La Vocación Como Modo de Reparar. Héctor D'Alessandro

March 18, 2019 | Author: Héctor D'Alessandro | Category: Unconscious Mind, Soul, Novels, Psyche (Psychology), Knowledge
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La vocación como modo de reparar es una trabajo de Héctor D'Alessandro en pensamiento sistemicos...

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La vocación reparadora Héctor D’Alessandro

La vocación se puede definir como aquello a lo cual uno se entrega y lo profe profesa sa con con feli felici cida dad d y un cier cierto to sent sentid ido o de auto autorre rreal aliz izac ació ión. n. Los Los conceptos de vocación y el de profesión poseen un origen religioso vinculado a la revelación. Y el propio proceso de escogerla, aunque desacralizado, revela, a poco de mirarlo, unos rituales y un modo de acerlo propios de la v!a religiosa y"o espiritual. La afirmación de que los seres umanos somos seres espirituales en un envase de materia, no es una mera e#presión retórica. La totalidad de nuestra acción significativa posee un trasfondo que puede llamarse leg!timamente espiritual. $omos seres que le damos significado so%re un trasfondo virtual a nuestra actividad y ese significado inscrito en un cielo con&etural con&etural aspira a la trascendencia. trascendencia. A la otorgación otorgación de una cierta cierta importancia y significado a nuestras acciones. 'l acto de escoger escoger la profesión profesión o la vocación de uno se a mecanizado mecanizado en el mundo moderno capitalista. 'l trasfondo significativo se a vuelto menos trascendente, y as! se inscri%e en él un con&unto de aspi aspira raci cion ones es,, idea ideale less y o%&e o%&etitivos vos de tipo tipo mone moneta tari rio, o, otros otros como como la comodidad, el esfuerzo o la reducción del mismo, el prestigio social y la apariencia. 'sa es la trascendencia en el mundo de la escogencia vocacional y"o profesional. $on significados provistos desde el estado o la sociedad y est(n en cierto modo predeterminados) operan como un ritual en la vida de los om%res. 'ric *erne, fundador de la corriente de an(lisis transaccional, afirma que la persona que participa en un ritual puede no poner en &uego sus desempe+os desempe+os emocionales. emocionales. uede vivirlo, pasar por él igual que por una autopista y no implicarse. As!, As!, son rituales el de matrimonio, el de noviazgo, cualquier modelo esta%lecido como leg!timo de ascenso social, el proceso de convertirse en profesional de algu alguna na disc discip iplilina na,, la agon agon!a !a,, el proc proces eso o de enve& enve&ec ecim imie ient nto. o. -odos dos proce proceso soss vita vitale less o soci social alme ment nte e apre aprend ndid idos os que que pued pueden en ser ser vivid vividos os Héctor D’Alessandro

