Laplanche & Pontalis. Fantasía Originaria, Fantasía de Los Orígenes, Orígenes de La Fantasía.

September 26, 2017 | Author: manuelneira | Category: Oedipus Complex, Psychoanalysis, Psychological Trauma, Sigmund Freud, Reality
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Descripción: Laplanche & Pontalis (2012). Fantasía Originaria, Fantasía de Los Orígenes, Orígenes de La Fantasía. Ed...

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J . !.aplanche y J.·B. Pontalis

FANTASIA ORIGINARIA, FANTASIA DE LOS ORlGENES, ORIGEN DE LA FANTAS lA

COLECclÓN PSICOTECA MAYOR

FANTASIA ORIGINARIA, FANTASIA DE LOS ORIGENES, ORIGEN DE LA FANTASIA por

J. Laplanche y J. ·B. Pontalis

gedisa

l'ltulo del original en francés: 1:r1utt1.t!IU! or1ginoire..fon1asu1e ionen los instintos en un equilibrao basado en la prccm1 nencia de la libido sobre el instinto de muerte. Fantasía, en alemán Phantasie, es el tl!rmino 4uc designa la imaginación; más que la "fJcultad de 1111ag1· nar" (la Einbild1111gskraf1 de los filósofos), el mundo imaginario y sus contenidos, las "imaginacíones" o "fanta· sfas" en las que se atrincheran el neurótico o el poeta. En estas escenas que relata el sujeto, o que el psicoanalista le relata, es imposible de¡ar de reconocer el matiz de lo fantasmagórico. ¿Cómo entonces eludir la tenta· ción de definir este mundo en función de aquello de lo cual se separa, es decir el mundo de Ja reahdad? Esta oposición existió desde mucho antes que el psicoanálisis, pero puede llegar a encerrar en sus términos la teoría y la práctica psicoanalíticas. ¿Cómo se manc¡an los ps1L-oanahstas en la teoría? Ciertamente mal y la mayoría de las veces con una teoría del conoclJlliento por demás rudimentaria. Mclanie Klein, por ejemplo, cuya tecmca está exen· ta de cualquier propósito ort opédico y que má que ninguna otra se esfuerza por distinguir de la imagm~r!a contingente de los suenos diurnos. la función estructuran te y la pennanencia de lo que denomina fantasías inconscientes,> sostiene en última instancia que éstas son "fal· sas percepciones". En rigor, el objeto "bueno" y el ob¡e> Esta d.tfttt:nálción ttri an.1.U11ch más 1delan10.

1C)

to "malo", para nosotros, deben ir encerrados entre comillas,• aunque toda la evolución del sujeto esté conte· nida dentro de esas comillas. ¿Y Freud? Veremos a lo largo de estas páginas toda la ambigüedad de su concepción y cómo, ante cada giro de su pensamiento, encuentra abierta otra vía. Pero si tomamos la formulación más oflcíalmente consagrada de su doctrina, el mundo de las fantasías parece situarse en· teramente en el marco de la oposición entre lo subjetivo y lo objetivo, entre un mundo interno que tiende a la satisfacción por Ja ilusión y un mundo externo que poco a poco, por medio del sistema perceptivo, impone al su· jeto el principio de realidad. El inconsciente aparece en· !onces como el heredero del que en un principio fue el único mundo· del sujeto, en el que sólo regía el principio de placer. El mundo de las fantasfas es como las "reser· vas naturales" que crean las naciones civilizadas para perpetuar en ellas el estado natural. "Con la introduc· ción del principio de realidad , una modalidad de activi· dad del pensamiento se escinde; permanece independien· te de la prueba de realidad y sometida únicamente al principio de placer. Es lo que se denomina "creación de fantasías.''> Para los procesos inconscientes, "la pmeba

4 Los obje1os .. bu~nos .. l ..malos" son "imágenes, dcformad;u en tu fantasía, de los objetos reales en los cuales se ba~n". Mclanic Kkln. Enta· yos d~ psiCOQntilis;s. f>urís. Pa)'Ot. 196 7. piig. 31 l . · s S. Freud: •formulations sur les deux principes du coun de$ ¿,·én~ mcnls psychique1"1 191 t, Resuhados, ideas, problemas, PUF. págs. 138-139 IHay versión castellana: Los dos pn·n~ipios del su~de.r pstquko en Oh111Compltta1, vol. JI, píg. 49S, Buenos Aires, Paidós.)

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de realidad no « válida; la realidad de pensamiento es equiparada a luealidadextema,eldeseo a su realiución , al hecho".• Debido a la ausencia del "patrón de reali· dad" en el inconsciente, éste puede quedar reducido o un ser menor, a un estado menos diferen ciado. En la plictica psicoanalítica, la insuficiencia del caudal conceptual hace sentir sus efectos inevitablemcn· te. Innumerables modalidades técnicas., apoyándose en la oposición entre lo imaginario y lo real, se proponen en definitiva lograr la integración del principio de placer con el principio de realidad, proceso en el cual se supone que el neurótico se detiene a mitad de camino. Por su· puesto, no es válido hacer intervenir a las " realidades" exteriores al tratamiento mismo, ya que el material debe ser analiz.ado en la relación del paciente con el analista, es decir "en el contexto de la transferencia". Pero si no ponemos cuidado, en toda interpretación transferenc1al, por ejemplo "usted se comporta conmigo como si...", está sobreentendido "y usted sabe que no soy en reali· dad como usted cree". Afortunadameme la ttcnica nos dispensa de pro· nunciar ese malhadado sobreentendido.• La regla analíltca, más rigurosamente, es comprender como epoclui, suspendiendo de manera absoluta todo juicio de realidad . ¿No significa esto ponerse en un plano de igualdad

' Ob. w .. P•&· 142.

" Es admlrable comprobar cómo Melanit Klc.in, que interpreta de 1111 ne11 Í1interru.mpk11 la retM'ión 1ransrerenclaJ, lo1t1 no lntroducir nunc1 ti ..en realidad", ni Jaquie.fa el ..como si".

:! 1

con el inconsciente, que no conoce el juicio de rcahdad? Un paciente que dice ser huo adoptivo, relata fantasías en las que a l buscar a su verdadera m adre, se entera de que ésta es una mujer de la vida que se hizo prostituta . i.No reconocemos en este relato el tema común de ta "novela familiar" que tan bien urde un hijo no adoptivo? En la reducción fcnomenológ1ca , la diferenciación sólo tendría cabida para consider.ar que el apoyo que en el pa· ciente encuen tra , por CJemplo, en documentos que testa· fican su adopción, es una di'fc11so por la realidad. Suspen· der la referencia a la realidad se convierte en un "es usted quien lo dice'', que en últama instancia implica "todo es sub¡ellvo". Sin cmbaigo. en el caso de adopción rul al que aludoamos. la diftrtnci> se manifesto cl1nic1n1entc en la actuahzación, que por otra pane menguó ripid¡mente, de f1n1asias de reencuentro con la madre y episodios en los cuales el 1nten· to de reunión con la verdadtra madre se cxpres•ba en el ni· ve) simbólico como una especie de segundo tstado. etc. Des· de el comaen10 mismo del 1ratamien10. muchos elementos como por ejemplo conten idos oníricos o el hecho de que el paciente se quedara dormido a menudo en las sesiones. ma nife~tmndo de 1nanera masa'la y tn los 1c1os una tendencia [email protected]>iva bacl3 lo> ori¡r.encs indicaban la scpuac1ón de 11 reahdad ~ Ja verhahzac1on

t\c uc1ai.lo cómo reprod1ár"'lu por IJ nc.:cs1dJJ Je ;abcr en que rc~1ón dd \Cr ~e mue, e. a Frcud no le rc~uha IJcal JU~llÍl~Jr la su\p,·ns1ón dd¡u1cio de realidad y ..,. t1°n (111t~Ha.n1 · Lo1 onit~s lhl p~lflls, en Obro1 Compl,1•.1, vol 111.

11•1 8S, Bueno• A11es. Ptldós.J

defensa alguna; el hecho en sí no es patógeno. Por otra parte, en el segundo tiempo, cuando con la pubertad se activa el fenómeno fisiológico de la sexualidad, surge el displacer cuyo origen se sitúa en el recuerdo del hecho primero, hecho del afuera 1ransfonnado en hecho de adentro, "cuerpo extrai\o" interno que ~ta vet irrumpe desde lo más íntimo del sujeto. En "Estudios sobre la histeria" ya está presente la idea de que el trauma psíquico no puede ser reducido a los efecios que un hecho externo ejerce sobre un organismo una vez y pan siempre. "En la relación causal entre el trauma pu· quieo causante y el fenómeno hast6rico, el trauma no desen· cadena el síntoma como un agente pff)•OC:ador, síntoma que después persiste de manera 111dependiente. Debemos decir, en cambio, que el trauma psiquk:o', o rn4s bien su recuerdo, actúa a la manera de un cuerpo extrallo que per· manec:e activo largo tiempo despuk de haber penetrado."•

Sorprenden le manera de solucionar el problema del 1rauma. Uno se prcgunla s1 es la anuencia de exci1ación externa la que causa el trauma en el sujeto, al modo de una rup1ura psíquica. O, por el contrario, la exci1ación interna, es decir la pulsión, al no encontrar salida, hace que el sujeto caiga en un "estado de ansiedad".• Por otra parte, • S. Frcud. f'tudrs ''" lliysttrl dtl p i.~ en Obru ccmpltb5, •ol 1, PÓ&- 1 097. e Inhibición. llntotf'W y #1tplM en°""' Compl~tu. •ol 1, r4. ll, Buencn Auu, Pa.tdi>s) 6 .. La hí.stcrla par«c ser más bien el result11do de la ptl""ct$tón del n· ductOf', Lo hereditario partee set la teducción por el pad.Jt " Carta 2S, en u / \ " - t dt t. hydu1nolyr.. ob. cit.. pÓp 158-1 S9. 1 .. teud nunca dejó de sosicoer cita relación (vé.ue Abrígt dt p1ycho· nolyu. 1938. PUF. p.á¡s. SS·S7). 1Hav versión CHlfantasla... síntoma, delataría una visión demasiado parcial. Freud adopta plenamente esta teoría sólo cuando se ve Uevado a exponer de manera sistem4tica sus "puntos de vista" etiológicos. Si se deseara seguír paso a paso la historia del pensamiento freudiano, tarea que no nos proponemos emprender aqul, habría que distinguir, dentro de este periodo central, por lo menos otras dos corrientes. Una emana de la nueva concepción de la fantasía , que surge a partir de 1896: la fantasla no es sólo material a analizar, independientemente de que se presente de entrada como ficción (en un suefto diurno) o que sea nece-

sario demostrar que es una construcción no obstante las apariencias en contrario(como en el recuerdo - pantalla). La fantasía es también un resultado del análisis, un término o contenido latente oculto detrás del síntoma y que debe ser sacado a la luz. De símbolo mnémlco del trauma, el síntoma pasa a ser escenificación de fantasías (por ejemplo, detrás del síntoma de agorafobia, podría haber una fantasía de prostitución, de ser "una mujer de la vida"). Freud comienza a explorar el campo de estas fantasías, inventariándolas y describiendo sus formas más típicas. En la intersección de dos perspectivas opuestas, aquellas que la enfocan como material manifiesto y como contenido latente respectivamente, la fantasía adquiere la consistencia de un objeto, el objeto específico del psicoanálisis. De ahf en más el análisis se detiene en la fantasía como "realidad psíquica", para investigar sus variantes y, sobre todo, sus procesos y estructura. Entre 1897 y l 906 aparecen todas las grandes obras que estudian los mecanismos del inconsciente, es decir las transformaciones (en el sentido que este término adquiere en geometría) de la fantasía : la interpretación de los sueríos. Psicopatologta de la vida cotidiana y El chiste y su relación con lo inconsciente. Pero desde el primer momen10 se advierte en la marcha de la investigación de Freud y en el tratamiento psicoanalltico la tercera corriente que mencionamos an· les: una tendencia a remontarse hasta el origen y la base del síntoma y de la organización neurótica del individuo. Aunque la fantasía se presente como un dominio aulónomo. consistente y susceptible de investigación, cont i-

núa en pie el interrogante sobre su propio origen, no s6· lo el de su estructura, sino también el de su contenido y sus detalles más concretos. En este sentido nada ha cambiado y la práctica de Freud sigue estando basada en una indagación cronológica que se remonta hasta los elementos primeros, reales y verificables. En relación con uno de sus pacientes, escribe en 1899: "'Profundamente oculta debajo de todas las fantasías, descubrimos una escena que data de las épocas más tempranas (antes de los veintidós meses); esta escena satisface todas nuestras exigencias y en ella desembocan todos los enigmas aún no resueltos".' Poco después, el siguiente pasaje testimonia la decisión imperiosa de llevar adelante la investigacíón, incluso recurriendo a terceros si fuera necesario, para verificar la exactitud de la indagación: "Por la noche leo obras de prehistoria sin propósitos de trabajo( ... ).' En E., la segunda escena verdadera vuelve a la superficie; yo podrfa recurrir incluso a la hermana mayor del paciente para que la confirme objetivamente. En un tercer plano, aparece además algo largamente sospechado".> Freud llama Urszenen (escenas "originales" o "primarias") a estas escenas verdaderas de los orígenes. Como se sabe, este término quedará reservado después para

