Ladrones Profesionales

October 2, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Download Ladrones Profesionales...

Description

 

“Ladrones Profesionales” 

Capítulo I – La Profesión

El ladrón profesional es un sujeto que tiene como profesión robar, es decir, que para él el robo es en realidad un verdadero oficio. Ante todo consagra su energía y su tiempo a hacerse con lo que no le pertenece. En segundo lugar, cada una de sus acciones es preparada minuciosamente. En tercer lugar, el ladrón profesional posee una técnica y métodos que difieren de los otros criminales de profesión. El ladrón profesional no tiene nada en común con el ladrón aficionado ni con el que realiza cualquier tipo de extorsión. El ladrón profesional no tiene nada en común con quienes cometen crímenes pasionales hasta el punto de que ni se molestaría en saludarlos si se los encontrase en la prisión. Las relaciones entre ladrones o entre bandas de ladrones suelen ser muy amistosas a menos que exista alguna rencilla personal independiente del oficio. La curiosidad en los ladrones no profesionales, y en algunos casos raros también la de los profesionales, ha sido una fuente de importantes disgustos. Los ladrones tienen también la costumbre de ayudar mucho a quienes se encuentran en dificultades, sean cuales sean sus sentimientos personales. Una banda que encuentra dificultades en un lugar determinado informa a las otras bandas, y lo mismo sucede cuando el lugar es lucrativo. E El código moral es mucho más estricto en el mundo del robo que en el del comercio honesto. Cuando un informador ofrece un negocio a una banda a un interés del 10 por 100 ninguna otra estaría dispuesta a ofrecerle un 15 por 100, mientras que una casa comercial no vacilaría en competir con otra en un caso similar. El fracaso yElla fracaso pobreza no sonsignifica temidos solamente por los ladrones si se tratara la peor desgracia. hacercomo un pobre papel, de sino que implica también la violación de reglas o códigos de la profesión, tales como la delación o la apropiación de bienes de la comunidad. El público en general se imagina que los ladrones emplean el argot para que no se entienda lo que dicen, pero esto es totalmente falso. Los ladrones profesionales no disponen de reglas especiales a la hora de reclutar a sus miembros. Los eligen de entre los profesionales. Para llegar a ser profesional es preciso, como condición previa y suficiente, ser elegido y formado por quienes ya lo son. El robo profesional no es una institución organizada a menos que consideremos como una organización toda banda o grupo que tiene como oficio robar.

 

Capítulo II – La banda

Se llama banda al grupo formado por ladrones profesionales. El número de los miembros de una banda difiere en función del tipo de golpe a realizar, de los métodos a emplear, de las circunstancias y del lugar. Algunas bandas son permanentes, otras son estacionales o duran simplemente el tiempo de una gira. Existen unas que se forman con ocasión de un congreso o para una temporada de verano en un lugar de vacaciones. Cuando un equipo permanece unido y compacto durante muchos años se debe a que ha conseguido ganar mucho dinero y no una especie de fidelidad a un jefe ni por simpatía al resto de los compañeros. El ladrón individual se ve obligado a pasar con frecuencia de una banda a otra. Como las bandas de ladrones profesionales son generalmente pequeñas no existen muchas formalidades para entrar o salir de ellas. El candidato por tanto será sometido a un examen de sus cualidades y se tendrá en cuenta si es borracho, perezoso, drogadicto, miedoso ante la policía, impuntual, o si está dominado por su mujer… En todo caso si el individuo propuesto es unánimemente aceptado se le pedirá que forme parte de la banda.

Para la organización de una nueva banda, para reemplazar a un carterista y para repartirse el trabajo se tienen en cuenta las capacidades de cada uno. Los miembros de una banda ayudan siempre al principiante. Intervienen para prestarle su apoyo tanto aconsejándole como en plena acción cuando notan que el novicio no actúa con las ideas muy claras o va demasiado deprisa.  A la hora de chantajear un pederasta, pederasta, el papel concreto que debe desempeñar el  jefe proporciona proporciona una idea idea de lo que representa representa dirigir dirigir una banda. Para este este tipo de golpes se necesita con frecuencia la ayuda de un joven aficionado de diecinueve años. En las bandas de ladrones de grandes almacenes no existen jefes; un ladrón roba la mercancía mientras que otro está al acecho; los dos tienen un papel equiparable en importancia y ninguno de ellos se divierte jugando al patrón. Una banda de ladrones forma más o menos un grupo homogéneo. Si uno de los miembros decide o hace alguna cosa los demás lo secundan inmediatamente porque no tienen tiempo de discutir durante la acción. Un gran número de estafadores que habían derivado hacia el tráfico de droga retornaron, tras su primera detención, a su antiguo oficio ya que los arreglos son más fáciles en este terreno y las penas más suaves. Los rateros se convierten a veces en atracadores. En cuanto a los estafadores cambian de banda con frecuencia y si es necesario se convierten en ladrones chantajistas, etc.

