La Verdad Sobre El Caso Savolta

March 29, 2017 | Author: expresarseesgratis | Category: N/A
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HISTORIA DE ESPAÑA Y DE LAS INSTITUCIONES JURÍDICO-POLÍTICAS

COMENTARIO DE NOVELA

LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA Eduardo Mendoza

DAVID GIL SOLSONA EL AUTOR: EDUARDO MENDOZA Eduardo Mendoza nació en Barcelona, el 11 de enero de 1943, en una familia de clase media (era hijo de un fiscal y una ama de casa). La buena posición de sus padres y la amplia biblioteca de su familia materna le permitieron desarrollarse culturalmente y recibir una buena formación; estudio en un colegio religioso, y posteriormente se licenció en Derecho en la Universidad Autónoma de Barcelona, llegando a estudiar un año en Londres. Después de viajar por Europa y de trabajar como abogado en Barcelona, se traslada en 1973 a Nueva York para trabajar de traductor en la ONU. En 1975 publica La verdad sobre el caso Mendoza, una de sus novelas más relevantes, que le vale el ingreso entre los principales escritores españoles del momento. A partir de esta obra, Mendoza se irá afianzando en el género narrativo con títulos como El misterio de la cripta embrujada y El laberinto de las aceitunas, en los que muestra su maestría para la parodia, o obras como La ciudad de los prodigios con los que se extiende también al público internacional. También se adentra en el mundo del teatro con Restauració. LA NOVELA: LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA Tema de la novela: La verdad sobre el caso Savolta es una novela que basa su hilo argumental en un relato policíaco, pero donde los aspectos históricos y sociales cobran una gran relevancia. El relato está ambientado en la Barcelona de 1917 a 1919, y describe la investigación de los misterios que envuelven a la muerte del industrial catalán Savolta, en un relato que se mueve entre continuos paralelismos con la realidad del periodo descrito. En la novela se hacen continuas alusiones al anarcosindicalismo de la CNT, al pistolerismo barcelonés de principios del siglo XX, o a los movimientos huelguistas de la Cataluña de la época. Sinopsis: Javier Miranda es un joven pasante de abogado que emigra a Barcelona procedente de Valladolid en 1917, y comienza a trabajar en un pequeño despacho. Allí conoce, por medio de su trabajo, a un joven francés llamado Lepprince, que trabaja para la fábrica Savolta, una gran fábrica de armamento de la ciudad. Junto a Lepprince se verá envuelto en decenas de reuniones nocturnas con los personajes más escabrosos de la Barcelona del momento. Meses después, las cosas comenzarán a complicarse con el asesinato de un periodista obrero, y del propio industrial Savolta. La aparente lucha entre pistoleros pagados por la patronal y miembros de los grupos anarquistas se completará con varios asesinatos más de la cúpula directiva de la empresa Savolta y la ejecución de varios anarquistas. Lepprince

heredará la empresa al casarse con la hija del difunto industrial, y Miranda pasará a trabajar directamente para él, a la vez que se ve envuelto cada vez más en las intrigas de su misterioso benefactor, que finalmente resulta haber estado utilizándolo tanto a él como al resto del entorno de Savolta, para hacerse con el control de la empresa.

Importancia de la obra en el contexto de su publicación Anteriormente ya hemos descrito cual es la temática de la novela, sin embargo, hay que tener en cuenta que el tema escogido por el autor adquiere segundas lecturas mucho más complejas si se tiene en cuenta el contexto en el que se publica. La novela de Mendoza aparece en España en abril de 1975, en los últimos años del régimen franquista, con el dictador ya gravemente enfermo, y el sistema político español en la encrucijada entre la modernización o el continuismo. De hecho, el primer título del texto, los soldados de Cataluña es retirado por despertar los recelos de la censura del tardofranquismo. La obra de Mendoza se engloba en un nuevo movimiento de la narrativa española que tendrá amplias consecuencias tanto en el ámbito de lo cultural y histórico como en lo literario. A nivel formal, la narrativa de Mendoza supone una vuelta al realismo, a la historia contada tal cual, sin los adornos, los juegos de palabras y los dobles sentidos que habían poblado la narrativa española de los 60. En lo que se refiere al ámbito temático, se entra en esta época en un nuevo tratamiento del pasado reciente del país. En palabras de Enric Bou : Alguien se atrevía a mirar hacia el pasado sin ira y remordimientos, sino con un sentido del humor envidiable1. Lo que esto quiere decir es que no solo se hablaba abiertamente del anarquismo, las luchas sociales y la oscura época del pistolerismo, sino que además se desposeía a la descripción de la historia de cualquier contenido político o ideológico, y simplemente pasaba a servir de marco para la narración de un relato policíaco, afrontando un tratamiento de la historia totalmente desembarazado de las trabas y prejuicios de la época franquista. La crítica coetánea supo apreciar esto, y le otorgó el premio de la crítica de 1975, además de críticas enormemente positivas. Sin embargo, donde más se hará de notar la relevancia de la obra será en los estudios literarios que analicen el cambio que se produce en esta época, ya que le darán un papel protagonista a la novela de Mendoza, reconociendo su contribución a la evolución de la literatura epañola. Además, no serán pocas las monografías literarias que a partir de su publicación se realicen sobre la obra. Se la llegará a caracterizar como “la primera novela de la transición española”2 LA HISTORIA: EL PISTOLERISMO BARCELONÉS 1

Enric Bou, El Periódico, 26 de diciembre de 1987.

