Las 12 Disciplinas Para La Excelencia en El Liderazgo

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Las 12 disciplinas para la excelencia en el liderazgo Cómo logran los líderes un alto rendimiento sostenible Brian Tracy y Peter Chee

RESUMEN EJECUTIVO Todos hemos escuchado la frase "líder nato". Según esta frase, el liderazgo es algo que se tiene o no se tiene. Es un talento que se le concede a unos y no a otros. Si queremos liderar, debemos tener el liderazgo en los genes. Pero según los autores del presente libro, los grandes líderes no nacen sino se hacen. Todos tenemos la habilidad de convertirnos en personas capaces de impulsar el potencial de los demás. Todo empieza con un poco de disciplina. En este libro, los autores presentan las doce disciplinas que debe cultivar cualquier persona que quiera desarrollar su madera de líder o que se precie de ser un líder y quiera mejorar en este sentido.

ocurra una crisis, es importante desplegar el estilo de liderazgo adecuado. Aunque aún no seamos líderes, debemos aprovechar esta oportunidad para demostrar aquello de lo que somos capaces. Debemos ser firmes en nuestras decisiones y reconocer el esfuerzo de los empleados. Asimismo, debemos aceptar los fracasos, sobre todo los que suceden rápido y llevan en sí una lección que acerca al éxito. Es importante que aprendamos a comunicarnos directamente y que expliquemos las razones de las decisiones y las estrategias. Debemos caminar por el sitio de trabajo para entender su ritmo: hablar con los clientes, exhibir empatía, colaborar, estar consciente y demostrar integridad. Debemos hacer lo que predicamos.

La disciplina de la claridad La disciplina de la excelencia en el liderazgo Los empleados de hoy en día son más “egoístas”, están dominados por el “a mi qué me importa”. Ellos deciden a quién aceptan como líder. Dos tipos de líderes tienen valor: los líderes carismáticos transformadores que inspiran a las personas para que hagan lo mejor y los líderes transaccionales que poseen la habilidad de lograr cosas a través de los demás. Para apreciar la excelencia, se debe tomar en cuenta a uno de los más grandes líderes de la historia: Alejandro Magno. A los 15 años decidió conquistar el mundo y logró su meta cuando tenía 23 años; logró generar confianza y fe mutua en sus tropas e inspiró a estas para que adoptaran un alto desempeño. Alejandro, como todos los grandes líderes, conectó su equipo con un gran propósito. Esto significa que se debe articular la visión general: inspirar a los seguidores infundiendo significado al trabajo. Hay que escoger algo que el equipo sepa realizar muy bien. Es importante tomar decisiones y actuar, tal como lo hacía Federico el Grande de Prusia, que construyó un imperio uniendo reinos feudales en Alemania. Hay que tener coraje y asumir riesgos, cultivar la fama de “no prisioneros”, así los competidores dudarán antes de imponer un desafío. Ante los fracasos hay que profundizar y preservar como Federico, que perdió varias batallas pero ganó la guerra. Debemos pensar en lo que puede ir mal, describiendo el peor escenario para estar preparados ante la adversidad. Cuando

Debemos determinar lo que queremos y ser precisos en cuanto a los objetivos. Hay que comenzar con los valores – las cosas que más importan – para alinear la personalidad y los objetivos del negocio a esas prioridades. ¿Cuál sería nuestro trabajo ideal si bastara con desearlo para alcanzarlo? La respuesta revela nuestra pasión. Es importante que escribamos los pequeños pasos y metas que debemos dar para alcanzar el sueño deseado, progresar día a día, asegurar que los empleados, clientes y accionistas clave comprendan la visión y los objetivos que se buscan. También debemos escoger una manera de hacerle seguimiento al progreso. Los logros de todos los empleados deben tomar en cuenta este criterio evaluativo. Es importante compartir las estrategias con toda la organización. Ser realistas, confiados y agresivos. Estudiar el ambiente competitivo para encontrar dónde se pueden masificar los recursos y apalancar las fortalezas. Debemos mantener los gastos a raya mientras estamos innovando constantemente para sorprender e ir más allá que la competencia. Otro elemento importante es determinar la fuerza que le da una ventaja competitiva a la compañía. ¿Es un proveedor de bajo costo? ¿Tiene un método de ventas único o superioridad tecnológica? Debemos revisar iniciativas, programas y decisiones previas. Si debemos comenzar de nuevo, ¿qué cambiaríamos? ¿Ofreceríamos el mismo producto? ¿Contrataríamos los mismos empleados? Si la respuesta es no, debemos actuar inmedia-

