Lahire Bernard en Defensa de La Sociologia

October 1, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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  N DEFENS DE L

SOCIO SOCIOLOGI LOGI

contra el mito de que los soci61ogos son unos charlatanes justifican a los delincuent delincuentes es

y distorsionan

l

realidad

bernard lahire traducci6n de georgina fraser

siglo veintiuno editores

 

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EN DEFENSA DE LA SOCIOLOGIA

Sin embargo tambien habrfa que sorprenderse e incluso escandalizarse porque ni ella ni gran parte de los ministros pasados o presentes leen con regularidad libros de sociologfa o antropologfa historia o ciencias ciencias politicas. politicas. Cuando se quiere actuar sobre el mundo ffs ffsico ico a todos les parece normal que haya que apoyarse en conocimientos cientfficos y tecnicos muy s6lidos. Es imposible construir un puente sin conocer

las propiedades del suelo los materi ales utilizados las tensio nes y las fuerzas a las cuales el puente en cuesti6n estara so metido etc. Por el contrario es posible hacer politica -tener intenciones de actuar sobre la realidad social- sin siquiera haber leido una linea de las ciencias que la estudian. La critica tambien es una resistencia por parte de quienes con toda raz6n ven en estas ciencias un ataque a la idea de un sujeto libre y consciente o entienden demasiado bien el ries go que su desarrollo plantea a toda una serie de privilegios o ventajas. Privilegios y ventajas que son tanto menos atacables en cuanto permanecen en las sombras. Por ende se vuelve necesario explicar que son estas ciencias de la sociedad y que no son destruir los procesos de intenci6n que las involucran y recordar su utilidad social. Este texto esta escrito deliberamente para no profesiona les de la sociologfa. Por mi parte habrfa podido multiplicar las referencias bibliograficas y los incisos te6ricos pero quise evitar cualquier exceso para ir directo al grano y no perder la atenci6n de los lectores. i los argumentos aqui desarrollados logran convencer a algunos no cabe duda de que despertara en ellos el deseo de leer luego apasionantes trabajos realiza dos por numerosos investigadores en ciencias sociales que les permitiran entender mejor el mundo en que viven.

Acusada e excus excusar ar la sociol ogia e n e l banquillo 1

 

El siglo XX fue testigo del desarrollo de las ciencias sociales en la universidad, la multiplicaci6n de los trabajos de investigaci6n accesibles para los lectores ajenos a las disciplinas eruditas y un creciente compromiso de los academicos en el espacio publico, motivado por una legftima voluntad de rectificar, en la mayorfa de los casos, las miradas deformadas

l

I

de la realidad y llevar a conocimiento publico los avances de sus investigaciones. A la par de este proceso, surgi6 el tema de la excusa sociol6gica y la reafirmaci6n de la responsabilidad individual , la libertad o el libre albedrfo . Simultanearne nte, los crfticos mas acerrimos cornenzaron a sefialar a estas ciencias como el principal enemigo que combatir. El rechazo de la excusa sociol6gica sociol6gica suele ser la primera respuesta cuando se producen ataques al orden publico, disturbios, actos de delincuencia o atentados. En este tipo de situaciones, los responsables polf icos buscan asestar duros

golpes , most rarse inflexibles, intra nsigentes, sin contemplaciones, recordar la ley y, por ende, su autoridad). Ya sea que declaren su intenci6n de aterrorizar a los terroristas (Charles Pasqua, en 1986), limpiar a fondo un barrio marginal* para terminar con los delincuentes, contra quienes prorneten dar un duro golpe 1 (Nicolas Sarkozy, en 2005), o poner tras las rejas a los 'nucleos profundamente enfermos'

* El original menciona cite barrio marginal constituido por conjuntos de viviendas sociales. [N. de T.] 1 A quienes no respeten la ley, ley, Jes daremos un duro golpe , afirm6 Sarkozy en ese momento.

 

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ACUSADA DE EXCUSAR: LA SOCIO SOCIOLOGIA LOGIA EN EL BANQUILLO

EN DEFENSA DE LA SOCIO LOGIA

1g

la actitud reflexiva o la necesidad de entender el conjunto

quien escribi6: Sea cual fuere la raz6n profunda y real de la fractura social, resulta inaceptable buscar excusas para los ac tos inexcusables. ~O los tres millones de desempleados hoy tie destrozos? . nen permiso para salir a robar, saquear y causar destrozos?

de condiciones que posibilitaron esos acontecimientos. Sin embargo, serfa esperable que los dirigentes de las sociedades