 

Capítulo III – Las especialidades

Los principales registros de la profesión son los siguientes: los carteristas, los atracadores especializados en almacenes, bancos, oficinas, escaparates, joyerías y hoteles, los estafadores de todo tipo, los falsificadores de documentos, cheques, giros y otros papeles, en fin, aquellos que utilizan el chantaje a individuos que han cometido actos ilegales o semi-ilegales. Los carteristas, su banda se compone generalmente de dos, tres y hasta de cuatro miembros, Muy raramente el carterista actúa en solitario. La operación consiste en primer lugar en tantear los bolsillos de la futura víctima para saber en dónde está el dinero y la cartera. Los ladrones de tiendas, existen dos tipos. En el primer caso el ladrón toma contacto con el vendedor, y mientras éste le muestra diferentes artículos sustrae los que le interesan. En el segundo caso roba a escondidas sin que intervenga para nada el vendedor. Los ladrones de joyas, que actúan en joyerías y en otros lugares donde se encuentran joyas, son profesionales que sustituyen las joyas auténticas por falsas haciéndose pasar por posibles clientes. Lo más complicado de este tipo de golpes es la habilidad necesaria para falsificar las joyas. Las ratas de hotel, son ladrones que roban en las habitaciones de los huéspedes de paso ya sea porque dejan abiertas o sirviéndose de distintos métodos para abrir. Este tipo de golpes puede realizarse en solitario o con la ayuda de uno o más cómplices. Los timadores, el timo puede adoptar diferentes formas, pero el principio de base es siempre el mismo: demostrar a la víctima que puede ganar dinero por una vía irregular para inmediatamente servirse codicia vendedor y desplumarla. El estafador para tener éxito debe ser un buen actor,de unsu excelente y poseer modales agradables y seductores. Ladrones varios, existen otros golpes mediante chantaje o escamoteo en los que las víctimas no son culpables. En el primer caso se trata de vender anuncios en un periódico que aparece editado por una asociación de agentes de coches de alquiler y de transportistas. Falsificadores de documentos. Se pueden falsificar documentos de todo tipo, alterar una parte de los legales o imitar firmas. Extorsionistas de fondos, son quienes obtienen dinero presionando a alguien que está al margen de la ley o cree estarlo.

 

Capítulo IV – El intermediario

Si un ladrón quiere convertirse en un profesional del robo, es preciso que se mantenga lejos de la cárcel. El ladrón profesional tiene, por lo general, unos antecedentes penales bastante amplios, pero gracias a las habilidades de un buen defensor, consigue salir absuelto o libre de cargos.  A veces el ladrón se ocupa personalment personalmente e de defender sus propios propios intereses y en otras ocasiones recurre a un intermediario. Si puede arreglárselas por sí mismo se ahorrará bastante dinero. Cuando a un ladrón lo agarran no puede soltarle la pasta al agente, es conducido a comisaría. Entonces la primera cosa que hay que conseguir es salir de allí. El ladrón, además de querer escapar por deseo natural, sabe que cuanto más tiempo permanezca en comisaría más posibilidades tiene que le cuelguen otros delitos. El ladrón profesional tiene su propio asesor jurídico que se ocupa de sus negocios. En todo el país existen en torno a las comisarías y a los tribunales de justicia personas que hacen alarde de ser también asesores jurídicos. El asesor jurídico consigue una buena reputación entre los ladrones profesionales gracias a los servicios que se les presta. Intenta mantener como media a unos mil clientes, cosa que, por otra parte, solo consiguen los mejores. De hecho los resultados positivos obtenidos por un abogado serio le aseguran la confianza de su clientela. El acusado no debe jamás declararse culpable ni hacer declaraciones si es defendido por su asesor jurídico o por un abogado en el que éste delega, del mismo modo que no debe ocuparse de lo que dice o hace ante el tribunal. Cuando el caso tan claro y evidente que no queda escapatoria posible he aquí algunas de las soluciones que pueden encontrarse. Los diversos procedimientos empleados mediante los cuales el ladrón profesional escapa total o parcialmente al castigo dependen sobre todo de las víctimas, después de los policías, del fiscal y del juez así como de sus acólitos. El ladrón que necesita ayuda en un caso difícil intenta siempre comprar las conciencias con dinero. El ladrón que va de una parte a otra no puede nunca esperar apoyos políticos y tampoco se obtiene fácilmente el que permanece fijo. Otra forma de venalidad se conoce con el nombre de robo protegido. La policía garantiza a los ladrones una inmunidad absoluta durante el tiempo que hace la ronda en un sitio determinado. En general el robo protegido se practica mucho menos ahora que hace años.