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Las 12 disciplinas para la excelencia en el liderazgo 2 tamente. Este es un ejercicio importante antes de comenzar nuevas iniciativas. Debemos ser firmes en cuanto a conocer el negocio en que trabajamos; por ejemplo: una compañía de trenes está en el negocio de ferrocarriles o de transporte. Esta identificación puede cambiar la estrategia, pero cualquiera que sea el negocio hay que enfocarse primero en la calidad tal cual ha sido definida por los clientes.

La disciplina del control Debemos ganar el control de nuestra vida, de nuestros sentimientos y de nuestro trabajo. Debemos ser confiables, así como responsables de nuestras decisiones y sus consecuencias. Nunca debemos culpar o menospreciar a los demás. Debemos aceptar la responsabilidad que viene con el control.

La disciplina del carácter Es importante que nunca comprometamos nuestros principios y actuemos siempre con integridad. Los empleados siempre observan lo que hace el líder. Debemos mantener los valores aunque esto no sea conveniente en algún momento o sea costoso. Es preciso que actuemos tal cual como queremos que actúen los demás. La tentación abunda, nunca hay que buscar el camino fácil ni los atajos.

La disciplina de la competencia Debemos hacer un compromiso con la excelencia y con los altos estándares personales y corporativos, sin importar lo difícil que sea obtener resultados de calidad. Hay que comprometerse con el aprendizaje continuo, leer mucho, asistir a conferencias y aprovechar los viajes para escuchar programas en audio. Es importante que nos concentremos en desarrollar una habilidad importante cada cierto tiempo. Debemos crearnos una reputación de excelencia para abrir el camino hacia el éxito.

La disciplina de la competitividad Es importante que imaginemos lo que desea el consumidor para poder ver el trabajo desde esa perspectiva y recordar que los clientes siempre tienen la razón. Todos en la organización deben poner al cliente de primero. Esto es lo que marca una diferencia con la competencia y gradualmente provee un mercado primario para más ventas. Debemos calibrar la competitividad determinando si el mercado demanda el producto o servicio. ¿Qué tan grande es la demanda? ¿Los clientes son accesibles? Debemos determinar la siguiente información sobre el cliente: - Dónde está. - Dónde vive.

- Cómo se sentirá al comprarlo y usarlo. También debemos determinar si la oferta crea un atractivo para los compradores. Es importante apelar a las necesidades básicas: seguridad, ahorro, amor y orgullo. Debemos estar al tanto de lo que está haciendo la competencia en este sentido.

La disciplina de la creatividad Pensar creativamente es la clave del éxito. Es importante sentirse un “genio” en algún tema, convencerse de ello y practicarlo creativamente hasta que se haga habitual. Debemos generar creatividad estableciendo procesos metódicos de resolución de problemas. Asimismo, es importante que pasemos las ideas por escrito. Esto nos permitirá concentrarnos en lo que estamos haciendo. Debemos mantener la mente abierta. Practicar la tormenta de ideas. Debatir sobre varios escenarios con el equipo. Es muy importante que estimulemos la creatividad de cada quien. En 1975, Mazda enfrentó una catástrofe financiera y, ante la desesperación, los líderes implementaron un sistema simple de caja de sugerencias. Sorprendentemente, los empleados depositaron 200.000 ideas el primer año, de las cuales Mazda adoptó el 60% en cinco años. Mazda recibió dos millones de sugerencias al año y sus ganancias aumentaron un 1.800%. Mazda atribuye el cambio a la ingenuidad de los empleados y al deseo de la corporación de poner en práctica las sugerencias de los trabajadores. A medida que aumenta la creatividad en la compañía, se generan muchas ideas: solo unas pocas valdrán la pena, así que hay que probarlas e implementar las mejores.

