La vida es un paso a la vez....pdf
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Capítulo 1: El silenciode la noche engalanaba el momento, el momento justo después de la intimidad con la persona querida. Esa cercanía, esa sensación de bienestar y satisfacción, la seguridad que solo te proporciona ese momento. Amanda esa noche, como muchas otras, hubiese deseada terminar abrazada a su amor, pero ella prefería un cigarro después del sexo, meterse a la cama y dar la espalda. Tan solo olvidarse del mundo, olvidarse de todo lo que le rodeara, incluyendo la persona que compartía su cama. Mientras observaba la silueta de Karina, se preguntaba porque siempredeseaba más de lo que podía tener, ¿era tan difícil poder simplemente dormir abrazada toda la noche a ella?, sentir sus brazos rodeándolay poder sentir los latidos de su corazón. Amanda cerró sus ojos y calmó sus sentidos. - Soy una romántica cursi de mierda - dijo en voz baja. Se levantó un poco para alcanzar a ver el rostro de su amor, decidió esa noche vestirse y en el silencio de la noche regresar a casa. No le tomó mucho regresar, durante el viaje pensó en algunas cosas...que simplemente la agobiaban mucho más. Al llegar entró en un silencio sepulcral yasí no despertar a nadie, pero como siempretropezó con la silla del comedor que cada día se le atravesaba. - Tu sentido espacialestá pocamente desarrollado. – se escuchó susurrar desde la oscuridad. - ¿Sentido espacial? – dijo Amanda mientras encendía una lámpara y así no volver a colapsar con algúnobjeto endemoniado que tratara de poseer su cuerpo en la oscuridad. - No soy astronauta. - No de astronomía, sino sentido del espacio físico, del sentido lógico de caminar sin tropezar. - Está oscuro. - Aún con luz lo haces. - Cierto. - Cierto. – repitió Cristina sonriendo medio recostada en el sofá.
-
¿Qué haces despierta a esta hora?- preguntó Amanda. No lo estaba. ¿No? – dijo Amanda confundida. No, tu maldito sentido del espacio me despertó. – la miró con cierta ironía.
Amanda caminó hasta Cristina con cara de sentido malestar. – Lo siento Cris. Cristina hizo una mueca en señal de que no importaba y entonces preguntó - ¿Qué haces en casa?, ¿no te quedarías fuera todo el fin de semana? A pesar de la pobre luz Cristina alcanzó a ver la tristeza en los ojos de su amiga y aunque le importaba todo lo que tuviese que ver con ella, prefería ahora mejor guardar silencio. Sabía que algo no andaba bien con Amanda y estaba segura que toda esa tristeza, todo ese silenciotenía que ver con Karina, pero, ¿era acaso convenientedecir palabra alguna cuando lo único que deseaba con todo su corazón era patearle el trasero a esa mujercilla de pacotilla?Observó a su amiga por un momento, le sonrió y le dijo -Podemos comer comida chatarra todo el fin de semana y arruinar esa figurita que traes de diva de portada de revista. Amanda comenzó a caminar hacia Cristina moviendo su cabeza de lado a lado hasta llegar al sofá y recostarse con su cabeza en las piernas de su amiga. - Exagerada. - ¿Exagerada?, no mi vida yo lo que soy es una envidiosa, quiero destruir esa esbeltez que tienes para asíyo poder ser la reina de las miradas. - Tontita, si tú tienes un cuerpo escultural. - Si, de gimnasio y andar mirando lo que como, en cambio tú comes como una lima nueva, lo que sea, cuando sea y tienes cero grasa.Dios, esta vida es tan injusta, ¿cómo es posible que pasen estas cosas? - dijo con total dramatismo mientras acariciaba el cabello de Amanda.
