La Violencia en Las Hustecas de Veracruz e Hidalgo

March 22, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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29/12/13

La vi ol ol en enci a en Las Hustecas de Ver a ac cr uz uz e Hi da dalg o o.. Car m me en Pedr a az zzi ni ni y Alfr e ed do C as asti llll o Romer o

La violencia en Las Hustecas de Veracruz e Hidalgo. Carmen Pedrazzini y Alfredo Castillo Romero La violencia en las Huastecas de Veracruz e Hidalgo * Carmen Pedrazzini / Alfredo Castillo R. Las Huastecas de Veracruz e Hidalgo, tierras situadas entre la llanura costera del Golfo de México y la vertiente oriental de la Sierra Madre Oriental, son habitadas eminentemente por indígenas nahuas, totocanas, otomíes, huastecos, tepehuas. Los mestizos, sin embargo, se han adueñado de los espacios en las principales  poblaci  pobl acion ones. es. A pesar de llaa riqu riquez ezaa de su suss su suel elos os que que produ producen desde m maí aízz y fríjol ríjol hasta ffru rutal tales, es, caf caféé y caña, caña, llas as comunidades indígenas viven en precarias condiciones económicas, lo que ha causado una fuerte emigración en los últimos años.sociales La ganadería una fuerte competencia sobre las áreas sembradas y ha sido fuente de duros conflictos por la representa tierra. La inaccesibilidad de muchas comunidades y la falta de servicios médicos y agua potable han provocado altos niveles de mortalidad, particularmente en la población infantil. En esta región los campesinos, tradicionalmente reprimidos, han promovido acciones de resistencia formando distintas organizaciones para la defensa de sus derechos y, en primer lugar, de su derecho a la tierra. Sin embargo no ha cesado la violencia. Por el contrario, se ha recrudecido en los últimos dos años a manos de la  poliicí  pol cía, a, autori autoridades dades y caci caciqu ques. es. La situación que se vive en esta zona se ha caracterizado por desalojos, represión e impunidad. Las causas  penales  penal es que que se iinnstau stauran ran no lllleg egan an nunca a concl concluusión sión debido debido a com compl pliicidades cidades y a la la len lenti titu tudd con la que que se desarrollan las investigaciones. El clima de impunidad causado por los aparatos encargados de la impartición de  ju  justi stici ciaa ffort ortal alece ece la la descon desconffianz anza en las iinnsti stitu tuci cion ones. es. A pesar de los los esfu esfuerz erzos os de los los cam campesi pesinnos por bu buscar  scar  espacios para el diálogo y la ley, rige el esquema de la impunidad e imposición caciquil. El Centro Prodh registra con intensa preocupación esta situación y el peligro que representa para la integridad de la población más inerme, investida por una represión indiscriminada. Estas notas pretenden ser una llamada a la atención del público para que intervenga con toda su presencia ante las autoridades estatales y federales, ante las organizaciones nacionales e internacionales, con el objetivo de prevenir ulteriores violaciones de los derechos humanos.

Antecedentes En la era posrevolucionaria, los problemas agrarios de estas regiones se incrementaron al terminar el gobierno de www.cetr ade.or g /v2/book/expor t/html/1420

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Lázaro Cárdenas, cuando se inició un periodo de contrarreforma agraria y reconcentración de la tierra en manos de la burguesía agrícola empresarial. En los tres sexenios posteriores a Cárdenas disminuyó el reparto de tierra en el país (de 17,906,330 a 4,936,655 has. durante el sexenio de Ruiz Cortines). Con el freno del reparto agrario se aumentó la proporción de campesinos asalariados y otros miles de campesinos emigraron a las ciudades. El desarrollo rural se orientó a canalizar recursos en beneficio de la agricultura comercial en detrimento de la agricultura tradicional. El capital utilizado en el sector agrícola fue acaparado en su mayor parte por los grandes agricultores privados. De esta evolución desigual de la estructura agraria surgieron las principales demandas campesinas por la tierra y mejores condiciones de trabajo y de producción. El factor político que permitió la consolidación de este modelo de desarrollo agrario fue el control corporativo de la Confederación Nacional Campesina (CNC) sobre los sectores campesinos. Sin embargo, la incapacidad de esta organización para resolver los problemas de los campesinos provocó, desde 1948, la escisión de un importante sector de sus miembros que se unió a la Alianza de Obreros y Campesinos (AOC) fundada por  Lombardo Toledano. Más tarde la AOC se fusionó con la Central única de Trabajadores (CUT) dando origen a la Unión General de Obreros y Campesinos (UGOCM), ligada al Partido Popular, que realizó importantes movilizaciones en la región Huasteca. En 1961, el Movimiento de Liberación Nacional incorporó a varios grupos campesinos, incluyendo disidentes de la UGOCM, y se construyó Campesina Independiente Posteriormente la UGOCM como la CCI sufrieron escisioneslayCentral mientras unas ramas se mantenían(CCI). independientes, ligadastanto a partidos de izquierda, otras fueron integradas al aparato oficial a través del PRI. En los tres sexenios siguientes tuvo un nuevo auge el reparto agrario debido a la presión campesina. Aumentó el número de tierras distribuidas, sin embargo éstas no provenían de afectaciones hechas a los grandes  propietar  propi etariios, si sinno qu quee era ddee cali calidad in inferior, erior, ce cerri rrilles y a m men enuudo nnoo labora laborabl bles. es. No se rresol esolvvió el probl problem emaa de la tierra y se incrementó la represión. Durante el gobierno de López Mateos estuvieron a la orden del día las matanzas de campesinos. El resultado de estas políticas fue un gradual empobrecimiento del campo. Al comienzo de los setenta, el 79% de los ejidos del país estaba ocupado por campesinos pobres; sólo cuatro quintos de los agricultores podían mantener a sus familias a un nivel de subsistencia o infrasubsistencia. En la década de los 70 surgieron importantes organizaciones campesinas independientes cuyos movimientos tuvieron como eje la lucha por la tierra. Se multiplicaron las invasiones y tomas de tierra. Entre 1970 y 1976 nacieron, en la Huasteca y en la Sierra del Golfo de México, el Campamento Tierra y Libertad de San Luis Potosí, que se extendió a otros estados, particularmente a Veracruz, la Unión Campesina Independiente de la Sierra Norte de Puebla y centro de Veracruz. En 1975 surgió la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), activa a nivel nacional. El año de 1975 fue particularmente importante en la vida de la Huasteca Hidalguense ya que el caciquismo de Sánchez Vite hacía crisis, pero se recrudeció con la llegada al gobierno de Jorge Rojo Lugo, al tiempo que la crisis del campo a nivel nacional se empezaba a hacer patente. La construcción de la carretera Pachuca Huejutla  puso  pu so al descu descubi bierto erto el caci caciqu quiismo smo llocal ocal de esta esta reg regiión por parte parte de llos os Zú Zúñiga, llos os Fay Fayad, ad, los los A Auustri stria y los  Nochebu  Noch ebuen ena. a. En En ese mi mism smoo año año se rreg egiistr stróó la la matan matanzza de 10 cam campesin pesinos con un sin sinnúmero ddee hheri eridos dos a m man anos os de pistoleros a las órdenes de los caciques. www.cetr ade.or g /v2/book/expor t/html/1420

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Las tomas de tierra se sucedieron y, con ellas, la represión. Los partidos y las autoridades habían sido rebasados por las crecientes demandas de tierra y justicia. Ante esta situación, en 1978 surgió la Organización Independiente de Pueblos Unidos de la Huasteca (OIPUH) como respuesta a la represión y la lucha por la tierra. Esta organización creció y se extendió a los municipios de San Felipe, Orizatlán, Huazalingo, Atlaplexco y Huejutla en el estado de Hidalgo. Asimismo se extendió al estado de Veracruz, principalmente en Chalma, Lázaro Cárdenas, Chapopote Chico, Chicontepec e Ilamatlán. La naciente organización llegó a contar entre sus filas a más de cien víctimas indígenas durante ese periodo; el asesinato más sonado fue sin duda el de Pedro Damián, ligado al Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT). Hacia 1981, el gobierno de Guillermo Rosell de la Lama reconoció la gravedad del problema en la Huasteca Hidalguense y, con el respaldo de José López Portillo, promovió la compra de alrededor de 30,000 has. de tierra para los indígenas, fundamentalmente de las que ya tenían invadidas. Paralelamente a esta operación, Gustavo Gordillo, quien en su momento apoyó el crecimiento de la OIPUH, formó, en coordinación con el gobierno, la Unión Regional de Ejidos y Comunidades de la Huasteca Hidalguense (URECHH), con el fin de promover proyectos productivos en las tierras recuperadas. Sin embargo, la incapacidad de los mecanismos oficiales para someter el vasto movimiento campesino de oposición hizo que el estado adoptara los mecanismos de represión caciquiles (secuestro, tortura, asesinato, emboscada, etc.). Son ejemplos de esto la matanza de campesinos de la Organización Campesina Independiente de la Huasteca Veracruzana (OCIHV) en Tlacolula, Ver., en 1981 y de Pantepec, Pue., en 1982. Las organizaciones de la región Huasteca OIPUH y OCIHV fueron las más reprimidas. En 1986 la OIPUH, junto con otras organizaciones constituyó el Frente Democrático Organizado de México Emiliano Zapata (FDOMEZ) prosiguiendo su lucha, cuyo resultado fue un profundo y perdurable arraigo en las comunidades y municipios. En el estado de Veracruz, el caciquismo se manifestó principalmente en la zona que comprende los municipios de Amaxac, Texcatepec y Chicontepec. En Amaxac, el cacique Luis Mendoza acumuló más de 30 asesinatos y acaparó, junto con su hermano, cerca de 1,000 has. de tierra. En tanto que en Chicontepec destacaba el nombre de los caciques Roberto y Justo Cabrera, en Ilamatlán, se tenía a Humberto Ramírez Avilés y, en Tlachichilco, a las familias Ricardi, Ríos y Marín, estas últimas también con presencia en Ixhuatlán de Madero: en 1987 se registró la matanza de once campesinos en San Gregorio Ilamatlán, atribuida al cacique Humberto Ramírez Avilés y a sus pistoleros. En la actualidad OIPUH FDOMEZ está presente en parte de la Huasteca Hidalguense y es activa en la Huasteca veracruzana, en la región de Benito Juárez, Ixhuatlán de Madero y Chapopote Chico. En la zona de Plan de Encinal, Ixhuatlán, se formó la Organización de Pueblos Étnicos José María Morelos. En Chapopote Chico el gobierno introdujo la organización priísta Antorcha Campesina que aparenta luchar por  las demandas populares, pero siempre en contra de otras organizaciones independientes, y cuya actuación es violenta. En esta localidad se enfrenta al FDOMEZ y se suceden asesinatos de una y otra parte. El gobierno culpa a FDOMEZ de la violencia y a las organizaciones de derechos humanos de promoverla. En mayo de 1995 se constituye en Benito Juárez la Organización Popular Veracruzana Tierra y Libertad.

El papel de las or organiz ganizaciones aciones ccam ampesinas pesinas www.cetr ade.or g /v2/book/expor t/html/1420