La disciplina del coraje Podemos aprender, practicar, implementar y desarrollar las cualidades que queramos, incluido el coraje. Hay que enfrentar los miedos, realizar actividades que asusten, enfocar el coraje en tomar decisiones y asumir riesgos calculados. Perseverar aun en tiempos poco promisorios.

La disciplina de preocuparse por los demás Para liderar empleados debemos preocuparnos por ellos. Las personas son 100% emocionales y toman decisiones basadas en sentimientos. Normalmente, las personas no se comprometen totalmente con el trabajo, pierden el tiempo, no terminan lo que hacen. Hay que temerles a las personas desmotivadas. Hay que procurar que los empleados no tengan miedo al fracaso o a ser castigados si cometen errores. Hay que estimularlos para que corran riesgos y ejerciten la creatividad. Hay que luchar por las interacciones positivas con todo el mundo, en cualquier momento, para que los empleados sepan que son apreciados, que son vitales para el equipo y para el éxito de la compañía.

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Las 12 disciplinas para la excelencia en el liderazgo 3 Enseñar, guiar y desarrollar a los empleados es una primera responsabilidad para el líder. Este esfuerzo tiene una asombrosa tasa de retorno. Es importante que practiquemos la “gerencia participativa”. Esta consiste en incluir a los empleados en el proceso de determinar metas y en la delimitación de las tácticas y las estrategia a utilizar. Debemos liderar con el ejemplo; debemos ser positivos, alentadores y tranquilos cuando estemos bajo presión. Es importante que escuchemos a los empleados sin interrupciones, les hagamos preguntas, aprendamos de ellos y mostremos interés.

La disciplina del cambio en la gerencia Es importante aceptar que el cambio es inevitable, ineludible, imparable e impredecible. Por ejemplo, debemos alejarnos de inversiones malas y enfocar los recursos en proyectos más promisorios. Debemos hacer como la Royal Dutch Shell que mantiene cientos de planes de acción detallados en caso de desastres que puedan ocurrir en el mundo, planes cuya posibilidad de ocurrencia es el 3%. Hay que evitar la tendencia a eludir el cambio para proteger la línea del negocio: la Kodak inventó la tecnología de las cámaras digitales en 1986 pero aplastó este desarrollo por temor a "canibalizar" el lucrativo negocio del material de película.

La disciplina de la concentración Debemos gerenciar el tiempo, que es el activo más valioso. El tiempo bien utilizado da satisfacción y felicidad. Hay que conocer los propios valores, los ideales que lo mueven a uno. Es importante que alineemos los objetivos con los valores y los coloquemos de primero en la lista de logros a alcanzar. También podemos hacer listas de tareas usando el método ABCDE. A son tareas imperativas, B tareas importantes, C las opcionales y D las delegables. Las tareas E se desechan. Una vez descritas las prioridades, no hay que posponerlas. Debemos enfocarnos en una sola tarea durante una hora sin distracciones. También es importante que reservemos tiempo para dormir, hacer ejercicio y para las personas que importan.

La disciplina de la excelencia personal Es importante que maximicemos las contribuciones de los demás. Debemos concentrarnos en los trabajos que conllevan un mayor impacto. Debemos tener en cuenta la rentabilidad y el retorno de la inversión. Es importante que practiquemos cómo se toman decisiones y cómo se resuelven los problemas que se atraviesan en el camino. Debemos practicar nuestras habilidades comunicativas: escribir, hablar en público y negociación persuasiva.

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Título original: 12 Disciplines of Leadership Excellence Editorial: McGraw-Hill Publicado en: Abril de 2013

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