran las negociaciones de adhesión a la Unión Europea en octubre de 2005– perpetrando asesinatos políticos e incitando a la agitación social es la última salva en la guerra política entre el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) gobernante y las FAT, la vieja “guardia” nacionalista y acérrimamente laica de Turquía.
La historia tras el poder político del ejército ¿Cuál es la historia que figura detrás de la exhibición del poder político del ejército y hasta qué punto este papel ha sido cuestionado o ha cambiado en los últimos años? Las FAT dominan gracias a su papel pionero de la modernización y guardián del “laicismo” que definen y redefinen continuamente, pero siempre en términos tan amplios como “separación del Estado de la religión”. Su papel de guardián autoasignado, en otras pala-
bras, es el principal secreto existente tras su poder, sinónimo de su defensa del kemalismo, la ideología oficial que lleva el nombre del fundador de la república, Mustafá Kemal, Atatürk, En realidad, es tal posición doctrinal y su defensa de una ideología oficial lo que representa un anacronismo propiamente dicho y lo que genera el motivo más poderoso para que las FAT puedan actuar como un “ejército político”. La misión de “guardián” queda reforzada por la percepción de que Turquía ocupa una posición estratégica regional singular. Frecuentemente, los líderes militares y civiles esgrimen este argumento subrayando el valor militar y político del país para Occidente y justificando unas amplias fuerzas armadas con un presupuesto considerable. Se ha producido un repetido énfasis en la posición geoestratégica del país en el mismo centro de una región repleta de riesgos y desafíos como el ultranacionalismo, el fundamentalismo religioso, la proliferación de armas de destrucción masiva, el terrorismo y los conflictos étnicos que surgieron después del período de la guerra fría. Además la política, los objetivos estratégicos, el tamaño y las estructuras de las fuerzas armadas, el aprovisionamiento de armamen-
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to y los programas de modernización de las FAT se guían principalmente por una importante preocupación acerca de la cuestión de la seguridad. Durante la guerra fría, su papel principal fue cumplir sus responsabilidades como miembro de la OTAN y detener la expansión comunista. En la era posterior a la guerra fría, el establishment militar de Turquía elevó de grado su papel de guardián declarando formalmente que el separatismo kurdo y el islam como doctrina política eran amenazas internas planteadas al carácter del Estado turco, y puso mayor énfasis en garantizar la seguridad del régimen. Especialmente en los años 90, bajo el impacto de la situación de guerra civil con los rebeldes kurdos y hasta cierto punto del auge del islam como doctrina política, el poder del ejército quedó realzado. Hizo y deshizo gobiernos, planteó exigencias públicas y advertencias a la población civil, intervino en el nombramiento o promoción de nuevos primeros ministros, estructuró nuevos proyectos de ley a través de sus propias unidades y departamentos de investigación, y se inmiscuyó en la actividad cotidiana de gobiernos electos. Como sus homólogos latinoamericanos, la formulación de la política nacional de seguridad en Turquía ha servido para marcar la andadura de una “democracia fuerte” en vez de una liberal. El Consejo de Seguridad Nacional (CSN) es el elemento que sustenta el poder y la influencia del ejército en el escenario de la política pública. Después del golpe de 1980, la constitución de 1982 redujo las bases y apoyos de la participación política, reforzando las instituciones del estado y realzando el papel del CSN. En concreto, la definición de las amenazas y la formulación y aplicación de políticas de seguridad nacional se configuran de forma marcada por el secretariado del CSN, que consulta con el Estado Mayor y el Ministerio
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de Asuntos Exteriores. Hasta el último paquete de reformas de agosto de 2003 introducido por el Gobierno del AKP, el Consejo de Ministros había sido obligado a dar “consideración preferente” a las decisiones del CSN. El paquete de reformas –parte del compromiso de Turquía de alinear las relaciones civiles-militares con las “buenas prácticas” de la UE– revocó los poderes ejecutivos del CSN que coincidían, o a veces excedían, al poder ejecutivo convirtiéndolo en un cuerpo consultivo, aumentó sus miembros civiles hasta una posición de mayoría de voto y allanó el camino al nombramiento del primer secretario general civil del consejo.
El AKP, el ejército y la UE El consenso prácticamente universal que da cuenta de la dura confrontación entre el bloque laico de Turquía –dirigido por los militares– y el AKP, de simpatías por el islam, se nutre de la tensión histórica entre la ideología republicana moderna y las expresiones políticas del islam. Dado que el ejército es la última línea de defensa de la tradición laica de Turquía que protege atrincherándose en políticas contra el islamismo, se supone que tal tensión y conflicto son inevitables. Esta línea de pensamiento oculta peligrosamente la relación dialéctica entre los dos bandos porque, en realidad, las políticas y las identidades de ambos bandos de hecho se establecen en el seno de un conservadurismo y nacionalismo centrados en el Estado. La verdadera disputa no se dirime entre prohibir o permitir el velo o la amenaza de la islamización del Estado y la sociedad o la protección del estado laico. El principal conflicto se refiere a la cuestión vital del cambio del statu quo. La elite tradicional laica en el poder teme que el equilibrio de poder entre los dos campos haya cambiado de forma inalterable, ya que el partido se ha apoderado de la
troika del poder –legislatura, gobierno y presidencia– y el AKP ha alcanzado una base de apoyo en los medios de comunicación y la comunidad empresarial. Añadidas a esas preocupaciones figuran las reformas introducidas en la última década como parte del esfuerzo de Turquía de adherirse a la Unión Europea que han amenazado el statu quo existente y también han ayudado a debilitar la influencia militar en la política, propiciando mayor participación civil en cuestiones de seguridad y una mayor supervisión parlamentaria del presupuesto del ejército. Desde la decisión de la cumbre de Helsinki de la UE de 1999 de extender el estatus de candidato a Turquía, la posibilidad de la adhesión a Europa se ha convertido en la principal fuerza motriz de las reformas democráticas en las relaciones entre civiles y militares. Los informes sobre el progreso de la adhesión publicados por la comisión de la UE siguen señalando que, a pesar del progreso alcanzado desde 2002, la influencia política del ejército de Turquía excede el de las fuerzas armadas en estados miembros europeos ya que las fuerzas armadas siguen ejerciendo una influencia política significativa y Turquía debería trabajar para alcanzar un mayor grado de responsabilidad y transparencia en la conducción de los asuntos de seguridad de acuerdo con las “mejores prácticas” de los estados miembros. Los informes sobre el progreso nunca han dejado de señalar los efectos del “desbordamiento” de la autoridad militar y han expresado sus consideraciones relativas a la seguridad en importantes áreas de la política nacional sin que el Parlamento haya tenido prácticamente voz al respecto. Han señalado repetidamente que tal realidad choca con el compromiso turco de reducir el papel de las fuerzas armadas. Se ha convertido en una crítica habitual de los mismos informes el
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to y los programas de modernización de las FAT se guían principalmente por una importante preocupación acerca de la cuestión de la seguridad. Durante la guerra fría, su papel principal fue cumplir sus responsabilidades como miembro de la OTAN y detener la expansión comunista. En la era posterior a la guerra fría, el establishment militar de Turquía elevó de grado su papel de guardián declarando formalmente que el separatismo kurdo y el islam como doctrina política eran amenazas internas planteadas al carácter del Estado turco, y puso mayor énfasis en garantizar la seguridad del régimen. Especialmente en los años 90, bajo el impacto de la situación de guerra civil con los rebeldes kurdos y hasta cierto punto del auge del islam como doctrina política, el poder del ejército quedó realzado. Hizo y deshizo gobiernos, planteó exigencias públicas y advertencias a la población civil, intervino en el nombramiento o promoción de nuevos primeros ministros, estructuró nuevos proyectos de ley a través de sus propias unidades y departamentos de investigación, y se inmiscuyó en la actividad cotidiana de gobiernos electos. Como sus homólogos latinoamericanos, la formulación de la política nacional de seguridad en Turquía ha servido para marcar la andadura de una “democracia fuerte” en vez de una liberal. El Consejo de Seguridad Nacional (CSN) es el elemento que sustenta el poder y la influencia del ejército en el escenario de la política pública. Después del golpe de 1980, la constitución de 1982 redujo las bases y apoyos de la participación política, reforzando las instituciones del estado y realzando el papel del CSN. En concreto, la definición de las amenazas y la formulación y aplicación de políticas de seguridad nacional se configuran de forma marcada por el secretariado del CSN, que consulta con el Estado Mayor y el Ministerio
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de Asuntos Exteriores. Hasta el último paquete de reformas de agosto de 2003 introducido por el Gobierno del AKP, el Consejo de Ministros había sido obligado a dar “consideración preferente” a las decisiones del CSN. El paquete de reformas –parte del compromiso de Turquía de alinear las relaciones civiles-militares con las “buenas prácticas” de la UE– revocó los poderes ejecutivos del CSN que coincidían, o a veces excedían, al poder ejecutivo convirtiéndolo en un cuerpo consultivo, aumentó sus miembros civiles hasta una posición de mayoría de voto y allanó el camino al nombramiento del primer secretario general civil del consejo.
El AKP, el ejército y la UE El consenso prácticamente universal que da cuenta de la dura confrontación entre el bloque laico de Turquía –dirigido por los militares– y el AKP, de simpatías por el islam, se nutre de la tensión histórica entre la ideología republicana moderna y las expresiones políticas del islam. Dado que el ejército es la última línea de defensa de la tradición laica de Turquía que protege atrincherándose en políticas contra el islamismo, se supone que tal tensión y conflicto son inevitables. Esta línea de pensamiento oculta peligrosamente la relación dialéctica entre los dos bandos porque, en realidad, las políticas y las identidades de ambos bandos de hecho se establecen en el seno de un conservadurismo y nacionalismo centrados en el Estado. La verdadera disputa no se dirime entre prohibir o permitir el velo o la amenaza de la islamización del Estado y la sociedad o la protección del estado laico. El principal conflicto se refiere a la cuestión vital del cambio del statu quo. La elite tradicional laica en el poder teme que el equilibrio de poder entre los dos campos haya cambiado de forma inalterable, ya que el partido se ha apoderado de la
troika del poder –legislatura, gobierno y presidencia– y el AKP ha alcanzado una base de apoyo en los medios de comunicación y la comunidad empresarial. Añadidas a esas preocupaciones figuran las reformas introducidas en la última década como parte del esfuerzo de Turquía de adherirse a la Unión Europea que han amenazado el statu quo existente y también han ayudado a debilitar la influencia militar en la política, propiciando mayor participación civil en cuestiones de seguridad y una mayor supervisión parlamentaria del presupuesto del ejército. Desde la decisión de la cumbre de Helsinki de la UE de 1999 de extender el estatus de candidato a Turquía, la posibilidad de la adhesión a Europa se ha convertido en la principal fuerza motriz de las reformas democráticas en las relaciones entre civiles y militares. Los informes sobre el progreso de la adhesión publicados por la comisión de la UE siguen señalando que, a pesar del progreso alcanzado desde 2002, la influencia política del ejército de Turquía excede el de las fuerzas armadas en estados miembros europeos ya que las fuerzas armadas siguen ejerciendo una influencia política significativa y Turquía debería trabajar para alcanzar un mayor grado de responsabilidad y transparencia en la conducción de los asuntos de seguridad de acuerdo con las “mejores prácticas” de los estados miembros. Los informes sobre el progreso nunca han dejado de señalar los efectos del “desbordamiento” de la autoridad militar y han expresado sus consideraciones relativas a la seguridad en importantes áreas de la política nacional sin que el Parlamento haya tenido prácticamente voz al respecto. Han señalado repetidamente que tal realidad choca con el compromiso turco de reducir el papel de las fuerzas armadas. Se ha convertido en una crítica habitual de los mismos informes el
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hecho de que miembros militares individuales del Consejo de Seguridad Nacional, así como otros altos miembros de las fuerzas armadas han seguido de forma regular expresando sus opiniones sobre temas de política interior y exterior a través de discursos públicos y comunicados y reuniones informativas con la prensa, situación que persiste. Desde la llegada al poder en 2002, el Gobierno del AKP ha seguido tres estrategias distintas en la cuestión de la reforma civil-militar.
Desactivación del problema militar: primera fase En los tres primeros años de vida del Gobierno desde las elecciones de 2002 al inicio de las negociaciones con la Unión Europea en octubre de 2005, el mandato democrático del AKP, estimulado por el dinamismo de la victoria electoral de 2002, actuó como una poderosa fuerza tras la iniciativa del Gobierno de limitar las prerrogativas y la tutela política por parte de las fuerzas armadas turcas como un pilar importante de la agenda de reforma. El Gobierno consumió notable cantidad de energías en el importante paquete de reformas democráticas del 7 de agosto de 2003 concebido para situar a Turquía en línea con los criterios de la UE. Este paquete incluía una importante enmienda constitucional diseñada para poner freno a los poderes del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), considerado como el gobierno paralelo de Turquía, a fin de convertirlo en un cuerpo consultivo. El liderazgo del AKP, según se informó, invirtió cierto esfuerzo en reformular el Documento de Política de Seguridad Nacional (DPSN), llamado la “constitución secreta” del país –básicamente un documento preparado por el ejército– en 2005, de acuerdo con la advertencia del Informe Regular de la Comisión de la UE de 2004 en el sentido de que los civiles de Turquía deberían empe-
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zar a desempeñar un papel más activo en la formulación de la estrategia de seguridad nacional y de su aplicación. Sin embargo, el DPSN que apareció en octubre de 2005 no difería notablemente de sus predecesores: según parece, mencionaba el carácter reaccionario de la religión, el separatismo y la extrema izquierda como las principales amenazas para la seguridad mientras suprimía la extrema derecha de su agenda. Cualesquiera que fueran los móviles del AKP, sin embargo, se logró cierto progreso a la hora de fomentar la conciencia de la sociedad sobre la necesidad de desmitificar la cuestión de una manera escasamente observada en el pasado. El octavo paquete de enmiendas constitucionales que aumentó la supervisión civil sobre el presupuesto de defensa fue aprobado el 21 de mayo de 2004. Ese paquete también eliminó los representantes militares del Consejo de Educación Superior (Yüksek Ögretim Kurumu, YÖK) y del Consejo Supremo de Radio y Televisión. También abolió los tribunales de seguridad del Estado, un legado del período posterior al golpe militar de 1980, que juzgan crímenes contra el Estado. Finalmente, las enmiendas limitaron las competencias de los tribunales militares para juzgar a civiles por ofensas relacionadas con las críticas al ejército.
Segunda fase En la segunda fase, que comenzó poco después de las conversaciones de adhesión en octubre de 2005, varios factores, notablemente la creciente ambigüedad de la UE sobre la adhesión de Ankara, junto con una oposición actualizada y organizada de forma más vocinglera por el establishment laico al Gobierno han contribuido a los “propios” reveses políticos del AKP por parte de su dirección en pos de reformas. El partido del Gobierno perdió brío en su enfoque del proyecto de europeización y, factor más importante, el Gobierno
pareció encaminarse hacia una nueva convergencia con el sentimiento popular conservador-nacionalista y las prioridades políticas del ejército sobre cuestiones clave. Éstas incluían reinventar las consideraciones de seguridad centradas en el Estado a expensas de la seguridad ciudadana y un retorno a un enfoque de línea dura sobre la cuestión kurda, el norte de Iraq y la UE.
Fase final Desde 2007, sin embargo, las relaciones entre civiles y militares en Turquía están atravesando una fase histórica ya que los generales han pasado de la “guerra de palabras” al verdadero campo de batalla de “guerra total” con el partido gobernante. Comenzando con el E-memo, o sea, la “declaración de advertencia” divulgada en la página web del Estado Mayor en la medianoche del 27 de abril del 2007 para evitar que el Gobierno eligiera a su propio candidato, Abdullah Gül, como nuevo presidente de la república en el Parlamento, tanto las FAT como el AKP han pasado a adoptar iniciativas de manera recíproca. En marzo de 2007, un destacado semanario de Estambul, “Nokta”, publicó los diarios de un antiguo mando de la marina, el almirante retirado Ozden, donde se revelaban dos intentos de golpe abortados en 2003 y 2004. El fiscal del Estado presentó una denuncia el 14 de marzo de 2008 ante el Tribunal Constitucional para clausurar el AKP como un peligro “claro y presente” para el orden laico, un partido que apenas hacía un año había obtenido casi de la mitad del voto popular con una participación muy por encima del 80 por ciento y demostró que lejos de ser una fuerza desgastada después de cinco años en el poder, goza aún de un auténtico apoyo y simpatía popular. Poco después, una investigación policial reveló una red –Ergenekon– de periodistas, políticos, jueces, cri-
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minales y generales retirados supuestamente coordinada por el Estado Mayor para conspirar para organizar un golpe contra el Gobierno del AKP. Desde entonces, los documentos reveladores de los planes del golpe y los esfuerzos del ejército para acercar a la judicatura hacia la perspectiva militar se han filtrado a los periódicos haciendo pensar a la gente que el caso de la clausura presentado por el fiscal no era una cuestión legal sino que también formaba parte de esta campaña política contra el AKP. Esta investigación y el arresto de 130 personas no fue más que un contragolpe tramado por el Gobierno con la ayuda de fuerzas de seguridad no militares bajo el control del Ministerio de Asuntos Internos y funcionarios de la judicatura. Según la acusación, los conspiradores esperaban derrocar al AKP causando suficiente caos con ataques terroristas y asesinatos de alto nivel de modo que el ejército se hubiera visto obligado a intervenir en 2009. También estaban relacionados con varios asesinatos de tinte político, incluyendo el del intelectual armenio Hrant Dink. La detención de líderes destacados de la oposición nacionalista laica era una respuesta del Gobierno hacia los del bloque contrario por prestar su influencia al caso de la clausura contra el partido cuatro meses antes. Los acontecimientos desde el año 2007 inducen a juzgar que las FAT siempre han cuidado de fundamentar sus intervenciones políticas en algún tipo de marco “legalista“. Con las revelaciones acerca de la implicación de oficiales militares en los supuestos intentos de golpe y también en las bandas criminales ilegales contra el Gobierno del AKP, ha desaparecido el elemento de “legalidad” que las FAT han cuidado de presentar y transmitir incluso cuando protagonizaban golpes. Además, la falta de toda compostura social, moral y profesional o inhibición en el comportamiento de los antiguos mandos y las discusiones acerca de su propio superior, el jefe de Estado Mayor, el general Hilmi Ozkok, constituyó un descubrimiento asombroso para el público cuando “Nokta” publicó los diarios del general retirado Ozden Ornek. En la actualidad, se acumulan pruebas tras pruebas para mostrarnos la existencia de una peligrosa y patente división a todos niveles de la jerar-
quía militar, precio pagado por la extrema politización. En estas condiciones, la confianza pública en los niveles profesionales del ejército ha quedado definitivamente en entredicho. Sin embargo, la verdadera preocupación debería ser de qué modo los jefes de Estado Mayor presentes y futuros podrían controlar el daño causado y recuperar la elevada disciplina, unidad y jerarquía sin retirarse abiertamente de la política. Dado que el Alto Mando no es nada reservado en su guerra política contra el AKP, no hay razón para pensar que tenga intención alguna de reducir su papel político y retornar a sus funciones naturales. El actual jefe de Estado Mayor, el general Ilker Basbug, probablemente lucha en dos frentes simultáneamente, uno para poner su casa en orden, el otro contra el “enemigo eterno” del AKP. Su estilo hacia este último es más “intelectual” en términos de sus declaraciones públicas sobre una gran diversidad de cuestiones. Pero ello no varía las cosas: las áreas y la sustancia de sus discursos van más allá del terreno propio de los militares. La experiencia nos hace ser muy cautos a la hora de emitir conclusiones sobre una transformación gradual, tranquila y sin sobresaltos hacia la “normalidad” en Turquía en las relaciones entre civiles y militares. Lo que ocurre es una “política de venganza” en ambos bandos. Sin un compromiso intelectual consciente y reflexivo de la clase política civil con un restablecimiento moral de la gestión democrática civil de los asuntos militares, el Gobierno del AKP no puede resistir con vigor y solidez a los extremismos del militarismo en Turquía. El ejército sigue siendo la fuerza política más importante y el alcance del control civil sobre él sigue siendo extremadamente débil. Sin embargo, ello no significa que Turquía sea una dictadura militar. A pesar de sus débiles fundamentos e inestabilidad, la experiencia multipartidista ha traducido la diversidad, el pluralismo y el dinamismo de la vida real a la política. La capacidad del sistema civil de los gobiernos de afrontar los desafíos y las crisis es sorprendentemente fuerte. En Turquía, el ejército goza de gran influencia y de la capacidad de dominar en algunas situaciones de crisis y cuestiones concretas. Pero está muy lejos de gobernar o controlar el país en su conjunto.
El ejército, que sigue teniendo la capacidad de dominar algunas situaciones de crisis y de intervenir en cuestiones concretas, está muy lejos de gobernar o controlar el país en su conjunto
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hecho de que miembros militares individuales del Consejo de Seguridad Nacional, así como otros altos miembros de las fuerzas armadas han seguido de forma regular expresando sus opiniones sobre temas de política interior y exterior a través de discursos públicos y comunicados y reuniones informativas con la prensa, situación que persiste. Desde la llegada al poder en 2002, el Gobierno del AKP ha seguido tres estrategias distintas en la cuestión de la reforma civil-militar.
Desactivación del problema militar: primera fase En los tres primeros años de vida del Gobierno desde las elecciones de 2002 al inicio de las negociaciones con la Unión Europea en octubre de 2005, el mandato democrático del AKP, estimulado por el dinamismo de la victoria electoral de 2002, actuó como una poderosa fuerza tras la iniciativa del Gobierno de limitar las prerrogativas y la tutela política por parte de las fuerzas armadas turcas como un pilar importante de la agenda de reforma. El Gobierno consumió notable cantidad de energías en el importante paquete de reformas democráticas del 7 de agosto de 2003 concebido para situar a Turquía en línea con los criterios de la UE. Este paquete incluía una importante enmienda constitucional diseñada para poner freno a los poderes del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), considerado como el gobierno paralelo de Turquía, a fin de convertirlo en un cuerpo consultivo. El liderazgo del AKP, según se informó, invirtió cierto esfuerzo en reformular el Documento de Política de Seguridad Nacional (DPSN), llamado la “constitución secreta” del país –básicamente un documento preparado por el ejército– en 2005, de acuerdo con la advertencia del Informe Regular de la Comisión de la UE de 2004 en el sentido de que los civiles de Turquía deberían empe-
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zar a desempeñar un papel más activo en la formulación de la estrategia de seguridad nacional y de su aplicación. Sin embargo, el DPSN que apareció en octubre de 2005 no difería notablemente de sus predecesores: según parece, mencionaba el carácter reaccionario de la religión, el separatismo y la extrema izquierda como las principales amenazas para la seguridad mientras suprimía la extrema derecha de su agenda. Cualesquiera que fueran los móviles del AKP, sin embargo, se logró cierto progreso a la hora de fomentar la conciencia de la sociedad sobre la necesidad de desmitificar la cuestión de una manera escasamente observada en el pasado. El octavo paquete de enmiendas constitucionales que aumentó la supervisión civil sobre el presupuesto de defensa fue aprobado el 21 de mayo de 2004. Ese paquete también eliminó los representantes militares del Consejo de Educación Superior (Yüksek Ögretim Kurumu, YÖK) y del Consejo Supremo de Radio y Televisión. También abolió los tribunales de seguridad del Estado, un legado del período posterior al golpe militar de 1980, que juzgan crímenes contra el Estado. Finalmente, las enmiendas limitaron las competencias de los tribunales militares para juzgar a civiles por ofensas relacionadas con las críticas al ejército.
Segunda fase En la segunda fase, que comenzó poco después de las conversaciones de adhesión en octubre de 2005, varios factores, notablemente la creciente ambigüedad de la UE sobre la adhesión de Ankara, junto con una oposición actualizada y organizada de forma más vocinglera por el establishment laico al Gobierno han contribuido a los “propios” reveses políticos del AKP por parte de su dirección en pos de reformas. El partido del Gobierno perdió brío en su enfoque del proyecto de europeización y, factor más importante, el Gobierno
pareció encaminarse hacia una nueva convergencia con el sentimiento popular conservador-nacionalista y las prioridades políticas del ejército sobre cuestiones clave. Éstas incluían reinventar las consideraciones de seguridad centradas en el Estado a expensas de la seguridad ciudadana y un retorno a un enfoque de línea dura sobre la cuestión kurda, el norte de Iraq y la UE.
Fase final Desde 2007, sin embargo, las relaciones entre civiles y militares en Turquía están atravesando una fase histórica ya que los generales han pasado de la “guerra de palabras” al verdadero campo de batalla de “guerra total” con el partido gobernante. Comenzando con el E-memo, o sea, la “declaración de advertencia” divulgada en la página web del Estado Mayor en la medianoche del 27 de abril del 2007 para evitar que el Gobierno eligiera a su propio candidato, Abdullah Gül, como nuevo presidente de la república en el Parlamento, tanto las FAT como el AKP han pasado a adoptar iniciativas de manera recíproca. En marzo de 2007, un destacado semanario de Estambul, “Nokta”, publicó los diarios de un antiguo mando de la marina, el almirante retirado Ozden, donde se revelaban dos intentos de golpe abortados en 2003 y 2004. El fiscal del Estado presentó una denuncia el 14 de marzo de 2008 ante el Tribunal Constitucional para clausurar el AKP como un peligro “claro y presente” para el orden laico, un partido que apenas hacía un año había obtenido casi de la mitad del voto popular con una participación muy por encima del 80 por ciento y demostró que lejos de ser una fuerza desgastada después de cinco años en el poder, goza aún de un auténtico apoyo y simpatía popular. Poco después, una investigación policial reveló una red –Ergenekon– de periodistas, políticos, jueces, cri-
E L PA P E L P O L Í T I C O D E L E J É RC I T O E N E L S I G L O X X I
minales y generales retirados supuestamente coordinada por el Estado Mayor para conspirar para organizar un golpe contra el Gobierno del AKP. Desde entonces, los documentos reveladores de los planes del golpe y los esfuerzos del ejército para acercar a la judicatura hacia la perspectiva militar se han filtrado a los periódicos haciendo pensar a la gente que el caso de la clausura presentado por el fiscal no era una cuestión legal sino que también formaba parte de esta campaña política contra el AKP. Esta investigación y el arresto de 130 personas no fue más que un contragolpe tramado por el Gobierno con la ayuda de fuerzas de seguridad no militares bajo el control del Ministerio de Asuntos Internos y funcionarios de la judicatura. Según la acusación, los conspiradores esperaban derrocar al AKP causando suficiente caos con ataques terroristas y asesinatos de alto nivel de modo que el ejército se hubiera visto obligado a intervenir en 2009. También estaban relacionados con varios asesinatos de tinte político, incluyendo el del intelectual armenio Hrant Dink. La detención de líderes destacados de la oposición nacionalista laica era una respuesta del Gobierno hacia los del bloque contrario por prestar su influencia al caso de la clausura contra el partido cuatro meses antes. Los acontecimientos desde el año 2007 inducen a juzgar que las FAT siempre han cuidado de fundamentar sus intervenciones políticas en algún tipo de marco “legalista“. Con las revelaciones acerca de la implicación de oficiales militares en los supuestos intentos de golpe y también en las bandas criminales ilegales contra el Gobierno del AKP, ha desaparecido el elemento de “legalidad” que las FAT han cuidado de presentar y transmitir incluso cuando protagonizaban golpes. Además, la falta de toda compostura social, moral y profesional o inhibición en el comportamiento de los antiguos mandos y las discusiones acerca de su propio superior, el jefe de Estado Mayor, el general Hilmi Ozkok, constituyó un descubrimiento asombroso para el público cuando “Nokta” publicó los diarios del general retirado Ozden Ornek. En la actualidad, se acumulan pruebas tras pruebas para mostrarnos la existencia de una peligrosa y patente división a todos niveles de la jerar-
quía militar, precio pagado por la extrema politización. En estas condiciones, la confianza pública en los niveles profesionales del ejército ha quedado definitivamente en entredicho. Sin embargo, la verdadera preocupación debería ser de qué modo los jefes de Estado Mayor presentes y futuros podrían controlar el daño causado y recuperar la elevada disciplina, unidad y jerarquía sin retirarse abiertamente de la política. Dado que el Alto Mando no es nada reservado en su guerra política contra el AKP, no hay razón para pensar que tenga intención alguna de reducir su papel político y retornar a sus funciones naturales. El actual jefe de Estado Mayor, el general Ilker Basbug, probablemente lucha en dos frentes simultáneamente, uno para poner su casa en orden, el otro contra el “enemigo eterno” del AKP. Su estilo hacia este último es más “intelectual” en términos de sus declaraciones públicas sobre una gran diversidad de cuestiones. Pero ello no varía las cosas: las áreas y la sustancia de sus discursos van más allá del terreno propio de los militares. La experiencia nos hace ser muy cautos a la hora de emitir conclusiones sobre una transformación gradual, tranquila y sin sobresaltos hacia la “normalidad” en Turquía en las relaciones entre civiles y militares. Lo que ocurre es una “política de venganza” en ambos bandos. Sin un compromiso intelectual consciente y reflexivo de la clase política civil con un restablecimiento moral de la gestión democrática civil de los asuntos militares, el Gobierno del AKP no puede resistir con vigor y solidez a los extremismos del militarismo en Turquía. El ejército sigue siendo la fuerza política más importante y el alcance del control civil sobre él sigue siendo extremadamente débil. Sin embargo, ello no significa que Turquía sea una dictadura militar. A pesar de sus débiles fundamentos e inestabilidad, la experiencia multipartidista ha traducido la diversidad, el pluralismo y el dinamismo de la vida real a la política. La capacidad del sistema civil de los gobiernos de afrontar los desafíos y las crisis es sorprendentemente fuerte. En Turquía, el ejército goza de gran influencia y de la capacidad de dominar en algunas situaciones de crisis y cuestiones concretas. Pero está muy lejos de gobernar o controlar el país en su conjunto.
El ejército, que sigue teniendo la capacidad de dominar algunas situaciones de crisis y de intervenir en cuestiones concretas, está muy lejos de gobernar o controlar el país en su conjunto
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La elite contemporánea del poder D. Ali Arslan SOCIÓLOGO Y POLITÓLOGO. PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE MERSIN, (TURQUÍA). POSGRADUADO Y DOCTOR POR EL DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE SURREY (REINO UNIDO).
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La elite contemporánea del poder D. Ali Arslan SOCIÓLOGO Y POLITÓLOGO. PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE MERSIN, (TURQUÍA). POSGRADUADO Y DOCTOR POR EL DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE SURREY (REINO UNIDO).
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LA ELITE CONTEMPORÁNEA DEL PODER
LA ELITE CONTEMPORÁNEA DEL PODER
Este trabajo se propone analizar la estructura general de poder de la sociedad turca y emplea la noción de la “teoría de las elites” para comprender, analizar y explicar la estructura de poder de la sociedad turca contemporánea (Arslan, 2007; 2004-b & 2004-c). La teoría de las elites destaca las categorías de poder, control e influencia en su análisis de la cuestión. Según esta teoría, las sociedades se dividen en los “pocos” que poseen el poder y el gobierno y los “muchos” que son gobernados (Jary & Jary, 1991: 188). El grupo gobernante llamado elite monopoliza de hecho el poder y adopta las decisiones importantes. Los demás (no elites), la sociedad o las masas carecen relativamente de poder y no tienen más opción que aceptar la decisión de las minorías.
E
structura general del poder en Turquía
poder internos dominados por las elites principales. Este conjunto conforma los círculos superiores del país. Ninguno de Existen dos principales ellos posee el mismo grado de poder, riquecentros de poder en la Tur- za y prestigio en el seno del sistema: mienquía contemporánea: “cen- tras algunos de ellos son más influyentes en tros internos de poder” y el proceso de adopción de decisiones, otros “centros externos de poder” poseen escasa influencia. Los cuatro grupos [figura 1]. La investigación principales de nivel de elite ostentan la parte principal del de campo indica que poder: elites polítiexiste un cierto nú- Las elites política, militar, ca, militar, empresamero de centros de empresarial y mediática rial y de los medios poder externos que de comunicación. influyen en el proce- conforman el verdadero poder Tales grupos constiso sociopolítico de autónomo o “gobierno invisible” tuyen la elite del adopción de decisio- en Turquía; entre los centros poder o “gobierno nes en Turquía. de poder externos están la CIA, invisible” frente al Estados Unidos, y en el Banco Mundial o el FMI de Erdogan: concreto la CIA, ocupan la primera y más poderosa posición entre tales centros de poder externos. • Generales de las fuerzas armadas: cúpula Además, varias organizaciones internacio- militar. nales poseen cierto grado de influencia en • Directivos de la empresa y la industria. determinadas cuestiones: por ejemplo, el • Gobierno, líderes de los partidos políticos Fondo Monetario Internacional y el Banco y ministros del Gobierno. Mundial tienen una influencia destacada • Patrones de los medios de comunicación, periodistas famosos y directores de los meen los asuntos económicos. Por otra parte, como se indica en el dios (televisión y prensa). cuadro 1 (Arslan, 1999: 268), hay alrededor En consecuencia, la estructura de poder de una decena de centros principales de
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el poder e influencia que maneja, por ejemplo, un miembro del Consejo de Gobierno, ni ningún líder sindical es tan influyente como un empresario que actúa en el proceso de adopción de decisiones. Y ningún funcionario de alto nivel puede presionar a los líderes políticos de la forma en que puede hacerlo un poderoso periodista.
2• Evolución histórica de la elite del poder turca
de Turquía se compone de varios grupos de elite. Los cuatro grupos citados constituyen centros de poder notablemente autónomos de la Turquía contemporánea. El dinero, el prestigio y el poder se concentran
en manos de políticos relevantes, almirantes y generales, propietarios y ejecutivos de las principales empresas, periodistas influyentes y directores de medios de comunicación. Ningún rector de universidad posee
La influencia balcánica sobre la clase dirigente otomana fue notable (Lewis, 1961: 4-5). Numerosos cristianos balcánicos permearon las elites políticas y militares del imperio otomano por el procedimiento del devsirme o leva de muchachos cristianos. Asimismo, la clase dirigente (aristocracia rural) sobrevivió en su mayoría y se incorporó al sistema otomano. De hecho, los elementos turcos en el seno de la elite gobernante política y militar no eran numerosos en el período del imperio otomano. Como ha subrayado Lewis (1961: 35), los ciudadanos mu-
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Este trabajo se propone analizar la estructura general de poder de la sociedad turca y emplea la noción de la “teoría de las elites” para comprender, analizar y explicar la estructura de poder de la sociedad turca contemporánea (Arslan, 2007; 2004-b & 2004-c). La teoría de las elites destaca las categorías de poder, control e influencia en su análisis de la cuestión. Según esta teoría, las sociedades se dividen en los “pocos” que poseen el poder y el gobierno y los “muchos” que son gobernados (Jary & Jary, 1991: 188). El grupo gobernante llamado elite monopoliza de hecho el poder y adopta las decisiones importantes. Los demás (no elites), la sociedad o las masas carecen relativamente de poder y no tienen más opción que aceptar la decisión de las minorías.
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structura general del poder en Turquía
poder internos dominados por las elites principales. Este conjunto conforma los círculos superiores del país. Ninguno de Existen dos principales ellos posee el mismo grado de poder, riquecentros de poder en la Tur- za y prestigio en el seno del sistema: mienquía contemporánea: “cen- tras algunos de ellos son más influyentes en tros internos de poder” y el proceso de adopción de decisiones, otros “centros externos de poder” poseen escasa influencia. Los cuatro grupos [figura 1]. La investigación principales de nivel de elite ostentan la parte principal del de campo indica que poder: elites polítiexiste un cierto nú- Las elites política, militar, ca, militar, empresamero de centros de empresarial y mediática rial y de los medios poder externos que de comunicación. influyen en el proce- conforman el verdadero poder Tales grupos constiso sociopolítico de autónomo o “gobierno invisible” tuyen la elite del adopción de decisio- en Turquía; entre los centros poder o “gobierno nes en Turquía. de poder externos están la CIA, invisible” frente al Estados Unidos, y en el Banco Mundial o el FMI de Erdogan: concreto la CIA, ocupan la primera y más poderosa posición entre tales centros de poder externos. • Generales de las fuerzas armadas: cúpula Además, varias organizaciones internacio- militar. nales poseen cierto grado de influencia en • Directivos de la empresa y la industria. determinadas cuestiones: por ejemplo, el • Gobierno, líderes de los partidos políticos Fondo Monetario Internacional y el Banco y ministros del Gobierno. Mundial tienen una influencia destacada • Patrones de los medios de comunicación, periodistas famosos y directores de los meen los asuntos económicos. Por otra parte, como se indica en el dios (televisión y prensa). cuadro 1 (Arslan, 1999: 268), hay alrededor En consecuencia, la estructura de poder de una decena de centros principales de
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el poder e influencia que maneja, por ejemplo, un miembro del Consejo de Gobierno, ni ningún líder sindical es tan influyente como un empresario que actúa en el proceso de adopción de decisiones. Y ningún funcionario de alto nivel puede presionar a los líderes políticos de la forma en que puede hacerlo un poderoso periodista.
2• Evolución histórica de la elite del poder turca
de Turquía se compone de varios grupos de elite. Los cuatro grupos citados constituyen centros de poder notablemente autónomos de la Turquía contemporánea. El dinero, el prestigio y el poder se concentran
en manos de políticos relevantes, almirantes y generales, propietarios y ejecutivos de las principales empresas, periodistas influyentes y directores de medios de comunicación. Ningún rector de universidad posee
La influencia balcánica sobre la clase dirigente otomana fue notable (Lewis, 1961: 4-5). Numerosos cristianos balcánicos permearon las elites políticas y militares del imperio otomano por el procedimiento del devsirme o leva de muchachos cristianos. Asimismo, la clase dirigente (aristocracia rural) sobrevivió en su mayoría y se incorporó al sistema otomano. De hecho, los elementos turcos en el seno de la elite gobernante política y militar no eran numerosos en el período del imperio otomano. Como ha subrayado Lewis (1961: 35), los ciudadanos mu-
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sulmanes del imperio La presencia de en el seno de la sociedad turca. La cantidad y caliotomano, de carácter los medios de dad de sus conocimienmilitar, funcionarial y comunicación tos, en todo caso, se ha feudal, sólo conocían en el seno sumado a su fuerza y cuatro profesiones: el de los cuatro capacidad profesional. gobierno, la guerra, la Otro factor imporreligión y la agricultu- grupos que se tante es que en los inicios ra. El comercio y la reparten el del período republicano industria se dejaban a poder es un no existía en Turquía una fenómeno los no musulmanes. clase capitalista. La ecoSin embargo, el reciente, nomía se basaba entonsiglo XX introduciría estrechamente ces en la agricultura y el en Turquía un nuevo vinculado comercio. La declaración grupo de elite con el a la evolución siguiente da una idea conocimiento, la capaaproximada de la naturacidad, el sentido de la tecnológica leza de la estructura soresponsabilidad y el del sector cial de la nueva Turquía poder para llevar a cabo la gran revolución social y política durante los primeros años de la que creó la Turquía moderna. La república: “En este momento, mis nueva elite poseía una buena forma- oyentes son agricultores, artesanos, ción y orígenes muy heterogéneos. comerciantes y obreros en general. Como ha señalado Lewis (1961: Cualquiera de ellos puede cierta455-6), las elites poderosas que sur- mente incomodar al otro. Pero, gieron en Turquía al final de la ¿quién negará que el agricultor neépoca otomana son las militares, las cesita al artesano, el artesano al agricultor, el agricultor al comerfuncionariales y las jurídicas. La elite militar llevó a cabo la ciante, y todos ellos se necesitan revolución turca. Tras la guerra de entre sí y también al obrero?” (disindependencia turca, la mayoría de curso de Mustafá Kemal, Atatürk, en los mandos victoriosos se convirtie- Esmirna, en 1923). La burguesía turca (en sentido ron en la elite política del Parlamento turco. Asimismo, los líderes de los moderno) empezó a prosperar en la primeros partidos políticos turcos época republicana, pero no se fortaeran elites ex militares (como Ata- leció hasta el periodo multipartidistürk, Inonu, Cebesoy y Karabekir). ta. Naturalmente, ya habían existiLas elites militares adquirieron deci- do ingredientes propios de clase siva importancia política y se con- media, pero sus componentes no virtieron en miembros importantes eran turcos ni musulmanes. Los comerciantes y empresarios griegos, de la elite del poder turca. Sin embargo, la influencia de armenios y judíos constituían un las elites militares turcas en la vida factor importante de la sociedad sociopolítica de Turquía no puede otomana (Lewis, 1961: 466). La nueva clase capitalista turca reducirse de forma simplista al origen militar de los líderes de la revo- empezó a aflorar en la década de los lución. Como ha señalado la mayo- años 40 con fuerza pujante, en caliría de autores occidentales influ- dad de actor en el marco del sistema yentes, la revolución turca y el movi- político establecido. Esta circunsmiento por la independencia eran tancia modificó la correlación de movimientos civiles, pese al origen fuerzas sociales y políticas en el militar de sus líderes. Por otra parte, país. La composición de la elite del debe recordarse que las elites mili- poder cambió a la par de la evolutares se han compuesto habitual- ción social, política y económica de mente de personas bien formadas la sociedad turca.
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3• La elite del poder La investigación sociológica muestra claramente que indudablemente existe una elite del poder turca, que en el período contemporáneo se compone de elites económicas, militares, políticas y mediáticas. Y cabe añadir que aunque la elite del poder turca se fraguó gracias a las elites empresariales, políticas, militares y mediáticas, ello no significa que no entren más elementos (de cualquier otra elite) en el seno de la elite del poder. No obstante, el hecho es que la elite del poder se halla dominada de modo aplastante por los miembros más poderosos de las elites a su vez más poderosas. La supremacía del poder en manos de las elites militares, grupos empresariales y estamento dirigente es inevitable. La presencia del poder mediático en el seno de la elite del poder es un fenómeno reciente, estrechamente vinculado a la evolución tecnológica del sector. No cabe reducir las tareas y funciones de la elite del poder turca a las de unos burócratas habituales que cumplen con su obligación. En absoluto. Sus representantes deciden no sólo cuáles son sus propias obligaciones sino también las tareas y deberes de toda la población turca. Emiten órdenes, dirigen las principales instituciones y controlan el aparato del Estado. Establecen las normas que debe cumplir la población turca. Gobiernan la velocidad y ruta del cambio social. En definitiva, adoptan/aplican las decisiones y establecen los principales objetivos de la sociedad turca. Esta elite del poder mantiene una relativa cohesión y unidad entre sus miembros, que controlan sus decisiones (Arslan, 1999; 2004-c; 2004-d). Las conclusiones de los analistas sobre la elite turca son bastante similares a las alcanzadas por C. W. Mills (1956: 283). Según Mills, en Estados Unidos en los años 50 existían tres importantes e influyentes
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elites en la estructura de poder que eran las elites políticas, empresariales y militares. Pero a diferencia de las conclusiones de Mills, existen cuatro elites clave en Turquía. Las elites dominantes de la Turquía contemporánea son las elites políticas, empresariales, militares y mediáticas. La unidad de estas cuatro elites es el factor que conforma la elite de poder turca que formula a su vez las cuestiones más importantes de la política turca, adopta las decisiones de máximo nivel en el plano social, económico y político y controla el proceso de incorporación de nuevos miembros. En pocas palabras, controla las vidas de millones de personas. Como las elites españolas (Alcázar y Pizarro en G. Moore, 1985: 150), mantienen un notable nivel de integración y cohesión. Según Field y Higley (1980: 17-20), si bien el paradigma elitista se refiere a la elite unificada y cohesionada mediante el consenso, las elites pueden adolecer de falta de cohesión y además las instituciones representativas pueden ser muy inestables, de modo especial en los países en vías de desarrollo. Las elites turcas presentan un carácter cohesionado aunque no totalmente. En suma, las elites turcas forman el núcleo más poderoso y rico de la sociedad. Determinan la forma final que adoptarán las decisiones sociopolíticas y económicas. No sólo especifican las tareas y obligaciones de millones de turcos sino también el propio futuro de la sociedad turca. Pueden conseguir que se cumpla su voluntad pese a la oposición en contra. Son los guardianes de la sociedad. Las elites del poder turcas poseen un poder e influencia institucional que les permite controlar el proceso de adopción y aplicación de forma ininterrumpida y eficaz. Controlan los recursos sociales (riqueza, prestigio y estatus) y personales (carisma, tiempo, motivación y energía). Señalan la dirección en que debe avanzar –preceptivamente– la sociedad. Todos los miembros de las elites del poder toman en consideración los puntos de vista de los otros miembros: por ejemplo, cuando se va a adoptar una decisión política, los dirigentes políticos son conscientes de que deben tenerse en cuenta los puntos de vista de la cúpula militar. Saben que si el mando supremo de las fuerzas
armadas es contrario a una posible decisión, no podrán ejecutar sus planes.
4• Composición social y consecuencias de la elite del poder La elite del poder turca o, en otras palabras, las elites principales de la sociedad turca contemporánea, se componen de personas de similar origen social, similar nivel de formación (Arslan, 2004-j) y similar perfil profesional. También se asemejan sus estilos de vida y sus puntos de vista y actúan con creciente coordinación. Sin embargo, como observó Mills (1956: 20), tal coordinación no es completa ni continua. Los resultados de los estudios y análisis sobre las elites del poder turcas pueden destacarse como sigue:
Las elites de poder, que controlan los recursos sociales y personales y que actúan de forma coordinada, determinan tanto las tareas y obligaciones de millones de turcos como su futuro
• Se dan matrimonios interclasistas entre los miembros de la elite del poder turca. • Sus miembros han seguido una formación similar en centros selectos privados o públicos. • Poseen un estatus social similar o, incluso, intercambiable. • Son miembros de selectos círculos académicos y clubs elitistas. • Disfrutan de estilos de vida similares. • Se benefician de grandes ventajas sociales y educativas (familiares y académicas) • Proceden en su mayoría de familias de clase media y media-alta; en el caso de la elite del poder turca, la procedencia de clase alta representa un factor destacado. • La elite del poder está dominada por hombres y la mujer está infrarrepresentada. • La mayoría de miembros de esta elite son de media edad, seguidos de otras personas de edad más avanzada.
5• Intercambio de posiciones en el seno de la elite del poder El dominio sobre las instituciones políticas, militares, empresariales y mediáticas conforma la realidad de la elite del poder turca, que se halla en el centro del poder y la toma de decisiones a nivel nacional. En cuanto al ciudadano de a pie, sus posibilidades de acceder a tales círculos elitistas se ven limitadas por motivos de formación y cualificación, origen social, edad y sexo.