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A pesar de un pasado de lucha por las reivindicaciones campesinas y de los éxitos reales obtenidos, en los últimos tiempos la actuación de OIPUH FDOMEZ ha sido equívoca. Aunque a menudo víctimas de la represión, los integrantes de estas organizaciones han figurado también como agresores. Se conocen sus relaciones con el Frente Democrático Popular (FNDP) de Martínez Soriano, conocido por  dividir el movimiento popular y por patrocinar organizaciones paralelas a las independientes a nivel nacional y regional. En la Huasteca, esta organización sorianista tomó el liderazgo político de OIPUH FDOMEZ e hizo surgir el Comité de Derechos Humanos de la Huasteca y Sierra Oriental (Codhhso). Es cierto que las demandas planteadas por estas organizaciones son auténticas y legítimas. La situación de los  pueblos  puebl os in indíg dígen enas as y cam campesi pesinnos es de de cl clara ara op opresi resión ón,, pobrez pobreza y discri discrim minaci ación ón;; el caci caciqu quiism smoo en las zzon onas as indígenas de la Huasteca sigue siendo patente. Igualmente son legítimas sus denuncias ya que son bien conocidos los atropellos y violaciones a los derechos humanos que prevalecen en esta región. Por eso, su actuación tiene resonancia en las comunidades, incluso cuando plantean opciones de fuerza y aun violentas. Confrontadas con la indiferencia de las organizaciones oficialistas, como la CNC, por apoyar al  puebl  pu eblo, o, se enti entien ende de qu quee m muuchas chas de llas as comu comunidades parti partici cipen pen con ell ellas an ante te llaa ausen ausenci ciaa de ot otra ra al alter ternnativ ativa real real.. Sin embargo, todos los datos y la historia conocidas nos conducen a formular la hipótesis de que estas organizaciones están infiltradas y en parte manejadas por el gobierno para vigilar y manipular la inconformidad campesina, surgir ylaluego golpearla. Esto implica queque todos los integrantes de estas organizaciones sean agentesdejarla del gobierno, mayoría de ellos sonnocampesinos luchan legítimamente por sus derechos. Es también característica la manera con la cual el gobierno ha utilizado y utiliza algunos grupos para dividir las organizacion organi zaciones es indep independien endientes tes y restarles restarles fu fuerza. erza.

Escenario actual: represión e impunidad En la actualidad se observa que la violencia, endémica en estas regiones, se ha agudizado. Los datos de los últimos dos años muestran una sucesión de hechos violentos en los cuales no es siempre fácil distinguir cuáles son los papeles de los distintos actores. En la Huasteca Veracruzana las víctimas son en su mayoría campesinos indígenas, a menudo miembros de la OIPUH FDOMEZ o de la Organización de Pueblos Étnicos de las Huastecas, y sus dirigentes. Los agresores son, por lo general, los cuerpos de seguridad pública, el Ejército y  pistoleros  pistol eros rel relaci acion onados ados co conn autor autoriidades y caci caciqu ques es local locales. es. En En alg algunos caso casoss la la OIPU OIPUH, H, eess den denuunciada ciada como como agresora. En algunos sucesos ha influido el clima electoral y la represión se ha ejercido contra partidos de oposición (PRD). En esta región, el campo de confrontación es de fondo agrario y político. La lucha por la tierra no se ha acabado; la represión contra los campesinos se sigue ejerciendo a través de Antorcha Campesina y los caciques. Los caciques, generalmente terratenientes y todos pertenecientes al PRI, tienen su propia policía: los  pistol  pi stoleros. eros. Cuan Cuando do llaa poli policí cíaa estatal estatal intervi terviene ene es para para serv servirl rlos. os. Los Los caciqu caciques es nnom ombran bran a las las au autor toriidades y sus sus  parien  pari entes tes oocu cupan pan puesto puestoss en los gobi gobiern ernos os local locales. es. Así Así los Bu Butrón en Huay Huayacocot acocotlla, llos os V Viillegas egas en Zontecomatlán, los Ricardi y los Ríos en Tlachichilco, los Hernández y Pérez en Zacualpan. En este territorio ha sido igualmente importante el campo de confrontación político militar, que se define como un campo de lucha donde intervienen fuerzas contrainsurgentes. Éste se ha reactivado después del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas y, con el pretexto de buscar armas o narcotraficantes, www.cetr ade.or g /v2/book/expor t/html/1420

