LA WAJTA
Short Description
Descripción: LA WAJTA...
Description
LA WAJTA INTRODUCCIÓN Bolivianos de las áreas rurales y de algunas ciudades iniciaron ayer el mes de ofrendas a la “Pachamama” o “Madre Tierra” con rituales ancestrales para agradecer por los bienes logrados en el último año y pedir una renovada prosperidad. La costumbre de entregar ofrendas a la “Pachamama” en agosto era, hasta hace unos años, casi exclusiva de indígenas y campesinos que las practicaban en los lugares más altos de las zonas rurales, conocidos como “apachetas”, para agradecer por la fertilidad de la tierra e iniciar un nuevo ciclo agrícola igualmente próspero. Wajta 1 ago.- La Pachamama comienza hoy a abrir su boca para, durante todo agosto, recibir la wajt’a (pago) por la bendición que prodigó a su pueblo que la venera. Hace 30 años que en la calle Linares, más conocida como la Calle de las Brujas, doña Martha Gonzales prepara mesas para retribuir a la Madre Tierra por sus bendiciones. Como le enseñó su madre, sobre una charola comienza a colocar hierbas secas, como la koa, la muña y otras de olor penetrante. Alrededor de la mezcla, con mucho cuidado, acomoda 12 fichas hechas de azúcar, de dos centímetros aproximadamente cada una. Tienen dos significados: representan a los 12 apóstoles y también los meses del año. Es que también en este rito se han fundido las religiones aymara y católica. Encima de la preparación desparrama otros dulces más pequeños y rocía un polvo amarillo, es el incienso, de olor aún más penetrante que las hierbas y que hará que toda la mesa para la Pachamama se queme en el momento de la ofrenda. En seguida jala un sullu (feto) de llama disecado y lo acomoda encima. El sullu representa la carne que se debe ofrecer a la Pachamama. “La mesa tiene carne, dulces y k’oa. La Pachamama abre su boca cada seis meses y nosotros tenemos que meter todos nuestros deseos”, dice Eddy Mayta, un joven que sigue la tradición de su abuela Pascuala, una de las primeras ‘brujas’ que se asentó en la Linares. La mujer murió tan anciana que ni siquiera recordaba su edad. Nació de pie y estaba facultada para preparar la comida que le gusta paladear a la Pachamama.
Frente al puesto de doña María, una decena de personas forma una fila para llevarse una mesa. La ofrendarán a partir de hoy. Doña Silvia quiere una mesa para que la construcción de su casa llegue a buen término. La ceremonia será familiar y comenzará —calcula la mujer— a las cuatro de la tarde. Preparará una rica comida para, junto a su familia, “servirse con la Pachamama”. Ella hará la ceremonia. Elena Saravia, otra vendedora de la Calle de la Brujas, recuerda que debe estar en paz con ella misma, tener fe y, sobre todo, “no haber renegado antes”. Amor, salud Pero a la Madre Tierra no se le pide sólo cosas materiales, como una casa, auto o un próspero negocio, sino también amor y salud. Elena explica que en el primer caso la mesa preparada es de color rojo intenso; en el segundo, blanca. Los elementos son los mismos y la fe en la Madre Tierra también. El vino y el alcohol no deben faltar en la ofrenda, dice don Carlos Saico, un chofer de radiotaxi que hoy al mediodía le dará gracias a la Madre Tierra y le pedirá sus deseos de salud y prosperidad, como lo hacían sus padres y abuelos. Cuando se hacen trabajos en los que se contempla movimientos de tierra a una gran escala es preciso, según las costumbres lugareñas, el llamar a un Yatiri, un sabio aymara, para que ponga la mesa y realice una Wajta, la preparación de un alimento (u ofrenda) para la Pachamama. Esta Wajta es tanto para darle gracias a la Madre Tierra por las cosechas u otros favores concedidos como para pedirle también permiso para intervenir la tierra. En el caso este específico de donde trabajo, no se había llamado a un Yatiri para que pidiese permiso y la Pachamama bendijera las obras y ha ocurrido un accidente ya varias semanas atrás que dejó un muerto, por lo cual, anoche, siendo la única mujer metida ahí y creo que hasta incomodando al Yatiri con mis preguntas, se ha realizado la Wajta en ambos rellenos.
Dicha ofrenda consiste en “arreglar un plato y servírselo a la Madre Tierra”, se prepara sobre unas hojas de papel un círculo con una hierba triturada dejando el centro vacío, luego se empieza a rellenar con dulces pequeños de diversas formas geométricas y colores, se colocan pequeñas placas con diferentes motivos, ya sea de dinero, autos, casas, etc. Sobre este “plato” se coloca una cría de llama ( un feto disecado) envuelta en láminas de oro y plata y algodones, se recitan oraciones, se rocía con alcohol y luego de varias otras cosas más propias de la ceremonia, el Yatiri la coloca sobre la pira de leños y le prende fuego. Mientras es incinerada la ofrenda se acompaña de bebidas alcohólicas las
que NO beben los participantes sino que ellos se la ofrecen a la Pachamama derramándola sobre la tierra formando un círculo alrededor de la fogata. Recibiendo la Pachamama su alimento, se le ofrece a la gente presente cigarrillos y hojas de coca… Obviamente, el Yatiri se fija en las llamas, en como recibe la Pachamama su alimento y en otros factores que le indican si todo está bien realizado o no... Es una ceremonia muy rica en tradición, en fe, en fuerza de orígenes y creencias… para hacer lo posible por conservarla siempre, algo que la gente de aca se esmera por hacer.
CONCLUSIÓN · La wajta, conocida como mesa, está compuesta por varios productos naturales como hierbas y maderas aromáticas, cebo, dulces, trozos de lana, inciensos, copal (resina de planta), canela, especias, raíces fragantes y hasta un feto de llama, el auquénido de los Andes meridionales. · Según el ritual, las mesas blancas sirven para pedir por los negocios, la suerte, el trabajo. Las naranjas o rojas para el bienestar y prosperidad del hogar. Las negras para limpiar el alma de energías negativas o también pueden ser usadas para desear el mal a una persona. ANEXOS
View more...
Comments