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sulmanes del imperio La presencia de en el seno de la sociedad turca. La cantidad y caliotomano, de carácter los medios de dad de sus conocimienmilitar, funcionarial y comunicación tos, en todo caso, se ha feudal, sólo conocían en el seno sumado a su fuerza y cuatro profesiones: el de los cuatro capacidad profesional. gobierno, la guerra, la Otro factor imporreligión y la agricultu- grupos que se tante es que en los inicios ra. El comercio y la reparten el del período republicano industria se dejaban a poder es un no existía en Turquía una fenómeno los no musulmanes. clase capitalista. La ecoSin embargo, el reciente, nomía se basaba entonsiglo XX introduciría estrechamente ces en la agricultura y el en Turquía un nuevo vinculado comercio. La declaración grupo de elite con el a la evolución siguiente da una idea conocimiento, la capaaproximada de la naturacidad, el sentido de la tecnológica leza de la estructura soresponsabilidad y el del sector cial de la nueva Turquía poder para llevar a cabo la gran revolución social y política durante los primeros años de la que creó la Turquía moderna. La república: “En este momento, mis nueva elite poseía una buena forma- oyentes son agricultores, artesanos, ción y orígenes muy heterogéneos. comerciantes y obreros en general. Como ha señalado Lewis (1961: Cualquiera de ellos puede cierta455-6), las elites poderosas que sur- mente incomodar al otro. Pero, gieron en Turquía al final de la ¿quién negará que el agricultor neépoca otomana son las militares, las cesita al artesano, el artesano al agricultor, el agricultor al comerfuncionariales y las jurídicas. La elite militar llevó a cabo la ciante, y todos ellos se necesitan revolución turca. Tras la guerra de entre sí y también al obrero?” (disindependencia turca, la mayoría de curso de Mustafá Kemal, Atatürk, en los mandos victoriosos se convirtie- Esmirna, en 1923). La burguesía turca (en sentido ron en la elite política del Parlamento turco. Asimismo, los líderes de los moderno) empezó a prosperar en la primeros partidos políticos turcos época republicana, pero no se fortaeran elites ex militares (como Ata- leció hasta el periodo multipartidistürk, Inonu, Cebesoy y Karabekir). ta. Naturalmente, ya habían existiLas elites militares adquirieron deci- do ingredientes propios de clase siva importancia política y se con- media, pero sus componentes no virtieron en miembros importantes eran turcos ni musulmanes. Los comerciantes y empresarios griegos, de la elite del poder turca. Sin embargo, la influencia de armenios y judíos constituían un las elites militares turcas en la vida factor importante de la sociedad sociopolítica de Turquía no puede otomana (Lewis, 1961: 466). La nueva clase capitalista turca reducirse de forma simplista al origen militar de los líderes de la revo- empezó a aflorar en la década de los lución. Como ha señalado la mayo- años 40 con fuerza pujante, en caliría de autores occidentales influ- dad de actor en el marco del sistema yentes, la revolución turca y el movi- político establecido. Esta circunsmiento por la independencia eran tancia modificó la correlación de movimientos civiles, pese al origen fuerzas sociales y políticas en el militar de sus líderes. Por otra parte, país. La composición de la elite del debe recordarse que las elites mili- poder cambió a la par de la evolutares se han compuesto habitual- ción social, política y económica de mente de personas bien formadas la sociedad turca.
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3• La elite del poder La investigación sociológica muestra claramente que indudablemente existe una elite del poder turca, que en el período contemporáneo se compone de elites económicas, militares, políticas y mediáticas. Y cabe añadir que aunque la elite del poder turca se fraguó gracias a las elites empresariales, políticas, militares y mediáticas, ello no significa que no entren más elementos (de cualquier otra elite) en el seno de la elite del poder. No obstante, el hecho es que la elite del poder se halla dominada de modo aplastante por los miembros más poderosos de las elites a su vez más poderosas. La supremacía del poder en manos de las elites militares, grupos empresariales y estamento dirigente es inevitable. La presencia del poder mediático en el seno de la elite del poder es un fenómeno reciente, estrechamente vinculado a la evolución tecnológica del sector. No cabe reducir las tareas y funciones de la elite del poder turca a las de unos burócratas habituales que cumplen con su obligación. En absoluto. Sus representantes deciden no sólo cuáles son sus propias obligaciones sino también las tareas y deberes de toda la población turca. Emiten órdenes, dirigen las principales instituciones y controlan el aparato del Estado. Establecen las normas que debe cumplir la población turca. Gobiernan la velocidad y ruta del cambio social. En definitiva, adoptan/aplican las decisiones y establecen los principales objetivos de la sociedad turca. Esta elite del poder mantiene una relativa cohesión y unidad entre sus miembros, que controlan sus decisiones (Arslan, 1999; 2004-c; 2004-d). Las conclusiones de los analistas sobre la elite turca son bastante similares a las alcanzadas por C. W. Mills (1956: 283). Según Mills, en Estados Unidos en los años 50 existían tres importantes e influyentes
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elites en la estructura de poder que eran las elites políticas, empresariales y militares. Pero a diferencia de las conclusiones de Mills, existen cuatro elites clave en Turquía. Las elites dominantes de la Turquía contemporánea son las elites políticas, empresariales, militares y mediáticas. La unidad de estas cuatro elites es el factor que conforma la elite de poder turca que formula a su vez las cuestiones más importantes de la política turca, adopta las decisiones de máximo nivel en el plano social, económico y político y controla el proceso de incorporación de nuevos miembros. En pocas palabras, controla las vidas de millones de personas. Como las elites españolas (Alcázar y Pizarro en G. Moore, 1985: 150), mantienen un notable nivel de integración y cohesión. Según Field y Higley (1980: 17-20), si bien el paradigma elitista se refiere a la elite unificada y cohesionada mediante el consenso, las elites pueden adolecer de falta de cohesión y además las instituciones representativas pueden ser muy inestables, de modo especial en los países en vías de desarrollo. Las elites turcas presentan un carácter cohesionado aunque no totalmente. En suma, las elites turcas forman el núcleo más poderoso y rico de la sociedad. Determinan la forma final que adoptarán las decisiones sociopolíticas y económicas. No sólo especifican las tareas y obligaciones de millones de turcos sino también el propio futuro de la sociedad turca. Pueden conseguir que se cumpla su voluntad pese a la oposición en contra. Son los guardianes de la sociedad. Las elites del poder turcas poseen un poder e influencia institucional que les permite controlar el proceso de adopción y aplicación de forma ininterrumpida y eficaz. Controlan los recursos sociales (riqueza, prestigio y estatus) y personales (carisma, tiempo, motivación y energía). Señalan la dirección en que debe avanzar –preceptivamente– la sociedad. Todos los miembros de las elites del poder toman en consideración los puntos de vista de los otros miembros: por ejemplo, cuando se va a adoptar una decisión política, los dirigentes políticos son conscientes de que deben tenerse en cuenta los puntos de vista de la cúpula militar. Saben que si el mando supremo de las fuerzas
armadas es contrario a una posible decisión, no podrán ejecutar sus planes.
4• Composición social y consecuencias de la elite del poder La elite del poder turca o, en otras palabras, las elites principales de la sociedad turca contemporánea, se componen de personas de similar origen social, similar nivel de formación (Arslan, 2004-j) y similar perfil profesional. También se asemejan sus estilos de vida y sus puntos de vista y actúan con creciente coordinación. Sin embargo, como observó Mills (1956: 20), tal coordinación no es completa ni continua. Los resultados de los estudios y análisis sobre las elites del poder turcas pueden destacarse como sigue:
Las elites de poder, que controlan los recursos sociales y personales y que actúan de forma coordinada, determinan tanto las tareas y obligaciones de millones de turcos como su futuro
• Se dan matrimonios interclasistas entre los miembros de la elite del poder turca. • Sus miembros han seguido una formación similar en centros selectos privados o públicos. • Poseen un estatus social similar o, incluso, intercambiable. • Son miembros de selectos círculos académicos y clubs elitistas. • Disfrutan de estilos de vida similares. • Se benefician de grandes ventajas sociales y educativas (familiares y académicas) • Proceden en su mayoría de familias de clase media y media-alta; en el caso de la elite del poder turca, la procedencia de clase alta representa un factor destacado. • La elite del poder está dominada por hombres y la mujer está infrarrepresentada. • La mayoría de miembros de esta elite son de media edad, seguidos de otras personas de edad más avanzada.
5• Intercambio de posiciones en el seno de la elite del poder El dominio sobre las instituciones políticas, militares, empresariales y mediáticas conforma la realidad de la elite del poder turca, que se halla en el centro del poder y la toma de decisiones a nivel nacional. En cuanto al ciudadano de a pie, sus posibilidades de acceder a tales círculos elitistas se ven limitadas por motivos de formación y cualificación, origen social, edad y sexo.
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Las funciones y cargos superiores son intercambiables: se ha producido un intercambio de personas entre el establishment militar, empresarial y político. El sentido de tal desplazamiento ha sido siempre desde el establishment militar al resto. Todos los militares profesionales turcos de alto rango han recibido formación en programas de gestión de la violencia. Desde el punto de vista teórico, su formación académica y profesional y capacidad de gestión de elementos humanos y materiales facilitan notablemente el grado de transferibilidad de sus conocimientos del ámbito militar al civil. Cuando los miembros de la cúpula militar se retiran, muchos de ellos se convierten en miembros de las juntas y consejos de dirección de grandes empresas o comités estratégicos de distintos organismos. Algunos también se dedican a la política activa. Los vectores de la posibilidad de intercambiar posiciones en el seno de la elite del poder turca se muestran en el siguiente cuadro. (Arslan, 1999: 270).
Si bien cabe hablar de posibilidad de intercambio entre los sectores mediáticos, empresarial y económico, en realidad sólo cabe hablar de intercambiabilidad en sentido estricto en el caso de las elites militares. En otras palabras, desde el punto de vista teórico un miembro de la elite militar puede convertirse en empresario, político o periodista. Sin embargo, ningún miembro de las elites políticas, mediáticas o empresariales tiene posibilidad de convertirse en miem-
bro de la elite militar –teórica o prácticamente– debido al escrupuloso proceso de selección, formación especial y carrera militar desde temprana edad. Las similitudes sociales y afinidades psicológicas de los miembros de la elite del poder intensifican el intercambio entre las elites en general.
6• La división del trabajo entre los miembros de la elite del poder Todos los grupos elitistas poseen obligaciones y funciones específicas en el seno de la elite del poder: las elites militares aportan el poder de la fuerza y la gestión de la violencia; las elites empresariales el poder económico y el dinero, y las elites políticas el poder político y los instrumentos de manipulación democrática [figura 3]. La función de los medios de comunicación es crear una imagen pública (Arslan, 1999: 271).
Los miembros de la elite del poder deben esforzarse por coordinar y poner en práctica sus intereses comunes pues todos ellos son recíprocamente interdependientes. Por ejemplo, las elites políticas necesitan a las elites empresariales para obtener fondos, a las elites mediáticas para crear una imagen pública y a las elites militares para disponer del poder de la fuerza y de la gestión de la violencia.
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La economía durante la era republicana un terreno resbaladizo Mustafa Kutlay INVESTIGADOR DE ECONOMÍA POLÍTICA. INTERNATIONAL STRATEGIC RESEARCH ORGANIZATION (ISRO), ANKARA.
es trazar un breve panorama de la econoterísticas históricas y geo- mía turca en un contexto histórico. Aunque políticas, es uno de los paí- este análisis comienza en el tiempo con la ses únicos en el mundo. Si creación de la república en 1923, se pone bien su ubicación geopolí- especial acento en el período posterior a tica hace de ella un puen- 1980, en general, y al período posterior a la te de intercambios cultu- crisis (2001-2009) en particular. En este conrales, materiales e ideoló- texto, la primera parte se refiere a la evolugicos entre Occidente y ción macroeconómica de la economía turca. Oriente, su experiencia histórica determina En la segunda parte, se examinará en detaque despliegue relaciones de “amor y odio” lle la naturaleza cambiante de la esfera ficon Occidente. Podría decirse que debido a nanciera. La tercera parte se dedicará a exsus similitudes y diferencias con el mundo plicar la respuesta turca a la crisis financiera mundial y las prooccidental, Turquía yecciones futuras. está a la vez “muy Debido a sus peculiares cerca y muy lejos” características históricas y Panorama de Occidente, lo que geoestratégicas y a sus de la evolución a su vez aporta un similitudes y diferencias con macroeconómica terreno abonado paOccidente, Turquía está “muy de Turquía ra que surjan mitos y generalizaciones lejos” y a la vez “muy cerca” de Cuando se deprecipitadas. Aun- ese mismo mundo occidental rrumbó el imperio que los más imporotomano y entró a tantes de tales mitos persistentes sigan su formar parte de la historia, dejó tras de sí curso en cuestiones políticas y culturales, una ruina económica. Dado que la integratienen sin embargo repercusiones en la es- ción otomana en la economía capitalista fera económica. A fin de evitar este tipo de mundial en el siglo XIX era periférica, la (mal) entendido, el objetivo de este trabajo República de Turquía hubo de afrontar
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enormes problemas económicos. Destacaron tres obstáculos principales. En primer lugar, la falta de una burguesía nacional. Como la elite económica durante la época otomana se componía abrumadoramente de minorías que abandonaron el país tras la fundación de la república, la creación de una burguesía nacional mediante la iniciativa estatal resultó ser el primer obstáculo. En segundo lugar, la necesaria construcción de infraestructuras para generar una industria turca autosuficiente. Como se ha mencionado, la integración otomana en el sistema capitalista era asimétrica y periférica, de modo que no existía industria manufacturera ni producción con valor añadido. Además, la larga y casi ininterrumpida serie de guerras entre 1912 y 1923 liquidó toda la infraestructura y capital humano formado (expertos) del país. En tercer lugar, la introducción de una relación económica, política y jurídica entre el Estado y la sociedad con arreglo a unas normas. Estos tres obstáculos estructurales han constituido siempre los principales impedimentos que debía superar la economía turca; y, como voy a explicar en el texto que sigue, muchos problemas y crisis económi-
cas durante la era republicana se derivaron en parte de tales obstáculos estructurales. La evolución macroeconómica desde 1920 hasta 1980 puede analizarse en tres fases de acuerdo con la naturaleza de las implicaciones de la política macroeconómica. Durante el primer período (1923-1945), los principales objetivos económicos consistieron en crear una burguesía nacional y una industria de base nacional. Las principales características de este período son el estatismo acompañado de elevadas barreras aduaneras, crecimiento proteccionista bajo la dirección del Estado y estrategias de tipo “presupuesto equilibrado, divisa fuerte”, sobre todo después de Gran Depresión de 1929.1 Aunque se dedicó un esfuerzo hercúleo a la recuperación de la economía turca en este período, fue imposible hablar de logros debido a las inapropiadas circunstancias de la política económica nacional e internacional. Después de la Segunda Guerra Mundial (1945-1960), Turquía modificó sus parámetros económicos y políticos de la autarquía a un “liberalismo legitimado”. Después de la Segunda Guerra Mundial, Turquía liberalizó gradualmente su política comercial y se abrió a la economía mundial.
La república hubo de hacer frente a la falta de una burguesía nacional, a la necesaria construcción de infrestructuras industriales y a la carencia de técnicos
1. Şevket Pamuk, “Economic Change in Twentieth Century Turkey: Is the Glass More than Half Full?”, en R. Kasaba (coord.), Cambridge History of Modern Turkey, 2008, pp. 266-300.
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La economía durante la era republicana un terreno resbaladizo Mustafa Kutlay INVESTIGADOR DE ECONOMÍA POLÍTICA. INTERNATIONAL STRATEGIC RESEARCH ORGANIZATION (ISRO), ANKARA.
es trazar un breve panorama de la econoterísticas históricas y geo- mía turca en un contexto histórico. Aunque políticas, es uno de los paí- este análisis comienza en el tiempo con la ses únicos en el mundo. Si creación de la república en 1923, se pone bien su ubicación geopolí- especial acento en el período posterior a tica hace de ella un puen- 1980, en general, y al período posterior a la te de intercambios cultu- crisis (2001-2009) en particular. En este conrales, materiales e ideoló- texto, la primera parte se refiere a la evolugicos entre Occidente y ción macroeconómica de la economía turca. Oriente, su experiencia histórica determina En la segunda parte, se examinará en detaque despliegue relaciones de “amor y odio” lle la naturaleza cambiante de la esfera ficon Occidente. Podría decirse que debido a nanciera. La tercera parte se dedicará a exsus similitudes y diferencias con el mundo plicar la respuesta turca a la crisis financiera mundial y las prooccidental, Turquía yecciones futuras. está a la vez “muy Debido a sus peculiares cerca y muy lejos” características históricas y Panorama de Occidente, lo que geoestratégicas y a sus de la evolución a su vez aporta un similitudes y diferencias con macroeconómica terreno abonado paOccidente, Turquía está “muy de Turquía ra que surjan mitos y generalizaciones lejos” y a la vez “muy cerca” de Cuando se deprecipitadas. Aun- ese mismo mundo occidental rrumbó el imperio que los más imporotomano y entró a tantes de tales mitos persistentes sigan su formar parte de la historia, dejó tras de sí curso en cuestiones políticas y culturales, una ruina económica. Dado que la integratienen sin embargo repercusiones en la es- ción otomana en la economía capitalista fera económica. A fin de evitar este tipo de mundial en el siglo XIX era periférica, la (mal) entendido, el objetivo de este trabajo República de Turquía hubo de afrontar
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enormes problemas económicos. Destacaron tres obstáculos principales. En primer lugar, la falta de una burguesía nacional. Como la elite económica durante la época otomana se componía abrumadoramente de minorías que abandonaron el país tras la fundación de la república, la creación de una burguesía nacional mediante la iniciativa estatal resultó ser el primer obstáculo. En segundo lugar, la necesaria construcción de infraestructuras para generar una industria turca autosuficiente. Como se ha mencionado, la integración otomana en el sistema capitalista era asimétrica y periférica, de modo que no existía industria manufacturera ni producción con valor añadido. Además, la larga y casi ininterrumpida serie de guerras entre 1912 y 1923 liquidó toda la infraestructura y capital humano formado (expertos) del país. En tercer lugar, la introducción de una relación económica, política y jurídica entre el Estado y la sociedad con arreglo a unas normas. Estos tres obstáculos estructurales han constituido siempre los principales impedimentos que debía superar la economía turca; y, como voy a explicar en el texto que sigue, muchos problemas y crisis económi-
cas durante la era republicana se derivaron en parte de tales obstáculos estructurales. La evolución macroeconómica desde 1920 hasta 1980 puede analizarse en tres fases de acuerdo con la naturaleza de las implicaciones de la política macroeconómica. Durante el primer período (1923-1945), los principales objetivos económicos consistieron en crear una burguesía nacional y una industria de base nacional. Las principales características de este período son el estatismo acompañado de elevadas barreras aduaneras, crecimiento proteccionista bajo la dirección del Estado y estrategias de tipo “presupuesto equilibrado, divisa fuerte”, sobre todo después de Gran Depresión de 1929.1 Aunque se dedicó un esfuerzo hercúleo a la recuperación de la economía turca en este período, fue imposible hablar de logros debido a las inapropiadas circunstancias de la política económica nacional e internacional. Después de la Segunda Guerra Mundial (1945-1960), Turquía modificó sus parámetros económicos y políticos de la autarquía a un “liberalismo legitimado”. Después de la Segunda Guerra Mundial, Turquía liberalizó gradualmente su política comercial y se abrió a la economía mundial.
La república hubo de hacer frente a la falta de una burguesía nacional, a la necesaria construcción de infrestructuras industriales y a la carencia de técnicos
1. Şevket Pamuk, “Economic Change in Twentieth Century Turkey: Is the Glass More than Half Full?”, en R. Kasaba (coord.), Cambridge History of Modern Turkey, 2008, pp. 266-300.
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El resultado de la fase de planificación desarrollada entre 1960 y 1980, con políticas para sustituir las importaciones y de control de capitales, fue prácticamente un desastre
2. Zvi Yehuda Hershlag, The Contemporary Turkish Economy, Routledge (Londres, Nueva York), 1988, pp. 20-29. 3. Para un panorama general del período Özal, consultar: Sedat Laçiner, “Turgut Özal Period in Turkish Foreign Policy: Özalism”, USAK Yearbook of International Politics and Law, volumen 2, 2009, pp. 153-205. 4. Erol Balkan y Erinç Yeldan, “Peripheral Development under Financial Liberalization: The Turkish experience”, en N. Balkan and S. Savran (coord.) The Ravages of Neo-Liberalism: Economy, Society and Gender in Turkey, Nova Science Pub. (Nueva York),
La elite económica gobernante apoyó a la empresa privada y alentó a la integración en el capitalismo occidental. En este período la riqueza del país aumentó espectacularmente y la economía turca creció a ritmo más intenso. Sin embargo, la integración/ dependencia periférica de Turquía en relación con la economía mundial se consolidó durante este período, en el sentido de que la ayuda y deuda extranjera, principalmente estadounidense, se emplearon ampliamente para financiar los déficit crecientes por cuenta corriente y de comercio exterior. Una vez que el crecimiento de la economía se hizo notablemente dependiente del capital extranjero, la crisis económica y la agitación política en la segunda mitad de la década de 1950 allanaron el camino hacia el cambio en la forma del Estado después del golpe militar de 1960. A consecuencia de la frustración en relación con las políticas liberales en el período anterior, Turquía recurrió a sus recursos internos para crear la industria nacional. La confianza en la economía liberal, en este período, se deterioró y la estrategia de crecimiento basado en la empresa privada se desechó. En cambio, el Estado y los tecnócratas resultaron ser los principales actores de la economía. Por consiguiente, entre 1960 y 1980 se trazaron cinco planes de desarrollo económico para fomentar la industria nacional y producir bienes de consumo duraderos. Las principales características del período en cuestión fueron las políticas de sustitución de importaciones y los mecanismos estrictos de control de capitales.2 El resultado de la fase de planificación fue casi un desastre. Las crónicas crisis cambiarias y devaluaciones de moneda configuraron la suerte de millones de trabajadores en este período. Peor aún, con excepción del primero, ninguno de los objetivos de los planes de desarrollo pudo alcanzarse. En última instancia, la crisis económica acompañada de caos político acabó con los “años planificados” de la economía turca en 1980. De modo similar a la experiencia anterior, el final del período de planificación acabó con otro golpe de Estado, de gran influencia en la estructura política turca. 1980 representó un punto de inflexión para Turquía, no sólo en términos de política sino también en términos de economía. De
hecho, después de 1980 el destino de la economía turca en vía hacia la integración con el capitalismo mundial cambió casi por completo. En el núcleo del cambio figuraban las medidas “del 24 de enero”, diseñadas y aplicadas por el (entonces) primer ministro y presidente Turgut Özal.3 El 24 de enero de 1980 se impulsó un programa de ajuste estructural bajo los auspicios del Banco Mundial y el FMI. Las medidas se proponían transformar la economía turca desde una orientación de políticas internas de sustitución de importaciones hacia una política abierta “orientada a la exportación”. En este sentido, tras el decenio de los 80, tanto los programas de ajuste estructural como los movimientos liberalizadores modelaron el destino del país. Como han dicho Yeldan y Balkan,4 el período 1981-87 se distinguió por la liberalización del comercio de productos básicos y la promoción de las exportaciones, junto con una reforma de precios destinada a reducir el papel del Estado en los asuntos económicos. Durante esa década, los ingresos por las exportaciones aumentaron a razón de un 15 por ciento anual y el producto interior bruto aumentó a razón del 4,2 en 1981-82 y del 6,5 por ciento en 1983-87. El objetivo de los intentos de liberalización era integrar a Turquía en el resto del mundo. Sin embargo, inapropiadas e inoportunas decisiones políticas acompañadas de profundos problemas macroeconómicos allanaron el camino hacia las crisis financieras durante los años 90. Después de 1980, y sobre todo durante los años 90, la economía turca fue vulnerable a la inversión especulativa extranjera (el llamado “dinero caliente”) debido a las políticas fiscales y monetarias carentes de equilibrio y coherencia. Para hacer frente a la elevada inflación crónica, alto presupuesto y déficit por cuenta corriente [tabla 2], la elite económica gobernante intentó atraer capital extranjero. La respuesta natural durante los años 90 consistió en aumentar los tipos de interés que dieron paso a una afluencia de dinero especulativo a corto plazo a los mercados turcos con el fin de aprovechar las “oportunidades de arbitraje”. Sin embargo, las preocupaciones macroeconómicas y el caos político en Turquía motivaron la inquietud de los agentes eco-
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nómicos extranjeros y dos crisis financieras –1994 y 1999– surgieron durante la década de 1990. No se remediaron las causas de la crisis de 1994, de modo que se produjeron las crisis devastadoras de 1999, 2000 y 2001. Turquía sufrió dos graves crisis financieras en noviembre de 2000 y febrero de 2001. Las crisis, aunque sus causas siguen siendo cuestión controvertida entre los especialistas, surgieron principalmente debido al sistema fijo de tipos de cambio, los problemas estructurales macroeconómicos y el deficiente funcionamiento del sistema bancario bajo control estatal. A finales de 2001, el PIB disminuyó un 7,4 por ciento en términos reales, la inflación aumentó al nivel de un 68,53 por ciento y la divisa perdió un 51 por ciento de su valor frente a
liquidez”; por el contrario, existían problemas estructurales muy profundos que aquejaban a los mismos pilares financieros e industriales de la economía. Este hecho evidente y la amplia comprensión de su realidad allanaron el camino hacia “reformas radicales” en el período posterior a la crisis. Después de la crisis, el período de recuperación bajo la dirección y coordinación de Kemal Dervis comenzó en las áreas de cuestiones económicas, monetarias, jurídicas y políticas. Después de la arrolladora victoria del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en 2002, Turquía mantuvo su compromiso con las políticas de disciplina fiscal y monetaria bajo el gobierno de un solo partido. La situación de liquidez global y las relaciones más formales con la Unión
otras divisas importantes.5 El sector bancario bordeó el colapso y muchos bancos entraron en quiebra. El sector se contrajo de modo espectacular y el paro se disparó al 10,3 por ciento. Sin embargo, la crisis abrió una oportunidad en el sentido de que se alcanzó un amplio consenso para resolver los profundos problemas estructurales de forma que posteriormente se han materializado cambios importantes. La gente comprendió perfectamente que el problema de la economía no era una simple “falta de
Europea, entre otros factores, propiciaron la estabilidad económica de Turquía durante el período posterior a la crisis. Especialmente durante el episodio posterior a 2004, el poder transformador de la UE influyó significativamente en el contexto económico y político turco en términos de calidad institucional e imperio de la ley.6 Como consecuencia, la inflación disminuyó a un 7,7 por ciento a finales de 2008, que alcanzó aproximadamente un 68 por ciento en 2001. Además, las balanzas fiscales mejo-
5. Erinç Yeldan, “Patterns of Adjustment under the Age of Finance: The Case of Turkey as a Peripheral Agent of Neoliberal Globalization”, Political Economy Research Institute, University of Massachusetts Amherst, Working Paper Series: Number 126, febrero 2007; Korkut Boratav, Türkiye İktisat Tarihi: 1908-2002, Ankara: İmge Kitabevi, 2005; Yılmaz Akyüz and Korkut Boratav, “The Making of the Turkish Financial Crisis”, World Development, vol. 31, N.º 9, 2003, pp. 1549–1566.
6. Fikret Şenses y Ziya Öniş, “Global Dynamics, Domestic Coalitions, and a Reactive State: Major Policy Shifts in Post-War Turkish Economic Development”, METU Studies in Development, vol. 34. N.º 2, 2007, pp. 251-286.
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El resultado de la fase de planificación desarrollada entre 1960 y 1980, con políticas para sustituir las importaciones y de control de capitales, fue prácticamente un desastre
2. Zvi Yehuda Hershlag, The Contemporary Turkish Economy, Routledge (Londres, Nueva York), 1988, pp. 20-29. 3. Para un panorama general del período Özal, consultar: Sedat Laçiner, “Turgut Özal Period in Turkish Foreign Policy: Özalism”, USAK Yearbook of International Politics and Law, volumen 2, 2009, pp. 153-205. 4. Erol Balkan y Erinç Yeldan, “Peripheral Development under Financial Liberalization: The Turkish experience”, en N. Balkan and S. Savran (coord.) The Ravages of Neo-Liberalism: Economy, Society and Gender in Turkey, Nova Science Pub. (Nueva York),
La elite económica gobernante apoyó a la empresa privada y alentó a la integración en el capitalismo occidental. En este período la riqueza del país aumentó espectacularmente y la economía turca creció a ritmo más intenso. Sin embargo, la integración/ dependencia periférica de Turquía en relación con la economía mundial se consolidó durante este período, en el sentido de que la ayuda y deuda extranjera, principalmente estadounidense, se emplearon ampliamente para financiar los déficit crecientes por cuenta corriente y de comercio exterior. Una vez que el crecimiento de la economía se hizo notablemente dependiente del capital extranjero, la crisis económica y la agitación política en la segunda mitad de la década de 1950 allanaron el camino hacia el cambio en la forma del Estado después del golpe militar de 1960. A consecuencia de la frustración en relación con las políticas liberales en el período anterior, Turquía recurrió a sus recursos internos para crear la industria nacional. La confianza en la economía liberal, en este período, se deterioró y la estrategia de crecimiento basado en la empresa privada se desechó. En cambio, el Estado y los tecnócratas resultaron ser los principales actores de la economía. Por consiguiente, entre 1960 y 1980 se trazaron cinco planes de desarrollo económico para fomentar la industria nacional y producir bienes de consumo duraderos. Las principales características del período en cuestión fueron las políticas de sustitución de importaciones y los mecanismos estrictos de control de capitales.2 El resultado de la fase de planificación fue casi un desastre. Las crónicas crisis cambiarias y devaluaciones de moneda configuraron la suerte de millones de trabajadores en este período. Peor aún, con excepción del primero, ninguno de los objetivos de los planes de desarrollo pudo alcanzarse. En última instancia, la crisis económica acompañada de caos político acabó con los “años planificados” de la economía turca en 1980. De modo similar a la experiencia anterior, el final del período de planificación acabó con otro golpe de Estado, de gran influencia en la estructura política turca. 1980 representó un punto de inflexión para Turquía, no sólo en términos de política sino también en términos de economía. De
hecho, después de 1980 el destino de la economía turca en vía hacia la integración con el capitalismo mundial cambió casi por completo. En el núcleo del cambio figuraban las medidas “del 24 de enero”, diseñadas y aplicadas por el (entonces) primer ministro y presidente Turgut Özal.3 El 24 de enero de 1980 se impulsó un programa de ajuste estructural bajo los auspicios del Banco Mundial y el FMI. Las medidas se proponían transformar la economía turca desde una orientación de políticas internas de sustitución de importaciones hacia una política abierta “orientada a la exportación”. En este sentido, tras el decenio de los 80, tanto los programas de ajuste estructural como los movimientos liberalizadores modelaron el destino del país. Como han dicho Yeldan y Balkan,4 el período 1981-87 se distinguió por la liberalización del comercio de productos básicos y la promoción de las exportaciones, junto con una reforma de precios destinada a reducir el papel del Estado en los asuntos económicos. Durante esa década, los ingresos por las exportaciones aumentaron a razón de un 15 por ciento anual y el producto interior bruto aumentó a razón del 4,2 en 1981-82 y del 6,5 por ciento en 1983-87. El objetivo de los intentos de liberalización era integrar a Turquía en el resto del mundo. Sin embargo, inapropiadas e inoportunas decisiones políticas acompañadas de profundos problemas macroeconómicos allanaron el camino hacia las crisis financieras durante los años 90. Después de 1980, y sobre todo durante los años 90, la economía turca fue vulnerable a la inversión especulativa extranjera (el llamado “dinero caliente”) debido a las políticas fiscales y monetarias carentes de equilibrio y coherencia. Para hacer frente a la elevada inflación crónica, alto presupuesto y déficit por cuenta corriente [tabla 2], la elite económica gobernante intentó atraer capital extranjero. La respuesta natural durante los años 90 consistió en aumentar los tipos de interés que dieron paso a una afluencia de dinero especulativo a corto plazo a los mercados turcos con el fin de aprovechar las “oportunidades de arbitraje”. Sin embargo, las preocupaciones macroeconómicas y el caos político en Turquía motivaron la inquietud de los agentes eco-
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nómicos extranjeros y dos crisis financieras –1994 y 1999– surgieron durante la década de 1990. No se remediaron las causas de la crisis de 1994, de modo que se produjeron las crisis devastadoras de 1999, 2000 y 2001. Turquía sufrió dos graves crisis financieras en noviembre de 2000 y febrero de 2001. Las crisis, aunque sus causas siguen siendo cuestión controvertida entre los especialistas, surgieron principalmente debido al sistema fijo de tipos de cambio, los problemas estructurales macroeconómicos y el deficiente funcionamiento del sistema bancario bajo control estatal. A finales de 2001, el PIB disminuyó un 7,4 por ciento en términos reales, la inflación aumentó al nivel de un 68,53 por ciento y la divisa perdió un 51 por ciento de su valor frente a
liquidez”; por el contrario, existían problemas estructurales muy profundos que aquejaban a los mismos pilares financieros e industriales de la economía. Este hecho evidente y la amplia comprensión de su realidad allanaron el camino hacia “reformas radicales” en el período posterior a la crisis. Después de la crisis, el período de recuperación bajo la dirección y coordinación de Kemal Dervis comenzó en las áreas de cuestiones económicas, monetarias, jurídicas y políticas. Después de la arrolladora victoria del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en 2002, Turquía mantuvo su compromiso con las políticas de disciplina fiscal y monetaria bajo el gobierno de un solo partido. La situación de liquidez global y las relaciones más formales con la Unión
otras divisas importantes.5 El sector bancario bordeó el colapso y muchos bancos entraron en quiebra. El sector se contrajo de modo espectacular y el paro se disparó al 10,3 por ciento. Sin embargo, la crisis abrió una oportunidad en el sentido de que se alcanzó un amplio consenso para resolver los profundos problemas estructurales de forma que posteriormente se han materializado cambios importantes. La gente comprendió perfectamente que el problema de la economía no era una simple “falta de
Europea, entre otros factores, propiciaron la estabilidad económica de Turquía durante el período posterior a la crisis. Especialmente durante el episodio posterior a 2004, el poder transformador de la UE influyó significativamente en el contexto económico y político turco en términos de calidad institucional e imperio de la ley.6 Como consecuencia, la inflación disminuyó a un 7,7 por ciento a finales de 2008, que alcanzó aproximadamente un 68 por ciento en 2001. Además, las balanzas fiscales mejo-
5. Erinç Yeldan, “Patterns of Adjustment under the Age of Finance: The Case of Turkey as a Peripheral Agent of Neoliberal Globalization”, Political Economy Research Institute, University of Massachusetts Amherst, Working Paper Series: Number 126, febrero 2007; Korkut Boratav, Türkiye İktisat Tarihi: 1908-2002, Ankara: İmge Kitabevi, 2005; Yılmaz Akyüz and Korkut Boratav, “The Making of the Turkish Financial Crisis”, World Development, vol. 31, N.º 9, 2003, pp. 1549–1566.
6. Fikret Şenses y Ziya Öniş, “Global Dynamics, Domestic Coalitions, and a Reactive State: Major Policy Shifts in Post-War Turkish Economic Development”, METU Studies in Development, vol. 34. N.º 2, 2007, pp. 251-286.
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raron de forma espectacular. El déficit presupuestario con relación al PIB se redujo de un 11,9 por ciento en 2001 a aproximadamente un 1,8 por ciento a finales de 2008. El porcentaje del total de la deuda pública con relación al PIB en conjunto se redujo de un 90 por ciento en 2001 a un 41 por ciento en el 2007.7 Podría afirmarse que la novedad más importante fue la evolución del papel del Estado en la economía. Hasta la crisis de 2001, los gobiernos siempre habían sido una “fuente de ambigüedad” para la economía en su conjunto,8 pero tal situación empezó a cambiar después de 2001 en el sentido de que las leyes y reglamentos fueron más lógicas, coherentes y a largo plazo. Además, las mejoras en la gestión de riesgos y las técnicas de supervisión prudencial del sistema financiero han permitido la transferencia de fondos a sectores eficientes.
El sistema financiero turco en el marco de las finanzas internacionales: una cuestión de integración Las primeras iniciativas serias para integrar el incipiente sector financiero turco en el sistema mundial a través de la liberalización comenzaron en los años 80. Antes de esa fecha, el sistema mostró todas las características de una “represión financiera”, con tipos de interés reales negativos, elevada presión fiscal sobre los beneficios
fase, el régimen cambiario se liberalizó a principios de 1984. Los bancos pudieron aceptar depósitos en moneda extranjera de los ciudadanos y realizar operaciones con el extranjero. En 1986 se reguló un mercado monetario interbancario para operaciones de préstamos a corto plazo. En 1987, el Banco Central diversificó sus instrumentos monetarios iniciando operaciones de mercado abierto. Con el fin de regular y supervisar el mercado de capitales, se creó una junta al efecto y se reabrió la Bolsa de Estambul en 1986.10 El hito de la liberalización de la economía turca fue la decisión adoptada en agosto de 1989 de abrir enteramente las puertas a las cuentas de capitales. Mediante esta decisión, Turquía pasó a la plena convertibilidad en 1989. Durante el período posterior a los años 80, el objetivo declarado fue aumentar la solidez del sistema financiero y aportar variabilidad institucional al sector financiero. Sin embargo, este objetivo no pudo materializarse de manera adecuada, debido a que los factores básicos macroeconómicos, tal como figuran en la tabla 2, no eran suficientemente fuertes como para absorber los choques e impactos externos. Además, las bases institucionales de las reformas eran muy deficientes y las instituciones de regulación no podían hacer frente a los efectos secundarios de la liberalización de las cuen-
7. USAK Papers, “From Crisis to Recovery: Quo Vadis Turkish Economy”, Paper N0:0801, pp. 3-4. 8. Ayşe Buğra, State and Business in Modern Turkey: A
del 2001 causó impactantes efectos en el sistema bancario y el número de bancos mermó considerablemente. La intervención política y el predominio de la participación pública en el sector bancario aumentaron durante los años 90, con una reacción posterior de aumento de autorizaciones bancarias. El número total de los bancos aumentó a 81 en 1999. Estos bancos no “hacían banca” en sentido genuino pues invertían notablemente en letras y bonos del Tesoro y trabajaban con elevado riesgo cambiario y de tipos de interés. Sus mecanismos de asignación crediticia estaban fuertemente politizados y seguían un curso “irracional desde el punto de vista económico”. Como consecuencia, la crisis de 2001 borró del mapa a la mayoría de estos bancos
después de la crisis de 2001. Sorprendentemente, el sector bancario creció más rápidamente que el conjunto de la economía, factor que a su vez contribuyó a incrementar la penetración o profundidad financiera de Turquía. Los activos totales aumentaron de 132.000 millones de dólares en 2002 a 501.000 millones de dólares en 2007, con lo que la proporción de activos respecto del PIB aumentó del 57 al 76 por ciento. Un buen resultado en el sentido de la profundidad financiera, con lo que la eficiencia del sistema financiero mejoró de manera considerable. El mismo modelo es asimismo válido para los depósitos y los créditos. La proporción de depósitos sobre el PIB aumentó del 35 por ciento en 2003 a casi el 42 por ciento
1994. 9. Güven Sak, “Public Policies Towards Financial Liberalization: A General Framework and an Evaluation of the Turkish Experience in the 1980’s”, Capital Markets Board, Publication Number: 22, 1995, p.56. 10. Erol Balkan and Erinç Yeldan, nota al pie 6. 11. Korkut Boratav, nota al pie 4; Korkut Boratav and Erinç Yeldan, Turkey, 19802000: Financial Liberalization, Macroeconomic (In)-Stability and Patterns of Distribution, http:// www.bilkent.edu.tr/~yelda ne/B&Y CEPA2002.PDF, 2002; Caner Bakır y Ziya Öniş, “Turkey’s Political Economy in The Age of Financial Globalization: The Significance of The EU Anchor”, presen-
Transformation: Turkey in the Post-Helsinki Era celebrada bajo los auspicios de la Koc University, 2-3/12/2005
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y el número total de entidades bancarias se redujo a 59 inmediatamente después de la crisis. A finales del año 2008, existían 46 bancos en el SFT. Como es sabido, la economía turca entró en un ciclo de crecimiento favorable
University of New York Press,
tulada Europeanization and
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coalición en este período allanaron el camino hacia la mayor crisis económica que ha experimentado Turquía. Después de la crisis de 2001, la estructura del sistema financiero turco (SFT) cambió espectacularmente. La crisis económica
Comparative Study, State
tado en una conferencia ti-
financieros y elevadas exigencias de liquidez y reservas.9 Después de los años 80, la naturaleza del sector financiero turco había cambiado radicalmente en el sentido de que Turquía se integró en el entorno financiero internacional en breve período de tiempo, aunque esta integración mostró características periféricas. En una primera
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tas de capital desde el punto de vista técnico, educativo y jurídico.11 Como se ha explicado brevemente en la primera parte del artículo, la década de los años 90 se calificó como la de los “años perdidos”. Las inoportunas políticas de liberalización, los problemas estructurales macroeconómicos y los débiles gobiernos de
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raron de forma espectacular. El déficit presupuestario con relación al PIB se redujo de un 11,9 por ciento en 2001 a aproximadamente un 1,8 por ciento a finales de 2008. El porcentaje del total de la deuda pública con relación al PIB en conjunto se redujo de un 90 por ciento en 2001 a un 41 por ciento en el 2007.7 Podría afirmarse que la novedad más importante fue la evolución del papel del Estado en la economía. Hasta la crisis de 2001, los gobiernos siempre habían sido una “fuente de ambigüedad” para la economía en su conjunto,8 pero tal situación empezó a cambiar después de 2001 en el sentido de que las leyes y reglamentos fueron más lógicas, coherentes y a largo plazo. Además, las mejoras en la gestión de riesgos y las técnicas de supervisión prudencial del sistema financiero han permitido la transferencia de fondos a sectores eficientes.
El sistema financiero turco en el marco de las finanzas internacionales: una cuestión de integración Las primeras iniciativas serias para integrar el incipiente sector financiero turco en el sistema mundial a través de la liberalización comenzaron en los años 80. Antes de esa fecha, el sistema mostró todas las características de una “represión financiera”, con tipos de interés reales negativos, elevada presión fiscal sobre los beneficios
fase, el régimen cambiario se liberalizó a principios de 1984. Los bancos pudieron aceptar depósitos en moneda extranjera de los ciudadanos y realizar operaciones con el extranjero. En 1986 se reguló un mercado monetario interbancario para operaciones de préstamos a corto plazo. En 1987, el Banco Central diversificó sus instrumentos monetarios iniciando operaciones de mercado abierto. Con el fin de regular y supervisar el mercado de capitales, se creó una junta al efecto y se reabrió la Bolsa de Estambul en 1986.10 El hito de la liberalización de la economía turca fue la decisión adoptada en agosto de 1989 de abrir enteramente las puertas a las cuentas de capitales. Mediante esta decisión, Turquía pasó a la plena convertibilidad en 1989. Durante el período posterior a los años 80, el objetivo declarado fue aumentar la solidez del sistema financiero y aportar variabilidad institucional al sector financiero. Sin embargo, este objetivo no pudo materializarse de manera adecuada, debido a que los factores básicos macroeconómicos, tal como figuran en la tabla 2, no eran suficientemente fuertes como para absorber los choques e impactos externos. Además, las bases institucionales de las reformas eran muy deficientes y las instituciones de regulación no podían hacer frente a los efectos secundarios de la liberalización de las cuen-
7. USAK Papers, “From Crisis to Recovery: Quo Vadis Turkish Economy”, Paper N0:0801, pp. 3-4. 8. Ayşe Buğra, State and Business in Modern Turkey: A
del 2001 causó impactantes efectos en el sistema bancario y el número de bancos mermó considerablemente. La intervención política y el predominio de la participación pública en el sector bancario aumentaron durante los años 90, con una reacción posterior de aumento de autorizaciones bancarias. El número total de los bancos aumentó a 81 en 1999. Estos bancos no “hacían banca” en sentido genuino pues invertían notablemente en letras y bonos del Tesoro y trabajaban con elevado riesgo cambiario y de tipos de interés. Sus mecanismos de asignación crediticia estaban fuertemente politizados y seguían un curso “irracional desde el punto de vista económico”. Como consecuencia, la crisis de 2001 borró del mapa a la mayoría de estos bancos
después de la crisis de 2001. Sorprendentemente, el sector bancario creció más rápidamente que el conjunto de la economía, factor que a su vez contribuyó a incrementar la penetración o profundidad financiera de Turquía. Los activos totales aumentaron de 132.000 millones de dólares en 2002 a 501.000 millones de dólares en 2007, con lo que la proporción de activos respecto del PIB aumentó del 57 al 76 por ciento. Un buen resultado en el sentido de la profundidad financiera, con lo que la eficiencia del sistema financiero mejoró de manera considerable. El mismo modelo es asimismo válido para los depósitos y los créditos. La proporción de depósitos sobre el PIB aumentó del 35 por ciento en 2003 a casi el 42 por ciento
1994. 9. Güven Sak, “Public Policies Towards Financial Liberalization: A General Framework and an Evaluation of the Turkish Experience in the 1980’s”, Capital Markets Board, Publication Number: 22, 1995, p.56. 10. Erol Balkan and Erinç Yeldan, nota al pie 6. 11. Korkut Boratav, nota al pie 4; Korkut Boratav and Erinç Yeldan, Turkey, 19802000: Financial Liberalization, Macroeconomic (In)-Stability and Patterns of Distribution, http:// www.bilkent.edu.tr/~yelda ne/B&Y CEPA2002.PDF, 2002; Caner Bakır y Ziya Öniş, “Turkey’s Political Economy in The Age of Financial Globalization: The Significance of The EU Anchor”, presen-
Transformation: Turkey in the Post-Helsinki Era celebrada bajo los auspicios de la Koc University, 2-3/12/2005
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y el número total de entidades bancarias se redujo a 59 inmediatamente después de la crisis. A finales del año 2008, existían 46 bancos en el SFT. Como es sabido, la economía turca entró en un ciclo de crecimiento favorable
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coalición en este período allanaron el camino hacia la mayor crisis económica que ha experimentado Turquía. Después de la crisis de 2001, la estructura del sistema financiero turco (SFT) cambió espectacularmente. La crisis económica
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financieros y elevadas exigencias de liquidez y reservas.9 Después de los años 80, la naturaleza del sector financiero turco había cambiado radicalmente en el sentido de que Turquía se integró en el entorno financiero internacional en breve período de tiempo, aunque esta integración mostró características periféricas. En una primera
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tas de capital desde el punto de vista técnico, educativo y jurídico.11 Como se ha explicado brevemente en la primera parte del artículo, la década de los años 90 se calificó como la de los “años perdidos”. Las inoportunas políticas de liberalización, los problemas estructurales macroeconómicos y los débiles gobiernos de
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en 2007, en tanto que la proporción del crédito sobre el PIB aumentó del 17 por ciento en 2003 al 34 por ciento en 2007. Y, factor aún más importante, la proporción de depósitos respecto del crédito creció espectacularmente, al llegar de un 49 a casi un 83 por ciento durante el mismo período [véase tabla 5]. Al interpretar tal tendencia, cabe llegar a la conclusión de que los bancos turcos “hacen más banca que en períodos anteriores”. Anteriormente, los depósitos no canalizaban préstamos o créditos para financiar las oportunidades de inversión productiva. Por el contrario, se utilizaron para invertir a corto plazo en letras del Tesoro. Tal fue uno de los principales puntos débiles del sector bancario turco en el período anterior a la crisis y provocó que los bancos se enfrentaran a diferencias entre los vencimientos y riesgos de liquidez. Otro aspecto del SFT es el cambio de propiedad del sistema. Después de la última oleada de privatización en el sector bancario se produjeron dos cambios importantes, uno de los cuales es la reducción de la participación pública a un 29,5 por ciento en términos de volumen de activos. El segundo es la notable entrada extranjera en el sistema financiero turco.12
Conclusión: la crisis financiera mundial y el posible rumbo de la economía turca Como ha podido comprobarse, este artículo ha trazado el curso de la economía turca desde la creación de la República de Turquía hasta el año 2009 a través de sus rasgos principales. En este sentido, se subrayan los puntos de inflexión y los principales acontecimientos en el campo macroeconómico y el sector financiero. Sobresalen tres cuestiones importantes acerca de la estruc-
tura de la economía turca. En primer lugar, la integración de Turquía en la economía mundial capitalista muestra características periféricas y semiperiféricas que la hacen notablemente vulnerable a las fluctuaciones externas. En segundo lugar, la dinámica interna turca no permitió al país institucionalizar adecuadamente las relaciones entre el mercado y el Estado para absorber las presiones externas. En tercer lugar, las características periféricas y semiperiféricas de la economía turca empezaron a evolucionar una vez iniciado el período posterior a 2001. En este sentido, Turquía mejoró su sistema financiero y consolidó una gestión macroeconómica basada en la regulación. De modo similar, las relaciones entre el mercado y el Estado han experimentado una transformación sustancial. En consecuencia, la reciente crisis financiera mundial no ha afectado a la economía turca en la medida en que se había anticipado. Aun así, y debido a las características estructurales de la economía turca, es menester que se libre de la situación de desorden y trastorno global. En este contexto, la crisis afecta a Turquía básicamente por tres vías. La economía turca ya ha sido alcanzada por la crisis y se espera que lo sea aún más a través del comercio exterior, el crédito externo y las expectativas existentes.13 En resumen, la economía turca ofrece una fisonomía más resistente y tenaz que en el pasado gracias a su experiencia previa con las crisis y a las mejoras del período posterior a 2001. Sin embargo, no es posible decir lo mismo en esta ocasión de la economía mundial. Y, como resultado, ya se deriven las fragilidades del ámbito interno o de la estructura de la economía mundial, el caso es que Turquía continúa su camino sobre un terreno resbaladizo.