 

Capítulo V – El ladrón y la ley

El término ley sirve para designar a todos los representantes de la justicia, desde el agente de policía y el abogado hasta el tribunal y la prisión. El ladrón profesional se esmera en poner límite a las exigencias del fiscal. Ningún ladrón profesional ha deseado nunca la justicia en el sentido total del término, aunque en determinados casos haya podido aspirar a ella. La palabra justicia no forma parte de su vocabulario. Los delincuentes que cometen pequeñas fechorías en los lugares más peligrosos, como las estaciones, por ejemplo, son también los más frecuentemente detenidos. Los ladrones distinguen entre dos tipos de policías: los que son estrictos y los que son blandos. Existen sin duda muchos policías honestos, pero la mayor parte están en provincias y los ladrones profesionales no se suelen encontrar con ellos. Los ladrones profesionales son bastante fatalistas respecto a los policías, los consideran como elementos contra los que nada se puede hacer. El agente que es favorable a los ladrones no está considerado como un traidor a la sociedad ni tampoco como un amigo, sino como un ser razonable que entra en el juego inteligentemente.. Si no existiesen muchos ladrones se verían obligados a trabajar inteligentemente honestamente. El ladrón teme, más que detesta, al policía estricto. Los ladrones por otra parte también son honestos, con los agente. Si un ladrón le debe dinero a un policía se lo dará, primero porque eso es lo correcto y segundo, porque de nuevo puede necesitar de sus servicios. El ladrón con los instrumentos de la justicia, considera al abogado un elemento indispensable. Los abogados son elegidos libremente por el inculpado o designados por su consejero jurídico. Existen numerosos abogados que se ofrecen a los posibles clientes, pero los profesionales no confían su causa más que a hombres de ley que conocen bien este tipo de casos. Lo que es importante es que el asunto se arregle en primera instancia, porque a este nivel los debates pasan desapercibidos y no importa demasiado qué abogado lleve la defensa. El ladrón profesional, que en un caso concreto tiene necesidad de un buen abogado capaz de sacarle del atolladero, no dudará en afirmar que la mayor parte de ellos ganan los juicios sirviéndose de medios deshonestos. Muy probablemente exista un abogado que se niegue a emprender una actividad por un hecho simple. Los grandes abogados no se interesan por causas poco claras a no ser que los honorarios sean muy elevados. Prefieren aquellos casos donde existen mayor posibilidad de ganar, pero, por encima de todo lo que quieren es dinero.

 

Capítulo VI – El robo considerado como un oficio

El robo profesional es un oficio como cualquier otro. En la comisaría los ladrones hablan entre ellos de negocios con la misma soltura que los comerciantes en el café en el que se reúnen. El robo es un trabajo tan duro como cualquier otro. A veces no resulta apasionante, pero en cualquier caso nunca es monótono. Parece que muchos ladrones, sobre todo mujeres, se lo pasan bien robando. Cualquier ladrón profesional abandonaría inmediatamente el oficio si realmente encontrase un trabajo suficientemente remunerado para cubrir los gastos que estima necesarios para vivir. No hay ningún medio de controlar lo que gana un ladrón. No lleva ninguna contabilidad y nunca recuerda lo que gana. Cuando la economía no va muy bien y desciende el volumen de los negocios los ladrones se ven tan afectados por ello como cualquier otro ciudadano. Un estafador, que en el momento de una depresión económica se hizo conductor de autobuses cobrando un salario de 35 dólares por semana, se consideraba más satisfecho que sus antiguos compinches a los que encontraba tirados por las calles. Robar a partir de una lista de pedidos es más difícil que robar de forma aleatoria ya que el ladrón necesita más tiempo para localizar el artículo que se le pide. Los ladrones que roban bien no rebajan nunca un precio fijado de antemano ni tampoco engañan sobre la calidad de la mercancía robada. El asesor jurídico no se ocupa de la venta de objetos robados. A veces le pide a un ladrón que le consiga un determinado artículo que quiere regalar, pero todo lo que hay en su casa ha sido comprado de forma legal. Las bandas de carteristas no actúan de forma permanente en los barrios de las finanzas sino que acuden a ellos en por un se retiran. consigue elevados beneficios un tiempo área ylos demás Cuando tienden una a banda acudir precipitadamente a ella. Del mismo modo que existen bandas que trabajan cuando viajan, otras van directamente a una ciudad determinada previamente elegida, sobre todo cuando es un lugar productivo, con el objeto de no perder tiempo ni la posibilidad de actuar en las mejores condiciones. Existen confidentes de los ladrones que no son especialistas del robo, y a quienes se les entrega un porcentaje y que indican los objetos de valor dignos de ser robados. Hace años hacían de informadores los camareros de planta y los botones. En la actualidad hacen el trabajo completo por su propia cuenta.