- Eres una exagerada, siempre lo he dicho, ¿porque no estudiaste drama? - Nena, porque una nace actriz, no tienes por qué estudiarlo, se es diva de nacimiento - dijo con gran presencia - y bueno mi tía me obligó a estudiar ingeniería, asíque eso del drama es una especie de “hobbie” para matar el tiempo y llamar la atención. - Eres tan presumida y no seas tan mentirosa que tutía no te obligó a estudiar ingeniería. - No, pero siempre me hace ver así toda sufrida y como la víctima, ¿no te parece? Amanda rio con los comentarios de su amiga, era un hecho real, siempre lograba hacerla sentir mejor en cualquiera fuese la situación; inclusive si no sabía lo que pasaba. Era como si la sintiese, como si supiese que algo no andaba bien. Era la única que podía lograr hacer eso, la única que podíalograr hacerla sentir bien. A Amanda se le hacía tan raro porque sentía que conocía a Cris desde siempre, a pesar que solo fueran ya casi 7años que la había conocida cuando llegó a la Universidad a estudiarprecisamente arquitectura y aunque en general existe una guerra campal entre Ingenieros y Arquitectos; profesionalmente hablando, ella había hecho click casi instantáneamente con Cristina y ha sido así hasta el día de hoy.Una vez terminada la Universidad le fueron ofrecidos puestos en la misma firmadonde una era la Arquitecta y la otra la Ingeniera Civil y aunque muchas vecestenían un millón de incongruencias y de malos entendidos; nada las separaba. - Ustedes sí que no tienen sentido del tiempo- se escuchó una voz a la distancia. Amanda y Cristina rieron sonoramente. - ¿Y ahora porque se ríen las niñas? - ¿Qué es sentido del tiempo? – le preguntó Amanda a su amiga Kathy.
- Sentido de que son las 2 de la madrugada y ustedes par de desconsideradas no dejan dormir a las personas trabajadoras y sacrificadas de este país- le respondió Kathy mientras se lanzaba al sofá sobre Amanda y Cristina. - ¿Personas trabajadoras de dónde?, si no tuviste clases el día de hoy, ni mañana, ni... - Calla boca- interrumpió Kathy a Cristina. - ¿Y tú que haces aquí, no que te quedarías con tu linda mujercita?hizo una pausa y continuó -ya sé, ya sé, no lo menciones, es que nos extrañabas tanto que no podías dejarnos tanto tiempo, si, lo se causamos ese efecto...si, si tambiénsé que me llevarás a comer mañana...eres tan linda Mandi, gracias, gracias... Las tres amigas comenzaron a reír sin cesar de las ocurrenciastípicas de Kathy, la tercera de las chicas que vivía en la casa. Kathy era amiga de Amanda desde que eran unasniñas, tanto que ya Kathy había dejado de ser su amiga y pasó a ser su hermana. Era ella quien siempre estaba para defenderla, para sacar la cara por ella, para amenazar, torturar a cualquier persona que osara dañar a Amanda. Incluso fue a ella a quien Amanda le confesó primero de sus gustos particulares por chicas y fue ella quien sin hacer preguntas y sin juzgar la aceptó y la apoyó en todo. Jamás hubo preguntas, jamás hubo un reclamo, jamás hubo una mala cara, simplemente Amanda seguía siendo Mandi...su amiga. Kathy había decidido estudiar DiseñoGráfico en la misma Universidad que Amanda, además de que era su pasión, podríaestar con su amiga y de alguna u otra manera no dejarla sola. Para Amanda era toda una aventura vivir con susamigas, siempre era una locura, pero se sentía en familia, se sentía protegida y jamás ni un solo día se había sentido sola, aunque estuviese lejos de su madre y hermanos, estos años lejos habían sido parte de su crecimiento, tanto profesional como personal. El sonido del timbre de su teléfono la desconcentró de sus pensamientos; era Karina, vaciló en responder,
pero al final lo hizo. Se disculpó, dejó a sus amigas tiradas en el sofá y caminó a la terraza a responder. Cristina y Kathy se miraron sin decir palabra, pero quizás diciendo más de lo que se escuchaba. - Oye flaca. – susurró Kathy mientras se incorporaba del sofá y se sentaba al lado de Cristina. - Dime fea. – dijo Cristina. - Fea. - Idiota. – le pegó en el brazo. - Tu dijiste dime fea y yo obedecí, así que no reclames. - Bien, dime hermosa. - Ay que linda, me llamas hermosa– haciéndoleojitos lindos - ¿Tú crees que realmente Karina sea buena para Mandi? – la pregunta no se hizo esperar. A Cristina le tomó mucho responder, pero cuando lo hizo, lo hizo con toda seguridad. - No, no es la adecuada. – Siempre lo habíapensado, desde el primer día y aunque indirectamente se lo dejaba saber a su amiga; era ella quien debía darse cuenta que no era la mejor. Sabía que Amanda merecía alguien mejor, alguien totalmente dedicado en cuerpo y alma a ella, alguien que en simples palabras se la mereciera; no solo mereciera su belleza física, sino también y más que eso la belleza de su alma, la pureza de su espíritu, la hermosura de su ser. Pero no era ella a quien precisamente le correspondía tomar esa decisión. - Opino igual, ¿qué tal si la secuestramos y la torturamos con mucho dolor? - Eres tan psico. - ¿Lo crees?, pero aún me falta toque...pero de lo que estoy seguraes que esa mujer no es para nuestra Mandi, es tan... no séqué - Kathy estaba segura que le faltaba mucho a Karina para poder ser la perfecta, ¿qué le faltaba o que le sobraba?, no lo sabía; pero estaba dispuesta a averiguarlo.- ¿Me ayudarás a torturar a la rubia desteñida? Te comprarécuantos “nerds” desees y juro solemnemente
no andar buscándote citas a ciegas en internet con hombres de más de 50 – le sonrió – seránde menos de 40. - Mmmm mis “nerds” y ninguna estúpida cita a ciegas con nadie, ¿sí? Kathy lo pensó un momento y le costó, pero respondió – Hecho, es un trato. - Es un trato. - Por Dios en que te estás convirtiendo, eres mala Cris – dijo esto mientras se puso de pie y caminó hacia su habitación, no había nada mejor que sellar un trato tan conveniente a altas horas de la madrugada, pero el sueño la vencía y esto no lahacía pensar correctamente; así que mejor dormir; un poco de descanso ysu mente estaríafértil para la maldad. Bueno, no era que fuese malvada, siniestra, depravada y disfrutara con el dolor de los demás...pero ya era hora de develar los misterio que tenía Karina, lo único que quería erala felicidad de Mandi, de ahí en fuera no le importaba nada más.
Capítulo 2: En la mañana Amanda despertó con el escándalohabitual; alguna discusión o conversación alocada entre sus amigas. Trató de darse vuelta y hundirse bajo la frazada para dormir un poco más, pero fue inútil con semejante escándalo. Se levantó dando tumbos por el pasillo siguiendo el olor a café hasta la cocina y así escuchar una conversación rara sobre stripper y bailes eróticos. - Ustedes sí que no tienen sentido del tiempo. - ¿Del tiempo?, si son las 10 de la mañana. – abrió la boca Kathy sorprendida. - ¿En serio, tan tarde? - Bueno dormilona por ahora solo prueba este rico, sabroso y nutritivo desayuno que confeccioné como para chuparse los dedos, con las manos y los codos y todo lo demás – le ofreció Kathy un plato con huevos revueltos, tocino, tostadas y una taza de café. Era tan habitual la estampa, Kathy en la mañana con su pijama que no dejaba nada a la imaginación y Cristina con un pijama de “AngryBirds”; con sus 26años, en ocasiones Amanda dudaba de su estado mental, pero no podía dejar de pensar que se veía tan dulce y tierna con ella que era hasta apapachable. - ¿Qué tal si vemos unas películas hoy en la tarde? – preguntó Amanda a sus amigas. - Conmigo no cuentes, esta noche saldré con un papacito rico que está mejor que este desayuno; y eso es mucho decir. Él es así tan proporcionado, tan fuerte, tan guapo, tan, tan…- Kathy quedó observando al cielo suspirando sonoramente. - Es, es, es…un stripper. – completó Cristina. - Ohh, wao, increíble. – dijo Amanda haciéndose la sorprendida. - ¿Qué? – la miró Kathy señalándola con el cubierto que tenía en su mano.