12. A principios de 2008, casi un 45 por ciento del sector bancario estaba controlado por extranjeros. 13. Para un análisis en profundidad, consultar: Mustafa Kutlay, Turkey and Agreement with IMF: Neither Compulsory, Nor Adequate, “Journal of Turkish Weekly”, 28-112008.
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Más allá del velo
las mujeres, figuras de pluralismo, enfrentamiento y reconciliación Nilüfer Göle ESCUELA DE ALTOS ESTUDIOS EN CIENCIAS SOCIALES (PARÍS).
religioso y lo laico, las separaciones étnicas TURCAS”? ¿Es posible generali- y nacionales, las minorías no musulmanas, zar el caso de las mujeres constituyen algunas de las tensiones centraespañolas o francesas? Las les de la sociedad turca contemporánea. Las generalizaciones refuerzan mujeres son marcadores simbólicos, mediala distinción entre el “noso- doras culturales, agentes comprometidas, tros” y el “ellos”. El hecho de portavoces públicos y víctimas de esas dique las turcas se vuelvan más visiones religiosas, étnicas y culturales. Dereligiosas y adopten el modo sempeñan un papel decisivo para determinar islámico de vestir y de cubrirse, de que se ven el rumbo del cambio en la democracia turca. obligadas a hacerlo bajo la ley patriarcal, de En Turquía, el futuro de la democracia plural que su vida esté moldeada por los papeles se verá determinado por el hecho de si esas tradicionales, las discriminaciones y los casti- divisiones caen en una espiral de enfrentagos de género (como las morales de la virgini- miento o llevan a nuevas formas de reconciliación y consenso. dad y los asesinatos de La sociedad turhonor) son cuestiones A pesar de desempeñar un ca contemporánea que condicionan la for- papel decisivo para determinar está moldeada tanto ma en que son descritas el rumbo del cambio en la por la dinámica de las mujeres turcas entre pluralismo como por las opiniones públicas democracia, las mujeres turcas la política de enfreneuropeas. La diferencia son a la vez víctimas de las tamiento a lo largo religiosa y la omnipre- divisiones religiosas, étnicas y de unas fallas relisencia de las tradiciones culturales de la propia sociedad giosas, étnicas y culse han convertido en marcadores habituales a la hora de definir los turales. Estudiando las trayectorias personalímites entre “ellos” y “nosotros”, entre las mu- les de las mujeres, las historias de su vida y jeres laicas europeas y las mujeres musulma- sus compromisos públicos, es posible descubrir las líneas de falla de la actual sociedad nas turcas. En lugar de eso, desplazaré el marcador turca. La polémica entre las mujeres religiode la diferencia hasta la propia Turquía y sas y laicas, la división entre mujeres kurdas consideraré las diferencias que separan a las y turcas y el reconocimiento de las minorías mujeres en el seno del propio país. Así, más no musulmanas son algunos de estos ejemque hablar de “mujeres turcas”, hablaré de la plos. En el presente artículo analizaré sobre pluralidad de figuras de las “mujeres en Tur- todo la división entre lo religioso y lo laico a quía” y señalaré las diferencias y los enfrenta- través de algunas figuras públicas de mujeres mientos que mantienen. La división entre lo diferentes y contrarias.
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Más allá del velo
las mujeres, figuras de pluralismo, enfrentamiento y reconciliación Nilüfer Göle ESCUELA DE ALTOS ESTUDIOS EN CIENCIAS SOCIALES (PARÍS).
religioso y lo laico, las separaciones étnicas TURCAS”? ¿Es posible generali- y nacionales, las minorías no musulmanas, zar el caso de las mujeres constituyen algunas de las tensiones centraespañolas o francesas? Las les de la sociedad turca contemporánea. Las generalizaciones refuerzan mujeres son marcadores simbólicos, mediala distinción entre el “noso- doras culturales, agentes comprometidas, tros” y el “ellos”. El hecho de portavoces públicos y víctimas de esas dique las turcas se vuelvan más visiones religiosas, étnicas y culturales. Dereligiosas y adopten el modo sempeñan un papel decisivo para determinar islámico de vestir y de cubrirse, de que se ven el rumbo del cambio en la democracia turca. obligadas a hacerlo bajo la ley patriarcal, de En Turquía, el futuro de la democracia plural que su vida esté moldeada por los papeles se verá determinado por el hecho de si esas tradicionales, las discriminaciones y los casti- divisiones caen en una espiral de enfrentagos de género (como las morales de la virgini- miento o llevan a nuevas formas de reconciliación y consenso. dad y los asesinatos de La sociedad turhonor) son cuestiones A pesar de desempeñar un ca contemporánea que condicionan la for- papel decisivo para determinar está moldeada tanto ma en que son descritas el rumbo del cambio en la por la dinámica de las mujeres turcas entre pluralismo como por las opiniones públicas democracia, las mujeres turcas la política de enfreneuropeas. La diferencia son a la vez víctimas de las tamiento a lo largo religiosa y la omnipre- divisiones religiosas, étnicas y de unas fallas relisencia de las tradiciones culturales de la propia sociedad giosas, étnicas y culse han convertido en marcadores habituales a la hora de definir los turales. Estudiando las trayectorias personalímites entre “ellos” y “nosotros”, entre las mu- les de las mujeres, las historias de su vida y jeres laicas europeas y las mujeres musulma- sus compromisos públicos, es posible descubrir las líneas de falla de la actual sociedad nas turcas. En lugar de eso, desplazaré el marcador turca. La polémica entre las mujeres religiode la diferencia hasta la propia Turquía y sas y laicas, la división entre mujeres kurdas consideraré las diferencias que separan a las y turcas y el reconocimiento de las minorías mujeres en el seno del propio país. Así, más no musulmanas son algunos de estos ejemque hablar de “mujeres turcas”, hablaré de la plos. En el presente artículo analizaré sobre pluralidad de figuras de las “mujeres en Tur- todo la división entre lo religioso y lo laico a quía” y señalaré las diferencias y los enfrenta- través de algunas figuras públicas de mujeres mientos que mantienen. La división entre lo diferentes y contrarias.
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MÁS ALL Á DEL VELO. L AS MUJERES, FIGUR AS DEL PLUR ALISMO, ENFRENTAMIENTO Y RECONCILIACIÓN
Desde la década de los años 80, la pretensión de que se permita a las mujeres el uso del velo en escuelas y universidades públicas se ha convertido en la cuestión más polémica de la vida social y política
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¿Velo en el Estado y laicismo en las calles? La división entre lo religioso y lo laico no es nueva. Desde la época otomana, la historia de la modernización estuvo influida por los debates entre lo conservador-religioso y lo occidentalista-laico. La cuestión de las mujeres fue un elemento central en tales debates. La participación de las mujeres en la vida pública, la crítica de la poligamia, el “amor libre”, la mezcla social de hombres y mujeres, la abolición del derecho familiar islámico, el código civil de familia, el derecho femenino a la herencia y al divorcio, el sufragio activo y pasivo... todos estos cambios y reformas que se iniciaron con el reformismo otomano y siguieron durante el período republicano abrieron el camino de las mujeres hacia la igualdad de género y los estilos de vida laicos en los ámbitos privado y público. Sin embargo, el rumbo del cambio no es lineal; una mayor modernización no supone siempre y en todos los lugares una mayor laicización. En Turquía, pero también en diferentes partes del mundo, presenciamos un resurgir de los movimientos religiosos. La reintroducción del velo de las mujeres se ha convertido en el símbolo más visible del resurgir de la fe y las prácticas islámicas. Desde la década de 1980, las pretensiones de que las mujeres adopten el velo en las escuelas y universidades públicas se ha convertido en la cuestión más polémica de la vida pública y política de Turquía, pero también en muchos países europeos. En Francia, el debate sobre pañuelo condujo a la aplicación de una ley (la llamada “ley antivelo”, aprobada el 15 de marzo de 2004) que prohibió los pañuelos y otros símbolos religiosos en las escuelas públicas. En Turquía, la prohibición del pañuelo se aplica desde la década de 1980 y sigue vigente a pesar la mayoría gubernamental del Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP), de confesión musulmana. La opinión pública laica teme que la autorización del pañuelo en las universidades signifique no sólo la derrota del laicismo, sino que conduzca también a un proceso de islamización forzada y a la imposición de que las estudiantes y las mujeres en general se cubran la cabeza. El pañuelo islámico se convirtió en un
asunto público, lo cual supone su identificación como problema, cuando se percibió y definió como amenaza al laicismo y los derechos de las mujeres. Llevar el pañuelo era una práctica común entre muchas mujeres (en especial, en las ciudades pequeñas, las zonas rurales y la periferia urbana). No estaba considerado como un símbolo político o como un asunto público. Era “invisible” a la mirada pública. Sólo se convirtió en preocupación pública cuando el pañuelo fue readoptado por las muchachas en escuelas públicas y universidades. Empezó entonces a ser percibido, no como una señal de fe religiosa o de unas costumbres tradicionales, sino como símbolo del islam político. De modo paradójico, el velo se convirtió en “asunto público” cuando transgredió los límites de lo rural, tradicional y periférico y apareció en los espacios de lo moderno, lo laico y la vida occidental. Se trata de algo muy relacionado con nuestras percepciones y nuestros discursos de la modernidad laica. Se espera que, al entrar en el ámbito de la modernidad, uno abandone la fe religiosa y se aleje de las normas de vida tradicionales. Por lo tanto, estar en una escuela o universidad pública laica supone mostrar conformidad con sus normas. Por ello, parece paradójico tener acceso a la educación superior y, sin embargo, afirmar el propio compromiso con la devoción y el modo de vida islámico. Es un rasgo común de los movimientos islámicos contemporáneos. Los nuevos agentes del islam se distancian de las tradiciones, pero no se asimilan a las normas laicas de la modernidad. Combinan religión y crítica, fe y política, en modos que son desconocidos para el pensamiento religioso y para la política progresista. El pañuelo es criticado por las feministas laicas en la medida en que simboliza la segregación de las mujeres y su clausura en el terreno privado. Sin embargo –y de nuevo de forma paradójica–, esas musulmanas participan ya en la educación laica, la vida pública, la convivencia con hombres en la vida pública y, por lo tanto, han abandonado los ámbitos de vida y los papeles tradicionales. Llevan a cabo una transgresión que las conduce a experiencias vitales, lugares y puestos nuevos que no pretenden incluirlas, que no lo permiten, hasta que cumplan con las normas. Al compartir las mismas escue-
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las públicas, la misma educación universitaria y el mismo Parlamento, transgreden los límites y normas religiosos, pero también desobedecen las normas feministas laicas. La prohibición del pañuelo en las universidades turcas ha significado que muchas jóvenes quedaran excluidas de los campus, y algunas han encontrado vías alternativas para proseguir su educación superior: han viajado a Estados Unidos, adoptado y reinventado nuevas formas de cubrirse, como llevar sombrero, gorra o incluso una peluca para ocultar su cabello “natural”. Semejantes actos han significado subvertir la prohibición, pero también han introducido una sensación de alienación y falsedad expresada con amargura por las muchachas. Además, éstas sienten resentimiento y humillación porque su apariencia está sometida al control diario porque tienen que pasar por “puestos de control” antes de entrar en los campus. Asimismo, las administraciones de las universidades han creado “salas de persuasión” para convencer a las muchachas de que se quiten los pañuelos. Los recintos y las aulas universitarios no son el único espacio que prohíbe el uso del velo. El Parlamento también excluye la entrada a las diputadas que pretenden lucirlo. Por primera vez en su historia republicana, Turquía fue testigo en 1999 de la elección de una musulmana “cubierta”, una diputada por Estambul del partido pro islámico Partido de la Virtud (Fazilet Partisi). El 2 de mayo de 1999, cuando Merve Kavakçi, de 31 años, con pañuelo en la cabeza, unas elegantes gafas sin montura y un moderno traje de dos piezas de falda larga, entró muy segura de sí misma en la Asamblea Nacional para la sesión inaugural, todos los diputados, hombres y mujeres, se levantaron y protestaron contra su presencia con tanta vehemencia (sobre todo, las mujeres del Partido Republicano laico) gritando: “Merve
fuera; ayatolás a Irán” y “Turquía es laica y seguirá laica” que Merve se vio obligada a dejar el Parlamento sin prestar juramento como legisladora. El velo islámico de Kavakçi desafió las leyes tácitas del Parlamento y enfureció a los diputados y a la opinión pública (laica). La asociación feminista más importante del país organizó actos y condenó la presencia del pañuelo en el Parlamento por ser un “uniforme ideológico del fundamentalismo islámico” que desafía al Estado republicano y las reformas laicas. Kavakçi fue tildada de “agente provocadora” por la prensa turca, que la acusó de tener estrechos vínculos con el grupo palestino Hamas y de trabajar para potencias extranjeras, como Irán y Libia. Se descubrió que había conseguido la ciudadanía estadounidense poco después de ser elegida candidata parlamentaria; y, dado que no había mencionado de modo oficial la posesión de otro pasaporte, las autoridades utilizaron ese hecho para privarla de la ciudadanía turca. El pañuelo sigue sin estar permitido en el Parlamento y en las universidades. Se sigue excluyendo de las universidades a muchas jóvenes que afirman su derecho a acceder a la educación superior y, también, a cubrirse la cabeza. En el Parlamento no se permite a las diputadas cubrirse la cabeza. Con todo, el símbolo del velo sigue transgrediendo los límites prohibidos y se adentra en los círculos del poder estatal a través de las esposas de los políticos musulmanes. Durante el verano de 2007, el candidato presidencial Abdullah Gül, de confesión musulmana y con una esposa que lleva pañuelo, provocó una ira y un temor públicos que llevó a millones de personas a salir a las calles en favor del laicismo y el republicanismo. La esposa velada del presidente de Turquía fue una imagen muy perturbadora que transmitió un cubrimiento simbólico completo de la república laica. Signi-
ficaba desobediencia a las normas de género laicas y una transgresión religiosa en ese bastión de la política laica que es el Estado republicano. Las asociaciones de mujeres de defensa del laicismo participaron en gran medida en el movimiento nacional. La conocida y respetada figura pública Türkan Saylan, dirigente de la “asociación en defensa de la vida contemporánea [es decir, laica]”, se convirtió en la portavoz del movimiento laicista. Saylan, cuya muerte acaba de producirse (mayo de 2009), alcanzó la categoría de icono femenino de progreso gracias a sus logros como investigadora médica y activista humanitaria en la lucha contra la lepra, pero también gracias a su compromiso con la causa del laicismo y la educación de las niñas. Durante las manifestaciones de 2007, hizo pública su posición “contra la sharia y el ejército”. Las manifestaciones contra el fin de la prohibición del velo en las universidades y la posibilidad de un presidente de confesión musulmana y una esposa con velo reunieron a millones de participantes y se extendieron por las ciudades, en una multitudinaria defensa del Estado republicano y el nacionalismo. La cantidad de banderas, imágenes de Atatürk y canciones nacionales recordaron el repertorio de un movimiento de “liberación nacional” con un toque militar. Muchos sospecharon que fueron instigadas por fuerzas deseosas de manipular el miedo laico y llevar al ejército al poder. La política del velo somete el laicismo a una prueba democrática. Las manifestaciones dejan claro que el laicismo no es sólo una política estatal, impuesta desde arriba por la fuerza, sino que ha llegado a formar parte de unos principios con gran predicamento entre la sociedad turca (en especial, entre las asociaciones de mujeres). Por ello, el laicismo, de ser una ideología fomentada desde arriba, se ha convertido cada vez más en un principio de base
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Desde la década de los años 80, la pretensión de que se permita a las mujeres el uso del velo en escuelas y universidades públicas se ha convertido en la cuestión más polémica de la vida social y política
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¿Velo en el Estado y laicismo en las calles? La división entre lo religioso y lo laico no es nueva. Desde la época otomana, la historia de la modernización estuvo influida por los debates entre lo conservador-religioso y lo occidentalista-laico. La cuestión de las mujeres fue un elemento central en tales debates. La participación de las mujeres en la vida pública, la crítica de la poligamia, el “amor libre”, la mezcla social de hombres y mujeres, la abolición del derecho familiar islámico, el código civil de familia, el derecho femenino a la herencia y al divorcio, el sufragio activo y pasivo... todos estos cambios y reformas que se iniciaron con el reformismo otomano y siguieron durante el período republicano abrieron el camino de las mujeres hacia la igualdad de género y los estilos de vida laicos en los ámbitos privado y público. Sin embargo, el rumbo del cambio no es lineal; una mayor modernización no supone siempre y en todos los lugares una mayor laicización. En Turquía, pero también en diferentes partes del mundo, presenciamos un resurgir de los movimientos religiosos. La reintroducción del velo de las mujeres se ha convertido en el símbolo más visible del resurgir de la fe y las prácticas islámicas. Desde la década de 1980, las pretensiones de que las mujeres adopten el velo en las escuelas y universidades públicas se ha convertido en la cuestión más polémica de la vida pública y política de Turquía, pero también en muchos países europeos. En Francia, el debate sobre pañuelo condujo a la aplicación de una ley (la llamada “ley antivelo”, aprobada el 15 de marzo de 2004) que prohibió los pañuelos y otros símbolos religiosos en las escuelas públicas. En Turquía, la prohibición del pañuelo se aplica desde la década de 1980 y sigue vigente a pesar la mayoría gubernamental del Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP), de confesión musulmana. La opinión pública laica teme que la autorización del pañuelo en las universidades signifique no sólo la derrota del laicismo, sino que conduzca también a un proceso de islamización forzada y a la imposición de que las estudiantes y las mujeres en general se cubran la cabeza. El pañuelo islámico se convirtió en un
asunto público, lo cual supone su identificación como problema, cuando se percibió y definió como amenaza al laicismo y los derechos de las mujeres. Llevar el pañuelo era una práctica común entre muchas mujeres (en especial, en las ciudades pequeñas, las zonas rurales y la periferia urbana). No estaba considerado como un símbolo político o como un asunto público. Era “invisible” a la mirada pública. Sólo se convirtió en preocupación pública cuando el pañuelo fue readoptado por las muchachas en escuelas públicas y universidades. Empezó entonces a ser percibido, no como una señal de fe religiosa o de unas costumbres tradicionales, sino como símbolo del islam político. De modo paradójico, el velo se convirtió en “asunto público” cuando transgredió los límites de lo rural, tradicional y periférico y apareció en los espacios de lo moderno, lo laico y la vida occidental. Se trata de algo muy relacionado con nuestras percepciones y nuestros discursos de la modernidad laica. Se espera que, al entrar en el ámbito de la modernidad, uno abandone la fe religiosa y se aleje de las normas de vida tradicionales. Por lo tanto, estar en una escuela o universidad pública laica supone mostrar conformidad con sus normas. Por ello, parece paradójico tener acceso a la educación superior y, sin embargo, afirmar el propio compromiso con la devoción y el modo de vida islámico. Es un rasgo común de los movimientos islámicos contemporáneos. Los nuevos agentes del islam se distancian de las tradiciones, pero no se asimilan a las normas laicas de la modernidad. Combinan religión y crítica, fe y política, en modos que son desconocidos para el pensamiento religioso y para la política progresista. El pañuelo es criticado por las feministas laicas en la medida en que simboliza la segregación de las mujeres y su clausura en el terreno privado. Sin embargo –y de nuevo de forma paradójica–, esas musulmanas participan ya en la educación laica, la vida pública, la convivencia con hombres en la vida pública y, por lo tanto, han abandonado los ámbitos de vida y los papeles tradicionales. Llevan a cabo una transgresión que las conduce a experiencias vitales, lugares y puestos nuevos que no pretenden incluirlas, que no lo permiten, hasta que cumplan con las normas. Al compartir las mismas escue-
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las públicas, la misma educación universitaria y el mismo Parlamento, transgreden los límites y normas religiosos, pero también desobedecen las normas feministas laicas. La prohibición del pañuelo en las universidades turcas ha significado que muchas jóvenes quedaran excluidas de los campus, y algunas han encontrado vías alternativas para proseguir su educación superior: han viajado a Estados Unidos, adoptado y reinventado nuevas formas de cubrirse, como llevar sombrero, gorra o incluso una peluca para ocultar su cabello “natural”. Semejantes actos han significado subvertir la prohibición, pero también han introducido una sensación de alienación y falsedad expresada con amargura por las muchachas. Además, éstas sienten resentimiento y humillación porque su apariencia está sometida al control diario porque tienen que pasar por “puestos de control” antes de entrar en los campus. Asimismo, las administraciones de las universidades han creado “salas de persuasión” para convencer a las muchachas de que se quiten los pañuelos. Los recintos y las aulas universitarios no son el único espacio que prohíbe el uso del velo. El Parlamento también excluye la entrada a las diputadas que pretenden lucirlo. Por primera vez en su historia republicana, Turquía fue testigo en 1999 de la elección de una musulmana “cubierta”, una diputada por Estambul del partido pro islámico Partido de la Virtud (Fazilet Partisi). El 2 de mayo de 1999, cuando Merve Kavakçi, de 31 años, con pañuelo en la cabeza, unas elegantes gafas sin montura y un moderno traje de dos piezas de falda larga, entró muy segura de sí misma en la Asamblea Nacional para la sesión inaugural, todos los diputados, hombres y mujeres, se levantaron y protestaron contra su presencia con tanta vehemencia (sobre todo, las mujeres del Partido Republicano laico) gritando: “Merve
fuera; ayatolás a Irán” y “Turquía es laica y seguirá laica” que Merve se vio obligada a dejar el Parlamento sin prestar juramento como legisladora. El velo islámico de Kavakçi desafió las leyes tácitas del Parlamento y enfureció a los diputados y a la opinión pública (laica). La asociación feminista más importante del país organizó actos y condenó la presencia del pañuelo en el Parlamento por ser un “uniforme ideológico del fundamentalismo islámico” que desafía al Estado republicano y las reformas laicas. Kavakçi fue tildada de “agente provocadora” por la prensa turca, que la acusó de tener estrechos vínculos con el grupo palestino Hamas y de trabajar para potencias extranjeras, como Irán y Libia. Se descubrió que había conseguido la ciudadanía estadounidense poco después de ser elegida candidata parlamentaria; y, dado que no había mencionado de modo oficial la posesión de otro pasaporte, las autoridades utilizaron ese hecho para privarla de la ciudadanía turca. El pañuelo sigue sin estar permitido en el Parlamento y en las universidades. Se sigue excluyendo de las universidades a muchas jóvenes que afirman su derecho a acceder a la educación superior y, también, a cubrirse la cabeza. En el Parlamento no se permite a las diputadas cubrirse la cabeza. Con todo, el símbolo del velo sigue transgrediendo los límites prohibidos y se adentra en los círculos del poder estatal a través de las esposas de los políticos musulmanes. Durante el verano de 2007, el candidato presidencial Abdullah Gül, de confesión musulmana y con una esposa que lleva pañuelo, provocó una ira y un temor públicos que llevó a millones de personas a salir a las calles en favor del laicismo y el republicanismo. La esposa velada del presidente de Turquía fue una imagen muy perturbadora que transmitió un cubrimiento simbólico completo de la república laica. Signi-
ficaba desobediencia a las normas de género laicas y una transgresión religiosa en ese bastión de la política laica que es el Estado republicano. Las asociaciones de mujeres de defensa del laicismo participaron en gran medida en el movimiento nacional. La conocida y respetada figura pública Türkan Saylan, dirigente de la “asociación en defensa de la vida contemporánea [es decir, laica]”, se convirtió en la portavoz del movimiento laicista. Saylan, cuya muerte acaba de producirse (mayo de 2009), alcanzó la categoría de icono femenino de progreso gracias a sus logros como investigadora médica y activista humanitaria en la lucha contra la lepra, pero también gracias a su compromiso con la causa del laicismo y la educación de las niñas. Durante las manifestaciones de 2007, hizo pública su posición “contra la sharia y el ejército”. Las manifestaciones contra el fin de la prohibición del velo en las universidades y la posibilidad de un presidente de confesión musulmana y una esposa con velo reunieron a millones de participantes y se extendieron por las ciudades, en una multitudinaria defensa del Estado republicano y el nacionalismo. La cantidad de banderas, imágenes de Atatürk y canciones nacionales recordaron el repertorio de un movimiento de “liberación nacional” con un toque militar. Muchos sospecharon que fueron instigadas por fuerzas deseosas de manipular el miedo laico y llevar al ejército al poder. La política del velo somete el laicismo a una prueba democrática. Las manifestaciones dejan claro que el laicismo no es sólo una política estatal, impuesta desde arriba por la fuerza, sino que ha llegado a formar parte de unos principios con gran predicamento entre la sociedad turca (en especial, entre las asociaciones de mujeres). Por ello, el laicismo, de ser una ideología fomentada desde arriba, se ha convertido cada vez más en un principio de base
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considerado hoy por muchos como una garantía de su libertad para llevar una vida al margen de las normas y las prohibiciones religiosas. Las manifestaciones dan fe del paso del laicismo desde la política estatal hasta la política en las calles. Resulta fácil calificar la defensa del laicismo como movimiento civil y social. Se ha convertido en parte de una fuerza social; sin embargo, sigue vinculado a la política autoritaria. La política del velo cristaliza los problemas de articulación entre laicidad del Estado y laicismo en las calles, entre nacionalismo e islam, entre autoritarismo y pluralismo. Si seguimos las trayectorias de las mujeres, nos es posible señalar que el velo se mueve de abajo a arriba, de los márgenes de la sociedad al centro de su poder, de los pueblos y las pequeñas ciudades anatolias a la cúspide del Estado. El gesto de cubrirse la cabeza de la esposa del presidente, suscita el temor de que la república se convierta por completo en islámica, en una república donde los principios religiosos sean los principios rectores que se impongan a los demás. Por otra parte, el laicismo, que se aplicó en un principio como ideología estatal de arriba a abajo, se está convirtiendo en parte de los valores sociales y la política en las calles. Dos figuras de mujeres, Hayrünnisa Gül, esposa del presidente, y Türkan Saylan, dirigente del movimiento laicista, encarnan la división entre lo religioso y lo laico y también a esos dos movimientos opuestos. Son parte del terreno plural en el que la presencia de mujeres –en tanto que profesionales, esposas, agentes sociales y figuras públicas– marcan el rumbo del cambio.
¿Una estética islámica de la reconciliación? Hay muchas formas islámicas de cubrirse y también reciben muchos nombres: pañuelo, velo, hijab, türban, tesettür, burka, etcétera.
No obstante, ninguna de ella capta del todo el significado y los rasgos de la forma contemporánea de cubrirse. Si observamos con atención, vemos que los nuevos códigos islámicos de vestir no siguen las formas tradicionales, rurales, étnicas o religiosas de cubrirse. Se trata de una nueva estética híbrida; se inspira en los tejidos y tendencias modernas y reinventan las normas del pudor. Nos encontramos ante una especie de “moda urbana islámica” en la medida en que las jóvenes musulmanas combinan prendas y accesorios para autopresentarse y autocrearse. Ni las tiendas de prêt-àporter ni la estética conservadora y tradicional del vestir satisfacen sus necesidades y expectativas. Las mujeres musulmanas buscan reinventar la estética islámica y aspiran a conseguir un capital de distinción cultural. La cuestión del velo no sólo es un tema polémico en el ámbito político y público, sino también en el ámbito de la estética, donde se encuentran y compiten entre sí diferentes sentidos de la belleza y la feminidad. El ámbito de la estética se está convirtiendo en un campo de batalla entre las nociones laicas y religiosas de feminidad, sexualidad y belleza, pero también en un lugar donde los cruces entre ambas y los préstamos mutuos conducen a nuevas formas de consenso. Uno de estos ejemplos es la mezquita moderna que acaba de construirse en Estambul, abierta al culto el 8 de mayo de 2009. La mezquita Şakirin, financiada por tres hijos de una adinerada familia turco-saudí en memoria de su madre, cuenta con un interior diseñado por Zeynep Fadıllıoğlu, una interiorista turca de reconocido prestigio y propietaria de algunos de los restaurantes, bares-restaurantes y hoteles más elegantes de Estambul. Fadıllıoğlu representa el gusto de la elite cosmopolita de esa ciudad. Procedente de una familia estambulí muy antigua
y arraigada ha conseguido destacar gracias a su propio trabajo. Por su familia, sus orígenes, sus actividades profesionales, desde el diseño de interiores hasta la gestión de la vida nocturna, es una de las mujeres más de vanguardia. No cabe duda de que su vida ejemplifica una tendencia laica. Concederle la responsabilidad de decorar una mezquita moderna en el lado anatolio del Bósforo (menos cosmopolita que el europeo) significa un nuevo cruce de los límites musulmanes y laicos. Respaldar la construcción de una mezquita significa para ella la transgresión de los límites laicos. Además, debe compartir el malestar de las críticas dirigidas contra ella por su medio social, las mujeres de su propia categoría social, por aceptar la decoración de una mezquita y, por ello, servir a la religión. Se trata de un cruce en dos direcciones: no es sólo una transgresión de los límites laicos de la propia diseñadora, desde el lado europeo del Bósforo hasta el conservador lado anatolio donde se alza la mezquita. También resultan transgredidas las normas conservadoras religiosas por la arquitectura moderna de la mezquita y por la estética cosmopolita y de clase alta de su diseñadora. El nuevo espacio de la estética es producto de cruces en dos direcciones, de préstamos mutuos, pero también de nuevas formas de superar la división entre lo religioso y lo laico. La presencia de la esposa del primer ministro Erdogan marcó el respaldo del poder del Estado a esta iniciativa cosmopolita para reinventar una nueva estética religiosa. Las dos figuras, devota y laica, de mujeres socialmente diferentes, la islámica junto a la cosmopolita, respaldan cada una el proyecto de la otra, legitiman la presencia y la diferencia de la otra en una mezquita que invita a las dos orillas del Bósforo, a los habitantes europeos y anatolios, a unirse en busca de la reconciliación.
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El desafío kurdo Graham E. Fuller EX VICEPRESIDENTE DEL CONSEJO DE INTELIGENCIA NACIONAL DE LA CIA PARA LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA. AUTOR DE LA NUEVA REPÚBLICA TURCA: EL PAPEL CRUCIAL DE TURQUÍA EN ORIENTE MEDIO (2008).
L
OS KURDOS SON UNO DE LOS persa. Lingüísticamente, sin embargo, los mayores grupos étnicos del kurdos tampoco están unidos: existen como mundo sin Estado propio. A mínimo tres dialectos principales, comprenconsecuencia de ello, los kur- sibles recíprocamente sólo de forma parcial. dos como pueblo han segui- Sin embargo, tales problemas no son privatido siendo fuente de inesta- vos de los estados-nación: países como Alebilidad internacional en mania e Italia abordaron problemas imporOriente Medio durante casi tantes de dialectos regionales como los citacien años. En total, hay al dos en épocas anteriores y los superaron para menos 30 millones de kurdos en el mundo conformar una lengua nacional. En términos –más que suecos, noruegos, daneses, belgas, geográficos, los kurdos se hallan diseminaholandeses o portugueses, por ejemplo–, ca- dos en una región montañosa que dificulta da uno de los cuales poseen su propio Estado todavía más la comunicación y desplazamiento entre ellos y fomenta el separatismo. independiente. Debido a numerosas razones históricas, Y, por último, como resultado en parte de las a los kurdos les ha costado hallar la unidad. circunstancias citadas, las regiones kurdas En primer lugar, están repartidos entre al no se han situado en el centro de ninguno de tales estados sino menos cuatro países dimás bien en la periferentes: alrededor del Durante más de cinco siglos, los feria. Por tanto, han 55 por ciento de kurdos kurdos formaron un grupo étnico recibido menos reviven en Turquía, apro- diferenciado bajo el imperio ximadamente el 20 en otomano, pero después de la Gran cursos financieros, se han desarrollado Irán, otro 20 en Iraq y Guerra, los colonizadores menos y han conserposiblemente alredevado una suerte de dor de un 5 por ciento europeos los distribuyeron orden social feudal. en Siria. No siempre es- entre Turquía, Iraq, Siria e Irán El principal reto tuvieron distribuidos de esta forma: durante los 600 años del mul- planteado a la identidad kurda sobrevino con tinacional imperio otomano, la mayoría se la aparición, tras la Primera Guerra Mundial, situaba en el seno del imperio en calidad de de estados-nación de base étnica en Oriente grupo étnico amplio y diferenciado y otro Medio –Turquía, Irán, Siria e Iraq– que intenamplio grupo se hallaba en Irán. Pero cuando taron integrar a los kurdos, a menudo por la el imperio otomano se vino abajo al final de fuerza, en sus propias poblaciones. Pero, en la Primera Guerra Mundial, los imperialistas calidad de pueblo antiguo, los kurdos se han europeos crearon nuevos estados y nuevas opuesto a tal proceso de integración de forma fronteras en todo Oriente Medio, en un pro- que condujera a la desaparición de la cultura ceso de notable efecto desmembrador. Los y la identidad kurda. En Turquía, que posee la mayor poblakurdos se dividieron en esta ocasión entre cuatro países diferentes: uno de lengua turca, ción kurda del mundo, los kurdos constituyen aproximadamente el 20 por ciento de la dos de lengua árabe y otro de lengua persa. En términos lingüísticos, la lengua kur- población total. Cuando Mustafá Kemal, Atada es indoeuropea y está relacionada con el türk, fundó el nuevo Estado-nación turco, en
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1923, creó un nuevo sentido de nacionalismo y cultura turcos que negó efectivamente la existencia de los kurdos como pueblo independiente y separado dentro del país. Durante la fase más dura del movimiento nacionalista turco inicial, algunos turcos sostuvieron que no existía nada parecido a una lengua o pueblo turco específicos, que el kurdo es sólo un dialecto turco y que los kurdos son simplemente “turcos de la montaña”; puede demostrarse que todo ello es ridículo. El verdadero número de la población kurda se ocultó y las zonas kurdas del sudeste fueron abandonadas y se mantuvieron en notable atraso. Los kurdos se alzaron en periódicas llamaradas rebeldes, pero el ejército las aplastó de modo habitual. Es importante subrayar, sin embargo, que los turcos no practicaron una discriminación étnica contra los kurdos en tanto que individuos. Un kurdo en Turquía ha podido siempre progresar en la escala social y alcanzar incluso puestos elevados en el ejército o el gobierno, aunque bajo una condición, no reconocer nunca la condición de kurdo. La gente puede advertir –por el acento, la apariencia o ciudad de origen– la condición kurda de una persona, pero tal circunstancia no ha sido un problema siempre que esa misma persona no “pretenda” o se reclame como tal kurdo. Muchos mandos militares de alto rango han sido kurdos, y el presidente turco Turgut Özal reconoció tranquilamente, que tenía una “abuela kurda” en la década de los años 80 como expresión de una mentalidad abierta sobre el problema. No obstante, el kurdo se prohibió como lengua de uso público, también se prohibió la música kurda, la educación en kurdo, el uso de los apellidos kurdos y se prohibió registrar a los niños con nombres kurdos. Se denegó a los kurdos la existencia y ejercicio de cualquier derecho cultural y el Gobierno turco
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argumentó que a ningún grupo étnico en Turquía se le permitiría el disfrute de “privilegios especiales”; todo ello formaba parte de un fuerte impulso hacia el “Estado unitario” sobre la base del antiguo modelo francés que niega el pluralismo cultural dentro del país. Sin embargo, el nacionalismo kurdo ha perseverado, aunque en la penumbra, durante dilatados períodos de tiempo. Y, al propio tiempo, se ha explotado a los kurdos como instrumentos de las potencias extranjeras: Inglaterra, Rusia, Israel y Estados Unidos en diversos momentos de la historia moderna han apoyado rebeliones kurdas contra los gobiernos de Irán, Siria, Iraq o Turquía a fin de desestabilizar el gobierno según la geopolítica de la época. Estos cuatro últimos estados han fomentado también levantamientos kurdos en los países vecinos como instrumento de presión política. En Turquía brotó con fuerza el nacionalismo kurdo a finales de la década de 1970, cuando Abdullah Öcalan creó el PKK –el Partido de los Trabajadores Kurdos, en kurdo– con una fuerte inclinación ideológica marxista-leninista-maoísta. Öcalan es un líder carismático de marcado talante estalinista que lanzó una insurgencia armada interna en el seno de Turquía desde 1984. La insurgencia ha sido cruel y feroz, con acciones guerrilleras y terroristas contra objetivos militares y civiles turcos en el seno de Turquía. El Estado ha respondido mediante la imposición de largos años de régimen militar en las áreas kurdas y severas operaciones que han provocado decenas de miles de muertos (en su mayoría kurdos), una dura represión de los derechos kurdos y la creación de grupos ultranacionalistas turcos que han llevado a cabo ataques contra los kurdos. El PKK destacó por la adopción de una ideología radical pankurda que pedía la unificación de todos los kurdos de la región en un Estado
EL DESAFÍO KURDO
kurdo independiente, o Kurdistán. Ningún otro importante líder kurdo tuvo tales objetivos con anterioridad; los movimientos kurdos anteriores se habían limitado a la búsqueda de la independencia dentro del Estado donde vivían, en Turquía, Irán, Siria o Iraq. Dado el carácter en cierto modo feudal y regional, e incluso la naturaleza de clan del liderazgo kurdo, el PKK representó también una amenaza para el liderazgo kurdo tradicional debido a su visión política y social radical. La causa kurda se vio enormemente espoleada y fortalecida por la guerra del Golfo de 1991 en Kuwait, cuando los kurdos de Iraq se beneficiaron de la destrucción del ejército iraquí por parte de Estados Unidos. Los kurdos iraquíes declararon su autonomía y obtuvieron protección frente a ataques aéreos gracias a Estados Unidos y a las fuerzas aliadas. Esta situación proporcionó una autonomía de facto a los kurdos en Iraq, una realidad que inquietó tanto a Bagdad como a Ankara. Ankara, en particular, interpretó que tales hechos propiciaban un nuevo nacionalismo kurdo y sembraban las semillas de un Estado independiente kurdo en Iraq, susceptible de extenderse a Turquía. Este proceso de creciente independencia kurda de hecho en Iraq ha constituido una de las principales fuentes de fricción entre Washington y Ankara. La guerra del Golfo en Kuwait, de hecho, situó el problema kurdo en la agenda internacional por primera vez en tres cuartos de siglo. Kurdos turcos e iraníes se sintieron animados por tales acontecimientos a considerar las posibilidades de una mayor independencia en el futuro, si bien tal cuestión no es realista en la actualidad. Otro momento crucial se produjo en 1999 cuando Öcalan fue expulsado de Siria, donde se había refugiado durante muchos años. Después de tratar de encontrar un nuevo refugio a lo largo de meses, acabó en
Kenia, donde fue capturado por fuerzas de los servicios de inteligencia turcos con ayuda técnica de Estados Unidos. Fue encarcelado de por vida en Estambul, aunque sigue haciendo declaraciones públicas sobre asuntos políticos kurdos, con el consentimiento del Gobierno turco. Su captura fue un golpe del que el PKK nunca se ha recuperado y el movimiento ha tendido a escindirse de acuerdo con inclinaciones personales durante los años siguientes. Algunos observadores en Turquía han afirmado que los militares turcos, en realidad, favorecen la existencia y continuación del PKK, pues ello permite que las fuerzas armadas tengan notable voz en la política interna. Además, son las fuerzas armadas las que han insistido en manejar estrictamente la cuestión kurda como un problema de seguridad y no como una cuestión política, y han buscado en consecuencia una solución militar en lugar de un acuerdo político que entrañaría concesiones por ambas partes. Varios partidos kurdos han surgido en Turquía de forma esporádica, normalmente para ser declarados ilegales por los tribunales y prohibidos en consecuencia. No obstante, en los escaños del Parlamento turco se sientan bastantes kurdos con activa presencia en la política turca sin aludir explícitamente a la cuestión kurda como tal. Con el tiempo, sin embargo, los kurdos han podido expresarse en mayor medida como kurdos y hablar de sus aspiraciones a alcanzar mayor libertad cultural y el fin del régimen militar en las áreas kurdas. En el último decenio, el curso de los acontecimientos internacionales en la región ha favorecido constantemente a los kurdos, en particular la guerra de Iraq de 2003, que destruyó el régimen de Saddam y otorgó a los kurdos el papel más destacado en la política iraquí a lo largo de la historia, incluida la elección de Jalal Talabani, un kurdo,
como presidente de Iraq. Turquía ha presenciado el desarrollo de los acontecimientos en Iraq con gran sensación de incomodidad. Se ha visto obligada no sólo a recibir a destacados políticos kurdos de Iraq en Turquía, sino a recibir de hecho a Talabani como jefe de Estado kurdo de Iraq, todo lo cual ha tendido a legitimar la causa kurda. No obstante, durante el último decenio aproximadamente han tenido lugar en Turquía una serie de acontecimientos alentadores. En primer lugar, tras la guerra del Golfo en Kuwait, la palabra kurdo entró en el debate público turco; se han debatido más abiertamente la existencia de los kurdos y el problema kurdo. En segundo lugar, los kurdos pueden hablar kurdo en público, se han creado varios periódicos kurdos y la radio y televisión kurdas han autorizado emisiones en kurdo. Y precisamente en el año en curso varios parlamentarios han hablado en kurdo en el Parlamento turco, simplemente para ejercer su derecho. Se puede enseñar el kurdo en la escuela como asignatura opcional, con el turco como obligación. Los dirigentes y la sociedad turca han cobrado conciencia de que ya no pueden esconder la cabeza bajo tierra y deben comprender la realidad kurda en Iraq. La aspiración turca a entrar en la Unión Europea incrementa también la necesidad de una solución al problema kurdo. Empresarios de Turquía –tanto kurdos como turcos– han comenzado a invertir en empresas en el Kurdistán iraquí y crecen constantemente los lazos transfronterizos. Lo cierto es que durante mucho tiempo he argumentado que si los kurdos de Turquía se sienten satisfechos, este factor constituirá un imán para los kurdos de Iraq, que podrán acudir a Turquía donde existe una economía en auge, un floreciente orden democrático y estrechos vínculos con Europa. Turquía podría convertirse en el
eje de un futuro mundo kurdo. Los kurdos iraquíes, aunque no necesariamente, han apoyado el empleo de la violencia en Turquía, han mantenido sus simpatías con sus hermanos kurdos del PKK. En los últimos meses se advierten indicios de que el liderazgo kurdo iraquí se da cuenta de que la continuada existencia de la insurgencia del PKK dentro de Turquía, por débil que sea, ya no es deseable desde el punto de vista simbólico. El PKK forma ahora parte más del problema que de la solución. Dado que los combatientes del PKK se han refugiado durante decenios al otro lado de la frontera en las montañas de Iraq, existen algunas esperanzas de que el liderazgo kurdo iraquí ponga fin al PKK. La mayoría de los kurdos en Turquía, asimismo, que consideraron en su día al PKK como un instrumento para exponer sus problemas sobre la mesa, juzgan ahora que ha pasado la era de la violencia y que el PKK debería también abandonar toda acción armada. ¿Serán suficientes una mayor autonomía y libertad cultural a juicio de los kurdos de Turquía? Algunos analistas consideran que éste es sólo el primer paso en la pendiente que conducirá inevitablemente un día a las demandas kurdas de autonomía política, a continuación al federalismo y, en última instancia, a la independencia. A donde llevará este proceso resulta imprevisible. ¿Estarán todos los kurdos de la región unidos un día en un solo Estado? Las diferencias entre ellos pueden parecer excesivas. Por otro lado, es evidente que unos kurdos insatisfechos en Turquía constituyen una amenaza mucho mayor que la que representan unos kurdos satisfechos. Es alentador advertir que Turquía aborda actualmente de manera abierta, seria y realista la cuestión kurda por primera vez en la historia de la moderna república turca. Existen sólidos motivos para el optimismo en el futuro.