Luego sugiri6 tomar como ejemplo el gobierno britanico de ese mom en o: ~Por que Francia no podrfa seguir el ejemplo

que minan nuestra s sociedades

(David Cameron, en 2011

-cit. en Truong, 2011-), la reafirmaci9n ritual de la autori

distanciamiento, dad diffcilmente pueda conjugarse con el distanciamiento,

democraticas tuvieran tanta capacidad de reflexion como de demostraci6n verbal de su poder. Las ciencias ciencias del mundo social buscan dar una explicaci6n a determinados actos o situaciones; por eso mismo se las acusa de excusar a los culpables, de desresponsabilizarlos. En 1999, Lionel J ospin, pri mer ministro de Jacques Chirac, admiti6 que los problemas de seguridad estaban vinculados con fen6menos graves cau sados por una mala gesti6n del urbanismo, desestructuraci6n familiar, miseriasocial [ .. ] yfalta de integraci6n de una parte de lajuventud que vive en los barrios marginales [cites] . Sin embargo, insisti6 en senalar que nada de esto constituye una delictivos os individuales . Y excusa para los comportamientos delictiv anadi6 que cada uno es responsable de sus actos. Mientras se admitan excusas sociol6gicas y no se discuta la respon sabilidad individual, estas cuestiones no tendran soluci6n ( Le Monde, 1999). Elisabeth Guigou, en onces ministra de Jus ticia del gobierno socialista, tambien llam6 la atenci6n sabre

del ministro del Interior ingles, que lanz6 el programa No More Excuse? (Dupont-Aignan, 1999).

Variaciones del mismo tema se hacen ofr una y otra vez tanto en la derecha como en el PS (Partido Socialista). Asf

en octubre de 2006, luego de que el incendio de un autobus en Marsella causase graves quemaduras a una mujer, Nicolas

Sarkozy - e n ese entonces, ministro del Interior- reafirm6 su terminar con esta cultura de la excusa perma

voluntad de

el tema: El vuelco que todos nosotros debemos d ares un vuelco hacia el principio de realidad. ~Quien no ve que, por falta de percepci6n, algunos metodos de prevenci6n ayudan a sostener una cultura de la indulgencia que desresponsabi liza a los individuos? individuos? ~Puede construi rse la autonomfa de un joven si una y otra vez se admite que sus infracciones tienen causas sociol6gicas, incluso polfticas -en las que, la mayorfa de las veces, no habrfa pensado por sf mismo-, cuando un gran numero de sus semejantes, inmersos en las mismas condicio nes sociales, no cometen ningun delito? (cit. en Subtil, 1999).

nente : El desempleo, la discriminaci6n, el racismo, la in justicia no pueden excusar tales actos (cit. en Jakubyszyn y Smolar, 2006). En 2014, fue Jean-Pierre Chevenement (ex ministro socialista) socialista) quien, invitado por el canal Public Senat, se expidi6 acerca del terrorismo: No creo en la cultura de la excusa sociol6gica sociol6gica (Chevenement, 2014). Asimismo, tras los atentados del 7 y de enero de 2015, Claude Bartolone (del PS, presidente de la Asamblea Nacional) Nacional) afirm6 que no debe haber ninguna ceguera beata ni excusa sociol6gica para los instigadores y profesionales de la muerte, ya sean aguerridos o novatos Liberation, 13 de enero de 2015). Segun demuestra la tribuna de Nicolas Dupont-Aignan, este tema no queda acotado a los discursos de los franceses para los franceses, sino que tambien se ha dado en los Estados pafses. Asf cuando en Unidos y el Reino Unido, entre otros pafses. 1983, durante la cena anual del Comite de Acci6n Polf ica Conservadora, el presidente Ronald Reagan lanzaba como dardos sus verdades acerca de la criminalidad, lo que h a d a era afirmar la primada de la responsabilidad individual por

En esa epoca, el argumento que sostenfa la derecha era exac tamente el mismo. Es el caso del diputado del RPR (Rassem

sobre las causas socioecon6micas y de manera mas general, por sobre las condiciones de la vida colectiva: Esta muy claro

blement pour la Republique) Nicolas Dupont-Aignan (1999),

que nuestro problema de criminalidad fue causado, en esen-

 