 

Capítulo VII – El ladrón: vida personal y vida social

La vida personal y la vida social de un ladrón son completamente distintas: ladrones que no se sienten inclinados a entablar entre ellos lazos amistosos pueden no obstante trabajar juntos en perfecta armonía. El ladrón profesional tiene normalmente una esposa, o vive con una mujer, si compromisos anteriores le impiden casarse. Los ladrones especializados en lugares donde se practican deportes de invierno suelen llevar con ellos a sus esposas o compañeras quienes pasan la temporada en estos parajes. El ladrón cuenta con su mujer en los momentos difíciles, en consecuencia que si uno es capturado y se vuelve peligroso para que el resto de la banda se quede, la mujer se encargará de sacarlo. Los ladrones suelen elegir sus lugares de residencia de acuerdo con sus gustos. Pueden vivir en hoteles situados en el centro de las ciudades o en barrios residenciales. La mayoría de ellos habita en el centro. Un ladrón conocido, que quiere ver a otro, sabe generalmente donde encontrarlo y puede incluso llegar a saber qué está haciendo. La dirección de un ladrón solo la conocen sus amigos íntimos, excepto si pertenece al mundo de la droga; en este caso se mantiene en mayor secreto. Cuando un ladrón no paga la cuenta en un hotel en el que es conocido los otros ladrones piensan que no tiene muchas luces ya que no hay ninguna razón para actuar de esta forma, pues basta con que el ladrón hable con el gerente del hotel y le diga que en este momento no tiene dinero. Los ladrones prefieren, por tanto, tener amigos en su mundo, al margen de la sociedad. Por eso no buscan contactos más que de tipo profesional. El ladrón toma precauciones, no está los preocupado, ni inquieto. El ladrón detesta verse sus en los periódicos ypero no perdona escritos sensacionalistas que deforman los hechos y sólo hablan de sus artimañas y ocultan que la víctima también estaba dispuesta a hacer trampas. La mayor parte de los ladrones son conscientes de que la buena suerte juega un papel determinante a la hora de tener un buen día, y esto hace que no presuman demasiado, incluso cuando tendrían razones para hacerlo. En broma o enserio siempre echa la culpa a algo o alguien. Muy raramente admite ser más tonto que el policía, haber perdido una ocasión de oro y, todavía menos, haber cometido un error.

 

Capítulo VIII – El ladrón frente a la sociedad

El ladrón profesional no considera a la sociedad como un enemigo, y sus fechorías no están basadas en el odio. El objetivo número uno es para él conseguir dinero y no tiene más remedio que procurárselo en detrimento de la sociedad. Las únicas personas que puedan a su vez hacer dinero con las ganancias de ese grupo antisocial políticos. que son los ladrones, los policías, los abogados, los intermediarios y los El ladrón no es nada rencoroso con quienes se protegen del robo, al contrario, sabe apreciar bien las muestras de inteligencia allí donde se producen. El ladrón no tiene para con sus víctimas ningún sentimiento de desprecio, ni las considera tampoco como si fuesen irremediablemente tontas.  A los ladrones no les gusta que les roben y, sin embargo, eso también ocurre. Un profesional se siente más humillado que cualquier persona cuando se lo convierte en víctima. Las bandas de carteristas no hacen ninguna distinción entre ricos y pobres. Los que practican otros robos evitan, por el contrario, extorsionar a aquellos a quienes causarían un fuerte perjuicio. Los chantajistas descargan su conciencia con bastante facilidad, pues la persona extorsionada está a su vez dispuesta a obtener provecho de un tercero. El ladrón tiene un sentimiento de venganza respecto al individuo que paladea por adelantado el éxito de su golpe y se comporta sin ningún tipo de remordimiento. El ladrón no pretende justificarse completamente. Si quisiese hacerlo siempre podría argumentar que ellos no son las únicas personas deshonestas que existen en el mundo. El ladrón, aunque no cree en la honestidad relativa de la mayoría del género humano, tampoco está muy contento con su propia condición. Es importante señalar que el ladrón rechaza sistemáticamente pensar en su futuro y ello todavía más en los últimos años de su vida. De hecho, no quiere pensar en él porque se vería enfrentado a la realidad y la primera cuestión que le vendría a la cabeza serían las posibles consecuencias de todas las denuncias provocadas por sus rapiñas. Cuando un ladrón abandona el robo sus compañeros continúan dándole muestras de amistad. Pero también lo envidian. Ningún ladrón se siente resentido porque un camarada se haya convertido en una persona honesta y se procure una vida mejor.