- Solo me imaginé que lo llevabas a tu casa, lo presentas a tus padres y cuando entre por la puerta se apaguen las luces, comienza la música de club y tu amigo comienza a quitarse la ropa con estilo. Es que no séquépasará primero; si tu mamáinfarta o si tu papá tome el arma y lo corra por todo el vecindario. – dijo Amanda sin poder contener la risa. Kathy le sonrió y puso cara de estarlo imaginándolo todo. – Creo que lo primero que pasaría es que Papá tome el arma y lo corra por la montaña, entonces llegaría a tu casa y tu mamá tomaría la escoba y lo “jaltalia a palo”. - Como crees, Mami no haría eso con la escoba; ya tiene un “taser”. – dijo con una gran sonrisa de niña traviesa. - Por un demonio, ¿quién fue el idiota que le dio un “taser” a tu madre? - Tu padre. - Tsss, con razón. El timbre de la puerta las interrumpió, Cristina caminó hacia ella y la abrió para encontrarse con Karina. La invitó a pasar con una sonrisa que muy bien Kathy podría decir que con una sutil hipocresía. -
¿Está Amanda? Si, está. ¿Puedo hablarle? Por supuesto. – Cristina le indicó donde podía sentarse y esperar; mientras Karina la observaba de arriba abajo, posó sus ojos en el leve escote de su pijama entre Angry y Bird. - Linda pijama, deja a la imaginación lo que se desea ver. Cristina respiró con disgusto, se volteó y comenzó a caminar. – Le informo a Amanda que estás aquí. - Gracias muñeca. – respondió Karina sin apartar su vista del trasero de Cristina – Ufff creo que me mudaré aquí. Mientras, Cristina había llegado a la cocina con cara de pocos amigos. Mandi, Karina te busca. – le dijo sin mirarla.
Amanda observó las facciones de su amiga y le preguntó. - ¿Todo bien, Cris? - Sí, claro; solo me duele un poco la azotea. - Después que no sea el sótano estamos todas a salvo. – gritó Kathy. Cristina alcanzó a sonreír y se sentó nuevamente en su posición; Amanda se puso de pie al lado de ella y acarició su cabello. – Toma unas píldoras con el desayuno y te sentirás mejor. – y continuó su camino al encuentro de Karina. Karina estaba de pie mirando la vista desde la terraza y así de espalda Amanda la observó detenidamente; era alta, con pronunciadas curvas, su cabello era rubio, lacio, muy largo; llegando justo a donde la espalda pierde el nombre, blanca, delicada y con unos ojos verdes en los que era muy fácil perderse. Poseí una belleza tan perfecta, tan inigualable que muchas veces a Amanda la dejaba sin aliento. Era sin duda una mujer hermosa y talentosa; aunque había cambiado su pasión; la fotografía, por la pasión de sus padres al dirigir una empresa farmacéutica. A veces Amanda se preguntaba que le hizo interesarse en ella, porque en realidad había cosas que…justamente en ese momento Karina se volteóy al verla le sonrió. Amanda no podía resistirse ante esa sonrisa, era como si un ángel le sonriese justamente en el momento de haber muerto. Karina se acercó, la tomó de la cintura, la atrajo a ella y la besó. Tomó el trasero de Amanda alzando su camisón de dormir y lo acarició descaradamente, mientras el beso se tornómás indecente de lo que esperaba Amanda; prácticamente quería comerle la boca. Amanda trató de apartarse un poco, pero Karina solo la acercaba más. - Traigo unas ganas locas de ti.- le dijo Karina mientras bajaba una de sus manos por el vientre de Amanda y trataba de introducirla dentro de su ropa interior. Amanda se separó, la miró y le dijo. – No, aquí no, Kathy y Cris están y no me parece.