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EN DEFENSA DE LA S OCIOLOGIA

cia, par una filosofia social que concibe al hombre coma si fuera, ante todo, un producto de su entorno materiaL Esta misma filosofia de izquierda que suponia el ;idvenimiento de una era de prosperidad y virtud par obra de un robusto ga gas s to publ ico ve a las criminales coma producto desafortunado de malas condiciones socioecon6micas o coma el resultado de su pertenencia a un grupo desfavorecido. Para ellos, es la sociedad y no el individuo la que esta en falta cuando se pro duce un crimen. La culpa es nuestra. Bueno, en la actualidad, un nuevo consenso rechaza por completo ese pun o de vista" (cit. en Wacquant, 2000: 16-17). En la misma linea, seis afios mas tarde, George H W. Bush (1989) declaraba, en una alo cuci6n a los j6venes en relaci6n con la guerra contra la dro ga": ga": "Debe mos alzar la voz para corregir una insidiosa tenden.. cia: la tendencia a cul par [por el crimen] a la sociedad, no . al individ uo. [ .. ] Yo coma la mayorfa de los estadouniden ses, pienso que podemos empezar a construir una sociedad mas segura si en primer lugar reconocemos que la sociedad misma no causa el crimen: los criminales causan el crimen" (cit. en Wacq uant , 2000: 1616-17) 17) . Estos discursos, que confun den la busqueda de las "causas" con la atribuci6n de "faltas" (designaci6n de las "responsables" o "culpables"), recurren al sentido comun. Los culpables de las crimenes son los crimi nales. Los que cometen actos delictivos son los delincuentes.

Ylos responsables de los atentados son las terroristas. Al notar semejante obviedad, ~quien pensarfa en contradecirlos? Los republicanos no son los unicos que destacan la res ponsabilidad individual en Estados Unidos: tambien lo hizo Barack Obama. En 2009, al pronunciar un discurso ante la Asociaci6n Nacional para el Avance de la Gente de Color, declar6: Debemos decides a nuestros nifios: Si, si ustedes son afroamericanos, las probabilidades de que crezcan "Remarks at a Briefing on Law Enforcement for U nited State Statess Attorne Attorneys", ys", 16 dejunio de 1989; 1989; cotej ado con el original ingles. [N. de T.]

ACUSADA DE EXCUSAR: LA S OCIOLOGIA EN EL BANQUILLO 21

en media del crimen y las pandillas son mayores. Si,

si viven en un barrio pobre deberan enfrentarse a desafios que quienes viven e n un suburbia rico no deberan enfrentar. Pero eso no es raz6n para sacar para faltar a clase malas notas no [aplausos] [aplausos], , nopara es raz6n [aplausos], es raz6n renunciar a la educa ci6n y dejar la escuela [aplausos]. Nadie escribi6 su destino por ustedes. Su destino esta en sus manos, no lo olviden". Eso es lo que debemos ensefiar a todos nuest ros nifio nifios. s. jNo ha hay y excusas [Aplausos] jNo hay excusas

Asi ese argumento -que las condiciones de vida, incluso las

mas degradadas, no valen coma excusa excusa-- permi permite te que los ni fios de las familias populares se vuelvan "responsables" de sus "fracasos escolares". Cada cual es duefio de su destino y por consiguiente, no hay excusas para sus fracasos: se sacraliza al individuo libre y aut6nomo porque, de ese modo, se lo res ponsabiliza de todos sus infortunios. Finalmente, en agosto de 2011, tras los disturbios en Ingla terra, el primer ministro britanico David Cameron tom6 la palabra ante el Parlamento, reunido en sesi6n extraordina ria, para insistir en que los perturbadores del orden tenfan "intenciones de robar" y afirmar que las po lf icas sociales nada tenfan que ver con lo que habfa sucedido, ya que se tra taba "lisa y llanamente de actos criminales criminales"" y por ende, "no hay excusa posible" (cit. en Marty, 2011). Y cuando los actores politicos politicos dejan de pronu nciar discurs discursos os sesgados contra la excusa sociol6gica, toman la pasta los perio distas: se atribuyen simb6licamente la funci6n de ministros del Interior y Haman al orden a los pocos responsables politicos que siguen invocando las "caus "causas as social sociales". es". En febre ro de 2011, par ejemplo, el periodista Tef Tefy y Andriama nana escrib escribi6 i6 un articulo en el que criticaba severament e a Martine Aubry, entonces secre taria general del PS. El periodista se mostraba sorprendido por

el "discurso beato , credulo, sostenido par la funcionaria en

 

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EN DEFENSA DE LA SOCIOLOGIA

materia de delincuencia, el cual, a su entender, ya estaba superado . Su texto condensa todos los elementos de la lu

cha contra la "cu-ltura de la excusa": Parecia que el PS habfa abandonado para siempre la cultura de la excusa" en materia de seguridad,

es decir, la idea de que la delincuencia se expli ca por causas externas, principalmente socioeco n6micas. [ ... ] Resulta que cinco anos despues de lo que algunos llamaron "el vuelco de Villepinte" el PS no habfa logrado desprenderse de los de monios de la victimizaci6n. Durante ese coloquio, organizado en 1997, LionelJospin admiti6 que la inseguridad era u n problema en si misma [ .. ]. En 2011, Martine Aubry parece haber vuelto a esa cultura de la excusa". El PS acaba de publicar un libro con prefacio de la alcaldesa de Lille: Securite. e

iasco de Sarkozy

l s

propositions du PS [Seguridad.

El fiasco de Sarkozy, las propuestas del PS], en que se retoman las propuestas que se redactaron sobre este tema durante el Foro de Creteil.** Dichas propuestas surgieron en noviembre pasado, despues

de la ofensiva del jefe de Estado en pos de la se guridad, en un intento del partido por mostrar su credibilidad. El verano pasado en La Rochelle, Manuel Valls se mostr6 muy optimista. Entrevista do por la revista Marianne neg6 cualquier posibi lidad de que su partido diera

marcha atras". Un

Se denomin6 "vuelco de Villepinte" al cambio de perspectiva en materia de seguridad de PS en el coloquio organizado en dicha ciudad sobre el tema "ciudades seguras para ciudadanos libres". [N. de T.] En el Foro de Creteil sobre la seguridad, realizado el 7 de noviembre de 2010, se discutieron dos ejes: "Prevenci6n, disuasi6n: la eficacia de los alcaldes socialistas" socialistas" y "Policfa,justicia:.coordinar para proteger". [N deT.]

fiasco: segun el texto de la ex ministra de Trabajo, la inseguridad no serfa otra cosa que una conse cuencia de la desigualdad. En resumen, para Au bry, la delincuencia "es culpa de la sociedad". "Si nada justifica la violencia, solo res a cons a ar que la propia sociedad en que vivimos es generadora de violencia", escribi6 (p. 7). La secretaria gene-

ral del PS explica con detalle su doctrina a partir de varios ejes: un determinismo que serfa, sobre todo, producto de la desigualdad socioecon6mica.

Y prosigue:

Con el crecimiento explosivo de la

precariedad y el sufrimiento en el ambito laboral,

.el trabajo perdi6 su capacidad de crear vfnculos e integrar, se convirti6 en una fuente de frustraci6n y rencor

(pp. 7-8). Asf, los hechos de violencia no serfan mas que el resultado de la frustraci6n social:

"Se estan desarrollando nuevas y repetidas formas de violencia contra uno mismo, contra los demas y contra todo lo que simboliza las instituciones y sus promesas incumplidas de igualdad , afirma la se cretaria general del PS (p. 9). Asimismo, desarrolla las propuestas del PS en materia de educaci6n. Para Aubry, las causas de la delincuencia escolar deben buscarse principalmente .. en la escuela y no e n los delincuentes. "La deserci6n escolar y la impresi6n que muchos alumnos tienen de que el siste los desprec ia son un germen terribleme nte eficaz ma los para una socie dad violenta", afirma (pp. 25-26). [ .. ] En treinta anos, los socialistas cambiaron repetida mente de doctrina. Si el coloquio de Villepinte al me nos hubiese marcado un avance en el discurso, la era de Aubry supondrfa cierta regresi6n. [ .. ] Sin embar go, dentro del PS no todos adhieren necesariamente a esta cultura de la excusa (Andr iamanana, 2011).

 

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EN DEFENSA DE LA S OCIOLOGIA

EX CU SAR: LA S OCIOLOGIA EN EL BANQUILLO 2 ACUSADA DE EXCU

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l p_;ner demasiado empeiio en considerarlos como un grupo homogeneo, ~no estamos olvidando lo que realmente son: individuos con libre albedrfo, que do minan sus elecciones y acciones? ~y por eso mismo, individuos con deberes y responsabilidades, ademas de derechos? En su explicaci6n de la violencia ur bana, ~las ciencias humanas no estan olvidando al hombre? (Ajavon, 2005).

Del mismo modo, en febrero de 2013, Yves Threard, edito rialista del diario Le Figaro atacaba la reforma de la polf ica penal impulsada por la ministra dejusticia, Christiane Taubi·ra, afirmando que dicha modificaci6n restablecfa restablecfa la excusa sociol6gica y la victimizaci6n de los delincuentes (Durand, 2013). La propia Caroline Four Fourest* est* declar6, en mayo de 2015, que dar excusas sociol6gicas a los fanaticos nova a hacer que disminuya el racismo (Vecrin, 2015). Y cuando no son los periodistas, llega el t umo de los fil6sofos o incluso de algunos soci6logos partidarios de las ex plicaciones individuales. individuales. No faltan ejemplos de intelectuales que despliegan una y otra vez la misma filosoffa del sujeto libre, consciente y responsable de sus actos y lamentan que se invoquen las causas sociol6gicas . Cuando en 2005, tras

La 16 16gi gica ca multicausal compleja que intenta explicar las vio lencias urbanas disuelve mecanicamente la responsabilidad entre los actores implicados . Esto llevaba al autor a medir la realidad de los hechos y su verdad con la vara de lajusticia. Mientras los soci6logos

la muerte por electrocuci6n de dos adolescentes que intenta policfa, esta llaron los disturbios de Clichy ban escapar de la policfa,

invocan causas colectivas, el tribunal acerca a los j6venes delincuentes a la realidad factica de sus actos: Por otra par-

sous-Bois, que luego se propagaron a distintos barrios de los suburbios, la prensa public6 varias columnas de opinion. Un doctorando en filosofia, que daba clases en la Universidad Parfs-XII, tom6 la pluma para expresar su indignaci6n ante los intentos de explicaci6n sociol6gica que circularon en ese entonces. Frarn;;ois-Xavier Ajavon (2005) hablaba con gran condescendencia del fluctuante malestar de nuestros contemporaneos y crefa poder percibir una ' voz' sociol6gica, por lo general muy politizada, en el coro plaiiidero del re presentante local, el mediador, la responsable de la ONG, ese ig rother desconocido y ese hermano pequeiio a quien se hace trampa . Seiialaba a Pierre Bourdieu como el gran inspirador de esa voz y opinaba que los medios y los ac tores habrfan cedido a identico facilismo en el tratamiento de los disturbios . Pero ninguna de las causas sociales convencfa al autor del texto, ya que, para el, se olvidaba lo esencial:

Periodista, activista activista LGBT y documentalista. [N. de T.]

te, los j6venes involucrados se vieron enfrentados de in mediato con la realidad de los hechos cuando algunos de

ellos fueron llevados ante la justicia: lo que se juzgaba eran sus actos individuales individuales,, su libre voluntad, no la mano invisi segregaci6n social y el 'malestar de los suburbios' ble de la el c6ctel molotov (Ajavon, 2005). Entonces, que sostenfa la filosofia del sujeto libre no es mas que la prolongaci6n de la filosofia judicial de base: se juzga a los individuos (no una historia colectiva, un marco general, grupos, institu ciones o polf icas publicas). Sin embargo, en algunos ca sos, cuando tiene un interes particular, lajusticia tambien puede aportar pruebas de la ausencia de responsabilidad individual y acusar a las instituciones, su funcionamiento y sus disfunciones. Eso sucedi6, por ejemplo, con el dic tamen emitido el 18 de mayo de 2015 por el Tribunal de Apelaci6n de Rennes sobre la responsabilidad penal de los dos policfas llevados ante el estrado por el caso de Clichy

En efecto, el tribunal eximi6 de responsabilidad sous-Bois. a la majer policfa que operaba la radio; para eso, invoc6 su poca experiencia, su falta de formaci6n e informaci6n

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en especial, su total desconocimiento de la ciudad de Clichy-sous-Bois Qobard, 2015). Sin embargo, lo que es valido para los representantes del orden publico no nece sariamente lo es para los demas. Diez aiios antes de la pu  y

blicaci6n del libro de Philippe Val Val,, Ajavon ya diagnost ica ba el predominio de ese discurso sociol6gico-explicativo en los medias que tenderia a influir en los periodistas y transformar algunos artfculos en una vulgata sociol6gica de tinte compasivo y moralizador, cargada de buenas in

tenciones y un insoportable paternalismo .

Diez afios mas tarde, el 22 de enero de 2015, Jacques Wels, un soci6logo de la U niversidad Libre de Bruselas Bruselas,, escrib i6 en el diario e Monde una columna cuyo titulo no daba lugar a la ambigiie dad: Cesso Cessons ns d'incriminer la societe et laissons a l'individu sa part de responsabilite [Dejemos de acusar a la sociedad y asignemos a los individuos su cuota de responsabi lidad]. Allf atacaba un artfculo del soci6logo Didier Fassin - a quien situaba en la misma lfnea de reflexion que Pierre e Monde habfa publicado el 15 de enero de ese mismo afio. Weis Weis sostenfa que la excusa sociologica con tribuye a despojar [al individuo] de cualquier esperanza de exito y a fabricar individuos carentes de un destino indivi dual, encerrados en un flujo colectivo donde no tienen mar

Bourdieu-, que

gen alguno de maniobra . Para el, consid erar los hechos solo bajo la lupa de los dete rmi nant es so sociale cialess es infligir a los indi

viduos una autent ica humilla cion publica . Para devolver a los individuos su dignidad, habrf a que volver a darles, como hicie ron sociologos como Boudon o Giddens , un margen de ma niobra y admitir que sf hay una responsabilidad individual individual .