desde la autenticidad emocional pueden ser vividos como procesos rituales. La novela La muerte de /van /lic0, de León -olstoi, narra en cierto modo cómo una persona, el protagonista, pudiendo vivir una vida plena y llena de significado, opta por vivir una vida ordenada de acuerdo a c(nones e#ternos, procedentes de la sociedad en la que se encuentra inmerso, perdiendo as! la vida, la gran vida. 'n realidad, aunque /van /lic aca%a muriendo en la narración, de%er!a decirse que estuvo siempre muerto. 1ontra viento y marea, a veces an surgido personas tenaces que, para poder vivir su propia vida, se an enfrentado a su medio y an creado, a partir de lo eredado y formal, formas nuevas. $e dir!a que a partir de lo malo an eco algo %ueno. 's famosa la profesión de escritor por sus cl(sicos enfrentamientos entre autores y su familia, entre autores y su sociedad, entre autores y su propio pa!s. -ensión a partir de la cual en mucas ocasiones se crea una o%ra magn!fica. 2oyce es pro%a%lemente el caso m(s sonado de desavenencia y desapego respecto de la sociedad 3/rlanda4 de origen y el desarrollo de un genio sin par, e#presado en o%ras magnificas. 'n ocasiones los escritores tam%ién descu%ren o revelan a partir de su o%ra importantes secretos familiares, grupales o sociales que lo cam%ian todo. 5ltimamente, 2on Lancester, en su li%ro 6ovela familiar0, revela cómo descu%rió los grandes secretos de sus propios padres que aca%aron en su nacimiento y en una truncada vocación religiosa. A.7. Holmes, en La i&a de la amante0 da cuenta de su propio origen como ni+a adoptada e indaga, aciendo una profunda investigación. La vocación de escritor es una profesión profundamente reparadora. 'n el diccionario se a%la de acción de desagravio y de satisfacción completa de una ofensa, da+o o in&uria0. 'n términos terapéuticos, reparar0 y so%recompensar0 3concepto procedente de la disciplina conocida como re%irting0 o renacimiento04 viene a a%lar de una acción en parte o completamente inconsciente mediante la cual un individuo intenta, en vano, 3este es el elemento clave8 la inutilidad del acto4 reparar algo que est( maltreco en su psique o en la psique colectiva del grupo familiar, nacional, racial, al que pertenece. ara acerlo, entra en una carrera sin fin que implica una constante fuga Héctor D’Alessandro

acia adelante sin solución posi%le que traiga nuevamente la paz ps!quica, ni al individuo ni al grupo. 9na vez concluidas las dictaduras latinoamericanas de los setenta y ocenta, se iniciaron diferentes procesos de reparación a los presos pol!ticos y a las familias de los mismos, as! como a las familias de los torturados y desaparecidos de la época. 'n algunos casos, los perpetradores se encastillaron en la sensación de poder y sus creencias personales de la época en que cometieron u ordenaron esos cr!menes de lesa umanidad y les a tocado vivir distintos tipos de desagracias familiares. $uicidios de parientes, i&os, etc. 'se acto inconsciente de sus parientes e i&os es un acto negativo, en tanto atenta contra la vida, e in:til, que intenta de modo inconsciente y no logra reparar una culpa transmitida entre generaciones. $e dio asimismo el caso de mucas personas que teniendo parientes o amigos presos en condiciones infraumanas, no pudieron soportar la inmensa culpa de estar li%re y no vivir en carne propia el da+o y aca%aron con sus vidas. 'ste es otro modo de la lealtad y del amor que Hellinger, creador de las constelaciones familiares, llama amor que mata y enferma0. 'n todos los casos, como puede apreciarse, ay un intento de reparar  algo pero ay una suerte de e#ageración en el modo de compensar que lleva a nuevas tragedias o ecos desagrada%les. 'sa e#ageración es propia de una emoción de car(cter sistémico. $e e#tralimita en su e#presión dram(tica y en sus efectos reales en la e#istencia umana. 'n cualquiera de los casos, la solución de la restauración de la paz y el fluir del cari+o, no se instala. Hay una prolongación del drama y la adicción al mismo. Los escritores, de mucos modos, funcionaron en la era moderna como grandes reparadores del dolor familiar, racial o nacional. Y resta+aron las eridas de la tri%u de muy diferentes y originales maneras. Del mismo modo, ay muca gente en mucas otras profesiones que se encuentra aora mismo realizando una vocación en la que est( metida casi e#clusivamente para reparar o so%recompensar un drama o una culpa sistémica, procedente de su familia o de otros sistemas. 'st( Héctor D’Alessandro