 

Capítulo IX – Síntesis

Las características esenciales en la profesión de ladrón, tal y como han sido descritas por un especialista en la primera parte de este libro, se refieren a la habilidad técnica, el modo de comportarse, el espíritu de equipo, el modo de vida y la organización. El examen de estas características nos permitirá poner de relieve las semejanzas y las diferencias que dicha profesión presenta. 1. Complejidad de las técnicas  El ladrón profesional está dotado de una gran habilidad y en esto se asemeja al cirujano, al abogado y al albañil. Todos los recursos de su ingenio están orientados a preparar y a ejecutar el delito. 2. La sociedad de ladrones 

 Al igual que cualquier cualquier otra persona que pertenezca pertenezca a una profesión profesión el ladrón profesional posee un estatuto definido por su habilidad técnica, su situación financiera, sus relaciones, su comportamiento y sus conocimientos adquiridos en el curso de su vida errante. 3. El espíritu de equipo entre los ladrones 

La profesión de ladrón implica un conjunto de sentimientos compartidos y de experiencias comunes. Este espíritu de cuerpo se prolonga en todas las actividades de la misma vida de los ladrones y se manifiesta de modo especialmente claro en la lucha contra su enemigo común, la ley. 4. La profesión del ladrón en oposición a otros grupos 

El ladrón profesional forma parte del mundo del hampa, y está en cierto modo separado del resto de la sociedad. Las barreras que delimitan al grupo de los ladrones son más de orden funcional que geográfico, los propios ladrones las establecen fundándose en la comunidad de sus intereses y principalmente en la seguridad y en la salvaguarda de sus personas. 5. Organización de la profesión profesión de ladrón 

El robo organizado es el delito organizado, y ello no en el sentido en el que lo entienden los periódicos pues no existe un jefe o una dirección central que supervise el trabajo de sus miembros. El conocimiento de métodos y de lugares es también una de las características de la profesión. Las discusiones en los lugares de reunión tienen por objeto explicitar estas informaciones y readaptarlas a situaciones nuevas. También en la clandestinidad se organizan sistemas de servicios locales.

 

Los delincuentes logran prosperar gracias a la corrupción delos servicios públicos. Los partidos políticos son verdaderas agencias de conclusión. La protección concedida a los delincuentes forma parte del sistema general de prevaricación controlada de la cual no es más que una rama la otorgada a los ladrones profesionales. En estado de delincuencia el criminal navegar a social sus anchas. Esteeste clima podría definirse conmoral el término de puede desorganización y se caracteriza, no sólo porque nadie se preocupa en realidad de suprimir el crimen, sino, además porque los propios funcionarios cooperan con los delincuentes para que trabajen con seguridad. Las leyes de represión eran más duras con los pobres que con los ladrones. Estos eran más inteligentes, perfeccionaban sus técnicas y realizaban sus actividades de un modo secreto. Entonces no existía una policía organizada ni tampoco el sistema de huellas digitales u otros métodos perfeccionados de identificación personal. Este sistema favorece a los agentes electorales compensándolos con puestos. Estos esfuerzos de represión tienden en general a eliminar a los ladrones profesionales pero dejan intocable toda la maquinaria que los rodea. Para que la lucha contra el crimen se realice con seriedad resulta indispensable la modificación de la organización social en el sentido de buscar ante todo el respeto del interés general y del bienestar social; en suman, las medidas no serán eficaces más que cuando se reduzcan al mismo tiempo todas las demás zonas de podredumbre y corrupción moral.

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF