La_hipnos Clinica Inductiva de Angel Mateo Blanco

March 6, 2018 | Author: Ja Hc | Category: Hypnosis, Neuron, Psychological Trauma, Sleep, Science
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LA HIPNOSIS CLÍNICA INDUCTIVA Una aplicación práctica

Ángel Mateo Blanco

DEDICATORIA Quiero dedicar este libro a la persona que con su comprensión, su aliento, su confianza, su energía, su inteligencia, su lealtad a toda prueba y su apoyo incondicional, lo ha hecho posible: Naná ¡Gracias!

PRÓLOGO

No soy un experto en hipnosis, pero sí tuve un maestro que durante muchos años trabajó en medicina naturista y en algunos pacientes aplicaba técnicas de hipnosis para curarlos, él era el Dr. Ferrándiz. Después de Freud, como el más conocido en nuestro país, llevamos muchos años con pocos estudios sobre este campo, aunque sí lo hemos visto en televisión y otros medios de comunicación, pero no en centros hospitalarios. Hoy conocemos que a través del estrés existe una alteración o desequilibrio en nuestras defensas, ° lo que es lo mismo, estamos más susceptibles a las enfermedades. Si a través de una correcta aplicación de la hipnosis conseguimos equilibrar nuestro estado emocional, neurovegetativo o incluso llamémoslo energético, nuestro sistema inmunitario será estimulado correctamente, pudiendo conseguir buenos resultados en muchas enfermedades físicas: psoriasis, alergias, enfermedades reumáticas, etc. Por ello, felicito a mi buen amigo Ángel Mateo por su esfuerzo en la conclusión de esta obra en la que, a pesar de las dificultades con las que se encontrará, está aplicando una metodología, secuencia y forma de trabajo que faltaba en nuestra biblioteca.

Mi enhorabuena y, además, un total apoyo a su trabajo. Dr. Jordi Sagrera Ferrándiz Licenciado en Medicina y Cirugía Presidente de Exposalud

INDICE

PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN - Un poco de historia - ¿Qué es la Hipnosis? - ¿Qué es la Hipnosis Clínica? - Diferentes escuelas de Hipnosis en el mundo - Mitos y leyendas sobre la Hipnosis - ¿Por qué funciona la Hipnosis? - Aspectos fisiológicos de la Hipnosis - A vueltas con las regresiones

APLICACIÓN PRÁCTICA

- Como es una sesión normal de Hipnosis - Técnicas de relajación - Ejercicios de visualización - Potenciadores - La asociación semántica - Scripts y metáforas - Ejercicios de terapia - El encadenado de bajada

- Diferentes tipos de encadenado para diferentes potencias - La hipertermia hipnoidea (sin aparatos). Aplicaciones - Autohipnosis.

PATOLOGÍAS TRATABLES Y DIFERENTES ABORDAJES

- Los seis grupos de patologías tratables - Diseño de terapias según patologías (con casos clínicos reales) - El trastorno psicosomático como fenómeno multifactorial. Casuística - Lipólisis en hipertermia hipnoidea - Fijación de niveles orgánicos - La Hipnosis anestésica - La respuesta del paciente. Expectativas

EL PACIENTE: PROBLEMÁTICAS Y RESISTENCIAS

- La entrevista inicial. Eliminando resistencias posibles - Puntos de orientación por considerar. El discurso - Inducción a la medida - ¿Cuándo se ha terminado un tratamiento? Garantías - Posible dependencia del terapeuta - Terapias compartidas con otros profesionales - ¿Qué podemos esperar de la Hipnosis?

BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN

“A mis soledades voy, de mis soledades vengo. porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos.” (Lope de Vega, fragmento de La Dorotea) UN POCO DE HISTORIA

El hipnotismo, como se le llamaba hace mucho tiempo, ha pasado por diversas fases o etapas, incluso en una época durante la cual la psicología era inexistente aún. A mediados del siglo XIX, Etchegaray primero y Freud más tarde se acercaron al hipnotismo, sin con el ánimo de desarrollarlo, pero sí considerándolo como una herramienta posible. Posteriormente, Pinel y otros, hicieron algo más por esta teoría, hasta que Liebault expuso su razonamiento de que el hipnotismo, si no sirve para hacer tratamiento, si no se aplica para tratar enfermedades es inútil y absurdo. Berkheim lo confirmó más adelante y fue Janet quien se decidió por apostar por el hipnotismo como técnica, pero únicamente para esbozar la teoría. Así nacieron y se establecieron las dos escuelas más importantes entonces de hipnoterapia: la del hospital de La Salpetriere, encabezada y dirigida por Charcot, y la de Nancy, con Liebault al frente. Charcot, como neurólogo, consiguió más notoriedad, pero fue la escuela de Nancy la que dio lugar a la evolución que ha llevado a la hipnosis clínica o terapéutica al lugar que comienza a ocupar hoy día. Desde este momento, inicios del siglo XX, la psicología partió como ciencia independiente, especialmente al entrarse de lleno en el psicoanálisis freudiano. El hipnotismo fue cayendo en desuso al no existir una técnica que lo hiciera ser más asequible y manejable. Además Freud, cuando se encontraba en la tesitura de elegir, escogió el psicoanálisis, aunque ya conocía mejor la hipnosis gracias a Charcot.

Después de Jacobson, Erickson, Schultz y alguno más, a mediados del siglo pasado, se comenzó a utilizar una técnica de aplicación que permitió un empleo más general y adaptable: nació, entonces, la hipnosis clínica. Así tenemos que se cerró un círculo que se había abierto cien años antes. Primero la psicología se desprendió del hipnotismo, cuando se trataba de analizar la histeria, y después fue la hipnosis la que se desprendió de la psicología. Es razonable pensar que en un futuro no lejano ambas técnicas se fundarían en una sola, dada la similitud de procesos, diferenciados solamente por la velocidad de la hipnosis en producir resultados satisfactorios. Hay que considerar, por mucho que suene raro, que la hipnosis clínica, hoy por hoy, no está dentro del ámbito de la psicología, considerada ésta como lo está actualmente, ya que se halla encuadrada dentro de las ciencias jurídicas y sociales, no de la salud, incluso con la psicología clínica, que ya necesita de especialización tanto universitaria como hospitalaria (PIR). Es posible e incluso fácil, que ambas técnicas se fundan en una sola cuando la hipnosis clínica se enseñe en la universidad de forma cierta, pero hoy por hoy la realidad es otra. De momento es considerada como una “medicina alternativa, de índole natural”, cuyo ejercicio está regulado convenientemente. ¿QUÉ ES LA HIPNOSIS?

Se ha repetido hasta la saciedad que la palabra hipnosis viene del griego hypnos, que significa sueño. Tamaño acontecimiento ha producido, produce y producirá un sinnúmero de confusiones, engendrando temores y dudas que no hay por qué tener. La definición más común es la de que es un estado alterado de conciencia en el que se pueden introducir sugestiones de forma directa a la mente. Si bien esto es cierto no explica del todo el complejo mundo en el que nos metemos. La realidad es que se produce un estado inducido natural de atención focalizada en la descripción del terapeuta, no voluntario, pero sí dirigido y consentido, en el que se disocia la mente del cuerpo. El cuerpo queda como dormido, inerte, pero no tanto como para que el sujeto se pueda rascar, por ejemplo, de ser necesario. La parte del hemisferio consciente queda prácticamente desconectada, no totalmente, y el terapeuta se entiende sólo con el hemisferio inconsciente. Mientras tanto, la sensación es que la mente está completamente despierta, con los sentidos más agudizados que en estado de vigilia. Es normal que el sujeto, al

despertar, manifieste que no se ha dormido, al interpretar la palabra “sueño” en el sentido convencional del término, pero ha tenido la sensación de poder abrir los ojos, moverse, levantarse incluso de haber querido, aunque no lo ha hecho. Ha oído todo perfectamente y ha mantenido un total control de lo. En esta situación el individuo permanece en trance hipnótico normalmente leve, sin valorar la profundidad del mismo. Es aquí donde se encuentra el show televisivo o de teatro. El hipnotizador se dirige al auditorio y sugiere a los espectadores que junten las manos, añadiendo que ya no las van a poder separar, y resulta que hay varias personas que sienten eso precisamente. Esta circunstancia no es fruto ni de la técnica, ni de los poderes mágicos del artista, ni de influencias astrales; es simplemente resultado de la estadística. En otras palabras, y para explicar la situación, existen personas con distintas

capacidades

sugestionabilidad;

y

aspectos característicos,

aproximadamente

existe

un

una 15

de %

las cuales de

personas

es la muy

sugestionables. Si en el auditorio, teatro o plató, hay cien personas, alrededor de quince van a quedar con las manos pegadas, por poco arte que tenga el hipnotizador. Así de simple. A partir de ahí el artista se dedica a explotar el filón de esos quince. Quede claro que esto también es posible porque en estado de trance la persona se desinhibe, pierde el sentido del pudor, que es un concepto social, y puede realizar cosas que de otra forma no haría, pero nunca va a aceptar hacer algo que vaya en contra de su código moral o ético. Si se le ordenara algo en este sentido saldría del trance de forma automática. Hay incluso profesionales, muy titulados ellos, que utilizan este aspecto estadístico para iniciar una inducción, cosa que pienso resulta muy poco técnica y bastante poco profesional. Se ve que no han podido obtener mejor formación. De ahí se infieren esas cifras que se barajan, en el sentido de que sólo la mitad, o poco más de la población se pueden someter a hipnosis, cuando la realidad es que hay únicamente menos de un 1 % que lo tiene más difícil, y aun ese 1% puede hacerlo con los ejercicios adecuados, como se verá en el apartado de las visualizaciones.

¿QUÉ ES LA HIPNOSIS CLÍNICA?

Se trata de un conjunto de técnicas para manejar, a voluntad del hipnoterapeuta y bajo su criterio, los estados hipnóticos, tratando de lograr el fin perseguido: la curación de la patología correspondiente o la suavización de los efectos más duros, en su caso. Es decir, es el manejo de la hipnosis mediante ejercicios ya contrastados, para lograr el estado idóneo con el fin de que la terapia surta el efecto curativo que se busca. Puede decirse que la hipnosis clínica es la terapia que se hace en estado hipnótico para tratar patologías, buscando siempre la mejora del estado del paciente y evitando riesgos innecesarios. La hipnosis se incluye entre las técnicas médicas más antiguas que existen. Ya en el antiguo Egipto se utilizaba, pero ha llegado hasta nuestros días revestida de un absurdo manto iniciativo y esotérico, que le viene de su utilización teatral. Modernamente es sabido que desde Mesmer - con su conocido "mesmerismo" y magnetismo animal - hasta hoy, pasando por las alternancias de Freud y el impulso que recibe por Charcot y su escuela de la Salpetriere, más los ensayos de Pavlov, incluyendo las técnicas de Braid para la cirugía, y sobre todo la escuela de Nancy, la hipnosis clínica ha ido superando dificultades continuas, incomprensiones y hasta rechazo, incluso en nuestros días. No se puede ignorar que estas figuras hicieron muchísimo por la técnica, pero hoy podrían hacer más aún, ya que ésta ha evolucionado deforma imparable. Es más, sólo desde nace: aproximadamente treinta años se le toma en consideración al realizar controles y experiencias clínicas, cosa que antes no había ocurrido, o las reseñas carecen de datos verdaderamente fiables al respecto. Así, se conoce que en el año 1.850 se hicieron intervenciones quirúrgicas delicadas con anestesia hipnoidea, ya que entonces no se habían descubierto aún los modernos productos anestésicos. En la utilización de las técnicas modernas preconizadas por algunas universidades americanas y la europea escuela inductiva está la clave de una buena técnica hipnoidea y una terapia satisfactoria. Al respecto, las tres aplicaciones de actuación claras de la hipnosis son: Psicológica, sobre patrones del comportamiento. Psicosomática, basada en condicionamientos falsos, tanto fisiológicos como psicológicos. Fisiológica, sobre patrones de funcionamiento del cuerpo. El único problema que se encuentra es el filtro del cerebro que protege todo el sistema. El consciente no queda desactivado por completo, ya que conserva el control de los automatismos rutinarios. El proceso de relajación raramente supone amenaza para el cuerpo, por lo que es de total aceptación. Es de aplicación universal. El por qué de la diferenciación con lo que simplemente se llama hipnosis radica en que por hipnotizar a alguien no se le cura nada ni se experimenta ningún cambio; es la terapia que acompaña al estado hipnoideo que se hace en este trance la que tiene poder curativo, terapéutico. De ahí su nombre. Hay que decir también, para aclarar su situación dentro de las modernas técnicas naturales, que la hipnosis clínica contemplada como un conjunto de prácticas, como una técnica global, comprende tres escalones progresivos en cuanto a su potencia curativa:

-

Relajación pura.

-

PNL, programación neurolingüística.

-

Hipnosis clínica.

La relajación pura se utiliza en patologías muy concretas y sencillas de combatir, como el estrés; la programación neurolingüística es útil en patologías leves y añade la sensación táctil: y, en tercer lugar, la hipnosis clínica en sí, como terapia global con las más amplias posibilidades tanto técnicas como de abordaje, sirve en cualquier patología por dura que sea, incluso en tratamientos de problemas fisiológicos. A medida que se pasa un escalón se encuentran más elementos técnicos, más posibilidades de abordaje y mayor número de patologías tratables. Desde un punto de vista personal, es importante incidir en que la hipnosis no sirve para nada en sí misma, no cura ni aporta nada .. Es la terapia que se realiza en estado hipnótico la que resulta tan eficaz y rápida como es. De esta forma, la hipnosis es un medio, un gran medio, para operar cambios en un individuo en tiempos muy breves, o tratar patologías graves de forma muy eficaz. DIFERENTES ESCUELAS DE HIPNOSIS EN EL MUNDO

Las escuelas o corrientes de hipnosis existentes son varias y diferentes, consideradas sólo las que se aceptan como dentro de la hipnosis clínica. Fuera de lo que se considera' clínico hay muchas más, pero no serán comentadas en el presente trabajo. Todas provienen de mediados del siglo pasado, se han consolidado y desarrollado, sin evolucionar demasiado. La hipnosis ericksoniana (debe su nombre a Mi/ton Erickson), que utiliza un método de trance muy rápido, apela al subconsciente para resolver el trauma, con reconocimiento del hecho y/o situación traumática, asumiéndolo y superándolo. Alcanza un estado poco profundo o muy leve de trance hipnótico en la llamada "hipnosis despierta" y añade la sensación táctil como método de trabajo. La hipnosis conductista es muy similar al método alopático tradicional, con inducción acorde con el paciente y su patología, y se desarrolla sin terapia. Simplemente se expone lo que hay o no que hacer. La hipnosis gestáltica requiere la colaboración del paciente de forma imprescindible, puesto que para resolver el trauma ha de relacionarse con él. La inducción es diferente y en el tratamiento sólo hay orden, dirigiendo la conducta de! paciente. En la corriente psicodramática se pretende que el paciente reviva el trauma realizando una terapia de choque, visualizando las escenas correspondientes sobre la base de que al entrar en la escena traumática se va a superar el trauma definitivamente. No hay inducción específica. La hipnosis freudiana está ya superada, pero hay que reconocer que casi todas han partido de ella, especialmente en lo que concierne al hipnoanálisis (psicoanálisis en regresión). Consiste en hacer regresión informativa hasta llegar al trauma, suponiendo que al tratarlo ahí todo efecto posterior desaparece. La hipnosis inductiva nace a inicios de la década de los ochentas, en medios europeos. Surgió como técnica diferente, y a ella se adhirieron terapeutas de diferentes escuelas, tratando de encontrar una técnica común más perfeccionada y fuerte que permitiera salvar las lagunas que cada una de las descritas antes tiene,

englobándolas a todas de alguna forma y con resultados de más amplio abanico. Adopta casi en exclusiva la relajación descrita e introduce el concepto de "encadenado de bajada", única técnica que lo contiene y que permite al terapeuta modular la potencia de la terapia, sesión a sesión, según entienda que lo precisa el paciente y su patología. Todos los ejercicios tienen en el tratamiento diferente valor en potencia, permitiendo ser conjugados con distintas combinaciones para alcanzar la penetración y potencia requerida a juicio del terapeuta. Incluye la posibilidad de realizar tratamientos fisiológicos, que ninguna otra escuela tiene, mediante la hipertermia .. Por su juventud no ha alcanzado aún la importancia que debe tener, pero por sus muy importantes y constantes logros está siendo cada vez más conocida y estudiada. Hay diversidad de otras tendencias, algunas impactantes, pero por sus peligros, ineficacia o por partir de bases absolutamente nada científicas ni demostrables, no se consideran dentro del campo de la hipnosis clínica y sí, más bien, como errores de ésta. Me refiero a la terapia con vidas pasadas o pretendidos recuerdos del útero materno, o fetales, y técnicas de este tenor. Es lo que yo tramo el "curanderismo de la hipnosis". ASPECTOS FISIOLÓGICOS DE LA HIPNOSIS

Hay una serie de aspectos fisiológicos que demuestran la gran diferencia existente entre el sueño convencional y la hipnosis. Esto es así porque, si bien se pueden alterar las funciones del cuerpo, dejándolo inerte, dormido, mientras que la mente permanece despierta y alerta, nunca podrá entrarse a modificar aquellas funciones que se regulan desde el sistema límbico, los automatismos rutinarios .. Sólo se puede moderar o acompasar este tipo de funciones, como el ritmo respiratorio, por ejemplo. De esta forma es posible comprobar las alteraciones siguientes, básicamente: -

La respiración se va moderando hasta alcanzar un ritmo lento y cadencioso. La presión sanguínea baja alrededor de 1.5 puntos.

-

La temperatura baja aproximadamente tres grados, aunque en algunos pacientes se presenta aumento de la misma. -

La respuesta emocional se eleva Considerablemente (ver gráfico).

-

La sensorialidad se dispara; en sueño convencional permanece nula (ver gráfico).

-

La producción de serotonina es superior que en vigilia. El nivel de lactosa se eleva; con presión baja se produce el "estado del fakir". La glucosa tiene un leve aumento en estado hipnosis, respecto del sueño convencional.

-

La espasmosis baja considerablemente, impidiendo sobrecargar los mismos músculos durante más tiempo.

Los valores máximos o mínimos, según corresponda a elevaciones o bajadas, se producen durante la fase de inducción, moderándose al acercarnos a la salida. La actividad sensorial se modifica parcialmente, incrementando algunas sensaciones en la forma que vamos a ver a continuación.

Al inducir un estado de hipnosis la respuesta motora es proporcional al trance hipnoideo. Si accidentalmente el paciente sale del trance dicha respuesta se recupera igual que si de sueño convencional se tratara.

La respuesta sensorial se produce a la inversa. Baja durante la relajación y sube de inmediato durante el encadenado de bajada.

La respuesta emocional se dispara al entrar en el encadenado de bajada, manteniéndose con ligeras alternancias.

Mención especial merecen las personas hipo o hipertensas, por sus especiales características y respuesta al trance. El hipotenso tiende a dormirse (sueño convencional) si se hace una relajación excesiva; en este caso conviene controlar que la presión arterial no descienda más de 1.5 puntos; por su parte, al paciente hipertenso generalmente le cuesta mayor esfuerzo relajarse, siendo necesario añadir más pasadas. Los niños o individuos diagnosticados de DHTA (hiperactivos) tienen una patología que interacciona en lóbulos cerebrales, siendo los frontales menos activos que los paríetales. Responden mal a la relajación, pero muy. bien al encadenado de bajada y a la terapia. El índice de glucosa asciende ligeramente durante el trance; la serotonina asciende de manera considerable, actuando como antioxidante; la melatonina, antioxidante y anticancerígeno, lo hace ligeramente. En los casos en que el paciente presenta dificultades de relajación es práctico aplicar el sistema de confusión, que consiste en provocar una gran confianza subconsciente en el terapeuta, para proceder después con normalidad. Uno de los métodos más conocidos se realiza estando el paciente de pie con los ojos cerrados: el terapeuta se sitúa detrás, sujetándole con una de sus manos de manera leve, pero firmemente la frente con una ligera presión hacia atrás, mientras que con la otra mano le sujeta la espalda. Se le menciona al paciente la importancia de tener confianza, pues no se .caeré, aunque crea que será sí, cosa que en efecto

sucede, levemente. Cuando se observa que el terapeuta dispone del movimiento del cuerpo del paciente, se termina y se prosigue con la relajación normal. MITOS Y LEYENDAS

Son innumerables los mitos y las leyendas que han envuelto a la hipnosis, ya sea por el desconocimiento sobre el tema, o bien, por los usos tipo show, con personas poco escrupulosas con la técnica. Generalmente, estas falsas creencias se originan en el manejo de una escasa y errónea información. Es normal que al hablar de hipnosis clínica, por supuesto, el sujeto exprese temor y dudas por ponerse en manos de otro, sin saber bien quién es. Hay temor a una posible manipulación por parte del terapeuta, especialmente en el caso de las mujeres. Sin embargo, esta probabilidad no existe. Primero, porque debe considerarse a todo terapeuta como un profesional honesto; segundo, porque la mente está abierta, despierta y si se emite alguna orden contraria al código moral y ético del paciente, éste va a saltar, saliendo del trance de inmediato. Es cierto que este método se ha llegado a utilizar para inducir al asesinato, pero en caso de individuos que pertenecían a algún cuerpo de seguridad o inteligencia, por lo que el "matar" a alguien estaba dentro de sus funciones, del desempeño de su rol. Por otro lado, los charlatanes que hablan de "poderes" al hipnotizar abonan la teoría de estar ante un ser superior, cuando la realidad es que ni hay poderes especiales ni el terapeuta dispone de nada diferente a una buena preparación en la técnica hipnótica. Otro temor bastante extendido es a la pérdida del control. Esto tampoco es posible. La mente está despierta y el paciente sabe en cada momento lo que se le dice, oye todo y sólo sigue las instrucciones del terapeuta. Hay miedo también a que al terapeuta le pase algo y el paciente no despierte jamás. Si esto sucediera el sujeto entraría en sueño convencional al cabo de unos instantes, y si no se despertara entonces lo haría al cabo de dormir algún tiempo, algunas horas, de forma convencional, por lo que este temor ha de quedar descartado. De otra parte, se supone que después del tratamiento, más bien pronto, se volverá al estado anterior. Craso error. Es casi desconocido, o poco divulgado, que la hipnosis clínica tiene un efecto parecido a una vacuna contra la patología tratada. Terminado el tratamiento de forma correcta y exitosa este problema no va a volver a repetirse. Sólo podría entrarse en situaciones similares, no iguales, ante un nuevo acontecimiento desencadenante, un trauma nuevo, por ejemplo. ¿POR QUÉ FUNCIONA LA HIPNOSIS?

La información que recibimos a través los sentidos circula mediante neurotransmisores, que se mueven por entre la red neuronal portando las órdenes del cerebro y sus correspondientes respuestas. Una vez entregada una orden se produce un retorno de aceptación o respuesta, que se llama feedback (retroalimentación). El cerebro está. emitiendo de forma constante partes de chequeo. Cuando recibe las respuestas en sentido positivo considera que todo es normal y no actúa, pero si las recibe en sentido negativo, lo hace en la forma que sea adecuada. Para el trasiego y funcionamiento de la información en nuestro cuerpo, cada vez que se establece un dato, repetido el suficiente número de veces de forma regular, se constituye una sinapsis neuronal, formando dendritas que hacen caminos estables para el flujo continuo de la información: son los conductos hipofisarios.

Para agilizar el paso de los citados neurotransmisores homogéneos, el cerebro sintetiza de la luz solar rayos ultravioleta, con el fin de liberar iones de calcio con los cuales producir glutamato, que es un muy buen conductor y que pega las neuronas firmemente entre sí, posibilitando un paso fluido y constante de esa información necesaria a través de este tipo de conductos. Cada vez que se genera una nueva pauta de conducta se genera una nueva serie de dendritas, de canales dendríticos, para absorber esta nueva información; por el contrario, si se deja de utilizar un tipo de información, el canal correspondiente se va debilitando, incluso hasta desaparecer. La prueba empírica de que la hipnosis es una técnica que produce resultados óptimos radica en que la terapia repetida va tratando de construir este tipo de conductos hipofisarios, con los que el paciente comienza a actuar y a reaccionar de manera inconsciente, de acuerdo con la nueva información suministrada en forma de sugestiones. No existen seres equilibradamente perfectos, ya que unos se desequilibran por la parte racional (10 %) y otros por la emocional (90 %). La terapia de hipnosis clínica va dirigida a lo emocional, al subconsciente, ya que durante el trance el consciente está inactivo, o casi activo. Cualquier sugestión, repetida suficiente número de veces y puesta en práctica después, produce una nueva serie de dendritas, adecuadas a esta información nueva que está entrando y que es bien aceptada por el individuo. En síntesis, este es el funcionamiento básico de la hipnosis clínica, su justificación. A VUELTAS CON LAS REGRESIONES

Las tan traídas y llevadas regresiones, puestas de moda últimamente, son una búsqueda en el pasado de determinados sucesos, que habiendo podido ser traumáticos, la mente tiene borrados, olvidados aparentemente, pero que en cuyo interior siguen activos y produciendo patologías. Son sucesos o impactos emocionales sufridos en algún momento de nuestra vida y que han quedado ahí, sin resolver, sin cerrarse, siendo origen de diversas patologías. Es necesario ser muy cautelosos al poner en práctica esta técnica, ya que los recuerdos en regresión nunca son fiables por completo. A mayor profundidad, mayor fiabilidad, pero no se puede obviar que una sugestión puede ser tan fuerte que puede manifestarse en cualquier estado no siendo cierta. La forma adecuada de buscar traumas escondidos es simplemente preguntando por el origen del problema actual sin la menor indicación o sugerencia al respecto, conformándonos con la respuesta, que se puede ampliar, pero nunca cuestionar. Hay quien trata incluso de buscar estos sucesos en presuntas vidas pasadas, pero normalmente nos encontraremos que estas justificaciones en supuestas vidas anteriores son una solución cómoda y exenta de riesgo para el terapeuta, ya que "el problema" se ha generado, supuestamente, hace siglos. En el terreno de las creencias nada hay que decir, pero en el terreno de la terapia esta técnica es condenable, al igual que otras que hablan de recuerdos del útero materno o de la regresión por la regresión, sin justificación terapéutica alguna. Y digo "presuntas vidas pasadas" porque no existe ninguna prueba fehaciente de que los recuerdos de vidas anteriores se puedan dar por ciertos, ni tan siquiera de que existan estas vidas. Es verdad que hay datos contrastados de individuos que han manifestado recordar direcciones, hechos, casas, paisajes de otras épocas cuya veracidad o coincidencia dan base para el debate. No es menos cierto que se ha llegado a comprobar, por medios absolutamente irrevocables, que individuos que

incluso llegaron a hablar en lenguas ya desaparecidas (xenoglosia) estaban fabulando, lo que se comprueba al fallar de manera contumaz todas las preguntas que se le hacen de corte histórico. NO hay nada que permita autentificar, sin paliativos, un relato en regresión, y más si nos referimos a otras vidas. La mente no sabe bien negarse a cualquier pregunta y en estados hipnóticos leves va a contestar de la manera más cómoda para ese inconsciente, sin que la respuesta tenga que tener relación alguna con la realidad. En hipnosis profunda el sujeto no aparece en ninguna supuesta vida pasada, simplemente ve tollo como blanco o no ve nada. Así de sencillo y de lógico. Por otro lado, es frecuente que en la clínica diaria aparezcan momentos de indefinición del paciente en cuanto a su progreso terapéutico, ignorándose las causas. Es entonces cuando se aconseja hacer una regresión, pero a un punto concreto de esta vida y a hechos y momentos que el paciente conoce, específica mente al momento traumático, por lo que la fabulación se hace más difícil y lo relatado se hace mucho más fiable. De esta forma se puede conseguir romper una fijación que el paciente pueda tener con algún aspecto muy concreto, que en terapia normal impide el lógico progreso. Sucede a veces que la mente borra o anula un trauma y rellena ese vacío con una fábula, bien modificando el hecho en sí, bien inventándose otro más o menos conexo con el real. Será entonces todo el proceso posterior, que comienza cuando aparecen las patologías derivadas, el que informe de lo que se presume ha sido traumático, ya que si se hace regresión no se va a encontrar nada sustantivo y puede caerse en un grave error de apreciación y consiguiente diagnóstico. No hay otra utilidad de las regresiones. Técnicamente la regresión consiste en ir "abriendo" y mirando dentro de neurotransmisores cargados de información (esto explicado de forma un tanto gráfica, para hacerla más comprensible). Si por cualquier circunstancia el paciente se despierta saliendo del trance, estando un neurotransmisor abierto, ocurre que si se tenía un trauma en aquel momento se actualiza al día de hoy, como si hubiera ocurrido ayer en la tarde. También puede suceder que si hay empeño en que existe algo concreto, o debería existir en la infancia y se presiona sobre eso, el paciente puede llegar a manifestar recordar algo inexistente. Es decir, fabula e inventa como respuesta de escape a la presión que el terapeuta ejerce. Aquí aparecen; entonces, los falsos recuerdos, que han sido tristemente populares también; uno de los más notorios fue el "caso Ingram". Se trataba de una familia americana, a cuyas hijas se les sometió a regresión y manifestaron haber sido violadas por el padre. Éste incluso llegó a aceptar su culpa, si bien manifestaba no recordar nada. Se le enjuició y condenó, con el consiguiente destrozo familiar. Después quedaría demostrado que nunca había existido violación alguna, sin posibilidad de error, aunque el daño fue irreparable. Hay otro caso relevante en Norteamérica, similar al anterior. Una joven acusó a su padre de haberla violado repetidas veces y de haberla dejado embarazada, también varias veces. El padre, según manifiesta la hija, le practicó el primer aborto, aprendiendo a hacérselo ella misma para las siguientes veces. Realizados los consiguientes exámenes forenses resultó que el padre se había hecho la vasectomía hace algún tiempo, con lo que no podía engendrar, y la hija aún era virgen, con el himen intacto. No fueron necesarios muchos más comentarios ni pesquisas, afortunadamente. Es importante considerar el enorme peligro que existe de que aparezca un trastorno múltiple de personalidad, al alentar y seguir indagando por parte del terapeuta sobre una supuesta personalidad diferente a la que le sigue otra y otra. Una gran

parte de este tipo de trastornos se "fabrican" con las regresiones hechas por incompetentes sin escrúpulos, por lo lucrativo que resulta. Es necesario indicar que al hacer una regresión, el paciente tiene todo el derecho tanto a conocer al detalle lo encontrado, como a no conocerlo, Por eso es imprescindible saber cuál es su postura para darle la orden de olvidar lo hablado, o de recordarlo nítidamente, advirtiéndole del peligro de que la orden de no recordar podría verse superada, es decir, sin efecto. También es potestativo del paciente grabar la locución e incluso filmarla, para lo cual el terapeuta pondrá a su disposición los medios razonables para ello, o permitirá que lo realice alguien designado por aquél. Me permito recomendar que las regresiones queden sólo como elemento técnico, uno más, de tipo terapéutico y para los casos en que sea imprescindible su uso. A nadie se le ocurre decirle a un cirujano que abra el cuerpo por la mitad para comprobar si hay alguna lesión o enfermedad y operar en este caso; primero se comprueba todo lo comprobable con los muchos medios al alcance del profesional y después, si es necesario, se interviene.