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1923, creó un nuevo sentido de nacionalismo y cultura turcos que negó efectivamente la existencia de los kurdos como pueblo independiente y separado dentro del país. Durante la fase más dura del movimiento nacionalista turco inicial, algunos turcos sostuvieron que no existía nada parecido a una lengua o pueblo turco específicos, que el kurdo es sólo un dialecto turco y que los kurdos son simplemente “turcos de la montaña”; puede demostrarse que todo ello es ridículo. El verdadero número de la población kurda se ocultó y las zonas kurdas del sudeste fueron abandonadas y se mantuvieron en notable atraso. Los kurdos se alzaron en periódicas llamaradas rebeldes, pero el ejército las aplastó de modo habitual. Es importante subrayar, sin embargo, que los turcos no practicaron una discriminación étnica contra los kurdos en tanto que individuos. Un kurdo en Turquía ha podido siempre progresar en la escala social y alcanzar incluso puestos elevados en el ejército o el gobierno, aunque bajo una condición, no reconocer nunca la condición de kurdo. La gente puede advertir –por el acento, la apariencia o ciudad de origen– la condición kurda de una persona, pero tal circunstancia no ha sido un problema siempre que esa misma persona no “pretenda” o se reclame como tal kurdo. Muchos mandos militares de alto rango han sido kurdos, y el presidente turco Turgut Özal reconoció tranquilamente, que tenía una “abuela kurda” en la década de los años 80 como expresión de una mentalidad abierta sobre el problema. No obstante, el kurdo se prohibió como lengua de uso público, también se prohibió la música kurda, la educación en kurdo, el uso de los apellidos kurdos y se prohibió registrar a los niños con nombres kurdos. Se denegó a los kurdos la existencia y ejercicio de cualquier derecho cultural y el Gobierno turco
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argumentó que a ningún grupo étnico en Turquía se le permitiría el disfrute de “privilegios especiales”; todo ello formaba parte de un fuerte impulso hacia el “Estado unitario” sobre la base del antiguo modelo francés que niega el pluralismo cultural dentro del país. Sin embargo, el nacionalismo kurdo ha perseverado, aunque en la penumbra, durante dilatados períodos de tiempo. Y, al propio tiempo, se ha explotado a los kurdos como instrumentos de las potencias extranjeras: Inglaterra, Rusia, Israel y Estados Unidos en diversos momentos de la historia moderna han apoyado rebeliones kurdas contra los gobiernos de Irán, Siria, Iraq o Turquía a fin de desestabilizar el gobierno según la geopolítica de la época. Estos cuatro últimos estados han fomentado también levantamientos kurdos en los países vecinos como instrumento de presión política. En Turquía brotó con fuerza el nacionalismo kurdo a finales de la década de 1970, cuando Abdullah Öcalan creó el PKK –el Partido de los Trabajadores Kurdos, en kurdo– con una fuerte inclinación ideológica marxista-leninista-maoísta. Öcalan es un líder carismático de marcado talante estalinista que lanzó una insurgencia armada interna en el seno de Turquía desde 1984. La insurgencia ha sido cruel y feroz, con acciones guerrilleras y terroristas contra objetivos militares y civiles turcos en el seno de Turquía. El Estado ha respondido mediante la imposición de largos años de régimen militar en las áreas kurdas y severas operaciones que han provocado decenas de miles de muertos (en su mayoría kurdos), una dura represión de los derechos kurdos y la creación de grupos ultranacionalistas turcos que han llevado a cabo ataques contra los kurdos. El PKK destacó por la adopción de una ideología radical pankurda que pedía la unificación de todos los kurdos de la región en un Estado
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kurdo independiente, o Kurdistán. Ningún otro importante líder kurdo tuvo tales objetivos con anterioridad; los movimientos kurdos anteriores se habían limitado a la búsqueda de la independencia dentro del Estado donde vivían, en Turquía, Irán, Siria o Iraq. Dado el carácter en cierto modo feudal y regional, e incluso la naturaleza de clan del liderazgo kurdo, el PKK representó también una amenaza para el liderazgo kurdo tradicional debido a su visión política y social radical. La causa kurda se vio enormemente espoleada y fortalecida por la guerra del Golfo de 1991 en Kuwait, cuando los kurdos de Iraq se beneficiaron de la destrucción del ejército iraquí por parte de Estados Unidos. Los kurdos iraquíes declararon su autonomía y obtuvieron protección frente a ataques aéreos gracias a Estados Unidos y a las fuerzas aliadas. Esta situación proporcionó una autonomía de facto a los kurdos en Iraq, una realidad que inquietó tanto a Bagdad como a Ankara. Ankara, en particular, interpretó que tales hechos propiciaban un nuevo nacionalismo kurdo y sembraban las semillas de un Estado independiente kurdo en Iraq, susceptible de extenderse a Turquía. Este proceso de creciente independencia kurda de hecho en Iraq ha constituido una de las principales fuentes de fricción entre Washington y Ankara. La guerra del Golfo en Kuwait, de hecho, situó el problema kurdo en la agenda internacional por primera vez en tres cuartos de siglo. Kurdos turcos e iraníes se sintieron animados por tales acontecimientos a considerar las posibilidades de una mayor independencia en el futuro, si bien tal cuestión no es realista en la actualidad. Otro momento crucial se produjo en 1999 cuando Öcalan fue expulsado de Siria, donde se había refugiado durante muchos años. Después de tratar de encontrar un nuevo refugio a lo largo de meses, acabó en
Kenia, donde fue capturado por fuerzas de los servicios de inteligencia turcos con ayuda técnica de Estados Unidos. Fue encarcelado de por vida en Estambul, aunque sigue haciendo declaraciones públicas sobre asuntos políticos kurdos, con el consentimiento del Gobierno turco. Su captura fue un golpe del que el PKK nunca se ha recuperado y el movimiento ha tendido a escindirse de acuerdo con inclinaciones personales durante los años siguientes. Algunos observadores en Turquía han afirmado que los militares turcos, en realidad, favorecen la existencia y continuación del PKK, pues ello permite que las fuerzas armadas tengan notable voz en la política interna. Además, son las fuerzas armadas las que han insistido en manejar estrictamente la cuestión kurda como un problema de seguridad y no como una cuestión política, y han buscado en consecuencia una solución militar en lugar de un acuerdo político que entrañaría concesiones por ambas partes. Varios partidos kurdos han surgido en Turquía de forma esporádica, normalmente para ser declarados ilegales por los tribunales y prohibidos en consecuencia. No obstante, en los escaños del Parlamento turco se sientan bastantes kurdos con activa presencia en la política turca sin aludir explícitamente a la cuestión kurda como tal. Con el tiempo, sin embargo, los kurdos han podido expresarse en mayor medida como kurdos y hablar de sus aspiraciones a alcanzar mayor libertad cultural y el fin del régimen militar en las áreas kurdas. En el último decenio, el curso de los acontecimientos internacionales en la región ha favorecido constantemente a los kurdos, en particular la guerra de Iraq de 2003, que destruyó el régimen de Saddam y otorgó a los kurdos el papel más destacado en la política iraquí a lo largo de la historia, incluida la elección de Jalal Talabani, un kurdo,
como presidente de Iraq. Turquía ha presenciado el desarrollo de los acontecimientos en Iraq con gran sensación de incomodidad. Se ha visto obligada no sólo a recibir a destacados políticos kurdos de Iraq en Turquía, sino a recibir de hecho a Talabani como jefe de Estado kurdo de Iraq, todo lo cual ha tendido a legitimar la causa kurda. No obstante, durante el último decenio aproximadamente han tenido lugar en Turquía una serie de acontecimientos alentadores. En primer lugar, tras la guerra del Golfo en Kuwait, la palabra kurdo entró en el debate público turco; se han debatido más abiertamente la existencia de los kurdos y el problema kurdo. En segundo lugar, los kurdos pueden hablar kurdo en público, se han creado varios periódicos kurdos y la radio y televisión kurdas han autorizado emisiones en kurdo. Y precisamente en el año en curso varios parlamentarios han hablado en kurdo en el Parlamento turco, simplemente para ejercer su derecho. Se puede enseñar el kurdo en la escuela como asignatura opcional, con el turco como obligación. Los dirigentes y la sociedad turca han cobrado conciencia de que ya no pueden esconder la cabeza bajo tierra y deben comprender la realidad kurda en Iraq. La aspiración turca a entrar en la Unión Europea incrementa también la necesidad de una solución al problema kurdo. Empresarios de Turquía –tanto kurdos como turcos– han comenzado a invertir en empresas en el Kurdistán iraquí y crecen constantemente los lazos transfronterizos. Lo cierto es que durante mucho tiempo he argumentado que si los kurdos de Turquía se sienten satisfechos, este factor constituirá un imán para los kurdos de Iraq, que podrán acudir a Turquía donde existe una economía en auge, un floreciente orden democrático y estrechos vínculos con Europa. Turquía podría convertirse en el
eje de un futuro mundo kurdo. Los kurdos iraquíes, aunque no necesariamente, han apoyado el empleo de la violencia en Turquía, han mantenido sus simpatías con sus hermanos kurdos del PKK. En los últimos meses se advierten indicios de que el liderazgo kurdo iraquí se da cuenta de que la continuada existencia de la insurgencia del PKK dentro de Turquía, por débil que sea, ya no es deseable desde el punto de vista simbólico. El PKK forma ahora parte más del problema que de la solución. Dado que los combatientes del PKK se han refugiado durante decenios al otro lado de la frontera en las montañas de Iraq, existen algunas esperanzas de que el liderazgo kurdo iraquí ponga fin al PKK. La mayoría de los kurdos en Turquía, asimismo, que consideraron en su día al PKK como un instrumento para exponer sus problemas sobre la mesa, juzgan ahora que ha pasado la era de la violencia y que el PKK debería también abandonar toda acción armada. ¿Serán suficientes una mayor autonomía y libertad cultural a juicio de los kurdos de Turquía? Algunos analistas consideran que éste es sólo el primer paso en la pendiente que conducirá inevitablemente un día a las demandas kurdas de autonomía política, a continuación al federalismo y, en última instancia, a la independencia. A donde llevará este proceso resulta imprevisible. ¿Estarán todos los kurdos de la región unidos un día en un solo Estado? Las diferencias entre ellos pueden parecer excesivas. Por otro lado, es evidente que unos kurdos insatisfechos en Turquía constituyen una amenaza mucho mayor que la que representan unos kurdos satisfechos. Es alentador advertir que Turquía aborda actualmente de manera abierta, seria y realista la cuestión kurda por primera vez en la historia de la moderna república turca. Existen sólidos motivos para el optimismo en el futuro.
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La cuestión armenia Donald Bloxham PROFESOR DE HISTORIA MODERNA DE LA ESCUELA DE HISTORIA, CLÁSICOS Y ARQUEOLOGÍA, UNIVERSIDAD DE EDIMBURGO. AUTOR DE THE GREAT GAME OF GENOCIDE: IMPERIALISM, NATIONALISM, AND THE DESTRUCTION OF THE OTTOMAN ARMENIANS (OXFORD UNIVERSITY PRESS, 2005).
A
relación con la comprensión de la cambianPROXIMADAMENTE UN MILLÓN de armenios cristianos te historia demográfica del imperio otomafueron asesinados en no, las tensiones externas e internas que 1915-16, bajo sanción de experimentó el imperio en su ciclo final, las autoridades del Es- incluido el desarrollo del nacionalismo tado otomano, dirigido armenio y su expresión a través de partidos por la facción gobernan- nacionalistas y la implicación de las potente del Comité de Unión y cias europeas en la “cuestión armenia”. Por discriminatorias que fueran las Progreso (CUP). Las pruebas de esta destrucción de una población actitudes tradicionales hacia los armenios ampliamente indefensa por parte de las en una teocracia de predominio musulmán fuerzas de un Estado soberano son demasia- y por penosa que fuera la vida del campesido contundentes para perder el tiempo de- no armenio otomano medio, fue únicamenmostrando por qué el polémico “término te después de que la cuestión armenia llegaG”, genocidio, es totalmente aplicable en ra al tablero diplomático internacional este caso. Queda espacio, sin embargo, para durante la “crisis del este” de 1875-78 cuanun auténtico y más interesante debate inte- do se convirtió efectivamente en una cuestión tan envenenada lectual sobre los orípara sucesivos regígenes y desarrollo Después de la crisis de 1875-78 menes otomanos del genocidio, relato el problema armenio se convirtió que la respuesta conque coadyuva a ex- en una cuestión diplomática sistió en periódicas plicar por qué el Es- internacional y a partir de tado turco se mues- entonces los sucesivos regímenes matanzas. Estas rondas culminaron –sin tra tan sensible so- otomanos respondieron que ello debiera ser bre lo que su predecon periódicas matanzas indefectible por nincesor, el Estado otogún concepto– en el mano, hizo con los genocidio; la “internacionalización” de la armenios. Comprender el trasfondo del genocidio cuestión armenia propició el principal conincluye no sólo una inteligencia de la agen- texto a largo plazo según el cual deberían da ideológica del CUP o de la Primera enjuiciarse los acontecimientos, a corto plaGuerra Mundial sino que también guarda zo, de la Primera Guerra Mundial.
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El genocidio y la Primera Guerra Mundial El día de la conmemoración anual del genocidio es el 24 de abril, la fecha de 1915 que según numerosos especialistas señala el inicio de la puesta en marcha de un programa de destrucción gubernamental planificado con antelación que comenzó con el arresto de líderes políticos y sociales armenios en Estambul y otros lugares. Sin embargo, la idea de que el CUP abrigara un plan preconcebido desde hacía mucho tiempo antes para perpetrar el genocidio no resiste el análisis de la cuestión. Los acontecimientos del 24 de abril no eran los primeros ni los últimos hitos importantes de lo que cabe caracterizar con mayor precisión como una creciente política de destrucción modelada por los acontecimientos bélicos. En el otoño de 1914 habían comenzado masacres localizadas de cristianos armenios y asirios en las zonas fronterizas persas y rusas y sus teatros militares. Las medidas antiarmenias adoptaron una mayor escala en marzo-abril de 1915, pero sólo tras la promulgación el 27 de mayo de una ley provisional que sancionaba la autorización de deportaciones en el interés de la “seguridad” y la “necesidad militar” cabe hablar de una política sistemática de destrucción de una comunidad. Desde finales de la primavera y a lo largo del verano, un círculo cre-
ciente de deportaciones eliminó las comunidades armenias de Cilicia en la costa mediterránea y su entorno, del este y después el oeste de Anatolia, e incluso del este de Tracia, zonas que en su conjunto constituyen la mayor parte del territorio de la Turquía moderna. Los armenios se habían asentado por más tiempo, y en mayor número, en el este de Anatolia, y en 1914 formaban una sociedad plural con los kurdos, siendo los turcos una destacada tercera minoría. Los convoyes de población deportada del este de Anatolia fueron sometidos a ataques mortíferos por parte de fuerzas irregulares otomanas (la infame “Organización Especial’), miembros de tribus musulmanas locales y unidades del Tercer Ejército otomano. Apenas el 20 por ciento de estos deportados llegó al destino acordado en el desierto en Siria y Mesopotamia. Quienes completaron el viaje, como los armenios de Cilicia y el oeste de Anatolia, fueron recluidos por la fuerza en campos de concentración en el desierto, donde otros centenares de miles más perecieron de enfermedad, sed y hambre y en el curso de una nueva ronda de matanzas a lo largo de 1916. El contexto militar en la primavera de 1915 es revelador sobre los factores que influyeron en la política del CUP a corto plazo. El Gobierno otomano era consciente de las tentativas de acercamiento rusas a
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La cuestión armenia Donald Bloxham PROFESOR DE HISTORIA MODERNA DE LA ESCUELA DE HISTORIA, CLÁSICOS Y ARQUEOLOGÍA, UNIVERSIDAD DE EDIMBURGO. AUTOR DE THE GREAT GAME OF GENOCIDE: IMPERIALISM, NATIONALISM, AND THE DESTRUCTION OF THE OTTOMAN ARMENIANS (OXFORD UNIVERSITY PRESS, 2005).
A
relación con la comprensión de la cambianPROXIMADAMENTE UN MILLÓN de armenios cristianos te historia demográfica del imperio otomafueron asesinados en no, las tensiones externas e internas que 1915-16, bajo sanción de experimentó el imperio en su ciclo final, las autoridades del Es- incluido el desarrollo del nacionalismo tado otomano, dirigido armenio y su expresión a través de partidos por la facción gobernan- nacionalistas y la implicación de las potente del Comité de Unión y cias europeas en la “cuestión armenia”. Por discriminatorias que fueran las Progreso (CUP). Las pruebas de esta destrucción de una población actitudes tradicionales hacia los armenios ampliamente indefensa por parte de las en una teocracia de predominio musulmán fuerzas de un Estado soberano son demasia- y por penosa que fuera la vida del campesido contundentes para perder el tiempo de- no armenio otomano medio, fue únicamenmostrando por qué el polémico “término te después de que la cuestión armenia llegaG”, genocidio, es totalmente aplicable en ra al tablero diplomático internacional este caso. Queda espacio, sin embargo, para durante la “crisis del este” de 1875-78 cuanun auténtico y más interesante debate inte- do se convirtió efectivamente en una cuestión tan envenenada lectual sobre los orípara sucesivos regígenes y desarrollo Después de la crisis de 1875-78 menes otomanos del genocidio, relato el problema armenio se convirtió que la respuesta conque coadyuva a ex- en una cuestión diplomática sistió en periódicas plicar por qué el Es- internacional y a partir de tado turco se mues- entonces los sucesivos regímenes matanzas. Estas rondas culminaron –sin tra tan sensible so- otomanos respondieron que ello debiera ser bre lo que su predecon periódicas matanzas indefectible por nincesor, el Estado otogún concepto– en el mano, hizo con los genocidio; la “internacionalización” de la armenios. Comprender el trasfondo del genocidio cuestión armenia propició el principal conincluye no sólo una inteligencia de la agen- texto a largo plazo según el cual deberían da ideológica del CUP o de la Primera enjuiciarse los acontecimientos, a corto plaGuerra Mundial sino que también guarda zo, de la Primera Guerra Mundial.
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El genocidio y la Primera Guerra Mundial El día de la conmemoración anual del genocidio es el 24 de abril, la fecha de 1915 que según numerosos especialistas señala el inicio de la puesta en marcha de un programa de destrucción gubernamental planificado con antelación que comenzó con el arresto de líderes políticos y sociales armenios en Estambul y otros lugares. Sin embargo, la idea de que el CUP abrigara un plan preconcebido desde hacía mucho tiempo antes para perpetrar el genocidio no resiste el análisis de la cuestión. Los acontecimientos del 24 de abril no eran los primeros ni los últimos hitos importantes de lo que cabe caracterizar con mayor precisión como una creciente política de destrucción modelada por los acontecimientos bélicos. En el otoño de 1914 habían comenzado masacres localizadas de cristianos armenios y asirios en las zonas fronterizas persas y rusas y sus teatros militares. Las medidas antiarmenias adoptaron una mayor escala en marzo-abril de 1915, pero sólo tras la promulgación el 27 de mayo de una ley provisional que sancionaba la autorización de deportaciones en el interés de la “seguridad” y la “necesidad militar” cabe hablar de una política sistemática de destrucción de una comunidad. Desde finales de la primavera y a lo largo del verano, un círculo cre-
ciente de deportaciones eliminó las comunidades armenias de Cilicia en la costa mediterránea y su entorno, del este y después el oeste de Anatolia, e incluso del este de Tracia, zonas que en su conjunto constituyen la mayor parte del territorio de la Turquía moderna. Los armenios se habían asentado por más tiempo, y en mayor número, en el este de Anatolia, y en 1914 formaban una sociedad plural con los kurdos, siendo los turcos una destacada tercera minoría. Los convoyes de población deportada del este de Anatolia fueron sometidos a ataques mortíferos por parte de fuerzas irregulares otomanas (la infame “Organización Especial’), miembros de tribus musulmanas locales y unidades del Tercer Ejército otomano. Apenas el 20 por ciento de estos deportados llegó al destino acordado en el desierto en Siria y Mesopotamia. Quienes completaron el viaje, como los armenios de Cilicia y el oeste de Anatolia, fueron recluidos por la fuerza en campos de concentración en el desierto, donde otros centenares de miles más perecieron de enfermedad, sed y hambre y en el curso de una nueva ronda de matanzas a lo largo de 1916. El contexto militar en la primavera de 1915 es revelador sobre los factores que influyeron en la política del CUP a corto plazo. El Gobierno otomano era consciente de las tentativas de acercamiento rusas a
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LA CUESTIÓN ARMENIA
El famoso levantamiento de 1915 en la ciudad de Van como reacción a la oleada de atrocidades ha sido invocado desde entonces por los nacionalistas turcos como una señal de traición y deslealtad de los armenios
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los nacionalistas armenios otomanos desde finales de 1914 y trataba de conseguir algo muy similar incitando a los musulmanes en territorio ruso a levantarse contra sus gobernantes. En el contexto de la guerra ruso-otomana las sospechas mutuas así suscitadas propiciaron masacres locales de armenios en el curso del invierno, aunque en realidad existía muy poca colaboración rusoarmenia. El nivel creciente de violencia de Estado contra los armenios de las regiones fronterizas orientales provocó, en último término, el famoso levantamiento armenio en la ciudad de Van en la primavera de 1915, que los nacionalistas turcos han invocado desde entonces como una señal de la traición y deslealtad armenia. El comienzo del episodio de Van (20 de abril) coincidió con los preparativos otomanos ante el inminente asalto anglofrancés en la península de Gallípoli (25 de abril) y es ilustrativo sobre las detenciones del 24 de abril. La acción defensiva armenia en Van concluyó mientras fuerzas rusas avanzaban en Anatolia y los otomanos se retiraban (16-18 de mayo); en conjunto tales acontecimientos explican la ley de 27 de mayo. La actitud del Estado hacia su población armenia no se produjo por arte de magia después del comienzo de la guerra en 1914: la relación simbiótica entre intervención externa y violencia interna en el imperio otomano persistía tanto en tiempos de paz internacional como en la guerra. Un esquema ya perfilado 20 años antes, en 1895, al inicio del primer asalto general sobre la población armenia, que elevó la cifra de muertos al menos a 80.000. En aquella ocasión, la presión británica favorable a las reformas en beneficio de la seguridad de los armenios sucedía a una matanza en 1894 de al menos 3.000 armenios en la región de Sasun, en la provincia de Bitlis. (La matanza de 1894, a su vez, se había producido en el marco de factores específicos locales.) La capitulación otomana en octubre de 1895 a tales demandas de reforma por parte del sultán Abdul Hamid II fue seguida rápidamente de una proliferación de matanzas en el curso de los meses siguientes, comenzando en el este de Anatolia y extendiéndose al oeste y sur de esta región. Las matanzas no eran genocidas en el sentido de que su intención no era borrar
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del mapa a la comunidad armenia como tal; se concebían como represalia y advertencia a una minoría no musulmana supuestamente desleal que había estado actuando de una forma impropia tanto agitando su situación en el interior como en sus relaciones con el mundo exterior sobre la cuestión de las reformas.
Las raíces del genocidio Cabe detectar las directrices ideológicas del imperio otomano en su etapa final en una serie de correcciones cambiantes para afrontar el problema del declive imperial planteadas por una parte por los europeos más avanzados económica y militarmente y, por otra, por las tensiones internas a medida que grupos cristianos en particular desarrollaron una conciencia nacional que tendía a traducirse en demandas de una mayor autonomía y/o secesión. Una de estas “soluciones” fue el “panislamismo” de Abdul Hamid II. El panislamismo representaba un intento neoconservador de apelar a los musulmanes suníes del imperio y de más allá, e intentaba forjar la mayoría musulmana en el seno de una unidad política más robusta. Por definición, fue una reacción contra la “solución” precedente más integradora de la doctrina estatal del otomanismo, manifestada en las reformas Tanzimat de mediados del siglo. Las reformas Tanzimat habían legislado a favor de una mayor igualdad musulmano-cristiana, conjuntamente con otras medidas modernizadoras, por el procedimiento de ligar los intereses y el poder económico de los cristianos otomanos al futuro del Estado. Sin embargo, la Tanzimat no había frenado el separatismo cristiano balcánico, como quedó demostrado con la pérdida –formal o efectivamente – de Serbia, Bosnia, Herzegovina, Montenegro, Rumanía y gran parte de Bulgaria durante la “crisis del este” de 1875-78. (Los armenios, debe subrayarse, siguieron comprometidos con el Estado otomano en aquel momento.) La Tanzimat tampoco mejoró la capacidad otomana de combatir contra otras grandes potencias. Durante 1877-78 el ejército ruso atravesó el Cáucaso y ocupó brevemente el nordeste de Anatolia; según los términos del tratado de 1878, Rusia obtuvo entonces una serie de
territorios al sur del Cáucaso, y, con ellos, incrementó considerablemente el número de armenios bajo su control. Finalmente, las reformas tampoco consiguieron el efecto deseado sobre la racionalización de las finanzas otomanas: los efectos de la guerra, la depresión global y el excesivo consumo en Estambul significaban que el imperio no podía pagar sus préstamos y por consiguiente debía ceder de hecho el control fiscal dentro de sus propias fronteras a sus principales acreedores, Gran Bretaña y Francia que, a su vez, crearon su propio mecanismo de recaudación de impuestos, la Administración otomana de la Deuda Pública, en el año 1881. Con la pérdida de provincias europeas clave y la simultánea expulsión despiadada de muchos de sus súbditos musulmanes por parte de los nuevos regímenes cristianos balcánicos, la composición de la población del imperio se tornó mucho más islámica y su centro de gravedad se desplazó y adentró en Anatolia. Sin embargo, la soberanía otomana incluso sobre estas zonas no se hallaba ni mucho menos garantizada. Los armenios del este de Anatolia habían sufrido matanzas y pillajes durante la guerra de 1877-78 a manos de kurdos armados, y habían acogido positivamente la seguridad temporal ofrecida por las fuerzas rusas. En la conferencia de paz los líderes armenios apelaron por fin a las potencias a favor de una autonomía administrativa propia, pero Gran Bretaña se opuso a ello, deseosa de mantener la integridad territorial otomana contra Rusia a fin de proteger las rutas por tierra hacia la posesión imperial de Gran Bretaña, India. La alternativa propuesta por Gran Bretaña consistía únicamente en renovadas reformas y así, por primera vez en los tratados internacionales, los armenios quedaban caracterizados como beneficiarios entre los muchos pueblos no musulmanes otomanos. Sin embargo, frente a una historia de resentimiento otomano contra anteriores reformas pro cristianas de influencia británica, y la comprensión de que el creciente control de Gran Bretaña de la economía otomana era tan amenazador para la soberanía de Estambul como la pérdida territorial efectiva, Abdul Hamid comenzó a enfrentar entre sí a las potencias europeas, utilizando sobre todo a la recién
llegada Alemania como contrapeso de Gran Bretaña, a fin de imposibilitar la aplicación de las reformas. Los armenios concienciados políticamente se dieron cuenta de que las reformas quedarían en papel mojado sin una presión exterior favorable a su aplicación. Siguiendo el éxito del modelo de algunos revolucionarios balcánicos en su apelación a Rusia, los partidos nacionalistas armenios fundados en el decenio de 1880 empezaron a utilizar espectaculares métodos terroristas para llamar la atención sobre el difícil trance de sus familiares. En este ambiente de notable resentimiento contra la intervención europea y el temor de un posible separatismo armenio en las que ahora se consideraban tierras centrales del imperio, se perpetraron las matanzas de 1895-96. La tercera y última “solución” proyectada al declive otomano la proporcionó el CUP después de su golpe de 1908. De modo especial después de que los acontecimientos políticos de 1912-13 resultaran en la llegada al poder de los elementos más radicales del CUP, desaparecieron los vestigios de compromiso o responsabilidad hacia los cristianos que quedaban. Aunque miembros importantes del CUP eran nacionalistas laicos y se referían crecientemente a la identidad turca en lugar de musulmana (lo que por tanto ponía en peligro a los kurdos otomanos), las divisiones religiosas seguían siendo básicas en las concepciones de la identidad étnica en el imperio y el anticristianismo del CUP se agudizó durante las guerras balcánicas de 1912-13 mientras que el imperio perdió la mayor parte de Macedonia y recibió unos 400.000 refugiados musulmanes más, muchos expulsados de la manera más brutal. Aunque la suerte de los armenios se halla íntimamente unida a tales episodios demográficos generales, posee también su propia dinámica. Al término de las guerras balcánicas, Estambul se topó con un renovado plan armenio de reforma, patrocinado esta vez por una Rusia oportunista que intentaba ampliar su influencia política en el Próximo Oriente. La entrada otomana en la Primera Guerra Mundial junto a las potencias centrales fue una oportunidad para privar al imperio de todas las formas de influencia extranjera indeseada, desde el nuevo plan
Las matanzas registradas entre 1895 y 1896 se perpretaron en un ambiente de resentimiento contra la intervención europea y el temor al separatismo armenio en los territorios centrales del imperio
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El famoso levantamiento de 1915 en la ciudad de Van como reacción a la oleada de atrocidades ha sido invocado desde entonces por los nacionalistas turcos como una señal de traición y deslealtad de los armenios
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los nacionalistas armenios otomanos desde finales de 1914 y trataba de conseguir algo muy similar incitando a los musulmanes en territorio ruso a levantarse contra sus gobernantes. En el contexto de la guerra ruso-otomana las sospechas mutuas así suscitadas propiciaron masacres locales de armenios en el curso del invierno, aunque en realidad existía muy poca colaboración rusoarmenia. El nivel creciente de violencia de Estado contra los armenios de las regiones fronterizas orientales provocó, en último término, el famoso levantamiento armenio en la ciudad de Van en la primavera de 1915, que los nacionalistas turcos han invocado desde entonces como una señal de la traición y deslealtad armenia. El comienzo del episodio de Van (20 de abril) coincidió con los preparativos otomanos ante el inminente asalto anglofrancés en la península de Gallípoli (25 de abril) y es ilustrativo sobre las detenciones del 24 de abril. La acción defensiva armenia en Van concluyó mientras fuerzas rusas avanzaban en Anatolia y los otomanos se retiraban (16-18 de mayo); en conjunto tales acontecimientos explican la ley de 27 de mayo. La actitud del Estado hacia su población armenia no se produjo por arte de magia después del comienzo de la guerra en 1914: la relación simbiótica entre intervención externa y violencia interna en el imperio otomano persistía tanto en tiempos de paz internacional como en la guerra. Un esquema ya perfilado 20 años antes, en 1895, al inicio del primer asalto general sobre la población armenia, que elevó la cifra de muertos al menos a 80.000. En aquella ocasión, la presión británica favorable a las reformas en beneficio de la seguridad de los armenios sucedía a una matanza en 1894 de al menos 3.000 armenios en la región de Sasun, en la provincia de Bitlis. (La matanza de 1894, a su vez, se había producido en el marco de factores específicos locales.) La capitulación otomana en octubre de 1895 a tales demandas de reforma por parte del sultán Abdul Hamid II fue seguida rápidamente de una proliferación de matanzas en el curso de los meses siguientes, comenzando en el este de Anatolia y extendiéndose al oeste y sur de esta región. Las matanzas no eran genocidas en el sentido de que su intención no era borrar
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del mapa a la comunidad armenia como tal; se concebían como represalia y advertencia a una minoría no musulmana supuestamente desleal que había estado actuando de una forma impropia tanto agitando su situación en el interior como en sus relaciones con el mundo exterior sobre la cuestión de las reformas.
Las raíces del genocidio Cabe detectar las directrices ideológicas del imperio otomano en su etapa final en una serie de correcciones cambiantes para afrontar el problema del declive imperial planteadas por una parte por los europeos más avanzados económica y militarmente y, por otra, por las tensiones internas a medida que grupos cristianos en particular desarrollaron una conciencia nacional que tendía a traducirse en demandas de una mayor autonomía y/o secesión. Una de estas “soluciones” fue el “panislamismo” de Abdul Hamid II. El panislamismo representaba un intento neoconservador de apelar a los musulmanes suníes del imperio y de más allá, e intentaba forjar la mayoría musulmana en el seno de una unidad política más robusta. Por definición, fue una reacción contra la “solución” precedente más integradora de la doctrina estatal del otomanismo, manifestada en las reformas Tanzimat de mediados del siglo. Las reformas Tanzimat habían legislado a favor de una mayor igualdad musulmano-cristiana, conjuntamente con otras medidas modernizadoras, por el procedimiento de ligar los intereses y el poder económico de los cristianos otomanos al futuro del Estado. Sin embargo, la Tanzimat no había frenado el separatismo cristiano balcánico, como quedó demostrado con la pérdida –formal o efectivamente – de Serbia, Bosnia, Herzegovina, Montenegro, Rumanía y gran parte de Bulgaria durante la “crisis del este” de 1875-78. (Los armenios, debe subrayarse, siguieron comprometidos con el Estado otomano en aquel momento.) La Tanzimat tampoco mejoró la capacidad otomana de combatir contra otras grandes potencias. Durante 1877-78 el ejército ruso atravesó el Cáucaso y ocupó brevemente el nordeste de Anatolia; según los términos del tratado de 1878, Rusia obtuvo entonces una serie de
territorios al sur del Cáucaso, y, con ellos, incrementó considerablemente el número de armenios bajo su control. Finalmente, las reformas tampoco consiguieron el efecto deseado sobre la racionalización de las finanzas otomanas: los efectos de la guerra, la depresión global y el excesivo consumo en Estambul significaban que el imperio no podía pagar sus préstamos y por consiguiente debía ceder de hecho el control fiscal dentro de sus propias fronteras a sus principales acreedores, Gran Bretaña y Francia que, a su vez, crearon su propio mecanismo de recaudación de impuestos, la Administración otomana de la Deuda Pública, en el año 1881. Con la pérdida de provincias europeas clave y la simultánea expulsión despiadada de muchos de sus súbditos musulmanes por parte de los nuevos regímenes cristianos balcánicos, la composición de la población del imperio se tornó mucho más islámica y su centro de gravedad se desplazó y adentró en Anatolia. Sin embargo, la soberanía otomana incluso sobre estas zonas no se hallaba ni mucho menos garantizada. Los armenios del este de Anatolia habían sufrido matanzas y pillajes durante la guerra de 1877-78 a manos de kurdos armados, y habían acogido positivamente la seguridad temporal ofrecida por las fuerzas rusas. En la conferencia de paz los líderes armenios apelaron por fin a las potencias a favor de una autonomía administrativa propia, pero Gran Bretaña se opuso a ello, deseosa de mantener la integridad territorial otomana contra Rusia a fin de proteger las rutas por tierra hacia la posesión imperial de Gran Bretaña, India. La alternativa propuesta por Gran Bretaña consistía únicamente en renovadas reformas y así, por primera vez en los tratados internacionales, los armenios quedaban caracterizados como beneficiarios entre los muchos pueblos no musulmanes otomanos. Sin embargo, frente a una historia de resentimiento otomano contra anteriores reformas pro cristianas de influencia británica, y la comprensión de que el creciente control de Gran Bretaña de la economía otomana era tan amenazador para la soberanía de Estambul como la pérdida territorial efectiva, Abdul Hamid comenzó a enfrentar entre sí a las potencias europeas, utilizando sobre todo a la recién
llegada Alemania como contrapeso de Gran Bretaña, a fin de imposibilitar la aplicación de las reformas. Los armenios concienciados políticamente se dieron cuenta de que las reformas quedarían en papel mojado sin una presión exterior favorable a su aplicación. Siguiendo el éxito del modelo de algunos revolucionarios balcánicos en su apelación a Rusia, los partidos nacionalistas armenios fundados en el decenio de 1880 empezaron a utilizar espectaculares métodos terroristas para llamar la atención sobre el difícil trance de sus familiares. En este ambiente de notable resentimiento contra la intervención europea y el temor de un posible separatismo armenio en las que ahora se consideraban tierras centrales del imperio, se perpetraron las matanzas de 1895-96. La tercera y última “solución” proyectada al declive otomano la proporcionó el CUP después de su golpe de 1908. De modo especial después de que los acontecimientos políticos de 1912-13 resultaran en la llegada al poder de los elementos más radicales del CUP, desaparecieron los vestigios de compromiso o responsabilidad hacia los cristianos que quedaban. Aunque miembros importantes del CUP eran nacionalistas laicos y se referían crecientemente a la identidad turca en lugar de musulmana (lo que por tanto ponía en peligro a los kurdos otomanos), las divisiones religiosas seguían siendo básicas en las concepciones de la identidad étnica en el imperio y el anticristianismo del CUP se agudizó durante las guerras balcánicas de 1912-13 mientras que el imperio perdió la mayor parte de Macedonia y recibió unos 400.000 refugiados musulmanes más, muchos expulsados de la manera más brutal. Aunque la suerte de los armenios se halla íntimamente unida a tales episodios demográficos generales, posee también su propia dinámica. Al término de las guerras balcánicas, Estambul se topó con un renovado plan armenio de reforma, patrocinado esta vez por una Rusia oportunista que intentaba ampliar su influencia política en el Próximo Oriente. La entrada otomana en la Primera Guerra Mundial junto a las potencias centrales fue una oportunidad para privar al imperio de todas las formas de influencia extranjera indeseada, desde el nuevo plan
Las matanzas registradas entre 1895 y 1896 se perpretaron en un ambiente de resentimiento contra la intervención europea y el temor al separatismo armenio en los territorios centrales del imperio
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Atatürk frustró la intentona de Gran Bretaña de reafirmar su influencia en el Cáucaso con la creación de un Estado armenio independiente en Anatolia como baluarte tanto frente al imperio otomano como frente a Rusia
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de reforma armenio a la Administración de la Deuda. La guerra ofreció también la posibilidad de una renovada ampliación del imperio a las fronteras anteriores a 1878 y, probablemente, alguna forma de reordenación interna. Al propio tiempo, la derrota significaría indudablemente la partición final. El CUP estaba llevando el imperio a una lucha a vida o muerte. A pesar de la reducida escala de la colaboración bélica rusoarmenia en 1914-15, por entonces ya se juzgaba a los armenios sospechosos debido a su propia identidad étnica y en el contexto bélico hizo falta bien poco para que el CUP cruzara la línea hacia el genocidio. En cuanto a las potencias de la (Triple) Entente, en 1915, efectivamente estaban convergiendo hacia un acuerdo acerca de la división del imperio otomano, cuando la revolución bolchevique de 1917 supuso para los antiguos aliados otro implacable oponente. En el último año de la guerra –y más adelante–, ello llevó a Gran Bretaña a intentar reafirmar su influencia en el Cáucaso protegiendo la ruta a India; por las mismas razones la revolución también llevó a las primeras conversaciones serias sobre un Estado armenio independiente en Anatolia como baluarte tanto contra el imperio otomano como contra Rusia. El intento quedó frustrado ya que Mustafá Kemal capitaneó un fuerte movimiento nacionalista turco que condujo a una asombrosa serie de victorias militares y diplomáticas a partir de 1919 y, finalmente, al liderazgo del nuevo e independiente Estado turco, aunque sin evitar el espectro de una Armenia independiente rondando a los turcos durante los años venideros. De hecho, el mismo estímulo al desafío de Mustafá Kemal lo proporcionó el propio anhelo tosco y egoísta de los objetivos imperiales europeos en Anatolia y el Cáucaso al final de la Primera Guerra Mundial, un período en el cual griegos, turcos, kurdos, armenios, azeríes y georgianos se convirtieron tanto en perpetradores como en víctimas de la terrible atrocidad. La nueva Turquía nació acompañada de la violencia. Seguiría sintiéndose muy susceptible acerca de este aspecto de su derecho de nacimiento, aún más agudamente con relación a la violencia inflingida sobre los armenios –y posteriormente sobre
LA CUESTIÓN ARMENIA
los kurdos– en orden al interés de mantener el este de Anatolia bajo soberanía turca. Los historiadores nacionalistas siguen sirviendo a los intereses de los fundadores del Estado con su negación y distorsión de los acontecimientos de 1915-16.
Del genocidio a la negación internacional En 1919 Estados Unidos entró en la vorágine de las agendas imperiales rivales y conflictos interétnicos en Oriente Próximo. Con anterioridad, la política de Estados Unidos se había guiado ampliamente por las dobles tradiciones de no intervención política y ayuda caritativa a los cristianos otomanos, ayuda que culminó en cuantiosas donaciones a los armenios que tanto padecieron durante la Primera Guerra Mundial. Con la tentativa posbélica anglofrancesa de dividir los territorios otomanos, los diplomáticos estadounidenses comenzaron a insistir enérgicamente en los “derechos estadounidenses” (lo que debería interpretarse como privilegios económicos estadounidenses, al menos iguales que los que perseguían Gran Bretaña y Francia). De modo parecido a sus equivalentes alemanes que luchaban con Gran Bretaña para disponer de un punto de apoyo otomano en el decenio de 1890, una baza de negociación clave que poseían estos diplomáticos era la negociabilidad de su actitud hacia la cuestión armenia en un momento en que otras potencias la estaban utilizando como un bastón con el que azuzar a los turcos. La resolución del circunspecto desentendimiento oficial estadounidense con relación a su preocupación por los armenios estuvo en proporción directa con la fuerza del sentimiento interno estadounidense (que continuó hasta bien entrado los años 20) que presionaba, carente de realismo, en favor de la creación de una Armenia independiente. Diplomáticos estadounidenses se embarcaron en una campaña de relaciones públicas en Estados Unidos para revisar la historia reciente a favor de los turcos asediados y contra los armenios “traicioneros, agresivos”, “delegados de hecho de los europeos”. Al mismo tiempo, los kemalistas aprendieron rápidamente cómo presionar al Departamento de Estado cada vez que se suscitaba la cuestión armenia, como,
en el caso más conocido, en la exitosa campaña de 1935 para hundir la producción de la película de la MGM basada en la novela de Franz Werfel sobre la resistencia armenia durante el genocidio, Los cuarenta días de Musa Dagh. La negación turca –en propio interés y con el apoyo del Estado– de la suerte de los armenios comenzó así rápidamente después del genocidio y encontró una creciente aceptación internacional. Igual que Estados Unidos, Gran Bretaña llegó a reconocer como un hecho consumado el control kemalista de Anatolia, y el hecho de que la nueva Turquía no expansionista y antibolchevique podría así incorporarse beneficiosamente a sus propias geopolíticas. Posteriormente, durante la guerra fría, Turquía se alineó firmemente en el campo occidental. Después de la guerra fría, Turquía continuó disfrutando de un trato solícito de los americanos y en calidad de un Estado laico con población musulmana se le consideraba un aliado útil en la “guerra” contra el terrorismo islamista.
La situación contemporánea Ha aumentado la presión exterior para que Turquía reconozca la suerte de los armenios. Parte de la presión es de carácter moral y proviene de una creciente conciencia del genocidio después del Holocausto y de los genocidios de Ruanda y Yugoslavia. Sin embargo, una importante parte es política. Algunas organizaciones nacionalistas armenias presionan por el reconocimiento del genocidio como parte de un paquete político que incluye compensación territorial y posiblemente económica. Estas asociaciones han sido apuntadas por las elites nacionalistas turcas como signos de que los armenios todavía albergan intenciones perversas y perniciosas hacia el Estado turco y están dispuestos a apelar a estados terceros para sus fines, insistiendo de esta forma en actitudes antiarmenias ya asentadas. Turquía ha amenazado repetidamente con lesionar los intereses de los estados que efectivamente reconocen el genocidio y ha pronunciado amenazas implícitas contra la pequeña minoría armenia que todavía queda en Turquía. Por muy correcto que sea llamar al genocidio “genocidio”, no resulta apropia-
do pensar en que una mayor presión estadounidense sobre Turquía a favor de su reconocimiento sería tanto un resultado de acontecimientos geopolíticos (la decreciente posición de Turquía en las prioridades estadounidenses en Oriente Medio desde la invasión de Iraq de 2003) como de la preocupación –basada en los principios– por la actualidad histórica de 1915-16. La propia idea de estados pronunciándose sobre cuestiones históricas debería hacer estremecerse al historiador. El historiador podría reflexionar asimismo sobre la ironía de estados terceros (Estados Unidos, miembros de la Unión Europea) cuya propia historia está manchada con la sangre de los colonizados y que presumen de poseer autoridad moral para pronunciarse sobre la cuestión del genocidio. No obstante, la intrincada complejidad de las cuestiones históricas, morales y políticas no significa que los motivos y argumentos de cada “bando” en la batalla del reconocimiento puedan ser buenos o malos a partes iguales. Y aunque es un factor negativo que los políticos dicten la interpretación de la historia, bajo ciertas circunstancias puede ser un mal menor. El genocidio habría quedado enterrado por Turquía hace mucho tiempo si la diáspora armenia no hubiera mantenido viva la cuestión, y presentaría un escenario mucho menos deseable que el actual. Existe cierta esperanza en un escenario positivo sin ambigüedades. Una creciente sociedad civil turca es cada vez más crítica con la línea establecida por el Estado sobre la cuestión armenia, y en diciembre de 2008, 200 intelectuales turcos firmaron una disculpa por la “Gran Catástrofe” a la que posteriormente muchos miles más de ciudadanos turcos se han ido añadiendo. Una reforma interna resultaría más aceptable para el pueblo turco que una impuesta desde el exterior y, presumiblemente, más permanente. Pero las perspectivas de mayores progresos relativas a un abordaje en regla de los acontecimientos de 1915-16 se hallan vinculadas en Turquía a luchas políticas partidistas y también a las relaciones cambiantes de Turquía con Estados Unidos, con la Unión Europea y con el propio Estado de Armenia. El futuro del pasado sigue siendo incierto.
La historia del genocidio habría quedado liquidada por Turquía desde hace mucho tiempo y el escenario sería muy distinto al actual si la diáspora armenia no hubiera mantenido viva esta tragedia
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de reforma armenio a la Administración de la Deuda. La guerra ofreció también la posibilidad de una renovada ampliación del imperio a las fronteras anteriores a 1878 y, probablemente, alguna forma de reordenación interna. Al propio tiempo, la derrota significaría indudablemente la partición final. El CUP estaba llevando el imperio a una lucha a vida o muerte. A pesar de la reducida escala de la colaboración bélica rusoarmenia en 1914-15, por entonces ya se juzgaba a los armenios sospechosos debido a su propia identidad étnica y en el contexto bélico hizo falta bien poco para que el CUP cruzara la línea hacia el genocidio. En cuanto a las potencias de la (Triple) Entente, en 1915, efectivamente estaban convergiendo hacia un acuerdo acerca de la división del imperio otomano, cuando la revolución bolchevique de 1917 supuso para los antiguos aliados otro implacable oponente. En el último año de la guerra –y más adelante–, ello llevó a Gran Bretaña a intentar reafirmar su influencia en el Cáucaso protegiendo la ruta a India; por las mismas razones la revolución también llevó a las primeras conversaciones serias sobre un Estado armenio independiente en Anatolia como baluarte tanto contra el imperio otomano como contra Rusia. El intento quedó frustrado ya que Mustafá Kemal capitaneó un fuerte movimiento nacionalista turco que condujo a una asombrosa serie de victorias militares y diplomáticas a partir de 1919 y, finalmente, al liderazgo del nuevo e independiente Estado turco, aunque sin evitar el espectro de una Armenia independiente rondando a los turcos durante los años venideros. De hecho, el mismo estímulo al desafío de Mustafá Kemal lo proporcionó el propio anhelo tosco y egoísta de los objetivos imperiales europeos en Anatolia y el Cáucaso al final de la Primera Guerra Mundial, un período en el cual griegos, turcos, kurdos, armenios, azeríes y georgianos se convirtieron tanto en perpetradores como en víctimas de la terrible atrocidad. La nueva Turquía nació acompañada de la violencia. Seguiría sintiéndose muy susceptible acerca de este aspecto de su derecho de nacimiento, aún más agudamente con relación a la violencia inflingida sobre los armenios –y posteriormente sobre
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los kurdos– en orden al interés de mantener el este de Anatolia bajo soberanía turca. Los historiadores nacionalistas siguen sirviendo a los intereses de los fundadores del Estado con su negación y distorsión de los acontecimientos de 1915-16.
Del genocidio a la negación internacional En 1919 Estados Unidos entró en la vorágine de las agendas imperiales rivales y conflictos interétnicos en Oriente Próximo. Con anterioridad, la política de Estados Unidos se había guiado ampliamente por las dobles tradiciones de no intervención política y ayuda caritativa a los cristianos otomanos, ayuda que culminó en cuantiosas donaciones a los armenios que tanto padecieron durante la Primera Guerra Mundial. Con la tentativa posbélica anglofrancesa de dividir los territorios otomanos, los diplomáticos estadounidenses comenzaron a insistir enérgicamente en los “derechos estadounidenses” (lo que debería interpretarse como privilegios económicos estadounidenses, al menos iguales que los que perseguían Gran Bretaña y Francia). De modo parecido a sus equivalentes alemanes que luchaban con Gran Bretaña para disponer de un punto de apoyo otomano en el decenio de 1890, una baza de negociación clave que poseían estos diplomáticos era la negociabilidad de su actitud hacia la cuestión armenia en un momento en que otras potencias la estaban utilizando como un bastón con el que azuzar a los turcos. La resolución del circunspecto desentendimiento oficial estadounidense con relación a su preocupación por los armenios estuvo en proporción directa con la fuerza del sentimiento interno estadounidense (que continuó hasta bien entrado los años 20) que presionaba, carente de realismo, en favor de la creación de una Armenia independiente. Diplomáticos estadounidenses se embarcaron en una campaña de relaciones públicas en Estados Unidos para revisar la historia reciente a favor de los turcos asediados y contra los armenios “traicioneros, agresivos”, “delegados de hecho de los europeos”. Al mismo tiempo, los kemalistas aprendieron rápidamente cómo presionar al Departamento de Estado cada vez que se suscitaba la cuestión armenia, como,
en el caso más conocido, en la exitosa campaña de 1935 para hundir la producción de la película de la MGM basada en la novela de Franz Werfel sobre la resistencia armenia durante el genocidio, Los cuarenta días de Musa Dagh. La negación turca –en propio interés y con el apoyo del Estado– de la suerte de los armenios comenzó así rápidamente después del genocidio y encontró una creciente aceptación internacional. Igual que Estados Unidos, Gran Bretaña llegó a reconocer como un hecho consumado el control kemalista de Anatolia, y el hecho de que la nueva Turquía no expansionista y antibolchevique podría así incorporarse beneficiosamente a sus propias geopolíticas. Posteriormente, durante la guerra fría, Turquía se alineó firmemente en el campo occidental. Después de la guerra fría, Turquía continuó disfrutando de un trato solícito de los americanos y en calidad de un Estado laico con población musulmana se le consideraba un aliado útil en la “guerra” contra el terrorismo islamista.