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la acción combinada del Ejército federal y la policía ha golpeado fuertemente las comunidades indígenas cuyos habitantes denuncian en la actualidad como un clima de terror y hostilidad. Esto ha dado como resultado la agresión a múltiples comunidades indígenas, incluyendo a las organizaciones campesinas que las apoyan. Se han reportado violentas agresiones de comunidades pertenecientes a los municipios de Benito Juárez e Ixhuatlán de Madero. Durante estos sucesos, varios comuneros indígenas han sido detenidos, torturados y se encuentran presos, en condiciones físicas y judiciales deplorables, en las cárceles de Chicontepec y Tantoyuca. En estos sucesos se ha buscado golpear a miembros de organizaciones campesinas (Organización de Pueblos Étnicos y OIPUH FDOMEZ). Como parte de esta acción políticomilitar, se desató a partir de marzo de 1995, una campaña en contra de la Ordenn de los Je Orde Jesui suitas tas en e n el estado de Veracruz, Veracruz, aacusados cusados ppor or su "sospechosa" posición posición iideológ deológiica, por parte p arte de autoridades locales y federales; asimismo fue amenazado de muerte el jesuita Alfredo Zepeda. Al mismo tiempo fue cerrada por supuestas fallas técnicas Radio Huayacocotla, una de las pocas radios rurales comunitarias existentes, permisionada por la Universidad Iberoamericana, y que se ha caracterizado por su trabajo en favor  de las comunidades indígenas. En el estado de Hidalgo se observa un patrón similar. Aquí también las víctimas son principalmente campesinos indígenas. Además de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA), Antorcha Campesina, así como la CNC, figuran como víctimas y como agresoras. Sin embargo, los conflictos agrarios no han tenido aparentemente la misma importancia que en la Huasteca Veracruzana. La violencia, de tipo político militar, se incrementó durante 1995, particularmente en los municipios de Atlapexco y Huautla. Los demás hechos violentos obedecen aparentemente a pugnas de carácter político entre organizaciones campesinas, en las cuales intervinieron la CNC, Antorcha Campesina, UNORCA, FDOMEZ y el PFCRN. En un comunicado enviado al presidente Zedillo, el FDOMEZ denunció que "caciques y terratenientes simulados como pequeños propietarios" han asesinado a numerosos campesinos indígenas en los municipos de Yahualica, Tianguistengo, Huazalingo, Atlapéxco y Huejutla, en Hidalgo, y en los de Tantoyuca, Chalma, Benito Juárez e Ixhuatlán, en Veracruz, con el apoyo de "bandas paramilitares, policías y el propio Ejército mexicano" para despojarlos de sus tierras, detenerlos y encarcelarlos injustamente, cuando no desaparecerlos y ultimarlos. Los denunciantes declaran: "Señor Presidente, no somos delincuentes, invasores y menos asesinos, somos legítimos campesinos que nos dedicamos a trabajar nuestras tierras pacíficamente". El 8 de noviembre, 19 comunidades otomíes de la Sierra de Huayacocotla solicitaron a las autoridades federales y estatales frenar la violencia e impunidad de los caciques y apoyos para la desnutrición, agua, caminos y servicios. El Comité de Derechos Humanos Sierra Norte de Veracruz (CDHSNV) ha presentado numerosas denuncias  por vi viol olaci acion ones es an ante te el Gobi Gobiern ernoo del Estado Estado y ante ante la la Comi Comisi sión ón Nacion Nacional al de D Derech erechos os H Huumanos. anos. Si Sinn em embarg bargo, o, éstas no han sido atendidas. El Centro Prodh, en una carta al gobernador de Veracruz Patricio Chirinos, ha retomado últimamente (10/9/95) la denuncia de la violencia ejercitada en contra de las comunidades indígenas. A su vez, la diócesis de Tuxpan, Veracruz, y los curas de la Forania de Chicontepec han dirigido un comunicado al gobernador Chirinos manifestando su preocupación por el hostigamiento que sufren las comunidades más  pobres y marg argiinadas, dem demandan andando do que que se pong ponga un un alto alto a la la in influenci enciaa desm desmedi edida da de los los caci caciqu ques es y el fin a la la impunidad. A pesar de que el gobernador Patricio Chirinos aseguró el 11 de diciembre que "en Veracruz se respetan los www.cetr ade.or g /v2/book/expor t/html/1420