2

En

ender juzgar castigar

 

Entender no significa justificar. Se puede en ender sin justificar y se puede justificar sin en ender. La ustificaci6n es un fen6meno de fndole moral, la comprensi6n de indole gnoseol6gica. A. ZINOVIEV e heros de notre jeunesse nssai litteraire et

sociologique sur le stalinisme

C

STIG

R SIN ENTENDER

Quienes denuncian los intentos de la sociologfa por

castien ender o explicar querrfan poder juzgar (e incluso castigar) sin explicaciones ni reproches. Querrfan poder sentirse plenamente justificados para reprimir sin que nadie pudiera

recordarles que los crimenes y los delitos, al igual que cualquier otro acto humano tienen causas o condiciones de posibilidad. Su intenci6n es reducir todas esas causas a una mera decision intencional, una mera elecci6n consciente o la simple voluntad de los criminales, terroristas y delincuentes. Como decfa Julien Dray, diputado socialista, en la Asamblea Nacional, el 16 de julio julio de 2003, al

Raffarin, pensamos Si,, existe que un delincuente es un delincuente. [ .. ] Si igual

que Jean-Pierre

un campo propicio para la delincu delincuencia encia pero de ningun modo este justifica el acto delictivo. Uno

 

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EN DEFENSA DE LA S OCIOLOGIA

no elige d6nde nacer, pero elige que vida vivir. vivir. Y uno elige convertirse en delincuente. A partir de ese momen

ta, la sociedad no puede elegir otr~ camino mas que la represi6n (cit. en Tevanian, 2004; el destacado nos

pertenece). in embargo,

a eestas stas almas caritativas nunca se les ocurre

preguntarse de d6nde provienen esas decisiones o esas volun-

tades, sabre que se basan, que las motiva y e n que condiciones cobraron forma. Quienes reducen las ciencias sociales en general, y la sociologia en especial, a una cultura de la excusa confunden dos pianos profundamente distintos: por un lado, el primer plano, no normativo, propio del conocimiento cientffico, y por el otro, el segundo piano, normativo, propio de la jus ticia, la policfa, la carcel, etc. Por su parte, el cientifico estudia lo que es y no busca evaluar si es bueno o malo . Como recordaba Durkheim en Educaci6n y sociologia: La ciencia empieza en cuanto el saber, sea cual sea este, es investigado por sf mismo. Desde lueg o, el sabio sabe perfectamente que sus hallazgos son, con toda seguridad, pasibles de utilizaci6n. Puede suceder, in-

ENTENDER, J UZ GAR, CAS TIGAR

31

Aquf Durkheim especifica el estatus cientffico de la sociologfa y enuncia lo que constituye su especificidad, su actitud propia. Otros grandes soci6logos describieron de manera bastante similar esa misma actitud. Es el caso de Max Weber, quien escribi6 que una ciencia empfrica no podrfa enseiiar a una persona lo que de e hacer, sino unicamente lo que p u ed ey llegado el caso- lo que quiere hacer (Weber, 1992: 125). Pensar que busca r las causas o, mas modestamente, las probabilidades de apari ci6n , los contexto s o las condiciones de posibilidad de un fen6meno equivale a excusar en el sentido de disculpar o absolver a los individ uos es resultado de una confusion de perspectivas. El hecho de entender pertenece al ambito del conocimiento laboratorio). Juzgar y sancionar son propios del ambito de la acci6n normativa tribunal). Afirmar que en ender desresponsabil iza a los individuos implicados equivale a reducir indebidamente la ciencia al derecho. Entender no es juzgar. Pero juzgar y castigar) no impide entender. Si el punto de vista 16gicamente normativo y represivo del Ministerio del Interior no hubiera invadido cierto numero de mentes polftic polfticas, as, mediaticas e intelectuales y si la actitud de quienes quieren juzgar y castigar sin en ender no se hubiera propagado de modo irracional en la esfera publi-

que enfoque preferentemente sus investigaciocluso, nes hacia tal o cual punto porque presiente que seran de esta suerte mas provechosas y que permitiran satisfacer satis facer necesidades apremiantes. Sin embargo , en tanto se entrega a la investigaci6n cientffica, se desinteresa de las consecuencias practicas. Dice lo que es es,, constat a lo que son las cosas, y a esto se limita. No se preocupa por saber si las verdad es que descubre resultaran agradables o desconcertantes, si es beneficioso que los informes que establece sigan siendo lo que

ca, nadie se atreverfa a criticar a las ciencias del mundo social por hacer su trabajo y a nadie tampoco se le ocurrirfa inter-

son, o si, al contrario, mas valdrfa que fuesen de otra manera. Su papel consiste en expresar la realidad, no enjuzgarla (Durkheim, 2005 [1922]: 71).