La situación contemporánea Ha aumentado la presión exterior para que Turquía reconozca la suerte de los armenios. Parte de la presión es de carácter moral y proviene de una creciente conciencia del genocidio después del Holocausto y de los genocidios de Ruanda y Yugoslavia. Sin embargo, una importante parte es política. Algunas organizaciones nacionalistas armenias presionan por el reconocimiento del genocidio como parte de un paquete político que incluye compensación territorial y posiblemente económica. Estas asociaciones han sido apuntadas por las elites nacionalistas turcas como signos de que los armenios todavía albergan intenciones perversas y perniciosas hacia el Estado turco y están dispuestos a apelar a estados terceros para sus fines, insistiendo de esta forma en actitudes antiarmenias ya asentadas. Turquía ha amenazado repetidamente con lesionar los intereses de los estados que efectivamente reconocen el genocidio y ha pronunciado amenazas implícitas contra la pequeña minoría armenia que todavía queda en Turquía. Por muy correcto que sea llamar al genocidio “genocidio”, no resulta apropia-
do pensar en que una mayor presión estadounidense sobre Turquía a favor de su reconocimiento sería tanto un resultado de acontecimientos geopolíticos (la decreciente posición de Turquía en las prioridades estadounidenses en Oriente Medio desde la invasión de Iraq de 2003) como de la preocupación –basada en los principios– por la actualidad histórica de 1915-16. La propia idea de estados pronunciándose sobre cuestiones históricas debería hacer estremecerse al historiador. El historiador podría reflexionar asimismo sobre la ironía de estados terceros (Estados Unidos, miembros de la Unión Europea) cuya propia historia está manchada con la sangre de los colonizados y que presumen de poseer autoridad moral para pronunciarse sobre la cuestión del genocidio. No obstante, la intrincada complejidad de las cuestiones históricas, morales y políticas no significa que los motivos y argumentos de cada “bando” en la batalla del reconocimiento puedan ser buenos o malos a partes iguales. Y aunque es un factor negativo que los políticos dicten la interpretación de la historia, bajo ciertas circunstancias puede ser un mal menor. El genocidio habría quedado enterrado por Turquía hace mucho tiempo si la diáspora armenia no hubiera mantenido viva la cuestión, y presentaría un escenario mucho menos deseable que el actual. Existe cierta esperanza en un escenario positivo sin ambigüedades. Una creciente sociedad civil turca es cada vez más crítica con la línea establecida por el Estado sobre la cuestión armenia, y en diciembre de 2008, 200 intelectuales turcos firmaron una disculpa por la “Gran Catástrofe” a la que posteriormente muchos miles más de ciudadanos turcos se han ido añadiendo. Una reforma interna resultaría más aceptable para el pueblo turco que una impuesta desde el exterior y, presumiblemente, más permanente. Pero las perspectivas de mayores progresos relativas a un abordaje en regla de los acontecimientos de 1915-16 se hallan vinculadas en Turquía a luchas políticas partidistas y también a las relaciones cambiantes de Turquía con Estados Unidos, con la Unión Europea y con el propio Estado de Armenia. El futuro del pasado sigue siendo incierto.
La historia del genocidio habría quedado liquidada por Turquía desde hace mucho tiempo y el escenario sería muy distinto al actual si la diáspora armenia no hubiera mantenido viva esta tragedia
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DE ATATÜRK A ERDOGAN
1922
Historia de una república laica con una mayoría islamista La desintegración del imperio Otomano se aceleró a principios del siglo XX con la emancipación del emir de Hedjaz en Arabia, la conquista italiana de Tripolitania y las islas del Dodecaneso en 1912 y la derrota en la primera guerra de los Balcanes, que prácticamente expulsó a los otomanos de Europa, con la excepción de Constantinopla y de la Tracia oriental. La posterior entrada en la Primera Guerra Mundial en el bando de las potencias centrales significaría la puntilla. La derrota supuso la amputación territorial del mundo árabe y abrió las puertas del poder a Mustafá Kemal, Atatürk (padre de los turcos), uno de los oficiales de los “jóvenes turcos”, que proclamó la república y el final del imperio y del califato. Atatürk creó el concepto de nación turca, en sustitución de la versión nacional-religiosa otomana que fue el califato. Es decir, creó una Turquía secular, pero que no era por ello menos islámica en cuanto a creencia. Hoy día, Turquía tiene un sistema político que, aunque limitado democráticamente, es visto como un ejemplo a seguir por quienes pretenden modernizar el mundo musulmán, en oposición di-recta a los regímenes teocráticos de Irán y Arabia Saudí. En Turquía, el ejército, según una Constitución diseñada a su medida, es el garante del carácter laico de la república. Pero, al mismo tiempo, el eco de la revolución iraní ha generado un renacimiento del islamismo. Este equilibrio acerca Turquía al mundo occidental, pero también la aleja. Turquía tiene un pie en suelo europeo, es miembro de la OTAN desde que en los años 50 envió tropas a la guerra de Corea y ha realizado importantes contribuciones a la defensa de los intereses occidentales. Pero Turquía, que sigue esperando a las puertas de la Unión Europea, aún no se considera recompensada. De las numerosas ideologías que sacudieron el continente europeo en la década de 1920, el kemalismo sigue siendo el gran super-
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viviente. Atatürk murió hace 71 años, pero el kemalismo permanece. Los principios kemalistas incluyen el mantenimiento de una república prooccidental y laica en un país de mayoría musulmana; una economía estatalizada; un nacionalismo turco a prueba de bombas, sobre todo kurdas, y, por encima de todo, la omnipresencia del ejército. Turquía, sin embargo, no sólo es kemalista. Hay dos Turquías que se disputan a un solo pueblo: una es la urbana, que dice tener valores europeos, y la otra es la rural, de la que se dice que es inasimilable a lo europeo. Y este enfrentamiento es analizado generalmente como la prueba del nueve de un choque de civilizaciones en el que kemalistas e islamistas dibujan a escala la línea de fractura entre dos mundos. El Estado laico que surgió de las cenizas del imperio otomano desconfía de los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en el poder desde el año 2002, porque considera que tiene una agenda oculta para desmantelar la república laica. Por eso, dicen los kemalistas, el Tribunal Constitucional anuló a principios de junio de 2008 la ley del velo, una reforma de los islamistas que permitió que las mujeres pudieran estudiar en la universidad con la cabeza cubierta por el turban o pañuelo islámico. Los herederos de Atatürk también desconfían del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, un islamista moderado, por otros motivos. En los últimos siete años, Turquía ha disfrutado de un período de estabilidad poco usual, lo que ha permitido al primer ministro acelerar el paso reformista. Según el Banco Mundial, Turquía fue el segundo país en cuanto al volumen de privatizaciones entre los años 2004 y 2005. Y esto ha provocado la alarma entre la elite laica, que desde los tiempos de Atatürk ha dominado la política y la economía estatalizada. Los kemalistas, que controlan el ejército, la justicia, la enseñanza pública y la burocracia, temen también por sus privilegios.
Abdullah Gül, presidente de Turquía y aliado de Erdogan, personifica la nueva clase emergente. Gül nació en Kayseri, una población de Anatolia, en la Turquía profunda, con fama de ciudad comercial y situada en la antigua ruta de la seda. Un viejo amigo de Gül explicó hace dos años a “The Wall Street Journal” este espíritu empresarial: “Dice una chanza que si tu hijo es malo en los negocios, entonces lo debes enviar a la universidad.” Gül es islamista, pero, según los suyos, cree en algo más: la economía de libre mercado. Hace tres decenios, cuando
Gül se doctoró en economía, el mercado turco estaba dominado por grandes corporaciones industriales que, no por casualidad, estaban dirigidas por empresarios bien conectados políticamente, lo que significaba, entre otras cosas, subsidios y tarifas proteccionistas. Esos años fueron los del nacimiento de una nueva clase media, tanto en las zonas rurales de Anatolia como en los suburbios de Estambul y otras ciudades, que pedía menos impuestos y menos intervencionismo estatal. Abdullah Gül es ahora el jefe del Estado.
• La victoria de los nacionalistas turcos sobre el ejército griego en Dumlupinar (agosto de 1922) puso fin a los tres años de la guerra de la independencia. Turquía iniciaría un nuevo ciclo histórico con el general Mustafá Kemal (en la foto pasando revista).
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DE ATATÜRK A ERDOGAN
1922
Historia de una república laica con una mayoría islamista La desintegración del imperio Otomano se aceleró a principios del siglo XX con la emancipación del emir de Hedjaz en Arabia, la conquista italiana de Tripolitania y las islas del Dodecaneso en 1912 y la derrota en la primera guerra de los Balcanes, que prácticamente expulsó a los otomanos de Europa, con la excepción de Constantinopla y de la Tracia oriental. La posterior entrada en la Primera Guerra Mundial en el bando de las potencias centrales significaría la puntilla. La derrota supuso la amputación territorial del mundo árabe y abrió las puertas del poder a Mustafá Kemal, Atatürk (padre de los turcos), uno de los oficiales de los “jóvenes turcos”, que proclamó la república y el final del imperio y del califato. Atatürk creó el concepto de nación turca, en sustitución de la versión nacional-religiosa otomana que fue el califato. Es decir, creó una Turquía secular, pero que no era por ello menos islámica en cuanto a creencia. Hoy día, Turquía tiene un sistema político que, aunque limitado democráticamente, es visto como un ejemplo a seguir por quienes pretenden modernizar el mundo musulmán, en oposición di-recta a los regímenes teocráticos de Irán y Arabia Saudí. En Turquía, el ejército, según una Constitución diseñada a su medida, es el garante del carácter laico de la república. Pero, al mismo tiempo, el eco de la revolución iraní ha generado un renacimiento del islamismo. Este equilibrio acerca Turquía al mundo occidental, pero también la aleja. Turquía tiene un pie en suelo europeo, es miembro de la OTAN desde que en los años 50 envió tropas a la guerra de Corea y ha realizado importantes contribuciones a la defensa de los intereses occidentales. Pero Turquía, que sigue esperando a las puertas de la Unión Europea, aún no se considera recompensada. De las numerosas ideologías que sacudieron el continente europeo en la década de 1920, el kemalismo sigue siendo el gran super-
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viviente. Atatürk murió hace 71 años, pero el kemalismo permanece. Los principios kemalistas incluyen el mantenimiento de una república prooccidental y laica en un país de mayoría musulmana; una economía estatalizada; un nacionalismo turco a prueba de bombas, sobre todo kurdas, y, por encima de todo, la omnipresencia del ejército. Turquía, sin embargo, no sólo es kemalista. Hay dos Turquías que se disputan a un solo pueblo: una es la urbana, que dice tener valores europeos, y la otra es la rural, de la que se dice que es inasimilable a lo europeo. Y este enfrentamiento es analizado generalmente como la prueba del nueve de un choque de civilizaciones en el que kemalistas e islamistas dibujan a escala la línea de fractura entre dos mundos. El Estado laico que surgió de las cenizas del imperio otomano desconfía de los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en el poder desde el año 2002, porque considera que tiene una agenda oculta para desmantelar la república laica. Por eso, dicen los kemalistas, el Tribunal Constitucional anuló a principios de junio de 2008 la ley del velo, una reforma de los islamistas que permitió que las mujeres pudieran estudiar en la universidad con la cabeza cubierta por el turban o pañuelo islámico. Los herederos de Atatürk también desconfían del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, un islamista moderado, por otros motivos. En los últimos siete años, Turquía ha disfrutado de un período de estabilidad poco usual, lo que ha permitido al primer ministro acelerar el paso reformista. Según el Banco Mundial, Turquía fue el segundo país en cuanto al volumen de privatizaciones entre los años 2004 y 2005. Y esto ha provocado la alarma entre la elite laica, que desde los tiempos de Atatürk ha dominado la política y la economía estatalizada. Los kemalistas, que controlan el ejército, la justicia, la enseñanza pública y la burocracia, temen también por sus privilegios.
Abdullah Gül, presidente de Turquía y aliado de Erdogan, personifica la nueva clase emergente. Gül nació en Kayseri, una población de Anatolia, en la Turquía profunda, con fama de ciudad comercial y situada en la antigua ruta de la seda. Un viejo amigo de Gül explicó hace dos años a “The Wall Street Journal” este espíritu empresarial: “Dice una chanza que si tu hijo es malo en los negocios, entonces lo debes enviar a la universidad.” Gül es islamista, pero, según los suyos, cree en algo más: la economía de libre mercado. Hace tres decenios, cuando
Gül se doctoró en economía, el mercado turco estaba dominado por grandes corporaciones industriales que, no por casualidad, estaban dirigidas por empresarios bien conectados políticamente, lo que significaba, entre otras cosas, subsidios y tarifas proteccionistas. Esos años fueron los del nacimiento de una nueva clase media, tanto en las zonas rurales de Anatolia como en los suburbios de Estambul y otras ciudades, que pedía menos impuestos y menos intervencionismo estatal. Abdullah Gül es ahora el jefe del Estado.
• La victoria de los nacionalistas turcos sobre el ejército griego en Dumlupinar (agosto de 1922) puso fin a los tres años de la guerra de la independencia. Turquía iniciaría un nuevo ciclo histórico con el general Mustafá Kemal (en la foto pasando revista).
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DE ATATÜRK A ERDOGAN. HISTORIA DE UNA REPÚBLIC A L AIC A CON UNA MAYORÍA ISL AMISTA
1923
• El Tratado de Lausana de julio de 1923 corrigió algunas de las imposiciones del Tratado de Sèvres que tres años antes había liquidado el imperio otomano. Turquía no recuperaba los territorios de Siria, Palestina, Arabia e Iraq, pero eliminaba definitivamente la presencia griega en Asia Menor y dejaba sin efecto las cesiones territoriales a armenios y kurdos. Sabri Bey, Ahmed Thsan y Arif Bey fueron tres de los representantes turcos en la ciudad suiza.
• Mustafá Kemal ‘Atatürk’ (18811938), fundador de la Turquía moderna, fue proclamado presidente de la república el 29 de octubre de 1923. El nuevo régimen abolió el califato y marcó radicales transformaciones en la vida cotidiana de los ciudadanos con el establecimiento del laicismo y la constitución de un Parlamento elegido por sufragio popular. El ejército, sin embargo, se erigía en guardián del proceso. Esta fotografía fue tomada en 1937, un año antes del fallecimiento del “padre de todos los turcos”.
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1938
DE ATATÜRK A ERDOGAN. HISTORIA DE UNA REPÚBLIC A L AIC A CON UNA MAYORÍA ISL AMISTA
1945
1950
• El profesor turco Cemil Bilsel, junto al delegado de Arabia Saudí en la reunión de juristas de 44 países que en abril de 1945 estudió en Washington los condicionantes legales de la constitución de las Naciones Unidas. Turquía fue uno de los 51 miembros fundadores de la organización. • Turquía formó parte de los 16 países de la ONU que en 1950 enviaron tropas de apoyo a los efectivos de Estados Unidos en la guerra de Corea. El contingente turco, de más de 5.000 hombres, permaneció en el país hasta 1954 y se caracterizó por su efectividad en los combates.
1960 • El general Cemal Gürsel (en el centro de la foto), junto a otros miembros del Comité de Unión Nacional que asumió el poder tras el golpe militar de 1960 por estimar que los principios del kemalismo estaban en peligro. El primer ministro Adnan Menderes y otras figuras destacadas del Partido Demócrata, vencedor de las legislativas de 1950, fueron juzgados por “alta traición” y ejecutados en 1961. Fue el primer aviso del poder militar.
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• El Tratado de Lausana de julio de 1923 corrigió algunas de las imposiciones del Tratado de Sèvres que tres años antes había liquidado el imperio otomano. Turquía no recuperaba los territorios de Siria, Palestina, Arabia e Iraq, pero eliminaba definitivamente la presencia griega en Asia Menor y dejaba sin efecto las cesiones territoriales a armenios y kurdos. Sabri Bey, Ahmed Thsan y Arif Bey fueron tres de los representantes turcos en la ciudad suiza.
• Mustafá Kemal ‘Atatürk’ (18811938), fundador de la Turquía moderna, fue proclamado presidente de la república el 29 de octubre de 1923. El nuevo régimen abolió el califato y marcó radicales transformaciones en la vida cotidiana de los ciudadanos con el establecimiento del laicismo y la constitución de un Parlamento elegido por sufragio popular. El ejército, sin embargo, se erigía en guardián del proceso. Esta fotografía fue tomada en 1937, un año antes del fallecimiento del “padre de todos los turcos”.
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DE ATATÜRK A ERDOGAN. HISTORIA DE UNA REPÚBLIC A L AIC A CON UNA MAYORÍA ISL AMISTA
1945
1950
• El profesor turco Cemil Bilsel, junto al delegado de Arabia Saudí en la reunión de juristas de 44 países que en abril de 1945 estudió en Washington los condicionantes legales de la constitución de las Naciones Unidas. Turquía fue uno de los 51 miembros fundadores de la organización. • Turquía formó parte de los 16 países de la ONU que en 1950 enviaron tropas de apoyo a los efectivos de Estados Unidos en la guerra de Corea. El contingente turco, de más de 5.000 hombres, permaneció en el país hasta 1954 y se caracterizó por su efectividad en los combates.
1960 • El general Cemal Gürsel (en el centro de la foto), junto a otros miembros del Comité de Unión Nacional que asumió el poder tras el golpe militar de 1960 por estimar que los principios del kemalismo estaban en peligro. El primer ministro Adnan Menderes y otras figuras destacadas del Partido Demócrata, vencedor de las legislativas de 1950, fueron juzgados por “alta traición” y ejecutados en 1961. Fue el primer aviso del poder militar.
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1974
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1993 • En 1993 los civiles recuperaron el poder. Turgut Özal (19271993), fundador del Partido de la Madre Patria, impulsó reformas de signo neoliberal, primero al frente del Ejecutivo (1983-1989) y después como jefe del Estado (1989-1993). Partidario de la apertura a Occidente, mantuvo contactos personales con los presidentes Reagan (foto, 1985) y George H. W. Bush. En abril de 1987 pidió la adhesión de Turquía a la Unión Europea.
• El 20 de julio de 1974 el ejército turco inició la invasión de Chipre. La “operación Atila”, culminada con la partición de la isla en dos, fue la fulminante respuesta de Ankara al golpe de fuerza de los nacionalistas griegos de Nicos Sampson contra el Gobierno chipriota con la intención de integrar el país a Grecia. La guerra causó el desplazamiento de unos 180.000 grecochipriotas y de 11.000 turcochipriotas En la foto de arriba, un blindado turco pasa frente al hotel Saray de Nicosia el 24 de julio de 1974. A la derecha, paracaidistas turcos toman posiciones (20 de julio) al norte de la capital.
1999 • En 1999 se cumplieron los 25 años de la intervención militar turca en Chipre. La “línea verde” que dividía la isla (en la foto, un puesto de control en Nicosia) empezó a desdibujarse cuando, un año antes, representantes turcochipriotas comenzaron a negociar el ingreso del país en la Unión Europea.
1980 • Soldados desplegados en las calles de Ankara durante el golpe del general Kenan Evren (1980) para frenar los excesos de la extrema derecha. Se disolvió el Parlamento, fueron detenidas unas 30.000 personas y prohibidos los partidos políticos. Evren (derecha), el nuevo “hombre fuerte”, presidió la república hasta 1989.
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• Suleiman Demirel, líder del Partido Conservador, en una imagen tomada en 1992, a mediados de su quinto y último mandato como primer ministro (1965-71, 1975-77, 1977-78, 1979-80 y 1991-93) y antes de suceder a Özal como noveno jefe de Estado (1993-2000).
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1993 • En 1993 los civiles recuperaron el poder. Turgut Özal (19271993), fundador del Partido de la Madre Patria, impulsó reformas de signo neoliberal, primero al frente del Ejecutivo (1983-1989) y después como jefe del Estado (1989-1993). Partidario de la apertura a Occidente, mantuvo contactos personales con los presidentes Reagan (foto, 1985) y George H. W. Bush. En abril de 1987 pidió la adhesión de Turquía a la Unión Europea.
• El 20 de julio de 1974 el ejército turco inició la invasión de Chipre. La “operación Atila”, culminada con la partición de la isla en dos, fue la fulminante respuesta de Ankara al golpe de fuerza de los nacionalistas griegos de Nicos Sampson contra el Gobierno chipriota con la intención de integrar el país a Grecia. La guerra causó el desplazamiento de unos 180.000 grecochipriotas y de 11.000 turcochipriotas En la foto de arriba, un blindado turco pasa frente al hotel Saray de Nicosia el 24 de julio de 1974. A la derecha, paracaidistas turcos toman posiciones (20 de julio) al norte de la capital.
1999 • En 1999 se cumplieron los 25 años de la intervención militar turca en Chipre. La “línea verde” que dividía la isla (en la foto, un puesto de control en Nicosia) empezó a desdibujarse cuando, un año antes, representantes turcochipriotas comenzaron a negociar el ingreso del país en la Unión Europea.
1980 • Soldados desplegados en las calles de Ankara durante el golpe del general Kenan Evren (1980) para frenar los excesos de la extrema derecha. Se disolvió el Parlamento, fueron detenidas unas 30.000 personas y prohibidos los partidos políticos. Evren (derecha), el nuevo “hombre fuerte”, presidió la república hasta 1989.
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• Suleiman Demirel, líder del Partido Conservador, en una imagen tomada en 1992, a mediados de su quinto y último mandato como primer ministro (1965-71, 1975-77, 1977-78, 1979-80 y 1991-93) y antes de suceder a Özal como noveno jefe de Estado (1993-2000).
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1996
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2005
• Por primera vez, un partido islamista ganó las elecciones legislativas en 1995. Fue el Refah Partisi (RP, Partido del Bienestar), fundado en 1983 por Necmettin Erbakan (foto) y que en 1994 había arrasado en las municipales. Erbakan ocupó la jefatura del Gobierno en junio de 1996 y los militares forzaron su dimisión justo 11 meses después. Aunque fue juzgado y condenado en 2000 por “incitar al odio racial y religioso”, sólo cumplió cinco meses de prisión atenuada. En la actualidad sigue representando a la vieja guardia del islamismo activo.
• El ministro turco del Exterior Abdullah Gül y Jack Straw, secretario del Foreign Office, en la conferencia de Luxemburgo (octubre de 2005), inicio de las negociaciones para el ingreso de Turquía en la Unión Europea.
2007 1999
2003
• Gül y Erdogan, exultantes tras conseguir el AKP la mayoría parlamentaria en las elecciones de 2007. Desde entonces, y por primera vez, dos islamistas moderados ocupan la jefatura del Estado y la presidencia del Gobierno de la república laica.
2008
• Abdullah Öcalan, líder del independentista Partido Kurdo de los Trabajadores (PKK), en el avión que le trasladaba a Turquía desde Nairobi custodiado por agentes del Servicio Turco de Inteligencia (MIT). Fue detenido en Kenia en febrero de 1999, 35 años después de que se registraran los primeros ataques de la guerrilla. Condenado a muerte –pena conmutada por la cadena perpetua–, está confinado en una isla. Los choques con las fuerzas gubernamentales y los rebeldes causaron unos 37.000 muertos hasta el año 2008.
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• En 2002 el partido islamista de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ganó las elecciones con el discurso moderado y prooccidental de su líder Recep Tayyip Erdogan, quien asumió la jefatura del Gobierno en 2003. Ofreció hacer compatibles los valores seculares y religiosos con los principios kemalistas de la Constitución.
• El primer ministro Erdogan y otros miembros del Gobierno participan en el funeral (julio de 2008) por las 17 personas muertas en el atentado contra civiles en una concurrida plaza de Estambul. La ceremonia fue una multitudinaria manifestación islamista contra el terrorismo.
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• Por primera vez, un partido islamista ganó las elecciones legislativas en 1995. Fue el Refah Partisi (RP, Partido del Bienestar), fundado en 1983 por Necmettin Erbakan (foto) y que en 1994 había arrasado en las municipales. Erbakan ocupó la jefatura del Gobierno en junio de 1996 y los militares forzaron su dimisión justo 11 meses después. Aunque fue juzgado y condenado en 2000 por “incitar al odio racial y religioso”, sólo cumplió cinco meses de prisión atenuada. En la actualidad sigue representando a la vieja guardia del islamismo activo.
• El ministro turco del Exterior Abdullah Gül y Jack Straw, secretario del Foreign Office, en la conferencia de Luxemburgo (octubre de 2005), inicio de las negociaciones para el ingreso de Turquía en la Unión Europea.
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• Gül y Erdogan, exultantes tras conseguir el AKP la mayoría parlamentaria en las elecciones de 2007. Desde entonces, y por primera vez, dos islamistas moderados ocupan la jefatura del Estado y la presidencia del Gobierno de la república laica.
2008
• Abdullah Öcalan, líder del independentista Partido Kurdo de los Trabajadores (PKK), en el avión que le trasladaba a Turquía desde Nairobi custodiado por agentes del Servicio Turco de Inteligencia (MIT). Fue detenido en Kenia en febrero de 1999, 35 años después de que se registraran los primeros ataques de la guerrilla. Condenado a muerte –pena conmutada por la cadena perpetua–, está confinado en una isla. Los choques con las fuerzas gubernamentales y los rebeldes causaron unos 37.000 muertos hasta el año 2008.
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• En 2002 el partido islamista de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ganó las elecciones con el discurso moderado y prooccidental de su líder Recep Tayyip Erdogan, quien asumió la jefatura del Gobierno en 2003. Ofreció hacer compatibles los valores seculares y religiosos con los principios kemalistas de la Constitución.
• El primer ministro Erdogan y otros miembros del Gobierno participan en el funeral (julio de 2008) por las 17 personas muertas en el atentado contra civiles en una concurrida plaza de Estambul. La ceremonia fue una multitudinaria manifestación islamista contra el terrorismo.
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Unión Europea-Turquía obstáculos y perspectivas Seyfi Tashan PRESIDENTE DEL FOREIGN POLICY INSTITUTE.
E
minio de la comunidad turcochipriota que L INFRUCTUOSO INTENTO TURCO de ingresar en la Unión vivía en guetos desde 1964 tras la expulsión Europea tiene una historia de los turcos del gobierno de Chipre se adesemicentenaria. Grecia y cuaba plenamente a los tratados fundacioTurquía, en el límite sud- nales de la república chipriota, este hecho oriental de la OTAN, han tuvo grandes consecuencias sobre las relasido países valiosos en la ciones de Turquía con Europa y Estados defensa y la construcción Unidos. Grecia fue aceptada como miembro de la futura unión de Eu- de la Unión Europea en lo que se percibió ropa, puesto que han formado parte de to- como gesto de protección y apoyo en las das las organizaciones europeas desde 1949. disputas no resueltas en el mar Egeo. Con la Turquía siguió el ejemplo de Grecia al fir- entrada de Grecia en la Unión Europea en mar con la Comunidad Económica Euro- 1981, las relaciones de Turquía con la Unión pea en 1963 un acuerdo de asociación que entraron en un período de hibernación. Todas las acciones contenía todos los comunitarias de narequisitos de la pre- Desde hace unos 50 años, la turaleza positiva haadhesión (como la adhesión de Turquía a Europa cia Turquía fueron libre circulación de ha estado obstaculizada primero bloqueadas por los individuos y servipor el ingreso de Grecia, luego por griegos durante más cios, así como de bienes y capitales) de el de Chipre y en la actualidad por de dos décadas. Mientras tanto, acuerdo con un ca- los partidos conservadores, en el deshielo de las relendario acordado especial de Francia y Alemania laciones Este-Oeste y en 1959 según el cual se consideraría la pertenencia plena las importantes reformas económicas llevatras la creación de una unión aduanera. das a cabo en Turquía modificaron la posiAunque la intervención militar turca en ción marginal del país frente a Europa, el Chipre para impedir la anexión de la isla mundo soviético y Oriente Medio. Con la proclamada por la junta militar griega y sus descomposición de la Unión Soviética, la partidarios en la isla y para impedir el exter- posición marginal de Turquía empezó a
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transformarse en centralidad de una amplia región. Este cambio positivo de la economía turca y su zona de influencia no escapó a la atención de la Unión Europea. Al tiempo que aceptaba observar el calendario para el establecimiento de la unión aduanera, la Unión intentó silenciar a los detractores de un eventual ingreso turco iniciando negociaciones de adhesión con Chipre, pasando completamente por alto la existencia de la parte turca de Chipre y decidiendo en Madrid en diciembre de 1995 que Turquía seguiría siendo un vecino estratégico, al igual que Rusia, Ucrania y los países del sur del Mediterráneo. Sin embargo, en la actitud de la UE se produjo un vuelco tras la llegada al poder del SDP en Alemania y la promesa a Grecia del ingreso de Chipre en la siguiente ampliación comunitaria. En la cumbre de Helsinki de 1999 Turquía fue declarada candidata a la adhesión mientras continuaban las negociaciones con Chipre. Los años que siguieron resultaron cruciales para Chipre: mientras el secretario general de las Naciones Unidas supervisaba las negociaciones entre las comunidades turca y griega para la formación de una unión chipriota en la que sus dos elementos constitutivos tuvieran igual estatuto, los grecochipriotas negociaron la adhesión a la
Unión Europea en nombre de toda la república. Las propuestas finales del secretario general de las Naciones Unidas, apoyadas también por la Unión Europea, fueron la convocatoria de sendos referéndums en las dos partes de la isla en el año 2004; si bien los turcochipriotas aceptaron dichas propuestas, los grecochipriotas las rechazaron. Sin embargo, la suerte estaba echada, y los grecochipriotas se convirtieron en miembros de la Unión Europea el mismo año en que la Unión no cumplió su promesa de levantar los embargos que pesaban sobre los turcochipriotas. La Unión intentó compensar este golpe iniciando negociaciones de adhesión con Turquía. Sin embargo, la buena noticia quedó atemperada por la estrategia comunitaria seguida en dichas negociaciones. Aunque la economía y la estructura social turcas poseían el desarrollo suficiente para completar el proceso de negociación en unos pocos años siguiendo un estricto calendario de reformas, el heterodoxo carácter de la estrategia exigió un proceso de negociación abierto sin calendarios ni criterios de referencia. Todos los miembros de la Unión Europea tendrían que aprobar la apertura y el cierre de cada uno de los 35 capítulos. Los capítulos se cerrarían sólo de
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Unión Europea-Turquía obstáculos y perspectivas Seyfi Tashan PRESIDENTE DEL FOREIGN POLICY INSTITUTE.
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minio de la comunidad turcochipriota que L INFRUCTUOSO INTENTO TURCO de ingresar en la Unión vivía en guetos desde 1964 tras la expulsión Europea tiene una historia de los turcos del gobierno de Chipre se adesemicentenaria. Grecia y cuaba plenamente a los tratados fundacioTurquía, en el límite sud- nales de la república chipriota, este hecho oriental de la OTAN, han tuvo grandes consecuencias sobre las relasido países valiosos en la ciones de Turquía con Europa y Estados defensa y la construcción Unidos. Grecia fue aceptada como miembro de la futura unión de Eu- de la Unión Europea en lo que se percibió ropa, puesto que han formado parte de to- como gesto de protección y apoyo en las das las organizaciones europeas desde 1949. disputas no resueltas en el mar Egeo. Con la Turquía siguió el ejemplo de Grecia al fir- entrada de Grecia en la Unión Europea en mar con la Comunidad Económica Euro- 1981, las relaciones de Turquía con la Unión pea en 1963 un acuerdo de asociación que entraron en un período de hibernación. Todas las acciones contenía todos los comunitarias de narequisitos de la pre- Desde hace unos 50 años, la turaleza positiva haadhesión (como la adhesión de Turquía a Europa cia Turquía fueron libre circulación de ha estado obstaculizada primero bloqueadas por los individuos y servipor el ingreso de Grecia, luego por griegos durante más cios, así como de bienes y capitales) de el de Chipre y en la actualidad por de dos décadas. Mientras tanto, acuerdo con un ca- los partidos conservadores, en el deshielo de las relendario acordado especial de Francia y Alemania laciones Este-Oeste y en 1959 según el cual se consideraría la pertenencia plena las importantes reformas económicas llevatras la creación de una unión aduanera. das a cabo en Turquía modificaron la posiAunque la intervención militar turca en ción marginal del país frente a Europa, el Chipre para impedir la anexión de la isla mundo soviético y Oriente Medio. Con la proclamada por la junta militar griega y sus descomposición de la Unión Soviética, la partidarios en la isla y para impedir el exter- posición marginal de Turquía empezó a
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transformarse en centralidad de una amplia región. Este cambio positivo de la economía turca y su zona de influencia no escapó a la atención de la Unión Europea. Al tiempo que aceptaba observar el calendario para el establecimiento de la unión aduanera, la Unión intentó silenciar a los detractores de un eventual ingreso turco iniciando negociaciones de adhesión con Chipre, pasando completamente por alto la existencia de la parte turca de Chipre y decidiendo en Madrid en diciembre de 1995 que Turquía seguiría siendo un vecino estratégico, al igual que Rusia, Ucrania y los países del sur del Mediterráneo. Sin embargo, en la actitud de la UE se produjo un vuelco tras la llegada al poder del SDP en Alemania y la promesa a Grecia del ingreso de Chipre en la siguiente ampliación comunitaria. En la cumbre de Helsinki de 1999 Turquía fue declarada candidata a la adhesión mientras continuaban las negociaciones con Chipre. Los años que siguieron resultaron cruciales para Chipre: mientras el secretario general de las Naciones Unidas supervisaba las negociaciones entre las comunidades turca y griega para la formación de una unión chipriota en la que sus dos elementos constitutivos tuvieran igual estatuto, los grecochipriotas negociaron la adhesión a la
Unión Europea en nombre de toda la república. Las propuestas finales del secretario general de las Naciones Unidas, apoyadas también por la Unión Europea, fueron la convocatoria de sendos referéndums en las dos partes de la isla en el año 2004; si bien los turcochipriotas aceptaron dichas propuestas, los grecochipriotas las rechazaron. Sin embargo, la suerte estaba echada, y los grecochipriotas se convirtieron en miembros de la Unión Europea el mismo año en que la Unión no cumplió su promesa de levantar los embargos que pesaban sobre los turcochipriotas. La Unión intentó compensar este golpe iniciando negociaciones de adhesión con Turquía. Sin embargo, la buena noticia quedó atemperada por la estrategia comunitaria seguida en dichas negociaciones. Aunque la economía y la estructura social turcas poseían el desarrollo suficiente para completar el proceso de negociación en unos pocos años siguiendo un estricto calendario de reformas, el heterodoxo carácter de la estrategia exigió un proceso de negociación abierto sin calendarios ni criterios de referencia. Todos los miembros de la Unión Europea tendrían que aprobar la apertura y el cierre de cada uno de los 35 capítulos. Los capítulos se cerrarían sólo de
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Es cierto que, debido al predoforma provisional y se volverían A pesar de minio de las preocupaciones a negociar y cerrar al término de que de los 35 relacionadas con la seguridad las negociaciones. En la actuali- capítulos de la durante la guerra fría, el país dad, sólo diez capítulos están negociación prestado menos atención a abiertos, y uno ha sido abierto y sólo diez están ha la reforma de sus normas e inscerrado; pero no se ha cerrado tituciones democráticas para ningún otro, aunque sólo provi- abiertos (no adecuarlas a las exigencias de sionalmente, en los últimos cinco se ha cerrado los acontecimientos europeos años. Además, como Turquía se ninguno en los posteriores a la guerra fría. No niega a abrir sus puertos y aero- últimos cinco obstante, las etapas preparatopuertos a los barcos y aviones años), el rias de las negociaciones se han grecochipriotas (y, de hecho, a proceso para reconocer a la Administración el ingreso sigue convertido en el mayor estímupara que los políticos turcos grecochipriota que usurpó el abierto, aunque lo adopten y lleven a cabo reforpoder y se arrogó el Gobierno de mas orientadas a mejorar la Chipre) y en tanto continúen los de una manera democracia y los derechos huembargos sobre la parte turca de titubeante manos. Se han dado grandes la isla, la Unión Europea ha decipasos en esa dirección, aunque dido suspender las negociaciones en ocho capítulos. Chipre también veta la no cabe duda de que debemos realizar mayoapertura del capítulo energético. El proceso res progreso en las reformas y en su aplicade negociación prosigue –si bien de forma ción en todo el país, así como en todas los titubeante–, pero los partidos políticos con- planos de la vida nacional. Turquía es un país relativamente granservadores (sobre todo, en Francia y Alemania) han empezado a oponerse a la adhe- de, con una población sólo superada por sión turca. El presidente Sarkozy, que hizo Alemania en Europa occidental y con una de la oposición a la entrada de Turquía uno geografía física y demográfica muy variada. de los pilares de su campaña electoral, de- Como consecuencia de ello, resulta muy diclara públicamente que Turquía no debería fícil proporcionar una homogeneidad en los formar parte de la Unión Europea y que, ingresos, la educación, las infraestructuras y aun cuando las negociaciones concluyeran los niveles sociales. Si bien la renta per cácon éxito, debería convocarse un referén- pita media ronda los 10.000 dólares, es mudum en Francia. Con esta política en mente, cho más elevada en el oeste y las zonas cosFrancia ha suspendido de modo unilateral teras y mucho más baja en Turquía oriental, las negociaciones en otros cinco capítulos donde existe un problema de subdesarrollo que abrirían el camino a la adhesión. La que necesitará grandes inversiones en todos canciller alemana Angela Merkel no está in- los sectores durante una o dos décadas. El progreso “a cámara lenta” del proceterfiriendo de momento en las negociaciones, si bien es una partidaria ferviente de so negociador y las declaraciones desfavoraun estatuto de no miembro para Turquía. bles de la opinión pública y de varios diriLos países (como España, Italia y los países gentes europeos parecen haber reducido el nórdicos) que expresan su deseo de ver a respaldo a la adhesión y también el afán reTurquía en la UE no pueden controlar los formista turco. Otro factor de desencanto actuales avances negativos provocados por son las selectivas exigencias de carácter político de la Comisión, que pasan por alto en los dos miembros griegos y Francia. En los primeros días de la asociación, muchos casos los principios fundacionales y la adhesión de Turquía gozó de un amplio los intereses nacionales turcos, respaldando respaldo en el seno de la Unión Europea. mayoritariamente a los grecochipriotas y la Para Turquía, miembro y socio fundador de iglesia ortodoxa griega (y ello a pesar de que todas las organizaciones europeas, la perte- muchos turcos acogen bien las exigencias nencia a la Unión Europea es un deseo na- de reforma democrática de la UE). En la actualidad, todos los partidos polítural. En tanto que país laico, comparte con Europa sus normas estatales plasmadas en ticos del Parlamento turco respalda la evenla Constitución, las leyes y las instituciones. tual adhesión del país a la Unión Europea,
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Es cierto que, debido al predoforma provisional y se volverían A pesar de minio de las preocupaciones a negociar y cerrar al término de que de los 35 relacionadas con la seguridad las negociaciones. En la actuali- capítulos de la durante la guerra fría, el país dad, sólo diez capítulos están negociación prestado menos atención a abiertos, y uno ha sido abierto y sólo diez están ha la reforma de sus normas e inscerrado; pero no se ha cerrado tituciones democráticas para ningún otro, aunque sólo provi- abiertos (no adecuarlas a las exigencias de sionalmente, en los últimos cinco se ha cerrado los acontecimientos europeos años. Además, como Turquía se ninguno en los posteriores a la guerra fría. No niega a abrir sus puertos y aero- últimos cinco obstante, las etapas preparatopuertos a los barcos y aviones años), el rias de las negociaciones se han grecochipriotas (y, de hecho, a proceso para reconocer a la Administración el ingreso sigue convertido en el mayor estímupara que los políticos turcos grecochipriota que usurpó el abierto, aunque lo adopten y lleven a cabo reforpoder y se arrogó el Gobierno de mas orientadas a mejorar la Chipre) y en tanto continúen los de una manera democracia y los derechos huembargos sobre la parte turca de titubeante manos. Se han dado grandes la isla, la Unión Europea ha decipasos en esa dirección, aunque dido suspender las negociaciones en ocho capítulos. Chipre también veta la no cabe duda de que debemos realizar mayoapertura del capítulo energético. El proceso res progreso en las reformas y en su aplicade negociación prosigue –si bien de forma ción en todo el país, así como en todas los titubeante–, pero los partidos políticos con- planos de la vida nacional. Turquía es un país relativamente granservadores (sobre todo, en Francia y Alemania) han empezado a oponerse a la adhe- de, con una población sólo superada por sión turca. El presidente Sarkozy, que hizo Alemania en Europa occidental y con una de la oposición a la entrada de Turquía uno geografía física y demográfica muy variada. de los pilares de su campaña electoral, de- Como consecuencia de ello, resulta muy diclara públicamente que Turquía no debería fícil proporcionar una homogeneidad en los formar parte de la Unión Europea y que, ingresos, la educación, las infraestructuras y aun cuando las negociaciones concluyeran los niveles sociales. Si bien la renta per cácon éxito, debería convocarse un referén- pita media ronda los 10.000 dólares, es mudum en Francia. Con esta política en mente, cho más elevada en el oeste y las zonas cosFrancia ha suspendido de modo unilateral teras y mucho más baja en Turquía oriental, las negociaciones en otros cinco capítulos donde existe un problema de subdesarrollo que abrirían el camino a la adhesión. La que necesitará grandes inversiones en todos canciller alemana Angela Merkel no está in- los sectores durante una o dos décadas. El progreso “a cámara lenta” del proceterfiriendo de momento en las negociaciones, si bien es una partidaria ferviente de so negociador y las declaraciones desfavoraun estatuto de no miembro para Turquía. bles de la opinión pública y de varios diriLos países (como España, Italia y los países gentes europeos parecen haber reducido el nórdicos) que expresan su deseo de ver a respaldo a la adhesión y también el afán reTurquía en la UE no pueden controlar los formista turco. Otro factor de desencanto actuales avances negativos provocados por son las selectivas exigencias de carácter político de la Comisión, que pasan por alto en los dos miembros griegos y Francia. En los primeros días de la asociación, muchos casos los principios fundacionales y la adhesión de Turquía gozó de un amplio los intereses nacionales turcos, respaldando respaldo en el seno de la Unión Europea. mayoritariamente a los grecochipriotas y la Para Turquía, miembro y socio fundador de iglesia ortodoxa griega (y ello a pesar de que todas las organizaciones europeas, la perte- muchos turcos acogen bien las exigencias nencia a la Unión Europea es un deseo na- de reforma democrática de la UE). En la actualidad, todos los partidos polítural. En tanto que país laico, comparte con Europa sus normas estatales plasmadas en ticos del Parlamento turco respalda la evenla Constitución, las leyes y las instituciones. tual adhesión del país a la Unión Europea,
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por más que ese apoyo no es demasiado visible dado el desfavorable clima general existente en Europa. Es evidente que los políticos no harán gala de ardor europeísta si se encuentran con actitudes negativas por parte de la UE. Además, no aciertan a encontrar el modo de superar la oposición griega que ha llegado a dominar las actitudes comunitarias hacia Turquía. En Chipre, las negociaciones entre dirigentes turcos y griegos se reanudaron en 2008 bajo los auspicios del secretario general de las Naciones Unidas. Al parecer, se ha logrado acordar que su objetivo será la creación de un Chipre federal bizonal y bicomunitario con dos estados constituyentes. El lado turco, con apoyo del Gobierno turco, está negociando de forma seria para alcanzar una solución; sin embargo, el presidente grecochipriota intenta afirmar una posición dominante estableciendo sin consultar con su socio turco unos acuerdos que comprometerán el futuro gobierno común de la isla. Está utilizando los instrumentos legales de la Unión Europea para evitar la solución del problema de las propiedades inmuebles en las dos partes de Chipre, sin atender a que esa cuestión debe resolverse durante las negociaciones bicomunitarias. De vez en cuando, la estructura étnica de Turquía y las actividades terroristas del PKK crean malentendidos acerca de la estructura estatal turca. Los principios básicos de la Constitución se desarrollaron tras la creación de la Turquía moderna en la década de 1920. Turquía (como también su antecesor, el imperio otomano) tiene una composición multiétnica, pero todos los habitantes del país son considerados, al margen de sus orígenes étnicos o religiosos, ciudadanos turcos con derechos legales idénticos e inalienables garantizados por el sistema legal y el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales. Quienes hablan el kurdo como lengua materna se concentran en el sudeste, aunque son muchos más los que viven en las principales ciudades de Turquía. Dado que la región sudoriental linda con Siria, Iraq e Irán –donde hay otros grupos kurdos que han sido perseguidos ocasionalmente–, la población kurdohablante intenta conseguir cierto grado de autonomía. Durante la guerra fría, la
Unión Soviética respaldó todo tipo de actividades subversivas en Turquía. Uno de los grupos terroristas creados en esa época fue el marxista-leninista PKK, que estableció su base primero en Siria y luego, tras la primera guerra del Golfo, en Iraq. La montañosa zona fronteriza proporcionó al PKK un excelente terreno para las acciones de guerrilla. Esta actividad terrorista, que afirma tener un objetivo nacionalista, también está involucrada en el tráfico de drogas con objeto de financiarse y mantiene en varios países europeos centros de actividad secretos y a veces declarados. Mientras no sean erradicadas sus raíces exteriores, el terrorismo del PKK seguirá con sus acciones, si bien las actividades militares podrían concluir, como ha ocurrido en otros países. Como conclusión de este artículo, quisiera referirme a las perspectivas futuras. Si, con la ayuda de la Unión Europea y otros agentes, resulta posible convencer a los dirigentes grecochipriotas para que lleguen en Chipre a un acuerdo razonable y viable con sus homólogos turcos, se habrá eliminado un importante obstáculo al proceso de negociación entre Turquía y la Unión Europea. No cabe duda de que los dirigentes conservadores franceses y alemanes desean que Turquía se vincule con fuerza a Europa por motivos económicos y de seguridad. Muchos ciudadanos europeos se dan cuenta de que, si Turquía es excluida de la Unión Europea, su favorable posición económica, estratégica y política en Turquía podría verse en peligro debido a la presión del nacionalismo de la zona, y el islamismo podría radicalizarse y extenderse por las comunidades turcas de otros lugares. A Turquía y a otros países europeos les interesa impedir esta posibilidad. La mejor manera de lograrlo sería continuar de forma seria con las negociaciones estableciendo criterios de referencia y llevando a cabo la gradual inclusión de Turquía en las instituciones comunitarias. Esta orientación, que supondría una resurrección de la confianza mutua, permitiría a los políticos turcos hacer avanzar nuevas reformas y su aplicación. La cuestión de la adhesión o no de Turquía a la UE debería postergarse hasta la conclusión con éxito de las negociaciones, cuando ambas partes puedan reafirmar sus posiciones y ver si quieren ser socios de verdad en el seno de la Unión.
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Revitalizar las relaciones con Estados Unidos F. Stephen Larrabee PRESIDENTE DE SEGURIDAD EUROPEA EN LA RAND CORPORATION.
T 1 Consultar, por ejemplo, David Cloud, U.S. Seeks Alternatives if Turkey Cuts Off Access “The New York Times”, 11-10-2007.