Karina se acercó nuevamente y le susurró al oído. – Entonces vamos a tu habitación. – pasando su lengua por el cuello de Amanda. - No Karina, ya hemos hablado de esto en infinidad de ocasiones. – Era una regla básica de las tres amigas, nunca llevar a nadie a la casa a pasar la noche; era cuestión de respeto por la hambruna que estuviese pasando alguna de ellas; era lo que decía Kathy. - Anoche solo me dejaste sola y te regresaste. Me parece que no deseas estar conmigo. – dijo visiblemente molesta. - Mierda Karina, ¿por qué todo debe ser tan difícil contigo? - Porque no quieres tener sexo conmigo. - - ¿Sexo?, ¿porque todo tiene que girar alrededor del sexo? No es que no quiera intimar contigo, es que hemos hablado una y un millón de veces esto… - Ya perfecto, me largo. – dijo Karina mirándola con gran disgusto. Mientras Amanda y Karina discutían en la sala, Kathy había alcanzado a ver la molestia en el rostro de Cristina. – Crisita linda, ¿qué pasó? Cristina no respondió y mantuvo silencio. - ¿Pasó algo con la oxigenada no? - No quiero hablar de ello, ¿sí? - Bueno flaquita. – le dijo Kathy mientras besaba su frente y caminaba a su habitación. – Iré a alistarme que esta noche es noche buena… - ¿Y mañana Navidad? – rio Cristina. Kathy se alejó y ahí quedó Cristina sumergida en la profundidad de sus pensamientos. Se sentía tan incómoda toda la situación, no soportaba a la novia de su mejor amiga, pero más que eso no soportaba la manera en que la trataba y la hacía sentir como mero objeto sexual. En realidad no sabía que le molestaba más, Karina o que Amanda estuviese con ella. Se llevó ambas manos a la cabeza y suspiró como dejando salir todo lo que llevaba dentro…pero todo quedóen el mismo lugar…
Capítulo 3: La noche anterior Amandahabía decidido quedarse en casa y ver unas películas con Cristina, amaba ver películas con su amiga, sobre todo si eran sus películas favoritas “Resident Evil”. Las habían visto mil veces o tal vez mil y una vez, pero no se cansaban de verlas; era una especie de pasión entre ellas. Aunque su discusión con Karina no había pasado desapercibida por su amiga; había podido aguantarse las ganas de llamarle y tratar de arreglar la situación. Al igual que cada mañana salió de casa al trabajo con Cristina que como trabajan en la misma empresa llegaban juntas. Esa mañana en particular iban muy calladas, el silencio reinó el viaje hasta que Cristina dijo algo. -
¿La llamaste? No. ¿Te llamó? No. ¿La llamarás? No. Si claro, siempre caes. – dijo Cristina como reproche.
Amanda la miró y luego devolvió su vista al volante. - ¿Lo crees? - ¿Si creo que le llamarás o si creo que siempre caes? - Las dos. - Las dos. – repitió Cristina. Amanda suspiró y permaneció en silencio. Era cierto lo que decía Cristina siempre sucumbía a Karina. Era un maldito círculo vicioso donde aunque ella no cometiera el error debía simplemente pagar por él y sentirse mal por ello. Solo quería que Karina fuese más romántica, más detallista, más amorosa, mas dedicada,másdelicada con ella. Que no todo fuese sexo salvaje y lujurioso; si, estaba bien, pero, ¿y lo demás?, esa parte donde se funden dos, no solo dos cuerpos, sino dos almas al hacer el amor, ese