agotando as! una rica energ!a vital en mantener en pie una estructura de la personalidad, anclada en m:sculos, arterias, venas, uesos y órganos, que un d!a le pasar( la cuenta. Y la pasar( mediante ecos que aparentemente proceden del mundo e#terior8 accidentes, pro%lemas de diferente gravedad o importancia, circunstancias limitantes, estados emocionales %loqueantes, etc. 9na persona puede encontrarse e&erciendo una vocación para la que no est( llamada y para realizar un mandato por el cual su sistema 3familiar, racial, nacional4 le est( e#igiendo un costo personal muy elevado. 'so no significa que de%a cam%iar, sino que de%e mirar qué est( so%re; compensando, con qué antepasado tiene una deuda energética y emocional contra!da, y la suelte en un proceso que es psicorporal.  A partir de all!, incluso el cam%io radical de profesión resulta f(cil. Yo mismo, de peque+o fui testigo implicado y adolorido de cómo un pariente m!o se dedicó a estudiar tres carreras porque otro pariente lo a%!a eco y porque su padre se lo e#ig!a. 'sa era la e#plicación racional del fenómeno en nuestra familia, no sé y a esta altura tampoco importa realmente conocer a qué e#tra+os y misteriosos mandatos sistémicos o%edec!a aquel comportamiento. 'l caso es que cuando aquel pariente m!o aca%ó sus tres carreras con é#ito y o%tuvo unos aorros que le permitieron autosolventarse durante el tiempo que dura estudiar una carrera, se dedicó a estudiar la profesión que realmente él m(s ama%a, m(s modesta, no tan pomposa, pero la que a él le satisfac!a, a partir de ese momento recuperó su salud, que a%!a estado %aldada durante todos los a+os en que estuvo realizando actividades que no i%an con su yo profundo y las e#igencias de su alma. Y para coronar el pastel, a poco de comenzar en su nueva profesión, conoció a una cica con la que finalmente s! se casó. reviamente, de%o aclarar, que le reproca%an de continuo el no durar en sus relaciones con mu&eres. 'ste caso que presento aqu!, en cierto modo, muestra cómo act:a la reparación. 'ste es un caso de lealtad aunque esta le conduzca a la muerte o al menos en este caso a la enfermedad f!sica. Y el elemento reparador aparece en esa acción inconsciente de estudiar durante muco tiempo tres carreras que casi no se van a e&ercer y en el aspecto Héctor D’Alessandro

de autocastigo que esto implica ay tam%ién una reparación respecto de alguien que de%ió vivir esa circunstancia en otra generación. 1on su ine#plica%le accionar inconsciente y auto;castigador seguro esta%a dando vida a otro0 que fue e#cluido de su sistema y que vuelve a la vida de ese modo. 7anifest(ndose en la de un descendiente. esta%lecer un cierto equili%rio. Héctor D’Alessandro

'sta%a reparando con mi profesión) y reparando no se tiene un é#ito interior sentido por la persona. racias a dios, mi alma a%!a tomado el mando ac!a tiempo y me guia%a con certeros pasos Al tiempo que me pon!a a estudiar escritura creativa en talleres de los a%ituales me interesé con pasión por la evolución personal e ice talleres y cursos continuamente. 7e i%a la vida en ello. Ha%!a momentos del d!a en que no u%iera podido mantenerme en pie si no u%iera sido porque esta%a en procesos continuos de crecimiento personal. Algunas personas me pregunta%an cómo pod!a acer tantas cosas y lucir tan descansado y yo contesta%a t: te ducas todos los d!as, BverdadC ues a nivel espiritual de%e acerse lo mismo0. 'l d!a de la gran verdad, luego de a+os de %:squeda, me llegó en un taller de constelaciones familiares. 'l famoso constelador que facilita%a el proceso me preguntó Bdónde nació tu a%uelo maternoC Y e aqu! que el dato m(s o%vio, que siempre lo a%!a tenido delante, no me a%!a ca!do asta ese momento como una evidencia contundente y significativa. 'n 1atalunya, donde yo viv!a. Y Ben qué po%laciónC reguntó el constelador, al contestar, la persona que representa%a a mi a%uelo di&o8 yo soy de ese mismo pue%lo. Yo esta%a viviendo desde ac!a catorce a+os en el mismo pa!s que mi a%uelo sin entender %ien porqué ni para qué y pregunt(ndomelo de continuo. A tal punto que en la escuela de escritores a la que concurr!a a%!a comenzado a escri%ir una novela cuyo t!tulo era 'l via&e a&eno0, aciendo referencia con el mismo a la sensación, e#perimentada por m! de continuo, de estar realizando en la vida un via&e de otra persona y no el m!o propio.  All! mismo comenzó a desene%rarse la made&a, a:n no ten!a conciencia de asta qué grado y con cuales asom%rosas consecuencias y ramificaciones sin fin. All! entend! por qué otra consteladora me dec!a continuamente que cuando me mira%a a los o&os ve!a a dos personas y que una de ellas esta%a muy eno&ada y quer!a ya de una vez ser  li%erada. Y al decirlo, seg:n ella, esa persona se remov!a dentro de m! con furia y la mira%a desde mis o&os con cierto matiz de amenaza. 'n esos a+os toda mi literatura cam%ió, se volvió m(s ama%le, m(s umor!stica, m(s comprensiva, y en cierto modo m(s llena de sa%idur!a. Héctor D’Alessandro