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urquía y Estados Unidos
hacia el Mediterráneo y Oriente Medio. Ankara también proporcionó importantes instalaciones para el seguimiento y verificación del cumplimiento soviético de los acuerdos de control de armas.
han sido estrechos socios en materia de seguridad durante más de medio siglo. Su alianza se forjó en los primeros días de la guerra fría y tomó forma Intereses estadounidenses y turcos debido a la amenaza soviéEl final de la guerra fría eliminó el tica. Las exigencias territo- ímpetu inicial de la alianza entre Turquía y riales de Stalin después de la Segunda Gue- Estados Unidos en materia de seguridad, rra Mundial –incluyendo las exigencias de pero no ha mermado la importancia estrauna base en los estrechos y ajustes fronteri- tégica de Turquía –como muchos turcos zos a expensas de Turquía– fueron la fuer- temían inicialmente– a ojos de Estados za motriz de la creaUnidos. Por el conción de una alianza La importancia estratégica de trario, la importancon Turquía en ma- Turquía para Estados Unidos cia estratégica de teria de seguridad. no se circunscribe a la disuasión Turquía ha aumenLa enunciación tado desde la caída de una amenaza procedente de la doctrina Trudel muro de Berlín. de Moscú, sino en su capacidad man el 12 de marzo Sin embargo, el mode 1947 dio lugar a de actuar como estabilizador tivo y justificación la ampliación de los en Oriente Medio y Asia central de la alianza en mavínculos de defensa teria de seguridad de Estados Unidos con Turquía y sentaron ha cambiado significativamente. En la aclas bases de la incorporación final de tualidad, la importancia estratégica de TurTurquía a la OTAN en l952. Durante la gue- quía no se circunscribe en disuadir una rra fría, Turquía sirvió de barrera impor- amenaza de Moscú, sino en su capacidad tante a la expansión del poder soviético para ofrecer un puente al mundo musul-
mán y actuar como una fuerza estabilizadora en Oriente Medio y Asia central/Cáucaso, dos zonas de creciente importancia estratégica para Estados Unidos. El acceso permanente a bases turcas, especialmente la base aérea en Incirlik, sigue siendo importante para proteger los intereses de Estados Unidos en el Gran Oriente Medio (en su sentido amplio). Más del 70 por ciento del cargamento militar enviado a Iraq pasa por la base aérea de Incirlik o es enviado por rutas terrestres a través de Turquía1. Si los turcos limitaran o negaran el acceso de Estados Unidos a instalaciones turcas, especialmente Incirlik, ello podría ejercer un serio impacto sobre la capacidad de Estados Unidos para mantener los suministros a las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán y podría complicar la retirada de las fuerzas de combate de Estados Unidos de Iraq. En el caso de Turquía, la relación de seguridad sigue teniendo importancia. Turquía vive en un
entorno difícil e inestable y mantiene diferencias con varios países vecinos (Siria, Iraq, Grecia, Armenia). Asimismo se halla en el radio de alcance de misiles disparados desde Irán e Iraq. En consecuencia, Turquía contempla su relación de seguridad con Estados Unidos como una importante póliza de seguros contra su creciente exposición a distintos riesgos en Oriente Medio. Aunque la involucración de Estados Unidos en Oriente Medio también acarrea riesgos para Turquía, este país se beneficia en conjunto de la presencia militar de Estados Unidos en regiones adyacentes. Estados Unidos también es el suministrador más importante de armas a Turquía. A pesar de recientes esfuerzos de diversificación, Turquía todavía mantiene aproximadamente el 80 por ciento de su actividad comercial en materia de defensa e industrial con Estados Unidos. Un gran número de oficiales turcos han sido entrenados en Estados Unidos. Esto ha permitido
que las fuerzas armadas turcas mantengan estrechos vínculos con sus homólogos americanos y accedan a un conocimiento más profundo de la doctrina y pensamiento operativo militar estadounidense. Por último, Estados Unidos ha atendido importantes prioridades estratégicas distintas de la esfera de la defensa. Estados Unidos ha sido un gran adalid de la construcción del oleoducto Bakú-Ceyhan, diseñado para conducir petróleo caspio a los mercados mundiales a través de una terminal en la costa mediterránea de Turquía. Washington también ha dado su apoyo a la solicitud de adhesión de Turquía a la Unión Europea y apoyó la lucha de Turquía contra los separatistas del PKK de forma mucho más vigorosa que los aliados europeos de Ankara.
La erosión de la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad Así, a pesar del fin de la guerra fría, Turquía tiene sólidas razones
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Revitalizar las relaciones con Estados Unidos F. Stephen Larrabee PRESIDENTE DE SEGURIDAD EUROPEA EN LA RAND CORPORATION.
T 1 Consultar, por ejemplo, David Cloud, U.S. Seeks Alternatives if Turkey Cuts Off Access “The New York Times”, 11-10-2007.
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urquía y Estados Unidos
hacia el Mediterráneo y Oriente Medio. Ankara también proporcionó importantes instalaciones para el seguimiento y verificación del cumplimiento soviético de los acuerdos de control de armas.
han sido estrechos socios en materia de seguridad durante más de medio siglo. Su alianza se forjó en los primeros días de la guerra fría y tomó forma Intereses estadounidenses y turcos debido a la amenaza soviéEl final de la guerra fría eliminó el tica. Las exigencias territo- ímpetu inicial de la alianza entre Turquía y riales de Stalin después de la Segunda Gue- Estados Unidos en materia de seguridad, rra Mundial –incluyendo las exigencias de pero no ha mermado la importancia estrauna base en los estrechos y ajustes fronteri- tégica de Turquía –como muchos turcos zos a expensas de Turquía– fueron la fuer- temían inicialmente– a ojos de Estados za motriz de la creaUnidos. Por el conción de una alianza La importancia estratégica de trario, la importancon Turquía en ma- Turquía para Estados Unidos cia estratégica de teria de seguridad. no se circunscribe a la disuasión Turquía ha aumenLa enunciación tado desde la caída de una amenaza procedente de la doctrina Trudel muro de Berlín. de Moscú, sino en su capacidad man el 12 de marzo Sin embargo, el mode 1947 dio lugar a de actuar como estabilizador tivo y justificación la ampliación de los en Oriente Medio y Asia central de la alianza en mavínculos de defensa teria de seguridad de Estados Unidos con Turquía y sentaron ha cambiado significativamente. En la aclas bases de la incorporación final de tualidad, la importancia estratégica de TurTurquía a la OTAN en l952. Durante la gue- quía no se circunscribe en disuadir una rra fría, Turquía sirvió de barrera impor- amenaza de Moscú, sino en su capacidad tante a la expansión del poder soviético para ofrecer un puente al mundo musul-
mán y actuar como una fuerza estabilizadora en Oriente Medio y Asia central/Cáucaso, dos zonas de creciente importancia estratégica para Estados Unidos. El acceso permanente a bases turcas, especialmente la base aérea en Incirlik, sigue siendo importante para proteger los intereses de Estados Unidos en el Gran Oriente Medio (en su sentido amplio). Más del 70 por ciento del cargamento militar enviado a Iraq pasa por la base aérea de Incirlik o es enviado por rutas terrestres a través de Turquía1. Si los turcos limitaran o negaran el acceso de Estados Unidos a instalaciones turcas, especialmente Incirlik, ello podría ejercer un serio impacto sobre la capacidad de Estados Unidos para mantener los suministros a las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán y podría complicar la retirada de las fuerzas de combate de Estados Unidos de Iraq. En el caso de Turquía, la relación de seguridad sigue teniendo importancia. Turquía vive en un
entorno difícil e inestable y mantiene diferencias con varios países vecinos (Siria, Iraq, Grecia, Armenia). Asimismo se halla en el radio de alcance de misiles disparados desde Irán e Iraq. En consecuencia, Turquía contempla su relación de seguridad con Estados Unidos como una importante póliza de seguros contra su creciente exposición a distintos riesgos en Oriente Medio. Aunque la involucración de Estados Unidos en Oriente Medio también acarrea riesgos para Turquía, este país se beneficia en conjunto de la presencia militar de Estados Unidos en regiones adyacentes. Estados Unidos también es el suministrador más importante de armas a Turquía. A pesar de recientes esfuerzos de diversificación, Turquía todavía mantiene aproximadamente el 80 por ciento de su actividad comercial en materia de defensa e industrial con Estados Unidos. Un gran número de oficiales turcos han sido entrenados en Estados Unidos. Esto ha permitido
que las fuerzas armadas turcas mantengan estrechos vínculos con sus homólogos americanos y accedan a un conocimiento más profundo de la doctrina y pensamiento operativo militar estadounidense. Por último, Estados Unidos ha atendido importantes prioridades estratégicas distintas de la esfera de la defensa. Estados Unidos ha sido un gran adalid de la construcción del oleoducto Bakú-Ceyhan, diseñado para conducir petróleo caspio a los mercados mundiales a través de una terminal en la costa mediterránea de Turquía. Washington también ha dado su apoyo a la solicitud de adhesión de Turquía a la Unión Europea y apoyó la lucha de Turquía contra los separatistas del PKK de forma mucho más vigorosa que los aliados europeos de Ankara.
La erosión de la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad Así, a pesar del fin de la guerra fría, Turquía tiene sólidas razones
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A causa de las amenazas y desafíos procedentes del sur, Turquía está interesada en conservar sus relaciones cordiales con sus vecinos regionales, en especial con Siria e Irán
2 Consultar F. Stephen Larrabee, Turkey Rediscovers the Middle East, “Foreign Affairs”, vol. 86, n.º 4, julio/agosto 2007, pp. 103114. 3 Consultar Ian O. Lesser, Turkey, the United States and the Geo-Politics of Delusion, “Survival”, vol. 48, n.º. 3, otoño 2006, p. 2.
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para desear mantener lazos estrechos en materia de seguridad con Estados Unidos. Sin embargo, desde 1990, el entorno de seguridad de Turquía ha sufrido un importante desplazamiento como resultado de tres factores importantes: a) la caída de la Unión Soviética y el fin de la guerra fría, b) la guerra del Golfo de 1990-91, y c) la invasión por Estados Unidos de Iraq en 2003. Estos tres factores han ejercido un profundo efecto sobre la percepción turca en materia de seguridad y sobre la solidez y fortaleza de la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad. La desaparición de la amenaza soviética eliminó el principal motivo y justificación de la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad y redujo en la práctica el grado de dependencia de Ankara de Estados Unidos. Asimismo, abrió nuevas oportunidades y perspectivas en áreas previamente olvidadas o vedadas de hecho a la política turca, especialmente Oriente Medio y el Cáucaso/Asia central. Habiendo dejado de ser un país que cumplía la función de “flanco meridional”, Turquía se encontró en la encrucijada de un panorama estratégico que incluía áreas en las que poseía intereses de larga duración y/o lazos históricos. Ankara intentó explotar esta nueva flexibilidad en términos diplomáticos estableciendo nuevas relaciones en estas áreas. Además, con el término de la guerra fría, el núcleo de las amenazas y los desafíos a la seguridad turca se ha desplazado. Durante la guerra fría, la principal amenaza a la seguridad turca provenía del norte (de la Unión Soviética). En la actualidad, Turquía se enfrenta a un conjunto de amenazas y desafíos en materia de seguridad mucho más amplio y diverso –el auge del nacionalismo y el separatismo kurdo, el aumento de la violencia sectaria en Iraq que amenaza con extenderse y atraer a potencias externas, la perspectiva de un Irán con armas nucleares a sus puertas y un débil y fragmentado Líbano dominado por grupos radicales con estrechos lazos con Irán y Siria–. Buena parte de estas amenazas y desafíos se encuentran en o cerca de la frontera meridional de Turquía. Como consecuencia, la atención estratégica en la actualidad se centra mucho
más en Oriente Medio que en el pasado, porque es aquí donde se sitúan las amenazas y desafíos clave a la seguridad turca. Al mismo tiempo, el desplazamiento del núcleo de las amenazas y desafíos hacia el sur ha dotado a Turquía de un mayor interés en mantener la estabilidad de su frontera meridional y conservar relaciones cordiales con sus vecinos regionales, especialmente Irán y Siria, dos países con los que Estados Unidos tiene serias diferencias. El resultado de todo ello es que los intereses y políticas estadounidenses y turcas hacia ambos países –y con relación a Oriente Medio en un sentido más amplio– han comenzado divergir crecientemente en los últimos años.2.
El impacto de la guerra del Golfo La guerra del Golfo de 1990-91 también ejerció un notable impacto sobre la seguridad –y la percepción de la propia seguridad– en el caso de Turquía. Mientras muchos diplomáticos y políticos estadounidenses tienden a considerar la guerra como una especie de “edad de oro” de la cooperación entre Estados Unidos y Turquía, la percepción turca es bastante distinta. Para muchos turcos, como ha observado Ian Lesser, la guerra del Golfo fue “cuando comenzaron los problemas”.3 El presidente Turgut Özal consideró que la guerra era una oportunidad para demostrar la persistente importancia estratégica de Turquía y cimentar los lazos en materia de defensa con Estados Unidos. Sin embargo, las expectativas de Özal no se cumplieron. La alianza estratégica con Estados Unidos nunca se materializó. El apoyo de Özal a Estados Unidos también fue de escasa ayuda para avanzar en el ingreso de Turquía a la Unión Europea. En el plano económico, Turquía pagó un elevado precio por su apoyo a la campaña militar de Estados Unidos en términos de suministros de petróleo y pérdidas comerciales. Las pérdidas económicas sufridas por Turquía y la falta de beneficios tangibles derivados de su apoyo a Estados Unidos en la guerra del Golfo contribuyeron a la creciente percepción en Ankara de que Turquía recibía mucho menos de la relación recíproca de lo que obtenía Estados Unidos. Además, la guerra marcó una impor-
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tante escalada del problema kurdo de Turquía. El establecimiento de facto de un Estado kurdo en el norte de Iraq bajo protección occidental dio nuevas alas al nacionalismo kurdo y proporcionó una base logística para los ataques contra territorio turco a cargo de separatistas kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Muchos turcos, en realidad, consideraron el apoyo de Estados Unidos a la entidad kurda en norte de Iraq como parte de un plan deliberado de apoyar la creación de un estado kurdo independiente en la frontera meridional de Turquía. Por último, la guerra de Golfo reforzó las sensibilidades turcas en lo relativo a la soberanía nacional. La disposición del presidente Özal a permitir que Estados Unidos utilizara instalaciones turcas para realizar misiones contra Iraq en la guerra de Golfo ha sido la excepción, no la regla. En términos generales, los turcos han sido muy reacios a permitir que Estados Unidos utilizara sus instalaciones para coyunturas ajenas a la OTAN. Ankara se negó a permitir que Estados Unidos lanzara ataques ofensivos contra Bagdad, inclusive durante la crisis de 1996 sobre operaciones iraquíes en el norte y durante la operación Zorro del desierto. El impacto generalizado de la guerra de Golfo propiciaría la agudización de la discordia entre Estados Unidos y Turquía. Por un lado, los turcos notaban que no habían sido suficientemente recompensados por el apoyo que habían brindado a Estados Unidos ni por las pérdidas económicas en que habían incurrido a resultas de este apoyo. Por otro lado, la guerra exacerbó los desafíos en materia de seguridad en la frontera meridional de Turquía, especialmente el problema kurdo, que las autoridades turcas consideraban como una amenaza vital a la integridad territorial de los turcos.
La invasión estadounidense de Iraq La causa principal de las actuales tensiones en las relaciones de Estados Unidos con Turquía ha sido la invasión estadounidense de Iraq, que exacerbó buena parte de las dificultades y tensiones que habían estado bullendo bajo la superficie, dándoles nuevo ímpetu. Al mismo tiempo, sumió los
diferentes intereses de seguridad de ambos bandos en un conflicto aún más agudo. Los dirigentes turcos abrigaban serias reservas sobre la invasión de Estados Unidos. No sentían aprecio alguno por Saddam Hussein, a quien consideraban como un dictador brutal. Sin embargo, Saddam aportaba estabilidad en la frontera meridional de Turquía, y para Ankara esa era la consideración primordial. Temían que el derrocamiento de Saddam pudiera dar lugar a un aumento de la violencia sectaria, el fortalecimiento del nacionalismo kurdo y la fragmentación de Iraq como Estado dotado de unidad, agravando así los dilemas a que se enfrenta Turquía en materia de seguridad. En el período subsiguiente a la invasión, los dirigentes turcos comprobaron el cumplimiento de sus peores temores. La invasión tuvo cuatro consecuencias importantes para la seguridad turca –todas ellas negativas–. En primer lugar, la invasión dio lugar a un aumento de la violencia sectaria y la fragmentación del control del Gobierno central sobre el propio Iraq. En segundo lugar, la invasión resultó en un incremento de la influencia iraní tanto en Iraq como en la región en sentido amplio. En tercer lugar, factor de la mayor importancia desde el punto de vista turco, como resultado de la invasión los esfuerzos de los kurdos iraquíes por la autonomía —y, en suma, la independencia– cobraron renovados bríos. Las autoridades turcas temían que la creación de un Estado kurdo en su frontera meridional pudiera intensificar las presiones separatistas en el seno de Turquía y representar una amenaza a la integridad territorial del país. En cuarto lugar, en el período posterior a la invasión, Turquía se enfrentó a un rebrote de la violencia por parte de separatistas kurdos en Turquía liderada por el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). La insurgencia del PKK ha resultado en la muerte de más de 35.000 turcos y kurdos desde 1984.4 Después de la captura del líder kurdo del PKK Abdullah Öcalan en l999, el PKK declaró un cese el fuego unilateral y la violencia amainó temporalmente. Sin embargo, el PKK retomó las armas en junio del 2004 y ha lanzado repetidos ataques en territorio turco desde santuarios
4 Sobre los orígenes, auge y objetivos cambiantes del PKK, ver Aliza Marcus, Turkey’s PKK: Rise, Fall, and Rise Again?, “World Policy Journal”, primavera 2007, pp. 75-84. Ver también Henri J. Barkey y Graham E. Fuller, Turkey’s Kurdish Question, Rowman & Littlefield Publishers, l998
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A causa de las amenazas y desafíos procedentes del sur, Turquía está interesada en conservar sus relaciones cordiales con sus vecinos regionales, en especial con Siria e Irán
2 Consultar F. Stephen Larrabee, Turkey Rediscovers the Middle East, “Foreign Affairs”, vol. 86, n.º 4, julio/agosto 2007, pp. 103114. 3 Consultar Ian O. Lesser, Turkey, the United States and the Geo-Politics of Delusion, “Survival”, vol. 48, n.º. 3, otoño 2006, p. 2.
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para desear mantener lazos estrechos en materia de seguridad con Estados Unidos. Sin embargo, desde 1990, el entorno de seguridad de Turquía ha sufrido un importante desplazamiento como resultado de tres factores importantes: a) la caída de la Unión Soviética y el fin de la guerra fría, b) la guerra del Golfo de 1990-91, y c) la invasión por Estados Unidos de Iraq en 2003. Estos tres factores han ejercido un profundo efecto sobre la percepción turca en materia de seguridad y sobre la solidez y fortaleza de la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad. La desaparición de la amenaza soviética eliminó el principal motivo y justificación de la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad y redujo en la práctica el grado de dependencia de Ankara de Estados Unidos. Asimismo, abrió nuevas oportunidades y perspectivas en áreas previamente olvidadas o vedadas de hecho a la política turca, especialmente Oriente Medio y el Cáucaso/Asia central. Habiendo dejado de ser un país que cumplía la función de “flanco meridional”, Turquía se encontró en la encrucijada de un panorama estratégico que incluía áreas en las que poseía intereses de larga duración y/o lazos históricos. Ankara intentó explotar esta nueva flexibilidad en términos diplomáticos estableciendo nuevas relaciones en estas áreas. Además, con el término de la guerra fría, el núcleo de las amenazas y los desafíos a la seguridad turca se ha desplazado. Durante la guerra fría, la principal amenaza a la seguridad turca provenía del norte (de la Unión Soviética). En la actualidad, Turquía se enfrenta a un conjunto de amenazas y desafíos en materia de seguridad mucho más amplio y diverso –el auge del nacionalismo y el separatismo kurdo, el aumento de la violencia sectaria en Iraq que amenaza con extenderse y atraer a potencias externas, la perspectiva de un Irán con armas nucleares a sus puertas y un débil y fragmentado Líbano dominado por grupos radicales con estrechos lazos con Irán y Siria–. Buena parte de estas amenazas y desafíos se encuentran en o cerca de la frontera meridional de Turquía. Como consecuencia, la atención estratégica en la actualidad se centra mucho
más en Oriente Medio que en el pasado, porque es aquí donde se sitúan las amenazas y desafíos clave a la seguridad turca. Al mismo tiempo, el desplazamiento del núcleo de las amenazas y desafíos hacia el sur ha dotado a Turquía de un mayor interés en mantener la estabilidad de su frontera meridional y conservar relaciones cordiales con sus vecinos regionales, especialmente Irán y Siria, dos países con los que Estados Unidos tiene serias diferencias. El resultado de todo ello es que los intereses y políticas estadounidenses y turcas hacia ambos países –y con relación a Oriente Medio en un sentido más amplio– han comenzado divergir crecientemente en los últimos años.2.
El impacto de la guerra del Golfo La guerra del Golfo de 1990-91 también ejerció un notable impacto sobre la seguridad –y la percepción de la propia seguridad– en el caso de Turquía. Mientras muchos diplomáticos y políticos estadounidenses tienden a considerar la guerra como una especie de “edad de oro” de la cooperación entre Estados Unidos y Turquía, la percepción turca es bastante distinta. Para muchos turcos, como ha observado Ian Lesser, la guerra del Golfo fue “cuando comenzaron los problemas”.3 El presidente Turgut Özal consideró que la guerra era una oportunidad para demostrar la persistente importancia estratégica de Turquía y cimentar los lazos en materia de defensa con Estados Unidos. Sin embargo, las expectativas de Özal no se cumplieron. La alianza estratégica con Estados Unidos nunca se materializó. El apoyo de Özal a Estados Unidos también fue de escasa ayuda para avanzar en el ingreso de Turquía a la Unión Europea. En el plano económico, Turquía pagó un elevado precio por su apoyo a la campaña militar de Estados Unidos en términos de suministros de petróleo y pérdidas comerciales. Las pérdidas económicas sufridas por Turquía y la falta de beneficios tangibles derivados de su apoyo a Estados Unidos en la guerra del Golfo contribuyeron a la creciente percepción en Ankara de que Turquía recibía mucho menos de la relación recíproca de lo que obtenía Estados Unidos. Además, la guerra marcó una impor-
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tante escalada del problema kurdo de Turquía. El establecimiento de facto de un Estado kurdo en el norte de Iraq bajo protección occidental dio nuevas alas al nacionalismo kurdo y proporcionó una base logística para los ataques contra territorio turco a cargo de separatistas kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Muchos turcos, en realidad, consideraron el apoyo de Estados Unidos a la entidad kurda en norte de Iraq como parte de un plan deliberado de apoyar la creación de un estado kurdo independiente en la frontera meridional de Turquía. Por último, la guerra de Golfo reforzó las sensibilidades turcas en lo relativo a la soberanía nacional. La disposición del presidente Özal a permitir que Estados Unidos utilizara instalaciones turcas para realizar misiones contra Iraq en la guerra de Golfo ha sido la excepción, no la regla. En términos generales, los turcos han sido muy reacios a permitir que Estados Unidos utilizara sus instalaciones para coyunturas ajenas a la OTAN. Ankara se negó a permitir que Estados Unidos lanzara ataques ofensivos contra Bagdad, inclusive durante la crisis de 1996 sobre operaciones iraquíes en el norte y durante la operación Zorro del desierto. El impacto generalizado de la guerra de Golfo propiciaría la agudización de la discordia entre Estados Unidos y Turquía. Por un lado, los turcos notaban que no habían sido suficientemente recompensados por el apoyo que habían brindado a Estados Unidos ni por las pérdidas económicas en que habían incurrido a resultas de este apoyo. Por otro lado, la guerra exacerbó los desafíos en materia de seguridad en la frontera meridional de Turquía, especialmente el problema kurdo, que las autoridades turcas consideraban como una amenaza vital a la integridad territorial de los turcos.
La invasión estadounidense de Iraq La causa principal de las actuales tensiones en las relaciones de Estados Unidos con Turquía ha sido la invasión estadounidense de Iraq, que exacerbó buena parte de las dificultades y tensiones que habían estado bullendo bajo la superficie, dándoles nuevo ímpetu. Al mismo tiempo, sumió los
diferentes intereses de seguridad de ambos bandos en un conflicto aún más agudo. Los dirigentes turcos abrigaban serias reservas sobre la invasión de Estados Unidos. No sentían aprecio alguno por Saddam Hussein, a quien consideraban como un dictador brutal. Sin embargo, Saddam aportaba estabilidad en la frontera meridional de Turquía, y para Ankara esa era la consideración primordial. Temían que el derrocamiento de Saddam pudiera dar lugar a un aumento de la violencia sectaria, el fortalecimiento del nacionalismo kurdo y la fragmentación de Iraq como Estado dotado de unidad, agravando así los dilemas a que se enfrenta Turquía en materia de seguridad. En el período subsiguiente a la invasión, los dirigentes turcos comprobaron el cumplimiento de sus peores temores. La invasión tuvo cuatro consecuencias importantes para la seguridad turca –todas ellas negativas–. En primer lugar, la invasión dio lugar a un aumento de la violencia sectaria y la fragmentación del control del Gobierno central sobre el propio Iraq. En segundo lugar, la invasión resultó en un incremento de la influencia iraní tanto en Iraq como en la región en sentido amplio. En tercer lugar, factor de la mayor importancia desde el punto de vista turco, como resultado de la invasión los esfuerzos de los kurdos iraquíes por la autonomía —y, en suma, la independencia– cobraron renovados bríos. Las autoridades turcas temían que la creación de un Estado kurdo en su frontera meridional pudiera intensificar las presiones separatistas en el seno de Turquía y representar una amenaza a la integridad territorial del país. En cuarto lugar, en el período posterior a la invasión, Turquía se enfrentó a un rebrote de la violencia por parte de separatistas kurdos en Turquía liderada por el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). La insurgencia del PKK ha resultado en la muerte de más de 35.000 turcos y kurdos desde 1984.4 Después de la captura del líder kurdo del PKK Abdullah Öcalan en l999, el PKK declaró un cese el fuego unilateral y la violencia amainó temporalmente. Sin embargo, el PKK retomó las armas en junio del 2004 y ha lanzado repetidos ataques en territorio turco desde santuarios
4 Sobre los orígenes, auge y objetivos cambiantes del PKK, ver Aliza Marcus, Turkey’s PKK: Rise, Fall, and Rise Again?, “World Policy Journal”, primavera 2007, pp. 75-84. Ver también Henri J. Barkey y Graham E. Fuller, Turkey’s Kurdish Question, Rowman & Littlefield Publishers, l998
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en las montañas Kandil, en el norte de Iraq. Estos ataques resultaron en la muerte de varios centenares de agentes de seguridad turcos. En respuesta, el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan solicitó repetidamente ayuda militar de Estados Unidos para eliminar los campos de entrenamiento del PKK en el norte de Iraq. Sin embargo, la Administración Bush era reacia a adoptar acciones militares contra el PKK porque un asalto contra el PKK habría desviado tropas necesarias para combatir la insurgencia en Bagdad y otras partes de Iraq. Las autoridades estadounidenses también temían que una acción militar contra el PKK desestabilizaría el norte de Iraq, en calma relativa en comparación con el resto de Iraq. Los kurdos iraquíes eran los más acérrimos partidarios de la política de Estados Unidos en Iraq y los representantes de la Administración consideraban que el apoyo kurdo era esencial para mantener un Iraq unificado. Aunque Estados Unidos expresó un marcado apoyo de tipo verbal a la lucha de Turquía contra el PKK, Washington no estaba dispuesto a proporcionar ayuda militar específica a Ankara contra el PKK. Y, extremo aún más molesto y enojoso: también se oponía a ataques militares transfronterizos de Ankara contra los campos de entrenamiento y santuarios del PKK en el norte de Iraq. La reticencia de Estados Unidos a adoptar acciones militares directas contra el PKK o a permitir que Turquía los llevara a cabo propició crecientes tensiones en las relaciones con Ankara.
Creciente sentimiento antiestadounidense La negativa también contribuyó a un aumento espectacular del sentimiento antiestadounidense en Turquía. Según el sondeo realizado por el Pew Charitable Trust en 2007, menos de uno de cada diez turcos (9 por ciento) tenía una opinión positi-
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va de Estados Unidos –una caída de 21 puntos desde el 2002.5 Según la misma encuesta, el 83 por ciento dijo que su actitud era desfavorable, incluyendo el 75 por ciento que era muy desfavorable. Es uno de los porcentajes negativos más elevados de Oriente Medio, sólo después de la sociedad palestina, donde el 86 por ciento consideraba a Estados Unidos de modo desfavorable. Este pronunciado aumento del sentimiento antiestadounidense es principalmente una reacción a la política de Estados Unidos en Iraq, en especial a la reticencia de Estados Unidos a la hora de adoptar iniciativas militares contra el PKK o de permitir que Turquía lance ataques militares contra los santuarios del PKK en el norte de Iraq. Muchos turcos lo consideran como una prueba de un doble rasero y equivalente a un tácito apoyo de Estados Unidos al PKK contra Turquía. A ojos de los turcos, Estados Unidos invadió dos países –Afganistán e Iraq– para eliminar refugios terroristas, pero negó la ayuda a Turquía para hacer lo propio. Las relaciones mejoraron algo después de la visita del primer ministro Erdogan a Washington en noviembre de 2007. Durante la visita, el presidente Bush acordó suministrar Turquía “información inmediata y operativa” contra el PKK y según se informó también dio a Erdogan su apoyo para que Turquía llevara a cabo ataques quirúrgicos limitados contra los campos del PKK en el norte de Iraq. Desde la visita, la cooperación entre Estados Unidos y los militares turcos contra el PKK ha mejorado visiblemente. Turquía ha llevado a cabo varios ataques quirúrgicos transfronterizos contra el PKK –según parece, con la ayuda de inteligencia de Estados Unidos–, pero ha evitado cualquier incursión militar a gran escala en el norte de Iraq. Los ataques se planificaron contra campos y unidades del PKK, no contra la
población kurda iraquí o contra los dirigentes del GRK (Gobierno Regional de Kurdistán). Sin embargo, el problema del PKK no puede resolverse por medios militares. La dura postura militar contra el terrorismo del PKK debe combinarse con iniciativas sociales, económicas y legales de amplia base diseñadas para que los kurdos sientan que disfrutan de los mismos derechos que el resto de la población turca. Sin dichos cambios sociales, económicos y legales, es improbable que triunfe cualquier esfuerzo para eliminar el problema del PKK, un hecho que al parecer algunos mandos militares turcos empiezan a reconocer.
Revitalizar las relaciones entre estados unidos y turquía La llegada de una nueva Administración en Washington brinda una oportunidad importante para reparar las fisuras abiertas en la alianza en materia de seguridad entre Estados Unidos y Turquía y situar las relaciones sobre un suelo más firme. La retirada de fuerzas de combate de Estados Unidos de Iraq eliminará un importante factor enojoso en las relaciones entre los dos países y debería facilitar estee proceso. La disposición del presidente Obama a abrir un diálogo con Irán y Siria elimina otra fuente de discordia y favorece el acercamiento de las posiciones políticas entre Estados Unidos y Turquía. El viaje del presidente Obama a Turquía en abril de 2009 fue un importante primer paso para revitalizar las relaciones entre Estados Unidos y Turquía. Subrayó la importancia que la Administración atribuye a Turquía y ayudó a crear un clima nuevo y más positivo en estas relaciones. El estilo abierto y informal de Obama fue bien recibido en Ankara y contrastó nítidamente con el tono amedentrador de la Administración Bush. En una palabra, la visita fijó un nuevo tono y
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estilo. Sin embargo, si el esfuerzo de revitalizar las relaciones entre Estados Unidos y Turquía ha de tener éxito, la visita debe consolidarse mediante acciones concretas. En primer lugar, factor de suma importancia, Estados Unidos debería intensificar su apoyo político y de inteligencia de la lucha de Turquía contra el terrorismo del PKK. Las autoridades turcas consideran que el apoyo de Washington a Turquía en su lucha contra el PKK es la prueba de fuego del valor de la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad. El visible auge del sentimiento antiestadounidense en Turquía en los últimos años se ha visto impulsado principalmente por la percepción de que Washington apoya tácitamente a los kurdos iraquíes. Un apoyo firme a la lucha de Turquía contra el PKK tendrá un impacto político y psicológico positivo en la opinión pública turca y ayudará a rebajar esta percepción ampliamente extendida. En segundo lugar, Estados Unidos debería presionar más al Gobierno Regional de Kurdistán (GRK) para que adopte enérgicas medidas contra el PKK y suspenda su apoyo logístico y político a este grupo. Este factor reduciría significativamente las tensiones en la región y mejoraría la imagen de Estados Unidos en Turquía. Sin embargo, Estados Unidos necesitará el apoyo de los kurdos de Iraq para mantener el orden político y la estabilidad a medida que vaya reduciendo sus fuerzas en Iraq. Así necesitará evitar tomar medidas que podrían desestabilizar el norte de Iraq en tanto intenta apaciguar los temores turcos en lo concerniente a la seguridad. En tercer lugar, debería animarse a Turquía a llevar a cabo cambios sociales, económicos y legales diseñados para que los kurdos en Turquía experimenten que disfrutan de los mismos derechos y ventajas que los turcos étnicos. Como se ha señalado anteriormente, la amenaza del PKK no puede resolverse por medios militares. Es fundamental contar con un firme programa antiterrorista. Pero, para tener éxito en el empeño, debe combinarse con un programa de reformas sociales y económicas que aborden las causas profundas de los motivos de agravio kurdos. En cuarto lugar, Estados Unidos debería animar a Turquía a entablar un diálogo
directo con los líderes del Gobierno Regional de Kurdistán en el norte de Iraq. No puede haber estabilidad en la frontera meridional de Turquía a largo plazo sin alguna clase de arreglo con el KRG. Esto no significa que Turquía deba reconocer un Estado kurdo independiente, pero en todo caso para que sea posible una estabilidad regional, Turquía necesita articular algún modus vivendi con el GRK. En última instancia, sólo puede conseguirse por medio de un diálogo directo con los líderes del gobierno regional. En quinto lugar, Estados Unidos debería seguir apoyando el ingreso de Turquía en la UE. La integración de Turquía en la UE fortalecería a la UE y ayudaría a desarmar la afirmación de que Occidente –especialmente Europa– es connaturalmente hostil a los musulmanes. Este factor tendría un efecto saludable sobre las relaciones de Occidente con el mundo musulmán. De hecho, una Turquía moderada y democrática podría servir de puente importante con Oriente Medio. Por otro lado, el rechazo de la candidatura de Turquía podría provocar una reacción violenta antioccidental, reforzando las fuerzas que en Turquía desean debilitar los lazos de Turquía con Occidente. Situación que no conviene a la UE ni a Estados Unidos. En sexto lugar, Estados Unidos debería animar a Turquía a revitalizar el proceso de democratización y reforma interna. Aunque el Gobierno de Erdogan promovió una agenda reformista durante los primeros años de su mandato, el proceso de democratización y reforma interna ha reducido visiblemente su marcha desde el año 2005 y precisa un renovado ímpetu. Estas reformas son necesarias no sólo para infundir nuevo vigor a la cuestión del ingreso de Turquía en la UE, sino que también son importantes por derecho propio. Estas iniciativas no resolverían todos los problemas de las relaciones entre Estados Unidos y Turquía. Estos dos países no siempre coincidirán en cada cuestión. Pero, en conjunto, estas iniciativas representarían un esfuerzo importante para revitalizar la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad y al mismo tiempo aumentar el nivel de seguridad en Oriente Medio.
Ankara considera que el apoyo de Washington contra el terrorismo del PKK es la prueba de fuego del valor de la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad
5 Ver el Pew Global Attitudes Project en línea en http://pewglobal.org. Ver tambien los datos en Transatlantic Trends: Key Findings (Washington DC), 2006, The German Marshall Fund of the United States, 2006, pp. 18-19, que informa de actitudes negativas similares turcas hacia Estados Unidos.
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en las montañas Kandil, en el norte de Iraq. Estos ataques resultaron en la muerte de varios centenares de agentes de seguridad turcos. En respuesta, el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan solicitó repetidamente ayuda militar de Estados Unidos para eliminar los campos de entrenamiento del PKK en el norte de Iraq. Sin embargo, la Administración Bush era reacia a adoptar acciones militares contra el PKK porque un asalto contra el PKK habría desviado tropas necesarias para combatir la insurgencia en Bagdad y otras partes de Iraq. Las autoridades estadounidenses también temían que una acción militar contra el PKK desestabilizaría el norte de Iraq, en calma relativa en comparación con el resto de Iraq. Los kurdos iraquíes eran los más acérrimos partidarios de la política de Estados Unidos en Iraq y los representantes de la Administración consideraban que el apoyo kurdo era esencial para mantener un Iraq unificado. Aunque Estados Unidos expresó un marcado apoyo de tipo verbal a la lucha de Turquía contra el PKK, Washington no estaba dispuesto a proporcionar ayuda militar específica a Ankara contra el PKK. Y, extremo aún más molesto y enojoso: también se oponía a ataques militares transfronterizos de Ankara contra los campos de entrenamiento y santuarios del PKK en el norte de Iraq. La reticencia de Estados Unidos a adoptar acciones militares directas contra el PKK o a permitir que Turquía los llevara a cabo propició crecientes tensiones en las relaciones con Ankara.
Creciente sentimiento antiestadounidense La negativa también contribuyó a un aumento espectacular del sentimiento antiestadounidense en Turquía. Según el sondeo realizado por el Pew Charitable Trust en 2007, menos de uno de cada diez turcos (9 por ciento) tenía una opinión positi-
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va de Estados Unidos –una caída de 21 puntos desde el 2002.5 Según la misma encuesta, el 83 por ciento dijo que su actitud era desfavorable, incluyendo el 75 por ciento que era muy desfavorable. Es uno de los porcentajes negativos más elevados de Oriente Medio, sólo después de la sociedad palestina, donde el 86 por ciento consideraba a Estados Unidos de modo desfavorable. Este pronunciado aumento del sentimiento antiestadounidense es principalmente una reacción a la política de Estados Unidos en Iraq, en especial a la reticencia de Estados Unidos a la hora de adoptar iniciativas militares contra el PKK o de permitir que Turquía lance ataques militares contra los santuarios del PKK en el norte de Iraq. Muchos turcos lo consideran como una prueba de un doble rasero y equivalente a un tácito apoyo de Estados Unidos al PKK contra Turquía. A ojos de los turcos, Estados Unidos invadió dos países –Afganistán e Iraq– para eliminar refugios terroristas, pero negó la ayuda a Turquía para hacer lo propio. Las relaciones mejoraron algo después de la visita del primer ministro Erdogan a Washington en noviembre de 2007. Durante la visita, el presidente Bush acordó suministrar Turquía “información inmediata y operativa” contra el PKK y según se informó también dio a Erdogan su apoyo para que Turquía llevara a cabo ataques quirúrgicos limitados contra los campos del PKK en el norte de Iraq. Desde la visita, la cooperación entre Estados Unidos y los militares turcos contra el PKK ha mejorado visiblemente. Turquía ha llevado a cabo varios ataques quirúrgicos transfronterizos contra el PKK –según parece, con la ayuda de inteligencia de Estados Unidos–, pero ha evitado cualquier incursión militar a gran escala en el norte de Iraq. Los ataques se planificaron contra campos y unidades del PKK, no contra la
población kurda iraquí o contra los dirigentes del GRK (Gobierno Regional de Kurdistán). Sin embargo, el problema del PKK no puede resolverse por medios militares. La dura postura militar contra el terrorismo del PKK debe combinarse con iniciativas sociales, económicas y legales de amplia base diseñadas para que los kurdos sientan que disfrutan de los mismos derechos que el resto de la población turca. Sin dichos cambios sociales, económicos y legales, es improbable que triunfe cualquier esfuerzo para eliminar el problema del PKK, un hecho que al parecer algunos mandos militares turcos empiezan a reconocer.
Revitalizar las relaciones entre estados unidos y turquía La llegada de una nueva Administración en Washington brinda una oportunidad importante para reparar las fisuras abiertas en la alianza en materia de seguridad entre Estados Unidos y Turquía y situar las relaciones sobre un suelo más firme. La retirada de fuerzas de combate de Estados Unidos de Iraq eliminará un importante factor enojoso en las relaciones entre los dos países y debería facilitar estee proceso. La disposición del presidente Obama a abrir un diálogo con Irán y Siria elimina otra fuente de discordia y favorece el acercamiento de las posiciones políticas entre Estados Unidos y Turquía. El viaje del presidente Obama a Turquía en abril de 2009 fue un importante primer paso para revitalizar las relaciones entre Estados Unidos y Turquía. Subrayó la importancia que la Administración atribuye a Turquía y ayudó a crear un clima nuevo y más positivo en estas relaciones. El estilo abierto y informal de Obama fue bien recibido en Ankara y contrastó nítidamente con el tono amedentrador de la Administración Bush. En una palabra, la visita fijó un nuevo tono y
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estilo. Sin embargo, si el esfuerzo de revitalizar las relaciones entre Estados Unidos y Turquía ha de tener éxito, la visita debe consolidarse mediante acciones concretas. En primer lugar, factor de suma importancia, Estados Unidos debería intensificar su apoyo político y de inteligencia de la lucha de Turquía contra el terrorismo del PKK. Las autoridades turcas consideran que el apoyo de Washington a Turquía en su lucha contra el PKK es la prueba de fuego del valor de la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad. El visible auge del sentimiento antiestadounidense en Turquía en los últimos años se ha visto impulsado principalmente por la percepción de que Washington apoya tácitamente a los kurdos iraquíes. Un apoyo firme a la lucha de Turquía contra el PKK tendrá un impacto político y psicológico positivo en la opinión pública turca y ayudará a rebajar esta percepción ampliamente extendida. En segundo lugar, Estados Unidos debería presionar más al Gobierno Regional de Kurdistán (GRK) para que adopte enérgicas medidas contra el PKK y suspenda su apoyo logístico y político a este grupo. Este factor reduciría significativamente las tensiones en la región y mejoraría la imagen de Estados Unidos en Turquía. Sin embargo, Estados Unidos necesitará el apoyo de los kurdos de Iraq para mantener el orden político y la estabilidad a medida que vaya reduciendo sus fuerzas en Iraq. Así necesitará evitar tomar medidas que podrían desestabilizar el norte de Iraq en tanto intenta apaciguar los temores turcos en lo concerniente a la seguridad. En tercer lugar, debería animarse a Turquía a llevar a cabo cambios sociales, económicos y legales diseñados para que los kurdos en Turquía experimenten que disfrutan de los mismos derechos y ventajas que los turcos étnicos. Como se ha señalado anteriormente, la amenaza del PKK no puede resolverse por medios militares. Es fundamental contar con un firme programa antiterrorista. Pero, para tener éxito en el empeño, debe combinarse con un programa de reformas sociales y económicas que aborden las causas profundas de los motivos de agravio kurdos. En cuarto lugar, Estados Unidos debería animar a Turquía a entablar un diálogo
directo con los líderes del Gobierno Regional de Kurdistán en el norte de Iraq. No puede haber estabilidad en la frontera meridional de Turquía a largo plazo sin alguna clase de arreglo con el KRG. Esto no significa que Turquía deba reconocer un Estado kurdo independiente, pero en todo caso para que sea posible una estabilidad regional, Turquía necesita articular algún modus vivendi con el GRK. En última instancia, sólo puede conseguirse por medio de un diálogo directo con los líderes del gobierno regional. En quinto lugar, Estados Unidos debería seguir apoyando el ingreso de Turquía en la UE. La integración de Turquía en la UE fortalecería a la UE y ayudaría a desarmar la afirmación de que Occidente –especialmente Europa– es connaturalmente hostil a los musulmanes. Este factor tendría un efecto saludable sobre las relaciones de Occidente con el mundo musulmán. De hecho, una Turquía moderada y democrática podría servir de puente importante con Oriente Medio. Por otro lado, el rechazo de la candidatura de Turquía podría provocar una reacción violenta antioccidental, reforzando las fuerzas que en Turquía desean debilitar los lazos de Turquía con Occidente. Situación que no conviene a la UE ni a Estados Unidos. En sexto lugar, Estados Unidos debería animar a Turquía a revitalizar el proceso de democratización y reforma interna. Aunque el Gobierno de Erdogan promovió una agenda reformista durante los primeros años de su mandato, el proceso de democratización y reforma interna ha reducido visiblemente su marcha desde el año 2005 y precisa un renovado ímpetu. Estas reformas son necesarias no sólo para infundir nuevo vigor a la cuestión del ingreso de Turquía en la UE, sino que también son importantes por derecho propio. Estas iniciativas no resolverían todos los problemas de las relaciones entre Estados Unidos y Turquía. Estos dos países no siempre coincidirán en cada cuestión. Pero, en conjunto, estas iniciativas representarían un esfuerzo importante para revitalizar la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad y al mismo tiempo aumentar el nivel de seguridad en Oriente Medio.
Ankara considera que el apoyo de Washington contra el terrorismo del PKK es la prueba de fuego del valor de la alianza entre Estados Unidos y Turquía en materia de seguridad
5 Ver el Pew Global Attitudes Project en línea en http://pewglobal.org. Ver tambien los datos en Transatlantic Trends: Key Findings (Washington DC), 2006, The German Marshall Fund of the United States, 2006, pp. 18-19, que informa de actitudes negativas similares turcas hacia Estados Unidos.
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La compleja política turca para Oriente Medio Omer Taspinar PROFESOR DE ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL, NATIONAL WAR COLLEGE (WASHINGTON DC). DIRECTOR DEL PROGRAMA SOBRE TURQUÍA DE LA BROOKINGS INSTITUTION (WASHINGTON DC).