contacto de pura intimidad que no se comparte con todo el mundo. Ese segundo donde puedes escuchar el latido de su corazón, ese momento donde sientes gemir sus sentidos, ese instante donde dos se convierten en una. Muchas veces pensaba en eso, pero unas tantas otras simplemente se convencía de disfrutar de lo que tenía y quizás lo demás llegaría después; mucho después. – No la llamaré – al fin dijo. - Sabes Mandi, a mí no me interesa tanto el que la llames, te llame, se llamen; lo que me interesa eres tú. Lo único que me importa es que túestés bien y que seas feliz. ¿Lo eres? ¿Eres feliz? ¿Es ella la persona que te llena en todos los aspectos de tu vida, es ella acaso la mujer con la que sueñas, es la mujer con la que deseas envejecer, es ella la mujer que deseas para tu eternidad, es ella quien te hace sentirlo todo? –calló Cristina y apartó su mirada de Amanda. Amanda solo alcanzó a titubear. – Yo…es que yo… - y se hizo la pregunta en su mente ¿Era feliz? ¿Era Karina esa mujer que la hacía feliz? ¿La que la llenaba? - Mandi, no tienes que responder, solo quiero que estés segura, solo deseo que encuentres la persona que te haga feliz como solo tu mereces.No pretendo decirte que hacer o que no hacer con tu vida porque para eso es tu vida para que seas tú quien decida en ella, pero seamos honestas Mandi, has estado con Karina los últimos 9 meses y les hace falta un no séqué, con uno se cuánto, un no sé porque, y no sé qué demonios, pero algo se pierde en la ecuación Karina-Amanda. – Miró a Amanda y con voz dulce le dijo – Mandi, me puedes gritar y decirme que no me meta en tus cosas, pero en esto simplemente no puedo quedarme mirando como mera espectadora. Me importas demasiado como para no hacer o decir nada, pero me importas demasiado más como para si me lo pides, callarme la boca y no decir nada. - Cristina no podía evitarlo, algo tenía que decir…aunque no lo dijera todo. Amanda era una fina experta en mantener silencio cuando apenas no sabíaque decir, pero lo que si sabía era que Cristina tenía razón en todas y
cada una de las palabras que decía. No le molestaba que le dijera, lo que le molestaba era estar en esta situación y todo lo que traía a su alrededor. Era evidente que tenía que tener una buena conversación con Karina y ver la manera de corregir lo que estaba mal. Por ahora eso debía esperar un poco, ya que habían llegado al trabajo y el deber llamaba. Bajaron del auto, entraron al edificio saludando a Norma en el recibidor. - Buenos días hermosas niñas, ¿Cómo están el día de hoy? – le sonrió Norma. - Buenos días Norma. – respondieron al unísono y continuaron su camino al ascensor. Dentro del ascensor no hubo ni una palabra, solo silencio entre las amigas. Se abrieron las puertas en el octavo piso y cada una se dirigió a sus respectivas áreas de trabajo; una a la derecha y otra a la izquierda. Cristina caminó por el pasillo en dirección opuesta a su amiga mientras Amanda en medio del pasillo se detuvo y volteó a ver a Cristina que se perdía en las oficinas, sonrió al verla perderse, ladeó su cabeza y reanudó su camino a su oficina. Una vez ahí sonó su celular y respondió. - ¿Sí? - Oye puchunguita, ¿cómo estás? – dijo Kathy del otro lado. - Muy bien Kat y ¿tu cómo estás? ¿Qué tal tu cita idílica?, anoche llegaste muy tarde y en la mañana ya habías salido; así que no me encontré contigo. - Ay no se amiga, no creo que pueda vivir así mirando que te toqueteen, manoseen y saboreen a tu chico. Incluso sentirte la tipa más odiada del club solo por andar con él. Es una vida muy sacrificada para mí. – dijo esto con tono dramático. - Que mal, ya me estaba haciendo a la idea de entrar a ver stripper con pase VIP. - Es increíble lo insensible que eres, yo aquí sufriendo decepcionada por un amor imposible de llevar y tu pensando en entradas gratis, no tú sí que eres interesada. - Ohhh lo siento, no sabía que este asunto estrictico te afectara tanto.