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Clubcultura.com

Contexto de la historia: 1917-1920 La novela se desarrolla durante el periodo histórico de finales de los años 1910, una época que en España, y sobre todo en Barcelona está marcada por los conflictos sociales y políticos entre las élites empresariales, apoyadas por el ejército y en ocasiones el gobierno, y las organizaciones obreras de corte anarcosindicalista. Las causas del conflicto abierto que cristaliza a finales de la década vienen de los efectos negativos que tuvo sobre la situación de los obreros la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Los grandes productores industriales y agrarios comienzan una práctica de especulación a gran escala con los productos de primera necesidad, y de acaparación de los beneficios producidos por las exportaciones de guerra. Esto provoca un gran aumento de los precios de las subsistencias, y del coste de la vida, que aumenta la precariedad de las condiciones de vida de los obreros, y facilita la articulación de un movimiento obrero cada vez más importante, ante la pasividad del Gobierno, que respondía a las demandas del pueblo con una dura represión. Con la huelga de diciembre del 1916, se pone de manifiesto la importancia de la UGT, que tendrá que ser paulatinamente aceptada por los gobiernos de la restauración, en órganos como el Instituto de Reforma Social. Al mismo tiempo, se asiste a la reestructuración del anarcosindicalismo, con gran fuerza en Barcelona y las zonas agrarias de Andalucía. Se cierra así un ciclo de movilizaciones obreras desorganizadas, basadas en estallidos del descontento popular, y se abre un verdadero ciclo de movilizaciones obreristas organizadas propio del siglo XX. El año 1917 es un año convulso para los gobiernos que se van sucediendo en el poder. El movimiento juntista de los militares que exigían una reforma del ejército, y la asamblea de representantes convocada en Barcelona de manera alternativa a las Cortes de Madrid, que habían sido suspendidas, se suman ahora al conflicto obrero. Éste, por su parte, ha entrado en una nueva fase, si bien todavía no está completamente articulado y organizado: el aumento de los inmigrantes en las ciudades industriales hace aumentar las bases sociales del movimiento, y éste se orienta hacia una acción propagandista para difundir un nuevo mensaje con aires revolucionarios, marcado ya por el ejemplo de la revolución rusa. No obstante, cuando se convoca una nueva huelga general el 17 de agosto de ese año, ésta será nuevamente sofocada por los militares. En este momento, se comienza a ver la nueva dinámica de los últimos años de la Restauración: los gobiernos autoritarios que recurren al cerrojazo de las Cortes no pueden mantener el orden del país, por lo que aumenta la influencia del ejército, abriendo de nuevo las puertas al pretorianismo. Esto hará que, paralelamente, se produzca entre los obreros una falta de confianza total en la izquierda integrada en el sistema, que se ve como incapaz de poner solución efectiva a sus problemas. Esto tiene como resultado un aumento de la sindicalización, que aumenta de forma desorbitada durante el 1918, llegando la CNT a superar los 400.000 afiliados en Cataluña. Además, en esta época se consolida el lenguaje abiertamente

revolucionario de la formación obrera, y proliferan los movimientos propagandísticos. Será entonces cuando entrará en escena la acción directa de los empresarios, abriendo el conflicto que se muestra como protagonista de la novela: Los círculos de empresarios de Cataluña, trascendiendo ya su clásico papel como grupo de presión en la política para defender sus intereses, pasan a emprender una lucha abierta contra la CNT. Agrupados en la Federación patronal de Barcelona, los empresarios recurrirán a bandas de pistoleros y a todo tipo de influencias en las capas más bajas de Barcelona para eliminar a aquellos obreros que ocupen un papel destacado en la lucha sindical. Esto origina un círculo vicioso de represalias y contrarrepresalias que hace que los ataques a los obreros sean respondidos con asesinatos de patronos y figuras políticas, generando un clima de violencia generalizada que culmina en la huelga de la Canadiense, compañía eléctrica catalana. Esta huelga, comenzada en Lérida y a la que se unen, por primera vez, sectores de personal de oficina, será extendida por toda Cataluña por la CNT. Ante la cuidada organización del movimiento huelguista, bajo la dirección sindical de Salvador Seguí, se percibe una voluntad en el gobierno para llegar a un acuerdo con los sindicalistas, que acceden a volver al trabajo a cambio de la liberación de presos. No obstante, la intransigencia de la patronal y el ejército, en contra de la voluntad del gobierno, provoca el estallido de una huelga general, que se saldará con una dura represión, un cierre de fábricas masivo, y la ilegalización del sindicato. Esto produce una acentuación de la espiral de violencia ya nombrada, y una radicalización tanto de las organizaciones obreras como de los círculos de empresarios y militares. Con la huelga de la Canadiense se abre la etapa más intensa del llamado pistolerismo barcelonés. Entre 1918 y 1923, 270 personas serán asesinadas por los llamados “delitos sociales”. Realidad y ficción en La verdad sobre el caso Savolta La Verdad Sobre el caso Savolta es una novela que se encuentra a caballo entre la realidad y la ficción. Los personajes y sucesos que se narran son fruto de la imaginación del autor, no obstante, encontramos también menciones o incluso intervenciones de personajes reales, además de que las líneas argumentales principales, como el asesinato de Savolta, evocan o parecen hacer referencia a sucesos que tuvieron lugar en la realidad, por no mencionar la plantilla de personajes imaginarios, pero extraídos de modelos sociales genuinos de la época de las luchas obreras en Barcelona. En primer lugar, cabe destacar los sucesos que se nos muestran en el libro como fantásticos, pero que son copias bastante fieles de sucesos de la realidad. El primer ejemplo de esos sucesos es el propio asesinato de Savolta. Este guarda ciertos paralelismos con el perpetrado contra el industrial Jose Alberto Barret, también enemistado con los círculos obreros, y fabricante de armas que, al igual que la fábrica Savolta, las vendía a los franceses durante la Primera Guerra Mundial. Otro de estos casos paralelos entre la novela y la