APLICACIÓN PRÁCTICA CÓMO ES UNA SESIÓN NORMAL

Se llama sesión normal a cualquier sesión de la terapia que se diferencia de la primera en que ésta sólo sirve para toma de datos y pruebas técnicas para comprobar la capacidad de relajación y visualización del paciente, además de la imprescindible toma de datos. Es después de esta primera visita cuando ya se puede diseñar la terapia a la medida y necesidad del paciente y dar comienzo al tratamiento. Estas sesiones de terapia comienzan comentando un resumen de las sensaciones que el paciente ha experimentado desde el encuentro anterior, para comprobar sus progresos o dificultades y poder reajustar, si fuera necesario, la sesión inmediata en la dirección adecuada. Las sesiones de terapia tienen tres fases consecutivas y sin solución de continuidad: - Relajación. - Visualización. - Terapia. La relajación se consigue procurando que el paciente suelte sus músculos progresivamente, concentrado en la voz y relatos del terapeuta, preparándose así para recibir la terapia. A continuación se aplican ejercicios de visualización concretos, según el fin perseguido y la profundidad deseada, y que consiguen despertar y consolidar la fase REM (rapid eye movement).

Luego se aplican los ejercicios de terapia, que comentaremos más adelante, y que se componen de ejercicios de autoestima, autoconcepto, autocontrol, orden y / o castigo. No necesariamente el orden ha de ser el expuesto de forma rigurosa, más bien se recomienda combinar unos ejercicios y otros buscando la potenciación de cada tema, de cada apartado de terapia, para atacar mejor la patología, fin último buscado. La duración de la sesión depende de las características del paciente, considerando, en primer lugar, su facilidad o dificultad para progresar con los ejercicios propuestos y, en segundo lugar, las habilidades del terapeuta, que si vocaliza bien y mantiene un parlamento fácilmente entendible, ágil, concreto y exacto en su contenido, permite una sesión de menor duración. En cualquier caso, se habla de entre veinticinco y cincuenta minutos por sesión, independientemente de lo que la charla habitual con preguntas, inquietudes y demás deseos del paciente ocupe.

TÉCNICAS DE RELAJACIÓN

Son innumerables los ejercicios que se proponen para relajar al paciente e incontables las variantes y los modos de aplicación. La mayoría abrumadora son ejercicios muy arcaicos y simples, muchos de ellos fruto de la imaginación y pericia de los terapeutas y con los cuales no se puede mantener un control sobre el paciente, especialmente si se presentan resistencias. Lo cierto es que si cumplen con la función para la que se aplican, son válidos. Desde un punto de vista personal, es mejor mantener el control del paciente y de sus propias dificultades, cuando. Las hay, de forma apriorística. Para ello es recomendable la reforma del entrenamiento autógeno de Schultz, mezclado con aspectos de Jacobson, y según el desdoblamiento del sueño que hizo el Dr. Camilla, que permite controlar al paciente prolongando y fortaleciendo progresivamente la relajación, según sus propias reacciones, actuando sobre los paquetes musculares. Es la relajación sistemática progresiva. Si el paciente relaja mal, se hace más largo; si lo hace bien, es corto y directo. Realmente el porcentaje de pacientes que no relajan es NULO o despreciable. Esta reforma consiste en eliminar las alusiones a zonas delicadas, como el estómago, para evitar. una posible, aunque remota alteración digestiva, pronunciando sólo una palabra clave por pasada y durante toda ella, fa que corresponda. Las pasadas de relajación deben ser realizadas de forma cadenciosa, monocorde, espaciando bien los tiempos y advirtiendo el efecto que produce sobre el paciente. Se debe al Dr. Camilla, español, el descubrimiento de este desdoblamiento en pasadas sucesivas para lograr relajación profunda. Consiste en seguir los mismos pasos, desdoblados, que el cuerpo sigue cuando va a dormir, desde los pies hasta la cabeza. El diseño permite ir desde las convencionales cuatro pasadas, de la primera sesión tipo, hasta doce, pudiéndose aún potenciar más al hacerlas de forma inversa. Son tres las palabras que pueden llamarse claves, para extenderse de la siguiente forma: - Relajado.

- Rígido. - Pesado. La extensión se hace en cada apartado, completándose de la siguiente forma: - Relajado. Muy relajado. Aún más relajado. Completamente relajado.

- Rígido. Muy rígido. Aún más rígido. Completamente rígido. - Pesado. Muy pesado. Aún más, pesado. Completamente pesado.

Estas pasadas deben ser dichas teniendo especial cuidado de no intercambiar palabras claves, es decir, no se puede decir en la misma frase, "estás relajado, muy relajado", porque ambos conceptos pertenecen a fases diferentes. El doctor Camilla añade aún dos pasadas más por grupo, para su tratamiento antiestrés mediante relajación, y las agrega en '''rígido'' y en "pesado", dejando la primera como se indica. Las pasadas de relajación sucesivas van produciendo la concentración del paciente, y si se observa que presenta ciertas resistencias se extienden o acortan para lograr el mismo fin perseguido, de forma que con la primera parte, "relajado", se vayan soltando los músculos, distendiéndose. Con el segundo grupo, "rígido", se consigue que el cuerpo se inmovilice, aunque no tanto como para que los automatismos rutinarios no puedan actuar. Aquí hay que poner más acento en personas muy nerviosas, que no paran de moverse o rascarse, hasta conseguir una quietud aceptable. En el tercer grupo, "pesado", las pasadas inducen ya al trance directamente', preparando la mente para aceptar la terapia. Debe comenzar la fase REM. Si se observa algún tipo de dificultad en el paciente para acercarse a la terapia, hay que poner alguna pasada más de este grupo. Han de ser repetidas las palabras clave por cada pasada, en cada uno de los paquetes musculares de esta relajación sistemática progresiva, cuya descripción es la siguiente:

→ Los dedos de los pies. → El pie. → La parte inferior de las piernas. → La parte superior de las piernas. 

La cadera.



El estómago.



El pecho, moderar respiración.

→ Los hombros. → Parte superior de los brazos, → Parte inferior de los brazos. → Las manos. → El cuello. 

La cabeza, apoyada en el respaldo.



Los párpados cerrados.

→ Las facciones de la cara → Mandíbulas entreabiertas. Los grupos que llevan flecha () son paquetes musculares en los que, con la primera y segunda pasada se produce simplemente relajación intensa. Con la tercera y / o cuarta pasada se debe producir ya una cierta catalepsia muscular y se prepara la fase REM. Los grupos que llevan cuadradito (a) no son paquetes musculares, por eso sólo hay que mencionarlos, sin palabras clave, aludiendo a soltarse, separarse, permanecer cerrados, etc. Para comprobar. las características del paciente, la agrupación de pasadas para la primera visita debe incluir cuatro momentos de base, que son: -

Relajado. Muy relajado. Rígido. Pesado.

Si se observa que al llegar a "rígido" el paciente no está verdaderamente relajado, hay que continuar "inmovilizando" con más pasadas hasta lograr el estado que nos interesa, lo cual quedará anotado en el expediente para la confección y diseño de la terapia. La forma de ir añadiendo pasadas sucesivas es una por grupo, esto es, a

partir de las cuatro indicadas la quinta sería "aún más relajado", para incluir una sexta inmediata, "muy rígido" y así sucesivamente. Hay que enfatizar la importancia de una buena relajación, ya que mientras ésta no produzca el efecto debido, la terapia no va a entrar a realizar su trabajo de la forma esperada y perseguida. También depende del tipo de persona y de la respuesta a la terapia, ya que no se aplica igual a personas que la aceptan bien como cuando se bordea el sueño convencional. No es igual aplicar relajación a un hipotenso, que va a tender a dormirse fácilmente, que a un hipertenso, que precisa más relajación, por ejemplo. La gran ventaja que, según mi criterio, presenta esta forma de relajación, es que el terapeuta mantiene durante todo momento el control de la situación, sabiendo en qué punto se encuentra el paciente por las señales externas que presenta y puede alargar o acortar las pasadas para lograr el objetivo deseado, de una forma natural. Esto lo hace con plena libertad y un acortamiento de tiempo sensible, mientras que con otros sistemas arcaicos el tiempo podría extenderse mucho, e incluso ser necesarias varias sesiones para conseguir que el paciente se relaje bien. Una posibilidad nada desdeñable es realizar las pasadas "cruzadas" y dentro del mismo grupo. Por ejemplo: relajado, ascendente; a continuación, muy relajado, descendente; sigue con rígido! ascendente; y muy rígido, descendente. Esta posibilidad se emplea con pacientes de especial nerviosidad, muy difíciles o incapaces de concentrarse en algo por leve que sea, que se mueven constantemente y todo les molesta, manteniendo un estado de ansiedad apreciable a simple vista. Hay que tener en cuenta que la potencia de la relajación se multiplica de esta manera por 1.5, es decir, que si se hacen dos pasadas cruzadas equivalen a tres simples, incluso algo más .. Hay otros ejercicios de relajación que se añaden como complemento y que se emplean en los ejercicios del "encadenado de bajada", a continuación de la relajación pura. Se refieren a la relajación complementaria. Son tres los tipos de ejercicio de relajación complementaria, enunciados de menor a mayor potencia: relajación complementaria media, descendente y ascendente. Relajación complementaria media. Consiste en describir al paciente que se va a colocar encima de sus piernas un saco muy pesado, pero cuyo peso puede soportar perfectamente. Tiene que hacerse notar este peso. De este saco se empieza a escapar un líquido entumecedor que cae y se escurre por sus piernas hacia abajo. Se describen las partes de las piernas en sentido descendente, según fa relajación normal, hasta los dedos de los pies, entumeciendo cada paquete muscular. Luego de terminar en los dedos de los pies, se continúa haciendo ver que el líquido entumecedor se escapa ahora hacia arriba, tocando el resto de partes del cuerpo hasta el cuello. El cuerpo queda entumecido, dormido, etc. Relajación complementaria descendente. Es la misma clásica, sólo que en sentido descendente. Hay que mencionar que "ahora, un líquido anestesiante va a entrar por la cabeza y va a escurrir hasta los pies". Se pasa por cada paquete muscular salvando los que no se consideran musculares igual que en la clásica, mencionando simplemente "toce", sin anestesiar. Al terminar en los dedos de los pies puede mencionarse, por ejemplo, lo siguiente: "ahora todo tu cuerpo está completamente anestesiado, dormido, insensible... La sensación es muy agradable y placentera... "

Relajación complementaria ascendente. Realmente es una pasada normal como las ya descritas, más fuerte que la inmediatamente anterior, haciendo ver que otro líquida anestesiante más potente (se puede cambiar por gas, algo adormecedor o cualquier cosa que no incomode al paciente) va a entrar por los pies y va a subir hasta la cabeza, y al hacerla, al tocar las distintas partes del cuerpo las va a anestesiar. Se describe paquete por paquete indicando que "lo toca y lo anestesia". Hay que salvar los paquetes no musculares, según lo descrito, para indicar solamente que "se toca" sin que anestesie, sólo tocar de pasada. Llega al cuello, queda anestesiado, Y envuelve toda la cabeza (sin anestesiar). Una posible indicación es: "ahora todo tu cuerpo está anestesiado, dormido, como insensible, como si no tuvieras cuerpo o tu cuerpo fuera de algodón."Es una sensación tan agradable y placentera que es imposible de describir…”. Estos tres ejercicios pueden emplearse por separado, esto es, de manera independiente, pero lo normal, especialmente al comienzo de una terapia, es utilizar juntos dos, los dos últimos, y seguidos, para que se potencien mutuamente Y potencien toda la relajación anterior. En este caso se hará primero la ascendente y luego la descendente. Al hacerse cruzados la potencia alcanzada es muy alta y permite bajar bien a memoria profunda. EJERCICIOS DE VISUALIZACIÓN

Al Igual que pasa con los ejercicios de relajación, hay multitud de visualizaciones. Es frecuente leer consejos acerca de cómo han de ser estos ejercicios, qué deben contener qué tipos de relatos incluir, e incluso se proponen algunos concretos. También de Igual forma, y desde una perspectiva personal, es preferible realizar los que grandes profesionales han experimentado de forma clínica y con resultados óptimos. Estos ejercicios son concretos, tienen unos márgenes de tolerancia y se aplican de determinada forma, según se busque mayor o menor profundidad. Incluso existen variantes que son utilizadas más en Europa que en USA, con tendencias" claramente disociadas. Las visualizaciones tienen por objeto despertar la fase REM de forma completa y consolidarla, profundizando en los córtex cerebrales hasta donde interese. Cada ejercicio tiene una capacidad potencial diferente y explota diferentes áreas cerebrales, de diferente forma. La forma de desarrollarlos es monótona y colorista, introduciendo contrastes de color (croma, especialmente blanco) que activan fuertemente el REM. Hay que ser muy descriptivos, más en la medida en que se haya comprobado que el paciente visualiza mal. En este caso hay que extender estos ejercicios, siendo muy minuciosos en la descripción e introduciendo muchos elementos de contraste de color, como flores blancas, por ejemplo. La descripción de los escenarios tiene que ser irreal o contener elementos de irrealidad, ya que de no contenerlos, si el paciente llega a situarse en algún escenario muy parecido al descrito entraría en trance de forma automática, con el subsiguiente susto para todos, pero sin más trascendencia en otros aspectos. Los ejercicios de visualización que se emplean son simplemente cuatro, más uno que tiene componentes de visualización más relajación. A continuación se explicará dónde y cómo se aplican de forma conveniente.

De los cuatro indicados, sólo uno se utiliza específicamente para regresiones o para aislar en el tratamiento fisiológico, que es el ejercicio denominado de la "niebla". Este ejercicio genera acceso a la memoria profunda y desbloquea el área de Brocca, permitiendo una respuesta hablada fluida y normal. Se desarrolla de la siguiente manera: Se describe una playa desierta, muy tranquila. Al frente sólo está el mar, calmado, tranquilo, con oleaje muy ligero, muy suave. Detrás y a los lados no hay nada, sólo arena. En el centro de la playa hay un- banco de niebla. La niebla es espesa, no se ve nada desde dentro. La niebla también es agradable, confortable, cálida (este aspecto es fundamental para desviar la atención de la imagen general de humedad). Se pide al paciente que entre en 'el banco de niebla, que se tumbe cómodamente en el centro. No puede ver nada. Está muy cómodo. Se le explica que si se levanta a la orden y camina unos pasos hacia la derecha, hasta el borde la niebla, donde podrá ver su futuro como en una película de vídeo. Si hace lo propio hacia su izquierda, verá su pasado de igual forma. (aquí es conveniente añadir la sensación táctil, colocando la mano sobre la frente del paciente). Se introduce una orden post hipnótica, con una palabra clave, de forma que al indicarla (por ejemplo, "relax"), el paciente vuelva mentalmente al punto de partida quedando sereno, tranquilo, sin inquietud alguna. Se le hace moverse hacia su izquierda, de forma virtual, mental, y se le lleva al punto que interese para averiguar si hay o no un trauma tapado, olvidado. Si el paciente se pone especialmente nervioso, convulso o muestra signos de intranquilidad, se le dará la orden convenida para regresar al centro de la niebla en relax profundo. Se vuelve a repetir la orden tantas veces como sea necesario, hasta lograr encontrar lo que se busca. Si de romper condicionantes se trata, se recomienda dirigir al sujeto hacia el futuro, aún a sabiendas de que es sólo una ilusión mental. Se le hace verse a sí mismo con sus problemas resueltos y se le controla preguntándole si se ve claramente en esta situación, si ya considera que es capaz de afrontar lo que sea. Si asiente, .se dirige hacia la salida convencional. Las limitaciones de este ejercicio son las siguientes: - El escenario puede ser cambiante. Se utiliza la playa por la placidez que emana su visión. La niebla es aislante, pero cuando se encuentra el trauma no se puede permanecer más de cuatro minutos sin hacer un alto en el centro de la niebla. El riesgo es que aflore el trauma, situándose con vigencia actual, de nuevo en activo. - No se puede ser reiterativo en la búsqueda del trauma. Si hay presten, la mente puede evadirse dando una respuesta falsa, lo que daría lugar a un falso recuerdo si se acepta ese supuesto. La concisión es una premisa al utilizar esta técnica. - Si se advierte que el paciente está intranquilo, es mejor ir despacio, a pesar de lo anteriormente dicho, con una gran cautela, ya que si despertara en pleno momento traumático dicho trauma quedaría automáticamente actualizado. - Hay que poner especial atención en cerrar siempre los neurotransmisores abiertos después de la búsqueda. Esto se consigue simplemente pasando al centro de la niebla en relax.

- Una regresión no debe durar nuca más de tres horas. Se produce fatiga en el paciente y la repetición de escenas puede provocar los falsos recuerdos. Es necesario programar nuevas sesiones si no se consigue en la primera el objetivo. 1; Los ejercicios restantes de visualización son los siguientes, indicados por potenciales, de menor a mayor: - La pizarra. Consiste en visualizar una pizarra donde escribiremos cosas. -El avioncito. Se describe el cielo con un avión. - La pradera. Se describe una pradera con diferentes aspectos. La pizarra. Consiste en hacer ver al paciente una pizarra negra donde se traza con

tiza un círculo blanco. Se escriben, dentro del círculo, las letras del alfabeto. Primero se pone una, se borra, luego se escribe la siguiente, se borra. A la par con este ejercicio se le indica al paciente que debe relajarse cada vez más. Es así de simple. Es conveniente que las letras del alfabeto se vayan escribiendo en orden inverso, comenzando por la Z, ya que esto hace trabajar más la mente del paciente al estar poco habituado a hacerla así. Lo frecuente es dibujar un círculo, pero también puede ser un cuadrado, un triángulo o cualquier figura que sea fácilmente accesible al paciente. Incluso poner números en lugar de letras, si se observa que el' paciente tiene dificultades con las últimas (casos de 'personas iletradas). Se trata de hacer trabajar la mente. Un aspecto muy importante de este ejercicio es que sólo se debe llegar hasta ocho elementos, ya sean números, Letras o cualquier otra representación. Superados los ocho elementos el ejercicio pasa de ser de visualización pura a ejercicio de relajación, lo cual podría resultar de interés en casos complicados de pacientes muy resistentes a la relajación convencional. El avioncito. Consiste en describir y hacer ver al paciente un cielo de color azul

intenso, completamente limpio de nubes. "Aparece un avioncito del que sale humo blanco que contrasta fuertemente con el azul del cielo. El avioncito está haciendo acrobacias y al hacerles forma dibujos con el humo blanco, que contrastan fuertemente con el azul del cielo. El avioncito ha escrito con el humo blanco tu nombre (se personaliza y se describe, incluso letra por letra, si visualiza malo es lento). El avioncito se marcha, desaparece, y sólo queda tu nombre escrito con humo blanco, contrastando fuertemente con el fondo azul. Entonces se levanta una suave brisa que va disolviendo el humo con el que se escribió tu nombre. Ver cómo se disuelve... cómo se disuelve... " Las variantes de este ejercicio son diversas. El escenario puede ser cambiante, pudiéndose matizar hasta el punto desde el que se visualiza el cielo con el avioncito (estar sentado en un prado, por ejemplo). Respecto al color del cielo normalmente se recurre al azul intenso, pero igual se puede sugerir crepúsculo rojizo, cuya tonalidad sea cambiante con el sol al ponerse. Otra variante posible, especialmente al ser repetido varias veces al mismo paciente, es que el cielo, en lugar de estar limpio, esté lleno de nubes blancas. La brisa mueve esas nubes que van tomando forma de letra, hasta llegar de nuevo al nombre y disolver de nuevo con la brisa. Evidentemente, en este caso, no hay avioncito.

Este ejercicio es más potente que el anterior para despertar la REM, por los elementos de contraste de color que incorpora, por la personalización del nombre y por el trabajo que el paciente hace al visualizar esos elementos reunidos y en movimiento. La pradera. Hay que llevar al paciente al escenario de una pradera. La instrucción

es la siguiente: "La pradera se encuentra en lo alto de una montaña, muy grande, muy bonita, llena de hierba y de flores de diferentes colores que contrastan con la hierba. Al fondo de la pradera hay un bosque de árboles muy altos y de un verde muy intenso. A la derecha se ve un riachuelo de aguas limpias y cristalinas. Se beben unos sorbos de esa agua antes de iniciar una excursión hasta el fonda de la pradera, hasta el bosque. Camina lentamente mientras la brisa mueve la hierba y trae el aroma de las flores mezclado. Al acercarse al bosque se divisa entre los árboles un promontorio rocoso, como la entrada de una gruta. Al aproximarse más se ve en la entrada de la gruta en letrero que dice: "Grite aquí las preguntas que precisen más urgente respuesta". Acércate a la entrada de la gruta y grita allí las preguntas que necesiten más urgente contestación acerca de tu vida. Para esto dispones de unos momentos (esperar entre uno y tres minutos, según paciente, en silencio absoluto, sólo con fa música ambiente). Regresa de nuevo hasta fa orilla de fa pradera caminado despacio, y desde allí mira cómo va desapareciendo por efecto de la misma brisa... Va desapareciendo... Va desapareciendo”. Este es el ejercicio de visualización de más potencia, el más fuerte. Profundiza de manera muy fuerte y además abre la emocionalidad 'de forma muy eficaz, siendo frecuente que los pacientes suelten lágrimas o incluso lloren abiertamente al llegar a la gruta a hacer sus preguntas. Es evidente que las variantes están ligadas al colorido y a los contrastes. Se pueden colocar pajaritos de colores que se espantan al acercamos al bosque, además lo hacen piando ruidosamente. Puede haber pececitos de colores en el río y hasta alcanzar a ver las piedras del fondo. El día debe ser radiante de luz y color, de sol. Hay que describir un escenario bucólico y muy agradable, cálido y confortable. En la medida que el paciente visualiza peor se añaden más elementos de contraste y se hace una descripción más detallada, casi de color por color, enfatizando los contrastes con color blanco (flores blancas, por ejemplo). Es un ejercicio que no puede durar menos de cuatro minutos para resultar eficaz. Los terapeutas americanos utilizan este ejercicio con muchas connotaciones de tipo sexual, al prestarse la pradera para eso. Sin embargo, en Europa se han eliminado estas connotaciones. por dar lugar a confusiones o malas interpretaciones, pero es válido aplicar este sesgo para terapias de patologías sexuales. El escenario también puede ser cambiante, describiendo un valle, una llanura o cualquier otro ambiente con bosques, lagos o lo que se ocurra, sin más limitación que procurar introducir elementos irreales por la precaución apuntada más arriba. Finalmente se describirá el ejercicio de "la escalera" o de "la habitación", que de ambas formas se conoce. Este ejercicio contiene elementos de visualización y de relajación, como ya se ha dicho, por lo que se utiliza básicamente como potenciador de la orden, v más al contener un elemento "defensivo", que aclararemos a continuación.