1 Cana 126. la Noistanu dtt Ja psychanolys~. PUF, pág1. 271·272. {Ha)' vtrslón cuteUa.na: Or.rientt dtl pticoanáliJir en Obras Completa1, vol. 111, pág. 585, Buenot Alfé$, Paidót.J

2 Nuesuai bastardillas. 3

Cana 127. Lo Naimnct dt la psychonalyse. ob. ,;,., pigs. 273·274

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la observación del coito parental supuestamente presen· c1.1do por ti ntllo. En "Historia de una neurosis infanttl" (1918), espcclficamente en la discusión de las relaciones entre el sueno patógeno y la escena primaria en la que aquél se basa, el primer esbozo del resumen clfnioo, U· cnto "poco dcspuh de finalizado el tntam1ento, en el invierno de 1914-19 IS". llama la atención por la apasionada convicción que impulsa a íreud, como detective que sigue obstinadamente una pista, a establecer la reali· dad de b •~ce~. reconstruyfodola en sus menores dcta· Ues ¿El hecho de que esta preocupación se manifieste tanto tiempo después de haber "abandonado" la teorla de la seducción, no demuestra acaso que Frcud nunca se resignó a conaderar que estas "escenas" son vcclus1vo· mente creaciones 1maginanas' Detenido en una impasse respecto de b escena de seducct6n, el mterropnte resur· ge veinte anos despu~s en términos idénticos en relación con el coito parent1I presenciado por el llombre de los lobos. El descubnm1ento de 11 sexualidad infantil no h1· zo rcnunc11r a Freud al esquema en que se basó la teorfl de la seducción. En lodo momento postula el mismo proceso de efecto "rccroactivo". Vuelven a estar presentes los dos hechos (en este caso la escena y el sueno), se par.idos en la secuen es porque el pnmum move11s no es lu historia circunstancíal del sujeto. por el contrario, hcne que haber un esquema previo capaz de funcionar como "organizador" Para Frcud, sólo hay un modo de dar cuen1a de este antecedente la explicación filogenélica "Es posible que todas las fantasías que hoy escuchamos en el 1rúlists (... l hayan sido antano. en las ~pocas on¡inalcs del atnero humano, realidad" (lo que fue real1CJad de hecho se tran ~511 le Ucga transmitida p0r el rnconscknte parental y es por lo tanto mas asimilable a JA singular conforrnac16n de un d&Seurao que al 111tema de una ltnaua Oc hetinada insis· tencía en emplea1 el mismo término, Phantasie, hasta el final de su obra, a pesar de no haber tardado en descubnr que sus Phantas1en podían ser tanto inconscientes como conscientes, Freud se propuso demostrar una ver· dad profunda: "Las fantasías evidentemente con scientes de los perversos que en circunstancias favorables se pueden transformar en conductas organizadas, los temores 1 Ob Cll.. pi¡. 64.

delirantes de los paranoicos, que son proyectado~ en otros con un sentido de hostilidad, las fantaslas incon~· cientes de los histéricos, que el psicoanálisis descubre detrás de sus síntomas, son formaciones que coinciden por su contenido hasta en los menores detalles".' Es decir que en formaciones imaginarias y estructuras psicopato· lógicas tan diferentes como las que menciona Freud, se observa un mismo contenido, una misma organización, independientemente de que sean conscientes o i.nconscientes, actuadas o representadas, presenten o no cambios de signos o de personajes. Tal afirmación ( 1905) no pertenece a un supuesto proto·Freud. Ocupa un lugar sobresaliente en especial en el período 1906-1909, cuando la fantasía es objeto de estudio en muchos trabajos.• En esa época Freud rece· noce plenamente la actividad inconsciente de la fantasla , que se encuentra en la base, por ejemplo, del ataque histérico que Ja simboliza. Su punto de partida es, sin embargo, la fantasía consciente o el suei\o diurno, al que toma no sólo como mod~lo sino también como fuente. 3 1\-ois ....11 "''lo théóri< de lo wcualité, Gallim1td, pái. t74. no"33 . .. CrodfltO ( 1907), "le poCte et Ja créa1ion de f~ntasme1" (1908), ••u1 íantasmes hysttéñques et leur rela1io11 i Ja bisexuaJlté .. (1908). "Les 1héoricJ tc.XueUcs infantiles" (J 908). "Cenrralltés sur 1•attaque hystérlqu~ .. (1909). "Lt roman familia! des névroS(s" (1909). [Hay versión CA.$1ellana "EJ poeta y la fantasía" en Obrat Compltl41, vol. U, pá.g. lO.S?, "Fant11{11 h1ttéricas y su rel:t
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