realidad es la huelga general con la que se encuentra Javier Miranda cuando sale en persecución de Max y Maria Coral. Esta huelga, originada por unos obreros en una compañía eléctrica y que desencadena una huelga general a gran escala en toda Cataluña nos remite a la huelga de la Canadiense, que tuvo lugar en 1919, y que llegó a paralizar toda Cataluña teniendo su origen en unos despidos llevados a cabo en la empresa eléctrica. Si bien la fecha coincide, 1919 tanto en la novela como en la realidad, al final de la huelga, en la novela, se menciona que ha habido un cambio de gobierno, y que el nuevo gabinete está presidido por Maura y tiene a Cambó como ministro de hacienda; la incongruencia reside en que, si bien con el fin de la huelga de la Canadiense comenzó el cuarto gobierno de Maura, Cambó no será ministro de hacienda hasta el quinto gabinete del conservador, iniciado en 1921. El cambio de gobierno de primavera de 1919 es, además, el que permite el regreso del comisario Vázquez a Barcelona. Otro rasgo que contribuye a crear esta sensación de realidad es la aparición de personajes reales de la época, que muchas veces coinciden y interactúan con los protagonistas de la novela, para acentuar este efecto de realidad. Encontramos, como caso más destacado, a la aparición del mismísimo monarca Alfonso XIII en la fiesta de Lepprince y María Rosa Savolta. También encontramos buenos ejemplos en la aparición de Cambó, una de las principales figuras políticas de la Cataluña de la Restauración, gritando desde un balcón al principio de la novela, o la mención de Dato y Maura, varias veces Presidentes del Consejo de Ministros en el periodo que comprende la acción de la novela (1917-1919) y también figuras de gran importancia durante el reinado de Alfonso XIII. Diametralmente opuestos a estas figuras encontramos en la novela menciones a Salvador Seguí, Ángel Pestaña y Andreu Nin, destacados líderes anarcosindicalistas, que tuvieron un papel protagonista en la época de grandes turbulencias obreras que describe la novela. De Nin se llega a presentar en la novela su “ficha policial”, un documento que crea el autor, para incluirlo como “anexo de prueba” ,y para cuya elaboración se basa en otras similares. Este documento, integrado en la novela, contribuye a aumentar el efecto de realismo. Por último, otro de los rasgos que enlaza la novela con la realidad histórica es la representación de los conflictos de la época encarnados en personajes que, si bien son imaginarios, podrían haber existido sin ningún problema. Además de los patronos de la fábrica Savolta (Claudedeu, Parells), o el joven inmigrante a barcelona (Javier Miranda), encontramos los estereotipos propios de la época del pistolerismo en dos colectivos: unos son los anarquistas, tanto activistas directos (Vicente Puentegarcía García) como viejos teóricos (mestre Roca) y otros los matones a sueldo que contratan los patronos para disuadirlos de sus actividades (en este caso, los dos forzudos que acomañan a María Coral).

Bibliografía: http:// Clubcultura.com SOUBEYROUX, Jacques, De la Historia al Texto: Génesis de La verdad sobre el caso Savolta de E.Mendoza, Actas del XI Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas (1992b), Centro Virtual Cervantes (http://cvc.cervantes.es/literatura) GABRIEL, Pere: “La crisis del régimen. Pragmatismos y aplazamientos. Dato y Romanones, una nueva derecha autoritaria” en BAHAMONDE, Angel (coord): Historia de España siglo XX 1875-1939,(2008),Cátedra, Madrid, segunda parte, capítulo XII, pags 397-419

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