Ejercicio de la escalera o de la habitación. Colocar mentalmente al paciente en lo

alto de una escalera. La instrucción es la siguiente: "Ubícate frente a una escalera muy bonita, tallada a mano, La escalera tiene escalones (normalmente diez, pero si se visualiza o relaja mal, se pueden introducir tramos de diez a la medida). A medida que desciendes por la escalera experimentas una progresiva relajación, hasta llegar al descansillo de abajo donde estarás más relajado que nunca. Antes de comenzar a descender, decora la escalera con una alfombra del color y tejido que prefieras. Al llegar al descansillo de abajo, levanta la cabeza y mira al frente. Delante de ti hay una puerta. Visualízala. Es una puerta de madera clara con una vidriera de colores en el centro. Alarga la mano para girar la manilla, de manera que la puerta se abra. Cuando la puerta esté abierta, mira cómo entran raudales de luz de la ventana que hayal fondo de la habitación. Entra ahora caminando en la habitación, bañado por la luz. A partir de ahora estás dentro de la habitación. Puedes imaginaria como quieras, cualquier tamaño, cualquier color; puedes tener los elementos que quieras, amoblarla a tu gusto y decorar su interior. Puedes añadir cosas, quitarlas o colocarlas de otro modo. Lo importante es que sientas que esa es tu habitación ideal, la que siempre soñaste tener. Este es tu propio sitio interior privado. En esta habitación eres libre para crear; libre para ser como quieres ser; libre para hacer lo que te apetezca, y la luz es tu propia luz. Permite que esa luz ilumine todo tu cuerpo, que entre por cada poro de tu piel, llenándolo completamente, expulsando fuera todas las inquietudes y dudas que puedas tener. Estás lleno de luz incandescente, con la luz que hay en la habitación” Hasta aquí el ejercicio, sin más aditamentos, es de relajación y visualización fuertes. Pero lo que le da ese aspecto de "defensivo" es la posibilidad que se da al paciente de utilizar este ejercicio en los malos momentos, mediante la instrucción adecuada, como se presenta a continuación: "Cada vez que te encuentres con la moral baja y la confianza en ti mismo flaquee, túmbate en tu cama o aíslate, cierra los ojos y visualiza ésta, tu habitación particular. Dentro de ella estás tú mismo, con el carácter y fa forma de ser que te gustan. Recréate mirándote a ti mismo, piensa en la razón por la que estás haciendo todo esto, y tus faltas de confianza desaparecerán automáticamente, volviendo a sentirte animado y con fuerza para seguir adelante, haciendo lo que sea necesario hasta lograr completamente ser igual que tu imagen". Esta consideración se hace inmediatamente detrás del ejercicio de la escalera descrito. Una vez realizado el ejercicio, se enseña al paciente a desencadenar la visualización de la habitación, viéndose a sí mismo iluminado por la luz, ya sin problemas, y a ver cómo se superpone el mismo paciente, al día de hoy, con dudas y problemas, con esa imagen ya pura y perfecta. El paciente se energiza y sigue adelante con fuerzas renovadas. Funciona muy bien si se consigue desencadenar en el momento oportuno. Este ejercicio tiene pocas variantes. Cambiar la escalera de madera por otra diferente es válido, pero siempre teniendo en cuenta la limitación genérica de no incluir elementos demasiado racionales para evitar sorpresas. Cuando la terapia avanza y los ejercicios se repiten, es fácil que el paciente caiga en sueño convencional con éste, especialmente si se ha colocado al final de la terapia o antes de la orden, como suele ser normal. Para ello será necesario, en lugar de bajar la escalera, subirla, que es menos potente. Más adelante será

necesario incluso eliminar este ejercicio, o hacer escaleras muy cortas y rápidas sin el "módulo defensivo". También es válido que la escalera tenga varios tramos, por ejemplo, en los casos de pacientes con dificultad para relajar o visualizar. Con más tramos se hace más intenso y profundo. Lo normal es que sea bastante con uno sólo y graduar un poco la "velocidad de bajada", haciéndola más rápida o más lenta y tediosa, incidiendo más casi en cada peldaño. Hay pacientes que no visualizan nada o casi nada. Esta es una dificultad grande para inducir el trance hipnótico, que se puede paliar acudiendo a las sensaciones y sentimientos, a emociones. Por ejemplo, si se describe el .ejercicio del "avioncito" a la par que se habla del cielo azul intenso, se agrega que esta visión produce paz, tranquilidad, sosiego y que así se va relajando más y más, cayendo más profundo cada vez. Igual en los demás ejercicios, se trata de incidir en la sensación que produce, supliendo el efecto de la visualización directa, insistiendo en la profundización progresiva. El efecto final es el mismo que con las visualizaciones normales. De esta forma se evita que personas que no visualizan nada puedan ser sometidas a tratamiento, con lo que la población hipnotizable es prácticamente del 100%. POTENCIADORES

Los potenciadores son ejercicios concretos que sólo tienen como misión potenciar el ejercicio previamente realizado. También preparan, en cierta forma, para el siguiente. Consisten en conteos descendentes en los que se van intercalando frases alusivas a la relajación como "todavía más relajado", "aún más relajado", "más y más relajado", "cada vez más relajado", etc. Estas expresiones se colocan según la intensidad de la terapia, lo que el terapeuta quiera potenciar, el estado del paciente según sesiones transcurridas y los ejercicios que vienen a continuación. Tampoco se colocan potenciadores sin orden ni concierto y a voleo. Como máximo debe tres, separando todo lo separable, y esto en terapias muy fuertes, muy profundas. Cada potenciador, o cuenta descendente deberá ser realizado de mayor a menor en este orden, a medida que avanza el ejercicio de terapia, por ejemplo, uno de treinta, otro seguido de veinticinco y otro de quince; o bien, treinta, veinte y diez. Por tratar de dar una idea de potencialidad de estos ejercicios puede enunciarse que si se parte de una cifra superior a treinta se trataría de ejercicios fuertes; de más de veinte, moderados; y de diez o menos, suaves. Pero esto se considera así si se hace igual, es decir, intercalando las frases mencionadas más arriba cada cinco cuentas, por ejemplo. Hay que decir que si después de cada cuenta se añade alguna mención, el ejercicio es fortísimo; si se hace después de cada tres, es fuerte; después de cada cinco, moderado, y después de cada diez, flojo, Es importante tener claro que un ejercicio que se realice partiendo de treinta sin frases alusivas es flojo. Pero no se debe partir de treinta para añadir después otro de veinte, ron frases cada cinco, que es mucho más fuerte. Hay que diseñar con suma cuidado este tipo de potenciadores para no producir mezclas cuyo resultado no sea el que se busca: la potenciación consecutiva de cada terapia, y por ende, de la terapia total. Es correcto incluir potenciadores al comienzo de los ejercicios, cuando las sesiones avanzan y el paciente se va sensibilizando a ellos. Cabe sustituir visualizaciones por potenciadores, cuyo objeto no es otro que mantener la atención y la concentración del paciente, logrando a la vez la profundización en la memoria.

LA ASOCIACIÓN SEMÁNTICA

Bajo la fisura de Silvio y junto al pliegue temporal del cerebro humano se encuentran dos puntos vitales para la hipnosis: el área de Brocca y el área de Wernicke. Estos dos puntos trabajan durante toda la sesión, no se desactivan. En el área de Wernicke se encuentra la comprensión del lenguaje, y en la de Brocca, la respuesta del lenguaje.

El área de Wernicke funciona por asociación semántica. Cada palabra está asociada a otra, y esta a otra, y así sucesivamente y entre sí, de forma directa e indirecta, mediante un árbol de interconexión, de asociación. En la práctica es una red neuronal, que recibe el nombre de sistema reticular. Al mencionar una palabra se ponen en marcha las asociaciones correspondientes, tanto en forma positiva, haciendo que el proceso funcione, como en forma negativa, invalidándolo. Una palabra concreta incide en el proceso según la forma en que ha sido procesada. Términos como "relajado", "distendido", "rígido", "pesado", se asocian a sueño, ondas alfa, pre-sueño convencional; otros, como "tieso", "muerto", nada convencionales, despertarán cuadros de ansiedad. Cada palabra se encuentra dentro de un neurotransmisor con su asociación correspondiente semántica, despierta una imagen, asociada y, consiguientemente, una emoción asociada igualmente. Hay algunas que pueden resultar conflictivas como sexo, madre, padre, familia, enfermedad, violencia, etc. Las asociaciones positivas generalmente son del tipo de relajar, visualizar, colores, pesado, etc. Por tanto, hay que averiguar o deducir de la exposición del paciente, qué palabras pueden resultar conflictivas para evitar su uso, ya que pueden reportar la salida instantánea del proceso, o la generación de ansiedad. Por ejemplo, no es infrecuente ver personas que han tenido una mala experiencia con anestesia y que al oír esta palabra, saltan literalmente saliendo del proceso. SCRIPTS y METÁFORAS

Por script se entiende las órdenes específicas, frases o palabras concretas dentro de un ejercicio, que no se pueden alterar libremente porque tal como están concebidos producen asociaciones positivas de indudable trascendencia en la terapia. Cualquier otro ejercicio es modificable, este no. Los scripts se instalan en la memoria a corto plazo y se asocian a una pauta del Comportamiento en el otro hemisferio. Cuando esta asociación falla es a causa de alguna patología diferente, como la epilepsia, por ejemplo.

Los Scripts más conocidos y repetidos son: "relajación" en las pasadas iniciales; “líquido, gas o saco", para las relajaciones complementarias; "humo blanco, flores, luz" en las visualizaciones descritas. Para los ejercicios de terapia, en la autoestima, el bloque "quiero que te veas a ti mismo... ", que refuerza la autoconfianza. En el autoconcepto, “.... como te ven”, en la misma línea. En el autocontrol,.... te veas. como... ", que es una respuesta de pauta a la orden prioritaria, que va a la memoria a corto plazo con reflejo condicionado. Para la orden son imprescindibles frases, scripts, como “... ahora quiero que...”,..... a partir de ahora... ", muy eficaz; “... cada vez que... ", respuesta de la conducta generando una nueva asociación. Para el castigo, en la técnica aversiva, "cada vez que... sentirás…”, induciendo el impacto elegido, ya sea un sabor desagradable, repugnante, o un calambrazo, en el castigo fuerte. En estas acciones inducidas, la respuesta del trigémino es concreta, por lo que hay que ser muy cuidadoso en las elecciones de scripts y sus posibles asociaciones. Es normal que se induzca un sabor muy desagradable, en nuestro criterio, y el resultado sea una sensación de tristeza para el paciente, si tiene asociado a la tristeza ese sabor. Hay que elegir con sumo cuidado y comprobar bien estos extremos, concretizando de forma exacta los términos del sabor elegido. Cuando se introduce un script en la memoria a corto plazo que genera una respuesta orgánica, incompatible con la ya existente, una de las dos se destruye. Se destruye la que está en el estrato inferior de la memoria. El concepto nuevo prevalece sobre el viejo. Al introducir sensaciones tipo "sabor", "tristeza", "alegría", "amor", etc., definiciones un tanto inconcretas para cada cual, el trigémino las confunde generalmente, produciendo una respuesta diferente a la deseada. Por ejemplo, al inducir un sabor desagradable, cuando ha de saltar según la orden, el paciente siente tristeza, por la confusión del trigémino. Esto tiene fácil arreglo según acabamos de ver, y consiste en mencionar, por ejemplo, sabores concretos que .el paciente manifiesta serie profundamente desagradable en lugar de los lugares comunes como "matarratas", "aguarrás", "paja quemada", sabores que nadie tiene en su memoria realmente. Las metáforas son cuentos alusivos con una conclusión o corolario, cuya temática va orientada a la' patología que se pretende combatir y según el paciente manifieste sentirse al actuar bajo el condicionante patológico. Milton Erickson fue el precursor de este tipo de intervención, siendo muy conocidas algunas de sus metáforas. En el caso personal hay una colección utilizada con cierta regularidad, y que se describirán a continuación, en la forma en que pueden adaptarse a la forma de operar del terapeuta y para patologías mentales o nerviosas. Para el fisiológico, es de gran valor emplear otras que también se describen. También hay que aclarar que, para la línea de intervención expuesta, las metáforas son un complemento esporádico, no constante, que ayuda a la elaboración 'inconsciente de la terapia. Nunca va a sustituir a la terapia, simplemente ayuda y colabora en la fijación de la misma. Por lo tanto, no se deben utilizar sistemáticamente en cada sesión, es mejor alternarlas cuando la terapia ya comienza a calar, obteniéndose resultados, y a modo de refuerzo gráfico. La sala de cine. Sirve como refuerzo de la terapia, cuando el paciente mantiene la

duda de si esta terapia va a consolidarse en el futuro o se va a diluir. Este temor suele venir derivado de diversos tratamientos anteriores que sólo han conseguido desmoralizarlo, con unos tímidos resultados iniciales que después se diluyen.

Se hace ver al paciente que está en 'una sala de cine que tiene una pantalla muy moderna de 180 grados, semicircular, muy amplia. Él está sentado en el centro y observa que en el extremo más a su izquierda de la pantalla aparece su imagen anterior al tratamiento, cargada con todos los condicionantes que tanto le perjudican, con todos los síntomas que él ha descrito. A continuación se le hace ver que en el extremo contrario, completamente a su derecha, se muestra su imagen ideal, conforme la hayamos descrito a tenor de su patología, libre de cargas anteriores, feliz y satisfecho, seguro. Seguidamente se le pide que sitúe entre ambas imágenes su imagen actual. Se hace una breve pausa y se le induce a pensar que observe la distancia que hay entre su imagen actual y las otras dos. Hay que llevarle a ver que su imagen actual está más cerca de la ideal que de la anterior. Por último, se le pide que se fije atentamente en su imagen actual, observando cómo se mueve de manera casi imperceptible, pero constante, hacia la imagen ideal, que va avanzando conforme se acerca inexorablemente a la imagen ideal, mientras que simultáneamente la anterior va desdibujándose, perdiendo nitidez, desapareciendo. El inconsciente comprende que se está ante un tipo de terapia diferente, que es muy eficaz y duradera, y que el temor en la evolución futura queda descartado. Conviene emplear esta imagen cuando. el paciente ya ha evolucionado positivamente, aunque no lo suficiente como para estar fuera por completo del problema que arrastraba. Normalmente se utiliza en la cuarta sesión, al terminar, a modo' casi de orden post-hipnótica, y siempre que las dudas en la evolución sean claras. Volar en globo. Es una adaptación personal de la descrita por Erickson. Resulta muy

útil para patologías del tipo obsesivo-compulsivo, de muy baja autoestima y una inseguridad muy elevada, con pacientes muy condicionados cuya respuesta se encuentra en la línea indicada. Se recomienda introducir esta metáfora después de la segunda o tercera sesión, según cómo vaya evolucionando el paciente, y ya usarla de nuevo. Comienza induciendo al paciente el deseo de verse definitivamente libre, de volar libremente, y llevarlo a que vuele realmente subiéndose a la barquilla de un globo aerostático que está en un campo abierto. El globo está sujeto a tierra por bolsas de lastre muy pesadas, que impiden "que éste despegue. Esas bolsas tienen nombre y se citan los síntomas más destacados; por ejemplo, una bolsa se llama "ansiedad", otra "Inseguridad", hay otra que pone "obsesiones compulsivas", otra "miedos irracionales". Para no hacerlo tedioso no deberán citarse más de cuatro o cinco elementos. Ahora el paciente está listo y desea volar. Se le hace ver que con sus propias manos va desatando las bolsas sucesivamente. La última bolsa será la que signifique el lastre más llamativo de su patología. El globo va despegando un poco con cada bolsa desatada y arrojada fuera, hasta que al desatar la última despega sin problemas, se eleva y alcanza la altura que el paciente desea. Hay que hacerle notar en su cara el sol y la brisa fresca, que está admirando paisajes variados, que maneja y' dirige el globo a su antojo, subiendo y bajando cuando y como desea. Ahora es el dueño del globo, ahora es el dueño de su vida. Es bueno indicarle que si se asoma mirando hacia abajo verá los lastres allá lejos, en el suelo, reforzando la sensación de dominio y libertad.

Prueba de la capacidad terapéutica de este ejercicio se manifestó con un paciente que expresaba un verdadero ataque de ansiedad muy fuerte, al verse volar libremente. Al salir del trance relató que el motivo de esa ansiedad es que veía cómo los lastres tenían vida propia y subían por la barquilla del globo, alcanzándolo y llevándolo a tierra de nuevo. Evidentemente estaba tejes aún de la remisión de la patología. No conviene confundir este tipo de técnica con la del psicodrama, puesto que éste trata de sumergir al paciente en situaciones imaginarias, pero que podrían ser reales de acuerdo con su patología, mientras que la metáfora es un cuento alusivo que entronca con su patología, especialmente con el desenlace del cuento metafórico. En el caso mencionado más arriba, la técnica del psicodrama, colocando al paciente en una situación de elevado riesgo (tres hombres le atracaban) se le h izo ver sus reales posibilidades al ser capaz de enfrentarse a ellos; utilizando su inteligencia conseguía convencer a sus atacantes de que era mejor para ellos dejarlo ahí y marcharse. Ya se sintió seguro como para enfrentar esa situación. Para los tratamientos fisiológicos la única línea de trabajo comprobada hasta el momento es la del calor. En esta, terapia se comienza por "ver" que se declara un incendio pavoroso en el órgano o zona afectada. Este incendio provoca que la temperatura suba constantemente. Cuando comienza el feedback, y se nota en la mano, se cambia de metáfora para mantener más fácilmente la atención del, paciente focalizada en el incendio y la temperatura. El diafragma fotográfico. Los más aficionados a fa fotografía saben que hay varios

tipos de diafragma y que sirven para regular el paso de luz a la película, esto es lo importante. Si se aplica este concepto al trabajo terapéutico, puede emplearse para evitar que vengan esos pensamientos insistentes de incapacidad, impotencia, para sacar fuera esas sensaciones de inseguridad tan reticentes. Es aplicable también en temas de eyaculación precoz, así como para inducir el sueño normal y dormir plácidamente. Al final de la terapia se pone al paciente en situación de revivir alguno de esos momentos en que-se siente más preocupado, más afectado. Cuando está reviviendo esa sensación se le explica que a partir de ese momento va a tener en su mente a su disposición ese diafragma que va a impedir que entren pensamientos, sensaciones o sugestiones in deseadas o indeseables. Hay que explicar que este proceso precisa de algo de ejercicio para habituarse a desencadenar ese tipo de imágenes y manejarlas con soltura. Metáforas con herramientas. Útil en los ejercicios de hipertermia. Se toma en la

mano una barra de hierro, un cepillo metálico o un soplete. La barra de hierro y el cepillo metálico han sido previamente calentados al rojo vivo; el soplete está encendido a plena potencia. Todos entran en su organismo como "un cuchillo caliente en la mantequilla", por el lugar donde se coloca la mano a modo de tapa (ver más adelante). Estas herramientas llegan a la zona dañada y comienzan a frotarla, a rasparía, a atacar las formaciones que interese eliminar, o a suavizar, estirar, cauterizar, etc., según el tratamiento. Conviene utilizar una o como máximo dos por sesión... para variar de una a otra y no cansar reiterativamente al paciente.

Metáfora del volcán. Resulta de gran ayuda por la gran facilidad con que los

pacientes aumentan su temperatura. Se indica que más arriba de la mano, de la tapa, aparece un volcán en erupción. La lava va a parar directamente encima de la zona a tratar, y toda esa área se está llenando de magma incandescente, lava candente. Ésta se desliza llenando toda la zona y arrasa con todos los problemas que existen en esa área. Se mantiene aproximadamente tres minutos, fina/izando con /a indicación de que la lava se solidifica y desaparece. Esta metáfora permite trasladar el incendio, la temperatura de un órgano a otro que esté próximo, sin necesidad de tener que "apagar" y "encender" de nuevo en otro lado, como resulta necesario si los órganos están muy distantes. Metáfora de los hombrecitos blancos. Es muy útil para terminar una sesión de

hipertermia, puesto que permite tener la precaución de regenerar partes tratadas que pudieran verse, afectadas por la temperatura, como cualquier órgano que tenga mucosa y flora, intestino, garganta, matriz, etc. Se hace ver que ha entrado en esa zona un ejército de hombrecitos blancos, que son los glóbulos blancos. Los que van en cabeza llevan lanzallamas a plena potencia con los que atacan desde todas las posiciones posibles el problema tratado. Los que vienen detrás están provistos de toda clase de herramientas y, aprovechando la elevada temperatura cauterizan, elastizan, regeneran el tejido afectado, la mucosa, la flora. Es evidente que se pueden realizar variantes de estos ejercicios, adaptándolos a las necesidades concretas de cada caso. Para una buena hipertermia es normal utilizar en cada sesión tres metáforas de las descritas, como mínimo, siempre que el tiempo de intervención y la dolencia tratada lo permitan. EJERCICIOS DE TERAPIA

Los ejercicios de terapia, como se indicó antes, son concretamente tos dirigidos a la autoestima, autoconcepto, autocontrol, orden y castigo, más un ejercicio concreto de tratamientos fisiológicos y las órdenes post-hipnóticas. Con el ejercicio de autoestima se pretende que ésta se eleve, tome fuerza si está hundida, que lo suele estar. La autoestima es la forma de verse, de quererse y de aceptarse el ser humano a sí mismo. Cuando es baja, se siente y manifiesta cierta incapacidad por hacer y lograr cosas generalmente comunes, mientras que se admira a los demás por hacer cosas que parecen grandiosas, aunque sean corrientes. Al nacer, el hombre dispone de un bagaje de autoestima muy justo para el resto de su vida. Si a lo largo del trayecto recibe reproches o reveses, sin sentido y continuos, ésta se va debilitando. Si se reciben parabienes y felicitaciones, o se tienen éxitos contrastados, la autoestima se fortalece. Por esto, la educación del niño ha de ser cuidadosa en este aspecto, de forma que se le reconvenga en los momentos adecuados y se le premie de igual forma. Los sistemas de educación rigoristas, que sólo reprimen sin premiar, producen bajas de autoestima y más tarde aparecerán individuos inseguros, con crisis de ansiedad frecuentes. Es curioso observar que la educación de tipo muy liberal produce. igualmente individuos inseguros y con carencia de objetivos. Dos formas radicalmente opuestas de educar, con los mismos o muy parecidos resultados finales.

Los ejercicios se componen de frases alusivas a aceptarse y verse como cada cual quiere ser, ya que el terapeuta ni debe ni puede entrar en cómo cada cual se considera o se desea ver a sí mismo. Según las patologías este ejercicio puede ser uno sólo o existir la necesidad de doblarse, por ejemplo, en depresiones fuertes. Además de incidir en cómo quiere ser, hay que hacer que el paciente se vea como si ya hubiera superado todo y está fuera de patologías. Tiene que verse ya realizado, sin problemas, habiendo superado todo de forma satisfactoria. Debe verse superando concretamente situaciones adversas en relación con su patología, es decir, superando esos momentos en que se siente peor, que son concretos generalmente, y superándolas de forma natural, sin esfuerzos. Estos ejercicios deben desarrollarse de forma monótona, cadenciosa, incluso aburrida. Hay que ir incidiendo con un ritmo adaptado a las características y patología del paciente, no a la velocidad que le apetezca al terapeuta. Un ejercicio de autoestima típico y tópico puede ser el que a continuación se detalla: "Ahora, quiero que te imagines a ti mismo, que te veas realmente como quieres ser, su verdadero yo, lleno de vida y con un total control de ti mismo. Ese es el hombre en quien te quieres transformar. En este momento te estás haciendo una promesa a ti mismo, un compromiso de transformarte en su verdadero yo. Este compromiso será cada día más fuerte. De ahora en adelante, cada día te transformarás un poco más en este tipo de persona que quieres ser. Estarás relajado y sereno, no importa lo que esté sucediendo a tu alrededor, te sentirás lleno de energía y te será muy fácil mantener estrictamente este tipo de vida elegido, todos los días, sin importar lo que hagas o dónde estés". El autoconcepto es la forma como considera el individuo que los demás lo ven y piensan que es. Es decir, es una opinión subjetiva de si mismo, supeditada a lo que se creemos que los demás piensan de si, sin que sea necesario que esto deba ser cierto. Personas con el autoconcepto dañado o bajo son aquellas que siempre están pendientes de lo que los demás van a pensar, no de lo que a ellos les apetece. Supeditan gran parte de sus actos a lo que creen que va a agradar más a los otros, no a ellos mismos. El ejercicio de autoconcepto debe ir dirigido a que el sujeto se vea como quiere ser, no como piensa que los demás lo ven o creen que es. Este ejercicio en todos los casos, y doblado para patologías' más graves, debe ser realizado dirigiéndose a tres aspectos fundamentales: -

El yo por encima de las circunstancias

-

El yo fuerte, poco influenciable

-

El yo positivo

En primer lugar, es necesario aislar al yo y hacerle ver que es capaz de pasar por encima de lo que haya indicado el paciente como primordial; luego se hace ver un yo fuerte, seguro, firme, sin posibilidad de caer de nuevo en errores y, finalmente,

un yo que piensa siempre en positivo, que no decae ante nada, que va a extraer lo mejor de cada situación. A continuación se inserta un ejercicio de tipo de autoconcepto: "Ahora ya estás al margen de opiniones ajenas' sobre ti. No te interesa más que tu propia opinión, de fe que estás seguro y convencido. Tu entorno te interesa sólo en la medida de compartir con ellos, te sientes superior porque lo eres y las opiniones del entorno sabes que son sólo eso, opiniones. Ya estás por encima de ese tipo de comentarios y sólo te interesa fa que realmente eres capaz de hacer, sin pararte a pensar lo que los demás puedan decir u opinar. Ya no condicionas tus actos, tu vida, a opiniones de terceros que ya han dejado de importarte". El autocontrol, corno su propio nombre indica, se refiere a la capacidad de controlar situaciones del paciente, pero muy en especial la capacidad de controlarse a sí mismo, a no perder el dominio de todas las acciones, por difícil que resulte la situación. Caso arquetípico es el del tímido que enrojece con cualquier cosa; el autocontrol le va a facilitar olvidarse de este problema, primero, y aprender a dominarlo después, desapareciendo en poco tiempo. También hay que emplear este tipo de ejercicios en todas aquellas patologías que implican algún tipo de pérdida de control, bien sea por irritabilidad, por desánimo o por cualquier otra circunstancia. Prácticamente en todas. El ejercicio concreto de cada terapia vendrá dado por aquellas situaciones que el paciente nos ha comentado como propicias a la pérdida de control correspondiente, incidiendo en estos puntos concretos de forma directa y generalizando a cualquier otra circunstancia. Se detalla a continuación un ejercicio de autocontrol, extraído de una terapia concreta: "Ahora quiero que te veas a ti mismo seguro, firme, convencido de lo que haces y cómo lo haces. Ya puedes contratar perfectamente tus reacciones porque te sabes superior a todo y e todos. Ahora ya heces tu vida de forma normal, haciendo amigos, relacionándote con la gente que consideras que te interesa, porque ya sabes lo que tienes que hacer y sabes cómo hacerla, sin más dudas ni temores. Ya sabes que puedes hacer lo que le apetezca sin miedos, ni timidez, ni nada por ese estilo. Tú ya es superior a esos sentimientos". La orden es el ejercicio de terapia por excelencia, ya que no tiene ni puede tener conceptos previos. Simplemente se trata de "ordenar" al paciente que deje de hacer aquello en lo que está fallando, en el motivo de su patología y, por lo tanto, de su terapia. Hay que resaltar los momentos en que debe dejar de hacer esto o hacer aquello, que serán los mencionados por el paciente de forma específica, y redondear con alusiones a la autoestima, haciéndole verse de forma que está superando todos los inconvenientes que venía arrastrando. La orden debe ser dada de forma autoritaria, tajante, aunque sin estridencias. El tono de voz ha de ser firme y seguro, no necesariamente elevado. También debe ser lo más corta que sea posible para ganar en intensidad. Una orden larga, reiterativa y tediosa pierde efectividad de forma exponencial. Ahora se inserta una orden concreta de un ejercicio de terapia de un médico con fobia:

"Ahora ya sabes que el condicionamiento que mantienes desde hace mucho tiempo con respecto a ver cadáveres, ya no te afecta más. Ya eres superior a los efectos de esos sentimientos y te escudas en otros miedos al sentir ansiedad, que también deja de acosarte. Quiero que te imagines esta escena: vas a su trabajo, la consulta llena, todos te observan, te consultan, quieren hablarte, pero temes que te asalte la ansiedad, ser incapaz de atender a todos. Sin embargo, te superas a ti mismo, atiendes a todos y ves que todo es normal, sin ansiedad, ni temor, ni pánico. Ahora ya puedes hacer lo que deseas sin más limitaciones que tus propios deseos, tus anhelos. Ya eres capaz de pasar por encima de bromas pesadas y de mal gusto, sin considerarlas y especia/mente, sin que te causen daño alguno, olvidándolas de inmediato. Ya eres superior a todo y a todos y esas cosas han dejado de afectarte para siempre. También tienes que superar el sentimiento de frustración que te acompaña desde pequeño por la educación recibida de tu padre. Todos esos sentimientos ya han terminado, pero especia/mente ya dejas de focalizarlos en fobias a nada ni a nadie. Ya eres capaz de superar ese tipo de sentimientos. Todo esto es lo necesario para el nuevo tipo de vida que quieres tener y tú lo sabes, por eso nunca abandonarás esto que se te pide, y te mostrarás muy contento y realizado con los resultados". Hay varios tipos de patologías que necesitan de un ejercicio de rechazo; a modo de castigo, también llamados aversivos por la aversión que producen. Para mayor efectividad suelen situarse al final, después de la orden, y mejor aún como orden pos hipnótica, según los casos. Los ejercicios de aversivos o de castigo son de dos tipos; fuerte y suave. El castigo suave consiste en inducir un sabor negativo, muy concreto para el paciente y que le reporte connotaciones desagradables en sumo grado. Hay muchos pacientes que no encuentran ningún tipo de comida especialmente desagradable, por lo que hay que recurrir a elementos consabidos y comunes como el sabor a chinches, aguarrás, cucarachas, etc. El riesgo de estos elementos comunes es que nadie ha comido nunca nada de esto y, por tanto, no se puede conectar mentalmente con este tipo de sabor. En estos casos es mejor recurrir a situaciones que, en general, resultan repugnantes, como los vómitos o la colitis. Se recrea una situación teórica visualizada en la que cada vez que el paciente va a hacer lo que se pretenda eliminar, se reproducirá el sabor desagradable, no sólo como elemento de alarma, sino como elemento disuasorio de esas acciones. Es válido para todas las dependencias, e incluso para patologías con un fuerte trastorno de personalidad. El castigo fuerte es exclusivamente la inducción de un calambrazo en idénticas circunstancias a lo anteriormente expuesto. Tiene más vigencia que el sabor y más efectividad, pero es más difícil de inducir, excepto si se dispone de una máquina inductora de descargas que permite dar calambrazos de poca tensión y con un amperaje muy exiguo, para evitar quemaduras y efectos indeseados (cuidado con pacientes con marcapasos, no se puede inducir esta técnica). Los terapeutas americanos inducen esta corriente de verdad, llegando a producir quemaduras reales leves, mientras que en Europa no está extendida la utilización de este tipo de aparatos. El castigo tiene una vigencia 'limitada por el tiempo en nuestra mente, pero una vez logrado el propósito principal, no tiene importancia que este efecto se pierda. Lo que sí tiene vigencia es la modificación que se produce en nuestros hábitos de conducta, pudiendo seguir con los nuevos de forma indefinida y consciente, aceptados como una nueva forma de comportamiento.