ESPUÉS DE MUCHOS DECE- cambiar con el fin de la guerra fría simulnios de pasividad y des- táneamente a la aparición de nuevos horipreocupación por Orien- zontes geoestratégicos, amenazas y oporte Medio, Turquía vuelve tunidades en regiones vecinas de Turquía. a ser un protagonista ac- En consecuencia, en primer lugar bajo Turtivo en esta región. Du- gut Özal (primer ministro 1983-89; presirante gran parte de su dente 1989-1993) y más recientemente bajo historia republicana –co- el Partido de la Justicia y el Desarrollo menzando en 1923 con (AKP), de 2002 hasta el presente, Turquía se la fundación de la República Turca bajo el involucró en mayor medida en el gran liderazgo de Mustafá Kemal, Atatürk–, An- Oriente Medio. Para dar algunos ejemplos, en años recientes kara no consideró Ankara adoptó un que Oriente Medio Desde el año 2002, Turquía ha enfoque mucho más fuera una prioridad adoptado un papel más activo en en política exterior. el contencioso palestino-israelí, ha activo hacia la cuestión palestino-israeLa ideología oficial participado en misiones de paz lí, envió tropas a la de la república, el en Afganistán y Líbano y, entre misión de la OTAN kemalismo, dio su otras iniciativas, ha estrechado en Afganistán, conespalda al mundo relaciones con Irán, Iraq y Siria tribuyó a las fuerzas islámico y siguió un de la ONU en Líbano, asumió una posición camino exclusivamente occidental. Esta orientación unilateral comenzó a de liderazgo en la organización de la
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Conferencia Islámi- Turquía ca, asistió a confe- se halla rencias de la Liga profundamente Árabe, estableció es- polarizada trechos lazos con sobre la Irán, Iraq y Siria, y mejoró sus relacio- cuestión de nes económicas, po- su identidad líticas y diplomáti- musulmana, cas con la mayoría laica y nacional, de los estados ára- y la orientación bes y musulmanes. de su política Más recientemente, exterior suele en 2008, Turquía ser víctima cooperó en la celebración de conversa- de estos ciones diplomáticas problemas secretas entre Tel identitarios Aviv y Damasco e hizo lo propio entre Washington y Teherán. Además de estas iniciativas en Oriente Medio, Turquía colaboró asimismo en el Cáucaso, donde propuso una Plataforma de Estabilidad y Cooperación del Cáucaso en el período posterior a la guerra entre Rusia y Georgia. En circunstancias habituales, tales iniciativas deberían juzgarse como pasos positivos referidos a una potencia regional. Pero Turquía es un caso especial. El país se halla profundamente polarizado sobre la cuestión de su identidad musulmana, laica y nacional. Y la orientación en política exterior del país suele ser víctima de estos problemas de identidad. En un campo, los críticos laicos del AKP mantienen que el activismo de Turquía en Oriente Medio traiciona la trayectoria occidental y laica de la república. Este campo, integrado por escépticos kemalistas, subraya el pedigrí político musulmán del AKP y tiende a detectar una agenda islámica oculta tras las recientes aperturas al mundo árabe. En el campo contrario, normalmente integrado por conservadores y liberales pro AKP, figuran quienes sostienen que tal agenda islámica, simplemente, no existe. Su razonamiento es sencillo: el AKP es el partido político de la escena política turca más a favor de la Unión Europea (UE). A pesar de sus raíces islámicas, es un hecho que el AKP ha trabajado mucho más que gobiernos turcos anteriores para mejorar
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Conferencia Islámi- Turquía ca, asistió a confe- se halla rencias de la Liga profundamente Árabe, estableció es- polarizada trechos lazos con sobre la Irán, Iraq y Siria, y mejoró sus relacio- cuestión de nes económicas, po- su identidad líticas y diplomáti- musulmana, cas con la mayoría laica y nacional, de los estados ára- y la orientación bes y musulmanes. de su política Más recientemente, exterior suele en 2008, Turquía ser víctima cooperó en la celebración de conversa- de estos ciones diplomáticas problemas secretas entre Tel identitarios Aviv y Damasco e hizo lo propio entre Washington y Teherán. Además de estas iniciativas en Oriente Medio, Turquía colaboró asimismo en el Cáucaso, donde propuso una Plataforma de Estabilidad y Cooperación del Cáucaso en el período posterior a la guerra entre Rusia y Georgia. En circunstancias habituales, tales iniciativas deberían juzgarse como pasos positivos referidos a una potencia regional. Pero Turquía es un caso especial. El país se halla profundamente polarizado sobre la cuestión de su identidad musulmana, laica y nacional. Y la orientación en política exterior del país suele ser víctima de estos problemas de identidad. En un campo, los críticos laicos del AKP mantienen que el activismo de Turquía en Oriente Medio traiciona la trayectoria occidental y laica de la república. Este campo, integrado por escépticos kemalistas, subraya el pedigrí político musulmán del AKP y tiende a detectar una agenda islámica oculta tras las recientes aperturas al mundo árabe. En el campo contrario, normalmente integrado por conservadores y liberales pro AKP, figuran quienes sostienen que tal agenda islámica, simplemente, no existe. Su razonamiento es sencillo: el AKP es el partido político de la escena política turca más a favor de la Unión Europea (UE). A pesar de sus raíces islámicas, es un hecho que el AKP ha trabajado mucho más que gobiernos turcos anteriores para mejorar
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nacionalistas kurdas como una las posibilidades de Ankara de El principal verdadera amenaza a la integriingreso en la UE. Estos esfuer- problema dad territorial de Turquía. Incluso zos se vieron recompensados que tiene los derechos lingüísticos y cultuen última instancia mediante que afrontar rales se tachan de asunto peligrola apertura de negociaciones de Turquía en so, con el argumento de que moingreso entre Turquía y la tivan que la integración de los Unión Europea en diciembre la actualidad kurdos –política oficial de la de 2005. Sin embargo, las rela- no es la república desde 1923– sea muciones de Turquía con la UE se islamización, cho más difícil. Las aspiraciones han deteriorado considerable- sino un nacionalistas de los kurdos en mente durante los dos últimos creciente Irán, Iraq y Siria plantean un deaños. Desde la ampliación de la resentimiento safío similar a la política exterior UE en 2005, la República de nacionalista En consecuencia, cuando Chipre veta las negociaciones contra la Unión turca. la cuestión kurda domina la de Ankara con Bruselas. Adeagenda de Ankara la política más, tanto Francia como Ale- Europea y, en exterior turca se torna inquieta y mania se oponen firmemente a parte, contra la plena adhesión de Turquía. Estados Unidos suspicaz, susceptible e insegura. La incursión militar de Turquía Estos dos miembros esenciales de la Unión preferirían una “asociación pri- en el norte de Iraq para combatir al PKK vilegiada” con Turquía. Todo ello complica (movimiento separatista kurdo) o las reacgravemente el futuro de las relaciones entre ciones nacionalistas de Ankara contra los Turquía y la UE. Y para empeorar aún más planes kurdos iraquíes para anexionarse las cosas se alza la propia frustración de Kirkuk son claros ejemplos de las fuerzas y Turquía con relación a Europa. De hecho, el tendencias kemalistas de la política de principal problema a que hoy se enfrenta Oriente Medio de Turquía. El neootomanismo, en cambio, intenTurquía no es la islamización, sino un creciente resentimiento nacionalista contra la ta superar este enfoque kemalista en la cuestión kurda. En comparación con el keUE y, en parte, contra Estados Unidos. Más allá de cuestiones de identidad en malismo, las inclinaciones neootomanas la política interior y exterior turca, se desa- son más firmes y claras; no se obsesionan rrolla asimismo un debate político parale- tanto por la amenaza kurda. El neootomalo en Occidente sobre Turquía. La política nismo abraza una gran visión geoestratégide Ankara presenta un dilema a los políti- ca en cuyo marco Turquía es un actor recos en Estados Unidos y Europa, que a me- gional eficaz y comprometido, que trabaja nudo se sienten desconcertados por el para solucionar los problemas regionales acercamiento de Turquía a países como Si- como puente entre el este y el oeste. Desde ria e Irán. Y también a menudo se pregun- que el AKP llegó al poder a finales de 2002, tan: ¿qué motivos hay tras el nuevo interés su política exterior se ha basado en lo que Ahmet Davutoğlu, el principal asesor de de Ankara por Oriente Medio? De hecho, existen dos tendencias en Erdogan y desde mayo de 2009 ministro de conflicto tras la política de Oriente Medio Asuntos Exteriores, denomina “profundide Turquía. La primera es la preocupación dad estratégica”. Davutoğlu sostiene que la kemalista por el nacionalismo kurdo. El política exterior turca ha carecido de equisegundo es el neootomanismo. En la políti- librio y ha puesto excesivo acento en los ca de Oriente Medio de Turquía pesa cada lazos con Europa Occidental y Estados vez más la tensión entre estas dos visiones y Unidos con el consiguiente descuido de los opciones alternativas. El neootomanismo intereses de Turquía en relación con otros está reñido con el énfasis en la cuestión países, particularmente en Oriente Medio. kurda por una sencilla razón. El reto kurdo Su perspectiva muestra conocidos aspectos en Turquía viene caracterizado por las nor- de “neootomanismo”, que se nutre del mas kemalistas republicanas, que el neo- enfoque del ex presidente Turgut Özal. Seotomanismo intenta superar. El kemalismo gún este punto de vista, Turquía debe rejuzga la cuestión étnica y las aspiraciones descubrir su legado imperial y buscar un
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paradigma kemalista considenuevo consenso nacional donde La capacidad ra que el neootomanismo es puedan convivir las múltiples del AKP para ingenuo, aventurero y potenidentidades de Turquía. acercarse cialmente dañino para los inteTres factores ayudan a defi- a Occidente reses nacionales de Turquía. La nir las tendencias neootomanas ha hecho política exterior tradicional del AKP. El primero es la disposirepublicana se niega a contemción de llegar a un acomoda- sospechar miento con el patrimonio musul- a los kemalistas plar aperturas panturcas o islámicas en política exterior mán y otomano de Turquía en el de línea dura por entender que están en opopaís y en el extranjero. El neo- de que hay sición con la visión estricta de otomanismo no reclama un go- una agenda Atatürk de un nacionalismo bierno islámico en Turquía o un islamista laico dentro de las fronteras imperialismo turco en Oriente oculta que Estado. En ese sentido, para Medio y los Balcanes. Lejos de pone en peligro del la política exterior kemalista ello, aspira a una perspectiva la estabilidad y el statu quo menos militante del laicismo en las bases de el país y una influencia turca fundamentales ocupan una posición primordial, en oposición al activismo “blanda” en los antiguos territo- de la república y el cambio. rios otomanos. En la práctica, la El tercer aspecto del neootomanismo preferencia neootomana a favor de un laicismo moderado significa más tolerancia es su objetivo de abrazar a Occidente tanto hacia el islam, sobre todo en cuestiones como al mundo islámico. Como la ciudad como el derecho de llevar el velo en la uni- imperial de Estambul, a horcajadas entre versidad. De modo similar, la predisposi- Europa y Asia, el neootomanismo ofrece ción del neootomanismo a abrazar el lega- las dos caras de Jano. Incluso en su lecho do imperial e islámico de Turquía abre la de muerte, el imperio otomano era conocipuerta a un concepto menos étnico de lo do como el hombre enfermo de Europa y que representa ser turco. En otras pala- no de Asia o Arabia. En ese sentido, el legabras, el neootomanismo está en paz con la do europeo es de suma importancia para el naturaleza multiétnica y cosmopolita del neootomanismo. Estar abierto a Occidente Estado. Gracias al denominador común y a las influencias occidentales requiere que ofrece el islam, esta perspectiva no pragmatismo y una disposición a adaptaraprecia gran amenaza tras los derechos se a normas que cambian. Semejante disculturales y la expresión de la identidad tancia del dogma y la flexibilidad ideológica están en gran parte ausentes en la persnacional kurda. Esta perspectiva más flexible, a su vez, pectiva de los kemalistas de línea dura, lleva a la segunda característica del neo- que consideran el islam, el multiculturalisotomanismo: un sentido de grandeza y mo y el liberalismo como enemigos potenautoconfianza en política exterior. El neo- ciales de la revolución republicana. No es otomanismo considera a Turquía como sorprendente que la capacidad del AKP de una superpotencia regional. Su visión es- abrazar a Occidente no haya impresionado tratégica y cultural refleja el alcance geo- a los kemalistas, que sospechan la existengráfico de los imperios otomano y bizanti- cia de una agenda islámica oculta. En realidad, comparado con el AKP no. Turquía, como país que ocupa una posición crucial, debería así desempeñar un neootomano, el campo kemalista tiene papel diplomático, político y económico más problemas con Occidente. Los kemamuy activo en una amplia región de la que listas ven a Washington y a la Unión Eues el centro. Los kemalistas, sin embargo, ropea como los principales propiciadores consideran que esta visión ambiciosa care- del nacionalismo kurdo. Su lógica es simce de todo realismo. A su juicio, constituye ple. La UE quiere que Turquía reconozca un peligroso alejamiento de las normas los derechos minoritarios kurdos. De forma republicanas –como la idea de permitir a similar, los kurdos de Iraq se han convertilos kurdos tener derechos culturales o dar do en los mejores amigos de Estados Unidos al islam un mayor espacio político–. El en aquel país. Por consiguiente, la mayor
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nacionalistas kurdas como una las posibilidades de Ankara de El principal verdadera amenaza a la integriingreso en la UE. Estos esfuer- problema dad territorial de Turquía. Incluso zos se vieron recompensados que tiene los derechos lingüísticos y cultuen última instancia mediante que afrontar rales se tachan de asunto peligrola apertura de negociaciones de Turquía en so, con el argumento de que moingreso entre Turquía y la tivan que la integración de los Unión Europea en diciembre la actualidad kurdos –política oficial de la de 2005. Sin embargo, las rela- no es la república desde 1923– sea muciones de Turquía con la UE se islamización, cho más difícil. Las aspiraciones han deteriorado considerable- sino un nacionalistas de los kurdos en mente durante los dos últimos creciente Irán, Iraq y Siria plantean un deaños. Desde la ampliación de la resentimiento safío similar a la política exterior UE en 2005, la República de nacionalista En consecuencia, cuando Chipre veta las negociaciones contra la Unión turca. la cuestión kurda domina la de Ankara con Bruselas. Adeagenda de Ankara la política más, tanto Francia como Ale- Europea y, en exterior turca se torna inquieta y mania se oponen firmemente a parte, contra la plena adhesión de Turquía. Estados Unidos suspicaz, susceptible e insegura. La incursión militar de Turquía Estos dos miembros esenciales de la Unión preferirían una “asociación pri- en el norte de Iraq para combatir al PKK vilegiada” con Turquía. Todo ello complica (movimiento separatista kurdo) o las reacgravemente el futuro de las relaciones entre ciones nacionalistas de Ankara contra los Turquía y la UE. Y para empeorar aún más planes kurdos iraquíes para anexionarse las cosas se alza la propia frustración de Kirkuk son claros ejemplos de las fuerzas y Turquía con relación a Europa. De hecho, el tendencias kemalistas de la política de principal problema a que hoy se enfrenta Oriente Medio de Turquía. El neootomanismo, en cambio, intenTurquía no es la islamización, sino un creciente resentimiento nacionalista contra la ta superar este enfoque kemalista en la cuestión kurda. En comparación con el keUE y, en parte, contra Estados Unidos. Más allá de cuestiones de identidad en malismo, las inclinaciones neootomanas la política interior y exterior turca, se desa- son más firmes y claras; no se obsesionan rrolla asimismo un debate político parale- tanto por la amenaza kurda. El neootomalo en Occidente sobre Turquía. La política nismo abraza una gran visión geoestratégide Ankara presenta un dilema a los políti- ca en cuyo marco Turquía es un actor recos en Estados Unidos y Europa, que a me- gional eficaz y comprometido, que trabaja nudo se sienten desconcertados por el para solucionar los problemas regionales acercamiento de Turquía a países como Si- como puente entre el este y el oeste. Desde ria e Irán. Y también a menudo se pregun- que el AKP llegó al poder a finales de 2002, tan: ¿qué motivos hay tras el nuevo interés su política exterior se ha basado en lo que Ahmet Davutoğlu, el principal asesor de de Ankara por Oriente Medio? De hecho, existen dos tendencias en Erdogan y desde mayo de 2009 ministro de conflicto tras la política de Oriente Medio Asuntos Exteriores, denomina “profundide Turquía. La primera es la preocupación dad estratégica”. Davutoğlu sostiene que la kemalista por el nacionalismo kurdo. El política exterior turca ha carecido de equisegundo es el neootomanismo. En la políti- librio y ha puesto excesivo acento en los ca de Oriente Medio de Turquía pesa cada lazos con Europa Occidental y Estados vez más la tensión entre estas dos visiones y Unidos con el consiguiente descuido de los opciones alternativas. El neootomanismo intereses de Turquía en relación con otros está reñido con el énfasis en la cuestión países, particularmente en Oriente Medio. kurda por una sencilla razón. El reto kurdo Su perspectiva muestra conocidos aspectos en Turquía viene caracterizado por las nor- de “neootomanismo”, que se nutre del mas kemalistas republicanas, que el neo- enfoque del ex presidente Turgut Özal. Seotomanismo intenta superar. El kemalismo gún este punto de vista, Turquía debe rejuzga la cuestión étnica y las aspiraciones descubrir su legado imperial y buscar un
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paradigma kemalista considenuevo consenso nacional donde La capacidad ra que el neootomanismo es puedan convivir las múltiples del AKP para ingenuo, aventurero y potenidentidades de Turquía. acercarse cialmente dañino para los inteTres factores ayudan a defi- a Occidente reses nacionales de Turquía. La nir las tendencias neootomanas ha hecho política exterior tradicional del AKP. El primero es la disposirepublicana se niega a contemción de llegar a un acomoda- sospechar miento con el patrimonio musul- a los kemalistas plar aperturas panturcas o islámicas en política exterior mán y otomano de Turquía en el de línea dura por entender que están en opopaís y en el extranjero. El neo- de que hay sición con la visión estricta de otomanismo no reclama un go- una agenda Atatürk de un nacionalismo bierno islámico en Turquía o un islamista laico dentro de las fronteras imperialismo turco en Oriente oculta que Estado. En ese sentido, para Medio y los Balcanes. Lejos de pone en peligro del la política exterior kemalista ello, aspira a una perspectiva la estabilidad y el statu quo menos militante del laicismo en las bases de el país y una influencia turca fundamentales ocupan una posición primordial, en oposición al activismo “blanda” en los antiguos territo- de la república y el cambio. rios otomanos. En la práctica, la El tercer aspecto del neootomanismo preferencia neootomana a favor de un laicismo moderado significa más tolerancia es su objetivo de abrazar a Occidente tanto hacia el islam, sobre todo en cuestiones como al mundo islámico. Como la ciudad como el derecho de llevar el velo en la uni- imperial de Estambul, a horcajadas entre versidad. De modo similar, la predisposi- Europa y Asia, el neootomanismo ofrece ción del neootomanismo a abrazar el lega- las dos caras de Jano. Incluso en su lecho do imperial e islámico de Turquía abre la de muerte, el imperio otomano era conocipuerta a un concepto menos étnico de lo do como el hombre enfermo de Europa y que representa ser turco. En otras pala- no de Asia o Arabia. En ese sentido, el legabras, el neootomanismo está en paz con la do europeo es de suma importancia para el naturaleza multiétnica y cosmopolita del neootomanismo. Estar abierto a Occidente Estado. Gracias al denominador común y a las influencias occidentales requiere que ofrece el islam, esta perspectiva no pragmatismo y una disposición a adaptaraprecia gran amenaza tras los derechos se a normas que cambian. Semejante disculturales y la expresión de la identidad tancia del dogma y la flexibilidad ideológica están en gran parte ausentes en la persnacional kurda. Esta perspectiva más flexible, a su vez, pectiva de los kemalistas de línea dura, lleva a la segunda característica del neo- que consideran el islam, el multiculturalisotomanismo: un sentido de grandeza y mo y el liberalismo como enemigos potenautoconfianza en política exterior. El neo- ciales de la revolución republicana. No es otomanismo considera a Turquía como sorprendente que la capacidad del AKP de una superpotencia regional. Su visión es- abrazar a Occidente no haya impresionado tratégica y cultural refleja el alcance geo- a los kemalistas, que sospechan la existengráfico de los imperios otomano y bizanti- cia de una agenda islámica oculta. En realidad, comparado con el AKP no. Turquía, como país que ocupa una posición crucial, debería así desempeñar un neootomano, el campo kemalista tiene papel diplomático, político y económico más problemas con Occidente. Los kemamuy activo en una amplia región de la que listas ven a Washington y a la Unión Eues el centro. Los kemalistas, sin embargo, ropea como los principales propiciadores consideran que esta visión ambiciosa care- del nacionalismo kurdo. Su lógica es simce de todo realismo. A su juicio, constituye ple. La UE quiere que Turquía reconozca un peligroso alejamiento de las normas los derechos minoritarios kurdos. De forma republicanas –como la idea de permitir a similar, los kurdos de Iraq se han convertilos kurdos tener derechos culturales o dar do en los mejores amigos de Estados Unidos al islam un mayor espacio político–. El en aquel país. Por consiguiente, la mayor
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na coincidencia que Israel repreparte de los turcos cree que la Si Turquía sente el desafío más serio al UE y Estados Unidos apoyan lograra mantenimiento de un sentido las aspiraciones nacionalistas convertirse de equilibrio neootomano y kurdas. Los kemalistas están en una kemalista en lo concerniente a igualmente preocupados por democracia la política de Turquía sobre el apoyo occidental al islamisOriente Medio. Ankara mantiemo moderado del AKP. Los más liberal, ne una alianza militar estratégikemalistas ven el AKP como un los derechos ca con Israel desde el año 1997, peligroso movimiento islámi- culturales y que permite a la fuerza aérea co apoyado por una ingenua políticos del israelí hacer prácticas en el espasuperpotencia americana por pueblo kurdo cio aéreo de Turquía. Por lo entender que servirá de mode- no serían tanto, no puede sorprender a lo al “islam moderado” en considerados nadie que el AKP y la gran mayoOriente Medio. La percepción como una ría de los ciudadanos turcos de que el AKP está utilizando estén descontentos con esta el proceso de democratización amenaza para alianza. Por otra parte, a los kede la Unión Europea para dis- la seguridad malistas les preocupa especialminuir el papel político del nacional mente la disposición del AKP a ejército turco laico multiplica aún más la frustración kemalista con Oc- defender a Hamas y culpar a Israel en la cidente. Como resultado, el establishment escena internacional. El contraste entre las tendencias neokemalista sospecha de los occidentales, a los que ve como permisivos hacia los isla- otomanas y las centradas en la cuestión mistas y peligrosamente tolerantes con el kurda en la política exterior de Turquía es obvio. En su relación con Oriente Medio, el nacionalismo kurdo. En resumen, hay claras diferencias en- desafío en el caso de Ankara estribará en tre el kemalismo y el neootomanismo en equilibrar sus inclinaciones kemalistas y estos tres aspectos principales de la visión neootomanas. A corto plazo, es probable cultural estratégica. Donde el neootoma- que la cuestión kurda siga siendo un factor nismo favorece una política regional ambi- central en la formulación de la política de ciosa en Oriente Medio y más allá, el kema- seguridad nacional de Turquía. El desafío lismo opta por la modestia y la precaución. que representa el PKK juega a favor de los Donde uno favorece el multiculturalismo kemalistas de línea dura en el seno del y el laicismo liberal, el otro prefiere medi- ejército. Aunque Turquía abriga legítimas das estrictas contra el uso del velo y la inquietudes acerca del terrorismo, es eviidentidad étnica kurda. Donde uno se sien- dente que los instrumentos militares por te crecientemente resentido con la Unión sí solos no solucionarán la cuestión kurEuropea y Estados Unidos, el otro persigue da. Buena parte de ello depende de si Turactivamente la adhesión a la UE e intenta quía logra convertirse en una democracia con visión pragmática mantener buenas más liberal, donde los derechos culturales y políticos en el caso de los kurdos no se relaciones con Washington. En la actualidad, la política de Turquía perciban como una amenaza a la segurien Oriente Medio parece hallarse desgarra- dad nacional. En definitiva, la cuestión de si Turquía da entre estas dos visiones alternativas de la política exterior. Mientras que el desafío es capaz de comprometerse en Oriente Mekurdo obliga a Ankara a ser suspicaz, cau- dio y solucionar su dilema kurdo exigirá la to, y a veces muy inseguro o titubeante, el reconciliación entre las visiones neootoneootomanismo inclina a los políticos tur- mana y kemalista, tanto en el interior cos a ser más audaces, imaginativos y pre- como en la política exterior. En su relación visores. No hay que decir que la perspectiva con Turquía y la cuestión kurda, los polítilaica kemalista se siente muy incómoda cos en Europa y Estados Unidos también con la visión neootomana. La percibe como deberían familiarizarse más con la dinámica compleja existente tras los debates interirreal, aventurera y proislámica. Bajo tales circunstancias, no es ningu- nos y de política exterior de Turquía.
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TURQUÍA, SOCIO ESTRATÉGICO MÁS ALLÁ DE LA CRISIS
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Turquía es el tercer país más poblado de Europa (73 millones) y ha acumulado un crecimiento de su PIB del 50% durante el periodo 2001-2007, lo que la ha situado en la 17ª economía mundial en términos de producción total. Tras la crisis financiera en el 2001, las reformas institucionales emprendidas han propiciado la estabilidad monetaria y el fortalecimiento del sistema financiero. Por otro lado, el proceso de convergencia económica con la Unión Europea ha posibilitado la adaptación del marco normativo turco al acervo comunitario y la adopción de una política aduanera común. En consecuencia, la reducción de la incerteza ha constituido uno de los principales activos en la atracción de inversión extranjera en los últimos años. El crecimiento económico de Turquía ha sido el resultado de aprovechar las condiciones favorables del entorno económico global, beneficiándose de ello una amplia diversidad de actividades. Sin embargo, el contexto actual de crisis de alcance global está afectando a Turquía con una retirada significativa de capital por la aversión al riesgo y la consiguiente limitación al crédito; esto, unido a la caída de la actividad dirigida a la exportación y en la construcción, hacen preveer en definitiva una severa contracción de la economía turca para el 2009. No obstante lo anterior, una de las conclusiones del estudio en curso del Observatorio de Mercados Exteriores de ACC1Ó, que previsiblemente se presentará a finales de año, es que el impacto de la crisis es distinto entre países y sectores, lo que podría visualizar un conjunto de oportunidades tanto a medio como a corto plazo. A modo tentativo, presentamos a continuación algunas de éstas en el caso de Turquía. En primer lugar, Turquía es el principal país productor y exportador agrícola de los países de la región mediterránea sur y oriental, especialmente de productos hortícolas, y es de esperar que el potencial de exportación aumente a medio plazo como consecuencia de las inversiones recientes en la mejora de la calidad y los estándares. La agricultura biológica, por su parte, es otro sector que ha atraído últimamente inversión extranjera, atraída entre otras cosas por la existencia de terrenos favorables y un marco normativo similar al europeo. Otro ámbito de interés reciente ha sido el de la inversión en invernaderos para la producción hortícola no comestible (ornamentación) por la gran variedad vegetal poco explotada del país. En relación a la agricultura y la maquinaria agrícola, podría existir en el futuro un mayor potencial si se adelantan los proyectos públicos previstos, de unificación y de irrigación de tierras, especialmente en las regiones de Anatolia occidental y del sudeste (proyecto GAP). El subsector que resultaría más beneficiado sería el de la maquinaria no producida localmente (tractores de alta potencia, material de carga, segadoras-trilladoras, cortadoras de hierba, etc.). Además, cabe señalar que la maquinaria agrícola disfruta de aranceles cero por la vigencia de la unión aduanera con la UE. Turquía es un productor de maquinaria agrícola que está en proceso de actualización de las normas técnicas europeas y que exporta a países desarrollados en forma creciente, por lo que podrían existir posibilidades de asociarse con productores turcos. El desarrollo de la industria agroalimentaria turca se ha producido en forma reciente, y destaca por su dinamismo la actividad de transformación y congelados hortícolas. Una vez se recuperen las condiciones anteriores a la crisis global, la agroindustria continúa presentando un potencial interesante tanto por el volumen de producción agrícola y del mercado doméstico, como por la aparición de nuevas pautas de consumo, la mano de obra barata y el esfuerzo de modernización. En este último sentido, a medio plazo continuará existiendo la necesidad de las empresas locales de cumplir con los estándares de normalización de los productos agroalimentarios y de higiene, y de mejorar la calidad en investigación e innovación, lo que podrá requerir servicios de asesoramiento externos. Igualmente, el sector también ha demandado un contenido mayor de marketing y marcas aunque, en el presente, este tipo de proyectos se pueden retrasar por la actual situación de incertidumbre y falta de financiación. En otro sentido, Turquía es el segundo proveedor textil y de confección de la UE, sólo por detrás de China, y sus exportaciones representan más del 4% mundial, que alcanza el 11% en el caso de la ropa para el hogar. Turquía sola, casi dobla la producción y exportación del resto de los países mediterráneos. Aun tratarse de una potencia mundial, la recesión global está afectando de pleno al sector: la disminución del consumo doméstica y de las exportaciones se ha traducido en caídas significativas de la producción y el cierre de numerosas plantas en los últimos meses. Sin embargo, el sector podría reanimarse si se recupera el consumo y la estabilidad macroeconómica, puesto que el país sigue contando con activos destacados: la integración vertical de la industria del textil y la confección locales, la existencia de materias primas (algodón, fibra sintética y artificial), la calidad en el textil y en los accesorios para la confección, la numerosa mano de obra joven y cualificada con costes laborales relativamente bajos y, especialmente, la situación geográfica estratégica de cercanía a la UE, con quien se beneficia de la unión aduanera y el cumplimiento de la regulación europea y las especificaciones de calidad. Paralelamente, la industria local turca ha ganado en competitividad a través de la flexibilidad para mover parte de la producción a países de Europa central y
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del este, de las repúblicas turcófonas de Asia central y del norte de África. Turquía es uno de los primeros exportadores mundiales de productos de cerámica y sanitarios. También es fuerte en otros materiales de construcción: puertas y ventanas con perfil de PVC, aislamiento térmico, revestimiento de suelos, etc. Existen posibilidades de exportar desde Turquía a la región y Asia central. Los materiales de construcción, sin embargo, también sufren el impacto de la crisis principalmente por el estancamiento del sector de la construcción y por la bajada de los precios de algunos materiales como el cemento. Aún así, la migración hacia la ciudad, el aumento demográfico, la urbanización rápida, el incremento de la renta y la industrialización son elementos reales que podrían posibilitar que las necesidades continúen presentes a medio plazo. Existe una veintena de empresas turcas de software con capacidad de operar internacionalmente, que han desarrollado aplicaciones electrónicas con éxito, principalmente en los sectores de servicios: gobierno, salud, educación, defensa, comercio, telecomunicaciones, recursos humanos, banca, seguros, ERP, apoyo técnico y legal y seguridad de la información. En el futuro, podría aumentar la participación turca en el mercado internacional del desarrollo informático en cuanto a material informático, software y equipos; ya empiezan a ser reconocidas algunas empresas locales como Koç Sistem, Link Soft, Likom Yazilim Arena, etc. Turquía es un gran exportador de electrodomésticos en Europa a través de la subcontratación de marcas extranjeras como marcas blancas de electrodomésticos en general: especialmente, hornos, frigoríficos, lavadoras y lavavajillas. Un tercio de las marcas blancas que se venden en Europa son de origen turco. Aunque disminuye el consumo interno y europeo, la crisis financiera global ha beneficiado en algún caso las exportaciones de electrodomésticos desde Turquía, en detrimento de las asiáticas, por la pérdida de valor de la lira frente a las monedas europeas (euro y libra esterlina) y la proximidad a los mercados (los bancos europeos han reducido en general el plazo para financiar la operación). Los componentes del automóvil habían representado la primera partida de las exportaciones del país en los últimos años con elevados crecimientos. Sin embargo, la industria turca del automóvil está sufriendo una contracción importante a raíz de la crisis financiera global. La capacidad de producción anual ha alcanzado los 1,4 millones de unidades. La gran parte de los fabricantes había previsto aumentar la capacidad en los próximos años, pero las perspectivas se ven ahora reducidas. Las ventas del sector dependen en más del 80% de las exportaciones y principalmente hacia el mercado europeo en recesión. Los principales exportadores turcos: Tofas (Fiat-Koç), Ford Otosan (Ford-Koç) y Oyak-Renault, han suspendido la producción temporalmente los últimos meses. Aunque todavía existen oportunidades para mejorar las capacidades de las plantas de producción de componentes: tratamiento del metal, moldes para la transformación del plástico, mejora del tratamiento de las superficies, sistemas de conexión, automatismos, etc. las limitaciones de financiación actuales no facilitan nuevas inversiones por parte de las empresas locales. En los últimos años, el impulso de las industrias del automóvil y de los electrodomésticos destinados a la exportación, y de los sectores del embalaje y de la construcción, habían aumentado fuertemente la demanda de termoplásticos por encima de la capacidad local, de forma que hacía falta recurrir a las importaciones. Sin embargo, la recesión actual afecta tanto a los sectores exportadores como a la construcción, por lo que este segmento podría sufrir un retroceso importante en el corto plazo, aunque se recuperaría en el momento en qué los sectores relacionados también lo hicieran. Finalmente, el mercado turco farmacéutico es actualmente el décimo tercero mundial y el sexto europeo y tiene un potencial todavía considerable, especialmente por la gran población en crecimiento, la entrada en vigor de la unión aduanera con la UE y la suavización de la legislación turca. Así, el consumo anual de medicamentos en Turquía todavía es limitado en relación a los niveles occidentales, pero se ha doblado durante los últimos 7 años. Sin embargo, en este sentido, cabe destacar que las exportaciones catalanas de medicamentos, que representan el 5% del total de nuestras exportaciones mundiales, en los últimos años no han mantenido el mismo ritmo de crecimiento que el aumento de las importaciones turcas, por lo que hemos perdido cuota de mercado. Lo cual parecería indicar que se podrían aprovechar aún más las oportunidades de exportación en este sector.
Sergi Barbens i Calvó
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para saber más
literatura cine viajes webs libros LA BIBLIOGRAFÍA EN CASTELLANO SOBRE TURQUÍA ES ESCASA, COSA SORPRENDENTE TRATÁNDOSE DE UN PAÍS CON EL QUE CADA VEZ EXISTEN LAZOS MÁS SÓLIDOS, SEA POR COMPARTIR PROYECTOS ESTRATÉGICOS, POR EL AUGE DEL TURISMO ESPAÑOL A ESE PAÍS O INCLUSO POR EL INTERÉS QUE DESPIERTAN SUS EXPERIENCIAS POLÍTICAS. NO DEJA DE SER INTERESANTE, SIN EMBARGO, QUE COMIENCEN A APARECER ALGUNAS OBRAS, DE AUTORES ESPAÑOLES O TRADUCIDAS A ESTE IDIOMA, QUE, AUN MANTENIÉNDOSE EN EL MARCO DE LAS OBRAS DE REFERENCIA, REFLEJAN UN ALENTADOR CAMBIO DE ACTITUD.
El turco. Diez siglos a las puertas de Europa FRANCISCO VEIGA. DEBATE (BARCELONA), 2007.
Sin ser el primero (es anterior la obra de Gloria Rubiol que se citará posteriormente), sí es quizá el más completo y complejo –en la medida de que da cuenta de la complejidad de la historia y la sociedad turcas– de los escritos en castellano sobre el tema. Muy centrado en las corrientes profundas que animan la expansión y la decadencia de la institución imperial, así como, y sobre todo, la consolidación de la república laica, no olvida sin embargo un aspecto crucial: las relaciones con esa Europa de la que forma y ha formado parte no sólo desde el punto de vista geográfico, sino como constituyente de su sistema de estados. Al poner de relieve las relaciones de antagonismo y acuerdo con las potencias europeas, así como los factores no sólo exógenos, sino también endógenos de la modernización del país, esta obra es un instrumento indispensable para entender las prioridades internacionales del actual Estado turco. VANGUARDIA | DOSSIER
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para saber más libros Alfonso Carlos Bolado. Director de la Biblioteca del Islam Contemporáneo de Edicions Bellaterra
Turquía, entre Occidente y el Islam GLORIA RUBIOL. VIENA
visión sectorial de la economía turca que es quizá la única disponible en castellano: la energía, los oleoductos, la agricultura, la banca y el turismo son algunos de los sectores analizados, al margen de temas más generales, como el comercio exterior (incluidas las relaciones con España), la evolución histórica de la economía y las cuestiones relacionadas con la posible entrada del país en la Unión Europea: efectos de la unión aduanera, agenda para el ingreso...
(BARCELONA), 2004.
Este libro merecería respeto aunque no fuera más que por una circunstancia: se trata del primer manual de historia de Turquía escrito en castellano. Mucho más meritorio aún por haber sido elaborado por una persona que, no procediendo del ámbito académico aunque sí de las ciencias humanas, ha sabido volcar en él un sólido conocimiento del tema y agilidad en la redacción, lo que le hace de cómoda lectura. Sin duda le falta el profundo calado y la sutileza metodológica de la obra de Veiga, pero lo compensa con claridad expositiva y vocación pedagógica.
Turquía VARIOS AUTORES. REVISTA “ECONOMÍA EXTERIOR”, NÚMERO 32, PRIMAVERA 2005.
Este número extraordinario de la revista citada ofrece en sus distintos artículos una 114 VANGUARDIA | DOSSIER
113 s+ LIBROS.indd 114-115
Este título descubre la existencia de distintos islames, el popular de las cofradías, el convencional de los doctores de la ley y el islam político, que surgió con fuerza a partir de mediados del pasado siglo. La concurrencia entre ellos y con el laicismo oficial ha dado a este islam un tono abierto y, como se ha demostrado recientemente, pragmático y seguro de sí mismo. De ese modo, este título no sólo ayuda a conocer una fuerza esencial en la sociedad turca –actual y pasada–, sino un aspecto de la cultura nacional y, al tiempo, desmonta algunos tópicos muy arraigados en nuestra cultura sobre la supuesta unidad del islam.
la) y se propone combatir los tópicos que dominan la visión general, en este caso de Turquía. Con secciones dedicadas a cuestiones como “El poder otomano fue la encarnación del despotismo oriental”, “Midnight Express ilustra el estado de los derechos humanos en Turquía”, “Turquía no es una verdadera democracia” o “La mujer turca continúa sufriendo las tradiciones patriarcal e islámica”, esta obra desmonta tópicos y sitúa en su lugar las verdades, las medias verdades y las falsedades, ofreciendo así una dimensión más cabal de una sociedad diferente... pero no tanto. La obra ofrece una amplia bibliografía, desgraciadamente sólo accesible a francófonos.
ple interés: en primer lugar, por poner de manifiesto el envidiable nivel de los estudios turcos en Francia, donde existen diversas instituciones, colecciones y revistas dedicadas al tema; en segundo lugar, por penetrar en las poliédricas relaciones entre islam y modernidad en el bajo imperio otomano, a través de la evolución de las cofradías y su relación con la pujante francmasonería otomana, esencial para entender el relativamente fácil triunfo del republicanismo en la Turquía postbélica. Por último, esta obra ejemplar aborda el pensamiento de Riza Revfik y otros intelectuales, “sufíes ilustrados” que se movieron entre el agnosticismo y la espiritualidad sufí, con unos resultados fascinantes.
lengua inglesa de la especialidad. Se trata de una obra excepcionalmente bien documentada en el período histórico que trata, el que convencionalmente comienza en 1789 y que se caracteriza por los esfuerzos de modernización y los obstáculos a la misma, y llega hasta la actualidad, presidida por el ascenso del islamismo moderado; el tratamiento de la figura de Atatürk destaca por su sutileza, alejado de la linealidad con que se suele abordar este personaje.
la economía, la emigración y la cultura (con secciones dedicadas a la novela, el cine e incluso la gastronomía), hasta los bien elaborados anexos (glosario, cronología, bibliografía). La Turquie es una obra omnicomprensiva, útil y rica de la que únicamente cabe lamentar que aún no esté traducida al castellano.
L’Orient arabe
Turcos en el mundo árabe y en la Primera Guerra Mundial y el fin de la presencia otomana en la región. Así pues, analiza una región del imperio que, sin duda, ha tenido menos fortuna bibliográfica que otras, como los Balcanes.
Atatürk. El resurgir de una nación LORD KINROSS. GRIJALBO (BARCELONA), 1966.
HENRY LAURENS. ARMAND COLIN (PARÍS), 1993.
El islam en la Turquía actual
La Turquie
THIERRY ZARCONE. BELLATERRA
(PARÍS), 2005.
DIRIGIDA POR SEMIH VANER. FAYARD
(BARCELONA), 2005.
Esta obra es en muchos aspectos fundamental, pues profundiza en un tema poco frecuentado pero crucial para entender Turquía: el carácter del islam turco, su posición en la sociedad y su pervivencia como fuerza política fundamental en un Estado que adoptó un rígido laicismo en su Constitución.
La Turquie ALI KAZANCIGIL. LE CAVALIER BLEU (PARÍS), 2008.
Esta obra, pequeña en dimensiones pero grande en ambición y contenido, forma parte de una interesante colección llamada idées reçues (así, en minúscu-
Mystiques, philosophes et francs-maçons en islam
Turkey. A Modern History
THIERRY ZARCONE. JEAN
ERIK J. ZÜRCHER. I. B. TAURIS
MAISSONNEUVE (PARÍS), 1993.
(LONDRES), 2004. (ED. REVISADA).
Esta obra, a pesar de su especialización, tiene un tri-
Esta obra de referencia es un verdadero clásico en
Esta obra ofrece la más completa y accesible –a pesar de sus dimensiones– panorámica de la realidad actual de Turquía. Está dividida en partes que analizan distintos aspectos, desde la transición del imperio a la república, la tensión entre autoritarismo y democracia, el laicismo y la etnicidad (con, por supuesto, la cuestión kurda),
Aunque esta obra trata un tema más general, pues temporalmente cubre un lapso que va desde 1789 a 1945, buena parte de ella hace referencia a la etapa en que un considerable territorio de Oriente Próximo formaba parte del imperio otomano. Sus capítulos están dedicados a cuestiones como el estado de las provincias árabes en el siglo XVIII, las reformas y su repercusión en dichas provincias, el surgimiento del nacionalismo, el papel de los Jóvenes
De entre las muchas biografías de este personaje clave en la construcción de la Turquía moderna se ha elegido ésta, del periodista y diplomático británico lord Kinross por su amenidad –tiene una forma novelada–, actitud de simpatía hacia el personaje y rigor. La obra recoge desde la infancia de Mustafá Kemal, su educación, su militancia política, su actividad militar... hasta el momento de su muerte, haciendo hincapié no sólo en su actividad pública, sino también en su vida privada.
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para saber más libros Alfonso Carlos Bolado. Director de la Biblioteca del Islam Contemporáneo de Edicions Bellaterra
Turquía, entre Occidente y el Islam GLORIA RUBIOL. VIENA
visión sectorial de la economía turca que es quizá la única disponible en castellano: la energía, los oleoductos, la agricultura, la banca y el turismo son algunos de los sectores analizados, al margen de temas más generales, como el comercio exterior (incluidas las relaciones con España), la evolución histórica de la economía y las cuestiones relacionadas con la posible entrada del país en la Unión Europea: efectos de la unión aduanera, agenda para el ingreso...
(BARCELONA), 2004.
Este libro merecería respeto aunque no fuera más que por una circunstancia: se trata del primer manual de historia de Turquía escrito en castellano. Mucho más meritorio aún por haber sido elaborado por una persona que, no procediendo del ámbito académico aunque sí de las ciencias humanas, ha sabido volcar en él un sólido conocimiento del tema y agilidad en la redacción, lo que le hace de cómoda lectura. Sin duda le falta el profundo calado y la sutileza metodológica de la obra de Veiga, pero lo compensa con claridad expositiva y vocación pedagógica.
Turquía VARIOS AUTORES. REVISTA “ECONOMÍA EXTERIOR”, NÚMERO 32, PRIMAVERA 2005.
Este número extraordinario de la revista citada ofrece en sus distintos artículos una 114 VANGUARDIA | DOSSIER
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Este título descubre la existencia de distintos islames, el popular de las cofradías, el convencional de los doctores de la ley y el islam político, que surgió con fuerza a partir de mediados del pasado siglo. La concurrencia entre ellos y con el laicismo oficial ha dado a este islam un tono abierto y, como se ha demostrado recientemente, pragmático y seguro de sí mismo. De ese modo, este título no sólo ayuda a conocer una fuerza esencial en la sociedad turca –actual y pasada–, sino un aspecto de la cultura nacional y, al tiempo, desmonta algunos tópicos muy arraigados en nuestra cultura sobre la supuesta unidad del islam.
la) y se propone combatir los tópicos que dominan la visión general, en este caso de Turquía. Con secciones dedicadas a cuestiones como “El poder otomano fue la encarnación del despotismo oriental”, “Midnight Express ilustra el estado de los derechos humanos en Turquía”, “Turquía no es una verdadera democracia” o “La mujer turca continúa sufriendo las tradiciones patriarcal e islámica”, esta obra desmonta tópicos y sitúa en su lugar las verdades, las medias verdades y las falsedades, ofreciendo así una dimensión más cabal de una sociedad diferente... pero no tanto. La obra ofrece una amplia bibliografía, desgraciadamente sólo accesible a francófonos.
ple interés: en primer lugar, por poner de manifiesto el envidiable nivel de los estudios turcos en Francia, donde existen diversas instituciones, colecciones y revistas dedicadas al tema; en segundo lugar, por penetrar en las poliédricas relaciones entre islam y modernidad en el bajo imperio otomano, a través de la evolución de las cofradías y su relación con la pujante francmasonería otomana, esencial para entender el relativamente fácil triunfo del republicanismo en la Turquía postbélica. Por último, esta obra ejemplar aborda el pensamiento de Riza Revfik y otros intelectuales, “sufíes ilustrados” que se movieron entre el agnosticismo y la espiritualidad sufí, con unos resultados fascinantes.
lengua inglesa de la especialidad. Se trata de una obra excepcionalmente bien documentada en el período histórico que trata, el que convencionalmente comienza en 1789 y que se caracteriza por los esfuerzos de modernización y los obstáculos a la misma, y llega hasta la actualidad, presidida por el ascenso del islamismo moderado; el tratamiento de la figura de Atatürk destaca por su sutileza, alejado de la linealidad con que se suele abordar este personaje.
la economía, la emigración y la cultura (con secciones dedicadas a la novela, el cine e incluso la gastronomía), hasta los bien elaborados anexos (glosario, cronología, bibliografía). La Turquie es una obra omnicomprensiva, útil y rica de la que únicamente cabe lamentar que aún no esté traducida al castellano.
L’Orient arabe
Turcos en el mundo árabe y en la Primera Guerra Mundial y el fin de la presencia otomana en la región. Así pues, analiza una región del imperio que, sin duda, ha tenido menos fortuna bibliográfica que otras, como los Balcanes.
Atatürk. El resurgir de una nación LORD KINROSS. GRIJALBO (BARCELONA), 1966.
HENRY LAURENS. ARMAND COLIN (PARÍS), 1993.
El islam en la Turquía actual
La Turquie
THIERRY ZARCONE. BELLATERRA
(PARÍS), 2005.
DIRIGIDA POR SEMIH VANER. FAYARD
(BARCELONA), 2005.
Esta obra es en muchos aspectos fundamental, pues profundiza en un tema poco frecuentado pero crucial para entender Turquía: el carácter del islam turco, su posición en la sociedad y su pervivencia como fuerza política fundamental en un Estado que adoptó un rígido laicismo en su Constitución.
La Turquie ALI KAZANCIGIL. LE CAVALIER BLEU (PARÍS), 2008.
Esta obra, pequeña en dimensiones pero grande en ambición y contenido, forma parte de una interesante colección llamada idées reçues (así, en minúscu-
Mystiques, philosophes et francs-maçons en islam
Turkey. A Modern History
THIERRY ZARCONE. JEAN
ERIK J. ZÜRCHER. I. B. TAURIS
MAISSONNEUVE (PARÍS), 1993.
(LONDRES), 2004. (ED. REVISADA).
Esta obra, a pesar de su especialización, tiene un tri-
Esta obra de referencia es un verdadero clásico en
Esta obra ofrece la más completa y accesible –a pesar de sus dimensiones– panorámica de la realidad actual de Turquía. Está dividida en partes que analizan distintos aspectos, desde la transición del imperio a la república, la tensión entre autoritarismo y democracia, el laicismo y la etnicidad (con, por supuesto, la cuestión kurda),
Aunque esta obra trata un tema más general, pues temporalmente cubre un lapso que va desde 1789 a 1945, buena parte de ella hace referencia a la etapa en que un considerable territorio de Oriente Próximo formaba parte del imperio otomano. Sus capítulos están dedicados a cuestiones como el estado de las provincias árabes en el siglo XVIII, las reformas y su repercusión en dichas provincias, el surgimiento del nacionalismo, el papel de los Jóvenes
De entre las muchas biografías de este personaje clave en la construcción de la Turquía moderna se ha elegido ésta, del periodista y diplomático británico lord Kinross por su amenidad –tiene una forma novelada–, actitud de simpatía hacia el personaje y rigor. La obra recoge desde la infancia de Mustafá Kemal, su educación, su militancia política, su actividad militar... hasta el momento de su muerte, haciendo hincapié no sólo en su actividad pública, sino también en su vida privada.
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para saber más literatura Mercedes Monmany. Escritora y crítica literaria
Otros colores
Los turbantes de Venecia
ORHAN PAMUK. EDITORIAL MONDADORI. (BARCELONA), 2008. TRADUCCIÓN DE RAFAEL CARPINTERO. 480 PÁGINAS.
El halcón YASAR KEMAL. CÍRCULO DE LECTORES (BARCELONA), 2000. 344
Primer premio Nobel de Literatura en lengua turca de la historia, Orhan Pamuk, ya antes de serle concedido el galardón, era uno de los escritores del panorama internacional más apreciados y leídos de nuestra época. En él, la moderna Turquía ha encontrado su mejor portavoz y representante, la figura ideal para cruzar literaria e intelectualmente, de la forma más integradora, natural y menos traumática o reticente esas dos célebres orillas que supuestamente dividen mundos, planetas, latitudes: Europa y Asia. Nacido en Estambul en 1952, en el seno de una familia de intelectuales laicos –como refirió, de forma emocionante, en su discurso de aceptación del Nobel, luego publicado en forma de libro con el título de La maleta de mi padre (Mondadori)– ha sido llamado muchas veces “el Umberto Eco turco”. Un autor que a menudo ha viajado a través de universos fantásticos, de los laberintos de la imaginación y la historia, o en ese mundo paralelo que son los sueños y el tapiz mágico de la narrativa cuando abarca insólitos senderos y posibilidades de la realidad, como igualmente llevaron a cabo en su día grandes maestros como Borges y Calvino. En espléndidas novelas suyas aparecidas en los últimos años como El libro negro, La casa del silencio, Me llamo Rojo (todas ellas en Alfaguara) o la bella e inquietante Niev. ofrecería un vivo, poliédrico, rico y muy denso cuadro de esa Turquía actual de herencia orgullosamente kemalista. El libro Otros colores, con la atractiva y fragmentaria forma de una mezcla de notas autobiográficas, comentarios de la actualidad de su país, reflexiones sobre cine y literatura, así como de su querida ciudad natal Estambul, nos ofrece un variado repertorio de “cómo ser mediterráneos” en nuestros días y nuestras realidades multicultura-
Poemas finales. Últimos poemas II. 1962-1963 NÂZIM HIKMET. EDICIONES DEL ORIENTE Y DEL MEDITERRÁNEO (MADRID), 2008. TRADUCCIÓN DE FERNANDO GARCÍA BURILLO Y ÇAGLA SOYKAN. 204 PÁGINAS.