matices que todo es normativo en las ciencias sociales, sociales, del mismo modo q u een otra epoca podfa decirse, con la misma sutileza, que todo en ellas es politico . Con esta afirmaci6n

pretar la

busqueda de causas

o la voluntad de entender

como una excusa o un proyecto de exculpaci6n.

Las tesis sabre la normatividad de las ciencias sociales que propuso el soci6logo estadounidense Andrew Abbott (2015),

profesor en la Universidad de Chicago y director del merican journal of Sociology, son tan o indefendibles en lo cientffico como polf icamente problematicas en el contexto actual. En efecto, este soci6logo juega con fuego cuando afirma sin

 

3

EN DEFENSA DE LA S OCIOLOGIA

parece dar razon a todos los detractores de la sociologfa que ven en ella una variante del izquierd~smo. Al definir lo nor-

mativo coma lo que esta bajo el regimen del bien y el mal y distinguirlo de lo empfrico , que esta bajo el regimen de

ENTENDER, JUZGAR, CAS TIGAR 33

mediante la eleccion de sus objetos de estudio y la manera en

que los aborda, su trabajo, como tal, no consiste en decir que

esta bien y que esta mal .

verdad o falsedad , Abbott da a entender que los sociologos son un tipo de moralistas o ideologos (los califica como eva luadores de la vida social ). Sin embargo, los ejemplos que

normatividad dejan en evidencia la gran confusion intelectual subyacente a una afirmacion que no distingue entre las practicas sociales; por supuesto, estas siempre se consideran segun ordenes de valor ( opuestos); el trabajo cientifico, que las considera objetos de estudio, y el etc.) .) que tambien juicio normativo (moral, politico, religioso, etc practicas.. puede emitirse sobr e estas practicas

ENTENDER SIN JUZG

R

proporciona de esta

Por ejemplo, cuando Abbott menciona el caso del dibujo en una pared publica, que algunos pue de n considerar arte

perspectivaa propia de las ciencias sociales po En el fondo, la perspectiv drfa condensarse en el lema que el novelista Georges Simenon atribuyo al comisario Maigret. Este lema, que tambien es el del novelista que se hace interprete de las historias individuales y de sus crisis, es el siguiente: entender y no juzgar . La frase evoca necesariamente la formula de Spinoza que, con razon,

tegorizacion que llevan a cabo los actores para decir esto es un acto delictivo o esto es arte y por otro lado, el juicio normativo de un (mal) investigador que se pronunciarfa sobre el caracter bueno o malo de dicha practica. Contrariamente a lo que este autor pretende, el sociologo que estudie esos murales debe abstenerse de dar una opinion acerca de la naturaleza de los actos que son objeto de luchas de definicion y clasificacion. Debe contentarse con analizar tales luchas, asf como todas las consecuencias que su resultado conlleve en cuanto a la manera de tratar los dibujos en cuestion y a sus autores: en un caso, se borraran los actos de vandalismo y se castigara a quienes los realicen; en el otro, se protegeran los murales y se admirara a los artistas. Al mismo tiempo, Abbott confunde lo que Max Weber

Pierre Bourdieu consideraba caracterfstica caracterfstica del espfritu sociol6gico:: No refr, no llorar y no odiar, sino entender [ on ridere gico non lugere neque detestari sed intelligere] (Spinoza, 2013 [ 16 1677] 77] ) . Maigret resulta estar mas cerca del sociologo no normativo que del representante del orden, al que uno puede imaginar mas normativo en virtud de su profesion y su deber. Su objetivo objetivo es dar una explicaci6n de actos que a veces parecen no tenerla o volver necesario lo que parece ser apenas un suceso que surgio de modo aleatorio. En efecto, el comisario intenta comprender los mecanismos que llevan al crimen y no se contenta con po ner en evidencia los indicios materiales que lo conducen al cri minal, sino que busca insertarse en el universo de las v ctimas, los sbspechosos y su entorno con una curiosidad que va mas alla de lo que exige su profesion. Asf deja en evidencia que prefiere investigar a descubrir. Mas m:in prefiere la investiga cion global de un universo s ocial y mental antes que la estricta pesquisa policial, que solo retiene de lo observado aquello que puede inculpar o absolver. En contra de la muy novelesca idea de un misterio huma-