- Ahhh no querida para nada, siempre se debe sacar provecho de las situaciones. Así que sabes que como Cris cumple años pensé en llevarla al club… - ¿Con stripper? – casi gritó Amanda. - No tontita, si hacemos eso nos matará a las dos. En el mismo club,hay un área másíntima como para actividades, con música; con un ambiente muy agradable. Y por supuesto logré separarlo, así que podríamos pasar un rato por ahí y hacerle pasar un lindo día a Crisita. - Me parece perfecto, eres muy brillante niña.- le dijo sonriendo Amanda. - Ya ves que puedo hacer buenos negocios de una decepción. - No ya veo que eres toda una experta. - Ya ves. No sea malita con Cris esta semana, trátala bonito y no se peleen por tontos y estúpidos papeles que al final se van a la basura. - Pero siempre la trato lindo. - Si ya se, hasta que te dice que esa columna debe dejar de ser estética para ser funcional. Amanda no pudo contener la risa del comentario, porque eran las discusiones habituales de ellas en el trabajo. – Pero si se la vive haciéndome eso. - Si tú, la más sufrida sin duda. - La verdad que sí, pero amo discutir con ella y que al final podamos llegar a una solución funcionalmente estética y ambas estar felices. - Bah, ustedes se entienden par de locas. Bueno nena ya te voy dejando que iré tras mi profesora de diseño y ver si logro que me dé una oportunidad en mi último trabajo, así tenga que bailarle sobre el escritorio con lo poco que aprendí en el club. - Estás loca. - Oye, te gustaría la profe, es linda, bueno creo que es atractiva, tiene bembes de Angelina Jolie y trasero de Jlo, eso dicen mis amigos, claro está. Caería bien contigo, además está el hecho de que seré la mejor calificación de su clase si tú le das algo de lo tuyo.
Mientras Amanda escuchaba a Kathy, sonreí y movía su cabeza de un lado a otro porque era tan normal que hiciese esto, con su profesora, con su doctora, con la chica de la tienda de la esquina, con su tía; así que solo la divertía con todo. - ¿Algo de lo mío? – preguntó divertida. - Si algo de tu sabor negra. Ya dejo que trabajes puchunguita. Te veo en la tarde. - Chao Kat, suerte con tu profe. – rio Amanda y cortó la llamada. Amanda se fue a sumir en sus planos, papeles y diseños, las horas pasan rápido cuando se tiene trabajo y más si el trabajo es uno que se ame hacer. Tomó un minuto de su concentración y subió su cabeza para encontrarse con dos fotos en una repisa en la pared, en una se encontraba con su mamá, sus dos hermanas y su hermano; no podía dejar de sonreír con dulzura al verla. Su familia sin dudas era lo más importante para ella, a pesar de que estuviese lejos; por ahora, siempre procuraba pasar tiempo con ellos y visitarlos cuantas veces podía. Su mamá era su inspiración, su roca, su ejemplo a seguir, levantóuna familia sola cuando su padre falleció en un accidente de autoluego que regresaba de un viaje de trabajo. Ha sido el momento más difícil de su vida, perder a su padre cuando tenía 15 años; aun lo extraña y desearía tanto que estuviese con ellos, que se sintiese orgulloso de todos sus hijos. Su madre se ganaba por mucho el premio de la mejor madre del mundo, porque había sido padre y madre para ellos y tanto ella como sus hermanos valoraban grandemente esa entrega de su madre. Y aunque ella para muchos era la hija desviada, para su madre era su gran orgullo y había recibido su apoyo incondicional. En la otra foto estaba con Kathy y Cristina, esas dos niñas que adoraba tanto y que en definitiva sin ellas no sería igual. Ellas le daban ese balance que necesitaba en la vida, las que la hacían reír como loca y las que muchas veces han secado sus lágrimas. Las incondicionales y a las que por nada perdería o alejaría de su vida. Mirando la foto recordó las palabras de Cristina en la mañana y pensó que jamáshabía respondido nada a sus palabras. Resolvió ponerse de pie y caminó hacia el otro lado del piso a la oficina deCristina. Se detuvo en la puerta y la miró por unos
segundos; estaba de espalda frente al ventanal hablando por teléfono sobre unas vigas, hormigón y mucho polvo. Sonrió al escucharla porque si para ella la arquitectura era una pasión, para Cristina la ingeniería era una religión; amaba su trabajo y se lo vivía díacon día. Le encantaba eso, era quizás una de las muchas cosas que le encantaban de ella. Entró a la oficina sin hacer ruido, llegó al escritorio, tomó un papel y un marcador y escribió algo en él. Lo dejó con sumo cuidado en el mismo lugar y se retiró sin que Cristina le viera, solo la alcanzó a ver cuándoterminó su llamada y vio la espalda de Amanda salir por la puerta. Su rostro se llenó de confusión, devolvió el teléfono a su lugar y miró el papel en el escritorio que leía, “Gracias, eres y serás siempre la mejor…Te quiero
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