Los ejercicios de tratamiento fisiológico deben realizarse lo más aisladamente que sea posible, separados en el tiempo de los ejercicios de terapia, para que éstos obtengan la mayor potencia. Es sabido que si se mezclan dos tipos de terapia su potencia se divide entre ambos, nunca se va a sumar, excepto si se mezcla terapia y tratamiento fisiológico en una misma dirección. Es decir, potenciar autoestima y control para soportar los efectos de la quimioterapia, más el fisiológico correspondiente. De esta forma el tratamiento sí funciona, pero tratar dos o tres puntos fisiológicos diferentes en la misma sesión divide la potencia y la efectividad por dos o por tres, respectivamente. El ejercicio fisiológico incluye la sensación táctil para ayudar a aislar la zona concreta que se quiere tratar, pero si esta zona es mayor, hay que poner las dos manos además de hacer una extensa descripción de dicha zona, en vigilia previamente, y en hipnosis después. La única técnica conocida, de resultados probados, es la de la hipertermia (o hipotermia, en su caso), que consiste en inducir calor a elevadas temperaturas y hacer ver que este calor actúa en la dirección que nos interesa. Por su importancia la trataremos separadamente, más adelante. Finalmente, se tratará la orden post-hipnótica, muy divulgada en determinadas actuaciones teatrales, pero mal conocida, como casi toda la técnica. Es una orden muy concreta y específica que se da en algún momento del ejercicio, de preferencia al final, inmediatamente antes de la salida. Es muy corta, concreta, concisa y debe referirse al punto o los puntos verdaderamente esenciales en ese momento, ya que se puede cambiar en cualquier sesión. Pura aumentar la eficacia hay que hacerla en forma de bucle reiterativo, que no es otra osa que una idea repetida de diferentes formas muchas veces, como mínimo cuatro para que surta el efecto apetecido. Cuando se trata de algo terapéutico, debe llevar una mención especial que la distingue de las demás órdenes, y es que tiene que ir envuelta por la idea base " ... a partir de este momento y hasta la próxima sesión ... ". Es una muy buena ayuda para el ejercicio de orden principal y colabora en fijar las ideas más urgentes, según la patología y la gravedad. Una orden post-hipnótica es también la que se envía en un programa televisivo o en el teatro, al individuo voluntario, que permite poner de forma automática al sujeto en trance al emitir dicha orden de nuevo, estando despierto. Es una clave, como un chasquido de dedos o una palabra convenida, que al utilizarse coloca al sujeto en el mismo punto en el que estaba cuando se le dio. Por eso se presentan esos actos tan impactantes, como si se tratara de un poder sobrenatural, mediante los cuales las personas caen en trance con sólo poner el dedo en la frente. Hay que indicar en seguida que estas órdenes post-hipnóticas sólo las puede utilizar el hipnólogo que las puso, ya que si cualquier otra persona tratase de hacer uso de ellas resultaría inútil, el sujeto no haría el menor caso de ellas. Este tipo de órdenes se difuminan con el tiempo, no mantienen su vigencia. Por esto las terapéuticas es bueno renovarlas cada sesión, o cambiarlas por otras diferentes. EL ENCADENADO DE BAJADA

Este nombre es exclusivo y diferenciador de esta técnica, la inductiva, al menos de momento, con respecto a las demás. Se conoce así al conjunto de ejercicios que se

preparan para situar al paciente en el punto que el terapeuta considera que debe alcanzar para que la terapia sea lo más eficaz posible. Este conjunto de ejercicios está compuesto por visualizaciones, potenciadores y relajaciones complementarias ya descritas anteriormente. Dependiendo de la patología y de las características del paciente se conjuntan buscando el correcto enfoque de la patología. No se deben efectuar dos visualizaciones seguidas ya que se elimine potencia, han de ir separadas, bien por un potenciador bien por una relajación complementaria como mínimo. Los potenciadores resultan más efectivos, en cuanto a potencia añadida, que las relajaciones complementarias, salvo que se apliquen la ascendente y descendente seguidas y en este orden, resultando entonces la máxima potencia alcanzable. El encadenado de bajada se compone de un mínimo de dos ejercicios y de un máximo de seis, considerando que un diseño con tres ejercicios podría ser muy fuerte al poner, por ejemplo, un 'bloque compuesto por la visualización del avión -potenciador de veinte-y visualización de la pradera. En este diseño, si sustituimos el potenciador por las dos complementarias cruzadas (arriba y abajo, seguidas), la potencia se eleva considerablemente. No es igual tratar un depresión leve o una ansiedad moderada que una dependencia a las drogas o que una timidez. Además, dependerá del grado de cronicidad y del sentimiento que el paciente exprese al sufrir la patología de que se trate. Es evidente que lo que para el terapeuta es leve, para el paciente puede ser grave, en cuanto a sensaciones vividas. Pero también hay personas que no dan importancia, por desconocimiento o por cualquier otro motivo a determinados síntomas, y no los comentan. Hay pacientes que manifiestan no sufrir ansiedad y al hacerles un test adecuado, han arrojado resultados de ansiedad grave; simplemente no identificaban los síntomas. Paralelamente, hay personas que expresan sufrir unos episodios de ansiedad muy fuertes, cuando realmente son moderados. Hay que averiguar los síntomas y tratar de desposeerlos de la carga de emocionalidad que llevan, al ser sensaciones subjetivas. Cuando el paciente asiste a la primera visita, el terapeuta no sólo ha de tomar nota cuidadosa de todos los síntomas y sensaciones, sino que debe comprobar cómo se relaja y cómo visualiza. Para ello se relaja el paciente con sólo cuatro 'pasadas, excepto si hay resistencias, en cuyo caso hay que alargarse hasta que relaja del todo. Se realiza un ejercicio muy leve, el de la pizarra con una letra sólo, y luego se le lleva a un estado de relajación progresiva, observando todas sus reacciones. Finalmente, cuando se termina esta comprobación, se anotan todas las sensaciones, incluso si la música era sentida como alta o baja, el título del CD utilizado (ya no se debe cambiar nunca más), y de qué forma ha visto la pizarra y la letra. Todo esto indica la forma de relajarse que tiene y de qué forma debe atacarse la patología, por medio .del diseño correspondiente, el más adecuado. Hay que tener muy presente que todo este proceso está dominado por los sugestiónamientos condicionantes. Estas sugestiones no son verbales ni claras, Implemente son aquellas condiciones en que se está dando el proceso hipnótico y de les que van a depender las futuras sesiones.

La no variación del ambiente en que se desarrollan las sesiones, los colores, la música, la voz del terapeuta, todo ello contribuye a una mas rápida relajación consecutiva. Son condicionantes que el terapeuta tiene que conocer y no desatender. DIFERENTES TIPOS DE ENCADENADO

Hay dos variables por considerar a la hora de diseñar una terapia: las características del paciente y la patología por tratar, con sus especiales connotaciones. Por un lado, hay que diseñar la terapia según el paciente relaja y visualiza. A mayor facilidad, menos ejercicios y más suaves. A mayores resistencias, ejercicios más fuertes y largos. A esto se une la sintomatología del paciente. Si la patología es más cronificada y grave, hay que bajar más profundamente. Con patologías más leves nos quedamos más arriba. Se parte de la base común de que la relajación se hace a la medida, pero teniendo en cuenta que si el encadenado es fuerte nunca debe ponerse una relajación suave, muy al contrario, se tienen que acompasar la relajación y el encadenado de forma armónica. Por lo tanto, simplemente ha de emplearse la relajación básica en todos los diseños, cando por sentado que hay que acomodar este comienzo a las dos variables antedichas. Un encadenado de bajada clásico, sencillo, para patologías medias o leves, sería el siguiente: -

Relajación x cuatro pasadas. R. complementaria ascendente. R. complementaria descendente. Visualización de la pradera. Ejercicio de autoestima Escalera + habitación. Orden Castigo (si procede) Salida proporcional

Con este diseño se pueden tratar patologías no muy complicadas, no cronificadas en exceso. Si quisiera hacerse aún más suave, sólo habría que sustituir la visualización de la pradera por la del avioncito, y para hacerla aún más suave, con la pizarra. Por el contrario, si el deseo es fortalecerlo, bastaría con anteponer un potenciador al ejercicio de autoestima, y si acaso, otro delante de la orden, o entre la orden y el castigo, en este caso concreto. Para asuntos mucho más complicados podría hacerse de la siguiente forma: -

Relajación proporcional. Visualización avión (media). Relajación complementaria ascendente. Relajación complementaria descendente. Potenciador adecuado. Visualización pradera. Potenciador adecuado. Ejercicio de autoestima. Ejercicio de autoconcepto. Ejercicio de autocontrol.

-

Escalera + habitación. Orden. Orden post-hipnótica (si procede). Salida, cuenta ascendente con un mínimo de diez.

En casos ya más graves, se duplica el ejercicio de autoestima y los de autoconcepto y autocontrol, según las características de la patología y de) paciente. Es evidente que la forma de potenciar o aflojar este diseño es a base de agregar o quitar elementos de los potenciadores, menos cuenta y más espaciado o más apretada la mención; también añadiendo o eliminando elementos de visualización, llegando incluso a insertar algún potenciador más entre los ejercicios de autoestima y autoconcepto, por ejemplo. Si se sustituyen las dos relajaciones complementarias por un potenciador, el global del ejercicio disminuye la potencia; en este caso se puede insertar la complementaria descendente como contrapunto a la relajación, dando entrada así al encadenado de bajada. Este diseño permitiría atacar fobias cronificadas, obsesiones compulsivas, tendencias paranoides y dependencias, a título enunciativo. A la hora de diseñar un encadenado de bajada, puede elegirse entre utilizar potenciadores, relajaciones complementarias o los dos mezclados, como se ha indicado antes. La relajación complementaria es más suave que el potenciador, del que no hay límites en cuanto a las veces que se aplique, con la sola precaución de que cada potenciador debe ser más suave que el anterior, a medida que avanza el ejercicio, nunca al contrario. Un encadenado de bajada diseñado de mayor a menor, de más fuerte a más débil, sería como se indica a continuación:

Fuerte Relaj. Complement. Visualización Potenciador Visualización Potenciador Visualización

Medio Relaj. Complement. Visualización Potenciador Visualización

Débil Relaj. Complement. Visualización Relaj. complement Visualización

La utilización de relajaciones complementarias viene dada por la potencia que se busca, pero muy especialmente por la facilidad o dificultad que presenta el paciente para entrar en trance. Si entra mal, hay que incluir relajaciones complementarias; si lo hace con facilidad, potenciadores. En este caso no son imprescindibles las complementarias. Los criterios básicos de utilización son: 1. Aplicar multiplicador de relajaciones complementarias, si se hace con respecto al bloque de relajación (inmediatamente detrás ésta) en sentido contrario. 2. Utilizar potenciador / es si se quiere aumentar la potencia del bloque. 3. Cromopatía adecuada para incrementar la potencia del REM. 4. Incremento de blancos para aumentar la penetración. 5. Empezar este bloque con visualizaciones cuando hay dificultad para el REM, duerme malo no se concentra. 6. Si hay problemas espasmódicos conviene entrar en el encadenado con complementarias cruzadas. 7. Para evitar dificultades de trance o de asumir la terapia, se aconseja entrar y salir de este bloque con potenciadores. Si se quiere llevar a cabo un tratamiento fisiológico, sin demasiada trascendencia, se podría efectuar al final de la habitación, en lugar de la orden post-hipnótica. Pero si se desea desarrollar un tratamiento fisiológico como debe ser, directo y buscando eficacia, el diseño sería aproximadamente como este: Relajación proporcional. Relajación complementaria descendente (cruza con la última anterior). Visualización media. Potenciador. Visualización fuerte. Aislamiento total. Potenciador acorde (bajando de tres en tres, o de cinco en cinco, opcional según relaje). Aislamiento de zona a tratar. Visualización de la zona a tratar. Comienza sensación táctil. Elevar temperatura mediante bucles reiterativos. Visualizar el cambio operado, manteniendo alta la temperatura. Bajada de temperatura mediante bucles también. Salida proporcional, normalmente entre diez y quince. Antes de continuar se explicará lo que son los bucles reiterativos. Son frases que se repiten alrededor de un mismo tema, de una misma idea. Para que surtan efecto hay que repetirlos cuatro veces como mínimo y ocho como máximo. No se repite la misma frase de la misma forma a modo de letanía, sólo se trata de repetir lo mismo, expresando la misma idea de diferentes formas. El aislamiento de la zona por tratar se hace primero indicando al paciente que se aísle de todo, sólo va a oír la música ambiente y la voz del terapeuta. Una vez aislado del medio ambiente, se le pide .que centre su atención y toda su energía en la zona que se va tratar. Se utilizan los bucles reiterativos para la descripción de la zona, de forma que quede perfectamente claro lo que se va a tratar y se añade la sensación táctil, colocando la mano directamente encima de la zona, previniéndolo y explicándolo. Se prevé y se explica con la indicación concreta:

"Después de que cuente hasta cinco, colocaré mi mano sobre la rodilla (supuesta zona afectada) y notarás cómo un. incendio se va desatando en esa zona (indicar claramente). Este incendio sólo afecta a lo que es extraño a tu cuerpo, ni siquiera afecta al órgano... La temperatura va subiendo… subiendo... subiendo, de forma imparable. La temperatura ya es muy fuerte, casi irresistible, pero sigue subiendo. Lo puedes aguantar bien. Con la temperatura tan alta los músculos se distienden, la herida cicatriza (la glándula se estimula). Observa cómo va cicatrizando... (Se repite varias veces durante los tiempos reseñados). Ahora empieza a descender y al bajar la temperatura retiraré mi mano y todo volverá suavemente a la normalidad". El terapeuta nunca puede saber cuál es el tiempo de curación de un tratamiento fisiológico, debido a que desconoce la forma de reacción del paciente y la manera como evoluciona lo tratado. Normalmente son necesarias varias sesiones hasta comprobar que ha evolucionado de manera satisfactoria, más de tres y menos de ocho, generalmente. No se puede estar más de dos o tres minutos en la zona tratada, según patologías, elevando, la temperatura, ya que existe el riesgo de realizar una quemadura real, aunque más leve. El terapeuta debe comprobar en su mano las reacciones a la elevación de temperatura, comprobando si se trata de a ráfagas o se mantiene la temperatura alta de forma constante. Lo eficaz es que sea de forma constante y no a ráfagas, ya que esto implica que el paciente no logra mantener la concentración de manera continua sobre la zona con temperatura elevada. En las lesiones musculares o articulares, como los esguinces, hay que advertir al paciente que si bien el dolor desaparece y se puede caminar, la lesión sigue estando ahí en cierta forma, muy mejorada, pero no definitivamente curada, por lo que deberá extremar las precauciones para poder caminar sin realizar esfuerzos innecesarios, que podrían agravarla más. Por este mismo tratamiento tipo se llegaría a la hipnosis anestésica, en la que, según la intensidad que se pretenda, hay que bajar más o menos, intensificando Con bucles, conteos descendentes más fuertes y visualizaciones, hasta donde interese para el buen fin perseguido. Realmente se trata de desensibilizar la zona tratada, procediéndose por un método de confusión táctil para lograr el adormecimiento por falta de sensibilidad de la zona afectada. Es fácil que si hay intervenciones largas, el terapeuta deba insistir periódicamente sobre el paciente para evitar una salida espontánea, aunque no hubiera dolor. Esta insistencia es fácil de hacer utilizando recuerdos gratos o situaciones agradables, placenteras. Para la analgesia, ausencia de dolor incluso para intervenciones quirúrgicas, se procede de igual manera que para el tratamiento fisiológico, cambiando la constante hipertermia por el aislamiento total progresivo y durante mucho tiempo de la zona en cuestión, incluso empleando el frío, sin mucha insistencia, para lograr una reducción del riego y menos dolor, siempre y cuando la situación general lo permita y aconseje. LA HIPERTERMIA HIPNOIDEA

Este es un protocolo de intervención concreto, diseñado, desarrollado y. puesto al día íntegramente por el director de la Escuela Superior de Hipnoterapia de Valencia,

Dr. Jesús Genaro González, como adaptación a la hipnosis clínica, a partir de la hipertermia electromagnética, es decir, la hipertermia con aparatos. Se han recogido diversos trabajos realizados en diferentes lugares y con distintos métodos, desde hace algunos años, pero sin que exista una definición tan clara y concreta como se explica a continuación. La hipertermia inducida consiste en la elevación de temperatura localmente hasta donde sea posible, manejándola en la forma y el sentido que interese, bien sea para cicatrizar una herida, para soldar una rotura o para aumentar el rendimiento de alguna glándula. Se han probado diferentes métodos, pero ninguno ha resultado tan eficaz y manejable como este. Hay que distinguir claramente entre calor y temperatura, conceptos diferentes dentro del mismo contexto. Lo que aquí se maneja es temperatura, que es lo que interesa desde el punto de vista terapéutico. Si la inducción de temperatura se hace de forma correcta, se debe alcanzar en la zona tratada, en el interior del organismo, alrededor de 12 a 15 grados. centígrados por encima de la temperatura corporal, similar a la que se logra por procedimientos del tipo de la radioterapia y que es suficiente para poder provocar, eliminar o favorecer el proceso de que se trate. Esta inducción de temperatura se genera realmente en la capa muscular más próxima al órgano o zona por tratar, y sale de dentro a fuera, por lo que es preciso colocar algo que impida que esa temperatura se disipe. Para ello se coloca encima de la zona tratada una placa, algún elemento como la mano, que le permita al terapeuta, no sólo saber cuándo se eleva la temperatura, sino cuánto calor se produce y, además, se logra que la temperatura se mueva de forma circular, favoreciendo el aumento de la misma en la zona. Por esto no se deben tratar zonas mayores de la superficie de la mano, como mucho la superficie de las dos manos; el calor se disiparía sin aplicación concreta. Las zonas pequeñas o muy pequeñas se deben aislar mediante agujas de acupuntura o, si es posible, con la yema de un dedo o dos, según la superficie que se trate. Hay que apoyarse en mensajes de tipo metafórico para facilitar más la visualización, por parte del paciente, de la zona afectada y tratada, y procurar una mayor aceptación: "se genera un incendio pavoroso en la zona... hombres con sopletes a plena potencia cauterizan... un ejército de hombrecitos blancos (los glóbulos blancos)... una barra de hierro candente entra en la zona... y todo lo que se ocurra que pueda actuar de manera positiva para el objetivo final. Se han descrito anteriormente como metáforas. El ejercicio tipo que se aconseja emplear como base de partida, teniendo en cuenta que en este caso no hay tiempo de hacer comprobaciones, es el siguiente: -

Relajación x tres. R.C.D. (opcional, según relaje). Avión. Potenciar quince. Pradera. Aislar zona. Visualizar zona. Hipertermia adecuada. Salida convencional.

Este ejercicio permite ajustar en más o en menos en sesiones sucesivas como convenga, pero suele resultar eficaz para una buena mayoría de pacientes desde el inicio. Los tiempos de intervención considerados orientativos, según cada tipo de tratamiento, se indican a continuación, aunque también dependen de la zona tratada y de otras circunstancias del momento: -

Cicatrización, máximo de cinco minutos con calor alto. Estimulación de glándulas, nunca más de tres o cuatro minutos. Cauterización, mínimo de diez minutos. Dilatación; máximo de dos o tres minutos.

El terapeuta capta el calor en su propia mano, por lo que puede saber bien cuál es. la marcha de sus sugestiones y el efecto que se induce. Pueden producirse ráfagas de calor, altibajos, si el paciente no logra mantener bien la concentración o elevar más la temperatura. Igualmente hay que considerar los posibles gestos del paciente, ya que puede manifestar más o menos molestia por ese calor alto y la subsiguiente incidencia en la zona tratada. El tiempo para el tratamiento se toma a partir del momento en que la mano perciba la respuesta de la temperatura (feedback), nunca antes, ya que no haríamos una aplicación efectiva. Para valorar esta respuesta calórica hay que considerar la cantidad de tejido adiposo que existe ,1y, por tanto, la dificultad en percibirlo en la mano. Siempre que se hace cauterización aparece una cicatriz producto de la misma, siendo posible la aparición de quemadura epidérmica, muy raramente, sin que existan posibles repercusiones sobre el sistema circulatorio. De producirse la quemadura epidérmica, ésta se trata con cremas normales antiquemaduras. Las respuestas del paciente. En caso de que se produzca un aumento general de

temperatura, en sesiones sucesivas hay que acortar la relajación y alargar el encadenado de bajada. En cambio, si no hay hipertermia, esto es, si la temperatura no sube, hay que aumentar la relajación y disminuir ligeramente el encadenado, aumentando el tiempo de inducción. Cuando se produce un back instantáneo, elevación brusca y fuerte, se reduce al mínimo la relajación y el encadenado, manteniendo la inducción. Hay casos en que baja ostensiblemente el umbral de dolor y este se hace insoportable; en este caso hay que multiplicar por dos la relajación, manteniendo el encadenado. Si se produce una reacción contraria, hipotermia generalizada, se está ante una reacción neurótica que autogenera somatización. Es necesario, entonces, aumentar considerablemente la relajación y el encadenado. Es aconsejable realizar un par de sesiones en vacío, sin hipertermia ni terapia, sólo entrar y salir, para habituar al proceso. En algunos casos el punto tratado no vuelve a la normalidad convencional con rapidez, como por ejemplo, en un esguince, manteniendo calor después de la salida. La recuperación se produce al cabo de máximo treinta minutos sin más problemas.

Al actuar sobre mucosas, y si se tiene la certeza de actuar sobre melanomas, no se be exceder un tiempo de diez minutos con calor para no afectar a esa mucosa. En este caso hay que elegir un número mayor de sesiones, en lugar de sesiones más largas, que pudieran resultar perjudiciales para las mucosas. Se puede realizar muy bien una lipólisis con hipertermia, pero hay que considerar que después de la disolución del nódulo graso es conveniente llevar a cabo dos sesiones más al menos "en vacío" , sin grasa ya, para generar receptores de insulina en la zona que impidan la regeneración de ese nódulo graso desaparecido. También se puede regenerar el tejido muscular en caso de pérdida. En casos de desgarro o rotura de músculo o tendón, al generar hipertermia se produce dilatación del músculo, siempre que no esté demasiado separado con retracción, y se puede soldar la parte desgarrada o rota. Por razones desconocidas las manchas de la piel, de melanina, no experimentan ningún cambio con el tratamiento, son refractarias a la hipertermia. Las irregularidades de la piel, como la piel de naranja, las marcas de acné, viruela, celulitis, etc., se resuelven bien con un mínimo de quince sesiones generalmente, eliminándose las marcas y quedando la piel lisa y tersa. Cuando se induce hipertermia son esperables dos tipos de reacción, consideradas desde el punto de vista de la lectura; una, la lactosa, sube en la epidermis de tal forma que hay una parte desensibilizada; la otra, sensación de quemazón del músculo, supone una elevación real de temperatura somatizada, que por efecto simpático pasa a toda la zona que se aísla, somatizando debajo.

En las zonas laterales al aislamiento hay una reacción de revascularización como refrigeración de la zona. El calor no penetra en estas zonas laterales por esa refrigeración. En el momento en que se deja de somatizar temperatura, o porque el terapeuta para, la vascularización se ocupa de toda la zona.

Cuando no funciona la hipertermia es porque. el paciente refrigera de forma automática, no' sintiéndose elevación de temperatura alguna. Hay que considerar que si la temperatura llegase a ser demasiado alta, esta forma de refrigeración descrita saltaría de forma automática. La hipotermia es también aprovechable según los casos. Este tratamiento sólo tiene aplicación en casos de imposible solución y como paliativo de efectos más dañinos, como en casos de melanomas con metástasis irreversibles que afecten a órganos que producen dolor intenso. La hipotermia sólo es aconsejable en este tipo de casos por los riegos que conlleva fa aplicación, ya que se podría llegar hasta la cristalización de la sangre con el evidente riesgo aparejado. Las visualizaciones tienen una importancia elevada en el proceso de hipertermia, puesto que la visualización activa el REM durante la bajada y además provoca que el subconsciente somatice la zona. Si el paciente no es capaz de visualizar bien hay que forzar el sistema con un par de sesiones en vado y con mucha visualización, acudiendo a los sentimientos, para adaptación. Hay dos tipos de pacientes que no visualizan: el neurótico tenso, que está a la defensiva, y el que simplemente no visualiza, sin saber por Qué. Otro caso es el de la persona que relajando. y visualizando bien.,.somatiza mal. En este caso hay que insistir en la adaptación al proceso.

PATOLOGÍAS TRATABLES Y DIFERENTES ABORDAJES

LOS SEIS GRUPOS DE PATOLOGÍAS TRATABLES

Son seis los grupos en que se insertan todas las patologías que están identificadas y que son susceptibles de tratamiento mediante hipnosis clínica: -

Fobias. Compulsiones. Represiones. Neuralgias. Dependencias. Tratamientos fisiológicos.

Aunque no constituye un grupo específico de patologías, cabe señalar como especialidad muy a tener en cuenta la hipnosis anestésica. Más adelante se explicará cómo se aplica y de qué forma se induce, ya que tiene muchas similitudes y puntos comunes con el protocolo de hipertermia. Fobias. Son un miedo insuperable a cualquier actividad o visión, que provoca altos

índices de ansiedad si se efectúa. Normalmente son estables, no suelen crecer en intensidad. Otra cosa que las caracteriza es el sentimiento del paciente, que se ve cada vez más afectado por la ansiedad, cada vez más grave, aunque se culpe a la fobia.

Que las fobias son estables significa que sólo se manifiestan en el momento de realizar la actividad de que se trate y que no crece. El miedo a volar sólo se da cuando el individuo se dirige hacia el avión, o cuando planea un viaje, no en casa viendo televisión (salvo vuelos inmediatos). No se eliminan de forma espontánea, pero sí puede llegar a lograrse algún tipo de adaptación que la haga menos molesta, más llevadera, pero sin eliminarse. Hay más de cien mil fobias clasificadas, prácticamente a toda actividad que uno pueda imaginarse, y suelen ser la consecuencia más directa de los estados de ansiedad. Se o tratan muy bien, respondiendo con relativa facilidad al tratamiento hipnótico, dependiendo del grado de cronicidad, de la intensidad y de la situación general del paciente. Compulsiones. Suponen una pérdida de control neurótico sobre determinada

actividad. Es una respuesta de tipo neurótico a comportamientos incontrolados. Esta dolencia es dinámica, no estable y generalmente acaba en adicción. También dependiendo del estado del paciente, y de la gravedad de su estado, crecen con mayor o menor rapidez. La adicción en que suele terminar se combate bien, siempre y cuando se haya detectado el estado compulsivo, y se trate especialmente este aspecto, no la adicción de forma directa. A título de ejemplo e encuentra el caso del fumador compulsivo. Fuma por compulsiones cuando le afecta el descontrol que sea. Hay que tratar primero y especialmente este aspecto compulsivo, para poder eliminar, normalmente de forma casi espontánea, la adicción. Represiones. Las represiones suponen una inhibición de la actuación voluntaria y

neurótica y producen ansiedad. Las causas que las originan son muy diversas: pueden ser traumas, educación represiva en la infancia, inseguridad, etc. Cualquier actividad que haga que el sujeto se inhiba, violentando su natural tendencia o deseo. Las patologías que originan las represiones son dinámicas, crecen sin parar, terminando en neuralgias que necesitan tratamiento. Hay tres tipos de represiones: - De personalidad. - Sexuales. - Afectivas. Los trastornos de personalidad represivos consisten en la proyección de la misma que no responde de alguna manera. Caso arquetípico, hablar en público. Los trastornos sexuales consisten en la no realización de algún acto sexual deseado. Es evidente que aquí no nos referimos a las "filias", sino al comportamiento que pudiera llamarse normal. Los afectivos se caracterizan por. el sentimiento de querer dar afecto, pero que no se logra, resulta imposible darlo. Neuralgias. Las neuralgias son desequilibrios del sistema nervioso que pueden

llegar a tener un efecto fisiológico, aunque no es indispensable. Las neuralgias más típicas son:

Depresión. 'Inhibición del estado de ánimo con respuesta apática que crece si no es tratada. Engloba problemas de autoestima, realización personal y traumas. Autoestima. Es la base de todas las patologías. Es una inseguridad en uno mismo y en sus propias capacidades. Pautas de conducta. Histeria, timidez, narcisismo, etc. Inseguridad. 'Falta de confianza en sí mismo. Cursa con rubor y otras afecciones. Ansiedad. Estado ", alterado del sistema nervioso que provoca angustia severa. Es dinámica, crece y necesita tratamiento. Puede llegar a la depresión, suele desembocar en alguna fobia y tiene un componente de manifestación fisiológica muy acusado. Estrés. Alteración del sistema nervioso por presión. Es dinámico, pero se trata con gran facilidad. Neurosis. Patología grave que puede conllevar todo lo expuesto y varias neuralgias. Paranoia. Es una obsesión enfermiza. Es muy grave y puede provocar esquizofrenia.