1ierto aplomo me ganó y de pronto el é#ito como escritor de&o de ser  importante para m! y si pasó a convertirse en una meta significativa el é#ito en integrarme emocional y espiritualmente. 'scri%ir desde el placer  y sintiendo que genera%a con mis letras comprensión y una visión m(s elevada en quienes me leyeran. 'n esa época, un persona&e de una novela que esta%a escri%iendo, llegó a decir, apareciendo las pala%ras como %rotadas de ese pozo sin fondo de la imaginación que siempre te sorprende8 a cierta edad la sa%idur!a no es una opción, es una o%ligación0.  Algo en m! se a%!a serenado de un modo radical. Y en ese momento, empezaron a producirse otra vez é#itos para m! y de%idos a mi tra%a&o, pero vividos de un modo tranquilo. 'l é#ito no lo viv!a como una amenaza a mi seguridad o una posi%ilidad que pod!a desequili%rar la totalidad de mi vida. 'scri%ir de&ó de ser prioritario y en cierta ocasión pude pronunciar en voz alta unas temidas pala%ras que mientras esta%a totalmente identificado con mi primera profesión, &am(s a%r!a podido decir. uedo de&ar de ser escritor0.  A d!a de oy puedo de&ar de ser cualquier cosa que sea porque mi ser  a nacido y no depende de lo que aga. 1o%ré conciencia de que la profesión escogida, ven!a con una cantidad de creencias protectoras, actitudes, tics mentales, auténticas taras del comportamiento y la actitud, funcionamientos diversos en autom(tico. 1o%ré conciencia radical de que al adquirir mi vocación, a%!a adquirido  &unto con ella un idioma propio de la misma y una serie de inercias anquilosantes que por alg:n motivo sólo a%!a decidido ver en otras profesiones y no en la m!a. 7e di cuenta de que para escri%ir  creativamente lo m(s importante no era tomar posesión y dominio de una serie de instrumentos y estrategias técnicas, sino que lo m(s importante era tomar dominio y gestionar las propias convicciones y creencias m(s arcaicas y remover las limitaciones emocionales. Ha%!a entrado en escena en mi vida el coac0, mi segunda identidad profesional, una identidad m(s cómoda para m!, que nac!a por segunda vez, en la cual pod!a estar e#puesto y vulnera%le de modo radical a la Héctor D’Alessandro