(1992 [1922]) se esforzo con toda razon por distinguir: el ''.juicio de valor y la relacion con los valores ; si bien el in vestigador siempre manifiesta su relacion con los valores

dificil de asir, Simenon cree posible entender los actos mas alocados, inusuales o inesperados, simplemente a partir de conocer los diferentes medios sociales en juego y el lugar

y otros un acto de delincuencia juvenil, esta claro que confunde dos cosas: por un lado, el trabajo normativo de ca

no

 

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EN DEFENSA DE LA SOCIOLOGIA

distintos protagonis tas del drama. Los que ocupan en ellos los distintos crfmenes cometidos solo cobran sentido cuando se los vuelve

a situar en la compleja red social de la cual surgieron. En oca siones, durante la pesquisa, el comisario siente la necesidad de preguntarse acerca de las logicas sociales, individu ales y co lectivas que condujeron al delito que intenta dilucidar. Para en ender el crimen, hay que en ender que llevo al delincuen te a actuar de ese modo, su historia -que tambien es la histo ria de sus experiencias con todas las personas que frecuento de forma mas o menos prolongada durante su existencia-, las tensiones y conflictos tanto internos como externos que lo crisis is exist encial condujeron al asesinato y, muchas veces, la cris y las circunstancias que lo llevaron a cometer lo irreparable. A Simenon y a su doble, Maigret, los mueve la busqueda de un pasado, no solo un pasado individual, sino tambien uno colectivo (familiar, por ejemplo). En sus memorias ficticias, Maigret escribe: Para mf un hombre sin pasado no es un hombre. En

el transcurso de ciertas investigaciones me ha ocurri do muchas veces que he dedicado mas tiempo a la

familia y al ambiente del sospechoso que al propio sospechoso, y ha sido asi precisamente como he lo grado descubrir el quid de lo que habrfa podido ser un misterio (Simenon, 2002 [1951]: 792). Son frecuentes las ocasiones en que el comisario se ifi.ues tra no normativo al privilegiar, cual etnografo o sociologo, el punto de vista de quien busca conocer y no juzgar). Sin embargo, a su entender, no es cuestion de pasar de una com-

prensi n sociol6gica (percibir las logicas que llevan al crimen sinjuzgarlas) a una comprensi6n moral (tolerante y dispuesto a acordar el perdon o a excusar): No intento aquf excusarlos, aprobar sus hechos ni

absolverlos. No pretendo tampoco rodearlos de una

ENTENDER,JUZGAR,CASTIGAR

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aureola especial, como estuvo de moda hacerlo en cierta epoca. Simplemente hay que observarlos con siderandolos como un hecho y tratar de conocerlos.

Sin curiosidad, porque la curiosidad pronto se agota. Sin odio, desde luego. En resumen, hay que mirarlos como a unos seres que existen y que por el bien de la sociedad y para preservar el orden establecido hay que mantener, quieran o no, dentro de ciertos lfmites y castigar

los cuando pretenden traspasarlos (Simenon, 2002 [1951]: 843-844). Sin embargo, a diferencia del comisario, el sociologo debe abs tenerse de realizar cualquier tipo de juicio y no debe pronun ciarse, como sf hace Maigret, sobre la necesidad de castigar o no por el bien de la sociedad . Llegado el caso, puede entrar de Ueno en el tema y buscar conocer los ef ctos dif rencia les de los diversos modos de tratamiento de los criminales (se sabe, por ejemplo, que la socializacion con el universo criminal que permite la experiencia carcelaria -condenados por delitos menores que se codean con condenados por delitos graves tiene mucho que ver con algunas c arreras delic delictivas tivas), ), pero no debe decir que hay que hacery c6mo hay que hacerlo Sin embargo, serfa deseable que quienes denuncian de modo sistematico la excusa sociologica , ya que no leen los trabajos de los socio logos con seriedad, hayan leido al me nos algunas novelas de Simenon: podrfan entender que mirar con la mirada del co nocimiento no es ni excusar ni absolver , sino entender. El derecho a un conocimiento lo mas independiente posi ble de las cuestiones morales, polf icas, jurfdicas o practicas nunca deberfa estar en tela de juicio. En una democracia, nada deberfa obstaculizar la investigacion desinteresada de la verdad. Por otra parte, entender nunca impidio que se juzgara , pero juzgar (y castigar) no impide entender.

 

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EN DEJ
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