AUTOHIPNOSIS: MITOS Y LEYENDAS

La autohipnosis es un elemento muy útil, tanto para el paciente como para el terapeuta, ya que puede ayudar mucho a una mejor y más rápida eliminación de la patología que corresponda. Es muy parecida a la hipnosis que le procura el terapeuta en su clínica. Pero, como en casi todos los aspectos, la autohipnosis mantiene unos halos de misterio que le proporciona la casi nula, conciencia que hay sobre este punto concreto. En primer lugar, lo honesto es empezar por decir que mediante autohipnosis se pueden conseguir los mismos efectos que en tratamiento directo por un tercero, pero con mucho más tiempo por delante, ya que es mucho menos eficaz. Es una técnica mucho más lenta en sus resultados, pero una buena ayuda, como se apuntó antes. Entonces, ¿cuáles son las ventajas e inconvenientes de la autohipnosis? Las ventajas estriban en que se puede hacer en casa, a la hora que al paciente le convenga y de la forma más cómoda para el mismo. Las dificultades radican en su efectividad tan lenta, en que hay que hacerla de forma repetitiva y constante y, muy especialmente, en que el paciente tiene que conocer al menos lo más elemental de la técnica para ser capaz de autoaplicarla. La repetitividad queda clara por la lentitud de resultados; lo que no. quiere decir que no los haya. A modo de ejemplo, se cuenta que un terapeuta americano tardó aproximadamente cinco años en lograr cambiarse el color del pelo, de castaño oscuro a rubio, y los ojos a azules. Esto requirió de una potencia mental sin precedentes, y de una constancia a toda prueba. Estas posibilidades no son nada. normales .para el común de los mortales.

No es necesario que el conocimiento de la técnica sea exhaustivo, simplemente el paciente debe conocer cómo entrar en trance de la forma que le resulte más sencilla y cómoda, y también de forma eficaz. Para elfo, deberá ser entrenado por el terapeuta, quien le podría suministrar incluso una grabación con el ejercicio de que se trate, o darle alguna señalo signo de manera que al realizarla el trance se induzca. La gran ventaja de las grabaciones es que la voz del terapeuta ayuda al ejercicio y todo se construye de acuerdo con la terapia que se sigue, sin elementos extraños. Una grabación comercial realizada para el gran grupo de casos similares se ve dificultada por el desconocimiento de la voz y de los ejercicios por realizar, y los resultados son más dudosos. También depende de la capacidad mental de concentración del paciente, que puede suplir las carencias con su propia fuerza. Existe un inconveniente grande en la aplicación de esta técnica y es que si es el propio paciente quien se procura la auto hipnosis, no se puede dar a sí mismo sugestiones dirigidas a la autoestima porque él mismo no se las cree, no tienen penetración. Sin embargo, todo lo que sean órdenes para hacer o dejar de hacer esto o aquello, si funciona perfectamente, tiene efectividad y hay resultados en la línea mencionada. También en la línea de tratamiento fisiológico funciona bastante bien, sólo que el paciente ha de conocer lo que trate de corregir o curar, para poder visualizarlo bien. La estimulación de una glándula, la corrección de algún defecto, siempre que sea posible, obtiene buenos resultados con autohipnosis, pero con tiempo por delante. En este caso es necesario que el interesado sea capaz de organizarse una historieta adaptada a sus conocimientos sobre la zona a tratar. Hay que visualizar la zona, ver cómo se cura, se transforma o se repara, de alguna forma, como a modo de viñeta o de la forma que al paciente l-e resulte más manejable. Las metáforas encuentran aquí su mejor campo de aplicación. Hay personas que manifiestan poder hacer lo que se llaman "viajes extracorpóreos" en este estado. No hay demostración de que elfo sea así, pero en cualquier caso, son muy pocos los que podrían tener esta capacidad de concentración y meditación tan profundas, ya que se trata de temas muy similares, pero que penetran ya en el campo esotérico, que no es el objetivo propio ni el de este libro. A modo de resumen, puede decirse que la autohipnosis funciona bien dentro de sus escasos límites. Es imprescindible que el paciente conozca la técnica más elemental, o bien sea formado convenientemente por el terapeuta. Las grabaciones con terapias funcionan muy lentamente, pero funcionan, y mejor aún si están personalizadas a la medida de la persona por el propio terapeuta. El paciente se habitúa con el tiempo a la grabación y resulta casi imposible concentrase si no se cambia la estrategia, y esto en una grabación no es posible, hay que renacerías. Si se hace de la manera adecuada, la autohipnosis es una magnífica ayuda, pero sólo una ayuda, nunca la solución final. En cualquier caso, un ejercicio de autohipnosis debería estar bajo el control del terapeuta para evitar hacer ejercicios que a nada conducen, o hacerlos de forma poco adecuada y con la lógica ausencia de resultados, por lo que el paciente considere que "esto no funciona". También es conveniente evitar utilizar grabaciones de tipo comercial, muy agradables en lo artístico, pero muy dudosas en lo profesional. DEPENDENCIAS. Es toda actividad que se subordina a otra como escudo o pretexto

para realizar la primera. Aquí están todas las actividades que se consideran

adictivas, como el tabaquismo, el alcoholismo, la ludopatía, las sexopatías adictivas, etc. La dependencia se instala por el placer que produce en el cerebro la descarga de adrenalina que se realiza con una actividad concreta, a fa que termina habituándose y demandando con la adicción. De aquí el hecho que ponen de relieve los especialistas, por ejemplo, al añadir una música estudiada al. salir un premio en las máquinas, Su simple escucha induce al juego cuando hay adicción. Hay que poner de relieve, por la enorme importancia que tiene, que en este apartado, como en algún otro como la anorexia, el medio que envuelve al paciente tiene que ser modificado necesariamente. El entorno ejerce una presión enorme de tipo condicionante, y si no se es capaz de reformar esto, la terapia se verá seriamente afectada y normalmente abocada al fracaso con el tiempo. Este medio o entorno del paciente viene formado por las personas más próximas a él, familia y amigos, La colaboración, comprensión y ayuda de todos ellos, con posturas mantenidas de forma constructiva, resultan tan eficaces para el éxito de la terapia como un buen diseño de la misma. El terapeuta no puede dejar de lado este aspecto y tiene que entrar de lleno en .el advirtiendo... formando y aconsejando lo más convenientemente. La terapia adecuada debe incluir el ejercicio de castigo, fuerte .0 suave, según el grado de adicción y la cronicidad. Tratamiento fisiológico. Ya se ha descrito la forma de abordar al paciente en este

tipo de tratamientos, que se utilizan cuando se trata de eliminar, corregir, suavizar, cicatrizar o disminuir alguna dolencia fisiológica, independientemente del origen remoto, mental o físico. Para realizar el tratamiento fisiológico se utiliza calor exclusivamente, elevando la temperatura paulatinamente y manteniéndola a voluntad del terapeuta durante el tiempo que éste estime oportuno. Es conveniente que el paciente visualice lo más aproximadamente posible la zona por tratar, colocando la mano encima de la zona y describiéndola verbalmente independientemente de que conozca bien o desconozca esa zona. El hecho de utilizar la inducción de temperatura no tiene más justificación que el haber utilizado muchas fórmulas y no resultar ninguna tan eficaz y satisfactoria como esta. Hay que manejar la temperatura en la dirección adecuada, unas veces quemando (cauterizando) la zona, otras como elemento de distensión, o suavizante, o como sea necesario. Es evidente que los símiles y las metáforas que pueden utilizarse proceden de la propia imaginación del terapeuta, que las empleará a la medida de la capacidad conceptual del paciente. Hay que advertir a los no avezados, que un terapeuta nunca deberá eliminar el dolor si éste puede suponer la manifestación de una dolencia que se ignora. Esto es porque si se elimina sin tratar lo que lo origina, se estaría procurando que dicha dolencia se agravase sin tratamiento, por la ausencia de dolor. En los casos de lesiones, como un esguince, el dolor se puede eliminar, pero advirtiendo que la lesión subsiste, se resuelve mejor y más rápido, pero al eliminar el dolor no se ha eliminado del todo la lesión misma, que mantiene un curso de recuperación más acelerado que antes. La estimulación de glándulas, en el sentido que resulte conveniente, ha dado unos resultados muy esperanzadores donde otros tratamientos ya han fracasado o

resultan poco eficaces. Los americanos han obteniendo avances muy notables en el tratamiento de la diabetes; por ejemplo, mediante la estimulación del páncreas. No hay evidencias médicas clínicas abundantes de tratamientos diversos, ya que sólo se ha reportado casuística desde hace alrededor de quince o veinte años. Sin embargo, son muy abundantes los casos en que se han producido mejoras y logrado curaciones que pudieran llamarse espectaculares. Para alcanzar bien los objetivos previstos, es necesario contar con un buen conocimiento de la zona por tratar, sus funciones y mecanismos, para intentar dirigir esa visualización al paciente de la forma más directa, sencilla y comprensible que se pueda. En la medida que el paciente sea capaz de ver lo que se le induce, más fácil será la curación. DISEÑO DE TERAPIAS SEGÚN PATOLOGÍAS

Se ha comentado más arriba que cada patología debe ser tratada atendiendo a dos factores fundamentales: la gravedad del momento, incluyendo su grado de cronicidad, y las características del paciente a la hora de recibir terapia. Hay pacientes que tienen una facilidad especial para anticipar situaciones de angustia, desencadenando deforma inconsciente los episodios de ansiedad; hay otros que pueden aislarse y dejar que la terapia actúe de forma inconsciente, sin desencadenar ansiedad. A continuación se analizarán diferentes tipos de patologías, su curso esperable y la forma de abordaje con esta técnica. Se hará especial énfasis en que, según los casos, la hipnosis clínica se separa, incluso se opone, a los principios admitidos y válidos para, la psicología convencional. 'No puede considerarse de igual manera cuando una terapia va dirigida al inconsciente y actúa de forma inconsciente también, que cuando la terapia se realiza en forma consciente, se acepta y se interioriza. Es muy diferente. La ansiedad es hoy día la que mayor incidencia presenta en la población, tanto por ser una patología por sí sola, como por constituir un síntoma de casi todas las demás. Todos los seres humanos nacen con una autoestima que no es suficiente como para combatir y enfrentarse a los problemas que se vienen encima. Es un problema congénito del ser humano, que al añadirle las emociones, te genera inseguridad y se traduce en expresiones de ansiedad. Esta ansiedad se considera normal, no patológica, cuando se dan las tres circunstancias siguientes por parte del sujeto: -

Percepción de la realidad correcta. Percepción de la realidad social, igualmente correcta. El paciente percibe la inestabilidad del sistema funcional.

La ansiedad se puede evaluar desde dos puntos de vista diferentes: desde el de la ansiedad sentida, que es la ansiedad que el sujeto se produce a sí mismo, o desde la ansiedad inferida, que es la ansiedad producida por terceros. La ansiedad sentida comporta los siguientes tipos de individuos: -

Personalidad inhibida. Fóbicos.

-

Ansiedad post-traumática. Depresión. Sexualidad egodistónica. Trastornos de evitación.

La ansiedad inferida, igualmente, conlleva a los siguientes estados: -

Altibajos anímicos. Obsesivos- compulsivos. – Histeria.

Las respuestas que la ansiedad produce son de tres tipos, a saber: - Cognitivas, que generalmente se traducen en hipocondrías. - Somáticas, con sintomatologías de patologías orgánicas. - Conductuales, con disfunciones de conducta del tipo de timidez, fobia social, fobias diversas, disfunciones autoconceptuales. Las respuestas. de la ansiedad y sus patologías cursan a través del egodistonismo, distancia del yo, no controlarse a sí mismo. Todas ellas son reacciones psiconeuróticas, el individuo padece neurosis. Todo este proceso se debe a Freud, pero a partir de él las respuestas de la ansiedad y las. reacciones posteriores son obra de Rosenhan y Seligman. A partir de la publicación del DSM III se considera que las patologías neuróticas pueden inducir otras fisiológicas, es la consabida interacción mente-cuerpo. Los neuropatólogos Brandy y Weiss profundizan entre tos años 70 y 75 en el estudio de la úlcera péptica como consecuencia fisiológica de un concretamente de la ansiedad, volviendo a poner de actualidad cuerpo, que ya se había constatado en los años 20. La medicina reconoce, a partir de entonces, Que el trastorno psicosomático, como consecuencia de estados de ansiedad es un problema real que origina problemas fisiológicos. Se empieza a elaborar la teoría de que el trinomio siguiente es un hecho constante en la vida de la gente: ESTÍMULO COGNICIÓNEMOCIÓN De inmediato apareció que el trastorno afectaba al sistema inmunitario, dando lugar al estudio de la psico-neurología, y después dando lugar a patologías, apareciendo la Psico-neuro-Inmunoloqia. La inercia del cuerpo tiende a intensificar la ansiedad (ocurre en casi todas las patologías), cuyo paso siguiente es el TAG, Trastorno de la Ansiedad Generalizado, patología ya bastante grave que si no se trata desemboca en un estado de THA, Trastorno Hiperactivo de la Ansiedad que, según niveles, es ya muy grave y de muy difícil curación.

Todo lo anterior lleva a las patologías mayores, donde ningún proceso terapéutico puede tener garantizado el éxito, sólo ayuda, mejoría o suavización.

- Psicosis - Paranoia - Distimia - Esquizofrenia Estas patologías mayores, como se refleja en el cuadro, cursan con el tiempo, como consecuencia de la inercia antes mencionada de la mente, y son las reflejadas arriba. Ningún proceso terapéutico puede tener éxito garantizado. El tratamiento de la ansiedad mediante hipnosis clínica no resulta de especial complicación, aun reconociendo las dificultades derivadas de la cronicidad. Hay que ser muy cuidadoso en reconocer el punto en que se encuentra la ansiedad, si ha llegado a neurosis, si sólo está apuntando a esta patología o si las manifestaciones del paciente están distorsionando la sintomatología. Es de lógica hacer un diseño de terapia fuerte inicialmente, para ver la evolución y readaptar la terapia a los progresos del paciente. Una estructura cómoda de partida sería la siguiente: - Relajación adecuada al paciente. - Encadenado de bajada de tres a seis ejercicios. - Autoestima fuerte.

-

Autoconcepto (sólo si está dañado). Eventual potenciador. Autocontrol. Escalera + habitación. Orden. OPH, si procede. Salida proporcional.

Ricardo, hombre de 54 años, casado en segundas nupcias. Viene de un matrimonio anterior traumático y manifiesta ser víctima (eso cree firmemente) de algún ritual mágico (él habla de vudú) por el que se siente cada vez peor, llegando a manifestarse una cardiopatía. Presenta respiración alterada, miedos injustificados, distracción o falta de fijación al hablar, sueños no reparadores y alterados, incapacidad de concentración, ya sea en el trabajo o en cualquier actividad. Manifiesta escapes compulsivos hacia el alcohol y el tabaco de forma continua, ya que pretende reforzar su actual débil personalidad mediante la ingesta de estos productos. Ha tratado su problema con diferentes tratamientos durante más de seis años sin resultados de ningún tipo. No puede desconectarse del trabajo, aunque sea festivo. Presenta señales de hiperactividad y nerviosismo extremo, al saber que no puede hacer más por su cardiopatía, y no sentirse capaz de hacerlo. Caso de ansiedad muy grave, con estrés.

El resultado del test P.S.W.Q. confirma plenamente el cuadro presentado, al dar doce de dieciséis respuestas en grado alto. Diagnóstico: ansiedad muy grave con estrés y somatismos. Se diseña una terapia fuerte con especial incidencia en la autoestima y en el autocontrol, con una orden concreta en cuanto a la superación de los supuestos "trabajos mágicos". El diseño completo es corno sigue: Relajación x 4 (relaja bien) + R.e. ascendente + R.e. descendente + Vis. media + Potenciar 30 + Vis. fuerte + Autoestima + Potenciar 25 + Autocontrol + Escalera habitación + Orden + OPH (variable) + Salida Se observa una muy rápida reacción positiva a la segunda sesión, con menos nerviosidad y reducción progresiva, no total, de" consumo de alcohol y tabaco. En la tercera sesión el alcohol ha desaparecido, el tabaco disminuye sensiblemente y las manifestaciones de temor por posibles "rituales" están muy debilitadas. En la cuarta sesión se encuentra ya muy reforzado y firme, con una actividad laboral completamente normal, con deseos de trabajar, capacidad de organización y concentración normales. Tiene ya sueño profundo reparador sin pesadillas. Se deja transcurrir un mes y a la quinta sesión ya ha desaparecido toda la sintomatología que traía al inicio. Durante este mes no ha habido episodios negativos de ningún tipo y se considera caso cerrado, haciendo esta sesión como de cierre, con plena satisfacción del paciente. Una de las patologías que más comúnmente se han producido últimamente se trata del estrés post-traumático. Es una patología que se puede producir sin antecedentes necesariamente, y como consecuencia de un trauma fuerte, repentino, brusco, que impacta, generando un estado ansioso fuerte. Cualquier estrés de este tipo va a degenerar obligatoriamente en un trauma, de los que existen varios tipos; entre los más corrientes están: - Bélico: que antes de Vietnam no se conocía apenas, por ejemplo, las Torres Gemelas. - Por abusos: sexuales, emocionales o educacionales. - Coyunturales: por fallecimientos, impactos sociales, etc.

De aquí se pasa a las derivaciones siguientes, ya que el estrés post-traumático es asintomático en sí mismo. Estas derivaciones son: -

Neurosis. Fobias. Esquizofrenia. Paranoia. Otros.

El trauma es un impacto que permanece en la memoria, mientras que el estrés sigue maltratando en tanto no se trate. La intensidad de la patología que sigue al estrés depende de la intensidad del trauma, del impacto que el individuo recibe, por un lado, y del tiempo que tarde en tratarse, por otro. Si se trata primero el trauma, la forma de abordarlo es a base de: Relajación + Encad. Bajada + Orden (Trauma) + Orden post- hipnótica (Trauma) Si se trata conjuntamente la patología y el trauma, la terapia será: Relajación extendida + Encadenado extendido + Orden (Patología) + OPH Suele remitir con relativa facilidad dentro de las primeras sesiones, consolidándose la mejoría con alguna más. Dependiendo del estado del paciente, no hay una fórmula concreta para abordarlo. En ocasiones es mejor empezar por el trauma causante, que suele ser la generalidad, pero a veces es más fácil empezar por la patología desencadenada. Caso de E. P. T. en un niño abusado. Por obvias razones, se omitirá el nombre del

paciente. Se trata de un niño de 13 años sometido a una situación de abuso y maltrato psicológico, no de obra, por parte del marido de su madre, que no es su padre biológico. Existen amenazas graves de las que el niño es consciente y adquiere un miedo tremendo a que le puedan hacer daño a su madre. Igualmente, teme ser raptado y llevado fuera del país, cosa de la que también ha sido amenazado. El supuesto padre ha obligado a la hermana mayor a presenciar cómo se masturba, y obliga al niño a dormir en la misma cama que él; duerme desnudo y hasta el momento no ha habido intento de violación física. El niño presenta crisis muy agudas de ansiedad, sueños muy alterados, temor a toda actividad, no se puede concentrar para estudiar y manifiesta una alteración grave de la realidad, ya que al ser interrogado responde adaptándose al interrogador, según el criterio del niño sobre la posición teórica del mismo. Si las preguntas vienen de la parte del padre, contesta a favor de éste, y si es de la madre, igualmente a favor de la madre. Es un mecanismo de defensa por el pánico que se advierte. La terapia se basa en aumentar su autoestima y seguridad a niveles normales, ya que están muy bajos. Responde bien y rápido, siendo capaz de asistir a. juicios, con respuestas sosegadas, aunque después le sobreviene la ansiedad. Ya dice siempre lo que piensa, sin modificar nada. Se le han realizado cinco sesiones y la mejoría es ostensible, llegando a pedir las sesiones el propio niño, y esto considerando que está tratado regularmente por terapia convencional. Hay que aclarar que en este caso, las terapias se han diseñado de forma consensuada con la psicóloga, para no interferir con los mismos objetivos finales. La terapia combinada ha dado los

mejores resultados, ya que al niño le resultaba imposible acudir a terapia de hipnosis con regularidad. La depresión, considerada la enfermedad de nuestra época, ya la define Hipócrates, en el siglo IV (a. de C.), considerando que es una alteración que se produce por las "bilis negras" del estómago. De aquí el nombre que recibe entonces de "melancolía", del griego me/as, negro, y celos, bilis. Los síntomas genéricos depresivos son los que comúnmente se conocen: - Humor depresivo o disfórico (Humor caído) - Anergia (Carencia de energía) - Discomunicación (Falta de comunicación) - Ritmopatía (Alteración de los ritmos de vida) La depresión puede ser primaria o secundaria, según la gravedad del caso: Endógena o bipolar Depresión primaria Situacional

Sintomática Depresión secundaria

Neurótica Ordinaria

La depresión primaria es la de sintomatología evidente: - Estado de ánimo bajo. - Falta de autoestima en todas o algunas de sus formas. - Falta de autoconcepto. - Falta de interés o motivación. - Ansiedad, manifestaciones diversas. - A veces cursa con afección fisiológica. - Afecciones de los mecanismos rutinarios: sueño, apetito, sociales, etc. La depresión primaria tiene dos vertientes o tipos: la endógena, también llamada bipolar, por los ciclos altos y bajos que atraviesa, en la que no se puede intervenir, sólo suavizar, ya que es heredada y viene de situaciones patológicas de sus ascendientes directos más graves. Previsiblemente va a evolucionar a más, hacia las situaciones que heredó. En los cambios climáticos se va a producir un

agravamiento por el cambio de luz y su relación con la serotonina (inhibición de neurotransmisores, produce menos serotonina y lleva a situaciones de depresión). El segundo tipo de depresión primaria es la situacional. Es la que padece el 90 % de la población afectada, y es la que se produce por causas de estrés y ansiedad externas. Cuándo hay situaciones que la pueden generar es totalmente imprevisible. La depresión secundaria es más suave, nunca llega a los estados de gravedad de la anterior. También se divide en tres tipos: sintomática, neurótica y ordinaria. La depresión secundaria sintomática es la que presenta algunos síntomas del proceso depresivo y en otros no lo aparenta. Puede sobrevenir por síntomas somatizados, orgánicos, fármacogénicos o neurolépticos. La neurótica puede ser pura y simplemente una hipocondría, o la manifestación de un síntoma de una neurosis que lleva aparejado el síndrome depresivo. La ordinaria es la común y corriente, y tiene generalmente fácil tratamiento. Mención aparte merece la depresión paranoide, cuyo diagrama es el siguiente:

Disfórica: Triste Primaria

Ansiosa: Hiperactiva Sensitiva: oye voces

DEPRESIÓN PARANOIDE Reactiva: Producto de reacción brusca Secundaria

Derivada: Se va por todo lado Proyectista: Se proyecta en el otro

No tiene tratamiento en ningún caso, ni el terapeuta puede hacer nada por el paciente, más que identificarlos, ya que son muy inteligentes disfrazando síntomas y evitándolos, ya que hay formas peligrosas de patología. La terapia adecuada resulta complicada en cada caso. En el caso de la neurótica, hay que afrontarla como una neurosis corriente, no corno depresión. Es una sesión larga porque lleva dos veces la terapia propiamente dicha. Es decir, la entrada normal con relajación y encadenado de bajada, proporcional a las condiciones que se han detectado, y la terapia propiamente dicha, del siguiente modo: Para la depresión endógena: Terapia de tipo inhibidor, sin remisión patológica. - Autoestima, tipo estándar, sin particularizar en el caso. - Autoconcepto, ídem.

-

Orden, también estándar, u orden post-hipnótica. Autoestima, específica acoplada al caso. Autoconcepto, ídem. Orden post-hipnótica, u órdenes específicas y acopladas al caso. Salida convencional.

Depresión situacional: Terapia inhibidora. Hay remisión a largo plazo, si es grave, hasta de cinco o seis meses. - 1 Autoestima. - 1 Autoconcepto. - 1 Orden, y / o castigo, si procede. Depresión neurótica: Terapia inhibidora, normalmente con remisión. Todo igual que el anterior, pero con un ejercicio de orden solamente, en lugar de castigo. Para la sintomática, igual terapia que para la situacional, y para la ordinaria se elimina el castigo, poniendo sólo autoestima y autoconcepto. Las sesiones previsibles pueden oscilar entre tres y quince, e incluso más, dependiendo del estado del paciente y de las circunstancias que lo rodean. El tratamiento ideal es con un número de sesiones hasta la curación más dos, para garantizar la erradicación del problema. Se incluyen aquí algunos casos de patología sexual, puesto que las hay muy notorias que cursan indefectiblemente en situaciones de depresión, o al menos de síntomas depresivos. Básicamente se trata de la eyaculación precoz y la disfunción eréctil. Es evidente que se hace necesario haber descartado. previamente cualquier afección de tipo fisiológico que pudiera existir. Una vez descartado que no haya causas orgánicas, hay que centrarse en los procesos que llevan a situaciones depresivas, fundamentalmente la ansiedad y el estrés. El tratamiento ha de enfocarse necesariamente en estos aspectos, olvidándose un poco del problema sexual. Al irse eliminando la sintomatología depresiva, el terapeuta se va centrando cada vez más en el efecto sexual, con órdenes del tipo de "liberarse", "desinhibirse", etc. Cuando el paciente va eliminando todo el cuadro de síntomas depresivos, la tranquilidad mental procurada por la relajación, más toda la terapia, producen un efecto liberador y la patología sexual desaparece. Es inútil tratar de producir señales o extrañas conexiones de la mente con el órgano sexual; éstas van a diluirse con facilidad en muy pocos días, volviendo a la situación anterior de manera automática, mientras que no se eliminen las causas que llevan a la persona a la situación externa descrita como patología sexual, que normalmente no es más que una simple expresión de una situación interna, la depresiva, que se manifiesta' externamente como disfunción sexual. El tratamiento suele ser algo más largo que la media, siendo normal alcanzar las siete y ocho Sesiones, hasta la total remisión del conjunto se síntomas. Caso de depresión ordinaria. Isabel, mujer de treinta y ocho años que lleva nueve

en depresión por la muerte de un hijo a los cuatro años, quien nació con un síndrome de imposible tratamiento, por lo que su muerte era esperada. No obstante, ella se siente incapaz de superar su falta, ya que fue un niño muy deseado. Durante la entrevista inicial aporta todos los rasgos característicos de la depresión, más una frase que da la pista de que se siente culpable por haber gesta do ("fabricado" se podría decir) con este síndrome a este niño. El origen del síndrome es puramente casual, y no es debido a causas genéticas ni por lesión.

lleva en este tiempo tomando una cantidad elevada de tranquilizantes, relajantes, somníferos y demás farmacopea al uso. No puede trabajar por las bajas constantes que se ve obligada a tomar y se advierte un total rechazo a las relaciones sexuales debido a esa culpabilidad soterrada que manifiesta. La terapia es de tipo convencional, ya que relaja perfectamente Y no existe ninguna resistencia. Relajación x 4 + Vis. Media + R. C. ascendente + R. e descendente + Vis. Fuerte + Autoestima Y autoconcepto + Escalera + habitación + Orden + 'Salida Habitualmente asiste a las sesiones acompañada del marido. En la tercera sesión ya manifiesta haberse desbloqueado felizmente lo referente a las relaciones sexuales. En cuanto a los síntomas depresivos, éstos han desaparecido progresivamente Y ha comenzado ya un programa paulatino de eliminación de fármacos. En la quinta sesión ya está trabajando normalmente, sin síntomas negativos. El tratamiento finaliza con la sexta sesión y con el planteamiento de realizar las consultas necesarias para poder tener otro, si no hay causas que no lo aconsejen. Caso de depresión neurótica expresada como hipocondría. José Antonio, varón de

treinta y cuatro años, sufre desde hace años una situación que no remite por más fármacos diferentes que le son prescritos por diferentes médicos. Presenta una situación de estado depresivo, con acentuada anergia y apatía, más una marcada hipocondría, que se manifiesta en un temor irrefrenable a contagiarse de algo, obligando incluso a su madre a lavarse repetidamente las manos. Lleva una trayectoria de ansiedad desde la adolescencia que ha culminado en el estado actual en que casi no sale de casa por temor a casi todo. No puede trabajar ni mantener una vida que se denominaría normal. El tratamiento consiste en unas sesiones de elevada potencia, con el siguiente diseño: Relajx3 + Avión + RCA-RCD + Pradera + Potenciador 15 + Autoestima + Autoconcepto + Autocontrol + Potenciador 10 + Habitación + Orden + OPH + Salida Se ve en la tercera sesión que no hay progreso adecuado, aunque en la primera lo hubo, y se le somete a regresión, ya que se supone que hay algo que dificulta la efectividad de la terapia. En regresión se le pide que manifieste lo que ocurrió el día que sintió ese temor a contagiarse, y de inmediato relata que se encontró un día un papel manchado de sangre, ignorando de quién, lo tocó y no pudo lavarse. Cree que va poder contagiarse de alguna cosa peligrosa y esa situación momentánea le angustia de tal forma que le produce un impacto traumático de tal envergadura que desencadena el proceso conocido. Se le hace volver a esa situación y hacer que comprenda que aquel papel podría haber estado manchado de tomate de algún bocadillo, no de sangre. Se le hace ver esta posibilidad que finalmente acepta y se continúa con la terapia, ya sin obstáculos, de forma exitosa, saliendo del estado en que estaba en siete sesiones en total. El T. O. C., o trastorno obsesivo-compulsivo, es otra de las patologías más comunes y frecuentes. Cursa como consecuencia de estados de ansiedad largos, cronificados. Un trastorno de autoestima conlleva la inseguridad, que muy fácilmente y, por lo general, produce ansiedad al añadir las emociones y se convierte en una conducta obsesiva, con el paso del tiempo. Esta obsesión viene determinada por la

generación de placer gratificante al realizar tareas concretas, por parte del inseguro, que en ellas no se encuentra de esa forma. Este trastorno tiene tres niveles de gravedad, según su evolución, que son: - Compulsiones: Cuando hay cierta dependencia de una actividad.