revisión continua. Aprend! fle#i%ilidad. Adquir! como a%ito la actitud de apertura al cam%io pero anclada en el cuerpo y no solo en el (m%ito del pensamiento como una suerte de información m(s que queda%a %ien decir en voz alta pero que no era una vivencia visi%le en m!. 'sto ocasionó una luca y una armonización entre mi antigua identidad de escritor y la nueva de coac. 1ómo mantenerlos vivos a am%os en el la misma a%itación y acer que el uno y el otro rindieran al m(#imo sin incongruencia para mi persona. 'l escritor0 era negativo, y se &acta%a de ello, ten!a un umor negro muy cruel y se &acta%a del mismo, el escritor esta%a iperprotegido de capas y m(s capas de cultura e información, detr(s de las cuales pod!a vivir o fingir vivir y ocultar muy %ien su dolor) el coac0 que aprend!a a ser, al comienzo, i%a de acuerdo a ese escritor lleno de dolor, se cu%r!a de capas y m(s capas de petulancia y esa supuesta pro;actividad arrasadora que aplasta y le da lecciones a los otros, lecciones que acen aguas porque se ve el dolor de%a&o, que tanto se nota en tantos y tantos coacs. 'se escritor0 que yo era y ese coac0 que comenza%a a desplegar sus cualidades en mi persona eran una creación m(s de la personalidad del ego0, un instrumento para continuar protegiéndose del dolor y del placer de vivir. Am%os esta%an creados desde la llamada fuerza de voluntad0) la fuerza m(s dé%il e#istente, la de frutos m(s ef!meros. 9n d!a de EEF durante el desarrollo de un taller, me encontré de pronto con toda la fuerza e#plosiva que alimenta%a a am%os intentando acer  una vez m(s lo de siempre, y gracias a mi dedicado tra%a&o asta ese momento pude ser autoconciente. ude para la respuesta inercial que siempre se produc!a del mismo modo. Ante la pregunta de una participante en el taller que me irritó, pude sentir dentro de mi todo el dolor antiguo acumulado que segu!a aciendo trastadas, pude sentir  toda la petulancia con que revest!a e intenta%a disimular estas fugas de emociones desagrada%les, puede contemplar a la otra persona realmente como alguien independiente de m! y que m(s all( de mis suposiciones, sólo ten!a un interés particular y especial en acer aquella pregunta y vi tam%ién que por mucas especulaciones que yo iciera o por %uen!simas que fueran mis estrategias para leer lo que aquella persona ac!a como una suerte de acción distorsiva y molesta, lo :nico Héctor D’Alessandro

que yo pod!a acer era mane&ar lo que a m! me pasa%a. >espire ondo toda mi violencia, respiré y contesté y responder a la interrogante fue a:n peor, porque aquella persona solo me di&o que no a%!a entendido nada de lo que yo le dec!a. 'ntonces me vi a mi mismo mi instante antes de responder y pude sentir a:n las oleadas de miedo y de inesta%ilidad reinantes en mi cuerpo. Y supe que ni como escritor ni como coac ni como persona ten!a que acerlo %ien0. $upe que pod!a decirle que no sa%!a nada acerca de lo que me pregunta%a, que eso no me ar!a peor persona ni docente sino todo lo contrario, me ar!a ganar en umanidad. ero el caso no era de sa%er o no sa%er, era de incomodidad. 'ra que yo quer!a irme luego de un largo taller y aquella persona me ac!a una pregunta muy sesuda y profunda como para responderla en dos minutos. Y eso me contraria%a y ac!a que lo &uzgara con los peores tintes. Le di&e que le agradec!a la pregunta porque me devolv!a a la esencia del ese taller y de todos mis talleres, tu, le di&e, no as entendido mi respuesta porque yo no te e respondido. 1omo es tarde y me quiero ir  de una vez, lo que intenté fue avasallarte, callarte, aplastarte. $e mezclaron en mi respuesta el deseo de quedar %ien y el de decirte de modo impl!cito no me molestes m(s0, adiós a! te quedas con mi respuesta, para que veas que %rillante soy0. ero no resulté nada %rillante, aquel om%re me mostró mi estado. Y no entendió nada de mi supuesta respuesta. Desde aquel momento el ritmo interno de mi vida se enlenteció y escucé y perci%! en general con m(s paciencia y claridad mis propias interacciones con los otros. -ampoco el coac que nac!a en mi necesita%a ser me&or porque tampoco necesita%a reparar nada. 7as en psicocuantico.%logspot.com

Héctor D’Alessandro

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