Considerado como el más grande poeta contemporáneo turco, Nâzim Hikmet (Salónica, imperio otomano, 116 VANGUARDIA | DOSSIER
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1902-Moscú, 1963) ejerció una gran influencia entre los poetas de su época, no sólo de su propio país. Admirador de la revolución rusa desde muy joven y militante comunista, luchador junto a Atatürk en Anatolia durante la guerra de independencia, sus poemas siempre lograron ser conocidos en todo Occidente, traspasando las barreras de las sucesivas prisiones en las que consumió 15 años de su vida. Alabado por los más grandes escritores (Asturias, Tzara y Neruda, entre otros muchos) que en su día formaron un comité internacional por su liberación, Hikmet fue amnistiado en 1951, año en que abandonó Turquía, despojado de su nacionalidad. Un hecho doloroso que le hizo morir
como ciudadano polaco y que referiría en el amargo poema Traidor a la patria.
La bastarda de Estambul ELIF SHAFAK. EDITORIAL LUMEN. (BARCELONA), 2009. TRADUCCIÓN DE SONIA TAPIA. 382 PÁGINAS.
Esta novela causaría un gran revuelo en Turquía, al tratar
la tragedia histórica que separó a turcos y armenios, cuyas vidas en común hasta principios del siglo XX, antes de la Primera Guerra Mundial, se desarrollaban de forma apacible, en especial en la cosmopolita Estambul, donde convivían distintas nacionalidades, lenguas y religiones. Elif Shafak narra una saga familiar en la que las mujeres son el centro del relato y dictan su propia ley dentro de un clan peculiar, donde sólo están ellas ya que los hombres tuvieron, o bien que morir jóvenes, o bien irse lejos para olvidar oscuros pasados. Su autora, nacida en Estrasburgo en 1971, de padres turcos, vive actualmente entre Estambul y Tucson, y alterna indistintamente el turco y el inglés en sus obras.
PÁGINAS.
NEDIM GÜRSEL. ALIANZA EDITORIAL (MADRID), 2005. TRADUCCIÓN DE RAFAEL CARPINTERO. 348 PÁGINAS.
Nacido en Gaziantep, en 1951, Nedim Gürsel está considerado actualmente como uno de los más importantes escritores turcos, junto a Orhan Pamuk y Yaser Kemal. Instalado en Francia tras el golpe de Estado de 1971 y profesor en la Sorbona, con el tiempo Gürsel regresaría a su país, teniendo que exiliarse una vez más a causa del nuevo golpe militar del año 1980. Dos de sus principales y más conocidas novelas se han traducido al español: Los turbantes de Venecia y La novela del conquistador, en Alianza Editorial. Se da el caso de que con su nueva obra Las hijas de Alá, se ha visto implicado este año en un requerimiento judicial por parte de las autoridades turcas, que le acusan “de calumniar los sentimientos religiosos de la población y con ello perturbar la paz pública”.
Una de las más grandes figuras de la literatura contemporánea turca, Yasar Kemal nació en Hemite en 1923, procedente de una familia de origen kurdo. Famoso por la descripción de la vida bucólica de la Anatolia turca, Kemal se haría célebre sobre todo por la figura de Memed, el flaco (protagonista de su obra El halcón, de 1955), un chico que huye de la explotación de un agá cruel, Ali Safa Bey, convirtiéndose en bandido legendario, héroe de los campesinos y de las clases más desfavorecidas. Gracias a él, a este fuera de la ley, los actos de resistencia se sucederán, estallando la rebelión. Mezcla de novela de aventuras y epopeya lírica y popular, es una de las obras más leídas de la literatura turca.
El último tren a Estambul AYSE KULIN. EDICIONES ÁMBAR. (BARCELONA), 2009. TRADUCCIÓN DE VÍCTOR PALOMEQUE ORTIZ. 382 PÁGINAS.
Una de las autoras más vendidas en la actualidad en Turquía, Ayse Kulin (1941) trabajó durante años en diversos medios de comunicación. Famosa por sus libros de cuentos y por aclamadas novelas biográficas, en El último tren a Estambul narra una historia de amor
prohibido entre la hija de un bajá otomano y un joven judío, ambientada en la época de la Segunda Guerra Mundial. La acción transcurre en un variado escenario internacional que recorre Estambul, Marsella, Ankara, El Cairo, París y Berlín.
El Puente del Cuerno de Oro
trasfondo autobiográfico, la llegada en 1967 de una joven turca a Alemania, donde se pone a trabajar como obrera, mientras inicia un sueño largamente acariciado: hacerse actriz de teatro.
Todos los caminos están abiertos ANNEMARIE SCHWARZENBACH. EDITORIAL MINÚSCULA.
EMINE SEVGI ÖZDAMAR. EDITORIAL
(BARCELONA), 2009. TRADUCCIÓN DE
ALFAGUARA (MADRID), 2000.
MARÍA ESPERANZA ROMERO. 178
TRADUCCIÓN DE MIGUEL SÁNEZ
PÁGINAS.
368 PÁGINAS.
Una de las autoras más interesantes del actual panorama europeo, dotada de una poética y cautivadora imaginación y de un notable sentido del humor, Emine Sevgi Özdamar (Malatya, 1946) perseguida por la dictadura de su país, abandonó Turquía a finales de los años 60, instalándose en Alemania, donde es hoy una conocida actriz y dramaturga, además de novelista de éxito. Famosa por obras como La lengua de mi madre, La vida es un caravasar, Extrañas estrellas o El Puente del Cuerno de Oro (todas aparecidas en Alfaguara), en esta última narrará, con un
Gran viajera y personaje fuera de todas las convenciones, de gran carisma, de la época de entreguerras, la escritora suiza Annemarie Schwarzenbach (1908-1942) comenzó a escribir sus relatos y novelas y a movilizarse contra el nazismo, en el Berlín de la República de Weimar, donde se hace amiga de los más jóvenes y rebeldes de los Mann, Erika y Klaus. Pocos meses antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial, en 1939, emprendería un memorable viaje por los Balcanes, Turquía, Irán y Afganistán, que ahora ha sido publicado.
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para saber más literatura Mercedes Monmany. Escritora y crítica literaria
Otros colores
Los turbantes de Venecia
ORHAN PAMUK. EDITORIAL MONDADORI. (BARCELONA), 2008. TRADUCCIÓN DE RAFAEL CARPINTERO. 480 PÁGINAS.
El halcón YASAR KEMAL. CÍRCULO DE LECTORES (BARCELONA), 2000. 344
Primer premio Nobel de Literatura en lengua turca de la historia, Orhan Pamuk, ya antes de serle concedido el galardón, era uno de los escritores del panorama internacional más apreciados y leídos de nuestra época. En él, la moderna Turquía ha encontrado su mejor portavoz y representante, la figura ideal para cruzar literaria e intelectualmente, de la forma más integradora, natural y menos traumática o reticente esas dos célebres orillas que supuestamente dividen mundos, planetas, latitudes: Europa y Asia. Nacido en Estambul en 1952, en el seno de una familia de intelectuales laicos –como refirió, de forma emocionante, en su discurso de aceptación del Nobel, luego publicado en forma de libro con el título de La maleta de mi padre (Mondadori)– ha sido llamado muchas veces “el Umberto Eco turco”. Un autor que a menudo ha viajado a través de universos fantásticos, de los laberintos de la imaginación y la historia, o en ese mundo paralelo que son los sueños y el tapiz mágico de la narrativa cuando abarca insólitos senderos y posibilidades de la realidad, como igualmente llevaron a cabo en su día grandes maestros como Borges y Calvino. En espléndidas novelas suyas aparecidas en los últimos años como El libro negro, La casa del silencio, Me llamo Rojo (todas ellas en Alfaguara) o la bella e inquietante Niev. ofrecería un vivo, poliédrico, rico y muy denso cuadro de esa Turquía actual de herencia orgullosamente kemalista. El libro Otros colores, con la atractiva y fragmentaria forma de una mezcla de notas autobiográficas, comentarios de la actualidad de su país, reflexiones sobre cine y literatura, así como de su querida ciudad natal Estambul, nos ofrece un variado repertorio de “cómo ser mediterráneos” en nuestros días y nuestras realidades multicultura-
Poemas finales. Últimos poemas II. 1962-1963 NÂZIM HIKMET. EDICIONES DEL ORIENTE Y DEL MEDITERRÁNEO (MADRID), 2008. TRADUCCIÓN DE FERNANDO GARCÍA BURILLO Y ÇAGLA SOYKAN. 204 PÁGINAS.
Considerado como el más grande poeta contemporáneo turco, Nâzim Hikmet (Salónica, imperio otomano, 116 VANGUARDIA | DOSSIER
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1902-Moscú, 1963) ejerció una gran influencia entre los poetas de su época, no sólo de su propio país. Admirador de la revolución rusa desde muy joven y militante comunista, luchador junto a Atatürk en Anatolia durante la guerra de independencia, sus poemas siempre lograron ser conocidos en todo Occidente, traspasando las barreras de las sucesivas prisiones en las que consumió 15 años de su vida. Alabado por los más grandes escritores (Asturias, Tzara y Neruda, entre otros muchos) que en su día formaron un comité internacional por su liberación, Hikmet fue amnistiado en 1951, año en que abandonó Turquía, despojado de su nacionalidad. Un hecho doloroso que le hizo morir
como ciudadano polaco y que referiría en el amargo poema Traidor a la patria.
La bastarda de Estambul ELIF SHAFAK. EDITORIAL LUMEN. (BARCELONA), 2009. TRADUCCIÓN DE SONIA TAPIA. 382 PÁGINAS.
Esta novela causaría un gran revuelo en Turquía, al tratar
la tragedia histórica que separó a turcos y armenios, cuyas vidas en común hasta principios del siglo XX, antes de la Primera Guerra Mundial, se desarrollaban de forma apacible, en especial en la cosmopolita Estambul, donde convivían distintas nacionalidades, lenguas y religiones. Elif Shafak narra una saga familiar en la que las mujeres son el centro del relato y dictan su propia ley dentro de un clan peculiar, donde sólo están ellas ya que los hombres tuvieron, o bien que morir jóvenes, o bien irse lejos para olvidar oscuros pasados. Su autora, nacida en Estrasburgo en 1971, de padres turcos, vive actualmente entre Estambul y Tucson, y alterna indistintamente el turco y el inglés en sus obras.
PÁGINAS.
NEDIM GÜRSEL. ALIANZA EDITORIAL (MADRID), 2005. TRADUCCIÓN DE RAFAEL CARPINTERO. 348 PÁGINAS.
Nacido en Gaziantep, en 1951, Nedim Gürsel está considerado actualmente como uno de los más importantes escritores turcos, junto a Orhan Pamuk y Yaser Kemal. Instalado en Francia tras el golpe de Estado de 1971 y profesor en la Sorbona, con el tiempo Gürsel regresaría a su país, teniendo que exiliarse una vez más a causa del nuevo golpe militar del año 1980. Dos de sus principales y más conocidas novelas se han traducido al español: Los turbantes de Venecia y La novela del conquistador, en Alianza Editorial. Se da el caso de que con su nueva obra Las hijas de Alá, se ha visto implicado este año en un requerimiento judicial por parte de las autoridades turcas, que le acusan “de calumniar los sentimientos religiosos de la población y con ello perturbar la paz pública”.
Una de las más grandes figuras de la literatura contemporánea turca, Yasar Kemal nació en Hemite en 1923, procedente de una familia de origen kurdo. Famoso por la descripción de la vida bucólica de la Anatolia turca, Kemal se haría célebre sobre todo por la figura de Memed, el flaco (protagonista de su obra El halcón, de 1955), un chico que huye de la explotación de un agá cruel, Ali Safa Bey, convirtiéndose en bandido legendario, héroe de los campesinos y de las clases más desfavorecidas. Gracias a él, a este fuera de la ley, los actos de resistencia se sucederán, estallando la rebelión. Mezcla de novela de aventuras y epopeya lírica y popular, es una de las obras más leídas de la literatura turca.
El último tren a Estambul AYSE KULIN. EDICIONES ÁMBAR. (BARCELONA), 2009. TRADUCCIÓN DE VÍCTOR PALOMEQUE ORTIZ. 382 PÁGINAS.
Una de las autoras más vendidas en la actualidad en Turquía, Ayse Kulin (1941) trabajó durante años en diversos medios de comunicación. Famosa por sus libros de cuentos y por aclamadas novelas biográficas, en El último tren a Estambul narra una historia de amor
prohibido entre la hija de un bajá otomano y un joven judío, ambientada en la época de la Segunda Guerra Mundial. La acción transcurre en un variado escenario internacional que recorre Estambul, Marsella, Ankara, El Cairo, París y Berlín.
El Puente del Cuerno de Oro
trasfondo autobiográfico, la llegada en 1967 de una joven turca a Alemania, donde se pone a trabajar como obrera, mientras inicia un sueño largamente acariciado: hacerse actriz de teatro.
Todos los caminos están abiertos ANNEMARIE SCHWARZENBACH. EDITORIAL MINÚSCULA.
EMINE SEVGI ÖZDAMAR. EDITORIAL
(BARCELONA), 2009. TRADUCCIÓN DE
ALFAGUARA (MADRID), 2000.
MARÍA ESPERANZA ROMERO. 178
TRADUCCIÓN DE MIGUEL SÁNEZ
PÁGINAS.
368 PÁGINAS.
Una de las autoras más interesantes del actual panorama europeo, dotada de una poética y cautivadora imaginación y de un notable sentido del humor, Emine Sevgi Özdamar (Malatya, 1946) perseguida por la dictadura de su país, abandonó Turquía a finales de los años 60, instalándose en Alemania, donde es hoy una conocida actriz y dramaturga, además de novelista de éxito. Famosa por obras como La lengua de mi madre, La vida es un caravasar, Extrañas estrellas o El Puente del Cuerno de Oro (todas aparecidas en Alfaguara), en esta última narrará, con un
Gran viajera y personaje fuera de todas las convenciones, de gran carisma, de la época de entreguerras, la escritora suiza Annemarie Schwarzenbach (1908-1942) comenzó a escribir sus relatos y novelas y a movilizarse contra el nazismo, en el Berlín de la República de Weimar, donde se hace amiga de los más jóvenes y rebeldes de los Mann, Erika y Klaus. Pocos meses antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial, en 1939, emprendería un memorable viaje por los Balcanes, Turquía, Irán y Afganistán, que ahora ha sido publicado.
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para saber más Cine Àngel Quintana. Profesor de Historia y Teoría del Cine en la Universitat de Girona
Los choques culturales de la futura Europa
Secuencia de un melodrama sobre las diferencias culturales alemanas y turcas. AL OTRO LADO. ALEMANIA TURQUÍA, 2007 DIRECTOR: FATIH AKIN. INTÉRPRETES: BAKI DAVRAK, NURSEL KÖSE Y HANNA SCHYGULLA.
En 2007, coincidiendo con el anuncio de que Turquía quería entrar en la Unión Europea, Al otro lado, de Fatih Atkin, triunfaba en el festival de Cannes. La condición de ser una película realizada por un cineasta nacido en Berlín, hijo de
emigrantes turcos y que se mantiene cercano a unos postulados culturales del país de origen pero que es muy crítico con la deriva política del país de adopción, constituye un hecho clave. El gran tema de Al otro lado es la difícil armonía racial, cultural y política entre Turquía y Alemania, dos culturas que la emigración ha puesto en contacto. Su estructura es la de un melodrama, lleno de causalidades,
que gira en torno a seis personajes que cruzan sus existencias. Entre éstos nos encontramos con un padre turco que mantiene relaciones en Berlín con una prostituta que envía dinero a una hija que vive en Turquía. Una madre severa que no soporta que su hijo alemán tenga relaciones con una joven activista turca que utiliza la universidad como plataforma política. Todos los personajes buscan un lugar en un mundo que ha sesgado sus vidas entre dos culturas. Fatih Atkin articula su película alrededor de un discurso sobre el valor del conocimiento y la formación como vía para conseguir el conocimiento y el entendimiento entre gente de culturas diversificadas. Su complejo, y a veces excesivo relato, ganó el premio al mejor guión en el festival de Cannes y convirtió el filme en una reflexión sobre el destino de la nueva Europa. Todas estas cuestiones ya fueron anteriormente formuladas por Fatih Atkin en Contra la pared (2004), una película centrada en la experiencia de dos alemanes de origen turco que, después de haber intentado suicidarse, viven una historia de amor límite, marcada por el alcohol y las drogas.
El silencio de la familia turca TRES MONOS. TURQUÍA, 2008. DIRECTOR: NURI BILGE CEYLAN. INTÉRPRETES: YAVUZ BINGÖL, HATICE ASLAN, ERCAN KESAL.
Mientras Fatih Atkin se ha convertido en el gran cineasta de la globabilización y la emigración turca, Nuri Bilge Ceylan se ha consolidado en el panorama cinematográfico internacional como el gran creador otomano, en el máximo representante del cine de autor. Nacido en Estambul en 1959, empezó su práctica en el terreno de la fotografía. Sus películas sorprenden porque a partir de pequeñas parábolas familiares acaba dando pie a múltiples reflexiones de 118 VANGUARDIA | DOSSIER
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índole social o política. Su cine, de mucha mayor solidez que el de Fatih Atkin, nos muestra una Turquía poco soleada y alejada de cualquier cliché folclórico y turístico. Estambul surge como una ciudad gris, sus paisajes suelen ser atrapados en invierno y el microcosmos familiar da paso a un determinado macrocosmos social. Su último trabajo, Tres monos, premio al mejor director del festival de Cannes 2008, cuenta la historia de un padre que ha trabajado como chófer de un reconocido político y que acepta una importante suma de dinero a cambio de declararse culpable por la muerte de un hombre atropellado por
su jefe. Su familia seguirá cobrando el salario mientras cumple su condena, pero la nueva situación sacará a la luz viejas contradicciones y mentiras que harán resquebrajar las relaciones entre ellos. Pero ante la perspectiva del fracaso económico y personal, prefieren ignorar la verdad actuando como los conocidos tres simios: no ver, no oír y no decir nada para protegerse cada cual del propio sufrimiento. Con escasos diálogos, con un sentido de la plástica del encuadre muy acentuado y con un cuidado trabajo de las texturas digitales, la película lleva a cabo una profunda disección de una crisis moral y política.
Una odisea de la emigración AMÉRICA, AMÉRICA. ESTADOS UNIDOS, 1963. DIRECTOR: ELIA KAZAN. INTÉRPRETES: STAHIS GIALLELIS, FRANK WOLF, HARRY DAVIS.
En 1963, el cineasta Elia Kazan, nacido en Estambul pero educado en Estados Unidos, decidió relatar la epopeya de Stravos Topozoulou, su tío de origen griego que vivió en una ciudad armenia de Anatolia ocupada por los turcos. La opresión de que fue objeto la familia de Stravos a finales del siglo XIX, la lucha de los griegos para reconocer sus derechos y poder hacer realidad el sueño de un nuevo mundo. La película narra la odisea que vive Stravos, después de que su amigo armenio Vatran, vendedor de hielo en su ciudad natal, fuera asesinado por los turcos. Stravos decide abandonar el país, por lo que emprende un largo viaje, lleno de penalidades y múltiples aventuras. El trayecto por las montañas, en
las que es robado, su destino en Estambul y el difícil trayecto en barco hacia el nuevo mundo, marcan el tono de una historia con la que Elia Kazan quiso homenajear a sus ancestros y recordar que él también, como la mayoría de los emigrantes, fue hijo de una familia que un buen día vislumbró en barco la silueta de Ellis Island.
El “sueño americano” visto por Elia Kazan.
Rodar desde la cárcel
Retorno a los orígenes
YOL. TURQUÍA, 1982. DIRECTOR: YILMAZ GÜNEY.
La herencia dejada actualmente en el cine turco por la figura de Nuri Bilge Ceylan no ha tardado en ponerse de manifiesto en la obra de otros cineastas, que han construido sus películas a partir del estilo contemplativo de su maestro y del juego constante con unos encuadres de depurada construcción plástica. El cineasta más representativo en este terreno es Semir Kaplanoglu, cuya película Yumurta (2007) triunfó en la Quincena de los realizadores del festival de Cannes. La película cuenta la historia de un poeta residente en Estambul, que después de la muerte de su madre decide volver a su ciudad natal, Tira. Allí, la mujer que cuidaba su madre le habla de ritos ancestrales, mientras que él recupera algo de esa infancia que perdió para siempre. La película forma parte de una trilogía completada por Angel’s Fall (2005) sobre la turbulenta relación entre un recepcionista de hotel con su padre, y Süt (2008), sobre un estudiante que no pasa la selectividad pero que triunfa como poeta.
INTÉRPRETES: TARIF AKAN, ERIF SEZER.
El kurdo Yilmaz Güney, considerado como el gran mito del cine de su país, ingresó en prisión en 1975 acusado de un oscuro crimen del que siempre se declaró inocente. Debido a su enorme popularidad Güney fue autorizado a rodar Yol mientras estaba en la cárcel y fue montada después de que escapara a Suiza. La película se presentó en Cannes, donde ganó la Palma de Oro. Güney murió dos años después. Yol muestra el trayecto que llevan a cabo cinco prisioneros que pueden viajar a sus casas durante una semana. El viaje hacia la libertad se convierte en una auténtica pesadilla, ya que acaba mostrando la violenta situación en que viven los protagonistas. Güney es autor de una amplia obra que se remonta a finales de los años 50 y cuya revisión es una tarea pendiente. El peculiar rodaje de Yol dio lugar a Yolda (2005), de Erden Kiral, antiguo ayudante de dirección de Güney.
Emigrantes turcos en Alemania CABEZA DE TURCO. ALEMANIA, 1986. DIRECTORES: GÜNTER WALLRAFF Y JÖRG GFÖRER.
Dentro del periodismo de investigación, la figura de Günter Wallraff ocupa un lugar mítico. A lo largo de su carrera ha ocupado múltiples personalidades, para acabar destapando los intereses de la prensa sensacionalista alemana, especialmente la cadena Bild. Entre 1984 y 1985 adoptó la personalidad de un turco llamado Ali Levent Sinirliolu para infiltrase como trabajador sobreexplotado en las empresas de la compañía Thyssen y como conejillo de indias en diversos experimentos farmacológicos. El resultado fue un polémico libro –editado en España por Anagrama– en que denunció los tratos racistas que las grandes empresas alemanas infligían a los emigrantes turcos. Wallraff decidió vivir en carne propia cómo los trabajadores turcos eran tratados como basura, siendo usados como mano de obra barata para todo tipo de trabajos, incluidos los más arriesgados y peligrosos. El éxito del libro dio lugar a un documental televisivo, filmado con cámara oculta, en el que mostraba la conducta racista de los grandes directivos empresariales alemanes.
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para saber más Cine Àngel Quintana. Profesor de Historia y Teoría del Cine en la Universitat de Girona
Los choques culturales de la futura Europa
Secuencia de un melodrama sobre las diferencias culturales alemanas y turcas. AL OTRO LADO. ALEMANIA TURQUÍA, 2007 DIRECTOR: FATIH AKIN. INTÉRPRETES: BAKI DAVRAK, NURSEL KÖSE Y HANNA SCHYGULLA.
En 2007, coincidiendo con el anuncio de que Turquía quería entrar en la Unión Europea, Al otro lado, de Fatih Atkin, triunfaba en el festival de Cannes. La condición de ser una película realizada por un cineasta nacido en Berlín, hijo de
emigrantes turcos y que se mantiene cercano a unos postulados culturales del país de origen pero que es muy crítico con la deriva política del país de adopción, constituye un hecho clave. El gran tema de Al otro lado es la difícil armonía racial, cultural y política entre Turquía y Alemania, dos culturas que la emigración ha puesto en contacto. Su estructura es la de un melodrama, lleno de causalidades,
que gira en torno a seis personajes que cruzan sus existencias. Entre éstos nos encontramos con un padre turco que mantiene relaciones en Berlín con una prostituta que envía dinero a una hija que vive en Turquía. Una madre severa que no soporta que su hijo alemán tenga relaciones con una joven activista turca que utiliza la universidad como plataforma política. Todos los personajes buscan un lugar en un mundo que ha sesgado sus vidas entre dos culturas. Fatih Atkin articula su película alrededor de un discurso sobre el valor del conocimiento y la formación como vía para conseguir el conocimiento y el entendimiento entre gente de culturas diversificadas. Su complejo, y a veces excesivo relato, ganó el premio al mejor guión en el festival de Cannes y convirtió el filme en una reflexión sobre el destino de la nueva Europa. Todas estas cuestiones ya fueron anteriormente formuladas por Fatih Atkin en Contra la pared (2004), una película centrada en la experiencia de dos alemanes de origen turco que, después de haber intentado suicidarse, viven una historia de amor límite, marcada por el alcohol y las drogas.
El silencio de la familia turca TRES MONOS. TURQUÍA, 2008. DIRECTOR: NURI BILGE CEYLAN. INTÉRPRETES: YAVUZ BINGÖL, HATICE ASLAN, ERCAN KESAL.
Mientras Fatih Atkin se ha convertido en el gran cineasta de la globabilización y la emigración turca, Nuri Bilge Ceylan se ha consolidado en el panorama cinematográfico internacional como el gran creador otomano, en el máximo representante del cine de autor. Nacido en Estambul en 1959, empezó su práctica en el terreno de la fotografía. Sus películas sorprenden porque a partir de pequeñas parábolas familiares acaba dando pie a múltiples reflexiones de 118 VANGUARDIA | DOSSIER
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índole social o política. Su cine, de mucha mayor solidez que el de Fatih Atkin, nos muestra una Turquía poco soleada y alejada de cualquier cliché folclórico y turístico. Estambul surge como una ciudad gris, sus paisajes suelen ser atrapados en invierno y el microcosmos familiar da paso a un determinado macrocosmos social. Su último trabajo, Tres monos, premio al mejor director del festival de Cannes 2008, cuenta la historia de un padre que ha trabajado como chófer de un reconocido político y que acepta una importante suma de dinero a cambio de declararse culpable por la muerte de un hombre atropellado por
su jefe. Su familia seguirá cobrando el salario mientras cumple su condena, pero la nueva situación sacará a la luz viejas contradicciones y mentiras que harán resquebrajar las relaciones entre ellos. Pero ante la perspectiva del fracaso económico y personal, prefieren ignorar la verdad actuando como los conocidos tres simios: no ver, no oír y no decir nada para protegerse cada cual del propio sufrimiento. Con escasos diálogos, con un sentido de la plástica del encuadre muy acentuado y con un cuidado trabajo de las texturas digitales, la película lleva a cabo una profunda disección de una crisis moral y política.
Una odisea de la emigración AMÉRICA, AMÉRICA. ESTADOS UNIDOS, 1963. DIRECTOR: ELIA KAZAN. INTÉRPRETES: STAHIS GIALLELIS, FRANK WOLF, HARRY DAVIS.
En 1963, el cineasta Elia Kazan, nacido en Estambul pero educado en Estados Unidos, decidió relatar la epopeya de Stravos Topozoulou, su tío de origen griego que vivió en una ciudad armenia de Anatolia ocupada por los turcos. La opresión de que fue objeto la familia de Stravos a finales del siglo XIX, la lucha de los griegos para reconocer sus derechos y poder hacer realidad el sueño de un nuevo mundo. La película narra la odisea que vive Stravos, después de que su amigo armenio Vatran, vendedor de hielo en su ciudad natal, fuera asesinado por los turcos. Stravos decide abandonar el país, por lo que emprende un largo viaje, lleno de penalidades y múltiples aventuras. El trayecto por las montañas, en
las que es robado, su destino en Estambul y el difícil trayecto en barco hacia el nuevo mundo, marcan el tono de una historia con la que Elia Kazan quiso homenajear a sus ancestros y recordar que él también, como la mayoría de los emigrantes, fue hijo de una familia que un buen día vislumbró en barco la silueta de Ellis Island.
El “sueño americano” visto por Elia Kazan.
Rodar desde la cárcel
Retorno a los orígenes
YOL. TURQUÍA, 1982. DIRECTOR: YILMAZ GÜNEY.
La herencia dejada actualmente en el cine turco por la figura de Nuri Bilge Ceylan no ha tardado en ponerse de manifiesto en la obra de otros cineastas, que han construido sus películas a partir del estilo contemplativo de su maestro y del juego constante con unos encuadres de depurada construcción plástica. El cineasta más representativo en este terreno es Semir Kaplanoglu, cuya película Yumurta (2007) triunfó en la Quincena de los realizadores del festival de Cannes. La película cuenta la historia de un poeta residente en Estambul, que después de la muerte de su madre decide volver a su ciudad natal, Tira. Allí, la mujer que cuidaba su madre le habla de ritos ancestrales, mientras que él recupera algo de esa infancia que perdió para siempre. La película forma parte de una trilogía completada por Angel’s Fall (2005) sobre la turbulenta relación entre un recepcionista de hotel con su padre, y Süt (2008), sobre un estudiante que no pasa la selectividad pero que triunfa como poeta.
INTÉRPRETES: TARIF AKAN, ERIF SEZER.
El kurdo Yilmaz Güney, considerado como el gran mito del cine de su país, ingresó en prisión en 1975 acusado de un oscuro crimen del que siempre se declaró inocente. Debido a su enorme popularidad Güney fue autorizado a rodar Yol mientras estaba en la cárcel y fue montada después de que escapara a Suiza. La película se presentó en Cannes, donde ganó la Palma de Oro. Güney murió dos años después. Yol muestra el trayecto que llevan a cabo cinco prisioneros que pueden viajar a sus casas durante una semana. El viaje hacia la libertad se convierte en una auténtica pesadilla, ya que acaba mostrando la violenta situación en que viven los protagonistas. Güney es autor de una amplia obra que se remonta a finales de los años 50 y cuya revisión es una tarea pendiente. El peculiar rodaje de Yol dio lugar a Yolda (2005), de Erden Kiral, antiguo ayudante de dirección de Güney.
Emigrantes turcos en Alemania CABEZA DE TURCO. ALEMANIA, 1986. DIRECTORES: GÜNTER WALLRAFF Y JÖRG GFÖRER.
Dentro del periodismo de investigación, la figura de Günter Wallraff ocupa un lugar mítico. A lo largo de su carrera ha ocupado múltiples personalidades, para acabar destapando los intereses de la prensa sensacionalista alemana, especialmente la cadena Bild. Entre 1984 y 1985 adoptó la personalidad de un turco llamado Ali Levent Sinirliolu para infiltrase como trabajador sobreexplotado en las empresas de la compañía Thyssen y como conejillo de indias en diversos experimentos farmacológicos. El resultado fue un polémico libro –editado en España por Anagrama– en que denunció los tratos racistas que las grandes empresas alemanas infligían a los emigrantes turcos. Wallraff decidió vivir en carne propia cómo los trabajadores turcos eran tratados como basura, siendo usados como mano de obra barata para todo tipo de trabajos, incluidos los más arriesgados y peligrosos. El éxito del libro dio lugar a un documental televisivo, filmado con cámara oculta, en el que mostraba la conducta racista de los grandes directivos empresariales alemanes.
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para saber más viajes Josep M. Palau Riberaygua. Periodista especializado en viajes y profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
ESTAMBUL
DIYARBAKIR
Un contraste pragmático E
l puente suspendido sobre el Bósforo y que une la parte europea de Estambul con la asiática, proyecta sus luces cambiantes sobre las terrazas de Ortaköy. El barrio estuvo de moda en el siglo XIX, cuando los sultanes empezaron a construir palacios en las riberas, y hoy es el epicentro de la diversión nocturna, con clubs exclusivos como el Reina, donde la gente guapa hace cola los fines de semana y se escucha a todo volumen una mezcla de chill out con incursiones en la discografía de Lolita Flores. Los acordes flamencos también resuenan en los callejones que van a dar a Istiklal, no muy lejos de donde se instalaron los genoveses en la Edad Media. A altas horas de la noche, allí aparecen los puestos que ofrecen mejillones aderezados con limón. Un poco más allá se levanta el monasterio Mevlevi, donde los místicos giróvagos, seguidores de la interpretación sufí del islam, ejecutan una danza que se vende como folclore o acto cultural pero que es seguida con auténtica devoción por los asistentes. Las mujeres se cubren aquí la cabeza con un pañuelo, lo mismo que en el café Pierre Loti, justo donde termina el Cuerno de Oro. Se llega hasta él en un funicular y resulta difícil ver algún turista sentado en sus mesas, tal vez porque en ellas no se sirve alcohol. Sin embargo, el ambiente, las vistas y el café con poso, servido junto con un vaso de agua y una bolita de resina de Samos, respiran autenticidad. En una ciudad que ha hecho del contraste su carta de presentación, queda abierto el debate sobre si aún pesa más el laicismo impulsado en 1923 por Mustafá Kemal, Atatürk, frente a la ortodoxia musulmana. Pero Estambul siempre se ha definido por su pragmatismo; no en vano, los magníficos mosaicos de pan de oro que decoran las paredes de Santa Sofía se salvaron al ser cubiertos con una capa de yeso que convirtió la iglesia en mezquita en sólo tres días, tras caer en manos turcas.
Magnífico interior de la mezquita Azul o del Sultán Ahmed / SLOW IMAGES
La capital kurda del Tigris E n las calles de Diyarbakir hay muchos niños, casi tantos como metros de muralla de basalto rodeando la ciudad a la orilla del Tigris. Los chicos, a diferencia de los adultos, son amistosos, incluso demasiado, mientras las calles lucen adoquinadas, con fachadas añejas, transitadas por hombres vestidos con bombachos y mujeres que se cubren con mantos negros. De repente nos cruzamos con algunos personajes con chilaba, otros con el keffiyeh más propio de países como Iraq. Porque Diyarbakir es, por vocación y situación geográfica, ciudad de frontera. A veces, incluso frontera interior: no en vano es aquí donde se concentra una cantidad impresionante de población kurda, hasta el punto que muchos la consideran la capital “de facto” del Kurdistán. El componente armenio hace tiempo que fue borrado del mapa, literalmente, durante el genocidio vivido en el imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial. El trasiego de etnias y culturas es, por tanto, la nota característica de
Para visitar…
La mezquita de Yesil, la mayor
de Bursa. Edificada por Mehmet I, representa el paso del estilo
persa a uno genuinamente turco. El Bat Pazan o mercado del Ganso, donde encontrará de todo, excepto gansos. Los talleres y tiendas de marionetas Karagoz en Eski Aynali Carsi y el almacén de capullos de seda de Koza Han, ambos junto al mercado
emperador bizantino
conocida por su aparición
El palacio de Topkapi,
Santa Sofía, hoy
jardines, muy animada.
Justiniano, con una gran
en una película de James
en especial la sala donde
columnata que parece
Bond, desde donde se
se guardan las reliquias:
flotar en el agua.
obtiene una gran vista
el brazo y el cráneo de san
de la ciudad y el mar
Juan, la vara de Moisés, la
Armutlu, Kumla o Güzelyali,
de Mármara.
barba de Mahoma…
en el mar de Mármara.
considerada museo, y la
de la ciudad, auténtico
mezquita Azul, separadas
“palacio sumergido”
entre sí por una
construido por el
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Navegar hasta la torre de Leandro o Kizkulezi,
Un recorrido alrededor de las murallas erigidas por Constantino II. La Ulu Camii, mezquita de planta rectangular más usual en la arquitectura árabe, y la Kasim Padisah, con un minarete soportado sobre cuatro columnas. El Deliller Han, antiguo caravasar reconstruido como hotel. La iglesia ortodoxa de Meryemana Kilises, que custodia las reliquias del
La Gran Mezquita (Ulu Camii) / GETTY IMAGES.
apóstol Tomás.
Cuna de la cultura turca A
explanada cubierta de Las antiguas cisternas
Para visitar…
BURSA
Para visitar… desacralizada y
la historia de Diyarbakir, fundada como Amida en el siglo XIII aC. Lo que ha permanecido inalterado a lo largo de los siglos es la calidad de sus sandías, que eran transportadas en camello ya que llegaban a pesar cien kilos y se cortaban con una espada.
cubierto de Bedesten. Los magníficos baños termales de Çelik Palas. Las cercanas playas de
quel que se acerca en noviembre a Bursa se da de bruces con el festival anual del teatro de sombras Karagoz. Bajo su aspecto inocente se esconde una fuerte carga de crítica social, en otros tiempos única vía de escape del pueblo llano en su crítica a los sultanes, cuyos mausoleos se encuentran en esta ciudad que en su día fue primera capital del imperio otomano y cuna de la cultura turca actual. Una crítica, por cierto, que no siempre acababa bien. Según la leyenda, Karagoz y Hacivat trabajaban en la construcción de una mezquita pero perdían el tiempo entre chistes y peleas, y el sultán Orhan Bey les cortó la cabeza para acabar con sus risas. Uno de ellos legó su nombre a este teatro que hunde sus raíces en China y el lejano Oriente, demostrando que Anatolia, por encima de todo, ha sido y es puente entre dos mundos. Sirven de
La ciudad vieja de Bursa / MURAT TANER. ejemplo la industria de la seda que llegó de China en el siglo IV aC o la del automóvil, que de la mano de los franceses de Renault y los italianos de Fiat dieron relevancia al lugar en los 70 con la fabricación del utilitario Murat.
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para saber más viajes Josep M. Palau Riberaygua. Periodista especializado en viajes y profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
ESTAMBUL
DIYARBAKIR
Un contraste pragmático E
l puente suspendido sobre el Bósforo y que une la parte europea de Estambul con la asiática, proyecta sus luces cambiantes sobre las terrazas de Ortaköy. El barrio estuvo de moda en el siglo XIX, cuando los sultanes empezaron a construir palacios en las riberas, y hoy es el epicentro de la diversión nocturna, con clubs exclusivos como el Reina, donde la gente guapa hace cola los fines de semana y se escucha a todo volumen una mezcla de chill out con incursiones en la discografía de Lolita Flores. Los acordes flamencos también resuenan en los callejones que van a dar a Istiklal, no muy lejos de donde se instalaron los genoveses en la Edad Media. A altas horas de la noche, allí aparecen los puestos que ofrecen mejillones aderezados con limón. Un poco más allá se levanta el monasterio Mevlevi, donde los místicos giróvagos, seguidores de la interpretación sufí del islam, ejecutan una danza que se vende como folclore o acto cultural pero que es seguida con auténtica devoción por los asistentes. Las mujeres se cubren aquí la cabeza con un pañuelo, lo mismo que en el café Pierre Loti, justo donde termina el Cuerno de Oro. Se llega hasta él en un funicular y resulta difícil ver algún turista sentado en sus mesas, tal vez porque en ellas no se sirve alcohol. Sin embargo, el ambiente, las vistas y el café con poso, servido junto con un vaso de agua y una bolita de resina de Samos, respiran autenticidad. En una ciudad que ha hecho del contraste su carta de presentación, queda abierto el debate sobre si aún pesa más el laicismo impulsado en 1923 por Mustafá Kemal, Atatürk, frente a la ortodoxia musulmana. Pero Estambul siempre se ha definido por su pragmatismo; no en vano, los magníficos mosaicos de pan de oro que decoran las paredes de Santa Sofía se salvaron al ser cubiertos con una capa de yeso que convirtió la iglesia en mezquita en sólo tres días, tras caer en manos turcas.
Magnífico interior de la mezquita Azul o del Sultán Ahmed / SLOW IMAGES
La capital kurda del Tigris E n las calles de Diyarbakir hay muchos niños, casi tantos como metros de muralla de basalto rodeando la ciudad a la orilla del Tigris. Los chicos, a diferencia de los adultos, son amistosos, incluso demasiado, mientras las calles lucen adoquinadas, con fachadas añejas, transitadas por hombres vestidos con bombachos y mujeres que se cubren con mantos negros. De repente nos cruzamos con algunos personajes con chilaba, otros con el keffiyeh más propio de países como Iraq. Porque Diyarbakir es, por vocación y situación geográfica, ciudad de frontera. A veces, incluso frontera interior: no en vano es aquí donde se concentra una cantidad impresionante de población kurda, hasta el punto que muchos la consideran la capital “de facto” del Kurdistán. El componente armenio hace tiempo que fue borrado del mapa, literalmente, durante el genocidio vivido en el imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial. El trasiego de etnias y culturas es, por tanto, la nota característica de
Para visitar…
La mezquita de Yesil, la mayor
de Bursa. Edificada por Mehmet I, representa el paso del estilo
persa a uno genuinamente turco. El Bat Pazan o mercado del Ganso, donde encontrará de todo, excepto gansos. Los talleres y tiendas de marionetas Karagoz en Eski Aynali Carsi y el almacén de capullos de seda de Koza Han, ambos junto al mercado
emperador bizantino
conocida por su aparición
El palacio de Topkapi,
Santa Sofía, hoy
jardines, muy animada.
Justiniano, con una gran
en una película de James
en especial la sala donde
columnata que parece
Bond, desde donde se
se guardan las reliquias:
flotar en el agua.
obtiene una gran vista
el brazo y el cráneo de san
de la ciudad y el mar
Juan, la vara de Moisés, la
Armutlu, Kumla o Güzelyali,
de Mármara.
barba de Mahoma…
en el mar de Mármara.
considerada museo, y la
de la ciudad, auténtico
mezquita Azul, separadas
“palacio sumergido”
entre sí por una
construido por el
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Navegar hasta la torre de Leandro o Kizkulezi,
Un recorrido alrededor de las murallas erigidas por Constantino II. La Ulu Camii, mezquita de planta rectangular más usual en la arquitectura árabe, y la Kasim Padisah, con un minarete soportado sobre cuatro columnas. El Deliller Han, antiguo caravasar reconstruido como hotel. La iglesia ortodoxa de Meryemana Kilises, que custodia las reliquias del
La Gran Mezquita (Ulu Camii) / GETTY IMAGES.
apóstol Tomás.
Cuna de la cultura turca A
explanada cubierta de Las antiguas cisternas
Para visitar…
BURSA
Para visitar… desacralizada y
la historia de Diyarbakir, fundada como Amida en el siglo XIII aC. Lo que ha permanecido inalterado a lo largo de los siglos es la calidad de sus sandías, que eran transportadas en camello ya que llegaban a pesar cien kilos y se cortaban con una espada.
cubierto de Bedesten. Los magníficos baños termales de Çelik Palas. Las cercanas playas de
quel que se acerca en noviembre a Bursa se da de bruces con el festival anual del teatro de sombras Karagoz. Bajo su aspecto inocente se esconde una fuerte carga de crítica social, en otros tiempos única vía de escape del pueblo llano en su crítica a los sultanes, cuyos mausoleos se encuentran en esta ciudad que en su día fue primera capital del imperio otomano y cuna de la cultura turca actual. Una crítica, por cierto, que no siempre acababa bien. Según la leyenda, Karagoz y Hacivat trabajaban en la construcción de una mezquita pero perdían el tiempo entre chistes y peleas, y el sultán Orhan Bey les cortó la cabeza para acabar con sus risas. Uno de ellos legó su nombre a este teatro que hunde sus raíces en China y el lejano Oriente, demostrando que Anatolia, por encima de todo, ha sido y es puente entre dos mundos. Sirven de
La ciudad vieja de Bursa / MURAT TANER. ejemplo la industria de la seda que llegó de China en el siglo IV aC o la del automóvil, que de la mano de los franceses de Renault y los italianos de Fiat dieron relevancia al lugar en los 70 con la fabricación del utilitario Murat.
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para saber más webs Ainara Gómez. Institut Europeu de la Mediterrània (IEMed)
GLOBAL POLITICAL TRENDS CENTER
http://www.gpotcenter.o rg/
UNIÓN EUROPEA
http://ec.europa.eu/enlar gement/candidate-count ries/turkey/key_docume nts_en.htm El área de Ampliación de la Comisión Europea presenta en esta página el perfil general de Turquía como país candidato a la adhesión, así como información sobre el avance de las negociaciones. La página ofrece información sobre los mecanismos financieros de ayuda al país, enlaces a los principales documentos sobre el progreso de las negociaciones y noticias de actualidad.
El Global Political Trends Center es una unidad de investigación de la Istambul Kultur University cuyo objetivo es analizar las tendencias contemporáneas de la política regional e internacional y estudiar la posición de Turquía en el contexto global actual. Dispone de acceso a documentos de investigación recientes sobre Turquía y relaciones internacionales.
BANCO MUNDIAL
http://www.worldbank.or g.tr/wbsite/external/cou ntries/
MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES DE TURQUÍA
Web del Banco Mundial dedicada a Turquía. Ofrece gran cantidad de datos recientes sobre el país, así como acceso a documentos de análisis económico, político y social.
http://www.mfa.gov.tr/de fault.en.mfa
FUNDACIÓN TURCA DE ESTUDIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES (TESEV)
La pagina web del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía presenta los ejes de la política exterior turca, así como una explicación pormenorizada de las relaciones políticas de Turquía con cada país y región del mundo y con las organizaciones internacionales más relevantes.
http://www.tesev.org.tr/ TESEV es un think tank turco, no gubernamental e independiente, dedicado desde 1994 al análisis de las cuestiones sociales, políticas y económicas a las que se enfrenta Turquía. Su página web dispone de una amplia
otras webs base de datos, informaciones y documentos divididos en tres secciones: democratización, política exterior y buena gobernanza.
http://www.stgm.org.tr/ eng/ Sitio web publicado en el marco de un programa de la Unión Europea de apoyo a la sociedad civil en Turquía, con acceso a informes y entrevistas y una amplia base de datos de ONG.
http://www.humanrig htsfirst.org/defenders/ hrd_turkey/hrd_turkey _3.htm ISTANBUL POLICY CENTER
http://www.ipc.sabanciun iv.edu/eng/ El IPC es un centro académico y de investigación creado para la mejora de la calidad y efectividad de la aplicación de las políticas públicas en Turquía y la región. Su web ofrece información interesante sobre las relaciones con la Unión Europea y Estados Unidos, así como análisis en profundidad de temas candentes en la actualidad del país, como la reforma de la educación. ISTANBUL FOUNDATION FOR CULTURE AND ARTS
http://www.iksv.org/engli sh La pagina web de la Fundación de Estambul para la Cultura y el Arte (IKSV) es una importante plataforma para promover a nivel internacional el patrimonio cultural y artístico de Turquía. Fomenta asimismo la comunicación entre los artistas turcos y de otros países, contribuyendo así a la creación de un espacio de diálogo multicultural.
La página web de la Human Rights Foundation of Turkey da acceso a interesantes informes anuales sobre la situación de los derechos humanos en Turquía.
http://www.unaoc.org/ Página de las Naciones Unidas dedicada a la Alianza de Civilizaciones. impulsada conjuntamente por los presidentes de España y Turquía.
http://www.monde-dipl omatique.fr/indexpays/ turquie Archivo anual de los artículos publicados en “Le Monde Diplomatique”. También aparecen artículos de otras revistas y sobre los temas kurdo y chipriota.
http://www.webislam.c om/?sec=noticias&tag= turquia Webislam, portal islámico de referencia en lengua española, incluye una selección de noticias de actualidad sobre acontecimientos de carácter internacional que tienen a Turquía como protagonista.
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5NßPASOßMfSßPARAßQUEßLOSßNIuOSßVUELVANßAßSERßNIuOS
5NßPASOßMfSßENßLAßEDUCACIvNßAßTRAVmSßDEßLASßNUEVASßTECNOLOGqAS
5NßPASOßMfSßHACIAßELßDEBATEßYßELßCONOCIMIENTO
5NßPASOßMfSßENßLAßSOLIDARIDAD
5NßPASOßMfSßENßLAßDIFUSIvNßDELßARTEßYßDEßLAßCULTURA
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dos124 1
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