- Obsesivo compulsivo: Cuando transforma una actividad secundaria en primaria, subordinando las demás. - Obsesivo compulsivo paranoide: Cuando, además, trata de taparlo, disimula. Esta patología tiene una incidencia muy alta en los dos primeros niveles, especialmente en los que las personas se obsesionan por aliviar una situación imposible de controlar para ellos. La terapia es absolutamente eficaz, remitiendo dé forma rápida y totalmente. En la terapia del primer nivel, compulsivo, no se debe emplear la "habitación" por ser innecesario, ya que es bastante la potencia con un diseño más convencional: -

Relajación habitual adecuada. Encadenado proporcional. Autoestima específico. Autoconcepto. Orden concreta.

Dependiendo de la' frecuencia de las sesiones, tiene una duración aproximada de curación de tres meses, aproximadamente. Para la segunda etapa, obsesivo-compulsivo, la terapia es igual a la anterior, pero se añade la "habitación" como potenciador de la autoestima, antes del autoconcepto. Aquí ya se estima que la duración del tratamiento durará hasta cuatro o cinco meses, según se ataque el problema separando sesiones. En la fase más grave, obsesivo compulsivo paranoide, también la terapia es igual a la anterior, pero se añade después de la orden, un "castigo" centrado en la actividad que se ha hecho primaria, la actividad obsesiva, y como apoyo de la orden misma. Aquí el castigo para la focalización compulsiva es inevitable. Caso de obsesión compulsiva. Silvia, mujer de treinta y cuatro años, casada e

infeliz en su matrimonio puesto que el marido la menosprecia continuamente, tratando de impedir hasta su dedicación laboral en la empresa familiar. Toda la relación matrimonial es un desastre, presentándose Silvia como incapaz de poder controlar la situación ni soportaría más. Tiene cuadros muy fuertes de ansiedad, casi no duerme y después de estos episodios ansiosos se sobreviene la compulsión de realizar compras sin tino, llegando a gastar cantidades muy elevadas con tarjeta de crédito en cosas que no necesita. Las compulsiones también le llevan a comer de todo y a todas horas, con la consiguiente ganancia de peso y deterioro físico. Se observa que este tipo de comportamiento obedece a una especie de venganza, al sentirse inferior no ya a su marido, sino a la humanidad entera. Sólo se siente tranquila pudiendo comprar montones de cosas y pagando con tarjeta. Luego viene la fase de arrepentimiento, pero queda servido el conflicto matrimonial por el elevado gasto realizado.

La terapia es del tipo clásico, con castigo si vuelve a comprar, ya que .responde muy fácilmente a los estímulos: Relajación x 4 + Vis. fuerte + R. C ascendente + R. C descendente + AutoestimaAutoconcepto + Escalera-habitación + Orden + Castigo + Salida Antes de iniciar la tercera sesión, las compras compulsivas ya han desaparecido casi totalmente, gracias al castigo (de tipo fuerte) impuesto si volvía a recaer en comprar cosas que no necesitaba. A medida Que avanza la terapia, Silvia se va convenciendo de las opciones que tiene y los pasos a dar. Ya se siente segura, no hay más compras, la alimentación se va moderando y el estado general es muy bueno en la cuarta sesión. Se empieza a plantear el divorcio. La terapia termina en la quinta sesión, para las compras, y se solapa con otra específicamente de adelgazamiento. En la primera semana adelgaza tres Kg. Está decidida al divorcio sin traumas ni tragedias y se prepara para enfrentar este problema. TIempo después de terminar sabría que ha conseguido rehacer su matrimonio desde bases diferentes y ahora todo funciona con normalidad. No hay más compulsiones, ni para compras ni para la comida. Las fobias son temores compulsivos de determinadas acciones, de acciones concretas, sin que otra diferentes se vean afectadas, y que no están bajo control, Existen tres tipos o subdivisiones de las fobias: -

Fobias traumáticas. Fobias adquiridas. Fobias neuróticas.

Las fobias traumáticas nacen como consecuencia de un trauma vivido, de algún episodio que marca gravemente la vida del individuo. Son las más frecuentes y se consideran las menos patológicas.· Por ejemplo, fobia a conducir después de un accidente. Las fobias adquiridas sobrevienen por circunstancias de carácter, genéticas, por sus pautas de conducta. Son las más graves y de largo tratamiento. Generalmente no tienen explicación, al no guardar correlación la fobia concreta con la focalización concreta. Por ejemplo, fobia a los botones (caso real, tratado en un paciente concreto). Las fobias neuróticas requieren necesariamente de un sujeto neurótico. Es una falsa fobia, típica del hipocondríaco. El tratamiento es el del neurótico, no el del fóbico. Es fácil identificar al neurótico, ya que el terapeuta debe hacer preguntas de control para despejar la incógnita de si es o no neurótico. Para las fobias traumáticas se utiliza una relajación y el encadenado habitual, más bien de tipo suave o medio: -

Autoestima. Autoconcepto. Orden.

Para las adquiridas, la entrada la habitual igualmente, más: -

Autoestima

-

Autoconcepto

Por 2

-

Orden

-

Castigo

Las fobias remiten bien, siempre con las salvedades del caso. Y aquí es necesario hacer un paréntesis especial a una de las formas de fobia más extendidas en nuestros días, que es la fobia social, la cual va en aumento. Cursa como consecuencia de estados de ansiedad elevados y sostenidos en el tiempo y está en continua revisión por los investigadores, incluso con cambios de denominación. La circunstancia más corriente es que el sujeto, al sentir ansiedad fuerte en determinados momentos y actividades, trata de evitadas para no padecer el malestar que le acompaña (tácticas de evitación), lo que le lleva a evitar cada vez más actividades hasta que queda casi como recluido en su cuarto sin salir. La terapia es muy agradecida, ya que el paciente empieza a ver rápidamente que algo está cambiando en su mente y que las cosas empiezan a apetecerle, aunque antes le resultaran incluso desagradables. Salvo traumas, es una fobia adquirida que necesita terapia fuerte, intensa, pero sin castigo y advirtiendo al paciente que no debe hacer "exposición" bajo ningún concepto, para no generar ansiedad. En caso de terapias compartidas con otros profesionales, aquí resulta imprescindible el acuerdo entre ambos para no interferirse mutuamente. Normalmente remite en cinco o seis sesiones de terapia, aunque en casos muy cronificados podría ser necesaria otra sesión de refuerzo entre los ocho y doce meses después de terminar. Manolo, hombre de veintiséis años; comerciante. Se va a casar próximamente y es incapaz de leer en público (ha de leer el evangelio en la boda). Tampoco puede mantener reuniones, salvo como oyente, y está estudiando inglés, situación que le provoca diarreas al examinarse. Nunca ha entrado en un bar y tiene un trauma adquirido, además, ya que una novia anterior le dejó por los síntomas de fobia social que él no quiso aceptar. Presenta dificultades de todo tipo. Está tomando diferentes medicamentos para la ansiedad, que sólo le matan el mal momento, sin que se resuelva su problema de raíz. Sufre esta sintomatología desde hace varios años, desde la pubertad. Caso de fobia social cronificada.

A pesar de presentar un cierto grado de cronicidad es un hombre joven y se espera una reacción positiva sin necesidad de demasiada potencia. Se establece un diseño clásico, pero potenciando cada ejercicio. Relaj x 4 + Vis. fuerte + R. C. ascendente + R. C. descendente + Autoestima + Potenciar 25 + Autoconcepto + Escalera-habitación + Orden + Salida. Después de la primera sesión refirió que al salir de la consulta se encontraba tan eufórico que entró en un bar y estuvo un buen rato consumiendo, experiencia nueva y placentera para él. Al día siguiente ya lo pudo repetir. En lo sucesivo ya podría hacer esto y más. Días antes de la cuarta sesión debía ir a una feria de su sector profesional y manifestaba sus dudas de si sería capaz de aprovechar el viaje bien. Volvió exultante de alegría al comprobar que todo funcionaba como no lo había soñado. El tratamiento terminó en la sexta sesión, ya sin ningún síntoma de los muchos con los que inició.

Juan Carlos, joven de veintidós años, diagnosticado de trastorno depresivo desde hace más de cuatro años, hijo de madre depresiva muy aficionada a los fármacos, afición que lleva hasta su hijo, al que medica constantemente (es farmacéutica). Juan Carlos lleva ya todo este tiempo medicándose de forma intensa, con tácticas de evitación (típicas de fóbicos) en aumento, apatía general y estado muy laxo, sin altibajos, debido a la intensa medicación, gran parte de ella sin prescripción facultativa. No quiere nada ni te ilusiona nada. Estado muy alarmante del que cree que no va a salir. Tanto el test P. S. W. Q. de ansiedad, como la escala de ansiedad social de Liebowttz presentan resultados altos, de patologías graves. Hay que hacer notar que la situación depresiva no es la patología por tratar, sino la fobia social, que venía siendo generada desde los catorce años. Otra fobia social con depresión.

Se diseña una terapia fuerte, con todos los ejercicios posibles, ya que tiene dañada no sólo la autoestima, cosa normal, sino el autoconcepto, y carece de control en las crisis de irritabilidad, que son muy violentas. Además, el medio entorno es algo patológico por los temores de la madre, que se proyectan en el hijo. Relaj. X 4 + R. C. ascendente + R. C. descendente + Vis. media + Potenciar 30 + Vis. fuerte + Autoestima (doble) + Potenciar 25 + Autoconcepto + Potenciar 20 + Autocontrol + Potenciar 15 + Escalera + habitación + Orden + OPH + Salida. A pesar de las malas perspectivas iniciales, un día antes de la segunda sesión llama para preguntar si 'es posible retrasar esta sesión, ya que es Semana Santa y le han invitado a salir de excursión unos amigos "y le apetece muchísimo ir". Esta es la mejor confirmación del efecto de la terapia. Cada día se encuentra más fuerte, más animado, aunque se debe luchar contra los criterios maternos de no querer que el joven deje de tomar medicamentos, por temor. Ha desaparecido ya una reacción somática que tiene al comer y la apetencia de actividad se dispara ya en la tercera sesión. En la quinta está muy bien, animado, quiere retomar los estudios y le apetece salir, cosa impensable poco antes. Con la sexta sesión ha evolucionado ya hasta pensar en terminar el tratamiento, pero le queda la finalización de la eliminación de fármacos. Con la séptima sesión se da por concluido el tratamiento, al encontrarse bien, fuerte, animado y sin síntomas. Las neurosis o neuralgias tienen origen nervioso, de descontrol, que hay que rehacer. Es una pérdida del control sobre la conducta, de diferente forma. Las más importantes son:

Las neurosis, como patología propiamente dicha, suelen ser de origen compulsivo. Son una alteración de la conducta con pérdida de control sobre la situación. Las dependencias generan satisfacción, o mayor seguridad, o evasión de la realidad. En un tratamiento de dependencia primero se elimina el componente adictivo o dependiente más inmediato para, a continuación, seguir con el origen remoto.

A los somatísmos sólo se llega a través de la ansiedad. La hipocondría es un somatismo reiterativo donde las ansiedades son muy fuertes, con cuadros muy graves. Desaparecen eliminando la ansiedad, no atacando la neurosis. Caso de neurosis con victimismo. Charo, mujer de cincuenta años, separada,

manifiesta tener una capacidad especial para "captar lo negativo de terceros". Además, explica que no puede separarse de eso, sufriéndolo también. Se da la circunstancia de que podría tratarse de una persona con dotes de percepción, por lo que se extrema el cuidado en el tratamiento para no herir esa cualidad, si existiese. Se diseña una terapia de tipo fuerte, aunque no en grado elevado: Relaj. X 4 + R. C. ascendente + R. C. descendente + Vis. suave + Potenciar 25 + Vis. media + Autoestima + Potenciar 20 + Autocontrol + Potenciar 15 + Escalera habitación (hasta 3a solamente) + Orden + OPH + Salida Tiene una magnífica reacción a partir de la tercera sesión, cuando manifiesta no sentir todo lo que sentía al iniciar el tratamiento. Ya se siente liberada de ese tipo de sensaciones que experimentaba y se ve mejor cada día. El tratamiento termina en la quinta sesión, advirtiéndose un espectacular cambio en la paciente, tanto en su expresión física como en la actitud que presenta. Las patologías de la conducta son una consecuencia de algo o un eslabón, no un origen en si mismo. Son fáciles de corregir vendo al origen real, no tratando el momento actual. Remiten normalmente con pocas sesiones. Es frecuente ver el mismo final en dos situaciones diametralmente opuestas: sujetos que han tenido una educación infantil absolutamente liberal, sin preceptos, y otros que han padecido una educación totalmente rígida, estricta en grado sumo, incluso cruel, producen individuos que tienen una total falta de metas, falta de concentración, carencia de objetivos. Dos orígenes opuestos y un mismo resultado final. Caso de trastorno de personalidad. Dámaso, joven de veintisiete años que

presenta un estado de ansiedad que le produce cambios de carácter, irritabilidad, que manifiesta como ira contra todo, apatía, desgana, seguido de estados de euforia que se disuelven en cuanto ha de hacer algo acompañado de alguna persona. Se siente cada vez más inseguro, se siente asustado por los sentimientos de violencia que le genera el estado en que entra especialmente contra su padre, por razones de educación represiva recibida. Se diseña una terapia de tipo fuerte en la entrada para suavizarse progresivamente según avanza, ya que es demasiado fuerte para la patología, pero hay que romper los puntos iniciales de resistencia de la patología. Relaj. X 4 + R. C ascendente + R. C. descendente + Vis. Media + Potenciar 25 + Vis. fuerte + Autoestima + Potenciar 20 + Autocontrol + Habitación + Orden + Salida. Desde el inicio la terapia produce una mejoría ostensible, puesto que al encontrarse muy relajado, en contra del estado nervioso en que vivía habitualmente, empieza a afrontar la vida en general con talante más tolerante y a remitir los episodios de cambio de carácter que venía sufriendo. Ya desde la primera sesión encuentra datos positivos y se afianza cada vez más, hasta terminar muy satisfactoriamente en la quinta sesión de terapia.

La anorexia y la bulimia, son dos caras de la misma moneda. No es infrecuente que aparezca una detrás de la otra, o de forma alternativa. Se trata de una disfunción en la alimentación que se produce a través del mecanismo de la ansiedad, dentro de un cuadro depresivo en cualquiera de sus formas, y que además tiene relación con problemas sexuales, generalmente con agresiones sexuales, y más en la infancia o pubertad. Hay que insistir hasta la saciedad que esta patología nada tiene que ver con la moda, el consumismo, ni nada por el estilo. Estos aspectos son sólo un refugio, un pretexto para no comentar el problema sexual que normalmente atemoriza en extremo. Se trata de la teoría que Freud esbozó ya en 1.905, y que hasta fa fecha está plenamente vigente, sin que nadie haya aportado nada sustancioso en contra. Se justifica lo anterior en el bucle mental del paciente, en el que su proceso mental es similar a este: "me siento de apariencia agradable, he sido agredida por gustar, deformo mi cuerpo y me cubro de más agresiones". Es evidente que este tipo de agresiones provoca una destrucción de la autoestima, ya suficientemente baja anteriormente, en cuyo estado encuentran cobijo los pensamientos de defensas tan extremos y dañinos como éstos. Realmente la anorexia es la manifestación de otra patología, otro proceso diferente y anterior que desemboca en este extremo. El tratamiento específico y concreto contra la anorexia o bulimia consiste simplemente en tratar todo lo que conduce a este estado de forma previa, y las manifestaciones anoréxicas o bulímicas desaparecen al eliminar lo que lleva a ellas. Nieves, veintinueve años, soltera, presenta un cuadro de anorexia con episodios bulímicos, junto con una adicción a las benzodiacepinas con ingesta de alcohol como escape a lo que vive. Las pastillas le fueron recetadas para que se tranquilizara, sin más terapia de apoyo ni tratamiento alguno. Llega a tomarse hasta cinco cajas de pastillas al día con el correspondiente alcohol para aumentar el efecto somnífero. Está completamente convencida de que no hay remedio, y su situación es tan lamentable que no consigue controlar los esfínteres cuando asiste a consulta. En consulta se advierte que el padre, si bien la lleva a donde sea necesario y satisface sus gastos, es una persona que incide de frente en la patología, puesto que, aunque de entrada no confiesa el origen, al avanzar sin demasiado éxito la terapia se logra que se abra (hay ligeras mejorías) y comenta los sucesos. Fue fruto de un intento de violación, del que fue culpabilizada por el padre por "provocar" (no se hace nada contra el violador). No encuentra apoyo y sólo recibe palizas como tratamiento corrector de los excesos con las pastillas, que van en aumento constante. Caso de anorexia muy grave con drogodependencia a fármacos.

Se prepara una terapia de choque, por su estado, con dos y tres sesiones por semana, para cortar la dependencia inmediata. En el momento en que remite esta, se pasa a sesión semanal. Se comienza en día 29 de octubre y ya para mediados de diciembre no toma prácticamente alcohol, habiéndose reducido la ingesta de pastillas de forma notable. En enero ya no hay pastillas y sigue la mejoría hasta marzo, cuando tiene una crisis, un brote fuerte, por un problema con su padre y el novio, caso frecuente. El brote, muy violento, se puede cortar con facilidad y sigue bien, mejorando constantemente hasta finales de julio, ya con sesiones quincenales e incluso de más tiempo. Cuando se despide para pasar el verano se le sugiere alguna visita durante las vacaciones, cosa que indica no será imposible por la dificultad de traslado. No se sabe más de ella. Estaba prácticamente bien, pero quizás haya sido más fuerte su entorno que la terapia y haya recaído. La figura del padre es tan fuerte y negativa, que la madre sufre desde joven agorafobia y su marido manifiesta que "eso son tonterías de mujeres". Sin comentarios.

Ahora se expondrá una sencilla indicación para el estrés. El estrés es una alteración de tipo nervioso por presión, bien sea ambiental; familiar o de trabajo. Los síntomas son muy similares a los de la ansiedad, pero tienen diferencias que los identifican perfectamente: -

Incapacidad de desconectarse del trabajo. Períodos de irritabilidad. Hiperactividad, a pesar de sentirse muy fatigado. Sensación de impotencia para realizar todo. Sentirse imprescindible para todo.

Hay que significar que el estrés puede llegar a resultar tan grave como para poner en peligro la vida, ya que puede provocar dolencias de todo tipo muy graves. No hay una terapia específica para esta patología. Se combate perfectamente bien con ejercicios de relajación a lo largo de bastante tiempo, mínimo dos meses para las formas más livianas, junto con la terapia de ansiedad normal en estos casos. Para los tratamientos fisiológicos se hace. necesario un ejercicio completo bastante fuerte, con la relajación de entrada adecuada y un encadenado con un mínimo de cuatro ejercicios. Se continúa con un potencia dar de tipo medio fuerte y se pasa a lo específico del tratamiento, que empieza por el aislamiento y la visualización de la zona, sigue con la subida de temperatura (mediante bucles); la mencionada antes como hipertermia hipnoidea, se mantiene unos minutos elevando, para empezar a bajar hasta normalizar y, por último, la salida convencional. Hay que ir describiendo al paciente cómo se va eliminando, quemando, reponiendo o cualquier efecto buscado, según la patología que se esté tratando, de forma que lo pueda visualizar, para que colabore no sólo en el efecto de hipertermia sino en la eliminación de la patología. Es completamente indiferente que sea capaz de visualizar la zona por tratar de forma correcta, será suficiente con que la imagine como si se tratara de un croquis. Lo más importante de todo es que el paciente "vea" el incendio como proyectado, no sintiéndolo dentro de sí, simplemente como si se tratara del órgano de otra persona. Por su importancia se ha descrito en otro apartado anterior el tratamiento de hipertermia de forma detallada (ver Pág. 42). Existen ya en el mercado máquinas de hipertermia con muy buenos resultados para el tratamiento: de problemas oncológicos, consiguiendo destruir células malignas o detener su avance cuando menos, que ya es un buen resultado. Estas máquinas son incomparablemente menos eficaces que lo que se logra con la mente, ya que la máquina no puede diferenciar órganos o glándulas al efecto de preservarlos de calor elevado, mientras que con la inducción hipnótica sí se puede aislar lo que convenga. Además, la temperatura generada en hipnosis se produce desde dentro hacia fuera, lo que resulta mucho más aprovechable que hacerla desde fuera hacia adentro, con una pérdida apreciable de temperatura y sus consiguientes efectos. Como caso concreto de este tipo de tratamiento se incluirá aquí el propio caso del autor, que es la eliminación de un tumor vesical (cáncer en la vejiga) mediante tratamiento fisiológico. Empieza con hematuria (sangre en la orina) en el mes de mayo del 2.002. Se hacen análisis de sangre que no detectan nada, y el médico de familia del ambulatorio supone que debe tratarse de alguna infección sin importancia, por lo que receta un antibiótico. En junio, y en vista que no cedía la hematuria, se asiste a urgencias del Hospital La Fe de Valencia, donde Cáncer de vejiga eliminado en cinco sesiones.

se realizan más análisis de sangre y. una radiografía que tampoco arrojan nada nuevo. Más antibióticos ya esperar. En el verano, por traslado a un nuevo domicilio, hay también un cambio de centro de salud y en el nuevo hay remisión al urólogo, que de inmediato prescribe una radiografía y una ecografía. La ecografía ya arroja la imagen nítida de un tumor vesical de 3.4 cm., situado en la pared derecha como a media altura. Se prepara la operación, consistente en una resección transuretral (RTU) que se lleva a cabo el día 6 de febrero del año 2.003, en el Hospital General de Valencia por el equipo de urología que dirige el Dr. Zaragoza, realizando la intervención el Dr. lópez de dicho servicio. El tumor es extirpado y se envía a anatomía patológica para su estudio. El informe se entrega el día 11 de marzo, e indica que se trata de un tumor papilar de células transicionales infiltrante (de grado III de Mostofi) que ya ha pasado fuera de la vejiga, si bien está, de momento, infiltrando la capa muscular (grado B de Jewett). No hay adenopatías y parece que no se ha extendido. Se prepara un TAC para comprobar hasta dónde pasa yen qué condiciones, prueba que se entrega el 16 de abril, con la conclusión de que hay que extirpar vejiga y próstata. El equipo de urología de este hospital entrega un consentimiento informado para la cistectomía total y se pone en marcha la operación. Se. consigue atención en el IVO el día 13 de mayo, fecha en que se ordenan pruebas nuevas para el día 20. Entretanto, se advierte a los urólogos del Hospital General, el deseo del paciente de iniciar un tratamiento fisiológico con hipnosis clínica, aspecto que he de firmar de manera voluntaria, al no estar ellos de acuerdo con este procedimiento. Incluso citan al paciente para ingreso el día 5 de mayo, a pesar de estar citado para ordenar nuevo TAC el día 7, ingreso que se niega a realizar sin efectuar más pruebas. Desde que empieza el tratamiento con hipnosis, después de conocer el alcance de la infiltración mediante el TAC, no se recibe ningún otro tipo de tratamiento, puesto que se va a extirpar todo. Se realizan cinco sesiones de cauterización de la zona y unos días después de terminar, exactamente el día 20 de mayo, se ejecutan la urografía, la radiografía y la analítica completa que el IVO prescribe. los resultados se entregan el día 5 de junio; el médico manifiesta que está todo correcto y que allí no hay nada de lo que se esperaba. El cáncer ha desaparecido, no hay marcadores y no hay nada que indique que allí hubo tal cosa, salvo una cicatriz que se ve en endoscopia. Esta curación se ha producido, por lo tanto, entre los días 17 de abril y 17 de mayo, aproximadamente, ya que las fechas exactas de las sesiones fueron las siguientes: 2S y 30 de abril, 3, 10 Y 17 de mayo. Se realiza un nuevo TAC el día 26 de junio, cuyo resultado se notifica el día 10 de julio: no aparece nada. Para mayor seguridad, y con afán de investigación también, lleva a cabo una nueva endoscopia el día 14 de julio. En ella se toma una muestra de la zona de la cicatriz para análisis, cuyo resultado se da el día 29 de julio. Aparece todo limpio, incluso la capa muscular. Por lo tanto, se considera terminado este episodio y sólo queda realizar el seguimiento clásico en el tiempo, por elemental prevención. Este seguimiento consiste en tres endoscopias, con biopsias de toda la vejiga incluso superiores a 1 cm. de la cicatriz, y cuyo resultado es la confirmación de la total desaparición del tumor sin asomo de recidiva.

Hay que decir que si bien en este caso ha funcionado de forma inmejorable el tratamiento, en los carcinomas nunca se puede saber si éste va a resultar positivo o no, ya que se desconoce aún el mecanismo por el cual este tipo de actuaciones funciona bien o mal, a pesar de la sencillez del tratamiento y de su aplicación. José Luís, persona que se informa de lo acontecido con el autor y solicita el tratamiento con la mejor de las disposiciones. Otro caso de cáncer de vejiga.

El tratamiento se desarrolla durante tres sesiones consecutivas. A la cuarta no puede asistir y el terapeuta sale de vacaciones. A su regreso se encuentro con que las pruebas efectuadas indican que no hay el menor rastro de los tumores (dos de 1,2 y 0,8 cm.). El oncólogo que le trata se felicita por lo bien que ha funcionado la quimioterapia (una sola sesión). Habría Que preguntar si en serio alguien cree que una sola sesión de quimioterapia es bastante para producir este efecto. Las endoscopias posteriores confirman igualmente la total remisión de la tumoración. Se trata de un paciente de setenta y cuatro años, persona muy activa, quien realiza ejercicio regular y fuerte para su edad. Presenta un tumor grado 7 en la escala de Gleason (4+3). Asiste a consulta desde Caracas para llevar a cabo este tratamiento de forma concreta y específica. Se realizan cinco sesiones en las que el paciente responde con elevadas temperaturas desde el primer momento. En la cuarta sesión comienza a dar síntomas de disminución sensible y se realiza pruebas diagnósticas después de la Quinta. El resultado es óptimo y esas pruebas determinan la desaparición total del tumor. Se efectúan dos sesiones más para tratar de eliminar cualquier posible célula que pudiera dar origen a una recidiva. Tumor de próstata.