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derechos humanos y nadie está por encima de la ley", la titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos informó que la Procuraduría de Justicia de Veracruz se ha negado sin razón a aceptar cinco recomendaciones, entre ellas la del indígena otomí Nicolás Hernández. En una declaración reciente, el Comité de Derechos Humanos de la Huasteca y Sierra Oriental señala que los habitantes del Plan de Encinal, Solontla, Cantollano e Ixhuatlán de Madero viven en la zozobra, cercados por  grupos paramilitares que realizan constantes disparos contra los indígenas, además de que las condiciones de vida (le esas comunidades se encuentran en la más extrema pobreza, completamente aisladas de los servicios urbanos v médicos.

Conclusiones De lo anterior, es claro que la región de las Huastecas puede convertirse en un foco rujo alas en el convulso mapa de la República, la cansa de ello estriba en: a. La est estructura ructura caciqu cac iquiil de la sociedad, soc iedad, que impli implica ca complicidad complicidad con las institu instituciones ciones políti políticas cas y la la justicia y lazos con los poderes estatales y federales.  b. Mecani Mecanism smos os represi represivvos di diri riggidos a man manten tener er la la estru estructu ctura ra vi vigen ente. te. c. La m mani anipul pulación ación por parte parte del Gobierno del Estado a algun algunas as organizaciones organizaciones sociales dedicada dedicadas, s, en  prinncipi  pri cipio, o, a la la def defen ensa sa de los los in intere tereses ses de cam campesi pesinnos e in indíg dígenas. enas. d. Clima Clima de violenci violenciaa en el cual pros prospe pera ra el cac caciqui iquismo smo y la simpl simplee de delilincuencia. ncuencia. e. Indi Indiferenci ferencia, a, eenn el mejor ccaso aso,, de las autoridade autoridadess civ civiiles y judi judicial ciales. es. f. El papel pap el de los div diverso ersoss cuerpos poli policíacos. cíacos. g. La actuación de la CEDH a cargo de Margarita Herre Herrera, ra, quien a pesa pesarr de conoce conocerr la la reali realidad dad de los hechos violentos de Cantollano y Benito Juárez y otros, ha mantenido una postura de pasividad, haciéndose cómplice de la represión y la violencia en Veracruz. En este marco de opresión y violencia se han ignorado y pisoteado los derechos humanos de los campesinos indígenas, los más marginados, así como los intereses y derechos de sus comunidades, se han confundido  pacífficos comu  pací comuneros con guerr erriilleros y aspiran aspirantes tes a ti tierra errass con rev revol oltoso tosos, s, dan dando do cabi cabida da a llaa m muuerte de m muuch chos os inocentes. Hacemos un llamado a todo el público, a las autoridades, a los magistrados, para que intervengan y respondan con sentido cívico a las justas demandas de los pobladores de esas regiones, que se resumen en: tierra, vida digna y justicia. C * Tomado del libro Los Derechos Derechos H Humanos umanos en México: lla a tentación tent ación del autoritarismo. Fernández David, Acosta Ortíz Jesús S., compiladores. Universidad Iberoamericana, México, D.F.

Obras Consultadas Bartra. A., Los herederos de Zapata; Ediciones Era, México, 1985. 164 p. Flores Lúa G., L. Paré y S. Sarmiento, Las voces del campo: movimiento campesino y política agraria 1976-1984,, IIS UNAM, Méxi 1976-1984 México, co, 1988, 262 p. Zermeño, S. y A. Cuevas, Movimientos sociales en México, CIIH UNAM, México, 1990, p. 252. www.cetr ade.or g /v2/book/expor t/html/1420

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