Se marcha a su ciudad y en los días siguientes va enviando información cada vez más contundente de la definitiva desaparición del tumor. Ya ha dejado de tomar diferentes tipos de medicación buscando que las respuestas a las pruebas estén completamente descontaminadas de posibles alteraciones por esos productos. Finalmente las pruebas confirman lo mejores diagnósticos y queda con su plan de vigilancia, normal en este tipo de situaciones. El TRASTORNO PSICOSOMÁTICO COMO FENÓMENO MULTIFACTORIAL

Es uno de los mayores problemas que tiene la sanidad occidental, para los que la sanidad oficial no ofrece soluciones. Desconozco los motivos que la llevan a olvidarse de algo que se ha descubierto necesariamente dentro de esos mismos parámetros oficiales, pero que, no sé si deliberadamente o por considerar que carece de importancia, se ignora o se omite Los psiquiatras rusos K. N. Bykov y G. Razram publicaron en los años 1968-69 un estudio que tomaba a la sociedad rusa como modelo, y presentó en sus conclusiones a un tipo de sociedad que manifestaba una clara adicción al vodka (65 %), proveniente de la carencia de objetivos personales y materiales que la sociedad rusa provocaba entonces. A partir de ahí empezó a conocerse lo que es el trastorno psicosomático, como manifestación externa de profundos conflictos internos. Entre los años 1970 - 75, dos neuropatólogos norteamericanos profundizaron en el estudio del origen de la ulcera péptica básicamente, demostrando, con un extenso y profundo estudio clínico, que ésta era la consecuencia fisiológica de un problema psíquico. Esta teoría ya se había esbozado en los años veinte, pero había caído en desuso por falta de la imprescindible demostración clínica, que se produjo más tarde. A partir de entonces, la medicina reconocía que el trastorno psicosomático es un problema real que origina problemas fisiológicos.

Quedó así establecida la teoría de que el siguiente trinomio: ESTIMULO  COGNICION EMOCION es un hecho constante en la vida de la gente. De inmediato apareció la teoría complementaria, que indica que el trastorno psicosomático afecta al sistema inmunitario, dando lugar al estudio de la psico neurología, después dando lugar a patologías, apareciendo la pslco -neuroInmunología. De manera breve, viene a decirse. que cuando por razones diversas un individuo desarrolla un estilo emocional negativo, con baja autoestima y alta inseguridad, si a esto se le unen situaciones de estrés se tiene como resultado el contexto en el que se produce el 75 % de patologías no virales. Ante un cuadro de este tipo, el individuo produce un bio-feedback .que tiene varias etapas: 1- Etapa de demandas ambientales

Estrés cronificado

2- Procesamiento de la información 3- órgano periférico que se afecta corno consecuencia, bien inhibiéndose, bien estimulándose. 4- Se instala un bio-feedback negativo (enfermedades no virales) Es muy extensa la lista de enfermedades típicas psicosomáticas. Se puede decir -que casi todas las patologías que tienen que ver con el sistema inmune son fruto de un psicosomatismo. Hoy día existen tres enfermedades tópicas y típicas, como son la fibromialgia, la mencionada ulcera péptica y el colon irritable, Se pueden añadir casi todas las dermatitis y todas las patologías más o menos desconocidas que presentan molestias o dolores concretos, pero que al ser explorados no presentan ninguna causa próxima fisiológica para esas molestias. En prácticamente todos los casos, porcentualmente raros, o en los que se desconoce tanto el origen como la evolución y el tratamiento, se estaría hablando de enfermedades psicosomáticas, Como mínimo, el tratamiento de tipo psicológico presenta siempre mejorías evidentes, cuando no remisiones espontáneas, mientras que el tratamiento puramente farmacológico o no actúa nunca o actúa de forma tan débil e inconstante que desespera a quien lo padece. Hay que averiguar, por lo tanto, el origen real de los problemas, especialmente desde el ángulo psicológico, su evolución, y actuar sobre esos problemas, olvidándose del reflejo externo en forma de dolor, A medida que esos problemas se van superando, las molestias van disolviéndose. Vale la pena resaltar. que en un tratamiento de este tipo ha de olvidarse el efecto psicosomático que se padece, tratando casi en exclusiva el problema psicológico que lo produce, La evolución deseada es que la parte psicosomática desaparezca, o cuando menos mejore sensiblemente, antes de terminar con la parte psicológica, que suele ser bastante más dura. la evolución Y mejor conocimiento de la enfermedad.

Aplicación terapéutica. Si proviene de una situación de estrés, significa que es

permanente y, por tanto, la terapia también tiene que ser de largo alcance. El tratamiento de estrés se realiza mediante cinta grabada, para ser escuchada en casa de manera constante, además de la terapia concreta que se ponga en marcha. Para la patología que se trate hay que tener en cuenta que la autoestima tiene que ser dirigida a tres objetivos: - Al yo fuerte. - Al yo poco influenciable. - Al yo controlado. Este ejercicio de terapia de autoestima es egodistónica, separándose del problema presente y abordando el remoto, base del presente. En caso necesario se puede añadir, detrás de la terapia, la visualización del órgano afectado y su regeneración por hipertermia, incluyendo sensación táctil. Esto solo es conveniente hacerlo en casos extremos, ya que la mezcla de tipos de ejercicios disminuye el efecto curativo de cada uno de ellos. El reajuste del yo provoca el reacondicionamiento de las pautas y el mejoramiento del estado fisiológico, al disolverse la causa real remota que está originando la enfermedad' próxima, que normalmente es un trauma no resuelto. Como ejemplo de casos que parecen muy definitorios de lo que es un psicosomatismo, se expondrán a continuación tres casos, que por sus connotaciones resultan ejemplos de lo anteriormente expuesto. Tenista profesional; lesión de rodilla y miedo a ganar. Diana, tenista rusa de veinte

años, que juega en España hace varias temporadas. A los catorce años tuvo una lesión importante de rodilla que podría haberle causado el abandono del deporte a nivel profesional. Su lesión está curada, pero focaliza sus miedos y temores en el dolor que reaparece en su rodilla en cuanto va por delante en el partido. Tiene miedo a ganar. Es una simple inseguridad, más la ansiedad correspondiente, que la bloquea por completo. En la primera visita no se ve claramente ese dolor que manifiesta tener en la rodilla, al estar seguros de que la lesión se ha curado del todo. La paciente se somete a regresión en un momento de estos en que aparece el dolor al jugar. En este estado el dolor no se manifiesta y Diana indica que tiene miedo a no ser capaz de ganar. A partir de identificar claramente que no existe lesión, que solo es inseguridad a nivel inconsciente, la rodilla deja de dolerle y Diana va identificando sus síntomas con mas claridad se va poniendo de manifiesto su inseguridad, que comienza a disolverse con el avance de la terapia. Una vez superado ese miedo, su carrera progresa; lo importante no es jugar bien, lo importante es que Diana enfrente su vida sin más temores y sin más refugios o pretextos como consecuencia de esa inseguridad. Tenor de ópera; problemas con agudos y pus en garganta. Guillermo, joven tenor

operístico, con unas magníficas cualidades para ser figura en este difícil campo. Está manteniendo un repertorio muy duro, que él basa en que al empezar hay que dar más y poder interpretar obras que los consagrados rehuyen. Cuando firma una ópera de un grado de dificultad elevado, una semana antes de la representación le aparecen problemas en la garganta, llegando incluso a formarse pus, sin que ningún médico haya podido determinar a qué puede deberse.

Los ensayos los realiza con normalidad aún a pesar de tener esas molestias. Cuando va a cantar en la representación la garganta se le rebela, se le cierra y le produce un esfuerzo inmenso poder dar los agudos. Comienza a pensar incluso en abandonar la música. Uno de sus profesores le indica que dichos problemas son producto de sus temores y le aconseja que se ponga en manos de alguien que pueda practicarle hipnosis. Magnífico consejo que lleva a la práctica. Aparece una causa remota que se interpreta como relacionada con su presente. De muy niño asistió a un colegio donde había varios cursos que se daban conjuntamente y él, en aquel momento, no sabía leer bien aún. Lo situaron en el centro de la clase con gente que ya leía bien y él apenas balbuceaba; se atascó, lo pasó mal y soportó de muy mala forma las bromas y burlas de los compañeros. Aquella situación extrapolada a estos días da la idea de lo que ha de ocurrir. En la primera oportunidad de enfrentarse a una obra importante se muestra tranquilo y canta con fluidez, sin esfuerzos aparentes, disfrutando de cada nota. Con solo una sesión ha conseguido dominar ese temor, sólo durante la primera parte. Algo incontrolado ocurre en el descanso que hace que en la segunda parte se quede sin fuelle, sin fuerza, debiendo realizar esfuerzos tremendos para poder proseguir. La ventaja es que ha quedado identificado el problema y que, según manifiesta él mismo, se ha encontrado mejor que ningún día. La terapia termina con normalidad sin que vuelvan a ocurrirle más esos efectos psicosomáticos tan preocupantes y molestos. Su carrera prosigue de acuerdo con sus deseos. Músico de jazz que no puede utilizar el dedo meñique por dolor intenso. Alberto,

joven músico de veintisiete años, muy aficionado al jazz y que toca el contrabajo, para lo cual ha de utilizar, y con cierta fuerza, todos los dedos de la mano, pulsando las cuerdas con la yema de los mismos. Manifiesta un dolor fuerte e intenso en la yema del meñique, que le impide pulsar con ese dedo. Esto limita su técnica de manera notable. Visita distintos médicos y traumatólogos que le practican todo tipo de pruebas. El resultado es nulo; sólo uno de ellos encuentra algo así como una pequeña callosidad en el interior, pero considera que eso no debería doler con tanta intensidad. Alberto ha sido siempre muy tímido, inseguro, y presenta ansiedad desde hace bastante tiempo. Sólo su vocación musical le hace proseguir tocando, con bastante calidad según parece. La terapia se basa en esa timidez, en su inseguridad, haciéndole ver que ha llegado el momento de superar todos los episodios que le han perjudicado tanto, elevando su autoestima y su seguridad. Comentando las posibilidades de superar este problema, se le vaticina que en el momento en que se sienta seguro y confiado, y esté tocando sin pensar ni preocuparse nada más que por la partitura y la melodía, será consciente de que el dolor desapareció. Después de la tercera sesión comenta que ocurrió exactamente eso, que estuvo tocando más de treinta minutos y debía estar pendiente del conjunto, de la improvisación. Cuando terminó se dio cuenta de que no había habido dolor, que había disfrutado enormemente del momento y que sus compañeros le felicitaron. Otro psicosomatismo eliminado felizmente.

LIPÓLISIS EN HIPERTERMIA.

Generando calor con la técnica descrita es posible disolver cúmulos de grasa en zonas concretas: la muy conocida y temida celulitis, instalada de forma local. No hay que olvidar que para manejar el calor generado se dispone de una superficie máxima del tamaño de una mano, o las dos llegado el caso. Se genera calor en la zona de interés y se va disolviendo paulatinamente esa masa de grasa, aislando de forma conveniente los elementos corpóreos que pudieran estar próximos y verse afectados por la temperatura. Son precisas bastantes sesiones, entre 10 y 16 normalmente, como siempre dependiendo de factores como la antigüedad, densidad, etc. Un elemento muy importante por tener en cuenta es que una vez terminado el proceso de disolución de la celulitis es muy conveniente realizar dos sesiones más, sabiendo que no hay nada que quemar, pero al actuar así se generan en la zona vaciada receptores de insulina que rellenan esa zona e impiden que la celulitis vuelva a concentrarse en el mismo punto con el tiempo. FIJACIÓN DE NIVELES ORGÁNICOS

Al realizar cualquier tratamiento, especialmente fisiológico, el terapeuta puede encontrarse con un descontrol de determinados niveles, bien sea por somatización, bien por afectación directa; pueden ser desde la tensión arterial hasta nivel de glucosa en sangre, y se pueden tratar de fijar convenientemente en valores normales, para lo que habrá que introducir un ejercicio de fijación de los mismos. Este ejercicio se coloca al final del tercer bloque, bloque de terapia, y consta de tres pasos sucesivos e indiferenciados, que son: 1. Situar al paciente en el punto deseado. 2. Hacerle memorizar este punto. 3. Orden de mantenerlo en ese valor. Para situar al paciente en el punto deseado, hay que valerse de aparatos adecuados, cuando es posible, o llevarle hasta la visualización del nivel correcto, hasta donde sea posible. Inmediatamente se procede a fijarlo mediante ejercicio de memoria: "Vas a recordar este nivel en que te sientes bien... mantendrás siempre este nivel cómodo... "y se pasa a ordenarle: “... A partir de ahora vas a mantener siempre este nivel de...” Con sesiones sucesivas se ganará facilidad. y adaptación a esta variable que estaba descontrolada, manteniéndola normal cada vez con más sencillez. LA HIPNOSIS ANESTÉSICA

Como queda dicho, la aplicación de esta técnica concreta tiene puntos de conexión y coincidencia con el protocolo de hipertermia. Tanto la relajación como el encadenado de bajada posterior han de ser intensos, profundos, pero siempre en la medida que el paciente acepte. Igualmente, en sesiones sucesivas se han de ir acortando los ejercicios para mantener una máxima efectividad. Como punto de partida es válido el ejercicio mencionado para la hipertermia, incluyendo el aislamiento y la visualización de la zona. Sólo se cambia la inducción de la hipertermia por la progresiva desensibilización del área afectada. Una vez logrado el trance profundo, se aísla el punto por tratar, haciendo que el paciente lo

visualice lo más claramente posible, ayudando con la mano o los dedos a su localización exacta. Hay que procurar que el paciente sienta claramente esa zona para ir indicando que ésta va perdiendo sensibilidad de forma progresiva, mientras que simultáneamente se va despegando la mano, apoyando dicha indicación. A continuación se le indica que ya no siente nada y que como prueba se va a tocar, apretando la zona, cosa que se efectúa de palabra, pero no se realiza bajo ningún concepto. Se inicia de esta forma el método de la confusión, que tan buenos resultados produce aquí. Cuando ya se ha inducido repetidamente que se toca, pero no se siente, se repite de nuevo toda la operativa, esta vez tocando y oprimiendo realmente, observando las posibles reacciones del paciente. Si no se capta ningún gesto, la anestesia se ha logrado, pudiendo procederse a la intervención prevista. El terapeuta debe mantenerse al lado del paciente para seguir manteniendo el nivel de profundidad alcanzado mediante cualquier visualización, preferiblemente real, con matices especialmente agradables y placenteros, extremo que se habrá comprobado, sin duda alguna, previamente preguntándole por sucesos, hechos o circunstancias que le fueran de especial agrado. Así se asegura que no va a haber rechazo alguno por cualquier causa. Es muy bueno y práctico inducir a modo de orden post-hipnótica una señal para relajar de nuevo profundamente. Es una garantía o elemento de seguridad adicional por si en algún momento el paciente pudiera saltar por causas ajenas al terapeuta. Realmente lo que se está generando, más que una anestesia en toda la extensión del término, es una desensibilización de la zona. Es decir, ésta pierde toda sensibilidad, quedando como momentáneamente inutilizadas las terminaciones nerviosas que van a disparar los mecanismos del dolor en el cuerpo. Al perder todo tipo de sensibilidad se reduce el aporte del riego sanguíneo y, por tanto, en caso de producirse heridas inciso contusas, el sangrado es mucho menor, también influido por el aumento de la lactosa en la zona, y la recuperación resulta más rápida. Caso práctico de anestesia con hipertermia. Puede mencionarse aquí el caso de

Teresa R., mujer de 61 años, con muy importantes antecedentes de enfermedades e intervenciones quirúrgicas, quien ha desarrollado alergia a antibióticos y a la anestesia convencional. Presenta inflamación por infección en el maxilar superior derecho y precisa la extracción de un molar, más dos raíces de anteriores intentos. En la primera sesión se aplica hipertermia para reducir la inflamación y la infección, lo que se logra sin mayor dificultad. En dos sesiones posteriores se ensaya la anestesia comprobando que responde perfectamente a todo el proceso. Se realiza una primera intervención ya en el consultorio del dentista, ejecutándose la extracción de forma rápida y eficaz. Hay que resaltar que todo este proceso llevó exactamente doce minutos, desde comenzar la inducción para la anestesia hasta despertarla ya sin la muela. Posteriormente se realiza otra intervención en la que se extraen las dos raíces, una de ellas de casi dos centímetros de largo, sin el menor problema. En vista del resultado obtenido, la paciente manifiesta su deseo de arreglarse toda la boca, ya que ahora dispone de un medio seguro y eficaz para obtener los resultados que buscaba y que no se podían ni siquiera plantear sin esta técnica hipnótica anestésica.

LA RESPUESTA DEL PACIENTE: EXPECTATIVAS

Todo lo anterior no tendría ninguna justificación sin el paciente y sus muy diferentes tipos de respuesta. Sería muy fácil aplicar la terapia a sabiendas de que, como si de un parche poroso se tratara, todo saldría a satisfacción de todos. Pero no es así, cada paciente tiene su problemática, sus objetivos, su forma especial de sentir las cosas. Hay que considerar esa forma de sentir y de hacer, su forma de pensar y tenerla en cuenta, muy en cuenta, a la hora tanto de diseñar como de hacerle saber cuál es la evolución esperada y cuál debe ser su comportamiento durante el tratamiento. Ya se ha dicho que la primera sesión sólo es de toma de datos. Bien, pues si después de la segunda sesión de terapia, tercera en el cómputo general, no hay ya mejoría sensible que se pueda notar, algo está fallando, o bien, el terapeuta o las indicaciones del paciente han sido incorrectas (esto también es fallo del terapeuta). Las sesiones de terapia tienen una forma de manifestar su incidencia muy clara. La primera tiene una vigencia de cuarenta y ocho horas como máximo. La segunda, ya alcanza los cinco o seis días. Con la tercera ya se tiene terapia para alargar las sesiones en el tiempo. Si la evolución es favorable, la cuarta sesión debería ser a los quince o veintiún días. La quinta, si prosigue la mejoría, al mes de la anterior. Se considera que el tratamiento está terminado cuando ha transcurrido un mes sin terapia y, especialmente, sin ninguno de los síntomas negativos que han llevado al paciente a la consulta del terapeuta. En este caso puede considerarse que la terapia hipnoidea alcanza su máximo vigor, actuando entonces como verdadera vacuna contra la patología tratada. Esta patología ya no vuelve a aparecer en las circunstancias en que vino. Es imprescindible indicar al paciente que no debe generar ansiedad bajo ningún concepto, o tratar de evitarlo al máximo. Esto se justifica porque la terapia en hipnosis se sitúa en el subconsciente y, por lo tanto, el paciente actúa bajo el efecto de la terapia de forma inconsciente, no de manera racional. Si se pretende actuar bajo hipótesis racionales, este tipo de terapia no funciona nunca. Por todo ello, el paciente debe conocer perfectamente la evolución esperable, para poder informar al terapeuta de sus impresiones entre sesiones, impresiones con las que éste deberá continuar o modificar en la línea correcta. Los tan traídos y llevados programas televisivos han producido una especie de creencia de que este tipo de terapia es algo así como milagrosa, instantánea. Una sesión y resuelto de problema de tantos años. Nada más lejos de la verdad. Por otra parte, hay muchos "profesionales" con una formación harto dudosa, que precisan de largas e intensas sesiones, muy numerosas, para acercarse algo a la resolución de las patologías. Se suele producir un desencanto del paciente que no ve ningún progreso por ligero que sea, y a continuación la generalización y condena de la técnica, no del terapeuta. El mayor peligro para una respuesta negativa, o no positiva, está en los pacientes que anticipan ansiedad, que se adelantan a los acontecimientos. El terapeuta debe esforzarse al máximo para tratar de evitar esa anticipación, ese chequeo constante de uno mismo, que si bien es inconsciente, es el mayor freno al progreso de la terapia. Hay muchos recursos para evitar este tipo de incidencias. Normalmente la reviviscencia de un momento especialmente negativo y la salida hacia el futuro,

falsa evidentemente, viéndose a sí mismo superando bien los problemas, produce el inicio de la ruptura de los anclajes que el paciente pueda mantener ante determinada situación. El resto de la terapia, especialmente la relajación, irán ocupándose del resto. La terapia va a quedar como detenida, sin profundizar demasiado, en pacientes especialmente nerviosos, y en los que no lo son tanto, mientras que la relajación no haga su efecto y penetre, serenando al individuo. Es necesario que la relajación haga su trabajo, el sujeto se serene y entonces la terapia entrará a producir los efectos deseados. En esto pueden irse una o dos sesiones, ya que el terapeuta debe ver esta dificultad y apretar en la relajación, haciéndola más extensa y vigorosa, para posibilitar que la terapia comience a actuar lo más pronto posible. En los tratamientos fisiológicos estas reglas no funcionan de esta manera, puesto que lo que se persigue es tratar una dolencia directa, física, y anular el daño. Por lo tanto, las sesiones deben ser semanales, excepto en los casos de estimulación glandular, casos en .que las sesiones deberán ser cada quince días como mínimo. Las glándulas son de lenta evolución y necesitan tiempo entre sesiones para su recuperación. El entorno del paciente es algo que se debe considerar muy a fondo, especialmente en el caso de las dependencias como drogas, alcohol, etc. Igualmente en el caso de la anorexia-bulimia. La familia y el entorno tienen una importancia fundamental en el correcto desarrollo de la evolución de la terapia. En ellos se apoya el paciente cuando tiene dudas y ellos deben dar la respuesta adecuada para ayudar en fugar de interferir, que es lo más común. En ocasiones la familia, el entorno, resulta, más que un apoyo, casi el verdadero agente patógeno, o al menos lo que está dificultando que la recuperación se acelere, incluso imposibilitándola. El terapeuta debe instruir a fa familia sobre los aspectos de la enfermedad, su evolución y las normas más elementales a tener en cuenta para que ésta actúe como un elemento de ayuda en vez de dificultad. Se debe considerar que el entorno llega en muchas ocasiones a impedir la positiva evolución, por torpeza o desinformación. A continuación se incluye un documento especialmente confeccionado por mí para la familia de los anoréxicos-bulímicos, a título de información y pauta a seguir de cara a la evolución y mejor conocimiento de la enfermedad.

ANOREXIA Y BULIMIA Guía para familiares de enfermos Con el término “paciente” se hace referencia, de manera general y neutra, a sujetos tanto del sexo femenino como masculino que presentan enfermedad. Al hacer referencia a "la familia", ésta incluye, no sólo a los padres, sino a todos los que están en el entorno del paciente, cualquiera que sea el grado de parentesco, y que influyen o pueden influir en su evolución. Es importante saber que nada de fa que fe está pasando al paciente es un juego, una farsa, una manipulación. A veces puede parecerlo (por sus formas), pero debe comprenderse que más allá de la forma de expresarse de la persona, más allá del síntoma, más allá del posible juego o manipulación, lo que se esconde es un hondo dolor, una profunda angustia de ser, un vacío doloroso y corrosivo.

La bulimia, el comer compulsivo y la anorexia son trastornos de la conducta alimentaria, consideradas enfermedades de importancia que, en situaciones graves, puede conducir a la muerte. De ahí la necesidad de tratar el tema con extrema seriedad. No es un juego de niñas, no son caprichos de adolescentes, como muchos padres creen, es un conjunto de síntomas que esconden una profunda desesperación que hace sentir a quien lo padece como en un callejón sin salida. Al considerar esta enfermedad, deben dejarse de lado posibles culpabilidades o culpables directos; no los hay de forma estricta, aunque pueda haberlos de forma indirecta, involuntaria. Es más necesario contemplar el problema desde la perspectiva de la enfermedad, del sufrimiento, actuando con cariño, con respeto y con dedicación plena, pero con mucho tacto y en la dirección adecuada. Este es el motivo de estas líneas. La anorexia y la bulimia son realmente dos caras de la misma moneda. Son dos manifestaciones diferentes del mismo problema. Se dejará aparte lo que se llama "ingesta compulsiva" que tiene otras connotaciones, al estar- más dentro de los trastornos obsesivos compulsivos. CARACTERÍSTICAS DE LA ANOREXIA NERVIOSA

Consiste en una alteración grave que se manifiesta en rechazo al propio físico, haciendo aparecer un cuerpo delgado o normal como obeso, por lo que se modifican hasta extremos inconcebibles los hábitos alimentarios. Aunque es típico de mujeres jóvenes, aparece cada vez más en chicos jóvenes y personas maduras. Las principales características de la anorexia nerviosa son: -

Rechazo a mantener un peso corporal mínimo; cualquier peso "parece" excesivo. Miedo intenso a ganar peso, como consecuencia lógica. Alteración significativa de la percepción del cuerpo; siempre se ven gruesos. Amenorrea (falta de regla) al alcanzar pesos muy bajos.

En la anorexia nerviosa se distinguen dos subtipos: - Restrictivo. - Purgativo. El primero describe cuadros clínicos en los que la pérdida de peso se consigue con dieta muy estricta,' bastante irracional, o ejercicio muy intenso, hasta excesivo, mientras que el segundo se utiliza para identificar al individuo que recurre regularmente a la utilización de purgas: vómitos, laxantes, diuréticos. En el tipo purgativo suceden fases de atracones, seguidas de vómitos o purgas. Los factores desencadenantes de la anorexia pueden ser múltiples, como los biológicos (predisposición genética), los psicológicos (influencias, traumas, conflictos), con reflejo en elementos sociales, en el entorno en que se vive. La anorexia no aparece de repente, como si de un resfriado se tratara. Lleva un proceso, normalmente oculto, que desemboca en el cuadro anoréxico y cuyo origen remoto tiene una base común, la falta de autoestima, más causas diversas que inciden en esta patología, siendo una de las mas comunes las diversas circunstancias que se derivan de problemas de tipo sexual, bien sea por haber sufrido algún tipo de agresión, o verse envueltos en alguna situación de este tipo derivada.

El tratamiento con hipnosis clínica puede necesitar de un largo número de sesiones, dependiendo de la cronicidad y de la capacidad evolutiva del paciente. Se estaría hablando de un mínimo de seis sesiones, no siendo extraño llegar a quince, aunque en casos extraordinariamente muy graves. La base del tratamiento está en todo lo previo que ha llevado al estado anoréxico/bulímico, más una mención para corregir suavemente esos mecanismos mentales que le impiden comer o le hacen atracarse. Al eliminarse de la mente los problemas y/o traumas que han originado todo, esta enfermedad cede fácilmente. Lo complicado es detectar, primero, y vencer y eliminar, a continuación, las causas. SÍNTOMAS MENTALES Y EMOCIONALES DE LA ANOREXIA NERVIOSA (*)

-

Trastorno severo de la imagen corporal. Terror a subir de peso o miedo a engordar. Negación total o parcial del problema. Negación de sensaciones de hambre, sed, fatiga y sueño. Dificultad de concentración y aprendizaje. Desinterés sexual. Desinterés por actividades lúdicas o recreativas. Dificultad para reconocer emociones propias. Temor a perder el autocontrol. Sensación de lucha interna entre aspectos de su persona. Sintomatología depresiva y/u obsesiva.

SÍNTOMAS COMPORTAMENTALES.DE LA ANOREXIA NERVIOSA (*)

- Restricción voluntaria de alimentos de contenido calórico elevado, con la intención de bajar de peso. Esta restricción se hace extensiva a la mayoría de los nutrientes. - Preparación de los alimentos mediante cocción o a la plancha. - Disminución o ingesta excesiva de agua o líquidos. - Conducta alimentaria extraña: comer de pie, cortar el alimento en pequeños trozos, estrujarlo o lavarlo y .al terminar de comer, con cualquier pretexto, ponerse en movimiento. - Aumento de horas de estudio y actividades supuestamente útiles. - Disminución de las horas de sueño. - Irritabilidad. - Preocupación obsesiva en cuanto al peso. - Uso de laxantes, diuréticos y vómitos autoinducidos (en subtipo purgativo). Nota: no todos los síntomas se dan en todas las enfermas. La bulimia presenta además otras características, especialmente en el comportamiento, como mentir sobre los vómitos, desarreglos personales y otras diversas, pero que, como ya se ha dicho, son diferentes aspectos del mismo problema. ¿CÓMO AYUDAR? "Lucha contra la enfermedad, no contra tu hijo"

Esta sería la frase de base de todo el proceso. la comprensión, no exenta de firmeza, con altas dosis de habilidad y flexibilidad, ha de ser lo que guíe los actos. A continuación se exponen algunas ideas al respecto:

- Utilizar afirmaciones en primera persona Como padre, familiar o amigo cercano, utilice frases como "no sé bien qué hacer" en lugar de decir "no sabes lo que haces". Cuente y exprese sus preocupaciones sobre su estado, no haga afirmaciones tajantes. -

No buscar culpables

No culpe directamente, piense que el sujeto está en un proceso del que no sabe salir. Es incluso mejor "colaborar" que señalar con el dedo acusador. - Tener dísponibidad para hablar Procure siempre hacer hablar y comentar todo lo que siente, lo que le ha llevado a este estado, sin temores ni vergüenzas. Trate de acercarse con amor, no enjuiciando, con el ánimo de ayudar, no de condenar. - Si se encuentran con resistencias Gánese su confianza, poco a poco, lentamente; es la única forma de que se abra, hable y se eliminen las resistencias. - No hacer comentarios agresivos sobre la persona, su cuerpo o lo que come ES importante hacerle saber, una y mil veces, que usted está preocupado, que está ahí para apoyarlo. Acérquese sin temor. - No forzar a controlar la ingesta de alimentos No suele funcionar y el enfermo se siente reprimido, controlado. Ojalá estos consejos resulten de utilidad y ayuden a una mejor comprensión de la, enfermedad por la que está atravesando su hijo / a. Es claro que la situación es difícil para todos, pero debe recibido como una de las dificultades que, a menudo, presenta la vida, y decidirse a afrontarlo con entereza, seguridad y, sobre todo, mucho amor. De todas formas, es importante saber que se cuenta con el apoyo del profesional que esto escribe, hasta donde sea capaz de llegar o resulte necesario. Lo importante es confiar en los buenos profesionales. La enfermedad tiene remedio, hay salida, pero buscándola bien y cerciorándote de que las cosas van a funcionar de manera razonable a partir de ahora. Gracias por su tiempo, y espero que sirva de algo. Este documento se les entrega a los familiares de los pacientes. Se ha comprobado que aunque muchos ya conocen la enfermedad, el sentirse apoyados por el terapeuta les causa muy buena disposición, y a los pacientes les produce una sensación de seguridad, al sentirse apoyados y comprendidos en su lucha.

EL PACIENTE PROBLEMÁTICAS Y RESISTENCIAS

LA ENTREVISTA INICIAL. ELIMINANDO RESISTENCIAS

Es fundamental que la primera visita aporte todo el fruto que se debe esperar, ya que de ella dependerá, en buena medida, el éxito final del tratamiento. Son muchos los pacientes que llegan revestidos de tremendos temores y dudas, pero ansiosos por conocer algo que se sale de lo normal. Delante de estos pacientes se tiene la sensación de que hay que adivinar todo lo que sienten y sufren, ya que ellos no se expresan abiertamente, mantienen reservas. Es normal que nadie sepa bien en qué consiste esto de la hipnosis; han visto programas de televisión y tienen deformaciones al respecto, pensando que se les duerme, se les cuentan algo concreto y abandonan la consulta como una rosa. Se hace necesario, imprescindible más bien, explicar claramente en qué consiste la hipnosis, cómo funciona y qué resultados se pueden esperar a partir de ella. Es necesario que el paciente tenga muy claro que se va a someter a un tratamiento de tipo médico; que lo lógico es que resulte bien, aunque puede no tener los resultados esperados, y más si no expresa todo lo que siente y cómo lo siente. Es fácil que el paciente no identifique bien los síntomas con la patología. Como ejemplo se encuentran casos de pacientes que se negaban a aceptar padecer de ansiedad, cuando la misma era evidente. No hay que fiarse ni confiar en los primeros síntomas que encajan con la patología, hay que indagar y explorar todas las posibilidades, eliminando los probables síntomas falseados por los neuróticos, más concretamente los hipocondríacos. Existe multitud de test psicológicos adecuados para la identificación, no ya de una patología, sino también de su grado de gravedad. Es preferible, a manera de consejo personal, aplicar aquellos de respuesta múltiple, de al menos cinco posibilidades, que los de "sí" o "no". Se logran más matices, pero siempre pensando en que un test es un magnífico apoyo, pero no define ni resuelve demasiado, aparte lo mencionado. Es conveniente elegir alguno de tipo proyectivo de personalidad, para, reunir un conocimiento algo mayor de la forma de ver las cosas por parte del paciente. Se suelen revelar varios aspectos que el paciente ni ha mencionado, y que es normal que encierren el secreto del origen real de la patología, o dirijan al terapeuta hacia él. Se recomienda utilizar el test "del bosque", muy conocido y sencillo de aplicar, por ser revelador de focos de problemas, ya que no de problemas en sí. Una vez terminada la fase de toma de datos de forma exhaustiva y total, hay que completar realizando una sesión de tipo técnico, para ver cómo relaja, cómo visualiza y cuáles son las resistencias, si las hay. Sólo entonces es factible el diseño de la terapia más adecuada para el caso el paciente, desde todos los puntos de vista. Esta sesión técnica debe tener los componentes que se expresan a continuación: - Relajación hasta fase REM. - Visualización de la "pizarra" con sólo una letra. - Potenciador de 50, separando según relaje. - Ejercicios de visualización-relajación (condicionante).

- Salida con conteo de cinco. Los ejercicios de visualización-relajación que se transcriben a continuación no han sido expuestos anteriormente por la debilidad de su potencia y por estar prácticamente dirigidos sólo a esta sesión. Es claro que son utilizables, pero en casos muy excepcionales, ya que la gran carga que llevan es la de condicionar al paciente a la voz ya música para ayudar en las relajaciones próximas. Aproximadamente son como sigue: "Ahora quiero que Fije su atención sobre la punta de la nariz, y quiero que la mantenga fijamente así, hasta que esté concentrado en mi voz completamente, sólo en mi voz, todo lo demás no existe. Olvídese de sus problemas, sus preocupaciones, sus inquietudes, olvídese de todo, y mientras oye mi voz, se va relajando más y más, cada vez más relajado. Cuanto más oye mi voz, permaneciendo centrado en la punta de su nariz, más se relaja y se aleja de todo. Sienta la sensación de entrar progresivamente en un vacío, donde /0 único que existe es mi voz. Mientras lo hace, le vaya llevar la lo largo de cuatro niveles de relajación cada vez más profundos, donde usted conseguirá aislarse y olvidarse completamente de todo. Es una sensación placentera, muy agradable, quiero que disfrute con ella, mientras se relaja cada vez más. Céntrese en mi voz, sólo mi voz. Voy a llamar a estos cuatro niveles con letras del alfabeto, así que los llamaremos A, B, C y D. Cuando hayamos pasado el nivel A, estará 10 veces más relajado que ahora, y cuando acabemos con el B, lo estará 10 veces más, y al finalizar el C otras 10 veces más, y en el D, otras 10 veces más relajado. Sienta ahora su respiración, lenta, pausada, cómoda. Ahora quiero que sienta cómo en cada exhalación se relaja un poco más que antes. Un poco más con cada respiración, un poco más aislado de todo cada vez que toma aire. Nos estamos ahora acercando al nivel A. Ahora está en el nivel A, y sigue cayendo un poco más profundo, un poco más relajado con cada respiración, su mente está tranquila, relajada, no piensa en nada, no se preocupa por nada, demasiado cómodo para pensar. Ahora un gas que le introduce una fuerte sensación de pesadez entra por su nariz y le atonta la cabeza. Se siente caer cada vez más profundo, más aislado, y esa sensación de pesadez se extiende por todo su cuerpo, ya baja por el cuello, dejándolo dormido, anestesiado, y sigue bajando por su pecho hacia su cintura, y le deja el cuerpo, los brazos y las manos completamente anestesiados, y sigue bajando por sus piernas, dejándolas totalmente dormidas. Ya llegó a los pies, durmiéndolos también. Sienta cómo todo su cuerpo está pesado, insensible, anestesiado, su mente aislada, como en otro mundo, sólo escucha mi voz, lo demás no existe. Ahora nos estamos acercando al nivel B, recuerde que aun se dejará caer diez veces más. Ya estamos en el nivel B y sigue dejándose caer aun más profundamente. Su cuerpo está completamente anestesiado, dormido, como si fuese de madera, completamente insensible. Y sigue cayendo, aislándose cada vez más ¡ no hay ya ninguna conexión con el mundo excepto mi voz, y es una sensación agradable, cómoda.

Ahora nos acercamos al nivel C, recuerde que aún caerá diez veces más relajado y entumecido, con el cuerpo completamente insensible. No siente ningún tipo de sensación, ni frío, ni calor, está completamente aislado, sólo está unido al mundo mediante mi voz. Finalmente, bajaremos al nivel D, diez veces más re/ajado aún. Una sensación de completo abandono le inunda ahora, no siente su cuerpo, todo está demasiado lejano, demasiado borroso, lo único que percibe claro es mi voz. La próxima vez que me vea y escuche mi voz, se relajará mucho más rápido y profundo de lo que lo ha hecho hoy. En unos momentos le voy a despertar. Cuando despierte estará relajado y descansado como si hubiera dormido varias horas o descansado todo el día. Voy a contar hasta cinco... " Cuando el paciente abre los ojos y está totalmente despierto se le pregunta por sus sensaciones: si ha visto bien la pizarra, de color negro, si ha puesto la letra dentro del círculo, si se ha sentido como flotando en los niveles de relajación, etc... Hay que anotar cuidadosamente todo lo que dice, para diseñar a su medida la terapia completa, incluso el nivel del volumen de la música que habremos puesto al empezar. Se anota el título del CD y las demás circunstancias que concurran. Un dato que suele resultar importante para el bienestar del paciente es comprobar si es hipo o hipertenso. No hay que olvidar que la presión sanguínea baja entre 1 y 1.5 puntos y la temperatura unos 3 grados, por lo que si es hipotenso podría tener algo de frío y habría que abrigarle. En este punto ya se deberían haber eliminado las posibles resistencias, ya que el paciente ha experimentado por sí mismo lo que se siente, ha sido informado de todo con amplitud y ha comprobado que no hay mayores problemas, confiando en el terapeuta. PUNTOS DE ORIENTACIÓN POR CONSIDERAR (El discurso )

En la entrevista inicial, o primera visita, el terapeuta tiene que dedicar una atención extrema sobre el paciente para detectar patologías, a través de las mínimas indicaciones o pistas que éste vaya dando en su forma de comentar. El discurso del sujeto es una fuente de recursos y de datos, por lo que puede revelar síntomas que éste no ofrece conscientemente por ignorar la relación que pueden mantener con la patología correspondiente. En el caso de depresión que se he relatado anteriormente, la paciente indicó una frase que revelaba un gran temor a "fabricar" otro niño con problemas, por lo que se deducía un rechazo total a mantener relaciones sexuales, como método seguro de no procrear de nuevo, y volver a situaciones tan duras. Esta fue la clave del tratamiento. El discurso del paciente, su forma de hablar, dan indicaciones ya de patologías concretas, o marcan el camino hacia la determinación, que habrá que completar con las preguntas oportunas. Este discurso puede contener alguna de las siguientes indicaciones: 1. Pobreza del habla. Utiliza palabras repetitivas de las que no sale. Inseguro. 2. Presión del habla. Es lo contrario, para expresar una idea utiliza demasiadas

palabras. Neurótico.

3. Habla distraída. Cambia de tema de forma radical. Soñador = Frustrado. 4. Tangencialidad. Oculta información deliberadamente. Paranoico. 5. Descarrilamiento. Comienza bien, pero luego se va. Esquizofrenia. 6. Incoherencia. Discurso incoherente. Psicótico. 7. Resonancia. En inglés clanging. Requiere un nivel cultural elevado. El cerebro

tiene tal cantidad de información que la procesa difícilmente. Trastorno Intelectual Progresivo. 8. Ilogicidad. Conversación sin lógica ninguna. Obsesivo- compulsivo. 9. Neologismos. Utiliza palabras que solo él entiende. Fóbico (grave). 10. Circunstancialidad. Añade florituras y detalles tediosos. Fobia social. 11. Pérdida de meta. Desilusión por metas no alcanzadas. Depresivo. 12. Perseveración. Utiliza muletillas. Neurótico o histérico. 13. Bloqueo. Pierde el hilo de la charla. Generalmente es un introvertido, pero

podría ser también fobia social.

14. Habla afectada. Emplea tecnicismos, voz engolada, afecta la charla. Obsesivo. 15. Auto referencia. Sin importar el tema de la conversación, todo le ha pasado a él

o a su familia, pretende tener experiencia de todo. Problemas de autoestima. En el cuadro siguiente se presentan las diferentes escalas de gravedad de estas patologías, medidas en kappas, y con un escalado que va desde la moderada (mod) hasta la muy grave (MG), pasando por la grave (G), media (M) , etc.

No hay que dejar escapar ninguna posibilidad. Por ejemplo, el estrés viene disfrazado a veces de formas diferentes, como un episodio de ansiedad y es imprescindible detectar las diferencias para aislarlo convenientemente. Los estados depresivos dan lugar también a confusiones y errores graves, ya que es frecuente ver diagnósticos absolutamente erróneos por sintomatología incompleta. Hay que eliminar dudas o confirmar diagnóstico, con preguntas que confirmen o eliminen patologías. INDUCCIÓN A LA MEDIDA

Hay muchos pacientes parecidos, pero no hay dos pacientes iguales. Cada uno tiene su especial sentido de las cosas, su forma de sufrir y expresar su patología. Su deseo de salir de, eso y su forma de entender la terapia. El terapeuta debe tener en cuenta estos factores diferenciales y explicar claramente al paciente en qué consiste la terapia, cómo se aplica, qué cabe esperar y cómo debería funcionar. También tiene que explicar con todo lujo de detalles en qué consiste la ' hipnosis clínica, qué va a sentir y cómo debe comportarse. Es frecuente que en la primera sesión, y muchas veces en varias, el paciente Sienta algo de ansiedad por desconocer "lo que va a suceder" al hipnotizarlo, y más si tiene algún punto de duda por los tabúes existentes. La inducción inicial debe constar de cuatro pasadas como base de partida, pero no es anormal que sean necesarias seis u ocho el primer día; para bajar luego hasta a tres, en el momento que el paciente' ya confía plenamente en el terapeuta. Hay que resaltar que esta desconfianza posible suele ser inconsciente, no racional, y así hay que tratarla.

Una explicación concienzuda, con los detalles técnicos necesarios, ayuda al paciente a tranquilizarse y a comprobar que está en manos de un profesional correcto, y esto incide en una mejor relajación, Es conveniente el habla sosegada, tranquila, espaciando las fases, con música suave, no fuerte en volumen, observando cuidadosamente las reacciones del paciente, sin forzar en ningún momento a nada que se intuya que a éste no le gusta. Es normal que muchos pacientes pregunten si deben cerrar los ojos. Invariablemente deben hacer lo que más les agrade, advirtiendo que de todas formas, en algún momento los ojos se van a cerrar. Es cierto, por frecuente, que los pacientes entablen un tipo de lucha por mantener los ojos abiertos (y así chequean al terapeuta, también)" lo que provoca el alargamiento del número de pasadas hasta, que los ojos caen finalmente y comienza la fase REM. Todos estos pormenores deben quedar anotados en la ficha. Dentro de tres meses es posible que no se recuerde bien lo que pasó, el primer día, y pueden hacerse inducciones diferentes de las necesarias, a favor o en contra. Será la segunda sesión, primera de terapia, la que confirme la inducción a mantener durante el resto del tratamiento. Una vez que la terapia avanza, el paciente se va "aprendiendo" los ejercicios y el cuerpo ya va por delante del terapeuta, por lo que hay que ir disminuyendo la intensidad de los ejercicios para lograr el mismo efecto de profundidad. Por corto que se haga un encadenado en la sexta sesión, no es menos efectivo si el paciente está entregado y sin reservas, confiando plenamente, y sí es alguien que relaja muy bien y fácilmente. A la hora de reducir los ejercicios tampoco existe una regla general. De igual manera cada paciente es diferente a los demás y va a experimentar la terapia de distinta manera. ¿CUÁNDO SE HA TERMINADO UN TRATAMIENTO? GARANTÍAS

Cuando se habla de tratamientos médicos, y la hipnosis clínica lo es, no se pueden dar garantías de nada bajo ningún concepto. Lo único que se puede garantizar es un trabajo honesto, plenamente consciente y dedicado a esa persona por completo. Pero las respuestas al tratamiento del paciente conciernen exclusivamente a él. El terapeuta debe mantener un control estricto sobre el paciente y su evolución, pero hasta donde le sea posible. Esto es, al comenzar cada sesión se hará un análisis pormenorizado de lo que ha ocurrido desde la sesión anterior, las impresiones del individuo, los momentos buenos y malos, y la respuesta inconsciente. Esto permitirá evaluar dónde hay que modificar, si es que hay que hacerlo, y en qué medida. La orden post-hipnótica es muy apropiada para este tipo de modificaciones o puntualizaciones del momento, incidiendo en aquellos puntos en los que el paciente se encuentra más inseguro. La forma recomendada de programar los tratamientos consiste en realizar una sesión semanal durante las tres primeras semanas. Esto se da porque la vigencia de la primera sesión es muy débil, apenas un par de días, no siendo hasta la tercera sesión cuando el paciente ya tiene suficiente dosis de sugestiones para espaciar más la cuarta sesión. Es aconsejable que esta cuarta sesión se haga a las dos o tres semanas, más tarde cuanto más positiva ha sido su evolución. A partir de aquí será esta misma evolución la que determina el final del proceso terapéutico.

Es evidente que cuando se trata de patologías muy graves, estos tiempos se ven sustancial mente alterados. Pero lo que es factible es retrasar hasta las dos semanas después la cuarta sesión, aunque se establezcan pautas de sesión quincenal a partir de ahí. Sólo se debe alargar el plazo cuando el estado del paciente así lo aconseje, y se deben acortar cuando la urgencia del tratamiento igualmente lo sugiera, caso de alcoholismo agudo, en que conviene cortar lo más rápido posible la dependencia. En cualquier caso, se puede determinar que una patología ha remitido definitivamente y el tratamiento ha terminado cuando ha transcurrido un mes sin que el paciente sienta ningún. efecto negativo, .ningún síntoma de los que fe llevaron a la consulta, ni siquiera aspectos colaterales derivados. En este momento se lleva a cabo la sesión de cierre, que es igual a las anteriores, pero expresando en las sugestiones que esto ha terminado. La mente capta esa desviación en la expresión y se produce fácilmente el despegue de la terapia. Vale la pena insistir en una de las facetas menos conocidas del tratamiento mediante hipnosis clínica, que es el efecto vacuna que se produce cuando se ha realizado correctamente y a término un tratamiento. la patología tratada ya no vuelve a consecuencia de nuevos traumas o situaciones dañinas, nunca vuelta atrás. Por esto es fundamental llevar a término el tratamiento, ya que se observado en algunos pacientes que se encuentran perfectamente, después de tiempo de estar mal, y deciden ahorrarse la última sesión por considerarla algo así como in útil. No tiene nada de inútil y es muy necesario que el inconsciente capte esa señal de "fin de terapia", que posee una gran importancia en el desarrollo futuro.

POSIBLE DEPENDENCIA DEL TERAPEUTA

Después de tanto tiempo de sentirse mal, de no dormir, de no poder vivir plenamente, de sufrir esos estados ansiosos tan malos, el encuentro con el terapeuta y las sesiones suponen un auténtico bálsamo de placidez y tranquilidad para el paciente. La vida del paciente ha evolucionado de forma casi mágica, en poco tiempo, y empieza a considerar las visitas como algo deseable, que produce paz y serenidad, a la vez que fortaleza y plenitud. Empieza a rozar la dependencia del terapeuta, cosa bastante frecuente e inconsciente, que se debe cortar de la mejor manera y lo más rápidamente posible que se pueda hacer. Esta dependencia, como todas, no es buena, es dañina y hay que eliminarla. El profesional debe advertir esto cuando, por ejemplo, el paciente solicita una nueva sesión no programada por sentirse intranquilo o manifestar que los síntomas vuelven. Se le debe tranquilizar y con cualquier excusa posponer esa sesión varios días, con el pretexto de que se está muy cargado y no hay tiempo libre, siempre que se detecte que no hay razones objetivas para ello. Esta demora produce invariablemente que esa sesión no se va a efectuar nunca, que el deseo de mantenerla obedece a una ligera dependencia y que no se pueden alentar este tipo de comportamientos.

El simple efecto de charlar un rato por teléfono produce un efecto de sedación en el paciente, debido a que la voz es uno de los condicionantes más fuertes que tiene el terapeuta sobre el paciente, y ese efecto impide que la ansiedad suba algo de forma incontrolada y también repetir una sesión que no tiene demasiado fundamento. En los casos de patologías de tipo neurótico, y especialmente en los paranoicos, esta dependencia se ve aumentada por el solo hecho de ser personas que se sienten perfectamente porque alguien les escucha. Se pueden inventar las mil excusas para poder hablar un rato con el terapeuta; hay que cortar de raíz este tipo de comportamientos, ya que no hay ningún motivo para aceptarlos. TERAPIAS COMPARTIDAS CON OTROS PROFESIONALES No es tan raro que un paciente que se encuentra mal acuda simultáneamente a un psicólogo, un psiquiatra y un hipnólogo, pero hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de diseñar la terapia. Hay que averiguar qué tipo de terapia está haciendo el psicólogo y .qué fármacos está tomando, para evaluar efectos de la terapia en hipnosis. Si se trata de un tratamiento de tipo expositivo, es evidente que se hace necesario "pactar" la terapia en hipnosis con el psicólogo, ya que en el caso de la hipnosis es imperativo no generar ansiedad, ya que se trabaja con el inconsciente, no con el consciente. La exposición genera ansiedad y enseña a doblegarla progresiva y paulatinamente, lo que produciría un choque con la hipnosis clínica que aconseja exactamente lo contrario. No hay que olvidar una máxima de este tipo de terapia hacia el paciente: "Si apetece se hace, si no apetece, no". Cuando la terapia progrese ya apetecerá, ya vendrán tos momentos de hacer cosas que hasta ahora eran impensables. Pero si mientras tanto se producen forzamientos de conductas, ninguno de los dos métodos curativos va a progresar debidamente. El pacto terapéutico es absolutamente imprescindible, para que ambos progresen de forma adecuada. La programación, con la parte farmacológica, de la forma de ir eliminando productos es también necesaria. Han -de salir a flote los verdaderos sentimientos del paciente, sin el manto protector del fármaco (más que protector inhibidor) y así que él mismo pueda comprobar que .va siendo capaz de afrontar los episodios más negativos y superarlos de forma natural, sin estridencias ni sobreprotecciones. Por todo ello, la colaboración entre profesionales es necesaria. El paciente lo agradecerá luego, y en definitiva es de lo que se trata, de que salga de la situación que le trajo a la consulta. En los casos de tratamiento fisiológico esta colaboración es imprescindible, ya que el médico debe controlar la correcta evolución de la enfermedad, o la eliminación total de la misma, con el subsiguiente control preventivo. ¿QUÉ SE ESPERA DE LA HIPNOSIS?

Trabajar con hipnosis clínica no supone, aunque sea la base, saber hipnotizar al modo del espectáculo. Ya se ha repetido que la hipnosis por sí misma no cura nada, no procura nada, no sirve para nada. En esto se siguen fielmente los enunciados de Liebault.

Hay diferentes profesiones, más bien profesionales concretos, que se disputan la exclusividad de la hipnosis como un arma que les pertenece y que no están dispuestos a compartir con nadie, basados en oscuros y complicados intríngulis pseudo-científicos. La realidad es que la hipnosis clínica, tal cual se explica aquí y tal cual se la entiende, es un arma poderosísima para tratar patologías de muy diversa índole y de gravedad contrastada, tiene personalidad y entidad propias, suficientes como para ser tenida en cuenta de forma independiente. Sin embargo, adolece de investigación seria y profunda, ya que se parte generalmente de que es suficiente con entrar en un "sueño hipnótico". Muy pocas escuelas, ninguna excepto la propia, se preocupan por buscar una potencia, una fuerza de planteamiento acorde con el problema en todo su conjunto, considerando tanto la gravedad, como la cronicidad, tanto los elementos que conjugan y juegan fuertemente en el desarrollo de cada patología, como el entorno. Por lo tanto, será la investigación seria y metódica la que ubique a la hipnosis en el lugar que le corresponde. Además, es una técnica que es y debería ser más aún, multidisciplinaria. Prácticamente no hay rama de la medicina que no pueda verse beneficiada de mantener la hipnosis como recurso, complemento y herramienta preparada para intervenir en cualquier momento. Actualmente sólo en Cuba, particularmente en fa Universidad Médica de Santiago de Cuba, se están llevando a cabo investigaciones muy serias que les están permitiendo progresar a pasos agigantados cada día que pasa en lo que compete a la hipnosis clínica; especialmente el grupo docente que encabeza mi amigo el Dr. Alberto Cobian ha logrado avances significativos que la ciencia deberá agradecerle de alguna forma. Por otro lado, hay que considerar algo que pasa casi desapercibido y, por tanto, ni se considera, ni se tiene presente a la hora de enfocar una patología. Es quizá el elemento más distintivo de la hipnosis clínica en comparación con la psicología convencional: la contraposición de esta técnica, en su desarrollo, con la cognitiva. El ejemplo más clarificador es que en una terapia de ansiedad el profesional cognitivo-conductual va a pedirle al paciente que se exponga emprendiendo determinadas acciones que le resultan adversas y molestas; el hipnoterapeuta va a indicarle a ese mismo paciente que no se exponga, que se deje ir, que haga fa que realmente le apetezca y sólo eso. La táctica de exposición es un elemento importante y positivo desde el punto de vista convencional. Pero a la vez es generadora de ansiedad por el esfuerzo que supone ir venciéndose a sí mismo para hacer algo. En la técnica de la hipnosis clínica desarrollada en este libro, al dejarse ir, la ansiedad se va eliminando y las ganas de hacer esas cosas determinadas aparecen, pero ya sin cortapisa alguna y, sobre todo, sin que se genere más ansiedad. Hay bastantes diferencias en los enfoques de las técnicas aquí planteadas, y habida cuenta de los resultados que se obtienen se puede vaticinar, y a desear fervientemente, que en unos años, cuantos menos mejor, será la hipnosis clínica, la de verdad, la que se imponga finalmente, aunando dentro de los estudios de una psicología al servicio de la enfermedad de manera más auténtica, todo lo que es y supone esta terapia. No creo vivir para verlo, pero este esfuerzo habrá merecido la pena.

BIBLIOGRAFÍA

Bethancourt, Fabio. Una guía para la terapia de relajación. Traducción basada en la Técnica de Relajación Progresiva de Edmund Jacobson Versión Modificada. Curso de Psicología del Aprendizaje. Universidad de Panamá. 2004. 2 páginas. Escuela Superior de Hipnosis Clínica. Doctorado en Hipnosis Clínica. Extraído de: http://www.hipnosisclinica.biz Doctorado en Hipnosis Clínica. Gay MC, Philippot P, Luminet O. Differential effectiveness of psychological interventions for reducing osteoarthritis pain: a comparison of Erickson hypnosis and Jacobson relaxation. Eur J Pain, 2002, 6: 1-16. González, Jesús Genaro. La hipertermia hipnótica/hipnoidea. En: http://www.hipnosisclinica.biz/hipnosis_hipertermia.html. Artículos profesionales de Hipnosis Clínica. González, Jesús Genaro. La impronta filial en la hipnosis. En: http://www.hipnosisclinica.biz/hipnosis_impronta.html. Artículos profesionales de Hipnosis Clínica. Jacobson, E. (1930): Progressive relajation. University of Chicago press. Schultz, J. M. (1959). El entrenamiento autógeno. Barcelona: Ed. Científico Médica.

Schultz, J. H. (1953). Cuaderno de ejercicios para el entrenamiento autógeno. Berlín.

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